facultad de teologÍa licenciatura en teologia · también me inspiro en el método en teología...

95

Upload: others

Post on 04-May-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

I

Page 2: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

II

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

LICENCIATURA EN TEOLOGIA

El Acontecer de la Revelación

Estudio de una experiencia personal de Dios

VÍCTOR RAÚL SALAZAR SALAZAR, MSA.

BOGOTÁ D.C., JUNIO 02 DE 2012.

Page 3: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

III

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

LICENCIATURA EN TEOLOGÍA

El Acontecer de la Revelación

Estudio de una experiencia personal de Dios

Trabajo investigativo presentado bajo la dirección de

Juan Manuel Pérez Asseff, S.J. para optar por el título de

Licenciado en Teología

VÍCTOR RAÚL SALAZAR SALAZAR, MSA.

BOGOTÁ D.C., JUNIO 02 DE 2012.

Page 4: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

IV

A mi madre María Carlina,

gran mística en la sencillez y el trabajo cotidiano.

Testimonio de amor y entrega.

Infinitos agradecimientos.

A mi padre Libardo (Q.E.P.D.),

quien en vida fue ejemplo de cariño, honestidad, responsabilidad y laboriosidad.

A mis hermanos Silvio, Jesús, Marino, Álvaro y Marco.

A mis hermanas Yolanda, Elena y Liliana, gracias por su apoyo, cariño y buen ejemplo.

Al Hermano Juan Manuel, quien me orientó incondicionalmente y con paciencia

este trabajo de grado, sé que tenemos algo en común: Experiencia de Dios. Muchas gracias.

“¡Tarde te amé, belleza siempre antigua y siempre nueva! Tarde te amé.

Tú estabas dentro de mí, pero yo andaba fuera de mí mismo,

y allá afuera te andaba buscando.

Me lanzaba todo deforme entre las hermosuras que tú creaste.

Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo;

me retenían lejos de ti cosas que no existirían si no existieran en ti.

Pero tú me llamaste, y más tarde me gritaste, hasta romper finalmente mi

sordera.

Con tu fulgor espléndido pusiste en fuga mi ceguera.

Tu fragancia penetró en mi respiración y ahora suspiro por ti.

Gusté tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed de ti.

Me tocaste, y con tu tacto me encendiste en tu paz”.

San Agustín, Las Confesiones, (II. III. 1).

Page 5: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

V

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................................ 1

I. BIOGRAFÍA Y TEOLOGIA ................................................................................................................. 4

1.1 Categorías Teológicas: ...........................................................................................................................13

1.1.1 Revelación ...............................................................................................................................................13

1.1.2. Experiencia Trascendente ........................................................................................................................18

1.1.3. Conocimiento de Dios .............................................................................................................................24

II. MI EXPERIENCIA PERSONAL DE DIOS .......................................................................................32

2.1 Primer llamado vocacional .......................................................................................................................32

2.1.1 Antecedentes ............................................................................................................................................32

2.1.2 Primer llamado vocacional .......................................................................................................................34

2.1.3 Frustración vocacional ..............................................................................................................................37

2.2 Un Cambio Radical de Vida .....................................................................................................................39

2.2.1 La Policía ..................................................................................................................................................39

2.2.2 El desenfreno ............................................................................................................................................40

2.2.3 Replantear la Vida ...................................................................................................................................41

2.3 Segundo llamado vocacional .....................................................................................................................41

2.2.1 Opción por el presbiterado .......................................................................................................................43

2.3.2 Noviciado .................................................................................................................................................44

Page 6: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

VI

2.4 Una profunda experiencia de Dios ...........................................................................................................47

2.4.1 Mi vivencia de la fe antes de la experiencia .............................................................................................48

2.4.2 La experiencia como tal ...........................................................................................................................48

2.4.3 Los frutos de la experiencia ......................................................................................................................55

III. INTERPRETACIÓN DE MI EXPERIENCIA PERSONAL DE DIOS A PARTIR DE LOS

CUATRO NIVELES OPERACIONALES EN BERNARD LONERGAN Y ALGUNOS GRANDES

MÍSTICOS CRISTIANOS .............................................................................................................................59

3.1 Experimentar ...............................................................................................................................................60

3.2 Entender ......................................................................................................................................................62

3.3 Juzgar ..........................................................................................................................................................70

3.4 Decidir .........................................................................................................................................................80

CONCLUSIONES ...........................................................................................................................................84

BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................................87

Page 7: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

1

INTRODUCCIÓN

Cuando las personas a lo largo de su itinerario de fe se encuentran con algunos hombres y

mujeres que comunican no sólo de palabra sino con su testimonio la resurrección de Cristo

en sus vidas; se sienten motivados y cautivados a descubrir el Espíritu que los anima. De la

misma forma dicho Espíritu puede percibirse en las biografías de los santos que también

dan fe y testimonio de amor a Dios y al prójimo de forma sorprendentemente seductora.

En mi caso particular, he notado cómo las actitudes de fe y la coherencia entre lo que dicen

y hacen estas personas me ha contagiado a través de sus testimonios con ese mismo

Espíritu. Y esto no sólo a mí, sino a muchas otras personas que tienen hambre y sed de

infinito. Por medio de sus experiencias de vida profundamente marcadas por el paso de

Dios, ellos nos enseñan que realmente vale la pena ser un cristiano en este siglo XXI a

pesar de las adversidades y desafíos que implica serlo hoy auténticamente.

El “Entusiasmo”1 y la alegría con que viven su fe es admirable porque hacen que uno se

cuestione y se pregunte de dónde les proviene tales convicciones, fuerza y dinamismo para

no cejar ni desfallecer en el seguimiento del Señor Jesús tan difícil en estos tiempos.

Esa opción fundamental de estos grandes seres humanos por Jesucristo en el servicio a Dios

en el prójimo, aún por encima de cualquier otra cosa -puesto que al tener por absoluto a

Dios relativizan las cosas materiales- deja en muchos el prurito de la curiosidad, haciendo

1 La palabra “Entusiasmo”, viene del griego e©¿n-Qeoj én-Theós)= “Poseído por Dios”. La experiencia del

entusiasmo consiste en sentirse poseído por una energía extraordinaria que convierte en pequeñas las mayores

dificultades e impulsa a tomar iniciativas de envergadura; o, como “una emoción intensa que impulsa a la

acción con alegría”. Así eran los primeros seguidores del Nazareno” (González Carvajal, Luis. “Los

cristianos del siglo XXI: interrogantes y retos pastorales ante el tercer milenio. Sal Terrae, Bilbao, 2000,

105).

Page 8: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

2

que sea posible percibir en ellos a personas supremamente libres, que no se dejan arrastrar

por cualquier viento, sino que muchas veces van en contravía y nadan contracorriente de

los ideales del mundo tan bien vistos y de modo normal en esta época como lo son la fama,

el dinero, el poder, el prestigio, el reconocimiento, la vanidad; en pocas palabras, las glorias

humanas.

Estas personas que viven teológicamente, muestran con claridad el rostro bello del

cristianismo a pesar de que son incluso catalogados de locos, porque hoy día vivir bajo los

criterios del evangelio puede considerarse por la opinión pública como un total fracaso,

como algo anormal y fuera de contexto.

Es una realidad que la fe cristiana ha perdido reconocimiento y credibilidad por el mal

testimonio de algunas personas que se proclaman cristianos sin serlo existencialmente. Otra

de las causas de esa pérdida de confianza, es por la equivocada y oscura imagen de Dios

que han adquirido algunas personas en la enseñanza catequética, donde se ha hecho fuerte

énfasis en el aprendizaje de las verdades de la fe de modo memorístico sin que esto afecte

realmente la vida de los cristianos para su crecimiento en el conocimiento de Jesucristo y el

sentido que tiene la vida; es evidente que esto ha hecho y seguirá haciendo mucho daño.

Es urgente hoy proponer un cristianismo que nos conduzca al encuentro y comunión con

Dios desde una experiencia de intimidad con él, y no tanto a la adhesión intelectual de unas

verdades de fe, que aunque sean verdad no las entiende nadie. Esta situación no está

llevando a los cristianos a una experiencia de unión y amistad con Dios sino que algunos se

están quedando en lo que otros opinan sobre quién es Él y no sobre la base de la

experiencia y su conocimiento íntimo.

Este trabajo de grado pretende mostrar la importancia de la fe desde la experiencia de Dios

que acontece y se revela en todo ser humano sin excepción, y que al verse la persona

afectada por este encuentro de comunión con Dios-Amor, su existencia entera se renovará y

se transformará en servicio solidario y desinteresado para con el prójimo.

Page 9: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

3

Esta investigación consta de tres capítulos:

El primer capítulo muestra la importancia de hacer teología a partir de la propia experiencia

de fe, para ello se fundamentará en algunas autoridades teológicas en este campo como

Michael Schneider, Karl Rahner, y otros.

El segundo capítulo contiene la narración de mi itinerario de fe y experiencia personal de

Dios. Sobre todo se hará un fuerte énfasis en el relato de un hito espiritual que marcó

profundamente mi vida y que partió en dos la misma, un antes de esa experiencia y un

después de la experiencia.

Con el tercer capítulo se busca verificar con excelentes teólogos y grandes místicos

católicos, si aquella experiencia espiritual es auténtica o si obedece a una sugestión

personal.

Finalmente, utilizo para la consecución de este trabajo escrito “el Método Inductivo, que

arranca de los hechos de vida de la actualidad, para iluminarlos con la palabra de Dios”2,

también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los

cuatro niveles operativos antropológicos: Experimentar, entender, juzgar y decidir y lo

complemento con algunos elementos del método antropológico trascendental del teólogo

alemán Karl Rahner.

2 Floristán, Casiano. Teología Práctica. Sígueme, Salamanca, 2002, 539.

Page 10: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

4

I. BIOGRAFÍA Y TEOLOGIA

En la actualidad, se percibe de modo generalizado en muchos cristianos, la pérdida del

sentido de la fe, la pérdida del sentido de la vida y la descomposición moral. Pareciera que

el lenguaje comunicativo para expresar el dato de la revelación cristiana a los seres

humanos como receptores y destinatarios del mismo, fuera una cuestión ininteligible e

incomprensible, eso ha conducido a que por un lado, muchas personas en su proceso de

búsqueda de la verdad se encaminen a otras propuestas espirituales que satisfagan sus más

hondas aspiraciones trascendentales.

Algunos continúan por tradicionalismo, abrazando una fe, que aunque no la entiendan ni la

vivan, la conservan, sin darse muchas veces cuenta del peligro de llevar una creencia

superficial y anquilosada que no busca relacionar la fe con la existencia.

Durante muchos siglos la Iglesia en su afán de transmitir celosamente la Tradición cristiana

de la revelación legada por Jesucristo, compendió las verdades de la fe en catecismos, para

que los cristianos por medio de la memoria aprendieran estos contenidos de modo racional-

nemotécnico, precisamente por el influjo de la mentalidad griega que cree que a la verdad

se llega únicamente por medio de la razón.

Por ello, el más prominente teólogo del siglo XX Karl Rahner, manifiesta al respecto lo

siguiente:

Estoy profundamente convencido de la insuficiencia del método escolástico

practicado en la teología escolástica tradicional, donde los conceptos han de ser

sólo pensados y precisados para ser enseñados y aprendidos. Del método

escolástico, que parte de las formulaciones abstractas y actúa por indoctrinación,

hay que pasar al método antropológico, que parte de abajo, de lo concreto, y

efectúa una correspondencia entre vida y verdad, entre experiencia y concepto.

Rahner propone practicar en teología un acercamiento antropológico que parta

de la auto-experiencia del hombre y se pregunte qué relación puede tener con la

Page 11: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

5

verdad cristiana. Se trata de un proceso metodológico que no subordina la fe a la

experiencia ni conlleva una reducción subjetivista de la fe, sino que resulta

necesario para superar el foso que se ha abierto entre revelación y experiencia

humana.3

Nuestra vida de fe no debe reducirse única y exclusivamente a lo doctrinal y dogmático,

descuidando lo existencial. Con la anterior afirmación no se pretende menospreciar y

minusvalorar la doctrina y el dogma, pero lo primero es la experiencia de fe y el resultado o

los efectos de la experiencia fiducial, serán las doctrinas y los dogmas.

La revelación y su transmisión, no es pues, la comunicación de datos o conocimientos

mentales basados única y exclusivamente en la actividad intelectual. “Para el cristiano, el

camino no es una doctrina, es una persona: Cristo. (Jn 13, 33-36)”4.

Con la anterior afirmación no se busca anular de tajo el “dar razón de nuestra esperanza” (1

Pe 3,15), como afirma el hagiógrafo, puesto que sería absurdo que la Iglesia no utilice

lenguajes humanos para anunciar la revelación divina, ya que la comunicación de la fe se

da por medio de la Palabra. No obstante, lo esencial de esta revelación, o mejor, el a

priori5, en categorías ranherianas es posibilitar al ser humano progresar en el

“conocimiento” de Dios y que Él quiere que tengamos.

Pero aquí, este “conocimiento” se funda en una experiencia existencial y vital del ser

humano con Dios. Cabe anotar que el concepto “conocimiento” en la Biblia es muy distinto

al concepto “conocimiento” en la mentalidad griega que ha influido hasta nuestros días en

el occidente cristiano. Más adelante profundizaré más sobre esta categoría teológica.

3 Rahner, en Gibellini, Rosino. La teología del siglo XX. Sal Terrae, Santander, 1993, 242.

4 Schneider, Michael. Teología como biografía. Desclée de Brouwer, Bilbao, 2000, 19.

5 Para Rahner “el a priori es lo dado con la existencia humana, y trascendental, es decir, dado de modo

irreflejo y a-temático, pero que sólo hace posible la realidad categorial, es decir, el conocimiento, la acción y

las otras experiencias humanas (…) la trascendentalidad es la estructura apriorística del espíritu humano como

apertura radical a la Trascendencia y como condición de posibilidad de la experiencia en su diversidad

categorial. Si la Trascendencia es la misma realidad objetiva de Dios, la tracendentalidad es la estructura

apriorística del espíritu humano, su apertura radical al misterio, su orientación dinámica al infinito”. (Rahner,

en Gibellini, Rosino. La teología del siglo XX. 243).

Page 12: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

6

Buenaventura describe el camino teológico con las siguientes palabras:

Nadie debe llamarse a engaño creyendo que para estudiar teología serían

suficientes lección sin unción, especulación sin devoción, investigación sin

admiración, circunspección sin exaltación, diligencia sin caridad, inteligencia sin

humildad (…) la teología no puede estar exclusivamente al servicio del

conocimiento. En realidad, el principal objeto de su cuidado es el amor, el cual

nos lleva a trascender todos los conocimientos del entendimiento siguiendo al

Señor por la vía de la degustación y la experiencia6.

Esta experiencia de intimidad, encuentro y diálogo entre Dios y el creyente, es lo que se

denomina revelación. El efecto de esta experiencia reveladora de Dios es el anuncio gozoso

del mismo, el a posteriori7, en palabras de Rahner.

Lonergan afirma de modo muy similar a Rahner, la necesidad de dar prioridad a una

experiencia de fe del teólogo que parta del encuentro con Dios.

Estoy a favor de una teología doctrinal, pero rechazo la conclusión de que el

lenguaje del exegeta en cuanto exegeta deba ser el del Enchiridion de Denzinger

o el de los libros de texto de teología. Finalmente, creo en una teología del

encuentro (…) considero la conversión religiosa como un presupuesto que nos

permite pasar de la primera a la segunda fase de la teología, pero sostengo que la

conversión se produce, no en el contexto del quehacer teológico sino en el

contexto del hacerse creyente8.

La vida de fe no es la adhesión a un cúmulo de dogmas que aunque no los entienda los creo

y punto, eso parecería más una caricatura de la fe. La vida de fe debe ante todo partir de la

experiencia de encuentro entre la persona con Dios-Amor que se autocomunica. Lo que en

conceptos de Gustavo Baena, significaría revelación:

Es la comunicación de la intimidad de Dios a la intimidad del hombre que el

hombre descubre en sí mismo, es decir, históricamente, y la expresa con

6 San Buenaventura, en Schneider. Teología como Biografía. 80.

7 “El mundo de la experiencia humana, considerado en sus contenidos, es a posteriori, es decir, adquirido, y

categorial, es decir reflejo, tematizado y clasificado de diversas maneras”. (Rahner, en Gibellini, Rosino. La

teología del siglo XX. 242). 8 Lonergan, Bernard. Método en Teología. Sígueme, Salamanca, 1994, 164.

Page 13: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

7

lenguajes propios del ser humano, con el testimonio y el discurso, explicándola

según su cultura y su propia época9.

En acuerdo con Lonergan, no se ama nada que no haya sido conocido previamente. Pero lo

que es verdadero del amor humano, no necesariamente lo es del amor con el cual Dios

inunda nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado (Rom 5,5)”10

.

Lo importante, en efecto, no es tanto estudiar teología, como llegar a ser teólogo

(…) es la pregunta por la relación entre vida y doctrina, fe y experiencia. Sin

duda el concepto de “experiencia” se cuenta entre los conceptos más oscuros de

explicación. Pero eso no es obstáculo para que en la Iglesia de nuestros días sea

cada vez más perceptible un clamor que aboga por una nueva inmediatez y que

nace de un interés por encontrarse con Jesucristo11

.

Schneider hace hincapié, en la urgente necesidad de desarrollar el quehacer teológico,

partiendo de una experiencia vital, fundante con Dios. Antes de producir categorías

teológicas por medio de la escritura y el lenguaje, es necesario previamente ir al encuentro

con el inefable por medio del silencio y la oración, porque no puedo hablar o escribir sobre

Dios, sin previamente haber tenido una experiencia con Él.

Por ejemplo, para que un novio se sienta motivado a escribirle una carta de amor a su

amada, fue primero necesario el impacto sentimental que la amada produjo en el amado,

ese impacto fue fruto del encuentro previo que hubo entre ambos y que motivo a esta

persona a escribirle poéticamente cuánto la amaba. Esta metáfora de la vida cotidiana se

puede aplicar a la relación entre Dios y el ser humano, entre la experiencia de Dios y el

quehacer teológico. La teología, por tanto, surge de la experiencia de encuentro y comunión

entre Dios y la persona, aunque se puede correr el riesgo de reflexionar teológicamente sin

haber tenido experiencia.

Siguiendo con Schneider:

9 Baena, Gustavo. Apuntes en clase.

10 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 271.

11 Schneider, Michael. Teología como Biografía. 12.

Page 14: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

8

La teología vital y ejemplar de dichas existencias teológicas desarrolla una

“dogmatica experimental” que lleva a dar testimonio de la fe partiendo de la vida

y no del concepto. En los tiempos actuales, tan necesitados de fe, el bosquejo de

una teología dogmático-existencial supone un desafío, pues es

extraordinariamente difícil dar testimonio viviente de Dios en un mundo

caracterizado por su ausencia. Sin embargo, es precisamente este testimonio el

buscado en nuestros días12

.

Muchos creen que evangelio es la acumulación de doctrinas y dogmas plasmadas en las

Sagradas Escrituras para ser creídas y aprendidas. Precisamente evangelio o buena noticia,

es el anuncio gozoso de ese encuentro con Jesús resucitado. A esta experiencia de fe

enraizada en lo más profundo de la existencia hay que apostarle, porque de lo contrario no

habrá una reforma espiritual en la Iglesia, persistiendo una mentalidad escolástica que no le

está dando sentido a la vida de fe del hombre y de la mujer actual por la falta de un

conocimiento experiencial con el resucitado y por la utilización de conceptos trasnochados

y anacrónicos que las personas no están entendiendo, obstaculizando la realización y

anuncio del kerigma. A este respecto Rahner afirma: “Cabría decir que el cristiano del

futuro o será un “místico”, es decir una persona que ha “experimentado” algo, o no será

cristiano”13

.

Schneider en consonancia con Rahner opina:

Si hay algo a lo que deba concederse importancia en la teología es precisamente

a la experiencia (…) Entre los motivos que pueden aducirse como

desencadenantes del actual déficit de experiencias de la teología, probablemente

ninguno ocupe una posición tan destacada como la desintegración de la

simbiosis de vida (vivida) y doctrina (enseñada) a que se llegó en la teología

occidental a partir de la Edad Media. Más o menos en el tiempo en que se dio a

conocer el pensamiento de Aristóteles, se operó un profundo cisma entre la vida

y la doctrina, entre el sistema teológico y la experiencia religiosa, entre la

dogmática y la mística. La separación de doxografía y biografía tuvo como

consecuencia que la teología ya no fuera fecundada por el testimonio de vida de

santos y “preceptores (…) los teólogos dejan a partir de este momento de

conceder la importancia a las experiencias de los santos. Sin duda, nadie prohíbe

12 Ibid., 28.

13 Rahner, Karl. Escritos de teología, vol. VII. Taurus Ediciones, Madrid, 1967, 25.

Page 15: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

9

que se describan dichas experiencias, pero en lo tocante a la esencia divina el

especialista se pronuncia siempre a favor de la dogmática14

.

Algunas personas pueden pensar que el único texto para interpretar la voluntad de Dios son

las Sagradas Escrituras, si bien la anterior afirmación es verdadera, no obstante, no es la

única forma de descubrirla, puesto que la Sagrada Escritura no agota la profundidad y el

abismo insondable de la revelación de Dios.

La propia historia personal narrada, la vida de cualquier ser humano es ya un texto desde

donde Dios acontece, se revela y le autocomunica su voluntad y su designio amoroso si la

persona se abre sin oponer resistencia a este misterio15

.

Precisamente el segundo capítulo busca interpretar el acontecer de la revelación en una

persona concreta que ha experimentado el don autocomunicativo del amor de Dios, y que

se desarrolla de forma narrativa y textual desde la hermenéutica, no prioritariamente

partiendo desde un texto de la Escritura, sino desde el texto de la existencia histórica de un

creyente, desde donde Dios también se revela. El enfoque narrativo se justifica desde

Schneider cuando escribe:

La fidelidad a lo narrativo libera a la teología de todas sus fijaciones

conceptuales (propias del pasado), haciendo posible la búsqueda de una forma de

teología convincente en nuestros días (…) El referente de la reflexión creyente

no está constituido solamente por relaciones de esencias eternas, sino también

por las vicisitudes y los testimonios de aquellos a quienes acontece algo nuevo

en su vida con Dios16

.

