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FAMILIA EDUCADORA EN LA FE MANUAL DEL ÁREA DE CATEQUESIS JÓVENES PROFESIONISTAS

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FAMILIA EDUCADORA EN LA FE

MANUAL DEL ÁREA DE CATEQUESIS

JÓVENES PROFESIONISTAS

Presentación Cada día se incorporan a la vida productiva cientos de jóvenes, quienes en su preocupación por alcanzar sus metas profesionales, fundar una familia desde el matrimonio sacramento y lograr un patrimonio propio, dejan en segundo término su formación espiritual propia de esta etapa de su vida, así como la importante aportación de un testimonio cristiano fiel, maduro, coherente y constante al bien común de la sociedad. Familia Educadora en la Fe (FEF), desde la luz de su carisma propio en medio de la Iglesia, sabedora de las consecuencias que eso implica y, como parte de su estructura evangelizadora y catequística en el contexto de la familia, ofrece espacios de fe comunitaria dedicados a los jóvenes, particularmente para quienes viven una realidad como profesionistas o trabajadores dentro de la sociedad, este espacio es conocido como Área de Jóvenes Profesionistas. Toda comunidad evangelizada debe ser evangelizadora y este proceso de evangelización exige llegar a impregnar del espíritu cristiano las realidades sociales, transformándolas y orientándolas según el criterio del mismo Evangelio. Por eso, aunque esto vale para todas las Áreas de FEF, de modo especial urge en ésta, dado que es el momento en que el joven y la joven, después de una capacitación profesional o laboral, se inserta en los dinamismos y estructuras sociales que se rigen por criterios no sólo diversos sino a veces adversos al Evangelio. El presente manual está dirigido pues a todo los jóvenes que, en esta Área, se atreven a dar un “sí” decidido al llamado de Dios, para integrarse en Comunidades de Jóvenes Profesionistas, para que sean el semillero de las nuevas generaciones transformadoras de las estructuras sociales, “sal y luz de la tierra” (Mt 5, 13-16), para construir el Reino de Dios. Este material está dividido en dos partes. En la primera se da a conocer el carisma de Familia Educadora en la FE, pensando en aquellos miembros de comunidad que están teniendo su primer contacto con el Movimiento. En la segunda parte se presenta la dimensión funcional del Área de Jóvenes Profesionistas, enfatizando sus objetivos formativos.

ÍNDICE

Introducción 1. Familia Educadora en la Fe (FEF) 1 2. Objetivos esenciales de FEF 1

2.1 Primer objetivo 1 2.2 Segundo objetivo 1 2.3 Tercer objetivo 2 2.4 Cuarto objetivo 2

3. Estructura de FEF 3 4. Pedagogía de FEF 5

4.1 Fundamento doctrinal 5 4.1.1 La pedagogía de la catequesis 5 4.1.2 La comunidad 6 4.2.3 La familia como comunidad 6

4.2 Características de las comunidades de FEF 6 5. Metodología de FEF 9 5.1 Los métodos 9 5.2 Objetivo del método peculiar de FEF 9 5.3 Descripción de las sesiones 10

6. Área de Jóvenes Profesionistas 12 7. Función y responsabilidad del joven profesionista a la luz del Evangelio 14 8. Objetivos del Área de Jóvenes Profesionistas 15

8.1 Objetivo general 15 8.2 Objetivos específicos 15

9. Formación integral del joven profesionista 15

9.1 Aspecto espiritual 16 9.2 Aspecto intelectivo 17 9.3 Aspecto volitivo 17 9.4 Aspecto afectivo 18 9.5 Aspecto corporal 18

10. Las comunidades de Jóvenes Profesionistas 18

10.1 Membresía 19 10.2 Integración de la comunidad 19 10.3 Equipo Coordinador y Mesa de Servicio de la comunidad 20 10.4 Frecuencia de las sesiones 21 10.5 Ciclo del tipo de sesiones 21

11. Principales actividades funcionales del Área de Jóvenes Profesionistas 23

11.1 Apostolado 23 11.2 Dimensión vocacional 24 11.3 Retiros 24

Introducción

Dios nos ama y nos creo para ser felices y alcanzar la salvación. Y, como el camino que

nos enseñó es el camino del amor, esto no lo podemos lograr solos. Necesitamos del otro

y de todos, necesitamos vivir en comunión. Por eso existe la Iglesia, que es el espacio

donde encontramos a Dios junto con otros cristianos que también lo buscan. Para edificar

o construir esta Iglesia, Dios, por medio el Espíritu Santo, la provee de muchos carismas

que, al encarnarse y estructurarse, suscitan estilos de vida que dan origen a grupos,

movimientos o asociaciones, para vivir coherentemente su fe e informar del espíritu

cristiano el orden temporal. El mismo Cristo, que pertenecía al pueblo elegido, al realizar

su obra redentora, se rodeo de un pequeño grupo para compartir con ellos su vida y su

proyecto redentor. Así nació el nuevo Pueblo de Dios, la comunidad de la nueva alianza, la

Iglesia. Por la mediación de la Iglesia a través de la Palabra y los Sacramentos, Cristo

mismo se hace contemporáneo de nosotros y nos sigue llamando a compartir su vida y su

proyecto.

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1. Familia Educadora en La Fe (FEF). 1 Es un Movimiento de laicos, integrados en comunidades de familias que por un sistema peculiar y un proceso continuo de evangelización y catequesis familiar, buscan madurar en la fe, la esperanza y la caridad y tratan, con la ayuda de Dios, de vivir el Evangelio para que los miembros de las familias y cada familia lo proyecten en su ambiente y campo de acción. Por tanto, el campo de acción de FEF es la evangelización y catequesis en la familia, por la familia y para la familia. La mística de FEF, es decir, la forma como vive el encuentro con el Señor Jesús, se funda en la convicción profunda de que la comunidad familiar-Iglesia doméstica, integrada en comunidad de familias, es un ambiente privilegiado donde el Espíritu Santo hace crecer y madurar la fe personal y comunitaria en Jesucristo Resucitado. 2. Objetivos Esenciales de FEF. A partir de sus Objetivos Esenciales, FEF establece su forma de acción a partir de la evangelización y sobre una base pedagógica catequística peculiar, dentro del marco de referencia de la convivencia en la fe de comunidades de familias, en una experiencia que busca la maduración de ésta, la proyección misionera y el trabajo en equipo.

