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1 Encargando la regulación a terceros: Análisis de los sistemas no gubernamentales de estándares laborales y monitoreo 1 . Dara O’Rourke Traducción al español: GMIES. En los últimos 5 años ha surgido una gran variedad de sistemas no gubernamentales para mejorar y fortalecer los estándares laborales. Este artículo analiza comparativamente estos sistemas multisectoriales de códigos de conducta y monitoreo, discute las bases de sus respectivos modelos de regulación y propone varios criterios para evaluar su efectividad, incluyendo legitimidad, rigor, sistemas de rendición de cuentas (accountability) y complementariedad. Se resaltan asuntos críticos sobre la transparencia de las iniciativas existentes, independencia de los monitoreadotes, convergencia de estándares y dinámicas entre las regulaciones no gubernamentales, sindicato y reforzamiento del Estado. El artículo concluye argumentando que con el incremento de la transparencia, la mejora de las capacidades técnicas y nuevos mecanismos de rendición de cuentas hacia los trabajadores y consumidores, los monitoreos no gubernamentales podrían complementar los actuales sistemas estatales de regulación. Introducción Los datos recientes acerca de la proliferación de sweatshops y de las deplorables condiciones de trabajo en países en desarrollo y países industrializados, llaman la atención sobre la efectividad de los existentes sistemas de gobernabilidad de las prácticas laborales (Can 2001, Block, Roberts, Ozequi y Roomkin, 2001, Compa, 2001, Jeffcott y Yanz, 1999). Organizaciones no gubernamentales (ONG), sindicatos, consumidores y aún algunas empresas (por diferentes razones) critican los actuales sistemas de estándares laborales y destacan sus procesos opacos, limitado rango de aplicación y cobertura, débiles capacidades de regulación, limitada influencia sobre firmas recalcitrantes e inefectividad en general (Nadvi y Wältring, 2001). Estas críticas se han incrementado en el momento en que existen nuevos retos para regular firmas globales y sus altamente movilizables cadenas de producción. Las regulaciones tradicionales y el monitoreo implementado por los gobiernos así como los mecanismos de reforzamiento en los que dependen, parecen estar fuera de lugar ante los cambios en la economía global. 1 Este artículo fue editado en inglés en la revista The policy Studies Journal Vol. 31. No1, 2003, con el título: Outsourcing regulation: Analyzing Nongobernamental Systems of Labor Standards and Monitoring.

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Encargando la regulación a terceros: Análisis de los sistemas no gubernamentales de

estándares laborales y monitoreo1. Dara O’Rourke Traducción al español: GMIES. En los últimos 5 años ha surgido una gran variedad de sistemas no gubernamentales para mejorar y fortalecer los estándares laborales. Este artículo analiza comparativamente estos sistemas multisectoriales de códigos de conducta y monitoreo, discute las bases de sus respectivos modelos de regulación y propone varios criterios para evaluar su efectividad, incluyendo legitimidad, rigor, sistemas de rendición de cuentas (accountability) y complementariedad. Se resaltan asuntos críticos sobre la transparencia de las iniciativas existentes, independencia de los monitoreadotes, convergencia de estándares y dinámicas entre las regulaciones no gubernamentales, sindicato y reforzamiento del Estado. El artículo concluye argumentando que con el incremento de la transparencia, la mejora de las capacidades técnicas y nuevos mecanismos de rendición de cuentas hacia los trabajadores y consumidores, los monitoreos no gubernamentales podrían complementar los actuales sistemas estatales de regulación.

Introducción Los datos recientes acerca de la proliferación de sweatshops y de las deplorables condiciones de trabajo en países en desarrollo y países industrializados, llaman la atención sobre la efectividad de los existentes sistemas de gobernabilidad de las prácticas laborales (Can 2001, Block, Roberts, Ozequi y Roomkin, 2001, Compa, 2001, Jeffcott y Yanz, 1999). Organizaciones no gubernamentales (ONG), sindicatos, consumidores y aún algunas empresas (por diferentes razones) critican los actuales sistemas de estándares laborales y destacan sus procesos opacos, limitado rango de aplicación y cobertura, débiles capacidades de regulación, limitada influencia sobre firmas recalcitrantes e inefectividad en general (Nadvi y Wältring, 2001). Estas críticas se han incrementado en el momento en que existen nuevos retos para regular firmas globales y sus altamente movilizables cadenas de producción. Las regulaciones tradicionales y el monitoreo implementado por los gobiernos así como los mecanismos de reforzamiento en los que dependen, parecen estar fuera de lugar ante los cambios en la economía global. 1 Este artículo fue editado en inglés en la revista The policy Studies Journal Vol. 31. No1, 2003, con el título: Outsourcing regulation: Analyzing Nongobernamental Systems of Labor Standards and Monitoring.

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Un número de estrategias han surgido en respuesta a esas percibidas limitaciones de regulación laboral. Estos varían desde esfuerzos por fortalecer las capacidades de los inspectores laborales locales, hasta desarrollar un sistema de regulación internacional que opere por encima de los estados nacionales tales como los intentos de institucionalizar una cláusula social en la Organización Mundial del Comercio (OMC) (Hughes y Wilknson, 1998, Maskus, 1997) y los esfuerzos de avanzar en un set de estándares principales para la protección laboral (Lee, 1997), a través de declaraciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los estándares principales de la OIT están descritos en la tabla 1. Tabla I Estándares principales de la OIT Principio Convención Países en

que se ha ratificado

¿Ratificado por EUA?

Libertad de asociación y negociación colectiva

Convención No. 87 sobre la libertad de Asociación y protección del derecho a la organización. 1948

141 No

Convención N. 98 sobre el derecho a la organización y negociación colectiva 1949.

152 No

Eliminación del trabajo forzado y obligatorio

Convención No. 29 sobre el trabajo forzado. 1930

161 No

Convención No. 138 sobre la abolición del trabajo. 1973

156 Si

Eliminación de la discriminación en el lugar de trabajo

Convención No. 100 sobre igualdad de la remuneración 1951

159 No

Convención No.111 sobre la discriminación. 1958

157 No

Eliminación del trabajo infantil

Convención No.138 sobre la Edad mínima para trabajar. 1973

119 No

Convención No. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil. 1999

132 Si

Este artículo, sin embargo, se enfoca en otra estrategia que ha estado ganando terreno desde hace varios años, involucrando el desarrollo e implementación de sistemas no gubernamentales de regulación laboral. Estos sistemas regulatorios no estatales buscan funcionar acordes al estilo de la producción encargada afuera de la empresa (outsourcing): las firmas regulan sus cadenas de producción a través de códigos de conducta voluntarios (algunas veces desarrolladas en cooperación con

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ONG y sindicatos), sistemas de monitoreo interno y externo y nuevas sanciones e incentivos. En orden de avanzar en estas estrategias, organizaciones no gubernamentales están tomando actividades que previamente eran de exclusividad del Estado y de los cuerpos internacionales de regulación. Los participantes están trabajando para rellenar los huecos dejados por la regulación gubernamental tradicional y están transformando la naturaleza de la regulación existente. Estas iniciativas involucran nuevas formas de colaboración, nuevos roles para las ONG, nuevas responsabilidades para las firmas y nuevas respuestas de parte de las autoridades locales, nacionales y gubernamentales. En varias maneras, este sistema está fluyendo más ampliamente, de la misma manera en lo que lo hacen las regulaciones laborales globales (Arthurs, 2001). Los sistemas no gubernamentales de regulación laboral se están expandiendo extremadamente rápido en las industrias y arenas de regulación - desde zapatos, juguetes, productos forestales, petróleo y gas, minas, químicos, café, dispositivos electrónicos y aún en turismo (Herrnsatddt, 2001, Gereffi, García Jonson y passer, 2001, Wick, 2001 Cashore, 2002, Utting, 2002). Sin embargo, a la fecha, muy pocos análisis rigurosos han sido sobre los impactos y las implicaciones de estas instituciones en transformación. El análisis hecho hasta hoy ha sido altamente contencioso tanto si son en su defensa, como críticas. Los defensores de estas iniciativas se refieren a ellas como más flexibles, eficientes, democráticas y efectivas (ver por ejemplo, Bernstein, 2001), mientras los críticos contrariamente afirman que la regulación no gubernamental es un atentado corrupto para liberar a la industria de los últimos vestigios de regulación estatal y organización sindical (ver, por ejemplo, Justice, 2001). Los defensores argumentan que este sistema puede, incluso, apoyar la regulación gubernamental, pero los oponentes aseguran que la regulación no gubernamental implícitamente, desafía la legitimidad y eficacia de la regulación estatal. Algunos de los temores sobre la regulación no gubernamental son referidos a que podría dejar desanimar los esfuerzos de organización de los trabajadores y dejar por fuera el actual rol de los sindicatos. Otros sostienen que el monitoreo y la certificación proveería a los consumidores con un falso sentido de que los problemas se han resuelto y desmovilizaría las campañas internacionales sobre asuntos laborales y ambientales. Sin embargo, otros ven que la información generada por las regulaciones no gubernamentales como una clave para transformar la forma en que producimos, consumimos y regulamos alrededor del mundo. Este artículo busca de una manera crítica y constructiva asumir este debate y analizar los nuevos sistemas de regulación y monitoreo no gubernamental. Este escrito, se elaborado con base en entrevistas al personal de las cada una de las actuales iniciativas en EUA y UE,

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entrevistas con gerentes de multinacionales y activistas de varias organizaciones, una revisión de la literatura existente acerca de los programas y una evaluación directa de las actividades de monitoreo en China, Corea, Indonesia y México, este artículo detalla los esfuerzos clave de las regulaciones no gubernamentales, explica como funcionan estos sistemas, describe los desafíos clave y evalúa su efectividad en mejorar las condiciones de trabajo. Este artículo comienza describiendo y evaluando los programas regulatorios no gubernamentales clave en los EUA y UE: Fair Labor Association (FLA), el programa de certificación Worldwide Responsable Apparel Production (WRAP), Social Accountability Internacional (SAI), Workers Rights Consortium (WRC), la Ethical Trade Initiative (ETI) la Fair Wear Foundation (FWF), firmas privadas de monitoreo de monitoreo internacional e investigaciones independientes realizadas por ONG. El artículo analiza comparativamente estos sistemas, discute sus diferentes modelos de regulación y propone una serie de criterios ara evaluar su efectividad. El artículo concluye argumentando que las regulaciones no gubernamentales pueden ser efectivas bajo ciertas condiciones – cuando el monitoreo y la remediación son técnicamente rigurosas, públicas y transparentes, legitimadas políticamente y que sean capaces de rendir cuentas a los actores interesados clave, en particular a los trabajadores y público consumidor. Antes de discutir los detalles de estos programas, vale la pena explorar brevemente el porqué las regulaciones no gubernamentales han emergido y que es lo que buscan alcanzar.

