folletín 15

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El Paradero Folletín literario virtual, alimentado por escritos literarios, libros recomendados y textos sobre promoción de lectura de promotores de lectura y usuarios del programa Paradero Pa- ralibros Paraparques de Bogotá, realizado en el marco del convenio 00056 de 2014 entre la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, y Fundalectura Edición 015 del 27 de mayo de 2014 CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE-Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte Jirones de memoria 3a entrega Hoy en el número 15 de El Paradero, continuamos con la tercera entrega del trabajo de investigación Jirones de memoria, proceso de investigación llevado a cabo en las Plazas de mercado de los PPP. En esta entrega un apartado que indaga por las historias de las locali- dades y los contextos en los que se desarrolló esta investigación. L os PPP y Puestos de Lectura en los que nos hemos encontrado trabajando se en- cuentran ubicados en dos localidades de Bogotá, Antonio Nariño que cuenta con dos Puestos de Lectura en Plazas de Mercado (Restrepo y Santander), y un PPP (La fragua). La otra localidad es Kennedy con un Puesto de Lectura (plaza Kennedy) y cuatro PPP (La Amistad, Timiza, Castilla y Patio Bonito, para esta investigación solamente se está traba- jando con el PPP del parque la amistad). Fue necesario para este trabajo sobre la me- moria de cada espacio, acercarnos a la his- toria de cada uno de los lugares en los que nos encontramos, por eso profundizamos en el tema e indagamos desde las mismas lo- calidades y barrios en los que se encuentran estos PPP y Puestos de Lectura, para poder hablar con mayor propiedad sobre la memo- ria de cada espacio. Jirones de historia: recuentos históricos del lugar en voces de sus habitantes.

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Hoy en el número 15 de El Paradero, continuamos con la tercera entrega del trabajo de investigación Jirones de memoria, proceso de investigación llevado a cabo en las Plazas de mercado de los PPP. En esta entrega un apartado que indaga por las historias de las localidades y los contextos en los que se desarrolló esta investigación.

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El ParaderoFolletín literario virtual, alimentado por escritos literarios, libros recomendados y textos

sobre promoción de lectura de promotores de lectura y usuarios del programa Paradero Pa-ralibros Paraparques de Bogotá, realizado en el marco del convenio 00056 de 2014 entre

la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, y Fundalectura

Edición 015 del 27 de mayo de 2014

CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE-Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte

Jirones de memoria 3a entregaHoy en el número 15 de El Paradero, continuamos con la tercera entrega del trabajo de investigación Jirones de memoria, proceso de investigación llevado a cabo en las Plazas de mercado de los PPP. En esta entrega un apartado que indaga por las historias de las locali-dades y los contextos en los que se desarrolló esta investigación.

Los PPP y Puestos de Lectura en los que nos hemos encontrado trabajando se en-cuentran ubicados en dos localidades de

Bogotá, Antonio Nariño que cuenta con dos Puestos de Lectura en Plazas de Mercado (Restrepo y Santander), y un PPP (La fragua). La otra localidad es Kennedy con un Puesto de Lectura (plaza Kennedy) y cuatro PPP (La Amistad, Timiza, Castilla y Patio Bonito, para esta investigación solamente se está traba-jando con el PPP del parque la amistad).

Fue necesario para este trabajo sobre la me-moria de cada espacio, acercarnos a la his-toria de cada uno de los lugares en los que nos encontramos, por eso profundizamos en el tema e indagamos desde las mismas lo-calidades y barrios en los que se encuentran estos PPP y Puestos de Lectura, para poder hablar con mayor propiedad sobre la memo-ria de cada espacio.

Jirones de historia: recuentos históricos del lugar en voces de sus habitantes.

numerosa de migrantes de todas las regio-nes del país, se hace necesario construir nuevos barrios en los alrededores de la ciu-dad. Esta zona, al encontrarse relativamente cerca al centro de la capital presentaba una gran oportunidad para las empresas cons-tructoras, también nacientes, que buscaban territorios aptos para edificar. De esta forma surgieron barrios como Luna Park, en donde además se instaló el parque del mismo nom-bre que incluía un lago artificial drenado con las aguas del rio Fucha, principal afluente del sector y en donde muchos habitantes adultos mayores recuerdan haber pasado las tardes o haber hecho alguna ‘picardía’.