2.1. Primer objetivo.

Crear espacios de fe comunitaria, donde se viva el Evangelio en dimensión de familia y comunidades de familias, transformando por la fe en Cristo, las estructuras, los ambientes y la escala de valores de nuestra sociedad. … la familia es el primer ambiente para los esposos y sus hijos, en donde ellos han realizado la primera comunidad humana y cristiana; donde no solamente se aprendan las verdades de la fe, sino donde los cristianos, como grupo, respiren y alimenten en la fe todas sus actividades individuales y sociales.

FEF se propone crear espacios de fe familiar mediante la formación de verdaderas comunidades de familias catequistas, que encaren en cristiano los problemas del mundo del que forman parte, para transformarle según el proyecto del Evangelio.

1 Desde este punto y hasta antes del inicio de la sección de Jóvenes Profesionistas, la información presentada es parte de

los Estatutos de Familia Educadora en la Fe.

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2.2. Segundo objetivo.

Realizar la catequesis familiar como un proceso continuo de maduración de la fe, que toma en cuenta las situaciones nuevas y cambiantes de la familia, de la sociedad y de la Iglesia, para saber dar razones de la propia fe y esperanza.

… plantea que la catequesis sea permanente porque la vida de la familia se va desarrollando a través de acontecimientos, decisiones y situaciones, a veces individuales y a veces del conjunto familiar, pero que en uno y otro caso afectan a la familia y a cada uno de sus miembros.

2.3. Tercer objetivo.

Buscar y desarrollar continuamente un modo peculiar de catequesis familiar, con una pedagogía propia, que sea valida, cualesquiera que sean las circunstancias y condicionamientos sociales, económicos, políticos y culturales en que pueda llegar a encontrarse la familia.

… La pedagogía propia de una catequesis auténticamente familiar será aquella que capacite a la familia para que de verdad llegue a ser “Iglesia Domestica” (una Iglesia en casa); por consiguiente, pequeña comunidad cristiana donde se transmita de una manera global y vivencial: - El contenido de la fe que ilumina y estructura la inteligencia. - Los valores morales que conforman la voluntad. - Los comportamientos y la sensibilidad que inspiran la conducta.

2.4. Cuarto objetivo.

Llevar adelante la evangelización de México con el propósito definido de influir, desde el campo específico de la catequesis, en el proceso histórico de nuestra patria y de la Iglesia en todos los niveles y aspectos. … Hay que evangelizar en profundidad: llegar al corazón de la cultura mexicana, tomando en cuenta los factores sociales, políticos y religiosos. FEF reconoce un llamado por parte de Dios, a dar su contribución a través de una catequesis familiar para promover el que los cristianos busquen remediar, dentro de sus posibilidades, las deficiencias del sistema socio-económico, cultural y cívico en que vivimos. FEF esta llamado a inspirar y motivar a sus miembros para que influyan decisivamente en la búsqueda de soluciones, cada vez más inspirados en el Evangelio.

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3. Estructura de FEF. La estructura de Familia Educadora en la Fe, atendiendo a su perspectiva geográfica, está configurada en comunidades de las distintas Áreas que abarcan el Movimiento, que se agrupan por comunidades que, a su vez, forman Regiones, tomando en consideración las Regiones Pastorales en que está dividida la actividad pastoral de la Iglesia en México. Esta estructura permite lograr la unidad, la armonía, la fructificación de los esfuerzos para el crecimiento del Movimiento, su maduración, la autosuficiencia en servicio, mejorar la comunicación a todos los niveles y también la relación con la Jerarquía y con otros movimientos. Atendiendo a la perspectiva del servicio, FEF se estructura en las siguientes Áreas: De Catequesis Familiar De Catequesis Familiar Conyugal De Catequesis Juvenil De Catequesis Universitarios De Catequesis Jóvenes Profesionistas De Catequesis Matrimonial De Catequesis de Adultos Esta estructura permite al Movimiento prestar los servicios requeridos por la diversidad de situaciones en que las comunidades de familias puedan existir, dentro del marco de los objetivos esenciales de FEF. Las Áreas se integran por comunidades del mismo tipo, agrupadas en Regiones y encabezadas por los Coordinadores Nacionales del Área.

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PRESIDENCIA NACIONAL

COORDINADORES NACIONALES DE AREA

ASESORIA

JERARQUICA

NACIONAL

ASESORIA

JERARQUICA

DE AREA

REGIONES EN

DESARROLLO

CATEQUESIS

FAMILIAR

CATEQUESIS

FAMILIAR

CONYUGAL

CATEQUESIS

JUVENIL

CATEQUESIS

UNIVERSITARIOS

CATEQUESIS

JOVENES

PROFESIONISTAS

CATEQUESIS

DE ADULTOS

CATEQUESIS

MATRIMONIAL

COORDINADORES REGIONALES GENERALES

COORDINADORES REGIONALES

DE AREA

COORDINADORES REGIONALES GENERALES

COORDINADORES REGIONALES

DE AREA

COORDINADORES REGIONALES GENERALES

COORDINADORES REGIONALES

DE AREA

COORDINADORES DE ZONA

DE AREA

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

FAMILIAR

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

FAMILIAR

CONYUGAL

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

JUVENIL

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

UNIVERSITARIOS

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

JOVENES

PROFESIONISTAS

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

DE ADULTOS

COORDINADORES

DE COMUNIDAD

CATEQUESIS

MATRIMONIAL

COORD.

