el mito como lenguaje

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El mito como lenguaje Graclela Beatriz Fem'ndez E I trabajo propone explicitar algunas de las re- laeJones entre mito y lenguaje. Teniendo en cuenta la ambigüedad de ambos términos res- pecto de sus sJgniHcaciones, .se ha tratado de describir- los según sistemas de usos posibles a efectos de eludir al. guna que atTa perplejidad. a la que se está expuesto de continuo cuando se ha atravesado el umbral de acceso a las slgnJflcaclones. EJ presupuesto del cual se parte es el siguiente: el mi- to es un lenguaje. La lengua griega del periodo heroico y cl.,.co d. cuenta de un buen número de acepciones que uf lo demuestran: 1) palabra, dJcho, dls- curso; conversaeJón, dJscusión; narración, rumor. notl· cla: consejo, deliberación, proyecto, orden; súplica; ob- leto de discurso; proverbio. 11) fábula, narraeíén fabu- losa, leyenda, cuento. 'IvOo),Q'Yit..l: contar fábulas, na- rrar, exponer con detalle. !tIu8Lo¡urI : hablar, conversar, deliberar consigo mismo (Balague, 1958). SIse considera la complejidad de los s1gnJltcados y las contradlceíones Implícitas que aparecen al .ser tomados en el eje de la sincronía. es menester desarrollarlos se- gún un enfoque dtacréníco, Así se cuenta con sistemas referenciales que produzcan tal o cual significación: de acuerdo a qué se entienda por lenguaje habrá de enten- derse qué es mito. Desde esta perspectiva aparecen las modalidades de USC1S siguientes: 1 El mito como el decir sobro lo acontecido en '11I0 tempore', . 11 El mito como el decir las cosas. 54 11I El mJto como doble sistema semlolégíco, es decir, como metalenguaje. 1 El mito como el decir sobre lo acontecido en tempore' El relato mítico tíene como objeto traducir en términos de lengusje, lo acaecido en UD pasado inmemorial; el cual se constituye en "precedente efemplar para todas las ac- clones y situaciones venideras que repitan aquel acontecimiento. Es menester destacar que toda tra- duoclón se teallza mediante un doble sistema en rela- ción de s:IrnLlltud, en el cual, uno de eUos -el primero- es fí]o, y el otro -sistema segundo, derivado- opera ro- mo reíle]o, detentando una realJdad cuyo modo de dar- se es ser sustituta; de esto se desprende que el grado de verosimilitud que encierra el relato rnítíeo dependerá de qué sea el primer sistema y luego. en qué consiste la relación. El tiempo es otro de los elementos a considerar pues- to que es soporte de la relación, ya sea que se establezca una relación slncr6nJca o diacrónica entre los dos siste- mas. La diacronía aparece si al relato mítico se le asig- na un presente y al acaecer, UD pasado; la síncronía, si el relato, transfígurado, disuelve el tiempo ordinario en un eterno presente "tota sírnul et perfecta posseslo" , se- gún Boeeío.! l. Un primer modo aparece al analJzar el término que le corresponde al acontecer: es posible que su naturale- za se agote en el decir y que el relato tenga su correlato

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ARTÍCULO SOBRE EL MITO DESDE UNA PERSPECTIVA SEMIOTICA

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  • El mito como lenguaje

    Graclela Beatriz Fem'ndez

    E I trabajo propone explicitar algunas de las re-laeJones entre mito y lenguaje. Teniendo encuenta la ambigedad de ambos trminos res-pecto de sus sJgniHcaciones, .se ha tratado de describir-los segn sistemas de usos posibles a efectos de eludir al.guna que atTa perplejidad. a la que se est expuesto decontinuo cuando se ha atravesado el umbral de accesoa las slgnJflcaclones.

    EJ presupuesto del cual se parte es el siguiente: el mi-to es un lenguaje. La lengua griega del periodo heroicoy cl.,.co d. cuenta de un buen nmero de acepcionesque uf lo demuestran: M~o,,~o~ 1) palabra, dJcho, dls-curso; conversaeJn, dJscusin; narracin, rumor. notlcla: consejo, deliberacin, proyecto, orden; splica; ob-leto dediscurso; proverbio. 11) fbula, narraen fabu-losa, leyenda, cuento. 'IvOo),Q'Yit..l: contar fbulas, na-rrar, exponer con detalle. !tIu8LourI : hablar, conversar,deliberar consigo mismo (Balague, 1958).

    SI se considera la complejidad de los s1gnJltcados y lascontradlceones Implcitas que aparecen al .ser tomadosen el eje de la sincrona. es menester desarrollarlos se-gn un enfoque dtacrnco, As se cuenta con sistemasreferenciales que produzcan tal o cual significacin: deacuerdo a qu se entienda por lenguaje habr de enten-derse qu es mito.

    Desde esta perspectiva aparecen las modalidades deUSC1S siguientes:1 El mito como el decir sobro lo acontecido en '11I0tempore', .

    11 El mito como el decir las cosas.

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    11I El mJto como doble sistema semlolgco, es decir,como metalenguaje.

    1 El mito como el decir sobre lo acontecido en ~Uotempore'

    El relato mtico tene como objeto traducir en trminosde lengusje, lo acaecidoen UD pasado inmemorial; el cualse constituye en "precedente efemplar para todas las ac-clones y situaciones venideras que repitan aquelacontecimiento. ~l Es menester destacar que toda tra-duocln se teallza mediante un doble sistema en rela-cin de s:IrnLlltud , en el cual, uno de eUos -el primero-es f]o, y el otro -sistema segundo, derivado- opera ro-mo rele]o, detentando una realJdad cuyo modo de dar-se es ser sustituta; de esto se desprende que el grado deverosimilitud que encierra el relato rnteo depender dequ sea el primer sistema y luego. en qu consiste larelacin.

