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Durante algunos años trabajé de periodista, un día no sé cómo todos los jefes de redacción se dieron cuenta al mismo tiempo que podían arreglar-se sin mí. Ahora escribo historietas absurdas sobre historias verdaderas, no me va mucho mejor pero se conoce gente.

Mi paso por el periodismo fue más bien accidentado, estuve en un par de revistas y probé suerte en casi todas las secciones de un diario. Así fue en realidad como descubrí que nadie es imprescindible y yo menos que nadie. Sin embargo, al escribir sobre las más diversas cosas me había enseñado algo cualquier acto que realiza un hombre por más extraño e imperceptible que sea representa en sí mismo y secretamente a todo el género humano, será por eso tal vez que prefiera escribir historietas, es decir, pequeñas historias sobre pequeñas personas.

Una historieta sobre ladrones y policías podría estar bien, en reali-dad el periodismo me había dejado dos vicios, el primero era una curiosidad malsana sobre ciertos tipos que estando al borde de convertirse en héroes al final se caen antes y el otro, una obsesión por ir directo a las fuentes.

Si algo había sacado en limpio los últimos días era que no se robaba simplemente por nece- sidad o ambición, también se roba por falta de miedo o por el placer de vencerlos, no sabía si había conseguido un final para la historieta, pero si no lo escribía esa noche me quedaba sin trabajo, me acordé las últimas líneas de un libro que había leído hace algunos años y decidí conver-tirme yo también en ladrón, la frase me venía como anillo al dedo, de todos modos, bien podía leerse como un homenaje.Si no me equivocaba había un detective privado que decía quea los ladrones no los había vuelto a ver, pero a los policías no había modo de evitarlos.

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En Mendoza, después de hacer el Banco de Previsión Social nos encontramos con la policía y nos agarraron a los tiros.

y varias veces nos tiraron.

se me vino con una cuchilla y era él o yo, en ese momento era mi vida o la de él y podría estar muerto yo.

Yo creo que lo interesante de ellos es ganar plata sin trabajar, pasa todo por ahí, uno para qué roba: para tener dinero. Si no no existiría el robo.

Turco:

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El robo de un pasacassete me había dado el comienzo de una historia que podía ser interesante, pensé que alguien capaz de arriesgar tanto para ganar tan poco había hecho del miedo un juego peli-groso y simple, mis ideas al respecto podían ir muy lejos pero no hasta donde pudiera haber ladrones de verdad y necesitaba encontrarlos, decidí ir al di-ario donde trabajaba el Turco, el tipo es un viejo sabueso de la crónica policial y el único contacto que yo tenía con el misterioso mundo delhampa.

¿Y te bancás esa situación?Claro, vos fijate que yo ahora escribo una nota, se publica el jueves y hasta dentro de un mes y medio no la cobro.Antes era todo mas rápido.Antes era todo mucho más rápido, pero el resultado también era otro.Ahora pero ¿Cómo te bancas vos esta situación ahora? ¿No te da nunca la tentación de decir, bueno me pongo un caño y salgo a hacer una plata?Mirá, existe Alcohólicos Anónimos que ellos se prometen a sí mismos estar sobrios por 24 horas más. En mi caso es algo parecido, me digo “en las próximas 24 horas tengo que seguir laburando”.Si vos no te levantas a la mañana, no sé, con una especie de… de tentación, de decir “bueno voy a la calle, le pego un palo a alguno, me llevo un fierro y salgo a robar otra vez”.Sufro mucha presión, sufro muchas presiones porque tengo que mantener a mi familia y las tentaciones son grandes.Vos, por ejemplo, vas pasando por un lugar y ¿decís “este lugar es fácil para robar”?Claro, qué te parece, acá te metes y te la llevas toda, pero por ahí no es así, la mayoría de las veces no es así.

¿Lleva mucho tiempo convertirse en ladrón? ¿Hay que aprender muchas cosas? ¿Qué hay que saber para robar y que… bah, y que no te pase lo que te pasó a vos en realidad?

