guillÉn - dehennin

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Sí, lo extraordinario es esto.

Esto: la luz en el aire,Y con el aire un anhelo.¡Anhelo de trasparencia,Sumo bien! Respiro, creo.

[Cántico, 1945]

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EPISTOLARIO INÉDITO (1961-1981)JORGE GVILLÉN & ELSA DEHENNIN

CON CINCO ESTVDIOS GVILLENIANOS

proemio y edición de

BÉNÉDICTE VAUTHIER

SALAMANCASeminario de Estudios Medievales y RenacentistasSociedad de Estudios Medievales y Renacentistas

MMXII

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PUBLICACIONES DEL SEMYR

homenaje8

DirectorPedro M. Cátedra

CoordinaciónEva Belén Carro Carbajal

publicado con el apoyo delInstitut für spanische Sprache und Literatur

Universität Bern

© SEMYR & Herederos de Jorge Guillén,Herederos de Elsa Dehennin, & Bénédicte Vauthier

ISBN: 978-84-937765-5-8D.L.: S. 395-2012

Impreso en Gráficas Cervantes, S.A.(Salamanca)

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TABLA

Proemio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9-27

Nota editorial e índice de documentos . . . . . . . . . . . . . . . 29-39

Epistolario de Jorge Guillén & Elsa Dehennin . . . . . . . 41-221

Cinco estudios guillenianos de Elsa Dehennin . . . . . . . 223-337

¶ «Introduction à l’œuvre poétique de Jorge Guillén» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225-242¶ «Pedro Salinas et Jorge Guillén ou une opposition poétique résolue» . . . . . . . . . . . 243-268¶ «J. Guillén, G. Poulet et l’étrange défi de Ph. Silver . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269-280¶ «Continuidad y evolución en la obra poética de Jorge Guillén: Los campos semánticos en Cántico y Clamor» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281-302¶ «Des mots-clés aux configurations stylis- tiques (Surtout à propos de Maremágnum)» 303-337

Bibliografía de Elsa Dehennin sobre Jorge Guillén (1962-2004) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339-340

Índice onomástico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341-345

Colofón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347

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El domingo 13 de junio de 2009, justo una semana antes de «irse quedándose»1, cons-ciente de que «el fin se acercaba», Elsa Dehen-

nin (20 de marzo de 1931 - 20 de junio de 2009) mandó a su amigo granadino Antonio Carvajal lo que en su carta de despedida llamaba «ese archivo». «Ese archivo» no era otra cosa que las setenta y seis cartas que Jorge Guillén –el «querido amigo», más aún el «querido y admirado Poeta»– le había man-dado durante veinte años de amistad, de marzo de 1961 a marzo de 19812.

1. Retomo aquí, adaptándolo, el verso de Gerardo Diego con el que Christian De Paepe se despidió a su vez de Elsa Dehennin –«Irme quedán-dome. In memóriam Elsa Dehennin (1932-2010)»– en los preliminares que encabezan el libro colectivo sobre la «validez del legado de la generación del 1927 en el siglo xxi» que ambos habían preparado (Principios modernos y creatividad expresiva en la poesía española contemporánea. Poemas y ensayo, edición de Elsa Dehennin & Christian De Paepe, Amsterdam: Rodopi, 2009). Solamente la generosidad de Ann Cherlet y Peter Vanhove, junto a la comprensión de la editorial Rodopi, hizo posible que Elsa pudiera «ver, desde su lecho de muerte, unos tres ejemplares de su libro preparados ex profeso en una imprenta privada». 2. Antonio Carvajal entregó el legado a Antonio Piedra, director de la Fundación Jorge Guillén (Valladolid). La carta de despedida que le dirigió Elsa se conserva junto a las de Jorge Guillén.

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Si no es de extrañar que una joven hispanista, admi-rada entre los poetas y los escritores españoles y reco-nocida entre los críticos de mayor calado (Bataillon, Blecua, Casalduero, Ivask, por citar solo a algunos de los que aparecen en este epistolario), conservara como oro en paño las cartas que «el mayor representante de la poesía española» le dirigiera, muy grata sorpresa fue descubrir que también Jorge Guillén había guardado las sesenta y tres cartas que Elsa le había escrito a lo largo del mismo periodo3.

Con motivo de los ochenta años que hubiera cum-plido este año Elsa y a los tres años de su desaparición, he deseado rendir un (último) homenaje a mi maestra –y a su familia– al dar a conocer con el acuerdo de Inès y Marnix Galle, por un lado, de Teresa Gilman-Gui-llén, por otro, esas tan estimulantes, tan conmovedoras cartas inéditas que intercambiaron poeta y crítica.

Como se verá, estas cartas completan, por decirlo así, las que Jorge Guillén cruzó con otro crítico, el hispanista italiano Oreste Macrí, de 1953 a 19834. En ambos epistolarios, el tema central del diálogo es la poesía, y los poemarios y estudios críticos que escri-ben unos y otros; pero al hilo de los años la conversa-ción se va enriqueciendo de pequeños paréntesis que nos permiten seguir bastante de cerca la trayectoria profesional de los críticos y entrar algo en la intimi-dad familiar de todos los protagonistas. En estas car-tas se dibujan también las relaciones amistosas que Jorge Guillén fue tejiendo en Bélgica con un pequeño círculo de hispanistas y artistas valones y flamencos, lo que justificaría otro paralelo con el epistolario Gui-llén-Macrí. Mientras que en este se habla de «Guillén e Italia», aquí se esboza un «Guillén y Bélgica». Final-mente, y este será también nuestro punto de partida,

3. Las cartas de Elsa Dehennin se encuentran en la Biblioteca Nacional de España, en el legado de Claudio Guillén, con la signatura Arch. JG/27/4 y van numeradas de (1) a (63). 4. Cartas inéditas (1953-1983). Jorge Guillén – Oreste Macrí, ed. Laura Dolfi, Valencia: Pre-Textos, 2004.

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en el caso presente, igual que en la intensa y prolon-gada relación amistosa entre Guillén y Macrí, aquel y no este, aquel y no Elsa fue quien tomó la iniciativa y entabló una conversación, que iba a resultar muy fructífera.

Concretamente, el 21 de marzo de 1961 –la víspera, Elsa Dehennin había cumplido veintinueve años–, Jorge Guillén –que tenía ya sesenta y ocho– escribe a la joven hispanista manifestándole su interés por el estudio sobre la obra de su amigo Pedro Salinas: Pas-sion d’absolu et tension expressive dans l’œuvre poétique de Pedro Salinas (Gante: Romanica Gandiensa, 1957) que había publicado unos años antes; y se pone a su disposición para informarle, en caso de que lo conside-rara oportuno, sobre extremos de esa historia literaria española.

Apenas unas tres semanas más tarde, Elsa contesta, emocionada, claro es, por el interés y agradecida por la generosa solicitud que no podía llegar en mejor momento, ya que estaba cerrando la reescritura de su tesis doctoral sobre La résurgence de Góngora et la génération poétique de 1927, en la que incluía un largo capítulo dedicado al «maravilloso Cántico». A falta de un maestro hispanista –es de saber que no existían y siguen sin existir estudios de filología hispánica en Bélgica5, disciplina que solo se estudia como optativa de letras románicas (en combinación con el francés) o de letras «modernas» (en combinación con una lengua

5. Para una visión de conjunto del hispanismo en Bélgica, remito al volumen dirigido por Robin Lefère, sucesor de Elsa Dehennin en la Uni-versité Libre de Bruxelles, Memorias para el futuro. I Congreso de Estudios Hispánicos en el Benelux, ed. Robin Lefère, Bruselas: Ministerio de Educa-ción y Ciencia de España & ULB, [2004], y muy en particular al artículo de Elsa Dehennin & Robin Lefère, «El hispanismo en la Universidad Libre de Bruselas : edad de plata, tiempos de guerra y resurgimiento» (págs. 117-131). En las dos primeras secciones (‘La ULB y España’ y ‘La filología his-pánica en la ULB’), Elsa Dehennin no solo recuerda cómo se creó la sección de español de la Universidad Libre de Bruselas, sino que traza un cuadro detallado de su propia formación y de sus intereses por las letras hispánicas (págs. 117-128).

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germánica)–, Elsa precisa que sometió aquellas páginas de su trabajo al gran guillenista Joaquín Casalduero, pionero también de los estudios semánticos sobre Cán-tico. Y, aprovechando la oferta de precisiones, pregunta al poeta por su estudio lorquiano sobre Góngora, que citará en reiteradas ocasiones en sus artículos de los años sesenta. Así mismo, señala que se dispone a leer …Que van a dar en la mar, adquirido en París, un libro que le llegará, sin embargo, dedicado –es el primero– a finales de junio del mismo año. En esta primera carta, Elsa comunica también a Jorge Gui-llén que está casada, que tiene una niña de tres años –Inès– y que todos ellos se alegrarán de poder reci-birle en Bruselas. Una ocasión que no tardará en pre-sentarse, ya que en septiembre de 1961 se concedió a Jorge Guillén el prestigioso premio internacional de la «Biennale de Poésie de Knokke»6, un galardón que irá a recoger en Bélgica en junio de 1962, con Irene Mochi Sismondi de Guillén, con la que se casó en segundas nupcias, en octubre de 1961.

El otoño de 1961 llegó con otra noticia impor-tante: el Fonds National de Recherche Scientifique

6. Curiosamente, muy pocas veces, por no decir ninguna, se cita en las biografías de Jorge Guillén la entrega de este prestigioso premio internacional, creado en 1952 a la iniciativa de Arthur Haulot y «destiné à couronner l’œuvre poétique d’un poète vivant, quelle que soit sa nationa-lité» (Véase Marlena Braester, «XXVe biennale internationale de Poésie», en Agonia.net http://francais.agonia.net/index.php/article/1745484/index.html (en línea) [12.05.2012]). En sus dos primeras convocatorias se concedió nada menos que a Giuseppe Ungaretti (1956) y a Saint-John Perse (1959). Jorge Guillén es el único premiado español. En 1963, el premio se concedió a otro hispanohablante: Octavio Paz, nombres a los que se pueden sumar los del argentino Roberto Juarroz (1992) y del venezolano Alfredo Silva Estrada (2001). Su importancia sí viene recordada por Vicente Llorens en «Jorge Guillén desde la emigración (en torno a Homenaje)», un artículo en el que enumera además otros premios internacionales recibidos entre 1955 y 1974, cuando apenas se pronunciaba el nombre de Guillén en su propio país (Estudios y ensayos sobre el exilio republicano de 1939, ed. M. Aznar Soler, Sevilla: Renacimiento (Biblioteca del Exilio), 2006, págs. 223-241, en particular págs. 231-232). El premio fue también mencionado por Laura Dolfi en su artículo «Jorge Guillén: Viajes a Italia (1960-1963)», Anuario de Estudios Filológicos, vol. 30 (2004), págs. 65-80.

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–institución equivalente al CSIC español– concedió a Elsa un mandato de investigación de tres años, período de tiempo que pretendía dedicar –y dedicará, de hecho, pero a un ritmo bastante más lento que el pensado y anhelado– a la poesía de Jorge Guillén.

El año 1961 se cierra, y 1962 se abre con las prime-ras alusiones al grupo de amigos belgas que se interesan por la obra del poeta español. Así, en octubre de 1961, Guillén dice haber recibido noticias de «Madame Noulet», esposa del poeta catalán Josep Carner, y de Arthur Haulot, poeta y periodista belga, fundador del premio de la Biennale, mientras que en noviembre de 1961 y en enero de 1962 los nombres de los poetas y traductores Fernand Verhesen y Edmond Vandercam-men hacen su aparición bajo la pluma de Elsa. El segundo, académico, fue de hecho quien pronunció el discurso de homenaje con motivo de la entrega del pre-mio de la «Biennale de Poésie de Knokke».

En cuanto a número de cartas, el año 1962 es el más abundante, con un total de dieciséis epístolas que giran hasta junio en torno a la llegada de Guillén a Bélgica; y después, y de forma prioritaria, tratan sobre la divisa o lema alegórico Plus est en vous, que Guillén entrevió en Brujas, encima de la puerta del Palacio de los señores flamencos de Gruuthuse (amigos de las artes y las letras), y que iluminará, una vez aclarado el sentido, la primera página de la edición de Aire Nues-tro. «Es una confesión de ‘alto amor’ de la parte del caballero», explica Marc Galle; un compromiso que Guillén traslada al posible lector («A quien leyere»). Finalmente, la primera estancia en Bélgica brindó a Guillen la ocasión de regalar a Elsa, «en el día de nues-tro conocimiento personal», o, mejor dicho, «ya con-cretado el fantasma, […] la imagen irreal», la primera edición completa del Cántico de 1950, con la sentida y tan guilleniana dedicatoria: «A Elsa Dehennin Galle, con la fe y la esperanza puestas en su estudio de este libro». Elsa corresponderá a este regalo con el envío, en noviembre, del primer ejemplar de La résurgence

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de Góngora et la génération poétique de 1927, que dará pie, nada más empezar el año 1963, a la primera larga carta literaria del poeta. En efecto, tanto después de recibir este libro, como seis años más tarde, al acu-sar recibo del libro que le será dedicado en exclusiva (Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté), Jorge Guillén toma la pluma de forma larga y tendida para corregir pequeños errores, aclarar dudas o aportar pre-cisiones que la crítica no dejará de utilizar en sus futu-ros trabajos.

El año 1963 será otro año bisagra para Elsa Dehen-nin en el terreno familiar, profesional y guilleniano. En lo familiar, primero, porque a mediados de julio, Elsa comparte con Jorge Guillén la noticia de su emba-razo y parto inminente, y, un mes más tarde, el 15 de agosto, le comunica que su segundo hijo, Marnix, la segunda «criatura», nació el 22 de julio. En lo profe-sional, porque en diciembre, y pese a que unos meses antes se mostrara poco entusiasta con la idea de que le confiaran una cátedra antes de que acabase su estudio sobre Guillén, Elsa Dehennin oposita a la de literatura española, vacante en la Universidad Libre de Bruselas. Y, en fin, en lo poético, ya que, en diciembre también, Jorge Guillén le envía el anhelado –varias veces solici-tado y anunciado– ejemplar de El argumento de la obra, verdadero libro de cabecera de Elsa.

El mes de enero de 1964, Jorge Guillén se encuen-tra en Río Piedras, circunstancia que aprovecha Elsa para preguntar si existe alguna foto de la tumba de su común amigo Pedro Salinas, que vuelve a estar en el centro de preocupación de los dos durante todo el año. Al envío de una postal de la tumba, sigue el de tres fotos sacadas por Irene Mochi Sismondi; al anuncio de una conferencia de Guillén sobre Pedro Salinas, sigue el de Elsa, quien tiene intención de iniciarse en su cáte-dra –fue nombrada en mayo de 1964– con una asigna-tura sobre Salinas y Guillén, lo que no es óbice a que su lección pública, pronunciada el 28 de octubre, verse en exclusiva sobre la obra del segundo. Su «Introduction à

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l’œuvre poétique de Jorge Guillén» se convertirá en su primer artículo guilleniano, pronto seguido de obser-vaciones de pormenor del poeta.

Aprovechando una estancia en París, el año 1964 ofrece también a los Guillén la oportunidad de vol-ver a Bélgica y de reunirse con los amigos belgas: los Verhesen, Vandercammen, Buysse y, por supuesto, los Dehennin-Galle. De esta estancia en Flandes, en Deurle-Gante, es testigo la foto de Jorge Guillén y Elsa Dehennin, que figura a la cabeza del presente volumen. «Estancia redonda», escribe Guillén a la vuelta. Esta visita a Bélgica, la segunda y ya última, será seguida de otros tres encuentros de visu en Francia, en 1966, 1971 y 1973. Así, en octubre de 1966, Elsa toma el tren para París a fin de pasar unas horas con el poeta. La estancia parisina de mayo de 1968, que hubiera llevado a los Guillén a Holanda y a Bélgica, se canceló debido a las protestas estudiantiles. Elsa tendrá que esperar otros tres años para poder reanudar de viva voz el diálogo con los Guillén en París, en agosto de 1971. Esta estancia en el piso de los Gilman, hija y yerno del poeta, no es sino la postergada en mayo de 1968; y Guillén la aprovechará para reunirse también con los Zubiría, a la sazón embajadores de Colombia en Holanda. El último encuentro de Elsa y Marc con Jorge Guillén y su esposa no tendrá lugar ni en París, ni en Bruselas, sino en Niza, en abril de 1973, ciudad de la costa azul donde los Guillén estuvieron de enero a mayo del mismo año. El encuentro parisino previsto para inicio del año 1975 también se canceló a raíz de los problemas de salud de Jorge Guillén.

Cerrando ya este paréntesis de encuentros amisto-sos y volviendo a la vida académica, es muy llamativa, por actual, la lucha que, nada más empezar su activi-dad docente, entabla la joven investigadora para robar tiempo al tiempo… de las clases, del seguimiento de tesinas, de las correcciones, de las reuniones, al objeto de poder dedicarlo a sus «propios trabajos». Las dos asig-naturas iniciales («Histoire de la littérature espagnole»

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y «Explication d’auteurs espagnols») no tardaron en multiplicarse. En 1966, Elsa tiene «12 horas de clase, lo que es muchísimo; como todos los cursos son nue-vos […] –Lorca, novela picaresca, gramática estructu-ral– [está] trabajando sin parar». Tres años más tarde sigue quejándose de esta carga lectiva: «Tengo muchas clases y espero que después de Navidades solo tendré la mitad: o sea 6 horas. Tal horario me encantaría: me dejaría tiempo para leer y estudiar». Esa difícil compa-ginación de la docencia y de la investigación, a las que se suman los compromisos familiares, explica que la monografía sobre Guillén que empezó en 1963, con motivo del mandato del FNRS, fuera avanzando más lentamente de lo deseado, a salto de mata, durante las vacaciones de fin de año y de verano. En febrero de 1964, tiene ya escritas unas «treinta páginas de su estu-dio (un capítulo)»; en agosto de 1965, solo le «falta la parte final, una síntesis estilística»; en enero de 1966, piensa con nostalgia en Cántico y anhela las vacacio-nes de Semana Santa para poder trabajar por fin en su estudio, y más aún el verano para aprovechar el tiempo no lectivo y dedicarse a lo que más le gusta y, quizá, coronar el trabajo. Pero las fiestas navideñas de 1966 sorprenden a Elsa con los mismos proyectos: «Podré consagrar quince días a mi propio trabajo», antes de «esperar otra vez hasta las vacaciones de Pascuas». De hecho, llega el mes de mayo de 1967 y vemos a Elsa declarar y subrayar: «Este verano debo terminar el libro que tengo empezado desde unos años y que le mostré en París. ¡Ud. progresa más rápidamente que yo!». Con menos de treinta y cinco años, la joven his-panista empieza, pues, a soñar… con la jubilación. Edad dorada, según cree ella, de la que disfruta Jorge Guillén, quien en los años que acabamos de recorrer termina el tercer volumen de la segunda trilogía: A la altura de las circunstancias (1963), para zambullirse enseguida en la redacción de Homenaje. Diez años más tarde, en 1977, al rematar el estudio sobre Maremág-num que se incluyó en el homenaje a Guillén, Elsa solo

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podía constatar: «Trabajé mucho –‘contre la montre’–. La vida académica es así –por lo menos en Bélgica–, que solo tenemos tiempo de hacer alguna investigación personal durante las vacaciones».

A las palabras de Elsa sobre su trabajo hacen eco los apuntes sintéticos, a veces casi telegráficos, de Gui-llén al que podemos seguir paso a paso en su creación hasta 1978 por lo menos. He aquí las pinceladas sobre Homenaje que se encuentran desperdigadas en sus car-tas: «Queda terminado Clamor, aumenta Homenaje» (junio de 1963); «Durante estas últimas semanas he traducido –para Homenaje– algunas poesías de varios poetas» (septiembre de 1963); «He trabajado en Home-naje, próximo al fin» (octubre de 1963); «Homenaje avanza: progreso casi cotidiano» (diciembre de 1964); «Yo sigo con Homenaje. Faltan pocas páginas, pero no pocos sucesos» (febrero de 1965); «(Por cierto, Home-naje está ya todo sobre el papel. Ahora estoy revisán-dolo del principio al fin)» (septiembre de 1965); «He concluido Homenaje. Me gustaría que apareciese el año próximo» (diciembre de 1965); «Después de Home-naje quizá fuese preferible reunir todo lo demás bajo el título Otros poemas. ¡Ya veremos!» (diciembre de 1965); «Hoy he comenzado a corregir las pruebas de Home-naje: espero la segunda mitad del libro muy pronto» (octubre de 1966); «Homenaje se imprime en Verona. Voy ya corrigiendo las segundas pruebas. Habrá libro pronto, quizás en abril» (diciembre de 1966); «Mien-tras tanto, va imprimiéndose en Verona Homenaje. Lo recibirá usted, espero, esta primavera» (enero de 1967); «Homenaje está impreso. Recibirá usted un ejemplar de ‘l’edizione speciale’» (abril de 1967); «Homenaje está ya distribuyéndose, pero usted no lo ha recibido todavía porque su ejemplar pertenece a ‘l’edizione speciale’, y aún no está encuadernada. Ya está imprimiéndose en la misma Stamperia Valdonega de Verona Aire Nuestro, o sea, en un solo volumen y una sola obra, los tres libros: Cántico, Clamor y Homenaje» (noviembre de 1967).

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Los años 1968 y 1969 son también años clave en el diálogo literario. Elsa saluda la entrada del primero declarando a Guillén: «No quise escribirle antes por-que quería anunciarle el fin de mi trabajo. La semana próxima envío el manuscrito a la Facultad que se encargará de publicarlo. El título será: Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté. (¡Ojalá se publique este año!)». Desafortunadamente, por culpa de los alboro-tos estudiantiles del mes de mayo de 1968, que alcan-zaron también a Bruselas, ese deseo no pudo hacerse realidad y habrá que esperar el mes de julio de 1969 para ver salir de Bélgica el ejemplar destinado a Jorge Guillén. Después de semanas de espera, que hicie-ron pensar en un extravío, el libro llegó a Málaga, a mediados de agosto, iluminando literalmente de luz, de claridad, al agradecido poeta que ya entonces no dudará en declarar: «Esta contribución […] será indis-pensable a quien se interese por este poeta». Si en mayo de 1966, Guillén habló con Oreste Macrí de «nuestra gran empresa antológica», en octubre de 1969 envía a Elsa una lista de «personas interesadas en leer su libro, nuestro libro», antes de mandarle otra «carta no breve» que «por su extensión y sus prolijas minucias» muestra «cuánto [le] ha importado y [le] importa la claridad crítica que [Elsa] añade a esa ‘clarté’ poética». Su estu-dio, declara, es «un baño de felicidad. Su libro se me convierte en la reverberación del sol en el mar, en la luz de las más felices mañanas, de las mejores horas de verano. Usted lleva Cántico a su punto de mayor exaltación».

En 1968 ve la luz Aire Nuestro, que Jorge Guillén regaló a Elsa en diciembre; annus mirabilis también, por cumplir el poeta setenta y cinco y tributársele un homenaje internacional en la Universidad de Oklahoma. Aire Nuestro llegó a manos de Elsa a la par que la edición especial de Homenaje. El acabar el detenido análisis de Cántico con un método semán-tico que había revelado gratas sorpresas, el recibir una edición suelta de Homenaje junto con la edición

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de Aire Nuestro eran motivos más que suficientes para que Elsa deseara ampliar y completar el primer estudio. Abandonando ya los procedimientos manua-les, esta segunda investigación se hará con la ayuda de las nuevas tecnologías, es decir, con un «calculador electrónico», un «ordinateur», del que se ayudará en el cómputo de «sustantivos y verbos que van tomando siempre más importancia» en la obra de Guillén, y le hagan más «fácil conocer los ‘campos semánticos’ de ambos libros». Elsa es una de las primeras hispanistas en valerse de la computación para sus estudios estilís-ticos, acentuando, así, su precisión.

Pero antes de hablar de estos estudios y nuevos artí-culos que nos llevarán a mediados de los años setenta, quisiera volver a Guillén, seguir primero la evolución de sus últimos dos libros: Y otros poemas y el inesperado Final; y decir luego cuatro palabras acerca de la única nube que atravesó su correspondencia epistolar con Elsa, pero que no pudo empañar la amistad.

Las cartas de Guillén, igual que las de Elsa, dela-tan que poner punto final a un poemario implícita-mente equivale a empezar otro. Tan temprano como en diciembre de 1965, mientras esperaba las primeras pruebas de Homenaje, Guillén declaraba por ejemplo: «Después de Homenaje quizá fuese preferible reunir todo lo demás bajo el título Otros poemas». Si se exceptúa esta referencia aislada, Guillén empieza, sin embargo, a hablar de verdad de Otros poemas a finales de 1969. Dos años después, en junio de 1971, escribe: «Yo sigo adelante con mi libro, y siempre bajo su título modesto: Otros Poemas». Declaraciones a las que siguen: «A todo esto, voy acercándome al término de Otros Poemas. Ya se lo dije: será probablemente mi último libro de ver-sos» (mayo de 1972); «Antes de salir –habré enviado a México el manuscrito de Otros Poemas–. Espero que el año próximo –en el que cumpliré, si Dios quiere, ochenta–, verá la luz ese libro» (diciembre de 1972); «Terminé –¿se lo dije ya?– la última serie poética: Otros Poemas. Envié el manuscrito a México. No sé cuándo

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se publicará» (febrero de 1973). En cuanto a Final, solo será objeto de una mención en una carta fechada a 16 de junio de 1978: «La quinta –¡y última!– serie será Final. Todavía en el telar, work in progress».

Pues bien, el doble anuncio de la entrega del manuscrito de Otros poemas llevó a Elsa a exclamar en enero y en marzo de 1973: «¡Qué pronto terminó Ud. Otros poemas!». Reiteración que no gustó del todo al autor, quien, a vuelta de correo, escribe, algo irritado, a Elsa: «En cuanto a Otros poemas (desde ayer… Y otros poemas7) le diré lo siguiente. ‘Qué pronto’ –ha exclamado usted dos veces– ‘los ha terminado usted’. Como si me hubiese abandonado a la facilidad. ¡No, no, NO! Durante siete años –del 66 al 72– jubila-dísimo ya, no he hecho más que eso –salvo alguna pequeña escritura en prosa–. He escrito dos veces más de lo que publicase. Mi ‘producción’ casi diaria, redu-cida, trabajada, se ha limitado a 530 y tantas páginas: la tercera parte».

Elsa, como Oreste Macrí, al que en 1966 Jorge Guillén había acusado «más o menos indirectamente de saintbeuvismo»8, se apresura a deshacer un posi-ble e inútil malentendido: «Querido don Jorge: no se enfade: si le digo dos veces que Ud. había terminado pronto Otros poemas, no había ninguna segunda inten-ción por mi parte. ¡Al contrario! Admiro su maravillosa constancia, su magnífica fidelidad a la poesía. Es ver-dad que ya pasaron muchos años desde Homenaje. A mí la obra me parecía tan reciente aún». Y retoma este anhelo de una jubilación que le daría por fin una libertad de investigación que perdió con su nombra-miento: «Aspiro a la pensión… con todo lo que tengo que leer y estudiar aún» (abril de 1973). Ahora bien, una cosa no cambia. Igual que en el caso de Home-

7. Buenos Aires: Muchnik Editores, 1973. 8. Véase Laura Dolfi, «Estudio preliminar. Jorge Guillén e Italia», Cartas inéditas (1953-1983). Jorge Guillén-Oreste Macrí, Valencia: Pre-Tex-tos, 2004, pág. CXXII.

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naje, el anuncio de la próxima salida de Y otros poemas solo despierta en Elsa el deseo de seguir ampliando sus estudios semánticos: «Así podré estudiar los tres conjuntos y luego, cuando parezca Y otros poemas, espero que pueda continuar. No puedo decirle cuánto me alegra la perspectiva de poder estudiar de nuevo su obra». Este deseo responde a la serenidad, a la felicidad que encuentra en la obra de Guillén, a la que contra-pone de forma explícita la sensación de desasosiego que le produjo el estudio de la obra de Gorostiza, cuyo mundo debió de resultarle tan extraño como también «le es extraño» a Guillén.

Como lo he dicho al empezar, el hilo rojo de este epistolario es la poesía de Guillén y la obra crítica de Elsa. Ahora bien, tendría que haber precisado que la agudeza crítica de Elsa, esa «claridad crítica» que tanto aprecia Guillén, es fruto de una aproximación al texto literario con las mejores y más recientes herramien-tas estilísticas, lingüísticas, retóricas –lo que sabemos quienes tuvimos el honor, el bonheur de formarnos con ella–. A falta de haber seguido clases con hispa-nistas de renombre, Elsa sí tuvo el privilegio de tener como maestro al profesor Albert Henry, «romanista y gran filólogo», aun cuando «hispanista frustrado, víc-tima de las circunstancias»9. A él, como no se cansó de recordar, debe el haber aprendido a leer el texto con minucia y rigor. El epistolario deja constancia de la forma en la que la joven hispanista se fue apropiando, forjando incluso, unas herramientas lingüísticas garan-tes del rigor que caracterizó su docencia y su inves-tigación. Tanto al inicio de sus pesquisas en los años 1960, como a mediados de los años 1970, no duda en detener el análisis literario para adentrarse en la maleza teórica. Nada más conocer a Guillén, le escribe, por ejemplo, «estoy buscando un camino en el laberinto de la estilística… Mi profesor [Albert Henry] me hace definir un método estilístico de crítica literaria antes

9. Véase nota 5 (cita, pág. 124).

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de estudiar su obra. En realidad esta investigación me lleva muy lejos de Cántico…» Casi quince años más tarde, en 1974, los estudios semánticos sobre Clamor y Homenaje comenzados en 1969 conocen un parón: «[ils] sont en veilleuse», escribe Elsa, hasta «solucionar un problema técnico de metodología. Quería basar el estudio en un esquema semántico y más bien el de Ber-nard Pottier. Pero [ni] Pottier –ni otro lingüista– solu-cionó el problema de los substantivos abstractos. Así mi primer problema será encontrar una solución para este problema. ¿Qué es un substantivo abstracto? Me es imposible admitir que en su obra ‘amor’ sea abstracto. Para ‘dolor’, palabra frecuente en Maremágnum, por ejemplo, el caso es menos claro».

No será de más insistir en los hallazgos semánticos de estos laboriosos cálculos que, en su lección pública de 1964, Elsa relaciona con los «mots-thèmes» de Guiraud, antes de valerse de una aguda observación de Charles Baudelaire: «Pour deviner l’âme du poète ou du moins sa principale préoccupation, cherchons dans ses œuvres quel est le mot ou quels sont les mots qui s’y présentent avec le plus de fréquence. Le mot traduira l’obsession». Palabra testigo (mot-témoin) y palabra clave (mot-clé) serán las dos armas de las que se valdrá Elsa para desvelar, destapar las obsesiones del poeta. Si ‘luz’ ilumina los cuatro Cánticos y precede ‘aire’ para mayor sorpresa del poeta –que la «siente tan importante como ‘luz’»–, ambas ceden el paso a ‘hombre’ en Clamor. Interesado e intrigado por estos descubrimientos y revelaciones «estadísticas» de las que tanto aprende, Guillén no dejará de interpelar a Elsa para saber si ‘corazón’, ‘espera’, ‘esperanza’, ‘opti-mismo’ y ‘optimista’, o incluso el adverbio ‘ya’ aparecen en sus obras y con qué frecuencia. En 1969, frente a la gradación luminosa tan bien estudiada, preguntará por «los poemas nocturnos. […] Lástima que nos falte un registro pormenorizado de los términos relativos a la oscuridad, a la negrura, a la noche». En octubre de 1974, después de enterarse de que Elsa ha hablado de

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él en el V Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, le vuelve a decir cuánto «le ha encantado […] que se revele ‘hombre’ como palabra clave de Cla-mor». En junio de 1978, después de descubrir el nuevo estudio sobre Maremágnum, incluido en el Homenaje que se realizó en Massachussetts, con motivo de su 85 aniversario, Guillén escribe: «Su estudio en el Home-naje de Wellesley College me ha parecido estupendo, magistral, con una especie de madurez que me ha gustado mucho. En términos de análisis lingüísticos y estadísticos da usted en el clavo, determina con preci-sión lo esencial». Algo de esa admiración profunda, de la deuda adquirida con los hallazgos en «clave lingüís-tica, de una maravillosa precisión» de Elsa trasparenta en El poeta ante su obra. Al glosar «Mientras el aire es nuestro», Guillén declara: «Elsa Dehennin, valiosa hispanista belga, descubrió con su ‘computer’, que en Cántico las palabras más frecuentes son las relativas a la luz. (Une poésie de la clarté llama a su estudio). Sin embargo, es aún más esencial el aire. Por el aire estable-cemos nuestra relación con el mundo»10. ¿‘Aire’ o ‘luz’? ¿‘Luz’ o ‘aire’? El debate se abrió en las cartas y atravesó luego las obras críticas de Elsa Dehennin y de Jorge Guillén. En 1970, en su estudio sobre Pedro Salinas y Jorge Guillén, Elsa ya había retornado a esta correla-ción. Al comentario que Guillén le había hecho sobre la importancia vital del aire, ella objeta: «Guillén-poète n’est pas un aveugle ; il vit, au contraire, passionnément par les yeux, par des yeux qu’il qualifie d’ailleurs de ‘mentaux’. Quand il a choisi le titre définitif et global, il a pensé aux autres –voyez le possessif nuestro– plus qu’à lui-même. Et c’est le poète seul que je voudrais interroger ici, à travers ses poèmes».

Los cinco artículos sobre Guillén mencionados en esta correspondencia, y que se reproducen después del epistolario, corroboran de modo fehaciente la impor-

10. Jorge Guillén, El poeta ante su obra, edición de R. Gibbons y A. L. Geist, Madrid: I. Peralta, 1979, pág. 21.

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tancia que las teorías lingüísticas, que tuvieron su auge en los años sesenta y setenta del pasado siglo, fueron adquiriendo en la reflexión literaria de Elsa Dehennin –no solo enseñó la literatura española, sino también la lingüística– al ser, hasta su jubilación, la única cate-drática de español de la sección de Románicas de la Universidad Libre de Bruselas.

Cuando se interese por la narrativa contemporánea, sobre todo al comenzar a impartir clases sobre novela hispanoamericana –los años setenta son también los del boom– y descubra a los ‘heterodoxos españoles’ –Juan Goytisolo, Julián Ríos–, harán progresivamente su aparición las categorías benvenistianas «historia/dis-curso», las teorías enunciativas, el formalismo ruso, la risa bajtiniana, etc. En resumidas cuentas, y por decirlo en palabras de Guillén: «Gramática y forma. ¡Felices bodas!». Y tampoco faltaron los clásicos españoles de los Siglos de Oro. De hecho, el Lazarillo, los pícaros, Cervantes, los místicos españoles, por supuesto, siem-pre han estado en el centro de atención de Elsa Dehen-nin como demuestra su brillante estudio sobre «Le roman picaresque a la lumière de la poétique» (1970), que se añade a otras referencias episódicas a los clásicos. Ya en marzo de 1963, declara haber dado en la radio una conferencia sobre Lope de Vega; en julio de 1963, se apasiona con la magna obra sobre Celestina de María Rosa Lida de Malkiel; en 1966, trata de conseguir el estudio de Claudio Guillén sobre Lazarillo. Alabado por Marcel Bataillon, don Jorge le solicita el suyo sobre la picaresca. Nada más leerlo, escribe a Elsa: «‘Picaresca y Poética’ me ha interesado mucho. Admiro en él su conocimiento del Siglo de Oro, su gran erudición, la gallarda energía con que se desenvuelve entre tantas opiniones. ¡El Pinciano! (Anch’io sono ‘pinciano’!)». Y no será de más insistir en el título abreviado que Gui-llén da al artículo «Picaresca y poética» y en la mención del Pinciano, para recalcar lo que mejor define y carac-teriza el trabajo de Elsa: la alianza, la boda entre forma y contenido, su voluntad de superar el acercamiento

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«sociológico» (cuando no biográfico) de los textos gra-cias a las herramientas formales. De ahí su admiración incondicional por la estilística, por el formalismo y el estructuralismo.

Poesía y crítica, investigación y clases, he aquí cua-tro de los pilares del epistolario a los que se podrían añadir aún las conferencias impartidas en el marco de congresos internacionales o de universidades extranje-ras, los homenajes celebrados, etc. A la participación de Guillén en la «Biennale de Poésie de Knokke», con la que se abre el volumen, responden los homenajes que se celebrarán con motivo de los 75, 80 y 85 años del poeta o el anuncio del Premio Miguel de Cervan-tes (1976). Por lo que a Elsa se refiere, es de obliga-toria mención su participación en cuatro de los cinco primeros congresos de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH) de la que fue miembro casi desde su fundación en 1962, secretaria de 1986 a 1992 y vice-presidenta de 1995 a 1998. Estos congresos se cele-braron respectivamente en Nimega (1965), en México (1968), en Salamanca (1971) y en Burdeos (1977) y, con la ironía que también la caracterizaba, Elsa Dehen-nin dio noticias contrastadas de ellos a Guillén: «No he aprendido mucho, pero sí encontré a gente amable e interesante»; o bien: «El congreso fue parecido a todos los congresos: lo bueno y lo malo se juntaron. […] Pero encontré a su amigo Blecua que es una persona de las más encantadoras que conozco».

Para concluir, diré finalmente que si los aconteci-mientos íntimos ocupan una parte muy residual del epistolario, no dejaremos, por ello, de enterarnos de algunos pormenores familiares, como el nacimiento del segundo hijo de Elsa; de las enfermedades propias y ajenas; de las escapadas veraniegas (en Italia, en España, en Rumanía, en Grecia, en Hispanoamérica); del estu-dio de los hijos de Elsa y Marc (Inès tiene tres años cuando Elsa recibe la primera carta, y ya es una estu-diante de Filología Románica de 21 años en 1977); del deterioro psíquico y físico o incluso del fallecimiento

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de unos amigos comunes (Josep Carner, René Buysse, la esposa de Arthur Haulot).

De la misma forma, es interesante destacar el leve contrapunto político que se percibe en algunas cartas. Contrapunto de obligada mención por un lado, si se repara en la última del poeta, fechada en Málaga a 7 de marzo de 1981 –es decir, después de casi tres años de suspensión epistolar, posiblemente debido a la avanzada edad del poeta–. Esta carta no es sino una conmovedora declaración de esperanza y de fe en el futuro democrático de España, que se había visto que-brantado de forma brutal durante las largas horas del golpe de Estado del 23-F. La declaración es también la respuesta que Jorge Guillén manda a Elsa y a los veinte estudiantes de la Universidad Libre de Bruselas, fir-mantes de otra carta de fe en el futuro democrático de España. Obligado contrapunto político de las cartas, por otra parte, si se tiene presente que Marc Galle, el esposo de Elsa, era miembro del partido socialista fla-menco y diputado desde 1977. En diciembre de 1981, en la última carta que dirige a Jorge Guillén desde la Universidad de Michigan, donde pasó un semestre docente, Elsa alude a la difícil situación política que atraviesa Bélgica: el gobierno ha caído, «los socialistas van a la oposición –como en España–» y, debido al complicado sistema belga, su marido «podría ser algo como ‘ministre sans portefeuille’», lo que, en efecto, fue. Ahora bien, a estas alusiones de carácter personal se han de sumar las referencias a las tensiones lingüísti-cas que se vivieron en Bélgica en 1962. Si Elsa se pre-ocupó por el porvenir de España en 1981, es Guillén, quien, en octubre de 1962, toma la iniciativa y escribe: «Las noticias sobre los alborotos en Bruselas no me han alarmado. Me imagino que al señor Galle no le habrán causado perturbación alguna». En realidad, los albo-rotos a los que Guillén se refiere son manifestaciones y marchas de flamencos sobre Bruselas para dejar oír su voz en el momento en que se establecen las nue-vas fronteras lingüísticas y se toman decisiones acerca

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del empleo y el reparto de las lenguas en Bélgica. Esta situación –muy belga y siempre actual– dio, por lo visto, que hablar en el extranjero. La respuesta de Elsa sobre la trascendencia de los acontecimientos no deja lugar a dudas respecto a su posición e interpretación de los sucesos. «Me doy cuenta [de] que los estúpidos alborotos de Bruselas han hecho demasiado ruido. No sé cómo se solucionará el problema ‘lingüístico’ de este país. Sería muy fácil si se escuchara la razón y no la pasión. Por mi parte, estoy convencida [de] que la solu-ción más europea –y por eso más progresista– sería la disolución de Bélgica. Pero eso los gobernantes no lo quieren, claro. Marc y yo somos flamencos sin com-plejo de inferioridad, creo; queremos mucho a Francia –tanto a sus poetas como a sus comidas–, de manera que para nosotros no hay problema». La dureza y el carácter tajante de la respuesta de Elsa, que pueden desconcertar a quienes no conozcan el complejo entra-mado lingüístico belga, debieron de sorprender al anti-belicista –y agnóstico– Guillén, ya que en noviembre de 1962 exclama: «Esperemos que no será necesario llegar a la disolución. ¡Por Dios!»; y en enero de 1963 manda a Elsa deseos de «paz entre flamencos y valo-nes, paz en todas partes». A estos dos acontecimientos políticos de gran trascendencia para los protagonistas de este epistolario, podremos aún añadir los disturbios estudiantiles de mayo de 1968, que están en el origen de la cancelación de un viaje de los Guillén a París, y en la sobrecarga de trabajo de Elsa y retraso de la publicación de su estudio sobre Guillén. Otros ecos a la política internacional serán la alusión a la oposición rusa en Checoslovaquia, a la Grecia de los coroneles o finalmente, apenas unos días después de las últimas ejecuciones, a «la España del garrote», primitiva y cruel que horrorizaba a mi maestra.

Berna-Würzburg, en este año 2012.

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NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS

Unas precisiones en cuanto a los criterios formales seguidos para la elaboración de este epistolario. En todo momento, he respetado la ortografía y la sin-

taxis de Elsa Dehennin, renunciando a ‘enmendar la plana’ a quien debo, al fin y al cabo, lo mejor de mi formación de hispanista. Tanto las cartas, como los primeros artículos redactados aún en francés delatan, sin embargo, que el uso activo de la lengua española fue una larga conquista. Elsa debió vencer numerosos obstáculos para conseguirlo, entre otros institucionales, ya que ella fue quien instauró en la Universidad Libre de Bruselas que las clases de lengua y lite-raturas hispánicas se dieran ya no en francés sino en español.

Todas las notas al pie del epistolario son mías. Con muy contadas excepciones, no me ha resultado pertinente intro-ducir notas de carácter genético (respecto de posibles tacha-duras, sobrecargas, supresiones), ya que no añadían nada a la comprensión. Tampoco me he detenido en la descripción material de las cartas. La mayoría de las de Elsa están escritas desde Bruselas, en hojas blancas, de forma A4 o A5, que alternarán, a partir de 1969, con hojas de bloc con el mem-brete de la Université Libre de Bruxelles o de la Vrije Uni-versiteit Brussel. Estas cartas se encuentran en la Biblioteca Nacional de Madrid, en el legado de Claudio Guillén, con la signatura Arch. JG/ 27/4, escrita en el margen superior izquierdo de todas las piezas. En el margen superior derecho,

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30 NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS

hay una numeración de 1 a 63. Independientemente de su datación, las ocho tarjetas postales que se conservan prece-den a las cartas en su localización actual. La transcripción se hizo sobre la base de una digitalización de las mismas, que me fue facilitada con el acuerdo de los hijos de Elsa, Inès Vermeiren-Galle y Marnix Galle.

Las cartas de Jorge Guillén, legado de Elsa, están archi-vadas en la Fundación Jorge Guillén, en Valladolid. Para su transcripción, me he basado en la digitalización que me faci-litó su director, Antonio Piedra, con el permiso de Teresa Gilman-Guillén y con el apoyo de Antonio Carvajal, al que Elsa había mandado las cartas.

En el índice de cartas ordenadas por orden cronoló-gico, se facilita, además de la signatura, el lugar y la fecha de expedición, así como también la tipología del documento en caso de que no se trate de un escrito sobre el papel habitual de carta. En el caso de Guillén, estas meras informaciones ya permiten seguir las peregrinaciones del poeta a través de Estados Unidos, Hispanoamérica y Europa.

En los cinco estudios guillenianos de Elsa Dehennin las notas son siempre las originales de Elsa Dehennin, pero he completado las referencias bibliográficas y homogeneizado y armonizado las citas de acuerdo con el criterio de la presente colección.

Como he dicho al principio, el proyecto de este episto-lario cruzado nació con el secreto deseo de rendir un home-naje póstumo a Elsa Dehennin, que hubiera cumplido 80 años el 21 de marzo de este año. El homenaje va dedicado a sus hijos Inès y Marnix y a sus cinco nietos Thomas, Vin-cent, Arthur, Alfred y Augustin. Quiero agradecer el apoyo incondicional que, desde el primer día, me prestaron Anto-nio Carvajal y Antonio Piedra para llevarlo a cabo. A sus nombres, he de sumar el de Carlos Martín Aires, de la Fun-dación Jorge Guillén, quien agilizó las gestiones y me ayudó a solventar dudas de lectura. A Pedro M. Cátedra, mi más cariñoso reconocimiento no solo por haber aceptado acoger este libro en la colección Homenajes que dirige, sino también por las muchas horas que pasó a lo largo de las últimas sema-nas para que este libro pudiera estar hoy en las manos de los lectores. De justicia y obligación es señalar que la publica-ción ha sido posible gracias a la generosa ayuda del Insti-tuto de Lenguas y Literaturas Hispánicas de la Universi-dad de Berna. Finalmente, quisiera agradecer a los jóvenes

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NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS 31

colaboradores de este Instituto David Bärtschi, Emmanuel Urtuzuástegui, Mirjam Leuzinger y Mélanie Würth la ayuda que me prestaron a la hora de transcribir las cartas de Jorge Guillén y de mejorar la calidad de los facsímiles y fotos que acompañan la edición.

1961

1. J. Guillén a E. Dehennin. Roma, 21 de marzo. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

2. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 12 de abril. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [9].

3. J. Guillén a E. Dehennin. Firenze, 2 de mayo. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

4. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 30 de junio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [10].

5. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 10 de septiembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [11].

6. J. Guillén a E. Dehennin. Bogotá, 11 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

7. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 27 de noviembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [12].

8. E. Dehennin a J. Guillén. S. n. [Bruselas, diciembre de 1961 - enero de 1962]. Madrid, BNE, Arch, JG/ 27 /4 [1]. Tarjeta postal, con membrete «Elsa Dehennin Mme M. Galle. Docteur en Philologie Romane» y la dirección particular : «18, Donderberg - Bruxelles 12».

1962

9. J. Guillén a E. Dehennin. Princeton, 6 de enero. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

10. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 24 de enero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [13].

11. J. Guillén a E. Dehennin. Río Piedras, 22 de marzo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

12. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 31 de marzo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [58].

13. J. Guillén a E. Dehennin. La Haya, 25 de mayo. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

14. J. Guillén a E. Dehennin. París, 14 de junio. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

15. J. Guillén a M. Galle. París, 14 de junio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

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32 NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS

16. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 9 de julio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [14].

17. J. Guillén a E. Dehennin. Albufeira, 13 de julio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén. Tarjeta postal, con foto de una chimenea típica de Algarve, dirigida a «Monsieur et Madame Marc Galle».

18. J. Guillén a E. Dehennin. Albufeira, 17 de julio. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

19. E. Dehennin a J. Guillén. Comacina, 3 de agosto. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [15].

20. J. Guillén a E. Dehennin. Lisboa, 22 de agosto. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

21. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 16 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

22. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 28 de octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [16].

23. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 11 de noviembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

24. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 17 de diciembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

25. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 24 de diciembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [17].

1963

26. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 5 de enero. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

27. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 6 de marzo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [18].

28. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 20 de marzo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

29. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, 25 de junio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

30. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 12 de julio. Madrid, BNE, Arch.JG/ 27 /4 [19].

31. Guillén a E. Dehennin. East Orleans, 16 de julio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

32. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 15 de agosto. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [20].

33. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 24 de setiembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

34. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 1 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

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NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS 33

35. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 24 de diciembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [21].

1964

36. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 4 de enero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

37. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 28 de febrero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [22].

38. J. Guillén a E. Dehennin. Río Piedras, 25 de marzo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

39. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 25 de mayo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [23].

40. J. Guilllén a E. Dehennin. París, 30 de mayo. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

41. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 31 de mayo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [4].

42. J. Guillén a E. Dehennin. París, 3 de junio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén. Telegrama.

43. J. Guillén a E. Dehennin. París, 13 de junio. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

44. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 16 de junio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [24].

45. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 11 de octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [2]. Tarjeta postal.

46. J. Guillén a E. Dehennin. Roma, 22 de octubre. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

47. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 23 de diciembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1965

48. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 18 de enero. Madrid, BNE, Arch. JG /27/ 4 [25].

49. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 5 de febrero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

50. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 9 de febrero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén. Tarjeta postal, con un pequeño grabado, «Veduta dell’Arno a la parte settentrionale di Firenze».

51. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 31 de agosto. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [26].

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34 NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS

52. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 29 de septiembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

53. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 12 de diciembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1966

54. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 22 de enero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [27].

55. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 18 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

56. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 30 de mayo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [60].

57. E. Dehennin a J. Guillén. S. n. [Rumanía, agosto]. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [8]. Tarjeta postal de Rumania con fotografía del Castillo de Peles.

58. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 6 de septiembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [28].

59. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 30 de septiembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [29].

60. J. Guillén a E. Dehennin. París, 10 de octubre. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

61. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 15 de octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [30].

62. J. Guillén a E. Dehennin. París, 19 de octubre. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

63. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 21 de octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/4 [5]. Tarjeta postal.

64. E. Dehennin a J. Guillen. Bruselas, s. d., octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [6]. Tarjeta postal.

65. E. Dehennin a J. Guillen. Bruselas, 16 de diciembre. Madrid, BNE, Arch.JG/27/4 [31].

66. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 21 de diciembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1967

67. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 31 de enero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

68. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 29 de abril. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

69. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 8 de mayo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [32].

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NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS 35

70. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 15 de noviembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1968

71. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 1 de enero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [33].

72. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 17 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

73. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 18 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

74. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 20 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

75. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 24 de mayo. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [59].

76. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 31 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

77. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 26 de julio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [34].

78. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 10 de setiembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

79. J. Guillén a E. Dehennin. Florencia, 28 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

80. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 16 de diciembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [62].

1969

81. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 27 de febrero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [35].

82. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 2 de febrero. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

83. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 17 de abril. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

84. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 6 de junio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

85. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 11 de junio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [36].

86. J. Guillén a E. Dehennin. Cambrige, Mass., 2 de julio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

87. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 6 de julio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [37].

88. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 4 de septiembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

Page 38: GUILLÉN - DEHENNIN

36 NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS

89. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 1 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

90. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 9 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

91. E. Dehnnin a J. Guillén. Bruselas, 30 de octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [38].

92. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 3 de noviembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1970

93. J. Guillén a E. Dehennin. La Jolla, 30 de junio. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

94. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 16 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén. Tarjeta postal con foto del «Center for the Visual Arts» de Le Corbusier.

95. E. Dehnnin a J. Guillén. Bruselas, 5 de noviembre. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [39].

1971

96. E. Dehnnin a J. Guillén. Bruselas, 12 de febrero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [40].

97. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 16 de febrero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

98. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 16 de junio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

99. E. Dehnnin a J. Guillén. Bruselas, 28 de junio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [41].

100. J. Guillén a E. Dehennin. París, 4 de julio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

101. E. Dehnnin a J. Guillén. Bruselas, 15 de julio. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [42].

102. J. Guillén a E. Dehennin. París, 24 de julio. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

103. J. Guillén a E. Dehennin. París, 3 de agosto. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

104. J. Guillén a E. Dehennin. París, 4 de agosto. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén. Tarjeta postal con deta-lle de gárgolas de Notre-Dame-de-Paris.

105. E. Dehnnin a J. Guillén. Llanes, 17 de agosto. Madrid, BNE, Arch. JG/27/ 4 [3]. Tarjeta postal con vistas de la playa de Llanes.

Page 39: GUILLÉN - DEHENNIN

NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS 37

106. J. Guillén a E. Dehennin. París, 28 de agosto. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

107. E. Dehnnin a J. Guillén. Bruselas, 1 de octubre. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/4 [43].

108. E. Dehnnin a J. Guillén. México, [sin fecha]. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [7]. Tarjeta postal con la vista, como expresa la leyenda, de «El Árbol del Tule, Oaxaca, Oaxaca, México».

109. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 19 de diciembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1972

110. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 21 de abril. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/4 [44].

111. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 4 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

112. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 8 de junio. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

113. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 21 de junio. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [45].

114. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 21 de diciembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1973

115. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 8 de enero. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [57].

116. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 1 de febrero. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27 /4 [46].

117. J. Guillén a E. Dehennin. Niza, 5 de febrero. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

118. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 15 de marzo. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [47].

119. J. Guillén a E. Dehennin. Niza, 19 de marzo. Vallado-lid, Fundación Jorge Guillén.

120. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 4 abril. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [48].

121. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 17 de abril. Madrid, BNE, Arch. JG/27 /4 [49].

122. J. Guillén a E. Dehennin. Niza, 2 de mayo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

123. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 20 de diciembre. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27 /4 [63].

Page 40: GUILLÉN - DEHENNIN

38 NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS

1974

124. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, 3 de enero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

125. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 8 de marzo. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [50].

126. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 29 de marzo. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

127. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 10 de septiembre. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [51].

128. J. Guillén a E. Dehennin, Cambridge, Mass., 14 de septiembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

129. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 21 de octubre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

130. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 7 de noviembre. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27 /4 [61].

131. J. Guillén a E. Dehennin. Cambrige, Mass., 25 de noviembre. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

132. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 29 de diciembre. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [52].

1975

133. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 6 de enero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1976

134. J. Guillén a E. Dehennin. Cambridge, Mass., 6 de enero. Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

1977

135. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 4 de enero. Madrid, BNE, Arch. JG/27/4 [53].

136. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 16 de abril. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

1978

137. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 16 de junio. Valla-dolid, Fundación Jorge Guillén.

138. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 25 de junio. Madrid, BNE, Arch. JG/ 27/ 4 [54].

Page 41: GUILLÉN - DEHENNIN

NOTA EDITORIAL E ÍNDICE DE DOCUMENTOS 39

1981

139. E. Dehennin a J. Guillén. Bruselas, 25 de febrero. Madrid, BNE, Arch. JG/ Arch. JG/ 27/ 4 [55].

140. J. Guillén a E. Dehennin. Málaga, 7 de marzo. Colec-ción particular.

141. E. Dehennin a J. Guillén. Michigan, 8 de diciembre. Madrid, BNE, Arch. JG. / 27/ 4 [56].

2002

142. Irene Mochi Sismondi de Guillén a Elsa Dehennin. Málaga, 21 de enero, Valladolid, Fundación Jorge Guillén.

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40 PROEMIO

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EPISTOLARIO

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43

[ 1 ]

Roma, Piazza S. Ignazio 170.(Desde el 15 de abril: Pensione Chiari,

Via Calzaioli 3 - Firenze).21 de Marzo de 1961.

Querida amiga:

Sí, permítame que así la llame, puesto que se interesa usted por la poesía española y ha escrito usted un libro sobre Pedro Salinas. (Libro que me gustaría conocer; no me ha sido posible lograrlo).

Joaquín Casalduero me habló de un estudio en que usted hacía intervenir el nombre del «abajo firmamente [sic]». (¿Tal vez en relación con el de Juan Ramón Jimé-nez?). Si usted quisiera que yo aclarase o precisase algunos puntos de historia literaria española, estoy a su disposición.

Muy cordialmente la saludaJorge Guillén.

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44 EPISTOLARIO

[ 2 ]

Bruselas, el 12 de abril 1961(Donderberg, 18, Bruxelles 12).

Muy distinguido señor:

No puedo decirle la emoción que sentí en recibir su carta. No esperaba que el mayor representante de la poesía española de hoy me iba a escribir a mí. Antes de todo quiero agradecerle su tan amable y generosa solicitud.

He efectivamente publicado en el año 1957 un libro sobre su gran amigo, Pedro Salinas. No tengo ningún ejem-plar en casa, pero pedí uno al editor y creo que podré man-dárselo la semana próxima. El libro no merece, sin embargo, todos los elogios que el profesor J. Casalduero le dedicó en la NRFH1. Es una versión elaborada de mi tesis de licencia-tura –un trabajo, casi un pecado, de juventud–. Ahora estoy terminando otro estudio que presenté el año pasado como tesis de doctorado y que se llamará probablemente La résur-gence de Góngora et la génération poétique de 19272. En este libro dedico un capítulo a su maravilloso Cán-tico para probar qué distancia hay entre Ud. y Góngora. Como no hay en Bélgica un maestro hispanista, mandé las páginas sobre Ud. a J. Casalduero que conoce tan bien su obra. Las leyó con mucho cuidado y me hizo observaciones interesantes. En general, su opinión me pareció muy favo-rable. En relación con Ud. casi no hablo de Juan Ramón Jiménez. Cuando seguía unas clases en la Universidad de Madrid (1956), Carlos Bousoño nos habló bastante de sus relaciones personales con JRJ. Y temo que –malgré moi– lo

1. Joaquín Casalduero, «Elsa Dehennin, Passion d’absolu et tension expressive dans l’œuvre poétique de Pedro Salinas, Gand [Romanica Gan-diense], 1957», en «Reseñas», Nueva Revista Filología Hispánica, 12 (1958), págs. 226-228. 2. Es de hecho el título con el que se publicó el libro al año siguiente (París: Didier, 1962).

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EPISTOLARIO 45

que Bousoño nos contó me quedó en la mente. Pero cuando corrija el capítulo sobre Ud. –va a ser el mes próximo– no olvidaré de borrar todo lo que no pertenece a la sola poesía. Y como Ud. me lo permite tan amablemente, le escribiré entonces para pedirle algunas precisiones. Por ahora, que-ría preguntarle si Ud. podría procurarme el texto inédito de la «Soledad tercera» empezada por Lorca en honor de Góngora. He visto la estrofa que Ud. ha publicado en las Obras completas, pero nunca encontré las demás estrofas. Me interesaría verlas. Cuando recibí su carta –antes de las vacaciones– estaba corrigiendo las pruebas de un artículo que he escrito sobre su poesía y que se publicará próxima-mente en una revista flamenca importante. Espero haber servido fielmente su obra y ayudado un poco a darle la fama que merece. Le mandaré sin falta un «tiré à part». Ahora voy a leer su …Que van a dar en la mar que compré la semana pasada en París. Me alegro mucho.

Querido don Jorge Guillén, espero que si Ud. pasa cualquier día por Bruselas o por Bélgica, me avisará. Estoy casada, tengo una niña, Inès, de tres años, y vivimos en los alrededores de Bruselas. Mi marido y yo nos alegra-ríamos de poder recibirles a Ud. tanto como a su señora en nuestra casa. La tienen a su disposición.

Muy respetuosamente le saluda E. Dehennin.

[ 3 ]

Firenze, Pensione Chiari,

Via Calzaioli 3 - Firenze2 de Mayo de 1961.

Chère Madame,

Heme, en relación con esa «firma» de un libro que hace tiempo deseaba conocer, una firma ahora… de carne y hueso. Gracias por el libro que recibiré. Me interesa,

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46 EPISTOLARIO

naturalmente, el nuevo estudio. ¿Cuándo podré leerlo? (No sé si habrá llegado a sus manos un artículo de Julian Palley, «The Metaphors of Jorge Guillén», Hispania, 19533. Su autor vive en 1305 West 6th Street, Tempe, Arizona).

Pídame usted cuantas «precisiones» necesite. ¿La «Soledad tercera de Góngora»? ¿Federico García

Lorca? Sólo subsisten los fragmentos que él me copió en una carta. No tengo aquí ningún ejemplar de Federico en persona. Semblanza y Epistolario, EMECE, Bue-nos Aires, 1959. (Hay también edición italiana con el texto de las cartas en español. Edición mucho más bonita. Sche[i]willer, Milano, 1960). Allá encontrará usted esa «Soledad tercera».

No deje de enviarme enseguida su ensayo sobre la poesía de J. G. Seguiré en Florencia hasta fines de junio. Ya le contaré.

Muy cordialmente la saluda su agradecido Jorge Guillén.

[ 4 ]

Bruselas, el 30 de junio 1961.

Muy distinguido y querido don Jorge:

Antes de todo quería agradecerle el envío de su libro y la tan elogiosa dedicatoria que Ud. le ha puesto4. Aunque no la merezco, creo, me emocionó y me alegró mucho. …Que van a dar en la mar queda para mí uno de los libros más preciosos de mi biblioteca. Por mi parte, le mando la revista flamenca que ha publicado mi artículo

3. Guillén pone un asterisco y, al final de la página, introduce la precisión siguiente: «*En relación con las de Góngora». 4. …Que van a dar en la mar, Buenos Aires: Editorial Sudameri-cana, 1960. «A la señora Elsa Dehennin, tan aguda intérprete de poesía. Jorge Guillén Firenze, 22.VI.1961».

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EPISTOLARIO 47

introductorio a su obra. El único mérito que puede tener es el de haber llamado la atención sobre su poesía tan honda 5.

Ahora, si Ud. me lo permite, me atrevo a preguntarle dos cosas en relación con unos poemas de Cántico. Según me escribió J. Casalduero, el poema «La Florida» (p. 352 en la última edición de 1950) «es un poema de amor, de embeleso del acto amoroso». Me resulta difícil interpretar el poema desde este punto de vista. ¿Qué piensa Ud.? ¿Tiene razón su comentarista?

5. Pese a mis pesquisas, no me resultó posible identificar este primer trabajo de Elsa Dehennin sobre Jorge Guillén.

Dedicatoria autógrafa en …Que van a dar en la mar (1961)

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48 EPISTOLARIO

Por otra parte, me parece extraña la explicación que P. Darmangeat da en su Jorge Guillén ou Le cantique émerveillé, p. 47, del poema «Niño», p. 27 6. No creo que haya «una vuelta a la infancia». El poema que tiene una estilística tan sutil y justa evoca para mí antes de todo el juego del mar. Me hace pensar en otros versos como «niña el agua verde» (p. 37) y otro «el mar nació niño» (no encuentro ahora la referencia).

Y la última pregunta en relación con Pedro Salinas: ¿Sabe Ud. por qué Salinas no participó tanto como los otros poetas de su generación a la celebración del cente-nario de Góngora? Está muy alejado de la retórica y de la poética de Góngora; pero ¿no le influyó la actitud negativa de Juan Ramón Jiménez?

Espero que no estoy molestándole demasiado; no que-ría en absoluto robarle su tiempo tan precioso.

Mi estudio (La résurgence de Góngora et la généra-tion poétique de 1927) está terminado. Ahora tengo que pedir un subsidio para la publicación y espero que luego saldrá pronto. Si le interesa, puedo mandarle el capítulo sobre Cántico.

Hoy mismo me han comunicado que le «Fonds National de la Recherche Scientifique» me ha otorgado un mandato de «chargée de recherches» para tres años. Así tengo que pensar en otro estudio. Me gustaría mucho proponer a las autoridades académicas: «Langue et style dans la poésie de Jorge Guillén». No creo que se haya hecho este estudio.

La semana próxima voy a Madrid y procuraré ver sus primeros poemas publicados en las revistas; buscaré también una copia del Cántico de 36, que me falta obstinadamente. Después pasaré dos semanas en Gali-cia que todavía no conozco. De todos modos estaré de vuelta en Bruselas el 15 de agosto. Puede Ud. escribirme en Bruselas –el correo seguirá–. Mis señas en Madrid

6. París: Libraire des Éditions Espagnoles, 1957. «Une telle ten-dresse ramène l’attention vers l’enfance, non plus l’enfance au berceau, mais l’enfance joueuse, libre déjà dans la clarté de ses mouvements: c’est Niño».

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EPISTOLARIO 49

desde el 9 de julio hasta ± el 23 de julio son Lisboa 4, Madrid.

Agradeciéndole otra vez, estimado y querido don Jorge, su amabilidad, le desea unas buenas vacaciones y le saluda más respetuosamente.

Elsa Dehennin.

[ 5 ]

Bruselas, el 10 de septiembre 61.

Muy distinguido y querido don Jorge Guillén:

Cuando Ud. reciba esta carta, ya sabrá Ud. la gran noticia: la Biennale de Poesía de Knokke le ha atri-buido su premio internacional. No puedo decirle cuánto me alegra esta decisión tan justa del jurado. Le felicito sinceramente y espero que cuando Ud. venga a Bélgica, tendremos la ocasión de encontrarnos. Antes de irme de vacaciones encontré por casualidad a un amigo –el miem-bro flamenco del jurado– y hablamos de poesía y más especialmente del Premio. Pensábamos que Ud., más que nadie, merecía este Premio. Me fui a España sin pensar más en lo que habíamos dicho. Pero qué fue mi sorpresa –y mi alegría– ayer por la noche cuando me llamó el mismo amigo comunicándome el feliz resultado. ¡Mucha, mucha enhorabuena!, estimado amigo. Con Ud. triunfa la gran poesía de la España eterna.

