el mar de aral y la represa de asuan

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EL CASO DEL MAR DE ARAL Publicado 23/10/06 “Eran las siete de la mañana y como era habitual Susana se levantaba de la cama, acompañada por el ruido de su despertador, se dirigió al baño para lavarse la cara, una vez ahí abrió el grifo como cada mañana …” Abrir nuestro grifo y que del mismo salga agua se vuelto tan habitual, que muchas de las cosas que realizamos diariamente no sólo lo requieren, sino que son indispensables, ducharnos, tomar nuestro café … Hoy abordo un tema un tan interesante y que debería crear verdadera conciencia y no es otro que el “Oro azul”. En la actualidad existen un total de 263 cuencas internacionales, dígase que cruzan fronteras políticas de dos o más países, de ellas 145 naciones poseen territorios en cuencas compartidas, finalmente existen 21 países los cuáles tienen control pleno de alguna de estas cuencas, por encontrarse en su territorio. Todo este flujo hídrico representa el 60% de la agua dulce (útil, o sea accesible, el hielo polar no se incluye) de nuestro planeta. Para hacerse una idea en estas cuencas vive aproximadamente el 40% de la población mundial (2.600 millones de habitantes), recordemos que según los informes de la ONU se calcula que actualmente hay una población mundial de 6.500 millones de habitantes. Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90 % es agua de mar y tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos. Para que os hagáis una idea, toda el agua almacenada en pantanos a nivel GLOBAL ni siquiera llega a la miserable cifra de un 0.01% sobre el total de agua dulce. Además el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para eliminar las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente debe ser distribuida a través de tuberías hasta tu casa, para que puedas consumirla sin ningún problema ni riesgo alguno. Mientras que en muchos lugares el agua limpia y fresca se da por hecho, en otros es un recurso escaso debido a la falta de agua o a la contaminación de sus fuentes. Aproximadamente 1.170 millones de

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EL CASO DEL MAR DE ARAL

Publicado 23/10/06“Eran las siete de la mañana y como era habitual Susana se levantaba de la cama, acompañada por el ruido de su despertador, se dirigió al baño para lavarse la cara, una vez ahí abrió el grifo como cada mañana …”

Abrir nuestro grifo y que del mismo salga agua se vuelto tan habitual, que muchas de las cosas que realizamos diariamente no sólo lo requieren, sino que son indispensables, ducharnos, tomar nuestro café … Hoy abordo un tema un tan interesante y que debería crear verdadera conciencia y no es otro que el “Oro azul”.

En la actualidad existen un total de 263 cuencas internacionales, dígase que cruzan fronteras políticas de dos o más países, de ellas 145 naciones poseen territorios en cuencas compartidas, finalmente existen 21 países los cuáles tienen control pleno de alguna de estas cuencas, por encontrarse en su territorio.

Todo este flujo hídrico representa el 60% de la agua dulce (útil, o sea accesible, el hielo polar no se incluye) de nuestro planeta. Para hacerse una idea en estas cuencas vive aproximadamente el 40% de la población mundial (2.600 millones de habitantes), recordemos que según los informes de la ONU se calcula que actualmente hay una población mundial de 6.500 millones de habitantes.Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90 % es agua de mar y tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos. Para que os hagáis una idea, toda el agua almacenada en pantanos a nivel GLOBAL ni siquiera llega a la miserable cifra de un 0.01% sobre el total de agua dulce. Además el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para eliminar las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente debe ser distribuida a través de tuberías hasta tu casa, para que puedas consumirla sin ningún problema ni riesgo alguno.

Mientras que en muchos lugares el agua limpia y fresca se da por hecho, en otros es un recurso escaso debido a la falta de agua o a la contaminación de sus fuentes. Aproximadamente 1.170 millones de personas, es decir, el 18 por ciento de la población mundial, no tienen acceso a fuentes seguras de agua potable, y más de 2.400 millones de personas carecen de saneamiento adecuado. En los países en desarrollo, más de 2.200 millones de personas, la mayoría de ellos niños, mueren cada año a causa de enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua potable, saneamiento inadecuado e insalubridad. Además, gran parte de las personas que viven en los países en desarrollo sufren de enfermedades causadas directa o indirectamente por el consumo de agua o alimentos contaminados o por organismos portadores de enfermedades que se reproducen en el agua. Con el suministro adecuado de agua potable y de saneamiento, la incidencia de contraer algunas enfermedades y consiguiente muerte podrían reducirse hasta en un 75 por ciento.