Y, tendría que haber una escuela, pero no hay, la escuela está adentro, la escuela la encontrás en Villa Devo-to, en Caseros, vos caes en cana y lo primero que te dicen es “qué te paso loco” y “me paso así, así y así”, “pero sos pelotudo por qué lo hiciste de tal manera o de tal otra”, y por ahí está el tipo que fue en cana por un pasa-cassete y escucha, está ahí escuch-ando, está aprendiendo. Porque vos fijate que estando en libertad yo pen-saba que el ser chorro, ser ladrón era una cosa que se decía por lo bajo, en un círculo muy íntimo, “guarda que fijjate ante quien lo decís porque te puede mandar en cana” y entrar en la cárcel para mí fue entrar en el mundo del revés, lo que en la calle se hacía por lo bajo: “mira vamos a robar” (todo un misterio bárbaro), en la cárcel se dice abiertamente. Eso no lo pude entender nunca, es más, yo el otro día le decía a mi mujer que por ahí en la cárcel había conocido a un tipo respetable y le preguntaba si no se sentía desilusionada por verme en libertad como un tipo común, como

un tipo más. No, me dijo que no, enton-ces está todo bien, le dije, porque yo no soy, no soy distinto, yo soy un tipo más, yo siento que de verdad me reintegré a la sociedad, camino en la calle y no tengo paranoia con la policía, no tengo para-noia con un patrullero, no tengo paranoia de encontrarme con un tipo que estuvo en la cárcel que tal vez siga robando y darle un abrazo, no tengo paranoia con nada. Yo, yo cometí delitos, pero pagué con 21 años y 7 meses de prisión, que no son tres días, no.

Cura:Cura:Polo:

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¡Polito! Cómo te va her-mano, estás en libertad, te tocó un buen puesto. Mirá pibe, a los chorros de la pesada los auténticos pesa-dos no los vas a encontrar con facilidad, están bien guardados, pero si tanto te interesa el tema por qué no empezás con la cana, te doy un tubo de un veterano.

Entre los ladrones, un sujeto va subiendo de categoría, de principi-ante a mandamás, y bueno es un problema de tiempo, o sea ellos van adquiriendo experiencia al igual que nosotros en el arte de delinquir y en la medida en que van protagoni-zando hechos de más envergadura el tipo es como que saca la chapa ya es más pesado.¿Se van poniendo mas prestigiosos?Claro, se empieza de muchacho de robar casas en un barrio a llevar videocasseteras y televisores a protagonizar un hecho, un delito organizado como es el robo de un banco, indudablemente dentro de su historia privada de sus colegas, el hombre va a ser más pesado de alguna manera, más si tiene algún enfrentamiento con policías que como que se vanagloria el tiroteo con la policía y salió ileso o bajó a alguien.¿Son tipos inteligentes en general, usted que los ha conocido? O ¿es gente nada más violenta?No, tienen un conjunto de cosas sobre su persona. Indudablemente podemos creer que tiene una inteligencia, indudablemente la tiene como ser humano, tiene la inteligen-cia que la usa para mal. Bueno, pero la inteligencia la tiene, indudable-mente a la larga se le van a quemar los cartuchos.¿Filtran bandas ustedes?Bueno, si hay.¿A usted le tocó alguna vez hacer un trabajo así?Sí, casualmente estaba diciendo con un suboficial, que fue suboficial mío en la Brigada de Quilmes durante muchos años nos recordábamos haber integrado, pasar como inte-grantes de una banda contraria que nosotros estábamos juntando para cometer un delito obviamente con conocimiento, fue en el año ‘76, ‘77, sabiendo su mayoría que de lo que estábamos haciendo porque con-stantemente estábamos informando, pero tuvimos que apartarnos de la cuadrilla policial porque también éramos chequeados, bueno un trabajo lindo que uno ha hecho hace ya muchos años.¿Y cómo eran esos tipos que usted conocía en esa oportunidad?Bueno, indudablemente uno tiene que estar medio, medio no, del todo preparado para hablar la misma len-gua y conocer sus características, no dejar entrever desde la vestimenta hasta el pelo corto, indudablemente el pelo era mucho mas largo, poner-nos un aro, o usar una vincha.¿Se puso un aro usted? He usado, no me molesta para nada, ni me molesta la juventud que lo

Buscar ladrones a través de un policía no parecía ser el cami-no mas recto, pero era el único que yo tenía, el veterano que el Turco me había reco-mendado resultó ser un comisario inspector de apellido Medilla, con años de experiencia en la calle y que ahora comanda una flota de cincuenta patrulleros en una zona caliente del Gran Buenos Aires.