Le saluda respetuosamente a Ud. y a su esposaElsa Dehennin. Donderberg 18 Brux. 12.

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50 EPISTOLARIO

[ 6 ]

Bogotá, 11 de Octubre de 1961.

Mi querida amiga:

Me ha llegado muy tarde –¡no demasiado tarde!– su carta de setiembre, retrasmitida muy lentamente. Gra-cias por su felicitación. Yo tardé en enterarme de que un Premio –muy halagador– me había regalado el cielo de Knokke le Zoute. Enseguida pensé en usted. Entonces debí escribirle pidiéndole informaciones. Informaciones que apenas poseo hoy día. ¿Se ha publicado en Bélgica algún artículo que pudiera interesarme? De Bruselas no he recibido noticias sino de Madame Noulet et de Monsieur Haulot. Resulta que tendré que ir a Bélgica a recoger el Premio. Y eso no podrá ser antes de mayo. Estoy en Bogotá desde agosto. (Mejor dicho: estamos. Me casé. Ya conocerá usted a Irene. Romana. También la quieren mucho mis hijos). Saldremos de aquí el 22 de este mes. Dirección en diciembre: «15 Gray Gardens West - Cam-bridge 38 - Mass.»7. De enero a mayo: «Departamento de Estudios Hispánicos. Universidad de Puerto Rico –Río Piedras– P.R.»8.

¿Nos veremos en mayo o junio? Ojalá. ¿Y sus trabajos de crítica?

Muy cordialmente la saluda suJorge Guillén.

7. La información viene subrayada con lápiz rojo. 8. La información viene subrayada con lápiz rojo.

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EPISTOLARIO 51

[ 7 ]

Bruselas, el 27 de noviembre 1961.

Muy distinguido y querido don Jorge:

Antes de todo, mis felicitaciones más sinceras con motivo de su casamiento. Me alegro mucho poder conocer pronto y personalmente a su esposa, doña Irene, y a Ud. Creo que les preparan aquí para la primavera próxima una acogida simpática. Ya saben que tienen a nosotros y nuestra casa a su disposición. No sé si Ud. habrá recibido la revista flamenca y la carta que le mandé antes de las vacaciones a la Casa Bianca. Aquí han publicado recien-temente unos artículos sobre su poesía: uno de Edmond Vandercammen, académico, en Journal du Poète, y otro en Marginales de Fernand Verhesen. Todavía no los he leído. Pero llamaré por teléfono a Vandercammen que me prometió unos ejemplares que le mandaré esta misma semana. Ambos son poetas ya mayores que traducen poesía española y procuran darle la fama que merece.

Por mi parte, espero que se publicará mi libro que está listo el año próximo. Todo depende de la «Fonda-tion Universitaire» que decidirá del subsidio y no lo hará antes de la primavera. Como el Consejo de Investigaciones Científicas me ha otorgado otro mandato de tres años, he empezado otro estudio: Langue et style de Jorge Guillén. Desafortunadamente me falta el Cántico de 1936. No lo encontré en Madrid. Sólo lo vi en el Ateneo de Barcelona y allá el secretario –hombre muy poco cortés– no permitió que se saque un microfilm. Ahora he escrito a la Library of Congress de Washington, pero no sé si tendrá esta edición. J. Casalduero tampoco puede mandarme su ejemplar por-que está en Europa hasta octubre. ¿No ve Ud., por casua-lidad, la posibilidad de mandarme el Cántico de 1936? Le prometo más formalmente devolverle el ejemplar por

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52 EPISTOLARIO

envío registrado dentro de 15 días. Espero que Ud. podrá ayudarme.

Agradeciéndole otra vez su gran amabilidad, distin-guido y querido don Jorge, le saluda a Ud. y a su esposa muy cordialmente,

Elsa Dehennin.18, Donderberg Bruxelles 12.

[ 8 ]

[Bruselas, diciembre de 1961 - enero de 1962]

¡Con muchos recuerdos cariñosos y mis mejores deseos para 1962!

¡Espero que el año nuevo traerá a Ud. y a su esposa a Bélgica!

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53

[ 9 ]

Princeton, 6 de enero de 1962.

Mi querida amiga:

Le he enviado por vía marítima un ejemplar de Cán-tico, 1936. Este ejemplar pertenece a Irene, mi mujer. No tengo otro que pudiera regalarle. Ya le diré cuándo y a qué dirección le agradecería que me lo devolviese. Por ahora, no.

Caigo en la cuenta de que, tras nuestra estancia en Puerto Rico, iremos a Bélgica con motivo del Premio de Poesía. Entonces tendremos ocasión de conocernos perso-nalmente, y de entregarnos libros…

Antes de ese magno momento me gustaría recibir los artículos de Vandercammen y Verhesen. Si usted no los tuviese a mano, podría yo pedírselos a sus autores. Quisiera, de todos modos, tener las direcciones de Verhesen y Vander-cammen. Mucho le agradeceré que me las comunique.

Estoy, por supuesto, encantado con ese proyecto de libro que usted me anuncia. Y no será superfluo que, ade-más de la obra, conozca usted de visu al autor… Lo que para el autor será un gran placer.

Dentro de unos días estaremos en Puerto Rico («Departamento de Estudios Hispánicos - Universidad de Puerto Rico. - Río Piedras - Puerto Rico»).

Feliz año nuevo, y los más cordiales saludos de suJorge Guillén.

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54 EPISTOLARIO

[ 10 ]

Bruselas, el 24 de enero, 1962.

Muy estimado y querido don Jorge:

Muchísimas gracias para el ejemplar de Cán-tico (1936) que Ud. me ha mandado. He notado las «variantes» y le devolveré el libro cuando Ud. me lo diga. Entre tanto lo guardo con mucho cuidado. Supongo que Ud. habrá recibido los artículos de Van-dercammen y de Verhesen. Sus señas respectivas son: rue Papenkasteel, 41, Bruxelles 18, y rue Croix de Fer, 96, Bruxelles. En el mes de julio –me parece– le mandé la revista flamenca que publicó mi artículo de introduc-ción a su poesía. ¿La recibió Ud.? La mandé a Firenze. Recientemente se publicó otro artículo sobre su poesía in De Vlaamse Gids, con unos poemas traducidos al flamenco. Guardo el ejemplar y se lo daré cuando Ud. venga a Bruselas. Hasta ahora no he visto otra cosa en relación con su obra.

Por mi parte, no he empezado todavía el estudio de Cántico9. Estoy buscando un camino en el laberinto de la estilística… Mi profesor me hace definir un método

9. Unos meses más tarde, durante su primera estancia en Bélgica motivada por la entrega del prestigioso premio de poesía de la Biennale de Knokke, Jorge Guillén entregará a Elsa Dehennin un ejemplar dedicado de la primera edición completa del Cántico de 1950 (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1950). El ejemplar personal de Elsa lleva la siguiente dedica-toria: «A Elsa Dehennin Galle, con la fe y la esperanza puestas en su estudio de este libro, muy cordialmente. Jorge Guillén. Bruselas, 1º de junio de 1962». En otra hojita suelta, conservada en el libro, se puede leer también: «Para Elsa Galle-Dehennin, en el día de nuestro conocimiento personal. Su amigo Jorge Guillén. Bruselas, 1º de Junio de 1962». Ese mismo día, le entregó también una de las cincuenta separatas numeradas de Homenajes, publicado en Papeles de Son Armadans, 71 (febrero de 1962), con la dedi-catoria: «Para Elsa Dehennin de Galle, con mi anticipado agradecimiento Jorge Guillén. Bruselas 1º de Junio de 1962».

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EPISTOLARIO 55

estilístico de crítica literaria antes de estudiar su obra10. En realidad esta investigación me lleva muy lejos de Cántico…

El libro de que le hablé y que se llamará La résur-gence de Góngora et la génération Lorca-Guillén11 será publicado por Didier en París este año. Espero que podré enseñárselo cuando venga. Estoy encantada de cono-cer pronto a usted y a su esposa –que me ha prestado tan amablemente un libro ya raro–. Otra vez ¡muchísimas gracias, don Jorge!

Saludos muy cordiales de su Elsa Dehennin.

10. Este estudio dará pie a un artículo de estilística que hizo época: «La stytlistique littéraire en marche», Revue Belge de Philologie et d’Histoire, 42 (1964), págs. 880-906. 11. Véase nota 2. Sin duda alguna, la denominación «generación Lorca-Guillén» o, más exactamente, «Guillén-Lorca», echa raíces en un temprano estudio de Joaquín González Muela, El lenguaje poético de la generación Guillén-Lorca, Madrid: Ínsula, 1955.

Dedicatoria autógrafa en Cántico

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56 EPISTOLARIO

[ 11 ]

Centro UniversitarioUniversidad de Puerto Rico

Río Piedras - P.R.22 - marzo - 1962.

Mi querida amiga:

Ya sé cuándo nos vamos a ver. El 2 de junio será la ceremonia del Premio de Poesía. Nosotros llegaremos a

Hoja suelta con dedicatoria autógrafa en Cántico

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EPISTOLARIO 57

Le Havre el 19 de mayo en un barco francés que saldrá de aquí, de Puerto Rico. Pensamos dar una vuelta por Holanda. De modo que en los últimos días de mayo tendré el gusto de conocerla personalmente. Entonces me entregará usted varias cosas: un Cántico, un artículo en flamenco, y sobre todo, su nuevo libro: La résurgence de Góngora… En Florencia recibí un estudio en una revista. Estudio para mí hermético: no entendí más que mi nombre12… ¡Gracias!

Pero es preciso conocerse de visu. ¡Hasta pronto! Irene la saluda.Muy cordialmente suyo,Jorge Guillén.

[ 12 ]

Bruselas, el 31 de marzo.

Querido y distinguido don Jorge:

¡Cuánto me alegra su próxima llegada! Espero que Uds. tendrán una estancia muy agradable en Bélgica y por mi parte haré todo lo que puedo para que sea así. Mi número de teléfono es el 786017; me tienen Uds. a su disposición. Si puede indicarme la hora y el lugar de su llegada vendría con mucho gusto a acogerles. No sé qué planes concretos tendrán Uds.; supongo que los oficiales del Premio habrán resuelto sus problemas de alojamiento y les convidarán a muchas ceremonias. De todas formas les convidamos Marc –mi marido– y yo a pasar por lo menos una tarde con nosotros y a cenar en nuestra casa; quería-mos también hacerles visitar otro día un rincón precioso de Flandes donde tenemos unos amigos muy simpáticos y muy cultos. Si queda más tiempo podríamos hacer otras

12. Debe de tratarse del breve artículo en neerlandés que Elsa men-ciona en su carta del 24 de enero de 1962.

Page 60: GUILLÉN - DEHENNIN

58 EPISTOLARIO

cosas también muy interesantes. Haremos lo que Uds. quieran. Y mejor será hablar de todo esto.

La semana próxima iré a París con Marc para tomar unos días de vacaciones y para arreglar con la casa Didier el asunto de mi libro. No sé si habrá ya salido cuando vengan Uds. Lo espero. Guardo con mucho cuidado su Cántico de 1936; he notado las «variantes»; así puedo empezar el estudio. He leído el libro de Gil de Biedma de que me habló Sánchez Cuesta. No me ha gustado mucho y no me ha convencido.

Así, querido don Jorge, ¡hasta muy pronto! Le escri-biré una tarjeta desde París; luego esperaré la noticia escrita –o telefónica– de su llegada. Muchos recuerdos a su esposa que también será la muy bienvenida, y muy cor-dialmente suya,

Elsa Dehennin.Donderberg 18 - Bruxelles 12.

[ 13 ]

La Haya, 25 - mayo - 1962.

Mi querida amiga:

Me complazco en enviarle este saludo ya desde muy cerca. El jueves próximo 31 llegaremos a Bruselas mi mujer y yo. Me encantará «concretar el fantasma», es decir, la imagen irreal –y conocerla personalmente–.

(Supongo que la habrán invitado a la ceremonia del Premio de Poesía –que se celebrará el 2 de junio13–).

13. Entre las cartas de Jorge Guillén que guardaba Elsa, se hallan tres tarjetones: uno con el programa de la ceremonia de entrega del premio, otro con el menú y, el último, su invitación personal a la ceremonia. Edmond Vandercammen, representante de la «Academia de Lengua y Literatura Francesa de Bélgica », pronunció un discurso con motivo de la entrega del premio. Fue publicado bajo el título: «Jorge Guillén (Allocution prononcée par M. Edmond Vandercammen le 2 juin 1962, à Mons, à l’occasion de la

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EPISTOLARIO 59

¡Hasta muy pronto! Muy cordialmente,Jorge Guillén.M. Raul Perrier es quien sabe en qué hotel nos alojaremos.

[ 14 ]

Paris, V e

55 Geoffroy St. Hilaire14 de junio de 1962.

Mi querida amiga:

¡Gracias! Muchas gracias a ustedes dos, que tan gene-rosa y delicadamente nos acogieron. Conservamos un recuerdo gratísimo de nuestra estancia en Bélgica; y a ustedes les estamos particularmente agradecidos. Ahora la conozco mucho mejor –¡Dehennin y Galle!–, en su casa, con su marido, en esa ciudad. La amistad –como el amor– debe ir siempre perfeccionándose. ¡Con cuánto gusto vol-veríamos a verles! Esperamos que sea pronto.

No iremos a España. Hacia el 30 de este mes nos traslada-remos a Portugal, y allí nos reuniremos con mis hijos y nietos.

La dirección –durante el mes de julio– será: «Pensión Albuferiense - Albufeira (Algarve) Portugal».

Muchos recuerdos de Irene y todo el afecto de suJorge Guillén.

remise du Grand Prix International de Poésie 1961 des ‘Biennales de Poé-sie’ de Knokke)», Bulletin de l’Académie Royale de Langue et de Littérature Françaises, 39 (1961), págs. 240-244. Jorge Guillén leyó un texto titulado «Poesía integral», recogido en Jorge Guillén, Obra en prosa, ed. de Francisco J. Díaz de Castro, Barcelona: Tusquets, 1999, págs. 743-746.

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60 EPISTOLARIO

[ 15 ]

Paris, ce 14 juin 1962.

Cher Monsieur et Ami14,

Je suppose que votre femme vous aura communiqué le contenu de la lettre précédente. Oui, merci –de tout coeur–.

Et voici una question… flamande. Je profite de cette occasion –qui n’est pas un prétexte pour m’adresser à vous–. Passons donc à l’étage au dessus: Histoire et Litté-rature flamandes…

J’ai vu –et admiré– à Bruges le Palais de Gruuthuse. Et sur la porte d’entrée j’ai lu une devise qui m’a enchanté –et dont je voudrais me servir sur une page préliminaire d’un livre: «Plus est en vous»15.

Je voudrais savoir –en peu de lignes– quelque chose sur cette devise pour la désigner exactement dans ce livre. Et je vous serai infiniment reconnaissant de me donner quelque information –succincte– sur ce sujet.

Quels bons souvenirs nous avons, ma femme et moi, de la Belgique, de Bruxelles, et de Donderberg 18!

Bien amicalement vôtre,Jorge Guillén.

14. Carta dirigida a Marc Galle, esposo de Elsa Dehennin. 15. Se trata de uno de los lemas con los que se abre la edición milanesa de Aire Nuestro. Como se verá a continuación, el sentido de esta empresa, mote o divisa será tema de varias cartas.

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EPISTOLARIO 61

[ 16 ]

Bruselas, el 9 de julio de 1962.

Muy querido amigo:

Antes de todo me excuso de no haber escrito antes. Hemos recibido su carta tan cariñosa y también el mag-nífico libro de Salinas, El Defensor. ¡Muchísimas gracias! Hubiera tenido que decírselo antes… Pero hemos pasado una temporada bastante agitada. Después de su estancia en Bélgica me puse a trabajar: tenía que escribir un artí-culo sobre el estado actual de la estilística. Me costó tra-bajo y, mientras estaba trabajando mucho, la niña tuvo la escarlatina y estuvo muy enferma. Y cuando ya estaba mejor ella, me puse yo enferma. Ahora todo se está mejo-rando: ayer hemos hecho una maravillosa excursión con los escritores flamencos por una parte de Bélgica que no conocía y que es precioso, Limburgo. Cuando Ud. vuelva a Bélgica debemos hacerle visitar esta región. Y hoy tengo de nuevo ganas de leer y también –lo ve Ud.– de escribir (C’est bon signe!). Entretanto Ud. estará pasando con la familia unas vacaciones portuguesas. Espero que su hijo está mejor y que tienen Uds. más sol que nosotros. Todavía no he visto las fotos que hemos hecho pero están revelándo-las y incluiré sin falta las mejores en esta carta.

Marc me encarga, querido don Jorge, de decirle lo siguiente referente al lema «Plus est en vous» de los señores de Gruuthuse. Es la divisa de Luis de Gruuthuse y figuró en su «oratoire particulier» en 1474 dentro de la Iglesia de Nuestra Señora. Sólo en el siglo 19 pusieron el lema en el sitio donde lo vio Ud. Los señores de Gruuthuse eran amigos de las letras y de las artes y tenían una biblioteca famosa. Vendieron muchos libros al rey de Francia, Luis XIII, que ahora se encuentran en la Biblioteca Nacional.

El lema figura también en el manuscrito de Gruut-huse que contiene muchas canciones. Está en relación con

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62 EPISTOLARIO

la literatura alegórica del siglo 15 (± 1450). Es una con-fesión de «alto amor» de la parte del caballero. (Hay otras divisas con «plus» en esta época: «Plus oultre», de Carlos V). Hasta ahora Marc no encontró otras indicaciones pero está buscando y dice que deben existir estudios particulares sobre el tema. Si encuentra algo más, se lo comunicaremos.

De todas formas, nos alegramos mucho que algunas cosas de aquí llegarán hasta su obra.

No podemos decirle qué hondo recuerdo guardamos de su estancia en Bélgica. Estamos muy felices de haber conocido a Ud. y a doña Irene, tan simpática y tan buena. Su rica y extraordinaria personalidad está viva en noso-tros y a mí me ayudará mucho a interpretar correctamente su obra. Por lo menos, lo espero.

Esperamos, querido don Jorge, que tendremos la ocasión de recibirles a Ud. y a su esposa, y también a sus hijos, otras muchas veces, para ir perfeccionando, como lo dice Ud., la amistad, esta relación maravillosa entre los hombres.

Entretanto le deseamos vacaciones muy agradables. Nosotros salimos de aquí el 29 de julio y pasaremos tres semanas en Comacina que debe ser un sitio encanta-dor destinado especialmente a escritores. Si Uds. tienen la ocasión de pasar por el norte de Italia, les esperamos en Comacina (1). Sin duda… Clamor se volverá Cán-tico… Muchos, muchos recuerdos de Marc y toda nuestra más sincera amistad.

Elsa.P.S. Cher don Jorge,J’ai retardé l’envoi de cette lettre pour pouvoir y join-

dre les photos. Hélas, trois fois hélas… quand je suis allée les chercher ce matin, on m’a expliqué que le film est resté calé dès le debut et qu’aucune photo n’a été prise. Je ne puis vous dire ma déception. J’ai vraiment eu envie de pleu-rer. Excusez-nous! Espérons que nous aurons l’occasion de recommencer. Tout à vous,

Elsa.

(1) C/O Giuseppe Bordoli Sala Comacina.

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EPISTOLARIO 63

[ 17 ]

Albufeira, 13 - julio - 1962.

Un cordialísimo saludo, queridos amigos, desde este rincón extremo de Europa –donde nos encontramos muy bien en compañía de mis hijos y nietos–. El ejemplar de Lenguaje y poesía, me dicen, que desde Madrid les envia-ron fue devuelto. Otra vez les será enviado.

Dirección: Pensão Albuferiense - Albufeira (Algarve).Suyo,Jorge GuillénIrene.

[ 18 ]

Albufeira (Algarve)Pensão Albufeirense

17 de julio de 1962.

Mi querida amiga:

Quisiera que esta carta le llegase antes de su salida para el Lago de Como, y con el mayor gusto le contesto en seguida. Lamento que estos días recientes la hayan «agi-tado» –dice usted–; pero escarlatina y estilística están ya dominadas… Nosotros estamos bien y contentos. El clima es delicioso; este pueblo de Albufeira es muy bonito.

En este momento entra Irene. Me dice que Teresa, mi hija, y ella acaban de ver una casa donde podremos estar del 1° al 12 de agosto. Mi dirección no cambiará, pues, hasta esa fecha (Pensão Albufeirense).

Agradezco mucho a su marido los datos sobre la famosa divisa. Divisa que me conviene perfectamente

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64 EPISTOLARIO

–aplicada esta vez no por el caballero a su dama sino por el poeta al posible lector–. Es decir:

A quien leyerePlus est en vous

Divisa de Luis de Gruuthuse1474, Brujas

Necesito aclarar un punto: ¿Cómo debe escribirse ese

nombre? ¿En francés: «Louis de…» o en flamenco? Yo no creo que deba traducirse. Otra cosa: ¿Podría llamarse a este caballero «señor de Brujas»16? ¿O no hace falta título? Gracias, anticipadas. ¡Muchísimas gracias!

¡Cuánto siento lo de las fotos! Casi he llorado yo tam-bién. A sus afectuosas palabras corresponden nuestros sentimientos. Les recordamos con cariño –y con ganas de verles–. ¿Cuándo?

Suyo,Jorge Guillén.

[ 19 ]

Comacina, el 3 de agosto 1962.

Querido don Jorge:

Recibimos con mucha alegría su última carta de Por-tugal. Le contesto con un poco de retraso debido al viaje. Ya estamos desde el día 1 de agosto en esta «isola» del lago de Como. El sitio es encantador y el tiempo muy agrada-ble. Pero… la casita que tenemos está llena de insectos. Tratamos de luchar contra ellos con bombas de DDT. Al abrir la puerta el día de la llegada necesité todo el valor que pueda tener para no cerrar la puerta y marcharme

16. El epígrafe final reza: « A quien leyere | Plus est en vous | Divisa de Luis de Brujas, Señor de la Gruthuyse».

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EPISTOLARIO 65

en seguida. Hemos limpiado todo por la tarde de manera que podíamos dormir «humanamente». Pero durante la noche aves, lagartijos y no sé cuántos animales más nos han despertado. Ahora después de dos días nos estamos acostumbrando. Vivimos fuera. La isla tiene rinconcitos muy bonitos. Hay una iglesia romana con una fresca (?) (= une fresque) bien conservada. Hay además un restau-rante famoso con un dueño muy original. Hace comidas muy ricas en un jardín que podría ser romano… o griego. Como la isla es maldita desde que Barbarossa destruyó los cinco conventos que había en la isla, procura exorcisar los malos espíritus haciendo un café especial en una «mar-mite» negra donde sale humo y donde quema alcol con azúcar y donde echa por fin un café muy fuerte. De noche el espectáculo es impresionante.

Así, don Jorge, le escribo desde una isla maldita, a unos cinco metros encima del agua, casi sobre el bordo de la isla, en una casa que pertenece a los animales. En frente de la pared una araña inmensa está descansando. (Me consuelo: «Araignée du soir, grand espoir»…) Entretanto Inès duerme arriba. Marc está todavía en el restaurante. Si Uds. pasan por el norte de Italia le convi-damos a venir exorcisar la isla. Doña Irene seguramente no conocerá este rincón de su patria. Espero, don Jorge, que Uds. terminan bien su estancia portuguesa y que se continuará su estancia en Europa. Estamos de vuelta en Bruselas cerca del 25 de agosto y allá nos tienen a su disposición.

Les saludamos más cordialmente, sus amigosMarc y Elsa.P.S. Aquí estamos en la Isola de Sala Comacina (Como).

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66 EPISTOLARIO

[ 20 ]

Lisboa,Lis Hotel, Avenida da Liberdade 180

22 de agosto de 1962.

Mi querida amiga:

Espero que esta carta –de nuevo saludo estival– le lle-gará a tiempo, antes de que ustedes hayan abandonado –¿para siempre?– esa isla, tan compleja, con tal riqueza doméstica de Historia Natural 17. A estas horas ya habrán sido expulsados tales duendes inoportunos. Me imagino que la estancia en ese rincón italiano habrá sido, estará siendo muy agradable.

Mis hijos, los Gilman, se marcharon ya, camino de América. Irene y yo continuaremos en Lisboa hasta el 14 de setiembre. Estamos encantados en esta ciudad, muy bonita, en Portugal, muy interesante. El 14 susodicho nos embarcaremos en el Saturnia, con rumbo a Nápoles. Ya le di nuestra dirección: Via Maggio 7, Firenze.

(En mi carta anterior solicitaba una aclaración sobre aquel «Plus est en vous». No deje de responder a esa minúscula pregunta. ¡Gracias!). Muchos recuerdos nues-tros, de Irene y míos, para su marido.

Afectuosamente,Jorge Guillén.

17. Alusión al título de un poemario de Jorge Guillén que Elsa había adquirido el mismo año y del que Jorge Guillén le hablará en su carta del 16 de octubre.

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EPISTOLARIO 67

[ 21 ]

Firenze, Via Maggio 7.16 de octubre de 1962.

Mi querida amiga:

Ya estamos instalados –hasta abril– en Florencia, des-pués de haber pasado una temporada muy grata en Portu-gal. ¿Y ustedes? ¿Quedaron contentos de su estancia en este país? Supongo que usted recibiría la carta que le dirigí a su casa isleña.

Yo estoy acabando Clamor18, es decir, el tercero y último volumen: A la altura de las circunstancias.

Aquí tengo un ejemplar de Historia Natural19. Iba a remitírselo; pero, en realidad, no recuerdo si posee o no posee ese librito antológico. Acláreme este punto. Por cierto, he leído un interesante estudio sobre Cántico –estudio que me conviene; no por los elogios, sí por el punto de vista –en Révolte et Louanges. Essais sur la poésie moderne, de Claude Vigée (José Corti, 11 rue de Médicis, Paris, 1962).

Las noticias sobre los alborotos en Bruselas no me han alarmado. Me imagino que al señor Galle no le habrán causado perturbación alguna.

Para ustedes dos, con recuerdos de Irene, el afecto de su amigo

Jorge Guillén.

18. Clamor, como bien se sabe, consta de tres entregas en tres volú-menes, publicados en Buenos Aires: Editorial Sudamericana. [1] Maremágnum (1957), [2] … Que van a dar en la mar (1960) y [3] A la altura de las cir-cunstancias (1963). 19. Jorge Guillén, Historia natural. Breve antología con versos inéditos, Madrid-Palma de Mallorca: Las Ediciones de los Papeles de Son Armadans, 1960.

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68 EPISTOLARIO

[ 22 ]

Bruselas, el 28 de octubre 1962.

Muy querido don Jorge:

Recibí su última carta de Firenze y me alegro de saberles, a usted y a doña Irene, tan contentos, después de sus vacaciones en Portugal, con la perspectiva de una estancia bastante larga en Firenze. Hemos pasado, Marc, Inès y yo, una temporada muy agradable en la isla de Comacina. Al principio había –para mi gusto– dema-siada invasión de «historia natural». Pero se acostumbra a arañas, escorpiones, murciélagos y gatos con pulgas, y al fin nos quedamos muy contentos. Nos hemos bañado mucho y también hemos encontrado a unos pintores interesantes. El sitio era muy bonito –un poco «carte de vue»–. Supongo que volveremos un día, pero solo dentro de unos años. Ya hemos decidido de volver el año próximo a España. Es muy difícil amar España y Italia en la misma medida. Son un poco como el duende y el ángel. O, a lo mejor, solo es una cuestión de hormonas, como lo dice Marañón, creo.

En esta última semana de crisis internacional he pensado mucho en el título de su nuevo libro: le admiro, don Jorge, de estar «a la altura de las circunstancias». En la carta que usted nos mandó a Comacina y que recibimos con un retraso inverosímil, ya de vuelta en Bruselas, solicitaba usted una aclaración sobre «Plus est en vous». No recuerdo si le contesté y si solucioné todo lo que usted quisiera saber. Ya tengo la refe-rencia de un libro muy serio sobre la familia de Gruuthuse. Si le falta alguna explicación, creo que podré dársela.

Esta semana recibí el primer ejemplar de mi libro La résurgence de Góngora et la génération de 1927. En seguida pedí otros ejemplares y espero que podré mandarle uno esta semana. ¿Tendría usted por casualidad las últimas señas de J. Casalduero? He perdido sus «huellas». Por fin, he empezado de veras, el estudio de Cántico. ¡Por ahora pro-curo no perderme en un montón de fichas! No puedo decirle

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EPISTOLARIO 69

cuánto placer me procura este trabajo. Es usted, don Jorge, un poeta total. Todavía no he visto el trabajo de Cl. Vigée que Ud. me señala, pero lo tengo pedido20. Tengo un ejemplar de Historia natural. Pero me falta El argumento de la obra. Si usted pudiera prestarme algún ejemplar, se lo agradecería mucho. Estoy convencida que es un documento importante.

Me doy cuenta que los estúpidos alborotos de Bruselas han hecho demasiado ruido. No sé cómo se solucionará el problema «lingüístico» de este país. Sería muy fácil si se escuchara la razón y no la pasión. Por mi parte, estoy convencida que la solución más europea –y por eso más progresista– sería la disolución de Bélgica. Pero eso los gobernantes no lo quieren, claro. Marc y yo somos flamen-cos sin complejo de inferioridad, creo; queremos mucho a Francia –tanto a sus poetas como a sus comidas–, de manera que para nosotros no hay problema.

Querido don Jorge, aquí me despido de usted. Espero que podrá terminar Clamor lo más felizmente posible. Marc y yo le saludamos a usted y a su buena doña Irene con cariño y afecto.

Elsa.

[ 23 ]

Florencia, 11 de noviembre de 1962.

Mi querida amiga:

La siento a usted, a través de su carta, bien instalada de nuevo en su hogar y en sus trabajos. Las agitaciones públicas no son tan fuertes como para alterar la labor serena. Esperemos que no será necesario llegar a la diso-lución de Bélgica. ¡Por Dios! Nosotros continuamos bien en este marco provincial de Florencia. Sigo adelante con

20. A lo largo de los siguientes años, Elsa Dehennin citará varias veces el estudio de Claude Vigée, entre otros, en los primeros artículos que escribió sobre Jorge Guillén reproducidos en este volumen.

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70 EPISTOLARIO

mis papeles. Y esto me hace pensar de nuevo –y se lo digo porque deseo una definitiva aclaración– en aquella frase flamenca. Yo la redactaría así:

Plus est en vous. Divisa de L. Gruuthuse

1474, Brujas

1º. ¿Cuál es el nombre de pila anterior al apellido?2º. ¿Son correctos esos datos? 3º. ¿Cómo los redactaría usted?Estas minucias exigen la mayor exactitud. Además,

creo en esa divisa. Plus est en vous –en usted, esta vez, querida Elsa–.

Muchos recuerdos de Irene y míos para su marido, Irene la saluda. ¡Gracias, muchas gracias! Afectuosamente,

Jorge Guillén21.

[ 24 ]

Firenze, 17 de diciembre de 1962.

Mi querida amiga:

Leí –en cuanto llegó– su libro, y lo leí y absorbí con avidez. Y pensando escribirle una carta larga con algunas observaciones de pormenor sobre el capítulo que me con-cierne, retrasé mi carta. Estuvimos en Roma, volvimos a la Ciudad Eterna, pasado mañana voy a Padua. Total: dejo para después de Navidad mi «carta literaria», pero no sin decirle ahora, y muy sinceramente, que su libro me ha inte-resado mucho, porque tiene lo que debe tener una obra de esa clase: inteligencia, sensibilidad, cultura y vida. ¡Qué aguda

21. En el margen izquierdo de la primera hoja, está escrito verti-calmente, «La nueva dirección de Casalduero es: 37 Washington Square – West, New York 11, N.Y. ¡Espero su libro!». Y en el margen izquierdo de la segunda hoja: «Recibirá usted El argumento».

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EPISTOLARIO 71

e iluminadora animación hay en esas páginas de análisis crítico! Y luego dirán que Góngora es un poeta oscuro que aburre al lector de hoy… Está usted muy bien armada para el estudio estilístico, lo que celebro pensando en su trabajo sobre Cántico. ¡Y qué información! El libro está hecho con entusiasmo, con placer: usted saborea la palabra, goza con la poesía. ¡Bien, bien! Su futura obra será aún mejor. Gracias, muchas gracias por su atención pasada y presente.

Felices Navidades. Feliz Año Nuevo para ustedes tres. Que sea un año de paz. Y… trabajemos, ahora, trabaje-mos. Afectuosamente –con afectuosos recuerdos de Irene–,

Jorge Guillén.

[ 25 ]

Bruselas, el 24 de diciembre 1962.

Muy querido don Jorge:

Hace unos días iba a escribirle cuando me llegó su carta tan amable. ¡Muchísimas gracias para todo lo que Ud. me dice! Leeré con gran interés su carta «literaria». Yo espero –y también pienso– que el libro sobre Cántico será mejor, porque la materia del estudio me entusiasma más: es toda positiva –y eso no fue siempre el caso para el estu-dio anterior–. Ahora estoy leyendo el Cántico de 1945 y sigo trabajando fielmente todos los días. No puedo decirle cuánto placer me da este trabajo.

Para su próximo libro le doy –en una hojita sepa-rada– las informaciones que encontré en un libro sobre Louis de Gruuthuse. Creo que puede Ud. redactar la divisa correctamente de este modo (se la doy en francés):

Plus est en vousDevise de Louis de Bruges

Seigneur de la Gruthuyse (+ 1492)

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72 EPISTOLARIO

Espero que A la altura de las circunstancias saldrá pronto. La divisa es magnífica y no se debe olvidar que «le plus est en vous», querido don Jorge, y en Ud. solo. Aquí todo sigue bien: Marc ha terminado su doctorado y lo defenderá –ojalá– dentro de dos meses. La niña que tiene ya cinco años es toda una explosión de vitalidad: pinta, escribe (?) y canta todo el día.

El mes pasado Georges Poulet ha venido a Bruselas y ha hecho dos conferencias excelentes: una sobre Proust y otra sobre el pensamiento simbolizante.

De paso, también el mes pasado, por París compré el libro de Claude Vigée. Lo que dice es muy justo, pero a mí me parece un poco largo. Admiro tanto la concisión de Poulet. ¿Sabe Ud. algo del libro de González Muela? Supongo que saldrá dentro de poco.

De España tengo pocas noticias. Sólo envié el libro a Gerardo Diego. ¿Piensa Ud. que hay otros españoles a quienes podría mandar un ejemplar? ¿No me habló Ud. de Blecua, en Barcelona?

Pero no quiero cerrar esta carta sin desearles, en estas vísperas de navidades, a Ud. y a doña Irene un año nuevo muy feliz. Ya sé, don Jorge, que Ud. tiene dentro todo lo que necesita para gozar sabiamente de la vida. Espero, sin embargo, que ningún «accidente» venga alterar su tan sereno y tan alto placer. Sabemos todos que el peor accidente sería la guerra. No sé porqué, pero en esta tem-porada, tengo mucha confianza en el futuro. Veremos. Y que también, por fin, se solucione el problema de España. ¡Ojalá!

Aquí les dejo, queridos amigos, tan contentos en su querida Firenze. Muchos, muchos recuerdos cariñosos de Marc y unos abrazos afectuosos de

Elsa.

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73

[ 26 ]

Florencia, 5 de enero de 196[3]22.

Mi querida amiga:

Tengo ante mí su libro. Durante la lectura señalé con una rayita –en las márgenes– los puntos que podían ser objeto de aclaración desde mi punto de vista y en la parte de la historia que a mí se refiere.

1. Página 75. Ni Salinas ni Guillén acabaron su edi-ción de Góngora. Pedro, me parece, debió de hacer muy poco, si es que comenzó. Yo no terminé mi trabajo. Por eso, y no por escrúpulos, aquellas anunciadas ediciones gongo-rinas no vieron la luz. Ni la luz ni la sombra.

2. P. 85. ¿Galdós, «écrivain reactionnaire»?3. P. 138. (Entre paréntesis, conste el disgusto que

me causa siempre el empleo de la palabra «deshumaniza-ción», o «deshumanisateur». ¡Qué horror!).

4. P. 206. Cántico, edición completa. Yo cuento 334 poesías, porque las dos dedicatorias –inicial y final– pue-den considerarse poemáticas.

5. P. 207. Yo he traducido Le Cimetière marin en 1929, cuando era profesor de la Universidad de Murcia.

22. La carta está fechada a 5 de enero de 1962, un error de datación frecuente con el cambio de año civil.

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74 EPISTOLARIO

La Revista de Occidente publicó la traducción en el 29, y en el 30 apareció la segunda edición, revisada en París.

6. P. 207. Lo que yo empecé a preparar fue la edición de las octavas.

7. P. 208. Esta comparación –o confrontación– con Góngora me causa una especie de gêne, me ruboriza men-talmente. ¡Por Dios!

8. P. 211. «Memorial» es un documento, no un «clerc». «Memorial de desgracias» dice Cervantes. O 1 documento dirigido a las autoridades, al Rey, etc.

9. P. 219. «¡Desierta refulgencia!». No es el mar quien no está habitado. El «desierto» se refiere a la esfera, «tan abstracta!»23.

10. P. 219. Poeta «anti-abstrait». Esto me debería halagar. Pero ¡es demasiado! No hay lenguaje que no sea abstracto y concreto a la vez.

11. P. 219. «Salvación de la primavera», escrito en 1931-1932, publicado en el 32 (Revista de Occidente), y luego, efectivamente, en la edición –la segunda– del 36.

12. P. 220. «Desnudo». Poema de verano, de tarde interna en una penumbra de casa –más o menos «meri-dional»–. El poema avanza desde la penumbra hacia un primer plano. O, más bien, es la vista del contemplador quien va progresando.

13. P. 221. Al escribir «La Florida», la reminiscen-cia de Rimbaud fue consciente; inconsciente, la de Juan Ramón. Él me lo reprochó como un «plagio». Yo se lo res-tituí: Era, sin duda alguna24, un texto leído, asimilado y olvidado.

14. P. 222. Yo no he sentido nunca esa equivalencia entre «vie» y «plaisir».

15. P. 222, nota. «La Florida es un poema de amor», sí, pero no referido al «embeleso del acto amoroso» –como «Salvación de la Primavera», o «Anillo», o «Más esplen-dor», o «Pleno amor». (Hay alguna poesía más).

23. Elsa Dehennin subrayó en el margen izquierdo esta precisión. 24. Siguen tres palabras tachadas e ilegibles.

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EPISTOLARIO 75

16. P. 225. «La rosa». En la primera, en la segunda y en la tercera edición se mantuvo la dedicatoria; fue reti-rada de la cuarta. (Me pareció que la pobre rosa estaba bien pisoteada)... Ahora, en la segunda edición completa, 1962, he repuesto la dedicatoria. Tel qu’en lui-même enfin...

17. p. 229. «La rama sencilla». Este verso sencillo ¿habría «choqué» a Góngora? Él lo habría considerado en su contexto. ¿Cómo imaginarse a un poeta del XVII como lector en el XX?

18. P. 237, nota. «Bloque del aire». También en «Una ventana»: p. 145: «Una profundidad de trasparen-cia en bloque».

19. P. 239. «Galán temprano» es una de las primeras poesías de Cántico, de las que proceden de 1919. El galán no es el sol ni la camarista es la tierra. ¡La camarera y un muchacho, nada más!

20. P. 239. «Damas altas», damas; y por el aire, las calandrias. Mujeres y pájaros.

21. P. 241. Esto de «l’infra-réel» no está claro para mí. ¿Y por qué «l’infrastructure» de las cosas?

22. P. 243. «La silva gongorina». La silva –en forma más o menos libre respecto a determinados «modelos»– se encuentra en Cántico. («Paso a la aurora», «A vista de hombre», «Vario Mundo», «Las cuatro calles», etc.)

23. P. 252. La poesía de Góngora, según Dámaso Alonso, Salinas, J. G., etc., no está «dégagée du réel». Lo expresa y lo interpreta según ciertos modos. (En cuanto a mi opinión, véase Lenguaje y Poesía).

24. P. 253. «Le type de recréation lyrique, indépen-damment de tout contenu…» ¿En qué sentido? ¿Es posible una lírica sin contenido, sin asunto, sin referencia a una realidad interior o exterior?

25. P. 257. Salinas no ha compuesto ningún «ejer-cicio» gongorino, y en sus versos25 es posible que no haya influencia de Góngora. Pero su actitud respecto al cor-dobés era la misma exactamente que la de sus amigos y

25. Tacha poemas y escribe encima versos.

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76 EPISTOLARIO

compañeros. Salinas firmó la «invitación» al Centenario. En Madrid asistió a los funerales26. Y a Sevilla no fue en aquella memorable ocasión por razones personales y prác-ticas –que sería ahora prolijo enumerar–. En Reality and the Poet, figura una conferencia– muy afirmativa– sobre Góngora; a quien dedicó numerosas clases en sus cursos de América. (Por ejemplo, «Góngora, poeta cósmico»). Sali-nas, sin duda alguna, no estaba más distante del gran andaluz que los demás. (Y ningún no-andaluz más entu-siasta de Andalucía que él).

¡Basta! Sírvame de excusa, al menos, el interés que he puesto en la lectura de su libro. Se entiende que todo lo demás no mencionado me parece exacta crítica. (Y pongo aparte los excesivos elogios). Me gusta sobre todo en este estudio el amor a la poesía que lo sostiene sin cesar, la sensibilidad, la gracia, el calor humano. (¡Oh, ninguna «deshumanización»! Horrible término).

Y gracias de nuevo por su última carta. Le agradezco mucho la información tan puntual sobre «Plus est en vous». La frase me servirá de epígrafe para otro libro, no para el inmediato –el cual, por cierto, está ya concluso–. Irene lo está copiando. A la altura de las circunstancias saldrá dentro de muy pocos días para Buenos Aires27. La obra de González Muela, ya impresa –me parece– debe salir muy pronto.

He recibido una carta –amabilísima, encantadora– de la encantadora señora Buysse, que ha leído sus páginas, las de usted, con gran complacencia. Esta doble amistad, personal y literaria, se la debemos a ustedes. Gracias tam-bién.

¡Buen año nuevo! Paz entre flamencos y valones, paz en todas partes. Muchos recuerdos a su marido. Besos a la niña, y para ustedes también los muy cordiales saludos de Irene. Afectuosamente,

Jorge Guillén.

26. Frase interlineal, escrita encima de otra tachada e ilegible. 27. Fue publicado por Editorial Sudamericana en 1963.

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EPISTOLARIO 77

Personas que se interesan por su libro:Prof. Oreste Macrí. Facoltà di Magistero, Via del

Parione, Firenze –o Via Francesco Nullo 4, Firenze–.Prof. Mario di Pinto, Via Massimo Stanzione I

Napoli.Prof. Carmelo Samonà, Viale Bruno Buozzi, 18,

Roma.Prof. José Manuel Blecua, Folgarolas 18, 2º, Barce-

lona.Prof. Rafael Lapesa, Residencia de Profesores, Isaac

Peral 3, Madrid.(Dámaso Alonso va a pasar unos meses en Oxford.

Es probable que esté ya allí o que se traslade pronto a esa ciudad).

Prof. Edward M. Wilson, Emmanuel College, Cam-bridge, England.

Prof. Marcel Bataillon, Collège de France, rue des Écoles, Paris.

Pierre Darmangeat, 33 avenue Ernest Reyer, Paris 14.

Prof. Ramón de Zubiría, Rector de la Universidad de los Andes, Apartado aéreo 4976 Bogotá, Colombia.

Prof. Concha Zardoya, 125 Phyllis Court, New Orleans, 23, Louisiana, U.S.A.

Guillermo de Torre, Suipacha 1336, Buenos Aires.Claudio Guillén, 64 Wiggins Street, Princeton (New

Jersey), U.S.A.(Para una probable recensión en la N. R. d. Filología

Hispánica, Antonio Alatorre, El Colegio de México, Gua-najuato 125, México D. F. México).

(Rafael Alberti vive ahora en Puyrredón 2471, 9º Buenos Aires).

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78 EPISTOLARIO

[ 27 ]

Bruselas, el 6 de marzo 1963.

Querido don Jorge:

Antes de todo, muchísimas gracias para sus dos envíos: recibí la «carta literaria» y su Antonio. He leído varias veces su carta literaria; en realidad no merecía tanto. Procuraré aprovechar todas sus observaciones. Lo triste aquí en Bélgica es que no hay maestros hispanistas. Siempre he tenido que trabajar sola y así más de una vez me equivoqué en la interpretación de un poema. No hay más remedio que seguir equivocándose y corrigiéndose. Mr. Henry que Ud. encontró en Mons ha sin embargo sido un maestro ejemplar para mí: me aprendió la téc-nica estilística, o mejor dicho la técnica de interpretación estilística. Y es algo muy importante, pero no es todo. He pedido más ejemplares a la librería Didier y mandaré el libro a varias personas que Ud. me indica. Mandé ya un ejemplar a M. Bataillon pero no me contestó. Eso me extraña un poco porque es un hombre muy cortés y afec-tuoso. Quizás se perdió el ejemplar que le mandé vía el Bulletin Hispanique.

He leído con mucho placer Las tentaciones de Anto-nio28 donde se encuentra lo más esencial de su personalidad poética. Mi ideal sería determinar todos los elementos que caracterizan de manera inconfundible la obra de un poeta. Así sin saber quién es el autor de un poema, por ejemplo, quería poder identificarlo después de haber reconocido los varios elementos –temáticos y propiamente estilísticos– que componen lo más personal de su obra. El «pastiche» podría ser un ejercicio útil. Espero un día aislar los elementos

28. Santander: [Taller de Artes Gráficos de los Hermanos Bedia], 1962. El ejemplar de Elsa Dehennin lleva dedicatoria: «Para Elsa D. Galle, con la admiración y el afecto de Jorge Guillén, Florencia, 8 - Febrero - 1963».

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EPISTOLARIO 79

axiales de Cántico. Estoy empezando la última edición de 1950. Tengo algo de retraso. He tenido que preparar para la radio una larga conferencia sobre Lope de Vega y con ese invierno «siberiano» mi rinitis me ha hecho sufrir. Espero que con la primavera, el sol y el calor todo irá mejor.

¿Cómo han pasado Uds. el invierno en Firenze? Muy bien supongo. Me alegro que Uds. están disfrutando una tan larga estancia italiana.

Aquí me despido una vez más de Ud., querido Don Jorge. Marc les saluda, a Ud. y a Doña Irene, muy cordial-mente. Si Ud. tiene la ocasión de prestarme El argumento de la obra se lo agradecería muchísimo. ¡Muchísimas gra-cias para su gran amabilidad! Muchos recuerdos y toda mi amistad para Uds. dos,

Elsa.

[ 28 ]

Firenze, 20 de Marzo de 1963.

Mi querida Elsa:

Gracias por su carta afectuosa, animosa, con proyectos y afanes de trabajo, y atenta a su labor en marcha. Está agotado El argumento de la obra, pero algún ejemplar encontraremos; de todos modos se publicará la edición –bilingüe– italiana. Acaba, por cierto, de aparecer el libro de González Muela –La Realidad y J. G.– editado por Ínsula (Carmen 9, Madrid). No me ha llegado aún. Es sin duda una obra excelente.

El invierno, también aquí, ha sido rudo. La prima-vera se resiste a presentarse. Nosotros nos iremos pronto «con la música a otra parte». El 16 de abril nos embar-caremos en el Cristoforo Colombo: Génova-Nueva York.

Nuestra dirección será la de Teresa, mi hija. 15 Gray Gardens West - Cambridge 38, Mass.

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80 EPISTOLARIO

No se me pierda usted, escríbame a la remota Amé-rica, tan cercana. Irene los saluda. Recuerdos míos al señor Galle. Una sonrisa para la niña.

Y mi afecto a la madre,Jorge Guillén.

[ 29 ]

Cambridge, 25 de Junio de 1963.

Mi querida e inolvidable amiga:

Estamos en estas Américas desde el 25 de abril. La dejé a usted en Florencia, quiero decir, allí le escribí la última vez. Nos encontramos con salud –¡toquemos madera, hie-rro!– y con ganas de seguir adelante: estos hijos y nietos, el trabajo diario… Queda terminado Clamor, aumenta Homenaje. Vamos a pasar julio y agosto a la orilla del mar: allí tendré reunida a toda la tribu. De modo que nuestra inmediata dirección será: General Delivery - East Orleans, Mass. La dirección permanente –permanente hasta el año próximo– es: 15 Gray Gardens West – Cam-bridge 38, Mass.

Salió La realidad y Jorge Guillén, publicada por Ínsula. Se lo enviará su autor, Joaquín González Muela. Yo le he sugerido que reseñe en alguna revista norteame-ricana su libro sobre Góngora «y los del 27». Me dice González Muela, tan excelente filólogo y crítico y tan excelente persona: «¡Claro que me gustaría reseñarlo y poseerlo! Tengo una deuda con Elsa Dehennin, ella me citó bastante elogiosamente en su libro sobre Pedro Sali-nas. Y yo la pagué con pedantería en la reseña que publi-qué en el Bulletin of Spanish Studies de Liverpool. Así es que tengo ganas de sacarme la espina y mandarle un ejemplar de La realidad y J.G. y pedirle ese libro que usted menciona. Por favor escríbala usted y déme sus señas».

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EPISTOLARIO 81

Dirección permanente de J. G. M.: Western Reserve University - Cleveland, Ohio. ¿Qué es de su vida, su hija, su marido, sus trabajos? Recuerdos afectuosos para todos de Irene y míos.

Con afecto,Jorge Guillén.Tengo un ejemplar para usted de El argumento de la

obra. ¿Adónde se lo envío? 29.

[ 30 ]

Bruselas, el 12 de julio de 1963.

Muy querido y estimado don Jorge:

Acabo de recibir su última carta de América y me alegro mucho de saberle y toda su familia tan contento y con salud en los Estados Unidos. Supongo que por ahora toda la «tribu» estará disfrutando unas vacaciones encan-tadoras a la orilla del mar. Para nosotros, este año, no habrá vacaciones: espero para el fin de este mes de julio el nacimiento de un hijo –todos me dicen, no sé por qué, que será un hijo–. Pensábamos pasar unos quince días en la costa belga pero Inès se puso enferma –tiene «sarampión» (la rougeole), y así tuvimos que volver a casa después de una semana.

Mi trabajo se lleva bien, creo. Acabo de terminar la primera fase: después de haber leído los 4 Cánticos, ana-lizado cada poema, resumido los grandes temas, he trans-crito sobre fichas todos los sustantivos de Cántico. Ha sido un trabajo largo. Ahora voy a empezar a hacer cuentas; los resultados me intrigan. Más tarde, después del naci-miento, en el mes de septiembre empezaré la segunda fase del estudio: el estudio del «argumento» de Cántico y en

29. La dirección y la despedida están escritos verticalmente en el mar-gen izquierdo y superior de la primera hoja.

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82 EPISTOLARIO

correlación con él el análisis del vocabulario. En resumen: reuní hasta ahora los materiales, falta lo más importante, el estudio sistemático de su conjunto. Podría terminar este trabajo, creo, dentro de un año, por lo menos si me dejan trabajar en el Consejo Superior de Investigaciones Cientí-ficas. Si me dan un cargo de catedrático, ya no sé cómo me arreglaría. Yo prefería antes terminar este estudio que me gusta tanto y luego enseñar. Todavía no recibí el libro de González Muela, pero lo compré hace varias semanas. Le leí con mucho interés. Sobre el «fondo» estoy casi comple-tamente de acuerdo con él. Sobre el método, no. Después de su magnífico libro anterior esperaba algo más científico y sólido. Tengo preparada una reseña y la publicaré en una revista belga30. Hoy mismo le mando un ejemplar de La résurgence de Góngora… No dudo que González Muela es uno de los mejores críticos españoles actuales y me gustaría mucho saber lo que él piensa de mi libro.

Estoy leyendo también en estos días el libro magnífico de María Rosa Lida de Malkiel, La originalidad artística de la Celestina. Es una maravilla que me aprende tantas cosas. Me esperan además unas traducciones. Así no me falta trabajo y eso me gusta. A Ud. también, lo sé, le gusta muchísimo el trabajo diario. La semana pasada pasamos una tarde encantadora con la familia Buysse en su casa de Deurle. Todos le recuerdan con cariño y admiración y le saludan muy, muy cordialmente. Ellos pasarán sus vacaciones en el mes de septiembre en Italia. A ver si un día podamos reunirnos otra vez. ¡Ojalá!

Querido don Jorge, aquí me despido otra vez de Ud. Le escribiré en seguida después del parto. Si entretanto Ud. pudiera mandarme un ejemplar de El argumento de la obra se lo agradecería muchísimo.

Marc le manda a Ud. y a doña Irene toda su amistad. Por mi parte les abrazo sinceramente. ¡Hasta pronto!

Elsa.

30. Elsa Dehennin reseñó, de hecho, el libro y conservó el borrador tapuscrito del artículo en su ejemplar personal. Sin embargo, no me resultó posible localizar la reseña.

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EPISTOLARIO 83

[ 31 ]

Eaest [sic] Orleans, 16 de julio de 1963.

Mi querida amiga:

Su carta no puede ser más vital, además de ser tan cariñosa. Está cargada de futuro. ¡Esa inminente cria-tura! «Que tenga un buen cuarto de hora», se decía en España cuando se acercaban esos trances. Felicidades, muchas felicidades por anticipado.

Y la preparación de la otra criatura verdaderamente me conmueve, me impresiona. Es admirable el rigor y más admirable el fervor que pone en su trabajo.

(También yo estoy llevando a su término poco a poco la empresa de leer el gran libro de María Rosa Lida. Era una mujer extraordinaria. Yo por ella sentía y sentiré siempre admiración y afecto).

Recordamos siempre con gran simpatía a los Buysse. A la señora Buysse le enviaré algún texto mío cuando lo tenga a mano. ¡Señora inolvidable!

Muchos recuerdos a su marido y a la niña. Irene los saluda a todos. Afectuosamente,

Jorge G.Hoy mismo escribiré a González Muela.

[ 32 ]

Bruselas, el 15 de agosto de 1963.

Muy querido y estimado don Jorge:

Ya es tiempo de anunciarle la buena noticia: tenemos un hijo, un niño de 3,600 kg., rubio, que se llama Mar-nix y que parece mucho a su padre. Somos todos muy, muy

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84 EPISTOLARIO

felices. Nació el 22 de julio, a las siete de la tarde. Por la mañana, antes de salir para la clínica, recibí su última carta –tan entusiasta como siempre–. Todo pasó muy bien y después de estas tres primeras semanas empiezo a tener algo de tiempo para escribir y para leer. Mi primera carta va a Ud. que ha sentido y cantado con tanta vitalidad el nacimiento de la nueva «criatura». Ya hemos sacado unas fotografías del pequeño, y si esta vez salen bien, le man-daré sin falta las más bonitas en mi próxima carta. Mi trabajo queda parado, claro, y lo quedará, supongo, hasta el mes de septiembre. He visto, sin embargo, algunas revis-tas y encontré más de una vez su nombre: en una entre-vista con Cl. Couffon en Norte31 (Amsterdam) y encima de unos poemas en Ínsula. Lo leeré todo con la debida atención más tarde.

Supongo que Ud. y su familia habrán pasado unas vacaciones muy agradables. Quizá piensan ya en la vuelta a la ciudad y la vida normal. ¿Cuándo les veremos otra vez en Europa? Esperamos que sea el año próximo. Por ahora, nosotros no tenemos ningún proyecto de viaje. Veremos más tarde, después del invierno. De todas formas, esperamos que podremos encontrarles. Entretanto les salu-damos Marc y yo, muy cariñosamente. Pensamos muchas veces en Ud. y en la encantadora doña Irene y les decimos muy sinceramente: ¡hasta pronto, queridos amigos!

Elsa.P.S. ¿No se olvida Ud. de El argumento de la obra?

¡Muchísimas gracias!

31. Se publicó luego en forma de plaquette: Claude Couffon, Dos encuentros con Jorge Guillén, París: Centre de Recherches de l’Institut d’Études Hispaniques, 1960. Jorge Guillén mandó a Elsa un ejemplar con una breve dedicatoria: «Para E.D.G JG, B. 5-VI-1964».

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EPISTOLARIO 85

[ 33 ]

Cambridge 38, Mass.15 Gray Gardens West

24 de Setiembre de 1963.

Mi querida amiga:

Me da vergüenza contestar con tal retraso a su última carta, la carta en que usted me anunciaba el nacimiento de la nueva criatura. ¡Enhorabuena! Enhorabuena a la madre, al padre y al niño Marnix –que a estas horas ya pesará bastante más de los iniciales 3,600 kilos, y casi casi ya hablará en los dos idiomas de su país. Supongo que usted habrá reanudado sus labores intelectuales. (Recibirá usted pronto El argumento de la obra y el recentísimo A la altura de las circunstancias: acaba de aparecer en Bue-nos Aires). Yo sigo con mi trabajo habitual: Durante estas últimas semanas he traducido –para Homenaje– algunas poesías de varios poetas. Estamos ya reinstalados en Cam-bridge, donde sentimos ya una temperatura otoñal; pero hoy el día es hermoso, y esta luz de las tres de la tarde es maravillosa.

Por cierto, ¿se adjudicó este año el nuevo Gran Prix International de Poésie32? No sé nada; los amigos de Bruselas no me escriben. (¿Cuál es la actual dirección de Madame Noulet?). Muchos recuerdos de Irene. Y para ustedes dos, la enhobrabuena y el afecto de su

Jorge (G).

32. En 1963, fue Octavio Paz quien recibió el prestigioso galardón.

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86 EPISTOLARIO

[ 34 ]

Cambridge, 1o de octubre de 1963.

Mi querida amiga:

Después de escrita mi reciente carta, recibí carta de González Muela –quien me dice: «Recibí una carta y el libro de Elsa Dehennin–. Ha hecho un magnífico alarde en este último. En las páginas dedicadas a Ud. se le han escapado algunas cosas importantes, creo, como por ejem-plo decir que la parte central de Cántico está dedicada a Góngora, y eso debe de querer decir algo en la estructura del libro. En general está muy bien el estudio y esa mujer demuestra ser una gran hispanista».

Evidentemente…Y yo quedo firme en mi convicción. ¡Amaos los unos

a los otros!¿Cómo sigue el niño? Recuerdos de Irene para ustedes

dos. Saludos a su marido. Afectuosamente,Jorge (G).

[ 35 ]

Bruselas, el 24 de diciembre ’63.

Muy, muy querido don Jorge:

En esta tarde antes de Navidad, por fin, llego a escribirle… Me ruborizo, otra vez, de haber esperado tanto tiempo… No piense, sin embargo, que sus ami-gos de Bruselas le han olvidado. ¿Cómo lo pudiéramos? Por mi parte, sigo leyendo cada día sus versos, recibí sus magníficos regalos: El argumento33 y hace unos días A la

33. Es uno de los libros sobre los que más trabajó la joven hispanista. Su ejemplar lleva dedicatoria: «Para Elsa D. Galle, que ya sabe tanto de

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EPISTOLARIO 87

altura de las circunstancias. ¡¡Sinceras felicitaciones y muchísimas gracias!! Me alegro tanto de haber encontrado al mejor Guillén, al Guillén de siempre. Su posición frente a la vida queda humanamente admirable. Así no está ter-minada su obra, pero queda cerrado un ciclo. Después de este estudio sobre Cántico, tendría que hacer lo mismo sobre Clamor. ¡A ver! «Si Dieu me prête force et vie», diría el General de Gaulle o, lo que es más realista, si los niños me dejan algo de tiempo. Ya imagina Ud. todo lo que tengo que hacer. Sólo puedo vivir mi propia vida por un cuarto: otro cuarto para mi marido y la mitad para

este argumento y de sus formas. Afectuosamente Jorge Guillén Cambridge, 4-XI-1963».

Dedicatoria autógrafa en El argumento de la obra

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88 EPISTOLARIO

los niños. Le mando por fin unas fotos, para «concretar la fantasma» –¿no lo decía Ud. así?–. Si Ud. tuviera alguna de Ud. y de doña Irene, nos alegraría mucho recibirla. La pondría al lado de la de su tan querido Pedro Salinas. En la Universidad de Bruselas se va el profesor de español. Ya tiene setenta años. Sus cursos están vacantes34. Mi jefe, el profesor Henry, que Ud. encontró en Mons y que volvió con nosotros a Bruselas, me dijo de…35 mi candidatura. No sé si tendré suerte. ¡Ojalá! En la comisión que decidirá tengo a algún enemigo íntimo. A ver y a esperar. No se tomará la decisión antes de mayo.

¿Tiene Ud. planes de viaje para el año próximo? Esperamos que Europa podrá seducirle una vez más. ¿Es verdad que Alberti está ahora en Milano? Por ahora, sabrá Ud. seguramente que Octavio Paz tuvo el último «Grand Prix de Poésie». He leído con mucha atención lo que J. González Muela le escribe sobre mi libro. La colocación de la décima El ruiseñor tiene, claro, mucha importancia. Yo sólo consideré el Cántico de 28 –lo digo en la Introducción– y en la primera edición no está cén-trico el poema para Góngora. Son terribles los filólogos, siempre discutiendo. Después de las vacaciones empiezo, por fin, la redacción de mi estudio. Si surgen dificulta-des ¿me permitiría Ud. que se las comunique? Procuraré molestarle poco.

Y ahora es tiempo de despedirme otra vez. ¡Buen año nuevo, don Jorge y doña Irene! Honda felicidad para uste-des y su familia.

Saludos cariñosos de sus fieles amigosMarc y Elsa.

34. De 1954 a 1964, las clases de español en la Université Libre de Bruxelles corrieron a cargo de Étienne Vauthier, comparatista más que his-panista. 35. Elsa Dehennin dejó un espacio en blanco.

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89

[ 36 ]

Cambridge, 4 - enero - 1964.

Mi querida amiga:

Nos ha encantado la foto de nuestros «amigos de Bru-selas», felices, prósperos. Eso se ve inmediatamente. Ojalá se le logre lo de la cátedra de español. Sería estupendo –y justísimo–. Ya me tendrá usted al corriente de lo que ocu-rra. Y de sus trabajos. Pero escríbame al

Centro Universitario Universidad de Puerto Rico

Río Piedras - Puerto Rico - U.S.A.

El 12 de este mes volaremos a esa isla. Por eso le escribo sin el debido sosiego. Allí, en aquella Universidad, desarrollaré un curso sobre la poesía de mi generación. Y en mayo será el regreso a Europa.

¡Feliz año nuevo! Es una gageure que usted concilie sus ocupaciones familiares con sus trabajos literarios. Pero ¿no vale la pena realizar tal esfuerzo? Le vale.

Yo sigo versificando. Gracias por sus lecturas y relectu-ras. Muchos recuerdos a su marido.

Y con nuestro afecto, un abrazo deJorge Guillén.

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90 EPISTOLARIO

[ 37 ]

Bruselas, el 28 de febrero 1964.

Querido don Jorge:

Muchísimas gracias para ese magnífico Al margen36, que me sirve estupendamente para comprobar algunos detalles de su visión poética de 1928. ¡¡«Un verso fue toda la obra. | La obra es un solo verso»!! Ud. sigue siempre fiel a sí mismo. Espero que podré probarlo. Ya he escrito unas treinta páginas de mi estudio (un capítulo). Me alegro de saberle ahora en Puerto Rico. Supongo que le gustará tanto como a su amigo, Pedro Salinas. ¿Quizás existe alguna tarjeta con la foto de su tumba? Creo que la he visto en algún libro, pero no recuerdo cuál. ¿Está Ud. todavía pensando en un estudio sobre el concepto ‘sali-niano’ del amor? ¡Debiera escribirlo! Aquí todo sigue muy bien: la familia y el trabajo. Los niños crecen, crecen. El pequeño tiene siete meses y es todo un hercúleo. Todavía no sé nada de lo de la cátedra. Es posible que intervengan motivos lingüísticos. No sé si me admitirán en una sección exclusivamente francesa… ¡Qué país! Afortunadamente hace un tiempo espléndido. ¿Cuándo salen ustedes para Europa? Espero que podremos encontrarnos. He notado una serie de dificultades (menores); quizás podríamos dis-cutir de ellas. Ya saben que estaríamos tan felices de poder acogerles aquí. No hay problema de alojamiento ninguno.

¿Hasta pronto? ¡Sí! Muchos recuerdos a doña Irene y saludos más cordiales de toda la familia,

Elsa D.

36. Tirada aparte de Los Papeles de Son Armadans, 90 (1963). El ejemplar personal (nº. impar) de Elsa lleva la siguiente dedicatoria: «Para Elsa D. Galle, con un cordialísimo saludo de Año Nuevo, J.G. - Cam-bridge, 11 - enero - 1964».

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EPISTOLARIO 91

[ 38 ]

Río Piedras, 25-marzo-1964.(Apartado 22391 - Centro Universitario

Río Piedras - Puerto Rico).

Mi querida amiga:

En su reciente carta me pregunta usted por el poeta de El Contemplado. Ahí tiene usted una postal 37; hacia el fondo, a la derecha, está el cementerio. «Cementerio marino» –con un muro que lo separa del mar–. Junto a la pequeña cúpula, es decir, muy cerca, se halla la tumba de Pedro Salinas. Irene hará una foto, y le enviaremos una copia38. La semana pasada di una conferencia sobre nuestro amigo. Son notas para un futuro «Elogio de Pedro Salinas»39.

