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1 El juego bélico en la primera infancia: Una aproximación desde las narrativas de maestras en cinco jardines infantiles de las localidades Antonio Nariño y Puente Aranda Autora: Lic. Leidy Katherine Buitrago Quiroga Directora: Betty Sandoval guzmán Universidad Distrital Francisco José de caldas Maestría en educación Énfasis: Educación intercultural, etnoeducación y diversidad cultural BOGOTÁ, DICIEMBRE 2016

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El juego bélico en la primera infancia:

Una aproximación desde las narrativas de maestras en cinco jardines infantiles de

las localidades Antonio Nariño y Puente Aranda

Autora: Lic. Leidy Katherine Buitrago Quiroga

Directora: Betty Sandoval guzmán

Universidad Distrital Francisco José de caldas

Maestría en educación

Énfasis: Educación intercultural, etnoeducación y diversidad cultural

BOGOTÁ, DICIEMBRE 2016

2

FORMATO

RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN - RAE

1. Información General

Tipo de documento Tesis de maestría

Acceso al documento

Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Maestría en

Educación. Énfasis Comunicación Intercultural, Etnoeducación y

Diversidad cultural

Título del documento

El juego bélico en la primera infancia:

Una aproximación desde las narrativas de maestras en cinco

jardines infantiles de las localidades Antonio Nariño y Puente

Aranda

Autor(es) Leidy Katherine Buitrago Quiroga

Director Betty Sandoval Guzmán

Publicación Diciembre, 2016

Palabras Claves Primera infancia, rol docente, juego bélico, narrativas.

2. Descripción

La presente investigación de tipo cualitativo busca hacer una reflexión sobre las narrativas

entorno al juego bélico de un grupo maestras, teniendo en cuenta categorías como: El lugar

del juego en el desarrollo infantil, Rol docente, juego simbólico y juego bélico, abordadas

desde la experiencia vivencial, plasmada en narrativas por medio de grupo focal y

entrevistas semiestructuradas; partiendo de la voz de las maestras en tanto agentes

pedagógicos fundamentales en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños y niñas

en cinco jardines infantiles del sector oficial de la ciudad de Bogotá. Busca también

problematizar el juego bélico como categoría de estudio y análisis del quehacer docente y el

desarrollo infantil, aportando elementos a la discusión sobre las relaciones entre juego y

cultura. Por último, se establecen una serie de recomendaciones dirigidas a los agentes

educadores (docentes, familiares, cuidadores o respondientes) en torno al abordaje de

juegos y dinámicas que permitan potenciar las habilidades de niños y niñas, sirviendo de

3

guía para futuras investigaciones respecto del tema.

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4. Contenidos

El presente informe de investigación se presenta en cuatro apartados distribuidos en la

siguiente forma: el primero, se centra en el desarrollo del problema de investigación vinculado a

las razones por las cuales se origina la necesidad abordar el tema del juego bélico en la primera

infancia, vinculando su alcance, viabilidad y pertinencia. A partir de este acercamiento

encontramos también los objetivos que la orientan y encauzan. En el segundo apartado

encontramos los antecedentes, donde se hace una revisión exhaustiva de trabajos, monografías

e investigaciones relacionadas con la temática de investigación, posteriormente, el marco

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teórico, que pretende esbozar las tres categorías previamente establecidas: El lugar del juego en

el desarrollo infantil, el rol del docente en el juego simbólico y Juego bélico, con el fin de brindar

profundidad a la presente investigación. En el tercer apartado aparece el marco metodológico

donde se define la forma en la que se llevó a cabo la investigación, la descripción detallada de la

población y las herramientas empleadas para la recolección del corpus y el análisis de las

mismas. También se evidencian las cuatro (4) etapas del proceso investigativo, a saber: i.

Acercamiento a la población. ii. Grupo focal y entrevistas de maestras. iii. Sistematización de la

información. iv. Análisis del corpus y resultados. Por último, en el apartado final, se presenta el

análisis, los resultados a través de las categorías emergentes, reflexiones, posibles conclusiones,

así como pautas y consideraciones generales para abordar el juego bélico en el marco de la

educación inicial.

De esta forma, la investigación que aquí se presenta pretende esbozar distintas consideraciones

pedagógicas de las maestras de educación inicial con respecto al juego bélico de niños y niñas de

la primera infancia, desde sus propias narrativas. Se parte de la firme convicción de que las

maestras tienen en su haber, experiencias y saberes pedagógicos; un saber desde y sobre la

infancia que debe ser aprovechado y, al mismo tiempo, recontextualizado en función de ciertos

planteamientos teórico-investigativos actuales, como los que propone la investigación.

5. Metodología

El presente estudio se enmarca dentro de una investigación de tipo cualitativo, abordando

dinámicas sociales en un escenario específico, intentando establecer un conjunto de nociones e

ideas. Partiendo de la experiencia como foco de la investigación, la narrativa (siendo vertiente de

la perspectiva cualitativa) nos ayuda en la comprensión y trasformación de la naturaleza

profunda de las realidades educativas de un grupo de maestras de educación inicial. Es así como

los relatos propios de las maestras nos ayudan al desglose, comprensión, análisis y reflexión de la

experiencia pedagógica en la práctica educativa.

El material narrativo (corpus) o la recolección de la información, constituye uno de los recursos

más apropiados para captar la experiencia humana. Tal como lo veíamos anteriormente la

narrativa posee múltiples herramientas para su desarrollo; sin embargo, en nuestra investigación

10

se establecieron dos herramientas de recolección. Por un lado, se utilizó el grupo focal, en este

caso, el encuentro personal con las maestras facilitó la comunicación entre los actores, logrando

así una aproximación a la comprensión de las maneras en las cuales sus propias experiencias

narradas dieron cuenta de su accionar pedagógico de una manera más íntima. Por otro lado, la

segunda herramienta fue la entrevista semiestructurada, por su carácter conversacional, flexible

y dinámico herramientas que posibilitaron diálogos profundos y particulares de sus experiencias;

facilitando así la identificación de las opiniones, los valores, los conocimientos, lenguajes y

(pre)concepciones acerca del juego bélico, presentes en las aulas de los jardines infantiles y

también dar cuenta, desde la oralidad, de experiencias alrededor y con respecto del juego bélico

en la población.

6. Conclusiones

Como resultado tangible de esta investigación, se quiso llegar más que conclusiones, en sentido

estricto, a reflexiones pedagógicas encauzadas a la problematización del juego bélico en tanto

instancia de validación social y de interacción con pares. Como reflexión global, se tiene que, en

el afán de querer inmiscuirse en los temas del juego infantil, surge inevitablemente la

estigmatización de prácticas lúdicas alternativas como el juego bélico. Además de prohibirlo, se

desconocen sus posibles afectaciones positivas o beneficios en los niños y niñas, y se carece de

procesos dialógicos al respecto. Se observó, también que no existe retroalimentación ni con los

agentes primarios involucrados (niños y niñas) ni con los agentes educadores (otros maestros,

familiares, cuidadores o respondientes).

Como segunda instancia, debe comprenderse que los niños y las niñas ponen en la praxis

aquello que su imaginación guía, esto es, mundos fantásticos donde se mezclan la realidad y la

ficción, y aun cuando se sumerjan gustosos en ellas, no dejan de tener conciencia sobre la

artificialidad de dichas fantasías y por ende, distinguen entre lo real y lo ficcional.

