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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM Año LII Núm. 209 Mayo-agosto de 2010

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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

UNAM

Año LII Núm. 209 Mayo-agosto de 2010

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Directora Judit Bokser Misses

Editor responsableJuan Felipe Pozo Block

Consejo editorialAlejandra Salas-Porras Soule, Alfredo Andrade Carreño, Benjamín Arditi Karlik, fcpys-unam; David Easton, Universidad de California; Edmundo Hernández-Vela Salgado (Miembro Ho-norario Permanente y Profesor Emérito), fcpys-unam; Hira de Gortari, Instituto Mora; Jaime Cárdenas, iij-unam; Jorge Chabat, cide; José Marques de Melo, Universidad de São Paulo; Luis Roniger, Wake Forest University, North Carolina; Mario Sznajder, Universidad Hebrea de Jerusalén; Martin Jay, Universidad de Berkeley; Milton J. Esman, Universidad de Cornell; Roberto Blancarte Pimentel, colmex; Shmuel N. Eisenstandt, Universidad Hebrea de Jerusa-lén; Susana González Reyna, Silvia Molina y Vedia del Castillo, fcpys-unam; Teun A.van Dijk, Universidad de Ámsterdam.

Ilustración de Portada: Venice Twilight, Claude Monet, 1908, Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, Año LII, núm. 209, mayo-agosto de 2010, es una publicación editada por la Divi-sión de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Cultural Mario de la Cueva, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Delegación Coyoacán, D.F. Número de Certificado de Licitud de Título 7642, Número de Certificado de Licitud de Contenido 5147, Número de Reserva del Título en Derechos de Autor 2121-93. ISSN-0185-1918. Distribuida por la Dirección General de Fomento Editorial, Av. del Imán No. 5, Ciudad Universitaria, C.P. 04510, Delegación Coyoacán, D.F. Impresa en SITESA, Editores e Impresores Profesionales EDIMPRO, S.A. de C.V., San Marcos núm. 102-15, col. Tlalpan, México, c.p. 1400.

La Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales aparece en los siguientes Índices: Agencia Española de Cooperación Internacional, aeci; Bibliografía Lingüística de México, Lingmex; Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades, clase; Genamics Journal Seek; Heme-roteca Latinoamericana, hela; Hispanic American Periodical Index, hapi; Historical Abstracts; International Political Science Abstracs, ipsa; México Ciencias Sociales, mesc; Periodical Index; Red de Revistas Científicas de América Latina, Caribe, España y Portugal, redalyc; Red de Revistas Mexicanas de Ciencias Sociales; Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Cien-tíficas de América Latina, latindex; Social Services Abstracts; Sociological Abstracts; Ulrich’s International Periodical Directory y Worldwide Political Sciences Abstracts.

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Perspectivas

Teóricas

Riesgo y regulación en la red en México 15 Arturo Durán Padilla

La comunicación sin cuerpo. Identidad y virtualidad 37 José Alberto Sánchez Martínez

La radio cultural indigenista en México: dilemas actuales 55 Inés Cornejo Portugal

Las implicaciones de la convergencia económica en la industria del periodismo: el caso de Grupo Imagen 67 María Elena de Jesús Meneses Rocha

Tecnologías de información en instituciones de educación superior, crisis económica y necesidad de diagnósticos para su incorporación. El caso de la Universidad Pedagógica Nacional 85 Luz María Garay Cruz

Internet como medio de comunicación entre migrantes y sus familias de origen: barreras de acceso 103 Gabriel Pérez Salazar

Índice

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Jóvenes, migraciones digitales y brecha tecnológica 119 Delia María Crovi Druetta

Jóvenes inmigrantes latinoamericanos en la prensa española. Narrativas mediáticas de la alteridad: el caso de las violencias urbanas 135 Jéssica Retis y Paola García

La industria del videojuego a través de las consolas 161 José Ángel Garfias Frías

Reseñas

“Hablar callando; descubrir encubriendo, o de los modos de expresar la hermenéutica y comprender el arte.” Reseña sobre el libro de Julio Amador Bech, El significado de la obra de arte. Conceptos fundamentales para la interpretación de las artes visuales 183 Felipe Neri López Veneroni

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Presentación

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La imprenta es un ejército de ventiséis soldados de plomo, con el que se puede conquistar el mundo.

johannes GutenberG

Si podemos hablar de una revolución en el más amplio y profundo de los sentidos (transformación radical de las maneras de concebir, valorar, entender, comprender y proyectar la vida, tanto social como individual),

ésa sería la Industrial. No sólo por su impacto, sino por su longevidad que continúa, desde la segunda mitad del xviii hasta hoy día, esculpiendo el perfil del mundo. No hay, prácticamente, actividad humana que no esté salpicada de ella. Como todo proceso histórico, en él convergen luces y sombras, mismas que han arropado la aventura humana y la han hecho oscilar entre cimas de excelsitud y abismos de ignominia, ora prometiendo utopías, ora avizorando cataclismos; aquí, vendiendo calamidad; allá, ofreciendo eternidad. Como se le vea, es innegable su incidencia en la historia del hombre, indisputable su papel como el gran parteaguas del devenir mundial e irrenunciable como wel-tanschauung de pueblos, culturas y gente.

Parte toral en este cuadro de transformación incesante, han sido las comu-nicaciones. Desde el camino de terracería al internet, de la palabra al iPhone, del gramófono al iPod, la llamada “Tercera Revolución Industrial” (antecedida por el vapor y el acero-petróleo) ha hecho de su presencia dominio y de su ac-tuar patrón. Es el rasero a través del cual, hoy por hoy, se mide la capacidad, la competitividad y el futuro tecnológico de las naciones. Entre estos instrumen-tos, sobresale, por su inmediatez, cobertura e influencia, el internet y su más utilizado sistema de distribución de información, el www (World Wide Web). La transformación social por ellos alcanzada es abismal, aunque no deja de encerrar las paradojas que a todo gran proceso histórico acompaña: hoy, como nunca, el hombre tiene la posibilidad de estar más comunicado; hoy, como nunca, el hombre corre el riesgo de estar más aislado.

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Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales

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Por su trascendencia, la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales dedica la presente edición al fenómeno de la comunicación en algunas de sus muy diversas expresiones. Así, la sección de apertura, Perspectivas Teóricas, recoge los trabajos de Arturo Durán –“Riesgo y regulación en la red en México”– y José Alberto Sánchez –“La comunicación sin cuerpo. Identidad y virtualidad”. En el primero de ellos, se aborda una temática, amén de interesante, primordial para el sano ejercicio de las comunicaciones electrónicas en nuestro país: su regulación y los problemas de orden normativo que deben ser solventados como la seguridad jurídica, la técnica, los riesgos por el uso de las redes o la regulación del desarrollo informático. Asimismo, arroja luz sobre el origen y desarrollo de la red en México y la problemática de la práctica irregulares en el mercado. Ya una temprana advertencia sale de sus páginas: la falta de vigilancia, el incremento del desempleo, la proclividad de la impunidad, el desplazamiento de empleos altamente especializados en la obtención de información confidencial propician el riesgo de usos irregulares en la red. A tomarse en cuenta, ¿no?

Siendo internet la nueva super vía de la comunicación (a larga distancia), ¿cómo afecta el aspecto personal, la identidad propia? ¿De qué manera impacta la virtualidad en el cuerpo y la concepción de ser? Tomando en cuenta lo que es internet, una fuerte presencia corporal sin cuerpo, ¿cómo lidiar ahora con la problemática de la pertenencia? ¿Influirá en algo o en mucho la nueva identidad electrónica en la clásica ontología humana (gnwqi seautÒn (gnôthi seautón): “conócete a tí mismo”)? Éstas y otras cuestiones son abordadas en la segunda contribución que llega a conclusiones dignas de ser reflexionadas una y otra vez: La idea de territorio existe porque hay un cuerpo, aunque ese cuerpo no exista […] En el proceso de la comunicación virtual el cuerpo da forma a los nuevos ima-ginarios, nuevos esquemas de imaginar al otro y el otro [en el mundo virtual-real] es aquél que se estructura imaginariamente a partir de la información.

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La sección Sociedad y Política está enfocada a tres temas de la comunicación que debieran ser material de análisis continuo en nuestro país: la radio cultural, el periodismo y las tecnologías de la información en el terreno pedagógico. Abre esta parte el artículo de Inés Cornejo, “La radio cultural indigenista en México: dilemas actuales”. En él, la autora llama la atención sobre este más que interesante fenómeno que conjuga cultura, identidad y novedosos formatos (interlocución con sus audiencias; a quiénes interpelan a partir de su lengua y cultura; reactivación de repertorios culturales implícitos en la palabra y recrea-ción de elementos de identidad indígena) que han permitido forjar un modelo de comunicación sin precedentes en el universo radiofónico mexicano, hecho que ha impactado no sólo la industria, sino hasta las propias prácticas sociales indígenas modificando e incidiendo en algunos repertorios culturales de los pueblos indígenas. De allí su importancia, pues El reto es encontrar propuestas que permitan a hombres y mujeres crear procesos de comunicación no violentos y redes de solidaridad en las que se apoyen al momento de tomar la decisión de salir

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de una relación de violencia doméstica, o bien, de enfrentar la violencia simbólica (discriminación, racismo) que experimentan por su condición de indígenas. Si la radio puede coadyuvar a solucionar este estado de cosas, se estarán haciendo bien, muy bien, las cosas.

Los profundos cambios en la comunicación humana no han llegado solos. Son productos de coyunturas de todo tipo, entre ellas, la económica. Tanto en épocas de auge como de crisis, la industria del ramo se ha visto ora afectada ora modificada ora enriquecida ora aniquilada. La economía tiene, así, enorme incidencia en los destinos de las ciencias de la comunicación. En términos darwinista-sociales, industria incapaz de realizar la transición de los viejos a los nuevos modelos de comunicación y emprender nuevos modelos produc-tivos queda irremediablemente fuera de la jugada. El trabajo de María Elena Meneses, “Las implicaciones de la convergencia económica en la industria del periodismo: el caso de Grupo Imagen”, da, justamente, cuenta de ello a través de este case study. En su colaboración, se analizan tanto las transformaciones que ocurren a causa de las convergencias (técnicas, funcional y corporativa) en la industria periodística y sus implicaciones en la cultura profesional de perio-distas, como las consecuencias en la calidad de la información que se recibe en México proveniente los medios que han adoptado reingenierías convergentes, adopción asaz necesaria que permitirá, sin duda alguna, ensanchar el espacio público promoviendo la práctica de un periodismo menos vertical y abierto a los de los ciudadanos.

Si la propia industria se las ve en figurillas para adoptar y adaptar una tecnología que suele tomarle la delantera al tiempo, con mayos razón el sector educativo. El acceso a las tic (tecnologías de la información y la comunicación) se ha vuelto cada vez más en necesidad ingente. Toda actualización del estado del arte de las distintas disciplinas del conocimiento humano debe pasar, velis nolis, por ellas. Al igual que en el caso anterior, la ‘industria’ de la enseñanza, si ha de sobrevivir, tiene que adecuarse a una nueva pedagogía, para una nueva sociedad. La necesidad de realizar diagnósticos al respecto es más que evidente. Uno de ellos, “Acceso, uso y apropiación de las Tecnologías de Información y Comunicación”, fue realizado por Luz María Garay con la finalidad de indagar qué tanto, o qué tan poco, están los docentes de la upn en condiciones de enseñar bajo las nuevas reglas del juego. En su colaboración, “Tecnologías de infor-mación en instituciones de educación superior, crisis económica y necesidad de diagnósticos para su incorporación. El Caso de la Universidad Pedagógica Nacional”, recoge, analiza y comenta los resultados de aquel y otros estudios. Si bien no son pocos los docentes que están o ya capacitados o en vías de ha-cerlo, quedan muchos otros que, por reticencia o miedo al cambio, se niegan a serlo. En este marco, comenta la autora, la necesidad de realizar estudios que atiendan el uso y la apropiación de las tic resulta perentorio; ante ello, este tipo de diagnósticos permiten obtener información acerca de la brecha cognitiva y orientan la toma decisiones más acertadas en torno a estrategias nacionales que atienden problemáticas de índole educativa. La utilidad del instrumento queda patentizada.

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La sección de cierre, Cuestiones Contemporáneas, tiene como protagonistas a los jóvenes en dos vertientes temáticamente antagónicas: el conflicto y el juego. En el primero, la amargura del desarraigo; en el segundo, el deleite del videojuego.

No es desconocida la problemática que México tiene con los migrantes, tanto los propios como aquéllos que cruzan por su territorio. Tampoco es sote-rrada la información del maltrato (frecuentemente inhumano) a unos y otros por igual. En este marco, ¿qué pasos se están tomando en México para lidiar con el asunto? En “Internet como medio de comunicación entre migrantes y sus familias de origen: barreras de acceso”, Gabriel Pérez analiza, entre otras cosas, la relación entre este vehículo y los migrantes (misma que ayuda a man-tener su cohesión y lazos afectivos); repasa algunos de los trabajos que han hecho del fenómeno migratorio y su relación con las TIC su objeto de estudio y examina los principales servicios que el Estado mexicano proporciona a los migrantes (con base en la observación del subportal de e-México) en aras de reducir la brecha digital (la diferencia socioeconómica entre las comunidades que tienen accesibilidad a internet y las que no), acción que, afirma el autor, se ha visto limitada por aspectos que poco tienen que ver con la tecnología en sí, y que más bien se relacionan con aplicaciones que no han sido del todo oportunas ni suficientes. El camino es aún largo, pero la necesidad de recorrerlo más.

No pocos conflictos sociales, en general, y familiares, en particular, se llegaron a explicar (y todavía se hace) a través de la famosa “brecha genera-cional”, denotando con ello la diferencia tan grande que entre la cosmología del joven (rebelde y libertaria) y la del adulto (conformista y conservadora) había. Era gracias a aquélla que el encono entre unos y otros se hacía inelu-diblemente presente. Aunque tal brecha sigue siendo factor de tirantez, hoy día, al calor de las revoluciones en comunicación acaecidas durante las últimas dos lustros, esta brecha ha trocado un conflicto existencial por otro cognitivo-tecnológico: “nativos digitales” (jóvenes nacidos cuando la expansión social de los recursos de la digitalización era ya un hecho) y los “migrantes digitales” (adultos que han tenido que incursionar de manera tardía en el uso de esas innovaciones). La nueva situación (imprescindible en toda revolución que se respete), sus características, impacto y consecuencias, son analizadas por una de las grandes estudiosas de este tipo de procesos, Delia Crovi, en el artículo “Jóvenes, migraciones digitales y brecha tecnológica”. En su escrito, llama a apoyar a estas nuevas generaciones digitales para que puedan enfrentar con el mejor de los auspicios a la generación del conocimiento que, producto de la genial revolución informática, está destinada a dominar todos los espacios en lo venidero. De aquí que canalizar los conocimientos y la creatividad natural de los jóvenes es contribuir a estimular el crecimiento económico, que puede producir beneficios perdurables, amén de desarrollar políticas públicas que promuevan una digitalización democrática, sin exclusiones.

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Sin embargo, y justo es decirlo, la mayor abundancia de información (que abruma) no se corresponde a una mejor comprensión de la realidad social. Algunos de los viejos moldes de ‘hacer la noticia’ –como la manipulación, la tergiversación, el dolo o la inquina– continúan sentando sus reales en diversos medios que hacen del prejuicio encabezado y de la nota un llamado a la sangre. Parece increíble que a pesar de tal cúmulo de información que de todos lados llega y al infinito va, no ha advenido una mejor comprensión de lo humano por los humanos. Tal el caso que abordan Jéssica Retis y Paola García en “Jóvenes inmigrantes latinoamericanos en la prensa española. Narrativas mediáticas de la alteridad: el caso de las violencias urbanas”. En su colaboración, las autoras, basadas en una extensa investigación hemerográfica, analizan tanto las repre-sentaciones mediáticas negativas de los jóvenes inmigrantes latinoamericanos en la prensa española, como el papel de los medios de comunicación en el contexto de las migraciones contemporáneas y, desde la economía política de la comunicación y el análisis crítico del discurso, las formas mediáticas de las narrativas de exclusión, no solamente en su forma retórica, sino en el acceso al debate social. En este marco, logran describir con precisión cómo algunos diarios españoles construyen, a partir de la juventud extranjera, figuras ame-nazantes al tiempo que justifican las reacciones violentas del grupo endógeno identificado como miembro de “nuestra comunidad” y presentado por lo tanto como figura antagónica de los jóvenes latinoamericanos. El artículo no deja de ser, y con razón, una crítica a ese tipo de prensa que aún piensa, mantiene y defiende aquello de que “la sangre vende”. Peligros viejos en zapatos nuevos.

La sección cierra con una nota más juguetona: “La industria del videojuego a través de las consolas”. En este trabajo, José Ángel Garfias nos ilustra sobre la historia, características, programación, géneros, temáticas, personajes y significado de este popular entretenimiento desde finales de la década de los setenta hasta la actualidad; así también, analiza el impacto que ha tenido cada innovación en el gusto de los usuarios y la manera inteligente de saberla posicionar. Sin pretender revolucionar otra cosa que la manera de ‘venerar a Omacahtl’ (dios mexica de la diversión, la alegría y las fiestas), los videojuegos seguirán haciendo lo que mejor han sabido desde los últimos cuarenta años: deleitar. ¿Alguien se opone?

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Cuando se habla de las tic y la revolución informática, se suele olvidar incluir en ella una expresión que no sólo las antecede, sino que es tan antigua como la cultura: el arte, vehículo que combina con magistral trazo información, conocimiento y goce, justo los elementos que la tercera Revolución Industrial nos ha brindado con generosidad (¿quizás sea aquélla la primera revolución informática de la historia?). De aquí que nuestro número cierre con una reseña de lujo: “Hablar callando; descubrir encubriendo, o de los modos de expresar la hermenéutica y comprender el arte”, de Felipe López Veneroni del libro de Julio Amador, El significado de la obra de arte. Conceptos fundamentales para

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la interpretación de las artes visuales. Obra de gran valía para comprender que el arte, como la comunicación, es vital para la existencia y comprensión del hombre de lo humano, porque si es verdad que, parafraseando al maestro Paz, el valor de un cuadro, de un poema o de cualquiera otra creación de arte se mide por los signos que nos revela y por las posibilidades de combinarlos que contiene, entonces, como la comunicación digital de nuestros tiempos, es el arte, por igual, una máquina de significar. Bienvenidos también a su revolución.

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Perspectivas

Teóricas

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Riesgo y regulación en la red en México

josé arturo durán padilla*

Resumen

Este artículo aborda el riesgo y la regulación desde la relación entre el Estado y las telecomunicaciones. Marca las diferencias entre regulación técnica y legal. Los siguientes apartados analizan la transformación del Estado en el contexto de la liberación de las te-lecomunicaciones en México. Se identifican cuatro etapas de regulación en las políticas del gobierno federal. Al final el artículo examina los problemas de orden normativo, y se observa la ausencia de coordinación entre instituciones para atender las conductas antisociales frente a la disputa de la com-petencia entre las grandes empresas de la red.

Palabras clave: riesgo, regulación, Estado, red.

Abstract

This article addresses the problem of risk and regu-lation in view of the relationship between the State and telecommunication. It marks the differences between legal and technical regulations. The fo-llowing paragraphs analyze the transformation of the State within the context of the liberation of telecommunication in Mexico. It identifies four sta-ges of regulatory policies of the federal government. At the end, the article examines the problems of a normative order, and observes an absence of coordi-nation between institutions to attend the antisocial behaviour facing the dispute of competition between the main companies of the network.

Keywords: risk, regulation, State, network.

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* El Colegio de Veracruz, Carrillo Puerto núm. 26, Zona Centro, Xalapa, Ver., 91000.

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Las dudas acerca de la seguridad en la red per-sisten. Hoy resulta cuestionable pensar que el avance técnico implica un proceso de beneficios

directos para la sociedad; del mismo modo, es difícil afirmar que las sociedades modernas han logrado crear suficientes mecanismos para mantenerse alejadas de un estado de vulnerabilidad.1 Nuevas tensiones surgen entorno al desarrollo tecnológico ante los problemas que enfrentan las instituciones para garantizar seguridad.

En sociedades industrializadas, la política tradi-cional de libre regulación de la tecnología se enca-mina hacia una participación más activa. Se diseñan instrumentos legales con el propósito de liberar el intercambio económico y supervisar el impacto tecnológico sobre la sociedad.2 No obstante, en países donde la tecnología ha sido adoptada sin res-tricciones y donde el Estado no ha creado políticas de regulación adecuadas –en medio de la competencia desenfrenada de mercados controlados por grandes firmas– el interés de los consumidores o usuarios de tecnología queda sujeto cada vez más a un estado de vulnerabilidad.

La idea de riesgo aquí se entiende como la po-sibilidad de una acción expuesta a padecer efectos adversos y reacciones no deseadas en contra de la estabilidad de un sistema o de una relación. Puede considerarse también que el riesgo es la condición

mantenida por la confrontación de diversas fuerzas que ponen en peligro el funcionamiento del orden existente de acuerdo con distintos grados de in-tensidad de un conflicto. De modo semejante, las situaciones de riesgo podrían identificarse por la confluencia de factores de contingencia, de amenaza de tensiones y, progresivamente, por estados de crisis de la estabilidad de un sistema.

En este sentido, lo contrapuesto al riesgo re-sulta de la capacidad para reducir los márgenes de vulnerabilidad, así como de la organización de normas y cuerpos institucionales que anticipen ta-les contingencias y que, en su conjunto, alcancen a constituir un sistema preventivo de regulación. En consecuencia, la falta de regulación implica ausencia de instituciones, agencias reguladoras eficientes, marcos normativos adecuados y de condiciones que permitan a los usuarios ejercer derechos como ciudadanos.

De este modo, en la transferencia electrónica de datos en la red pueden identificarse por lo menos cuatro diferentes campos de riesgo: la privacidad de los usuarios, los derechos de autor, el comercio elec-trónico y las telecomunicaciones. Lejos del propósito de presentar enunciados definitivos, se presenta aquí una idea provisional que puede resultar pertinente para explicar las dimensiones del riesgo susceptible de ser aplicada al estudio de la red en México.

Introducción

1 José Antonio López Cerezo y José Luis Luján López, Ciencia y política del riesgo, Madrid, Alianza Editorial, 2000, p. 28. 2 Ibid, p. 32. 3 Vid. William W. Lowrance, El riesgo aceptable, ciencia y seguridad, México, Nuevo Mar, 1977, p. 23. Al respecto, hay una amplia bibliogra-fía que podría ejemplificarse con los trabajos de Constantine Zervos, Risk Analysis, Prospects and Opportunities, Nueva York, Plenum Press, 1991; Cass R. Sunstein, Risk and Reason, Cambridge, Cambridge University Press, 2003 o el de Alexander Woodcok y Monte Davis, Teoría de las catástrofes, Madrid, Cátedra, 1989.

Aproximación a una noción de riesgo

Como en todo acto social el riesgo resulta ineludi-ble. El riesgo está presente aún cuando los sujetos desconocen la existencia de peligro o, aún más, al entreverlo no logran advertir su gravedad o se ven impedidos para enfrentarlo. En tales circunstancias se hace complejo mitigar la posibilidad de amenaza.

Con el propósito de conocer los alcances del riesgo de una situación determinada, los procedimientos empleados han buscado identificar la gravedad de los daños que podrían ocurrir.3 En la antigüedad la idea de riesgo estuvo asociada a un carácter religioso. Más tarde, las contingencias en las prácticas del comercio

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marítimo dieron pauta, con métodos rudimentarios, a crear cálculos para procurar la protección de bie-nes.4 A mediados del siglo pasado la presencia de una nueva generación tecnológica con capacidad de impacto mundial despertó la preocupación por las posibilidades de destrucción extrema.

El riesgo también mantuvo relación con la fabri-cación de armamento nuclear o la producción de ener-géticos sobre el medio ambiente. Más recientemente, el riesgo se ha vinculado a consecuencias negativas de la investigación genética, a la ingeniería de ali-mentos, al debate ético y a la responsabilidad del progreso científico. Frente a tales preocupaciones, se ha emprendido una gran variedad de esfuerzos para clasificar y determinar la magnitud del riesgo. Por los diferentes estados de riesgo se ha intentado catalogar de distintas maneras. Se piensa en la gra-dualidad respecto a un nivel bajo, medio y alto de riesgo. De acuerdo con la concurrencia de factores, se organizan como externos o internos y según su temática, la gama es tan amplia que llegan a incluirse los riesgos financieros o económicos, sociales, tec-nológicos y hasta los considerados por contingencias ambientales.

Sin embargo, hoy se carece de una idea precisa fuera de la que han alcanzado los estudios econo-métricos o los que han establecido los servicios de

aseguramiento para medir los daños y las contingen-cias con base en procedimientos de probabilidad. La variedad de causas que confluye hace que no pueda aplicarse un método propio, ni encontrar criterios unánimes para establecerlo. López Cerezo y Luján López confirman la existencia de un gran “vacío en el análisis conceptual del riesgo y una falta de reflexión sobre los supuestos valorativos y metodológicos de los estudios”.5 La evaluación corresponde a un pro-ceso no siempre determinado por la aparente obje-tividad del momento en que ocurre el siniestro.

El cálculo del riesgo es un trabajo que demanda re-visar una compleja relación de fuerzas y oposiciones. Más que un simple fenómeno sujeto a la estimación de variables, se requiere de evaluar normas y situa-ciones que prevalecen en el ámbito particular donde se presenta el peligro. Para una perspectiva política, el cálculo del riesgo es todavía más complejo. En particular, cuando cada contingencia cambia de acuerdo con la espontaneidad, el azar, los estilos de vida o las circunstancias no siempre evidentes. Producto de la influencia del medio sobre las poten-cialidades y limitaciones de un fenómeno bajo una incesante relación de conflicto, el cálculo político corresponde a una tarea de aproximaciones y no al resultado de fórmulas exactas.

Problemas de la seguridad jurídica y técnica

En el estudio acerca de la vulnerabilidad del inter-cambio de información electrónica una gran cantidad de enfoques ha recurrido al concepto seguridad para explicar algunos peligros a los que están expuestos los usos de la red en el mundo. No obstante, esta noción se ha reservado a los ámbitos jurídicos y téc-

nicos dejando sin incluir diversos aspectos polémicos del problema. Por un lado, el significado de servicios como tal no contiene un sentido propio. El sentido de seguridad se conduce más por su calidad de adjetivo que de sustantivo. Su orientación práctica deviene de una oposición. Es decir, la idea adquiere sentido

4 Advierte Luhmann: “En ocasiones, el complejo semántico del pecado (de la conducta violatoria de los ordenamientos religiosos) ofrece un equivalente funcional en la mediada en la que puede servir para explicar cómo se produce la desgracia. En el antiguo comercio marítimo oriental existía ya una conciencia del riesgo, con las disposiciones legales correspondientes. En un principio éstas eran difícilmente sepa-rables de programas adivinatorios, invocación a deidades protectoras, etc. Sin embargo, en lo legal, en especial en la división de funciones de los prestadores de capital y los navegantes hacían claramente las veces de aseguradoras, un papel que habría de extenderse de manera relativamente continua hasta ya entrada la Edad Media e influir en la confrontación del derecho comercial marítimo, sí como en los seguros de este tipo […] No será sino hasta el periodo de transición que va de la Edad Media hasta los inicios de la Modernidad cuando se empezará a hablar de riesgo […] Las raíces de la palabra no son conocidas. Algunos piensan que es de origen árabe. En Europa, la expresión aparece en algunos escritos medievales, pero no es sino hasta la parición de la imprenta cuando se extiende; en primer lugar aparentemente en Italia y en España. Vid. Niklas Luhmann, Sociología del riesgo, México, Universidad Iberoamericana, 1993, pp., 51, 52. 5 J. A. López Cerezo y J. L. Luján López, op.cit., p. 14.

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a partir de su contexto particular. De esta manera, por seguridad se entiende la ausencia de peligro y tal condición queda determinada de acuerdo a las dimensiones concretas de resguardo y al momento en que se enuncia.6

La ambigüedad se relaciona con las persistentes variaciones que desde lo histórico el concepto segu-ridad ha recibido. A pesar de las amplias funciones que adquirió y de las múltiples transformaciones que sufrió el Estado, el sentido original de seguridad pareciera haberse disuelto y sus atributos se con-funden por su multiplicidad de usos. Vale recordar que a principios del siglo pasado la novedad consti-tucional fue la incorporación de los ciudadanos a la seguridad del bienestar colectivo constituyéndose un estado benefactor obligado a dotar de educación, trabajo, salud y vivienda. Después de la Segunda Guerra Mundial el concepto de seguridad adquiere otro matiz. El temor ante la posibilidad de otra con-frontación internacional producto de la Guerra Fría concentró la atención en la seguridad de los estados o de los gobiernos, por lo que llega a denominarse seguridad nacional. Recientemente, la criminalidad generalizada o la proliferación del delito común, han pasado a formar parte de la atención para la seguridad pública.

Seguridad jurídica

En la idea de seguridad hay una heterogeneidad de sentidos: justicia, ordenamiento para el desarrollo del bienestar social, o política gubernamental de Estado en situaciones de beligerancia internacional. En su acepción más reciente, se connota un asunto de acción judicial, que incluye la prevención, pro-

curación de justicia, sanción y readaptación social. Sin embargo, hoy los problemas de las sociedades contemporáneas parecieran que han rebasado ese sentido de seguridad. Difícilmente puede satisfacer-se la constante multiplicación de exigencias que el orden jurídico tradicional no logró anticipar. Se trata entonces del cuestionamiento a la capacidad de com-petencia normativa. Es decir, los nuevos problemas legales demandan la delimitación de una territoria-lidad diferente y de jerarquías institucionales distin-tas, en tanto que los asuntos encomendados están constituidos de mayor “heterogeneidad jurídica”.7 Desde la llamada teoría del derecho reflexivo se advierte que la formulación inadecuada de la ley fomenta la ineficacia de normas y crea irregularida-des entre múltiples procedimientos.8 Con respecto a esta falta de correspondencia pueden observarse tres contextos diferentes.

Un primer escenario se conforma por todas aquellas actividades que surgen y que no han sido consideradas hasta entonces por las legislaciones tradicionales. Otro ámbito aparece con la profundiza-ción de problemas y controversias que originalmente el derecho contemplaba desde una perspectiva mo-derada y contra los que ahora se ve impedido para renovar su estatus, sus procedimientos y sus sancio-nes. Un tercer campo surge al separar al Estado de ciertas funciones y replantear las normas de la libre participación con procedimientos especializados, y a veces, mucho más complejos que cuando los procesos de regulación se concentraban exclusivamente en las manos de las instituciones políticas.

El estado actual de seguridad jurídica es una suer-te de viejo fordismo administrativo; está jerarquizado y pretende vincularse por múltiples funciones las cuales dependen de un alto grado de coordinación;

6 N. Luhmann (op. cit., p. 56) comenta: “El significado de securitas se transforma correspondientemente. Mientras que la tradición latina designaba con esta expresión una predisposición subjetiva a la ausencia de preocupaciones o, en una valoración negativa, a la despreocupa-ción –en especial a las cuestiones del bienestar anímico (acedia)– en francés el concepto sureté: la sécurité subjetiva, no se introducirá sino hasta más tarde y tomará un sentido objetivo, como si ahora, en relación con un futuro siempre incierto debiera encontrarse un fundamento seguro para las decisiones [...] En consecuencia, las viejas limitaciones cosmológicas, las constantes del ser, así como los secretos de la naturaleza son reemplazados por nuevas distinciones que caen dentro del ámbito del cálculo racional. A ello se ha atendido hasta nuestros días la comprensión del riesgo”. 7 Ana Victoria Sánchez, Tecnología, intimidad y sociedad democrática, Barcelona, Icaria, 2003, p. 145. 8 Ibid, p. 131.

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sin embargo, al faltar integración, arrojan errores continuos.9 Además, opera de manera cerrada sin la suficiente unidad de acción institucional; sus funcio-nes están especializadas pero también atomizadas sin vínculos jerárquicos de mando. De otra manera, la estructura criminal o delictiva corresponde a una pirámide mejor organizada con una base de múltiples y pequeños ilícitos y con el empleo cada vez más frecuente de tecnologías, mientras que los viejos sistemas legales no logran disponer de información oportuna ni de los recursos indispensables para co-nocer y actuar de manera rápida y eficaz.

Seguridad técnica

La seguridad, desde la perspectiva técnica, es enten-dida como un estado alejado de amenazas y provisto de capacidad para advertir y frenar la posibilidad de que ocurran daños. El propósito es preservar los acti-vos de una organización y mantener su operación con base en confidencialidad, integridad, disponibilidad, autenticidad, privacidad y control de acceso. Si la seguridad es el resultado de la aplicación de medidas para evitar sufrir algún daño o pérdida, las políticas informáticas de seguridad se refieren a los mecanis-mos de protección y los procedimientos para hacerlo. En último caso, el término técnicamente está sujeto a normas internacionales que pretenden mantener controles de protección contra riesgos.10

No obstante, el desarrollo de la informática se concentra cada vez más en el crecimiento de la red como una gran estructura externa en contraste con los avances que hoy muestran las computadoras personales. En el futuro será muy difícil incorporar nuevos componentes para hacerse autónomos de la red o para contener comandos independientes de ella. Por ello, uno de los rasgos característicos de este desarrollo es el incremento de dispositivos remotos

desde donde puede alcanzarse el control parcial de los sistemas locales de cómputo. Las condiciones de competencia técnica y comercial entre las grandes corporaciones muestran que el desarrollo de los equipos personales ha reducido a dos campos sus oportunidades de innovación. Uno, con respecto a su capacidad de velocidad y almacenamiento en la transmisión de datos. Y otro, al perfeccionamiento de recursos de multimedia, en particular en los sistemas de sonido y video.

Si se permite suponer la analogía con la industria automotriz, puede advertirse que la ingeniería está orientada a la producción de motores menos conta-minantes, a la planeación de sistemas eléctricos y mecánicos para el confort, y ha dejado a un lado la incorporación de nuevas funciones. La capacidad de desplazamiento de un vehículo no está determinada por sus atributos propios, sino en las posibilidades de espacio en las calles o en las carreteras. De mismo modo, las oportunidades de la informática están en el intercambio electrónico de datos por encima de los adelantos en los equipos personales.

Esta expansión muestra dos tendencias. La primera obliga la instalación de controles externos que permiten manipular segmentos de los sistemas operativos de las terminales locales. Hasta ahora, esta disposición puede ser explícita y conforme a la aprobación de los usuarios –de acuerdo con sus necesidades, para un mejor intercambio de infor-mación. Sin embargo, cada vez es más frecuente que la instalación de dispositivos lógicos se realice sin conocimiento ni consentimiento de los usuarios que adquieren productos o servicios informáticos. La segunda condición exige mantener abiertos los puertos de acceso a las terminales locales. Los modos de establecer códigos externos y mantener canales abiertos de información son técnicamente variables; esto puede ocurrir al instalar programas o cuando se solicitan datos personales de registro de los

9 El sistema penitenciario es un ejemplo de las dificultades del modelo de seguridad. Los problemas de arbitraje y peritaje saturan los trabajos de jueces, mientras que el sistema carcelario muestra su crisis extrema al momento a liberar a quienes delinquieron, debido a la insuficiencia del espacio penitenciario y no por haber cumplido su sanción penal. 10 Al respecto, se puede revisar el estándar para la seguridad de la información ISO/IEC 17799 (o ISO 27002) en: http://www.17799.com/ y http://www.iso.org/iso/catalogue_detail.htm?csnumber=39612

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consumidores. La vulnerabilidad no necesariamente proviene directamente del producto instalado, sino del saqueo de información originado por los ataques que pueda sufrir el servidor de datos de los usuarios. En el caso de programas ilegales o aquellos que se descargan sin autorización directamente de la red, estas posibilidades se multiplican.

Si se establecen tales condiciones de operación, entonces la idea de seguridad que ofrece el enfoque técnico resulta una paradoja, porque el desarrollo intrínseco de la propia red exige la instalación cons-tante de recursos externos, y por consecuencia, de ambientes locales abiertos. Esta particularidad hace que el riesgo adquiera un nuevo rostro. Anteriormen-te las amenazas de sabotajes en la red tomaban días o semanas para ejecutarse, ahora el cumplimiento de amenaza puede realizarse de manera inmediata. Anteriormente se pensaba que Linux era poco sus-ceptible de ofensivas, en la actualidad, los ataques a equipos con estos sistemas operativos son cada vez más frecuentes. La vulnerabilidad se incrementa también por la difusión de formas de comunicación como el chat y la práctica común de compartir car-petas personales, como lo ofrecen los servicios de Facebook, Hf5, Data Availability de MySpace o Friend

Connect de Google. Se ha calculado que más de 60% de la infraestructura es vulnerabilidad explotable, en tanto que cada vez es menos indispensable el cono-cimiento experto para ejecutar acciones contrarias al interés de los usuarios.

Aunque son múltiples las oportunidades que brinda la red para impulsar el desarrollo, los deli-tos tradicionales han encontrado en la red nuevas oportunidades de acción. La paradoja resulta iróni-ca, mientras que los actos delictivos cada vez más incorporan nuevas tecnologías, las dificultades ad-ministrativas que impiden actuar contra el crimen, imponen al propio Estado el empleo de antiguos mecanismos, sin que el marco de normas legales impide aprovechar los procesos tecnológicos avan-zados con eficiencia. Los problemas de seguridad en la red rebasan lo jurídico y lo técnico. Por tanto, se requiere identificar los factores adversos pero, sobre todo, valorar las posibles consecuencias de las decisiones generales sin dejar de replantear los criterios de la regulación. De otro modo, el desarrollo de la red enfrenta el desafío de hacer más eficiente el intercambio de datos sin que esté de por medio la vulnerabilidad de los usuarios.

Estado y condiciones de riesgo en la red

La incorporación de las telecomunicaciones en cada uno de los ámbitos de la vida cotidiana es un proceso que no está exento de riesgos. Tradicionalmente se ha considerado a la tecnología una derivación de la ciencia aplicada.11 Ello se desprende de las posibili-

dades estratégicas para impulsar el crecimiento de la producción.12 Esta nueva generación basada en la información y en procesos electrónicos ha posibili-tado el empleo abierto de operaciones simultáneas.13 La diversidad de sus potenciales aplicaciones sugiere

11 La idea de Estado no sólo se refiere a la suma de grupos que detectan el poder del gobierno, implica el conjunto de instituciones a las que les está conferido el ejercicio del poder como responsabilidad pública. En suma, se refiere a cada una de las entidades que llevan a cabo la organización política de la sociedad, las cuales se conforman también por reglas de participación bajo un tipo particular de régimen político. Vid. Norberto Bobbio et al., Diccionario de Política, México, Siglo Veintiuno Editores, 1997. 12 “Por tecnología se suele entender el uso del conocimiento científico para establecer procedimientos que permita su funcionamiento de una forma reproducible.”: Imanen Pekka, La ética del hacker y el espíritu de la era de la información, Barcelona, Destino, 2002, p. 170. 13 Destacan tres perspectivas. Nicolás Negroponte (El mundo digital, Barcelona, Ediciones B, 1995) sugiere que el punto clave es el paso de una sociedad de átomos a otra comunidad de bits. Esto es que la materia, para establecer los intercambios personales y económicos, tiende a ser procesada en información. Gianni Vattimo (La sociedad transparente, Barcelona, Paidós, 1996) identifica al cambio tecnológico con una comunidad en comunicación. No es del todo optimista cuando destaca el papel de los medios como elemento estratégico en la nueva sociedad, al momento de reconocerles una importancia problematizadora. Lejos de encontrar un espacio para las expresiones sociales, el riesgo del caos y la atomización de opiniones es permanente. Para Ignacio Ramonet (La tiranía de la comunicación, Madrid, Debate, 1999), el mercado y los procesos de acumulación organizados por la comercialización son los ejes que subordinan la idea de desarrollo y de los procesos técnicos.

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una relación distinta a los procedimientos tradicio-nales de administrar y producir.14

El nuevo perfil tecnológico reorienta el papel del Estado en dos sentidos. En primer lugar, el Estado se desempeña como consumidor y usuario de tecnología con el propósito de mejorar sus niveles de eficiencia administrativa. Conducido adecuadamente este intercambio permitiría a las instituciones públicas reducir gastos, disminuir procesos administrativos, desburocratizar servicios, racionalizar jornadas de trabajo, frenar negligencias y corrupción, capacitar e incorporar nuevos recursos, formar bases de datos y memorias institucionales.15 El éxito conllevaría

rendimiento, ahorro y eficacia. En contrapartida, su fracaso elevaría gastos y dificultaría procesos de organización con repercusiones sobre los usuarios.

En segundo lugar, el Estado se ve obligado a conducirse como regulador de nuevos conflictos surgidos de la operación tecnológica. La tarea obliga al Estado a desempeñar la tarea de moderador de los desequilibrios del mercado, así como de vigilante del uso de la tecnología para salvaguardar la propiedad, privacidad, libertad de expresión y derechos colecti-vos. Bajo estos criterios los caminos seguidos por la regulación tecnológica no presentan uniformidad.

Dificultades de la regulación del desarrollo informático

Hacia el último cuarto del siglo pasado, los gobier-nos se encontraron con pocos recursos técnicos y con medios administrativos precarios para afrontar demandas y antagonismos sociales cada vez más complejos. Se desincorporaron organismos públicos de la economía para reducir la participación de la administración y colocar al Estado como promotor de la competencia en donde operaba con exclusividad y de modo centralizado. Este proceso reelaboró viejas normas. Más que regular la actividad técnica o eco-nómica, el propósito intentó liberar paulatinamente los costos de la administración y eliminar cargas excesivas del gasto social a partir de la incorporación de particulares en áreas restringidas.

En algunos casos, el propósito por establecer medidas flexibles, selectivas y eficaces, resultó una paradoja que conllevó a la multiplicación de reglas entre los ámbitos desincorporados. Si la retórica subrayó la vigilancia de la competencia económica, así como garantizar la prestación de los servicios que antes brindaban las instituciones públicas, en los hechos, el proceso implicó crear un mayor número de

procedimientos. Dicho de otro modo, las constantes demandas de regulación, por la transformación del Estado benefactor o por la liberalización económi-ca, lejos de simplificar o mejorar, se volvieron más complejas. Cuando la regulación no reconoció las condiciones propias de cada ámbito se manifestó la falta de correspondencia en tres momentos:

Incompatibilidad entre el derecho y las demandas de regulación. Tal discrepancia surge cuando el marco jurídico no presenta relación o congruencia alguna con las condiciones imperantes del medio que se pretende regular.

Exceso de procedimientos normativos. La satura-ción de reglamentos atomiza la jurisdicción de las instituciones y de los individuos, lo que resulta tan inconveniente como cuando se sucede una extremada reducción de reglas que centralizan procedimientos y atribuciones en pocas instancias.

Politización del marco normativo. Resulta al tratar de imponer al derecho reivindicaciones políticas sin que exista contención alguna de por medio, lo cual co-loca en constante riesgo los ámbitos estratégicos que

14 La literatura de los últimos 20 años es amplia. Amén de las investigaciones mencionadas en la nota anterior, destacan las tesis de Nora Simón y Alain Minc sobre la sociedad de la información (La informatización de la sociedad, México, fce, 1987); las opiniones de Jean Baudri-llard sobre la realidad (Cultura y simulacro, Barcelona, Kairós, 1978) y la idea de informacionalismo de Manuel Castells (conjuntamente con Pekka Himanen, El Estado de bienestar y la sociedad de la información: el caso finlandés, Madrid, Alianza Editorial, 2002). 15 Vid. Octavio Islas Carmona y Fernando Gutiérrez Cortés, “La comprensión de internet como extensión del Estado”, en Razón y Palabra Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Tópicos de Comunicación, año 3, núm. 10, abril-junio de 1998, en http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n10/octavio.htm.

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deben quedar fuera de la influencia de los gobiernos en turno o expuestos a la confrontación política.16

Por tanto, una adecuada regulación no puede reducirse a la simplicidad de la vigilancia sobre los usuarios. Una normatividad pertinente obligaría al Estado asumir las tareas de prevenir, supervisar, en su caso, sancionar todos aquellos actos que atenten contra la libertad y los derechos públicos. En ese sentido, las pretensiones de alcanzar una regulación eficiente para la red parecieran encontrarse en una situación precaria.

La política de desarrollo informático en México

En las últimas décadas, el desarrollo tecnológico es-tableció nuevos procedimientos para el intercambio de información en el mundo. Desde su inicio, la red de transferencia de datos recorrió distintas fases. Surgió como un proyecto en plena Guerra Fría, cuando el Departamento de defensa de Estados Unidos se dio a la tarea de diseñar una estrategia de resguardo a partir del establecimiento de protocolos de transmi-sión entre varias computadoras distantes. La clave residía en continuar actualizando la información del sistema a pesar de que sus servidores o enlaces pudieran ser afectados o destruidos.17 Con numerosas adecuaciones, la red se transformó en un proyecto académico encabezado por universidades y apoya-do por las investigaciones de ingeniería satelital, junto con el auxilio económico de corporaciones y empresas. De esta forma, hacia la década de los 60 la informática y sus aplicaciones en la red comen-zaban a constituir una herramienta importante para

el desempeño de diversas tareas en la industria o en los servicios, aunado al uso otorgado en proyectos científicos o educativos.

Durante ese periodo, el Estado mexicano se des-empeñó como un incipiente consumidor de recursos informáticos para atender labores que le exigían su desempeño público y el funcionamiento interno de algunas de sus dependencias.18 Más tarde, aun cuando se contaba con experiencia en telecomunicación desde hacía más de dos décadas, las decisiones del gobierno mexicano se caracterizaron por improvisar respuestas ante la ausencia de planes estratégicos propios para el sector. Todavía poco antes de la década de los 80 el gobierno federal no mostraba interés en incluir es-pecíficamente este reglón entre los programas de desarrollo nacional.

Conforme incrementó la demanda de equipos de cómputo, se amplió la infraestructura informática por la reducción de costos y la facilidad de operación. Las empresas que controlaban el sector insistieron en la apertura de las fronteras y en las respectivas reducciones arancelarias.19 Esas fueron las presiones en las que el Estado tuvo que verse como un cliente obligado a planear su inversión y a definir una política informática. Contra una gran cantidad de oposiciones y ante la ausencia de múltiples recursos, la red co-menzó operaciones en México en 1988. En un primer momento apareció como un proyecto organizado por universidades para convertirse más tarde en un esque-ma dominado por grandes corporativos comerciales de las telecomunicaciones. Aunque desde febrero de 1989 México había logrado incorporarse a la red, fue hasta el sexenio del presidente Ernesto Zedillo cuando se formuló un plan del sector, denominado Plan Nacional

16 A. V. Sánchez, op. cit., pp. 132 y 133. 17 La Advanced Research Projets Agency (arpa), encargada del proyecto militar, alcanzó a conectar cuatro computadoras en 1969 y tres años después sumó 40 enlaces. Para entonces, la red fue instalada en Europa lo que permitió establecer vínculo electrónico en 1973 con Estados Unidos. Hacia 1985 alcanzó un crecimiento significativo cuando la National Science Foundation (nsf) instaló computadoras en varias universidades. Hacia 1993, la nsf se retiró de la red para dejar su administración a operadores privados. 18 Los primeros usuarios de tecnología informática en México fueron la Comisión Federal de Electricidad que adquirió un equipo univac 60/120 en 1956. La Universidad Nacional Autónoma de México instaló una ibm 650 en 1959, mientras que en ese mismo año la Secretaría de Hacienda contrató dos univac uss. Hacia 1964 se estimaba que el total de 65 instalaciones de cómputo se encontraban distribuidas en el sector público y privado. Vid. Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp), Programa de desarrollo informático 1995-2000, México, shcp, 1996, pp. 21-29. 19 Antes del Acuerdo de Libre Comercio para América del Norte, la apertura a la adquisición de computadoras se había iniciado. Las firmas extranjeras que dominaban el mercado en México fueron inicialmente ibm, Corona (que más tarde derivaría en Apple Computers), así como Acer, hp o Compaq. Entre los esfuerzos marginales de compañías nacionales apareció Printaforum, marca dedicada al ensamble de equipos con piezas producidas en países orientales, así como Lanix, la cual tuvo un origen en el norte del país y con una vida efímera.

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de Desarrollo Informático 1995-2000, con el que se procuró responder a necesidades educativas, de salud, seguridad y justicia de la población.20

La elaboración del programa tuvo como antece-dente en 1993 la reunión del Grupo Consultivo de Po-lítica Informática.21 En coordinación con el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el grupo se dio a la tarea de consultar las sugerencias de empre-sas, universidades y entidades vinculadas a la indus-tria del cómputo. Los trabajos dieron como resultado la propuesta de los “Elementos para un Programa Estratégico de Informática”.22 Dicho marco estableció los lineamientos de la política informática con base en los criterios de autodeterminación tecnológica, acceso universal y abierto, competencia entre provee-dores de bienes y servicios informáticos, y respeto a los derechos de privacidad y propiedad.23

El plan reconoce que el país no puede abstenerse de aprovechar el potencial tecnológico, y según seis objetivos generales sugiere: promover los beneficios de la informática; impulsar la formación de recursos humanos; estimular la investigación científica y tecnológica; fomentar el crecimiento de esta indus-tria; propiciar la infraestructura de redes de datos; y consolidar la coordinación y disposiciones jurídicas adecuadas para la actividad informática.24

Amén de estos dos últimos objetivos, el programa no logró incluir las expectativas de crecimiento para

la red a pesar de que el país sumaba más de cinco años de experiencia de conexión. No se elaboró un diagnóstico del intercambio electrónico, tampoco se propusieron estrategias específicas para el sector, mucho menos quedaron claras las orientaciones para la operación de redes informáticas. Contra sus deficiencias y omisiones, el programa constituyó un referente de trabajos como Red Escolar, así como de Educación a Distancia, de la Secretaría de Educación Pública; en particular, representó el antecedente del Sistema Nacional e-México.

Con los cambios ocurridos en el país al relevo de la Presidencia de la República en 2000, se esperaba una nueva concepción en las políticas de desarrollo infor-mático.25 El nuevo gobierno puso en marcha el proyecto e-México con la intención de iniciar una revolución tecnológica conectando electrónicamente a los 2,429 municipios del país y comunicar de manera simultánea a 3,200 centros digitales. Sin embargo, los supuestos sobre los cuales debería funcionar la red bajo el nuevo régimen pueden observarse en el proyecto e-México donde plausiblemente se descubren sus limitaciones si se confrontan los resultados de su operación.

Destacar el inventario de omisiones que conforma e-México no representa grandes dificultades.26 La realización del programa frente a los hechos padece constantes problemas por la falta de coordinación administrativa entre diversas entidades participan-tes. Muchos de los telecentros instalados operan

20 Publicado el 6 de mayo de 1996. 21 Integrado por Jorge Macedonio Alanís, Jorge Amigo, Sergio Autrey, Alfredo Bustos, Felipe Bracho, Enrique Calderón, Alfredo Capote, Raúl Carballeda, Cristina Casanueva, Micael Cimet, Carlos del Cueto, Felipe Díez Martínez, Jaime Espinoza Nares, Jacinto González Gasque, Fernando Jaimes, Carlos Jaso, Guillermo López, Cristina Loyo, Juan Ludlow, Antonio Medina Mora, Raúl Medina Mora, Gastón Melo, Enrique Melrose, Alfredo Phillips G.,Carmen Quintanilla, Soledad Robina, Gabriel Rodríguez, Antonio Sánchez Aguilar, Jean Francois Thions, Mario Villalobos, Roberto Villarreal, Ricardo Zermeño y Carlos Zozaya. 22 Macedonio Alanís, et al., “Elementos para un Programa Estratégico de Informática”, México, Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, Grupo Consultivo de Política Informática, 1994. Puede consultarse todo el documento enhttp://www.cca.org.mx/funcionarios/cursos/ge/contenidos/modulo3/material/elementos.pdf 23 El Programa concibe a la informática como la conjunción de técnicas de manejo de la información, computación, microelectrónica, telecomunicaciones y aspectos de administración. Vid. shcp, op. cit., p. 5. 24 Idem. 25 Con la instalación del sistema de alta velocidad, el presidente de la República declaró: “Con el Sistema e-México incorporamos a nuestro país a la sociedad de la información, reduciendo la brecha digital, reduciendo la brecha entre los que tienen acceso a las tecnologías de la in-formación y del conocimiento y los que no la tienen, es un paso fundamental hacia la equidad, hacia la igualdad de oportunidades que estamos impulsando” (citado en El Siglo de Torreón, lunes 9 de junio del 2003, en http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/34616.html). 26 Un exhaustivo examen de las deficiencias del proyecto lo ha realizado Gabriel Pérez Salazar en “Análisis crítico del Sistema Nacional e-México: la estrategia web del gobierno federal para la reducción de la brecha digital”, México, unam, 2004 (tesis de maestría) y en “La brecha digital y el Sistema Nacional e-México: la sociedad civil en el olvido”, julio de 2003, en http://www.inteligenciacolectiva.org/prin-cipal_proyectos_articulos03.pdf

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con limitaciones. El portal confronta conflictos de compatibilidad con otras plataformas distintas a las de Windows, por lo que resultan cuestionables sus garantías de accesibilidad. A pesar de mostrarse una gran amplitud de posibles vínculos en e-México, un porcentaje significativo de ellos contiene errores o desvíos del portal. Amén de los problemas técnicos, del incumplimiento de estándares de calidad, de licitaciones equivocadas y poco transparentes, o de los desaciertos para adquirir programas y equipos, tal vez, lo más plausible sea el enorme gasto realizado en contra del pobre beneficio para sus usuarios.

La esperanza de los planes de los recientes gobier-nos se traduce en una representación optimista de la economía que contempla a las tecnologías y a la red como herramientas para el crecimiento y símbolo de actualidad: en la industria facilitan la organización del trabajo, flexibilizan la producción y la innovación, automatizan los procesos de manufactura, mejoran la comercialización en mercados tanto locales y ex-ternos. Sin embargo, los resultados de estas políticas no necesariamente se han traducido en crecimiento económico o han derivado en beneficios directos para las poblaciones que se deseaban comunicar.

Hasta ahora el Estado se desempeña como el principal consumidor de tecnología en condiciones de lenta y costosa renovación. Para los proveedores, esta oportunidad presenta una provechosa ventaja, siendo los principales distribuidores de electrónica grandes firmas extranjeras favorecidas por breves ciclos de vigencia de sus productos. Por su parte, las empresas locales actúan como filiales de firmas externas; en su caso, su función queda subordinada para complementar adquisiciones o prestar servicios de instalación y mantenimiento.

Independiente de la procedencia política o de filiación ideológica de los criterios con los que se han suscrito los planes del sector informático del país, la pretensión del Estado ha sido encontrar en la red un instrumento de aliento al comercio, por encima de conformar un espacio con garantías de protección

para los usuarios. En los hechos, la red ha tenido más utilidad para el discurso político que para apoyar la formación educativa de las comunidades de usuarios. Asimismo, como instrumento público, ha servido más a la recaudación fiscal que a la comunicación entre los ciudadanos. Por eso, llámese de una manera o de otra, las actuales políticas para el sector informático permanecen sujetas a los propósitos de flexibilizar los mercados. Ante ello, el Estado pareciera mirarse como un cliente que no tiene muy claro el desempeño de su papel regulador en la red.

La regulación de la red en México

Los cambios experimentados en las telecomunica-ciones en los últimos años han tenido dos grandes escenarios; uno de tipo técnico, y otro más de ca-rácter normativo o de organización. En lo técnico, desde hace dos décadas se presentaron innovaciones en más de 80 países, y su característica principal lo constituye la transportación electrónica de voz, texto e imágenes, gracias a la digitalización de las redes que posibilitan el envío de información. En México estos procesos continúan dependiendo de la estructura telefónica para la transferencia de datos, aun cuando la tendencia general es el empleo de la radio, el cable o la transmisión por banda ancha.

En el entorno de la organización, el Estado dio paso a la separación de las funciones de operador telefónico para replantear su participación en torno a las nuevas reglas del juego económico. Las legisla-ciones se orientaron hacia la constitución de normas para que las empresas privatizadas se hicieran cargo de cumplir las obligaciones que contrajeron al adquirir bienes públicos. Mientras tanto, en México, se presen-taron situaciones ambiguas que motivaron múltiples objeciones. Se propuso, por un lado, impulsar la competencia entre las empresas prestadoras de los servicios de telecomunicaciones; y por otro, obligarlas a proporcionar servicio telefónico universal.27

27 Ana Luz Ruelas Monjardín et al., “La Reforma de las telecomunicaciones en América del Norte”, en Guillermo Ibarra y A. L. Ruelas Mon-jardían (coords.), Canadá y México en los procesos de globalización. Fronteras tensionadas en América del Norte, México, Miguel Ángel Porrúa, Universidad Autónoma de Sinaloa, 2000.

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En particular, el debate acerca de la regulación de la red en México ha resultado casi inexistente. Algunas posturas desde la perspectiva legal, de la comunicación y otros de índole educativa, sirven para describir el limitado interés en el tema frente a los problemas que representa el manejo de este tipo de tecnología para el desarrollo del país.

A pesar de esta ausencia, en el mundo se pueden identificar dos tendencias contrarias a los propósitos de regulación de internet. Una corriente nace en el seno mismo de las comunidades de usuarios bajo una inclinación ideológica libertaria. La postura se declara a favor del trabajo creativo en comunidad y se opone a la imposición de controles y al estable-cimiento de cualquier tipo de autoridad que limite el acceso y la operación del sistema. Esta posición es adoptada por sectores especializados, ingenieros, programadores, matemáticos, grupos de intelectua-les, periodistas, profesores universitarios y activis-tas de derechos humanos, entre otros.28

Una segunda orientación proviene involuntaria-mente de la tendencia general por desrregular los ámbitos de la economía. En virtud de la expectativa de los países en desarrollo para expandir las tele-comunicaciones como parte de sus estrategias, el requisito fue contar con un amplio margen de acción. En términos concretos, esta no regulación, se refiere a la separación del Estado para operar el sistema. En el caso de la red, destaca el hecho de que Internet surgió al momento de iniciarse la desregulación de las telecomunicaciones en todo el mundo, y se formó bajo el supuesto de que el sistema podía autolimitar-se y contener los suficientes recursos para establecer su propia normatividad.

Una vez instalada la red, ésta ha necesitado sos-tenerse en políticas y normas consistentes. En países desarrollados, una de las bases que ha seguido la regulación del comercio electrónico es la propuesta de la Organización de las Naciones Unidas. Tal suge-rencia parte del principio de equivalencia funcional, el cual advierte que todo lo determinante por la ley fuera de internet, debe asumirse dentro de la red. De

otro modo, si algo es ilegal en el mundo real, debe serlo también en el llamado ámbito virtual.

Los países de economías desarrolladas han adop-tado tales criterios por tres motivos. El alto nivel de recursos o bienes en riesgo que se comercializan; el incremento de ataques en la red; y, la demanda de las comunidades de usuarios de estos países. De esta manera, se han establecido normas y sanciones den-tro de un mismo ámbito jurídico, se han promovido instituciones de vigilancia y acuerdos internaciona-les. En cambio, en países de economías rezagadas, al no desplazar intercambios significativos en la red y al no contar con una comunidad demandante, la regulación no ha resultado prioridad alguna.

Mientras el mundo instalaba su infraestructura de comunicación electrónica, México se mantenía ajeno a los intentos de su operación. Al tiempo en que los países del mundo desarrollado se preparaban para hacer frente a las contingencias y riesgos de la red, los gobiernos mexicanos se mantenían indife-rentes a los problemas de seguridad; a pesar de que el periodo ha sido breve, la historia de omisiones en la red es recurrente.

Mucho antes de que la red se instalara en México, el mundo ya estaba vinculado por medio de un amplio sistema satelital que conectaba las redes Arparnet e Intranet. A principios de la década de los 70, los ser-vicios de correo y conversación electrónica iniciaban su desarrollo. Para 1971, la empresa Bolt Beranek y Newman Inc. informaba el avance de programas de correo, al mismo tiempo en que comenzaban a funcio-nar salones de charlas o chats, patrocinados por la In-ternational Conference on Computer Communications en Washington. Desde 1979, Telenet llegó a brindar el primer servicio público como una suerte de versión comercial de Arpanet; a la vez, se fueron creando orga-nismos de administración y nomenclatura informática para acuerdos o convenios internacionales como la Internet Configuration Control Board.

Previo a la incorporación de México a la red, también se conocían en detalle las amenazas por contaminación de virus, ataques a servidores, o

28 Un razonamiento elocuente puede encontrarse en I. Pekka, op, cit.

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bien, experiencias de sabotaje e intromisiones para saquear información. Aunado a ello, habían sido difundidas ampliamente las agresiones en contra de aplicaciones de acceso que llevaron a la desaparición de redes debido a la propalación de archivos infecta-dos. Por caso, el 27 de octubre de 1980, Arpanet dejó de operar completamente a causa de la propagación de un virus informático.

Al mismo tiempo, múltiples colapsos ocurrieron por accidente. En diciembre de 1986, Estados Unidos quedó fuera de la red debido al rompimiento del ca-bleado de fibra óptica de la telefónica at&t con el cual se comunicaban cuatro importantes ciudades norte-americanas. Dos años más tarde, apareció internet-worm, un dispositivo duplicador que llegó a estropear a 6,000 de los 60,000 sitios existentes entonces en la red. Frente a ese tipo de contingencias comenzaron a diseñarse los primeros sistemas de protección. Por tal motivo, y en respuesta a las necesidades que se suscitaron por el ataque del virus Morris, fue creado el Computer Emergency Response Team (Equipo de Soluciones de Emergencia de Computación).

Mientras que el mundo desplegó esfuerzos por establecer mayores condiciones seguridad a la red, el gobierno mexicano se mantuvo ajeno a su incor-poración y a su operación. Primero, porque aún no se podían advertir las tendencias del crecimiento que alcanzaría la red en los siguientes años. Se-gundo, el gobierno mexicano no se observaba como administrador de una estructura de esta clase. En su caso, se trataba de un programa que correspondía ser conducido por las universidades y centros de investigación o por las empresas privadas, como finalmente resultó ser. Y tercero, el proyecto de conectividad no apareció dentro de las prioridades

que se había fijado el Estado, al menos durante el periodo de 1988 a 1994.29

Por ahora, se estima que el grueso de la población en México emplea internet para comunicarse, consul-tar información o cumplir trámites administrativos, en contraste con el incremento de operaciones mer-cantiles o contractuales realizadas cotidianamente. En los próximos años se espera la ampliación de re-des locales, la multiplicación de respaldos de datos personales, así como la reducción de los costos de servicios y, consecuentemente, que la suma de tales operaciones demande mayores garantías de confiabi-lidad. Hasta ahora, el proceso por brindar seguridad en la red en México desde su instalación en 1988 hasta la actualidad, muestra cuatro momentos.

Primer momento de 1989 a 1995: instalación de la red30

Instalada la red en 1989, las universidades y los cen-tros de educación superior actuaron como los únicos proveedores de acceso en el país con una orientación principalmente dedicada a aplicaciones científicas, de investigación y con el predominio del idioma inglés. El momento se caracterizó por la aparición de plataformas tecnológicas básicas que exigían una administración compleja y conocimientos expertos tanto en comuni-cación como en electrónica y matemáticas.31

En esta primer etapa el número de servidores y de sitios electrónicos nacionales era muy pobre, los servicios de comunicación, correo electrónico, con-versación en grupo, eran incipientes y presentaban grandes dificultades de accesibilidad y manejo. Bajo tales características de uso, la seguridad técnica, las

29 Al principio del sexenio de Carlos Salinas de Gortari tales prioridades tenían otra orientación. Políticamente había que legitimar su gobierno frente a un proceso electoral cuestionado abiertamente, lo que en sus propias palabras significó: “Ganar la Presidencia desde la Presidencia”. En el plano económico, y ante el enorme peso de la deuda externa, la administración de un sistema de comunicación adminis-trado por el Estado contravenía el proyecto de desincorporación de empresas públicas, o de liberalización de la economía nacional. La venta de Telmex al grupo Carso o los apoyos al sistema Panansat y al empresario Carlos Autrey en proyectos de telecomunicaciones lo confirmarían más tarde. 30 México se anticipó a países más desarrollados: Alemania en septiembre de 1989; Australia en mayo de 1989; Japón en agosto de 1989; Reino Unido en abril de 1989, o Suiza en marzo de 1990. 31 El 1º de febrero de 1989, el Instituto Tecnológico de Monterrey instaló el primer nodo de conexión de internet en México. Semanas más tarde, el Instituto de Astronomía de la unam estableció el segundo nodo nacional.

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normas jurídicas o la presencia de alguna entidad re-guladora de la red resultaban tan inapropiadas como inconvenientes.32 El contexto general de esta etapa se distinguió también por la política de liberalización de la economía, el debilitamiento de los vínculos corpo-rativos, el establecimiento nuevas relaciones con la Iglesia, las recurrentes crisis del campo y del sistema financiero, la aparición de asesinatos políticos, y el resurgimiento de movimientos guerrilleros.

Segundo momento de 1995 a 1998: comercialización de operación de la red

Para 1995 la red en el país entró en una etapa carac-terizada por la presencia de particulares y grandes corporativos multinacionales como proveedores que desplazaron a las universidades asumiendo el control sobre el servicio de acceso y operación.33 La red se multiplicó, se hizo más compleja, aunque el ambiente de operación para los usuarios se volvió, por decirlo en términos de la época, más “amigable”. Los prin-cipales servicios se orientaron a un uso comercial y de información general por encima de los temas de educación o de desarrollo científico. Las páginas recreativas y la diversidad de idiomas se ampliaron permitiendo un mayor acceso de usuarios.

