entre cuatro paredes de barro. calles, casas y hogares en mota del cuervo a mediados del siglo xviii
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MOTA DEL CUERVO Y SU HISTORIA. ENTRE CUATRO PAREDES DE BARRO. CALLES, CASAS Y HOGARES EN MOTA DEL CUERVO A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII: EL CASO DE LOS ARTESANOS. Actas de las III Jornadas de Historia de Mota de Cuervo. Dña. Carmen Hernández LópezTRANSCRIPT
MOTA DEL CUERVO Y SU HISTORIA
ACTAS DE LAS III JORNADAS DE HISTORIA LOCAL
Coordinador.: Oscar Bascuñan Añover
Organiza: Asociación Cultural Pequeña Mancha
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Organiza.
Colabora.
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MOTA DEL CUERVO Y SU HISTORIA
ACTAS DE LAS III JORNADAS DE HISTORIA LOCAL
Óscar Bascuñán Añover
Coordinador
4 | P á g i n a
EDITA:ASOCIACIÓNCULTURALPEQUEÑAMANCHA
ISBN:978‐84‐697‐0951‐1
LugardePublicación:MotadelCuervo(Cuenca)
Año:2014
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ENTRE CUATRO PAREDES DE BARRO. CALLES, CASAS Y
HOGARES EN MOTA DEL CUERVO A MEDIADOS DEL SIGLO
XVIII: EL CASO DE LOS ARTESANOS.
CarmenHernándezLópez
UniversidaddeCastillaLaMancha.
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ENTRE CUATRO PAREDES DE BARRO. CALLES, CASAS Y HOGARES EN
MOTA DEL CUERVO A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII: EL CASO DE LOS
ARTESANOS.
Carmen Hernández López.
Universidad de Castilla-La Mancha.
Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.
… Antes que la sequía lo consuma el barro ha de volverte de lo mismo.
Miguel Hernández, El Rayo que no cesa (1934-35)
Introducción
La casa es un reflejo de quien la habita, es la construcción de una identidad, de una
singularidad que hacemos universal al entrar en ellas y comparar con las demás. Es el legado
material e inmaterial de una sociedad que comporta una forma de vida. Una sociedad, rural
por excelencia, de personas sobrias y austeras, dependientes del jornal, o de la manufactura
del barro, pero en cualquier caso aferradas a la tierra que les ha visto crecer. Nuestra
pretensión es conocer cómo eran sus casas, las calles que conformaban sus barrios, entrar en
ellas, analizar sus hogares, niveles económicos o de endeudamiento y conocer los grupos
familiares y socio-profesionales de Mota del Cuervo. Principalmente nos centraremos en la
vivienda de los artesanos, desde el ámbito exterior, (arquitectura, espacio urbano, entorno,
materiales), y desde un punto de vista interno (estancias y hogares). El entrecruzamiento de
datos nos dará una visión completa y detallada de la vida artesana a mediados del siglo XVIII
El presente trabajo forma parte del proyecto de investigación: “Familia, curso de vida y reproducción social en la España centro-meridional, 1700-1860”, referencia HAR2010-21325-C05-03, del que es Investigador Principal Francisco García González y ha sido posible gracias a la financiación concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
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en esta villa manchega. Y es que desde estos espacios y lugares, donde aparentemente los
cambios y las innovaciones eran lentos, comprobaremos sin embargo dinámicas familiares y
estrategias de reproducción social en torno a la casa como dominio familiar y económico-
social, que para nada podemos decir que sean propias de sociedad inmovilista y cerrada. Sería
un error considerar que la casa en el Antiguo Régimen, entendida como espacio social y
relacional, era un ente estático e inamovible. Al contrario, estas casas de Mota del Cuervo
estaban en permanente construcción y en interconexión con el mundo que les rodeaba.
Imagen 1. Trazado urbano de Mota del Cuervo en el siglo XVIII.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
Y en torno a la casa, la familia era uno de los ámbitos en los que se desarrollaba la
vida de los individuos durante el Antiguo Régimen. En el siglo XVIII, la familia engloba a
todo el grupo doméstico, incluidos los criados y aquellos otros que vivían en la misma casa,
fuesen o no parientes, pero bajo la autoridad del cabeza de familia1, como podrían ser los
aprendices. Y según el Diccionario Espasa, la casa es “el edificio para ser habitado”. Pero
también “piso o parte de casa que vive un individuo o una familia”. Y además “conjunto de
1 J.L. Flandrin, Orígenes de la familia moderna, Barcelona, Crítica, 1979, pág.11.
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hijos y domésticos que componen una familia. Descendencia, estirpe o linaje”2. Asimismo en
el Diccionario de Autoridades se alude por un lado al edificio hecho para habitar y que nos
protege de las inclemencias del tiempo “para la comodidad de sus moradores”, y “vale
asimismo la familia de criados, y sirvientes, que asisten y sirven como domésticos al señor y
cabeza o dueño de ella”. Se llama también “la descendencia o linaje que tiene un mismo
apellido”3. Esto significa que los conceptos de casa y familia debemos verlos y entenderlos
como unidad social e histórica, y sólo se comprenden si se integran y se estudian en estrecha
relación e interacción4.
La complejidad del fenómeno cultural que envuelve el entorno exterior e interior de la
casa y la propia casa como unidad arquitectónica, nos ha impuesto la necesidad de un método
interdisciplinario que desde la historia social enlazamos con la antropología, arquitectura,
geografía, historia del arte, la etnografía y el urbanismo, entre otros. Nuestra principal fuente
de información ha sido el Catastro del Marqués de la Ensenada, un gran fondo documental
que nos ha permitido estudiar con detalle la casa en Castilla durante el Antiguo Régimen5.
Fuente que está aún muy desaprovechada en este sentido. Hasta hoy solo ha interesado el
número de casas que proporcionaba el Interrogatorio General y no las descripciones
contenidas en los memoriales o relaciones dadas por cada uno de los vecinos o propietarios.
En cualquier caso el Catastro y las denominadas Respuestas Particulares ofrecen para el
historiador grandes posibilidades para el conocimiento de la sociedad y sobre todo nos
presenta un exhaustivo cuadro de la economía a mediados del siglo XVIII6.
2 Diccionario Espasa, edición 1954, págs. 1-5. 3 Diccionario de Autoridades, Imprenta de Francisco del Hierro, tomo II, 1729, Real Academia Española, edición Facsimil, vol.I, edit. Gredos, Madrid, 2002, págs. 205-206. 4 F. Chacón y J. Hernández, Espacios sociales, universos familiares. La familia en la historiografía española, Universidad de Murcia, 2007, págs. 53. 5 Para un estudio general, véase: C. Camarero, “Por qué y para qué un Catastro? en El Catastro de la Ensenada. Albacete 1750-1755. Catálogo de la exposición en el Archivo histórico Provincial de Albacete y Centro Cultural de la Asunción. Albacete 7-29 de febrero de 2008. Ministerio de Economía y Hacienda /Castilla-La Mancha; M.M Martín, “Los fondos de los archivos históricos provinciales: El catastro de Ensenada”, en La investigación y las fuentes documentales de los archivos, Cuadernos de Archivos y Bibliotecas de Castilla-La Mancha, Guadalajara, 1996, págs. 83-107. 6 El Catastro como sabemos es la averiguación llevada a cabo, entre abril de 1750 y el mismo mes de 1756, en los territorios de la Corona de Castilla, para conocer, registrar y evaluar los bienes, así como las rentas y cargas, de los que fuesen titulares sus moradores, debiendo quedar éstos igualmente registrados, así como sus familias, criados y otros dependientes. El fin de este colosal proyecto no era otro que obtener una detallada información de todos y cada uno de los cabeza de familia, para sobre ella modificar el sistema impositivo vigente que, de estar basado sobre determinados géneros de consumo, ventas y trueques de tierras, frutos agrarios y otros bienes, se pretendía fundar sobre los bienes raíces- casas y tierras principalmente- y sobre las rentas sólidamente establecidas, considerando como tales cualquier tipo de ingresos de percepción periódica y segura, ya fuesen de tipo comercial, industrial o financiero. El catastro se proponía como principal objetivo modificar radicalmente una parte del sistema fiscal. Todo un complejo sistema que quiso sustituir Ensenada por la única contribución. Se hicieron los decretos y el Catastro vio la luz, aunque la única contribución nunca llegó a implantarse.
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1. Calles, casas y estructura socio-profesional de la población en Mota del Cuervo a
finales del Antiguo Régimen.
Según el recuento de vecinos de 1591 la cifra de habitantes en Mota del Cuervo era de
2.790. Cifra que en los recuentos de 1646 y 1690 descendía sensiblemente, hasta 1693 que se
superaba levemente esta cantidad, con 2.820 habitantes. Para el siglo XVIII no se produjo,
como ha subrayado Nadal, “ni revolución demográfica ni revolución económica”7. Sin
embargo este siglo trajo un aumento de la población en España debido, en parte, a la
desaparición de las grandes epidemias (peste, hambrunas) así como a la introducción de
nuevos cultivos como la patata o el maíz, todo ello generó roturaciones de tierras de cultivo y
el aumento demográfico. En La Mancha, según los datos de López Salazar, la población
creció en un número próximo a los cien mil habitantes, con lo que se duplicó su población8.
En Mota del Cuervo en 1752 la población registrada en el Catastro de Ensenada era de 3171
habitantes, entre seglares y eclesiásticos.
¿Cuáles eran las ocupaciones laborales y socio-profesionales de esta población? Los
tres grupos socio-profesionales que registraban los mayores efectivos en la villa de Mota del
Cuervo eran los jornaleros, artesanos y labradores, después iban los mozos sirvientes y en
quinto lugar las mujeres viudas o solteras (aunque éstas no constituyen una categoría
profesional). Profesiones liberales, élites y comerciantes tienen una representación bastante
menor, apenas superaban el 2% de los efectivos en cada caso. Sin embargo, un nutrido grupo
de familias pobres (54 en números absolutos) dan cuenta de las desigualdades económicas en
la villa.
7 J. Nadal, La población española (siglos XVI a XX), Barcelona, 1984, pág. 94. 8 J. López-Salazar, “Evolución demográfica de la Mancha en el siglo XVIII”, en Hispania, núm. XXXVI, 1976, pág. 24.
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Gráfico 1
Fuente: AHPT, Sección Catastro. Legs. H-15 , H-419. JOR: Jornalero. ART: Artesano. LAB: Labrador. MOZ: Mozo sirviente. MUJ: Mujer
viuda o soltera. COM: comerciante. PFL: Profesión liberal. ELI: Élite. POB: Pobre e impedido. GAN: Ganadero. SIN: Sin profesión determinada. CLE: vinculado al clero.
El 25% de los cabeza de familia de Mota del Cuervo se registraron como jornaleros.
Los principales ingresos que tenían eran los derivados de su trabajo, situándose en lo más bajo
de la escala social campesina, de tal modo que Noel Salomón los define como “verdaderos
parias del mundo agrícola”9. Este autor considera que los jornaleros representaban más de la
mitad de la población rural de Castilla La Nueva. La masa del campesinado en Castilla
durante el siglo XVI estaba efectivamente compuesta de jornaleros: el proletariado rural
rondaba el 60% y a veces llegaba a un 70%. En Hontanar “la mayor parte de los vecinos son
pobres por ser todos jornaleros”. En Esquivias en 1575-1580 cien labradores tienen el mínimo
vital, pero el resto de la población, aparte 37 hidalgos, está formada por pobres jornaleros:
“que los cien vecinos de dicho pueblo ternan de comer, y los demás son pobres jornaleros”.
Si nos detenemos en el colectivo de pobres de Mota del Cuervo, hay que citar sobre
todo a las mujeres, de ellas 45 (de las que 27 eran solteras y 18 viudas) figuran como cabeza
del hogar y además se les calificaba como familias pobres. El ganado era clave para la
supervivencia de estos grupos de desposeídos, para los que un hato de cabras, un cerdo o un
pollino significaban trabajo y comida. El único bien que poseía Manuel Buendía10, maestro
tejedor en la villa era un asno para su servicio, pero con la utilidad que le reportaba su oficio y
el jumento posibilitaba que pudiesen vivir él y su familia (mujer y cuatro hijos menores). El
9 N. Salomón, La vida rural castellana en tiempos de Felipe I, Barcelona, 1982. 10 AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-415.
