evolución ideológica de azorín

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1 LA EVOLUCIÓN IDEOLÓGICA DE AZORÍN. I. LA EVOLUCION IDEOLOGICA DE AZORIN DEL ANARQUISMO A LA REPUBLICA. SITUACION DEL TEMA. 1 Vamos a tratar en este trabajo acerca de lo que Elena Catena llamó refiriéndose a Azorín "el enigma de su trayectoria política". 2 Lo completaré con el análisis de la trayectoria política de Azorín según se desprende de la edición de sus Obras completas por Cruz Rueda, durante la postguerra franquista. Me centraré primero en lo relativo a la etapa anarquista, que ha sido muy bien recogida por Valverde, y a la etapa de la dictadura de Primo de Rivera y la República, igualmente muy bien tratada por Ouimette. Luego veremos la etapa franquista de Azorín. El planteamiento del problema ya lo situó bien Luis S. Granjel en su todavía valioso libro sobre Azorín, 3 aunque como ocurre en su época, no tenía otro medio de información que las obras completas editadas por Cruz Rueda, lo que determina el sesgo de su hipótesis: considera que Azorín posee una incapacidad para la política activa pero propensión a la teorización. En 1953 Serrano Suñer lo considera regeneracionista. Ya en La voluntad manifiesta en 1902 una desilusión de los extremismos. En El Político (1908) justifica su cambio ideológico. Propugna un nuevo romanticismo, que los jóvenes no tienen, para cambiar España, en La voluntad. Critica el parlamentarismo en la época de De la Cierva. En 1910 defiende al partido conservador que ha hecho cosas prácticas por España, y propugna en 1923 una actitud tolerante que le lleva a luchar contra el aislacionismo de España en 1945. Del texto de Granjel se derivaría que Azorín evoluciona hacia el conservadurismo por pragmatismo y por ética política. Santiago Riopérez y Milá ha tocado muy brevemente la relación de Azorín con la política. 4 Considera que no debe extrañar la actitud ideológica de Azorín que es 1 Un resumen muy abreviado de este trabajo se publicó en Homenaje a Elena Catena, Madrid, Castalia, 2001, pp. 333-43. 2 Azorín, Doña Inés, edición de Elena Catena, Madrid, Castalia, 1976, 2ª ed. (1ª, 1973) (Clásicos Castalia, 53), p. 10. 3 Luis S. Granjel, Retrato de Azorín, Madrid, Guadarrama, 1958, epígrafe "Cuestiones de política", pp. 235-55. 4 Santiago Ríopérez y Milá, Azorín íntegro, Madrid, Biblioteca Nueva, 1979, pp. 479-506. Remite también a un artículo de Rafael Pérez de la Dehesa, "Azorín y Pi y Margall", Revista de Occidente nº 78, pp. 353-62; y a otro de Fox que comentaré luego, "José Martínez Ruiz (sobre el anarquismo del futuro

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Page 1: Evolución ideológica de Azorín

1

LA EVOLUCIÓN IDEOLÓGICA DE AZORÍN.

I. LA EVOLUCION IDEOLOGICA DE AZORIN DEL ANARQUISMO A LA

REPUBLICA.

SITUACION DEL TEMA.1

Vamos a tratar en este trabajo acerca de lo que Elena Catena llamó refiriéndose a

Azorín "el enigma de su trayectoria política".2 Lo completaré con el análisis de la

trayectoria política de Azorín según se desprende de la edición de sus Obras completas

por Cruz Rueda, durante la postguerra franquista.

Me centraré primero en lo relativo a la etapa anarquista, que ha sido muy bien

recogida por Valverde, y a la etapa de la dictadura de Primo de Rivera y la República,

igualmente muy bien tratada por Ouimette. Luego veremos la etapa franquista de

Azorín.

El planteamiento del problema ya lo situó bien Luis S. Granjel en su todavía

valioso libro sobre Azorín,3 aunque como ocurre en su época, no tenía otro medio de

información que las obras completas editadas por Cruz Rueda, lo que determina el sesgo

de su hipótesis: considera que Azorín posee una incapacidad para la política activa pero

propensión a la teorización. En 1953 Serrano Suñer lo considera regeneracionista. Ya en

La voluntad manifiesta en 1902 una desilusión de los extremismos. En El Político

(1908) justifica su cambio ideológico. Propugna un nuevo romanticismo, que los jóvenes

no tienen, para cambiar España, en La voluntad. Critica el parlamentarismo en la época

de De la Cierva. En 1910 defiende al partido conservador que ha hecho cosas prácticas

por España, y propugna en 1923 una actitud tolerante que le lleva a luchar contra el

aislacionismo de España en 1945.

Del texto de Granjel se derivaría que Azorín evoluciona hacia el

conservadurismo por pragmatismo y por ética política.

Santiago Riopérez y Milá ha tocado muy brevemente la relación de Azorín con

la política.4 Considera que no debe extrañar la actitud ideológica de Azorín que es

1 Un resumen muy abreviado de este trabajo se publicó en Homenaje a Elena Catena, Madrid, Castalia,

2001, pp. 333-43.

2 Azorín, Doña Inés, edición de Elena Catena, Madrid, Castalia, 1976, 2ª ed. (1ª, 1973) (Clásicos

Castalia, 53), p. 10.

3 Luis S. Granjel, Retrato de Azorín, Madrid, Guadarrama, 1958, epígrafe "Cuestiones de política", pp.

235-55.

4 Santiago Ríopérez y Milá, Azorín íntegro, Madrid, Biblioteca Nueva, 1979, pp. 479-506. Remite

también a un artículo de Rafael Pérez de la Dehesa, "Azorín y Pi y Margall", Revista de Occidente nº 78,

pp. 353-62; y a otro de Fox que comentaré luego, "José Martínez Ruiz (sobre el anarquismo del futuro

Page 2: Evolución ideológica de Azorín

2

"sencillamente un proceso biológico de maduración".5 El propio Azorín lo justificó así y

comentó: "Obremos en cada momento según lo que estimemos oportuno, benéfico y

justo."6

Ríopérez indica que El chirrión de los políticos (1923) coincide con las fechas

de la instauración de la dictadura de Primo de Rivera y su personaje es trasunto de Juan

de la Cierva. Que las primeras filiaciones políticas de nuestro autor se deben al ímpetu

de la juventud, manteniendo constante su amor a España. Que ve a Maura como un

moralista. Que el ideario político de nuestro autor consiste en restaurar la Hacienda, la

instrucción pública, la agricultura y la industria. Que estuvo en el partido conservador

como modesto periodista sin afán de lucro y ve la política como espectador. Que se hizo

conservador por desengaño.

LA ETAPA ANARQUISTA.

Habría que partir para situar este epígrafe, de dos artículos muy brillantes de E.

Inman Fox.7

Fox parte de la idea de la omisión deliberada de Cruz Rueda de la obra

periodística de Azorín entre 1894 y 1904, que llevaría a una revisión del pensamiento del

autor a partir de 250 artículos que posee el citado investigador.

En esta época Azorín gusta de Kropotkin, Hamon, Renan y Faure que son

anarquistas. Igualmente de Pi y Margall, padre del anarquismo. Azorín convierte el

anarquismo en un nuevo cristianismo y se ocupa del tema anarquista en numerosos

artículos entre 1896 y 1897 que no se encuentran en las Obras completas, defendiendo

en 1901 la revolución. Es sin embargo un intelectual alejado de la acción, que fracasa en

sus intentos de convencer al pueblo, desilusión que le lleva a la "revolución desde arriba"

de Maura y de la Cierva, siendo diputado en Cortes y subsecretario de Instrucción. Para

Fox la desilusión es lo que explica su cambio ideológico.8

Y llegamos así a los trabajos de José María Valverde sobre Azorín.9 Su libro

Azorín (1971) tiene interés para comprender la primera etapa, la anarquista y nihilista, de

Azorín)", Revista de Occidente, nº 35, pp. 157-73.

