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Historia de mi Familia Un Ángel Sin Alas Maria Orska

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  • Historia de mi Familia Un Ángel Sin Alas

    Maria Orska

  • Índice:

    • Introducción pg.1

    • Desarrollo pg. 2-5

    • Conclusión pg. 6

  • Síntesis:

    Al poco tiempo del divorcio de mis padres, mi papa se volvió a casar y nos dio dos de

    los regalos mas lindos del mundo a mi y a mi hermano Nicolás. El nacimiento de mis

    dos hermanas trajo desde u principio muchos sueños y expectativas, pero con el

    nacimiento de Sara (mi segunda hermana), la vida decidió llevarnos a mi y a mi familia

    a otro lugar, a uno mucho mas mágico que el común. Sara nació con el cordón

    umbilical enredado en su cuello y esto le ocasionó daños neurológicos severos. A los

    dos años de nacimiento, desarrollo epilepsia y así poco a poco su salud fue

    complicándose mas y mas. A pesar de la dificultad en ciertos momentos, su condición

    nunca ha sido una tragedia para ninguno de los miembros de mi familia, y nos ha

    enseñado muchas lecciones de vida muy importantes. Sara, al no ser una niña común,

    jamás vivirá ni sufrirá el resto de dificultadas y frustraciones que un ser humano común

    y corriente vive cada día. Ella al contrario, seguirá iluminado al mundo con su sonrisa

    apreciando verdaderamente cada segundo y cada cosa pequeña. Y nosotros, al llegar

    a casa y verla siempre tan feliz tendremos siempre un constante recordatorio de que la

    felicidad es una decisión y de que se puede obtener mediante muchos métodos y no

    necesariamente los convencionales.

  • Aportes Significativos: La historia que yo decidí compartir, es la historia de mi hermana y la de cómo ella

    revolucionó la vida de todos en mi familia. A pesar, de que yo he presenciado esta

    historia en carne propia, sentarme a hacer un análisis y a poner en palabras cada

    hecho significó mucho para mí. Hay ciertas cosas que son tan parte de nuestra vida y

    de nuestra esencia que al no ser habladas o pensadas constantemente son tomadas

    por hechos. Este trabajo fue muy importante y me abrió los ojos del por qué mi familia

    y yo somos de la manera que somos. Considero que escribir es una de las maneras

    mas lindas e intimas de la expresión, la manera en la que las ideas me fueron llegando

    para conformar este relato, penetran muy fuertemente dentro de mi cabeza y de mis

    sentimientos y aunque yo fui la que escribí todo con mi propio puño y letra, me

    sorprendí al leer el resultado final, encontrando sorpresas nuevas acerca de mi misma.

    Al principio tenia miedo de que el resultado en papel termine siendo una historia en la

    que yo me victimizaba de alguna manera, pero al comenzar a escribir, el relato fue

    fluyendo y logre bajar mis sentimientos a letras de una manera muy precisa. Al ser

    una historia tan intima y en la que yo me encuentro tan involucrada, fue muy

    complicado alejarme de mi “yo” y escribir en otra persona que no sea la primera, pero

    al conversar con el profesor acordamos que para este relato, era esencial que yo lo

    cuente desde mi punto de vista. Este relato, quedará documentado, y mi familia y yo

    podremos acudir a él para recordar siempre el regalo más grande que la vida nos dio.

    Creo que ese es el aporte mas grande de este trabajo.

  • 1

    Trabajo Práctico Final

    Un ángel sin alas

    Por María Orska

    Nuestras vidas son la construcción de pequeños momentos que van cruzando caminos con

    direcciones desconocidas, como brillantes estrellas fugaces en galaxias lejanas. Vivimos y

    aprendemos a viajar a través del tren de las experiencias que nos van formando, aceptando

    cada segundo que pasa, como una adición más a la esencia que nos encarna. A pesar de que

    nos gusta convencernos de que somos lo que optamos ser, terminamos siendo completamente

    manipulados por cada evento que ocurre en nuestras vidas, por muy mínimo que éste sea. Es

    decir, el conjunto de eventualidades cotidianas (que esta más allá de nuestro entendimiento o

    control) conforma la mayor parte del por qué somos como somos, o el por qué muchas veces

    elegimos ser distintos. Cada casualidad tiene un enorme peso en la historia de cada persona:

    Conocer el amor en una cafetería, nacer en la familia que nacemos y toda circunstancia que se

    convierta en una experiencia personal.

    Las casualidades son el misterio más grande y maravilloso del tiempo y sus incógnitas. El por

    qué de cada suceso en nuestras vidas, está sujeto a interpretaciones y creencias personales,

    pero no se puede negar que somos la construcción de cada una de esas experiencias. El

    escritor checo Milan Kundera, dice que “Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como

    un mensaje.” Es decir, que cada día está determinado por un constante paso de diminutos

    voluntarios e involuntarios episodios, que aparecen misteriosamente como luciérnagas en una

    oscura noche. Estos episodios, son las rieles que van cambiando la dirección de nuestros

    trenes y nos llevan a lugares en los cuales jamás creímos que estaríamos, saliendo cada vez

    de un nuevo y desconocido lugar de partida. Todos estos irreemplazables y significativos

    cambios de dirección son los ladrillos que construyen nuestra esencia y lo que somos.