Tal como se observará en el desarrollo de la investigación, a través de las narrativas de maestras

de educación inicial, violentar física o emocionalmente al otro no es un factor incipiente en el

juego bélico. Por el contrario, al presentarse este tipo de conductas finalizan su juego y dan

continuidad a otras prácticas lúdicas. El umbral entre facilitar o prohibir el juego bélico en la

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infancia es bastante difuso pues, por un lado, encontramos un juego que incita a la creatividad, la

imaginación, el juego de roles, el juego de reglas, la sociabilidad, la empatía, etcétera, y por otro

lado, (aunque no se presenta en todos los casos) una posible afectación física o emocional que

puede sustentarse en el contenido del juego bélico. Se entra acá en el terreno de lo pragmático,

ya que no se deben lanzar de forma descontextualizada acciones o formas de entender el juego –

en abstracto- más bien, conociendo las implicaciones individuales de éste, teniendo en cuenta las

edades, las historias de vida y demás elementos conexos, no por prohibir se gana más –en

términos formativos- sino que debe, más bien orientar los procesos lúdicos con el fin de permitir

a los niños y niñas el desarrollo de habilidades individuales y sociales.

Admitir el juego bélico como una manifestación normal y pasajera propia de la infancia, no

implica amparar o imponer a los niños formas de agresividad propias de los mayores. Enseñarles

a asumir esta clase de juegos, por el contrario, ayuda a la formación de seres humanos críticos y

conscientes de lo que conlleva la violencia y la agresividad, en últimas, aporta positivamente a la

constitución del niño como sujeto y ciudadano. Así recogemos y ponemos en escena la

concepción del niño como ser social, activo en su propio proceso de desarrollo y aprendizaje, con

una identidad específica que debe ser valorada y respetada. Estos aspectos son decisivos para la

estructura de la personalidad, la inteligencia y el comportamiento social; esferas que desde luego

incidirán notablemente en su comportamiento adulto y en sus relaciones con el mundo.

En los ámbitos escolares institucionalizados que acogen a la primera infancia es preciso valorar el

juego bélico como expresión de libertad e individualidad, tal como afirma Sheines (1998) “En

nombre de la paz y para preservar a los párvulos de los efectos nocivos de la violencia, los adultos

se entrometen en el ámbito mágico de los juegos infantiles. Invaden ese bastión de libertad para

resguardarse en del mundo ancho y ajeno”. (Sheines: 1998, 58). Es en la convivencia social del

juego donde se éste se convierte en un reto de comprensión para la pedagogía actual. Entender

las dinámicas lúdicas-bélicas de los niños y niñas implica una comprensión y (re)significación de

la cultura y la fantasía de la infancia, el respeto por la autonomía y la construcción del individuo:

Es a través y en torno al juego bélico que los niños y niñas que aprenden a integrarse

positivamente en comunidad, a convivir en medio de la diversidad, a respetar a los demás como

iguales. El trato respetuoso entre rivales da cuenta de sus propias reglas que brindan sentido al

participante como creador, protagonista y generador de su propio juego como un acto cristalino

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de libertad lúdica y personal.

Elaborado por: Leidy Katherine Buitrago Quiroga

Revisado por: Betty Sandoval Guzmán

Fecha de elaboración del

Resumen: 12 09 2016

13

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN……………………….……………………………………………16

CAPÍTULO 1

1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN……………………………………………….22

1.1 OBJETIVOS…………………………………………………..…………………….26

CAPITULO 2

2. ANTECEDENTES …………………………………………………………………..27

3. MARCO TEÓRICO………………………………………………………………….33

3.1 El lugar del juego en el desarrollo infantil ………………………………….……….33

3.2 Rol docente y juego simbólico……………………………………………………….39

3.3 Juego bélico………………………………………………………………………….45

CAPÍTULO 3

4. DISEÑO METODOLÓGICO………………………………………………………..50

4.1 La población…………………………………………………………………………50

4.2 Diseño de la investigación …………………………………………………………..53

4.3 Herramientas de investigación: Entrevista semiestructurada y Grupo Focal……..…56

4.4. ETAPAS DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN……………………………...…59

4.4.1 Primera etapa: acercamiento a la población……………………………………..…59

4.4.2 Segunda etapa: narrativas………………………………………………………….60

14

4.4.3 Tercera etapa: sistematización……………………………………………………..61

4.4.4 Cuarta etapa: análisis y resultados…………………………………………………63

CAPÍTULO 4

5. ANÁLISIS Y RESULTADOS………………………………………………………64

5.1 Técnicas de análisis…………………………………………………………….…….64

5.2 Análisis de narrativas de las maestras frente al juego bélico………………….……..66

5.2.1 Narrativa de maestras con accionar afectivo……………………………….…….66

5.2.2 Narrativa de maestras con accionar dialógico………………………………...…68

5.2.3 Narrativa de maestras con accionar indiferente………………….……….……...72

5.3 Educación inicial y juego bélico…………………………………….……….………76

5.4 El juego y su relación con la cultura…………………………………………………78

5.5 Influencia de las tecnologías de la información y la comunicación en el juego

infantil……………………………………………………………..…………………….81

5.6 Algunas consideraciones para abordar el juego bélico en la Educación Inicial desde

las narrativas de las maestras…………………………………………………………….83

5.6.1 Antes……………………………………………………………………………….83

5.6.2 Durante……………………………………………………………………….…….86

5.6.3 Después…………………………………………………………………………….88

6. REFLEXIONES FINALES………….………………………………………………89

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………..…………………………….93

8. SOPORTES…………………………………………………….…………………….99

8.1 Matriz de análisis………………………………………………………………….100

8.1.1 Narrativa 1………………………………………………………………………100

8.1.2 Narrativa 2………………………………………………………………………101

8.1.3 Narrativa 3………………………………………………………………………102

8.1.4 Narrativa 4………………………………………………………………………102

8.1.5 Narrativa 4………………………………………………………………………103

15

8. 2 Cadenas de comportamientos……………………………………………………104

8.2.1 Narrativa 1…………………………………………………………………..…..104

8.2.2 Narrativa 2………………………………………………………………..……..105

8.2.3 Narrativa 3…………………….…………………………...……………………106

8.2.4 Narrativa 4………………………………………………………………...…….107

8.2.5 Narrativa 5………………………………………………………………………108

8.3 Grupo Focal…………………………………………….…………………………109

8.4 Entrevistas………………………………………………………….……………..123

16

INTRODUCCIÓN

El papel que desarrolla el juego en la primera infancia es de gran importancia (como bien

anotan diversas investigaciones) siendo parte vital del desarrollo de las relaciones

sociales entre el niño(a), sus pares y el mundo. En estas constantes interacciones, la niña

y el niño descubren y potencian sus habilidades motoras, cognitivas y socio-

comportamentales, resignificando los objetos de la cultura que lo circundan. De este

modo, las dinámicas sociales que rodean al niño y la niña son reflejadas –por medio del

juego- a partir de la construcción de valores y el desarrollo de su vida en comunidad. En

ese sentido, el juego es una forma de aprehensión, comprensión y transformación del

medio, dado que éste se da en su entorno natural y es allí donde se afianzan los

aprendizajes, costumbres y tradiciones propias de cada grupo social.