Y usted, a todo esto, sigue trabajando sobre el libro dedicado a Salinas. ¡Dios se lo pague! Mi gratitud nunca será suficiente. Sobre el tema del amor; es decir, sobre La Voz a ti debida y sus continuaciones, me gustaría, sí, escribir algo. Más tarde, cuando haya terminado mi ter-cer libro.

El 23 de mayo llegaremos, Dios mediante, a París, y allí estaremos hasta fines de junio. La tentación de alar-garnos hasta Bruselas es muy fuerte, y quizá tengamos tiempo de hacerles una visita. A Irene y a mí nos gusta mucho volver. (Recibí hace unos días una preciosa carta de

37. En la postal que acompaña la carta, en color, Jorge Guillén escri-bió lo siguiente: «Cementerio marino de San Juan. En el segundo patio, la tumba de Pedro Salinas junto al Contemplado. J.G.». 38. Jorge Guillén envió tres fotos de la tumba de su amigo Pedro Salinas en su carta del 13 de junio de 1964. Véase infra. 39. «Elogio de Pedro Salinas» es el título del artículo que Jorge Guillén entregó para el volumen colectivo Pedro Salinas. El escritor y la crí-tica dirigido por A. P. Debicki (Barcelona: Taurus, 1976, págs. 25-33). Tal y como se lee en una nota final, se trata de «una nueva versión de un trabajo, partes del cual se publicaron en Ínsula, 74 (1952); Asomante, 2 (1952) e Hispania, 31 (1952)».

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92 EPISTOLARIO

Madame Buysse). Saludo a su marido. Bese –de nuestra parte– a esas criaturas. Es usted admirable: maternidad y obra. De Irene y mío, nuestro afecto.

Jorge Guillén.

Cementerio de San Juan, con la tumba de Pedro Salinas.Postal y comentario © Legado Elsa Dehennin, Fundación Jorge Guillén

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EPISTOLARIO 93

[ 39 ]

Bruselas, el 25 de mayo, 1964.

Querido y estimado don Jorge:

Ya tengo una buena noticia: desde el primer de octu-bre enseñaré la literatura española en la Universidad de Bruselas. Por ahora solo hay dos cursos: Histoire de la littérature espagnole et Explication d’auteurs espagnols. Espero que dentro de unos años se podrá crear una ver-dadera cátedra de español. Tengo la intención de estu-diar durante el año académico que viene su obra y la de Pedro Salinas. Tengo la impresión que voy a encontrar a un Salinas muy distinto del que encontré hace unos años. Ya estoy mejor «armada» para estudiarlo. ¿Cómo siguen ustedes en Puerto Rico? Ya estarán soñando en su viaje hacia Europa. Aquí hace –muy excepcional-mente– un tiempo espléndido. Hemos tenido un Pente-costés como antes –antes de la época atómica–. Mañana vamos a cenar con los señores Buysse. Les recordaremos a Ud. y a doña Irene con mucha amistad. Supongo que Ud. me escribirá desde París. Entonces podremos arre-glar su visita a Bélgica. Ya tiene usted por aquí muchos amigos. Nosotros tenemos que sacar de nuevo unas fotografías que salieron tan mal la última vez. Tam-bién tendría que hacerle algunas preguntas menores en relación con la interpretación de su obra. Ayer estaba pensando mucho en «esos blancos» de la pág. 94. ¿Se refieren al cuerpo desnudo, verdad? He leído con mucho interés los artículos que se publicaron en las revistas españolas sobre su último libro. Me gustaría tanto con-tinuar el estudio que estoy escribiendo extendiéndolo a todo Clamor. Si me queda algo de tiempo lo haré. Aquí le dejo. El «pequeño» está despierto y me está llamando. Son los primeros días que sabe decir ma-má y no puedo

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94 EPISTOLARIO

resistir… ¡Hasta pronto, querido don Jorge! Muchos, muchos recuerdos cariñosos para doña Irene. Con toda amistad y hasta pronto,

Elsa40.

[ 40 ]

30-V-6441.Paris, 6 e

Hotel des Principautés Unies,26 rue Servandoni (Tél. Odéon 67-87).

Mi querida Elsa:

Llegamos hace una semana a París, después de un viaje gratísimo en el Flandre. Y he aquí su carta, ama-bilísima. Pues… ¿cómo resistir a la tentación de hacerles una visita? A nosotros –tanto a Irene como a mí– nos encantaría esta excursión –breve, por supuesto–.

¿Cómo podría arreglarse nuestra estancia en Bruselas? Usted dirá.

En cuanto a las fechas deseables, hemos de tener en cuenta que el 9 de junio llegarán a París, Teresa, mi hija, mi yerno y mis nietas, Isabel y Anita. Si hiciésemos el viaje a Bruselas, debería ser antes de que ellos llegasen. El 9 es un miércoles. Tendríamos que estar de vuelta el lunes 7. ¿Podríamos, pues, salir el jueves 4, por la mañana? 42.

Todo esto no es más que una frágil serie de hipótesis, deseos, gustos,…

40. Escrito en el margen superior de la primera hoja: PS. Ya me doy cuenta que Ustedes se encuentran en París. Supongo que las señas no habrán cambiado. Esperaré noticias suyas. Elsa. 41. Añadido con lápiz en el margen izquierdo, por mano desco-nocida. 42. Jorge Guillén se confunde con las fechas. El primer miércoles del que habla es día 10. El lunes es el 8 de junio. Los Guillén confirmarán por telegrama su llegada a Bruselas el jueves 4 de junio.

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EPISTOLARIO 95

Muchos recuerdos a Madame Buysse, de quien he recibido alguna carta encantadora.

Y dejo lo más importante para el fin.Celebro de todo corazón su nombramiento en la Uni-

versidad. ¡Enhorabuena! Y enhorabuena a las letras espa-ñolas con tal voz de intérprete en tan alto lugar. Muchos recuerdos a su marido. Irene la saluda.

Afectuosamente, Jorge Guillén.

[ 41 ]

Bruselas, el 31 de mayo.

Querido don Jorge:

Recibí esta mañana su «exprès» y en seguida solucioné el problema del alojamiento. Tienen ustedes reservada una habitación en La maison des anciens (étudiants de l’Université de Bruxelles) (1)43. Creo que ustedes conocen la casa por haber tomado el aperitivo allí con Mme. Car-ner. ¿No es así? Es una casa agradable y además barata. Allí estarán muy bien. Reservé desde el día cuatro hasta el siete. También telefoneé a Edmond Vandercammen y a Mady Buysse. El señor Verhesen no estaba en casa hoy; mañana volveré a llamarle. Todos están encantados de verles otra vez. Supongo que recibirán esta carta el martes (2)44 por la mañana. Así les quedará tiempo para prepa-rar su excursión a Bruselas. Si pueden comunicarnos la hora de su llegada vendremos a buscarles en la estación. El jueves, por la tarde, cerca de las 7:30 h., les espera-mos aquí para cenar con los señores Buysse. El domingo podrían pasarlo en Deurle-Gante con estos amigos.

43. Escrito verticalmente en el margen izquierdo: (1) Rue Blanche, 29, Bruxelles. 44. A diferencia del (1), la segunda llamada no remite a nada.

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96 EPISTOLARIO

Si hace buen tiempo se puede pasar un día espléndido en este pequeño pueblo de Flandes. Para el viernes y el sábado ya veremos. Espero, querido don Jorge, que he hecho bien. Estamos muy contentos de poder acogerlos y les decimos «de tout cœur» hasta jueves, queridos amigos.

Muy cordialmente,Elsa.

PS. No encontré el número de teléfono de Mme. Car-ner. Seguiré buscándolo. El nuestro es 78 60 17.

[ 42 ]

Bruxelles, 3-VI-1964.141 Paris 574206 13 3 1515Arriverons demain jeudi treize heures trente.Affectueusement,Jorge Guillén45.

[ 43 ]

París, sábado, 13 - junio - 1964.

Mis queridos amigos:

Si no supiéramos que la llamada «realidad» puede ser a veces muy satisfactoria, diríamos –al modo romántico– que nuestra excursión a Bruselas fue un sueño. Pero no. Fue, ya lo creo, realidad mejor que soñada, merced a esos tan bue-nos amigos belgas, y sobre todo, merced a ustedes dos.

45. Los Guillén estuvieron en Bruselas el día 4 de junio. Jorge Guillén aprovechó la ocasión para regalarle a Elsa su edición de Tréboles, Santander: La Isla de los Ratones, 1964, con la siguiente dedicatoria: «Para Elsa D. Galle, en su mano, con el placer de haber venido a verla en su ciu-dad. Jorge Guillén. Bruselas, 4 de Junio de 1964».

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EPISTOLARIO 97

Nuestra estancia en Bruselas resultó –para nuestro gusto– redonda. Y con el deseo de volver. ¡Ojalá sea pronto!

Volvamos la hoja. Ahí tienen ustedes tres fotografías de Puerto Rico. Penoso recuerdo.

El cementerio, junto al mar –«cementerio marino» también– no ve el mar, ya que lo oculta un muro. Allí está –y no está– nuestro Pedro Salinas.

Mil gracias, ya nostálgicas. Y los más afectuosos salu-dos de Irene y míos. Su

Jorge Guillén.

Foto de la tumba de Pedro Salinas tomada por Irene Mochi Sismondi© Legado Elsa Dehennin, Fundación Jorge Guillén

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98 EPISTOLARIO

[ 44 ]

Bruselas, el 16 de junio de 1964.

Queridos amigos:

Iba a escribirles esta tarde cuando llegó su carta tan ama-ble. Mil gracias por las fotos de la tumba de Pedro Salinas. Las guardaré con mucho cuidado. El mármol blanco, la sen-cillez de la forma, los claveles, el cielo tan azul y su presencia forman un conjunto que me emocionó profundamente. Tan-tas «presencias» tan vivas alrededor de una ausencia…

Aquí sigue la vida muy vital. Después de su ida, sin embargo, quedó algo como un vacío. Habíamos pasado unos días encantadores y de pronto hubo un «intruso». Inès se puso enferma. El lunes, por la mañana, tuvo 39º de fiebre y durante toda la semana se quedó con mucha fiebre. Por fin, gracias a la penicilina, los microbios de la angina parecen vencidos. Ahora ya está pensando en sus exámenes. Marnix está creciendo todos los días. Después de despedir-nos de ustedes lo encontramos muy bueno pero con hambre. Hemos pensado mucho en ustedes y su viaje lo hemos hecho mentalmente. Hubiéramos querido esperar con ustedes en la estación y todavía lo siento que tuvimos que irnos tan pronto. Me alegro, sin embargo, que su estancia en Bruse-las resultó «redonda», sin falla. Hubiéramos podido cerrar el círculo con un poco más de armonía, quizás. De todas formas, esperamos muy sinceramente, queridos amigos, que podréis volver pronto. Cuando tengan la posibilidad, me avisan y yo puedo arreglar todo, según lo desean. Les man-daré una invitación para mi «leçon publique» por si acaso les convendría el viaje. Desde el año que viene tendremos nuestra casa que será más ancha y más bonita, donde podremos acogerles mejor.

Desde esta mañana me puse otra vez a trabajar seria-mente. Tengo mucho que hacer antes de las vacaciones… Supongo que ustedes estarán pensando en su viaje. Les

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EPISTOLARIO 99

deseamos unas vacaciones muy felices en su patria. Entre tanto muchos recuerdos cariñosos y saludos muy afectuosos de

Marc y de Elsa.P.S. ¡No se olvide de escribirnos de vez en cuando

durante su peregrinación europea!

[ 45 ]

Bruselas, el 11 de octubre 1964.

Querido don Jorge:

Hace mucho tiempo que no sabemos nada de uste-des. Supongo que habrán pasado unas vacaciones felices y que ahora están pasando una temporada en Firenze. Aquí todo sigue bien. Los niños están creciendo a cual más y los padres tienen mucho trabajo. Los cursos en la Universidad empiezan esta semana. Haré la lección «inaugurale» el 28 de octubre a las dos y media. El título es «Introduction à l’œuvre poétique de Jorge guillén»46… ¿Pensará Ud. en mí? O quizás… Ya sabe que estará siempre el muy bien venido: ahora o más tarde. Hablaré todo el año de Cántico y de Clamor de manera que si les conveniese podrían ustedes venir cuando sea. Los estudiantes estarían encantados y los profesores aún más. Si le interesa le mandaré el texto de mi conferencia. De todas formas, se publicará en la Revista de la Universi-dad. Por ahora sólo tengo una preocupación: encontrar el tiempo para acabar mi estudio que se llamará «Plé-nitude vitale et verbale dans l’œuvre de Jorge Guillén».

46. Esta lección pública se publicó bajo el mismo título en forma de artículo: Revue de l’Université de Bruxelles, 4 (Mai-juillet 1965). El artículo es el primero que se reproduce después del epistolario. Elsa Dehennin mandó una separata dedicada a Jorge Guillén: «Para Don Jorge Guillén, este pequeño testimonio de admiración y amistad, Elsa». Se conserva en la Fundación Guillén con la signatura JG 8614. Jorge Guillén hará un par de observaciones sobre el artículo en su carta del 9 de septiembre de 1965.

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Querido don Jorge, espero que Ud. me escribirá pronto unas líneas. Muchos, muchos recuerdos a doña Irene ¡y hasta lo más pronto posible!

Saludos muy cariñosos deMarc y Elsa.P.S.: Siempre puedo solucionarles el problema de alo-

jamiento.

[ 46 ]

Roma, 22 de octubre de 1964.

Mi querida amiga:

Estoy a punto de salir para Milán donde pasaré dos días. (¡La televisión! Mi editor, Vanni S[c]heiwi-ller me lo pide). Ahora me llega, retrasmitida, su carta, y me apresuro a responderle… colmado de felicidad. No sé cómo agradecerle que me dedique, o mejor, que dedique a ese poeta su lección inaugural. ¡Gran honor para mí! Con el alma le expreso mi gratitud. Claro que me gustaría mucho, que me interesa mucho conocer el texto de su conferencia. Si tiene usted alguna copia a máquina, envíemela a nuestra dirección de Florencia. (A Florencia regresaremos el 1º de noviembre). Esté usted segura de que pensaré en usted el 28, el día 28 a las dos y media. (¡Qué hora tan temprana!). Y luego, todo el curso… ¡Inaudito! Para mí son escenas de vida póstuma. ¡Gracias!

Pasamos el mes de julio en San Vicente de la Bar-quera con mis hijos y nietas Gilman. Agosto y setiembre lo consagramos a Santiago, ciudad estupenda, y a Gali-cia. Es decir, me mantuve castamente en la periferia. No dejé de pasar por Valladolid para saludar a mis hermanos. Y el 29 de setiembre salimos en dirección a Italia. Dirección postal: Via Maggio 7 - Firenze. He trabajado en Homenaje, próximo al fin. Estamos bien. Irene y yo recordamos siempre con mucho cariño

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EPISTOLARIO 101

a nuestros amigos Galle. Salude47 a su marido y sus criaturas. Hasta pronto. Afectuosamente de

Irene, Jorge.

[ 47 ]

FirenzeVia Maggio 7

23 - diciembre - 1964.

Mi querida amiga:

Durante estos días de Navidad no se escriben más que vagas y casi inexistentes «esquelas», las rutinarias christ-mas cards –al borde de la Nada–. Para usted, dos líneas, pero particularmente afectuosas. ¡Buen año nuevo! Se lo deseamos Irene y yo a ustedes cuatro.

¿Cómo va desenvolviéndose ese curso? Cuénteme; sea usted asimismo su cronista. Más de una vez, mejor dicho, de vez en cuando me la imagino en su cátedra. Y me rubo-rizo un poco, muy contento naturalmente.

Estamos bien. Homenaje avanza: progreso casi coti-diano. ¡Escríbame! Con todo afecto,

Jorge Guillén.

Recuerdos a Marc y a los niños y un abrazo. Irene48.

47. La parte final de la frase de despedida, después de «Salude» está escrita verticalmente en el margen superior izquierdo de la primera hoja. 48. Añadido de puño y letra por Irene Mochi Sismondi de Guillén.

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[ 48 ]

Bruselas, el 18 de enero 1965.

Querido don Jorge y querida doña Irene:

Antes de todo les deseamos, desde el fondo del alma, un año muy feliz: ¡Tan feliz como el anterior! Y espera-mos que algún viento amigo les llevará por aquí! ¡Hubiera tenido que escribirles mucho antes! Mi silencio no puede excusarse, lo sé. Pero ya saben que no les olvidamos y que están muy dentro de nuestro corazón. Desde que les escribí la última vez han pasado meses muy «cargados». El texto va a publicarse en la revista de la Universidad y le man-daré sin falta un ejemplar. Las clases me encantan. Su poesía gusta mucho a los estudiantes. Para ellos es algo totalmente nuevo. ¡Están tan acostumbrados al post-simbolismo! Por ahora estamos leyendo unos poemas del Cántico de 28: «Presencia del aire», «Presencia de la luz», «Ciudad de los estíos». En este último poema, no habían entendido Damas; ¡pensaban en Damasco! (en francés Damas). Resultó también difícil para hacerles entender los últimos versos de «Presencia del aire»: «La luz y la nada aun se miran». No sólo aprenden a leer pero tam-bién a ver y a entusiasmarse. Yo desafortunadamente no tengo mucho tiempo para mis propios trabajos. Tengo que preparar las clases, tengo que asistir a varias reuniones y

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104 EPISTOLARIO

como soy generalmente la más joven debo además hacer el oficio de secretaria. Hay que ayudar a los estudiantes que hacen su memoria de licenciatura. Uno trabaja sobre Cadalso y otro sobre Lorca. Hay que reseñar libros. Hay que mimar a los niños y al marido y así me pasan los días volando. Durante las vacaciones he podido trabajar para mí. He terminado un capítulo de mi estudio. Por eso, no escribí como hubiera tenido que hacerlo. Trabajé todos los días desde la mañana a la noche –salvo, claro está, los días de fiesta.

¿Y cómo están ustedes? Hasta ahora el invierno no ha sido muy riguroso. Han empezado a construir nuestra casa. ¡A ver cuándo nos mudaremos! Inès lleva su primer reloj y nos da la hora a cada momento. Marnix empieza a hablar por monosílabos, se divierten mucho haciendo un ruido tremendo que horroriza a su padre.

Supongo que Ud., don Jorge, estará escribiendo. Me alegro que Homenaje saldrá pronto.

Aquí me despido de ustedes con muchos recuerdos de Marc y un abrazo cariñoso de

Elsa.

[ 49 ]

Florencia - 5 - febrero - 1965.

Mi querida Elsa:

Veo que su curso –naturalmente– marcha muy bien. ¡Felices estudiantes con tal guía! «Presencia del aire». «La nada y la luz49 aun se miran».

¿Y cómo traducir en prosa de razón realista esa especie de intuición que –por supuesto– no carece de sentido? Yo

49. Encima de nada añade un exponente 2, y encima de luz un expo-nente 1, como marcas de inversión.

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EPISTOLARIO 105

sigo con Homenaje. Faltan pocas páginas, pero no pocos sucesos.

Nos embarcaremos el 1º de abril. Ya tiene usted nues-tra dirección de Cambridge. Recuerdos a su marido e hijos de Irene y de mí.

Abrazos,Jorge G.

[ 50 ]

Firenze, 9 de febrero de 1965.

Mi querida Elsa:

No recuerdo con seguridad si usted no tenía y deseaba El argumento de la obra50 y la antología (italiana) de la «Señora Granados». (Estoy ya ordenando libros y papeles –¡ya!– en vista del viaje). Esas dos obras están agotadas. Yo poseo dos últimos ejemplares –a su disposición, si los necesita–. Dígamelo.

Con todo afecto, y recordándoles a todos,Jorge Guillén.

[ 51 ]

Bruselas, el 31 de agosto 1965.

Mi querido don Jorge:

¿Cómo estarán Ud. y doña Irene? Se acaba el verano y supongo que estarán Uds. de vuelta en su casa americana. Aquí todo sigue bien. Hoy se terminan para nosotros las

50. Jorge Guillén regaló un ejemplar dedicado a Elsa en noviembre de 1963. Véase nota 33.

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vacaciones. Fuimos con los niños a la playa y tuvimos un tiempo espléndido. Luego me fui a Nimega al Congreso Internacional de los hispanistas. No he aprendido mucho, pero sí encontré a gente amable e interesante. Guillermo de Torre está en Bruselas y esta tarde iremos a verlo en su hotel. Trabaja como siempre. Hablé de Ud. con el exqui-sito Marcel Bataillon, que es el nuevo presidente de la Aso-ciación de Hispanistas. Conoce bien a toda la familia y os aprecia mucho a todos.

¿Tiene Ud. ya planes para el año que viene? Espero que les llevarán a Europa y más bien aquí. Estoy todavía trabajando en mi estudio. Solo me falta la parte final, una síntesis estilística. Espero que podré terminar esta parte en la primavera próxima. Ahora tengo que pensar en las clases. Los estudiantes han bien estudiado su poesía; estoy muy contenta. Durante el año que viene hablaré de Lorca. Supongo que Homenaje sigue su camino y que sal-drá dentro de poco.

Hace mucho tiempo que no sé nada de Uds. Les escribí la última vez en Firenze. No sé si la carta llegó.

Querido don Jorge, acabo de leer su Lenguaje y poe-sía, que me ha encantando y donde –cosa curiosa o no– he aprendido mucho sobre Ud. Llevaré dentro de poco las primeras páginas de mi manuscrito a la mecanografía; tendré así una vista más clara sobre lo que escribí. Le mando también el texto de la lección inaugural que por fin salió.

Espero que Ud. me escribirá pronto. Entre tanto le saludo cordialmente a doña Irene y a Ud. Muchos recuer-dos también de mi marido

Cariñosamente,Elsa.

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EPISTOLARIO 107

[ 52 ]

Cambridge, 29 de septiembre de 1965.

Mi querida –y admirada– Elsa:

(Permettez, chère Madame…) Llegaron su carta y su conferencia, que aguardaba impacientemente. El texto de la lección inaugural no sólo me ha deleitado y halagado. Además, me ha instruido. Usted junta en ese breve estu-dio información y crítica: la información necesitada por un público extranjero y una crítica en que usted resume «el estado de la cuestión» y una parte [de] sus investigacio-nes personalísimas. Esos cálculos sobre el empleo de ciertas palabras («les mots-thèmes») me revelan lo que yo no sabía, o no lo sabía con tal precisión. Me sorprende no encontrar mencionado le mot-thème «aire». ¿Qué resultado da la estadística? Yo lo siento tan importante como «luz». En carta próxima le indicaré alguna rectificación respecto a los datos que yo le procuré sobre mi work in progress. (Por cierto, Homenaje está ya todo sobre el papel. Ahora estoy revisándolo del principio al fin). En suma, gracias una vez más, mi querida Elsa, por su atención, su fervor, su gracia en comprender y sentir la poesía –y mi poesía–.

Celebro que le haya interesado la reunión de Nimega. (Bataillon es un hombre estupendo). Todos estamos bien. Le escribiré muy pronto. Muchos recuerdos de Irene.

Un abrazo de su muy agradecido, Jorge (G).

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108 EPISTOLARIO

[ 53 ]

Cambridge, 12 de diciembre de 1965.(De enero hasta el 7 de abril: Ruskin Apartments (n.o 521)

120 Ruskin Avenue. Pittsburgh. Pennsylvania).

Mi querida Elsa:

Me encarga Irene que les envíe sus votos de Navidad y Año Nuevo. Ahí van –con los míos–. ¡Buen año 66! En abril nos encaminaremos a Europa. Pensamos pasar algunas semanas del otoño en París. ¿Nos veremos? Ojalá. (Durante un trimestre enero-abril51daré dos cursos en la Universidad de Pittsburgh. La dirección de Cambridge es la permanente).

Le dije que le haría algunas observaciones de porme-nor –de puro pormenor– sobre su preciosa «Introduction à l’œuvre poétique…»

1. El cementerio marino se publicó también –ver-sión corregida– en París, 1930, «A expensas de la Agrupa-ción de amigos del Libro de Arte, Madrid, París, Buenos Aires». ¡Edición de lujo!

2. Mejor sería tener en cuenta el texto original, Len-guaje y Poesía, Madrid, Revista de Occidente, 1961.

3. «Et je crois qu’il aura la force de vivre jusqu’à ce qu’elle soit définitivement terminée». Et au-delà, j’espère! He concluido Homenaje. Me gustaría que apareciese el año próximo.

4. Clamor implica, de todos modos, crítica, protesta.5. Después de Homenaje quizá fuese preferible reunir

todo lo demás bajo el título Otros poemas. ¡Ya veremos!6. «Les mots-témoins». Todo esto es muy interesante.

Es curioso que «luz» sea la palabra más repetida. Para mí

51. Añadido interlineal.

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EPISTOLARIO 109

–es decir, conscientemente, y este adverbio supone, exige una limitación– el primer elemento es «aire».

7. «Cúpula». El comentario es muy justo; y no se opone al de Poulet –en Les Métamorphoses du cercle– sino que lo completa–.

8. «De la race de Senèque». ¿Qué diría don Américo Castro? (Véase su libro).

9. «Plus est en vous» será el lema de Aire Nuestro, título común de las tres series.

10. Oposición al simbolismo. (M. y V). Sobre este punto convendría citar a Claude Vigée (Révolte et Louange[s]).

¡Gracias! Me ha sido muy grato releer su estudio, luminoso, entusiasta, crítico.

¡Felices Navidades, feliz Año Nuevo! Nuestros saludos a su marido, a los niños. La abraza a usted

Jorge Guillén.

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[ 54 ]

Bruselas, el 22 de enero de 1966.

Estimado y querido Don Jorge:

Antes de todo y aunque sea un poco tarde… les desea-mos a Ud. y a la tan buena doña Irene otro año tan feliz y próspero como los anteriores. Nos alegramos mucho de que 1966 les traiga otra vez a Europa y a Bélgica, donde les quedan muy fieles amigos. Nosotros nos hemos mudado: no se olvide que nuestras señas han cambiado. Desde las vacaciones de Navidad vivimos en nuestra casa, donde les esperamos. La casa nos gusta mucho. Aunque sea muy moderna, tiene algo español: hay mucha luz, aire, espacio. Si añadimos amor y alegría ya puede uno estar seguro que gustará al autor de Cántico. Cántico… no escribo esta palabra sin nostalgia. Hasta las vacaciones de Pascuas no podré trabajar en mi estudio. Tengo 12 horas de clase, lo que es muchísimo; como todos los cursos son nuevos para mí –Lorca, novela picaresca, gramática estructural– estoy trabajando sin parar. Espero, sin embargo, que podré terminar el estudio durante este verano; en los meses de mayo, junio, julio y septiembre no hay clases y aprovecharé el tiempo para hacer lo que me gusta más de todo. Le agra-dezco, querido don Jorge, sus observaciones que me permi-ten corregir realmente el estudio. Lo que escribe acerca de

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112 EPISTOLARIO

«aire» en relación con «luz» me parece sumamente carac-terístico. Me he fijado bien en esta correlación. ¿Cuándo llegará Homenaje? Tengo tantas ganas de leerlo, de ver cómo el «bloque» se completa. El año próximo, hablaré otra vez, en la universidad, de su obra y de la de Salinas, que voy a leer otra vez después de 10 años –¡Como si no la hubiera leído nunca! ¡A ver lo que pasa!–.

Estos últimos tiempos he tropezado varias veces con el nombre de su hijo, que está llevando a cabo unos estudios literarios y críticos de primer orden. ¿No tendría Ud. por casualidad su estudio sobre el tiempo en el Lazarillo? Si pudiera prestármelo se lo agradecería mucho. Pero no es nada urgente.

No sé si sabe que su amigo Carner sufre de amne-sia. Se pierde continuamente. La señora de Carner es más dinámica que nunca. En Gante, nuestros amigos Buysse han tenido mala suerte. El señor sufre de un cáncer que están curando con la bomba de cobalt[o]. Tiene mucho valor y una energía admirable.

Aquí en casa todos van bien: la niña, que está dando clases todo el día hasta a las paredes; el niño muy travieso y a la vez muy cariñoso, tan cariñoso que para seducirme pone diminutivos hasta en sí: si-ito, mama-ita, vas a dár-melo-ito. ¿Qué hago yo después?

Querido don Jorge, querida doña Irene: les esperamos. Si lo quieren, Uds. pueden alojarse en nuestra casa. ¡Hasta pronto! ¡Mucho éxito en Pittsburgh!

Saludos y abrazos cariñosos de toda la familia,Marnix-Inès, Marc y Elsa.Nuestras señas: NEERLEEST 6 – Bruxelles 2.

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EPISTOLARIO 113

[ 55 ]

Cambridge, 18 de mayo de 1966 52.

Mi querida Elsa:

Ha tenido que perderse una carta mía. Estoy seguro de haberle escrito desde Pittsburgh. Allí pasamos una tem-porada agradable. Di una conferencia sobre Pedro Salinas en Baltimore, en su universidad, la de Johns Hopkins53. Y ya estamos en vísperas del viaje a Europa. Nos embarcare-mos aquí, en Boston, y el 3 de junio desembarcaremos en Málaga. Vamos a pasar tres meses en un pueblecito donde los García Lorca tienen una casa. Allí nos reuniremos también con mis hijos y nietas, con otros amigos. Escrí-bame al Hotel Balcón de Europa, Nerja (Málaga).

En su carta menciona usted a Puerto Rico. ¡No, no es eso! Nuestro plan es el siguiente: primero, España, quizá sólo Andalucía, luego, París, y luego, Italia. Desearíamos pasar un mes en París: de mediados de setiembre a media-dos de octubre. No sé exactamente lo que haremos enton-ces. Pudiera ser que la excursión a Bruselas fuese posible. A nosotros –Irene y yo– nos encantaría verlos. Celebro que sus niños crezcan y prosperen. Se refiere también usted al poeta Claus –lo leí, fuerte– y a la encantadora señora

52. La carta lleva claramente la fecha del 18 de mayo. Sin embargo, por su contenido, parece ser respuesta a la carta siguiente de Elsa, fechada a 30 de mayo, donde ella se preocupa por no saber de Guillén desde hace tiempo y a continuación le habla de sus amigos comunes Buysse y Carner y del poeta flamenco Hugo Claus. 53. La conferencia se publicó luego en forma de artículo: «Pedro Sali-nas», Modern Language Notes, 82 (1967), págs. 135-148. En nota al pie, Jorge Guillén precisa: «Esta conferencia se dio como Turnbull Lecture el 26 de abril de 1966, en la Johns Hopkins University. Se ha publicado en ver-sión inglesa como prólogo a la segunda edición de Pedro Salinas, Reality and the Poet in Spanish Poetry, edición ‘paperback’ de la John Hopkins Press». El autor mandó un ejemplar de la revista MLN a Elsa Dehennin y su contri-bución lleva dedicatoria: «Para Elsa Dehennin Galle, de su amigo J.G. C, II-XI-1967».

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Buysse. Salúdela –así como al señor Buysse– de mi parte. Celebro que Carner siga mejor. Buen verano, buen «tra-bajo», recuerdos a su marido y a sus hijos. Irene los saluda. Yo la abrazo.

Jorge (Guillén).

[ 56 ]

Bruselas, el 30 de mayo.

Querido y estimado don Jorge:

¿Qué estará pasando? Estará Ud. escribiendo mucho, dando lecciones, hablando, escuchando, mirando, disfru-tando un clima ideal en un país maravilloso… Y claro, nos olvida un poco, esa gente triste, perdida en la lluvia y el aire gris… Hace mucho tiempo que pienso escribirle para preguntarle si recibió mi carta de Navidad. La mandé a unas señas americanas (estadounidenses), unas semanas después de Navidad. Espero que ésta llegará felizmente. No sé si siguen Uds. en Puerto Rico o si han vuelto a Estados Unidos o si están bogando hacia Europa. Querría mucho saber cómo han pasado el invierno y cuándo pien-san venir a Bruselas. Todo va bien en la nueva casa. Parece que hemos vivido aquí desde siempre. Los niños siguen creciendo demasiado; las clases se terminarán dentro de unas semanas y entonces podré seguir con mi estudio. Ya lo miré –nada más– durante la segunda semana de las vaca-ciones de Pascuas. Hace unos días hemos hablado de Ud. con los señores Buysse y el ecritor Hugo Claus y su mujer. Había en Bruselas la «première» de una obra de teatro de Claus: Thyestes, según el drama de Séneca. Nunca en mi vida he visto tanta crueldad. Tenía una grandeza maca-bra. He dicho a Claus que es un artista «aduendado». Va a traducir unos poemas de Poeta en Nueva York. Cuando venga, podrá Ud. conocerle. Mady lo arreglará

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EPISTOLARIO 115

todo. Queda siempre muy activa. El señor (René) va bien. Parece que la operación ha tenido buenos resutados.

De sus otros amigos no sé mucho. Los señores Carner acaban de volver de Bucurezti donde han estado en un hospital de «geriatría». El señor va mucho mejor pero no sé si sufre aun a veces de amnesia.

Nosotros iremos también este verano a Bucurezti pero para seguir los cursos de verano y ver Rumanía. A fines de agosto estaremos de vuelta en Bélgica. Querido don Jorge; espero que Ud. me escribirá dos líneas: una para decir que Uds. van muy bien y otra para decir que vienen a Bruselas.

Cuando venga, creo que podré enseñarle ya una parte importante de mi estudio, tengo escrito a máquina un –casi dos– capítulos.

Muchos, muchos recuerdos a doña Irene. ¡Y hasta muy pronto!

Con toda mi amistad.P.S.: Lo mismo de Marc (que está trabajando en el

jardín).

[ 57 ]

[Rumanía, agosto]

Querido don Jorge:

Espero que le llegará esta tarjeta que viene de un punto opuesto de la «Romania». Aquí estamos en un sitio encantador, en un viejo castillo real vamos aprendiendo rumano. Hace tres años Alberti estuvo aquí. La semana que viene hay un coloquio sobre estilística y hablaré de análisis estilística en relación con su obra. (Hablaré, claro está, en francés) ¿Cómo lo están pasando Uds. en España? En Nerja no había muchos turistas. Nosotros nos quedamos aquí hasta el 25 de agosto. En el mes de septiembre (a fina-les) iremos a París, donde vive ahora mi hermano. Espero que podremos encontrarnos y organizar su visita a Bruselas. Si pudiera Ud. venir alrededor del 15 de octubre podría

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116 EPISTOLARIO

invitarle a hacer dos conferencias en la Universidad. Pagan 1000 francos por conferencia. Todavía nos queda tiempo para hablar de eso. Aquí muchas cosas son nue-vas para mí. Después de las conferencias visitaremos los monasterios de Moldavia y acabaremos nuestra estancia en Romania por unos días de veraneo en la playa del «mar Negro» (¿se dice eso en español?). Querido don Jorge, mi marido y yo les deseamos a Ud. y a doña Irene un verano maravilloso en España. Y esperamos verlos muy pronto.

Elsa.

[ 58 ]

Bruselas, el 6 de septiembre de 1966.

Muy querido don Jorge:

Hace mucho tiempo que no sabemos nada de Uds. Espero que esta carta les llegará. Busqué en su corresponden-cia y encontré estas señas que deben de ser las de su cuñada. A ver si tengo suerte… Les escribimos una tarjeta de Rumanía. Pero entre Sinaia y Nerja había tantas distancias –y no sólo espaciales– que temo mucho la pérdida de la pobre tarjeta.

Hemos hecho un viaje encantador. El director del curso nos dijo que hace tres años Alberti y su esposa pasa-ron también un mes en Rumanía. Si a Uds. les interesa, creo que les recibirán con mucho cariño. Hemos apren-dido algo de rumano, hemos encontrado a gente muy interesante, venida de todos los países posibles, hemos visto cosas bellísimas –los monasterios de Moldavia y el mar Negro tan limpio–. Todo lo hemos admirado con «asom-bro» –para emplear esta palabra que caracteriza al poeta de Cántico– y por eso fue un viaje perfecto.

¿Y ustedes? Imagino que habrán pasado unas vaca-ciones muy felices en su tierra. Pero ahora ¿dónde esta-rán? Acabo de leer otra vez la carta que me escribió Ud.,

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EPISTOLARIO 117

don Jorge, en vísperas de su viaje a Europa54. Tenía Ud. entonces el plan de pasar un mes en París –de mediados de setiembre a mediados de octubre–. Espero que no habrán cambiado este proyecto. Nosotros pensamos estar en París, pero solo unos días, dentro de quince días: del 23 al 25. Tengo que comprar libros y querría ver la última obra de Jean Genet, Les paravents. Quizá nos encontraremos y entonces podremos arreglar su visita a Bruselas. En mi tarjeta de Rumanía le proponía unas conferencias en la Universidad de Bruselas. A mediados de octubre –antes de su salida para Italia– sería posible. Escríbame, don Jorge, si le interesaría eso. Sus amigos les esperan. Además, hay una exposición de «El Greco» en Gante que será, creo, impresionante. Iré a verla ya la semana que viene. Así podré decirle todo lo que vale.

No tengo muchas noticias de sus amigos. Los señores Buysse están de viaje en Tunis, pero volverán dentro de poco. Los señores Carner se han marchado ayer a México. Y según se dice, el señor Vandercammen está gravemente enfermo. No lo sé de seguro. Nadie contesta al teléfono. Hace mucho que el pobre está sufriendo.

Tenía la buena intención de empezar a trabajar seriamente este mes. Desafortunadamente el niño está enfermo; tiene bronquitis. Se deja bien cuidar y parece que sanará pronto. He terminado la primera parte de mi estudio; la parte analítica. Querría añadir una segunda parte sintética y estilística. Creo que durante el próximo año académico tendré más tiempo para mis propios estu-dios. ¡Ud. tiene mucha suerte: siempre «grandes vacances»!

Querido y estimado don Jorge, espero que tendré dentro de poco alguna noticia de Ud. Y una noticia que me diga que nos vemos pronto. Les esperamos aquí, en nuestra casa nueva.

Muchos recuerdos de mi marido, besos de los niños y toda mi amistad, para doña Irene y para Ud.

Cariñosamente,Elsa.

54. Se trata de la carta de Jorge Guillén fechada a 18 de mayo de 1966, con posible error de datación, por junio. Véase nota 52.

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118 EPISTOLARIO

[ 59 ]

Bruselas, el 30 de septiembre de 1966.

Querido don Jorge:

Espero que estas palabras le llegarán. Le he escrito desde Rumanía y desde Bruselas. Mandé una tarjeta a Nerja y una carta a París (a las señas de su cuñada). Y nada. ¿Dónde estará Ud.? Espero que por este camino, por este desvío, tendré más suerte. Supongo que la carta cru-zará dos veces el Atlántico… No se olvide que le esperamos aquí en Bruselas. Podría hacer Ud. unas conferencias en la Universidad. Escríbame por favor. Querría saber lo que le está pasando.

Muchos recuerdos para doña Irene, muy cordialmente y hasta pronto,

Elsa.

[ 60 ]

Paris Ve, 13 Quai St. Michel,Lunes 10 - octubre - 1966.

Mi querida Elsa:

¿Qué ocurre con mis cartas? Le escribí desde Cam-bridge y Nerja. Recibí la tarjeta de Rumanía y sus cartas: una, ayer –día en que llegamos– y esta, hoy55.

Pues bien, ya le dije que no podría ahora dar una conferencia en su Universidad. Las circunstancias me impiden su preparación. Pero creí que tendríamos tiempo

55. En el margen superior izquierdo, se añadió: «Estaremos aquí hasta fin de mes».

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EPISTOLARIO 119

de ir a verlos, de acogernos a su generosa hospitalidad. Pero estoy muy retrasado; he de hacer aquí varias cosas, y hoy he comenzado a corregir las pruebas de Homenaje: espero la segunda mitad del libro muy pronto. Lo sentimos de veras; nos habría encantado reanudar nuestras conver-saciones. (¡Cuánto deploro el estado de Vandercammen!). Y me habría interesado mucho asomarme a su estudio de Cántico. Tendremos que aplazar todos esos placeres. ¡No renuncio a ellos! Le escribiré con más calma otro día. Muchos recuerdos a toda esa casa. Irene los saluda.

Muy afectuosamente,Jorge.

[ 61 ]

Bruselas, el 15 de octubre de 1966.

Querido don Jorge:

¡Qué alegría saberles a Ud. y a doña Irene tan cerca y tan felizmente! Le escribo solo una palabra para pregun-tarle si pudiéramos encontrarnos en París o el próximo sábado por la tarde o el próximo domingo por la mañana. Necesito ir a París: tenemos un nuevo sobrino, necesito libros, querría ver Les Paravents y la exposición de Ver-meer. Como está Ud. y como –cuánto lo sentimos– no tiene el plan de venir a Bruselas, he pensado en la posibilidad de ir a París el sábado y el domingo próximos. ¿Podría Ud. escribirme –lo más pronto posible– si existe la posibilidad de encontrarnos? Según lo que me diga Ud. podré tomar una decisión. Espero de todo corazón que tendremos la oportunidad de charlar un poco. Si me escribe Ud. una palabra –el sí que le caracteriza– basta: entenderé y ven-dremos. Muchos, muchos recuerdos y hasta ¿?…

Cordialmente,Elsa.

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120 EPISTOLARIO

[ 62 ]

París, 19 - octubre - 1966. (tel. Danton 99-80)

Mi querida Elsa:

Hoy, sólo hace tres horas, ha llegado a mis manos su carta. Voy a enviarle un telegrama, que en estas líneas tra-taré de completar. Los esperaremos el próximo domingo al mediodía, para almorzar. Estaremos toda la mañana en este Hotel des Balcons, 3 rue Casimir Delavigne, calle que des-emboca en la plaza del Odéon, muy cerca del metro Odéon, o sea, del Boulevard St. Germain, del Luxembourg…

Decimos a las doce del domingo, porque suponemos que ustedes tendrán tiempo de almorzar con nosotros antes de tomar el tren –o el avión– para Bruselas. Nos alegramos mucho de tener esta ocasión de verlos, y les agra-decemos mucho su visita. Muchos recuerdos a su marido. Muy afectuosamente,

Jorge.

[ 63 ]

Bruselas, el viernes 21 de oct.

Querido don Jorge:

Acabo de recibir su carta (después del telegrama que llegó ayer) y le contesto en seguida para confirmar la cita. Vendré –yo sola– el domingo próximo. Tomaré el tren de las ocho –aquí– que me lleva a París cerca de las once y cuarto. Así me queda tiempo para tomar el metro y llegar a Odéon y luego a su hotel cerca de las doce. Volveré por la tarde con el tren de las siete y media. No quedaban billetes para Les

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EPISTOLARIO 121

Paravents. Pero los hay para el sábado cinco de noviembre. Iré con Marc a ver la obra aquel día. Como no quería per-der la cita con Ud. el domingo próximo hemos decidido que iré yo sola y Marc se quedará con los niños (babysitter). Lo siente mucho, pero no hay otra solución «razonable».

Por mi parte, me alegro mucho verlos, a Ud. y a doña Irene. Traeré mi estudio, para enseñarle la primera parte. No sé lo que haré por la tarde. No quiero molestarles. Puedo ir a casa de mi hermano, puedo ir a «Vermeer». Ya veremos.

Querido don Jorge, ¡hasta muy pronto!Llegaré muy feliz, toto corde,Elsa.

[ 64 ]

Bruselas, el […] de octubre.

Querido don Jorge:

Unas palabras para darle mil gracias. No olvidaré la tarde que pasamos juntos el domingo pasado en París. Le agradezco su amabilidad, su confianza. Me alegro mucho (de) saberle en buena salud y con tantos proyectos. Espero que terminarán agradablemente su estancia en París y que un día feliz les lleve a Bruselas, a Ud. y a doña Irene, siempre tan cariñosa y tan preocupada. Después de dejar-les me fui a la exposición de Vermeer. Había mucha gente, pero a las seis ya se podía respirar un poco. Tenía Ud. razón: había dos obras máximas: la vista de Delft y el pintor con su modelo. ¡Inolvidables! Volveré a verlos con mi marido dentro de quince días.

Estaba en casa a las diez y media: los niños dormían y mi marido me esperaba. ¡Había llovido todo el santo día! Querido don Jorge: buen viaje a Italia, enhorabuena con Homenaje y mil gracias de su agradecida

Elsa.

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122 EPISTOLARIO

[ 65 ]

Bruselas, el 16 de diciembre de 1966.

Querido don Jorge:

Según informes que tenía la señora Buysse de unos amigos en Firenze, no han sufrido Uds. por las terribles inundaciones. Espero que sea así y que por fin la ciudad entera pueda vivir como antes. Aquí también el tiempo ha sido bastante malo, pero no he tenido mucho tiempo para averiguarlo. Ud. estará también muy ocupado a menos que se terminó ya las correcciones de las pruebas.

Para mí empiezan las vacaciones de Navidad. Estoy muy feliz: podré consagrar 15 días a mi propio trabajo. Después tendré que esperar otra vez hasta las vacaciones de Pascuas. Y luego las «grandes vacaciones» que para Ud. solo se interrumpen de vez en cuando. ¿No es así? ¡Qué suerte, don Jorge! ¡Poder disfrutarlas como lo hace Ud.! Espero que el año nuevo les deje, a Ud. y a doña Irene, disfrutarlas tan felizmente como antes. No les mando ninguna tarjeta de circunstancia, pero les deseo con todo mi corazón la exacta y perfecta plenitud en el vivir que Ud., don Jorge, supo cantar tan maravillosamente. ¡Que Navidad sea una fiesta para Uds. y que cada día de 1967 lo sea también! Por mi parte, espero, a pesar de la poca ilusión que Ud. me dejó, que pasa-rán por Bruselas y que pasarán unos días en nuestra nueva casa. Sólo sería un pequeño desvío.

Antes de terminar, ¿puedo preguntarle una cosita, don Jorge? ¿Traduciría Ud. –en «Perfección de la luz»– fuga («alrededor de las fugas de sus vuelos») por fuite o por fugue? Otra vez me despido de Ud. Espero que tendré pronto bue-nas noticias de Firenze. Entretanto, le agradezco, otra vez, su amistad que aprecio muchísimo, y les saludo, querido don Jorge y querida doña Irene, cariñosamente.

Elsa.P.S.: Lo mismo por parte de mi marido y muchos besi-

tos de los niños.

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EPISTOLARIO 123

[ 66 ]

Firenze, Via Maggio 721 de diciembre - 1966.

Querida Elsa:

No puede terminar el año sin que les enviemos nues-tros votos para el año 67. Costumbre «convencional»; pero nuestro afecto no lo es.

Pasó la catástrofe. Estamos bien. Homenaje se imprime en Verona. Voy ya corrigiendo las segundas prue-bas. Habrá libro pronto, quizás en abril. Nosotros nos embarcaremos con rumbo a Málaga el 27 de marzo.

¿Y ustedes? ¿Y sus lecciones y conferencias universita-rias? ¿Y sus estudios… de estilística? Deme noticias de los amigos de Bruselas. ¿Y los Carner? ¿Cómo sigue Vander-cammen?

Nosotros los recordamos a ustedes con la debida y afectuosa frecuencia. Irene se une a mí para desearles el mejor año posible –posible en la amena centuria que nos ha tocado en suerte–.

Suyo,Jorge.

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124 EPISTOLARIO

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125

[ 67 ]

Firenze, Via Maggio 731 de enero - 1967.

Mi querida Elsa:

Contesto con un retraso imperdonable a su tan afec-tuosa y tan luminosa carta –entre las brumas de diciem-bre–. La siento en plena vitalidad laboriosa. Me pregun-taba usted: ¿«fuites» o «fugues»? Yo creo que esos vuelos en reiteradas rondas alrededor de sí mismos –unos de los otros– son más bien «fugues». ¡Usted verá! Y gracias otra vez y siempre por su interés. ¿Cómo sigue esa familia? ¿Cómo crecen y se definen esas criaturas? Nosotros esta-mos bien. El desastre florentino, terrible, nos afectó poco. Mientras tanto, va imprimiéndose en Verona Homenaje. Lo recibirá usted, espero, esta primavera. Nosotros deja-remos Italia a fines de marzo, pasaremos abril y mayo en Málaga («Paseo Marítimo 29 A») y a principios de junio estaremos, si se cumple nuestro plan, en Cambridge. Pero ya llegará otro año el retorno a Bruselas: ¿Cómo sigue Vandercammen? ¿Y los Carner?

Recuerdos nuestros a los suyos. Afectuosamente,Jorge (G).

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126 EPISTOLARIO

[ 68 ]

MálagaPaseo Marítimo 29 A29 de abril de 1967.

Mi querida amiga:

Llegamos aquí hace un mes. Pasaremos en Málaga el mes de mayo. Homenaje está impreso. Recibirá usted un ejemplar de «l’edizione speciale»56 –como la llama el impresor–.

¿Cómo se encuentran ustedes? ¿Cómo marchan sus lecciones y sus escritos? Ahí tiene usted el reciente recorte de un artículo en que se alude al número de veces que sale en Cántico la palabra «corazón».

La única persona autorizada para hablar de ese punto es usted. ¡Usted dirá!

Ha hecho hasta ahora fresco o frío. No es lo que espe-rábamos en Málaga. Este dudoso tiempo de abril –«muy poco abril»– es una especie de traición.

Recuerdos nuestros a todos los suyos. Un abrazo de su viejo amigo

Jorge.

56. Salió el libro en la editorial milanesa All’Insegna del Pesce d’Oro, 1967. La edición «especial» es una edición a la holandesa, de tela azul, como la de Aire Nuestra, y lomo en piel del mismo color, con el canto superior dorado, y en estuche.

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EPISTOLARIO 127

[ 69 ]

Bruselas, el 8 de mayo de 1967.

Querido y estimado don Jorge:

Antes de todo le agradezco el envío del libro de Blas Ramos57. He leído su prólogo, que me dio ganas de leer todo el libro. No conocía a Blas Ramos. ¡Cuántas ideas acertadas! Tiene Ud. razón: «Un intelecto en libertad», y le felicito por decirlo tan rotundamente en España misma. Me alegro mucho que Homenaje va a llegar pronto. Para Ud. debe ser una satisfacción de las más felices. Aquí, ya se terminan las clases y puedo, por fin, volver a lo que me gusta más: mis propios estudios. Este verano debo termi-nar el libro que tengo empezado desde unos años y que le mostré en París. ¡Ud. progresa más rápidamente que yo!

En cuanto al artículo que Ud. me manda –«Poker de corazones», recorte de Arriba– no sé si «Jorge Guillén se jactaba de no haber usado la palabra más que un par de veces a lo largo y ancho de Cántico estricto y diaman-tino». Ya sé que en el primer Cántico (28) no aparece la palabra. En los poemas añadidos en 1936 lo encontré una vez, en los poemas añadidos en 1945, 10 veces y en los poemas añadidos en 1950, 4 veces. Total: la palabra aparece 15 veces, lo que es relativamente poco, y aparece sobre todo después de 1945. Es una evolución «normal» si se la compara con otros cambios en el vocabulario y desde luego en el campo mental. Cántico se abre siempre más a las manifestaciones de los sentimientos comúnmente humanos –por lo menos según mis investigaciones–.

¿Qué le parece? ¿No será una heresia [sic], ver-dad? Después de terminar mi estudio sobre Cántico y

57. Blas Ramos, Necrología de Canseco (Prólogo de Jorge Guillén), Málaga: Dardo, 1967. El ejemplar fue mandado como «Homenaje», con las señas de Jorge Guillén en Cambridge, desde la editorial malagueña.

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128 EPISTOLARIO

en previsión del congreso de hispanistas en México el año próximo, pienso hacer un artículo comparativo sobre su obra y la de su amigo Salinas, que releí –después de 10 años– y que me ha aparecido bajo una luz distinta. ¡Los proyectos no faltan!

Querido don Jorge, le deseamos a Ud. y a doña Irene una temporada deliciosa en Málaga. Sus ami-gos aquí siguen bien: los Carner sobre todo –que han regresado de México–. Ed. Vandercammen va bastante bien. ¿Se acordará Ud. del Sr. Haulot? Tuvo un acci-dente de coche; él se salvó pero su esposa falleció. Los coches francamente me dan miedo. Hoy es Pentecostés. Todo el mundo está fuera; nosotros nos quedaremos en casa. ¡Hace un clima mediterráneo y, así, disfrutaremos el sol en el jardín! Querido don Jorge: muchos, muchos recuerdos de mi marido y de mí, y más amistades aún. Muy cordialmente,

Elsa.

[ 70 ]

Cambridge, Mass. 0213815 Gray Gardens West

15 - noviembre - 67.

Mi querida amiga:

Homenaje está ya distribuyéndose, pero usted no lo ha recibido todavía porque su ejemplar pertenece a «l’edizione speciale», y aún no está encuadernada. Ya está imprimiéndose en la misma Stamperia Valdonega de Verona Aire Nuestro, o sea, en un solo volumen y una sola obra, los tres libros: Cántico, Clamor y Homenaje.

¿Y su Cántico? Où en sommes-nous? ¿Y sus clases universitarias? Y ahora me toca preguntar por lo más importante. (Observe la debida transición). ¿Cómo se encuentran su marido y sus hijos? También me gustaría

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EPISTOLARIO 129

tener noticias de Vandercammen y de Carner. Los dos andaban flojos de salud.

Nosotros estamos bien. En enero nos iremos a Cali-fornia, a La Jolla, en cuya Universidad enseña Claudio, mi hijo. (Le he enviado ya a usted una conferencia mía sobre P.S.) Recuerdos de Irene y míos a toda la casa. Afec-tuosamente,

Jorge Guillén.

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130 EPISTOLARIO

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131

[ 71 ]

Bruselas, el 1 de enero de 1968.

Muy querido don Jorge:

Antes de todo, en este primer día del año nuevo, le deseo a Ud., a doña Irene y a toda su familia muchísimas felicidades. Espero que se cumplirán todos sus deseos y que saldrá, con motivo de su 75 cumpleaños, el tan deseado Aire nuestro. Me alegraré con Ud., muy sinceramente. No quise escribirle antes porque querría anunciarle el fin de mi trabajo. La semana próxima envío el manus-crito a la Facultad, que se encargará de publicarlo. El título será: Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté. (¡Ojalá se publique este año!). Si le interesa, puedo enviarle una copia del manuscrito (tiene unas 250 páginas escritas con máquinas). Hasta ahora no he reci-bido Homenaje. Lo tenemos pedido en la Universidad. Supongo que habrá llegado durante las vacaciones. Recibí sin embargo su admirable artículo sobre Pedro Salinas in Modern Language Notes58. Ahora –y hasta las vacacio-nes de verano– tengo que pensar en la comunicación que quisiera hacer en el tercer congreso de hispanistas que se

58. Véase supra nota 53.

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132 EPISTOLARIO

celebrará en México a fines de agosto de este año. Trataré de la técnica metafórica de Neruda comparada con la de los poetas españoles de antes de 1936. Después escribiré un estudio comparativo sobre Salinas y Ud. –estudio que tengo pensado desde hace bastante tiempo–.

Recibí también el folleto que anuncia la «Jorge Guillén Conference» en la Universidad de Oklahoma59. ¡Cómo quisiera participar en ella! Pensaré en Ud. y le feli-cito ya por este homenaje y le deseo mucho mucho éxito.

Llamé la semana pasada a Edmond Vandercammen. Se encuentra mucho mejor. Perdió la memoria por com-pleto durante unos meses; poco a poco, sin embargo, fue recobrándola y ahora ya trabaja otra vez. No pude hablar con él porque le dio un ataque de bronquitis; su esposa les manda también por parte de Edmond muchos recuerdos. El pobre Carner no se encuentra muy bien. Su esposa está muy triste. Él no se acuerda de nada; ni siquiera sabe cómo vestirse. Se pone los tirantes encima del traje, por ejemplo. A veces parece que reconoce el pasado. Ya no le es posible vivir en el presente. Eso sí que es triste. Pero pasa «la gran corriente»…

En casa, todo va bien. Esperamos, querido don Jorge, que tendrá Ud. este año unos momentos para parar aquí… Hace unas semanas vino Bergamín que es muy amigo de la famille Buysse. Lo pasamos muy bien. Berga-mín desafortunadamente se encuentra muy solo en París. Dice que nunca más volverá a escribir. Su caso también me entristece. Pero qué vamos a hacer… sino compadecer. Querido don Jorge, aquí, otra vez, me despido de Ud. ¡Muchas felicidades! ¡Enhorabuena! Y ¡hasta pronto! Le mandamos todos a Ud. y a doña Irene nuestra amistad más leal y más sincera.

Muy cordialmente,Elsa.

59. El coloquio «A Tribute To the Spanish Poet Honoring his Seventy-fifth Birthday and the Publication of Aire Nuestro» tuvo lugar los días 9, 10 y 11 de febrero de 1968 en la «University of Oklahoma».

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EPISTOLARIO 133

Anuncio de la «Jorge Guillén Conference at the University of Oklahoma»

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134 EPISTOLARIO

[ 72 ]

Cambridge, 17 de mayo de 1968.

Mi querida amiga:

Vamos a embarcarnos en el France el próximo martes 21. Nuestro propósito era –y todavía lo es– pasar el mes de junio en París. (Allí coincidiríamos con mis hijos Gilman –que están ahora en Madrid–). ¡Y qué cerca estará Bru-selas de nosotros! Me alegraría mucho, nos alegraríamos mucho verla, verlos. Por otra parte, la situación pública en París se va agravando, y nos preocupa. En fin, las cir-cunstancias –cuanto más implacables, más firmes conseje-ras– nos aconsejarán.

Y a todo esto, su libro –presentado en enero a la Facultad– estará ya imprimiéndose. ¿Cuándo leeremos esa «poésie de la clarté»? Por cierto, en una universidad de este país se celebró –como usted sabe– un homenaje al autor de Homenaje –con motivo de sus setenta y cinco años–. Y al fin del año saldrá un volumen con los trabajos que en Norman (Oklahoma) se leyeron bajo el título: Luminous Reality60. ¡Qué coinciden-cia! Una vez más le agradezo a usted su «clarté».

De suerte que irá usted a México en agosto. Allí verá usted a Steve, mi yerno. Con él estará Teresa. A usted me la imagino siempre activa en medio de su próspero hogar. ¿Y esas criaturas? Nuestros recuerdos a su marido. Nuestra dirección en París –¡escríbame!– es la de la casa de Steve y Teresa: «13 Quai St. Michel, Paris Ve» (¡En pleno barrio estudiantil!). Afectuosamente la saluda su viejo amigo,

Jorge G. Muy cordiales recuerdos de Irene.

60. Luminous Reality. The poetry of Jorge Guillén (Oklahoma: Uni-versity of Oklahoma, 1970) fue coordinado por Ivar Ivask y Juan Marichal. El primero mandó a Elsa un ejemplar dedicado: «This [Luminous Reality. The poetry of Jorge Guillén] is for Profesor Elsa Dehennin, co-guillenista, in cordial gratitud. Ivan Ivask. Norman, 16 April 1970».

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EPISTOLARIO 135

[ 73 ]

Cambridge, 18 de mayo - 1968.

Mi querida Elsa:

Acabamos de recibir una carta de nuestro buen amigo, el profesor colombiano Ramón de Zubiría, embajador ahora en Holanda. Nos invita a ir a La Haya. ¡Muy bien!

Nuestro plan es el siguiente. Llegaremos a París el 27; el 29 saldremos para La Haya; regresaremos a París el 1º de junio. ¿Y si nos detuviésemos en Bruselas ese día para llegar a París el siguiente, 2?

(El 2 y el 3 estarán de paso en París el profesor Ivar Ivask y su mujer. El fue el organizador de la «Conference» en Norman [Oklahoma]).

¿Estarían ustedes visibles? Ustedes –exclusivamente–. No habría tiempo para ver a otros amigos –o me cansaría mucho, o tendría que retrasar la vuelta a París–. Y allí tenemos cita con los Ivask. Nosotros cruzaremos, pues, por Bruselas clandestinamente. Respóndame «chez Madame Lajeunesse, 55 rue Geoffroy, St. Hilaire, París Ve». Telé-fono de la Embajada de Colombia, por la mañana: 070-117331. Teléfono de la residencia de Zubiría en Wasse-naar: 01751-9715. ¡Vaya números!

Nos encantaría verlos a ustedes.(Nos embarcamos el 21 en el France).Abrazos. ¡Gracias!Jorge G 61.

61. Estas cuatro últimas líneas están añadidas verticalmente en el margen izquierdo y superior de la primera hoja de la carta.

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136 EPISTOLARIO

[ 74 ]

Cambrigde, Mass., 20 de mayo 1968.

Querida Elsa:

Ustedes se habrán figurado que no podíamos salir mañana de Nueva York teniendo como perspectiva las huelgas franceses. Saldremos, si los acontecimientos –como es muy probable– lo permiten, el 6 de junio en el mismo France; llegaremos a París el 11. Aplazamos, pues, nuestro viaje a Holanda y Bélgica, de ningún modo renunciamos a nuestra deseada visita.

¿Cántico? Clamor. ¡Llegaremos a Homenaje! Nos escribiremos. ¡Escriba!

Todo el afecto de Jorge G.

[ 75 ]

Bruselas, el viernes 24 de mayo.

Querido don Jorge:

Acabo de recibir su tercera carta, la que temía desde hace unos días. Ya pensábamos que no saldrían. Supongo que Francia les permitiría salir el próximo 6 de junio. De todas formas, y sea cuando sea, les esperamos aquí. Tiene nuestra casa a su disposición; hay una habitación con cama, con lavabo, con despacho, con sillones que les espera: donde estarán muy tranquilos, se lo aseguro. Nos alegramos mucho que de ningún modo han renunciado a su viaje a los «Países Bajos». Ahora, si no les conviniese, por cualquier motivo, alojarse en nuestra casa, les reser-varía una habitación en un hotel. Eso podrán decírmelo

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EPISTOLARIO 137

cuando ya estén en París. A nosotros no nos molestaría en absoluto; al contrario, nos encantaría que estén con noso-tros. ¡Feliz viaje! ¡Hasta muy pronto! ¡Habrá tantas cosas que decir! Esperaré su cuarta carta. Muchos recuerdos a doña Irene.

¡Toda nuestra amistad!Elsa.

[ 76 ]

Cambrigde, 31 de mayo 1968.

Mi querida Elsa:

Acabo de recibir su carta. Pues bien, no iremos a París –naturalmente–. El Cristoforo Colombo nos llevará de Boston a Málaga. Saldremos el 9 de junio. Nuestra direc-ción malagueña permanente es la de nuestro pisito. «Paseo Marítimo 29A, Málaga». Allí podría usted escribirme sobre usted, los suyos y su obra. ¿Qué es de nuestro libro?

¿A dónde irán ustedes este verano? Le agradecemos mucho su invitación. Nos encantaría

alojarnos en su casa alguna vez. ¿Cuándo? No es posible la profecía. Algún día será.

Las noticias de hoy son muy alarmantes. Francia llega a un punto grandísimo de crisis. ¡Veremos!

Nuestros recuerdos a su marido y a sus hijos. De Irene y de mi parte, todo nuestro afecto. Suyo,

Jorge G.Del 18 de junio a fines de julio: Hotel Balcón de Europa Nerja (Málaga).

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138 EPISTOLARIO

[ 77 ]

Bruselas, el 26 de julio de 1968.

Querido don Jorge:

Casi no me atrevo a escribirle… ¿Ud. me perdonará este largo silencio, verdad? Ya conoce Ud. los motivos. Esta vez han sido muy numerosos. Por la «contestación» (¿cómo se traduce eso al español?) universitaria hemos tenido un trabajo increíble. ¡Cuántas reuniones de 4 o 5 horas para discutir la composición y las tareas de las famosas comi-siones paritarias y mixtas del nuevo consejo de adminis-tración, etc.! ¡Cuántas discusiones apasionadas! Y con todo eso, el trabajo tradicional de los exámenes, de las correccio-nes y de las deliberaciones…

Además, he tenido que arreglar una casita que tene-mos en Francia, muy cerca de la frontera belga. Doña Irene sabrá lo que representa eso para el ama de casa. Supongo que para el mes de septiembre todo estará en orden. No sé si ya le dije que vamos al congreso de los hispanistas que tiene lugar a fines de agosto en México. Nos queda-remos unos 20 días. A principios de septiembre estaremos de vuelta. ¡Y no se olviden que les esperamos aquí! Solo estaremos fuera de Bruselas del 12 al 16 de septiembre. Todos los demás días estamos a su disposición. No sé nada del libro… A causa de la «contestación», el administrador ha dimitido de su cargo y él tenía que firmar el contrato de publicación… Ya veremos en septiembre.

Supongo que Uds. están disfrutando unas vacaciones deliciosas. El profesor Jordan me escribe que pasará unos días en Málaga antes de ir a México. No sé si sabe que Uds. están muy cerca.

Querido don Jorge, espero recibir unas noticias suyas lo más tarde a principios de septiembre. La semana que viene vamos unos días a París para ver la exposición de los Mayas. Pensamos en Uds. y «au rendez-vous manqué».

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EPISTOLARIO 139

¡Hasta muy pronto! Muchos, muchos recuerdos de mi marido y de mí a Ud. y a doña Irene. Nuestros saludos más cordiales,

Elsa.Neerleest 6 - Bruxelles 2.

