el porvenir de una ilusión

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LICENCIATURA: Psicologa

MATERIA: El hombre y su relacin con su trascendencia.

SEMESTRE: 5to.

TRABAJO: Resumen de la lectura El porvenir de una ilusin.

ALUMMNA: Crystal Martnez Martnez.

DOCENTE: Antonio Emmanuel Berthier.

Son muy pocas las personas capaces de una visin total de la actividad humana en sus mltiples modalidades. La mayora se ha visto obligada a limitarse a escasos sectores o incluso a uno solo (debido creo yo, a la divisin del trabajo).La cultura humana muestra dos distintos aspectos, el primero comprende todo el saber y el poder conquistador por los hombres para llegar a dominar las fuerzas de la naturaleza y el segundo, explotar la naturaleza a fin de satisfacer las necesidades humanas y todas las organizaciones necesarias para regular las relaciones de los humanos entre s. La misma cultura se defiende del individuo por medio de los mandamientos, ya que el hombre, con el afn de satisfacer sus necesidades llega a cosificar a los dems individuos y al ser la cultura la que regula estas relaciones queda claro que la civilizacin es algo que fue impuesto a una mayora contraria a ella, por una minora que supo apoderarse de los medios de poder y de coercin. As mismo surgen las instituciones y organizaciones que imponen sacrificio a los individuos por lo que los individuos se revelan contra las instituciones, pues las masas son perezosas e ignorantes, no admiten gustosas el renunciar al instinto. Los limites de la educabilidad del hombre supondrn tambin los de la eficacia de tal transformacin cultural. Los medios de coercin y los conducentes a reconciliar a los hombres con la cultura y a compensarles sus sacrificios constituyen el patrimonio spiritual de la cultura. Los deseos instintivos de los hombres neurticos (todos), son el incesto, el canibalismo y el homicidio. Tan solo el canibalismo, salvo para la observacin psicoanaltica, parece haber sido dominado por completo.Existen clases mas favorecidas que otras, las menos favorecidas, es decir, los oprimidos pueden desarrollar una intensa hostilidad contra la civilizacin (la lucha de clases). No falta decir que una cultura deja insatisfecho a un ncleo tan considerable de sus participantes y los incita a la rebelin no puede durar mucho tiempo, ni tampoco lo merece. Otra patrimonio espiritual que se tiene en una cultura es el acervo de ideales y su produccin artstica, es decir, a las satisfacciones extradas de estas dos fuentes. Cuando de la clase menos favorecida se identifica con la clase que los oprime es porque en ellos ven un yo ideal. Si se levantaran las prohibiciones en la cultura, esta se acabara porque se mataran unos a otros. La funcin capital de la cultura es defenderse contra la naturaleza. El hombre gravemente amenazado, demanda consuelo, pide que el mundo y la vida queden libres de espantos, y para eso, en primer lugar se humaniza a la naturaleza para elaborar psquicamente nuestra angustia. Y en lugar de ver a la naturaleza como un Dios, surgen los Dioses intermediarios entre la naturaleza y la humanidad revestidos de un carcter paternal, conforme a un prototipo infantil, es decir, amenaza-proteccin.El acervo de representaciones (de dioses) protege de 2 formas. 1) contra los peligros de la naturaleza y dl destino y 2) contra los daos de la propia sociedad humana. De este modo quedan ordenados a desaparecer todos los terrores, los sufrimientos y asperezas de la vida. El pueblo que primeramente consigui semejante condensacin de los atributos divinos se mostro muy orgulloso de tal progreso. Haba revelado el ndulo paternal oculto desde siempre detrs de tosa imagen divina. Pero, en el fondo, esto no significa sino un retroceso a los comienzo histricos de la idea de Dios. Las representaciones religiosas han nacido de la necesidad de defenderse contra la abrumadora prepotencia de la naturaleza y de corregir las penosas imperfecciones de la civilizacin. Estas ideas religiosas son como una tabla de multiplicar o la geometra: un legado de generaciones anteriores.La libido sigue los caminos de las necesidades narcisistas y de adhiere a aquellos objetos que aseguran la satisfaccin de las mismas. De este modo la madre se constituye