henriksen, z. - el tiempo en borges

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E 1 propósito de este estudio es el de esclare- cer uno de los conceptos más preponderan- tes de la poética borgeana: el tema del tiempo y sus diferentes tratamientos. A medida que exploremos este plano enfocaremos dos puntos - sicos en Borges: el tiempo en la sensibilidad del ser o en lo existencial; y el ti empo en el plano intele:- tual. A lo largo de nuestro estudio estos dos puntos se irán compaginando. Nos apoyaremos no sólo en las palabras de Borges sino en las de otros críticos para tratar de elucidar el significado del tiempo para Borges. In terpretar es ta idea básica en la obra borgeana es un poco difícil, pues Borges, en su búsqueda perpetua del concepto tiempo, siempre estará refutando, discutiendo, contradiciendo, no sólo a otros sino a mismo. Hace mucho tiempo que Borges declaró esto : .. . No pretendo saber qué col& ea el tiempo (ni siquiera si es una "co• ") 1 1 J orge Luia Borges: "El tiempo y J .W. Dunne", Otr01 inquiliciones, (Buen os Aires: Emecé Editorea, S.A., 1960 ), p .34. El tiempo en Borges Zhcyla Henriksen Sin embnrgo, a través del transcurso de sus años, ésta es la idea que más le ha preocupado, discuti- do y utilizado en sus ensayos, cuentos y poesías. Dos fu entes imp ul saron al escritor a sumergirse en el tema: las afirmaciones de J.W. Dunne y las teorías que sobre el tiempo xponen Bc rkeley y Hume. De Dunne, científico esotéri co, dice Bor gcs: Dunne ea una vrctima lluatrc da CP mala costum bre inLclccLual que Ócfl!IOn de nunció : concebir clll c mp o como una c uari.A dlme naiOn del capaclo. l'oat. ula que ya exial.c el porvenir y debemoa lrntlhl dar noa A 61, pe ro ele p oal ul ado baala para convertirlo en e1paclo y para requerir un tie mpo (quo lambleln e1 concebido en rorma Cllpacial, on rorm1 de Hnca o do r Co) y deapu& un te r cero y un mlllon6almo. Nin11uno de los cu atro libroa de Dunne dejo de proponer infi· nito• dimensiones del tiempo, pero esas dimenaionea aon eapacialea. El Uempo verdadero, para Du nno, e1 el inal ca nzable rm ino últ imo de una ltlrie infinita. 1 Con respecto al pensamiento de los ideali stas, Ber- \celey y Hume, dos fil ósofos que presuponen la con- tinuidad del tiempo, pero que desacuerdan en sus 1 lbld., p. 34 . 71

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Page 1: Henriksen, Z. - El Tiempo en Borges

E 1 propósito de este estudio es el de esclare­cer uno de los conceptos más preponderan­tes de la poética borgeana: el tema del

tiempo y sus diferentes tratamientos. A medida que exploremos este plano enfocaremos dos puntos bá­sicos en Borges: el tiempo en la sensibilidad del ser o en lo existencial; y el tiempo en el plano intele:­tual. A lo largo de nuestro estudio estos dos puntos se irán compaginando. Nos apoyaremos no sólo en las palabras de Borges sino en las de otros críticos para tratar de elucidar el significado del tiempo para Borges.

Interpretar esta idea básica en la obra borgeana es un poco difícil, pues Borges, en su búsqueda perpetua del concepto tiempo, siempre estará refutando, discutiendo, contradiciendo, no sólo a otros sino a sí mismo.

Hace mucho tiempo que Borges declaró esto:

. . . No pretendo saber qué col& ea el tiempo (ni siquiera si es una "co• ")1

1 Jorge Luia Borges: " El tiempo y J .W. Dunne", Otr01 inquiliciones, (Buenos Aires: Emecé Editorea, S.A., 1960), p.34 .

El tiempo en Borges

Zhcyla Henriksen

Sin embnrgo, a través del transcurso de sus años, ésta es la idea que más le ha preocupado, discuti­do y utilizado en sus ensayos, cuentos y poesías.

