franco y los católicos - · pdf filereseña de “franco y los...

53
Tusell, Javier (1990): Franco y los católicos. La política interior española entre 1945 y 1957. Madrid, Alianza Universidad. RESEÑA de © Javier Valera Bernal 1. PARTE INFORMATIVA 1.1. Ficha bibliográfica: Tusell, Javier, “Franco y los católicos. La política interior española entre 1945 y 1957”. 461 páginas, editorial Alianza Universidad, Madrid, 1990, género ensayo histórico, presenta índice, prefacio, bibliografía, índice de nombres y notas sobre las fuentes. 1.2. Estructura del libro: resumen ordenado de los capítulos INTRODUCCIÓN: Franquismo y catolicismo: la crisis de 1945 1. El franquismo y los católicos (1936-1945) 2. La crisis de julio de 1945 PRIMERA PARTE: Transformación política, aislamiento exterior, Monarquía (1945-1951) 1. El programa político de Martín Artajo 2. El fracaso del programa de transformación 3. El “gran argumento”: la defensa católica del régimen de Franco 4. La cuestión monárquica (1945-1947) 5. Colaboracionistas versus antifranquistas (1947-1951) 6. El control de prensa (1946-1951) 7. Primeros conflictos con la Acción Católica Obrera 8. La crisis de 1951 SEGUNDA PARTE: “Proyecto Catedral”: la gestación del Concordato de 1953 1. Ruiz Jiménez, en Roma. El primer proyecto de Concordato 2. Castiella, embajador ante la Santa Sede 3. La fase final de la negociación del “Proyecto Catedral” 4. El Concordato de 1953 como símbolo TERCERA PARTE: En el ápice del franquismo (1951-1956) 1. El grupo “católico” en el franquismo consolidado 2. El enemigo inesperado: la Reforma de las enseñanzas medias 3. La primera apertura (1951-1953) 4. La Iglesia: concordia y conflictos

Upload: phamkhue

Post on 04-Feb-2018

221 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Tusell, Javier (1990): Franco y los católicos. La política interior española entre 1945 y 1957. Madrid, Alianza Universidad.

RESEÑA de

© Javier Valera Bernal

1. PARTE INFORMATIVA

1.1. Ficha bibliográfica: Tusell, Javier, “Franco y los católicos. La política interior española entre 1945 y 1957”. 461 páginas, editorial Alianza Universidad, Madrid, 1990, género ensayo histórico, presenta índice, prefacio, bibliografía, índice de nombres y notas sobre las fuentes.

1.2. Estructura del libro: resumen ordenado de los capítulos INTRODUCCIÓN: Franquismo y catolicismo: la crisis de 1945 1. El franquismo y los católicos (1936-1945)

2. La crisis de julio de 1945

PRIMERA PARTE: Transformación política, aislamiento exterior, Monarquía

(1945-1951) 1. El programa político de Martín Artajo

2. El fracaso del programa de transformación

3. El “gran argumento”: la defensa católica del régimen de Franco

4. La cuestión monárquica (1945-1947)

5. Colaboracionistas versus antifranquistas (1947-1951)

6. El control de prensa (1946-1951)

7. Primeros conflictos con la Acción Católica Obrera

8. La crisis de 1951

SEGUNDA PARTE: “Proyecto Catedral”: la gestación del Concordato de 1953 1. Ruiz Jiménez, en Roma. El primer proyecto de Concordato

2. Castiella, embajador ante la Santa Sede

3. La fase final de la negociación del “Proyecto Catedral”

4. El Concordato de 1953 como símbolo

TERCERA PARTE: En el ápice del franquismo (1951-1956) 1. El grupo “católico” en el franquismo consolidado

2. El enemigo inesperado: la Reforma de las enseñanzas medias

3. La primera apertura (1951-1953)

4. La Iglesia: concordia y conflictos

Page 2: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

2

5. De nuevo, la Prensa

6. La cuestión sindical

7. Hacia la crisis de febrero de 1956

CUARTA PARTE: La batalla de las Leyes Fundamentales de Arrese (1956-1957) 1. Arrese, las Leyes Fundamentales y los católicos

2. Martín Artajo contra Arrese

3. Alternativas de los proyectos. La crisis de 1957

CONCLUSIÓN: Una época de la Historia de España

1.3. Contenido: breve resumen de lo tratado en los apartados de

estudio.

INTRODUCCIÓN: Franquismo y catolicismo: la crisis de 1945

En esta introducción, Javier Tusell nos centra en el tema de estudio,

hablándonos en primer lugar de varios tipos de catolicismo, el catolicismo

liberal y como excepción más frecuente el catolicismo social popular pero

paternalista, diciendo que “estas dos reacciones resultaron coincidentes en el

tiempo pero incompatibles”. De estas dos posibilidades nacerá el catolicismo

político. El autor se pregunta si existe una peculiaridad española y dice que a lo

largo del primer tercio del siglo fueron repetidas las ocasiones en las que la

colaboración o coincidencia con el catolicismo social y político pudo producir el

principio de un advenimiento de la derecha moderna. En el caso del catolicismo

político español, su trayectoria en las tres primeras décadas del siglo veinte fue

la de una modernización fallida y su experiencia va a circunscribirse a la época

de la Segunda República. El autor de esta movilización fue Ángel Herrera,

inspirador de El Debate.

El presente libro, según plantea el mismo Tusell en sus páginas de

introducción, trata de narrar la colaboración entre Iglesia y Estado, el sentido

del colaboracionismo católico dentro del contexto de nacional-catolicismo, la

relación con la Jefatura del Estado y las alternativas de este sector con

respecto a otras familias del franquismo. El autor pretende llegar a la definición

del papel jugado por uno de los sectores del franquismo y contribuir a su mejor

Page 3: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

3

conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política del periodo

anterior, porque como apunta, “sólo el conocimiento del periodo bélico entre

1936 y 1945 da sentido a lo acontecido a partir del mes de julio de este último

año”.

1. El franquismo y los católicos (1936-1945)

En mayo de 1936 se publicaba el Informe sobre el comunismo en

España, una copia del cual quedó en el archivo de Martín Artajo. De él se

extraía la conclusión de que el peligro no venía del comunismo, sino del

“socialismo sovietizado”, dado que el primero carecía de organizaciones

robustas, si bien su redactor decía que “contra el comunismo hay que luchar en

campos ajenos a la política”, matizándose que lo importante de este documento

es que muestra una actitud no propicia a la conspiración militar ni informada de

ella, posiblemente defendida por representantes del catolicismo político de la

CEDA y otros que quizás rompan con la tendencia, como Serrano Súñer o

Francisco Herrera, que sí sabrían de la conspiración, como Gil Robles. Estos

personajes los define el autor con dos términos: marginación y mimesis. De

algunos de ellos, los que jugaron un papel relevante en los años cuarenta y

cincuenta (José María Gil Robles, Ángel Herrera) habla Tusell en varias

páginas del libro, si bien hace una excepción en los casos de Manuel Giménez

Fernández y Luís Lucía, claramente marginados del antiguo catolicismo político

y social.

Hablar de marginación o de persecución nos lleva a hacerlo también de

mimesis. Para ejemplificar la identificación, el autor elige a Fernando Martín

Sánchez Juliá, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas desde

1935 y su vinculación desde un principio a la causa franquista, a la

falangistización del régimen bajo Serrano Súñer, a la identidad nacional-

católica de todos los sectores que pululaban alrededor de Franco y a la

mentalidad de “cruzada”, incluso apoyada por Gomá. Pero hay que matizar,

porque las relaciones no fueron todo lo sencillas que puedan parecer, hubo

Page 4: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

4

choques y tensiones en las relaciones Iglesia-Estado durante la guerra civil y la

mundial, representadas por la “creciente reserva” de Gomá, que desapareció

con la victoria de Franco. Quizás, como apunta Tusell, la razón principal del

alejamiento fue la fascistización del régimen y ese sometimiento al mismo.

Pone ejemplos en los estudiantes católicos y en la Confederación Nacional

Católico Agraria, pero el instrumento principal en el terreno político era la

prensa y Tusell bucea en estas páginas en los avatares de la Editorial Católica

y en los que sufrió el diario El Debate hasta su desmantelamiento.

En este contexto, el autor se detiene a examinar dos casos, el de Ibáñez

Martín y el de José Larraz. El primero, era catedrático de Instituto y persona

vinculada al catolicismo social, ministro de Educación desde 1939 y persona

que desarrolló una importante labor haciendo la Ley de Ordenación

Universitaria, si bien se caracterizó por tratar de “recristianizar” todos los

grados de la enseñanza. No trata Tusell de hacer un estudio de los discursos

de Ibáñez Martín, sino de “testimoniar su perfecta adecuación a las

circunstancias políticas de 1939-1943… hasta el final de sus días”. El caso de

José Larraz es diferente porque se trataba de un técnico en cuestiones

financieras que asumió el ministerio de Hacienda, pero como él mismo

confesaba, no era político, por eso dimitió (parece ser que fue el único caso de

dimisión con Franco). Larraz no conectó con Falange como sí lo hizo Ibáñez

Martín.

¿Cuál fue entonces el verdadero colaboracionismo católico?, ¿De quién

partió? ¿Cuándo se inició? Desde luego no de los ministros antes

mencionados. Tusell repasa1 a las personas que contactaron y colaboraron, fue

tras finalizar la guerra mundial. La respuesta la da el autor enseguida: fue

Martín Artajo, cuando llegó al gobierno en julio de 1945, momento en que se

producen cambios importantes que luego son revisados.

1 A partir de la página 36

Page 5: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

5

Alberto Martín Artajo, aventajado discípulo de Ángel Herrera, redactó

parte de las leyes sociales del primer franquismo y del Fuero de los Españoles.

La guerra civil le “sorprendió desprevenido” -apunta. Como discípulo de

Herrera, Martín Artajo había sido periodista de El Debate en temas sociales. La

razón que movió a Franco a nombrar a Martín Artajo ministro residió en su

papel relevante en el seno de las organizaciones laicas de apostolado. En los

años veinte había sido vicepresidente de la Confederación de Estudiantes

Católicos y había tenido un papel decisivo en llamada “Pax romana”, pero

sobre todo en la reorganización de Acción Católica en el año 1931 en la que

fue nombrado Secretario General y Vicepresidente. Puede decirse que en el

momento de su nombramiento era la cabeza visible del apostolado seglar

español y “la figura más representativa del catolicismo que Franco hubiera

podido elegir para ministro”. Tusell dice que este libro cubre una etapa

caracterizada prácticamente por la época de Martín Artajo.

La figura de Ángel Herrera, fundador de El Debate fue decisiva. El autor

dice de él que su carácter tenaz y emprendedor le dio autoridad y fue la razón

del éxito de sus empresas, porque ilusionaba a quienes le rodeaban. Lo que

interesa recalcar de Herrera es que es mucho más religioso que político,

aunque nunca creyó en las actitudes políticas partidistas. No obstante Herrera

habló de unión, de la necesidad primordial de que los católicos españoles

estuvieran contra la campaña antiespañola que se hacía desde el exterior. Este

cierre de filas implicaba en Herrera una acción positiva de apoyo al Jefe del

Estado. Podemos decir que Herrera se mantuvo entre una defensa del poder

constituido, el deber de colaborar con el poder establecido y por otro lado que

los católicos, en base a sus principios, debían ejercer una crítica constructiva

para el bien común, pero siempre dentro de los cauces señalados por el

Estado. Herrera fue el inspirador ideológico del colaboracionismo y Martín

Artajo su ejecutor pero, para Tusell, faltan dos personajes de relevancia:

Joaquín Ruiz Giménez y Fernando Martín Sánchez Juliá.

Page 6: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

6

Estos cuatro personajes fueron principales protagonistas del

colaboracionismo con el franquismo y lo son también del libro de Tusell. Como

ejemplo de los tiempos iniciales del franquismo, su posición en el seno de la

España de Franco era relevante, pero la situación cambió a partir de la

Segunda Guerra Mundial, en 1943. El abandono del poder por parte de

Serrano Súñer, en noviembre de 1942, tuvo como consecuencia una

marginación parcial del componente más fascista del régimen, la Falange, y el

mayor peso de la derecha conservadora tradicional se identificó con militares

de alta graduación. La crisis de 1945 se fraguó en los últimos meses de 1944,

cuando empieza a “transparentar” el régimen, como lo llama Tusell. El autor

apunta algunos ejemplos del cambio producido: la Asociación Católica

Nacional, Ecclesia, órgano de Acción Católica, en el que Martín Artajo habla de

libertad, de expresión de ideas y de legítima libertad de propaganda. Resultaba

previsible una entrada en el gobierno de ministros del sector católico. Estamos

ante un proceso de desfascistización, el régimen se desliza a partir de esa

crisis hacía el nacional-catolicismo.

2. La crisis de julio de 1945

La crisis que llevó al Ministerio de Asuntos Exteriores a Alberto Martín

Artajo fue larga y complicada y, para Tusell tuvo antecedentes directos a

mediados de marzo de 1945. Las características de la misma, las muestra el

autor en este apartado.

Varios manifiestos y discursos hicieron el principio, el de Lausanne, en el

que D. Juan de Borbón exigía el paso a una monarquía tradicional que el

mismo representaría y el discurso de Fernando Martín Sánchez con motivo de

su homenaje en la Asociación de Propaganditas, en el que habló de la

unanimidad en el momento actual y de la reacción de la nación española con

respecto a su relación con Europa en un momento de finalización de la guerra.

Poco después, hablaba también de la unidad católica.

