El Gabinete de Arqueología e Historia NAVARK, S.L. presenta con este texto losprimeros resultados de la intervención arqueológica desarrollada en los terrenos delantiguo convento benedictino de Santa María Magdalena de Lumbier. Consistió enuna excavación y en un seguimiento de obra con carácter de urgencia tras el inicio delas obras de construcción de un conjunto de viviendas y aparcamientos en dichosterrenos. La intervención se ha llevado a cabo por encargo de la empresa promotorade la construcción, a instancias de la Institución Príncipe de Viana.

La actuación arqueológica se llevó a cabo en dos fases, en diciembre de 1999y entre mayo y junio de 2000. Queda por llevarse a cabo la tercera y última, desti-nada a documentar los restos existentes bajo el mosaico y los que puedan aparecerdurante la continuación de las obras.

Las conclusiones que se expongan en este documento habrán de verse comopuntos de partida para la interpretación final de una intervención arqueológica queaún no ha finalizado.

Introducción

La villa de Lumbier se sitúa en un cerro residual de las terrazas fluviales del Iratide mediana altura. El cerro se alza cerca de la confluencia de los ríos Irati y Salazar,

* Director de las excavaciones. Formaron parte del equipo Lourdes Abellana Riera, Susana AstizSuberviola, Eduardo Armendáriz Aramendía, Mariano Sinués del Val y Naiara Zubillaga Ozaita(arqueólogos), Berta Balduz Azcárate (restauradora) y M.ª José Lana Lana (aparejadora). C

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Cæsaraugusta, 78. 2007, pp.: 521-534ISSN: 0007-9502

Excavaciones en la ciudad romana de Ilumberris (Lumbier, Navarra)

Mikel RAMOS AGUIRRE*

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E con un manifiesto valor estratégico, otorgándole el control visual de toda la comar-ca, así como de los accesos naturales hacia la Cuenca de Pamplona y al Pirineo. Laestructura urbana del casco histórico conserva la huella de la villa murada medie-val, aunque hoy día apenas se conservan restos de la cerca. La villa se estructura entorno a un eje central (Calle Mayor) hacia la que confluyen diferentes calles secun-darias formando algo parecido a una retícula.

El convento de las Madres Benedictinas de Santa María Magdalena estabaemplazado al sur del eje principal y en el límite de lo que podríamos considerarcomo núcleo histórico de la villa, adaptando parcialmente su traza a la de las anti-guas «murallas». A la esquina de la villa donde se situaba el convento se accede porun camino que cruza el río Salazar por el Puente de las Cabras, de cronología enprincipio medieval.

El marco geográfico

Lumbier se encuentra asentado en la cuenca prepirenaica de Lumbier-Aoiz,que se integra, desde el punto de vista hidrológico, en la cuenca del Irati y susafluentes Erro, Urraul y Salazar. Como otras cuencas prepirenaicas navarras es unacubeta sinclinal, con relieves estructurales dominantes en el centro y en su periferia.Merece la pena destacarse la existencia de varios niveles escalonados de terrazas flu-viales y de glacis de erosión. El clima dominante es de transición entre el medite-rráneo continental del Valle del Ebro y el clima cantábrico del noroeste.

El marco histórico

Las noticias referentes a la presencia romana en Lumbier son escasas y podríanconcretarse en seis datos, por otro lado muy significativos (véase figura 1):

En la lista de las comunidades del Conventus iuridicus caesaraugustanus elabora-da en la primera mitad del siglo I d. C. por Plinio el Viejo, figuran, con el estatutode estipendiarios, los Iluberritani1. Tradicionalmente se han identificado con la loca-lidad de Lumbier como el centro principal de esta comunidad.

J. Altadill aventuraba la hipótesis de la existencia de una vía que comunicaríael Summus Pyraeneus con la ciudad romana de Cascantum. Se iniciaría en las proxi-midades de Burguete o Roncesvalles, seguiría por la cuenca del río Urrobi, por sumargen derecha, hasta su unión con el Irati, que cruza entonces en Aoiz, de dondemarcha, por la margen izquierda, por Murillo y Artieda hasta alcanzar Lumbier,lugar donde vuelve a pasar a la derecha del Irati (figura 1)2.

