el siglo la aurora y la lectura de tabaqueria -- a tinajero

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Revista Iberoamericana, Vol. LXXII, Núm. 214, Enero-Marzo 2006, 171-183 EL SIGLO, LA AURORA Y LA LECTURA EN VOZ ALTA EN CUBA 1865-1868 1 POR ARACELI TINAJERO The City College of New York-CUNY Este ensayo es sobre la lectura en voz alta en Cuba hacia finales del siglo XIX y en particular dentro del sector tabacalero entre 1865-1868, o sea, los años que preceden a la Revolución de 1868 o también llamada Guerra de los Diez Años (1868-1878). Sin duda alguna, el periodismo fue la única clase de publicación que llegó a todas las clases sociales y estimuló el desarrollo de la lectura y la educación. Como lúcidos estudios sobre el siglo XIX lo han demostrado, fue en los periódicos donde se dieron a conocer ideas, decisiones y perfiles políticos de la sociedad y donde se transmitieron noticias mundiales así como donde se propagó la literatura tanto popular como nacional (González, González Stephan, Poblete, Ramos, Rotker, Sommer). Para comprender cómo y para qué se inicio la práctica de la lectura en voz alta en los talleres de tabaquería en La Habana y después en toda la Isla, es de suma importancia examinar dos periódicos claves de la época: El Siglo y La Aurora. LOS QUE LEEN Y LOS QUE ESCUCHAN El sector tabacalero tenía un índice de alfabetismo mayor comparado a otros sectores artesanales. Sin embargo, todavía un alto número de trabajadores no sabía leer aunque eso no significa que no tuvieran acceso a textos históricos y literarios y sobre todo a periódicos, revistas o folletines. Esto lo demostró el crítico e historiador Roger Chartier quien al referirse a las lecturas y lectores populares europeos (del Renacimiento), señala que es engañoso estudiar la lectura de una época determinada basándose exclusivamente en los inventarios post mortem, en los catálogos impresos de ventas de bibliotecas o en la presencia o ausencia de libros de grupos alfabetizados porque no se toma en cuenta la “lectura de los libros cuyos lectores no los poseen pero que los han tomado prestados, o leído en casa de otro, o escuchado leer” (140). La práctica de la lectura en voz alta es tan antigua como la historia, y la literatura misma y el siglo XIX no fue una excepción ni para Cuba ni para el resto del mundo. Por citar algunos ejemplos coetáneos a la época de este estudio, en México abundaban los periódicos escritos para los artesanos como El Amigo del Pueblo, La Reconstrucción y Las Clases Productoras, pero “no obstante el índice tan 1 Este artículo es parte de un libro que estoy escribiendo cuyo título provisisional es: Lectores de tabaquería en Cuba, Estados Unidos y España.

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  • Revista Iberoamericana, Vol. LXXII, Nm. 214, Enero-Marzo 2006, 171-183

    EL SIGLO, LA AURORA Y LA LECTURA EN VOZ ALTA EN CUBA 1865-18681

    POR

    ARACELI TINAJEROThe City College of New York-CUNY

    Este ensayo es sobre la lectura en voz alta en Cuba hacia finales del siglo XIX y enparticular dentro del sector tabacalero entre 1865-1868, o sea, los aos que preceden a laRevolucin de 1868 o tambin llamada Guerra de los Diez Aos (1868-1878). Sin dudaalguna, el periodismo fue la nica clase de publicacin que lleg a todas las clases socialesy estimul el desarrollo de la lectura y la educacin. Como lcidos estudios sobre el sigloXIX lo han demostrado, fue en los peridicos donde se dieron a conocer ideas, decisionesy perfiles polticos de la sociedad y donde se transmitieron noticias mundiales as comodonde se propag la literatura tanto popular como nacional (Gonzlez, Gonzlez Stephan,Poblete, Ramos, Rotker, Sommer). Para comprender cmo y para qu se inicio la prcticade la lectura en voz alta en los talleres de tabaquera en La Habana y despus en toda laIsla, es de suma importancia examinar dos peridicos claves de la poca: El Siglo y LaAurora.

    LOS QUE LEEN Y LOS QUE ESCUCHAN

    El sector tabacalero tena un ndice de alfabetismo mayor comparado a otros sectoresartesanales. Sin embargo, todava un alto nmero de trabajadores no saba leer aunque esono significa que no tuvieran acceso a textos histricos y literarios y sobre todo a peridicos,revistas o folletines. Esto lo demostr el crtico e historiador Roger Chartier quien alreferirse a las lecturas y lectores populares europeos (del Renacimiento), seala que esengaoso estudiar la lectura de una poca determinada basndose exclusivamente en losinventarios post mortem, en los catlogos impresos de ventas de bibliotecas o en lapresencia o ausencia de libros de grupos alfabetizados porque no se toma en cuenta lalectura de los libros cuyos lectores no los poseen pero que los han tomado prestados, oledo en casa de otro, o escuchado leer (140). La prctica de la lectura en voz alta es tanantigua como la historia, y la literatura misma y el siglo XIX no fue una excepcin ni paraCuba ni para el resto del mundo. Por citar algunos ejemplos coetneos a la poca de esteestudio, en Mxico abundaban los peridicos escritos para los artesanos como El Amigodel Pueblo, La Reconstruccin y Las Clases Productoras, pero no obstante el ndice tan

    1 Este artculo es parte de un libro que estoy escribiendo cuyo ttulo provisisional es: Lectores detabaquera en Cuba, Estados Unidos y Espaa.