14 Schneider, Michael. Teología como biografía. 12.

15 Conviene hacer una anotación respecto del sentido en que se usa esta categoría en el presente trabajo: “la

concepción tradicional de misterio es falsa o al menos superficial” afirma K. Rahner, pues “misterio” no

refiere algo de suyo incognoscible o incomprensible, ni algo cuyo grado de conocimiento aún parece de

momento incompleto. Con la categoría “misterio” referimos la condición de inagotabilidad. En teología,

enfrentarse al misterio no es encararse al absurdo frente al cual no se puede preguntar, sino, reconocer la

infinitud que no se deja agotar en las fronteras de nuestro entendimiento. En consecuencia, desde la teología

hablamos en sentido propio sólo de “misterio de Dios” en cuanto resulta accesible para nosotros, nunca

agotable, en su libérrima autocomunicación. Y podemos hablar en forma análoga de “misterio del hombre” o

“misterio del mundo”, por ejemplo. (Rahner, Karl, en Tourenne, Yves, Considérations sur la méthode de la

théologie, La Théologie du Dernier. Paris. Du Cerf, 1995, 436-448). 16

Schneider, Michael. Teología como biografía. 61-62.

Page 16: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

10

La Sagrada Escritura y la teología buscan que el creyente sea conducido al misterio, es

decir, ambas son una mistagogía. Según Schneider, la teología nos debe ayudar a

comprender que “Dios no revela contenidos objetivos, sino a sí mismo”17

. La anterior

afirmación concuerda con la teología postconciliar actual, particularmente en Dei Verbum

al afirmar: “Quiso Dios en su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a conocer el

misterio de su voluntad”18

.

El ser humano descubre a Dios en la historia, en los acontecimientos de su vida, yendo tras

las huellas divinas en esa búsqueda afanosa y apasionante. Es lo que Schneider afirma:

“comprender la teología como seguimiento significa mostrar que la biografía del creyente

es la condición de posibilidad del conocimiento teológico”19

.

También existe una creencia generalizada, ella cree que el seguimiento del Señor radica

principalmente en comportamientos morales, sin embargo, estos no son la prioridad, son

más bien el efecto de una experiencia fundante que hace a la persona que se ha sentido

amada por Dios, le responda del mismo modo, porque como dice el refrán popular: “amor

con amor se paga”. A este respecto, Schneider afirma: “La vida espiritual no es un

programa meramente humano y ascético en el ejercicio de las virtudes, sino una vida de

comunión con Dios alejada de todo moralismo chato”20

.

Esa experiencia de comunión con Dios, como explica Schneider, “es llegar a ser uña y

carne con Cristo”21

. Y como lo veremos en el segundo capítulo, lleva al destinatario de esa

revelación a salir de su cerrado egoísmo y a abrirse en la acogida de tan maravilloso don,

comunicando gozosamente la experiencia vivida a los demás en la caridad y no en la

imposición.

Para Michael Schneider:

17 Ibid., 22.

18 Concilio Vaticano II. Constitución Dogmática Dei Verbum n. 2.

19 Schneider, Michael. Teología como biografía. 18.

20 Ibid., 38.

21 Ibid., 13.

Page 17: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

11

Tener experiencia de Dios significa más que tener visión de él, significa hacer a

Dios visible y perceptible. La experiencia que nos propone la fe cristiana estriba

en transformarnos en algo que sea posible experimentar. No para

emborracharnos contemplando nuestra propia imagen, sino para ofrecer a

nuestro prójimo el rostro divino del servicio nacido de un amor libre de

egoísmo22

.

El anuncio de esta experiencia gozosa no está cargada de moralismo, exclusión y

condenación para nadie, sino que vivir la experiencia de comunión con Dios, lleva al que lo

ha experimentado a buscar por todos los medios la manera de conducir a muchas personas a

vivenciar este encuentro transformador con Dios mismo dentro de él. Convirtiendo al sujeto

de la revelación divina en mistagogo con el testimonio de vida y con la palabra. Aunque

hay que ser conscientes de que las palabras para anunciar esta magnífica experiencia de

comunión con Dios, se quedan cortas ante ese Misterio de Amor que nos desborda y que

muchas veces las categorías lingüísticas para expresar dicho evento son muy precarias y

limitadas. Por lo tanto, es conveniente encontrar una manera adecuada para expresar las

experiencias de fe. Sobre esto Schneider da algunas sugerencias:

Uno de los rasgos que caracterizan la experiencia cristiana de la fe en su

encaminarse por la vía del seguimiento es conducir al creyente a tomar la palabra

y negarse a guardar silencio. La búsqueda del lenguaje en que formular las

experiencias vividas debe contemplarse como uno de los aspectos esenciales de

toda misión al servicio de la comunidad de los creyentes. Además, la

verbalización de la experiencia de fe es un indicio de su carácter genuino, pues

hace a ésta diferente de todas las demás experiencias: Dios no llama al hombre a

permanecer mudo o a quedarse sin habla, sino a anunciarlo y dar testimonio de él

(…) Quien ha tenido experiencia de Dios sabe que lo que ha experimentado no

puede formularse en palabras, pero a la vez sabe también que no está autorizado

a guardarse esa experiencia para sí y que ha de buscar la manera de poder

comunicar a los demás eso que ha vivido23

.

Es absurdo hacer teología sin vivir teológicamente. De serlo así, serían sólo construcciones

gramaticales desde el punto de vista mental, más no existencial. Schneider dice: “la

teología es un camino, no una construcción o un sistema”24

.

22 Ibid., 53.

23 Ibid., 51.

24 Ibid., 29.

Page 18: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

12

No se puede ser auténticamente cristiano sin conocer lo que ello esencialmente significa, ya

que serlo auténticamente, radica en una experiencia pragmática y no sólo teórica. Ya que

por lógica, debería ser primero la experiencia de encuentro y seguimiento con el Dios de

Jesucristo existencial e históricamente y luego el anuncio por medio de la palabra sea

verbal o escrita.

Es notable el divorcio entre espiritualidad y teología, no se puede prescindir una de la otra

porque son dos caras de una misma moneda. La una es imposible sin la otra. La teología

necesita beber de la espiritualidad para ir descubriendo las riquezas inagotables de la

revelación divina, de lo contrario el discurso teológico carecería de esa agua viva que es la

vida interior por medio del Espíritu y que hace del discurso teológico un lenguaje siempre

nuevo y lleno de sentido. Y una espiritualidad carente de categorías teológicas por medio

del discurso, se estancaría en un silencio que no tendría sentido y que contradiría las

palabras de Jesucristo de ir a anunciar el evangelio a todo el mundo (Mc 16, 15). Al

respecto Schneider afirma lo siguiente:

El seguimiento constituye el lugar verdadero de la teología…el objeto de la

teología es la espiritualidad, es decir, aquel substrato espiritual de experiencias

de que se nutre la reflexión teológica (…) el pensamiento dogmático será tanto

más “correcto” cuanto más abierto se mantenga a la realidad del seguimiento y la

espiritualidad25

.

No se puede dar testimonio de lo que no se ha vivido, pues precisamente para la realización

de este trabajo hubo previamente una experiencia de encuentro con el Señor. Porque nadie

ama y comunica lo que ignora. “toda experiencia de Dios permanece “sabrosamente”

envuelta en el sacramento de una experiencia humana”26

.

El sujeto que narra la experiencia de Dios que ha percibido le da sentido a su vida de

creyente y a su quehacer teológico, él mismo es testigo de lo que ha experimentado, trata de

reflejarlo en el diario vivir, busca por todos los medios llevar a otras personas a que

25 Ibid., 24.

26 Ibid., 44.

Page 19: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

13

descubran a Dios en ellos mismos. Ya Jesús muy bien lo expresaba cuando le decía a sus

interlocutores que “el reino de Dios está dentro de vosotros” (Lc 17, 20-21). Porque

precisamente el ser humano es el lugar teológico desde donde Dios se auto-comunica

graciosa y amorosamente.

1.1 Categorías Teológicas:

1.1.1 Revelación:

“Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos

morada en él”.

(Jn 14,23)

El evangelio según san Juan, expresa de forma breve y profunda el significado de

revelación de Dios. La revelación como tal, es obra de la santísima trinidad, es don, es

gracia, nace de la iniciativa divina, es gratuidad para todo ser humano sin excepción, “Dios

es amor y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 4, 16).

La única condición, que pide Dios al ser humano para que la revelación como plenitud

divina se haga “morada” en el hombre y en la mujer, estriba en que estos acepten

libremente y sin oponer resistencia este torrente de amor y misericordia, como lo es Dios.

Porque “Él ha sido un derroche de amor para con nosotros, dándonos a conocer el misterio

de su voluntad” (Rom 5,5).

Esta revelación es el tesoro escondido que nos relata Jesús en los evangelios sinópticos. Al

que el mismo Pablo pide a sus oyentes que “alcancen en toda su riqueza la plena

inteligencia y perfecto conocimiento del misterio de Dios en el cual están ocultos todos los

tesoros de la sabiduría y de la ciencia” (Col 2, 3-3). Esta sabiduría y ciencia de Dios fue

Page 20: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

14

anunciada con su vida y con su palabra por el mismo Jesús a todas las gentes que

encontraba por el camino.

Jesús es el hontanar por excelencia donde brota la gracia, vaso precioso donde Dios habitó

plenamente, y por el cual todo ser humano sin excepción, está llamado a acoger tan

magnífica Visita, esto, gracias a que Jesús por su apertura incondicional al Padre, lo

descubrió en sí mismo y lo comunicó a todos, especialmente a los sencillos, los pobres, los

pecadores y los excluidos de la sociedad:

En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: “Yo te

bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a

sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí Padre, pues tal ha sido

tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quien es

el Hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se

lo quiera revelar27

.

San Atanasio de Alejandría describe la revelación divina de la siguiente manera:

El Verbo de Dios, la imagen del Padre, se hizo carne para re-crear al hombre

según la imagen, es decir, para divinizarle, restaurando en él el verdadero

conocimiento de Dios (…) los hombres están invitados a recibirla en la fe.

"Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios28

.

Rahner define la revelación de modo muy similar a san Atanasio:

La gracia es una comunicación de sí mismo hecha por Dios al hombre. Esta

comunicación es la base en que reposa la revelación y a la vez el fin último de la

misma (…) la revelación es algo interior al ser histórico concreto del hombre,

algo interno como la gracia misma –en cuanto comunicación divinizante, de

Dios- puede, y en definitiva debe, ser realmente en el hombre entendido como

espíritu, sin que por ello pierda nada de su sobrenaturalidad y divinidad29

.

La Gaudium et Spes afirma de igual modo pero con distintas palabras:

27 Lucas, 10, 21-22.

28 San Atanasio, en Latourelle, René. Teología de la Revelación. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1985, 135.

29 Rahner, Karl. Oyente de la Palabra. Herder, Barcelona, 2009, 107.

Page 21: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

15

En cierto modo la encarnación del Hijo de Dios se ha unido con todo ser

humano”. “Es decir, que en cierto modo la encarnación del Hijo de Dios

acontece en todo ser humano30

.

Gustavo Baena interpreta este texto de la Gaudium et Spes del siguiente modo:

Ello significa, entonces que tanto en el caso de Jesús como en todo ser humano,

Dios lo crea dándose en su Hijo, trascendiéndose en él, haciendo comunidad con

él, para comunicarle su divinidad a ese hombre corporal y terreno al vivir en él31

.

El ser humano, antes movido únicamente por la carne, como dice expresamente san Pablo

en una de sus cartas: “las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza,

libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordias (…) quienes tales cosas hacen no

heredarán el reino de Dios” (Gal 5, 19-21), con la revelación de Dios por medio de su

Gracia eleva a la persona graciosamente, es decir, la revelación que Dios comunica al ser

humano es un don gratuito, ella, le participa al hombre y a la mujer la naturaleza divina. (2

Pe 1, 3-4).

En esa misma línea continúa san Pablo a los Gálatas enunciando cuáles son las obras que

realiza la Gracia de Dios en el destinatario de la revelación que es el ser humano, “el fruto

del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre,

dominio de sí; contra tales cosas no hay ley”. (Gal 5,22-23).

Cuando san Pablo afirma que quienes viven según la carne y no según el Espíritu, no

heredarán el reino de Dios, Baena afirma lo siguiente:

Aquí no se trata de una amenaza o del anuncio de un castigo, sino más bien de la

incompatibilidad de todas estas esclavitudes con el Reino de Dios, entendiendo

éste como posesión de Dios o dominación liberadora de Dios (…) la única

posibilidad de liberarse de ellas, es precisamente dejarse dominar por la

Soberanía de Dios o la acción creadora de Dios en Jesucristo32

.

30 Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes n. 22.

31 Baena, Gustavo Antropología Cristiana y Sexualidad. Revista Theologica Xaveriana, volumen 122, n. 604,

Mayo, 1994, 268. 32

Ibid., 275.

Page 22: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

16

Para René Latourelle la revelación de Dios en Jesucristo, “es cumbre y plenitud (...)

misterio inagotable, cuyo esplendor describen los escritores sagrados, insistiendo cada uno

de ellos en un aspecto diferente”33

.

La revelación, es pues, el tema fundamental por excelencia en toda la Sagrada Escritura,

especialmente en el Nuevo Testamento, del cual bebe y se fortalece la Iglesia entera al igual

que la teología cristiana a lo largo de los siglos. Precisamente la Tradición que la Iglesia

anuncia es lo que a Jesús le reveló el Padre, luego Jesús lo comunicó a sus discípulos y

estos de generación en generación y por todos los siglos, hasta nuestros días. La Tradición,

es decir, el contenido de la revelación que la Iglesia tiene como misión importante

conservar y transmitir, no son los ritos vacíos y carentes de sentido. El rito es una

mistagogía que debe conducir al creyente a la experiencia de comunión con Dios. Los ritos

no son el fin, sino los medios para alcanzar el fin que se pretende, la comunión con Dios.

Latourelle al denominar a Jesucristo como “Cumbre y Plenitud” de la revelación, es porque

Él es la última y absoluta Palabra revelada del Padre, no podemos esperar más revelación

que la que nos comunicó Dios Padre por medio de su Hijo amado, porque como afirma el

Concilio Vaticano II: “El enigma de la condición humana se esclarece definitivamente a la

luz de la revelación realizada por el Verbo Divino”34

.

Gustavo Baena en consonancia con la Gaudium et Spes n. 22, opina:

Quien lea con criterios científicos adecuados los evangelios canónicos, se

encontrará con un Jesús, quien como realidad humana actuante en este mundo, es

un hombre absolutamente abierto hacia sus semejantes, esto es, un hombre

donde la autocomunicación de Dios como existencial divino, es acogida

absolutamente, sin condiciones, a plenitud (…) en esto consiste su permanente

anuncio del Reino de Dios, como soberanía que tiende a poseer y hacer unidad

con el ser humano35

.

33 Latourelle, René. Teología de la Revelación. Sígueme, Salamanca, 1985, 45.

34 Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n. 22.

35 Baena, Gustavo. Fenomenología de la Revelación. Verbo Divino, Navarra, 2011, 247.

Page 23: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

17

En Jesucristo está la respuesta más clara de todos los interrogantes que en el corazón del

hombre y de la mujer se albergan. Su vida y su ejemplo muestran claramente el

direccionamiento y orientación al que todo ser humano está llamado en esta vida: buscar

incesantemente a Dios en sí mismo, encontrarlo, darle sentido a su existencia y

comunicarlo a los demás.

La revelación de Dios al hombre, no es algo que le viene únicamente ad extra, como por

ejemplo, la creación, como revelación natural; sino que también esa revelación divina,

como don gracioso para todo ser humano, está ad intra de la persona, y ella en sí misma

tiene la capacidad de percibirla y compartirla, si no le pone trabazón a la acción de Dios.

“El reino de Dios está dentro de vosotros” (Lc 17, 21), Jesús al afirmar que el reino de Dios

está “dentro de vosotros”, quiere decir, que Dios habita en el interior de todo ser humano.

San Pablo lo dice igualmente en otras palabras “¿no sabéis que sois santuario de Dios y que

el Espíritu habita en vosotros? (1 Co 3, 16).

Siguiendo en esta misma línea, san Agustín de Hipona lo expresa de un modo poético y

profundo: “¡Tarde te amé, belleza siempre antigua y siempre nueva! Tarde te amé. Tú

estabas dentro de mí, pero yo andaba fuera de mí mismo, y allá afuera te andaba

buscando”36

.

La teología cristiana, enseña que Jesús nos reveló el misterio de la cercanía de Dios en él y

en todo ser humano de un modo absoluto y verdadero. La revelación es el misterio de

comunión entre el Creador y la creatura, entre el Dios hesed37

, es decir, el Dios que es puro

36 San Agustín, Las Confesiones, V. XIV. 1; VI. IV. 2.

37 Término hebreo que indica la misericordia, designa propiamente las “vísceras”. Se expresa para señalar

aquel sentimiento íntimo, profundo y amoroso que liga a dos personas por lazos de sangre o de corazón, como

a la madre o al padre con su propio hijo (…) estando este vínculo situado en la parte más íntima del hombre

(o sea las vísceras, como cuando nosotros hablamos de amor entrañable o de odio visceral, aunque

generalmente preferimos el término corazón”), el sentimiento que de allí brota es espontáneo y está abierto a

toda forma de cariño. Cuando lo requieren las circunstancias, se traduce espontáneamente en actos de

compasión o de perdón (Sal 106,43; Dn 9,9.)”. (Sisti. A. Nuevo diccionario de teología bíblica. San Pablo,

Madrid, 1998, 1217.

Page 24: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

18

amor y pura misericordia entrañable (Lc 1, 78), que sale de sí mismo para trascenderse en

las creaturas, para conservarlas y comunicarles vida, especialmente al ser humano concreto,

como un misterioso acto kenótico.

Para que esa revelación se haga más efectiva, exige una respuesta afirmativa y abierta de la

persona como sujeto de una posible revelación de Dios en él. La exhortación apostólica

Verbum Domini nos señala que la revelación divina en el hombre se da desde la experiencia

del sentirnos amados por las tres personas divinas y que esta experiencia es factible si el ser

humano es dócil a esta maravillosa invitación como don gratuito:

Dios se nos da a conocer como misterio de amor infinito en el que el Padre

expresa desde la eternidad su Palabra en el Espíritu Santo. Por eso, el Verbo, que

desde el principio está junto a Dios y es Dios, nos revela al mismo Dios en

diálogo de amor de las Personas divinas y nos invita a participar en él. Así pues,

creados a imagen y semejanza de Dios amor, sólo podemos comprendernos a

nosotros mismos en la acogida del Verbo y en la docilidad a la obra del Espíritu

Santo38

.

1.1.2. Experiencia Trascendente:

El hombre es el ser de la trascendencia porque tiene la capacidad de salir de sí mismo en

función del otro. Tiene la capacidad de ensanchar su corazón, expandirse, abrirse al

misterio que encierra la existencia; cuestionándose irá procesualmente encontrando

respuestas que le permitan vivir mejor y encontrarle sentido a su vida; lo llamaría

movimiento centrífugo, no obstante, también tiene la capacidad de replegarse en sí mismo,

este replegarse del hombre tiene dos funciones, uno negativo, para encerrarse

obstinadamente y caer en el mal sano egoísmo que le impide ser feliz y hacer felices a los

demás, y otro positivo, que le permite interiorizar, reflexionar, hacer introspección, caer en

la cuenta de lo que le está pasando, lo denominaría movimiento centrípeto.

Según Lonergan:

38 Benedicto XVI. Exhortación apostólica Verbum Domini. Verbo Divino, Navarra, 2010, 26.

Page 25: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

19

El hombre realiza su autenticidad en la autotrascendencia (…) La pregunta por

Dios se halla, pues, dentro del horizonte del hombre. La subjetividad

trascendental del hombre es mutilada o abolida a menos que el hombre viva

expansionándose hacia lo no inteligible, lo incondicionado, hacia el bien del

valor (…) dentro de su santuario hay una región para lo divino, un santuario para

la santidad última que no puede ser ignorado39

.

Esa capacidad o poder del ser humano para autotrascenderse, evidente en nuestra especie,

no obstante, a pesar de este don que alberga el espíritu del hombre en su interior, se puede

correr el peligro de rechazar esta oferta que le permita entrar en comunión consigo mismo,

con el prójimo, con la naturaleza y con Dios por su marcado egoísmo.

En palabras del teólogo español Juan Alfaro:

El hombre es hombre, en cuanto sostenido e impulsado por su propia

subjetividad, por la trascendencia que es el mismo, por su autotrascendencia. El

hombre vive siempre hacia adelante, superando el pasado y el presente en virtud

de su autotrascendencia hacia el futuro, que se manifiesta en el hecho de que no

puede menos de preguntarse sobre el sentido último de su vida, que es la

cuestión de su porvenir: el autocuestionarse del hombre revela su

autotrascendencia40

.

Hay quienes creen que ser hombres y mujeres espirituales y que por ende, aspiran

continuamente hacia lo trascendental, es vivir completamente desconectados de las cosas de

este mundo, cayendo en un espiritualismo desencarnado de la realidad; este es el peligro en

que caen muchas personas en las distintas ofertas religiosas que existen hoy y que mal

interpretan las categorías teológicas de experiencias espirituales o experiencias

trascendentales de modo inauténtico.

En la época moderna, la filosofía exaltó al hombre de tal modo, que desplazó a Dios, pero

en cierta forma el ataque de la filosofía moderna no era tanto a Dios, sino a la imagen de

Dios que la religión y los que la enseñaban mostraba, es por ello que surgen filósofos de la

39 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 105.

40 Alfaro, Juan. Revelación cristiana, fe y teología. Sígueme, Salamanca, 1994, 24.

Page 26: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

20

sospecha como Marx, Feuerbach, Freud, Nietzsche, etc. que critican sin misericordia la

religión y los que la dirigen con toda razón.

Marx, Por ejemplo, criticando la religión afirma que:

La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra

la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura abrumada, el sentimiento

de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación sin espíritu. La

religión es el opio del pueblo. La superación de la religión como felicidad

ilusoria del pueblo es la exigencia de su verdadera felicidad41

.

Esta crítica de Marx a una vivencia inauténtica de la fe lo llevó a opinar de este modo,

porque la religión y las cuestiones de fe no le daban sentido y soluciones a los problemas

humanos, ya que la religión le prometía a los que sufrían injusticias, resignación, vida

eterna y plena ultratumba, pero no vida eterna y digna a partir de este mundo.

A este respecto el Concilio Vaticano II, cae en la cuenta y en respuesta a la crítica de la

religión que muchos filósofos hicieron a ella, responde de la siguiente manera: “la

esperanza escatológica no merma la importancia de las tareas temporales, sino que más

bien apoya su cumplimiento en nuevos motivos”42

.

Y más adelante añade: “el mensaje cristiano no aparta a los hombres de la edificación del

mundo, ni los lleva a despreocuparse del bien de la humanidad, sino que por el contrario,

les impone como deber el hacerlo”43

.