El mismo autor menciona la recuperación en el término de Lumbier, en la pri-mera década de este siglo, de fragmentos de mosaico multicolor y de monedas «deltiempo de los Césares»3.

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1. PÉREX AGORETA, M.ª, Los vascones (El poblamiento en época romana), Gobierno de Navarra, Pamplona,1986, pp. 55-56.

2. ALTADILL, J., «De Re Geographica-Historica. Vías y vestigios romanos en Navarra», Homenaje aD. Carmelo Echegaray, San Sebastián, Diputación de Guipúzcoa, 1928, pp. 49-50.

3. Ibidem, p. 51

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FIG. 1. Situación de Ilumberris en el contexto romano del Valle del Ebro.

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E Frente a la tapia del convento, al Sudeste, se alza una estructura de opus cae-menticium conocida en el lugar como la «Canterica de los Moros». Es evidentemen-te obra romana, pero hasta ahora se desconocía su función de modo que se aven-turó que fuese la muralla medieval, una posible torre romana o parte de un teatroromano4.

En el año 19415 se localizó en el jardín del convento un mosaico romano, enel momento de efectuar las obras de la enfermería, estudiado años después porM.ª A. Mezquíriz. Se trata de un mosaico bícromo en blanco y negro, fechable enel siglo II d. C. por sus características estéticas6.

En el año 1995, ante el anuncio de la venta del convento y sus terrenos para laconstrucción de viviendas, la Institución Príncipe de Viana encargó, en concursopúblico, la realización de catas arqueológicas en la huerta para comprobar el empla-zamiento del mosaico arriba señalado y las trazas de romanización. Los resultadosde esta excavación realizada por NAVARK S.L. confirmaron la existencia de restosromanos en el espacio del convento: una estancia solada con un pavimento opus sig-ninum, delimitado al Sur por un potente muro que daba a un fuerte declive relle-nado modernamente. La cronología se situaba en torno a los siglos I y II de nuestraEra. Además se recogieron diversos datos sobre la topografía antigua de la zona.

Lumbier fue habitado continuadamente a lo largo de la época medieval. Lostestimonios nos hablan de un poblamiento de cierta importancia ya en el siglo X,que para el siglo XII contaba con instituciones administrativas propias de núcleosurbanos, aforada en el siglo XIII, con estatuto de buena villa en la siguiente centu-ria, y que en el siglo XV gozaba del derecho de celebrar dos ferias anuales7.

En el último cuarto del siglo XVI las monjas benedictinas del antiguo monas-terio de Santa Magdalena de Lisabe, sito en las proximidades de Lumbier, se trasla-daron a la villa. El nuevo convento se instaló entre 1582 y 1601 en la calle SanFelices, en el núcleo urbano y junto a las murallas, en un solar antes ocupado porviviendas particulares y huertas8. Su iglesia se construyó entre 1670 y 1674. Estuvoocupado ininterrumpidamente (excepto en 1794 y el período de 1837 a 1840)hasta su abandono en 1991 por el traslado de las monjas a un nuevo convento enAlzuza9.

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4. GARCÍA OTERO, J. M.ª (dir.), El arte en el Camino. Un recorrido artístico por el Camino de Santiago,P.G.R.S.A., Madrid, 1999, p. 44.

5. REBOLÉ DEL CASTILLO, E., Historia de la villa de Lumbier-Ilumberri, Ayuntamiento de Lumbier, Lumbier,1988, p. 50.

6. MEZQUÍRIZ, M.ª A., «Prospecciones arqueológicas en Navarra II», Príncipe de Viana, 118-119,Pamplona, 1970, p. 66; en realidad tiene tres colores: blanco, negro y rojo.

7. Información más detallada en REBOLÉ DEL CASTILLO, E., Historia de la villa de Lumbier-Ilumberri,pp. 57-104.

8. REBOLÉ DEL CASTILLO, E., Historia de la villa de Lumbier-Ilumberri, pp. 341-360.

9. GARCÍA GAINZA, M.ª C. (dir.), Catálogo Monumental de Navarra IV.2, Merindad de Sangüesa. Jaurrieta-Yesa, Gobierno de Navarra, Pamplona, 1992, pp. 162-170.