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    elevado de personas que no saban leer, la prensa ejerci una influencia decisiva en eldesarrollo nacional (Bermdez 146). En el ao 1860, en Madrid haba un setenta y cincopor ciento de analfabetismo adulto y las bibliotecas particulares en los sectores artesanalesse distinguan por la ausencia de libros con excepcin del Quijote y una que otra novelaespaola; sin embargo, los trabajadores estaban acostumbrados a la prensa, la tertulia, elfolleto, la sociedad patritica o el motn callejero (Martnez 186). En Francia, Inglaterray Alemania hubo lo que Martyn Lyons denomina la masificacin de la lectura y fue desdemediados a finales del siglo XIX cuando la clase trabajadora tambin comenz a leer-y porende a escuchar-mucho ms (313). Sin duda alguna, la serializacin de la ficcin a travsdel peridico alcanz magnas dimensiones y gracias a esto, los artesanos europeos (ascomo los cubanos en este caso) se nutrieron de la literatura de la poca. Los diarios fueronuna suerte de biblioteca ambulante que reemplazaron la literatura de cordel la cual habajugado un papel importantsimo en la lectura (sobre todo en voz alta) de las clasesartesanales desde los siglos XVII en Espaa, Inglaterra o Francia. Sin embargo, en el sigloXIX en Europa, an con la masificacin de la lectura a la que Lyons se refiere, entre lasclases trabajadoras, la lectura en voz alta era su preferencia o bien, la prensa era el nicomedio que, por ejemplo, poda comprar Thomas Wood, un trabajador ingls, quien rentabaun peridico ya viejo por un centavo a la semana y lo lea a un lado de la chimenea porqueno le alcanzaba el dinero para comprar una vela (Lyons 335). Por lo tanto, y sta ha sidouna prctica comn desde la Edad Media o incluso la Roma antigua, bastaba con quealguien supiera leer para que un grupo de personas disfrutara la lectura ya fueraestrictamente literaria o poltica. Generalmente, en nuestros das, la lectura en voz alta seasocia con el analfabetismo, sin embargo, es de suma importancia enfatizar que tanto enCuba como en otros pases, y el siglo XIX no fue una excepcin, tambin hubo numerososncleos de lectura en voz alta que se llevaron a cabo dentro de los crculos letrados quedisfrutaban con pasin lo que sus compaeros componan o la lectura de libros yperidicos en las tertulias, los ateneos, los liceos, los teatros y otros lugares pblicos. Sinembargo, el caso de Cuba es peculiar porque entre la clase artesana tabacalera seinstitucionaliz la lectura en voz alta y el surgimiento de este fascinante fenmeno no sepuede comprender sin examinar los peridicos de la poca.

    EL SIGLO

    El Siglo, diario reformista por antonomasia, por primera vez publicado en 1861,aunque dirigido por ese Partido a partir de 1863, defendi los derechos de la clasetrabajadora y promovi la educacin gratuita de sta. Para los redactores, el peridicotambin era una suerte de libro de texto por medio del cual los sectores menosprivilegiados podan educarse. No obstante cmo hacer llegar sus objetivos a aqullosque no saban leer o a los que no tenan el tiempo ni la costumbre de leer individualmenteen silencio? La nica forma de hacerlo era a travs de la lectura en voz alta. El director deldiario, Francisco de Fras, Conde de Pozos Dulces, escritor y economista, era el portavozdel Partido Reformista el cual alcanz su completa integracin en 1865 y luchaba por vaspacficas ciertas concesiones del gobierno espaol mientras Cuba era todava una colonia.En la Isla haba un total de un milln cuatrocientos mil habitantes de los cuales

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    aproximadamente el setenta por ciento de la poblacin blanca era analfabeta y de lapoblacin de color la suma llegaba hasta el noventa y cinco por ciento (Portuondo, 381-82).2 La instruccin primaria ya era pblica y gratuita desde 1842, sin embargo, la malaadministracin de los ayuntamientos que las dirigan no permita el incremento de nuevasescuelas. Los reformistas pronto se dieron cuenta que una buena estrategia para promoverla educacin era a travs de publicaciones que hicieran or la voz de aqullos menosprivilegiados para que sirvieran de ejemplo. En la seccin titulada Mesa revuelta delperidico se public el siguiente poema escrito por un esclavo el 12 de julio de 1865:

    A MI SEOREn su Partida.Partid, seor, feliz al Almendares,Que arrastra arenas de oroBajo altsimas ceibas y palmares,Y potente y sonoroModula de sus bardos los cantares:Partid, llevaos mi tierna despedidaY el ngel tutelar de vuestra vida.Llegad feliz al suelo de Varela,De Luz y de Zambrana,Leed all mi humilde cantinela;Saludadme la Habana,Ya que su prensa al mundo me revela:Mientras yo pido al TodopoderosoLa ausencia acorte, y que vuelvas dichoso.