Dos fuentes impulsaron al escritor a sumergirse en el tema: las afirmaciones de J .W. Dunne y las teorías que sobre el tiempo xponen Bcrkeley y Hume. De Dunne, científico esotérico, dice Borgcs:

Dunne ea una vrctima lluatrc da CP mala costumbre inLclccLual que Ócfl!IOn denunció : concebir clllcmpo como una cuari.A dlmenaiOn del capaclo. l'oat.ula que ya exial.c el porvenir y ~1 ue debemoa lrntlhldarnoa A 61, pero ele poalulado baala para convertirlo en e1paclo y para requerir un t iempo ~egundo (quo lambleln e1 concebido en rorma Cllpacial , on rorm1 de Hnca o do r Co) y deapu& un tercero y un mlllon6almo. Nin11uno de los cuatro libroa de Dunne dejo de proponer infi· nito• dimensiones del tiempo, pero esas dimenaionea aon eapacialea. El Uempo verdadero, para Dunno, e1 el inalcanzable término últ imo de una ltlrie in finita. 1

Con respecto al pensamiento de los idealistas, Ber­\celey y Hume, dos filósofos que presuponen la con­tinuidad del tiempo, pero que desacuerdan en sus

1 lbld., p . 34 .

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Page 2: Henriksen, Z. - El Tiempo en Borges

ideas de continuidad en materia y espíritu, Borges les replica:

Negodos el espfritu y lo materia, que son continuída· des, ne¡¡ado también el espacio, no sé qué derecho tenemos a ellll conlinuidod que es el tiempo. 3

Cavilando en estos pensamientos, el autor nos lleva con él a esta reflex ión:

He ncumulodo transcripcionct de los apologistu dC'I idealismo .•. par11 que mi lect.or vaya penetrando en ese incstabiC' mundo mental. Un mundo de imprc­sionC'a cvnncscenles; un mundo sin malcrío ni espíri· tu, ni objetivo ni auhjolivo; un mundo sin In nrqui· le<:lurn idC'nl dC'I espacio , un mundo hecho de tiempo, del nhsolutn lit'mpo unirorme de los Principio ; un lab<>rlnto lnfalil!nble, un caos, un 5UCño."

El primer paso de Borgcs será el de negar el concep­to de estos pensadores y basará su negación en los argumentos de aquéllos así:

Niego, con nrgumcntot del idealismo, la vnsta un~> lompornl que ol lclenllsmo admite•. l lumc ha OC!fado In c.xlstcnclo dt' un CSJ>ncio absoluto, en el que lít'ne lunar cada CoSil; yo, In de un solo til.'mpo, en el crue St'

eslnhonnn tocios los hcdtos. Nc¡¡nr In cncxislencln no es menos nrrluo qut' n~nr la sucesión.

Por lo dl'miill In (rnsc ncgoc1'6n tll amblJluo. Puede afgnlrlcnr In rwmidad de Platón o di' Bocelo y r.amblén los diiNnll~ rlc &!xto Empfrlco. s

Además, negar C?l tiempo, llevor(a consigo a formu­lar dos negaciones; y lo dcclarn con estos nrgumcn­Los:

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Ne¡:or t'l tiempo es dos ne¡,rncioMa: ncRnr lo sucesión de lns tórm in os di' u nn a<•rlc, negar rl sincronismo de los t~rmlnos de dos aeriea. En efecto, si cada término os nhsolut(), sus rclntinncs S(' rl'duccn n In ('Onclrncia d<' QUl' esns rl'lncloncs <'Xistcn. Un estado precede o

3 l bld ., "Nueva refutación del tiempo", p. 225. • lb ld . , 1' · 224. S lbld., pp. 226 y 238.

otro IÍ se sabe anl.t!rior; UD est.do C es contempotá· neo de un estado li si se sabe contemporáneo. 6