La seguridad técnica tuvo que incrementarse debido a la multiplicación de atentados a servidores y a usuarios particulares, en contraste con el vacío de normas jurídicas o instancias de supervisión. Tal vez el antecedente más significativo fue que, en medio del predominio de grandes firmas, persistió un inci-piente interés del gobierno hacia internet; en tanto que los intereses particulares y comerciales sacaron

provecho de las ventajas de la red.34 El gobierno hasta entonces se mantuvo alejado de participar lo que indirectamente contribuyó a dejar el camino abierto a usos indebidos.

Para subsanar esta ausencia en septiembre de 1996 empezó a operar el “Sistema Internet de la Presidencia de la República”, con el apoyo del Insti-tuto Tecnológico de Monterrey del Estado de México. A partir de los acontecimientos por la muerte de campesinos de la comunidad de Acteal, Chiapas, en 1997, diversos sitios o páginas electrónicas fueron atacados. En febrero de 1998 el grupo denominado X Ploit Team grafiteó las páginas de la Secretaría de Hacienda,35 el ineGi, la Comisión Nacional del Agua, el Senado de la República, la Secretaría de Salud.

Estos ataques incluyeron también al Instituto Politécnico Nacional, al Tecnológico de Monterrey, Bancomer. Por su cuenta, el movimiento zapatista en la red atrajo el apoyo de grupos de hackers de Ho-landa, Italia y de Norteamérica. Un ejemplo de este apoyo lo ilustra el grupo, “Ars Electrónica” de Estados Unidos que en 1998 realizó un ataque simultáneo en contra de tres objetivos: Zedillo, el Pentágono y la Bolsa de Valores de Frankfurt.

Durante 1998, la vulnerabilidad mostrada por la red mexicana, significó la proliferación de todo tipo de estafas, que no tenían nada que ver con ningún movimiento ideológico o vinculado a alguna reivindicación política. En este periodo se atacaron servidores bancarios, se afectaron transacciones financieras, se saqueó información confidencial de empresas y particulares con fines de lucro. El llamado underground delictivo actuaba en medio de la impu-nidad total. Lo que este problema demandó entonces fue regular al sistema urgentemente.

32 En enero de 1992 se creó Mexnet, asociación orientada a discutir la regulación de la red y acceso gratuito. Del total de 45 dominios “.mx”, 40 correspondían a instituciones académicas y 5 a empresas. 33 El 10 de octubre de 1995, el número de dominios comerciales ascendió a 100, superando los dominios de instituciones educativas (85). El total de dominios “.mx” entonces ascendía a 211. 34 Tres casos de descuido. Primero, en abril de 1994, Justin Paulson, de la Universidad de California, en Santa Cruz, EEUU, diseñó las primeras páginas del ezln, lo cual motivó la multiplicación de este movimiento y sin respuesta del gobierno. Segundo, en 1995, Laura Sáinz, empleada del consulado de México en Nueva York, publicó en internet el Primer Informe de Gobierno de Ernesto Zedillo. Lo que puso en evidencia que ni la Secretaría de Relaciones Exteriores ni Comunicación Social de la Presidencia contaban con páginas electrónicas. Tercero, de 1995 a 1996, otro empleado de Comunicación Social mantuvo una versión del gobierno mexicano; el registro en los principales motores de búsqueda estuvo hospedado en: http://www.davila.com.mx/presid/mexico.htm. 35 Sobrepusieron la imagen de Zapata, anotando: “Nuestra afiliación no es ninguna, no pertenecemos al ezln, pero éste es nuestro derecho de libre expresión como mexicanos”.

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Por esta razón se creó, en 1998, la policía ciber-nética: con el fin de perseguir fraudes electrónicos, amenazas de sabotaje de información, prevenir la comunicación para la venta de drogas y armas ile-gales, ataques de virus, clonación de tarjetas ban-carias, y la pornografía infantil en línea. Al mismo tiempo, como un proceso paralelo, los problemas de seguridad pública se multiplicaron por lo que fueron reorganizadas las instancias de la Policía Federal de Caminos, de la Procuraduría General de la Repúbli-ca, de la Secretaría de Gobernación y del cisen para formar la Policía Federal Preventiva.

Tercer momento de 1999 al 2001: primer marco jurídico para regular la red en México

En mayo de 1999, se incluyen en el Código Penal Federal los conceptos de delitos informáticos por acceso a sistemas particulares, de gobierno y del sector financiero. En enero del 2000, se publican dos nuevas leyes: la Ley de Obras Públicas y Servicios y la Ley de Arrendamientos, Adquisiciones y Servicios del Sector Público para normar al sistema Compranet.36 Para mayo se reforman cuatro leyes en materia de comercio electrónico: Código de Comercio, Código Civil Federal, Código Federal de Procedimientos Ci-viles y Ley Federal de Protección al Consumidor con el fin de validar contratos electrónicos y proteger al consumidor en operaciones en línea.37 El problema es que este tipo de reglamentación se orientó más a la protección de los intercambios comerciales entre las empresas, que a la protección para los usuarios o ciudadanos.

Cuarto momento 2002-2009: condiciones actuales

La infraestructura actual del gobierno en materia de seguridad en la red se apoya a nivel federal en la Policía Cibernética; la Procuraduría Federal de la República, pGr; la Agencia Federal de Investigación, afi; el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, cisen, la Sección 2ª del Estado Mayor Militar y la Di-rección General de Tráfico y Contrabando de la Policía Federal Preventiva.38 Entre los vínculos externos que se han establecido, la Policía Cibernética mexicana participa con el Grupo 24X7 en colaboración con policías incorporadas al Grupo de los Ocho, a través del High Tech Force (organización internacional para persecuciones), la cual está aliada con el Home Lance Security de Estados Unidos.

Tal pareciera que se cuenta con una red resguar-dada y que el concepto de seguridad es un ámbito técnico o que corresponde a una cuestión de índole jurídica. Sin embargo, la respuesta no es completa. En México la legislación está dispersa y la protección de la red no forma parte de una ley específica para delitos cibernéticos. Generalmente estas normas presentan ambigüedad y contrariedad entre la cali-ficación del delito y la asignación de penalidades. Lo más concreto al respecto es el capítulo denominado Acceso Ilícito a Sistemas de Información, creado en 1999 en los Artículos 211 bis 1 al 211 bis 7 del Código Federal Penal. El problema señala: “Al que sin autorización modifique, destruya o provoque pérdida de información contenida en sistemas o equipos de informática protegidos por algún mecanismo de seguridad, se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y de cien a trescientos días de multa”.

36 Al mismo tiempo, la red continuaba creciendo. El 31 de enero de 2000, último año de Zedilllo, el total de dominios “.mx” ascendía a 30,748 y el número estimado de usuarios de internet fluctuaba entre dos y tres millones. 37 Hacia octubre del 2000, se firma la colaboración entre la Secofi, el Colegio Nacional de Correduría Pública Mexicana AC. y la Asociación Nacional del Notariado Mexicano para establecer mecanismos de administración de certificados digitales y acceder al Registro Público de Comercio. En junio 2001 se reforma la Ley de Instituciones de Crédito con lo que se permite a los bancos realizar operaciones con particulares por medios electrónicos. 38 dc México reúne a policías del país, empresas de seguridad, la unam. La organización es por subgrupos: políticas de uso y regulación, encargada de revisar los códigos éticos; contingencias informáticas, establecida para actuar contra ataques como virus, remailers. etc; capacitación, es un área de entrenamiento de personal. Nuevas tecnologías, la preside la unam. Security e-México, se incorpora regiones apartadas. Además se cuenta con vínculos al servicio con varias onG por robo de menores y pornografía infantil.

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Se entiende que si en un equipo de cómputo no tiene instalado un firewall, algún dispositivo antivirus u otra aplicación de protección, entonces quien invada a dicho sistema puede quedar impune de castigo. En su caso, la penalidad remite a una sanción de poca severidad que va de seis meses a dos años de acuerdo con el perjuicio realizado. La ley tampoco contempla con precisión delitos como la pornografía infantil. Mientras en el Código Penal del Distrito Federal se sanciona la pornografía infantil, no se llega a especificar que sea en la red o en otro medio electrónico, por lo cual las acciones de este tipo quedan sin ser sancionadas y consecuentemente sin posibilidades de responsabilidad alguna dentro de la ley.

Hace algunos años el grupo DC México mantenía un grupo para promover la reforma al Código Penal

Federal y otras leyes que están relacionadas con delitos informáticos y cibernéticos. En el grupo se estudiaban tratados y acuerdos con otros países, para prevenir, investigar y detener sospechosos, y juzgarlos o extraditarlos. Se han elaborado pro-puestas para regular los delitos informáticos en la 58° Legislatura. No obstante, tales sugerencias no llegaron a ser revisadas por la Comisión de Comercio de la Cámara de Diputados. En suma, se puede supo-ner que bajo las actuales condiciones de operación la red en México aún no ha entrado en un estado de permanente riesgo. Ello no ha sucedido porque las normas o las instituciones encargadas resulten suficientes y eficientes para garantizar seguridad a los usuarios, sino porque todavía en la red, no están integrados procesos cruciales por los que se puedan establecer intercambios de bienes.

Nueva competencia económica e introducción de prácticas irregulares en la red

El camino que ha continuado el crecimiento de la red se ha separado mucho de construir un sistema abierto y de operación libre como en un inicio fue imaginado por sus creadores. Hoy cada vez es más persiste el predominio de un ambiente formado por los gran-des intereses de firmas mundiales. Éstos marcan las pautas de acceso y desempeño en el intercambio electrónico de datos, frente a una intensa compe-tencia económica que introduce constantemente prácticas irregulares dentro de la red. El acelerado desarrollo de las nuevas tecnologías representa, al mismo tiempo, rutas paralelas a la transformación de los modos de organizar la vida y el trabajo. Su papel es decisivo para asociar las esferas locales con otras de carácter mundial.39

Este proceso ha significado también el esta-blecimiento de jerarquías y asimetrías en distintos

órdenes. Los estados nacionales manifiestan menos capacidad para afrontar la regulación de los mercados externos. La toma de decisiones deja de residir entre las entidades locales y su espacio de intervención es cada vez menor en relación con las normas impuestas por las prioridades de la economía trasnacional.40

Nuevas formas de derecho de carácter mercantil o financiero muestran la emergencia de poderes privados supraestatales extendidos entre los campos la tecnología y el terreno laboral. Se afianza una forma de sistema jurídico descentralizado, que pone a prueba las leyes nacionales. Mientras el arbitraje pasa a depender de juicios de tribunales externos, los países se ven obligados a subordinar sus normas locales a la normatividad internacional y a buscar acuerdos para impedir sanciones o restricciones. Tales cambios conforman una nueva competencia

39 Las causas de tal comportamiento pueden encontrarse en la lógica que continuaron los cambios generales en la economía después de la segunda mitad del siglo pasado. Tres ámbitos de la producción han contemplado nuevas tendencias: la elaboración de materias primas no necesariamente continúa asociada a la economía industrial; la producción industrial ha dejado de ser el factor determinante que define las características del empleo y los movimientos de capital pasan a convertirse en los motores de la economía del mundo por encima del financiamiento tradicional que brindaba el comercio. Al respecto, vid. Peter Drucker, La sociedad poscapitalista, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1999. 40 Como la omc, Mercosur, la Unión Europea, los acuerdos de comercio así como de cooperación en materia de seguridad regional, entre otros.

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que, en gran medida, condiciona la reconversión de las viejas empresas y la aparición de nuevas organi-zaciones. El criterio preponderante de esta lógica radica en la rapidez para fabricar y colocar nuevos productos o servicios; lo que permite, a las compañías líderes, quedarse con el beneficio de la concentración y dejar rezagados al resto de los competidores.

En la disputa por el mercado, el triunfo de la em-presa pionera es sólo momentáneo. Mientras que a las demás les toma tiempo conocer y aplicar los nuevos procedimientos de elaboración con características similares o superiores, el periodo posibilita a las compañías innovadoras a alcanzar grandes ingresos y ofrecer altos salarios. Si el propósito último de cual-quier firma se orienta a la obtención de utilidades y la acumulación de capitales, tal ventaja hace que la contienda sea un permanente relanzamiento de las empresas y de la reorganización de sus estrategias comerciales. Esta disputa por el mercado obliga a la inversión de capital en investigación y en recursos humanos dado que las tecnologías actuales requie-ren mayores cantidades de conocimiento y trabajo especializado. Esto supone que las empresas ante la imposibilidad de desarrollar procedimientos propios o invertir en investigación se ven obligadas a asumir altos costos de absorción y pagarlos como importa-ción de tecnología o como productos elaborados.

La tendencia que crea este tipo de procesos presenta también efectos secundarios. Destaca la permanente movilidad y desplazamiento del trabajo descalificado, presiones favorables a la reducción salarial, aún para el empleo especializado, contra-tos laborales temporales, así como la formación de grandes grupos de desocupados y debilitamiento del poder de los sindicatos tradicionales. Frente al desarrollo vertiginoso de la red resultó muy diversa la dinámica que adquirieron las organizaciones de-dicadas a los sistemas satelitales o las vinculadas a la informática. En el mercado electrónico, las firmas se caracterizan cada vez por la fragmentación de las ramas de la producción y por adaptarse rápidamente a las necesidades del consumo.

Reorganización de las empresas participantes en la red

La colocación de las empresas a partir del desarrollo de la red corresponde a un sinnúmero de fusiones, alianzas o desplazamientos en el mercado. De esta forma destacan dos tipos de organizaciones, unas que ya existían pero que ajustaron su organización interna para dirigirse hacia la elaboración de nuevos productos; y otras más que aparecieron con el propio crecimiento de la red, estableciendo nuevas pautas de trabajo y consumo. Muchos de los grandes cor-porativos trasnacionales aceleraron sus procesos de cambio iniciados desde el final del siglo pasado. Pro-curaron diversificar su oferta y redujeron sus costos financieros trasladándose hacia regiones rentables de acuerdo con los criterios de salarios y calificación de mano de obra. El nuevo mercado obligó a estos grandes corporativos a participar en la competencia como si se tratara de organizaciones principiantes. La primera división en las telecomunicaciones fue obligada en Estados Unidos desde el año de 1984, perdiendo las 7 Bells cerca de la mitad de clientes de larga distancia en un periodo de doce años. Un segundo cambio ocurrió en 1995 cuando at&t decidió volver a fragmentarse de forma voluntaria en tres compañías independientes para enfrentar de mejor manera a la nueva competencia.

Entre los grandes corporativos que se reorganiza-ron a finales de los 80 y principios de los 90 destaca el caso de ibm. Durante este periodo el consorcio replanteó la producción de su sistema operativo os warp, dio una nueva orientación a la comercializa-ción de servidores y maifrenes para plataformas de intercambio de grandes volúmenes de información. Al tiempo, financió proyectos de investigación y desarrollo de conectividad. Por caso, en 1983 fue establecida la European Academic and Research Network (earn, Red Académica de Investigaciones Europea), con recursos de la propia ibm. La rees-tructuración de estas grandes empresas implicó en general la desaparición de procesos tradicionales

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de manufactura, a la vez que representó una nueva composición de su financiamiento, por lo que los capitales de origen familiar se fueran perdiendo cada vez más ante la presencia de recursos externos. Gru-pos como Cisco, 3com, General Electric, continuaron procesos semejantes.

Otras firmas medianas ya existentes lograron cambiar para posicionarse en el mercado con la fabricación y distribución de nuevos productos. Cyrix estuvo dedicada en su origen a la elaboración de procesadores para equipos personales, y por mu-cho tiempo operó como competidor permanente de Intel y de ibm. Sin embargo, más tarde, esta firma abandonaría el sector industrial para encaminarse a la elaboración de chips para la telefonía celular. En este mismo periodo la red alcanzó a sostener a una tasa crecimiento vertiginoso. Mucho de este impulso tuvo origen en la aparición de pequeñas empresas que rápidamente lograron colocarse en el mercado para responder a demandas técnicas que los productores convencionales no podían ofrecer. Crecieron firmas como Mosaic o Gopher. La historia de Google no re-sultó excepcional. Esta organización comenzó en los dormitorios de la Universidad de Stanford, cuando dos alumnos de ingeniería eléctrica y de ciencias matemáticas, Larry Page y Sergey Brin, llegaron a crear uno de los motores de búsqueda más conoci-dos en la red, el cual actualmente genera enormes ganancias por publicidad.41

Muchas empresas más nacieron exitosamente y otras optaron por ser absorbidas por grandes corpo-rativos, como resultó el caso de Hotmail adquirida por Microsoft a finales de los 90; o bien, empresas pequeñas que se resistieron a ser compradas y con-tinuaron su crecimiento convirtiéndose en grandes. Éste es el caso de Netscape conocida por el diseño de grandes navegadores, la cual se alió en un primer momento con Microsoft para construir la base de Ex-plorer; sin embargo, más tarde volvió a desempeñarse

con independencia hasta alcanzar el tercer valor por acción más alto de la historia del nasdaq ipo.

Incorporación de prácticas irregulares en el mercado

La dinámica de las empresas tiene un papel relevan-te. Organiza la producción y distribución de bienes y servicios, otorgan una posición privilegiada como proveedor de servicios y productos al Estado, lo cual permite presionar para regular el mercado conforme a sus intereses económicos. Ello hace recurrente también la demanda de las grandes empresas para exigir garantías de inversión, políticas monetarias flexibles, procesos inflacionarios controlados, esta-bilidad política y seguridad pública. Sin embargo, en muchas ocasiones las estrategias de competencia de estas organizaciones alcanzan a introducir prácticas o acciones irregulares dentro del propio mercado, sin que haya un marco normativo que las supervise o las sancione. Microsoft y Telmex establecieron alianzas comerciales con el propósito de mantener al margen a sus respectivos competidores. Esta alianza corporativa puede mostrar que la lucha por el mercado no sólo radica en atraer un mayor número de clientes o compradores, sino también, en reducir al mínimo las posibilidades de acción de las firmas competidoras.

En la estrategia para el lanzamiento del sistema operativo Windows 95 a finales de los 90, la empresa Microsoft puso en marcha una campaña de abierta exclusión de sus adversarios comerciales. Dadas las múltiples dificultades para que dos o más sistemas operativos puedan ser configurados correctamente en un mismo equipo de cómputo –y contra la idea de una política formal de comercialización de sus productos–, Microsoft no se opuso para que Windows fuera reproducido, vendido e instalado de manera

41 El nombre del buscador Google viene de su semejanza con la palabra inglesa googol, el término para expresar la cantidad de uno por diez a la cien (un 1 seguido de 100 ceros) (la palabra castellana es gúgol). En sus primeros años, sus servidores indexaron a 24 millones de páginas con una escasa infraestructura: operaron en un garage en Menlo Park, California; su conexión se establecía con líneas telefónicas, un cable modem, una línea dsl y un solo empleado. Sin embargo, el número de septiembre de 1998 de la revista pc Magazine, destacó a Google al incluirlo en su lista Top 100 Web Sites de ese año.

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ilegal en un gran número de equipos personales. Era de esperar que la empresa reportara la pérdida de grandes ingresos. Pese a ello, lo significativo para Microsoft, no era tanto el posicionamiento de su pro-ducto en el mercado, sino reducir las oportunidades de comercialización de sistemas operativos como OS Warp de ibm, Corel, Novel, entre otros. Con la insta-lación de copias ilegales de Windows 95 en un gran número de computadoras, automáticamente se dejó a estos programas fuera. Contra todos los riesgos, Microsoft no objetó la reproducción ilegal porque de esa misma manera liquidaba indirectamente a su com-petencia. No resulta extraño que solamente hasta que Microsoft, pudo verse a la vanguardia entre los mayores proveedores de sistemas operativos y suites en México, se asumió como el principal promotor en contra de la reproducción ilegal apoyando a la Procuraduría General de la República en campañas como “Alianza contra la piratería”.

Amén de aprovechar su infraestructura instalada para la venta de productos de cómputo, los pagos diferidos, cobertura ilimitada de servicio –acompa-ñados de prácticas irregulares–, la lógica de Telmex ha continuado una estrategia semejante a la de Microsoft para mantenerse a la cabeza como el prin-

cipal proveedor de acceso a internet en México. El sistema de conexión diseñado por Telmex posibilita compartir una misma cuenta a un número ilimitado de usuarios, generalmente con el desconocimiento del auténtico titular del contrato. Al igual que la estrategia puesta en marcha por Microsoft, se podría pensar en un primer momento que existen grandes pérdidas al dejar técnicamente abierta la posibili-dad de la multiplicación de usuarios que acceden al servicio sin realizar pago alguno.

No es así, el procedimiento está diseñado para que la falta de ingresos por el uso irregular de cuentas puedan ser compensada con facilidad al desconectar simultáneamente las líneas telefónicas colgadas y obligar a los clientes intrusos a marcar de forma consecutiva para recuperar la conexión perdida. Al mismo tiempo, el sistema presenta el uso inadecuado de la cuenta como responsabilidad del descuido del propio abonado permitiendo la comisión de acciones irregulares. Una vez más, el principal objetivo, no es incrementar la cartera de clientes de la empresa, sino reducir al mínimo las oportunidades de las firmas competidoras. Con estrategias de este tipo, Telmex se han mantenido por encima de att, Compuserver, Axtel, y otros pequeños proveedores nacionales.

Consideraciones finales

Los recursos tecnológicos que demandan las co-municaciones en México han sido incorporados sin grandes restricciones. Mucho del riesgo en la red se desprende de la manera en que estos recursos son regulados. El Estado no ha creado suficientes mecanismos de regulación, lo que ha posibilitado que la competencia del mercado continúe estando a favor de grandes empresas frente a consumidores expuestos a la vulnerabilidad de actos antisociales. Es oportuno preguntarse acerca de la capacidad de las entidades reguladoras para vigilar las conductas

anticompetitivas entre los grandes consorcios de las telecomunicaciones.42 Hacia 1998 mientras la Comisión de Competencia Económica llegó a declarar monopolio al consorcio de Telmex, la Comisión Fede-ral de Telecomunicaciones no impuso sanciones a la firma ante la falta de información para monitorear sus movimientos contables.

En este contexto, la falta de vigilancia, el incre-mento del desempleo, la proclividad de la impunidad, el desplazamiento de empleos altamente especiali-zados en la obtención de información confidencial

42 Howard Rheingold comenta: “Prodigy está planteada según el viejo modelo de los consumidores como mercancías, que funcionan para las revistas del mercado masivo. Usted utiliza los servicios y contenidos de la cadena televisiva (o servicio en línea) para extraer una gran población de usuarios, que le dan información detallada acerca de las características demográficas, y luego vende a los anunciantes el acceso a esos usuarios. Adecua el contenido de la revista, programa de televisión o servicio en línea, para atraer un gran número de consu-midores con las mejores características demográficas, gasta dinero en encuestas y se concentra en grupos para certificar las características demográficas de sus consumidores y luego las agencias de publicidad compran el acceso a la atención de aquellos consumidores que usted capturó”. (La comunidad virtual, Barcelona, Gedisa, 1994. p. 348).

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propician el riesgo de usos irregulares en la red. La disputa comercial provoca que muchas empresas pe-rezcan. Algunas otras se colocan momentáneamente y se desvanecen después. Ello hace que el personal especializado no logre incorporarse nuevamente al mercado laboral. El ambiente de desocupación ha extendido una actividad conocida como ingeniería social, que en sus peores términos significa la venta de información confidencial de empresas o particu-lares extraída ilícitamente.

La disposición para realizar estos actos se alienta por la existencia de la demanda de información para el control del mercado. De esta forma llegan a sabo-tearse equipos para ganar ventajas económicas. A pesar de ser desconocidas, estas prácticas son cada vez más frecuentes. Extraer información de manera indebida ha ocurrido en la esfera de las organizacio-nes empresariales y, más tarde, estas prácticas se han trasladado al ámbito privado. La manipulación fraudulenta con fines de lucro, la destrucción de

programas o datos, el acceso y la utilización desau-torizada de información personal, generan grandes beneficios económicos y causan importantes daños materiales o morales.

Se ha sostenido aquí que un sistema puede evi-tar quedar expuesto al riesgo o a la vulnerabilidad estableciendo una organización de reglas y agencias institucionales que anticipen contingencias. En México las leyes creadas y las instancias implantadas no han logrado establecer márgenes suficientes de seguridad que permitan a los usuarios ejercer dere-chos como ciudadanos. Todavía en la red prevalecen dudas cuando está en juego la privacidad de los usuarios, el intercambio de productos comerciales, los derechos de autor; al mismo tiempo, no resultan del todo claras las normas de la competencia en el mercado de las telecomunicaciones.

Recibido el 11 de mayo del 2009Aceptado el 2 de diciembre del 2009

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La comunicación sin cuerpo. Identidad y virtualidad

josé alberto sánchez martínez*

Resumen

El siguiente artículo reflexiona sobre la identidad y la virtualidad tecnológica. Surge de la idea de que el proceso de comunicación a través de internet está permeado por una fuerte presencia corporal paradóji-camente sin cuerpo, lo cual da pauta para discutir la identidad. En el texto se encuentra un esbozo sobre la diferenciación entre identidades y dimensiones de la identidad, así como el problema de la pertenencia. El lector encontrará en este artículo un acercamiento al problema y puentes que intentan relacionar la corporalidad al problema de la identidad, todo ello sujetado por la virtualidad.

Palabras clave: virtualidad, internet, identidad, cuerpo.

Abstract

The following article ponders on the identity and technological virtuality. It presents the idea that the process of communication through Internet is per-meated by a strong corporal presence paradoxically without a body, opening a door to discuss the identi-ty. In the text we find a sketch on the differentiation between identities and dimensions of the identity, as well as the problem of belonging. The reader will find in this article an approach to the problem and bridges that try to relate corporality to the problem of identity, all subject to virtuality.

Keywords: virtuality, Internet, identity, body.

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* Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco, Departamento de Relaciones Sociales, Calzada del Hueso 1100, col. Villa Quietud, del. Coyoacán, México, D.F., 04960.

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Se sabe que la virtualidad tecnológica es una rea-lidad de la vida contemporánea, está presente en muchos de los fantasmas activos de la vida

social. ¿El ambiente que le da vida?: redes sociales (Web 2.0), atisbos de una internet semántica (Web 3.0), WebOs, ambientes 3D, comercio electrónico, imágenes infográficas, arte digital, posthumanidad, hibridación maquinal, subjetividades postorgáni-cas. Todas forman apenas un ambiente inmediato que poco aclara las duras relaciones entre cuerpo e identidad, pues es necesario observar las fuentes vivas y complejas de la génesis de estos espacios y perspectivas: muds, bbs, Newsgroups.1 Se está, pues, frente a un panorama complejo.

Lo que se busca en este trabajo, es explorar la identidad en sus relaciones con el cuerpo en el espa-cio virtual, entendido en esa doble composición de internet, tanto en su versión de las actuales redes sociales, como en su versión previa. No es del interés de este trabajo discutir sobre dichas concepciones/composiciones de internet, diferentes la una de la otra, distintas simbólicamente, con objetivos y constituciones separadas. La postura sostenida aquí con respecto a esta discusión, es que las redes sociales son la versión degradada y empobrecida de internet frente a su ontología constitutiva, son espacios dificultosos para pensar la virtualidad. Y es que la virtualidad está constituida por información, y la información, recordando a Simondon,2 es el re-sultado de la relación de fuerzas, lo que en Deleuze,3 probablemente retomando a Hegel, es la síntesis (el conjunto de síntesis forman rizomas y pliegues: el pliegue impide que se concentre la identidad). De

ahí que las redes sociales representen lo opuesto al pliegue, permitiendo grandes concentraciones de identidad (anulación del proceso informativo). In-sisto, ésta es una discusión que no aborda el trabajo, sino que se centra en la identidad y en el cuerpo en su relación con lo virtual.

En primer lugar habrá que discernir sobre la identidad; ésta siempre implica un sentido rela-cional con respecto al otro, sea reconociéndolo o negándolo, en la igualdad/diferencia. En el fondo, la identidad implica alteridad, y podríamos decir que también ocurre en viceversa.

La discusión sobre el concepto es inacabable/inabarcable, pero hay que reconocer que es un con-cepto fundamentado por la filosofía: “¿quién soy?, ¿qué soy?”. Recordemos el oráculo a la entrada de Delfos gnôthi seautón: “conócete a ti mismo”, el cual contiene toda una discusión sobre lo que soy, la cual abarcará toda la Edad Media como principio de defi- nición de sí. Es innegable que hoy la presencia de dicha frase remite a esquemas metafísicos, pues es nuestra herencia occidental referente a la filosofía, pero la frase tenía mucha injerencia social en la época en que fue escrita. Se trataba de un principio básico: definirse a sí mismo para tener una definición social, hoy lo llamamos identidad. El problema que más tarde se encontrará y que goza hoy de vigencia, es que tal definición siempre es aproximada, o por qué no decirlo, disgregada, pues la identidad, al igual que la virtualidad, vive en dimensiones: señala lo que es pero también lo que no se es.

En uno de sus libros,4 Foucault argumenta que el oráculo délfico pertenece a un momento histórico

Identidad y cuerpo

1 Las denominadas redes sociales son hoy el espacio desde el cual se habla y se intenta hacer conceptualización de lo virtual, en tanto condición de la tecnología; sin embargo, es sumamente relevante destacar que éstas son el reducto de comportamientos electrónicos previos, fundados no en la noción de espectáculo íntimo sino de constituir a internet como un espacio de información. Se entiende la información como un principio que permite la individuación, donde se constituye una paradoja; lo artificial permite darle forma a lo real, pero lo real se vuelve a sí mismo en lo artificial (sentido de cultura). Esto es algo que se puede localizar más en los entornos de la primera web: muds, bbs, Newsgroups. Las redes sociales eliminan la dimensión problemática de este proceso de individuación colectiva. Para lo de individuación véase: Gilbert Simondon, La individuación, Buenos Aires, Cactus-La Cebra, 2009. 2 Ibid. 3 Vid. de Gilles Deleuze y Félix Guattari, Capitalisme et Schizophrénie 1. L’Anti-Œdipe, París, Minuit, 1972; Capitalisme et Schizophrénie 2. Mille Plateaux, París, Minuit, 1980 y Rizoma (introducción), trad. Umbelina Larraceleta y José Vázquez Pérez, Valencia, Editorial Pre-Textos, 1977. N.E. 4 Michel Foucault, Tecnologías del yo, Barcelona, Paidós, 1996. N.E.

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posterior a la plenitud filosófica de los griegos, por lo que hay con anterioridad un oráculo que rezaba epimelesthai sauton “cuidarse de sí mismo”. La mayor parte de las conjeturas relacionales entre identidad y cuerpo vienen de esta época, pues cuidarse de sí mismo implicaba prohibirse de muchas cosas a sí mismo: el ascetismo corporal tiene sus raíces en este lugar, y qué decir las premisas corporales relativas al cristianismo. Hoy, las proposiciones contemporáneas que acompañan el cuidado del cuerpo, la salud, la imagen, pertenecen en cierto nivel a esa idea, sólo que con diferentes funciones y mecanismos.

En ese camino, el concepto identidad es lo que define al sujeto o a los grupos de sujetos, ¿pero, qué es eso que lo/s define? Más allá de las conceptualiza-ciones, Maalouf enseña sintéticamente que existen dos polos que conforman la identidad; se trata de “los documentos de identidad”,5 los cuales consisten en rasgos topográficos (lugar de nacimiento, fecha), distintivos (estirpe, sangre, nombre, apellidos) y también corpográficos (lunares, marcas, huella dac-tilar, tamaño, color, facciones). Todos ellos, y sobre todo el último, convierten a la persona en sujeto, pasando de ser un personae (ninguno y todos) a al- guien único; los documentos de identidad son la primer síntesis del sujeto. A partir de este punto habría que añadir todas las consecuencias de control que se institucionalizan y que no hacen sino con-tinuar con la ruptura comunicativa entre el cuerpo y el mundo de las ideas6. Maalouf habla del “examen de identidad”,7 quizás sea más apropiado denominarlo información de identidad. Se trata de rastrear los diferentes componentes de la identidad, aquí entra en juego toda la simbólica cultural personal y colec-tiva, desde donde brota la “pertenencia”, la “matria”, la afinidad a partir de la cual nace la relación con los otros: el principio de alteridad. De ahí, se puede sostener que la identidad presupone siempre al otro

partiendo de la suposición de sí mismo, como señala Turkle; los mundos tecnológicamente generados al situar al mismo frente a otros también sitúan al sí mismo en una nueva relación con su propia identi-dad.8

A estas dos dimensiones que Maalouf plantea se le han llamado de diferentes maneras como ver-emos a continuación. Sociológicamente existen dos grandes corrientes que han abordado la temática de la identidad, señalemos de pasada que pensar la identidad presupone siempre pensar la cultura: las teorías de la cultura son siempre teorías de la identidad, lo que es un individuo, su distinción frente a los otros y su identificación frente a los mismos de un grupo depende siempre de la cultura en la cual se encuentra/n inserto/s.

Desde el punto de vista de la cultura, los debates sobre la identidad se enmarcan en dos grandes perspectivas: la moderna y la posmoderna; y desde el punto de vista de los actores sociales: la indi-vidual y la colectiva. Ambas bifurcaciones resultan importantes para este trabajo pues, como se verá en el primer caso, los posmodernos conceptualizan la identidad como fragmentación, como un cuerpo mutable, un elemento desmontable del actor, algo muy distinto a lo que pensamos sobre la identidad para analizar el espacio virtual. El segundo caso consiste en pensar el nivel individual y colectivo en el espacio virtual como distinción entre el actor que hace uso de la tecnología, y los actores colectivos que forman una comunidad.

De manera general, la identidad participa de dos elementos, la distinción y el reconocimiento. En el primer caso, la identidad es la voz del conjunto de características y rasgos que se manifiestan en núcleos de pertenencias o afiliaciones, los cuales distinguen a un individuo de otro. Tal distinción se da en dos niveles: por un lado, en la construcción subjetiva del

5 Amin Maalouf, Identidades asesinas, Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 18. 6 Después de los atentados del 11-S, los documentos corpográficos comenzaron a ser el centro gravitacional del control, usando tecno-logías virtuales instantáneas e intentando controlar datos del cuerpo que no maleables: dna, huella irilar del ojo, voz y toda una gama de biocontrol/biopoder. 7 A. Maalouf, op. cit. p. 24. 8 Sherry Turkle, La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de internet, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 1997, p. 23.

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individuo (imaginario, forma de percibir el mundo, conjunto de ideas, etcétera), la cual nunca ocurre de manera aislada sino a través de la interacción con esos círculos de afiliación (algo que Bourdieu llama habitus);9 por el otro, todo individuo se distingue por su apropiación del espacio físico, desde la proyección de su propio cuerpo, pasando por el territorio, hasta llegar al conjunto de objetos que posee. Ambos grados coinciden con lo expuesto a priori en Maalouf.

Con respecto a la virtualidad resultan impor-tantes los dos niveles. Si se concibe que la identidad es un concepto que engloba distintas dimensiones de pertenencia de un individuo, si se parte de que la virtualidad es sólo una de las dimensiones del o de los mismos, se está ya en la interpretación de la identidad desde la perspectiva de la cultura mod-erna. Para algunos pensadores sociales como Weber o Marx, la cultura moderna se distingue por tres niveles: el de la diferenciación, el de racionaliza-ción y el de la mercantilización. Se podría decir que son tres dimensiones que en sí mismas contienen a su vez otras tantas. Es posible distinguir al sujeto moderno por su lugar de pertenencia (núcleos de afiliación), nivel económico, ideas políticas, clase social o estatus cultural, o bien, por su condición de consumidor. Podemos señalar que esta concepción tiene una vigencia sociológica importante, ya que la idea de las múltiples pertenencias contiene una aplicación teórica en cualquier momento históri-co.10 Los estudios sobre la perspectiva de lo que se llama modernidad, enseñan que el sujeto se vio transgredido totalmente por la transformación súbita y lenta a la par de los estilos de vida, esa transformación va desde las grandes revoluciones (industrial, francesa), hasta las cognitivas (cientí-ficas, teológicas). El sujeto se convirtió en un agente liberado y desarraigado de su estructura comunitaria

para funcionar en un ámbito de colectividad social. Ése es el panorama que pensadores de la modernidad nos muestran, desde Marx, Weber y Durkheim hasta Rousseau y Hobbes, entre otros. En ellos, el problema de la identidad no aparece claramente, sin embargo, sus análisis permiten mostrar que el sujeto social moderno tiene que dividirse en su identidad con distintas pertenencias.

La perspectiva de la identidad es interpretada de manera distinta por los pensadores posmodernos, es decir, aquellos que descienden del postestruc-turalismo. Ellos creen que la cultura posmoderna se distingue por la fragmentación, por la inmensa cantidad de opciones que aportan los nuevos esti-los de vida, el sentido de lo múltiple. La época de lo “hiper” conlleva (según Baudrillard) a la ruptura de la diferenciación. Bajo las cortinas aparentes del simulacro, o por qué no decirlo, las cortinas transpar-entes de la cultura hiperreal, la identidad se vuelve muchas identidades.11 Para el pensador posmoderno, la identidad se disgrega en otras identidades que el individuo puede cambiar constantemente debido a la oferta de disfraces que existen en la cultura. La identidad-disfraz conlleva una transformación con-stante, una mutación: ¿hasta qué punto el disfraz depende sólo de la apariencia móvil?, ¿no será que el disfraz es igualmente partícipe de anclajes, y aunque sea desmontable en apariencia contiene huellas de pertenencias culturales? Al estudiar el caso de jóvenes en Inglaterra, Woodward observó que existe en la llamada posmodernidad cierta movilidad de la identidad, cierto margen de opción de los individuos al afiliarse a un grupo; pero igualmente arguye que ese abanico de opciones está determinado por la cultura en que el o los individuos están insertos. Asimismo, señala que la identidad es parcialmente interna y subjetiva y parcialmente externa y depen-

9 Pierre Bourdieu, La distinción, Madrid, Taurus, 1988. N.E. 10 Para una mejor comprensión puede verse a Sthephen Frosh,“Identity”, en Alan Bullock y Stephen Trombley (eds.), The New Fontana Dictionary of Modern Thought, Londres, HaperCollins, 1999 y Dominic Strinati, An Introduction to Theories of Popular Culture, Londres, Routledge, 1995. 11 Es probable que la teoría de la imagen posmoderna tenga su lugar de origen en la obra de Jean Baudrillard. Conceptos como “simulacro” o “hiperrealidad” lo ejemplifican. La hiperrealidad tiende a encarnar el problema de la sustitución de la realidad por su imagen, esto se puede ver en La guerra del Golfo no ha tenido lugar, (Barcelona, Anagrama, 1991), donde el filósofo francés expone la ausencia del suceso y el conocimiento del mismo a través y únicamente a través de la imagen. La imagen como símbolo de realidad y espacio de experiencia. 12 Vid. Kath Woodward, Questioning Identity: Gender, Class, Nation, Londres, Routledge, 2004.

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diente del reconocimiento de los demás.12

Esta noción es reforzada sociológicamente por Richard Jenkins al señalar que la identidad no se vuelve flexible por la Modernidad; se puede hablar de una flexibilidad en cuanto a la identidad anterior a la Modernidad. Así pues, lo correcto sociológicamente es ver la identidad como conjunto de pertenencias y no como identida-des fragmentadas. Parece que se se está ante una reflexión central para comprender la identidad y el

espacio virtual: que la virtualidad es una dimensión de la identidad y no una identidad distinta que con-vive con otras identidades. En efecto, la virtualidad tecnológica vista en actores concretos, puede ser una pertenencia central de su identidad; es más puede llegar a ser una matriz de su identidad, puede ganar esa pertenencia y determinarlo; por el contrario, puede ser mínima su pertenencia a la dimensión virtual (por diferentes motivos): bajo los cánones señalados es

13 El cine de ciencia ficción guarda grandes ejemplos que sirven de contextualización para lo que se está objetando en este punto. Uno de ellos es The Lawnmower Man, dirigida por Brett Leonard (1992), donde se narra la historia de un sujeto que poco a poco va adquiriendo pertenencia en la realidad virtual hasta convertirse en el centro de su vida. El otro es Abre los ojos de Alejandro Amenábar (1997), donde el protagonista, tras un accidente, decide firmar un contrato para tener una vida virtual.

Esquema 1De la interpretación posmoderna de la identidad

Esquema 2De la múltiple pertenencias de la identidad

Individuo fragmentado IdentidadesActor

Identidad

Dimensiones conformadoras o pertenecientes

identitarias

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impreciso hablar de una identidad virtual.13

De una u otra forma se ha tocado ya la identidad definida desde el punto de vista de los actores. La identidad desde el actor individual depende siem-pre del sentido de los otros, son los otros los que reconocen, distinguen: la identidad se construye en interacción social. El cuerpo, es necesario entender, participa de esta relación social y es uno de lo núcleos de la formación de identidad.

En la virtualidad tecnológica es imprescindible el papel del actor, pues aunque se hable dentro de la virtualidad de comunidades virtuales, éstas son formadas por actores disgregados en el espacio físi-co. Así, el otro siempre es imaginado a partir de las pertenencias del actor que entra al espacio virtual; a partir de ese imaginario previo y el medio (ordenador, ciberespacio y software) que permite la virtualidad, busca un grupo al cual afiliarse, aquél que resulte en concordancia con su construcción identitaria. Las comunidades virtuales son grupos de pertenencia, y como tal responden culturalmente a procesos de representación e interacción simbólica.

Desde luego que la congregación en el espacio virtual no se da físicamente, es un fenómeno ontoló-gico distinto. Semióticamente existen dos espacios distintos, primero está el espacio de significación individual, que siempre pertenece al espacio físico: ¿quién soy socialmente?, ¿cuáles son mis roles social-mente?, ¿cuál es mi biografía personal? Todas esas

preguntas constituyen datos distintivos y, hasta cierto punto intransferibles a otros sujetos, todas pertenecen a tres momentos temporales indisocia-bles, pasado, presente y futuro, es decir, lo que fue, lo que se es y el último representado en forma de proyecto, lo que se quiere llegar a ser.

El segundo espacio concierne a las comunidades virtuales (o recientemente llamadas aldeas virtua-les), adquieren una significación colectiva. Uno de los rasgos identitarios que en el espacio físico aparece y es importante para una distinción primaria, es el cuerpo, que en el espacio virtual no se presenta. Hay otras formas de presentación primaria, la mayoría de las veces el eje de la presentación es el lenguaje o las imágenes, y es a través del lenguaje que los actores se identifican o se distinguen de otros.14 En los mundos virtuales siempre a la par del lenguaje aparece un avatar como primera presentación. Ese avatar no deja de ser un constructo identitario del actor que ingresa al espacio virtual. Así, la inte-racción grupal de la comunidad se da un tanto de manera indirecta, o subjetiva, a través del lenguaje (el cual es un medio de comunicación primario) y a través de las posibilidades que permite la tecnología como medio secundario. La comunidad virtual no deja de pertenecer a la teoría de la acción colectiva, en tanto es completamente definible, en tanto apa-rece formada en el marco de una estructura social (nuevas tecnologías), y en tanto asume una forma

de comunicación.

Las múltiples pertenencias de la identidad

There is not one universe, there are many, a multiverse [...] there is not one you, there are many [...] Este eslo-gan que aparece en la parte introductoria de la película El único del director James Wong, parece situar uno de los problemas de la modernidad y posmodernidad

en la física cuántica, pero que se pueden rastrear sus raíces en la mitología: la dimensionalidad de la realidad. James Wong ensaya desde el cine la idea de que el espacio es sólo una dimensión de otra dimen-sión llamada el universo, pero que al mismo tiempo el universo es sólo una dimensión de otra dimensión, así hasta el infinito. El multiverso que es la conjuga-

14 Recordemos que la vida virtual original de internet estaba representada por el uso del lenguaje, un uso intenso donde los juegos de la imaginación estaban más expuestos, el correo electrónico o el chat, las BBS y los foros son ejemplo de ellos. Hoy podemos decir que las tecnologías ya permiten la presentación física a través de la “cámara web”, sin embargo, ésta sólo tiene una función en determinadas comunidades como el “chat”, o en mundos virtuales como Active Worlds o Secondlife. Sin embargo, aún es el lenguaje el principal canon de presentación. En este último caso, la imagen virtual es un agregado sintetizador, es decir, amuralla los procesos de creación y dispara la reiteración de la persona como tautología.

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ción de todos los espacios y todos los universos en una disconvergencia o paralelidad, representa la idea laberíntica del espacio y también de la identidad (del espacio sobre todo recuperado del mito del Minotauro), espacio arquitectónico construido por Dédalo.15 Es la identidad que parte de la idea mítica del doble que aparece en muchas culturas y que en la modernidad es asimilada bajo la figura de la esquizofrenia. En muchas culturas el doble encarna la parte malvada del indivi-duo, representando el mal; mientras que el otro yo se encarga de absorber lo maligno. Recientemente en la historia que nos concurre, en el suceso de la invasión a Iraq por eua, se observó como noticia especial en los medios el papel de los dobles de Sadam Hussein. Es importante señalar que el doble de Hussein siempre aparecía como mediador de relaciones: el doble como mecanismo de identidad y alteridad.

El doble es una dimensión del sí mismo. Una forma de prolongar la identidad. Esta idea señala la impor-tancia de considerar metodológicamente la identidad como un conjunto de dimensiones que confluyen en el individuo. Giménez, abordando una perspectiva del tema desde el ámbito cultural, señala el caso de Papu,

un hindú que vive conectado durante la mayor parte del día en internet: ahí realiza transacciones econó-micas y entabla relaciones con gente que también está virtualmente presente. Sin embargo, por la noche asiste como un ser religioso a una mezquita vestido con indumentarias culturalmente identificadas en su territorio y también convive con su familia, etcétera. Papu es un ejemplo de cómo la globalización problema-tiza la identidad dotándola de dimensiones: contraria-mente a la opinión de algunos críticos que creen que el individuo globalizado se define identitariamente por una sola dimensión, sea ésta mediática, comercial o cultural.16 Este autor señala igualmente, retomando a Simmel sobre el sentido de pertenencia, que “[...] la identidad de los individuos es multidimencional y no ‘fragmentada’ […]”17

Lo que afirma Giménez es importante para la comunicación. La idea de la fragmentación excluye discursos de otras pertenencias de la identidad. Eso es imposible pues nuestro conocimiento personal, informacional, etc., se trasluce en diferentes niveles, no en uno solo. De ahí que internet pueda funcionar como una metáfora de la identidad y el lenguaje,

Esquema 2De la múltiple pertenencias de la identidad

15 Vid. Andre Gide, Teseo, Madrid, Ediciones de Bolsillo, 2001, pp. 49-109. 16 Gilberto Giménez, “Cultura, identidad y metropolitanismo global”, en Revista Mexicana de Sociología, año 67, núm. 3, julio-septiembre de 2005. 17 Ibid.

Actor social

Espacio de transición Núcleo de comunicaciónconvergencias e intercambio

Espacio de acción

Espacio de acción

IDENTIDADREALIDAD FISÍCA VIRTUALIDAD

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pues ambos son dimensionales.

El sentido de las dimensiones aparece con las dislocaciones o la desterritorialización del sujeto en la modernidad a través del surgimiento de la in-dustrialización, el nacimiento de las ciudades y por ende las formas de vida que de ello se desprenden. A su vez, la tecnologización cotidiana de la vida, la desaparición de comunidades rurales, la globaliza-ción, la urbanización, dan cuenta de la explosión de la identidad para convertirse en múltiple. Como se puede observar en el cuadro anterior, la identidad aparece como un espacio red, es decir, una vincula-ción entre espacio físico y virtual. Paul Klee decía que “lo visible es sólo un ejemplo de lo real”; en ese mismo sentido, la virtualidad es sólo un ejemplo de la identidad, una parte de su significado. En el cruce de dimensiones se da lo que denominamos núcleo de comunicación e intercambio, éste es el espacio central donde los códigos de la identidad matriz entablan una comunicación dialógica con aquellos otros códigos que van surgiendo, en este caso con los tecnológicos, que es por donde se posibilita la virtualidad.

Si la identidad es la unicidad del individuo como conformación simbólica, en ella convergen espacios (aquí sólo hacemos referencia a la virtualidad, pero existen otros de la vida cotidiana con los cuales convive) que la definen (como se observa en el esquema). Cuando un individuo entra en el espacio virtual/entorno virtual, el proceso de comunicación se matiza en un primer momento por la identidad de la dimensión primaria que corresponde a la realidad física, la matria simbólica. La virtualidad entra en juego cuando los dispositivos tecnológicos (software y otros engranajes técnico-corporales: voz, cara, gestos, etc.) añaden al proceso de comunicación posibilidades de jugar con los códigos identitarios primarios: identificación, pertenencia, presencia.

La dimensión virtual de la identidad queda definida por la flexibilidad, por la ampliación de la

identidad y por la multireferencialidad de sí mismo. De hecho, con la virtualidad la búsqueda filosófica de sí mismo contiene dos formas; por un lado puede acelerar un tipo de conocimiento de sí; por el otro, puede reacentuar la figura del laberinto cretence, donde el individuo vaga condenado a la figura semio-lógica del Minotauro, que es la misma figura mítica a través de la cual se ha interpretado la relación individuo-virtualidad. A partir de lo dicho, la figura mítica que aquí se propone es la de Teseo, donde Ariadna funge como la identidad primaria. Teseo se adentra en la virtualidad pero siempre con la refe-rencia de su identidad, es decir, el espacio al cual regresa. La característica de Teseo es que vuelve del laberinto y justamente nadie de los otros, que son él mismo, se queda en la virtualidad, todos vuelven a Ariadna, a Creta, aunque volver sea terrible, aunque volver en ciertos casos implique detentar contra la realidad física.

Este fenómeno dimensional ocurre ya sea dentro de la “pantalla” (entornos virtuales permanentes) o “en la pantalla” (entorno virtual dislocado).18 Esta acotación matiza ya las relaciones de alteridad, en el caso de la virtualidad tecnológica nos referimos a un individuo que prolonga su subjetividad, su estadio simbólico, sus ensueños, sus pulsaciones íntimas, en un entorno donde se liga a otro individuo o conjunto de individuos. Desde un punto de vista general, se trata de lo multiversal que, dicho sea de paso, es una de las distinciones de la identidad virtual: la posibilidad de jugar en varios niveles de la realidad virtual, camuflajeando la identidad, no creando otra identidad.

¿Qué implicaciones tiene esta dimensión en la identidad? El problema es complejo si consideramos que la virtualidad la estamos entendiendo como un espacio interno de la tecnología, subjetivado, donde los individuos se congregan y se relacionan. Aquello que Serres ha denominado “estar ahí y no estar ahí”. De acuerdo con la cartografía de la virtualidad, el

18 Esta diferenciación sobre la pantalla es necesaria para comprender la realidad virtual. Actualmente hay trabajos, muy pocos, que intentan dar cuenta de la pantalla como fenómeno de relación social, en el último que presenta Gilles Lipovetsky y Jean Serroy (L’écran global, París, Seuil, 2007), postulan que la pantalla originalmente ligada al cine se ha deslocalizado. Como resultado de esa desvinculación ha proliferado una pantallización social (gadgets), dando nacimiento a otras formas de ver.

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gascón plantea la virtualidad como una dimensión blanca, algo que “está fuera de ahí”. “Entre lo seme-jante y lo diferente, lo lejano y lo cercano, lo experi-mentamos en nuestros transportes, existe un tercer lugar universal: inmenso mundo transparente por el que circulan los intercambios, eje o espacio blanco en el que la distancia suprime su alcance gracias al vínculo, en el que los movimientos aparecen en reposos, nudo de hilos […]”19

En ese mismo sentido la virtualidad es una di-mensión existencial para Pierre Lévy20 quien piensa que el espacio virtual es un lugar de proyección de la identidad, en tanto el otro no desaparece. Esta pers-pectiva de desaparición es sumamente importante, pues en la virtualidad no se trata de relaciones entre fantasmas, hay un proceso de existencia involucrado. Sólo puede existir el otro si los rasgos de la identidad no desaparecen, de ahí que aquellas opiniones de los críticos cuando dicen que vivimos en una época carente de identidad resultan faltas de rigor en tanto pierden de vista que la identidad es mutable hasta cierto punto y multiespacial. Esta última observa-ción es aplicable al cuerpo, el cuerpo participa de esa mutabilidad y por ende es un dispositivo que propicia una nueva dimensión. Lévy opina que “La virtualización no es en ningún caso una desaparición en lo ilusorio, ni una desmaterialización. Más bien hay que asimilarla a una ‘desustanciación’[…]”21 Cuando Lévy habla de sustancia se refiere a la materia como contenedora de esencia. La ‘desustanciación’ no implica la pérdida de existencia, como ocurre con la presentación corporal, el cuerpo nunca deja de existir sino que entabla un juego de presencias. Sólo la permanencia a los códigos de la esencia (que dicho sea de paso son eminentemente comunicacionales, punto donde se evidenciaría la comunicación virtual) puede justificar la dimensionalidad. Las dimensiones

son los lugares en los cuales se expresa y encuentra su razón de ser la existencia. A manera de síntesis, la dimensión virtual posee características básicas que están relacionadas con dicha ‘desustanciación’:

1. Se caracteriza por una compresión del espacio, es decir, el espacio físico es representado tecnológi-camente a través de la simulación. Hay dos formas de la representación del espacio virtual: uno, con adi-tamentos tecnológicos, como la fibra óptica, banda ancha, cascos, guantes y todos aquellos elementos hardware que propician la reducción del espacio y una comunicación (aspectos materiales de la comunica-ción); y dos, a través de avatares visuales, mundos visuales, es decir, software sin el cual no sería posible la creación de un espacio tecnológico. Toda página web, todo entorno, todo mensaje, toda publicidad crea un espacio de acción, de comunicación y de presencia-lugar, desde el momento en que no es ne-cesario desplazarse para entablar una comunicación con alguien, para realizar una actividad comercial, para reunirse con personas.

2. Muestra la transformación del tiempo crono-lógico en un tiempo real. Se tendrían tres nociones del tiempo que definirían la identidad: el tiempo cíclico, el cronológico o histórico, y el on-line. Cada uno de ellos responde a una dimensionalidad: los rituales de año nuevo, de cambio de estación bioló-gica, la representación del nacimiento y también de la muerte o las festividades anuales (temporalidad cíclica). Lo cíclico ha llegado a convertirse en uno de los arquetipos motores de la funcionalidad social. Por otro lado, también participamos de la dimensión del tiempo teleológico que se apoya en la idea de un desarrollo racionalista (temporalidad histórica). Y a partir del desarrollo de y internet y del ciberespacio existe la dimensión del tiempo on-line.

3. Indica un cambio en la representación de la

19 Michel Serres, Atlas, Madrid, Cátedra, 1995, p. 31. 20 Pierre Lèvy, ¿Qué es lo virtual?, Barcelona, Paidós, 1999. Sería interesante analizar las relaciones entre el existencialismo como filosofía y la virtualidad. No es la finalidad de este trabajo. Baste decir que para los existencialistas, la existencia precede al pensamiento: primero existen luego piensan. De ahí que muchos de los problemas que abordan desde Kierkegaard hasta Sartre, pasando por Camus, son propios de la visión trágica que implica vivir en un sistema. Los movimientos tecnológicos coinciden en esto, siempre han luchado por dar crédito a la realidad virtual como espacio válido para desarrollar parte de la existencia personal. El software libre y la computadora personal son ejemplos del hacker que lucha por ello. 21 P. Lévy, op. cit., p. 121.

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sustancia, especialmente del cuerpo y del territorio, sobre todo en relación con la imagen. El espacio vir-tual permite la visualización en una polidimensión y ciertamente, en una multiversión. La desustancia-ción permite alterar las posibilidades de la sustan-cia: volar, ser físicamente un animal, hablar otras lenguas, no precisamente lenguas localizables en el espacio físico, no morir, no envejecer, cumplir las

fantasías que provienen de lugares muy recónditos. El individuo virtual participa de un desafío a Dios, en tanto ser eterno y creador. Puede estar en todas partes, ser cualquier cosa, comunicarse con todos, hablarle a todos.

4. Se caracteriza por un proceso de anonimato con respecto a la identidad. En el espacio virtual es posible jugar con los códigos identitarios que me presentan en el mundo físico: el nombre, la aparien-

cia, la vida misma.22

De la identidad a las alteridades. El cuerpo como medio

En el espacio virtual existen diferentes espacios; si en el espacio virtual la identidad es una, con la alteridad ocurre lo opuesto: es múltiple, no se puede hablar de alteridad sino de alteridades. Es decir, con-junto de relaciones que devienen de un intercambio comunicacional de información y códigos culturales en el plano personal. La pluralización responde a una necesidad metodológica que observa los planos donde los otros interaccionan y que generalmente se da en grupos. Así, el entorno en el cual se elige acceder requiere de cierto tipo de proyección perse, y al mismo tiempo un tipo de postración y relación con el otro. Se podría hablar incluso de alteridades dentro de las alteridades, paradójicamente igual que en el mundo físico.

En esta línea, las comunidades virtuales tendrían un peso específico en el discurso social e identitario, pues supondrían un nuevo “espacio” para las rela-ciones interpersonales. Howard Rheingold define las comunidades virtuales como agregaciones sociales que emergen de la red cuando suficiente gente diri-

ge discusiones públicas un tiempo suficientemente prolongado, con suficiente sentimiento humano, hacia la forma de webs de relaciones personales en el ciberespacio. En la misma definición del autor, está implícito el hecho de que sí es posible la convivencia en el ciberespacio y, por tanto, también lo es el desa-rrollo de la identidad en el seno del mismo.23

En el espacio virtual, que puede entenderse como un espacio de representación, las comunidades también son espacios de representación, modelos de accionar simbólicos, o como diría Machado Sirviera, en vez de hablar de “identidades virtuales” bien podría hablarse de “representaciones virtuales de la identidad”.24

La alteridad en este contexto sigue participando del otro, modela la identidad tanto de ese otro como del sí mismo. La única diferencia es que la misma virtualidad contiene virtualidad, o dicho de otra ma-nera, tiene la potencia de modificar algunos elemen-tos de pertenencia como: la presentación corporal y la presentación a través del nombre. El anonimato entra en juego así como también la desaparición, a pesar de los espacios nacientes 3D que permiten la creación de avatares.25 Dicha problematización

22 Todas estas características podrían ampliarse, especialmente la del tiempo, pero consideramos que extenderse sobre ellas, sobre alguna, nos desviaría del tema ya que cada una podría desarrollarse completamente e individualmente en el mismo tema. Sólo las señalamos para asentar nuestra idea de lo virtual. 23 Inmaculada Carrasco Gallego y Pilar Escribano Liró, “La construcción identitaria y las nuevas tecnologías a distancia. Aprender a vivir en la pantalla”, en www.cica.es/aliens/gittcus/Identidad%20(Alumnas).doc 24 Ada Cristina Machado Silveira, “Representación, identidad, virtualidad. Consideraciones acerca de los más recientes fenómenos de la industria cultural,” en eca.usp.br/associa/alaic/congreso1999/2gt/Ada%20Cristina.doc 25 Los Muds fueron pioneros sobre estos servicios; hoy parece ser que SecondLife marca la punta en desarrollo. Aunque recientemente Google mostró a modo de prueba Lively, su entorno de red social 3D. Es probable argüir que las grandes batallas en el futuro de las redes involucrarán directamente el soporte 3D, donde habrá que volver a discutir el sentido del anonimato.

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de la alteridad ha sido tratada por dos autores que entronan muy bien con el discurso en su momento de la posmodernidad: Baudrillard y Guillaume. Este último sostiene la tesis de que tanto la sociedad mo-derna y postmoderna son cruzadas por dispositivos de comunicación técnicos, los cuales transforman considerablemente las sensibilidades sociales en las relaciones con respecto al otro. “Se trata de una forma de comunicación que nos hace romper con la nostalgia de la comunidad, con la dialéctica tradi-cional del individuo y de lo colectivo.”26

Guillaume nombra ‘espectralidad’ a esa nueva forma de hacer intercambios. A través de un rastreo sobre lo espectral en el proceso de comunicación (y ante todo a través de la carta anónima, el graffiti y algunas formas de diversión como el carnaval, al dis-fraz, los juegos literarios e incluso algunas formas de prostitución) señala que la comunicación espectral está dedicada a desvincular. Dicha desvinculación sucede en gran medida por el anonimato que habita las nuevas formas de comunicación, el nombre que en el uso del teléfono y el telégrafo se vuelve anónimo. Nosotros añadiríamos el nickname y el avatar como fenómeno extensivo del juego con la identidad. In-ternet y el ciberespacio son lugares, desde este punto de vista, espectrales. “El anonimato bien puede ser un operador simbólico que permite crear o instituir un lugar vacío, desde este punto de vista permite eludir el exceso institucional y, si las condiciones son buenas, propicia el surgimiento de un nuevo actor colectivo.”27 Ésta es una noción de anonimato en la que vale la pena insistir. Actualmente SecondLife permite lo que podríamos llamar reafirmación de la identidad corporal, consintiendo la reproducción en avatar del sujeto; ejemplos: Suzanne Vega, Mia Farrow, U2, Denise Merker. Se trata de un parecerse a sí mismo. La característica es que estamos frente a dos formas de anonimato, el anonimato para conocer a los otros y el anonimato por ser una figura pública; son dos cosas diferentes, pero ambas engloban la espectralidad como característica.

Ahora bien, la espectralidad que está en el centro de todo intercambio, sobre todo en el comunicacio-nal, conduce a encuentros no directos, de ahí que el problema de la alteridad resulte como un imposible, es una especie de discurso del individuo consigo mismo a través del cual construye un imaginario donde habita el otro. La alteridad se vuelve una mani-festación subjetiva/individual interna y no externa, resultado de las relaciones virtuales o reales.

Baudrillard, no tan distanciado de Guillaume, señala que hay una pérdida de la alteridad. Las for-mas de comunicación no hacen sino desaparecer al individuo, tanto del ámbito físico como simbólico. En contraparte y como modelo emergente surgen formas que estructuran las relaciones y la identidad. Una de ellas es la liberación: “Cuanto más liberado se está del cuerpo, de la identidad y del nombre, tanto más se cae en una codificación o sobrecodificación espantosa […]”28 ¿Quién es el otro en ese horror? Si no hay cuerpo, si no hay rastro, huella, rostro, si no hay identificación, identidad, ¿el otro es apariencia que se relaciona con la apariencia del otro?

Pero contrariamente a lo que piensan ellos, aquí cavilamos que hay en el fondo un juego de simulación que crea alteridades, un rasgo que indudablemente viene de las dimensiones de la identidad: si el yo aparenta ser otro, el otro también aparenta ser otro. No hay nadie detrás de esas relaciones, según ellos, sólo un código actuando frente a otro código, eso que Baudrillard llama “alteridad artificial”.

Lo que aquí se propone, es que, en efecto, la espectralidad aparece como un rasgo característico de la identidad y las alteridades tanto en el espacio físico como en el virtual. Sin embargo, para profun-dizar es necesario especular que la espectralidad sólo responde a una cierta funcionalidad de la iden-tidad y las alteridades. Los posmodernos pierden de vista la dimensión concreta de la pertenencia de los sujetos, como vimos anteriormente. El caso de lo virtual plantea una distinción muy clara con respecto a la pertenencia. El otro que aparece en

26 Jean Baudrillard y Marc Guillaume, Figuras de la alteridad, México, Taurus, 2000, p. 25. 27 Ibid., p. 34. 28 Íbid., p. 45.

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actuación relacional con los otros en la virtualidad en ningún momento se asume desvinculado de su matriz identitaria del mundo físico. Se puede pensar que todos en el espacio virtual son internautas con características que la virtualidad les proporciona: la espectralidad. Pero hay distinciones identitarias del mundo físico que son determinantes en su in-teracción virtual, alguno es poeta, otro bancario, otro más estudiante. Las pertenencias son también extensibles, religión, nacionalidad, sexo, género, hijo, padre de familia, etcétera. De manera que lo espectral, como piensa Derrida,29 no es sólo una forma de ocultamiento, sino también una forma de aparición. Por tanto, en el espacio físico, las alte-

ridades responden a la combinación de todas estas características al momento de relacionarse, son estructuras de la aparición virtual.

En la virtualidad estas mismas partencias siguen teniendo una funcionalidad esencial. La diferencia, coincidimos con los posmodernos, es que la virtuali-dad ensancha las posibilidades de presentación iden-titaria como dimensión frente al otro: animal, humano transfigurado, objeto, robot, entre otras más.

En esta enredadera de ideas aparece la figura del cuerpo. Es necesario entender que todas las figuras de representación en el espacio virtual remiten al cuerpo. La identidad que en el suceder físico aparece sujetada a la carne, se desenreda en el espacio virtual

Esquema 4Sobre las afiliaciones identitarias en el espacio físico

Pertenencias

para convertirse en un sin número de hebras. En el espacio físico las alteridades siempre responden a esa ‘indespojable’ presencia que somos, presencia que lleva implícita nuestra definición identitaria, y quizá en parte, es, en palabras de los griegos, una mala jugada de la tragedia, la tragedia encarnada. Las alteridades en el espacio virtual, bajo el principio de comunicación virtual, son peculiares y rompen ese esquema: se trata en primera instancia de re-laciones que se dan bajo el principio de la misma identidad subjetiva; en segundo lugar, dichas rela-

ciones pueden siempre entablarse desde diferentes conceptos de sí. Aunque yo soy esto puedo entablar una relación tal pensando que soy eso, y aunque me conciba como eso no dejo de ser esto; en tercer lugar, todos los conceptos que pueda proyectar de mí mismo en el espacio virtual, siempre parten de un reconocimiento corporal, igual que en el espacio físico, sólo que dicha proyección corporal y reco-nocimiento son un misterio en primera instancia; son, para hablar en boca de otros, espectrales. El cuerpo es, por tanto, sólo un medio, tal vez el más

29 Jacques Derrida, Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, Madrid, Trotta, 1998. N.E.

importante, que detona la espectralidad, entendida como el misterio que viste las relaciones. En ningún

momento su desaparición.