    De acuerdo al redactor del peridico, el poema primero apareci en el diario ElTelgrafo de Cienfuegos y fue escrito por Mximo Hero de Neiva, un vate esclavo. Engran medida el peridico era una suerte de campo de batalla que revelaba las pugnasideolgicas y sociales de la entonces Cuba colonial. Es decir, al mismo tiempo que losredactores publicaban un poema escrito por un esclavo, en las mismas pginas del diarioaparecan noticias como la siguiente en la seccin de VENTAS - DE ESCLAVOS: Unmulato de 20 aos de edad, robusto, de buena presencia, excelente cochero, regularcocinero y calesero, acstumbrado a constante trabajo, se alquila se vende, por nonecesitarlo su dueo: el portero de la casa no. 40, calle de Luz impondr (El Siglo, 24 dejunio de 1865, nfasis en el original). Lo que sorprende no es solamente el hecho de quetodava se vendieran esclavos (negros y chinos por extensin) ya que el rgimen as lopermita, sino ms bien que a la par se publicaran textos escritos por los mismos esclavos.Por lo tanto, por una parte, la publicacin del poema en el diario elogiaba el hecho que unesclavo pudiera escribir y dirigirse no solamente a su seor, su amo, quien probablementele cedi el privilegio de aprender a leer y escribir sino que al mismo tiempo le permita dejar

    2 El ltimo censo anterior a 1868, Portuondo afirma, data 1862. Adems ste sugiere que las cifrasno haban variado mucho en 1865 donde de un milln cuatrocientos mil habitantes en total, 601,160eran criollos blancos; 116,114 espaoles; 11,153 extranjeros blancos; 34,045 chinos; 838 yucatecosy 594,488 negros (382).

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    or su voz pblicamente: Leed all mi humilde cantinela; / Saludadme la Habana. Tantoel ttulo como el tono operan como una suerte de oracin o plegaria en la que sutilmentese invoca al Seor (no solamente al Seor amo) sino a una fuerza divina por medio deuna cantinela; o sea, a travs del canto, de la viva voz y la repeticin. El texto manifiesta,asimismo, la importancia del peridico como medio de comunicacin ya que ste era elvehculo por el cual el esclavo se mantena informado de lo que pasaba a su alrededor: Yaque su prensa al mundo me revela. Mximo Hero de Nieva tuvo la fortuna de aprendera leer y escribir en esa poca donde gran parte de la poblacin esclava o no todava eraanalfabeta. Sin embargo, aqullos que no tenan acceso a la palabra escrita estabanacostumbrados a escuchar, repetir y memorizar los sermones y los cantos en la iglesia. Porlo tanto, se puede inferir que la lectura del peridico en voz alta no era algo necesariamentenuevo para los oidores quienes seguramente estaban acostumbrados a escuchar las lecturasde la Biblia o de uno que otro folletn suelto.

    El Siglo tambin le cedi la voz a los agricultores quienes abogaban por losprofesores ambulantes y porque se propagara el peridico ya que serva como libro detexto:

    Hemos visto en otros pases profesores ambulantes, que van caballo y llevan unasalforjas donde conservan el papel y dems avos de escribir, libros, un atlas geogrfico,etc.; son bien recibidos y respetados en todas partes, particularmente por los padres delos nios que educan. [] A estos maestros les pasa sueldo el Ayuntamiento y los proveede caballo, y lo necesario. [] Por lo que hace la instruccin agricola, esta se consiguepor medio de los peridicos especiales al alcance de todas las fortunas, y ms provechososer este medio cuando lleguen gratis esos peridicos las chozas ms pobres. []Acerca de estas escuelas rurales hay ya aos que publicamos estensos [sic] artculos, noes pues nueva la idea de tales escuelas; pero en ellas no admitamos esclavos ni negrosemancipados []. (El Siglo, 26 de junio de 1865)

    Publicaciones como stas circularon casi todos los das en las planas del peridicoy como en todo proyecto, la publicacin no se haca al azar ya que la direccin del diarioinsista en las formas en que se poda disminuir o erradicar el trabajo esclavo y laconcentracin de la riqueza rural. Por lo tanto, en efecto, el diario operaba como libro detexto donde los campesinos de los lugares remotos podan aprender sobre la ciencia, lahistoria y la literatura y al mismo tiempo crear una de las tantas comunidades de lectorescomo dira Benedict Anderson. Al mismo tiempo, el peridico tambin se diriga a otrascomunidades en las zonas urbanas ya que no desaprovechaba la divulgacin de laapertura de los centros de recreo, de las actividades de las sociedades mutuas as como losrecitales o las labores culturales de los teatros y los liceos.