5 Op. cit. p. 498.

6 Apud op. cit. p. 499.

7 E. Inman Fox, Ideología y política en las letras de fin de siglo (1898), Madrid, Espasa-Calpe, 1988

(Austral A-72), contiene en pp. 23-43 "Dos periódicos anarquistas del 98", sobre la labor periodística de

Luis Bonafoux y sobre La Campaña y Heraldo de París; e igualmente el artículo a que haré mención, en

las pp. 43-63, "José Martínez Ruiz (estudio sobre el anarquismo del futuro Azorín)".

8 Op. cit. p. 63. Notemos que Fox ha editado La voluntad, Madrid, Castalia, 1987, 5ª ed. (Clásicos

Castalia, 3) y Antonio Azorín, Madrid, Castalia, 1992 (Clásicos Castalia, 194).

9 Valverde editó Los pueblos. La Andalucía trágica y otros artículos (1904-1905), Madrid, Castalia,

1974 (Clásicos Castalia, 59). Pero el libro que nos ocupa aquí es su Azorín, Barcelona, Planeta, 1971.

Page 3: Evolución ideológica de Azorín

3

nuestro autor. Allí se contienen datos de la época pimargallista.10 Y en un artículo de 5

de enero de 1898 titulado "El Cristo nuevo", afirma que Cristo es anarquista.

Para Valverde todavía hay anarquismo en La voluntad, donde se afirma que "La

propiedad es el mal" y se propugna destruir por la fuerza el orden social existente.11

Aunque camina hacia la moderación en los artículos de 1903,12 ensalza a los místicos

españoles y un nuevo pragmatismo le lleva hacia el conservadurismo. Está contra los

republicanos, a los que tanto quiso, y que han hecho carrera y fortuna con la política.13

Valverde, que tan bien estudia la evolución ideológica de Azorín en este libro

mencionado, editó los Artículos anarquistas (1992).14 Allí, en el prólogo, considera a

nuestro autor un anarquista teórico que maduró en un "inocuo contemplativo, que

sujetaba su corazón con la mano en el pecho".15 Aunque fue anarquista "en sentido muy

amplio, sin conectarlo con los movimientos y atentados de tal signo, entonces tan

resonantes".16 Por ello no entró en contacto con los trabajadores entre los que surgía el

anarquismo y no distingue entre este movimiento y el socialismo y comunismo.

En el Azorín primero aparecería la idea de que la política es de tontos o de gente

sucia, que es un concepto conservador que pretende, según Valverde, que no se dediquen

a la política los hombres con ideales.17

Es contratado por el ABC para cubrir el viaje de Alfonso XIII a sus "vistas"

matrimoniales en Londres. "Azorín, desde entonces, será un escritor en definitiva

conservador, con ráfagas de crítico reformista, consolado con su fina lectura de los

clásicos."18

Los artículos que recoge Valverde de esta época son de interés. Es el Azorín más

combativo y apasionado, aún lejano de la contención intelectual que poseerá en su etapa

de madurez literaria que sin embargo comienza en seguida. Allí se contienen ideas que

luego desarrollará en su prosa como el gusto por la claridad "El arte es claridad,

pasión".19 Y un temprano amor a los clásicos, como Moratín. Frente a la madurez y

medida que poseerá desde La voluntad, aquí nos encontramos con un escritor visceral y

derramado, muy comprometido, pese a lo que diga Valverde en su prólogo, y que no se

ocupa tanto de su estilo como del contenido revolucionario de sus ideas.

10 Op. cit. pp. 91-95.

11 Apud op. cit. pp. 195-97.

12 Op. cit. pp. 233-36

13 Op. cit. p. 235.

14 José Martínez Ruiz "Azorín", Artículos anarquistas, ed. de José María Valverde, Barcelona, Lumen,

1992.

15 Op. cit. p. 8.

16 Op. cit. p. 8.

17 Op. cit. p. 16.

18 Op. cit. p. 18.

19 Op. cit. p. 44.

Page 4: Evolución ideológica de Azorín

4

Azorín está en estos artículos contra la propiedad y la caridad cristiana. Y

defiende un cristianismo "ebionista" y anarquista como el de los primeros cristianos.20

Lo que me parece curioso es la evolución que le lleva hacia un espiritualismo, al

principio radical, luego atemperado por los años y los desengaños. Aquí defiende al

cristianismo como un "socialismo revolucionario",21 y ya aparece el misticismo propio

de nuestro autor, aquí aún progresista.

Me parece que su anarquismo es un tanto angélico. En "El Cristo nuevo",

afirma:22

"Uno de mis más amados discípulos, Ernesto Renán, ha dicho que yo fui

anarquista. Si ser anarquista es ser partidario del amor universal,

destructor de todo poder, perseguidor de toda ley, declaro que fui

anarquista. No quiero que unos hombres gobiernen a otros hombres;

quiero que todos seáis iguales. No quiero que trabajen unos y que otros,

en holganza, consuman lo producido; quiero que trabajéis todos. No

quiero que haya estados, ni códigos, ni ejércitos, ni propiedad, ni familia;

quiero que todos os tengáis tan grande amor que no necesitéis ni

verdugos ni jueces; que miréis como hijos vuestros a todos los niños y

como esposas a todas las mujeres; que seáis una gran familia feliz, sana y

laboriosa.

¿Por qué no lo hacéis así, hijos míos? ¿Por qué sois tan malvados

que os complacéis en destrozaros? La tierra es grande y fecunda; los

campos producen lo necesario para que todos viváis; la mecánica ha

llegado a tan maravilloso grado de perfección, que aplicando sus

descubrimientos y los de la higiene a las fábricas y las minas, el trabajo

trocaríase de penosa tarea en alegre entretenimiento. Entonces

trabajaríais todos, como todos hoy tenéis gusto en disfrutar de los

placeres de un deporte, y en tres horas de ese trabajo alegre y voluntario

recibiríais los múltiples menesteres de la vida social, que hoy reciben

unos cuantos. No habría entonces explotadores ni explotados, no habría

señores y vasallos, no habría monarcas y súbditos. Con la propiedad

desaparecería la sed de riqueza, el afán de lucro, la eterna rivalidad entre

los pueblos, el asesinato lento en el taller insalubre de millones de

hombres."

El texto es largo pero me parece que no tiene desperdicio. Nos muestra a un

Azorín idealista, como lo será toda su vida, pero creyendo firmemente en un principio de

bondad universal en el hombre, con un cierto angelismo muy propio de ese anarquismo

teórico filantrópico que no era el de los activistas.

Pero pronto, en el artículo "Gaceta de Madrid" publicado en 2 de abril de 1898,

20 Op. cit. p. 66.

21 Op. cit. p. 69.

22 Op. cit. pp. 71-72.

Page 5: Evolución ideológica de Azorín

5

le llega el escepticismo, y considera que todos los diputados son iguales:23

"Se hicieron elecciones. Blancos o rojos, todos los nuevos diputados

serán lo mismo que los de ayer y lo mismo que los de mañana, si los hay.

¿Y por qué no? ¿Qué motivos existen para que, por ejemplo,

republicanos o socialistas procedan de distinto modo que monárquicos?

(...) Monárquicos, republicanos, socialistas, anarquistas -si a las Cortes

fueran- todos, todos caminan por los mismos pasos, y transigen, y

contemporizan y chanchullean. Esto es consolador; se trata de la

bancarrota del parlamentarismo -con algo más..., que es la democracia.

Ante la ineficacia del poder legislativo no cabe predicar el retraimiento,

cabe votar... por la supresión del Parlamento. (...)"