0
50
100
150
200
250
Estructura socio-profesional en Mota del Cuervo. 1752
Serie1 207 156 124 112 84 54 28 17 17 14 8 4
JOR ART LAB MUJ MOZ POB CLE PFL ELI COM SIN GAN
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asno se convirtió en un medio de trabajo, utilizado para traer leña, llevar agua y para el
servicio de la casa en general.
El segundo colectivo más numeroso en Mota del Cuervo eran los artesanos, (18,9%)
y entre todos ellos destacaba de forma sobresaliente el colectivo dedicado a la alfarería,
maestros y oficiales del barro. Un total de 56 hogares registraban que el cabeza de familia era
de profesión alfarero. Con la mitad de efectivos que éstos, aparece el segundo oficio artesanal
más destacado en esta villa, los peraires. El pelaire o peraire, de ambas formas podemos
encontrarlo, es el artesano dedicado a la preparación de la lana, desde que era cardada hasta
que se convertía en hilo. El peraire además ejercía una labor empresarial al comprar la lana,
prepararla y encargarse de su comercialización.
Gráfico 2
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg.H-15, Libro de familia de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
El resto de artesanos, si bien son un colectivo destacable para la economía local, su
importancia cuantitativa es mucho menor que la de los alfareros. Son dieciséis zapateros, trece
molineros, doce sastres, ocho tejedores, cinco herreros, cuatro alarifes, cuatro carpinteros, tres
bataneros, tres prensadores, un calderero, un maestro chocolatero, un barbero y un cerrajero.
En total 156 cabezas de familia empleadas en los talleres manufactureros de esta villa.
Además de los artesanos, otro grupo significativo por su posición, importancia
económica y haciendas de labor eran los labradores, aglutinaban al 15%. Entre ellos
detectamos significativas diferencias, desde los ricos labradores, pertenecientes a la hidalguía
local, hasta los que no poseían más bienes que el asno o el producto de su trabajo, cuando lo
TIPOS DE ARTESANOS. MOTA DEL CUERVO 1752
0
10
20
30
40
50
60
alfare
ro
pe raire
zapatero
molinero
sastre
tejedo r
he rrero
alar ife
carpintero
ba tanero
prensador
ba rbero
calderero
cerrajero
chocolatero
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tenían. Los mozos sirvientes ocupaban al 10% de los efectivos; ofrecen una variada gama de
actividades, desde mozos de labor, caseros, pastores de ganado, mayorales, zagales, al fin y al
cabo trabajos relacionados con el sector agropecuario.
Una vez conocidas las actividades profesionales de la población, analizaremos la
situación económica y laboral de las familias artesanas, centrándonos en los alfareros. El total
de familias pertenecientes al artesanado era 156 y el total de viviendas correspondientes a este
grupo 113, lo que resulta una media de 0,72 viviendas por artesano.
Gráfico 3
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-418 y leg. H-419, Libros de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
1.1. Dimensiones de la vivienda.
Respecto al tamaño de las viviendas artesanas, según los datos extractados del Libro
de Respuestas Particulares del Catastro del Marqués de la Ensenada, sabemos que diez
hogares artesanos vivían en casas cuya superficie total era inferior a 50 m².
Dimensiones en metros cuadrados y número de viviendas artesanas en Mota del Cuervo. 1752
0
10
20
30
Número 10 24 24 23 6 8 4 5 4 1 4
<50 50-100101-150
151-200
201-250
251-300
301-350
351-400
401-450
451-500
>500
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Tabla 1. Dimensiones en m² de las viviendas artesanas en Mota del Cuervo, 1752.
Viviendas artesanas en Mota del Cuervo, 1752.
Dimensiones
en m2 Nº %
<50 10 8,84
50-100 24 21,23
101-150 24 21,23
151-200 23 20,35
201-250 6 5,3
251-300 8 7,07
301-350 4 3,53
351-400 5 4,42
401-450 4 3,53
451-500 1 0,88
>500 4 3,53
TOTAL 113 100
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-418 y leg. H-419, Libro de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
El 8,8% de la población artesana que disponía de vivienda propia habitaba en casas de
dimensiones inferiores a 50 m² y el 62% de los artesanos propietarios de una casa vivían entre
los 50 y los 200 m². Los porcentajes descienden notablemente a partir de los 200 m² de
superficie, así el 16% disponía de una vivienda entre 200 y 350 m². Entre los 350 y 500 no
llegan al 9% y un 3,5% superaba los 500 m².
El tamaño medio de la vivienda artesana varía notablemente entre unos u otros oficios,
si bien las dimensiones medias son en todos los casos superiores a los 100 m². Así las
viviendas pertenecientes a los alarifes, alfareros y zapateros presentaban de tamaño medio
alrededor de los 157 m². Los pelaires, algo menores, 117 m² y en el caso de los tejedores 136
m². El resto de oficios artesanales disponen de viviendas de grandes dimensiones, así en el
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grupo de los sastres y molineros obtenemos una media de 220 m², los prensadores 353 m², y
carpinteros, 400 m².
Tabla 2. Tamaño medio de la vivienda por grupos de oficios artesanales en Mota del Cuervo, 1752.
ARTESANADO
NÚMERO
DE VIVIENDAS
MEDIA DE LA VIVIENDA EN M²
Alarifes 4 156,86
Alfareros 50 155,54
Bataneros 2 180,57
Carpinteros 2 400,89
Chocolatero 1 423,89
Molineros 13 221,1
Albéitar y herrador 1 609
Pelaires 12 117,12
Prensador 4 353,65
Sastres 9 217,28
Tejedores 6 136,88
Zapateros 9 157,13
TOTAL 113 260,82
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-418 y leg.H-419, Libro de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
A la vista de los resultados, la valoración que hacemos es que las dimensiones de la
convivencia eran aceptables para la mayoría de los artesanos en Mota del Cuervo. Otra cosa
muy distinta es valorar el espacio doméstico o el confort y la comodidad.
El espacio doméstico, el reservado para la familia y el hogar lo analizaremos a la vista
de la diferenciación que nos hace la fuente sobre las habitaciones de la casa y sobre todo el
tamaño del corral. Resulta muy interesante este dato. En la mayor parte de las poblaciones
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manchegas analizadas desde esta misma fuente, las dimensiones de los corrales no aparecen
reflejadas, con lo cual el marco de referencia para el espacio doméstico es menos preciso. Sin
embargo en esta población nos aportan las dimensiones de todos los corrales en varas en
cuadro. Espacio que en algunas viviendas era casi el mismo que el destinado a vivienda.
Así, por ejemplo entre los pelaires la media del corral era de 5,8 m², en el caso de los
alarifes se eleva a 9,3 m², los corrales de las casas de los alfareros presentan una media de 6,8
m², 6,9 los molineros, los sastres 8,2 y el corral chocolatero tenía 12 m². Y es que el corral se
considera parte importante en la vivienda, como prolongación del espacio agrario o parte del
taller para el artesano. Aquí cargaban los cántaros, el barro y se guardaban los carros. Era
imprescindible en la casa del medio rural y, en nuestro caso, comprobamos que todas las
viviendas disponían de un corral.
1.2. Las calles de los artesanos.
La calle es el resultado formal urbano del conjunto de casas y hogares que la
conforman. Su trazado, dimensiones e incluso las actividades que en ella tienen lugar, son
indicativos sociales y económicos no solo de sus moradores, sino de la propia villa. Por eso la
calle se convierte en el escaparate de las desigualdades sociales.
La importancia de los espacios urbanos abiertos como las plazas públicas, las calles y
también de los espacios cerrados, como las iglesias o ayuntamiento, desempeñan un papel
esencial en el entramado urbano. Su crecimiento se articula en torno a estos hitos, desde
donde se puede percibir la jerarquización del espacio y el lugar que cada casa ocupaba en la
escala social.
La forma y los cambios urbanísticos de la villa descansaron, en gran medida, en la
construcción promovida por las élites sociales, en los edificios religiosos, iglesias, ermitas,
conventos, casas de las obras pías o cofradías, así como en el mantenimiento de los espacios,
edificios e infraestructuras con una clara función pública, política y económica.
Los grupos de élite no sólo marcaban con sus edificaciones el territorio que ocupaban,
sino que se distribuían por las calles o plazas céntricas de esta villa, porque el prestigio se
debe conquistar y exhibir cotidianamente11. Podemos afirmar que su organización urbana es la
11 G. Augustins, “Jerarquización social y señas de diferenciación: el caso de Évora en Portugal”. Revista de Antropología Social, Nº 12, 2003, págs. 121-142.
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expresión del sistema económico y social, influido por los antecedentes históricos que han
determinado la forma de los espacios construidos.
Los gremios artesanales, concretamente los alfareros ocupaban la zona periférica de la
villa. Según los datos del Catastro, 50 de los 56 alfareros, entre maestros y oficiales, tenían
casa en propiedad. Su distribución en el plano urbano, según mostramos en la tabla 1, indica
que la calle Mayor alta, el callejón de las Cuevas, la calle de las Mesas y la de las Huertas
(actual Valentín Calonge) eran las vías en las que mayoritariamente residían estos artesanos.
Estas calles, junto a otras menores, conformaban el barrio de los alfareros o de las
Cantarerías.
Imagen 2. Barrio de los Alfareros o Las Cantarerías en Mota del Cuervo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
Respecto al Callejón de las Cuevas, ocupaba la periferia del barrio, hacia el norte,
saliendo desde la calle de las Mesas. Probablemente fue asentamiento de población morisca,
dado el hábitat que presentan. En tiempos del Catastro registraba 6 viviendas de alfareros con
una media de 119 m² por vivienda. Como bien indica el nombre de la calle, estas casas
presentan cueva subterránea. Así la casa del maestro alfarero Francisco Lara constaba de dos
plantas y una cueva con tres tinajas, un jaraiz, un aposento y el patio, en total su vivienda
ocupaba 118 m². En la misma calle tenía un pajar de 31 m². También la casa del maestro
alfarero Matías de Bustos situada en esta calle contemplaba la existencia de una cueva, una
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bodega con una tinaja, aposento, caballeriza y patio, eran 150 m² en total lo que ocupaba su
vivienda.
Imagen 3. Plano en 3D de la vivienda del maestro alfarero Francisco Lara en Mota del Cuervo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
Otra calle en la que vivían los alfareros en casas de su propiedad, pero en menor
número, era el Callejón del Conde. En ésta únicamente registramos un maestro alfarero. Esta
vía se inicia en la plaza del Verdinal y continúa hacia el sureste. En el Callejón del Rey el
oficial alfarero Sebastián Castellano vivía en una casa propia de 13 varas de frente por 17 de
fondo (172,2 m²), con alto y bajo, aposento, patio y corral de 9 varas en cuadro (6,27 m²).
El maestro alfarero Alonso Jarabo Rey tenía su casa y taller en el “Callejón que desde
la sendilla sube a la de Las Mesas”. La calle de la Sendilla limita por el sur el barrio alfarero y
era una senda que dibujaba la periferia del incipiente casco urbano; cuando el perímetro de la
villa se amplia, esta senda adquiere el rango de calle. En 1752 este callejón conectaba con la
calle de las Mesas (actualmente constituye una prolongación por el norte de la calle de la
Sendilla).
En la calle de La Arena Francisco Torres Rodríguez, maestro alfarero, poseía una de
las dos viviendas de su propiedad y además vivía en ella. Era una casa pequeña, de 61 m² y se
completaba con un pequeño corral de 7,66 m². Es una de las calles originarias de la villa y
muy vinculada a la construcción de las viviendas tradicionales. Era un arenero comunal, cuya
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materia prima era utilizada para el tapial o preparar la cal. La arena procedente de la sierra era
arrastrada por el agua de lluvia y se concentraba en esta zona. Conecta en su parte alta con el
Camino Real y aunque su ubicación no quedaba dentro del barrio de las cantarerías, era
limítrofe a éste.