La degradación y el agotamiento de los suministros de agua dulce, causadas por el rápido crecimiento demográfico y el pobre desarrollo de la gestión, provocan ya serias tensiones entre los principales usuarios del agua -agricultores, consumidores urbanos e industriales- dentro de muchos países. El agua que cruza las fronteras nacionales asume una importancia aún mucho más compleja y estratégica. Además de la contaminación, la preocupación más grave para los países de aguas abajo es que las grandes represas o canales de desviación -para el suministro de agua, irrigación, hidroelectricidad o control de

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inundaciones- pueden reducir la cantidad de agua que les llega y la cantidad que llega al mar, afectando en el camino a los ecosistemas.

A continuación paso a contaros el caso del Mar de Aral, que muestra como una política de crecimiento y gestión incorrecta puede llevar a un desastre ecológico de proporciones gigantescas.

“La Unión Soviética decidió en 1918 desviar parte del agua de los dos grandes ríos de Asia Central, el Amu Darya en el sur y el Syr Darya en el nordeste, para poder desarrollar cultivos de regadío en el desierto de Asia Central. De esta manera, el Asia Central soviética comenzó a producir arroz, melones, cereales y, muy en especial, algodón. La Unión Soviética pretendía convertirse en uno de los principales productores mundiales de algodón, y lo consiguió. En la actualidad, Uzbekistán es uno de los mayores exportadores de algodón en el mundo.

Los canales de irrigación comenzaron a construirse a gran escala en los años 30. La calidad de la construcción de muchos de estos canales era ínfima, lo cual dejaba que parte del agua se filtrara o se evaporara. En el caso del canal de Kara Kum, el mayor de Asia Central, se desaprovechaba probablemente hasta un 70% del agua. Aún hoy sólo el 12% de la longitud total de canales de irrigación de Uzbekistán está impermeabilizado.

Antes de 1960, se estima que ya se desviaban a la tierra entren 20 y 50 kilómetros cúbicos de agua. Así, la mayor parte del suministro de agua del Mar de Aral se había desviado y en la década de los 60, el mar comenzó a menguar. Entre 1961 y 1970, el nivel del Mar de Aral descendió a un ritmo medio de 20 cm al año. En los años 70, el ritmo de descenso del nivel casi se triplicó, hasta alcanzar entre 50 y 60 cm anuales. En los años 80, el nivel del mar se reducía una media de entre 80 y 90 cm cada año. Y a pesar de esto, el volumen de agua utilizada para la irrigación continuó en aumento: La cantidad de agua extraída de los ríos se duplicó entre 1960 y 1980. Mientras tanto, la producción de algodón casi se duplicó en el mismo periodo.

La progresiva desaparición del gran lago no sorprendía a los soviéticos. Ya lo habían esperado. Aparentemente, en la URSS se consideraba que el Aral era un “error de la naturaleza”, y un ingeniero soviético habría dicho en 1968 que “es evidente para todo el mundo que la desaparición del Mar de Aral es inevitable”.” (Extraído - Fuente Wikipedia)

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En la primera fotografía el Mar de Aral en 1973, cuando aún se consideraba “un mar estable”, en la segunda el mismo Mar de Aral en 2004, la extensión se ha reducido drásticamente un 60% y un 80% su volumen, toda la tonalidad blanca se corresponde a SAL! Además la altísima salinidad impide el desarrollo de cualquier ser vivo. Durante muchísimos años, en bien del desarrollo agrícola se usaron todo tipo de pesticidas que terminaban por ir a parar al fondo de este mar, el cuál le añaden otro problema, además que se esta secando esta altamente contaminado, por lo que la población que vive en su alrededores padece elevados niveles de cáncer, así como de otras patologías.

Se han hecho muchos intentos para mantener la recuperación, incluso cuando ya se vió irremediable la separación de ambos lagos (Mar Norte de Aral, el más pequeño en la parte superior de la fotografía, y el Mar Sur de Aral el más grande en la parte inferior), se optó por la salvación del Norte, sin embargo el Sur agoniza y terminará por convertirse en un “Mar muerto” al menos esa será la suerte que le deparará. Si cabe tomarse esta catástrofe con buenos ojos después de mucho tiempo se han reanudado las pescas en el mar Norte.