Este texto nos muestra a un Azorín tempranamente desencantado de los ideales

políticos. En realidad es una consecuencia en su desengaño, de su anterior visión

angélica de la sociedad que es impracticable (¿lo es?). Notemos, como veremos al

analizar sus Obras completas, que Azorín se muestra en contra del sistema

parlamentario, si bien por motivos pragmáticos será diputado en cinco ocasiones con el

partido de Maura y de la Cierva, entre 1907 y 1919, y Subsecretario de Instrucción

Pública en 1917-18 y 1919.

Poco a poco va operando sobre Azorín el misticismo idealista, y ya en esta época

pretendidamente anarquista elogia a Santa Teresa y a fray Luis de Granada.24 En

realidad ya a lo largo de este libro se percibe la evolución de nuestro autor desde un

radicalismo idealista inicial impracticable, hacia posturas más moderadas, basándose

siempre en la ética, en la honestidad pública que debe exigirse al político.

Azorín, como veremos en seguida, hará compatible esta evolución hacia el

maurismo conservador -que era muy reformador desde el punto de vista social, una

derecha con implantación social- con elogios continuados a Pi y Margall y Luis

Bonafoux, que se le permiten incluso en la edición de sus Obras completas en la primera

etapa franquista de postguerra, lo que me parece curioso.

De todos modos hay que leer estos artículos anarquistas, como los que luego

compiló Ouimette sobre la época de Primo de Rivera y la República, que completan de

modo importante las lagunas ideológicas que contienen para la primera etapa de Azorín

las Obras completas de Cruz Rueda.

En todo caso, ya en estos artículos primeros, Azorín se va internando en sí

mismo, se recluye en una visión enamorada de la literatura y la cultura española, vistas

desde el retiro provinciano, desde la intrahistoria de los pueblos.

En realidad creo que estos artículos anarquistas y La voluntad encierran la clave

de su evolución. Y notemos que hacia el final de este libro compilado por Valverde ya

va "haciéndose" el estilo azoriniano, más templado, en 1904.25

23 Op. cit. p. 90.

24 Op. cit. pp. 97-99.

25 Cfr. op. cit. nº 39 pp. 168-72; nº 40 pp. 173-74; nº 41 pp. 175-77, por ejemplo. En el último artículo ya

aparece su devoción por Montaigne.

Page 6: Evolución ideológica de Azorín

6

Pero hay que tener en cuenta esta etapa anarquista de Azorín para comprender su

pensamiento y evolución.26

LA ETAPA DE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA REPUBLICA.

Esta etapa ha sido muy bien estudiada y editada por Víctor Ouimette.27

Creo que Ouimette lo que trata es de salvar la cara de Azorín, y hacer menos

desagradable su evolución conservadora. Así, respecto a su gusto por el reaccionario

francés Maurras estima que su conservadurismo es compatible con el progreso,

recuperando el pasado para hacerlo evolucionario, responsable y consciente.28 Considera

Ouimette que junto al conservadurismo, Azorín es de un liberalismo individual a la

manera de Benjamín Constant, y añade dos artículos de nuestro autor sobre este escritor.

El tema es importante. Tengo la impresión de que más que un anarquista -con los

aspectos angélicos, bien interesantes por otro lado, que he señalado antes- Azorín es más

bien un individualista radical ya desde su juventud, que fue desengañándose y

atemperándose en la madurez hacia posturas pragmáticas de derecha, lo que no le impide

mantener un buen recuerdo de Pi y Margall y de Luis Bonafoux en artículos que como

he dicho sorprendentemente permite la censura franquista en la edición de Obras

completas de Cruz Rueda.

A Ouimette se debe una recopilación de artículos olvidados de Azorín de esta

etapa, recogidos bajo el título de La hora de la pluma (1987).29 Allí se contienen

artículos seleccionados entre el 13 de septiembre de 1923 en que se instaura la dictadura

de Primo de Rivera y la sublevación militar del 18 de julio de 1836.

Creo también muy importante este libro porque completa la visión de esta época

que se encuentra en las Obras completas de Cruz Rueda. Aquí tenemos a un Azorín

liberal, individualista, con un concepto muy moderno de la política, y que de

conservador de la etapa anterior se convierte de nuevo en republicano autonomista30

durante la República, aunque está contra la elección por sufragio universal y la masa

electoral, y encuentra que hay tres peligros en la política del momento: el comunismo, el

militarismo y las elecciones.31

Respecto a la relación anterior de Azorín con Maura en 1907, Ouimette afirma

26 Algunos artículos de Azorín de esta etapa, recogidos por José Luis Molina (ed.), en Azorín, Raros,

anticlericales, satíricos y anarquistas literarios en José Martínez Ruiz, Lorca, ed. del autor, 1997.

27 Cfr. de Víctor Ouimette: "Azorín and the Dictatorship of Primo de Rivera", Ideologies & Literature,

Minneapolis, 1987, Fall, 2:2, pp. 5-24; "From Dictatorship to Republic. Azorín and the Force of the

Intellect", Hispanic Review, 1986, Winter, 54:1, pp. 1-25.

28 Víctor Ouimette, "Azorín y las ideologías políticas francesas", en Azorín et la France. Colloque II,

Pau, 1992, Biarritz, J & D Editions, 1995, pp. 173-83, la cita en p. 177.

29 Azorín, La hora de la pluma. Periodismo de la Dictadura y de la República, ed. de Víctor Ouimette,

Valencia, Pre-Textos, 1987.

30 Op. cit. p. 165

31 Op. cit. pp. 171-74.

Page 7: Evolución ideológica de Azorín

7

muy acertadamente que este político gozó de la simpatía de Ortega, y fue muy

revalorizado en 1925. Por otro lado Azorín admira igualmente a la Revolución Rusa y ve

en Primo de Rivera, al mismo tiempo, un nuevo reformador,32 según señala en el

prólogo Ouimette. Para este crítico nuestro autor siempre defendió el individualismo y al

mismo tiempo los derechos sociales, aunque le califica de ingenuo en materia política, lo

que le lleva a grandes contradicciones en este sentido.

Azorín, según Ouimette, ve un período confuso en esta primera dictadura

española que considera anacrónica, y es ambivalente con la Revolución Rusa. Lo

importante para él es que haya una moralidad pública, y cree que en la situación anterior

de España no había otra salida que la dictadura.33 Propugna una independencia del poder

político y el eclesial.

Luego, durante la República, se hace republicano autonomista ya antes de la

caída de Alfonso XIII, y defiende una postura liberal aunque entre los conservadores, en

la línea de Ortega, por lo que le abandonan lo ultraconservadores. Defiende la autonomía

de Cataluña. Gusta de Alcalá Zamora, de Azaña, de Lerroux. Pero su republicanismo se

enfría con motivo de la prisión decretada para Juan March, el rico banquero, por

intereses de otro hombre de negocios catalán, Jaime Carner.34 Azorín tiene miedo al caos

por la revolución de Asturias y ve que la República no ha creado una España liberal y

tolerante en 1933, por lo que se retira a la literatura.35

Este es el interesante recorrido de Ouimette por el decurso político, tan complejo

y sinuoso, de nuestro autor.

Los artículos que recoge son de sumo interés. Para la relación con el partido de

Ortega en 1929.36 Su actitud republicana en 1931.37 Su catalanismo: se refiere a Víctor

Balaguer como "catalán que ama a España".38 Su concepto de Azaña,39 y de Lerroux,40 a

los que mitifica con su peculiar técnica y estilo literarios.

En fin, puede verse una vez más que la antología de Valverde antes citada para la

época anarquista, y ésta de Ouimette, completan la visión de un Azorín sumido en

preocupaciones meramente literarias que nos da Cruz Rueda, si bien en sus Obras

completas hay algunos textos de la primera época que no comprendo cómo pasaron la

censura franquista, aunque quedan como mera curiosidad carente de la dimensión de

32 Op. cit. pp. 14-15.

33 Op. cit. p. 20.

34 Op. cit. pp. 38-45. Cfr. los artículos de Azorín en pp. 65-68, pp. 269-72, pp. 273-76, pp. 277-80. Son

de 1933.

