el otro por sí mismo, jean baudrillard

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"El otro por sí mismo" por Jean Baudrillard. .Indice:  El otro por mismo El éxtasis de la comunicació n Los rituales de la transparencia  Metamorfosis, metáfora, metástasis  La seducción o los abismos superficiales  Del sistema de los objetos al destino del objeto  !or "ué la teoría#  EL OTRO POR SÍ MISMO $esulta paradójico establecer el panorama retrospecti%o de una obra "ue jamás se &a  pretendido prospe cti%a. Es como cuando 'rfeo se %uel%e demasia do pronto &acia Eurídice ( con ello la en%ía para siempre a los Infiernos. )a( "ue &acer como si la obra se preexistiera a sí misma ( presintiera su final desde el principio. Esto puede ser de mal au*urio. +in embar*o, &a( a&í un ejercicio de simulación capa de entrar en resonancia con uno de los temas fundamentales del conjunto: &acer como si la obra estu%iera cerrada, como si se desarrollara de una manera co&erente, como si siempre &ubiera existido. -sí "ue no %eo otro modo de &ablar de ella sino en términos de simulación, un  poco a la man era como or*es reconstitu(e una ci%iliación perdida a tra%és de los fra*mentos de una biblioteca. Es decir, no puedo plantearme el problema de la %erosimilitud socioló*ica, al "ue, por otra parte, me costaría muc&ísimo responder, sino ubicarme /0/ simplemente en la posición del %iajero ima*inario "ue tropiea con estos escritos como con un manuscrito ol%idado ( "ue, a falta de documentos supleme ntarios, se esfuera en reconstituir la sociedad "ue describen. EL ÉXTSIS !E L OM#$II%$ 1odo &a partido de los objetos, pero (a no existe el sistema de los objetos. +u crítica siempre fue la de un si*no car*ado de sentido, con su ló*ica fantasmática e inconsciente ( su ló*ica diferencial ( presti*iosa. Detrás de estas dos ló*icas, un sue2o antropoló*ico: el de un estatuto del objeto más allá del cambio ( el uso, más allá del %alor ( la e"ui%alencia, el sue2o de una ló*ica sacrificial: don, *asto, potlac&, parte maldita, consumación, cambio simbólico. 1odo ello si*ue existiendo, ( simultáneamente desaparece. La descripción de tal uni%erso pro(ecti%o, ima*inario ( simbólico, siempre fue la del objeto como espejo del sujeto. La oposición del sujeto ( el objeto siempre fue si*nificati%a, al i*ual "ue el ima*inario profundo del espejo ( de la escena. Escena de la &istoria, pero también escena de la cotidianidad emer*iendo a la sombra de una &istoria cada %e más  políticamente desin%estida. )o(, ni escena ni espejo, sino pantalla ( red.  3i trascendenc ia ni profundidad, sino superficie inmane nte del desarrollo de las operaciones, superficie lisa ( operati%a de la comunicación . - ima*en ( semejana de la tele%isión, el mejor objeto prototípico de esta nue%a era, todo el uni%erso "ue nos rodea e incluso nuestro propio cuerpo se con%ierten en pantalla de control. 4a no nos pro(ectamos en nuestros objetos con los mismos afectos, las mismas fantasías de posesión, de pérdida, de duelo, de celos: la dimensión psicoló*ica se &a

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"El otro por sí mismo"por Jean Baudrillard.

.Indice:

  El otro por sí mismoEl éxtasis de la comunicaciónLos rituales de la transparencia

  Metamorfosis, metáfora, metástasis  La seducción o los abismos superficiales  Del sistema de los objetos al destino del objeto  !or "ué la teoría# 

EL OTRO POR SÍ MISMO$esulta paradójico establecer el panorama retrospecti%o de una obra "ue jamás se &a

 pretendido prospecti%a. Es como cuando 'rfeo se %uel%e demasiado pronto &aciaEurídice ( con ello la en%ía para siempre a los Infiernos. )a( "ue &acer como si la obrase preexistiera a sí misma ( presintiera su final desde el principio. Esto puede ser de malau*urio. +in embar*o, &a( a&í un ejercicio de simulación capa de entrar en resonanciacon uno de los temas fundamentales del conjunto: &acer como si la obra estu%ieracerrada, como si se desarrollara de una manera co&erente, como si siempre &ubieraexistido. -sí "ue no %eo otro modo de &ablar de ella sino en términos de simulación, un

 poco a la manera como or*es reconstitu(e una ci%iliación perdida a tra%és de losfra*mentos de una biblioteca. Es decir, no puedo plantearme el problema de la%erosimilitud socioló*ica, al "ue, por otra parte, me costaría muc&ísimo responder, sinoubicarme /0/ simplemente en la posición del %iajero ima*inario "ue tropiea con estos

escritos como con un manuscrito ol%idado ( "ue, a falta de documentos suplementarios,se esfuera en reconstituir la sociedad "ue describen.

EL ÉXTSIS !E L OM#$II%$1odo &a partido de los objetos, pero (a no existe el sistema de los objetos. +u críticasiempre fue la de un si*no car*ado de sentido, con su ló*ica fantasmática e inconsciente( su ló*ica diferencial ( presti*iosa. Detrás de estas dos ló*icas, un sue2oantropoló*ico: el de un estatuto del objeto más allá del cambio ( el uso, más allá del%alor ( la e"ui%alencia, el sue2o de una ló*ica sacrificial: don, *asto, potlac&, partemaldita, consumación, cambio simbólico.1odo ello si*ue existiendo, ( simultáneamente desaparece. La descripción de taluni%erso pro(ecti%o, ima*inario ( simbólico, siempre fue la del objeto como espejo delsujeto. La oposición del sujeto ( el objeto siempre fue si*nificati%a, al i*ual "ue elima*inario profundo del espejo ( de la escena. Escena de la &istoria, pero tambiénescena de la cotidianidad emer*iendo a la sombra de una &istoria cada %e más

 políticamente desin%estida.)o(, ni escena ni espejo, sino pantalla ( red.

 3i trascendencia ni profundidad, sino superficie inmanente del desarrollo de lasoperaciones, superficie lisa ( operati%a de la comunicación. - ima*en ( semejana de latele%isión, el mejor objeto prototípico de esta nue%a era, todo el uni%erso "ue nos rodea

e incluso nuestro propio cuerpo se con%ierten en pantalla de control.4a no nos pro(ectamos en nuestros objetos con los mismos afectos, las mismasfantasías de posesión, de pérdida, de duelo, de celos: la dimensión psicoló*ica se &a

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esfumado, aun"ue podamos descubrirla en el detalle.art&es (a lo &abía se2alado a propósito del coc&e: una ló*ica de la posesión, de la

 pro(ección propia de una fuerte relación subjeti%a, es sustituida por una ló*ica de laconducción. 3ada de fantasías de poder, de %elocidad, de apropiación unidas al objetomismo, sino táctica potencial %inculada a su utiliación 5dominio, control ( mando,

optimiación del jue*o de posibilidades "ue ofrece el coc&e como %ector, ( (a no comosantuario psicoló*ico6, ( con ello transformación del sujeto mismo, "ue así se %uel%eordenador de la conducción ( no demiur*o ebrio de poder. El %e&ículo se con%ierte enuna burbuja, el salpicadero en una consola, ( el paisaje de alrededor se extiende comouna pantalla tele%isada.!ero podemos ima*inar una fase posterior a la actual, en la "ue el coc&e si*a siendo un /78/ material de prestación: una fase en la "ue se con%ierta en red informati%a. 's &abla,os informa 9espontáneamente9 sobre su estado *eneral, ( sobre el %uestro 5ne*ándosee%entualmente a funcionar si no funcionáis bien6, el coc&e consultante ( deliberante,

 pareja en una ne*ociación *eneral del modo de %ida, al*o 5o al*uien: en esa fase (a no&a( diferencia6 con lo "ue estáis conectados la baa fundamental se con%ierte en la

comunicación con el coc&e, un test perpetuo de presencia del sujeto en sus objetos,interfa ininterrumpida.- partir de entonces, (a no cuentan la %elocidad o el desplaamiento, ni si"uiera la

 pro(ección inconsciente, ni la competición ni el "ue &a comenado la desacraliacióndel copresti*io. )ace muc&o tiempo, por otra parte, c&e en ese sentido 59;<in de la%elocidad= 9, 9;circulo más, consumo menos=96. +e instala preferentemente un idealecoló*ico, de re*ulación, de funcionalidad bien templada, de solidaridad entre todos loselementos de un mismo sistema, de control ( *estión *lobal de un conjunto. >adasistema 5incluido el uni%erso doméstico6 forma una especie de nic&o ecoló*ico, dedecorado relacional en el "ue todos los términos deben mantenerse en contacto

 perpetuo, informados de su respecti%o estado ( del de la totalidad del sistema, pues eldesfallecimiento /77/ de un ?nico término puede lle%ar a la catástrofe.+in duda, todo esto no es más "ue un discurso, pero &a( "ue entender "ue el análisis delconsumo de los a2os sesenta/setenta partía también del discurso publicitario o del,

 pseudoconceptual, de los profesionales. El 9consumo9, la 9estrate*ia del deseo9 sólo&an sido inicialmente un metadiscurso, el análisis de un mito pro(ecti%o del "ue nadie&a sabido jamás cuál era su incidencia real. @amás se supo más, en el fondo, acerca de la%erdad de la relación de las personas con sus objetos "ue acerca de la realidad de lassociedades primiti%as. Esto es lo "ue permite or*aniar su mito, pero también por"ue esin?til pretender %erificar estadísticamente, objeti%amente, estas &ipótesis. >omosabemos, el discurso de los publicitarios sir%e inicialmente para los propios

 publicitarios, ( nada nos ase*ura "ue el actual discurso sobre la informática ( lacomunicación no sir%a exclusi%amente a los profesionales de la informática ( lacomunicación 5el discurso de los intelectuales ( los sociólo*os plantea, asimismo,idéntico problema6.1elemática pri%ada: cada uno de nosotros se %e prometido a los mandos de una má"uina&ipotética, aislado en posición de perfecta soberanía, a infinita distancia de su uni%ersoori*inal, es decir, en la exacta posición del cosmonauta en su burbuja, en un estado dein*ra%ide "ue le obli*a a un %uelo orbital perpetuo, ( a mantener una %elocidadsuficiente en el %acío so pena de acabar estrellándose contra su planeta ori*inario.Esta realiación del satélite orbital en el uni%erso cotidiano corresponde a la ele%acióndel uni%erso doméstico a la metáfora espacial, con la puesta en órbita de dos

&abitaciones cocinaduc&a en el ?ltimo módulo lunar, ( por tanto con la sateliación delo real. La cotidianidad del &ábitat terrestre &ipostasiada en el espacio es el final de la

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metafísica, ( el comieno de la era de la &iperrealidad. Auiero decir: lo "ue a"uí se pro(ectaba mentalmente, lo "ue se %i%ía en el &ábitat terrestre como metáfora a&ora es pro(ectado, sin la menor metáfora, en el espacio absoluto, el de la simulación. 3uestra propia esfera pri%ada (a no es una escena en la "ue se interprete unadramatur*ia del sujeto atrapado tanto por sus objetos como por su ima*en, nosotros (a

no existimos como dramatur*o o como actor, sino como terminal de m?ltiples redes. Latele%isión es su prefi*uración más directa, pero el espacio mismo de &abitación es loconcebido actualmente como espacio de recepción ( de operación, como pantalla demando, terminal dotada de poder telemático, es decir, de la posibilidad de re*ularlo todoa distancia, incluido el proceso de trabajo en las perspecti%as de trabajo telemático adomicilio, ( sin duda, además, el consumo, el jue*o, las relaciones sociales, el ocio.>abe ima*inar simuladores de ocio o de %acaciones del mismo modo "ue existensimuladores de %uelo para los pilotos de a%ión.>iencia ficción# +in duda, pero &asta a&ora todas las mutaciones del entorno &an

 pro%enido de una tendencia irre%ersible a la abstracción formal de los elementos ( lasfunciones, a su &omo*eneiación en un ?nico proceso, al desplaamiento de las

