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Estado en que quedó el 'Maine tras la explosión en el puerto de la Habana . Las últimas horas del El hundimiento del acorazado norteamericano era la excusa que necesitaba Washington para su intervención en Cuba

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Estado en que quedó el 'Maine tras la explosión en el puerto de la Habana .

Las últimas horas delEl hundimiento del acorazado norteamericano era la excusa

que necesitaba Washington para su intervención en Cuba

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36/II LA PROVINCIA

TEMA DE PORTADA

La voladura del'Maine en una ilustración de la época .

La noche del naufragio del MaíneAgustín Remesal

la puesta (le sol una brisasuave boina) el Maine entorno a su hoya deamarre . Los centinelasdijeron Haber visio,- poco

antes de las seis (le la tsude (le aquel15 (le febrero, corno cl barco se carientcíen dirección noroeste con la proa apun-tando hacia la Machina, la enorme plu-ma utilizada para cambiar los mástiles(le los barcos . En esa posición, sus caño-nes de diez pulgadas podían batir todoslos objetivos civiles y, militares de LaHabana sin necesidad de hacer rota¡las torretas . El acorazado tenía a tiroel Palacio del Almirante y los acuar-telamientos aledaños, pero estaba ircubierto de las baterías españolas quedefendían la entrada del puerto desdeel castillo de El Morro . El capitán Sigs-bee se percató (le que cl Maine se habíasituado por casualidad en esa posición(le ataque . Apuntaen sus memorias mástardías que un cxperlo en explosivoshabría colocado la primera mina a sudisposición para defender cl puertoexactamente bajo el lugar que ocupabael Maine .

El último parte del día indicaba quea bordo del acorazado estaban esanoche todos los miembros de la dota-ción, 328 hombres)' 22 oficiales . Cuatrode éstos habían desembarcado por latarde para asistir a una fiesta en la ciu-dad . También el teniente Richard

1

El hundimientodel acorazadonorteamericano provocóuna de las más gravescrisis de la HistoriaContemporánea deEspaña. El incidenteera la excusa quenecesitaba Washingtonpara su intervenciónen Cuba

cl barco había escogido esa extraflaposición por vez primera desde queamarrara veinti(lós días antes . El cadeteCluverius fue relevado (le su puesto (leguardia Por cl tenierrie John Rlandiria las ocho . La noche era oscura y labrisa cesó . Bajo las lenucs bombillas (lela pasarela (le estribor algunos marine-ros bailaban al son (le la música (le unacordeón, y alguien tocaba una man-dolina detrás de la torreta, observó ('lu-verius . ÉI acabó su servicio v fue alcarnamle (le los cadclcs para dedicarla tillinra jornada a escribir co da,, a sus

DOMINICAL

familiares, corno muelles de sus com-pañeros . La temperatura tórrida p clcalor acunnrlado durante el día bajo laplancha (le las cubiertas les obligaba adespojarse cuanto antes de sus Uní-

finmcs .El negro Janies Pinckney, camarero,

llevo a Sigshcc, que estaba en su cabina,una chaquetilla de alpaca . En un bol-sillo (le la prenda el capitán encontrólrna cada escrita a sor esposa variosmeses antes y qoc Había olvidadoenviar . Poco antes (le que sonara laseñal (le retreta dio por concluida unanueva calla para ella y otra más parael asistente clcl Departamento de Mari-na, 'llicodorc Rooscvclt, ésta referidaa lit conveniencia de seguir con el pro-grama (le instalación de tubos torpe-deros en los barcos de guerra . CharlesSigsbec recuerda que esa noche tam-bién prestó rnuclta atención a la llama-da a silencio del trompeta Newton, sin-gul:rrmcnte emocionante en aquel cli-ma (le opresión mantenida . A las nuevede la noche la campana del puente sonódos veces y cl oficial (le servicio en litcubierta, el teniente Jolm Rlandin, rou-rtioí a los ccnlinclas (le relevo, pasórevista y comprobó que todos conocíanlas medidas (le seguridad en caso (lealarma . Después examine) la posición(le los cañones y verilicó (tire todo csia-ba listo para repeler con lugencia uneventual ataque .Una (le las lanchas a vapor que hacía

la ronda (le guardia el] torno al aco-razado había sido amarrada al costado

_-

Domingo , 22 (le febrero de 1998

de estribor del Alfonso XLI . Con lascartas que acababa de escribir en sumano, el oficial (le denota Wainwrightsalió (le su camarote hacia la cabina deSigsbee en busca (le goma para cerrarlos sobres. Vio al capitán al fondo, sen-lado ante el escritorio, saludó a su asis-lente,elcadete Jonas1lolden,y entablócon éste una animada charla .A los pocos minutos escuchó una

enorme detonación y cómo una lluviade metal caía sobre la cubierta . La pri-mera detonación ocurrió cuando Sigs-bee se disponía a cerrarlos sobres desus (los cartas, acomodado en su des-pacho bajo la luz de una gran lámpara .Recuerda lialier escuchado después unaserie de explosiones, estallidos y estré-pitos de gran intensidad, como (le retoi-cirniento (le hierros, seguido por unalluvia de materiales metálicos . El barcotembló, se inclinó sobre estribor y des-cendió como si se hundiera, en el ins-tante mismo en que se apagaron todaslas luces . Éstas fueron las sensacionesde movimiento que el capitán aseguróhaber percibido desde el interior (le lagran estructura (le la nave, a popa . Sehizo total oscuridad en el interior delMaine . El capitán Sigsbee declaró des-pués haber superado pronto el sentí-miento (le pánico en,pulado por el ins-tinto (le supervivencia . Se precipitó aciegas por el largo pasillo (le salidahacia la cubierta, encontró al marineroWilliam Anthony, quien le acompaña

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Domingo, 22 (le febrero de 1998

Viene de la pagina anterior

ría hasta el momento últimode abandonar la nave, y corriótras él .