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En el juego del robo, la muerte propia o ajena parecía un riesgo de-masiado alto en relación a cualquier botín, pensé cuántas veces el Corto había jugado esa carta desafiando la suerte, se trataba tal vez de reti-rarse a tiempo o de jugar hasta el final.

No, sí, sí, lo elegí, a veces por necesidad, otras veces porque querés tener algo.Pero vos elegís, digamos vos podés elegir no robar, bancarte la miseria o bancarte la pobreza o bancarte laburar.Ahora estoy bien, pero de tiempo no hago nada, pero si viene algún laburo bueno lo hago, para fortalecer lo que tengo.Ahora si te escuchara un tipo, digamos que se mata laburando, que estudió o no estudió, o labura y dice “este es un hijo de puta”, dice “mirá, no labura, roba y tiene un montón de cosas que yo que me mato laburando no lo tengo”, ¿Vos qué pensás sobre eso?Y, pero él no se jugó como me jugué yo, yo podría en el primer hecho haber perdido, no tendría nada, estaría muerto, yo me jugué, me jugué por algo, ladrones hay en todos lados, ladrones los tenes ahí a la vuelta de tu casa, vos mismo podes ser ladrón, vos me estás haciendo un reportaje y por ahí a tu jefe le decís bueno le cobré, me cobró 100 dólares y por ahí te llevaste 500, ¿me entendés? Le estás cagando 400 o el verdulero, el verdulero compra verdura, la compra $2 y te la cobra a $20, todos son ladrones de mayor a menor son todos ladrones.No termina siempre mal… digamos una historia como la tuya, no termina siempre en un zanjón muerto o en la cárcel.Y la mayoría sí.¿Y sin embargo vos seguís?Sí, hasta que, hasta que sepa que hice algo, que tenga algún, algún bien, algo para que los días que me quedan la pase bien.Y de tus conocidos y eso ¿Conocés a alguien que haya cortado la historia de robar?Sí, hay mucha gente que la cortó porque se mando alguna macana y mató a algu-no… y esa gente no puede, los conocen

todos, entonces no pueden trabajar más.Pero digo alguien que no haya delatado a nadie.Sí, hay mucha gente que hizo mucha plata. Igual sigue la mayoría sigue.¿Y por qué sigue?Y porque no tienen otro motivo de vida, siguen robando por gusto.¿Cuál es el gusto?El gusto de robar, el gusto de sentir emoción.¿Vos sentís emoción cuando entrás a un lugar con un arma en la mano?No, yo no siento nada.¿No es tu caso entonces?

En ese momento no.¿Y cuándo sí sentís?Y cuando me voy, cuando me voy con la plata siento emoción.¿Y te gusta esa emoción?Y lo hago por… Siento miedo, siento

emoción, siento de todo un poco, es así.

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El robo de un pasacassete me había dado el comienzo de una historia que podía ser interesante, pensé que alguien capaz de arriesgar tanto para ganar tan poco había hecho del miedo un juego peli-groso y simple, mis ideas al respecto podían ir muy lejos pero no hasta donde pudiera haber ladrones de verdad y necesitaba encontrarlos, decidí ir al di-ario donde trabajaba el Turco, el tipo es un viejo sabueso de la crónica policial y el único contacto que yo tenía con el misterioso mundo del

