el modernismo en la poesÍa de federico barreto-s

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EL MODERNISMO EN LA POESÍA DE FEDERICO BARRETO Lic. Luis Nicolás Chambilla Herrera Al nacer Federico Barreto, en 1868, la literatura peruana gravitaba alrededor de la producción limeña y era el romanticismo europeo, especialmente el francés y el español, el que ejercía gran influencia en los románticos peruanos. La Bohemia limeña, retratada por Palma, había seguido los estilos de Byron, Espronceda, Zorrilla, Lamartine, Leopardi, Campoamor y Larra; entre otros, y aunque dicha bohemia se disgregó en 1860, el romanticismo poético 1 perduró todavía hasta después de la guerra del Pacífico cuando surge el modernismo de gran vigencia en nuestra literatura. Considerando lo anteriormente expresado, no es extraño que la producción poética primaria de Barreto estuviese teñida de romanticismo. Sus primeros versos, publicados en Los Andes de Rómulo Cúneo Vidal 2 , debieron tener tal influencia. Suposición ésta que no es certidumbre al desconocerse dichos poemas. En cambio, cuando en 1886 empieza a publicarse El progresista, bajo su dirección, sí es posible advertir dicha influencia 3 . En A la preciosa niña / Elena Anjelina Boullón podemos advertir el sentimiento que transmite sus versos: “Tu aun eres niña hermosa / Feliz, pues que en tu inosencia / Ignoras de la existencia / Las miserias y el dolor.” 4 Pero no es sólo la significación y organización de las palabras las que otorgan el carácter romántico; también es la libertad estrófica y de rima. El poema citado consta de cuatro estrofas de ocho versos octosílabos y sólo concuerdan la rima entre el segundo y tercero y el sexto y sétimo verso quedando los demás libres. La poesía barretiana aún estaba lejos de las formas perfectas y la anulación del 1 La narrativa romántica perduraría, por las Tradiciones Peruanas de Palma, hasta inicios del siglo XX. 2 Carlos González Marín, quien proporciona este dato, señala que dichos primeros poemas salieron en 1879 (Antología histórica de Tacna); sin embargo, en su Historia del periodismo peruano en Tacna indica que Los Andes surgió recién en 1880. Entonces el poeta habría tenido once o doce años. 3 Existen poemas de Juan de Dios Peza, Heine (traducciones de Federico Barreto), Lamartine, Víctor Hugo. Se nota la influencia poética de González Prada en el uso, que hace Barreto, de los rondeles. 4 En El progresista. Año I. Nº 7. Primero de noviembre de 1886. [pág. 01].

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Ubicación de tópicos modernistas en la poesía barretiana.

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EL MODERNISMO EN LA POESÍA DE FEDERICO BARRETO

Lic. Luis Nicolás Chambilla Herrera

Al nacer Federico Barreto, en 1868, la literatura peruana gravitaba alrededor de la producción limeña y era el romanticismo europeo, especialmente el francés y el español, el que ejercía gran influencia en los románticos peruanos. La Bohemia limeña, retratada por Palma, había seguido los estilos de Byron, Espronceda, Zorrilla, Lamartine, Leopardi, Campoamor y Larra; entre otros, y aunque dicha bohemia se disgregó en 1860, el romanticismo poético1 perduró todavía hasta después de la guerra del Pacífico cuando surge el modernismo de gran vigencia en nuestra literatura.

Considerando lo anteriormente expresado, no es extraño que la producción poética primaria de Barreto estuviese teñida de romanticismo. Sus primeros versos, publicados en Los Andes de Rómulo Cúneo Vidal2, debieron tener tal influencia. Suposición ésta que no es certidumbre al desconocerse dichos poemas. En cambio, cuando en 1886 empieza a publicarse El progresista, bajo su dirección, sí es posible advertir dicha influencia3. En A la preciosa niña / Elena Anjelina Boullón podemos advertir el sentimiento que transmite sus versos: “Tu aun eres niña hermosa / Feliz, pues que en tu inosencia / Ignoras de la existencia / Las miserias y el dolor.”4 Pero no es sólo la significación y organización de las palabras las que otorgan el carácter romántico; también es la libertad estrófica y de rima. El poema citado consta de cuatro estrofas de ocho versos octosílabos y sólo concuerdan la rima entre el segundo y tercero y el sexto y sétimo verso quedando los demás libres. La poesía barretiana aún estaba lejos de las formas perfectas y la anulación del sentimiento propio del modernismo. Es con la revista Letras (1896 – 1898) cuando Barreto ingresará de lleno al modernismo.