*estualidades, los cuerpos ( los esfueros &acia mandos eléctricos o electrónicos, alaminiaturiación, en el tiempo ( en el espacio, de procesos cu(a escena "ue (a no es unaescena se con%ierte en la de la memoria infinitesimal ( del espacio.-&í reside, por otra parte, nuestro problema, en la medida en "ue esta encefaliaciónelectrónica, esta miniaturiación de los circuitos ( de la ener*ía, esta transitoriación delentorno rele*an a la inutilidad, al desuso ( casi a la obscenidad, todo lo "ue constituíaanteriormente la escena de nuestra %ida. +abemos "ue la mera presencia de la tele%isióncon%ierte /7B/ el &ábitat en una especie de en%oltura arcaica, en un %esti*io derelaciones &umanas cu(a super%i%encia deja perplejo. - partir del momento en "ue estaescena (a no es &abitada por sus actores ( sus fantasías, a partir del momento en "ue loscomportamientos se focalian sobre determinadas pantallas o terminales operacionales,el resto aparece como un *ran cuerpo in?til, abandonado ( condenado. Lo real mismo

 parece un *ran cuerpo in?til.)an lle*ado los tiempos de una miniaturiación, de un telemando ( de un microprocesodel tiempo, de los cuerpos, de los placeres. 4a no existe un principio ideal de estascosas a escala &umana. +ólo persisten efectos miniaturiados, concentrados,inmediatamente disponibles. 1al cambio de escala es %isible en todas partes: estecuerpo, nuestro cuerpo, aparece como superfluo en su extensión, en la multiplicidad ( lacomplejidad de sus ór*anos, de sus tejidos, de sus funciones, (a "ue todo se concentra&o( en el cerebro ( en la fórmula *enética, "ue resumen por sí solos la definiciónoperacional del ser. El campo, el inmenso campo *eo*ráfico, parece un cuerpo desértico

cu(a extensión resulta innecesaria 5( "ue aburre atra%esar, incluso al mar*en de lasautopistas6 a partir del momento en "ue todos los acontecimientos se resumen en lasciudades, a su %e en %ías de reducirse a unas cuantas cumbres miniaturiadas. ( eltiempo: "ué decir del inmenso tiempo libre "ue se nos deja, demasiado tiempo "ue nosrodea como un solar sin edificar, una dimensión a&ora in?til en su desarrollo, a partirdel momento en "ue la instantaneidad de la comunicación &a miniaturiado nuestrosintercambios a una sucesión de instantes#El cuerpo como escena, el paisaje como escena, el tiempo como escena desaparecen

 pro*resi%amente. Lo mismo ocurre con el espacio p?blico: el teatro de lo social, elteatro de lo político se reducen cada %e más a un *ran cuerpo blando (a unas cabeasm?ltiples. La publicidad, en su nue%a %ersión, (a no es el escenario barroco, utópico (

extático de los objetos ( del consumo, si no el efecto de una %isibilidad omnipresente delas empresas, las marcas, los interlocutores sociales, las %irtudes sociales de la

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comunicación. La publicidad lo in%ade todo a medida "ue desaparece el espacio p?blico5la calle, el monumento, el mercado, la escena, el len*uaje6. 'rdena la ar"uitectura ( larealiación de superobjetos como eaubour*, les )alles o La Cillette, "ue literalmenteson monumentos 5o antimonumentos6 publicitarios, no por"ue se centren en elconsumo, sino por"ue, en principio, se ofrecen como demostración de la operación de la

cultura, de la operación cultural de la mercancía ( la masa en mo%imiento. Esta esnuestra ?nica ar"uitectura actual: *randes pantallas en donde se refractan los átomos, las partículas, las moléculas en mo%imiento. 3o una escena p?blica, un espacio p?blico,sino *i*antescos espacios de circulación, de %entilación, de conexión efímera.Lo mismo ocurre con el espacio pri%ado. +u desaparición es contemporánea a la delespacio p?blico. 3i éste es (a un espectáculo, ni a"uél es (a un secreto. La distinciónentre un interior ( un exterior, "ue describía acertadamente la escena doméstica de losobjetos ( la de un espacio simbólico del sujeto, se &a borrado en una doble obscenidad:la acti%idad más íntima de nuestra %ida se con%ierte en pasto &abitual de los media5 tele%isión nostop sobre la familia Louds en +-, innumerables 9tranc&es de %ie9 (emisiones psi en la tele%isión francesa6, pero también el uni%erso entero acude a

desple*arse innecesariamente en nuestra pantalla doméstica. !orno*rafía microscópicadel uni%erso, porno*rafía en tanto es forada ( desmesurada, exactamente i*ual "ue el

 primer plano sexual en el porno. 1odo ello &ace estallar la escena antes prote*ida poruna distancia mínima e interpretada conforme a un ritual secreto sólo conocido por losactores.

 3o cabe duda de "ue el uni%erso pri%ado era alimento, en cuanto nos separaba de losdemás, del mundo, en cuanto estaba in%estido de un muro protector, de un ima*inario

 protector. !ero reco*ía también el beneficio simbólico de la alienación: el 'tro existe (la alteridad puede interpretarse para bien ( para mal. -sí fue %i%ida la sociedad deconsumo bajo el si*no de la alienación, como sociedad del espectáculo. 4,

 precisamente, &abía espectáculo, ( éste, incluso alienado, jamás es obsceno. Laobscenidad comiena cuando (a no &a( espectáculo ni escena, ni teatro, ni ilusión,cuando todo se &ace inmediatamente transparente ( %isible, cuando todo "uedasometido a la cruda e inexorable lu de la información ( la comunicación.4a no estamos en el drama de la alienación, sino en el éxtasis de la comunicación. 4este éxtasis sí es obsceno. 'bsceno es lo "ue acaba con toda mirada, con toda ima*en,con toda representación. 3o es sólo lo sexual lo "ue se %uel%e obsceno: actualmenteexiste toda una porno*rafía de la información ( la comunicación, una porno*rafía de loscircuitos ( las redes, de las funciones ( los objetos en su le*ibilidad, fluide,disponibilidad ( re*ulación, en su si*nificación forada ( en sus resultados, susconexiones, su poli%alencia, su expresión libre...

4a no es la obscenidad de lo oculto, reprimido, oscuro, sino la de lo %isible, de lodemasiado %isible, de lo más %isible "ue lo %isible, la obscenidad de lo "ue (a no tienesecreto, de lo "ue es enteramente soluble en la información ( la comunicación.Marx (a denunciaba la obscenidad de la mercancía, unida al principio de sue"ui%alencia, al ab(ecto principio de su libre circulación. La obscenidad de la mercancía

 procede de "ue es abstracta, formal ( li*era, respecto a la pesade, opacidad ( sustanciadel objeto. La mercancía es le*ible: en contra del objeto "ue jamás confiesa enteramentesu secreto, manifiesta siempre su esencia %isible, esto es, su precio. La mercancía es ellu*ar de transcripción de todos los objetos posibles: a tra%és de ella, comunican losobjetosF la forma mercancía es el primer *ran medium del mundo moderno. !ero elmensaje "ue entre*an con ella es radicalmente simplificado, ( siempre el mismo: su

%alor de cambio. -sí pues, en el fondo, el mensaje (a no existe, sino sólo el medium"ue se impone en su circulación pura. - eso le llamamos éxtasis: el mercado es una

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forma extática de la circulación de los bienes, así como la prostitución ( la porno*rafíason formas extáticas de la circulación del sexo.Ele%ando este análisis al cuadrado se entiende "ué ocurre con la transparencia ( laobscenidad del uni%erso de la comunicación, "ue dejan a su espalda las del uni%erso dela mercancía, en cierto modo relati%as.

1odas las funciones subsumidas en una ?nica dimensión, la de la comunicación: es eléxtasis. 1odos los acontecimientos, los espacios ( las memorias subsumidos en la ?nicadimensión de la información: es la obscenidad.- la obscenidad cálida ( sexual sucede la obscenidad fría ( comunicacional. La primeraimplicaba una forma de promiscuidad, la de los objetos amontonados ( acumulados enel uni%erso pri%ado, o la de todo lo "ue no se &a dic&o ( bulle en el silencio de lain&ibiciónF se trataba de una promiscuidad or*ánica, %isceral, carnal. En cambio, la

 promiscuidad imperante sobre las redes de la comunicación es la de una saturaciónsuperficial, una solicitación incesante, un exterminio de los espacios intersticiales.Le%anto mi receptor telefónico ( me asalta toda la red mar*inal, me acosa con lainsoportable buena fe de lo "ue "uiere ( pretende comunicar. Las radios libres: &ablan,

cantan, se expresan. Mu( bien. !ero en términos de medium, el resultado es éste: unespacio, el de la banda <M, se encuentra saturado, las emisoras se encabal*an, semeclan: al*o "ue era libre por"ue tenía espacio deja de serlo la palabra es libre,aun"ue (o (a no lo so(, ni lle*o a saber lo "ue "uiero, tal es la saturación del espacio (fuerte la presión de todo lo "ue pretende &acerse oír.>ai*o en el éxtasis ne*ati%o de la radio. nido a este delirio de la comunicación existe un estado típico de fascinación ( %érti*o.na forma de placer tal %e sin*ular, pero aleatoria ( %erti*inosa. +i*uiendo a >ailloisen su clasificación de los jue*os: mimicr(, a*Gn, aléa, il(nx jue*os de expresión,

 jue*os de competición, jue*os de aar, jue*os de %érti*o, la tendencia de toda nuestracultura nos lle%aría de una desaparición de las formas expresi%as ( competiti%as a unaampliación de las formas del aar ( el %érti*o.Estas (a no suponen jue*os de escena, de espejo, de desafío o de alteridad, sino "ue más

 bien resultan extáticas, solitarias ( narcisistas. El placer (a no es el de la manifestaciónescénica o estética 5seductio6, sino el de la fascinación pura, aleatoria ( psicotrópica5subductio6. Esto no supone necesariamente un juicio ne*ati%o, aun"ue sin dudaapareca una mutación profunda ( ori*inal de las formas de percepción ( de placer.-penas lle*amos a medir sus consecuencias. -plicando nuestros criterios anti*uos ( losreflejos de una sensibilidad 9escénica9, corremos el ries*o de i*norar la irrupción, en laesfera sensorial, de esta forma nue%a, extática ( obscena.

-l*o es se*uro: si la escena nos seducía, lo obsceno nos fascina. !ero el éxtasis es locontrario de la pasión. Deseo, pasión, seducción o también, se*?n >aillois, expresión (competición, son los jue*os del uni%erso cálido. Hxtasis, fascinación, obscenidad,comunicación o también, se*?n >aillois, aar, suerte ( %érti*o, son los jue*os deluni%erso frío, del uni%erso cool 5incluso el %érti*o es frío, en especial el de las dro*as 6.De todos modos, tendremos "ue sufrir esta extra%ersión forada de toda interioridad,esta intro(ección forada de toda exterioridad "ue constitu(e el imperati%o cate*óricode la comunicación. Es posible "ue a"uí con%en*a utiliar ciertas metáforas procedentesde la patolo*ía. +i la &isteria era la patolo*ía de una puesta en escena exacerbada delsujeto, de una con%ersión teatral ( operática del cuerpo, ( si la paranoia era la patolo*íade la or*aniación ( estructuración de un mundo rí*ido ( celoso, a partir de la

 promiscuidad inmanente ( la conexión perpetua de todas las redes en la comunicación einformación nos &allamos en una nue%a forma de es"uiofrenia. )ablando con

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exactitud, (a no es la &isteria o la paranoia pro(ecti%a, sino el estado de terrorcaracterístico del es"uiofrénico una excesi%a proximidad de todo, una promiscuidadinfecta de todo, "ue le in%iste ( le penetra sin resistencia, sin "ue nin*?n &alo, nin*unaaura, ni si"uiera la de su propio cuerpo, le protejan. El es"uiofrénico está abierto a todo

 pese a sí mismo, ( %i%e en la ma(or confusión. Es la presa obscena de la obscenidad del

mundo. Más "ue por la pérdida de lo real, se caracteria por esta proximidad absoluta einstantaneidad total de las cosas, una sobreexposición a la transparencia del mundo.Despojado de toda escena ( atra%esado sin obstáculo, (a no puede producir los límitesde su propio ser, (a no puede producirse como espejo. 4 se con%ierte así en pura

 pantalla, pura superficie de adsorción ( reabsorción de las redes de influencia.

LOS RIT#LES !E L TR$SPRE$ILa incertidumbre de existir (, de rebote, la obsesión por demostrar nuestra existencia,

 pre%alecen sin duda &o( sobre el deseo típicamente sexual. +i la sexualidad es una puesta en jue*o de nuestra identidad 5&asta en el &ec&o de &acer ni2os6, (a no estamosexactamente capacitados para dedicarnos a ella, pues bastante trabajo nos cuesta

sal%a*uardar nuestra identidad como para, además, encontrar ener*ía para ocuparnos deotra cosa. <undamentalmente nos interesa demostrar nuestra existencia, aun"ue no ten*aotro sentido "ue ése.1al cosa puede obser%arse en los recientes *raffitis de 3ue%a 4or o de $ío. La*eneración anterior decía: 99Existo, me llamo <ulano, %i%o en 3ue%a 4or.9 >onteníanuna car*a de sentido, aun"ue casi ale*órico: el del nombre. Los actuales son sólo*ráficos e indescifrables. +iempre dicen, implícitamente: 9Existo.9 4 al mismo tiempo:93o ten*o nombre, no ten*o sentido, no "uiero decir nada.9 3ecesidad de &ablar cuandono &a( nada "ue decir. 3ecesidad tanto ma(or cuando no se tiene nada "ue decir, delmismo modo "ue existir es muc&o más ur*ente cuando la %ida carece de sentido. >onello, la sexualidad se rele*a a un se*undo plano como una forma de trascendenciaincluso lujosa, de despilfarro de la existencia, mientras "ue la ur*encia absoluta consistesimplemente en %erificar dic&a existencia.$ecuerdo una escena de una exposición &iperrealista en eaubour*: %arias esculturas, omás bien %arios mani"uíes, completamente realistas, color carne, ínte*ramente desnudosen una posición, sin nin*?n e"uí%oco, banal. Instantaneidad de un cuerpo "ue nada"uiere decir ( nada tiene "ue decir, "ue está simplemente allí (, con ello, pro%oca unaespecie de estupefacción en los espectadores. La reacción de la *ente era interesante: seinclinaban para %er al*o, los poros de la piel, los pelos del pubis, todo. +in embar*o, no&abía nada "ue %er. -l*unos "uerían incluso tocar, para experimentar la realidad de esecuerpo, pero, naturalmente, eso no funcionaba, por"ue todo estaba (a allí. 3i si"uiera

en*a2aba al ojo. >uando el ojo se en*a2a, el juicio se di%ierte en adi%inar, e inclusocuando no se intenta en*a2ar siempre &a( una especie de adi%inación en el placerestético ( táctil "ue procura una forma.-"uí, nada, sal%o la extraordinaria técnica mediante la cual el artista consi*ue apa*artodas las se2ales de la adi%inación. 4a no "ueda la sombra de una ilusión detrás de la%eracidad de los pelos. 3ada "ue %er: por ello la *ente se a*ac&a, se acerca ( &uele este&iperparecido alucinante, espectral en su simplicidad. +e a*ac&an para comprobar al*oasombroso: una ima*en en la cual no &a( nada "ue %er.-&í está la obscenidad: en "ue no &a(a nada "ue %er. 3o es sexual sino real. Elespectador no se a*ac&a por curiosidad sexual, sino para comprobar la textura de la piel,la textura infinita de lo real. Es posible "ue en la actualidad sea éste nuestro auténtico

acto sexual: comprobar &asta el %érti*o la in?til objeti%idad de las cosas.En muc&os casos, nuestra ima*inería erótica ( porno*ráfica, toda esa panoplia de senos,

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nal*as ( sexos, no tiene más sentido "ue éste: expresar la in?til objeti%idad de las cosas.La desnude sólo sir%e como intento desesperado para subra(ar la existencia de al*o. Elculo no es más "ue efecto especial. Lo sexual no es más "ue un ritual de latransparencia. -ntes &abía "ue esconderlo, &o( en cambio sir%e para esconder lara"uítica realidad, ( también para participar, claro está, de esta pasión desencarnada.