Imagen 4. Viviendas artesanas en la calle de La Arena en Mota del Cuervo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
En la plaza de la Cruz Verde, a veces aparece también como calle de la Cruz Verde,
vivía otro maestro alfarero. Su vivienda de 146 m² constaba de dos plantas, alto y bajo,
aposento, corredor y corral de 9 m². Esta plaza es el centro del barrio de los alfareros y el
comienzo de la calle de las Mesas o de las Cuevas.
Otra de las calles más pobladas por la población artesana de Mota del Cuervo era la
calle de La Encomienda. Según los datos que encontramos en el Catastro de la Ensenada
posiblemente esta calle se ubicaba en la que actualmente se conoce como Calle Fray Luis de
León. Varios testimonios nos lo confirman, como el del zapatero Francisco López Girón, pues
su casa lindaba al oeste con la calle “que corre desde el Santo a las esquinas de San
Francisco”. La casa de Jacinto López Gil se encontraba en la calle “Del Santo junto a las
esquinas de San Francisco” y lindaba por el sur con la casa de Juan García, situada en la calle
de la Encomienda. Los dos oficiales alfareros que registramos en esta calle eran Diego Pérez
Cano y Matías Rodríguez, y sus casas presentan tipología encamarada. Respecto a la Calle de
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la Iglesia, así llamada porque en ella se encuentra la iglesia de san Miguel Arcángel, el
maestro alfarero Matías de Bustos tenía un cuarto bajo con patio de 87 m² y era la segunda
vivienda del artesano, posiblemente estaría en régimen de alquiler. En la calle de la Sendilla la
media por vivienda de los alfareros era de 112 m², ambas disponen de un corral de tamaño
mediano, entre 5 y 7 m². El largo trazado de esta vía permite que por la parte alta se
prolongue hasta el centro del barrio.
Imagen 5. Viviendas artesanas en la calle de La Encomienda en Mota del Cuervo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
El oficial alfarero Cristóbal Gallego vivía en una casa con un único cuarto bajo y
patio, el tamaño total del habitáculo era de 22 m², ubicado en la calle de las Eras. En el siglo
XVIII esta calle formaba parte también del barrio alfarero, concretamente la vivienda de
Cristóbal Gallego era limítrofe por el norte con la del maestro alfarero, José Rodríguez
Castaño, que se ubicaba en la calle de Las Mesas. La fachada de esta casa quedaba al este y al
poniente lindaba con tierras de Nuestra Señora del Carmen. Terrenos que en aquellos
momentos alternaban los usos agrícolas, de residencia o para los hornos y talleres artesanales.
En la calle de Las Huertas vivían seis alfareros, tres maestros y tres oficiales. Es una
de las principales vías del barrio, que desde la plaza de la Cruz Verde cruzaba hacia la
periferia. El nombre alude a las huertas que cultivaban con el agua del río Córcoles. Alfonso
Mindaro era uno de los vecinos alfareros, cuya vivienda de 344 m² disponía de una bodega
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con una tinaja, una cuadra donde también guardaba otra tinaja, un patio, dos aposentos, una
cámara o segunda planta de la vivienda y el corral de 11 m². Por su parte Manuel Sánchez
Nieto, oficial, disponía de casa encamarada de 188 m² con cueva, aposento y corral.
Sabemos que la calle de Las Mesas era el antiguo camino que unía esta población con
la vecina villa de Las Mesas y que desde la plaza de la Cruz Verde atravesaba todo el barrio
alfarero. Calle ocupada casi totalmente por alfareros que dan nombre al barrio y que
constituyen la principal manufactura de esta población. La media por vivienda en la calle es
de 257 m² y es que algunas viviendas superaban los 400 m², como la del maestro Cristóbal
López Villaescusa, de 448 m² o la de Juan Rodríguez Castaño, de 380 m².
En la calle del Arriano se registraban dos viviendas de alfareros. Uno de ellos, Pascual
de Lara Juan tenía el horno de cocer cántaros en el denominado sitio del Tolesillo, y su
vivienda de 111 m². Actualmente esta vía correspondería también al barrio de los alfareros,
dado que la casa de Pascual de Lara lindaba al norte con la plazuela de la Cruz Verde y por el
sur lindaba con la propia calle donde tenía la fachada. El otro vecino alfarero y propietario de
una vivienda era Agustín Moreno, lindero por el norte con Pascual de Lara. Probablemente
esta calle correspondería en el plano actual con la de las Afueras. Limítrofe a ésta se registra
la calle del Castillo. Solamente vive en ella un oficial de alfarero, Juan de Lara de Pascual,
cuya vivienda lindaba al norte con el “horno de cocer cántaros” de Francisco Izquierdo y por
el oeste lindaba con “la calle que cruza desde la del Castillo a la Mayor”.
Otra calle del barrio de las Cantarerias es la del Lavajo o también aparece como
Labajo. En ella tienen su morada dos alfareros: Matías Fernández Regatero, cuya vivienda
tiene la fachada al norte, lindando al sur con la Calle Mayor y al oeste con la Placeta del Santo
Cristo de la Paz. Y Matías Fernández Moreno vive en una vivienda de 371 m² que presenta la
fachada al sur, lindando al norte con la calle de La Arena y al poniente con la Placeta del
Santo Cristo de la Paz. Probablemente se ubicaría entre el final de la calle Mayor alta y la
parte alta de las Arenas.
En la calle del Toledillo se registran tres alfareros. Juan de Lara de Pascual era
propietario de una casa de grandes dimensiones: 426 m², pero no la habitaba. Lindaba al norte
con la calle del Castillo y al sur y poniente con tierra de los herederos de Gabriel Tirado.
También José Zarco era propietario y además habitaba la casa de la calle del Toledillo, con
alto y bajo, aposento, patio y corral de 7 m², siendo el total de la vivienda de 97 m². Indica la
fuente que lindaba al sur y poniente con Diego de Lara y al este con un “solar que se ignora su
dueño”. El tercer alfarero que encontramos es por tanto Diego de Lara, su casa de pequeñas
21 | P á g i n a
dimensiones, 21 m², la habitaba y poseía una cueva, dos aposentos, patio y corral. Además
poseía una casa de campo con un cuarto que, según registraba, “sólo sirve en el tiempo de la
simienza y barbechera”. Los linderos, importantes en este caso por las referencias urbanas que
nos ofrecen, eran por el norte la propia calle del Toledillo, por el sur el “callejón que desde el
Toledillo va a la calle de las Mesas”, al este quedaba la casa de José Zarco y al oeste iba la
fachada. Por consiguiente esta calle pertenece plenamente al barrio de los alfareros, ubicada
en la calle de Las Mesas y la del Castillo.
En la calle que denominan Frente al Horno del Quintanar, el oficial alfarero,
Francisco Díaz Grande poseía una casa de morada de 175 m², tenía dos plantas, alto y bajo,
con aposento, patio y corral. La casa lindaba al Sur con “calle que sale de las Cuevas a los
Alcázares”, al este con “calle que sale desde dicho horno al Quintanar” y al oeste con “tierras
de Nuestra Señora del Carmen”. Ubicada, por lo tanto, la casa y el horno en el barrio de los
alfareros. Además otro alfarero sitúa su vivienda en la calle “que sale desde el Horno del
Quintanar para el Toledillo”. Se trata de una vivienda de planta baja, con cuarto bajo, cocina y
corral, de 132 m². Lindaba por el sur con Francisco Díaz Grande y Juan de Contreras al norte.
Indica además que la habitaba con su familia.
La calle Mayor, por su parte alta, lindaba con el barrio alfarero. Como todas las calles
del mismo nombre en otras poblaciones manchegas era la vía más importante y aporta
singularidad a la villa, además de comunicar con otras callejuelas secundarias. Su
singularidad la aporta su gran extensión en el trazado, lo que facilitaría la construcción de
numerosas viviendas que albergaban un importante número de vecinos de todos los grupos
sociales. Su trazado y extensión facilita la movilidad entre las distintas partes del pueblo, la
circulación de carretas y ganados, así como la salida hacia los caminos de tránsito comarcal o
nacional. En ella se ubicaban siete viviendas y hogares alfareros, cinco maestros y dos
oficiales a mediados del siglo XVIII. La media por vivienda era de 145 m².
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Imagen 6. Viviendas artesanas en la calle Mayor en Mota del Cuervo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
En la calle San Antón, el alfarero Juan de Higueras poseía una vivienda, además tenía
otra en el callejón de Las Cuevas. La calle de San Antón actualmente queda fuera del barrio
de los alfareros. Por lo tanto, el 95% de los alfareros de esta villa se conectan e integran en el
barrio de las Cantarerías o de los alfareros. Un barrio con estructura plenamente gremial,
cuyos grupos y hogares reforzaban unas señas de identidad, sociales y culturales. Una de las
señas de identidad era la vivienda.
23 | P á g i n a
Tabla 3. Distribución por calles de las viviendas propiedad de los alfareros
y tamaño medio en m².
Número de casas de alfareros
Calles
Tamaño medio de la vivienda en m²
Barrio
6 Callejón de las cuevas
119 Barrio de los alfareros
1 Callejón del Conde
107 Barrio de los alfareros
1 Callejón del Rey 172 Barrio de los alfareros
1 Callejón que desde la Sendilla sube a la de las Mesas
145 Barrio de los alfareros
1 De la Arena 61 Barrio de los alfareros
1 De la cruz verde 146 Barrio de los alfareros
2 Calle de la Encomienda
167 Limítrofe con Barrio de los alfareros
1 De la Iglesia 87
2 La Sendilla 112 Barrio de los alfareros
1 Las Eras 22 Barrio de los alfareros
6 Las Huertas 120 Barrio de los alfareros
7 De las Mesas 257 Barrio de los
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alfareros
2 Del Arriano 90 Barrio de los alfareros
1 Del Castillo 176 Barrio de los alfareros
2 Del Lavajo 241 Barrio de los alfareros
3 Del Toledillo 181 Barrio de los alfareros
1 Frente al horno del Quintanar
176 Barrio de los alfareros
7 Mayor 145 Conecta por su parte alta con Barrio de los alfareros
1 Que sale desde el horno de Quintanar para el Toledillo
132 Barrio de los alfareros
1 San Antón 380 No pertenece al Barrio de los alfareros
2 No consta 73
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg.H-418 y leg.H-419, Libro de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
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Tabla 4. Distribución de casas, calles y tamaño medio de la vivienda de los artesanos (excepto alfareros). Mota del Cuervo, 1752.
Artesanado Número de casas
Calles en 1752 Tamaño medio de la vivienda en m²
ALARIFE
1 Nueva 125
3 Mayor 167
BATANERO
1 Mayor Baja 166
1 La Encomienda 196
CARPINTERO
1 Que baja desde la plaza del Toril a la Cruz de los juzgados
522
1 San Sebastián 278
CHOCOLATERO 1 Nueva 424
MOLINERO
1 De la Arena 418
3 La Encomienda 322
1 Las Fuentes 122
1 Las Huertas 195
1 Del Coso 366
1 Del Toril 215
1 Del Verdinal 106
4 Mayor 121
6 De la Arena 83
2 De la 255
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PERAIRE
Encomienda
1 De la Tercia 39
1 Del Campo 53
1 San Francisco 201
1 Santo de las Esquinas
104
PRENSADOR
1 Del Campo 94
1 Del Pozo de la aldea
223
2 Mayor 548
SASTRE
1 De la Arena No consta
1 De la Iglesia 150
1 De la Tercia 39
1 Del Campo 619
1 Del Conde 167
1 Del Coso 58
1 Del Hospital 418
2 La Encomienda 219
1 Mayor 63
TEJEDOR
1 De La Tercia 71
2 De las Fuentes 195
1 Mayor 61
1 Que cruza desde la Mayor a la de la Encomienda
205
1 San Francisco 94
ZAPATERO 2 De la Encomienda
236
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2 De las Fuentes 103
2 Del Hospital 157
1 Del Santo junto a las esquinas de San Francisco
156
1 Plaza del Toril 75
1 Que desde la plaza del Toril baja a la calle Mayor
182
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-418 y leg. H-419, Libro de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
El resto del artesanado no se ubica en un barrio determinado, sino que sus viviendas se
encuentran diseminadas por todo el casco urbano de la villa (véase anexo 1).