Territorialidad y cuerpo: la pertenencia

Homero fue un recogedor de mitos, la tradición lo

sitúa como mediador entre dos espacios y tiempos: el sagrado y el histórico. Su importancia fue capital para el conocimiento de mitos que hasta entonces sólo pertenecían a la tradición ágrafa. En un sentido

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mayor introdujo el mito a nuevas dimensiones de interpretación al ponerlo por escrito. Desde esta perspectiva, Homero no sólo es un recogedor de mitos sino también un sembrador de problemas. Uno de ellos que aquí nos interesa es aquél que se relaciona con la identidad. En la Odisea aparece un mito que se vincula muy bien con la pertenencia cultural, este mito no sería entendible sin la recreación del escritor James Joyce, el nuevo Ulises que explora la crisis de la identidad a través del personaje Leopold Bloom.

Ulises, desde la perspectiva de Choza y Choza, representa un arquetipo de la existencia humana.30 La importancia del mito radica en la noción de viaje y la de retorno. Ulises parte hacia el mundo para convertirse en héroe: su participación en la toma de Troya, la derrota del cíclope Polifemo, su aventura en las islas de Eolo, su encuentro con Circe, su encuen-tro con Tiresias y su paso por la isla de las sirenas. Finalmente Ulises regresa a Itaca, su centro, su refe-rencia, su raíz. Si bien el Ulises odiseano representa la movilidad y el héroe; el Ulises de Joyce encarna al antihéroe en tanto que no va a ninguna parte, en tanto que vive envuelto en la piel de la monotonía, de la pérdida del centro mítico.

El viaje de Ulises aparece íntimamente rela-cionado con la identidad. Primero porque es una confrontación con lo que no se es, con otros códigos culturales que no indican un sentido de pertenencia. Segundo, porque en la lejanía de las referencias ori-ginarias, hay un proceso de acentuación del sentido de pertenencia cultural. Esta noción de viaje, meta-fóricamente, es aplicable al espacio virtual. Navegar en la red es una metáfora de viajar, una forma de estar allá estando aquí. Cuando el individuo participa del espacio virtual aparece en un proceso de viaje, donde sus códigos de pertenencia ejercen una acción que modifica al individuo mismo en su objetividad y subjetividad. En cuanto a la pertenencia social Giménez apunta:

Implica la inclusión de la personalidad individual en una colectividad hacia la cual se experimenta un sentimiento de lealtad. Esta inclusión se realiza generalmente mediante la asunción de un algún rol dentro de la colectividad considerada […], pero sobre todo mediante la apropiación e interiorización al menos parcial del complejo simbólico-cultural […]. De donde se sigue que el estatus de pertenencia tiene que ver fundamentalmente con la dimensión simbólico-cultural de las relaciones e interacciones sociales.31

La pertenencia desde esa óptica también evoca una no-pertenencia. Las nociones de extranjero tan estudiadas en ciencias sociales como fenómeno de alteridad, aparecen vinculadas a la no-pertenencia. Valdría recordar el texto de Segalen, Ensayo sobre el exotismo,32 –retomado por Baudrillard y Virilio al hablar del otro en la posmodernidad–, donde se plantea la desaparición de las pertenencias cultu-rales llamadas exóticas. El exotismo es el proceso por el cual el otro es compenetrado en una alteridad donde desaparecen las diferencias. El viaje desde la perspectiva de Segalen termina en tanto desaparece la confrontación simbólica y surge el turismo como forma contemplativa del otro, como lo mismo. Otro autor que recupera la noción del extranjero es Sim-mel. Él examina el problema de la hipóstasis de la alteridad. La hipóstasis es el proceso por el cual el extranjero se encuentra lejos y cerca al mismo tiem-po. Desaparece la distancia geográfica y cultural: el extranjero se convierte en un sujeto de frontera. Este tipo de hipóstasis aplicable al extranjero sirve muy bien para hablar de fenómenos como la virtualidad o la “extranjería artificial”.33 En el espacio virtual el otro participa de un proceso de hipóstasis y tam-bién de la destrucción de fronteras, así como del fin del exotismo. Es un individuo que multiplica su

30 Jacinto Choza y Pilar Choza, Ulises. Un arquetipo de la existencia humana, Barcelona, Ariel, 1996. 31 Gilberto Giménez, “Materiales para una teoría de las identidades sociales”, en Frontera Norte, vol. 9, núm. 18, julio-diciembre de 1997, disponible en línea en http://docentes2.uacj.mx/museodigital/cursos_2008/maru/teoria_identidad_gimenez.pdf 32 Víctor Segalen, Ensayo sobre el exotismo, México, Fondo de Cultura Económica, 1989. N.E. 33 Georg Simmel, Sociología. Estudios sobre las formas de socialización, Madrid, Alianza Universidad, 1986.

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identidad, pareciendo que no es de ningún lado de la frontera cuando forma parte de las dos: realidad fí-sica/realidad virtual. Encontramos aquí el paso de la identidad unidimensional a una multidimensional.

Esta última anotación lleva directo a discernir sobre los grados de pertenencia o lo que aquí quisié-ramos llamar afiliación, en cuanto a la identidad.34 En efecto, la pertenencia se manifiesta por grados a clasificar en: inclusión, lealtad compartida. La inclusión es el acto donde la identidad incluye ca-tegorías de la otra cultura o grupo, o así mismo es incluida como parte de ellos. La lealtad supone la no-destrucción de valores identitarios, un proceso de ‘diasporización’, donde a pesar de estar en otro grupo o cultura las raíces siguen siendo el centro de acción del individuo. Esta categoría de la diáspora resulta crucial para pensar la virtualidad, porque im-plica una negociación dialógica comunicativa entre distintos entornos y referencias culturales, igual que los migrantes cuando zarpan a otra tierra, donde ponen en acción proyectiva sus códigos culturales, de tal forma que crean un entorno dialógico.

El espacio virtual es un entorno dialógico, tam-bién un espacio-espejo de la realidad física. En él se proyecta el territorio, se proyectan los esquemas de construcción de la realidad, morfologías arqui-tectónicas, cuerpos, los códigos rituales, como de casamiento, de seducción, estructuras de consumo, etc. La pertenencia compartida responde justamente a lo dicho, es una frontera de la lealtad. Habría que añadir que detrás de la alteridad, es decir, la relación con el otro, siempre se encuentra la tesis identitaria guiando dichas relaciones. Dependiendo del sentido de pertenencia a los orígenes o raíces culturales, resulta distinta la forma de relacionarse con el otro, la forma de representarlo e incluso imaginarlo. La importancia de esta anotación radica en que, en el espacio virtual, también deben encontrarse grados de alteridad determinados por el sentido de perte-

nencia a la realidad física de cada individuo. Esto es el enfrentamiento que lleva acabo Ulises y Leopold Bloom; bajo una noción filosófica de Hegel se trata de la puesta en juego de una tesis frente a una an-titesis, llegando a concretarse en una afiliación, o nueva pertenencia: la síntesis.

La pertenencia responde en la misma línea a muchos niveles o síntesis, es ampliar la identidad, igual que en un arco iris. Esto se puede ver en mayor extensión con la aparición de las redes sociales (Web 2.0). Un usuario promedio debe mantener distintos niveles de pertenencia dentro de la red, tener un ser-vicio de mail, blog, podcast, un espacio para albergar fotografías, un WebOs y diversos servicios interfaces para mejorar la apariencia del blog (widgets).

El cuerpo no queda exento de ese proceso. Es en primera instancia un territorio, como ya lo expresó la artista contemporánea Barbara Kruger en un collage fotográfico llamado Tu cuerpo es un campo de batalla. Idea que recuperó Juan Antonio Ramírez para decir que el cuerpo es un arma.35 Ideas muy sugerentes, pues pertenecemos siempre de por vida a ese territo-rio que es nuestra carne, y como tal luchamos contra él. El cuerpo es nuestra tarjeta de identidad, pero también contenedor de información; es el albergue de nuestras sensaciones más humanas, eje de nues-tras proyecciones más subterráneas, aquellas que nos habitan y que están, pareciera, en el universo más lejano de nosotros mismos. El cuerpo es, en ese mismo eje, nuestro canal de comunicación, a través del cual proyectamos nuestros códigos y ponemos a prueba otros, de ahí que el cuerpo sea una flecha que cruza todo el espacio de la vida, siempre en busca de su blanco, siempre en busca de hablar, de ser escuchado, pero también de escuchar.

No nos pertenece el cuerpo, pertenecemos al cuerpo. Cuerpo: pertenencia primera. Se viaja porque hay cuerpo. Y si no lo hay, como en lo virtual, se viaja porque el cuerpo extiende nuestra pertenencia a él en

34 Creemos que el concepto de pertenencia es bien aplicado según lo hemos venido utilizando, sin embargo, la afiliación permite observar un fenómeno de fuga. Puede ser aplicado cuando el sujeto emprende un proceso de viaje en su vida, un viaje simbólico que le permite con-frontar sus códigos culturales de raíz con otros y así asentarse ideológica, imaginativa, fantasiosa, políticamente o en acción con nuevos núcleos o grupos. Bajo esta perspectiva habría que explorar y profundizar, la noción de identidades de un sujeto o, en palabras de Goffman, “disfraces del sujeto”. 35 Juan Antonio Ramírez, Corpus Solus, Madrid, Siruela, 2003, p. 16.

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un sentido imaginario. Pensemos en lo virtual. ¿Qué sería del otro si no pensara/imaginara su cuerpo? ¿Qué sería de mí si no pensara/imaginara mi cuerpo, si no proyectara mi cuerpo? ¿Habría comunicación sin la sola idea de cuerpo?

La idea de territorio existe porque hay un cuerpo, aunque ese cuerpo no exista. Como el cuerpo del si-lencio que, baste señalar, en la tradición literaria es considerado la identidad de todo discurso. Así, igual y por extensión, la literatura no puede prescindir de

cuerpos, los personajes literarios tienen cuerpo por-que hay una pertenencia imaginaria hacia el cuerpo, muy similar a lo que ocurre con el espacio virtual. En el proceso de la comunicación virtual el cuerpo da forma a los nuevos imaginarios, nuevos esquemas de imaginar al otro. El otro es aquél que se estructura imaginariamente a partir de la información; son las características técnicas para procesar la información (tecnología digital) las que recodifican la presenta-ción de sí, la narratividad de sí.

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Recibido el 2 de julio del 2009Aceptado el 15 de febrero del 2010

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La radio cultural indigenista en México: dilemas actuales

inés cornejo portuGal*

Resumen

En el presente artículo se exponen tres de los mo-mentos más relevantes de la investigación en la radio indigenista. Se argumenta que la radio cultural indigenista ha forjado un modelo de comunicación sin precedentes en el país y en la región. Asimismo, se se-ñalan las principales características de dicho formato radial: interlocución con sus audiencias; a quiénes interpelan a partir de su lengua y cultura; reactiva-ción de repertorios culturales implícitos en la palabra y recreación de elementos de identidad indígena. Por otro lado, también se analizan los nuevos desafíos comunicativos (radio migrante, usos sociales de los teléfonos celulares, internet); los contenidos bajo el discurso de una relación igualitaria y los medios para crear espacios a las manifestaciones culturales contemporáneas de la región, entre otros.

Palabras clave: radio indigenista, investigación radiofónica indigenista, modelo de comunicación.

Abstract

This article examines three of the most relevant research periods on indigenous radio, arguing that this branch of broadcasting has forged a model of communication without precedent in the country or region. It identifies as well, the main characteristics of the aforementioned radio format: interaction with an audience that participates through culture and language, and the reactivation of meaningful cultural repertoires implicit in the words that re-create elements of a native identity. Finally, the article also discusses new challenges that this kind of broadcasting is now facing,( migrant radio, social uses of cellular phones, internet); of how to rethink its content in the context of a more egalitarian rela-tionship, and how to provide spaces for contemporary cultural manifestations emanating from the regions involved, among others

Keywords: indigenous radio, research on indigenous radio, model of communication.

c

* Universidad Iberoamericana, Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, 01219.

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¿Cómo una radiodifusora indigenista, además de ser un medio de comunicación, incide en algunos repertorios culturales de los pueblos

indígenas bajo su cobertura? ¿Esta particular forma de hacer la radio estaría contribuyendo al “nosotros indígena”, al interpelar a los receptores desde sus propios repertorios culturales? Las emisoras cultu-rales son parte sustancial de la vida cotidiana de las diversas colectividades a las que atienden; en efecto, ¿la radiodifusión en lengua indígena sería una alternativa para romper el eslabón que une al indígena con la pobreza? ¿Las prácticas de inves-tigación en las radios indigenistas constituyen un aporte en este sentido?1

En México, el Poder Ejecutivo federal ha pau-tado, durante más de cincuenta años, la práctica indigenista, desde fines de los años setenta, cuando el proyecto radiofónico (Sistema de Radiodifusión Cultural Indigenista) fue promovido por el Instituto Nacional Indigenista (ini), además de estipular el papel que las emisoras debían cumplir en las áreas interétnicas. En 1979, la radio, bajo la óptica desa-rrollista, se utilizó con fines educativos y de caste-llanización, procurando dotar a los pueblos indios de las competencias suficientes (agropecuarias y de salud) para adecuarlos y hacerlos partícipes en los programas de desarrollo rural instrumentados por el gobierno.

En los años ochenta, rescatar, conservar y difun-dir la cultura indígena, junto con la propuesta de participación de la audiencia, constituyó el modelo de trabajo radiofónico. La programación organizada a través de la música local y regional, así como el servicio de avisos, se perfilaron como los pilares más fuertes de dicho modelo.

En los noventa, los objetivos de las emisoras se revisaron para convocar la participación de organi-zaciones productivas y culturales de los indígenas a

través de proyectos como los centros de producción radiofónica, los corresponsales comunitarios y los consejos consultivos. Asimismo, se constató que, en gran parte de las zonas atendidas, las emisoras indigenistas constituyen el medio más importante de comunicación para los pueblos indios.

En 2003, el entonces presidente Vicente Fox Quezada (2000-2006), anunció la sustitución del ini por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indios (cdi).2 Así, en el presente siglo, muchas cosas han cambiado. La práctica indigenis-ta, y particularmente la experiencia radiofónica indigenista,3 pareciera estar siendo rebasada por las multifacéticas demandas de los pueblos indios, los cuales reivindican su pleno derecho a la libre deter-minación y a la autonomía como expresión de ésta.

Actualmente es difícil renovar la política –ya cincuentenaria– indigenista; se debe admitir que los indígenas son sujetos de derecho y no objetos de asistencia social, hay que aceptar que el trabajo en los espacios interétnicos debe dejar de ser exclu-yente y vertical.

La investigación en las radiodifusoras indige-nistas nace con la primera emisora que funda el ini, hace ya tres décadas. Con ésta inicia un trabajo de producción radiofónica que implica innovar las for-mas tradicionales de investigación para hacer radio; sobre todo si se trata de radiodifusoras que surgen con dos características: la primera es que trabajan con indígenas en sus propias comunidades y, la se-gunda, que inician un modelo de radiodifusión sin antecedentes en este país ni en América Latina.

Las radios culturales indigenistas se han dedicado generalmente a la producción y a diversas tareas, más que a la investigación propiamente dicha, pues existía una idea proclive a ‘hacer’ la radio más que a investigarla. Cabe mencionar que en cada emisora se ha realizado la investigación de campo que mejor

Introducción

1 Las lenguas indígenas más habladas son el náhuatl (1,659,029 hablantes), el maya (892,723), el mixteco (510,800) y el zapoteco (505,992 hablantes). 2 La cdi se creó por decreto, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de mayo de 2003; mientras que la ley que creó el ini data del 4 de diciembre de 1948.

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ha funcionado en la producción radiofónica, y cada una de éstas lo ha hecho con diferentes grados de sistematización.

Desde mediados de los ochenta, seis años después de haberse instalado la primera radio indigenista (La Voz de la Montaña de Tlapa de Comonfort, Guerrero), es cuando en determinadas emisoras se proponen, de manera particular, investigar acerca de sus audien-cias. Es decir, de qué manera estas radiodifusoras, con vocación de servicio y comprometidas con los múltiples receptores (mayas, nahuas, pames, triquis, mixtecos, por citar algunos), atendían sus necesida-des y expectativas culturales y comunicativas.

Al respecto, es importante mencionar que de acuerdo con el Censo de 2005, se cuenta con 110 millones de mexicanos, de los cuales 12 millones son indígenas. En valores absolutos es la población indígena más grande de América. Cabe anotar que

de los 62 grupos étnicos que existen en México, los mayores movimientos migratorios se registran en-tre purépechas, mayas, mixtecos, otomíes, nahuas, totonacas, mazahuas y choles. De las 32 entidades federativas del país, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Yucatán concentran al 47% de la población indígena nacional. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), las comunidades de origen de los indígenas se caracterizan por: alta tasa de natalidad, carencia de servicios de salud y agua potable, habitan en viviendas con piso de tierra y hacinamiento, analfabetas o primaria incompleta, los niños no asisten a la escuela, hay conflictos por la tenencia de la tierra focalizados en las áreas de las reservas naturales, además de un alto índice de migración laboral. La esperanza de vida es siete años inferior al resto de la población. Así, “los más pobres de los pobres son los indígenas”.4

Antecedentes. La radio indigenista como objeto de estudio

Gran parte de los trabajos de investigación sobre las emisoras indigenistas se basaron en la preclasifica-ción denominada “otras radios”.5 Con dicha preclasi-ficación se intenta dar cuenta, en la mayoría de las indagaciones, de lo que sucede con el conjunto de radiodifusoras no comerciales, es decir, radios permi-sionadas sin derecho a comercializar el tiempo aire, las cuales están constituidas por estaciones ligadas a universidades y organismos gubernamentales.

A las radios indigenistas también se les clasifi-ca como “culturales”, “populares”,“comunitarias”, “participativas”, además de que se les agrupa junto con las emisoras estatales, civiles y universitarias.6 El eje del análisis en esta propuesta es el aspecto

educativo en el que se intenta establecer la viabi-lidad o funcionamiento educativo de cada tipo de emisora.

Otros acercamientos definen recortes geográ-ficos y establecen la conformación de cuadrantes regionales o estatales.7 En dichos acercamientos, principalmente históricos, se encuentran referencias a la presencia y desarrollo de las emisoras indige-nistas.

A principios de los ochenta, existía un reduci-do número de investigaciones relativas a la radio indigenista, pese a que algunos años atrás el ini reconoció su relevancia al diseñar y poner en marcha su proyecto radiofónico.

3 Conformada, en 2003, por veinte radioemisoras locales en amplitud modulada (AM), además de cuatro en frecuencia modulada (FM) de baja potencia, las cuales transmiten en 31 lenguas indígenas y en español. 4 Arnulfo Embriz Osorio “Los universos indígenas de Chiapas”, en Cesáreo Morales (coord.), Chiapas: una nueva visión para una nueva política, México, Senado de la República, Grupo Galileo, 1998, p. 160-162. 5 Clasificación propuesta por María Cristina Romo Gil, investigadora de la Universidad de Guadalajara. Vid. su trabajo “Las radios no comerciales en México. Una diversidad de opciones de crecimiento”, en Renglones, año 5, núm. 15, diciembre de 1989. 6 José Espinoza,“Los conceptos de educación y cultura y en funcionamiento actual de nueve radiodifusoras educativas y culturales”, en Francisco de Jesús Aceves González, et al. (comps.), Radiodifusión regional en México. Historias. Programas. Audiencias, Guadalajara, Univer-sidad de Guadalajara, 1991. 7 Fátima Fernández Christlieb, La radio mexicana. Centro y regiones, México, Juan Pablos, 1993, p. 188.

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Tres momentos de investigación sobre la radio indigenista

En este apartado,8 se intenta agrupar analíticamente el conjunto de estudios e investigaciones que, pese a sus diversos niveles de rigurosidad y calidad, han intentado, de una u otra manera, dar respuestas confiables a preguntas específicas relacionadas con la radio indigenista. Las preguntas de fondo en las que converge el estudio de determinados fragmentos de esta realidad radiofónica permiten organizar en tres momentos los acercamientos investigativos de esta práctica comunicativa.

Primer momento de investigación (1985-1990)

El primer momento intuitivo y exploratorio inaugura, desde la teoría de la comunicación, el análisis de esta realidad radiofónica que hasta ese entonces fue un campo particularmente interpelado desde las miradas educativa y antropológica.9 Los estudios se realizaron para formular preguntas y aprehender este medio de comunicación ajeno a la cultura indígena. Conjeturando interrogantes e hipótesis, los investi-gadores emprenden rutas tentativas, pero rigurosas, para entender este proceso comunicativo. El periodo incluye los acercamientos desarrollados entre 1985 y 1990, en la Subdirección de Investigación del ini, así como los resultados de diversas tesis de maestría y licenciatura,10 elaboradas a partir del estudio de los auditorios de las radios indigenistas. Estos trabajos arrojaron datos reveladores sobre la presencia de las emisoras indigenistas en las zonas de influencia.

Segundo momento de investigación (1991-1996)

El segundo momento descriptivo-explicativo y de avance da cuenta de los procesos de recepción de las distintas comunidades a las cuales la radio indigenista atendía. En esta etapa, la emisora se conceptualizó co-mo radio participativa, una de cuyas preocupaciones más importantes de los analistas fue, precisamente, estudiar las formas de participación de la audiencia en la radio. Estas investigaciones, realizadas hasta 1996, si bien continúan la línea anterior, se proponen revisar, desde otras miradas, esta experiencia radiofónica.

Merece especial atención el trabajo desarrollado por Vargas,11 de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, quien evalúa el proyecto radiofónico indigenista en general, y el caso La Voz de la Frontera Sur (XEVFS), en Las Margaritas, Chiapas (emisora también conocida como Radio Margaritas), en par-ticular. A diferencia del primer momento investiga-tivo, esta investigadora desarrolla un acercamiento integral, considerando la producción, transmisión, programación de la emisora, los usos sociales de la oferta radiofónica por parte de las familias indígenas tojolabales y, además, reflexiona sobre la situación de la mujer indígena, en relación con la problemática radiofónica.

Cabe destacar que este estudio analiza por pri-mera vez la práctica radiofónica indigenista desde el papel que el racismo desempeña en la conformación de la organización interna y gerencial de las emisoras, el control indígena del proyecto y las políticas de

8 No se incluyen las investigaciones diagnósticas que realizó el ini para la instalación de las emisoras ni los trabajos que, desde la aca-demia, dan cuenta de esta problemática. No obstante, los textos revisados en los tres momentos de investigación me permiten marcar el camino por donde han transcurrido los intereses de los especialistas. El corpus está compuesto por 18 investigaciones y estudios realizados entre 1985 y 2000, la mayoría de las cuales están reunidas en tesis de licenciatura y de maestría, así como de ponencias. Solamente una minoría se publicó en forma de artículos y libros. 9 Vid. Silvia Schmelkes, La investigación de las escuelas radiofónicas de la Sierra Tarahumara, México, Centro de Estudios Educativos, 1971; Verónica Valenzuela y Josefina Aranda, La presencia radiofónica de La Voz de la Montaña en las Comunidades, México, Instituto Nacional Indigenista, 1982 y Héctor Vélez Aretia, “La Voz de la Montaña, una radiodifusión en tránsito”, ponencia presentada en la Tercera Reunión Nacional de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, llevada a cabo en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México del 13 al 14 de marzo de 1985. 10 Vid. Lissete Alvarado Ruiz, “Los efectos radiofónicos en la comunidad indígena purépecha”, México, Universidad Iberoamericana, 1987 (tesis de licenciatura en comunicación); Inés Cornejo Portugal y Silvia Luna, Una voz en la Chinantla, México, Instituto Nacional Indigenista, 1991. 11 Vid. Lucila Vargas, Social Uses and Radio Practices. The Use of Participatory Radio by Ethnic Minorities in Mexico, Boulder Co., Westview Press, 1995.

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programación, entre otros. Para recabar la informa-ción empírica que originó su estudio, Vargas utilizó instrumentos como la observación directa, entre-vistas abiertas a informantes claves, entrevistas familiares, grupos focales y también la aplicación de cuestionarios a los usuarios. La profesora reconoce que las radios indigenistas han hecho un esfuerzo concreto para preservar y reevaluar las tradiciones indígenas; sin embargo, precisa que el reto de estas radiodifusoras es convertirse en catalizadores del desarrollo de los pueblos indígenas, puesto que pare-ce que estos pueblos sacan provecho de los recursos provistos por las estaciones y los usan no sólo como estrategias de supervivencia, sino también como una forma de lucha contra el racismo.

Las investigaciones producidas en este periodo mostraron que las radios indigenistas, pese a sus limitaciones y contradicciones, se habían conver-tido tanto en instrumentos de comunicación, como en revitalizadoras de recursos simbólicos (música, lengua, avisos comunitarios) que los pueblos indios, de una u otra forma, reconocieron y utilizaron como propios.

El estudio de las manifestaciones de racismo dentro del proyecto radiofónico constituye, en esta etapa de investigación, uno de los aportes más im-portantes. Exceptuando el trabajo de Vargas,12 nin-guno de los revisados anteriormente cuestionaron la limitada participación de los indígenas en la gestión de las emisoras. Esta preocupación se desarrolla en el tercer momento de investigación.

Tercer momento de investigación (1996-2000)

Éste se caracteriza por una mayor profundización analítica y cuestionamiento de la labor del ini y del papel que debía cumplir respecto del Sistema

Cultural de Radiodifusoras Indigenistas (scri). Las reivindicaciones formuladas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln) en los Acuerdos de San Andrés Larráinzar marcan algunos de los estudios elaborados durante este periodo.

De este tercer momento, la investigación de Mar-tínez13 versa sobre una preocupación fundamental: cómo incide la mediación (actividad que alude al cú-mulo de influencias de la vida cotidiana con las que el receptor se apropia, estructura, reorganiza y rediseña los mensajes transmitidos a través de este medio, lo cual involucra dos consideraciones principales de esta actividad: en primer lugar, la apreciación del re-ceptor como sujeto activo en el proceso de recepción; en segundo, la presencia y relación de la actividad de los medios masivos de comunicación en el terreno de la cultura y la identidad)14 que desarrolla la xequin en el proceso identitario de la comunidad migrante indígena (mixtecos, triquis, zapotecos) residente en el valle de San Quintín, Baja California.

Este trabajo revela cómo la radio se transforma en un nexo de comunicación fundamental para las comunidades indígenas migrantes, además de fun-cionar como elemento reforzador de su identidad. Cabe señalar que esta emisora es la única estación del sistema indigenista ubicada en una zona que no es el lugar de origen de las comunidades que atiende, lo cual brinda un matiz especial en cuanto a las fun-ciones y prácticas comunicativas que desarrolla.

La reflexión y análisis acerca de la participación de los indígenas en la gestión de las radiodifusoras del ini será estudiada a profundidad por Muratalla,15 quien se aboca al análisis de la representatividad y participación de los pueblos indios en los medios de comunicación que administraba y operaba el ini. Para ello, analiza la figura de los consejos consultivos de las emisoras La Voz de los Purépechas (xepur) de Cherán, Michoacán, y La Voz de la Sierra Norte (XECTZ)

12 Ibid. 13 Vid. Consuelo Patricia Martínez Lozano, “Comunicación y región: el caso de la XEQUIN, La Voz del Valle de San Quintín, Baja California”, Tijuana, Colegio de la Frontera Norte, 1998 (tesis de maestría en desarrollo regional). 14 Ibid., p. 4. 15 Vid. Benjamín Muratalla, “Los consejos consultivos de las radiodifusoras culturales indigenistas y su relación con la demanda de auto-nomía manifestada en los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, Chiapas; los casos de la XEPUR, La Voz de los Purépechas, y la XECTZ, La Voz de la Sierra Norte”, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2000 (tesis de licenciatura en etnología).

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de Cuetzalan, Puebla. En cuanto a la participación y ‘autonomía’ de los consejos consultivos, dentro de la estructura y funcionamiento del scri, Muratalla encontró, para los casos citados, la existencia de reglas institucionales y normativas “poco claras”.

En suma, se diría lo siguiente: la participación indígena en el scri es realmente un proceso acotado, al no tener un lugar ni funciones definidas; además, las funciones “poco claras” que existen, se destinan a “apoyar” la gestión de la dirección de la emisora.16 Si a esto añadimos que el personal indígena que labora en la radio funge como locutores, programadores, productores, entre otras responsabilidades, y que los puestos directivos recaen en los mestizos (ladinos) que impone el scri desde el centro, se concluye que es muy reducida la participación de los pueblos y orga-nizaciones indias dentro del mismo sistema, creado, entre otras razones, para “fortalecer y fomentar” la participación en las emisoras.

Ciertamente, no se cuestiona al scri, sino los mecanismos que instituyó y desarrolló en la práctica, con los que deja fuera de la administración, gestión y planeación radiofónica a los indígenas.

Un último trabajo confirma las reflexiones men-cionadas en torno a la limitada participación de los pueblos indios en la gestión del scri: la tesis de Bañuelos, quien estudia el origen y desarrollo del modelo de las radios culturales indigenistas desde un enfoque documental.17 Con respecto a la partici-pación indígena en las emisoras, aquél revela que la propuesta radiofónica del entonces Instituto Nacio-nal Indigenista ha variado según las políticas de este organismo. En ese sentido, la instalación, desaten-ción, clausura de las emisoras o la modificación de sus objetivos obedece siempre a intereses ajenos a las comunidades indígenas. Asimismo, señala que no han fructificado las prácticas empleadas por el scri para lograr la colaboración directa y horizontal de los indígenas en las estaciones. Por ejemplo, son pocos los centros de producción radiofónica aún activos (pequeñas cabinas ubicadas en las diferentes comu-

nidades indígenas que proporcionan capacitación y conocimientos básicos para el manejo de los equipos de radio); en suma, otra forma de vinculación entre la comunidad y la radio. A pesar de ello, Bañuelos rescata que las emisoras indigenistas representan, en la mayoría de los casos, el único medio de comu-nicación al alcance de los pueblos indios. También señala la vulnerabilidad técnica de las instalaciones y los limitados recursos financieros, factores muy importantes para que la señal de las emisoras salga del aire por periodos prolongados.

Si bien este académico demanda que los micró-fonos y las cabinas de las emisoras permisionadas instaladas en zonas indígenas sirvan a las comuni-dades y organizaciones indígenas sin intermediario alguno, como lo señalan los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, no propone formas y mecanismos de par-ticipación para lograr la efectiva presencia indígena en la planeación y gestión radiofónica.

Por encima de las limitaciones y dificultades que estos mecanismos de participación han tenido, los pueblos indios y sus representantes han manifestado una clara disposición para involucrarse en aquéllos. Pese a todo, los consejos consultivos se han consti-tuido en espacios de creatividad y fortalecimiento de la diversidad de las culturas indias. El scri, a pesar de sus propias trabas, ha logrado despertar y convocar en el auditorio la necesidad de formar parte del proyecto.

Como se observa, en este tercer momento los investigadores han estudiado la radio indigenista desde diversos ‘accesos’ o puertas de entrada. Así, una vez más examinaron las expectativas y demandas de los radioescuchas, como en el caso de la XEPUR. El tema de las emisoras como dinamizadoras de la cul-tura e identidad indígenas se analizó en los trabajos de la XEQUIN y la XEVFS, pero desde ángulos comple-tamente diferentes. La investigación sobre la XEQUIN se centra en la reconfiguración de identidades y fronteras y, simultáneamente, explora el papel que desempeña la estación como nexo de comunicación

16 Ibid., pp. 143-145. 17 Vid. Daniel Bañuelos Beaujean, “La radio indigenista en México: fundamentos y perspectivas”, México, unam, fcpys, 1999 (tesis de licenciatura en ciencias de la comunicación).

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para los indígenas migrantes; en cambio, el estudio de la XEVFS insiste, a la manera tradicional, en la ‘preservación’ de la identidad tojolabal por encima de lo que el público demanda.

Mediante el análisis de la XEJAM, Bañuelos introdujo el tema de la administración y dirección de las radios, pero desde una mirada normativa e institucional. Tanto éste como Muratalla, se cues-tionaron por la gestión y autonomía que ejercen los pueblos indios en las radios del otrora ini. Asimismo, el primero detecta que los consejos consultivos no funcionan, mientras que el segundo –para el caso de la XEPUR y la XECTZ– precisa que esto se debería a la “poca claridad” existente en la reglamentación y normatividad institucional respecto de la estruc-tura y funciones de los consejos consultivos; esto se interpretaría como que dichos consejos no tienen un espacio o lugar decisivo en la gestión del scri, ya que la participación o presencia de los pueblos indios, a través de ellos, es acotada.

En la década en curso, se estudia la radio indi-genista como factor de cohesión y fortalecimiento cultural de los pueblos indígenas. En este periodo, los investigadores sociales mixturan los métodos de estudio e intentan construir un análisis integral de la práctica comunicativa, entendida como el conjunto de procesos sociales y simbólicos de apropiación (recreación, resignificación) de los productos comu-nicativos.18 Ahora bien, en esta etapa radiofónica, uno de los avances más destacados es reconocer la pluralidad cultural vigente en los modos y formas de expresión y comunicación de los pueblos indígenas y campesinos.

La preocupación por conocer las prácticas comu-nicativas en las regiones interétnicas, la necesidad de explorar y estudiar el papel que cumplen las radios, el interés por profundizar en las formas tradicionales y nuevas de comunicación en los grupos indígenas

y la disposición de responder a las expectativas de las audiencias de cada una de las emisoras, fueron algunos de los retos que motivaron la investigación sobre esta experiencia radiofónica que involucra a los propios interesados.

Actualmente, gracias a estos aportes, es posible subrayar de este tema las siguientes coincidencias y discrepancias de los diversos hallazgos señalados. En términos de las coincidencias:

• Se reitera la función de interlocución de las radios indigenistas con sus audiencias, al ‘interpelarlas’ a partir de su lengua y su cultura. Al igual que en los ochenta, se mantienen como interlocutoras válidas, pues atienden al radioescucha con men-sajes que identifican y sirven al grupo étnico: la lengua, la música, los cuentos, las noticias locales y los avisos.

• Se ratifica que escuchar la lengua a través de las radiodifusoras indigenistas parece reactivar repertorios culturales implícitos en la palabra, recreando así elementos de identidad.

• Se confirma que la radio parece un recurso para que, a través de la lengua, se evoque la memoria colectiva de quienes afirman no hablar, por ejem-plo, la “maya auténtica” o no ser los “verdaderos mayas” sino tan sólo “mayeros” o los que “hablan la maya”.

En cuanto a las discrepancias:

• Hace algunos años, se hizo notar el uso de la ra-diograbadora como práctica frecuente. Hoy, con la compra de nuevos aparatos de sonido (estéreo, disco compacto), la radiograbadora ya no es tan utilizada para registrar y rememorar el acervo musical indígena; lo mismo parece ocurrir con la frecuencia en AM frente a la FM, debido a las

18 Vid. José Ramos, “Radio, cambio cultural y etnicidad: dos décadas de radiodifusión indigenista en México”, México, unam, fcpys, 2005 (tesis de doctorado en ciencias políticas y sociales); Inés Cornejo Portugal y Elizabeth Bellón Cárdenas, “Palabra colectiva: prácticas y re-presentaciones sobre identidad y migración en La Voz de los Mayas”, en Revista Iberoamericana de Comunicación (ric), núm. 10, 2006; Antoni Castells iTálens, , “Fissures in Mexican State Identity: Unanticipated Uses of Indigenous-language Radio,”, ponencia presentada en la 56th Conference of the University of Florida Center for Latin American Studies, “Indigenous Peoples in Digital Cultures”, llevada a cabo en Gainesvi-lle, Flo., en febrero de 2007; Maya Lorena Pérez Ruiz (coord.), Jóvenes indígenas y globalización en América Latina, México, inah, 2008; Inés Cornejo Portugal et al., La otra ruta maya: migración, comunicación y salud, México, Programa pimsa/Universidad de California, 2007 .

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dificultades para sintonizar la señal y la calidad de ésta. Cabe acotar, sin embargo, que los adultos aún conservan el uso de la radiograbadora.

• En los años ochenta y noventa, se afirmó la centra-lidad cultural de la radio en el ámbito campesino e indígena. El contexto social actual y el cambio generacional constituyen factores que modifican la relación con el medio radiofónico. Mientras que los jóvenes suelen escuchar música tropical, romántica, ranchera o grupera en FM y español; para los adultos y los adultos mayores, en espe-cial de las mujeres, la radio parece conformar la preferencia y constituye una fuente privilegiada de información.

• Hace dos décadas, diversas investigaciones seña-laron que la audiencia contaba de manera funda-mental con un receptor de radio y un muy limitado acceso a la televisión y a los medios impresos. Actualmente, la televisión, la radio y el teléfono celular son los medios de comunicación de mayor aceptación.

• La emisora indigenista está en el gusto de la gente, pero hoy parece no detentar la fuerte pre-ferencia de las emisoras comerciales, a diferencia de los resultados encontrados en investigaciones realizadas en los años ochenta y noventa.

Lo anterior se debe a la falta de interés de los medios de comunicación masiva (privados o comerciales) por los mensajes en los que intervengan los pueblos indí-genas o, al menos, en los que se hable su lengua. En el presente siglo y milenio, ¿qué desafíos comunicativos se formulan? ¿cuál es la labor de la radio indigenista hoy? En México, la propiedad de los medios de comuni-cación es altamente oligopólica y no existe regulación transparente de sus actividades. Asimismo, el marco re-gulatorio es añejo; por ejemplo, la última reforma a Ley Federal de Radio y Televisión de 2006, otorgó mayores privilegios a los medios de comunicación comerciales por sobre otros derechos de la ciudadanía y más aun de grupos (indígenas, migrantes, mujeres, niños) que requieren y demandan un tratamiento incluyente.

Así, se reitera la necesidad de una propuesta co-municativa que se constituya en interlocutor válido para las comunidades indígenas. Entre los medios de comunicación presentes en las zonas indígenas y campesinas, la radio es un instrumento para recordar, afirmar, apropiarse y reconfigurar algunos elementos de la identidad. Conformarse con el valor simbólico de las emisoras indigenistas sería ignorar, una vez más, las demandas actuales de estos pueblos, que exigen una comunicación en donde no sólo se hable su lengua, sino que se escuche su voz.

Joven indígena migrante y comunicación

De acuerdo con Urteaga Castro Pozo,19 el tema de los jóvenes indígenas no ha sido central en la investi-gación antropológica y social; mucho menos en los estudios y análisis de los medios de comunicación dirigidos a este público específico. La migración de la población indígena no es nueva en la historia del país; por el contrario, ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, de manera especial, a partir de los años ochenta. El sur-sureste de México, zona donde se concentra la mayor parte de la población in-dígena, ha venido emergiendo como la nueva región expulsora de emigrantes del territorio nacional. Los indígenas migrantes que provienen de esta región

han alcanzado una importante presencia en algunas ciudades norteamericanas como Los Ángeles o San Francisco, California. Los estudios e investigaciones sobre este fenómeno demográfico confirman estas tendencias. Ahora bien, según sostienen diversos autores, desde hace pocos años la migración indígena ha comenzado a recibir una atención diferenciada dentro de las perspectivas teóricas y metodológicas de la investigación social. El desarrollo nacional y la aplicación de los programas gubernamentales, han colocado a los indígenas migrantes frente a un doble proceso de discriminación: primero, han sido subordinados históricamente en su calidad de pobla-

19 Maritza Urteaga Castro-Pozo, “Jóvenes e indios en el México contemporáneo”, en Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, vol. 6, núm. 2, julio-diciembre de 2008.

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ción indígena; segundo, han sido marginados en su condición de migrantes y, se agrega, un tercer factor, no se ha prestado atención política, académica y social al joven indígena migrante. Algunos investi-gadores del tema se han preguntado si la migración tiene sexo, complementaría dicha interrogante cuestionando sobre a qué segmento etario-cultural, principalmente, pertenecen.

A este respecto, Urteaga20 reconoce cambios importantes en los estudios y aproximaciones a los jóvenes indígenas en los cuales identifica cuatro gran-des transformaciones socioculturales vinculadas a las condiciones sociales de este “joven emergente”: el peso demográfico de los jóvenes en la sociedad mexi-cana; los flujos migratorios de fin de siglo xx a nivel local, nacional y global; la extensión de la obligato-riedad de la escuela secundaria o la introducción de la (tele) secundaria en zonas indígenas; y la presencia de los medios de comunicación (radio, televisión) en los pueblos indios. A estas transformaciones se adiciona la participación central y decisiva de los llamados

nuevos medios de comunicación (internet y el uso social de los teléfonos celulares) en la vida cotidiana de la población juvenil indígena; además de la pre-sencia de estilos y formas de la “cultura migrante” –vestimentas, peinados, tatuajes, adornos, música, bailes, maneras de caminar, hablar y de gesticular– en los jóvenes, tanto de los que regresan como de los que permanecen en su lugar de origen. A manera de ejemplo, valga mencionar que actualmente, en Estados Unidos, hay 160 migrantes yucatecos entre 18 y 25 años de edad, en su mayoría hombres.21

En consecuencia, resulta oportuno reflexionar sobre cómo los medios masivos de comunicación, en parti-cular la radio, en algunas de las lenguas de los pueblos originarios, podría ser una alternativa para los migran-tes indígenas en EUA y sus familias que permanecen en sus comunidades en México; ya que la radio, junto con otros medios –teléfonos celulares, internet– constituye un nodo cardinal para las redes sociales y, en el caso de los migrantes que viajan a Norteamérica, no sólo de alcance local sino regional e internacional.

Nuevos desafíos comunicativos 1o Interrogarse sobre la representación del ‘no-

sotros indígena’ que el sistema radiofónico indigenista promueve en la actualidad. ¿Cómo se retoma esta preocupación recurrente por la aparente pérdida de los símbolos, la herencia cultural, los rituales propios de las múltiples comunidades o grupos de indígenas?

2o Repensar los contenidos de la barra programá-tica bajo el discurso de una relación igualitaria y equitativa ‘entre culturas’ (indígenas y no indígenas).

3o Permitir la participación o darle el micrófono a los indígenas no sólo en las acostumbradas felicitaciones o avisos, sino también retomar las necesidades y manifestaciones culturales con-temporáneas de los jóvenes de la región, como el rock en alguna de las 56 lenguas indígenas o la propia radio migrante para atender a los que se van ‘allá lejos’ (Estados Unidos).

4o Preguntarse ¿dónde se desenvuelve lo juvenil in-dígena?, ¿los jóvenes constituyen una metáfora de recreación cultural?, ¿conforman un proyecto de identidad particular?, ¿cuál es el papel de los llamados “nuevos” medios de comunicación en todo este contexto?

5o Fortalecer la propuesta radiofónica en las diversas lenguas indígenas, que sirva como herramienta de información y educación para las comunidades de origen y de destino y para quienes abordan diversos temas sociales y de migración; además de aportar elementos para la toma de decisiones relativas a las políticas públicas en México y Estados Unidos. Una propuesta radiofónica que pueda ser difundida a través de formatos en len-gua indígena (radio por internet y en frecuencia de AM) que realce la importancia de promover procesos de comunicación no violentos; para ello, se retomarían los repertorios culturales de los

20 Ibid. 21 Según Abigail Uc Canché, directora del Instituto para el Desarrollo de los Mayas (Indemaya).

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pueblos indígenas. Esta propuesta serviría como registro sonoro de la experiencia migratoria, lo que permitiría difundir dicha problemática a di-versos públicos. Escuchar las lenguas indígenas a través de la radio reactivaría repertorios cultura-les implícitos en la palabra, evocando la memoria colectiva y fomentando redes de comunicación de los migrantes.

6o Prestar atención (por parte de la emisora indi-genista) a la evaluación de los contenidos de la barra programática, para que atienda las deman-das sociales vigentes en las comunidades bajo su cobertura; no sólo abriendo espacios a una programación ‘multicultural’, que corresponda a un México pluriétnico y democrático, sino que poco a poco se construya un puente de comuni-cación, pero bidireccional.

7o Estudiar al receptor cultural como un sujeto propositivo y activo que despliega prácticas significativas en la vida diaria: escuchar una es-

tación de radio acompañado de la familia, recibir un mensaje de algún familiar residente (legal o ilegalmente) en Estados Unidos, asistir al aniver-sario de la difusora, solicitar una complacencia musical, enviar un aviso a la comunidad, informar sobre algún fallecimiento, entre otros.

8º Enfocar la reflexión social desde la construcción socio-cultural del joven indígena migrante. Esto es, hacer visible al joven indígena migrante en la propuesta mediática en general.

9º Explorar el ‘uso social’ de los teléfonos celula-res por parte de jóvenes indígenas (bilingües o trilingües); en ese sentido, se podría elaborar una propuesta de comunicación que atienda con información y conocimientos sobre apoyo legal, salud integral, asuntos migratorios, por men-cionar algunas temáticas. La radio indigenista podría ser factor fundamental de colaboración y acompañamiento para dicha propuesta.

Conclusión

En la actualidad, se estudia la comunicación indige-nista (medios tradicionales y nuevos) no como mate-rialidad o espacio externo a la audiencia, sino como experiencia vivida por ésta a través de sus diversas prácticas, mediante las cuales se reconfiguraría su identidad; esto es, aprehender al receptor como sujeto propositivo y activo que despliega prácticas significativas en la vida cotidiana –como conectar-se con sitios electrónicos bilingües o escuchar una estación de radio en alguna de las lenguas de los pueblos indígenas de México. Todas son, como se observa, tareas cardinales para los comunicadores preocupados por el cambio y la igualdad social.

Asimismo, los medios de comunicación masiva, en particular la radio en las lenguas de los pueblos originarios de México, serían una alternativa para los indígenas y sus familias, ya que aquélla, junto con otros medios (internet, teléfonos celulares), constituye un nodo cardinal para las redes sociales.

El reto es encontrar propuestas que permitan a hom-bres y mujeres crear procesos de comunicación no violentos y redes de solidaridad en las que se apoyen al momento de tomar la decisión de salir de una rela-ción de violencia doméstica, o bien, de enfrentar la violencia simbólica (discriminación, racismo)22 que experimentan por su condición de indígenas.

Las prácticas de comunicación no violenta en el núcleo familiar, aunadas a los procesos de comuni-cación vinculados con la producción de significados por parte de los sujetos, a partir de los mensajes producidos por los medios de comunicación masiva, en particular la radio en lenguas indígenas, resultan una opción significativa en la búsqueda y conquista de relaciones equitativas e igualitarias, dadas las demandas del contexto actual latinoamericano.

Recibido el 7 de octubre de 2009Aceptado el 15 de marzo de 2010

22 La violencia simbólica se ejerce con la complicidad tácita de quienes la padecen y de quienes la practican, en la medida en que unos y otros no son conscientes de padecerla o practicarla. Se ejerce en las relaciones sociales en general y en las de comunicación mediática. Vid. Pierre Bourdieu y Loic J. D. Wacquant, Respuestas. Por una antropología reflexiva, México, Grijalbo, 1995.

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Las implicaciones de la convergencia económica en la industria del periodismo: el caso de Grupo Imagen

maría elena de jesús meneses rocha*

Resumen

El objetivo de este artículo es dar cuenta y analizar las transformaciones que ocurren a causa de la con-vergencia económica y corporativa en la industria periodística, así como sus implicaciones en la cultura profesional de los hasta ahora agentes validados socialmente para informar, es decir, los periodistas; también se analizan las consecuencias en la calidad de la información que reciben los ciudadanos de un país en proceso de consolidación democrática como es el caso de México proveniente los medios que han adoptado reingenierías convergentes, basadas en la digitalización de la base material de la producción noticiosa. Para ello, se toma como caso de estudio el Grupo Imagen, el primero en México en haber adop-tado una reingeniería convergente, que a finales de la primera década del siglo parece ser una tendencia mundial en la industria del periodismo.

Palabras clave: convergencia económica, industria del periodismo, digitalización

Abstract

The article analyzes the implications of the econo-mic convergence in the journalism industry in two dimensions of the news process: in the professional interaction in the newsrooms, and in journalists’ professional culture. To this end, the study case of the Mexican conglomerate Grupo Imagen is presented, the first to implement what is known as the journa-listic convergence in multiple media platforms, which modifies substantially the news production and work routines. These changes, a product of the market’s preponderance and the digitalization detonated at the end of the Twentieth Century, which can affect diverse productive branches, in journalism, activity with social relevance and key to the construction of the public opinion, produces non-stop information of limited context that works as a counter-power at the top of its democratic consolidation process.

Key words: economic convergence, industry of journalism, digitalization.

=

* Expreso mi agradecimiento a los directivos de Grupo Imagen, Ignacio Anaya, Pascal Beltrán del Río y Beatriz Fregoso, por haberme permitido entrar a la redacción del grupo, aplicar los cuestionarios y compartirme su valiosa experiencia. ** Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus ciudad de México, calle del Puente 222, col. Ejidos de Huipulco, deleg. Tlalpan, México, D.F., 14380.

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El fenómeno de la digitalización, según lo an-ticipó De Sola Pool,1 produce la erosión de las fronteras entre los diversos medios de comu-

nicación, dando como resultado la convergencia de funciones a través de un mismo aparato.

En la actualidad se puede observar esta conver-gencia digital y funcional, descrita por este investi-gador en los ochenta, en un teléfono móvil que es a su vez una agenda y reproductor de música; también podemos mirarla desde la perspectiva económica, ejemplificada por los conglomerados multimedia2 y en otra de índole cultural3 cuyo protagonista, el ciberlector, se transforma de manera imperceptible en productor y consumidor de información y entre-tenimiento gracias a los programas y aplicaciones interactivos.

La Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), distingue tres tipos de convergencia particularmente útil para los fines del presente artículo: a) convergencia técnica; b) convergencia funcional y c) convergencia económica.

Convergencia técnica

Se refiere a la infraestructura y ocurre con el proceso de digitalización en la industria de los medios de comunicación.

La expresión de este tipo de convergencia es, como lo anticipó De Sola Pool, la desaparición de las barreras existentes entre las industrias de los medios de comunicación, las telecomunicaciones y la computación.

Convergencia funcional

Se refiere a la hibridación de los servicios que ofrecen los medios de comunicación. Los periódicos digitales son una concreción de este tipo de convergencia, en éstos podemos leer, ver y escuchar así como modificar y personalizar contenidos.

Convergencia económica o corporativa

Es la que se materializa con las grandes fusiones entre empresas de medios y telecomunicaciones, así como en las alianzas estratégicas, provocando la con-centración de la producción de contenidos en unos cuantos grupos. Este fenómeno ha sido facilitado por las políticas de desregulación económica y apertura comercial en casi todas las ramas productivas.4

Esta última dimensión resulta de utilidad para entender los cambios que experimentan los medios de comunicación en este estadio que se reconoce como “sociedad informacional” (si).5

La convergencia económica transforma al perio-dismo fundamentalmente en las esferas de producción (alcanzando a los profesionales), en la distribución de los productos informativos y probablemente en la producción cultural resultante. Esta lógica con-centradora, señala la Unesco, ha transformado los procesos de producción informativa generando una “confusión”, al borrar las líneas divisorias entre la economía y el periodismo; con ello, se dan diversas formas de compromisos entre periodistas, empresa-rios y políticos que se traduce en presiones para los informadores “quienes sólo re dirigen los temas y las

Las dimensiones de la convergencia

1 Ithiel De Sola Pool, Technologies of Freedom, Cambridge, Harvard Belknap, 1983, p. 23. 2 Ramón Zallo, Economía de la comunicación y la cultura, Madrid, AKAL, 1988 y Éric Klinenberg, “Information et Production Numérique” en Actes de la Recherche en Sciences Sociales, vol. 134, núm. 134, 2000. 3 Henry Jenkins, Convergence Culture, where Old Media and New Media Collide, Nueva York, New York University Press, 2006, p. 16. 4 Vid. Lofti Maherz y My von Euler, World Communication Report. The Media and the Challenges of the New Technologie, París, United Na-tions Educational, Scientific and Cultural Organization, 1997. El documento puede consultarse in extensis en http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001112/111240e.pdf 5 Vid. Manuel Castells Oliván, La era de la información. Economía, sociedad y cultura, vol. 1. La sociedad red, México, Siglo Veintiuno Edi-tores, 2006.

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imágenes de las redes”; lo cual se expresa según el re-porte en la “estandarización del contenido mediático y la espectacularización e impacto sensacionalista, que erosiona la credibilidad del trabajo periodístico y crea una crisis de confianza entre la audiencia, los tomadores de decisiones y los periodistas”.6

El fenómeno de concentración no es nuevo en la industria del periodismo, Habermas7 lo ubica his-tóricamente en el siglo xviii cuando los dueños de los primeros periódicos comenzaron a percatarse de las posibilidades de atraer más recursos e influencia adquiriendo más de uno. Sin embargo es prudente reconocer que en la SI, el fenómeno concentrador se ha profundizado como consecuencia de la adopción de políticas neoliberales.

En México, fue en el sexenio del presidente Mi-guel de la Madrid (1982-1988) cuando tuvo lugar una

transformación profunda en la estructura económica del país. De acuerdo con Zapata,8 en este período se aplicaron dos lógicas simultáneamente: la estabili-zadora, tendiente a reducir la inflación y a congelar los salarios, y la lógica de la reestructuración, que implicó la privatización de empresas estatales, la apertura al capital extranjero y la reducción de aranceles.9

Para enfrentar este entorno mundial cambiante, la industria del periodismo ha emprendido una re-ingeniería en las redacciones, cuyas consecuencias apenas comienza a registrar la investigación en los últimos años. Un periodista que trabaja en un conglo-merado convergente debe hacerlo para los diversos soportes y medios, una tendencia predominante en la primera década del siglo.

Una industria cultural en transición

El objetivo principal de la industria del periodismo de acuerdo con la Unesco, es la transmisión de men-sajes, bienes y servicios simbólicos y es parte de la denominada industria cultural. Según el organismo internacional, ésta es aquella que “combina creación, producción y comercialización de contenidos intan-gibles y de naturaleza cultural”. Las características comunes de los productos de la industria cultural (concepto desarrollado por Horkheimer y Adorno en 1947),10 implican la apropiación privada del trabajo creativo del trabajador y su venta con fines de lucro.

Las transformaciones en la empresa y en el em-pleo en la si han alcanzado la industria cultural del periodismo, con su actual e ineludible vínculo con las telecomunicaciones y las computadoras, cuya convergencia es característica de los medios de comunicación en el siglo xxi.

A la sociedad informacional no sólo se le identifica por la concentración empresarial en el ámbito de la co-

municación, la informática y las telecomunicaciones, sino también con una fuerza resistente a este poder –facilitado, paradójicamente, por la arquitectura de-mocrática de las redes y constituido por el contrapoder de la audiencia que en la era Internet– por lo que tiene la posibilidad de participar en el ciclo de producción de mensajes, antes reservado a los grandes medios.

La tecnología y el entorno económico mundial ha forzado a las empresas a emprender nuevos modelos productivos que acarrean responsabilidades y trans-formaciones irreversibles en el empleo, acompañados de una nueva lógica productiva cuyo rasgo distin-tivo es la flexibilidad en el proceso de producción, fenómeno que se refiere a la reestructuración de los contratos laborales de los empleados y a la erosión paulatina de las instancias de mediación laboral, como los sindicatos.11

La industria del periodismo no es ajena a estas transformaciones, los periodistas que laboran para

6 Vid. L. Maherz y M. Euler, op. cit. 7 Vid. Jürgen Habermas, Historia y crítica de la opinión pública, la transformación estructural de la vida pública, Barcelona, Gustavo Gili, 1981. 8 Vid. Francisco Zapata, (comp). ¿Flexibles y productivos? Estudios sobre flexibilidad laboral en México, México, El Colegio de México, 1998. 9 Ibid., p. 11 10 Vid. Max Horkheimer y Teodoro Adorno, Dialéctica de la ilustración: fragmentos filosóficos, Madrid, Trotta, 2001. 11 F. Zapata, op. cit.

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enormes conglomerados mediáticos, trabajan más y de manera diferente, tienen menos tiempo para aprender y no necesariamente con mejores condicio-nes laborales. Los periodistas en la SI, se enfrentan a una nueva división del trabajo propia de este estadio, por lo que podríamos tipificar a esta profesión como “en transición”, tal como denomina la Unión Europea a aquellas que, a causa de la convergencia, están en una etapa transformadora y cuya realidad, varía de un contexto a otro.12

Algunas labores típicas del periodismo de la era impresa como el linotipista han sido desplazados, en cambio vemos aparecer a los editores web o a los redactores y productores multimedia de los conglo-merados mediáticos que poseen estaciones de tele-visión, de radio, periódicos y portales de Internet. En este artículo se dan cuenta de las rutinas aceleradas de los denominados reporteros convergentes, un perfil profesional propio de la era informacional.

En el caso de estos imponentes conglomerados, los periodistas se encuentran sujetos a un ritmo productivo intenso y en algunos casos descalificado, en lo que se puede considerar un modo de produc-ción neotaylorista o toyotista13 caracterizado por la reducción del tiempo para producir, en el caso de la industria del periodismo, una nota o reportaje para una gran cantidad de medios y soportes, tenerla pu-blicada, al aire o en línea justo a tiempo; una máxima de la industria automotriz japonesa que se refiere al control absoluto del proceso14 productivo.15

Sin embargo, si bien la cultura profesional del periodista, reconocida como el conjunto de actitudes con respecto a sus prácticas y rutinas, está siendo sometida a frenéticos ritmos, los nuevos emisores irrumpen en el ecosistema mediático contempo-ráneo, emisores a los que se les puede denominar convergentes, pues están empoderados por los

nuevos medios resultantes de la digitalización y las telecomunicaciones, como internet.

Como si fuera poco en un panorama ya de por sí complejo e incierto para los periodistas, ahora se en-frentan a esta competencia silenciosa e inaprensible provenientes de blogs, wikis, redes sociales, portales y servicios de contenidos sindicados.

En la sociedad informacional la industria perio-dística se mueva en dos sentidos aparentemente contrarios, uno se orienta hacia la desconcentración; el otro, hacia la concentración.

Desconcentración

En el entorno mediático de principios de siglo, obser-vamos un paradójico fenómeno de desconcentración posibilitado por los nuevos medios, que permite a los usuarios participar en la producción de mensajes. Los agentes de la información no necesariamente son profesionales del periodismo, individuos comunes pueden expresarse y participar libremente en la ela-boración de mensajes periodísticos, antes reservado a los periódicos y a los periodistas.

Concentración

La desregulación económica y la preeminencia del mercado en el mundo global, fortalece las adquisi-ciones y ventas; con ello, favorece la formación de poderosos conglomerados convergentes o multime-dia, en los que converge la propiedad de distintos medios. El periodista se adapta a la convergencia que le exige trabajar para diferentes medios, propiedad de un conglomerado.

12 Entiendo por periodista al profesional que por ocupación principal, regular y retribuida ejerce la profesión, dentro de una o diversas publicaciones periódicas tradicionales o digitales, programas informativos de radio y televisión, o dentro de una o más agencias de pren-sa. 13 Vid. Benjamín Coriat, El taller y el cronómetro. Ensayo sobre el taylorismo, el fordismo y la producción en masas, Madrid, Siglo Veintiuno de España Editores, 1992 14 Arnaldo Hernández, Manufactura justo a tiempo, México, cecsa, 1993, p. 218. 15 En este artículo se presenta el caso de un conglomerado mexicano; estoy consciente de que el estudio de otro grupo mediático pudiera arrojar resultados diferentes e incluso contradictorios.

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El periodismo convergente

En la si, la digitalización del proceso productivo permite que las organizaciones periodísticas pro-duzcan más noticias, en diversos formatos y para diferente audiencia; ello ha requerido un manejo organizacional y gerencial distinto, con implicacio-nes en la cultura periodística y muy probablemente en los productos culturales resultantes. A esta rearticulación se le denomina periodismo conver-gente o multimedia, por la multiplicidad de soportes involucrados, así como por la fusión de habilidades que debe tener un periodista en la actualidad. Se distinguendos tipos o niveles:

Periodismo convergente en periódicos: el periodismo digital

Es el que se lleva a cabo en los periódicos comúnmen-te llamados digitales, implica una integración de la redacción del periódico impreso con la redacción de la versión digital, dentro de un mismo grupo.16 Se trata del nivel o modelo de convergencia más común, ya que es prácticamente una excepción, que un diario impreso no haya optado por su versión digitalizada en este inicio de siglo.17

Periodismo convergente en conglomerados

Es el que se lleva a cabo en los conglomerados me-diáticos, donde los periodistas deben confeccionar sus producciones periodísticas para las estaciones radiofónicas, la cadena de televisión, el periódico impreso y el periódico convergente o digital de determinado grupo empresarial. Este último no es sinónimo de periodismo digital, es un fenómeno característico de la industria en la Sociedad infor-macional, cuyo óptimo funcionamiento depende de la digitalización.

En los conglomerados que se configuran a través de compras y adquisiciones, incluso fuera del merca-do de los medios de comunicación, surge la necesidad de unificar las líneas de producción para satisfacer múltiples canales, ya sea la televisora del grupo, el periódico o el periódico digital, racionalizando recursos.18 Se trata de una lógica de economía de escala que deja de lado el interés periodístico.19

Los periódicos digitales son una muestra de cómo la industria ha decidido redefinir el proceso productivo de las noticias ante el entorno económico global y digital, adaptando la organización y a sus empleados, los periodistas.20

16 Aunque la convergencia periodística se observa como una tendencia creciente, hay periódicos que prefieren mantener distancia y optan por hablar de “colaboración” entre la redacción impresa y la digital, o bien entre los diversos medios de un conglomerado, todo ello por respeto a contratos laborales con sindicatos de redactores. Tal es el caso de diarios como el francés Le Monde cuyo sindicato ha impedido, por un lado, la integración con Le Monde interactif y, por otro, que el reportero del impreso trabaje para dos soportes lo que implicaría vulnerar su contrato laboral. 17 Hay dos tipos de periódicos digitales: los que son prolongación del impreso y los que fueron concebidos para el soporte digital. En este artículo se analizan las transformaciones ocurridas en los periódicos del primer tipo y en los periodistas que se han adaptado para atender dos soportes diferentes. 18 Vid. Juan Carlos Miguel De Bustos, Los grupos multimedia. Estructuras y estrategias de los medios europeos, Barcelona, Bosch Comunica-ción, 1993. 19 En la SI no todos los medios han optado por esta estrategia. Sin embargo, de acuerdo con un informe de la Asociación Mundial de Periódicos, en la reunión mundial de editores celebrada en Gotemburgo, Suecia, en 2008, más del 80% de los directivos de los diarios más importantes del mundo reconocieron que tendrían para 2012 una redacción convergente. 20 Cuando utilizo el concepto periodistas, me refiero únicamente a los reporteros, a los editores y a los redactores. Los primeros son quienes buscan y recogen los acontecimientos; los editores, en tanto, dan forma y espacio a la información y deciden qué publicar de acuerdo con criterios subjetivos; a lo que publica la competencia y a lo que ellos creen que le interesa a la comunidad. Por su lado, los redactores son generalmente aspirantes a reporteros o editores; se dedican a reescribir las informaciones provenientes de los cables o de otras fuentes de información. Estos dos últimos trabajan en las redacciones permanentemente en un intenso trabajo de escritorio, en tanto que los primeros son quienes salen al campo.

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Así, la organización periodística y sus periodistas en la sociedad informacional se ven forzados a produ-cir más con menos y a un modo distinto de división del trabajo que, como afirma Zallo, si bien se cuenta con mejores herramientas tecnológicas tiene impactos en las condiciones laborales de los periodistas.21 En la actualidad, los periodistas trabajan más, tienen menos tiempo de aprender y hacen más cosas que cuando los medios de comunicación producían un sólo producto.22

El periodismo convergente en cualquiera de sus dos tipos, puede entenderse como modelos de ne-gocio e información característicos del periodismo en el siglo xxi y a cada uno corresponden prácticas periodísticas y perfiles profesionales distintos, al-gunos sufren adaptaciones, en tanto que otros son totalmente nuevos.

Los periódicos digitales: integración papel-red

Los periódicos digitales son una expresión del pe-riodismo en la sociedad informacional, son llamados también periódicos en línea o ciberperiódicos y son resultado de la readaptación que emprendió la indus-tria del periodismo para enfrentar un nuevo entorno más desregulado en lo financiero, así como en las prácticas culturales de la audiencia participante. Un periódico digital supone una rearticulación del proceso productivo en el que las redacciones impresa y convergente se integran, a fin de producir dos pro-ductos para diferentes soportes respectivamente: el papel y la red.

Al ser extensiones del impreso, el proceso pro-ductivo cambia pero sólo en una fase, en la referen-te a la edición, ya que el proceso de asignación y recolección informativa es patrimonio del impreso

cuyos reporteros, sometidos a cambios en sus rutinas, abastecen de noticias a dos redacciones diferentes: la impresa y la digital. Este es el cambio más drás-tico en las rutinas de los reporteros, quienes solían trabajar para un solo producto y que ahora deben hacerlo para dos.23

Periódicos digitales: dos redacciones en vez de una

El reportero ya no sólo reportea para el impreso sino para la versión digital, lo que le obliga a enviar avan-ces de su información La hora del cierre desaparece y asiste a una hora de cierre que podríamos definir como en continuum.

La redacción de un diario digital está integrada generalmente por editores y coeditores web por sec-ción, que constituyen un novedoso perfil profesional de la era convergente. Estos profesionales, son una especie de monitores de información cuya fuente principal de información es lo que los reporteros del impreso envían; en segunda instancia, recurren a las agencias de noticias y por último a la infinitud de la red, desde un buscador hasta la redes sociales como Twitter o Facebook, fuentes que le ayudarán a nutrir la versión digital y a darle un formato multimedia a los contenidos. Estos profesionales emergentes fungen como editores de impreso, sólo que tienen que atender uno de los dos factores de diferenciación radical: el tiempo, ya que como he señalado, en una redacción de esta naturaleza todo momento es hora de cierre.