REGIONAL

COORDINACION

NACIONAL

CONSEJO NACIONAL

CONSEJO

REGIONAL

CONSEJO

ZONAL

COORDINACION

ZONAL

FAMILIA EDUCADORA EN LA FE

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4. La pedagogía de FEF.

4.1. Fundamento doctrinal.

4.1.1. La Pedagogía de la Catequesis.

La pedagogía se define como la ciencia y el arte de enseñar y educar a la persona humana. La pedagogía supone y exige el conocimiento de la persona humana, su naturaleza, su vocación, sus tendencias profundas, sus capacidades fundamentales, sus implicaciones sociales, su ubicación en el mundo y en la historia, su trascendencia, etc. Esta definición considera la educación del hombre dentro del horizonte de lo temporal y dentro del orden de lo natural.

Por su parte, la catequesis cristiana cuyo objetivo es la educación del hombre bautizado, es decir el que ha creído en Jesucristo y se ha incorporado a su Ministerio Pascual, posee su propia pedagogía catequística, que se basa en la consideración del hombre elevado al orden sobrenatural de la gracia en Jesucristo y con vocación a participar de la vida, la felicidad y el amor eterno de Dios. Educar en esta fe a quien ha recibido la evangelización inicial y la ha profesado en el bautismo, constituye el campo propio de la pedagogía catequística. Expresado con más exactitud, la catequesis cristiana, que sea verdadera, es en sí misma una pedagogía especial. Los elementos de esta pedagogía son: • La búsqueda y la respuesta del hombre creyente. • La acción del Maestro interior que es el Espíritu Santo. • La comunidad de la fe, la iglesia que propone el contenido de la fe. • El intermediario competente, el catequista miembro de la comunidad, que a

nombre de la Iglesia y en un profundo respeto al Maestro interior, activa el proceso de enseñanza-aprendizaje por medios adecuados.

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4.1.2. La Comunidad. La comunidad cristiana es la congregación de bautizados reunidos en Cristo, guiados por el Espíritu hacia el Reino del Padre, bajo la guía pastoral del Papa y los Obispos. Sin comunidad no es posible la fe genuina en Cristo. Por lo mismo, toda verdadera educación en la fe se da en comunidad y para la comunidad cristiana desde la comunidad cristiana básica que es la familia. Para FEF, la comunidad familiar es fuente, lugar y meta de la catequesis, como condición indispensable para la educación en la fe y para compartirla con la comunidad eclesial. Por esto, FEF tiene como principio pedagógico fundamental realizar en comunidad familiar y en comunidades de familias el proceso educativo en la fe. La primera meta del proceso catequético de FEF, es hacer de cada familia una verdadera comunidad de Fe y crear comunidades de familias que apoyen para vivirla, crecer en ella, proyectarla y así evangelizar los ambientes sociales.

4.1.3. La familia como comunidad. La familia es la primera comunidad, la célula básica de la Iglesia y de la sociedad, en donde el hombre nace, aprende a ser persona y a relacionarse con los demás. Toda familia cristiana está llamada a ser una comunidad de fe, de oración, de amor y de vida.

La familia cristiana es el lugar dentro del cual se realiza la inserción del bautizado en la gran familia de la Iglesia.

4.2. Características de las comunidades de FEF.

Las familias cristianas constituyen las células básicas de FEF. De ahí proviene la mística fundamental del Movimiento: encontrar a cristo en familia, en orden a vivir el Evangelio en dimensión de familia, creando espacios de fe comunitaria en donde todos los miembros de la familia evangelizan, catequizan y, a su vez, son evangelizados y catequizados. Constituyen una comunidad catequística de FEF, varias familias o miembros de ellas con situaciones afines y trabajando en forma organizada para lograr los objetivos del Movimiento, dentro de la unidad de identidad que le da su carisma propio.

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Las comunidades de FE congregan ordenada, homogénea y sistemáticamente a los miembros de las familias, según las principales etapas de su vida, en donde se conocen, se aman, tienen proyectos comunes y están dispuestas a vivir en un proceso de conversión permanente, el camino de la historia de la salvación. En ellas, Cristo es el centro y horizonte de su fe.

Son grupos homogéneos por la edad, el estado civil, la situación social, por la cultura, como parejas, familias, jóvenes, universitarios, profesionales, etc. Personas que, unidas en la fe en Jesucristo, reunidas en la Iglesia, capacitadas para dar razón de su fe, construyen en primer lugar su Iglesia Doméstica y, desde la vitalidad de la fe familiar, se unen a otras personas ya unidas en la lucha por la justicia y la paz, la ayuda fraterna a los pobres, la promoción y proyección humana, etc. Partiendo de la experiencia de las primeras comunidades cristianas, las comunidades de FEF deben tener siete elementos constantes:

• Oración personal, familiar y comunitaria.

La oración es parte constitutiva y esencial de la vida cristiana considerada en su integridad y profundidad. Más aún, pertenece a nuestra misma “humanidad” y es “la primera expresión de la verdad interior del hombre, la primera condición de la auténtica libertad del espíritu”. En el interior de la Santísima Trinidad, las Personas Divinas viven en continua comunicación y comunión. Desde este modelo, la oración nos pone en diálogo y comunión con Dios y con los hermanos.

• La Palabra de Dios.

La comunidad que catequiza se nutre ante todo de la única fuente de la Revelación Cristiana: las Sagradas Escrituras y la Tradición. Esta Palabra de Dios es la fuente y el alma de la Catequesis y es la que convoca, construye y alimenta a la comunidad.

Por tanto, nuestra catequesis tendrá siempre presente las Sagradas Escrituras, la Tradición y el Magisterio, para iluminar los valores, cultura y situaciones concretas de la comunidad, buscando así la coherencia entre la fe y la vida.