Así, en la Plaza del Toril o del Coso el maestro carpintero Benito Cano Triguero posee
su vivienda en la calle “que baja desde la Plaza del Toril a la cruz de los juzgados”, de 522
m², que compartía con sus cinco hijos, viudo, con 62 años. Otro de sus hijos, maestro
carpintero, también llamado Benito Cano, no tenía vivienda propia, se encontraba casado y
con dos hijos menores, posiblemente compartía la vivienda con el padre y resto de hermanos.
Dos molineros habitaban igualmente en la Plaza del Coso o del Toril, Miguel López Fortuna y
Cristóbal Zarco, en viviendas de grandes dimensiones, entre los 220 y 340 m². Esta plaza y
calle se destinaba a festejos taurinos. Junto a las casas artesanas se encontraban viviendas
principales, pertenecientes a los hijosdalgo de la villa y como tal plaza aparece en las Visitas
de la Orden de Santiago hacia 146012. La denominación como Plaza del Mercado fue
posterior a los tiempos del Catastro.
En la calle San Sebastián solamente se registra la vivienda de un artesano carpintero,
la correspondiente al maestro Alfonso Izquierdo Perea, de 278 m², que lindaba con el huerto
del vínculo que fundó don Francisco Zarco. Esta calle continúa con la misma denominación y
comienza en la ermita del Santo.
12 Dato recogido en Mota del Cuervo. Historia de nuestras calles , pág. 23.
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En la calle Nueva, en tiempos del Catastro, moraban dos artesanos, uno de ellos era el
chocolatero, José Moreno Ortega, propietario de una de las mayores viviendas de este grupo,
de 424 m². La vivienda lindaba al norte con la vivienda de la viuda Isabel Madero y al sur con
la “calle que sale desde la plaza a la Tercia, a mano derecha”. Por los datos de este lindero y
los de otra vivienda situada en la calle de San Francisco, deducimos que la calle Nueva pueda
corresponder a la actual calle de Fray Alonso Cano, dado que en 1752 el ilustre obispo de
Segorbe contaba 40 años (falleció en 1780).
La calle del Campo, registra las viviendas de tres artesanos diferentes: un pelaire, un
prensador y el sastre Juan Sánchez Muñoz que poseía una vivienda de 620 m². Esta calle era
el inicio del camino hacia la villa de Campo de Criptana.
La calle del Hospital conserva actualmente el mismo nombre, el Hospital de Pobres y
entre el artesanado de esta población son numerosos los censos contraídos a favor del citado
Hospital de pobres, como veremos más adelante. Un sastre y dos zapateros tenían en esta calle
su vivienda.
En la calle de las Fuentes, que actualmente corresponde a la calle Don Sabino, se
registraba la vivienda de varios artesanos: un molinero, dos tejedores y dos zapateros. La casa
del zapatero Bartolomé López Rivas superaba los 130 m², lindaba al sur con una “callejuela
que de dicha calle va al hospital”. La de Eusebio Ortega no llegaba a los 75 m² y también
lindaba al sur con la “callejuela que baja al Hospital”.
1.3.Las casas: tipología de la vivienda artesana en Mota del Cuervo.
Respecto a la vivienda, las primeras noticias que tenemos de los materiales
constructivos de las casas en Mota del Cuervo datan de las Relaciones de Felipe II, en ellas se
indicaba que en esta villa “son los edificios de casas bajas y pequeñas, y fechos de tierra e
piedra, e que los materiales de que las dichas casas se hacen de tierra y piedra los hay en esta
villa”13.
Materiales que aún estaban muy vinculados con el entorno natural y el medio físico
del lugar. Básicamente eran la tierra, la cal, el yeso, la piedra, madera y el ladrillo muy escaso.
Las casas en Socuéllamos, “tienen las paredes de tierra tapiada y los cimientos de piedra”. En
13 J. Zarco, Relaciones de los pueblos del Obispado de Cuenca hechas por orden de Felipe II. Biblioteca Diocesana Conquense, I y II. Cuenca 1927, reedición de Dimas Pérez Ramírez, Cuenca, Diputación Provincial, 1983, pág. 369.
29 | P á g i n a
El Toboso, “sus edificios tienen paredes de tierra tapiada, con los cimientos de piedra”. Y en
Almedina “a veces se labra la piedra tosca para los cimientos”. En la villa de Socuéllamos
indicaban que “por la parte de abajo tiene cimientos de piedra, también de barro y otras de cal,
cada uno como puede. Algunas tapias que se hacen ahora van fortificadas con costras de cal.
Falta yeso y madera para las casas”. Y en la localidad de La Roda “tapiería de tierra con
costras de calcina, otros de cal y canto y sillería, yeso de Albacete, madera de Cuenca y
Alcaraz”. Así era y siguió siendo durante varios siglos el elemento constructivo, las paredes
de tierra o fábrica de tapial, las más corrientes y usuales en La Mancha:
“[…] excepto las gredas, casi todas las tierras servían para hacer tapia, pues abunda la
tierra viva y de mucho grano, que tiene arcilla y arena- sin demasía- y gravilla; estas tierras
que al picarlas hacen terrones, desprovistas de materias orgánicas y mezcladas con garrofo
[escombros de otras construcciones machacados], son los que se emplean para tapiar”14.
El tapial se construye sobre un zócalo de otra fábrica, mampostería de piedra, cal,
grava y arena, que protege de la humedad. Sobre este zócalo se montan los moldes (tableros o
tapiales). Materiales que aún estaban muy vinculados con el entorno natural y el medio físico
del lugar. Básicamente eran la tierra, la cal, el yeso, la piedra, madera y el ladrillo muy escaso.
La cubierta era de teja, pero en muchos sitios coexistía con la cubierta vegetal (paja, carrizo,
retama, ramas, etc.), de tal modo que unas casas llevaban teja y otras no. En Torlamora se
decía que eran “pajizas” la mayoría o en Argamasilla de Alba donde las casas estaban
cubiertas “en la mayor parte de atocha y retama y carrizo” pero lo más habitual era que
alternaran con la teja.
14V. Temes y R. Barrios, “La construcción del tapial en la provincia de Albacete”, Arquitectura, año XV, Nº 175, noviembre 1933, págs. 297-307. Publicado en Almud, Arquitectura, Nº 5, Revista de estudios de Castilla La Mancha, Ciudad Real, 1982, págs.171-179.
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Imagen 7. Muro de tapial en Mota del Cuervo.
Fuente: Fondo fotográfico de la autora.
En el caso de la vivienda de los alfareros, en conjunto nos encontramos con viviendas
de grandes dimensiones, en las que el corral y el patio formaban parte importante, tanto si se
contempla como prolongación del espacio agrario, como si se utiliza para la manufactura de
su principal producción, los cántaros de barro. En cuanto a los corrales de estas viviendas,
registramos de media 6,5 m², oscilando las dimensiones entre los dos y los 11m².
Y es que las dimensiones de la convivencia para el artesanado de esta villa eran
amplias, 260 m² de media, frente a los 119 m² que contemplamos en las villas del Campo de
Montiel15.
15 C. Hernández, La casa en la Mancha Oriental. Arquitectura, familia y sociedad rural ( 1650-1850), Tesis doctoral, UCLM, Albacete, 2009, p. 208.
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Imagen 8. Plano de la vivienda del oficial alfarero Juan de Lara de Pascual en Mota del Cuervo.
Fuente: Elaboración propia a partir del Catastro de Ensenada.
La casa se adaptaba a las necesidades del hogar convirtiéndose en el centro de
producción y manufactura de los bienes fabricados. Era la misma casa del maestro, la que
ocupaba con su familia, esposa e hijos, criados si los hubiera o algún aprendiz. Y así lo
constatamos a través de los enseres, que tras el fallecimiento del artesano eran inventariados
para su custodia y reparto. El taller se localizaba en uno de los cuartos de su vivienda. Salvo
alguna excepción, la mayoría de los artesanos compartían casa y taller, tanto en las villas de la
Mancha Oriental como en la que nos ocupa de Mota del Cuervo. En cambio, los hornos de
cocer cántaros se situaban fuera de la casa y a veces incluso fuera del perímetro urbano.
Si analizamos las dependencias de la vivienda y su distribución en planta, observamos
que los alfareros propietarios de una vivienda, lo son de una casa con tipología en alto y bajo.
Es decir, una planta baja, que se concreta en un cuarto o aposento multifuncional, en 42 de las
viviendas, y una segunda planta alta o cámara. Además, la mayoría tenían un patio, 34 de
ellas, y corral 36.
32 | P á g i n a
Tabla 5. Distribución en planta de las casas de los alfareros. Mota del Cuervo 1752.
Dependencias
en la vivienda
Una planta baja.
Planta baja
y cámara
Con aposento 5 42
Con dos aposentos 1 2
Patio 2 34
Cuadra 0 4
Bodega 0 4
Corral 6 36
Cueva 11
Caballeriza 2
Pajar 2
Jaraiz 3
Pozo 1
Corredor 1
Cocina 1 1
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-418 y leg. H-419, Libro de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
Respecto a la tipología de casa en bajo entre los alfareros, como vivienda de una sola
planta, únicamente se registraron 6, cinco de ellas con un aposento y corral, alguna tenía un
patio. Con dos aposentos bajos solamente se mencionaba una vivienda16. Lo que hoy
podríamos denominar taller del alfarero era un espacio en el patio o en el corral, allí
trabajaban en el barro y lo cocían en alguno de los tres hornos que se registraban en la villa.
Para el resto de los artesanos de la villa, observamos que son nueve las viviendas de una sola
16 En el estudio que hacíamos de las villas de La Mancha Oriental Según los datos del Catastro de Ensenada y en las villas que especificaban los espacios delimitados en la vivienda, para un total de 258 casas, el 13,8%, eran a sola teja o a tejavana. Estas viviendas se daban sobre todo en Barrax, un 38%. 97 viviendas en números absolutos, también en Balazote y Ossa de Montiel superan el 20%, y en el resto de las poblaciones son menos significativas.
33 | P á g i n a
planta, tres de ellas contemplan el patio y en seis también aparece el corral. El tipo más
sencillo de vivienda era el de una sola planta, o planta baja sin cámara, cubierto a sola teja y
en algún caso con retama. Estas casas, las más pequeñas o precarias, constaban de un solo
cuarto, el cual cumplía todas las funciones, desde cocina o sala a dormitorio, con un patio o
corral. Se puede considerar el modelo general más antiguo que desde el siglo XVI nos
encontramos en La Mancha y en la Castilla meridional: casas bajas, pobres, muy sencillas
arquitectónicamente y de una gran austeridad. En la época moderna existían estas casas
mínimas en todos los pueblos y ciudades, estaban formadas únicamente por una estancia o
cuarto (dos, en el mejor de los casos), que acogían sucesivamente la actividad diurna y
nocturna de sus habitantes.
Tabla 6. Distribución en planta de las casas de los artesanos (excepto alfareros). Mota del Cuervo, 1752.
Dependencias
en la vivienda
Una planta baja
Planta baja y alta
Con aposento 9 51
Con dos aposentos 3
Cocina 1
Patio 3 39
Cámaras 6
Bodega 10
Corral 6 54
Caballeriza 2
Cueva 27
Cuadra 10
Oficina 1
Jaraiz 12
Sótano 3
Pajar 1
34 | P á g i n a
Pozo 6
Fuente: AHPT, Sección Catastro de Ensenada, leg. H-418 y leg. H-419, Libro de Relaciones particulares de la villa de Mota del Cuervo, estado seglar.