El modernismo5 es considerado la primera corriente literaria surgida en tierras americanas que tuvo repercusión en Europa. Sus raíces se hunden en la década de 1870 y el momento en que se define sus características es con la publicación de Azul de Rubén Darío en 1888. Su decadencia es señalada hacia 1910 cuando se advierte el advenimiento del posmodernismo revelando una nueva estética. En el Perú, se distinguen tres momentos: Una etapa inicial6, que va de 1900 a 1910, dominada por la figura de José Santos Chocano donde la obra representativa es Alma américa. Una segunda etapa, de 1910 a 1920, denominada arielismo o del novecientos –por empezar sus publicaciones alrededor de esa fecha- cuyos representantes son José de la Riva Agüero y Ventura García Calderón con Paisajes peruanos y La venganza del cóndor respectivamente. Se caracterizó esta etapa por privilegiar la prosa, haciéndola en forma depurada, y una tendencia academicista. Sobrepuesta a esta etapa aparece una vertiente en poesía y prosa denominada posmodernismo. El grupo que lo encabezó se llamó Movimiento Colónida y su líder era Abraham Valdelomar. Si bien mantenían rasgos formales del modernismo, añadieron el sentimentalismo nostálgico por la vida

1 La narrativa romántica perduraría, por las Tradiciones Peruanas de Palma, hasta inicios del siglo XX.2 Carlos González Marín, quien proporciona este dato, señala que dichos primeros poemas salieron en 1879 (Antología histórica de Tacna); sin embargo, en su Historia del periodismo peruano en Tacna indica que Los Andes surgió recién en 1880. Entonces el poeta habría tenido once o doce años.3 Existen poemas de Juan de Dios Peza, Heine (traducciones de Federico Barreto), Lamartine, Víctor Hugo. Se nota la influencia poética de González Prada en el uso, que hace Barreto, de los rondeles.4 En El progresista. Año I. Nº 7. Primero de noviembre de 1886. [pág. 01].5 El realismo, en la práctica, no existió en poesía; pero tuvo relevancia en el cuento, la novela y el ensayo.6 Existe una etapa precursora de formación de 1870 a 1890 representada por la poesía de González Prada.

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provinciana y el empleo de un lenguaje sencillo. La obra representativa de Valdelomar lo constituyeron los cuentos y entre ellos sobresale El caballero Carmelo.

El modernismo asimiló características del parnasianismo y el simbolismo. Del primero rescató: 1) El ideal del arte por el arte alejándose de cualquier fin social, moral o utilitario. 2) La búsqueda de la belleza en la perfección de las formas. 3) La evasión tanto en el tiempo como en el espacio lo que les condujo al exotismo. Se prefirió el pasado griego. Del simbolismo asumen: 1) La correspondencia del mundo externo con el interno del individuo a través de las imágenes sensoriales. 2) La belleza del verso basado en su musicalidad. Estas características básicas originaron a su vez otras como la búsqueda de formas estróficas y de versificación exóticas (actualización de formas antiguas y asimilación de formas no hispanas.); uso de arcaísmos, neologismos, latinismos, galicismos, etc; y la elegancia en el lenguaje evitando términos populares.