Cuando fui pendejo como yo le lla-mo, no sé por qué lo hice, te puedo decir sí por qué lo hice cuando fui ya un tipo grande.Porque vos caíste preso.Salí en libertad.¿Cuánto tiempo estuviste preso?Seis años.Seis años la primera vez.Seis años, un mes y tres días, estuve un año en libertad y caí detenido nuevamente. Y de ese año en libertad sé por qué lo hice: no tiene trabajo un tipo que tiene una pro-fesión, que no tiene antecedentes, imaginate vos un tipo que sale de estar seis años en cana. Se presenta a trabajar y el patrón ¿A quién elige cuando está un tipo sin antecedent-es, con profesión y un tipo que sale de comerse seis años en cana que no sabe hacer un carajo? No había laburo, no te daban cabida, no te hacían lugar y bueno, no me quedó otra que agarrar un caño, seguir delinquiendo y bueno… cometí un delito muy grave loco, un homicidio con ocasión de robo.Qué robabas vos?Mira, me metí en inmobiliarias, en una fábrica, un día me pasaron un dato de que había un aduanero que tenía tres kilos y medio de oro en la casa, me metí, lo quise afanar, el tipo se re-chifló y bueno, se me vino con una cuchilla y era él o yo. En ese momento era mi vida o la de él y podía estar muerto yo. Lamen-tablemente para él, para la familia, murió él.¿Vos hace cuando que saliste?Tres meses y un día, antes con-taba los días que me faltaban para salir ahora cuento los días que me sobran.¿Vos pensás que vas a dejar de contar en algún momento?No sé, no me molesta, no tengo paranoia, no tengo rechazo social, tengo gente que me quiere, y por ahí alguno… qué se yo, habrá alguno

que tendrá su prejuicio, pero qué le voy a hacer.Vos soportaste la cárcel, pero la libertad ¿Cómo la soportas?Mirá, trato de vivirla con alegría, ahora no es la fantasía, y no es todo lo rosado que uno pensaba que iba a ser cuando uno estaba en la cárcel. La vida libre tiene otros problemas, el tipo que está preso dice: “cuando yo salga en libertad se terminaron todos mis problemas”. No, se terminaron los problemas de la reja, empiezan otros problemas, que a fin de mes tenes que garpar teléfono, gas, las expensas, toda la historia.Vos eso lo resolvías, salías y...Claro, claro ahora tenes que laburar, yo ahora para cobrar.

Si era así como decía el Corto, el robo era como una partida larga entre jugadores que no miran el reloj, era tal vez una historia sin final, pero como historia era buena.

La máscara del Corto se me había pegado a la mente como un chicle a la suela del zapa- to. Salí a buscar un bar que pudiera distraerme, pero evidentemente estaba escrito que esa noche no podría cambiar de tema. Me encontré con Patán, le dicen así en homenaje a un perro que ríe igual que él, tener un amigo sabio es bueno, pero tener un amigo sabio y con tiempo es todavía mejor, le conté el robo que había visto, de mi absurda intención de cono-cer el hampa y de la dificultad que encontraba para ponerlo todo en un guión de histori-eta. Le expliqué básicamente que no encontraba el final, Patán me dijo que conocía a un tipo que me podía ayudar, se llamaba Juan Carlos Pérez y le decían El Cura, hacía muy poco que había salido de la cárcel, pero seguía vinculado al medio. El Cura estaba es-cribiendo un libro sobre su historia de ladrón, tal vez para explicarse a sí mismo, eso que yo tampoco terminaba de entender.

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Corto ¿La máscara por qué?Y… la máscara es por mí y por vos, por las dudas.Corto ¿Siempre robaste vos?Sí.¿Desde qué edad?Y, desde los 18.¿Qué robabas?Y, empecé robando carteritas, medallitas, hasta que me perfeccioné.¿Y qué hacías después?Y… después hacíamos salideras, pero siempre Rolex, siempre relojes.¿Qué es una salidera?Esperás al tipo o caminas con la moto con otro más y cuando ves algún Rolex de oro arrebatás.¿Dónde lo hiciste eso?Lo hice en Capital y lo hice en España.¿Qué hechos así importantes protago-nizaste vos? ¿Cuál fue el robo más impor-tante que hiciste?Bueno, fue una salidera, una salidera que en provincia, fue. Ése es un dato que me dieron, fuimos con mi compañero, lo vimos dos o tres veces. El día que se tenía que hacer no se dio, porque no llevaba plata, no llevaba el maletín, pasó una semana más y le dimos y había 280.000 dólares en el maletín, la vieja se re chifló. Mi compañero le pegó un culatazo y nos fuimos, ese es el hecho de mayor plata.¿Y a la señora que le pasó?No, a la señora le pegó un culatazo, le rompió la cabeza cuando empezó a gritar,