El ordenanza habría señala-do en tono tranquilo : "Señor,lamento comunicarle que elbarco ha sido volado y se hun-de" . Algunos marineros asegu-raron apenas una hora más tar-de a los corresponsales deprensa que habían oído res-ponder al capitán : "Los espa-ñoles, al fin, nos han hundido" .Alguien abrió la escotilla ycomprobó que los pañolesestaban ya completamenteanegados . Los gritos de losheridos llegaban desde loscamarotes de los marineros ytambién desde el agua.

El reducido grupo de oficia-les reunidos en la cubierta depopa discutía sin excitación loque había de hacerse. Wainw-riglit, por orden del capitán,procedió a arriar los botes, conel fin de auxiliar <. las (lecenasde marineros que flotaban entorno al barco y estaban a pun-to de ahogarse . llabía tanpocos hombres disponiblespara esa operación que el ofi-cial de derrota corrió de acápara allá en busca de marineros .

"Salvados de milagro"Los botes fueron arriados por los ofi-

ciales, asegura Wainwright en sumemoria escrita seis meses más tarde.Uno de ellos fue bajado al agua porlos tenientes Hood y Blandin, este últi-mo levemente herido en la cabeza .Ambos aseguraron después que teníanla sensación de haberse salvado pormilagro, ya que temieron perecer si lasdetonaciones ininterrumpidas se pro-pagaban hasta el pañol grande de losproyectiles de diez pulgadás, sobre elcual tuvieron que pasar en su inspec-ción . Pero al reventar la parte anteriorde la nave, el agua anegó todos lospañoles . Las primeras lanchas de sal-vamento comenzaron a llegar desde losbuques más próximos, el mercante nor-teamericano City of Washington, quehabía entrado en el puerto aquella mis-ma tarde, y el buque insignia españolAlfonso XII .

El temor de que pudiera estallar lagran cantidad de munición almacenadaen el huque naufragado no parecehaber amedrentado á los socorristas .En su rememoración manuscrita, elteniente John Hood asegura habersedeslizado por un cabo ardiendo, paraescalar después la parte anterior de lasobrecubierta y ver si era aún posiblecontrolar el fuego y si algunas de lasvíctimas podían ser salvadas . En esa ins-pección de urgencia, acompañaron aHood los cadetes Cluverius y Boyd .Este último había logrado subir desdeun pañol de explosivos hasta la cubiertay salvarse trepando con pies y manossobre el lomo de un torpedo .Todos los aparatos para la extinción

(le incendios estaban destruidos y nose contaba con los hombres suficientespara hacer frente a un siniestro (le talmagnitud . Nadie se percataba todavía(le la dimensión de la catástrofe . Segúnla mayor parte de los supervivientes yde los testigos que prestaron su ayuda,la oscuridad y la confusión ocultaronhasta varias horas más tarde la gran pér-dida de vidas y el destrozo total del Mai-ne . Todos,los supervivientes se habíanconcentrado en la cubierta de popa,mientras las dos barcas de salvamento,una ballenera y la chalupa capitana seafanaban en auxiliar a los marinerosque se debatían en el agua, algunosheridos (1e gravedad o quemados .

El oficial de derrota Wainwrightadvirtió que todo estaba perdido yCharles Sigsbee dio orden de abando-nar la nave . Eran las diez menos cuartode la noche, según el cadete Cluverius,y aún tuvieron que esperar unos quinceminutos hasta que las barcas termina-ron su recorrido (le auxilio. Los vein-

Miles de cubanos en el funeral por las víctimas del Wainé .

tidós oficiales a salvo y algunos infantesde marina saltaron a esas dos únicasbarcas de salvamento disponibles, pueslas otras trece de que disponía el Mainehabían sido dañadas o destruidas. Sigs-bee contempló desde la cubierta las for-rnas blancas y borrosas de los heridosque flotaban en torno al naufragio, pro-fiiiendo gritos desgarradores, Nada sepodía hacer' concluye Sigsbee en susmemorias .

La barca de salvamento estaba ya ala misma altura que la cubierta del bar-co semihundido . La quilla había tocadofondo y en los camarotes de la oficia-lidad, seguramente anegados, los docu-

DOMINICAL

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Portada del diario 'New York Journal' muy critica con España .

mentos secretos se hallaban fuera delalcance de quien intentara apropiarsede ellos. El oficial de derrota Warltw-right y el teniente llolman dieron lamano a Sigsbee para ayudarle a saltara la chalupa, pero él les ordenó quele precedieran . Su capitán fue el últitnoen abandonar el Maine en el instantefinal de la zozobra . Poco antes de queel acorazado se fuera a pique, el cabo(le mar (le segunda Antonio VaretaLópez condujo un bote del arsenal Iras-la la aleta de estribor del barco . En sutestimonio judicial asegura que fuerontres españoles los últimos en pisarcubierta envuelta en llamaradas .