  • 2

    .

    Yo era una niña de 11 años, sin ninguna gran preocupación, cuando me enteré que mi

    madrastra estaba embarazada por segunda vez. Mas allá del divorcio de mis padres, no

    asumía aún ningún evento que yo considerara significativo o transcendental en mi vida. La

    corta edad no me permitía cuestionarme mucho de forma consciente, las cosas, simplemente

    mi vida era lo que era. Mis padres se habían divorciado cuando yo tenia 4 años y crecí con dos

    familias que me amaban y protegían de manera incondicional. A pesar de que nunca fue fácil

    tener dos de todo, (dos casas, dos dormitorios, dos familias, dos conjuntos de reglas distintas

    para cada lugar, etc.), puedo decir que tuve mucha suerte al crecer con padres divorciados que

    se llevaran tan bien y que estuvieran siempre tan involucrados en mi vida y la de mi hermano.

    Cuando mi papá se volvió a casar, en lo único que podía pensar, era en la ilusión de tener más

    hermanos y hermanas con quienes jugar y crecer. El nacimiento de mi primera hermana (la

    primera hija del segundo matrimonio de mi papá) trajo a nuestras vidas una enorme caja de

    sorpresas e ilusiones. Sin contar el hecho de que ahora tenía una muñeca personal a la cual

    podía peinar, vestir, etc., habernos convertido en tres hermanos en vez de dos, incrementó

    nuestra alegría exponencialmente. Así que, con la noticia del segundo embarazo de Maria

    Isabel, no se podía esperar nada menos que felicidad y un conjunto de nuevas expectativas,

    ilusiones y sueños. Recuerdo el sentimiento exhaustivo de emoción que experimenté cuando

    me contaron que iba a tener otra hermana, y la cantidad de planes y proyecciones que pasaron

    por mi cabeza. Personalmente, estoy todavía indecisa en lo que concierne a temas como el

    destino y el libre albedrio, pero sí sé que hay algo más grande, que direccionó nuestras vidas a

    algo nuevo, a algo mágico. Ésta fuerza superior que está por encima de nosotros, ya sea que

  • 3

    se llame Dios, o no (los nombres pueden ser muy poderosos pero a veces pueden alterar los

    significados y desviar los propósitos) envió a nuestras vidas una sorpresa especial. Una

    casualidad, la cual nos marcó y cambió para siempre.

    Mi hermana Sara tuvo complicaciones en el parto, y esto ocasionó que nazca con el cordón

    umbilical enredado en el cuello. La falta de oxígeno al nacer, creemos, le causó un severo

    daño neurológico y cerebral. En su primer año de vida, Sara desarrollo epilepsia y la mezcla de

    las convulsiones con su condición de nacimiento la convirtieron en un misterio médico. Los

    doctores concluyeron que no existía un diagnostico concreto para su caso. Aquí es cuando, la

    palabra “normal” tomó otro significado, llevándonos consigo, a un nuevo mundo.

    La vida decidió que mi tren y el de mi familia, pasarían por una parada distinta, en la cual

    aprenderíamos las mayores lecciones de nuestras vidas. Un lugar en el cual, lo normal no

    estaba determinado por lo ordinario o lo común, un lugar en donde lo imperfecto era hermoso.

    Una pequeña casualidad que nos dio un rumbo nuevo y nos regaló el milagro más grande que

    nos hubiéramos podido imaginar. “Un ángel sin alas”, dice siempre mi papá.

    Puede parecer extraño e impresionante pero Sara es la persona que más me ha enseñado.

    Ella no puede hablar, caminar comunicarse con gestos, ni hacer matemáticas filosofía o

    ciencia. Tampoco tendrá un futuro como el mío o el de mis hermanos. Nunca irá al colegio y

    menos a la universidad. Tampoco se casará ni le dará nietos a mi padre. Jamás leerá un libro

    ni se enamorará. Es decir, Sara jamás cumplirá con lo que nuestras expectativas o

    proyecciones tenían planeado para ella. Su tren la llevó desde un principio a ser algo mucho

    más especial. Para muchas personas, la circunstancia de mi hermana se podría describir con la

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    palabra “tragedia”, pero la relatividad de las cosas, me enseñó a desenmascarar ciertos

    secretos. Así como mi hermana jamás hará nada de lo que mencioné, tampoco tendrá

    sufrimientos banales. Jamás llorará por aceptación, ni cambiara para complacer a nadie. Jamás

    tendrá que perder su inocencia ni su esencia interior. Jamás tendrá que preocuparse por ser

    parte, ni por cumplir con las expectativas de la vida ni de la sociedad. Jamás tendrá una vida

    convencional ni se verá encerrada llorando por lo que no tiene o lo que quisiera tener. Nunca

    tendrá las interminables frustraciones y sufrimientos que hacen de nuestras cabezas

    “normales”, temporales infiernos. Ella vivirá la vida al máximo, disfrutando cada segundo,

    viendo cada cosa siempre como si la estuviera viendo por primera vez.