35 Op. cit. pp. 45-49.

36 Op. cit. pp. 131-35

37 Op. cit. pp. 191-94.

38 Op. cit. pp. 195-99. Cfr., tb. pp. 229-33, en 1932. La cita en p. 285.

39 Op. cit. pp. 207-10.

40 Op. cit. pp. 211-15.

Page 8: Evolución ideológica de Azorín

8

profundidad que tuvieron en la vida del autor en ese momento.

Es curioso que el Azorín republicano no cree en el peligro de una sublevación

militar, en sus escritos de agosto de 1932.41 Y afirma: "¿Quién no es socialista? ¿Quién

no tiene algo de socialista? (...)",42 lo que me parece viene a ilustrar la constante

preocupación social que tuvo, en cualquiera de los avatares de su evolución ideológica

que estamos viendo.

En 1933 cambia de actitud ante la República por el tema del encarcelamiento de

Juan March.

Este hecho nos hace presentir lo que será la postura posterior de Azorín, en

defensa de lo que se ha llamado una actitud "de orden", durante el franquismo.43

II. LA EVOLUCION IDEOLOGICA DE AZORIN DESDE EL MAURISMO AL

FRANQUISMO.

SITUACION DEL TEMA.

En un trabajo anterior, titulado "La evolución ideológica de Azorín del

anarquismo a la República", intenté completar los textos de las Obras completas editadas

por A. Cruz Rueda en la postguerra franquista, con referencia a su anarquismo, y a su

postura durante la dictadura de Primo de Rivera y durante la República, al hilo de los

trabajos de Valverde y Ouimette. Llega ahora el momento de analizar todos los textos

políticos de Azorín contenidos en estas Obras completas, lo que nos facilitará el acceso a

su ideología en la época de Maura y en la postguerra franquista, que ha sido menos

estudiada.

Para comenzar, acudiremos a la "Introducción" de Cruz Rueda en el primer

volumen de las obras citadas, de 1947, en plena postguerra franquista.44

Allí se glosa cómo en 1907 Antonio Maura lleva a Azorín a las Cortes. Había

publicado en 1904 en Alma Española sus "Impresiones parlamentarias" acerca de las

Cortes conservadoras. En España publica sus primeros elogios a Antonio Maura sin que

se conocieran, inspirándole desdén -según Cruz Rueda- tanto los monárquicos como los

republicanos.45Cuando deja El Imparcial, Torcuato Luca de Tena se lo lleva a ABC

41 Op. cit. pp. 235-39.

42 Op. cit. p. 255.

43 Cfr. E. Inman Fox, "Azorín y el franquismo, un escritor entre el silencio y la propaganda", Anales

Azorinianos, nº 4, pp. 87-119. Cfr. igualmente en cierta relación con el tema Vicente Ramos Pérez

"Crónica parlamentaria de José Martínez Ruiz", ibíd. pp. 211-41; y José Ferrándiz Lozano "Azorín al

servicio de Estados Unidos" pp. 515-29.

44 Azorín, Obras completas, "Introducción", ed. de Angel Cruz Ruieda, Madrid, Aguilar, 1947, vol. I.

45 Op. cit. p. LX.

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9

donde publica sus crónicas desde 1903, y diaria desde el 1 de junio de 1905, continuando

en Blanco y Negro. Sus "Impresiones parlamentarias" en ABC son muy leídas hasta 1908

en que se casa.46

Aunque en 1897 se había adherido a los principios de "el gran repúblico Pi y

Margall", sigue ahora a Maura.47 Fue diputado en cinco legislaturas desde 1907 a 1919,

y protegido de Don Juan de la Cierva, aunque alaba a éste al mismo tiempo que a Pi y

Margall, cuando ambos han caído, en el capítulo X de Valencia.48

Para Cruz Rueda, a quien estamos siguiendo en este primer epígrafe, Un

discurso de Cierva (10 de junio de 1914) es un breviario de la doctrina conservadora, al

igual que La obra de un ministro (1910), serie de artículos en ABC.49

Azorín rechazó cargos durante la República, aunque fue previamente

Subsecretario de Instrucción Pública de 13 de noviembre de 1917 a 26 de marzo de 1918

y del 17 de abril al 27 de junio de 1919.

En Parlamentarismo español (1904-6) se contienen su crónicas parlamentarias,

continuadas luego por Wenceslao Fernández Flórez. El chirrión de los políticos (1923)

versa sobre Primo de Rivera.

Se manifiesta a favor de los aliados en París bombardeado y Los

norteamericanos, escritos hacia 1918, y en Entre España y Francia de 1917.

En 1936 está en París con su esposa. Antonio Machado dijo de él: "¡admirable

Azorín, el reaccionario -por asco hacia la greña jacobina-!"50

Después de este breve repaso de la "Introducción" -excelente- de Cruz Rueda a

su edición, en lo relativo a la relación de Azorín con la política, citaré brevemente tres

artículos aparecidos en Anales Azorinianos acerca del tema.51

En su artículo antes mencionado Fox considera que no se ha estudiado su

relación con el régimen de Franco, que lo convirtió en uno de sus escritores más

exaltados y premiados.52 Analiza sus escritos entre 1941 y 1946, 150 artículos nunca

recopilados ni comentados.53 Se explica que por su conservadurismo abrace el

franquismo tras el fracaso de la Segunda República. Se manifiesta en conformidad con el

destino y "sometido y condicionado" (D. Ridruejo) por el franquismo.54

46 Op. cit. p. LXXI.

47 Op. cit. p. LXXIII.

48 Op. cit. p. LXXIV.

49 Op. cit. p. LXXV.

50 Apud op. cit. p. LXXIX. Cfr. allí sobre los libros de Azorín en Francia.

51 E. Inman Fox, "Azorín y el franquismo, un escritor entre el silencio y la propaganda", Anales

Azorinianos nº 4, pp. 81-119. Cfr. en ese mismonúmero de Vicente Ramos Pérez "Crónica parlamentaria

de José Martínez Ruiz" (pp. 211-41) y José Ferrándiz Lozano "Azorín al servicio de Estados Unidos" (pp.

515-29).

52 Op. cit. p. 81.

53 Cfr. bibliografía p. 112, muy interesante.

54 Op. cit. p. 82.

Page 10: Evolución ideológica de Azorín

10

Fox no encuentra artículos que aclaren esta situación ideológica entre 1936 y

1941. Por mi parte me referiré luego a sus Españoles en París donde se aclara esta

posición de modo fehaciente, según he estudiado.55

Para Fox, Azorín elogia a José Antonio en 1939.56 Por su situación económica

no resiste el exilio. Tuvo relación con Serrano Suñer que era Ministro de Gobernación y

Presidente de la Junta Política de la Falange en 1941, y con Dionisio Ridruejo que era

Director Nacional de Prensa, dedicándole a éste El escritor en noviembre de 1941.

Fox recala luego en sus escritos en ABC en 1942, y en Arriba, donde llega a

referirse a la División Azul.57 Y a muchos artículos que dedicó a Franco en ABC que no

se encuentran en sus Obras completas, con elogios al dictador y a José Antonio, y

manifiesta desconfianza hacia el gobierno parlamentario, en contra de la democracia y

del sufragio universal.58

En este punto debo advertir que la falta de confianza hacia el parlamentarismo en

Azorín es una constante desde sus escritos anarquistas, como veremos.

Para Fox, Cruz Rueda suprime textos en su edición de obras completas, e

introduce cambios en éstas.

Por mi parte, ya que los artículos de Azorín han sido estudiados por Fox,

Valverde y Ouimette -remito para estos dos últimos a mi otro artículo sobre el tema-, me

basaré, con todos sus defectos, en un repaso completo de las Obras completas editadas

por Cruz Rueda, con las salvedades precisas, para analizar la relación de Azorín con la

política, lo que nos permitirá de rechazo conocer su postura ideológica desde la

perspectiva de su época franquista.