Se ubica en la zona sur oriental de la par-te urbana de Bogotá. Debe su nombre al prócer de la patria del mismo nombre

quien poseía algunas haciendas en el sector en la época colonial. “Los registros históricos referencian grandes haciendas de estructura rígida y quintas de recreo de importancia para la época ‘como la Quinta de Nariño, Llano de Mesa, Quiroga, San Vicente, la Regadera, Osorio, La Fraguita, la Fragua y Muzú’, que posteriormente dieron origen a barrios del mismo nombre. ‘A fina-les del siglo XIX, se establecen allí fábricas de loza, siderúrgicas, tabacaleras, fábricas de chocolate y cerveza, generando la llegada de numerosas personas de diferentes regiones del país y hacinamiento. Esto hace que los propietarios de empresas, industrias y hacien-das se trasladen al sector norte de la enton-ces naciente ciudad, marcando desde esos años la diferencia entre el norte para la clase alta y el sur, para los obreros o clase baja’.” 1

Hacia 1920, con la llegada cada vez más

1Secretaría de Planeación Distrital. 21 Monografías de las localidades de Bogotá, Localidad 15 Antonio Nariño.http://www.sdp.gov.co/portal/page/portal/PortalSDP/Informaci%F3nTomaDecisiones/Estadisticas/Documentos/An%E1lisis/15%20Antonio%20Narino%20Monografia%202011.pdf

Localidad Antonio Nariño (localidad 15)

El recuerdo común sobre la plaza Santan-der, ubicada en el barrio Francisco de Paula Santander, es el de los “ranchos”

que es la manera como le llaman los habi-tantes de la plaza a esas formas antiguas en las que se construían o tenían puestos para vender. Eran ranchitos, al aire libre, primero, y luego con un techado improvisado de te-las plásticas para cada puesto. Hoy en día, la plaza tiene un tejado común.

“Se vendía. Ranchos, venía gente de otro lado, del campo, traían gallinas, huevos. No era encerrada, no había paredes, venía un cir-co todos los años para septiembre y octubre. Venían los gitanos, esto era un potrero y se ponían los negocios en el suelo, una señora se fue a pasear y fue cuando me gustó la pla-za.” Bernarda Arévalo Viuda de Gómez- co-merciante.

Era un potrero, un lugar lleno de barro, un es-pacio un tanto hostil para quienes trabajaban allí. Quizá las respuestas de algunos al pre-guntarles por el origen de este espacio y sus referencias a una donación, tienen que ver con ese terreno que fue donado por la seño-ra Blanca Umaña, para la construcción de un parque en el cual se recrearan las comunida-des. “(…) En un principio este lote se utilizaba para armar corridas de toros, parques ambu-lantes y demás espectáculos”2 , hoy en día plaza de mercado, ha pasado por las manos

de la antigua Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS), luego de La Asociación de Comerciantes Plaza Santander y finalmen-te sus actuales administradores, el Instituto para la economía Social (IPES). “- ¿Cuántos años lleva en la plaza?--Estamos completando 39 años, llegué en mayo del 73. Nací en Cajamarca Tolima, mis padres erradicados en Boyacá y me man-daron para acá, nuestro barrio Santander, lo más lindo lo más sano que tiene Bogotá, el barrio Santander, la gente más humilde, la gente más linda, muy sencillos muy atractivos, buenos compañeros todos, muy unidos.” Don Ovidio – comerciante.