Metodología

La excavación se ha llevado a cabo con el Método de Registro por ContextoSimple. Los materiales se han tratado de acuerdo al Finds Procedures Manual delMuseo de Londres.

Las circunstancias de la obra, premura por parte de la constructora, los grandesdesniveles existentes, las catas llevadas a cabo en 1995 (que mostraron la existenciade un desnivel hacia el Sur a partir de las estructuras romanas) y las catas hechas enel transcurso de los trabajos, motivaron el empleo de un método mixto manual ymecánico para retirar los rellenos, de una potencia en ocasiones cercana a los 5 m.

Resultados de la intervención

Una circunstancia que ha influido desfavorablemente en los resultados de laintervención es que la presencia de arqueólogos en la obra se inició cuando ya sehabían llevado a cabo grandes movimientos de tierra sin control alguno, a pesar delas disposiciones en contra. Por ello se han perdido partes importantes del asen-tamiento, como dos terceras partes del mosaico, un área desconocida de las estan-cias vecinas al mismo y el paquete estratigráfico existente sobre las mismas.

Para una mejor comprensión de la intervención hemos dividido el área en cua-tro sectores, aquellos en donde hay hallazgos (véase figura 2)10. En el resto del espa-cio conventual no se han detectado restos romanos durante nuestra presencia.

Zona de la antigua huerta

Han aparecido cuatro estancias alineadas una junto a otra en dirección Oeste-Este (fig. 2, n.os 1 a 5). Al Norte las delimita un muro, cuya anchura oscila entre 0,7y 0,8 m, que está instalado en la tufa natural. Al Norte del mismo y hacia el Oestesólo aparece la tierra natural. Da la impresión de que estas edificaciones fueronlevantadas adaptándose al declive natural, escalonándose en la pendiente.

Sus dimensiones nos son desconocidas excepto para la 1 y la 2, como veremos,pues están rotas por la excavación de la obra. Excepto la n.º 4, todas estaban sola-das en opus signinum, y se apreciaban claramente dos fases de ocupación, ambas conese tipo de pavimento. Desconocemos cómo se comunicaban entre sí y con lasáreas del Norte y del Sur, seguramente desde un nivel más elevado al Norte omediante un pasillo en el lado Sur. Este conjunto de estancias tenían relación conel conjunto de estancias construidas en opus caementicium.

En la tercera fase de la intervención se desmontarán estos suelos y podremosintentar obtener datos cronológicos más precisos. De momento sólo podemos darfechas genéricas, como veremos.

10. La numeración que aparece en la figura 2 es la misma que se ha empleado en el texto. CÆ

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FIG. 2. Planta general de los restos romanos aparecidos en el solar del convento de SantaMaría Magdalena de Lumbier (escala 1:300).

La estratigrafía es prácticamente inexistente pues sobre estas estructuras lasexcavadoras sólo habían dejado una capa de tierra y escombro de entre 10 y 15 cmde espesor, por otra parte muy removidos. Seguidamente describiremos sucin-tamente las dos más completas.

Habitación del mosaico

Rectangular, con su eje mayor orientado de Oeste a Este, con unas dimensio-nes que podemos estimar de entre 4,4 y 5 m de ancho y unos 7,4 m de largo. Lapared Norte fue totalmente destruida en época antigua por obras de plantación dearbolado, cuyas raíces aparecen a intervalos regulares en el hueco que ocupó sucimiento. La Sur ha desaparecido en las obras de construcción. La pared Oeste tienecerca de 1,13 m de ancho, está levantada en opus vittatum y revocada con argamasa.La pared Este es de opus caementicium. Estuvo decorada con mármol amarillo y conpinturas11.

El mosaico se asienta sobre una base de argamasa. La superficie conservada esde unos 10,36 m2, una tercera parte de la original (que sería de entre 32,5 y 37 m2).Está elaborado con teselas blancas, rojas y negras (azul muy oscuro), con decora-ción de tres motivos distintos: un encuadre consistente en rectángulos de colornegro enmarcados por filetes de color blanco que recuerdan a losas y un espaciocentral con los otros dos motivos. Uno se compone de rectángulos alargados conlados cóncavos y convexos dispuestos en diagonal y acomodados uno en otro, todoen blanco y negro, y el otro está formado por líneas blancas de doble fila que com-ponen esvásticas y cuadrados (que encierran una roseta geométrica); todo ello secentra alrededor de un cuadrado que encierra un motivo de nudo o lazo.