LA PROVINCIA 111/37

El fuego se avivó y las explo-siones de los pañoles, dondeestaba almacenada la inuni-ción, no cesaron durante másde tres lloras . En el lugar delnaufragio se había concentra-do una decena (le lanchas enbusca de supervivientes . Flo-taban en el agua turbia loscadáveres y los miembros des-garrados de las víctimas deltremendo desastre . Nadie sehizo cargo entonces de recogeresos restos humanos . Las bar-cas del Alfonso XII lograronrecuperar con vida a 34 mari-neros, y las del City of Was-hington, a 24 . No se tiene totalcerteza de que en ese momen-to crítico de la zozobra subie-ran a bordo del acorazadoalgunos marineros españolescon la misión! de evitar ujta }enorme tragedia .

El almirante Manterola hablaordenado a sus hombres, quesalieran hacía el lugar del sinies-tro y procedieran a anegar lospañoles de( barco donde seencontraba la santabárbara,pues estaba en peligro inclusola ciudad de lallabana De eje-cutar esa misión se enlargó elteniente (1e navío FranciscoNúñez . Un informe de la

Comandancia del puerto indica que enla santabárbara del barco se almacenabanunas 2 .5(X) libras de algodón-pólvora .Una nota de la Jefatura de Policía señalaque, en efecto, dos artificieros españolessubieron a la cubierta del Maine paracumplir esa orden, y que perecieron alser sorprendidos por la explosión de unode los pañoles de munición .

A estos héroes anónimos se les dio pordesaparecidos, como a los 260 marinerosestadounidenses que nunca lograron salirdel barco desde que había zarpado cuatrosemanas antes de Cayo Hueso . Desde lalancha ballenera, el teniente GeorgeBlow contempló el horroroso espectáculode los heridos flotando en torno al nau-fragio, pidiendo ayuda a gritos, e imaginóla angustia de los que se despertaronsobresaltados de sus hamacas y seguíanatrapados en los camarotes de proa. "De-jadme regresar al barco .- Quiero morircon esos hombres", suplicó a sus com-pañeros . La ballenera se dirigía ya a todaprisa hacia el mercante City of Washing-ton . Desde el bote de temor en que llegóal lugar acompañado por dos correspon-sales de prensa neoyorquinos, el coronelPagliari ofreció a Sigsbee, en nombre delgobernador general de la isla, los auxiliosque precisara . El capitán agradeció laoferta y pidió al periodista Sylvester Sco-vel que tradujera en español y transmi-tiera un mensaje a los marineros que seagitaban entre la humareda para rescatara los heridos de las aguas ennegrecidaspor la gran cantidad de materiales encombustión . Debía advertirles del peligroque corrían, porque podría producirseotra gran explosión . Los remeros dePagliari, aterrorizados, se negaban a acer-carse al barco medio hundido . El jefe dela Policía golpeó a uno (le ellos con subastón y el periodista Bronson Rea azotóal otro con la punta de un cabo paraobligarles a seguir remando hacia el Mai-ric. Al jefe de la Policía de la Elabanaaquel comportamiento de los marinerosespañoles, esforzándose en recoger delmar a las víctimas del desastre a costade su propia vida, le pareció heroico yejemplar. Ni un solo oficial estadouni-dense, ni un solo agente del Consuladoapareció por el lugar de la tragedia, cer-tifica Pagliari Soler en su informe . El bar-co naufragado se estaba yendo a piquecon rapidez, rodeado de pequeñasembarcaciones españolas.

F..ste texto está sacado de uno de loscapítulos del libro 'El enigma del NIaine'escrito por el periodista Agustín Remesa!Y editado pnr Piara & J .-él .

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38/Ga~Mañana se cumple el cetitenatio del hundimie nto que propició la `Guerra (le Cuba'

Cien años del misterio del `Mame'FRANCISCO OSABA/ EFE,La Habana

Al anochecer de¡ 15 de febrerode 1898 el acorazado estadou-nidense Maine, anclado en elpuerto frerde a la bahía de I -ahabana, voló en mil pedazos enuna confusa explosión que causó266 muertos, cuyas causas nohan sido desveladas en su Iotalidad un siglo después de pro-ducirse. Este incidente originó laguerra entre España y EstadosUnidos y posteriormente la inde-pendencia de Cuba

El centenario del hundirnientode¡ acorazado Maine en el puertode La Habana, que se cumplemañana, está pasando desaper-cibido en la isla .

Salvo algunos artículos en laprensa de La Habana y un debate

celebrado el jueves, dirigido porel presidente del Parlamento,Ricardo Alarcón, y el director dela oficina José Martí . ArmandoHarl, poco recuerda aquí la votadura de¡ buque que sirvió comopretexto para que los EstadosUnidos entrasen en la llamadaGuerra de Cuba

El Maine había llegado a LaHabana el 25 de enero con el pre-texto de realizar tina ,visita amis-losa ,, que, en realidad . consistíaen salvaguardar los intereses deEstados Unidos en el conflictoentre Cuba y España .

Cuba era por entonces paraEspaña �la más preciada joya dela Coronan y el Gobierno españolse empecinaba en no quererceder la isla en la guerra, ya prác-ticamente perdida, las cubanos

Internacional

mantenían con éxito contra alrégimen colonial español y quehabla causado cientos de milesde muelles en los tíllimos silos

Por su parte, Eslados Unidosse mantenía al inagen del con-flicto pero siempre al acecho ydeseoso de que el debilitamientoespañol fuese total e intervenirpara posesionarse de Cuba

Fn consecuencia . y a juicio demuchos observadores y analis-tas, el hundimiento de¡ Maine fuela excusa perfecta para la entradaen acción de EFIJU en la guerra .