Para el caso concreto de Bogotá, los lineamientos educativos dirigidos a la Educación

Inicial1 enmarcan el trabajo con primera infancia desde un abordaje que propende por la

promoción y garantía del desarrollo integral de la niñez, que constituye el reconocimiento

de los niños y niñas como sujetos activos de derechos y como seres sociales, diversos en

términos de origen, cultura, grupo étnico, entre otros. Esta integralidad incluye (aunque

no se limita a) aspectos relacionados con la salud y el bienestar, la adecuada nutrición, la

promoción de hábitos alimenticios saludables, el cultivo de relaciones socio-familiares y

el fortalecimiento de vínculos afectivos, así como las prácticas lúdico-pedagógicas

orientadas a favorecer el desarrollo integral.

Respecto de este último elemento, nos referimos a la promoción y desarrollo de la

autonomía y el despliegue de la capacidad lúdica -tan característica de esta etapa- como

un insumo que permite al niño y la niña aprehender y aprender acerca del mundo que lo

rodea. Es de esta forma que reconocemos el impacto del juego como mediación en la

práctica socializadora que subyace en el potenciamiento o de las habilidades propias de la

niñez.

La primera infancia es entendida como una etapa del desarrollo donde el juego ocupa un

importante lugar, puesto que involucra diversas esferas que incluyen el desarrollo de la

1Disponible en línea: http://www.mineducacion.gov.co/primerainfancia/1739/w3-article-

341880.html

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imaginación y el desarrollo de la creatividad, la sensibilidad, la reflexión, el

autoconocimiento y la comprensión, así como pautas de interacción social referidas a la

empatía, el respeto, la comprensión de sistemas normativos, entre otros, convirtiéndolo en

pensamiento, acción y comunicación. En otras palabras, el juego se asume como una de

las más relevantes actividades tendientes a la socialización e intersubjetivación del niño y

la niña con su medio social, “Creemos que con el juego el niño vive un particular

proceso de subjetivación, una experiencia de sí mismo que se convierte en una práctica de

libertad, de resistencia ante ciertas imposiciones del mundo adulto y de las instituciones

en general” (JIMENEZ: 2012, 133).

Frente al valor del juego en sí mismo, Bruner afirma que “el juego que está controlado

por el propio jugador, le proporciona a éste la primera y más importante oportunidad de

pensar, de hablar e incluso de ser él mismo” (BRUNER, 1995: 219) En esta construcción

de identidad, dentro del juego libre encontramos una actividad lúdica que no figura

dentro de las principales preocupaciones de los agentes educativos: el juego bélico en la

primera infancia. Considerado como apología a la guerra, ha sido poco abordado por

teóricos e investigadores, pero es bastante común entre la población infantil.

Encontramos que en juego existe un amplio panorama de tipologías: desde juegos de

contacto (físico-deportivos), actividades musicales, del lenguaje (lingüísticos, gestuales),

de ubicación espacial, sensorio-motores, de exploración del medio, de construcción,

competitivos, de azar, juegos de intercambio de roles, simbólicos, entre muchos otros. Sin

embargo y para el desarrollo de esta investigación nos concierne una clase juego muy

poco explorada en los ámbitos académicos e instituciones de educación inicial: el juego

bélico.

El juego en mención ha sido abordado –desde nuestra perspectiva – de una manera

incipiente; la mayoría de los estudios existentes en torno al juego bélico, enfatizan en el

contenido perjudicial de los juegos y los juguetes bélicos en general. Esta falencia no

solamente puede evidenciarse en el entorno académico sino también en el ámbito jurídico

colombiano, por ejemplo la Ley 80 de 1999 prohíbe la venta, fabricación y distribución

de este tipo de juguetes, con el objetivo de contrarrestar posibles actitudes violentas de

niños y jóvenes en general, lo cual, a nuestro parecer no ha logrado el efecto esperado

dadas las condiciones de violencia (de género, intrafamiliar, matoneo, bandas criminales)

tristemente en boga en nuestro país. Bastará decir que ésta afirmación daría para otra

18

investigación, por lo cual nos centraremos en el papel del llamado juego bélico en el

desarrollo de la primera infancia.

Existe la idea que los juegos y los juguetes bélicos o de guerra son considerados

presuntamente como transmisores de violencia y agresividad, promoviendo en los niños y

niñas ideas cercanas a la muerte o la destrucción y en general, conceptos cargados

enteramente de una carga semántica negativa. De allí la importancia de desarrollar

investigaciones y estudios orientados a la adecuada comprensión y asimilación del juego

bélico en su justa dimensión, al (re)conocimiento del mismo como una actividad

socializadora, como ejercicio de poder y libertad, como reafirmación de la individualidad,

por mencionar sólo los aspectos más relevantes.

Desconocer la importancia de esta clase de juegos conlleva el surgimiento de otros

interrogantes: ¿De qué hablamos cuando hablamos de juego bélico? ¿Cuáles son los

factores que inciden –promoviendo o silenciando- su práctica? ¿Cuáles son sus beneficios

o sus desventajas? ¿Cómo deben actuar los agentes educativos frente a estas dinámicas?

¿Por qué se dan esta clase de interacciones?

Reconocer la implementación del juego bélico en los niños y niñas en la primera infancia,

pero no saber abordarlo de la mejor manera, en muchos casos, impone un juzgamiento a

priori, la censura, el castigo o actividades tendientes al rechazo o la prohibición de éste.

En este caso, desde nuestra experiencia educativa dentro de las instituciones públicas que

atienden a la primera infancia nos hizo cuestionarnos acerca del accionar pedagógico de

las maestras frente al tema en cuestión.

Por todo lo anterior, surge la necesidad de (re)conocer, comprender y re-significar las

experiencias educativas de un grupo de maestras con relación al juego bélico de niños y

niñas, orientado a proponer un ejercicio reflexivo en torno a las prácticas socializadoras

inherentes al mismo. Teniendo en cuenta la posibilidad que brindan las formas narrativas

para conocer éstas experiencias, planteamos una investigación orientada bajo un enfoque

cualitativo, desarrollado con la colaboración de cinco (5) maestras representantes de

varias instituciones de educación inicial públicas en las localidades de Antonio Nariño y

Puente Aranda de la ciudad de Bogotá.

La narrativa, busca relatar historias en que los docentes y demás actores

educativos se involucran por medio de la acción, intentando interpretar éstas

prácticas a partir de los relatos narrados; la narrativa es entonces, “una

19

perspectiva peculiar de investigación educativa que disputa legitimidad con el

naturalismo, objetivismo y funcionalismo que estructuran y definen la

ortodoxia epistemológica, teórica y metodológica”(Gómez, Vallejo, &

Rodríguez, 2014, pág. 218)

Para recuperar las narrativas de las maestras se estableció en un primer momento un

grupo focal de maestras, como técnica de recolección de la información apuntalando a las

narrativas desde un enfoque global. Por otro lado, se utilizó la entrevista

semiestructurada, en este caso, el encuentro personal con las maestras facilitó la

comunicación entre ambos actores, logrando así una aproximación a la comprensión de

las maneras en las cuales sus propias experiencias narrativas dieron cuenta de su accionar

pedagógico de una manera más personal. Estas entrevistas semiestructuradas facilitan

identificar las opiniones, los valores, los conocimientos y lenguajes acerca del juego

bélico presentes en las aulas de los jardines infantiles, y también dar cuenta, desde la

oralidad, de experiencias alrededor del juego bélico en la población.