No se ha recogido ningún fragmento de cultura material sobre el mosaico quepermita fecharlo. Se trata del mosaico hallado en los años 40 y fechado12 en el siglo IIdespués de Cristo13. El espacio ocupado por el mosaico estuvo anteriormente sola-do con grandes losas de piedra (queda su impronta en la argamasa: medían 1 x 0,5 mcada una).

El canal bajo el mosaico

Bajo el mosaico se descubrió un canal de argamasa hidráulica que debió desa-guar hacia el Sur, aunque este extremo nunca podrá confirmarse por haber sido des-truido su final en la obra. Esta conducción se dirige bajo la habitación del mosaicoen dirección Noreste. Esperamos saber más de esta estructura en el momento en quese haga el seguimiento de las obras de desmonte de las estructuras romanas entorno al mosaico.

11. Junto a las paredes Oeste y Este se conservan in situ restos de las placas de mármol, y en el rellenode la zanja del muro Norte aparecen fragmentos de enlucido pintado.

12. MEZQUÍRIZ, M.ª A., «Prospecciones arqueológicas en Navarra. II», p. 66 y 67.

13. Este mosaico fue desmontado y trasladado a dependencias del Museo de Navarra a la espera de surecolocación en el lugar, según proyectos del Ayuntamiento de Lumbier. C

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E Habitación central o de 1995

Son los restos que quedan de la estancia excavada por NAVARK S.L. el año 1995.Es contigua al mosaico por el Oeste. De planta cuadrangular, con una esquina acha-flanada y dos muros que formaban un espacio por el Sur, limitada por un potentemuro que corría en diagonal del Sudeste a Noroeste y formaba un pasillo hacia lasala. Ahora sólo queda algo menos de la mitad y el resto ha sido destruido.

Sector en torno al claustro conventual

Durante los movimientos de tierra efectuados en el resto del convento no sehan detectado estructuras constructivas de época romana. Los únicos restos estruc-turales corresponden al convento.

El hallazgo más importante fueron siete sillares cuadrados, con labra romana,cuatro de los cuales aparecieron in situ y los otros estaban movidos por la excava-dora. Sus dimensiones oscilaban entre 0,6 y 0, 5 m, y un espesor desde 0,6 a 0,3. Sehallaron dispuestos en fila esbozando una especie de cuadrado en torno al claustro,a modo de peristilo, clavadas en la tufa hasta su superficie. Probablemente sirvieronde apoyo para elementos portantes desaparecidos14. Sobre ellos había una masa detierra gris, prácticamente estéril, en la que se hundían los muros del convento, apo-yados en la tufa.

Área del cementerio del convento

La esquina Sudeste de la huerta conventual estuvo ocupada por el cementeriodel convento hasta principios de 2000. Una vez retirados los restos de las monjas seexcavó esta zona y en ella se descubrió una gran estructura formada por una seriede muros elaborados en opus caementicium, que forman varias estancias, en concre-to cinco (figuras 3 y 4).

Se sitúan al Este y al Sur de las estancias anteriormente descritas (v. fig. 2) delas que cuatro son contiguas y la última queda un poco aparte. Las situadas al Estedebieron tener relación con la estructura romana llamada la «Canterica de losMoros», y sobre sus muros se asienta la tapia del convento.

Las estancias 1, 3, 4 y 515 tienen grandes dimensiones (2,56 x 6,40 m, 5 m x3,5 m, 7 m x 3,5 m y 10 m x 4,5 m, respectivamente) siendo la 2 la más pequeña,con 3 x 3 m, aproximadamente.

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14. En la esquina del claustro fue hallada una basa o capitel de piedra de estilo dórico, muy sencillopero de buena calidad. Se encontraba totalmente descontextualizada, en un relleno de épocamedieval o moderna.

15. Ha desaparecido el muro Norte de esta estancia 5, en época desconocida, seguramente antigua, demodo que las dimensiones de este espacio son aproximativas. Creemos que pudo ser destruidodurante tareas de plantación en la huerta conventual. Entre este ámbito y la habitación del mosai-co, colocada a una cota más alta, se ha detectado la existencia de una especie de vaguada, llena detierra y sin características especiales, que apoyaba en la tufa, todo ello a un nivel más bajo que elsuelo del canal de desagüe. En la tufa aparecen varios bloques de argamasa que no parecen ser otracosa que los restos de la argamasa de construcción vertidos en el suelo al final de una jornada detrabajo por los obreros romanos.