El misterio

El hundimiento tuvo entoncesdos explicaciones : la destrucciónde¡ buque se habla producido poraccidente o por un acto preme-

Dibujo que muestra cómo quedó el Maine tras la explosión .

ditado, un sabotaje .las versiones siguen siendo

dispares ya que existen informesde entonces de que se debió atina mina colocada en el exterior

Para que sigas poniendo tu mesa Canaria bonita

Continuarnos celebrando titiesiro XVAniversario, regalándote una vajillagrabarla, al igual que la ctibertería y la cristaleríaque ya ba regalado CANARIAS 7,con los símbolos oficiales de nuestra región .

Reúne los cupones que aparecen diariamenteen la portada tlel periódico y pégalosen la cartilla gne te ternos entregadoel domingo ].4+ (le Diciembre .

LA VAJILLA DI: GG~.20 MAGNIFICAS hll.'~ZAS :6 plato liondos . 6 platos llanos .

6 platos (le postre . I barld.ela . 1 ensaladera .

11 plato inerte de la inf(>rmación .

Sábado, 14 de febrero de 1998

de¡ buque, y que la explosiónalcanzó el polvorín del mismo.

Versiones rnás actuales, cornola de¡ almirante estadounideneseHyman G . Rickover, en 1976 .cuando aseguró que el hundi-miento de¡ buque se debió a unincendio en el depósito de carbónque se propagó a la santabárbara(pañol donde se guarda la pól-vora). que causó la enorme explo-sión del Maine.

En su número de febrero deeste año la revista National Geo-graphy, tras un exhaustivo estu-dio, asegura que un incendio for-tuito o intencionado en el depó-sito de carbón pudo ser la causade la explosión en el cercano pol-vorín de la embarcación.

El caso es que tras el hundi-miento de¡ Maine, el Gobiernoestadounidense acusó a losespañoles de¡ hecho, bloqueótodos los puertos cubanos . losatacó y desembarcó en la costaoriental del país, en la bahía deGuantánamo . Fl conflicto durósolo unos meses con la victoriade EEUU y la derrota de Españaque perdía así delinilivamenle suscolonias de ultramar : Cuba, Puer-to Rico y Filipinas .

Comienzan lasexcarcelacionesen Cubay 70presos no seránindultados

EFE, La Habana

Al tiempo que ayer comenza-ban a ser liberados presos polí-ticos en diferentes cárceles deCuba, el Gobierno anunciaba queotros setenta no serán indultadospor «razones de seguridad, peli-grosidad y gravedacL> de sus deli-tos. Veinticuatro horas despuésde que el por medio de¡ portavozde la Cancillería, Alejandro Gon-zález, confirmase el indulto de200 presos, tras la petición de cle-mencia efectuada por el Vaticanodurante la visita de¡ Papa . lasautoridades anunciaban la exclu-sión de la lista de 70 personas .

Según informaba ayer ol diariooficial Granrna, esas 70 personas,de las que no facilita los nombres,no serán liberadas porque sobrealgunas de ellas pesan delitos desangre, colocación de bombasen hoteles, y ocasionar gravesdaños a la economía de¡ país .

Entre ellos se encuentra el sal-vadoreño Raúl Ernesto CruzLeón, acusado de ser el autor dela colocación, en julio último . d evai s borrabas en hoteles de LaHabana, que causaron un muertoy varios heridos

Mientras esto era publicado, enLa Habana comenzaba a cono-cerse la liberación e identidad delos primeros en ser excarcelados,un total de doce. apenas 24 horasdespués de! anuncio de¡ indulto .

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18 / DOMINGO

El año 1898 resultó crucial para España . Perdió lasoberanía. de Cuba y Filipinas como consecuenciade la derrota bélica ante Estados Unidos, y todo el

país vivió una humillación en la que beberíanintelectuales, historiadores y políticos . A aquellos 12meses han dedicado un libro los periodistas Javier

Figuero y Carlos García Santa Cecilia. Su obra, La

El Afahre se hundió en elmar, y España en la guerra . Peroesto último ocurriría algo mástarde . Losdías que precedieron alnaufragio del buque norteameri-cano reflejaron una cierta incons-ciencia oficial ante el conflictoque se avecinaba con EstadosUnidos . El Maine estalló en elpuerto de La Habana el 15 de fe-brero de 1898, y eso dio paso alfinal de una época. Estos son loshechos más relevantes de aquellosdías .

25 de enero

El acorazado norteamericanoMaine fondea en la bahía de laHabana. A menos de cuatro ho-ras operan otras unidades navalesde los Estados Unidos compues-tas por cuatro acorazados-Massachusetts, Indiana, loma yTexas-, seis cruceros y cincotorpederos . El Maine es, en reali-dad, un crucero protegido de se-gunda clase, con faja blindada,que desplaza 6.682 toneladas ;monta cuatro cañones de 10 pul-gadas en dos torres acorazadas ;seis, de seis pulgadas ; ocho, deuna, y muchas piezas más de tirorápido . Construido en 1895 en elArsenal de Nueva York, mantie-ne a bordo una tripulación de 26oficiales y 354 marineros, todosbajo el mando del capitán Cliar-les D. Sigsbee . Porta dos hélices .tiene un largo de 96 metros, uncalado de seis metros sesenta, dosmástiles y dos chimeneas, y puedealcanzar los 18 nudos. Cuandoentre en la bahía de La Habana lohará con un piloto español de na-cimiento y, por orden del capitánde puerto, español también, an-claráen el muelle número 4, a 200metros por un costado del cruce-ro español Alfonso XII y a 400por el otro del acorazado alemánGneisenau, que partirá a los pocosdías . Desde que atraque en Cuba,las autoridades españolas se rela-cionarán amigablemente con losoficiales del barco . Sigsbee y elcapitán general Ramón Blancoirán juntos a los toros, espectácu-lo que al americano le pareció "demal gusto", aunque de momentose cuidará de comentarlo, sinduda para que la guerra no llegueantes de tiempo .

