el mercado de trabajo: ¿ quiénes somos de dónde venimos, a...

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El mercado de trabajo: ¿ Quiénes somos de dónde venimos, a dónde vamos? David ANísí * 1. A modo de introducción Quizá la Economía, en un núcleo reducido de individuos hoy descono- cidos, comience a ser una Ciencia. Pero, desde luego, lo que se divulga de ella no lo es. Quizá, como en la Alquimia, existieron y existen gentes que en relación con lo que nos ocupa «sabenss, «pueden», y se «atreven», pero parece que todavía se encuentran en la fase del «callar» 1 En nuestra época la Eco- nomía llegaría a ser, si acaso, un Arte; aunque por lo general no termina sien- do otra cosa que un conjunto de artilugios mas o menos sofisticados utiliza- dos en el combate ideológico por el poder 2 * Prolesor de Fundamentos del Análisis Económico. Universidad de Salamanca. Las distintas fases del aprendizaje alquímico están tomadas de Eulcanelli (1922): El Mis- teno de los Catedrales. Plaza y Janes, Barcelona, 1971 (p. 204-205). 2 Son muchos los que defienden la idea de la Economía como Ciencia. Como uno de los mas relevantes cn nuestra época señalaremos a Friedman quien dice (Friedman, M.. 7t’onía de los Precios, Alianza Editorial, Madrid, 1966): «La economía es la ciencia que estudia la forma en que una determinada sociedad resuelve sus problemas económicos. Existe un problema económico cuando se usan me- dios escasos para satisfacer fines alternativos» (p. 13). y posteriormente continúa: «La ciencia economica, en nuestra definición,, no se ocupa de todos los problemas económicos. Es una ciencia social y, por lo tanto, trata principalmente de los problemas económicos cuyas soluciones implican la cooperación e interacción de diferentes indivi- duos, Considera problemas que afectan a una sola persona en cuanto la conducta de esta implica o afecta a otras personas. Además no trata el problema económico en senti- do abstracto sino de la manera en que una determinada sociedad resuelve sus problemas económicos» (p. 14). O U A D 3 1< o s DE RELACIONES LABORALES, n.> 5. Edit. Complutense, Madrid, 1994,

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El mercadode trabajo: ¿Quiénessomosde dóndevenimos,a dóndevamos?

David ANísí *

1. A modode introducción

Quizála Economía,enun núcleoreducidode individuos hoy descono-cidos, comiencea ser unaCiencia. Pero, desdeluego, lo que se divulga deella no lo es.Quizá,como enla Alquimia, existierony existengentesque enrelacióncon lo quenos ocupa«sabenss,«pueden»,y se «atreven»,pero pareceque todavíaseencuentranen la fasedel «callar» 1 En nuestraépocala Eco-nomía llegaríaa ser, si acaso,un Arte; aunquepor lo generalno terminasien-do otra cosaque un conjuntode artilugiosmaso menossofisticadosutiliza-dosen el combateideológicopor el poder2

* ProlesordeFundamentosdel Análisis Económico.UniversidaddeSalamanca.

Las distintasfasesdel aprendizajealquímico estántomadasde Eulcanelli (1922): El Mis-tenodelos Catedrales.Plazay Janes,Barcelona,1971 (p. 204-205).

2 Son muchoslos que defiendenla idea de la Economíacomo Ciencia.Comouno de losmasrelevantescn nuestraépocaseñalaremosa Friedmanquien dice (Friedman,M.. 7t’onía delos Precios,AlianzaEditorial, Madrid, 1966):

«La economíaes la cienciaque estudiala forma en que una determinadasociedadresuelvesusproblemaseconómicos.Existe un problemaeconómicocuandoseusanme-dios escasosparasatisfacerfinesalternativos»(p. 13).

y posteriormentecontinúa:

«La cienciaeconomica,en nuestradefinición,, no se ocupadetodos los problemaseconómicos.Es una cienciasocialy, por lo tanto, trataprincipalmentede los problemaseconómicoscuyassolucionesimplican la cooperacióne interaccióndediferentesindivi-duos, Consideraproblemasque afectana una solapersonaencuanto la conductadeestaimplica o afectaa otraspersonas.Ademásno tratael problemaeconómicoensenti-do abstractosino dela maneraenque una determinadasociedadresuelvesusproblemaseconómicos»(p. 14).

O U A D 3 1< o s DE RELACIONES LABORALES, n.> 5. Edit. Complutense, Madrid, 1994,

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Portodoello, y porqueel tiempohistórico abrazaa la Ciencia,y no diga-mosnadade cómolo hacecon el Arte y la Ideología,estasreflexiones,pedi-dasparael n0 5 dc los Cuadernosde RelacionesLaborales,y encuadradasenel temamonográficode «Situacióny Perspectivasdel Mercadode Trabajo»,no puedendejardesituarseen nuestrohoy y ahora.

Y ennuestrohoy y ahorala receta—avaladaen Julio de esteañopor elG-7— siguesiendola misma,aunqueahoramásnítida,de la queempezóa in-sinuarseen 1973:«Paracrearempleoesnecesarioflexibilizar el mercadodetrabajo».