    El tiempo es otro de los elementos a considerar pues-to que es soporte de la relacin, ya sea que se establezcauna relacin slncr6nJca o diacrnica entre los dos siste-mas. La diacrona aparece si al relato mtico se le asig-na un presente y al acaecer, UD pasado; la sncrona, siel relato, transfgurado, disuelve el tiempo ordinario enun eterno presente "tota srnul et perfecta posseslo" , se-gn Boeeo.!

    l. Un primer modo aparece al analJzar el trmino quele corresponde al acontecer: es posible que su naturale-za se agote en el decir y que el relato tenga su correlato

  • con)a fantasa; en este caso, el relato mtco es el reflejode otro lenguaje organizado en los albores de la eultu-ra, cuyo referente carece de una existencia constatadapor hechos. Es no-real.

    Max Moller en ComparatWe Mythology,S proponeque el nico modo de acceder al mito y obtener un co-nocimiento cientfico es a travs de los estudios lings-tlcos: ms an, DO slo para conseguir un perfl adecua-dodel mito, sino, tambin, del lenguaje, ya que ambosse estructuran mediante "una verdadera solidaridad",El carcter solidarlo de la relacin debe entenderse enforma unilateral, puesto que es el lenguaje el productordel mito y no a la Inversa . Pero la produccin no se ori-gina en una intenci6n expresa, sino en las arnbigeda-des inherentes a la configuracin de los lenguajes; en.tendiendo por ambigedad el uso extensivo de la met-fora, la sinonimia y la homonimia; sobre todo esta lti-ma, a la que califica de "punto vulnerable del lengua-[e" y posibilidad del mito. En sntesis : el mito griego deDeucalin se reducirla a un equvoco producido por lanversn de los lenguajes objetos: W~()u: muchedurn-bre, pueblos y Aaa;-O'; piedras, respecto de sus s1gnlcados. El modo operado para conseguir la sustitucinhasido homologar el nominativo del primero con el ge-ntvo del segundo cuya resultante dio 'piedra' por'hombres'.

    La metfora sufre una desarticulacin similar. Su eon-dJcln de sistema doble con predominio de las asocia-ciones susttutvas, la hace vulnerable. La mentalidadprimitiva producirla la imagen soporte de la metfora,pero, dado el carcter puntual en el que se manifiestala conciencia del tiempo en el mito, en una segunda lns-tanela no podra reconocer el plano connotado, llevan-do a cabo una simple denotacin. H. Speneer- sostieneque el lenguaje humano es metafrico, y el mito, unamalasustitucin en los.trminos de la metfora; el hom-bre primitivo es incapaz de entender la diferencia entrelos dos, lo que lo lleva a confundir la realidad, creyen-do que puede sustituirlos con el mismo grado deemtencla.

    Ya Tudides, en LtJ Guerra del Peloponero, al mar-car 1M diferenciasentre hJstorla y mto, estableca el ca-rcter de ficcin que posea el mito:

    La a~Dd. de toda Rccln en mI hlm>ria me terno que dUmloD\IY1I algoRlln~ pmo quedar satisfecho s;fes cons:ldoradatil pan aquellos inwstlpdoru quo aspiran 11 un conoclmJentoexacto del pasado, como UDIl ayuda para la Interpretacin df'lfuturo, el cual, en l1li cuno de las 00$aS humanas debe pareer-edil. si 00 es que lo refleja . MI historIa ha sldo compuesta pa-ta que sea patrimonio ele todos 1M tiempos. y no 111. muestrade una hora eflme:ra.'

    De lo que 56 deriva no slo su ser ficticio. sino tam-bin, su inexactitud respecto de los hechos y lo efmerode su naturaleza.

    2, Un segundo modo de abordar 'el decir sobro loacontecido en illo tempere' consiste en el anlsls del pri-mer trmino de la proposlcl6n y, en este CIlSO. el segun-do de la produccin; ya que el lenguaje aparecera co-mo significante de IIn universo translngfstlco . Aqu larealidad tiene existenola separada. El acontecer ha te-nido lugar y el lenguaje lo captura terupornllzndolo enuna naturaleza segunda: el lenguaje re-creado.

    De ese modo. el lenguaje del mito remite n un noon-tecer primordial. pero . en s msrno, no significa sino enla medida en que refleja su oondlcln de ~rquetlpo. Entanto el reflejo lo vuelva transparente, permanecer sien-do esa cuasi-Identidad solidarla entre el declr y aquelloa lo que el decir apunta. Pero no siempre ocurre, El len-guaje constu do en una Instancia mtlca, proyecta enlejana la realidad de la que deviene. desfigurndola"veces; otras, ocultndola, Lo que da lugar 11 que se con-sideren dos nuevas perspectivas, ya sea que dicho ocul-tamlento sea producto de una Intenoln munllesta, ex-tema a la relacin; o que su propia naturaleza usl lodetermine.