• La fracción del Pan.

La Eucaristía es el Sacramento central de la Iglesia, sin Eucaristía no hay Iglesia, es fuente de toda comunidad eclesial, por tanto, nuestra catequesis tenderá a que la familia comprenda y viva la Eucaristía participando de una manera especial de la misa dominical: “Los cristianos no podemos vivir sin la Eucaristía Dominical”.

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• La presencia de la Virgen María.

Jesús quiso que su Madre estuviera presente en la vida de la Iglesia, nos encomendó a ella y nos permitió vivir con alegría una experiencia de filiación hacia ella. Su presencia es fuente de riqueza pues siendo ella, como dijo el Papa Juan Pablo II, la Mujer Eucarística, ella nos enseña a contemplar a Cristo. La devoción a María nos conduce pues al Señor Jesucristo y ella misma es figura de la Iglesia.

• La comunión y participación de bienes.

Fruto de una genuina vida Eucarística es la comunión. La “comunión” en el Nuevo Testamento tiene el sentido de FRATERNIDAD, es la fidelidad al Evangelio, al contenido de las tradiciones apostólicas, a la memoria de Jesús. En su sentido más amplio se comparte lo que se es, lo que se hace, lo que se siente, lo que se tiene, lo que se ama y lo que se espera.

• El testimonio.

La comunidad catequizadora realiza su tarea a través de una formación permanente, asumiendo y encarnando la fe en la cultura y en los valores, mediante un proceso gradual de conversión que nos hace ser hombres libres y comprometidos para esforzarnos a vivir el evangelio.

Testimoniar con la vida entera, la fe, la esperanza y la caridad, es condición indispensable para que la acción evangelizadora y catequizadora de las comunidades de FEF, sea válida y eficaz. La perseverancia y la fidelidad son actitudes esenciales en el testimonio cristiano.

• La catequesis y los sacramentos.

Hay una relación íntima entre la catequesis y la vida sacramental. La catequesis nos lleva a descubrir que el Señor Jesucristo actúa poderosamente por los sacramentos, principalmente por la Eucaristía, para la transformación de los hombres.

La práctica auténtica de la catequesis tiene forzosamente un contenido catequético, la vida sacramental se empobrece y se convierte muy pronto en ritualismo vacío si no se funde en un conocimiento serio de los sacramentos.

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5. Metodología de FEF.

5.1. Los métodos.

La pedagogía de la catequesis se realiza siempre a través de unos métodos prácticos que aseguran el camino de la fe. Son las formas concretas que nos trazan el camino apropiado para acompañar al creyente hacia la plena madurez de su fe. Los métodos son la única forma de llevar a cabo una pedagogía, por eso son siempre necesarios.

5.2. Objetivo del método peculiar de FEF.

El objetivo del método peculiar de FEF es favorecer el proceso de conversión y crecimiento permanente y progresivo de la fe de las familias o miembros de ellas, alimentado por la meditación de las Sagradas Escrituras y los Sacramentos, primordialmente la Eucaristía, para que, dando testimonio del don de la fe en la misma familia, ella(s) lo proyecte(n) en el ámbito social. Al hablar del método peculiar de FEF, hablamos de un proceso integral: desde la preparación y conversión personal, conyugal o con el compañero (a) catequista, en comunidad, antes de impartir la catequesis formal. Del seno de esta preparación, que debe culminar con el testimonio de vida del catequista, brota la catequesis formal que imparte a sus catequizandos, como una propuesta a la libertad (en formación) de ellos para que la catequesis no sea sólo una transmisión de “cultura religiosa”: es una catequesis que parte de la vida para la vida. La evangelización ya ha suscitado un conocimiento del Señor Jesús, ha despertado una consciente necesidad de Él, y la catequesis nos da las razones de esta experiencia personal y no sólo intelectual.

En todos los tipos de comunidades de FEF, este proceso se apoya en las reuniones periódicas llamadas Sesiones Pre-A, A, B y C, que se llevan a cabo de acuerdo a las diversas situaciones de sus miembros. Y estas sesiones quieren ser un camino mistagógico, es decir, con la ayuda de Dios, guiar a las personas, a la familia y a las comunidades de familias, al encuentro vivo con el Misterio de Jesucristo Resucitado.

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5.3. Descripción de las sesiones.

Sesión “PRE-A”. Es el momento personal en el que el catequista entra en contacto con Dios y con él mismo, teniendo en perspectiva una sesión de catequesis formal. Consta de dos momentos: - El catequista se prepara por medio de la oración y la reflexión con la Palabra de Dios, para confrontar su vida con el mensaje de Jesús, buscando su propia conversión y teniendo en perspectiva una Sesión de Catequesis formal para su grupo de catequizandos. Invoca al Espíritu Santo para que lo conduzca a una experiencia viva del Señor Jesús, de modo que su catequesis brote de una fe personal, viva y gozosa.

- Los catequistas que impartan juntos un mismo tema intercambian sus puntos de reflexión y experiencia de vida, enriqueciendo y haciendo una síntesis del mensaje, para obtener una catequesis revisada en todo su proceso. Sesión “A”. Es el momento en que los catequistas de una comunidad se reúnen para orar y escuchar la Palabra de Dios, para compartir y celebrar sus propias experiencias de vida de fe, suscitadas por el mensaje del tema de que se trate. La comunidad, con su Sacerdote Asesor, verifica la conformidad del mensaje con la enseñanza de la Iglesia, llegan a vivir lo que San Ignacio de Loyola llamaba: “sentir con la Iglesia”. De la reflexión en común del mensaje, se formará un compromiso para ser vivido por cada familia de la comunidad. Este compromiso, nacido de la unión con Dios, con el hermano y con la Iglesia, siendo además una expresión de la Verdad-Jesucristo, es verdaderamente liberador y nos une a Cristo, totalmente entregado a cumplir la voluntad del Padre, de modo que la propia libertad personal, familiar y comunitaria elige conscientemente que su contenido sea la Libertad de Cristo mismo y el fruto sea el amor, la alegría, la paz, la paciencia, etc., que es el fruto del Espíritu Santo (Gál 5, 22-23).

