el qhapaq Ñan urco y los tambos de caquiaviri y caquingora

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Análisis histórico y descripción arqueológica de los caminos Qhapaq Ñan: Urco (masculino) y Uma en Bolivia

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    El Qhapaq an Urco y los tambos deCaquiaviri y Caquingora, aproximacin

    arqueolgicaJulio Alejandro Ballivin Torrez, Andrea Goytia Sanabria y Marcos Rodolfo Michel Lpez1

    ResumenLos estudios etnohistricos realzan la importancia del Qhapaq an (La Gran Ruta Inka)

    como una de las vas principales de integracin y expansin en el Tawantinsuyo, en territorio boliviano este importante camino se compone por dos vas. Segn el sistema de clasificacin humano/geogrfico inkaico y preinkaico ambas son nombradas por Baca de Castro como Urco y Uma.

    La investigacin arqueolgica de las mismas ha sido iniciada por el IIAA-UMSA el ao 2004 mediante convenio con SAVIA y UICN, completando el estudio de la va Uma. Desde el presente ao investigamos la ruta Urco gracias al apoyo de la cooperacin Sueca ASDI/SAREC-UMSA. La posibilidad de prospectar los asentamientos denominados Tambos en las crnicas y en el presente importantes poblaciones modernas, permite una reflexin metodolgica acerca de la identificacin de rasgos arqueolgicos obliterados en un paisaje sobrelapado. Esta aproximacin nos muestra los tambos de Caquiviri y Canquingora como evidencias fsicas del manejo territorial del paisaje a gran escala y como un reto del presente al denominado vivir bien.n

    IntroduccinEl Camino Real Inka o Qhapaq an que se extenda desde el sur de Colombia hasta

    la Argentina y Chile, est considerado como una de las construcciones monumentales de mayor trascendencia en la historia de la humanidad. El camino fue una obra de contundente impacto en el paisaje y de transformacin social, solo comparable con la gran muralla China o la red vial Romana. La arqueologa de este sistema comunicativo posee fuertes evidencias de avanzada tcnica y de administracin social, en sus ms de 1000 Km de recorrido en el altiplano y valles bolivianos denominado Qollasuyo en el imperio del Tawantinsuyo.

    El Estado Inka promovi la implementacin del Camino Real y sus tambos a lo largo de los Andes, destinados a alcanzar los principales centros de produccin en las cabeceras polticas de los diversos grupos poblacionales asentados en el Altiplano y los valles: Lupacas, Pacajes, Carangas, Quillacas, Azanaques, Aullagas, Uruquillas, Sevaruyos, Cara Caras, Charcas, Chichas y Lpez. Los caminos tenan como objetivo primario lograr la planificacin del avance de los ejrcitos al sur y el aprovechamiento de los recursos locales para posteriormente lograr la captacin de impuestos en trabajo, incorporando el complejo mosaico multitnico del imperio en una lgica estatal de produccin comunitaria y de redistribucin ritual sagrada.

    El llamado Qhapaq an fue un sistema vial especialmente creado para el paso del Inka, su lite de gobernadores, los ejrcitos en conquista y los mensajeros que comunicaban todo el Tawantinsuyo de manera rpida. 1 Instituto de Investigaciones Antropolgicas y Arqueolgicas UMSA

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    El Camino Real Inka que vena del Cusco, se divida en dos la altura de la poblacin de Ayaviri al norte del Titicaca en Per. Cada uno de estos caminos ingresaba al actual territorio boliviano bordeando el Titicaca, al oeste por el Desaguadero y al este a la altura de Carabuco, para continuar hacia el Altiplano central, donde se volva a unir posiblemente al sur del Lago Poop, dirigindose hacia los valles debido a que en el sur existen varios ramales.

    Los caminos denominados como Urco (masculino, fro, seco, rido, superior, derecha y alto) y Uma (femenino, hmedo, frtil, inferior, izquierda y bajo) en el siglo XVI (Bouyesse-Cassagne 1986, Ravi 2008), fueron trazados conservando el sistema de clasificacin humano/geogrfico preexistente de los reinos aymaras (aimaras, uruquillas, urus y puquinas). Los caminos estaban constituidos por una sucesin de tambos en el eje norte-sur. Dichos tambos cumplan distintas funciones, entre estas hospedaje para viajeros y tropas militares, administracin para la centralizacin y redistribucin de la produccin, adems de servir como centros rituales para la reproduccin de la cosmologa Inka. Al no existir mercados y moneda en los Andes precolombinos, en los tambos se practicaban sistemas de intercambio y redistribucin comu-nitarios, centralizacin de productos de fuentes cercanas y lejanas, reciclaje de informacin constituyndose en los lugares centrales de esta poca (Morris 1978, p. 20).

    Los caminos Urco y Uma expresaban la organizacin social dual de los Ayllus preinkaicos del altiplano y en trminos espaciales su distribucin lineal, posiblemente represent dentro de la lgica inka lo que la memoria nemotcnica recoga en los quipus (zuidema 1989).

    A continuacin se presenta los resultados preliminares del reconocimiento de la ruta Qhapaq an Urko, desarrolladas por el Instituto de Investigaciones Antropolgicas y Ar-queolgicas de la UMSA con el apoyo de la Cooperacin Sueca ASDI/SAREC.

    AntecedentesSon varias las investigaciones que se abocaron a la Gran Ruta Inka. Entre estas destacan

    los trabajos de Alberto Regal (1936), Len Strube (1963) a nivel terico y Victor Von Ha-gen (1976) y John Hyslop (1992) en trabajo muestral de campo y Ricardo Espinoza (2002) mediante el reconocimiento pedestre entre Quito y la Argentina.

    En la actualidad se cuenta con varias publicaciones que regionalmente tratan el tema por pases: En Chile: Nielsen et al. (2006); Berenguer y Cceres (2008); Stehberg y Carvajal (1998); en la Argentina: Vitry (1998, 2000); en Ecuador: (Hocquenghem et al. 2009) entre otras.