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FIG. 4. Lumbier-Ilumberris: Vista de la zona central del conjunto en la que se aprecian cla-ramente los contrafuertes; al fondo los restos de la «Canterica de los Moros».

FIG. 3. Lumbier-Ilumberris: Vista general de las estructuras de opus caementicium desde el Su-roeste.

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E Excepto en las estancias 2 y 5, no se ha encontrado suelo alguno en el resto delas estancias, ni huellas de mechinales o soportes donde sostenerlo. Por ello esosespacios aparecen como grandes y profundos huecos a manera de sótanos (fig. 5). Elespacio entre los muros estaba relleno con tierras aportadas y llegaba hasta la arcillanatural. La profundidad de estos huecos es variable y depende de la altura general delos muros, que desciende de Norte a Sur. Así en la 1 la profundidad es de 5 m, en la3 de 3 m y en la 4 de 2,5 m aproximadamente. En las paredes, por otra parte, no sevislumbra testimonio alguno de la presencia de suelos o niveles de ocupación, apesar de la altura de los muros. No hay nada que nos indique cuál era la zona decirculación. En la parte baja tampoco hay suelo, sólo la tufa en la que asienta lasestructuras, que está más alta en el Oeste que en el Este16.

En la estancia 2 y en la 5 el suelo estaba cubierto de argamasa romana de colordiferente a la de los muros (rosada frente a blanco grisáceo).

La anchura de los muros se encuentra en torno a 1 metro. En el lateral Sur elmuro de opus caementicium se apoya en un zócalo de sillarejo cogido con tierra queactúa como cimiento. Estos muros presentan en general al menos dos fases de cons-trucción. La más moderna es de piedras cogidas y revocadas con argamasa y la másantigua es de opus caementicium (y realizada en varias fases, al parecer). En las pare-des se aprecian claramente los huecos para el encofrado, huecos que atraviesan lapared de lado a lado, empleados para colocar los encofrados necesarios para la cons-trucción, formados por tablas de una anchura en torno a los 0,2 ó 0,25 m (fig. 6).

Debe señalarse que en las estancias 3, 4 y 5 los muros más meridionales pre-sentan contrafuertes, de planta más o menos cuadrada, y colocados con una ciertasimetría. Las estancias 3 y 4 tienen 3 centrales y dos de esquina, en tanto que la 5presenta 2 centrales, dos de esquina y uno en el lado Oeste. Los contrafuertes sobre-salen del muro en una distancia de 0,65 m. Como puede verse en la figura 2 todoel conjunto presenta una notable simetría.

Se ha considerado que la cronología de este conjunto es en principio romana,pero sin descartar recrecimientos y aprovechamientos en épocas posteriores, desdela propia romanización a momentos posteriores (Edad Media, Edad Moderna,cuando se levantó el convento, etc.).

El relleno que llenaba este espacio era muy homogéneo, tierra con algunas pie-dras, y en él se ha recogido cerámica de cronología moderna en cantidades no espe-cialmente grandes. Sólo en la zona inferior han aparecido algunos fragmentos decerámica romana, pero poco significativos en cuanto a precisiones cronológicas.

Finalmente debe señalarse que toda la pared Este de la tapia del conventoapoya en un muro de opus caementicium que es prolongación del muro Este de lasestancias arriba señaladas. El terreno al Oeste del mismo y hacia el convento no seha excavado todavía. Al exterior se conserva el alzado de esta pared hasta cerca de 3 my en ella se aprecian numerosas roturas y reparaciones, algunas de ellas muy moder-nas y burdas, hechas con cemento.

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16. Un detalle que acaso ayude a explicar la función de estos espacios es que en la parte baja de esasparedes la construcción fue poco cuidada, ya que en varios puntos se ve cómo el mortero desbordólos encofrados dejando gruesos rebordes irregulares, por lo que en principio puede suponerse queesos espacios no estaban destinados a ser vistos.

