habla vittorio de .sica losestrenos “marty”, tema...

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*unqu Vittorio de Síca tIaa Su domicilio en Roma. es dilielt que se le encuentre allí nunca. O casi nunca. l hombre anda siam- pro por estos mundos de Dios, pre so bn las redes de su incesante .- trabajo como director, como intér - prete, o ambas cosas a 1-a veS. Excepto cuando trabaja en «Ints- récresi>, o cuando entre fillfl y fui puede establecerse en. óma, —- generalmente por pocos días pai-a encontrar a De Síes precisa informarse de la, localízación de lo, cxeeriores del film de turno y soip’enderlo en pleno trabalo, pa- ta aprovechar los intervalos entre pl.,nj y plano. a fin de poder te- no,’ una conversación que Se fl t, 1’i’u.uprá y reanudará una y otra Vez:, a causa de las exigefl.cias de ,-Ocicjc. Latas conversaciones, cuan- do a De Síca le place el tema, o cuando tiene alguna confianza con el iIi»ei’locutor, se convierten por lo general en monólogos del gran artista, pues si cae en el terreno de la confidencia se deja de buena galia deslizar por él. se hace lo- cua y expresivo. con su hablar cadencioso, de gratas sonoridades ,musicales, que acompaña de unos ademanes amplios y elocuentes que descubren a las claras su proce dencia napolitana. - Yo fu a encontrar a De Sic, en un típico pueblecito vecino a Sorrento Seisno —. en un día radiante de sol. Estaba rodando «Pan, amor y. ‘.5 el último film .— creo d la trilogia que em ,pesó .con qpan, amOr y fantasías. ,Oina Lollobrigida, que ‘le acompa .ftatá en los dos primeros films de l serle y que a pesar del gian, éxito se resistía a intervenir en el tercero, había sido sústituída por Sofía Loren, la espléndida y pro- vocadora belleza, triunfadora dei mc tiento. ,La popular «bérsagliersl> peciahente. Esta es la trayectoria ms c1aramente perceptible de su creación clnematogrkfica. —En tu túltima pe1icu1a, «El oro de ápo1es». nos has dado otro sorprendente prodigio. . . ¿ Cómo haces para encontrar tan mara viliosos intérpretes infantiles? De Sica sonríe: —No es fácil pero tengo un se creto : me encomiendo al santo d( mi devoción : San Genaro. (Patrón de Nápoles. su ciudad natal). —Reúnes muchos chiquillos para escoger el que necesitas? —A centenares, pero esto no me ha dado nunca resultado. Ha sido la casualidad (por así decirlo) quien me lo ha puesto enfrento. Y luego me ecplica —Para el niño «El ladrón de bi cieletas)> congregué a multitud de Entre los colaboradores que es- cogió Charles Breckett para el ro- daj de «El favorito de la reina» (Tile W4gin Queen), figuró an Mui’ray, como consejero histórico, el cual impuso a ette Da is el suplicio de la incómoda gorguera que luce en su interpi’etacliin de la. reina ‘Isabel 1 de Ingleterra Fué en el curso de una conver «ación con Jan Muri’ay que Botie Davis y el estado meyor directivo del filrn supieron que el modelo de gorguera que la estrella usaba había sido impoi’tado de España, y que en castellano las punta», dolo- rosas y molestes, que erizaban el borde de tales prendas, tomaban el nombre de «picadillos», del que derivaba el nombre de Piccaciilly Street, poi’ razón de estar satable cido en dicha calle el especialist, español que podio se!’ considerado como proveedor leal de aquellas nnu’avillfs de la aI’teaanha sapa- ñola, nervioso, un poco desazonado, es- perandó que se levantara y me dic. ra su opinión. Estuvo así tres o cuatro minutos que a mi me pa- i’ecieron interminables, Finalmen te Se alzó y se acercó a pau sadamente. Me tendió la mano y, emocionadO, me dijo : «Esto es te- rriblemente bello». . . Y después de una breve pausa. agregó : «Pero no dará un céntimo». Jamás olvi dar&» ,. us palabras. En otra, Ocasión continuó De Sica -— cuando estaba poniendo a punto su «Limelight», quiso co- nocer mi opinión me Ciió una vi- sión privada. Dui’ane la proyec ción olvida la película por comple to para adentrai-me en una i’eali dad. Yo no veía a Calvero,. sino, en él. al propio Chaplin y la tra gedia del artista estaba trabajan- do intensamente en mi emoc.on. Experimentaba una gran pena qu ponía Un nudo en mi garganta. Es- taba asistiendo así creía a la creación postuma del maestro y le veía morir, a él mismo, ante las candilejas, Cuando Se hizo la luz en la sala nos miramos. Nues tros ojos estaban inundados de légrimas y nos ahra7amos instinti vamente. Chaplin se había emocio nado vivamente por la peripecia d5 su Calvero. . . pero lo que igno i-aba es que mi emoción procedía de una bausa muy distinta. —Se asegura .—. le dije que esta es su última película. Chaplin me Ifl,ró sorprendido y replicó con una energía que me sol’p)-encíió —,Mj última?.., ¡‘rodo lo con- tracio ! Esta es ‘a primera de una serie que pienso realizar. —Por qué no dirgistes en América? —-Yo diría. usando de un tópico comun. que por razones técnicas contestó sonriendo —Aclérame esto, por favor.., —Pues, sinceramente : son po- cos los directores que pueden allí realizar sus films con cierta in dependencia. Y yo no quería, no podía someterme a un turabía con- tracia a ms principios y que coar tana mis iniciativas y mi libertad, Y llegué a una transacción : no dirigía en América, pero en com pensación harta un film italo- americano en Europa : nació «Stazione Termini,). Continué la charla Con De Sica y sus declaraciones. canso suyas, fueron interesantisima,s, Espero, en otra ocasión, volver sobre ellas. La disponibilidad de espacio no me permitiría, ahora extenderme sobre el pensamiento y la obra del prestigioso artista. ai’a la realización (le un filrn’ de la categoría de «El desierto viviente» han aRlo necesarios tantos elementos y tantos sacrifi dos, que no puede extrañarnos la perfección obtenida habiéndo .sc’ hecho (‘argo del asunto un hombro como Walt Disney, . . Y gracias al arte innegable de Día- ncy, llcgaró planto a nosotros el m,ís extraordinario documento] sobro la -ida de los habitantes del Desierto Muerto de los Esta- des lnidos. Ustedes podrán ve,’ cosas que ni siquiera sospechan, La lucha a muerte cíe doe tortu gas macho por la conquista de su hembra, ]a caza y captui’a cíe un ,luce pot’ jabalíes salvajes, la exitencia (10 las latas.