En concordancia con lo anterior, la investigación se desarrolló a través de la siguiente

pregunta:

¿Cómo moviliza el juego bélico de los niños y las niñas las practicas pedagógicas de las

maestras en cinco instituciones de educación inicial del Distrito en la ciudad de Bogotá?

La necesidad de comprensión y transformación de las realidades lúdico-pedagógicas de la

primera infancia requiere, en un primer momento, exteriorizar las prácticas educativas de

las docentes, pues esta no parece ser una de las prioridades específicas de los entornos

escolares: “en la mayoría de las instituciones escolares no hemos discutido de manera

sistemática sobre nuestro quehacer cotidiano, la práctica pedagógica, ni sobre la historia

de la pedagogía y mucho menos nos hemos preocupado sobre el cómo y para qué se

aprende” (NEGRET, 1998, 9). La ausencia de un proceso de socialización y posterior

problematización sobre la práctica pedagógica ha sido un gran obstáculo para comprender

e interpretar las dinámicas de socialización e interacción presentes en el juego bélico de

los niños y niñas, puesto que impide la (re)construcción y reflexión activa sobre las

vivencias de las maestras mediante sus propias narrativas. Frente al particular, Paul

Ricoeur afirma que “las narraciones son consideradas composiciones que reúnen una

serie completa de acontecimientos conforme a un orden específico, las cuales involucran

20

la reactivación de lo que pensaron, sintieron o hicieron realmente los actores”

(RICOEUR: 1995, 83)

Por tanto, la narrativa en el campo de la educación permite conocer de primera mano el

sentir de los actores involucrados: promueve la escucha atenta y la comprensión de todas

aquellas historias sobre la práctica educativa, de modo que se esclarezcan de la forma

más veraz posible desde la voz de los propios participantes, los argumentos, las razones,

los sinsabores y las circunstancias que determinaron un suceso específico. De lo anterior

se desprende la importancia de cómo la narración de estas experiencias debe trascender la

escuela misma, de modo que puedan ser sistematizadas, compiladas, estudiadas,

comprendidas, repensadas y problematizadas. No basta entonces con ser un agente pasivo

en el engranaje educativo, sino que cada educador debería, por voluntad implícita hacer

un balance pedagógico de su práctica diaria y redireccionarla para obtener réditos en

función de su profesionalismo y crecimiento personal, al decir de Grene:

Nuestro propósito es hacer a esa persona visible para sí misma. Si el profesor

se conforma con sumergirse en el sistema, si consiente en ser definido en lo que

se supone que es por el punto de vista de otros, entonces abandona su libertad

de ver, de entender y de significar por sí mismo. Si está inmerso en el sistema y

es impermeable a lo que podría perturbarle, difícilmente podrá estimular a

otros para que se definan a sí mismos como individuos. Pero si, por el contrario

está dispuesto a adoptar la posición del que regresa a casa y a crear una nueva

perspectiva sobre lo que habitualmente ha considerado como real, entonces su

enseñanza puede convertirse en parte del proyecto existencial de una persona

vitalmente abierta a sus estudiantes y al mundo. Entonces podrá definirse a sí

mismo como admirable en el sentido de Merleau Ponty. Estará continuamente

obligado a interpretar y reinterpretar una realidad siempre nueva. Se sentirá

más viv que u ca” (GREENE; 2009, 85)

Teniendo entonces una mirada amplia de la temática abordada y algunos referentes

teóricos que la sustentan, así como una propuesta de sistematización, procederemos a

plantear el objetivo general,

Comprender las experiencias pedagógicas en relación con el juego bélico de los

niños y las niñas en cinco (5) instituciones del Distrito, a partir de las

narrativas de las maestras. Con el fin de construir un ejercicio reflexivo

21

encaminado a la construcción conjunta de orientaciones pedagógicas de

abordaje del juego bélico en la educación inicial.

Para llevar a feliz término este objetivo macro deben, por supuesto, desarrollarse una

serie de objetivos específicos, los cuales son

1. Conocer las experiencias educativas de las maestras de primera infancia

para reflexionar acerca de los acontecimientos pedagógicos y culturales

enmarcados en el juego bélico.

2. Analizar las narrativas y las entrevistas de las docentes con el fin de

identificar el accionar pedagógico relacionadas con el juego bélico de los

niños y las niñas.

3. Establecer una serie de orientaciones surgidas del propio ejercicio reflexivo

de las maestras, que permitan abordar juego bélico en la educación inicial.

El presente informe de investigación se presenta en cuatro apartados distribuidos en la

siguiente forma: el primero se centra en el desarrollo del problema de investigación

vinculado a las razones por las cuales se origina la necesidad de ésta, vinculando su

alcance, viabilidad y pertinencia. A partir de este acercamiento encontramos también los

objetivos que la orientan y encauzan. En el segundo apartado encontramos los

antecedentes, donde se hace una revisión exhaustiva de anteriores trabajos, monografías e

investigaciones relacionadas con la temática, seguida del marco teórico, que

desarrollamos teniendo en cuenta las tres categorías previamente establecidas: El lugar

del juego en el desarrollo infantil, El rol del docente en el juego simbólico y Juego bélico,

para evaluar su contribución en la investigación. En el tercer apartado se muestra un

marco metodológico donde se define la forma en la que se llevó a cabo, junto con la

descripción detallada de la población, así como las herramientas empleadas para la

recolección del corpusy el análisis de las mismas. También se evidencian las cuatro (4)

etapas del proceso investigativo, a saber: i. Acercamiento a la población. ii. Narrativas y

entrevistas de maestras. iii. Sistematización de la información. iv. Análisis del corpus y

resultados. Por último, en el apartado final, se evidencia el análisis, los resultados,

reflexiones, posibles conclusiones, así como pautas y consideraciones generales para

abordar el juego bélico en el marco de la educación inicial.

De esta forma, la investigación que aquí se presenta pretender esbozar distintas

consideraciones pedagógicas de las maestras de educación inicial con respecto al juego

22

bélico de niños y niñas de la primera infancia, desde sus propias narrativas. Se parte de la

firme convicción de que las maestras tienen en su haber, experiencias y saberes

pedagógicos; un saber desde y sobre la infancia que debe ser recuperado y, al mismo

tiempo, recontextualizado en función de ciertos planteamientos actuales, como los que

propone la investigación.

CAPITULO 1

1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

Asumir la educación inicial como sistema social de atención integral a la primera

infancia implica reconocer la existencia de un entramado de elementos que configuran

el desarrollo infantil en los primeros años de vida, éstos elementos están íntimamente

relacionados con factores de tipo nutricional, de salud y bienestar, y su óptimo manejo

está orientado hacia el potenciamiento de cada una de las dimensiones del desarrollo:

personal, social, comunicativa, corporal, artística, cognitiva; además de la adecuada

regulación de los comportamientos, actitudes y vínculos afectivos, entre otros.

Ahora bien, las actividades constitutivas de la primera infancia tales como la

exploración artística, el acercamiento a la literatura, la exploración del medio o el juego

en sí, hacen de éste periodo un disfrute de experiencias diversas por medio de

interacciones y relaciones sociales que éstos establecen en su cotidianidad. Recordemos

que la primera infancia está caracterizada por ser un periodo en el que, siguiendo a

Malajovich (2008), el 70% del tiempo libre se disfruta a través de actividades lúdicas.