    2.1 En el primer caso, la Intencin encubridora dellenguaje mtico se dara, no con el objeto de desvirtuarla realidad sino para preservarla. absoluta e Incontamt-nada. El origen es tab. SI fuese tocado por el lenguajeen razn de equivalencia quedarte reduoldo a una exs-tenela robada. profanado, disuelto en su constttutvo sa-cro . Esto convierte al lenguaJe en smbolo o alegcraejemplo, el lenguaje etfrado de los &"'Cl1r'ra~ de las eo-mundades mstrcas, segn lo testimonian los poemasrficos y Homero, en el Himno u Demeter, verso 179:"Feliz el que posee entre los hombres de la tierra la v-

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  • sin de estos mlsterios."6Otro testimonio aparece en Salustos, quien conside-

    ra a las palabras del mito como velos, ya la verdad ce-mo lo no decible:

    Puesto qUlI todos los seres se cornplaeen 000 la semejanza y seapartan de la de&emejanza. convena que lamhln los n,ZA)namlcntos acerca de 10c\ dlo!4" Iueran semejantes a oqu~lIos; aUn de quellegaran a SOl dignos de la esencia de ellos e hclc-ran favorables 11los diosa para con las que lo rellllahan; lo cualsolamente por medIo de los mitos podfa rwlzane... AdemJde esto. el pretender eosdlar a lodos l. verd.d acerCA de losdlOSCll produce. por un lado, en los Ignoran~ , el desprecio.a CAUUi do no poder comprenderlo, yen 101lI.pI tcados. la lndl-Ierenoa, Pero 01 encubrir ID verdadero por medo de 101ml-tos, no permite a los prtrneros el despreciar. y 8 101~ndOlIDIobliga a ru~far. Pero por qu han narrado adulterios oraplos (... )? lO esto es tarnbln digno de admlr.cln. de mo-do que por medIo del absurdo aparente. el alma. por una par-te, m'-' de cerea considere los cUJculJiOl como velos. y por otrapan" juzgua que la verdad l!II Jndedble?"'.

    El mito es el relato de lo que puede ser nombrado. To-do su decir se condensa en el smbolo; y del mismo mo-do que la naturaleza constitutiva del smbolo consisteen 'ser arrojado conjuntamente' -symball: ponerluntos'. y su funcl6n es la de reconocimiento (Esquilo,Agam8f1n. 315; Eurpldes, MedetJ, 813). en el mito, ro-mo relato simblico, aparece tambin la relacin con-Junta entre la expresin ahistrica e histrica yel reco-nocimiento. Este ltimo se Inserta en la relacin medan-te el ritual.

    P. Rtcoeur' hablar de dos momentos en la "herme-nutica del smbolo": el primero, cuando del "mito-Imagen" se pasa al "mito-relato" se logra, por medJo de)11 reflexn filosfica, conformar el "mto-espeeulacin".En el "mito-Imagen" habra, segn P. Rcoeur", un"tiempo escondido" portador de una "reserva de sent-do" de la que carecen los otros dos, al estar determina-dos por un "Hempo agotado", Esta polaridad entre"Hempo escondido" y "tiempo agotado" establece la di-nrnlca del smbolo-mto, que de continuo necesita re-trotraerse o los orgenes. con el objeto de recuperar lafuerza primigenia crlstalzada por la historia.

    Cabe destacar, que en la postura de Rcoeur que ex-plica la dinmica del smbolo, aparece un desequbroentre sus partes constitutivas, El movimiento es unla-

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    tera! porque a travs del proceso hermenutico, se in-lenta recuperar la otra parte del smbolo que pennane-ce pasiva . El proceso seria una 'anabass': la direcci6nhacia el "mlto-Imagen": el objetivo, recuperar e'''tiempoescondido" tras la "reserva de sentido" .

    Una doble vertiente del movimiento se da en la rela-cin "arquetipo" y "prototipo", en la conformacin delsmbolo mteo como relato de lo no decible. Cuandoel "prototipo" se da, es decir, adquiere vigencia hstr.ca, refleja el "arquetipo" y devuelve su Imagen tornan.do luminosa aquella caracterlst:ica que en los dems es-t velada, "y de este modo se impone como smbolo pa-tente y reflejo de una realidad antol6gicamente inago-table que permite hablar de ella Indefinidamente. "11La relacin de ooincidencla entre "arquetipo" que tie-ne lugar en la "imaginacin creadora?" es la sntesis delos dos movimientos: uno al encuentro del otro que pro-vocan la aparicin de las "imgenes mito".LJ

    2.2 En el segundo caso, el estado de cosas que eonfi-gura la realidad y es significado del decir del mito envirtud desu propia naturaleza, se sustrae a una total pro-yeccin por parte del lengua]e. Losdos trminos, reali-dad y lenguaje, no guardan relaci6n de similitud deb-do a la dlspardad de los mbitos coniTontados; por unlado, 10 sacro; por otro, una suerte de N((16plO~, en cu-ya Instancla lo sacro adquirirla vigencia histrica irrum-piendo en el tiempo mediante la corporeidad del relato-mito.

    La articulaci6n del relato. esfera del significante, com-prime el universo significado y lo reduce connndoloa un modo de ser segmentado. La palabra roba la otraparte del segmento que supone la totalidad; y el tiem-po. la memoria; el resultado es una nueva epifana delmito: el relato-mito, el cual, a travs de una sutlllnter-polacln de referentes apunta a un significado cambia-do en el que tiempo y lenguaje efectan la sustltuci6n.Lo sustituido es la realidad no verbalzada. el mbtode lo sagrado, referente que centraliza la actividad delsignificado. Lo sustituyente, la realidad a travs deltiempo y el lenguaje: rea1Jdad segunda, mediatizada, in-capaz de detentar su modalidad primera operando lasustraccin de los neaos comunicadores, por cuanto es-