La plaza de Mercado Santander, el puesto de lectura Santander y demás referencias, tienen que ver con la relación de las personas y el nombre del barrio más conocido por ese que por el de Francisco de Paula Santander que registra en algunos textos sobre la histo-ria de Bogotá. Este nombre, que según da-tos, es dado hacia 1934 ante la inquietud de algunos habitantes del sector, quienes ante la propuesta del padre Rafael Borda, le dan el nombre y colocan el busto en el parque siendo en ese momento el centenario de la

Miradas del lugar, recuerdos del lugarNathalia Bedoya

Expromotora Puesto de Lectura Plaza de Mercado Santander

“Dicen que este barrio es lo más viejo del sur, era potrero, por eso hay un dicho, “el que tiene más saliva, moja mas harina”. Pedro. Vecino de la plaza Santander.

2ALCALDIA MAYOR DE BOGOTA, II Recupe-ración social de la memoria Local. Localidad 15. Antonio Nariño, p. 134

muerte de este llamado prócer.

Al caminar hoy por los alrededores de la pla-za, se distinguen los uniformes verdes del co-legio público Francisco de Paula Santander cuya sede de primaria es bien recordada por los más antiguos en el barrio; “La México” le llamaban a su Escuela República de México donde aprendían primeras letras y comían liberales de onces, o “la María Auxiliadora” que existía en el lugar donde hoy funciona el jardín Infantil Santander. También los azu-les y grises de los colegios Centro educativo Nuestra señora de la Paz y Escuela Normal Superior Nuestra Señora de la Paz, hacen parte de esta posible “cartografía histórica” que tiene que ver con la plaza misma.

Y es que, como otros tantos barrios, este fue uno de los epicentros de llegada para mu-chos campesinos y habitantes de pueblos o departamentos cercanos, que hacia los años cincuenta, llegaban por los desplazamientos y las oleadas de violencia.

En este marco, es que nace la comunidad de las Hermanas de la Paz, se construye la igle-

sia y nace un movimiento de alfabetización y trabajo con la comunidad liderado por Mon-señor Bernardo Sánchez quien es también un referente del lugar.

“Estaba Monseñor Bernardo Sánchez Muñoz, fue el que me bautizó en el 50. En el año de 1947 fue cuando se hizo esa iglesia. Bernar-do un tipo muy elegante, salió a San Diego donde se hizo monseñor. Muere de cáncer a la garganta. Los papás de él venían aquí a almorzar – a la plaza-. Cerca de la plaza ha-bía una escuela pequeñita – ahora es el jardín infantil.-. Este potrero tiene historia. A veces hacían plaza de toros allí.” Vecino de la plaza Santander.

Por eso, pensar en una historia de la plaza es también tener presente la del barrio mis-mo, las comunidades religiosas, las posibles historias de barrio que en este rastreo no se contemplan y las de un país, porque así como el barrio Santander vio nacer al torero Cé-sar Rincón o al escultor Félix María Otálora, vio movilizar conciencias siendo estudiante a Jaime Garzón de la ENSNSP.

A principios de la década de 1930 llega a Bogotá una amplia población de mi-grantes de la zona de Cundinamarca y Boyacá, quienes poco a poco van

consolidando sus asentamientos en parte de los terrenos de la hacienda Quiroga, que ha-bían sido adquiridos por la constructora La Ur-bana para levantar allí lo que se conoce hoy con el nombre de barrio Carlos E. Restrepo en memoria de Carlos Eugenio Restrepo, quien fuera Presidente de la Colombia entre los años 1910 y 1914.

Para los autores Jaime Celis y Jorge Cortés en su libro “Historia del Barrio Restrepo” la con-solidación del sector como lo conocemos hoy tuvo tres etapas marcadas cada una por fuer-tes migraciones de personas de todo el país, necesidades cada vez más apremiantes de su-pervivencia y unos procesos organizativos que permitieron que el sector enfatizara su uso del suelo hacia aspectos comerciales.