El surgimiento de las regulaciones no gubernamentales Mucha de la existente literatura sobre la privatización de las regulaciones explica las regulaciones no gubernamentales como respuestas a dos temas conectados: la debilidad de los gobiernos nacionales (debida a la globalización, movimiento neoliberal para achicar el estado o simplemente las fallas de la burocracia estatal) y el fortalecimiento de las corporaciones multinacionales. (Strange, 1996; Evans, 197; Schimdt, 1995; Cutler, Haufler y Porter, 1999). El estado se vuelca al mercado y a las estrategias voluntarias como una alternativa o suplemento a la actual regulación (Haufler, 2001). Las firmas apoyan este devenir como un paso hacia la autorregulación. Algunos gobiernos claramente ven las estrategias no gubernamentales como más flexibles y responsables mecanismos regulatorios (Ayres y Braithwaite, 1992) que pueden complementar las saturadas de trabajo y faltas de recursos agencia estatales de regulación laboral (Nadvi y Wältring, 2002, Reinicke, 1998). Los mecanismos basados en el mercado y la publicación de los resultados se están asimismo, volviendo

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métodos populares de regulación (Braithwaite y Drahos, 2000). Los sistemas no conducidos desde el estado (Cashore, 2002) son atractivos para los gobiernos, en tanto que pueden tomar algunas de las demandas colocadas en las agencias estatales, una presión especial colocada en las naciones en desarrollo. Haciendo una lista de las energías que las firmas multinacionales, los auditores del sector privado y ONG que hacen labores de monitoreo de desempeños laborales pueden potencialmente incrementar el cumplimiento sin incrementar el presupuesto estatal o el personal gubernamental (Nadvi y Wältring, 2001). Las firmas están participando o liderando voluntariamente de estos programas debido a significativas nuevas presiones para mejorar sus estándares laborales, ambientales y de desempeño social. Las marcas sensibles están uniéndose a las iniciativas no estatales existentes o creando sus propios códigos de conducta y/o modelos de monitoreo en respuesta a las presiones directas de las demandas de los activistas. Los sistemas de monitoreo y códigos son vistos como una estrategia de minimizar los riesgos ene. Mercado (Coroy 2001). Un mal suplidor podría dañar la reputación de la firma significativamente y en consecuencia, las ventas y el valor de las acciones de la misma. Las firmas con suplidores en los países con débiles refuerzos en sus sistemas o pobres antecedentes en trabajo infantil son vistas con sospecha por actores interesados informados. Estas firmas, entonces necesitan medidas independientes para establecer su buen desempeño (Nadvi y Wältring, 2001 p.28). Las firmas podrían además estar viendo estos programas como una estrategia para adelantarse a regulaciones estatales más estrictas y minar la legitimidad del mismo estado y de los sindicatos para regular temas laborales. Desde el punto de vista de las firmas, los códigos de conducta y los sistemas de monitoreo además, ofrecen varias ventajas sobre los tradicionales regímenes. Estos sistemas se construyen con base en algunos principios de la globalización – producción por encargo (outsourcing), monitoreo y mejora continua – y así pueden avanzar hacia una forma de regulación que las firmas multinacionales encuentran compatible con las estrategias de negocios (Watch y Nadvi, 2000; Sabel, 1994). Las firmas suplidoras en los países en desarrollo cada vez más ven el cumplimiento de los estándares como un requisito para entrar a las cadenas globales de suministros. Los contratistas hoy día tienen que desarrollar no solamente estándares de clase mundial en calidad y precios, sino también en estándares laborales y ambientales. Alcanzar estos nuevos estándares puede significar un mejor acceso al mercado, vínculos más cercanos a los compradores globales y, en algunos casos, tarifas Premium (Conroy, 2001; Nadvi y Kazmi, 2001) El desarrollo de los sistemas de regulación no gubernamental, sin embargo, han sido motivados también por la percepción del público sobre las fallas de las regulaciones estatales e interestatales y por las

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crecientes demandas de los actores de la sociedad civil por nuevos mecanismos de gobernabilidad corporativa. Una sorpresiva tendencia en el surgimiento de regulaciones no gubernamentales ha sido el rol y el apoyo de las ONG que históricamente han sido extremadamente suspicaces respecto a los mecanismos de mercado que han debilitado el rol de los estados y privatizado la regulación. Sin embargo, para grupos interesados en fortalecer y reforzar estándares laborales, la regulación no gubernamental es atractiva como un sistema complementario de monitoreo y fortalecimiento. Cada vez más, influyentes ONG están avanzando en la orientación hacia el mercado y hacia los estándares no gubernamentales y sistemas de monitoreo como un complemento de la regulación estatal en países donde ésta ha sido inefectiva y como un nuevo punto de influencia sobre las operaciones globales de las firmas (Cashore, 2002; Conroy, 2001). Los consumidores están de muchas formas, en la raíz de estos procesos. Cada vez más, los consumidores informados están demandando más información de los productos que compran y en los sistemas que ayudan a evitar los productos que provienen de los talleres de sudor. Elliot y Freeman (2001) reportan que más del 80% de los consumidores encuestados en los EUA estarían dispuestos a pagar más por productos que se han hecho bajo buenas condiciones, más del 75% reporta sentir una obligación moral de ayudar a mejorar las condiciones de trabajo, y más del 90% está de acuerdo en que los países deberían requerir estándares mínimos de condiciones de trabajo. Los consumidores en particular, buscan evitar las “malas” compañías, tales como aquellas que han sido implicadas en casos de producción bajo explotación. Una encuesta reciente de Evironincs Internacional (1999) encontró que el 51% de los estadounidenses reportó haber “castigado” alguna firma por mal desempeño en el año reciente. Los códigos de conducta, sistemas de monitoreo y esquemas de etiquetado han surgido para proveer a los consumidores con la información que necesitan para comprar su deseado nivel de condiciones de trabajo y para enviar señales de mercado a las firmas para que mejoren sus desempeños (Liubicic, 1998; Freeman, 1994).

Encargando por fuera la regulación laboral Los sistemas no gubernamentales de monitoreo y regulación son mas diversos que las formas tradicionales de regulación. Estas iniciativas van más allá de los procesos anteriores de estipulación gubernamental de reglas fijas y estándares, monitoreo gubernamental, reforzamiento y revisión judicial (Arthurs, 2001; Lipschutz, 2000; Reinieke, 1998). Las iniciativas no gubernamentales involucran múltiples actores en nuevos roles y relaciones, experimentan con nuevos procesos y colocación de estándares, monitoreo y fortalecimiento. En varias formas, estas estrategias regulatorias no gubernamentales están siguiendo los pasos

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de los procesos globales de producción. N tanto que las redes de producción se extienden sobre cadenas de producción crecientemente complejas, los actores interesados están explorando sistemas dispersos pero interconectados de regulación sobre la producción. Este surgimiento de sistemas regulatorios es casi tan complejo como las cadenas de aprovisionamiento que intentan monitorear. Esto incluye cadenas de estándares, capas de monitoreo y reforzamiento y un sistema competitivo de incentivos y acciones. Un cambio crítico en este proceso es el movimiento de la regulación estatal centrada en la fábrica, enfocada a sitios individuales de producción, hasta cadenas de aprovisionamiento global y regulaciones hechas por las marcas enfocadas en múltiples actores de una cadena de producción. Este cambio involucra el establecimiento de sistemas de rendición de cuentas y de gerencia de desempeño a través de fábricas y naciones. Realizar la regulación bajo el sistema de outsourcing intenta crear una red de reguladores que involucra a varios actores interesados en concordancia con las cadenas globales de aprovisionamiento. Mientras la regulación tradicional involucra a gobiernos nacionales estableciendo estándares y desempeños, la regulación outsoursing involucra a ONG y firmas para colocar los estándares y hacer el monitoreo de los mismos, usando los convenios de la OIT y las leyes locales como un mínimo. Mientras la regulación tradicional usa sanciones colocadas por el estado para reforzar los cumplimientos, la regulación outsoursing delega ampliamente estas sanciones en el mercado –aun en aquellas que se refieren a las compras dentro de una misma cadena de suministro o las campañas de las ONG de consumidores-. Mientras la regulación gubernamental es jerárquica y de brazos largos, la regulación encargada a terceros es trabajada en red en niveles múltiples y comprometida con múltiples actores a lo largo de la cadena de producción. Las regulaciones no gubernamentales son actualmente una diversa familia de estrategias de regulación, muchas de las cuales están incluso compitiendo entre sí. Aún la terminología usada para describir estos sistemas está siendo discutida. En este artículo, uso el término de monitoreo interno para describir al monitoreo conducido por las marcas y vendedores minoristas, monitoreo externo para referirme a los monitoreos conducidos por otras organizaciones y, verificación, para hablar de evaluaciones independientes (no pagadas por aquellos que están siendo monitoreados) de los resultados de los sistemas de códigos y monitoreo. Las descripciones detalladas de los programas existentes pueden ayudar a dilucidar mejor los diferentes modelos.

