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análisis y discusión sobre la premisa: El sistema internacional en la actualidad sintetiza la complejidad de los sistemas internacionales que lo antecedieronTRANSCRIPT
“El sistema internacional en la actualidad sintetiza la complejidad de
los sistemas internacionales que lo antecedieron”
Ihiruye Rebolledo
C.I:16.656.695
“El sistema internacional en la actualidad sintetiza la complejidad de los sistemas
internacionales que lo antecedieron”
En la actualidad el mundo está regido por parámetros establecidos por la
cultura occidental. El principal organismo internacional de control y debate es la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), que abiertamente tiene una brújula
con norte estadounidense. Teniendo su sede principal en New York, el órgano
“representante” de los países del mundo predica la importancia de los derechos
humanos, la vitalidad del sistema democrático y la necesidad de la paz mundial.
Valores que son puestos constantemente en duda debido al comportamiento que
de manera anárquica y unilateral toman las potencias dominantes (los miembros
permanentes en el consejo de seguridad). Esta actitud contradictoria ha abierto
con facilidad las puertas a miles de interrogantes donde quizás la principal duda es
¿Cuál es el sistema internacional actual? ¿Es acaso efectivo el sistema actual?
Según la premisa que titula el presente trabajo, el sistema actual es una
viva representación de los sistemas anteriores, pero ¿cómo es esto posible puesto
que las diferencias entre ellos son enormes, sus intereses diferentes y las metas
colisionan? Seguidamente haremos un breve análisis que nos ayudará a
comprender este dilema.
Quizás lo primero a tratar es ¿cómo podemos llamar al sistema
internacional actual? Con lo anteriormente dicho ya podemos deducir que la
respuesta no es del todo fácil, así que en la medida de lo posible podemos, de
manera muy breve y concisa, argumentar que es un sistema netamente mixto o
híbrido. El porqué de semejante afirmación es justamente la explicación para
afirmar y comprobar la premisa inicial.
Podríamos comenzar diciendo que no sería de todo extraño que
actualmente rigiera un sistema híbrido, lógicamente el sistema es, a su vez, un
resultado de sistemas adecuados a situaciones históricas distintas pero que, al
mismo tiempo, son causantes del presente y por tanto predecesores de los
resultados de la actualidad, de allí la razón de por qué existe un modelo con varias
características heredadas de modelos antecesores.
De esta manera, entonces, haremos un recorrido en orden cronológico para
lograr una argumentación comparativa entre los sistemas pasados y el actual.
El tratado de Westfalia fue el progenitor (y el Congreso de Viena la versión
mejorada) del primer tipo de sistema internacional conocido: Balance of power. El
cual estuvo en vigencia prácticamente hasta la guerra de Crimea a mediados del
siglo XIX. La creación de los primeros estados-naciones fue una simbología que lo
que en realidad significaba el reconocimiento equitativo entre las naciones
(europeas en ese entonces).
Quizás por ser la primera expresión de lo que se puede llamar un sistema
internacional, el sistema actual tiene características fundamentales de balance of
power. La más importante es que en la actualidad aún se mantiene un
reconocimiento a nivel de estados-naciones, lo que significa un acuerdo donde se
mantiene la paz únicamente para evitar pérdidas o el alto costo de un conflicto. En
el caso del organismo madre (ONU) podemos percibir como la Asamblea General
(que en teoría debería ser el máximo rector) es conformada por estados-
naciones1, y éstas se tratan unas a otras por igual ya que existe un reconocimiento
equitativo de cada una de ellas.
De igual manera podemos decir que, de parte de las potencias dominantes
existe una clara actitud de hacer prevalecer aquello que las beneficie, es decir,
prevalecen los intereses individuales (de cada nación-estado) por sobre los
intereses generales. Es importante resaltar que este fenómeno se hace curioso
cuando analizamos que hoy día los intereses generales deberían prevalecer sobre
los individuales y las potencias que actúan de maneras arbitrarias y en contra de
lo establecido son casualmente las mismas que mantienen en control de la
organización; las que establecieron “las reglas del juego” y que predican el modelo
de valores para hacer juicio de las realidades mundiales.
Otra característica típica del sistema internacional actual es la actitud que
toma el Consejo de Seguridad ante el mundo, el mismo ha asumido un papel de
autoridad paternal, es decir, aunque son una clarísima minoría, su poder militar y
económico les da la potestad de decidir que pasa y no en el mundo. Claro está
que cada una de esas potencias tiene sus propios intereses pero el equilibrio
prevalece un equilibrio ajustado a un “status quo”, este equilibrio no tiene permitido
cambiar a menos que exista un previo acuerdo. Esta característica es típica de un
sistema de concierto, de donde también se hereda la idea de la participación de
los pequeños actores, quienes tienen garantizado un respeto o valor dentro del
1 E incluso los miembros observadores o aquellos que aún están esperando por ser aceptados como estados independientes (y demás casos) que aún no tienen una participación como miembros permanentes tienen características fundamentales de una figura de Estado-Nación.
orden mundial, independientemente de la cultura, tradición o costumbres tienen un
trato equitativo. Esto les da un relativo poder geopolítico y un carácter de
observadores en la realidad internacional, de igual manera como sucedió con el
imperio otomano y Prusia después de que el imperio británico y el segundo
imperio francés los defendieran ante el imperio ruso que claramente quería
atravesarlos para llegar a las costas del Mar Mediterráneo. Este fenómeno (la
guerra de Crimea) acabó con el espíritu que había legado en Congreso de Viena y
creo una tensión en Europa que desembocó en un equilibrio de amenazas, lo que
talló el modelo del sistema de concierto.