Tan acostumbradosestamoshoy a esaexpresiónque difícilmentepode-mos pensarracionalmenteen su contenido.Tratará,entonces,de aislarenella trescomposicionesde palabras:«crearempleo»,«necesarioflexibilizar» y«mercadode trabajo».

«Crearempleo»

Es decir: crear posibilidad de trabajar. Curiosa intención que, comosiempre,sólo puedetenersentidoennuestrohoy y ahora.

Uno podría pensarque se tratabade crear,de fabricar, de componer,nuevos bienes: casas,carreteras,parques,comida, diversión...sentido.Peronos dicenquehay que«crearempleo»,y no lo dicenenvanopuestoque losgrandesdiseñadoresde la escasezhanpercibidoqueese«empleo»satisfaceunanecesidadreal, la necesidadquesientenaquellosquesin desearloestán

(los subrayadossondel autor).

La distinción entreCienciay Arte en lo que serefierea lo económicoseestableceenKey-nes,3. Neville (1591): The Scopeami Meihodof Polílical Economy,Macmillan, London,1891,(Recogidoy citado por Friedman,M. (1952): «La Metodologíade la EconomíaPositiva enFriedman,M, (1953):EnsayossobreEcono,nla Positiva,Gredos,Madrid, 1967.)

En generalprefiero, con Sehumpeter,hablarde «Análisis Económico>.Dice Schumpeter:

«Entiendopor historia del Análisis Económicola historia detos esfuerzosintelec-tualesrealizadospor los hombresparaentenderlos fenómenoseconómicos,o bien ~re-dundandoen lo mismo— la historia de los aspectosanalíticos o científicosdel pensa-mientoeconómico»(p. 37).

(El subrayadoesdel autor,)Schumpeter,1, A. (1954): Historia de/AnálisisEconómico,Ariel, Barcelona,1971,Y desdeluegocreocon Pigouque:

no esoficio de los economistasenseñara los fahricantesde lanaa transformary ven-der la tana,ni enseñara los cervecerosa fabricary vendercerveza,ni a desempeñarsuoficio a cualquierotro hombredenegocios»(p. 127),

Pigou, A. C. (1922>: «Las cajas vaciaseconomicas:respuesta»,recogidoen Stiglcr, G, J,,yBoulding,K. E, (1957):Ensayossobre/aTeoríade losPrecios,Aguilar, Madrid, 1968,

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enparo. La máquinaeconomicano sólo producecosas—PIB— comosím-bolode un sesgadobienestar;ahoratambién«produceempleos».

«Necesario flexibilizar»

La primerapalabrayaes de por si aterradora.Y aunquemuchopodría-mosdecirsobreella vamosa limitarnosa formulardossimplespreguntas:¿es«necesario»en un nivel científico?, o ¿es«necesario»en el sentidodeamenazao coacción?

Como no creosino en muy pocas «necesariedadeseconómicas»—ytodasestánen la Aritmética Económica‘~— no puedodejarde pensarquetal «necesariedad»exclusivamentepuedeutilizarseen un sentidode ame-nazaestoes: «o se flexibiliza el mercadode trabajoo no crearemos—por-queno queremos—empleo».

Pero todavíatenemosqueverquees lo queseentiendepor tal «flexibi-lidad», Y si bien eso de la «flexibilidad» podría dar lugar a sesudasdiscu-síones teóricasintemporales,en nuestrohoy y ahoraquedaclaro que la«flexibilidad» es la renunciaa buenapartede lo queel denominado«moví-míentoobrero»consideracomo conquistassocialesdesdelos inicios de laRevoluciónIndustrial.

«Mercado de trabajo»

La expresiónpor si mismao bienpareceprovenirde un núcleo secretoy poderosode seguidoresde K. Marx enquistadosen las nervadurasde laDivulgación Económica,o es una simple expresióndel reduccionismoeconomicista,o másbien mercadista,dominante.Porlo queheaveriguadometemolo segundo.

No pareceque se trate del reconocimientode que el trabajo seaunamercancía.Parecemasbien fruto de esaidea del mercadoextensivocuyalógica pareceque puedeaplicarsede la mismaforma al trabajoquea losrepollos,lasviviendas,losasesinos,..¿losreyes?,¿losgobernantes?

Pero nos hemosacostumbradoatal expresión.Y asícomo algunosdelos mejoreseconomistastienen queinsistir en que el mercadodetrabajoesuna institución social ~, otros expresamosnuestrodisgustocuandovemos

verel Cap.Ide Anisi, D. (1988): Trabajar con red unpanfletosobre/acrisigAlianzaEdi-torial, Madrid. 1994.

verMA. 10 deI Módulo III: La medicióndelaactividad económicaenAnisi D. y otros(1992): ProgramadeexpertosociolaboratEconomíaGeneral,SecretaríaConfederalde UGT,Madrid, 1992,

Solow,R. M. (1992):El mercadodetrabajocomoinstituciónsocial,Alianza,Madrid 1992,

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cómo la complejidadde una institución social se reduceal funcionamientosimplede un mercado.