Los editores web deben contar con habilidades que no necesariamente tienen sus colegas de la versión impresa, me refiero al conocimiento del lenguaje propio de los nuevos medios ya que son ellos mismos, quienes dan formato multimedia a la

21 R. Zallo, op. cit. 22 A este modo de producción se le denomina neotaylorismo cuyas principales características, de acuerdo a Ramón Zallo, son el uso de herramientas tecnológicas, un proceso sistematizado de producción, la reducción de tiempos muertos, y una mayor productividad e inten-sidad en el trabajo; lo que redunda en un menor tiempo para aprender. Ibid. 23 Otro es el caso de los periódicos que fueron concebidos para el soporte digital en los cuales los periodistas parecen estar lejos de con-seguir un salario semejante al de sus colegas del impreso. En 2009, Le Monde interactif publicó un interesante reportaje de Xavier Ternisien sobre la situación de los redactores web de la prensa en línea francesa.

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información. En un impreso existe una división del trabajo más clara ya que es un diseñador el que da forma a la información.

El proceso descrito hasta ahora implica que al menos una parte del proceso productivo de la noticia en los periódicos digitales, la de la asignación de co-berturas, sigue siendo por ahora la misma y que sólo es la forma de entrega la que cambia, modificando las prácticas y rutinas del reportero.24

El periodismo en los conglomerados multimedia: cuatro redacciones al mismo tiempo

El periodismo convergente en conglomerados apare-cerá años después de que los periódicos emprendieron su integración entre las versiones impresa-digital. La integración de redacciones en este modelo, implica no sólo la conexión entre dos redacciones sino entre dos o más generalmente, así como la consecuente producción diversificada específica para cada medio, encabezada por los reporteros y redactores conver-gentes25 también llamados multifuncionales,26 por la diversidad de funciones que tienen que cumplir y que la digitalización favorece. En este nivel, se podría hablar de una integración de redacciones múltiples.

Es entre 2000 y 2005 cuando la investigación académica comienza a percatarse de este fenómeno de convergencia en el periodismo y a dar cuenta de él. En Europa las primeras integraciones de este tipo tuvieron lugar en Escandinavia, Reino Unido y España donde destacan la de los grupos Novotécnica y La Verdad;27 en Estados Unidos aparecieron como pioneros los casos del Tampa News Center,28 propieta-ria del diario Tampa Tribune, de la televisora WFLA-TV y el periódico digital Tampa Bay online, así como el de The Tribune Group, propietario del periódico The Chicago Tribune cuyos periodistas comenzaron a tra-bajar en 1993 para el diario y para la recién adquirida televisora por cable CLTV.29

En la presente década, siguieron la ruta de la con-vergencia de redacciones múltiples The Washington Post y Los Angeles Times; y en 2008, lo hizo The New York Times.30 En 2009 el Grupo News Corp anunció la convergencia de sus medios entre los que destaca The Wall Street Journal, más de una veintena de diarios en Australasia, Sky y el diario londinense The Times.31

Algunos estudios desde la economía política,32 observan que la univocidad que la concentración provoca disminuye la pluralidad y es un riesgo para la democracia, en tanto que otras investigaciones33 dan cuenta del fenómeno desde la perspectiva or-

24 El hecho de que la mayoría de las redacciones convergentes de este tipo, sean extensión de un impreso o de un canal de TV, ha impedido en parte su autonomía organizacional, lo que ocurre gracias a que los diarios convergentes o digitales, aun a fines de la primera década del siglo, no son suficientemente rentables. Una vez que la publicidad se mueva hacia internet como lo ha venido haciendo en países de Europa y Estados Unidos, pudiera registrarse un desprendimiento. 25 Vid. Janet Kolodzy, Convergence Journalism. Writing and Reporting Across the New Media, Lanham MD, Rowman and Littlefield, 2006, así como Stephen Quinn y Vincent Filak, Convergent Journalism, an Introduction: Writing and Producing Across Media, Burlington MA, Focal Press, 2005. 26 E. Klinenberg, op. cit., pp. 66-75. 27 Vid. José Alberto García Avilés y Miguel Carvajal, “Integrated and Cross Media News Convergence. Two Models of Multimedia News Production. The Case of Novotécnica and La Verdad Multimedia in Spain”, en Convergence, vol. 14, núm. 2, mayo de 2008. 28 Vid. Eduard Huang et al., “Converged Journalism and Quality. A Case Study of The Tampa Tribune News”, en Convergence, vol. 10, núm. 4, diciembre de 2004. 29 Vid. R. Gordon, “The Meanings and Implications of Convergence”, en Kevin Kawamoto (ed.), Digital Journalism. Emerging Media and the Changing Horizons of Journalism, Lanham MD, Rowman and Littlefield, 2003. 30 J. A. García Avilés y M. Carvajal, op. cit. 31 Resulta interesante mirar los diarios convergentes de NewsCorp que posee 20 títulos en Australasia. Si se observa el contenido del Fiji Times, éste es diferente en su totalidad al de su Sunday Tasmanian, lo que es reflejo de que sus líneas de producción están separadas. Con la convergencia los contenidos hiperlocales, pasarán a ser regionales y seguramente cada vez más estandarizados. 32 E. Klinenberg, op. cit. 33 Pablo J. Bockowski, Digitalizar las noticias. Innovación en los diarios online, Buenos Aires, Manantial, 2006 y J. A. García Avilés y M. Carvajal, op. cit.

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ganizacional y las cambiantes y frenéticas rutinas laborales de los periodistas.34 A su vez, estudiosos como Huang35 optaron por medir a través de herra-mientas cuantitativas y cualitativas, el impacto de la convergencia en la producción cultural llegando a la conclusión de que proceso productivo multicanal no significa pérdida de calidad informativa.

En México, Grupo Imagen fue uno de los primeros del país en adoptar la estrategia de convergencia más acabado o de mayor intensidad.36 Este nivel o modelo es un replanteamiento total del proceso de producción informativa, así como del perfil hasta ahora establecido para el ejercicio periodístico.

Antes de la convergencia periodística, el pe-riodista de periódico debía de ser un buen escritor, el de radio un buen narrador y el de televisión una mezcla de los anteriores, además de contar con la presencia televisiva. En la actualidad, el perfil ideal del periodista convergente que trabaja en conglo-merados es una amalgama de capacidades, que no siempre se reúnen y que redundan en la aptitud para manejar los diversos soportes; aunado a lo anterior está la presión del tiempo, rasgo del periodista en

la actualidad en la que el tiempo real se ha conver-tido en un factor irremediable de competencia en la industria de la información.37

La flexibilización laboral espera de los emplea-dos estar disponibles fuera del horario y espacio laboral. Este fenómeno tiene efectos duales, ya que en muchos casos representa el deterioro de las condiciones del trabajador, que tiene que trabajar más por el mismo salario. Por otro lado representa la posibilidad de que los periodistas desarrollen nuevas competencias laborales.38

Es importante insistir en que el periodismo con-vergente sería imposible sin una base material de la producción digitalizada que profundiza el capital por trabajador (capital deepening). Más allá del uso imprescindible de internet y sus aplicaciones, en los conglomerados es común la adquisición de los denominados content management systems, progra-mas que facilitan y aceleran los ritmos productivos en las redacciones convergentes, mismos que han traído como consecuencia la aparición de perfiles profesionales diferentes.39

34 Sobre los estudios relacionados con la producción cultural de las noticias, destacan los elaborados en la década de los setenta en-cabezados por los estadounidenses Gaye Tuchman y Herbert J. Gans. A cuatro décadas de distancia, las redacciones convergentes poco tienen en común con las individuales estudiadas por estos investigadores dentro de la corriente denominada sociología de los emisores; sin embargo son base firme y un buen punto de partida para explicar el fenómeno de la convergencia periodística, que implica la sinergia entre redacciones múltiples y diversos productos resultantes. Vid., como referencia del primero de ellos, Making News: A Study in the Construction of Reality, Nueva York, Free Press, 1980 y, del segundo, Deciding What’s News: A Study of CBS Evening News, NBC Nightly News, Newsweek, and Time, Nueva York, Vintage Books, 1980. N.E. 35 E. Huang et al., op. cit. 36 No todos los conglomerados han optado por la convergencia total, hay grupos que aún mantienen sus líneas de producción noticiosa separadas, con ciertos niveles de colaboración, en el ámbito editorial y comercial. Sin embargo, se ha observado que si el grupo mediático en su etapa de expansión obtiene un canal de televisión, se tiende a la convergencia total de líneas de producción. Grupo Imagen y Grupo Milenio de México comenzaron a operar canales de televisión en 2007 y 2008 respectivamente y, con ello, optaron por la integración to-tal. 37 El blogero Robert Scoble sostiene en su twitter que obtuvo antes que la cnn testimonios del devastador terremoto en China en 2008. Twitter es una aplicación híbrida entre mensaje de texto y blog que permite el monitoreo en tiempo real de un acontecimiento, usualmente cotidiano e intrascendente y que invita a compartir con otros la respuesta a la pregunta ¿qué estás haciendo ahora? 38 Manuel Castells señala en su vasta obra La era de la información. Economía, sociedad y cultura (Vol. I: La Sociedad Red; Vol. II: El poder de la identidad y Vol. III: Fin de milenio, todos ellos publicados en México por Siglo Veintiuno Editores en 2001 y 2002. N.E.), que la flexibili-zación no necesariamente acarrea desempleo, sino cambios profundos en el empleo; unas profesiones desaparecen y otras surgen derivadas del cambio tecnológico. No es asunto sencillo medir el impacto de la convergencia en la pérdida de empleos en la industria periodística, sin embargo hay casos documentados como el de la BBC que en 2004 decidió recortar 3 mil empleos con el fin de ahorrar 620 millones de dólares para competir de lleno en la era digital. 39 Es el caso de los redactores y productores multimedia, quienes toman del programa digital los insumos informativos que los reporteros inyectan, así como los videos de los camarógrafos, las fotografías y demás insumos para adaptarla a los diferentes medios ya que el repor-tero no siempre alcanza a terminar la producción de sus notas por lo acelerado de sus rutinas. Es importante reconocer que existen oficios desplazados como el del linotipista de los diarios impresos; otros perfiles profesionales aparecen con esta ola de cambios detonados por la tecnología, como el de los editores web de los diarios digitales y los propios reporteros convergentes de los conglomerados como Grupo Imagen, cuyas rutinas son descritas en este artículo.

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El caso de Grupo Imagen

Con la intención de establecer una aproximación al fenómeno y registrar el cambio que experimentan los periodistas mexicanos en su transición a la con-vergencia, se aplicó un cuestionario a 32 redactores en 2008, cuando el conglomerado recién adquirió el canal de televisión y cuyos profesionales tuvieron que adaptarse a trabajar para un cuarto soporte. Imagen es el primer grupo que decidió en el país aventurarse a la convergencia de soportes, una vez que consiguió adjudicarse dos estaciones de radio en la capital mexicana y otra en Monterrey. Un año después lo hizo Grupo Multimedios.

A su principal accionista, Olegario Vázquez Raña, pertenece el Grupo Radiofónico Imagen, adquirido en 2004 con sus estaciones Reporte 98.5 e Imagen; Cadena 3 de televisión, su última adquisición, me-diante un traspaso de concesiones en 2006 y el diario Excélsior, leyenda periodística mexicana que, en la última década del siglo pasado, permaneció al borde de la quiebra.

En 2008, Grupo Imagen (GI) ya contaba con 28 reporteros y 38 redactores convergentes. Todos son responsables de enviar información para los diferentes soportes en lo que denominan “turbina informativa” basado en un programa administrador de contenidos a donde se inyectan los productos noticiosos de la fuerza de periodistas del grupo.40

La rearticulación del proceso productivo en su primera etapa correspondiente a la convergencia entre sus dos estaciones de radio condujo al despido

de entre el 20 o 30% de la plantilla de redactores y reporteros existente.41

Metodología

A año y medio de haber iniciado la empresa, se aplicó en enero de 2008 un cuestionario de seis preguntas idénticas a 32 redactores convergentes, con el fin de conocer los primeros rasgos de la transformación en sus prácticas y rutinas; esto, como una aproximación que pudiera resultar útil para abordar en investiga-ciones subsecuentes el fenómeno que nos ocupa. Luego del análisis cuantitativo se procedió a realizar un estudio cualitativo a través de entrevistas con reporteros convergentes.

Hallazgos

La mayoría de los redactores de GI son menores de 40 años. 48% de los redactores convergentes se encuentra en el rango de edad de 21 a 30 años. 34% tiene entre 31 y 40 años. Ambas categorías suman 82% del total de la muestra. 56% son hombres y 44% mujeres lo que representa una relativa equidad de género. Se trata de una redacción joven, rasgo que se perfila como común denominador en las redacciones convergentes del mundo.

40 Entrevista de María Elena Meneses a Beatriz Fregoso, jefa de redacción convergente de Grupo Imagen, llevada a cabo el 24 de enero de 2008. 41 Entrevista de M.E. Meneses a Ignacio E. Anaya Cooley, director de radio y televisión de Grupo Imagen, llevada a cabo el 14 de febrero de 2008.

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Tabla 1¿Cómo ha sido su tránsito del medio impreso o radiofónico a la TV o internet?

47%

16%

3%

Muy difícil Muy fácil Demasiado difícil No contestó

34%

Tabla 2Tecnológicamente usted se considera un periodista...

47%

Adaptado Formado

53%

47% de los redactores convergentes de GI considera que el tránsito del soporte impreso al audiovisual, es decir radio, televisión e internet ha sido muy difícil. Si a este dato se suma el de aquéllos que percibieron esta transición como algo demasiado difícil (16%), entonces se tiene que 63% de los encuestados en-contraron complicado su cambio, contra solamente 34% de quienes lo hallaron muy fácil.

53% de la muestra se consideró un periodista formado tecnológicamente, es decir con habilidades adquiridas durante sus estudios universitarios o técnicos. Este dato sugiere un relevo generacional, dado que se trata de periodistas formados en escuelas que contemplaron de una u otra forma la utilización de tecnología para el trabajo periodístico entre sus planes de estudio.

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47% restante, tuvo que adaptarse y aprender sobre la marcha a utilizar herramientas tecnológicas necesarias para ejercer el periodismo en la actuali-dad. Es en este grupo donde se halla evidencia de que el periodismo contemporáneo es por el momento una profesión en transición, en la que la adaptación se torna en asunto necesario para sobrevivir en el

mundo laboral; este periodo dejará de ser “transi-torio” con el relevo generacional.

Pese a estos datos que demuestran una formación relativa de los redactores en el ámbito tecnológico (53%), no es suficiente para afrontar el reto de la con-vergencia de soportes, dado que la mayoría consideró a la transición de un medio a otro como difícil (63%).

Tabla 3Inversión de la empresa

56%

16%

Si invierte No invierte Demasiado no invierte

28%

56% de los redactores piensa que su medio invierte suficiente en capacitación para ayudarlo a conver-tirse en un periodista convergente. Aunque a simple vista pareciera que esto representa un punto a favor para el grupo empresarial si se suma a quienes consi-deran que su medio no invierte o que definitivamente no invierte en su capacitación, la situación se divide pues tenemos 44% contra 56% inicial.

Las mejoras salariales ante la convergencia de soportes no fueron equitativas para todos los redac-tores de acuerdo con los resultados. 35% no recibió aumento salarial al pasar a ser un redactor conver-gente; 25% tuvo un incremento de 20%, mientras que el salario de 6% aumentó en 50%. Por último, 31% ha registrado cambios en diferentes porcentajes.

Los redactores convergentes trabajan más horas que cuando lo hacían para un solo soporte. 69%

trabaja más horas; 25% trabaja las mismas horas que antes y sólo 3% consideró que trabaja menos horas.

Es de sobra conocido que el periodismo ha sido históricamente una actividad sin horarios estable-cidos; sin embargo, la convergencia que supone la confección de notas para diversos soportes, es decir, la multifragmentación de actividades en una persona como unidad laboral, puede redundar en una falta de calidad palpable en la carencia de investigaciones periodísticas.

La convergencia en GI es vista desde otros medios mexicanos como una experiencia empresarial, que sacrifica calidad periodística y sobre todo investi-gación. Durante el trabajo de campo, se conversó con periodistas fuera del grupo en un esfuerzo por contrastar la información obtenida adentro. La si-

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Tabla 4Modificación del salario

35%25%

31%

3%

Otro No contestó

6%

Sin aumento salarial Incremento de 20% Incremento de 50%

Tabla 5Trabaja más o menos horas

69%

25%

3%

Más horas Menos horas Igual No contestó

3%

tuación de sus colegas es vista, en el mayor de los casos, con reprobación y cierto asombro; si bien hay unanimidad en que es una tendencia que por ahora se mira irreversible.

Reporteros convergentes, rutinas frenéticas

Un reportero convergente puede ser definido como aquel que trabaja para dos o más soportes mediáticos propiedad de un conglomerado.

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A su vez, prácticas y rutinas periodísticas pue-den entenderse como la cultura profesional de los periodistas,42 quienes han sufrido una importante transformación con la convergencia corporativa o económica, en tanto que se profundiza en países como México, por la vulnerabilidad propia de la pro-fesión en donde los periodistas no están agremiados ni representados.

Para conocer qué cambios y de qué magnitud son los cambios experimentados en las rutinas pro-fesionales de los reporteros, se procedió a realizar entrevistas; algunas se dieron de manera informal y otras en profundidad. Las tres que se exponen a continuación fueron seleccionadas por tratarse de casos de reporteros completamente convergentes, ya que manejan tres soportes (radio, televisión y perió-dico). Fueron escogidos ya que en el grupo analizado se observa el caso de reporteros que trabajan sólo para radio y periódico con mayor frecuencia, o bien, televisión y radio, y sólo de vez en cuando, incursio-nan en el tercer o cuarto medio. A continuación se presentan tres fragmentos de entrevistas en profun-didad, realizadas con tres reporteros convergentes de Grupo Imagen, las cuales revelan cuán aceleradas son sus rutinas y cuyo testimonio obliga a plantear un cuestionamiento para reflexiones ulteriores: ¿qué calidad informativa puede resultar de rutinas como las descritas en los procesos productivos?

Ivonne Melgar es la reportera estelar del Grupo Imagen quien, además de su trabajo cubriendo la presidencia para los cuatro soportes, es columnista del periódico Excélsior.

Por ejemplo, [si] tengo una gira presidencial paso en el noticiero de la mañana con Pedro Ferriz entre 8 y 11 para decir los avances en vivo, previamente una nota grabada. Entre 1 y 3 de la tarde siempre aparezco en el noticiero de Adela Micha con la nota del día y, si es una coyuntura importante, lo hago dos o tres veces. No siempre salgo con Javier Alatorre que está en Reporte a la misma hora. Hacia la tarde, me encuentras siempre con Jorge Fernández en vivo;

pero no siempre lo hago en el noticiero que se está transmitiendo simultáneamente en Reporte, aunque regularmente de cinco días a la semana, tres sí. Si hay notas importantes, hay que actualizar en vivo; si no las hay, se puede grabar la información. Para los noticiarios de la noche, entre 7 y 8, grabo una nota que espero le va a servir a Ferriz para el siguiente día, para no grabar dos veces. Respecto a los audios, cuando termina un evento, lo primero que hago es cortarlos porque es mi guía pa-ra el insert de televisión y mi guía del adelanto. Son las 12 y, antes de mandar mi adelanto, hablo al grabador y le mando mis audios. Me quita mucha presión que, cuando me mandan el enlace, yo no esté poniendo el audio, sino que ya lo tengan ahí. Además, a veces lo usan para el teasser de los noticiarios. Terminan de poner los audios y doy mi título o cabeza. Si es muy importante, proporciono algunos párrafos para que los suban a ExOnline que, generalmente, lo hace. El video lo mandan de presidencia, al menos de eso no me preocupo.43

Otro es el caso de Aurora Zepeda, reportera conver-gente quien, en vez de escribir columna como es el caso de Melgar, es conductora del noticiero del do-mingo en Cadena 3, además de su trabajo cubriendo el Instituto Federal Electoral y otros organismos electorales del país.

Pondré un ejemplo en el que tengo que hacer cosas para los tres medios. Cubro fuentes que no tienen eventos diario, más bien, debo reportear a ver qué información obtengo. Con este método, las notas van más bien para prensa y me baso en los documentos que obtengo y me filtran. Con éstos, no puedo hacer cosas para televisión, [pues] si lo hago se leerían como texto. Ahí es donde existe incompatibilidad e incompetencia entre tele y periódico. Compiten demasiado. El ejemplo es una sesión del ife en la que multarán a los partidos políticos. La nota ya está publicada en Excélsior porque hubo alguna filtración. Entonces,

42 Vid., Gaye Tuchman, La producción de la noticia: estudio sobre la comunicación de la realidad, Barcelona, Gustavo Gili, 1983. 43 Entrevista de M.E. Meneses a Ivonne Melgar, reportera de multimedia de Grupo Imagen, llevada a cabo el 29 de noviembre de 2008.

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para El Periódico de la Vida Nacional ya tengo que hacer una nota distinta, el hecho de las multas ya está publicado. Para televisión y para radio tengo que reportear el hecho de las multas, porque todavía no está publicado. Si empieza la sesión a las 11 de la mañana, el tema lo abordan a las 2 o 3 de la tarde. En ese momento, me es necesario enviar un adelanto de tres párrafos a una sola dirección que se usarán para el Excélsior, la radio y la tele. Estos últimos dos medios ocupan sólo el primer párrafo mientras que el diario puede ocupar los tres si es que les interesa para Exonline, que es su portal de internet, mismo que resulta ser otro medio que también debe cubrirse. A esa hora ya están al aire los noticiarios de radio con Adela Micha y Javier Alatorre. Puede que me ha-blen a los cinco minutos de haber mandado mi nota para que salga al aire. Entonces debo buscar el insert en la cámara de tele y buscar el minuto y el segundo en que dijeron tal cosa. Doy mi nota e introduzco el sound bite. Es probable que en ese mismo momento me pidan por el msn la nota de televisión. Entonces tengo que mandar el guión y el track up grabado en la cámara. Si no me encuentran en el messenger, me hablan a través del celular y entran dos llamadas al mismo tiempo. Me pongo a trabajar en el guión y me piden del noticiario de radio del mediodía que salga al aire. Pero tengo que entregar antes de las 2:30 lo de televisión, porque a esa hora cierran la edición.44

A su vez, Ernesto Méndez, joven reportero que inició en la radio, se considera un periodista más completo pues maneja diversos soportes mediáticos.

Se incendia la plataforma Usumacinta en Ciudad del Carmen, [Campeche]. Íbamos el fotógrafo, el camarógrafo, el realizador y yo como reportero [por

si hubiese] una nota de coyuntura [que cubrir]. Consigo los contactos de Pemex y me entrevisto con ellos. La única forma de llegar ahí es con una lancha de pescadores y bajo tu propio riesgo. En esa situa-ción, debes dirigir al equipo (desde sacar dinero del cajero hasta ubicar el hotel más conveniente por la ubicación). Pero, además, cargas con el peso de la empresa [pues] la nota va a salir tres veces y debe tener calidad. Nos subimos a la panga y nos abren paso a todos. De regreso, me hago de información con los pesca-dores y enseguida consigo entrevistas para tele. Una entrevista en ella siempre resulta ser muy corta. No necesitas más de cinco minutos. Entonces, tengo que aclararle al camarógrafo que vamos a necesitar más grabación para cubrir, además de la nota de televisión, la de radio y prensa. Ya que tengo el sound bite para radio y tele, aún mantengo la entrevista buscando un ángulo dis-tinto.45

Hacer periodismo convergente es sin duda un riesgo para la calidad. No sólo es cuestión de adaptar los estilos y los tiempos discursivos de los diferentes medios, lo cual pueden hacer los más aptos y quie-nes cuentan con la actitud para ello. Sin embargo, con base en lo observado, la cultura periodística se trastoca al tener que atender a tres o cuatro medios diferentes, al contar con menos tiempo para aprender y para producir la información en una rutina ago-biante y frenética. Lejos quedaron los reporteros que se perdían de sus editores en un continente alejado para escribir una crónica o un reportaje. La conver-gencia de este tipo le acomoda a un cierto perfil de periodista, como los casos aquí expuestos.

44 Entrevista de M.E. Meneses a Aurora Zepeda, reportera convergente de Grupo Imagen, llevada a cabo el 10 de junio de 2008. 45 Entrevista de M.E. Meneses a Ernesto Méndez, reportero convergente de Grupo Imagen, llevada a cabo el 3 de julio de 2008.

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Consideraciones finales

Tabla 6

Transformaciones laborales de los periodistas convergentes

Antes de la convergencia Después de la convergencia

Trabaja para una sola línea de producción y un solo producto.

Menos horas dedicadas al trabajo.

Mayor tiempo de aprendizaje.

Menor dependencia de tecnología.

Menores habilidades tecnológicas.

Dominio de un lenguaje mediático.

Mayor tiempo para reportear y escribir.

Trabaja para diversas líneas de producción convergentes y diversos productos.

Más horas dedicadas al trabajo.

Menor tiempo de aprendizaje.

Mayor dependencia de tecnología.

Mayores habilidades tecnológicas.

Dominio de diversos lenguajes mediáticos

Menor tiempo para reportear y escribir

Fuente: Elaboración propia

La convergencia digital y corporativa no genera ni buen ni mal periodismo, éste depende de los fines que cada medio establezca. En el presente artículo se presenta el análisis de un caso concreto de la rea-lidad mediática mexicana, el estudio de las rutinas productivas en otros conglomerados tanto mexicanos como de otros contextos pudiera arrojar resultados diferentes.

Sin embargo, consciente de que el estudio de un caso no puede ser generalizable, es pertinente advertir de los riesgos de la convergencia para las condiciones laborales de los periodistas, como para la calidad de la información resultante de la rearticulación descrita. Un análisis de la calidad informativa resultante de las rutinas aquí descritas resultaría perentorio.

Por el momento, el periodismo convergente que se practica en los conglomerados es un proyecto más avanzado en el orden gerencial y de optimización de

recursos que en lo que se refiere a su veta comuni-cativa, paradoja que acompaña a este escenario de información incesante y apabullante en el que no necesariamente se está mejor informado.

En la literatura disponible en torno a este fe-nómeno, y en el acercamiento a éste a través de Grupo Imagen, no se nota un interés por mejorar la comunicación que se establece con la sociedad, sino más bien una búsqueda por nuevos mercados y negocios. La digitalización y la presencia de nuevos actores que se apropian de nuevas expresiones sin cortapisas permitiría, como se ha sostenido aquí, ensanchar el espacio público promoviendo la prác-tica de un periodismo menos vertical y abierto a los de los ciudadanos, lo que hasta el momento sigue siendo una tarea pendiente.

Recibido el 3 de agosto de 2009Aceptado el 4 de febrero de 2010

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Entrevistas

Todas las entrevistas fueron realizadas por María Elena Meneses a:

Ignacio E. Anaya Cooley, director de radio y televisión de Grupo Imagen el 14 de febrero de 2008.

Beatriz Fregoso, jefa de redacción convergente de Grupo Imagen, el 24 de enero de 2008.

Ivonne Melgar, reportera multimedia de Grupo Imagen, el 29 de noviembre de 2008.

Ernesto Méndez, reportero convergente de Grupo Imagen, el 3 de julio de 2008.

Aurora Zepeda, reportera convergente de Grupo Imagen (entrevistada), el 10 de junio de 2008.

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Tecnologías de información en instituciones de educación superior,crisis económica y necesidad de diagnósticos para su incorporación.

El caso de la Universidad Pedagógica Nacional

luz maría Garay cruz*

Resumen

El texto presenta resultados preliminares de un es-tudio diagnóstico en proceso titulado “Acceso, uso y apropiación de las Tecnologías de Información y Comunicación (tic) entre la planta docente de la Universidad Pedagógica Nacional”; asimismo, resalta la necesidad de realizar este tipo de investigaciones para orientar algunas acciones institucionales en relación con la inserción de las tic y la formación de los docentes.

Palabras clave: tecnologías, uso, apropiación, for-mación docente, migración digital.

Abstract

The text presents preliminary results of a diagnosis study in a qualified process titled “Access, use and appropriation of the Technologies of Information and Communication (tic) in the teaching staff of the Pedagogic National University”; Likewise it emphasi-zes the need to conduct this type of investigations (research) to conduct some institutional actions in relation to the insertion of tic and the formation of teachers.

Key words: technologies, use, appropriation, tea-ching formation, digital migration.

w

* Universidad Pedagógica Nacional, Carretera al Ajusco núm. 24, col. Héroes de Padierna, deleg. Tlalpan, México, D.F., 14200.

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En el contexto de la discusión internacional sobre la educación, se identifica una constante preocupación y reflexión en torno al papel de

las tecnologías de información y comunicación (tic) y su inserción en los sistemas educativos formales, así como en las modalidades presenciales y a distancia. Organismos como la Unesco han hecho continuas re-comendaciones para cuidar que la inserción de las tic beneficie a los actores de los sistemas educativos. Es importante señalar que estas recomendaciones han sido retomadas por México en su política nacional educativa.

En este primer apartado se realiza una breve revisión de dos documentos de la política educativa nacional, especialmente en el nivel de la educación superior, que han respondido a algunos de los plan-teamientos de los organismos internacionales. El pri-mero de ellos es el Programa Sectorial de Educación 2007-2010, publicado por la Secretaría de Educación Pública (sep). En él, se presentan cinco objetivos para el desarrollo de la educación en nuestro país en los distintos niveles educativos y atendiendo problemáticas por demás diversas. Para fines de este texto, solamente se analizará el tercero (el cual está relacionado con el uso de las tic en la educación superior) que, a la letra, pretende:

Objetivo 3

El uso didáctico de las tecnologías de la información y la comunicación para que México participe con éxito en la sociedad del conocimiento. Se promoverá ampliamente la investigación, el desarrollo científico y tecnológico y la incorporación de las tecnologías en las aulas para apoyar el aprendizaje de los alumnos. Se fortalecerá la formación científica y tecnológica desde la educación básica, contribuyendo así a que México desarrolle actividades de investigación.Impulsar el desarrollo y utilización de tecnologías de la información y la comunicación en el sistema edu-cativo para apoyar el aprendizaje de los estudiantes, ampliar sus competencias para la vida y favorecer su inserción en la sociedad del conocimiento.1

Entre los puntos que se destacan en este objetivo, se encuentran los siguientes:

3.5 Fomentar el desarrollo y uso de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar los ambientes y procesos de aprendizaje, la operación de redes de conocimiento y el desarrollo de proyectos intra e interinstitucionales.

• Propiciar la utilización de espacios virtuales que acerquen a los docentes y estudiantes a esas tec-nologías y les permitan desarrollar competencias avanzadas para su uso.• Promover el desarrollo de habilidades en el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación.• Crear y fortalecer, con el apoyo de las institu-ciones de educación superior, las academias de ciencias y las asociaciones de profesionistas, la introducción al uso y desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, con miras a formar futuros diseñadores del hardware y software educativo y tecnológico.

3.6 Impulsar la educación abierta y a distancia con criterios y estándares de calidad e innovación per-manentes, con especial énfasis en la atención de regiones y grupos que carecen de acceso a servicios escolarizados.

• Crear la Universidad Abierta y a Distancia para responder a la demanda de educación superior.• Constituir el Sistema Nacional de Educación Abierta y a Distancia para contribuir a articular los esfuerzos en la materia.• Promover programas de educación continua en la modalidad a distancia para atender las necesidades de actualización de los profesionistas en activo.• Establecer lineamientos y mecanismos de regula-ción, criterios e instrumentos para evaluar y acredi-tar la calidad de los distintos programas educativos de educación superior abierta y a distancia.2

1 Secretaría de Educación Pública, Programa sectorial de educación, México, sep, 2007, p.11. 2 Ibid, pp. 39- 41.

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El segundo de los documentos a examinar, y que permitirá tener más elementos para comprender la importancia que desde el gobierno mexicano ha cobrado el tema de la inserción de las tic en la

educación superior, es el Plan Maestro de Educación Superior Abierta y a Distancia de la Asociación Na-cional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies).

La visión de futuro de la educación abierta y a distancia y las tic

En documentos elaborados el sexenio pasado (2000-2006), la Anuies proyectaba, en curioso lenguaje presentista, el sistema de educación superior (ses) en el año 2020: “En el año 2020, México cuenta con un SES de mayores dimensiones y cobertura, diversi-ficado, integrado y de alta calidad. [Para ese año], las IES desarrollan sus actividades de docencia, según el perfil y la misión de cada una, y utilizan modelos innovadores de aprendizaje y enseñanza que les permiten alcanzar altos grados de calidad académica y pertinencia social.”3

Además, se consideraba la necesidad de planear una educación superior abierta y a distancia integral; no como una forma compensatoria de educación, sino como una modalidad válida que se desarrollará de manera articulada al sistema escolarizado, com-partiendo con él su naturaleza, pero rompiendo con el espacio y tiempo de la escolarización. A partir de esta premisa, la visión de un futuro de la educación superior abierta y a distancia, redactado como hecho consumado, se planteaba de la siguiente manera:

En el año 2020, la Educación Superior Abierta y a Distancia (sic) ha logrado conformarse en un sistema articulado e integrado entre las diversas institucio-nes oferentes en el marco del Sistema de Educación Superior (sic). Se ha ampliado sustancialmente la oferta de programas en esta modalidad y se ha incre-mentado su cobertura mediante formas innovadoras centradas en el aprendizaje; todo ello contando con los recursos humanos y materiales necesarios para su óptimo desarrollo. Se cuenta con mecanismos y criterios de evaluación que permiten retroalimentarla y garantizar la calidad de los servicios que ofrece. De

esta manera, las modalidades abierta y a distancia contribuyen a lograr los fines y propósitos del Sistema Abierto de Educación Superior (sic) y del desarrollo del país.

1. Las instituciones, de acuerdo con sus respectivas misiones y características, ofrecen programas en Educación Abierta y a Distancia (sic) de alta calidad académica y tendrán mecanismos para la evaluación y acreditación.

2. El personal académico de las instituciones de educación superior, cuenta con una formación en el manejo de esta modalidad.

3. Se impulsa de manera importante la movilidad horizontal entre el sistema escolarizado y el no escolarizado.

4. Se han establecido mecanismos de interrelación entre las instituciones educativas, lo que permi-tirá disminuir sustancialmente las dificultades en la comunicación y el desequilibrio tecnoló-gico que privaba en nuestras casas de estudio.

5. Se ha mejorado sustancialmente la gestión y planeación permitiendo un uso óptimo de los recursos humanos, financieros y materiales con que cuentan las diferentes casas de estudio.

6. Los programas de formación, actualización y capacitación para el trabajo, presentan una co-bertura equilibrada gracias al diseño curricular flexible que los caracteriza.

7. Debido a las bondades del diseño curricular, al esfuerzo sistemático para garantizar la calidad, a la movilidad horizontal de los estudiantes entre diferentes programas de formación, actualiza-ción y capacitación, se ha contribuido a elevar el

3 Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, Plan maestro de educación superior abierta y a distancia. Líneas estratégicas para su desarrollo, México, Anuies, 2000, pp. 48 y 49. El documento puede consultarse in extensis en http://www.anuies.mx/servicios/d_estrategicos/pdf/plan_maestro_1.pdf

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nivel educativo de la población mexicana, pues la barrera del espacio y el tiempo se ha logrado superar.

8. Se ha mejorado la eficiencia terminal del sistema y se han reducido los costos de operación.

9. El esfuerzo sistemático de las instituciones, por desarrollar esta modalidad, ha impulsado la conformación de una cultura de la educación abierta y a distancia.

10. Se ha reconocido el valor de la Educación Abierta y a Distancia (sic), así como su contribución al ses, y se han establecido diversos mecanismos de apoyo que fomentan su desarrollo.4

Este documento plantea, pues, acciones estratégicas para el desarrollo de la educación a distancia (EaD) en nuestro país y se encuentran varios puntos de correspondencia con propuestas internacionales, algunas de ellas emitidas por la Unesco.

Algunas notas sobre la crisis económica en México y su impacto en la educación

Tanto los planes sectoriales de educación como el programa estratégico de la Anuies, buscan un fuerte impulso a la inserción de las tic en la educación supe-rior, presencial y a distancia. Sin embargo, para que puedan empezar a funcionar, deben antes sortear la grave crisis económica que afecta a México en general y al sector educativo en particular, sobre todo en lo que respecta a la distribución de presupuestos.

En efecto, el mundo está sumergido en lo que se ha llamado la peor crisis económica mundial en 70 años, la primera del siglo xxi. Ríos de tinta han corrido emanados de las plumas más diversas de intelectuales, economistas, humanistas y, por supuesto, de funcionarios de Estado que tratan de explicar, desde distintos enfoques, qué es lo que ha sucedido, cómo se llegó a este punto y qué nos depara el futuro.

Frente a este panorama de crisis económica, es inevitable pensar en los recortes presupuestales que han afectado los programas de gobierno en distintos sectores, entre ellos, el educativo. En este texto, interesa básicamente la educación superior y en especial la inversión para el uso de tic.

La crisis, sin duda, no es ajena al quehacer de las instituciones de educación superior (ies), éstas se han visto obligadas a realizar recortes de personal, en presupuestos de investigación y en la inversión para fortalecer o mejorar la infraestructura de las instituciones, entre otras cosas.

Este escenario permite ver claramente que las decisiones para invertir en tic en las ies cada vez deben ser más estratégicas; sin duda, son inversiones necesarias pero que requieren de la elaboración de diagnósticos que permitan a las autoridades de las ies contar con información acerca del acceso, los usos y los niveles de apropiación que existen entre la co-munidad académica, a las cuales se busca beneficiar con la inserción de las tic (evitando problemas como la subutilización de los equipos o la poca inserción de los mismos en las prácticas académicas de docencia, difusión e investigación, por mencionar sólo uno).

Aunado a lo anterior, si se toman en cuenta los datos que ofrecen los diagnósticos, es posible tam-bién desarrollar programas de formación docente que apoyen a los académicos en introducir las tic en sus prácticas académicas y que ofrezcan pistas a las instituciones sobre las necesidades diferenciadas de formación que tienen los académicos.

4 Idem.

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Si bien los asuntos relacionados con la inserción de las tic en las instituciones educativas han formado parte de las temáticas que se han investigado desde el campo de acción de la comunicación educativa, su sola inserción en las escuelas no implica de manera mecánica una mejora. Lo que se reconoce desde el ámbito de la comunicación educativa, es la necesidad de seguir realizando estudios sobre la inserción de las tic en ámbitos educativos, por ejemplo, la recon-ceptualización de los actores de los sistemas de EaD, los cambios en el proceso de interacción, el diseño de los materiales, las concepciones que existen sobre las tic y los replanteamientos de orden institucional necesarios para poder llevar a buen la anhelada inser-ción, entre otros; no sólo para desarrollar adecuados sistemas a distancia, sino también para fortalecer el trabajo académico en los sistemas presenciales.

Es indispensable llevar a cabo investigaciones (pre-vias o paralelas) de otra índole, como los mencionados diagnósticos acerca del acceso, uso y por supuesto de la apropiación de tic por parte de los actores de las instituciones educativas. Como se ha mencionado en párrafos anteriores, estos estudios pueden ofrecer información susceptible de ser empleada en la toma de decisiones para la implementación de programas de EaD, o en la generación de políticas institucionales que promuevan la inserción más adecuada de las tic en las prácticas académicas, por mencionar algunos.

Estos diagnósticos son necesarios porque el pro-ceso de migración hacia lo digital, que se ha desarro-llado en las ies en los últimos 15 años, ha puesto de relieve la necesidad de ser más cautos con todas las acciones derivadas de ello. Por ejemplo, se ha detec-tado a través de varias indagaciones que los recursos tecnológicos en algunos casos son subutilizados: no en todas la ies existen programas de formación para que los académicos aprovechen mejor los recursos tecnológicos en su práctica docente.

Debe decirse que los procesos de migración digital en las comunidades académicas, en especial con los docentes, tienen que ser graduales. Es poco probable que con sólo poner a la disposición de los profesores las tic se logre cambiar sus prácticas académicas. Se requiere pasar por procesos de actualización y capacitación que les permita comprender los posibles beneficios que obtendrán con el uso de las tic.

En los casos en que los docentes pasan de ser pro-fesores de sistemas presenciales a ser tutores en línea, se genera una serie de cambios que pueden definirse como proceso de migración de las aulas presenciales a las aulas virtuales; lo que implica necesariamente un proceso de formación que les permita comprender las especificidades de su rol docente y las actividades que debe desarrollar en esta modalidad.

Ello demuestra que la sola inserción de las tic no va a generar cambios en las prácticas educativas si no van acompañados de acciones de formación docente, ajustes en los procesos administrativos de las ies y estrategias que favorezcan una inserción gradual de estos recursos.

Existen algunos antecedentes en materia de diag-nósticos que bien vale la pena revisar. Por ejemplo, las investigaciones desarrolladas por Crovi Druetta en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) acerca del acceso, uso y apropiación de tic entre la planta docente de esta institución. Sus estu-dios ofrecen datos interesantes acerca de las brechas digitales y cognitivas que existen entre los actores universitarios, mismas que dependen de un sinfín de factores, tales como las trayectorias tecnológicas de los sujetos, las políticas institucionales y, por supuesto, la inversión en tecnología, estrechamente relacionada con el segundo factor.5 O las realizadas por Garay Cruz en la Universidad Pedagógica Nacional (upn), como a continuación se especifica.6

Retos para la investigación en comunicación educativa. Agendas pendientes

5 Vid. Delia Crovi Druetta, “Acceso, uso y apropiación de las tic en la Comunidad Académica de la unam”, en Anuario Ininco, vol. 20, núm. 1, junio de 2008. 6 Vid Luz María Garay Cruz, “Acceso, uso y apropiación en el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación entre la planta docente de la Universidad Pedagógica Nacional”, ponencia presentada en el XX Encuentro Nacional de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (amic), llevado a cabo en la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, del 6 al 9 de mayo de 2008.

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Breve perfil académico

La upn es una institución con más de 30 años de existencia. Desde sus inicios, ha sido una IES que contribuye a la transformación del país, especial-mente en el área educativa. A lo largo de su historia, ha formado licenciados en diversas áreas educativas como pedagogía, psicología educativa, sociología de la educación, educación para adultos y educación indígena. También se han desarrollado y ofrecido programas de actualización y posgrado tanto en nivel maestría como doctorado.

Después de varios procesos internos de evalua-ción institucional para mejorar el trabajo acadé-mico, la upn-Ajusco está organizada en cinco áreas académicas:

• Política educativa, procesos institucionales y gestión

• Diversidad e interculturalidad • Aprendizaje y enseñanza en Ciencias, Humanida-

des y Artes • Tecnologías de la Información y Modelos Alter-

nativos • Teoría Pedagógica y Formación Docente

Cada área académica está integrada por docentes organizados en cuerpos académicos que trabajan sobre diversas temáticas educativas y que a su vez cumplen con las tres funciones sustantivas de una universidad: docencia, investigación y difusión.

Hoy por hoy se ofrecen ocho licenciaturas y cuatro posgrados. Entre los programas académicos de licenciatura se encuentran pedagogía, sociología de la educación, administración educativa, psico-logía educativa, educación indígena, educación de adultos y enseñanza del francés (en convenio con la Universidad de Borgoña en la modalidad a distancia). En cuanto a los posgrados, los programas son espe-

cialidad en computación, especialidad en estudios de género en educación, maestría en desarrollo educativo y doctorado educación.

Con el fin de fortalecer la dinámica académica de la Universidad, en el año 2007 se realizó un diagnós-tico académico7 que incluía una serie de desafíos, entre los cuales destacan los siguientes:

• Mejoramiento del fomento y la divulgación del trabajo de investigación de la upn y coadyuvar a la construcción de redes de conocimiento y encuentros entre especialistas en el campo.

• Reordenamiento de la oferta educativa, los ser-vicios y la investigación universitarios, con el propósito de mejorar su calidad. Cabe señalar en este punto que una de las principales tendencias de la upn está encaminada al fortalecimiento de programas de educación apoyados por tic en las modalidades educativas y a distancia.

• Vinculación de la upn con la política educativa nacional e internacional, con particular énfasis en el desarrollo profesional de maestros en servicio y profesionales de la educación. Se destaca en este caso que la upn en convenio con la Subsecretaría de Educación Media Superior está desarrollado e impartiendo programas de especialidades en línea para atender a los profesores del nivel bachillera-to que están interesados en realizar estudios de posgrado.

En atención a estos propósitos institucionales, la investigación “Acceso, uso y apropiación de tic en-tre la planta docente de la Universidad Pedagógica Nacional-Ajusco”,8 puede coadyuvar a la consecución de algunos, por lo menos los dos últimos; al aportar datos y algunas propuestas concretas sobre los usos y apropiación de las tic entre la planta docente de la Universidad.

El caso de la Universidad Pedagógica Nacional (upn)-Ajusco: un estudio en proceso. Características del estudio, avances y resultados preliminares

7 Aurora Edith Elizondo Huerta, “Universidad Pedagógica Nacional”, México, upn, 2007 (documento interno de trabajo). 8 L. M. Garay Cruz, op. cit.

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La upn es una institución pionera en lo que a EaD se refiere y, en la última década, ha incursionado en el uso de las tecnologías de información y comunica-ción en algunos de los programas académicos que ofrece a distancia para las 74 unidades que tiene en el territorio nacional.

Es importante destacar que fue la primera ins-titución de educación pública del nivel superior en ofrecer un programa de posgrado vía satelital en 1996, lo cual le permitió adquirir la experiencia necesaria para posteriormente incursionar en el uso de internet con la creación de la licenciatura en en-señanza de francés (lef) a distancia, programa que tiene más de 10 años de existencia.

Actualmente la upn participa en el Programa de Formación y Actualización para Docentes de Educación Media Superior, que está vinculado direc-tamente con la Secretaria de Educación Pública del país y que forma parte de la reforma integral de este nivel educativo. La upn ofrece seis especialidades en línea para los profesores de este nivel educati-vo: aprendizaje y prácticas docentes en contextos multiculturales, competencias docentes para la educación media superior, educación centrada en el aprendizaje, matemáticas y tecnología, enseñanza y aprendizaje de la historia y enseñanza y aprendizaje de las ciencias (física, química y biología).

Con esta infraestructura de apoyo, se llevó a cabo un diagnóstico acerca del acceso, uso y apropiación de las tic entre los docentes de la upn. Su propósito fue identificar la existencia o no de brechas digitales y cognitivas y, en caso positivo, qué tanto ha inci-dido en la inserción de los profesores a novedosas tecnologías educativas en la institución.

Los objetivos generales de la investigación fueron: • Analizar la brecha digital y cognitiva que existe

entre los docentes de la upn a fin de identificar los factores que la determinan, considerando tanto el acceso como el uso y la apropiación de las innovaciones tecnológicas.

• Diseñar estrategias específicas para la reducción de la brecha digital y cognitiva entre los docen-tes que abarquen tanto el plano tecnológico y de infraestructura como el educativo y pedagógico, para fortalecer estrategias de formación docente y el diseño de programas académico que se apoyen en las tic.

• Elaborar una propuesta de apropiación tecnoló-gica para incorporar a la tecnología a la práctica docente de la upn.

En este estudio, se reconoció que la tendencia actual de la investigación en los temas de la educación y el uso de las tic se centra en el papel del alumno y su proceso de autoaprendizaje, elemento alrededor del cual gira el modelo pedagógico de varias institucio-nes. Esta visión, si bien no está errada, ha perdido de vista al otro sujeto indispensable del proceso educativo: el docente.

Así, en este trabajo, se consideró primordial conocer los niveles de acceso, uso y apropiación de los docentes para poder establecer algunas líneas de acción que permitan un aprovechamiento más sistemático de las tic; por ejemplo en el desarrollo de programas académicos ofrecidos a distancia y en línea, entre otros. Esta perspectiva implicará a futuro repensar el papel y la formación del docente como un sujeto en el cual radican en gran medida las posibilidades de éxito o fracaso de la puesta en marcha y operación de proyectos educativos con uso de tecnología.

Metodología

Cabe señalar que la metodología empleada en este estudio fue similar a la elaborada por el equipo de Crovi Druetta en la unam, en el entendido de que se trata de elaborar un comparativo con los resultados que se encontraron en esa universidad, además de compartirse los mismos intereses de indagación y

Breves antecedentes de uso de los medios y las tic en la upn

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el marco conceptual; aunque sí se aplicaron algu-nos ajustes a los instrumentos considerando las particularidades de la upn (por ser una universidad temática, centrada en la formación de especialistas en educación).9

Para elaborar el trabajo empírico de esta inves-tigación, se emplearon instrumentos cualitativos y cuantitativos. Como muestra de los primeros, se realizaron algunas entrevistas en profundidad (indi-vidual) e historias de vida. Aquéllas tuvieron como objetivo conocer opiniones sobre la existencia de la brecha digital y sus dimensiones; éstas, a su vez, bus-caron identificar los orígenes y evolución del proceso de incorporación de las tic a la vida y actividades cotidianas de los académicos de la upn.

Como parte de los instrumentos cuantitativos, se aplicó una “Guía de evaluación de habilidades infor-máticas y digitales” con la finalidad de conocer los niveles de conocimiento que poseen en esta materia los docentes de la upn. Esta guía tuvo como propósito identificar los niveles en que se manifiestan dichas habilidades a fin de detectar indicadores específicos de apropiación tecnológica y brecha cognoscitiva. De los resultados arrojados por este instrumento, se presentarán algunos primeros hallazgos, en especial aquellos relacionados con el acceso que tienen los docentes a equipos de cómputo en la upn.

Avances y resultados preliminares de la investigación

Los resultados preliminares de la investigación per-miten presentar algunos datos relacionados con tres aspectos: un breve reporte acerca de las acciones institucionales relacionadas con la inserción de las tic en la universidad; información acerca del perfil de los académicos de la upn-Ajusco (edad, antigüedad en la institución, grados académicos) y datos del acceso que tienen a equipos de cómputo, software, redes, además del tiempo de uso de las tic.

a) Acciones institucionales en relación con la inserción de tic en la upn

Se ha elaborado un primer diagnóstico que da cuenta de la inserción de las tic en la upn en la última déca-da, a partir de la revisión de documentos oficiales, informes anuales y la Gaceta upn. Esta revisión tuvo como objetivo identificar las acciones de la upn para la inserción de tic en la vida académica de la upn, sin embargo, se han considerado también algunas acciones relacionadas con la dinámica administrativa de la institución, porque dejan ver algunas líneas de acción que pueden ofrecer información interesante al respecto.

Los documentos que se han revisado en cuanto a la inserción de las tic en la upn van de 2000 a 2007, pues son los años en los que hubo una mayor inversión en equipo informático en la Universidad y por ser ese el periodo de tiempo establecido para el objetivo de esta investigación.

En el rubro de infraestructura, se percibe un crecimiento sistemático para proporcionar acceso a equipo y su actualización, en especial para fortalecer el trabajo de los académicos y de los administrativos. No obstante, la atención a los alumnos en el acceso a equipos de cómputo se presenta insuficiente aún.

De manera simultánea, se detecta una mejora en el acceso a internet, se generó una red de cómputo en la universidad y se instalaron puntos de acceso inalámbrico, se construyó y equipó una sala de vi-deoconferencias para uso académico y se ha mejorado la atención a usuarios. Estas acciones se reportan en los últimos cinco años de manera constante, lo cual permite identificar una cierta mejora en el acceso, servicios y atención al usuario.

Las lecturas a los informes y otros documentos de esta última década en la upn, permiten identificar dos asuntos: si bien se reconoce una fuerte inversión y apoyo para dar mayor acceso a los docentes de la Pedagógica, no se identifican proyectos institucio-nales que traten de sumar esfuerzos para rescatar

9 Vid. D. Crovi Druetta, op. cit.

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de manera más integral la experiencia de la institu-ción en proyectos de educación a distancia, en este caso de educación a distancia en línea. Tampoco se percibe una estrategia de formación (actualización y/o capacitación) que atienda a los docentes y les permita integrar las tic en sus prácticas académicas cotidianas.

Mención aparte tiene la inserción de las tic en el área administrativa, en la cual y de manera simultá-nea, se fue mejorando la infraestructura de cómputo en este periodo. Los objetivos para ese desarrollo eran más claros, pues estaban básicamente relacio-nados con tareas operativas de la administración de la institución, por ejemplo, mejorar la Base de Datos del Sistema Automatizado de Control Escolar (sasce), el Sistema de Control Presupuestal (sicop), el Sistema de Nómina (siapsep) y otros programas vinculados con tareas administrativas.

Como se explicó, este primer acercamiento a la inserción de las tic entre la planta docente, ofrece datos provenientes de documentos oficiales, que si bien parecen ser pocos, en realidad permiten co-menzar a visualizar con mayor claridad las acciones y la perspectiva institucional en torno al uso de las tic en la vida académica y la promoción de su uso en proyectos que involucren a los docentes de la universidad.

Resultados preliminares del acceso a equipamiento tecnológico y redes

Antes de presentar los resultados preliminares, es necesario exponer brevemente la concepción de una de las categorías de la investigación: acceso.

Se considera acceso a la acción de acercarse a algo. En el caso de las tic, éste está relacionado con la posibilidad de ofrecer recursos para todos los usuarios; es decir, permitir la entrada o paso, dar acceso. Al relacionarlo con las políticas públicas se vincula con la igualdad y la democracia, asunto ampliamente debatido.10

Es a partir de esa conceptualización del acceso que se buscó, a través del cuestionario, detectar la situación general de acceso de los docentes en la upn-Ajusco.

El universo de estudio estuvo compuesto por los profesores de la upn-Ajusco, se reportaron 398 profesores en activo y se logró la aplicación de 260 cuestionarios, más adelante se da cuenta de los detalles de los resultados.

La aplicación del cuestionario fue personalizada (se hizo entrega del cuestionario a los profesores y previa cita se regresaba por el instrumento ya contes-tado), en esta fase del trabajo, se contó con el apoyo de un asistente de investigación y tres prestadores de servicio social. Se aplicó el cuestionario en las cinco áreas académicas, cuidando de cubrir más de 55% en cada una, para poder tener representatividad, toda vez que la población docente en la upn no es tan numerosa.

El cuestionario está organizado en cuatro apar-tados: 1. Datos generales, 2. Acceso, 3. Uso y 4. Apropiación.

10 Ibid.

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Información general: edad, antigüedad en la upn, grado académico

Género

En relación con el género se detectó que existe un ligero predominio de las mujeres (58%) frente a 41% de hombres. Este dato será importante más adelante en la investigación cuando se reporten las diferencias de los usos y la autopercepción de los profesores frente a las tic.

Edad

El siguiente dato que se presenta tiene que ver con la edad promedio de los docentes, es fácil identificar que los porcentajes mayores están centrados en edades que van de los 46 a los 55 años de edad.

Género

58% Femenino

41% Masculino

1% No contestó

Edad

4% 61 a 65 años13% 56 a 60 años

2% 66 a 70 años

1% 71 a 75 años

12% No contestó21% 51 a 55 años

24% 46 a 50 años10% 41 a 45 años

4% 36 a 40 años

6% 31 a 35 años

3% 26 a 30 años

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Antigüedad

Sobre la antigüedad de los docentes en la upn, se encontró que el 25% tienen entre 26 y 30 años en la ins-titución, son la generación fundadora de la upn, y le sigue 18% que tiene entre 16 y 20 años trabajando en la upn y 16% que tiene de 1 a 5 años.

Grado de estudios terminado/título

Con respecto al grado académico alcanzado por los docentes encuestados de la upn, se detectó que la mayoría tiene grado de maestría (45%) seguido por los que tienen grado de doctor (23%) y la diferencia en porcentaje entre éstos últimos y los que tienen grado de licenciatura es mínimo (22%). Es de destacar que la planta docente de la upn-Ajusco cuenta con un porcentaje alto de profesores con grados académicos de posgrado.

Antigüedad

18% 16 a 20 años8% 11 a 15 años

0% más de 30 años

12% 21 a 25 años

13% 6 a 10 años

8% No contestó

16% 1 a 5 años

25% 26 a 30 años

Grado de estudios terminado/título

4% no contestó

1% ninguno

22% licenciatura

23% doctorado

45% maestría5% especialidad

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Acerca del acceso

Como se señaló en párrafos anteriores, uno de los intereses de la investigación es reportar datos acerca del acceso que tienen los docentes a las computa-doras; entre los datos principales que se ofrecen en este texto están los siguientes: el tiempo de uso, lugar y problemas frecuentes.

En las primeras preguntas del cuestionario se indaga si hacen uso o no de la computadora: la respuesta fue afirmativa; a partir de ese dato, se pudieron detallar algunos aspectos específicos re-lacionados con el acceso.

Con respecto al tiempo de uso de la computadora, se percibió en las respuestas de los profesores que éstos hacen un uso cotidiano de la misma, pues el porcentaje más alto (44%) reportó usarla más de cinco horas diarias, seguido por 34% que lo usa de tres a cuatro horas diarias y el porcentaje disminuye considerablemente entre quienes lo usan menos de una hora diaria (5%).

Tiempo de uso de la computadora

Acerca del lugar en donde utilizan más tiempo la com-putadora, las opciones del cuestionario eran: casa, universidad u otro. Si elegían “Otro” los docentes de-bían especificar la respuesta, de ahí surgió la opción “En el mismo nivel”, que se refiere a un uso por igual tanto en casa como en la universidad; es interesante destacar la ausencia de respuestas como cibercafés o áreas con redes públicas. De esta forma, en primer lugar se colocó la universidad (55%) seguido por “En el mismo nivel” y por último la casa (30%).

El lugar donde los académicos usan más la com-putadora es en su cubículo individual (84%), esto es normal si consideramos que los académicos encuesta-dos de la upn son en su mayoría de tiempo completo que cuentan con cubículos individuales. Aquellos que no cuentan con equipo de cómputo personal, tienen acceso en otros lugares, mismos que se reportaron en el cuestionario.

Tiempo de uso de la computadora

5% menos de una hora diaria

0% no contestó

1% una vez a la semana

16% una a dos horas diarias

44% cinco o más horas diarias

34% tres a cuatro horas diarias

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Lugar de acceso en la Universidad

Los docentes que reportan problemas en la universidad para tener acceso a equipo de cómputo (20%) seña-lan como principales problemas los siguientes: mal funcionamiento del equipo o no tener equipo asignado; sin embargo, estos profesores son los que pueden tener acceso en los lugares antes señalados que ofrecen servicios gratuitos de cómputo a la comunidad académica de la upn. Uno de los problemas que también se reportan tiene que ver con la saturación de los espacios y en menor medida con los horarios de servicio.

Otros lugares de acceso

• Coordinación • Cubículo compartido • Sala informática • Sala de cómputo para estudiantes • Salón de clases • Salón electrónico

¿Tiene algún problema en la Universidad para acceder a una computadora?

Frecuencia Porcentaje

No contestó 2 .8

Sí 53 20.4

No 200 76.9

No aplica 5 1.9

Total 260 100.0

Lugar de acceso en la Universidad

2% no contestó

4% no aplica

6% otro

84% cubículo individual

4% salas de apoyo académico/biblioteca

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Tipo de problema

Como ya quedó dicho, los datos presentados en este texto constituyen un primer acercamiento a los resul-tados. Al momento de hacer el análisis de los usos y niveles de apropiación y los cruces correspondientes, éstos cobrarán mayor relevancia. Por el momento ofrecen información que permite inferir que el acceso a los equipos de cómputo en términos generales es bueno y que la upn puede ser considerada como un

espacio en donde se brinda acceso a la tecnología y de manera gratuita. Sin embargo, habría que señalar que existen algunos inconvenientes como la falta de actualización de los equipos y la necesidad de comprar software especializado para algunas áreas académicas, entre otros, datos que se han obtenido a partir de las entrevistas en profundidad realizadas a algunos docentes.

Reflexión final

A partir de los datos preliminares de la investigación de Crovi,11 se puede inferir el punto de relación con los temas planteados en este documento: las políticas educativas, la crisis económica y los retos para la investigación desde la comunicación y la educación, haciendo énfasis en la necesidad de hacer estudios diagnóstico sobre el acceso, uso y apropiación entre actores académicos.

Se señaló a lo largo del texto que el proceso de migración de los docentes en el uso de las tic debe ser gradual y atender, entre otras cosas, las necesidades de formación diferenciadas que pueden existir entre los académicos. No todos los profesores necesitan el mismo tipo de formación para el uso de las tic,

algunos de ellos ya cuentan con habilidades técnico-instrumentales que les permite un buen manejo de los equipos, pero les hace falta cursos de formación para el desarrollo de habilidades pedagógico-didácticas con el fin de desarrollar estrategias de inserción de ese equipamiento en su práctica docente.

En otros casos, los docentes requieren cursos de formación en el uso de diferentes recursos digitales a los que tienen acceso, para obtener beneficios en su trabajo como investigadores. En este punto se refirió a la habilitación para el manejo de bases de datos, bibliotecas digitales y metabuscadores, por mencionar sólo algunos.

11 Ibid.

Tiempo de uso de la computadora

5% con el horario del lugar donde se encuentra la computadora

8% no contestó

17% otro

7% con la saturación de los equipos

31% no tiene equipo asignado

32% mal funcionamiento

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La migración que requiere un mayor atención y mejor planeación, es la que se da cuando un profesor transita de un sistema presencial a un sistema en de educación a distancia en línea, asunto que menciona-mos en el apartado de los retos para la investigación de la comunicación y la educación.

Por lo tanto, es necesario realizar más diagnós-ticos acerca del acceso y uso de las tic para tener elementos que permitan, por ejemplo, la ejecución de programas de EaD y lograr una inserción más sis-temática de las tic en las actividades académicas de las ies. A partir de la información que pueden ofrecer este tipo de estudios diagnóstico es posible brindar datos a las instituciones educativas que orienten la compra de equipo de cómputo, mejoren los servicios informáticos, y detecten necesidades de formación entre sus docentes.

Con la información derivada de los rubros de uso y apropiación, es posible detectar y ofrecer programas de formación para los docentes de manera diferencia-da, que tomen en cuenta los niveles de apropiación

que se identifican. Además, esa información puede permitir a las instituciones conocer mejor las posi-bilidades de desarrollo de programas en línea, por lo menos en lo relativo a los docentes.

Finalmente, la necesidad de realizar estudios que atiendan el uso y la apropiación de las tic resulta pe-rentorio. Este tipo de diagnósticos permiten obtener información acerca de la brecha cognitiva y orientan la toma decisiones más acertadas en torno a estra-tegias nacionales que atienden problemáticas de índole educativa. Estos datos son fundamentales en circunstancias como las actuales, en que los recursos destinados a la educación deben ser administrados con mayor rigor para ser empleados de manera eficaz en proyectos que realmente favorezcan la creación de soluciones de largo plazo a los problemas educativos de nuestro país.

Recibido el 20 de agosto de 2009Aceptado el 8 de diciembre de 2009

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Cuestiones Contemporáneas

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Internet como medio de comunicación entre migrantes y sus familias de origen: barreras de acceso

Gabriel pérez salazar*

Resumen

Con base en los resultados obtenidos en el Proyecto de Evaluación al Programa de Acceso a Servicios Digitales en Bibliotecas Públicas (pasdbp), así como en una observación exploratoria del subportal de Migrantes del Sistema Nacional e-Mexico se presenta un análisis en el que se aborda la oferta de contenidos electrónicos por parte del gobierno mexicano orien-tados a este sector, así como las principales barreras de uso que se presentan en una muestra no probabi-lística de Módulos de Servicios Digitales instalados en bibliotecas públicas en territorio mexicano.

Palabras clave: internet, brecha digital, migración, comunicación, bibliotecas públicas, e-México.

Abstract

Based on the results obtained in the Evaluation Project of public access to digital services in public Libraries (pasdbp) as well as an exploratory obser-vation of the Migrants portal of the National Sys-tem e-Mexico, an analysis is presented of the offer of electronic contents on the part of the Mexican government oriented towards this sector, as well as the main access barriers found in a non-probabilistic sample of public access modules installed in the public libraries in Mexico.

Key Words: Internet, digital gap, migration, com-munication, public libraries, e-México.

X

* Universidad Autónoma de Coahuila (uadec), Blvd. Venustiano Carranza esquina González Lobo, col. República Oriente, Saltillo, Coah., México, 25280.

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Los movimientos migratorios han formado parte de la historia de la humanidad desde siempre. Como plantea Pries,1 múltiples migraciones se

han presentado en diversas regiones, prácticamente desde que el ser humano existe como tal. En efecto, la búsqueda de nuevas oportunidades de desarrollo, así como de satisfactores en todos sus niveles, han llevado a diversos grupos y sujetos a desplazarse hacia nuevos territorios y a establecer variadas estra-tegias de adaptación a estos entornos. Una vez que distintos medios de comunicación han quedado a la disposición de tales grupos, éstos han sido emplea-dos con muy diversos fines, entre los que es posible mencionar desde el mantenimiento de los enlaces con los grupos sociales, a los que originalmente per-tenecían dichos migrantes, hasta interacciones con entidades gubernamentales del país de origen, una vez que los Estados-nación adquirieron la posición que ahora ocupan. Así, los fenómenos migratorios en la actualidad suelen generar fenómenos comunica-tivos que pueden analizarse a partir de perspectivas que a su vez se relacionan con ámbitos de análisis, los cuales incluyen la comunicación interpersonal, la comunicación grupal y la comunicación con di-

versas organizaciones, entre las que destacan las gubernamentales.

En este marco, el presente trabajo, examina algunas de las investigaciones que, de manera específica, han abordado el fenómeno migratorio relacionado con el uso de las tecnologías de la información y la comuni-cación (tic) por parte de los migrantes y sus familias. El objetivo es identificar algunas de las principales tendencias en este sentido, las cuales se han derivado de diversos enfoques. Posteriormente, se presenta un análisis exploratorio hecho a la sección de migrantes del portal del Sistema Nacional e-México, para finali-zar con algunas reflexiones en torno a las barreras de uso observadas en una muestra no probabilística de bibliotecas participantes en el Programa de Acceso a Servicios Digitales en Bibliotecas Públicas. La inten-ción es entender mejor este tipo de configuraciones comunicativas, así como analizar el estado que guardan los esfuerzos emprendidos por el gobierno federal para la reducción de la brecha digital en el grupo de mi-grantes. Se parte de la hipótesis de que los procesos de comunicación mediados por computadora implican una serie de competencias tecnológicas, cuya complejidad no siempre es abordada de manera suficiente.