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Códigos de conducta Las regulaciones no gubernamentales están basadas en estándares voluntarios que usualmente se concretizan en códigos de conducta, los cuales especifican normas y reglas por medio de las cuales se evalúa el desempeño de las fábricas. Estos estándares son a menudo bastante específicos, detallando reglas precisas de acción, mientras que en otros casos presentan solamente principios generales de buenas prácticas (Douglas, 2001; Braithwaite y Drahos, 2000). Tanto en la UE como en EUA, las ONG están ahora al frente de los esfuerzos por desarrollar nuevas instituciones (algunas no gubernamentales y algunas otras de asociaciones entre sector público y privado) para avanzar en os códigos y delinear procedimientos institucionales para monitorear el cumplimiento. Una presión creciente de los grupos de derechos humanos y laborales ha motivado a un mayor número de corporaciones multinacionales a adoptar códigos de conducta y asumir algún tipo de monitoreo externo2. Los códigos relativos a estándares laborales fueron originalmente bastante diversos (OECD, 1990; Varley, 1998; Diller, 1999; Compa y Hinchliffe-Darricarrere, 1995) pero ahora parecen estar convergiendo alrededor de los convenios principales de la OIT y a los principios básicos de protección y salud ocupacional, salarios y horas y tratamiento para las mujeres trabajadoras3. Aunque el rango general de los asuntos tomados en cuenta en estos sistema es bastante similar (van Tulder y Kolk, 2001), los detalles de los códigos pueden variar grandemente. La tabla 2 presenta un resumen de los códigos de conducta desarrollados por los 4 principales sistemas de monitoreo en los EUA. El debate clave continua alrededor de asuntos tales como libertad de asociación, salarios (mínimo vs. prevaleciente vs. digno) y el panorama de las cláusulas de no discriminación. Os sistemas de implementación y evaluación del cumplimiento de los códigos son obviamente, críticos para la credibilidad de estos códigos. Para estos fines, un número de iniciativas han surgido en os pasados años para promover la implementación, monitoreo y verificación de los códigos.

2 Para una comparación entre los códigos de las compañías, ver Tulder y Kolk (2001) o las páginas Web de las compañías, tales como www.nikebiz.com y www.gapinc.com 3 Como Navi y Wältring (2201 p.34) hacen notar, “Pese a la naturaleza o vinculante de los principios fundamentales de la OIT, han llegado a ser un modelo para los estándares del sector privado”.

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Tabla 2. Variaciones de los códigos de conducta Fair Labor

Association FLA www.fairlabor.org

Social Accountability Internacional (SA8000) www.sa8000.org

Worldwide Responsable Apparel Production (WRAP) www.wrapapparel.org

Workers Rights Consortium (WRC) www.workersrigths.org

Trabajo Infantil

Edad mínima 15; o 14 si se permite en el sector manufacturero del país, o la edad estimada para haber terminado a educación obligatoria.

Edad mínima 15; o 14 si coincide con una excepción de país: o el mínimo local, cualquiera que sea más alto.

Edad mínima: 14 o la edad para completar la escuela; o la mínima edad establecida por la ley, cualquiera que sea más alta.

Edad mínima 15; o 14 si es consistente con las prácticas de la OIT en el país.

Acoso y abuso Ningún empleado debe ser sujeto de ningún abuso físico, sexual, psicológico o verbal.

No se permiten castigos corporales, mentales, coerción física o abuso verbal. No se permite coerción sexual o comportamiento explotador.

No se permite el acoso, abuso o castigos corporales de ninguna forma.

Ningún empleado debe ser sujeto de ningún abuso físico, sexual, psicológico o verbal. No se permiten os castigos corporales.

No discriminación

No se permite la discriminación en contratación, salarios, beneficios, adelantos, medidas disciplinarias, terminación de contratos o retiros, con base en género, raza, edad, religión, edad, discapacidad, orientación sexual, nacionalidad, opinión política u origen social o ético.

No se permite la discriminación en la contratación, compensación, acceso a entrenamiento, promoción, terminación de contratos y retiros, basados en la raza, casta, origen nacional, religión. Discapacidad, género, orientación sexual, membresía a sindicatos o afiliación política.

No se permite la discriminación con base en características personales o creencias. Los asuntos sobre discriminación basados en antigüedad.

No se permite la discriminación en el empleo incluido la contratación, salarios, beneficios, avances, medidas disciplinarias, terminación de contratos o retiros con base en género, raza, religión, edad, orientación, opinión política u origen social o étnico.

Libertad de asociación y

Donde esta restringido por

Donde esta restringido por

Se reconoce la legitimidad de la

Ningún empleado debe ser sujeto de

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negociación colectiva

las leyes, los empleadores no deben buscar la asistencia del estado para evitar que los trabajadores ejerzan su derecho a organizarse.

las leyes, los empleadores facilitarán formas paralelas de organización y negociación colectiva.

libertad de organización incluido el derecho de organizarse o no.

hostigamiento, intimidación o represalias por sus esfuerzos de asociarse libremente.

Salud y Seguridad

Un ambiente de trabajo seguro y saludable es requerido. Esta medida también aplica a las instalaciones del empleador separadas del área de producción.

Un ambiente de trabajo seguro y saludable es requerido. Si se provee de lugar de habitación, estas instalaciones deberán ser limpias y seguras y se deben tomar medidas para prevenir accidentes y daños. Se requiere de entrenamiento regular en salud y seguridad.

Un ambiente de trabajo seguro y saludable es requerido. Si se provee de lugar de habitación, estas instalaciones deberán ser limpias y seguras.

Un ambiente de trabajo seguro y saludable es requerido.

Salarios Se requiere del salario mínimo local o el prevaleciente en la industria, cualquiera que sea más alto, así como las prestaciones legales.

Se requiere del salario mínimo local o el prevaleciente en la industria y que provea las necesidades básicas más un ingreso discrecional.

Se requiere del salario mínimo legal.

Se requiere del salario mínimo más las prestaciones de ley. WRC requiere de un salario para vivir.

Horas de trabajo

48 horas por semana y 12 horas de horas extraordinarias, o los límites de jornadas regulares y extraordinarias permitidas por la ley del país. Se requiere de un día libre cada 7 días laborados.

48 horas por semana y 12 horas de horas extraordinarias, como máximo. Al personal se le debe reconocer de un día libre cada 7 días laborados. Todo tiempo extraordinario debe ser pagado con una tarifa Premium.

No debe exceder las limitaciones legales de os países en que el bien está siendo producido. Se requiere de un día libre cada 7, excepto en los casos en que las urgencias de los negocios requieran lo contrario.

No debe requerirse trabajar más que 48 horas por semana o los límites de las horas permitidas por la ley del país de la manufactura y debe ser concedido al menos un día libre cada 7, así como asuetos y vacaciones.

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Monitoreo interno de cumplimientos Muchas grandes marcas y minoristas han desarrollado procedimientos para monitorear el cumplimiento de sus proveedores con los códigos de conducta de la compañía. Gap, por ejemplo, tiene un departamento de cumplimiento con un staff de más de 100 personas, responsables de monitorear la implementación de código de conducta de la compañía a lo largo de su cadena global de suministros. Levi’s, Disney, Walmart, H&M y otras compañías han establecido programas similares. Estos sistemas pueden ser extensiones de los actuales programas de gerencia de sus cadenas – simplemente añadiendo asuntos laborales, de derechos humanos y medioambientales a los actuales sistemas de evaluación de calidad, tiempos, precios etc.- o, éstos pueden involucrar sistemas completamente nuevos de monitoreo y evaluación. Algunas compañías están solicitando a su personal de control de calidad y compras, tomar en cuenta el código de conducta, como un asunto adicional a observar, pero otros están contratando personal dedicado para conducir las auditorias de pre-certificación de los contratistas actuales o futuros análisis del cumplimiento del código. Nike fue uno de las primeras compañías en la industria del cazado y la indumentaria en desarrollar una división de cumplimiento interno. En 1992 Nike estableció un código de conducta sobre prácticas laborales y ambientales para su red de suplidores (ahora, cerca de 900 fabricas en todo el mundo emplean más de 650,000 trabajadores). El cumplimiento de los suplidores con el código es monitoreado a través de programas de evaluación interna conducidas en primer lugar por el staff de Nike y luego revisadas por auditorias externas de seguridad e higiene y medioambiente. Nike ha desarrollado asimismo herramientas de monitoreo interno, tales como la auditoria SHAPE (Seguridad e higiene, actitud de a gerencia, inversión en personal y medio ambiente, por sus siglas en inglés), MESH (gerencia, ambiente seguridad e higiene ocupacional), que permite a la compañía integrar a evaluación de asuntos laborales y medioambientales en las más amplias prácticas de gerencia y entrenamiento (Nike, 2002). MESH es similar a los programas de de auditoria de la ISO 14000, ya que busca ir más allá de la evaluación del desempeño de la fábrica al momento de la evaluación. Nike ahora tiene un staff de más de 80 personas que monitorean las condiciones laborales y medioambientales en los contratistas de la compañía. Reebok y Adidas, los principales competidores de Nike junto con otras prominentes firmas de calzado e indumentaria han establecido programas similares en los que se combina un análisis interno, con auditorias realizadas por firmas externas. Reebok, por ejemplo, ha instituido el “Análisis de Desempeño de las Fábricas, según Estándares de Producción con Derechos Humanos”, y Adidas, ha creado los “Estándares de Compromiso” para prácticas laborales, salud ocupacional y medio ambiente, para todos sus contratistas (entrevistas conducidas tonel staff de Nike, Reebok y Adidas, 2000 y 2001).