Page 7: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

7

En este clima empezó a ajustarse la crisis de julio de 1945. En marzo

empezaron las reuniones de personajes relacionados con los medios católicos

oficiales que tendrían una participación importante en el futuro del régimen,

como Joaquín Ruiz Giménez o Fernando María Castiella y por supuesto Martín

Artajo. Existía la preocupación por ver como Alemania perdía la guerra y la

evolución posterior de la situación internacional. Había que hablar con Franco y

el primer interlocutor fue Martín Artajo. En la conversación, Franco adoptó una

postura de resistencia porque Artajo le pidió la desaparición de los signos

externos que identificaban a España con los ya perdedores de la Guerra

Mundial. Había que evolucionar, pero Franco no estaba dispuesto ni a un

cambio de régimen ni de personas. Otro posible interlocutor era Don Juan de

Borbón, pero resultaba difícil una entrevista. Era importante entonces la figura

de Martín Sánchez, que adquirió un papel relevante en la Organización

Internacional Católica de Estudiantes.

La entrevista entre Martín Artajo y D. Juan de Borbón en la que éste le

dice no tener prisa en relevar a Franco, resulta fundamental, pero como quien

tiene que hacer los cambios de gobierno es Franco, Martín Artajo se entrevista

con él en mayo de 1945, le comenta la conversación con Don Juan, siendo

poco satisfactorio el resultado porque Franco veía en Don Juan sólo un

pretendiente y a la Falange como el mejor de los instrumentos del régimen. Lo

sorprendente es que Franco tenía una idea muy precisa de lo que iba ser el

futuro político del régimen y sus planes se cumplieron en los años inmediatos.

No obstante, apunta Tusell, que es difícil negar la importancia de esa entrevista

que tanto hace prever el posterior destino político de España. Pero para

comprender la totalidad de los factores en juego es necesario hacer aparecer

uno nuevo: la propia posición de la jerarquía eclesiástica, que no tardó en

expresarse mediante una carta pastoral del arzobispo Primado tan sólo dos

semanas después de la conversación entre Franco y Artajo y con ocasión del

fin de la Guerra Mundial. La pastoral era un juicio sobre la Guerra Mundial,

sobre la guerra civil española y un conjunto de consejos para construir la paz

interior y exterior. Se abordaban varias cuestiones, entre ellas el comunismo y

Page 8: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

8

Rusia, la situación de Polonia, que la paz interna de España se consolide

mediante una cruzada; así se entiende que el Primado colaborara en la

redacción del Fuero de los Españoles y lo votara como procurador.

Mientras esto sucedía, Martín Artajo había seguido con sus

conversaciones políticas: con el cardenal Primado, Duque de Alba y Gamero

del Castillo. En junio, Carrero Blanco le comunica a Artajo que va a ser ministro

de Asuntos Exteriores, pero Artajo ve un problema: no es libre porque se debe

a Acción Católica. Carrero le dice que precisamente esa condición es la que se

ha tenido en cuenta para proponerlo en el cargo, es decir, se le quería hacer

ministro por lo que representaba. Esas frases impulsaron a Artajo a pedir

asesoramiento a su amigo Ángel Herrera, al cardenal Primado etc. Artajo

entraría en el gobierno como representante del catolicismo.

El gestor de la crisis fue Carrero, quien dijo a Artajo que Franco estaba

dispuesto a nombrarle y a alguno más de su grupo, pero Martín Artajo puso

condiciones: tener hilo directo con el Jefe del Estado y que el gobierno tuviera

la dirección política y no la Falange. La respuesta de Carrero fue positiva y se

citó entre otros a personas que irían con Martín Artajo como Oriol, Areílza o

Larraz. Martín Artajo trató de sumar colaboradores pero la actitud

abstencionista de ciertas personalidades del catolicismo le afectó seriamente

como también el impacto de los argumentos de quienes le habían hecho ver el

inconveniente de mezclar Acción Católica con la política del régimen. Carrero

prometió a Martín Artajo comunicar a Franco esa preocupación. Merece la

pena tener en cuenta las notas de la conversación mantenida por Martín Artajo

con Ángel Herrera el 15 de julio. El 16 de julio Franco se entrevista con Martín

Artajo, se barajaron nombres propuestos por Artajo como los de la Areílza y

Oriól, entre otros. Definitivamente el 17 de julio, Martín Artajo era ya ministro de

Asuntos Exteriores en todas las previsiones y el desenlace sería, como no, el

18 de julio. El 21 se publicaba en prensa la constitución del nuevo gabinete,

sólo tres días después de la reunión de Postdam, en la que las potencias

ganadoras de la guerra recomiendan a Naciones Unidas la ruptura de

Page 9: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

9

relaciones con la España de Franco. Pero lo decisivo era la llegada de Martín

Artajo al cargo de ministro, la prensa católica y la Asociación de

Propagandistas la dieron como algo positivo.

Puede comprobarse cómo se estaba fraguando un ambiente propicio

para identificar régimen y catolicismo. Dice Tusell que Martín Artajo no escribió

nunca con claridad sobre sus intenciones pero sí lo hizo en una carta de

agradecimiento al cardenal Tedeschini, en la que le cuenta el proceso de crisis

política que había llevado a su nombramiento, los consejos que había seguido

y los propósitos que le animaban2. El colaboracionismo de Martín Artajo y de

Ángel Herrera era evidente, la identificación explícita entre el régimen y la

Iglesia Católica lo eran igualmente. Varios documentos, entre ellos uno de Gil

Robles, hacían ver que a finales de 1945 y comienzos de 1946 se había

producido una escisión en el catolicismo político español. Finalmente Tusell

realiza una conclusión del apartado3.

PRIMERA PARTE: Transformación política, aislamiento exterior,

Monarquía (1945-1951)

1. El programa político de Martín Artajo Si nos preguntamos, como hace Tusell, si había realmente un programa

político tras el acceso al poder de Martín Artajo y en qué consistía, podemos

decir que sí, porque hay un documento fechado el 11 de julio en el que se

habla de tratar de restablecer en España un régimen representativo sin

disminuir la autoridad, advirtiendo sobre la representación individualista, los

partidos políticos y la ilimitada libertad de prensa o de expresión. Los

instrumentos con los que había que abordar esa tarea serían: una monarquía

tradicional, un órgano representativo, otra cámara que represente los intereses

morales de la sociedad española, y una ley de expresión del pensamiento que

defina el justo límite de los derechos del individuo. Aunque hubo otro 2 Página 70 3 Páginas 78 y 79

Page 10: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

10

documento diferente al que acabamos de comentar, éste no emanaba del

político sino de ciertas organizaciones sindicales.

Martín Artajo, en los primeros meses del poder, parece demostrar querer

un cambio significativo en el régimen político franquista, pero su fórmula de

expresión variaba según el auditorio que la recibía. Varios documentos

presentados por Tusell lo atestiguan. Martín Artajo insistía en que España, por

lo menos en cuanto a posibilidad, tenía una estructura política semejante a la

europea y calificaba la postura española con el exterior como pacífica. Era

evidente la posición de Martín Artajo con respecto a los cambios que había que

producir en el interior y a la imagen que había que dar en el exterior.

2. El fracaso del programa de transformación

El programa de transformación llevado a cabo por Martín Artajo sería

aprobado a fines de 1945 y comienzos de 1946 aunque perdiendo su

coherencia porque una parte del mismo se desvaneció en proyectos

irrealizables. Las reuniones del Consejo de Ministros prueban que al menos se

era consciente de que había que transformar la imagen del régimen en el

exterior y, por lo tanto, se podían aceptar las tesis del ministro de Asuntos

Exteriores.

Hay una fuente para comprobar todo esto: se trata de las notas que

Martín Artajo tomaba en los Consejos de Ministros, pero las notas desaparecen

en 1947 cuando Franco decide que no se tomasen y tampoco que existiesen

actas. A partir de ellas, Tusell construye el apartado centrándose sobre todo en

los Consejos de Ministros y en sus deliberaciones. En los de julio de 1945,

Franco los abría hablando de una nueva etapa y minimizando el peligro de la

situación exterior del régimen, pero centrándose en ganar el mundo católico,

mencionando la necesidad de hacer concesiones no esenciales a la población,

anunciando una convocatoria de elecciones y que la representación del Estado

no recayera en la Falange. Entonces Franco coincidía con Artajo, quien tenía

Page 11: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

11

un papel de suma relevancia política en el gabinete. El comienzo era

prometedor para la política interior, pero esta política estaba muy unida a la

exterior y la formación del nuevo gobierno español coincide con la primera

ofensiva exterior en su contra. A comienzos de agosto las grandes potencias

vencedoras de la guerra acuerdan en Postdam solicitar a la ONU el no ingresó

de la España franquista, lo que motivó una protesta del gobierno español. Por

eso, los diplomáticos españoles se esforzaron en presentar a los extranjeros

una imagen de homologación, como apunta Tusell. En los primeros días de

agosto de 1945, Artajo recibe a los principales representantes diplomáticos

destacados en España y el tema de conversación siempre era la evolución

política de España. Todos los diplomáticos se movían entre el escepticismo y la

incredulidad, incluido el portugués. El propósito final de Artajo era la

restauración de la Monarquía porque era conveniencia de España y porque

culminaba el régimen, y además porque borraría los signos de identidad con el

Eje. Insistió Artajo en la reaparición de El Debate, pero estos planteamientos

para el cambio chocaban con otros que pedían continuidad y que el cambio

fuera simplemente un maquillaje. Este era el caso de Félix de Lequerica, que

dirige un escrito a Franco que constituía un ataque directo a Martín Artajo. Pero

mayor influencia que él tenía Carrero Blanco, quien redactó varios informes

para Franco que llegarán a constituir el centro de la postura de éste en el

inmediato futuro. Éstos textos centraban las siguientes cuestiones: sí tenía que

haber evolución, es decir, la pone en duda, no estaba de acuerdo con la

monarquía de Don Juan y sí con una monarquía católica y tradicional, aparte

de otros textos en los que enjuiciaba la actitud de los anglosajones. Era

evidente la diferencia de tono con respecto a Martín Artajo: Carrero quería

aguantar, Artajo insistía en la evolución.

Estos textos fueron remitidos a Franco pero las primeras intervenciones

de éste en los Consejos de Ministros de septiembre seguían dando la

sensación de que una transformación política del Régimen era posible. Franco

siempre iniciaba los consejos con la expresión “ofensiva masónica” e insistía en

que las características del régimen eran distintas y en que era preciso

Page 12: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

12

fundamentarlo en lo común al movimiento. Se tomaron varias medidas, una de

ellas a petición de Artajo: la supresión del saludo fascista, con la oposición de

ministros falangistas, así como la emisión de la práctica del culto no católico.

En cuanto al tema electoral hubo una amplia deliberación, las notas de Artajo

dan una buena idea del propósito de la medida que era simplemente asegurar

el carácter administrativo. Todas las medidas iban a ser publicadas en el

Boletín Oficial en el mes de septiembre pero se ratificaba el Fuero de los

españoles como el supremo texto constitucional, incluyendo la sumisión a

referéndum de la cuestión sucesoria, en la que insistió Franco en todo

momento, es decir, planteaba una Ley de Referéndum y posteriormente aplicar

una Ley de Sucesión. Se habló también de medidas de indulto y de legislación

en prensa. Franco pareció apoyar el programa transformador de Artajo pero

había divergencias entre él y el Jefe del Estado en el anuncio de las medidas

políticas, porque Franco quería hablar de ellas lo menos posible. Los

resultados de la reunión del Consejo de Ministros aparecieron en prensa en

octubre y se enviaron a las Cortes los nuevos proyectos de ley pero, como dice

Tusell, “las apariencias no deben engañar al historiador” porque, al lado de

quienes propiciaban una transformación política del régimen, había otros que

planteaban la resistencia, y el más decisivo fue Carrero Blanco. Carrero decía

que la situación exterior se caracterizaba por ataques al régimen y proponía a

Franco acciones basándose en la disyuntiva “Franco o el comunismo” y en

cuanto al tema interior pedía mano dura para quienes no se habían mostrado

demasiado cerca de Franco y para los que habían hecho explícita su adhesión

a Don Juan. En cuanto a las medidas de carácter político, Carrero parecía

aceptarlas pero con meditación, sobre todo las de prensa y referéndum. Lo que

dijo Carrero se llevó a cabo y lo que se sometió a referéndum fue una cuestión

como la Ley de Sucesión, no obstante los intentos de cambio del régimen de

prensa quedaron en nada. Martín Artajo observó cómo crecían sus dificultades

en los Consejos de Ministros y cómo se centraban en otros temas para desviar

la atención de los puntos importantes. Estaba claro que empezaba a

languidecer la voluntad de transformación del régimen, así lo anotaba Artajo en

sus notas con la palabra “alarma”, hasta un texto de Artajo fue recortado por

Page 13: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

13

Fernández Cuesta. El tema de las elecciones fue abordado de nuevo pero los

ministros falangistas preguntaron el porqué tenía que haber elecciones, pedían

un plebiscito, su triunfo fue arrollador. Estas ofensivas no se llevaban a cabo

únicamente en Consejo de Ministros, sino a través de notas al propio Franco,

como la redactada por el ministro falangista Carlos Rein. Puede decirse que en

este momento Artajo resiste e insiste en plantear a Franco sus propuestas,

pero todo parece indicar que las perspectivas de transformación del régimen

habían caído en crisis. En enero de 1946 se habló de nuevo del tema de las

elecciones, de la renovación de las Cortes, de los tipos de procuradores y de si

se suprimía el Consejo Nacional.

La llegada de Don Juan a Portugal y los apoyos de muchas

personalidades españolas va a contrariar a Franco, favoreciendo una actitud

defensiva a ultranza. Artajo comprueba como Franco no le apoyaba en los

consejos y su apreciación se ratificó en el mes de marzo.