    SOCIEDADES Y LICEOS

    El Siglo se vanaglori de presentar las actividades educativas de las antiguassociedades como de la Sociedad Econmica de Amigos del Pas (establecida en 1791) ascomo una ms reciente, Sociedad del Pilar, creada en 1848 y la apertura de la Sociedad deCajistas de la Habana, inaugurada en diciembre de 1865. Bsicamente, las sociedades

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    operaban en parte como una especie de club social y por otra como una organizacin queayudaba por medio de la cooperacin de sus miembros, a apoyarlos econmicamentecuando stos lo necesitaban. Uno de los proyectos ms importantes de las sociedades erael desarrollo y mantenimiento de la educacin. Por ejemplo, el 15 de junio de 1865, laSociedad del Pilar anunciaba sus clases gratuitas de Gramtica y Aritmtica para todoaqul que quisiera asistir a stas, ya fueran adultos o adolescentes. En la Sociedad tambinse ofrecan clases de declamacin y Literatura como en los liceos. En el diario las diversasasociaciones y liceos presentaban sus programas. Tambin se publicaban distintasconvocatorias como la del Liceo Artstico y Literario que organizaba el concurso JuegosFlorales donde dominaban poemas dedicados al trabajo o novelas histricas as comoobras cientficas. El nuevo Liceo de la Habana anunciaba el 11 de julio de 1865 lapresentacin de una comedia: El preceptor y su mujer as como el Liceo de Matanzas,inaugurado el 11 de abril de 1866 anunciaba sus clases de ingls gratuitas. En fin, comoveremos ms adelante esa poca vio el surgimiento de diversas sociedades y liceos dondela declamacin y la lectura en voz alta de las diferentes producciones artsticas estaba a laorden del da.

    LITERATURA EN EL SIGLO

    El peridico contaba con una seccin dedicada a la Literatura y en sta se publicaronpoemas de escritores conocidos y desconocidos como son Luis Victoriano Betancourt,Isaac Carrillo y OFarril, Alfredo Torroella, Fernando Urzais, Jos Socorro de Len,Pantalen Tovar, Francisco Selln, Carlos Navarrete y Romay as como Antonio Selln.Tambin aparecieron en la seccin Mesa revuelta un sinmero de poemas que el pblicolector le dedicaba a sus seres queridos as como el poema de Mximo Hero de Neiva o elde la morenita esclava Amalia Gutirrez quien apenas haba aprendido a leer y escribiry cuya pieza le dedic a un doctor (El Siglo, 6 de abril de 1866). Folletines apasionantesdonde la fusin de la historia y la ficcin eran dignos de compararse al estilo y forma deCivilizacin y barbarie del argentino Domingo Faustino Sarmiento y los cuales sepublicaron por entregas, como aqul titulado Causa sobre el asesinato de Lincoln, el cualocup las pginas del diario de abril a agosto de 1865. Cuentos o novelas traducidas alespaol como Mujeres de negocios de Julio Saint-Felix, El mendigo negro de PaulFeval, El clavel y Dramas martimos de Alejandro Dumas, Los caballeros de la noche dePonson du Terrail, cuentos rabes como Hesdin-Norredin as como cuentos escritos enespaol como El que pierde gana y La madre de Eugenio Pelletn. Adems, sepublicaron por entregas dos novelas extensas: La loca del encinar y La pastora deGuadiela de Faustina Sez de Melgar y Jente ordinaria, un cuento de Luis VictorianoBetancourt. En gran medida la Literatura trataba de educar a aquellos que la leyeran (o laoyeran) por medio de mensajes moralizantes como en el caso de la suerte de doaEscarrabaldada, protagonista de Jente ordinaria de Betancourt, una mujer sin fortuna yde mala educacin. Al final del texto el narrador seala en un tono proftico:

    Ella fue como su madre; y como ella sern sus hijos y los hijos de sus hijos, mientras ocupela mujer el puesto que ocupa en la sociedad. [] La educacin, seores filsofos, no es

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    para aquel solamente, ni para este; la libertad no es para este solamente, ni para aquel,la educacin es para todos como el sol, y como el sol para todos es la libertad. (El Siglo,7 de marzo de 1866)

    En fin, la literatura de El Siglo tena una agenda didctica y moralizadora cuyo objetoera educar a varios sectores de la sociedad promoviendo la educacin de los que ya sabanleer y alentando a que fueran a la escuela a aqullos que slo saban or. Por lo tanto, esobvio que los peridicos se escriban tanto para los letrados como para los analfabetas.