-c’angut-os. Contemplaran fascinados la bolle- za infinita de la germinación de las flores de los cactus. Asistii’:n, en fin, a un curso maravilloso die botánica y zoología filmado en technicolor gracias a los nom bres mús prestigiosos de la actual genc’i’ación de fotógrafos: N. Paul Kei’,u oi’thy (ji-. ) _v Robe,’t FI. Cian, itt 1 1. a’e u 1 11 1 ;itl , oc por Stuart ‘T .1’ &‘U ,.J(’ (_‘. (‘oufl’er, I)on ,Ai le e 1a hnI. l’5tOS tOin bies, Junto UI i u5tc) del equipo, Director: Julio Salvador Intérpretes Conrado San Martífl Pepito doratalla Producción: Laurus Films Dstribuida por: Selecciones Capitolio Es bien conocido el aclerto con que el ctlrecOr Julio Salvador ha conseguiao recoger en algunos de sus ultimos films el latido de la ciudad y plasmar el ambiente de la calle, Nada tiene, pues. de ex- traflo que husc’ara en el asunto de una novela de Juan Antonio de La Loma, de la que se’ hi también una vel’sión radiofónica y cuyo gulon cinematográfico fué premiado en un concurso del Sin- dicato Nacional del Espectáculo, el material humano y anecdótico idóneo para componer lo qu en Otro tiempo y en el argot teatral Se calificó de «aguafuerte», con la minuciosa descripción y estudio de la peripecia y d0 las reacciones de un niño formado en un medio ambiente fámiliar malsano y des- arrdllado si se nos permite emplear una expresión tipicamen te barcelonesa como los ár boles de las Ramblas, abandonado a su libre albedrío. Consciente de la importbncia capital que habrían de adquirir en la versión cinema- tográfica el escenario real y su atmóslera, Julio Salvador puso gran empeño en recogerlos con la inteligente colaboración de éu inseparable fotógrafo Federico G. L,arx-éya sin pecar por carta de mas en el matiz realista-, con una ponderacion que da prueba de su buen gusto y mejor sentido de lo -que es permisible traer a la pan- talla en nombre y al amparo de la sinceridad expositiva, y no va- cuantos en hacer constar que esta -contención de Julio Salvador que no se ha dejado vencer por la tentación de recurrir al topico impi-esionista y al fácil latiguillo subido de tono cuenta comó va- loo positivo de esta película, cuya trama no debe ser considerada a la ligera por cuanto a través de ella se aborda uno de los más graves problemas que tiene plan- teados toda la ciudad cuya moral y tranquilidad puedan estar ame- nazadas en el presente y en el futuro poi’ el suburbio, como con- secuencia de la dispersión de los niños que en él crecen en l más completa anaa’quia. Alcanzado por Julio Salvado,’ su objetivo de con- densar en las imágenes de fondo del film lo que en la novela —, que no hemos leído debe de ser objeto de un cuidadoso proceso descriptivo, puede considerarse que tiene ganada la partida comó realizador, y si a ello se añade que ha conducido la acción sin apre mios ni morosidades, con ritmo muy preciso, y qu ha logrado ob- tener el máximo partido de los intérpretes en su mayoría, ni- ños improvisados actores —, es obvio que confirma asimismo sus dotes de director, posiblemente ms dueño de su voluntad y se- guro de sí mismo que en sus an tel’iores películas. El argumento de la película ofre ce aristas que el buen tacto de De la Loma y Salvador como gUiO nisbas, y del segundo en su cali- dad de director-realizador. ha 11- mado considerablemente. contras tando y aireando el ambiente den- so en que se desarrolla el niño protagonista casi un golfillo na to con la comprensión y el tuvieron que vivir durante tres meses en el Desierto Muerto de los Estados Unidos para lograr los fotogramas de la película. st. La Naturaleza es sin duda alguna la fuente de mayor rique za para quien sepa contemplarla. Nadie mejor que [)isney, el poeta del cine, el creador de las sinfo fías tontas, el realizador de los (‘U,’,, t OS ,l largo naetraje, el ma— go del celuloide, pala recoger de la Natura la belleza y misterio y plasmarlos en jiniégenes. . La fotografía, la música y el color de «El desierto viviente» son un alarde de sinfonía inmen a_a que sc)l)rec’oge. El film llega a descubrir para nosotros un mun (lo iitaOsl)CClladc) de bc,’nosuras. Incluso las vastas extensiones de ai’ena paiveon coi)I-ar vida y de- fllOati’Oi’flOS que iiacla hay en la ,iatul’uld’za quc’ 110 tengo su oxpli coció), y su vitalidad. ]“ili-mlx prc’sentai’ú esta cinta que ha i-esultaclo sei’ titia pie’ (l1,id’Cid)fl ccinorc’ialisinia cR’hido al inte1’s sorprendente que ha des jwi’tado en ;ylultos y menores, t,atienclo ln.s mós halagiteños re- c’oi’cis tic taquilla en Nueva York, Paris y Londres. 4 3oy mutro que I3 dj 1$ prftner 811 arma ama— ble plfml$sIva. La ezpresWau del a.u$o queaa contenida en los Emi$sS de la estricta referencia aneodótgea y. por consigulent, de- j aa apectador en libertan de a»oflda! Y completai la palcologia de este personaej tan prometedor y fundamentalmente muy latera- santo que es el pedagogo qu esa- pica , mtodos personales y muy cordialea en el cumpllm1en de M admirable -‘ y nunca bastan. te reconocida y loada niiaión, figura cuya proyeooión humana y social queda un tanto velada por la del niño que centra el iii- terés del relato Sin embargo, di- cho personaje adulto nos da oca- sión cíe estimar nuevamente el en- tusiasmo y la corección que ha puesto en matizarlo. dándole muy calido acento, el actor Conrado San Martin, el cual cede el primer plano interpretativo a Pepito Mo- ratalla, expresivo, flexible y emoti yo. sosteniendo su papel en teno brillante —- no altisonante con muy plausible naturalidad, que es, asimismo, determinante de la actuación de los actores secunda nos, de los cuales los más pan cual- mente caracterizados son los que interpretan Pedro Porcel y Olvido Rodr;guez, emén de lOs bien con- juntados y disciplinados actores infantiles. El estreno de «Sin la sonrisa de Dios», recibido con manitiesta ex- pectacián ,tué patrocinado pol’ «El Trascacho» y la Junta Provincial clel Servicio Español del Magis tel’io, cuyo aval debe considerarse como muy significativo, dado