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A través de esas herramientas de auditoria, compañías tales como Nike, Reebok y Adidas ahora catalogan a sus subcontratistas con base en sus desempeños ambientales y laborales. En el caso de Nike, ellos asignan puntos con base en un amplio rango de categorías, asignando un doble peso a los asuntos laborales y ambientales. Los subcontratistas están enterados del lugar que ocupan en la lista en comparación con otros. Los puntajes más altos a menudo ganan los contratos mejor pagados, mientras que los contratistas con los puntajes más bajos, más bien, pierden los contratos. Niké basa sus programas laborales y ambientales en un sistema de control de gerencia de largo plazo para evaluar los puntajes de los subcontratistas. Los requerimientos para mejorar condiciones de trabajo, simplemente extienden el rango de compromisos a los acordados en el código de conducta y en el memorando de entendimiento del subcontratista. Para dar un ejemplo que este esfuerzo es serio, Nike ha cancelado varios contratos debido a un pobre desempeño y escasa voluntad de mejora que han presentado algunas fábricas. Es duro determinar cuantas mejoras se han conseguido con el sistema de monitoreo de códigos conducido por las mismas firmas. Muy pocas investigaciones existen acerca del impacto de este auto monitoreo en las actuales condiciones de trabajo en las fábricas. Las firmas, naturalmente, sostienen que este sistema responde efectivamente a las preocupaciones sobre temas laborales. Muchas compañías continúan argumentando que ellas solas (o a lo más con ayuda de alguna firma consultora) tienen el conocimiento y la habilidad para resolver problemas laborales. Sin embargo, a juzgar por los reportes actuales ni los activistas ni el público en general ponen mucha credibilidad en las auto evaluaciones y monitoreos de las firmas (Connor, 2001ª). Basados en casos recientes en los que los códigos y el monitoreo han sido usados más como instrumentos de relaciones públicas que para mejorar las condiciones de trabajo en las fábricas, muchos actores interesados critican los códigos voluntarios y los monitoreos internos por sus vulnerabilidad frente a manipulaciones (O´Rourke, 2002).

Monitoreo externo y Certificación La creciente preocupación pública y la presión de los activistas han favorecido la abundancia de programas en los EUA y UE que buscan estandarizar los códigos de conducta y los monitoreos realizados por auditores externos o de tercer partido. Tres importantes iniciativas de este tipo han surgido en los EUA: Fair Labor Association (FLA), Social Accountability Internacional (SAI) y la Worldwide Responsible Apparel Production (WRAP). Cada uno de estos programas tiene un código formado con base en los estándares más importantes de la OIT y un sistema para acreditar a organizaciones que monitoreen el cumplimiento con estos códigos. Un pequeño ejército de

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monitoreadotes, incluyendo firmas de auditoria, compañías de servicios profesionales y pequeñas organizaciones sin fines de lucro han surgido para proveer estos servicios (Bartley, 2001)4. Esos sistemas de monitoreadores externos difieren entre sí, en los procesos clave de la auditora (quién conduce a auditoria y cómo), certificación (si son las fábricas o las marcas las certificadas) y sobre la manera de hacer reportes (si son o no públicos). La tabla 3 hace ver estas diferencias.

Asociación de Trabajo Justo (Fair Labor Association –FLA) La FLA fue originalmente convocada por administración de Clinton en 1996 como la Asociación de la Industria de la Indumentaria (Apparel Industry Partnership). Esta es la iniciativa más antigua y controversial de las iniciativas en proponer un sistema de monitoreo y verificación. La FLA originalmente se enfocó solamente en la industria de la indumentaria y calzado, pero recientemente se ha expandido hasta otras industrias que producen artículos con los logos de las universidades. Para noviembre del 2002, la FLA estaba formada por 13 firmas de indumentaria y calzado, varias organizaciones no gubernamentales y cerca de 170 universidades afiliadas5. La FLA ha desarrollado un “Código de Conducta para el Lugar de Trabajo y Principios para el Monitoreo”, acredita monitoreadores, revisa auditorias y reporta los resultados de tales auditorias. La FLA ha creado un sistema de monitoreo que requiere que las compañías busquen la certificación de primera inspección (interna) en al menos la mita de sus fábricas durante el primer año y de todas las fábricas en el segundo. A las compañías se les requiere de contratar a monitoreadores externos para evaluar al menos el 30% del total de sus suplidores durante el 2° y tercer año del proceso de certificación y al menos el 5% en años

4 Monitoreadores privados que constituyen firmas con fines de lucro están: Pricewaterhouse Coopers (recientemente ha derivado en Global Social Compliance), Cal-Safety Compliance Corporation, (CSCC), International Certification Services (SGS-ICS), Dei Norske Veritas (DNV), Bureau Veritas Quality Internactional (BVQI), Intertej Testing Services (ITS), Merchandise Testing Labs (MTL), MFQ Sandler y Travis (STR), Centro per l’Innovatione e lo Sviluppo Económico (CISE), RWTUV (Rheinisch-Wastfalischer Tecnischer Uberwachungverein), Far East Tailand, Global Standard-Toan Tin Vietnam y KPMG. Entre los grupos sin fines de lucro están: la guatemalteca Comisión de Verificación de Códigos de Conducta (COVERCO), Grupo de Monitoreo Independiente de El Salvador (GMIES), Phulki (una ONG de Bangladesh) y el Equipo Independiente de Monitoreo de Honduras (EMIH). 5 Los miembros de la FLA incluyen Nike, Reebok, Liz Claiborne, Patagonia, Nordstrom’s, Eddie Bauer, Polo Ralph Lauren, LL Bean, Nicole Millar, Phillips Van Heusen, the Lawyers Comitte for Human Rights, Internacional Labor Rigths Found, RFK Memorial Center for Human Rights y la Nacional Consumer Leage. Es importante hacer notar que varias organizaciones no gubernamentales y sindicatos dejaron la original AIP cuando se convirtieron en detractores de la FLA protestando por lo que manifestaron que habían insuperables fallas en la organización y en sus procesos de monitoreo.

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posteriores6. Cerca de 2000 auditorias internas se han concluido y la FLA espera completar 300 auditorias externas al término del 2002. El modelo de la FLA se colocó bajo fuego cuando un número de sindicatos, ONG y activistas estudiantiles criticaron que la FLA estaba bajo el control de la industria (Benjamín, 1998; Maquila Solidarity Network, 2000). Las críticas señalaban que las firmas podrían seleccionar y pagar directamente a sus propios monitoreadores, decir qué fábricas debían ser monitoreadas y solamente estaban obligadas a hacer público el resumen de los resultados. Los activistas estudiantiles también criticaron que la FLA fallaba en proponer un salario para vivir y no apoyaba de manera suficiente los sindicatos y los derechos de las mujeres. El Directorio de la FLA respondió a estas críticas en abril del 2002 anunciando arrolladores cambios en el programa de monitoreo externo, donde la FLA seleccionaría las fábricas a evaluar y haría públicos los procedimientos (Fair Labor Association, 2002). La FLA está ahora mucho más control sobre los monitoreos externos, con el staff de la FLA seleccionando las fábricas para evaluación (por ejemplo, usando criterios tales como firmas de alto riesgo), escogiendo la organización de monitoreo, requiriendo inspecciones no anunciadas y recibiendo todos los reportes de auditoria directamente. La FLA luego trabaja con la marca y con la fábrica en el proceso de remediación y no sólo publica, sino que publicita los resúmenes de los resultados de las auditorias y de los esfuerzos de remediación. El Staff de la FLA conduce sus propias inspecciones de seguimiento para verificar que las remediaciones se hicieron. La FLA está además, expandiendo sus procedimientos de revisión de los sistemas de gerencia interna de las marcas.

Social Accountability Internacional (SA8000) La SA 8000, un estándar voluntario para el lugar de trabajo que sigue los patrones de la Organización Internacional de los Sistemas de Estándares (por ejemplo, ISO 9000 e ISO 14,000) fue creado el 1997 por el Concilio de las Prioridades Económicas (CEPAA), una ONG de los EUA. El estándar SA8000 es administrado por Social Accoutability Internacional (SAI) con un directorio que reúne representantes de firmas multinacionales, sindicatos internacionales y ONG. SAI busca motivar a las fábricas de una gama amplia de industrias, para

6 La FLA ha acreditado a 14 organizaciones para conducir monitoreo externos. Cada uno de estos monitoreadores es acreditado para inspeccionar fábricas en países determinados. Entre estos están: Cal Safety, Cotecna Inspecctions, COVERCO, Gomal Social Compliance, Global Standards/Toan Tin, ITS, Kenan Institute Asia, LIFT Standars, Merchandise Testing Labs Brand Integrity, Phulki, SGS, TGroup y Verite. Para junio del 2002 982 compañías han aplicado para certificación. La mayoría eran pequeñas firmas con licencia de las universidades.

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implementar el código SA8000 y ser auditados por monitoreadores certificados. SAI es responsable de acreditar a estas firmas monitoreadotas, conducir capacitaciones para monitoreadores, empresas y trabajadores, sobre sus estándares; así como de publicar la lista de fábricas que cumplen los estándares SA 8000. La SA 8000 varía en que acredita fábricas y no marcas o minoristas. La idea detrás del sistema es que las marcas y los minoristas buscarán las fábricas que han recibido a certificación SA8000, así como sucede con las certificaciones ISO 9000. SAI está desarrollando un programa de membresía7, que requiere a los miembros mover a sus suplidores hacia los estándares SA8000 reportar los progresos periódicamente. SAI hace pública la lista de instalaciones certificadas y sus ubicaciones, pero no publicita aquellas fábricas que hayan perdido su acreditación que han sido rechazadas. 150 fábricas en 27 países han sido certificadas bajo SA8000 para septiembre del 2002. De estas, 28 fueron firmas de textiles e indumentaria. No es claro si alguna de las fábricas afiliadas a los miembros de SAI ha recibido la certificación SA8000. Un número de preocupaciones se han expresado sobre la estrategia de SAI. Los críticos dicen que es imposible certificar que alguna fábrica está en cumplimiento con SA8000 con un solo día de auditoria por año. Otros señalan que las limitaciones de una iniciativa centrada en las fábricas que sólo ha certificad 15 fábricas de más de 100,000 que producen para el mercado EUA. Las auditorias de SA8000 también han sido criticadas por las ONG por la percepción de que está un tanto desviado al lado de las corporaciones y que tiene un débil control de de las calidad de los monitoreadores (Labor Rights en China, LARIC 1999). Organizaciones que no son ONG han sido acreditadas como auditores dentro del sistema SAI. Las auditorias son conducidas por firmas de servicios profesionales y firmas de pruebas de calidad.