    En Bolivia la mayora de los estudios desarrollados son germinales y tratan principalmente de caminos ramales al Qhapaq an, concentrndose en el departamento de La Paz (Montao et al. 2008), Yungas de la Paz (Avils 2008), Oruro (Hyslop 1984, Gutierrez 2005), Cochabamba (Cspedes 1986, Pereira 1982), Yungas de Cochabamba (Snchez 2008). Una excepcin de estos trabajos se encuentra en el reconocimiento arqueolgico de la Gran Ruta Inka o Qapa-qan Uma en su porcin sur, entre la frontera Boliviana - Argentina y la poblacin de Escara, efectuada por Raffino et al. (1985-1986).

    Mediante convenio de cooperacin firmado entre la Unin Mundial para la Conserva-cin de la Naturaleza (UICN Sur), SAVIA y el Instituto de Investigaciones Antropolgicas y -Arqueolgicas de la UMSA, se inici la investigacin sistemtica del Qhapaq an, La Gran Ruta Inka Uma el ao 2005. Entre el 6 y 16 de enero efectuamos el reconocimiento de la va prehispnica que parte de la localidad de Coroma y se dirige hacia Quechisla y Tupiza, caminata efectuada junto a Pilar Lima y Ricardo Espinoza (Michel y Lima 2005). Entre el 23 de noviembre del 2005 y el 7 de diciembre del 2006 se efectu el recorrido entre Tahua y Paso del Inka, en el que participaron Daniel Gutirrez, Marcos Michel y Ricardo Espinoza (Gutirrez 2005a). Del 20 al 26 de abril se efectu el reconocimiento pedestre de la ruta Villa

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    Alota - Volcn Licancabur, con la participacin Daniel Gutirrez, Huber Catacora y Ricardo Espinoza (Gutirrez 2006b). Entre el 2 y 16 de agosto del 2006 los arquelogos Daniel Gu-tirrez y Julio Ballivin, efectuaron el recorrido ms largo entre Viacha en La Paz y el Tambo de Sevaruyo y Soraga en Oruro. El reconocimiento pedestre de la ruta se efectu mediante el uso de imgenes satelitales, fotografas areas, mapas topogrficos e informacin oral. El ao 2009 se present una sntesis sobre la incursin del Qhapaq an Uma en territorio Charcas y una presentacin en el Seminario Sobre la Ocupacin Inka en Bolivia organizado por la Dra. Claudia Rivera del IIAA (Michel y Ballivin 2009). En el presente ao efectuamos la prospeccin e identificacin del camino y tambos correspondientes al camino Urcu (Michel et al. En preparacin).

    El ao 2007 se inaugur el Primer Seminario de Caminos Precolombinos de Bolivia auspi-ciado por el IIAA, el cual cont con la participacin de 15 ponentes que trataron la temtica desde diferentes disciplinas. Este ao el IIAA contina la tarea de difusin y sistematizacin, efectuando en el momento el II Seminario de Caminos Precolombinos de Bolivia.

    El Qhapaq an en Bolivia desde la etnohistoriaHan transcurrido casi 25 aos desde que Bouysse-Cassagne (1986) publicara su importante

    aporte sobre los conceptos del espacio aymara Urcu y Uma en la configuracin del espacio mtico y social del Qollasuyo, mencionando la existencia de dos caminos reales y tambos en el altiplano y valles bolivianos: Qhapaq an Urco y Qhapaq an Uma. La materializacin de la organizacin dual en la implementacin de estos caminos formales tuvo la misin de estructurar y organizar la administracin de las llamadas Naciones pre inkaicas establecidas en un espacio dual.

    El Qollasuyo, estaba cons-tituido por una vasta regin desde la costa del pacfico hasta las tierras bajas del amazonas, desde el sur de Cuzco hasta el norte chileno y argentino. Dentro de este territorio se reconoce la existencia de dos provincias o Jatun Apocazgos: Qollao y Charcas, cuya divisin se encontraba a la mitad del recorrido del ro Desaguadero, abarcando un amplio espectro de variaciones ecolgicas y altitudinales clasificadas de oeste a este como los suyos Urco y Uma (Platt et al. 2006).

    Mapa 1. Qhapaq an Urco y Uma basado en Guaman Poma de Ayala (Bouyesse-Cassagne 1986)

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    Los Urcosuyo se distinguan como gente de habla aymara, superior y guerrera; mientras que la mitad complementaria, los Umasuyo eran hablantes de idioma puquina, uruquilla y uru, considerados inferiores y sometidos a los Urcosuyo (Bouyesse-Cassagne 1986, 1987). El Urcosuyo estaba dividido a su vez en otra mitad: alaa yungas o yunga de arriba e inclua los valles del pacfico. El Umasuyo se divida en Manqha yunga o yunga de abajo e inclua los valles orientales amaznicos. Aparentemente, el Qhapaq an recorra los tambos ubicados en las cabeceras de cada suyo en el altiplano, en una unidad climtica fra, ambas civilizadas, benvolas y frtiles (Snchez 2008, 76).

    Sobre esta informacin verificamos la existencia de los caminos Urco y Uma en el altiplano boliviano. Cada uno de estos caminos estaba constituido por una sucesin de tambos en el eje norte-sur.

    Los caminos Urco y Uma expresaban la organizacin social y espacial dual de los Ayllus. Fueron trazados en relacin al eje acutico Ro Azngaro, L. Titcaca, R, Desaguadero y L. Poop considerado como un centro sagrado para las confederaciones Qolla y Charcas (Bouyesse-Cassagne 1986, zuidema 1989).