como primer objeto amoroso en la vida del individuo, y en la primera proteccin contra los peligros que lo amenazan desde el mundo exterior. Sin embargo la madre no tarda en ser sustituida en esta funcin por el padre, que es mas fuerte, y la conserva a travs de toda la infancia. Pero la relacin del nio con el padre es ambivalente, ya que en primera instancia inspiraba temor y peligro, y a la vez cario y admiracin. Todos las religiones muestran profundamente estos signos de ambivalencia de a relacin con el padre. Cuando el individuo en maduracin advierte que esta predestinado a seguir siendo siempre un nio necesitado de proteccin, ahora contra la naturaleza, crea Dioses a los que, les teme, sin embargo, se encargarn de su proteccin. As la nostalgia de un padre y la necesidad de proteccin contra las consecuencias de la importancia humana son la misma cosa.Si se pregunta sobre los fundamentos de los principios religiosos, se darn 3 respuestas:1.- Porque nuestros antepasados creyeron que eran ciertos.2.- Se aducirn la existencia de pruebas transmitidas por las generaciones pasadas (la biblia por ejemplo)3.- Se harn saber que esta prohibido plantear interrogacin alguna sobre la credibilidad de tales principios (dogmas).Esta ltima respuesta parece singularmente sospechosa. El motivo de semejante prohibicin no puede ser sino que la sociedad misma conoce muy bien el escaso fundamento de las exigencias que plantea con respecto a sus teoras religiosas. Las pruebas que nos han transmitido aparecen incluidas en escritos falsos de toda garanta, contradicciones y falseados. Todos las pruebas que se mencionan provienen del pasado, habremos de investigar si el presente, mejor capacitado, puede ofrecernos alguna prueba.Para esto hay dos tentativas que dan la impresin de resolver esta problemtica. La primera es que no necesitamos comprenderlas, basta con que sintamos interiormente su verdad, la segunda tentativa es la realizada por la filosofa del como si, es decir, hay explicaciones que todos pensamos y parecen irracionales e incoherentes ya que que no tiene fundamento pero debido a motivos prcticos nos conducimos como si las creysemos verdaderas. A mi juicio (Freud), la pretensin de la filosofa del como si solo puede ser planteada y aceptada por un filsofo.Las ideas religiosas, que nos son representadas como dogmas, son ilusiones, relaiaciones de los deseos, el deseo de satisfacer la necesidad de una proteccin amorosa y en vista de la persistencia de tal indefensin llevo al hombre a forjar la existencia de un padre inmortal mucho mas poderoso. El gobierno bondadoso de la divina providencia mitiga el miedo a los peligros de la vida; la institucin de un orden moral universal, asegura la victoria final de la justicia y la prolongacin de la existencia terrenal por una vida futura, ampla infinitamente los lmites temporales y espaciales en los que han de cumplirse los deseos. Una ilusin no es lo mismo que un error ni es necesario un error. Una de las caractersticas mas genuinas de la ilusin es la de tener su punto de partida en deseos humanos de los cuales se deriva. Calificamos como una ilusin una creencia cuando aparece engendrada por el impulso a la satisfaccin de un deseo, prescindiendo de su relacin con la realidad, del mismo modo que la ilusin prescinde de toda garanta real.Del mismo modo que nadie puede ser obligado a creer en los principios religiosos, tampoco puede forzarse a nadie a no creer. Pero tampoco debe nadie complacerse en engaarse a si mismo suponiendo que con estos fundamentos sigue una trayectoria mental plenamente correcta. Ningn hombre razonable se conducir tan ligeramente en otro terreno ni basar sus juicios y opiniones en fundamentos tan pobres.Es as como nos planteamos si es posible que otros factores de nuestro patrimonio cultural sean ilusiones como las ideas religiosas y as concedemos mucho valor a estas ideas al igual que como lo hacemos con las religiosas. Si al someter a las ideas religiosas a juicio se ven afectados los cimientos de las personas y sus creencias, se debera considerar el hacer tal cosa, ya que la base de nuestra civilizacin son las doctrinas religiosas.La religin ha prestado grandes servicios a la civilizacin y a contribuido a dominar los