El llamado«mercadode trabajo»es la institución socialmediantela cualla mayorpartede la población,ennuestrohoy y ahoraoccidentaly desarro-llado,adquiereel derechoa la participaciónen el productosocial.

El «empleo»fue el derechoquese podíaesgrimir a la horade participaren el festín económicode la producción.El «empleo»legitimó —desdela 2»guerramundial en el Estadode Bienestar—el derechoa la educación,sani-dad y jubilación a los no propietarios,paraellosmismos y parasusfamilias.Esefueel GranPacto.

Pero tras la Crisis de~ Estadode Bienestaren 1973, el pleno empleosedejó de garantizar.El aumentodel desempleollevó a la Crisis Fiscal de losEstados.Y es en esemarcodereferenciadondepodremospreguntarnos:

—¿Crearáempleola «flexibilidad»?—¿Quétipo de empleo?—¿Cualesseránloscostes?

2. El derechoal producto

La actividadeconómicapodríavisualizarse—en unametáforaque me esmuy querida--como la elaboracióny consumode un gran calderode sopa:alguien preparael fuego, otros ponenlos ingredientes,aquellosremuevenyvigilan la cocción,y unavezcondimentadallega la horadel reparto.Unos re-ciben cucharillaspequeñas,otroscucharas,otros cucharones,aquellosotroscazos,y algunoshastacubos,para poder retirar del calderosu parte.Y enprincipio nadahayquerelacionede forma necesariala contribucióna la ela-boracióndel caldocon la capacidaddel utensilio entregadoparapodercon-sumirlo.

La historia del calderono esotra cosaque la descripciónde la confluen-cia en un casoconcretode las famosastres preguntasdel ¿Quéproducir?,¿Cómohacerlo?y ¿Paraquién esaproducción?,queconfiguranel problemaeconómicotal comonos dicentodoslosmanualescontemporáneosdeIntro-duccióna la Economía6

Y en esosmismos manualespuedenencontrarselas formasdc las posi-bles respuestasa las tres preguntas:el usode la Jerarquía,o sistemadeórde-nes,la utilización del Mercado,o sistemade precios,o el recursoa los Valo-res,o sistemadepersuasionesvalorativas.

« Ver Anisi, 13. (199l)~ «Vino NuevoenOdresViejos», CuadernosdeEconomrh,vot, 20, u»57-58, Enero-Agosto 1992:5-20.

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Todaslas sociedadesen la historiahanutilizado conjuntamentelostressistemasparatratar de solucionarel problemaeconómico,siendoen algu-noscasosuno de esossistemasel quepodría denominarsehegemónico.Yla denominadaactualmente«Economíade Mercado»no es en esoningunaexcepción,aunquesu denomínacionesconfusa.

Y es confusaporqueprecisamenteen esas«Economíasde Mercado»—nuestrassociedadesoccidentalescontemporáneas—la actividad de losindividuos quedareguladafundamentalmentepor órdenesy persuasionesvalorativas,ocupandoel sistemade precios—el mercado—un mínimo es-pacioen esaregulación.

La actividadde los individuoses el usoconcretode sutiempo. La «em-presa»es el símbolode esa«economíademercado»,y hay quehacernotarque precisamentelas actividadesde los individuos duranteel tiempo quetrabajanen la «empresa»no quedanreguladaspor ningún«sistemade pre-cios», sino por un conjunto de órdenes,reglamentos,funcioneso rutinasquepertenecenal espaciojerárquico~.

Otra cosaes quela finalidad de la «empresa»enesa«economíade mer-cado»quededeterminadaen buenapartepor el sistemade precios.Y aúnasí habríaque recordarque la existenciade un mercadoes imposible sinun marcojerárquicoen el que se integrey un sistemade valoresque le di-namice.

Un mercadosiempresuponeun sistemade precios,un entramadoje-rárquico y un conjunto valorativo. Y así, ese«mercadode trabajo» en elque en las «economíasde mercado»se adquiereel derechoa usarunacu-charapara participar en el producto,no puedeconcebirsesin hacerrefe-rencia a un ordenamientolegal en el queseencuadray a un sistemade va-loresque le dinamiza8

Bajo estaperspectiva,la «reformadel mercadode trabajo»,o la «flexi-bilización del mercadode trabajo» no puedereferirseexclusivamentealsistemade preciosutilizado en tal mercado.No es un problematécnico.Tales intencionestransformadorasse dirigen, como seapreciaen la reali-dadde nuestrosdías,y como no puededejarpor menosde ocurrir, al cam-bio del entramadolegal y la modificacióndel sistemadevaloresasociado.

Los cambioslegalespuedenimponersepor la fuerza. Los cambiosenel sistemadevaloressonnecesariamentemás lentos.El sistemalegal puedemodificarseen 1994,peroel cambio valorativocomenzóa intentarsedes-de 1973.

La ideaoriginal esdeCoase.Coase,R. H. (1937): LaNaturalezadelaEmpresa.Reco-gido enStigler, 61. y Boulding,K. E. (1957).(Ver nota 1). TambiénrecogidocomoCap.2 enCoase.R. 1-1. (1988):Laempresa,elmercadoyla/ey,AlianzaEditorial, Madrid, 1994.