    El primer camino Urcu, desarrollaba un extenso recorrido desde el Cusco a la margen oeste del Titicaca, hasta Desaguadero y de all ingresaba a las localidades de Machaca, Caquiaviri, Caquingora, Callapa, Totora, Chuquicota, Andamarca, Aullagas y Porco, segn la lista de tambos de Guaman Poma de Ayala (Mapa 1).

    Este camino tambin se encuentra claramente descrito en la Ordenanza de Tambos de Vaca de Castro (1908 [1543]), como se puede ver a continuacin.

    LISTA dE TAMBOS ENTrE dESAGuAdEro Y uLLAGA TErrITorIo

    Desaguadero de la Laguna Pacajes

    Pueblo de Macha Pacajes

    Cacyabiri Pacajes

    Machaca Pacajes

    Caquyngora Pacajes

    Callapa Pacajes

    Tambo de Baclia Carangas

    Ullaga Carangas

    Tabla 1. Lista de Tambos del camino Urco segn Vaca de Castro (1908 [1543])

    Los tambos Urco y Uma descritos en la Ordenanza de Tambos, se encontraban fuera de fun-cionamiento en el momento de la llegada de los espaoles, debido a que los Curacas que los cuidaban los abandonaron tras el asesinato del Inka Atahuallpa. Vaca de Castro tena el encargo de reorganizarlos para su reutilizacin.

    Por otra parte, Cieza de Len (1553) escribe que a partir de Tiwanaku el gran camino se diriga hacia Viacha, y de ah a Caquiaviri, Caquingora y Mallana en territorio Pacajes. A ms de 30 aos de la conquista espaola la continuidad de los lmites del Qollasuyo se hace evidente hacia 1565, cuando se usaron las demarcaciones del Tawantinsuyo y sus tambos en el proceso de delimitacin de las nuevas Provincias espaolas, con la finalidad de lograr la administracin del territorio rural y la definicin de Capitanas para el reclutamiento de mano de obra minera (mita) (Capoche 1959; Julien 2004:2).

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    Metodologa En el ao 2005 se inicia la investigacin del camino Uma (Michel y Lima 2005, Gutirrez

    2006a, 2006b, Michel y Ballivin 2009) mediante la descripcin de importantes tramos de esta va entre las localidades de Viacha y Tupiza adems del tramo entre Tahua y Paso del Inka atravesando el salar de Uyuni (Gutirrez 2005a).

    En esta primera fase del proyecto se emplearon mapas topogrficos y fotografas areas para el reconocimiento de campo del camino y las localidades mencionadas en las fuentes etnohistricas. En este sentido, la toponimia y las entrevistas locales fueron importantes para reconocer la va durante las caminatas. El enfoque propuesto para el estudio del camino, alrededores, as como de otros rasgos agrcolas y componentes culturales asociados fueron efectuados desde la geografa cultural de paisaje (Denevan 1966, 2001). Los estudios de paisaje proponen entender la relacin humano/medioambiente en trminos dinmicos e integrales explicando el rol de las sociedades en la transformacin del medioambiente, as como en rol del medioambiente como parte de las caractersticas productivas y religiosas en el desarrollo de la sociedad.

    Mediante el recorrido pedestre del camino se realiz una prospeccin que permiti una lectura cuidadosa del paisaje, entendiendo que este es el resultado de un devenir histrico, producto de distintos itinerarios ecolgicos, climticos, polticos y sociales, por lo tanto un palimpsesto de acciones en las cuales el camino Urco representa un periodo especfico (inka) por encima y por debajo, o no, de otros momentos arqueolgicos legibles e interpretables en el registro arqueolgico. Rasgos arqueolgicos: asentamientos, caminos preexistentes, iglesias y poblaciones coloniales y republicanas; as como rasgos agrcolas de camellones, canales de irrigacin o terrazas, se vinculan a diferentes periodos culturales, adems de construcciones modernas: carreteras, caminos vecinales que datan de periodos ms recientes para vincular las comunidades que fueron paulatinamente fundadas despus de la reforma agraria de 1952.

    Gracias al empleo de mapas topogrficos, fotografas areas, la interpretacin de la to-ponimia y la hidronimia, el uso de la informacin de mapas etnohistricos y la recoleccin de informacin oral de los habitantes ms antiguos de las poblaciones a las cuales arriba este antiguo camino fue posible contrastar nuestras hiptesis y definir el trazo del camino. El reconocimiento de los tambos mencionados en las crnicas no es una tarea fcil debido a que estos asentamientos fueron continuamente poblados y transformados desde la Colonia hasta la poca actual. Las similitudes con estructuras formales del plano urbano inka del Cusco y poblaciones de tambos nos permitieron determinar y comparar estructuras persistentes o trans-formadas de Kanchas, plazas, Kallankas, Ushnus remanentes del patrn urbano previo. El resultado de esta metodologa permiti identificar grandes concentraciones de cermica de estilo inka asociadas a estructuras similares a kallankas aledaas a plazas o reas abiertas similares a Kanchas en medio de poblaciones modernas. Los pueblos - tambos de Jess de Machaca, Caquiaviri y Caquingora muestran una superposicin de planos urbanos inkaico y colonial reacondicionados en las pocas republicana y moderna. Por lo general las actuales iglesias de los pueblos se encuentran en un rea que corresponde con la plaza principal y ritual de los tambos, donde se encontraba el ushnu Inka, presentando por delante y en forma oblicua otra plaza como en el Cusco. Esta y otras caractersticas constructivas son motivo de anlisis del presente reporte.