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FIG. 5. Lumbier-Ilumberris: En esta vista aérea se aprecia claramente la disposición generaldel conjunto y la profundidad de algunos de los ámbitos excavados.

FIG. 6. Lumbier-Ilumberris: Detalle de la estructura en el que se aprecian claramente las hue-llas del encofrado y uno de los mechinales.

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E La «Canterica de los Moros»

Formaría la séptima estancia del complejo antes descrito. Tiene planta rectan-gular, aunque sólo se conservan los lados Oeste (que forman las paredes orientalesde las estancias 1 y 4) y Este; los restantes han desaparecido, aunque parte de susrestos, que cruzaban la calle en forma de banco, fueron eliminados en los años 70.Nada sabemos de sus características (con o sin contrafuertes, etc.); igualmente tam-poco se sabe si esta estructura continuaba hacia el Norte en paralelo a la de la tapiadel convento.

La estructura tiene unas dimensiones máximas de 9,6 m (Oeste-Este) por 11,6(Norte-Sur), excluidos muros y contrafuertes. Los muros poseen un espesor de 1,2 m.

Es también obra de opus caementicium, con el muro Este formado por tres paños,separados por un espacio de cerca de 0,6 m. De uno de ellos ha desaparecido la mayorparte del alzado, pero los otros dos los conservan considerables, de c. 4,5 m y c. 6 m;todos presentan un contrafuerte al exterior; en sus caras se ven mechinales demomentos posteriores. Se desconoce la función de los huecos entre paños, aunque enuno de ellos se conservan restos de un relleno del mismo material: ¿pueden ser testi-monios del proceso de obra? Tampoco se sabe si esta estructura se prolongaba haciael Norte en paralelo al muro donde asienta la tapia del convento.

Resumen

Como puede verse, nos encontramos ante un edificio de buen tamaño, conunas dimensiones máximas de 32 m en su eje Oeste-Este, en tanto que en el ejeNorte-Sur tenía como mínimo 12, si no más. En sus lados Oeste, Sur y Este presen-ta un frente dotado de contrafuertes, y todo ello fue levantado en opus caementiciumsobre un cimiento de mampostería cogida con barro. No hay datos que señalen queel edificio estuviese revestido con otro tipo de materiales.

Esta estructura fue levantada en el borde de la terraza donde se asientaLumbier, tras desmontar parte del terreno, con la ayuda de encofrados de los quequedan huellas en las paredes. No se conservan los suelos de esa edificación, excep-to en la estancia más occidental, mientras que en el resto no se advierte huella algu-na de la existencia de mechinales para el encastre de vigas u otro elemento de sus-tentación. No tenemos dato alguno sobre su sistema de cubrición.

Respecto a su cronología, ha de señalarse que el espacio interior estaba colma-tado por rellenos de tierra muy homogéneos en los que se mezclaban cerámicasromanas con materiales medievales, modernos e incluso contemporáneos. Unacaracterística destacada de esta excavación ha sido la ausencia de material significa-tivo y la presencia de grandes masas de tierra de relleno.

En las capas superficiales del terreno ha aparecido gran cantidad de materialcerámico moderno de los siglos XVII-XVIII, e incluso más moderna, junto a restoscaracterísticos de zonas de relleno y de acumulación de basura.

De época romana se han recogido solamente pequeños restos de terra sigillata,de cerámica común y de cerámica pigmentada y un fragmento de tegula, en mediode una gran cantidad de tierra removida. Estos restos de cultura material romanahan aparecido en cotas bajas y en relación con las estructuras romanas (junto a loscimientos, en esquinas o rincones de estancias, etc.). Su cronología se extiendedesde el siglo I d. C. al V.

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Interpretación funcional de los restos romanos de Lumbier

Nos encontramos ante los restos fragmentados de edificaciones romanas quedebieron formar un complejo de estancias agrupadas al parecer en torno a un patio.Da la impresión de que las construcciones romanas se apoyaban en la ladera delcerro ascendiendo suavemente en niveles escalonados. Pero la mayor parte de ellasha desaparecido. El abandono, la construcción del convento y la obra contemporá-nea han destruido la mayor parte de las evidencias, haciendo la interpretación de lafunción de este complejo harto difícil.