Introducción

Migración e internet: antecedentes

A partir de su cada vez mayor disponibilidad, las tic se encuentran presentes en muchos de los actos comu-nicativos establecidos por los migrantes, cualquiera que sea su condición: temporales, permanentes y con diversos grados de calificación laboral. Con base en diversas herramientas cualitativas (principalmente entrevistas en profundidad), González Cortés y Barranquero Carretero2 analizan la forma en que las comunidades de migrantes en España mantienen el

contacto con sus lugares de origen, a través tanto del consumo de diversos productos culturales vía internet (por ejemplo, consultando periódicos en línea de sus ciudades natales), como en procesos de comunicación interpersonal llevados a cabo por medio de servicios como el correo electrónico, el chat y mensajeros instantáneos (como el Messenger).Un enfoque metodológico similar han seguido Rocha, Contreras y Arellano,3 quienes analizan al fenómeno

1 Vid. Ludger Pries, “La migración internacional en tiempos de globalización. Varios lugares a la vez”, en Nueva Sociedad, núm. 164, noviembre-diciembre de 1999. Documento disponible en línea en http://www.nuso.org/upload/articulos/2811_1.pdf 2 Vid. Ma. Eugenia González Cortés y Alejandro Barranquero Carretero, “Empleo y uso de internet en las comunidades inmigradas. La red como herramienta neutralizadora de la distancia”, en Razón y Palabra. Primera Revista Digital en Iberoamérica Especializada en Comunicología, año 11, núm. 49, febrero-marzo de 2006, en http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n49/bienal/Mesa%209/CortesBarrenquero.pdf 3 Vid. María Alejandra Rocha Silva et al., “Internet, los migrantes de Colima y sus comunidades”, en Arenas. Revista Sinaloense de Ciencias Sociales, núm. 16, verano del 2008, en http://faciso.maz.uasnet.mx/editorial/revistas/arenas16.pdf

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migratorio y su impacto en la sociedad colimense. Citando a Herrera Lima, estos autores hablan de las ‘familias transnacionales’,4 y de los procesos de comunicación mediados por computadora que se establecen a su interior. En primer lugar, plantean que se trata de un medio que convive con otros, como la correspondencia postal y el teléfono; lo que implica que no hay un desplazamiento directo e inmediato de los medios anteriores por éste, si acaso una distinción a partir del perfil de usuarios de unos y otros (con más jóvenes usando internet en vez de escribiendo cartas, por ejemplo). Con base en una serie de cuestionarios aplicados a hijos de migrantes colimenses residentes en Estados Unidos, dan cuenta de las razones por las cuales emplean internet para establecer contacto con sus familiares en México. Entre las más importantes destacan: economía (es más barato que hablar por teléfono), disponibilidad (se encuentra presente en muchos sitios), facilidad de uso (dada a partir de su contacto temprano con estas tecnologías), rapidez (sobre todo bajo configuracio-nes sincrónicas, como el chat), alta interactividad (lograda en sesiones de videoconferencia, cuando se dispone de cámara web), y versatilidad (es un medio que posibilita distintos tipos de interacción, tanto

de texto, como de audio y video; en tiempo real o asincrónico). La relevancia social de esta tecnolo-gía puede resumirse en la siguiente cita: “A través del teléfono o de internet se enteran de cuáles son las actividades que sus familiares y amigos están desarrollando dentro de las comunidades de origen, tales como trabajo, aspecto social, religioso. Sienten que están al día acerca de lo que está sucediendo en las comunidades en las cuales se encuentra el resto de su familia paterna o materna y se sienten parte de las mismas, en el caso de los nacidos allá”.5

Rocha, Contreras y Arellano concluyen que el com-plejo sistema de relaciones y de significación en el que se mueven los migrantes, se ve modificado a partir de la apropiación que realizan de internet para mantener el contacto con sus familias de origen. Las identidades locales, regionales y nacionales que estos sujetos establecen, y a partir de las cuales ubican su posición ante variables como lejanía y pertenencia, cambian a partir del uso de esta tecnología que permite, a quienes tienen acceso y las capacidades tecnológicas necesarias, sostener actos comunicativos mediados con sus grupos primarios de referencia.6

Por otro lado, estudios como el de Rodríguez Murillo,7 abordan el fenómeno de la migración y el

4 Las familias transnacionales son definidas como aquellas que, “[…] tanto en el sentido nuclear como extenso, se dispersan a lo largo y ancho de los EUA y tienden a pasar temporadas en un país y temporadas en otro; tiene hijos, padres, hermanos, cuñados, tíos, sobrinos, compadres y comadres, amigos y enemigos, en uno y otro lado. Pueden ir o venir de vacaciones y quedarse a trabajar por periodos que no está previamente determinados; o a la inversa, decidir que la estancia para trabajar, en uno u otro lado, va a ser por periodos determinados de tiempo [sic] y actuar después en otro sentido. Pueden tener propiedades y negocios en uno y otro lado. Lo que puede ser más importante, desarrollan sus proyectos de vida en uno y otro país”. Fernando Herrera Lima citado en Ibid., p. 68. 5 Ibid., p. 79. 6 A pesar de que la noción de “capacidades tecnológicas” ha sido aplicada principalmente desde los estudios sobre gestión del conoci-miento (por ejemplo en trabajos como los de Lilia Domínguez y Flor Brown), consideramos que resulta un término particularmente adecuado para referirse a los conocimientos y habilidades que un sujeto tiene en relación con la operación de un determinado sistema tecnológico (como internet), y que, además de este aspecto instrumental, incluye elementos como la manera en que tales conocimientos son transmi-tidos dentro de un entorno específico, para la solución de problemas socialmente identificados. Este término es muy cercano a la noción de “e-skills”, manejada por la Unión Europea (citado por Rand Europe), sin embargo, nos parece que tiene un sentido mucho más instrumental que el de capacidades tecnológicas, razón por la que hemos decidido emplear este último en nuestro trabajo, sin dejar de reconocer que se trata de un aspecto en el que hay muy diversas aproximaciones y enfoques particulares. Vid. de Lilia Domínguez Villalobos y Flor Brown Grossman, “Medición de las capacidades tecnológicas: propuesta de medición y agrupamientos para la industria mexicana”, en Revista de la cepal, núm. 83, agosto de 2004, pp. 135-151 y “Capacidades tecnológicas: propuesta de medi-ción y agrupamientos para la industria mexicana” en Rosalba Casas, Claudia de Fuentes y Alexandre O. Veracruz (coords.), Acumulación de capacidades tecnológicas, aprendizaje y cooperación en la esfera global y local, México, Universidad Autónoma de Metropolitana/Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico/Miguel Angel Porrúa, 2007 (Colección Innovación y Desa-rrollo). Y de Lilia Domínguez, “Transferencia de tecnología y capacidades tecnológicas: el caso de la industria electrónica”, en Investigación Económica, vol. 204, abril de 1993. N.E. 7 Vid. María Magdalena Rodríguez Murillo, “La intersección de factores como determinantes de los niveles de acceso y uso de internet de los latinos en California” en UNIrevista, vol. 1, no. 3, julio de 2006, en http://www.unirevista.unisinos.br/_pdf/UNIrev_Rodriguez.PDF.

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uso de internet desde una perspectiva centrada en indicadores derivados de la brecha digital.8 Desde una perspectiva cuantitativa, esta autora se basa en el perfil de los migrantes mexicanos y latinos en Estados Unidos para determinar el potencial de acceso que estos sectores tienen a tecnologías como internet. Si, como sostienen los autores citados previamente, esta tecno-logía puede ser empleada para mantener la unidad de las familias transnacionales (entre otras aplicaciones, evi-dentemente), resulta oportuno evaluar la posición que ocupan tales grupos dentro del fenómeno de la brecha digital. Como es posible observar en sus conclusiones, la situación económica, los bajos niveles de educación, las posiciones que ocupan dentro del mercado laboral, así como la barrera del idioma, impactan de manera particular a los mexicanos residentes en California, frente a otros grupos integrados por blancos, asiáticos y afroamericanos en este estado.

Aunque el trabajo de Rodríguez Murillo ofrece una perspectiva relevante, se puede considerar que la brecha digital se relaciona con aspectos cognitivos muy importantes, especialmente en lo que tiene que ver con las capacidades tecnológicas de los usuarios, ante las cuales el indicador “nivel educativo” empleado resulta demasiado amplio. Creemos que un estudio más profundo relativo a la medición de la brecha digital de los migrantes en California, debería considerar la ob-servación de otros indicadores más precisos en relación con esta variable y que atiendan de forma particular sus habilidades en el manejo de un sistema de cómputo.

Por otro lado, como Rocha, Contreras y Arellano9 señalan, la brecha digital no es una condición exclu-siva de los migrantes, sino que es un fenómeno que se presenta también entre ellos y sus familiares que permanecen en sus comunidades de origen. Algunas de estas localidades ubicadas en zonas con altos índices de marginación, carecen incluso de servicios indispen-sables para el funcionamiento de las tic, como energía eléctrica y servicio telefónico; por ello, mantener el contacto al interior de estas familias transnacionales puede dificultarse considerablemente, además de las diferencias en las capacidades tecnológicas que puedan presentarse entre unos y otros. Desde esta perspectiva, resultan particularmente relevantes las acciones que el gobierno mexicano lleve a cabo para la reducción de la brecha digital, orientadas tanto hacia los migrantes en el extranjero como a sus familias en las comunidades de origen. En lo concerniente a este primer punto,10 hacen una revisión de los servicios a los que los migrantes pue-den recurrir por parte del gobierno del estado de Colima. Estos autores encuentran importantes deficiencias a este respecto: “Los migrantes colimenses en el extran-jero no pueden realizar pagos de impuestos, ni obtener documentos tales como actas de nacimiento.”11

A partir de tal trabajo, se analizan aquí los princi-pales servicios que el Estado mexicano proporciona a los migrantes, con base en la observación del subpor-tal de e-México dedicado a este grupo y que constituye una de las principales estrategias del gobierno federal para la reducción de la brecha digital.

8 Como se ha planteado en trabajos previos (Gabriel Pérez Salazar, “Análisis crítico del Sistema Nacional e-México. La estrategia web del gobierno federal para la reducción de la brecha digital”, México, unam-fcpys, 2004), la brecha digital puede ser entendida como las diferencias que se presentan entre sujetos, comunidades, regiones y países con respecto al acceso, uso y posesión de las tecnologías de las información y la comunicación, particularmente internet, desde dimensiones que se relacionan tanto con lo económico como con lo educativo y lo político. 9 M. A. Rocha Silva et al., op. cit., p. 69. 10 Vid. Alejandra Rocha Silva et al., “Internet: un punto de encuentro comunicativo para la comunidad de migrantes” en UNIrevista, vol. 1, no. 3, julio de 2006, en http://www.alaic.net/ponencias/UNIrev_Rocha_y_otros.pdf. 11 Ibid., p. 9.

Migrantes y el Sistema Nacional e-México

A. El Sistema Nacional e-México

Durante el sexenio del presidente Vicente Fox (2000-2006), se llevó a cabo una iniciativa llamada Sistema Nacional e-México con el propósito explícito de reducir

la brecha digital: “Doy instrucciones al secretario de Comunicaciones, Pedro Cerisola, de iniciar a la breve-dad el proyecto e-México, a fin de que la revolución de la información y las comunicaciones tenga un carácter verdaderamente nacional y se reduzca la brecha digital

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entre los gobiernos, las empresas, los hogares y los individuos, con un alcance hasta el último rincón de nuestro país. Nuestra propuesta es crecer pero crecer con calidad, con calidad humana. Crecer sin distribuir no es sostenible ni es humano.”12

Bajo la dependencia de la Secretaría de Comuni-caciones y Transportes, e-México ha tenido dos líneas de acción principales: 1) la instalación de una red de centros comunitarios digitales (ccds), que son puntos de acceso público a computadoras con internet, y 2) el desarrollo de un portal web (http://www.e-mexico.gob.mx) integrador de diversos contenidos en línea generados por el gobierno federal y diversas entida-des tanto gubernamentales como de la sociedad civil. Es pertinente señalar que su objetivo general refleja una visión optimista del impacto de las tic en los en-tornos sociales: “Generar alternativas de valor a tra-vés de un sistema tecnológico con contenido social, que ofrezca las herramientas y oportunidades que hoy es posible alcanzar por medio de las tecnologías de la información y las comunicaciones para mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos.”13

Durante el actual sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012), e-México ha mantenido esta visión, aunque, como veremos en los resultados de nuestro análisis, incorporando algunas iniciativas en lo educativo, que estuvieron prácticamente ausentes durante la administración federal anterior, como lo observamos en trabajos previos.14

B. Subportal e-Migrantes

Durante el periodo de observación en el que se basa el presente trabajo (noviembre-diciembre de 2009), el portal del Sistema Nacional e-México contaba con los siguientes subportales, de acuerdo con los sectores específicos a los que están dirigidos:

• Personas adultas mayores • Campesinos • Empresarios • Estudiantes • Familia • Jóvenes • Niños • Personas con discapacidad • Visitantes • Discapacinet15

• Indígenas • Migrantes • Mujeres • Educación

La anterior es una taxonomía de los enlaces a los que conduce e-México, establecida por sus creado-res. Éste es un portal que opera fundamentalmente como un directorio, es decir, concentra una serie de enlaces, la mayor parte de ellos externos,16 que conducen a otras páginas web, y que se encuentran ordenados con base en categorías elaboradas por los responsables del sitio. Así, se puede sostener que e-México genera muy pocos contenidos propios, su estructura es más bien relacional.

Enseguida, se analiza someramente el subportal dedicado a migrantes, en el que se destacan qué servicios se brindan a este grupo como parte de las acciones emprendidas por el gobierno federal para la reducción de la brecha digital. Debido al enfoque comunicativo que se le ha dado al presente trabajo, se pone especial atención a aquellos aspectos que facilitan la interacción entre los migrantes y sus familias que permanecen en sus comunidades de origen, con base en las categorías que se han iden-tificado en trabajos previos para la reducción de la brecha digital: acceso, uso y propiedad de las tic.17

12 Vicente Fox Quezada citado en Martín Gaynor A., “Brecha digital: ¿un problema?”, en Revista NET@, marzo de 2001, en http://www.labrechadigital.org/labrecha/index.php?option=com_content&task=view&id=43 13 Vid. Secretaría de Comunicaciones y Transportes, “Sistema Nacional e-México. Resumen Ejecutivo”, México, sct, Coordinación General del Sistema Nacional e-México, 2002, en http://www.encuentro.org.mx/recursos/emexico/Resumen%20Ejecutivo%20Sis~0013.pdf, p. 7. 14 G. Pérez Salazar, op. cit. 15 Portal web dedicado a personas con alguna discapacidad. 16 Esto es, que conducen a sitios alojados en servidores ajenos al portal en cuestión. 17 G. Pérez Salazar, op. cit.

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Descripción de secciones principales

El subportal e-Migrantes cuenta con dos estructuras taxonómicas formales, dadas a partir de dos distin-tas herramientas hipertextuales, que se encuentran

presentes de manera paralela en el sitio web: las secciones identificadas tanto en la parte superior de la página de inicio del subportal, como en la parte central de esta misma página (ver imagen 1), y el mapa del sitio.

Imagen 1 Secciones del subportal e-Migrantes

Fuente: captura de pantalla realizada el día 26 de noviembre de 2009.

Subportal e-Migrantes

Anclaje de accesoal mapa del sitio

Con base en la información mostrada en su página de inicio, es posible observar las siguientes secciones principales, cada una con el número y tipo de enlaces a los que conducen:

• Cultura: diez enlaces externos. Contiene enlaces a instituciones culturales como museos e institutos hispanos.

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• Derechos: 14 enlaces externos. Sus enlaces con-ducen a sitios relacionados con la promoción y defensa de los derechos de los migrantes, guías para la realización de trámites migratorios18 (hay que destacar, de personas que migran a México), datos de embajadas de México en el extranjero, así como repatriación de reos y restos humanos.

• Dinero: diez enlaces externos. En general, condu-cen a sitios que dan información sobre remesas y bolsas de trabajo en Estados Unidos.

• Educación: 34 enlaces externos. Cerca de la cuarta parte de ellos (8 enlaces) se refieren a centros co-munitarios de aprendizaje (cca).19 El resto, dan in-formación sobre diversos recursos educativos, tanto físicos como en línea. Destacan dos enlaces que dan cursos introductorios para el uso de internet.

• Salud:20 nueve enlaces externos. Los enlaces de esta sección conducen a sitios que dan orienta-ción en lo relativo a servicios de salud. Aunque la mayor parte se enfocan en los migrantes, algunos también se refieren a sus familias que permanecen en las comunidades de origen.

A estas secciones se agregan otras en el mapa del sitio del subportal:

• Apoyo para migrantes: cinco enlaces externos. En esta categoría se repiten contenidos presentes en otras secciones del subportal, como son los consulados de México e información relativa a servicios de salud.

• ccd21 en Estados Unidos: 55 enlaces en los que se da información sobre la ubicación de centros comunitarios digitales por estado.

• Estudios y datos migratorios: cuatro enlaces. Conduce a sitios en los que se da información estadística sobre migración, y documentos de referencia en este mismo sentido.

• Información: siete enlaces que brindan datos estadísticos en torno al fenómeno migratorio, además de una guía relativa a la nueva Ley de Migración vigente en Estados Unidos.

• Noticias, eventos y anuncios: dos enlaces; uno de ellos conduce a los comunicados de prensa del consulado mexicano en Candá y el otro a la sala de prensa virtual de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

• Otras comunidades: 36 enlaces que conducen a diversas organizaciones de migrantes en Estados Unidos y otros países (básicamente, Australia y Alemania).

• Para jóvenes en desventaja: dos enlaces con con-tenidos relativos a jóvenes migrantes.

• Sitios de Interés: 22 enlaces que llevan a los sitios web de diversas organizaciones a favor de los derechos humanos y laborales de los migrantes.

• Sitios extranjeros: 11 enlaces que dirigen a otras asociaciones y foros virtuales de comunidades de migrantes.

• Smnm09: no fue posible determinar su propósito y contenido, dado que el enlace22 no estuvo disponi-ble durante el periodo de observación; aunque por sus siglas suponemos que guarda alguna relación con el Servicio Militar Nacional, clase 2009.

• Trámites y servicios: Esta sección, con 11 enlaces, se refiere a trámites y servicios que el gobierno mexicano ofrece a migrantes y extranjeros.

Análisis de la observación

A partir de esta observación preliminar, podemos de-cir, en primer lugar, que la construcción de categorías hecha en esta sección del portal de e-México tiene al-gunas limitaciones taxonómicas, principalmente en lo que se refiere a que las clases no son mutuamente

18 Contenido externo elaborado por el Instituto Nacional de Migración, en el URL <http://www.e-migrantes.gob.mx/wb2/eMex/eMex_Ma-nual_de_tramites_migratoriosp>. 19 Son lugares donde se brinda capacitación en el uso de las tic; son operadas por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. De un total de 2,194 cca, 2,013 se encuentran repartidos en diversas entidades federativas en México, 134 en Estados Unidos y el resto en Centroamérica. 20 En el mapa del sitio aparece esta misma sección bajo el título “Health”, con los mismos enlaces. 21 Los centros comunitarios digitales son puntos de acceso a computadoras con internet incorporados al Sistema Nacional e-México. 22 Este enlace con el URL <http://www.e-migrantes.gob.mx/wb2/eMex/smnm09> reportó un error 404 siempre que fue seguido.

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excluyentes. Por ejemplo, tanto “Otras comunidades” como “Sitios extranjeros”, llevan a asociaciones de migrantes presentes en Estados Unidos, principal-mente. Las secciones “Información” y “Estudios y datos migratorios” contienen enlaces muy similares y podrían ubicarse bajo una misma categoría.

Por otro lado, el subportal de migrantes incluye una categoría (Smnm09) cuyo anclaje no es explíci-to, y que además se encontraba inactivo durante el periodo de observación, lo que habla de la falta de mantenimiento, lo cual ya habíamos observado en trabajos anteriores:23 se presenta al interior de este portal y se expresa en la permanencia en este direc-torio de enlaces que han dejado de ser activos.

La sección “Trámites y servicios” se relaciona con lo ya estudiado por Rocha,24 especialmente en lo que tiene que ver con la facilitación de trámites a los ciudadanos. En este caso, sería oportuno hacer un acercamiento más detallado a los contenidos de esta categoría, dada su relevancia identificada en los antecedentes presentados en este trabajo. Los 11 enlaces presentes desde esta sección son:

1. Asistencia al migrante: enlace inactivo durante el periodo de observación (error 404).25

2. Bachillerato a distancia para migrantes: a pesar del título del anclaje, el contenido de la página a la que conduce en realidad sólo da información general relativa al nivel bachillerato en México, dada por la Secretaría de Educación Pública. No hay información específica que permita a un migrante tener la posibilidad de realizar su bachillerato en línea, a distancia o de forma presencial, en el extranjero.

3. bansefi: enlace que conduce al portal del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros. No pre-senta información específica para migrantes.

4. Consulta tu curp: página que permite consultar vía electrónica la Clave Única de Registro Po-

blacional, para cualquier usuario, independien-temente de su calidad migratoria.

5. Guía para el migrante sobre la Nueva Ley de Migra-ción: se repite el mismo enlace ubicado en la sec-ción “Información”, que ya hemos mencionado.

6. Información sobre remesas: conduce a un ar-tículo de interés que se refiere a cómo la crisis financiera internacional ha afectado el envío de dinero de Estados Unidos a México. Pese a lo que podría haberse pensado a partir del título del enlace, no hay información que oriente a los migrantes acerca de cuáles de estos servicios cobran las comisiones más bajas. En todo caso, en la sección “Dinero”, se encuentra un enlace titulado “Quién es quién en el envío de dinero”, que conduce a una página de la Procuraduría Federal del Consumidor en la que sí se brinda esta información.

7. Obtención de la calidad migratoria: lleva a una página del Instituto Nacional de Migración que presenta las tarifas que el gobierno mexicano cobra a los ciudadanos extranjeros que deseen realizar una estancia en México. En este caso, se trata de información orientada a quienes migran o viajan a México, no a mexicanos en el exterior.

8. Obtención de matrícula consular en Toronto: da información de cómo un mexicano en el extran-jero puede obtener su certificado de matrícula consular.26

9. Pasaportes: conduce a una página web de la Secretaría de Relaciones Exteriores en la que se da información relativa a la manera en que un ciudadano mexicano puede obtener su pasaporte de forma presencial (el trámite no puede ser hecho en línea).

10. Proceso de Aduana al llegar a México (terrestre y aéreo): se indica el procedimiento de ingreso al país, tanto para ciudadanos mexicanos como extranjeros.

23 G. Pérez Salazar, op. cit. 24 M. A. Rocha Silva et al., “Internet: un punto de encuentro comunicativo…” op. cit. 25 El error 404 se muestra cuando, dentro de la WWW, no es posible tener acceso a un documento solicitado, ya sea porque ésta haya sido eliminado del servidor o el servidor de que se trate sea inaccesible al momento de la petición hecha por el usuario. 26 Identificación que, entre otras cosas, permite a migrantes sin documentos acreditar su nacionalidad.

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11. Trámite de Visas en México: abre una página web de la embajada de Estados Unidos en México, en la que se da información relativa al trámite de obtención de visa de turismo o negocios.

Sin reiterar lo ya dicho en relación con los enlaces inactivos derivado del error que presenta la sección “Asistencia al migrante”, se confirman los resultados obtenidos por Rocha, Zermeño y Uribe: persisten im-portantes ausencias en cuanto a los trámites que los migrantes mexicanos pueden realizar en línea ante su gobierno, al menos en lo que a su nivel federal se refiere. Aunque se brinde información relativa a tales procedi-mientos, la mayor parte de ellos siguen requiriendo la presencia física del interesado. Así, más que portales de servicios de e-Gobierno, observamos catálogos de guías para la realización de dichos trámites.27

El subportal de e-Migración representa uno de los principales sitios concentradores de recursos provistos por el gobierno federal mexicano para atender las ne-cesidades de los migrantes, y los resultados de nuestra observación nos sugieren dos posibilidades: o hay una falta en la coordinación de contenidos en línea, o bien, prevalece la inexistencia de sitios web hechos por el gobierno mexicano que respondan a muchas de las necesidades de los ciudadanos mexicanos residentes en el extranjero, en lo que a realización de trámites se refiere. En la mayor parte de estos once enlaces, hay una significativa ausencia de contenidos elaborados específicamente para este sector en particular.

En lo relativo a las categorías que se han identificado en relación con la brecha digital, los contenidos que dan información sobre acceso se observan principalmente en los 55 enlaces dentro de la categoría “ccd en Estados Unidos”. Como ya se ha señalado, en esta sección se da información que permite localizar los centros comunitarios digitales que han sido instalados en cada estado de la Unión Americana, a partir de diversas iniciativas que, vale la pena señalar, no necesariamente han recibido apoyo directo del gobierno mexicano. La mayoría de estos ccds pertenecen a asociaciones religiosas,

instituciones educativas, e incluso, centros peniten-ciarios ubicados en Estados Unidos. En todo caso, lo que el gobierno mexicano ha hecho es crear un directorio de estas instalaciones en las que se cuenta con computadoras e internet de acceso público, pero que no tienen nada que ver con los ccds instalados en territorio mexicano y que fueron parte del proceso de equipamiento que ya hemos mencionado.

El uso de las tic, segunda categoría de nuestro análisis de la brecha digital, tiene que ver con la pro-moción del desarrollo de capacidades tecnológicas entre los migrantes y sus familias. En este sentido, des-tacan los enlaces que, desde la sección “Educación”, dan información relativa a los centros comunitarios de aprendizaje en México y el extranjero, operados por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Con base en la información a la que es posible acceder desde el portal de migrantes de e-México, se observa que diversos contenidos desa-rrollados incluso en lenguas indígenas como el maya, el mixe, el huatl, el zapoteco y el purépecha, orientan sobre el uso básico de un sistema de cómputo e inter-net. Sin embargo, nuevamente se trata de iniciativas que no reciben recursos del gobierno mexicano, sino que son operadas por entidades independientes, en este caso, la ya mencionada institución de educación superior con sede en la capital del estado mexicano de Nuevo León. Los otros dos contenidos similares que se encuentran en esta misma sección, han sido desa-rrollados por el Consejo Nacional de Educación para la Vida y el Trabajo (esta sí, entidad gubernamental dependiente de la Secretaría de Educación Pública). El resto de los enlaces de la sección “Educación” brindan información relativa a cursos de capacitación presen-cial sobre otros temas distintos a dicho desarrollo de capacidades tecnológicas, como salud, trabajo y derechos humanos.

En lo que tiene que ver con la propiedad de las tic, es decir, información que oriente a los migrantes para adquirir equipo de cómputo y software, no fue posible observar ningún enlace de este tipo en el portal para migrantes al que nos hemos referido.

27 M. A. Rocha Silva et al., “Internet: un punto de encuentro comunicativo…” op. cit.

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En este tercer apartado, se examinan algunas con-clusiones derivadas del trabajo de campo realizado en torno a una de las líneas de acción derivadas del Sistema Nacional e-México: el Programa de Acceso a Servicios Digitales en Bibliotecas Públicas (pasdbp). Si en la sección anterior de este trabajo se abordaron algunos aspectos introductorios relativos a la oferta de contenidos presentes en el subportal de Migran-tes, en la presente se explora una serie de barreras al acceso observadas en una muestra no probabilística de usuarios encontrados en Módulos de Servicios Di-gitales (msd)28 de esta iniciativa, que consistió en la introducción de computadoras equipadas con internet en un conjunto de bibliotecas públicas en la República mexicana, muchas de ellas ubicadas en zonas con altos índices de migración. El lapso transcurrido entre este estudio y el análisis del ya mencionado subportal de eMéxico responde a la relación de dos proyectos de

investigación realizados en fechas distintas, y que sin embargo, tienen elementos comunes. No obstante, es importante destacar que se trata de dos observa-ciones hechas en momentos diferentes (2010 y 2006, respectivamente), por lo que cualquier inferencia debe considerar este hecho.

Como es posible observar, el objetivo general del pasdbp coincide en gran medida con los planteamien-tos de e-México en el sentido de “Contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas en comunidades de bajos ingresos brindándoles acceso a las tecnologías de la información y la comunicación a través de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas”.29 En efecto, la visión optimista derivada del uso de computadoras se encuentra ampliamente extendida en el gobierno mexicano y, como se verá, parece guiar el estable-cimiento de una sociedad de la información, con un sentido más instrumental que cognitivo.

Barreras al uso de internet como medio de comunicación

Usos socio-comunicativos

El equipo instalado en estas bibliotecas permite el uso de una serie de herramientas que, por sus características, se pueden denominar “socio-co-municativas”, entre las que se encuentran el correo electrónico, el chat y las videoconferencias.30 En las siguientes tablas se muestran algunos de las principales actividades en línea reportadas por los usuarios, en los que hemos destacado esta categoría en las Tablas 1 y 2.

Como es posible observar, el uso de internet para tener contacto con familiares y amigos supera 50% de los usos en prácticamente todos los indicadores demográficos medidos en las encuestas. A partir de las entrevistas en profundidad realizadas a los usuarios, fue posible identificar que para usuarios residentes en zonas con altos niveles de marginación, muchos de estos actos comunicativos mediados

por computadora eran establecidos con familiares migrantes en Estados Unidos.

Como fue reportado por un encargado de módulo del estado de Zacatecas en una de las entrevistas aplicadas, la afluencia de usuarios a la biblioteca se incrementó a partir de la instalación de las com-putadoras con internet, cuando en la comunidad se difundió que era posible chatear con “los parien-tes”. En esta comunidad, una cantidad importante de mujeres y adultos mayores fueron asesorados por el encargado para aprender a dar de alta una cuenta de correo electrónico. Evidentemente esta experiencia no es estadísticamente relevante, pero refleja un caso en el que la tecnología alcanzó un nivel socialmente significativo. No obstante, en otros casos fue posible observar también una serie de barreras de índole tanto técnico como cognitivo

28 Tal fue el nombre que en este proyecto recibieron los centros comunitarios digitales. 29 Dirección de Equipamiento y Desarrollo Tecnológico, “Resumen Ejecutivo del Programa de Acceso a Servicios Digitales en Bibliotecas Públi-cas”, México, Dirección General de Bibliotecas, 2004, en http://pasdbp.files.wordpress.com/2008/03/resumenejecutivopasdbp.pdf, p. 1. 30 Estas videoconferencias vía web pueden establecerse entre equipos que cuenten con dispositivos que permitan el manejo de audio y video, como tarjetas multimedia y cámaras web; además de software gratuito como el Messenger de Microsoft.

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Tabla 1

Actividades en línea de los usuarios del pasdbp por nivel de marginación31

Actividad

Nivel de marginación

Bajo Medio Alto

Investigación y tareas 89.60% 91.10% 92.90%

Contacto con amigos y familiares 56.90% 62.70% 60.30%

Música 50.60% 63.50% 72.40%

Entretenimiento 46.70% 62.40% 67.90%

Leer noticias y acontecimientos 42.50% 48.90% 39.70%

Juegos 34.20% 45.90% 56.80%

Capacitación 25.40% 24.40% 29.40%

Búsqueda de información médica 24.30% 20.30% 25.60%

Búsqueda de información de trámites 20.20% 24.90% 21.00%

Búsqueda de empleo 15.70% 5.80% 13.00%

Comprar 5.10% 2.30% 8.50%

Fuente: María Josefa Santos et al., Acceso tecnológico: Una reinterpretación de la biblioteca pública mexicana, México, Conaculta, 2006.

Tabla 2

Actividades en línea de los usuarios del pasdbp, por sexo y lugar de residencia

Actividad

Sexo Lugar de residencia

Hombre Mujer Urbano Rural

Investigación y tareas 91.40% 89.00% 89.70% 94.00%

Contacto con amigos y familiares 62.50% 54.40% 58.40% 53.60%

Música 59.80% 50.00% 53.50% 63.00%

Entretenimiento 57.60% 45.40% 50.50% 54.10%

Leer noticias y acontecimientos 46.00% 41.00% 43.10% 44.30%

Juegos 43.90% 33.00% 37.10% 45.20%

Búsqueda de información de trámites 27.80% 15.60% 20.90% 21.40%

Capacitación 27.10% 24.40% 25.60% 25.80%

Búsqueda de información médica 22.10% 25.20% 24.50% 17.10%

Búsqueda de empleo 16.50% 12.00% 14.90% 5.00%

Comprar 6.50% 3.80% 5.10% 3.60%

Fuente: ibid.

31 En todas las tablas, los totales por columna superan el 100% dado que se trataba de preguntas que admitían más de una respuesta.

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y cultural, que limitaban significativamente este tipo de contactos.

En primer lugar, de las poco más de 2,000 biblio-tecas equipadas hasta finales de 2006 (fecha en que terminó el proyecto de evaluación), cerca de la mitad (48%) carecían de acceso a internet. Este problema se presentaba a partir tres factores principales: 1) el incumplimiento de contrato por parte del proveedor de acceso satelital (que resultó técnicamente incapaz de brindar el ancho de banda estipulado); 2) la falta de apoyo de las autoridades municipales (responsa-bles de sufragar este gasto) y 3) la falta de cobertura de acceso comercial a internet en comunidades pe-queñas. Esta situación dejaba sin servicios de chat ni correo electrónico a la mitad de las bibliotecas del programa al menos hasta 2006.

El siguiente grupo de barreras de acceso, es el resultado de un fenómeno detectado desde el inicio del proyecto de evaluación: la no neutralidad del es-pacio dado por las bibliotecas públicas. Como se ha visto en las tablas anteriores, el principal uso dado al equipo de cómputo en estos lugares tiene que ver con la realización de tareas escolares. Un hallazgo hecho por el equipo de trabajo consistió en que las bibliotecas públicas en México están simbólicamen-te relacionadas de manera muy importante con las actividades escolares de niveles básicos (primaria y secundaria). Esto fue confirmado en casi la totalidad de las 350 entrevistas en profundidad realizadas, en todos los grupos.

De esta manera, la construcción simbólica de la biblioteca como centro de apoyo a los alumnos de primaria y secundaria, se ha visto reflejada en las rutinas y prácticas llevadas a cabo en estos espacios. De manera más o menos consciente, los bibliotecarios

han reforzado esta situación, a partir del estable-cimiento de reglas de operación de carácter local que, en ocasiones, se oponen tanto a las normas establecidas por la Dirección General de Bibliotecas (dGb) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), como a las del pasdbp.

Por ejemplo, la dGb exige a todos los bibliotecarios que lleven un registro de los usuarios de la biblioteca. Esto se ha llevado a la práctica de forma generalizada a través de una bitácora en la que los usuarios deben asentar su nombre, dirección y actividad que lleva-rán a cabo en este lugar. Sin embargo, el 48.3% de los usuarios encuestados dijeron que además les fue exigida una credencial vigente para poder tener acceso (generalmente una credencial de estudiante). De este porcentaje, prácticamente a la mitad les fue exigida la credencial de la biblioteca, cuyo trámite tiene un costo en 11.8% de las bibliotecas de la muestra.

El criterio “todos los usuarios, todos los usos” establecido de manera explícita por el pasdbp con-trastaba con algunos de los lineamientos deter-minados por ciertos bibliotecarios. A partir de los resultados de las encuestas, se observó que 51.1% de los encargados de módulo encuestados sólo permiten el acceso a las computadoras a los niños, si cuentan con el permiso de sus padres o tutores y únicamente si era para ‘hacer la tarea’.

En lo relativo con las aplicaciones comunicativas que posibilitarían el contacto con los migrantes, 43% de los encargados de módulo encuestados manifes-taron que los usuarios sólo pueden acceder al equipo si lo van a usar para buscar información (relacionada además con actividades escolares). Prácticamente en una de cada cinco bibliotecas observadas (19.5%), está expresamente prohibido chatear.

Conclusiones

La reducción de la brecha digital implica acciones que deben ser emprendidas en diversos niveles de forma simultánea para que efectivamente puedan observarse no sólo mayores índices de acceso a las tic, sino para que tales accesos conduzcan a usos socialmente significativos; es decir, aquellos que se presentan en contextos específicos –en este caso, el

dado por las familias transnacionales– a partir tanto de la satisfacción de sus necesidades socio-comuni-cativas, como del logro de intereses particulares y con base en lo que cada grupo de usuarios migrantes (y sus familias) considere pertinente.

Como se ha analizado, el Sistema Nacional e-Méxi-co ha dado lugar a una serie de acciones orientadas

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a la reducción de la brecha digital que, sin embargo, se han visto limitadas por aspectos que poco tienen que ver con la tecnología en sí, y que más bien se relacionan con aplicaciones que no han sido del todo oportunas ni suficientes. La construcción de su subportal dedicado a migrantes es un ejemplo de ello. La selección de enlaces de su directorio obedece a criterios que aparentemente estuvieran dirigidos a contribuir a la reducción de la brecha digital en este sector pero que, cuando son analizados con cuidado, en realidad pareciera que se trata de una colección de referencias hecha con algún otro propósito que no alcanzamos a precisar. Aparentemente no se atien-den las necesidades particulares de los migrantes y tanto la inexactitud como la falta de pertinencia de muchos de los enlaces encontrados pone esto en evidencia.

Por otro lado, se debe señalar que, a diferencia de lo observado en trabajos anteriores,32 ahora es posible encontrar sitios a los que es posible llegar desde este subportal, los cuales están dedicados a promover el desarrollo de capacidades tecnológicas en los usuarios, en este caso los migrantes y sus familias. Aunque tales iniciativas no necesaria-mente han surgido todas del sector gubernamental, al menos están presentes y se vinculan desde este portal web.

Aunque los contenidos y la tecnología se encuen-tran en sitios accesibles para los usuarios, como se ha observado en el caso de algunas bibliotecas públicas, ello no necesariamente satisface las necesidades de los usuarios en automático. Tales necesidades se enfrentan a las diversas interpretaciones que los ac-

tores participantes hacen de la tecnología, llevando a que quienes actúan como guardabarreras (esto es, los responsables de los módulos de acceso) permitan o no el uso de herramientas socio-comunicativas que, como se ha visto, posibilitan el mantenimiento de vínculos comunicativos entre los migrantes y quienes permanecen en sus lugares de origen.

El gran pendiente en este tipo de iniciativas que buscan reducir la brecha digital sigue siendo su dimensión cognitiva. De una u otra forma, los dispositivos de acceso están cada vez más al alcance de los usuarios, incluso a partir de micro iniciativas privadas como los cibercafés;33 lo que hace falta ahora es desarrollar las habilidades que les permi-tan hacer un uso socialmente significativo de ella. Adicionalmente, en lugares donde los altos índices de migración suelen coincidir con bajos niveles educativos, se antoja necesaria la participación de un tercer actor, un traductor tecnológico capaz de articular los intereses y necesidades de sus co-munidades, con las posibilidades que brindan tales recursos tecnológicos.

Todo parece indicar que los fenómenos migrato-rios seguirán estando presentes en nuestro contexto. Es entonces un asunto impostergable contribuir a que las familias transnacionales mantengan su cohesión y lazos afectivos, a través de la comunicación entre ellos, lo cual ocurre cada vez con más frecuencia, a través de las tecnologías de la información y la comunicación.

Recibido el 8 de enero de 2010Aceptado el 11 de marzo de 2010

32 G. Pérez Salazar, op. cit. 33 Sitios que no incluimos en nuestra observación y que, sin embargo, Erika Rueda Ramos aborda extensamente en su trabajo “Acceso público a internet: los cibercafes en México”, México, unam, fcpys, 2006 (tesis de maestría en ciencias de la comunicación).

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Jóvenes, migraciones digitales y brecha tecnológica

delia maría crovi druetta*

Resumen

Este trabajo tiene como propósito reflexionar en tor-no a los procesos y condiciones en que actualmente se realiza la articulación juventud-digitalización. Para ello, y a partir de una caracterización de los jóvenes como nativos digitales, se definen estos dos factores identificando la existencia de brechas (digitales y cognitivas) que configuran una nueva causa de exclusión para el sector juvenil.

Palabras clave: brecha tecnológica , migraciones digitales jóvenes

Abstract

This paper aims to reflect on the processes and conditions that currently perform joint youth-digitalization. For this, and based on youth cha-racterization as digital natives, two factors are defined identifying the existence of gaps (digital and cognitive) that shapes a new cause of exclusion for the youth sector.

Key words: technological gaps, youth, digital mi-grations.

d

* Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Av. Universidad 3000, col. Copilco Universidad, deleg. Coyoacán, México, 04510.

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Este trabajo tiene como propósito explorar los procesos de apropiación tecnológica que expe-rimentan los jóvenes conocidos como nativos

digitales, a fin de identificar aquellos elementos que establecen las mayores diferencias existentes entre ese tipo de usuarios y los llamados migrantes digitales, adultos pertenecientes a generaciones anteriores. Para ello, el artículo refiere primero a los jóvenes en general como el grupo social que ejerce el protagonismo en el uso social de las tecnologías de información y comunicación (tic), explorando las asociaciones y relaciones que se establecen entre ese grupo social y los recursos digitales. Enseguida, se analiza a un sector específico dentro de la ju-ventud, conocido como nativos digitales, el cual se contrapone a los migrantes digitales debido a que mientras los primeros pertenecen a las generaciones nacidas cuando la expansión social de los recursos de la digitalización era un hecho, los segundos, debido a su edad, incursionan de manera tardía en el uso de esas innovaciones. Así, los sistemas de prácticas culturales de ambos grupos, nativos y migrantes digitales, están determinados por dife-rencias generacionales las cuales dan origen a una serie de factores que profundizan brechas de orden tecnológico, cognoscitivo y cultural.

Como supuesto de estas reflexiones, se sostiene aquí que los procesos de apropiación de los recursos digitales han modificado las prácticas culturales de los jóvenes que ahora actúan en una nueva dimensión espacio-temporal. Tal manejo de espacio y tiempo repercute en las principales actividades sociales juveniles: trabajo, educación, entretenimiento, re-laciones y, por lo tanto, en sus condiciones de vida y en la construcción de su identidad. Estas transfor-maciones trajeron como consecuencia una profundi-zación de las diferencias existentes con respecto a sus mayores, por un lado, y, por otro, insertaron en la juventud un nuevo tipo de exclusiones que viene a sumarse a otras ya existentes.

Cabe mencionar que al reflexionar sobre esta problemática, se busca abrir un debate que posicione favorablemente a los jóvenes en su relación con las innovaciones tecnológicas digitales, vínculo que constituye uno de los signos que caracterizan a los sectores juveniles del presente. Para este debate, se considera que es necesario tomar en cuenta las siguientes premisas:

a) Los estudios sobre juventud tienden a priorizar las prácticas de transgresión, excepcionalidad y marginalidad, relegando las reflexiones acerca del sector juvenil integrado al proceso social en el que viven, o sea, a los jóvenes ‘comunes’ que estudian y/o trabajan. Se reconoce que durante su proceso natural de construcción identitaria, los jóvenes confrontan y resisten el orden social establecido, lo que no impide que en sus prácti-cas sociales cotidianas desplieguen elementos críticos y creativos que deben ser considerados y valorados favorablemente en la ruta que recorren para lograr su integración social.

b) Las tecnologías digitales de información y comu-nicación forman parte del universo simbólico y de las prácticas sociales cotidianas de la juventud (estudiar, trabajar, relacionarse, entretenerse, etcétera), al tiempo que cumplen una función de acompañamiento en los procesos productivos. Ese proceso condiciona, cada vez más, el trabajo juvenil a las habilidades que los jóvenes tienen para su manejo y aplicación, lo que ha ido crean-do circuitos de exclusión o brechas al interior de la juventud, perjudiciales para quienes no tienen oportunidad de desarrollar las destrezas requeridas. Al mismo tiempo, los alejan de los requerimientos impulsados desde los sectores de adultos, en su mayoría migrantes digitales, que han alcanzado una apropiación parcial de los nuevos recursos digitales.

Antecedentes

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c) Aunque los rangos de edad de los usuarios de internet y la telefonía celular (los recursos digitales más empleados por la juventud)1 son

bastante amplios, es claro que el segmento de jóvenes sigue siendo el más importante en el uso y apropiación de esas tecnologías.

1 El estudio que realizó en 2009 la Asociación Mexicana de Internet, indica que en México 63% de los jóvenes de 12 a 19 años usa internet (en ese rango de edad casi 7 de cada 10 lo hace), en tanto que entre los que tienen entre 20 y 24 años, 55% son cibernautas. En cambio, los resultados indican menor penetración en los grupos de mayor edad: 35% para usuarios de 25 a 34 años; 24% para quienes tienen entre 35 y 44 años; 19% para los que van de 45 a 54 años y apenas 7% para los de entre 55 y 64 años. Vid. “Estudio amipci 2009 sobre hábitos de los usuarios de internet en México”, Monterrey, amipci, Televisa Interactive Media, 2010, en http://www.slideshare.net/diplomadocom/estudio-de-los-hbitos-de-los-usuarios-de-internet-en-mxico-2010 2 Vale la pena recordar que la categoría juventud aparece tardíamente: en los años 60 del siglo xx. Fue entonces cuando Keniston expresó: “Somos testigos del surgimiento masivo de un periodo de la vida no reconocido con anterioridad: una etapa que surge entre la adolescencia y la vida adulta. Propongo llamar a esta etapa de la vida el “periodo juventud” asignando a este término, venerable pero vago, un significado específico. Vid. Keneth Keniston, “Juventud: una nueva etapa de la vida” en In Telpochtli In Ichpuchtli. Revista de Estudios sobre la Juventud, año 2, núm. 3, 1981, p. 51. 3 Vid. Gilberto Giménez Montiel, Teoría y análisis de la cultura, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Instituto Coahuilense de Cultura, 2006, volúmenes I y II (Intersecciones)

Algunas precisiones sobre la juventud

Para Naciones Unidas, la juventud2 está conformada por el grupo poblacional cuya edad va de los 15 a los 24 años. Sin embargo, más allá de establecer algunos criterios etarios útiles para analizar al sec-tor, es importante destacar que la juventud no debe entenderse sólo en términos de edad. Se trata de un período dentro del ciclo de la vida con característi-cas esenciales propias, el cual se va moldeando y es fundamental en la construcción de la identidad de los sujetos que viven ese periodo.

La identidad tiene al menos tres elementos constitutivos que la determinan: historia, frontera o campo simbólico y carácter relacional. Estos ras-gos se dan tanto en el plano individual como en lo colectivo, plural o restringido, indefinido o definido y permiten que se cancelen o se manifiesten las dife-rencias. Dicho de otro modo, tanto para los jóvenes como para la juventud, historia, campo simbólico e interacciones, son los elementos que constituyen sus identidades a partir de los cuales es posible negociar las diferencias que llevan a la tolerancia o la discriminación. Como afirma Giménez, la identi-dad no es una esencia, un atributo o una propiedad intrínseca del sujeto, sino que tiene un carácter intersubjetivo y relacional. Se trata de un proceso de auto-reconocimiento, así como del reconocimiento y aprobación de los otros. Por ello la identidad de un sujeto sólo puede emerger y afirmarse en tanto

se confronte con otras identidades y mediante un proceso de interacción social.3

En este contexto, la identidad no puede ser estática sino variable, cambiante. Implica también una pluralidad de pertenencias, ya que los individuos actúan en grupos sociales, ámbitos y situaciones diferentes. Para la juventud, la emergencia de su identidad se realiza en una interacción social no exenta de conflictos. La aprobación o desaprobación de la que son objeto está directamente vinculada con la discriminación, tolerancia o aceptación de las actividades que realizan, su forma de proceder o de vestirse, sus preferencias, entre otros factores que ellos mismos ponen en juego para lograr su autode-terminación, expresarse y diferenciar su mundo del de los mayores. Por estas condiciones, la juventud no puede ser considerada un grupo homogéneo sino plural, diverso, con contradicciones, en cuyo interior existen sectores que viven, se expresan y relacionan de manera diferente. Según quien los mire, estos jóvenes son objeto de valoraciones, de reconocimientos y también de discriminaciones de orden diverso.

Desde una perspectiva antropológica, la juventud aparece como una construcción cultural relativa en el tiempo y en el espacio. Expresado en otros términos, esto significa que cada sociedad organiza la transi-ción de la infancia a la vida adulta mediante formas

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muy variadas. Aunque este proceso tiene una base biológica (maduración sexual y desarrollo corporal), no siempre expresan lo mismo y tanto la percepción social de esos cambios como sus repercusiones se diferencian según la comunidad de la cual se trate. Feixa refuerza este concepto expresando que las formas de juventud son cambiantes según sea su duración y consideración social. 4

Para los adultos la juventud representa rebel-día, ruptura del orden, caos y modos expresivos difíciles de comprender y aceptar. Esto se debe a que los jóvenes buscan establecer un nuevo orden de significaciones, diferente al de sus mayores, lo cual es esencial para su proceso de construcción de identidad. En este contexto, la emergencia de lo juvenil suele verse como negativa y por lo tanto,

despertar reacciones que van de la intolerancia a la discriminación. Es posible afirmar que desde su origen la construcción social de la juventud es discri-minatoria, porque señala a un grupo instalado no sólo lejos de las actividades socialmente significativas, sino buscando establecer un nuevo orden. Vista de este modo, a la juventud se le retacea el derecho a la autodeterminación, por lo que sus miembros deben luchar contra las formas establecidas para alcanzar el cambio e insertarse en el mundo de los adultos; éste se asigna a sí mismo la tarea de guiarlos, or-denar sus intereses y metas, así como de juzgar sus acciones y expresiones. La relación de los jóvenes con las tecnologías digitales suele caer también en un nuevo orden de significaciones y por lo tanto, dentro de parámetros de incomprensión.

Los jóvenes como protagonistas del mundo digital

Se ha hecho bastante común identificar a los jóvenes por su relación con las tecnologías digitales, lo que ha derivado en apodos tales como “Generación Click” (los adolescentes actuales acostumbrados a tomar decisiones vía un click en sus recursos tecnológi-cos), “Generación Red” o “Generación @” (jóvenes que viven entre innovaciones tecnológicas que los llevan a priorizar lo global, no lineal, veloz y verti-ginoso), “Conectados” o “Desconectados” (según su capacidad tecnológica y económica para acceder a recursos digitales) y, más recientemente, “Nativos Digitales”. Se trata de motes que buscan crear un enunciado original para identificarlos, pero son tam-bién expresiones que no analizan suficientemente el entorno social y cultural en el cual se desenvuelven los jóvenes. No obstante, queda claro que en cada uno de estos apodos hay referentes tecnológicos. Desde el resto de la sociedad, la juventud se percibe

así como un grupo social estrechamente ligado a la digitalización y a las redes.

Dentro de su grupo generacional no todos los jóvenes ejercen fehacientemente un protagonismo ligado al uso de tal o cual tecnología. Algunos están muy ligados al entorno red, pero otros no tienen ni los recursos ni la infraestructura para acceder a los nuevos medios; por ejemplo, los jóvenes que habitan en entornos rurales5 o los que viven en condiciones de pobreza extrema, entre otros.

Se presenta por otro lado, un fenómeno novedoso caracterizado por dos situaciones: una suerte de habilidades desclasadas para el manejo de lo digital y su relación con los mayores. Sus habilidades apa-recen desclasadas debido a que en ocasiones no son acordes con el capital cultural6 de los jóvenes ni a sus condiciones materiales de vida. Dicho de otro modo, desarrollan habilidades intensivas en el uso de las

4 Carles Feixa Pámpols, El reloj de arena. Culturas juveniles en México, México, Secretaría de Educación Pública/Causa Joven, 1998, p. 18. 5 Según el estudio de amipci 2009 (op. cit.), de un total de 30.6 millones de internautas mexicanos mayores de 6 años, sólo 5 millones viven en ámbitos no urbanos. 6 Bourdieu lo explica como el conjunto de capacidades y recursos intelectuales producidos en el entorno familiar y en el sistema escolar, elementos que como todo capital dan poder a quienes los poseen. Se le considera capital debido a que no sólo se puede acumular a lo largo del tiempo, sino que también puede transmitirse a los hijos. El mecanismo de reproducción social es el que permite a cada generación asimilar este capital. El capital cultural definido por Bourdieu se presenta bajo tres formas: una forma incorporada o habitus, una forma objetivada representada por los bienes culturales (libros, obras de arte, cd, etc.) y una forma institucionalizada, como son los títulos escolares. Vid. Pierre Bourdieu, Capital cultural, escuela y espacio social, México, Siglo Veintiuno Editores, 2005. N.E.

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tecnologías digitales, pero carecen de los recursos cognitivos necesarios para jerarquizar la información que reciben o interpretarla, lo que les impide mejorar con ella sus actividades cotidianas. Por otra parte, debido a las destrezas que poseen para manejarlos y sacar provecho de ello, los jóvenes que hacen uso de los recursos digitales de manera intensiva se colocan en situación ventajosa con respecto a sus mayores. Algunos pasan a asesorarlos en materia digital, en tanto que la mayoría llega a convertirse en emisores de contenidos (en las redes sociales, por ejemplo), acariciando con esta capacidad innovadora una meta largamente pospuesta por la comunicación mediada tecnológicamente: la búsqueda de horizontalidad y retroalimentación mediante canales de retorno que den a emisores y receptores oportunidades similares para expresarse. Los adultos en cambio, frecuente-mente permanecen en el papel de receptores desde el cual repiten caminos aprendidos, a veces con dificultad, que les impiden mejorar y transformar a fondo sus prácticas comunicativas.

Opiniones confinadas a cartas del lector, llamadas telefónicas perfectamente filtradas por la producción de medios electrónicos, derecho de réplica, son recur-sos muy limitados frente a la arrolladora capacidad de las redes para canalizar de manera sincrónica o diacrónica, respuestas, opiniones, discusiones, que hacen del ciberespacio un lugar para el diálogo prolífero y fecundo, aunque no siempre confiable. Pensemos por ejemplo los numerosísimos mensajes audiovisuales difundidos vía YouTube, los contenidos ligados a expresiones sonoras que ofrece MySpace, los perfiles personales presentados en FaceBook o las ideas cortas contundentes que circulan en Twitter. Aunque no todos los emisores de estas redes socia-les son jóvenes y a pesar de cifras erráticas sobre

quiénes las usan, hay consenso en aceptar que son los jóvenes sus usuarios prioritarios.

Para entender la trascendencia del mundo tecno-lógico que comparte la juventud, vale la pena retomar a Domínguez,7 quien explica a la generación del si-guiente modo: “[…] Un conjunto histórico-concreto de hombres próximos por la edad, y socializados en un determinado momento del proceso histórico del país, lo que condiciona una actividad social común en etapas clave de formación de la personalidad, creando similitud de características objetivas y de rasgos subjetivos, que la dotan de una fisonomía propia”.8

Las generaciones tienen así una fisonomía propia en su entorno, lo que las lleva a crear una identidad colectiva construida a partir de un espacio-tiempo determinado.9 Poseen una autoconciencia de grupo y desarrollan una sensación de pertenencia debido a que de este modo se diferencian de otras generacio-nes, lo cual les permite reflexionar sobre sí mismos y comunicar tanto las características generacionales como sus cambios y transformaciones.

Pero la actividad digital que destaca a los jóvenes de este siglo y de la última década del pasado (años en los cuales la digitalización alcanza un uso social extendido) se caracteriza también por sus exclusio-nes, conocidas de manera muy general como brechas o abismos digitales y tecnológicos. Tales diferencias se originan tanto en las posibilidades de acceso a esos recursos, como por las históricas desigualdades que existen para la juventud en materia educativa y social. Por ello, se reconoce que al interior del con-junto definido como juventud se presentan grandes diferencias en materia de cultura digital, las que según estudios realizados por la Comisión Económica para América Latina (cepal) están determinadas por

7 Vid. María Isabel Domínguez García, “La juventud y las generaciones, una reflexión sobre la sociedad cubana actual”, La Habana, Uni-versidad de La Habana, 1993 (tesis de doctorado). 8 M. I. Domínguez García,“Criterios teórico-metodológicos para la investigación de la juventud”, en Revista Cubana de Ciencias Sociales, año 6, núm. 17, mayo-agosto de 1988, p. 46. 9 Vid. Carolina de La Torre, Las identidades. Una mirada desde la psicología, La Habana, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinillo, 2001.

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indicadores diversos entre los que destacan el lugar de residencia, el género10 y la escolaridad.11

Cabe señalar que en este artículo se sostiene que la llamada brecha digital posee dos dimensio-nes: tecnológica y cognoscitiva. La primera está vinculada al acceso que comporta los ámbitos de la infraestructura tecnológica disponible y las con-diciones materiales específicas en que se concreta dicho acceso. La segunda se manifiesta de manera diversa en el uso, y se expresa mediante el ejercicio de habilidades informáticas y del capital cultural disponible en los usuarios. Ambos universos están vinculados, por lo que acceso y uso de las tecnolo-gías se expresan en la apropiación, es decir, en su incorporación a las prácticas sociales cotidianas de los jóvenes, o dicho de otro modo, en la cultura de los usuarios. Esta incorporación desde temprana

edad es lo que distingue a los nativos digitales de otras generaciones que también pueden hacer uso de las tic, pero sin que ellas pertenezcan a la es-tructura material y cultural existente al momento de su nacimiento.

En el contexto planteado, es preciso remarcar que con todas sus diferencias y particularidades grupales, se percibe a la juventud como un factor de transformación, con amplias posibilidades creativas, en especial en materia de apropiación de las tic. Por ello, es urgente realizar estudios que den cuenta de los modos de uso y de la apropiación cultural de las mismas, lo cual permitiría superar una larga etapa caracterizada por investigaciones referidas al acceso, o sea, al recuento de la infraestructura existente en diferentes países y regiones.

¿A qué se le llama “nativos digitales”?

El popularizado concepto “nativos digitales” surgió en 2001 cuando un analista de los nuevos medios escribió un artículo que tituló “Digital Natives, Digital Immigrants”.12 En ese trabajo –cuyo pro-pósito fue reflexionar sobre los cambios operados entre los estudiantes universitarios a partir de la digitalización–, Prensnky, su autor, proponía una diferenciación entre los ciudadanos que habían nacido después de la revolución digital y los que lo habían hecho con anterioridad. Las reflexiones del autor no se detenían demasiado en fechas, sino en las características de uno y otro grupo de usuarios de las tic. Su propuesta evolucionó y llevó finalmente a identificar a los nativos digitales con aquéllos que nacieron y crecieron en tiempos de internet.

Se trata de jóvenes que confieren importancia a su identidad digital y que adoptan una actitud diferente ante las cosas. El propio Prensky apunta que comparten diferente, crean diferente, comunican diferente, coordinan diferente, aprenden diferente. Se trata asimismo de jóvenes con un amplio dominio de los medios digitales, lo que les ha permitido te-ner medios de expresión a su alcance, que también pueden convertir en canales para la transgresión y la construcción de su identidad. Poseen una visión global que no es sólo teórica ni deviene de la impo-sición de un modelo político económico, sino de la práctica de comunicarse, platicar, intercambiar, con jóvenes de otras latitudes. Para estas actividades han convertido a la red en un lugar de socialización

10 En el caso de México, el género ha ido acortando su brecha. El estudio 2009 de amipci (op. cit.) indica que entre los usuarios de internet 45% son mujeres y el resto hombres. 11 Vid. Pablo Villatoro y Silva Alisson, “Estrategias, programas y experiencias de superación de la brecha digital y universalización del acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación (tic). Un panorama regional”, Santiago de Chile, cepal, División de Desa-rrollo Social, 2005 (Serie Políticas Sociales, 101). Documento disponible en línea en http://www.eclac.org/publicaciones/xml/6/20846/sps101_lcl2238.pdf 12 Vid. Marc Prensky, “Digital Natives, Digital Immigrants”, en On the Horizon, vol. 9, núm. 5, octubre de 2001. Documento disponible en línea en http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf. Versión castellana, “Nativos digitales, Inmigrantes digitales”, disponible en http://docs.google.com/View?docid=ddttrkpp_29c595pr.

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muy importante, prueba de ello ha sido la emergencia primero de millones de blogs y posteriormente de las llamadas redes sociales (Facebook, MySpace, Twitter, YouTube, entre otras)13. Estos jóvenes consideran que la red constituye una fuente de aprendizaje de carácter informal que comparte con la televisión el privilegio de ofrecer información extra curricular, muchas veces contradictoria o generadora de in-certidumbre ante la abundancia de datos y falta de capacidad para jerarquizarlos y valorarlos.

Los nativos digitales se encuentran desde su nacimiento (¿los 80?, ¿los 90?), inmersos en un entorno digital por lo que sus actividades sociales más importantes (jugar, educarse, entretenerse, trabajar, vincularse con los demás) están mediadas tecnológicamente. Se apropian de los recursos de la digitalización de manera casi automática porque son parte de su generación y su contexto social. Algunos viven enajenados por una renovación constante de la tecnología, otros simplemente las usan para conec-tarse con el mundo, lo cierto es que en la actualidad pueden ser definidos como una generación digital debido a que hipotéticamente comparten el acceso, el uso y la posibilidad de apropiarse de los recursos digitales.

En el mismo artículo, Prensky, se refiere a los inmigrantes digitales (entre los que él se incluye) del siguiente modo:

[…] aprendemos —algunos mejor que otros, como todo inmigrante— a adaptarnos al medio ambiente, conservando siempre algún grado de “acento”, que nos recordará que tenemos un pie en el pasado. El “acento de inmigrante digital” puede notarse en cosas tales como, cuando necesitamos información, no priorizar internet, sino que postergarla a un se-gundo lugar, o leer el manual de un programa antes que asumir que el programa en sí mismo nos puede ayudar a usarlo. Hoy en día, la gente mayor ‘socializa’

de manera diferente con sus niños, y ahora están en el proceso de aprender una nueva lengua. Y un len-guaje aprendido tardíamente, dicen los científicos, ingresa a partes diferentes del cerebro que cuando se adquiere tempranamente.14

En cuanto al manejo de la información, este autor afirma que ambos grupos tienen una relación diferen-te: mientras los inmigrantes, bajo la premisa de que el conocimiento es poder, persisten en la actitud de querer guardarla en secreto, a los nativos digitales les encanta compartirla, distribuir los mensajes que reciben y hacerlo lo más rápidamente posible. Esto explica la emergencia de las redes sociales, emplea-das como vehículo de expresión y para compartir información.

Sin embargo, entre los nativos y los migrantes digitales existe una amplia franja de jóvenes (y también de niños o adultos) que no pueden ser ubicados en ninguna de esas categorías, porque simplemente no acceden a los recursos tecnológicos. Ese sector está representado por quienes quedan fuera del 32.5% de la tasa de penetración nacional de internet o por los dos hogares de cada diez que no poseen teléfonos celulares.15 Más allá de las ci-fras, es necesario repensar el enunciado maniqueo que coloca por un lado a los digitalizados de origen y por el otro a los que llegaron más tarde pero al fin llegaron, ya que no repara que entre estos grupos existen enormes diferencias determinadas por el tipo de uso y el nivel de apropiación de esos recursos. Entre esta composición multifacética –junto a los que tienen muchas habilidades digitales y los que no las tienen– conviven los excluidos. Planteado sólo desde una perspectiva generacional o etaria, parece que se está ante un mundo sin fisuras, en el que todos participan del nuevo espacio que ofrecen las redes sociales, la telefonía celular y otros recursos de la convergencia digital.

13 Para ampliar el concepto de redes vid. Delia María Crovi Druetta, et al., Redes Sociales. Análisis y aplicaciones, México, unam/Plaza y Valdés Editores, 2009. 14 M. Prensky, “Nativos digitales…” op. cit. 15 Vid. amipci, op. cit.

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Un estudio realizado por la consultora ComScore, coloca a Rusia y Brasil como las naciones con mayor actividad en la redes sociales: los rusos invierten seis horas con 36 minutos al día en algún sitio social, en tanto que los brasileños permanecen en ellos seis horas con 18 minutos.16 En esta lista México ocupa el lugar número 11, registrando una inversión promedio de cuatro horas diarias por internauta en una red social.17 Un aspecto poco estudiado hasta ahora es relacionar esta actividad con las que en su lugar se dejaron de hacer: ¿estudiar, trabajar, participar en actividades sociales presenciales? No se sabe, pero sin duda esto representa un desafío para la inves-tigación ya que la distribución de las 24 horas que componen cada día, debe considerar ahora el tiempo destinado a los recursos digitales.

Cada generación tecnológica fue creando algún tipo de exclusión (el libro, por ejemplo), debido a que las innovaciones nunca han estado al servicio de la sociedad en su conjunto. No obstante, la preocu-pación actual sobre esta inequidad se basa en que, como bien afirma Manuel Castells, se está ante una generación tecnológica que impacta todas las acti-vidades sociales, por lo tanto, cuando un individuo queda excluido del acceso a esas innovaciones puede quedar al margen de actividades fundamentales de su vida cotidiana. Cuando este tipo de exclusiones afecta al sector juvenil, la preocupación es mayor porque es en ese conjunto social donde se depositan muchas de las promesas de desarrollo de un futuro mediato, ya que se trata nada menos que de los prota-

gonistas del cambio propiciado por las innovaciones tecnológicas. En este contexto, de la preocupación por acortar la brecha digital entre las naciones se ha pasado a la preocupación por paliar la brecha que ya se percibe al interior de la generación denominada nativos digitales.