[ 78 ]

Málaga, Paseo Marítimo 29A

10 de setiembre de 1968.(Desde octubre a mediados de diciembre:

Pensione Chiari, Piazzetta Adinari 2 [Via Calzaioli] Firenze).

Mi querida Elsa:

Me es grato imaginarles a ustedes en ese México ver-daderamente magnífico. Es sin duda el país más intere-sante de la América hispana. Cuénteme de ese Congreso. Steve, el profesor Jordan, muy simpático, muy opuesto a la operación rusa en Checoslovaquia. (Horrible, ¿verdad?). Ahora, ya en Bruselas –¿cómo están esos niños?– volverá usted a sus cursos universitarios, si los estudiantes se lo per-miten. ¿En qué punto se encuentra su Cántico? ¿Está ya imprimiéndose? Nosotros, tras este muy agradable verano andaluz, nos iremos a Sicilia –por barco– el 18 de este mes y a principios de octubre ya estaremos en Florencia (Regre-saremos a Málaga a fines de diciembre). Yo sigo adelante como de costumbre: versificando –implacablemente…–. ¿Y nuestros amigos de Bruselas? ¿Cómo se encuentran Car-ner y su señora? ¿Y Vandercammen? ¿Y nuestros señores de Gante? Muchos recuerdos a su marido. Muchos recuerdos de Irene. La abraza su viejo amigo

Jorge (Guillén)[Pensione Chiari. Piazzetta Adinari 2 (Via Cla-

zaioli) Firenze].

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140 EPISTOLARIO

[ 79 ]

Firenze, Pensione Chiari, Piazzetta Adinari 228 de octubre - 1968.

Mi querida Elsa:

De Milán ha salido ya su Aire Nuestro. ¿Cómo se encuentran ustedes? ¿Y sus trabajos universitarios? Nosotros –Irene y yo– dimos una vuelta por Sicilia y

aquí estamos ya –hasta mediados de diciembre–. Enton-ces volveremos a Málaga.

Prometí que Aire Nuestro equivaldría a mis «poesías completas». Me equivoqué. Sigo versificando.

Recuerdos nuestros a su marido. Irene la saluda. Un abrazo de su

Jorge Guillén.

[ 80 ]

Bruselas, el 16 de diciembre.

Querido y estimado don Jorge:

Sí, sigo viva… Ud. no lo creerá después de tanto tiempo. Antes de todo quisiera agradecerle el magnífico regalo que es Aire Nuestro62. ¡Qué edición más preciosa! La semana pasada fui a Amsterdam a dar unas conferen-cias en la Universidad. Una se llamó «Jorge Guillén, poeta de la claridad». Enseñé a mis oyentes –todos ya profesores

62. Se trata de una edición de tela azul. El ejemplar de Elsa, posi-blemente enviado desde la editorial, no lleva dedicatoria del autor. Elsa Dehennin pegó en cambio en la primera página una de las últimas cartas que le debió de mandar Jorge Guillén, respuesta a los acontecimientos del 23-F (véase más abajo la carta nº. 140).

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EPISTOLARIO 141

de español– sus obras completas. Aproveché los tres pri-meros poemas que encabezan maravillosamente la obra. ¡Cómo le felicito! Y me alegro que Ud. sigue escribiendo. Lo siento tanto que nunca pasan por Bruselas. ¡Un día, quizás! Comprendo que el sol de Málaga es más atrac-tivo que la fría humedad de aquí. Los amigos están todos bien, salvo el pobre Carner. Está con su esposa en Estados Unidos. Ella está haciendo un curso en Smith College, me parece. Volverán para Navidad. Según escribía la señora de Carner el pobre ya no reconoce a nadie; en el aparta-mento no encuentra el baño. Es tristísimo. No sé cómo la señora puede viajar en estas condiciones. Tiene una volun-tad extraordinaria que supera todo. Edmond Vanderca-mmen está bien pero tiene que cuidarse mucho. Por este tiempo ya no sale; de vez en cuando escribe un artículo. No sé si sigue «versificando». Nuestros amigos Buysse han pasado (un) muy mal rato. Al señor le dio otro ataque de cáncer, pero parece que otra vez está venciendo al terrible mal. Él también tiene una vitalidad y una energía mila-grosas. Su hijo está en la Embajada de París, de «attaché culturel»; lo que le encanta. Y nosotros seguimos como siempre, cada día, con más trabajo, me parece. Los niños han crecido muchísimo; ya no los conocerá. El niño ya tiene 5 años y necesita mucho espacio; llena perfectamente la casa. Ya sabe contar muy bien, no porque es especial-mente listo sino porque quiere saber cuantos francos posee. Hace cálculos muy complicados. Mientras, yo empecé a corregir las pruebas –¡por fin!– de mi libro que saldrá a principios del año nuevo. Ahora que salió Aire Nuestro, haría falta completarlo. A ver si encuentro un calculador electrónico que apunte todos los sustantivos y todos los ver-bos que van tomando siempre más importancia. Espero que el libro no le desilusionará demasiado. Supongo que tendré que mandarlo a Málaga.

Querido y estimado don Jorge, ¡hasta muy pronto!, lo espero. Entretanto, le deseamos, mi marido y yo, a Ud. y a doña Irene, un año nuevo muy feliz, tan feliz como el pasado.

Con afecto y admiración,Elsa.

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142 EPISTOLARIO

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143

[ 81 ]

Bruselas, el 27 de febrero de 1969.

Querido don Jorge:

¿Qué pasa con Uds.? ¿Dónde estarán? Le escribí a Florencia en el mes de diciembre. No sé si Ud. recibió la carta. Era una contestación a una carta suya. Recibí su magnífica edición de Homenaje y de Aire nuestro. Hablé de sus obras completas en la Universidad de Amsterdam y enseñé a mis oyentes su libro. En cuanto a mi estudio, sal-drá el mes que viene. He corregido las segundas pruebas. A ver… Espero que le gustará.

¿Y Uds.? ¿Siguen en España? –con el estado de excep-ción–. ¿Van a quedarse mucho tiempo en Europa? ¿No piensan en un viaje a París y Bruselas? Me gustaría saber algo. En el mes de abril hablaré en la Universidad de Rennes. Me han pedido una conferencia sobre el Guz-mán de Alfarache y otra sobre la generación de 1927. No hablaré de toda la generación: sólo de Pedro Salinas y de Ud.63 Ya ve Ud. que no falta el trabajo. Después haré un

63. La ponencia está en el origen del artículo «Pedro Salinas et Jorge Guillén ou une opposition poétique résolue», publicado el mismo año en Courrier du Centre national d’Études poétiques (y reproducido en la segunda parte de este volumen). Elsa dedicó el artículo a «Mathilde et Albert Ben-soussan, en souvenir d’une conférence faite à l’Université de Rennes».

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144 EPISTOLARIO

ensayo sobre Octavio Paz. En casa, todos estamos bien. Mi marido ha ido a Brasil, Argentina y Uruguay por tres semanas. Hizo un viaje encantador mientras aquí pasá-bamos mucho frío… Sus amigos están como siempre: Van-dercammen, bien; Carner, totalmente perdido. La señora de Carner siempre tan lúcida y decidida. Querido don Jorge, espero que Ud. me escribirá unas líneas. ¿Dónde tengo que mandar el libro: a España o a América? Les recordamos mucho y esperamos verles pronto.

Entretanto le saludo a Ud., y a doña Irene, muy cari-ñosamente.

Elsa.

[ 82 ]

Málaga, 2 - febrero - 196964.

Mi querida Elsa, mi inolvidable Elsa, mi admirable y admirada Elsa:

Respondo enseguida a su carta, y me apresuro a tran-quilizarla. Yo estoy seguro de haberle escrito desde Floren-cia, en diciembre, en las semanas de la Navidad. Lamento que a mi carta haya extraviado la baraúnda del correo durante esas fiestas.

Celebro mucho que el libro se publique tan pronto. Ardo en deseos de leerlo. ¿Aquí? Tenga en cuenta que nos embarcaremos el 24 de abril con rumbo a Boston. Si no pudiese llegar el libro a mediados de abril, envíemelo a Cambridge. Le agradezco mucho también esas conferen-cias: en Amsterdam, en Rennes. Me ha sorprendido este último nombre. Y eso ¿cómo?

64. La carta de Elsa a la que contesta Jorge Guillén es, sin duda alguna, la del 27 de febrero. Lo que hace poco verosímil la fecha del «2» de febrero. Quizá sea del 2 de marzo.

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EPISTOLARIO 145

Nuestros planes son muy sencillos –¡por ahora!–. No subiremos a Europa esta vez. Continuaremos en Málaga, cuyo clima en invierno es muy agradable y nos conviene. Regresaremos a Cambridge, y luego… No sé. Esperamos volver el año próximo a Europa. Nos encontramos bien. Yo trabajo como de costumbre. Nada «excepcional» nos ocurre. ¡Cuánto lamento lo de Carner! Saludos al viajero señor Galle. Saludos a los hijos.

Recuerdos de Irene. La abraza Jorge65.

[ 83 ]

Málaga, 17 - abril - 1969.

Mi querida Elsa:

Esta breve carta no es más que un adiós. (Cristoforo Colombo, 24 de abril, Málaga - 4 de mayo, Boston).

Allí, a la habitual dirección de Cambridge, me lle-gará su libro. ¿Pronto?

Por cierto, acaba de salir una edición prologada y anotada de La Voz a ti debida y Razón de Amor (Edi-tor: mi buen amigo el crítico y filólogo Joaquín González Muela, siempre por el buen camino de la interpretación aclaradora66). Pertenece el libro a Clásicos Castalia, de Valencia. En él se cita a Elsa Dehennin varias veces –como es natural–.

¿Cómo se desarrolla la vida universitaria en esa ciu-dad? Todo está revuelto –para bien o para mal– en el mundo juvenil. Para su marido nuestros recuerdos. Un abrazo de su viejo amigo

65. Estas últimas frases de despedida vienen escritas en el margen superior izquierdo de la primera hoja. 66. González Muela mandó un ejemplar a Elsa Dehennin con la siguiente dedicatoria: «Para Elsa, con un solo deseo; que alguna vez la pueda ver en persona. Su buen amigo, J. González Muela».

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146 EPISTOLARIO

JorgeCari saluti da Irene67.15 Gray Gardens WestCambridge, Mass. 02138. U.S.A.

[ 84 ]

Cambridge, Mass. 0213815 Gray Gardens West

6 de junio - 1969.

Querida Elsa:

Una joven hispanista peruana me ha preguntado por su libro sobre Cántico. Le respondí que su publicación era inminente.

¿No es eso? Llegamos a Cambridge hace un mes. Aquí seguiremos hasta fin de año.

¿Y ustedes? ¿Cómo se encuentran? ¿Qué vacaciones se preparan? Cuénteme.

Estamos bien. Yo trabajo como de costumbre. Ahora trato de poner un poco de orden en mis papeles, los reuni-dos en esta casa. El desorden es muy incómodo, y superarlo pide bastante esfuerzo… Esperamos su libro con interés, acrecido por su inminencia. Recuerdos a su marido y a los niños. Recuerdos de Irene. Suyo, con todo afecto,

Jorge Guillén.

67. Añadido del puño y letra de Irene Mochi Sismondi.

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EPISTOLARIO 147

[ 85 ]

Bruselas, el 11 de junio de 1969.

Querido don Jorge:

Cuando recibí esta mañana su carta, el libro ya estaba para mandar. Me apresuro en contestarle para decírselo. ¡En fin! Desde más de un mes, el editor me va prometiendo la publicación inminente. Espero que no le desilusionará. Sería para mí el caso más triste de mi vida. Tengo la intención de proseguir el estudio en relación con Clamor y Homenaje. Para el curso próximo tendremos un ¡«ordinateur»!, y así me será fácil conocer los «campos semánticos» de ambos libros. Antes de pensar en eso, espe-raré sus observaciones que serán para mí muy importan-tes, hasta diré decisivas.

Actualmente estoy terminando un estudio sobre «la novela picaresca a la luz de la Poética»68. No sé todavía en qué revista lo publicaré. Después me espera toda la obra de Octavio Paz a quien dedicaré un curso del año próximo.

Me alegro que Uds. están muy contentos en EE.UU. Espero que cuando vengan otra vez a Europa, el año próximo, nos encontraremos. Si Uds. no suben a París o Bruselas, bajaré yo hasta Málaga. Este verano vamos a Grecia, a pesar de los coroneles. Nunca estuvimos en Hellas y me parece algo imperdonable.

Aquí sus amigos siguen bien. Vandercammen y Car-ner están bastante bien. Su salud mejoró más de lo que se

68. «Le roman picaresque à la lumière de la poétique», Revue belge de Philologie et d’Histoire, 48 (1970), págs. 730-771. Con motivo de un encuentro en París, Elsa Dehennin entregó una separata dedicada a Jorge Guillén: «Para don Jorge, con la admiración y el cariño de siempre, Elsa, París, 10 de agosto de 1971». Se conserva en la Fundación Guillén con la signatura JG 5259.

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148 EPISTOLARIO

podía normalmente esperar. Muy querido don Jorge, me despido otra vez de Ud. Esperaré noticias suyas. Entre-tanto le saludo a Ud. y a doña Irene con mucho cariño.

Elsa.

[ 86 ]

Cambridge, 2 de julio - 1969.

Mi querida Elsa:

Ya le dije en mi reciente carta con cuánto interés espero el LIBRO. Todavía no ha llegado aquí. Blecua, nuestro gran Blecua, me escribe en carta que me acaba de llegar: «La señora Dehennin me ha mandado su libro sobre Cántico, que es muy bueno y fino. Trabaja muy bien, como le dije a ella, aunque no había llegado más que la primera parte…»

¿La alcanzarán estas líneas en su casa –o estarán uste-des ya acercándose al Sur–? Buen viaje. Déme su dirección veraniega estable para escribirle pronto. Recuerdos a su marido. Un abrazo cordialísimo de

Jorge.

[ 87 ]

Bruselas, el 6 de julio de 1969.

Mi querido y estimado don Jorge:

Recibí su carta y me asombro mucho de que Ud. no recibió aún el «libro». El primer ejemplar se lo mandé a Ud. –registrado–. Controlé la fecha: fue el día 11 de junio. Supongo que entretanto Ud. habrá ya recibido el ejemplar que le dediqué. Si no fuese así, ¿me lo escribe Ud.? Le mandaré –express– otro ejemplar. Lo siento

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EPISTOLARIO 149

mucho que Ud. no haya tenido «la primeur». Los siguien-tes ejemplares los mandé a Blecua y a Lázaro Carreter en España y a Bataillon y a unos amigos en América y Fran-cia. Si Ud. piensa en alguna otra persona a quien debería mandar el libro, no deje de decírmelo. No tengo las señas de Casalduero.

Querido don Jorge, espero que no voy a desilusionarle. Esperaré temblando lo que me diga Ud.… Como siempre, le saludo a Ud. y a doña Irene, con mucho cariño,

Elsa.

[ 88 ]

Cambrigde, Mass. 02/384 de setiembre - 1969.

Mi querida Elsa:El Libro no me ha llegado hasta mediados de agosto.

A la orilla del mar, en Cape Cod, lo leí con lento deleite, lo releí en parte y fui apuntando algún comentario preciso. Pero no quise escribirle hasta que usted estuviese de regreso de su viaje a Grecia.

Luz y Palabra. Las dos se penetran y se iluminan, y si Cántico tiende hacia la claridad, usted la conduce a su extremo. El estudio del vocabulario ha sido para mí una serie ininterrumpida de sorpresas. ¡He sabido tantas cosas que yo ignoraba! Esas estadísticas y confrontaciones van siendo cada vez más convincentes, conforme se avanza en esa metódica exploración que tiene mucho de caza. Por otra parte, la idea central –la luz como eje radiante– va orientando con gran acierto la interpretación de toda la obra. Tiene usted razón. La luz es la «prima donna» indiscutible en ese mundo solar. A esa base lingüística se añade, sin alterar su carácter científico, un entusiasmo para mí conmovedor. ¡Que generosa vitalidad, querida Elsa! Usted es más Cántico que ese Cántico. Gramática y forma. ¡Que felices bodas! En suma esta contribución

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150 EPISTOLARIO

–Une poésie de la clarté– será indispensable a quien se interese por ese poeta69. Hay muchas, muchas precisiones, muchos esclarecimientos, mucha luz en este libro. Yo le haré otro día –próximo– algunas observaciones de por-menor. (También le indicaré a qué personas podía usted regalar la obra).

Yo he ganado y he aprendido viendo Cántico a través de su alma clarísima y de su saber muy sagaz. ¡Gracias! De corazón. Un abrazo de

Jorge.

[ 89 ]

Cambridge, Mass. 0213815 Gray Gardens West1º de octubre de 1969.

Mi querida Elsa:

Ya es hora –¿verdad?– de que le envíe los nombres de las personas –sin duda alguna– interesesadas en leer su libro, nuestro libro. Adjunto una lista. Muy pronto le escribiré una carta no breve. Usted verá por su exten-sión y sus prolijas minucias cuánto me ha importado y me importa la claridad crítica70 que usted añade a esa «clarté» poética.

Comienza el curso. ¿Va usted a dedicar algunas de sus lecciones a Octavio Paz? Lo celebro de veras. Es un gran amigo –además de un escritor de primer orden–. Con él y con su mujer –Marie-José– estuvimos durante varios días de agosto a la orilla del mar, en Cape Cod. Le anuncié a Octavio su intención de dedicarle a él su atención. Y se

69. El ejemplar dedicado «Para Don Jorge y Doña Irene, con amistad y admiración, este homenaje muy modesto, Elsa» se conserva en la Funda-ción Jorge Guillén con la signatura JG 211. 70. Añadido interlineal con marca de inserción.

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EPISTOLARIO 151

quedó encantado –a la expectativa–. Recuerdos a todos los suyos. Recuerdos de Irene. Suyo, afectuosamente,

Jorge (Guillén).

[ 90 ]

Cambridge, 9 de octubre - 1969.

Mi querida Elsa:

Ahí tiene usted una serie de observaciones, datos y complementos al margen de la muy atenta y muy gustosa lectura de su libro. Lo cual significa ante todo que el resto de esa Poésie de la clarté no me suscita sino acuerdo, elo-gio, aplauso. La redacción de estas notas me ha «replongé» en su estudio. Es, en efecto, un baño de felicidad. Su libro se me convierte en la reverberación del sol en el mar, en la luz de las más felices mañanas, de las mejores horas del verano. Usted lleva Cántico a su punto de mayor exalta-ción. ¡Qué cielos, qué mediodías, cuánto amor!

Y además, todo ello en clave lingüística, de una mara-villosa precisión. Yo soy el primer sorprendido por los resul-tados de sus cómputos y de sus interpretaciones. ¡Gracias! De todo corazón.

Recuerdos a su marido. Recuerdos de Irene. Con todo afecto,

Jorge.

P71. 10. Más bien «intrahistórica» –a lo Unamuno– que «ahistórica». Esa poesía –como todo lo humano– está en la historia, y la supone –si no la expone– continua-mente.

21. Mi madre era muy cristiana. (En este caso, decir «católica» no es bastante).

71. En la esquina superior izquierda de la primera página, Jorge Guillén apuntó las iniciales E.D.

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152 EPISTOLARIO

21. «Gloria» ¿Con «malicia»? Ninguna. (Soy hijo –ahora incrédulo– de esa madre).

P. 24. El estudio de Amado Alonso –el primero importante cronológicamente– figura en Materia y forma en poesía, Madrid, Gredos 1955, págs. 370-377.

28. «Ciudad de los estíos». Las «sedas» son de las damas, no de la luz –sin duda alguna–. (Friedrich lo complica inútilmente).

31. «Meseta». De 1927.33. «Playa (Niños)». «deslizándose». No recordaba

yo esta palabra. Miraré el manuscrito. En mi memoria estaba «‘deslindándose’»72.

P. 35. «El mundo está bien hecho». ¡Ya salió! Conste una vez más que «mundo» significa «universo». «Crea-ción», y de ningún modo, «Sociedad», «mundo histórico».

38. La «sal». Sí, la sustancia –y también con sus con-notaciones vitales–. Ante todo –sin complicación–, la sal del mar –que conocemos con el paladar y los labios.

P. 39 «Esfera terrestre». «Armilar» fue menos, un tér-mino impropio. Yo me refería a la esfera terrestre que se halla en bibliotecas y salones. El mar está visto a la vez en la realidad marina y en su representación esférica.

43. «Cuna, rosas, balcón». «¡Qué guardada el alma!». El alma del niño. En mi intención, nada más. «Alma», una vez.

P. 50. Azar, destino. «Azar», en efecto, suele ser nega-tivo –o engendrar temor– en esas poesías. «Destino» no implica sumisión al modo arcaico. Pero «‘destino’» se sitúa cerca de «‘orden’».

51. «route du village avec l’horloge du clocher». Carretera de Murcia. El reloj de la torre de la catedral –como en la décima «Panorama»–.

50. «La Florida». Símbolo del ‘hallazgo feliz’. En este caso, la amada. Es poema de amor. (Y como todos poemas de Cántico, referido a Germaine).

72. A partir de aquí, Elsa Dehennin fue subrayando con lápiz rojo una serie de expresiones utilizadas por Jorge Guillén. De aquí en adelante, pongo entre comillas simples las palabras o sintagmas resaltados por Elsa.

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EPISTOLARIO 153

P. 53. «Todo en el aire es pájaro». Yo no he visto un solo pájaro inmenso. «Pájaro» aquí ‘lo es todo’ –simbólica-mente–. Como si fuese un adjetivo. Todo con las calidades de los pájaros.

60. «El yo histórico», es decir, más circunstancial, más autobiográfico, está ausente en la gran poesía de Gón-gora, en sus poemas mayores. Esa frase se aplica sólo a Góngora.

P. 66. «Integralidad». ¿Dónde se encuentra esa pala-bra? No pertenece a mi vocabulario. No está en mis dic-cionarios. Será «‘integridad’».

69. «Viento saltado». El salto –a un nivel muy modesto y no frecuente– fue mi única práctica deportiva. Pero en el poema –¡ni en el poema!– el salto se alza hasta «la cime des astres». Todo ello, sin hipérboles a lo Polifemo gongorino.

P. 75. «‘seguridad’ ne figure qu’une seule fois dans tout Cántico». ¡Precioso descubrimiento! Este libro –el de usted– es para mí de una continua enseñanza. Y me digo: el mundo equilibrado de esa poesía no supone un exceso –majadero– de seguridad.

P. 83. El «cogito» de El argumento de la obra podría rectificarse; más exactamente sería sin el «‘luego’», sin transición raciocinante. «Somos, valemos». (Así apare-cerá en la segunda edición –inminente–).

84. «Fábula». Sin mitología, de acuerdo. Pero ‘«fábula» humaniza la realidad’ así ya se la muestra vivida, apropiada por el hombre, por su imaginación y sus pasiones. De ahí, «fábula», término poéticamente no impropio –según mi sentir–.

P. 84, nota. «jeunes filles qui se baignent». ¿Dónde? Esas «Muchachas» surgen, como punto de partida, en el «campus» de Wellesley College. (¡Se bañan, pero no en esos momentos!). Escena apuesta: «Nadadoras», en Clamor, Maremágnum. Poema referido a Wellesley College.

P. 85. «Salvación de la primavera». Poema de ‘inte-rior’ –evidentemente–. No hay paisaje primaveral. Sí hay metáfora del cuerpo como paisaje. (Véase también, por ejemplo, «Más ‘esplendor’»).

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154 EPISTOLARIO

«¡Y qué frescura de lejanía por tu cuerpo, Claro cuerpo felizComo paisaje!» (pág. 403).88. «‘Nubes por variación’», etc. Metáforas del amor

que ocurre dentro. No hay «fuera», no hay paisaje real evocado. Sólo imágenes sin más punto de aplicación que el ‘amor’ mismo.

P. 91. «Allí donde no hay muerte.» Es decir, mientras haya vida, antes de la muerte. Ese verso no quisiera sig-nificar «qu’il exclut toute possibilité de mort». Eso sí sería «mitológico».

P. 94., nota 3. «Paso a la aurora» es un poema acon-sonantado, no asonantado.

P. 107. «Sueño». ¿Hipérbole? Metáfora. «Realidad» como «soñada», o sea, plenamente vivida, nuestra, ya interior a nuestra plenitud. En ese sentido también «fábula». No es que lo real corresponda a un modelo idealizado y anterior. «La realidad propone siempre un sueño»: nos invita a vivir intensamente. En cambio, véase «El aire», citado en esta página: «sobrepasa anuncio y sueño». «Sueño», lo deseado y proyectado antes de la expe-riencia. Usted lo resume perfectamente, págs. 119-120 «Le rêve…»

P. 110. «un matin de printemps». Alusión a «Salva-ción de la primavera». ¿Mañana? No. No es el momento entonces propicio. Otro intérprete ha considerado ese poema como uno nocturno ¡Tampoco! El tiempo no está señalado con precisión. «De día». Pero «Anillo» está enca-jado todo él –con mil consecuencias en su desarrollo– den-tro de una ‘tarde estival’.

P. 112. «Anillo». «Infinito». En el tiempo. Amor sin previsión de final.

116. «Más esplendor». Poema de larga, lenta e inte-rrumpida elaboración. De 1929 –en Valladolid– a 1941 en Wellesley. Otros poemas de Cántico fueron compuestos así, no los posteriores de Clamor y Homenaje, escritos de la misma manera, pero en menos tiempo. (¿Por mayor dominio en la expresión?). El poeta maduro o viejo no es quizá quien ‘escribe los poemas mejores, más esenciales’.

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EPISTOLARIO 155

Pero en esas épocas avanzadas es cuando alcancé ‘mayor maestría’ de poeta.

P. 121. «la lutte fratricide». No aluden precisamente al fratricidio español esos versos. El alcance es general.

122. Alfonso Reyes. La frase –o fragmento de frase– pertenece al estudio sobre Goethe.

P. 123. «Esperanza de todos». (nota). El dato sobre su origen se lo dije yo a la señora Granados.

124. «Magno río civil de las historias» o de la Histo-ria, es igual esta vez. O sea: el Guadalquivir.

125. «–O con vida en la muerte». La concepción reli-giosa. Pero no por «concesión» benévola.

127. «Emerge contra la nada». «Nada» como símbolo negativo, sin más metafísica.

P. 128. ‘«Gris», color exquisito’. Alguna vez inclinado hacia una menor vitalidad.

132. «Aguardando». He aquí la ficha completa. (¡Un ejemplo!). Wellesley, 17 de enero; 1, 4, 5 y 6 de febrero; 12 y 14 de mayo; 15 de junio; 12 y 16 de agosto de 1944.

134. «Una sola vez». En versos de ocho sílabas. No quebrados.

«Espera. ¡Solo una vez!»Es un verso. «De una vez! Espera tú».Un solo octosílabo. (El agudo vale por dos sílabas).P. 135. «Más verano de otro ardor.» Un ardor ‘per-

sonal’, espiritual, de un ‘propio verano’. Un verano hecho mío.

135. «Su persona». Poema de ausencia. El deseo y la nostalgia73 de la amada ausente –por razón de geografía–. (No de muerte. Así lo han interpretado algunos). Valores (románticos74) de ausencia –inferiores a los de presencia. Como siempre–.

73. Y la nostalgia, añadido interlineal con marca de inserción. 74. Añadido interlineal.

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156 EPISTOLARIO

P. 138. «Cara a cara.» Poema de intención muy gene-ral. Pero no sobre la muerte de F co G. L. Dedicado a él, sí. Y con recuerdos, implícitos, de la guerra civil –aunque no sobre esa guerra. «Cara a cara» defiende las afirmaciones de Cántico contra las fuerzas negativas. Nunca ignora-das. Y siempre en lucha cuando es necesario. Dicho en francés: «Al ‘oui’ de Cántico, las fuerzas negativas respon-den ‘non’. ‘Cara a cara’ replica ‘Sí’!».

P. 141. «‘un idéaliste épris d’absolu’». Esa prolonga-ción hacia dentro –«au fond»– contradice todo lo afir-mado y muy bien sentido y entendido en el resto de esta Poésie de la clarté.

142. «Hermosura», o lo que es igual, «Belleza». La restricción tiene sentido histórico. Se opone al estetismo del esteta. (Siglo XIX final). En España, J.R. Jiménez. La belleza es una maravillosa ‘calidad pero no la razón de ser o el supremo ser’. Este punto de vista es común a toda mi generación.

P. 151. «¿Historia renegada?». Nunca. O la visión no es explícitamente histórica. O en algún momento privi-legiado –el amor en «Anillo» –‘el presente se eleva a una especie de tiempo infinito, a una como intemporalidad eterna: perspectiva presentada desde el interior del ins-tante amoroso’. Pero en «Luz Natal», el poema ‘castellano’ –español– del libro, la ‘Historia’ es ‘tema esencial’, de ‘pri-mer término’.

152. «Esperanza» es inseparable de vida. «‘Desespe-ranza» es «muerte’».

P. 161. «Ser» y «estar». ¿Contradicción? Ninguna. Este punto ha sido ya más de una vez comentado y acla-rado. Estar es la presencia o realidad ‘concreta, efectiva’ del ser. Etcétera.

172. Sobre la poesía, en Homenaje. (Y en los futuros Otros poemas).

174. Celebro que haya mencionado a Gabriel Miró. Como se ve más explícitamente en ‘Lenguaje y Poesía’, yo estoy muy de acuerdo con esa concepción de Miró. Se menciona mucho a J.R.J. y no al «maestro levantino». No es justo. Hoy ‘me siento más cerca de Miró’ que de ‘J.R.J’.

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EPISTOLARIO 157

P. 180. El ensayo de Octavio Paz, precioso estudio, está incluido en el volumen Puertas al campo.

P. 181. Cita de Berceo. «L. y P., pág. 21 (n. 19); «… descubre y ‘destapa’ los seres», no «destaca». (Yo no empleo esta palabra –«destacar»75– en el sentido habitual hoy).

P. 216 «a lo principio». Debe ser, supongo, «a lo prín-cipe» –(«Melenas»)–. O «al principio».

Estas páginas se prolongan ya demasiado. Una obser-vación final. ¿Y los poemas nocturnos? Ese complemento negativo del día forma parte de la gradación luminosa. En el reciente estudio La generación del 27 de Luis Felipe Vivanco, hay referencia a los «‘muchos nocturnos’».

Lástima que nos falte un registro pormenorizador de los términos relativos a la oscuridad, a la ‘negrura’, a la ‘noche’.

(¿Y cuántas veces se repite «ya»?).¡Gracias!Jorge Guillén.C. 9-X-1969.

[ 91 ]

30 de octubre de 1969.

Querido y estimado don Jorge:

Recibí sus dos últimas cartas y no sé cómo agrade-cerle su amabilidad, su benevolencia. Leí muy atenta-mente las anotaciones que me mandó; las comprendo y las admito todas. Lo siento mucho haberme equivocado, pero era fatal, creo, que me equivocara. Me alegro, sin embargo, que Ud. está de acuerdo con lo que podríamos llamar la tesis general. Estoy pensando ya en un artículo sobre «lo nocturno» en su obra, en toda su obra y no solo

75. Añadido interlineal.

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158 EPISTOLARIO

en Cántico. A principios del año próximo aparecerá en el Courrier du Centre International Poétique –dirigido por el señor F. Verhesen que Ud. debe de conocer– un artículo que llamé «Jorge Guillén et Pedro Salinas ou une opposition poétique résolue»76 que le gustará, creo. He corregido bastante –gracias sobre todo al conocimiento de su obra– mi punto de vista respecto a Salinas. Cuando salga, le mandaré una separata.

Le agradezco también la lista de señas que me pro-porcionó Ud. Desafortunadamente no me quedaron bas-tantes ejemplares para todas las personas a quienes me hubiera gustado mandar el libro. Sin embargo, la mayo-ría lo habrá ya, supongo, recibido. Me alegro también que Octavio Paz es uno de sus amigos. ¿No le será posible, don Jorge, darme sus señas? Me faltan varios libros. No encuentro, por ejemplo, su traducción de Pessoa: El desco-nocido de sí mismo. De momento estoy leyendo un libro sobre el «zen» chino. O. Paz habla mucho de esta extraña sabiduría que yo no conocía en absoluto. Quizás empezaré el estudio por un artículo comparativo sobre su obra y la de Paz. Hay unas oposiciones muy significativas. Ya ve Ud. que no me faltan proyectos. Hasta las vacaciones de Navidad ni siquiera puedo pensar en ellos. Tengo muchas clases y espero que después de Navidades solo tendré la mitad: o sea 6 horas. Tal horario me encantaría: me deja-ría tiempo para leer y estudiar.

Sigo esperando que el año próximo les llevará, a Ud. y a doña Irene, a Bruselas. Ya saben que tienen nuestra casa y sus habitantes a su disposición. No sé si le escribí ya, don Jorge, que murió nuestro buen amigo, René Buysse. Pasó unas semanas de vacaciones en el mes de septiembre con su esposa en el sur de Francia; repetinamente se puso malo y murió a los tres días de enfermar. Fue algo terri-ble. Su esposa parece muy valiente; resiste bien trabajando mucho. Su hijo trabaja en la Embajada belga de París. Está preparando una exposición de pintura flamenca en

76. Courrier du Centre International d’Études Poétiques, 75 [s.f ]., págs. 3-24. El artículo está reproducido después del epistolario.

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EPISTOLARIO 159

l’Orangerie para el año próximo. No tengo noticias de la hija.

Querido don Jorge, ya es la hora una vez más de des-pedirme de Ud. ¡La mar de Gracias por todo! ¡Hasta el año que viene! ¡Sí! Mi marido se lo dice también. Y no se olvide de escribirme de vez en cuando. Entretanto reciba, con recuerdos cariñosos, toda mi amistad.

Elsa.

[ 92 ]

Cambridge, 3 de noviembre -1969.

Mi querida Elsa:

Respondo inmediatamente a su cariñosa carta. (Fir-mada el 3 de octubre, ha llegado hoy).

Usted me da a entender que ha comprendido perfec-tamente la índole de mis «observaciones»: un verdadero homenaje de gratitud y de atención. Las discrepancias son mínimas –y muy pocas–. Considero su libro como una gran contribución al estudio de Cántico. Ningún crítico serio de esa obra podrá prescindir de esta Poésie de la Clarté. Me alegro mucho de que se halle dispuesta a inter-narse por esas noches. «Nocturnas» hay –a estas horas– bastantes. «Pedro Salinas y J.G.»: tema siempre gratísimo para mí. (Recibo el Courrier y conozco a Verhesen).

Octavio Paz. Gran amigo. Su dirección actual es: Department of Spanish. University of Texas, Austin, Texas. 78712. U.S.A.

Gracias por los envíos. Que no falte –se lo agradecería mucho– el libro a Ivar Ivask.

¡Cuánto siento lo de R.B.! Escribiré a la señora.Hasta pronto. ¡Recuerdos! Un abrazo deJorge.

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160 EPISTOLARIO

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[ 93 ]

La Jolla, California30 - junio - 1970.

Mi querida Elsa:

Me ha llegado a la hora de almorzar su última carta77. ¡Excelentes noticias, excelente humor! Y ahora, después de la siesta y antes de que lleguen (de Cambridge, en avión) Teresa y Steve –y ya habrán aterrizado– quiero decirle algo con motivo de su viaje a Rumania.

Ya me he carteado con una joven hispanista de Buca-rest. Es encantadora. ¡Véala usted, por favor!

Domnit,a Dumitrescu Str. Iulius Tucick I Sector II Bucures,ti (13)

Otra persona. Acabo de saber que un buen poeta rumano quiere traducir poemas míos. Le he enviado –o hecho enviar– alguna antología. Sería una obra buena que usted hablase con él para informarle y orientarle.

Stefan Aub Doinas,Boulevard 1848. no 35

77. Deben de faltar una o varias cartas, ya que la última del año 1969 era el acuse de recibo de Elsa de la lectura detallada que hizo Jorge Guillén de su estudio. No se conserva, en cambio, la carta a la que se alude aquí a menos que se haya extraviado.

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162 EPISTOLARIO

Et. 3. Apt. 13 Bucures,ti

¡Gracias!Le escribiré pronto más despacio. Corro (¡metafóri-

camente!). Van a llegar mis hijos. (Me encuentro mucho mejor). Recuerdos a su marido –y de Irene–. Abrazos de su agradecido

Jorge.

[ 94 ]

Cambridge, 16 - octubre - 1970.

Mi querida Elsa:

Sé que vio usted en Rumania a la señorita Dimi-trescu. Estoy «ansioso» de saber algo de su viaje veraniego. ¿Cómo va esa familia? Yo me encuentro mucho mejor. Muchos recuerdos de Irene. (¿Y Madame Noulet? Nada he sabido de ella). Para ustedes dos, el afecto de su

Jorge G.

[ 95 ]

El 5 de noviembre de 1970.

Querido y estimado don Jorge:

Recibí su última tarjeta pidiéndome noticias. Discúl-peme, por favor, una vez más… El trabajo hace «boule de neige», como se dice en francés. Siempre trae más. Este año tengo tres nuevos cursos: uno sobre la comedia, otro sobre la novela hispanoamericana y otro –porque un profesor se ha dimitido– de ejercicios filológicos (es decir, gramatica-les). Las vacaciones ya me parecen muy lejanas. Las pasamos sin

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EPISTOLARIO 163

embargo muy contentos en Sinaia y en la playa del mar Negro. Vi en efecto a Dominita Dimitrescu, que encon-tré en casa del admirable profesor Jordan (él estuvo este año en Málaga; visitó Madrid y también Galicia que no conocía; ¡tiene 82 años!). La señorita Dimitrescu es encantadora y muy seria. Le faltaban unos libros que le mandé. Creo que trabajará bien. Quizás la veremos el año próximo en Salamanca. A ver si Ud. se anima ¡ojalá! De Mme. Carner no tengo muchas noticias. Físicamente está bien, aunque bastante cansada. Se esté reprochando continuamente hechos menores que adquieren una impor-tancia inquietante. Lamenta, por ejemplo, que obligaba su marido a andar de prisa; y tantas cosas más. No sé si contesta las cartas. Cuando la vea, le diré que Ud. espera una carta de ella.

En nuestra familia todo sigue bien. Ud. ya no conoce-ría a los niños. El año próximo nos acompañan a España. Fueron también con nosotros a Rumanía y se comportaron muy bien. El niño es sin embargo un demonio. ¡Tiene unos nervios! Espero que aprenderán tanto español como rumano.

Querido Jorge, me alegro que Ud. se encuentra tan bien; seguimos esperando que nos veremos pronto en España, en Francia, en Bélgica, o donde sea.

Muchos recuerdos a doña Irene. Saludos cariñosos también por parte de mi marido.

Afectuosamente,Elsa.

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164 EPISTOLARIO

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165

[ 96 ]

El 12 de febrero de 1971.

Querido y estimado don Jorge:

Recibí hace poco su Guirnalda civil78: ¡Qué edición más pulcra, qué texto más guilleniano! Me llegó cuando estaba explicando a mis alumnos su poesía y les leí unos párrafos para mostrarles la ejemplar continuidad de su obra a pesar de una temática siempre cambiante.

Su actitud es admirable y le felicito de todo mi ser. ¡Muchísimas gracias! Recibí también de su amigo Blecua, tan encantador, su antología y la edición del Cántico de 193679. La antología está muy bien hecha: tanto la intro-ducción como los textos escogidos son justos. En cambio protesto contra la introducción y los textos que están en la antología de Vicente Gaos (Antología del grupo poé-tico de 1927, Bibliot. Anaya). No sé si Ud. la vio. Leí también el artículo de A.P. Debicki en Papeles de Son

78. Cambridge, Halty Ferguson, 1970. Elsa Dehennin recibió un ejemplar de la editorial, a petición del autor. 79. Jorge Guillén, Cántico [1936], ed., prólogo y notas de José Manuel Blecua, Barcelona: Labor, 1970 (Textos Hispánicos Modernos). El ejemplar de Elsa lleva dedicatoria: «A Elsa Dehennin, con la amistad y la admiración de don Jorge y Blecua».

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166 EPISTOLARIO

Armadans80 y los poemas que le dedica J. Casalduero. No sabía que era poeta. Ya lo ve, querido don Jorge, ¡no hay manera de olvidarle!

Su silencio me inquieta, sin embargo, un poco. ¿Cómo estará? –Ud. y doña Irene–. ¿Tienen ya un proyecto de viaje? Espero que 1971 les traiga a Europa. Hace mucho tiempo que no nos vemos. No me atrevo a contar los años. Mi hija ya está tan alta como yo… Vamos bien todos. Mi marido está en París: prepara para los «Guides bleus» de Hachette una «Guía literaria del Benelux»81. Yo tengo siempre más trabajo; es, por lo menos, la impresión que tengo. Este año hablo de la generación del 1927, de la comedia y de la novela hispanoamericana. Leí ya bas-tantes novelas y… sigo viva, a pesar de todo. Fui a ver también –y ha sido el colmo– una obra de Arrabal: Ils passèrent les menottes aux fleurs. No sé cómo se llama en español. Según se dice en el texto debe ser un verso de F. G. Lorca. ¡Qué blasfemia brutal y vulgar alrededor de unos pocos instantes de inocencia! No sé si se pueden ver estas cosas en América. ¿Las soportaría Ud.?

Querido don Jorge, voy a despedir otra vez de Ud., saludándole, como siempre, con admiración, amistad y cariño. Espero recibir pronto unas noticias suyas y sobre todo el anuncio de su viaje a Europa. Muchos, muchos recuerdos a doña Irene y… hasta muy pronto. Muy afec-tuosamente,

Elsa.

80. Andrew P. Debicki, «Tono y punto de vista en Clamor de Jorge Guillén», tirada aparte de Papeles de Son Armadans, 178 (enero de 1971). Dedicatoria: «Para Elsa Dehennin Galle con un saludo de Andrew Debicki». 81. Véase Guide littéraire de la Belgique, de la Hollande, et du Luxem-bourg par Roger Bodart, Marc Galle & Garnt Stuiveling, París: Hachette, 1972 (Bibliothèque des Guides Bleus). Los textos en neerlandés fueron tra-ducidos al francés por Maddy Buysse, a la que se cita varias veces en estas cartas.

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EPISTOLARIO 167

[ 97 ]

Cambridge, 16 de febrero - 1971.

Mi querida Elsa:

Respondo a su carta a vuelta de correo. Le escribí en Navidad 82. Era yo quien la echaba a usted de menos. Celebro ante todo que esa familia prospere. ¡Una hija ya tan alta! Y yo la dejé tan pequeña… Nuestro plan es el siguiente. En los primeros días de mayo volaremos a Ita-lia: Roma, Florencia. (El movimiento del barco no me convendría, aunque me encuentro casi bien). Por París y sus alrededores andaríamos en agosto y parte de setiem-bre. Entonces, muy probablemente podríamos ascender hacia el Norte: Bélgica, Holanda. Y en octubre, o un poco antes, regresaríamos a Cambridge. Espero, por lo tanto, que habrá en Bruselas posible reunión. Tengo muchas ganas de verla.

De modo que esa Guirnalda la ha complacido. Está cayendo bien: los acontecimientos últimos en España le ponían el más adecuado contrapunto. No conozco el particular absurdo de Arrabal. Quisiera leer algo de ese Ingenio. ¿Y el estudio sobre Octavio Paz? En cuanto a la antología hecha por Vicente Gaos, buen amigo mío, de acuerdo. No estoy conforme algunas veces. ¿No conoce una antología análoga de González Muela y Rozas83? Está bien. Me envió una preciosa antología en rumano el poeta Doinas,. ¿Le conoció a él? Me escribe de vez en cuando la muy simpática Dumitres,cu. Saludo de mi parte a su marido.

82. La carta debió de extraviarse o traspapelarse. 83. Se trata de La generación poética de 1927, estudio, antología y documentación de Joaquín González Muela y Juan Manuel Rozas, Madrid: Alcalá, 1966.

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168 EPISTOLARIO

¡Escríbame! (Madame Noulet me ha contestado sólo con esquelas impresas).

Un abrazo de su amigo muy viejo,Jorge84.

[ 98 ]

Cambridge, 16 de junio - 1971.

Mi querida Elsa:

¿Y si nos viésemos en París? Verá usted. Steve y Teresa tienen un piso en la Ciudad, y este verano estará libre. ¡Gran ocasión! Desde el 21 de este mes hasta primeros de setiembre nos alojaremos Irene y yo en

13 Quai St. Michel, París Ve

Teléfono: Medicis 7652.

Ustedes no dejan de viajar durante las vacaciones. ¿Irán hacia el Sur? Me encantaría, nos encantaría verles a su paso por París.

¿Cómo marcha el estudio sobre Octavio Paz? Y sobre todo, ¿cómo se encuentran su marido y sus

hijos? Déme también –cuando me responda a París– noti-cias sobre Madame Noulet-Carner. ¿Y los amigos escrito-res de Bruselas?

Yo sigo adelante con mi libro, y siempre bajo su título modesto: Otros Poemas. Mi estado de salud es excelente. Camino con bastón. Muchos recuerdos a todos los suyos. Y un abrazo mío, y otro de Irene.

Jorge.

84. Estas dos líneas se escribieron verticalmente en el margen supe-rior e izquierdo de la primera hoja.

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EPISTOLARIO 169

[ 99 ]

El 28 de junio de 1971.

Muy querido don Jorge:

Me doy cuenta de que ustedes están ya una semana en París y me apresuro en escribirles. ¡Qué bien! Sí, viajamos. Iremos –después de una ausencia de 10 años– a España. Pero solo saldremos de aquí el 14 de agosto y vamos en tren. Ponemos el coche en el tren el 14 de agosto por la noche y por la mañana estamos en Irún. Así durante este viaje no será posible pasar por París. Pero podemos venir antes unos días en París –un fin de semana–; nos encan-taría. ¿Qué les convendría mejor? Después del 16 de julio no tenemos ningún compromiso; podemos también venir después de nuestro regreso, el 6 de septiembre. Pero enton-ces los niños van al colegio. Y me parece que Uds. regre-san por esta fecha. Y ¿por qué no vendrían Uds.? Podemos ofrecerles el despacho de mi marido que es una habitación grande con lavabo y dos camas. El cuarto de baño queda cerca. El único inconveniente puede ser las escaleras. La habitación está en el segundo piso. Uds. nos dirán lo que les convenga mejor: iremos encantados a París y les recibi-remos encantados aquí. Como fechas propongo cualquiera entre el 17 de julio y el 12 de agosto. Los amigos siguen bien. Mme. Carner está preparando los «Jocs Florales» que tendrán lugar en Bruselas en el mes de octubre. También Vandercammen sigue muy activo. Me alegro mucho verles pronto. Hace ya mucho tiempo que no nos vemos.

Muchos recuerdos de mi marido –que ha vuelto de África– y abrazos cordiales para doña Irene y Ud., que-rido don Jorge.

¡Hasta muy pronto!Elsa.

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170 EPISTOLARIO

[ 100 ]

Paris Ve 13 Quai St. Michel4 de julio - 1971.

Mi querida e inolvidable Elsa:

Sí, tenemos que vernos y charlar como Dios manda. Ayer, por cierto, estuvo en esta casa Bataillon, el admirable Bataillon, y se refirió en términos elogiosos a un artículo o estudio de usted sobre la picaresca. ¡No lo conozco!

¿Dónde y cuándo podría llevarse a cabo nuestra reunión? Nuestros planes son aún un poco indecisos. Es muy posible que aceptemos una ya antigua invitación a llegarnos hasta Holanda. En ese caso –caso muy proba-ble– nos detendríamos un día en Bruselas, es decir, «chez les Galle». Si ello se realiza, será en la primera mitad de agosto. Si no, podríamos vernos en París, entre el 31 de julio, sábado, y el 12 de agosto, que usted señala como tope.

Tenemos muchas cosas de qué hablar. El tiempo pasa, las verdaderas amistades permanecen. ¡Hasta pronto! Muchos recuerdos a su marido. Saludos a esas criaturas. Para usted, todo el afecto de Irene y de

Jorge.Teléfono: Medicis 76.52.

[ 101 ]

15 de julio de 1971.

Querido y estimado don Jorge:

Nos tiene a sus órdenes. Hoy se acaba el trabajo. Vamos al campo. Le doy nuestras señas: chemin d’Ian.

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EPISTOLARIO 171

bousIgnIes-sur-roc 59 Nord (France). Está a 100 km. de Bruselas y vamos por lo menos una vez a la semana a Bruselas. La semana próxima vendremos el viernes. Así, cuando tengan planes, nos escriban. Encantados de recibirles aquí en Bruselas y encantados de irnos a París. Uds. decidirán. Convendría quizás avisarnos una semana antes de la cita. De todas formas, nos veremos en la pri-mera mitad de agosto. ¿De acuerdo?

Recibí el libro de M. Bataillon sobre la «picaresca». Le daré mi artículo; tiene unas 40 páginas.

Mi marido también se alegra de verles pronto.Esperaremos sus noticias.Si vienen a Bruselas, procuraré hablar con sus amigos,

Emilie Carner y Vandercammen. ¿Hay alguna persona más? ¡Hasta muy pronto, querido don Jorge!

Con todo nuestro afecto,Elsa.

[ 102 ]

París, sábado 24 de julio de 1971.

Mi querida Elsa:

Por fin vinieron a París nuestros amigos Ramón de Zubiría y su señora. (Ahora, desde hace ya más de tres años, embajadores de Colombia en La Haya). Lo hemos pasado muy bien85. Visita larga y sintética. No iremos, pues, nosotros a La Haya –ni a Neerleest– hélas. Pero el viaje a «Flandes y los Países Bajos» me habría fatigado bastante. ¡Aceptemos la edad! Serenamente.

¡Los esperamos! Vengan cuando ustedes quieran –avi-sando antes–. En esta casa no podríamos alojarlos.

85. Esta visita de los Zubiría se planeó inicialmente para el mes de mayo de 1968. Debió de aplazarse a raíz de la cancelación del viaje a París de los Guillén, por culpa de los disturbios estudiantiles.

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172 EPISTOLARIO

Vengan, charlaremos, charlaremos… (Por cierto, Tito [«Tito Zubiría»] citó con elogio el libro de usted sobre el poeta castellano).

Muchos recuerdos de Irene. «Recuerdos», saludos a esas criaturas. Para ustedes dos, el ya antiguo afecto de su viejo amigo

Jorge.

[ 103 ]

París, martes 3 de agosto - 1971.

Mi querida Elsa:

¡Muy bien!86. Ustedes tendrán la gran amabilidad de venir a esta su casa la semana próxima. Mejor hacia las seis de la tarde. Y cenaríamos pronto –del modo más sen-cillo– en casa. Pero Irene propone un cambio de fecha. El lunes está todo cerrado: sería preferible el martes 10 –o el día que a ustedes les conviniese–. En suma: si usted no avisa, los esperaremos el martes próximo, dentro de ocho días, hacia las seis: 13 Quai St. Michel. (Hay ascensor, segundo piso, a la izquierda).

Si eso no fuese posible, retornaríamos al lunes 9.¡Cuánto nos hace ya gozar la idea de estas próximas

horas de conversación! Un abrazo –con recuerdos de Irene, y recuerdos para su marido–.

Suyo,Jorge.

86. Debe de faltar otra carta de Elsa en la que anunciaba una posible llegada a París.

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EPISTOLARIO 173

[ 104 ]

París, 4 - agosto - 1971.

Querida Elsa:

Le he escrito al pueblo, cuyo nombre me ha dado en su carta. Irene cree que sería necesario escribirle a Bruse-las. ¡Bueno! Les proponemos, en resumen, que vengan el martes 10, hacia las seis de la tarde, para cenar en casa. Y si eso no fuera posible, aceptaríamos otra fecha, la que les conviniese. Espero que con sellos de urgencia nuestras misivas les lleguen a su debido tiempo. Gracias, muchas gracias. Abrazos.

Jorge.

[ 105 ]

Llanes, el 17 de agosto de 1971.

Querido y estimado don Jorge:

¡Ya estamos en España! Y muy contentos. El hotel, la playa, el pueblo, todo es muy simpático. Hoy el tiempo está nublado y aprovecho la ocasión para escribirle. Las señas de la profesora rusa son Susanna Nicolaeva, Université de Leningrad, Département d’Espagnol, Leningrad, URSS. Se acordará de mí y, aunque es lingüista, conoce muy bien su obra. Las fotos las estamos sacando. Las que nos queda-ron en casa no nos gustaron bastante. Así, se las manda-remos a América, a principios de septiembre. ¿Cómo están en su maravilloso piso parisiense? ¿Recibieron nuestra tar-jeta? Desde que nos vimos, viajamos ya mucho. Por esta parte de España no hay demasiado turismo. ¡Menos mal! Otra vez, me despido de Ud. agradeciéndoles a Ud y ¡a

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174 EPISTOLARIO

doña Irene su acogida tan cordial! Hasta el año que viene, querido don Jorge. Le saludamos cariñosamente

Marc, Elsa.

[ 106 ]

París, 28 de agosto de 1971.

Mi querida Elsa:

Nos llegó su tarjeta de Llanes. Sí, Asturias es preciosa. Fueron en mi infancia los primeros paisajes verdes de que gocé. Me los imagino a ustedes en esa tan grata y bella ciudad. Salamanca es una Ciudad, CIVITAS! Gracias por su visita –demasiada corta para mis necesidades de conversación–. Gracias por sus dos estudios. «Picaresca y Poética» me ha interesado mucho. Admiro en él su cono-cimiento del Siglo de Oro, su gran erudición, la gallarda energía con que se desenvuelve entre tantas opiniones. ¡El Pinciano! (Anch’io sono «pinciano»!). Me gustó encontrar el nombre de Guillén el Mozo. En definitiva, usted quiere sacar a la picaresca de los barros sociológicos. Novela es, por supuesto, poesía. Guillén el Viejo le da las gracias por las amables menciones en el otro estudio. ¿Habrá memoria de alguno de esos libros más allá del año 2080? No sé, no sé… Muchos recuerdos a su muy simpático marido. Recuerdos de Irene. Envíe esta carta a don Eugenio de Bustos. Un abrazo de

Jorge (Guillén).

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EPISTOLARIO 175

[ 107 ]

1 de octubre de 1971.

Querido y admirado don Jorge:

Acabo de recibir su última carta y me alegro saberle en Italia y sobre todo en Florencia que tanto le gusta87. Pensaba que ya había regresado y que doña Irene estaría en Málaga. Antes de todo, contestaré a su pregunta. Según las fichas que tengo, «esperanza» aparece 1 vez en el Cán-tico de 1928 (cf. la edición de la editorial Sudamericana, B.A. 1950, p. 352, el poema «Florida»); 1 vez en el Cán-tico de 1936 (ibid. p. 102, «Salvación de la primavera»); 21 veces en el Cántico de 1945 (páginas 110, 122, 118 [Esperanza de todos], 3 veces, p. 119 3 veces, 120 4 veces, 121 2 veces, p. 136, p. 174, p. 251, p. 311, p. 402, p. 405, p. 448; 9 veces en el Cántico de 195088. Sabrá que por Cántico de 1936, 45, 50, entiendo cada vez los poemas añadidos respectivamente en 36, 45, 50.

Espero, querido don Jorge, que esto queda claro. En cuanto a espera aparece 6, 3, 9 y 6 veces. Si Ud. quiere las referencias puedo dárselas también. No comprendo bien cómo el crítico puede disociar Cántico de esperanza. Espe-ranza es, por cierto, más bien una palabra que se impone después de la guerra. Al principio es una palabra implí-cita, después explícita.

En mi libro (p. 123), digo que «Esperanza… est bien un mot propre au troisième Cántico, où l’espoir se révèle, pour la première fois, comme le veut Guillén, ‘una de las raíces de Cántico’ (cf. El argumento, p. 29)…»

Supongo que el crítico de quien habla Ud. no leyó El argumento. ¡Espero que todo esto le convencerá de que Ud. tiene razón!

87. Es evidente que falta una carta remitida por Guillén desde Flo-rencia, a la que contesta aquí Elsa Dehennin. 88. Páginas 149, 155, 183, 348 (3 veces), 363, 379, 380.

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176 EPISTOLARIO

Sí, recibí su carta que Ud. me mandó por Bustos. ¡Qué alegría al reconocer su letra! No esperaba carta por esta vía. Lo pasamos muy bien en Salamanca, civitas de verdad, como lo dice Ud. La catedral y el río en la luz de la tarde es algo inolvidable para mí. El congreso fue pare-cido a todos los congresos: lo bueno y lo malo se juntaron. Hubo pocos americanos y pocos franceses; faltaban pues muchos amigos. Pero encontré a su amigo Blecua que es una persona de las más encantadoras que conozco. Tan sencillo, tan bueno, tan sonriente, tan profundo. Hubo tiempo para charlar con tantos hispanistas dis-tinguidos, con Lázaro Carreter, Lapesa, Ángel Rosenblat, Bataillon…

Mi marido y los niños lo pasaron bien también. El padre y el hijo pescaron carpas en el Tormes por Ledesma y la niña encontró una amiga española con quien podía salir sin ser vigilada por padres bastantes severos. Tenemos la intención de volver a España el año próximo; quería-mos llegar a Santiago de Compostela. A ver…

Aquí empieza el año académico. El estudio sobre Gorostiza no pude terminarlo, pero ya veo cómo se pre-sentará. Lo dejaré reposar hasta la primavera. Cito varias veces a «J. Guillén» en este estudio, como polo diametral-mente opuesto a Gorostiza. No sé si podré verlo durante mi estancia en México. Lo intentaré. Ahora voy a dedicarme a Cervantes y a Octavio Paz. I. Ivask me escribió: quiere un artículo sobre el «divino Octavio» como dice Ud. tan sugestivamente. Haré uno sobre La estación violenta, y más bien sobre Piedra de sol, en cuyas últimas páginas se junta todo el vocabulario más característico de O. P. De momento, no necesito nada, pero necesitaré segura-mente algo y me permitiré, querido don Jorge, escribirle a fines de este mes, cuando ya haya leído otra vez los poemas de este auténtico poeta. ¡Muchas gracias por su amable ayuda! Voy a quitarle otra vez… El papel se me acaba y ya es la hora de acostarse. A fines del mes89 le contaré también

89. Todo el fragmento que sigue está escrito en el margen izquierdo de la página.

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EPISTOLARIO 177

cómo celebramos los «Jocs Florals» catalanes que tendrán lugar en Bruselas como homenaje a José Carner. La señora Noulet se defiende bien. Creo que está en Roma estos días. El aniversario de Valéry la ocupa mucho. I. Ivask me dice que Ud. colabora también al número de Books Abroad dedicado a Valéry. ¡Cómo me gusta su traducción del Cementerio…! Adiós, querido don Jorge. Feliz estancia en la ciudad eterna, feliz viaje y ¿hasta pronto? Muchos, muchos recuerdos a doña Irene y un abrazo cariñoso para los dos. Con la amistad de siempre.

Elsa.P.S. ¡Para la próxima carta tendré fotos de los niños! 90

[ 108 ]91

Querido don Jorge:

Se termina nuestra estancia en México. He venido aquí con 23 estudiantes. Trabajé unos días en el Colegio de México donde encontré a Ramón Xirau, amigo de Ud., creo, y de Octavio Paz. ¡Hablamos mucho de Ud.! Vuelvo a Bélgica cargada de libros y de recuerdos. ¡Qué mara-villa este país!, aunque quizás un poco desvirtuado por un Europeo. Alatorre y Magis del Colegio de México me hablaron mucho de O. Paz. Va desempeñando un papel político aquí que parece algo controvertido. Al volver a Bélgica empezaré de nuevo a estudiarlo. I. Ivask me pidió un artículo para Books Abroad92. Querido don Jorge, espero tener pronto noticias de Ud. y de doña Irene. ¡Hasta pronto! Le saludo cariñosamente

Elsa.

90. Añadido en el margen izquierdo superior de la primera página. 91. Carta sin fechar, que, por las alusiones a la estancia en México, debe ser posterior a la del 1 de octubre. 92. Elsa Dehennin, «Stone and Water Imagery in O. Paz’s Poetry», in The perpetual Present. The Poetry and Prose of Octavio Paz, ed. I. Ivask, University of Oklahoma: Norman, 1973, págs. 97-105.

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178 EPISTOLARIO

[ 109 ]

Cambridge, 19 - diciembre - 1971.

Mi querida Elsa:

Ya le dije que recibí las postales de Salamanca93. Tras la temporadilla en Florencia y Roma regresamos a estos Gray Gardens. Luego fuimos a Puerto Rico. Se les ocu-rrió –tanto recuerdan a nuestro amigo– conmemorar el vigésimo aniversario de la muerte de Salinas. Di una conferencia. El homenaje resultó muy sentido. Termina el año con nieve, por supuesto. Irene sufre una gripe fuerte; yo, un fuerte catarro. A principios de enero nos iremos a La Jolla. 6009 Bellevue Avenue - La Jolla - California 92037. Allí pasaremos los tres meses invernales. Y regre-saremos en abril.

Aquí está Octavio Paz con su mujer. Dará este curso las conferencias de la Charles Eliot Norton Lectures of Poetry –como yo en el 57-58. (Lenguaje y poesía)–. ¿Cómo marcha su estudio sobre la poesía de Octavio?

En enero publicarán Barral Editores de Barcelona las Poesías completas de Salinas con el prólogo que escribí a petición de los hijos.

Muchos recuerdos a su muy simpático marido. Feliz Navidad, feliz año nuevo –y un abrazo con todo nuestro afecto– el de Irene y el de

Jorge.«Recuerdos» a los hijos.

93. No se conservan o se extraviaron.

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179

[ 110 ]

21 de abril de 1972.

Querido don Jorge:

¿Cómo estará Ud. y doña Irene? ¿Cómo habrán pasado el invierno? Si no le escribí, por lo menos pensé en Ud. Durante las vacaciones de Pascuas escribí un artículo para Books Abroad sobre Octavio Paz. Lo estudié según un método «contrastivo» en relación con Ud. Como tuve que limitarme, escogí Cántico y La esta-ción violenta. El mes próximo empezaré a –no sé como decir esto en español– «mettre sur fiches perforées», pues, a transcribir Clamor en fichas perforadas, que exami-nará luego la computadora (ordinateur). Así conoceré, por fin, el léxico de este conjunto y podré compararlo con él de Cántico. Si tuviera tiempo… En los dos meses que vienen tengo que terminar también mi ensayo sobre Gorostiza.

¿Tienen Uds. ya algún proyecto de verano?Espero que vendrán a Europa. Pasaremos el mes de

agosto en Vigo. No conocemos a Galicia ni a Portugal y nos encanta la perspectiva de pasar allí una temporada. Mi marido y mi hija van a estudiar el español. ¡A ver! Como a mi marido le gusta mucho pescar no va a aburrirse. No se olviden que seguimos esperándoles aquí. Le mando una

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180 EPISTOLARIO

foto con mi hijo. No tengo ninguna con Inés94; pero esta-mos haciendo unas; así la próxima vez podré mandarle una. Los amigos siguen bien. Mme. Carner va a tener 80 años y está perfectamente bien. Manda como siempre y a todo el mundo. Va a ser, además, vice-presidenta de la Academia . La directora es otra mujer. No sé si Ud. la conocerá: Suzanne Lilar. Es conocida por Le Burlador y… ¡no entiende nada de español!

¡Querido don Jorge! Espero que Ud. vendrá a visitar-nos con doña Irene. Entretanto les saludamos con el cariño de siempre.

¡Hasta pronto, ojalá!Elsa.

[ 111 ]

Cambridge, 4 de mayo de 1972.

Mi querida Elsa:

Pensaba en usted, iba a escribirle… Y he aquí su carta. Carta con noticias buenas. La noticia visual de los hijos es la que más importa95. ¡Qué bien plantados están! Y ya mayorcitos. En cuanto a descendencia, puedo pre-sentar dos bisnietos, Nils –que va a cumplir un año– y Patrick –que nació en febrero–. (Nils –de Anto[nio] Gil-man y Bénédicte–. Patrick –de Isabel Gilman y Alan–). ¡Hermosas criaturas!

Este año no iremos a Europa. Pensamos ir a Fran-cia el año próximo, quizás en primavera. Procuraremos vernos, claro. Hemos pasado tres meses en California con Claudio y su mujer. De Cambridge no saldremos hasta el

94. Añadido en el margen izquierdo: Sí tengo una, pero no es muy buena. Ud. verá. 95. La carta iba de hecho con las anunciadas fotos de Inès y Marnix Galle.

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EPISTOLARIO 181

invierno –demasiado frío en Massachussets–. A todo esto, voy acercándome al término de Otros Poemas. Ya se lo dije: será probablemente mi último libro de versos. ¿Vio usted las Poesías Completas de Salinas? (Nueva edición: Barral Editores, Barcelona. Escribí el prólogo a petición de los hijos).

Aquí está Octavio Paz, que ha tenido gran éxito como Charles Eliot Norton Lecturer of Poetry y como profesor. Me «intriga» mucho esa confrontación entre Cántico y el libro de Octavio. ¡Qué buena idea ir a Galicia y a Portu-gal! Santiago es una ciudad maravillosa. Muchos recuer-dos a Madame Carner. Y a su marido, y a sus hijos. Irene los recuerda a ustedes con gran afecto. Yo también. Un abrazo de

Jorge.