En Recuperación social de la memoria de la lo-calidad, otro texto que recoge también parte de la conformación del barrio, se mencionan las características de la población que llegaba a la zona lo cual contribuyó, según explica el au-tor, a consolidar el sector como un lugar idóneo para los nacientes procesos industriales en la ciudad:

“La población campesina, mediante su conoci-miento de artes y oficios, se desplaza a las ciu-dades para emplearse en labores que podían realizar sin mayor dificultad como la costura, bordados, procesamiento de alimentos, traba-jos en madera, cuero, elaboración de pañoles, sombreros, cotizas y alpargatas, que en algunos casos se realizaban en la misma habitación, en la que vivía la familia.”3

Al día de hoy la localidad y el barrio cuentan con mucho prestigio como eje comercial de la ciudad, en general es un sector seguro de gra-ta convivencia entre sus habitantes y visitantes. Tiene un fuerte movimiento cultural originado por la creación de organizaciones sociales y culturales dedicadas al arte, especialmente el teatro y la danza.

El barrio ha sido visto siempre como un foco de productividad y comercio. Se han conso-lidado múltiples informes sobre el desarrollo económico de la zona o su aporte a la gene-ración de empleo e ingresos a la ciudad. Sin embargo, poco se ha recogido de los relatos de El Restrepo, de sus historias, de sus apor-tes a la cultura bogotana, como la reconocida ensalada de frutas, producto del ingenio de una comerciante de la plaza de mercado. Y es precisamente esta plaza en donde se centrará

Carlos E. Restrepo, historia de un barrioPaula RomeroExpromotora

Puesto de Lectura Plaza de Mercado Restrepo

la mirada de este ejercicio investigativo. Poco se conoce de su historia, aparte de algunas fe-chas y nombres.

Entre sabores, colores, olores e historias

En ese contexto de trasegares, de migrantes y de intercambios culturales es que se funda la plaza de mercado Carlos E. Restrepo. Ubi-cada hoy en el centro de la localidad, dando la entrada desde la avenida Primero de Mayo a los visitantes del sur de la ciudad a la zona comercial del Restrepo, la plaza cubre una cuadra entera con dos pisos de productos de todo tipo, llegados de todas las regiones del país. De las plazas públicas de la ciudad esta es la más grande (Corabastos y Paloquemao son privadas).

Aunque oficialmente se habla de 40 años de existencia de la plaza, pues fue inaugurada en 1969 por el alcalde del momento, Virgilio Bar-co, la verdad es que los propios comerciantes reconocen que la plaza tiene por lo menos 70 años de vida.

Recuperación social de la memoria de la locali-dad, es el texto que más aborda el tema citan-do varios relatos de habitantes del sector que narran los procesos de transformación del lu-gar. En este texto, por ejemplo, se encuentra la siguiente cita que da cuenta de esos primeros momentos:

“Desde el año 1948 al parque del Restrepo ubi-cado en la calle 18 sur entre carreras 19 y 20 llegaban los campesinos ubicados en el barrio de Choachí, Chipaque, Une, Usme, y Bosa a traer sus productos en un mercado improvisado bajo los árboles de este.”4

Esta fecha nos remite a dos décadas antes de la inauguración oficial. Lo cual es comprensi-ble teniendo en cuenta la dinámica de merca-do que desde siempre ha tenido el sector. Una población creciente demandaba productos ali-menticios en gran cantidad. El siguiente frag-mento del relato de un habitante de la zona, re-cogido en el libro de la “Recolección social…”,

da cuenta de esto:

“Recuerdo que en el costado sur del antiguo parque Restrepo, donde hoy está la plaza de mercado, bajo unos árboles, se ubicaba una mesa y un toldo blanco en lona, como los que hoy se encuentran todavía en el espinal, donde la señora Adalía Cardoso de Rico y su esposo Lisandro, vendían la lechona que ella misma preparaba, esa fue la primera lechonería del To-lima en Bogotá que subsistió hasta diciembre del 2006 en el local de la carrera 21 entre calle 14 y 15 del barrio Restrepo.” Habitante del ba-rrio.