En definitiva, lo curioso es que las medidas propuestas por Martín Artajo

a pesar de su no aplicación en este momento, resucitaron periódicamente a lo

largo del franquismo, eran medidas liberalizadoras, porque según apunta

Tusell, “de haberse aplicado en 1945, lo más probable es que ni hubieran sido

aceptadas por las democracias como evidencia de las transformación del

régimen, ni hubieran hecho otra cosa, a estas alturas, que aumentar la

conflictividad política interior en el seno del régimen”.

3. El “gran argumento”: la defensa católica del régimen de Franco

La imagen de Martín Artajo traslucía hacia el exterior, era la del

catolicismo oficial español del momento y de esta manera el catolicismo resultó

un arma de Franco, muy importante en su estrategia. José María Pemán había

sacado la conclusión, tras hablar con Artajo, de que Franco era quien llevaba la

política internacional y Artajo era simplemente el apuntador, pero según Tusell,

esto es inexacto porque Artajo jugó un papel importante en la aceptación del

Page 14: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

14

franquismo exterior y lo que interesa es el papel del catolicismo político como

defensor del régimen de Franco. La jerarquía eclesiástica española siempre

esperó de este apoyo exterior la contrapartida de la transformación política

interior, pero el Vaticano no la apoyó demasiado aunque la varió en los años

cincuenta. La jerarquía española, con Pla y Deniel, dio su apoyo a Artajo y a

Franco, sobre todo en la pastoral de 28 de agosto en la que muchas de las

posiciones coincidían con las de Martín Artajo, pero para el autor del libro, “la

Iglesia española de 1945 no era ni estatista ni totalitaria”. La verdad es que era

la defensa de una clase de reforma del régimen idéntica a la que Artajo había

patrocinado en el momento de convertirse en ministro.

La Iglesia no quería una vuelta atrás y siempre fue la misma la postura

del Primado aunque había algunos prelados que eran aún más afines al

régimen, como el obispo de Orense. Martín Artajo llegó a dirigirse a Pla

solicitándole prudencia y que persuadiera al obispo orensano para que

suprimiera algunos pasajes de su pastoral. Artajo intentó otra fórmula para

lograr un apoyo al régimen por el catolicismo exterior, se trataba de lograr

embajadores vinculados con movimientos católicos y a la CEDA. Propuso a

García Pizarro, mencionó a Areílza, pero Franco optó por Lequerica, al que

antes he hecho alusión. Estaba claro que el poder de Artajo estaba limitado.

Los contactos con el Vaticano se sucedieron, sobre todo con el cardenal

Tedeschini, enviando a Ángel Herrera a Roma, de cuya estancia sabemos por

José María Pemán. De su texto podemos extraer algunas conclusiones: el

carácter instrumental que Franco daba al colaboracionismo del sector católico,

que el Papa compartiera su obsesión antimasónica y que coincidiera con

muchos de los puntos de vista del régimen español.

Cabe destacar que el gobierno, en estos momentos, insistirá en la

restauración de la cultura católica, aunque el órgano de Acción Católica dijese

que no eran políticos, pero lo que sí es cierto es que empezó a ser bastante

habitual en los discursos de los dirigentes franquistas el recurso a la religión

católica. Ruiz Giménez presidente de “Pax romana” tenía una profunda base

Page 15: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

15

cristiana y sus viajes servían políticamente al régimen, hizo mucho porque

hubiese un reconocimiento exterior y reafirmó que éste no podría venir sino a

través de catolicismo, incluso su actuación fue muy relevante en la

organización del Congreso Internacional de la Pax Romana celebrado en

Salamanca y El Escorial.

Era evidente que en los primeros años de 1946 estaba quedando

diseñada parte de la estrategia de perduración del régimen que tenía a

personas e instituciones vinculadas con el catolicismo dentro de su

organización. Esto se notaba fundamentalmente en el lenguaje del propio

Franco, vez más clerical, más mesiánico. Incluso se le nota también a Martín

Artajo en un discurso en las Cortes, en el que apuntaba la perfecta armonía,

casi ideal, entre el Estado y la Iglesia española. Era el momento crucial, sobre

todo por la incomprensión que según el franquismo se daba en el exterior hacia

el régimen, y porque el comunismo era visto igualmente como enemigo

amenazador. De ello hay muchas pruebas entre los papeles de Martín Artajo.

Dice Tusell, que para Franco el carácter supuestamente católico del

régimen era el gran “argumento” de cara al exterior, al romper con el

aislamiento diplomático en el que vivía España. Y con respecto al Vaticano

puede decirse que la actitud no podía identificarse con la del régimen aunque

cuestiones como la internacionalización de los Santos Lugares y otros fueron

uniendo a ambos. Y respecto a la Iglesia española, la relaciones con el régimen

fueron invariablemente estrechas, es más, la presencia de Martín Artajo en el

ministerio de Exteriores contribuyó a normalizar la situación de los

nombramientos episcopales, incluso llegó a crear una promoción de prelados,

aunque hubo algún conflicto circunstancial, por ejemplo en los casos de los

cardenales Segura y Garay.

En definitiva, el aislamiento exterior no sólo separó al catolicismo oficial y

político del régimen sino que cimentó su unión.

Page 16: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

16

4. La cuestión monárquica (1945-1947)

La Monarquía era la pieza más importante en el esquema político de

Artajo. Esta cuestión excluía por parte de Franco a Don Juan, aunque sería

posible una transición desde el régimen. Esta línea la mantuvo Artajo a lo largo

de toda su vida: la Monarquía era deseable y posible pero solamente se

convertiría en la institución política fundamental en el caso de que se lograra la

colaboración estrecha y sincera entre Franco y Don Juan. Si bien se produjeron

abandonos en el seno del régimen de ciertos monárquicos, siguiendo las

instrucciones de Don Juan (caso del duque de Alba), hubo un tiempo en que

pareció posible una transición política desde el régimen franquista a la

Monarquía, por tanto era preciso poner en contacto a Franco y a Don Juan, y a

esto se dedicó Artajo, como se desprende de diferentes conversaciones

mantenidas con Ángel Herrera.

En diciembre de 1945 se llegó a un principio de acuerdo, Franco no

pondría dificultades para que Don Juan se trasladase a Portugal y mantener

una entrevista, pero otra cosa distinta sería el criterio para el contenido de la

misma. Artajo, encargado de preparar el viaje y alojamiento en Portugal de Don

Juan, pronto se vio decepcionado, porque en enero de 1946, Franco se

posicionó claramente ante el tema y escribió a Don Juan. Ahora no quería que

hiciese el viaje, acabando pronto la ruptura entre ambos, a pesar de los

intentos de Nicolás Franco de una reunión secreta. Franco observaba cómo la

posible presencia en Portugal iba a traer consigo el conocido “saluda”, firmas

de muchas personalidades de la derecha española dando la bienvenida a Don

Juan. Este “saluda”, publicado en febrero, hizo a Franco reaccionar con

indignación, reunió el Consejo de Ministros, observándose mediante las notas

de Artajo la violencia extraordinaria con que se manifestó en él: habló de

“blanduchería”, “conspiración masónica”, de quitar los cargos a quienes lo

firmaron, etc. Los ministros aplaudieron su postura, Artajo propuso moderación

pero esto le llevó a un progresivo declinar político.

Page 17: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

17

Se pregunta Tusell sobre lo que representaba en este momento la

solución monárquica. Las bases de Estoril fueron oportunistas y Franco decidió

resistir. En este panorama en el que empezaba a verse el papel de

sostenimiento interior del régimen por el catolicismo colaboracionista, Artajo

comienza a caer en desgracia y pasa, como afirma Tusell, “de ser inspirador de

una transformación política a un secretario de despacho en precario”.

Diferentes personalidades relacionadas con la Monarquía fueron increpadas

por falangistas, tal fue el caso del catedrático de Historia, Pabón, firmante del

escrito de adhesión a Don Juan, que renunció a su puesto.

La “cuestión española”, planteada en diciembre de 1946 en la ONU, fue

el momento culminante de la presión exterior sobre el régimen. España hacía

caso omiso de los acuerdos, ignorando el resultado condenatorio del régimen y

afirmándose en el mantenimiento de la independencia española, posición de

Franco y apoyada incluso por Roma. El régimen debía mostrar estabilidad, así

lo pensaba Martín Artajo, que en estos momentos estaba escribiendo de

alguna manera el epitafio de su programa político.

El 18 de diciembre se comenzaban los trabajos para la ponencia que

estudiaría los proyectos de trasformación política del régimen, parece que

había llegado el momento de la aplicación de todo lo que se había venido

discutiendo antes de la crisis de 1945, aunque todo se había inclinado hacia la

cuestión sucesoria, centro del escrito en cuestión, porque era preciso un

sistema sucesorio y éste debía ser la Monarquía, pero aportada por el

generalísimo de acuerdo con el príncipe pretendiente. No obstante la ruptura

entre Franco y Don Juan impulsaba a los monárquicos a llegar a un acuerdo

con las izquierdas, el enfrentamiento era inevitable y comenzó a hacerse más

virulento en febrero de 1947 porque Artajo recibió órdenes de Franco para que

Don Juan desmintiera sus contactos con la izquierda.

En este ambiente se llevó a cabo la elaboración de la Ley de Sucesión,

su proceso de redacción fue breve, interviniendo algunos ministros, el

Page 18: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

18

presidente de las Cortes y con un papel importante del propio Martín Artajo.

Esta ley consistirá en la declaración de España como Reino, con una Jefatura

del Estado ilimitada en manos de Franco y la creación de un Consejo de

Regencia, y con un Jefe del Estado que podría poner en cualquier momento la

persona de su sucesor. España quedaba proclamada como Reino, los círculos

monárquicos verían en esta ley la negación de la monarquía hereditaria, lo que

condujo a una manifestación pública de protesta monárquica en el mes de abril,

que condenaba a un Franco vitalicio que había destruido lo fundamental de lo

que representaba Don Juan. Las reacciones de la prensa del régimen no se

hicieron esperar, Arriba identificaba a los exiliados de Estoril con la izquierda.

Otro incidente alejó más aún a Don Juan de Franco, las declaraciones del

primero al diario inglés Observer en las que identificaba una vez más a la

monarquía con las fórmulas democráticas europeas, con las libertades para

todos los grupos políticos y respecto a la peculiaridad de las regiones. Iban a

suponer una auténtica tormenta en el interior de España.

Era el momento de organizar un referéndum para la Ley de Sucesión, se

insistió en la responsabilidad del voto, se dirigió el voto por parte de la prensa,

y el propio Primado llegó hablar de obligatoriedad. Como era previsible, éste

llegó de forma abrumadora a las urnas y así quedó convertido en monárquico

el estado de Franco, que fue apoyado sin fisuras por el catolicismo

colaboracionista, pero ¿hasta cuándo iba a darse ese abrazo dentro del propio

catolicismo?

5. Colaboracionistas versus antifranquistas (1947-1951)

Frente a la voluntad colaboracionista de Artajo, Herrera o Martín

Sánchez, hubo un sector que desde el exilio, con Gil Robles, se mantuvo al

margen del mundo oficial, se trataba de dos líneas antagónicas. La fecha clave

fue octubre de 1947, si embargo los antecedentes de la ruptura se dieron en el

verano de este mismo año cuando Gil Robles visitó al Papa y le entregó una

Page 19: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

19

carta de Don Juan expresando su opinión acerca de las relaciones entre el

catolicismo y el régimen de Franco y sus consecuencias.

La situación cambió en ese mes de octubre y tuvo como referente una

entrevista de Prieto y Gil Robles, importante por el hecho de haberse celebrado

y por la nueva situación que creaba en el seno del antifranquismo y respecto

del régimen. Era una vuelta a las dos Españas en el momento en que Herrera

hacía su entrada como obispo en Málaga y señalaba la necesidad de aplicar

normas sociales si se quería una sociedad auténticamente cristiana. La

situación era complicada, mucho más al filtrarse una noticia de agencia en la

que se informaba que Don Juan había autorizado los contactos, lo que hizo que

la cuestión saltara a la prensa española el 22 de octubre, haciendo reaccionar

a los falangistas y produciendo un conflicto entre Artajo y Gil Robles, casi

irreversible. En uno de sus escritos a Martín Artajo, Gil Robles aseguró que no

había admitido ni gobierno provisional ni plebiscito para la Monarquía, pero

Artajo le criticó duramente en un escrito de respuesta4 en el que se evidenciaba

la diferencia de actitud de los monárquicos del exilio y los del interior,

especialmente si éstos eran colaboracionistas. Dice Tusell que se asistía a un

“diálogo de sordos” y que la polémica fue subiendo de tono aunque no fuese

puramente personal. No obstante lo que ocurrió tuvo una consecuencia en el

seno del mundo del catolicismo político, Gil Robles se colocaba al margen del

régimen y juzgaba severamente a Artajo. Pero lo que nos interesa señalar es el

carácter colectivo de esa ruptura y eso fue lo que ocurrió, que su actitud

produjo un desgarramiento en el seno del catolicismo político español.

A lo largo de 1948 y 1949 se observa un esfuerzo de unidad en el seno

de la Asociación de Propagandistas, sobre todo por Martín Sánchez, no

obstante Herrera, con su llegada al episcopado, quedaba un tanto al margen de

la actividad política aunque se mantuvo como consejero de Artajo, es más le

llegó a decir, aún admitiendo un espíritu de cruzada, que no se podía calificar

como infieles a los adversarios.

4 Página 171

Page 20: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

20

La presencia en España de Don Juan Carlos de Borbón para completar

su educación demostraba que Franco se lo tomaba con calma y que la última

apariencia de transformación política del régimen se centraría en septiembre de

1948, poco después de que tuviera lugar la entrevista entre Franco y Don Juan.