    Camino Desaguadero Jess de Machaca Por la documentacin etnohistrica y arqueolgica conocemos que en el altiplano peruano

    boliviano el Camino Real Inka, partiendo del Cusco se diriga a las localidades de Quiquijana,

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    Cangalla, Combopata, Cacha, Sicuani, Lurucache, Chungara para luego bifurcarse en el pueblo de Ayaviri (donde sala el camino Uma hacia la margen este del Titicaca) y seguir como ramal Urco por Pucara, Nicacio. En territorio Lupaca, en la margen oeste del lago Titicaca, el camino Real ingresaba por los tambos de Hatuncolla, Paucarcolla, Chucuito, Mocachi, Pila Patag, Acora, Kacha Kacha B., Ilave, Juli, Pomata, Zepita, asentamientos de reduccin inkaica sin precedentes preinkaicos como demostraron las excavaciones en Hatuncolla y Chucuito, en el pasado se convirtieron en las cabeceras inkaicas del Reyno Lupaca, compuesto por poblaciones que haban sido bajadas de las pucaras y sitios fortificados para el control laboral inka (Hyslop 1979, Julien 2004, Tshopik 1946).

    Ya en tiempos de Ephrain G. Squier ([1863-1865] 1974) el camino de la margen oeste del Titicaca (Copacabana Puno), que se llam la tradicional senda de Manco Capac, se encontraba en estado de abandono, solamente se haban conservado largas rectas y estrechas calzadas a travs de bajios y pantanos: que fueron construidas por los incas y que los espaoles dejaron caer en ruinas (Ibid. pp. 189). La construccin de la nueva carretera asfaltada acentu

    esta destruccin superpo-nindose al viejo camino en varios tramos (Espinoza 2002. pp 194-197, Hyslop 1984 pp 116-137). Las poblaciones modernas de Hatuncolla, Paucarcolla, Chu-cuito, Acora, Ilave, Juli, Pomata, Zepita, presentan en la ac-tualidad escaza arquitectura inka visible, sin embargo en su diseo urbano muestran una superposicin sobre el trazado inicial de los tambos y notables iglesias coloniales, evidencias de la superposicin e imposicin ideolgica colonial (Hys-lop 1979, 1984, Espinoza 2002 y Mapa 2).

    Mapa 2. Camino Qhapaq an en la margen oeste del Titicaca, segn Hyslop 1979

    Como parte de esta va dos caminos laterales se dirigan al este hacia la Pennsula de Copa-cabana, uno sala de Pomata y el otro de Zepita, bordeando la montaa Ccapia para llegar ambos a yunguyo, la ruta que sale de Zepita a Copacabana fue descrita por Squier como un terrapln de tierra y piedras elevado sobre la llanura pantanosa de la orilla del lago, destacaban sus puentes como: curiosas construcciones de terrones de tierra hechos de capas alternas de tierra formando un arco en falsa bveda que no inspiraban confianza y que se explicaba por la falta de madera u otros materiales en la zona para su construccin (Squier [1863-1865] 1974 pp. 169). Estas rutas comunicaban al Qhapaq an con el segundo centro ritual de importancia del imperio, Copacabana y tambin daban acceso a las Islas Sagradas del Sol y de la Luna re-lacionadas al mito de origen de los gobernadores cuzqueos. Las rutas de Pomata y Zepita se

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    dirigan de Copacabana al puerto de yampupata, para luego navegar en embarcaciones hasta las islas sagradas que hoy en da conservan importantes restos inkaicos (Espinoza 2002 pp. 198, Hyslop 1984 pp. 137, Montao et al. 2008 pp. 83-90, Squier [1863-1865] 1974 pp. 171-194).

    Saliendo de Zepita, el tramo Qhapac an Urcu que va hasta Desaguadero, poblacin y frontera binacional peruano- boliviana fue descrito por Squier hacia 1864 quien lo recorri en sentido inverso. El viajero menciona que la ruta se encontraba por detrs de la abrupta cadena montaosa de Desaguadero y se diriga a Zepita por la orilla del lago Titicaca: un lugar serpenteante y ruin, que cuelga de las faldas de una larga y empinada serrana que se alza justo por encima de una llanura baja y pantanosa. (Squier [1863-1865] 1974 pp. 168).

    Las poblaciones de Desaguadero peruano y boliviano se remontan en los documentos histricos a tiempos de los inka y de acuerdo a nuestros descubrimientos arqueolgicos a pocas anteriores, resaltan en las crnicas por su puente de totora aprovechando el ancho y largo cauce del ro y que fue descrito por varios cronistas (Cieza de Len1977 (1553), Squier [1863-1865] 1974, Wiener [1880] 1993).

    El sector de cruce del Ro Desaguadero por el puente antiguo puede ser fcilmente iden-tificado mediante el uso de fotografas areas que dan cuenta de que el camino efectivamente llegaba por la orilla del lago, detrs de la serrana de Des-aguadero de Per, tal y como lo haba descrito Squier. Un abra permita y permite todava hoy el cruce de la serrana para luego dirigirse en lnea recta en Desaguadero peruano hasta el sector que actualmente se uti-liza como puente internacional para el trasbordo de vehculos pesados, al oeste del puente internacional pedestre (Fig. 1 y Fot. 1).

    Fig. 1 Imagen Google del Qhapaq an Urco en el sector de cruce del Desaguadero (Imagen Google).

    Fot. 1 Sector del puente y camino antiguo de cruce del Desaguaderodesde el lado boliviano, en el fondo se puede apreciar el abra del camino en Per.

    Una vez que se cru-zaba al sector boliviano existan dos posibilidades para continuar la caminata. Una ruta se diriga a Guaqui y Tiwanaku, hacia el sector sureste y Taypi sagrado del

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    Lago, tambin nombrado en los mitos como lugar de origen de los inkas. Ricardo Espinoza, Joe Castro y Marcos Michel, como parte de la caminata que el primero efectu desde Quito, cursaron en la parte boliviana el recorrido entre Desaguadero y La Paz por Guaqui: en un modesto intento por sealar que esta ruta trasciende las fronteras actuales y se proyecta clara y vigorosamente hacia el sur (Espinoza 2002. Pp. 199).