Tanto creció la demanda de productos que, poco a poco, fue necesario organizar un es-pacio idóneo para el comercio de estas mer-cancías que llegaban de todas las regiones del país:

“La plaza de mercado tomó mucha fuerza, has-ta que el espacio se hizo insuficiente, razón por la cual el gobierno distrital, tomó la determina-ción de construir una nueva edificación, para lo cual se utilizó el espacio del viejo parque del Restrepo; mientras tanto, los vendedores fue-ron trasladados a los potreros donde hoy se encuentra la Unidad Residencial Alfonso López Pumarejo, URAL”.5

Con la puesta en marcha del nuevo y moderno espacio empezó para la ciudad un capítulo de múltiples historias de vida que aún no se han recogido y que fundamentan la necesidad de realizar este trabajo.

De esos días a hoy han transitado muchas per-sonas, muchas historias. Sería imposible reco-gerlas todas, pero vale la pena relatar de nuevo algunas que se están olvidando. El puesto de lectura de la plaza es el escenario ideal para este proceso de recuerdo y transmisión.

3 Ibid4 Ibid5 CELIS, Jaime: CORTÉS, Jorge. Historia del Barrio Restrepo. 2004

El barrio La Fragua es el lugar donde se encuentra el Paradero Paralibros Para-parques, de aquí en adelante (PPP).

“El barrio La Fragua toma su nombre de las haciendas de las riveras del rio Fucha. Fue una urbanización del instituto de crédito territorial y es básicamente residencial, sin embargo hay industrias metalmecánicas y de materia-les de construcción sobre la avenida carrera 27 sur. Cuenta con junta de acción comunal así como un centro educativo público y uno privado, además de la parroquia santo Cura de Ars y las rutas de trasporte público que existen solo en los límites, sobre la avenida carrera 30 y la carrera 27 sur y de oriente a occidente, únicamente por la calle 17 sur.”6

En infraestructura cuenta con el polideportivo

La Fragua y el estadio local Andrés Escobar administrado por el IDRD y la junta de acción comunal.

El barrio La Fragua debe su nombre al ta-ller donde se da forma al hierro luego de calentarlo al rojo vivo en las brasas ya sea para formar herraduras, clavos o cualquier otro tipo de elemento metálico para la agri-cultura . En sus terrenos actuales quedaba una de las fraguas más importantes del sur de la ciudad. Muchas de las personas que venían a Bogotá a tramitar asuntos de go-bierno dejaban allí las bestias para cambiar herraduras y darles descanso, alquilaban un caballo fresco para terminar su viaje al centro de la ciudad; cuando terminaban sus diligen-cias, regresaban a La Fragua y recogían su caballo para regresar a su lugar de origen.

Un poco de historia de La FraguaJohn Alex Rodríguez

Expromotor PPP La Fragua

Para el desarrollo del presente documento se les pidió a algunas de las personas que visi-tan el PPP que hablaran del parque La fragua desde sus recuerdos.

“Pues yo tengo infinitos recuerdos pero los más sobresalientes son cuando mi difunta madre hizo parte del grupo de ancianos, gru-po en el que ella se distraía y salía de la sole-dad de la casa, también recuerdo cuando fue construido el coliseo y también cuando fueron construidas las casas de la zona residencial más conocidas como la mutua.” John Jairo Suárez.

“Hace 22 años llegué a este barrio recuer-do que no estaba tan habitado como ahora, no había tanto cercado ni seguridad alrededor del parque y coliseo. Existen hoy en día más arboles que han crecido, más naturaleza para oxigenar la contaminación propia por el creci-miento de la ciudad. El punto P es más agra-dable ahora, por la motivación por parte del promotor, aunque siempre ha sido un lugar concurrido, el coliseo atrae muchos visitantes de otros barrios que también aprovechan su llegada para darse una lecturita breve. Traigo a mi hija de 10 años desde pequeñita, le en-canta mucho leer y antes de pasar al rodadero o a los columpios se sienta a leer sus lectu-ras favoritas como cuentos, historietas, libros de experimentos, manualidades entre otros. Compartimos mucho nuestro espacio al igual que unos años lo hice con mi hijito que está en el cielo, era su parque favorito….” Nancy Alvarado Torres, habitante del barrio la fragua.