Hacia 1896, cuando surge la revista literaria Letras dirigida por su hermano José María, Federico Barreto estaba inmerso en la nueva corriente que se expandía por América latina7. El carácter de la revista se verifica en los principales colaboradores: Salvador Rueda (España), José Enrique Rodó (Uruguay), Rubén Darío (Nicaragua), Vargas Vila (Colombia), Ricardo Jaimes Freyre (Bolivia), José Santos Chocano (Perú); todos ellos representativos del modernismo. Tacna se nutría de una cultura literaria cosmopolita actualizada que reflejaba un estilo y gusto del cual Barreto no pudo soslayarse y que pasó a dominar su práctica poética. Su forma de asumir el modernismo manifiesta las características más señaladas de esta corriente en boga como se observa en el siguiente poema:

VOLCANICA8

Soy un sátiro joven. Cuando veouna mujer hermosa en mi camino,arde en mi pecho, que azotó el destino,la volcánica llama del deseo!

Soy un sátiro joven. Yo no creoen el amor llamado amor divino...Amar, por sólo amar, es desatino:¡prefiero ser Bocaccio a ser Romeo!

Mujeres, que habitáis en este mundo,yo os amo a todas con amor profundo...¡Venid y os brindaré mil embelesos!

¡Quiero que todas alegréis mis días,dándome todas todos vuestros besosy siendo todas solamente mías!...

En el campo: 1897

7 El intenso tráfico comercial a través del vecino puerto de Arica, la afluencia y residencia de extranjeros, la comunicación internacional a través del cable, el auge económico de la ciudad, entre otros factores; fueron las causas de la floreciente actividad literaria.8 Letras. Revista ilustrada modernista. Vol. 1. Tacna. Segunda Quincena de Febrero. 1897. Nº 8. [pág. 58]. Este poema debió pertenecer al libro Fratérnicas el cual nunca llegó a publicarse.

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El rasgo modernista más visible se percibe inmediatamente en el léxico usado. La significación del término “sátiro” no concluye con su inserción en el verso. El conjunto de palabras del poema está estructurado para representar la idea que tenemos de este ser de la mitología griega. Quien nos habla desde el poema es el sátiro, su característica es el deseo y las víctimas de ese apetito insaciable son las mujeres. Todo ello, así organizado, nos remite al mundo clásico griego. Exotismo y evasión. No sólo el creador ha buscado evadirse a ese mundo remoto, también invita al lector a ejecutar el mismo mecanismo.

Otra cualidad, menos perceptible, corresponde a la estructura de los versos y la estrofa. Los modernistas mostraron preferencia por el soneto que se compone de catorce versos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Los versos podían ser endecasílabos (once sílabas) o alejandrinos (catorce sílabas), aunque hubo de diferentes cantidades de sílabas métricas. El poema presentado constituye un soneto endecasílabo (Verso de arte mayor) cuya estructura silábica es la siguiente:

Soy un sá ti ro jo ven. Cuan do ve o =11 SMu na mu jer her mo sa en mi ca mi no, =11 SMar de en mi pe cho, que a zo tó el des ti no,=11SMla vol cá ni ca lla ma del de se o! =11 SM

La disposición de la forma es perfecta; sin embargo, al privilegiar la forma sobre el contenido, el poema pierde fuerza. Una de las críticas comunes al modernismo es que su poesía podía ser hermosa para ser escuchada, pero no decía mucho. El cuerpo bello y sin alma es perceptible, especialmente, en Chocano y mucho más en Barreto. Es poesía del decir, no del sentir. Se describen los personajes y los hechos más que vivirlos. El tono se vuelve impersonal a pesar de que el yo poético participe de la historia descrita. Ésa es una diferencia básica respecto al romanticismo.

La organización sintáctica y la elección del léxico no tenían la función de transmitir el estado de ánimo del emisor, sino la búsqueda de la perfección métrica; de las imágenes sensoriales y la musicalidad –estos dos reflejarían el estado anímico9-; y del lenguaje elegante. Dicha conjugación tendría un efecto estético en el proceso de la lectura. Pero Barreto no era un modernista perfecto. Sus imágenes visuales, las más comunes e importantes, eran directas y, por ello, simples. Una imagen como “el pantano es un sueño de pereza”10 es difícil hallarlo en Barreto. En nuestro poema analizado aparece: “Soy un sátiro joven. Cuando veo / una mujer hermosa en mi camino,”. La imagen sensorial no es sugerente, expresa directamente impidiendo al lector interiorizarse con el poema11 y comulgar espiritualmente con el yo poético.