    Por otra parte el Qhapaq an Urco, una vez cruzado el sector donde se encontraba el antiguo puente, se diriga hacia el suroeste y casi en lnea recta hacia Jess de Machaca como ha sido descrito en las crnicas e identificado arqueolgicamente por primera vez en este re-porte. Otro aspecto digno de notar en la imagen Google y que pudo ser verificado en terreno es que el sector oeste del cruce antiguo del Desaguadero corresponde al inicio de un extenso delta de un plano de llanura temporalmente inundable, que se prolonga haca el oeste en las orillas del ro. Entre la poblacin moderna de Desaguadero boliviano y esta zona inundable pasa el camino Qhapac an Urco un poco arqueado y sobre una extensa zona de camellones.

    Los camellones de las orillas del lago Titicaca fueron identificados y descritos por Kaeguer en 1901 y Uhle en 1923 (Denevan y Smith 1981). La superficie cultivable de los camellones para las orillas del lago fue calculada en una extensin aproximada de 36,869 ha. a 40.965 ha., que constituye uno de los paisajes naturales de mayor tamao transformado por el hombre en el planeta. De acuerdo a la clasificacin de Denevan y Smith las distribuciones de los camellones son desiguales en Desaguadero y en su tipologa morfolgica describen en la zona campos elevados en forma de damero abierto, en agrupaciones de 5 a 20 surcos paralelos entre s en haces, cada haz formando ngulos rectos con los adyacentes, los surcos entre camellones son abiertos al final (Ibid pp. 31-33). Tambin identificaron camellones de estas caractersticas rodeados por represas en sitios especialmente hmedos cerca de Pomata y extendindose tierra adentro en Juliaca. Otro patrn de Desaguadero es el denominado lineal. Se trata de camellones orientados, largos y angostos generalmente paralelos entre s, cuyo largo puede alcanzar los 400 a 500 m. En este tipo, ejes largos forman ngulos rectos entre las laderas de los cerros y la planicie, se encuentran por debajo de las laderas empinadas de los cerros y se extienden hasta la zona pantanosa baja, con un promedio de ancho de 8.7 m (Pomata) (Denevan y Smith 1981: 34-35). Otros investigadores mencionan tambin esta rea de camellones asociada al periodo Horizonte Medio de Tiwanaku (Kolata 1996, PROSUKO/IC COSUDE 2008).

    Fig. 2. Esquema de camellones de Desaguadero en el sector boliviano

    De acuerdo a nuestro reco-nocimiento arqueolgico en el sector boliviano de Desaguadero pudimos verificar en terreno lo siguiente. Los camellones que se localizan al sur de la poblacin de Desaguadero boliviano co-rresponden al denominado patrn lineal de Denevan y Smith, de-bido a que se trata de camellones orientados de este a oeste, largos y angostos paralelos entre si y de

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    400 - 500 m de largo. Fueron dispuestos en la enorme llanura inundable del Desaguadero, sin embargo revisten especial atencin porque para su utilizacin se efectuaron grandes altera-ciones del paisaje, creando un gran dique de represamiento de agua dulce en el sector de la orilla del Desaguadero, el que impeda el ingreso de agua salada de este ro y por otra parte retena el agua dulce que era trada, tambin en forma artificial, de la serrana como veremos adelante (Fig. 2 y fotos 2, 3).

    Como se puede apreciar en la fotografa y figura 2, el terrapln era grande, de aproxi-madamente 7 m de ancho, 1, 50 m de alto y casi 2 km de largo, bordeaba la orilla del Ro Desaguadero, hoy en da fue convertido parcialmente en parte en un camino y desembar-cadero, habiendo sido afectadas varias de sus partes.

    Fotografa 2. Terrapln de represamiento entre el Desaguadero y el plano inundable de Desaguadero boliviano convertido en camino

    Por otra parte el curso medio y bajo del ro que baja de la serrana al oeste de Desaguadero fue canalizado mediante la construccin de terraplenes paralelos a los lados del ro en lnea recta, los terraplenes hechos mediante la acumulacin de la arcilla del lugar tienen de 4 a 5 m de ancho, ms de 1 m de alto y con una separacin de 6 a 7 m entre uno y otro, creando cursos largos y rectos para alimentar el plano de inundacin en la parte baja en una distancia de 800 m (Fig. 2 y Foto 3).

    Los camellones ocupan la parte inferior inundable entre el dique de represamiento de agua, la poblacin de Desaguadero y el Qhapac an Urco que pasa por la margen oeste en el sector ms alto y seco, de igual manera fue construido destruyendo la parte superior de los camellones en algunos sectores y cortando los terraplenes paralelos que traen agua de la serrana como se puede ver en la figura 2 y verificar en terreno.

    Fotografa 3. Canalizacin mediante terraplenes del ro que baja de la serrana en Desaguadero boliviano.

    Los camellones alineados son largos de hasta 400 m y tienen un ancho de lomo de 8 a 9 m. con canales de 1 m., camellones de 1 m de ancho se encuentran en medio del dique de represamiento en el sector de mayor inundacin, todos par-cialmente conservados (Fots. 4 y 5).

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    Foto 4 Camellones largos y anchos al interior del rea de represamiento Foto 5 Camellones angostos en el rea de mayor inundacin

    El tamao del rea de represamiento de agua dulce puede ser calculado en una superficie de aproximadamente 60 Ha en la que estaban dispuestos los camellones. En la actualidad el sistema se encuentra bastante deteriorado por el crecimiento urbano y por las actuales actividades productivas de la zona (ganadera vacuna y agricultura meca-nizada). Sin embargo el camino Qaphac an Urco que pasa al oeste del sistema agrcola, se encuentra en regular estado de conservacin y posee una plataforma elevada de 30 cm de alto con un ancho de 4 a 6 m que poste-riormente es cortada por la nueva carretera internacional a ms de 1 km de su salida del sector del cruce del ro (Fig. 1 y Fot. 6).