De dónde proceden entonces la fascinación de tales imá*enes# E%identemente, no de laseducción 5"ue es un desafío a esta porno*rafía, a esta objeti%idad in?til de las cosas6. 3i si"uiera las miramos, a decir %erdad. !ara "ue exista mirada, es preciso "ue un objetose %ele ( se des%ele, desapareca a cada instanteF por ello la mirada manifiesta unaespecie de oscilación. !or el contrario, estas imá*enes no están tomadas en un jue*o deemer*encia ( de desaparición. El cuerpo (a está allí sin la c&ispa de una ausencia

 posible, en el estado de radical desilusión "ue es el de la pura presencia. En una ima*en,determinadas partes son %isibles ( otras no, las %isibles &acen in%isibles a las otras, seinstala un ritmo de la emer*encia ( del secreto, una línea de flotación de lo ima*inario.En cambio a"uí, todo resulta de una %isibilidad e"ui%alente, todo comparte el mismoespacio sin profundidad. 4 la fascinación procede justamente de tal desencarnación 5la

estética de la desencarnación mencionada por 'cta%io !a6. La fascinación es la pasióndesencamada de una mirada sin objeto, de una mirada sin ima*en. )ace muc&o tiempo"ue todos nuestros espectáculos mediáticos &an fran"ueado el muro de la estupefacción.na exacerbación %itrificada del cuerpo, una exacerbación %itrificada del sexo, unaescena %acía en la "ue no sucede nada, ( "ue, no obstante, llena la mirada. 1ambién lainformación, o lo/JK/ político: no sucede nada, (, sin embar*o, nos sentimos saturados.Deseamos dic&a fascinación# Deseamos dic&a objeti%idad porno*ráfica del mundo#>ómo saberlo# +in duda existe un %érti*o colecti%o de &uida &acia adelante en laobscenidad de una forma pura ( %acía, donde a la %e se jue*an la desmesura de losexual ( su descalificación, la desmesura de lo %isible ( su de*radación. Estafascinación también afecta al arte moderno, cu(o objeti%o es (a literalmente no sercontemplable, desafiar toda seducción de la mirada. El arte moderno sólo ejerce lama*ia de su desaparición.!ero esta obscenidad e indiferencia no lle%an necesariamente aun punto muerto. !uedencon%ertirse de nue%o en %alores colecti%osF %emos, además, reconstituirse a su alrededornue%os rituales, los rituales de la transparencia. !or otra parte, sin duda no &acemos más"ue interpretar la comedia de la obscenidad ( la porno*rafía, así como otros interpretanla comedia de la ideolo*ía ( la burocracia 5cierto, colecti%amente, en el Este6, olasociedad italiana interpreta la comedia de la confusión ( el terrorismo. En la publicidadse interpreta la comedia del striptease femenino 5de a&í la in*enuidad de cual"uier%indicación feminista contra esta 9prostitución96. +i*ue siendo también un ritual de la

transparencia. Liberación sexual, porno*rafía omnipresente, información, participación,expresión libre. +i todo eso fuera cierto, resultaría insoportable. +i todo eso fuera cierto,%i%iríamos realmente en la obscenidad, es decir, en la %erdad desnuda, en la insensata

 pretensión de las cosas a expresar su %erdad. -fortunadamente, su destino nos prote*e pues, en el colmo de las cosas, cuando %an a %erificarse, siempre se re%ersibilian (recaen en el secreto.

 3adie sabría decir si el sexo &a sido liberado o no, si la tasa de *oce sexual &aaumentado o no. 1anto en la sexualidad como en el arte, la idea de pro*reso es absurda.!or el contrario, la obscenidad ( la transparencia pro*resan ineluctablemente,

 justamente por"ue (a no pertenecen al orden del deseo, sino al frenesí de la ima*en. Enmateria de imá*enes, la solicitación ( la %oracidad aumentan desmesuradamente. +e &an

con%ertido en nuestro auténtico objeto sexual, el objeto de nuestro deseo. ( en estaconfusión de deseo ( e"ui%alente materialiado en la ima*en no sólo deseo sexual, sino

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también deseo de saber ( e"ui%alente materialiado en la 9información99, deseo desue2o ( e"ui%alente materialiado en todos los Disne(landia del mundo, deseo deespacio ( e"ui%alente pro*ramado en el tránsito de las %acaciones, deseo de jue*o (e"ui%alente pro*ramado en la telemática pri%ada, etc., reside la obscenidad de nuestracultura. La promiscuidad ( la ubicuidad de las imá*enes, la contaminación %iral de las

cosas por las imá*enes, son las características fatales de nuestra cultura. ( no &a( límites para ello, pues las imá*enes, al contrario "ue las especies animales sexuadas sobre las"ue %ela una especie de re*ulación interna, no están prote*idas en absoluto de la

 pululación indefinida, (a "ue no se en*endran sexualmente ( no conocen el sexo ni lamuerte. Esta es la raón, además, de "ue nos obsesionen, en este período de recesión delsexo ( la muerte: so2amos, a tra%és de ellas, con la inmortalidad de los protooos, "uese mutiplican al infinito por conti*idad ( sólo conocen un encadenamiento asexuado. En los rituales de la transparencia &a( "ue incluir todo el entorno de prótesis ( de

 protección sustituti%o de las defensas bioló*icas ( naturales del cuerpo. 1odos somosni2osburbuja, como el "ue &a muerto recientemente en -mérica: %i%iendo en su

 burbuja, una escafandra proporcionada por la 3-+-, rodeado de todo el espaciomédico, prote*ido de todos los conta*ios por el espacio inmunitario artificial, acariciado

 por su madre a tra%és de paredes de cristal con unos man*uitos de plástico, riendo (creciendo en su atmósfera extra terrestre bajo la mirada de la ciencia 5&ermanoexperimental del ni2oIobo, del ni2o sal%aje adoptado por los lobos aun"ue &o( seanlos ordenadores los "ue le adoptan6. Este ni2oburbuja prefi*ura el futuro, la asepsiatotal, la eliminación de todos los *érmenes: forma bioló*ica de la transparencia. Es elsímbolo de la existencia en el %acío, "ue &asta a&ora sólo era la de las bacterias ( las

 partículas en los laboratorios, pero "ue cada %e más será la nuestra: presuriados en el%acío como los discos, conser%ados en el %acío como los supercon*elados, muriendo enel %acío como las %íctimas de la testarude terapéutica. !ensando ( reflexionando en el%acío como lo ilustra en todas partes la inteli*encia artificial.La creciente cerebralidad de las má"uinas debe pro%ocar normalmente la purificacióntecnoló*ica de los cuerpos. >ada %e el cuerpo &umano podrá contar menos con susanticuerpos, ( &abrá "ue prote*erle, por tanto, desde el exterior. La purificaciónartificial de todos los medios, de todos los ambientes, suplirá los desfallecientessistemas inmunoló*icos internos. ( son desfallecientes por"ue una irre%ersibletendencia, llamada pro*reso, lle%a a desposeer al cuerpo ( al espíritu &umanos de sussistemas de iniciati%a ( defensa, para trasladarlos a unos artefactos técnicos. Desposeídode sus defensas, el &ombre pasa a ser eminentemente %ulnerable a la ciencia.Desposeído de sus fantasías, para a ser eminentemente %ulnerable a la psicolo*ía.

Liberado de sus *érmenes, pasa a ser eminentemente %ulnerable ala medicina. 3o es insensato afirmar "ue el exterminio de los &ombres comiena por el exterminio delos *érmenes. !ues tal como es, con sus &umores, sus pasiones, su risa, su sexo, sussecreciones, el mismo &ombre no es más "ue un sucio ( pe"ue2o %irus irracional "uealtera el uni%erso de la transparencia. >uando todo esté expur*ado, cuando se &a(a

 puesto fin a los procesos %irales, a toda contaminación social ( bacilar, sólo "uedará el%irus de la tristea, en un uni%erso de una limpiea ( una sofisticación mortales.+iendo el pensamiento, a su manera, una red de anticuerpos ( un sistema de defensainmunoló*ica natural, también está *ra%emente amenaado. +erá sustituido con %entaja

 por la burbuja cerebroespinal, desembaraado de cual"uier reflejo animal o metafísico. 3uestro cerebro, nuestro propio cuerpo, se &an con%ertido en esta burbuja, esta esfera

expur*ada, este en%oltorio transparente en cu(o interior nos refu*iamos, des%alidos (superprote*idos, como ese desconocido ni2o condenado a la inmunidad artificial (a la

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transfusión perpetua, (a morir tan pronto como &a(a besado a su madre.)o( la le(es así: a cada cual su burbuja. -l i*ual "ue en el espacio *eo*ráfico, tras&aber alcanado los límites del planeta ( explorado todos sus confines, sólo podemosimplosionar en un espacio cada %e más circunscrito en función de nuestra crecientemo%ilidad, la del a%ión o de los medias, &asta un punto en "ue todos los %iajes (a se &an

 producido ( en donde todas las %eleidades de dispersión, e%asión ( desplaamiento seconcentran en un ?nico punto fijo, en una inmo%ilidad "ue (a no es la del nomo%imiento, sino la de la ubicuidad potencial, la de una mo%ilidad absoluta "ue anulasu propio espacio a fuera de recorrerlo incesantemente ( sin esfueroF así como latransparencia &a estallado en mil fra*mentos similares a los a2icos de un espejo en elcual toda%ía %emos reflejarse furti%amente nuestra ima*en, justo antes de desaparecer.>omo en los fra*mentos de un &olo*rama, cada a2ico contiene el uni%erso entero. Estaes también la característica del objeto fractal: reencontrarse por entero enel menor de sus detalles. !or la misma raón, podemos &ablar &o( de un sujeto fractal"ue, en lu*ar de trascenderse en una finalidad o un conjunto "ue le supera, se difracta enuna multitud de e*os miniaturiados, absolutamente semejantes entre sí, "ue se des

multiplican embrionariamente como en un culti%o bioló*ico, saturando porescisiparidad su entorno &asta el infinito. De la misma manera "ue el objeto fractal seasemeja en todos sus ras*os a sus componentes elementales, el sujeto fractal sólo sue2aen parecerse a cada una de sus fracciones. +u sue2o, por decirlo de al*?n modo,in%oluciona &acia abajo, a un lado de toda representación, &acia la más menuda fracciónmolecular de sí mismo. Extra2o 3arciso: (a no sue2a con su ima*en ideal, sino con unafórmula de reproducción *en ética al infinito.-nteriormente, la obsesión consistía en parecerse a los demás ( perderse en la multitud.'bsesión de la conformidad, manía de la diferencia. )ace falta una solución "ue noslibre de parecernos a los demás. )o( consiste en parecerse ?nicamente a uno mismo.Encontrarse en todas partes, desmultiplicados, pero fieles a nuestra propia fórmulaF entodas partes el mismo reparto, ( pasar por todas las pantallas a la %e. El parecido (a noapunta a los demás, sino "ue es a"uel, indefinido, del indi%iduo consi*o mismo cuandose resuel%e en sus elementos simples. La diferencia, al mismo tiempo, cambia desentido. 4a no es la de un sujeto con otro, sino la diferenciación interna del mismosujeto al infinito. La fatalidad actual corresponde al orden del %érti*o interior, delestallido en lo idéntico, de la fidelidad del 9narcisista9 al propio si*no (a la propiafórmula. -lienado de sí mismo, de sus m?ltiples clones, de sus pe"ue2os (oesisomorfos. ..>omo cada indi%iduo se resume en un punto &iperpotencial, los otros %irtualmente (ano existen. Ima*inarlos es imposible, además de in?til, como ocurre con el espacio si

 puede fran"uearse instantáneamente. Ima*inar las tierras australes ( todo cuanto nossepara de ellas resulta in?til desde "ue un a%ión nos traslada allí en %einte &oras.Ima*inar a los demás ( todo cuanto nos acerca a ellos es in?til desde "ue la9comunicación9 nos los %uel%e inmediatamente presentes. La ima*inación del tiempo,de la duración ( su complejidad, es in?til desde "ue todo pro(ecto es inmediatamenterealiable. !ara un primiti%o o un campesino, la ima*inación de un más allá de suespacio natal era imposible por"ue ni si"uiera tenía el presentimiento del fueraF el&orionte era mentalmente infran"ueable. )o(, si la ima*inación es imposible, se debeala raón in%ersa: todos los &oriontes &an sido fran"ueados, de antemano nosconfrontamos con todos los fueras, de modo "ue no resta más "ue extasiarnos 5en elsentido literal6 o retraernos ante tan in&umana extrapolación.