En esta misma línea, Juan Alfaro dice:

La opción del teólogo como creyente exige de él hoy día el compromiso

decidido por la justicia en el mundo, por la liberación de los oprimidos. Sin la

conversión al amor del prójimo, y por consiguiente a las exigencias de la justicia,

41 Marx, Karl. Crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Ediciones Nuevas, Buenos Aires, 1968, 9-10.

42 Concilio Vaticano II. Gaudium et. Spes n. 21, 3.

43 Ibid., 34, 3. 178.

Page 27: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

21

el teólogo no podrá comprender el sentido del evento Cristo y del mensaje

cristiano en el “aquí y ahora” de nuestro momento histórico. Por más científica

que sea su teología, será una teología alienada y alienante, una traición

inconsciente a su responsabilidad cristiana hoy44

.

También por la misma crítica a la religión, hay quienes creen que la experiencia

trascendente del hombre a Dios, lo ha conducido a la deshumanización. A estas

conclusiones han llegado muchas personas por obvias razones, entre ellas el mal testimonio

de seres humanos reconocidos como “cristianos”; llevando más bien una inauténtica fe en

Dios no han dado testimonio verdadero de lo que significa serlo. Utilizando toda forma de

violencia y de guerra, incluso en el nombre de Dios o de la religión. Esto ha hecho mucho

daño y ha llevado, a no pocas personas, a decepcionarse de las creencias religiosas.

El teólogo Luis Ladaria opina al respecto: “el crecimiento en Cristo significa, por

consiguiente, crecimiento en humanidad. El ser cristianos no nos aparta del ser hombres,

sino que ayuda a serlo con más plenitud”45

.

A pesar de la imagen equivocada que de Dios y de las cuestiones de la fe han recibido y

heredado muchas personas, esto no indica de ningún modo que Dios no exista y que es un

invento que se hicieron los hombres para dominar a los demás y producirles todo tipo de

miedos.

Rahner opina sobre ello, de la siguiente manera:

La trascendentalidad del espíritu humano en el mundo como apertura radical a la

Trascendencia no es simplemente una apertura al misterio de un Dios lejano y

silencioso, sino que de facto (y lo sabemos por la revelación) es apertura al

misterio santo de la cercanía de Dios, que se revela y se comunica al hombre. La

gracia sigue siendo indebida y gratuita y, por tanto, es sobrenatural; pero es

siempre dada al hombre a modo de oferta; y siempre con el ejercicio mismo de la

vida, es aceptada o rechazada por parte del hombre46

.

44 Alfaro, Juan. Revelación cristiana, fe y teología. Sígueme, Salamanca, 1994, 159.

45 Ladaria, Luis F. “Introducción a la Antropología Teológica”. Verbo Divino, Estella Navarra, 1998, 30.

46Rahner en Gibellini, Rosino. La Teología del siglo XX. 247.

Page 28: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

22

El problema ha sido el modo como se ha distorsionado el mensaje cristiano a lo largo de los

siglos y que ahora mismo es urgente llevar a las personas a descubrir qué nos hace

verdaderamente cristianos, que no es sólo la adhesión a un cúmulo de normas y ritos que la

gente no entiende, sino que es la adhesión a una Persona, Cristo Jesús. Pero enseñándoles a

nuestros interlocutores del mensaje de la fe, que no es un mensaje que sólo les viene de

fuera, sino que es algo que está “dado” en cada uno por la capacidad de autotrascendencia.

Para Karl Rahner y para Baena, esa capacidad del hombre y de la mujer para “salir de sí”

“volcarse” a lo trascendente no es fruto de su propio esfuerzo natural, sino que es el a priori

de la existencia humana, otra cosa es que el ser humano rechace de palabra y de obra, su

divinidad, porque Dios respeta la libertad del ser humano.

Con respecto a lo anterior, Baena afirma:

(…) la trascendentalidad, que es la estructura a priori, rebasa lo categorial, es

decir, que en las experiencias trascendentales el hombre es invitado a romper el

techo de sus condiciones finitas categoriales o en otras palabras, que el hombre

lleva consigo en lo más profundo de su ser, una capacidad o un poder implícito a

priori que lo hace trascender cada vez más hacia lo ilimitado”47

.

En consonancia con lo anterior podemos decir que Rahner y Baena piensan que “la

experiencia trascendental del hombre, la conciencia implícita de su trascendencia, ya es

experiencia de Dios”48

. Gustavo Baena, continúa afirmando que: “Lo trascendental, pues,

no es un concepto abstracto, sino una realidad óntica, o sea, la real participación del ser de

Dios en el ser del hombre. O una Autocomunicación personal de Dios en el hombre,

existencial sobrenatural”49

.

El ir tras la búsqueda maravillosa de Dios, no hay que entenderlo como si Él estuviera

lejano a nosotros, como si el ser de Dios fuera inculcado desde fuera por alguien que nos

habló de Él, es decir, como si antes de conocer a Dios hubiésemos sido Tabula Rasa, como

47 Baena, Gustavo. Fenomenología de la Revelación. Verbo Divino, Navarra, 2011, 75.

48 Ibid., 76.

49 Ibid., 77.

Page 29: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

23

afirmaba Aristóteles respecto al conocimiento que los hombres adquirimos de las cosas,

sino que como afirma Rahner sabiamente:

Dios se nos da a conocer como misterio de amor infinito en el que el Padre

expresa desde la eternidad su Palabra en el Espíritu Santo (…) El conocimiento

originario de Dios no es como una aprehensión de un objeto que de forma casual

se anuncia directa o indirectamente desde fuera, sino que tiene el carácter de una

experiencia trascendental. En tanto esta iluminación subjetiva, no objetiva, del

sujeto apunta siempre en la trascendencia al misterio sagrado, el conocimiento de

Dios está dado siempre en forma no temática e innominada, y no se da por

primera vez cuando comenzamos a hablar de ello50

.

Tampoco la trascendencia divina, hay que entenderla como algo que está fuera de nosotros,

lejano de nuestra realidad, sino que está más cerca de nosotros que nosotros mismos, es

presencia viva y real, aunque misteriosa y veladamente oculta. Para Rahner:

El hombre es el ser de la trascendencia (…) en virtud de la trascendentalidad de

su espíritu, el hombre habita a la orilla del mar infinito del misterio; su

experiencia categorial, ya sea cotidiana o científica, no es más que una pequeña

isla pérdida en el mar ilimitado del misterio sin nombre51

.

Entender las experiencias trascendentes del ser humano, remiten al famoso midrash del

águila y la gallina, puesto que este bello y plástico ejemplo, hace que de una u otra manera

el ser humano tome conciencia que está llamado desde lo más hondo de su corazón a

elevarse, a trascender libre y auténticamente como el águila y a no anquilosarse y

estancarse de modo inauténtico como la gallina, estamos llamados, pues, a volar muy alto

porque hemos sido creados para ese objetivo, ya que nuestro fin último es Dios, más no a

arrastrarnos comiendo el polvo que nos impiden volar y ser legítimamente libres. En suma,

es la invitación de san Pablo "Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra, porque

habéis muerto y vuestra vida está oculta con Cristo, vida vuestra, entonces también

vosotros apareceréis gloriosos con él” (Col 3, 2-4).

50 Rahner, Karl. Curso fundamental sobre la fe. Herder, Barcelona, 2007, 39.

51 Rahner en Gibellini, Rosino. La teología del siglo XX. 245.

Page 30: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

24

1.1.3. Conocimiento de Dios

“Su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el

conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las

cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais

partícipes de la naturaleza divina”

(2 Pe 1-4).

San Atanasio de Alejandría, distingue dos fuentes de conocimiento de Dios: una

directa e interior; otra por el testimonio de la creación (…) este conocimiento de

Dios parece obtenerse por una simple ilación partiendo del cosmos: “Mirando al

cielo y contemplando su orden y belleza (…) y por la vía interior, por haber sido

el hombre formado a imagen de Dios, tiene la capacidad para conocer la imagen

que es el Verbo de Dios, y en él, al Padre (…)53

.

Si bien el conocimiento humano se da por la vía de lo racional para alcanzar la verdad

desde la cual parte el método científico; también por medio de la razón natural y partiendo

de la creación, podemos descubrir aunque de forma velada y misteriosa la existencia de

Dios, porque “De la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a

contemplar a su Autor” (Sb 13, 5). Muy bien lo expresa también el Concilio Vaticano I

(1.869-1870), al asegurar que podemos conocer a Dios por dos vías: por la razón natural y

también por la razón sobrenatural.

Es evidente que el mismo Concilio Vaticano I no limita la revelación divina única y

exclusivamente por la vía de la razón, puesto que a Dios no podemos conocerlo solo por

medio de ella, ya que su existencia real nos desborda, sino que por iniciativa divina y

contando con la apertura y disposición humana, es posible adquirir un conocimiento

espiritual de Dios y de su voluntad por la otra vía, que es la sobrenatural.

Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza por la luz

natural de la razón humana partiendo de las cosas creadas (…) sin embargo,

52 Cuanto más progresa una persona en la vía de la unión con Dios, más consciente es. Entre los autores

ascéticos orientales, esta conciencia en la vida espiritual se llama conocimiento ( Vladimir Lossky.

Teología Mística de la Iglesia de Oriente. Herder, Barcelona, 1982, 161). 53

San Atanasio de Alejandría, en Latourelle, René. Teología de la Revelación. Sígueme, Salamanca, 1985,

132.

Page 31: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

25

plugo a su sabiduría y bondad revelar al género humano por otro camino, y este

sobrenatural, así mismo y los decretos eternos de su voluntad (…)54

.

Para comprender qué se quiere decir con el término conocimiento, no desde la concepción

racional que nos legaron los griegos, sino desde el lenguaje semítico, es necesario acercarse

a muchos textos de la Sagrada Escritura, tanto del Antiguo Testamento, como del Nuevo,

sin embargo, para corroborar la anterior afirmación, hay una perícopa en el evangelio de

san Juan que indica claramente qué es conocimiento en la Biblia: “Yo soy el buen pastor y

conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí” (Jn 10, 1-18).

El verbo “conocer” tiene en el fondo la experiencia que todo ser humano está llamado a

comprender y experimentar en su relación con Dios. La revelación de Dios, es pues, una

relación de conocimiento recíproco entre Dios y el ser humano dócil y abierto a su acción,

no es sólo una cuestión de pensamiento racional y dogmático-doctrinal, ya que esta vía

tiene sus límites. Para Casiano Floristán “entre los griegos la verdad es conocimiento, y

entre los creyentes libertad y liberación: “la verdad os hará libres” (Jn 8, 32)”55

.

El evangelio de san Juan afirma: “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios

verdadero, y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17, 3).

Juan Luis Ruiz de la Peña, a este respecto, hace la siguiente afirmación:

El conocimiento aquí mencionado no puede entenderse en un sentido racional o

teórico; más bien denota, en el proverbial sentido semítico del verbo conocer,

una comprensión y participación íntima, una comunión”. Conocer a Dios no

debe entenderse -según se ha hecho con frecuencia- en un sentido áridamente

intelectualista, sino como expresión de una comunión interpersonal vital. Lo

mismo vale del giro “ver a Dios” (…) equivale a “ver al rey”. Ahora bien, el rey

de la corte oriental es inaccesible para la generalidad de sus súbditos; estos

apenas si lo perciben raramente en la confusa lejanía del ceremonial palatino.

Solo a los miembros de su corte y a los consanguíneos les es dado contemplarlo

tal cual es. Así, la clave que descifra la categoría “visión de Dios” es:

54 Denzinger, Heinrich. El magisterio de la Iglesia. Herder, Barcelona, 2000, 766.

55 Floristán, Casiano. Teología Práctica. Sígueme, Salamanca, 2002, 421.

Page 32: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

26

convivencia, familiaridad, comunión existencial. Ven a Dios los que gozan de su

intimidad, se sientan a su mesa, comparten su existencia56

.

El teólogo, más que comunicar datos racionales sobre la fe, es ante todo comunicador

existencial de esa experiencia de comunión interpersonal y vital con Dios, a semejanza del

buen pastor y sus ovejas, pero es obvio que para transmitir su contacto íntimo con la

divinidad, es necesario el lenguaje verbal para suscitar en los interlocutores sentimientos

que motiven y dispongan sus corazones para el encuentro con Dios, y así el creyente

descubra a ese Dios que se revela autocomunicándose, no de modo racional y abstracto,

sino real y palpable; esto va a ser la base o el fundamento para la vivencia de la vida de fe

en las comunidades cristianas, porque la experiencia que se va a comunicar no será

fundamentado en suposiciones teórico-teológicas, sino que va a ser fruto de un

conocimiento experiencial y testimonio de una realidad trascendental vivida y traducida en

una vida concreta, es decir, el acontecer de Dios en su ser y en la comunidad de fe.

Charles André Bernard S.J, va en la misma línea teológica de Juan Luis Ruíz de la Peña,

sobre la categoría “conocimiento” opinando que:

El conocimiento espiritual no se refiere a verdades puramente especulativas, sino

vitales (...) el don del Espíritu es siempre una inteligencia de la fe, pero

concedida solamente a la oración humilde y fervorosa y al alma que desea los

bienes verdaderos (…) Así pues, el conocimiento espiritual se diferencia del

conocimiento objetivo (…) no se imprime solamente en la cabeza, sino que baja

al corazón, irradia en toda la conciencia y la impregna por entero57

.

Parte del conocimiento racional lo adquirimos por medio de los libros, no así, el

conocimiento espiritual de Dios y que requiere urgentemente el teólogo, este conocimiento

interior crece y se desarrolla por medio de la oración. Por ejemplo, Evagrio Póntico (345-

399), padre del desierto del siglo IV, afirma lo siguiente: “Si oras verdaderamente eres

teólogo”58

.

56 Ruiz de la Peña, Juan Luis. La Pascua de la Creación. B.A.C, Madrid, 1996, 200-201.

57 Bernard, Charles André. Teología Espiritual, hacia la plenitud de la vida en el Espíritu. Atenas, Madrid,

1997, 524. 58

Evdokímov, Paul. El conocimiento de Dios en la tradición oriental. Ediciones Paulinas, Madrid, 1969, 64.

Page 33: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

27

El conocimiento de Dios no debe por tanto adquirirse y aprenderse de lo que afirma la

opinión pública al respecto, o únicamente de un tratado teológico que me dice

lingüísticamente quién es Dios, si bien es importante saberlo, no lo es todo, ya que el

conocimiento de Dios radica en una experiencia de intimidad con el Maestro, en la medida

que Él acepte entrar en comunión conmigo y yo acepte entrar en comunión con Él.

Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el

camino hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿quién dicen los hombres que soy

yo? Ellos le dijeron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno

de los profetas”. Y él les preguntaba: ¿y vosotros, quien decís que soy yo?”

Pedro le contesta: “Tú eres el Cristo (…)59

.

Es importante tener en cuenta que el conocimiento que Dios permite que tengamos de Él,

no es en su esencia misma, de forma plena y total, ya que no podemos aprehenderlo en su

mismidad, porque Dios es fuente inagotable e inabarcable y nuestro conocimiento de Él

será siempre limitado y procesual. Metafóricamente hablando, no puedo comerme en un

día, el alimento de todo un año, sería imposible, puesto que mi cuerpo no lo asimilaría bien,

ni lo aguantaría. Del mismo modo a Dios; no puedo pretender abarcar a un ser infinito que

me rebasa, sin embargo, Él autocomunica su Amor dándose como alimento de acuerdo a

nuestras capacidades y limitaciones humanas. Dios es alimento, porque al tener el ser

humano experiencia y contacto con Él, sacia y satisface como exquisito manjar que saborea

deliciosa y gustosamente el paladar de nuestros espíritus.

Continuemos con Charles André:

El entendimiento no penetra en el mismo misterio, sino que saborea y percibe

claramente su grandeza y su credibilidad. En efecto, el amor que mueve al alma

hacia el objeto amado, corrobora el entendimiento haciendo aparecer que el

misterio contemplado es conveniente al dinamismo espiritual y deleitable para la

conciencia, pero siempre bajo el velo de la fe60

.

59 Mc 8, 27-29.

60 Bernard, Charles André. Teología Espiritual, hacia la plenitud de la vida en el Espíritu. 529.

Page 34: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

28

No obstante, el conocimiento sobrenatural que nos participa Dios en este mundo no es

pleno o total, ya que:

El conocimiento cristiano de Dios no es aún perfecto en la tierra; su perfección la

alcanza sólo en lo futuro: “ahora conozco parcialmente, más entonces conoceré

como soy conocido” (I Cor 13,12). Lo mismo hay que decir de la vida eterna y

de la filiación divina, frutos del conocimiento de Dios: “Ahora somos hijos de

Dios; pero todavía no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que,

cuando se manifieste, seremos semejantes a Él [a Dios], porque le veremos como

es” (1 Jn 3,2)61

.

Para concluir el primer capítulo, es importante aclarar que con las categorías teológicas

anteriores, se pretende corroborar si la experiencia de Dios que describiré en el siguiente

capítulo, tiene validez como experiencia divina auténtica en el ámbito de la tradición

cristiana católica.

Es importante señalar que las categorías teológicas antes descritas muestran claramente una

correlación evidente la una con la otra, puesto que cada una de ellas tiene el mismo fin

último que es señalar e indicar que la vida de fe es la búsqueda incesante de comunión con

Dios que se revela a través de un conocimiento experiencial y que esa experiencia de

comunión divina posibilita de igual forma la comunión en la caridad con los hermanos y

con la creación entera, gracias a la capacidad del sujeto de autotrascenderse, más no es la

adhesión sin sentido a doctrinas o dogmas que el creyente no entiende, ni le da

significación a su existencia.

Por otra parte, para la metodología nos inspiraremos en el método trascendental de Karl

Rahner y en el método teológico de Bernard Lonergan, puesto que ambos teólogos

proponen el quehacer teológico partiendo de la experiencia humana como fuente por

excelencia de reflexión teológica, es lo que se denomina “giro antropológico”, ya que

cualquier reflexión sobre Dios implica necesariamente una reflexión sobre el ser humano,

puesto que una auténtica teología es una antropología.

61 Haag, H. Diccionario de la Biblia. Herder, Barcelona, 2000, 368.

Page 35: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

29

Es evidente que el hombre y la mujer de hoy tienen sed de lo trascendente, pero existe

mucha confusión y desorientación que es preciso aclarar y orientar por medio de un

lenguaje teológico claro y sencillo que comunique sentido a la existencia y luces para el

buen vivir desde la sabiduría que viene del encuentro con Dios, más no partiendo sólo del

dogma y de las formulas teológicas, que si bien son muy importantes y dicen la verdad, no

obstante, hay personas que no las entienden porque no han tomado conciencia de que todos

somos morada de Dios por su Espíritu y que este mismo Espíritu nos capacita a vivir en

comunión con Él, y así puedan entender y captar mejor qué es comunión con Dios, consigo

mismo y con el prójimo, comprendiendo en ese sentido las categorías teológicas y el

lenguaje de la fe consignadas tanto en las Sagradas Escrituras, en la Tradición y en el

Magisterio de la Iglesia.

Lo que se pretende es que primero hay que conducir a las personas a que partan del más

bello texto que es la misma vida del ser humano donde Dios habita. Que Él (Dios), está

inscrito en los corazones y así puedan interpretar con sentido para sus existencias lo que

leen o escuchan, sea en el papel o a través de la predicación, redescubriendo el rostro

divino en sí mismos y en el prójimo. Muy bien lo expresa el teólogo Jared Wicks:

La teología pretende llegar a ser algo más que una disciplina teológica y

comunicar una sabiduría para la vida (…) La teología expresa una sabiduría

destinada a guiar el vivir humano según los valores dados por Dios. La teología

es para la vida62

.

La teología escolástica pretendía hablar de Dios a partir de Dios, utilizando categorías

abstractas e ininteligibles, y esto es problemático, porque sabemos que Dios es un misterio

que nos desborda y a Dios lo experimentamos a través de lo más profundamente humano.

Los evangelios nos enseñan que Jesús es el rostro humano de Dios y que la divinidad habita

en lo humano, allí se revela y se autocomunica; si bien existe revelación divina fuera del

hombre, es decir, en el cosmos y en todo aquello que lo rodea, no obstante, Dios no se

62 Wicks, Jared. Método Teológico. Verbo Divino, Estella Navarra, 1998, 149-151.

Page 36: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

30

revela al hombre fuera del hombre sino en él mismo, es decir, en su interior y el hombre lo

descubre y percibe si se abre -“Effatá” (Mc 7, 34)- a lo trascendente, porque el ser humano

tiene en sí como una misteriosa antena parabólica instalada en su interior que lo capacita

para entrar en sintonía y en comunión con Dios si él o ella ponen a funcionar ese bello don.

Por eso el quehacer teológico se debe desarrollar a partir de lo antropológico, que es lo que

busca el método rahneriano y lonerganiano, interpretando que el método para el quehacer

teológico no son categorías de lenguaje sino que es el mismo ser humano. El quehacer

teológico no se debe hacer sólo sentado en un escritorio sino que el “laboratorio” donde se

hace teología es la persona concreta, entrando en contacto con él o con ella, en su situación

vital, en sus gozos y tristezas. Muy bien lo precisa el Concilio Vaticano II:

Las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de hoy,

sobre todo de los pobres y de todos los que sufren, son también las alegrías y las

esperanzas, las tristezas y las angustias de los discípulos de Cristo (…) la

comunidad cristiana se siente verdaderamente solidaria con el género humano y

con su historia63

.

El ser humano expresa la experiencia de Dios en él mismo bajo categorías que plasma por

escrito de acuerdo a su experiencia con lo trascendente, porque “de lo que rebosa el corazón

habla la boca” (Mt 12, 34), para que cuando alguien lea esa experiencia personal, por

ejemplo, la Sagrada Escritura, el dogma, las fórmulas teológicas, etc. lleve al destinatario a

vivir y experimentar lo que el autor pretendía de ese escrito, conducir a la persona a vivir

lo que él vivió de su experiencia con Dios en carne propia, más no es para quedarse en el

papel sin trascender lo que el espíritu humano a través de la pluma consignó, ya que como

afirma Wicks:

El lugar definitivo de la teología no está en la conferencia ni en la página escrita,

sino en las mentes y corazones de quienes asumen y se apropian su presentación

de Dios y de su obra. La aceptación de esa comprensión está condicionada

históricamente por el contexto vital y por la historia personal64

.

63 Concilio Vaticano II, constitución pastoral Gaudium et Spes, n. 1.

64 Wicks, Jared. Método teológico. 163.

Page 37: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

31

El método teológico lonerganiano es de gran ayuda porque da buenas herramientas y claves

hermenéuticas para discernir el quehacer teológico desde la experiencia fundante,

discerniendo qué hay de auténtico o de inauténtico en ella. Con base en ello, el teólogo

canadiense afirma:

La idea básica del método que estamos tratando de desarrollar se apoya en el

descubrimiento de lo que es la autenticidad humana, y en mostrar cómo apelar a

ella. No es un método infalible, porque los hombres fácilmente permanecen en la

inautenticidad; pero es un método poderoso, porque la autenticidad es la

necesidad más profunda del hombre y la realización que más se estima de él65

.