27 de enero

Todos los periódicos nacionalesse hacen eco de la llegada a Lalíabana del Maine. En su ediciónde mañana El hnq)arcial dirá quela visita "no tiene más significa-ción que la cortesía" . La de hoyincluye este comentario: ". . . Elcomandante del Malne, en su en-trevista con los generales de Ma-rina señores Manterola y Pastor,expresó su gratitud por la acogidaqué se le había dispensado . Por lanoche encendió ayer el Maine dos

focos eléctricos, cuyos resplando-res iluminaron a la población du-rante media hora . La tranquili-dad pública no se ha turbado enlo más mínimo".

Los muchachos españoles quese incorporan al nuevo reemplazodestinado a Cuba han de asistir,sin embargo, a una turbación ín-tima y familiar que nunca antesconocieron . Tomás Álvarez An-gulo es uno de ellos : ". . . Y unbuen día, el 27 de enero de 1898,apenas cumplidos los 19 años,nos notificaron de la Zona quedebíamos presentarnos en ellacon todo el equipo para ir a em-barcar a Cádiz. . . Nos despedi-mos de los amigos, nos dieron al-gún que otro duro Basta comple-tar seis o siete . . ., y con ese capi-tal, nuestro macuto y nuestra ha-nrica a cuestas, después de besaruna y mil veces a nuestra madreque lloraba angustiada, y a nues-tros hermanitos, nos fuimosacompañados de nuestro padre ala Zona militar, desde la cual, for-mados silenciosamente, sin ban-da ni vítores, llegamos a los ande-nes de la estación del Mediodía,entrando en ella por la puerta delos muelles de inercancias, en lacual, por no dejarle pasar, nos tu-

El hundimiento del

vimos que despedir de nuestropadre, que vimos deshacerse enlágrimas sin saber desprendersede nuestros brazos. Era la prime-ra vez que le veíamos llorar" .

Aunque no se hacen eco otrosperiódicos y nada de ello dice Al-varez Angulo, la prensa obreratestificará mítines y alborotospromovidos por los soldados an-tes de embarcarse a Cuba (El So-cialista, 28 de enero) . Pese a latranquilidad transmitida por loscorresponsales españoles en lasAntillas, El pai,s del siguiente díadará cuenta también de la espe-cial vigilancia decretada en tornoa la residencia en Madrid del re-presentante diplomático norte-americano, general Woodford, dedonde, para evitar problemas, seha retirado la handera .

29 de enero

Mientras El lleraldo cuenta hoyqueel crucero de la Armada espa-ñola Vi�n,a estío presto a salirpara Nueva York en correspon-dencia "a la visita de amistad- gi-rada por el dlaine a Cuba, El lin-parciallevanta tina terrible sospe-cha con este suelto : "La ida delAfaine a La Habana no tuvo pre-

"Esa prensa horrible, imposiblede dominar' . que dice, envenena-do, Bermejo, el mnistro de Mari-na, empieza a dar muestras demal agüero . Hoy El Iniparcialasegura que Estados Unidos tiene

EL PAÍS, domingo 26 de enero de 1997

España del desastre, saldrá a la venta en lospróximos días, consta de 373 páginas y ha sidoeditada por Plaza y Janés. En ella se hace un repasopor la España de entonces y por sus acontecimientos,desde la muerte de Frascuelo hasta el caso Dreyfusen Francia. Reproducimos aquí uno de los pasajestrascendentales : el hundimiento del Maine .

cisamente por objeto una mani-festación de cordialidad como seha pretendido . Ya desde el día 12los periódicos de Estados Unidoshablan de maniobras de la escua-dra americana que respondían ala persuasión de que iban a ocu-rrir sucesos que dieran pretexto alas fuerzas navales de EE UUpara presentarse en el puerto" .

De pronto los periódicos espa-ñoles parecen caerse del guindo yel mismo heraldo recoge, a títulode rumor, el comentario de queWoodford, representante norte-americano en Madrid, pudierahaber mandado a su familia fuerade España, mientras que él se re-fugiarla en un hotel por temor arepresalias si la situación entre losdos países se radicalizase . fferidoen el orgullo pinrio, el diario sepermite, no obstante, la siguienteafirmación : "Está bajo la snlva-guardia de nuestro honor., .

5 de febrero

afine'

Arriba, el buque norteamericano Maine al entrar en el puerto de La Habana. Debajo, el buque tras la explosión .

en los Cayos de las Tortugas (acuatro horas de navegación) 16buques de guerra : cinco acoraza-dos, seis cruceros y cinco torpede-ros . Puede que sea ésa la razón deque ayer, a punto de zarpar rum-bo a Nueva York a fin de devol-ver la coi testa del Maine, el co-mandante del Vizcaya le dijera ala tripulación : "Afortunadamen-te, hoy la patria no peligra: vais,por lo tanto, simplemente a de-sempeñar una comisión ; por eso,no temáis,si fuérais a algo más, lomismo os lo diría" (Tomás Bení-tez Francés, artillero del mar deprimera clase de la dotación delVizcaya) .