Este concepto de tiempo, que hasta ahora hemos revisado, se desprende de una costumbre natural humana , la de enlazar los hechos. De aquí surge el concepto de sucesión, ocasionado por el racio­cinio humano. Este es el concepto desde el punto de vista intelectual. Es a través de esa naturaleza humana que Borges negará lo relacionado con el tiep1po. Desde el punto intelectual dirá :

Niego, en un número elevado de casos, lo suct-sivo: nic~o. en un nílmcro elevado de cuos, lo contem­porán~>o también ... Cada instante es autón(\010. 7

La idea que el autor insinúa es la de que "somos el minucioso presente". • He aquí su razonamiento:

fo' uera de cada percepció n (actual o conjetural) no ('xistc la mnlcrin; rucra de cada est.ado mentol no eltis· t(' el e~p(rilu ; tampoco el tiempo edslirá fuera de ca­de inslon te presenle. 9

A bnse de esto podemos dejar establecido que para Borges,10 como para Schopenhauer , la voluntad está sujeta al presente que "es la forma de t.oda la vida", un presente que la conciencia razonadora estará siempre dispuesta a encadenar. Borges expone su idea a trav~s del dictamen de Schopenhauer:

Por la dinléc:tica de Berkelcy y Hume he arribndo al dictamen de Shopcnbauer: "La rorma dl' la aparición de la voluntad es sólo el presente, no el pasado ni el porvenir; éstos no c.xistt-n m4 que para el concepto y por ol encadenamiento ele la concie ncia, sometida ni principio de razón. Nadie ha vivido en el pasado, nadie vivirá en el futuro : el presente es la rorma de toda vi· do, es uno po8l'si6n que ningún rnal puede nrrebnlorle ... El licmpo es como un círculo que girará innnita·

6 lbid ., pp . 237·8. 1 l bid. , p . 226. • lbid. , p. 226 . 9 t bld .• p . 236 . 10 lbid., p . 239.

Page 3: Henriksen, Z. - El Tiempo en Borges

mente: el arco que desciende es el pasado , el que as­ciende es el porvenir ; arriba, hay un punto indivisible que toca la tangente, ese inextenso punto marca el contacto del objeto, cuya forma es el tiempo, con el sujeto, que carece de forma, porque no pertenece a lo conocible y es previa condición del conocimien­to".11

Este es el mundo existencial que nos entrega Bor­ges, un mundo que nos propone los diversos pen­samientos de Berkeley, Hume y Dunne, un mundo en el que se debaten las ideas del tiempo y, por consiguiente, el significado del ser. En ese mundo el se.r humano no puede negar todo porque signi­ficaría negarse a sí mismo. Aparece en su pensa­miento una realidad existencial:

_ .. Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo astronómico, son desesperaciones aparen­tes y consuelos secretos. Nuestro destino .. . no es espantoso por irreal; es espantoso porque es irrever­sible y de hierro. El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. 12

Borges utiliza este mundo existencial, con sus espe­ranzas y sus desconsuelos, para enriquecer su prosa y su poesía, pero sin entregamos una idea concreta del tiempo. Ana María Barrenechea sugiere esto de la siguiente manera:

Nos hemos detenido en estudiar la tarea de un escri­tor que crea sus ficciones con las más sorprandentes y opuestas interpretaciones del liempo que le ofrece la filosoffa, la teología y la literatura. Serfa vano bus· car una evolución de sus convicciones o una Jrnea. co· herente que lo lleve a preferir una teorfa sobre las otras ... Sabe muy bien que nada puede salvarnos de ser mortales y sentir el nuir de las horas, y sin embar­go intenta hacerlo por la magia de relatos y ensayos que lo trastornan y lo anulan. 1'

De allí que el autor utilice cada punto del vacilante tema del tiempo para hacerlo realidad por medio

11 lbid ., p . 239. 1'2 lbid., p . 240. 13 "El tiempo y la etemidat¡l en la obra de Borges", Reui&·

ta Hilpdnica Moderna No. 1 (enero 1957), p. 41.