>onocemos perfectamente esta retracción: es la del sujeto para "uien el &orionte sexual( social de los demás &a desaparecido, ( cu(o &orionte mental se &a estrec&ado con la

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manipulación de sus imá*enes ( de sus pantallas. 1iene todo lo "ue necesita. !or "ué preocuparse del sexo ( el deseo# La desafección de uno mismo ( de los demás nace al&ilo de las redes, es contemporánea de la forma desértica del espacio en*endrada por la%elocidad, de la forma desértica de lo social en*endrada por la comunicación ( lainformación.

Desmultiplicación fractal del cuerpo 5del sexo, del objeto, del deseo6: %istos mu( decerca, todos los cuerpos ( los rostros se parecen. El primer plano de una cara es tanobsceno como el de un sexo. Es un sexo. >ual"uier ima*en, cual"uier forma, cual"uier

 parte del cuerpo %ista de cerca es un sexo. Lo "ue ad"uiere %alor sexual es la promiscuidad del detalle, el aumento del oom. La exorbitancia de cada detalle nosatrae, así como la ramificación, la multiplicación serial del mismo detalle. En el extremoopuesto de la seducción, la promiscuidad extrema de la porno*rafía, "ue descomponelos cuerpos en sus menores elementos ( los *estos en sus menores mo%imientos. (nuestro deseo acude a estas nue%as imá*enes cinéticas, numéricas, fractales, artificiales,sintéticas, por"ue todas ellas resultan de menor definición. >asi podríamos decir "ueson asexuadas, como las imá*enes porno, por exceso técnico de buena %oluntad. !ero (a

no buscamos en ellas definición o ri"uea ima*inaria, buscamos el %érti*o de susuperficialidad, el artificio de su detalle, la intimidad de su técnica. 3uestro auténticodeseo es el de su artificialidad técnica, ( nada más.Lo mismo ocurre con el sexo. Exaltamos el detalle de la acti%idad sexual como, en una

 pantalla o bajo un microscopio, el de una operación "uímica o bioló*ica. uscamos ladesmultiplicación en objetos parciales ( la realiación del deseo en la sofisticacióntécnica del cuerpo. Del mismo modo "ue la liberación sexual lo cambia, el cuerpo (a noes más "ue una di%ersibilidad de superficies. una pululación de m?ltiples objetos, dondese pierde su finitud, su representación deseable, su seducción. >uerpo metastático,cuerpo fractal, ( (a no llamado a nin*una resurrección.

METMOR&OSIS' MET(&OR' MET(STSISDónde está el cuerpo de la fábula, el cuerpo de la metamorfosis, el del puroencadenamiento de las apariencias, de una fluide intemporal e insexual de las formas,el cuerpo ceremonial "ue &acen %i%ir las mitolo*ías, o la 'pera de !eín ( los teatrosorientales, o también la dana: cuerpo no indi%idual, dual ( fluido cuerpo sin deseo,

 pero capa de todas las metamorfosis, cuerpo liberado del espejo de sí mismo, peroentre*ado a todas las seducciones# 4 "ué seducción más %iolenta "ue la de cambiar deespecie, transfi*urarse en lo animal, lo %e*etal, incluso lo mineral ( lo inanimado # Estemo%imiento, "ue nos &ace traidores a nuestra propia especie ( nos entre*a al %érti*o de

todas las demás, es el modelo de la seducción amorosa, "ue también apunta a laextra2ea del otro sexo (a la %irtualidad de ser iniciado en él como en una especieanimal o %e*etal diferente.La fuera de la metamorfosis está en el fondo de toda seducción, incluidas las de lasformas más fáciles de sustitución, las de las caras, los roles, las máscaras. $odeamoscada seducción de una metamorfosis, ( rodeamos cada metamorfosis de un ceremonial.-sí es la le( de las apariencias, ( el cuerpo resulta el primer objeto atrapado en este

 jue*o.El cuerpo de la metamorfosis no conoce la metáfora ni la operación del sentido. Elsentido no se deslia de una forma a otra, son éstas las "ue se deslian directamente deuna a otra, como en los mo%imientos de la dana o en las proferaciones enmascaradas.

>uerpo no psicoló*ico, no sexual, cuerpo liberado de cual"uier subjeti%idad ( "uerecupera la felinidad animal del objeto puro, del mo%imiento puro, de una pura

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transparición *estual.Es cierto "ue pa*a esta capacidad fabulosa con una renuncia al deseo, al sexo (a lareproducción. !ero para él es una manera de no morir. !ues pasar de una especie a otra,de una forma a otra, es una forma de desaparecer, ( no de morir. Desaparecer esdispersarse en las apariencias. De nada sir%e morir, también &a( "ue saber desaparecer.

De nada sir%e %i%ir, también &a( "ue saber seducir.El cuerpo de la metamorfosis no conoce orden simbólico, sólo una sucesión %erti*inosaen la "ue el sujeto se pierde en los encadenamientos rituales. La seducción tampococonoce el orden simbólico. +ólo cuando se frena esta transfi*uración de las formas entresí aparece un orden simbólico, se eri*e una instancia cual"uiera ( se metaforia elsentido de acuerdo con la le(.nicamente entonces, una %e cumplido el Nran @ue*o de la <ábula, el Cérti*o ( laMetamorfosis, con la aparición de la sexualidad ( el deseo, el cuerpo se con%ierte enmetáfora, escena metafórica de la realidad sexual, con su cortejo de deseos ( dein&ibiciones.-&í (a aparece un extraordinario empobrecimiento: en lu*ar de ser el teatro suntuoso de

m?ltiples formas iniciáticas, de la crueldad ( la %ersatilidad de las apariencias, lu*ar dela fantasma*oría de las especies, de los sexos ( las di%ersas maneras de morir, el cuerpono es más "ue el exponente de una ?nica marca entre todas: la diferencia sexual, ( laescena de un ?nico *uión, la fantasmática sexual inconsciente. 4a no es la fabulosasuperficie de inscripción de los sue2os ( las di%inidades, sino sólo la escena de lafantasía ( la metáfora del sujeto. El cuerpo ceremonial no es transparente a una %erdad,aun"ue sea metafórica, del sexo ( el inconsciente 5a"uí es donde aparecen los límitesdel psicoanálisis, "ue no &a escuc&ado bien la <ábula, aun"ue siempre pretenda referirsea ella, ( "ue contin?a siendo inepto para opinar acerca de este ser %erti*inoso, pero sindeseo, de la metamorfosis6.Las formas jue*an entre sí, se intercambian entre sí sin pasar por el ima*inario

 psicoló*ico de un sujeto. -llí, el mundo es mundo, ( el len*uaje sólo una de sus formas posibles. Lo ima*inario, nuestro ima*inario, no es mas "ue el %esti*io psicoló*ico del presti*io cruel de las formas ( las apariencias. Es la forma de*radada de la ilusión*enial ( del reino de las metamorfosis.>uerpo psicoló*ico, cuerpo in&ibido, cuerpo neurotiado, espacio de la fantasía, espejode la alteridad, espejo de la identidad, lu*ar del sujeto atrapado por su propia ima*en (

 por su propio deseo, nuestro cuerpo (a no es pa*ano ( mítico, sino cristiano (metafóricoF cuerpo del deseo, ( no de la fábula.Le &emos &ec&o sufrir una especie de precipitación materialista. 1al como &o( lointerpretamos, en lu*ar de la adi%inación "ue puede encontrarse en la dana, en el duelo

( en los astros, tal como lo contamos, en nuestro simulacro inconfesado de realidad,como espacio indi%idualiado de pulsión, de deseo ( fantasía, nuestro cuerpo se &acon%ertido en la precipitación materialista de una forma seductora "ue lle%aba consi*ouna *i*antesca fuera de dene*ación del mundo, ultramundana de ilusión ( demetamorfosis... /pa*.BJ/ 1ras el cuerpo de la metamorfosis, tras el cuerpo de la metáfora, aparece el de lametástasis.La metáfora no &abía dejado de ser una fi*ura del exilio, el del alma respecto al cuerpo,el del deseo respecto a su objeto, el del sentido respecto al len*uaje. !ero el exilio si*ueofreciendo una buena distancia, patética, dramática, crítica, estéticaF serenidad &uérfana

de su propio mundo, fi*ura ideal del territorio. La desterritorialiación (a no es enabsoluto el exilio, ( tampoco una fi*ura de la metáfora, sino de la metástasis. La de una

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despri%ación del sentido ( el territorio, de una lobotomía corporal resultante delenlo"uecimiento de los circuitos. Electrocutada, lobotomiada, el alma no es más "ueuna circun%olución cerebral. Es probable, además, "ue un día nuestros sabiosneurólo*os lle*uen a localiarla en el cerebro, como la función del len*uaje o la

 posición %ertical. Dependerá del &emisferio derec&o o del i"uierdo#

La definición reli*iosa, metafísica o filosófica del ser &a cedido su sitio a una definiciónoperacional en términos de códi*o *en ético 5-D36 ( de or*aniación cerebral 5códi*oinformacional ( billones de neuronas6. Ci%imos en un sistema en donde (a no &a( almani metáfora del cuerpoF &asta la fábula del inconsciente &a perdido *ran parte de suresonancia. 3in*?n relato ni instancia acuden a metaforiar nuestra presencia, nin*unatrascendencia inter%iene en nuestra definición, nuestro ser se a*ota en susencadenamientos moleculares ( circun%oluciones neurónicas.1al cosa define, no (a a indi%iduos, sino a mutantes potenciales. Desde el punto de %istade la biolo*ía, de la *enética ( la cibernética, todos somos mutantes. -&ora bien, no

 puede existir @uicio <inal para los mutantes, ni resurrección de los cuerpos, pues "uécuerpo resucitará# )abrá cambiado de fórmula, de cromosomas, &abrá sido pro*ramado

conforme a otras %ariables motrices ( mentales, (a no tendrá derec&o a su ima*en.En este sentido, la in%alide ofrece un auténtico terreno de anticipación, una especie deexperimentación objeti%a sobre el cuerpo, los sentidos ( el cerebro, en especial en surelación con la informática. La informática como nue%a fuera producti%a, inmaterial,in&umana, ( la in%alide como anticipación de las futuras condiciones laborales en ununi%erso alterado, in&umano ( anómalo. asta %er a los cie*os en un deporte de balónel torball creado especialmente para ellos, atrapados en comportamientos de cienciaficción, combinándose los unos con los otros mediante el oído ( el reflejo animal, comono tardarán en &acerlo los &umanos en un proceso sin mirada de percepción táctil ( deadaptación refleja, e%olucionando en los sistemas como en el interior de su cerebro o enlas circun%oluciones de una cajaF los cie*os, ( más en *eneral los minus%álidos, sonfi*uras de mutantes en tanto "ue mutilados, ( por tanto están más próximos a laconmutación, más próximos a este uni%erso telepático, telecomunicacional, "uenosotros, &umanos demasiado &umanos, condenados por nuestra ausencia de anomalía aformas de trabajo con%encionales.!or la fuera de las cosas, en el terreno motor ( sensorial el minus%álido es un expertoen potencia. ( no es casualidad "ue lo social se alinee cada %e más en torno a losminus%álidos ( su promoción operacional: pueden lle*ar a ser mara%illososinstrumentos en función de su misma in%alide. !ueden precedernos en el camino de lamutación ( la des&umaniación.En esta peripecia cibernética del cuerpo, las pasiones &an desaparecido. ', mejor dic&o,

se &an materialiado. ;-caban de descubrir la 99molécula de la an*ustia99= ( leemos, en<ranOois @acob, "ue en al*una parte del cerebro o de la médula espinal &a sidodescubierto el centro del placer. ;'&, mila*ro=: estaba justo al Iado del centro deldesa*rado. 4 <. @acob se apresura a decir: 9Eso le &abría *ustado a <reud95sobreentendido: (a "ue defendía la ambi%alencia del placer ( del desa*rado, le &abría*ustado "ue esta tesis se %erificara en cierto modo *racias a la (uxtaposiciónanatómica6. Mara%illosa in*enuidad. 4 dónde se localiará el maso"uismo, el placerdel desa*rado# 4, además, para no salirnos de la ló*ica de <reud: el placer ( eldesa*rado, en lu*ar de (uxtaponerse, no tendrían "ue intercambiarse en un ?nico punto,(a "ue su afinidad psí"uica es total#Dejemos las bufonadas científicas. Aué ocurre &o( con la seducción, con la pasión, con

esta fuera "ue arranca precisamente al ser &umano de toda localiación, de todadefinición objeti%a, "ué ocurre con esta fatalidad o con esta ironía superior, con esta

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aspiración e%asi%a o con esta estrate*ia alternati%a#)a pasado al inconsciente, a lo in&ibido del psicoanálisis# +i &o( si*ue existiendo,tendrá necesariamente "ue acosar la realidad objeti%a, acosar tanto la propia %erdadcomo su per%ersión, su distorsión, su anomalía, su accidente. +i la ironía existe, tiene"ue &aber pasado a las cosas. 1iene "ue &aberse refu*iado en la desobediencia de los

comportamientos a la norma, en el desfallecimiento de los pro*ramas, en el desarre*looculto, en la re*la de jue*o oculta, en el silencio en el &orionte del sentido, en elsecreto. Lo sublime &a pasado a lo subliminal.!ero si*ue existiendo una %ertiente subliminal de las cosas# 3ada parece menosse*uro. 1odo está entre*ado a la transparencia, por"ue (a no &a( trascendencia, (también por"ue no &a( in&ibición ni tras*resión posibles. 1ampoco &a( "ue contar conuna re%olución de lo in&ibido 5ni psí"uico ni &istórico6. 1odo se jue*a en la inmanencia.-un"ue no es se*uro "ue, precisamente en la inmanencia, las cosas obedecan a lasle(es objeti%as "ue se pretende ofrecerles. )a concluido el aliento de la trascendencia. +ólo "ueda la tensión de la inmanencia.