Sesión “B”. El mensaje catequístico, encarnado, profundizado y preparado en las sesiones anteriores, es transmitido con gozo y esperanza al grupo de catequizandos, según el siguiente esquema conocido como curva de la catequésis:

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1.- Bienvenida.- Se recibe a los catequizandos cordialmente, animándolos a compartir la vivencia del compromiso de la sesión anterior, en un ambiente fraterno. 2.- Experiencia de Vida.- Se presenta y analiza una experiencia de vida cotidiana o extraordinaria, personal ó familiar, para introducir al tema, apegada a la realidad y al momento que vive el joven, propiciando un dinamismo en el grupo. 3.- Mensaje.- Se trasmite la enseñanza de Dios respecto de la experiencia de vida que se ha analizado para descubrir qué le dice, qué siente, y que haría en esa situación. 4.- Lectura de la palabra.- Se ilumina el hecho con la Palabra de Dios, leyendo un texto bíblico, de acuerdo con la catequesis, buscando la interiorización personal y grupal. 5.- Explicación y Reflexión.- Comentar el texto y contexto, símbolos, personajes y sucesos de la cita Bíblica y hacer una reflexión de lo que ahí dice. 6.- Confrontación.- Se propicia la interiorización personal del participante, confrontando el mensaje y la palabra de Dios con su propia experiencia de vida. 7.- Oración.- Es el momento cumbre de la Sesión “B”, donde se motiva a los catequizandos a tener un encuentro con Dios, de acuerdo a lo que han vivido, dándole una respuesta personal y concreta. 8.- Actividad.- Este momento es para propiciar en los catequizandos, a través de un proceso creativo y dinámico, la asimilación y profundización personal del Mensaje.

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9.- Memorización.- Las enseñanzas de Jesús hay que guardarlas en la mente y en el corazón para seguir su ejemplo. 10.- Compromiso (actitud de vida).- Es el firme propósito de cada catequizando para iniciar el proceso de conversión, dentro de su vivencia cotidiana. Como lo muestra la Curva, al finalizar la sesión, el catequizando debe estar por encima del nivel que tenía al inicio, y es justo el punto donde debe iniciar el proceso de la siguiente catequesis; a partir ahí, iniciar el proceso de la siguiente catequesis. El catequista debe ser respetuoso del proceso personal de la fe de cada uno de los catequizandos. Sesión “C”. Es la vivencia personal, familiar y comunitaria del compromiso adquirido por el mensaje del catequesis en la Sesión “B”, para apoyar el proceso de crecimiento en la fe de cada uno de los miembros de la comunidad, que se comprometen durante toda la semana a:

a.- Esforzarse para concretar en la vida cotidiana el compromiso de la comunidad. b.- Orar con esa intención.

6. Área de Jóvenes Profesionistas.

“Jóvenes, la Iglesia necesita de sus energías, de su entusiasmo e ideales, a fin de que

el Evangelio de la Vida penetre el centro de la sociedad, transformado los corazones

de la gente y de las estructuras de la sociedad, para crear una civilización de

verdadera justicia y amor". Juan Pablo II Familia Educadora en La Fe, consciente de este llamado, establece en sus Estatutos una misión esencial para sus miembros: encarar en cristiano los problemas del mundo del que formamos parte, para transformarle según el proyecto del Evangelio, es decir, es responsabilidad de los miembros de FEF, buscar remediar, dentro de las posibilidades, las deficiencias del sistema socio-económico, cultural y cívico en que vivimos. FEF, al igual que el Papa, sabe que los jóvenes y, en especial, los jóvenes profesionistas y trabajadores, representan el potencial humano para realizar las transformaciones que requieren nuestro país y nuestra sociedad; que son ellos los responsables directos, más próximos, que estarán en la arena de las decisiones y que serán el núcleo de las nuevas familias y de la nueva sociedad.

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Por lo tanto, FEF brinda a los Jóvenes Profesionistas un espacio para su formación, donde hagan crecer sus talentos y su capacidad de amar para que sean una señal de la presencia de Dios en la familia, en la iglesia y en la sociedad. En este sentido, los jóvenes profesionistas y trabajadores son como una levadura en medio de la sociedad, sal y luz del mundo. A la luz de la doctrina social de la Iglesia, competentemente formados en ella, tienen como meta poner las bases para la construcción de una nueva cultura en el sentido de la civilización del amor: odres nuevos para el vino nuevo del Evangelio. Introduciéndose en el ambiente laboral en todos los niveles y aun en los ambientes empresariales, políticos y de gobierno, llevan allí la novedad de un estilo de vida centrado en los valores humanos y cristianos. Sostenidos por su fe, su esperanza y caridad, vigilantes ante todo tipo de tentaciones y fiados en la Gracia de Dios, procurarán no dejarse envolver por el ambiente y, si es necesario, ir en contra de la corriente, con tal de dar un testimonio coherente y constante del estilo de vida evangélico. En este sentido cuidarán de no dejarse engañar por ideologías, filosofías o visiones de la vida que por su contenido, métodos o fines, se oponen al verdadero espíritu del Evangelio y a la comunión eclesial. De allí la importancia de formarse sólidamente en la doctrina social de la Iglesia, para tener un criterio adecuado para “estar en el mundo sin ser del mundo”.

El Área será pues, en el contexto de toda la estructura de FEF, una oportunidad para

vivir con intensidad esta vocación de ser sal del mundo y luz de la tierra. Por medio de ella, FEF podrá cumplir esa dimensión de su carisma de edificar un mundo nuevo desde la fe.