    LA AURORA

    En 1865, solamente en La Habana, haba ms de quinientas tabaqueras en las cualesse empleaban ms de quince mil artesanos (Rivero Muiz, Tabaco 291). Al ver el apoyode los reformistas respecto a la educacin, tabaqueros (artesanos) como SaturninoMartnez quien adems trabajaba de noche en la biblioteca pblica de la SociedadEconmica de Amigos del Pas, vieron la necesidad de fundar un peridico dedicado a lostrabajadores y de ese modo, junto con Manuel Selln redact por primera vez el semanarioLa Aurora. Peridico Semanal Dedicado a los Artesanos el cual sali a la luz el 22 deoctubre de 1865. En la primera plana se public la Profesin de fe la cual deca losiguiente:

    Cuando en el seno de los pueblos empieza a sentirse el desarrollo de las ideas decivilizacin y progreso, no hay fuerza posible a detener el espritu de impulsin que loanima. [] Por eso nosotros venimos a colocar nuestro grano de arena en el gran edificioque la humanidad erija. Cosmopolitas por conviccin venimos a manifestar nuestrasideas con la libertad que nos sea permitida y entre los lmites a que est circunscrita unapublicacin del carcter de la nuestra. Venimos a hermanarnos a ese grupo de obreros dela inteligencia que tanto afn manifiesta por el adelanto de las ciencias y de la literaturay por la difusin de las luces entre las masas de la sociedad. (La Aurora, 22 de octubrede 1865)

    Es evidente que el objetivo del diario era llevar a cabo una tarea pedaggica. Elsemanario era en gran medida primero literario y despus cientfico, con excepcin de laprimera plana que generalmente se centraba en temas relacionados a la educacin delartesanado o a promover las agrupaciones en las asociaciones que empezaban a organizarlos trabajadores mismos.

    LA LECTURA EN LOS TALLERES

    Los iniciadores de La Aurora (con el apoyo y consejo de reformistas polticos comoNicols Azcrate) sintieron la necesidad de educar al artesanado a travs de la lectura envoz alta mientras los torcedores de tabaco hacan sus labores. La primera lectura se lleva cabo en el taller de tabaquera El Fgaro el 21 de diciembre de 1865, segn lo anunciun artculo titulado La lectura en los talleres:

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    Hoy hasta en el seno de los talleres y, durante las horas ms hbiles para el trabajomaterial, ocupan su imaginacin en inquirir verdades cientficas y filosficas que son lasque han de colorarlos [a los artesanos] al nivel de la poca que pertenecen. Hablan ydiscuten: leen obras de los buenos autores modernos y se consultan recprocamente sobrecualquier punto que no est al alcance de sus inteligencias; y en fin, hacen lo que puedenpor instruirse y seguir adelante por la senda de la civilizacin. (La Aurora, 7 de enero de1866)

    La publicacin de este artculo fue una especie de manifiesto o propaganda quepromova no solamente la lectura del peridico mismo sino la lectura en voz alta comoinstitucin dentro de los talleres. Lo fascinante es que, segn ese mismo texto, desde elprincipio los mismos trabajadores eligieron a un lector y cada tabaquero contribuy paracompensarlo por el tiempo de trabajo perdido. Poco a poco la lectura se instituy en variostalleres y desde una tribuna el lector elegido lea por el tiempo acordado entre los dueosde las fbricas, los capataces y los artesanos. En su fundador y excepcional estudio tituladoLa lectura en las tabaqueras, Jos Rivero Muiz seala que la idea de la lectura en vozalta en el lugar de trabajo fue del viajero espaol Jacinto de Salas y Quiroga al cualAzcrate haba ledo quien visit Cuba en 1839 e hizo una excursin a un cafetal. Al verall a los esclavos escogiendo diferentes granos de caf se le ocurri la idea que nada msfcil haba que emplear aquellas horas en ventaja de la educacin moral de aquellosinfelices seres (citado por Rivero Muiz 192; subrayado en el original). Me gustaraaadir que la lectura en los talleres cuyas labores permitan escuchar la voz de un lector,por ejemplo, en las sastreras, tambin se llev a cabo en la Gran Bretaa alrededor de 1835donde cada taller compraba un peridico local aparte de uno de Londres, Edinburgo yGlasgow. Esos textos eran ledos por los trabajadores quienes tambin se turnaban y eranrecompensados por sus compaeros; despus, los peridicos se revendan a un precio msbajo a otros trabajadores (Webb 34). Aunque no estoy tratando de insinuar que lostabaqueros cubanos tomaran la idea de la lectura de los talleres britnicos, ni mucho menosestoy tratando de compararlos, por lo menos ese ejemplo ilustra que la lectura dentro delambiente de trabajo ya se haba llevado a cabo en otros contextos.