  • -toS ban modificado cualitativam~Dtela naturaleza de loquecomunican. La s~luci6nes natural . No ha exst-do una voluntad previa que fraguara el desplazamientocon el objeto de ocultar o resguardar la realidad prime-ra. El culto, al devenir tiempo, mecaniza la mmesis ori-ginal. El hombre-rito, en virtud de la ruptura del prin-cipio de Individuacin, pudo ser naturaleza y, uno CODla divinidad, fertiliz la tierra en las comunidades agra-~ tal es el caso del culto a Dionso en Eleteras", los"F1oralias" de los romanos", o las fiestas "Holi" entrelosndes". Ahora, 'mimesis' es rntar" y el rito mito-logizado entra en el universo ldico del teatro, en don-de la mirada, referente segundo, espectador, restituyeel silencio mediatizando el juego dial6gioo entre la rea-ldad representada y la realidad objeto de larepresentacl6n .u

    11 El muo como la palabra que dice las rosas IJ al decir-/tu les ronftere entidad

    La modalidad que se pasa a considerar fundamenta sucarcter especfico en la naturaleza deldecr'. La pala-bra tiene poder; lo que la redefine mediante la agluti-nacin de un semantema que no pertenece a su domi-nio ordinario: 'el hacer', Esto le permite articular unnuevouniverso de sentido por el que invierte las instan-cias que determinan su aparicin. El uso comn del len-guaje est signado por un aparecer en segunda instan-cia, ya que su naturaleza especfica es 'refleja'; por elcontrario, la palabra-mito es primera puesto que por-que se nombra, lo nombrado ' es' ,

    De acuerdo a qu sea la naturaleza de lo nombradose pueden obtener dos variantes de la propuesta: la pri-mera, que lo nombrado permita la existencia de entida-des naturales, separadas, en s; la segunda, que seansmbolos.

    l. ~y en el principio Dios dijo: -Hgase la luz-, y laluz se hizo" (Gen ,I,3): el 'hacer' de la divinidad es sudecir; al nombrar, Dios crea. En El libro secreto deSonJuan, segn el papiro copto de Berln 85021~, aparece,de nuevo, dentro del cristianismo la idea de la palabraque crea ,

    La mitologa de los polinesios tiene un relato eosmo-

    gnico en el que lo, Dios Supremo, quiso salir de su re-poso y apareci la luz y de Inmediato dijo: "Que se se-paren las aguas, que se formen los cielos, que \a tierrasea", "( ... ) antiguas y originales palabras la antigua yoriginal sabidura cosmol gica (wananga), que sac to-das las cosas del vaco" >', aqu la palabra tiene valorinstrumental, sirve para ordenar el caos del principio.No crea, genera a partir do una materia preexistente quees el agua primordial, en donde todas las cosas se en-cuentran indiferenciadas.Tant9_~ la concepcin [udeo-crtsriana. en la que la

    palabra crea ex 'nihil;~mo en la de los pelloesos, enla que opera desde un quantum Indeterminado, as'UP-ta la exstencla apriori de la divtntdad: Dios es y su ~Juntad se traduce en un 'decir' que 'hace', Hay todava,una forma extrema en la consldoracln del poder de lapalabra: el Primer Dios se aurogsnera al pronunciar supropio nombre y luego nombra R1 universo y el univer-so esJl; con lo que no slo el 'decir' hace el mundo, sIno, tambin, a Dios .

    Cabe considerar an. el poder de 1ft pnlabru que re-crea el modelo arquetpico. Todo tuvo lugar en 01 prin-cipio, una ruptura csmica -mltos de cada- dstanolel origen y, el tiempo histrico" captur una parte dela realidad escindldn: la profana, de naturalezn dinur -nlca, en tanto que la sacra preserv su Integrldad en unasuerte de tiempo concentrado, absoluto. A partir de en-tonces, la tensin entre lo sacro y lo profano genera IJneas de fuerzas antagnca una cratoan e dunl . Porun lado tiende hacia e.I centro; por otro, hneln una peri-feria que.se expande; la sln(6)ls es una ruptura en la oro-nologa ordinaria por la cual el hombre-hlstore recu-pera al hombre-mito. La ruptura no slo posibilita elacceso al tiempo del origen, sino que tambin produceuna mutacin ontolgica que ha sido posible medianteel uso extra-ordinario del lenguaje en el ritual; la'palabra-poder' pronunciada por el Iniciado, chamnao sacerdote, cancela el tiempo y todo tiene lugar comoen el prlnolplo: el horn bre-rnlto os el hombre adnico anotes de la cada, integro, consustanoado con su natura-leza prtmordlal. Los sonidos articulados con el ritual lrn-prescindible horadan el tiempo histrico del enfermo,

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  • en la comunidad primItiva, basta el punto en que steconsigue cruzar el umbral y acceder al 'llo tempere',en donde no hay enfermedad, como no la hubo en elprincipio.

    Del mismo modo, el sacerdote catlico, al pronunciarlas palabras de la consagraci6n "retorna hacia atrs"y contemporneo del modelo ejemplar, transustancJa elpan yel vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. La Mi-sa sintetiza el ritual Yresponde al esquema bsico de la'vuelta al origen'. Es un sacrlliclo en el que se inmolaal HIJo de Dios para conseguir un bien: la redencin delgnero humano cado en los albores del tJempo y con-denado por el pecado da origen: cuenta con un nca-do: el sacerdote, que ha sido ungido con el sacramentoque le confiere el poder de pronunciar las palabras saogradas; delimita un espado sacro: el ara del sacrificioque posee una reJlquJa santfcada; comienza con actoscultuales de puriflcacl6n colectivos en los que incluyeel canto: lntroHo.ldrtes y lecturas; contina oon la ofren-da para el sacrifiolo: el ofertorio; y culmina con la rran-sustanclacn: la consagraol6n, al final la comida tol-mica en la que todos. en principio. partclpan: IncomunJ6n.