Para Vicente Ramos Azorín abandona el federalismo de Pi y Margall para llegar

al conservadurismo de Maura. Gómez de la Serna en su libro sobre el autor lo considera

apolítico. Y Ferrándiz ha estudiado su actitud a favor de los aliados y al servicio de la

causa norteamericana durante la Primera Guerra Mundial.59

Creo de todos modos que Azorín se recluye en la literatura, en una especie de

exilio interior, que le lleva a escribir por ejemplo muy bellamente acerca del modo

necesario de lectura:

"Cuando se lee con propósitos de erudición, ¡qué fácil es perder el

espíritu del autor leído! Cuando se lee 'impensadamente', por goce, acaso

no se puedan dar luego detalles del libro; pero el espíritu, el ambiente de

la obra sí los recogeremos. Y esta impresión total, esta sensibilidad, es lo

que, en definitiva, nos da el valor verdadero del libro. Muchas veces los

detalles, pasajes enteros de los libros, dicen una cosa, marcan una

55 Cfr. Diego Martínez Torrón, "El tema de Francia en cinco libros de Azorñin", en Azorín et la France.

Colloque II, Pau, 1992, Biarritz, J & D Editions, 1995, pp. 135-46. La cita en Españoles en París, en O.C.,

1948, vol. V, pp. 755-56 y pp. 757-58.

56 Op. cit. p. 83.

57 Op. cit. pp. 89-93.

58 Op. cit. pp. 102-8.

59 Cfr. los dos artículos citados en nota anterior.

Page 11: Evolución ideológica de Azorín

11

tendencia. Pero por encima de eso, en una región ideal más alta, el autor

tiene como una dirección, como un sentido, como una atmósfera sutil en

que ha expresado su íntima personalidad -tal vez a pesar suyo.- Su íntima

y duradera personalidad."60

LA EVOLUCION IDEOLOGICA DESDE EL PRIMER ANARQUISMO VERSION

CRUZ RUEDA.

El anarquismo de Azorín en el primer volumen de 1947 de las Obras completas

editadas por Cruz Rueda resulta muy edulcorado. Hay que acudir igualmente a los

escritos anarquistas editados por Valverde a los que ya hice mención en mi artículo antes

señalado, necesarios para completar la información que aportan estas obras completas

bastante sesgadas.61

Esta dulzura del anarquismo azoriniano de la edición citada no impide no

obstante la admiración que produce el hecho de que con la censura franquista, en plena

postguerra dura, se permitiera la publicación de determinadas ideas.

Un hecho que llama la atención en este primer Azorín es un cierto

anticlericalismo inicial, que le lleva a manifestaciones como la que siguen:62

"En tanto que el clero espere reconquistar el Poder -dice hombre tan

desapasionado como E. de Laveleye-, se atendrá al principio de

autoridad. Mas cuando se crea definitivamente privado de influencia

política y amenazado en sus privilegios, hará lo que en Alemania: pedir

sus armas al socialismo."

Lo cual estimo viene a ser un anticipo de crítica a la Teoría de la Liberación...

Azorín critica en un primer momento a la religión, en estas obras completas.63

Ataca a la moral, tanto la católica como la filantrópica y utilitaria.

Esta primera etapa del joven Azorín no puede menos de ser más fogosa, frente a

su obra más contenida y reflexiva de madurez.

En todo caso se me antoja este primer Azorín más un individual radical, con

tendencias anticlericales que abandonará pronto, que un anarquista en el sentido exacto

del término, lo cual no impide para su admiración hacia escritores anarquistas como

Hamon al que cita con frecuencia.

60 Apud "Introducción" de Cruz Rueda, vol. I, p. LXXXI, y antes en Páginas escogidas.

61 José Martínez Ruiz "Azorín", Artículos anarquistas, ed. de José María Valverde, Barcelona, Lumen,

1992. Estudiado en mi artículo citado. Cfr. tb. Azorín, Raros, anticlericales, satíricos y anarquistas

literarios en José Martínez Ruiz, ed. de José Luis Molina, Lorca, ed. del autor, 1997.

62 En Anarquistas literarios (1895), op. cit. vol. I, p. 171.

63 Op. cit., Soledades (1898), vol. I, pp. 368-71.

Page 12: Evolución ideológica de Azorín

12

Pero pronto comienza a compatibilizar su admiración hacia Proudhon con la que

profesa a Teresa de Cepeda.64 Aunque en su Sociología criminal (1899) pone en duda

hasta la licitud del código penal, sugiere suprimir la pena de muerte y transformar la

cárcel en un correccional, por la influencia del medio social que evade de

responsabilidad total al criminal, siendo la sociedad la culpable de sus desafueros.

Notemos estos textos, extrañamente aceptados por la censura de 1947:65

"Nuestro programa es éste: libertad de pensamiento, libertad de palabra,

libertad de acción. No señalamos la libertad humana más límites que los

propios términos de la razón natural. No reconocemos más juez que la

conciencia. Ni leyes positivas, ni cárceles, ni verdugos, ni ejércitos.

Queremos una sociedad que viva sin norma estricta, sin autoridad, sin

coacción (...)"

En esta línea de pensamiento, que se basa en el determinismo social que exculpa

al criminal, critica las leyes comunistas impuestas por al fuerza, al ejército y a la

enseñanza, y propone suprimir tribunales, jueces y prisiones, trabajando para que mejore

la sociedad.66

No obstante el tema religioso aparece muy tempranamente, con lo que existe un

primer vuelco en su pensamiento, en esa bellísima obra lírica, impregnada de

romanticismo, que es Diario de un enfermo (1901), donde se elogia más extensamente a

Santa Teresa a la que llama "la divina Mujer de Avila", y la religiosidad del Greco.67 Si

bien en La voluntad hay algunas críticas al catolicismo, compatibles con las que dedica a

la revolución de La Gloriosa de 1868.68 Aunque en seguida defiende al padre Lasalde y a

la fe frente a la ciencia.69 Manifiesta un gran respeto por la religión en esta novela.70

Es muy interesante el tema del antiparlamentarismo azoriniano. Quizás porque la

vida democrática que él vivió estaba basada en el caciquismo oligárquico, no tenía

ninguna fe en este sistema, lo que motivará su peculiar crónica parlamentaria más tarde.

Desde su perspectiva de pensamiento metafísica, adoptada ya antes en La voluntad y

madurada ahora en Antonio Azorín (1903), mantiene un total escepticismo ante las

elecciones, a las que ve como una lucha vana.71 La crisis ministerial, nos dice en esta

64 Op. cit. vol I, p. 431.

65 Op. cit., vol. I, p. 544.

66 Sociología criminal, op. cit. vil I, pp. 546-49.

67 Op. cit., vol. I, pp. 719-21.

68 Op. cit. vol. I, pp. 845-47.

69 Op. cit. vol I. pp. 888-89. Cfr. tb. p. 891.

70 Op. cit. vol. I, pp. 903-6.

71 Op. cit. vol. I, pp. 1093ss.

Page 13: Evolución ideológica de Azorín

13

última obra, "consiste en que los que mandan se quiten para que manden otros."72

Las confesiones de un pequeño filósofo (1904), en el segundo volumen de Obras

completas de 1947, contiene nuevas críticas al estamento político, donde se inicia el

apoliticismo que vio en él Gómez de la Serna en su terrible libro sobre nuestro autor.