Lonergan en su acápite sobre las especializaciones funcionales afirma que hay cuatro

niveles operacionales humanos que sirven para interpretar una experiencia de Dios, porque

a Dios se experimenta en estos niveles operativos y es en ellos donde el ser humano puede

descubrir a Dios y su voluntad, a saber:

Primero, la experiencia, es la primera captación de los datos, ya sean externos, captados por

los sentidos, o internos, por la conciencia. Segundo, el entender, en el campo cognitivo.

Surgen las preguntas en torno a los datos de la experiencia y se establecen relaciones

inteligibles significativas entre los términos que se presentan en la experiencia. Tercero, el

juzgar, este nivel verifica si la comprensión así adquirida se ajusta realmente a los datos de

la experiencia. Cuarto, el decidir, en el campo existencial, es la deliberación que nos lleva a

optar responsablemente por una vía de acción que se considera valiosa.

En el último capítulo, evaluaremos la correspondencia entre los cuatro niveles

operacionales descritos, la experiencia espiritual de algunos místicos cristianos y una

experiencia personal de Dios, la mía, que será narrada en el siguiente capítulo.

65 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 247.

Page 38: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

32

II. MI EXPERIENCIA PERSONAL DE DIOS

2.1 Primer llamado vocacional

2.1.1 Antecedentes

Mi nombre es Víctor Raúl Salazar Salazar, provengo de una familia caldense,

tradicionalmente católica. Mi mamá se llama María Carlina Salazar González y mi papá

(Q.E.P.D.) Libardo Salazar Gómez, ambos provenientes del departamento de Caldas. Ellos

eran primos hermanos. Soy el noveno de nueve hijos, de los cuales somos 6 hombres y 3

mujeres.

Mi mamá me cuenta que cuando ella quedó embarazada de mí, sufrió mucho ya que le dio

una enfermedad que ahora no recuerdo y que la llevó a permanecer todos los nueve meses

del embarazo en la cama hasta que me dio a luz. Creo que parte de esa situación difícil fue

debido a que en el momento en que ella quedó en embarazo mío, mi madre tenía más de 45

años y mi padre tenía en aquel entonces más de 50 años. De modo que prácticamente, tanto

ella como yo, vivimos de milagro, porque según los médicos mi mamá ya no estaba para

tener más hijos por causa de su avanzada edad.

Nací el 25 de junio de 1975, a las 4:00 am, según el testimonio de mi madre, en el hospital

san Rafael en Zarzal norte del Valle. Soy de una familia humilde, mis padres toda su niñez

y parte de su juventud la dedicaron a la recolección de café. Después de casarse y tener los

primeros hijos, para mejorar su calidad de vida se fueron a vivir al norte del valle,

concretamente al municipio de Zarzal Valle del Cauca, ya que a mi padre le resultó trabajo

con el ingenio Riopaila.

Page 39: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

33

Mi mamá se dedicó a criar sus hijos y mi papá a trabajar en los cañaverales del ingenio

azucarero como cortero de caña en el mismo municipio hasta que se pensionó.

A pesar de la pobreza y de las carencias económicas en mi hogar, puedo decir con toda

sinceridad que nunca nos faltó lo necesario para vivir dignamente. Aunque en medio de la

carestía, reconozco que por haber sido el “niño de la casa” tuve muchos más privilegios que

el resto de mis hermanos, que por ser mayores que yo, les tocó trabajar fuertemente desde

su infancia en el campo, en la plaza de mercado del pueblo como cargueros de alimentos

dentro de la plaza y fuera de ella, esto con el fin de ayudar con el sostenimiento de una

familia tan grande como la mía. Sobre todo porque mi papá fue también criado desde niño

en el amor al trabajo y él quiso inculcar en sus hijos esta virtud.

De mi infancia recuerdo que fui entrañablemente mimado por mis padres y hermanos por

obvias razones, sin embargo, quien más me prodigaba caricias y abrazos era mi papá, pero

también fui corregido fuertemente, por mi desobediencia y rebeldía.

Estudié la primaria en la escuela Sagrado Corazón de Jesús. A lo largo de mis estudios

tanto de primaria como de bachillerato, tuve recuerdos tristes y muy alegres, entre los

momentos tristes me acuerdo que sufrí mucho a causa de los apodos que me colocaban los

compañeros, sobre todo por mi nariz grande. Lidiar con esta situación fue bien difícil para

mí, ello disminuyó en mí la autoestima y me llevó a derramar no pocas lágrimas. También

recuerdo una fractura de cúbito en mi mano izquierda tras una caída, fue una experiencia

muy dolorosa, me llevaron al médico y pusieron yeso en mi mano.

Pero no todo fue tristeza, como dije antes, en mi casa me prodigaron mucho afecto y apoyo.

Desde pequeño, cuando salíamos de la escuela a vacaciones, mi mamá me llevaba donde

mis abuelos a un municipio pequeño de Caldas llamado Aranzazu, para visitarlos. Fueron

momentos inolvidables porque gozaba de la cercanía de mis abuelos, tíos y primos.

Page 40: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

34

2.1.2 Primer llamado vocacional

Me atrevería a afirmar que mi inclinación e intuición por las cosas espirituales comenzó en

casa de mis abuelos maternos ya que allí yo respiraba un ambiente muy religioso y católico.

Recuerdo que ellos rezaban con frecuencia el rosario, al medio día el ángelus, antes y

después de las comidas daban gracias a Dios, en fin, ir donde mis abuelos era como un

retiro espiritual. Yo percibía allí un clima muy agradable y favorable para mi crecimiento

espiritual.

Me asombro de ver cómo desde muy pequeño ya intuía la presencia de Dios y sentía una

gran atracción hacia lo espiritual. Recuerdo que iba a la parroquia de Aranzazu Caldas, a la

misa y colaboraba proclamando alguna lectura o salmo. También me acuerdo que visitaba

una tía y unos primos que vivían en el campo, y pasaba algunos días en compañía de ellos,

respirando aire puro, contemplando la naturaleza, jugando con mis primos, cogiendo frutas

y viendo ordeñar las vacas. Eran unas vacaciones muy agradables que dejaron huella en mi

corazón.

Me acuerdo que mi mamá me hizo inscribir para prepararme a la primera comunión en mi

pueblo natal, tenía unos 7 años. A mí me gustaba ir a las clases de catequesis, porque las

cosas de Dios y de la fe me atraían mucho. Recuerdo que me encantaba cuando la

catequista nos ponía a dibujar los personajes bíblicos.

Una vez mi catequista, doña Lucila Umaña de Victoria a quien recuerdo con cariño, y con

el consentimiento del párroco, preguntó a los niños, ¿quién quiere leer los domingos en la

Misa? Muchos niños gritábamos “yo quiero” y alzábamos las manos. De esos niños sólo

recuerdo que escogieron algunos, entre ellos yo.

Finalmente, el padre cambió de parecer, ya no íbamos a ser los lectores de la parroquia,

sino los monaguillos. Terminé siendo monaguillo en la parroquia Nuestra Señora de las

Mercedes en mi pueblo.

Page 41: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

35

Creo que mi inclinación por el sacerdocio, empezó cuando era monaguillo. Recuerdo que

veía al padre Gabriel Escobar celebrar la misa, y en mi corazón anhelaba ser y realizar lo

que este sacerdote hacia en el altar.

Se me viene a la memoria que jugaba de niño en el patio de mi casa y parodiaba la

celebración de la Eucaristía colocando unos ladrillos y encima una tabla para que sirviera

de altar, cogía dos palos, les clavaba una puntilla y hacia una cruz clavándola en tierra, le

pedía a mi mamá que me diera una arepa de maíz y una taza con chocolate que hicieran las

veces de “pan y de vino”. Así daba inicio a la supuesta celebración de la misa. Mi mamá

me cuenta que ella me prestaba una camisa blanca de mi papá que sirviera de ornamento

litúrgico para la celebración.

El primer libro, que recuerdo haber leído de niño, fue la biografía de santo Domingo Savio,

del padre Eliecer Salesman, SDB. Me sentaba durante varias horas a leerlo con mucha

alegría, concentración y motivación en el patio de mi casa, era muy divertido este pequeño

libro porque no sólo era texto escrito, sino que también tenía dibujos que recreaban y

escenificaban la historia en la que vivió este admirable niño italiano y que hacían que la

lectura fuera muy divertida, amena y edificante.

Aquella lectura infantil y espiritual a la vez, me llenaba de alegría interior y deseos de ser

santo. Aun recuerdo la famosa sentencia de este niño “prefiero morir antes que pecar”.

Pienso que el testimonio y la experiencia de Dios sencilla y profunda que tenían mis

abuelos, mi rol como monaguillo ayudando al sacerdote en la misa, la fe de carbonero que

me transmitieron mis padres y mi catequista, el libro de santo Domingo savio, marcaron mi

vida fuertemente, y me introdujeron en el conocimiento de Jesucristo, en los rudimentos de

una fe sencilla y pueril que poco a poco ha ido madurando y creciendo, entre luces y

sombras, que con el correr de los años, una personal experiencia de intimidad con Dios por

medio de la oración personal, el trato con las personas, los estudios universitarios y la

lectura de excelentes autores teológicos, me han ayudado a ir depurando y creciendo más y

Page 42: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

36

más en el conocimiento del Señor Jesús, para lograr vivenciar el ser su discípulo de modo

más maduro y comprometido.

Recuerdo con cariño y mucha alegría el día que recibí por primera vez a Jesús en mi

primera comunión. Ha sido uno de los días más felices de mi vida, aunque reconozco que

más que por haber recibido al Señor, fue por la fiesta que me hicieron, los regalos y la

compañía de mis amigos de infancia.

Al año siguiente de haber hecho mi primera comunión, hice mi preparación para el

sacramento de la confirmación y luego recibí este don, por parte del obispo de Cartago de

aquel momento, Monseñor José Gabriel Calderón, quien hizo parte del Concilio Vaticano II

(1962-1965) y que murió hace unos años.

Hice mis estudios de bachillerato en el colegio Simón Bolívar de mi pueblo natal. Para este

tiempo, alternaba los estudios de la secundaria en la mañana con las clases de guitarra que

recibí de un vecino de mi barrio en horas de la tarde. Este profesor me ayudó a descubrir el

talento musical que yo tenía para cantar y tocar dicho instrumento musical. Cuando empecé

a mejorar musicalmente me arriesgué a cantar en las celebraciones litúrgicas de la

parroquia. Me acuerdo que los fieles de la parroquia me felicitaban, porque según ellos,

cantaba y tocaba muy bien el instrumento.

Mi fe en Dios y el deseo de ser sacerdote empezó a debilitarse y a entrar en crisis unos años

después, debido a las clases de filosofía que impartía un profesor ateo y que estaba tratando

de acabar con la poca fe que teníamos los estudiantes de aquel entonces con sus argumentos

y discursos, sobre todo a los de décimo y once grado que teníamos clases con él.

Las clases de este profesor negaban toda posibilidad de la existencia de un Dios y eran

supremamente anticlericales. Recuerdo graciosamente que al ver que mi fe era puesta a

prueba, refutaba sus clases con mis pobres argumentos, sobre todo con pasajes de la biblia

y que en confrontación con este docente, al final acrecentaban más y más mi crisis de fe, y

Page 43: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

37

que no niego, me llevaron a derramar lágrimas en el mismo salón ante semejantes

afirmaciones que negaban tajantemente la existencia de Dios.

Esa experiencia que tuve con aquel docente, generaron en mí, no poca angustia y

confusión, antes bien, me llevó a preguntarme y replantearme si todo lo que me habían

dicho de Dios y lo que yo supuestamente intuía de Él era tan sólo una farsa, una ilusión y

por ende, un cuento de hadas. Empecé a entrar en crisis y a dudar de toda posibilidad de

abrigar algún día la esperanza de ser sacerdote.

A pesar de estas crisis de fe, iba a la parroquia de mi pueblo a cantar en las eucaristías

acompañado de mi guitarra, también iba a las reuniones del grupo juvenil parroquial.

Recuerdo con inmenso cariño en esta época de mi vida al padre Gustavo Franco Baena,

párroco de Nuestra Señora de las Mercedes de Zarzal Valle. Este santo sacerdote y hombre

de profunda oración, me dio testimonio de amor y servicio en su ministerio presbiteral al

servicio de Dios y de su feligresía. Realmente él fue para mí un verdadero padre y pastor

espiritual, guía y maestro, a quien le expreso mis más sinceros afectos y agradecimientos

porque siempre confió en mí como persona y como vocación en potencia para un futuro

ministerio sacerdotal.

2.1.3 Frustración vocacional

Terminada la secundaria el año 1992, el ejército nacional nos convocó a todos los hombres

que habíamos recibido el grado de bachilleres en un colegio de Roldanillo Valle para

escoger quienes se iban al ejercito, quienes a la policía y quienes salían exonerados.

En el sorteo recuerdo que yo salí elegido para ir a prestar el servicio con el ejército. Yo me

puse muy contento porque iba a empuñar un arma, defender la soberanía de mi país como

soldado. Soñaba portando con orgullo el uniforme militar. Finalmente, me destinaron a

prestar el servicio a Bogotá.

Page 44: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

38

Paradójicamente, toda esa ilusión que tenía de ser soldado y la bella imagen de la

institución militar se fueron a pique cuando llegué al batallón y empecé a experimentar el

maltrato físico, moral y psicológico por parte de los comandantes y de los mismos

compañeros, los prolongados y rutinarios ejercicios físicos fueron para mí otra tortura.

Venía de un hogar donde me daban cariño y buen trato y pasé a un lugar donde me agredían

desde todo punto de vista; aquella experiencia fue un verdadero infierno. Al comienzo sufrí

mucho, sentía nostalgia de las cosas bellas que había vivido en mi juventud, extrañaba

muchísimo a mi familia, también la comida de la casa que por muy sencilla y frugal que

fuera, no tenía comparación con la pésima alimentación que nos daban en el batallón.

Al final terminé resignándome y adaptándome a esa difícil y nueva etapa de mi vida. Todo

lo dulce y bello de la vida al lado del calor y afecto de mi familia cambió drásticamente con

la experiencia más dolorosa como lo fue estar en la milicia.

Prácticamente la vida militar me aterrizó, y sufriendo, me enseñó que la vida no era tan

fácil como creía que era. Allí noté la oscuridad que pesa sobre el ser humano, su sed de

autoritarismo y poder, su envidia, su egoísmo. Cuando me encontraba en mi casa y tenía

algún problema tenía quien me ayudara a resolver las dificultades, cuando me fui al ejercito

no tenía a nadie que me ayudara a salir de los momentos críticos, porque el egoísmo era

palpable y manifiesto.

Me tocaba ya a mí, y eso fue en cierta medida bueno, empezar a tomar decisiones y a

resolver hasta donde fuera posible las adversidades que se fueran presentando en el camino,

porque la vida militar era como una “jungla de cemento” donde la premisa era: “sálvese

quien pueda”. Uno de los momentos más felices de mi existencia fue cuando clausuré el

servicio militar, ¡por fin se acababa esa pesadilla!

Finalizada por fin mi vida como militar, me tomé un año de descanso, luego decidí

ingresar al seminario diocesano en Cartago Valle, tenía por aquel entonces 18 años, llegar a

Page 45: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

39

aquella casa donde formaban los futuros sacerdotes de la Iglesia, fue algo muy bello, en

todo me iba bien, en el deporte, en la vida espiritual, en el trabajo, no así en los estudios.

Lamentablemente perdí el primer semestre debido a la mediocre formación académica

recibida en un colegio público que no me dio suficientes herramientas para responder con

las exigencias intelectuales del seminario, eso me desmotivó mucho y resolví retirarme. Fue

una experiencia frustrante. Creí en ese entonces que por motivos académicos yo no llegaría

al ministerio presbiteral.

2.2 Un Cambio Radical de Vida

2.2.1 La Policía

Al ver que yo no tenía las aptitudes intelectuales y sobre todo que mi familia no tenía los

suficientes recursos para darme estudio en una carrera técnica o profesional, uno de mis

familiares que era policía, me propuso introducirme en las filas de la misma, mostrándome

el lado bueno de la institución y sus ventajas. Finalmente alisté la documentación pertinente

y la entregué a los policías encargados de la oficina de incorporación, donde después de

varios exámenes físicos, psicológicos, etc. fui aceptado a hacer curso en la escuela de

carabineros Alejandro Gutiérrez de Manizales Caldas.

Recuerdo que después de unos días de haber llegado a la escuela de policía para recibir

instrucción y ver que era muy similar a la vida militar que ya había experimentado y de la

que había hecho parte, lamenté profundamente haber optado por esta nueva opción. Me

decía a mí mismo, ¡qué mal hice!

Pero reconozco que en el momento no tenía más alternativa que aguantarme y adaptarme,

porque de ese curso y lo bien que me fuera, iba a depender mi futuro y estabilidad laboral.

No tenía otra alternativa y había que aprovecharla a como diera lugar.

Page 46: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

40

2.2.2 El desenfreno

Después de haber sido formado y graduado como Policía, por espacio de un año, finalmente

fui destinado para el ejercicio policial en la ciudad de Medellín en el año 1996. Allí empecé

a vivir mucho más independientemente, ganaba buen dinero como patrullero y más aún

para un muchacho como yo era un gran incentivo por la oportunidad de hacer con mi plata

lo que quisiera. Nunca antes había tenido entre mis bolsillos tanto dinero, recuerdo que en

esa época empecé a ganar como policía más de medio millón de pesos.

Recuerdo que después de recibir mensualmente el sueldo, nos reuníamos varios

compañeros y nos íbamos a dilapidar lo que habíamos ganado, -fruto de un mes de

trasnochos y de tensiones, en un ambiente difícil como lo es la calle, persiguiendo

ladrones, requisando gente- en parrandas, mucho licor y prostitutas. Recuerdo y no me da

pena admitirlo, que incluso llegué a consumir varias veces la cocaína; la marihuana la

probé, tan sólo una vez. Pero esa sola vez que la probé fue en gran cantidad.

A los delincuentes que capturaba los golpeaba, ya fuera con mis puños o con el bastón de

mando, lamentablemente ese ambiente me hizo violento y hostil sobre todo con el

delincuente. Porque también en esta esfera laboral y en confrontación directa con la

delincuencia, a uno le tocaba volverse duro de corazón por obligación porque también

peligraba mi vida.

El rumbo de mi existencia prácticamente empezó a dar un giro de 180°, pasé de ser un

joven de buen corazón a ser un descorazonado. Eso sí con toda sinceridad manifiesto que

nunca llegué a matar a nadie, aunque la posibilidad de hacerlo estuvo al alcance, ya que me

tocó recorrer los barrios más peligrosos de Medellín, las comunas, para ir tras la búsqueda

de peligrosos delincuentes.

Recuerdo que cuando salíamos para las comunas me encomendaba a Dios y le pedía que no

nos fuera a pasar al grupo de policías nada malo, y que a mí no me tocara por ningún

Page 47: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

41

motivo, accionar el arma de dotación para dar de baja a alguna persona. Algunas veces

llegué a experimentar miedo.

2.2.3 Replantear la Vida

Después de haber tocado fondo por la vida disoluta que estaba llevando, recuerdo que

empecé a sentir un gran vacío y tristeza en mi corazón. Hice un pare en el camino y empecé

a tomar conciencia de que estaba desperdiciando mi vida, vislumbraba el peligro en el que

me iba a ver abocado si continuaba ese modo descarriado de proceder hasta posiblemente

llegar a destruir mi vida y la de otros, por utilizar mal mi libertad. Mi modo de proceder

equivocado como policía fue el detonante que me llevó a recapacitar y a buscar

urgentemente la ayuda de alguien.

Pensaba que el origen de los males que estaba padeciendo tenía una explicación,

sencillamente me había alejado de Dios. Por aquellos días aciagos, lúgubres y faltos de

sentido, después de haber terminado mis labores de vigilancia, tenía un día de descanso, me

fui con el uniforme a buscar ayuda y orientación espiritual, tenía muchos deseos de

escuchar una voz de aliento que me sacará de aquel embrollo y abismo en que me

encontraba para enderezar la senda torcida de mi vida y esta cambiara significativamente.

2.3 Segundo llamado vocacional

Cerca del comando de la policía donde yo me hospedaba, había una iglesia llamada san

Ignacio de Loyola. Paradójicamente, pasaba muchas veces frente a ella pero nunca

ingresaba, ahora veía la necesidad de dirigirme a ella y buscar a un sacerdote que me

escuchara, ayudara, y me diera claridad para mejorar mi caótica y convulsionada existencia.

Page 48: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

42

Ingresé al templo, estaban celebrando la Eucaristía y una vez terminó la celebración me

dirigí hasta la sacristía para hablar con el padre que había acabado de presidir la ceremonia,

me presenté y le pedí que me escuchara. Él me dijo que se llamaba Francisco Montaño, que

era jesuita y que con mucho gusto me iba a atender.

Durante una larga conversación, le conté la situación que estaba padeciendo, estaba

sinceramente arrepentido, me confesé con él, me absolvió y empecé nuevamente un

camino de conversión, sentí en aquel momento un gran alivio, sentí como si me hubiera

quitado un fardo muy pesado de encima y me sentía liviano, ¡qué libertad interior

experimenté, qué consuelo tan grande, fue como volver a nacer!

Recuerdo que yo en mis tiempos libres colaboraba en la misa cantando y tocando la

guitarra, lo hacía uniformado. Al final de la eucaristía muchas personas se me acercaban a

felicitarme y se asombraban de ver a un policía cantando en la celebración litúrgica.

Muchos compañeros de la institución empezaron a notar cambios de comportamiento en

mí, sin embargo, me seguían invitando a las fiestas nocturnas y libertinas como las de

meses atrás, pero a pesar de tanto insistir, yo no me dejaba influenciar.

Pero no tanto por cuestión de moralismos, sino porque yo ya había bebido suficientemente

de aquellas aguas turbias que en nada me beneficiaron, antes bien me produjeron muchos

sinsabores y me hicieron experimentar en esta vida el mismo infierno aquí en este mundo.

Ya sopesaba las consecuencias de mi vida pasada y no quería seguir viviendo de esa

manera.

Prácticamente a partir de ese momento, el padre Montaño fue mi acompañante espiritual.

De tantos consejos que recibí de él, recuerdo que me decía que yo viera en mí mismo a

Jesús Policía. Y me insistía, si Jesús fuera policía en este momento ¿cómo procedería él

frente a las personas con las cuales entraba en contacto?

