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El lunes 29 en la misa de 19:30 h. por mediación de San
Ezequiel Moreno tendremos el recuerdo de los fallecidos
el mes pasado: Julia Rivas Pérez. María Rosario Almazán
Romeo. María Pilar Gil Heras. Julia Alcalá Martínez. Con-
suelo Vázquez Martín. Juan Vidorreta Jiménez. Ana Ca-
pitán Pascual. Clara Pérez Fernández. Carmen Grandes
Almarza. Concepción Fernández Andues.
PREPARACION DE LA PRIMERA COMUNIÓN
Lunes 29 de Abril a las 20:00: en las Salas de Catequesis.
Tendremos la reunión con los padres de los niños que
tendrán su primera comunión el sábado 4 de MAYO.
Martes 30 de Abril a las 20:00 en las Salas de Catequesis:
Tendremos la reunión con los padres de los niños que
tendrán su primera comunión el sábado 5 de MAYO.
El jueves 2 y el viernes 3, a las 18:15 tendremos confe-
siones con los niños y los familiares de los niños que co-
mulgarán el sábado 4 y el domingo 5 de MAYO.
El sábado 4 de mayo, a las 11:00 h. en la Iglesia de San
Miguel tendremos la Procesión y la Misa en Honor de
San Felipe y Santiago, junto a su cofradía. Este Sábado 4 de Mayo a las 13:00 h en la Iglesia de
San Miguel Arcángel recibirán la PRIMERA COMU-
NIÓN: Jorge Barriocanal Melero; Martina Palacios Gra-
cia; Ekaitz Pastor Anguas; Mario Rivero Echau; Elia An-
guiano Pérez; Iván Martínez Sánchez; Leire Romanos
Ladrón; Miguel Muñoz Romano; Valentina Muñoz Roma-
no; Daniel López Izal; Melani Varea Martínez; Naiara
Jiménez Pérez; Irene Pérez Calvo; Martina Sáinz Martí-
nez; Lucía Artola Ladrón de Guevara; Paula Lamata Gran-
des; Diana León Castillo; Daniella Lozano Díaz; Alba
Zurbano Alcoya; Melany Chiluisa Quintuña y Nayara
Quichpe Mallitaxi.
PARROQUIAS DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Y SANTA MARÍA DEL BURGO. ALFARO
Domingo, 28 de ABRIL de 2019
La Primera Comunión,
compromiso familiar. La Primera Comunión, para un ni-
ño, es uno de los momentos más impor-
tantes en el período de su infancia, ya que
espiritualmente está preparado para reci-
bir el sacramento de la Eucaristía.
Con ello, la familia, principalmente
padres y madres, deberán asumir el
compromiso de acompañar a sus hijos
en la fe, y no convertir el momento en tan
sólo un acto social, que en muchos de los
casos culminaría con una celebración en
la que se incurren en gastos exagerados.
“Los padres, como cabeza de familia, tienen una gran tarea, es el no
descuidar de llevarles, de encaminarles por el camino de la fe, porque ellos
no irían por si mismos, hay que llevarlos a la iglesia”. La familia debe en-
tender como una bendición que sus hijos puedan acercarse al sacramento.
La Primera Comunión es una fiesta que hay que vivirla con alegría y
que si los padres la hacen vivir así a sus hijos, no olvidarán nunca, por lo que
siempre podrán responder a la fe, ala participación en los sacramentos.
Os invitamos a vivir la Primera Comunión en la más íntima espiritualidad familiar.
Nº 693
Hoy DOMINGO 28 en la Misa de las familias de 12:30 en la Iglesia de
Santa María del Burgo, recibirán la PRIMERA COMUNION: David
Pérez García; Guillermo Pérez García; Daniela Haga Arzamendia y Gui-
llermo López Atienza.
A LA ESCUCHA DE LA PALABRA….
Lectura del libro de lo sHECHOS 5, 12-16
Lectura del Libro del APOCALIPSIS 1, 9-11a. 12-13. 17-19
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-
31 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discí-
pulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y
en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y,
diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se
llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Co-
mo el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto,
exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a
quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes
se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, lla-
mado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les
contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el
dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no
lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y
Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en
medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo,
aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que cre-
an sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este
libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para
que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyen-
do, tengáis vida en su nombre.
SALMO 117: “Dad gracias al Señor porque
es bueno, porque es eterna su misericordia.”
Acabamos de concluir la Semana Santa y ahora es el tiempo de hacer-
nos conscientes de la sorprendente verdad de Dios: Jesús ha resucitado de
entre los murtos. Es una respuesta sorprendente de Dios. El reconocimien-
to de que la palabra definitiva no es de muerte, sino de vida; no es de
fracaso, sino de victoria; no es de esclavitud sino de liberación. Esta res-
puesta de Dios cambia totalmente la perspectiva de la vida, sin temor a
fracasar en el intento; o, más bien sabiendo que ni siquiera el fracaso, que
llegará, será definitivo.
En el relato de hoy vemos a los discípulos encerrados, muertos de mie-
do, esperando la oportunidad para huir sin riesgo de la ciudad volverse a sus
aldeas, donde retomarían la vida que llevaban antes de conocer a Jesús. Sin
embargo, algo ocurre, algo tan poderoso como para cambiarles la mira-
da y la existencia definitivamente. Pasarán de encerrarse, lejos de la vista
de las gentes, a salir al medio de la ciudad; del silencio temeroso a la palabra
audaz; de la preocupación por su supervivencia a la confianza en que ni la
persecución, ni siquiera la muerte han de tener la última palabra.
Los discípulos empezaron a darse
cuenta de que había algo más. De que Jesús
seguía con ellos. Y ese darse cuenta –no
exento de incertidumbres como vemos en
Tomás- les transformará para siempre. A
partir de esas primeras búsquedas comparten
preguntas y respuestas entre ellos. Unos son
testigos para los otros. Se comunican expe-
riencias y se transmiten lo que han visto. No
siempre reconocen a Jesús, al menos no de
entrada. Lo que perciben son más bien, destellos; vislumbran su presencia, lo
adivinan en el camino… y luego lo vuelven a perder.
Pareciera que nosotros seguimos siendo como aquellos discípulos,
hombres y mujeres llenos de preguntas, que necesitamos reconocer en
nuestras rutas los destellos del Resucitado. A menudo nos preguntamos
por qué Dios no se manifiesta más claramente. Por qué, si resucitó a Jesús,
no lo vemos, no lo encontramos en nuestros caminos con más nitidez. Por
qué la consecuencia de la Resurrección no es un mundo más justo una vida
digna para todos.
De ahí que este tiempo de Pascua es privilegiado para la búsqueda,
buscar al Resucitado. Escudriñar sus huellas en nuestra historia cotidiana y,
a veces, rutinaria. Esa búsqueda nadie puede hacerla por nosotros.
Maricarmen Martín