Es decir, más de la mitad de su tiempo lo emplean en diversos juegos, bien sean libres

o dirigidos, siendo claramente su actividad predilecta. Éste les permite a las niñas y a

los niños expresarse, potenciar sus dimensiones, experimentar, descubrir, comprender,

transformar y fortalecer variadas capacidades. En tanto actividad socializadora otorga a

sus participantes la posibilidad de ver (se), escuchar (se), mover (se), sentir (se), pensar

(se) y ser libres para la (re)construcción placentera de su propia realidad fantástica,

inmersos en un mundo compartido donde son ellos y ellas quienes configuran las

posibilidades de existencia de esa realidad-otra, y en donde proyectan las limitaciones y

alcances de ésta.

23

Teniendo en cuenta la importancia que éste tiene en el desarrollo infantil conlleva la

necesidad de comprensión del niño sobre su entorno social, (re)crea mundos fantásticos

basados en las costumbres propias de su cultura y es ahí donde el juego de tipo

simbólico surge como parte fundamental del proceso socializador de la primera infancia,

y como elemento estructurador de la subjetividad. Es así como, en el juego el niño y la

niña se encuentran en una realidad que le permite crear, imaginar y soñar.

El juego no puede concebirse entonces como una simple actividad o como un

superficial acto de (re)presentación; más bien debe elevarse la dimensión lúdica

implicada al desarrollo humano a la categoría de juego simbólico o representacional, el

cual, según la psicología evolutiva, surge a partir de los dos (2) a los tres (3) años de

edad, como consecuencia de la emergente capacidad de representación del niño. La

identificación de juego simbólico que se realiza desde la psicología, siguiendo a

Martínez, es un proceso característico del estadio pre-operacional, más concretamente

entre los dos (2) y los siete (7) años. En el juego simbólico se desarrollan de manera

especial procesos de asimilación, es decir que “a través del juego los niños manifiestan

comportamientos que ya forman parte de su repertorio, acomodando o modificando la

realidad a sus intereses” (Martínez, 2002. pp. 33)

El concepto de juego simbólico recoge las múltiples facetas que pueden dilucidarse:

socio-culturales, educativos e identitarios; por lo cual invita a forjar en las instituciones

de atención inicial una adecuada promoción del juego creativo y libre entre los niños y

las niñas. Esta clase de juego está íntimamente ligada a elementos propios de la esfera

simbólica: la imaginativa, la fantasía y la creatividad. La situación imaginaria va más

allá de un atributo o subcategoría del juego, ésta es una característica definitoria del

mismo y “constituye un nuevo proceso psicológico para el niño, ésta no se encuentra

presente en la conciencia de los niños pequeños y es ajeno a los animales (…) la

imaginación así, representa la primera forma específicamente humana de actividad

consiente (sic) y surge originariamente en la acción”. (Vigotsky, 1966, p157.)

Encontramos interesante la habilidad de transformar los objetos en función de una

situación lúdica y cómo efectivamente prevalece la imaginación sobre el uso real del

objeto. Maturana y Zoller afirman que “jugar es atender el presente. Un niño que juega

está involucrado en lo que hace mientras lo hace, un niño que juega a cabalgar un

caballo con palo, cabalga un caballo” (Maturana y Zoller, 1993, Pág. 144).

24

En ese sentido, hablar del lugar del objeto y la acción nos remite a considerar el sentido

que adquiere la definición de reglas en el marco de esta clase de juegos. Así, podemos

observar que estos juegos simbólicos están permeados por un conjunto de reglas, que

pese a no ser explícitas, se desprenden de la misma situación imaginaria basadas en un

componente cultural, reguladas y consensuadas. Respecto a ello, Vigotsky afirma que

“todo juego ficcional posee reglas y progresa de poseer situaciones imaginarias

explícitas, a juegos donde la situación imaginaria pasa asegundo plano, pero las reglas

se anticipan, y explicitan, de tal modo que llegan a definir el juego mismo”. (Vigotsky,

1966, p 146).

Por otro lado, Garvey y Berndt (1977) enfatizaron que la creación colectiva de una

realidad simulada requiere más que el mensaje esto es un juego. Con el fin de jugar a

simular con compañeros, los niños y niñas necesitan técnicas para (re)negociar acerca

del contenido: qué guión va a ser representado, dónde y cómo se va a llevar a cabo. Es

decir: separar el significado de un objeto del objeto real. De esta manera surge el

interrogante: ¿De qué manera estos fenómenos -más complejos- están relacionados con

la comprensión del ámbito delo social? Frente al particular, Bretherton afirma:

Si el juego simbólico no es una representación lineal de eventos sino un jugar

con la realidad social, su interpretación como un indicador de la comprensión

de lo social plantea problemas. Pero éstos son más aparentes que reales. Gran

parte de los juegos parecen consistir en una amplia mezcla de realidad con una

más pequeña mezcla de fantasía. (Bretherton, 1984, pág. 205).

Una tipología adyacente del juego simbólico es el juego de guerra o juego bélico,

actividad lúdica que ha sido históricamente señalada como perjudicial, violenta y

agresiva. Al consultar estudios o investigaciones al respecto nos encontramos con un

panorama solitario, debido a su escasez, tal y como se referenciará en los antecedentes

de la investigación. Ésta principal falencia –ausencia de recursos académicos para la

comprensión del juego bélico- nos hizo preguntarnos acerca del accionar pedagógico de

las maestras de educación inicial al presentarse el juego de guerra con los niños y las

niñas. En concordancia con lo anterior se planten la siguiente pregunta problema, la

cual orienta el desarrollo de la presente investigación:

25

¿Cómo moviliza el juego bélico de los niños y las niñas las practicas pedagógicas de

las maestras en seis instituciones de educación inicial del Distrito en la ciudad de

Bogotá?

Conocer el rol del docente en situaciones inexploradas desde el ámbito académico hace

que en la práctica se desconozcan las implicaciones del juego bélico y por tanto sea

minimizado, señalado, cuando no prohibido. Es por ello que al cuestionarnos acerca del

accionar pedagógico de las maestras, lo más adecuado era partir de sus propias

experiencias, de sus voces mismas. De ahí la importancia de conocer de primera mano

el sentir de los actores involucrados a través de la narrativa como método investigativo

que promueve la escucha atenta y la comprensión de todas aquellas historias sobre la

práctica educativa, de modo que se esclarezcan de la forma más veraz posible -desde la

voz de los propios participantes- las circunstancias que rodean y determinan un evento

específico.

26

1.1 OBJETIVOS

Objetivo general

Comprender las experiencias pedagógicas en relación con el juego bélico en la

Educación Inicial con un grupo de maestras de cinco Jardines Infantiles de las

localidades de Antonio Nariño Puente Aranda, a partir de las narrativas de las

maestras. Con el fin de construir un ejercicio reflexivo encaminado a la

construcción conjunta de orientaciones pedagógicas de abordaje del juego

bélico en la educación inicial.

Objetivos específicos:

Conocer las experiencias educativas de las maestras de primera infancia para

reflexionar acerca de los acontecimientos pedagógicos y culturales

enmarcados en el juego bélico.

Analizar las narrativas de las docentes con el fin de identificar el accionar

pedagógico relacionado con el juego bélico de los niños y las niñas.

Establecer una serie de orientaciones surgidas del propio ejercicio reflexivo

de las maestras, que permitan abordar juego bélico en la educación inicial.