Dado que, por la naturaleza de la etapa de la vida de los jóvenes, es probable que sea el tiempo de experimentar el enamoramiento, de discernir definitivamente la vocación o estado de vida o de decidir por el matrimonio u otra vocación consagrada o sacerdotal, se procurará en el Área el promover y facilitar un crecimiento humano integral, conociendo la naturaleza humana en su carisma masculino y femenino, el significado humano de la sexualidad, el respeto al otro, a la vida concebida, al que muere, a la ecología, etc. Se procurará la ayuda de las ciencias para que con su aportación y a la luz de la fe, puedan discernirse aquellas situaciones del pasado o del presente de la vida familiar que dañan a la persona, sobre todo para evitar la repetición de patrones de conducta que impidan el sano desarrollo de una personalidad integrada y estorben la realización de la vocación a la vida matrimonial y familiar, sacerdotal o consagrada debido a egoísmos o traumas no reconocidos y superados.

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Una persona herida tiende a herir a las demás y, a veces, se perciben tan grandes y arraigadas que parece que son insuperables. Por eso, el sentido de la fe es muy importante pues, aunque la herida sea muy grave, lo que para los hombres es imposible, para Dios es posible, con su Gracia, nuestra colaboración y la ayuda profesional podemos sanar. En este sentido, la misma ética profesional y laboral debe impulsar a los jóvenes a buscar la integración de su personalidad, sabiendo que la misma Gracia de Dios supone la naturaleza humana.

7. Función y responsabilidad del Joven Profesionista a la luz del

Evangelio.

“Llegado el que había recibido los cinco talentos, presentó

otros cinco diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste,

he aquí otros cinco que he ganado”. Mt 25, 20.

El joven profesionista y trabajador ha recibido de Dios los dones del estudio y capacitación para el desempeño profesional o laboral. Estos dones potencian los talentos personales que cada uno posee y que deben ser multiplicados y puestos al servicio de los demás como expresión de vivir la mutua iluminación entre fe y razón en la vida cotidiana.

“No son ustedes los que me eligieron a mi, sino yo el que

los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den

fruto, y ese fruto sea duradero”. Jn 15, 16.

La capacidad de amar del joven profesionista se traduce en su aportación personal para construir la vida de la Familia, la Iglesia y la Sociedad en sus diversas dimensiones (cultural, política–gobierno, económica, social, educativa, salud) y niveles (local, nacional e internacional).

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8. Objetivos del Área de Jóvenes Profesionistas.

8.1. Objetivo general.

Proporcionar a la libertad del joven profesionista, dentro del contexto del carisma de FEF, un espacio en donde pueda experimentar un encuentro con Cristo, desde la fe comunitaria y el crecimiento espiritual, para que pueda impregnar al mundo del espíritu del Evangelio y construir una cultura propicia a los valores de la familia, de la justicia, de la paz social y trascienda como un profesionista sobresaliente, cuyo fruto se derrame en la vida de las futuras familias.

8.2. Objetivos específicos.

Dar continuidad al proceso de crecimiento humano y espiritual de los jóvenes que han vivido una experiencia cristiana en las comunidades de Universitarios de FEF, así como de aquellos que han tenido otras experiencias cristianas o apostólicas. Formar Jóvenes Profesionistas íntegros y sobresalientes en la doctrina social de la iglesia, decididos a encarar en cristiano y desde una ética cristiana los problemas del mundo del que formamos parte, como respuesta de su compromiso humano y cristiano, para transformarle según el proyecto del Evangelio. Promover la formación y la conversión de los jóvenes, para que al llegar a su vida matrimonial y familiar, constituyan una verdadera Iglesia Doméstica.

9. Formación integral del Joven Profesionista

La formación integral del Joven Profesionista comprende los siguientes aspectos: Espiritual, Intelectual, Volitivo, Afectivo y Corporal.

Intelectual Afectivo

Volitivo

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9.1. Aspecto Espiritual.

� Desarrollar el crecimiento espiritual del Joven Profesionista como relación viva con el Señor Jesucristo.

� Desarrollar la experiencia consciente del Amor del Padre, de la amistad de

Jesucristo y la presencia del Espíritu Santo en su vida. � Profundizar la experiencia de la misericordia de Dios, de su perdón y la

reconciliación que nos ofrece en su Hijo. � Desarrollar la capacidad de discernimiento o escucha de la voluntad del Padre. � Formarse en una vida de oración. � Hacer conciencia de la vocación común de los Hijos de Dios: la santificación. � Experimentarse como parte viva e importante de la Iglesia. � Conocer los diversos caminos o experiencias de espiritualidad que existe en la

Iglesia. � Conocimiento, discernimiento y aplicación del don del Carisma de FEF en esta

dimensión de la vida profesional. � Vivir un proceso constante y creativo de una nueva evangelización.

Corporal

Espiritual

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9.2. Aspecto Intelectivo.

� Conocer los valores que se desprenden del Evangelio. � Conocer la vida y la realidad de la Iglesia. � Estudiar, reflexionar y aplicar la Doctrina Social de la Iglesia. � Hacer conciencia y aplicar el principio de la igual dignidad del hombre y la

mujer, conocimiento de la riqueza de la reciprocidad masculina y femenina desde el proyecto original de Dios.

� Conocer los dinamismos de la vida matrimonial, familiar y social. � Desarrollar la capacidad de elaborar un proyecto de vida personal abierto al

otro. � Desarrollar la capacidad de un correcto análisis de la realidad. � Desarrollar la capacidad de elaborar planes, proyectos y programas que

respondan a los desafíos de la realidad de la vida matrimonial, familiar, eclesial y social.

� Estimular el desarrollo profesional y laboral competente, sobresaliente y

permanentemente actualizado.