-&ora debemos considerar los prodi*iosos efectos resultantes de la pérdida de todatrascendencia. Desli*ado de la trascendencia, no es cierto "ue el mundo "uedeentre*ado al accidente puro, a una distribución aleatoria de las cosas (a las meras le(esde la probabilidadF tal cosa es el ima*inario de una conciencia or*ullosa "ue considera"ue las cosas entre*adas a sí mismas sólo producen su confusión. !ero la inmanenciaabandonada a sí misma no resulta en absoluto aleatoria. Desplie*a encadenamientos, odesencadenamientos, completamente inesperados, en especial una sin*ular forma "uecombina encadenamiento ( desencadenamiento: el exponencial. La potenciación, Pdiestei*ernde !oten99, se opone al mo%imiento dialéctico, Pdie dialetisc&e -uf&ebun*9,mo%imiento de la trascendencia. Este +tei*erun* es como un desafío lanado por lascosas, los seres ( nosotros mismos, a la pérdida de sus referencias ( trascendencia. Estaforma encadenada/ desencadenada aparece de nue%o en la mítica del desafío ( laseducción, de la "ue sabemos "ue no es una relación dialéctica, sino una potenciaciónde la relación, expresada mediante una potencialiación de las baas ( no mediante une"uilibrio. En la seducción %ol%emos a encontrar la forma exponencial, cualidad fatal"ue en ocasiones nos re*ala el destino, ( también a las cosas cuando están entre*adas así mismas.

L SE!#I%$ O LOS BISMOS S#PER&IILESLa seducción no es un tema "ue se opon*a a otros, o "ue resuel%a otros. La seducción eslo "ue seduce, ( basta.

Inicialmente, casi un jue*o de palabras: nos dicen "ue todo funciona con la producción,( si todo funcionara con la seducción#n jue*o de palabras siempre es un desafío, ( aludir a la seducción en una era triunfantede producción apareja también un desafío teórico. El desafío, ( no el deseo, aparece enel coraón de la seducción. Es a"uello a lo "ue no se puede dejar de responder, mientras"ue sí es posible no responder al deseo. 3os arrastra más allá de cual"uier contrato, másallá de la le( del cambio, más allá de las e"ui%alencias, en una puja "ue puede no tenerfin. El desafío, la seducción, son lo "ue, muc&o más "ue el principio del placer, nosarrastran más allá del principio de realidad.La seducción no es lo "ue se opone a la producción, sino lo "ue la seduceF de la mismamanera "ue la ausencia no es lo "ue se opone a la presencia, sino lo "ue la seduce, el

mal no lo "ue se opone al bien, sino lo "ue lo seduce, o lo femenino no lo "ue se oponea lo masculino, sino lo "ue lo seduce. >abe ima*inar una teoría "ue trate de los si*nos,

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de los términos ( los %alores en su atracción seductora, ( no en su contraste u oposiciónre*ulada. Aue rompa definiti%amente la especularidad del si*no, ( en la "ue todo se

 jue*ue (a no en términos de distinción o e"ui%alencia, sino de duelo ( re%ersibilidad. Ensuma, una teoría seductora del len*uaje.-bundan los ejemplos de esta operación seductora, de este relámpa*o de la seducción

"ue funde los circuitos polares del sentido. -sí, en la cosmo*onía anti*ua, los elementosa*ua, tierra, fue*o, aire no eran elementos distinti%os de una clasificación, sinoelementos atracti%os "ue s seducían mutuamente: el a*ua seducida por el fue*o, el fue*oseducido por el a*ua. La seducción es la dinámica elemental del mundo. Dios ( los&ombres no están separados por el abismo moral de la reli*ión: jue*an continuamente aseducirse, ( sobre estas relaciones de seducción, de jue*o, se sustenta el e"uilibriosimbólico del mundo. 1odo esto &a cambiado muc&o para nosotros, por lo menos enapariencia. !ues "ué "ueda del bien ( el mal, de lo falso ( lo %erdadero, de todas*randes distinciones ?tiles para descifrar el mundo ( mantenerle bajo el sentido# 1odosestos términos, descuartiados a costa de una ener*ía loca, están siempre dispuestos aabolirse el uno al otro (a &undirse para nuestra ma(or ale*ría. La seducción precipita al

uno contra el otro, les re?ne, más allá del sentido, en un máximo de intensidad (encanto.@amás nos seducen los si*nos distinti%os, o los plenos. La seducción aparece en si*nos%acíos, ile*ibles, insolubles, arbitrarios, fortuitos, "ue pasan li*eramente de lado, "uemodifican el índice de refracción del espacio. +i*nos sin sujeto de enunciación nienunciado, si*nos puros, en tanto no son discursi%os ni sustentan un intercambio. Los

 prota*onistas de la seducción no son ni locutor ni interlocutor, permanecen en unasituación dual ( anta*onistaF de la misma manera "ue los si*nos de la seducción nosi*nifican, sino "ue son del orden de la elipsis, del cortocircuito, de la a*udea+iempre &a &abido confusión entre el si*no distinti%o, el discursi%o, el de la lin*ística,( el otro si*no, el trao. La lin*ística siempre &a fracasado 5afortunadamente6 alentender lo "ue constitu(e la seducción de un poema, de una &istoria, de un c&iste5 +aussure lo &a presentido en los 9-na*rammes99, pero precisamente por"ue entoncesera ana*ramático, ( toda%ía no lin*ista o semiótico, presintió la inmanentere%ersibilidad del si*no, la "ue ocasiona "ue en el poema el len*uaje se consuma a símismo en su rodeo 6.El psicoanálisis también &a fracasado en explicar el carácter típico de seducción de unaneurosis, de un sue2o, de un lapsus, de la propia locura, por"ue justamente la seducciónno es del orden de la fantasía ni de la in&ibición, ni del deseo. El psicoanálisis sólo %e entodas partes síntomaF es la conciencia infeli del si*no.-sí, en La Nradi%a de @ensen, recuperada ( analiada por <reud, el pie de la jo%en es el

ras*o de seducción, la actitud de li*erea "ue le confiere el án*ulo %ertical del pie con elsuelo. Ese si*no funciona como seducción pura, como si*no puro, ( es un contrasentido pretender atribuirlo a la infancia, o al inconsciente in&ibido, para así con%ertirlo en elsimple medium de las fantasías de )arold. El si*no cae de la seducción a lainterpretación, ( al mismo tiempo cae también el propio )arold de la esfera encantadade la seducción a la esfera de lo real ( lo matrimonial. onito ejemplo del desencanto dela interpretación, de la mal%ersación "ue puede ejercerse en nombre de cual"uierdisciplina, incluso el psicoanálisis, sobre el ras*o de seducción.El ras*o de seducción es más "ue un si*no. I*ual "ue la mirada, cu(a fuera procede

 justamente de no ser un intercambio, sino un momento dual, un ras*o dual, instantáneo,sin desciframiento. La seducción sólo es posible por este %érti*o de re%ersibilidad

5 también presente en el ana*rama6 "ue anula cual"uier profundidad, cual"uieroperación de sentido en profundidad: %érti*o superficial, abismo superficial.

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La superficie ( la apariencia son el espacio de la seducción. -l poder como dominio deluni%erso del sentido se opone la seducción como dominio del reino de las apariencias.

 3os empe2amos en escapar de las apariencias ( mimamos la profundidad del sentido.-sí es la le(: todo ser, toda cosa debe mimar celosamente su sentido, ( alejar lasapariencias como maléficas. La seducción es maldita 5aun"ue éste no es el menor de sus

encantos6.En tales condiciones, sólo ciertas cosas excepcionales, ( en momentos excepcionales,acceden a la pura apariencia, ( sólo ellas son seductoras. 1oda la estrate*ia de laseducción consiste en lle%ar las cosas ala apariencia pura, en &acerlas brillar ( %aciarseen el jue*o de la apariencia 5jue*o "ue tiene sus re*las, su ritual e%entualmenteri*uroso6. Literalmente estamos sometidos a la necesidad de 99producir99 las cosas,

 pues &an caído, bajo el peso del sentido, a la profundidad. !or tanto, es precisorescatarlas ( de%ol%erlas al orden de lo %isible. De pronto, el secreto no es nada paranosotros, ( sólo importa lo %isible. -sí "ue podemos ima*inar un mundo en el "ue bastacon seducir las cosas, o &acerlas seducir entre sí.En todas partes se intenta producir sentido, &acer si*nificar el mundo, &acerlo %isible.

+in embar*o, el peli*ro "ue corremos no es su carencia: al contrario, el sentido nosdesborda ( perecemos en él. >ada %e caen más cosas al abismo del sentido, ( cada %e&a( menos "ue manten*an el encanto de la apariencia.Las apariencias tienen al*o de secreto, precisamente por"ue no se prestan a lainterpretación. !ermanecen insolubles e indescifrables. La estrate*ia in%ersa, la de todoel mo%imiento moderno, es 99liberar99 el sentido ( destruir las apariencias. -cabar conlas apariencias &a sido siempre la tarea esencial de las re%oluciones. 3o expreso a"uínin*una nostal*ia reaccionaria. +implemente intento recuperar un espacio del secreto, alser la seducción lo "ue &ace circular ( mo%erse la apariencia como secreto.Aué &a( más seductor "ue el secreto# 4a &e dic&o lo mismo del desafío ( de laa*udea, pero, precisamente, todas estas cosas forman parte de la constelación de laseducción. -sí como la seducción es un desafío al orden de la producción, el secreto esun desafío al orden de la %erdad ( el saber.

 3o se trata a"uí de al*o *uardado en secreto, pues esto no &aría más "ue exacerbar la%oluntad de saber, e incesantemente intentaría aparecer bajo las especies de la %erdad.-&ora bien, la %erdad no tiene nada de seductor. +ólo es seductor el secreto "ue circulano como sentido oculto, sino como re*la de jue*o, como forma iniciática, como pactosimbólico, sin "ue nin*una cla%e interpretati%a, nin*?n códi*o, acuda a resol%erlo. !orotra parte, nada &a( por re%elar nunca lo repetiremos suficientemente: @-MQ+ )-4

 3-D- AE !$'D>I$. !ese a todo su esfuero materialista, la producción si*uesiendo una utopía. !or muc&o "ue nos empe2emos en materialiar las cosas, en &acerlas

%isibles, jamás resol%eremos su secreto a&í está la paradoja de una producción "ue &aerrado su finalidad, ( "ue, por consi*uiente, sólo consi*ue exacerbarse a sí misma enuna extra2a impotencia. Los mismos prota*onistas del secreto no podrían traicionarlo,(a "ue sólo constitu(e un acto ritual de complicidad, de reparto de la ausencia de%erdad, de reparto de las apariencias. En la seducción, reencontramos el ejercicio de estereparto ( el profundo placer "ue lo acompa2a.-sí en Riere*aard 5El diario de un seductor6, la muc&ac&a es una fuera eni*mática, (el proceso de seducción es la resolución eni*mática de esta fuera, sin ue jamás seare%elado su secreto. +i éste fuera re%elado sería el sexo ( la cla%e de la &istoria sería lasexualidad, si es "ue tiene al*una. !ero no la tiene, ( en este punto se en*a2a, ( nos &aen*a2ado, el psicoanálisis. La seducción permanece más allá del final de la &istoria, es

decir, más allá de la determinación del sexo ( su %erdad, un duelo ( una resolucióneni*mática.