    LOS TEXTOS LEIDOS Y ESCUCHADOS

    Una de las preguntas ms importantes que hay que plantearse es qu se lea? Comohe tratado de enfatizar en este estudio, la lectura de los peridicos era la ms importante.De hecho, sin duda alguna se lea El Siglo y sobre todo La Aurora. En un artculo tituladoLos peridicos y firmado por J. de J. M. sealaba: nosotros, jvenes artesanos, queseguimos el camino que nos gua la conciencia [] somos tan amigos de los peridicosque no nos cansamos en leerlos; desde sus artculos a fondo hasta la ltima gacetilla simpreencontramos agradable la lectura (La Aurora, 8 de julio de 1866). Otros diarios quecircularon continuamente o que tuvieron poca vida entre 1865 y 1868 y que quizs seleyeron en voz alta fueron los dos colosos conservadores y adversarios de los reformistas:El Diario de la Marina y Prensa de la Habana. Tambin circulaban pequeos peridicoscomo El Ajiaco, Don Junpero, La Sensitiva, La Estudiantina, El Recreo Social, El Amigo

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    de las Mujeres; as como los peridicos importantes del interior de la Isla que llegaban aLa Habana: El Hrmigo de Las Tunas; Progreso de Coln, Fnix de Sancti-Spiritus;Regeneracin de Bayamo; La Atalaya de Remedios; El Telgrafo de Cienfuegos; ElComercio de Manzanillo; La Colmena de Sagua la Grande; Alba de Villaclara; La Noche,El Papalote, El Gaviln y El Liceo de Matanzas, etctera. No se han encontrado registrosde los ttulos de textos literarios, histricos o cientficos que se leyeron aunque sin lugara dudas hubo debates sobre lo que haba que leerse. En el artculo del semanario quemencion anteriormente, La lectura en los talleres, el escritor sugera que debarechazarse toda obra que no est sometida al dominio de la inteligencia y que como afin de cuentas la lectura se pagaba, sugera que se les lean obras dignas de ser estudiadas,y cuyas doctrinas no infiltren en sus corazones el venenoso acbar de las malas pasiones(La Aurora, 7 de enero de 1866). En teora este informal currculo sonaba bien, sinembargo, un escritor de El Siglo deca que las mejores obras didcticas eran los tratadosexclusivamente instructivos pero que en stos las leyes y principios de la ciencia seexponan con aridez, por lo tanto deberan de anteponese los libros que en aqulla [laciencia] se trata en lenguaje ameno y bajo forma recreativa. En cuanto a libros detendencias moralizantes:

    [n]inguna lectura mejor que la de las biografas de hombres tiles y buenos, de artesanoshonrados sobre todo, que ofrezcan el ejemplo de un Franklin, impresor, de un Palissy,alfarero, de un Jacquard, tejedor, de un Lincoln, leador, de un Hartzembusch, ebanista,de un Watt, mecnico, de un Moratn, platero, de un Johnson, sastre; adoptando comotextos de historia los de forma biogrfica, verdaderas historias animadas en queconcretada la mente en los detalles particulares que la cautivan y aadiendo al estudio degrandes caracteres, luchas y acciones, el inters del romance y el de la verdad al mismotiempo, ofrecen, al par que solaz, sustento del alma. (El Siglo, 25 de enero de 1866)

    A pesar de las opiniones de lo que debera leerse o no leerse, la lectura sigui su rumboy se propag e instituy oficial y rpidamente en varios talleres de La Habana y de la Islatambin. Y, como dije anteriormente, no hay registros de las obras dadas a escucharexcepto cuando La Aurora public lo que se estaba leyendo y se haba ledo en una de lasfbricas ms importantes de La Habana, la Partags:

    Las Luchas del Siglo, un tomo; Economa Poltica, por Flores y Estrada, dos tomosen 4to.; El Rey del Mundo, novela moral y filosfica de Fernndez y Gonzlez, un tomoen folio; Historia de la Revolucin Francesa, dos tomos en 4to. Mayor; Historia deEspaa, por Galeano, seis tomos en tres volmenes; y Misterios del Juego (que se estleyendo actualmente). (La Aurora, 18 de marzo de 1866)

    Es difcil creer que se hayan ledo todas esas obras sobre todo si en la Partags sehaba inaugurado la lectura el 9 de enero de 1866. Sin embargo, la alusin a esas obras yno a otras sirve como ejemplo de lo que se lea.

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    LITERATURA EN LA AURORA

    Lo peculiar de este semanario es que se escribi tomando en cuenta que iba a serledo en voz alta ya que la campaa por la sistematizacin de la lectura en los talleres y porende en los liceos era una de sus prioridades aparte de promover la educacin delartesanado a travs de las clases nocturnas y la apertura de bibliotecas en la noche. La luchapor el progreso no fue fcil ya que estaban rodeados de antagonistas; por eso, J. de J.Mrquez escribi en un artculo titulado El porvenir de la literatura:

    La Aurora no ha hablado ni pretende hablar de poltica ni mucho menos de la del pasporque no lo necesita para combatir a sus adversarios; no necesita ser poltico para pedirla abolicin de los toros y gallos, del monopolio y de todo lo que sea contrario al ordendel progreso; sin mezclarse en la poltica defender constantemente la ilustracin de losartesanos puesto que la mejor defensa que se hace un hermano es facilitndole los mediosde instruccin. (La Aurora, 6 de mayo de 1866)