Ahora se inicia en "los minúsculo acontecimientos de su vida prosaica".73 Abomina de la

vulgaridad de los políticos, aunque su aspiración personal vaya también por ese lado,

porque se siente como "un pobre hombre que no ha podido lograr un acta de diputado."74

Otro texto tremendo suyo de este segundo volumen, que admira también dejara

pasar la censura, es La Andalucía trágica.75

Pero Azorín es cesado de El Imparcial y contratado por ABC donde escribe ya en

1906 sus artículos luego contenidos en el libro En Barcelona (1906), libro muy ligero y

superficial sobre el problema regional. Allí toca el tema catalán diluído en el lirismo

evocador de cada personaje, con alusiones al Partido Republicano.76 Con un canto muy

bello a la personalidad del catalán, considera que:77

"Cataluña no es antiespañola. Repase, quien quiera convencerse de ello,

la historia de todo aquel período constitucional y verá cómo, teniendo

Cataluña una personalidad propia, se fue adecuando sin grandes

esfuerzos a la normalidad constitucional de España. Y no quiere salir

Cataluña, no quiere sustraerse a este régimen nacional (...)"

Por tanto el problema autonómico de España ya lo comprende bien nuestro autor

en 1906, fecha en que realiza una interesante entrevista al progresista diputado

republicano Alejandro Lerroux.78

En este segundo volumen se contiene El Político (Con un epílogo futurista)

(1908), que es una especie de manual de príncipes para políticos, donde se refiere por

ejemplo a la resignación ante la inevitable decadencia que tarde o temprano van a

sufrir.79

Allí se contiene un texto titulado "Las contradicciones" que creo es una

justificación temprana de su evolución ideológica:80

72 Op. cit. vol. I, pp. 1107-8.

73 Op. cit. vol. II, p. 38.

74 Op. cit. vol. II p. 57.

75 Op. cit. vol. II, pp. 200-25.

76 Op. cit. vol. II, pp. 345-46.

77 Op. cit. vol. II, p. 349. Las palabras en boca de Eusebio Corominas, director de La Publicidad y

diputado.

78 Op. cit. vol. II, pp. 350-53.

79 Op. cit. vol. II pp. 369ss.

80 Op. cit. vol. II, p. 382.

Page 14: Evolución ideológica de Azorín

14

"Ha escrito un filósofo que ni la contradicción es señal de falsedad, ni lo

es de verdad la incontradicción. Todo cambia en la vida; nada hay más

contradictorio que la vida. A los veinte años, en plena ardorosa mocedad,

pensamos de una manera; pensamos de otra cuando la edad ha ido

transcurriendo y los entusiasmos se han enfriado. La experiencia del

mundo enseña mucho; una ilusión que se realiza es un cambio que se

opera en nuestra manera de ser. La ingenuidad no resiste al tiempo; la

experiencia se va formando lentamente de desengaños. ¿Y cómo pudiera

pensar lo mismo un hombre experimentado, que conoce los hombres y

que ha sufrido, que un mozo que se lanza a la vida lleno de fe, inexperto

y candoroso? Si cambia la sensibilidad, ¿cómo no ha de cambiar el

pensamiento?"

Aquí se encuentran esbozadas todas las explicaciones que pueden darse acerca

de la evolución ideológica de Azorín: palinodia ante la ingenuidad ardorosa primera,

madurez en su época conservadora, y desengaño, decepción de muchas ilusiones

respecto de su primera etapa.

En España. Hombres y paisajes (1909), se contiene además otro elemento que

viene a combinarse a los anteriores para autojustificar su evolución:81

"(...)si la experiencia no ha pasado en balde sobre nosotros, una sola

actitud mental adoptaremos para el resto de nuestros días. Nos

recogeremos sobre nosotros mismos; confiaremos en

los demás menos que en nosotros; bajo apariencias de afabilidad,

desdeñaremos a muchas gentes; miraremos con un profundo respeto el

misterio de la vida; comprenderemos los extravíos ajenos; y tendremos

conformidad y nos resignaremos, en suma, dulcemente, sin tensión de

espíritu, sin gesto trágico, ante lo irremediable."

Este fatalismo dulce, esta sumisión ante el poder imperante, esta resignación

estoica de exilado interior que vive en una actitud mística y metafísica, en la que se

aprehende lo esencial y se olvida lo superfluo -que es la política-, esta actitud de hombre

retirado en la intrahistoria de un pequeño pueblo español, define perfectamente la actitud

vital de nuestro escritor, una vez atemperado su primer anarquismo que casi no deja de

ser una especie de individualismo radical, que sustituye por un individualismo

interiorista e idealista.

En ese mismo libro, un poco más adelante, insiste en lo mismo:82

"¿Dónde está el secreto de la paz espiritual, de la ecuanimidad, de la

dicha? En la conformidad, en dejar que las cosas que no podemos

remediar sigan su curso lento, inexorable y eterno."

81 Op. cit. vol. II, p. 442.

82 Op. cit. vol. II. p. 521.

Page 15: Evolución ideológica de Azorín

15

No obstante Azorín manifiesta resabios de su juventud en algunos momentos, así

por ejemplo en Clásicos y Modernos (1913), se refiere a que un poeta estima que en la

propiedad está "el origen de todos los males."83 Allí se manifiesta pacifista ante la

Primera Guerra Mundial y partidario de una estabilidad política -lo que quizás sea un

atisbo de su actitud durante la época de Franco.-84

Un artículo muy importante de este libro es "La generación del 1898" donde

expone lo que va a ser la base de su pensamiento acerca de la democracia:85

"Caciquismo, chanchullos electorales, verborrear parlamentaria, incultura

pública, abandono de los campos, despoblación, bandidismo (...)"

Quiero insistir por tanto en que cuando escriba sus crónicas parlamentarias, éstas

serán demoledoras con todos los políticos, porque subyace este concepto de democracia

corrupta que es la que él vivió en aquella época. Todo ello formará parte del conjunto de

motivos que creo le impulsan hacia su evolución ideológica aproximándole a Maura,

luego en un breve período de nueva fe en el republicanismo en los años de la Primera

República,86 para pasar nuevamente a una postura de apoyo al nuevo statu quo que era el

franquista. De todos modos Azorín, salvo en sus años juveniles, siempre va a estar con el

poder imperante, como un ser sensitivo y desvalido que necesitara la protección paternal

del stablishment.

En todo caso este artículo de Azorín viene a derribar la hipótesis de Donald

Shaw acerca de la falta de actitud política en los miembros del 98.87 Y manifiesta una

actitud universalista en esta generación, a la que algunos han calificado de nacionalista

frente al pretendido cosmopolitismo de la generación del 14. Se trata por tanto de un

artículo importantísimo para comprender tanto a Azorín como a su generación.

En fin, siguiendo con la evolución ideológica de nuestro autor, por empatía se

refiere en Los valores literarios (1914) a Ramón de la Sagra, el socialista que abandonó

su postura lo que le valió muchas críticas, y aprovecha para atacar el sufragio universal

que somete por la fuerza a las minorías.88

Defiende en esta época un patriotismo crítico y la necesidad de la crítica para

solucionar los problemas de España, como el de la pobreza.89

83 Op. cit. vol. II, p. 752.

84 Op. cit. vol. II, p. 753 y 757 respectivamente.

85 Op. cit. vol. II, pp. 896-914 para todo el artículo, y p. 904 para la cita.

86 Cfr. para ello el libro de Azorín La hora de la pluma. Periodismo de la Dictadura y de la República,

ed. de Víctor Ouimette, Valencia, Pre-Textos, 1987, estudiado en mi artículo citado.

87 Cfr. Donal L. Shaw, La generación del 98, Madrid, Cátedra, 1977.

88 Op. cit. vol. II, p. 1127 y 1131.

89 Op. cit. vol. II, p. 1155.

Page 16: Evolución ideológica de Azorín

16

LA ETAPA MAURISTA.

Azorín sigue justificando su cambio de opinión en la introducción para el

volumen III de las obras completas:90

"(...) cuando el cambio (de opinión) es sincero y desinteresado, no

humilla ni desdora a nadie. Aparte de que, cuando el escritor ha avanzado

en la vida, cuando se conocen un poco los resortes de la técnica literaria,

se ve que todo lo que se decía antaño se puede decir ahora,

sustancialmente, pero cambiando la forma (...)"