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>abe ima*inar, por tanto, "ue, en la seducción amorosa, el otro es el lu*ar de nuestrosecreto el otro es "uien posee, sin saberlo, lo "ue jamás nos será dado saber. 3o es,

 por consi*uiente 5como en el amor6, el lu*ar de nuestra semejana, ni el tipo ideal de lo"ue somos, ni el ideal oculto de lo "ue nos falta, sino el lu*ar de lo "ue se nos escapa,

 por el cual nos escapamos de nosotros mismos ( de nuestra %erdad. La seducción no es

el lu*ar del deseo 5( por tanto de la alienación6, sino del %érti*o, del eclipse, de laaparición ( la desaparición, del centelleo del ser. Es un arte de la desaparición, en tantoel deseo siempre es un deseo de muerte.El secreto jamás es lo in&ibido. @amás es 9todo lo "ue no sabes ( te *ustaría saber sobreti mismo ( sobre el sexo99 5Sood( -llen6, sino lo "ue (a no pertenece al orden de la%erdad. Lo "ue, por exceso de sí mismo, se retira de sí, se sume en el secreto ( absorbelo "ue le rodea. Cérti*o inmediatamente conta*ioso: la seducción pasa por el *oce sutil"ue experimentan los seres ( las cosas en permanecer secretos en su propio si*no,mientras "ue la %erdad pasa por la pulsión obscena de forar los si*nos a decirlo todo.La seducción no se limita a *irar en torno a la re*la fundamental, E+ la re*lafundamental, ( sólo existe si jamás es dic&a. !ensemos en la pro%ocación, contrario (

caricatura de la seducción. Dice: P+é "ue "uieres ser seducido, ( te seduciré. ..T1raiciona la principal re*la secreta. 3ada menos seductor "ue una sonrisa o uncomportamiento pro%ocati%o, (a "ue suponen "ue no es posible ser seducidonaturalmente ( "ue &ace falta un c&antaje o una declaración de intenciones: 9Déjameseducirte...9La seducción no es deseo, sino lo "ue jue*a con el deseo ( se burla del deseo. Lo "ueeclipsa el deseo, le &ace sur*ir ( desaparecer, le%anta las apariencias delante de él para

 precipitarle a su propio fin. ra&ma comenó por formar, con su propia sustanciainmaculada, una diosa conocida bajo el nombre de +&aratu(a. >uando %io a estaadmirable &ija salida de su propio cuerpo, se prendó de ella. +&aratu(a 5"ue tiene cienformas6 se alejó &acia la derec&a para e%itar su mirada, pero inmediatamente aparecióen este lado una cabea en el cuerpo del dios. ( cuando +&aratu(a se %ol%ió a lai"uierda ( pasó detrás de él, sur*ieron dos nue%as cabeas. Coló &acia el cielo: seformó una "uinta cabea. ra&ma dijo entonces a su &ija: 9Demos %ida a todo tipo decriaturas animadas, &ombres, suras, asuras.9 -l oír estas palabras, +&aratu(a descendióa la tierra. ra&ma la desposó ( se retiraron a un lu*ar secreto, donde %i%ieron juntosdurante cien di%inos a2os...Estrate*ia de la ausencia, de la es"ui%a, de la metamorfosis. Cirtualidad de sustituciónilimitada, de encadenamiento sin referencia. Desconcertar, colocar trampas "uedispersen las e%idencias, "ue dispersen el orden de las cosas ( el orden de lo real, "uedispersen el orden del deseo... Desplaar libremente las apariencias para lle*ar al

coraón %acío ( estraté*ico de las cosas. Es la estrate*ia de las artes marcialesorientales: jamás mirar frontalmente al ad%ersario ni su arma, no %erle jamás, mirar allado, al punto %acío desde el cual se lana, ( *olpear allí, en el coraón %acío del acto,en el coraón %acío del arma. Lo mismo "ue &ace. el carnicero de >&uan*seu: no mirar

 jamás el bue(, apartar la e%idencia del cuerpo del bue(, para alcanar el %acíointersticial "ue articula los ór*anos, ( lle%ar allí la &oja del cuc&illo.Lo mismo ocurre con el deseo en la seducción: no tomar jamás la iniciati%a del deseo,así como tampoco la del ata"ue. El primero en atacar está perdido, el primero en desearestá /UK/ perdido. 3o oponer nunca su deseo al del otro, sino apuntar al lado, a falta dela apariencia, o también atraparle en su propia trampa. !ara la seducción, el deseo noexiste. -sí como tampoco el aar para el ju*ador. En el mejor de los casos, es la "ue

 permite ju*ar: una baa. Es lo "ue debe ser seducido, como el resto, como Dios, como lale(, como la %erdad, como el inconsciente, como lo real. 1ales cosas sólo existen en el

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 bre%e instante en "ue se las desafía a existir, sólo existen por el desafío "ue les formula precisamente la seducción, "ue abre ante ellas una sima sublime, a la "ue acudirán sincesar a precipitarse, en un ?ltimo resplandor de realidad. !ensándolo bien, nosotrosmismos sólo existimos en el bre%e instante en "ue somos seducidos, sea lo "ue sea lo"ue nos arrastre: un objeto, una cara, una idea, una palabra, una pasión.

-&í radica la atracción del cuerpo ne*ro de la seducción. Las cosas parecen se*uir su%erdad lineal, su línea de %erdad, pero encuentran su apo*eo en otra parte, en el ciclo delas apariencias. Las cosas pretenden ser rectas, como la lu en un espacio orto*onal,

 pero todas tienen una cur%a secreta: la seducción es lo "ue si*ue esta cur%a, ( la acent?asutilmente &asta "ue, si*uiendo su propio ciclo, alcanan el abismo superficial en el "uese resuel%en.

$aras son las cosas "ue alcanan la apariencia pura. 4, sin embar*o, cabe pensar "ue laseducción es la dimensión ineluctable de todo. 3o es necesario escenificarla comoestrate*ia. Las cosas se inician por sí mismas a esta re*la fundamental, a esta

con%ención superior "ue ordena una baa distinta de lo real. 1odos nosotros, al i*ual"ue todos los sistemas, sentimos la a%ide de desbordar nuestro propio principio derealidad ( refractarnos en otra ló*ica.-sí, el dinero es seducido en el jue*o: des%iado de la le( del %alor, se con%ierte en unasustancia de puja ( desafío. -sí, el deseo se con%ierte en la baa de otro jue*o "ue lesupera, ( del cual los prota*onistas del deseo sólo son fi*urantes. -sí, la misma le(moral puede ser seducida: en la per%ersión, entra como elemento táctico en un espacioritual ( ceremonialF la per%ersión consiste en &acer funcionar la le( moral como puracon%ención, ( lo di%ino como artificio diabólico.El principio de re%ersibilidad, el mismo de la ma*ia ( la seducción, se expresa en laobli*ación de "ue todo lo producido debe ser destruido, de "ue todo lo "ue aparece debedesaparecer. )emos ol%idado el arte de la desaparición 5el arte a secas siempre &a sidouna poderosa palanca de desaparición: poder de ilusión ( de ne*ación de lo real6.+aturados por el modo de producción, debemos recuperar los caminos de una estética dela desaparición. La seducción forma parte de ellos: es lo "ue des%ía, lo "ue aleja delcamino, lo "ue &ace in*resar lo real en el *ran jue*o de los simulacros, lo "ue &aceaparecer ( desaparecer. >asi podría constituir el si*no de una re%ersibilidad ori*inal de las cosas. >abría defender "ue antes de &aber sido

 producido el mundo &a sido seducido, "ue sólo existe, al i*ual "ue todas las cosas (nosotros mismos, por &aber sido seducido. Extra2a precesión, "ue si*ue planeandoactualmente sobre toda realidad: el mundo &a sido desmentido ( des%iado

ori*inalmente. Es imposible "ue jamás se %erifi"ue o reconcilie consi*o mismo, (a "ueen su ori*en &a sido des%iado. La ne*ati%idad &istórica no es más "ue una piadosa%ersión de las cosas. La des%iación ori*inal sí es auténticamente diabólica. - la utopíadel @uicio <inal, complementaria de la del bautismo ori*inal, se oponen el %érti*o de lasimulación, el arrobo luciferino de la excentricidad del ori*en ( el final. 1oda nuestraantropolo*ía moral del cristianismo a $ousseau, del pecado ori*inal a la inocenciaori*inal, resulta falsa. Lo "ue debe sustituir al pecado ori*inal, no es la sal%ación finalni la inocencia, sino la seducción ori*inal. El &ombre no es culpable ni inocente: esseducido ( seduce. >ulpable o inocente, es su estatuto de sujeto seducido ( seductor,es su destino de objeto, su destino objeti%o. 3o cuesta adi%inar cuán mani"uea es todaesta teoría. E%ocar la seducción e"ui%ale a profundiar nuestro destino de objeto, ( tocar

el objeto, e"ui%ale a despertar el principio del Mal.-sí pues, la seducción sería ineluctable, ( la apariencia siempre %ictoriosa. Es cierto "ue

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asistimos a una proliferación de sistemas de sentidos e interpretación "ue pretendendespejarle el camino a una operación racional del mundo. La interpretación &aceestra*os por todas partes, (, se*?n parece, está dotada de una %iolencia destructoraF el

 psicoanálisis es, sin duda, junto con la teoría del deseo ( la in&ibición, el ?ltimo ( más&ermoso de los *randes sistemas de interpretación. -l mismo tiempo, se comprueba "ue

todos estos sistemas están incapacitados para producir cual"uier cosa dotada de unadeterminada %erdad u objeti%idad. En el fondo, todo (a está a&í, en esa des%iaciónmaléfica, en la imposibilidad para cual"uier sistema de sustentarse en la %erdad, deromper el secreto ( de des%elar lo "ue sea. El discurso de la %erdad es simplementeimposible. +e escapa a sí mismo. 1odo escapa a sí mismo, todo se ríe de su propia%erdad, todo se escapa por el lado de la seducción.La obsesión por desnudar la %erdad, por lle*ar a la %erdad desnuda, "ue impre*na todoslos discursos de interpretación, la obsesión obscena por alar el secreto es exactamente

 proporcional a la imposibilidad de conse*uirlo jamás. >uanto más nos acercamos a la%erdad, más retrocede ésta &acia el punto ome*a, ( más se refuera la obsesión poralcanarla. !ero esta obsesión no &ace más "ue &ablar en fa%or de la eternidad de la

seducción ( de la impotencia para acabar con ella.El actual sistema de disuasión ( simulación consi*ue neutraliar todas las finalidades,todos los referenciales, todo el sentido, pero fracasa en neutraliar las apariencias.>ontrola eficamente todos los procedimientos de producción del sentido, pero nocontrola la seducción de las apariencias. 3in*una interpretación puede explicarla,nin*?n sistema puede abolirla. Es nuestra ?ltima oportunidad. Existiría a ese respecto, una estrate*ia contemporánea de la seducción contra los

 procesos, policiales, informáticos, de localiación ( b?s"ueda cada %e mássofisticados, incluida la localiación bioló*ica ( molecular del cuerpo, contra todos los

 procesos de identificación 5"ue &an sustituido a los de alienación6, de identidad forada,de detección ( disuasión.>ómo se ma"uilla #>ómo se disimula#>ómo se encuentra una ex&ibición en el adorno, el silencio, el jue*o de los si*nos, laindiferencia, en una estrate*ia de las apariencias#La seducción como in%ención de las estrata*emas del cuerpo, como ma"uillaje desuper%i%encia, como dispersión infinita de las trampas, como arte de la desaparición ( laausencia, como disuasión a?n más poderosa "ue la del sistema.Los poderes maléficos "ue &a le%antado contra Dios, contra la moral, los poderes delartificio ( del Nenio Mali*no del disimulo ( la ausencia, del desafío ( la re%ersión "ue

siempre &a encarnado ( por los cuales &a sido maldecida, la seducción puederein%entarlos actualmente contra el dominio terrorista de %erdad ( %erificación, delocaliación ( pro*ramación "ue nos rodea. La seducción contin?a siendo la formaencantada de la parte maldita...  !EL SISTEM !E LOS OBJETOS L !ESTI$O !EL OBJETO 9El exotismo esencial es el del 'bjeto para el sujeto.9  CI>1'$ +EN-LE3. 

En un primer momento, la simulación, el paso *eneraliado al códi*o ( al %alorsi*no,es descrito en términos críticos, a la lu 5 o a la sombra6 de una problemática de la

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alienación. +i*ue siendo discutida, ( denunciada, a tra%és de los ar*umentossemioló*icos, psicoanalíticos ( socioló*icos, la sociedad del espectáculo. +i*ue

 buscándose a?n la sub%ención en la tras*resión de las cate*orías de la economía política: %alor de uso, %alor de cambio, utilidad, e"ui%alencia. Los referentes de estatras*resión serán la noción de *asto de ataille ( la del intercambiodon de Marcel