9 Adviértase en el conocido poema Sonatina, de Rubén Darío, la melancolía que produce el tono dulce de los versos y su relación con la princesa enferma.10 Los pantanos. en Alma América de José Santos Chocano.11 Ejemplo similar podemos extraer de Toilette matinal: “Delante de un espejo veneciano / que copiaba su imagen toda entera, / Margot, hacía su toilette primera / con la borla de polvos en la mano.”En Federico Barreto. Federico Barreto. [pág. 183]. Aunque aquí incluido en Poesías dispersas, pertenece a Aromas de mujer.

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La musicalidad, que debía dejar su huella emotiva en el lector, tampoco era perfecta. Se advierte un ritmo12 al interior de los versos, pero no la melodía que transmita tristeza, alegría, ira o pesar. En Barreto, el eje del ritmo lo constituye la rima consonante o perfecta que llegó a dominar. En la estrofa trascrita ésta es: ABBA / ABBA / CCD / EDE13. No cumplía cabalmente con esta característica de los modernistas, pero se esforzaba y en muchas ocasiones lo conseguía14.

Hacia esta época, Federico Barreto transcurría su mejor etapa de producción. El modernismo estaba en boga y la revista Letras15 servía de vehículo de divulgación de su poesía. Sus amigos de la Bohemia tacneña se hallaban dispersos en Latinoamérica y el Perú difundiendo la cultura y bien pudieron ayudarle a darse a conocer. Pudiera resultar incomprensible la no publicación de un poemario cuando el medio cultural lo favorecía; sin embargo, una anécdota de Juan Auza Arce16 lo muestra angustiado, en 1906, por la subvención económica del gobierno peruano a La voz del sur. Es razonable, Barreto provenía de una familia modesta y en su condición de periodista no podía solventar una publicación de ese tipo.

Extinta Letras, en 1898, el campo de acción para la difusión de su poesía se reduce al ámbito local y los contactos con sus amigos bohemios. Una de las formas de darse a conocer eran los eventos públicos y, entre estos, las celebraciones por fiestas patrias. Era habitual que, en las ceremonias de los veintiocho de julio y otros actos de similar carácter, se invitase a Federico Barreto para que declamase algún poema patriótico quien a su vez creaba uno nuevo para cada ocasión. Esto explica la abundancia de poesía patriótica de este período y que aparecería en Algo mío, incentivo que desaparecería en Lima y ocasionaría su inexistencia durante su estancia en la capital.

El otro medio de difusión vino a ser La voz del sur en cuya página literaria publicaba regularmente. Desafortunadamente, hacia 1900 empezó el proceso de chilenización contra las instituciones peruanas y, en 1911, le tocó el turno a este diario peruano. Destruida la imprenta por el populacho chileno, los hermanos Barreto partieron hacia Lima donde continuarían con su labor periodística. Al año de su llegada, Federico publicaría Algo mío, poemario donde el romanticismo y el modernismo se unen cuando, en el Perú, el posmodernismo anunciaba una nueva etapa en la historia literaria.

Algo mío debió ser bien recibido para que aventurase una segunda edición en 1924. A manera de prólogo, se le inserta una semblanza realizada hacia 1905 por Víctor Mantilla. Dicho texto, lleno de elogios, lleva una crítica velada casi al finalizar. Señala Mantilla que:

12 En la época modernista, los poemas se declamaban y el ritmo tenía gran importancia ya que ayudaba a esta actividad y el público lo percibía siendo bien o mal recibido. La musicalidad, lo melódico de los versos, corresponde a una lectura íntima y silenciosa que permita la comunión del lector con el texto.13 Son llamativas las combinaciones en la rima que practicaba en los versos finales de los sonetos, aunque la combinación estudiada era la que más utilizaba.14 El ejemplo clásico sería El beso inserto en Algo mío. Allí, la brevedad de los versos le da agilidad que se corresponde con el estado de alegría del emisor.15 Igual función cumplía la sección literaria del diario La voz del sur, especialmente desde que asumiera su dirección, en 1904, José María Barreto.16 PANGO VILDOSO, Grover. Altas letras. [ pág. 38].