de la literatura. Al penetrar en sus dificultades, no lo hace con el anhelo de encontrar una verdad para él y la humanidad; su propósito es el de recrearse "estéticamente con las variadas imaginaciones, go­zando como escritor de la inventiva de su propio arte y del extraño. De aquí nace ese constante deslizarse hacia la burla .. . Al mismo tiempo ... siente la tragedia del destino humano, por eso el juego temporal y la eternidad se quiebran con alu­siones de ocasos, con lo irreparable, con el fluir irrestañable de los días. Lo irónico y lo patético marchan juntos".'" Además, como Borges a!imla:

el tiempo fácilmente refutable en lo sensitivo, no lo es lambién en lo lnt.eleclual, do cuya esencia parece lnse· parable el concepto de sucesión. u

En esta concepción de tiempo in telectual sucesivo, que la literatura permite, se colocan los diferentes aspectos de la problemática del tiempo para así, darles realidad por medio de la literatura. Expon­dremos cada tmo de esos aspectos y su aplicación en algunos de los cuentos de Borges. Comenzamos por la medida del tiempo. Anotamos, pura el efec­to, las palabras de Ana María Barrencchen ol refc· rirse a las dos clases de tiempo : el de Dios y el de los hombres, el profano y el sagrado, como le lla­man otros, dice:

A pesar de &er el ll mpo 111 formo de mu•I!Lro vivir, el hombre lntenla vnnnmenle pcnolr11r •u• dltloulladea y reducirlas o f6rmulae satl•foctorlu,l6

Uno de los cuentos de Borges, "Bl milagro secreto" es el que mejor refleja la diferencia entre estos dos tiempos. El personaje principal va a ser fusilado y en ese momento el hombre pide a Dios un año más de vida para terminar una obra y "Dios le concede un año de existencia ante el pelooon que va a ajus­ticiarlo, un año que transcurre entre la orden de

1~ lbld., p . 41. ¡S Jorge Luis Borgea, "Nueva refutación del tiempo",

op. cit.1 p. 282. 16 Ana Marfa Barrenechea, op. cit., p. 32.

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fuego y la ejecución de la orden. El plano de lo bu­mano es el paso de un segundo al segundo inmedia­to ... Y el ámbito del milagro es un largo año po­blado de asombros, de esperanzas, de costumbres, de minucioso trabajo poético. El portento que la divinidad realiza no es detener el tiempo .. . el Se­ñor le concede un año en su pensar, coincidente con un segundo de la historia del mundo!' 17

Otro aspecto del tiempo es su curso, aspecto que capta el interés de nuestro autor, catalogado por él como una oscuridad hermosa. Estas son sus pala­bras:

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Una de esas oscuridades, no la más ardua pero no la mC' nos hermosa, ca la que nos impide precisar la direc­ción del tiempo. Que nuyc del pasado hncln el porve­nir es la creencia común , pero no es más il6¡ricn la contrario ...

Ambus son iJ(unlmcnLc verosfmilcs ~ igualment-e invorificublcs. Brnd lcy niega las dos y ndclnnt.a una hi·

17 lbld., pp. 3Z..3.

p6tesis pel"80nal : excluir el porvenir, q ue es una mera construcción de nuestra esperanza, y reducir Jo "ac­tual" a la agonía del momento presente desintegrán. dose en el pasado. Esa regresión temporal suele C()..

rresponder a Jos estados decrecientes o insípidos, en tanto que cualquier intensidad nos parece marchar so­bre el porvenir . .. 18

De esta regresión habla Borges, también, en su cuento-ensayo " Examen de la obra de Herbert Quain": 19 la visión de Herbert sobre un mundo que comienza a lo inverso, es la misma "fijada en el verso español por Miguel de Unamuno:

Nocturno el río de las horas fluye desde su manantial que es el mañana eterno ... 20

En este concepto de pasado regresivo se halla, tam. bién, el deseo humano de querer modificar los he­chos pasados, mas esto se vuelve un deseo inalcan. zable; contrario a los deseos humanos, los hechos pasados pertenecen al pasado.