[ 112 ]

Cambridge, 8 de junio de 1972.

Mi querida Elsa:

Me los imagino en vísperas de viaje, rumbo a esa Galicia que los encantará. ¡El paisaje gallego, la ciudad de Santiago! Bien merecidas, esas vacaciones, tras las varias labores. (Vocabulario de Clamor, poesía de Octa-vio Paz, etc.) Le escribo ahora para pedirle una informa-ción. El [profesor]96 Roger Duvivier, ¿de la Universidad de Lieja?, me ha enviado su grueso libro, muy interesante, La Genèse du «Cantique Spirituel» de Saint Jean de la Croix97. ¿Podría usted decirme cuál es su dirección? Se lo agradeceré. ¿El señor Duvivier conocía mi dirección de Cambridge? ¿Se la habrá comunicado Dámaso Alonso, citado en el libro? ¿Quizás usted?

96. Añadido interlineal Doctor. 97. París: Société d’Édition «Les Belles Lettres», 1971.

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182 EPISTOLARIO

Acabo de recibir carta de Bruselas. Me han nombrado miembro del Jurado que adjudicará el «Prix Internatio-nal de Poésie» este verano98. ¡Ya voté! Claro que me es imposible presentarme en Knokke-le-Zoute. No iremos a Europa –ya se lo dije– este año 72.

Buen viaje, buenas vacaciones, muchos recuerdos a su marido y a sus hijos, –¡ya los conozco!– , recuerdos de Irene y un abrazo de su tan viejo amigo,

Jorge.

[ 113 ]

Bruselas, el 21 de junio de 1972.

Querido don Jorge:

Todavía estamos en Bélgica y falta más de un mes antes de las vacaciones gallegas… Es el período de los exá-menes y Ud. sabrá lo que es. Además sigo con mi estudio sobre Gorostiza, que quiero terminar antes de marcharme. ¡Estoy casi loca! En septiembre seguiré con el vocabulario de Clamor.

Ud. me pide las señas de Roger Duvivier: Rue du Parc, 12, Verviers 4800. Es un hispanista muy sabio y erudito, también una persona muy fina. Cuando venga a Bélgica, puedo presentársele si Ud. quiere. No sé si le di yo las señas. Puede ser. Hablamos de todas formas de Ud.

Me alegro que haya sido nombrado miembro del Jurado del premio de Knokke. ¡Qué pena que no vuel-van este año! Me escribió un hispanista A. Ruiz Funes de Orán que está preparando un estudio sobre «Jorge Guillén en Murcia». Me mandó un esquema de su trabajo que es bastante anecdótico (¿Lo conoce Ud.?).

98. En 1972, se concedió el premio al poeta griego Yannis Ritsos (1909-1990).

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EPISTOLARIO 183

Querido don Jorge, les escribiré más largamente de España. Voy a seguir con la lectura de las tesinas. Me espera una sobre Arrabal. ¡Qué barbaridad! Le deseo a Ud. y a doña Irene unas muy bellas vacaciones americanas.

Muchos recuerdos de mi marido y un abrazo muy cordial de

Elsa.

[ 114 ]

Cambridge, 21 de diciembre - 1972.

Mi querida e inolvidable Elsa:

Nos está usted olvidando… Esperaba de usted alguna tarjeta, algún recuerdo desde España. ¿Cómo les fue en Galicia, en el maravilloso Santiago? Ya estará usted en plena labor universitaria. ¿Y el estudio de Octavio Paz, de nuestro divino Octavio –como yo le llamo afectuosa-mente–? ¿Y esos hijos? Un cordial saludo a su marido.

Ya estoy en correspondencia –por carta– con el pro-fesor Duvivier, amabilísima persona. Y gran conocedor verdaderamente de San Juan de la Cruz. ¿Qué es de Madame Noulet-Carner?

Nosotros, Irene y yo, estaremos ya en Niza el 8 de enero. Allí pasaremos los meses invernales. Una amiga francesa nos prestará su piso:

Villa Marie Rose2 Avenue Urbain Bosio06 Nice

Antes de salir –habré enviado a México el manuscrito de Otros Poemas–. Espero que el año próximo –en el que cumpliré, si Dios quiere, ochenta– verá la luz ese libro. Ya sabe usted que la recordamos con todo afecto. Un abrazo –con las felicitaciones de Navidad–,

Jorge.

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184 EPISTOLARIO

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185

[ 115 ]

Bruselas, el 8 de enero.

Muy querido don Jorge:

No, no lo estamos olvidando. Me extraña tanto que Ud. no recibió ninguna postal de Santiago. Puede ser que no llevé sus señas. La salida fue un poco movida (bousculée, se diría en francés). De todo esto Gorostiza tiene la culpa. Ya sabe Ud. que preparaba un estudio sobre él. Ha sido algo muy difícil y estos días precisamente estoy preparando el manuscrito para entregarlo a una comisión científica para que decida de su publicación. Ouf… El sábado próximo lo habré entregado. Y ya no volveré a leer más a Gorostiza.

Desde unos pocos días sé que la universidad me otorgó un crédito especial para poner todo Clamor en fichas y llevarlas a la computadora. Tendré los resultados dentro de seis meses y así podré continuar mi trabajo, mejor dicho, mi estudio sobre Cántico. ¿Vio Ud. unas páginas en la Rev. de Occidente de agosto, dedicadas por el profesor Silver a lo que dice Poulet de Ud.? No estoy de acuerdo con lo [que] dice Silver y pienso publicar algo en relación con esto en la Revista Hispánica Moderna99.

99. El artículo de Silver se titula «Poulet, Guillén y la imaginación poética» y se publicó en Revista de Occidente, 112 (1972), págs. 79-84.

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186 EPISTOLARIO

Con todo esto ni le pregunté cómo está Ud. y la inolvi-dable doña Irene. ¿Estarán mucho tiempo en Niza? ¿Irán a España o subirán a París? Son muchas preguntas… Esperamos encontrarles pronto. Querido don Jorge, si le gustara hablar de lo que sea en una o varias universidades belgas, puedo organizar su viaje fácilmente y lo haría con mucho gusto. El viaje y la estancia podrían ser pagados. No insisto: no querría molestarle. Ya sabe Ud. la admi-ración y la amistad que sus amigos belgas tienen por Ud. Si viniera, nos alegraríamos todos mucho. Ud. decidirá. Ud. sabrá mejor que nadie si le conviene o no el viaje. Les esperaremos a Ud. y a doña Irene. Si decidieran no venir intentaríamos nosotros visitarles a Uds. Así, espera-remos noticias suyas. ¡Estamos a sus órdenes! ¡Ojalá haga buen tiempo en Niza! ¡Qué suerte tienen! ¡Qué pronto ter-minó Ud. Otros poemas! Sí, será una gran satisfacción por su próximo cumpleaños. Mme. Carner ya cumplió los ochenta años y está maravillosamente bien. Querido don Jorge, sea donde sea, ¡hasta pronto! Les deseamos una estancia muy agradable en la douce France y les saluda-mos cariñosamente. Con toda nuestra amistad,

Marc y Elsa.

[ 116 ]

Primero de febrero de 1973.

Mi querido don Jorge:

No sé qué pensar: hace un mes le escribí; mandé la carta a las señas de Niza que Ud. me indicaba en la carta que me escribió unos días antes de Navidad. Quizás se

Como se verá más adelante, la respuesta de Elsa Dehennin, titulada «J. Guillén, G. Poulet et l’étrange défi de Ph. Silver», se publicó finalmente en Bulletin Hispanique, 78 (1976), págs. 373-380. Se reproduce el artículo en el presente volumen.

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EPISTOLARIO 187

ha perdido la carta… Si tiene un momento –¡me gus-taría tanto saber algo de Ud.!– espero que me escribirá unas cuantas palabras. Quisiera mucho saber cuáles son sus proyectos. A ver si podemos encontrarnos en un punto de esta «esfera». De momento, tenemos el plan de ir a Nueva York en el mes de mayo –yo solo estaré unos 10 a 15 días– y en el mes de agosto a Jaca, donde suele estar el buen Blecua. ¿Uds. no «subirán» hasta París? ¿O quizás a Bruselas? ¡Quién sabe!

Estaré esperando sus buenas noticias, querido don Jorge; entretanto le saluda a Ud. y a la inolvidable doña Irene, con mucho cariño.

¡Hasta pronto!Muy cordialmente,Elsa.

[ 117 ]

Niza, 5 de Febrero de 1973.

Mi querida, muy querida Elsa:

Recibí su carta con su felicitación100, que le agradecí mucho. Estoy respondiendo a tantos amigos que me han felicitado en estas semanas, y no puedo escribirles a todos enseguida. Pues bien, aquí celebramos los hijos (ahora en Madrid) y varios amigos (de París, Madrid, Roma) mi copioso cumpleaños. ¡Ochenta ya! Todos se han ido, y aquí seguiremos Irene y yo hasta mayo. El tiempo –hoy, por ejemplo– es muy soleado: hace calor. Eso es lo que venía-mos buscando. Terminé –¿se lo dije ya?– la última serie poética: Otros Poemas. Envié el manuscrito a México. No sé cuándo se publicará. ¡La vida hispánica es tan informal, tan ruda! Y yo le pregunto: ¿Cuándo leeremos

100. Tampoco se conserva la carta de felicitación con motivo del 80 aniversario de Jorge Guillén.

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188 EPISTOLARIO

su Gorostiza, su Octavio Paz? ¿Vio usted la Antología de Macrí? (Sansoni, Florencia). No me cuenta usted nada de su veraneo español. Recuerdos a su marido e hijos. Recuer-dos de Irene. Un abrazo de su viejo amigo

Jorge.

[ 118 ]

15 de marzo de 1973.

Mi querido don Jorge:

¿Cómo estarán Uds.? Pensábamos pasar unos días de vacaciones alrededor del 7 de abril en la costa azul. Si Uds. estuvieran todavía, nos gustaría mucho saludarles. ¿Ya tienen planes? Acabo de leer otra vez su última carta, don Jorge, y en febrero, cuando la escribió, tenían Uds. la intención de quedarse hasta el mes de mayo. Si fuera así, nos alegraría mucho llegar hasta Niza. A ver lo que nos dirá en su próxima carta. ¿Cómo se siente Ud.? Esta-rán disfrutando un tiempo muy agradable. Aquí también renace la primavera. Este trimestre se hace muy largo y ya pensamos en las vacaciones.

¡Qué pronto terminó Ud. Otros poemas! Mi estudio sobre Gorostiza está terminado y creo que lo publicará Didier de París101. Siento mucho que no hayan publi-cado mi estudio sobre Cántico: hubiera circulado más. La difusión de las obras es fatal aquí. Todavía no vi la antología de Macrí. ¿Será una antología sobre O. Paz? No sé lo que pasa en Books Abroad. Hace un año les mandé un artículo sobre La estación violenta y todavía no vi el número, que tenía que dedicarse a Paz.

101. Elsa Dehennin, Antithèse, oxymore et paradoxisme: Approches rhé-toriques de la poésie de José Gorostiza, París: Didier, 1973. Elsa mandó un ejemplar dedicado a Jorge Guillén: «Para Jorge Guillén, esta incursión en un mundo que le es extraño, con la admiración y la amistad de siempre». Se conserva en la Fundación Guillén con la signatura JG 1753.

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EPISTOLARIO 189

No sé si le dije: pienso contestar a una nota del profe-sor Silver, publicada en la Revista de Occidente, sobre la interpretación que Poulet da de su obra. El comentario de Poulet me parece excelente.

Mi querido don Jorge, espero que nos veremos pronto. Pensaremos mucho en Ud. y en la inolvidable doña Irene.

¡Que pasen una temporada muy feliz en la dulce Francia!

Esperaremos con impaciencia alguna noticia suya.Muchos recuerdos de mi marido y un abrazo muy

cordial deElsa.

[ 119 ]

Tel. 89.43.82Niza, 19 de marzo - 1973.

Mi querida Elsa:

Acabo de recibir y leer su carta. Me precipito a decirle que nos alegra mucho, muchísimo la perspectiva de que ustedes vengan a esta costa. Avísenos con precisión la fecha de su visita. Habrá tiempo para reunirse un buen rato en esta casa. Telefoneen antes de venir para que Irene les explique –a ustedes (y al taxista)– el modo de venir a Villa Marie Rose. Hacia el 7 de abril los esperamos con gran alegría.

Celebro que haya terminado usted su estudio de Gorostiza. En cuanto a Otros poemas (desde ayer… Y otros poemas102) le diré lo siguiente. «Qué pronto» –ha exclamado usted dos veces– «los ha terminado usted». Como si me hubiese abandonado a la facilidad. ¡No, no, NO! Durante siete años –del 66 al 72– jubiladísimo ya, no he hecho más que eso –salvo alguna pequeña escritura

102. Buenos Aires: Muchnik Editores, 1973.

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190 EPISTOLARIO

en prosa–. He escrito dos veces más de lo que publicase. Mi «producción» casi diaria, reducida, trabajada, se ha limitado a 530 y tantas páginas: la tercera parte. Editor: uno, argentino, por fin. Para su marido y los hijos, todo nuestro afecto.

Jorge.

[ 120 ]

Bruselas, el 4 de abril de 1973.

Muy querido don Jorge:

Sí, nos vamos el sábado. Este trimestre tan largo, que parecía sin fin, se acaba. Nos dirigiremos hacia Fré-jus y desde allí les llamaremos por teléfono el lunes por la mañana. Así podremos convenir de una cita.

¡Me alegro tanto verles a Ud. y a doña Irene!Podremos hablar tranquilamente.Querido don Jorge: no se enfade; si le digo dos veces

que Ud. había terminado pronto Otros poemas, no había ninguna segunda intención por mi parte. ¡Al contrario! Admiro su maravillosa constancia, su magnífica fidelidad a la poesía. Es verdad que ya pasaron muchos años desde Homenaje. A mí la obra me parecía tan reciente aún. Aspiro a la pensión… con todo lo que tengo que leer y estudiar aún.

¿Le dije que empezó el tratamiento automático de Clamor? ¿Qué resultados dará? De éstos hablaré el año próximo en Bruselas. A ver. Querido don Jorge, ¡hasta muy pronto!

Les saludamos todos muy cordialmente.Un abrazo cariñoso deElsa.

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EPISTOLARIO 191

[ 121 ]

17 de abril de 1973.

Mi querido don Jorge:

Hemos regresado ayer por la noche103. La semana pasada en Saint Raphaël ha sido estupenda: ya tenemos ánimos para trabajar de nuevo.

Me alegro tanto que Ud. siga tan entusiasta, tan lúcido, tan amable. Espero que podremos reanudar nues-tra charla en París. Esta mañana fui a la universidad para ver cómo iba la «puesta en fichas» de Clamor: tuve la agradable sorpresa de ver que la señorita ya había hecho gran parte de Homenaje. Así podré estudiar los tres conjuntos y luego, cuando parezca Y otros poemas, espero que pueda continuar. No puedo decirle cuánto me alegra la perspectiva de poder estudiar de nuevo su obra. ¡Qué transparencia! –sobre todo después de la opacidad de Gorostiza–. Don Jorge, ¿podría Ud. darme las referencias bibliográficas de la antología de Macrí? No encuentro mi ejemplar y tengo que pedirle para el seminario. Todavía no vi a Mme. Carner; la veré lo más tarde en un congreso sobre el simbolismo, el 3 de mayo. Le diré que Ud. espera alguna noticia suya. Supongo que Uds. estarán en Floren-cia en la pensión de antes. Les deseo unas semanas muy agradables en Niza y un feliz viaje a Italia.

¡Hasta pronto, querido don Jorge! Muchos recuerdos para doña Irene.

Muy cariñosamente,Elsa.PS: ¡Le diré cómo salió la película!

103. Jorge Guillén aprovechó el paso de sus amigos belgas por Niza para homenajearles con su pequeña edición y traducción bilingüe de Algu-nos poemas de Paul Valéry (Barcelona: Ocnos, 1972), acompañada de una dedicatoria: «À mes très chers amis Galle. Affectueusement, Jorge Guillén. Nice, 10-Abril-1973».

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192 EPISTOLARIO

[ 122 ]

Niza, 2 de mayo - 1973.

Mi querida Elsa:

Su presencia aquí nos hizo felices. (No creo que vaya-mos a París esta vez). Nos iremos a Florencia el domingo próximo. Allí estaremos hasta mediados de junio. Se lo advierto pensando en nuestra comunicación postal.

Me imagino que su volumen de Macrí no se habrá extraviado para siempre. He aquí la nota exacta: J. G., Opera Poetica («Aire Nuestro»). Studio, scelta, testo e versione di Oreste Macrí, Sansoni, Firenze [1972].

En cuanto a la colaboración de los computers… ¡Maravillosa! Yo, estupefacto, como es mi deber profesio-nal…

Recuerdos muy afectuosos a todos ustedes. Un abrazo de Irene, otro abrazo de

Jorge.

[ 123 ]

Bruselas, el 20 de diciembre.

Mi querido don Jorge:

¿Cómo estarán Uds.? Pasamos unas vacaciones encan-tadoras en Jaca donde encontramos al maravilloso Ble-cua, a Sobejano y a R. Gullón. Espero que habrá reci-bido la tarjeta que le mandamos. Blecua nos dijo que Ud. se operaría de la catarata en América. ¡Que todo haya pasado bien! Aquí todo sigue normalmente bien; el niño pasó unos días en el hospital por haberse desplazado una vértebra cervical. Ya está bien… y travieso. Pronto podré

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EPISTOLARIO 193

reanudar con mis estudios guillenianos. Dentro de unos días saldrá mi Gorostiza. Ouf! Y también dentro de unos días tendré las concordancias de Clamor y Homenaje. Pensaba ya tenerlas pero la computadora –también ella– se estropeó. Así cuando fui a Colonia, a principios de este mes a hablar de «Guillén», no pude basarme, como lo había esperado, en resultados nuevos. Los guardaré para el congreso de Burdeos104.

¿Y otros poemas? ¿Habrán salido? ¡Ojalá! Querido don Jorge, le deseamos todos a Ud. y a su querida doña Irene otro año tan feliz como los demás que nos dé la opor-tunidad de verlos otra vez, sea donde sea.

Muchos recuerdos y saludos cariñosos de todos y sobre todo de

Elsa.P.S.: Querido don Jorge, ¿me permitirá Ud. una

pequeña pregunta?. En el primer poema de Aire Nuestro se lee «de vida a ritmo». ¿Qué será ritmo aquí? ¿Ritmo poético o más bien armonía trascendental? ¿O el ritmo de la respiración o todo a la vez? Perdone esta pregunta. Me permito hacérsela conociendo su amabilidad tan perfecta, tan ejemplar.

104. Elsa Dehennin leyó una ponencia publicada luego bajo el título: «Continuidad y evolución en la obra poética de Jorge Guillén: los cam-pos semánticos en Cántico y Clamor», Actas del Quinto Congreso Asociación Internacional Hispanistas [Burdeos], 1974, págs. 319-334. Se reproduce en la segunda parte del presente volumen.

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194 EPISTOLARIO

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195

[ 124 ]

Cambridge, 3 de enero de 1974.

Querida Elsa:

Tuve noticias de usted por Blecua. (Es el único santo que conocemos). De Jaca nos llegó una tarjeta con las firmas de todos ustedes, nos ha llegado también su carta de fin de año. Celebro que se encuentre ya bien el niño. Ahora me toca a mí referirme a mi operación de cataratas. La operación fue perfecta. Por supuesto, estoy aún privado de lectura y escritura. Por eso dicto estas líneas a Irene.

Sigue usted trabajando sobre Clamor y Homenaje. ¡Dios la bendiga! Ya me contará usted del congreso en Burdeos.

El estudio de las concordancias debe de ser muy escla-recedor. Se refiere usted a la expresión de vida a ritmo. Me parece legítimo que la palabra ritmo se vea en sus múltiples significados. Yo aludí, me parece, a ritmo poé-tico, a forma, a poema. Así debe leerse esa clase de textos, palabra por palabra.

Ya está impreso el nuevo libro. Aún no me ha lle-gado de Buenos Aires el primer ejemplar. Usted lo recibirá enviado directamente por el editor.

Feliz año nuevo para usted y todos los suyos, con un abrazo de Irene y otro de

Jorge.

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196 EPISTOLARIO

[ 125 ]

Bruselas, el 8 de marzo de 1974.

Mi querido don Jorge:

¿Cómo estará? ¿Y la vista? Espero que se va repo-niendo del todo. Le mandé hace unos días mi estudio sobre Gorostiza. Es algo muy diferente de lo anterior… Ya sabe que tengo ganas de volver a Clamor y Home-naje. Todavía no tengo las concordancias. En Jaca, mien-tras corregía las pruebas en lo que se llama el listing, nuestro buen amigo J. M. Blecua se reía de mí. No cree demasiado en las máquinas. Tiene razón. Ya estoy espe-rando más de dos meses por el resultado. Quisiera tanto saber qué palabras van a salir primeras. Recibí el libro de A. Debicki, pero todavía no lo leí105. No podré leerlo antes de mayo, antes de fin de los cursos. Parece muy bien hecho. ¿Qué planes de viaje tendrán este año? ¿Vendrán a Europa? Ya decidimos que no iremos a España, el país del garrote. Es imposible. Pero no sabemos aún adónde iremos. En las vacaciones de Pascuas toda la familia va a Londres. Me hace mucha ilusión. Pasé la guerra allí y no volví desde casi 30 años…

Vi también que su yerno publicó un libro impresio-nante. Lo tenemos encargado. Parece que sabe todo sobre la materia. Le mandé también un ejemplar de Gorostiza. No sé si le interesará. ¿Le dije que mandé un artículo al Bulletin Hispanique en que defiendo a Poulet contra Sil-ver? El profesor Salomon vino a Bruselas y me dijo que lo publicarían. Así sigue la vida, aquí como allí, en los Estados Unidos. Espero que pronto sabremos algo de Uste-des. Doña Irene tiene una letra muy clara. Debe de ser una secretaria perfecta. Don Jorge, si tuviera las señas

105. Andrew P. Debicki, La poesía de Jorge Guillén, Madrid: Gredos, 1973.

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EPISTOLARIO 197

de Octavio Paz, ¿podría comunicármelas? Todavía no sé si me atrevería a mandarle un ejemplar. A lo mejor sí. Queridos, muy queridos amigos: los recordamos mucho ¡Que les vaya bien! ¿Hasta pronto? ¡Ojalá!

Los saludamos cariñosamente,Elsa (por parte de Marc y de los niños).

[ 126 ]

Cambridge, 29 - marzo - 1974.

Mi querida Elsa:

He leído con doble interés su último estudio. Me inte-resaba usted tanto o más –sí, mucho más– que Gorostiza. Estas páginas implican una especie de segunda manera, una madurez –que no me sorprende, claro–. No sólo maneja usted los nuevos términos de esa lingüística de hoy. Entre esas observaciones técnicas va deslizándose un pensamiento agudísimo, a veces irónico, siempre honesto y con una especie de tierna predisposición. Gorostiza es autor de un notable poema, no hay duda. Pero –como dice usted en la dedicatoria pertenece a un mundo «que me es ‘extraño’»–. Y no sólo por esa obsesión morbosa de la muerte, también por el estilo de antítesis y paradojas, por ese juego o lógica de una inteligencia sustentada en vitalidad –me figuro– insu-ficiente. Libro, en suma, original, de crítica superior. ¡Pobre Gorostiza! ¡Cuánto debe de sufrir! Notable ingenio.

Y a todo esto, los computers…Yo también espero con gran curiosidad las sorpresas de esos cálculos, de esas mági-cas estadísticas.

Yo me encuentro bien. ¡Veo, leo, escribo! Continúo trabajando. Recibirá usted pronto, enviado por el editor, Y otros Poemas, publicado ahora en Buenos Aires. ¿Cómo está Madame Noulet-Carner? Muchos recuerdos nuestros a todos los suyos. La abraza con todo afecto su viejo amigo

Jorge.

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198 EPISTOLARIO

[ 127 ]

Bruselas, el 10 de septiembre 1974.

Querido don Jorge:

Acabo de volver de Burdeos donde se celebró el quinto congreso de hispanistas106. Encontré a muchos amigos comunes y le mandamos una postal. Espero que le lle-gara. Por fin conocí a J. Casalduero que es una persona exquisita. Me dijo que Uds. se encontraban en Italia, pero mi compatriota Duvivier asegura que están en Estados Unidos. ¿A ver dónde están los felices viajeros? Le debo esta carta desde el principio de las vacaciones cuando me llegó Y otros poemas. Muchísimas gracias, don Jorge, por regalo tan fausto. Estoy –otra vez– metida completamente en su obra. En Clamor más exactamente. Tengo las con-cordancias. ¿Será una sorpresa para Ud. si le digo que la palabra clave de Clamor es hombre? Tengo unos datos muy interesantes y los presenté en una ponencia. Seguiré explotándolos y espero poder comunicarle los resultados definitivos dentro de un año. A ver si la universidad me deja trabajar un poco. Mientras estudio Clamor estoy leyendo su último libro. ¡Es maravilloso!

En cada poema reaparece el poeta fundamental: ple-namente humano, hombre completo, poeta extraordina-rio. Feliz y optimista, a pesar de todo. Confieso que su fe me es a veces necesaria. ¡Qué don más precioso! Querido don Jorge, ya me tiene aquí feliz estudiosa de su obra. Espero que cuando vuelvan a Europa nos avisará y que tendremos la oportunidad de encontrarles y charlar otro poco. ¡Ojalá!

Muchos recuerdos cariñosos de toda la familia y un abrazo cordial de

Elsa.

106. Cfr. supra nota 104.

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EPISTOLARIO 199

[ 128 ]

Cambridge, 14 de setiembre, 19[74].

Mi querida, inolvidable Elsa:

Hace tiempo que no oía su voz. La echaba de menos. Ahora me llega en el tono más cordial, más vivaz y más feliz que podría esperarse.

Congreso de Burdeos. Casalduero. Gran Amigo, autor de un gran estudio sobre Cántico. Tenía razón el profesor Duvivier. No nos hemos movido de aquí. En noviembre volaremos a Málaga. Pasaremos los primeros meses del año próximo en París. ¡Si nos viésemos allí! Sería estupendo, tengo muchas ganas de verla. (Por cierto, Duvivier es un hombre admirable. ¡Y qué gran crítico y qué sabio!).

De modo que avanza el estudio exacto de Clamor. ¡«Hombre»! Maravilloso acierto. Muchas gracias por su reacción ante Y otros Poemas. ¡Qué suerte la de ese libro, en qué buenas manos cae! Espero con ansiedad sus páginas sobre Clamor.

Recuerdos nuestros a su marido. Un gran abrazo deJorge.

[ 129 ]

Cambridge, 21 de octubre de 1974.

Mi querida y siempre recordada Elsa:

Me han hablado de su ponencia en el Congreso de Burdeos. Me ha encantado –ya se lo dije– que se revele «hombre» como palabra-clave de Clamor. ¡Estupendo! –como diría Blecua–. Blecua el Admirable –según se le llamaba al místico flamenco–.

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200 EPISTOLARIO

Permítame una pregunta: ¿Tiene usted registrados en Cántico o Clamor los términos «optimismo», «optimista»? Me figuro que no figuran en ningún poema. Pero desearía estar seguro de la verdad. ¡Gracias!

Elsa: la queremos, la abrazamos. Su muy viejo amigo,Jorge.

[ 130 ]

Bruselas, el 7 de noviembre.

Mi querido don Jorge:

Le debo esta carta desde hace unas semanas. ¿Me per-donará otra vez este retraso? Por el tono de sus cartas me sé que doña Irene y Ud. están perfectamente bien. Me alegro tanto y más aún por su venida próxima a París. ¿Estarán en este maravilloso piso del Quai St Michel? Si les con-viene vendremos a verlos. Cada año pasamos –los cuatro– los días entre Navidad y Año nuevo en París. Pero por esta época estarán aún en América. Volveremos con mucho gusto cuando estén ustedes. Tengo la impresión, querido don Jorge, que Ud. se ha vuelto una vedette. ¡Cuántos libros le van dedicados! ¡Y qué sabios son! Mis trabajos sobre Clamor «sont en veilleuse», como se lo dije, creo, en mi carta anterior, hasta el mes de abril. Lo primero que tendré que hacer entonces es solucionar un problema técnico de metodología. Quería basar el estudio en un esquema semántico y más bien el de Bernard Pottier. Pero [ni] Pottier –ni otro lingüista– solucionó el problema de los substantivos abstractos. Así mi primer problema será encontrar una solución para este problema. ¿Qué es un substantivo abstracto? Me es imposible admitir que en su obra «amor» sea abstracto. Para «dolor», palabra fre-cuente en Maremágnum, por ejemplo, el caso es menos claro. Si le interesa le enseñaré las listas de concordancias

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EPISTOLARIO 201

que tengo –es bastante papel– y los primeros esquemas que saqué de Clamor. Homenaje está por hacer y también Y otros poemas.

Como lo presentía Ud., ni «optimismo» ni «opti-mista» se registran en Cántico o Clamor. Tampoco pesi-mismo - pesimista. Su confianza, su fe están más allá de esta oposición.

Me alegro tanto que podremos hablar de esto dentro de poco. Hace mucho tiempo que los echamos de menos. ¡Hasta pronto! Supongo que tendremos la ocasión de escri-birnos antes de que vengan.

¡Adiós!, querido don Jorge. Reciba, tanto como doña Irene, mi amistad más cordial. Además, un abrazo de toda la familia.

Su fiel admiradora,Elsa.

[ 131 ]

Cambridge, 25 de noviembre107.

Mi querida e inolvidable Elsa:

Admiro en usted ese trabajo metódico que no impide las intuiciones del espíritu. Estoy seguro de que sus análisis de Clamor serán muy valiosos. Desde la máquina hasta el espíritu: ahí está el quid.

Estoy convaleciendo de la operación que me hizo un gran especialista de la próstata con gran éxito, como se esperaba.

Tengo todavía un mes de incomodidad. Todo ello y la situación de España y Francia nos ha hecho desistir del

107. Curiosamente, la carta parece estar fechada en el año 1950. Sin embargo, la alusión de Elsa a la operación de Jorge Guillén, en su carta del 29 de diciembre de 1974 y la referencia a los análisis de Clamor, me hacen pensar que esa es la ubicación de la carta de Jorge Guillén.

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202 EPISTOLARIO

viaje –tan deseado– a Europa. Pasaremos el invierno en La Jolla, California, en casa de Claudio. Y ya veremos en primavera lo que se podría emprender: Italia, España.

Muchos recuerdos nuestros a su marido y sus hijos. Un abrazo con todo afecto

Jorge.

[ 132 ]

Bruselas, el 29 de diciembre de 1974.

Mi querido don Jorge:

Volvemos de París y pasamos por el quai Saint Michel pensando en Ud.… ¡Qué pena que no pueda venir! Pero qué suerte también que la operación fue un éxito. Ud. se estará reponiendo y en California va a disfrutar un tiempo que será mucho mejor que el de aquí. Desde hace dos meses está lloviendo ¡Qué desesperación! ¡Un «record» de lluvia! Nos vamos haciendo ranas… Menos mal que haya mucho trabajo. Recibí el libro de Casalduero108 y también él de I. Prat109. Vi que se anuncia la traduc-ción española de Aire Nuestro de Macrí. ¡Qué vedette es Ud., don Jorge! Artículos en todas las revistas. Me alegro mucho y le felicito cordialmente. Aprovecho esta ocasión para decirles a Ud. y a la inolvidable Irene que pensamos mucho en Uds., que esperamos que el año nuevo les traiga a Europa. ¡Ojalá! Ya le dije, don Jorge, que no podré tra-bajar en las concordancias antes del mes de mayo. Solo puedo dedicarme a mi tarea de profesor. En el mes que viene estarán en Bruselas muchos autores hispanoameri-canos. El Tribunal Russell II va a celebrar aquí una sesión

108. Joaquín Casalduero, Cántico de Jorge Guillén y «Aire Nuestro», Madrid: Gredos, 1974. La editorial mandó un ejemplar como «obsequio», solicitando a Elsa Dehennin que les mandara «dos ejemplares de la reseña». 109. Ignacio Prat, «Aire Nuestro» de Jorge Guillén, Barcelona: Planeta, 1974.

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EPISTOLARIO 203

dedicada al Brasil y a Chile. ¡Cuánta tristeza! Pero no quiero terminar así. Siempre habrá motivos de esperanza. Ud. nos lo dijo muchas veces y tan hondamente. ¡Adiós!, querido don Jorge. Mi marido y mis hijos se juntan a mí para saludarles cariñosamente.

Elsa.P.S. ¿Conoce Ud. las señas de J. Casalduero? Quisiera

agradecerle el envío de su libro y no sé cómo escribirle. ¡Muchas gracias, don Jorge! 110.

110. Añadido en el margen lateral izquierdo.

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204 EPISTOLARIO

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[ 133 ]

Cambridge, 6 de enero - 1975.

Querida, inolvidable, admirada Elsa:

De modo que pasaron por el Quai St. Michel y se acordaron con cierta nostalgia. ¡Un abrazo! Felices uste-des, bajo la lluvia –de París. Aquí tenemos nieve y un sol magnífico. Decía usted que Casalduero… He aquí su dirección: Miguel Ángel 17-19, 4º-A, Madrid 10. ¡Qué bueno es ese libro sobre Cántico! (No necesitaba el segundo prólogo). Y usted trabajando mucho. ¡Nada mejor! Y ade-más, el Congreso…

Espero, esperamos que el verano –quizás el mes de junio en París– nos reunirá. ¡Indispensable!

Muchos recuerdos nuestros a todos los suyos. Repito el abrazo –muy afectuoso–.

Jorge.

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206 EPISTOLARIO

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[ 134 ]

Cambridge, Mass., 6 de enero de 1976.

Mi querida y siempre recordada Elsa:

Y usted no sabe con cuánta nostalgia… Pero Elsa no me escribe, no sé nada de sus trabajos, de su hogar –me decía yo–. Iba yo a escribirle –cuando me llegó su Christ-mas Card con una buena vista de Londres111–. ¡Londres! «Esa ciudad…»

Estuvimos cinco meses en Europa: París, Roma, Flo-rencia. No fuimos a España. Aquello se puso demasiado mal. Esperemos que aquella atmósfera vaya aclarándose poco a poco. ¿Y usted? ¿Y todos los suyos? Estos últimos días estuve leyendo una tesis, hecha aquí, en Cornell Univer-sity por un español que no conozco, Polo de Bernabé. Y allí, en ese buen estudio, sobre Aire Nuestro se la cita a usted varias veces. ¡La luz! Es usted, querida Elsa, la ena-morada de la luz, y por eso su atención esclarece112.

¿Este año 76? Quizá vayamos a Europa, sobre todo si la situación española mejorase. ¡Ojalá! Sea como fuese,

111. Falta esta carta de Elsa mandada desde Londres. Y posiblemente otras, ya que pasó un año entre las dos cartas de Jorge Guillén. 112. Elsa Dehennin subrayó con lápiz rojo la frase desde «¡La luz!» hasta «esclarece».

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208 EPISTOLARIO

tengo muchas ganas de verla, de reanudar la conversación. Sí, es verdad: dentro de pocos días cumpliré 83. ¡Ochenta y tres eneros! Muchos recuerdos de Irene. Saludos a su marido y sus hijos. Y un gran abrazo del poeta más viejo que usted conoce.

Jorge.

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[ 135 ]

Bruselas, el 4 de enero de 1977.

Mi querido Poeta:

¿Qué habrá pensado Ud. de mi silencio? Ya lo sé, es imperdonable. Cuando me llegó la feliz y tan grata noticio de que el premio Miguel de Cervantes le había sido atribuido, estaba trabajando en un artículo que me pidió St. Gostantas y que se publicará en el Homenaje a Jorge Guillén113. Trabajé mucho –«contre la montre»–. La vida académica es así –por lo menos en Bélgica– que solo tenemos tiempo de hacer alguna investigación perso-nal durante las vacaciones. Ahora la secretaria me lo está escribiendo a máquina y el sábado próximo le mandaré por «Special Delivery» a Wellesley…

Espero, querido don Jorge, que Uds. siguen bien. Según las noticias que tengo, eso es cierto. ¿Estuvieron en Europa el año pasado? ¿Quizás, después de perdonarme mi largo silencio, me escriba?, diciendo sobre todo cuáles

113 Se trata del artículo «Des mots-clés aux configurations stylis-tiques (Surtout à propos de Maremágnum)», en Homenaje a Jorge Guillén. 32 Estudios crítico-literarios sobre su obra, Massachusetts, Ínsula, 1978, págs. 185-210, reproducido en el cuerpo del presente volumen.

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210 EPISTOLARIO

son sus proyectos de 1977. ¡Qué felicidad verlos otra vez! Ojalá.

Entretanto reciban un abrazo cordial deElsa.

[ 136 ]

Paseo Marítimo 29A Málaga114.Málaga, 16 de abril - 1977.

Mi querida e inolvidable Elsa:

Por fin respondo a su tan cariñosa carta. Este honroso Premio es abrumador, me tiene muy atareado. Tras «la ceremonia» –el 23 de este mes en Alcalá de Henares– nos iremos a Florencia. Allí estaremos casi dos meses. En mayo podría usted escribirme a Corso Italia 28, Firenze 50123.

Luego andaremos –hasta el otoño– por esta Costa del Sol. Estamos bien. Pero muy cansados. A todo esto, usted ha enviado un nuevo estudio a Wellesley College. Se lo agradezco en el alma. Y me alegra mucho de veras saber que sigue usted prestando atención a ese poeta castellano.

De modo que sus hijos estudian, prosperan, se prepa-ran. ¡Qué años tan difíciles aguardan a la juventud en todas partes!

Lo que me encantaría y espero es que nos veamos ¿en París, en Italia? Gallimard publicará en setiembre o en octubre una selección de Cántico bilingüe115. Entonces iremos a París, Quai St. Michel 13, la casa de Teresa. Gracias por tantas cosas. Muchos recuerdos de Irene. Un abrazo de

Jorge.

114. Elsa Dehennin añadió encima de la fecha la dirección exacta con rotulador rojo: «Paseo Marítimo 29 A – Málaga» 115. Jorge Guillén, Cantique: poèmes choisis, préfacés et traduits par Claude Esteban, París: Gallimard (Coll. Du monde entier), 1977.

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[ 137 ]

Málaga, 16 de junio de 1978.

Mi querida y admirada y siempre recordada Elsa:

Me apresuro a escribirle temiendo que hayan ustedes salido de vacaciones estivales. Pues bien, le diré brutal-mente: Su estudio en el Homenaje de Wellesley College me ha parecido estupendo, magistral, con una especie de madurez que me ha gustado mucho. En términos de aná-lisis lingüístico y estadístico da usted en el clavo, deter-mina con precisión lo esencial. Conste mi profunda grati-tud a esa tan sabia atención.

En una notita anuncia usted nada menos que todo un libro: Langage et Poésie dans «Aire Nuestro». Tengo ya plena confianza en ese libro. A. N. comprende tres series en la edición italiana. En la edición Barral de Barcelona –acaba de salir Homenaje– se reeditará con Y Otros Poemas, que fatalmente forma parte de ese conjunto. La quinta –¡y última!– serie será Final. Todavía en el telar, work in progress.

A todo esto, mi enfermedad del riñón, «nefresis»116 parece crónica; pero ya me siento mucho mejor. Aquí

116. Debió de querer escribir nefritis. La palabra nefresis no existe.

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212 EPISTOLARIO

seguiremos, en Málaga, por ahora Irene y yo, hasta… No sé ¿Cómo están su marido y sus hijos? ¿Cómo se encuen-tra usted? Me la imagino en excelente estado de salud a juzgar por su laboriosidad. ¡Con cuánto gusto reanudaría con ustedes la conversación! Gracias, muy de veras. Muy afectuosamente suyo –con recuerdos de Irene–,

Jorge (Guillén).

[ 138 ]

25 de junio de 1978.

Muy querido y siempre admirado don Jorge:

¡Que alegría recibir una carta de Ud.! Ya no sabía dónde estaba. Escribí a EE.UU. y a Nerja y no recibí ninguna contestación. Supongo que las cartas no llegaron a Ud. Pregunté a varios amigos pero sus informaciones no convergían. Menos mal que en la prensa hablaban de Ud.; vi su foto varias veces y así sabía que Ud. seguía muy bien. ¡Me alegro tanto que esté bien y que esté en España con Irene! Málaga tiene que ser una maravilla. Me alegro también que el estudio que escribí para su cumpleaños de este año le haya gustado. El Homenaje me parece un libro perfecto, digno de Ud. Los estudios son variados y, aun-que todavía no los leí todos, sumamente interesantes. Y lo que más me alegra es que sigue escribiendo. Siempre me pareció que el conjunto no podía ser par (Cántico / Cla-mor / Homenaje/ Y otros poemas). Faltaba una quinta parte. ¿Será Final su título definitivo? ¡Work in progress! ¡admirable! ¡Cómo me gustará tener la oportunidad de hablar otro ratito con Ud. e Irene. Tenemos el plan de ir este año al Perú –en el mes de agosto–. Es un sueño de hace muchos años. Si vamos –queda siempre una pequeña duda– entonces no será posible ir a España.

También me gustaría mucho volver a España, a Madrid, sobre todo. No conozco la España democrática.

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EPISTOLARIO 213

Es una vergüenza. ¿No tiene Ud. ningún proyecto de viaje? Supongo que están tan bien en Málaga que no ten-drán ganas de moverse.

A ver, ahora le localicé, sé dónde está y a lo mejor nos animamos mi marido y yo a hacer un salto grande hasta Málaga…

Aquí, nuestra vida cambió bastante.Mi marido ha sido elegido diputado el año pasado en

su ciudad natal –lo que nos obligó a venir a vivir aquí, en una pequeña ciudad entre Bruselas y Gante que se llama Alost–. Todavía tenemos nuestra casa en Bruselas. No sabemos cómo la cosa política puede evolucionar y nos pareció más prudente guardarla. Nuestros hijos han cre-cido mucho. Nuestra hija –Inés– va a tener 21 años y sigue estudiado filología románica. Suponemos que pronto se casará. Nuestro hijo –Marnix– tiene casi 15 años y está dándonos la lata… ¡Paciencia! Así es la vida. Sigo en Bruselas. No sé si Ud. conocerá a E. L. Rivers, el his-panista, tan profundo conocedor de Garcilaso. Me señala que hay una Cátedra muy interesante en Nueva York –Stony Brook–… Seguiré en Bruselas modestamente pero con el entusiasmo de siempre y que me llevó a su obra, querido don Jorge. Aquí le dejo a117 Ud. y a doña Irene, abrazándolos a ambos con el cariño de siempre. Muy cor-dialmente,

Elsa.P.S. Puede escribirme en Bruselas (6 Neerleest - 1020

Bruxelles) o en Aalst (Parklaan 29 b - 9300 Aalst).

117. Lo que viene a continuación está escrito en el margen izquierdo de la hoja.

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214 EPISTOLARIO

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[ 139 ]

25 de febrero de 1981.

Querido don Jorge:

En la clase de explicación de autores españoles empe-zamos hoy a leer algunos de sus poesías. Recordamos el trébol censurado118. Sabemos que el traje de cuartel no le gusta y hoy le gustará menos que nunca. En las lar-gas horas del golpe he pensado mucho en Ud. Felizmente el destino hispánico puede ser democrático. ¡Qué alivio! Nos alegramos todos y esperamos que España entre cuanto antes en la comunidad europea, por lo menos, y a pesar de todo, una comunidad de hombres libres.

Como hispanistas queremos decirle a Ud., ejemplar español universal, nuestra fe en el futuro democrático de España.

Cariñosamente,Elsa.E. Dehennin-Galle119.

118. Véase supra nota 45. 119. La carta, con membrete de la Universidad Libre de Bruselas, viene acompañada de las firmas de unos veinte estudiantes.

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216 EPISTOLARIO

Dedicatoria autógrafa en Hacia Cántico. Escrito de los años 20[No se conserva correspondencia de los dos años anteriores; en diciembre, con motivo de las fiestas navideñas, Jorge Guillén hizo llegar a Elsa Dehen-nin el recién salido volumen Hacia «Cántico». Escritos de los años 20, reco-pilación y prólogo de K. M. Sibbald, Barcelona: Ariel, 1980, acompañado de la siguiente dedicatoria: «Para Dehennin Galle, amie de la clarté, amitié

très claire, estas crónicas de mi primera juventud, con todo afecto.Jorge Guillén. Navidad de 1980, Málaga»].

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EPISTOLARIO 217

[ 140 ]

Málaga, 7 de marzo de 1981120.

Mi querida Elsa:

Su carta me ha conmovido. Esa carta que firman usted y sus alumnos. A todos se lo agradezco muy de veras. Verdad es que hemos pasado días de angustia. Me llega al alma esa fe en el futuro democrático de España, de la Península. Yo también quiero compartir esa fe. ¿En qué futuro? A la larga, sí. Pero actualmente persiste el males-tar, continúa la inquietud. Ya sabe usted, querida Elsa, que la esperanza es esencial a mi ser y mi poesía. Espere-mos lo único razonable y no criminal.

(Veo entre los firmantes una señora Armesto. ¿Cómo en una epístola de Jovellanos?).

Para todos ustedes, juntos y separados, gracias, muchas gracias de todo corazón.

Muchos recuerdos a su marido. Para usted, Elsa, mi fiel gratitud. Recuerdos de Irene. Un abrazo de

su viejísimo Jorge Guillén121.

120. Esta es la última carta que se conserva de Jorge Guillén. A ella, se puede añadir la dedicatoria que ilustra la pequeña Antología del mar, Málaga: Ágora, 1981, selección e introducción de A. Romero Márquez: «Para Elsa, con el gran placer de verla en esta casa. Jorge. Málaga, 12 - abril 1981». 121. Elsa añadió con lápiz en la parte inferior de la página unos cua-tros versos de «Luz natal», de la versión de 1950 de Cántico: «Que los muer-tos entierren a sus muertos | Jamás a la esperanza | Es mía, será vuestra | Aquí, generaciones» (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1950, pág. 348).

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218 EPISTOLARIO

Carta de Jorge Guillén a Elsa Dehennin, 7 de marzo de 1981, recto.© Colección particular

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EPISTOLARIO 219

Carta de Jorge Guillén a Elsa Dehennin, 7 de marzo de 1981, verso.© Colección particular

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220 EPISTOLARIO

[ 141 ]

The University of Michigan, Ann Arbor, College of Literature, Science and the Arts

Department of Romance LanguagesEl 8 de diciembre de 1981.

Querido don Jorge:

No se extrañe de recibir esta carta: he pasado aquí un semestre (Yale) encantador. Los colegas de Michigan me invitaron y ha sido para mí una oportunidad para conocer la universidad americana desde dentro. Mi marido vino a visitarme después de las elecciones. Cuando salí, en septiembre, el gobierno no había caído. En este momento todavía no hay otro; parece que los socialistas van a la oposición –como en España–. Pero, en el sistema muy complicado que tenemos, mi marido podría ser algo como «Ministre sans portefeuille» (!!). Vuelvo a Bélgica esta semana… para mudar de casa. No sé si se lo dije, la última vez que nos vimos en Málaga, que íbamos a cons-truir una casa. Está (casi) terminada. Las nuevas señas: 1 WATERINGEN 9300 AALST/ Bélgica. Ya comprenderá que en estas condiciones no iremos a Málaga… Lo siento mucho, pero tengo la esperanza secreta de poder ir en las vacaciones de Pascuas, alrededor de Semana Santa. Si vamos, vendremos a saludarlos, sin falta. ¿Cómo estarán? ¿Y España? Aquí me hace falta El País. Muchos recuerdos a Irene y un abrazo cordial a los dos.

Con la amistad de siempre,Elsa.

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[ 142 ]

21.1.02

Querida Elsa:

Perdone el horrible papelito. Estoy mejor pero por ahora tengo más fácilmente este bloc entre las manos tem-blorosas.

Fue p[ara] mí una gran emoción y alegría volver a verte y tu marido también.

Prefiero en general ver una persona a la vez, no porque sea unos salvajes, pero porque soy casi totalmente sorda.

No veo a nadie de la casa, como sola a causa de los ojos, leo menos que de costumbre y pienso demasiado.

Os espero en primavera –digo los dos– por favor. (Si todavía esataré en este valle de lágrimas). Hablé de vues-tra visita a Teresa que os recuerda con mucho afecto.

Abrazos y hasta pronto.Irene.

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INTRODUCTION À L’ŒUVRE POÉTIQUE

DE JORGE GUILLÉN (*)

Si vous me le permettez, je commencerai cette introduction à l’œuvre poétique de Jorge Guillén par une anecdote. Depuis qu’il a reçu en 1962

le Grand Prix International de Poésie, qui est décerné tous les deux ans, à Knokke, Guillén connaît bien la Belgique. Il y est revenu cette année, au printemps, et comme un soir on en vint à parler de poésie, je lui proposai la définition assez amusante qu’un de mes professeurs avait donnée de la poésie et que je n’ai jamais oubliée. Il nous avait dit à peu près ceci : quand vous achetez au marché un kilo de carottes, il arrive que le marchand vous donne un kilo, puis pour bien faire le poids, qu’il en ajoute encore une. Cette carotte supplémentaire est la poésie. La réaction de Guillén fut immédiate et très caractéristique : il a bondi en s’écriant : « Mais non, mais non, la poésie, c’est la pre-mière carotte et rien que la première ! » C’était bien Guillén qui parlait, le poète qui n’a jamais cessé de chercher et d’élire les choses premières et essentielles, et de les proposer dans leur simplicité la plus dépouillée,

* Revue de l’Université Libre de Bruxelles, 4 (mai-juillet, 1965), pp. 1-17.

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dans une simplicité qui n’a rien de froid ou d’austère, qui montre, au contraire, la plénitude sensible et men-tale de l’être : des êtres et des choses.

Guillén a aujourd’hui soixante et onze ans ; il est d’origine castillane, mais depuis sa jeunesse, il a beau-coup résidé à l’étranger. Il a fait des études en Suisse, il a été lecteur à la Sorbonne et à Oxford et, depuis 1936, il vit dans un exil volontaire, tantôt aux Etats-Unis, tantôt en Europe. Il est un de ceux qui font la España peregrina, la grande et libre Espagne qui erre dans le monde.

Castillan universel et intellectuel libéral, Guillén est aussi et avant tout un homme qui aime passionné-ment la vie et qui, de ce fait, a toujours été à la hauteur des circonstances. Ce n’est pas par hasard que son der-nier recueil s’intitule A la altura de las circunstancias.

Il fait partie de ce qu’il convient d’appeler la « géné-ration de 1927 ». Cette génération est, sans exagéra-tion, une des plus brillantes que l’Espagne ait connues au cours de son histoire littéraire. Plusieurs des auteurs qui la composent sont aujourd’hui célèbres : outre Guillén et Lorca, les deux « capitaines »1 de l’équipe, il y a Salinas, Alberti, Diego et Aleixandre, et il y en a d’autres qui mériteraient d’être cités. Tout en étant très différents les uns des autres et tout en étant très indépendants, ces poètes avaient tous la conviction de former un groupe cohérent de poètes novateurs. Ils étaient conscients de travailler solidairement à la purification et à l’élévation de la lyrique espagnole ; de commun accord et dès leurs débuts, ils ont banni toute grandiloquence, toute effusion sentimentale, tout aca-démisme ; ils avaient l’ambition, ces poètes suprêmes, comme les appelle Salinas, d’écrire des œuvres pures. Le terme de « poésie pure » était très à la mode en Espagne dans les années 20. On connaissait Valéry et on connaissait l’Abbé Brémond ; mais on avait son idée sur la poésie pure. Guillén, en particulier, a préconisé

1. Cfr. Jorge Guillén, Federico en persona. Semblanza y epistolario, Buenos Aires : Emecé, 1959, p. 135.

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« la fabricación, la creación de un poema compuesto únicamente de elementos poéticos en todo el rigor del análisis : poesía poética, poesía pura, poesía simple pre-fiero yo, para evitar los equívocos del abate… Como lo puro lo llamo simple, me decido resueltamente por la poesía compuesta, compleja, por el poema con poe-sía y otras cosas humanas. En suma, una ‘poesía bas-tante pura’ ma non troppo »2. Guillén et ses amis sont tous parvenus à créer cette « poésie poésie » qui allie une technique rigoureuse à un élan originel puissant et qui n’a absolument rien de froid, d’hermétique ou d’inhumain, comme l’ont cru les premiers critiques.

La génération de 1927 est une génération toute cons-tructive : elle n’a pas renié celle qui la précédait et elle n’a pas élu de maître à penser au détriment d’autres maîtres. Guillén a emprunté ses innombrables exergues à tous les grands classiques de la littérature espagnole et aussi aux symbolistes français, à Mallarmé et à Valéry surtout.

Pourtant l’œuvre de Guillén se situe aux antipo-des de celle des symbolistes. Il est absolument faux d’appeler Guillén un Valéry espagnol. Il a, certes, tra-duit Le cimetière marin d’une façon remarquable3. Il a, certes, dû apprécier le grand exemple de pureté poétique que Valéry offrait : la perfection d’une forme simple, au sens chimique du terme, mais riche en matière ver-bale et sonore, notamment. Il a, néanmoins, défini lui-même Cántico comme étant l’antithèse de Charmes4. C’est que Guillén, comme la plupart des Espagnols et comme Lorca, en particulier, croient à l’inspiration. Ils estiment qu’ils doivent leurs œuvres à une grâce, à un enchantement, à un je-ne-sais-quoi et non, je cite, à un « charme manufacturé ». Sans doute y a-t-il chez cha-que poète une part d’inspiration et une part de fabri-cation. Il n’empêche que le poète français et le poète

2. Cfr. Gerardo Diego, Poesía española contemporánea. Antología, Madrid : Taurus, 1959 (3ª ed.), p. 327. 3. Cfr. Revista de Occidente, 72 (1929), pp. 341 et ss. 4. Cfr. Jorge Guillén, Language and poetry. Some poets of Spain, Cambridge Mass. : Harvard University Press, 1961, pp. 208-209.

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espagnol ont des tempéraments opposés : beaucoup plus que Valéry, Guillén entend vivre la vie pour la connaître. Sous aucun prétexte, il ne dépasse les limites du vivant et du sensible. Le transcendant abstrait et intellectuel lui est une zone interdite. Ainsi, tout en ayant lu Valéry avec la plus grande admiration, tout en l’ayant traduit merveilleusement, tout en partageant avec lui le culte de l’expression poétique pure, Guillén est resté très différent de lui ; il n’est le disciple de per-sonne.

Il a aussi su défendre son originalité créatrice con-tre Góngora, par exemple, dont l’influence a été très grande au moment où la génération de 1927 se nouait (dans les années 1926-1927). En mai 1927, les jeunes poètes ont fêté le troisième centenaire de la mort de Góngora avec une ferveur vraiment exceptionnelle. En général, les célébrations de ce genre sont officielles, académiques et froides ; il n’en fut rien en 1927, grâce à l’enthousiasme juvénile du plus fervent gongoriste du groupe, grâce à Gerardo Diego qui entraîna tous ses amis au travail. Les professeurs parmi eux devaient édi-ter les œuvres de Góngora. Salinas et Guillén devaient préparer respectivement une édition des sonnets et des octaves – leur manuscrit n’a cependant jamais été imprimé.

Mais ce qui est plus, je crois, c’est que, sous l’impulsion de Gerardo Diego, les jeunes poètes ont composé des poèmes en l’honneur de Góngora, non pas des poèmes de circonstance, où l’on fait l’éloge du défunt, non pas des pastiches, comme on l’a cru, mais des poèmes originaux qui s’intègrent parfaitement dans l’œuvre de chaque poète, où chacun d’eux s’est efforcé, selon son tempérament propre, selon ses besoins créa-teurs individuels, de continuer l’exemple de la poésie pure que Góngora fut le premier à donner en Espagne. Góngora était considéré par tous comme un exemple suprême de métamorphose verbale.

Pour sa part, Guillén a composé un impecca-ble dizain en l’honneur de Góngora ; il s’intitule El

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ruiseñor5 et, dans l’édition définitive de Cántico, il figure au centre du recueil. C’est dire qu’il a gardé toute son importance. Notre poète y rend hommage à l’exubérance vitale de Góngora, au Góngora qui, comme lui, aime le soleil, le fleuve, les oiseaux et qui, par amour de leur beauté sensible, les transforme à l’aide d’images et de rythmes, à l’aide d’une rhétorique cultiste (culta) en une réalité esthétique. Chez Gui-llén, cependant, il n’y a aucun excès : aucun excès dans l’imagination, aucun excès dans l’expression poétique. Tout se résume par ces vers où il est question de « una primavera y Redonda, perfecta esfera ». Le monde que Guillén crée, la réalité qu’il « voit », s’inscrit invariable-ment, nous le verrons, dans une perfection circulaire, dans une immense coupole.

Nous voilà donc arrivée à l’œuvre de Guillén par le biais de l’histoire. Guillén est cependant bien vivant, et son œuvre n’est pas encore achevée. Il sait exactement ce qu’il doit encore faire et je crois qu’il aura la force de vivre jusqu’à ce qu’elle soit définitivement terminée. Il faut savoir que, pour ce poète, qui passera à la postérité comme un grand classique, chaque œuvre, et a fortiori, l’œuvre d’ensemble constitue une unité organique, un édifice composé architecturalement. Voici d’ailleurs comment Guillén voit cet édifice.

Il y a d’abord Cántico (Cantique, Lobgesang) qu’il a composé pendant trente ans, qu’il a commencé en Bretagne, en 1919, et qu’il a terminé aux États-Unis, en 1950, et dont il existe quatre éditions, chaque fois amplifiées, corrigées et recomposées. La première édi-tion date de 1928 et comporte soixante-quinze poè-mes ; la deuxième édition date de 1936, elle comporte cent vingt-cinq poèmes, la troisième date de 1945 et comprend deux cent soixante-dix poèmes, la dernière, enfin, qui est la première édition définitive, a paru en 1950 ; elle comprend trois cent trente-quatre poèmes. La plaquette de 1928 est donc devenue un volume

5. Jorge Guillén, Cántico, Buenos Aires : Emecé, 1950, p. 222.

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impressionnant, qui depuis 1945 porte le sous-titre révélateur de Fe de vida (Foi dans la vie).

À côté de Cántico, il existe un second ensemble qui s’intitule Clamor (Clameur). Clamor, en espag-nol, signifie un bruit tumultueux, mais non des cris de réprobation ; il implique plutôt des gémissements, des plaintes. Le sous-titre de ce recueil est, lui aussi, révélateur : Tiempo de historia (Temps de l’histoire : entendons le temps où l’histoire sort de son silence et fait sentir ses grincements). Nous connaissons actuel-lement tout Clamor et vraisemblablement dans son édition définitive. Il comprend trois parties de même longueur environ : la première s’intitule Maremág-num (Confusion) et a paru en 1957 ; la deuxième … Que van a dar en la mar (qui vont se jeter dans la mer), paru en 1960, rappelle à tous les hispanistes les très beaux vers de Jorge Manrique : « Nos vies sont les fleuves | – qui vont se jeter dans la mer – | qu’est la mort ». La troisième, A la altura de las circunstancias, date de 1963. Il est à remarquer que le premier et le dernier livre se subdivisent chacun en cinq parties – exactement comme Cántico – et que le livre central comporte sept parties. Il y a là une symétrie structu-rale voulue qui pivote toujours sur un centre et qui appelle tant de chiffres impairs. Il serait assez anor-mal que l’œuvre d’ensemble de Guillén ne comporte, en définitive, que deux parties ; en fait, le troisième ensemble est presque terminé : il s’intitulera Home-naje (Hommage) et paraîtra l’année prochaine ; il rétablira, sans doute, l’équilibre entre l’enchantement originel et les conditions historiques qui le contrecar-rent. Mais non content, semble-t-il de cette compo-sition ternaire, Guillén envisage deux prolongements qui la consolideront en quelque sorte : un premier volume qui rassemblera les écrits en prose de jeunesse et un dernier volume qui réunira les écrits en prose du « grand âge ». Ainsi Guillén entend-il finir son œuvre par de la prose. Cela ne nous étonne pas outre mesure : dans sa poésie, dans le dernier Cántico vis-à-

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vis du premier, dans Clamor vis-à-vis de Cántico, on sent une évolution nette et progressive vers la prose. Guillén est un poète pur qui n’a jamais vécu dans une tour d’ivoire ; il s’est, au contraire, ouvert toujours plus largement aux réalités humaines et historiques.

Bien que je ne prétende pas aborder le problème fort complexe des rapports existants entre la prose et la poésie, je voudrais tout de même rappeler que pour Valéry, qui se référait à Malherbe, la poésie est à la prose ce que la danse est à la marche. Il va de soi que, quand la vie se présente dans toute sa beauté, l’on peut songer à danser ; quand elle brandit aussi la guerre, la tyrannie et la mort, l’on ne songe plus à danser. Il faut alors marcher, et d’un pas ferme. Cer-tains critiques regrettent cette évolution dans l’œuvre de Guillén. Il faut l’accepter. Guillén ne pouvait pas continuer indéfiniment Cántico, envers et con-tre tout. Il reste son chef-d’œuvre : son œuvre où la création verbale se révèle la plus puissante. Cela n’empêche que Clamor garde toute son importance littéraire. Tout en se servant d’une expression moins condensée, moins verbalement voluptueuse, si je puis dire, plus sentie – qui passe par le cœur tout autant que par l’esprit –, en se servant d’une expression plus efficace, plus ample aussi, Guillén reste un poète extrêmement soucieux de la forme et fidèle à ses pro-cédés de style, et surtout à la disposition savante et rythmique des mots. Il ne faudrait pas croire que les dernières œuvres sont entachées de prosaïsme. Loin de là ! Je vous ferai d’ailleurs remarquer qu’on observe une évolution semblable chez Lorca, qui, lui, est allé vers le théâtre pour être en contact direct avec les masses, avec la « inmensa mayoría », et non plus avec la « inmensa minoría » dont parlait l’esthète Juan Ramón Jiménez, qui a exercé une certaine influence sur le jeune Guillén.

Je crois qu’il serait intéressant, pour mesurer objec-tivement le chemin que Guillén a parcouru entre Cán-tico et Clamor, de comparer leurs mots-témoins, ce que

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P. Guiraud appelle des mots-thèmes6, c’est-à-dire les mots les plus employés par un poète ; ceux par lesquels s’exprime sa vision créatrice ; entendons, bien sûr, les substantifs car chez les poètes lyriques, c’est le substan-tif qui est promu au rang de mot thème au détriment du verbe.

Malheureusement, je ne connais que les mots-témoins de Cántico. Pour Clamor, le dépouillement est en cours. Je doute fort, toutefois, que le premier mot y soit luz. Depuis qu’il s’est mis à écrire jusqu’en 1950, Guillén est le poète de la lumière. En 1928, luz est de loin le premier mot, avant mar et cielo ; en 1936, il est vrai qu’on ne le trouve qu’à la sixième place ; mais sol est en deuxième position, juste après amor, qui est le premier mot-témoin ; en 1945, luz l’emporte à nouveau, amor est deuxième et sol troisième ; en 1950, luz triomphe définitivement laissant loin derrière lui amor ; mundo est second ; cielo et noche sont ex æquo troisièmes, sol quatrième.

La lumière est incontestablement à l’origine de l’existence poétique de Guillén ; sans elle le monde sensible ne serait pas et sans le monde le chantre Guillén ne serait pas non plus. Mais, tout en étant le premier élément, la lumière n’exclut pas les autres élé-ments. Guillén est, comme tous les vrais classiques, et notamment comme Fray Luis, dont il a édité et com-menté le Cantar de Cantares7, un homme entier (hom-bre entero) ; son imagination créatrice fait appel à tous les éléments : à l’eau – mar, río, agua sont des mots-témoins importants ; à la terre – à la terre habitée et non à la terre matière, qui est par exemple la source de vie pour Pablo Neruda. La lumière elle-même est, à la fois, soleil et air, feu et ciel, ardeur et mouvement et, ce qui est plus, matière opaque. Lisons un très beau dizain de 1928, Presencia de la luz.

6. Cfr. Les caractères statistiques du vocabulaire, Paris : PUF, 1954. 7. Fray Luis de León, Cantar de Cantares, ed. y prólogo de Jorge Guillén, Santiago de Chile : Ed. Cruz del Sur, 1947.

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Un resplandorSostiene bien estos cielosYa plenarios del estío,Pero leves, para el bríoDe esta luz… ¡Birlibirloque!Y los pájaros se sumenVelándose en el volumenResplandeciente de un bloque [p. 241]8.

L’image finale, que l’on retrouve encore ailleurs, a toute son importance. Jusqu’en 1936, bloque portait d’ailleurs une majuscule. Guillén n’emploie que peu de métaphores ; elles sont toujours fonctionnelles ; elles ne servent pas à dorer la réalité, comme c’est le cas chez Góngora ; elles servent, tout comme les mots-témoins, son thème vital, entendons par là le thème générateur de son œuvre, le thème jailli des sources mêmes de l’être qui donne vie à l’œuvre et qui, chez Guillén, est une joie passionnée et irrésistible de vivre.