Las elecciones siempre habían estado en el calendario de Artajo y finalmente,

el 2 de septiembre de 1948 se anunciaba su celebración para el mes de

noviembre, constituyéndose en febrero de 1949 los nuevos ayuntamientos.

Resulta obvio que en 1950 el programa político de Artajo estaba lejos de

cumplirse y que su fidelidad personal hacia Franco era sincera. Y, por otra

parte, los jóvenes falangistas considerarían al sector católico como infiel al

régimen, produciéndose ataques de los medios falangistas, particularmente

contra Artajo, un ministro cuyos proyectos políticos parecía que se remataban,

fundamentalmente el de la cuestión monárquica que puede calificarse como

detonante de la división del catolicismo político. La entrevista tanto tiempo

ansiada entre Franco y Don Juan se produjo en unas condiciones nuevas y

diferentes, pero ya era demasiado tarde, a pesar de que el catolicismo

colaboracionista manifestó su satisfacción por las conversaciones. Con ella se

inició un nuevo período en las difíciles relaciones entre Franco y Don Juan,

pero más que este cambio, interesa el papel de los católicos colaboracionistas

con la causa monárquica y el papel desempeñado por Artajo. Éste era

monárquico, colaboracionista e instrumento fiel y principal del régimen. Su

carácter mediador entre Don Juan y Franco se veía no obstante cercenado

desde la Subsecretaría de Presidencia, con notas de prensa atacando a los

monárquicos de Don Juan y viendo, partir del verano de 1949, que sus

posibilidades eran inexistentes, pero Artajo no cejaba y el 10 de julio de 1951,

Don Juan escribía a Franco manifestándole su adhesión al movimiento y

pidiendo tratar con él.

6. El control de prensa (1946-1951)

Page 21: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

21

La política de prensa jugó un papel de primera importancia y un cambio

de orientación en su política tenía como objetivo la reaparición del órgano

principal de la Editorial Católica, con plena libertad de expresión. Las personas

sobre las que recayó la responsabilidad de prensa fueron propuestas por

Martín Artajo, pero quien tenía en sus manos la alta dirección en la materia era

Ibáñez Martín.

La responsabilidad directa y fundamental correspondió sin embargo a

personas propuestas por Artajo: Luís Ortiz y Tomás Cerro. Jugaron también un

importante papel Ángel Herrera y Martín Sánchez. Sea como fuere, el resultado

final distó mucho de conseguir cambios significativos en la materia, aunque en

los primeros meses hubo algunos intentos: desvincular de la Dirección General

de Prensa los periódicos del Estado, etc. Las disposiciones modificativas de la

vigente Ley de Prensa entraron en vía muerta, aunque se intentó resolver el

problema del nombramiento de los directores de periódicos, que

correspondería a la persona natural o jurídica propietaria del mismo. A corto

plazo, la modificación del sistema de prensa quedó reducida a nada en el

terreno legal y no se prescindió de la censura, autorizándose a la Dirección

General de Prensa para ejercerla con mayor amplitud o atenuarla. La censura

activa tuvo siempre límites y, por supuesto, no se aplicó a las grandes

cuestiones de política nacional; tampoco desapareció el régimen de consignas,

como lo atestigua el propio Director General de Prensa, que escribió algún

artículo en el que expresaba que el punto de vista oficial era negociado con los

directores de las publicaciones, lo que indica el control de la prensa por el

régimen, sobre todo en los momentos de dificultades; tal fue el caso de la

campaña periodística del referéndum sobre la Ley de Sucesión, a mediados de

junio de 1947, y el del final de la Segunda Guerra Mundial, etc. Además hay

que apuntar la rápida transición de una tímida apertura a una actitud defensiva

a ultranza.

Los crecientes incidentes producidos entre la administración y la prensa

a partir de 1947 y 1948 no son tan distintos de los que acontecieron a partir de

la puesta en práctica de la Ley de Prensa de 1966, como apunta Tusell. Como

Page 22: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

22

tampoco fueron pocos los incidentes entre el sector católico y la Falange en

materia de prensa, véase por ejemplo en el caso de Sí, de carácter falangista,

en el que se atacaba a comienzos de 1948 a la Asociación Católica de

Propagandistas. Se pedía censura, que dependía de Ibáñez Martín, y que

Franco mediara. Siempre hubo una diferencia muy notable entre el

colaboracionismo católico y el falangismo radical, Tusell dice que éste era más

demagógico y menos monárquico.

En noviembre de 1947 aparece la revista Criterio, que trataba de inspirar

el catolicismo político español del momento. Sus pautas eran colaboracionistas

pero moderadas y proporcionaban un barniz cultural al catolicismo político de la

época, con artículos de Gerardo Diego, Eugenio D’Ors, Manuel Fraga, etc.,

pero la revista no estuvo carente de problemas y se fue apagando hasta

desaparecer a mediados de 1950. Estuvo cerca de enlazar con Ya,

recuperado en 1952 por la Editorial Católica.

En septiembre de 1946 el obispo de Pamplona quiso publicar una

pastoral en la que hacía mención a los atrasos en los pagos de las pensiones a

los huérfanos de la guerra civil en su diócesis y fue prohibida, lo que unido a

referencias que aparecían en libros sobre espectáculos considerados

amorales, nos ayuda a comprender las palabras de Pemán: “no puedo

comprender que una movilización como debiera ser la Acción Católica se

emplee hoy en día en España en tres objetivos: el baile, la moralidad de las

plazas y el cine”. En 1950 el propio Pla y Deniel protestó ante el Director

General de Prensa por la mención en los periódicos del centenario de Balzac,

lo que ponía en un grave enfrentamiento al episcopado con las autoridades

civiles en materia de prensa, a las que acusaba de laxitud. Aunque los

enfrentamientos más graves se produjeron entre las autoridades y la prensa

relacionada con la rama obrera de acción católica, con el periódico Tú, órgano

de las Hermandades Obreras de Acción Católica (HOAC). Junto a la

suspensión del director de un periódico asturiano, Región, y las medidas

Page 23: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

23

tomadas contra ABC, fueron éstas las decisiones más graves tomadas en

materia de prensa en estos años.

La relación entre el órgano principal de la prensa monárquica, ABC, y la

Dirección General de Prensa eran en teoría excelentes, sin embargo, a partir

de la Ley de Sucesión se hicieron malas, hasta el punto de que constituyó el

caso de enfrentamiento más evidente entre la prensa y la administración,

algunos de cuyos incidentes fueron realmente importantes, como la corrección

hecha en el periódico ABC aludiendo a “El Rey” por “El Príncipe” de

Maquiavelo.

Del 16 al 19 de febrero de 1950 se realizó el III Congreso Internacional

de la Prensa Católica en Roma. El ambiente era favorable a la situación del

régimen jurídico de la prensa en España pero la intervención del Papa dejó

escapar discrepancias entre lo que describía como una situación ideal y la

realidad española, llegando a decir que lo peor sería los países en los que la

opinión publica permaneciera muda. Esta declaración tuvo una gran

repercusión en España. La crisis gubernamental gestada desde comienzos de

año estaba en la fase final de su desarrollo y muchos aspectos la habían hecho

posible. Martín Artajo duró en su puesto y los que volvieron a prensa fueron los

que estaban antes de 1946: Arias y Aparicio.

7. Primeros conflictos con la Acción Católica Obrera

Los primeros conflictos surgidos entre una las publicaciones de las

hermandades obreras de Acción Católica y la dirección general competente

iniciaron el enfrentamiento entre Iglesia y Estado. A finales de 1947 y

comienzos de 1948 se implantó esta rama de Acción Católica en los centros

industriales, surgiendo sus órganos de propaganda, como el Boletín de

Militantes de la HOAC. Su promoción corrió a cargo del propio Primado,

cardenal Pla, que fue llamado “cardenal de los obreros”. La existencia de

HOAC llevaba al planteamiento de la cuestión de la libertad sindical y al empleo

Page 24: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

24

de un lenguaje reivindicativo que chocaba claramente con los reducidos niveles

de permisividad existentes en el momento. La mayor conmoción creada por la

HOAC se debió a protestas sobre la situación de la clase trabajadora, pero la

organización no tenía un ideario preciso ni vertebrado, publicaba documentos

de los obispos, de apostolado extranjero, se trataba por igual al capitalismo y al

marxismo, se repudiaba la identificación entre catolicismo y capitalismo, pero

no se criticaba el orden político. El tono reivindicativo aparecía siempre en Tú.

Este lenguaje llevaba a conflictos con las autoridades de prensa y con el orden

público. El enfrentamiento se hizo más reivindicativo a fines de 1950 y

comienzos de 1951, jugando luego un papel importante en la posterior crisis

política del mes de julio. El Papa había hecho una alusión a esas “instituciones”

que ayudaban a la formación de los trabajadores haciéndolos buenos

trabajadores y buenos cristianos, al tiempo que en Barcelona se produjo una

grave situación alimentaria que condujo a una huelga espontánea que generó

una falta de diálogo entre la población de Barcelona y sus autoridades, y a un

enfrentamiento entre la Falange local y el gobernador civil, lo que llevó a la

represión. Pronto esta carestía de aprovisionamiento se extendió al País Vasco

y a Madrid, obligando a Ruiz Giménez, desde Roma, a pedir a Artajo que ahora

había que actuar con firmeza. Los diferentes sectores del régimen se

enfrentaron recriminándose, en especial los católicos y los falangistas, incluso

en el propio Consejo de Ministros. Artajo envió una carta a Franco en la que le

sugería subliminalmente hacer desaparecer el aparato del partido único, lo que

llevaría implícita una transformación política del régimen.

La modificación del régimen no se produjo y Artajo creía que la pasividad

por parte de las autoridades eclesiásticas al tratar el problema fue el detonante.

Esta pasividad fue aludida por Artajo en la carta que envió a Ruiz Giménez, El

Primado estaba dispuesto siempre a apoyar a la HOAC y defendía la

independencia de Acción Católica.

8. La crisis de 1951

Page 25: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

25

Varios hechos condujeron a la crisis de 1951: los acontecimientos de

Barcelona y su repercusión posterior, la Guerra Fría, y el desgaste de algunos

ministros por los enfrentamientos internos, todo ello da la sensación de que

Franco pudiera concebir un cambio político. Martín Artajo jugó un papel

importante en el relevo ministerial, la crisis tuvo una gestación larga, Artajo

pidió consejo a Ruiz Giménez sobre algunos nombres para ser ministros. Pero

lo importante en la mente de Artajo era limitar o destruir la influencia de la

Falange como partido único del régimen. Entre los objetivos estaba crear un

Ministerio de Gobernación se asumiría el papel de la antigua Secretaría

General del Movimiento. Los nombres propuestos como ministrables eran de la

familia política de Artajo, con lo que parece claro el propósito de marginar al

sector falangista y seguir desmontando el aparato del partido único inserto en

el Estado. Ruiz Giménez coincidía en los nombres de los ministrables con

Martín Artajo, pero a medida que fue avanzando la crisis parece que el

desarrollo no era el pensado por él y por Ruiz Giménez, porque ni se marginó a

la Falange ni desaparecieron sus cabezas de fila. Al sector católico le

correspondió una cartera identificada con él, la de Educación, para la que

Artajo propuso a Castilla, pero éste no aceptó y Artajo propuso entonces a Ruiz

Giménez, concluyendo con esto la crisis del sector católico en 1951. Artajo

continuó en su puesto pero no se produjo el desmantelamiento del partido

único, y la antigua Secretaría General, vacante desde 1945, se cubrió con el

falangista Fernández Cuesta. El poder seguía estando donde siempre, en

Franco y en hombres fieles como Carrero Blanco, ahora ministro. El sector

católico seguía teniendo puestos clave, aparte de Artajo, Ruiz Giménez y

Castiella, que jugarían un papel muy destacado en la siguiente etapa.

SEGUNDA PARTE: “Proyecto Catedral”: la gestación del

Concordato de 1953

Lo que aquí se trata se centra en la posibilidad de contrarrestar la

campaña antiespañola, de pasar al ataque informando tenazmente y señalando

los riesgos y las promesas del futuro, de llegar a la firma de un nuevo

Page 26: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

26

Concordato, y que desde Roma se hiciese una campaña urgente e incesante

de adhesiones a la Patria.

1. Ruiz Giménez, en Roma. El primer proyecto de Concordato

Ruiz Giménez llegó al Vaticano y pronto pudo detectar el “ambiente”, lo

que unido a las dificultades personales, marcaron su primera etapa en Roma.

Su primera prueba de fuego fue durante la presentación de sus credenciales

ante la Santa Sede el 12 de diciembre de 1948, de la que salió airoso si

tenemos en cuenta lo que Franco le comentó a Martín Artajo: que el embajador

había estado muy hábil en este primer contacto con el Papa. Pero, pese a esa

euforia, había una realidad que emanaba de la respuesta papal a la

intervención del embajador: que había una distancia entre el ideal católico y la

forma cómo se practicaba en España. Aunque después el embajador y el Papa

conversaran y éste hiciese elogios de Franco, el primer contacto no fue

considerado grato por Ruiz Giménez, que escribió a Martín Artajo una carta en

la que se lo contaba.5

Tusell se pregunta: “¿en qué instrumentos pensaba Ruiz Giménez para

avanzar en el estrechamiento de las relaciones entre la Iglesia y el Estado

español?”. Las máximas jerarquías eclesiásticas y Martín Artajo serían buenos

elementos para usar, pero las circunstancias internacionales facilitaban la

aproximación del Vaticano a la peculiaridad del catolicismo español. En ese

clima se inicia la gestión del nuevo embajador, con conversaciones con el

secretario de Estado, monseñor Tardini, al que señaló factores que a su juicio

facilitarían acuerdos en todas las materias, incluyendo familia y enseñanza.