Pero es la tipología de casa en alto y bajo la que se encuentra más extendida entre la
población. 54 artesanos poseían este tipo de vivienda, con un aposento, a veces especifican
que son dos o más y todas tenían un corral. El patio aparece en 39 de ellas.
La casa en alto y bajo contempla la existencia de una cámara, que podía ocupar la
parte superior de todos los habitáculos o alguno de ellos. En las descripciones de las casas
manchegas de la zona oriental encontramos casas que tienen hasta quince cuartos
encamarados y tres o cuatro a sola teja, pero este no es el caso de Mota del Cuervo, donde
únicamente se cita la cámara o cámaras en la casa. Su orientación podía ser múltiple: granero,
pajar, depósito para forrajes, simientes, herramientas, alimentos, etc., sin descartar su uso
como habitáculo para las personas. Además la cámara tenía por sí misma una función
esencial, la de aislar la vivienda de las altas temperaturas estivales o las muy bajas invernales,
convirtiéndose en un mecanismo esencial de adaptación al clima. El tipo más elemental de
casa encamarada constaba de un cuerpo encamarado formado por un cuarto de cocina y un
aposento. El proceso de ampliación de la vivienda, cuando se hiciera, era a costa del corral. Se
ampliaba la vivienda desde el primer cuerpo encamarado con otras dependencias en
horizontal, a costa del patio o corral, más rápidas y económicas de construir. Así pues, las dos
piezas, aposento y cocina, formaban el único cuerpo de la casa. La separación entre ambas era
un simple vano, que excepcionalmente se cubriría con algún tipo de cortina o puerta. Además,
la fuente nos informa de otras estancias en la casa, como es el caso de la bodega, jaraiz o
cueva. Son estancias subterráneas donde se guardaban las tinajas. En total 18 viviendas de
alfareros contemplan cueva, bodega o jaraiz en sus dependencias. Felipe Sánchez tenía una
tinaja de 50 arrobas en el jaraiz de su casa, Alonso Jarabo disponía de dos tinajas y Francisco
Lara tenía tres.
27 casas del resto del artesanado tenían cueva, 12 registraban el jaraiz, 10 la bodega e
incluso 3 indicaban que tenían sótano. Llama la atención que en algunas de estas viviendas se
mencionaba la existencia de cueva, junto al jaraiz o la bodega. Es el caso de la vivienda del
molinero Juan Sánchez Izquierdo, constaba de un “jaraiz con dos tinajas de cocer y cuatro de
trasiego” y además la casa tenía una cueva. La casa del prensador Francisco Izquierdo tenía
cueva y una “bodega con cinco tinajas”. Fabián de Ocaña, sastre de profesión, poseía una
35 | P á g i n a
vivienda con sótano y jaraíz con “dos tinajas” y la vivienda del alarife Diego Venancio
Sánchez Izquierdo también poseía cueva y además una bodega con tres tinajas.
¿Podemos entonces afirmar que en Mota del Cuervo la cueva se utiliza como vivienda
para la familia y el hogar? Habría que diferenciar entre cueva subterránea y casa-cueva. La
evolución de estas construcciones subterráneas la hemos seguido en el barrio de las cuevas de
Balazote (Albacete). La vivienda familiar en principio contemplaba la tipología de cueva
subterránea, con uno, dos, tres o incluso más de tres cuartos subterráneos, que se iban
extendiendo conforme aumentaba el grupo y si las posibilidades de excavación lo permitían.
Los dos cuartos subterráneos acogían a los miembros del hogar, además en ellos se guardaban
los animales, cuando los tenían, y sus escasos enseres y víveres. En una segunda fase, siempre
que las posibilidades económicas lo hacían posible, se transformaban en casas-cuevas, es
decir, viviendas en las que una parte había sido excavada y otra parte era construida encima
de la primera. También podía ir en un lateral o parte delantera17.
Por los datos investigados en Mota del Cuervo, las cuevas que presentan las casas de
los alfareros y el resto del artesanado están integradas en la vivienda superficial. En algún
caso indicaban que tenían tinajas de cocer vino, por lo que su uso en el siglo XVIII era para
trasegar vino principalmente. Esto no quiere decir que en épocas pasadas no hubiesen sido
cuevas de morada para el grupo familiar y más tarde edificadas en superficie, pero
conservando las estructuras subterráneas por las óptimas condiciones climáticas que se dan en
ellas. Asimismo pudieron funcionar como talleres del alfar, dado que mantienen la humedad
del barro, sobre todo en el primer secado, que debe ser gradual y lento para evitar las
fracturas que provocan los cambios bruscos de temperatura. Así se comprueba en Chinchilla
de Montearagón, donde a mediados del siglo XVIII varios talleres alfareros y áreas de secado
y almacenaje se ubicaban en cuevas rupestres de considerable profundidad, que aprovechando
las oquedades que la roca caliza permitía se realizaba la excavación y su prolongación en la
vertiente de la peña.
En definitiva, la vivienda de esta comunidad artesana viene a ser muy similar a la del
resto de las tierras manchegas: casas en alto y bajo, con dimensiones que superaban los 100
metros cuadrados, corrales o patios en la mayoría, cubiertas de teja árabe y paredes de tapial y
17 En el siglo XVIII ya se había iniciado este proceso aditivo en algunas de las cuevas de Balazote, concretamente tres de ellas presentaban los dos cuartos en superficie y el corral en el fondo la cueva. A partir del siglo XIX se continúa esta tendencia de construcción superior que se culmina en el siglo XX para todas las cuevas de esta población. Hoy la mayoría se han sepultado bajo sus viviendas, como parte de un pasado que prefieren olvidar.
36 | P á g i n a
mampostería. La distribución interior obedecía a la tipología de cuartos multifuncionales o
también denominados cuartos de aposento. El barrio alfarero confiere un carácter
diferenciador, calles y callejones irregulares que albergan a un colectivo que trabajaba el
barro y vivía de él.
2. Los hogares en la villa de Mota del Cuervo: tamaño, estructura, composición y ciclo
vital.
Desde los primeros estudios de Laslett son muchos los trabajos realizados sobre la
composición y estructura del hogar y a pesar del debate suscitado en torno a las propuestas de
Laslett, consideramos que esta metodología aún sigue siendo válida para abordar el estudio de
los hogares y las personas que viven juntas o corresidentes. Las relaciones de parentesco que
unen a los diferentes miembros con el cabeza de familia definen los siguientes tipos:
1. Solitarios: son hogares formados por una sola persona, sin contar ni a los sirvientes o
los criados.
2. Sin Estructura: hogares formados por personas entre las que pueden existir vínculos
de parentesco, pero que no se agrupan alrededor de un núcleo familiar.
3. Familia Nuclear: hogares formados por un núcleo familiar, establecido sobre la base
de lazos conyugales. Se incluyen los matrimonios sin hijos, matrimonios con hijos,
viudos con hijos o viudas con hijos.
4. Familia Extensa: se trata de la misma familia simple, pero a la que se unen otros
miembros emparentados, de ahí que pueda ser ascendente, descendente, colateral,
descendente o ascendente y colateral
5. Familia Múltiple: cuando conviven dos o más núcleos familiares y, como en el caso
de la Familia Extensa, pueden ser ascendente, descendente o colateral y sus posibles
combinaciones.
6. Familia de Estructura Indeterminada: son aquellos núcleos conyugales que tenían en
su interior uno o varios componentes de los que se desconocía su relación con el
cabeza de familia.
De acuerdo con esta tipología, la estructura del hogar en Mota del Cuervo a mediados
del siglo XVIII se incluye dentro de lo que se ha denominado la familia nuclear, con
porcentajes elevados, 74,18%.
37 | P á g i n a
Tabla 7. Estructura del hogar en Mota del Cuervo (1752).
HOGARES Nº %
Solitarios 127 15,39
Sin estructura 28 3,39
Nuclear 612 74,18
Extensa 58 7,03
TOTAL 825 100
Fuente: AHPT, leg. H-415 y leg. H-420 Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y del estado eclesiástico.
Cifras similares se registran en la mayor parte del territorio nacional. Así, en la Sierra
de Alcaraz, los agregados nucleares suponían prácticamente más de las tres cuartas partes del
total (75-76%), una proporción que se incrementaría con el tiempo, pues en el año 1787 ya
superaban el 83% de los hogares18. El porcentaje de hogares nucleares en la provincia de
Cuenca se elevaba al 80,8%, reduciéndose esta cifra al 72,8% para la ciudad de Cuenca en el
año 1800; y en Los Yébenes las cifras nos hablan de nuclearidad casi para la totalidad de los
hogares, un 91,2%. Y es que la región de Castilla-La Mancha se incluye dentro de lo que se
ha denominado la “España nuclear”.
La cohabitación de una tercera generación o de otros parientes es poco habitual,
quedando el agregado complejo en un reducido 7%, cifra que se encuentra en consonancia
con la estructura general de Castilla- La Mancha que no supera el 10% de los casos las
familias complejas. En contraste, el norte de España registraba un elevado porcentaje de
familias complejas, como Galicia, con un 43% o Cataluña, con 50% en el año 180019. Los
hogares complejos eran un 16% en Granada, frente a un 13% de solitarios20, cifra similar a la
de Mota del Cuervo, con un 13,64%. En la villa de Albacete son del 11,4% y en el Campo de
Montiel se superaba el 10%. Estos datos nos ponen de manifiesto dos realidades, por un lado,
18 F. García, Las estrategias de la diferencia. Familia, pág. 51. 19 F. Mikelarena, “Estructuras familiares en España y Navarra en los siglos XVIII y XIX: factores etnoculturales, diferenciación socioeconómica y comportamientos estratégicos” en Revista de Antropologia social, Nº 2, edit. Complutense, Madrid 1993, pág. 113. 20 J. Casey y B. Vincent, citado por GARCÍA GONZÁLEZ, F en La sierra de Alcaraz en el siglo XVIII, pág 209.
38 | P á g i n a
la emigración de los jóvenes y, por otra, la muerte del esposo o de los padres, que forzarían a
una situación de soledad a los que permanecen21.
Finalmente los hogares sin estructura tienen escasa representación en la villa de Mota
del Cuervo, un 3,39%, tendencia que es semejante al resto del país. Por ejemplo, en la
comarca del Campo de Montiel, el agregado sin estructura no alcanzaba ni el dos por ciento
de los hogares.
A la hora de interpretar estas cifras no podríamos dar una respuesta unilateral. Muchos
son los factores que influyen en el tamaño, composición y tipología del hogar. Los datos
contradicen, por ejemplo, que un mayor número de familias complejas se vincule con zonas
de poblamiento débil o con malas condiciones del territorio. Los porcentajes de familias
nucleares en Mota del Cuervo, una zona llana, son semejantes a los registrados en la sierra de
Alcaraz con terreno abrupto y montañoso. Parece ser que uno de los factores que más influiría
en la composición y estructura de los hogares era el nivel de riqueza y las pautas
socioculturales o de reproducción del status.
Tabla 8. Estructura del hogar y grupo socio-profesional en Mota del Cuervo, 1752.
Grupo
Socio-profesional
H.
Solitarios
H.
Sin estructura
H. Nucleares
H. complejos Total
Élite 7 5,5 1 3,5 8 1,3 1 1,7 17 2
Profesiones liberales
0 0 0 0 16 2,6 3 5,1 19 2,3
Artesanado 4 3,1 3 10,7 132 21,5 15 25,8 154 18,6
Tenderos y
comerciantes
1 0,78 0 0 11 1,8 2 3,4 14 1,7
Labradores 9 7 3 10,7 100 16,3 12 20,6 124 15
Ganaderos 4 0,65 4 0,4
Jornaleros 14 11 4 14,28 176 28,7 13 22,4 207 25
Mozos sirvientes 3 2,3 2 7,1 75 12,2 4 6,9 84 10
21 C.J Gómez, Entre el mundo rural y urbano. Trabajo de investigación inédito. UCLM, mayo 2005, pág. 90.
39 | P á g i n a
Mujeres 33 26 5 17,8 68 11,1 6 10,3 112 13,5
Pobres 32 25 0 0 22 3,6 0 54 6,5
Clero 18 14 8 28,5 2 3,4 28 3,4
Menores sin determinar su hogar
6 4,7 2 7 8 0,9
Total 127 100 28 100 612 100 58 100 825 100
Fuente: AHPT, leg. H-415 y leg. H-420 Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y del estado eclesiástico.