    La diferencia del ritual crlstjano oonotros rituales con-siste en la doble Instanola que debe cubrir la 'vuelta ha-cia Btr', puesto que la Misa retrotrae el tiempo hacn-dolo uno con la CructfWn, y sta, como 'axsmundJ", remite a cada uno de los hombres al Princi-pio y re-establece el orden fracturadO-.

    2, Examinando el problema desde la segundo de lasvariantes propuestas -la palabra-mito que al nombrarconstruye smbolos agotando en ellosels:IgnJflcado. pues-to que no hoy un rns a1l1l de la s:IgnU'lcacI6n- apareceel mito como forma simblica segn e~ pensamiento deEmst Casstrer. Este toma como punto de partida la "re-voluoln copemlcana" que efecta Kant en el mbitodel conocimiento" -prioridad de las funciones respee-to del obJeto-, y la extiende hasta el punto de abarcartodas las manifestaciones espirituales del hombre: de esemodo ampla la crtica de la rAZn convirtindola en cr-tlea de la cultura. El hombre redefinido en trminos decultura ya "no es una naturaleza metaIWca o fsica sinoso obra y es esa obra In que determina el circulo de su

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    -huma.n.ldad"'iIl; por lo tanto, su nota especfica, su qui.didad est signada por las esferas de producci6n de suespritu que al objetivarse, las determina, siendo stas'"el mito, la religin, el arte, la ciencia y la historia...AJ desplegar el conjunto de estas actividades el hombrese desprende del circulo al que lo cea la naturaleza..y funda su propia humanidad al autoUberarse, en estesentido. es propio hablar de creaci6n y es aqu, en la"unidad del proceso ereador"", en donde las contradie-cienes que opone cada esfera particular al explicitar suobjeto, coexisten en armona."

    El hombre primitivo al emerger de la naturaleza enlos albores de la homnizacn, crey tener lazos que lounan a aqulla de un modo inextricable, "no hay nin-guna lnea de demarcacl6n que separe ntidamente losdos campos. La naturaleza misma no es sino una gransociedad. la sociedad de la vida. Desde este punto devis-ta podemos comprender fcUmente el uso y la Iuncnespecca de la palabra mgica. La creencia en la ma-gia se basa en una convicci6n profunda de la solidari-dad de la vda">. La crisis se produce al tomar con-ciencia del mon6logo al que ha sido confinado por unanaturaleza que de por s, siempre permaneci irnpertur-bable. El silencio, agresin a la que fue expuesto por esamisma naturaleza Indiferente, lo llev a buscar un nue-vo modo de erpresln: "la funcin mgica de la pala-bra se eclips )' fue reemplazada por su funci6nsemntica. ''1.1 De ah! en ms, la constitucin del senti-do se convierte en eje de su actividad. A lo incognosci-ble de la naturaleza el hombre opone la fuerza del sen-tldo y aparecen Nlas formas simbllcas" que configuran-do el universo propio de lo humano lo 're-definen' conuna nueva identidad: "su capacidad para el smbolo".

    El fundamento en la obra de E. Casslrer, que susten-ta esta parte del anlisis, en la Que se examina la fun-ci6n creadora de la palabra-mito, radica en la constitu-ci6n del 'sentido' mocho ms que en el tratamiento es-pecHico que hace acerca del mito y del lenguaje. Antesde que el mito y el lenguaje se expresaran, el hombredebi configurar su capacidad para el smbolo, lo quees posible, slo, mediante la constituci6n del 'sentido',y porque pudo acceder al 'sentdo', entonces el hombre

  • -logrel acto de 'significar' . Su realidad ya no fue III na-tu.ra1eza sino el discurso; "en lugar de tratar con las eo-$&S misIllas. en cierto sentido, conversa constantementeconsigo mismo. Se ha envuelto en formas lingQst:icas,en imgenes artsticas, en smbolos mticos o en ritos re-Iigiosos, en tal forma qu~ no pu~e ~er O"conocer nadasino a travs de ese medio artificial 34 . Lo que no im-plica que quede clrcunscripto dentro de los limites delsoUpsismo, puesto que estas unidades formales han sidoconstituidas sobre la base de la interaccin entre la mulotiplicldad de las percepciones y la sntesis que sobre s-tll$ efecta la conciencia al actuar "como una diferen-ciAl en relacin a su Integral'>, en donde en los mo-mentos individuales est implcita la ley general.

    La creacin de los ~gnos que componen el universosirIlb6l1co es un producto de la conciencia. Cada smbo-lo es la sntesis representativa de un proceso que se ex-presa"como un todo" 'i en el que se incluye "cada mo-mento de la conciencia individual"; de no condicionar-sereclprocamente, resultara imposible establecer un ne-10 entre el significante. velculo sensible, y el significa-do, su contenido referencial . "En cada signo Hngtllsti-eo, en cada imagen mtica o artistica, aparece un con-tenido espiritual que en si y por s lleva ms all de losensible, convertido en forma de lo sensible, de lo per-ceptible por medio de la vista, odo y tacto"'3e; este con-tenido presente en la conciencia como un momento dela misma difiere de la inmediatez propuesta por los sen-tidos, en tanto que reserva un contenido residual, quele permite trascenderla atravesando el dato indJvidual,medJatizado en la representadn.