Pero había negociaciones pendientes, las del convenio de demarcación de

nuevas diócesis, temas que se abordaron.

Se estaban produciendo hechos que demostraban la voluntad española

de mejorar las relaciones con Roma, fundamentalmente en la identidad de

5 Página 234

Page 27: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

27

posiciones en política exterior, sobre todo en el tema de la internacionalización

de los Santos Lugares. Fue monseñor Tedeschini quien mantuvo un papel

básico para el régimen de Franco, apoyando a España y comunicando al Papa

su resurgir religioso, social y cultural, incluso el Osservatore Romano publicó la

fotografía en la que el cardenal aparece abrazado a Franco. Tedeschini, en un

acto celebrado en el Colegio Español de Roma, aseguró que en pocas

naciones del mundo, el catolicismo estaría tan a salvo como en España, que

“nos enseña a gobernar en católico”.

Si la visita de Tedeschini a España fue importante, también tuvo

trascendencia la que Martín Artajo realizó a Roma con motivo del Año Santo.

Eran serios intentos por parte española para mejorar las relaciones entre la

Iglesia y el régimen, y que impulsarán las negociaciones de otros temas, como

el de la jurisdicción castrense. Pero Ruiz Giménez no centraba toda su gestión

en negociaciones concretas, sino en el propósito de realizar el Concordato, del

que no estaban del todo convencidos ni Herrera ni Martín Artajo, pero Ruiz

Giménez insistía ante Tardini en la necesidad de un acuerdo concordatario de

carácter general. Este tema fue presentado ante el Papa por Ruiz Giménez de

forma oficial y lo hizo en los términos extensamente expuestos, que Tusell

transcribe6. La elaboración de un primer proyecto de Concordato se produjo a

lo largo de 1950, siendo febrero el mes en el que las autoridades vaticanas

dieron su conformidad para el comienzo del diálogo sobre la materia. Ruiz

Giménez había redactado en marzo un primer proyecto de Concordato que

trataba cuestiones como la enseñanza, la colaboración con el Estado, etc.

Martín Artajo estuvo de acuerdo con las líneas generales de la tesis de Ruiz

Giménez y presentó el proyecto a Franco que lo aprobó, pero el embajador

quería un Concordato estable, por ello una comisión interministerial iba a añadir

observaciones de los miembros de la jerarquía eclesiástica, la ponencia la

formaban Artajo, Fernández Cuesta e Ibáñez Martín y la presidía Franco. A

fines de 1950, Ruiz Giménez tenía redactado un borrador y el 16 de abril

6 Página 242

Page 28: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

28

entregaba al Papa el texto de la propuesta española de Concordato, pero la

negociación no había hecho más que empezar.

2. Castiella, embajador ante la Santa Sede

Joaquín Ruiz Giménez fue sustituido por Castiella y éste, a diferencia de

lo sucedido con el anterior embajador, se quejó ante la Santa Sede

expresándose en términos mucho más diplomáticos. En su discurso

protocolario hizo una vaga alusión al mejor servicio de España y de la Iglesia y,

de forma indirecta, introdujo la cuestión de la situación de marginación

internacional de España. Castiella se quejó más de la prensa oficial católica

italiana y de su actitud de desvío con respecto al régimen español, porque

había una diferencia marcada de sensibilidad religiosa entre el embajador

español y el clima predominante en Roma, donde no se veía con ningún

entusiasmo a las instituciones españolas, es más, la visión sobre España

estaba sesgada por la “orientación democrática” del Vaticano.

En estas circunstancias, sólo la capacidad de trabajo de Castiella y la

coyuntura internacional iban a hacer progresar las negociaciones con el

Vaticano, lo que unido a los viajes a Roma de Martín Sánchez Juliá y Ángel

Herrera, personas bien vistas por Roma, abrirían el camino. Además el

Congreso Eucarístico de Barcelona facilitó la mejora de las relaciones, mejora

que en gran parte debemos a la tenacidad de Castiella que recibió del Papa,

pasado el tiempo, la condición honorífica de noble en la corte Pontificia.

A mediados de enero de 1952 monseñor Tardini había devuelto parte del

articulado del Concordato en la versión de la Santa Sede al representante

español, iniciándose así la negociación del mismo, pero el cambio de sintonía

entre los dos poderes no se dio hasta junio de 1952, cuando el cardenal

Tedeschini declaraba que el recuerdo del congreso de Barcelona sería

imborrable y el Papa agradeció la consagración a España a la causa católica

hecha por Franco en ese congreso. A partir del mes de julio, Artajo y Castiella

Page 29: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

29

comenzaron a llamar al proyecto de Concordato, “proyecto Catedral”. El mismo

día en que Castiella quedaba sorprendido por el giro de posición del periódico

Osservatore Romano se recibió la noticia de que Tardini prometía formalmente

el texto para el 30 de julio, lo que no quería decir que existiese aún un acuerdo

completo. En octubre, Tardini había trabajado con Castiella sobre el texto del

posible acuerdo; el final iba a llegar en noviembre de 1952, momento en que

fueron elevados al cardenalato el nuncio de España y los arzobispos de

Tarragona y Santiago de Compostela.

3. La fase final de la negociación del “Proyecto Catedral”

Esta fase se dio en los últimos días de 1952 y los primeros meses de

1953. Los indicios de que el tema avanzaba se empezaron a percibir en la

entrevista entre Castiella y del Papa Pío XII, en diciembre de 1952. Pronto

surgió el primer problema con la regulación de Acción Católica española.

Castiella veía en Acción Católica había elementos no abiertos al régimen y

observó que el Papa estaba dispuesto a que no se tratara este tema en el

Concordato, opinión que gustó a Castiella. Esto impulsó la negociación, que se

fue haciendo cada vez más positiva, según el embajador, aunque también

ayudaron razones de política exterior (ruptura de relaciones de Tito en

Yugoslavia con el Vaticano), pero la decisiva confirmación la obtuvo Castiella

en los primeros días de marzo con ocasión del aniversario de exaltación de Pío

XII, en el que la intervención del cardenal Ottaviani sobre “Iglesia y Estado”,

supuso un inesperado elogio al Fuero de los Españoles, siendo obvio que el

cardenal hablaba con la aprobación del Pontífice. Dicho discurso fue publicado

en italiano y en español porque su importancia era crucial para las relaciones,

unas relaciones que querían impulsar con rapidez los trabajos sobre el

Concordato, pero sin embargo el Vaticano los fue demorando. Para agilizar las

conversaciones, Castiella preparó un texto del Concordato en la versión

española que entregó a monseñor Tardini. No parecía haber dificultades de

fondo aunque éstas hicieron su aparición en la última fase de la negociación.

Por tanto era ahora preciso que las autoridades políticas españolas no dilatarán

Page 30: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

30

el examen de los textos, pero los deseos de Artajo y Castiella no se vieron

cumplidos por parte de Roma que volvió a recaer en lo que Castiella

denominaba como “pachorra”. Sin embargo esto no fue así, sino que se pudo

deber a la morosidad con la que los prelados españoles examinaron algunas

de las cuestiones. A principios de junio la Santa Sede disponía ya de las

observaciones de la jerarquía eclesiástica española. El Primado, Pla y Deniel,

consideraba muy acertado el proyecto y no presentaba ninguna objeción de

fondo. El 25 de junio de 1953, Castiella comunicó a Artajo que había llegado a

un acuerdo sobre el texto completo salvo tres artículos que el Papa quiso

retener, los referentes a Acción Católica y su reconocimiento, cuestión ésta que

la Santa Sede había conseguido colocar pero en términos restrictivos, otras

cuestiones mixtas, y la redacción de los primeros artículos del Concordato.

En los convenios de 1941 y 1946 se mencionaba la disposición del

Estado español a mantener vigentes los cuatro primeros artículos del

Concordato de 1851, que suponían la confesionalidad católica de España con

exclusión de cualquier otro culto, el carácter católico de la enseñanza y el alto

patronazgo del Estado respecto a las jerarquías eclesiásticas, pero la mención

del Concordato de 1851 en el texto de 1953 devaluaba el contenido del último,

suponía el planteamiento de la cuestión de la tolerancia en unas términos en

los que no se recibía respaldo de Roma y la no mención en el Concordato del

Fuero de los Españoles. El enfrentamiento de las posiciones fue duro, pero el

embajador comunicó a Madrid que la entrevista mantenida con el Papa tuvo

resultados positivos y manifestó su satisfacción. El preámbulo del Concordato

hacía mención a que con él se completaban y asumían convenios anteriores

pero no se mencionaba al Concordato de 1851, lo que significaba que se había

logrado lo deseado por Martín Artajo.

Quedaba un tema final: que constara la posibilidad en el Concordato de

plantear objeciones de carácter político al nombramiento de prelados por razón

de su condición, por ejemplo de separatistas, pero nada apareció en el texto.

Puede comprobarse que el último mes antes de la firma del Concordato fue

Page 31: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

31

especialmente movido, sobre todo por la jerarquía española y más

concretamente por Pla y Deniel, aunque no es seguro que la dilación en el

acuerdo fuera de los obispos españoles sino más bien del Vaticano; era

evidente que para la Santa Sede, el Concordato era menos importante que

para la parte española, para la que constituía un factor justificativo de

existencia. Una buena prueba fue la premura en acelerar su firma por parte de

Castiella en Roma y de Martín Artajo en Madrid. El 26 de agosto se autorizó en

Madrid y al día siguiente se firmaba en Roma la difusión de su contenido. Ese

mismo día, Martín Artajo fue recibido por el Papa y después se firmaba en la

embajada española el Concordato entre Tardini y Martín Artajo.

4. El Concordato de 1953 como símbolo

El Concordato de 1953 quería ser llevado desde el Vaticano con

discreción, pero la España oficial lo recibió con entusiasmo. La portada del

diario Ya de 28 de agosto de 1953 incluía la foto de los firmantes y del propio

Franco y las editoriales eran expresivas manifestando su inmenso júbilo. Había

una distancia entre el contenido propio del acuerdo y el entusiasmo que del

mismo se deriva. Ese entusiasmo se centró sobre todo en el sector católico del

régimen que atribuyó al Concordato una importancia absolutamente

trascendental en la historia de las relaciones entre Iglesia y Estado. No

obstante, aunque ese entusiasmo no era general en la jerarquía eclesiástica

española, y hubo ciertos matices diferenciales, los especialistas en Derecho

Canónico lo elogiarán (López Ortiz dijo que era extraordinario), etc.

El Concordato se abría con la declaración de confesionalidad religiosa

del Estado y el reconocimiento de la Iglesia como sociedad perfecta, el Estado

hace las fiestas eclesiásticas, los sacerdotes españoles rezarían diariamente

por el Jefe del Estado y por España, la enseñanza se ajustaría al dogma

católico y la religión aparecería en todos los grados educativos; éstos son

algunos de los aspectos más llamativos. En Roma la prensa vinculada a la

Page 32: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

32

Acción Católica consideró lo sucedido como el acontecimiento religioso más

importante de los últimos años, Tedeschini señaló a Artajo su alegría.

Pero el Concordato fue una iniciativa no de la Iglesia, sino del Estado

español, del sector católico del régimen franquista, y más concretamente de

Joaquín Ruiz Giménez. Quizás haya que atribuir la gestación del Concordato al

deseo de autoafirmación del catolicismo que se practicaba y éste se convirtió,

después de firmado, en un símbolo de gloria, pero el Concordato ni salvó al

régimen del aislamiento internacional, ni transformó arzobispos en franquistas,

ni sometió a la Iglesia al poder del Estado, representaba mucho mejor el

espíritu de 1945 que el de 1956.

TERCERA PARTE: En el ápice del franquismo (1951-1956)

Suele decirse que el régimen de Franco logró en 1953 con el

Concordato y los pactos con Estados Unidos, tenía un reconocimiento

internacional, pero lo cierto es que a pesar de todo, le seguía siendo

escatimado y lo único verdaderamente estable en el franquismo era Franco. Es

ahora, después de la consolidación del régimen, cuando no van a estar

presentes en la política los grandes temas protagonistas de la época anterior,

sino cuestiones secundarias o colaterales.

1. El grupo “católico” en el franquismo consolidado

El sector político católico se había convertido para Franco en una pieza

útil pero carente de significación y trascendencia. Los protagonistas de este

sector los conocemos, pero merece la pena resumir algunas de sus actitudes a

largo de este periodo.

Fernando Martín Sánchez en un personaje que dentro del catolicismo

social y político había hecho declaraciones explícitas de colaboracionismo con

el régimen y utilizaba con frecuencia en sus argumentaciones citas de Ángel

Page 33: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

33

Herrera. Este, igualmente colaboracionista, es diferente, su nombramiento

como obispo y su actuación en el terreno estrictamente político desapareció en

la práctica, era consejero de Martín Artajo pero estaba alejado de la vida

política, no obstante sus juicios eran de carácter pastoral o tenían un contenido

social y se referían a aspectos concretos del régimen franquista. Alberto Martín

Artajo ha sido el hilo conductor que Tusell ha utilizado como columna vertebral

del presente libro, diciendo este autor que su presencia en el gobierno fue para

“preparar una trasformación política del régimen que diera paso a la Monarquía

en un plazo corto de tiempo”. El propio Martín Artajo había perdido gran parte

de su fuerza política no sólo por el cambio de las circunstancias políticas

internas, sino por enfrentamientos en temas protocolarios con la familia del

dictador, convirtiéndose definitivamente en un ministro de Asuntos Exteriores

destinado a dar la imagen de que el régimen era mejor de lo que las

apariencias mostraban. Pero Artajo siguió defendiendo en el seno del

franquismo una posición ideológicamente cercana a una democracia orgánica y

que tenía como adversarios a los falangistas. Su papel fue en declive, sobre

todo en su influencia en la política interna española. Y por último, cabe hablar

de Joaquín Ruiz Giménez, quien mantuvo siempre una cierta reticencia de

fondo con los falangistas y fue la figura más brillante del sector católico, siendo

su papel de suma importancia a partir de 1951 dentro de la política interior

española.