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“Barreto, siguiendo la corriente, ha imitado a entre ambos escritores (Díaz Mirón y Rubén Darío), si con felicidad, con mengua, a un tiempo de lo que debe a su propio talento. Se puede y se debe imitar, pero a Byron y a Shelley. Todos los poetas escépticos y románticos del mundo caben en un poema del primero y todos los poetas filósofos del siglo, en una sola página del segundo.”(Federico Barreto. pág. 23)

En palabras simples; le indica que tiene talento, sin embargo, no lo muestra al estar dedicado a imitar a los poetas modernistas. Imita, pero imita a quienes no debe. Los modelos que recomienda Mantilla son los románticos ingleses. Dicha semblanza, al parecer, no fue escrita como prólogo debido a la nula mención del poemario en sí; por lo tanto, la crítica debió dirigirse a la poesía que entonces escribía Federico.

Algo mío es una obra desordenada respecto a la temática. Se entremezcla poesía patriótica, sentimental, filosófica, romántica17. Así, la primera composición se titula Al Perú, donde se conduele de la situación nacional tras la derrota; luego sigue Madre mía, que elogia las recomendaciones maternas para la vida; posteriormente Luzbel, poema de corte existencial donde se reniega de la vida, y Plegaria de amor con un tema amoroso. Sirvan estos pocos títulos para ejemplificar la desorganización temática que presenta. Pero el caos se extiende al estilo. Coexisten poemas románticos junto a modernistas e híbridos. Poema romántico es ¡Al fin solos! donde se canta la alegría de la intimidad de los recién casados y la forma (métrica y cantidad de estrofas) se sujeta a la necesidad de expresión del yo poético. Poema modernista es Helénica que describe una escena mitológica griega y lo que se desea expresar se sujeta a una forma determinada. Poema híbrido es Queja a Dios donde la forma es modernista y expresa un contenido romántico. De entre ellos, el predominio corresponde al modernismo.

En su modernismo, es la mirada objetiva del cuerpo femenino y el deseo de su apropiación lo más resaltante. El ideal de belleza se cristaliza en la descripción de sus rasgos físicos: “espalda de alabastro y rosas”, “flor de terciopelo” (hoyuelo), “estrella apagada entre la nieve” (lunar), etc. Sí, existe la belleza y ella radica en la mujer joven. Una vez divinizada., no basta con elogiarla, es necesario apoderarse de lo bello. Surge el deseo y el emisor pretende ser el dueño de un cuerpo femenino que se ha vuelto un objeto. No se puede hablar allí de romanticismo: no hay sentimientos. Las relaciones hombre - mujer son tan diversas que este caso no llega a ser abarcado en el término “romántico”. Mientras los románticos del siglo XIX exaltaban el amor y lo hacían vivir en el poema; Barreto sólo describe el amor o el objeto de deseo, pero no pasa a ser una experiencia romántica que el lector pueda disfrutar. Su romanticismo, cuando se da, no tiene el ímpetu de la pasión18, es apenas destello débil y artificial.

Es significativo que en Algo mío no haya considerado la mayor parte de las creaciones publicadas en El progresista y Letras. Si ello hubiera ocurrido, el poemario habría tenido un matiz más romántico.

17.No confundir el tema romántico con el estilo romántico. El primero nos señala que el poema trata sobre el amor; el segundo nos indica que está utilizando recursos estilísticos del romanticismo literario.18 Otro es el caso de su poesía patriótica cuyo contenido romántico (amor a la patria, libertad, rebeldía, yo inconforme, etc.) prevalece sobre la forma modernista.