Wordwide Responsable Apparel Production (WRAP) El programa WRAP puede ser visto como la versión de la industria para el monitoreo externo y la certificación. WRAP fue desarrollado en 1998 por la Asociación Americana de Manufactureros de la Indumentaria (que recientemente se transformó en la Asociación Americana de Indumentaria y Calzado, AAFA) y comenzó a certificar fábricas en junio del 2000. El Directorio del WRAP incluye marcas de indumentaria tales como Vanity Fair Corporation, Sara Lee, Kellwood Gerber Childrenwear. El directorio de certificación del WRAP consiste en individuos principalmente del sector privado con un pronunciamiento formal de

7 Las organizaciones miembras incluyen Amana, Avon Products, Cutre and Buck, Dole Food, Hielen Fisher, Otto Versand, Toys R Us y la oficina de proyectos de las NU.

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que la mayoría de sus miembros no están directamente afiliados a la industria de la indumentaria (MSN, 2001a). Como la FLA y SA8000, el WRAP ha creado su propio código de conducta llamado “Principios WRAP”. Los 12 principios WRAP incluyen estándares comunes sobre trabajo infantil, trabajo forzado y protecciones de medio ambiente en el lugar de trabajo. Sin embargo, el WRAP también contiene un requerimiento único para las aduanas y una especificación sobre drogas, que permite un mayor apoyo para asegurar mejor el control sobre sus suplidores y embarcaciones. Los principios del WRAP son vistos ampliamente como los estándares más débiles de todos estos sistemas y como el programa de monitoreo y certificación menos transparente (MSN, 2002). El WRAP certifica fábricas, no marcas, de manera similar a la SA8000. El WRAP directorio de certificación del WRAP acredita firmas para ser monitoreadores externos de las instalaciones de las fábricas. Hasta el momento, WRAP ha acreditado a 10 firmas como monitoreadores (MSN 2002), principalmente firmas de servicios profesionales tales como ITS, Global Social Compílanse (anteriormente PriceWaterhouse Coopers), BVQI y Cal Safety. La certificación de las fábricas es válida por un año y a las fábricas se les requiere someterse a un auto análisis y realizar monitoreo externo. Los monitoreadores se reportan al Directorio de Certificación del WRAP, el cual revisa cada reporte y toma la decisión final sobre la certificación. Durante la certificación, las fábricas pueden o no, tener visitas no anunciadas. Para abril del 2002 aproximadamente 200 fábricas han sido certificadas por el WRAP por haber alcanzado los requerimientos del código (comunicación personal con L. Doherty, WRAP). El WRAP ha sido criticado por una gama de actores interesados por percibir que tiene una inclinación hacia la industria y un bajo nivel de transparencia pública. El WRAP no hace públicos los nombres de las empresas o las ubicaciones de las fábricas certificadas o auditadas y no ha hecho públicas ninguna de sus auditorias hasta la fecha. El WRAP también carece de ONG u organizaciones de la sociedad civil participando de los monitoreo o certificaciones o un sistema de trabajadores u ONG registrando quejas acerca de las fábricas certificadas. Todas las auditorias son preanunciadas y conducidas por firmas pagadas directamente por las fábricas que están siendo auditadas.

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Tabla 3. Sistemas estadounidenses de monitoreo y certificación. Fair Labor

Association FLA www.fairlabor.org

Social Accountability Internacional (SA8000) www.sa8000.org

Worlwide Responsable Apparel Producion (WRAP) www.wrapapparel.org

Ámbito Compañías de indumentaria y calzado y licencias de universidades afiliadas

Fábricas produciendo una amplia gama de productos

Industria de indumentaria

Gobierno Directorio de 12 miembros con representantes de 6 compañías, 5 ONG y una universidad

Directorio de Gobierno de 5 miembros compuesto por un representante de CEP, 3 abogados y una persona de negocios. SAI además, tiene un Directorio Consejero de mayor y más diversa membresía.

Un Directorio de 3 oficiales, 8 directores de el Directorio de Certificación, principalmente representantes de industria.

Proceso de Monitoreo

Las compañías deben conducir monitoreo interno al menos a la mitad de sus instalaciones aplicables durante el primer año, y a todas sus otras instalaciones en el segundo año. Las compañías se comprometen a usar el monitoreo externo independiente por monitoreadores acreditados y seleccionados por la FLA para conducir inspecciones periódicas a al menos el 30% de sus proveedores durante los 3 primeros años del período de su participación. Las fábricas son seleccionadas por el staff de la FLA con mayor atención a las

Manufactureros o suplidores son asignados al estatus de solicitantes por un año hasta que son verificados por un auditor acreditado por la FLA. El certificado de SA8000 debe ser renovado cada 2 años. Equipos locales de auditoria especialmente entrenados serán informados por ONG locales y sindicatos, deberán habla con la gerencia y los trabajadores, y revisar los antecedentes de la fábrica. El documento guía de la SA8000 es el manual de SAI que asiste a los auditores acreditados para hacer su tarea. Las ONG son animadas a involucrarse en el proceso y ser

Las fábricas deben someterse a un proceso de tres pasos: Auto análisis, monitoreo independiente y revisión final y seguimiento. Las fábricas contratan y calendarizan al monitoreador independiente para que realice sus evaluaciones en el sitio. Basados en esta evaluación los monitoreadores independientes recomendarán ya sea certificar a la fábrica o identificar las áreas donde deben hacerse acciones correctivas, antes de recomendar la certificación. Las fábricas mismas buscan la certificación.

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más grandes y aquellas con mayores riesgos de no cumplimiento. Todos los monitoreos deben involucrar ONG locales. Los monitoreadores deben usar una combinación de visitas anunciadas y no anunciadas.

acreditadas como monitoreador de la SAI. Las fábricas buscan por sí mismas la certificación

Certificación La FLA certifica a la marca completa. Una marca especial será desarrollada para que los consumidores sepan qué compañías están participando y cuales han alcanzado los estándares de certificación. La remediación oportuna, aconsejada por los monitoreadores es requerida para las certificaciones.

La certificación significa que la fábrica ha sido examinada bajo los criterios de los procedimientos de auditoria de SAI y que se encontró en conformidad. Los auditores buscan evidencia de efectivos sistemas de gerencia y desempeño que prueben el cumplimiento. Las instalaciones certificadas son sujeto de auditorias semianuales.

El directorio de certificación del WRAP revisará la documentación de cumplimiento y decidirá sobre las certificaciones. El término para la certificación será especificada por el Directorio basado en criterios de riesgo. En el tiempo de la certificación, la fábrica puede o no recibir una inspección no anunciada para verificar la continuidad del cumplimiento.

Requisitos para las compañías

Las compañías deben implementar el código de la FLA: internamente deberán monitorear cada fábrica cada año de acuerdo con los principios de monitoreo. Tanto el monitoreo interno como externo incluye a las ONG.

Los manufactureros/ suplidores adoptan un programa para conseguir la certificación de la SA8000. Los minoristas llegan ser miembros de la SA8000 y públicamente anuncian su compromiso con para buscar la responsabilidad social de sus proveedores y asistirles para que alcancen los estándares de la SA8000.

Las fábricas deben alcanzar los principios del WRAP y afrontar los costos de la certificación. Las fábricas deben solicitar la certificación, registrarse en el programa de certificación del WRAP y desarrollar un auto análisis se sus instalaciones respecto al libro guía del WRAP, para determinar si cumplen con los principios.

Reportes Todos los reportes de los monitoreos internos y externos

Los reportes de las auditorias van a las compañías y a SAI.

Los reportes de auditorias son entregados a las

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deben ser entregados completos al staff de la FLA. La FLA evaluará las auditorias, desarrollara los planes de remediación y publicará los resúmenes de las auditorias y las remediaciones.

Otros actores solo pueden recibirlos después de haber firmado un acuerdo de confidencialidad con la gerencia de la compañía y la compañía de auditoria.

fábricas y al Directorio de WRAP.

Información Pública

Se hacen reportes anuales de cada compañía basados en los monitoreos internos y externos. Las compañías participantes son publicadas en la página Web. No se hacen públicas las ubicaciones de las empresas.

El público es informado sólo de las fábricas que han sido certificadas.

No se hacen reportes públicos. No se hace mención de quienes recibieron, ganaron o perdieron la certificación.

Fuente: Web site de MSN 2001b

Iniciativas de monitoreo europeas Un número de iniciativas de monitoreo surgieron también en Europa. La Ethical Trade Initiative (ETI) inició en Inglaterra en 1998. La ETI es una alianza de compañías, ONG sindicatos trabajando para identificar y promover las buenas prácticas en la implementación de códigos de conducta sobre prácticas laborales, incluyendo el monitoreo y la verificación independiente de la observancia de los códigos. (ETI, 2001). La ETI fue establecida explícitamente como una iniciativa de experimentación y aprendizaje diseñada para ayudar a identificar y diseminar información sobre la mejor forma de implementar códigos con provisiones laborales que ayuden a los trabajadores en las cadenas globales de suministros. La ETI ha conducido proyectos pilotos en varios países, incluidas algunas fábricas de ropa en Sri Lanka. Estos pilotos son la clave de la estrategia en tanto que generan información en asuntos acerca de cual es la mejor forma de monitorear el trabajo infantil, cómo evaluar la calidad de las auditorias de un solo día, cómo diferenciar actores que pueden contribuir a una auditoria, como establecer el mejor sistema de recepción de quejas de los trabajadores, entre otros. La ETI reporta los hallazgos de sus pilotos y sobre las auditorias internas de las compañías, sólo a sus miembros, pero no al público.