En e l cuento de Borges, "La otra muerte" se con. trapone otra idea: la de que todas las cosas tienen que volver, la del etemo retomo. En su ensayo "Na­thaniel Hawthome", Bor~es apunta lo siguiente:

. .. el prop6aito de abolir e l pasado ya ocurrió en el pasado y -paradójicamen te- es una de las pruebas de que el pasado no se puede abolir. El pasado es inde• t ructible ; tarde o temprano vuelven todas las cosas, y una de las cosas que vuelven es el proyecto de abolir el pasado,l1

Dentro del tema del pasado, nuestro escritor tam­bién incluye el tiempo cíclico. "El pasado es indes­tructible" -ha dicho- "tarde o temprano vuelven las cosas". Ideas que se exponen en su "Historia de

11 Jorge Luis Borges, "Historia de la eternidad", Historio de la eternidad, (Buenos Aires : Emecé Editores, S.A., 1953), p. 12.

19 Jorge Luis Borges, "Examen de la obra de Herbert Quain ", Ficciones, (Madrid : Alianza Editorial, S.A., 1980), pp. 81·7.

20 Jorge Luis Borges, "Historia de la eternidad", p. 12. 21 Otros Inquisiciones, p. 87.

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la etemidad". La aplica en "El tiempo circular, pa­ra luego ser negada en uooctrina de los ciclos". So­bre esto dice la profesora Gertel:

. .• si bien en "&1 tjempo circular" Borges desarrolla la teorfa de Nietzsche, en "La doctrina de los cicloa" refuta estos argumentos y recurre al juego de George Cantor, que destruye el fundamento de los principios ruetzscheanos y deduce la perfecta infitülud del nú· mero de puntos del universo y, por lo tanto, la impo· slbilidad de regreso.n

El pensamiento del eterno retomo se encuentra aplicado en " Las ruinas circulares.,; y en su cuento­ensayo "Magias parciales del Quijote". En este úl· timo, incluye referencias a obras que guaroan una estructura circular que semeja la idea del retor­no, entre ellas, especialmente, la obra de lAs Mil y Una Noches, y en particular, la noche DGD :

.•• mágica entre las noches. En esa noche el rey oye de boca de la reina su propia historia. Oye el principio de la historia, que abarca todas las demás, y tambi6n -de monstruoso modo- a af misma ... 23

N06 hace luego una advertencia sobre el peligro que encie:rra esta clase de estructura:

¿Intuye claramente eJ lector la va.at.a posibilidad de esa lnlerpolaci6n, el curloao peU¡TO? Que la reina per­siata y .el inmóvil rey o irá para aiempre la trunca hilto· ria de IA• Mil y Una Nochea, ahora infinita y circu· lar ...

¿Por qué nos inquieta que el mapa esté incluido en el mapa y las mil y una noches en el libro de Lot Mil y Uno Noches?

¿Por qué nos inquieta que Don Quijote .ea el lec· tor del Quijote. y Hamlet, espectador de Homlet?l4

Borges nos inquieta con esos argumentos, con esta clase de historias estructuradas similarmente y da su golpe de gracia al razonar de esta manera:

u Zunilda Geriel, Borgea y su retorno o lo poeafa, (New York : The Un iversity o f lowa y Las Américas Publishing Company, 1967), p. 80.

l3 "Magias parciales del Quijote". Otra. lnquUiicione•. p. 68.