Page 49: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

43

Ese consejo me llamó mucho la atención, porque me ayudó a empezar a tratar con dignidad

y más educación a todas las personas, a ver en ellas el mismo rostro de Dios, incluso así

fueran delincuentes de la peor calaña, de igual manera a los habitantes de la calle con

quienes me tenía que enfrentar diariamente en mi trabajo, como a los ciudadanos de bien.

2.2.1 Opción por el presbiterado

Al padre Montaño, le conté la historia de mi vida procesualmente, para que me conociera

mejor, me ayudara a discernir y me orientara qué camino elegir. Después de haberme

conocido suficientemente me decía que veía en mi cualidades no sólo para el sacerdocio,

sino también para entrar a la compañía de Jesús, pero ni porque él lo dijera con la

pretensión de animarme, le creí, por mis frustraciones intelectuales ya vividas y porque

sabía que la exigencia académica con los padres jesuitas era alta.

Después de un año decidí ingresar nuevamente al mismo seminario de donde había salido.

Me empezó a ir mucho mejor en los estudios e hice todo el ciclo filosófico. Fui enviado a

hacer un año de pastoral y finalizando el año opté por salir del seminario, no para salirme

definitivamente del camino vocacional, sino para buscar una comunidad donde encontrara

un carisma que me atrajera. Mientras tanto trabajé en Bogotá en un almacén de ropa para

caballeros, buscaba constantemente acceder a los sacramentos, especialmente la eucaristía,

sobre todo para no enfriarme y abandonar por completo la meta que anhelaba.

Hablé con un sacerdote, le conté mi inquietud vocacional y me habló de una comunidad

llamada Misioneros de los Santos Apóstoles, que se formaban en la Universidad Javeriana.

Dos cosas me animaron a pedir ingreso a esta comunidad, por un lado la misión, porque me

gusta el carisma misionero, y por el otro lado, la formación que le daban a los miembros de

aquella comunidad en tan prestigiosa universidad.

Page 50: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

44

Allá fui, solicité ingresar y después de un proceso de 6 meses de conocimiento mutuo, me

permitieron ingresar a la comunidad. Después de un año de estudios en la Javeriana y

después de un año de postulantado me aprobaron mi solicitud de ir al noviciado al Perú.

Mi ingreso por primera vez a esta comunidad fue por motivos mucho más circunstanciales,

ya que temía, quedaran mis ilusiones truncadas y no llegara a ser lo que tanto anhelaba,

presbítero. Ahora pienso que no fueron meras circunstancias las que me condujeron a esta

comunidad ni tampoco fue el azar o la casualidad de la vida la que me trajo hasta aquí, sino

que fue el mismo Dios el que me fue llevando y conduciendo a donde Él me quería tener y

me necesitaba.

2.3.2 Noviciado

Inicié mi etapa de noviciado en marzo de 2006. El noviciado en mi comunidad se hace en

un pueblo del Perú llamado Ricardo Palma, su duración es tan sólo de 9 meses. Inicia en

marzo y culmina a finales de diciembre. Ese día viajamos al Perú cuatro novicios

colombianos. Allá nos encontramos con los nuevos compañeros novicios, entre ellos tres

peruanos y un norteamericano.

El noviciado ha sido de las experiencias más bellas en mi itinerario vocacional. Fue un

tiempo de conocimiento profundo de la persona de Jesús por medio de la oración; en

muchos momentos de desierto en mi camino de seguimiento al Señor, este tiempo fue un

verdadero oasis, esta nueva experiencia me permitió beber con más intensidad y

profundidad del manantial de agua fresca que es Jesús, este tiempo me dio la posibilidad de

alimentarme de la eucaristía y de la palabra de Dios, de ahondar mucho más en estos dones

divinos para descubrir el rostro amoroso de un Dios lleno de misericordia.

Estar en el noviciado me dio también la posibilidad de aproximarme al conocimiento del

carisma, de mí mismo, y al tratar de descubrirme interiormente, descubrí a Dios que me

Page 51: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

45

hablaba en el silencio, la escucha y el prójimo. Fue también la oportunidad de conocer más

íntimamente a Jesús y de profundizar y descubrir la riqueza de su mensaje. Me atrevería a

afirmar que yo no pasé por el noviciado, viví el noviciado.

Quiero resaltar de este tiempo maravilloso una experiencia interior que quisiera describir y

plasmar en este papel. Hubo un momento en que me encontraba en mi habitación, estaba

sentado en mi cama orando y meditando en un pasaje del evangelio del cual ahora no me

acuerdo, y de pronto dentro de mí, sentí un inmenso gozo que brotaba de lo más profundo

de mi corazón, en ese momento percibí que mi corazón ardía suavemente, experimenté en

lo más profundo del mismo un calor que lo abrazaba, era como si interiormente alguien

hubiera envuelto en llamas espirituales mi pecho. Aquella experiencia me duró pocos

minutos.

Luego de sentir mi corazón encendido por aquel fuego interior, vino a mi mente el hermoso

pasaje evangélico de Lucas que narra el encuentro de Cristo resucitado con los discípulos

de Emaús. “Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron (…) pero él desapareció de

su lado. Se dijeron uno a otro: ¿no estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros

cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las escrituras?” (Lc 24,31-32). Esta

experiencia de los discípulos de Emaús también es muy parecida a la experiencia espiritual

del profeta Jeremías:

Me has seducido, Yahveh, y me dejé seducir (…) yo decía: “No volveré a

recordarlo, ni hablaré más en su Nombre”. Pero había en mi corazón algo así

como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajaba por

ahogarlo, no podía66

.

Después del suceso, confrontaba lo que había sentido en mi pecho con aquella oración al

Espíritu Santo que reza: “Oh Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en

ellos el fuego de tu amor, envía Señor, tu Espíritu y serán creadas las cosas, y renovarás la

66 Jr 20, 7-9.

Page 52: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

46

faz de la tierra”. Cada que recitaba esta oración, pensaba en mis adentros “yo sentí aquello

que la oración dice, ¡qué alegría!”.

La verdad muchas veces recé esta plegaria o se la oía rezar a mis abuelos, a la catequista de

la parroquia o a muchas personas devotas. Antes pensaba que esta oración era solo una

metáfora, un constructo poético y de invocación al Espíritu Santo, no obstante, la

experiencia que tuve de sentir que mi corazón ardía en aquel momento de lectura orante de

la palabra de Dios, me llevó a creer que el contenido de este hermoso himno no era sólo

una bella poesía o pía invocación con categorías de lenguaje abstractas, sino que me llevó a

deducir que quien la compuso, tuvo que haber experimentado aquello que yo sentí en el

noviciado.

Cada que veo un icono del sagrado corazón de Jesús relaciono mi experiencia espiritual

vivida con aquella imagen de su corazón envuelto en llamas, es por ello que concuerdo con

las siguientes palabras de Schneider:

En la vida de la fe, la imagen no se limita a servir a un fin ilustrativo, constituir

un mero adorno o hacer las veces de una herramienta educativa. La imagen nos

transporta inmediatamente al fundamento de los misterios de la fe, esos misterios

hacia cuyas profundidades el concepto es por sí solo incapaz de procurarnos un

acceso67

.

Mis palabras se quedan cortas para describir bajo categorías lingüísticas aquella experiencia

espiritual, no obstante, la imagen ayuda a expresar mejor lo que las palabras nos quieren

decir de la experiencia mística vivida. Los iconos sagrados pertenecientes a las realidades

humanas, nos catapultan o remiten a las realidades trascendentes que grandes hombres y

mujeres de espíritu experimentaron en su relación con Dios y que luego se plasmaron en

lienzos o esculturas.

67 Schneider, Michael. Teología como Biografía. 75.

Page 53: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

47

Sólo puedo afirmar que esta experiencia palpable de Dios en mi corazón, fue el motor que

dinamizó mi vida cotidiana en esta etapa de formación, me llevó a vivir más intensamente

este nuevo ciclo de formación bajo esta maravillosa experiencia vivida y meditada en mi

caminar vocacional, ratificándome que Dios me ama infinitamente y me consolaba de

modo sorprendente, a pesar de lo frágil e infiel que soy y sigo siendo.

Después de haber finalizado el noviciado en Perú, retorné nuevamente a Bogotá para emitir

por primera vez mis promesas temporales en la Sociedad de Misioneros de los Santos

Apóstoles, me inscribí nuevamente en la Universidad Javeriana para continuar con mis

estudios teológicos del 2007 al 2010, tiempo en que mi comunidad me pidió que fuera

nuevamente al Perú a hacer un año de pastoral en un colegio de mi comunidad.

2.4 Una profunda experiencia de Dios

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y

cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo

también vencí y me senté con mi Padre en mi trono” (Ap 3,20-22)

Empezar a escribir sobre la experiencia de Dios y que puedo afirmar con sinceridad, tuve,

es un poco difícil por dos razones que quiero mencionar, por un lado, la limitación del

lenguaje humano para expresar con palabras el misterio inefable de Dios y a quien las

categorías del lenguaje se quedan cortas y no puede encasillar en conceptos verbales, y por

otro lado, dada la infinitud y grandeza de un Ser como lo es Dios, que nos desborda y a

quien no podemos aprehender con nuestra pobre inteligencia y finitud, como quien coge un

elemento material y sensible a su antojo y lo manipula.

Aquí empiezo a notar un problema mayúsculo para describir con mis pobres palabras una

experiencia real de Dios, como fruto de un itinerario de seguimiento y discipulado del

Señor Jesús a lo largo de mi caminar vocacional entre caídas y levantadas, luces y sombras.

Page 54: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

48

2.4.1 Mi vivencia de la fe antes de la experiencia

En junio del año 2010 los superiores de la comunidad me pidieron que me fuera a hacer un

año de pastoral al Perú para trabajar en un pueblo cercano a la capital (Lima), llamado

Chosica y colaborar en un colegio de nuestra Sociedad. A comienzos de septiembre de ese

mismo año, la comunidad tenía planeado un retiro espiritual, el encargado de dirigirnos el

retiro era un jesuita Andaluz llamado Javier Puró. El retiro duró 3 días.

Recuerdo que yo saqué todo el provecho posible del ambiente y de las orientaciones del

padre para vivir el retiro espiritual con intensidad. Para mí fue una experiencia muy bella de

conversión que me preparó para la experiencia fundante, más hermosa y única que Dios me

haya dado en toda la existencia. No niego que este retiro ya fue como tal una experiencia de

Dios, no obstante, el acontecimiento que marcó y dejó una profunda huella en mi vida fue

posterior al retiro.

2.4.2 La experiencia como tal:

Recuerdo que después de haber terminado el retiro espiritual, salí muy animado y contento,

con las “baterías cargadas” para continuar con el trabajo en el colegio. Todo transcurrió

común y corriente por espacio de un mes. Todos los días tenía la oración personal de 5:00 a

6:00 am, en la capilla de la casa, iba como de costumbre a trabajar al colegio en las

mañanas y por la tarde llegaba a la casa a almorzar, etc.

El sitio donde tuve mi inolvidable experiencia de Dios queda en las afueras del pueblo, es

campestre y agradable.

Eran más o menos las 4:00 pm cuando salí de mi habitación al patio de la casa. Caminaba

lentamente, sentía mucha paz y tranquilidad, no había preocupaciones ni nada que me

Page 55: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

49

distrajera en ese momento, sólo me dedicaba a contemplar las flores y los árboles

alrededor, observaba por momentos el cielo.

De repente, siento que una Energía-Presencia, ajena a mi ser toma posesión de mí de una

manera suavísima, dulcísima y misteriosa, fue el ingreso de un “alguien espiritual” que

inundó todos los rincones de mi ser muy sutilmente, más no fue como quien irrumpe en

lugar violentamente y lo asusta. En ningún momento de aquella experiencia sentí miedo, el

ingreso en mi interior de esa maravillosa Energía-Presencia fue súbitamente.

No supe en ese momento quién era, cómo hizo para albergar mi alma. Tampoco me pidió

permiso con anticipación para ingresar a mi recinto corporal, sencillamente penetró e

invadió mi morada interior. No sé si aquella Energía-Presencia, vino de afuera hacia dentro

o brotó de lo más profundo de mi ser.

El evangelio según san Juan dice: “El viento sopla68

donde quiere, y oyes su voz, pero no

sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu” (Jn 3, 8). Sin

embargo, el mismo texto más adelante afirma: “De su seno correrán ríos de agua viva. Esto

lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él” (Jn 7, 37-39).

Sólo tengo conciencia de que aquella hermosa experiencia la sentí dentro de mí mismo,

sentía como una corriente eléctrica viva y muy suave que hacía vibrar lo más profundo de

mi ser, llenándome de emoción, alegría y asombro al mismo tiempo; aquello fue como una

caricia de Dios, un abrazo y beso divino, fue como si se hubiera unido el “corazón” de Dios

con mi corazón. Nunca pasó por mi cabeza que un acontecimiento tal, me fuera a ocurrir.

Realmente fue algo inesperado, pero sumamente sublime, excelso y bello.

Comparo esta bella experiencia como un foco o bombillo apagado que de un momento a

otro se llena de energía, donde me comparo con el foco y ese ser misterioso, espiritual y

68 Alusión al “Espíritu de Dios” que en hebreo designa el Ruah, en griego Pneuma y en latín Spiritus. (AAVV.

Diccionario del cristianismo. Herder, Barcelona, 1986, 46).

Page 56: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

50

real, era la Energía que le comunicaba luz y calor al foco. Quedé muy asombrado y

maravillado; me preguntaba luego, quién podría ser ese huésped ilustre, invisible y

espiritual que me hacía tan magnífica y espléndida visita y me llenaba de inmensa alegría

interior. Seguí caminando lentamente y aquella presencia espiritual continuaba cautiva y

prisionera dentro de mí mismo en aquel atardecer inolvidable de octubre.

La verdad no supe el tiempo exacto que me duró esta experiencia espiritual. Me pareció que

fue muy prolongada, pero a lo mejor fue cuestión de unos pocos minutos; fue un momento

místico, fue como estar en el monte donde Jesús se transfiguró en presencia de algunos de

sus discípulos más cercanos (Lc 9, 28-36).

Era como si el cielo se uniera con la tierra, viví por unos minutos el cielo en la tierra.

Paradójicamente en ese momento no supe quién fue ese Ser que me inundaba, me llenaba y

me embriagaba, soy consciente de que no vi ni escuché absolutamente nada.

Expreso este evento vivido en palabras de Pablo, “Anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el

oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman. Porque

a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las

profundidades de Dios (…)” (1 Co 2, 9-10).

Esa dulce y suave Energía-Presencia seguía muy dentro de mí. Recuerdo que escuchaba el

trinar de los pájaros que estaban en los árboles. Empecé a imitar su sonido con fuertes

silbidos y de modo extraño y extraordinario a la vez, atraía como un imán a muchos

pajaritos, se venían de sitios aledaños al lugar donde me encontraba, otros, en cambio, se

quedaban en sus sitios para escuchar y trinar conmigo a la vez. Suena increíble pero para

mí fue real ¡Qué concierto!

Aquello fue insólito, novedoso, único y espectacular, todo en ese momento era sólo

armonía y paz, de ningún modo existía caos. Experimenté armonía conmigo mismo, con

Dios y con la naturaleza. Supuse después de reflexionar e interiorizar lo vivido, que a lo

mejor el ser humano antes del pecado original tenía una relación con Dios de modo similar

Page 57: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

51

o parecida a mi experiencia espiritual, es decir, que en los albores de la humanidad el

hombre y la mujer vivían en una armonía, inocencia y gracia entre el Creador y sus

creaturas, una amistad muy estrecha entre Dios y los hombres antes de romper el ser

humano con ese pacto de amor que lo vinculaba muy fuertemente con Él.

Aquello también me llevó a comprender un poco por qué los seres humanos estamos

envueltos en tanta oscuridad, perdidos, sin rumbo, desorientados, con nostalgia del Paraíso,

y es precisamente por su desobediencia a Dios, por el rechazo, no de Dios hacia nosotros,

porque Él es bueno y misericordioso, sino de nosotros a Él. Las consecuencias del drama

humano que vivimos a causa de la violencia, de la guerra, de la división, etc. son por

nuestro alejamiento de esta luz indeficiente e inagotable que llamamos Dios, y por esta

razón vivimos invadidos de tanta oscuridad.

Recuerdo que esa maravillosa Energía-Presencia fue desvaneciéndose poco a poco hasta

“abandonar” mi morada interna. Sin embargo, misteriosamente la volví a sentir en esa

misma semana en mi cuarto por unos minutos y después en el colegio, concretamente, en la

oficina de pastoral después de haber recibido y saludado a los niños y jóvenes del plantel

educativo en horas de la mañana para su ingreso a clases.

Al otro día de aquella experiencia, cuando recién me desperté para continuar con mis tareas

cotidianas, tuve conciencia de que mi cabeza, mi mente se veía envuelta por una “luz

interior”69

, una claridad que duró fracciones de segundo. San Gregorio Palamas, gran

místico de la Iglesia ortodoxa oriental opina al respecto: “esta experiencia divina de la luz

le es dada a cada cual según la dignidad de los que la experimentan”70

.

69 La Sagrada Escritura abunda en expresiones que se relacionan con la luz, con la iluminación divina, con

Dios, que es llamado Luz. Para la teología mística de la Iglesia de oriente no son metáforas, figuras retóricas,

sino palabras que expresan un aspecto real de la divinidad. Si Dios es llamado Luz, es porque no puede

permanecer ajeno a nuestra experiencia misma, “Tu luz nos hace ver la luz” (Sal, 35,10). Es aquello que se

percibe en la experiencia mística (…) la luz divina no tiene un sentido alegórico y abstracto: es un elemento

de la experiencia mística Lossky, Vladimir. Teología Mística de la Iglesia de Oriente. Herder, Barcelona,

1982, 162). 70

San Gregorio Palamas, en Lossky, Vladimir. Teología Mística de la Iglesia de Oriente. 163.

Page 58: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

52

En síntesis, la totalidad de la experiencia fue algo que me produjo placer y asombro

sobremanera y que aún hoy, me sigue desconcertando. La verdad no hay un solo día que

pase sin que deje de recordar aquel acontecimiento experimentado y vivido en aquel

entonces. Esta bella experiencia me ratificó de un modo más convincente y palpable dos

realidades: que Dios existe y que nos ama infinitamente.

Después de aquella experiencia me preguntaba, ¿acaso fue la trinidad que moró en mí y yo

en ella, como dice san Juan en el evangelio? (Jn 14, 23), y si fue la presencia trinitaria en

mí, ¿Cómo es posible que su Energía-Presencia poderosa que me llenó y colmó, como

quien desborda de agua viva un vaso de vidrio, o mejor, como si un foco de cristal se

llenara de energía, no obstante, hizo que yo no estallara, ante la llegada omnipotente de

Dios infinito en un ser como yo, frágil y finito? Puede ser más viable encontrar la respuesta

a la primera pregunta, pero creo que la segunda es un gran misterio que sólo Dios tiene la

respuesta.

Sólo sé que esto para mí sigue siendo un misterio que me desborda y que no acabo de

comprender plenamente. Dionisio Areopagita denomina teología apofática al misterio

infinito de Dios:

La tiniebla es luz. Dios como Luz y Oscuridad, Luminosidad y Tiniebla

(…) cuando Dios es más tangible, es precisamente cuando es más

intangible; cuando es más tenebroso, es cuando es más luminoso, cuando

más incomprensible, más cercano; cuando se intenta llegar al Ser de Dios,

es cuando Éste aparece como no-Ser, como vacío71

.

En suma, creo firmemente, que tuve una experiencia de Dios, que Él para demostrar su

infinito amor no lo hace dando cosas, como le escuché una vez al padre Baena en clase y

como luego lo percibí yo, sino que es más grandioso y misterioso, Dios se da así mismo.

71 Toscano, María. Dionisio Areopagita: La tiniebla es luz. Herder, 2009, 147.

Page 59: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

53

Quisiera volver a experimentar, cuantas veces se pudiera, esta bella experiencia, pero

comprendo, que el querer no depende de mí, sino de la voluntad de Dios, pues la decisión

de conceder esta gracia especial depende únicamente de su designio amoroso. Esto me lleva

a creer que estas experiencias místicas no son autosugestiones producidas por el querer

humano, ya que de serlo así, es decir, fruto del esfuerzo de la voluntad humana, perderían el

peso y el fundamento de una voluntad divina y de una experiencia que es ante todo

purísima gratuidad y don misericordioso.

Llegué a otras conclusiones, por un lado, que Dios está más cerca de mí que yo mismo. Y

por el otro, que la revelación divina no ha pasado o concluido, antes bien sigue y seguirá

siempre y en continuo ascenso en la historia humana.

Lo que viví fue realmente un clímax espiritual. El libro del Cantar de los cantares y el libro

del profeta Oseas tienen connotaciones eróticas y esponsales entre el amado y la amada. Se

han interpretado de diversas maneras estas relaciones, por ejemplo, entre Dios e Israel o

también entre Dios y el nuevo pueblo de Israel que es la Iglesia y entre el místico y Dios.

No es extraño que muchos santos llamen a su experiencia espiritual “desposorio místico”,

muchas veces interpretando su vivencia de comunión con Dios como un verdadero

enamoramiento.

Santos como Bernardo de Claraval y Juan de la Cruz y santas como Teresa de Ávila,

interpretaron sus experiencias místicas a la luz de libros como el Cantar de los cantares o el

libro del profeta Oseas, etc. dejándonos bellas poesías que narran en coplas sus más

elevadas experiencias espirituales. Es evidente, pues, que en varios textos de la Biblia sea

frecuente este tipo de lenguaje matrimonial y que de él hayan bebido los diferentes místicos

cristianos a lo largo del tiempo.

Algunas líneas del libro del Cantar de los cantares y del libro del profeta Oseas: “Yo soy

para mi amado y mi amado es para mí” (Ct 6, 3). “Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡La

Page 60: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

54

voz de mi amado que llama!: ¡Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, mi perfecta!

(Ct 5, 2). “Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo (…) en amor y en

compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahveh” (Os 2, 21-22).

Por eso me atrevo a referirme a mi experiencia con Dios como un “desposorio místico” ya

que sentí un clímax espiritual, puesto que esta vivencia fue fruitiva, produciendo en mí un

gozo interior nunca antes experimentado.

Después de haber vivido esta linda experiencia de Dios, generó en mí deseos inmensos de

investigar autores místicos sobre sus experiencias espirituales. Cada que veía la similitud

entre la experiencia de Dios que tuvieron estos hombres y mujeres con mi propia

experiencia, me llenaba de inmensa alegría. Era como estar armando el rompecabezas de

mi existencia, era el descubrimiento del sentido que tiene la vida, era descubrir en cierta

medida el origen y el destino del ser humano en mí mismo. Este acontecimiento me ayudó

a atar cabos sueltos, a replantear mi vocación cristiana y de fe e incluso a emanciparme de

tantos miedos que me acechaban, puesto que todos estamos de modo misterioso y

fantástico, en las manos de un Dios providente.