En estos años diez y catorce escribe Azorín la mayor parte de sus escritos

políticos, en defensa de Juan de la Cierva -La obra de un ministro (1910)- por su labor

acerca de la higiene y la sanidad, la acción social y las leyes obreras, también en Un

discurso de de la Cierva (1914) donde se refiere por contraste al "parlamentarismo

devastador".91

Azorín se ve obligado a defender a este político ante la campaña orquestada

contra él por los socialistas, y debiéndole como le debía su cargo.

Es interesante destacar el sentido social del conservadurismo de Azorín, muy

importante para justificar su actitud, aunque sea enemigo del socialismo.92 Y la

insistencia de sus críticas al parlamentarismo democrático: "El régimen parlamentario,

creador de desorden e incompetencia", y en contra del sufragio universal que estima una

superstición.93

Pero poco a poco Azorín se refugia en los clásicos y escribe Al margen de los

clásicos (1915) y Rivas y Larra (1916) que dedica a de la Cierva.

Todavía en Parlamentarismo español (1904-1916) (1916) confiesa que odia la

política:94 "(...) que los pueblos marchan necesariamente hacia un objetivo de justicia y

de progreso, por encima de todos los artificios políticos y a pesar de todos los

sangrientos retardos." Aquí se ve un cierto optimismo todavía que parte de la

mitificación de los políticos conservadores a los que retrata con su peculiar técnica de

idealismo impresionista y lírico.

En este libro hay una visión demoledora de todos los diputados excepto de los de

su partido conservador o algún amigo como Lerroux o Dato, de quien toma en serio las

afirmaciones sobre la representatividad de los obreros y la gestión de una caja para su

90 Op. cit. vol. III, 1947, apud Cruz Rueda, "Introducción" p. 11.

91 Op. cit. vol. III, pp. 31-61 y 63-169 para cada una de las dos obras. La referencia citada en p. 65.

92 Op. cit. vol. III, p. 147.

93 Op. cit. vol. III pp. 160-64.

94 Op. cit. vol. III, p. 602-3.

Page 17: Evolución ideológica de Azorín

17

vejez.95

Pero el nihilismo suave y dulce de Azorín opera como un revulsivo sobre su

retrato tremendo de la vida parlamentaria de la época.96 No ve eficaz la acción social de

los políticos sino sus discursos hueros y trifulcas por motivos nimios. Incluso durante las

cortes conservadoras de 1904 tiene una visión pesimista de la situación.97 Estas crónicas

parlamentarias, que tanta fama le valieron en su época, se leen con gran interés, por

constituir un fresco valoraciones de la vida política del momento. Junto a ello,

apreciaciones muy críticas: viene a decir que las discusiones parlamentarias parten de

acuerdos previamente pactados teatralmente interpretados, y que lo importante se cuece

en el despacho del presidente y no en las Cortes.98 Explica de este modo los entramados

ocultos del parlamento, las fórmulas de acuerdo.

En fin, Azorín se va convirtiendo en un escéptico en materia política, y de ese

desengaño a una actitud proclive a la dictadura o al menos de conformismo ante ésta,

hay sólo un paso. A Azorín le preocupa la economía, como a Cánovas, más que las

discusiones nimias y los discursos vacíos parlamentarios. Aunque al final, para mitigar

su visión desoladora, elogia a los políticos como "románticos y generosos".99

Las Crónicas del viaje regio (1905),100 contienen la derivación de Azorín hacia

posturas conservadoras, cuando cubre para ABC el viaje del rey Alfonso XIII a París, si

bien se trata de una obra de interés muy secundario.

En Literatura en la política (1910-11), aparece un nuevo elemento a tener en

cuenta entre los factores que pudieron influir en la evolución ideológica de Azorín que es

el de la necesidad de la moralidad pública, que no ve en la vida política española del

momento, a excepción de algunos como Pi y Margall, cuya ética admira: "(...) el

problema esencial, más hondo, de España, el más urgente, es de pura y simple moralidad

política (...)"101 Insistirá en este tema en Fantasías y devaneos (Política, literatura,

naturaleza) (1920).102

Los norteamericanos (1918) parte de una admiración sin tacha acerca del ejército

americano, que considera decidirá la contienda.103

También hay alguna alusión política en defensa de Castelar en De Granada a

95 Op. cit. vol. III p. 664-65.

96 Cfr. la descripción de la gresca de los parlamentarios en vol. III, pp. 643-49, en "Tempestad". Y en

"Otra vez el absurdo", III, pp. 681-3 sobre el absurdo de la situación parlamentaria de discusión inoperante.

97 Op. cit. III, p. 717.

98 Op. cit. III, pp. 826-27.

99 Op. cit. III, p. 849.

100 Op. cit. vol. III pp. 851ss.

101 Op. cit. vol. III, p. 891.

102 Op. cit. IV, pp. 31ss, escrito en 1904.

103 Op. cit. III, pp. 1069ss.

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18

Castelar (1922).104

Y vuelve a su ironía acerca de las elecciones en El chirrión de los políticos

(Fantasía moral) (1923),105 que pertenece a la época de Primo de Rivera y aporta una

visión quevedesca, dantesca, ahora respecto a los mismos conservadores entre los que se

había contado. Dentro de su dulzura habitual de estilo existe una tremenda sátira. Salva

sólo a algunos políticos intelectuales y defiende la tolerancia y humildad. Allí muestra

una visión metafísica de la vida, nos habla de su adoración por los libros y por la

contemplación de los niños,106 y defiende la tolerancia: "seamos buenos, seamos

tolerantes, seamos humanos (...)"107 Se refugia por tanto, como estamos viendo, en su

peculiar metafísica misticista ante una realidad que considera inevitable, la dictadura de

Primo de Rivera, y que no llega a compartir pero a la que se acomoda.

Los años previos a la Primera República marcan un nuevo sesgo en su evolución

ideológica, en Andando y pensando. Notas de un transeúnte (1929),108 donde se

manifiesta a favor del feminismo.109 Incluso está a favor del comunismo (!) -y la censura

de postguerra pasa esto-,110 con un planteamiento idílico e idealista, un panorama

edénico que toma de la Utopía de Tomás Moro que compara con el comunismo.

Defiende aquí al obrero frente a la guerra: "La guerra la produce el capital. La guerra

favorece al capital".111

Todo el volumen VI de 1948 de las Obras completas nos muestran a un Azorín

ya recluido en un apoliticismo literario y misticista. De 1941 a 1943 en este volumen VI

no hay nada político en su obra.

El volumen VII de 1948 contiene alguna pequeña alusión a la policía en Veraneo

sentimental (1944).112 Se recluye en la literatura. Desde 1941 a 1945 hay una etapa en

este sentido muy fructífera en su carrera, pero ya abandonando la preocupación por la

ideología, sumido en un universo propio, en un reducto de resistencia interior o de

adaptación ante una realidad que si no comparte al menos acepta.

El volumen VIII de 1948 nos presenta al escritor igualmente refugiado en la

lectura de los clásicos.113

104 Op. cit. IV, pp. 277ss.

105 Op. cit. IV, pp. 389ss.

106 Op. cit. IV, p.479.

107 Op. cit. IV, p. 484.

108 Op. cit. vol. V, 1948, pp. 113-225.

109 Op. cit. vol. V, pp. 134-43.

110 Op. cit. vol. V, pp. 144-46.

111 Op. cit. vol. V, p. 155.

112 Op. cit. vol. VII, 1948, pp. 355-59.

113 Este tema ha sido muy bien estudiado en el libro de Manuel María Pérez López Azorín y la literatura

española, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1974.