Verel Cap. 1 deAnisi,D.(t992): Jerarquía,Mercado,Valores:Lina ReflexiónEconómicasobreelPoder,AlianzaEditorial. Madrid, 1992.

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3. El «Mercado de Trabajo»

Ni desdeel punto de vistamas «economicista»se puedeafirmar que elmercadodetrabajo,en nuestrassociedadesactuales,puedesertratadocomoun mercadomas.

En primer lugarla peculiaridadde lo que allí secambiahacenecesarioun entramadolegal especificoque,como«LegislaciónLaboral»se diferenciaclaramentedelo incluido en los «CódigosdeComercio».

En segundolugar existendudas razonablesde que en ese«mercado»elpreciomodifique las actitudesde oferentesy demandantes.Es decir, no que-da claro que una reducción del salario conduzcaa una mayor creacióndeempleopor partede las empresasy a un menordeseode ser empleadoporpartedelos individuos «.

En tercer lugar, si bien el valor monetariode lo intercambiadoen ese«mercado»—la masasalarial—constituyeun costeparalasempresastambiénresultauno de los componentesfundamentales—traducidoa consumointer-no— de la caderadepedidosdeesasmismasempresas.

Los individuos entregansu capacidadde trabajara cambio de —y siga-mosa los «economicistas»—un «salarioreal»,peroese«salarioreal»involucraalmenos:

1. Unas condicionesde trabajo presente:esfuerzo,jornada,descanso,trato,continuidad.

2. Una redde segíiridadpresentey futuraparael individuo participan-te y paralosconel relacionados.

3. Un claro componentevalorativo asociadotanto al hecho de que eltrabajolegitimasocialmente,como a la realidadde queseráen el tiempodetrabajodondetambiense entablenrelaciones,se manejenvalores,secomu-niquen ideas...

A pesardetodo esto, la ideade «flexibilizar el mercadode trabajoparacrr.emp[gx¿>vg~ sitstenrn«f+la•ideadequec~ainstitución-socialsecompúrtacomosi fueseun mercadocualquiera.

Esto significa en primer lugar quela oferta de trabajo(horasque sede-seantrabajar)seincrementaconel salariorealy se reducecuandoestebaja.

Significa, en segundolugar, quela demandade trabajo(horasde trabajo

Enrelacióncon lasofertadetrabajo»diceprecisamenteKeynes:

Si bien los trabajadoressuelenrcsistirsea unarcduccióndesu salarionominal, “oacostumbrana abandonarel trabajo cuando subenlos preciosde las mercancíasparaasalariados»(p. 20).

Kcyncs,J. M. (1936): Teoríageneralde la ocupación,el interésy el dinero, PCE. Maleo,1 970.

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quelas empresasdeseancontratar)seelevacuandoel salariose reducey dismi-nuyecuandoel salarioseincrementa.

Dadasestasrelacionessiempreexistiráun salario (el salariode equilibrio)parael queel númerodehorasde trabajoquelas empresasdeseancontratarseigualaráal númerode horasde trabajoquelos individuosdeseanofrecer,estoes,paraesesalariono existirádesempleoinvoluntario.

Si aparecedesempleo—continúasu lógica— seráporquelos individuosquedeseantrabajara un determinadosalariosuperana los individuoscontratadospor las empresasa esesalario; esto es, porqueel salario real es superior alsalariode equilibrio: si existedesempleoesporquelos salariosson demasiadoelevados.

Un desempleopersistentesuponela persistenciade un salarioreal excesi-yo. Ahora bien,si el mercadofuncionasecorrectamenteun precio «excesivo»haríaquela ofertadel bienconcretosuperasea la demanda,apareciendoun ex-cesode ofertaque,al haceral bien relativamenteabundante,tenderíaa reducirsuprecio.Si, condesempleopersistenteel salariorealno se reduceseráporqueel mercadono funciona«correctamente’>,y si no lo haceesporquealguien«estámetiendolas manosen el mercado»,esporqueel mercadodetrabajono es«fle-xible».

La conclusiones ínmediata:flexibilicemos el mercadode trabajo, elimine-mos cualquierinterferenciaexternay el propio mecanismodel mercadoseen-cargará—reduciendoel salarioreal— de eliminarel desempleo.

Bajo estaperspectiva,dondeel desempleoaparecepor la existenciade unsalariorealexcesivo,la soluciónestáclara: o bien se reduceel salario real«des-de dentro»,utilizando paraello a los propios agentesy reglamentosqueinter-fieren en el funcionamientodel mercado,o bien se reduceautomáticamente«desdefuera» al eliminar las actuacionesde los agentesy hacerdesaparecerlalegislaciónentorpecedora.

4. El desempleo

El indicedeempleoes un simplecocienteen el queenel numeradorapare-cenlos individuos contratadosy enel denominadorla poblaciónpotencialmen-te activa.

Así, independientementede la escueladepensamientoeconómicoa la quecadauno pertenezca,el índice de empleo,o el índicede desempleo,quedade-terminadopor seis variables: la produccióntotal, la productividadtécnica,lajornadade trabajo,la eficienciaen el trabajo,la poblacióntotal y el porcentajede esapoblacióntotal quesedeclarapoblaciónpotencialmenteactiva.