Il suffit d’ouvrir Cántico et de lire la première strophe, qui est là depuis 1936, pour voir dans quelle mesure la lumière, dont on connaît la splendeur mas-sive et universelle, est un élément vital.

(El alma vuelve al cuerpoSe dirige a los ojosY choca – ¡Luz! Me invadeTodo mi ser. ¡Asombroso! [p. 16]9.

La lumière est bien mise en relief, au cœur de la strophe, entourée comme elle est de pauses phonologi-ques et d’un halo affectif ; elle est la première donnée ; la présence de l’homme est accessoire.

8. «Un resplendissement | soutient bien ces cieux | déjà gonflés par l’été | mais légers pour la vigueur | de cette lumière… ¡Enchantement ! | Et les oiseaux plongent | et se cachent dans le volume | resplendissant d’un bloc». 9. « (L’âme revient au corps, | elle se dirige vers les yeux, | et s’y heurte). – Lumière ! Tout mon être | m’envahit. Émerveillement ! ».

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En vertu d’une merveilleuse correspondance10 – le terme est de Guillén-critique qui parle aussi de acorde (accord) – en vertu d’une coordination élémentaire que nous ne voyons plus parce qu’elle est trop évidente, la lumière en appelle aux yeux, qui exercent ce que Guillén appelle déjà en 1923 « un pouvoir essentiel, monarchique »11 ; par les yeux le corps s’anime : il est, à nouveau, habité par l’âme et l’être est entier.

Remarquez combien l’âme qui répond à l’appel de la lumière est un principe de vie sensible, purement humaine. Il est arrivé à Guillén au cours d’une exal-tation amoureuse, de sentir l’alma en la piel. Remar-quez, en outre, que alma, cuerpo et ser sont, eux aussi, des mots-témoins dont la fréquence relative augmente dans chaque édition. Ser, par exemple, est attesté trois fois en 1928 et trente et une fois en 1950. Cela s’explique : Guillén est arrivé tardivement à la cons-cience de son moi, de son être. En 1928, il n’y a que le dehors qui compte, la réalité extérieure inondée de lumière. En 1936, grâce à la triomphale expérience de l’amour total, entier lui aussi, le poète se découvre : il est, il existe ; sa conscience est là au cœur de la réalité. À partir de là, l’être s’affirme toujours plus dans le monde sans qu’il croie pour autant à une supériorité quelcon-que de son moi. Contrairement à tous les poètes qui le précèdent, Guillén s’incline, heureux et comblé, en toute humilité, devant un univers resplendissant, extraordinaire, sûr – ce sont là des adjectifs chers à Guillén – devant un monde qui est bien fait – el mundo está bien hecho, quel poète a osé affirmer cela ? – devant une réalité réelle, irréfutable, qui est présente dans le temps et dans l’espace, que l’on peut voir et toucher et qui, cependant, est essentielle, absolue et infinie, une réalité toute simple et élaguée, faite de paysages et de villes ; d’arbres, de rues, de maisons aux fenêtres et

10. Jorge Guillén, El Argumento de la obra, Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1961, p. 25. 11. Cfr. Aire-Aura, in Revista de Occidente, 4 (1923), p. 4.

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aux balcons largement ouverts sur l’univers, de jardins, de fleuves et de plages, de ciels et de nuages, de vastes horizons, de choses bien banales en apparence, d’une table, d’un fauteuil. Ce sont ces « maravillas concre-tas », néanmoins, qui font toute « la gozosa materia en relación ». Cela peut paraître banal et pourtant c’est exceptionnel. Guillén aime la vie : elle est TOUT pour lui et ce n’est pas par hasard que l’adjectif todo revient si souvient et toujours avec une valeur intégrative.

Dans le poème initial dédié à sa mère, Guillén la remercie de lui avoir donné outre son être et sa vie, son langage, ce langage qui n’a jamais cessé de dire :

Con qué voluntad placenteraConsiento en mi vivir,Con qué fidelidad de criaturaHumildemente acordeMe siento ser12.

N’oubliez pas que cela est écrit en espagnol, à une époque où un sinistre général criait en présence d’Unamuno et d’autres universitaires espagnols « Vive la mort ! ».

L’homme est fatalement fait pour vivre :

Corre la sangre, correCon fatal avidez.A ciegas acumuloDestino: quiero ser.Ser, nada más. Y basta.Es la absoluta dicha [p. 17]13.

En vertu de l’accord suprême qui gouverne le monde, celui-ci répond à la volonté de l’homme ; il est en mesure de satisfaire son désir passionné et de faire triompher définitivement l’homme de tout non-être.

12. « Avec quelle volonté consentante | Je prends plaisir à ma vie, | Avec quelle fidélité d’enfant |Je me sens être | Humblement en accord ». 13. « Le sang court, il court | Avec une avidité fatale. | À tâtons j’accumule du | Destin : je veux être. | Être, rien de plus. Et cela suffit. | C’est le bonheur absolu ».

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Todo me comunica,Vencedor, hecho mundo,Su brío para serDe veras real, en triunfo.Soy, más, estoy. Respiro [p. 18]14.

La différence entre ser y estar, qui se traduisent tous les deux en français par le verbe être, constitue une de ces subtilités propres à l’espagnol qu’il est difficile de faire sentir dans une traduction. Sachez que d’après Guillén « estar constituye la consumación de ser »15 ; on est par instinct, mais il faut aussi que l’on soit par les sens et par la conscience.

Dans ces conditions, il n’appartient nullement au poète d’inventer le monde. Au contraire, et ceci est très fort :

La realidad me inventa,Soy su leyenda. ¡Salve! [p. 18]16.

Guillén est heureux de dépendre de la réalité qui le comble outre mesure.

¡Oh perfección: dependoDel total más allá,Dependo de las cosas! [p. 23]17.

Vous voyez que l’au-delà n’a rien de métaphysique, d’abstrait, d’inaccessible. C’est lo ajeno par rapport à moi, c’est tout ce qui par « la Grâce de l’Apparition », et donc par la grâce de la lumière, surgit autour du poète. Dans El Argumento de la obra, où il commente à l’exemple des meilleurs classiques espagnols, la thématique de son œuvre, Guillén avoue d’ailleurs

14. « Tout me communique, | Vainqueur, devenu monde, | son éclat, pour être | vraiment réel, triomphant. | Je suis, plus, je sens que je suis. | Je respire ». 15. El argumento de la obra, op. cit., p. 17. 16. « La réalité m’invente, | Je suis sa légende. Salut ! ». 17. « O perfection : je dépends | Du total au-delà, | Je dépends des choses ! ».

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que « el más allá se convierte en irrefutable término inmediato »18. Le más allá est en fonction de l’homme : il converge vers lui, il l’entoure comme la périphérie entoure le centre ; l’homme se trouve d’ailleurs exacte-ment au point où il reçoit le plus, où sa foi dans la vie est le plus largement récompensée : au centre, qui est, comme l’observe Georges Poulet, le lieu par excellence de l’aboutissement.

Aussi, plus la luminosité est grande, plus la ron-deur de l’univers – du Globe – est manifeste et aussi la centralité du moi-poète, qui se sent comme un dieu au milieu du réel. Dans un poème de 1936, Las doce en el reloj, il est dit :

Era yo,Centro en aquel instanteDe tanto alrededor,Quien lo veía todoCompleto para un dios.Dije: Todo, completo [p. 475]19.

C’est donc autour de l’home que l’univers s’étend comme un cercle autour d’un point. Sa conscience est nécessairement le point médian de l’univers, de cet « invisible círculo total »20 :

Todo me obliga a ser centro del equilibrio [p. 308]21.

lit-on dans un dizain de 1945, un centre qui est par-tout et dont la circonférence n’est nulle part, parce que la plénitude du monde est infinie et permanente. À n’importe quel point du Globe, on peut la contempler en sa splendeur originelle, de toujours :

¿Dónde extraviarse, dónde?Mi centro es este punto:

18. El argumento de la obra, op. cit., p. 17. 19. « C’était, moi, | Centre à cet instant | De tant d’alentours, | Qui voyais tout | Complet pour un dieu. | Je dis : tout, complet ». 20. El argumento de la obra, op. cit., p. 22. 21. « Tout m’oblige à être [le] centre de l’équilibre ».

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Cualquiera. ¡Tan plenarioSiempre me aguarda el mundo! [p. 24]22.

Cela est très clair. Tout autour du poète attend, en effet, un monde merveilleusement arrondi que Guillén ne se lasse pas de nous présenter. Car Guillén se répète nécessairement, puisque tout est dit dès le début et que tout se renouvelle dans une continuité millénaire.

Dans un de ces superbes dizains (de 1936), dont la structure rigide et souple convient très bien à son enthousiasme, passionné et réfléchi, on lit :

Queda curvo el firmamento,Compacto azul, sobre el día.Es el redondeamientoDel esplendor: mediodía.Todo es cúpula [p. 240]23.

L’arrondissement est le signe d’une plénitude et d’une perfection maximales. Il n’y a là rien d’étrange. Je voudrais seulement insister sur l’image de cúpula. Cúpula est un mot rare dans Cántico : il est attesté une fois en 1936, une fois en 1945 et une fois en 1950. Cependant au centre de ce dizain, où l’on retrouve des mots-témoins, il nous apparaît comme un mot-clé – par là j’entends un mot qui nous explique la vision poétique de Guillén. Plus que cercle, son univers est coupole, c’est-à-dire un espace con-cave, disposé dans le plus harmonieux des équilibres, aux parois lumineuses, avec au zénith un soleil éternel, qui en prodiguant la lumière prodigue aussi la vie, un espace qui est perçu de l’intérieur, depuis yo, depuis yo et tú, depuis l’amant et l’aimée, qui font un moi indéfiniment multi-plié et toujours central.

L’univers est donc un infini qui est rendu fini par image, métaphoriquement, dans la circonférence d’une coupole pour correspondre à la nature humaine

22. « Où s’égarer, où donc ? | Mon centre est ce point-ci : | Quel-conque. Telle est toujours | La plénitude du monde qui m’attend ! ». 23. « Le firmament s’est courbé, | azur compact, sur le jour. | C’est l’arrondissement | De la splendeur : midi. | Tout est coupole ».

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du moi. La poésie de Guillén est une poésie intégrale-ment humaniste, qui se situe à égale distance du réa-lisme et de l’idéalisme, c’est une poésie classique, où toutes les données se correspondent exactement, une poésie-bloc, comme l’appelle Guillén.

Aussi l’ombre correspond-elle à la lumière ; elle est bien présente dans l’œuvre de Guillén ; en comparant les cotes des deux mots, on pourrait dire qu’elles sont à 1 contre 3, en 1928, 1/1 en 1936, 1/2 en 1945 et 1/4 en 1950. Et si je puis aussi parler par image, je dirais que, surtout en 1945, des taches d’ombre ternissent le pur éclat lumineux de la coupole.

Bien qu’il n’y ait aucun bouleversement dans la hiérarchie des mots-témoins, on constate que les nouveaux mots qui s’imposent en 1945 sont tous négatifs : je n’en relève que quelques-uns : mal, dolor, oscuridad, pena, negror, agresión, desorden ; en outre, un mot comme muerte, qui apparaît pour la première fois en 1936, à deux reprises, revient quinze fois en 1945 et cinq fois en 1950. C’est que d’après Guillén, « tout est compromis par les conflits de l’Histoire »24. Histoire que vous connaissez bien.

Souvenez-vous de la première aube qui se levait sur Cántico et comparez la première lumière à cette vilaine lumière qui éclaire mal un zinc perdu dans quelque faubourg sale :

Con una luz casi fea,El sol – tristeDe afrontar una jornadaTan burlada –Principia mal su tarea.Y tanta sombra persisteQue la luz se siente reaDe traición al nuevo día [p. 330]25.

24. El argumento de la obra, op. cit., p. 27. 25. « Par une lumière presque laide | Le soleil – triste | D’affronter une journée | Si ridicule – | Commence mal sa tâche. | Et il persiste tant d’ombre | Que la lumière se sent coupable | De trahison envers le nouveau jour ».

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La laideur est triste, mais ni la laideur ni le mal ne sauraient prévaloir. Mas no importa. Luchará contra la nada | Todo el ser. C’est là le motif directeur du poème, qui s’intitule ironiquement, d’après une citation du Quijote (I, 13), Los balcones del oriente (p. 329).

N’exagérons toutefois pas la portée de ces évé-nements discordants. « Todas estas influencias defor-madoras o anuladoras constituyen el coro de Cántico, coro menor de voces secundarias respecto a la voz can-tante »26. Elles ont, en définitive, stimulé le désir que Guillén a de vivre. Elles lui ont fait comprendre qu’il faut accepter la vie comme un tout, la lumière et la nuit, la vie et la mort, cette « justa fatalidad ». Le pro-pre de l’homme est de ne jamais abdiquer. Guillén est tout de même de la race de Sénèque. Citons avant de terminer le dernier poème de Cántico : Cara a cara, qui ouvre la voie à Clamor. Ce poème de 1945, écrit sous le signe du grand ami disparu, de Lorca, serait venu à Guillén en écoutant le Boléro de Ravel. Il y a, en tout cas, un thème qui est repris sans cesse, et avec une insistance croissante. Alors que l’« agresseur général » entoure tout : Pues… aquí estoy. Yo no cedo. | Nada cederé al demonio (p. 515)27.

À la fin, Guillén dira :

No soy nadie, no soy nada,Pero soy – con unos hombros Que resisten y sostienenMientras se agrandan los ojosAdmirando cómo el mundoSe tiende fresco al asombro [p. 523]28.

Asombro est un des premiers mots ; il est aussi le dernier. Si l’homme ne connaît pas l’émotion radicale

26. El argumento de la obra, op. cit., 33.

27. « Me voilà… je suis ici. Je ne cède pas. Je ne céderai rien au démon ». 28. « Je ne suis personne, je ne suis rien, | Mais je suis – avec des épaules | Qui résistent et soutiennent | Alors que les yeux s’agrandissent | En admirant comment le monde en sa fraîcheur, | Se tend vers l’émerveille-ment ».

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de l’émerveillement, il rate tout. C’est cet asombro qui fera l’unité fondamentale de toute l’œuvre de Guillén, quels que soient les accidents historiques, quelle que soit aussi l’amplification du registre poétique.

L’amplification est très sensible dans Clamor. Alors que la plénitude de la vie est encore exaltée, les forces qui lui sont hostiles se multiplient, deviennent majori-taires et elles sont évoquées non plus d’une façon géné-rale, mais d’une façon tellement précise que Marémag-num a été interdit en Espagne. Les autorités n’ont pas dû apprécier des poèmes comme Potencia de Pérez29, où défilent les chœurs franquistes de la bureaucratie, de la police, du parti et du clergé, de tout ce nouvel ordre, imprimé en majuscules et employé ironique-ment. Maremágnum n’est cependant pas un pamphlet politique. S’il ne se situe plus au niveau de la poésie pure, il contient encore de la poésie, une poésie qui fait appel à des formes nouvelles, à ce que Guillén appelle des Tréboles, des tercets gnomiques très réussis, et à des versets en vers libres. L’expression créatrice reste une condition sine qua non. Si Guillén admire tellement un Gabriel Miró, qui est, à première vue, un artiste très différent de lui, c’est qu’il est convaincu, comme le prosateur levantin, que l’on atteint la plénitude de la contemplation et de toute expérience vitale par le mot et par le mot seul. L’ambition de Guillén a toujours été De consumar la plenitud del ser, En la fiel plenitud de las palabras (p. 527)30. Ce sont là les derniers vers de la dédicace finale à Salinas, « ami parfait ».

L’œuvre de Guillén est essentiellement une œuvre de plénitude vitale et de plénitude verbale indisso-ciablement liées. Mais notre poète a dû se rendre à l’évidence. Un mais, ce qu’il appelle un « pero » circuns-tancial 31, plane sur son œuvre. Il a éprouvé que « tout

29. Jorge Guillén, Maremágnum, Buenos Aires : Editorial Sudameri-cana, 1957, pp. 40 ss. 30. « D’accomplir la plénitude de l’être, Dans la fidèle plénitude des mots » 31. El argumento de la obra, op. cit., p. 38.

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est temps »32 : temps heureux et temps malheureux, temps historique et temps individuel. Toute vie est en marche et progresse fatalement. Cette progression va de pair avec une constante amplification du registre existentiel. Ainsi, l’absolu vital s’inscrit dans un temps relatif et, parallèlement, sur le plan créateur, la poé-sie absolue pénètre la poésie relative. L’évolution l’a voulu ainsi. Il ne nous reste plus qu’à attendre Home-naje, qui portera en exergue la belle et confiante devise d’un seigneur bourgeois, Plus est en vous, pour savoir comment se terminera une expérience de poésie pure – poésie dont l’idéal a été hérité des symbolistes français mais dont le tracé a été tel qu’il a abouti à une œuvre diamétralement opposée à celle des Mallarmé-Valéry – et qui pourrait bien faire, dans un avenir rapproché, de Guillén un précurseur insuffisamment reconnu aujourd’hui.

32. Cfr. Claude Couffon, Dos encuentros con Jorge Guillén, Paris : Centre de Recherches de l’Institut d’Études Hispaniques [1960], p. 26.

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PEDRO SALINAS ET JORGE GUILLÉN OU UNE OPPOSITION POÉTIQUE RÉSOLUE (*)

Pedro salinas et Jorge Guillén sont deux noms célèbres dans la poésie espagnole du xxe siècle. Ils appartiennent, l’un et l’autre, à ce qu’on appelle

aujourd’hui communément et, à juste titre, la géné-ration de 1927, qui est aussi celle de Federico García Lorca et de Rafael Alberti – pour ne citer que les tout grands. Lorca se plaisait à dire que Guillén et lui-même, le Castillan et l’Andalou, étaient les « capitaines » de ce groupe, qui a œuvré unanimement avec passion et intelligence pour une purification de la poésie. S’ils en sont, en effet, les pôles, il ne faut toutefois pas oublier que ces pôles sont binaires, et je voudrais analyser ici ce qu’on pourrait appeler le binôme Guillén-Salinas. Il convient, me semble-t-il, de « poser » d’abord Guillén qui est, si l’on me permet cette expression linguistique, la forme non marquée, le signe positif.

Il vient de célébrer son 75e anniversaire et il a publié à cette occasion ses œuvres complètes sous le titre de

* Courrier du Centre International d’Études Poétiques, 75 [1970], pp. 3-24. [En nota al pie, al artículo lleva la mención siguiente: « Pour Mathilde et Albert Bensoussan, en souvenir d’une conférence faite à l’Uni-versité de Rennes », N.d.E.]

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Aire Nuestro (Notre Air)1. Il suffit de parcourir ce très beau volume pour voir qu’il se présente comme un triptyque sagement équilibré. Guillén a suivi le conseil du lointain prédécesseur que fut Berceo, qu’il connaît bien d’ailleurs2 et qu’il admire beaucoup : « Que sean tres los libros e uno el dictado » (que les livres soient trois et une la composition).

Les titres de ce triptyque sont très significatifs : Cántico (Cantique) écrit de 1919 à 1950 et publié à quatre reprises, en 1928, 1936, 1945 et 1950, dans des éditions chaque fois plus importantes et chaque fois recomposées3. Clamor (Clameur), composé de trois volumes, publiés séparément en 1957, 1960 et 1963, et enfin Homenaje (Hommage), publié en 1967.

Cántico reste, sans aucun doute, la contribution majeure du poète à la lyrique de ce siècle. Il est essen-tiellement un chant d’action de grâces dédié à la gloi-re du monde et à la vie dans ce monde ; mais surtout vers la fin, il annonce l’évolution de l’œuvre ; il con-tient, en effet, des « dissonances » qui deviendront plus insistantes dans Clamor. Guillén s’est expliqué sur cette évolution, regrettée par les uns, longuement attendue par les autres. À partir du troisième Cántico, on voit apparaître ce que Guillén appelle « certaines forces négatives pour l’état de plénitude dans la vie. Il s’agit du mal, du désordre, du hasard, du passage destructeur du temps, de la mort. Dans Clameur, je voudrais développer ces thèmes mais non dans leur forme générale, comme dans Cantique, mais d’une manière concrète, liée à la vie contemporaine et à l’histoire. Cela n’implique pas de ma part un change-ment d’attitude. Seulement le moment est venu pour moi d’évoquer ces forces. Clameur sera, dès lors, le complément de Cantique »4.

1. Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1968 (AN en abrégé). 2. Voir Lenguaje y Poesía, Madrid : Revista de Occidente, 1962. 3. Le premier recueil comprenait 75 poèmes; le dernier en compte 334. 4. Voir Claude Couffon, Dos encuentros con Jorge Guillén, Paris : Centre de Recherches de l’Institut d’Études Hispaniques [1960]. Les traductions

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Fondamentalement la vision de Guillén n’a cepen-dant pas changé : elle s’est seulement inscrite toujours plus dans le temps circonstanciel de l’histoire. « Tiempo de historia » est d’ailleurs le sous-titre de Clamor et on connaît la triste importance des circonstances histori-ques entre 1936 et 1945.

Cette continuité évolutive, si l’on peut dire, caractérise aussi le dernier recueil, Homenaje, écrit entre 1944 et 1966. On y trouve les grands « inva-riants » de la poésie guillénienne : la complémenta-rité Cántico-Clamor réapparaît, mais elle est dépassée quand le poète rend hommage à la littérature univer-selle, quand il se fonde sur les expériences d’autres auteurs – et des plus illustres – pour motiver encore et toujours à nouveau sa foi dans la vie acceptée dans sa totalité.

La poésie de Guillén est une poésie totale, faite de complémentarités essentielles. Mais elle est aussi une poésie « simple », au meilleur sens du terme5 : une poé-sie élémentaire qui s’inspire de la « normalité » la plus familière qui nous concerne tous. C’est, en effet, en elle que le poète a trouvé la source d’un émerveille-ment toujours nouveau, un trésor de plénitude qu’il a aperçu dès le premier jour et qu’il n’a toujours pas fini d’explorer, qu’il a dit dès les premiers poèmes et qu’il lui faut encore répéter.

Aire Nuestro n’est qu’une longue variation sur l’absolu le plus simple et le plus humain de la vie, une variation dédiée à l’ami-lecteur.

Hombre como nosotros ÁvidoDe compartir la vida como fuente,De consumar la plenitud del ser

seront nôtres; elles seront plus littérales que poétiques. On voudra bien se reporter toujours au texte original. 5. Voir l’art poétique publié dans la célèbre Antología de Gerardo Diego en pleine époque de poésie pure (Poesía española contemporánea. Antología (1901-1934), Madrid : Taurus, 1962).

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En la fiel plenitud de las palabras.[Aire Nuestro, p. 537]6

Telle est la générosité d’un grand poète classi-que, qu’on a injustement qualifié d’intellectuel, voire d’hermétique.

Après cet aperçu très général et très schématisé, je voudrais analyser de plus près quelques « invariants » de cette poésie, que l’on trouve tous déjà dans les Cán-tico de 1936 et de 1945. Pour les dégager aussi objec-tivement que possible, je me suis fiée aux mots, aux substantifs, plus exactement, auxquels tous les autres éléments du discours sont incidents et dont l’apport sémantique est le plus lourd, surtout chez un poète lyrique. Je me suis souvenue de ce que disait déjà Bau-delaire : « pour deviner l’âme du poète, ou du moins sa principale préoccupation, cherchons dans ses œuvres quel est le mot ou quels sont les mots qui s’y repré-sentent avec le plus de fréquence. Le mot traduira l’obsession »7. J’ai voulu savoir aussi objectivement que possible quelle était « l’obsession » de Guillén et les mots-témoins, qui sont les mots les plus fréquents, m’ont montré par eux-mêmes les principaux champs sémantiques de Cántico et par delà eux les zones du réel les plus chères au poète. À partir de là il était facile de découvrir la vision originelle ou obsessionnelle du poète.

Le premier mot-témoin de Cántico, qui est aussi son mot-clé8, est luz (lumière). En 1928, il précède mar (mer), cielo (ciel), noche (nuit). En 1936, il est

6. «Homme comme nous | Avide | De partager la source de la vie, | De consommer la plénitude de l’être | Dans la fidèle plénitude des mots». Ce texte est extrait de la dédicace à Pedro Salinas que l’on trouve à la fin de Cántico. 7. Paris : Gallimard (coll. La Pléiade), 1961, p. 737. 8. Alors que le mot-témoin se distingue par sa fréquence objective, le mot-clé se caractérise par l’importance subjective que lui donne le critique. Pour plus de détails, voyez notre étude, Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté, Bruxelles : Presses Universitaires, 1969.

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moins important : le premier mot est amor (amour), mais amor est suivi aussitôt par sol (soleil).

En 1945, luz est de nouveau le mot le plus fré-quent ; il précède cette fois amor et sol. En 1950, luz triomphe définitivement devant mundo, cielo, noche, sol. Amor est alors moins important9.

Luz est l’élément premier de l’univers guilléen : l’élément originel qui sollicite la conscience du poète et que le poète s’appropriera pour que, norme de la création, il soit aussi la norme de son destin et de toute son œuvre.

Quand j’ai fait part de ces observations à Guillén, il a été assez surpris. Il avait déjà décidé depuis un cer-tain temps que ses œuvres complètes porteraient le titre de Aire Nuestro. Il ne faisait pas de doute pour lui que l’air devait être considéré comme l’élément le plus vital, l’élément premier, dès lors. Il va sans dire qu’un aveugle vit parfaitement et que personne ne pourrait vivre sans air. Mais Guillén-poète n’est pas un aveugle ; il vit, au contraire, passionnément par les yeux, par des yeux qu’il qualifie d’ailleurs de « mentaux ». Quand il a choisi le titre définitif et global, il a pensé aux autres – voyez le possessif nuestro – plus qu’à lui-même. Et c’est le poète seul que je voudrais interroger ici, à tra-vers ses poèmes.

S’il est convaincu aujourd’hui que toute la merveille d’être dans le monde lui vient de « el aire en mis pul-mones » (l’air dans mes poumons) (AN, 13), il estime en 1923 que les yeux souverains exercent « un pouvoir essentiel, monarchique »10.

Il y a là une évolution qui implique une explora-tion progressive toujours plus sage des sources mêmes de la vie.

9. Je ne dispose malheureusement pas encore de données précises pour les deux autres ensembles. Le dépouillement, je l’espère, pourra com-mencer prochainement. 10. Aire-Aura, in Revista de Occidente, 4 (1923), p. 5 ss.

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En tout cas, et à n’importe quel moment de l’existence poétique de Guillén, la lumière et l’air cons-tituent une de ces complémentarités chères au poète qui font son « intégralité classique »11.

¡Oh prodigio, virtud De lo blanco en el aire!Todo el aire en realce, Desnudez de su luz [p. 95]12.

Cette vision de 1925 sera exprimée plusieurs fois ; on la retrouve, par exemple, en 1945 :

Sí, lo extraordinario es esto.

Esto : la luz en el aire,Y con el aire un anhelo.¡Anhelo de trasparencia,Sumo bien! Respiro, creo [p. 520]13.

Voilà un cogito de Guillén : je respire, donc je crois. Mais ne perdons pas de vue ce qui précède. Cette con-clusion n’est possible que si le poète respire « la luz en el aire ». Il croit parce qu’en respirant il voit et il désire le spectacle extraordinaire, lumineusement transparent, dans lequel il lui est donné de vivre.

En 1961, dans El Argumento de la obra, une pré-cieuse plaquette, presque confidentielle, où l’auteur commente son œuvre, Guillén précisera : « El aire es con la luz fondo activísimo »14. Voilà un aspect de la « constance évolutive » de notre auteur. Les deux élé-ments vitaux restent associés mais à la primauté – euphorique – de la lumière, succède la primauté plus sage, plus altruiste aussi, de l’air en 1961.

11. Dans son étude sur Fray Luis de León (in Cantar de Cantares, Santiago de Chile : Ed. Cruz del Sur, 1947), Guillén caractérise le mystique par l’expression « clásica entereza ». Il parle aussi de « hombre íntegro ». 12. « Oh, prodige, vertu | De la blancheur dans l’air! | Tout l’air en relief, | Nudité de sa lumière ». 13. « Oui, voilà l’extraordinaire, | Voilà : la lumière dans l’air, | Et avec l’air un désir. | Désir de transparence, | Bien suprême. Je respire, je crois ». 14. « L’air est avec la lumière un fond très actif ».

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Dans un de ses tout derniers poèmes Guillén écrira :

Respiro,Y el aire en mis pulmonesYa es saber, ya es amor, ya es alegría [p. 13]15.

Le rôle des yeux n’est pas oublié pour autant, puis-que le poète s’accroche « a un poco | De la aireada clari-dad enorme » (AN, 13)16, mais la clarté devient secon-daire par rapport à l’acte de respirer. L’homme ne jouit pas très longtemps d’un sentiment d’immortalité…

Dans son ensemble, Guillén est, néanmoins, le poète de la lumière, mais d’une lumière indissociable-ment mêlée à l’air, d’une lumière « intégrale », généra-trice de vie.

Il faudrait, bien sûr, s’interroger ici sur le pourquoi de cette vision. Il me semble qu’une petite phrase que l’on peut trouver dans une lettre très amicale, presque prophétique, adressée par Guillén à Lorca, le 25 février 1927, peut nous aider à trouver une réponse. « Cada vez me penetra más agudamente lo que yo llamo la felicidad atmosférica : es que nos viene en el aire y en la luz del aire, cuya tranquila respiración, solamente res-piración – calma nuestra inseguridad de vivir »17. C’est là une confession importante qui peut expliquer toute l’œuvre guilléenne : n’est-ce pas cette incertitude origi-nelle qui a provoqué Aire Nuestro, réponse magnifique et rassurante à une angoisse si humaine ?

De tout ce qui précède, il ressort que Georges Poulet a raison quand il dit que « tout commence ici par la présence d’une réalité purement objective » :

15. « Je respire | Et l’air dans mes poumons | Est déjà savoir, déjà amour, déjà allégresse ». 16. « À peu de l’énorme clarté aérée ». 17. Voir Federico en persona. Semblanza y epistolario, Buenos Aires : Emecé, 1959, p. 129. « Chaque fois me pénètre plus vivement ce que j’ap-pelle la félicité atmosphérique : c’est qu’elle nous vient dans l’air et dans la lumière de l’air, dont la tranquille respiration – seulement respiration – calme notre incertitude de vivre » (Nous soulignons).

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« non pas le moi, rien que le dehors »18 et, précisons-le, un dehors inondé de lumière qui se présente comme « volumen | Resplandeciente de un Bloque » (241)19. Voyez le superbe dizain, Presencia de la luz (AN, 251), où la majuscule de Bloque confirme, du moins en 1928, l’importance de la trouvaille imagée, qui sera d’ailleurs mise à profit dans d’autres poèmes.

El aire estará en colmoDorado, duro, cierto.Trasparencia cuajada [p. 187]20.

C’est grâce à la lumière que l’air sera qualifié et quantifié, qu’il aura une conscience sûre, à toute épreuve, qu’il sera une plénitude « physique et méta-physique »21, sensible et mentale comme elle.

Voyez encore le début de Cántico, la première stro-phe de Más allá, ajoutée en 1936 :

(El alma vuelve al cuerpo,Se dirige a los ojosY choca). – ¡Luz! Me invadeTodo mi ser. ¡Asombro! [p. 26]22

En vertu d’une merveilleuse « correspondance » – le terme est de Guillén – critique qui parle aussi de acorde (accord) – en vertu d’une coordination élémen-taire que nous ne voyons plus parce qu’elle est trop

18. Voyez les cinq belles pages que l’auteur des Métamorphoses du cercle (Paris : Plon, 1967, pp. 514-518) a consacrées à Guillén. Je ferais cependant observer que la phrase citée ne s’applique qu’au premier Cántico, celui de 1928. En 1936, le moi apparaît déjà dans toute sa plénitude grâce à l’expérience amoureuse. 19. « Volume | Resplendissant d’un Bloc ». 20. « L’air sera pleinement | Doré, dur, certain. | Transparence figée ! ». 21. Ce sont là deux adjectifs employés par Guillén lui-même dans El argumento de la obra, Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1961, p. 9). Métaphysique n’est pas à prendre dans son sens premier. Il est plutôt syno-nyme de « mental ». 22. « (L’âme revient au corps, se dirige vers les yeux | Et s’y heurte). – Lumière ! Tout mon être | m’envahit. Émerveillement ! ».

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évidente, la lumière souveraine en appelle aux yeux qui exercent, en effet, leur pouvoir « monarchique ». Par les yeux le corps s’anime, il est à nouveau habité par l’âme et l’être est entier. Remarquons combien l’âme qui répond à l’appel de la lumière est un principe de vie sensible, purement humaine. Tout l’être sensible, émo-tif et conscient du poète émerveillé laisse libre cours à sa joie élémentaire d’être

Todo me comunica,Vencedor, hecho mundo,Su brío para serDe veras real, en triunfo.

Soy, más, estoy. Respiro.Lo profundo es el aire.La realidad me inventa,Soy su leyenda. ¡Salve ! [p. 28]23.

Vers guilléniens entre tous qui montrent claire-ment combien Guillén est différent des symbolistes. Il faut savoir gré à Cl. Vigée d’avoir mis fin à la légende « symboliste » de Guillén24. Notre poète a certes tra-duit le Cimetière marin et il considérait Valéry comme « un modèle d’élévation exemplaire dans le sujet et de rigueur exemplaire dans le style, à la lumière d’une conscience poétique »25, mais Guillén est le créateur d’une « poésie intégrale »26 qui réconcilie l’homme avec l’absolu. Pour lui la rose ne sera jamais l’absente du bouquet. Au contraire !27

Mais revenons au vers que nous venons de citer et relevons au moins deux expressions qui portent la griffe de leur auteur.

23. Voir traduction infra. 24. Claude Vigée, Révolte et louanges. Essais sur la poésie moderne, Paris : Corti, 1962, pp. 139-197. 25. Cfr. Lenguaje y poesía, Madrid : Revista de Occidente, 1962. 26. Cfr. Homenaje a Ángel del Río, in Revista Hispánica Moderna, 1-4 (1965), p. 207. 27. Voyez un dizain comme « Perfección » (AN, 250).

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Soy, más, estoy. Dans El argumento, Guillén a noté que « estar constituye la consumación de ser »28 – ce que les grammairiens ne peuvent que confirmer. Ser ne saurait suffire, il faut estar : être dans le monde, plus, en devenant monde. Le poète n’a pas la prétention d’inventer la réalité au-delà de lui (más allá). Elle existe bien avant lui, infinie dans l’espace et dans le temps, toujours coordonnés. Il lui est donné de participer de sa dimension planétaire, astrale, dira-t-il. Il suffit de respirer – physiquement et métaphysiquement – de tout son être la lumière dans l’air.

Tout me communique,Vainqueur, devenu monde,Son éclat, pour êtreVraiment réel, triomphant.

Je suis, plus, je sens que je suis. Je respire.Le profond c’est l’air.La réalité m’invente,Je suis sa légende. Salut ! [p. 28].

Dans ces conditions, le poète ne saurait être un démiurge. Il est celui qui en un point quelconque du globe, au centre d’une convergence extraordinaire, reçoit si humblement les dons qui lui sont offerts qu’il n’est que le résultat d’une création fabuleuse. Et voilà le second trait caractéristique. Soy su leyenda. Guillén est façonné par une réalité qu’il dira « bien faite » (245). Plus tard, quand il aura vécu davantage, dans l’histoire, parmi les hommes, il se corrigera : « Este mundo del hombre está mal hecho » (423)…

D’innombrables textes à travers toute l’œuvre de Guillén confirment son attitude anti-créationniste29 si j’ose dire.

28. « Estar constitue la consommation de ser ». Ser et estar signifient l’un et l’autre « être ». Ils diffèrent dans l’usage parce que ser = être essentiel-lement et estar = être circonstanciellement. 29. Le créationnisme est un mouvement assez révolutionnaire que Vicente Huidobro a introduit dans la poésie espagnole vers 1918. Celui-ci proclamait volontiers que « el Poeta es un pequeño Dios ». Au lieu de

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Je n’en citerai qu’un des tout derniers :

Respiro instante a instante,En contacto acertadoCon esa realidad que me sostiene,Me encumbraY a través de estupendos equilibriosMe supera, me asombra, se me impone [p. 13]30.

On retrouve les mêmes mots, les mêmes procédés stylistiques, mais on mesure en même temps l’évolution qui s’est produite entre 1945 et 1965.

Intrahistorique – presque ahistorique – l’œuvre est devenue historique. Malgré cela, la notion-clé toute classique de estupendos equilibrios est mainte-nue. L’accord entre le más allá – donneur – et yo – receveur –, entre ce que Guillén a appelé « un pro-tagonista sano y alegre y un mundo a plomo », ne sera jamais compromis31. À travers toute l’œuvre, il appelle l’image d’un cercle autour d’un centre. Todo me obliga a ser centro del equilibrio (318)32 a noté Gui-llén en 1945.

Il est dans l’ordre fondamental de la création que les choses existant par la grâce de la lumière convergent vers l’être qui existe certes par la grâce de l’air mais qui les voit de tous ses yeux : qui les connaît, les aime et jouit d’elles – et cela malgré l’obstruction de quelques éléments accidentels.

… yo gozo Profundamente afín, de estar en medio [p. 281]33.

chanter la rose, il demandait aux poètes de la faire fleurir dans le poème, de la créer pour tout dire. Guillén n’aura jamais cette prétention.Voir Vicente Huidobro, Antología, éd. A. de Undurraga, Madrid : Aguilar, 1957. 30. « Je respire instant après instant, | En contact juste et sûr | Avec cette réalité qui me soutient | M’élève | Et à travers d’admirables équilibres | Me dépasse, m’étonne, s’impose à moi ». 31. « Un protagoniste sain et allègre et un monde à plomb ». 32. « Tout m’oblige à être le centre de l’équilibre ». 33. « Je jouis | Profondément contigu, d’être au milieu ».

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Mais Guillén ne se contente pas de recevoir, d’être seulement objet. Il est aussi agent et il s’est fait le centre conscient et dès lors conquérant de l’univers.

Mi destino es salir [p. 172]34.

Il entend non seulement accepter – subir – les éléments, il entend aussi leur appartenir : Soy del aire (513).

Il intériorise le réel et il l’absorbe même, mais en évitant tout ensimismamiento (272)35. Entraîné par son irrésistible désir d’être toujours plus – más est le mot flambeau de Cántico – il entend participer de l’univers, du más allá dans lequel il ne s’égare pas, qu’il explore en fonction de lui-même, mais sans égoïsme, en fonc-tion de l’Homme qu’il est.

¿Yo soy ? Yo estoy– Aquí, mi bosque cierto, desenlaceDe realidad crujiente en las afuerasDe este yo que a sí mismo se descubreCuando bien os descubre : mi horizonte, Mis frenos de corteza gris y blanca [p. 172]36.

Tout agent qu’il soit, il sait s’objectiver – este yo – pour connaître ainsi sa présence intégrale dans le monde. En allant vers les choses, en pénétrant en elles, il s’y retrouve : il y trouve un moi extériorisé, existant.

Extériorisation enrichissante d’une intériorité cen-trale qui s’est remplie du monde dans le monde, qui a fait du monde sa substance, telle est l’originalité de Guillén.

34. « Mon destin est sortir ». 35. Ensimismamiento: signifie repliement sur soi-même. Cfr. Aire Nuetro, Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1962, p. 272. « Héme ya libre de ensimismamiento » (« Me voici libre de tout recueillement »). 36. « Je suis ? Je sens que je suis | - Ici, mon bois sûr, dénouement | De la réalité craquant dans les alentours | De ce moi qui se découvre lui-même | Quand il vous découvre bien : mon horizon | mes frênes à l’écorce grise et blanche… »

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L’âme elle-même ne demande qu’à s’extérioriser et l’amour l’y invite tout particulièrement. Tout comme Salinas, Guillén est un grand poète d’amour. « Todo Cántico ha de ascender hasta el amor. Y no porque el amor sea el principio que mueve el sol y las otras estrellas. Merced a este acuerdo alcanzamos plenitud de realidad »37.

C’est dans Cántico que l’on trouve les plus beaux poèmes d’amour et surtout dans les Cántico de 1936 et 1945. Dans Clamor l’amour reparaît mais surtout dans des élégies écrites après le décès de l’épouse.

Un des plus beaux poèmes d’amour est, me sem-ble-t-il, Salvación de la primavera de 1936 qui clôt la première partie de Cántico.

¡Amor ! Ni tú ni yo,Nosotros, y por élTodas las maravillas En que el ser llega a ser.

Se colma el apogeoMáximo de la tierra.Aquí está: la verdadSe revela y nos crea [p. 105]38.

Grâce à l’amour, la vitalité du centre est plus que doublée : elle est multipliée fabuleusement et tout autant récompensée par la périphérie qui est à l’apogée d’elle-même. Inutile de préciser que l’amour est « entier » et qu’aucun état de ce que Guillén appelle chez saint Jean « los más genuinos estados – espiritua-les y sensuales – del amor » ne fait défaut39.

37. El argumento de la obra, op. cit., p. 20. « Tout Cántico doit s’élever vers l’amour. Et non parce que l’amour serait le principe qui meut le soleil et les autres astres. Grâce à cet accord nous atteignons la plénitude de la réalité ». 38. « Amour ! Ni toi ni moi | Nous, et par lui | Toutes les merveilles | Par lesquelles l’être atteint l’être. || L’apogée maximal | De la terre est comble. | Il est ici : la vérité | Se révèle et nous crée ». 39. Cfr. Lenguaje y Poesía, op. cit., pp. 99-100. « Les plus authen-tiques états – spirituels et sensuels – de l’amour ».

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La piel reveladora Se tiende al embeleso. […]Apremios me conducenPor círculos de rapto [p. 106]40.

Lié à la chair et se mouvant par les chemins de l’esprit, le ravissement saisit l’être entier. Et à Guillén ne se pose pas, comme à saint Jean, le problème de l’ineffabilité. L’aimée est là, entière, elle aussi.

¡Qué oscura es nuestra voz!

La carne expresa másSomos nuestra expresión [p. 106]41.

La continuité qui unit la vie et le poème est telle, si immédiate, si parfaitement naturelle, qu’elle n’appelle pas de symboles. L’expression directe par la chair est continuée sans heurt et sans faille dans le poème. Ainsi Guillén conçoit-il l’expression « totale » d’un amour « total » vécu dans toute son intimité et dans tout son rayonnement.

Après l’union, après avoir connu le bonheur suprême de vivre, les amants voient l’unité flagrante d’un accord total, qualitatif et quantitatif ; une fois de plus

Vemos cómo se fundenCon el aire y se ciernenY ahondan, confundidos,Lo eterno, lo presente [p. 110]42.

Du sommet de leur plénitude vitale tú et yo voient comment le temps, projeté dans l’espace, mêlé à la den-sité de l’air-bloc, peut confondre le présent et l’éternel,

40. « La peau révélatrice | Tend vers le ravissement | …… | Des solli-citations me mènent | Par des cercles d’extase ». 41. « Qu’elle est obscure notre voix ! La chair exprime plus. | Nous sommes notre expression ». 42. « Nous voyons comment se fondent | Avec l’air et planent | Et s’approfondissent confondus, | L’éternel, le présent ».

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tout en les maintenant en parfait équilibre : tiempo en vilo. Ainsi, Guillén sauve le présent – « tiempo de máxima dádiva »43 – d’une éphémérité à laquelle il ne songe même pas ici, mais qui au cours des années s’imposera toujours plus.

À partir de 1945, le temps est représenté de plus en plus comme un flux : comme le fleuve dont les flots passent, mais qui est toujours là, spatialisé dans un pré-sent qu’Unamuno qualifierait d’intrahistorique44.

Tanto presente, de verdad, no pasa.Feliz el río, que pasando queda [p. 185]45.

L’aventure humaine apparaît alors comme une éternelle répétition des instants, libérée de la menace de finir, ou plus exactement, portée par l’« espoir de tous » et assurée ainsi de ne jamais finir.

Dans une création continue, sans la moindre fail-le, et accordée, grâce, en particulier, à l’amour, coor-dinateur aussi suprême que la lumière dans l’air, toute opposition se transforme en complémentarité. Gui-llén a parfaitement résolu, par exemple, l’opposition spatiale entre l’extériorité périphérique et l’intériorité centrale, ou l’opposition, plus angoissante peut-être, entre le temps qui passe et le présent qui reste. Il en est résulté pour cette poésie-bloc ou coupole, pour cette poésie intégrale, un statisme heureux qui n’exclut ni l’interrelation dialectique ni le mouvement astral.

¡Sea la tarde para el sol ! La TierraNo girará con trabazón más fuerte.En torno a un alma el círculo se cierra.¿Por vencida te das ahora, muerte ? [p. 185]46.

43. « Temps du plus grand don ». 44. Cfr. En torno al casticismo. Il explique l’intrahistoire notamment par cette formule « armonía siempre en fieri de lo eterno ». 45. « Tant de présent, vraiment, ne passe pas. | Heureux le fleuve qui en passant demeure ». 46. « Que l’après-midi soit pour le soleil ! La Terre | Ne tournera pas sur des liens plus forts. | Autour d’une âme, le cercle se ferme. | Te donnes-tu maintenant pour vaincue, mort ? ».

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Ces vers auront une place de choix dans le flori-lège des lettres hispaniques. Par la grâce de l’amour, c’est dans l’acceptation de la création illuminée, dans la reconnaissance de sa souveraineté et dans la conscience du lien infaillible et vivifiant qui unit l’univers et yo, que le cercle du réel peut se fermer autour d’une âme merveilleusement consentante.

Voilà, me semble-t-il, très schématiquement le tracé poétique de Jorge Guillén, qui a dédié à Pedro Salinas, amigo perfecto, l’œuvre qu’il a écrite tout au long de la vie de son ami, décédé en 1951, poète et professeur, comme lui, et aussi critique littéraire avisé mais, en plus, romancier et dramaturge.

Les titres de l’œuvre poétique de Salinas sont aussi significiatifs que ceux de Guillén.

Presagios (1923), Seguro Azar (1928), Fábula y signo (1931) constituent un cycle de jeunesse. La voz a ti debida (1933) et Razón de amor (1936) sont les recueils de la maturité : des poèmes d’amour. En exil, Salinas écrira El contemplado (1946) et Todo más claro (1949). Confianza (1954) et Volverse sombra (1957) sont posthumes47.

Disons le d’emblée : cette œuvre est très différente de celle de Guillén. En de nombreux points essentiels et secondaires elle s’oppose même à celle de Guillén, mais il faut admettre que vers la fin, dans le troisième cycle, elle présente des ressemblances de plus en plus frappantes. L’œuvre de Salinas a donc évolué, elle aussi, mais elle ne présente pas la cohésion sûre de celle de Guillén. Partons d’un de ces détails significatifs que Spitzer recherche de préférence et qu’il sut souvent trouver.

47. Présages (Pr.), Hasard sûr (SA), Fable et signe (FyS), La voix qui t’est due (V), Raison d’amour (RA), Le contemplé (C), Tout plus clair (MC), Confiance (C), Devenir ombre. Bernard Sesé a publié une traduction inté-grale de La voix qui t’est due, Paris : Centre de Documentation Universitaire, 1964. Nous la citerons.

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En présentant son ami à un public américain48, Guillén pour le caractériser, citait ces vers très saliniens, en effet,

De ti me fíoredondo, seguro azar.

mais il ajoutait, quant à lui, « de ti no nos fiamos, absurdo azar sin redondez »49. Pour Guillén, poète classique, le hasard est un élément hostile, un élément rupteur, anti-créateur, a-t-il dit50.

Pour Salinas, beaucoup plus tourmenté, beau-coup plus partagé entre le réel et le transcendental, c’est un élément créateur dont il attend la nécessaire illumination.

« Illuminación, todo iluminaciones », telle apparaît à Salinas la poésie51, et il précisait que « no es lo mismo que claridad ». Je serais enclin à dire que Guillén est le poète de la clarté sereine, heureuse, régulière, cycli-que, tandis que Salinas est le poète de l’illumination brusque qui éclaire parfois une longue et douloureuse obscurité.

Certes, êtres essentiels l’un et l’autre, guidés par les yeux de l’esprit, ils se sont efforcés d’atteindre l’absolu. « La poésie est une aventure vers l’absolu » a dit Salinas. Mais cet absolu – strictement et intégralement humain – aussi chez Salinas –, ils l’ont trouvé dans des zones différentes du réel et surtout par des cheminements poétiques différents.

Salinas n’a pas trouvé autour de lui le merveilleux équilibre – l’accord – que Guillén n’a jamais perdu de vue, même pas quand le mal ou la douleur l’assaillaient. La continuité guillénienne entre lo de fuera et lo de

48. Jorge Guillén, « Pedro Salinas », Modern Language Notes, 82 (1967), pp. 135-148 ; citation p. 139. 49. « Je te fais confiance, | hasard rond et sûr ». « Nous ne te faisons pas confiance, absurde hasard sans rondeur ». 50. Cfr. El argumento de la obra, op. cit., p. 26. 51. Cfr. son Art poétique dans l’Antología déjà citée de Gerardo Diego; la poésie doit d’abord être illumination.

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dentro, entre l’extériorité et l’intériorité, est rupture chez Salinas.

Y lo de fuera, sí, sé generoso, afuera.

Mas lo de adentro –dulce secreto eterno– adentro [Pr, 45]52.

Un poème comme Vocación (SA, 4) nous montre tout ce qui, au départ, sépare Salinas de Guillén.

Abrir los ojos. Y versin falta ni sobra, a colmoen la luz clara del día,perfecto el mundo, completo.

Voilà un monde tout guillénien, dira-t-on. En effet ! Mais il est rejeté par Salinas qui préfère fermer les yeux. Un peu plus loin on lira :

Cerrar los ojos. Y verincompleto, tembloroso,de será o de no será,–masas torpes, planos sordos– sin luz, sin gracia, sin ordenun mundo sin acabar,necesitando, llamándomea mí, o a ti, o a cualquieraque ponga lo que le falta,que le dé la perfección.En aquella tarde clara,en aquel mundo sin tacha,escogí: el otro.Cerré los ojos53.

52. « Et le dehors, oui, je le sais généreux dehors. | Mais l’intérieur – doux secret éternel – à l’intérieur ». Je cite l’œuvre d’après l’édition des œuvres complètes publiée à Madrid par Aguilar en 1955. 53. « Ouvrir les yeux. Et voir | dans sa juste plénitude | dans la lumière claire du jour, | le monde parfait, complet | …… | Fermer les yeux. Et voir | incomplet, tremblant | d’être ou de ne pas être, | – masses lourdes, plans sourds – | sans lumière, sans grâce, sans ordre | un monde sans fin, | qui a besoin de moi, m’appelle | moi ou toi, n’importe qui, | ajoutant ce qui lui manque, | lui donnant la perfection. | Dans cette après-midi claire, | dans ce monde sans tâche, | j’ai choisi : l’autre. | J’ai fermé les yeux ».

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Et s’il ne ferme pas les yeux à certains moments c’est « por lo que no puedo ver » – pour ce qu’il ne peut pas voir.

Le monde salinien est celui de l’imaginaire, qui sera ou ne sera pas, infiniment problématique, partagé entre la réalité et le mythe.

Voilà le début d’une quête difficile : d’une lon-gue recherche de l’au-delà au milieu d’un réel tan-tôt insuffisant, tantôt aussi tentant, il ne faut pas l’oublier.

Que l’au-delà – toujours évanescent – s’appelle otro, alma, sombra, fábula, ausencia ou sueño est symp-tomatique. Ces mots-clés s’opposent à ceux que nous relevions plus haut chez Guillén. J’en retiendrai ici deux : alma et sombra.

Comme l’art fort bien dit Guillén54, la poésie de Salinas est « un monde profondément accompagné par une âme, plus encore : un monde transformé en âme, en possession spirituelle ».

Pour sa part, Salinas notait dans Reality and the poet : « Quand la jouissance (enjoyment) que l’on prend à embrasser et à toucher des choses matérielles est terminée, il en reste une autre : la possession d’une réalité plus haute, devenue une ultime et impalpable catégorie : les ombres, pures et lumineuses formes de l’esprit… »55.

Ce monde chimérique de l’âme et des ombres appa-raît fréquemment, et surtout dans les poèmes d’amour. D’innombrables exemples pourraient le prouver. Je ne peux en citer que quelques uns.

Espero para quererte. |… |cómo te voy a querer,amor,ardiente cuerpo, entregado,

54. Cfr. Jorge Guillén, « Poesía de Pedro Salinas », Buenos Aires Lite-raria, 13 (1953), p. 45. 55. Baltimore : John Hoptkins Press, 1940, p. 6.

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cuando te vuelvas recuerdo,sombra esquiva entre los brazos [SA, 39, Sí reciente]56.

On croirait entendre A. Machado ! Beaucoup plus que Guillén, Salinas vivra replié sur lui-même (Pr, 25). Il créera les plus vastes horizons à l’intérieur de lui-même. Mais il ne fera pas abstraction du réel qu’il recrée attentif et même amusé, non sans une certaine distanciation. On voit l’ambigüité : Salinas ne nie pas le réel. L. Spitzer a malencontreusement soutenu le contraire dans un article, remarquable à d’autres points de vue, qui a fait beaucoup de peine à Salinas et qui a induit plusieurs critiques en erreur57. Mais l’on ne saurait nier non plus que Salinas éprouve le besoin de se détacher du réel. Il ne trouvera jamais l’absolu dans le réel tel qu’il nous est donné. Il veut l’effacer en grande partie pour pouvoir le recréer dans toute sa pureté. Voyons un exemple pris dans La voz a ti debida, l’œuvre majeure de Salinas.

No.Tengo que vivirlo dentro,me lo tengo que soñar.Quitar el color, el número,el aliento todo fuego,convertir todo en acaso,en azar puro, soñándolo [V, 136]58.

Ceci semble presque symboliste, Salinas procède par élimination. C’est l’absente qu’il étreint, réfugiée dans un pronom : pure, libre, irréductible…

56. « J’attends pour t’aimer, | … | comme je vais t’aimer, | amour, | corps ardent, qui s’est donné, | quand tu deviendras souvenir, ombre farouche entre les bras ». 57. Cfr. Leo Spitzer, « El conceptismo interior de Pedro Salinas », Revista Hispánica Moderna, 7, (1941), repris dans Lingüística e historia lite-raria, Madrid : Gredos, 1974 (2 ed.), pp. 188-246. 58. « Non. | Je dois vivre cela en moi-même, | je dois en faire un rêve. | Enlever la couleur, le numéro, | l’haleine de feu… | faire de tout cela un peut-être, | un pur hasard, en le rêvant ». (Pedro Salinas, La voix qui t’est due (trad. Bernard Sesé), Paris : Centre de Documentation Universitaire, 1964, p. 12.

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Toutefois, charnelle et jolie, l’aimée refuse parfois d’entrer dans le jeu du poète ; elle fait de l’obstruction, et nous verrons le poète hésiter entre la beauté palpable et l’absolu mythique. Il n’empêche que dans La voz a ti debida, vu dans son ensemble, l’amour est essentielle-ment souvenir d’un bonheur passé, solitude, douleur, purification ascétique, catharsis, si l’on veut, rêve déta-ché du réel, recherche de l’impossible…

Voyez : Me estoy labrando tu sombra59.Le poète enlève les lèvres, les bras, les couleurs, la

forme, le pas de l’aimée – et enfin la voix « dense, si chaude, plus palpable que ton corps » ; il reste « ton ombre décharnée ». Ainsi, il peut

… estrechar sin fin, sin pena–mientras se va inasidera,con mi gran amor detrás,la carne por su camino–tu solo cuerpo posible :tu dulce cuerpo pensado60.

Pour Jorge Guillén, l’aimée corporelle ne saurait être niée. Ici, elle est certes recréée spirituellement par un amant qui cherche la meilleure aimée possible, la seule qui soit intégralement à lui. C’est là, je le veux bien, le propre de tout authentique amour humain. Il n’empêche que Salinas insiste beaucoup sur le refus de l’aimée « impure », telle qu’elle apparaît à tous. De plus, l’aimée première ne se change pas en l’aimée seconde… Elle est d’abord réduite à une ombre, inco-lore et informe, et c’est de ce vide que surgit une pré-sence nouvelle, toute lumineuse. Il y a là une rupture que je n’ai jamais retrouvée chez Guillén. Guillén est certes convaincu, lui aussi, que « tout est esprit bien

59. Obras completas, pp. 190-191, trad. p. 64. « Je façonne ton ombre ». 60. « Étreindre sans fin, sans peine, | tandis que s’éloigne insaisis-sable, | en entrainant mon grand amour, | la chair sur son chemin – | ton seul corps possible : | ton corps si doux imaginé ».

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que indivisible de son corps »61 – cette déclaration date des années 1960 – mais indivisible a pour lui toute sa signification : le corps tel qu’il apparaît aux sens et tel qu’il est habité par l’esprit.

Salinas aurait-il pu s’exclamer devant l’aimée ?

¡Oh, realidad, por finReal, en aparición ![…]Pesa, pesa en mis brazos,Alma, fiel a un volumen.Dobla con abandono,Alma, tu pesadumbre [AN, 105]62.

Non, du moins pas encore.L’on ne saurait nier que l’amour de Salinas est un

amour douloureux. Le poète dira même :

No quiero que te vayas,dolor, última formade amar… [p. 198]63.

Nous sommes là très loin de Guillén, pour qui toute souffrance est « sumo escándalo ». Dans La voz a ti debida Salinas ne connaît pas le bonheur d’aimer. Il dit ses angoisses et je dois avouer que je n’ai pas cherché à en connaître la raison intime.

Dans Razón de amor, quelque chose a cependant changé.

Déjà à la fin de La voz a ti debida on est frappé par des interrogations qui semblent tout remettre en question :

¿Y si no fueran las sombrassombras? ¿Si las sombras fueran

61. Lenguaje y poesía, p. 9. Dans Cántico, on lira par exemple ce vers significatif: « El alma en su carne: puras » (AN, 511). 62. « Oh réalité, enfin! | Réelle, en apparition! | ……… | Pèse, pèse dans mes bras, | Âme fidèle à un volumen. | Double sans retenue, | âme, ta pesanteur ». 63. « Je ne veux point que tu me quittes, | douleur, suprême forme | d’aimer » (trad. Mathilde Pomès).

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–yo las estrecho, las beso,me palpitan encendidas entre los brazos–cuerpos finos y delgados,todos miedosos de carne? [p. 204]64.

Un poème comme Salvación por el cuerpo (266) – au titre vraiment guillénien – montre quelle est l’évolution qui est en train de s’accomplir.

¡Afán, afán de cuerpo!Querer vivir es anhelar la carne,Donde se vive y por la que se muere [p. 267]65.

Cuerpo revient à tout instant. La quête de l’absolu n’est pas reniée, mais elle est menée sereinement et humainement dans la lumière du monde à laquelle Salinas s’accroche toujours plus ; n’évoque-t-il pas la lumière (luz)

ansiosade clavarnos, de hundirnos, evidenciasen la carne, en los ojos, más allá [p. 271]66.

Más allá signifie un au-delà difficile à définir, mais qui ne se situe pas, comme chez Guillén, sur terre, au cœur de la création donnée. Salinas imagine une « carne transcorpórea » – que l’on chercherait en vain chez Guillén, pour qui « cuerpo es alma y todo es boda » (499).

Même dans cette phrase et bien qu’il parle d’amor en vilo, Salinas ne trouve pas l’équilibre « intégral » qui résout l’opposition entre le monde intérieur et le

64. « Et si les ombres n’étaient pas | des ombres ? Si les ombres étaient | – je les étreins, je les couvre | de baisers, elles frémissent | brûlant entre mes bras – | des corps fins et minces, | tout craintifs de chairs ? » (trad. Bernard Sesé). 65. « Désir, désir du corps ! | Vouloir vivre est désirer la chair | où l’on vit et par laquelle on meurt ». 66. « avide | de clouer, d’enfoncer des évidences | en nous, dans la chair, dans les yeux, au-delà ».

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monde extérieur. Il ne fait pas de doute que l’amour absolu dont rêve Salinas se situe hors du temps et de l’espace, même s’il habite des corps.

Il s’élève dans l’esprit du poète vers les régions de la « déesse pure », toujours énigmatique, non plus aux confins du néant mais au confluent du réel et de l’irréel, dans une poésie qui n’est jamais la prolonga-tion immédiate d’une expérience vitale entière, com-plète, heureuse.

Il n’empêche que Razón de Amor nous a mis sur la voie de l’harmonie retrouvée. Salinas atteindra cet équilibre dix ans plus tard, en exil, dans El contem-plado, défini comme « una voz a ti debida al mar ». L’être marin semble avoir été moins problématique et plus docile que l’être féminin ! Todo es posible en el agua (RA, 246), lisait-on déjà dans Razón de amor.

Il faut remarquer que El contemplado porte deux épigraphes empruntées à Guillén, et elles sont des plus significatives :

La luz que nunca sufre, Me guía bien

¿La luz no es quien lo pusoTodo en su tentativa de armonía?67.

Poète de l’ombre, Salinas devient de plus en plus un poète de la lumière. Le voilà qui honore la eterna magia, créatrice, comme chez Guillén, d’une plénitude enfin harmonieuse, qui restera cependant plus spirituelle et plus transcendantale que chez Guillén. Dans Cántico on peut dire que la lumière barre la route à la transcen-dance. Ici elle invite à s’élancer vers elle. Elle montre au poète, à ce fidèle et fervent contemplateur, la vérité essentielle et spirituelle de la vie. Elle peut même lui permettre de se sauver avec tous les autres hommes.

Y de tanto mirarte, nos salvemos…

67. « La lumière qui ne souffre jamais, | me guide bien | …… | La lumière n’est-ce pas celui qui la créa | toute dans sa tentative d’harmonie ?».

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Telle est la conclusion, mais le subjonctif, le mode du possible, ne vous échappera pas : « Et de t’avoir tant regardé, soyons sauvés… ».

Por tanta luz tú no puedesConducir a nada malo [p. 305]68

dira encore le poète, qui sait désormais que la mer con-templée avec amour par l’être entier mène vers le Bien, vers le salut éternel, longuement espéré. De ce fait, elle intensifie l’allégresse cosmique qui règne ici bas.

¡Cuántas, cuántas tiene el mar, cuántas alegrías! [p. 302]69.

Le pluriel est vraiment « pullulation ».Salinas jouit pour la première fois au cours de sa

vie poétique d’un bonheur total, très pur et très serein. Jugez-en :

Está el mundo tan limpio, que es espejo: la escapada lo estrena.Radiante mediodía. En él, el alma se reconoce: esencia.Segunda, y la mejor, surge del mar la Venus verdadera [p. 311]70.

Nous venons d’assister à la renaissance de Vénus, qui n’est plus la reine de l’Eros, chère à Darío. Ici elle règne dans le royaume de la spiritualité pure.

Dans tout le recueil, la mythologie sera mise à pro-fit pour évoquer un climat fabuleux de pleno ser, de esencia, de alma, précisément.

La mer sera aussi Civitas dei. La variation qui porte ce titre significatif est importante parce qu’elle annonce dans toute sa partie centrale le développement ultérieur

68. « Par tant de lumière tu ne peux | pas mener au mal ». 69. « Que d’allégresses offre la mer | Que d’allégresses ! ». 70. « Le monde est si limpide qu’il est miroir: | la fugitive l’étrenne. | Midi rayonnant. En lui, l’âme | se reconnaît: essence. | Seconde et la meilleure surgit de la mer | la Vénus véritable ».

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de la poésie salinienne. La Civitas dei est aussi un hâvre de paix dans un monde dangereusement américanisé – évoqué longuement dans un recueil comme Todo más claro ou dans un roman comme La bomba increíble, qui fait allusion aux ravages de la bombe atomique.

Mais il est temps de conclure.Les derniers poèmes de Salinas qu’il n’a pas eu le

temps de publier, ont été groupés sous le titre – unique dans l’œuvre salinienne – de Confianza.

C’est là que Salinas se rapproche le plus de son ami, quand les tourments de la vie semblent dépas-sés… Et Guillén le sait bien. Il a rendu hommage à ce rapprochement, manifeste déjà dans El contemplado, en empruntant à son ami ces vers qui se passent de tout commentaire.

Mientras hayaalguna ventana abierta, ojos que vuelven del sueño,otra mañana que empieza [p. 464]71.

Partie de visions opposées, nourrie d’expériences contraires, semble-t-il, la aventura hacia lo absoluto, que ces deux amis ont tentée au sein d’une génération qui partage leur expérience poétique, aboutira, en défi-nitive, à une acception commune et heureuse.

De lo que hubo ayer, lo que hay hoy,Lo que venga [p. 466]72.

de la légendaire mais authentique et essentielle intrahis-toire humaine.

71. « Aussi longtemps qu’il y aura | une fenêtre ouverte, | des yeux revenant du rêve, | un nouveau matin qui commence ». 72. « De ce qu’il y eut hier, de ce qu’il y a aujourd’hui, | de ce qui viendra ».

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J . GUILLÉN, G. POULET ET L’ÉTRANGE DÉFI DE PH. SILVER (*)

Supone un desafío para los hispanistas la manera en que M. Poulet ha tratado a Jorge Guillén, en un reciente libro de crítica, Las metamorfosis del

círculo », écrit Ph. Silver dans un article récent de la Revista de Occidente1, et le professeur nord-américain de relever le défi que constituent, à ses yeux, les cinq pages consacrées par le critique bien connu de l’école phénoménologique française, G. Poulet, à Jorge Gui-llén, dans son livre justement célèbre, Les métamorpho-ses du cercle, publié déjà en 19612.