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Entre 1920 y 1940 prosperó, en el Perú, la vanguardia literaria. Aunque desde 1915 ya se daban los primeros atisbos19, es recién en la fecha señalada cuando se difundió masivamente entre los jóvenes provincianos y, en menor escala, los limeños. No constituyó una corriente literaria en sí; los diferentes poetas asumieron, libremente, alguno u otro rasgo de las vanguardias europeas. El denominador común fue la ruptura total con el pasado visible en el rechazo a las formas elaboradas. Libre el verso, el espíritu retorció el lenguaje y creó formas insospechadas de expresión. Pero el trabajo vanguardista quedó en las formas, no instauró una nueva visión de la poesía, una poética auténtica. A similitud de los “ismos” europeos, aquí los pequeños grupos propusieron manifiestos y revistas. Si bien hubo cantidad, no existió una calidad uniforme. Entre los principales representantes de la vanguardia en el Perú se cuentan a César Vallejo (Trilce. 1922) y Martín Adán (La casa de cartón. 1928)20. Junto a la vanguardia, y postulando una estética basada en el subconsciente, surge el surrealismo que también significa una revolución en el lenguaje. El mejor representante en esta etapa lo constituye Carlos Oquendo de Amat (Cinco metros de poemas. 1927). La revista fundamental de este momento fue Amauta, de José Carlos Mariátegui que, sin ser una publicación literaria, sirvió de tribuna para los jóvenes vanguardistas en quienes Mariátegui creyó percibir el quiebre con el pasado conservador. Este era el ambiente de efervescencia vanguardista en el cual hizo su aparición Aroma de mujer.

Cuatro años había pasado desde la reedición de Algo mío. En este tiempo, perfeccionó el manejo de los versos, aunque sin salirse del cauce del modernismo. Tampoco podía hacerlo, su generación pertenecía a ese momento literario y su generación era su referente. No pertenecía a las nuevas generaciones vanguardistas y Carlos González Marín lo deja entrever así:

“En 1827 (sic), salió a luz Aromas de Mujer, con prólogo de Aurelio Arnao, mereciendo elogiosos comentarios de la prensa nacional y juicios críticos ponderados de Salvador Rueda, Juan Francisco Bedregal, Rosendo Villalobos, Adela Zamudio, Alfonsina Storni y Juana de Ibarbouru.” (González Marín: 1952:82-83)

Quienes elogian el poemario corresponden a un tiempo que está pasando a conformar el pasado: Salvador Rueda (español), Juan Francisco Bedregal (boliviano) y Rosendo Villalobos (boliviano) son ubicados, por la crítica, dentro del modernismo. Adela Zamudio (boliviana) es considerado por algunos en la etapa final del romanticismo y por otros en el modernismo. Alfonsina Storni (argentina) y Juana de Ibarbouru (uruguaya) pertenecen al posmodernismo. Todos ellos fueron representativos en la literatura de sus países y nos evidencia las prestigiosas relaciones que mantuvo y no aprovechó en su tiempo. El auge vanguardista inundaba el Perú como se aprecia en el párrafo anterior y publicar, entonces, un poemario modernista resultaba desfasado.

Aurelio Arnao, sin advertirlo, pone en evidencia lo extemporáneo del poemario:

“Pertenece Barreto a esa generación post-guerra peruano chilena, que seguía las huellas de Nuñez de Arce y de Campoamor y tal vez la del ya

19 Alberto Hidalgo, Arenga lírica al emperador de Alemania y otros poemas. Arequipa. 1916; Panoplia lírica. Lima. 1917. Estos poemarios aún mantenían rasgos modernistas.20 Un importante grupo de vanguardia indigenista surgió en Puno alrededor de Gamaliel Churata: El grupo Orkopata, desde cuyo Boletín Titicaca (1926- 1930) empiezan a difundir su literatura vanguardista en forma local, nacional e internacional.