El indice de desempleose elevarásiempreque, manteniéndoselo demásconstante,se reduzcala producción,o cuandose elevenlosvaloresde la pro-ductividad técnica,la jornadade trabajo, la eficiencia, la poblacióntotal o elporcentajedeesapoblaciónquesedeclarapotencialmenteactiva.

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Decir estoes simplementeformularunaidentidado tautologíaque,aunquesumamenteclarificadora,no aportanadasustantivo.

Continuemospuesen unalínea de consensocon la que estaríade acuerdoel 95% de los economistasactualesy determinemosel nivel de producciónporlos valoresqueadoptenel consumo,la inversión,el gastopúblico, las exporta-cionesy las importaciones.

El consumo,a su vez, quedaen función de la rentadisponible,del tipo deinterésy de la distribucióndelarenta

La inversiónsedeterminapor el tipo de beneficioesperado,el tipo de inte-résy las expectativas;y como el tipo de beneficioes función de la distribuciónde la rentay de la relación capital producto,concluimosque la inversión de-pendede las expectativas,dela tecnología,de la distribucióny del tipo de inte-res.

El gastopúblico sueleconsiderarsecomo unavariablede política económi-ca y, en consecuencia,hacersedependerde la voluntaddel gobiernoy el Parla-mento;aunquemereceríala penaconsiderarque detrásde esegasto públicoexisteotro tipo de distribuciónque afectaríaa la relaciónpúblico-privado,je-rárquico-valorativo,etc.

Las exportaciones,a su vez, se hacendependerde la capacidadde comprainternacional,los preciosinternos,los preciosinternacionalesy el tipo de cam-bio. Mientras,las importacionesdependerántambiénde los precios internoslos preciosinternacionalesy el tipo de cambio,peroserála capacidadde com-pra internala variablerelevante,y no la externacomo sucedíaen el casode lasexportaciones.

Y, por último, lospreciosinternos,queincidencomo hemosvisto en expor-tacionese importaciones,quedanen funcióndel salariomonetario,la producti-vidad, el preciointernacionalde las materiasprimas importadas,el gradodedependenciadeesasmateriasprimasy el margendebeneficio.

En resumenel índicede empleo,apartede la jornadade trabajo,la eficien-cia, la poblacióntotal y el porcentajede esapoblaciónquesedeclarapotencial-menteactiva, dependeráde variablesinternacionales(precios internacionales,rentainternacional),dc la tecnología(productividadtécnicay relacióncapital-producto),de la distribuciónde la renta,y dela política economica(sobreel ti-podeinterés,el déficit público, los salariosmonetariosy el tipo de cambio).

Así podemosdecirquesólopuedenexistir sietecausasdeldesempleomasivo:

1. Demográficas.2. Cambiosen la tasadepoblaciónquese declarapotencialmenteactiva.3. Modificacionesenlas formasdetrabajo:jornaday eficiencia.4. Cambiosinternacionales.

1» La distribución influye en el consumoen la medidaen que la propensiónal consumodelasrentasdeltrabajoseadistintaquela propensiónal consumode los beneficios.

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5. Variacionestecnológicas.6. Conflictosdistributivos.7. Políticaeconomíca.

Sobreestascausasposiblesestaríande acuerdo,como anteshemencio-nado,la mayoríadelos economistas.Peroacabaréenseguidacon el consen-so. Dadocl volumende desempleoen Europa,y más concretamenteen Es-paña, no concederéimportancia a los factores demográficos,ni a loscambiosen la tasade actividad,ni a las modificacionesen las formasde tra-bajo, y sólo matizadamentea las variablesinternacionales,quedándomeúni-camentecon la tecnología,los conflictosdistributivosy la política económi-ca.

Defenderéla tesis,y se acabóel consenso,de queel desempleomasivoen Europafue un objetivodeliberadode unaPolíticaEconómicaque,apo-yadaen un cambiotecnológicorealy profundo,trató de dirimir enun senti-do concretoel conflicto distributivo existente.

5. El EstadodeBienestar

Si el éxito de la RevoluciónBolcheviqueen 1917 ya habíaimpulsadoenoccidentecl desarrollodel EstadoBenefactor,los acontecimientosdel pe-riodo entreguerrashabíansido suficientementeilustrativos.El éxito de lasorganizacionesjerárquicascomunistasy nacionalsindicalistasencuantoa lo-grar el plenoempleoy un gradorelativo de bienestara costadela libertadyde la democraciaera incuestionable.Al final de la segundaguerramundialmedia Europaquedababajo dominio comunistay en el OrienteChina co-menzabasuandadura.