    El odio a los toros, los gallos, el billar y el baile se haca tambin patente en los escritosde todos aqullos que contribuyeron en el semanario, como Saturnino Martnez, Franciscoy Manuel Selln, J. J. de Mrquez, Luis de Abrisqueta, Juan Mara Reyes, Joaqun LorenzoLuaces, J. J. Govantes, Alfredo Torroella, Luis Victoriano Betancourt, Jos Fornaris,Fernndo Urzais, Ramona Pizarro, Ana Mara Cabrera, Rosa Marrero y varios artesanosque publicaban una que otra composicin potica o que escriban algn artculo deopinin. Fueron numerosas las composiciones poticas de algunos de ellos y lo quesobresale es que en la literatura se vio la oportunidad de educar, de ilustrar o reformartal como lo muestra el siguiente poema de Torroella:

    MARQUISTAS Y VEGUEROS

    No tienes razn, GenaroEn quejarte de la suerteQue has de recoger espinasMientras zarza y cardo siembres.[]As al ver que cada daTus negros disgustos crecen,Con el Monte y con los GallosCambiar tus destinos quieres;Y como no lo consiguesEn los rectos surcos viertesCon el llanto de tus ojosLos sudores de la frente. (La Aurora, 17 de diciembre de 1865)

    Este texto no es una excepcin. Repetidamente se escribi sobre un repudio total aesa clase de actividades. Se pensaba que la lectura en voz alta en los talleres eventualmentecreara un hbito en el artesanado. Por eso Antonio Lpez Prieto escribi, Artesanos! La

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    poesa, tierna hija del sentimiento, inocula en nosotros un pursimo raudal de moralidad,honor y virtud. La lectura de noche en el hogar, los das festivos, que pierden muchosen los billares, los gallos y los bailes, les sera de mucho ms provecho insensiblementeiran adquiriendo nuevos conocimientos segn la naturaleza de las obras (La Aurora, 22de julio de 1866). Aparte de poemas de tendencias moralizantes, se escribieron novelas porentregas como Laura y La flor del azahar de Urzais; Amor y pobreza. Drama en tres actosy en verso de Torroella, La hija del pueblo. Drama en tres actos y en verso de Fornaris,as como ensayos titulados La artesana de Ramona Pizarro o La educacin de la mujer,La educacin de la niez, El nio enfermo, Los libros del siglo XIII, Los pobres,etctera.

    Algunos de los ttulos que acabo de mencionar primero se lean en los liceos frentea un pblico oidor y luego se publicaban en el semanario. Por lo tanto, en ambos casos,los textos iban dirigidos a un grupo de personas que los escucharan. El tono del textoexiga que el lector se dirigiera con emocin, con gusto. Por ejemplo, los siguientes:

    Versos ledos en el Liceo de GuanabacoaSiento arder en mi espritu la llamaDe intensa inspiracin! - Noble instituto,Tu radiante esplendor mi mente inflamaY el corazn te rindo por tributo.(La Aurora, 17 de junio de 1866)

    Al saber que se tena un pblico oidor, se hizo todo lo posible para que se corrierala voz y se institucionalizara la lectura para que el lugar de trabajo se convirtiera en unasuerte de escuela o de liceo. Se levantaron tribunas no solamente en La Habana sinotambin en el interior de la Isla donde pronto se escuch lo que se haba iniciado en lafbrica El Fgaro. Adems se iniciaron clases gratuitas nocturnas para artesanos y selogr que se abriera la biblioteca de la Sociedad Econmica de Amigos del Pas en la nochepara que los trabajadores pudieran asistir. Los contribuyentes del semanario, buenos omalos, famosos o no, hicieron or su voz o la voz de alguien que alentara a los tabaquerosa continuar estudiando como es el caso de la siguiente publicacin escrita por A.S.:

    El estudiante y el gusano de seda

    IMITACIN

    Cuan feliz la mariposaQue libre cruza el espacio!As un msero estudianteExclamaba disgustado.Estudiar de noche y da,sin reposo ni descanso,Tal es mi funesta suerte,Prisionero desgraciado!Luego al gusano de sedaPreguntaba por lo bajo

  • 181EL SIGLO, LA AURORA Y LA LECTURA EN VOZ ALTA EN CUBA 1865-1868

    Cmo es tu prisin malditaPuedes trabajar, gusano?Y responda el insecto:Con dulce placer trabajoQue en breve habrs de mirarmeEn mariposa trocado!(La Aurora, 5 de agosto de 1866)