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lejano Espronceda, tan leído y saboreado en su tiempo como definitivamente olvidado hoy.” (Barreto: 1988: 101)

Es de saber que Gaspar Nuñez de Arce (1834-1903) y Campoamor (1817-1901) pertenecieron al post romanticismo español mientras que José de Espronceda (1808-1842) era netamente un romántico español. Hago hincapié en las fechas para exponer la distancia temporal que los separa respecto a Aromas de mujer. Reitera Arnao la influencia romántica con: “(…) recordándonos el amargo dejo pesimista de Bécquer, tan leído por los enamorados de fines del siglo pasado.”(Barreto:1988: 100). Equivoca Arnao al darle tanta importancia al romanticismo barretiano. No existe tal sino en pequeña proporción.

La poesía de Barreto presenta rasgos románticos, en su vertiente sentimental y patriótica, en Algo mío; pero en Aromas de mujer es casi por completo modernista. A diferencia del anterior poemario, aquí desaparece totalmente la poesía patriótica y predomina la temática romántica. Pero, como ya se dijo, es la mirada hacia la mujer como un objeto de deseo. Poesía sensual, no sentimental. Aún así, el modernismo de barreto ya era anacrónico. Comparemos un poema de Aromas de mujer con uno de Trilce de César Vallejo, publicado cinco años antes:

FONTANA GRIEGA

En una fuente, clara y escondida,fué a bañarse una virgen tan hermosa,que de sí misma se sintió orgullosacuando estuvo en el bosque desvestida.

Quiso echarse a las ondas enseguida,mas se apartó del agua, ruborosa,al ver su imagen de alabastro y rosaen el limpio cristal reproducida

Tranquila, al fin, entraba ya a la fuente,más al pisar la linfa transparente,quedóse yerta, horrorizada, muda…

Agazapado, bajo de una roca,un viejo fauno, viéndola desnuda,se relamía con placer la boca.

He aquí la vanguardia de Vallejo:

XLIV

ESTE piano viaja para adentro,viaja a saltos alegres.Luego medita en ferrado reposo,clavado con diez horizontes.

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Adelanta. Arrástrase bajo túneles,más allá bajo túneles de dolor,bajo vértebras que fugan naturalmente.

Otras veces van sus trompas,lentas ansias amarillas de vivir,van de eclipse,y se espulgan pesadillas insectilesya muertas para el trueno, heraldo de los génesis.

Piano oscuro, ¿a quien atisbascon tu sordera que me oye,con tu mudez que me asorda?Oh pulso misterioso.

Vallejo, que fue posmodernista en Los heraldos negros, representa el cambio radical en Trilce. No es sólo la ruptura de las formas métricas, estróficas y rima; también es la apertura léxica y el reemplazo del lenguaje directo por el sugerente. En contraste, Barreto no supo adaptarse a los nuevos cambios, fiel a su generación, siguió escribiendo en modernista cuando el gusto literario ya había cambiado y los grupos de vanguardia predominaban en la nueva escena literaria.

BIBLIOGRAFÍA

BARRETO, Federico. Federico Barreto. El cantor del cautiverio. Talleres Gráficos de la Imprenta de la Marina de Guerra del Perú. Lima, 1988.

CORZANO ARCINIEGA, Néstor. Federico Barreto. El poeta olvidado. Edit. Minerva. Lima, 1979.

DOMÍNGUEZ AGÜERO, Saúl. La obra poética de Federico Barreto. En rev. Cultura y desarrollo. Nº 2. UNJBG. COIN. [pág. 108-116]. Tacna, octubre del 2000.

GABRIEL VALDIVIA, José. Poemas inéditos de Federico Barreto. En rev. Cultura y desarrollo. Nº 1.UNJBG. COIN [pág. 110-116]. Tacna, setiembre de 1997.

GASTAÑETA DE SOVERO, Nancy. La imprenta en Tacna. En Boletín de la Biblioteca Nacional del Perú. Año XVI. Nº 25. [pág. 33-50]. Lima, primer semestre de 1963.

GONZÁLEZ MARÍN, Carlos. Antología histórica de Tacna. (1732-1916). Imprenta del Colegio Militar Leoncio Prado. Lima, 1952.

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PANGO VILDOSO, Grover. Altas letras. Tres escritores del cautiverio. Edit. Santa María. Tacna, 1979.