    Foto 6. Camino Qaphac an Urco entre el cruce de Desaguadero y la nueva carretera

    Continuando el camino en su incursin al sur y a partir del ltimo espoln de la serrana, la ruta se separa de las montaas y corre paralela al Ro Desaguadero. En este sector el camino ha sido reutilizado como parte de la carretera que se dirige a Jess de Machaca y algunos sectores erosionados muestran restos del antiguo empedrado. Como a una distancia de 4, 6 km del Desaguadero el nuevo camino carretero corta un montculo y el camino inka pasa a un lado de este. El montculo es una formacin artificial correspondiente a la tradicin Tiwa-naku con un largo de 200 m, una altura de 3 m y abundantes restos de cermica. Al oeste del montculo la llanura inundable que baja en declive muestra restos de camellones lineales en mal estado por efectos del arado moderno. En el corte del camino nuevo se aprecian 3 tumbas subterraneas en forma de cista, en la fotografa 8 presentamos un detalle de una (Fots. 7 y 8).

    El hecho de que el camino llegue directamente al montculo de filiacin Tiwanaku cons-tituye un importante indicio de que originalmente fue construido y utilizado por esta cultura como veremos adelante. Aproximada mente a una distancia de 4.6 Km. El camino carretero se bifurca y contina por los pies de la serrana, mientras que la plataforma precolombina

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    contina casi en medio de la pampa con direccin a Titicani Tacaca en mejor estado de conservacin debido a que es menos utilizada como camino vecinal.

    Fotografa 7. Imagen Google de montculo Tiwanaku cortado por la nueva carretera Fotografa 8. Fotografa de detalle de tumba expuesta en el perfilo por el corte del nuevo camino

    Dos caractersticas son llamativas en este sector, inicialmente la forma de un terrapln de entre 5 y 7 m de ancho y de 30 a 70 cm de alto, con canales de 1 m de ancho y 30 cm de pro-fundidad a cada lado, todo construido con la intencin de evitar la inundacin del terreno y proporcionar una superficie seca para caminar que continua constante con cambios menores hasta Titi-cani Tacaca (Fot. 9)

    Fotografa 9. Plaraforma del camino Qhapaq an Urcu rumbo a Titicani Tacaca

    Otra forma menos caracterstica aparece como una huella excavada en los sectores elevados, de 5 m de ancho y profundidad de hasta 50 cm. El camino atraviesa y corta varios sectores de camellones, adems presenta una especie de puentes o pasos trabajados con grandes bloques de piedra para el paso de sectores de arroyos o canales de agua. El camino llega a la poblacin de Titicani Tacaca, donde confluye con la nueva carretera a los pies de la serrana, nuevamente en esta poblacin encontramos restos de plataformas de cultivo y cermica Tiwanaku .

    Posteriormente en una distancia de aproximadamente 6,25 Km de Titicani el camino continua hasta la poblacin de Jess de Machaca por encima de la huella del camino antiguo. Este tramo puede ser caminado en un total de 7 horas en 23 km de distancia.

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    Jess de MachacaLos alrededores del asentamiento de la actual poblacin de Jess de Machaca fueron in-

    vestigados por Stig Ryden (1947), quien identific sitios con filiacin Pacajes e Inka- Pacajes, incluida la villa inka de Chaucha de Khula Marka, en la ladera norte de una zona montaosa a poca distancia del sitio de Khonko Wankane, un pueblo inka a cuyo lado se construy una iglesia colonial. Se sabe que los inkas, luego de conquistar a la poblacin Pacajes, obliga-ron al abandono de los sitios altos fundando reducciones en zonas ms bajas y de menor carcter defensivo como en la regin Lupaca. Esta regin, desde 2001, tambin fue objeto de las investigaciones efectuadas por el Proyecto Arqueolgico Jacha Machaca (PAJAMA), que ha centrado su atencin en los sitios de Khonko Wankane y Chaucha de Khula Marka, efectuando extensas excavaciones y estudios de patrones de asentamiento, abarcando los perodos Formativo, Tiwanaku y Pacajes e Inka.

    De acuerdo a nuestras investigaciones en la poblacin de Jess de Machaca pudimos evidenciar que el camino Qhapac an ingresaba directamente por el sector norte del pueblo hasta la iglesia colonial, pasando a lado de una laguna artificial o qocha de casi 100 m de largo ( Fig. 3). Como veremos adelante la presencia de lagunas artificiales o humedales en los tambos inka fue fundamental para el abastecimiento de agua posiblemente de ejrcitos y caravanas de llamas, de igual forma por delante de la iglesia y orientndose hacia el noroeste se presentan dos grandes plazas oKanchas, como reas abiertas de forma trapezoidal que posiblemente sir-vieron como atracaderos de llamas y/o reas de campamento y de intercambio de productos, pese a la superposicin de construcciones modernas los restos cermicos coloniales, inka e inka pacajes son abundantes en este sector.

    Figura 3. Jess de Machaca, restos inka

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    Destaca en el sector suroeste del pueblo una especia de kancha rodeada de estructuras de adobe en forma de Kallankas, o edificaciones rectangulares de adobe de entre 6 y 5 m de largo con un ancho de 2 a 3 m, donde tambin aparecen restos de cimientos de piedra circulares posiblemente de qollcas de almacenamiento, con un dimetro de 5 m (Fotos 10, 11 y 12).

    Foto 10. Fotografa de Kallankas de Jess de Machaca Foto 11. Cimientos de piedra circulares, qollcas de almacenamiento

    Foto 12. Cermica inka de Jess de Machaca

    La superposicin y reutilizacin del sector suroeste de Jess de Ma-chaca se hace evidente en las construcciones de adobe que presentan entre 3 y cuatro niveles de superposicin de di-ferentes tipos y muros de adobe, esta superposicin se inicia con muros de adobes pequeos y del-gados y termina con los adobes actuales gruesos y de forma cbica, sin embargo por la forma del cimiento y la mantencin falsas ventanas, nichos trapezoidales y puertas tambin trapezoidales, se puede decir que se mantuvieron las caractersticas principales de las construcciones que fueron usadas hasta la actualidad.