    El significante captura la funcin de dgniBcar, queesel proceso de la condencla mediante el cual apareceel sentido y lo explicita a posterlorl en el smbolo; conlo que se concluye, que el fundamento que condleonael "ms all" del significante simblico, es la "funcinde significar", Es la conciencia, la que crea eontenldossensibles representativos decomplejos que signiflcan; "Elmito Yel arte, el Ienguaje y la ciencia son , en este sent-do, operaciones para integrar el .ser: no son simples ca-plas deuna realidad presente, sino que representan lasgrandesdireociones de la trayectoria espiritual. de! pro-ceso Ideal en el cual se constituye para nosotros la real-

    dad como nica y mltiple, como una multiplicidad deconflguraclones que, en ltima lnstanca, son unifica-das a travs de una unidad de significacin ."n

    En lo que respecta a la configuracin del smbolo-mito , sta seria la representacin discursiva de una uni-dad de Intuicl6n de la conciencia mediante un acto queimpUque -la toma de posicin" , "el sentimiento" y"lavoluntad"; "slo cuando este sentimiento es provocadodesde adentro manfestndose en el amor y en el odio,en la esperanza, la alegra y la pena llega a suscltarseesa Fantasa que da origen a un determinado mundo derepresentaciones.'... De esto se desprende que cada vezque se intente caracterizar las formas de expresn delpensamiento mtico, aparecern,.gegn Casslrer, reali-dades "mediatas", "derivadas" e "incompletas" que s-lo se Integrarn en 18 medida en que se aprehenda su"particular forma de Intuicin" dentro de su contextovital; en l. las estructuras "ms complejas" cohabitancon las "ms prlmtvas" dando lugar al carcter "her-mtico" que es propio del 'decir' de la palabra-mito.

    m El mU~ como 'mBta1tmguale'"Barthes caracteriza el mito como un "habla" que se ar-ticula en un "sistema de eomuncacn" y "producemeosaJes"06. Pero no todo habla es un discurso-mito;por lo tanto, corresponde aclarar a qu tipo de hsblase articula el 'deolr' del mito. SI partimos. para dellrni-tar su '-mblto, delllnIDm del contenido se eonclulr quecualquier significado puede ser objeto del habla m!tica.con lo que se da por supuesto, tambln, la muJUplloi-dad de rnatcriu expresivas soportes del slgnlfiollnte. To-do puede caer dentro do la esfera del mito: "cada ob]e-lo del mundo puede pasar deuna existencia cerrada, mu-da , a un estado oral abierto a la apropacn de la so-eledad, pues nnguna ley, natural o no, Impide hablarde las cosas?" . Una piedra o un rbol articulados den-tro de su contexto natura! con slo eso: piedra o rbol :pero una piedra o un rbol narrados adquieren una sin-gularidad distintiva que los vuelve extraos a los demsindividuos de la especie. Extraos ala sintaxis original,500 ellos mismos especie e Individuo dentro de un nue-vo cdJgo que el u.so social determin. No ms piedra

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  • ni rbol. Ahora, Talismn o ATOOI del mundo . La ma-teria no vari; slo la forma que articula el contenidofue la que convirti a un objeto de habla en habla mtica.

    El mito pertenece al mbito de la "semiologa"porque su funcin es producir significantes; a diferen-cia de cualquier lenguaje en donde el s1gnlIicante expresadirectamente el significado, en los sistemas semiol6gi-cos aparecen tres trminos, segn Barthes: el signiJica.nte,el significado y el signo, "que constituye el total asocia-tivo de los dos primeroS". La clasificacin, sin ser ne-neta, puede Inducir a error si se la toma fuera de con-texto, pues lo que se trata de determinar es la naturale-7.8 del signo mftico y no la de cualquier signo semlolgi-eo, por lo tanto, es ms adecuado considerarlo como laterminal de una cadena en la que se aglutinan al menosdos sistemas en forma paradigmtica. Sin lugar a duda.el esquema con el que Barthes sintetiza el anlisis delsigno mtico clarifica la primera determinacin:"

    Lmporta al metalenguaje. No.se habla del rbol o de lapiedra. sino que se toma slo su forma. Se la vaca detodo el sentido que le puede pertenecer en cuanto signodel lenguaje objeto para robar su forma, que converti-da en significante del sistema segundo se la adeca parasignificar otro sentido. diferente del primero. En el pri-mer sistema, la piedra fl5t. ah, significa su pesadez, sutextura, su condJci6n de mineral; )0 mismo que el r.bol, su erlstencla vegetal. Cundo se torna piedra-mitoy rbol-mttoi' En el instante en que son localizados porotro sistema que significa y que carece de espresn, Lafuerza emotiva que le es propia y el consenso generali-zado de Igual vivencia sign1flcativa. son 10 sulidentemen-te adherentes como para desequilibrar la estructura delsigno objeto, que en su modo natural de estar ah. nopuede oponer resistencia y asiste, pasivo, al despojo detodo lo que constituye su sentido. Vaciado, pura forma.lo llenan de historia, de otra historia que no le pertene-ce y que ahoni, en el segundo sistema, detenta como pro-

    1. significante 2. sgnlfcado

    3. signo 11.1. SIGNIFICANTE SIGNIFICADO

    In . SIGNO

    "Existen en el mito dos sistemas semtolgeos de los cualesuno est desencajado respecto del otro : un sistema IIn-gOfsUco, la lengua (o los modos de representacin quele son admisibles), que llamaremos 1.enguattl obieto, por-que es el lenguaje del que el mito se toma para cons-truir su propio sistema; y el mito mismo, que llamarmetalenguaje porque es una segunda lengua en la cualse habla de la primera""'; considerando el texto ante-rfor cabe acotar que si bien es cierto que el mito -1,n y 111 en el esquema- es un metalenguaje. 00 lo esslo porque sea una "lengua en la que se habla de la pri -mera" ya que el sentido del lenguaje objeto no es lo que