Todo este paisaje esta dando paso a un inmenso desierto que podéis apreciar en la fotografía inferior, donde se pueden apreciar barcos varados en medio de las dunas del “desierto”. Y pensar que este mar una vez fue el cuarto lago mayor del mundo …

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Otros casos a mencionar es que a consecuencia de los esfuerzos de gestión para cubrir todas las demandas, grandes ríos como el Ganges y el Colorado ya no llegan al mar en ciertas épocas del año. Prácticamente, se captura y se utiliza todo el flujo del Río Colorado, lo que origina serias consecuencias medioambientales sobre la tierra y resta nutrientes al mar. Ello resulta en la disminución de la población de peces.

A pesar de todo para citar un caso de firme solidaridad, países como Turquía que tienen el control hídrico de las aguas que más tarde se dirigen a Irak, se negaron a la propuesta americana de cortar los suministros cuándo Irak se hallaba en guerra, el ministro turco entonces afirmó: “Podrán usar nuestro espacio aéreo, y cualquier otra cosa, pero no privaremos a los iraquíes de agua”. Casos como este hacen ver que aún existe esperanza a pesar de todo.

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Datos Landsat: USGS/EROS Data Center.Recopilación: PNUMA GRID Sioux Falls.Fotografía: PNUMA, Topham Picturepoint

La Unión Soviética asoló el cuarto lago más grande del mundo. La región padece una inundación de estudios internacionales y una grave sequía de fondos.

“La salud de las mujeres en edad fértil se degrada constantemente a causa de la mala calidad del agua potable. El número de embarazos no ha variado, pero ha aumentado el de abortos y el de niños nacidos muertos o con malformaciones. Tenemos uno de los índices de mortalidad infantil más altos del mundo”, afirma el director de la Maternidad de Aralsk, ciudad portuaria de Kazajstán, a orillas del mar de Aral. Numerosas mujeres embarazadas son admitidas en esa maternidad para que, al menos durante los tres últimos meses de gestación, tengan una alimentación sana y agua potable. “Es mi noveno embarazo. Todavía no he dado a luz a una criatura viva y tengo mucho miedo”, confiesa una mujer.

Una catástrofe ecológica

El deterioro de la salud y de los problemas ambientales de la población de los países ribereños (Kazajstán y Uzbekistán) y de aquéllos cuyos territorios forman parte de la cuenca del mar de Aral (Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán) es la consecuencia directa del descenso del mar y de la contaminación de los ríos que lo alimentan, provocados por la actividad humana. Al secarse parcialmente, el mar ha dejado al aire 36.000 km2 de fondo marino recubierto de sales que el viento deposita sobre miles de hectáreas de tierras cultivadas. Abonos y pesticidas se han incorporado también al agua y a los canales de regadío, con el envenenamiento consiguiente de los alimentos y del agua potable, lo que representa una amenaza para cinco millones de personas.

Tras la desaparición de la Unión Soviética en 1991, los donantes internacionales se precipitaron para evaluar las repercusiones ecológicas del descenso del mar de Aral y proponer soluciones. Diez años después, tras infinidad de estudios e informes, los expertos afirman que la rehabilitación es imposible y que el problema ahora es evitar una catástrofe humana.El mar de Aral empezó a retroceder en el decenio de 1960, cuando los

planificadores soviéticos desviaron las aguas de los ríos que lo alimentaban, el Amu Daria y el Sir Daria, para regar cultivos de algodón y otros. Entre 1960 y 1990, la superficie ocupada por tierras de regadío en Asia Central pasó de 3,5 a 7,5 millones de hectáreas y la región se convirtió en el cuarto productor

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mundial de algodón. En los años ochenta, el caudal de agua dulce que desembocaba en el mar de Aral representaba la décima parte del de 1950. El aumento del nivel de salinidad destruyó la flora y la fauna marinas, provocando la extinción de 28 de las 30 especies de peces y devastando la industria pesquera.

Privado de las aguas que recibía, el mar de Aral empezó a retroceder hasta perder la mitad de su primitiva extensión y un tercio de su volumen. En 1989, se dividió en dos, un mar más pequeño al norte y otro más grande al sur. Los dos principales puertos pesqueros, Moynaq en Uzbekistán y Aralsk en Kazajstán, quedaron en alto y en seco, y las comunidades de pescadores se encontraron a 100 kilómetros o más de la orilla. El agua potable de la región contiene en la actualidad una cantidad de sal por litro cuatro veces superior al límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud, con el aumento consiguiente de enfermedades renales, diarreas y otras dolencias graves. La tuberculosis ha alcanzado proporciones de epidemia. Se estima que en algunas ciudades hay 400 casos por 100.000 habitantes.La población de esta región, antaño fértil, pedía ya ayuda en tiempos de la Unión Soviética, pero la situación se ha agravado desde la independencia de estos países a finales de 1991. Organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la UNESCO y la Unión Europea ofrecieron ayuda. Se pusieron en marcha diversas iniciativas: el Programa de la Cuenca del Mar de Aral (ASBP), el Fondo Internacional para la Rehabilitación del Mar de Aral (IFAS) y la Comisión Interestatal de Coordinación de Aguas (ICWC). Sus propuestas despertaron grandes esperanzas en la población de la región, que creyó que sus problemas iban a quedar al fin resueltos.