Observamos que el número de parientes corresidentes en el hogar era mayor entre los
artesanos, jornaleros y labradores que entre los comerciantes o los grupos de élite. Los
hogares solitarios mayoritariamente pertenecían a las mujeres viudas, las solteras y pobres de
solemnidad.
Deteniéndonos en el grupo de artesanos, observamos que el porcentaje global de los
hogares complejos (26%), superaba en cinco puntos a los agregados nucleares (21%). Y es
que eran muchos los parientes, huérfanos o jóvenes sin afiliación conocida, que fueron
acogidos en la casa de estos artesanos, posiblemente para ser empleados como mano de obra
en sus propios talleres, para más tarde reproducir la profesión. Más allá de estos límites
regionales y datos estadísticos sabemos que en la Italia central las familias de aparceros solían
ser complejas, debido a la necesidad de mantener el equilibrio entre los brazos para trabajar la
tierra y las bocas que alimentar22. Los sobrinos son un colectivo muy amparado, casi el 21%
de los parientes, y esto de nuevo obedece a los lazos solidarios que se establecerán tras el
fallecimiento de los padres. Así, por ejemplo, en Mota del Cuervo encontramos a José Cano
Manrique, labrador de 64 años que tenía corresidiendo en su casa a un sobrino de doce años,
Gabriel y la hermana de éste, Josefa Amores, de 22 años, además de la suegra, María
Martinez. O el caso del también labrador, Miguel Rodríguez Castaño de 60 años, que había
acogido a dos sobrinas de 16 y 21 años respectivamente y un sobrino, José Rodríguez, de siete
años.
22 R. Sarti, Vida en familia, pág. 114.
40 | P á g i n a
2.1. Tamaño y composición de los hogares.
Si nos atenemos exclusivamente al análisis de los cabeza de familia, observamos cómo
por sexos predominaban los varones como cabezas de familia, no alcanzando el 20% las
mujeres que encabezaban los hogares. Por lo que se refiere a la jefatura del hogar en relación
al estado civil, se confirma que el matrimonio se convierte en el principal vehículo para el
acceso al hogar. Los casados registran casi un 66%, muy distanciados de los viudos o solteros.
Tabla 9. Sexo y estado civil de los cabeza de familia Mota del Cuervo, 1752.
Solteros Casados Viudos Desconocido Total
HogaresMujer Varón Mujer Varón Mujer varón
Mota del cuervo 22 27 526 134 7 7 62 825
% 2,6 3,2 63,7 16,2 5,7 0,8 10,4 100
Fuente: AHPT: H-415 y H-420. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y del Estado Eclesiástico.
La población extraída del Catastro de la Ensenada de la población seglar, se cifra en
3171 personas, agrupadas en 825 hogares23.
Tabla 10. Tamaño y composición del hogar en 1752.
Población Con criados
Sin criados
Cab/fam. Hijos Parientes Criados
Mota del Cuervo 3,84 3,55 1,64 1,73 0,17 0,28
3171 825 1435 147 235
Campo de Montiel en Albacete
3,83 3,49 1,69 1,68 0,10 0,33
Fuente: AHPT, leg. H-415 y leg. H-420. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y eclesiástico; y C. Hernández, Calles y casas en el Campo de Montiel. Hogares y espacio doméstico en las tierras de El Bonillo en el siglo XVIII, I.E.Albacetenses, 2007, pág.144.
23 A los que habría que añadir los 22 clérigos y el párroco pertenecientes al estado eclesiástico. Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Respuesta 38.
41 | P á g i n a
El tamaño del hogar no alcanzaba las cuatro personas por agregado. Si lo
contemplamos con criados se registra 3,84 personas, que desciende a 3,55 sin criados. Y es
que la media de hijos por hogar no alcanzaba los dos, concretamente en Mota del cuervo la
media se sitúa en 1,73. Los parientes corresidentes y criados no llegaban al 1%. Cifras como
podemos comprobar muy similares a las que obtuvimos para el Campo de Montiel
albacetense24.
La población mayoritariamente se encuentra en hogares de 3, 4 y 5 miembros, así, las
familias formadas por 3 personas suponían más del 20% de los hogares y el 16% de la
población. En el caso de 4 miembros por hogar estaban cerca del 18%, tanto respecto a la
población total como al número de hogares. Los agregados domésticos de 5 miembros
registramos el 13,64% de los hogares y con seis miembros aparece un 9,5%, el 14,8% de la
población.
Si comparamos estos datos con los de la comarca de la Sierra de Alcaraz en esta
misma fecha, los agregados de 6 personas suponían el 8,69% de los hogares y el 12,89% del
total de la población. En Mota del Cuervo asociamos estos resultados, no sólo a factores
demográficos, sino a otros de tipo “externo” como es la presencia de los criados y sobre todo
la presencia de los hijos en el hogar que, al igual que sucedía en la zona de La Mancha
Oriental o la Sierra de Alcaraz, entendemos se enmarcaría dentro del boom del poblamiento
aldeano durante la segunda mitad del siglo XVIII, en un contexto de amplias posibilidades
laborales25.
Los hogares solitarios superaban el 13%. Lo que significa que algo más del cuarto de
los hogares de esta villa tenían una o dos personas a mediados del siglo XVIII, incluyendo los
criados. Resultado del predominio de la familia nuclear, el tamaño de los hogares no es muy
dilatado. Además, la familia no queda insensible a la coyuntura económica y demográfica que
por estas fechas atraviesa gran parte del país.
24 C. Hernández, La casa en La Mancha oriental. Arquitectura, familia y sociedad rural (1650-1850), edit. Sílex, 2013. 25 F. García, La sierra de Alcaraz en el siglo XVIII, pág. 219.
42 | P á g i n a
Tabla 11. Distribución de los hogares y de la población que engloban por tamaño del agregado doméstico a mediados del siglo XVIII en Mota del Cuervo.
Tamaño Hog % Pobl.* %
1 111 13,4 111 3,5
2 138 16,7 276 8,7
3 168 20,3 504 15,9
4 141 17 564 17,7
5 110 13,3 550 17,3
6 80 9,7 480 15,1
7 40 4,8 280 8,8
8-9 20 2,4 165 5,2
>9 17 2 241 7,6
Total 825 100 3171 100
Fuente: AHPT, leg. H-415 y leg. H-420. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y eclesiástico.
2.2. Los hijos y criados.
A la hora de determinar el tamaño medio de los hogares, los hijos juegan un papel
fundamental, no en vano constituían cerca de la mitad de los miembros del hogar. El
promedio de hijos por hogar en la villa de Mota del Cuervo era de 1,73, algo mayor que los
datos que registramos para La Mancha Oriental, 1,68 hijos por hogar26. Si comparamos con
otras poblaciones del entorno, Cosme Gómez Carrasco para Albacete registra 1,58 hijos por
hogar27. Las villas manchegas de Munera y Lezuza alcanzaban cifras similares a las de La
Roda, 1,95 hijos por hogar, si bien en ninguna población se alcanzaban los dos hijos por
hogar.
Si analizamos las edades de los hijos comprobamos que los menores de 18 años son
abrumadoramente la mayoría de los que conviven en el hogar; así, de los 760 varones
26 C. Hernández, La casa en La Mancha oriental. Arquitectura, familia y sociedad rural (1650-1850), edit. Sílex, 2013. 27 C.J Gómez, Entre el mundo rural y urbano, trabajo inédito para la obtención del DEA. UCLM, junio 2005.
43 | P á g i n a
registrados como corresidentes en el hogar, un 77,36% son menores de 18 años. En cuanto a
las mujeres, de las 675 registradas como hijas, un 78,96% son también menores de 18 años,
dato que es completamente normal y también el hecho de que los varones superen en número
a las hembras, puesto que como sabemos nacen más varones que hembras, pero a mediados
del siglo XVIII además, hay otras razones: la nupcialidad en el caso de los varones se retrasa
con respecto a las mujeres y también la permanencia en la explotación familiar como mano de
obra28.
Tabla 12. Distribución de los hijos en Mota del Cuervo según sexo y edad, 1752.
Nº de hijos
<18 años 18-35 >35 años
Mujer Varón Total Mujer Varón Total Mujer Varón Total
1435 533 588 1121 134 169 302 8 3 11
% 78,96 77,36 19,85 22,23 1,18 0,39
Fuente: AHPT, leg. H-415, Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar.
Tabla 13. Comparativa entre el número de hogares y de hijos en La Mancha Oriental y Mota del Cuervo, 1752.
Mancha Oriental Mota del Cuervo
Nº NºHog. % NºHijos % NºHog % NºHijos %
0 699 30,23 0 0 260 31,5 0 0
1 429 19,16 429 10,57 171 20,7 171 11,91
2 410 18,31 820 20,21 149 18 298 20,76
3 307 13,71 921 22,70 106 12,8 318 22,16
4 193 8,62 772 19,03 74 8,9 296 20,62
5 116 5,18 580 14,29 48 5,8 240 16,72
6 60 2,68 360 8,87 11 1,3 66 4,59
7 19 0,84 133 3,27 3 0,36 21 1,46
28 F. García, La sierra de Alcaraz en el siglo XVIII, pág. 223.
44 | P á g i n a
8 o más 5 0,22 41 1,00 3 0,36 25 1,74
TOTAL 2238 100 4056 100 825 100 1435 100
Fuente: AHPT, leg. H-415 y leg. H-419, Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y eclesiástico.
A partir de los 18 años los hijos que permanecen en el hogar paterno también son
superiores a las hijas, lo que confirma que la nupcialidad era más precoz para las mujeres y la
permanencia en la casa de los hijos varones como mano de obra. A partir de los 35 años se
observa un notable descenso, lo que significa que la salida de los hijos del hogar es anterior a
esta edad y quizás sean más las mujeres las que ahora queden en la casa cuidando los padres
ya ancianos. Pero la situación de permanencia de los hijos en la hacienda del padre es poco
significativa, comparada con el grueso de la población joven que trabaja fuera del hogar y que
desde edades muy tempranas, acuciados por la necesidad, se ven obligados a una gran
movilidad laboral, dentro de la comarca y de la misma población, en calidad de criados de
labor o pastores de ganado. Criados que no llegaban a integrarse de forma efectiva en la
estructura familiar de la casa, más bien se trata de pastores y mozos sirvientes que alternan
entre la estancia en casa del amo y su propia casa. De hecho en los datos que aporta la fuente
se dice que las casas de campo “sólo se habitan en el tiempo de simienza y barbechera” o en
otros casos afirman que “sirve para el albergue de la labor en el tiempo de sementera y
barbechera, pues en otro tiempo no se habita”29.
En conjunto los datos que nos ofrece sobre criados el Catastro de Ensenada para Mota
del Cuervo y las villas de la Mancha Oriental son bajos, especialmente en Munera (0,05),
siendo Ossa de Montiel el pueblo con una media más alta de criados por hogar (0,65), seguida
de Balazote, villa de señorío (0,48). Mota del Cuervo (0,28) y El Bonillo (0,37) ocupan una
posición intermedia, pero siempre dentro de niveles bajos. La media de la comarca manchega
era de 0,26 criados por hogar. La mayoría de ellos se dedicaban a la labor, pero también
encontramos un número importante dedicado a la ganadería extensiva, los rebaños de ovejas y
cabras, muy abundantes en Ossa de Montiel y El Bonillo principalmente.
29 AHPT: Sección Catastro de Ensenada, H-419.
45 | P á g i n a
Tabla 14.Población, hogares y criados en Mota del Cuervo, 1752
Media y porcentajes.