14 !bid., p . 68.

leales invusiones $\lgleren que si los caracteres de una ficci6n pueden ser lectores o especladote!, nosotroa, sus lectores o espectadores.. podemos ser ficticios .•. la historia universal ea un infinito libro sagrado que todos los hombres escriben y leen y tratan de enien· der, y en el que también los escriben.2S

Volvamos áhora al sitio de donde partió nuestro es­tudio: la sucesión. Envolviendo ese todo se halla el significado de eternidad que estaremos aplicando así:

Acaso un arquetipo no revelado aún a los hombres, un objeto eterno (pa.ra uaar la nomenclatura de Whit.o­head), esté ingresando paulaUnamcnt~ en el mundo.l~

De estos razonamientos interpretamos que el ser humano es sólo u.n arquetipo de un alguien prima· rio . Somos una representnci6n actual de o.lgo ante­rior. A este pensan1iento se une la idea de lo. etcr· nidad:

. . . Los arqucUpoa y la olornldad -dos pAlabras- pro· meten posesiones mb Clrmea. Lo cierto es que In auoo­si6n es una intolornblo mltcrlo y qua los npcUto• maa· n.i nlmos codlcto.n todos los minutos del Uempo y toda la variedad del capaclo. 2 7

A esta idea podemos agregar lo que dice Marta Oallo:

El tiempo, ca la imll(lon lluaorla da la eternidad , una Imagen que le replt.o, frarmcnt.edtl contlnusuncnt por el o lvido. 28

Si el tiempo, dice Borgcs, s un problema paro no­sotros, la eternidad es simplemente un cntrotonl· miento y una espcmnza humana, pero uno esperan­za desfalleciente a Ja cual nos aferramos descsporo­damente .201 He aquí la razón por la que el escritor, junto a la idea del tiempo, discute también la de la

1S Ibid., pp. 68-69. 16 "El sueño de Colerldgc", Otros lnqul&icioncs, p. 30. 11 "Historia de la ct.om ldnd", lllttorla de la eternidad,

p. 86. 11 Marta Gallo, "El llompo en 'Las ruinns clrculoro11' de

Jorge Luis Borges", Reuilto lbcroamcrlcana No. 73 (Oct.· Dic., 1970), p . 678.

29 Jorge Luis Borges, " lllatorla de la elern ldod ",p. 11.

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eternidad, y la discute por mectio de dos ideas: la pagana que se vincula a la idea del tiempo cíciclo y del eterno retom o; la cristiana, la que pertenece a Dios, pero " En el fondo, ambas se relacionan al dar una misma idea básica de eternidad y al dar una esfera de acción de características fijas e inmu­tables. Y la conciencia interna es mayor si tenemos en cuenta que los arquetipos platónicos son esen­cias y la idea cristiana de Dios se basa en una enu­meración de categoría que son , igualmente, esen­ciales".30

Para los metafísicos, dice Borges, la eternidad es concebida "como la simul tánea y lúcida poeesión de todos los instantes de tiempo"; Dunne admite "uombrosnmente ... que ya es nuestra la eternidad y que los sueños de cada noche lo corroboran ... En vigilia recorremos o uni.fonne velocidad el tiem­po sucesivo; en el sueño abarcamos una zona que puede ser vastfsima".Ja Sin embargo, como el len­guaje .. es de índole sucesiva, no es hábil para razo­nar lo eterno, lo intemporal"."

Paro ilustrar su intuición de lo eterno, Borges ha contado varias veces su anécdota .. Sentirse en muerte". En ello narra hechos que acaecieron años antes. De esa experiencia Uega a pensar nuestro autor, que aquella noche no remontó "las presun­tivas aguas del tiempo", sino que se sintió " posee­dor del sentimiento o ausente de la inconcebible palabra eternidad". u De esto experiencia, define de manera siguiente, su Idea de tiempo:

... El Ucmpo, al podemos Intu ir oaa identidad, es una dlluslón : In lndltcrcncia e inaeparabilldad de un mo· mento de au oparcnl~> ayer y otro de su aparente hoy, hnatn para cleain tegrnrlo.,..

JO Mnnut'l Olnnco Oon.ullez, Jorge Lui$ Borgu: anotacio­nl'l aobrr el lir mpo tWIU obra, (Móxico : Ediciones Andrca, 1963 ). p. 38.