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19

Finalmente en el volumen IX, que cito por la segunda edición que es la última en

vida del autor, aunque creo las planchas son iguales a la primera, se contiene Con

bandera de Francia (1950):114

"(...) En cuanto a la política, considere usted un pueblo en su inmensa

mayoría sin instrucción, pobre, necesitado de pan; luego una burguesía

indiferente a los grandes problemas de la política; por último una

aristocracia sin curiosidad intelectual y escasamente amiga del libro y del

arte (...)"

Considera que la mera defensa del capital en estas circunstancias es algo

mezquino y debe servirse a un ideal más noble, que acabe con la pobreza y defienda la

instrucción: "(...) La política que se impone en España es la de restaurar la hacienda, la

de la instrucción pública y la del fomento de la agricultura y las industrias (...)"115 Estas

palabras diseñan el modelo político del último Azorín, que defiende al partido

conservador por sus posturas sociales, frente al liberal -lo que constituye quizás una

añoranza maurista- y vaticina para Francia, tras la guerra, no la reacción de las derechas,

sino "un socialismo cordial y como espiritualizado."116

Finalmente quiero traer aquí otro texto revelador de la evolución política de

Azorín y que recoge la profunda impresión que le causó la guerra civil española -otro

motivo más para explicar dicho decurso de su pensamiento-. Los textos ya los recogí en

mi artículo publicado en el segundo coloquio de Pau antes citado. Pertenece a Españoles

en París y refiriéndose a la guerra civil española, durante la que pensó en emigrar, dice

así:117

"De España trae usted, no hay que decirlo, una sensación profunda de

dolor. ¡Cuánto sufrimiento, querido doctor! ¡Cuánto dolor, cuánto

sufrimiento y cuántas angustias! (...)

Soy otro hombre, doctor. No sonría usted. Sí, ya sé que usted no sonríe.

Si sonriera sería con una bondadosa sonrisa de piedad. Soy otro hombre.

No me encuentro a mí mismo. Usted, que lo sabe todo, sabrá esto

también. En mí hay tres hombres. He tenido tres vidas. No sé cuál de

estos tres hombres es el verdadero. No sé cuál de estas tres vidas es la

auténtica. No voy a molestarle a ud. más que un minuto. Los tres

hombres y las tres vidas de que le hablo corresponden a tres grandes

períodos. Antes de la catástrofe, durante la catástrofe y después de la

catástrofe. Antes era yo un hombre, después he sido otro, y, finalmente,

114 Op. cit. IX, 1963, 2ª ed., la cita en pp. 679-80.

115 Op. cit. IX, pp. 679-80.

116 Op. cit. IX, p. 665.

117 Cfr. mi "Eltema de Francia en cinco libros de Azorín", en Azorín et la France. Colloque II, Pau,

1992, Biarritz, J & D Editions, 1995, pp. 135-46. Los textos son de Españoles en París, en Obras

completas, 1948, vol. V, pp. 755-56 el primero y pp. 757-58 el segundo.

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me he cambiado en un tercer hombre. Y no sé ni cómo pensar, ni qué

sentimientos tengo. La personalidad se evapora en mí. Divago de uno a

otro hombre, del primero al segundo, del segundo al tercero, y no sé yo

mismo con cuál quedarme. ¿Y no es éste, querido doctor, el mayor de los

tormentos? No se podría imaginar otro mayor. ¡No tener personalidad!

No, no es esto; es lo anterior. Tener tres personalidades y no saber cuál es

la verdadera (...)

(...)

No sé si le he explicado, querido doctor, las características de las tres

etapas de mi vida. En la primera, antes de la catástrofe, todo era en mí

serenidad. Podía yo gozar plenamente de un poema, de un cuadro, de una

estatua, de un paisaje (...). En las noches serenas, majestuosas, del verano

(verano cabe el Mediterráneo), podía yo levantar la vista a la inmensidad

traslúcida y empaparme de la serenidad infinita de lo Eterno. Lo Eterno

no era, doctor, la estrella remota. Lo Eterno era la causa inmotivada de la

infinitud estelar. Y ahora, ¿qué es lo que me sucede a mí? Y durante la

catástrofe, en las horas de angustia pasadas en España, ¿qué es lo que era

yo? ¿Tenía en mi pecho clavadas las saetas de San Sebastián? Y de los

tres San Sebastián, ¿cuál era el que me correspondía? ¿El plácido del

Perugino? ¿El dolorido de Mantegna? ¿El angustiado de Guido Reni? El

de Guido Reni no tiene clavada la saeta. No parece que la tiene. Y yo la

tenía. Tenía yo una saeta hincada en el corazón. No crea usted, doctor,

que desvarío. En la galería grande del Louvre es donde me he revelado

yo a mí mismo. En ese lugar es donde he aclarado mi propio misterio. No

era yo, en la segunda etapa de mi vida, durante la catástrofe, el mismo

hombre de antes. No soy ahora tampoco idéntico al de esa segunda etapa.

Con los ojos de la imaginación, en este punto en que estoy hablando con

usted, veo las saetas que se van clavando en el pecho y en los costados de

San Sebastián."

En fin creo que la desconfianza temprana en el parlamentarismo que Azorín

conoció corrupto, será una constante en nuestro autor, desde su época anarquista, a la

maurista, la época de Primo de Rivera, pasando por la breve aproximación a la

república,118 hasta la etapa de sumisión final al franquismo. En realidad el anarquismo

de Azorín es un tanto angélico y filantrópico, nada que ver con el activismo de la época,

y pronto se refugiará en la literatura y en una postura misticista y metafísica que no le

impide disfrutar de lo cotidiano.

Los textos de Azorín son clave de su propia evolución ideológica.119 Allí escribe

sobre las diferentes etapas de su vida, y sobre el dolor y el sufrimiento que encuentra en

la España de la guerra. Esto condujo a que un ser tan sensitivo como él caminara hacia

una salida, tan criticada, que veía como la única posible, de sumisión al poder imperante

118. Ouimette en La hora de la pluma... cit., ha demostrado que Azorín abandonó la república por

desengaño ante la encarcelación de Juan March por enemistad con otro hombre de negocios.

119 Las citas a que me refiero se encuentran en Españoles en París, en Obras completas, ed. de A. Cruz

Rueda, Madrid, Aguilar, 1948, vol V, pp. 755-56 y pp. 757-58.

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desde una postura de auténtico exilio interior, de refugio en el mundo de los libros y de

la literatura, con ese misticismo peculiar de lo pequeño y cotidiano que llevó a Ortega a

escribir acerca nuestro escritor:120

"En Azorín no hay nada solemne, majestuoso, altisonante. Su arte se

insinúa hasta aquel estrato profundo de nuestro ánimo donde habitan

estas menudas emociones tornasoladas. No le interesan las grandes líneas

que, mirada la trayectoria del hombre en sintética visión, se desarrollan

serenas, simples y magníficas, como el perfil de una serranía. Es todo lo

contrario de un "filósofo de la historia". Por una genial inversión de la

perspectiva, lo minúsculo, lo atómico, ocupa un primer rango en su

panorama, y lo grande, lo monumental, queda reducido a un breve

ornamento."

Y añade en otro punto:

"Azorín es todo lo contrario de un filósofo de la historia: es un sensitivo

de la historia."121

Quiero terminar con esta frase de Valverde:

"La revolución de Azorín y de Baroja fue una apertura a una gran

posibilidad, aunque ellos personalmente se quedaran en vagos anárquicos

-de hecho, en conservadores. Agradezcámosle lo que hicieron, sin

reprocharles que no hicieran lo que posteriores tampoco hemos sido

capaces de hacer."122

DIEGO MARTÍNEZ TORRÓN

120 José Ortega y Gasset, El Espectador II (1917), en Obras completas, vol. 2, Madrid, Alianza/Revista de

Occidente, 1983, pp. 158-72. La cita en p. 159.

121 Op. cit. p. 162.

122 Op. cit. p. 19.