Aunque muy útil para caracterizar un fenómeno complejo, tiende también a estigmatizarlos debido a su condición maniquea. En efecto, como ya se ha mencionado, no se puede hablar de la juventud como un todo homogéneo, sino más bien referirlos en plural: juventudes que aluden a situaciones diferenciadas. Al-go similar puede decirse de los adultos y de los mayores. En este sentido, cabe aún hacerse muchas preguntas acerca de las transformaciones que se han dado en las prácticas culturales de ambos grupos a partir de la apropiación de los recursos digitales. Pero, pese a estas advertencias y cuestionamientos, es innegable que:

[…] sería ingenuo y arriesgado suponer que no existe una brecha cognitiva/emocional en creciente confor-mación entre los que nacimos antes y después de determinadas tecnologías cognitivas, en particular las asociadas a la información masiva, internet y el uso multipropósito de la telefonía celular, la conectividad permanente, el acceso irrestricto a Wikipedia, Youtube, MySpace, Facebook, Twitter, los weblogs y las redes sociales como matrices de subjetivación, y que esta brecha no tiene implicancias cognitivas, psicogenéti-cas y pedagógicas insuturables, entre quienes nacimos antes y después de la década de 1980/90.18

La dimensión espacio-tiempo en los ciudadanos virtuales

Superado un primer momento de interés por parte de las investigaciones académicas o los estudios de acceso, movidos por la urgencia de sopesar la

infraestructura digital, es conveniente ahora pasar al análisis de los procesos de apropiación cultural y de las transformaciones en la vida cotidiana de

16 Vid. Irma Carolina Valadez Calderón, “México: las redes sociales más populares”, en Etcétera. Para entender a los medios, 27 de julio del 2009, en http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=869 17 El multicitado estudio de amipci 2009 (op. cit.), indica que 60% de los internautas mexicanos (casi 28 millones) está suscrito a algún sitio social. En primer lugar de uso, ubica a Metroflog con 11 millones de usuarios; en segundo sitio aparecen empatados MySpace y Hi5 con 7 millones cada uno y, en tercera posición, a Facebook con 4 millones de usuarios. Sin embargo, estas cifras son muy dinámicas y dependen de la metodología empleada para su medición. Por ejemplo, para otros estudios Facebook se encuentra a la cabeza por el número de usuarios mexicanos, seguida por Myspace y Twitter. 18 Alejandro Piscitelli, Nativos digitales. Dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de la participación, Buenos Aires, Santillana, 2009, p. 20.

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los usuarios. Desde un punto de vista particular, la dimensión espacio-temporal es uno de los escenarios que debe repensarse para comprender la dimensión del cambio cultural que se está viviendo. Es también, a juicio personal, una de las articulaciones más notables de este cambio si contraponemos, como lo hace Prensky, a los nativos con los migrantes aun cuando esto sea maniqueo.

Aunque las modificaciones en el espacio-tiempo pueden ser extensivas a todos los cibernautas, nos referiremos en particular a los cambios operados entre los más jóvenes. La desterritorialización de la vida y las relaciones juveniles es uno de los signos del cambio operado por las tic en su cotidianidad. Han contribuido a borrar las fronteras nacionales, acercándolos instantáneamente a hechos, personas y situaciones, tanto distantes como próximas. Esta posibilidad técnica introduce a una nueva lectura de la dimensión espacial y también temporal. ¿Cómo es ahora el tiempo? La influencia más notoria de las tic en el tiempo se refleja en la instantaneidad con que se presentan los hechos: en el momento mismo en que ocurren no importa dónde suceda esto. Ya los medios masivos de comunicación adelantaban, mediante enlaces o corresponsales, la posibilidad de la omnipresencia del receptor. Hoy en día, la in-formación instantánea, mediática o mediante otros recursos como son las redes sociales o la telefonía celular, reafirman esa omnipresencia en una acción que implica modificar espacio y tiempo. Esta dispo-nibilidad convierte a los jóvenes en individuos on line, es decir, en sujetos cuya línea con el mundo está abierta las 24 horas del día para recibir mensajes me-diante recursos diversos (telefonía celular, internet, sistemas para bajar y escuchar música, entre otros). Son pocos los que, disponiendo de acceso a la digita-lización, se resisten a adoptar esa apertura temporal que permite a los demás penetrar en su mundo a la hora y en el momento que ellos quieran.

El sentido de privacidad se modifica tanto por la irrupción de mensajes en cualquier momento, como por la capacidad de aceptar esa imposición del otro que es, en definitiva, quien decide cuándo se comu-nica. Se modifica también porque las personas que están dispuestas a entregarse a la irrupción del otro,

tratan sus asuntos (privados, laborales, afectivos) frente a los demás. Hablar por teléfono hasta hace unos años era una actividad privada, mientras que desde la masificación de la telefonía celular, a media-dos de los noventa, es común que las conversaciones telefónicas se realicen en público, sin prejuicios ni tapujos. Abrir asuntos que antes eran privativos del mundo personal, íntimo, preservado de casi cual-quier intromisión, es ahora una actividad frecuente mediante la cual se exponen gustos, actividades, relaciones, fobias y filias.

Aunque algunos ciudadanos, por razones de orden económico o por elección, aún permanecen fuera de línea, es notable la presión del medio social para que prontamente se incorporen a la masa de individuos on line. La organización de la vida, sobre todo en las grandes ciudades, depende de la conectividad permanente, porque es mediante las tic (en especial la telefonía celular) como se van organizando las actividades cotidianas, al tiempo que permiten dar cuenta de la ubicación del usuario, algo fundamental para los adultos que desean estar informados sobre el movimiento de los jóvenes. A principios de los años 90 o antes (según la tecnología de la que se trate) no se tenía esa posibilidad; ahora parece imposible vivir de otro modo. Quienes atraviesan el umbral de la digitalización difícilmente pueden prescindir de ellas, son pocos los que se resignan a estar off line o a regresar a un estado ‘pretecnológico’ (antes del escáner, antes del celular, antes de internet, antes de las redes sociales). Éste es el precio que se paga por disfrutar de la comodidad o necesidad que implica estar visibles, disponibles, abiertos, en una sociedad que demanda entrega total en términos de tiempo y sin barreras de espacio.

La incidencia de las tecnologías digitales en cuanto al espacio se hace evidente no sólo en la ya mencionada desterritorialización, sino también en expresiones como navegar, ciberespacio, cibernauta o super carretera de la información, las cuales iden-tifican nuevos roles y actividades del desempeño comunicativo. Éstas y otras expresiones aluden a un mundo más pequeño, no en su tamaño, sino por las posibilidades que hoy en día existen para conocerlo, poseerlo e, incluso, dominarlo. Aluden también a un

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individuo-mundo que juega con distancias y movi-mientos. Tales individuos son los que forman parte de las nuevas generaciones de jóvenes, usuarios natura-les de las tic que sólo se resignan a quedar al margen de ellas cuando por razones de orden económico o de infraestructura, están entre los excluidos.

Algunos autores como Bakis,19 han reflexionado sobre la relación espacio-tecnologías digitales, las cuales experimentan una mutación profunda por varias razones. En principio, su inmediatez hace que pierda significado la distancia concebida como unidades de longitud. En cambio, habla de espacio-costo, ya que las tarifas de los servicios se miden a partir de dos ejes: los kilómetros y las tecnologías empleadas para lograr las conexiones, así como la duración y los horarios en que se prestan (las tarifas de acceso pueden variar según horarios). Para este autor, el acceso a los modernos servicios domicilia-rios que ofrece la digitalización no depende hoy de la distancia sino de su costo.

Pero, en lugar de pensar en los espacios geográ-ficos, Bettetini y Colombo reflexionan acerca de la idea de movimiento, del individuo desplazándose para accesar a las tic: “[...] en el universo de los nuevos ‘media’ están contemporáneamente presentes sistemas que obligan al usuario a dirigirse a un lugar para poderlos utilizar, sistemas que tienden a excluir la necesidad de cualquier desplazamiento por parte del individuo y, por último, sistemas que valoran el

desplazamiento y se realizan de modo que se garan-ticen al individuo la libertad de movimiento.”20

Entre los primeros, están los lugares públicos para consultar internet (universidades, cafés, librerías, etc.) o los cajeros automáticos; los segundos pueden ejemplificarse con las computadoras personales con acceso a redes instaladas en el hogar, en la escuela o en el trabajo; y los terceros hacen alusión a las computadoras portátiles con conexiones inalámbri-cas, convertidas en verdaderas oficinas o escuelas móviles, así como a la telefonía celular.

Este desplazamiento remite a un individuo en movimiento, capaz de llevar consigo el conjunto de esferas en las que actúa cotidianamente: su hogar, la escuela, la oficina, la universidad, el entreteni-miento, las relaciones sociales, los negocios, etc., lo acompañan donde quiera que vaya. Podríamos decir que lleva el planeta a cuestas y puede acceder a él a la carta.

Las nociones de espacio y de tiempo implícitas en la tic conforman una dimensión conjunta en la que continuamente se contaminan. Sin duda el movi-miento interactúa con la temporalidad preferida por las personas off line o los costos con las que escogen permanecer on line. Por estas razones, se habla de una nueva dimensión espacio temporal que representa un reto para actividades de la sociedad industrial, regidas por horarios rígidos y espacios confinados: el mundo de quienes ahora son adultos.

Entornos digitales como nuevos escenarios de exclusión

En los últimos años se han agregado nuevas razones para la exclusión hacia la juventud y los jóvenes. La reestructuración socioeconómica de los años 70 tuvo efectos en la juventud, ya que puso frenos a la independencia económica y familiar de los jóvenes, en tanto que su incorporación al mundo del trabajo y la educación comienza a encontrar serias dificulta-des. Desde entonces, los organismos internacionales,

con apoyo de los gobiernos locales, promovieron la construcción de una sociedad de la información y el conocimiento, que poco a poco se fue identificando como el nuevo modelo de progreso y desarrollo: “En una sociedad de la información se gestiona conocimiento. Así como en la sociedad industrial se administraban objetos materiales y personas, en la sociedad de la información y el conocimiento se

19 Vid. Henri Bakis, “Telecomunicaciones, espacio y tiempo”, en Carmen Gómez-Mont, Nuevas tecnologías de comunicación, México, Trillas, 1991. N.E. Además, Delia María Crovi Druetta y Cristina Girardo, La convergencia tecnológica en los escenarios laborales de la juventud, México, unam, 2001. 20 Gianfranco Bettetini y Fausto Colombo, Las nuevas tecnologías de la comunicación, Barcelona, Paidós, 1995, p. 26.

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administran datos, informaciones y conocimientos sobre esos objetos materiales y personas.”21

Pero para administrar esa información y esos conocimientos, es necesario acceder a innovaciones tecnológicas costosas, así como contar con con-diciones económicas que permitan una constante actualización de su parte dura (hardware) y su parte blanda o lógica (software). Además, es imprescindi-ble poder manejar estos nuevos recursos, es decir, contar con la capacitación necesaria para incorporar las innovaciones a la vida cotidiana.

Conscientes de las diferencias que se han ido estableciendo entre países pobres y ricos y entre los individuos con condiciones económicas diferentes, se aceptó la existencia de una brecha digital que debíamos combatir. El concepto de brecha digital implicó reconocer que estamos ante un modelo social que genera exclusión y discriminación entre quienes no tienen acceso a los instrumentos que hacen posi-ble tal modelo. Los jóvenes, como protagonistas del cambio, en mayor o en menor medida son víctimas de la brecha digital, tanto que buena parte de los programas diseñados para combatirla están desti-nados a la juventud.

No obstante, el reconocimiento de la brecha digital por parte de las naciones no se tradujo en un abordaje integral de este problema. Por el con-trario, su tratamiento ha sido parcial, debido a que las acciones que se están llevando a cabo parten del determinismo tecnológico, lo que se traduce en dotar de infraestructura tecnológica al tiempo que se descuidan otros aspectos igualmente importantes. Entre esos aspectos destaca la brecha cognitiva, es decir, la falta de habilidades para manejar las innovaciones tecnológicas que se suma a un escaso capital cultural preexistente entre jóvenes, como producto de reiteradas exclusiones educativas y de oportunidades culturales amplias. Desde un punto de vista personal, el combate a la brecha digital debe tomar en cuenta tanto el acceso a las innovaciones tecnológicas como el desarrollo de habilidades para

hacer uso y apropiarse de ellas, a fin de propiciar una transformación en las prácticas sociales y culturales cotidianas de todos los individuos jóvenes.

La brecha cognitiva involucra al menos dos aspec-tos fundamentales: las competencias informáticas y el capital cultural. Mientras las habilidades informáticas establecen rangos de usuarios que van desde los re-petidores de caminos aprendidos sin una racionalidad ni explicación (exploración y juego), a los que son capaces de innovar y crear a partir de las posibilidades de las redes (apropiación), el capital cultural, desde la perspectiva planteada por Bourdieu,22 comporta una dimensión fundamental en los procesos de apro-piación de los nuevos medios, en especial de su parte lógica o de contenidos, ya que está relacionado con la capacidad de gestionar información y crear cono-cimiento. Así, entre los jóvenes existen grupos que se distinguen por una mayor o menor incorporación de prácticas comunicativas a sus vidas cotidianas y tam-bién, menos recursos culturales para tomar decisiones y, como consecuencia, para gestionar información y conocimiento.

Si frente a los planteamientos de la construcción de una sociedad de la información surgidos a finales del siglo xx, hubo una clara preocupación por superar la brecha digital entre naciones ricas y pobres, hoy el problema se focaliza en sectores concretos de la sociedad, como es el caso de la juventud. No por casualidad surge y se desarrolla el concepto “nativos digitales”: se trata de una reflexión producto de las diferencias cada vez más marcadas que se perciben entre quienes se vieron obligados a adquirir un saber adicional sumándose al manejo, a veces limitado, de los nuevos medios, y entre quienes nacen y crecen ro-deados de innovaciones tecnológicas que se renuevan constantemente. Una preocupación se ha sumado a la otra: a la brecha digital entre las naciones y entre las clases sociales, se le agrega el problema generacional y las diferencias en el acceso entre miembros de una misma generación como son los nativos digitales, que aparentemente deberían ser homogéneos.

21 José Silvio, Virtualización de la universidad. ¿Cómo transformar la educación superior con la tecnología?, Caracas, unesco/Iesalc, 2000, p. 117. 22 Vid. de Pierre Bourdieu, El sentido práctico, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2007 y Capital cultural, escuela y espacio social, México, Siglo Veintiuno Editores, 2005. N.E.

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A manera de cierre: una oportunidad para los jóvenes

Sin duda juventud y jóvenes están presentes en el complejo entrecruzamiento contextual que aquí se ha planteado y a ello deberían dedicarse programas específicos que los doten de habilidades para manejar los nuevos medios digitales, favoreciendo así una apropiación cultural plena. Sin embargo, las circuns-tancias que rodean a la brecha digital en el ámbito de los jóvenes plantean inequidades: por un lado, los nativos digitales tal como se han descrito; por otro, quienes suman la digitalización a otras causas tradicionales de discriminación o exclusión.

Como respuesta a estas inequidades en los últi-mos años estudios desarrollados por organizaciones internacionales y nacionales, visibilizan los proble-mas actuales de la juventud. Destaca entre ellos el Informe sobre la Juventud Mundial 2005 de Naciones Unidas,23 que afirma que existen más de 200 millones de jóvenes viviendo en la pobreza, 130 millones de jóvenes analfabetos, 88 millones desempleados y 10 millones viviendo con el vih/Sida. El argumento cen-tral de este informe es que las políticas relativas a la juventud son impulsadas por estereotipos negativos acerca de los jóvenes, como la delincuencia, el uso indebido de drogas y la violencia, olvidando que los jóvenes son una fuerza positiva para el desarrollo, la paz y la democracia. Naciones Unidas reconoce que las políticas sobre juventud parten de una cons-trucción cultural negativa y discriminatoria, y se diseñan tomando en cuenta sólo aquellos aspectos vinculados al rompimiento de las normas, a la disi-dencia frente a los cánones aceptados y aceptables. Dicho en otros términos, las políticas públicas sobre

juventud no toman en cuenta a la inmensa mayoría de jóvenes que realizan su construcción identitaria transitando desde el enfrentamiento a sus raíces parentales hasta las transformaciones y mutaciones que les permiten ser agentes activos en los procesos de creación y circulación cultural, sin ser discrimi-nado ni estigmatizados.

La nueva cultura juvenil está ampliamente deter-minada por los medios. Así lo demuestran diversas investigaciones sobre el tema24 como las llevadas a cabo por el Banco Mundial en 200725 y el ya men-cionado Informe de la onu. Este último corrobora que siguen existiendo grandes desigualdades en la distribución y utilización de tecnologías de infor-mación, hallazgo a partir del cual establece acciones prioritarias para contrarrestar algunas de las fuentes de discriminación entre los jóvenes, quienes deben vivir e incorporarse activamente al modelo de socie-dad de la información y el conocimiento. Entre ellas destaca la necesidad de aumentar el acceso a las tic con propósitos educativos, laborales y para erradicar la pobreza. Insta a adoptar medidas especiales para conectar a los jóvenes residentes en regiones rurales, teniendo en cuenta que la tecnología inalámbrica permite superar algunos de los obstáculos físicos que representan la distancia y la topografía. Enfatiza también, la necesidad de promover el acceso com-partido a esos servicios a fin de aumentar sus efectos y considera que un mayor acceso a las tecnologías digitales entre los jóvenes, permitiría fomentar la ciber participación a través de comunidades virtuales o lo que denominan ciudadanía electrónica.

23 Vid., Word Youth Report 2005. Young People Today, and in 2015, prefacio de José Antonio Campo, Nueva York, United Nations Organiza-tion, Department of Economic and Social Affairs, 2005, en http://www.un.org/esa/socdev/unyin/documents/wyr05book.pdf N.E. Puede consultarse el resumen en castellano, en http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N04/635/86/PDF/N0463586.pdf?OpenElement 24 Vid., entre otras, Marcelo Urresti (coord.), Ciberculturas juveniles: los jóvenes, sus prácticas y sus representaciones en la era de internet, Buenos Aires, La Crujía, 2008; D. M. Crovi Druetta y C. Girardo, op. cit.; C. Freixa Pámpols, op. cit y A. Piscitelli, op. cit. 25 The International Bank for Reconstruction and Development/The World Bank, World Development Report 2007. Development and the Next Generation, prefacio de Paul Wolfowitz, Washington, The World Bank, 2006, en http://books.google.com.mx/books?id=xR9IcNw-rQUC&printsec=frontcover&dq=development+and+the+next+generation&source=bl&ots=AXkZK5QC8T&sig=OW1JBUJlDt-7c-G7-qGmGh7LWIk&hl=es&ei=VggqTbOfBIH98AarsMzuAQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CBkQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false. N.E. Puede consul-tarse la versión castellana resumida: Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mun-dial, 2007: el desarrollo y la próxima generación, Washington, Banco Mundial, 2006, en http://siteresources.worldbank.org/INTWDR2007/Resources/1489782-1158107976655/overview-es.pdf

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El Banco Mundial, a su vez, realizó un estudio en América Latina y el Caribe cuyos resultados se condensan en el Informe sobre el desarrollo mundial, 2007: el desarrollo y la próxima generación.26 En este trabajo, la educación emerge como el instrumento idóneo para que los jóvenes puedan sumarse al uso de las tic y con ello contar con más oportunidades para su desarrollo social. El estudio sostiene que los países que invierten en una mejor educación, salud y formación laboral para los habitantes de entre 12 y 14 años, podrán lograr crecimiento económico y reducir sus índices de pobreza. Asimismo, indica que esas inversiones son un imperativo ya que en el mundo en desarrollo hoy viven 1,300 millones de jóvenes, el grupo más extenso en toda la historia, una oportunidad que debe aprovecharse para formar ciudadanos activos. No obstante, confirma que 130 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años no saben leer ni escribir, rezago que repercute en el sector productivo y en las relaciones sociales.

Para responder a estas demandas, el mencionado documento propone tres líneas de acción: ampliar las oportunidades, mejorar las capacidades, y ofre-cer segundas oportunidades a los jóvenes que han quedado rezagados debido a circunstancias difíciles o decisiones desacertadas.27 En todos los casos, se visualiza a la educación y al acceso a la información como los instrumentos que permitirían superar los retos haciendo de la juventud un sector mejor aten-dido y más activo.

Más allá del punto de vista económico que pre-domina en las recomendaciones de este organismo, es importante destacar que por fin se pone el acento en trabajar para y con la juventud a fin de combatir exclusiones. Canalizar los conocimientos y la creati-vidad natural de los jóvenes se ve en este contexto, como una forma de contribuir a estimular el creci-miento económico, que puede producir beneficios perdurables.28

Tanto los nativos digitales como los demás jóvenes –o sea, aquéllos que, compartiendo una misma genera-ción, están siendo excluidos del proceso de digitaliza-ción debido a las brechas existentes–, están esperando una oportunidad: que se valore su parte creativa y co-laborativa. Esperan también que se reconozca en ellos a una generación que a pesar de las diferencias, posee un conocimiento privilegiado acerca de los nuevos medios, el cual puede ser capitalizado para incidir en el desarrollo de políticas públicas que promuevan una digitalización democrática, sin exclusiones.

“La digitalización está cambiando nada más y na-da menos que las formas de vida, es decir, una manera de hacer las cosas.”29 Y son los jóvenes quienes están a la vanguardia de esos cambios; por eso, en materia de uso y apropiación de los recursos digitales, es necesario darles la oportunidad de marcar el camino así como el espacio para aprender de ellos.

Recibido el 8 de octubre de 2009Aceptado el 18 de marzo de 2010.

26 Ibid. 27 Idem. 28 Idem. 29 A. Piscitelli, op. cit., p. 301.

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* California State University, Northridge (CSUN), 18111 Nordhoff Street, Northridge, CA 91330, Estados Unidos. ** Université D’Avignon et des Pays du Vaucluse (UAPV), 74 rue Louis Pasteur, 84 029 Avignon cedex 1, Francia.

Jóvenes inmigrantes latinoamericanos en la prensa española. Narrativas mediáticas de la alteridad: el caso de las violencias urbanas

jéssica retis* y paola García**

Resumen

En este trabajo, se analizan tanto las representacio-nes mediáticas de los jóvenes inmigrantes latinoa-mericanos en la prensa española, como el papel de los medios de comunicación en el contexto de las migraciones contemporáneas y, desde la economía política de la comunicación y el análisis crítico del discurso, las formas mediáticas de las narrativas de exclusión, no solamente en su forma retórica, sino en el acceso al debate social. Para tal efecto, el artículo se centra en cuatro interrogantes: ¿cómo se ha venido configurando el panorama demográfico de las migraciones de jóvenes latinoamericanos en España? ¿Quiénes son los actores recurrentes en las informaciones sobre inmigración en el discurso mediático? ¿Qué mecanismos de representación dis-cursiva generan las noticias sobre violencias urbanas relacionadas con jóvenes de minorías étnicas? ¿En qué medida se inserta la figura de los jóvenes latinos en el discurso europeo de la exclusión?

Palabras clave: análisis del discurso, inmigración y medios, jóvenes latinos en la prensa, discurso de la exlusión.

Abstract

This essay analyzes the media presentations of young Latin American immigrants in the Spanish press. At-tention is centered on four questions. What has sha-ped the demographic panorama of migration of young Latin Americans in Spain? Who are the recurrent actors in the information on migration in the media discourse? What mechanisms of discursive represen-tation generate the news on urban violence related to ethnic minorities amongst the youth population? To what extent is the figure of young Latinos inser-ted in the European discourse of exclusion? When considering these inferences, it explores the role of the media in the context of contemporary migration, and from the political economy of communication and critical discourse analysis, considers the media accounts of the narratives of exclusion not just as rhetoric but an access to social debate.

Keywords: discourse analysis, migration and the media, young Latinos in the Spanish press, discourse of exclusion.

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La reciente asunción de España de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea (ue), podría fortalecer el diálogo UE-América Latina sobre

la inmigración.1 De darse, este hecho significaría un giro en los planteamientos regionales que se han visto influenciados tanto por la coyuntura económica de recesión, como por la presencia incrementada de inmigrantes latinoamericanos, especialmente de los países del sur de la región.

Hablar de latinoamericanos en el contexto mi-gratorio extracomunitario europeo, implica esbozar un repaso de la evolución de los estadios. La revisión de las cifras estadísticas anuales desde 1947 hasta hoy, da cuenta de los datos más indicativos sobre el entorno español.2 En las primeras décadas de la segunda mitad del siglo xx, fueron principalmente cubanos, venezolanos y argentinos los grupos más numerosos. En los años setenta y ochenta, los flujos provenientes de los exilios políticos, en particular del Cono Sur, mostraron un ascenso moderado de los grupos provenientes de Argentina, Chile y Uruguay, pero también de Perú, Colombia y República Domi-nicana, que se sumaron a los ascensos acumulados de Venezuela y Cuba. Todos estos grupos tendieron a concentrase en los entornos urbanos de las prin-cipales ciudades españolas, sobre todo en Madrid y Barcelona. La “década perdida” de los años ochenta promovió la generación de contextos de expulsión en Latinoamérica; mientras, en España, se generaron los

contextos de atracción debido a las transformaciones originadas por los procesos de modernización econó-mica y la transición política.3 Diversos investigadores apuntan al final de los años ochenta y mediados de los noventa como el comienzo de los flujos económicos en los desplazamientos de población de latinoame-ricanos hacia España.4

La última mitad de los años noventa, pero singu-larmente el cambio de siglo, trajo consigo los efectos de las políticas de reajuste estructural del modelo neoliberal en las crisis económicas y financieras sudamericanas, mientras que se asentaba la bonanza económica en España. Las sinergias de expulsión y atracción de flujos migratorios desde América Latina hacia Europa, se conjugaron además con las refor-mas del contexto migratorio hacia Estados Unidos, principal país atrayente de flujos latinoamericanos. Así, el fin del “milagro ecuatoriano“, la crisis agrícola y social colombiana y el estruendo del “corralito argentino” se compaginaron geopolíticamente con un mercado laboral que se abría a la mano de obra extranjera en España. Esta coyuntura marcó lo que en su momento se consideró como la época de “los preferidos del siglo xxi”:5 los latinoamericanos, quienes irrumpirían en el contexto migratorio extracomunitario en condición preferencial tanto en las administraciones públicas como en el sector empresarial y el clima de opinión.6

Jóvenes inmigrantes latinoamericanos en Madrid

1 “La Unión Europea (ue) y los países de América Latina y el Caribe (alc) abrieron hoy oficialmente el diálogo estructurado y global para hacer frente unidos a los retos de la inmigración, que proyectaron en la cumbre euro-latinoamericana celebrada en Lima el pasado año. Este mecanismo abordará la identificación de ‘desafíos comunes y áreas de cooperación mutua’ , así como un mejor entendimiento de la realidad del fenómeno de la inmigración, ‘basado en el principio de responsabilidad compartida, el compromiso y la voluntad’ de ambas partes de discutir estos asuntos, señala una declaración conjunta emitida hoy”, en “Inicia diálogo sobre inmigración entre Europa y América”, en El Mundo, página electrónica de la sección internacional de El Universal (30 de junio de 2009), en http://www.eluniversal.com.mx/notas/608358.html 2 Jéssica Retis, “El discurso público sobre la inmigración latinoamericana en España. Análisis de la construcción de las imágenes de los inmigrantes latinoamericanos en la prensa de referencia”, Madrid, Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset/Universidad Complutense de Madrid, 2006 (tesis de doctorado en América Latina contemporánea)., 3 Vid. Everest Lee, A Theory of Migration, Pensilvania, University of Pennsylvania Press, 1966. 4 Vid. Yolanda Herranz Gómez, “La inmigración latinoamericana en distintos contextos de recepción” en Migraciones, núm. 3, 1998; Colectivo Ioé, “Rasgos generales y perfil sociodemográfico de los principales colectivos Latinoamericanos”, en Carlos Giménez (coord.), Inmigrantes extranjeros en Madrid. Tomo I. Panorama general y perfil sociodemográfico, Madrid, Comunidad Autónoma de Madrid, 1993. 5 Vid. Antonio Izquierdo Escribano et al., “Los preferidos del siglo xxi: la inmigración latinoamericana en España”, en Jorge García Cas-taño y Carlos Muriel (eds.), La inmigración a España: contextos y alternativas, Actas del III Congreso sobre la inmigración en España, Granada, Laboratorio en Estudios Interculturales, 2002. 6 Jéssica Retis, Espacios mediáticos de las migraciones en Madrid. Génesis y evolución, Madrid, Observatorio de las Migraciones y la Con-vivencia Intercultural de la Ciudad de Madrid, 2008 (Colección de Monografías núm. 4, Serie Azul: Estudios Generales).

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Los ecuatorianos, a su vez, se convirtieron en el grupo con más acrecencia de esta última década, concentrándose en las zonas urbanas de Madrid y Cataluña, pero también mayoritariamente en zonas agrícolas de Murcia. Hacia el primer quinquenio del siglo xxi, confluyó el incremento moderado de estos principales grupos con el aumento de inmigrantes provenientes de otros países latinoamericanos. El proceso de regularización de 2004, permitió un reacomodo en los registros de los permisos de resi-dencia que han reflejado montos indicativos de la nueva fisonomía de la inmigración latinoamericana en España.

Tal y como ocurriría con los ecuatorianos al cambio de siglo, después del 2004 los flujos prove-nientes de Bolivia se intensificaron drásticamente: los registros de los anuarios indican que pasaron de 7 mil residentes en 2003 a 50 mil residentes en 2005. Los datos del último trimestre del 2009 corroboran que esta cifra se duplicó, pues se cuentan 11,638 permisos de residencia para bolivianos. Los otros dos colectivos que han crecido de manera moderada en este mismo periodo de tiempo han sido los cubanos y los brasileños con más de 50 mil residentes. En orden decreciente, se han incrementado los flujos prove-nientes de Venezuela, Uruguay, Chile y Paraguay.

A diferencia de otros desplazamientos de pobla-ción de latinoamericanos, los que llegan a España son equiparables en términos de género, mostrando incluso una ligera superioridad de los flujos femeni-nos. Los datos más recientes corroboran la equita-tiva distribución: 46.02% de hombres y 53.98% de mujeres componen el grupo de latinoamericanos con permisos de residencia a noviembre de 2009. Res-pecto a los rangos de edad, los datos más recientes, correspondientes al anuario del 2008 y recogidos en la tabla 1, indican una mayoría de latinoamericanos en las franjas comprendidas entre los 25 y 44 años de edad, 56,47% del total de los residentes. Una fuerte concentración en las edades de la mayor actividad

económica, producto de migraciones económicas, se ubica en los nichos laborales del contexto migratorio extracomunitario en España. Esta fuerte concen-tración de adultos en edad económicamente activa corresponde a los primeros migrantes y corrobora la tendencia de los primeros flujos. Sin embargo, la composición porcentual en términos generacionales ha venido cambiando con el paso de los años y su evolución a mediano plazo también apunta a una fuerte incidencia de jóvenes de origen latinoameri-cano dentro del contexto socio-demográfico español, modificado por la llegada y el asentamiento de los trabajadores extranjeros y sus familias.

En los años recientes, los investigadores espe-cializados en demografía han empezado a analizar la evolución de los grupos, especialmente el in-cremento de niños, adolescentes y jóvenes, como producto de los procesos de reagrupación familiar. Las “segundas generaciones” son definidas como los hijos de padre o madre extranjeros nacidos en España y como “generación 1.5”, se denomina a los nacidos en el exterior pero asentados en España en una edad temprana, previa a los 12 años.7 En su in-vestigación sobre la segunda generación en Madrid, Portes, Aparicio y Haller encontraron que los nacidos en España por ahora representan una minoría (13%): “La segunda generación en Madrid es aún muy joven, componiéndose abrumadoramente de la generación 1.5, nacidos en el extranjero que llegaron a España durante la niñez. Muy pocos nativos de padres extran-jeros han llegado ya a la adolescencia. Para los que no nacieron en España, el año modal de llegada fue 2002 y el tiempo promedio de residencia en el país, seis años”.8 Según su estudio, aproximadamente 70% de los jóvenes procede de países latinoamericanos y, dentro de éstos, los ecuatorianos configuran la mitad: “Puede decirse que la «Latinoamérica exterior» crece hoy fundamentalmente en EEUU y España”.9 Otros estudios muestran las tendencias en la distribución de edades entre los latinoamericanos que residen en

7 Vid. Alejandro Portes et al., “La segunda generación en Madrid, un estudio longitudinal” en ARI, núm. 67, 2009. 8 Ibid, p. 2. 9 Idem.

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España: 6.71% tienen entre 10 y 14 años, 7.32% cuenta con edades comprendidas entre 15 y 19; mientras que 7.78% está compuesto por jóvenes de entre 20 y 24 años. Estas cifras contrastan con las proyecciones de los jóvenes españoles, que están a la baja, con 16.7% de la población total estimada para el 2013.10

Diversos estudios realizados por especialistas en demografía y sociología han estado analizando cómo se originan y evolucionan las relaciones entre jóvenes de diversos orígenes con los autóctonos. Uno de los primeros consensos de estas investigaciones es que no se pueden entender las relaciones sociales de una manera simplista o reduccionista y plantean la necesidad de una lectura compleja de la problemá-tica de la denominada “juventud inmigrante” que de cuenta de la realidad heterogénea de las posiciones sociales.11 Es preciso comprender las diversas facetas de las relaciones interculturales e intergeneracio-nales en diversos marcos espaciales como escuelas, barrios, parques o espacios públicos y poner en perspectiva que la situación social de las personas condiciona, en buena medida, la convivencia entre los distintos grupos. Los cambios poblacionales hacen que se pierdan antiguos lazos y solidaridades cotidianas y generan cierto desconcierto entre la población; son los espacios públicos donde mejor se perciben estos temores. El desconocimiento mutuo y el miedo a lo desconocido han propiciado que se instale, por parte de los vecinos de algunos barrios, un sentimiento de inseguridad.12

En su investigación sobre el distrito madrileño de Villaverde, Eseverri Mayer y Ramos Pérez encuentran que “Esta sensación se ve alimentada por la exis-tencia de una pequeña delincuencia –que, por otra parte, siempre ha estado presente en estos barrios, por albergar a poblaciones en situación de margina-lidad– y por la importancia que se viene otorgando, sobre todo desde los medios de comunicación, a determinados acontecimientos puntuales”. Entre los habitantes de los barrios se impone la creencia de que hoy existe una mayor inseguridad: “Hay más delincuencia [de lo] que había antes [...] estamos en los periódicos todos los días por causas de robos, atracos, puñaladas. Entonces eso, al que está acos-tumbrado a una vida muy tranquila, le afecta mucho.” Estas representaciones negativas sobre el distrito son muy difíciles de neutralizar desde la realidad social más cercana: “La publicidad que se otorga al fenómeno de las bandas hace que determinados grupos juveniles tomen mayor protagonismo o que algunos grupos más estructurados se trasladen al distrito en busca de nuevos adeptos.”13

A su vez, Echeverri y Carrasquilla inciden en la compleja construcción y transformación de las identidades colectivas en la que intervienen no sólo modos de auto-percepción en la sociedad de desti-no, sino que se alimentan por las imágenes que los otros tienen de los jóvenes inmigrantes y el proceso de conciencia que éstos hacen de esas imágenes.14 Por su parte, García Borrego señala que incluso en la

10 Vid. Lorenzo Cachón Rodríguez, “Desafíos de la juventud inmigrante en la nueva España inmigrante”, en Estudios de Juventud, núm. 60, 2003. El debate reciente sobre el envejecimiento de la población española ha puesto sobre la mesa incluso la viabilidad del Estado de bienestar. Vid. Francisco Carbonero, “En defensa del sistema de pensiones”, en El País, 24 de febrero de 2010; Ignacio Anasagasti, “Los sindicatos advierten al Gobierno de que el ‘pensionazo’es una ‘amenaza’”, en El Mundo, 23 de febrero de 2010 y Javier González Navarro, “Corbacho propone ahora abrir el debate sobre el periodo de cálculo de las pensiones”, en ABC, 23 de febrero de 2010. 11 Vid. Andrés Pedreño (coord.), Las relaciones cotidianas entre los jóvenes autóctonos e inmigrantes: estudio sociológico de los jóvenes en el campo de Cartagena, Murcia, Laborum, 2005. 12 Vid. Cecilia Eseverri Mayer y Alfredo Ramos Pérez, “Las paradojas de la convivencia en Villaverde. Encuentros y desencuentros entre ‘viejos’ y ‘nuevos’ vecinos”, en Lorenzo Cachón Rodríguez (dir.), Convivencia, inmigración y conflictos: tres distritos madrileños desde las voces de los líderes de opinión, Madrid, Área de Gobierno de Seguridad y Movilidad, Coordinación General de Seguridad, Observatorio de Seguridad, 2008 (Colección Estudios), p. 109. Desde el punto de vista del asentamiento de las poblaciones, se observa una estrategia reticular de los arraigos. En primer lugar porque las poblaciones inmigrantes que llegan a la ciudad, buscan redes de apoyo a partir de las cuales establecer su lugar de residencia cercana. Por otro lado, parte de la población autóctona del distrito opta por estrategias similares a la hora de buscar alojamiento. Significativo en este caso está siendo la construcción de guetos, de lugares del distrito (fundamentalmente los más baratos y degradados) habitados principalmente por población inmigrante, algo que está generando fronteras físicas y simbólicas que marca, mucho, las posibilidades de la convivencia desde estos lugares. 13 Ibid, p. 110. 14 Vid. Claudia Carrasquilla y Margarita Echeverri, “Los procesos de integración social de los jóvenes ecuatorianos y colombianos en España: un juego identitario en los proyectos migratorios”, en Estudios de la Juventud, núm. 60, 2003.

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literatura académica se ha construido una clasifica-ción que equipara a los hijos de inmigrantes con sus padres, en oposición a los “autóctonos”: “El hecho de incluirlos en un colectivo del que en rigor no for-man parte sólo puede entenderse en relación con el discurso dominante en la sociedad española sobre el fenómeno de la inmigración y sobre las pobla-ciones resultantes de él.”15 En su análisis colectivo, Pedreño y sus colegas insisten en la propensión al discurso ‘miserabilista’ de la inmigración en lo que se refiere a las imágenes de los jóvenes. Destacan que éstos no constituyen una realidad homogénea y están diferenciados en el espacio social, ocupando diferentes posiciones socialmente construidas.16 Uno de estos mecanismos es el espacio mediático y, tal como apunta Barbosa cuando analiza las situaciones puntuales de conflicto entre jóvenes inmigrantes y autóctonos, la construcción mediática a que se ven expuestos los fenómenos de violencia que afectan a la juventud en general produce efectos perniciosos en la percepción de los sujetos jóvenes. Si se añade

además la problemática que se genera a raíz de la presencia de personas de origen extranjero, se tienen entonces explicaciones de carácter culturalista que poco aportan a la comprensión de los fenómenos.17

En definitiva, los medios de referencia se con-vierten no sólo en espejos donde los españoles representan colectivamente a los inmigrantes, sino que resultan ser el espejo sobre el cual los propios inmigrantes recomponen estrategias de representa-ción colectiva.18 En otros trabajos, se han analizado además cómo las representaciones sociales condi-cionan la inmigración. En el caso de los inmigrantes argentinos y ecuatorianos, por ejemplo, resulta evidente el juego de representaciones sociales no sólo de cara a la comunidad de pertenencia sino con respecto a la comunidad de acogida.19 En este sentido, el análisis crítico del discurso periodístico nos permite analizar y comprender las estrategias de representación mediática de un grupo particular de inmigrantes: los jóvenes.20

El discurso de la exclusión: el caso de los inmigrantes latinoamericanos

Desde su entrada en 1986, España heredó de la UE el discurso de la exclusión ante la presencia de in-migrantes extracomunitarios. Las fuentes políticas y policiales cobraron protagonismo en el discurso mediático marcando la tendencia generalizada del tratamiento mediático de la inmigración relacionada con el conflicto social y definiendo de maneras com-plejas las narrativas sobre las nuevas alteridades. A mediados de los años noventa, Rodrigo y Martínez21 analizaron comparativamente la representación de

las minorías étnicas en la prensa europea de élite. A partir de una muestra de diarios de circulación nacional en España, Francia, Italia y el Reino Unido examinaron las tendencias en la cobertura periodística de las minorías étnicas en Europa. La reflexión sobre la operatividad de esta categoría de análisis lleva a repensar los criterios diferenciales sobre los que se basan los discursos sobre ‘los otros’: pertenecientes a otra cultura, de diferente origen territorial o contra-puesto al criterio de pertenencia del grupo dominante.

15 Iñaki García Borrego, “Los hijos de inmigrantes extranjeros como objeto de estudio de la sociología”, en Revista Andaluza de Ciencias Sociales, núm. 3, 2003, p. 28 16 Vid. A. Pedreño, op.cit. 17 Vid. Fernando Barbosa, Jóvenes e inmigración en Madrid. Espacios de sociabilidad, Madrid, Observatorio de las Migraciones y la Convivencia Intercultural de la ciudad de Madrid, 2006. 18 Vid. Paola García, “Estrategias identitarias de los inmigrantes argentinos y ecuatorianos en Madrid”, en Revista Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social, nº 14, Universidad de Alicante, 2006. 19 Vid. P. García, “La migración de argentinos y ecuatorianos a España: representaciones sociales que condicionaron la migración”, en Les Cahiers Alhim, núm. 9, 2004 (Dossier Amérique Latine. Histoire y Mémoire. Migrations en Argentine II), en http://alhim.revues.org/index399.html#quotation. 20 Vid. P. García y Jéssica Retis, “Jóvenes inmigrantes en la prensa europea. Cómo representan los medios los escándalos mediáticos: los casos de París y Madrid” en GIIM (coord.), Niños, mujeres y familias inmigrantes. Rompiendo estereotipos, Madrid, Casa Encendida, 2010. 21 Vid. Miquel Rodrigo Alsina y Manuel Antonio Martínez Nicolás, “Minories ètniques i premsa europea d’elit”, en Anàlisi: Quaderns de Comunicació i Cultura, núm. 20, 2007.

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En su análisis, demostraron cómo la prensa de élite europea tiende a asociar la información sobre minorías con el conflicto social, ignorando las informaciones del contexto cultural; la diferenciación entre la línea editorial más conservadora y la más progresista; las diferencias sobre la condición nacional del periódico y la escasa utilización de las propias minorías como fuentes directas de información periodística.22

Precisamente el año de publicación de este tra-bajo, 1997, fue declarado el Año Europeo contra el Racismo y fue creado el European Monitoring Centre on Racism and Xenophobia (eumc) que, en febrero del 2002, publicó un informe analizando comparativa-mente las tendencias en la representación mediática de la diversidad cultural en los medios de 15 países europeos, durante un largo período entre 1995 y 2000.23 Esta amplia investigación comparada apunta la tendencia generalizada a la representación negati-va de la diversidad cultural, la exacerbada referencia de los pánicos mediáticos y la dependencia latente de los medios de comunicación ante las fuentes de información oficiales. Además, enfatiza en la carga negativa y la problematización de los asuntos rela-cionados con las diferencias étnicas, culturales, y, especialmente, religiosas.24

Los latinoamericanos se incorporaron en el dis-curso sobre el “malestar europeo” con respecto a la inmigración en España25 y pusieron en tela de juicio las indefiniciones de los discursos sobre el umbral de tole-rancia en las políticas de control de flujos migratorios en España.26 Como consecuencia, la mirada periodística española sobre Latinoamérica realizó una pausada pero constante transición desde el encuadre de lo interna-cional y los intereses de las inversiones españolas en la región hacia las secciones de nacional y local en la prensa de referencia.27 Las primeras movilizaciones de peruanos y dominicanos quedaron en el terreno de lo anecdótico en las páginas de sucesos que reportaban esporádicamente sobre algunas acciones delictivas en las calles de Madrid y Barcelona. No fue sino a partir del homicidio de Lucrecia Pérez Matos, el 13 noviembre de 1992,28 que se generó el primer escándalo mediático que relacionaba a algún latinoamericano con los primeros incidentes sobre racismo. La muerte de esta mujer dominicana desató un “debate social”29 sobre el incremento de la intolerancia y el impacto del asentamiento de grupos de minorías éticas en las relaciones sociales. Este fatídico caso quedó grabado en el recuerdo latente de las preocupaciones sobre los brotes de racismo y xenofobia.30

22 Ibid. 23 Vid. eumc, Racism and Xenophobia in the EU Members States. Trends, Development and Good Practice in 2002. Annual Report. Part 2, prefacio de Bob Purkiss y Beate Winkler, Viena, eumc, 2002. Se puede consultar el documeno in extensis en http://fra.europa.eu/fraWebsite/material/pub/ar02/AR_trends_2002-EN.pdf N.E. 24 Vid. Jessica Ter Wal (ed.), Racism and Cultural Diversity in the Mass Media. An Overview of Good Practice in the EU Member States, 1995-2000, Viena, EUMC, 2002. 25 Vid. Joaquín Arango, “Dificultades y dilemas de las políticas de inmigración”, en Arbor. Ciencia, Pensamiento, Cultura, vol. CLXXXI, núm. 713, mayo-junio de 2005. 26 Vid. Sandra Gil Araujo, “Muros alrededor del muro. Prácticas y discursos en torno a la inmigración en el proceso de construcción de la política migratoria comunitaria”, en María Teresa Martín Palomo et al., (coords.), Delitos y fronteras. Mujeres extranjeras en prisión, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, Instituto de Investigaciones Feministas/Universidad del País Vasco, 2005. 27 Vid. J. Retis, “El discurso público sobre la inmigración…”, op. cit. 28 Para un análisis detallado de este crimen, vid. Tomás Calvo Buezas, El crimen racista de Aravaca, Madrid, Jóvenes contra la Intolerancia, 1993. N.E. 29 El análisis crítico del discurso mediático nos permite abordar la condición del “debate social”, en términos de Bañón, quien propone la caracterización de este hipergénero discursivo que alude, entre otros aspectos, a: 1) la aparición pública de opiniones sobre un tema durante determinado período y que provoca el interés de amplios sectores de la sociedad, 2) la participación de diversos actores sociales, 3) la aparición de tipos discursivos diversos, 4) a pesar de la pluralidad de actores potenciales, no todos cuentan con la misma capacidad para trascender socialmente, 5) los tipos de discursos dependen de la posición del actor, de la valoración del objeto discursivo y del grupo de pertenencia del locutor, 6) la emergencia de debates sectoriales y de debates más amplios, 7) el surgimiento de un punto de confluencia de todos los tipos discursivos participantes en los medios de comunicación, especialmente en la prensa de referencia o de élite y 8) los altibajos en la intensidad que adquiere el debate social suele coincidir con determinados sucesos o eventos sociales, laborales o políticos, lo que, en palabras de la teoría de la agenda, supone la propuesta de temas para el interés de sus audiencias por parte de los medios. Vid. Antonio Bañon, Discurso e inmigración. Propuestas para el análisis de un debate social, Murcia, Universidad de Murcia, 2002. 30 Vid. Tomás Calvo Buezas, “Los medios de comunicación social ante la inmigración y el racismo”, en Observatorio Permanente de la Inmi-gración, Inmigración y racismo. Análisis de radio, televisión y prensa española, Madrid, cipie, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2000.

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A lo largo de esta última década, los inmigrantes latinoamericanos se han visto representados en la prensa española mayoritariamente en situaciones que generan estrategias de movilización afectiva y de empatía con la compasión o el miedo.31 En 2001, el accidente de la furgoneta en la que viajaban re-colectores de brócoli y la fatídica muerte de 12 de ellos en Murcia, supuso en el escenario mediático la irrupción de los inmigrantes ecuatorianos y sus condiciones de explotación laboral en el mercado laboral agrícola.32 Ese mismo año, los enfrenta-mientos entre delincuentes extranjeros en algunos barrios madrileños incorporaron a los colombianos en el discurso sobre la inmigración extracomunitaria, pero también coadyuvaron a avivar el debate sobre los presupuestos destinados al control policial y la seguridad ciudadana.33 Sin embargo, en el análisis comparado sobre el tratamiento periodístico de las diferentes nacionalidades latinoamericanas en el mismo período, se comprobó cómo el caso de la inmigración argentina es representado en la prensa española con una mirada más comprensiva. Se desta-ca su condición de clase media afectada por la crisis financiera que golpeó al país sudamericano a finales del 2001 y se hace hincapié en su condición educativa y trabajadora. Se construye mediáticamente la con-dición del no-llos, una categoría híbrida que deja de extrapolar el binomio nosotros/ellos para quedar en la apreciación empática del ellos son como nosotros.34 Se puede triangular, entonces, la construcción me-diática de las emociones en torno a las migraciones

latinoamericanas entre la compasión, el miedo y la fraternidad.35

La revisión de los primeros años de este siglo confirma las tendencias entre la mirada atemorizada, la mirada compasiva y la mirada fraternal, cuando se trata de latinoamericanos en el discurso mediático. En marzo de 2004, los atentados del 11-M repusie-ron en la palestra la paulatina y constante diversi-ficación de las nacionalidades latinoamericanas, entremezcladas con otras extracomunitarias, que estaban incorporadas al mercado laboral de la capital hispana. Fue la primera vez que los inmigrantes se incorporaron a una tragedia general de la sociedad española y la mirada se tornó más comprensiva ante su presencia, justificando en algunos casos incluso el otorgamiento de los correspondientes visados a las víctimas “sin papeles”.36 La esporádica represen-tación mediática empezó a dar paso a un incremento gradual de titulares que engrosaron la coherencia global37 de la argumentación sobre la “invasión latinoamericana”: bolivianos, brasileños y paragua-yos empezaron a aparecer también en posteriores informaciones noticiosas. Aunque no con la misma asiduidad que las pateras (embarcaciones utilizadas por los inmigrantes ilegales para infiltrarse a España), las detenciones y repatriaciones de latinoamerica-nos en el aeropuerto de Barajas, en Madrid y El Prat, en Barcelona, coadyuvaron a generar el clima de opinión con respecto al incremento de los “nuevos vecinos”.38

31 Vid. Marta Rizo García, “Miedo y compasión: dos estrategias de movilización afectiva en el discurso informativo sobre el inmigrante”, en Revista Comunica, núm. 2, marzo de 2001. 32 Vid. J. Retis, “El discurso público sobre la inmigración…”, op.cit. 33 Ibid. 34 Idem. 35 Idem. 36 Vid. J. Retis, “La percepción mediática española de la inmigración extracomunitaria: víctimas y victimarios del 11-M”, en Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación, núm. 87, septiembre de 2005. 37 Vid. Teun van Dijk, “El estudio interdisciplinario de las noticias y el discurso”, en Klaus Bruhn Jensen y Nicholas W. Jankowski (comps.), Metodologías cualitativas de investigación en comunicación de masas, Barcelona, Bosch, 1993. 38 En noviembre de 2003, se realizó el Primer Congreso de Políticas Locales de Integración de Nuevos Vecinos con la intención de que, a partir de sus experiencias y conclusiones, se sentaran las bases del Plan Local de Integración de Nuevos Vecinos de Madrid (2004-2008).

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Desde marzo de 2006, el Observatorio de la Diversi-dad, Mugak, analiza diariamente el tratamiento de la inmigración en la prensa española. Una revisión a su base de datos online permite ilustrar las tendencias generales cuando se trata del papel que cumplen los jóvenes en la construcción mediática de la informa-ción sobre migración. De 38,821 piezas analizadas hasta enero de este año, las mujeres aparecen sólo en 3,452 piezas como sujeto de la información; mientras que 2,571 se muestran como actores secundarios de las noticias. En el caso de los menores, aparecen como sujetos en 3,590 de las informaciones y como secundarios en 3,205. Es decir, que sólo entre ocho y nueve por ciento de las ocasiones las noticias sobre inmigración retratan la situación de mujeres y menores inmigrantes en España. 39

La complejidad de los desplazamientos de po-blación es escasamente re-presentada en la prensa española. El eco del discurso político y policial, la preeminencia de las fuentes institucionalizadas y la escasa especialización de los profesionales de la información –debido, entre otros muchos factores, al cada vez más rápido constreñimiento de la indus-tria–, ocasionan un periodismo de declaraciones, dependiente de fuentes oficialistas y de agencias de noticias. Las prácticas periodísticas tienden a favorecer a las fuentes institucionalizadas de la información sobre la inmigración. Las fuentes alter-nativas, las asociaciones o los propios inmigrantes suelen quedar minusvalorados en el peso específico de fuentes de información sobre inmigración.40 Como consecuencia de estas rutinas profesionales, las te-máticas que se abordan cuando se trata de construir mediáticamente esta faceta de la sociedad española, reproducen el eco del discurso político, policial y de

control de flujos. Una de las tendencias más asiduas en el tratamiento de la inmigración extracomunita-ria como problema para la sociedad española es la conjugación del binomio delincuencia/inmigración.41 La prensa de referencia es especialmente reiterati-va con la publicación de estadísticas sobre delitos cometidos por inmigrantes o reportes policiales con contabilidades sobre números de delincuentes, presos en las cárceles españolas o detenciones por condición irregular.42

Esto permite comprender por qué entonces son los problemas educativos o los centros de internamien-tos de menores, los que acaparan una mayoritaria atención cuando los menores inmigrantes aparecen como sujetos de la información (Tabla 1). En segundo lugar en importancia, se ubican las llegadas en pate-ras y los sucesos en las áreas de detención, seguidas de delincuencia por minorías, contra minorías o entre minorías étnicas. La prensa refleja también las situa-ciones relativas a la hostilidad, la discriminación y el racismo. Si se examinan los temas más recurrentes cuando los menores inmigrantes aparecen como su-jetos secundarios de la información, se nota que la llegada en pateras y las detenciones sobresalen de manera destacada del resto de las temáticas: 10,77 noticias del registro, frente a 257 piezas obtenidas en el segundo rubro de temas, que corresponde a la educación, y 222 notas sobre muertes. Nuevamente los hechos delictivos cometidos por minorías, contra minorías y entre minorías, aparecen como temas de constante objetivo periodístico. (véase tabla 1)

Cuando se analizan las fuentes más recurrentes en la producción de la información periodística sobre menores en el contexto migratorio, se encuentra una correspondencia ante las temáticas abordadas. En el

Los menores como actores en las informaciones sobre inmigración

39 Para éstos y otros datos sobre migración y minorías étnicas en los medios de comunicación españoles, vid. la página web del Observa-torio, en http://www.mugak.eu/gunea/obsmedios/ 40 A. Bañón, op.cit.; Enrique Santamaría, La incógnita del extraño. Una aproximación a la significación sociológica de la “inmigración no comunitaria”, Barcelona, Anthropos, 2002. 41 Vid. Peio Aierbe, “Inmigración y delincuencia, un binomio interesado”, en Peio Aierbe et al., Análisis de prensa 2002. Inmigración, racismo y xenofobia, Donostia-San-Sebastián, Mugak, Centro de Estudios y Documentación sobre Racismo y Xenofobia, 2003. 42 Vid. Daniel Wagman, “Imágenes sobre la inmigración: estadística, delito e inmigrantes” en Mugak, núm. 19, segundo trimestre de 2002, en http://revista.mugak.eu/articulos/show/182

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Tabla 1

Presentación de menores como “sujeto” y “secundario” de la información sobre inmigración

Menores como “sujeto” de la informaciónNúmero de noticias

Menores como actores “secundarios” de la información

Número de noticias

Aceptación social de expresiones de diversidad 18 Aceptación social de expresiones de diversidad 5

Actividades culturales realizadas por minorías 26 Actividades culturales realizadas por minorías 11

Actividades culturales realizadas por no minorías 35 Actividades culturales realizadas por no minorías 31

Acuerdos con terceros países 15 Acuerdos con terceros países 33

Asilo político 5 Asilo politico 9

Autoorganización 7 Autoorganización 17

Centros de internamiento 30 Centros de internamiento 28

Centros de menores 527 Centros de menores 134

Conflicto social en el espacio público 99 Conflicto social en el espacio público 140

Conflictos entre administraciones del Estado 107 Conflictos entre administraciones del estado 25

Conflictos intergubernamentales 5 Conflictos intergubernamentales 7

Contra la discriminación y racismo 48 Contra la discriminación y racismo 42

Contra la extrema derecha 8 Contra la extrema derecha 6

Cuadros de referencia. Perfiles de minorías 71 Cuadros de referencia. Perfiles de minorías 53

Delincuencia contra minorías 158 Delincuencia contra minorías 78

Delincuencia entre minorías 144 Delincuencia entre minorías 101

Delincuencia organizada 60 Delincuencia organizada 34

Delincuencia por minorías 184 Delincuencia por minorías 133

Detención de inmigrantes: devolución-expulsión 94 Detención de inmigrantes: devolución-expulsión 104

Educación 635 Educación 257

Estructura familiar y social 32 Estructura familiar y social 39

Extrema derecha 37 Extrema derecha 18

Historia de vida 54 Historia de vida 32

Historias de vida 33 Historias de vida 25

Hostilidad-discriminación-racismo 145 Hostilidad-discriminación-racismo 76

Identidades políticas y nacionales 2 Identidades políticas y nacionales 1

Idioma- religión-costumbres 93 Idioma- religión-costumbres 60

Iniciativas autonómicas y locales sobre inmigración. Opiniones

179Iniciativas autonómicas y locales sobre inmigración. Opiniones

66

Integración en colegios y barrios 48 Integración en colegios y barrios 15

Justicia. Juicios y sentencias. Expulsión 18 Justicia. Juicios y sentencias. Expulsión 9

Medidas institucionales 83 Medidas institucionales 56

Muertes 75 Muertes 222

Opiniones sobre regulación migratoria 53 ND 1

Otros espacios: ocio y comunicación 11 Opiniones sobre regulación migratoria 69

Participación social, política y económica 12 Otros espacios: ocio y comunicación 7

Pateras y áreas de detención 198 Participación social, política y económica 23

Presencia de minorías en los medios 11 Pateras y áreas de detención 1077

Regulación sobre proceso migratorio 103 Presencia de minorías en los medios 8

Respuesta social de las minorías 14 Regulación sobre proceso migratorio 37

Salud 75 Respuesta social de las minorías 13

Situación en las cárceles 7 Salud 30

Situación laboral 17 Situación laboral 29

Vivienda 14 Vivienda 44

Fuente: Base de datos del Observatorio de la Diversidad, Mugak, en http://www.mugak.eu/gunea/obsmedios/

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caso de las noticias en donde aparecen los menores como sujetos de la información, se ha comprobado cómo son las administraciones autonómicas las principales fuentes citadas, seguidas por las del ministerio de interior, la policía, el gobierno estatal y las administraciones locales. En el caso de las apari-ciones de menores como secundarios en las noticias, nuevamente son las fuentes del ministerio del inte-rior y la policía, las principales citadas; seguidas del gobierno estatal y las administraciones autonómicas. Esto permite entender que en la agenda mediática se tiende a identificar a la inmigración como un “pro-blema” a resolver por la administración pública. En general, el debate político y policial tiende a imponer

el tono de denuncia sobre cifras de delincuencia y control de flujos, a la vez que tiende a argumentar el uso de la fuerzas de seguridad. En el debate partida-rio, cuyo eco es recogido en el escenario mediático, los enfrentamientos sobre usos de recursos públicos y acciones de la gestión administrativa señalan a la inmigración como un problema a resolver. No es sorprendente, por tanto, que los sondeos de opinión pública periódicos tiendan a señalar a la inmigración como uno de los principales problemas que afectan a España. En otros trabajos, se han analizado los efectos de la percepción sociotrópica y egotrópica de este asunto, demostrando la incidencia de la agenda mediática en la agenda de opinión.43

Tabla 2

Fuentes de información sobre menores en las noticias sobre inmigración

Menores como sujetos Número de noticias Menores como secundarios Número de noticias

Admin. autonómicas 749 Admin. autonómicas 360

Admin. local 263 Admin. local 89

Gobierno estatal 387 Gobierno estatal 591

Inst. sociales 247 Inst. sociales 251

Interior/policía 489 Interior/policía 821

ND 190 ND 198

ONG/inmigración 130 ONG/inmigración 61

Otros 502 Otros 332

Partidos 131 Partidos 92

Personas de minorías 200 Personas de minorías 181

Sindicatos/ONG 84 Sindicatos / ONG 93

Tribunales 218 Tribunales 136

Fuente: Ibid.

43 Vid. J. Retis, “El discurso público sobre la inmigración latinoamericana en España…”, op. cit.

En este análisis, caben destacar ciertos cuestiona-mientos básicos, como cuáles son las estrategias discursivas que se disparan cuando ocurre un hecho de conflicto social en el que se ven involucrados

jóvenes inmigrantes latinoamericanos; quiénes son los actores y las fuentes de información más representados en el discurso mediático; cuáles son los temas más recurrentes y, sobre todo, cuáles las

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estrategias de movilización afectiva que emergen en el discurso mediático sobre los jóvenes inmigrantes latinoamericanos en España. Finalmente, se tendría

que poner énfasis particular a los modos contempo-ráneos de la construcción mediática de los “pánicos morales”.

Violencias urbanas en la prensa: el caso de Alcorón

Las violencias urbanas, así en plural, tienden a ser representadas periodísticamente en forma descon-textualizada, centradas en la coyuntura del conflicto social y cargadas de fuentes periodísticas institu-cionalizadas.44 En la complejidad de las violencias, se pueden identificar aquéllas que se centran en la relación directa con los jóvenes en un complicado tejido social en el que resulta extremadamente di-fícil aislar causas y consecuencias.45 El prisma de la inmigración resulta insuficiente para entender las nuevas tensiones sociales o relaciones conflictivas en barrios periféricos de ciudades globales46 como Madrid o París.47 Sin embargo, el discurso político, el que mayor eco consigue en el debate social,48 tiende a poner énfasis en la diferencia étnica o cultural a la hora de evaluar los conflictos sociales puntuales relacionados con jóvenes inmigrantes o de minorías étnicas.

Los inmigrantes se incorporan en los encuadres ideológicos desde los cuales los discursos públicos y mediáticos tienden a responsabilizar a los otros como generadores de los conflictos sociales.49 En el clima de opinión permanece la percepción de que la inmigración o diferenciación sociocultural per se es generadora de conflictos. Los medios se hacen eco de los pánicos morales generados en la sociedad a la que pertenecen: esto es, las reacciones de grupos de personas basadas en percepciones falsas o exa-geradas por parte de un grupo cultural, frecuente-mente minoritario, como peligrosamente desviado y que representa una amenaza para la sociedad.50 El concepto de pánico moral incide precisamente en la naturaleza estilizada y estereotipada de los hechos por parte de los medios de comunicación enmarcado en términos de moralidad. Este concepto confluye con la categorización de los escándalos mediáticos en

44 Ya a mediados de los años sesenta, la Comisión Consultiva Nacional en Desórdenes Civiles (popularmente conocida como informe Kerner) apuntaba las deficiencias del comportamiento de la prensa estadounidense en la cobertura de los disturbios con contenido racial (para mayores datos sobre el informe mismo, vid. http://historymatters.gmu.edu/search.php?function=find) N.E Veinte años antes, la Comisión sobre la Libertad de Prensa (o informe Hutchins) abogaba por estándares para la cobertura balanceada e incluyente de las minorías étnicas (vid. A Free and Responsible Press. A General Report on Mass Communication: Newspapers, radio, Motion Pictures Magazines, and Books, Chicago, The University of Chicago Press, 1947, en http://www.archive.org/details/freeandresponsib029216mbp) N.E A mediados de los setenta, la Sociedad Americana de Editores reconocía la importancia de la inclusión de las minorías étnicas en las mesas de redacción como condición sine qua non para conseguir una mirada más comprensiva a la diversidad cultural. De más actualidad, el reporte Diversity Disconnects: from Class Room to News Room, (realizado por Mercedes Lynn de Uriarte et al., y publicado por The Ford Foundation en 2003) analiza críticamente la progresión anual de la contratación de periodistas de minorías étnicas en Estados Unidos y propone trabajar por la diversidad intelectual, aquella que va más allá del simple conteo de periodistas por su origen étnico, sino que busca además la diversidad en la información y el conocimiento. A día de hoy, la prensa en Estados Unidos sigue planteándose diatribas en torno a la paridad y la inclusividad (el reporte puede ser consultado in extensis, en http://journalism.utexas.edu/sp/groups/public/@commjour/documents/general_information/prod75_008478.pdf) N.E. 45 Vid. de Rossana Reguillo, “En las márgenes del miedo. Discurso, medios y poderes”, ponencia presentada en el Seminario Internacional América Latina en el siglo XXI: Comunicación y Poderes, llevado a cabo en Quito, Ecuador, del 23 al 25 de marzo de 2009, en http://aler.org/seminario2009/wp-content/uploads/2009/03/ponencia_reguillo1.pdf; “Las múltiples fronteras de la violencia: jóvenes latinoamericanos entre la precarización y el desencanto”, en Pensamiento Iberoamericano, núm. 3, 2008 y “Jóvenes: la construcción del enemigo” en Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación, núm. 60, diciembre de1997, en http://chasqui.comunica.org/reguillo.htm. 46 Retomamos el concepto de ciudad global de Sassen en la comparación de la representación mediática de la diversidad en París y Madrid. Vid. de Sakia Sassen, La ciudad global. Nueva York, Londres, Tokio, Buenos Aires, Eudeba, 1999 y “La ciudad global: emplazamiento estratégico, nueva frontera”, en http://www.macba.es/PDFs/saskia_sassen_manolo_laguillo_cas.pdf N.E. 47 Vid. Cecilia Eseverri Mayer, “La ‘revuelta urbana’ de los hijos de los inmigrantes en Francia”, en Migraciones Internacionales, vol. 4 núm. 2, julio-diciembre de 2007. 48 A. Bañón, op., cit. 49 Ibid. 50 Vid. Stanley Cohen, Folk, Devils and Moral Panics, Londres, Routledge, 2002.

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el sentido de ser presentados como modos de tras-gresión (real o supuesta) de ciertos valores, normas o códigos morales. Se caracterizan por la publicidad inmediata: son acontecimientos que se desarrollan, al menos parcialmente, gracias a las formas de co-municación mediática y que de este modo adquieren una notoriedad pública que es independiente de su capacidad de ser vistos u oídos de forma directa por una pluralidad de terceras personas copresentes.