el tema que trata la pelicula, - OBJETIVO En PLAYO «Pireba h rca» Director Edwa,’d Ludwig Intérpretes Mickey ooney Thomas Mitchell Distribuida por: lispamex El ambiente de íes pistas auto- movilistas informa el argumento de este film, que es una nueva muestra de uno de los géneros en que el cine norteamericano ha insistido antes y después de la realización de «Prueba heroica» da- das las posibilidades que el mismo ofrece para captar el interés de los espectadores. El tema relata los afanes de un joven para triunfar en el peligro- so deporte de los autódromos, líes vlcisitude5 del cual están conte nidas y reflejadas en un guión de minuciosa y pausada exposi ción, que con la importancia que adquiere en el desarrollo del mis- nio lo dialéctico, da el tono de la realización. El director Edward Ludwig, caracterizado por sus rea liaacíones de películas con tema de aventuras, ha Conducido la que comentamos con sostenido empeño técnico y ofrece los me- jores momentos en aquellos pasa- jes del fllm que incluyen las re- ferencias documentales obligadas en los asuntos con el clima del que nos ocupa y pertenecientes al mismo género. Evidentemente. es e la carrera de Indianápolis la de las {)O millas famosa en el mundo entero y muchas veces traída al plano de interés, en la pantalla, tanto en fllm de argu mento como en documentales o reportajes .donde la película ga na puntos en interés, emotividad y auténtico realismo. Míckey Rooney. el antaño famo. so niño terrible del cine norte americano y hoy expresivo actor adulto, reaparee» encarnando el personaje protagónico, al que ini- rime sus tan cal’acteristicas sim- alda y desenvoltura. Thomas Mit- chell, el formidable actor que tan- tas veces hemos admirado, ejecu ta una interpretación acorde con U glorioso historial, Los aficionados al automovilis mo encontrarán especiales alicien te en las aludidas aecuencias de esta película y el público en ge- neral un sosteflido interés anec dotico en la trama de la misma. . B.C, Es la historia amorosa de un hombre tímido y de gran cora- zón. Simple base sobre la que se ha erigido un macizo guión de afortunados hallazgos. Pero, existe en «Marty» algo más que un estupendo guión y una experta dirección. Hay un ac tor. A raíz del extraordinario éxi to logrado en la interpretación del sádico sargento «Fatso» en la película «De aquí a la eternidad», Ernest Borgnine fué encasillado en los papeles de villano. Pero el productor Harold Hecht le ha brindado la ocasión de mostrar una insospechada faceta de su personalidad artística, plenamen te evidenciada al dar vida al pro- tagonista de «Marty», simpático héroe de un’ romance amoroso. La figura de Ernest Borgnine, un tanto cuadrada, un poco torpe, pero llena de calor cordial, es de las que se incrustan vigorosa- mente en el ánimo del espec dor. Ernest Borgnine es un nom bre que perdurará a través de su creaclon en el film que co. mentamos. Reciente aun su triunfo en el Festival Cinematográfico de Can- nes, donde «Marty» -obtuvo la Palma de Oro, suprema recorn pensa, y el premio especial de la Oficina Católica Internacional de Cine, fresca aun la tinta de los elogios prodigados a todos los elementos que intervinieron en la película, especialmente a .. los protagonistas Ernest Borgnixe y Betsy Blir, United Artiste y C. B. Films se complacen en anunciar para muy pronto el estreno de «Marty», tema cmematográfico nuevo que complacerá a los af i donados al Séptimo Arte. - bién eficazmente natural. Y uno no podía menos que preguntarse: ¿Qué es «Muerte de un ciclista»? Después nos han llegado referen cias más amplias y concretas y en estos momentos cualquier att- cionado qúe haya prestado atei chin a los comentarios aparecld* en las revistas cinematográficas y a las notas informativas que pe risdicamen*e publica la irenSa diaria, puede haberse hecho una idea bastante exacta del conte nido y el continente de eat film de Juan Antonio Bardein. el jo- ven director español que salió a la palestra, hace apenas trés años. mostrándose resueltamente como un lnconformlsta. animado de unoa afane renovadores que primero puso en práctica. en colaboración con Luis G. Berlanga. en las pe lículas «Esa pareja feliz» y «Bien venido, míster Marshall». y ms tarde solo en «Cómicos», hasta llegar a la concreción de una Idea y de un estilo con «Muerte de un ciclista». Es cierto que el asunto amato- rio de «Muerte de un clcllsta es de una dureza de la que únlda. mente pueden hallarse anteceden- . tea en las’ novelas de los grancl’es autores expresionistas ; pero Bár deni. en su , calidad de gulonisa, ha escánificado el argumento ea- crito por . Luis F. de Igoa. crean do una atmósfera muy cerra4a para la ,anécdota. de suerte qo la trama no es una tópica .especji ladón sobre la facilidad impresío nable del público mayoritario. si- no un estudio de caracteres. pa siofles , y egoísmos. y ,también de apetencias efectivas o muy mate.. rialistas, como la que lleva a tñw de los personajes secundarios- a hacer chantaje por estar en el secretó del amor ilícito de los pro- tagonistas. En «Muerte de un ci-’ dista», Bardeni aborda y concluye un problema ‘insólube con un cálculo exacto de la ‘eficacia tui- presionista de cada situación. Sir- viéndose de unós intérpretes ‘en quienes encuentran los persona’j es del drama un sobrecogedor latido humno : Lucía Bosé, la expres)ra estrella italiana ; Alberto Closas, un gran actor galán catalán for. mado en el extranjero y casi des-. conocido entre nosotros ; Carlos Casaravilla. Bruna Corrá, Otello Toso y Alicia Ronlay. cabeceras del reparto de esta producción de Guión-Cesáreo González (Madrid) y Trionfalcine (Roma). cuya re sentaclón en Barcelona anuncia Suevia FilItis para muy en bréve. «Muerte de un cIclista» ostin. ta el Gran Premo de la crítica cinematográfica internactonal . que le fué otorgado este año, con oca- sión de celebrarse, en Cannes; el Festival del Film. LEA TODOS El amor amor por ei débil, Informa te obra del gran artista :: Su próxime realización eirá El techo” : . Adn&tac1óø mutua entro ch.p4i, y De SI-ea or JOSE 8.AGRE HABLA VITTORIO DE .SICA LOSESTRENOS “MARTY”, tema cinématográfo nuev En PANTA$jO «Sn1asoni1 - de Dios» i r-’.’