el tipo nada.¿Qué hiciste con la plata?Invertí, algo invertí, y después joda, de acá para allá, iba al Casino, venía, me iba a pescar.¿Te gusta pescar?Sí, no mucho, pero… tuve caballo y se me murió, caballo de carrera era, se quebró la plata y lo tuvimos que matar.¿Lo tuvieron que matar?Sí.¿Quién lo mato?Lo mató mi compañero.¿Y te dolió que maten a tu caballo?Y, estaba quebrado, tenía la pata quebrada.¿Qué diferencia hay entre matar a un caballo y matar a una persona en el medio de una salidera?Es brava esa pregunta, pero hay diferencias… Estás matando a un animal, matar así porque sí… Por ahí si se cruza… Hay un tiroteo, viene la policía y por ahí se cruzó, pero matar por matar no… Se cruzó, por ahí tirastes un par de tiros, se cruzó y justo le distes y bueno, pero no lo quisiste matar.¿Vos querés que se te corten los labu-ros, o sea, querés dejar de robar o lo que estas pensando es robar más?No, eso es para el futuro, o sea, yo en este momento estoy bien, pero si tengo que salir a la calle voy a salir, tenes que tener un respaldo, como el que tengo yo ahora, pero ¿Por qué tengo un respaldo? Porque desde los 18, (yo tengo 38 ¿Cuánto hace que vengo robando?), caí una sola vez.Es decir, que sos una especie de triunfador, sentís vos.Puede ser, pero ya te digo en cual-quier momento se te corta porque hacés alguna gilada y adentro, hoy me dicen: “Mirá, hay 500.000 dólares, voy a hacerlo y está atrás la poli. Van a avanzar, la policía va a avanzar, van a tener más patrul-leros como en Japón, según dicen, tienen como una cámara. Entonces te enfocan y te filman adentro si estás falopeado, o estás guardando un arma.¿Y le tenés miedo a esa computa-dora?Y, hay que tenerle miedo, por ahí el día de mañana voy a estar hablando con vos y mañana me pasan los fierros.¿Mañana?-Corto Mañana me matan, por ahí si no hago nada, no sé, por ahí cruzo la calle y me matan, me mata un colectivo o me roban a mí y me matan.Eso sería realmente una paradoja.El que le roba a un ladrón tiene 100 años de perdón, eso es así, pasa, es la vida viste, uno no la elige, en este sentido la elijo.¿Pero vos elegís ser ladrón de algúnmodo?

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Y, las personalidades son distintas, hay hombres que están dentro de su modalidad delictiva se sienten seguros quizás de enfrentar a la policía, de aguantarse un enfrentamiento, no es la mayoría, te diría que es la súper minoría y que trabajan arteramente, o sea van a aprovechar el descuido de la gente o del policía para ultimarlo siempre aprovechando todas las ventajas, pero no, lo mínimo, no creo que todo esté preparado para el enfrentamiento, no porque saben que el policía actúa enérgica-mente, o sea cuando se acaba la prevención, les llegó el límite de la prevención, la represión es fuerte, y tenemos hombres preparados para ejecutarlos, entonces saben que el riesgo es mucho, no obstante algunos se arriesgan, se enfrentan, mueren, lo vemos todos los días, mueren.

usa, creo que no significa nada, ni mas ni me-nos, cada uno logra lo que quiere de la manera que puede.