27

CAPÍTULO 2

2. ANTECEDENTES

“Los niños son un producto de la sociedad y por lo tanto,

el estudio de éstos es una investigación que tiene que pasar a investigar

la conducta de la sociedad con relación a los niños” (Zuleta, 1980,9)

En el caso concreto de la investigación sobre juego bélico en la primera infancia, fueron

encontrados pocos antecedentes investigativos. No obstante, se encontraron temas muy

próximos como juego de guerra, juego simbólico, juegos agresivos, que dieron bases

importantes para la investigación, entre ellas la psicoterapeuta María Eugenia Villalobos

en su investigación “El rol del maestro frente a la construcción del juego simbólico en

los niños”, realizada en el Centro Internacional de Investigación Clínico-Psicológica

(CEIC), auspiciada por el Grupo de Investigación Clínica en Psicología,

Neuropsicología y Neuropsiquiatría de la Universidad del Valle, en la ciudad de

Santiago de Cali. En dicho documento, Villalobos realiza la observación de tres formas

de juego espontáneo llevadas a cabo por niños de preescolar y primero de primaria, con

el fin de evidenciar los elementos que puede disponer el docente para ofrecer a los niños

posibilidades de trasformar los juegos estereotipados en el juego simbólico. A través del

análisis se observa cómo los niños representan por medio del juego sus vivencias más

significativas. Es así como el juego en el niño se convierte en un suceso vivencial de su

propia realidad, impregnado de elementos culturales y sociales propios de su

comunidad. La autora aborda el juego simbólico como la muestra de la libertad del

jugador, pues a través de éste se desarrolla su creatividad, imaginación y transforma

aquella realidad creada simbólicamente. Hace un llamado a la comprensión del

educador en reconsiderar las acciones pedagógicas para posibilitar a los niños nuevas

formas de experimentar; la maestra cuestiona a los niños en las posibilidades de su

saber, del pensar y del creer, para que sean ellos quienes escudriñen su juego y se

28

ofrezcan nuevos mundos representacionales. Una de las conclusiones de dicha

investigación afirma que el mundo de los niños puede volverse agresivo o violento

cuando hay una falencia en el papel del agente educativo al no cuestionar el juego

simbólico. Respecto al rol docente, muestra que éste no puede estar ajeno a los procesos

del juego simbólico:

La praxis de un maestro debe sustentarse en su anclaje cultural pues es allí

donde nacen los sentidos referenciales, es allí donde la cotidianidad tiene

emoción, textura, sabor y color, permitiendo que emerjan los significados

plurales y públicos así como los sentidos particulares e íntimos que cada quien

le otorga. (Villalobos: 2009, 282)

A diferencia de la investigación de corte clínico de la psicóloga María Eugenia

Villalobos, a continuación veremos como el arte es movilizado el juego por medio de la

libertad de la expresión infantil. Javier Abad Molina en su artículo de investigación “El

placer y el displacer en el juego espontáneo infantil” recrea a través de narrativas

visuales prácticas psicomotrices a través de momentos lúdicos para que los niños y

niñas puedan expresarse de manera libre. Utiliza treinta y seis (36) alfombrillas de baño

redondas y una cantidad grande de esponjas o estropajos de diversos colores con el fin

de darles total libertad para la construcción del juego. Se evidencia multiplicidad de

creación de juegos, se observa predominancia frente a la resignificación de los objetos y

situaciones dotando de sentido al juego simbólico. El autor afirma que todas las

acciones de juego libre y espontáneo pueden partir de un posible conflicto relacional

que es necesario que se encamine a situaciones de comunicación, de ahí la importancia

del rol docente en las practicas lúdicas de carácter simbólico ya que aboga por una “no-

intervención educativa”, brindándole las herramientas a los niños y niñas para poder

solventar sus conflictos y poder continuar dándole vida a su propio juego. Es decir, el

adulto debe propiciar el desarrollo creativo a través del juego libre con el fin de poder

alimentar su expresión simbólica, pero también potencializar su autorregulación.

En la siguiente tesis de maestría no se observa una relación directa con el juego, sin

embargo establece mediaciones entre contexto y desarrollo infantil a través de una

propuesta comparativa. Esta investigación del docente Fernando Baena de la

Universidad de Antioquia (Colombia) llamada “Sistemas Simbólicos, Pedagogía y

Diversidad Cultural” del año 2004, aborda el desarrollo de crecimiento en los niños y

29

niñas teniendo en cuenta su contexto de desarrollo físico y emocional. La investigación

recoge relatos de niños y niñas de tres instituciones escolares de Medellín, que son

caracterizados por sus docentes como “fantasiosos” con el fin de establecer posibles

relaciones con ambientes escolares y socio-culturales que los rodean. Como resultado de

la investigación Baena hace un esbozo sobre aspectos conceptuales que aportan

elementos analíticos a la pedagogía con el fin de favorecer el desarrollo a partir de

ambientes de aprendizaje.

Los dos estudios siguientes nos llevan a conocer el lugar del juguete bélico en las

preferencias de los niños y las niñas, el primero es el realizado en década de los ochenta,

acerca las preferencias de juguetes entre los niños y las niñas, realizado por el Colectivo

de pedagogía no violenta (AAVV, 1978: 18), en el que se analizan ochenta (80) cartas

escritas por un grupo de niños y niñas en navidad. En el estudio se encontró que el 85%

de los niños pide algún juguete de tipo bélico, mientras sólo un 15% no pide ningún

juguete de guerra. En el estudio se encontró que el 60% de lo que piden las niñas son

muñecas o accesorios, elementos de cocina, de maquillaje y de tareas consideradas

como «típicamente femeninas». Podemos ver que una tercera parte de lo pedido por los

niños son juguetes bélicos. Es muy común observar este tipo de comportamientos en la

primera infancia puesto que atañe a los roles femenino y masculino en un marco de

imitación de costumbres de su propio contexto; es decir: en el caso de las niñas imitan

las costumbres que observan en su madre y –usualmente- los niños muestran

manifestaciones de juegos de diferente índole. Como vemos, estas diferencias lúdicas

apoyándose en las preferencias “libres” están condicionadas a factores de tipo cultural,

lo cual implica que a pesar de la existencia de la trasmisión y reproducción de

estereotipos y modelos de género esperados en la sociedad, van cambiando en la medida

que se van modificando las costumbres. El segundo estudio es realizado por la

Organización Mundial de Educación Preescolar (OMEP), institución no gubernamental

de alcance internacional que promueve la educación de niños menores de ocho (8) años

que realizó una encuesta sobre el juego en la edad preescolar, donde se llega a las

siguientes conclusiones:

En los niños de tres años sólo se citan tres casos de juegos de guerra (...) A los

cuatro años (...) los niños juegan a la guerra con gran incremento respecto a

30

los tres años. Asumen roles de soldados, indios, cowboys, con índice del 20 por

100 (...) El juego de las guerras es preferencial en los niños de cinco años, en

los roles ya citados, con algún incremento respecto a la edad de cuatro años,

25 r 100” (Dirección general de enseñanza primaria, CEDODEP citada por

Paya, 2007, pág. 387)

En el estudio de Andrés Paya, llevado a cabo en el año 2007, encontramos otro aporte

importante a la presente investigación. El estudio realizado a través de la colaboración

de la Organización Mundial de Educación Preescolar (OMEP), en la que se llega a la

conclusión que entre los tres (3) y los cinco (5) años ocurre un notorio aumento del

juego dominado por la guerra como tema, alcanzando casi un 30% del total de juegos

realizados por esa población (Dirección general de enseñanza primaria española, pág.