.’c,’d, % iitorfo de Síes en su caracterización de «El signo de . Venus» 1 «Marty» vibra como un clarE- mizo triunfal que ha de alegrar a quienes creen que el cine es algo más que un estupefaciente para las masas. Los espeetado res también se cansan de argu mentes inverosímiles, de héroes duros y de heroínas sofisticadas. La gente aguarda impaciente la película de terna nuevo, original, fuera de lo ordinario y cotidia no. «Marty» es exponente de un cine nuevo y humano, modelo de argumento cinematográfico, don. de la diversión, el amor y las emociones no son obtenidos por procedimientos vulgares y adoce nados. - Aiidré Cayatte y la crítica luteruacional con Juan Antonio “Muertedeunciclk Bardem por una de las per sonalidades más netamente deta cádas del cine universal La graiulloidd de la N,tur&eza en unfi1m grarde Cuando fué presentada en el Cine Club. de Cannes, la pelícu la española de Juan Antonio Bar- dem ,sMuerte de un ciclista>,, la Prensa -cinematográfica europea comentó con especi1 atención una irase, que había dedicado al film el gran realizador francés André Cayatte : «Es la obra más impor tante que he visto desde hace años», dijo este competente direc tor, con la autoridad que para juzgar le dan sus propias realiza- clones. La frase fué difundida eon tanta rapidez y tal extensión. que bien pronto ii-Muerte de un ciclis tas despertó la m viva curiosi dad no sólo en los medios cins matográficos de carácter comer- cial, sino también entre el públi co que sigue con interés el mo- vimiento artístico y literario de nuestro continente. Sin embargo, las informaciones de la película que a la sazón publicaban los periódicos resultaban bastante con- fusas. Se hablaba en ellas de un tena atrevido. duro ; de un con- cepto cinematográfico audaz, cor tante, muy elaborado, pero tain habla SidO metamorfoseada en ‘niños. Los había preciosos, de ros- una «pescadora» para renovar el tros encantadores, pero ninguno ambiente. me satisfizo por completo. Preveía e Sica mesró jrah alegría al qu les faltaba algo. un no sé qué Ve’lne.: Np .co1ltaba COflrnigO en, indefipibla ue no t1nría a ex- a( LWllos parajes paradisíacos .y me plicarte y los deseché a todos. Un ae)gió, Corno de costumbre; con día .en el propio estudio vino el aquella .cørdialidad y acjuéia sim- hijo de InI protagonista a traer Ptia tan propias del gran ar- el almuerzo a sil padre. Inmedia tNta. ., , támente me llamó la atención. In Nu’esro conoóimiento dat de tUi que era el que necesitada. San luengos años; de cuando elrodaje 0a1 me lo había enviado. del film «Rosas escarlatas», antes —Pero necesitarás trabajar mu- de la segunda guerra mundial. cho la materia bruta, pulirla, mol Desde entonces ha llovido mucho. dearla. De aquel joven De Sica entonces,, ° que necesito es el tipo, el elegante y fino intérprete de de- resto no es problema., es bastante liciosas coniedietas. l De Sica de fa para mí. En cuanto al mu- hoy, de blanueadaa sienes, re- chacho «Ei oro de Népoles» le co- poSado, medido. con cierta redon- en condiciones parecidas. des abdominal aunque él hace Después de haber despediio a lls posibles para disimularla —, cuantos se presentaron. lo descu pel•o igualmente cordial y simpa,.- bri en el propio estudio ; era “el tico acaso más sinceramente chiquillo de un bar cercano que cordial que entonces —, media iba todos los días al plató ser- una larga serie de creaciones artís- vía el café a los artistas. ticas, de excepcional valor, ue qtté personalidad admiras le han dado una personalidad tan mé.s en cine? delinida y tanto prestigio que yo De .ica contesta rotundo lo considero entre los grandes Chaplin. hombres que ms cuentan en la —Reciprocidad, seguramente; historia del cine i. naturalmente, porque Chaplin ha manifestado en su evolución. siempre mucha admiración por ti. —Ya ves me dijo sigo ac- —Realmente me distingue mu- tuando de intérprete para poder cho. Por cierto añade cuan hacer «mis,> películas, Necesito el do mi viaje a América, adonde iuí dinel’o de mis interpretaciones pa- llamado para dirigir una pelicula, rs realizar mis obras. que -no llegué ‘a realizar, ‘Chaplin —,No te lo dan tus películas? me pidió le pasara «tJmberto O)). —Algunas me lo claré.n espe- Su interés me halagó. Asistieron ro a la vuelta de los años, a la proyección algunos magnates otras, acaso. no me lo den nunca. del cine. Cuando terminó y éstos Ya sabes. yo no pretendo construir hubieron abandonado la sala, Cha- sobre bases comerciales ; persIgo plin seguía sentado eñ si butaca, la creación artística. transformar filas delante. de la mía. Te- mis ideas en imágenes, eso es, inclinada la. cabeza, apoyada dar un sentido. un significado a entre sus manos. Yo me sentía la obra. —Por qué? —Quizás porque teflgo una idea de lo qu el cine debe y puede set. distinta de los demás. —Cual de tus películas quieres mits? —sumberlo contestó sin vacilar. —-Ha’aido un éxito? —Hasta ahora, no. Precisamen te es la que me ha causado mayor pérdida económica. —Peo sigues creyefls.io en ella. —-Con una fe absoluta. —Cuál . es tu inmediato pro- yecto? . —La realización de otro film que tendrá por título «El techos. —De qué carácter? —Seguirá, la línea de las obras tue yo más quiero. Fondo social y humano, sin concesiones. No ignorará el lector que ias ebras de De Sica son manifestacio nes de amor ; de amor por los dé- . hiles, por los desamparados, por los que sufren. por los niños es- LA EMPRESA DE ASTORIA-CRISTINA LOS SALONES y ¡a casa distribuidora . se honran en presentar HOY, noche, a las 1O’40 PIIIfSEN(’IA DE ESPAÑA . , EN PIOCADILLY LA SUPERPPODUCCION DE . e?f&i, el desierto tyiénte TEC#IIVIC O £ O ESTRENO DE UNNUEVAY DELICIOSA OBRA MAESTRA DEL DIBIJO ANIMASO,IE Áj y U/aa ran$Iifl , (DE 20 MINUTOS DE DUPAC>ÓN J’ta/ifs/oria deBen/em!”? FreiíK/ín y Arnros/o...írnratoflcf//O iperñen!e! AUTORIZADA PARA TODOS LOS PUBLICOS LOCALIDADES ANTICIPADAS LOS VIERNES PAGINA ESPECIAL CINEMATOGRÁFICA