2. El enemigo inesperado: la Reforma de las enseñanzas medias

Uno de los principales colaboradores de Ruiz Giménez fue José María

Sánchez de Muniain, que llevó a cabo una reforma de las enseñanzas medias

que mereció el repudio de un sector tradicional de la Iglesia española, de tal

modo que se produjo la paradoja de que tuviera lugar un enfrentamiento del

sector católico con una parte de la jerarquía. Además se estaba poniendo la

base de la apertura cultural y la cuestión de las enseñanzas medias fue un

preámbulo de esa apertura; su desarrollo se gestó al mismo tiempo que tenía

lugar la negociación con el Vaticano de la firma del Concordato.

Page 34: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

34

José María Sánchez de Muniain vio como una parte del mundo

eclesiástico se opuso a sus medidas. El régimen de Franco había llevado a

cabo desde 1938 en que se aprobó una reforma de bachillerato, una entrega

de la enseñanza secundaria a la Iglesia. El sistema de reforma lo planteaba

Sánchez en forma de decretos pero Ruiz Giménez le indujo a una disposición

más general, indicando éste último con respecto a la enseñanza privada, que

se respetarían todos sus derechos pero que era indispensable el mejoramiento

de algunos centros. En noviembre de 1951 Sánchez expuso en el Ateneo de

Madrid el contenido de la reforma de bachillerato, en el que habló de la máxima

necesidad de libertad, responsabilidad y cooperación entre la enseñanza

pública y privada, señalando incluso la división del bachillerato en dos etapas,

que podría resultar beneficiosa a una parte de los centros privados.

La reforma levantó ampollas, siendo una las contestaciones más airadas

la que realizó la Comisión Episcopal de Enseñanza presidida por el arzobispo

de Valencia, que relató una declaración de principios en materia de educación.

Olaechea era un prelado muy tradicional y su lenguaje debió ser terrorífico,

teniendo que intervenir Ruiz Giménez ante las autoridades máximas de la

Iglesia española, solicitando que el folleto en el que se contenía la declaración

del prelado fuera desautorizado y retirado.

Dada la situación, se decidió expresamente que la reforma se elaboraría

de común acuerdo entre ambos poderes, porque Ruiz Giménez, aparte de las

presiones eclesiásticas, recibió también las de Martín Artajo, lo que indicaba

que era necesario negociar el contenido de la reforma. Por eso en marzo de

1952, Ruiz Giménez entregó el texto legal al Primado, al Vaticano y a otro

prelado como Garay, presidente de la Comisión de Enseñanza. Está

conferencia de metropolitanos examinó el proyecto y le hizo algunas

observaciones que obligaron a reelaborarlo. La cuestión se trasladó a Roma

donde fue objeto de una larga y difícil negociación a partir del verano de 1952.

Sánchez decía a Ruiz Giménez que resultaba necesario mantener el proyecto

Page 35: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

35

en sus términos y en septiembre de 1952 con la firma de Pla se abrió la puerta

a la solución del contencioso. En enero de 1953, el proyecto se presentó ante

la comisión en Cortes presidida por Garay y Ruiz Giménez y fue votada por

unanimidad en el pleno. Sánchez comunicó a Herrera que estaba asombrado

porque “había logrado introducir el curso preuniversitario”. En febrero de 1953,

la nueva ley fue publicada en el Boletín Oficial, entre sus puntos destacaban las

fórmulas de inspección de enseñanza, la corresponsabilidad de las pruebas de

grado, la creación de tribunales mixtos y el establecimiento de las bases para la

protección de la enseñanza no oficial. Sánchez acabó dimitiendo después de la

puesta en marcha de la reforma en octubre de 1954 y Ruiz Giménez nombró

para sustituirlo a un falangista, Fernández Miranda.

3. La primera apertura (1951-1953)

Puede decirse que de la gestión ministerial de Ruiz Giménez lo más

relevante fue la apertura cultural que inició, por ella sería recordado y le

permitiría enlazar con el mundo de la oposición. Su preocupación intelectual

como catedrático de Universidad le hizo hacer nombramientos de personas

como Laín Entralgo y Antonio Tovar como rectores. La responsabilidad política

y administrativa fundamental en materia universitaria y cultural recayó en

Joaquín Pérez Villanueva, catedrático de Historia Moderna, falangista vinculado

a medios intelectuales, quizás nombrado por Ruiz Giménez para darse la

colaboración del falangismo intelectual, prestigioso en el mundo cultural que

había en España. El nombramiento como rectores, de Tovar en Salamanca,

Fernández Miranda en Oviedo y Laín en Madrid, iba a abrir una puerta a la

cultura, además, buena parte de ellos, iban a desempeñar en el futuro de

España un papel muy relevante en el terreno político e intelectual.

La Ley de Ordenación Universitaria de 1943 fue producto del momento y

había que evolucionar en esa política. En 1950 se planteó, en el seno de la

política española, una polémica acerca de la posible constitución de una

universidad libre o católica. Ecclesia se pronunció desde la óptica de una

Page 36: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

36

universidad católica con el argumento de que la enseñanza universitaria no

podía ser monopolio del Estado. Esta polémica junto a la de política cultural y

de investigación supuso un potencial de conflicto. La principal tarea en el

terreno de investigación del ministerio Ibáñez Martín fue la constitución del

Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que correspondió a José

María Albareda. El consejo era un privilegiado instrumento de política que tenía

un órgano de expresión, la revista Arbor, cuyo director fue Calvo Serer. Desde

aquí saltó la polémica al final de la década de los cuarenta con Laín. La postura

de ambos era diferente, la de Calvo era la ortodoxia, la de Laín, de apertura. La

polémica enfrentaba a un heredero de la Falange con otro de Acción Española.

La crisis de 1951 fue la que convirtió la polémica intelectual en un

acontecimiento político. El Ministerio de Educación perdió ciertas competencias

que pasaron a Información y Turismo, gran parte en materia cultural, como las

relativas a libros, al Ateneo etc. Arias, que administró el nuevo ministerio, no se

caracterizaba por su sensibilidad intelectual. A principios de septiembre de

1951, el primer curso bajo mandato de Ruiz Giménez, se aprobó en Consejo de

Ministros una nueva composición de los tribunales de acceso a cátedras. Las

respuestas pronto se sucedieron y el ministerio debió contestar a las

acusaciones, de que había suficientes garantías para impedir el acceso de

personas ideológicamente no deseables. A ello se unió la posible reforma de la

enseñanza de Religión en la universidad, tema que constituyó una verdadera

obsesión para Ruiz Giménez en su paso por el ministerio. El cardenal Segura,

en una de sus pastorales, afirmaba que los estudios de Religión en la

universidad eran más importantes y de mayor trascendencia de los de carácter

político, pero Ruiz Giménez no quiso problemas con la Iglesia y mantuvo una

extrema discreción.

Lo cierto es que de instituciones como el Ateneo madrileño partió la

renovación cultural española de estos años, disponiendo de la pluma de Jorge

Vigón, antiliberal, antifascista y antitotalitario. En abril de 1952, en el primer

número de Revista, Dionisio Ridruejo hizo una proclamación solemne, brillante

Page 37: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

37

y agresiva con un artículo titulado “Excluyentes y comprensivos”, en la que iba

contra Calvo Serer.

1953 fue el año de la apertura de Ruiz Giménez en el Ministerio de

Educación, año en el que sus responsables tuvieron las más brillantes

iniciativas en el terreno cultural, como refleja un observador como José María

Pemán, a quien Tusell cita7, que alude a dos anotaciones de su diario referidas

al grupo de monárquicos representado por Calvo Serer y Pérez Embid.

Ruiz Giménez adoptó medidas concretas en ese espíritu de apertura

cultural, medidas en las que participaron Pérez Villanueva, Laín, Tovar y

Ridruejo.

La política universitaria avanzó poco, sólo en la modificación de los

tribunales de oposiciones, aunque se pretendió que en el futuro respondiese a

tres principios: autonomía corporativismo y apertura. En esta línea, el Ministerio

de Educación creó los Congresos de Poesía a partir del primero en Segovia,

que supusieron una oportunidad de diálogo libre, por lo que puede deducirse

que la apertura cultural fue sobre todo de gestos y de declaraciones, más que

de disposiciones. La universidad española no podía prescindir de los legados

de Menéndez Pelayo, del pensamiento de Unamuno y de Ortega y Gasset,

intelectual éste último que debería ser una referencia de calidad.

Calvo Serer había redactado varios borradores de un escrito en que

describía la situación política y cultural de la España de Franco, era

evidentemente uno de los representantes que se enfrentaba a la política

aperturista de Ruiz Giménez, pero lo que interesa a Tusell es su difusión, lo

que provocó la difusión de ese escrito y el artículo escrito por el mismo autor en

la revista Arbor sobre el papel del Iglesia y la vida pública española. Al texto de

Calvo Serer se refiere extensamente Tusell8, pero para el autor de este libro,

“ese texto debe ser considerado, ante todo, como un instrumento defensa…, 7 Página 322 8 Página 330

Page 38: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

38

que no solo contribuyó a la defensa de la parcela de poder de su sector, sino

que acentuó la cerrazón del régimen y, por supuesto, potenció el papel arbitral

de Franco”. La repercusión en España del artículo de Calvo Serer coincidió con

un incidente en Salamanca relacionado con un homenaje que el sector

aperturista en lo cultural había querido dar a Unamuno, a quien el obispo de

Las Palmas calificó en una carta pastoral como “hereje máximo”, pastoral que

publicada en Ecclesia causó inmediata conmoción, lo que unido a la prohibición

de la obra de Unamuno, Soledad, a últimos de noviembre, suponía una

importante censura. Esta ocasión no podía ser desaprovechada por los

opositores a la apertura, la revista Arbor hizo una disección de la política

desarrollada por el equipo de Ruiz Giménez en un artículo que, junto al de

Calvo Serer y a la intervención del Primado, supuso el final de la apertura

cultural de 1952-1953. La postura de Ruiz Giménez fue de angustia porque

tenía que nadar entre la fidelidad al régimen y el cumplimiento de un programa

que le parecía positivo; quizás esa angustia fuera antecedente directo de lo que

sentiría años después.

4. La Iglesia: concordia y conflictos

A finales de febrero de 1924, en presencia del gobierno, Franco recibía

la Orden Suprema de Cristo, máxima distinción del Vaticano. Las declaraciones

del cardenal Quiroga y del propio Franco durante la fiesta de Santiago se

podrían calificar de intercambiables porque la distinción entre lo religioso y lo

político fue nula, la colaboración entre ambos poderes era evidente y el

nombramiento del Jefe del Estado como doctor honoris causa de la

Universidad de Salamanca, así lo atestiguaba.

En los mismos momentos en que estaba produciendo un giro del

Vaticano con el nuevo Papa, Pablo VI, empezaban a existir tímidos indicios de

lo que en el futuro sería un catolicismo crítico en el terreno político aunque la

cuestión de mayor importancia fue la relacionada con el protestantismo

español, que sin embargo no creó un conflicto de altura, conflicto que sí generó

Page 39: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

39

el cardenal Segura, cuyas intervenciones eran cada vez más frecuentes y

conflictivas, llegando el prelado a no recibir a Franco en Sevilla en abril de

1953. Ello supuso una protesta ante la Nunciatura en Madrid y ante la Santa

Sede, donde fueron bien recibidas y Roma resolvió el tema. Franco nombró

nuevo cardenal a Bueno Monreal, pero no por eso el cardenal Segura no siguió

dando que hablar.

Lo sucedido reafirmará la estabilidad en la relación entre la Iglesia y el

Estado en estos momentos, el lenguaje utilizado entre ambos siempre se

acompañaba con adjetivos agradables para uno y otro, siempre con la

excepción que supuso el caso Segura.

5. De nuevo, la Prensa

En estos momentos, Franco parece haberse guiado, a la hora de decidir

a los responsables en materia de prensa, por el criterio de la máxima fidelidad,

nombrando como Director General de Prensa a Juan Aparicio y como ministro

de Información a Arias. José María Pemán comentó que se había producido

“un endurecimiento ideológico, con un recrudecimiento de la censura,

fundamentalmente dirigida por Carrero, Aparicio y Arias”. Pero la misma

coyuntura política hacía necesario replantear una nueva legislación de prensa

que reconociera la libertad a la Iglesia para tener prensa católica. El sector

católico llevó la iniciativa por encargo de Pla y Deniel y la Junta Nacional de

Prensa inició la redacción del proyecto, cuyo primer borrador quedó listo en

febrero de 1952, constaba de una docena de artículos y se basaba en el Fuero

de los Españoles, pero parecía especialmente favorecedor de la llamada

prensa católica. Serían inatacables la religión católica, el Jefe del Estado, la

unidad de la patria y los institutos armados, los delitos de prensa serían

juzgados por un tribunal especial, etc.

Esta ley despertó reticencias, sobre todo cuando Franco atendió una

petición de la Editorial Católica para incluir al diario Ya en su seno, pero en el

periódico no faltaron los problemas que derivaban de la censura de prensa que

Page 40: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

40

se seguía manteniendo con criterios del pasado y que incluso se endureció en

más de un aspecto, aunque el periódico creció en circulación y en influencia.