    En suma, la Literatura fue un medio fascinante por medio del cual el pblico oidoren los talleres pudo instruirse; despus de todo, se utiliz el antiguo mtodo aristotlicode ensear deleitando. Pero como en todas las buenas historias, despus de ver que lalectura en voz alta haba alcanzado un xito sin precedentes, sus antagonistas losconservadores se ocuparon de prohibirla una y otra vez porque obviamente la considerabanuna amenaza. El 3 de mayo de 1868 La Aurora cambi su subttulo a: Semanario deCiencias, Literatura y Crtica. Su proyecto sigui siendo el mismo: continu educando laclase artesana a travs de la Literatura tal como lo presenta la tercera estrofa, del poemadedicado a la Sociedad de Cajistas escrito por Saturnino Martnez; poema que seguramenteprimero se ley en voz alta antes de salir a la luz ese mismo 3 de mayo:

    A la Sociedad de Cajistas de La HabanaDel nuevo mundo ante el concurso obrero,Oh jvenes cajistas!Vosotros sois los que en tropel ligeroAl infortunio arrebatais primeroEl triunfante laurel de las conquistas.Vosotros levantais un templo de oroA la lozana juventud que avanza,Y realizais en entusiasta coroLa esplndida ilusin de la esperanza.

    En mayo de 1868 no slo ya se alcanzaban a escuchar los ecos de la Guerra de los DiezAos sino que artesanos como cajistas o tabaqueros sufrieron la inestabilidadsocioeconmica de la entonces colonia. Saturnino Martnez anticip con clarividencia losdesastres de la guerra y, una vez ms, la interrupcin de la lectura en voz alta en los talleres.Por eso se dirigi a los jvenes cajistas cuya labor era crucial tanto para el pblico lectorcomo para el oidor. En el tono del poema se puede apreciar la desesperacin y splica dela voz potica la cual aora que la juventud contine su labor, su tarea de ordenar las letraspara que eventualmente la palabra sea imprimida, leda y escuchada. Sin duda alguna, estehablante estaba consciente que la palabra escrita o hablada algn da llegara a ser el armay el nico instrumento de defensa de la clase artesana, por eso implora: Vosotros sois losque en tropel ligero / Al infortunio arrebatais primero / El triunfante laurel de lasconquistas. Simblicamente, se les pide a los artesanos cajistas, cuya labor es componerlo que se ha escribir, que luchen en tropel ligero, por medio de su trabajo para que lapalabra contine siendo imprimida y eventualmente leda y escuchada a partir de esetemplo de oro que es el peridico.

  • 182 ARACELI TINAJERO

    A MODO DE CONCLUSIN

    La prctica de la lectura pblica en voz alta en Cuba entre 1865 y 1868 se llev a cabotanto en los talleres de tabaquera como en los crculos aristcratas y letrados. En nuestrosdas, en la mayora de los casos, la lectura en voz alta se asocia con el analfabetismo peroal estudiar ese perodo especfico en la historia de Cuba es fcil darse cuenta que esaprctica se llev a cabo dentro de varios grupos sociales. En esa poca el mismo peridicotena varios propsitos ya que se utilizaba como libro de texto o era escuchado tanto enel ambiente privado y hogareo as como en los lugares pblicos de cultura y recreo y enel mbito del trabajo. Si bien es cierto que haba analfabetas en el sector tabacalero, lalectura se estableci con el afn de informar, educar y continuar ampliando los horizontesculturales incluso de aqullos que s saban leer. La institucin de la lectura en los talleresfund la reanudacin de una prctica cultural que se haba llevado a cabo durante siglosen las plazas pblicas y los ateneos donde leer en voz alta ante un grupo de oidores era lanorma y no la excepcin. Justamente cuando ese modo de lectura comienza a desaparecersurge la institucin y rescata las pocas preindustriales y nostlgicas mientras prepara alartesanado a educarse para tiempos futuros. Sin duda alguna, con la educacin mediadapor la lectura en voz alta, la clase artesana cre conciencia poltica la cual siempre fue unaamenaza para el gobierno colonizador. Por eso la lectura se prohibi repetidas veces ytanto lectores como oidores fueron acusados por conspiraciones contra el gobiernoespaol. En cuanto comenz la Guerra de los Diez Aos, el 10 de octubre de 1868, lalectura fue abolida y las publicaciones de La Aurora y El Siglo sufrieron los desastres dela poca ya que dejaron de existir. Entre 1865 y 1868 los peridicos fueron un campo debatalla donde las luchas ideolgicas reformistas y conservadoras se enfrentaronfrecuentemente. La faccin reformista tuvo como objetivo el progreso de la Isla y unejemplo especfico de ste fue la lectura de los peridicos como medio de educacin yrenovacin social. No cabe duda que la lectura en voz alta en la clase artesana fue unaprctica necesaria y una aportacin clave en la evolucin cultural de la entonces Cubacolonial.

    BIBLIOGRAFA

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  • 183EL SIGLO, LA AURORA Y LA LECTURA EN VOZ ALTA EN CUBA 1865-1868

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    PERIDICOS CITADOS

    El SigloLa AuroraSermanario de ciencias literatura y crtica