instintos que van e contra de la sociedad, aunque no lo suficiente, ya que muchos se sienten descontentos y desdichados en este sociedad.Esto se debe en parte a que la bondad divina paralizo la divina justicia, traficando as con los mandamientos religiosos, los que tenan la funcin de guardar obediencia a la religin. Entre mas conocimiento cientfico tiene el hombre mas se aleja de la religin y de su fe, al principio solo superficialmente pero despus profundamente. En los hombres que posean este conocimiento cientfico se desarrollaran motivos puramente terrenales, en lugar de religiosos, para una conducta civilizada. En cambio, la masa, ignorante puede volcarse violentamente en contra de sus amos, las instituciones, la cultura, contra ellos mismo, contra la civilizacin. Es por eso que plantea un dilema: mantener a la masa en la ignorancia o llevar a cabo una revisin fundamental de las relaciones entre la civilizacin y la religin.La civilizacin ha instituido la prohibicin de mar en inters de la vida colectiva, ya que al no haber control, la inseguridad que amenazaba por igual la vida de todos los hombres acabo por unirlos en una sociedad que prohibi al individuo atentar contra sus semejantes y se reserv el derecho de matar a quienes rompieron este mandato. Pero en lugar de aceptar este fundamento racional de lo prohibido de matar, afirmamos que ha sido dictada por Dios mismo. Se tiene que reconocer el verdadero origen de algunas grandes prohibiciones debido a que algunas se contradicen denotando as errores humanos, seria muy conveniente dejar a Dios en sus cielos y reconocer honradamente el origen puramente humano de los preceptos e instituciones de la civilizacin. Al reconocer esto, el hombre entendera que no fueron impuestos estos mandamientos por alguien supremo y no se sentira relegado a solo acatarlas, sino se hara partcipe de ellos, tenderamos a perfeccionarlos antes de derrocarlos, la cual constituira un progreso hacia la reconciliacin del individuo con la presin de la civilizacin, ya que aceptara que surgieron del hombre mismo. A pesar de lo coherente que suene el origen de la prohibicin de matar, es probable que no sea verdadera por lo racional que es y debido a esto no puede ser que los hombres primitivos hayan podido dominar sus pasiones racionalmente. Sin embargo cuando el asesinato de alguien despert una reaccin afectiva irresistible (dolor, tristeza), ah naci el mandato de no matar y de no haber sido as los hombres seguiran destruyndose mutuamente. La religin es la neurosis obsesiva de la colectividad humana y lo mismo que la del nio provendra del complejo de Edipo en la relacin con el padre. Conforme a fatalidad de un proceso del crecimiento y que en la actualidad nos encontramos ya dentro de esta fase de evolucin. Nuestro reconocimiento del valor histrico de ciertas doctrinas religiosas acrecienta el respeto que las mismas nos inspiran, pero no invalida en modo alguno nuestra propuesta de retirarlas de la modificacin de los mandamientos culturales. Todo lo contrario. Tales residuos histricos nos han ayudado a formar nuestra concepcin de las doctrinas religiosas como reliquias neurticas. Las verdades contenidas en las doctrinas religiosas aparecen deformada y disfrazadas que la inmensa mayora de los hombres no pueden reconocerlas como tales. Y en vista de que la desconfianza genera una oposicin hostil es momento de sustituir estas ideas religiosas por las de una labor mental racional. No puede importarnos gran cosa traicionar la verdad histrica al admitir una motivacin racional de los preceptos culturales.En contra de esta propuesta, se encuentra el punto de que si el hombre es naturalmente pasional e instintivo, cmo es posible que se llegue a una obediencia de la cultura por cuestiones racionales? As mismo, se tienen antecedentes de los fracasos de los intentos de sustituir la religin por la razn, la revolucin francesa y el caso de hoy en Rusia.Los hombres son, desde luego, instintivos, pero se ha preguntado usted si tienen que ser necesariamente as? Piense en el lamentable contraste entre la inteligencia de un nio sano y la debilidad mental del adulto medio. No es quiz muy posible que la educacin religiosa tenga gran parte de culpa en esta atrofia relativa? Estos