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*unqu Vittorio de Síca tIaaSu domicilio en Roma. es dilieltque se le encuentre allí nunca. Ocasi nunca. l hombre anda siam-pro por estos mundos de Dios, preso bn las redes de su incesante

.- trabajo como director, como intér- prete, o ambas cosas a 1-a veS.

Excepto cuando trabaja en «Ints-récresi>, o cuando entre fillfl yfui puede establecerse en. óma,—- generalmente por pocos días —

pai-a encontrar a De Síes precisainformarse de la, localízación delo, cxeeriores del film de turno ysoip’enderlo en pleno trabalo, pa-ta aprovechar los intervalos entrepl.,nj y plano. a fin de poder te-no,’ una conversación que Se flt, 1’i’u.uprá y reanudará una y otraVez:, a causa de las exigefl.cias de,-Ocicjc. Latas conversaciones, cuan-do a De Síca le place el tema, ocuando tiene alguna confianza conel iIi»ei’locutor, se convierten porlo general en monólogos del granartista, pues si cae en el terrenode la confidencia se deja de buenagalia deslizar por él. se hace lo-cua y expresivo. con su hablarcadencioso, de gratas sonoridades,musicales, que acompaña de unosademanes amplios y elocuentes quedescubren a las claras su procedencia napolitana.

- Yo fu a encontrar a De Sic,en un típico pueblecito vecino aSorrento — Seisno —. en un díaradiante de sol. Estaba rodando«Pan, amor y. ‘.5 el último film.— creo — d la trilogia que em,pesó .con qpan, amOr y fantasías.,Oina Lollobrigida, que ‘le acompa.ftatá en los dos primeros films del serle y que a pesar del gian,éxito se resistía a intervenir en eltercero, había sido sústituída porSofía Loren, la espléndida y pro-vocadora belleza, triunfadora deimc tiento. ,La popular «bérsagliersl>

peciahente. Esta es la trayectoriams c1aramente perceptible de sucreación clnematogrkfica.

—En tu túltima pe1icu1a, «Eloro de ápo1es». nos has dado otrosorprendente prodigio. . . ¿ Cómohaces para encontrar tan maraviliosos intérpretes infantiles?

De Sica sonríe:—No es fácil pero tengo un se

creto : me encomiendo al santo d(mi devoción : San Genaro. (Patrónde Nápoles. su ciudad natal).

—Reúnes muchos chiquillospara escoger el que necesitas?

—A centenares, pero esto nome ha dado nunca resultado. Hasido la casualidad (por así decirlo)quien me lo ha puesto enfrento.

Y luego me ecplica—Para el niño «El ladrón de bi

cieletas)> congregué a multitud de

Entre los colaboradores que es-cogió Charles Breckett para el ro-daj de «El favorito de la reina»(Tile W4gin Queen), figuró anMui’ray, como consejero histórico,el cual impuso a ette Da is elsuplicio de la incómoda gorgueraque luce en su interpi’etacliin dela. reina ‘Isabel 1 de Ingleterra

Fué en el curso de una conver«ación con Jan Muri’ay que BotieDavis y el estado meyor directivodel filrn supieron que el modelode gorguera que la estrella usabahabía sido impoi’tado de España, yque en castellano las punta», dolo-rosas y molestes, que erizaban elborde de tales prendas, tomabanel nombre de «picadillos», del quederivaba el nombre de PiccaciillyStreet, poi’ razón de estar satablecido en dicha calle el especialist,español que podio se!’ consideradocomo proveedor leal de aquellasnnu’avillfs de la aI’teaanha sapa-ñola,

nervioso, un poco desazonado, es-perandó que se levantara y me dic.ra su opinión. Estuvo así tres ocuatro minutos que a mi me pa-i’ecieron interminables, Finalmente Se alzó y se acercó a mí pausadamente. Me tendió la mano y,emocionadO, me dijo : «Esto es te-rriblemente bello». . . Y después deuna breve pausa. agregó : «Pero nodará un céntimo». Jamás olvidar&» ,. us palabras.

En otra, Ocasión — continuó DeSica -— cuando estaba poniendoa punto su «Limelight», quiso co-nocer mi opinión ‘ me Ciió una vi-sión privada. Dui’ane la proyección olvida la película por completo para adentrai-me en una i’ealidad. Yo no veía a Calvero,. sino,en él. al propio Chaplin y la tragedia del artista estaba trabajan-do intensamente en mi emoc.on.Experimentaba una gran pena quponía Un nudo en mi garganta. Es-taba asistiendo — así creía — ala creación postuma del maestroy le veía morir, a él mismo, antelas candilejas, Cuando Se hizo laluz en la sala nos miramos. Nuestros ojos estaban inundados delégrimas y nos ahra7amos instintivamente. Chaplin se había emocionado vivamente por la peripeciad5 su Calvero. . . pero lo que ignoi-aba es que mi emoción procedíade una bausa muy distinta.

—Se asegura .—. le dije — queesta es su última película.

Chaplin me Ifl,ró sorprendido yreplicó con una energía que mesol’p)-encíió

—,Mj última?.., ¡‘rodo lo con-tracio ! Esta es ‘a primera de unaserie que pienso realizar.

—Por qué no dirgistes enAmérica?

—-Yo diría. usando de un tópicocomun. que por razones técnicas— contestó sonriendo

—Aclérame esto, por favor..,—Pues, sinceramente : son po-

cos los directores que pueden allírealizar sus films con cierta independencia. Y yo no quería, nopodía someterme a un turabía con-tracia a ms principios y que coartana mis iniciativas y mi libertad,Y llegué a una transacción : nodirigía en América, pero en compensación harta un film italo-americano en Europa : nació«Stazione Termini,).

Continué la charla Con De Sicay sus declaraciones. canso suyas,fueron interesantisima,s, Espero,en otra ocasión, volver sobre ellas.La disponibilidad de espacio nome permitiría, ahora extendermesobre el pensamiento y la obradel prestigioso artista.