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La holandesa Campaña de la Ropa Limpia estableció la Fundación del Vestir Justo (FWF por sus siglas en inglés: Fair Wear Foundation) en 1999 (después de 5 años de discusión y negociación sobre el código), para trabajar por en asociación con medianas y pequeñas empresas para supervisar a aplicación de los estándares del código de conducta. FWF requiere que las compañías monitoreen sus cadenas de suministros con verificación independiente y efectivos procedimientos de quejas a disposición de los trabajadores. La Fundación planea certificar a compañías que tienen un sistema, en lugar de juntar evidencia sobre las condiciones de las fábricas de su cadena global de suministros. FWF es responsable de verificar que el código está siendo implementado en un porcentaje de las fábricas de cada firma. La FWF ha conducido estudios pilotos en India, Polonia, Rumania e Indonesia para probar sus procedimientos de monitoreo y verificación.

Investigaciones Independientes y Verificación Una de las principales críticas de estos sistemas de monitoreos externos es que los auditores de estos programas están siendo pagados directamente por las marcas o las fábricas que están siendo monitoreadas. Este potencial conflicto de intereses hace surgir la preocupación de que los monitoreadores no “verdaderamente independientes” y que podrían cubrir ciertos problemas de las fábricas. Como se mencionó, la FLA responde a estas críticas aprobando cambios en los procesos de contratación de monitoreadores en el cual a las firmas no se les permite pagar directamente a los auditores. Sin embargo, ha surgido una nueva capa de regulaciones no gubernamentales para responder a esta preocupación sobre la credibilidad. Este monitoreo independiente y la verificación involucra a ONG, sindicatos y firmas privadas de monitoreo sin el pago directo de las partes interesadas en el resultado de la auditoria. Existen varias versiones institucionalizadas de monitoreo independiente en EUA y UE.

Workers Rights Consortium El Concilio de los derechos laborales (WRC por sus siglas en inglés: Workers Rights Consortium), se desarrollo en 1999 por la organización Estudiantes Unidos en Contra de la Explotación (USAS por sus siglas en inglés: United Students Against Sweatshops), en cooperación con el sindicato textil de los EUA (UNITE), la federación sindical AFL-CIO y un número de ONG laborales y religiosas. El WRC tiene afiliados a 108 universidades para noviembre del 2002 y se enfoca principalmente en las fábricas de indumentaria que producen ropa con los logos de las universidades.

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El WRC emplea tres grandes estrategias: (1) Inspecciones en las fábricas donde el WRC ha recibido quejas de los trabajadores; (2) inspecciones preactivas en países con patrones de pobres prácticas y esfuerzos de organización de los trabajadores y (3) requisitos de hacer pública la información. El WRC no certifica el cumplimiento de compañías con el código de conducta, no realiza monitoreos sistemáticos ni acredita monitoreadores. En lugar de ello, el WRC anima (pero no requiere) que las universidades participantes adopte un código de conducta que ensamble con el código de a WRC, el cual implica fuertes provisiones sobre organización sindical, derechos de las mujeres y el salario para vivir. El WRC requiere a las universidades miembras a comprometerse con una amplia divulgación y a desarrollar mecanismos para verificar la información reportada por las compañías y sus suplidores. La meta del WRC es asegurar que las fábricas que producen ropa con las marcas de las universidades cumplan con un código de conducta básico y en particular con los derechos de libertad de asociación y negociación colectiva. El WRC también llama a educar a los mismos trabajadores sobre el código de las universidades para que los trabajadores puedan reportar las violaciones al mismo, a ONG locales o al WRC. El WRC manifiesta que trabaja en conjunto con las universidades afiliadas, los licenciarios de las mismas (manufactureros) y ONG locales para corregir los problemas que hayan sido identificados. Los esfuerzos de investigación del WRC se realizan en colaboración con ONG locales y activistas; personal del WRC, miembros del directorio o de las universidades miembras y expertos en derechos humanos y laborales. A la fecha, el WRC ha investigado la situación en 4 fábricas8. Todo lo relativo a la investigación de las fábricas en cuestión es hecho público. El WRC también desarrolla una base de datos de las instalaciones manufactureras (www.workersrigths.org/fdd.asp) que permite a cualquiera con acceso a internet, buscar por fábrica, por ubicación, por universidad afiliada. El WRC está incrementado su accionar en el trabajo de remediación, trabajando con universidades y compradores (usualmente marcas) y con organizaciones de trabajadores para negociar la solución de los problemas que han sido mencionados por los trabajadores, con la esperanza de que habrá un efecto multiplicador para otras fábricas en la misma región. El WRC no carece de detractores. Ha sido criticada (con oposición pública) por varias firmas y administradores de universidades9. Los

8 Esto incluye la fábrica Kukdong en Puebla, México; la fábrica de gorras de baseball Nueva Era en Búfalo, Nueva York; la fábrica de gorras Bj&B en República Dominicana y PT Dada, una fábrica de juguetes en Indonesia. Estas investigaciones han involucrado de 5 a 6 personas por 5 o 6 días de trabajo. 9 Phil Knigth el CEO de Nike Inc. retiró una donación de 30 millones de USD luego que la universidad de Oregon se uniera al WRC.

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opositores han acusado al WRC de representar un modelo de monitoreo consistente en “agarrar en curva”, más enfocado a identificar problemas y poner en aprietos a las firmas que a resolver problemas (Nike rechaza cumplir, 2000). Además, el sistema del WRC de inspección profunda también ha sido criticado por tener un espectro limitado de cobertura.

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Iniciativas asociadas con la globalización Hay varias otras iniciativas que aunque no se enfocan explícitamente en los códigos y monitoreo, potencialmente apoyan o complementan la regulación no gubernamental. La iniciativa de Reporte Global (GRI por sus siglas en inglés: Global Reporting Initiative), por ejemplo, es un proyecto para avanzar en guías de aplicación global para un auto reporte de las firmas sobre su desempeño en materia social y ambiental. El GRI está trabando con varios estándares de reporte corporativo creando un sistema análogo a los reportes financieros para asuntos sociales y ambientales. Este estándar y los efectos más amplios de la divulgación corporativa podrían fortalecer y ayudar a estandarizar los existentes códigos y sistemas de monitoreo. Las Naciones Unidas está también creando sistemas de códigos voluntarios y reporte a través de la Iniciativa Compacto Global (GC, por sus siglas en ingles: Global Compact), creado por el Secretario General de la ONU en el 2000. El Global Compact no es en palabras de las NU, un instrumento regulador o un código de conducta, sino una plataforma de valores diseñada para promover el aprendizaje institucional. Este utiliza el poder de la transparencia y el diálogo para identificar y divulgar buenas prácticas basadas en principios universales (Global Compact, 2001). A través de este fin, el Global Compact, pide a las compañías comprometerse con los 9 principios, incluyendo el respeto a los derechos humanos, derechos laborales (básicamente los principios fundamentales de la OIT) y el medio ambiente, así como reportar anualmente sobre sus progresos y avances en estos principios. El Global Compact y el GRI ahora traban juntos con los reportes del GRI calificados por el reporte anual del GC. Debe ser notado que ninguna de estas iniciativas requiere de monitoreo externo, interno o verificación de ningún tipo. Estas iniciativas se basan totalmente en auto reportes y en sistemas de divulgación.

Modelos de regulación hecha por terceros. La diversidad de los actuales códigos y sistemas de monitoreo ha llevado a confusión y debate sobre los costos y beneficios de las estrategias de las regulaciones no gubernamentales. Las versiones de regulación no gubernamental varían desde fábricas individuales pagando para ser certificadas, pasando por compañías multinacionales monitoreando internamente a sus contratistas, iniciativas multisectoriales acreditando a organizaciones de tercera parte para inspeccionar fábricas, ONG independientes inspeccionando fábricas individualmente o en coordinación con campañas de derechos laborales. En estas diversas formas de encargar por fuera la regulación (outsourcing regulation) la sustancia, alcance, implementación, participación, reporte de la inspección pueden ser muy variados. Y aún

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más importante, estos sistemas también divergen en sus concepciones internas acerca de los modelos para cambiar las prácticas laborales a lo largo de las cadenas de producción globales. Los modernos sistemas de gobernabilidad, por supuesto, involucran complejos arreglos e interacción entre actores públicos y privados. Sin embargo, las tradicionales regulaciones laborales ahora a menudo vistas con menosprecio como una política de vigilancia y control puede ser pensada como ampliamente estado céntrica y como un modelo gobernabilidad basada en políticas locales. Reglas claras y fijas están establecidas y los inspectores gubernamentales vigilan el cumplimiento con estos estándares a manera de una cierta regulación intervencionista (Knill y Lehmkuhl, 2002). Las regulaciones laborales no estatales representan un significativo y diferente modelo de regulación involucrando diversos actores interesados que participan en la definición de los estándares, monitoreo y sanciones (o incentivos). Y, tal y como hemos visto, entre las iniciativas de regulaciones no gubernamentales hay varios tipos de modelos subyacentes. La FLA, SA8000 y WRAP están fuertemente centrados en utilizar los recursos del mercado para mejorar el desempeño de los proveedores. WRAP y SAI tienen un sistema que está basado en la certificación de las fábricas. Estas iniciativas certifican que existen sistemas de gerencia que garantizan desempeños aceptables en las fábricas. El WRAP y SAI se apoyan en las motivaciones de las fábricas individuales que buscan conectarse con compradores socialmente preocupados (y presumiblemente que generan un mayor valor agregado), ya que las fábricas son inspeccionadas sólo si ellas lo solicitan (y pagan). Estos sistemas involucran y proponen una forma de privatización de la regulación (Knil y Lehmkul, 2002; Utting, 2002). La FLA supone que la presión del mercado ayudará a crear un sistema de vigilancia de la cadena de suministros que involucre a varios actores. Esto propone un tipo de “regulación colaborativa” o “regulación de la autorregulación” (Ayres y Braithwaite, 1992; Teubner, 1983) que depende del compromiso al más alto nivel e una marca o un minorista con el código, monitoreo interno y externo de los suplidores, con la participación de ONG para legitimar el proceso. La FLA también da información a los compradores que pueden usar para influir en las cadenas de suministro. El WRC está esencialmente construido en el modelo de “alarma” (McCubbins & Schwartz, 1984) que se enfoca en crear nuevos mecanismos de contabilidad para las firmas y para las agencias de gobierno, reuniendo información de los trabajadores y de las organizaciones locales y luego ayudándoles a organizarse para ganar demandas. La alarma es desencadenada a través de quejas de los trabajadores y/o de ONG locales y esto motiva la investigación. Las fábricas y las marcas que les compran son colocadas como blanco en el

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proceso desde abajo hacia arriba. El WRC luego pone presión en las marcas para mejorar las condiciones y, al mismo tiempo, trabaja para facilitar el empoderamiento de los trabajadores para organizarse y negociar colectivamente. Sus mejoras. Apoyar la libertad de asociación y la negociación colectiva es la meta principal del WRC. Así, estos diferentes sistemas emergentes crean un espectro de nuevos procesos regulatorios: desde las regulaciones puramente privatizadas (firmas con monitoreo interno como el WRAP), pasando por formas más colaborativas de regulación (SAI, FLA y ETI) hasta una regulación más socializada (FWF y WRC).