    Camino a NazacaraContinuando nuestro viaje hacia, un camino parte del ltimo sector descrito con rumbo

    oeste hasta alcanzar la localidad de Nazacara. Esta es una poblacin ubicada a orillas del ro Desaguadero como a 23 Km de Jess de Machaca. En el reconocimiento de campo identifi-camos el camino que se halla regularmente conservado debido a que es usado por vehculos. Sin embargo es posible apreciar la plataforma del camino, los canales de drenaje y de manera especial, justo antes de arribar a Nazacara, su paso entre dos montculos naturales cubiertos de cermica, de diferentes periodos (Horizonte Medio, Desarrollos Regionales Tardos y del Horizonte Inka). Posiblemente ambas elevaciones pequeas corresponden a santuarios

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    precolombinios. Como haba descrito Prssinen (2005). la poblacin de Nazacara se asienta sobre un sitio arqueolgico de filiacin Tiwanaku, por lo que el camino precolombino puede ser afiliado a esta tradicin.

    Camino a JiwacotaOtro camino importante se dirige al suroeste hacia Pallimarca, sitio inka descrito por Rydn

    (1947), por una extensa llanura desde Jess de Machaca hasta cerca de Caquiaviri, pasando por la laguna (Jiwacota) y un cerro de forma piramidal en cuyas faldas se encuentran una de-cena de torres funerarias pertenecientes a los Pacajes. Posiblemente los Chullpares y el cerro constituyen un demarcador del camino en trminos polticos y sociales. Esta segunda ruta todava se encuentra en fase de exploracin por parte de nuestro equipo.

    Figura 4. Caquiaviri, restos inka

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    CaquiaviriCaquiaviri es un poblado situado a los pies del cerro Pukarpata. El pueblo consta de una

    plaza principal y otras secundarias ubicada en el extremo oeste. La iglesia se encuentra hacia el sur de la plaza apoyada al pie de la montaa. En la cima de Pukarpata, a una altura de 4.300 m.s.n.m. se encuentran los restos de una pukara de filiacin Pacajes (Intermedio Tardo) hacia la cual asciende un antiguo camino prehispnico que recorre la cresta este de la pukara. Se haba sealado con anterioridad (Prssinen 2003, 2005) la existencia de una decena de estructuras circulares ubicadas sobre plataformas. Dichas estructuras no fueron ubicadas en nuestro trabajo de campo, pero si logramos identificar la estructura Inka Uta que fue descrita por Prssinen (2003, 2005) constatando algunos errores en la elaboracin del mapa de sitio en cuanto a las proporciones y topografa del terreno. Los trabajos de Prssinen no mencionan la existencia de un tambo, cermica o algn otro tipo de ocupacin incaica en Caquiaviri sealando inclusive que practic un pozo de sondaje en medio de la plaza del pueblo sin encontrar restos de cermica. Sin embargo, un recorrido exploratorio sistemtico del pueblo nos permiti identificar varias zonas con evidencias de ocupacin inka, inka pacajes y colonial (Fig. 4).

    Con la ayuda de fotografas areas y desde la altura de Pukarpata identifi-camos dos grandes plazas, la primera; en la que se encuentra la iglesia de Caquiaviri y la segunda por delante de esta o la actual plaza del pueblo donde se encuentran tambin restos de cermica. A una distancia de dos cuadras al este de la iglesia de Caquia-viri, identificamos 2 amplias Kanchas de forma trapezoidal rodeadas de Kallancas o estructuras rectangulares de adobe (Fig. 4 y Foto 13).

    Foto 13. Kallancas rodeando patios en Caquiaviri

    Foto 14.Edificacin de adobe con nicho trapezoidal

    De manera similar a las Kallancas de Jess de Machaca, las edificaciones de adobe de Caquiaviri tienen entre 6 y 5 m de largo, con un ancho de 1,50 a 3 m, presentan nichos falsos de forma trapezoidal y rectangulares y se encuentran rodeando dos plazas (Fotos 13 y 14). La presencia abun-dante de material cermico de tipo Inka en este sector corrobora la identificacin del sitio inka (Fot. 15). Sumado a esto se hallan superficies de desechos compuestas por lentes de cenizas y basurales compuestos por restos seos, carbn, lticos y algunos fragmentos de escorias de metal. Asociado directamente con esta rea y pasando en medio de las Kanchas de oeste a pasa el Qhapaq an Urco. En el extremo oeste del pueblo, donde llega el camino en lnea recta desde Nazacara, existe un amplio humedal.

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    Foto 15. Cermica inka de Caquiaviri

    La investigacin de Prs-sinen (2003, 2005) haba propuesto la existencia de un camino Inka en la Pukara de Caquiaviri, el que atravesaba la serrana y se dirigira hacia la estancia Arumantamaya. Las investigaciones de campo que realizamos permitieron identificar que el camino sala del tambo dirigindose hacia la quebrada y humedal que se encuentra hacia el sureste.