Su amor nos envuelve, nos cobija y nos desborda prodigiosamente. Lo que en palabras de

Pablo por su experiencia divina, Dios viene a ser “Un Dios Padre de todo, que lo trasciende

todo, y lo penetra todo, y lo invade todo” (Rom 11, 35).

En cierto sentido, me ayudó a resolver un poco las preguntas existenciales que uno como

ser humano se hace. ¿De dónde vengo?, ¿para dónde voy?, ¿qué quieres que haga? Aunque

hay que ser honestos y aceptar que los interrogantes nunca tendrán una respuesta

contundente y absoluta, porque vuelvo y reitero, seguimos inmersos en este misterioso

universo donde Dios habita, que nos envuelve y desborda maravillosamente.

Page 61: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

55

2.4.3 Los frutos de la experiencia:

La experiencia de Dios tuvo como frutos o efectos lo siguiente:

Dinamismo interior para trabajar en el apostolado.

Creatividad.

Organización en el trabajo pastoral evitando hasta donde me fuera posible la

improvisación.

Aprovechamiento del tiempo.

Frutos del Espíritu Santo: alegría, paz, mansedumbre, dominio de mí mismo,

bondad, etc.

Veía en las personas a Dios mismo, porque si habita en todos los seres

humanos, como dice el padre Baena, creándolos continuamente por su acto

creador continuo, es porque Dios habita en las personas. Entendí que el ser

humano es templo del Espíritu Santo en palabras de Pablo.

Confronto y comparo la experiencia que tuve de Dios y la claridad en mi

entendimiento que adquirí sobre las cuestiones de la fe y el misterio que nos

envuelve, con la experiencia de san Ignacio de Loyola en el Cardoner. Más

adelante diré cuál fue aquella experiencia que experimentó san Ignacio en aquel

sitio.

Adquirí más sentido común. Descubrí que el pecado que hay en el mundo y el

resquebrajamiento en nuestras relaciones humanas era por la falta de sentido

común para realizar las cosas, por no hacer las cosas que nos corresponde hacer

con excelencia y sin mediocridad.

Entendí que la falta de comunicación entre nosotros los seres humanos y que

hace que nos divida es consecuencia de nuestra falta de comunión con Dios y de

unos con otros.

Comprendí que a veces los sentidos nos juegan una mala y equivocada

interpretación sobre los juicios que emitimos de las personas, las cosas y los

Page 62: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

56

acontecimientos, la luz con la cual el Espíritu Santo nos baña, ayuda

enormemente a observar con mejor claridad y nitidez y a no juzgar por

apariencias. “Ábreme los ojos Señor y contemplaré las maravillas de tu

voluntad” (Sal 118, 17-18).

Comprendí que sin la ayuda de Dios nuestra vocación y misión es imposible

realizar y llevar a buen término.

Aquella experiencia aumentó en mí los deseos de orar con más intensidad.

Me hizo salir de mí mismo en función de los demás.

Adquirí mejor y en cierta medida comprensión y entendimiento de la palabra de

Dios. Había textos que eran para mí un enigma, un acertijo que no comprendía

pero con aquella experiencia amorosa de Dios y por su gracia, empecé a

entender y esclarecer un poco más las verdades que ella contiene.

Deseos inmensos de anunciar mi experiencia de Dios a los demás. San Basilio el

grande en una de sus catequesis mistagógicas sobre el bautismo e interpretando

el salmo 33, 9 dice: “Gustad y ved qué bueno es el Señor”. La dulzura de la miel

¿cómo hacerla conocer a aquel que la ignora? “Gustad y ved”, el sentido de toda

palabra resulta más claro con la experiencia”72

. Y san Agustín en las

confesiones dice: “Gusté tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed

de ti”73

.

Toma de conciencia en comprometerme con las realidades históricas, para no

caer en un espiritualismo desencarnado de la realidad.

Empecé a entender que no debemos juzgar a las personas, porque todos tenemos

una oscuridad que es preciso iluminar con una experiencia sólida de Dios.

72 San Basilio el grande, en Belmartino, Susana. El Bautismo según los padres de la Iglesia. Lumen,

Argentina, 1978, 93. 73

San Agustín, las confesiones, II. III.

Page 63: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

57

Por fin entendí qué significaba evangelio74

y qué era evangelizar, qué es ser

mistagogo, es decir, conducir a las personas a la experiencia que de Dios yo

tuve, y que toda persona puede experimentar si pide esa gracia a Dios.

Mi vida empezó a tener un nuevo giro y mejor sentido.

La experiencia divina me liberó del temor y del legalismo, ya hacía las cosas no

por miedo o porque la ley lo exigieran (conducta heterónoma), sino con espíritu

y por propia autonomía.

Adquirí más sensibilidad por los enfermos, los pecadores, los pobres, los niños,

es decir, por los excluidos de la sociedad, porque es a ellos a quienes Jesús les

anuncia el reino de Dios, esa sensibilidad me ha llevado a procurar

comprometerme en hacer algo en alguno de estos campos, especialmente, en la

pastoral con los enfermos.

Comprendí que Dios no era sólo una teoría, o tan sólo un concepto abstracto,

sino una experiencia vital.

Comprendí un poco más el sentido que tienen cada uno de los sacramentos, por

ejemplo cuando participaba en la Eucaristía y escuchaba las plegarias

eucarísticas, las oraciones colectas, la misma consagración de las especies

eucarísticas, etc. todo ello me orientaba a comprender el sacramento desde la

comunión con Dios y con los hermanos.

Me llevó a entender mejor lo que significa la adopción filial, el ser hijos de

Dios.

Comprendí que la revelación de Dios al hombre se da en la historia, en la

temporalidad.

Comprendí un poco más las cuestiones de la fe y el sentido que tienen las

mismas.

Mi comportamiento mejoró notablemente.

74 “Evangelio o buena noticia proclamada por Jesús es la cercanía del reino de Dios que adviene en gracia”

(Floristán, Casiano. Teología Práctica, Sígueme, Salamanca, 2002, 402).

Page 64: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

58

Comprendí que si no hubiera sido por aquel don divino recibido y su gracia

experimentada, el seguimiento del Señor hubiese sido imposible.

Concluí finalmente que definitivamente ¡todo nos ha sido dado por gracia y

amor divino!

Para finalizar este capítulo deseo compartir la letra de la canción que compuse inspirado en

aquel maravilloso atardecer de octubre de 2010. Este es el título de la canción con su

respectiva letra:

¡HE HALLADO UN GRAN TESORO!75

Letra: Víctor Raúl Salazar Salazar, MSA.

Música: Profesor José Huamaní y Víctor Raúl Salazar Salazar, MSA.

Señor he experimentado tu amor en todo mi ser

En el silencio de un atardecer claro y radiante.

Quiero ser un hombre nuevo como luz de amanecer

Comunicando este gozo con alegría contagiánte.

Coro:

Qué hermoso es haber hallado tal Tesoro:

“¡Sentir tu Divinidad en nuestra pobre humanidad!”

Es una experiencia hermosa que vale más que el oro,

Que nos hace siempre vivir en profunda santidad.

Evangelio es comunicar una experiencia con Dios sentida,

Entrando en armonía con toda la creación.

Evangelio es amar, al ser humano de corazón y vida,

Es amar como Jesús, sin prejuicios ni exclusión.

Vocación amigos míos es simplemente amar,

Haciendo lo que corresponde siempre con alegría.

Disfrutando cada instante de nuestra vida y caminar,

Sin egoísmos, ni rencores, distracción y falsedad.

75 El nombre que le he puesto a mi canción surge de mi particular experiencia de Dios, no obstante, tomo

categorías utilizadas, por un lado, de la expresión de Arquímedes ¡Eureka! “Lo he hallado” o “lo tengo”,

cuando descubrió cómo medir el volumen de objetos sólidos irregulares por medio de líquidos. Y la otra

expresión del “tesoro escondido y de la perla”, en el Evangelio de san Mateo, 13, 44-45; del libro de la

Sabiduría 7, 7-14; Pr 2, 4-5. 3, 13-18.

Page 65: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

59

III. INTERPRETACIÓN DE MI EXPERIENCIA PERSONAL DE DIOS A

PARTIR DE LOS CUATRO NIVELES OPERACIONALES EN

BERNARD LONERGAN Y ALGUNOS GRANDES MÍSTICOS

CRISTIANOS

Los niveles operativos antropológicos, de los cuales se habló al final del primer capítulo, al

ser vividos consciente y auténticamente dejan ver y entender la acción y orientación de

Dios en el ser humano concreto.

Lonergan interpreta los cuatro niveles operativos así:

Esta cuádruple especialización corresponde a las cuatro dimensiones del mensaje

y de la tradición cristiana. Porque este mensaje y esta tradición se presentan, en

primer lugar, como un conjunto de datos. En segundo lugar, estos datos no son

destinados a hacer conocer fenómenos naturales, sino a comunicar

significaciones vividas y transmitidas por el espíritu humano, como ocurre en las

ciencias humanas. En tercer lugar, estas significaciones han sido expresadas en

momentos y lugares precisos y transmitidos por determinados canales y bajo

diversas circunstancias. En cuarto lugar, esta expresión y transmisión son obra

de personas que han dado testimonio de Cristo Jesús y, por medio de sus

palabras y hechos, han conformado la situación religiosa76

.

Interpretando tanto a Rahner como a Lonergan, la revelación divina no estriba en

apariciones de la mismidad de Dios, la virgen María, los ángeles o los santos, Dios no

manda mensajeros para revelarse, Él viene personalmente, se trasciende en el sujeto, pero

de modo espiritual al espíritu humano, entrando en comunión de amor con él o con ella, esa

experiencia de encuentro comunional entre Dios y el hombre lleva a comprender que esa

misma lógica y en esa misma línea la persona debe hacer comunión con el prójimo, pues

eso es precisamente lo que forma las comunidades cristianas.

76 Lonergan, Bernard. Método en Teología.133-134.

Page 66: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

60

Esas significaciones vividas se transmiten verbalmente y se corroboran en actitudes de

comportamientos concretos en la caridad de unos con otros. Se entiende entonces que la

Tradición cristiana transmite, más que un cúmulo de doctrinas desde lo teórico, mejor como

afirma Lonergan, unas significaciones vividas y experimentadas, esto es lo que se anuncia

gozosamente.

Es interesante ver cómo san Clemente de Alejandría, Padre de la Iglesia griega, “no

presenta las teofanías como apariciones personales que afectan a los sentidos exteriores,

sino más bien como una iluminación interior, como un toque divino en el que el alma

reconoce a Dios”77

. Afirmación que va de la mano con la concepción que tienen de

revelación autoridades en teología como Lonergan, Rahner, Schneider, Baena, etc.

3.1 Experimentar

Parto de un principio: experimenté a Dios a través de una experiencia sensorial interna y

tomando conciencia de lo sucedido aquel día en la casa del Perú y posteriormente con más

fuerza, como lo relato en el segundo capítulo de este trabajo. Esto que experimenté lo

interpreto como la Gracia y el amor de Dios derramado en mi ser por pura iniciativa suya,

de ningún modo ha sido fruto de un vano esfuerzo humano y de autosugestión.

Interpretando el pensamiento de Lonergan respecto a mi particular experiencia, él afirma lo

siguiente: “La gracia está ligada al don que Dios nos hace de sí mismo por amor, y ese don

no se debe a nuestra naturaleza sino a la libre iniciativa de Dios”78

.

En esa misma línea Lonergan compara la experiencia de Dios de la siguiente manera:

77 San Clemente de Alejandría, en Latourelle, René. Teología de la Revelación. 116-117.

78 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 281.

Page 67: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

61

Es como si una música llenara un salón y no pudiéramos conocer exactamente su

origen. En el mundo existe una especie de campo cargado de amor y

significación; aquí y allá alcanza una notable intensidad; pero, siempre discreto

y oculto, nos invita a cada uno de nosotros a unirnos a él. Y debemos hacerlo, si

podemos percibirlo, porque nuestra percepción procede del amor79

.

Lonergan utiliza la anterior metáfora para dar a entender que una de las muchas formas de

experienciar la divinidad es la inundación de Dios, que es “como” una hermosa música que

llena ese “salón” que es el ser humano donde Dios se trasciende y habita. Este evento

misterioso se da inesperadamente y no se sabe de dónde proviene aquella Energía-Presencia

misteriosa. El evangelio de san Juan afirma de ello lo siguiente: “El viento sopla donde

quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace

del Espíritu” (Jn 3, 8).

Felipe, en el evangelio según san Juan, le dice a Jesús:

Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Le dice Jesús: “¿Tanto tiempo hace que

estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al

Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre

y el Padre está en mí?80

Cuando Jesús le dice a Felipe: “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” los santos

padres ven en la expresión de Jesús las relaciones Pericoréticas81

de comunión-amor entre

el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sin embargo, con la experiencia de Dios que yo relato

en el segundo capítulo de este trabajo, interpreto que esta experiencia que viví en Perú fue

trinitaria, y me hace suponer que la Pericóresis la vive también el ser humano en unión con

79 Ibid., 282.

80 Jn 14, 8-10.

81 perixw¢rhsij, (Pericóresis)= Compenetración perfecta y viva de las tres Personas divinas. Término culto

que remite al dicho de Cristo: “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” Sin. Circumincesión”. (AAVV,

Diccionario del cristianismo, Herder, Barcelona, 1986, 578). “Este término fue introducido por san Gregorio

Nacianceno, la virtud que vincula y mantiene unidas ambas naturalezas procede de la naturaleza divina. Así

pues, esa compenetración, si se la considera desde el punto de vista de su procedencia, no es mutua sino

unilateral (…) La divinidad, que es en sí misma impenetrable, penetra e invade la humanidad con su

inhabitación, la cual, sin sufrir transformación alguna, queda deificada; Dz 291". (Ludwig, Ott. Manual de

teología dogmática. Herder, Barcelona, 1964, 259).

Page 68: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

62

la Santísima Trinidad que habita en todos nosotros sin excepción, y más aún se toma

conciencia de esta relación pericorética entre Dios y el ser humano cuando este se ha

experimentado inhabitado por la trinidad, llevando a la persona a entrar de igual forma en

comunión de amor con el prójimo a ejemplo de las tres personas divinas.

Lonergan en la explicitación de los fundamentos utiliza el concepto “vía unitiva” para dar

a entender que la experiencia divina es palpable, perceptible, aunque misteriosamente

velada y oculta, donde la trinidad santa autocomunica su Amor, siendo este percibido por

aquel que lo ha experimentado.

Para el teólogo canadiense, esta experiencia es denominada: “Vía unitiva”, porque la

serenidad del gozo y la paz revelan el amor que ha hecho posible hasta aquí la lucha contra

el pecado y el progreso en la virtud”82

.

La experiencia de sentirse amado por Dios lleva al destinatario de ese derroche de amor

vivenciado, a experimentar una conversión o transformación moral, religiosa e intelectual,

fruto no del esfuerzo humano, sino del amor de Dios por la gracia operante, pero contando

Dios con la cooperación del ser humano, sin esa cooperación es imposible.

3.2 Entender

Para Lonergan la experiencia trascendente lleva al sujeto a una conversión en su manera de

ver y comprender la existencia, después de aquella experiencia mi manera de pensar y de

comprender la vida ya no fue la misma, fue diferente. Lonergan afirma:

Entendemos por conversión una transformación del sujeto y de su mundo. Se

trata normalmente de un proceso que se desarrolla durante un largo período (…)

sin embargo, no es precisamente un desarrollo, ni tampoco una serie de

desarrollos. Es más bien un cambio de marcha y dirección. Es como si se

82 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 282.

Page 69: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

63

abrieran los ojos por primera vez y el mundo anterior se desvaneciera y

desapareciera. Surge algo nuevo que fructifica en una secuencia acumulativa de

desarrollos engranados, a todos los niveles y en todos los sectores de la vida

humana (…) la conversión afecta en el plano de lo vivido, todas las operaciones

intencionales y conscientes de un hombre83

.

El evangelio de san Marcos dice que a Jesús: “el Espíritu le empuja al desierto, y

permaneció en el desierto cuarenta días” (Mc 1, 12). Puedo afirmar en comparación con la

anterior cita bíblica que aquella experiencia espiritual me “empujó” misteriosamente a un

cambio y transformación en mi comportamiento, en mi modo de relacionarme con Dios,

con la naturaleza, con el prójimo, desde la alegría y la libertad interior, además, aquello

experienciado también me “abrió los ojos del entendimiento” de forma sorprendente,

develándose muchos interrogantes sobre mi vida, sobre cuestiones de fe que tenía y no

entendía, que se fueron transparentando y clarificando de modo muy similar a la

experiencia de san Pablo que “Se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no

veía nada (...) y al instante se le cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista”

(Hch 9, 8. 18) o como a san Ignacio en el Cardoner84

.

Antes no entendía pasajes de la Sagrada Escritura, muchas páginas eran para mí un enigma,

un acertijo, sin embargo, después de aquella maravillosa y bella experiencia de encuentro

comunional con Dios, la empecé a entender e interpretar de otra manera y siempre en

relación con aquella experiencia fundante.

Después de esta experiencia divina, pude deducir que la tristeza que embarga al ser

humano sólo es transformada en alegría espiritual cuando este halla el más grande tesoro

83 Ibid., 130.

84Una vez iba por su devoción a una iglesia que estaba poco más de una milla de Manresa, (…) y el camino va

junto al río; y yendo así en sus devociones, se sentó un poco con la cara hacia el río, el cual iba hondo. Y

estando allí sentado se le empezaron abrir los ojos del entendimiento; y no que viese alguna visión, sino

entendiendo y conociendo muchas cosas, tanto de cosas espirituales, como de cosas de la fe y de letras; y esto

con una ilustración tan grande, que le parecían todas las cosas nuevas. Y no se puede declarar los particulares

que entendió entonces, aunque fueron muchos, sino que recibió una grande claridad en el entendimiento; de

manera que en todo el discurso de su vida, hasta pasados sesenta y dos años, coligiendo todas cuantas ayudas

haya tenido de Dios, y todas cuantas cosas ha sabido, aunque las ayunte todas en uno, no le parece haber

alcanzado tanto, como de aquella vez sola. Y esto fue en tanta manera de quedar con el entendimiento

ilustrado, que le parecía como si fuese otro hombre y tuviese otro intelecto, que tenía antes. (Ignacio de

Loyola. Ejercicios espirituales y autobiografía. Mensajero, Bilbao, 1983, 197).

Page 70: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

64

que es Dios. Tesoro que el hombre “aparentemente” perdió -porque no lo ha perdido, lo

tiene en sí mismo oculto- desde los inicios de la humanidad a causa de su contumaz

alejamiento, persistiendo este drama hasta el día de hoy, que tiene confundido a muchos y

que es urgente conducir a estas personas a Él, a través de nuestro testimonio de vida

coherente, entre lo que hemos experimentado y los frutos de ese conocimiento espiritual.

Cuando una persona pierde algo que era para él o para ella de inmenso valor, la tristeza lo

embarga sobremanera y en ocasiones hace que pierda el sentido y significado de la

existencia, la persona se llena de nostalgia, porque ha perdido el rumbo de la Luz. El

recuerdo de aquello que ha extraviado lo satura de inmenso dolor, creyendo, en efecto, que

será imposible recuperar tan preciado bien.

Ese es el drama, tragedia y oscuridad que pesa sobre el ser humano, desencadenando en

algunos insatisfechos de corazón, la necesidad de convertirse en arqueólogos de Dios, como

infatigables buscadores de ese sumo bien y fin último, muchos sienten nostalgia de algo

que creen haber perdido, pero no saben qué es, es un “algo” velado que los tiene vacíos y

anhelantes, ya que las personas están en esa búsqueda afanosa de horizontes de sentido,

llevándolos a cuestionarse: ¿qué será aquello que me falta?

Lamentablemente esa incesante búsqueda de lo que él o ella sienten que han extraviado,

anhelan llenarlo con cosas materiales que muchas veces les impide armar el rompecabezas

de su existencia y tratan de satisfacer esa hambre y sed por caminos equivocados que

aumentan más su extravío, su dolor y su tristeza.

En los evangelios, las parábolas del reino precisamente quieren hacerle entender al oyente

de la Palabra, que el tesoro perdido es Dios y que una vez es hallado y descubierto, explota

en un júbilo y gozo interior nunca antes vivido y experimentado, haciendo que la persona

exclame como Job en su encuentro con Dios: “Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te

Page 71: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

65

han visto mis ojos85

” (Jb 42, 5), o como los samaritanos que en su encuentro y posterior

conocimiento de Jesús dicen a la mujer: “Ya no creemos por tus palabras; nosotros mismos

hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo” (Jn 4, 42).

Este encuentro con Dios le devuelve al ser humano el sentido y el valor de la vida que antes

había despreciado y perdido. La nostalgia que embargaba su alma, sin saber el por qué, ya

tiene ahora una respuesta y una solución supremamente verdadera: Dios, Aquel que puede

llenar y colmar las más profundas necesidades y aspiraciones de la persona humana.

Él es en suma, el “tesoro escondido”, la “perla preciosa” que estaba buscando, que había

perdido tan sólo por un espacio de tiempo, pero que ha recuperado y le ha devuelto el

inmenso deseo de vivir. Una persona así, exultará de gozo como dice el salmo 12686

:

“Entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegría (…) Sí,

grandes cosas hizo con nosotros Yahveh, el gozo nos colmaba”.

Esta experiencia de encuentro con Dios hace que la persona sea “Bienaventurada87

”en este

mundo y anuncie su dicha a los demás con palabras, pero sobre todo con hechos y no se la

guarde para sí de modo egoísta sino que la comunique del mismo modo que la mujer que

encuentra la dracma que había perdido, ella convoca a las amigas y vecinas, y dice:

“Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido” (Lc 15, 9).

El evangelio de Mateo dice que Jesús instruyó a sus discípulos y les dijo: “Id proclamando

que el reino de Dios está cerca (…) gratis lo recibisteis; dadlo gratis” (Mt 10, 7-8). También

como dice hermosamente el libro de la Sabiduría: “Porque con sencillez la aprendí y sin

envidia la comunico; no me guardo oculta sus riquezas porque es para los hombres un

85 “No se trata de una visión propiamente dicha, cf. Ex 33, 20, sino una nueva percepción de la realidad de

Dios”. (Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1975, comentario nota a pie de página). 86

Canto del regreso. Para los repatriados que luchaban con las dificultades de la restauración, cf Ne 5, el

regreso del destierro de Babilonia prefigura el advenimiento de la era mesiánica. (Biblia de Jerusalén. Desclée

de Brouwer, Bilbao, 1975, comentario nota a pie de página). 87

“ os (Mt 5, 1-12). Bienaventurado, dichoso, feliz, bendito” (Tamez, Elsa. Diccionario conciso

griego-español del Nuevo Testamento. Editorial Caribe, Alemania, 1978, 109).