Población total Hogares Criados Media de criados por hogar
% de criados total de la población
3171 825 235 0, 28 7,41
Fuente: AHPT: H-415 y H-419. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y estado eclesiástico.
Tabla 15. Cuadro comparativo de la población, hogares y criados en Mota del Cuervo y otras villas de la Mancha Oriental (1752). Media y porcentajes.
Población
total
Hogares Criados Media de criados
por hogar
% criados total
de la población
Mota del Cuervo 3171 825 235 0,28 7,41
Balazote 465 113 55 0,48 11,82
El Bonillo 4012 992 369 0,37 9,19
Lezuza 1228 309 55 0,17 4,47
Munera 1712 460 24 0,05 1,40
Ossa de Montiel 539 134 88 0,65 16,32
La Mancha Oriental 10155 2610 699 0,26 6,88
Fuente: AHPA, Sección Catastro del Marqués de la Ensenada. Libros: 39, 40,42, 57, 106, 141, 150 y Libro 36, 2ª parte.
En Mota del Cuervo destacamos el gran número de criados de labor o de ganado
pertenecientes a algunas de las familias de la élite en la población. Es el caso de la familia de
don Francisco José Belmonte, hidalgo y labrador. En sus rebaños y hacienda trabajaban un
total de 21 criados, tres ayudadores, tres criadas y un criado para el servicio doméstico, de
edades comprendidas entre los 11 y los 26 años, un criado mandadero de 15 años, cuatro
criados mayorales, cuatro pastores y cinco mozos sirvientes en calidad de zagales.
Otro de los hogares con un elevado número de criados es el de don Martín Sánchez
Gallego, labrador de 44 años, viudo y con tres hijos menores, que disponía de nada más y
46 | P á g i n a
nada menos que de 27 criados (4 ayudadores, 3 criadas de servicio doméstico, 5 mayorales, 6
pastores y 9 zagales de ganado). El tamaño de estos hogares necesariamente era muy
abultado, aunque no todos eran corresidentes. Así se confirma que la extensión y complejidad
familiar estaban estrechamente ligadas con la riqueza y la posición social. En efecto, entre
estos grupos de élite se daban cita una serie de prácticas ligadas al estatus y prestigio social,
como ocurre en muchos hogares de la hidalguía local, como el perteneciente a don Rafael
Álvarez, de 40 años y de condición hidalgo, casado con doña Mariana Rosa Castaño del
Vado, de 48 años. Tenía en su casa a su hermana doña Isabel Álvarez, de 50 años, y disponía
de 6 criados. Doña Isabel del Vado vivía junto a dos hermanas, doña Catalina y doña Inés, y
permanecía soltera. Igualmente doña Josefa Izquierdo Nieto y Arias, soltera todavía a los 36
años, vivía con sus hermanas doña Ángela y doña Catalina. En el caso de don Francisco
Antonio Palacios, de 27 años, su hogar lo formaban 16 personas (10 de ellos criados), tres
hijos pequeños y su mujer doña Isabel María García, de 27 años, y corresidía con ellos su
suegro don Manuel García, viudo de 68 años. Don José López de los Cobos también seguía
soltero pasados los 35 años y vivía con sus dos hermanas mayores, doña Josefa y doña Isabel,
de 46 y 51 años respectivamente.
Entre los grupos a medio camino entre la mediana o gran propiedad, la presencia de
hogares abultados estaba más relacionada con las necesidades laborales propiamente dichas.
Así encontramos ejemplos como el del labrador José Cano Manrique, de 64 años, que tenía en
su casa a dos sobrinos y la suegra, además de los dos criados. Lo normal es que en este grupo
se empleara poca mano de obra fija, teniendo presente que la media de criados por hogar es
muy baja (0,28), pero era aquí donde se podía tener una mayor capacidad para retener a los
hijos y también para atraer a otros parientes, funcionando como excelentes grupos de trabajo y
llegando a tener un tamaño más abultado que la media de la villa o de la comarca.
En los hogares artesanos el tamaño del hogar se vincula con el número de hijos
principalmente, sin excluir la presencia de algún pariente, sobre todo jóvenes sobrinos o
huérfanos que entraban en el aprendizaje del oficio. En este grupo raramente contaban con
algún criado. De los 150 hogares artesanos solamente se registran 10 criados, (0,06), y se
corresponden con 8 hogares. El maestro alfarero Alfonso Jarabo Rey tenía un criado que
posiblemente compartía su trabajo entre el trabajo en el taller del alfarero y llevando las
tierras de labor que poseía el maestro, que comprendía tres fanegas y seis celemines de olivos
en tierra de primera y mediana calidad, otras dos fanegas de viña de buena calidad y cuatro de
secano para trigo, una de ellas de primera calidad y las restantes las califican de ínfima
47 | P á g i n a
calidad. El resto de criados en casas de artesanos se reparten entre los molineros y los alarifes.
En el caso de los molineros encontramos a Juan López Casero, de 60 años, con dos criados y
una criada, más un cuñado corresidente en su hogar. El hogar del alarife Francisco Sánchez
Izquierdo, de 58 años, lo formaban 8 personas. Además de su mujer Catalina Zarco, de 54
años, tenía tres hijas solteras, de entre 19 y 25 años, un hijo de 29 años, un sobrino de 12 años
y un criado de 16 años. En estos casos de artesanos con criados ocurría algo semejante a los
medianos propietarios, dado que también ellos son medianos propietarios de tierras, y además
disponían del trabajo artesanal que atraía a familiares y jóvenes en busca de su aprendizaje.
2.3. Los hogares artesanos. Tamaño del hogar y tamaño de la casa de los alfareros.
El total de hogares artesanos era de 156. Nos interesa conocer el tamaño de estos
hogares para relacionar el tamaño de la vivienda y el del agregado doméstico. Así
comprobamos que el 22% de la población artesana se encuentra en hogares formados por tres
personas, constituyendo un 36% los que forman hogares de cuatro y cinco miembros.
Tabla 16. Tamaño de los hogares artesanos en Mota del Cuervo, 1752.
Tamaño Hog % Pobl.* %
1 6 3,8 6 0,9
2 25 16,02 50 7,58
3 33 21,15 99 15
4 29 18,58 116 17,6
5 27 17,30 135 20,4
6 15 9,61 90 13,6
7 13 8,33 91 13,8
8-9 6 3,84 51 7,7
>9 2 1,28 21 3,2
Total 156 100 659 100
Fuente: AHPT: H-415, Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar.
48 | P á g i n a
Si analizamos el tamaño de los hogares alfareros vemos que la mayor parte de esta
población, 227 personas registradas, tenían cuatro, cinco o seis miembros por hogar, lo que
supone cerca del 70% de esta población.
Tabla 17. Tamaño de los hogares de los artesanos alfareros. Mota del Cuervo 1752.
Tamaño Hog % Pobl.* %
1 0 0 0 0
2 10 17,8 20 8,8
3 11 19,6 33 14,5
4 13 23,2 52 22,9
5 13 23,2 65 28,6
6 6 10,7 36 15,8
7 3 5,3 21 9,2
8-9 0 0 0 0
>9 0 0 0 0
Total 56 100 227 100
Fuente: AHPT: H-415. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libro de personal del estado seglar.
Cifras y datos que relacionaremos con el tamaño de las viviendas para conocer el
espacio habitable de la casa en relación al grupo doméstico. Así, el tamaño medio de las
viviendas de los alfareros, cuyos hogares tenían dos miembros, era de 196 m² y las viviendas
de cuatro miembros apenas superaban los 100 m². Es decir, a mayor número de personas,
disminuye el tamaño de la vivienda. Circunstancia que esconde realidades muy diversas.
Diego de Lara tenía una casa de 20,9 m² y su hogar lo formaban tres personas, en cambio la
vivienda de Juan de Lara Pascual con 426 m² albergaba a cuatro personas. En realidad, la casa
no se concebía para disfrutarla, sino únicamente para las necesidades básicas del ser humano,
de ahí que a veces el corral de la vivienda fuese más importante que las estancias de morada.
Concebida como unidad productiva, se adaptaba a las necesidades del morador, ya fuese
artesano, labrador o jornalero. En este sentido nos interesaremos por conocer qué hay detrás
de cada casa y hogar, qué propiedades los sostienen y mantienen. Para ello conexionaremos
49 | P á g i n a
los datos de los hogares, viviendas, propiedades del cabeza de familia -tierras, ganados- y el
endeudamiento del hogar para mostrar una imagen del barrio y la comunidad alfarera.
Tabla 18.Tamaño del hogar y tamaño medio de la vivienda entre los alfareros. Mota del Cuervo, 1752.
Número
miembros
Tamaño
hogar
Tamaño
medio de la
vivienda en
M2
1 0 0
2 10 196
3 11 124
4 13 103
5 13 190
6 6 119
7 3 241
8-9 0 0
>9 0 0
Total 56
Fuente: AHPT: H-415 y H-419. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de personal del estado seglar y Libro de Relaciones Particulares.
3. La casa y la propiedad patrimonial de los hogares alfareros en relación al resto de
hogares artesanos.
3.1. El barrio alfarero: una imagen de la equidad en la pobreza.
El estudio social de la propiedad de la tierra en Mota del Cuervo entre la comunidad
alfarera refleja claramente una gran equidad en su pobreza. Los maestros y oficiales que
poseían tierra eran el 67,8% y los que poseían algún animal el 78%. Los datos son a todas
luces significativos de la precariedad de este colectivo. Un total de 18 familias no tenían
tierra, con menos de una hectárea se registraban únicamente cinco. 16 hogares tenían entre
50 | P á g i n a
una y cinco hectáreas de tierra y 13 podían llegar a las 15 hectáreas. En cualquier caso, los
tres mayores propietarios lo son de tierra vinculada. La mayor parte de los alfareros, el 61%,
poseía una pequeña parcela inferior a las 15 hectáreas que sembraban de trigo o en algún caso
de viñedo u olivar. A los maestros se les estipulaba de jornal diario 6 reales, a los oficiales 4
reales y 17 maravedíes y a los aprendices 3 reales30. Había 23 maestros, 33 oficiales y ningún
aprendiz.
Tabla 19. Distribución social de la propiedad de la tierra entre los alfareros. Mota del Cuervo, 1752.
Número %
Sin tierra 17 32
<1Ha 5 8,9
1-5 17 30,3
5-15 13 23,2
15-25 1 1,7
25-50 3 5,3
Total 56 100
Fuente: AHPT: H-419. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de Relaciones Particulares del estado seglar.
Y en estos precarios hogares en los que ni la tenencia de propiedad individual ni el
producto del oficio eran suficientes para la subsistencia del grupo familiar, la posesión del
ganado era, más que ningún otro elemento, el que marcaba la estratificación en la sociedad
rural del Antiguo Régimen, principalmente el ganado de labor. Considerado como el principal
medio para garantizarse la subsistencia, era también la clave para definir el estatus de cada
uno dentro de la comunidad campesina31.
Entre la comunidad de alfareros de Mota del Cuervo el ganado asnal proporcionaba
trabajo “para traer leña o juncos a los hornos de cocer cántaros”, pero también los asnos o
jumentos de labor eran imprescindibles para atender las necesidades de los maestros y
oficiales alfareros. Sus reducidas propiedades de tierra, casi todas de ínfima calidad, les
30 Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, villa de Mota del Cuervo, documento digitalizado, dirección y referencia: http://pares.mcu.es/Catastro/servlets/ImageServlet, AGS_CE_RG_L618_624.jpg (consultado: 20 -03- 2012). 31 F. García, Las estrategias de la diferencia, pág. 71.