Estaba claro que la ley debía ser modificada y que así lo había pedido la

jerarquía española, por lo que no tenían ningún sentido las prevenciones y los

ataques de Arias con respecto a los que querían nueva legislación de prensa.

De todo los medios, Ecclesia, órgano de Acción Católica española, fue la única

revista que no tenía censura y que disponía de un apoyo fundamental en la

España de Franco, la del Primado, apoyo que no faltó en ocasiones puntuales

como la que se produjo en mayo de 1954 y tuvo como protagonista a Iribarren,

que habló del subsuelo cristiano, juzgando peligrosa la confusión entre las

esferas religiosa y política en España y la mezcla entre gobernadores y

obispos. Las reacciones al artículo fueron inmediatas y de gran trascendencia,

sobre todo desde la jerarquía eclesiástica, pero también hubo reacciones

políticas dentro de España y fuera de la misma. El incidente provocado por este

artículo hizo nacer en los medios oficiales del régimen el sentimiento de la

necesidad de volver a plantear la cuestión de una nueva legislación sobre

prensa, aunque los proyectos del ministerio no hacían sino plantear una vuelta

atrás o incluso empeorar el contenido de la ley de 1938.

A comienzos de 1955 se produjo una intervención de Ángel Herrera,

inspirador máximo del colaboracionismo católico, y cuyo interés por la prensa

era evidente. En una pastoral publicada en el boletín de su diócesis decía que

ni todas las ideas del discurso ni el régimen actual de prensa se acomodan al

ideal ofrecido, defendido y querido por la Iglesia en esta materia. Herrera

juzgaba que había dos aspectos en el régimen de prensa español que

vulneraban las enseñanzas católicas: la censura, por el modo en que se

practicaba, y las consignas, como principio, pero Herrera no se oponía a la

censura, quería verla sometida a normas jurídicas. Durante los primeros meses

de 1955, se reanudaron las discusiones en el mundo católico oficial acerca de

la Ley de Prensa pero todo iba a quedar en nada.

6. La cuestión sindical

Page 41: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

41

Lo que mayor enfrentamiento podía crear entre Iglesia y Estado era que

desde la primera se criticara la acción del segundo, que se consideraba

asimismo, en materia social, no sólo la expresión misma del catolicismo, sino el

paradigma del avance social. Esta frase de Tusell abre este capítulo, que

plantea que los problemas empezaron a finales de 1953 con los suscitados en

Bilbao, al hablarse de la licitud de huelga en el caso de que fuera el único

medio para los obreros, de defender sus derechos y que el sindicato tenía un

fin social que no podía ser sometido al de carácter político. Esto hizo que

Franco reaccionara inmediatamente y entregará a Artajo una nota, claramente

influida por Carrero, para ser entregada a las máximas autoridades

eclesiásticas; el escrito llama la atención a estas autoridades al decir que las

clases trabajadoras se han venido “descristianizando” y apartando del

cumplimiento de los deberes religiosos. Incluso Herrera, de forma oficial,

manifestaba su no oposición a la situación del sindicalismo español bajo

régimen de Franco. Tusell cita una carta dirigida a Artajo9 en la que indicaba la

importancia de organizar socialmente España. Incluso un prelado, claramente

situado al margen del régimen, el obispo de Las Palmas, Antonio Pildain,

publicó una pastoral a fines de 1954 en la que denunció que los sindicatos

españoles no se ajustaban a las enseñanzas papales. Martín Artajo intentó que

el obispo de León, asesor de los sindicatos oficiales respondiera a Pildain, pero

aquel se negó a hacerlo de forma pública. En estas condiciones la pastoral de

Pildain quedó reducida a un pronunciamiento aislado de un prelado nada

influyente, que insistirá en Roma donde no fue recibido por el Papa.

Vista la inanidad de la crítica e incluso de todo el debate teórico sobre la

catolicidad de los sindicatos, no puede extrañar que cuando como

consecuencia de las condiciones de vida existentes, se produjeron huelgas

espontáneas durante la primavera de 1956, la situación en que quedaron las

organizaciones de apostolado católico, fue muy precaria.

9 Página 362

Page 42: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

42

7. Hacia la crisis de febrero de 1956

No puede pensarse que se produjera una censura durante el último mes

de 1953 en la gestión de Ruiz Giménez. La lectura de las revistas que habían

protagonizado un redescubrimiento de Unamuno y Ortega a partir de 1951,

Alcalá y Revista, es indicio indudable de un desvaimiento de la brillante

beligerancia aperturista de los años anteriores a 1954. Pero lo que al mismo

tiempo aumentó en progresión geométrica fueron las protestas por supuestas

irregularidades en la reintegración de catedráticos heterodoxos porque

procedían del exilio y las quejas por favoritismos en las oposiciones a cátedra.

Algunos ejemplos de esta situación son la normalización intentada por

Ruiz Giménez consistente en la reincorporación a sus puestos docentes de

personalidades marginadas por razones políticas, como es el caso del

internacionalista Miaja de la Muela, Llorca en enseñanza universitaria, Carmen

Castro en enseñanza secundaria, el físico Arturo Duperier, etc.

Del libro Ortega y tres antípodas se decía que estaba dirigido contra los

jesuitas y que la tesis doctoral de Julián Marías había sido aprobada con

irregularidades administrativas. Este tipo de textos se convirtieron en una

verdadera presión contra Ruiz Giménez, pero la cuestión estaba en que la

apertura cultural producida era un fenómeno difícilmente controlable en un

régimen como el español, aunque Ruiz Giménez ya había sufrido otras

presiones paralelas, como la insuficiencia de medios y la crisis de confianza en

el seno mismo del gabinete y entre sus miembros, siendo en los primeros

meses de 1955 cuando la crisis definitiva de la apertura cultural se propiciaba

desde el poder por Ruiz Giménez.

La situación de la apertura cultural en España incomodaba al propio

Primado. La muerte de Ortega, en octubre de 1955, señaló la inmensa

distancia existente entre los momentos que se vivían ahora con los que se

habían visto en 1952 y 1953. Ruiz Giménez asistió al entierro del filósofo pero

Page 43: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

43

no puede decirse que la España oficial demostrara una actitud generosa con

respecto al fallecido. Aunque ya antes del fin de año, después de la muerte del

filósofo, empezó a catalizar una oposición universitaria claramente al margen

del régimen, que había obligado a convocar algunos Consejos de Ministros

para dedicarlos a la llamada “subversion universitaria”.

Las últimas semanas del ministerio Ruiz Giménez presenciaron un

esfuerzo por parte suya y de sus colaboradores por controlar la situación, y el

Ministerio de Educación concretó en hechos su deseo de encauzarla. Artajo

había sugerido a Ruiz Giménez que Laín pasara a la presidencia del Instituto

de Estudios Políticos, a lo que Ruiz Giménez se negó, pero la crisis estaba

abierta y producirá cambios en los ministerios.

En febrero de 1956 comenzaron los incidentes estudiantiles, hubo

refriegas, como la que se produjo en la celebración del aniversario de Matías

Montero, estudiante falangista caído en la República, en la que un falangista,

Miguel Álvarez, recibió un tiro la cabeza. Franco llamó a Ruiz Giménez al

Pardo, donde hubo un enfrentamiento entre Ruiz Giménez y el ministro de

Gobernación teniendo que mediar el Jefe del Estado. Al día siguiente, el

Consejo de Ministros suspendió la vigencia de parte del Fuero de los

Españoles. Los intelectuales aperturistas y miembros de la administración

estaban en peligro, manteniéndose la tensión durante los días siguientes. Pero

el 13 de febrero, un nuevo Consejo de Ministros iba a poner a Ruiz Giménez

fuera del gabinete. Esto se produjo al día siguiente, sintiéndose la inminencia

de la crisis. Artajo hacía sus cábalas y sus propuestas para la remodelación

que se veía venir y daba ya por supuesta la vuelta de Arrese a la Secretaría

General del Movimiento.

La crisis tuvo una profunda repercusión en la prensa, Franco prescindió

de Ruiz Giménez, lo que demostraba que el Jefe de Estado no necesitaba ya al

grupo católico colaboracionista que había entrado en la crisis de julio de 1945.

Page 44: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

44

CUARTA PARTE: La batalla de las Leyes Fundamentales de Arrese

(1956-1957)

La crisis política de febrero de 1956 fue una de las de carácter

excepcional y no de las planeadas por Franco en uno de sus relevos

periódicos, suponía, de hecho, una pérdida de influencia del sector católico del

régimen.

Fue el intento de Arrese de reconfigurar el régimen franquista lo que

produjo una vuelta de Martín Artajo a la política interna. Ruiz Giménez, por su

parte, evolucionó netamente hacia la oposición democrática. Arrese intentó que

se aprobaran unas leyes fundamentales cuyo contenido tendría como

consecuencia una especie de “refalangistización” del régimen de Franco.

1. Arrese, las Leyes Fundamentales y los católicos

Dice Tusell, que para el conocimiento de los proyectos de Arrese se

dispone de una fuente valiosa: las propias memorias del Secretario General del

Movimiento aparecidas bajo el título “Una etapa constituyente”. Arrese, de

pasado azul, jugó un cierto papel en la primera redacción del Fuero de los

Españoles, y atribuía a Castiella la redacción definitiva del mismo, cuando en

julio de 1945 abandonaba el poder.

Arrese, en el momento de su nombramiento como ministro, veía graves

peligros en el mundo universitario, donde Ortega se había convertido en el

mejor parapeto y apreciaba debilidad en el liderazgo de la Falange. Franco

estaba incómodo con una Falange que se le iba de las manos, por eso Arrese

veía posibilidades de institucionalización del régimen con las Leyes

Fundamentales, leyes que empezó a preparar a petición de Franco. Contó con

el asesoramiento de prestigiosos del mundo intelectual falangista, como Lamo

de Espinosa, Javier Conde, Fraga, etc., pero existieron discrepancias contra el

Page 45: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

45

texto en el seno de la ponencia redactora del mismo en la que junto a Arrese

había dos ministros del gobierno, Iturmendi y Carrero.

El mes de octubre se hizo muy cuesta arriba para Arrese porque la

oposición a sus planteamientos había llegado al propio Franco. En noviembre

de 1956 se había establecido en torno a Arrese un debate político

absolutamente inusitado en un régimen franquista: era la primera vez que

había una reflexión política del régimen sobre sí mismo. Los proyectos de

Arrese eran varios y lo que despertaron fue, sobre todo, una polémica por

cuestiones de poder. La Ley de Principios fue redactada en último lugar y

rápidamente, y atribuía un papel relevante al movimiento nacional.

Para los adversarios de las Leyes Fundamentales de Arrese el problema

residía en la configuración del Movimiento nacional, no se citaba ni una sola

palabra acerca de la Monarquía, el Secretario Nacional del Movimiento, aunque

nombrado por el Jefe del Estado, sería elegido previamente por el Consejo

Nacional. De establecerse en el gobierno al que pertenecía, actuaría como una

especie de comisario político que tan sólo dependería del Consejo Nacional. El

anteproyecto de Ley de Ordenación del Gobierno también trajo problemas: se

obligaría a decidir la separación de la Jefatura del Estado y la del Gobierno, y

una vez producida la sucesión, tanto gobierno como su jefe estarían en manos

de la estructura del Movimiento, el gobierno sería responsable ante el Jefe del

Estado, pero también ante el Secretario y el Consejo Nacional que podía

obligarlo a dimitir mediante tres votaciones de censura sucesivas.

Era un sistema en que se atribuía un enorme poder al Movimiento,

concebido desde la óptica falangista. Da la sensación de que había un intento

de una generación falangista para adquirir un protagonismo exclusivo en la vida

política de cara al futuro, y contra esto reaccionó el sector católico con Martín

Artajo a la cabeza. La posición de Artajo fue diametralmente opuesta a la de

Arrese, planteando ante Franco su oposición a las Leyes Fundamentales, al

tiempo que estaba estudiando el contenido de unos textos que consideraba

Page 46: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

46

muy graves. Artajo trabajará con su sector político, con sus colaboradores,

consultando con todos ellos: con Ruiz Giménez, Sánchez Muniain, Martín

Sánchez, Laín, etc., que con diferencias de posición, mantuvieron una postura

común. Cabe destacar a un joven colaborador de Martín Artajo, Villar Arregui

que dijo que los proyectos de Arrese no eran sino un intento de volver a la

unificación llevada a cabo en plena guerra civil, y que era malo un monopolio

de un solo sector, porque la imagen que surgía, tal y como la habían planteado

el grupo de colaboradores de Arrese, era la de un gran consejo fascista, porque

quedaban en su poder una organización burocrática capaz de influir en la vida

cotidiana de todos los españoles. Ya se ha comentado que hubo matices

personales entre los colaboradores de Martín Artajo, como los planteados por

Ruiz Giménez, Antonio Garrigues y Castiella, que se alejaban del texto de

Arrese, pero otros, los de Martín Sánchez y José María Sánchez de Muniain

eran más ceñidos a los propósitos de éste.

La actitud de la familia católica tenía el temor a la monopolización

falangista, al pretender ésta convertir una dictadura personal en otra instituida

como tal. 2. Martín Artajo contra Arrese

La lucha política en el seno del régimen franquista por las leyes

fundamentales propuestas por Arrese se inició en octubre de 1956 pero se

planteó en diciembre de ese mismo año y las primeras semanas de 1957.