    00

    pa. Adems, por un artiJugto del consenso generaliza-do adquJere carta de 'naturalidad' . El rbol 'axis mun-di' ha eclipsado el ~bol vegetal como la 'piedra-taUsm'n'. la piedra. Toda la lucha se sintetiza en un Jue-go de escondidas: en tanto que el mito tenga vigencia ,sus consumidores slo leern la historia y el rbol y lapiedra permanecern escondidos. Cuando estos consi-gan fUtrarse por los resquJclos derrudos del discurso-historia desacralizado e impongan sus preseneas, otravez naturales, habrn recuperado sus respectivos senti-dos y universos,

    En losantiguos mitos "Los reyes, dice Perre Gulraud,

  • -eran (...) los hijos de los dioses, quienes los enviabana la tierra con la via y el maz. En la actualidad. lospresidentes son las criaturas de la televisin descendidossobre la pantalla mtica, entre la margarina y las enzi-IDas voraces, Pero, al menos, comencemos por saber quevivimos entre los signos ya darnos cuenta de su natura-leza '1 de su poder. Esta conciencia semiol6gica, podr

    I Mlrcea Eliade (1974), Tratado d.t! Hu/aria de /a.l Rel/g/olla.Tomo 11. Madrid, p. 217.

    I Cabe setla.lar la oomplementarldad entre dlscrona y sncronlaporel Profesor Dr. Eugenio Pucdatelll al detalllll la naturalea temporal del habla mtlca; "volcado en palabras y erpuesto en un rolato.elmito toma forma lineal y muestra que los acontecmientos se suee-den en el tlempe", paro, III Ilfiallzar la estruerura de cad. op Isodlose trdvierte una recummcla tlll que los hechos aparecen simultneos)' que slo la linealidad ntrlnseca al lenguaje produjo el espeJismo:anles y despus, en dnde"oo (se) admit a Intervalo entre su eomien-10 y 5U fInal. porque el primero supona al segundo y ste, a su ves,contenia I aqul" . Eugenio Pucdarell1, ~EI dempo en el mito", el!f.Icrltot de FIlowjo. J, Enero-junio 1979, Acadtmla N.ciooal de Cle.nclJs. Argentina. pp. 227-24-1.

    Mu Moller (18BI), "Comparatve Mythology", on Selrae onU1RgJUlge. M~ogy and. Rellgion. Londou, Lengmaas, Creen UKICo., pp. 299--451.

    H. Spenrer (1876). "Tbe Princlples of Sodo1ogy- ,Cllp. XX. Nue-\'a York. Appleton 6: Co.. 1, 2M $S,; Cf. en E, Cassirer, El miw tUlF..n;,tlJ:, cap. Il, Mxico. r .C.E. 1974, pp. 29-30-31.

    TuddJdes, UJ Guerra dt

  • vale cIeclr 'COlItePlpW' 'conrlderar' .'De la misma raz que &wo I14t,'mirar' y, tamblD, 'rn1rar como I!l5pClCtAdor en el teatro': J)i.a->PO"i esel 'Iugar para ver . Cl, ea A. Cuplo. en -Nota! y cbservaccoes' ~ a Q{) tk FUOIOjia, Martn Heidegger, Sus, Bs. ., 1000, p. 3:1.

    IV C. en -Antologa de textos gn6rtloos". C. Bazn, Gnom. Lae.mCJ del dUlJ1l1mo gn6.tUo. Ss. AJ . Castllnooa. 1978. p. 273.

    ID CL en Handy,"Polynes1ac RelJgion~, Honolul , HIIWIII, 1927.p. 10; ell. por Mlroea E1Jade, Tratado tU Hl&torta de 1lJ.! Rellglonu.Madrld, 1!r14. Tomo 11, p. 196.

    II El ejGmplo que !luma al relpectn se encuentra en l. prlmlUva relIgin de IOllOglpdOl; d . I!D E. Caalrer, La fikuoj{a dtllal [or-mQ.l timb&llau, Tomo If. p . 67.

    a Dentro del ort1anII:rno. apateee la Idea de la doble creacncon el obJeto de preservar la oon.rlstmcla ele Gen . H, 28-27: el hombrecaido, oorruptlblo y ef1mero no puede ser Imagen de la dlvinklad Unt1ot7ar en contradkcl6n 00fl JU naturaleza; por lo IIIotO, en el princ-plo fue l. 'lmapp' con la caida devino 'lemejanle', Gregario deNym.De hom'ntl op4ftdo PG 44,J. 123C.J23e.

    El Mlrcee EH.de. Mlu,~ lJm~, BI. AJ. F.brU Edltora. 19tH. p . 47.

    .. SClglln Mlrc>eI EUade. el poder de la palabra DO conshto en re-cordu y h.-oM prfllerl1l1 al modelo arquet1ploo. sino un proyectar eltiempo hiltrico hacia atr blUtll anularlo y haosr que el acto seaoontemporiDeo del principIo, Cl, en Mlroea Ellaele, on MI~, ftl6-/IDIlJ mLrUrb, 81. Iu. F.brll Editor., 1961, pp . 140-141.

    El concepto de 'u!s muncU' so bomologa al de 'Arbol de la vi-da', Frente a Adn cayendo bajo la dcmnacn de: Satn y erpul-.ado del Par.OO. al call1Ol1meoo apaftCll como Ube7l11do por el NuevoAdn de la domInacin de SaL6.n y relnlorado al Paralso M CI. enJean nanJalou, Blblfl" L~, Pari, JOSI, p. 47.

    El mismo OODOtIpto apaJeCO on Ambra5lo, De buc, S. oL3: ~E1 CrlJ.to, el Arbol de l. vid. ...

    MIrcea EHadedelCrlbtll. comunk:.cln fIOUeel C1edo '11. Tlernque efecta el Ch.m'n traw. de un lamo blanco que simboliza01 rbol dG! Mundo, Eo lA Ch4monllrne fIf 131 lechnlquea archtllCftl'"(1. /'a14J Pub. Payot. 1OSI. pp . 23:5 ~ .. 419 u.