47-48 citada por PAYA, 2007, pág. 387) En esta etapa de la infancia, el juego simbólico

se encuentra más presente y por tanto pueden surgir juegos de guerra por el cual se

conocen a sí mismos y conocen al otro, en tanto el juego actúa como socializador

primordial. Cuando estos juegos son basados en instrumento de carácter bélico

conllevan comportamientos muy poco aceptables socialmente.

A través del juguete, el niño va interiorizando y haciendo suyos los

comportamientos sociales y valores que los juguetes implican; por ello,

consideramos que los juguetes bélicos no son «neutrales», ni simplemente un

juego más. En ellos está la base de lo que podemos llamar intento de

perpetuación de un cierto sistema social, de un modelo de sociedad

competitiva, violenta, represora, acostumbrada a dividir el mundo en «buenos

y malos» y que exalta el afán de dominio-poder como valor en sí mismo. En

definitiva, la violencia se convierte en árbitro de las relaciones sociales: el más

fuerte triunfa, tiene la razón y además es el «bueno». Matar y morir forman

parte del juego (Paya, 2007, págs. 389-390)

Por otro lado, podemos evidenciar otra posición que muestran como lo bélico no se

encuentra establecido en el juego de guerra, ya que

Al eliminarle al niño los juguetes agresivos no evita que el niño busque sus

propios juguetes agresivos, que puede ser un palo. Tú no le regalas una

escopeta al niño y éste encuentra un palo y lo convierte en una escopeta; y

luego encuentra un palo que tenga otra forma y será una espada. Es decir, que

él se las ingenia para hacer su juguete agresivo. ¿Hasta qué punto es bueno o

es malo? Yo pienso que el tener el vehículo, en principio, no es malo, porque si

31

no se lo buscará él. Ahora, si el niño ya es muy agresivo y tú lo cargas de

juguetes agresivos estas potenciando esa situación suya (Vázquez & Aparicio,

1979, pág. 44 citado por Paya, 2007, pág. 389)

Esta discusión la desarrollaremos más adelante teniendo en cuenta los contextos y las

particularidades del juego de los niños, en este punto es importante reconocer que, al ser

un factor cultural, el juego se encuentra actualmente asociado a las tecnologías masivas

de comunicación. La preocupación sobre los niveles de violencia interpersonal en las

sociedades occidentales ha llevado a centrarse en los efectos de las imágenes violentas

que aparecen en los medios de comunicación: como la televisión, los vídeos o más

recientemente en imágenes generadas por entornos virtuales, y el efecto que pueden

tener sobre la niñez. La principal preocupación radica en que una exposición continuada

de los niños a estas imágenes puede volverles insensibles a la violencia y animarles a

imitar esos comportamientos violentos. Una investigación llevada a cabo en EE.UU.,

analizó 188 estudios realizados en un lapso de treinta y dos (32) años (1957-1990)

concluyó que: “En general, la mayor parte de los estudios, fuera cual fuera su

metodología, mostraban que la exposición a la violencia en televisión provocaba un

comportamiento cada vez más violento, tanto en el momento como con el paso del

tiempo” (Reis: 1993, 16).

Es importante anotar que las investigaciones al respecto de juego simbólico, juego y

juguete bélico fueron insumo imprescindible para la realización de la investigación, sin

embargo la particularidad de ésta -al basarse en las voces de las maestras- hizo

pertinente citar una investigación que parte de las narrativas de los docentes para

establecer relaciones entre contexto y rol docente, del docente colombiano Mauricio

Lizarralde sobre maestros en zonas de conflicto. Es una investigación que da origen a

las formas de relación frente a su papel como educadores en contextos de permanente

conflicto. Basada en los relatos de los docentes, abarca la complejidad de las relaciones

de las prácticas pedagógicas y los entornos violentos que enmarcan su quehacer. Una de

las posibles conclusiones de la investigación es la indiferencia de los procesos de

socialización entre contexto y escuela:

El maestro vive entonces en una realidad que el mismo ha validado y que,

desde una posición totalmente individualista, le justifica plenamente el

mantenerse al margen de todo aquello que pueda ser considerado como

32

peligroso, por lo tanto no hay que participar en nada que algún otro pueda

considerar sospechoso, no hay que impulsar nada en la escuela que pueda ser

motivo de señalamiento y además si la escuela es como es, es porque de esa

manera existe en todas partes, donde no hay nada que cambiar frente a los

niños, porque incluso así son también los padres. (Lizarralde)

Tomando entonces los referentes conceptuales de juego simbólico, juego de guerra, y

juego bélico presentes en los estudios anteriormente citados, en el marco de una

investigación de orden cualitativo mediante el uso de la narrativa como método de

investigación, este documento propende por la reafirmación de la voz de las maestras

como agente pedagógico fundamental en el desarrollo de una crítica reflexiva sobre el

juego bélico como categoría de estudio y análisis del quehacer docente y el desarrollo

infantil.

33

3. MARCO TEÓRICO

3.1 EL LUGAR DEL JUEGO EN EL DESARROLLO INFANTIL

Partimos de la premisa del juego como actividad primigenia del ser humano y actividad

característica en la primera infancia, éste tiene múltiples teorías que abordan y lo

sustentan teorías desde la biología, la psicología, la antropología y los estudios

culturales, entre otras. Partiremos de la concepción del juego como una práctica lúdica

placentera que permite expresar su identidad para descubrir sus capacidades y

limitaciones. El juego es, como lo afirma Borja:

Un elemento de renovación constante, un elemento de creación y recreación.

Con forme va recreando, el juego crea situaciones, crea modos de hacer y de

sentir, crea relaciones. Crea expectativas, crea nuevas actividades, crea nuevas

posibilidades de acción: hace crecer. Es privilegiadamente educativo; porque

educarse es precisamente desarrollar al máximo las posibilidades físicas,

intelectuales y psíquicas de un individuo; y en lo que respecta la relación con

los demás, el juego hace posible también de una manera efectiva esa relación

(Borja, 1984, pág. 9)

Desde esta perspectiva, el juego es una actividad que tiene valor en sí misma que la

hace fundamental para la construcción del ser humano como sujeto social y cultural.

Podemos establecer que el juego en tanto acto libertario ayuda a la propia comprensión

de las actitudes y comportamientos del niño, sustentado por un contexto social y

cultural.

Consideramos que el juego es un escenario donde comienza la participación

infantil, ya que dentro de él es posible escuchar las voces de niños y niñas con

naturalidad, conocer sus experiencias personales, sus intereses individuales,

colectivos y las relaciones que se dan entre ellos; donde la palabra y la acción

dan cuenta de la implicación y compromiso de ellos y ellas dentro del juego.

Solo se aprende a participar participando (Peña y Castro: 2012, p. 128)

En el caso de la primera infancia, el juego tiene un lugar privilegiado pues es un

derecho que debe ser garantizado en los múltiples espacios que rodean al niño o la niña.

34

Es así como encontramos el jardín infantil como un ambiente para propiciar la

expresión propia, garante de la actividad natural, espontánea y libre propia de la

infancia. Kaufinann y Serulnicoff (2008), sostienen que el jardín infantil es un

dispositivo que conjura la multiplicidad de procesos dados dentro de la primera

infancia, entre ellos el juego, convirtiéndose en el escenario ideal para contemplar y

desvelar el desarrollo que subyacen a la primera infancia. “El jardín debe brindar

oportunidades para que el verdadero juego esté presente en la jornada diaria,

enriqueciendo la capacidad lúdica de los niños” (Kaufinann & Serulnicoff, 2008, pág.