    Desde el tambo el camino Urco ingresa en la mencionada quebrada para ascender hasta la cima de la pukara por un tramo que se encuentra en mal estado debido a las lluvias y su ubicacin. Sin embargo, an es posible notar algunos restos del empedrado y las escaleras de piedra que se usaron en el soldado. Esta ruta constituye la va ms directa para atravesar la serrana y seguir rumbo sur hasta donde se encuentra la estructura denominada por Prssinen Inka Uta, adems de una posible estructura de puesto de control o descanso de los viajeros similar a un torren en altura. Una vez en la cima el camino con un ancho promedio de 4 m, se dirige en lnea recta sobre la ladera hasta alcanzar el abra que comunica con el valle interno de la montaa. En este punto an se conserva la apacheta o pilar de piedras que constituye un demarcador carac-terstico de los caminos prehispnicos as como un repositorio de ofrendas a las deidades del paisaje. Posteriormente el camino contina mejor conservado y con su plataforma de piedras grandes de entre 1 y 1,50 m de ancho sobre la ladera utilizando una plataforma y a un muro de contencin sobre todo en las quebradas. Finalmente el camino despus de una jornada de viaje ingresa a la estancia de Arumantamaya, donde an no constatamos la presencia de un tambo para proporcionar refugio al viajero.

    Desde la estancia Arumantamaya el camino contina hacia el sur sobre la llanura (pampa), tramo difcil de identificar debido que se halla en mal estado principalmente por las actividades mineras en la localidad de Corocoro, todava investigamos la huella en este sector.

    CaquingoraSiguiendo el criterio utilizado para la identificacin de restos inka en Jess de Machaca

    y Caquiaviri, prospectamos los alrededores de la Iglesia colonial y el pueblo de Caquingora, mencionado tambin como un tambo inka en los documentos coloniales.

    En frente y a un lado de la iglesia del pueblo se aprecian canchas de forma trapezoidal, la ms grande es usada como la plaza central del pueblo (Fig. 5). Sin embargo la mayor concen-tracin de restos de artefactos se localiz sobre una extensa plataforma natural por detrs de la iglesia en un rea de aproximadamente 10 hectreas que presenta restos de tierra quemada, lentes de ceniza, escorias de fundicin de cobre y sectores con abundantes restos de cermica inka en superficie. Como en los anteriores sitios investigados, casi en medio de la planicie se localiza una qocha o sector de almacenamiento de agua en media pampa.

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    Fig. 5. Caquingora restos inka

    Es probable que en este tambo no se requirieran de mayores estructuras para albergar a los viajeros que se asentaban en la hondonada junto a la Qocha o Qotaa de agua que alimentaba a su vez a los animales. Al este de la iglesia y por detrs del colegio del pueblo se identificaron dos estructuras rectangulares, similares a las Kallancas identificadas en Jess de Machaca y Caquiaviri y miles de fragmentos de cermica estilo Inka, Inka Pacajes en sus alrededores en una pequea Kancha ( Foto 16). Por debajo de estas estructuras y en las parte superior se pudo reconocer 3 restos de cimientos de estructuras circulares (qollcas) diferenciadas del color del suelo por los pastizales que crecieron encima (Fot. 17). La cermica que se puede encontrar en todos estos sectores corresponde en su mayora al estilo inka e inka pacajes, con pocas concentraciones de material colonial (Fot. 18).

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    Foto 16. Kallancas Caquingora

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    Foto 17

    Foto 18. Cermica inka Caquingora

    Conclusiones preliminaresEl recorrido pedestre del Qhapaq an Urco y la prospeccin arqueolgica de los pueblos

    tambos, ha permitido reconocer importantes evidencias materiales y patrones constructivos correspondientes al camino en s mismo y a los tambos inka obliterados por las construcciones coloniales y modernas.

    El Qhapaq an Urco atraviesa una gran llanura inundable a lado y a veces por encima de amplios sectores de camellones, entre Desaguadero y Jess de Machaca, su destino inicial se relaciona a montculos y poblaciones agrcolas de Tiwanaku como Titicani Tacaca, Nazacara y en tal sentido esta ruta inicialmente fue utilizada y quizs construida por esta tradicin. El camino se caracteriza por haber sido edificado como una plataforma ancha, de entre 6 y 7 m de ancho, elevada hasta 70 cm por encima de la superficie y con canales de 1 m a cada lado. Su estado de conservacin es regular a bueno. Los tramos entre Jess de Machaca y Caquingora todava se encuentran en evaluacin.

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    En relacin a los tambos podemos decir que el patrn constructivo colonial impuesto sobre el plan original inka se puede notar en Jess de Machaca, Caquiaviri y Caquingora, principal-mente en las iglesias que fueron impuestas sobre kanchas de forma trapezoidal, posiblemente sobre los Ushno o centros sagrados de las poblaciones previas como se avizora por la presencia de cermica en sus alrededores. Generalmente por delante de las iglesias se construyeron una o dos Kanchas abiertas y de forma trapezoidal, las que posiblemente servan para la llegada de caravanas de personas, llamas, festividades, intercambio, entre varias actividades que se realizaban. Las plazas mayores todava hoy sirven como las plazas centrales de los pueblos.

    Debido a las actividades que se realizaban en los tambos las poblaciones siempre se en-cuentran relacionadas a qochas y humedales de construccin artificial. Sin embargo llama la atencin las estructuras de Kallancas o edificaciones de adobes de forma rectangular y puerta en forma de trapecio que se localizan en relacin a un patio central, el caso ms notable es el de Caquiaviri, donde estas estructuras se encuentran en regular a buen estado de conservacin. Los edificios de estos tambos se han mantenido al ser reconstruidos por encima de los muros antiguos de adobe, conservando caractersticas de decoracin como son los nichos de forma trapezoidal en todos los casos descritos.

    Para finalizar la existencia de restos de cimientos de piedra circulares que posiblemente sirvieron como qollcas en Jess de Machaca, resulta muy interesante frente a los restos visibles de estructuras similares construidas en adobe en Caquingora. La verificacin de la existen-cia de restos de tambos inka y del Qhapaq an Urcu por parte de la arqueologa abre nuevas oportunidades de investigacin sobre la incursin del imperio del Tawantinsuyo en nuestro territorio. En futuras entregas profundizaremos la investigacin de los sitios reportados que son trabajados por tesistas del IIAA, as como de los nuevos que estamos registrando en la investigacin de la Gran Ruta inka.

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