Infinidad de promesas, pero pocos resultados

Sin embargo, después de diez años de misiones de rescate, el mar de Aral sigue figurando en la lista de catástrofes ecológicas mundiales. Según algunos expertos, es el caso típico de demasiados actores que intervienen demasiado tarde con recursos demasiado escasos y con enormes intereses no siempre compatibles con la protección ambiental. Los organismos de ayuda internacional se dieron cuenta muy pronto de la magnitud del problema y de que los fondos asignados no serían suficientes.“Desde luego, aquí la gente está muy decepcionada de la comunidad internacional”, afirma Antonius Lennarts del Banco Mundial, en Almaty (Kazajstán). “Ha habido infinidad de actividades y promesas, pero ningún seguimiento, y demoras muy prolongadas a causa de la enorme cuantía de los fondos necesarios. Simplemente no existe dinero suficiente para resolver un problema de esta magnitud.”Ante la gravedad de la situación, Médicos sin Fronteras (MSF), organización humanitaria galardonada en 1999 con el Premio Nobel de la Paz, ha puesto en marcha un programa de urgencia para salvar a la población de Asia Central de lo que en un informe reciente ha calificado de “posiblemente la catástrofe ecológica más grave del mundo”. “Hasta la fecha”, afirma el informe de Msf, “se han efectuado evaluaciones que han costado millones de dólares, pero la acción humanitaria ha sido escasísima en la región.” ¿Por qué se ha gastado tanto y se ha hecho tan poco.? “Quizá porque el problema es tan enorme que todos quieren ayudar, pero muchos no saben ni por dónde empezar", explica Barbara Britton, de la Organización de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), principal donante presente en Tashkent.

Otro obstáculo es la falta de cooperación entre los cinco países de la cuenca. “Empezaron haciéndose la competencia por la ayuda internacional, en vez de cooperar para resolver el problema”, afirma el profesor J. A. Allan, especialista en recursos hídricos de la Universidad de Londres. No obstante, los cinco Estados crearon en 1993 el Fondo Internacional para la Rehabilitación del Mar de Aral (IFAS) a fin de coordinar los proyectos hidrológicos y agrarios. En 1995, sus dirigentes asistieron a una reunión patrocinada por las Naciones Unidas en Nukus (Uzbekistán), que concluyó con una declaración en la que consagraban su

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cooperación para remediar las consecuencias humanas y ambientales de la crisis del mar de Aral. Pero, según Barbara Britton, la desconfianza sigue reinando entre los Estados.

Así, cuando los uzbekos estuvieron encargados de la gestión de las aguas, fueron acusados de proponer un programa de regadío para su país en detrimento de todos los demás. A su vez, los uzbekos acusaron a Kazajstán de privarlos de agua con la construcción de un embalse en el norte del mar de Aral. Anatoli Buranov, director técnico del Comité Ejecutivo del IFAS, admite que los Estados hubieran podido comportarse mejor. “En un ambiente de euforia general por la reciente independencia, después de tantos años de solidaridad forzada, nos dejamos arrastrar por una dinámica centrífuga. Pero ahora entendemos la importancia de la cooperación.”

La población toma la iniciativa

Paradójicamente, la lentitud y el retraso de las intervenciones exteriores tuvieron un efecto positivo. La población de Kazajstán, harta de promesas incumplidas, logró reunir la fabulosa suma de 2,5 millones de dólares para construir un dique de arena de 14 km de longitud por 30 m de ancho, que transformó en lago el mar de Aral del Norte, en las proximidades de Aralsk. Se ha procurado también desviar del río Sir Daria menos agua que antes, y el dique construido retiene ese caudal en el pequeño mar de Aral del Norte. El resultado es que el nivel del agua se ha elevado en tres metros por primera vez en treinta años, y la vegetación y las aves han vuelto a una zona que estaba desertificada. La mayor afluencia de agua dulce redujo la salinidad y abre nuevas perspectivas a la industria pesquera. Lo más importante es que el dique ha devuelto la esperanza a los habitantes de Aralsk, “algo que hasta hace poco escaseaba por aquí tanto como el agua”, comenta Aitbai Kuserbaliv, alcalde de la ciudad.