Page 72: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

66

tesoro inagotable y los que lo adquieren se granjean la amistad de Dios” (Sb 7, 13-14); y

“La Sabiduría abrió la boca de los mudos e hizo claras las lenguas de los pequeñuelos” (Sb

10, 21).

Escuchar la obra que compuso Bach: “Jesús alegría de los hombres” de forma inspirada y

analizando su respectivo título, produce en mí como dice la canción, inmensa alegría,

puesto que después de mi experiencia divina y los frutos del Espíritu que ella me produjo,

entendí en cierto modo cuál es la Salvación que Jesús trajo al ser humano (comunicarnos la

vida de Dios por medio del Espíritu Santo) y sólo quien ha experimentado la salvación que

nos trajo Jesucristo por medio de su Espíritu, se puede cantar o escuchar con gran esperanza

y sin ningún temor, que realmente “Jesús es la alegría de los seres humanos” y que no hay

otra dicha en este mundo que la pueda colmar y superar.

Esta es una estrofa de esta magnífica obra que quise plasmar en este papel:

Cantata BWV 147 – 10

Jesus bleibet meine freude

Jesús alegría de los hombres

Johann Sebastian Bach88

(1.685-1.750)

“(…) Jesus bleibet meine freude,

meines herzens trost und saft,

Jesus wehret allem leide,

er ist meines lebens kraft,

meiner augen lust und sonne,

meiner seele schatz und wonne;

darum lass ich Jesum nicht

aus dem herzen und gesicht.”

Traducción de la estrofa del alemán al español:

“(…) Jesús sigue siendo mi alegría,

consuelo y savia de mi corazón,

Jesús me defiende de toda pena,

Él es la fuerza de mi vida,

el gozo y el sol de mis ojos,

88 http://dipermun.wordpress.com/ (Consultado el 05 de mayo de 2012).

Page 73: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

67

el tesoro y el prodigio de mi alma;

por eso no quiero a Jesús

fuera de mi corazón y mi vista.”

La existencia vista así, ya no debe generar ningún tipo de miedo ni tristeza alguna, máxime

si en su corazón se alberga aquella esperanza escatológica de un “ya pero todavía no”, que

se experimenta en el aquí y ahora histórico y que se sentirá más pleno y colmado con la

visión beatífica, es decir, en el encuentro cara a cara con Dios.

Felipe Ramos opina que:

La conversión a Cristo (…) implica la recuperación de esa armonía original

“cielos nuevos y tierra nueva” (2 Pe 3,13) por la que gimen la creación y el

mismo hombre (Rom 8, 20ss). La conversión devuelve al hombre la orientación

y la relación original, que nunca debió perder”89

.

Lonergan en la explicitación de los fundamentos, opina que ella “no propone doctrinas,

sino el horizonte interior desde el cual se podrá aprehender el sentido de estas doctrinas90

”.

En esa misma dirección continúa afirmando que “la correspondiente atención, inquisición,

reflexión, y deliberación son las que el sujeto descubre en sí mismo”91

.

Estas afirmaciones de Lonergan son muy similares a la estupenda máxima de san Ignacio

en los ejercicios espirituales sobre la oración, que reza: “No el mucho saber harta y

satisface el alma, sino el gustar y sentir de las cosas internamente” (EE.2).

Jorge Atilano González, S.J dice que:

Ignacio nos anima a orar con los cinco sentidos: mirar, oír, tocar, oler y saborear.

La oración donde sólo utilizamos la razón no es suficiente para afectar nuestra

voluntad. Necesitamos generar experiencias dentro de la oración que realmente

afecten los sentidos, para impulsarnos a ordenar nuestros afectos (...) Se trata de

89 Ramos, Felipe. Diccionario de Jesús de Nazareth. Monte Carmelo, Burgos, 2001, 221.

90 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 130.

91 Ibid., 278.

Page 74: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

68

contemplar cómo Dios está presente en la naturaleza, en la creación, en la

humanidad, en el universo, y en mí mismo92

.

El entender en Lonergan es un «Insight» “Su propósito es ayudar a comprender lo que es

comprender, destacando el momento en el que el lector singular descubre gozosamente que

por fin algo se hace claro y comprensible para él”93

.

Aquella experiencia espiritual generó en mí deseos de comprender mejor el misterio que

me había inundado, generando la inquietud de conocer más acerca de este fenómeno. Ese

conocimiento espiritual no ha concluido, continúa y nunca acabará, puesto que el misterio

de Dios es y será siempre inagotable.

No se puede caer en la soberbia espiritual creyendo que el haber vivido esta bella

experiencia ya hizo que el sujeto lograra abarcar y penetrar totalmente en el misterio de

Dios o que ya con ello “se agarró el cielo” con nuestras limitadas manos, y por ende, ya se

es un ser perfecto y santo. De ningún modo, porque seguimos siendo hombres débiles a

pesar de estas experiencias.

El mismo san Pablo dice: “El que crea que está en pie, mire no caiga” (1 Cor 10, 12), y el

evangelio de Mateo de igual forma exhorta: “Velad y orad, para que no caigáis en

tentación” (Mc 14, 38).

San Jerónimo defendió ya, contra Joviano, la posibilidad de perder la gracia de la

justificación, pues el mencionado hereje pretendía probar la imposibilidad de

perderla basándose en 1 Jn 3, 9 (Adv. Iov. II I-4). Las costumbres de la Iglesia

primitiva, en lo que se refiere a los penitentes, muestran claramente la

convicción existente de que el estado de gracia se pierde por cada pecado grave.

El dogma de la posibilidad de perder la gracia se prueba por un lado por la

libertad del hombre, que da la posibilidad de pecar, y por otro lado por la índole

del pecado grave, que es un apartamiento de Dios y una conversión a la criatura,

y como tal se halla en oposición de contrariedad con la gracia santificante, que es

una comunión de vida sobrenatural con Dios94

.

92 González Candia, Jorge Atilano. Folleto de Espiritualidad Ignaciana, 8.

93 http://www.agapea.com/ (Consultado el 05 de mayo de 2012).

94 Ludwig, Ott. Manual de teología dogmática. Herder, Barcelona, 1964, 402.

Page 75: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

69

Por otro lado, San Pablo, afirma “Yo hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero

una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante” (Flp 3, 13).

Esto que afirma el apóstol de los gentiles es lo que san Gregorio de Nisa denomina

Epektasis95

, donde se enseña que el conocimiento de Dios en la vivencia mística

experimentada por el sujeto no se agota nunca, es un proceso evolutivo que va siempre en

ascenso, dado el misterio infinito de Dios. Si bien Dios satisface en cierto modo los más

profundos anhelos del corazón humano cuando Él alberga el interior de la persona, no

obstante, la insatisfacción, el hambre y la sed de Dios continúan, y no queda la persona

totalmente satisfecha, antes bien, se quiere más y más.

Muy similar lo dice el libro del Eclesiástico y el salmo 139, con respecto a la Epektasis:

“Nada hay que quitar, nada que añadir, y no se pueden rastrear las maravillas del Señor.

Cuando el hombre cree acabar, comienza entonces, cuando se para, se queda perplejo” (Ecl

18, 7). “Más para mí ¡qué arduos son tus pensamientos, oh Dios, qué incontable su suma!

¡Son más, si los recuento, que la arena, y al terminar, todavía estoy contigo! (Sal 139, 17-

18). San Juan de la cruz siendo un gran místico, sensatamente recalca en una de sus coplas

el apofatismo o agnosia frente al misterio de Dios:

Entréme donde no supe

y quedéme no sabiendo

toda ciencia trascendiendo (…)

Cuando más alto se sube

tanto menos entendía

qué es la tenebrosa nube

que a la nube esclarecía;

por eso quien la sabía

queda siempre no sabiendo

toda ciencia trascendiendo96

.

95 e¦pe¿ktasij, (Epéktasis)= término griego utilizado por san Gregorio de Nisa para describir la mística

cristiana, que se presenta como un progreso continuo, un deseo siempre insatisfecho, una tensión infinita

hacia la bienaventuranza. Esta perspectiva representa una concepción dinámica de la vida cristiana, en la línea

de Flp 3, 13. (AAVV, Diccionario del cristianismo, Herder, Barcelona, 1986, 267). 96

San Juan de la Cruz, en Toscano, María. Dionisio Areopagita: la tiniebla es luz. Herder, Barcelona, 2009,

201.

Page 76: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

70

Finalmente Lonergan opina:

De una experiencia de amor centrada en el misterio brota un anhelo de

conocimiento, mientras que el amor mismo es un anhelo de unión; de esa forma,

para el amante del amado desconocido, ser feliz significa conocerlo y unirse a él,

cualquiera que sea la forma de alcanzar ese conocimiento y unión97

.

3.3 Juzgar

Este trabajo teológico investigativo pretende juzgar si existe una semejanza en la

experiencia divina vivida por los místicos investigados y mi experiencia concreta.

Desde mi punto de vista percibo que evidentemente hay conexión entre la experiencia

vivida y otras experiencias en el plano de la mística cristiana. Este trabajo tiene como fin

indagar, confrontar y verificar con diversas autoridades en teología u otros místicos

reconocidos, si realmente hubo auténticamente una experiencia de Dios o es inauténtica y

fruto de una pía autosugestión e ilusión psíquica. En este ítem del Juzgar voy a desarrollar

la confrontación de mi experiencia con la de algunos místicos cristianos y analizar si hay

similitudes entre las suyas y mi experiencia divina.

Para juzgar y comparar mi experiencia fundante en el Perú, traigo a colación la manera

como san Bernardo de Claraval, llamado también el Doctor mellifluus, describe su

experiencia mística vivida muy similar a la mía:

Debo confesaros sencillamente que el Verbo se ha dignado venir a mi alma, no

ya una, sino muchas veces. Más aun habiendo sido muy frecuentes esas visitas,

jamás he podido notar el momento de su llegada. Cierto he sentido que estaba en

mí, después he recordado haberme visitado, y hasta algunas veces he podido

barruntar su visita; pero nunca jamás se me ha dado notar claramente el preciso

momento de su venida y partida; ni tampoco he podido saber jamás de dónde ha

venido a mi alma, no a donde se ha ido al abandonarla, ni siquiera cómo ni por

dónde ha entrado y salido de ella. Ahora mismo ignoro todo esto, sencillamente

97 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 111.

Page 77: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

71

os lo confieso. De esto no sé más que lo que dice san Juan, o sea: No sabes de

dónde viene o adonde va (…) Mi curiosidad me le ha hecho buscar debajo de mí,

y he visto asimismo que está más profundo. He mirado fuera de mí, y he

reconocido que está todavía más allá de lo que se halla fuera de mí; en fin, le he

buscado dentro de mí, y he visto que Él está todavía más interior que yo mismo.

Entonces he reconocido la verdad de esta palabra: Dentro de Él vivimos, nos

movemos y subsistimos. Pero dichoso aquel en quien está Él, dichoso el que vive

para Él y es movido por Él98

.

Bernardo de Claraval también afirma con respecto a sus experiencias místicas lo siguiente:

No acepto visiones y sueños, no quiero figuras y oscuros enigmas; rechazo

también las formas angélicas. La experiencia mística que deseo es la del orden

más elevado, es la visita del mismo divino Esposo, pero ¡oh, qué rara es la hora y

cuán breve su permanencia! La visión que se le da en esos momentos sublimes

no aterroriza, sino que apacigua; no excita una incansable curiosidad, sino que la

calma; no fatiga los sentidos, sino que los tranquiliza. El Dios tranquilo

tranquiliza todas las cosas, y contemplarle es descansar99

.

En la narración de la experiencia de Dios que yo experimenté y que se encuentra en el

segundo capítulo de este trabajo, afirmo con toda sinceridad que sentí dentro de mí una

Energía-Presencia ajena a mi ser que tomó posesión de mí de una manera suavísima,

dulcísima y misteriosa, donde percibí el ingreso de un “alguien espiritual” que inundó todos

los rincones de mi ser muy sutilmente. Cuando leí la experiencia mística narrada por san

Bernardo de Claraval, sentí que su experiencia espiritual era muy similar a mi experiencia,

sobre todo cuando el santo afirma que “el Verbo de Dios se ha dignado venir a mi alma” y

expresa esa experiencia vivida como la visita espiritual del mismo Dios. Más adelante

afirma que la estadía del mismo Dios le produjo tranquilidad, calma, mucha paz. Lo que yo

experimenté cuando Dios albergó en mi morada interior y me visitó, fue inmensa calma,

tranquilidad y paz. En estas afirmaciones del Doctor Mellifluus, veo una notable similitud

con la mía.

San Bernardo describe de igual forma su experiencia mística y los frutos que produce la

misma por la conversión moral a la que esta conduce:

98 Diez Ramos, Gregorio. Obras completas de san Bernardo II. BAC, Madrid, 1955, 497-498.

99 San Bernardo, en Graef, Hilda. Historia de la mística. Herder, Barcelona, 1970, 176.

Page 78: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

72

He notado el poder de su virtud por la huída de los vicios y por la represión de

las pasiones que obraba en mí; he admirado la profundidad de su sabiduría en la

discusión y represión de mis culpas secretas; he experimentado su bondad y su

misericordia por la enmienda de mi vida; he descubierto de algún modo su

infinita hermosura por la renovación y reforma de mi espíritu, o sea de mi

hombre interior; y contemplando todo esto juntamente he quedado espantado

ante la multitud de su grandeza100

.

En el segundo capítulo también relato los efectos de transformación que esta experiencia

espiritual produjo en mí. Bernardo afirma que aquella experiencia divina le capacitó para

vivir virtuosamente liberándose de la esclavitud de los vicios y de las pasiones que lo

acechaban, yo también, gracias a mi experiencia puedo testimoniar que así ocurre.

Una experiencia de Dios debe llevar a quien la ha experimentado a un cambio radical en su

vida, pero reitero, no por la fuerza de la voluntad y de las propias convicciones, porque esto

no es un voluntarismo humano, sino que es más bien por el “empuje”, el “motor” divino y

espiritual que anima a la persona a dar un giro de 180° en su comportamiento, sin embargo,

a pesar de esta participación de la naturaleza divina, el hombre sigue condicionado por su

fragilidad y limitación humana y se ve tentado a persistir en la inautenticidad como el

egoísmo y la autosuficiencia.

Esta experiencia de elevación graciosa, si bien lleva a la persona a vivir en la autenticidad,

no obstante, ella no hace al sujeto inmune de vivir después de esa experiencia divina, en

actitudes de comportamiento inauténticos dada la debilidad humana. Lonergan es enfático

en afirmar que:

La autenticidad consiste en apartarse de la inautenticidad, pero este apartarse

nunca es total y permanece siempre precario. Los más grandes santos no sólo

tienen sus rarezas, sino también sus defectos; y no sólo algunos, sino todos los

hombres, debemos pedir con humildad y verdad: “Perdona nuestras ofensas así

como nosotros perdonamos a los que nos ofenden101

.

100 Diez Ramos, Gregorio. Obras completas de san Bernardo II. BAC, Madrid, 1955, 498.

101 Lonergan, Bernard. Método en Teología. 276.

Page 79: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

73

Y más adelante afirmará: “se puede mostrar que la autenticidad engendra progreso y que la

inautenticidad conduce a la decadencia”102

.

Haber tenido esa maravillosa experiencia indica que Dios es infinitamente fiel, más aquello

vivido no garantiza que el sujeto que la ha sentido, vaya a serle fiel a Dios siempre, ya que

el ser humano es y seguirá siendo frágil. Además hay que tener claro y presente que el

cristianismo es un camino que implica una conversión continua, una Epektasis, un

dinamismo en la vida cristiana.

San Bernardo aconseja no caer en la tentación de abandonar y cejar en esa incesante

búsqueda y camino de ascenso a Dios por causa de nuestra frágil humanidad, diciendo:

“Hay, pues, gran peligro de ser sorprendido por las tinieblas de la muerte cuando no se

anda, sino que se está sentado. ¿Y quién es el que está sentado sino aquel que no cuida de

aprovechar?103

.

En esta misma línea, dice san Isaac Siríaco: “El arrepentimiento conviene siempre y a

todos, tanto a los pecadores como a los justos que buscan su salvación. No hay límites para

la perfección, de modo que la perfección misma de los más perfectos no es sino

imperfección”104

.

Michael Schmaus gran teólogo dogmático afirma lo siguiente:

La autodonación de Dios a los hombres es el contenido del plan eterno de Dios

sobre el mundo; el Padre celestial creó según su imagen al hombre y al cosmos,

por libre amor para poder realizar el milagro de su autodonación al hombre. Dios

creó y construyó al hombre de forma que pudiera recibir el amor eterno que es

Dios mismo (…) la gracia es completamente indebida. El hombre no puede tener

ninguna exigencia de gracia sobrenatural, no sólo por ser pecador, sino por ser

criatura105

.

102 Ibid., 280.

103 Diez Ramos, Gregorio. Obras completas de san Bernardo. BAC, Madrid, 1952, 332.

104 Lossky, Vladimir. Teología mística de Oriente. Herder, Barcelona, 1982, 152.

105 Schmaus, Michael. Teología dogmática V, la gracia divina. RIALP, Madrid, 1962, 20.

Page 80: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

74

Para Schmaus:

La vida cristiana transcurre, por tanto, en la tensión de certeza e incertidumbre,

proximidad, lejanía, temor y amor. El temor previene al amor del descuido y de

la impertinencia; el amor hace que el temor no se convierta en pusilanimidad y

desesperación. El temor no se refiere tanto a Dios, cuya misericordia es infinita,

cuanto a la debilidad del propio corazón que puede cerrarse ante Dios106

.

Continuando en esa búsqueda donde se juzgue evidente y auténtica la inhabitación divina

experimentada por muchos místicos con la propia, deseo traer a colación lo que el teólogo

Saturnino Gamarra ha inquirido al respecto: “La fe en el misterio de la inhabitación divina

ocupa un lugar central en la espiritualidad de la Iglesia primitiva; y ha seguido siendo un

punto clave en la espiritualidad cristiana hasta nuestros días”107

.

Testimonio de santa Teresa de Ávila (1.515-1.582):

Estando con esta presencia de las tres personas que traigo en el alma, era con

tanta luz que no se puede dudar el estar allí Dios vivo y verdadero; el martes

después de la Ascensión, habiendo estado un rato en oración (…) comenzó a

inflamarse mi alma, pareciéndome que claramente entendía tener presente a toda

la Santísima Trinidad en visión intelectual (…) y así me parecía hablarme todas

tres Personas y que se representaban dentro en mi alma distintamente,

diciéndome que desde este día vería mejoría en tres cosas, que cada una de estas

Personas me hacía merced: la una, en la caridad y en padecer con contento, en

sentir esta caridad con entendimiento en el alma. Entendía aquellas palabras que

dice el Señor, que estarán con el alma que está en gracia las tres divinas

Personas, porque las veía dentro de mí por la manera dicha (Cuentas de

conciencia n. 7)108

.

Al igual que santa Teresa, yo sentí la inhabitación de Dios en mí. Ella relata que en aquel

momento “se le comenzó a inflamar su alma y que le parecía tener presente a toda la

Santísima Trinidad”. En la narración que yo hago de mi experiencia de Dios, afirmo que

sentí mi corazón inflamado por la gracia y el amor de Dios, llevándome a pensar que la

afirmación en el evangelio de Juan 14, 23: “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi

106 Ibid., 237.

107 Gamarra, Saturnino. Teología Espiritual. BAC, Madrid, 2000, 62.

108 Obras de Santa Teresa II. BAC, Madrid, 1954, 533.

Page 81: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

75

Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”, y otros textos bíblicos que van

por esta misma línea, no son meras construcciones gramaticales abstractas y confusas, sino

que manifiestan una absoluta verdad, que sólo quien la ha vivido puede confirmarla con los

mismos textos.

Estas son dos estrofas de la poesía de santa Teresa de Ávila que reflejan claramente su

experiencia mística:

Vivo sin vivir en mí,

y tan alta vida espero,

que muero porque no muero.

Esta divina prisión

del amor con que yo vivo

ha hecho a Dios mi cautivo

y libre mi corazón;

y causa en mí tal pasión

ver a Dios mi prisionero,

que muero porque no muero109

.

Cuando santa Teresa en esta bella poesía afirma: “vivo sin vivir en mí”, me remite

inmediatamente a la expresión de san Pablo: “Y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive

en mí” (Gal 2, 20). Ambas expresiones concuerdan con la experiencia divina de estos dos

grandes santos que experimentaron la presencia viva del Verbo en sus corazones. Interpreto

en estas dos afirmaciones la inhabitación de Dios en ellos (san Pablo y santa Teresa) muy

semejante a mi particular experiencia. Hay una línea del libro del Cantar de los cantares que

me parece, va en conexión con lo anteriormente dicho: “Encontré al amor de mi alma. Le

aprehendí y no le soltaré” (Ct 3, 4).

La santa de Ávila en su poesía continúa expresando de qué modo ya no vive ella sino que

es Dios quien vive y mora en ella, cuando dice: “Esta divina prisión del amor con que yo

vivo ha hecho a Dios mi cautivo y libre mi corazón”. Para Teresa de Ávila la experiencia

mística que ella ha vivido y que relata en esta poesía, la compara como si Dios hubiera sido

109 Obras de Santa Teresa II, Poesías. BAC, Madrid, 1954, 955.

Page 82: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

76

su prisionero a quien ella ha tenido cautivo en sí misma, es aquí donde también yo percibo

una semejanza y correspondencia entre su experiencia de Dios y mi particular experiencia,

ya que Dios habita y vive en el alma de las personas, como lo afirmará más adelante san

Juan de la Cruz, sor Isabel de la Trinidad, Isabel Leseur, Hugo de San Víctor, san Agustín,

san Buenaventura y san Ignacio de Loyola y con quienes yo también encuentro en sus

testimonios elementos parecidos al mío, además la experiencia de Dios vivida así lleva al

receptor y destinatario de esta gracia especial a experimentar una indecible libertad interior

como lo afirma Teresa y como la viví yo.

Juan de la Cruz (1.542-1.591):

El Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y

presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma. Dios mora

secretamente en el seno del alma, porque en el fondo de la sustancia del alma es

hecho este dulce abrazo (...) Mora secretamente, porque a este abrazo no puede

llegar el demonio, ni el entendimiento del hombre alcanza a saber cómo es. Pero

al alma misma, en esta perfección no le está secreto, pues siente en sí misma este

íntimo abrazo (L 4,14)110

.