¿Y ellos sentían que podían confiar en usted?Indudablemente que sí, porque logramos deten-erlos a todos, indudablemente que sí, fuimos por lo menos ese día más vivos que ellos. Otras veces hemos perdido, se han dado cuenta y de-saparecen del escenario o dejamos como quien dice la bola afuera.¿Y es importante la lealtad, digamos como valor entre ellos, esa confianza?Y yo pienso que sí. Hay un código de honor, un código de honor que entre ellos se respetan por eso las famosas muertes que vemos a veces en los diarios de ajuste de cuenta, son homicidios inexplicables de alguien que aparece en una zona con siete, ocho disparos y aparece con su reloj, con su documentación con lo cual no ha sido víctima de robo, sino que realmente ha habido alguien que como llaman ellos se quedó con un vuelto o no ha cumplido las órdenes que le ha dado el jefe de la banda.¿Cuando usted atrapa a un ladrón se siente esa solidaridad que hay entre ellos, de no querer delatar?Sí, indudablemente. Pasás a ser el buchón, el soplón, o sea para ellos es muy feo, creo que para cualquiera ser buchón es feo, más para un delincuente a parte ese si puede recibir un vuelto.¿Un buchón ni siquiera esta bien visto por un policía?No, creo que no.¿Es una opinión compartida entre ladrones y policías que un buchón es lo peor?Yo le diría que lo peor no es, directamente no es, si bien nos surtimos ellos y nosotros de esa gente, pero no es.Es decir que para ellos es fuerte. ¿Han logrado mantener un pacto de silencio respecto del resto de la banda cuando se atrapaba?Sí, sí. A parte no te olvides que siempre tienen la esperanza de salir, de salir e integrar una banda nuevamente y más si sabe el jefe de una banda que no lo buchoneó, ahí va a tener un puntaje más para seguir integrando la comisión de delitos, yo no te entregué, no te llevé prendido, me la comí solo, la pagué yo solo, bueno qué se yo, pienso que es así.¿Y el ladrón trata de evitar el enfrentamiento con la policía en el momento en que es sorprendido o va al choque directo a matar?

¿Y cómo hacía un policía para ga-narse la confianza de un ladrón?, en realidad era lo mismo que yo me proponía hacer y aquí ya era algo más que una cuestión de dis-fraces, se trataba de saber men-tir o de buscar que teníamos en común.

Polo: Policía:Policía:

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Se hacía tarde y el comisario insistía en mostrarme la sala desde donde controlaban el mo-vimiento de las patrul-las, los autitos eran de juguetes, esa noche no había ladrones a la vista, decidí volver a casa, ll-ovía y me ofrecieron ll-evarme hasta una parada de colectivo.En la calle nada había cambiado, sin embargo, desde arriba de ese auto todo se veía distinto. El policía me había dado datos que podían orien-tarme, pero la historia seguía incompleta, pensé que si buscaba ladrones la cárcel podría ser un lugar posible, yo me sentía que jugaba al po-liladron y le tocaba cam-biar de bando.

¿Vos sabías, por ejemplo, habías pensado alguna vez que ibas a llegar acá a caer preso?No, sí, o sea mi respuesta es elástica, es amplia, ¿por qué?, tengo 43 años y no manejo los mismos valores que manejé cuando tenía 20.¿Y qué hacías? ¿Veías el Banco y te daban ganas?No era tan así, una cosa trajo la otra, qué se yo, empecé a vincu-larme en un ambiente en el cual nos asociamos para hacer unos pesos y nos pareció la forma más práctica o más rápida, lo pagué.¿Qué es lo que te afanaste?Un Banco.¿Y la banda esa primera cuando vos tenías 20 años era vos solo, vos solo entraste al Banco? ¿Cómo era?No, no. Éramos un grupo de cinco.¿Cómo se organiza el afano a un Banco?Y, se organiza con un poco de locura, audacia y tal vez es una, es una lucha por la cual entendés, pretendés o te parece que podés vivir mejor.¿Vos sabés algo de qué les pasó a los muchachos con los que robaste aquél primer Banco en Lanús?Sí.¿Qué fue de ellos?Están todos muertos.Germán, ¿Alguna vez algún tipo se jugó la vida por vos?Sí, porque en una oportunidad en la provincia de San Juan cuando nos fuimos de Mendoza, después de hacer el Banco de Previsión Social nos encontramos con la policía y nos agarraron a los tiros, o sea llamo a las cosas por su nombre, tal cual ¿vistes? Estaba la puerta del auto cerrada, mal cerrada y me caí, me dí un porrazo.¿Ustedes estaban escapando?Escapando, nos corrían.¿Un patrullero?Dos. Y me caí, frenó mi compañero, se bajó, me levantó y me llevó. A 200 metros venía la policía a matarnos, digo a matarnos porque nos venía corriendo a los tiros limpios y son las cosas que hacen que te sientas mejor, que sientas que valés. Recordando cosas en Agua y Energía yo quedaba adentro, derecho, quedaba porque no conocía el establecimiento y estaba… no sé, buscando más plata, no sabía que ya se la habían agarrado toda y se iban, llegaron hasta la barrera, frenaron y volvieron.¿Habían decidido dejarte?No, pensaban que yo ya me había ido en otro auto.Y se dieron cuenta que vos no los seguías.Y se dieron cuenta de que no había salido ningún auto, porque