Por desgracia, el dique va a ceder bajo la presión de las lluvias y del aumento del nivel del mar. En 1998 cedieron entre tres y cinco kilómetros, y el agua pasó al mar de Aral del Sur. Según los funcionarios kazakos, el proyecto no podrá sufragarse si no consiguen los 15 millones de dólares que han pedido al Banco Mundial para construir una estructura permanente. “Les he escrito hace varios meses y sigo sin noticias”, explica el alcalde. Parece verosímil que el Banco Mundial aporte alguna financiación, habida cuenta de que están en juego la supervivencia de un mar recobrado, el trabajo de docenas de obreros y la subsistencia de varios centenares de pescadores afectados. “Hemos llegado a la conclusión de que ese dique es necesario y los fondos están al llegar”, declara Lennarts.

Incluso si el Banco Mundial financia el proyecto, sólo salvará la parte más pequeña del mar de Aral. Para mantener en su nivel actual las aguas del mar de Aral del Sur, hace falta que reciba, como mínimo, 20 km3 de agua al año. Se han propuesto algunos proyectos grandiosos: desviar las aguas de ríos de Siberia o del Mar Caspio, distantes 2.400 km y 500 km respectivamente. El costo de cada uno de esos proyectos sobrepasaría los ocho mil millones de dólares, y los países de Asia Central no tienen esos recursos.Otra opción consistiría en aumentar el caudal del Amu Daria, lo que amenazaría la agricultura en la región, sobre todo en Uzbekistán, por donde pasa la mayor parte de su curso. Este proyecto podría suscitar una viva resistencia entre los agricultores uzbekos, que dependen directamente de él para regar. “Es una situación sumamente delicada. No se puede detener la agricultura. La población se quedaría sin medios de subsistencia”, explica el profesor Janos Bogardi, experto de la UNESCO en recursos hídricos.

“La prioridad debe ser salvar vidas humanas”

Serían necesarios miles de millones de dólares y varios decenios para introducir nuevas tecnologías y cultivos con menos necesidad de agua. Es harto improbable que Uzbekistán, segundo país exportador de algodón del mundo, acepte renunciar a su principal fuente de ingresos.

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Viendo tan remotas las perspectivas de salvar al mar, los expertos y la población local parecen centrarse ahora en tratar de remediar la catástrofe social. Si las condiciones actuales se mantienen, el mar de Aral del Sur habrá desaparecido seguramente dentro de 25 años. “La prioridad debe ser salvar vidas humanas”, afirma Vefa Mustafaev, experto de la UNESCO en hidrología.Después de diez años de investigación y evaluación, las organizaciones internacionales empiezan a ejecutar algunos de sus proyectos de ayuda a la población proporcionándole agua potable y una mejor atención sanitaria. El Banco Mundial ha financiado la creación de 25 estaciones de control de la calidad del agua potable en toda el Asia Central. Tiene previsto sufragar otros proyectos para mejorar prácticas agrícolas que consumen demasiada agua dulce.

Los expertos estiman que la región necesitará unos veinte mil millones de dólares para actividades ambientales y de desarrollo tales como modernizar la agricultura, reducir la contaminación de los ríos y mejorar el abastecimiento de agua potable. Los países de la región no están en condiciones de hacerlo sin ayuda internacional.Ahora bien, los recursos naturales de la región permiten albergar alguna esperanza. Los Estados de Asia Central, poseedores de enormes reservas de gas y de petróleo, podrían ser en años venideros uno de los principales actores del sector mundial de la energía. Pero es difícil evaluar cuáles serían las consecuencias para el mar de Aral

CASO DE LA REPRESA DE ASUAN

BENEFICIOS Y COSTOS DE LA REPRESA DE ASUANPresa de Asuán, presa del río Nilo, situada al sur de Egipto, cerca de la ciudad de Asuán, en uno de los lagos más grandes del mundo. La presa original se terminó en 1902, y se elevó su altura en 1912 y 1934. La construcción de la nueva presa, situada 6 km más arriba comenzó en 1960, y su coste total está estimado en más de mil millones de dólares. La antigua URSS sufragó una tercera parte de los gastos de su construcción, que empleó a 400 técnicos soviéticos. Se terminó a mediados de 1968, aunque las últimas de las doce turbinas soviéticas se instalaron en 1970. Esta gran presa tiene 111 m de altura y una anchura de un kilómetro. El embalse se llamó lago Nasser en honor al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser; cubre un área de 480 km de largo y 16 km de ancho, e inundó muchas poblaciones de la cuenca del Nilo. La capacidad de producción eléctrica es de 2.100 megavatios