12 de febrero

En telegrama al ministro de Ma-rina, el almirante Pascual Cerveray Topete (F,cuarlra de operncio-nes de las Antillas), ex ministro deMarina yjefe de la primera escua-dra peninsular, pregunta hoycuálha (leser el plan de campaña en laposible guerra con losnorteamericanos . Y esto . desdeluego, no es una broma.

Según el capitán de navío (Laescuadra del alndrante Cerrera) .el 3 de diciembre de 1897 el almi-

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EL PAÍS, domingo 26 de enero de 1997

rante había empezado a remitirsu correspondencia oficial a untestaferro, al parecer el auditorgeneral de la Armada Juan Spot-torno, para conservar todos susdocumentos, convencido de quenecesitaría exculparse ante lahistoria . El 9 de febrero Cerveraescribió al ministro sobre las de-ficiencias del Colón: " . . . Y si notenemos otros cañones, y los quede éstos se tomen pueden dispa-rar siquiera veinticinco o treintatiros, tomarlos, aunque sean ca-ros y malos, y sin perder tiempo,para que el barco esté armadocuanto antes y puedan estaroportunamente listas sus muni-ciones" .

Concas se quejará en su mo-mento de la falta de previsionescon que se actúa en estas fechasdecisivas : "Mientras por nuestraparte nada se preparaba, por lade los Estados Unidos no se des-cuidaba el menor detalle . . . Vinoa España un capitán de navíoamericano, al que abrimos in-cautos nuestros arsenales paraque informara a su sabor denuestra tranquilidad y del atrasode las nuevas construcciones .Cuantas veces se quisieron en-viar torpederos a Cuba amena-zaron (los Estados Unidos) conla declaración de guerra . . . Hicie-ron observaciones a la construc-ción de los desooyers, asícomo ala compra del Colón, y es creen-cia general en Marina que hubointervención en algunas obrasque se hacían en Inglaterra, cu-yos retrasos y multas impuestaspor ello, que llegaron a 75 .000 li-bras, no tienen explicación" .

15 de febrero

La de hoy venía siendo una no-che oscura y tranquila en La Ha-bana hasta que a las 9 horas y 40minutos el acorazado norteame-ricano Manie, fondeado en elpuerto de la ciudad, sufre unasorprendente explosión a la quesigue de inmediato una segundade similares características (algu-nos autores niegan ésta) . La proadel barco queda destruida ypronto empieza a hundirse por lapopa. . Por fortuna, parte de latripulación se halla en el mercan-te City, of Washington, dondeparticipa en uno de los muchoshomenajes con que la agasajaEspaña desde su llegada a Cuba .Morirán 258 marineros y dosoficiales . Sigsbee, el capitán, estáentre los supervivientes (llegará aalmirante), pese a que en el mo-mento del suceso se encontrabaen su cabina escribiendo una car-ta a su mujer donde se mostrabaoptimista porque la misión se de-sarrollaba de modo tranquilo. Aldía siguiente todas las banderasamericanas estarán a media astay los edificios públicos mostra-rán crespones negros .

Un par de horas antes del si-niestro del Maine ha desembar-cado un nuevo contingente detropas en Santiago de Cuba pro-cedente de España . A los tresdías los soldados serán desplaza-dos en tren hasta Alto Songo,donde tendrá cuartel el batallónPuerto Rico número 1 . Con ellosva Alvarez Angulo : "Alto Songoera un pequeño poblado con ca-sas de madera de una sola plan-ta . . . No había cuarteles en la po-blación . Se pernoctaba en unosbarracones sin paredes con te-chumbres de rama . . . Al día si-guiente de nuestra llegada nosproveyeron del fusil Mauser, elcorreaje y unos cuantos cargado-res. . . El comandante de armasdel batallón nos mandó hacer al-gunas evoluciones . . . Desistió desus propósitos, un tanto decep-

El jefe del Gobierno español en 1898, Mateo Sagasta . Ala derecha, caricaturadel presidente norteamericano, McKinley, publicada en la prensa de España.

cionado por lo mal instruidosque íbamos".

Ignorante todavía del drama,la población española de la Pe-nínsula sigue el ritmo cansino ydisparatado de los tiempos . EnValladolid la clase obrera, es-pantada por la subida del preciodel pan, se manifiesta hoy conuna bandera donde se lee "Pan ytrabajo" . Alcalde y gobernadorde la ciudad prometen emplearellos mismos a 500 obreros, dadala proporción de paro alcanzada .Cascajares, el obispo de la ciu-dad, uno de los príncipes de laIglesia más famosos del reino,tampoco puedepermanecer indi-ferente ante la que está cayendo.El prelado afirma en su sermónque los dos partidos que se tur-nan en el poder están "quebran-tadísimos", mientras evalúa laposibilidad de los republicanos ydel carlismo "que traería consigola guerra civil" . Presentada la si-tuación de la patria como la máscritica por la que ha atravesadoen la actual generación y "sólocomparable a la que precedió ala invasión francesa de princi-pios de siglo", asegura el obispoque la guerra con los EstadosUnidos "sería buena si obligase atodos los buenos españoles aprescindir de lo accesorio y aunirse en apretado haz para sal-var lo esencial" . Cascajares se la-menta por fin de "ese lujo que seostenta, ese dinero qué se derro-cha y que está haciendo faltapara el alimento y medicinas denuestros soldados : está echándo-

se de menos en nuestros arsena-les para construir máquinas deguerra que hagan respetar nues-tra bandera, y los intereses quebajo ella se amparan, a los pue-blos extranjeros" .