9.3. Aspecto Volitivo.

� Fortalecer su autoconciencia de la verdadera libertad basada en la verdad. � Fortalecer su capacidad de amar como una decisión libre. � Desarrollar, con la ayuda del Espíritu Santo, la capacidad de decidir perdonar

y de aceptar el perdón, tanto de Dios como hacia y del hermano. � Desarrollar la capacidad de compromiso humano y cristiano a la luz del

Evangelio y como expresión de la propia capacidad de amar para transformar la vida matrimonial, familiar y social.

� Desarrollar la capacidad de un autodominio para la auto-donación

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� Desarrollar la capacidad de ser libres ante las cosas, los medios de comunicación, las tentaciones de corrupción, vicios, mediocridad, etc.

� Desde el contexto del joven profesionista y a la Luz del Evangelio:

◊ Formarse en las virtudes de la vida matrimonial, familiar y social. ◊ Fomentar el servicio familiar, comunitario, profesional, político.

9.4. Aspecto Afectivo.

� Desarrollar la capacidad de promover y mantener relaciones libres y liberadoras, según el Evangelio y el valor de la persona.

� Integrar la propia sexualidad y su significado humano en la totalidad de la

persona. � Crecer en las relaciones libres y liberadores entre hombre y mujer. � Vivir la plenitud del Evangelio en el núcleo de la familia. � Procurar la sanación de las heridas recibidas para evitar la repetición de

patrones de conducta nocivos para la persona.

9.5. Aspecto Corporal.

� Promover la teología del cuerpo, su dignidad y el respeto que se le debe como manifestación o sacramento de la persona.

� Formar Jóvenes Profesionistas como dignos templos del Espíritu Santo,

inculcando el amor evangélico a ellos mismos, a través de la salud espiritual, mental, emocional y física.

10. Las comunidades de Jóvenes Profesionistas.

Las comunidades de Jóvenes Profesionistas, al igual que todas las comunidades de las demás Áreas de FEF, congregan a personas que se conocen, deciden vivir juntos un proceso de amor evangélico, tienen proyectos comunes y están dispuestas a vivir en un proceso de conversión el camino de la historia de la salvación. En ellas, Cristo es el centro de su fe.

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10.1. Membresía.

El carisma de FEF es familiar y va acompañando la realidad viva de la familia con sus diversos dinamismos y realidades, así, las personas invitadas a formar parte de esta Área son: � Jóvenes Profesionistas y todo aquel interesado e identificado con el objetivo

general del Área y con sus aspectos formativos. � Disponibilidad a vivir un proceso de conversión permanente. � Solteros. � No haber estado casado (a). � No haber tenido hijos. � Confirmado (o dispuesto a prepararse para recibir este Sacramento). � Edad entre 25 y 35 años. � Tener un empleo o estar en proceso de obtenerlo.

10.2. Integración de la comunidad.

Las comunidades de Jóvenes Profesionistas deben estar integradas entre ocho y doce miembros.

� Con grupos pequeños se logra un mejor conocimiento personal entre los integrantes.

� Se logra la participación de todos durante las diferentes etapas del

desarrollo de una sesión sin alargar el tiempo de duración de la misma. � Los integrantes están más abiertos al diálogo al sentirse en confianza con

los demás miembros de la comunidad.

Deben contar con un Asesor Eclesial (sacerdote, religiosa o seminarista), cuyo servicio consiste en fomentar la unión y fidelidad a la Iglesia en las reflexiones comunitarias y guiar el crecimiento y la maduración en la fe de la comunidad.

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Deberán acompañarse de un matrimonio que viva su crecimiento espiritual en la comunidad. Su participación ayudará con su experiencia de vida, a que los integrantes de la comunidad vayan conociendo y formándose en las virtudes de la vida matrimonial, familiar y social.

10.3. Equipo Coordinador y Mesa de Servicio de la Comunidad.

Dentro de la comunidad se realizan diversos servicios que serán coordinados por algunos de sus miembros. El Coordinador es elegido por los miembros de la comunidad y él es directamente responsable de la misma. El designará a sus colaboradores que serán: vice-coordinador, secretario y tesorero, con quienes formará el Equipo Coordinador para administrar y coordinar la comunidad catequística.

a) Este equipo elabora un plan de trabajo anual, tomando en cuenta las

necesidades de la comunidad, las metas nacionales, las del Área y las de la Región.

b) Dirige las actividades establecidas en el plan de trabajo de la comunidad,

para que se lleven a cabo eficazmente. c) Se asegura de que todos los miembros de la comunidad desarrollen un

trabajo específico dentro de ella o presten un servicio a la Región o al Equipo Nacional.

La Mesa de Servicio es el órgano ejecutor de la comunidad que, por medio de ciertas divisiones de trabajo, propicia que se lleve a cabo la acción catequística básica, en sus diversas modalidades y de acuerdo a la Metas Nacionales y Objetivos de FEF. La Mesa de Servicio esta constituida por el Equipo Coordinador, descrito anteriormente, y por los miembros de la comunidad designados por el Coordinador, para hacerse cargo de las Divisiones de Servicio que son:

• División de Formación y Catequesis.- Se encarga de investigar temática,

de elaborar los programas y ficheros; así como de cuidar que en cada sesión estén presentes los cinco aspectos formativos.

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• División de Liturgia y Espiritualidad.- Se encarga de guiar el crecimiento

espiritual de los miembros de la comunidad, organiza visitas al Santísimo, asistencia y participación en misas, retiros, etc., asesora al catequista en turno para el desarrollo de la oración durante la sesión B.

• División de Apostolado y Acción social.- Se encarga de organizar el

proyecto de apostolado cultural comunitario. Dada la cualificación de los miembros, procurar que sea un apostolado con proyección social y cultural, preguntándose en dónde es más estratégica y eficaz su presencia.

• División de Integración y Desarrollo de la Comunidad.- Se encarga de

promover la comunión afectiva y efectiva entre los miembros de la comunidad, y proyectarla e integrarla en todo el Movimiento, la Iglesia y la Sociedad.