La represa de Asuán en el río Nilo en Egipto demuestra lo que pude ocurrir cuando se construye una gran presa y rebalse a gran escala, sin una consideración adecuada de los efectos y costos ambientales a largo plazo. La represa se construyó en los años 1960 para controlar el caudal y proporcionar agua de riego en la cuenca del bajo Nilo, así como electricidad para el Cairo y otras partes de Egipto.En la actualidad la represa proporciona casi una tercera parte de la energía eléctrica del país, y salvó los cultivos de algodón y arroz egipcios durante las sequías de 1972 y 1973. el riego factible todo el año en el bajo Nilo ha incrementado la producción de alimento, y permite a los agricultores de la región tener tres cosechas al año en tierras en las que antes se cosechaba una vez al año. El riego también ha recuperado unas 405 000 hectáreas de desierto para el cultivo.Desde la puesta en servicio de la presa, en 1964, también ha ocasionado cierto número de efectos ecológicos perjudiciales. Acabó con las inundaciones anuales que fertilizaban el delta del Nilo con limo, arrastraban sales minerales del suelo, y barrían con organismos transmisores de la esquistosomiasis, una enfermedad que causa dolor, debilidad y muerte prematura. En la actualidad, el limo del río se acumula tras la presa, llenando poco a poco el lago Nasser.Al presente, las tierras de cultivo en la cuenca del delta del Nilo tienen que tratarse con fertilizante comercial, a costo de más de 100 millones de dólares, para suministrar los nutrientes vegetales disponibles alguna vez sin costo alguno. Las nuevas plantas de fertilizantes del país utilizan gran parte de la energía eléctrica que produce la represa. Como las sales ya no son retiradas por lavado del suelo, la

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salinización ha contrarrestado las tres cuartas partes de los avances en la producción de alimentos a partir de nuevos terrenos, menos productivos, irrigados con agua de la represa.Debido a que contiene menos sedimentos, el Nilo ha erosionado su lecho y ha socavado numerosos puentes y presas más pequeñas que se hallan aguas abajo. Para remediar este problema el gobierno ha construido 10 diques. El costo fue de 250 millones de dólares, una cuarta parte del costo original de la presa.Sin la descarga anual de sedimento por el Nilo, el mar ha erosionado el delta y avanza tierra adentro, reduciendo la productividad en grandes áreas de terrenos agrícolas. Esta pérdida de tierra productiva a causa de la erosión y la intrusión de agua salobre, se ve intensificada por la subsidencia en el delta del Nilo debida a un incremento en el nivel del mar y a siglos de sedimentos depositados. En la actualidad este limo rico en nutrientes ya no llega a las aguas de la desembocadura del Nilo y las industrias egipcias de sardinas, macarela o caballa, camarón y langosta han desaparecido. Esto ha dado lugar a la pérdida de unos 30 000 empleos, de millones de dólares al año y de una fuente importante de proteínas para los egipcios. Eventualmente se espera que estas pérdidas sean compensadas con una nueva industria basada en la captura de perca, carpa y bagre en el lago Nasser, a espaldas de la presa de Asuán.La inundación que creó el lago Nasser, desplazó a 125 000 pobladores, se supuso que estaría lleno para 1970, y tendría el agua suficiente para satisfacer las necesidades de Egipto y Sudán durante una sequía prolongada, pero la evaporación y la infiltración del agua en la arenisca subyacente han sido mucho mayores que lo previsto. En la actualidad el rebalse se encuentra tan solo a la mitad. La mayoría de los expertos piensan que el nivel no subirá mucho más en los próximos 100 años. Además cerca del 80% del agua que entra al lago Nasser llega a la cuenca del río Nilo desde Etiopía, esta fuente vital de agua puede verse reducida por las represas que se están construyendo a lo largo de esa gran corriente por Etiopía, así como las sequías severas.Aunque es un área de bajo riesgo, la extensión alrededor de la presa experimentó un severo sismo en 1981. los especialistas piensan que el movimiento fue desatado por el gran peso del agua que ocupa el lago Nasser. Algunos analistas consideran que a la larga, los beneficios de la presa de Asuán superarán sus costos. Otros lo consideran un desastre económico y ecológico ¿Ud. que opina?

REPRESA DE ASUAN EN EGIPTO