— ai’a la realización (le un filrn’de la categoría de «El desiertoviviente» han aRlo necesariostantos elementos y tantos sacrifidos, que no puede extrañarnosla perfección obtenida habiéndo.sc’ hecho (‘argo del asunto unhombro como Walt Disney, . . Ygracias al arte innegable de Día-ncy, llcgaró planto a nosotros elm,ís extraordinario documento]sobro la -ida de los habitantesdel Desierto Muerto de los Esta-des lnidos. Ustedes podrán ve,’cosas que ni siquiera sospechan,La lucha a muerte cíe doe tortugas macho por la conquista desu hembra, ]a caza y captui’a cíeun , luce pot’ jabalíes salvajes, laexitencia (10 las latas.-c’angut-os.Contemplaran fascinados la bolle-za infinita de la germinación delas flores de los cactus. Asistii’:n,en fin, a un curso maravilloso diebotánica y zoología filmado entechnicolor gracias a los nombres mús prestigiosos de la actualgenc’i’ación de fotógrafos: N. PaulKei’,u oi’thy (ji-. ) _v Robe,’t FI.Cian, itt 1 1 . a’e u 1 1 1 1 ;itl , oc por Stuart‘T .1’ ‘ &‘U ,.J(’ (_‘. (‘oufl’er, I)on,Ai le e 1a hnI. l’5tOS tOinbies, Junto UI i u5tc) del equipo,

Director:Julio Salvador

IntérpretesConrado San MartíflPepito doratalla

Producción:Laurus Films

Dstribuida por:Selecciones Capitolio

Es bien conocido el aclerto conque el ctlrecOr Julio Salvador haconseguiao recoger en algunos desus ultimos films el latido de laciudad y plasmar el ambiente dela calle, Nada tiene, pues. de ex-traflo que husc’ara en el asuntode una novela de Juan Antoniode La Loma, de la que se’ hitambién una vel’sión radiofónicay cuyo gulon cinematográfico fuépremiado en un concurso del Sin-dicato Nacional del Espectáculo,el material humano y anecdóticoidóneo para componer lo qu enOtro tiempo y en el argot teatralSe calificó de «aguafuerte», conla minuciosa descripción y estudiode la peripecia y d0 las reaccionesde un niño formado en un medioambiente fámiliar malsano y des-arrdllado — si se nos permiteemplear una expresión tipicamente barcelonesa — como los árboles de las Ramblas, abandonadoa su libre albedrío. ‘ Consciente dela importbncia capital que habríande adquirir en la versión cinema-tográfica el escenario real y suatmóslera, Julio Salvador pusogran empeño en recogerlos — conla inteligente colaboración de éuinseparable fotógrafo Federico G.L,arx-éya — sin pecar por carta demas en el matiz realista-, con unaponderacion que da prueba de subuen gusto y mejor sentido de lo-que es permisible traer a la pan-talla en nombre y al amparo dela sinceridad expositiva, y no va-cuantos en hacer constar que esta-contención de Julio Salvador —

que no se ha dejado vencer porla tentación de recurrir al topicoimpi-esionista y al fácil latiguillosubido de tono — cuenta comó va-loo positivo de esta película, cuyatrama no debe ser considerada ala ligera por cuanto a través deella se aborda uno de los másgraves problemas que tiene plan-teados toda la ciudad cuya moraly tranquilidad puedan estar ame-nazadas en el presente y en elfuturo poi’ el suburbio, como con-secuencia de la dispersión de losniños que en él crecen en l máscompleta anaa’quia. Alcanzado porJulio Salvado,’ su objetivo de con-densar en las imágenes de fondodel film lo que en la novela —,

que no hemos leído — debe de serobjeto de un cuidadoso procesodescriptivo, puede considerarseque tiene ganada la partida comórealizador, y si a ello se añade queha conducido la acción sin apremios ni morosidades, con ritmomuy preciso, y qu ha logrado ob-tener el máximo partido de losintérpretes — en su mayoría, ni-ños improvisados actores —, esobvio que confirma asimismo susdotes de director, posiblementems dueño de su voluntad y se-guro de sí mismo que en sus antel’iores películas.

El argumento de la película ofrece aristas que el buen tacto deDe la Loma y Salvador como gUiOnisbas, y del segundo en su cali-dad de director-realizador. ha 11-mado considerablemente. contrastando y aireando el ambiente den-so en que se desarrolla el niñoprotagonista — casi un golfillo nato — con la comprensión y el

tuvieron que vivir durante tresmeses en el Desierto Muerto delos Estados Unidos para lograrlos fotogramas de la película.

st. La Naturaleza es sin dudaalguna la fuente de mayor riqueza para quien sepa contemplarla.Nadie mejor que [)isney, el poetadel cine, el creador de las sinfofías tontas, el realizador de los(‘U,’,, t OS ,l largo naetraje, el ma—go del celuloide, pala recoger dela Natura la belleza y misterio yplasmarlos en jiniégenes.. La fotografía, la música y elcolor de «El desierto viviente»son un alarde de sinfonía inmena_a que sc)l)rec’oge. El film llega adescubrir para nosotros un mun(lo iitaOsl)CClladc) de bc,’nosuras.Incluso las vastas extensiones deai’ena paiveon coi)I-ar vida y de-fllOati’Oi’flOS que iiacla hay en la,iatul’uld’za quc’ 110 tengo su oxplicoció), y su vitalidad.

]“ili-mlx prc’sentai’ú esta cintaque ha i-esultaclo sei’ titia pie’(l1,id’Cid)fl ccinorc’ialisinia cR’hido alinte1’s sorprendente que ha desjwi’tado en ;ylultos y menores,t,atienclo ln.s mós halagiteños re-c’oi’cis tic taquilla en Nueva York,Paris y Londres.

4 3oy mutro queI3 dj 1$ prftner 811 arma ama—ble plfml$sIva. La ezpresWau dela.u$o queaa contenida en losEmi$sS de la estricta referenciaaneodótgea y. por consigulent, de-j aa apectador en libertan dea»oflda! Y completai la palcologiade este personaej tan prometedory fundamentalmente muy latera-santo que es el pedagogo qu esa-pica , mtodos personales y muycordialea en el cumpllm1en deM admirable -‘ y nunca bastan.te reconocida y loada — niiaión,figura cuya proyeooión humanay social queda un tanto veladapor la del niño que centra el iii-terés del relato Sin embargo, di-cho personaje adulto nos da oca-sión cíe estimar nuevamente el en-tusiasmo y la corección que hapuesto en matizarlo. dándole muycalido acento, el actor ConradoSan Martin, el cual cede el primerplano interpretativo a Pepito Mo-ratalla, expresivo, flexible y emotiyo. sosteniendo su papel en tenobrillante —- no altisonante — conmuy plausible naturalidad, quees, asimismo, determinante de laactuación de los actores secundanos, de los cuales los más pan cual-mente caracterizados son los queinterpretan Pedro Porcel y OlvidoRodr;guez, emén de lOs bien con-juntados y disciplinados actoresinfantiles.