Mauss, la consumación ( el sacrificio, es decir, se*uimos dentro de una %ersiónantropolo*ista ( antieconomista, en donde la crítica marxista del capital ( la mercancíase *eneralia en una crítica antropoló*ica radical de los postulados de Marx. En elIntercambio +imbólico ( la Muerte, esta crítica %a más allá de la economía política: lamuerte se con%ierte en la fi*ura misma de la re%ersibilidad 5 es decir, de una in%ersiónde todos los códi*os ( oposiciones distinti%as "ue sustentan los sistemas dominantes: lade la %ida ( la muerte en primerísimo lu*ar con exclusión de la muerte, la del sujeto (el objeto, la del si*nifican te ( el si*nificado, la de lo masculino ( lo femenino6. Latras*resión del códi*o constitu(e la re%ersión de los términos opuestos, ( por tanto delas diferencias calculadas "ue sustentan el pri%ile*io de un término sobre otro. La fi*urade esta re%ersión es lo simbólico, ( al mismo tiempo la fi*ura de cual"uier re%olución

 posible: 9La re%olución será simbólica o no será.9 )asta en el orden del len*uaje, la poesía es la re%ersibilidad de cada término del discurso, su exterminación, descrita por+aussure en los 99-na*rammes99. -sí pues, el mo%imiento es éste, contra un orden dela simulación, o sea, de un sistema de oposiciones distinti%as "ue ri*en un sentido bajocontrol, de la restitución de un orden simbólico, asimilada a una autenticidad superiorde los intercambios.Doble espiral "ue %a del +istema de los objetos a las Estrate*ias <atales: la del %iraje*eneraliado &acia una esfera del si*no, del simulacro ( la simulación, ( la de lare%ersibilidad de todos los si*nos a la sombra de la seducción ( la muerte. Los dos

 paradi*mas se di%ersifican al &ilo de esta espiral sin cambiar su posición anta*onista. -un lado: la economía política, la producción, el códi*o, el sistema, la simulaciónF alotro: el potlatc&, el *asto, el sacrificio, la muerte, lo femenino, la seducción (, en ?ltimotérmino, lo fatal. +in embar*o, ambos &an sufrido una considerable inflexión: lossimulacros &an pasado del se*undo al tercer orden, de la dialéctica de la alienación al%érti*o de la transparencia. +imultáneamente, después del Intercambio +imbólico ( conla +educción, se pierde el sue2o de una tras*resión, de una posible sub%ersión de loscódi*os, se pierde la nostal*ia de cual"uier orden simbólico %enido del fondo de lassociedades primiti%as o de nuestra alienación &istórica. >on la +educción, (a no &a(referente simbólico al desafío de los si*nos, ( al desafío por los si*nos, (a no &a( objeto

 perdido ni recuperado, ni deseo ori*inal, el propio objeto toma la iniciati%a de lare%ersibilidad, la iniciati%a de seducir ( de des%iar. -parece otro encadenamiento

determinante, (a no el del orden simbólico 5o sea, el de un sujeto ( un discurso6, sino el puramente arbitrario de una re*la del jue*o. La re%ersibilidad es el jue*o del mundo. Eldeseo del sujeto (a no está en el centro del mundo, sino en el destino del objeto.En las sociedades capitalistas no todo se resume en la dialéctica del deseo. +i bien lossi*nos %ol%iendo a ellos tienen en su ori*en una destinación, también tienen undestino. 4 el destino de los si*nos es ser arrancados a su destinación, des%iados,desplaados, deri%ados, recuperados, seducidos. Es su destino en cuanto es lo "uesiempre les ocurre, es nuestro destino en cuanto es lo "ue siempre nos ocurre. +e tratade al*o profundamente inmoral. 1oda re%ersibilidad tiene al*o de inmoral procedente deuna ironía superior. Es un tema mu( fuerte en todas las mitolo*ías ( culturas diferentesa la nuestra. En nuestros sistemas &emos pri%ile*iado la irre%ersibilidad del tiempo, de

la producción ( la &istoria. +in embar*o, sólo es apasionante lo "ue desmiente esteorden tan &ermoso de la irre%ersibilidad del tiempo ( la finalidad de las cosas.

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La tras*resión no es inmoral, mu( al contrario. $econcilia la le( con lo "ue ésta pro&íbe, es el jue*o dialéctico del bien ( el mal. La re%ersibilidad no es una le(, nosustenta un orden simbólico ( tampoco se trans*rede así misma, tal como unaceremonia o las re*las /VK/ de un jue*o. En la re%ersibilidad, el tiempo no se reconciliacon su fin, ni el sujeto con su finalidad. 3o existe @uicio <inal para separar el ien del

Mal ( reconciliar las cosas con su esencia.En contra de todos los esoterismos piadosos ( dialécticos con los "ue el sujeto culti%a el principio de su propio fin, &a( "ue descubrir el Exoterismo W"uiso decir esoterismo#Xradical, reflejo del Exotismo esencial de +e*alen el del 'bjeto para el sujeto ( del cualdice: 99+i el sabor crece en función de la diferencia, "ué &a( más sabroso "ue laoposición de los irreductibles, el c&o"ue de los contrastes eternos#9 En contra de todaslas interioridades, &a( "ue despertar esta externalidad, esta fuera exterior "ue, más alládel principio final del sujeto, eri*e la re%ersibilidad fatal del 'bjeto. )a( "ue despertarel principio del Mal.Es la ?nica balana a nuestra situación actual. !ues nuestras sociedades, a fuera desentido, de información ( transparencia, &an fran"ueado el punto límite del éxtasis

 permanente: el de lo social 5la masa6, del cuerpo 5la obesidad6, del sexo 5la obscenidad6,de la %iolencia 5el terror 6, de la información 5la simulación6. En el fondo, si la era de latras*resión &a terminado es por"ue las mismas cosas &an trans*redido sus propioslímites. +i (a no podemos reconciliar las cosas con su esencia es por"ue /VY/ &anescarnecido ( superado su propia definición. +e &an &ec&o justamente más sociales "uelo social 5la masa6, más *ordas "ue el *ordo 5el obeso6, más %iolentas "ue lo %iolento 5elterror6, más sexuales "ue el sexo 5el porno6, más %erdaderas "ue lo %erdadero 5lasimulación6, más bellas "ue lo bello 5la moda6.-&ora bien, t?, más bello "ue (o, mueresF t?, más %erdadero "ue (o, mueresF t?, másreal "ue (o, simulasF ( t?, más simulado "ue (o, mueres... -sí pues, &a( "ue sustituir lateoría crítica por una teoría fatal "ue complete esta ironía objeti%a del mundo. .$esulta muc&ísimo más extra2o %er nuestro uni%erso entre*ado a la fatalidad, (a notrascendente, sino inmanente a nuestros propios procesos, a su superfusión, a susupermultiplicación, inmanente a nuestra banalidad, "ue también es la indiferencia delas cosas a su propio sentido, la indiferencia de los efectos a su propia causa. 1odo estoconstitu(e una situación ori*inal, la de un *enio tra%ieso animado por una estrate*iasilenciosa, (a no la ironía del sujeto frente aun orden objeti%o sino la ironía objeti%a delas cosas atrapadas en su propio jue*o, (a no el trabajo &istórico de lo ne*ati%o sino eltrabajo del redoblamiento ( de la potenciación, como se %e en el Sit, e"ui%alente deesta estrate*ia fatal para el len*uaje.El Sit es para el len*uaje una manera de &acerse más est?pido de lo "ue (a es, de

escapar a su propia dialéctica ( al encadenamiento del sentido para precipitarse en un proceso de conti*idad delirante, en la instantaneidad ( la contin*idad pura, en laobjectualidad Wobjetualidad#X pura. El *enio tra%ieso del len*uaje consiste en &acerseobjeto, allí donde se espera al sujeto ( al sentido. El Sit es la predestinación dellen*uaje al disparate tan pronto como se en*anc&a en su propio jue*o. -llí dentro existeuna pasión, una pasión de objeto, "ue bien podría &acemos redescubrir un poder estéticodel mundo, más allá de las peripecias ( las pasiones subjeti%as.La misma banalidad se &ace prodi*iosa, esta banalidad de la "ue )eide**er decía "ueera la se*unda caída del )ombre, tras la del pecado ori*inal. Es la fatalidad del mundomoderno, ( si tiene muc&o de prodi*io es por"ue se profundia &asta constituir undesafío a la misma realidad.

En contra de la %isión banal 5con%encional ( reli*iosa6 de lo fatal, &a( "ue imponer una%isión fatal de lo banal. En el punto extremo de esta monotonía, de esta insi*nificancia,

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de esta indiferencia de nuestros sistemas, aparecen secuencias, desarrollos, procesos "ue(a no proceden del orden de las causas ( los efectos, un desafío inmanente al propiodesarrollo de las cosas. Este desafío no es reli*ioso ni trascendente (, si contiene unaestrate*ia, no es la de nadie. Es una re%ersión inmanente de todas las empresasracionales de estructuración ( poder. 1anto en el comportamiento social de las masas

5su silencio, ese exceso de silencio "ue en absoluto es al*o pasi%o, sino una sobrepujade silencio ( una estrate*ia de la indiferencia6 como en la excrescencia de la producción, en la flotación incontrolable de las monedas, en la relación de los obesoscon su propio cuerpo, o incluso en la monotonía de nuestras existencias monotonía alse*undo ni%el 5 debida al exceso de sentido, de información ( %isibilidadZ, todo ocurrecomo si allí &ubiera una %oluntad de desafío, lo contrario de una ser%idumbre%oluntaria, un *enio de la indiferencia "ue se opondría %ictoriosamente a todas lasiniciati%as del sentido ( la diferencia, pero "ue no cabría imputar a nin*?n *rupo, claseo indi%iduos. -l*o &ace masa, al*o se inscribe en una re%ersión potencial "ue se oponea la anti*ua dialéctica de las cosas, o, mejor dic&o, "ue no tiene nada "ue %er con ella.Ló*ica silenciosa de la excrescencia, del exceso, de la des%iación por exceso, de una

re%ersibilidad *eneraliada "ue mana de nuestras propias estrate*ias, de nuestrossistemas en el apo*eo de su eficacia.

 3uestras estrate*ias de la &istoria, del saber del poder, tan &ermosas, se borran por símismas. 3o tanto por"ue &a(an fracasado 5posiblemente &an triunfado en exceso6, sino

 por"ue en su pro*resión alcanan un punto muerto en donde su ener*ía se in%ierte ( enel "ue se de%oran, dando lu*ar a una forma pura ( %acía, o enlo"uecida ( extática. -sí,lo social, en su extensión sistemática, crea condiciones fatales a él mismo. Las masas sesumen en la indiferencia extasiada, en la porno*rafía de la información, se sit?an por símismas en el coraón del sistema, en el punto inerte ( cie*o desde donde lo neutralian( anulan: la masa apro%ec&a la información para desaparecer, la información apro%ec&aa la masa para sepultarse en ellaF mara%illosa astucia de nuestra &istoria 5del final denuestra &istoria6 donde los sociólo*os, políticos ( masmediáticos sólo %en fue*o. Laciencia, por lo sofisticado de su in%esti*ación, ani"uila su objeto: se %e forada, parasobre%i%ir, a reproducirlo artificialmente como modelo de simulación. Es otra re%anc&adel objeto, "ue sólo se ofrece simulado al dominio de nuestras técnicas. !arece "ue entodas partes el sujeto &a(a perdido, al mismo tiempo "ue su *iroscopio ( susreferenciales, el control de las cosas ( se %ea enfrentado, allí donde daba por supuesta sucontinuidad, a una re%ersión de sus poderes.El 'bjeto ( el mundo se &an dejado sorprender un instante 5un bre%e instante en lacosmolo*ía *eneral6 por el sujeto ( por la ciencia, pero &o( se recuperan %iolentamente,( se %en*an 5;como el cristal=6. -sí es la fi*ura de nuestra fatalidad, la de una

des%iación objeti%a, la de una re%ersibilidad objeti%a del mundo.El término fatal no tiene nada de fatalista ni de apocalíptico. +ólo implica estametamorfosis de los efectos 5( (a no una metafísica de las causas6 en un uni%erso nideterminista ni aleatorio aun"ue entre*ado al encadenamiento de una necesidad másele%ada, "ue lle%a las cosas a un punto de noretorno en una espiral "ue (a no es la de su

 producción, sino la de su desaparición. 1odo lo "ue se encadena fuera del sujeto, ( portanto del lado de su desaparición, es fatal. 1odo lo "ue (a no es una estrate*ia &umanase con%ierte, por la misma raón, en una estrate*ia fatal. !ero en esa fatalidad no &a(trascendencia, ( no puede in%ocarse desde fuera. Lo fatal siempre es una anticipación del final en el ori*en, una precesión del final "ue

altera el ré*imen de las causas ( los efectos. na tentación de pasar al otro lado delfinal, de superar ese &orionte, de ne*ar ese estado siempre futuro de las cosas. -&ora

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 bien, el objeto es siempre un fait accompli. >arece de finitud ( de deseo, por"ue (a &aalcanado su finF en cierta manera es transfinito. Inaccesible, por tanto, al saber delsujeto, por"ue no existe saber de lo "ue (a posee todo su sentido, ( más "ue su sentido,(, por consi*uiente, no &a( utopía por"ue (a se &a realiado. En ese punto, el 'bjeto esun eni*ma perpetuo para el sujeto. En ese punto, es fatal.

+i la complejidad del uni%erso sólo "uedara oculta a nuestro saber, acabaría por sersolucionada. !ero si el uni%erso es un desafío a las sucesi%as soluciones propuestas,entonces no existe la menor posibilidad ni para las &ipótesis más sutiles. !ues tambiénél se sutil ia &asta el infinito, ( se re%ersibilia en función de la ciencia. $eaccionacomo los %irus a los antibióticos, adaptándose *racias a una astucia superior, sin perdersu %irulencia. - nuestro saber le con%endría re%isar sus objeti%os en función de estaestrate*ia flexible ( anta*onista. !ero no &a( "ue confiar en ello, pues, si bien la ciencia&a fomentado una %isión del mundo en términos de problemas pro%isionalmenteirresolutos pero jamás irresolubles, el mundo, por su parte, resiste perfectamente acual"uier solución. Es incluso a ese precio "ue accede, irónicamente en cierto modo, aconformarse a las &ipótesis.