Al ex ministro de llaciendaRaimundo Fernández Villaverdele ha tocado íntegro hoy el pre-mio gordo del último sorteo de laLotería Nacional . Lo dicho, elritmo disparatado de lostiempos .

16 de febrero

"Tocineros", "salchicheros" . . .He aquí algunos de los muchosmotes despectivos que se inven-tan para designar a los america-nos. El poeta Manuel del Palacio(50Y, sólo de poeta, según Cla-rín), príncipe cuando menos dela infamia barata, escribe esta se-mana en Blanco y Negro . "Es in-justo con los cerdos / a los yan-quis comparar, / porque el cerdoes provechoso / y el yanqui per-judicial . / Si lo que son fanta-sías / Dios trocara en realidad, l¡tierra de la libertad, / qué palizallevarías!" .

Cuando Pi i Margall hablabade "esa prensa horrible" para re-ferirse a la responsabilidad de losmedios de comunicación en eldesastre, sabía bien de qué ha-blaba .

Las lineas qué siguen corres-ponden a la carta que PascualCervera envía hoy al ministro deMarina, Segismundo Bermejo:

"AI grave asunto de Dupuy

En telegrama al ministro de Marina,el almirante Pascual Cervera y Topete

pregunta el plan de campañaen la posible guerra contra los

norteamericanos . Y no es una broma

de Lomc se une la noticia de lavoladura del Mabte, que me aca-ban de decir, y no ceso un mo-mento de acordarme del Vizca-ya, que hoy debe haber llegado aNueva York . Dios haga que nocometan con él un atentado . . .Me parece que padece usted al-gún error al sumiu las fuerzas deque disponemos en el desgracia-do caso de una guerra con los Es-tados Unidos . En la división deCádiz creo que faltará la Numan-cia. Con el Lepanto rue parce queno se puede contar . El Cm los VyPelavo no sé cuándo podrán in-corporarse . El Colón aún no estáartillado, y si viene la guerra losorprenderá sin su artillería

gruesa . Los ocho buques princi-pales del Apostadero de La Ha-bana, a que usted alude, son bu-ques sin valor militar ninguno y,además, muy cansados ; de suerteque pocos servicios pueden pres-tar. . . Y puesto en la realidad,bien triste por cierto, se ve quenuestra fuerza naval, comparadacon la de Estados Unidos, estápróximamente con 1 :3 . . . Miedome da pensar en las resultas deun combate naval, aun cuandonos fuera ventajoso, porque¿cómo y dónde remediaríamosnuestras averías? . . ." .

Al otro lado del océano, Roo-sevelt, secretario adjunto de Ma-rina de los Estados Unidos, es-cribe a su amigo Dibdee : "ElMaine fue hundido por un actode sucia traición" . Roosevelt esun halcón quebusca el rápido en-frentamiento con España y quecrítica el débil carácter de MacKinley : "El presidente tiene tan-ta firmeza como un éc/air de cho-colate" . Muchos norteamerica-nos darían la razón al joven bu-rócrata . En cualquier caso, laagitación en Washington es tangrande que la agencia AssociatedPress se ve obligada a desmentirciertos rumores que recorren elpaís : "El crucero New York noha sido enviado a La Habana. Elcónsul (en Cuba) general Lee noha sido asesinado . . ." .

España y Estados Unidos vi-ven de modo diferente la clara si-tuación de preguerra . Y, en me-dio de atnbo.s países, en plenoocéano, muy cerca en realidad yade Norteamérica, el Vizcayaavanza hacia un destino que haperdido sentido . Ajeno a todo lo

DOMINGO 119

ocurrido, el marinero BenítezFrancés agrega páginas a su dia-rio de a bordo: "A pesar de estaren el mar, no por eso dejamos detener nuestras diversiones quenos son permitidas todas las tar-des, desde la terminación de lacena hasta el toque de llamada alas brigadas . . . Por mandato delcomandante, sube el gaitero acubierta acompañado del tam-borilero, cuyos instrumentos nosfueron comprados por el prime-ro durante nuestra estancia en ElFerrol, y los cuales son tocadospor dos marineros gallegos quesaben manejarlos . . . Prorrumpena un tiempo con la famosa mu-feira, que es recibida con atrona-dores aplausos . . . Por otra parte,aparecen los andaluces cantandoal son de la guitarra sentidas ma-lagueñas, y bailando el alegretango en medio de un animosopalmoteo".

Un día en que se desata unagran tormenta y se llega a temerel naufragio, sube a cubierta delVizcaya el capellán y bendice elmar y la tripulación . Termina elaguacero . Puede que Dios sigade nuestra parte .

19 de febrero

El crucero español Vizcaya llegahoy a Nueva York ysu aparicióncausa una enorme sorpresa . Se-gún Barr (La guerra hispano-arnericana), la ciudadanía hablóde tomarlo al abordaje y variasembarcaciones bloquearon suentrada en la bahía. Fue ancladoen Staten Island . Su comandan-te, el capitán de navío AntonioEulate, visitará al almiranteBuncepara expresarle sentimien-tos de pésame por la desgraciadel Maine . Ante el deseo de asis-tir a las exequias de las víctimas,se le dirá que no podrá ser invita-do oficialmente dado el carácterprivado del acontecimiento . En-late, que durante la estancia delbarco en puerto americano man-tendrá la bandera del crucero amedia asta en señal de duelo, gi-rará una nueva visita de cortesíaal general Merrit, quien, conBunce, devolverá el día 22 las an-teriores . Fueron recibidos porsalvas que el Vizcaya dispararáen su honor y en memoria deGeorge Washington por el ani-versario de su nacimiento . SegúnBenítez Francés, el cónsul espa-ñol en Nueva York y el coman-dante del barco prohibieron a latripulación que bajara a tierra,para evitar conflictos : ". . . Mástarde", sigue el marino-escritor,"en La Habana nos enteramosde que una mano criminal reini-tió al comandante (Enlate), sopretexto de regalo, unas cajassospechosas, que el mando arro-jó al agua con la mayor reserva .No le faltaron a nuestro dignojefe sus correspondientes e insul-tantes anónimos, que él hacíape-dazos con glacial indife-rencia . . ." .