Este místico español narra la forma espiritual como Dios mora en el ser humano. Para Juan

de Yepes Álvarez, la presencia de Dios está escondida en lo íntimo de la persona y en esa

intimidad se experimenta su presencia y gracia amorosa como un abrazo. En el relato de mi

experiencia yo también percibí a Dios como si me abrazara espiritualmente y de una forma

íntima e interior.

Sor Isabel de la Trinidad (1.880-1.906):

Le dejo a usted mi fe en la presencia de Dios, de Dios todo amor, que mora

dentro de nuestras almas; a usted se lo confío; esta intimidad con Él “dentro de

mí” es lo que constituyó el sol hermoso e irradiador de mi vida toda, trocándola

en un cielo anticipado; es así mismo lo que me sostiene en medio de mis

110 Gamarra, Saturnino. Teología Espiritual. BAC, Madrid, 2000, 63.

Page 83: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

77

dolencias; ya no me inspira miedo mi flaqueza; antes bien, acrecienta mi

confianza, porque el Fuerte mora en mí111

.

Isabel de la Trinidad de igual modo narra su experiencia mística como la estadía de Dios en

ella, donde afirma que vivenció el cielo anticipadamente. Para mí la categoría que ella

utiliza “cielo anticipado”, yo la expreso en el segundo capítulo cuando digo que “viví un

cielo en la tierra”. Son conceptos que expresan la experiencia percibida y en donde las

palabras se quedan cortas y limitadas para decir lo inefable de aquella divina y gozosa

experiencia.

De igual modo Isabel Leseur (1.866-1.914) relata su vivencia en estos términos:

Sentí en mí misma la presencia viva de Cristo, del mismo Dios, dándome un

amor inefable. Su incomparable espíritu habló al mío, y por un momento toda la

infinita ternura del Salvador entró en mí. Nunca podrá ser destruida esta huella.

En ese inolvidable minuto el Cristo triunfante, el Verbo eterno (…) tomó

posesión de mi alma para toda la eternidad. Me sentí renovada por él hasta lo

más profundo112

.

Al igual que a Isabel Leseur esta experiencia mística me marcó y dejó una profunda huella

imborrable en mi existencia entera. No hay día que pase y no recuerde aquel hito espiritual

y evento vivido.

Hugo de San Víctor (+1.142), exhorta muy bellamente a sus discípulos a dilatar el corazón

para que Dios reine soberanamente como huésped ilustre a perpetuidad:

No podemos conocer a Dios directamente, pero lo gustamos por la caridad y así

lo conocemos por el gusto. Porque Dios habita en nuestro corazón y, por

consiguiente, Hugo exhorta a sus discípulos a que ensanchen su corazón,

“porque el Señor es grande; no puede habitar en un lugar estrecho. Por lo tanto

ensanchad vuestro corazón, para que podáis contener al que todo el universo no

puede contener. Ensanchad vuestro corazón, para que podáis ser dignos de

recibir a Dios como huésped, no solamente por una noche, sino para hacerle

habitar en él para siempre” porque Dios está presente en las profundidades del

111 Ibid., 63.

112 Graef, Hilda. Historia de la mística. Herder, Barcelona, 1970, 342.

Page 84: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

78

ser humano, el hombre puede entrar cada vez más profundamente dentro de sí

mismo; porque penetrando en sus mismas profundidades podrá trascender su

propio yo y ascender hacia Dios113

.

San Agustín de Hipona (354-430), lo expresa muy similar a Hugo de San Víctor:

Toda la vida del buen cristiano es un santo deseo. Lo que deseas no lo ves

todavía, más por tu deseo te haces capaz de ser saciado cuando llegue el

momento de la visión. Supón que quieres llenar una bolsa, y que conoces la

abundancia de lo que van a darte; entonces tenderás la bolsa, el saco, el odre o lo

que sea; sabes cuán grande es lo que has de meter dentro y ves que la bolsa es

estrecha, y por esto ensanchas la boca de la bolsa para aumentar su capacidad.

Así Dios, difiriendo su promesa, ensancha el alma, y ensanchándola, la hace

capaz de sus dones (…) ensanchemos pues nuestro corazón, para que cuando

venga, nos llene, ya que seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual

es114

.

Agustín compara aquí la bolsa, el saco o el odre con el interior del ser humano, porque es

allí donde habita la divinidad y se nos hace perceptible. Es interesante ver cómo Agustín

afirma que quien ensancha el alma es el mismo Dios para hacerla capaz de sus dones, más

no es el ser humano. Es Dios el que impulsa y suscita en el hombre y en la mujer ese santo

deseo, puesto que la persona como tal y por su propia naturaleza no es capaz. San Pablo en

conexión con lo anterior dice: “Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. Porque

habéis muerto, y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida

vuestra, entonces apareceréis gloriosos con él. (Col 3, 2-4).

San Buenaventura (1.218-1.274):

Para que este paso sea perfecto, hay que abandonar toda especulación de orden

intelectual y concentrar en Dios la totalidad de nuestras aspiraciones. Esto es

algo misterioso y secretísimo, que sólo puede conocer aquel que lo recibe, y

nadie lo recibe sino el que lo desea, y no lo desea sino aquel a quien inflama en

lo más íntimo el fuego del Espíritu Santo, que Cristo envió a la tierra. Por esto

dice el Apóstol que esta sabiduría misteriosa es revelada por el Espíritu Santo. Si

quieres saber cómo se realizan estas cosas, pregunta al deseo, no al

entendimiento; pregunta al gemido expresado en la oración, no al estudio y la

113 Ibid., 183.

114 San Agustín, en Liturgia de las horas III, Editorial Regina, Barcelona, 1987, 218-219.

Page 85: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

79

lectura; pregunta al Esposo, no al Maestro; pregunta a Dios, no al hombre;

pregunta a la oscuridad, no a la claridad; no a la luz, sino al fuego que abrasa

totalmente y que transporta hacia Dios con unción suavísima y ardentísimos

afectos. Este fuego es Dios115

.

Juan de Fidanza, nombre de pila de san Buenaventura, es muy claro en afirmar que este

conocimiento espiritual no lo dan los libros ni la especulación intelectual sino Dios por

medio del deseo y del gemido expresado en la oración. Pero este conocimiento no obedece

al vano esfuerzo humano que de por sí es incapaz de penetrar en tan grandísimo misterio,

no obstante, Dios sí tiene el poder de alcanzarnos y embriagarnos por su libérrima

iniciativa.

“Como jadea la cierva tras las corrientes de agua, así jadea mi alma, en pos de ti, mi Dios.

Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo podré ir a ver la faz de Dios?” (Sal 42

2-3). Con base en lo dicho anteriormente san Pablo afirma:

El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo

pedir para orar como conviene; más el Espíritu mismo intercede por nosotros

con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cuál es la

aspiración del Espíritu, y que su intercesión de los santos es según Dios116

.

San Ignacio de Loyola (1.495-1.565) en “la contemplación para alcanzar amor” del número

5, sobre los beneficios generales de la redención en los ejercicios espirituales, afirma lo

siguiente: “La gracia santificante, por la cual se infunde realmente en el alma la vida divina

de Jesús; don sobrenatural, nos hace partícipes de la naturaleza divina, nos hace hijos de

Dios y herederos del cielo”117

. Y en la meditación n. 1 sobre el principio y fundamento, el

mismo santo afirma lo siguiente: “Dios, por la creación de mi ser racional ya me hizo de

algún modo a su imagen y semejanza. Más al infundirme la gracia santificante es cuando

me engendró a su vida divina, haciéndome participante de su misma naturaleza”118

.

115 Ibid., 1543.

116 Rm 8, 26-27.

117 Encinas, Antonio. Los ejercicios espirituales de san Ignacio. Sal Terrae, Santander, 1952, 700.

118 Ibid., 11.

Page 86: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

80

Ludwig Ott en su manual de teología dogmática, tiene consignado lo siguiente:

Según 2 Pe 1,4, el cristiano es elevado a la participación de la divina naturaleza

(...) También los textos escriturísticos, que nos hablan de la justificación como

de una generación o nacimiento obrado por Dios (Jn 1, 12ss; 3, 5; 1Jn 3 (…),

enseñan indirectamente que el hombre es hecho partícipe de la divina naturaleza,

porque la generación consiste precisamente en que el engendrador comunica su

naturaleza al engendrado. De estos textos citados y de otros sacaron los padres

de la Iglesia la doctrina de la Deificación, ( Deificatio), del hombre por

la gracia. Era firme convicción de los padres que Dios se había hecho hombre

para que el hombre se hiciera Dios, es decir, para deificarlo; cf. San Atanasio,

Or. De incarn. Verbi 54 (…) El seudo-Dionisio comenta que la deificación es “la

asimilación y unión mayor posible con Dios” (De eccl. Hier. I, 3. La

participación de la divina naturaleza, no debemos entenderla en sentido

panteístico, como si la sustancia del alma se transformare en la divinidad. A

pesar de tal participación, seguirá existiendo una distancia infinita entre el

Creador y la criatura; Dz 433, 510, 1225119

.

Desde la Sagrada Escritura, los padres de la Iglesia, los documentos conciliares, los santos

místicos investigados, el método lonerganiano, y mi experiencia de Dios, me llevaron a la

siguiente conclusión: hay realmente una auténtica significación común entre los testimonios

compilados y narrados, con mi propia experiencia.

La familiaridad entre los testimonios de los diversos místicos presentados y el mío, son

como vimos evidentes, sin embargo, no es posible afirmar una correspondencia absoluta

debido a la dimensión personal del fenómeno estudiado. En este sentido, la primera carta de

san Juan invita a todos los cristianos a saber discernir si las experiencias propias del espíritu

humano están en sintonía con el Espíritu de Dios, exhortándolos de esta forma: “Queridos,

no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios” (1Jn 4, 1).

3.4 Decidir

Después de aquella experiencia trascendente se dieron unos efectos comportamentales de

decisión y acción en la caridad para con el prójimo, que me llevaron a “ponerme en

119 Ludwig, Ott. Manual de teología dogmática. Herder, Barcelona, 1964, 392-393.

Page 87: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

81

camino” en el servicio, que me brotaron espontáneamente del corazón, pero de ningún

modo en el vano esfuerzo humano, sino más bien en una auténtica libertad y gracia donada.

Lonergan respecto a lo anterior dice:

El ser humano es moralmente autotrascendente cuando busca lo que vale la pena,

lo que es realmente bueno, convirtiéndose así en principio de benevolencia y

beneficencia; y es efectivamente autotrascendente cuando se enamora, cuando

sale de su aislamiento y cuando espontáneamente actúa no únicamente para sí

mismo, sino también para los demás120

.

Bernard Lonergan cree que en “la vía iluminativa se adquiere un discernimiento más

refinado de los valores y un compromiso más fuerte con ellos”121

. Para el teólogo

canadiense, la vía iluminativa es el motor que empuja a la persona a un compromiso radical

en la caridad y amor para con el prójimo. La vía iluminativa es la causa y la transformación

en el comportamiento moral, estos son sus efectos colaterales.

Lo que afirma Lonergan es muy similar a lo que san Pablo escribe: “El fruto del Espíritu es

amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí;

contra tales cosas no hay ley”. (Gal 5, 22).

Sin la gracia divina es imposible que germinen estos frutos espirituales que san Pablo

menciona. Un discípulo de Jesús debe estar unido a Él para que produzca frutos, de lo

contrario es imposible. Jesús en el evangelio de san Juan corrobora la anterior afirmación

así: “Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ese da

mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5).

La conversión es fruto del encuentro renovador de Dios en la persona. La conversión se

manifiesta en el comportamiento y en las decisiones del sujeto que ha experimentado el

paso de Dios en su vida y que lo conduce naturalmente a obrar de un modo auténticamente

120 Lonergan, Bernard. Método en Teología, 280.

121 Ibid., 282.

Page 88: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

82

novedoso y no fingido, que lo notan y perciben las personas de su entorno vital. Para

Lonergan:

La conversión es una experiencia existencial intensamente personal y totalmente

íntima. Pero no es tan privada que sea solitaria (…) la conversión afecta, en el

plano de lo vivido, todas las “operaciones intencionales y conscientes de un

hombre. Dirige su mirada, invade su imaginación, da origen a símbolos que

penetran hasta lo más profundo de su psiquismo. Enriquece su comprensión,

guía sus juicios y refuerza sus decisiones122

.

Jesús en el evangelio de Juan dice: “Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta: el

Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: Yo estoy en el Padre y el

Padre está en mí (…) Al menos creedlo por las obras” (Jn 14, 10-11). Y la epístola de

Santiago exhorta a los cristianos a demostrar su fe por la correspondencia con la vida, muy

similar a las palabras de Jesús en el evangelio de san Juan: “¿de qué sirve hermanos míos,

que alguien diga: “tengo fe”, si no tiene obras? (…) Pruébame tu fe sin obras y yo te

probaré por las obras mi fe” (St 2, 14-18).

Estos dos textos anteriores manifiestan categóricamente que la experiencia de Dios tiene

que ir vinculada con la existencia. Para que se demuestre que un creyente ha tenido

experiencia de comunión con Dios-Amor y lo exprese verbalmente debe demostrarlo en su

comportamiento diario, porque debe haber coherencia entre experiencia y existencia. De lo

contrario no hay una auténtica experiencia divina. Esto se demuestra sobre todo, en las

relaciones de amor al prójimo que se traducen en el servicio y la solidaridad, porque “si nos

amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su

plenitud” (1 Jn 4, 12), “Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y

todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios,

porque Dios es Amor” (1 Jn 4, 7-8). La caridad para con el prójimo conduce a los cristianos

a la experiencia de Dios y la experiencia de Dios nos conduce a la caridad para con el

prójimo.

122 Ibid., 130.

Page 89: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

83

San Bernardo de Claraval enseña que:

(...) la verdadera caridad consiste en que se atienda con preferencia al más

necesitado, y por otra (en esto precisamente aparece digna de ser amada la

verdad), en que abracemos con el afecto el orden que ella ha establecido,

siguiendo el dictamen de la razón. Si amas, pues, al Señor tu Dios con todo tu

corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, y si, llevado de un ardor más

impetuoso, te elevas por encima de este amor, con el cual se contenta la caridad

de acción; y si, recibida la plenitud del Espíritu Santo, te hallas totalmente

abrazado en llamas del amor divino, al cual conduce esta caridad, entonces te

será dado gustar y saborear a Dios no ciertamente cual es en sí mismo, ya que tal

sentimiento es imposible experimentarlo a toda criatura mortal, sino en cuanto se

puede gozar de esta dicha en la tierra123

.

Finalizado el segundo capítulo de este trabajo relaté los frutos o efectos de aquel encuentro

de comunión con Dios, que Lonergan desde el punto de vista de los niveles operativos

acepta como modo de descubrir y percibir una auténtica experiencia de Dios a partir de lo

antropológico.

123 Diez Ramos, Gregorio. Obras completas de san Bernardo II. BAC, Madrid, 1.955, 337-338.

Page 90: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

84

CONCLUSIONES

La realización de este trabajo sobre el acontecer de la revelación como estudio de mi

experiencia personal de Dios, produjo en mí mucha alegría y gozo interior, ya que escribir

sobre lo que aconteció en mí, aquel atardecer de octubre de 2010, me permitió rememorar

aquella experiencia fundante y maravillosa que dejó una huella imborrable y profunda en

mi alma.

Cada que digitaba las teclas de mi computador para plasmar por escrito la gracia

experimentada y sus consecuentes frutos, brotaban constantemente de mi corazón

sentimientos de entusiasmo y gratitud al Señor Jesús. Primero, por darnos y comunicarnos a

todos los seres humanos su salvación y segundo, por no haberse guardado para sí los frutos

de su relación amorosa con el Padre, sino que más bien los comunicó gozosamente con su

entrega total, desinteresada e incluyente a todo el que se encontraba por los caminos de

Palestina.

Quiero hacer también propio el cántico que está consignado en la carta de san Pablo a los

Efesios, donde expresa esta exultación henchida de júbilo y de gratitud a Dios por

Jesucristo, exclamando:

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo

con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,

antes de crear el mundo,

para que fuésemos santos

e irreprochables ante El por el amor.

El nos ha destinado en la persona de Cristo,

por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido

en su querido Hijo,

Page 91: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

85

redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,

hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia

ha sido un derroche para con nosotros,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan

que había proyectado realizar por Cristo

cuando llegase el momento culminante:

hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,

las del cielo y las de la tierra124

.

Este trabajo me permitió establecer, de acuerdo a lo que investigué, validar mi experiencia

de fe de modo auténtico hasta donde me fue humanamente posible, siendo lo más objetivo

y sincero por medio de los distintos autores abordados, no obstante, todo no está dicho y

hecho, puesto que el camino de la fe es largo, dinámico y procesual.

Este trabajo no pretende de modo alguno decirlo y abarcarlo todo sobre el misterio

revelador de Dios ya que sería supremamente imposible y osado, sin embargo, lo

experimentado espiritualmente lo confronto con la fe de la Iglesia, con teólogos que

manejan muy bien el tema y con el testimonio de varios místicos que han narrado sus

experiencias y que me han permitido descubrir en ellos algunos rasgos similares en su

experiencia de fe con la mía.

Creo pertinente que el teólogo actual debe buscar momentos de diálogo con Dios a través

de la oración, para que su quehacer teológico sea fructífero en su ministerio, mas no sea

sólo el fruto de un subjetivismo teórico para que así las palabras que exprese o escriba, sean

“espíritu y vida” (Jn 6, 63) para el teólogo mismo y para sus interlocutores, porque como

afirma Clodovis Boff:

124 Ef 1, 3-10.

Page 92: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

86

La primera actitud del teólogo es estar de rodillas. Sólo una “teología

arrodillada” alcanza del Espíritu el don de una mente iluminada: inteligencia,

sabiduría, ciencia y consejo, que iluminarán todo su trabajo teológico (…) sólo

la “teología sapiencial” es sabiduría, saber sabroso”125

.

Finalmente espero que la experiencia de Dios confirmada por este trabajo me sirva de

motivación existencial para vivir a plenitud mi fe en el amor y servicio a mis hermanos y

hermanas, y así supere con la alegría pascual y la esperanza escatológica todas las pruebas

y adversidades que me vayan a sobrevenir.

125 Boff, Clodovis. Teoría del método teológico. Dabar, México, 2001, 35.

Page 93: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

87

BIBLIOGRAFÍA

Agustín de Hipona. Las confesiones. Esquilo, Bogotá, 2000.

Alfaro, Juan. Revelación cristiana, fe y teología. Sígueme, Salamanca, 1994.

AAVV. Diccionario del cristianismo. Herder, Barcelona, 1986.

Baena, Gustavo. Fenomenología de la revelación. Verbo Divino, Navarra, 2011.

Baena, Gustavo. Antropología cristiana y sexualidad. Revista Theologica Xaveriana,

volumen 122, n. 604, Mayo, 1994.

Belmartino, Susana. El bautismo según los padres de la Iglesia. Lumen, Argentina, 1978.

Benedicto XVI. Exhortación apostólica Verbum Domini, Verbo Divino, Navarra, 2010.

Bernard, Charles André. Teología Espiritual: hacia la plenitud de la vida en el Espíritu.

Atenas, Madrid, 1997.

Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1975.

Boaventura, Kloppenburg. Compêndio do vaticano II. Editora Vozes, Brasil, 1991.

Boff, Clodovis. Teoría del método teológico. Dabar, México, 2000.

Denzinger, Heinrich. El magisterio de la Iglesia. Herder, Barcelona, 2000.

Diez Ramos, Gregorio. Obras completas de san Bernardo II. BAC, Madrid, 1955.

Page 94: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

88

Encinas, Antonio. Los ejercicios espirituales de san Ignacio. Sal Terrae, Santander, 1952.

Evdokímov, Paul. El conocimiento de Dios en la tradición oriental. Ediciones Paulinas,

Madrid, 1969.

Floristán, Casiano. Teología Práctica, Sígueme, Salamanca, 2002.

Gamarra, Saturnino. Teología Espiritual. BAC, Madrid, 2000.

Gibellini, Rosini. La teología del siglo XX. Sal Terrae, Santander, 1993.

González Candia, Jorge Atilano. Folleto de Espiritualidad Ignaciana.

González Carvajal, Luis. Los cristianos del siglo XXI: interrogantes y retos pastorales ante

el tercer milenio. Sal Terrae, Bilbao, 2000.

Graef, Hilda. Historia de la mística. Herder, Barcelona, 1970.

Haag, H. Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 2000.

Ignacio de Loyola. Ejercicios espirituales y autobiografía. Mensajero, Bilbao, 1983.

Ladaria, Luis F. Introducción a la Antropología Teológica. Editorial Verbo Divino, Estella

Navarra, 1998.

Latourelle, René. Teología de la revelación. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1985.

Liturgia de las Horas III. Editorial Regina, Barcelona, 1987.

Lonergan, Bernard. Método en Teología. Sígueme, Salamanca, 1994.

Page 95: FACULTAD DE TEOLOGÍA LICENCIATURA EN TEOLOGIA · también me inspiro en el Método en Teología del canadiense Bernard Lonergan sobre los cuatro niveles operativos antropológicos:

89

Lossky, Vladimir. Teología mística de la Iglesia de Oriente. Herder, Barcelona, 1982.

Ludwig, Ott. Manual de teología dogmática. Herder, Barcelona, 1964.

Marx, Karl. Crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Ediciones Nuevas, Buenos Aires,

1968.

Obras de Santa Teresa II. BAC, Madrid, 1954.

Rahner, Karl. Escritos de teología, vol. VII. Taurus Ediciones, Madrid, 1967.

Rahner, Karl. Oyente de la Palabra. Herder, Barcelona, 2009.

Rahner, Karl. Curso fundamental sobre la fe. Herder, Barcelona, 2007.

Ramos, Felipe. Diccionario de Jesús de Nazareth. Monte Carmelo, Burgos, 2001.

Ruiz de la Peña, Juan Luis. La Pascua de la Creación. BAC, Madrid, 1996.

Schmaus, Michael. Teología dogmática V: la gracia divina. RIALP, Madrid, 1962.

Schneider, Michael. Teología como biografía: Una fundamentación dogmática.

Desclée de Brouwer. Bilbao, 2000.

Tamez, Elsa. Diccionario conciso griego-español del Nuevo Testamento. Editorial Caribe,

Alemania, 1978.

Toscano, María. Dionisio Areopagita: La tiniebla es luz. Herder, 2009.

Wicks, Jared. Método Teológico. Verbo Divino, Estella Navarra, 1998.