!ero no es un misterio la aparición de una necesidad diferente ala de la &umano, de unaestrate*ia %ictoriosa de lo &umano ( del sujeto# La irónica fatalidad del objetocon%ertido en indescifrable bajo la presión misma de nuestros procedimientos dedominio ( análisis# 1iene al*?n sentido apostar sobre la *enialidad del 'bjeto, o bienesta 99estrate*ia fatal9 no es más "ue una &uida &acia adelante del sujeto, unadene*ación de lo real ( una inmersión en el éxtasis artificial # >ómo podría pensar elsujeto en saltar por encima de su sombra, ( caer en el perfecto silencio ( destino de las

 piedras, de los animales, de las máscaras ( los astros, si no sabe des&acerse del len*uaje( el deseo, ni de su propia ima*en, si el propio objeto sólo lle*a a serlo cuando esnombrado ( deseado por el sujeto#)a( al*o se*uro: si el de%enirobjeto del sujeto es absurdo, no es menos inconsecuenteso2ar con el de%enirsujeto del objeto. Esto es, sin embar*o, lo "ue pretenden la ciencia( la conciencia occidental. 1odo el mundo intenta creer en el de%enirsujeto del mundo,( en el de%enirmundo del sujeto. 1al subjeti%idad es absolutamente impensable. Elmundo es mara%illosamente objeti%o, en un sentido exactamente opuesto al delmaterialismo ( la ciencia. El sujeto mismo es mara%illosamente objeti%o, es decirinalienable. - tra%és del len*uaje ( en el espejo de la producción, no está contándosesu propia fábula# +i nada tiene finalidad, todo es metamorfosis, todo es su propiafábula. 3o &a( otro sentido posible al 9destino del objeto9.Entre ambos extremos existe una con%er*encia ( una di%er*encia radical: del objetocomo sistema al 'bjeto como destino, del objeto como estructura, como si*no

estructural, al 'bjeto como si*no puro, como 9cristal9. 4a en su confi*uración cotidianala obsesión de los objetos era pasar a tra%és del sujeto, tomar del re%és la dialéctica delsujeto ( el objeto. +i la aproximación era la de un estructuralismo crítico, como lo"uería la moda, el &ec&o de arrancar los objetos a sus determinaciones &abituales 5eluso, el cambio, la función, la e"ui%alencia, la pro(ección, la identificación, laalienación6 (a era una manera de pasar al otro lado del espejo. !ero, en fin, el objetosi*ue estando obli*ado a si*nificar, es el término pasi%o de la in%esti*ación, no es undestino, no es un desafío, ( lo mejor "ue puede &acer en esta co(untura es ocultarse,como le &an dado a entender con tanta claridad.'tra cosa mu( distinta es el cristal, el 'bjeto puro, el acontecimiento puro, "ue careceexactamente de ori*en ( de final, ( "ue tal %e &o( pueda comenar a contarse. Es

 posible "ue comience incluso a %en*arse, después de si*los de ser%idumbre %oluntaria#1odo se in%ierte en el eni*ma de un 'bjeto dotado también de pasiones ( estrate*ias

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ori*inales, un objeto presentido como *enio tra%ieso, en el fondo más tra%ieso ( más*enial "ue el sujeto, ( oponiéndose %ictoriosamente, en una especie de duelointerminable, a las iniciati%as de éste.Ima*inemos al 'bjeto bajo forma pasional. !ues el sujeto no posee el monopolio de la

 pasiónF su terreno reser%ado seria más bien el de la acción. El 'bjeto, en cambio, es

 pasi%o en tanto es el lu*ar de una pasión objeti%a, seductora ( %en*ati%a. Este mundo, al"ue se &a "uerido interpretar ( transformar antes "ue seducir, intenta tal %e seducirnos,( esta seducción %a acompa2ada, como en el reino &umano, de inteli*encia, astucia,desafío ( %en*ana. Lo "ue &asta a&ora nos lo &a ocultado es "ue el sujeto &a con%ertidoal mundo en la metáfora de sus pasiones. Lo &a coloniado todo: lo bestial, lo mineral,lo astral, lo &istórico, lo mental. !ero el objeto no es metáfora, sino pasión a secas. (

 posiblemente el sujeto no sea más "ue un espejo al "ue acuden a ju*ar ( reflejarse las pasiones objeti%as.+i el objeto nos seduce es fundamentalmente por su indiferencia. El sujeto siente la

 pasión de ser libre, autónomo, responsable, diferente. El 'bjeto, en cambio, siente la pasión de la indiferencia. !asiones diferenciales, enér*icas, éticas ( &eroicas: las del

sujeto. !asiones indiferenciales, pasiones inertes: las del objeto. !asiones irónicas deastucia, silencio, conformidad ( ser%idumbre %oluntaria, opuestas a las de libertad,deseo ( trans*resión, "ue son las del sujeto. !asiones implosi%as en contra de pasionesexplosi%as. !ero sobre todo existe, en el mismo sujeto, la pasión de ser objeto, dede%enir objetoF deseo eni*mático del "ue apenas &emos e%aluado las consecuencias entodos los terrenos, político, estético, sexual, perdidos como andamos en la ilusión delsujeto, de su %oluntad ( su representación.El cristal se %en*a. El campo de las pasiones del alma, "ue &an alimentado la crónica no%elesca (

 psicoló*ica durante dos o tres si*los, se &a estrec&ado sin*ularmente. ( también el de las9pulsiones9, "ue sólo &a alimentado la crónica durante los ?ltimos cincuenta a2os,

 parece amenaado. Aué "ueda# De todo el abanico de los mo%imientos del alma, sólo parecen subsistir dos, aparentemente contradictorios: la indiferencia ( la impaciencia.+e oponen a dos cualidades tradicionales del alma: una, la indiferencia, se opone a laapasionada aspiración del alma ala trascendenciaF la otra, la impaciencia, se opone a latradicional 9paciencia del alma9, esa %irtud a prueba del mundo. En realidad, (a no son

 pasiones del alma, pasiones subjeti%as ni existe un sujeto de la indiferencia o de laimpaciencia, sino pasiones objeti%as.El mundo es lo "ue se &ace indiferente, ( cuanto más indiferente se &ace, más pareceacercarse a un acontecimiento super&umano, a un fin excepcional, cu(o reflejo está en

nuestra impaciencia multiplicada. 3o solamente nosotros, sino también la &istoria ( losacontecimientos, parecemos sometidos a los efectos conju*ados de esta impaciencia (de esta indiferencia.

 3o so( (o el indiferente o impaciente. Es el mundo "ue parece "uerer apresurarse,exacerbarse, impacientarse por la lentitud de las cosas, ( él es, al mismo tiempo, el "uecae en la indiferencia. 4a no somos nosotros "uienes le damos o no un sentidotrascendiéndolo o reflexionándolo. La indiferencia del mundo a este respecto esmara%illosa, e i*ualmente la indiferencia de las cosas a nuestro respecto, ( por tanto su

 pasión por desarrollarse ( meclar sus apariencias 5los Estoicos (a &abían &ablado mu( bien de todo esto6.

 )POR *#E L TEORÍ+

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-"uí es donde el len*uaje ( la teoría cambian de sentido. En lu*ar de ju*ar como modode producción, lo &acen como modo de desaparición, de la misma manera "ue el 'bjetose &a con%ertido en modo de desaparición del sujeto. Este jue*o eni*mático (a no es eldel análisis: intenta prote*er el eni*ma del objeto a tra%és del eni*ma del discurso.La teoría no podría tener como fin reflejar lo real, ni entrar con él en una relación de

ne*ati%idad crítica. Este fue el piadoso deseo de una era perpetuada por las Luces, ( esel "ue, a?n &o(, si*ue re*ulando el estatuto moral del intelectual. !ero esta dialécticatan &ermosa parece actualmente a%eriada. De "ué sir%e la teoría# +i el mundo apenases conciliable con el concepto de realidad "ue se le impone, está claro "ue la teoría noestá a&í para reconciliarle, está allí, al contrario, para seducirle, para arrancar las cosas asu condición, para forarlas a una superexistencia incompatible con la de lo real. 4, en%erdad, ella misma pa*a las consecuencias con una profética autodestrucción. +i &ablade superación de lo económico, no podría ser ella misma una economía del discurso.1iene "ue &acerse excesi%a ( sacrificial para &ablar de exceso ( de sacrificio. 1iene "ue&acerse simulación si &abla de simulación, ( utiliar la misma estrate*ia "ue su objeto.+i &abla de seducción, tiene "ue &acerse seductora, ( utiliar las mismas estrata*emas.

+i (a no pretende el discurso de la %erdad, tiene "ue adoptar la forma de un mundo del"ue la %erdad se &a retirado. +e con%ierte entonces en su propio objeto.El estatuto de la teoría sólo podría ser el de un desafío a lo real. ', mejor dic&o, surelación es la de un desafío respecti%o. !ues también lo real no es, sin duda, más "ue undesafío ala teoría. 3o un estado objeti%o de las cosas, sino un límite radical del análisis,más allá del cual (a nada le obedece o del cual (a no tiene nada "ue decir. !ero tambiénla teoría sólo está &ec&a para desobedecer a lo real, ( constitu(e su límite inaccesible.lrreconciliación de la teoría ( de lo real, corolario de la irreconciliación del sujeto ( sus

 propios fines. 1odos los intentos de reconciliación son en*a2osos ( están condenados alfracaso.La teoría no puede contentarse con describir ( analiar, es preciso "ue constitu(a unacontecimiento en el uni%erso "ue describe. !ara eso es necesario "ue entre en su mismaló*ica ( "ue sea su aceleración. Debe desprenderse de toda referencia ( enor*ullecerse?nicamente del futuro. 1iene "ue operar sobre el tiempo, al precio de una deliberadadistorsión de la %erdad actual. En ello debe se*uir el modelo de la &istoria. Esta (a &aarrancado las cosas a su naturalea (a su ori*en mítico para arrojarlas al tiempo. )o(tiene "ue arrancarlas a su &istoria (a su fin para recuperar su eni*ma, su recorridore%ersible, su destino.La misma teoría debe anticiparse a su propio destino. Debe pre%er cual"uier

 pensamiento de los extra2os ma2anas. De todos modos, está condenada a ser des%iada,desorientada, manipulada. !or consi*uiente, es mejor "ue sea ella misma la "ue se

des%ía, "ue se des%íe de ella misma. +i busca unos cuantos efectos de %erdad, tiene "ueeclipsarlos con su propio mo%imiento. La escritura está &ec&a para eso. +i el pensamiento con su misma escritura no anticipa esta des%iación, el mundo se encar*aráde &acerlo mediante la %ul*ariación, el espectáculo o la repetición. +i la %erdad no seoculta por sí misma, el mundo se encar*ará de escamotearla bajo las formas másdi%ersas, por una especie de ironía objeti%a o de %en*ana.

na %e más, de "ué sir%e decir "ue el mundo es extático, "ue el mundo es irónico, "ueel mundo es objeti%o# Lo es, ( basta. De "ué sir%e decir "ue no lo es# De todos modos,lo es. La teoría puede desafiarle a serlo más: más objeti%o, más irónico, más seductor,más real o más irreal, "ué sé (o# +ólo tiene sentido en este exorcismo. La distancia "ue

toma (a no es la del retroceso, sino la del exorcismo. -sí ad"uiere fuera de si*no fatal,más inexorable a?n "ue la realidad, (, por consi*uiente, es posible "ue nos proteja de

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esta realidad inexorable ( de esta objeti%idad del mundo, de esta brillante del mundo"ue, si fuéramos l?cidos, tendría "ue irritarnos por su indiferencia.+eamos estoicos: si el mundo es fatal, seamos más fatales "ue él. +i es indiferente,seamos más indiferentes "ue él. )a( "ue %encer al mundo ( seducirle con unaindiferencia por lo menos e"ui%alente a la su(a.

!or tanto, en contra de la aceleración de las redes ( los circuitos buscará la lentitud, lainercia. En el mismo mo%imiento, sin embar*o, buscará también al*o más rápido "ue lacomunicación: el desafío, el duelo. - un lado la inercia ( el silencio, al otro el desafío (el duelo. Lo fatal, lo obsceno, lo re%ersible, lo simbólico no son conceptos, (a "ue nadadiferencia la &ipótesis de la aserción: la enunciación de lo fatal también es fatal, o noes. En este sentido, es un discurso cu(a %erdad se &a retirado 5de la misma manera "uese retira una silla debajo de al*uien "ue se dispone a sentarse6. 4 si la realidad se disol%iera bajo nuestros ojos# 3o en la nada, sino en lo más real "uelo real 5el triunfo de los simulacros#6. +i el uni%erso moderno de la comunicación, dela &ipercomunicación, nos &ubiera sumido no en lo insensato, sino en una enorme

saturación de sentido, consumiéndose con su éxitoF sin jue*o, sin secreto, sin distancia#+i toda publicidad fuera la apolo*ía no de un producto, sino de la publicidad# +i lainformación no remitiera (a aun acontecimiento , sino a la promoción de la propiainformación como acontecimiento # +i la )istoria no fuera más "ue una memoria sin

 pasado, acumulati%a a instantánea# +i nuestra sociedad (a no fuera la del9espectáculo9, como se decía en el VK, sino, más cínicamente, la de la ceremonia# +i la

 política no fuera más "ue un continente cada %e más periclitado, sustituido por el%érti*o del terrorismo, de la toma de re&enes *eneraliada, es decir, la fi*ura misma delintercambio imposible# +i toda esta mutación no dependiera, como creen al*unos, deuna manipulación de los sujetos ( las opiniones, sino de una ló*ica sin sujeto en la "uela opinión se des%anecería en la fascinación# +i la porno*rafía si*nificara el fin de losexual como tal, a partir del momento en "ue lo sexual, bajo la forma de lo obsceno, lo&a in%adido todo# +i la seducción sucediera al deseo ( al amor, es decir, también allí elreino del objeto al del sujeto# +i de repente la estrate*ia sustitu(era ala psicolo*ía# +i(a no se tratara de oponer la %erdad a la ilusión, sino de percibir la ilusión *eneraliadacomo más %erdadero "ue lo %erdadero# +i (a no &ubiera otro comportamiento posible"ue el de aprender, irónicamente, a desaparecer# +i (a no &ubieran más fracturas,líneas de fu*a ( rupturas, sino una superficie plena ( continua, sin profundidad,ininterrumpida# 4 si todo ello no fuera entusiasmante ni desesperante, sino fatal#