El periódico español Cl Paístrae una referencia del Consejode Ministros de ayer, a la salidadelcual Mateo Sagastadijo tener"favorables impresiones" en tor-no a las relaciones de España yEstados Unidos . Y, en verdad,no deben ser demasiado malas,pues el Gabinete ha aprobado lapropuesta de suministrar gratui-tamente al Ayuntamiento deMadrid los bronces necesariospara lá construcción de una esta-tua dedicada al héroe de Casco-rro, Eloy Gonzalo, un soldadoespañol muerto en 1897 cuandodesafiaba en Cuba, con una latade petróleo en la mano, a un gru-po de insurgentes refugiados enaquella ciudad .

Page 7: Estadoenquequedóel 'Mainetras la explosiónenel … · El hundimiento del acorazado norteamericano era la excusa ... Lavoladura del'Maine enunailustración de la época ... mientraslas

DiariA través de Internet, en la dirección http://www.editorialprensa

Sigue el enigmasobre las causas delhundimiento del

acorazado "Maine"La tragedia encendió la guerra de

1898 entre España y EE.UU.

¿Explosión accidental omina?. El último estudio sobre lascausas del hundimiento del acorazado "Maine'cuya tragediaencendió la guerra de 1898 entre España yEEUU, no ha logradozanjar totalmente el enigma. El estudio aparece publicado enel número de febrero de la revista "National Geographic'queencargó la investigación a "AdvancedMarine Enterprises'

WashingtonEFE

Los investigadores emplearon,por primera vez en la historia delos estudios sobre el "Maine", tec-nología informática para simularlas posibles causas de la explosión .

El trabajo se realizó con los datosy fotografías obtenidos en 1911,cuando expertos estadounidensesreflotaron el casco, hasta entonceshundido en el puerto de La Habana,y lo sometieron a una serie de estu-dios, antes de hundirlo definitiva-mente en mar abierto, cerca de lascostas cubanas, por lo que lograrmás información es prácticamenteimposible .Con los datos disponibles, el

artículo de "National Geographic"señala que "el caso sigue abierto",ya que los modelos informáticosrealizados sobre el modo en quese doblaron y. rasgaron los panelesdel casco no logran distinguir entrecualquiera de las dos posibilidades .

"Las pruebas no son concluyen-tes", señala el estudio citado en elartículo, y que añade que cualquierposible nuevo dato está ahoraenterrado en el fango, a 180 metrosde profundidad, cerca de la costacubana . Aun así, esta investigaciónda validez al argumento de que unamina colocada en el exterior delbuque hubiera causado más dañoshacia el interior de los que se detec-taron al réflotar el buque .

En 1976, una investigaciónhecha por el almirante Hyman G .Rickover, el padre de los buquesde propulsión nuclear, establecióque la causa del hundimiento habíasido una explosión accidental, cau-sada por un incendio en uno de losdepósitos de carbón del buque .

El "Maine", igual que otros gran-des buques de guerra norteame-ricanosde la época, tenía un impor-tante defecto de diseño, y era quelos pañoles de municiones estabansituados al lado de los depósitosde carbón, de los que sólo les sepa-raba una pared de unos diez cen-

tímetros de espesor .Según el informe Rickover, cuya

validez fue refrendada en 1995 connuevos datos, un incendio fortuitoen el carbón causó el calor suficien-te como para hacer estallar el pañolde munición vecino, que a su vezhizo explotar por simpatía lospañoles adyacentes en una suce-sión en cadena .

La clave de todo el misterio yde todos los estudios está en unade las planchas que componían elcasco del navío, llamada por lostécnicos "Sección 1", y que sedobló hacia arriba (es decir, haciael interior del buque) como conse-cuencia de la explosión . Según lainicial teoría de la mina colocadapara hundir el buque, fue la explo-sión del artefacto la que produjoese efecto . El estallido de la minahabría causado después las explo-siones de los almacenes de,muni-ciones .

En cambio, para Rickover y susexpertos, la "Sección 1" se doblódebido a una serie de "efectosdinámicos" secundarios tras lasucesión de explosiones de lasmuniciones causada por el calordel incendio del depósito de car-bón .

La teoría de la explosión fortuitatiene otro apoyo en documentosínternos de la Marina de EEUU .

Fuera cual fuera la causa, el"Maine" se hundió parcialmente enel puerto de La Habana en lamadrugada del 15 de febrero de1898, y se llevó con él la vida de266 de sus 354 tripulantes .

Hábilmente manejada por lascadenas de prensa sensacionalistade los magnates . Pulitzer y Hearstal grito de "Recordad al Maine", latragedia encendió la guerra entreEspaña y EEUU .

El conflicto, de muy corta dura-ción debido a la superioridad deEEUU, dio a este país el control deCuba, Filipinas, Puerto Rico yGuam, certificado en el Tratado deParís que se firmó el 10 de diciem-bre de 1898 .