Martín Artajo transcribió un despacho con Franco en relación con las Leyes

Fundamentales porque el dictador era el supremo decisor del tema. Tusell cita

textualmente el escrito10. De él podemos extraer las siguientes conclusiones:

Franco no compartía el entusiasmo de los partidarios de Arrese por sus

reformas, mostró una oposición a la configuración del Consejo Nacional,

porque Franco tenía una misión arbitral y pretendía que las disposiciones

satisficieran a la mayor parte de las familias que cobijaba el régimen.

10 Página 409

Page 47: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

47

El ministro de Asuntos Exteriores insistía en el carácter totalitario que

habría de desprenderse de la aplicación de las Leyes Fundamentales de

Arrese, caso de ser aprobadas. Artajo había ordenado su juicio respecto a los

proyectos de Leyes Fundamentales en tres apartados: leyes fundamentales

existentes, crítica a los proyectos imaginados por Arrese, y propuesta de una

solución institucional distinta. Pretendía que se tradujera en medidas concretas.

La crítica del proyecto de Arrese era más que evidente, no obstante Artajo

aceptó la posibilidad y necesidad de una Ley de Ordenación del Gobierno,

aunque lo que más interesa a Tusell es el sistema institucional perfilado por

Artajo como réplica al de Arrese, que articuló en seis puntos, algunos de ellos

citados por el autor11. Artajo se refirió también a una Ley Orgánica del Gobierno

que perfilaría las funciones de éste, existiendo una separación entre la jefatura

del gobierno y la responsabilidad de los ministros.

Hubo Ley Orgánica, incluso con el tiempo separación de Presidencia del

Gobierno y Jefatura del Estado; el Consejo del Reino adoptó una estructura

similar a la pensada por Artajo y no se creó un movimiento de partido único,

propuesto por el sector falangista, pero volviendo a 1956, observamos que

hubo otros intentos de impugnación de los proyectos de Arrese. Los hubo

desde dos sectores, los tradicionalistas y los monárquicos juanistas,

representados por Iturmendi y Vallellano, respectivamente. Existieron puntos

de coincidencia entre los de Iturmendi y Martín Artajo en la forma y en el fondo.

Con ser de una enorme trascendencia la posición del sector católico del

régimen respecto de las Leyes Fundamentales de Arrese y también la de esos

otros grupos aludidos, un carácter más decisivo tiene que atribuirse a la

posición de la Iglesia. El Papa se refirió a la necesidad de que la legislación

española en todos los terrenos, y también en el constitucional, se inspirara en

criterios cristianos. Como ejemplo, a mediados de diciembre de 1956, visitaron

a Franco tres cardenales españoles, que eran la máxima representación de la

11 Paginas 413 y 414

Page 48: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

48

jerarquía eclesiástica, se trataba Pla, de Arriba y Castro y de Quiroga, que se

mostraron contrarios a las Leyes Fundamentales de Arrese y entregaron un

documento al dictador, fechado el 12 de diciembre de 1956, en el que aparece

clara su postura: la obligación de la jerarquía eclesiástica de expresar su

opinión acerca de los proyectos, porque en los principios del nacional-

catolicismo la acción de la Iglesia está ligada a la historia patria.

Las leyes que se necesitaban no eran, por tanto, las pensadas por el

equipo de Arrese. Todo lo contrario, los proyectos surgidos del sector falangista

estaban en desacuerdo con las doctrinas pontificias y, además, la

totalitarización del régimen tenía poco que ver con la tradición española. El

texto de la jerarquía eclesiástica era diferente, menos totalitario, criticable por

supuesto, y como dice Amando de Miguel, suponía un “tercerismo utópico”.

Lo que es evidente es la fundamental coincidencia de criterios entre

Artajo como líder político católico y la actitud de la jerarquía eclesiástica, que

vieron un peligro totalitario en las leyes de Arrese y propusieron un idéntico

camino de desarrollo institucional basado en el Fuero de los Españoles.

3. Alternativas de los proyectos. La crisis de 1957

Reconoce Arrese que no había prestado excesiva importancia en un

primer momento a la oposición eclesiástica, pero lo que existió realmente fue

una identidad de fondo entre el cardenal Pla y Artajo. Arrese no tardó en

enterarse de la gestión de los cardenales y cuando se dio cuenta de su

trascendencia, entendió el significado que podía tener, porque Franco no podía

prescindir del sector católico dentro del régimen, y además que todo tendría un

final, su cese, por eso dimitió ante Franco. Sin embargo, Arrese vio renacer su

esperanza en varias entrevistas mantenidas con el dictador a partir del 7 de

enero, en las que logró interesarle en sus proyectos, al plantearle que

atenuaría la refalangistizacion del régimen, proponiendo un Tribunal de

Garantías Constitucionales formado por el Consejo del Reino y el Consejo

Page 49: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

49

Nacional, pero la idea de Franco era otra, la de que Arrese aceptara

permanecer en el nuevo gabinete que se gestaba.

Los intentos de Arrese de modificar las Leyes Fundamentales,

aceptadas por la opinión de los metropolitanos, fueron inútiles y su destino

estaba sentenciado. Artajo intentó, a mediados de diciembre de 1956, un

acercamiento a Arrese, sobre todo porque, ante la inminencia de una crisis, él

pudiera ser cesado. En las memorias del ministro de Exteriores, cuenta que

tenía los días contados ante la inminencia de esa crisis y vivió la oposición a

los proyectos de Arrese hasta los últimos momentos de su vida en el ministerio.

La situación en el seno del gabinete había llegado a ser tensa porque

era manifiesta y pública la división del gobierno con respecto a los proyectos de

Arrese, que incluso habían llegado a la calle y se habían producido

manifestaciones falangistas en su favor. El propio Arrese tenía su casa

sometida a vigilancia y su teléfono intervenido por un compañero de gabinete

con la autorización de Franco. En estas condiciones era previsible el estallido

de una conmoción política en el seno del régimen que sólo se podía resolver

con una crisis ministerial. Si Arrese permaneció en el poder fue precisamente

porque había sido derrotado; si, en cambio, Martín Artajo fue desplazado, la

razón estriba en que había sido el vencedor, al menos en términos relativos.

Artajo no jugó el más mínimo papel en el desenlace de la crisis porque quien la

hizo fue el de siempre, Carrero Blanco. Martín Artajo recibió la noticia de su

cese por parte de Franco de la manera en que éste siempre lo hacía y Artajo le

escribió una carta manifestándole su dolor por la forma en la que le había

despedido12. La crisis de febrero de 1957 es la más importante de la historia del

régimen franquista y se mire por donde se mire, el factor más decisivo de la

misma fue el abandono del poder por Martín Artajo.

CONCLUSIÓN: Una época de la Historia de España

12 Página 430

Page 50: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

50

Y Tusell concluye su libro con un repaso del mismo, de sus

protagonistas, de sus momentos, tratando de hacernos comprender sus puntos

de vista con respecto a su metodología de estudio. Ha narrado una historia del

franquismo que, como él mismo dice, “ocultaba diariamente su realidad”, y lo

ha hecho con “frialdad y distanciamiento para enfrentarse a los

acontecimientos”, porque Javier Tusell “ha dejado hablar a los protagonistas”, a

veces usando la ironía, pero intentando que para el lector sean algo más

comprensibles.

2. PARTE CRÍTICA

2.1. Análisis

2.1.1. Científico

El régimen de Franco se identificó con la Iglesia y el empuje de ésta para

que se mantuviese y permaneciera hasta el final. La Iglesia ha sido la causa de

que la gran mayoría de los proyectos y tratados con referencia al franquismo,

hagan referencia a esa unión de trono y altar, a la boda Iglesia-Estado, como

una relación en la que ha habido disputas que se han tratado de minimizar,

sobre todo cuando Franco ha intervenido como mediador y padre “amantísimo”

de todas sus familias, incluida la falangista. El profesor Tusell, ha tratado de

revisar la formulación tradicional, apuntando que hubo tensiones, como indican

muchas intervenciones del propio Primado acerca de la HOAC, no demasiado

bien vista por Franco, por lo que representaba de muro de contención del

estamento eclesiástico español que la defendía contra viento y marea.

La labor del dictador fue fría y calculadora y así la ha sabido retratar

Tusell, quien en una parte de la conclusión de su libro hace una cita del propio

Franco que opina sobre la persona de Martín Artajo: “Es un buen ejecutor

cuando se deja dirigir”. Es, según el autor de “Franco y los católicos”, una de las

frases más crueles de la historia contemporánea”, lo que indica el “uso” que el

Jefe del Estado hacía de sus personajes (ministros, secretarios de Estado, etc.).

Page 51: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

51

El uso de las fuentes es acertado porque trata de beber en archivos

personales, en notas, en prensa, en telegramas, en discursos y en obras que le

sirven de forma puntual, al tiempo que quedan muy bien adaptados a la

estructura espacio-temporal del libro en los diferentes pasajes. Son excelentes

porque su nivel de ilustración mental en el lector le hacen ver esa realidad que

como decía el propio Tusell, trataba de ser escondida a diario.

2.2.2. Estético

El libro es de lectura compleja por la cantidad de datos que el historiador

aporta: fechas, nombres, fuentes, etc. Lo es también porque la secuencia

temporal se va yuxtaponiendo en los diferentes capítulos, pero resulta que, en

esa amalgama de cifras y datos, hay una línea de claridad lectora que emana

de la utilización de personajes guía, como es el caso de Martín Artajo y del

propio Franco.

2.2. Juicio valorativo: reflexión personal sobre el libro y su temática

Javier Tusell ha sido uno de los historiadores españoles que más ha

destacado por sus estudios sobre el franquismo, sobre todo por la utilización

que ha hecho de la historia para explicar el origen y las características del

régimen y por la consideración de la dictadura como consecuencia de la guerra

civil, que supuso el nacimiento de una mentalidad característica en los

vencedores de la misma, y por su insistencia en señalar de qué manera

durante el periodo franquista se establecieron una serie de circunstancias

socioeconómicas y culturales que favorecieron el establecimiento de una

democracia con posterioridad.

La actitud adoptada por los principales dirigentes del catolicismo político

en el seno de la España franquista pululó entre lo que Tusell ha llamado

“marginación y mimesis” y yo añadiría que se movió de forma “sibilina” entre los

entramados de poder, palabra ésta que marca el objetivo de las familias adictas

Page 52: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

52

al régimen. Para conseguirlo, se utilizaba todo lo imaginable, siempre teniendo

en cuenta que unas palabras hacia Franco podrían decantar hacia uno u otro

lado la balanza, pero sin darse cuenta de que Franco los usaba porque los

conocía, al tiempo que los necesitaba. Ese cúmulo de trayectorias quedan

reflejadas magníficamente en esta obra por el profesor Tusell, que ha explicado

claramente en cada capítulo el devenir de los hechos y siempre lo ha hecho

manteniendo esa “columna vertebral” que recorre la obra de arriba a abajo, me

refiero a personajes como Martín Artajo, el ministro de Asuntos Exteriores al

que Franco llamó “buen ejecutor”. Su personalidad recorre las páginas del libro,

apareciendo como segundo mediador en los temas de Iglesia, pero también en

los de política interior, donde su papel fue realmente relevante, aunque no lo

pareciese. Lo que ocurre es que en el libro se le cita más que a otro personaje

que se ocultaba, pero que ejercía de mano de Franco, quizás de ambas

manos, hablo de Carrero, a quien Tusell retrata muy bien en varios pasajes.

En definitiva, la obra, que refleja bien a las claras esas luchas dentro del

régimen, que suponían para Franco poca cosa, muestra la posición del autor

acerca precisamente de eso, de que hubo tensiones y de que todo no fue de

color de rosa y “púrpura”

3. OTRAS OBRAS Y CONCLUSIONES

3.1. Otras obras

• Sociología electoral de Madrid (1969).

• La segunda República en Madrid (1970).

• Las elecciones del Frente Popular en España (1971).

• La reforma de la Administración local en España (1973).

• Historia de la Democracia Cristiana en España (1974).

• La España del Siglo XX (1975)

• La oposición democrática al franquismo 1939-1962

• El caciquismo en Andalucía (1976).

Page 53: FRANCO Y LOS CATÓLICOS - · PDF fileReseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal 3 conocimiento y lo hace partiendo de esta experiencia política

Reseña de “Franco y los católicos” (Javier Tusell). Javier Valera Bernal

53

• Franco y Mussolini. La política española durante la segunda guerra mundial

(diciembre de 1985), del que es coautora su mujer.

• La derecha española contemporánea (1986), con Juan Avilés.

• Radiografía de un golpe de Estado (1987).

• La URSS y la perestroika desde España (1988).

• La España de Franco (1989).

• La dictadura de Franco (1989).

• Retrato de Mario Vargas Llosa (1990).

• Manuel Giménez Fernández: precursor de la democracia española (1990),

con José Calvo.

• El secuestro de la democracia (junio de 1990), del que es coautor el

periodista Justino Sinova.

• Franco en la Guerra Civil, una biografía política (1992).

• Maura y el regeneracionismo, una biografía política (1993).

• Carrero. La eminencia gris del régimen de Franco (1993).

• Franco, España y la II Guerra Mundial (1995).

• Juan Carlos I (1995).

• Alfonso XIII, el rey polémico (2001), realizado en colaboración de su

esposa.

• Breve historia del siglo XX. Los momentos decisivos (2001).

3.2. Conclusiones

La obra de Tusell, “Franco y los católicos”, plantea cómo el catolicismo

político se acogió al poder luchando contra la “falangistización” e imponiendo

su “cristianización” y lo hizo con Franco como mediador y con Martín Artajo

como personaje relevante en la política. La obra refleja esas luchas dentro del

régimen y muestra la posición del autor acerca de las tensiones habidas en su

seno.