El estreno de «Sin la sonrisa deDios», recibido con manitiesta ex-pectacián ,tué patrocinado pol’ «ElTrascacho» y la Junta Provincialclel Servicio Español del Magistel’io, cuyo aval debe considerarsecomo muy significativo, dado eltema que trata la pelicula,

- OBJETIVO

En PLAYO

«Pireba h rca»Director

Edwa,’d Ludwig

IntérpretesMickey ooney

Thomas Mitchell

Distribuida por:lispamex

El ambiente de íes pistas auto-movilistas informa el argumentode este film, que es una nuevamuestra de uno de los génerosen que el cine norteamericano hainsistido antes y después de larealización de «Prueba heroica» da-das las posibilidades que el mismoofrece para captar el interés delos espectadores.

El tema relata los afanes de unjoven para triunfar en el peligro-so deporte de los autódromos, líesvlcisitude5 del cual están contenidas y reflejadas en un guiónde minuciosa y pausada exposición, que con la importancia queadquiere en el desarrollo del mis-nio lo dialéctico, da el tono de larealización. El director EdwardLudwig, caracterizado por sus realiaacíones de películas con temade aventuras, ha Conducido laque comentamos con sostenidoempeño técnico y ofrece los me-jores momentos en aquellos pasa-jes del fllm que incluyen las re-ferencias documentales obligadasen los asuntos con el clima delque nos ocupa y pertenecientes almismo género. Evidentemente. ese la carrera de Indianápolis — lade las {)O millas — famosa en elmundo entero y muchas vecestraída al plano de interés, en lapantalla, tanto en fllm de argumento como en documentales oreportajes .donde la película gana puntos en interés, emotividady auténtico realismo.

Míckey Rooney. el antaño famo.so niño terrible del cine norteamericano y hoy expresivo actoradulto, reaparee» encarnando elpersonaje protagónico, al que ini-rime sus tan cal’acteristicas sim-alda y desenvoltura. Thomas Mit-chell, el formidable actor que tan-tas veces hemos admirado, ejecuta una interpretación acorde conU glorioso historial,

Los aficionados al automovilismo encontrarán especiales aliciente en las aludidas aecuencias deesta película y el público en ge-neral un sosteflido interés anecdotico en la trama de la misma.. B.C,

Es la historia amorosa de unhombre tímido y de gran cora-zón. Simple base sobre la que se

ha erigido un macizo guión deafortunados hallazgos.

Pero, existe en «Marty» algomás que un estupendo guión yuna experta dirección. Hay un actor. A raíz del extraordinario éxito logrado en la interpretacióndel sádico sargento «Fatso» en lapelícula «De aquí a la eternidad»,Ernest Borgnine fué encasilladoen los papeles de villano. Pero elproductor Harold Hecht le habrindado la ocasión de mostraruna insospechada faceta de supersonalidad artística, plenamente evidenciada al dar vida al pro-tagonista de «Marty», simpáticohéroe de un’ romance amoroso.La figura de Ernest Borgnine,un tanto cuadrada, un poco torpe,pero llena de calor cordial, esde las que se incrustan vigorosa-

mente en el ánimo del especdor. Ernest Borgnine es un nombre que perdurará a través desu creaclon en el film que co.mentamos.

Reciente aun su triunfo en elFestival Cinematográfico de Can-nes, donde «Marty» -obtuvo laPalma de Oro, suprema recornpensa, y el premio especial dela Oficina Católica Internacionalde Cine, fresca aun la tinta delos elogios prodigados a todos loselementos que intervinieron enla película, especialmente a .. losprotagonistas Ernest Borgnixe yBetsy Blir, United Artiste y C. B.Films se complacen en anunciarpara muy pronto el estreno de«Marty», tema cmematográficonuevo que complacerá a los af idonados al Séptimo Arte. -

bién eficazmente natural. Y unono podía menos que preguntarse:¿Qué es «Muerte de un ciclista»?Después nos han llegado referencias más amplias y concretas yen estos momentos cualquier att-cionado qúe haya prestado ateichin a los comentarios aparecld*en las revistas cinematográficas ya las notas informativas que perisdicamen*e publica la irenSadiaria, puede haberse hecho unaidea bastante exacta del contenido y el continente de eat filmde Juan Antonio Bardein. el jo-ven director español que salió ala palestra, hace apenas trés años.mostrándose resueltamente comoun lnconformlsta. animado de unoaafane renovadores que primeropuso en práctica. en colaboracióncon Luis G. Berlanga. en las películas «Esa pareja feliz» y «Bienvenido, míster Marshall». y mstarde solo en «Cómicos», hastallegar a la concreción de una Ideay de un estilo con «Muerte de unciclista».

Es cierto que el asunto amato-rio de «Muerte de un clcllsta esde una dureza de la que únlda.mente pueden hallarse anteceden-. tea en las’ novelas de los grancl’es

autores expresionistas ; pero Bárdeni. ‘ en su , calidad de gulonisa,ha escánificado el argumento ‘ ea-crito por . Luis F. de Igoa. creando una atmósfera muy cerra4apara la , anécdota. de suerte qola trama no es una tópica .especjiladón sobre la facilidad impresíonable del público mayoritario. si-no un estudio de caracteres. pasiofles , y egoísmos. y , también deapetencias efectivas o muy mate..rialistas, como la que lleva a tñwde los personajes secundarios- ahacer chantaje por estar en elsecretó del amor ilícito de los pro-tagonistas. En «Muerte ‘ de un ci-’dista», Bardeni aborda y concluyeun problema ‘insólube con uncálculo exacto de la ‘eficacia tui-presionista de cada situación. Sir-viéndose de unós intérpretes ‘enquienes encuentran los persona’j esdel drama un sobrecogedor latidohumno : Lucía Bosé, la expres)raestrella italiana ; Alberto Closas,un gran actor galán catalán for.mado en el extranjero y casi des-.conocido entre nosotros ; CarlosCasaravilla. Bruna Corrá, OtelloToso y Alicia Ronlay. cabecerasdel reparto de esta producción deGuión-Cesáreo González (Madrid)y Trionfalcine (Roma). cuya resentaclón en Barcelona anunciaSuevia FilItis para muy en bréve.

«Muerte de un cIclista» ostin.ta el Gran Premo de la críticacinematográfica internactonal . quele fué otorgado este año, con oca-sión de celebrarse, en Cannes; elFestival del Film.