Evaluando la regulación no gubernamental Prácticamente no hay datos públicos disponibles que analicen que tan bien los actuales sistemas se desarrollan. La elaboración de indicadores para evaluar las regulaciones no gubernamentales continúa siendo un asunto crítico para futuras investigaciones. Sin embargo, hay alguna evidencia de programas en los EUA y de esporádicos reportes de iniciativas de monitoreo alrededor del mundo que pueden ayudarnos a evaluar a las regulaciones no gubernamentales. Por ejemplo, más de 60 compañías han firmado acuerdos con el departamento de trabajo en los EUA para conducir monitoreos y cientos de otras compañías han conducido investigaciones por su propia cuenta. Firmas privadas de monitoreo realizaron más de 10,000 auditorias de talleres de indumentaria en Los Ángeles, para 1998, lo cual es cerca de 10 veces más de lo que realizan las autoridades estatales o federales (Esbenshade, 2000 p.5). Este monitoreo es generalmente no sistemático, con un dejo de descuido no transparente, sin sanciones o para monitoreos deficientes y potenciales conflictos de interés de los monitoreadores. Esto podría aparecer de entrada como una falla de las regulaciones no gubernamentales. Sin embargo, de alguna manera, sorprendentemente este monitoreo de tercer partido ha actualmente llevado a incrementar los niveles de cumplimiento. Como Esbenshade reporta: El monitoreo ha elevado la tasa de cumplimiento de esta industria de una manera significativa. La tasa de cumplimiento aumentó el 20% entre 1994 y 1996 debido en parte a la proliferación de monitoreo. En 1998 las estadísticas del Departamento de Trabajo de los EUA indicaban que la tasa de violaciones en talleres no monitoreados es dos veces más alta que en las que sí son monitoreadas. Sin embargo, los datos también muestran que mientras el monitoreo ayuda, aún está lejos de resolver los problemas de la industria. 56% de los talleres monitoreados aún violan las leyes (2000, p.5).

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Muchas de las iniciativas descritas antes aún son muy nuevas para evaluarlas completamente. La FLA comenzó sus programas de monitoreo hasta hace muy poco. La FLA, sin embargo, ha establecido un sistema de respuesta a quejas y está desarrollando estrategias de remediación cuando se encuentran problemas. Por ejemplo, en respuesta a una queja de un tercero sometida a través de Nike, la FLA envió un equipo a la República Dominicana para analizar la disputa laboral en la fábrica de gorras BJ&B en enero del 2002. Los trabajadores alegaron violaciones a la libertad de asociación cuando 20 trabajadores fueron despedidos de la fábrica después de haber firmado una petición para formar un sindicato. 24 horas después de recibir la queja, el staff de cumplimiento de la compañía participante de la FLA estaban en la fábrica y realizaron una vista no anunciada, entrevistas con los trabajadores fuera de las instalaciones, revisión de las planillas de pago y tarjetas de salida de los trabajadores. El staff del WRC también participó de esta inspección. La disputa fue resuelta unas semanas más tarde. Como se mencionó, SAI ha certificado 150 fábricas que alcanzan el estándar SA8000. El staff de SAI analiza que las compañías miembras han conducido cerca de 2,000 auditorias preparando a sus suplidores para la certificación. SAI también conduce cierto número de auditorias y capacitaciones a trabajadores alrededor del mundo. A la fecha, cerca de 1,100 personas han tomado el entrenamiento de SAI en 19 países diferentes. SAI trabaja muy de cerca con la Federación Internacional de Trabajadores de Textiles Vestuario, Calzado y Cuero (FITVCC), para apoyar trabajadores de 12 países en AL, África y Asia para un mayor involucramiento de los trabajadores en el monitoreo de los estándares en el lugar de trabajo. Uno de los problemas de estos sistemas de evaluación es su limitada transparencia. La FLA y la SAI actualmente no publican los datos de las fábricas auditadas, los hallazgos de las auditorias o los cambios a lo largo del tiempo en materia de cumplimiento. WRAP no ha divulgado las fábricas que ha certificado, ni las mejoras que se han hecho en estas empresas. No ha dicho nada, ni siquiera sobre lo que la organización está haciendo para influenciar a suplidores y compradores. El WRC por otro lado, hace públicos todos sus reportes. El primero – el de la fábrica Kukdong (ahora Mexmode) en Puebla México – es publicitado como su mayor logro, ya que el proceso ha apoyado mejoramientos en las condiciones de la fábrica, incluido el pago (los trabajadores ganaron una serie de de incrementos salariales desde la investigación del WRC), la formación de un sindicato independiente, la firma de un contrato colectivo (uno de los primeros en las maquilas de México). El WRC recientemente ha completado una investigación en Indonesia que ha llevado a remediación los problemas existentes y hay un acuerdo de reconocer los múltiples sindicatos en la fábrica.

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Limites de las regulaciones no gubernamentales Hay, obviamente varias debilidades y retos para hacer de estos sistemas regulatorios más efectivos. Las monitoreos no gubernamentales enfrentan muchas de los mismos y comunes desafíos del monitoreo gubernamental tradicional y su fortalecimiento incluye diversos asuntos tales como cobertura, corrupción, incentivos de monitoreo entrenamiento y capacidad de los inspectores, entre otros. La larga y móvil naturaleza de las cadenas de producción global que ha puesto en aprietos a las regulaciones tradicionales, hace del monitoreo no gubernamental, un asunto muy desafiante. Solamente la marca Gap contrata cerca de 4,000 fábricas en 55 países; Disney estima sus fuentes en más de 30,000 fábricas y Walmart tiene aún más proveedores (Wach y Nadvi, 2000). La habilidad de estas firmas para mover su producción rápidamente entre fábricas y esconderse detrás de múltiples capas de propietarios hace extremadamente difíciles las inspecciones sistemáticas10. Varios críticos han expresado su preocupación acerca de que los monitoreos no gubernamentales implican visitas a las fábricas que son demasiado infrecuentes como para dar cuenta del día normal de trabajo. Los monitoreadores “paracaidistas” logran identificar los problemas más obvios pero pueden obviar muchos de los asuntos más grandes y no se quedan cerca lo suficiente como para resolver problemas (O’Rourke, 2002). Los críticos asumen de manera razonable, que las ONG no serán capaces de duplicar las inspecciones laborales gubernamentales y que no podrán cubrir todas las fábricas (Justice, 2001). También hay preocupación sobre cómo estos sistemas pueden llegar a los trabajadores. Muchos mercados – como el del sector de la producción informal, comercio intra firmas y la producción para consumo doméstico en los países en vías de desarrollo – carecen de una inclinación ética hacia los consumidores. Como Pearson y Seyfang (2002) han argumentado, los códigos voluntarios y el monitoreo influencian principalmente “enclaves” en la economía global más que permitir una aplicación universal. El sistema no gubernamental de regulación se enfoca en los trabajadores en la primera fila de suplidores y a menudo en las fábricas más grandes. Rara vez, alcanzan a llegar al sector informal o a los trabajadores basados en sus casas (Lee, 1997). Los códigos y el monitoreo también llevan consigo una dificultad para hacer frete a los temas sociales y ambientales. Las firmas de consultoría, contabilidad y las ONG necesitarán un extensivo entrenamiento para jugar adecuadamente el rol de un higienista industrial o el de expertos en salarios y horas. El sector privado y las ONG para promover estas habilidades asumen que ellos o las firmas

10 Como recomienda uno de los minoristas de la ETI “Yo puedo conocer mi cadena de suministros a las 9 am, pero a las 10:00 am, es completamente diferente” (ETI, 2001).