10.3. Frecuencia de las sesiones.

Semanal o cada 15 días, según las condiciones de la Región y de acuerdo a los compromisos personales de los miembros de la comunidad.

10.5. Ciclo de sesiones.

La secuencia de sesiones para el Área de Jóvenes Profesionistas es como sigue:

� Tres sesiones consecutivas de crecimiento espiritual, en las que se buscará

que los miembros de la comunidad desarrollen sus cinco aspectos formativos.

� Una sesión dedicada a un tema de interés general, que buscará el análisis y

discernimiento de la realidad social, económica, cultural, política y de la doctrina social de la Iglesia, en todas sus dimensiones y niveles.

� Una sesión general de crecimiento en donde participarán todas las

comunidades de Jóvenes Profesionistas de la Región, buscando:

1. Que todos los integrantes del Área se conozcan e identifiquen con las comunidades existentes.

2. Que cada una de las comunidades prepare la sesión cuando le

corresponda, para catequizar a las demás comunidades.

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3. Lograr un crecimiento paralelo en las comunidades. 4. Fomentar los lazos de amistad y fraternidad entre todos los integrantes

de las comunidades del Área en la Región. 5. Compartir proyectos y experiencias profesionales.

Para todas las sesiones debe aplicarse la metodología de FEF, que se basa en la vivencia de un proceso continuo de conversión y evangelización dentro de las comunidades, alimentados por la meditación de las Sagradas Escrituras y los Sacramentos, primordialmente la Eucaristía. Para sesiones de crecimiento y presentación de temas de interés general en comunidad: � La sesión Pre A y A están unidas cuando el joven profesionista, en forma

individual, se pone en disposición de ser iluminado por el Espíritu Santo para preparar el tema que presentará a su comunidad en la sesión B.

� Sesión B, el joven profesionista catequiza a sus compañeros de comunidad,

apegado estrictamente a la metodología definida en la curva catequética.

� Sesión C, vivencia personal de los jóvenes profesionistas durante la semana en donde vivirán a la luz del evangelio su función y responsabilidad dentro de la familia, la iglesia y la sociedad.

Para las sesiones generales del Área: En las sesiones generales las comunidades que integran el Área, estarán rolando la conducción catequística de la sesión general. Por tanto: � Sesión Pre A, en donde el joven profesionista se prepara espiritualmente en

forma individual y prepara el tema que le ha correspondido, de acuerdo con la organización de la comunidad en turno de ser catequista.

� Sesión A, los miembros de la comunidad se reúnen para integrar la

catequesis en turno que será dada en la sesión general del área.

� Sesión B, con la participación de todos los miembros de la comunidad responsable de la catequesis, imparten el tema a todos los miembros de las demás comunidades que forman el Área de Jóvenes Profesionistas.

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� Sesión C, vivencia personal de los Jóvenes Profesionistas durante la semana en donde vivirán, a la luz del evangelio, su función y responsabilidad dentro de la familia, la iglesia y la sociedad.

En todas las sesiones se buscará el crecimiento en los cinco aspectos formativos, por lo que la actitud de vida o compromiso deberá involucrar estos cinco aspectos.

11. Principales servicios o actividades funcionales del Área.

� Revisión de vida. � Revisión de Proyecto de Vida. � Análisis y discernimiento acerca de la realidad social, económica, cultural, política

confrontándolas con la doctrina social de la iglesia. � Participar en algún apostolado específico y de preferencia en relación con el Área. � Participar en la actividad misionera de la Iglesia. � Participar en el cumplimiento de las metas del Movimiento. � Compartir el conocimiento profesional con los miembros de las comunidades de

las diferentes Áreas del Movimiento. � Coadyuvar al fortalecimiento, crecimiento y organización del movimiento con la

aplicación de sus conocimientos profesionales. � Participar en la determinación anual de los objetivos y metas funcionales del Área

de Jóvenes Profesionistas, así como de sus programas específicos de actividades, que permitan la formación integral de sus miembros en los aspectos siguientes: Espiritual, intelectual, voluntad, afectiva y corporal.

11.1. Apostolado y acción social.

Las comunidades de Jóvenes Profesionistas, sabiendo que la razón y la fe se iluminan mutuamente, deben avocarse al discernimiento y elaboración de un proyecto cultural comunitario, propicio a los valores de la vida matrimonial, familiar y social según el proyecto de Dios:

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� Aplicando el criterio interdisciplinario, científico y técnico. � Con una calidad profesional de excelencia. � En un espíritu de diálogo maduro. � Bajo la coordinación del Obispo, Párroco o Asesor del Área. � Promoviendo la capacidad de trabajar en equipo. � Abierto a dimensiones ecuménicas o interreligiosas. � Abierto a un diálogo constructivo con las autoridades. � Con una mentalidad institucional y en colaboración con instituciones afines.

11.2. Dimensión vocacional.

� Tomar conciencia de la propia vocación, carisma y ministerio en la vida de la Iglesia y de la sociedad.

� Hacer una opción por una vocación y estado de vida: matrimonio, vocación

sacerdotal, vocación a la vida consagrada o laical. � Hacer una opción de santificación desde el propio estado de vida.

11.3. Retiros.

El Área de Jóvenes Profesionistas planea y lleva a cabo dos retiros anualmente: • Un retiro anual de iniciación, el cual particularmente se enfatizará como

medio de captación de nuevos miembros en las comunidades, que es impartido a principios del ciclo de catequesis de FEF, por un equipo formado con jóvenes pertenecientes a las comunidades existentes.

• Un retiro anual de profundización dirigido a todos los miembros del Área. Es

un retiro orientado a todos los miembros del Área y que es impartido a mitad del ciclo de catequesis de FEF, por personas de otras Áreas o por Asesores Espirituales, y cuyo objetivo es la renovación de compromisos por parte de los integrantes de las comunidades.