,, "El tiempo y J . W. Dunnc", Otras lnqui4iclon~•. p. 36. 'l "Nueva refutación del tlt>mpo ", Otras lnqui$iciont~,

p. 229 .

76

33 lbld ., p. 23 1. 34 lbld ., p . 23 1.

Esta idea se halla interpretada por Ana María Ba­rrenechea, de esta forma:

Borges ha exp:reado en diversas circunatancias y bajo dinr101 dmbolos una nepci6n del tiempo que funda­menta en la identidad de dos momentos de la llamada aerie temporal. Lo cotidiano y reiterado es para fl earanlfa de eternidad, pol'que li ahora vivimos un in. tante Idéntico a otro del puado, queda anulado f! nuir de lu horas. ,.

Y esta eternidad es necesaria para nuestro universo porque, según sugiere el autor , "Es sabido que ¡,; identidad personal reside en la' memoria ya que la anulación de esta facultad comporta la idiotez. ea. be pensar lo mismo del universo. Sin una etemidad sin un espejo delicado y secreto de lo que pasó po; las almas, la historia universal es tiempo perdido y en ella nuestra historia personal"." Para Borges 'ta eternidad es la posesión simultánea de todos Íos instantes del tiempo y nosotros somos el tiempo y el tiempo es "un minucioso presente". De aUí 'se deriva la idea de que el presente es la eternidad. Lo cual está acorde al concepto de Schopenhauer:

... La rorma de la aparición de la voluntad es aólo f! presente, no del puado ni el porvenir; éstos no u:i. ten mú que para el concepto y por el encadena.mien· to de la conciencia, sometida aJ principio de ru6a. Nadie ha vivido en el puado, nadie vivlri en el rutu_ro: el presente ea la rorma de toda vida, ea una P<*!Sl6n que ningún mal puede arrebatarle ... ,.,

De aquí podríamos concluir que para Borges, el presen te es lo único que existe. Pero lo que Borges hace con sus argumentos, lo destruye por medio de un cuento, en donde todo es posible. En "El otro ", Borges lleva a la realidad literaria un deseo humano: a una identidad con un mundo en el que es posible asistir a todos los periodos de la vida. En este cuento expresa:

31 Ana Marfa Barrenechea, op. cH., p . 39. J6 " Historia de la eternidad ", pp. 35-6. ,., "Nueva refutación del tiempo", Otro. lnquuicionu.

p. 239.

Page 7: Henriksen, Z. - El Tiempo en Borges

la aspiración humana a trascender la noci6n tradicio· nal del t iempo lineal negando su postulado central de que sólo el presente es real; es una experiencia imagi· naria qu e quiere dar cuerpo a la paradoja de la simul· tánea identidad e independencia de pasado y presen· t-e y que, a la vez, apu nta al anhelo humano de una identidad que abarque todas las etapas de la vida -de un yo total y eterno que no se limite al instante in· mediato.38

En este cuento se rompen dos sistemas: el presente real y la estructura que conlleva toda literatura: lo sucesivo. La literatura según Keppler, afirma Calaf de Aguilera, "Es una de las artes donde la trasgre­sión de las baueras temporales es en extremo difí­cil porque la literatura no puede expresarse más que a través de sucesos; es en sí un fenómeno tem­poral ... 3 9 Sin embargo, Borges intenta cruzar esas barreras en su cuento "El otro,., y tal vez lo logra.