El Estadode Bienestarse construyósobreel pactokeynesianoque ha-cia compatibleslos valoresdemocráticosy el espíritu de la «libre empresa»con cl pleno empleo,ofreciendoadicionalmenteunossalarioscrecientesyuna masasalarial también en ascenso,junto con unosbeneficios globalesmayoresy un tipo de beneficio sustanciosoy seguro.Y lo hacia bajo doscondiciones:la estabilidaden la distribuciónde la renta, y un pesorelativodel sectorpúblico sobreel conjunto de la economíamás o menosconstan-te

El Estado aparecíacomo máximo garantede la existenciade una de-mandaefectivasuficientepara asegurarel pleno empleodel trabajoy el ca-pital, y comogarantetambiénde la distribucióndel producto,ofreciendosa-nidad,educacióny seguridaden la jubilación, y reduciendolos costesde las

La compatibilidadde los objetivosscestableceen el epígrafeEl aspectoeconómico delpactoenAnisí, D. (1989): «La posibilidadactualde un nuevopactokeynesiano.EnMuñozdeBustillo y otros:<..risi,s yfoturo de/estadodebienestar.Alianza,Madrid, 1989:241-272.

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empresasal no tenerqueconseguirlos trabajadoresmediantelos salarios—yen un momentoen queel pleno empleolesdabala fuerzaen la negociación—aquelloqueel Estadolesproporcionabagratuitamente.

Durantedos décadasel sistemafuncionó tal como fue pensado,pero afinalesde los sesentay primerosde lossetentase observabaya como las dospremisasde estabilidaden la distribucióny en el pesodel sectorpúblico sehabíanincumplido.La caídadel tipo de beneficioy el deteriorodel «climasocial»cuestionabanseriamentela continuidaddel pacto12,

Los incrementosenla productividadderivadosde la aplicacióna la pro-duccióncivil debuenapartede las invencionesgeneradasen la esferamilitarfueron de tal calibrequeel Estado,paramantenerla demandaefectivaquegarantizabael pleno empleopermitió incrementosde los salariosrealesporencimadelas variacionesde laproductividadeincrementóelgastopúblico.

Lo primeroalterabala distribuciónde la renta,y lo segundohacíacrecerel pesodel sectorpúblico en el conjuntode la economía.Y no solo deformacuantitativa,sinocualitativamente,cuandoel Estadose convirtió en produc-tor de bienesy servicioscompitiendoasí con la empresaprivadaenlugar decomplementarla.

La redistribucióna favor de salarios,junto con el aumentode la relacióncapitalproductopropio dela implantaciónde las tecnologíasdela época,re-dujeronapreciablementeel tipo debeneficio.

Y el «clima social»en el quese desarrollanlos empresariosSchumpete-rianos estabaclaramentedeteriorado.La décadadcl sesentavivió unosmo-mentosen losqueen Occidente,Europay USA, enAsia y Africa sepropug-nabaun cambio de sistema.En 1973 sedesafióa occidentecon el aumentode los preciosdel petróleopor partedela OPEPmientrasquesalíadeViet-namel último soldadonorteamericano.

Paraalgunosasíno sepodíaseguir.Y no se siguió: fueLa Crisis.El Estadode Bienestarno entraen crisispor la Crisis Económica;la Cri-

sis esla Crisis del EstadodeBienestar.De 1973 a 1980 se vive un periodode ciertaincertidumbreen relación

conla políticaeconómicaapracticarmientrasse van gestandolasgrandesli-neasde la Política Conservadoraimplantadaa partir de 1980, y desdeco-mienzosde los noventa,perdidoya el miedo a cualquierreacciónpor partede los trabajadoresoccidentales,y desaparecidala causafundamental,surgi-daen 1917,de las precaucionestomadasse avanzadecididamentehacia unanuevaconfiguraciónsocialy económica.

La esenciadel Estadode Bienestarera el mantenimientodel pleno em-pleo.Su puestaencuestiónhaceque de hechoel plenoempleohayadejado

~ La <Crisis de Oferta» de 1973 puedeexplicarserecurriendoa Marx, con la caídadel ti-po debeneficio,y a Schumpeterenrelaciónconel «climasocial,ver Anisi, 0. (1990):«CrisisyPolíticaEconómica».En 3. Albarraciny otros: ReflexionessobrePolítica Económica,Ed. Popu-lar, Madrid, 1990:9-45.

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de serun objetivo realdela políticaeconómica,al menoshastaestemomen-to, en el quelos problemasasociadosal desempleode occidentey al mante-nímíentode la democraciapuedenpresionara los gobiernosa reducir la tasadeparo.Pero,comoveremos,aunquelaspolíticaspuedanreducirsustancial-mentela tasade desempleo,seráotro empleoy otrasrelacionessocialeslasqueimperaránen Occidente.

El final del Estadode Bienestarsuponeel final del plenoempleo.Ahorabien,el pactokeynesianooriginal seenmarcabaenun conjuntode objetivoscoherentesperointerrelacionados.Setrató y consiguióreconstruirel tipo debeneficiomedianteun procesode redistribuciónen contrade salarios,y serestauróel «clima social» con el triunfo de la ideología individualista y eltriunfo del mercado.Pero la renunciaal pleno empleocondujoa la CrisisFiscaldelEstado,y alos problemasdefinanciacióndelaSeguridadSocial.