51 | P á g i n a
obligaban a trabajar además para otros, sobre todo los que poseían las mulas de labor. El
maestro Francisco Lara poseía dos asnos y dos mulas de labor, su propiedad eran 9 hectáreas
de secano, en varias parcelas de trigo, olivar y viñedo. En el caso de Pedro Martínez señalaba
que los dos asnos eran para la labor, su propiedad se reducía a 6 hectáreas de secano de
inferior calidad. Por su parte, Matías Fernández Moreno tenía un asno y dos mulas de labor,
aunque su propiedad de tierra era tan sólo 1,3 hectáreas. El oficial Vicente Mateo declaraba
tener dos asnos de labor y no poseía tierra alguna. Juan de Lara Pascual tenía tres asnos y la
propiedad de tierra no alcanzaba las 3 hectáreas, entre el viñedo y la tierra de cereal. Alfareros
que, en definitiva, se encontraban en inferioridad de condiciones respecto a los campesinos
arrendatarios de la zona, dado que éstos podían explotar propiedades de mayor extensión. Su
situación sería semejante a la de los jornaleros o labradores de reducidas propiedades.
No obstante, las cabezas de ganado no alcanzan el centenar, siendo el ganado asnal,
asnos y jumentos, los animales que alcanzan el mayor número de cabezas, 71 en números
absolutos, el 87,6%. El resto, un 8,6% de mulas, un único caballo y dos ovejas son los 81
animales que conformaban la cabaña ganadera de los alfareros.
Tabla 20. Distribución del ganado y especie entre los alfareros y el resto del artesanado. Mota del Cuervo, 1752.
Alfareros Resto del artesanado
Tipo de ganado Número
De cabezas
% Tipo de ganado
Número
De cabezas
%
Asnal 71 87,6 Asnal 42 43,2
Mular 7 8,6 Mular 21 21,6
Caballar 1 1,2 Caballar 1 1,0
Lanar 2 2,4 Lanar 33 34,0
Total 81 100 Total 97 100
Fuente: AHPT: H-419. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de Relaciones Particulares del estado seglar.
52 | P á g i n a
Además la pobreza de este colectivo no se medía solamente por sus limitados bienes.
20 alfareros tenían sus casas hipotecadas. Un total de 9.822 reales importaban los censos
contraídos contra la casa (a veces junto a la tierra) que registraban en el Catastro de
Ensenada. El maestro alfarero Alfonso Mindaro tenía un censo de 800 reales contra la casa y
el pajar, 900 importaba el contraído por Juan Regatero o 500 el de José Rodríguez. Es decir la
casa constituía el mejor aval y garantía para la obtención del préstamo, entre otras razones
porque no tenían otros bienes que hipotecar (véase Anexo 1).
3.2. El resto del artesanado: una imagen de mínimas diferencias.
El total de artesanos que declaraban propiedades eran 150, 56 alfareros y 94 de otros
oficios. Seis artesanos no constan en el libro de propiedades, se contabilizan aunque no
posean más que su jornal diario.
Tabla 21. Distribución social de la propiedad de la tierra entre los artesanos, excepto alfareros. Mota del Cuervo, 1752.
Número %
Sin tierra 40 42,5
<1Ha 11 11,7
1-5 21 22,3
5-15 14 14,8
15-25 3 3,1
25-50 3 3,1
<50 2 2,1
Total 94 100
Fuente: AHPT: H-419. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de Relaciones Particulares del estado seglar.
En el resto del artesanado comprobamos que su situación difiere poco de los alfareros.
El 42,5% no poseían tierra, el 11,7% no tenía más de una hectárea, siendo los propietarios de
alguna parcela entre una y 15 hectáreas los que aglutinan el mayor porcentaje, el 37%.
Únicamente destacan dos propietarios con más de 50 hectáreas, el chocolatero, José Moreno
53 | P á g i n a
Ortega, que tenía 80 hectáreas de tierra, de mediana e inferior calidad; y el maestro prensador
Pablo García Nieto, que alcanzaba las 85 hectáreas.
La propiedad del ganado era escasa, un total de 97 cabezas, de las que 33 eran lanar,
21 mular y 42 asnal. Finalmente si valoramos el nivel de endeudamiento, un total de 21
artesanos habían contraído un censo contra la casa o la tierra, que importaba 11.993 reales. El
mayor de los censos que se registra es el que contrajo el sastre Juan Sánchez Muñoz por un
valor de 1.630 reales a favor de don José Arias de Morales. En el otro extremo está el censo
de 70 reales que había impuesto contra sus viñas el alarife Francisco Sánchez Izquierdo, a
favor de las religiosas de Santa Clara de la villa de Belmonte. Por categorías profesionales se
endeudaron: dos alarifes, un batanero, un carpintero, el chocolatero, un herrador, dos
molineros, tres pelaires, dos prensadores, cuatro sastres, dos tejedores y dos zapateros.
Y es que para vivir en la sociedad rural del siglo XVIII era necesario el dinero, y
pocos lo tenían disponible diariamente. Gran parte de las familias y hogares estaban
fuertemente endeudados, vivían a crédito, de fiado, con préstamos e hipotecas. Los censos
consignativos o préstamos hipotecarios fueron los medios utilizados para el acceso al dinero.
Era una inversión al alcance de muchos y de plazo ilimitado para su devolución, lo que traía
consigo altas hipotecas de bienes. La empresa familiar era la destinataria principal del capital
adquirido. Si nos preguntamos por las necesidades de estos artesanos a la hora de solicitar el
préstamo, las fuentes son poco explícitas, pero al ser censos de mediana y pequeña cuantía, el
deudor pretendía, al menos, mejorar su nivel de renta, hacerse una casa o comprar una parcela
de tierra. Los prestamistas fueron la iglesia parroquial de la villa o el Hospital de pobres, doña
Josefa Chacón, algunos vecinos de Infantes, Belmonte o El Toboso, así como las religiosas de
Santa Clara, religiosas Franciscanas de Belmonte y memorias pías de Mota del Cuervo.
En definitiva, la casa del artesano era mucho más que un aval, era hogar, taller y
tienda, era el centro de producción, con todos los instrumentos y materias primas, y el lugar
de venta de los propios productos. Era centro de formación y de integración social de los
aprendices y de los oficiales, ya fuesen los propios hijos de la casa o los venidos de fuera.
Pero además, en estos hogares de Mota del Cuervo hay que mencionar el papel de las mujeres
alfareras, ellas no fueron reconocidas en el Catastro como artesanas, su trabajo silencioso y
callado lo ejercían en el patio o en el corral, modelando los cántaros manualmente, pero su
nombre no consta en esta fuente como de oficio alfarera. En esta sociedad endogámica y
cerrada, lo habitual era que el hijo del maestro sucediese al padre en el taller, para lo cual
desde muy pequeños trabajaban en el oficio como aprendices. Si no los tenían, recurrían a los
54 | P á g i n a
parientes cercanos, hermanos, primos, los huérfanos, los hijos de los vecinos, los posibles
yernos o todos aquellos individuos que formaban parte de los vínculos de amistad de la
familia del maestro. Por ello, las relaciones sobrepasaban el ámbito de la familia para ocupar
un espacio social más amplio que daba cabida a la vecindad, a la comunidad local o al
artesanado de la zona o comarca.
Con todo ello, consideramos que la comunidad alfarera tuvo cierto peso en la
economía local de mediados del siglo XVIII, al menos por el importante número de familias y
hogares implicados en el oficio. Sus producciones, cántaros y tinajas se vendían también para
otras poblaciones manchegas. De hecho, no faltaban en los ajuares y dotes matrimoniales de
toda la comarca manchega los cántaros de la Mota. De baja tasación, no superaban los cinco
reales a mediados del siglo XVIII, eran, sin embargo, imprescindibles en las cocinas y
bodegas de estas tierras.
55 | P á g i n a
ANEXO 1.
Mapas urbanos de la villa diferenciados por artesanos (sastres y molineros).
56 | P á g i n a
ANEXO 2.
Relación de alfareros y propiedades. Mota del Cuervo, 1751.
ALFARERO
Categoría
Tierra
Has
secano
Ganado
Tipo de Hogar Tamaño
Casa m2
Censo
Asnal
Mular
Estructura
Tamaño
Rls Contra
Alfonso Mindaro
Maestro 21,25
2 3 7 344 800 Casa y pajar
Juan Fernández León
Maestro 40,35 3 1 3 6 Casa campo
Francisco Lara
Maestro 9,59 2 2 4 3 118/
31
Pedro Martínez
Maestro 6,5 2 3 2 75
Francisco Torres
Maestro 7,6 3 3 3 61/
87
400 casa
Matías de Bustos
Maestro 6,3 2 4 6 87
150
220 casa
Marcos Izquierdo
Maestro 37,19 2 3 5 288
c.campo
990 Casa y tierra
Cristóbal
López Villaescusa
Maestro 6,19 1 3 4 468 880 casa
Juan Regatero de Andrés
Maestro 3,47 3 3 5 176 900 casa
57 | P á g i n a
Ignacio López Villaescusa
Maestro 0,7 3 3 4 99 283 casa
Francisco Izquierdo
Maestro 1.4 1 3 5 175
Juan García de Bernardo
Maestro 1,22 3 5 104
Pascual de Lara Juan
Maestro 1 3 5 111
horno
500 casa
Pascual de Lara
Maestro 1,4 2 3 4 107 240 Casa y olivar
Matías Fernández Regatero
Maestro 2,8 3 3 6 112
Alonso Jarabo Rey
Maestro 7 2 3 3 145
Matías Fernández Moreno
Maestro 1,3 1 2 3 5 371
Cristóbal Izquierdo
Maestro 10,4 2 4 4 72
Felipe Sánchez Nieto
Maestro 3,5 3 3 5 125
Francisco Quintanar
Maestro 5,2 1 3 6 33
Juan de Higueras
Oficial 7,6 2 3 5 380
145
1200
Casa y viña
Alfonso Sánchez Nieto
Oficial 5,6 1 3 4 167 600 casa
58 | P á g i n a
Francisco Díaz Grande
Oficial 1 2 3 3 175 144 casa
Francisco Navarro De Diego
Oficial 1,1 2 3 6 290
Juan Policarpo
Oficial 0,698 1 3 4 72
Esteban Izquierdo
Oficial 0,8 1 3 4
Juan Serrano menor
Oficial 1,2 1 3 4
Juan de Lara Pascual
Oficial 2,8 3 3 4 175
426
Blas Sánchez Muñoz
Oficial 2,4 3 3 106
Francisco Chinchilla
Oficial 6,3 1 3 6 75
Matías Rodríguez
Oficial 1 2 3 184
Casimiro Lillo
Oficial 10,6 2 2 2 177
Francisco Moreno Fernández
Oficial 0,69 2 3 4 30
Juan Alonso Sánchez Nieto
Oficial 2,29 2 3 3 500 tierra
Juan Torres Oficial 1 1 3 2 166
Diego de Oficial 35 1 3 3 21 300 casa
59 | P á g i n a
Lara Casa
campo
Manuel Sánchez Nieto
Oficial 6 3 3 188
Sebastián Castellano
Oficial 1 1 3 2 172
Agustín Moreno
Oficial 0,34 1 3 2 69 300 casa
José Rodríguez Castaño
Maestro 1 3 7 235 500 casa
Miguel Izquierdo Guadalupe
Maestro 1 1 3 7 146
Diego Pérez
Oficial 2 3 2 150
Cristóbal Gallego
Oficial 1 3 4 22
José Zarco Oficial 1 3 5 97
Juan Rodríguez
Oficial 1 3 2 380 300 casa
Miguel Rodríguez de Juan
Oficial 1 3 4 34 85 casa
Francisco Sánchez Manjavacas
Oficial 1 3 4
Vicente Mateo
Oficial 2 3 5
Juan Botija Oficial 1 3 5 125 300 casa
Juan Rodríguez
3 2 380 130 casa
60 | P á g i n a
Castaño
Nicolás Contreras
Oficial 3 5 138 250 casa
Francisco Izquierdo de Cosme
Maestro 3 2
Gabriel Moreno Melero
Oficial 3 2
Tomás López Sotos
Oficial 1 3 3
Juan Antonio Romero
Oficial 3 3
José Sánchez Nieto
Oficial 3 2
Fuente: AHPT: H-419. Sección Catastro del marqués de La Ensenada. Libros de Relaciones Particulares del estado seglar.
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