LEA

TODOS

El amor amor por ei débil, Informa te obra del granartista :: Su próxime realización eirá “ El techo” :

. Adn&tac1óø mutua entro ch.p4i, y De SI-eaor JOSE 8.AGRE

HABLA VITTORIO DE .SICA LOSESTRENOS “MARTY”, tema cinématográfo nuevóEn PANTA$jO

«Sn1asoni1 -

de Dios»

i

— r-’.’.’c,’d,

% iitorfo de Síes en su caracterización de «El signo de . Venus»1

«Marty» vibra como un clarE-mizo triunfal que ha de alegrara quienes creen que el cine esalgo más que un estupefacientepara las masas. Los espeetadores también se cansan de argumentes inverosímiles, de héroesduros y de heroínas sofisticadas.La gente aguarda impaciente lapelícula de terna nuevo, original,fuera de lo ordinario y cotidiano. «Marty» es exponente de uncine nuevo y humano, modelo deargumento cinematográfico, don.de la diversión, el amor y lasemociones no son obtenidos porprocedimientos vulgares y adocenados. -

Aiidré Cayatte y la crítica luteruacional conJuan Antonio “Muertedeunciclkta”Bardem por

una de las per sonalidades más netamente detacádas del cine universal

La graiulloidd de la N,tur&ezaen un fi1m grarde

Cuando fué presentada en elCine Club. de Cannes, la película española de Juan Antonio Bar-dem ,sMuerte de un ciclista>,, laPrensa -cinematográfica europeacomentó con especi1 atención unairase, que había dedicado al filmel gran realizador ‘ francés AndréCayatte : «Es la obra más importante que he visto desde haceaños», dijo este competente director, con la autoridad que parajuzgar le dan sus propias realiza-clones. La frase fué difundida eontanta rapidez y tal extensión. que

bien pronto ii-Muerte de un ciclistas despertó la m viva curiosidad no sólo en los medios cinsmatográficos de carácter comer-cial, sino también entre el público que sigue con interés el mo-vimiento artístico y literario denuestro continente. Sin embargo,las informaciones de la películaque a la sazón publicaban losperiódicos resultaban bastante con-fusas. Se hablaba en ellas de untena atrevido. duro ; de un con-cepto cinematográfico audaz, cortante, muy elaborado, pero tain

habla SidO metamorfoseada en ‘niños. Los había preciosos, de ros-una «pescadora» para renovar el tros encantadores, pero ningunoambiente. me satisfizo por completo. Preveía

e Sica mesró jrah ‘ alegría al qu les faltaba algo. un no sé quéVe’lne.: Np .co1ltaba COflrnigO en, indefipibla ue no t1nría a ex-a( LWllos parajes paradisíacos .y me plicarte y los deseché a todos. Unae)gió, Corno de costumbre; con día .en el propio estudio vino elaquella .cørdialidad y acjuéia sim- ‘ hijo de InI protagonista a traerPtia tan propias del gran ar- el almuerzo a sil padre. InmediatNta. ‘ . , , támente me llamó la atención. In

Nu’esro conoóimiento dat ‘ de ‘ tUi que era el que necesitada. Sanluengos años; de cuando elrodaje 0a1 me lo había enviado.del film «Rosas escarlatas», antes —Pero necesitarás trabajar mu-de la segunda guerra mundial. cho la materia bruta, pulirla, molDesde entonces ha llovido mucho. dearla.De aquel joven De Sica entonces,, ° que necesito es el tipo, elelegante y fino intérprete de de- resto no es problema., es bastanteliciosas coniedietas. • l De Sica de fa para mí. En cuanto al mu-hoy, de blanueadaa sienes, re- chacho «Ei oro de Népoles» le co-poSado, medido. con cierta redon- en condiciones parecidas.des abdominal — aunque él hace Después de haber despediio alls posibles para disimularla —, cuantos se presentaron. lo descupel•o igualmente cordial y simpa,.- bri en el propio estudio ; era “eltico — acaso más sinceramente chiquillo de un bar cercano quecordial que entonces —, media iba todos los días al plató ‘ ser-una larga serie de creaciones artís- vía el café a los artistas.ticas, de excepcional valor, ue qtté personalidad admirasle han dado una personalidad tan mé.s en cine?delinida y tanto prestigio que yo De .ica contesta rotundolo considero entre los grandes Chaplin.hombres que ms cuentan en la —Reciprocidad, seguramente;historia del cine i. naturalmente, porque Chaplin ha manifestadoen su evolución. ‘ siempre mucha admiración por ti.

—Ya ves — me dijo — sigo ac- —Realmente me distingue mu-tuando de intérprete para poder cho. Por cierto — añade — cuanhacer «mis,> películas, Necesito el do mi viaje a América, adonde iuídinel’o de mis interpretaciones pa- llamado para dirigir una pelicula,rs realizar mis obras. que -no llegué ‘a realizar, ‘Chaplin

—,No te lo dan tus películas? me pidió le pasara «tJmberto O)).—Algunas me lo claré.n — espe- Su interés me halagó. Asistieron

ro — a la vuelta de los años, a la proyección algunos magnatesotras, acaso. no me lo den nunca. del cine. Cuando terminó y éstosYa sabes. yo no pretendo construir hubieron abandonado la sala, Cha-sobre bases comerciales ; persIgo plin seguía sentado eñ si butaca,la creación artística. transformar filas delante. de la mía. Te-mis ideas en imágenes, eso es, inclinada la. cabeza, apoyadadar un sentido. un significado a entre sus manos. Yo me sentíala obra.

—Por qué?—Quizás porque teflgo una idea

de lo qu el cine debe y puedeset. distinta de los demás.

—Cual de tus películas quieresmits?

—sumberlo O» — contestó sinvacilar.

—-Ha’aido un éxito?—Hasta ahora, no. Precisamen

te es la que me ha causado mayorpérdida económica.

—Peo sigues creyefls.io en ella.—-Con una fe absoluta.—Cuál . es tu inmediato pro-

yecto? .—La realización de otro film

que tendrá por título «El techos.—De qué carácter?—Seguirá, la línea de las obras

tue yo más quiero. Fondo socialy humano, sin concesiones.

No ignorará el lector que iasebras de De Sica son manifestaciones de amor ; de amor por los dé-

. hiles, por los desamparados, porlos que sufren. por los niños es-

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J’ta/ifs/oria deBen/em!”? FreiíK/ín y Arnros/o...írnratoflcf//O iperñen!e!AUTORIZADA PARA TODOS LOS PUBLICOS LOCALIDADES ANTICIPADAS

LOS VIERNES

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