    La profllC" de la [Ioga IVI "MagnUl ab In~ saeculorumnlLlllltur ordo. .. - Indica l. vuolla al orlgon In""al, para eotoOOlll,M noc magnos metuenl umenl. leonm" (VlrgtlJo. Egloga IV, 22).

    11 Kant. E., CrlHca de /4 J14WSn JXAro, pN/aolo de la segundaedloln.

    E. CllI!lrer. (1967), AntropoJg{C1 fUtMdftctJ, Mloo, F,C.E.,p . 108.

    111 Cf. on Cusl.rer. Op. dI., en donde d~rroUa In lIX'leruo c.da\lno de lO! mbHos que corresponden al mIlO, la rcdlgln , el arto. la010110111 y 11\ hl..l'lori., a 10L'l quo coloca como fundamento de una alltropologla fUOJlflc.,

    JO E, Caed",r, Op . ell .. p . 1Il.M " Los hombfftl no compranden -dice Hldc\llo- cmo .que-

    110 quo &O llovado en dlleIcntes dln:cclolMlt SIllpona d~ acuerdo corW-o mismo: armonl. ftI contrariedad. como en el caso del .roo '11. li-rA", (Die". Fug. , S1) Para demostr.r semojante umonla no nece

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    tamos probar la kl.eDt:kiad o semejUWl de Las diferentes fuerzas quela produoeo. Us divt:nas formas de La c:ulllua DO CODCI.IIerd.ua por unaidentidad de su narurale:u sino por una confonnkiad eon su misinfuncla.meot.a1. SIalste WJ equlbro en La c:ultun, nJcamente podriser desertpto como equilibrio dJ.dmJco y DO e51tico; es el !llSI.Iltadode wu lucha eatre luerus opue5tU"'. Cf. en E. Cusirer. Op. dL,p.326.

    2: E. Cassrer, Op. cu., p. 168.1\ E. Cudrer. Op, elI . p, 169.~ E . Casslrer, 0". cit., p. 48.Respecto del t!nnl.oo 'Ilrtifldal' I.ocluklo en la nota preeedeDt~,

    DO debe ser enteaddo segn La e:xtensi6n comn, ya que el UJO ha m.troduddo un sernactema de valoracin por el cual acIqulen: dgnlfl.cado dejlrClclativQ, jeno a su etimologi.a, en C:U)'O lmbuo el terto deC..ue:r t:ieoe su IIe!lUdo eructo. 'ArUfic:W': compuesto de'An- utJs(habilidad, t.a1ento). y 'fado-leclfactum (hacu): la lonn. adjetiva(JI.,t(f1cJosus..aun' (UblJ en el srte) : $aSe, tambn, como opuestoa /0 natural. Con lo que se coPduye: el hombre es el vI~te que lehace ad mismo en su obrar: un artificio que epeee a la natunleza sucapacidad de dmbo\o.

    15 W Aa en la ecuad6D difereodal de un I:!IOYI.oUIImo erti expre-sado liste en cuanto a ro tr.ytdnrla), ley genanJ, asl t&mbl~n ten&-moa que pensar las 1!I)'tIlI estn.Ieturales geona1es de la condeoc:la eo-mo y. dadas en cad. uno de Ila elementos, en cadit .lleCtm de la mfs.IDA- . Cf. en E. Curer, FlJo.oj4J de ku formAl dmb6lIau, Tomo 1,Mhlco, Y.C .E.. 1971, p. -lO,

    16 E. C.wer, 0". cit ., p . 51.n E. CassIrer. Op. cH., Tomo 1, p, ~2-SJ .JII E. Cassrer, 0". dt., Tomo Il, p. 1\0..1Il El desarroUo genm-tJ del mito como metalengua" correspon-

    de al que ha sido expUdtado por R. Barthes. en Mkol6gjco.t; por lotanto. cad. vu que JO utilicen tatos entre oomUladOl. debern r&-mltlno a dk:ba referoocla contutuaJ.

    R. Barth~ (1980). MLtolgIeGI, Traclue. espa6ola. Madrid. SigloXXI. p. 199,

    1 C.btI .cotar, que no todo dste-ma dG comunlcad6n es un ha bla; en tennlllOlJ de s.ussure. el habla ~ siempre un acto indlvlelual.coa lo que se redefI.ne el tato rutrlngl6nOOlo al 'WIQ' de /01 JIJte:rnss.

    " R. BartheI. 0". clI. , pp . 199.d "'Yo namo lemltica. . , l. doct:rln. de La naturaJe211 lBeIldal

    de las varllades lundamoatalllS de loda posible semkls\s- (Petrce,19:31..J.5); '"SeatlInos l. nllCleSldad de desarroUu una doctrina comoprehensiva do 101 signas. . . nosotras 1.l.Iamanlmos semitica" (Ch,Morrls. 1946); MOn peut dono ooncevolre une sde:oce quJ ~udJe lavIe des sigo. au sel.o de l. vle 1Odale; elle formaran une pllrtle de:a psychologle ~rale: naUlla nommlll'OlU s6mlologle (du roe le-meton, ~slgDel. Ell" naus apprendrelt en quol conslstent les signa.queUes lob les reg\slleot- . (S.US5UI"1l. 1916).

    L\ R. Barthes . Op. cH., p. 203.lO El esquema corresponde a R, BlU1hes, Op. :jI,. p. 206..., R. Bartbes, Op. cH. p, 206... P. Gulraud, La _Iologid, ArgenUna, 1!r12, p. 13:1.