En principio los contrafuertes suelen cumplir en el mundo romano el papel derefuerzo del terreno17, cosa que parece clara en el caso que nos ocupa, aunque tam-bién pueden tener un sentido decorativo18. La primera propuesta es la que más seadapta a Lumbier por el gran desnivel existente entre las distintas partes del terreno.

Llama la atención la gran altura de los muros del conjunto, con alturas máxi-mas cercanas a los 6 m en aquellos puntos donde mejor se han conservado, peroque pudieron ser la altura de gran parte del conjunto, acaso en las áreas externas.Este hecho nos llevaría a pensar que nos encontramos ante un edificio quizás decarácter público, debido a sus dimensiones y a su emplazamiento junto a uno delos caminos tradicionales de entrada al pueblo. Estas estructuras conformarían elcimiento o estructura portante de un área pública tipo foro organizada en torno aun patio abierto rodeado de habitaciones de usos diversos.

Por otra parte la presencia de una fila de habitaciones bien cuidadas (inclusocon un mosaico) relacionadas con ese conjunto de habitaciones nos podría llevar apensar que nos hallamos ante una edificación de uso particular. En este caso nosencontraríamos ante la subestructura de una gran casa romana, articulada en tornoa un patio de dimensiones considerables.

Con los datos que tenemos por el momento no podemos decantarnos por nin-guna de ambas opciones, máxime si consideramos que hasta el momento nohemos localizado paralelos constructivos y organizativos similares. También debe-mos tener en cuenta que nos faltan muchos datos sobre la composición original deesta estructura, datos que deberán obtenerse mediante las excavaciones de la terce-ra fase de las obras19.

En resumen que nos encontramos ante el basamento de un edificio de porteespecial, de función desconocida, emplazado en la esquina Sudeste del cerro dondese asienta Lumbier, en un punto que dominaba el paso del río (que actualmente sehace mediante un puente medieval).

17. Por ejemplo en el Foro de Saguntum, aunque aquí se construyesen de piedra de sillería; RANEGUI, C.,et alii, «El Foro de Saguntum. La planta arquitectónica», Los Foros romanos de las provincias Occidentales,Madrid, Ministerio de Cultura, 1987, pp. 73-98.

18. POIGNANTS, S., «Tarbes: apports des fouilles du parvis de la cathédrale», Primer Coloquio Internacionalsobre la Romanización en Euskal Herria, 2, en Isturitz. Cuadernos de Prehistoria-Arqueología, 9, SanSebastián, Eusko Ikaskuntza, 1999, pp. 755-759.

19. Nuestra impresión es que en algún momento (y será muy difícil averiguarlo por las circunstanciasde la intervención) los muros romanos fueron desmantelados y el terreno empleado en otros usos.Por eso al construir el convento, con sus zanjas de cimentación, debieron romper y remover lo pocoque quedaba. Es muy probable que al estar escalonadas en la ladera, la construcción del conventoen el siglo XVI acarrease su destrucción total. C

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E Conclusiones finales

Se ha comprobado la existencia de construcciones de cronología indudable-mente romana altoimperial que, como cualquier edificio que ha sobrevivido alpaso de los tiempos, ha sido parcialmente utilizado como soporte de las estructu-ras del convento benedictino, además de arreglos del mismo período romano.

Este hallazgo prueba la romanidad de Lumbier y corrobora la identificaciónclásica de Lumbier con la antigua ciudad de Ilumberris. Igualmente estos restos nosindican que en este lugar había la suficiente disponibilidad económica como paralevantar construcciones de importancia. Este hecho sería un indicio seguro de queesta población gozaba de un nivel de vida próspero al menos en época altoimperialy de unas características urbanas muy desarrolladas.

Consideramos que estas estructuras merecen un estudio detallado que, ante laausencia de material contextualizado, deberá basarse en el análisis y búsqueda deparalelos, para obtener alguna noticia sobre su finalidad. Los materiales cerámicosnos han aportando una cierta información, sobre todo cronológica, dentro de esosdifíciles contextos arqueológicos en los que se ha basado la excavación. Hemoscomprobado la temprana habitación del lugar, desde ya principios del siglo I d. C.hasta el siglo V, época de volumen cerámico menos fuertemente registrado, por lomenos en lo relativo a la cerámica de mesa.

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