Una de las grandes ironías del sistema actual está en: cómo se hace tanto
énfasis por ideales como la democracia cuando las organizaciones internacionales
son tan claramente dirigidas por una superpotencia. El rasgo de un sistema
hegemónico es tan claro que lo que se hace confuso es el porqué de la predica de
un ideal de igualdad y participación mancomunada cuando ya la superpotencia de
los Estados Unidos ha tomado una actitud desafiante y arrogante ante el mundo,
tomando en cuenta que el mundo no puede ni podrá contrarrestar esa actitud por
no tener los recursos (militares, económicos y tecnológicos) para encararlo. Hoy
día, promover y entablar guerras (como el caso de Iraq y Afganistán) incluso en
contra de lo dictaminado por las autoridades respectivas en la materia (Consejo de
Seguridad -ONU-), adoptar actitudes directas en contra de los intereses colectivos
(no firmar el tratado de Kioto entre otras cosas), y demás comportamientos
inadecuados para lo establecido en el sistema, son una clara señal de cómo su
súper-poderío (no hay otra manera de describir el poder que esta nación tiene)
impera por sobre toda ocurrencia mundial.
Aun cuando lo que se ostenta es un modelo donde todas las naciones
participen de igual manera, donde las decisiones sean tomadas en forma
democrática y que los dictámenes establecidos por ese medio sean respetados
por todos por igual; existe un líder hegemónico que domina a voluntad en el actuar
del mundo. Es importante resaltar que la superpotencia actual se ha adjudicado el
título a través de diversas estrategias, que no sólo fueron útiles para el
coronamiento del poderío mundial sino también para preservarse en la cúpula del
control. Así pues los Estados Unidos se han asegurado una posición hegemónica
gracias a su supremacía militar, su industria cultural (the american dream) y
(quizás lo más elaborado de todo) la dependencia económica que tienen el resto
de los estados-naciones sobre esta en el orden mundial.
Solo falta por nombrar un sistema, el cual es considerado el ideal según los
parámetros establecidos en la industria cultural mundial actual. El sistema de
derecho parece ser el sistema más adecuado según la línea de pensamiento
humana de nuestros días y es el modelo que aparentemente se trata de regir en el
orden global. En el caso de la ONU, se trata constantemente de que impere la ley
por encima de todo, un sistema en el que se trate a todos por igual y asimile a
todos los actores con los mismos derechos y deberes, ya establecidos en
convenios anteriores.
Teóricamente la máxima autoridad que debería existir en la ONU es la
Asamblea General, pues es el parlamento donde participan los representantes de
los estados-naciones de la humanidad. El consenso de la Asamblea General
significa el acuerdo (al menos de la mayoría) de los actores internacionales en
algún punto en específico, lo que significa el uso y reconocimiento de los derechos
y deberes de manera general, y a su vez, un acuerdo jurídico previo entendido,
usado y debatido por todos (así debería ser) los actores del sistema.
Así pues queda claro cómo el sistema internacional actual es una viva
mezcla de los anteriores conocidos, bien sea por herencia o por la práctica de
ensayo-error, características de los sistemas antiguos son manifestados en la
actualidad pero sin una similitud absoluta a alguno de ellos.
Todo lo discutido anteriormente nos lleva a pensar ¿es que realmente el
sistema actual está adaptado a las necesidades humanas de hoy en día? Esta
interrogante se genera al pensar que el sistema actual, si bien no responde a
parentescos exactos con los sistemas anteriores, sí que recopilan características
de aquellos sistemas que fueron claramente vencidos en cuanto al uso del
carácter internacional se refiere, por tanto, es deducible que el mantener
características de sistemas decadentes, de alguna manera significa que se
mantienen características decadentes en el mismo. Además, es importante
resaltar que existe una necesidad de crear o ajustar sistemas nuevos a este
“nuevo mundo” que estamos actualmente viviendo. Los medios de
comunicaciones masivos, la aparición de todo tipo de grupos en la opinión pública,
la carrera por los recursos en un planeta frágil y de por sí las nuevas
visualizaciones sobre el universo y la humanidad han cambiado al hombre de
manera radical, y esto claramente necesita una sistema más adecuado a estas
demandas.
De acá la idea de que el sistema internacional actual, si bien es un sistema
híbrido que adoptó los rasgos más llamativos para el funcionamiento de un
organismo mundial, está falto de adaptación a la actualidad y las demandas que
se presentan. No es posible negar que el sistema híbrido en vigencia sea hasta
ahora (tomando la famosa frase de Winston Churchill sobre la democracia) el peor
de todos los sistemas exceptuando todos los ya conocidos, pero tampoco
podemos ignorar la grave necesidad que hay de ajustar el sistema a las
verdaderas necesidades que enfrenta el mundo hoy día.
Bibliografía
-Manual de Sistemas Internacionales. Disponible en:
http://vladimiraguilar.blogspot.com/
-Datos históricos recopilados de la enciclopedia virtual Wikipedia. Disponible en:
www.wikipedia.org
-SILVA, Ludovico. El sueño insomne. La televisión según Ludovico Silva. Primera
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- Inkenberry, John (2002). America’s Imperial Ambition. Foreign Affairs. Debating
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- Yudice, George (2004) Nuevo activismo en tiempos de imperialismo. Daniel Mato
(coords.), Políticas de ciudadanía y sociedad civil en tiempos de globalización.
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-Organización de las Naciones Unidas. [Página web disponible].
http://www.un.org/es/