La cobertura mediática de las violencias prota-gonizadas por jóvenes latinoamericanos en España se viene incrementando en años recientes y los hechos tienden a representarse relacionándolos temáticamente unos con otros, a pesar del paso del tiempo. Varios meses después del asesinato del joven colombiano Ronny Tapias en Barcelona, los titulares de prensa continuaban haciendo referencia a este hecho conocido como uno de los primigenios en el escenario mediático de las violencias relacionadas con las bandas latinas en la prensa española.51 La crueldad del crimen y la implicación de varios jóvenes latinoamericanos presumiblemente relacionados con bandas, fueron temáticas recurrentes en el discurso mediático del caso Tapias. 52 En mayo de 2005, el asesinato de otro joven en Villaverde, Madrid fue cubierto por la prensa con similares estrategias discursivas, categorizando a los jóvenes implicados por su adscripción territorial y la pertenencia a bandas organizadas frente a la fuerza del control

policial y legal. Como en casos anteriores, los en-frentamientos entre los representantes de diversos partidos políticos en las administraciones públicas alimentan la percepción negativa de la presencia de jóvenes pertenecientes a estratos socioeconómicos bajos y a minorías étnicas. Esta pugna ideológica fue retomada en el escenario mediático propiciando la percepción homogénea de la violencia de las bandas latinas como un sujeto único.53

Lo cierto es que el contexto socio-demográfico y económico de éstos y muchos otros hechos repor-tados es complejo y la mirada periodística, proclive a la simplificación de los hechos, tiende a hacerse eco de interpretaciones generalizadas sin una mirada pausada o comprensiva de los hechos a lo largo del tiempo y el espacio. Esto se comprueba con otro de los casos más paradigmáticos: el de la pequeña ciudad de Alcorcón (situada en el área metropolitana de Madrid) donde se protagonizó fenomenal reyerta entre jóvenes madrileños y latinoamericanos, carac-terizada por sus elevados niveles de violencia.

Por su virulencia e impacto mediático, Alcorcón debe ser analizado como modelo de las rutinas que se reproducen en la producción de la información sobre jóvenes y migración y de las estrategias de representación mediática en el discurso público dominante, así como ejemplo de las formas en que se reconstruyen mediáticamente en la prensa espa-ñola este tipo de disturbios. Buena parte del corpus

51 “Las bandas juveniles se desplazan a la periferia. Latin Kings y Ñetas siguen el recorrido de las líneas del metro y huyen de la mayor persecución policial en Barcelona tras el asesinato de Ronny Tapias” (20 minutos, 14 de febrero de 2005) “Tres acusados dominicanos en el caso de Ronny Tapias acusan a uno de los menores del apuñalamiento. Los tres ecuatorianos niegan haber estado en el lugar de los hecho y ponen en tela de juicio la teoría de que hubo una conspiración” (El Mundo, 5 de abril de 2005); “España condena a 17 años de prisión a tres de los asesinos de Ronny Tapias” (La Voz de Galicia, 28 de abril de 2005). 52 “Un menor colombiano, asesinado en plena calle en Barcelona” (ABC, 29 de octubre de 2003); “La policía investiga una venganza como móvil del crimen del menor colombiano” (ABC, 31 de octubre de 2003);”Detenido un menor colombiano por la muerte de Ronny Tapias “(El País, 1 de noviembre de 2003); “Detenidos dos jóvenes ecuatorianos en relación con la muerte de Ronny” (El País, 4 de noviembre de 2003).Para una mayor información sobre este caso, vid. Josep M. Casas, “El caso Ronny Tapias: una venganza errónea”, en Agencia Prensa Rural, en http://www.prensarural.org/casas20040512.htm; “Los seis mayores de edad acusados del asesinato de Ronny Tapias serán juzgados a partir del 4 de abril por un jurado”, en Lexur Editorial, en http://www.lexureditorial.com/noticias/0502/17201820.htm y “Los tres acusa-dos dominicanos en el caso Ronny Tapias acusan a uno de los menores del apuñalamiento”, en elmundo.es, en http://www.elmundo.es/elmundo/2005/04/05/sociedad/1112717536.html N.E. 53 “Un menor muere acuchillado tras discutir con unos jóvenes por el uso de una fuente” (El País, 3 de mayo de 2005); “Cerco a los homici-das de Villaverde” (El Mundo, 4 de mayo de 2005); “Un joven dominicano de 19 años reconoce que asesinó al menor de Villaverde” (ABC, 5 de mayo de 2005); “Detenido el presunto asesino del menor. Violencia en Villaverde. Un joven dominicano de 19 años sin antecedentes y con residencia legal ha sido puesto a disposición judicial como autor de la muerte de Manuel González, de 17” (El Mundo, 5 de mayo de 2005); “La espiral de violencia en Villaverde convierte la convivencia del barrio en un polvorín” (ABC, 6 de mayo de 2005); “Los problemas de los barrios. Sólo salimos en las noticias para lo malo´ Un año con la herida abierta. Villaverde revive el asesinato de Manu mientras los planes sociales no terminan de implantarse” (El País, 7 de mayo de 2006).

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de este apartado está compuesto por las noticias publicadas por los tres periódicos de referencia de España (ABC, El Mundo y El País) durante los diez días posteriores a los hechos acontecidos en Alcorcón el sábado 21 de enero de 2007. Es del interés examinar el tipo de discurso, las fuentes utilizadas y el clima de opinión generado en el “debate social” originado por el enfrentamiento de un grupo de jóvenes en una zona de la periferia de la capital española, para comprender cómo la prensa de élite europea retrata los sucesos en los que se ven implicados inmigrantes o jóvenes de minorías étnicas

Para el efecto, se recogieron tanto las notas informativas como los reportajes, proceso que dio pistas sobre las formas rutinarias de la producción periodística. Asimismo, se revisaron tres editoriales, uno por cada periódico, lo que permitió indagar el posicionamiento ideológico de estos medios sobre los acontecimientos de referencia.

Desde un punto de vista epistemológico, se aplicó para este caso la categoría de “pánico moral”,54 es decir, la creación de una representación hiperdimensionada y catastrófica frente a un hecho ocurrido, cuya importancia real es menor a la que se le ha atribuido. Dos factores llaman la atención para la atribución de pánico moral: que la extensión y la significación del hecho haya sido exagerado a) en sí mismo (comparado con otras fuentes más confiables, válidas u objetivas) y/o b) comparado con otros problemas más serios. La construcción de esta categoría también alude a la disposición de la agenda de pensamiento: aquélla que apela a los valores tradicionales o las preocupaciones morales. Cohen explica que la tendencia a construir pánicos morales por parte de la prensa está especialmente relacionada con los asuntos protagonizados por jó-venes, personas pertenecientes a clases trabajadoras y hombres violentos, así como temas relacionados con drogas usadas por gente equivocada en lugares

equivocados, abusos a menores o rituales satánicos, y, en general, los hechos relacionados con sexo y violencia.

En este análisis sobre la influencia de los medios, se retomó además la idea de la construcción social de la realidad55 como una de las formas en que los medios generan el clima de opinión con respecto a un hecho que, si no apareciera en el discurso público, resultaría inexistente. Se trata, por tanto, de decons-truir el discurso para entender cómo se componen las piezas que enmarcan la construcción social de los pánicos morales.56

Los hechos de Alcorcón empezaron el fin de sema-na del sábado 20 y el domingo 21 de enero de 2007; se prolongaron hasta el fin de semana siguiente, tiempo similar a su vigencia en la prensa española, la cual centró su interés en las páginas de Madrid, pero que en el momento clímax de los sucesos mediáticos elevó la noticia a las primera planas. Una pelea entre dos adolescentes, una española y una mexicana, derivó en un enfrentamiento entre sus novios, un joven de origen dominicano y otro boliviano. Como consecuencia de este conflicto, se desencadenaron una serie de enfrentamientos vandálicos entre varios jóvenes en una confusión de nacionalidades que la prensa recogió en los siguientes titulares: “Espectacular pelea a navajazos entre ecuatorianos y españoles en el municipio de Alcorcón (Madrid)”;57 “Siete heridos y nueve detenidos en una pelea mul-titudinaria entre bandas en Alcorcón”.58

Como se observa en los primeros titulares de prensa, es la adscripción nacional la primera forma de denominar a los implicados en los enfrentamientos. El titular de El Mundo califica de “ecuatorianos” a los jóvenes protagonistas de las reyertas y enfrentados con los “españoles”. Los hechos demuestran que se sucedieron una serie de nacionalidades entremez-cladas en los grupos enfrentados, había latinoame-ricanos de diversos países, pero también españoles

54 S. Cohen, op.cit. 55 Vid. Peter Berguer y Thomas Luckman, La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu, 1998. 56 T. van Dijk, op. cit. 57 El Mundo, 21 de enero de 2007. 58 El País, 21 de enero de 2007.

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de nacionalidad nacidos en el exterior, así como autóctonos. Dos elementos destacados tanto en los titulares de El Mundo como en los de El País, llaman la atención. La inmediata identificación de “bandas” como grupos de pertenencia de los jóvenes, cuando, a esas alturas, se trataba de una pelea entre jóvenes por un asunto de parejas. En segundo lugar, tanto la categorización de la pelea (“multitudinaria” y “es-pectacular”, términos calificativos que remarcan la estrategia de movilización afectiva del miedo) como las especificaciones sobre los heridos y los detenidos, amén del uso de sustantivos ‘negativos’ ( “venganza” y “reyerta”), remiten a lmetáforas bélicas, común-mente utilizadas para retratar periodísticamente los ‘problemas’ de la inmigración extracomunitaria en España.59

El lunes 22 de enero, la prensa de referencia da cuenta de un segundo enfrentamiento acontecido el domingo anterior. Las principales titulares des-tacaron entonces lo siguiente:

Centenares de jóvenes buscan latinos en Alcorcón para vengar una agresión a españoles; “¡Vamos don-de están los Latin. Que no quede ni uno!”, gritaban ante el despliegue policial; Arde Alcorcón. Cientos de jóvenes salieron ayer a la busca de suramericanos para vengar la agresión sufrida el día anterior por españoles. Se enfrentaron a la policía, que detuvo a dos. El sábado fueron arrestados siete Latins. “Si no los trincamos hoy, será mañana.” Los suramericanos fueron el sábado “a la caza”. Miedo a nuevas reyertas. Polvorín Polvoranca.60

Bandas juveniles desatan la alarma en Alcorcón. La localidad sufrió el fin de semana disturbios con tintes xenófobos horas después de una reyerta entre españoles y latinoamericanos. Un millar de jóvenes contra la policía. Una pelea entre bandas provoca por segundo día disturbios en el centro de Alcorcón. Cinco puñaladas por la espalda; Revuelta juvenil

en Alcorcón. “No es un problema de racismo, sino de delincuencia.” La policía identificó el sábado a miembros de los Latin King, pero también a otros que no pertenecen a ninguna banda.61 La policía descarta que los incidentes de Alcorcón tengan que ver con bandas latinas; Policía y gobierno niegan la vinculación de bandas latinas con la reyerta de Alcorcón; Máxima tensión en Alcorcón por nuevos disturbios entre iberoamericanos y españoles.62

De nuevo, la prensa hizo hincapié en el enfrenta-miento entre “latinoamericanos”/ “iberoamericanos” /”suramericanos”/“latinos”/”Latin” y “españoles”, un binomio que aportó a la lógica del enfrentamiento haciendo énfasis en la construcción del nosotros/ellos, categoría que, desde el análisis discursivo, permite examinar el cuadrado ideológico,63 es decir, decons-truir los calificativos que construye al endogrupo y al exogrupo en una coyuntura de conflicto. El primer ti-tular de El Mundo asegura que “centenares de jóvenes buscan latinos para vengar una agresión a españoles”. La afirmación justifica el hecho de la venganza, como consecuencia de una agresión previa. La dicotomía entre “latinos” y “españoles” permite diferenciar la polarización entre el endogrupo y el exogrupo. Por su parte, se informa que “los suramericanos fueron el sábado ‘a la caza’”, utilizando una metáfora relacio-nada con el mundo animal, tendencia generalizada en el tratamiento de la información periodística sobre la inmigración y que redunda en el refuerzo de la estrategia afectiva del miedo al otro. Uno de los titulares de El País, incorpora el concepto de los disturbios con “tintes xenófobos”, posteriormente relacionado con la pelea entre “latinoamericanos” y “españoles”. “Bandas”, “racismo”, “delincuencia” son categorías utilizadas desde este día en los reportes periodísticos y que serán reiterados constantemente a lo largo del seguimiento de los sucesos durante la semana posterior a los incidentes.

59 E. Santamaría, op. cit; A. Bañón, op. cit; J. Retis, “El discurso público sobre la inmigración latinoamericana en España…”, op. cit. 60 El Mundo, 22 de enero de 2007. 61 El País, 22 de enero de 2007. 62 ABC, 22 de enero de 2007

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Aparece entonces la primera fuente oficial sobre estos hechos: la policía. Una de las primeras infor-maciones que son vertidas por las fuentes institu-cionales y recogidas por la prensa es la identificación de jóvenes como pertenecientes a “bandas latinas” y la primera en protagonizar los titulares es la de los “Latin King”, un elemento de fácil incorporación en el clima de opinión sobre latinoamericanos y que agrega el elemento de relación con los hechos con-flictivos conocidos en la opinión pública sobre las bandas latinas en Estados Unidos. En tal estado de cosas, los titulares confunden informaciones sobre la identificación precisa de los jóvenes implicados, pero hacen hincapié en la pertenencia a bandas. El titular del ABC incorpora además al gobierno español como una nueva fuente de información, también oficial e institucional.

En el seguimiento de las noticias, los titulares del 23 de enero presentan declaraciones de sujetos colectivos. Afirmaciones conjugadas en primera per-sona del plural para hacer énfasis en la identificación de los grupos. El Mundo recoge: “No pararemos hasta echarlos.” “No somos racistas, lo único que hacemos es defendernos”; mientras que El País testimonia: “Algunos empezamos a estar bastante hartos” y ABC lo hace de esta manera: “Esto se ha ido de madre”. La prensa de referencia coadyuva a la coherencia global de las informaciones retratando sucesos semejantes en otras localidades en las páginas contiguas a las publicaciones de las notas, crónicas y reportajes. Los titulares del 23 de enero apuntan lo siguiente:

El Gobierno dice que en Alcorcón no hay bandas; “No pararemos hasta echarlos”; Violencia en Alcor-cón. “No somos racistas, lo único que hacemos es defendernos”, aseguran algunos de los jóvenes que participaron en la ‘caza del Latin’; La delegada del Gobierno, el alcalde y la Policía niegan que haya bandas. Ya circulan mensajes para otra ‘quedada’ el próximo sábado; La Delegación del Gobierno, la

Policía y el Ayuntamiento de Alcorcón dicen que no hay pandilleros en el municipio. El PP alega que eso es “negar la realidad” y pide que comparezca Rubalcaba; Un día después de la ‘caza’ del latino en la localidad, los jóvenes mantienen su consigna de venganza para “echarlos de aquí”. Les une eso y su organización en bandas de españoles identificadas por el lugar donde se reúnen para divertirse.; El sábado, nueva revancha. Los jóvenes de Alcorcón se han citado el próximo sábado de nuevo en las calles para vengar la afrenta de los violentos Latin ocurrida durante el pasado sábado; “No nos achantarán, vamos a por ellos“, rezan los mensajes. Mientras, la Policía se despliega por todos los rincones de la ciudad y busca a más implicados en los altercados.64 El brote racista de Alcorcón activa la máxima alerta policial; Una pelea entre dos parejas desenca-denó la brutal reyerta; Interior refuerza la vigilancia en el sur de Madrid tras el brote de xenofobia; Una pelea entre dos chicas seguida de otra entre sus novios originó los incidentes de Alcorcón; Grupos de ultraderecha convocan contra los inmigrantes; Los extranjeros temen que se extienda la violencia; “Se ha liado por una pelea entre chicas.” La madre de los acusados de iniciar los disturbios asegura que sus hijos no son culpables; Enrique Cascallana,Alcalde de Alcorcón: “Esta ciudad no es como se la está pintando”, “Algunos ya empezamos a estar bastante hartos”; Las relaciones entre adolescentes españoles y latinoamericanos de Pueblo Nuevo son difíciles; Las canchas son foco de disputas.65

El alcalde de Alcorcón pedirá a los vecinos que eviten situaciones de violencia; Radicales y antisis-tema alientan las revueltas juveniles en Alcorcón; La Policía identifica en Madrid a 1,300 jóvenes relacionados con las bandas latinas; Latinos contra latinos en Azuqueca; Cuando la pandilla se convierte en mafia; Reyerta entre ecuatorianos en pleno centro de Almería.66

63 T. van Dijk, op. cit. 64 El Mundo, 23 de enero de 2007. 65 El País, 23 de enero de 2007. 66 ABC, 23 de enero de 2007.

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De nuevo, aparecen representadas las fuentes oficiales: delegación del gobierno, la policía, el ayuntamiento de Alcorcón el alcalde del mismo y los partidos políticos que emiten comunicados, conceden entrevistas u ofrecen informes a la prensa. Un vertido de informaciones, estadísticas, comen-tarios y demás insumos que van nutriendo la mirada periodística a los sucesos. Se empiezan a conocer los detalles originales de los enfrentamientos y se producen dos estrategias de representación. Por un lado, una vía de comprensión de los hechos reales y las informaciones que apuntan a que se trata de una riña entre jóvenes que se salió de lo habitual. Por otro lado, la vía de la espectacularización de las informaciones, que dará paso posteriormente a la identificación de bandas organizadas, argumentos de refuerzo en la estrategia del miedo.

El siguiente día de la cobertura periodística, la prensa de referencia se hace eco del informe sobre la evaluación del estado de las bandas en Madrid. Los titulares y las entradillas de las noticias recogen cifras estadísticas, reiterando la argumentación de veracidad y remarcando el peligro de la acrecencia de los pandilleros:

La Policía tiene identificados a 1.300 jóvenes de Madrid como miembros de bandas latinas; La Policía Nacional tiene identificados en la ciudad a 1,300 miembros de bandas latinas; Aguirre pide a los jó-venes que denuncien a quienes “cobran” por jugar en canchas públicas; Aguirre anima a los jóvenes a denunciar; La presidente regional hizo un llama-miento a los adolescentes de Alcorcón y de toda la Comunidad para que no consientan extorsiones por utilizar canchas deportivas; El Movimiento contra la Intolerancia alertó del riesgo de una espiral de enfrentamientos; Sin rastro de los jóvenes latinos. Los incidentes ocurridos en las calles han provocado que los inmigrantes suramericanos se recluyan en sus domicilios; En los locutorios telefónicos se les extra-

ña y algunos chavales han huido a otros municipios; Mestre dice que Alcorcón “no está blindado”;. 1,300 miembros de bandas latinas; Los cuerpos de seguridad tienen identificados en la región a 1,300 miembros de bandas latinas. El año pasado se detuvieron a 114 integrantes de estos grupos, la mayoría Dominican Don’t Play y Latin King. Con todo, la Policía dice que la actividad de estas organizaciones ha sido nula en los últimos seis meses; El “vallenato” de las navajas.67. La cifra de pandilleros latinos violentos se ha triplicado en los últimos tres años. Los investigadores han identificado ya en Madrid a 1,304 miembros de bandas juveniles; Manifiesto en Alcorcón por la con-vivencia. La delincuencia se mantiene en la capital durante 2006.68 La familia de los latinos que iniciaron los distur-bios se marcha de Alcorcón; “El sábado llevaremos hasta cócteles molotov, la vamos a liar”; Preocu-pación entre los comerciantes de Azuqueca por el aumento de la inseguridad.69

Como se puede observar, los tres periódicos repro-ducen el informe policial. El Mundo y El País recogen las cifras de “pandilleros violentos”. Nuevas fuentes de información son recogidas en los titulares, como Esperanza Aguirre, presidente de la comunidad, que, según El Mundo, “anima a los jóvenes a denunciar”. ABC retoma las declaraciones de los jóvenes violen-tos con gestos amenazantes sobre las reyertas. El trasfondo de las declaraciones de los representantes del PP viene a colación con el hecho de que el Alcalde de Alcorcón, pertenece al psoe. Los enfrentamientos partidistas en cuanto a la asignación y gestión de los gastos públicos para el control policial y la inseguri-dad ciudadana aportan una línea argumentativa en el “debate social” sobre estos hechos. En estas fechas se recogen también las declaraciones del Movimiento contra la Intolerancia, una organización que se cubre como fuente especializada en los hechos relaciona-dos con asuntos de conflictos sociales y xenofobia.

67 El Mundo, 24 de enero de 2007. 68 El País, 24 de enero de 2007. 69 ABC, 24 de enero de 2007.

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Tanto los informes policiales como los vertidos por las administraciones públicas son recogidos por la prensa para ejemplificar, mediante cifras, la existen-cia de bandas latinas en Madrid

Los titulares del jueves 25 de enero remiten a un clima de opinión particular. Se trata de iniciativas de manifestación colectiva por parte de diversas organizaciones y grupos sociales, a favor y en contra de los hechos ocurridos:

Prohibido manifestarse. Alcorcón: la Delegación del Gobierno anula las concentraciones organizadas esta semana “por prudencia y responsabilidad”; Los alcaldes del Sur creen que se exagera; El secretario general del PSM-PSOE, Rafael Simancas, acudió ayer a Alcorcón junto a otros alcaldes para respaldar a su compañero Enrique Cascallana; Veto a las concen-traciones. Las manifestaciones antirracistas y en favor de la tolerancia previstas para esta semana en Alcorcón han sido prohibidas por la Delegación de Gobierno para evitar incidentes; Anoche acudieron a una de ellas 300 jóvenes, que fueron disueltos por la Policía; Testimonio: tiene miedo por ser extranjera. Iglesia: Comunicado de 10 parroquias; Policía: El SUP reclama chalecos antibala; Testimonio: “mi hijo no fue a esperar a latinos”.70

La presión policial obliga a desconvocar una con-centración antirracista en Alcorcón; El Ayuntamiento no había autorizado la protesta de un centenar de jóvenes por la convivencia; Simancas acusa a Aguirre de “echar gasolina” a los incidentes de Alcorcón para lograr beneficio político.71 Un estudio identifica la existencia de ocho bandas urbanas en Alcorcón. La Policía detiene a una banda ru-mana de sicarios cuando perpetraba un secuestro.72

La prensa recoge las iniciativas de grupos antirra-cistas y a favor de la tolerancia. En este momento se incorpora en el discurso mediático la represen-tación colectiva de un “nosotros” defensores de los

derechos humanos y a favor de la tolerancia, pre-rrogativas que en el encuadre ideológico permiten incorporar los valores positivos del endogrupo. En la estrategia de polarización, empero, se continúan aportando informaciones sobre las identificaciones de las bandas urbanas en Alcorcón, para denotar la caracterización negativa de “los otros”, como generadores de conflicto. La “banda” se remite en el discurso periodístico a las metáforas bélicas, siempre acompañadas por declaraciones policiales y contabilidades estadísticas que le otorgan el criterio de veracidad a las informaciones. En el equilibro de fuentes y discursos, los llamados a la convivencia pacífica y la tolerancia resultan ser una minoría en el cúmulo de informaciones recogidas por la prensa de referencia a lo largo de estos días de análisis.

El viernes 26, los titulares recogen nuevas impre-siones con respecto a la difusión del informe policial hecho público anteriormente. Se trata de la continui-dad del debate político entre gupos de las distintas administraciones públicas que encuentran en estos hechos una baza de enfrentamientos mediáticos:

Violencia en Alcorcón. El Ayuntamiento encargó un estudio en el que los jóvenes identificaban al menos a 8 bandas y que aconsejaba “intensificar la vigilancia”; Violencia en Alcorcón. Un informe encargado por el Ayuntamiento de la localidad y la Comunidad revela que los jóvenes aseguran que en la ciudad hay ocho bandas violentas, algo que ha estado negando el Gobierno municipal; La primer teniente de alcalde criticó al Ejecutivo regional por no tomar medidas; Los jóvenes reconocen ocho bandas.73 Un informe sobre los jóvenes de Alcorcón desata una oleada de peticiones de dimisión; El Ejecutivo regional pide el cese de Simancas y el psoe exige la marcha de Ignacio González; El documento pide ma-yor presencia policial y más actividades de ocio. Un estudio de 2005 basado en entrevistas y opiniones; “Como decimos allá, Alcorcón es un buen vividero.”;

70 El Mundo, 25 de enero de 2007. 71 El País, 25 de enero de 2007. 72 ABC, 25 de enero de 2007. 73 El Mundo, 26 de enero de 2007.

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Los inmigrantes de la ciudad madrileña aseguran que hasta los disturbios del pasado fin de semana no habían sufrido agresiones.74 Alertan de que grupos de la ultraderecha preparan reyertas en Alcorcón; Ocho bandas juveniles violentas están localizadas en Alcorcón.75

En estos titulares están representadas las estra-tegias de polarización, pues, por un lado, tienen acceso al discurso las primeras declaraciones de jóvenes inmigrantes con opiniones normalizadas sobre la convivencia social. Por otro, sin embargo, se hace incidencia en que Alcorcón se asume como un parteaguas entre la convivencia pacífica y los enfrentamientos. Los hechos así recogidos imprimen la percepción de sorpresa ante la evidencia pública de conflictos sociales y la constatación de hechos que justifican este tipo de brotes de violencia. Las violencias callejeras se recomponen reiteradamente al eco de la evidencia de la existencia de bandas latinas. Los periódicos continúan presentando la categorización de las bandas reforzando la estrategia de movilización afectiva del miedo. En la mayor parte de las publicaciones de referencia aparecen cuadros especificando la existencia de los grupos violentos en Alcorcón, las pandillas, sus adscripciones, los orígenes étnicos y el modus operandi o la ideología a la que representan.

Los titulares del sábado 27 de enero imprimen continuidad a las argumentaciones sobre la violencia urbana y los conflictos sociales: “Una ciudad tomada por la policía”, “Si vienes a Alcorcón, trae cadenas, bates y katanas”, “Tras las huellas de un combate”, “Fuera Latin”, “Más de 300 policías “blindan” Alcor-cón.” Las metáforas bélicas son constantes en los ti-tulares de la prensa de referencia. Las informaciones sobre la convocatoria de manifestaciones coadyuvan a crear un clima de opinión sobre los posibles nuevos enfrentamientos. La prensa publica comentarios

de muchachos empeñados en enfrentarse con los inmigrantes latinoamericanos. En este estado de cosas, las denominaciones por nacionalidades ha desaparecido del discurso público y la categoría “la-tinoamericano” o “latin” es utilizada como apelativo para retratar a los miembros del exogrupo.

Una ciudad tomada por la Policía Violencia en Alcor-cón; “Si vas a Navacerrada, lleva cadenas; si vienes a Alcorcón, cadenas, bates y katanas”, dicen algunos de los SMS que convocan para la concentración de esta tarde; La ciudad está plagada de policías locales y nacionales; El gobierno cree grave que se ocultara el informe; ¿Rebeldes sin causa?; Hoy, a pesar de las prohibiciones, es la cita. Los jóvenes están con-vocados para reunirse en la localidad de Alcorcón bajo el lema “Fuera Latin”; Es la consecuencia de los enfrentamientos habidos el pasado fin de semana en la ciudad que gobierna el alcalde Enrique Cascallana; A la llamada prometen acudir grupos ultras de toda la región.76

Tras las huellas de un combate. Un recorrido por la ciudad para bucear en las causas de los altercados del fin de semana; Un férreo control policial evita una concentración de estudiantes en el centro de Alcorcón; El Tribunal Superior de Justicia prohibió la manifestación en la plaza del Ayuntamiento.77 La Policía impide que se repitan los incidentes del pasado fin de semana en Alcorcón. Más de 300 policías “blindan” Alcorcón ante la protesta de hoy.78

Los titulares del domingo 28 recogen las informa-ciones sobre los nuevos altercados entre “dos grupos de adolescentes enfrentados, uno español y otro latinoamericano”, las detenciones de los jóvenes y las manifestaciones pacifistas. Un nuevo elemento es recogido en uno de los titulares de El Mundo: la referencia al “fenómeno made in USA”, haciendo referencia a los brotes de violencia de los barrios

74 El País, 26 de enero de 2007. 75 ABC, 26 de enero de 2007. 76 El Mundo, 27 de enero de 2007. 77 El País, 27 de enero de 2007. 78 ABC, 27 de enero de 2007.

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periféricos. En otro trabajo se han analizado com-parativamente el tratamiento de la prensa española y estadounidense sobre la presencia de latinoame-ricanos. En aquel examen, los resultados arrojaban una exacerbada tendencia a la criminalización de los jóvenes latinos, especialmente los centro-americanos, casi exclusivamente relacionados con violencia callejera, delincuencia, pobreza extrema y exclusión social.79 La percepción colectiva de las bandas latinas estadounidenses en el imaginario colectivo español es retomada en los titulares de esta fecha y se imprime coherencia de sentido sobre los conflictos de sobra conocidos mediáticamente sobre la existencia de las pandillas callejeras. Estas referencias temáticas reiteran las argumentaciones en la estrategia del miedo al “otro”, desestabilizador del orden y la ley.

Un fenómeno “made in USA”; Las bandas brotan en los barrios periféricos, donde los alcaldes jamás ponen el pie; Miedo al miedo: ¿Qué barrios, además de los que tienen vigilante a la entrada y los guetos, no se pue-den pisar?; Piedras y carreras en Alcorcón; Los vecinos leyeron un manifiesto contra el racismo; Los vecinos se concentran por una “convivencia pacífica”; Buscar soluciones. Propuesta de convivencia; Luis Partida reconoce que hay problemas de seguridad en la región; El presidente de la Federación de Municipios de Madrid cree que “es un tema que afecta a todos”.80 Las dos mitades de la hoguera. Los dos grupos de adolescentes enfrentados, uno español y otro latino-americano, se disputaban la misma plaza de Alcorcón; Cientos de jóvenes vuelven a provocar incidentes en las calles de Alcorcón; Cuatro jóvenes fueron dete-nidos tras los enfrentamientos registrados con los antidisturbios; “Si no hubiera cámaras, no habría un solo chico corriendo”, espetó un vecino.81

Al menos cuatro jóvenes detenidos en los alter-cados de Alcorcón.82

Las noticias de los días 29 y 30 de enero se titulan como el cierre del debate. Aparecen las declaraciones de nuevas autoridades institucionales. Opiniones, comentarios, valoraciones de fuentes oficiales que resumen el balance de los hechos a lo largo de toda una semana de sucesos y representaciones mediáti-cas. Términos como “batalla”, “prisión” y “detenidos” componen el cierre del seguimiento periodístico de los hechos:

Resaca tras la batalla. Centenares de vecinos salieron ayer a las calles de Alcorcón a hacer su vida normal, como si nada hubiese pasado, aunque los desper-fectos de los incidentes del sábado seguían visibles Mientras, muchos adolescentes presumían ante sus amigos de “la muestra de fuerza” que hicieron contra la Policía Nacional; Aguirre, Simancas y La Seguridad. Más servicios públicos, más participación; La Iglesia dice: “ni racismo ni xenofobia”.83 La juez envía a prisión a dos detenidos en Alcor-cón.84 Figar no ve que haya un brote de racismo; Vio-lencia en Alcorcón. La consejera de Inmigración de la Comunidad dice que no se trata de un problema de xenofobia sino de delincuencia; El alcalde de Leganés, Pérez Ráez, del psoe, acusa al Gobierno de Aguirre de seguir alimentando la tensión.85 Figar: “No ha sido un brote racista, sino de-lincuencia”. Ingresan en prisión un marroquí y un español detenidos en Alcorcón.86 Los “antidisturbios” abandonan Alcorcón tras el cese de altercados.87

79 Vid. J. Retis y José Luis Benavides, “Miradas hacia Latinoamérica: la representación discursiva de los inmigrantes latinoamericanos en la prensa española y estadounidense”, en Palabra Clave, vol. 8, núm. 2, 2005 80 El Mundo, 28 de enero de 2007. 81 El País, 28 de enero de 2007. 82 ABC, 28 de enero de 2007. 83 El Mundo, 29 de enero de 2007. 84 El País, 29 de enero de 2007. 85 El Mundo, 30 de enero de 2007. 86 ABC, 29 de enero de 2007. 87 Ibid., 31 de enero de 2007.

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En el análisis de la cobertura mediática de los “sucesos de Alcorcón” se demuestra cómo –aunque algunos políticos y policías hayan negado el peligro de las bandas latinas– los medios definieron a esta juventud latinoamericana a partir de la delincuencia, siendo su pertenencia a bandas el rasgo más característico y sig-nificativo. Construyen entonces una figura amenazante de la juventud extranjera extracomunitaria mientras justifican implícitamente las reacciones violentas del grupo endógeno identificado como miembro de “nues-tra comunidad” y presentado por lo tanto como figura antagónica de los jóvenes latinoamericanos.

Los medios de comunicación aportan sentido al control y la resignificación de los espacios públicos con fuerte concentración de inmigrantes extracomu-nitarios. El espacio mediático se convierte también en una construcción simbólica de la polarización de la convivencia entre nosotros y los otros. Como se ha visto a lo largo de este trabajo, las diferencias edi-toriales se hacen más evidentes en el tipo de fuente institucional que adquiere un mayor protagonismo en sus declaraciones públicas. Sin embargo, se nota un equilibrio homogéneo en la representación mediá-tica de los jóvenes inmigrantes extracomunitarios. Las relaciones económicas y políticas de los grupos multimedia con los grupos políticos y de gobierno en España condicionan las formas en las que son repre-sentados mediáticamente los debates políticos en los que la inmigración cobra protagonismo coyuntural.

Desde hace algunos años, se ha venido analizando la incidencia de este tipo de tratamiento en la percepción colectiva del complejo fenómeno de la inmigración en España. La sociedad tiende a identificar a la inmigración como uno de los principales “problemas” del país y su excesivo protagonismo en la cobertura mediática de los conflictos sociales genera poco a poco una percepción de malestar.88 Si bien durante el período de bonanza económica estas representaciones mediáticas se iban cimentando en el imaginario colectivo de manera lenta pero progresiva, es más recientemente, al calor de la si-tuación de la crisis económica, cuando las oportunidades

de crispación e intolerancia evidencian el discurso de la exclusión y la xenofobia.

Los conflictos sociales ayudan a retroalimentar las estrategias afectivas de la compasión y el miedo en el escenario mediático que fragmenta la realidad y la recompone aludiendo a las emociones colectivas. En este estado de cosas, los jóvenes latinoamericanos sufren de la doble vulnerabilidad cuando, por un lado, tienen un escaso o nulo acceso al “debate social” y, por otro lado, cuando acceden, resultan representados en la coyuntura de conflicto social y los pánicos morales. Al igual que en el caso de las mujeres migrantes lati-noamericanas, el binomio víctima/victimario polariza los procesos de percepción mediática.

Las actuales condiciones sociales del newsmaking, por su parte, generan nuevas fronteras en el avance de la producción de una mirada periodística más comprensiva sobre la interculturalidad. En este marco de producción social de la información no tiene cabida la inversión en tiempo y esfuerzo por un conocimiento más profundo de realidades sociales tan complejas como la recomposi-ción socio-demográfica de la sociedad española. Como consecuencia, resultan desapercibidas en el magro de las informaciones la condición de la mujer inmigrante, la evidente incorporación de niños y adolescentes, la reestructuración de la familia trasnacional latinoame-ricana, y más contextualmente las responsabilidades sociales de poderes políticos y económicos en los flujos de trabajadores inmigrantes hacia los centros de desarrollo económico. Los estudios poscoloniales vienen brindando luces que permitirán ahondar en el examen de las relaciones de antiguas colonias con sus metrópolis; y en este contexto, las condiciones de las migraciones internacionales contemporáneas.

Avanzar en el análisis crítico del discurso me-diático permite apuntar los retos del periodismo contemporáneo en el avance de la comprensión de los hechos y su función de responsabilidad social en el mundo contemporáneo.

Recibido el 28 de octubre del 2009Aceptado el 17 de marzo del 2010

A modo de conclusión

88 J. Retis (comp.), Inmigración y medios de comunicación. Aproximaciones y propuestas para las buenas prácticas periodísticas, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2008.

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La industria del videojuego a través de las consolas

josé ánGel Garfias frías*

Resumen

En este trabajo, se propone un análisis histórico de algunos de los elementos que conforman la in-dustria del videojuego. La guía del análisis son los contenidos y los elementos tecnológicos presentes en las consolas de videojuegos, desde finales de la década de los setenta y hasta la actualidad. En este periodo, diferentes empresas, con diversas estrate-gias, han participado en configurar el panorama del videojuego. Sin embargo, no olvidamos que el gran factor decisivo para el éxito, es el impacto que ha tenido cada innovación en el gusto de los usuarios y la manera inteligente de saberla posicionar.

Palabras clave: industria del videojuego, videocon-solas, géneros de videojuegos, programación, comu-nidad virtual, interfaz.

Abstract

In this article, a historical analysis of some of the elements that conform the videogame industry is proposed. The analysis guide are the contents and technological elements present in the videogame machines, from the end of the decade of the ‘70’s to the present day. In this period different compa-nies, with different strategies, have participated in shaping the panorama of videogames. Nonetheless, we do not forget that the great decisive factor for success, is the impact that each innovation has had in the taste of the players and the intelligent way in which they have been positioned.

Key Words: videogame’s industries, video game con-sole, videogames genres, videogame programmation, virtual community, interface.

H

* Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Av. Universidad 3000, col. Copilco Universidad, del. Coyoacán, México, 94510.

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Los videojuegos han creado una sólida industria; dentro del proceso de creación y comercializa-ción de sus productos, hay una transformación

de materias primas de alta tecnología; éstas se deben procesar para la elaboración de la mercancía que será consumida por los videojugadores cautivos en todo el mundo. La industria del videojuego implica el desarrollo, mercadotecnia, venta y servicios que acompañan a todo este proceso de comercialización, el cual presenta un gran impacto global a nivel eco-nómico. Las ventas de videojuegos durante el año 2008, tan sólo en Estados Unidos, fueron de 11.7 billones de dólares.1

Por otro lado, no hay que perder de vista que esta industria produce mercancías con características simbólicas particulares, lo que la ubica dentro del plano de las industrias culturales. Por industria cul-tural se entiende “Un conjunto de ramas, segmentos y actividades auxiliares, industriales, productoras y distribuidoras de mercancías con contenidos simbóli-cos, concebidas con un trabajo creativo, organizadas por un capital que se valoriza y destinadas finalmente a los mercados de consumo, con una función de re-producción ideológica y social”.2

De esta manera, la industria del videojuego debe-rá ser comprendida como productora de mercancías para un público masivo y global, donde uno de sus principales sustentos es el desarrollo e inversión en recursos de alta tecnología, y por otro, la creación

de bienes simbólicos para el consumo, valoración y reproducción social.

El camino hacia la actual industria del videojue-go, se ha trazado a través de algunos antecedentes: donde la tecnología en informática se ha aprove-chado con fines lúdicos y de entretenimiento, así como la búsqueda de un modelo comercial para estos productos. En este sentido, se propone señalar seis hechos clave en el comienzo del desarrollo de vide-ojuegos, los cuales han sentado las bases del camino que hoy se ha trazado.3

Hecho número uno. En el Laboratorio Nacional de Brookhaven en Nueva York (octubre de 1958), en una exposición tecnológica, William Higinbotham, académico de esa institución, creó un juego de tenis de mesa con la ayuda de un osciloscopio como pan-talla y de controles rudimentarios con perillas. Tuvo bastante éxito y con éste nació el primer videojuego interactivo de la historia.4

Hecho número dos. En 1962, un estudiante del mit (Instituto de Tecnología de Massachussets), Steve Rusell, utilizó una de las computadoras para progra-mar un juego interactivo en el que invirtió más de seis meses. El juego consistía en dos triángulos que fungían como naves, las cuales flotaban en el espacio vacío de la pantalla negra como fondo, tratando de eliminarse. Lo llamó Spacewar y fue tremendamente exitoso, al menos entre los estudiantes de otras universidades que copiaban el programa para inver-

Introducción. Seis hechos antes de la industria

1 Según datos de la Entertainment Software Association (esa), por la venta de videojuegos durante el año 2008 en Estados Unidos. La ESA es una asociación estadounidense que se dedica a la investigación de mercados para ofrecer datos sociodemográficos y oportunidades de ventas a los productores y desarrolladores de videojuegos en Norteamérica. Para mayores informes sobre esta empresa, así como para revisar más datos sobre la industria del videojuego, vid. http://www.theesa.com/facts/salesandgenre.asp. 2 Ramón Zallo, Economía de la comunicación y la cultura, Madrid, Akal, 1988, p. 26. 3 El criterio para la selección de estos hechos, se fundamenta en diversos textos que analizan la historia de la industria del videojuego como los de Rusel De María y Johnny L. Wilson, High Score!: la historia ilustrada de los videojuegos, Madrid, Mc Graw Hill, 2003; Edgar Goeyens Vargas, Entretenimiento electrónico: historia de la industria de los videojuegos, México, VID, 2002; Van Burnham, A Visual History of the Videoga-me Age, 1971-1984, Cambridge, Massachusetts Institute of Technology, 2001 y Lucien King, Game On: The History and Culture of Videogames, Londres, Laurence King, 2002. 4 La polémica en torno a considerar al videojuego Higinbotham como el primero de la historia es justificada, ya que antes de él, Thomas Goldsmith Jr, desarrolló un sistema para jugar con tubos de rayos catódicos. En las universidades de Estados Unidos, donde se distribuyeron las primeras computadoras durante finales de la década de los cuarenta y los cincuenta, se desarrollaron programas sencillos como el Tic Tac Toe (Juego de Gato #). No obstante, el invento de Higinbotham es, por así decirlo, el primero según la historia oficial, por el hecho de ser expuesto y jugado en público.

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tirle horas de trabajo y hacerle algunos agregados al código base, como estrellas de adorno y otros objetos flotando en el espacio. Spacewar es considerado el primer videojuego realizado como programa infor-mático que se podía copiar y compartir.

Hecho número tres. Un visionario, Nolan Bush-nell, ingeniero y empresario de Silicon Valley vio el potencial que los videojuegos tendrían como mercan-cía. ¿Cómo hacer negocio de ellos si las computadoras no eran accesibles a todo público? La respuesta le llegó a Bushnell cuando trabajó arduamente para lograr la comercialización del Spacewar de Rusell5 bajo el mecanismo de máquinas tragamonedas.6 Sin embargo, la versión que preparó y salió al mercado en 1971 bajo al nombre de Computer Wars fracasó debido a que al usuario le era difícil controlar el juego. Fue una exageración poner ocho botones en la máquina, ya que los usuarios no entendieron para qué se utilizaban. Sin embargo, el esquema comercial de las tragamonedas fue una buena aportación y se seguiría explotando.

Hecho número cuatro. Al año siguiente, Bushnell echó a andar el negocio por su cuenta, por lo que creó su propia empresa a la que llamó Atari, donde, con total libertad y arriesgando su capital desarro-llaron un juego que emulaba al ping pong, quizá inspirado en el de Higinbotham. Lo llamaron Pong y lo colocaron en una de esas máquinas tragamonedas para ponerse a prueba en un bar local. Fue un éxito rotundo por su facilidad de uso; estaba basado en perillas para controlar una barra que simulaba una raqueta la cual debía rebotar un cuadrito a manera de pelota, para evitar que saliera por las orillas de la pantalla. La máquina dejó los bares, se colocó en otros lugares públicos y se volvió más accesible. Atari comenzó a crecer económicamente desarrollando más videojuegos con distintas temáticas.

Hecho número cinco. Ralph Baer, un ingeniero en audio y video, siempre tuvo la idea de que la televi-sión podía usarse para algo más que sólo mirar. Baer había trabajado para industrias militares por lo que su idea partía de la creación de un simulador de dis-paros en el televisor con un rifle de luz. Así, en 1969, diseñó un prototipo de una consola de videojuegos llamada Brown Box, con controles de perillas en cajas de madera, el cual utilizó para una muestra militar; la milicia no se interesó. No obstante, como artículo de electrónica de consumo, llamó la atención de la compañía Magnavox, la cual compró la idea. A finales de 1972, el prototipo prosperó y en las tiendas se podía adquirir la consola de nombre Odissey en la cual se po-día jugar Pong en diferentes versiones. Esa navidad se vendió una remesa de más de 100,000 aparatos. Nació la primera consola de videojuegos casera.

Hecho número seis. Bushnell, al ver el acierto del Oddisey, previó que el verdadero éxito de la industria estaría de lado de las consolas de vide-ojuegos caseras puesto que ya había una gran base de televisores en los hogares. El primer proyecto de Atari recibió el nombre de Stella. Tras el éxito de Pong como tragamonedas y otras producciones que hicieron en años subsecuentes, la empresa de Bushnell se asoció con Warner Communication. Así la logró terminar y venderla en la navidad de 1977. Este aparato salió al mercado con el nombre de Atari Video Computer System (vcs) con nueve cartuchos, aunque popularmente se conoció como Atari 2600. El modelo propuesto por Atari con su consola Atari 2600, no fue la primera, pero sí la más exitosa;7 además, sentó las bases del modelo de explotación comercial de esta industria.

Con la consola de videojuegos como modelo de explotación comercial, se logró crear un mercado cerrado donde una empresa tenía el control del tráfico

5 Bushnell tuvo acceso al juego de Rusell; de hecho, ello fue el detonante que lo motivó a echar a andar el negocio de los videojuegos. 6 Las mesas de de Pinball son un claro ejemplo de la tradición de tragamonedas en Estados Unidos. Desde 1871 ya se contaba con mesas como el Redgrave Parlor Bagatelle. Por eso, el concepto de pagar por jugar no fue para nada desconocido para el público. La complejidad del Computer Warsya fue otra cosa. Vid. R. de María y J. L. Wilson, op. cit., pp. 4, 5. 7 En 1976, Fairchild Camera & Instrument, la empresa creadora del primer microchip, lanzó a la venta la consola de videojuegos Channel F, la cual fue la primera en usar cartuchos de juegos intercambiables como medio de almacenamiento y expansión de productos; sin embargo, no pudo consolidarse en el mercado. Vid. E. Goeyens Vargas, op. cit., p. 107.

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de programas que podrían circular en dicho producto. Si bien es cierto que existen otros medios para jugar videojuegos como las máquinas tragamonedas, las computadoras personales, los teléfonos celulares y otros dispositivos, la tendencia se fue cerrando hacia el mercado de las consolas de videojuegos, hasta el día de hoy, donde es el principal medio por donde se comercializan videojuegos.8

En este marco, el presente artículo se centra en el estudio de la industria del videojuego y la evo-lución en diferentes rubros a través de las consolas de videojuegos; sin dejar de hacer referencia a los demás medios para distribuir videojuegos que com-plementan y soportan a la industria principal.

Consolas de videojuegosUna consola de videojuegos es una computadora optimizada tanto en sus componentes internos co-mo en los externos, su objetivo principal es correr programas de videojuegos. Básicamente, una se compone de tres elementos tecnológicos: un medio de almacenamiento o transporte de software, el cpu (hardware) y controles de mando. El Atari 2600 utili-zaba cartuchos como medio de almacenamiento, su CPU ofrecía recursos básicos para facilitar las tareas programadas en los cartuchos, y en cuanto a su con-trol, diseñó un joystick desprendible con un botón.

Al ofrecer productos en serie y estandarizados, el mercado de las consolas de videojuegos tiene una plataforma de desarrollo particular para que sus pro-gramadores piensen sólo en los recursos tecnológicos de la consola de videojuegos en cuestión (a diferen-cia del mercado de los juegos para computadoras personales o teléfonos celulares, donde el principal problema es programar videojuegos pensando en que los usuarios cubran los requerimientos básicos para poder correr el juego en cada configuración, o pensar en el tipo de interfaz disponible para su control).

Aunque las consolas de videojuegos como medio de distribución y consumo de productos dejan atrás el problema de tener un estándar para la progra-mación, enfrentan otro que es inevitable: la obso-lescencia. Así como los componentes internos de

una computadora personal tienen que actualizarse periódicamente para poder correr software de última generación, las consolas de videojuegos también quedan obsoletas con el paso del tiempo. Lo que es más, al no poder sustituir componentes, como sí se podría hacer en una computadora personal, se opta por sustituir todo el aparato.

La dura competencia entre empresas hace que se vuelva una lucha para lanzar al mercado nuevas consolas con capacidades tecnológicas, siempre superiores a las de la generación anterior. El fenó-meno de sustitución de consolas de videojuegos es un objeto que varios analistas concuerdan se da cada cinco años aproximadamente.9 Este cambio de hardware ha permitido que entren al mercado pocas empresas con sus consolas de videojuegos a lo largo de toda la historia. Así, en esta industria se distinguen dos tipos de empresas: las propietarias y las licenciatarias.

Las propietarias son el tipo de empresa de vide-ojuegos que invierte en investigación y desarrollo para diseñar una consola de videojuegos, a fin de ofrecerla en el mercado como la mejor opción entre sus competidoras. Dichas empresas obtienen divi-dendos por la venta de consolas, videojuegos y pago de derechos de las empresas licenciatarias por pro-ducir videojuegos en su plataforma. Históricamente

8 Según datos de la ESA, del total de 11. 7 billones de dólares en ventas para 2009, 8.9 millones se obtuvieron de las ventas de programas para consolas de videojuegos; mientras que 2.1 billones de dólares se obtuvieron de la venta de software para consolas portátiles, inclu-yendo el software para teléfonos celulares (sin duda, el ramo que va creciendo más recientemente) y 700 millones de dólares de la venta de videojuegos para computadoras personales. Vid. http://www.theesa.com/facts/salesandgenre.asp. 9 J. F. William, entre otros autores, ha hecho este señalamiento de los cinco años como periodo de vida promedio de una consola de videojuegos, aunque excepciones como el Playstation 2, que salió a la venta en el año 2000, se acerca al doble de este lapso, pues hasta el 2010 sigue teniendo apoyo y productos nuevos para su plataforma. Vid. Jean Francois William, William’s Almanac. Everything You ever Wanted to Know about Videogames, Montreal, IQ Guides, 2002, p. 37.

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se pueden distinguir a Atari, Nintendo, Sega, Sony y Microsoft como las principales empresas propietarias de consolas de videojuegos, aunque, históricamen-te, ha habido intentos por parte de Phillips, Mattel y otras empresas que no han podido consolidarse dentro de este rubro.

El concepto de licenciataria, se refiere al tipo de empresa de videojuegos que solamente se dedica a producir y publicar software para diversas platafor-mas, que puede tener o no exclusividad con alguna empresa propietaria, y que paga una cuota de sus ganancias en ventas de videojuegos a la empresa que posee la consola para la cual desarrolla. En este sen-tido, hay un sinfín de empresas que publican software en todo el mundo, aunque la gran mayoría se ubican en Estados Unidos y Japón. Algunos ejemplos de este tipo de empresas son: Electronic Arts, Capcom, Konami, Ubisoft, Namco Bandai, Squaresoft-Enix y Rockstar, entre otras. Las empresas de videojuegos propietarias crean vínculos con las licenciatarias para asegurar, en la mayoría de los casos, exclusivi-dades de títulos, las cuales son la fuente de ganan-cias para las empresas que venden las consolas a un precio inferior de su costo en el mercado, a fin de recuperarlo en la venta de videojuegos.

Adicionalmente, habría que hablar de empresas de videojuegos desarrolladoras que son la parte crea-tiva y tecnológica y las que, en verdad, sostienen a esta industria, pues son las que ofrecen la innovación en estos productos. Las empresas de videojuegos desarrolladoras, como Bungie, Epic, Infiniti Ward, Wanako, Slang y cientos más, se ubican en diferentes regiones del mundo y desarrollan el producto para que pueda ser publicado por alguna licenciataria y salir a la venta en alguna consola de videojuegos.

Este proceso de tres actores puede verse más claro con el siguiente ejemplo. Si se toma el caso del videojuego de 2009 Batman Arkham Asylum, el cual está basado en el famoso personaje de DC Comics, se

tiene que el videojuego fue desarrollado por la em-presa Rocksteady ubicada en Londres, la cual diseñó los personajes, los escenarios, el sistema de juego y demás recursos tecnológicos. Luego, el videojuego fue publicado por la británica Eidos Interactive que se encargó de distribuirlo, hacer una labor de mar-keting y publicidad. Finalmente, el videojuego salió a la venta para el Playstation 3 y Xbox 360, consolas de videojuegos propiedad de las licenciatarias Sony y Microsoft respectivamente, las cuales tienen pre-sencia en casi todo el mundo.

El éxito de una consola de videojuegos es conse-cuencia del aprovechamiento de los recursos tecno-lógicos disponibles, logrando hacer una comunión entre el usuario y el videojuego a través del control; aunque no siempre la tecnología más poderosa es la que ha tenido más éxito. El aprovechamiento de los avances tecnológicos, se vuelven un elemento muy importante en esta industria como por ejem-plo, la interconexión, que autores como Castells ya han venido señalando: “Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y especialmente internet o la conexión informática en red en general, resultan fundamentales para unas economías basadas esencialmente en el procesamiento y la comunica-ción de la información.” 10

Con la interconexión de consolas a través de in-ternet, se han aplicado nuevas fórmulas publicitarias en este medio, como el patrocinio de descargas de contenido para otros juegos, anuncios publicitarios que cambian en la pantalla de entrada de la consola o incluso videojuegos patrocinados.11 Cada día se ofrecen nuevas fórmulas publicitarias en la industria del videojuego, y este tema por sí solo, bien merece un análisis más detallado.

Todas estas estrategias son las que determinan el curso del modelo de desarrollo y explotación de la industria. Tal lógica económica mundial implica obtener los mayores beneficios sacando provecho de las circuns-

10 Manuel Castells, La galaxia internet, Barcelona, Ediciones de Bolsillo, 2003, p. 139. 11 Un caso significativo de este modelo es el videojuego Doritos Dash of Destruction para la consola Xbox 360, patrocinado por una empresa de botanas a base de tortillas de maíz que regaló el juego descargable en diciembre de 2008 y registró una cifra de más de un millón de descargas. En dicho juego, la botana de maíz forma parte de la narrativa del propio juego. Por lo regular, este tipo de juegos por descarga cuestan entre 50 y 100 pesos mexicanos. Con esto, dicho juego recibió la categoría de advergame (publijuego) y se esperan más casos de este tipo. Vid. http://xboxlive.ign.com/articles/942/942732p1.html

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tancias de mercado a nivel transnacional, para alcanzar el crecimiento deseado, sin olvidar la particularidad especial que tienen sus productos culturales, pues además se consumen simbólica e ideológicamente.

De esta manera, al vender entretenimiento por me-dio de sus producciones, se requiere de una gran parte creativa y de contenidos, la cual determina muchas veces él éxito o fracaso de una consola de videojue-gos. No obstante, la cuestión creativa debía obedecer en sus inicios a las posibilidades que la tecnología permitía, por ejemplo: ¿por qué Mario tiene bigote? Quizá esta pregunta no tenga mucha importancia en la actualidad, puesto que todos los que han jugado alguno de sus títulos y conocen a Mario, lo identifi-can como un tipo regordete, valeroso y brincador. Su mostacho es una pieza fundamental y, sin él, no se reconocería como tal. No obstante, según su creador Shigeru Miyamoto, cuando lo diseñó en 1982 para el videojuego Donkey Kong (donde originalmente se lla-maba Jumpman, saltador), las limitantes gráficas del hardware lo obligaron a tomar decisiones en el diseño del personaje. Por principio de cuentas, el bigote fue para distinguir su nariz de la cara, cosa que con una boca no conseguía, el overol y contraste de colores fue para distinguir el movimiento de los brazos y la gorra era más fácil de dibujar que el cabello.12 Incluso el nombre Mario, con el que fue conocido a partir del juego Super Mario Bros de 1985, surgió gracias a que el personaje resultante guardaba cierto parecido con Mario Segali, dueño de las oficinas del primer local de Nintendo en Estados Unidos.

Como puede verse, el bigote de Mario y, en sí, toda su apariencia, más que una cuestión creativa fue un asunto de limitantes tecnológicas que orillaron al diseñador a pensar en soluciones más prácticas. De esta manera, el diseño y creatividad en los albores de la industria del videojuego se fueron resolviendo de acuerdo con las posibilidades tecnológicas del mo-mento. Sin embargo, a medida que las limitaciones de tecnología ya no eran tan determinantes, todas esas ideas de creación en los inicios, que parecían no ser

tan serias, cobraron mayor importancia en el gusto de los usuarios, inventando verdaderas mitologías en torno a cada una de estas sagas de videojuegos.

Con estos antecedentes entre creatividad y tec-nología, se propone un análisis de la industria del videojuego, a través de estas dos variables, para tratar de seguir la línea de reflexión sobre la evolu-ción de la industria del videojuego.

Por elementos creativos se entienden aquéllos que surgen de la explotación de elementos comu-nicativos del género –de manera muy similar a los que se encontrarían en otros medios como el cine o la televisión–, haciendo la distinción entre las peculiaridades de interactividad de los videojuegos. Se toman en cuenta tres elementos: el relato, los personajes y los géneros.

Por otro lado, el fenómeno de la innovación tec-nológica puede verse reflejado en el ejemplo de la Ley de Moore. Al respecto, Trejo Delarbre menciona: “La innovación tecnológica también es impulsada, desde luego, por la investigación en esos terrenos que encuentran fórmulas para hacer dispositivos cada vez más rápidos, más pequeños, más versátiles y más especializados. La Ley de Moore, que acuñó en 1965 Gordon Moore, director de los laboratorios de semiconductores Fairchild, señalaba que cada año se duplicaría la capacidad de los circuitos integrados en relación con el costo de sus componentes.”13

Las empresas de videojuegos invierten en dife-rentes áreas para mejorar sus productos. Bajo esta perspectiva, se han seleccionado cuatro categorías tecnológicas que influyen directamente en el desarro-llo de la industria del videojuego: programación, mul-timedia, almacenamiento, interconexión e interfaz.

De aquí en adelante se explicará cada una de estas categorías creativas y tecnológicas, y se señalará un ejemplo de la industria del videojuego que haya sido fundamental para que dicha categoría cobrara importancia, con el fin de ver qué se va y qué se queda en la industria del videojuego.

12 Esta información ha sido publicada en diferentes artículos y entrevistas hechas a Miyamoto. Uno de ellos, puede revisarse en http://nfggames.com/games/mariosprites/ 13 Raúl Trejo Delarbre, Viviendo en el aleph. La sociedad de la información y sus laberintos, Barcelona, Gedisa, 2006, p.137.

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Para explicar lo que es el relato, hay que ofrecer una definición: “El relato es toda obra de ficción que se constituye como narrativa. Es decir, relato es una or-ganización verbal –un discurso– que erige un universo propio en el que el lector asiste a una serie de acon-tecimientos que suceden ahí, dentro de las palabras […] es un aparato al servicio de contar algo.”14

El contenido del relato y su verosimilitud están siempre determinados por un pacto de credibilidad entre el autor y el espectador. Los sucesos son reales y verosímiles mientras ocurran en el universo pro-pio del relato y se ajusten a sus reglas. Esto quiere decir que en el universo ficticio donde se desarrolla el relato se llevan a cabo diversas acciones, tienen lugar diferentes personajes, que aunque no se narren o cuenten dentro del relato, es necesario suponer su existencia para darle sentido y credibilidad.

Los primeros videojuegos no se caracterizaban por tener historias profundas, puesto que muchos de sus objetivos se centraban en la repetición de acciones predeterminadas como en el Pong (donde no existía una narrativa en sí pues sólo se trataba de rebotar la pelota contra otro rival y evitar dejarla pasar por la propia esquina; todo esto hasta que uno de los jugadores hiciera 15 puntos, el cual era declarado ganador y el juego terminaba).

Los juegos como Asteroids o Space Invaders de finales de los setenta, se apoyaban de ilustraciones y decorados en las máquinas tragamonedas para crear una imagen y expectativa en el usuario a lo que se enfrentaría en pantalla. Se tenía que echar mano de la abstracción puesto que los pobres recursos tec-nológicos de la época no permitían cumplir con esas expectativas, no obstante, su mecánica de juego, basada en el marcador, obsesionaba al usuario.

El Atari 2600 tenía una oferta de productos muy similares a lo que las máquinas de Arcade de los se-

tentas y ochenta ofrecían, es decir, videojuegos para hacer puntos. No obstante, se distinguieron algunas propuestas exclusivas de la consola como Adventure de 1979 o la saga inconclusa de Swordquest15 de 1982 y 1983, las cuales dejaron atrás los puntos para dar paso a la resolución de enigmas para progresar en un relato. En el caso de Adventure el personaje era un punto recorriendo pantallas con algunos elementos que trataban de representar cosas animales y objetos; en el caso de Swordquest se acompañó de un comic que explicaba la historia.

En las computadoras personales y las arcades de principios de los ochenta, los videojuegos con his-torias eran más comunes y presentaban propuestas cada vez más innovadoras.

La narrativa se tomó más en serio en la siguiente generación de consolas de videojuegos cuando Nin-tendo sacó a la venta su consola Nintendo Entertain-ment System (nes) en 1985. El nes fue bien recibido y su demanda creció mundialmente. Las innovaciones tecnológicas de la consola se podían ver en el juego Super Mario Bros que venía incluido en el paquete. Con el nes comenzó la decadencia en la producción de vide-ojuegos para consolas donde se buscaba hacer puntos, para dar paso a videojuegos de progresión donde el objetivo era resolver conflictos en un relato.

En los juegos de progresión, la historia fue lo más importante; el más claro representante de este tipo de videojuegos fue The Legend of Zelda de 1986. En dicho videojuego, Link, el personaje principal, era libre de recorrer un mundo de fantasía de nombre Hyrule para recolectar dinero, objetos y accesorios para ir resol-viendo pistas en calabozos y rescatar a una princesa de nombre Zelda a manos de un brujo malvado. No existía un marcador en el juego, por lo que no se hacía ningún puntaje y muchos usuarios, ante lo absorbente de la historia, ni siquiera lo advirtieron. La historia en

El relato. Nintendo y Zelda dan pertinencia a la historia

14 Alberto Paredes, Manual de técnicas narrativas: las voces del relato, México, Grijalbo, 1993, p. 25. 15 Swordquest era una saga de cuatro videojuegos para el Atari 2600 que se basaba en los cuatro elementos naturales (tierra, agua, aire y fuego). De esta manera, cada videojuego se basaba en un elemento y se hacía acompañas de un comic que contenía claves a resolver junto con el videojuego; éstas se enviaban a Atari para recibir un premio si se era el primero en contestar. Sólo tres juegos salieron a la venta (agua, fuego y tierra) entre 1982 y 1983, mientras que el cuarto (aire), nunca salió a la venta porque la empresa cayó en una crisis financiera en 1983.

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Zelda era lo más importante. El juego de The Legend of Zelda incluía una batería para guardar avances ya que no se terminaba en una sola sesión de juego y requería algunas horas para llegar hasta el final.

El precedente de este juego sentó las bases para seguir produciendo historias en los videojuegos pa-

ra consolas con tramas más interesantes y mejores medios para contarlas, primero utilizando recursos basados en el lenguaje del comic y posteriormente en el lenguaje audiovisual del cine.

Personajes. Pac-Man, el primero de ellos

Las historias no podrían realizarse sin personajes, ya que de acuerdo con sus acciones llevan el peso de la trama. Lo importante de un personaje en videojuegos es explotar el carácter visual que el medio ofrece para que en su indumentaria, accesorios y marcas personales se haga referencia al porqué de su per-sonalidad y acciones. George Broussard, presidente y creador de videojuegos para 3D REALMS menciona cuáles son las características claves a la hora de diseñar un personaje:16

• Rasgos de personalidad. Definen la personalidad del personaje y, en especial, en cómo reaccionará a cada situación.

• Apariencia. Debe tener un aspecto único para que la gente pueda reconocerlo a la primera. Ejemplos: Lara Croft, Supermán (casi cualquier superhéroe) o Darth Vader.

• Motivaciones. ¿Por qué hace lo que hace? ¿Qué le motiva? Una vez que se establece esto, el per-sonaje actúa tal como la gente espera de él.

• Muletillas. Los personajes se hacen famosos y conocidos gracias a una simple muletilla que la gente recuerda fácilmente y que, por lo general, se convierte en parte de la cultura popular. Ejemplo: “¿Qué hay de nuevo viejo?” (Bugs Bunny).

• El nombre. Debe ser ‘pegadizo’ y único de forma que, al oírlo, la gente recuerde la imagen de su poseedor. El ritmo y la aliteración son buenas herramientas para crear un nombre pegadizo.

Ejemplos: Duke Nukem, Sonic the hedgehog, Earthworm Jim.

Queda claro que el personaje es una combinación de acciones e indicios que tratan de mostrar su perso-nalidad. Muchos de los personajes de videojuegos de la actualidad cumplen con las características aquí mencionadas. El primer personaje de la industria del videojuego fue Pac-Man, creado en 1980 por Toru Iwatani para un juego de arcade muy popular donde el personaje debía recorrer laberintos llenos de fantasmas para comer píldoras repartidas por toda la escena.

La transición entre algunos niveles presentaba algunos clips animados con Pac-Man y sus enemigos fantasmas, Ms. Pac-Man y el bebé Pac-Man. Lo particu-lar del asunto es que antes de dicho juego, las acciones eran ejecutadas por naves, barras u otros avatares que no tenían nombre ni personalidad determinada.

La fama de Pac-Man trascendió otros medios y se produjo una serie animada de televisión con sus aventuras, se licenciaron algunos productos alusivos al personaje, con lo cual se volvería un icono de los videojuegos a nivel global.

Pac-Man invitaría a los diseñadores de vide-ojuegos a bautizar sus posteriores creaciones, y así surgirían símbolos memorables para las consolas de videojuegos como: Mario, Sonic, Donkey Kong, Solid Snake, Master Chief y otros más. El personaje en los videojuegos recibiría el trato de celebridad y se con-vertía en una propiedad intelectual de gran valor.