“Desde hace 25 años vivo en el barrio. Estudie en el santo cura de Ars mi papá y mi mamá me traían en sema-na santa a la crucifixión de Jesús y era exactamente en este parque, por eso en ge-neral todo el barrio me trae muchos recuerdos, tenía de-masiados amigos que ya no están porque cada uno hizo su vida” Joven residente del

barrio la fragua.

“Tengo muy buenos recuerdos del polide-portivo porque estudié en el colegio Atanasio Girardot y el colegio tenía convenio con él y fomentaban el deporte, teníamos intercolegia-dos y era muy vacano para decirlo así. Ade-más me ha gustado lo que han hecho en este tiempo con el polideportivo como deporte, música, recreación y lectura. …este parque lo conozco hace 25 años y tengo muchos recuerdos de infancia con mis amigos, aho-ra estoy con mis hijos, divirtiéndome y disfru-tando del parque…” Habitante del barrio La Fragua.

“…me llamo Jorge y me han gustado todas las actividades de este parque en especial los partidos de micro y la atención con los niños… …visito el parque La Fragua hace unos 4 años y pues aquí siempre traigo a mis hijos, una de 10 años y una chiquis de 5. Siempre venimos a ver futbol, leer un libro, pasar el tiempo en los juegos. Recuerdo que vino un cuentero y fue bastante bueno…” Habitante del barrio La Fragua.

6 RIAÑO, Joanna. Recuperación social de la memo-ria alcaldía distrital. Bogotá

“En lo que hoy es la localidad de Kennedy, al suroccidente, habitaba con su comunidad el cacique Techitina que fue despojado de sus tierras por el encomendero Juan Ruiz de Ore-juela. En 1608 ese territorio pasó a manos de los Jesuitas y al tiempo apareció el terreno conocido como Techo en manos de particu-lares.

En general, se trataba de grandes haciendas meras que se parcelaron con el paso del tiem-po y le dieron vida a una de las comunidades extensas de la ciudad.

Después de la visita en 1961 del entonces Pre-sidente de Estados Unidos John F. Kennedy, se lanzó el ambicioso proyecto de vivienda de Techo, después de su ejecución la localidad tomó grandes proporciones. Debido a esto y

Localidad Kennedy (localidad 8)

luego de su muerte en 1963 los pobladores, del para ese entonces, popular barrio de Te-cho, decidieron llamar a la localidad Ciudad Kennedy.”7

Kennedy se encuentra ubicada en un terreno plano, circundada por ríos como el Fucha, el Tunjuelito y el Bogotá, es notable que esta lo-calidad se encuentra en una zona bastante húmeda, pues además de sus ríos también se encuentran humedales como: el Burro, la Vaca, la Tingua, el Techo, entre otros que han desaparecido y que posiblemente continua-rán desapareciendo gracias al desorden ur-bano que vive la ciudad.

7 http://jacglorietaskennedy.galeon.com/cvi-tae1970726.html

de tal manera que los puestos hacen pensar en la distribución y forma de un tablero de ajedrez. Al fondo de la plaza están las car-nicerías; en el centro la gama de colores; las frutas y verduras. En el resto se distribuyen los puestos de los artículos de hogar, aro-mas y hierbas, mascotas y florerías. En una esquina pequeña y acogedora se encuentra el puesto de lectura que empezó a funcionar desde el mes de Marzo del presente año.

A cinco cuadras de la gigantesca Cen-tral de Abastos de Bogotá se ubica una pequeña plaza de mercado no muy visible por la estación de Policía

y de Bomberos: la plaza de Kennedy, funda-da el 18 de Julio de 1971, un año antes que Corabastos, por la EDIS.

Tiene un área de 3.830 metros cuadrados, con 49 locales y 204 puestos para la venta que se aprovechan al máximo: fue dividida

Una memoria grande y una plaza pequeñaIsabel CamargoExpromotora

Puesto de Lectura Plaza de Mercado Kennedy

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