Hasta aquí hemos visto las düerentes rutas que ha explorado nuestro autor. Los puntos de vista que ha discutido nos envuelven en un decir y negar, propio del pensamjento humano inquisitivo, que siempre está buscando algo. Su búsqueda no es cie­ga porque de ser ciega, paradójicamente, ya hubiese encontrado un punto que lo satisfaciera. Como es­critor, llega a realizar todo lo que no puede como humano. De allí su juego con el tiempo en su lite­ratura. He aquí nuestra conclusión : siendo la lite· ratura un medio de expresión sucesiva y nuestro autor un amante de aquélla, se podría afirmar que esa continuidad que él en un principio rechaza, la acepta finalmente, se somete, a ese fenómeno tem­poral. Sin embargo, en su cuento "El otró" trata de destruir esta estructura. Así lo interpreta Helen Ca­laf de Aguilera:

''El otro" no es a6lo u.n cuento " paico16gico" --repre­sentaci6n imaginaria del desdoblamiento que todo ser humano experimenta al recordarse y afmbolo de la

3 • Hele.n Calaf de Aguilera, "El doble en el tiempo en 'El otro' de Jorge Luis Borges", E:cplicación de te:cto1 litera­riOI, No. 6 . (1978), p . 168.

39 [bid ., p . 168.

uplraci6n humann a un yo tolnl y ell'rno- donde lema y lócnícn lllemrln csliln LotnlmMllc lnlc((t'ndos sino que tnmbí~n es un cuento que lit' Inscribo dentro de uno tradición literario y ni revcrLirae o au "lltorotu· ralidnd" dl'Sentrnnn su vcrclndcrn nnturnlozn. •o

Pero este desdoblamiento !iterarlo no resulta máB que un falseo de la realidad humnna, lo rcnlidnd hu­mana de Borges que tal vez se encuentre en csn cltn:

And yet, nnd yeL ... Nc11nr la euce1l6n tomporol. no· gar el yo, negar el unlvcrto nstron6mlco, eon doacapa­racionca apnrcnlea y conaucloa sccretoa. Nul\atro des· tino .. . no es espantoso por Irreal; es espantoso por· que ea irreversible y de hierro. 4 1

Con ese tiempo se reconciliará Borges, porque

El tiempo es la auatnncí11 de que estoy hecho. El tlcm· po es un rfo que rne arrebata, pero yo soy el r fo; ca

40 lbld., p. 174. 41 "Nueva refutación del tiempo", Otrolllnqu /8/cionos, p.

240 .

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un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me conaume, pero yo soy el fuego. El mun· do, desgraciadamente, es real ; yo, desgraciadamente, soy Borges.41

Esto es en sí la totalidad del ser humano, un uno que abarca un todo y que, dudando de ello, se po­ne a rebuscar su propio ser. su propia sustancia, sin saber que la fuente que él busca se encuentra encla­vada en su alma. Su mundo, por tanto, posee "mat­ter and spirit ... subjectivity as weU as objectivity ... A world and time made of spirit""3 y por tanto una continuidad.

¿Borges? ... un enigma de su propio yo. TaJ vez en estas palabras en que cita a Schopenhauer, se re­trate su propio ego:

" ... ¿Quién 10y realmente? Soy el aulor de El mundo como uoluntad y como repr~untaci6n. soy el que ha dndo una respuoalo ol enigma del Ser, que ocupar4 a

.. , lblcl ., p. 240. 43 Albert l. B11ggy, 11., '"l'he Concepl o r Time in Jorge

Lula Bor11el", Romattce Notes, ( 1965), p. 102.

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los pensadores de los siglos futuros. Ese soy yo. ·Y quién podría di&c:utirlo en los años que aún me q~ dan de vida?' ' Precisamente por haber escrito El rnu:. do como uoiLintad y corno repruentación . .. 44

Aunque en la reaJidad estas palabras pertenecen a Schopenhauer, se traducen como palabras dichas por Borges: una continuidad de lo que ayer fue Scho­penhauer. Afirmación que la podemos respaldar con las propias palabras del autor:

Scbopenhauer sabía muy bien que ser un pensador 01 tan ilusorio como ser un enfermo o un desdeñado y que 1!1 era otra cosa, profundamente. Otra coaa: la voluntad, la oscura rafz de Porolles, la cosa que era Swifl.4 s

Y que ahora es Borges.

44 Jorge Luis Borges, " Hiatoria de los ecos de un nom· bre ", Otrcu 1 nqu iliciontts, p. 211.

d fbid ., p . 212.