fracasos antes mencionados, se han debido a que el hombre se encuentra fuertemente ligado a los contenidos de la religin por ciertos tiernos lazos afectivos. A mi juicio, un nio sobre el cual no se ejerciera influencia alguna tardara mucho en comenzar a formarse una idea de Dios y de las cosas ultraterrestres. Los dos puntos capitales del programa pedaggico actual son el retraso de la evolucin sexual y el adelanto de la influencia religiosa. La debilidad mental de individuos tempranamente habituados a aceptar sin crtica los absurdos y las contradicciones de las doctrinas religiosas no puede ciertamente extraarnos. Cmo, pues, esperar que estos individuos, sometidos a un rgimen de restriccin intelectual, alcancen alguna vez el ideal psicolgico, la primaca del intelecto?Se reconoce de que estas ideas sean tambin una ilusin. Pero no me negar usted que puede haber oculto aqu un tesoro susceptible de enriquecer a la civilizacin y que, por tanto, vale la pena de intentar una educacin irreligiosa. El hombre puede prescindir de la idea religiosa , claro su situacin seria mas difcil, ya que tendra que reconocer su impotencia y su infinita pequeez y no podr considerarse ya como el centro de la creacin, ni creerse amorosamente guardado por una providencia bondadosa. El hombre no puede permanecer eternamente nio: tiene que salir algn da a la vida, a la dura vida enemiga. Esta seria la educacin para la realidad. La consciencia de que solo habremos de contar con nuestras propias fuerzas nos ensea, por lo menos, a emplearlas con acierto, cultivando honradamente aqu en la tierra su modesto pegujal, como ben labrador, y sabr extraer de el su sustento. La contra parte dice: hoy en da hay pueblos que no viven bajo la opresin de un sistema religioso y no puede decirse que se hallen mas prximos que los dems al ideal propugnado. Para desterrar a la religin seria preciso sustituirla por otro sistema de doctrinas, ahora se impondra el pensamiento. Se dejara el mismo legado y se guiara a los individuos desde su nacimiento as como lo hace la religin ahora (creo yo que habra una reentry). Las doctrinas aplicadas en su educacin limitan siempre su pensamiento en sus aos de madurez, como hoy se lo reprocha usted a la religin. La religin se trata de una cuestin prctica y no del valor de realidad del sistema, las necesidades humanas son una parte de la realidad muy importante y es por eso que el sistema religioso es el ms apropiado. Tambin sirve para unir a las personas sean de la clase social que sean, conservando entre ellos una comunidad muy importante para el aseguramiento de la civilizacin. En defensa Freud dice que como probablemente sus ideas propuestas sean ilusiones tambin, hay una diferencia entre sus ilusiones y la de la religin. sus ilusiones no son irrectificables, ni integran un carcter obsesivo. Podemos repetir una y otra vez que el intelecto humano es muy dbil en comparacin con la vida instintiva del hombre, e incluso podemos entra en lo cierto. Pero con esta debilidad sucede algo. La voz del intelecto es apagada, pero no descansa hasta haberse logrado hacerse or y siempre termina por conseguirlo, despus de ser rechazada infinitas veces. La educacin libertada de las doctrinas religiosas no cambiar quiz notablemente la esencia psicolgica del hombre. Nuestra razn no es, quiz, muy omnipotente y no puede cumplir sino una pequea parte de lo que sus predecesores prometieron. Creemos que la labor cientfica puede llegar a penetrar un tanto en la realidad del mundo, permitiendo nos ampliar nuestro poder y dar sentido y equilibrio a nuestra vida. La ciencia no se contradice, solo evoluciona y progresa de modo que una grosera aproximacin a la verdad queda sustituida por un ajuste mas acabado a la misma, susceptible a su vez de mayor perfeccionamiento. Con respecto a la subjetividad de la ciencia debido a los resultados relacionados con nuestra propia organizacin, queda decir que nuestra organizacin, es decir, nuestro aparato anmico, se ha desarrollado precisamente en su esfuerzo por descubrir el mundo exterior, debiendo haber adquirido as su estructura una cierta educacin a tal fin.La ciencia no es una ilusin, ilusin seria creer que podemos obtener en otra parte lo que ella nos puede brindar.