La pretendida«Reformadel Mercadode Trabajo»sólo esentendibleentodasu magnitudcuandoseencuadraen estaperspectivahistórica de la queaquíhemoshechoun rápidobosquejol3~

6. Unavisiónalternativa

Con la actualcorrelaciónde fuerzasla política de reduccióndel «salarioreal»(con todo lo que hemosdicho que incluyetal expresión:capacidadad-quisitiva del salariomonetarioactual, formasde trabajo, continuidaden eltrabajo, sanidad,jubilación...) terminará imponiéndose.Trataremosde veraquíbajo que circunstanciasy de que forma puedelograrseademásunare-ducciónsustancialdel desempleo.

Peroantesdeberemosexpresarunascuantasideasy otrostantosconcep-tos 14

Aceptaremosel término«mercadodetrabajo»con todaslas matizacionesque hemosintroducido y fijándonosen una de suscaracterísticas:la legali-dad.

Quien es contratadoa travésde esemercadolo hacede forma legal, contodoslos derechosy obligacionesque la normativaindica. La alternativaaesecontratopuedeser«no hacernada»,perotambién,enexpresióntan nues-tra, «buscarsela vida». Al conjunto de las múltiples fornas en las que ennuestrassociedadesun individuo puede«buscarsela vida» lo denominare-mos «trabajoextramercado».Así, el tiempode trabajototal quedarádivididoen dospartes:el tiempode trabajode mercadoy el tiempode trabajoextra-

‘~ Ver tambiénAnisi, 1). (1993): «La SonrisadeKeynes,en Albarracín,J. y otros (1993):La Larga NocheNeolibera4 Icaria, Instituto Sindical de Estudios,Barcelona-Madrid, 1993:285-299.

Ver Anisi, D. (1987): Tiempoy Técnicas,trabajointra y extramercado,desocupaciónvo-luntaria y frurtración del consumo:una estructuraanalítica para elcambio técnico, Alianza,Ma-drid, 1987.

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mercado.La relaciónentreuno y otro tiempodaráunacierta ideadel dualis-mo socialexistente.

En segundolugar deberemosintroducir la idea de que el consumore-quieretiempo,y que muchasvecesesetiempode consumoes incompatiblecon el tiempode trabajo.Análogamentea lo queocurreen la producciónendondeexistentécnicasquevienenaponeren relaciónla cantidadde produc-ción con el tiempo de trabajo necesariopara obtenerla,se puedehablardctécnicasde consumoponiendotambiénen relación losbienesqueseconsu-menconel tiempoquescrequiereparahacerlo.

Existentécnicasde consumointensivasen bienesy técnicasintensivasentiempo.Una técnicamuy intensaen tiempo paratomar un plato dc lentejassería plantar las semillas, cosecharías,limpiarlas, aderezarlasy comerlas.Otra técnicamenosintensivaen tiempo (y másen bienes)seríacomprarlaslentejas,guisarlasy comerlas.Pero tambiénseríaposible(menosintensaentiempoy másen bienes)comprarlasprecocinadas,etc.

Porotro lado,como antesapuntábamos,el tiempodeconsumopuedesermaso menoscompatiblecon el tiempode trabajo.Exceptoen algunoscasosmuy comentadosla actividadde dormir sueleno sercompatiblecon el tiem-po de trabajo~así como,por ejemplo,el consumode vestidoesabsolutamen-te compatiblecon el tiempo de trabajo,excepto,claro está,en determinadoscasos.

La forma en que los individuos trabajany la formaen la que los indivi-duosconsumenconstituyenunaformade vida I5~ Y veremoscomo la reduc-ción deese«salarioreal»afectaránecesariamenteaesaformadevida.

En tercer lugar, en nuestrassociedadespuedenencontrarsedos motivosbásicospara trabajar: a fin de conseguiry mantenercierto nivel de vida, osimplementeporque las normas sociales o familiares impulsen a trabajar«porquehayquetrabajar».Posiblementemuchosjóvenesqueviven en la casade losmayoresno necesitentrabajaren el primerode los sentidospuestoquelos gastosde todo tipo esténcubiertos,pero deseantrabajarpor motivosva-lorativos:merecimiento,independencia,etc. El cambio en el «salarioreal»nodejarádeafectara ambosmotivos.

A la luz de estosnuevosconceptosla oferta dc trabajo (personasquebuscantrabajo)cobraunanuevadimensión.

Si consideramosel motivo valorativo, en unadeterminadasociedadha-brá un conjuntode personasquedebentrabajarporque«asídebeser». Y nopareceque exista ningunarazón por la que ese conjunto tengaque variarcuandosemodifica el ~<salarioreal».

Consideremosahora el motivo «mantenimientode un nivel de vida», yasociémosloa unafamilia dedigamosseis individuosdosdelos cualestraba-jan en el mercado.Supongamosademásque con la rentaobtenidapor esos

Ver Anisi, D. y BermejoM.~ «Cambiotécnicoy formasdevida,El TrimestreEconómico,vol. LIII (1). n» 209. Enero-Marzo1986:59-80.

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dossecoIma el nivel de vida deseableparael conjunto familiar, y suponga-mos adicionalmenteque en el mercadose recibe una rentadoble que en elextramercado.