Je m’en tiendrai ici à la version originale, sans tenir compte d’une note « de caractère correctif », ajouté par un disciple de G. Poulet, H. Hillis Miller, à la version américaine. Pour ma part, j’ai toujours considéré et je considère encore que la brève analyse par laquelle G. Poulet termine son livre nous donne une brillante interprétation, tout essentielle et juste, de la démarche créatrice de J. Guillén.

1. « Poulet, Guillén y la imaginación poética española », in Revista de Occidente, 112 (1972), pp. 79-84. 2. Paris : Plon, 1961. Ph. Silver cite Las metamorfosis del círculo, Baltimore, 1967.

* Bulletin Hispanique, 78 (1976), pp. 373-380.

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Sans vouloir mêler le moins du monde notre poète à cette controverse, je voudrais tout de même préciser que J. Guillén s’est toujours réjoui de l’analyse de G. Poulet ; lui-même me l’a signalée en son temps.

J’admettrai, certes, que l’analyse n’est pas com-plète : G. Poulet s’est fondé sur l’édition mexicaine de Cántico, qui date de 19453, et il ne connaît pas, dès lors, la totalité de Cántico. Mais s’il l’avait connue, il n’aurait trouvé que des textes qui complètent et con-firment sa thèse.

G. Poulet n’a d’ailleurs pas voulu nous donner en quelques pages une analyse exhaustive : il s’en est tenu à la thématique choisie et il ne cite que des poè-mes – sept exactement – où l’emblème du cercle ou de la sphère apparaît soit en lui-même, soit dans ses rapports avec le centre. Il s’agit bel et bien chez J. Guillén d’un emblème-clé qui représente, comme le veut G. Poulet, le sentiment que les êtres ont de leurs relations avec le dedans et le dehors (Introduction), sentiment auquel, chose curieuse, le censeur ne se réfère pas une seule fois. Il me semble que si l’on met la thèse de G. Poulet en rapport avec « l’imagination poétique espagnole », il faudrait savoir dans quelle mesure celle-ci est sen-sible ou allergique aux métamorphoses mêmes du cercle.

G. Poulet a aussi le mérite d’avoir choisi judicieuse-ment des poèmes qui sont parfaitement convergents : ils sont « marqués », voire surdéterminés, si l’on peut employer ces termes chers aux stylisticiens. Ils relèvent tous de l’inspiration heureuse qui sous-tend entière-ment les Cántico de 1928 et 1936 et en grande partie ceux de 1945 et 1950. On y retrouve les principaux mots-clés tels que luz, sol, aire, complétés d’ailleurs par les mots-témoins – j’entends par là des mots qui sont non quantitativement, mais qualitativement

3. Cántico, Mexico : Litoral, 1945 (troisième édition, 412 pages). La première édition complète a été publiée à Buenos Aires par Sudameri-cana en 1950 et elle compte 540 pages.

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importants – tels que mediodía, cúpula, creación, sans parler, bien sûr, de círculo et centro4. La fréquence de ces mots dans les quatre Cántico (círculo : 6-2-7-7 et centro : 1-1-11-10) montre que si círculo s’impose d’emblée, il sera, en définitive, moins important que centro, qui est une acquisition tardive de 1945.

Il convient, enfin, d’observer que G. Poulet situe son étude dans une perspective essentiellement française : c’est tout à la fin qu’il l’étend à d’autres littératures européennes, en s’attachant à trois poètes représentatifs et différents, qui lui convenaient, certes, puisque Rilke part du « dedans de l’âme », Eliot du « centre divin » et J. Guillén du dehors – ce qui consti-tue son originalité irréfutable.

Tout ceci étant précisé, voyons ce que Ph. Silver reproche à G. Poulet : « Lo que requiere comentario es la sustancia de las observaciones sobre Guillén, espe-cialmente en tanto que su confusión respecto del lugar que ocupa Guillén en la evolución de la conciencia europea… » (p. 79). Il exprimerait donc des réserves à la fois sur le fond de l’interprétation et sur la place qui est attribuée à J. Guillén. En fait, Ph. Silver ne con-testera que la place « terminale » et « à part » qui est faite à J. Guillén, situé par G. Poulet à l’antipode de Parménide et « sépar[é] nettement du reste de la poésie européenne ». Sur le fond, il ne fera que des objections secondaires.

Sans doute, n’est-il pas inutile auparavant de situer correctement G. Poulet dans le panorama de la critique contemporaine. J’ai l’impression que Ph. Sil-ver a été irrité par la démarche critique (« enfoque… específico » [p. 80]) de G. Poulet. Il considère, en effet, cet « anti-formaliste » comme « le plus cartésien des critiques contemporains français » (p. 80) – ce qui ne manque pas d’étonner le lecteur qui sait que la

4. Qu’on me permette de citer mon étude : Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté, Bruxelles : Presses Université Bruxelles, 1969, où l’on trouvera des précisions à ce sujet.

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nouvelle critique le range parmi les « sensualistes » et que R. E. Jones le rapproche des mystiques5.

Ph. Silver fonde la qualification « cartésienne » sur le fait que G. Poulet cherche comme « point de départ » – on pourrait aussi dire comme point axial – le cogito de l’auteur. Il en déduit que G. Poulet croit à « una especie de Ego trascendental que perdura », qui est une conscience fermée, « con un carácter de matriz » (p. 80). Peut-être le terme cogito, qui comporte tou-jours un donc logique, est-il trompeur, surtout en rapport avec une démarche poétique. J. Guillén l’a toutefois repris dans El argumento de la obra6, même si par la suite il a pu m’écrire que « el cogito de El Argu-mento podría rectificarse ; más exactamente sería sin el luego, sin transición raciocinante » que l’on retrouve dans la formule « somos, luego valemos »7. Toujours est-il que pour G. Poulet la poésie est une pensée et la seule critique valable celle de la conscience8. Mais il va sans dire que la conscience porte sur quelque chose. « Le critique ne peut se contenter de penser une pensée. Il faut encore qu’à travers celle-ci, elle remonte d’image en image jusqu’à des sensations. Il faut qu’elle atteigne l’acte par lequel l’esprit, pactisant avec son corps et avec celui des autres, s’est uni à l’objet pour s’inventer sujet »9. On pensera ce que l’on voudra de cette phrase : elle explique la parfaite concordance – si nécessaire à G. Poulet – entre le critique et l’auteur, in casu, entre

5. R. E. Jones, Panorama de la nouvelle critique en France, Paris : Sedes, 1968, p. 80. 6. Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1961, p. 11. « Somos, luego valemos ». « De esa especie de cogito –intuición, no idea en su origen– se deriva este Cántico y quizá todo cántico ». 7. Il s’agit d’une lettre du 9 octobre 1969, écrite de Cambridge : il faut donc lire somos, valemos. « Así parecerá en la segunda edición inmi-nente », ajoute J. Guillén. [Il s’agit, en effet, de l’un des commentaires que fait Jorge Guillén au travail d’Elsa Dehennin. Voir supra. N.d. E.]. 8. Cfr. R. E. Jones, Panorama de la nouvelle critique en France, op. cit., p. 85. 9. R. E. Jones, Panorama de la nouvelle critique en France, op. cit., p. 96. C’est moi qui souligne. Voyez le texte fondamental de G. Poulet dans la préface à Littérature et sensation de J.-P. Richard, Paris : Seuil, 1954.

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J. Guillén et G. Poulet. Alors que J. Guillén critique affirme que « todo es espíritu aunque indivisible de su cuerpo »10 – ce que de nombreux poèmes, surtout des poèmes d’amour, confirment – il confesse dans un poème de 1950, sur lequel je reviendrai :

Por el mundo asistido,Me sé, me siento a mí sobre esta hierbaTan solícitamente dirigida [p. 167]11.

C’est en s’unissant au monde que le poète « se sait », plus, « se sent », est donc pleinement objet et sujet. Voilà d’emblée la démarche essentielle de J. Gui-llén : elle est soucieuse d’une plénitude existentielle que G. Poulet a sentie comme d’instinct et qui n’est pas si commune dans la poésie occidentale, qu’elle soit espagnole ou non.

Dans ces conditions, la « perplexité » que Ph. Sil-ver attribue à G. Poulet ne saurait s’expliquer par une méthode critique qui serait « impropre » à la poésie de J. Guillén ni par ce que Ph. Silver appelle une « falta de adecuación » (p. 80). Même si pour G. Poulet lire une œuvre était « tener acceso a su mente sin que nece-sariamente se deje la propia » (p. 80), il ne risquerait guère de se tromper. À ce sujet, je voudrais citer une autre phrase de G. Poulet, bien significative, elle aussi : le critique est « un être apte à se glisser dans la pensée d’autrui, voire dans son corps, dans ses sens et surtout dans son regard : regard qui s’ouvre sur les choses »12.

Le grand mérite de G. Poulet est précisément d’avoir capté le beau regard attentif et émerveillé, « physique » et « métaphysique », de J. Guillén, qui s’ouvre toujours à nouveau sur les choses les plus simples du monde quotidien. Qu’on se souvienne de

10. Lenguaje y poesía, Madrid : Alianza, 1962, p. 7. 11. Je cite d’après Aire Nuestro, Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1968. 12. R. E. Jones, Panorama de la nouvelle critique en France, op. cit., p. 87 ; Georges Poulet, « La pensée critique d’Albert Béguin », Cahiers du Sud, 360 (1961).

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l’ouverture bien connue de Cántico, que G. Poulet ne cite pas, bien qu’elle date de 1936 :

(El alma vuelve al cuerpo,Se dirige a los ojosY choca) – ¡Luz! Me invadeTodo mi ser. ¡Asombro! [« Más allá », p. 26].

Et il faut lire le commentaire que J. Guillén lui-même a fait de ses vers dans El Argumento de la obra (p. 9) « bajo esta luz de amanecer sólo importa este choque – físico y metafísico ». Je ne comprends pas comment Ph. Silver qui reconnaît l’importance du regard – vue et non vision – puisse affirmer que « la imaginación no está en absoluto en la conciencia, sino ‘allí afuera’ » (p. 82). Sans doute songe-t-il à des vers comme La realidad propone siempre un sueño (p. 296) ou Esa verdad tan plena que se convierte en sueño (p. 260) ou encore à cet Instante sin historia, | Tercamente colmado ¡ De mitos entre cosas… (p. 37).

Mais est-ce que ces vers se sont pas le résultat d’une interdépendance merveilleusement équilibrée du dehors et du dedans, d’une plénitude vitale qui ne peut éma-ner, en définitive, que d’une conscience médiane com-blée par et dans le dehors ? Je voudrais encore citer un passage bien connu du même poème « Más allá » :

Soy, más, estoy. Respiro.Lo profundo es el aire.La realidad me inventa,Soy su leyenda, ¡Salve! [p. 28].

II constitue peut-être la plus belle illustration de la thèse de G. Poulet surtout quand on sait que beau-coup plus tard le poète ajoutera sagement Hay que estar para ser (p. 950), bouclant ainsi la boucle, confirmant l’équilibre entre la sphère et le centre.

Il n’est peut-être pas superflu non plus de rappe-ler brièvement la thèse de G. Poulet « Tout commence ici [en 1928] par la présence d’une réalité purement objective » (p. 514). « Non pas le moi, rien que le

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dehors » (p. 514) – entendons toutefois « un dehors qui s’intériorise » (p. 514), et le critique de souligner le verbe. Comme la rose de 193613, on peut dire que le poète lui-même est « un centre qui dépend entière-ment de l’action de la périphérie » (p. 516). C’est en 1936 que le poète a la « révélation d’une conscience médiane », comme le prouvent ces vers cités par G. Poulet : « Era yo, | Centro en aquel instante | De tanto alrededor » (Cántico, p. 485).

À aucun moment, toutefois, cette « conscience n’a nullement… la prétention de manifester la supré-matie de la pensée sur l’espace et de l’intériorité sur l’extériorité » (p. 517). Et G. Poulet conclut par ce cogito de J. Guillén : « Je suis, mais je suis par la grâce de l’air et de la lumière, par la révélation d’un monde dont l’admirable sphéricité se concentre en moi, comme s’arrondit autour de moi mon désir d’étreindre la sphère. Je me découvre le point médian des choses. Elles aboutissent à moi, comme je me dilate en elles » (p. 517).

Pour ma part, je ne modifierais que la dernière phrase : elles tendent vers moi comme je tends vers elles. Dilater me semble impropre… es mi sino | Pro-pender con fervor al universo (p. 137), dira J. Guillén, en 1945 – ce qui suppose un contact et nullement une osmose. Il n’empêche que G. Poulet a parfaitement saisi le mouvement centripète et le mouvement centri-fuge qui font cette poésie. Comme l’élan centrifuge est postérieur à la révélation de la conscience médiane de 1936 et se manifeste surtout dans le dernier Cántico, de 1950, que G. Poulet ignore, il ne l’a pas saisi avec la même précision. Dommage qu’il n’ait pas connu « Tiempo libre » de 1950, dont j’ai déjà cité trois vers.

Mundo, contigo. Sea tu absoluta Compañía siempre… ¿Yo soy?

13. Cfr. Aire Nuestro, p. 250.

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Yo estoy– Aquí, mi bosque cierto, desenlace De realidad crujiente en las afueras De este yo que a sí mismo se descubre Cuando bien os descubre: mi horizonte, Mis fresnos de corteza gris y blanca,A veces con tachones de negrura.Yo, yo soy el espejo que refleja,Vivaces los matices en mi fondo, También pintura mía. Rico estoyDe tanta Creación atesorada. Profundamente así me soy, me sé Gracias a ti, que existes. Me predispone todo sobre el prado para absorber la tarde. ¡Adentro en la espesura! [p. 172].

On ne saurait concevoir de plus parfaite harmonie entre le monde et yo. Personne ne contestera plus, je crois, la complémentarité de l’un et de l’autre, que ce soit sous la forme de más allá (ici, de l’éternel) présent ou de l’estar ser.

Guillén en commentant ces vers nous dit : « el imperativo – vital, ético – tiene que ser ¡Adentro en la espesura! (172). Entremos más adentro en la espe-sura del ser, de los seres que son y están… Es la tarea humana. Hay que mantener y acrecer este privilegio de ser entre los seres participando de su plenitud » (El Argumento, p. 10). Voilà qui est clair. Si l’extériorité a été intériorisée, si l’objet est devenu sujet, l’intériorité s’est aussi extériorisée et le sujet redevient objet – este yo, pleinement existant. C’est là que réside pour moi l’originalité de J. Guillén, même si, comme le disait déjà La Bruyère, tout est dit depuis 7.000 ans… Et c’est G. Poulet qui le premier l’a révélée. Même s’il était un critique cartésien, au sens où je présume que Ph. Silver entend cet adjectif, G. Poulet serait bien armé pour comprendre J. Guillén. De son propre aveu, il s’efforce d’« arriver par une dénudation qui rappelle le doute hyperbolique de Descartes, à un vide préala-ble, à un état de vacance, auquel succède aussitôt, non

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comme dans le Cogito, l’intuition de notre existence propre, mais au contraire l’intuition de l’existence et de la pensée d’autrui »14.

L’intuition qu’il a de notre poète est juste. Il l’a, en tout cas, mieux compris qu’Antonio Machado, qui reprochait à P. Salinas et surtout à J. Guillén d’être « plus riche de concepts que d’intuitions » et de « nous donner dans chaque image le dernier chaînon d’une chaîne de concepts »15.

Sur ce point, Ph. Silver est d’ailleurs d’accord avec G. Poulet : « J. Guillén no pertenece a la tradición de esos imperialistas de lo mental que tratan de reducir todo a objetos de conciencia ». C’était la thèse de H. Friedrich16, notamment, qui interprétait Guillén à tra-vers Mallarmé.

En fait, Ph. Silver ne rejette pas les thèses de G. Poulet, qu’il résume en quatre points : 1. El ego, 2. La imaginación, 3. Dualismo, 4. Idealismo, en avouant « podemos hallar algo sorpendentemente nuevo en cada una de las cuatro observaciones… sobre Guillén » (p. 81).

Pour le point 1, il nous dira même que G. Poulet « nos ayuda a distinguir entre J. R. Jiménez y J. Gui-llén » ; pour le point 2, « es este un excelente informe de cómo ‘opera’ la imaginación de J. Guillén » ; pour le point 4 « lo que propone aquí G. Poulet es exacto » ; reste le point 3, sous lequel Ph. Silver reproche à G. Poulet de ne pas considérer le corps, de croire à une « comu-nión wordsworthiana de mente y naturaleza » – bien qu’il parle lui-même « de un cuerpo continuo con el mundo » (p. 83). J’ai déjà fait observer qu’il faudrait

14. R. E. Jones, Panorama de la nouvelle critique en France, op. cit., p. 81. Cfr. G. Poulet, « La pensée critique de Marcel Raymond », in Saggi e ricerche di letteratura francese, Milan: Feltrinelli, t. 3, 1963, pp. 203-229, repris dans Georges Poulet, La conscience critique, Paris: José Corti, 1971, pp. 103-128. 15. Cfr. Octavio Paz, « Horas situadas de Jorge Guillén », Papeles de Son Armadans, 40, nº. 119 (Febrero de 1966), p. 209. 16. Hugo Friedrich, Estructura de la lírica moderna : de Baudelaire hasta nuestros días, Barcelona : Seix Barral, 1959.

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modifier la dernière phrase du cogito ; G. Poulet, en effet, n’évoque pas le corps – le mot n’apparaît guère dans le cycle de poèmes sur lequel il se fonde : il n’apparaît vraiment qu’en 194517. Le critique évo-que, toutefois, d’autres présences médianes, dont il a montré « l’extrême condensation ». Loin de lui l’idée de nier que « conciencia es corporeidad ». Dans la dialectique suivie par J. Guillén et justement mise au jour par G. Poulet, il faudrait d’ailleurs ajouter « cor-poreidad es conciencia » – cuerpo es alma y todo es boda (p. 499).

Me voilà donc bien embarrassée : j’aurais voulu relever le « défi » lancé par G. Poulet aux hispanistes, et le défi ne m’apparaît pas. La « substance » de la critique « pouletienne » se maintient intacte, pour ainsi dire, aussi pour Ph. Silver.

Reste la place que G. Poulet attribue à la poésie de J. Guillén qui va à « l’encontre de toute poésie qui le précède » – entendons toute la poésie étudiée par G. Poulet dans son livre. L’originalité de l’attitude de J. Guillén, qui n’est nullement présentée comme une « anomalie », n’est pas contestée par Ph. Silver ; il s’efforce même de voir « cómo estas mismas cuatro observaciones de Poulet pueden también ser aplicadas para evocar y caracterizar lo que hemos llamado la ima-ginación poética española » (p. 83). Elles s’appliquent donc, si je comprends bien, à J. Guillén, qui est, selon Ph. Silver, solidaire de toute l’imagination poétique espagnole. Je veux bien, mais les arguments de Ph. Silver ne sont guère convaincants. Ainsi, à propos du point 1, « No el yo sino lo exterior », il argue que « el español es un behaviorista incorregible ». Quel peut bien être le lien entre un réel inondé de lumière dans le Cántico de 1928, un réel triomphant, et le costum-brismo du roman espagnol ?

17. Cuerpo est attesté 4-9-16-7 fois dans les additions successives des quatre Cántico. Alma, il est vrai, est plus fréquent : 6-11-34-22.

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GUILLÉN, POULET ET LE DÉFI DE SILVER 279

Personne ne niera que l’Espagne ait préféré le cos-tumbrismo au roman psychologique, donc l’extraversion à l’intraversion… Mais J. Guillén n’ignore pas l’intraversion.

Même si on admettait, au point 2, que l’imagination espagnole se partage entre une « elaboración y huma-nización », d’une part, et « una distorsión y cosifica-ción », de l’autre, rangeant, d’un côté, Cervantes, Gón-gora, Velázquez et Guillén et, de l’autre, Mateo Ale-mán, Quevedo, Goya et Valle Inclán, il faudrait encore expliquer l’originalité des relations de chacun avec le dedans et le dehors. Les différences entre un Góngora baroque et un Guillén classique me font rêver…

Mais on rêve davantage au point 3, devant une assertion comme celle-ci « el escritor español, sin un indubitable Ego cartesiano para sustentarlo, ni una imaginación romántica en que glorificarse, se sintió particularmente vulnerable frente a un materialismo desenfrenado » (p. 84) – qui ne peut tout de même pas se rapporter à J. Guillén.

Il sera, en définitive, rattaché à l’idéalisme espag-nol qui, à l’opposé de l’idéalisme européen, nous est-il dit, élève, selon Ortega y Gasset, « las formas de vida a sus potencialidades máximas » (p. 84). On comprend donc l’« erreur » de G. Poulet : imbu d’idéalisme euro-péen – un idéalisme que l’Europe a répudié (cf. Sartre, Merleau-Ponty) – ce « cartésien » a situé J. Guillén, idéaliste espagnol, à l’écart de la tradition européenne.

Il est temps, je crois, qu’on cesse de jouer avec un adjectif bien ambigu et tout idyllique comme le prouve la définition d’Ortega y Gasset. En Espagne même le réalisme – le « bon » réalisme il s’entend – est qualifié d’idéaliste18… On n’est valable que dans la mesure où l’on est idéaliste.

18. Cfr. F. Lázaro Carreter, « El realismo como concepto crítico-lite-rario », Cuadernos Hispanoamericanos, 238-240, (octobre-décembre 1969), pp. 1-24.

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Pour ma part, j’ai bien compris, grâce notamment à G. Poulet et malgré Ph. Silver, que Guillén porte la vie « a sus potencialidades máximas ». Vida extrema, a-t-il proclamé. Más vida est sa devise, et la parole poé-tique est « una culminación de lo aún vivido más que una traducción »19. Si del todo vivir, decir del todo, lit-on dans Cántico. Mais il y a là une plénitude existentielle et poétique telle qu’elle réconcilie tout, même idéa-lisme et matérialisme, intrahistoire et histoire, pour ne pas parler d’hispanisme et d’européanisme.

Une plénitude durable. En 1968, J. Guillén écrit :

Respiro instante a instante,En contacto acertadoCon esa realidad que me sostiene,Me encumbra,Y a través de estupendos equilibriosMe supera, me asombra, se me impone [p. 13].

Tel est le message de J. Guillén, qui se rattache, certes, à une longue tradition hispanique allant, si l’on veut, de Gabriel Miró à Berceo, mais qui s’en distingue aussi par une originalité qui n’est pas unique en Europe. Je rattacherais volontiers, avec H. Hillis Miller, disciple de G. Poulet, J. Guillén à tout un nouveau groupe de « poètes de la réalité » auquel adhéreraient, pour ma part, Y. Bonnefoy et Guillevic. Mais c’est là un autre problème.

19. Jorge Guillén, Federico en persona. Semblanza y epistolario, Bue-nos Aires : Emecé, 1959, p. 67.

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CONTINUIDAD Y EVOLUCIÓN EN LA OBRA POÉTICA DE JORGE GUILLÉN: LOS CAMPOS SEMÁNTICOS EN «CÁNTICO» Y «CLAMOR» (*)

Todo el mundo parece estar de acuerdo: Cántico (1919-1949) y Clamor (1949-1962), publica-dos respectivamente en 1950 y 19631, represen-

tan una continuidad profunda y un cambio más bien circunstancial. Me he propuesto estudiar, más allá de esta impresión bastante segura, cuál es objetivamente la evolución del poeta. He optado por un estudio de los campos semánticos. Cántico y Clamor constituyen dos conjuntos que convienen para tal tipo de estudio: se elaboraron progresivamente, Cántico en 4 etapas (1928, 1936, 1945, 1950), Clamor en 3 etapas (1957, 1960, 1963). Tenemos la posibilidad de comparar 7 estados distintos en la evolución de Guillén durante un período bastante largo de casi 45 años.

Pero antes de todo hay que precisar lo que se puede entender por un campo semántico, un concepto que tiene la mala suerte de no estar de moda.

1. Me refiero a la edición completa de Aire Nuestro, Milano: All’insegna del Pesce d’Oro, 1968.

* Actas del Quinto Congreso Asociación Internacional Hispanistas, 1974, pp. 319-334.

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Por cierto, hay alguna duda en la denominación y también en la definición. Según B. Pottier: «Un campo supone una limitación. Si no se define lingüísticamente, depende de la psicología, donde todo se hace posible»2. En efecto, todo se hace posible, sobre todo cuando se trata de poesía. Pero como examinaremos dos conjuntos cerrados de unas quinientas páginas cada uno, debe exis-tir la posibilidad de encontrar una limitación.

Quisiera precisar en este pequeño preámbulo que si la obra poética es indudablemente una realidad lin-güística, una estructura significante, debe estudiarse no tanto en relación con la norma lingüística y científica como en relación con su propia norma; ésta supone una correlación particular entre los componentes: una correlación nada arbitraria sino, al contrario, altamente motivada, isomorfa3, que en el caso de Guillén supone un equilibrio maravillosamente clásico, basado en un principio mayor: Si del todo vivir, decir del todo4. Lo esencial en un estudio literario me parece ser la explo-ración de tal motivación.

No cabe duda: en la poesía de Guillén se impone el contenido. Para estudiarlo me sitúo en un plano men-tal, que es, sin embargo, como lo observa J. Cohen5, también fenomenológico. Intentaré destacar, basán-dome en cifras, los campos nocionales que no pueden existir, según Pottier6, sin campos lexicales.

Precisemos, de momento, que un campo semán-tico será el campo lexical de un campo nocional.

2. Bernard Pottier, «Vers une sémantique moderne», Travaux de Linguistique et de Littérature, 2, 1 (1964), p. 107-37. Véase p. 110. Tra-duzco yo. 3. Cfr. A. J. Greimas, Essais de sémiotique poétique, por ejemplo, París: Larousse (coll. L), 1972. 4. Cfr. mi estudio anterior: Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté, Bruselas: Presses Universitaires Bruxelles, 1969. 5. Jean Cohen, «Poésie et motivation», Poétique, 3 (1972), pp. 434-435, donde insiste, después de Jakobson, claro, en la función referencial de la poesía . 6. Cfr. Bernard Pottier, «Vers une sémantique moderne», op. cit., p. 110.

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Para encontrar estos campos nocionales he exa-minado los sustantivos. Palabra llena, evidentemente, «volumen de reposo», según el poeta7, el sustantivo expresa la idea de una substancia8. Esto no implica que tenga la intención de ignorar los procesos expresa-dos por los verbos. El mundo de Guillén no es estático, ni mucho menos: se ignora muy a menudo la maravi-llosa dialéctica que une las substancias.

Ateniéndome a un «corpus-en-situación» de una homogeneidad innegable, pedí a la computadora que estableciera un inventario lexical completo del cual extraje el inventario nominal, es decir, los meros sustantivos, lexías simples en la inmensa mayoría de los casos. Pero tuve en cuenta las lexías compuestas, complejas y los adjetivos sustantivados, distinguiendo los homónimos (don/Don)9. Los clasifiqué según su frecuencia.

La frecuencia –y aquí hay otro postulado10– es el indicio de una particularidad estilística, de una espe-cificidad. Estoy convencida de que vale más pedir este indicio al texto que al destinador y, a fortiori, al destinatario. Por un criterio de frecuencia tracé una limitación arbitrariamente objetiva. Me explico: cua-tro ocurrencias suponen un límite objetivo que decidí arbitrariamente no sobrepasar. Se me lo puede repro-char. Cada sustantivo tiene su importancia; también la inmensa mayoría de los que se emplean sólo una vez. No excluyo la posibilidad de estudiarlos, pero según va bajando la frecuencia uno se acerca a la norma. Puedo afirmar que los diez sustantivos más frecuentes me proporcionaron más datos específicos que todos

7. Jorge Guillén, Lenguaje y poesía, Madrid: Revista de Occidente, 1962, p. 64. 8. Cfr. Lucien Tesnière, Éléments de syntaxe structurale, París: Klincksiek, 1965 (2e ed. revue et corrigée), p. 61, 3. 9. No tuve en cuenta lexías adverbiales como a nivel de, de paso, de prisa, etc. 10. Charles Baudelaire, Œuvres complètes, París: Gallimard (coll. La Pléiade), 1961, vol. II, p. 737.

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los sustantivos que sólo figuran una vez en el texto11. Éstos suelen completar los campos semánticos trazados por aquéllos.

Basándome pues en la frecuencia absoluta de los sustantivos, y los más frecuentes los llamo palabras clave, los agrupé según las cinco clases semánticas muy generales, propuestas por B. Pottier, que se revelaron operatorias aunque no se definen siempre con el rigor necesario12.

animado | vs | no animado

humano | vs | no humano objeto material | vs | objeto no material

continuo | vs | discontinuo

Según estos cinco clasemas podemos distinguir cinco clases semánticas:

1) la primera representa lo animado humano;2) la segunda lo animado no humano;3) la tercera, dentro de lo no animado, lo material

continuo.Por material entenderé más bien lo referencial: lo

que tiene su representación en el mundo existente.Y por continuo lo numerable.Es cierto, y Greimas también lo observa13, que

no se han definido rigurosamente los conceptos de continuidad y discontinuidad. Lo no numerable, sin embargo, supone una perspectiva de generalización

11. En el caso del primer Cántico eso sería luz, mar, cielo, noche, aire, sol, espacio, mundo, sombra, viento, versus abrazos, abril, aceña, actualidad, acuario, acumulación, odios, afán, agosto, alacridad, ala-meda, albedrío, alborada, alga, algarabia, alianza, etc. 12. Bernard Pottier, «Vers une sémantique moderne», op. cit., p. 124. 13. A. J. Greimas, Sémantique structurale, París: Larousse, 1966. Según Greimas «nous n’arrivons pas à definir» …la discontinuidad.

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(unitaria) y lo numerable una perspectiva de particula-rización (múltiple)14.

4) La cuarta clase será la de lo material discontinuo, es decir, de lo referencial numerable;

5) la quinta clase, también dentro de lo no ani-mado, la de lo no material, es decir, de lo abstracto15.

Distinguiremos, pues, entre los sustantivos de más de tres ocurrencias cinco conjuntos nocionales o temá-ticos que corresponden a estas cinco clases semánticas y que llamamos campos semánticos.

Dentro de estos campos se forman grupos que clasificaremos según las relaciones intersémicas de una taxinomía abierta – «non finie» dice B. Pottier– cuyo esquema adapté16 distinguiendo:

– una relación de oposición (luz ≠ noche; aire ≠ agua);

– una relación de exterioridad (mundo←luz);– una relación de interioridad (hombre→mano);– una relación de asociación (mundo ∼ tiempo).

Dentro de este esquema que, según los lingüistas, lo supongo, no sería codificable y tampoco utilizable, pero que nos da garantías de objetividad, la «intui-ción», lo admito, no se puede suprimir del todo. Pero no creo que sea un mal. ¡Al contrario! ¿Dónde clasificar dios sin mayúscula y esencialmente metafórico y amor? Teniendo en cuenta todo el contexto de la obra de Gui-llén me parece que amor sólo puede localizarse en el campo semántico de lo humano. El hombre alcanza su plenitud vital en el amor que no es nada abstracto. Dios lo sitúo en lo animado no humano teniendo en cuenta todo el contexto cultural de la tradición occidental cristiana. Quedan dudas; las mencionaré cuando se presenten para no alargar este preámbulo.

14. Según la terminología de Gustave Guillaume. 15. Cfr. A. J. Greimas, Sémantique structurale, op. cit., pp. 110-111. 16. Cfr. Bernard Pottier, Présentation de la linguistique, París, 1967, p. 88.

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Concluyo: los campos semánticos se construyen según:

1º datos cuantitativos: las ocurrencias de las pala-bras;

2º datos cualitativos que representan las clases semánticas.

No son ni un punto de partida ni un punto de lle-gada. Proporcionan informaciones seguras innegables en el análisis del contenido, análisis que sólo representa una etapa –en el caso de Guillén la primera etapa– de un estudio global.

Como es imposible presentar aquí los siete estados, me limitaré a dos: el primero y el quinto: el Cántico de 1928 y Maremágnum, de 1957. Veamos el primer Guillén17. Se dijo que era hermético, intelectual, frío, deshumano18.

Veamos la lista I.Los campos 1 y 2, sobre todo el 2, no son nada

transcendentales: las lexías son poco frecuentes y poco numerosas (es decir, poco variadas). Además falta un «archisemema», llamado también inclusif o coverword que se puede definir como el conjunto de semas comu-nes a varios sememas. En los dos primeros campos sólo se destacan niño y dios; dios es metafórico o hiperbólico.

Agua abajo,Con follaje incesante busca a su dios el árbol [306].

Y los aros de los niños.Fatalmente multiplicanOndas de gracia sobrantePara dioses todavía¡Tanta claridad! [486, «Festividad»].

17. Para Cántico sólo dispongo de momento de listas que establecí manualmente. 18. Cfr. Octavio Paz, «Horas situadas de Jorge Guillén», Papeles de Son Armadans, 40, nº. 119 (febrero de 1966), p. 208.

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Indios es anecdótico: se repite cinco veces en un solo poema «Playa» («Indios») (493). En efecto, y el diccionario de frecuencia del español19 lo indica muy bien, tanto como la frecuencia cuenta la dispersión. Indios tiene una frecuencia no relevante por su disper-sión tan limitada.

Hay un grupo importante de semas distintivos del ser humano que incluye lo más concreto (mano) como lo más abstracto (alma) y que supone, aunque falta la palabra hombre [0, 3, 22, 25], una presencia humana entera20. Ésta se manifestará cada vez más.

En el grupo de lo animado no humano se destaca y seguirá destacándose a través de toda la obra el archi-semema pájaro, el animal predilecto.

Se impone el campo 3 por la alta frecuencia de sus lexías y por su gran variedad. En él solemos encontrar las palabras clave y la primera entre ellas luz que se impone en todos los Cánticos, salvo en el de 1936, cuando triunfa amor con sol. En ningún momento se impone aire más importante en Cántico que en Clamor.

No menciono aquí la rivalidad entre luz y aire. «El aire es con la luz fondo activísimo» escribe Guillén en El argumento (p. 17). Ambos aseguran con sol –que considero como continuo21– con viento, claridad, blan-cura, azul, brisa y albor el triunfo del archisemema cielo en Cántico y no en Clamor.

Cielo se opone a dos grupos reducidos cuya fre-cuencia no es comparable con la suya; por su compo-nente aire se opone al grupo mar y por su componente luz al grupo noche, que jamás faltará.

No se opone a tierra, el cuarto elemento; que sólo se repite dos veces en este Cántico de 1928, pero que se esconde detrás del máximo archisemema espacio.

19. Frequency Dictionary of Spanish Words, eds. A. Juilland & B. Chang Rodríguez, Mouton: La Haya, 1964. 20. En 1928 algunas de estas palabras –voz y alma– se emplean metafóricamente para seres no humanos, tal el cisne (p. 157). 21. Cfr. «Distancia, sin cesar palpable, | Por el sol me tiende su cable, | Espacio bajo claridad» (363).

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La relación entre el grupo cielo y el de espacio y mundo no es la de oposición sino la de exterioridad o implicación externa. Este último grupo lo podríamos completar por campo, arena, masa y cristal (lexía más bien metafórica) que se refieren a la substancia terres-tre y por color y frío que se refieren a las sensaciones que suscita la materialidad terrestre. Todas estas lexías se encuentran con el grupo mundo en una relación de interioridad o de implicación interna. Lo que podría-mos esquematizar así:

espaciomasa → mundo ← cielo, luz, aire, etc. ≠ agua (mar, onda)

noche

≠ oscuridad sombratiniebla[

Un esquema que supone la visión completa de un mundo cuyo centro de gravedad está no en la tierra sino en el cielo.

Queda la otra circunstancia: el tiempo, también muy importante aunque menos frecuente que espacio. Por ser referenciales todas las lexías que expresan el tiempo, las considero como concretas. Salvo su archise-mema tiempo son discontinuas aquí y se pueden agru-par opositivamente alrededor de día, la unidad temporal por excelencia, según su duración sea superior o infe-rior al día.

Tiempo | estación | estío, otoño, invierno ← día → | parte del día /

Tarde aurora → instante mediodía[ ]No falta instante, que todavía no se opone a eterni-

dad [2-3-4-7/1-9-2) y que ya es la expresión del nunc. «El mundo está bien | Hecho. El instante lo exalta | A marea» (245). El tiempo medido y chico, el fragmento más diminuto del día puede dar al hombre lo absoluto.

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En esta perspectiva se sitúa el microcosmo del hombre, representado más concretamente por los gru-pos encabezados por los archisememas cosa y forma, no muy frecuentes pero constantemente presentes.

Cosa incluye rosa, concha, bosque, árbol, hoja, monte, tornasal que se oponen a sillón, copa, reloj, menos fre-cuentes y menos variadas; por una parte, objetos de la naturaleza inmediata, por otra parte, objetos de la casa que todavía no desempeña un papel importante. Es asombrosa la continua admiración por el árbol y la rosa [11-3-9-1/3-7-3] que nunca se repetirá tantas veces como en este primer Cántico donde parece ser una herencia simbolista.

La naturaleza que ve el poeta es ya la de un habi-tante de la ciudad22. La ciudad [8-2-19 15/23-11-12] es una palabra predilecta y también sus calles.

El archisemema forma incluye, dentro de lo nocional, círculo, perfil, límite, línea, relieve, y proyectado en la natu-raleza, cima, horizonte, curva; un micromundo ordenado y delimitado. En ambos grupos la naturaleza se divisa y hay que añadir dos grupos luna, estrella, astro, que com-pletan el archisemema cielo, y río que completa agua.

Los grupos de este campo, asociados todos con el de tiempo, se agrupan por una oposición complemen-taria y nada conflictiva.

Actualizan sobre todo la naturaleza inmediata y más lejana, concreta y mental, celeste y terrestre: la naturaleza alrededor de la ciudad y de la casa con la que convive el hombre feliz, de manera que este cuarto campo tiene afinidad con el primero –y lo ten-drá siempre más. Dentro de lo no animado material se opone al tercero.

Queda el último campo semántico: hay una gran variedad de lexías pero no alcanzan frecuencias muy altas; comparado con los demás campos está al mismo nivel que el 1°, 2° y 4°.

22. Cfr. «Mecánica celeste», Aire nuestro, p. 416. Para la lexía campo se podría dudar: la incluí en el campo 3 considerándola como continua.

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Por él no se puede justificar la fama de poeta inte-lectual que tiene Guillén. Las lexías abstractas valoran dos cualidades mayores indisociables del mundo: su presencia y su plenitud cuyas conotaciones, en realidad, no son nada abstractas23. Ya están presentes soledad y silencio que van a imponerse cada vez más. No son negativas. Salvo azar y caos se puede decir que todas las lexias son positivas: expresan la admiración de un hombre feliz frente a un mundo bien hecho.

En la configuración de los campos semánticos de 1928 tenemos un esquema básico para todo Cántico y para el resto de toda la obra. Como lo observó G. Poulet –obstinadamente ignorado por los hispanistas o mal entendido24– Guillén exalta un «fuera» lleno de espa-cio, lleno de luz y aire, un macrocosmo a la medida de una plenitud vital humana. ¡Ahínco del gozo total! (362).

¿Es Guillén el solitario de que habla un crítico en uno de los últimos números de Ínsula? Sí, faltan los demás. Pero el poeta convive tan intensamente con todo lo que le rodea que me es difícil admitir que sea un solitario. En un poema poco citado el poeta exclama: «¡Que lentitud, soledad, en tu colmo!» (332) antes de concluir: El mundo me ciñe. Soledad no implica ausencia.

¿Que pasará en Maremágnum, libro bastante con-trovertido?

Desde el primer poema, «Acorde», la continuidad se impone. «El gran acorde mantendrá en tu cima | Propia luz esencial» (551) podría ser un verso de cual-quier Cántico a partir de 1936 –cuando irrumpe el tú–. Está la luz ¿Qué suerte tiene en Clamor? Para mí fue una sorpresa constatar que no predomina en ninguno

23. El poeta habla de la «Presencia del aire» (95), de la «Presencia de la luz» (251) – son dos títulos conocidos– y en el poema «Desnudo» hablando de la amada evoca un «prodigioso | Colmo de la presencia» (186). La plenitud se refiere tanto al macrocosmo como al microcosmo. 24. Cfr. Ph. Silver, «Poulet, Guillén y la imaginación poética», Revista de Occidente, 112 (1972), p. 79-84.

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de los tres libros. En Maremágnum (1957) la palabra clave es hombre (50) seguida por cierto de luz (47) pero luego de vida (44). En A la altura de las circuns-tancias (1963) el orden es algo distinto: hombre (58), vida (46) y luz (44), mientras que en … Que van a dar en la mar (1960) triunfa vida (62) seguida de amor (60) y de luz (57).

Hay aquí un cambio importante. Hombre cuya frecuencia ya iba aumentando en Cántico [0-3-22-25] valora definitivamente el primer campo semántico poblado por lexías más frecuentes y mucho más varia-das que antes. «La creación para el hombre: ¿Quién por menos le da más?» (640). Se trata del hombre (35) –singular en una perspectiva de generalización– pero también de los hombres (15) –«los hombres intranqui-los en sociedad» (588)–. El hombre que es lo mejor y lo peor, Jesús y el tirano se sitúa más a menudo en su comunidad, que trabaje («Guerra en la paz», 694) o que se divierta («Pueblo soberano», 593).

Hombre se completa con el archisemema vida –tercera palabra clave– [3-7-37-30/44-62-46], que se manifestó también en 1945.

Por cierto a vida se opone muerte (8) y se le puede añadir muertos (6) y cadáveres (5) pero su importan-cia no es comparable con la que tendrá en … Que van a dar en la mar [0-2-15-4/8-29-16]. A pesar de la muerte, «¿No nacimos para llenar | Nuestro vivir | Y responder a su demanda | Con un gran Sí?» (569). Conocemos desde hace muchos años la contestación.

Hombre nunca se diversificó tanto en sememas distintivos como aquí. Aun sin tomar en cuenta reina que a pesar de ser «culminación del mundo» (672) sólo tiene un interés episódico (se repite 23 veces en un poema demasiado largo, «La Hermosa y los excéntri-cos») se nota una atención muy particular por la figura femenina: mujer (15), dama (11), muchacha (10), don-cella (8).

«No hay Venus de verdad que no relumbre | Sin mi adhesión y mi vivir no aliente» (716), confiesa Guillén

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con cierto humor. Tono nuevo también. Su admiración por el niño es más conocida: «tanta infancia exquisita» (659); se llame niño (16), criatura (9), hijo (9). Tam-bién es conocida la emoción que le inspira la pareja (8), escrita con mayúscula y definida como «dos vidas en único avance, doble latido inventando una sola ven-tura» (678).

No conocíamos –y aquí hay un cambio verdadero– jefe (10), Pérez (10), tirano (5) cuya connotación fue tan evidente para la censura española que prohibió el libro. Poeta puro, poeta prohibido, la paradoja divirtió a Guillén.

Nuevas son también las lexías que expresan la colectividad: no tanto coro (18), cuya difusión se limita al poema «Potencia de Pérez», como gente (9), muche-dumbre (1), multitud (6), pueblo (6), grupo (5), turba (4). Guillén ve a los hombres que le rodean y se divierte evocando su extraordinaria variedad. «Cuánto vario pelaje» (561), dirá.

No faltan los semas constitutivos del hombre que suponen una relación de interioridad o implicación interna con él; se impone, como en 1928 y 1936, mano (26) que confirma una soberanía del tocar.

El viento por el verano,Regala el mundo a mi mano [714, «El Viento, el viento»].

Se notará que el macrocosmo tiende hacia el hom-bre. Ojos (15) más mirada (11) tienen juntos la impor-tancia de mano, así más frecuentes que voz (14). Jun-tas las cuatro lexías expresan los tres grandes sentidos del cuerpo humano que sigue maravillando a la Esfera (701). Cuerpo [4-9-16-7/14-16-20] es por primera vez más frecuente que alma [6-11-34-22/11-21-18]. Los dos parecen sin embargo tan unidas como antes. Un trébol nos dice,

A su alma un cuerpo guía. ¿Cuál es cuerpo, cuál es alma? Una voz es: poesía [660].

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CONTINUIDAD Y EVOLUCIÓN 293

Poesía tan unificadora como el amor antes.La lexía amor (16) ha regresado; se volverá a impo-

ner en el libro siguiente pero sin alcanzar el apogeo de 1936. Hay que precisar quizás que la esposa falleció en 1947.

En el campo 2, dios llega primero, más frecuente que antes y menos metafórico. Es un tema de reflexión. Luzbel nos explica en un poema muy largo «el fracaso de Dios» (512), Dios que aparece como el aliado del tirano, pero que es también el creador del maravilloso mundo transparente del nieto Antó (638). Por su parte el poeta nota:

Es triste sí que se aleje–Él, no yo – mi dios amigoY me convierta en su hereje [654].

Hereje que confía sin embargo en el «valor divino» (638) de la vida.

Guillén sigue prefiriendo como antes el caballo (8) y el pájaro (7). Si el caballo puede ser «el Caballito», la célebre estatua de México, los pájaros son los de siem-pre y el poeta insomne los oye quizás más que los ve. De todas formas, «Son ellos | Solos quienes presiden el espacio» (690).

Nuevo es el interés que el poeta manifiesta por los seres fantásticos que sean maravillosos extraños: ángel (7), sirena (7), Venus (7), que no son del todo ajenos al éxito de sueños vanos, y mastodonte (5 veces en el poema «El mastodonte») y monstruo, más bien los monstruos de la destrucción (586).

El campo 3 –el del macrocosmo– no tiene la pre-eminencia de 1928. La primera palabra clave no le per-tenece y la variedad de las lexías se ha como estancado. Un equilibrio más normalmente humano se establece entre el mundo y el hombre. Evocando e invocando el viento, viento, viento, viento, el poeta dice «Tú me inven-tas. Yo te invento» (714). La reciprocidad es explícita. En 1936 decía en unos versos memorables: «La realidad me inventa, | Soy su leyenda. ¡Salve!» (p. 28).

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294 ESTUDIOS GUILLENIANOS

El grupo cielo domina, por cierto; a las palabras claves de siempre, luz (47) y sol (38), hay que añadir viento (31) que se repite sobre todo (19) en el poema que acabo de citar. Aire (21) que sigue inmediatamente a cielo (22) no se destaca.

Dentro del campo 3 las oposiciones siguen com-pletivas y no conflictivas. La oscuridad se expresa por las dos lexías noche (32) y sombra (17) bien conocidas. Agua sólo tiene una ocurrencia pero se actualiza en mar (24) completado por semas distintivos como olas (7), ondas (7) y oleaje (5). El poeta celebra el mar, como lo hizo su amigo Salinas : «Mar clemente, mar protector, | Mar iracundo, mar criminal: | Yo con mi amor | Tam-bién fecundo | Tu abismo de Venus y sal». (703).

Tierra (20) menos frecuente que noche y mar es parte del grupo encabezado definitivamente por mundo (32) que completan como siempre creación (15) y rea-lidad (9) –en regresión–. Sólo hay que modificar un poco el esquema de 1928:

mundocreación ← tierra ≠ luz, sol… cielo ≠ agua, mar, ola… ≠ oscuri-

dad, noche, sombra.

¿La ventura propone tierra y cielo, Creación corregida Por sus más afamados residentes? [620].

Aunque la contestación no es necesariamente posi-tiva, la visión sigue global.

Con el grupo mundo se encuentran varios grupos en relación de implicación interna: ya conocemos las lexías masa (8) y cristal (5); se añade metal (6). Más importante es el grupo auditivo encabezado por clamor (17) y rumor (11). Música ya no continúa su ascensión (1-1-6-13/8-8-9). Por importante que sea lo auditivo, el poeta se fija también en el brillo (5) y en los colores. (Véase «Noche de luces» donde evoca la bahía estre-llada de San Francisco (658), exaltando «claridad tan humana»). Estas lexías, también, clamor, tienen con-notaciones a menudo humanas. Dentro del mismo

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CONTINUIDAD Y EVOLUCIÓN 295

campo está el grupo tiempo (10) con el que se asocian todos los demás. Es más discontinuo que continuo aunque hay que subrayar la frecuencia de historia [2-0-8-10/17-14-19] palabra característica de Clamor cuyo subtítulo es Tiempo de historia. Si sigue faltando la lexía pasado en la lista de frecuencias: [0-0-1/3-11-5], apare-cen futuro (12), presente (8), ya ocurrentes en Cántico, porvenir (4) y ayer [0-0-1-1/4-4-0].

«Histórico no sirve de rasgo distintivo», dice El Argumento (57); sólo cuenta la «reiterada historia per-manente». No creo que esto valdría para Clamor. Se pueden distinguir momentos históricos de momentos no históricos.

«Historia bajo el sol ocurre apenas» (547) nos dice la primera página de Maremágnum. A propósito de un instante feliz, el poeta exclama, «¡Qué largo el minuto, qué breve de historia!» (679). Menos mal que para el hombre contemporáneo «También se acuesta la histo-ria» (633). No siempre asedia.

En el campo discontinuo sigue imponiéndose día y podríamos proponer la misma clasificación que en 1928. Se nota hasta la misma preferencia por tarde y por verano. La lexía instante se completa con minuto (12), hora (11), año (4), siglo (5) que cuadran bien con la visión humana e histórica de este libro aunque el minuto es más bien la medida del hombre no histó-rico, la meta del hombre intrahistórico:

Una lagartija, quieta,Comparte luz y sosiegoConmigo, que al sol me entrego.Gran minuto, nuestra meta [660].

Como antes puede abrirse a lo infinito.En el resto del campo semántico 4 se nota una

constancia admirable. Una frase como «Hojas sobre un muro con fragancia de flor invisible, reservan huerto y soledad» (676), es tan guilleniana que puede pertene-cer a todas las épocas.

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296 ESTUDIOS GUILLENIANOS

Aunque la lexía casa (3) no aparece, tres semas dis-tintivos la sugieren: ventana (8) y puerta (5) y pasillo (5). Se impone también ciudad (23) que alcanza en Maremágnum su más alta frecuencia [8-2-19-15/23-11-12]. En relación de implicación interna con ella está calle, callejuela, esquina, plaza y plazoleta. Cuando se fija en el hombre el poeta se fija necesariamente en el lugar donde vive.

El campo 4 es por cierto el más variado de Mare-mágnum. Lo concreto discontinuo en que vive el hom-bre es múltiple. Se pueden conectar los grupos según las relaciones conocidas. Simplificando:

día ← ciudad ≠ campo ≠ nube… astro ≠ ríopaís ← ciudad → obra coche… vagón ≠ guerra… cárcel varia | espejo | dinero

forma cumbre… punto = bulto, peso

Nuevo es el grupo encabezado por guerra (17) que Guillén no puede considerar como algo abstracto: «A todos amenaza la Amenaza» (693). Es «Pesadilla de todos los despiertos» (ibid). Nueva importancia tiene también la lexía país [10-5-1/9-3-3] que salvo una vez cuando es el país maravilloso de Alicia (560) significa el país del Caudillo25. Nación (7), que se emplea por primera vez, sólo tiene una significación episódica (cfr. «Reina de las naciones»). Nuevas son también algunas lexías variadas que no se repiten más que cua-tro o cinco veces y que casi todas tienen connotacio-nes negativas: son espejo –ya conocido– más papel (es), dinero, máscara, ley, hasta a veces pluma.

No es el mundo de las cosas el que seduce a Guillén.

Sigue fiel al mismo espacio vital pero no puede remediar que irrumpan fuerzas negativas. EI mismo poeta manifestó su intención de desarrollar en Cla-mor los temas negativos –el mal, el desorden, el azar,

25. Cfr. «El país es el coro de los coros », p. 575, en «Potencia de Pérez».

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CONTINUIDAD Y EVOLUCIÓN 297

el paso destructor del tiempo, la muerte, conocidos desde 1945–. «No ya en su forma general, como en Cántico –dijo– sino de una manera concreta, vinculada a la vida contemporánea y a la historia»26. De hecho la historia se manifiesta claramente en Maremágnum; la vida contemporánea es mucho mas episódica. Lo que no se puede negar es la presencia del dolor (29). Por primera vez la primera lexía abstracta es negativa y alcanza una frecuencia excepcional. Tiene afinidades en otros campos, con muerte y con guerra. «Dolor tras dolor » (719) es un poema significativo:

Sumo dolor sin límite, Sin luz, dolor inútil.Ruptura del universo.

La Tierra será el astro De la estulticia trágica? [697].

Muchas lexías negativas confirman dolor [10-0-10-3/27-7-18] pero la mayoría sigue positiva. Entre las más frecuentes se mantienen soledad y silencio: «Hay tal soledad de silencio | Que me sume en sus espeso-res»… (664). Además y ya voy concluyendo con los versos del poeta:

Se entienden, se templan, se ajustanDolor y alegría [684].

Cada día

Amanece en el cristal,La Historia se desperezaYo vivo entre el bien y el mal [659].

El primer verso podría pertenecer a Cántico y a Clamor; el segundo sólo a Clamor, el tercero a los dos últimos Cántico y a Clamor.

… Que van a dar en la mar y A la altura de las cir-cunstancias confirman la continuidad ejemplar de esta

26. Claude Couffon, Dos encuentros con Jorge Guillén, París: Centre de Recherches de l’Institut d’Études Hispaniques [1960].

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298 ESTUDIOS GUILLENIANOS

obra y a la vez la inmersión progresiva dentro de lo humano –no lo contemporáneo–lo humano con todo lo bueno y lo malo que tiene, lo individual y lo social: su alegría básica y sus dolores circunstanciales.

LISTA i: PALABRAS CLAVE DE CÁNTICO (1928)

Animado humano

niño 8Indios 5dama 4mano 10sueño 8alma 6mirada 5voz 5grito 5cuerpo 4amor 4

Animado no humano

dios 8ruiseñor 5ave 4pájaro

Material continuo

luz 37cielo 23aire 21sol 15viento 12claridad 11blancura 7azul 6brisa 6albor 6mar 23agua 10

onda 10noche 22sombra 12tiniebla 4espacio 15mundo 13campo 10arena 8masa 6cristal 5color 6frío 4tiempo 8

Material discontinuo

día 10estío 10tarde 9otoño 8aurora 7mediodía 7invierno 5instante 5rosa 11concha 9bosque 6árbol 5hoja 4monte 4tornasol 4sillón 4copa 4reloj 4cosa 5

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CONTINUIDAD Y EVOLUCIÓN 299

forma 12cima 10horizonte 9curva 6círculo 6perfil 5límite 4línea 4relieve 4río 10luna 7estrellas 5

Abstracto

presencia 9plenitud 8soledad 7azar 6

caos 6espera (nza) 6gracia 6presa 6silencio 6delicia 6gloria 5unidad 5tránsito 5calma 4avidez 4equilibrio 4perfección 4colmo 4gozo 4paraíso 4primor 4altitud 4

LISTA ii: PALABRAS CLAVE DE MAREMÁGNUM (1957)

Animado humano

hombre 50reina 23(rey) 8figura 17niño 16seno 16mujer 15dama 11persona 11jefe 10muchacha 10Pérez 10criatura 10hijo 9amigo 8doncella 8pareja 8poeta 8tirano 5

amante 4cómplice 4transeunte 4vida 44(vivir) 6ser 12muerte 7muertos 6cadáveres 5coro 18gente 9gentío 3muchedumbre 6pueblo 6grupo 5turba 4mano 26sueño 19amor 16ojos 15cuerpo 14

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300 ESTUDIOS GUILLENIANOS

voz 14sangre 12mirada 11(vista) 5alma 11brazo 10piel 10boca 9cabeza 0olvido 8canción pensamiento 7pie 7semblanza 8salud 7cabello 6(cabellera) 2barba 6cuello 6palabra 6(erre) 5grito 5lengua 5espíritu 5memoria 4oído 4pulmón 4puños 4razón 4zapatos 4

Animado no humano

dios 28caballo 8pájaro 7ángel 7sirena 7Venus 7mastodonte 5monstruo 5arcángel 4

Luzbel (illo) San…

Material continuo

Luz 47sol 38viento 31cielo 22aire 21claridad 7azul 5gris 5mundo 32tierra 20creación 15realidad 9espacio 6orbe 6planeta 4universo 4suelo 4noche 32sombra 17mar 24olas 7ondas 7oleaje 5nieve 5masa 8metal 6cristal 5clamor 17rumor 11música 8murmullo 7ruído 7brillo 5fuego 10calor 8humo 7llama 5Historia 17

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CONTINUIDAD Y EVOLUCIÓN 301

Tiempo 10futuro 12presente 8edad 4ayer 4porvenir 4

Material discontinuo

día 13minuto 12tarde 12hora 11mañana 10verano 9primavera 8aurora 6otoño 6alba 5estío 5siglo 5año 4instante 4madrugada 4mediodía 4sábado 4ciudad 23calle 17muro 15camino 8ventana 8esquina 7plaza 7(plazoleta) 2palacio 5pared 5pasillo 5puerta 5mansión 4bar 4flor 17camino 11campo 10

orilla 10jardín 9horizonte 8follaje 7montaña 6rama 6bosque 5nido 5hoja 4raíz 4mina 4nube 13rayo 12luna 11astro 4río 4fuente 4guerra 17bomba 4cárcel 4país 9nación 7Europa 4patria 4obra 8coche 7avión 5tren 5vagón 4máquina 4forma 8cumbre 6límite 6perfil 5altura 4cima 4contorno 4relieve 4punto 4imagen 4papel 5bulto 6peso 5

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302 ESTUDIOS GUILLENIANOS

espejo 5dinero 4máscara 4ley 4pluma 4

Abstracto

dolor 29soledad 19verdad 19mal 16silencio 16paz 14armonía 13gracia 12acorde 11fin 11(final) 6vacío 10destino 9fuerza 8gloria 8orden 8caos 7delicia 7gozo 7injusticia 7libertad 7ruina 7azar 6candor 6crisis 6don 6esperanza 6

fe 6horror 6lucha 6tumulto 6angustia 5cólera 5error 5espera 5exceso 5fatiga 5justicia 5lujo 5maravilla 5sosiego 5poder 5potencia 5victoria 5vigor 5atención 4aventura batahola belleza bien cataclismo celo choque concentración dichadrama duda elegancia empuje encanto espanto

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303

DES MOTS-CLÉS AUX CONFIGURATIONS STYLISTIQUES (SURTOUT A PROPOS DE

« MAREMÁGNUM ») (*)

Amigos. Nadie más. El resto es selva. Humanos, libres, lentamente ociosos.

Jorge guillén, qui m’est apparu dans Cántico (1950) comme le poète de la lumière et des éléments célestes, l’est-il encore dans le second ensemble inti-

tulé antithétiquement Clamor (1963)?De l’aveu même du poète, Clamor est le complé-

ment de Cántico. « En este último ya había aludido yo a ciertas fuerzas que considero negativas para el estado de plenitud en la vida. Se trata del mal, del desorden, del azar, del paso destructor del tiempo, de la muerte. En Clamor quisiera desarrollar estos temas, pero no ya en su forma general como en Cántico, sino de una manera concreta, vinculada a la vida contemporánea y a la historia»1. J’ai pu vérifier toute la vérité de ces propos

1. Claude Couffon, Dos encuentros con Jorge Guillén, Paris : Centre de Recherches de l’Institut d’Études Hispaniques [1960], p. 17 (Je souligne).

* Homenaje a Jorge Guillén. 32 estudios crítico-literarios sobre su obra, Massachusetts : Wellesley College & Ínsula, 1978, págs. 185-210.

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304 ESTUDIOS GUILLENIANOS

en étudiant les mots-clés de Cántico2. J’entends par là les mots qui se distinguent par leur fréquence abso-lue, des mots dont les signifiants sont apparus objec-tivement comme les signifiés essentiels de toute l’œuvre de Jorge Guillén. On sait que Cántico, dans ses quatre versions, clame l’émerveillement devant un monde que l’on pourrait qualifier avec Unamuno d’intrahistorique – « de eterna tradición »3 – et qui est un monde de pléni-tude lumineuse et aérienne. On sait aussi qu’à partir de 1945, on assiste à l’irruption de mots négatifs. Ce sont dans l’ordre de fréquence décroissante : en 1945, nada, muerte, mal, dolor, pena, agresión, desorden, auxquels il faut ajouter, en 1950, azar, des mots que Guillén cite d’ailleurs lui-même dans El argumento de la obra, quand il observe que « El azar y el desorden, el mal y el dolor, el tiempo y la muerte dañan, trastornan »4. Il y a con-cordance parfaite entre les faits chiffrés et la constatation du poète. Tiempo (8, 12, 20 et 28 occurrences)5, qui est présent dès le début, ne cessera d’ailleurs de progresser.

On pourrait résumer l’évolution qui s’accomplit dans Cántico et qui devrait, selon le poète, s’accentuer dans Clamor par deux vers bien connus de Cántico, même trop cités au gré du poète :

en 1925 : El mundo está bien | Hecho (AN, 245)6,en 1945 : Este mundo del hombre está mal hecho (AN, 423),

2. Qu’on me permette de citer mon ouvrage Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté, Bruxelles : Presses Universitaires de Bruxelles, 1969. 3. L.F. Vivanco, Introducción a la poesía española contemporánea, Madrid : Guadarrama, 1971, p. 32. 4. Jorge Guillén, El argumento de la obra, Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1961. En ábrégé, AO, p. 25. 5. Entre parenthèses, on trouvera les occurrences d’un mot suivant les quatre versions de Cántico – à savoir celles de 1928, 1936, 1945 et 1950. Aux quatre versions peuvent s’ajouter les occurrences suivant les trois recueils de Cla-mor ainsi que l’occurrence de Homenaje. Luz aura, par exemple, la fréquence suivante : 37, 13, 91, 47, | 47, 57, 44 | 141 ou, si l’on globalise les chiffres selon la composition triadique, si je puis dire, de Aire Nuestro : 188 + 148 + 147 = 483. 6. Je cite d’après l’édition Aire Nuestro, Milan : All’insegna del Pesce d’Oro, 1968.

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CONFIGURATIONS STYLISTIQUES 305

commentés par lui en ces termes : « No el otro, superior al hombre. Nunca se confunden en Cántico ‘Sociedad’ y ‘Creación’ ; no hay una sola frase adicta a un con-glomerado pretérito o actual de Historia » (AO7, 37). Dans le premier cas, il s’agit bien du monde intrahisto-rique qui dépasse l’homme, dans le second, du monde historique tel que l’histoire des hommes d’Europe l’a façonné entre 1936 et 1945. On notera toute la diffé-rence qu’il y a entre l’article vecteur de généralisation cosmique (el) et le déictique (este), tout circonstanciel, qui pose la zone immédiate du yo et de ses semblables, les humains. S’il n’y a pas de contradiction entre les deux citations, il reste néanmoins une complémenta-rité oppositive entre elles.

Je voudrais m’interroger sur ce qu’elle devient dans Clamor, élaboré en trois étapes : Maremágnum (1957), … Que van a dar en la mar (1960), A la altura de las cir-cunstancias (1963), en trois recueils, plus exactement, que le poète a joints sans les remanier en un ensem-ble qui a à peu près la dimension de Cántico, comme celle de Homenaje (1967) d’ailleurs, et même celle de Y otros poemas (1973). Il suffit de comparer les premiers mots-clés de Cántico et de Clamor pour constater un changement majeur : luz cède la première place qu’il occupe en 1928, 1945 et 1950 à hombre, qui l’emporte dans Maremágnum, A la altura de las circunstancias et à vida qui triomphe dans … Que van a dar en la mar, deux lexies8 qui ne s’imposent dans Cántico qu’à par-tir de 1945, en même temps que les lexies négatives. Toutefois, luz n’a pas régressé dans la mesure où les nouveaux mots-clés ont progressé. Dans Maremág-num, luz est second, confirmé par sol, et dans les deux autres recueils, il est troisième. On peut voir là, je crois, une confirmation irréfutable de la nouvelle orientation « humaine » que Guillén a voulu donner à son recueil.

7. AO est abréviaton de El argumento de la obra, cit. 8. Leurs occurrences respectives dans Cántico sont 0, 3, 22, 25 et 3, 7, 37, 30.

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306 ESTUDIOS GUILLENIANOS

Celle-ci ne compromet cependant en rien son attache-ment premier aux éléments célestes. La vie lui vient du ciel, de la lumière (37, 13, 91, 47/47/57/44/147) et aussi de l’air (21, 7, 70, 25/21, 29, 26/57). Aire nuestro sera l’« archititre » de la grande œuvre triadique qui inclut, outre Cántico. Fe de vida, et Clamor. Tiempo de historia, le troisième ensemble, Homenaje. Reunión de vidas, recueil de réconciliation, où silencio atteint une fréquence record !