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que van a ser monitoreadas asumirán el costo del entrenamiento y de conducir inspecciones más rigurosas. Aún si las regulaciones no gubernamentales llegaran a sobreponerse a la implementación de estos tos aún se mantienen algunas otras preocupaciones. Los críticos temen que las regulaciones no gubernamentales proveerán de una cobertura a las marcas, puede confundir a los consumidores por la proliferación de etiquetas de certificación y podría tener un efecto negativo no deseado en los trabajadores de los países en vías de desarrollo (Liubicic, 1998). Otra preocupación importante es que las regulaciones no gubernamentales podrían ayudar a privatizar la regulación gubernamental. Algunos críticos se preocupan por el control que las compañías ejercen en este proceso, co-optando a las ONG en tanto que los transforma de vigilantes a “partes” y socava leyes y sindicatos fuertes (Justice, 2001 p.6). Teniendo a las ONG en un papel en la regulación puede también socavar los procesos de regulación tradicionales (Nadvi y Wältring, 2001; OIT, 1998). Otros temen que los gobiernos electos están cediendo algo de su soberanía a los consumidores, a través de este sistema. Claramente, el cambio a regulaciones no gubernamentales pone más atención a los consumidores más que al estado o a los sindicatos) y es un componente clave del monitoreo y del fortalecimiento. Algunos críticos también argumentan que el monitoreo, cuando es conducido por ONG locales puede impedir la organización sindical o desanimar los esfuerzos de las organizaciones locales de trabajadores. Compa (2001) discute varios casos en América Central en los cuales las ONG aparecen como “suplantando el rol de los sindicatos”, como representantes de los trabajadores, discutiendo salarios y condiciones de trabajo con los gerentes de las empresas. Este proceso que podría ayudar a las poderosas compañías a evitar la organización sindical, fortalecer la negociación colectiva o favorecer la regulación gubernamental. Otros, trabajando directamente en esta área en CA están en desacuerdo con estas afirmaciones argumentando que contrariamente que las ONG han apoyado varias campañas de sindicatos en El Salvador y Guatemala (Quinteros, 2001). El caso Kukdong en México da luces sobre el potencial de una estrategia coordinada entre sindicatos, ONG y una estrategia Norte – Sur. La cooperación entre trabajadores locales, la AFL CIO, las ONG, los estudiantes activistas y el apoyo del WRC y la FLA para la formación de un sindicato independiente, la firma de un nuevo contrato colectivo con la gerencia coreana e importantes ganancias en los pagos y en las condiciones de salud e higiene ocupacional (Brown, 2001). El aviso de que el monitoreo fue útil en este caso para proteger el naciente sindicato. Sin embargo, el debate en Centroamérica acentúa la realidad de que los sindicatos y las ONG continúan siendo aliados cautelosos y necesitan desarrollar mejores maneras de trabajar juntos y avanzar hacia mecanismos regulatorios no gubernamentales (Compa, 2001).

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Varios críticos han hecho notar que los códigos y los monitoreos pueden dañar a los trabajadores (Esbenshade, 2001; Luibicic 1998). Los reportes de monitoreo pueden hacer que una marca termine los contratos con una fábrica por culpa de un bajo rendimiento, implicando una pérdida de empleos. Las firmas pueden reducir el tiempo extra en las fábricas que trabajan más allá de los límites permitidos pese a que los trabajadores necesitan ese salario para sobrevivir. Los trabajadores también pueden ser castigados después de quejarse con los auditores, si estos sistemas tienen pocas protecciones para los trabajadores que se quejen. Aún cuando el monitoreo es efectivo, algunos de los trabajos más riesgosos pueden ser movidos a las partes más bajas en la cadena de producción o al sector informal para evitar el selectivo brazo de la regulación no gubernamental. Hay también varias versiones problemáticas de la regulación no gubernamental. Por ejemplo, el Global Social Compliance (antes PWC), un monitoreador de varias firmas multinacionales depende ampliamente de los datos provenientes de la gerencia y conducen unas auditorias muy superficiales. Las entrevistas con los trabajadores son hechas dentro de la fábrica. Los gerentes saben quienes van a ser entrevistados, por cuanto tiempo y sobre qué asuntos O’Rourke, 2002). Esta clase de monitoreo puede desviar la atención sobre los problemas reales dentro de la fábrica, dar una falsa impresión de desempeño y certificar que una compañía está libre de explotación basado en evidencia limitada y de hecho, desempoderar a los trabajadores que pretende ayudar. Pese a que no hay un monitoreo perfecto, claramente algunas prácticas pueden ser mejores o peores que otras.

Conclusiones Los nuevos sistemas regulatorios no gubernamentales ofrecen potencial y peligro. Ofrecen el potencial de abrir y fortalecer los sistemas regulatorios y traer nuevas voces y mecanismos para motivar las mejoras en las cadenas globales de suministros. También pueden hospedar el peligro de la privatización, efectivamente cerrando las formas democráticas de regulación y haciendo caso omiso de los gobiernos locales. La pregunta se mantiene sobre como llevar estos sistemas a más creíbles y completos sistemas de regulación. ¿Pueden estos sistemas ir más allá de los primeros proveedores?, ¿Pueden mejorar las prácticas de las firmas no directamente ligadas a las cadenas de suministros que actúan globalmente?, ¿Podrán, los actores en el sur participar en las discusiones y tener una real voz en la estructura de implementación de estos programas?, ¿Pueden ser formalizados los mecanismos de representación y democracia, en este sistema no gubernamental?, ¿Pueden estos sistemas dar a los trabajadores y a sus defensores

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herramientas reales que incrementen sus espacios de organización?, ¿Es posible moverse de sistemas inoperantes de estándares y monitoreo?, ¿Puede la OIT ser más participante en las regulaciones no gubernamentales? Y, por último, ¿Pueden estas nuevas formas de regulación estar diseñadas para complementar y apoyar las regulaciones existentes y beneficiar directamente a los trabajadores y a las comunidades pobres alrededor del mundo? En algunos aspectos, la distinción entre estos sistemas está comenzado a quebrase. Hay alguna convergencia subyacente entre los regímenes de códigos y monitoreo que está enturbiando las categorías presentadas en este artículo. Los monitoreos en las fábricas a menudo incluyen a miembros de sindicatos. Los monitoreos en las cadenas globales de suministros están contratando ONG para monitorear las fábricas y las investigaciones de las ONG están a menudo coordinadas por poderosas marcas. Sin embargo, aún hay distinciones críticas entre estas iniciativas en asuntos tales como el rol de los trabajadores y las organizaciones que les defienden, transparencia de los resultados y estrategias para la remediación de los problemas. Ciertamente no hay garantía que los códigos de conducta voluntarios y los esquemas de monitoreo convergerán naturalmente en sistemas más democráticos de regulación. Hay una plétora de iniciativas luchando por ganarse la mente y los corazones de los consumidores, sirviendo sólo para confundir y para socavar la confianza en las iniciativas no gubernamentales. Sin embargo, con una política de estrategias combinadas la regulación no gubernamental puede más bien moverse hacia un sistema más creíble, transparente y con capacidad para rendir cuentas. Las organizaciones que implementan los sistemas de monitoreo deberían comprometerse como mínimo a hacer públicos sus reportes de auditoria y sus metodologías. Otra promisoria oportunidad para avanzar podría involucrar esfuerzos por complementar y operar conjuntamente entre estos sistemas. Los diferentes modelos de regulación no gubernamental son efectivos en diferentes aspectos de la regulación. El monitoreo de las fábricas identifica a las empresas con voluntad de hacer cambios y da a los gerentes información para apoyarles en el cambio. Los monitoreadores a lo largo de la cadena de suministros globales ayudan a mover los estándares de las cadenas de contratación externa y da a las marcas información para manejar mejor a sus suplidores. Las investigaciones independientes ayudan a exponer a los peores actores, dan información a los trabajadores y crean incentivos para que las marcas prevengan los problemas en sus contratistas. Conectando estas iniciativas en alguna forma operativa, se podría ayudar a superar los desafíos de acceso, rango a cubrir y credibilidad. Varias de estas iniciativas ya han probado trabajar juntas para resolver problemas específicos sobre quejas en fábricas. Sin embargo, aún es

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posible hacer mucho más para expandir la complementariedad y la interoperatividad de estas iniciativas. Tal y como Fung, O’Rourke y Sabel (2001) han manifestado, es posible construir el núcleo de de las dinámicas de sistemas regulatorios no gubernamentales, comenzando por expandir la transparencia de los métodos de monitoreo y sus resultados y luego crear mecanismos de comparación de los desempeños de las empresas monitoreadas y de los auditores. Incrementar la transparencia y la comparación permitiría a los actores interesados evaluar las fábricas individuales – comparando entre las fábricas de FLA, SAI y WRAP – y entonces comparar monitoreos y monitoreadores para evaluar la credibilidad de os protocolos de monitoreo. Esto dará información importante sobre mejores prácticas en el monitoreo y en la fábrica, apoyo a un más amplio diálogo sobre estándares laborales, monitoreo y fortalecimiento y en construir la credibilidad de estas iniciativas no gubernamentales. Cada una de los emergentes sistemas regulatorios no gubernamentales tiene claras debilidades y desafíos. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, las regulaciones no gubernamentales pueden influir las prácticas laborales. Con un incremento en la transparencia, capacidades técnicas mejoradas y nuevos mecanismos para la rendición de cuentas a consumidores y trabajadores los monitoreos no gubernamentales pueden complementar los existentes sistemas regulatorios. Tal y como se han desarrollado los sistemas de regulación no gubernamental se deben revisar de acuerdo a varios criterios: (1) legitimidad, ¿hay actores interesados involucrados en todos los estadios de la colocación de estándares, monitoreo y fortalecimiento? (2) Los códigos de conducta ¿alcanzan o exceden las convenciones de la OIT y las leyes locales, son estándares medibles y el monitoreo es técnicamente competente?, (3) La rendición de cuentas –el monitoreo es independiente y transparente?; (4) complementariedad – las regulaciones no gubernamentales apoyan la regulación del estado y los procesos de aprendizaje y mejora de los estándares y los sistemas de monitoreo? La regulación en la economía global se mantiene ante un desalentador desafío. Si este experimento de regulación no gubernamental puede ser hecho de forma más transparente, con posibilidades de rendición de cuentas y democrática, puede ser posible construir una regulación externa en una respuesta importante a los impactos adversos de la globalización. Como mínimo, las regulaciones no gubernamentales ofrecen un vistazo de estrategias emergentes para regular las cadenas globales de suministros y comenzar un proceso de construir nuevos sistemas de gobernabilidad en este mundo cambiante. Dara O’Rourke es profesor asistente de la División de Sociedad y Medio Ambiente del Departamento de Ciencias Ambientales Política y Gerencia de la Universidad de California, Berkeley. Sus publicaciones recientes incluyen ¿Podemos detener los talleres de sudor? (Beacon Press, 2001),

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con Arcon Fung y Chuck Sabel, y Regulaciones conducidas por la comunidad: Balanceando desarrollo con medio ambiente en Vietnam (MIT Press, próximamente).

Reconocimientos Quiero reconocer a Sharon Chan por su asistencia en la investigación y Garrett Brown, Anchon Fung, Bob Jefcott, Richard Locke, Katie Quan, Judith Tendler y Lynda Yanz por comentarios a borradores previos a este artículo.

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