ensayo pajaro verde juan emar
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El pájaro verde es un cuento de Juan Emar, en el que vemos la vida de un loro verde del
amazonas, su muerte y lo que ocurre después de esta.
La vida de nuestra ave se remonta al año 1847 en la desembocadura del
amazonas en el que un grupo de sabios investigan los misterios naturales del nuevo mundo.
Un investigador en particular, el doctor de la Crotale, hombre sentimental y un apasionado
de las aves, tenia como deseo adoptar uno de estos ejemplares, logrando su interés
capturando al protagonista de esta historia, ave bella de plumas verdes con rayas negro-
azuladas.
De la Crotale llevo al loro al viejo mundo donde lo acompaño (el ave)
hasta su muerte, pasando a ser propiedad de su sobrina, y siendo el hijo de esta, Henri Guy,
pintor de profesión, quien hereda de forma mas vivida el amor de su tío-abuelo por el loro.
Como su profesión era la pintura no dudo en retratarlo en su ora, siendo esta la causa del
debilitamiento de la salud del ave, y causándole la muerte a los 85 años de edad.
La historia del loro no termina con su muerte, pues el pintor lo hizo
embalsamar, y así este se pierde por el mundo al ser rematado junto a otras pertenencias de
la familia, cuando esta emigra hacia el nuevo mundo. El loro tuvo como nuevo hogar una
tienda de antigüedades de poco valor.
Por otro lado nuestro narrador nos cuenta de su llegada a Paris en abril
del 1924, relatándonos noche de juerga, bohemia, y toda clase de excesos que van junto con
esa energía juvenil proveniente de las noches de amigos. Una característica que penetra en
el corazón de nuestro narrador es un tango el que dice: yo he visto un
pájaro verde
Bañarse en agua de rosas
Y en un vaso cristalino
Un clavel que se desoja.
El y sus amigos no pierden la ocasión para citar esta frase para
expresar sus emociones, locuras y todas esas manifestaciones que todos los amigos
comprenden al exclamar esas palabras.
Cierto día en el que los amigos se fueron de una noche de farra con la
ausencia de nuestro narrador que por motivos del exceso y una resaca debilitadora no le fue
posible la junta con los amigos, encontraron ahí, de sorpresa, en la tienda de antigüedades,
nuestro pájaro verde, el que inmediatamente se le llevo de obsequio al amigo ausente, y
posteriormente cantando todos a la vez el coro de amistad por el hallazgo de la reliquia.
Al regreso a chile de nuestro narrador junto con el loro, pasaron un
par de años de tranquilidad, hasta la visita de un tío, el que revolucionara la actitud de
nuestros protagonistas.
El tío, al parecer un hombre reaccionario, de moral tajante, sin
embargo preocupado por los suyos, pero hostigador hasta el mayor desagrado, llega a la
casa de nuestros protagonistas, dando largas charlas sobre la nefasta y libertina vida que le
toco vivir a nuestro narrador allá en Paris.
Al percatarse el tío de la presencia del loro, y al enterarse de el
como y el porque de su adquirir, condena a nuestra ave con violentas palabras: ¡infame
bicho ¡ , inmediatamente después del sonido de estas palabras, nuestro loro cobra vida,
levantándose en contra del tío, y arrojándose fuertemente contra su cráneo y dándole toda
clase de picotazos, fluyéndole al tío toda clase de materia interior a la cabeza, mientras todo
esto se acompaña de espantosos gritos de terror, luego el “pajarraco” dispuesto a clavar
nuevamente su pico en el cráneo del tío, busca a su dueño y pregunta: ¿el señor Juan Emar,
si me hace el favor?, respondiendo este: servidor de usted, y clava nuevamente el pico en la
cabeza del tío. Así fue reiteradas veces, llegando asi, a cercenarle el ojo de una blancura y
redondez característica, el loro picoteó hasta la muerte del pobre viejo, siempre antes
buscando una suerte de consentimiento por parte del dueño.
El loro, el mismo de antes, se quedo inmóvil sobre su escritorio, paso el
funeral del tío, y por mas que quiera el narrador de arreglar cuentas, será siempre su
servidor, pues es el (el loro) quien representa las verdaderas intenciones de quien nos relata
este cuento.