En 1927, l’air est le premier déterminant de luz. Dans une lettre à Lorca, notre poète écrit ces phrases que je crois capitales pour la compréhension de toute son œuvre : « Cada vez me penetra más agudamente lo que yo llamo la felicidad atmosférica : es que nos viene en el aire y en la luz del aire, cuya tranquila respiración – solamente respiración – calma nuestra inseguridad de vivir. Sólo así estoy seguro de la totalidad de mi exis-tencia : respirando esta luz »9. Quelque quarante ans plus tard, dans le poème d’ouverture à Aire Nuestro – et on sait combien sont significatifs chez Guillén les poè-mes placés à des endroits marqués – le début et le cen-tre plus que la fin – on lit Respiro | … | Abrazándome a un poco | De la aireada claridad enorme (AN, 13). L’acte vital est le même et la lumière y participe. Aire et luz sont, en fait, indissociables. J’ai été heureuse de trouver dans Homenaje la lexie unitaire « un aire-luz » (p. 1289). Elle était, en somme, aussi inéluctable chez Guillén que « baciyelmo » l’était chez Cervantes. La prière de Homenaje, Perpetua luz, Señor, en aire nuestro (AN, 1111), est une prière essentielle. Je tiens à préci-ser d’emblée que la fréquence d’un mot n’est pas le seul critère d’importance. Je dirais volontiers que si luz est le mot-clé, aire est le mot-témoin de cette œuvre dont l’importance est soulignée par tout un métalangage (les commentaires de Guillén lui-même sur son œuvre ou sur celle des autres, les titres aussi, qui sont toujours

9. Jorge Guillén, Federico en persona. Semblanza y epistolario, Bue-nos Aires : Emecé, 1950, p. 129. Je souligne.

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hautement signifiants). On sait bien que de tous les éléments célestes, l’air est le seul qui soit indispensable à la vie de l’homme. Or, c’est de cette vie que Guillén se préoccupera de plus en plus. Aire Nuestro, tout en étant l’histoire d’un équilibre fondamental – sans doute plus vulnérable qu’on ne le croit – entre « la Creación envolvente » et l’homme – souvent le mei-lleur, parfois le pire – donne l’exemple d’une magnifi-que constance dans l’évolution qui va déjà de 1920 à nos années 1970…

Une simple juxtaposition des trois mots-clés de chaque ensemble se passe de tout commentaire :

– pour Cántico : luz (188), sol (145), amor (139)– pour Clamor : vida (152), hombre (152), luz

(148)– pour Homenaje : amor (198), vida (151), luz

(147)10.

L’enrichissement est venu de vida : « la vida quiere siempre más vida » (AO, 19).

Je voudrais entamer ici l’étude de Clamor et, plus par-ticulièrement, celle de Maremágnum en tenant compte de ce qui la précède et de ce qui la suit. Une œuvre isolée ne peut livrer que rarement toute sa signification.

Comme dans l’étude de Cántico, je me suis fondée sur les listes de fréquence des substantifs11. La fréquence me semble toujours être un critère objectif pour nous révéler sinon ce que Baudelaire appelle « l’obsession du poète »12, du moins ce que les linguistes appellent la substance du contenu de l’œuvre.

10. On peut compléter la série: pour Cántico, cielo 132, aire 123, mundo 119, noche 116; pour Clamor, mundo 116, amor 110, sol 106, noche 106; pour Homenaje, noche 128, hombre 115, sol 108, silencio 94, mar 93. 11. Pour Clamor et Homenaje, je dispose de concordances établies par ordinateur. À partir de celles-ci, j’ai cependant moi-même établi les listes de fréquences. Il se peut que des erreurs se soient glissées dans mes calculs. Elles ne peuvent cependant rien changer aux configurations spéciales. 12. Selon Ch. Baudelaire, « pour deviner l’âme du poète ou du moins sa principale préoccupation, cherchons dans ses œuvres quel est le

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308 ESTUDIOS GUILLENIANOS

Si j’ai choisi les substantifs, c’est que l’assertion nominale « complète en soi », selon É. Benveniste, aura « ce caractère propre d’être intemporelle, imper-sonnelle, non-modale, bref de porter sur un terme réduit à son seul contenu sémantique13, un terme qui loin d’être discret peut nous orienter d’emblée dans la com-préhension de l’œuvre. Car cette œuvre lyrique, qui vient d’être couronnée par le prix prestigieux Miguel de Cervantes, demande à être « comprise » avant d’être « reconnue »14. La référence qu’elle contient est impor-tante. De ce point de vue, Guillén, qui nous apporte un véritable message éthique, est un poète tradition-nel : il n’entend pas liquider le référent ni faire abs-traction du vécu. Si del todo vivir, decir del todo (AN, 399), lit-on dans Cántico. À poète classique, méthode d’analyse classique, respectueuse surtout de la grande richesse humaniste de l’œuvre.

Dans ces conditions, il m’a semblé utile de me tour-ner vers la sémantique qui étudie les rapports entre les signes et les choses signifiées15 et plus particulièrement vers des analyses sémantiques conceptuelles illustrées par Saussure, Trier et Matoré, notamment, qui appor-tent, selon G. Mounin, « la justification théorique de la vieille notion de famille sémantique de mots » (p. 45), des champs conceptuels ou notionnels, peu importe, pour lesquels on a proposé des dénominations diver-ses. Malheureusement ces études ne sont pas parvenues

mot ou quels sont les mots qui s’y présentent avec le plus de fréquence. Le mot traduira l’obsession ». (Œuvres complètes, Paris : Gallimard (coll. La Pléiade), 1961, II, p. 737). À titre d’information et en guise de curieuse comparaison, j’ajoute cette table de fréquence relevée chez Baudelaire lui-même : œil 147, cœur 142, ciel 85, âme 72, soleil 63, amour 60, nuit 69. Cfr. Danielle Bouverot, « Comparaison et métaphore », Le Français moderne, 37 (1969), p. 307. L’auteur se réfère à l’index du CEFV. 13. Émile Benveniste, Problèmes de linguistique générale, Paris : Galli-mard, 1966, pp. 159-160. Je souligne. 14. Je fais allusion à une distinction bien connue selon laquelle le sémantique doit être compris et le sémiotique reconnu. 15. Georges Mounin, Clés pour la sémantique, Paris : Seghers, 1972, p. 10.

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à résoudre le grand problème méthodologique ni de l’organisation objective ni de la définition rigoureuse des champs sémantiques ou de tout autre système lexi-cal. Il n’empêche que B. Pottier a étudié d’une manière satisfaisante le champ sémantique de « siège »16 et G. Mounin celui des « animaux domestiques », même si les classifications sémantiques « reposent », selon cet auteur, « sur des critères non-linguistiques, four-nis par une analyse extra-linguistique de l’expérience » (p. 161). Ici le problème est différent. Il ne s’agit pas de structurer un groupe de mots qui correspondent à un archisémème et ce à partir d’un certain nombre de sèmes ou traits distinctifs. Il faut trouver un cri-tère pour ordonner les mots-clés d’un vocabulaire17, ensemble fini de lexies qui sont, bien sûr, des unités de la parole et non de la langue, des unités qui, loin d’être isolées, s’associent conformément à leur contenu désignatif, et, plus encore, en raison de leur fréquence. Les mots les plus fréquents, les grands mots-clés, se sont imposés d’eux-mêmes comme les centres objectifs autour desquels les autres mots viennent graviter par « petits groupes », dirait Meillet18. Il importe de trouver un ordre déterminé selon lequel ils peuvent s’associer par des relations sémantiques essentielles et perma-nentes – je dirais même irréversibles – dont le réseau cohérent et centripète devrait constituer la structure globale du vocabulaire guillénien et, par-delà lui, de la vision du monde propre au poète. Que l’on appelle ces petits ensembles champs, voire micro-champs, ou non,

16. Bernard Pottier, Recherches sur l’analyse sémantique en linguistique et en traduction mécanique, in Publications linguistiques de la Faculté de Nancy, série A, 2 (1963). 17. Selon le Dictionnaire de linguistique, édité par J. Dubois et autres, Paris : Larousse, 1973, le vocabulaire, qui ne doit pas être confondu avec le lexique, est « une liste exhaustive des occurrences qui figurent dans un corpus ». 18. Cité par Georges Mounin, Clés pour la sémantique, op. cit., p. 164. « Les mots ne constituent pas un système; tout au plus forment-ils de petits groupes », nous est-il dit.

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n’importe guère19. Ils sont sémantico-conceptuels. Ils sont définis par une expérience non-linguistique qui s’exprime linguistiquement. G. Mounin n’exclut pas la « vieille idée » selon laquelle le lexique d’une langue possèderait une « structure discernable dans la mesure où il décalquerait une structuration d’un autre ordre, introduite para la praxis humaine dans l’expérience qu’elle se fait du monde non-linguistique » (p. 161). On est en droit de dire la même chose du vocabulaire d’un corpus poétique. On pourrait retenir la sugges-tion de G. Granger et parler d’un « champ expéri-mental »20, auquel correspondrait dans le cas d’une œuvre littéraire marquée et d’une praxis poétique un « champ stylistique ». L’expression, même si elle est désuète, convient ; elle est de G. Guiraud21, qui s’est efforcé de confronter toutes les occurrences isolées d’un mot pour dégager leur dénominateur commun. L’idée me semble excellente à partir du moment où l’on dispose d’un vocabulaire qui n’est plus simple-ment une liste exhaustive de mots mais qui est un vocabulaire-clé structuré d’en haut, si je puis dire, et ordonné, selon des relations systématiques et a poste-riori nécessaires.

Lors d’une première tentative22, j’avais expéri-menté les classes sémantiques que propose B. Pot-tier23. Ce linguiste distingue cinq classèmes ou « cinq caractérisations d’appartenance de sémèmes à des clas-ses générales sémantico-fonctionnelles » :

19. H. Geckeler, Semántica estructural y teórica del campo léxico (Madrid : Gredos, 1976), montre que la notion de « campo léxico » ou champ sémantique a bien résisté à toutes les objections dont il a fait l’objet. 20. G. Granger, Essai d’une philosophie du style, Paris : Armand Colin, 1968. Cité par G. Mounin, Clés pour la sémantique, op. cit., p. 162. 21. P. Guiraud, « Le champ stylistique du mot ombre et sa genèse chez P. Valéry », Orbis Litterarum, 19, nº. 1 (Mars 1964), pp. 12-26. 22. Communication au congrès des Hispanistes à Bordeaux en 1974. Il s’agit de l’article reproduit ci-dessus: «Continuidad y evolución en la obra poética de Jorge Guillén: los campos semánticos en Cántico y Clamor». 23. Bernard Pottier, « Vers une sémantique moderne », Travaux de Linguistique et de Littérature, II, 1 (1964), p. 107-37.

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1. Animé personne2. non-personne3. inanimé objet matériel continu4. discontinu5. objet immatériel

[[ [

Je me suis rendu compte très vite qu’il était diffi-cile de distinguer les substantifs abstraits des substan-tifs concrets. Le signifié est toujours abstrait, signale E. Buyssens, pour qui l’opération logique abstrait / con-cret ne trouve même pas son reflet dans la grammaire24. Si l’on admet que les noms abstraits se trouvent dans un rapport systématique avec un adjectif 25 – c’est le seul critère linguistique que je connaisse –, on aboutit à une distinction purement formelle. Ainsi, selon J. Dubois, « un nom est abstrait quand on doit supposer un radi-cal non réalisé pour rendre compte d’un mot dérivé » (p. 2), par exemple, marmaille versus jeunesse. Dans le contexte guillénien, cela est vrai pour plenitud ou presencia, qui, dérivés de radicaux existants sont très matériels, en effet26. Dans le poème d’introduction à Clamor, « El acorde », on lira El músico dirige la con-creta | Plenitud del acorde, nunca muerto, | Del todo realidad, principio y meta (AN, 551). (On voit déjà toute l’importance du contexte stylistique !) Mais cela devrait aussi être vrai pour olvido, espíritu, sueño, afán, recuerdo, alegría, dolor, que je voudrais distinguer de voz, ojo, cuerpo, mano, etc. Je n’entends pas renoncer à la distinction – si imparfaite soit-elle en langue – entre le concret et le non-concret, le matériel et l’immatériel, le physique et le spirituel. Il y a les êtres et les objets et il y a leurs qualités ou leurs facultés. Guillén que l’on a accusé d’être abstrait et intellectuel cherchera toujours

24. Les catégories grammaticales du français, Bruxelles : Éditions de l’Université Libre de Bruxelles, 1975. 25. Dictionnaire de linguistique, op. cit., sous abstrait. 26. Les ocurrences de presencia sont 9, 0, 2, 2 | 3, 4, 2, | 7 et de pleni-tud 8, 6, 7, 5 | 4, 3, 5 | 8.

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la complétude. Son vocabulaire réalisera d’ailleurs un équilibre progressif dans le domaine du concret / non-concret.

Tout en maintenant donc l’opposition probléma-tique, je voudrais éviter de séparer vida de hombre, en les classant dans deux classes distinctes. Vida implique quasi toujours chez Guillén la vie de l’animé humain. Quand il inclut aussi l’animé non-humain, c’est dans un vers comme Pesará al sol de hoy la entera vida (AN, 690), qui fait écho à Cántico et dont l’humain n’est pas exclu ; l’extension de vida est signifiée par un adjec-tif de prédilection, bien connu des premiers lecteurs de Guillén. Pourquoi aussi séparer amor de l’animé humain ? Sa haute fréquence dans Cántico 1936, dans … Que van a dar en la mar et, surtout, dans Home-naje, lui confère une importance toute particulière qu’il faut interpréter en rapport avec les autres mots-clés qui l’entourent. En 1936, c’est sol ; en 1960 et 1967, ce sont chaque fois vida et luz. L’amour qui joint d’ailleurs divinement le concret et le non-concret est le grand triomphe de l’homme : son autre félicité tout au diapason de la « félicité atmosphérique ».

On aura compris que je postule que la fréquence marquée des mots est l’indice d’une solidarité lexicale, plus, d’une congruence ou d’une isotopie stylistique entre eux. Il est bien connu qu’au fur et à mesure que la fréquence diminue, le nombre de mots augmente, tout comme leur disparité. Si la configuration des lexies à haute fréquence est centripète, celle des lexies à basse fréquence est centrifuge. Le seuil entre les deux semble se situer entre quatre et trois occurrences. L’immense majorité des mots n’apparaît d’ailleurs qu’une ou deux fois.

Plutôt que de regrouper les mots abstraits dans une classe distincte, comme le suggère B. Pottier, qui n’a pas eu à s’occuper d’un vocabulaire, il m’a semblé utile de prévoir dans chaque classe – pour autant que la nécessité s’en fasse sentir – un sous-ensemble non-concret.

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Je n’ai pas non plus retenu la distinction entre continuité et discontinuité qui pose beaucoup moins de problèmes linguistiques mais qui ne se justifie pas conceptuellement. Pourquoi séparer luz, voire aire, de sol, luna, estrella, ou tiempo de minuto ou día, ou encore espacio de país, qui supposent un même champ référentiel ? Je n’ai retenu en définitive, que les clas-sèmes conceptuels que B. Pottier ne distingue pas des classèmes formels27. Ce sont

1.1. animé humain (la sphère de l’homme) ;1.2. animé non-humain (infrahumain ou supra-

humain) ;2.1. inanimé naturel (la sphère de la création) ;2.2. inanimé culturel (relatif à toute praxis

humaine)28.

Quatre classes sémantiques dont on ne saurait nier ce que G. Granger appelle la « fluidité ». « Non seulement certains exposants peuvent permuter, mais encore les classes elles-mêmes, éventuellement, se che-vauchent », observe cet auteur pour qui « l’état naturel de l’organisation sémantique est… une labilité essen-tielle » (p. 171), labilité qui existe aussi à l’intérieur des classes, où de « petits groupes » se forment suivant certaines relations intersémiques, qu’il me faut préci-ser. Analyse componentielle attachée aux unités mini-males que seront les sémèmes (ensemble de sèmes) – et non les sèmes distinctifs – cette étude sera tout autant une analyse combinatoire des relations intersémiques qui s’établissent plus à l’intérieur d’une classe, entre les groupes de cette classe, qu’entre les classes elles-mêmes.

27. Un classème est constitué par l’ensemble des sèmes dits géné-riques, qui indiquent l’appartenance à une classe. 28. On pourrait, bien sûr, concevoir une autre distribution : 1.1. Humain animé. 1.2. Humain inanimé. 2.1. Non-humain animé. 2.2. Non-humain inanimé. Cela ne changerait rien. Il reste deux classes géantes : 1.1. et 2.1. parfaitement contrastées et complémentaires.

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Nous citerons encore B. Pottier qui a proposé une « typologie des relations »29. Un mot peut entretenir avec d’autres mots une relation d’opposition (thermomètre / baromètre) dont les éléments s’excluent mutuelle-ment ; une relation d’inclusion (thermomètre / ins-trument) appelée aussi implication externe, « existant entre chaque élément d’un paradigme et le terme qui l’inclut »30, ou si l’on veut entre un terme spécifique et un terme générique, entre un hyponyme ou des co-hyponymes (rose, œillet) et un hyperonyme (fleur) ; une relation de participation appelée, elle, implication interne (thermomètre / chaleur) « existant entre un signe et un autre signe dont le sémème est un sème du premier ». Dans ce cas, il y a entre les deux signes, en somme, une relation de présupposition (borracho-alcohol).

Ce sont là des relations fortement constantes et générales.

Reste une relation moins précise, « plus variable et plus particulière », dite d’affinité ou d’association (thermomètre / malade) qui unit deux signes « par n’importe quelle union psycho ou socio-linguistique ». Ces relations, qui ne satisferont sans doute pas tous les linguistes, se retrouvent sous une forme assez voisine chez J. Dubois31, pour qui le lexique, en tant que struc-turation paradigmatique est « un système où toutes les unités sont coordonnées les unes aux autres ou opposées les unes aux autres » (p. 188). C’est « l’ensemble de ces associations, identités et oppositions qui détermine la place d’un mot dans la structure du lexique » (p. 189). On les retrouve au niveau syntagmatique dans le vocabulaire, conçu comme « la distribution des unités lexicales dans la phrase », sous la forme de « variantes combinatoires » et de « contrastes » (p. 190).

29. Bernard Pottier, Présentation de la linguistique, Paris : Klinck-sieck, 1967, p. 58. 30. Voyez aussi Gramática del español, Madrid : Alcalá, 1971, p. 131. 31. Jacques Dubois, Le vocabulaire politique et social en France de 1869 à 1872, Paris : Larousse, 1962.

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Comme je m’en tiens ici au vocabulaire, je me propose de retenir des principales relations citées celle des variantes combinatoires (∼) qui supposent une solidarité sémique immédiate, synonymique ou de contiguïté métonymique ; la relation d’opposition (#) qu’il faudrait appeler contraste, parce que le contraste suppose la combinaison plutôt que la substitution des termes ; la relation d’inclusion (⊂), particulièrement chère à Guillén, qui va du terme spécifique au terme général, de grande extension. Les premiers mots-clés sont tous des hyperonymes. Et, enfin, la relation de participation (⊃) qui deviendra progressivement plus importante et qui va en sens inverse – des archi- unités aux hypounités – vers les sémèmes d’extension limitée mais de plus grande compréhension.

Pour illustrer ces relations, je prendrai des exem-ples du premier Cántico (1928) qui permettront, par la suite, de mieux comprendre l’évolution de la Weltan-schauung, telle qu’elle se manifeste déjà dans Maremág-num. Il est frappant de constater d’ailleurs qu’à travers les quatre éditions de Cántico et les trois recueils de Clamor, le réseau de ces relations dessine une structure stabilisée qui tend vers un équilibre mieux réparti entre le groupe « hombre » et le groupe « creación ». On trouvera [ci-contre] les schémas de Cántico 1928 et de Maremágnum.

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En 1928, c’est la classe de l’inanimé naturel qui s’impose et par la fréquence des termes et par leur variété. Autour du mot-clé, luz, gravitent des varian-tes combinatoires : aire, bien sûr, et cielo, qui est en fait l’archilexème32, dont l’extension recouvre tous les autres termes de la série, sol, viento, claridad, etc. Ces éléments s’opposent aux autres éléments, moins nombreux et surtout moins variés : à mar et à ses variantes agua, l’archilexème, incluant aussi onda et río.

De par sa fréquence mar a l’importance de noche, qui, avec sa variante sombra, s’oppose aussi à luz. On notera ici que c’est en tenant compte, notamment, de sa fréquence élevée (il y a aussi le contexte, bien sûr) que j’oppose noche (22 occurrences) à luz (37 occur-rences) et non à día (10 occurrences), qui sera inclus dans la série du temps. Soulignons l’absence du qua-trième élément, tierra et de ses variantes. On peut con-sidérer qu’elle est représentée par l’archilexème mundo et même le superarchilexème espacio, appelés à jouer un rôle grandissant. Espacio et mundo supposent une rela-tion d’inclusion qui vaut en somme pour tous les mots de ce vocabulaire. Quoi qu’il arrive, Guillén exprime la même foi : « la fe en la realidad, esta realidad terreste » (AO, 13), située nécessairement sur les coordonnées circonstancielles de l’espace et du temps. L’archilexème tiempo ne fait d’ailleurs pas défaut ; día est le mot le plus fréquent de son groupe ; associé naturel de la lumière, il est une mesure de plénitude quotidienne : Y rinde todas sus cimas | –Fuerza de festividad– | Todo el resplandor del día (AN, 487). Ses variantes combi-natoires ne sont ni nombreuses ni fréquentes : elles désignent ou des saisons (estío, la saison de la lumière surtout) ou des fractions du jour (tarde, de préférence,

32. Je préfère le terme archilexème – qui présente, selon le Diction-naire de la linguistique, « l’ensemble des traits sémantiques (sèmes) com-muns aux diverses unités de la série » (‘siège’, pour la série pouf, tabouret, etc.) – à archisémème, utilisé par B. Pottier pour définir surtout le signifié de familles sémantiques. Je considère l’archilexème dans son ensemble, signifié plus signifiant.

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ou le plus petit instante). On notera l’absence de histo-ria (2, 0, 8, 10) qui s’imposera dans Maremágnum (17 occurrences). Un moment heureux est encore qualifié de « instante sin historia » (p. 37). Il est important de tenir compte du contexte syntagmatique. Ici un rela-teur (sin) neutralise le sémème qu’il introduit, ailleurs une métaphore offre un sémème de substitution.

D’autres archilexèmes, comme cosa ou forma (5, 9, 21, 14) qui s’étendent à différentes classes, tout comme perfil d’ailleurs, qu’il est difficile de classer, nous orien-tent vers la quatrième relation : celle de la participa-tion ou de l’implication interne qui de toute évidence ne s’impose pas en 1928 ; elle n’implique guère les mots-clés. Il n’empêche que le monde mis en valeur par le poète en 1928 n’est pas désertique. Il y a des « réalités » toutes simples. En tête du petit groupe cho-siste, toujours dans l’inanimé naturel, il y a rosa (11, 3, 9, 1) de tradition symboliste, voire valéryenne33, qui contrairement à árbol, par exemple, ne se maintiendra pas, ni dans les autres Cántico, ni dans Maremágnum, où on ne le retrouve que dans un seul vers ¿ Y la rosa que es rosa rosa ? (AN, 635), mais qui prendra une belle revanche dans Homenaje (50 occurrences), le recueil le plus « littéraire ».

Ce groupe coexiste – et on peut y voir une vague relation d’association avec deux autres petits groupes dont l’importance ne sera jamais très grande, mais qui ne feront jamais défaut : le groupe linéaire conduit par cima (10 occurrences) et le groupe-matière autour de masa (6 occurrences), dont la consistance sera néces-saire à la jouissance totale du poète : Gozos, masas, gozos, | Mazas, plenitud, | Atónita luz (AN, 47), lit-on dans un poème d’amour, conçu encore sur le mode impersonnel. Alors que masa est complété par arena et cristal, qui est le plus souvent un sémème de substitu-tion métaphorique, cima est accompagné de horizonte,

33. Cfr. Monique Parent, Cohérence et résonance dans le style de « Charmes » de Paul Valéry, Paris : Klincksiek, 1970.

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curva, auxquels j’ajoute círculo, dont la figure géométri-que désigne de préférence l’espace céleste [celeste círculo (AN, 325), Horizontes en círculo (AN, 501), etc.]

Reste à nouveau en relation d’inclusion – disons notionnelle, cette fois – le groupe des qualités abstraites dont la labilité est nécessairement plus grande et qu’il faut encore situer dans leur contexte. J’y ai groupé des mots qui se réfèrent le plus souvent au monde natu-rel ; même prisa, silencio et delicia, qui sont le fait de l’homme, représentent des attitudes humaines entière-ment assumées par le dehors34. Parmi les plus fré-quents, presencia figure deux fois dans des titres signi-ficatifs : « Presencia de la luz » (AN, 251) et « Presencia del aire » (AN, 95) et la « plenitud » ne saurait être prise que dehors, dans le monde, même si elle suppose une intense prise de conscience qui, elle, ne saurait être qu’humaine. On voit que ce groupe n’est pas très déve-loppé ; on peut le comparer en fréquence et en diver-sité au groupe du temps. Même en 1928, Guillén n’est pas un poète porté vers l’abstrait – quoiqu’on en ait dit.

Dans la totalité du réel, l’abstrait a sa place, mais un peu comme l’auréole du concret. Por una red de rumbos | Clarísimos de tarde, | Van exactas delicias (AN, 156).

Deux termes ont pour Guillén, qui diffère en cela de son ami Salinas, des connotations tellement néga-tives : ce sont azar (6, 4, 10, 7) et caos (6, 3, 7, 4) qui ne disparaîtront pas. Voilà, pour la classe domi-nante, les éléments préférés de Guillén, la lumière et l’air, variantes combinatoires par excellence, qui appa-raissent entourées des contraires, agua et noche, des incluants tant spatiaux que temporels, de divers inclus particuliers, végétaux, minéraux et linéaires, ainsi que de valeurs abstraites, incluant notionnels. Il y a là une belle configuration de complétude – qui s’arrête là, toutefois.

34. Un exemple suffira : « Oh transeúnte, prisa creadora | De más viento en el viento », Aire nuestro, p. 220.

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En 1928, les autres classes sont quasi inexistantes ; celle de l’animé non-humain le restera. Du côté des animaux, il y a aura toujours un intérêt certain de Gui-llén pour les oiseaux, êtres célestes par excellence. Du côté des êtres surhumains, dios sera surtout métaphori-que, comme le prouve ce vers : Agua abajo, | Con follaje incesante busca a su dios, el árbol (AN, 306).

La classe du non-animé culturel se développera, parallèlement, d’ailleurs, à la classe de l’animé humain. Les mots qui s’y manifestent timidement, en 1928, ciudad et calle, se maintiendront en tête de leur groupe même dans Maremágnum et … Que van a dar en la mar tandis que dans A la altura de las circunstancias, l’ordre sera calle, ventana, ciudad. Le seul grand chan-gement que j’aie pu relever se produira dans la classe de l’animé humain qui est réduite ici à sa plus simple expression et qui aura dès Maremágnum l’importance de la « grande » classe du non animé naturel et qui, dans A la altura de las circunstancias, sera même la plus importante (en tenant toujours compte de la fréquence et de la diversité des vocables).

En 1928, il faut souligner la présence de niño (8, 1, 4, 7), qui s’imposera aussi dans Maremágnum. Celle de indios est purement épisodique ; sa fréquence est artificielle parce que concentrée dans un seul poème. On notera l’absence de tout archilexème ; par contre, en relation de participation, on trouve parmi les inclus concrets mano et mirada, parmi les inclus abstraits alma, qui présupposent, bien sûr, l’être humain. Ces vocables seront des valeurs constantes encore dans Homenaje où ojos (66 occurrences) s’est substitué à mirada et se trouve entre alma (91 occurrences) et mano (66 occurrences).

Laissons-là Cántico qui nous servira surtout de point de repère.

Je veux en venir à Maremágnum où le mot-clé, on le sait, est hombre. Il est le nouveau centre qui domine tout le vocabulaire de ce recueil et autour duquel les sous-ensembles se groupent en classes et en petits

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groupes, suivant les relations intersémiques que nous connaissons. L’archilexème hombre est d’ailleurs com-plété par ser ou persona. Parmi le grand nombre de variantes combinatoires qui vont du singulier ou du pluriel discontinu, via le duel – pareja – au collectif, coro… pueblo, on relève plusieurs variantes féminines : outre reina, métaphorique, dont la distribution se limite aussi à un seul poème (« La hermosa y los excéntricos », AN, 670-687), il y a mujer, dama, muchacha, donce-lla qui contrastent avec d’autres variantes comme jefe, Pérez, tirano, dont les connotations sont évidemment historico-politiques, ou avec niño, resté relativement fréquent et entouré de criatura ou hijo. À l’intersection de tous ces sémèmes il y a l’archisemème vida qui, com-plété par vivir, mais aussi par existencia et destino, continue son irrésistible ascension et s’oppose à muerte (8, 29, 16). Muerte atteindra une fréquence exceptionnelle dans …Que van a dar en la mar, quand le poète évo-quera le décès de l’épouse et quand le rapport muerte (29 occurrences) – vida (62 occurrences) sera quasi de 1 à 2. Dans Homenaje, il ne sera d’ailleurs pas très diffé-rent (69 occurrences contre 151 occurrences). Muerte, qui brille par son absence en 1928, a progressé irrégu-lièrement, il est vrai, à partir de 1945. La mort est une dimension de l’homme dont le poète a pris conscience inévitablement et malgré lui. Esta vida suprema exige muerte (AN, 567). Elle ne diminue cependant en rien le rayonnement de la vie : La vida más feroz que toda muerte, | Continúa agarrándose a estos arcos | Entre pul-món y atmósfera (AN, 550). Plus, Nuestra muerte ven-drá, la viviremos (AN, 551). La relation d’opposition qui s’établit entre les grands antonymes que sont néces-sairement vida | muerte est relative. Porté par un mer-veilleux vitalisme, qui caractérise toujours le poète, à la veille de son 85e anniversaire, il peut se permettre un oxymore – tout classique et euphoriquement réconci-lié – qui dépasse sa contradiction inhérente. Dejad que sea nuestra vida | Más que su muerte (AN, 569) est une

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demande que le poète du sí inconditionnel adressera « aux directeurs du monde ».

Je me suis permis cette petite incursion dans les textes pour montrer, à propos d’un exemple privilégié, que les constatations que l’on peut faire sur le vocabu-laire ne peuvent constituer qu’un point de départ pour une étude objective, centrée sur l’essentiel.

En parfait classique, Guillén ne force jamais les oppositions. « No se disocian los valores positivos y negativos en esa visión unitaria » (AO, 35), déclare le poète qui a toujours en vue la totalité et qui préfère de loin la relation d’inclusion à la relation d’opposition. Cela les chiffrent le prouvent.

Quant à la relation de participation ou d’implication particularisante, Guillén l’a découverte progressive-ment. L’homme suppose, si l’on s’en tient aux voca-bles les plus fréquents, dolor, mano, sueño, amor, ojos, cuerpo, sangre, alma… Autour de l’opposition tradi-tionnelle du physique et du mental, opposition com-plémentaire, comme toutes les autres, et attestée déjà dans Cántico 1928 [mano (10 occurrences) / alma (60 occurrences)], on retrouve un grand nombre de varian-tes combinatoires, qui sont, toutefois, les plus diversi-fiées du côté de alma. On dirait qu’il y a comme une rivalité entre mano et ojos, lexie à laquelle il faut ajou-ter mirada, voire vista. Si le jeune Guillén a pu dire que les yeux exercent un pouvoir souverain, cela est vrai encore dans Homenaje, où ojos (76 occurrences), à lui seul, l’emporte sur mano (66 occurrences) – mais aussi dans Maremágnum35. De toute façon, les sens du toucher et de la vue sont régissants et solidaires, lar-gement ouverts sur le dehors. S’adressant au petit-fils, le poète dira : Con sus ojos eres digno | De gozar la tras-parencia | Del mundo que Dios te hizo. | Tu mirada lo mantiene | Todo en su valor divino (AN, 638).

35. Les fréquences respectives de ojo et mano sont les suivantes : 3, 6, 21, 11 | 15, 17, 23 | 76 | et 10, 14, 6, 18 | 26, 10, 13/66.

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Par ailleurs, la main – « mano humana » (AN, 592) – est tendue vers le même monde : el viento por el verano | Regala el mundo a mi mano (AN, 714). Le toucher peut aussi se faire hyperboliquement cosmique.

On notera, toutefois, que le plus grand nombre de mots de ce groupe se réfère à la tête, à ses parties et à ses organes : ojos, voz, mirada, boca, cabeza, semblante, cabello, barba, cara, cuello, labio, vista. Le reste du corps est suggéré par mano, brazo, piel et pie, qui supposent – encore – un contact direct entre l’homme – même s’il est question une fois de « los pies del caballo » – et son environnement tant immédiat que cosmique, qu’il soit fait de soleil ou de boue. Je note la très faible fréquence de pulmón, qui est un nouveau-venu, et aussi de cora-zón. Pour corazón36, la fréquence restera très faible dans tout Clamor mais le mot s’imposera royalement dans Homenaje. Ceci n’implique évidemment pas que le poète ait mis quelques 70 ans pour découvrir le che-min du cœur, centre affectif selon une certaine tradi-tion littéraire, mais qui, chez Guillén, se trouve partout dans l’être, dans les sens, l’âme et l’esprit. Quant à pul-món37, qui est solidaire de aire, il tire son importance non de sa fréquence dans les textes mais de l’attention que le poète lui accorde quand il réfléchit sur ses tex-tes. Il est un mot-témoin complémentaire de aire. Ainsi « ese ajuste entre los ojos y la luz, entre los pulmones y el aire, entre los pies y la tierra implica la coordinación tan obvia que a menudo los más atentos no la perciben » (AO, 11) est une phrase bien connue et hautement sig-nificative du poète qui s’observe. Coordinación !

En fait, toutes les relations intersémiques que l’on puisse imaginer supposent cette relation souveraine, qui relie aussi le concret-physique au spirituel. Dans

36. La fréquence de corazón : 0, 1, 10, 4 | 3, 7, 6 | 40. Pour les contextes, voyez pp. 615, 632 et 673. Surtout le dizain « Sueños de la mañana » (AN, 632) est significatif. 37. Les fréquences de pulmón : zéro dans Cántico | 4, 0, 1, | 1. Voyez dans Maremágnum les pp. 547, déjà cité, 550, 558 et 713, où il est question de la ansiedad del pulmón.

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ce domaine, espíritu et conciencia seraient des mots-témoins. Espíritu fait défaut en 1928 et il ne s’impose dans Clamor (4, 13, 14) qu’à partir de … Que van a dar en la mar. Les occurrences de conciencia (2, 8, 7), qui apparaît pour la première fois en 1957, ne reflètent pas non plus l’importance que lui accorde le poète. « Cuando la conciencia registra el ser, lo valora ya » (AO, 11), observe-t-il, en précisant que le but majeur sera « vivificar la conciencia de nuestro pleno ser en el mundo » (AO, 36). Le dehors vers lequel le poète tend de tout son élan n’est rien sans cette conscience qui dit à peine son nom, sans doute parce qu’elle est trop agissante pour se laisser emprisonner dans un substantif, « volumen de reposo » dirait Guillén… Le vocable aurait-il, un peu comme corazón, des connotations fâcheuse qui, dans le cas de conciencia, lui viendraient injustement, d’ailleurs, d’une certaine tradition philosophique ? Dans le même registre, il y a un mot plus neutre, pensamiento, dont l’activité est avouée : Viento en este pensamiento : | Tú me inventas, yo te invento (AN, 715). Voilà qui con-firme et qui complète la célèbre exclamation de 1936 : Lo profundo es el aire | La realidad me inventa, | Soy su leyenda. ¡Salve ! (AN, 28). À présent, yo, l’homme, est au diapason du dehors et ils se valent. À côté de pensamiento, il y a alma, qui est nettement plus fré-quent, mais qui est souvent employé métaphorique-ment et qui sera à travers toute l’œuvre, mais surtout dans Homenaje, un mot-clé (6, 11, 34, 22 | 11, 21, 18 | 91), généralement plus fréquent que cuerpo (4, 9, 16, 7 | 14, 16, 20 | 64). Le commentateur a raison « todo es espíritu, aunque indivisible de su cuerpo »38 mais seul le corps, qui, lui, n’est pas métaphorique, suscite l’émerveillement de la Esfera39…

À côté de alma et de ses variantes combinatoires immédiates, on relève des variantes plus éloignées

38. Lenguaje y poesía, Madrid : Alianza editorial, 1969, 2ª ed., p. 7. 39. Voyez la fin du poème « Las Nadadoras » : Dirigen la armonía de la Esfera, | Maravillada por el cuerpo humano.

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comme sueño, attesté déjà en 1928, et qui signifie aussi bien le sommeil que les rêves, qualifiés une fois, ici, de « vanos » (AN, 598). Mais plus qu’esprit, âme ou rêve, l’homme est amour. Dans Maremágnum, amor (4, 20, 85, 27 | 16, 60, 33 | 198) a cependant, et très exceptionnellement, perdu sa place privilégiée. Il est même dépassé par dolor (0, 0, 10, 3 | 29, 7, 18 | 27), qui s’efface dans Cántico et dans Homenaje, mais aussi dans … Que van a dar en la mar, précisément quand amour s’impose. Dans le vocabulaire guillénien, amor / dolor sont de véritables antonymes. En ce qui concerne Maremágnum, il faut observer, toutefois, que la fré-quence de dolor est trompeuse. Le mot est répété vingt fois dans un seul poème, « Dolor tras dolor » (AN, 719-727), où le titre de Clamor est d’ailleurs défini, alors que un dolor invasor ocupa el ámbito | De la calle, del hombre (AN, 719), une douleur qui apparaît même comme salutaire à l’homme, parce que Dolor en brega siempre | Contra ese inicuo No (AN, 727).

Parmi les vocables abstraits moins fréquents, alors qu’il y avait en 1928, espera(nza), qui se maintient, il y a toujours en relation de participation, fe, mot qui s’impose en 1945, tout comme olvido, que complètera surtout dans … Que van a dar en la mar, memoria.

Il y a aussi un foisonnement de vocables divers qu’il est difficile de classer en dehors de leurs contextes et que les contextes orientent vers des classes différentes. C’est le cas de gracia, qui dans le premier Cántico relève plutôt de la classe de l’inanimé naturel – qui ne se souvient de Rosas – para el alba. | Pura sí, no alegre, | Se esboza la gracia. | ¡Oh trémulas fuentes ! (AN, 78 ) ? – et qui dans Maremágnum peut signifier, non sans ironie, la gracia del Señor (AN, 573) ou comporter un sème humain comme dans Dure tu gracia de niño (AN , 638). À côté de gra-cia, je retiens des vocables qui tous comportent un sème spécifiquement humain : delicia, gozo, salud, lucha, error – [Adán] con su amor y su error ! (AN, 549) – potencia, poder, ou poderío, vigor, deber.

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Parmi les valeurs les plus spécifiquement humai-nes, il y a injusticia et son antonyme – Ay, el mundo se nos rompe a diario en injusticia y justicias (AN, 706) – qui, tout comme libertad, renforcé par son adjectif libre, adjectif-témoin, se réfère à un contexte socio-humain et donc culturel. Il y aurait lieu d’inclure dans la même classe, en faisant appel à la relation assez vague d’association, tout un groupe de mots qui détaillent les bruits venus du monde, certes, mais le plus souvent produits par les hommes et dont l’archilexème est ruido. Des bruits très divers qui compromettent un silence de plus en plus apprécié par le poète, semble-t-il (6, 15, 36, 16 | 16, 18, 30 | 94). Dans Maremág-num on reconnaît évidemment Clamor – absent et de Cántico et de Homenaje – : Clamor doliente de los más opresos (AN, 615), Clamantes | En clamor silencioso (AN, 697), dont le bruit peut être très sourd : rumor, murmullo, voire erre (le son fort de guerra), tumulto et grito, qui, suivant les définitions du dictionnaire, sont produits par l’homme, tout comme palabra et lengua, qui eux, pourraient s’associer à canción et música que l’on retrouvera dans la classe complémentaire du cultu-rel. Une certaine labilité est inévitable.

Si l’on veut faire dans ce groupe le partage entre termes négatifs et positifs, il ne fait pas de doute que les négatifs, une fois de plus, sont nettement minoritai-res. La force vitale de l’homme est telle qu’il peut assu-mer pleinement le « mal » – injustice, douleur, lutte, angoisse, colère, erreur ou simplement fatigue.

Dans la classe de l’animé humain, les relations intersémiques sont donc surtout celles des variantes combinatoires et de la participation impliquant le corps et l’âme. La relation d’opposition n’est guère sys-tématique ; on la retrouve dans le groupe des « inclus » et aussi parmi les quelques « incluants » (vida / muerte) ; elle montre chaque fois une parfaite complémentarité, tout en assurant la prééminence des termes positifs.

Le mot-clé vida qui, dans l’ensemble de Clamor se hisse premier, ex æquo, avec hombre, inclut aussi, en

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principe, la classe des animés non-humains, en tout cas le groupe des animaux, représenté très fidèlement par pájaros et caballo, un animal de la ville. Quelle que soit l’amitié que Guillén ait pour les bêtes – je crois savoir qu’il a honte des courses de taureaux – il n’est pas un animalier. Ce mini-groupe coexiste, d’ailleurs, avec un autre minigroupe – suprahumain – toujours conduit par dios, moins métaphorique que précédemment et entouré d’un merveilleux chrétien – ángel – et païen – Venus – ou de l’étrange – sirena et monstruo. Il n’y a vraiment pas lieu de prévoir des relations intersémiques.

On ne peut évidemment pas en dire autant de la classe du non-animé naturel.

Suivant les relations que l’on connaît, on retrouve les principaux champs et leurs têtes de liste. Le nombre de vocables est sensiblement le même dans les deux grandes classes.

Du côté des éléments, luz et sol se combinent avec viento et aire, inclus avec d’autres variantes dans cielo ; ils s’opposent, d’une part, à noche dont la fréquence a quelque peu augmenté – ce qui pourrait s’expliquer par l’insomnie40 – et d’autre part à mar, qui occupera presque toujours et surtout dans Homenaje une place privilégiée (23, 6, 11, 18 | 24, 28, 23 | 93). La mer fera, dans Maremágnum, l’objet d’un poème des plus signi-ficatifs, « Mar que está ahí » (AN, 702-703).

Le grand incluant est désormais mundo, l’espace le plus vaste, resté cependant à la dimension de l’homme, et pour lequel il y a, cette fois, des variantes combi-natoires : tierra, creación, orbe, realidad aussi – Ved sin venda | La realidad en toda su leyenda (AN, 599) – qui est peut-être le véritable archilexème de cette œuvre. Lisons les derniers vers de cet admirable poème « El

40. Voyez, par exemple, ces vers: Una noche más sin sueño. Apenas un vago reposo, | Que no se resuelve en quietud, en desmemoria, en la inmersión dentro del ser (p. 556), ou encore le « trébol » Fracasada, mi noche es tedio (Aire Nuestro, p. 630).

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acorde », déjà cité : Plenitud del acorde, nunca muerto, | Del todo realidad, principio y meta (AN, 551).

Réalité spatiale et temporelle. Espacio est moins fréquent que tiempo, qui se trouve dans un groupe en expansion. En tête, día est dépassé par historia, qui n’est guère confirmé par pasado, alors que futuro et presente, rappellent que le temps a bien trois dimensions, même en période de crise. Il se fractionne en unités plus ou moins grandes, allant de minuto, hora, día a siglo. Pour le reste, il nous rappelle les saisons, à l’exception toutefois de invierno, et les deux parties préférées du jour : tarde | alba, aurora, moments de transition. Ces variantes donnent une vue relativement complète du temps tel que le conçoit Guillén. Du côté des mots de l’espace, l’extension sémique était plus manifeste. Il est vrai que l’espace « réduit » se confond avec la ville et relève du culturel, où l’on notera aussi país et nación, à côté d’un anecdotique Capri (AN, 600).

La relation de participation nous vaut encore de petits groupes variés qui coexistent dans un dehors bien familier où le particulier n’a guère plus d’importance que précédemment. On retrouve le groupe flor – l’hyperonyme s’est substitué à l’hyponyme rosa – dont les variantes combinatoires sont ici follaje, rama, bosque – árbol n’apparaît que deux fois – voire nido. La nature est, certes, essentiellement végétale, mais elle est vue dans ses volumes – campo, montaña, monte ou fondo – sui-vant ses lignes – camino, orilla, horizonte, límite –, dont l’horitzontalité est complétée par cumbre.

Pour le reste, les groupes masa, metal, cristal et forma, bulto ont à peine changé. Calor s’est substitué à color et la nouvelle suite des lexies fuego, humo, llama, employée parfois métaphoriquement, appartiennent autant au monde culturel (et hostile) de l’homme qu’au monde naturel.

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Parmi les mots abstraits dont la fréquence et la variété ont augmenté et qui se trouvent dans un rapport d’inclusion notionnelle vis-à-vis des autres vocables de cette classe, on retrouve, du côté positif, soledad, silencio, du côté négatif caos et azar41. Tout ceci doit évidemment être nuancé par une étude des tex-tes. La solitude peut être le propre de l’homme ou de l’animal (AN, 589) comme du monde ; elle n’est pas nécessairement positive. Une nuit d’insomnie Hay tal soledad de silencio | Que me sume en sus espesores (AN, 664). L’abstrait a une même épaisseur psychique.

Les données pleinement négatives ne manquent pas ; ce sont mal, vacío, nada, infierno – tout métapho-rique –, crisis, horror, amenaza, même exceso – Exceso ya, casi vicio (AN, 644), dira le poète, non sans un cer-tain humour. L’humour disparaît cependant de ce pas-sage peu guillénien : Duna de un mar ya seco | Bajo un gris de abolidas calaveras, | Calvario de una nada | Que el hombre inventaría (AN, 696), passage tout négatif où est envisagé l’explosion éventuelle d’une bombe atomi-que (on notera le conditionnel).

Les vocables entièrement ou partiellement positifs gardent néanmoins une légère majorité. Méfions-nous, toutefois, de verdad et orden. Refulgen un orden nuevo | … el ORDEN. | | La Verdad se desposa con el Régimen (AN, 574). Il y a là les majuscules de l’ironie et le régime fasciste l’a bien compris, puisqu’il a interdit le recueil. Il reste, néanmoins, hors de suspcion, paz, que j’ai rangé dans la classe de l’inanimé naturel alors que guerra je le situe dans la classe de l’inanimé culturel… Un poème comme « Guerra en la paz » montre bien que la guerre est faite par les hommes et introduite dans la paix natu-relle du monde. Paz est complété par armonía et surtout acorde, exalté, on le sait, dans le poème d’ouverture du recueil, par hermosura aussi, gloria, maravilla, sosiego.

41. Les différentes occurrences de azar se trouvent pp. 568, 612, 662, 666, 720 et 727.

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Voilà un groupe labile, sans doute, de sémèmes abstraits de grande extension qui désignent des valeurs et des états très différents du monde. Un monde dont le poète dira qu’il est más que el hombre (… Que van a dar en la mar, pp. 780-783), un monde inséparable de l’homme, qui, lui, est la préoccupation majeure du poète, à défaut d’être la valeur majeure. Disons-nous bien que le mot-clé de Aire nuestro, c’est luz, suivi de amor, vida et sol. Quelle belle constellation !42

Mais évoquons encore rapidement la dernière classe qui se caractèrise par des vocables relativement peu fré-quents, peu variés, moins constants et moins structura-bles que ceux des autres classes. Il y a, certes, les constan-tes ciudad et calle. Disons avec le poète « tras el mundo hallado, el mundo inventado : la ciudad » (AO, 18). Gui-llén est un citadin. « El animal humano quiere llegar a ser hombre » (AO, 19). Lieu de civilité – ce qui n’est, hélas, plus toujours le cas aujourd’hui – la ville représente aussi et « surtout » « la exaltación de la energía humana » (AO, 18). En elle, l’homme civilisé devrait s’épanouir. En elle, aussi, il trouve sa demeure. Bien que casa n’apparaisse que trois fois, son importance n’est pas négligeable43. Elle est suggérée comme métonymement par ventana et puerta, deux précieuses ouvertures sur le monde. « Venta-nas hay, y nunca de torre de marfil », a écrit Guillén (AO, 21) en précisant « Ventana abierta hacia la comunicación ineludible ». Tout à fait à la fin de Clamor, on trouvera d’ailleurs, en guise d’épigraphe finale, cette belle cita-tion de Pedro Salinas : « Mientras haya | alguna ventana abierta… ». Elle est un signe d’espoir infaillible et, enfin, en ce début de 1977, on peut le dire, justifié.

En dehors de la maison ou de l’hyperbolique pala-cio, de ses muros et paredes – pasillo n’a qu’une fré-quence accidentelle due à un seul poème, « Un pasillo

42. Voici les 10 mots-clés de Aire Nuestro: luz 483, amor 477, vida 380, sol 359, noche 350, mundo 328, hombre 317, aire 256, cielo 234, mar 226. 43. Voyez ce « trébol », p. 647 : – Honda casa del regreso : | Vivir sobre lo vivido. | ¿Nada más ? – Lo más es eso.

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(AN, 594) –, il y a les jardins qui enchantent particu-lièrement Guillén. Toujours dans El argumento on lit : « Entre las obras de los hombres resaltan algunas que permiten vislumbrar la categoría de la perfección realiza-ble y realizada… Las artes refinan el material primitivo. Un ejemplo : los jardines » (AO, 20). Jardín (2, 2, 19, 7 | 9, 13, 9 | 35) se distingue dans les listes de fréquence dès 1945. Il est une synthèse de nature et de culture, la rencontre privilégiée de la Création et de l’homme. Guillén n’a, par contre, pas beaucoup d’intérêt pour les objets domestiques à l’intérieur de la maison. Je n’ai relevé que espejo – des miroirs qui ornent de préférence les châteaux – . Autour de la maison et de ses jardins, il y a calles et callejas, plazas et plazoletas, esquinas aussi : une configuration très générale de la cité.

Toutes ces constructions de l’homme contrastent évidemment avec ruinas, qui sont souvent le résultat des grands conflits de l’histoire. La tierra arde en principios, | En cruces | Y choques de intereses. Ruinas. Ruinas (AN, 725). Ce premier groupe de vocables présuppose la ville et se trouve avec elle en relation de participation, contrairement à país et nación, qui sont des espaces culturels, incluant ciudad. Il ne s’associe que vaguement aux autres petits groupes que l’on peut distinguer et entre lesquels je ne vois qu’un lien d’association, sans plus. Guillén, qui est habitué aux voyages – ¿Ser hombre es estar de viaje? (AN, 655) – évoque volontiers coche, avión, tren, voire barco. Mais le connaisseur de musique qu’il est, nous parle aussi de música, canción. « Entre las obras artísti-cas se concede un tratamiento de favor a la música », avoue le poète (AO, 21), que l’on ne remerciera jamais assez d’avoir rédigé à l’intention de ses lecteurs cet « Argumento » si éclairant.

Restent quelques mots abstraits dont guerra (1, 0, 2, 0 | 17, 4, 1 | 7) qui atteint sa fréquence la plus élevée dans Maremágnum. Face à guerra, victoria (7 occurren-ces) et ley (5 occurrences) ne font pas le poids. Res-tent aussi en ordre dispersé, don, lujo, costumbre. Lujo, métaphorique et hyperbolique, n’a pas l’originalité de

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don, mot euphorique : Se entienden, se templan, se ajus-tan | Dolor y alegría. | El don generoso renace a diario, | Camino a más dicha (AN, 684). On connaît la vision « généreuse » que Guillén se fait de la vie de l’homme dans ce monde. Il n’exclut rien ni personne. Il y a une foule de mots qui n’apparaissent qu’une ou deux fois, qui complètent les classes et les groupes que nous avons distingués, ou qui échappent à tout regroupement stylistique. Qu’on lise la fin du poème « La hermosa y los excéntricos » : un mirlo, un roble, un anciano, ese cuello de cisne, sont les mille et une facettes du « coti-diano », que Guillén a découvertes dès 1945, mais qui ne modifient en rien son attitude fondamentale.

Une étude préliminaire du vocabulaire devrait nous permettre d’étudier cette attitude, les signifiés et les signifiants qu’elle informe, dans Aire Nuestro44, vu comme un ensemble.

44. Cette étude, je suis en train de l’élaborer dans un ouvrage qui s’intitulera « Langage et poésie dans Aire Nuestro » et qui comportera en annexe le vocabulaire choisi de J. Guillén.

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339

BIBLIOGRAFÍA DE ELSA DEHENNIN SOBRE JORGE GUILLÉN (1962-2004)

[1] Cántico de Jorge Guillén. Une poésie de la clarté, Bruse-las: Presses Universitaires de Bruxelles, 1962.

[2] «Introduction à l’œuvre poétique de Jorge Guillén», Revue de l’Université Libre de Bruxelles, 4 (1965), págs. 289-304.

[3] «Jorge Guillén et Pedro Salinas, une opposition poéti-que résolue», Courrier du Centre International d’Études poétiques, 75 [1970], págs. 3-24.

[4] «Jorge Guillén, Georges Poulet et le curieux défi de Ph. Silver», Bulletin Hispanique, 78 (1976), págs. 373-380.

[5] «Continuidad y evolución en la obra poética de Jorge Guillén: los campos semánticos en Cántico y Clamor», Actas del Quinto Congreso Asociación Internacional His-panistas [Burdeos], 1974, págs. 319-334.

[6] «Des mots-clés aux configurations stylistiques (sur-tout à propos de Maremágnum)», en Homenaje a Jorge Guillén. 32 estudios crítico-literarios sobre su obra, Massachussetts: Wellesley College & Ínsula, 1978, págs. 185-206.

[7] «Jorge Guillén o la tensión de los complementarios», en Jorge Guillén. Recuerdo y Homenaje, ed. Mariana Genoud de Fourcade, Mendoza: Universidad Nacio-nal de Cuyo, 1994, págs. 9-34.

[8] «La poética de Jorge Guillén vista desde El poeta ante su obra», en Jorge Guillén. El hombre y la obra, eds. Antonio

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340 BIBLIOGRAFÍA

Piedra & Javier Blasco Pascual, Valladolid: Fundación Jorge Guillén, 1993, págs. 67-79.

[9] «… respirando esta luz: una poesía de la claridad revi-sada», en La claridad en el aire. Estudios sobre Jorge Gui-llén, eds. Francisco Javier Díez de Revenga & Mariano de Paco, Murcia: Caja Murcia, 1994, págs. 51-66.

[10] «Góngora y Guillén a la luz de Notas para una edición comentada de Góngora (1925)», en Góngora hoy IV-V, ed. Joaquín Roses, Córdoba: Diputación de Córdoba, 2004, págs. 13-53.

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341

Alatorre, Antonio, 77, 177Alberti, Rafael, 77, 88, 115,

116, 226, 243Aleixandre, Vicente, 226Alemán, Mateo, 279Alonso, Amado, 151Alonso, Dámaso, 75, 77, 181Arrabal, Fernando, 166, 167,

183Aub Doinas, Stefan, 161, 167

Barbaroja, Jeireddín, 65Bärtschi, David, 31Bataillon, Marcel, 10, 24, 77,

78, 106, 107, 149, 170, 171, 176

Baudelaire, Charles, 22, 246, 277n, 283n, 307, 308n

Bensoussan, Mathilde et Albert, 143n

Berceo, Gonzalo de, 157, 244, 280

Bergamín, José, 132Blasco Pascual, Javier, 340Blecua, José Manuel, 10, 25,

72, 77, 148, 149, 165,

165n, 176, 187, 192, 195, 196, 199

Bodart, Roger, 166nBonnefoy, Yves 280Bordoli, Giuseppe, 62Bousoño, Carlos, 44Bouvot, Danielle, 308nBraester, Marlena, 12nBremond, Abbé, 226Buysse, René & Maddy, 15,

26, 76, 82, 83, 92, 93, 94, 95, 112, 113, 114, 117, 122, 132, 141, 158, 166n

Buyssens, E., 311

Cadalso, José, 104Cahen de Guillén, Germaine,

152 Carner, Josep & Émilie, 13,

26, 50, 85, 95, 112, 113n, 114, 115, 117, 123, 125, 128, 129, 132, 139, 141, 144, 145, 147, 162, 163, 168, 169, 171, 177, 180, 181, 183, 186, 191, 197. Véase también Noulet

Carvajal, Antonio, 9, 30

ÍNDICE ONOMÁSTICO

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342 ÍNDICE ONOMÁSTICO

Casalduero, Joaquín, 10, 12, 43, 44, 47, 51, 68, 70n, 149, 166, 198, 199, 202, 203, 205

Castro, Américo, 109Cátedra, Pedro M., 30Cervantes, Miguel de, 24, 74,

176, 209, 279, 306, 308Cherlet, Ann, 9Claus, Hugo, 113, 114Cohen, Jean, 282 Couffon, Claude, 84, 242n,

244n, 297n, 303n

Darío, Rubén, 267Darmangeat, Pierre, 48, 77De Gaulle, Charles, 87Debicki, Andrew P., 91n, 165,

166n, 196Di Pinto, Mario, 77Díaz de Castro, Francisco J.,

59nDiego, Gerardo, 9n, 71, 226,

227n, 228, 245n, 259nDíez de Revenga, Francisco J.,

340Dimitrescu, Domnita, véase

Dumitrescu, DomnitaDolfi, Laura, 10n, 12n, 20nDubois, Jacques, 309n, 311,

314Dumitrescu Domnita, 161,

162, 163, 167Duvivier, Roger, 181, 182,

183, 198, 199

Esteban, Claude, 210n

Friedrich, Hugo, 277

Galle, Inès, 10, 12, 25, 30, 45, 65, 68, 81, 98, 104, 180, 213

Galle, Marc, 10, 14, 30, 60, 167n

Galle, Marnix, 10, 14, 30, 83, 85, 98, 104, 180n, 213

Gaos, Vicente, 165, 167García Lorca, Federico, 16, 45,

46, 55, 104, 106, 111, 113, 155, 166, 226, 227, 231, 240, 243, 249, 306

Garcilaso, véase Vega, Garci-laso de la

Geckeler, H., 310nGeist, Anthony L., 23nGenet, Jean, 117Genoud de Fourcade, Mariana,

339Gibbons, R., 23nGil de Biedma, Jaime 58Gilman, Steve, véase Guillén,

TeresaGoethe, Johann W. von, 155Góngora, Luis de, 11, 12, 14,

44, 45, 46, 48, 55, 57, 68, 71, 73, 74, 75, 76, 80, 82, 86, 88, 153, 228, 229, 233, 279, 340

González Muela, Joaquín, 55n, 72, 76, 79, 80, 82, 83, 86, 88, 145, 167

Gorostiza, José, 21, 176, 179, 182, 185, 187, 188, 189, 191, 192, 196, 197

Goya, Francisco de, 279Goytisolo, Juan, 24Granados, Enrique, 105Granger, G., 309, 313Greco, el, véase Theotokópu-

los, DomenikosGreimas, A. J., 282, 284, 285n

Page 345: GUILLÉN - DEHENNIN

ÍNDICE ONOMÁSTICO 343

Gruuthuse, Louis de, véase Luis de Gruthuyse

Guillaume, Gustave, 285Guillén, Claudio, 10n, 24, 29,

77, 129, 180, 202Guillén, Teresa, & Steve Gil-

man, 10, 15, 30, 63, 66, 79, 94, 134, 139, 161, 168, 180, 210, 221

Guillevic, Eugène, 280Guiraud, Pierre, 22, 232, 310Gullón, Ricardo, 192

Haulot, Arthur, 12n, 13, 26, 50, 128

Henry, Albert, 21, 78, 88Huidobro, Vicente, 252n,

253n

Ivask, Ivar, 10, 134n, 135, 159, 176, 177

Jiménez, Juan Ramón, 43, 44, 71, 156, 231, 277

Jones, R. E., 272, 273n, 277nJordan, profesor, 138, 163Jovellanos, Gaspar Melchor, 217Juan de la Cruz, santo, 181,

183, 255, 256Juarroz, Roberto, 12n

La Bruyère, Jean de, 276Lapesa, Rafael, 77, 176Lázarro Carreter, Fernando,

149, 176, 279nLefère, Robin, 11nLéger, Alexis, 12nLeón, Luis de, 232, 248Leuzinger, Mirjam, 31

Lida de Malkiel, Rosa Lida, 24, 82, 83

Lilar, Suzanne, 180Llorens, Vicente, 12nLópez, Alonso, Pinciano, 24,

174Luis XIII, rey de Francia, 61Luis de Gruthuyse, 13, 60, 61,

64, 64n, 68, 70, 71

Machado, Antonio, 262, 277Macrí, Oreste, 10, 10n, 11, 18,

20, 77, 188, 191Magis, Carlos Horacio, 177Malherbe, François, 231Mallarmé, Stéphane, 227, 242,

277Manrique, Jorge, 230Marichal, Juan, 134Martín Aires, Carlos, 30Meillet, Antoine, 309Merleau-Ponty, Maurice, 279Miller, Joseph Hillis, 269, 280Miró, Gabriel, 156, 241Mochi Sismondi de Guillén,

Irene, 12, 14, 39, 97, 101n, 221

Mounin, Georges, 308, 309, 310

Neruda, Pablo, 232Nicolaeva, Susanna, 173Noulet, Émilie, véase Carner

Ortega y Gasset, José, 279

Paco, Mariano de, 340Paepe, Christian de, 9Parent, Monique, 328

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344 ÍNDICE ONOMÁSTICO

Paz, Octavio, 12n, 85, 88, 144, 147, 150, 157, 158, 159, 167, 168, 176, 177, 178, 179, 181, 183, 188, 197, 277n, 286

Pérez Galdós, Benito, 73Perrier, Raúl, 59Pessoa, Fernando, 158Piedra, Antonio, 9, 30, 340Pinciano véase López, AlonsoPolo de Bernabé, José Manuel,

207Pomès, Mathilde, 264nPottier, Bernard, 22, 200, 282,

284, 285, 309, 310, 313, 314

Poulet, Georges, 72, 109, 185, 186n, 189, 196, 237, 249, 269-280, 290, 339

Prat, Ignacio, 202Proust, Marcel, 71

Quevedo, Francisco de, 279

Ramos, Blas, 127Ravel, Maurice, 240Raymond, Marcel, 277nReyes, Alfonso, 155Richard, Jean-Pierre, 272nRilke, Rainer M., 271Rimbaud, Arthur, 71Ríos, Julián, 24Ritsos, Yannis, 182nRivers, Elias L., 213Romero Márquez, A., 217nRosenblat, Ángel, 175Roses, Joaquín, 340Rozas, Juan Manuel, 167Ruiz Funes, A., 182

Saint-John Perse, véase Léger, Alexis

Salinas, Pedro, 11, 14, 23, 43, 44, 48, 61, 73, 75, 76, 80, 88, 90, 91, 92, 93, 96, 97, 112, 113, 128, 131, 132, 143, 158, 159, 178, 181, 226, 228, 241, 243, 246n, 255, 258-268, 277, 294, 325, 336, 339

Salomon, Noël, 196Samonà, Carmelo, 77Sánchez Cuesta, León, 58Sartre, Jean-Paul, 279Saussure, Ferdinand de, 308Scheiwiller, Vanni, 46, 100Séneca, Lucio Anneo, 106, 240Sésé, Bernard, 262nSibbald, K. M., 215n, Silva Estrada, Alfredo, 12nSilver, Philip, 7, 185, 186, 189,

196, 269, 271-274, 276-278, 280, 290n, 337, 339

Sobejano, Gonzalo, 192Soler Aznar, Manuel, 12nSpitzer, Leo, 262Stuiveling, Garnt, 166n

Tesnière, Lucien, 283Theotokópulos, Doménikos, el Greco, 117Torre, Guillermo de, 77 , 106

Unamuno, Miguel de, 151, 235, 257, 304

Ungaretti, Giuseppe, 12nUrtuzuástegui, Emmanuel, 31

Valéry, Paul, 175, 191n, 226, 227, 228, 231, 242, 251, 317n

Vandercammen, Edmond, 13, 15, 51, 53, 54, 58n, 95, 117, 119, 123, 125, 128, 129, 132, 139, 141, 144, 147, 169, 170

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ÍNDICE ONOMÁSTICO 345

Vanhove, Peter, 9Vauthier, Étienne, 88Vega, Garcilaso de la, 213Vega, Lope de, 24, 79Verhesen, Fernand, 13, 15, 51,

53, 54, 95, 158, 159Vermeer, Johannes, 119, 121Vermeiren-Galle, Inès, véase

Galle, InèsVigée, Claude, 67, 69, 69n, 72,

109, 251, 251nVivanco, Luis Felipe, 157, 304n

Wilson, Edward M., 77Würth, Mélanie, 31

Xirau, Ramón, 177

Zardoya, Concha, 77Zubiría, Ramón de, 15, 77,

135, 171, 172

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Se acabó de

imprimir este libro el día die-

cinueve de junio del presente año dos mil y

doce, merced a los desvelos, sobre todo, de su compiladora y

editora, y al cuidado técnico de los responsables de los libros del Semyr.

Los trabajos de edición dieron principio en Graficesa de Salamanca al ser de la pri-

mavera, día también del nacimiento de la gran hispanista belga Elsa Dehennin. Los primeros ejem-

plares se pondrán en manos de sus amigos el día veinte de junio, en Granada, el mismo en que se cumplirán

los tres años de la desaparición de quien supo dar lecciones de luminosa y clara amistad, por ejemplo, con Jorge Guillén.

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