“Entrar es fácil, pero salir es difícil” fue lo que después me dijo el carcelero que me había abi-erto la puerta, de todos modos esa mañana yo no corría riesgos, me había contactado con el Oficial Ramos, lector de historietas y encargado entre otras cosas de organizar ciertas actividades culturales en el penal de Olmos. Ramos entendió perfectamente lo que yo buscaba y me habló del Gitano, me dijo que no era la primera vez que el Gitano estaba preso y que en realidad no sabía hasta cuándo seguría encerrado debido a que la justicia de Mendoza y de San Luis todavía le de-bían un par de condenas por el asalto a un banco y a una sucursal de Agua y Energía. El Gitano en realidad se llama Germán Belesani y cuando el Oficial Ramos nos dejó solos, me dí cuenta que finalmente estaba ante un ladrón de verdad.

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preguntaron a la barrera de custodias de entrada, los custodias de Agua y Energía si no había salido un Renault 18 y no: “ustedes son los primeros, señores”.Todo bien, digamos. ¿Los tipos no se habían dado cuenta de que ustedes estaban afanando?No, si nos desearon buen viaje.¿Ustedes el Banco de Previsión Social lo afanaron con un dato o entraron sin datos?Sí, fue un dato.¿Un dato tenían?Fuimos, entramos a la mañana, ves-tidos de policías tres, cinco fuimos. Tres entramos vestidos de policías y dominamos a los custodios que estaban ahí, es a una cuadra y media del departamento central de policía de Mendoza y una denuncia anónima de un vecino que vio un movimiento sospechoso hizo que viniera otro móvil, entraron al Banco, también los dominamos, los desarmamos y no esperábamos encontrarnos con eso. A la salida había tres en posición de, no sé, de ataque: tres empleados, tres policías más, que también los dominamos, porque se confundían diciéndonos que nosotros éramos policías y el que hablaba primero ganaba.¿Y cómo te sentías vos vestido de policía?Distinto, porque es una sensación media… media extraña, no, es dis-tinto, no se, diferente vistes.¿Te imaginás vos alguna vez vestido de policía pero de verdad?No.¿Soñás con un gran Banco con la puerta abierta?No, no.¿Qué soñás? En serio, en la cama digo.Sueño con poder vivir bien.¿Y se te ocurre cómo?Se me ocurría cómo.¿Cómo era?El tesoro escondido del pirata Morgan no lo encontró nadie, por ahí lo en-contraba yo, pero sé que fundamen-talmente toda la plata que uno sueña encontrar, tener, es efímera, salvo casos, pero he tenido mis sueños locos no, no sé.¿Qué fue lo mejor de haber sido ladrón?¿Qué fue lo mejor? Saber, darme cuen-ta hoy que sirvo para algo y haber perdido demasiado tiempo en darme cuenta que tenía que haber cuidado más la plata y rescato los amigos, los compañeros y lamento mucho de mi vieja, de mis viejos.¿Te divertiste?Muy poco, fueron unos carnavales no más, fueron los carnavales de Río de Janeiro, viví.Decime alguna cosa que un chorro nunca tiene que olvidarse.

No delatar a nadie, no traicionar al compañero, fundamentalmente no delatar. La traición implica un montón de cosas, no dejarlo tirado, pagando, ayudarlo si cae preso. Es el… pienso que es… es el código más completo, más lindo y más entendible que puede tener aquel que eligió un camino que es el delito, funda-

mentalmente no ser delator.

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En el negocio del robo, la cárcel parecía ser un riesgo calculado, para algunos podía significar un retiro temporario de la actividad, para otros la oportunidad de cam-biar de ramo, había un antes y un después de la cárcel que yo todavía ig-noraba y Gitano me dijo que cuando se está ad-entro solo se piensa en salir, así que si trataba de completar la historia tenía que encontrar un ladrón que estuviera li-bre.En el Penal alguien me había dado un dato de cómo llegar hasta el Corto, un ladrón que sabía perfectamente cómo cuidarse.