    Mi hermana me enseñó que los seres humanos nos vamos cegando al crecer. Tal vez como

    una consecuencia de las rutinas o tal vez porque muchas veces decidimos cerrar nuestros ojos

    ante ciertas cosas para poder mantenerlos abiertos con otras. De cualquier manera, los seres

    humanos vivimos en un constante proceso de olvidarnos de disfrutar y mirar la particularidad y

    belleza de cada cosa, convirtiéndonos en seres que pasan por la vida sin notar la belleza de las

    estaciones, lo magnifico de cada canción, la dulzura de cada fruta. Mi hermana me enseñó que

    las sonrisas son la gasolina del alma, que respirar es un privilegio y que la felicidad es una

    decisión. Ella es un constante recordatorio para no cegarme, para no dejar que preocupaciones

    triviales me consuman ni a mí ni a mi esencia. Sara me enseño a utilizar los ojos mas allá del

    propósito de la visión, y que en cada cosa hay magia y belleza. Viéndola a ella aprendí que la

    belleza no es independiente, la belleza se otorga por los ojos del que la sabe ver.

    Expresarnos, disfrutar a nuestros amigos, admirar el arte y la música, respirar, reírse, caminar,

    correr, aprender a sentir los rayos de sol y las gotas de lluvia, bailar hasta que el cuerpo se

  • 5

    canse amar sin restricciones, vivir intensamente. Eso es lo que mi hermana me dice todos los

    días a través de sus interminables sonrisas. Eso es felicidad: vivir y sentir y aprender a apreciar

    hasta las lágrimas y la amargura de una despedida o de un fracaso. Estos son los nuevos ojos

    que ese cambio de direcciones en mi tren me regaló, los cuales atribuyen significado e

    importancia a mi vida.

    Antes de que mi hermana naciera, no entendía ni me cuestionaba el significado de mi propia

    existencia, y aunque no lo tengo descifrado ni entendido en su totalidad, ahora sé lo que quiero

    para mí. Quiero seguir disfrutando de cada cosa, quiero aprender a ver a través de los ojos de

    la inocencia como si estuviera viendo todo por primera vez, quiero ser feliz, y ser feliz bajo mi

    significado de felicidad: vivir intensamente. Para mí, vivir intensamente cada lágrima y cada

    sonrisa, cada hazaña y cada fracaso, es y será siempre la única manera de darle propósito a

    lo que hago, por más que mi tren siga cambiando de direcciones.

    Mucha gente nos tiene lastima “Que difícil debe ser lidiar con una niña discapacitada” dicen.

    Pero todo es muy relativo. Tal vez, yo debería sentir lastima por todos los que no tuvieron la

    suerte de tener una hermana como la mía. Lástima porque nunca van a tener la oportunidad de

    ver los secretos que Sara me enseñó. Yo no quiero ser una victima de circunstancias, ni una

    esclava de mis problemas. Tampoco quiero enfrascarme en las direcciones dificultosas a las

    que la vida me lleve. Quiero ser dueña de mi felicidad, quiero aprender que no puedo controlar

    a donde voy, pero si puedo controlar si río o lloro durante el viaje. Esta es la persona que

    escojo ser, la persona que mi hermana quiere que sea. Ella me enseña a volar sin necesidad

    de tener alas.

  • 6

  • Conclusiones Personales:

    Las enfermedades y las condiciones no comunes, son un tabú dentro de las

    sociedades modernas que aspiran a la “perfección”. El plantear este tipo de diálogos y

    crear conciencia acerca del respeto y tolerancia a las personas diferentes, se vuelve

    en muchos casos uno de los primeros objetivos de los familiares de personas con este

    tipo de situaciones. En mi caso, mi hermana llego a mi vida en una etapa en la que me

    cuestionaba muy poco acerca de lo que pasaba alrededor mío. Gracias a esto, en mi

    cabeza, mi hermana siempre fue “normal”. Simplemente, era una niña especial.

    Diferente no es igual a anormal, y aunque parezca que las palabras no tienen

    importancia, el nombrar da mucho poder y define muchos comportamientos de las

    personas. Por esta razón, es importante escoger siempre las palabras adecuadas. Si

    Sara no hubiera nacido, seguramente ni yo ni nadie de mi familia tendría este tipo de

    planteos, pero por alguna razón, Sara nació y desde ese instante todo cambió. Es

    necesario que se eliminen los tabús. Es necesario que aprendamos a no tenerle miedo

    a lo distinto o a lo desconocido, ya que muchas veces, encontramos lo magnifico en

    ello. Para todo aquel que ha sido cercano a Sara o a mi familia, ha sido un aprendizaje

    interno y externo. Sara nos ha enseñado mucho. Mas allá de las preocupaciones por

    su salud, ella es una niña “perfecta” verdaderamente perfecta, ya que no se acerca a

    las instancias de perfección impuestas por el resto, sino a las suyas propias, y para mí

    eso es lo mas cercano a la perfección que se puede llegar.