De momentodos de los miembrostrabajanen el mercadoy los cuatrorestantesno trabajan:por ejemplo,estudian.

Si uno delos dosindividuosesdespedido,paramantenerel nivel de vidafamiliar es necesarioque dos trabajen en el extramercado.Tras el despidotrabajantres:uno de los queantesestudiabatieneahoraque «buscarsela vi-da».

Si el salariose redujeraa la mitad el mantenimientodel nivel devida exi-giría quefuesencuatro los queintentasentrabajaren el mercado.Si el salariose elevaseal doble bastaríacon uno queencontrasetrabajoen el mercado.Laofertade trabajode mercado(individuosquebuscantrabajode mercado)esdecrecientecon el «salarioreal».

Queda,por último, considerarla demandade trabajode mercado(pues-tos de trabajo legalesofrecidospor las empresas).Si, como nosgustadecirtanto a los economistas,todo lo demáspermanecieraconstante,un aumentodel «salarioreal» setraduciríaen un mayor poderde comprade los asalaria-dos y, consecuentemente,en unatambiénmayorcarterade pedidosparalasempresas,quienesdeberíancontratarmás trabajadoresparahacerfrente alincrementode la producción.A mayor «salarioreal»mayordemandade tra-bajo.

7. Un pronóstico

Partamosde una situaciónen la que existe desempleo,una partede lapoblacióntrabajaenel extramercado,y los valoressocialessehanadecuadoa estehecho. Además,las formas de consumoson tales que el tiempo totaldisponiblese adecua,más o menos,al tiempo necesarioparael trabajo y elnecesarioparael consumo.

En nuestromodelo ~ bastaríacon elevarel salariorealparaconseguirelpleno empleoy la desaparicióndel dualismocon el mismo nivel de vida, tra-bajandomás horasque antesen el mercadopero menoshorasen total, de-biendoaceptarla sociedadquepersonasqueantessededicabanal extramer-cadoo bien tuvieranun trabajo legal o se dedicarana otras actividades,ydebiendotambiénacostumbrarsea un mayor tiempo de ocio o a la utiliza-ción detécnicasde consumomásintensivasen tiempo.

Pero también seriaposible acabarcon el dualismo y el desempleosinmodificarel salario realpromoviendoun incrementode la demandaefectivamediante,por ejemploun incrementoselectivodel gastopúblico.Nuevamen-

Se utiliza básicamenteel modelo simple quepuedeencontrarseen el Cap.25 de Anisi,D. (1987): TiempoyTécnico,Alianza,Madrid, 1987.

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te, manteniendoel nivel de vida, trabajaríanmás personasen el mercado(másaunqueen el casoanterior)peromenosen la totalidad,debiendonue-vamentela sociedadadecuarsea la ideade queindividuos queantesestabantrabajandoen el extramercadose dedicarana otras actividades,aceptandoun mayor ocio, o bien cambiandoa técnicasde consumomás intensivasentiempoo másincompatiblesconel tiempodetrabajo.

Pero ningunade esasdos alternativaspareceperfilarseen las políticaseconomícasque se realizano se avecinan.Se trata, parece,de reducir el«salarioreal».

La reduccióndel salarioreal conducede forma inmediataa la caídadeltiempode trabajode mercadoy el incrementodel tiempo de trabajo extra-mercado,aunquelas familias, ensu intento de mantenerel nivel de vida de-ban utilizar técnicasmenosintensivasen tiempo o mas compatiblescon eltiempo de trabajo, así como acostumbrarsea que aquellos que no trabajancomiencenahacerloen el extramercado.Aumento del desempleoy del dua-lismo y vidas másapresuradasy másvolcadasen el trabajo.

Pero,comoantesse dijo, tras la reduccióndel salarioreal tambiénpuedeconseguirseel pleno empleo.Siguiendodosestrategias.

La primerade ellas sebasaenla renunciaa los niveles de vida hastaquelas familias seacostumbrena aquellosnivelesdevida quesepuedanmante-nerexclusivamentecon los individuos quetrabajenen el mercado.

La segundamantiene,en la medidade lo posible, los niveles de vida ycreaempleo legal,aunquemásbarato,dirigiendo la producciónhacia la ex-portacióno los servicios.

La política económicahoy dominantees una consecuencialógica de laestrategiadiseñadapor Occidentealrededorde la primera décadade los se-tenta.

Con altos niveles de desempleolos asalariadosaceptanempleosmenorremuneradosy en peorescondicionesde trabajo; perocon altos niveles dedesempleoaparecengravesproblemascontables,y gravesproblemasdecos-tosa solución,como la marginalidad,la delincuenciao la pobrezaurbana,ytambiéngravesproblemaspolíticoscuandoel malestarsocial se trasladaa lasurnaspropugnandosolucionesno deseables.

Así debevolversea un nivel de desempleoaceptable,perodesdeel queno sepuedarepetir lo ocurridoen losañossesenta.Debeserun empleoinse-guro, flexible, dinámico,no sindicadoni enningunamanerasolidario,un em-pleo temerosoy barato.De pobressirviendoa ricos.