16 Brousard ha realizado varios proyectos en 3D REALMS, entre ellos Duke Nukem, uno de los videojuegos de disparos en primera persona más populares de principios de los noventa. Duke Nukem es un personaje grosero y hablador, características memorables para la época. Vid. Mark Saltzman, Cómo diseñar videojuegos, los secretos de los expertos, Barcelona, Norma Editorial, 2001, pp. 86, 87.

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Tanto la posibilidad de creación de historias como per-sonajes para los videojuegos, llevó a los diseñadores a pensar en nuevas fórmulas para presentar sus pro-ducciones; esto desembocó en la creación de diversos géneros de videojuegos, que al igual que los géneros en cine o televisión, cuentan con cualidades particulares. Aquí se mencionan los más importantes:

• Acción. Se puede decir que en un principio era la categoría en que se englobaban todos los juegos, puesto que se ponía más atención a la coordinación de ojos y mano para el desarrollo de acciones, aunque después se fueron puliendo más las historias. Ejemplos: Castlevania, Ninja Gaiden y Tomb Raider.

• Aventuras. En el juego de aventuras se le da más peso a la historia; aunque es similar al juego de acción, aquí lo preponderante es resolver la trama del juego y pasar por etapas. Ejemplos: The Legend of Zelda y Sonic Adventure.

• Plataformas. Su base es la de guiar a un perso-naje a través de los niveles los cuales supera por medio de saltos. Este género puede presentarse en una vista bidimensional o tridimensional, los ejemplos más característicos son los videojuegos de Mario Bros, Sonic, y más recientemente los de Jak & Daxter y Ratchet & Clank.

• Carreras. Un género que existió casi desde los inicios, las carreras de autos son su principal ex-ponente; el objetivo es competir contra el reloj y superar a otros rivales. Ejemplos: Mario Kart, Gran Turismo, Need for Speed y Burnout.

• Disparos. Otro género que existió casi desde el comienzo con videojuegos de naves que dispara-ban a otros objetivos. Hasta la fecha han tenido diferentes variantes siendo los First Person Shooter (disparos en primera persona) uno de los géneros más populares de la actualidad. Sin duda este género ha evolucionado bastante y se ha sabido explotar muy bien. Ejemplos: Space Invaders, Contra, Gears of War y Halo.

• Juegos de rol. Su inspiración directa son los libros de juegos de rol tradicionales, en donde

un personaje evoluciona con estadísticas a lo largo de la historia. También ha sido un género muy explotado y extremadamente popular en Japón. Ejemplos: Final Fantasy, Mass Efect y Blue Dragon.

• Peleas. Son juegos basados en combate cuerpo a cuerpo donde los golpes y patadas son la principal arma. Se subdivide en Beat’em all (elimínalos a todos) –donde el personaje avanza niveles eli-minando a todos los enemigos como en Double Dragon, Golden Axe o Final Fight–, y los juegos de peleas de 1 vs 1, que se volvieron muy populares en las “maquinitas” durante la década de los noventa. Ejemplos: Street Fighter, The King of Fighters, Virtua Fighter, Soul Calibur y Mortal Kombat.

• Deportes. Desde el principio se ha tratado de recrear la experiencia deportiva en pantalla. De hecho, Pong puede ser considerado como un de-porte. Las capacidades multimedia han permitido recrear casi cualquiera de los deportes más po-pulares del mundo. Ejemplos: Madden nfl (futbol americano), Pro Evolution Soccer (futbol), Fight Night (box) y Smackdown vs RAW (lucha libre).

• Rompecabezas (también llamados Puzzle). El objetivo de estos juegos es pensar y usar la mente para resolver enigmas por lo regular en una sola pantalla. Pueden o no tener historia. Ejemplos: Tetris, Puzzle Quest, Dr. Mario, Zuma y World of Woo.

• Musicales. Gracias al uso de instrumentos mu-sicales y las licencias para reproducir música de artistas famosos, se han convertido en uno de los géneros más exitosos de los últimos tiempos y un canal de distribución para la industria musical. Ejemplos: Rock Band, Guítar Hero y Lips.

Como puede verse, los videojuegos tienen para su eje-cución diferentes opciones lo que ha creado toda esta variedad de géneros que el usuario conoce e identi-fica, mismo que está de cierta manera condicionado para saber qué hacer en determinadas situaciones de juego y de acuerdo con ciertas reglas.

Géneros. El Sandbox llega con Grand Theft Auto III

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La fusión de géneros puede crear otros nuevos, uno de ellos es el llamado Sandbox (caja de arena),17 el cual mezcla acción y aventura en un entorno libre y abierto para que el usuario pueda hacer lo que le venga en gana. Sin embargo, para progresar en la historia, tiene que cumplir misiones pero en el orden que le parezca más conveniente.

El género fue inaugurado por el videojuego Grand Theft Auto III en el año 2002, donde se hacía una reconstrucción casi perfecta de la ciudad de Nueva York de nombre Liberty City, y se ponía al usuario al mando de un delincuente que, por azares del desti-no, había escapado de prisión. En la ciudad se podía ir a cualquier lado, interactuar con los peatones y manejar autos robados. El objetivo era cumplir trabajos para diferentes maleantes de la región, los

cuales iban desde la extorsión, la venta de drogas y los asesinatos con el afán de subir peldaños en el escalafón de la mafia y volverse en nuevo capo de la región.

A partir del Sandbox, han surgido otras secuelas y copias como Saints Row, Mafia y Red Dead Redemption. El mismo sistema de juego ha servido para aplicarlo en otras temáticas y situaciones como los juegos de Spiderman, que permiten controlar al superhéroe en una representación abierta de la ciudad de los rascacielos y columpiarse libremente por ella.

Así, los géneros del videojuego continúan evo-lucionando y se suman más a la lista. Surgen de acuerdo con las necesidades de presentación que los diseñadores plantean, acrecentando la oferta para más públicos con diferentes gustos.

Programación. La translación de un exitoso juego de peleas

Para poder aprovechar la información digitalizada en el videojuego, es necesario darle cierto orden. La programación busca poder sacar provecho de toda esa información digitalizada pero, para ello, es preciso acomodarla para que trabaje de acuerdo con cierta lógica preestablecida y, para eso, se recurre al diseño de un programa software, que no es otra cosa que “[…] un conjunto de instrucciones que indican a la computadora qué hacer […] esas instrucciones se codifican como una serie de caminos arborescentes: haz esto primero y, si llegas al resultado A, haz una cosa, si llegas al resultado B, haz otra. El arte de la programación consiste en imaginar cómo construir la secuencia de instrucciones más eficiente, la secuencia que obtenga más con el código menor y con la menor probabilidad de colapso”.18

Esta descripción de la programación se entiende en los videojuegos de una manera más específica, porque en ellos se busca “El diseño y la escritura de un motor de juego donde el programador debe decidir qué juego necesita elaborar, desarrollar la lógica para hacerlo y escribir las instrucciones para la computa-

dora en un lenguaje que la máquina pueda traducir al suyo y ejecutarlo”. 19

El motor de juego es la creación de todos los recursos y herramientas de programación para el diseño de la física, apariencia, y rutinas de software necesarias para el funcionamiento del videojuego. Cada consola de videojuegos representa una plata-forma de desarrollo, la cual puede tener facilidades para que los programadores puedan utilizar este motor de juego en sus producciones.

En la producción de videojuegos contemporá-neos, las compañías desarrolladoras utilizan por lo regular motores de juego creados por otras empresas. Algunos ejemplos son el Havok Game Dynamics sdk, un motor físico que sirve para el desarrollo de una fí-sica simulada en ambientes tridimensionales, de esta manera los objetos se pueden comportar siguiendo reglas físicas simples como la gravedad o resistencia del aire. Otro caso es el Unreal Engine, un motor de juego para ambientes tridimensionales que además goza de características gráficas de muy buena cali-dad, o el Panda3D que es un motor de videojuegos

17 El término caja de arena pretende reflejar la libertad de acción por parte del usuario, pues con una caja de arena puede construir lo que quiera; y en el videojuego de este género, hacer lo que le plazca y retomar la historia cuando quiera. 18 Steven Johnson, Sistemas emergentes, Madrid, Turner/Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 53. 19 M. Saltzman. op. cit., p. 161.

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que se presta para el desarrollo de gráficos, audio y detección de colisiones entre objetos.

Todos estos motores de juegos, y otros más, las utilizan las empresas desarrolladoras de acuerdo con el tipo de juego que pretendan crear por medio del pago de licencias. Esto se debe a que cuesta mu-cho trabajo e investigación el desarrollar un motor propio y los tiempos para sacar diferentes versiones de videojuegos se van acortando gracias a la alta demanda en el mercado; asimismo, las consolas de videojuegos se deben desarrollar pensando en que sean compatibles con todas estas herramientas para que faciliten el trabajo de programación.

Uno de los casos que ilustra la importancia del desarrollo de motor de videojuegos y su utilización como ventaja competitiva, la ofrece el videojuego Marvel vs Capcom 2, que salió a la venta en el año 2000 para las máquinas tragamonedas. Dicho vide-ojuego fue uno de los últimos intentos exitosos en el desarrollo de juegos de peleas para las máquinas tragamonedas.20 Aquél unía a las más grandes estre-

llas de los comics de Marvel como el Hombre Araña, Capitán América, Iron Man, Wolverine, Hulk, entre otros, así como a los personajes de videojuegos de la japonesa Capcom, creadora de la saga de peleas de Street Fighter. Dicho videojuego fue desarrollado con un motor de juego de nombre Naomi propiedad de Sega.

Al momento de hacer la translación casera, la versión perfecta se obtuvo en la consola Dreamcast propiedad de Sega. Las versiones para Playstation 2 y Xbox, fueron significativamente inferiores tanto en gráficos como en sonido; por lo que el Marvel vs Capcom 2 de Dreamcast significó la compra de dicha consola para muchos usuarios fanáticos del juego de arcade que pudieron disfrutar de éste y otros videojuegos hechos en Naomi.

Ésta ha sido la realidad para muchas consolas de videojuegos: a veces no pueden conseguir que se co-mercialicen los videojuegos en su plataforma, por las dificultades de programación a las que se enfrentan y se traduce en pérdidas económicas.

Multimedia y Almacenamiento. El cd rom cambia al líder de la industria

La multimedia implica la combinación de diferentes medios y recursos para presentar información. Es la combinación de imágenes, audio, video y texto. Los vi-deojuegos básicamente se han compuesto de imágenes y sonidos. El recurso multimedia más valorado en los videojuegos por los usuarios es el aspecto visual, por lo que siempre se busca llegar al fotorealismo en las producciones, promoviendo mucho la investigación tecnológica para la evolución visual.

Las diferentes posibilidades multimedia hacen que sea necesario tomar en cuenta también las limi-tantes, ya que entre más elaborada sea la forma en

que se debe representar la información, más bits21 requerirá para hacerlo. Para entenderlo mejor hay que comprender la forma en que se miden los bits. Un byte (octeto en español) es una agrupación ordenada y consecutiva de 8 bits. Como en cualquier sistema de medición, se hacen equivalencias de los bytes, teniendo la siguiente tabla:

• 1 Kilobyte (Kb) = 1024 Bytes • 1 Megabyte (Mb) = 1024 Kilobytes • 1 Gigabyte (Gb) = 1024 Megabytes • 1 Terabyte (Tb) = 1024 Gigabytes

20 Con el paso del tiempo este género de videojuegos se mudaría paulatinamente hacia las consolas de videojuegos. En los juegos de peleas las retas era algo muy importante puesto que dos usuarios se enfrentaban entre sí en combates cuerpo a cuerpo con distintos peleadores, el perdedor abandonaba la máquina, mientras que el ganador seguía peleando y podía ser retado por otro usuario. En tiempos recientes y en las consolas de videojuegos este tipo de género sigue vigente y las retas se dan por medio del juego en línea entre usuarios de todo el mundo. 21 Los bits (acrónimo de Binary Digit (dígito binario)), son la manera más económica en que se puede representar la información ya que al ser impulsos eléctricos que las computadoras reconocen en sistema binario como unos y ceros, éstos pueden ser interpretados de varias formas, y son por tanto información numérica. Decía N. Negroponte: “Los bits son el ADN de la información”. Vid. Nicholas Negroponte, Ser digital, México, Océano, 1996, p. 33.

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Los bits deben tener sistemas de almacenamiento para poder transportarse. Los más recurrentes his-tóricamente han sido los siguientes:

• Disco flexible de 3 ½ pulgadas (diskette) con capacidad de 1.44 Mb.

• CD (Compact Disc) con capacidad aproximada de 700 Mb.

• DVD (Disco Video Digital) con capacidad entre 4.5 Gb hasta 17 Gb.

• HD DVD con capacidad de hasta 30 Gb. Aunque salió del mercado en 2008.

• Blu Ray Disc con capacidad de 25 Gb, que puede ir hasta los 400 Gb dependiendo de las capas que tenga.

• Otros dispositivos son las tarjetas de memoria que varían en su capacidad de almacenamiento.

Los videojuegos han utilizado cartuchos con tarjetas de memoria ROM (acrónimo de Read-only Memory, memoria de sólo lectura), los cuales han variado en su capacidad de almacenamiento, aunque actual-mente la mayoría trabaja con los discos (CD, DVD, Blu Ray), los cuales han hecho más fácil almacenar y procesar datos con ellos, además de que hace más sencillo comercializarlos. Sin embargo, también los hace muy susceptibles a la copia ilegal de productos. En los diferentes formatos de comercialización, la industria de las consolas de videojuegos tiene riesgos y oportunidades.

Con respecto a este caso, durante la segunda mi-tad de la década de los ochenta, la empresa japonesa Square logró posicionar en el gusto de los usuarios los videojuegos de la serie Final Fantasy lanzando tres versiones para la consola nes de Nintendo y otras tres más para la consola Super Nintendo en la primera mitad de los noventa.

Los videojuegos de Final Fantasy conquistaron a sus seguidores, primero en Japón y luego en el resto del mundo, porque eran desarrollados por verdaderos artistas que, aprovechando al máximo los recursos

tecnológicos de la época, lograron diseñar personajes memorables, música espectacular e historias exce-lentemente ejecutadas; eran casi como un cuento de hadas interactivo.

En la saga de Final Fantasy han trabajado figuras muy significativas en todas estas áreas creativas y artísticas, como Hironubo Sakaguchi quien se dis-tinguió por ser el director y, a la vez, escritor de las historias de los videojuegos de rol que duran más de diez horas; Nobuo Uematsu, compositor musical para los videojuegos de esta saga, de la cual se han vendido discos compactos con los soundtracks de los videojuegos con gran éxito e incluso se han realizado conciertos con sus composiciones;22 para completar el cuadro, el diseño de personajes y escenarios recayó en Yoshitaka Amano. Los tres japoneses son pioneros de la integración de artistas de otras especialidades a los videojuegos a finales de la década de los ochenta.

Tras los primeros seis juegos de la saga, las re-laciones entre Square y Nintendo iban de maravilla. El séptimo parecía un videojuego clave con miras al lanzamiento de la consola Nintendo 64 en 1996. Pero las intenciones creativas de Uematsu eran las de echar mano de mayores recursos multimedia, con el afán de integrar videos en la narrativa de la historia, música digital y gráficos tridimensionales en lo que sería Final Fantasy VII.

El formato de comercialización del Nintendo 64 basado en cartuchos, no permitía el almacenamiento de las grandes cantidades de información que los diseñadores de Final Fantasy requerían, por lo que decidieron abandonar a Nintendo y publicar su pro-yecto en el Playstation de Sony, que trabajaba con el formato de discos compactos para que, al fin, el Final Fantasy VII pudiera ser comercializado en un paquete de tres discos en 1997. A la fecha, es para muchos el mejor videojuego de toda esta saga y un éxito comercial sin precedentes para Square.

Las necesidades de multimedia y almacenamiento cambiaron el futuro para Nintendo en su Nintendo 64 (que dicho sea de paso enfrentó la misma suerte con

22 El 10 de mayo de 2004 se realizó un concierto en el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles. Fue memorable porque la orquesta filar-mónica interpretó temas de los videojuegos de Final Fantasy, obra de Uematsu. Vid. Chris Kohler, Power Up. How Japanese Gave the World an Extra Life, Indiana, Pearson Education–Brady Games, 2005, p. 132.

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otros videojuegos de otras empresas que veían dis-minuidas las adaptaciones que hacían para la consola de Nintendo), por eso al final del milenio Sony se co-ronó como líder de la industria con el Playstation y su

formato de disco compacto, desbancando a Nintendo de esa posición que había tenido por décadas. Para este éxito una de las claves fue una simple guerra de formatos de almacenamiento y distribución.

Interconexión y la creación de comunidades en línea

El origen de internet hay que situarlo con la creación de Arpanet (Advanced Research Projects Agency Net-work), una red de computadoras establecida por Dar-pa (Defense Advanced Research Projects Agency) en septiembre de 1969. Su finalidad era crear una red de computadoras interconectadas para comunicar datos de tal manera que no se pudiera rastrear el origen de las transmisiones y que a la vez no se pudieran cortar, esto en el clima de la Guerra Fría donde se temía un ataque nuclear y el corte de las señales.

En los ochenta, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, preocupado por posibles violaciones a su sistema de seguridad, decidió crear la red Milnet (Military Network) destinada exclusivamente a funcio-nes militares. Arpanet se convirtió en Arpa-Internet y se destinó a la investigación. Internet había crecido en tamaño y su uso militar se había dejado para encontrar un mejor aprovechamiento en las universidades norte-americanas, donde los estudiantes con computadoras interconectadas experimentaban con diversas formas de transmisión de datos; se creaban de esta manera las primeras comunidades en línea.

Una de las primeras comunidades online fue Plato (Lógica Programada para Operaciones de Enseñanza Programada); consistía en terminales financiadas por arpa en la cuales de acuerdo con su propia estructura y programación, se ofrecían servicios que serían la constante en el futuro desarrollo de internet. Plato permitía a principios de la década de los setenta tra-bajar con un entorno grafico donde se podía mandar correo electrónico, consultar noticias, tener chat y jugar videojuegos.

Sobre el desarrollo de videojuegos en este entor-no de comunidades online uno de los primeros es el mud (Multi User Dungeon) en la década de los setenta, que consiste en un juego de texto que asemeja a los tradicionales libros de rol donde la aventura es motivada por las palabras y se usa la imaginación

para recrear entornos, personajes y batallas. mud y su sucesor mud ii sirvieron de inspiración para crear jue-gos de rol que en la actualidad son uno de los pilares más grandes para crear comunidades de jugadores por este medio, tal es el caso del Final Fantasy XI.

Otro proyecto clave fue Habitat que, a mediados de la década de los ochenta y por desarrollo de Lu-casfilms Games, presentó un entorno virtual multiju-gador en donde se mostraba un avatar del usuario en un entorno bidimensional en donde podía platicar vía chat con otros usuarios para poder hacer búsquedas en entornos virtuales, donde los escenarios se com-ponían de casitas y algunos objetos que se podían manipular. Habitat fue el primer antecedente virtual gráfico en línea para una comunidad de videojuegos, pues a partir de él muchos especialistas comenzaron a aprovechar recursos e ideas para desarrollar pro-ductos más complejos y optimizados.

En el resto de la década de los ochenta se repartió el mercado de los juegos en línea en empresas como Prodigy Network que empezó a distribuir juegos y la modalidad de subir marcadores en red para que otros usuarios compitieran por superarlos. mpGn (Multi Player Game Network) surgía como una red gráfica destinada a ofrecer juegos de tablero a los usuarios. También se recuerda como la creadora de Drakkar, un juego de rol que acrecentó el sentimiento de las comunidades de videojugadores al permitir crear clanes (especie de asociación de videojugadores que se unen como fraternidad para ayudarse y conseguir privilegios en los juegos en línea). Los clanes son uno de los fenómenos más interesantes que han surgido en estos entornos.

La década de los noventa traería como resultado la creación de servicios online más complejos como los de Compuserve, Prodigy o aol; el detonante fun-damental para el crecimiento de los videojuegos bajo esta modalidad se debió a la creación de la Word Wide

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Web. La mitad de los noventa es el punto de partida para internet como se conoce hoy en día: páginas web, correo electrónico, descarga de contenidos, cibersexo, juego en línea, etcétera.

A partir de ese periodo, las empresas de vide-ojuegos empezaron tomar en cuenta las posibilida-des internet, gracias a su flexibilidad para diversas formas de explotación y en este caso los juegos para computadora empezaron a sacar partido de esto. doom fue de los primeros que se logró conectar vía modem para permitir partidas tipo deatmach, que consisten en pelear contra otros usuarios en los en-tornos donde se desarrolla el juego; así se crea una especie de arena para destruir a los demás rivales.

La empresa de juegos de computadora Blizzard con su portal Battle net, empezó a optimizar los recursos para la explotación de videojuegos en esta modalidad en 1997. Así se empezó a hacer costumbre el desarrollar juegos pensando en hacer la aventura principal y en aprovechar recursos y escenarios para poder jugarse contra otros usuarios interconecta-dos. Los videojuegos comenzaban a tener mejores experiencias en línea y todo el antecedente de las comunidades de virtuales daría la información ne-cesaria para lograr este fin.

Esta situación se vio incrementada gracias a las opciones de la Web 2.0. La clave para distinguir entre la Web 1.0 y la Web 2.0 es identificar quién produce los contenidos y cómo se consumen. Mientras que la Web 1.0 se alimenta de contenido proveniente de las grandes empresas de manera vertical (las cuales producían información para que el público la consumiera), en la Web 2.0 la fórmula cambia a una producción de contenidos horizontal en donde los usuarios producen contenidos para ser consumidos por ellos mismos. Éste es el esquema más popular de la red en la actualidad.

Poco a poco se fueron desarrollando herramientas para permitir al usuario subir y compartir contenidos de manera más fácil, sin la necesidad de conocimien-tos de programación, ni diseño de páginas web. Este fenómeno llamó la atención y debía ser nombrado de alguna manera. El origen se remonta Tim O’Reilly y una conferencia en 2004:

El concepto Web 2.0 –transformado en un potente me-me en un año de circulación por la red– debe su origen a una tormenta de ideas entre los equipos de O’Reilly Media y MediaLive International a mediados de 2004, fortalecido por la primera Web 2.0 Conference2 en octubre de ese mismo año. Con el objeto de dar cierta entidad teórica al nuevo término y contrarrestar la confusión del momento, O’Reilly publicó en septiembre de 2005 lo que hasta hoy es la principal referencia bibliográfica del concepto. Se trata del artículo “What Is Web 2.0. Design Patterns and Business Models for the Next Generation of Software.”23

La idea tras del grupo de O’Reilly en ese evento fue la de buscar una nueva utilidad y modelo de negocio para la web, el cual tendría que surgir de la mano de las nuevas herramientas y servicios que se ofrecían en los sitios como las redes sociales, los blogs24 o los wikis.25 El término Web 2.0 pretendía dar cuenta de todo lo anterior y fue sumamente atractivo y contagioso para la propia comunidad de la red que, a través del mismo medio, se fue promoviendo.

A finales de la década de los noventa, las expe-riencias en videojuegos de computadora con inter-conexión motivaron a los propietarios de consolas a incluir esta opción como la base para desarrollarse y penetrar en más mercados y hogares. La interco-nexión en videojuegos ha creado toda una arena virtual en donde usuarios de todo el mundo, con

23 Cristóbal Cobo Romani y Hugo Pardo Kuklinski, Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food, prólogo de Alejandro Piscitelli, Barcelona, Universitat de Vic/Flacso, 2007, p. 27. Si se desea consultar el trabajo de Tim O’Reilly, vid. http://www.oreillynet.com/oreilly/tim/news/2005/09/30/what-is-web-20.html N.E. 24 Los blogs o bitácoras son sitios web que permiten la fácil publicación de textos de uno o varios autores acomodados de manera crono-lógica para compartirlos con la comunidad que los puede comentar o criticar. 25 El wiki (rápido, en hawaiano) es una página que puede ser editada por varios usuarios a través de un navegador. De esta manera el contenido permanece en constante cambio por la comunidad que determina su rumbo de manera colectiva. Por lo general, el prefijo wiki se agrega al sitio (paradigma de esto es la Wikipedia, el mejor ejemplo de contenido creado de manera colectiva por los usuarios.

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distintas culturas convergen para competir, para ayudarse o para ser espectadores en la forma de entretenimiento del siglo xxi, lo que sin duda crea una nueva cultura ligada al juego.

Primero fue Sega con su consola Dreamcast en 1999, luego el Xbox de Microsoft y el Playstation 2 de Sony; todos sacaron provecho de esta nueva forma de jugar en 2002.

Actualmente, con la siguiente generación de consolas de videojuegos, el Xbox 360 ha sabido combinar los beneficios de la interconexión para poder posicionarse e integrar más gente a este en-tretenimiento y por ende, una nueva experiencia de vivir los videojuegos en comunidad. Cada videojuego

para Xbox 360 tiene una lista de logros que el usuario obtiene al hacer una tarea específica dentro de cada videojuego; estos se suman a la cuenta personal que se exhibe públicamente para comparar progresos y habilidades entre la comunidad de Xbox 360. Este modelo ha estimulado a los videojugadores a expe-rimentar íntegramente un videojuego.

Posteriormente, el Playstation 3 adoptó un sis-tema similar, al que llamó trofeos. La apuesta por las consolas de videojuegos contemporáneas es la de crear este sentimiento de comunidad en sus pro-ducciones para que todos los integrantes sepan qué se hace en torno a esa actividad preferida.

26 N. Negroponte, op. cit, p. 107.

Interfaz. Nintendo simplifica la manera de jugar

En palabras de Negroponte, la interfaz es “Donde el hombre y los bits se encuentran”.26 Es, pues, el dis-positivo que facilita la interacción entre el usuario y la máquina, el cual debe ser lo suficientemente accesible y comprensible para el usuario común. Se pueden distinguir dos tipos de interfaces: la del software y la del hardware.

La interfaz del software se refiere al entorno que se presenta en pantalla a través de menúes, coman-dos y gráficos que facilitan las operaciones que se quieran realizar. Los videojuegos tienen esta interfaz en los menúes y en algunos tutoriales, los cuales explican para qué sirven los elementos que aparecen en la pantalla y las acciones del personaje.

En cuanto a la interfaz del hardware se refiere a los dispositivos físicos para transmitir información a las máquinas, siendo en una computadora los más comunes el ratón y el teclado. En los videojuegos, siempre se ha contado con un control especial o joystick que princi-palmente cuenta con una palanca o una cruz direccional (también llamada pad) para mover al personaje con el pulgar, así como botones para acciones especiales. Los avances tecnológicos han aumentado tanto las capaci-dades del joystick como la cantidad de botones.

La actual generación de consolas de videojue-gos, que comenzó en 2005, tenía tres empresas con

objetivos tecnológicos muy claros. El Playstation 3 utilizaría el formato de Blu Ray para mejorar la capa-cidad de almacenamiento y apostar por contenidos en alta definición; el Xbox 360 de Microsoft aposta-ría por mejorar las experiencias de juego en línea, mientras que Nintendo y su consola Wii apostaron por una revolución en el control de mando.

El Wii, en cuanto a su hardware no tiene grandes especificaciones tecnológicas, sin embargo, su con-trol consistente en una combinación de censores de movimiento, y punteros, cambió drásticamente la manera en que se venían jugando los videojuegos.

El videojuego de lanzamiento para el Wii a finales de 2006 fue Wii Sports, en donde se podía jugar te-nis, boliche, golf, box y béisbol de una manera muy intuitiva, pues con sólo sostener el control de la consola y agitándolo se podían producir efectos en la pantalla, como el swing de la pelota en el tenis, o los golpes lanzados por los boxeadores.

La interfaz de control del Wii, atrajo a nuevos públicos que tradicionalmente no jugaban videojue-gos. La simplificación de los movimientos intuitivos de mano sustituyó la combinación de palancas y botones. El principal público de los videojuegos compuesto por jóvenes varones, se abrió paso para que casi todos los miembros de la familia pudieran

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participar en esta consola con nueva interfaz y co-locó a Nintendo como líder en ventas de consolas de videojuegos para esta generación.

El Wii, demostró que el área de la interfaz en vide-ojuegos había sido poco explotada. Aún falta mucho por innovar pero sus competidores ya preparan una respuesta a esta tecnología. Microsoft pretende ha-

cer una interfaz de cámara y reconocimiento de voz que permita controlar al videojuego sólo con el cuer-po humano, tiene el nombre provisional de Proyect Natal. Sony con la ayuda de cámaras y controles lu-minosos está desarrollando un proyecto al que llamó Playstation Move; ambos desarrollos están previstos para salir al mercado a finales de año 2010.

Conclusión

Como se ha podido ver a lo largo de todo este reco-rrido de la industria del videojuego a través de sus consolas, hay algunos movimientos y estrategias clave que le han dado forma en la actualidad.

La narrativa en los videojuegos es un elemento que cobra suma importancia. Aunque no es requisi-to la elaboración de una trama para la creación de un videojuego, se ha vuelto un medio para contar historias, la diferencia es que dicho relato debe ajustarse a las necesidades interactivas y de juego que el propio medio posee.

Imitando elementos narrativos del comic, con imágenes fijas y texto en sus inicios, y posterior-mente del cine con el manejo de tomas de cámara para contar el relato, los videojuegos siguen en la búsqueda de un lenguaje propio que no tenga que copiarle recursos a otros medios.

Ante los altos costos que implica la salida de un videojuego nuevo, las fórmulas de explotación contemporáneas se han apoyado más en las secuelas de sagas de videojuegos ya consolidadas, que en el apoyo hacia nuevas propiedades intelectuales. De esta manera, el personaje de videojuegos se ha consolidado como la pieza clave en el mercado de las consolas de videojuegos, por su alto nivel de explo-tación y su impacto en el imaginario de los videoju-gadores hacia él, que a veces tienden al fanatismo. Son unos verdaderos bienes simbólicos.

En este sentido, empresas como Nintendo, con una trayectoria en la industria de más de tres déca-das, tiene todo un gran arsenal simbólico de historias y personajes que pueden ser la clave al momento de comercializar sus productos. Así, las nuevas ver-siones de Mario Bros o The Legend of Zelda servirán

para ganar un segmento más grande del pastel del mercado de las consolas de videojuegos.

Las empresas con menos tiempo en la industria como Sony y Microsoft, poco a poco van creando sus propiedades intelectuales para poder ganarse un lu-gar en la preferencia de los usuarios, los cuales cada vez están más dispuestos a jugar las nuevas aventuras de sus personajes preferidos. Nombres como God of War, Ratchet o Uncharted aparecen como las sagas más importantes para Sony y sus diferentes versiones de consolas de Playstation; mientras que Halo y Gears of War lo serán para Microsoft, inundando el mercado de nuevas versiones de estos personajes.

No obstante, para no aburrir a los usuarios, una de las innovaciones más recurrentes viene por parte de los géneros, donde se buscan nuevas fórmulas para presentar las acciones interactivas. En este sentido, las empresas de videojuegos están ante una gran disyuntiva por lanzar un género nuevo que podría ser complicado de entender por parte de los usuarios, o bien, trabajar sobre géneros ya establecidos que al menos ya tienen jugadores acostumbrados a las reglas de cada género.

De esta manera, es posible distinguir de manera histórica, algunos de los géneros de videojuegos más explotados. Por ejemplo, en la década de los ochenta salieron muchas versiones similares de juegos de disparos de naves; durante los noventa lo común eran los videojuegos del género de peleas; a principio de milenio lo fueron los de disparos en primera persona y, en la actualidad, lo que prolifera son los simulado-res musicales con instrumentos de plástico, lo que también se ha vuelto un canal para la promoción y distribución de contenido musical a través de este medio gracias a la interconexión en red.

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A propósito de la interacción, la cual no sólo ha significado una nueva forma de jugar en línea con otros usuarios, sino una nueva forma de distribuir contenidos y videojuegos, implicará replantearse de nuevo en cómo serán las nuevas luchas por los forma-tos de distribución y comercialización de contenidos; a medida que la velocidad de transmisión de datos aumente, podría ser reemplazado el videojuego en dispositivo físico.

Por otro lado, hablando de otras capacidades tecnológicas se tiene la moraleja de que a veces menos es más, ya que la simplicidad es una fórmula que resulta muchas veces más lúdica que la comple-jidad: los videojuegos con acciones sencillas son más aceptados por públicos que no acostumbraban jugar, en un mercado que hasta hace unos cuantos años parecía más bien un asunto de videojugadores empedernidos que estaban acostumbrados a con-troles con muchos botones y acciones que requerían demasiada habilidad. Un caso significativo lo da Nintendo con su interfaz simple del Wii, que sin un control complejo ni gráficos espectaculares ha sido pionero en abrir mercados hacia un sector de usuarios que no jugaba.

No hay que perder de vista que el rumbo de la tecnología es determinado por el uso social que los videojugadores hacen de las producciones. La convergencia también es determinante para que la consola de videojuegos y sus nuevas interfaces se coloquen en la sala de los hogares y que la familia pueda jugar, consultar internet e incluso hacer com-pras en línea.

En esta reflexión sobre sólo algunos de los mu-chos componentes de la industria del videojuego, faltaría analizar el papel de la publicidad en este medio, la evolución visual, la ideología presente en las producciones, la aplicación de los videojuegos en la educación y muchos otros tópicos en torno al entretenimiento interactivo.

El futuro siempre es un misterio, nunca se sabe que ocurrirá con certeza, la única que quizá se pueda vislumbrar en este momento, es que los videojuegos seguirán haciendo lo que en cuarenta años han hecho mejor que nadie: ofrecer entretenimiento y diversión al ser humano.

Recibido el 2 de agosto de 2009Aceptado el 16 de febrero de 2010

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“Hablar callando; descubrir encubriendo, o de los modos de expresar la hermenéutica y comprender el arte”

Reseña del libro de Julio Amador Bech, El significado de la obra de arte. Conceptos fundamentales para la interpretación de las artes visuales, México, Universidad Nacional Autónoma de México,

Coordinación de Difusión Cultural, 2009, 241 pp.

felipe neri lópez veneroni*

Estoy seguro que al autor, un reconocido hermeneuta, no le molestará del todo iniciar esta reseña con una elipsis. Un texto sobre la interpretación no escapa a un contexto interpretativo en el que entran en juego tanto las referencias explícitas como las implícitas. En este caso, la propuesta de Amador

es argumentar sobre el sentido de las artes visuales no como una actividad cultural más, o como un campo especializado de exégesis iconográfica, sino como parte de una vitalidad cultural que define un modo de ser y un modo de ver. El arte no sólo tiene una morfología y una historia propias, sino que atraviesa y se entreteje con la historia social, frecuentemente a contracorriente y a contrapelo, y abre una ventana para presentar esa historia desde otro campo de la significación que, no por estar en un plano distinto al de las proposiciones lógico-formales o al de la observación empírica y las pruebas documentales, es menos verídica.

Este aspecto de las artes visuales (su capacidad de evocación e invocación simbólicas, su potencialidad de captar en lo sincrónico toda una diacronía y su facultad para representar con exactitud metalingüística el espíritu de una época) es lo que, me parece, mejor define el libro de Julio Amador. Es, sin duda, un ex-traordinario esfuerzo de síntesis conceptual en torno a las artes visuales, pero es también –y quizás sobre todo– un ejemplo de cómo el campo de la hermenéutica proyecta, a través de las artes, ese otro rostro de nuestro desarrollo interior.

I

Fue Francisco de Goya quien primero advirtió los peligros de una racionalidad pura como ideal del mundo moderno. Mucho antes que los filósofos postmodernos y con una lucidez que éstos nunca tendrán, el genial zaragozano sostuvo que “también el sueño de la razón produce monstruos”. Y en vez de explicarse en algún profuso ensayo –de esos que, como los de Derridà, nadie entiende– nos lo hizo comprender en su serie de los “Horrores” o “Caprichos”: tanto los dibujos al carbón, como varios de sus últimos óleos. Saturno devorando a sus hijos es, sin duda, una de las metáforas más precisas de nuestra condición moderna.

Coetáneo de Imanuel Kant –el filósofo que hizo de la razón el imperativo categórico de la modernidad, no es casual que haya sido Goya, un artista, quien encabezara esta suerte de contra-discurso de la razón.1

b

* Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Av. Universidad 3000, Col. Copilco Universidad, Deleg. Coyoacán, México, D.F., 04510.

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Los ojos del arte no son, después de todo, los ojos de la razón. Cuando menos, no de esa razón que entre más aspira a una pureza abstracta, más se aleja de la condición misma de lo humano, es decir, de esa mezcla imperfecta entre razón y pasión, entre inteligencia e imbecilidad, entre lo sagrado y lo profano que nos constituye como especie y que define nuestra cultura.

No ha faltado quien señale que el arte es el lado oscuro de la razón. Puede ser. En cambio, resulta la expresión más luminosa de la existencia. Decía Oscar Wilde que “el secreto de la vida está en el arte”. En efecto: la obra de arte tiene la facultad de revelar lo que la razón no alcanza a explicar, porque el arte hunde sus raíces en lo más profundo y remoto del ser para trascenderlo hasta la región más elevada de la ontolo-gía: la creación. El arte abre la posibilidad de volvernos a crear a nosotros mismos –es decir, de alcanzar un destello de divinidad– porque a través del arte nuestra presencia física se transfigura en representación simbólica, adquiere significación.

Se trata, en efecto, del poder de la representación del ser y del mundo, vale decir, del ser-en-el-mundo, a través de la imagen estética. Porque aquello que crea el artista es una imagen cuya configuración requiere de todas las fuerzas –técnicas, emotivas, sensuales y materiales– de la inventiva humana, al tiempo que presupone la presencia del otro: aquél o aquéllos que completan la obra, ya que verla o presenciarla es par-ticipar de ella. En otras palabras: se trata no de un medio, sino de un verdadero acto de comunicación.

Por ello, la obra de arte constituye una forma por la cual podemos expresar la verdad de otro modo y, al mismo tiempo, que nos permite comprender lo que se oculta detrás de esa verdad. De hecho, si el mundo de la razón se hace visible en la ciencia, la razón del mundo, es decir, la creación, se revela en el arte. Y en todo esto no deja de haber una paradoja notable porque, a fin de cuentas, lo más que la ciencia puede ofrecernos –con Plank, Einstein y Heisenberg– es un universo relativo y lleno de indeterminaciones; el arte, en cambio, nos revela –con Goya y Picasso, Siqueiros y Munch– un universo absoluto.

Si además tomamos en cuenta que apenas son poco más de 150 años los que separan la primera edición de la Crítica de la Razón Pura del inicio de la Segunda Guerra Mundial, (en términos históricos, un instante) es legítimo preguntarse: ¿ hay mejor crítica a la razón pura que la urgencia brutal y monocromática del Guernica de Picasso? ¿Qué mejor diagnóstico del malestar en la cultura, de la inmensa soledad del individuo en la sociedad de masas, que la silenciosa angustia del Grito, de Munch? Tal vez por ello nos pida Flaubert que amemos el arte: “De todas las mentiras”, sostiene, “es, cuando menos, la menos falaz”.

II

Es el significado de esa mentira el que nos interesa y el que mueve a Julio Amador a escribir un libro que, más allá de la pura razón estética –a fin de cuentas Kant también escribió su Crítica al Juicio– se abre al complejo tejido que relaciona el arte consigo mismo y el arte con la vida, es decir, el arte con el mundo. Se trata de una relación cargada de significado que en el caso de las artes visuales, objeto de este libro, adquiere una complejidad particularmente amplia e intensa.

En El ascenso del hombre2, Bronowski señala que si algo sabemos de nuestros más remotos antepasados se debe, en buena medida, a las pinturas rupestres fijadas en los muros de cuevas como las de Lascaux y

1 Con Goya, no debe olvidarse al Marqués de Sade, otro contemporáneo que, a diferencia del pintor, llevó la idea de la razón pura hasta sus últimas consecuencias: la exacerbación del deseo individual como la expresión más perfecta del estado natural del ser humano, construyendo así una suerte de crítica involuntaria de la razón fetichizada. Antes que ellos, Gian Baptista Vico había hecho notar que la razón empírica de la ciencia, tal y como la puso en marcha Galileo, no corresponde plenamente ni al modo de ser del hombre ni al modo de aproximarse al estudio del hombre. Antes que la explicación racional, la ciencia del hombre –la Nueva Ciencia– debía plantearse la comprensión. Más que meramente describir, se trata de interpretar. 2 Jacob Bronowski, El ascenso del hombre, México, Fondo Educativo Interamericano, 1979 (vid. en particular, pp. 54 a 56).

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Altamira. Estas obras nos indican ya el valor sagrado que tenía el representar en una imagen ya no sólo una “escena” o una impresión del mundo, sino una presencia cuya esencia quedaba fija en la estructura perdurable de la piedra. Porque entre las primeras imágenes que se tienen registradas de nuestros antepasados no sólo hay representaciones de animales (bisontes, gacelas, bovinos), sino también de esa parte del ser humano que, a un tiempo, lo libera de su animalidad y lo une con lo divino: la mano.

En una observación que se correlaciona con el espíritu del libro de Amador, Bronowski argumenta que las imágenes rupestres de estas manos no son mera reproducción de una extremidad humana, ni un intento de calcar el cuerpo. Se trata, más bien, de un modo de afirmar la identidad del ser y de conferirle un grado de eternidad; las imágenes en las cuevas (como los murales y los lienzos que habrían de venir después) son parte de una acción que busca proyectar la experiencia vivida, que es efímera, hacia el futuro, al tiempo que hace presente su pasado. ¿No es ése el problema del tiempo, vale decir, de la cultura?

Es, cuando menos, lo central en el libro de Amador. En su análisis y recorrido por las artes, nos lleva a enten-der algo que es central para toda crítica y para toda comprensión estética: el arte NO imita, no es el intento de reproducir de manera más o menos fidedigna una pléyade de objetos. El arte, ante todo, es una representación, o, para decirlo con Octavio Paz, un teatro de signos. Una de las partes mejor logradas del libro de Amador nos refiere, precisamente, a esa relación del arte con lo sagrado o, mejor, del arte como mediación entre nuestra condición efímera y lo sagrado como perdurabilidad más allá de nuestro tiempo inmediato.

La producción artística, entonces, no sólo es un problema de progresión técnica y de destrezas individuales de los artistas, sino que constituye un plano de mediación entre el mundo y el ser, un espacio intermedio entre lo profano (lo mundano, lo banal) y lo sagrado, aquello que nos trasciende y en cierto sentido nos redime. Por eso, sostiene el libro, la significación de los objetos de arte sólo se hace posible en la medida en que se abra a su percepción por parte de un espectador que es, siempre y ante todo, un actor social y un sujeto cultural. La interacción entre la obra de arte como producto u objeto ya creado y su percepción por un sujeto observador que, ubicado en el tiempo, se vuelve partícipe de la obra al hacerla presente a través de su mirada, constituye el proceso de significación que le interesa desentrañar a Julio Amador en su libro.

Creo que esta distinción es fundamental, porque separa la aproximación hermenéutica que desarrolla Amador, de la propuesta semiótica que tradicionalmente tiende a ver el sentido del arte sólo en la estruc-tura y los códigos internos de la obra, excluyendo del problema de la significación tanto al creador como al observador de la obra. El acto semiótico por excelencia –el llevar el análisis de la estructura interna de la obra a los planos sincrónico y sintagmático– implica abstraerla del tiempo, es decir, del momento y de las condiciones en que ésta fue producida y del momento y de las condiciones en que la obra es observada. Con-secuentemente, la semiótica se ve obligada a ‘cerrar’ la obra como un sistema de códigos autoreferencial.

La apuesta de Amador es otra. Por mucho que el análisis formal, semiótico, de la estructura interna de la obra nos revele algo de ésta en términos de códigos y de las relaciones binarias entre significados y signifi-cantes, el sentido de la obra sólo se completa en la relación viva entre el creador y el espectador. Desde esta perspectiva, la obra de arte cumple una función simbólica en la medida en que es un punto de mediación entre dos entidades humanas. Si el creador ya hizo lo suyo al producir la obra, el espectador también tiene que poner de su parte para completar esa mediación y participar en la construcción de su significado.

Aprender a ver el arte –educar el ojo, decía Stendhal– es, entonces y en buena medida, aprender a ver. ¿Por qué? Porque ver una obra de arte no es un acto pasivo de recepción; un mero quedarse frente un objeto inerte que no nos dice nada. Toda obra de arte despierta una suerte de respuesta, genera una posición, ya sea de aceptación o de rechazo, o incluso de aparente indiferencia, que también es un modo de situarse frente al mundo.

Siguiendo a Kandinsky, Amador sostiene que no hay arte que pueda ser visto objetivamente, porque todo arte es hijo de su tiempo, como también lo es el que observa. Al ver una obra de arte, entonces, llevamos a

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cabo una acción cargada de sentido: la de comprender. Ponemos en juego todo aquello que nos define y todo el conjunto de referentes culturales y simbólicos que nos configura; y ese poner en juego es, precisamente, interpretar, vale decir, tratar de lograr una convergencia entre nuestro horizonte y el horizonte de la obra.

No es un mérito menor de este libro abrir al lector a la relación intrínseca que existe entre la obra de arte y nuestro estar, nuestro ser en el mundo. Aun cuando el subtítulo parecería sugerirlo, este libro no es un recetario, ni es tampoco un manual –al estilo de la entrañable Martha Harnecker– o un catálogo razonado de significaciones prefiguradas, a los que un lector perezoso podría acudir para ‘saber’ qué representa, por ejemplo, el óleo Blanco sobre blanco, de Malevich, exhibido en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

El que quiera encontrar en este libro respuestas definitivas o un índice de significados simbólicos prêt à porter (i.e., cada vez que aparece un caballo blanco quiere decir…), está perdido. Tampoco es una compila-ción sintética de la historia del arte, aun cuando hay referencias muy importantes a este campo y a varios de sus teóricos, comenzando por Panofsky, con cuyas reflexiones sobre la relación entre la forma y el fondo de la obra arte comienza la aventura de este libro. Lo que el lector sí encontrará en esta obra es un trabajo de reflexión, serio y profundo –al mismo tiempo didáctico y legible– que nos acerca o, para usar un término taurino, nos pone en suerte lo que implica ver el arte.

Así, en principio me atrevo a definir esta obra como una introducción a las normas mínimas de una urba-nidad estética que, más allá de llevarnos a una erudición muchas veces innecesaria, nos ofrece elementos de reflexión para iniciar, cada quien, esa labor interpretativa en la que se combinan inteligencia y sensibilidad –objetividad y subjetividad– para construir, para elaborar una comprensión posible de la obra de arte, es decir, para tratar de compaginar el horizonte significativo de la obra con el horizonte significativo desde el cual la vemos. Precisamente la virtud de este libro es que nos ofrece elementos de reflexión para facilitarnos el hacer consciente ese proceso de comprensión, ya que nos acerca a una teoría del arte no como compendio de erudición exquisita, sino como parte de una actitud vital.

El arte en general y, en particular, el arte visual, nos remite a imágenes que hablan callando; que descubren encubriendo. Más que decirnos una sola cosa nos obligan a participar de su estructura, de su materialidad, para descifrar las posibilidades de una verdad tentativa. Con ello, por cierto, nuevamente se manifiesta la capacidad que tiene el arte para revelarnos la verdad de otro modo. La necesaria relación dialógica entre la obra de arte y su espectador expresa una condición fundamental del entendimiento que la física, la más exacta de las ciencias, apenas acaba de comprender en las primeras décadas del siglo xx: el observador modifica lo observado.

III

Este libro está escrito con una doble autoridad, en el más puro significado que se confiere a este término, es decir, el de ser autor de algo. Por un lado, la que proviene del trabajo académico e intelectual de Julio como antropólogo, arqueólogo e investigador en humanidades, que no es sino ese vasto campo en el que convergen todas las disciplinas sociales.

Dentro de este campo, Julio ha desarrollado una intensa y extensa labor en torno de la hermenéutica y del símbolo como problema central de la cultura misma. Las referencias a Cassirer, a Durand y a Geertz; a Heidegger y a Gadamer y, desde luego, a Ricoeur –no sólo en este libro sino en otras obras de Julio–, dan cuenta de esta formación histórico-antropológica que enriquece la perspectiva del libro, de tal suerte que, independientemente de su valor para la comprensión de las formas estéticas, los temas que trata y los au-tores que cita convierten esta obra en un texto de utilidad para la sociología de la cultura, la antropología, el análisis histórico y, acaso de manera muy singular, para la comunicación.

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Por otro lado, el libro también goza de la autoridad de quien es un creador de arte. La aparición de este texto felizmente coincidió con Lugares Olvidados, la exposición de pinturas y esculturas realizadas por el propio Julio en el Museo Anahuacalli. También en este campo, Amador ha desarrollado una extensa labor, que abarca diversas formas de producción artística: desde la pintura y la escultura, hasta las formas efímeras de la instalación.

No es fácil encontrar en quienes habitan esta suerte de esquizofrenia, la lucidez profunda que expresa el libro de Julio Amador. Tal vez porque en él la producción estética y la reflexión teórico conceptual no son cosas distintas sino, por el contrario, modos de conciencia práctica a partir de los cuales Julio entiende y vive la vida. Por eso, no creo faltar a la verdad si digo que mucho de lo que aquí propone el autor, con sus matices, también vale para acercarnos a la música y a la poesía. De hecho, el mérito loable del libro de se recoge en un epígrafe de Octavio Paz que, aun cuando contiene reminiscencias de la admiración de Paz por el estructuralismo, parece haber sido escrito para este texto: “El valor de un cuadro, de un poema o de cualquiera otra creación de arte se mide por los signos que nos revela y por las posibilidades de combinarlos que contiene. Una obra es una máquina de significar.”3

3 Octavio Paz, Apariencia desnuda, la obra de Marcel Duchamp (el Castillo de la pureza), México, Editorial Era, 1976.

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José Arturo Durán [email protected]

Politólogo. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, con orientación en Ciencia Política, por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Es profesor –investigador en El Colegio de Veracruz. Sus líneas de investigación son: procesos de información y seguridad en telecomunicaciones, sistemas de regulación de la red en México, metodologías de la investigación y teorías de la comunicación y propaganda política. Es autor de Opinión, conciencia y espacio público, un acercamiento a la obra de Reinhart Koselleck; La Astucia del Jabalí: del topos al polemos. Apuntes para leer a Hobbes, Maquiavelo y Shakespeare; La importancia de la tecnología en la formación de los nuevos servicios; El debate actual de las ciencias sociales; La Malinche en el laberinto de Octavio Paz; Hacia una nueva idea de tecnología en las sociedades contemporáneas.

José Alberto Sánchez Martínez [email protected]

Comunicólogo. Maestro en Comunicación con orientación en Nuevas Tecnologías por la unam y candidato a doctor en Ciencias Sociales con orientación en Comunicación y Política con especialidad en Comunicación Virtual por la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco de donde es profesor-investigador del Departamento de Relaciones Sociales. Su principal línea de investigación es: educación, cultura y procesos sociales. Es colaborador de la revista digital de estudios literarios Espéculo, de la Universidad Complutense de Madrid y autor de un Blook llamado Imágenes de la palabra bajo una editorial independiente de poesía, así como de dos libros de poesía y dos novelas, inéditos aún.

Inés Cornejo [email protected]

Comunicóloga. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación por la unam. Es profesora-investigadora en el Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II. Es autora del libro Apuntes para una historia de la radio indigenista en México.

María Elena de Jesús Meneses [email protected]

Politóloga y periodista. Maestra en Ciencia Política por la unam y profesora del Departamento de Comuni-cación y Periodismo del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México y directora de la licenciatura en Periodismo y Medios de Información en la misma institución. Sus líneas de investigación son: periodismo, medios de comunicación, comunicación política y nuevas tecnologías de la información. Fue corresponsal en México de la cadena televisiva Univisión y trabajó como freelance para cadenas de televisión estado-unidenses como la Hispanic Broadcasting Company (hbc) y el NoticiarioTelemundo-cnn. Es cofundadora y miembro del consejo directivo del Centro de Periodismo y Etica Pública, cepet.

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Luz María Garay [email protected]

Comunicóloga. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Actualmente se desempeña como profesora de tiempo completo en la Universidad Pedagógica Nacional. Sus líneas de investigación son: estudios sobre medios de comunicación y tecnologías de información y comunicación en la educación. Ha impartido numerosos cursos en los niveles profesionales y de posgrado de distintas universidades y participado como ponente y conferencista en numerosos encuentros académicos.

Gabriel Pérez [email protected]

Comunicólogo. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación por la unam y profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila. Sus líneas de investigación son: la brecha digital, la sociedad de la información y los usos socialmente significativos de la tecnología. Es autor de diversos artículos y capítulos en libros, como “Estrategias alternativas de distribución de contenidos digi-tales” (2010) y “Hacia una tecnología socialmente significativa” (2009). Es además coautor del libro Acceso tecnológico: Una reinterpretación de la biblioteca pública mexicana (2006).

Delia María Crovi [email protected], [email protected]

Comunicóloga y latinoamericanista. Doctora en Estudios Latinoamericanos. Es profesora de tiempo com-pleto Titular “C” de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II y directora científica de la Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura. Sus líneas de investigación son: tecnologías de información y comunicación, sociedad de la información y el conocimiento, comunicación y educación. Autora de varios libros, así como de artículos en revistas especializadas. Entre ellos, destacan: Comunicación educativa y mediaciones tecno-lógicas, (2007); Bitácora de viaje. Investigación y formación de profesionales de la comunicación en América Latina (2005); Periodismo digital en México (2005); Educar en la era de las redes (2005) y Sociedad de la infor-mación y el conocimiento. Entre lo falaz y lo posible (2004).

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Colaboradores

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Jéssica Retis [email protected]

Comunicadora y latinoamericanista. Doctora en América Latina Contemporánea por el Instituto Uni-vesitario de Investigación Ortega y Gasset, España. Es, actualmente, profesora en la Universidad Estatal de California en Northridge, EEUU, donde codirige el Centro para Medios Étnicos y Alternativos (CEAM). Sus líneas de investigación son comunicación política, sociología de la producción de medios, propaganda política y medios, análisis crítico del discurso, comunicación intercultural, movimientos migratorios lati-noamericanos, diáspora latinoamericana en España y medios de comunicación étnicos en España y Estados Unidos. Es autora de varios libros y numerosos artículos especializados, entre ellos: “En torno a las políticas informales de inmigración en España: el espacio mediático del discurso legal” (2209); Espacios mediáticos de las migraciones en Madrid. Génesis y evolución (2008) y Inmigración y medios de comunicación. Aproximaciones y propuestas para las buenas prácticas periodísticas (2008).

Paola Garcí[email protected]

Hispanista y socióloga. Doctora en Estudios Hispanos y Latinoamericanos por la Universidad de París 8 y en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, España. Actualmente es profesora de la Universidad d’Avignon et des Pays du Vaucluse, Francia y miembro del grupo de investigación francés Identités cultu-relles, Textes et Théatralité. Sus líneas de investigación se centran esencialmente en torno a los cambios identitarios y religiosos en el marco de los procesos migratorios. Es autora de artículos y libros sobre los temas de su especialidad, entre ellos: Migrations, Identités et intégration sociale et Religieuse, Argentins et Equatoriens en Espagne (1998-2006) (2010) y “Argentins et Équatoriens: deux modes de construction iden-titaire” (2006)

José Ángel Garfias Frí[email protected]@yahoo.com

Comunicólogo. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación por la unam, de donde es también profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Sus líneas de investigación son: videojuegos, tecnologías de la información y comunicación, publicidad y lucha libre. Es autor de numerosos artículos especializados y capítulos en libros, entre ellos: “La inteligencia colectiva en las comunidades de videojugadores en línea” (2009); “Comunidades de videojugadores como sistemas emergentes autoorgani-zados” (2008) y “Política y videojuegos” (2006).

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Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales

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Felipe Neri López [email protected]

Comunicador y politólogo. Estudios de doctorado concluidos en la Universidad de Cambridge y candidato a doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la unam de donde es profesor de tiempo completo en la fcpys. Sus líneas de investigación son: epistemología de las ciencias sociales y teoría de la comunicación; formas y procesos simbólicos (semiótica y hermenéutica de la comunicación); discurso, diálogo e interacción social y ciudadanía y cultura política. Es autor de diversos artículos y libros, entre ellos: El Concepto de cultura política y los medios de información en México (coord.) (2009); Intertextos, la significación de lo político en el discurso periodístico en México (2009) y Las tradiciones populares en México (de fiesta en fiesta) (2003).

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Instrucciones

para los Colaboradores

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Instrucciones para colaboradores

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Instrucciones para colaboradores

1. Exclusividad. • Los trabajos enviados a la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales (rmcpys) deberán ser inéditos

y sus autores se comprometen a no someterlos simultáneamente a la consideración de otras publicacio-nes.

• Podrán ser aceptados artículos en cualesquiera otros idiomas. La traducción de los mismos al castellano quedará bajo la responsabilidad del o de los autores.

• En casos autorizados expresamente por el Consejo Editorial, se podrán publicar traducciones de colabo-raciones aparecidas en otros órganos editoriales.

• Todo artículo, sin excepción, tendrá que ser dictaminado por el sistema ‘doble ciego’.

2. Evaluación.Todo artículo, salvo determinación del Consejo Editorial, deberá pasar por el requisito de arbitraje por pares. El sistema que la Revista utiliza en estos casos es el denominado “doble ciego” en el cual el nom-bre del autor permanece anónimo a los dictaminadores así como el de éstos al autor. En caso de que el artículo en cuestión obtenga dos dictámenes positivos, el trabajo podrá ser publicado siempre y cuando su contenido sea compatible con los tiempos, líneas editoriales y temáticas que la Revista dicte en su momento. Dos dictámenes negativos, cancelarán tal posibilidad. En caso de un positivo y un negativo, el artículo será turnado a un tercer árbitro cuyo dictamen será definitivo e inapelable. Si los dictámenes resultaran condicionados, el o los autores deberán atender puntualmente las observaciones, adiciones, correcciones, ampliaciones o aclaraciones sugeridas por los árbitros. Una vez que el artículo sea corregido a satisfacción de los dictaminadores será, entonces, considerado publicable.

3. Naturaleza de los trabajos.Deberán ser preferentemente resultado o avances de investigaciones originales o de alto nivel sobre cuestiones relacionadas con las ciencias políticas y sociales. En su calidad de revista multidisciplinaria, abarca estos grandes campos del conocimiento:

• Instituciones, órdenes de gobierno y procesos políticos

• Administración y gestión de lo público. • Políticas públicas. • Estado, instituciones y procesos políticos. • Actores, movimientos y procesos sociales. • Cultura, sociedad y política.

• Comunicación política y opinión pública • Comunicación y cultura. • Comunicación e innovaciones tecnológicas • Sociedad internacional, actores y estructuras. • Regiones, instituciones y diversidad. • México, política exterior y contexto internacional. • Relaciones México-Estados Unidos.

4. Características de los trabajos. • Deberán tener la forma y presentación de artículos. • Deberán ser escritos usando letras mayúsculas y minúsculas claramente diferenciadas y no tener errores

mecanográficos. • Deberán tener una extensión de entre 15 y 35 cuartillas, tamaño carta, y deberán ser trabajados en el

formato Word para Windows, letra Times New Roman, tamaño 12, párrafo de 1.5

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Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales

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• El sistema de referencias bibliográficas que la rmcpys utiliza es el de humanidades (modalidad latinoa-mericana), donde se incluyen a pie de página tanto notas aclaratorias como las referencias biblio-heme-rográficas que contenga el texto. Éstas deberán estar debidamente redactadas, elaboradas y numeradas de acuerdo al siguiente modelo:

Shmuel Almog, Sionismo e historia, Jerusalén, Magness Press, 1982.

Steven Martin Cohen y Arnold M. Eisen, The Jew Within: Self, Family and Community in America, Bloomingto, Indiana University Press, 2000.

Judit Bokser Liwerant, et al., Identities in an Era of Globalization and Multiculturalism: Latin America in the Jewish World, Leiden/Boston, Brill Academic Publishers, 2008.

Luis Roniger y Mario Sznajder (eds.), Constructing Collective Identities and Shaping Public Spheres, Brighton, Sussex Academic Press, 1998.

Silvia Schenkolewski-Kroll, “La ‘conquista de las comunidades’, el Movimiento Sionista y la Comunidad Ashkenazí de Buenos Aires (1935-1949)”, en Leonardo Senkman y Silvia Schenkolewski-Kroll (eds.), Judaica Latinoame-ricana. Estudios Históricos, Sociales y Literarios ii, Jerusalem, amilat, Magnes Press, The Hebrew University of Jerusalem, 1993, pp. 191-201.

Steven Vertovec, “Conceiving and Researching Transnationalism”, in Ethnic and Racial Studies, vol. 22, n° 2, 1999, pp. 1-20.

Si el autor utiliza algún otro sistema (como el de humanidades de Chicago o el de autor-fecha de Chicago, Harvard, apa, aaa, o cualquiera otro similar), tendrá que modificarlo de acuerdo a los lineamientos antes señalados.

• Deberá incluirse la bibliografía utilizada y de referencia al final del trabajo. Ésta deberá citarse de acuerdo al sistema antedicho de la siguiente manera:

Carpintero, Óscar, Entre la economía y la naturaleza, Madrid, Libros de la Catarata, 1999.

Harvey, David, Justice, Nature and the Geography of Difference, Oxford, Blackwell, 1996.

García Selgas, Fernando y Ramón Ramos Torre, Retos actuales de la teoría social: globalidad, reflexividad y riesgo, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1999.

Ojeda Revah, Mario, “Vicente Fox, el rompimiento de facto con Cuba”, en Foro Internacional, vol. XLVII, núm. 4, octubre-diciembre de 2007, pp. 868-894.

Roniger, Luis y Mario Sznajder (eds.), Constructing Collective Identities and Shaping Public Spheres, Brighton, Sussex Academic Press, 1998.

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Colaboradores

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Schenkolewski-Kroll, Silvia, “La ‘conquista de las comunidades’, el Movimiento Sionista y la Comunidad Ash-kenazí de Buenos Aires (1935-1949)”, en Leonardo Senkman y Silvia Schenkolewski-Kroll (eds.), Judaica Lati-noamericana. Estudios Históricos, Sociales y Literarios ii, Jerusalén, amilat, Magnes Press, Universidad Hebrea, 1993, pp. 191-201.

• Si en el artículo aparecen cuadros, gráficas o tablas, deberán estar presentados de manera nítida y con caracteres, trazos o dibujos claros. Se deberá explicitar la fuente de los mismos a pie de cada uno de ellos. Asimismo, el autor deberá indicar, con la llamada respectiva, el lugar preciso en el que desea que aparezcan en la versión editada.

• Las reseñas deberán realizarse sobre libros que no tengan más de dos años de haber sido publicados. Su extensión no excederá las ocho cuartillas. Este tipo de trabajos no necesita del requisito de dictamina-ción y podrán ser publicados de acuerdo a los tiempos y criterios que determine el Consejo Editorial.

5. Resumen y abstract.Se requiere incluir un resumen del artículo con una extensión de 160 palabras aprox., tanto en español como en inglés (abstract). Debe comprender todos los conceptos importantes del trabajo y sus correlaciones, al igual que plantear las principales conclusiones. El resumen y el abstract serán colocados al principio del artículo.

Así también, se deberán incluir las “palabras clave” que se consideren pertinentes e irán colocadas inmediatamente después del resumen y abstract.

6. Corrección y Edición.La Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales se reserva el derecho de incorporar los cambios editoriales y las correcciones de estilo que considere pertinentes de conformidad con los criterios del editor y de su consejo de redacción.

7. Cesión y Difusión.La publicación del artículo implica a su vez la cesión del derecho del (los) autor(es) a favor de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como su permiso a difundirlo por los medios que se consideren pertinen-tes, ya sean éstos impresos, electrónicos o cualesquiera otros.

8. Formas de entrega y número de ejemplares. • Se entregarán tres ejemplares impresos: un original y dos fotocopias de buena calidad. • Además, se deberá entregar el archivo electrónico del trabajo sea en disco de de 3 ½, disco compacto o,

si se prefiere, enviarlo vía correo electrónico a las direcciones especificadas en el punto nueve.

9. Identificación. • En la carátula del trabajo se indicará el título, así como la fecha de elaboración, se deberá omitir el

nombre del autor para guardar su anonimato durante el proceso de dictaminación. • En cada colaboración se deberá entregar una hoja separada con los siguientes datos:

• Título del trabajo. • El nombre del autor o de los autores.

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Colaboradores

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• Una breve semblanza curricular (160 palabras aprox.) del autor o autores, donde se destaque: último grado académico y dónde lo obtuvo; experiencia académica y de investigación; experiencia profesional y publicaciones más recientes.

• Indicación del domicilio, lugar de trabajo, teléfonos, faxes y cualquier otro dato que permita la rápida localización del o los autores.

• Dirección de la institución de adscripción del o los autores.

10. Envío.Las colaboraciones deberán enviarse a:

Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, edificio F, planta baja, Circuito Mario de la Cueva, s/n, Ciudad Universitaria, Copilco Coyoacán, c.p. 01045 o bien, entregarlas al licenciado Felipe Pozo, editor responsable de la rmcpys, en esta misma dirección o a los siguientes correos electrónicos:

[email protected];[email protected]

11. Devolución de originalesLa rmcpys no se hace responsable por la devolución de originales.

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Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, núm. 209,editada por la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias

Políticas y Sociales de la unam. Se terminó de imprimir el 6 de agosto de 2010, en los talleres de Editores e Impresores Profesionales edimpro, S. A. de C. V.,

Tiziano 144, Col. Alfonso xiii, Delegación Álvaro Obregón, C. P. 01460, México, D. F. El tiro consta de 1 000 ejemplares impresos mediante Offset

en papel bond ahuesado de 75 gramos. El diseño y formación fueron realizados por Marco Antonio Pérez Landaverde. Cuidado de la edición: Felipe Pozo.

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