42).

Vemos cómo estos espacios creados para la adecuada atención infantil deben favorecer

situaciones que faciliten el despliegue del juego. “Esta expansión de las posibilidades

lúdicas ofrecerá oportunidades para el desarrollo de las capacidades representativas, la

creatividad, la imaginación, la comunicación, ampliando su capacidad”. (Malajovich:

2008, 15) El juego determina en gran medida el desarrollo sensorial, la coordinación y

sus diversas dimensiones, la comprensión del mundo, la interacción social, el desarrollo

de sus dimensiones, entre otros. “El juego es una experiencia siempre creadora, y es una

experiencia en el continuo espacio-tiempo, una forma básica de vida”. (Winnicot, 1993,

43)

Es así como el juego se constituye en potenciador del desarrollo de las habilidades

propias del niño. Fortalece, entre otros, los comportamientos, las relaciones sociales, los

vínculos afectivos y demás aspectos vinculados al desarrollo de las capacidades del

niño. A través de éste, aprenden a

relacionarse con el ambiente natural, social y cultural; a conocerse, a ser más

autónomos, a desarrollar confianza en sí mismos, a ser cuidados y a cuidar a

los demás, a sentirse seguros, partícipes, escuchados, reconocidos; a hacer y

hacerse preguntas, a indagar y formular explicaciones propias sobre el mundo

en el que viven, a descubrir diferentes formas de expresión, a descifrar las

lógicas en las que se mueve la vida, a solucionar problemas cotidianos, a

sorprenderse de las posibilidades de movimiento que ofrece su cuerpo, a

apropiarse y hacer suyos hábitos de vida saludable, a enriquecer su lenguaje y

construir su identidad en relación con su familia, su comunidad, su cultura, su

territorio y su país.

Estas posibilidades que ofrece el juego en el desarrollo infantil movilizan estructuras del

pensamiento y desarrollan su capacidad de observación, escucha, diálogo, comprensión,

35

análisis, referenciación y otros procesos complejos del pensamiento. Respecto de su

tipología, encontramos diversos juegos que agrupan los más importantes en varias

categorías no excluyentes, esto es, un mismo juego puede combinar o denotar

características de una o más tipologías, veamos: juegos de contacto, arrastre,

rodamiento, lucha, caída, persecución; juegos musicales, movimientos rítmicos, danza,

canto, aserrín-aserrán; juegos lingüísticos, de palabras, invención de palabras

(semánticos) invención o imitación de idiomas, adivinanzas y acertijos; juegos de

vértigo, balanceo, suspensión, trepar, caer, equilibrio; juegos de contraste, aparecer-

desparecer, llenar-vaciar, subir-bajar, moverse-permanecer quieto, hablar-guardar

silencio: juegos espaciales, laberintos, recorridos, atravesar lugares, entrar o salir,

transformar espacios; juegos sensoriales, palpar, oler, escuchar, observar, saborear,

sentir variados objetos, juegos de exploración, ensayo y error, ¿qué pasaría si…?,

juegos con materiales, arena, tierra, pasto, agua, juegos pasivos, relajamiento, descanso,

refugiarse, lectura, anidarse, juegos simbólicos (de rol), la casa, la oficina, la cocina, el

trabajo, la estación; juegos de construcción, construir, destruir, modificar, juntar o

separar estructuras en tamaño real o a escala, juegos de competencia, establecimiento de

normativas y reglamentos, juegos de azar, dados, cartas, etcétera.

Se puede agregar que el juego en la infancia es determinante para el desarrollo integral

de la niña y el niño desde el conjunto de sus estadios evolutivos, puesto que “se

constituye en una herramienta para respetar el derecho del niño, su autodeterminación y

construcción subjetiva” (Dinello; 1997) Dinello, al trabajar su propuesta educativa

basada en el arte, desde la cual invita a incentivar el desarrollo del sujeto por medio de

lo que denomina ludocreatividad. Al contemplar los estadios de desarrollo del

individuo, permite, junto a la consideración del entorno cultural, y las características

subjetivas, crear situaciones que potencien “la afirmación de identidades y el

desenvolvimiento de potencialidades” (Dinello, 1997, pág. 37). Por esto, el juego en la

primera infancia, como lo constatan las tendencias de desarrollo integral del sujeto,

potencia la identidad y sus múltiples dimensiones.

Respecto al papel del juego dentro de los centros de desarrollo infantil, Kaufinann y

Serulnicoff (2008), sostienen que el jardín infantil es un dispositivo que conjura la

multiplicidad de procesos dados dentro de la primera infancia, entre ellos el juego, se

convierte en el escenario ideal para contemplar y desvelar el desarrollo que subyacen a

la primera infancia. “el jardín debe brindar oportunidades para que el verdadero juego

36

esté presente en la jornada diaria, enriqueciendo la capacidad lúdica de los niños”

(Kaufinann & Serulnicoff, 2008, pág. 42). Esta última entendida como expresión

propia, actividad natural, espontánea y libre propia de la infancia. Es importante

comprender que al introducir al niño en estos centros de atención, cada niño y niña debe

ser considerado como un ser particular, con una identidad específica: un nombre, un

género, una historia, unas características, unos gustos y unas necesidades que lo hacen

único e irrepetible. La experiencia de sentirse cuidado, amado, valorado, escuchado y

respetado por los adultos, constituirá la base relacional que le proporcionará seguridad

emocional y pensamientos constructivos en la formación integral en esta etapa.

“Durante la primera infancia moldean el desarrollo del cerebro, y que las actitudes,

capacidades, emociones, y habilidades sociales se desarrollan a lo largo de los primeros

años de vida”. (YOUNG y FUJIMOTO-GOMEZ. 2004, pág. 3)

Posibilitar el desarrollo infantil en estos jardines infantiles nos ayuda a comprender el

entramado propio del niño compuesto por aspectos biológicos, psicológicos, sociales,

culturales e históricos que convergen en un proceso de desarrollo integral que plantea

las cinco (5) dimensiones del ser humano: personal-social, corporal, comunicativa,

artística y cognitiva. Vale la pena señalar que cada niño maneja su propio proceso de

desarrollo, pero cuando hablamos de desarrollo ¿a qué nos referimos? Se entiende como

un proceso de construcción permanente que sin ser lineal o tener una etapa final, puede

tener retrocesos o avances. Continuemos entonces con el desarrollo de las dimensiones

que integran el desarrollo infantil. Recordemos que cada dimensión se encuentra sujeta

a la etapa de desarrollo de niño, aquí mencionaremos algunas características esenciales

para la comprensión general de cada dimensión.

En un primer momento encontramos la dimensión personal-social, donde la relación

consigo mismo y con el otro son bases fundamentales del desarrollo en relación con las

costumbres y tradiciones de su comunidad. Adquirir y consolidar prácticas sociales que

establecen su inmersión en la cultura, permiten al niño convertirse en un miembro

activo de su comunidad. El niño participa y actúa con los otros en diversos encuentros

de reconocimiento del otro y de sí para la construcción de su propia identidad.

Los niños están aprendiendo cotidianamente a organizar y significar sus

experiencias sensaciones, percepciones, emociones y pensamientos a través de

37

experiencias vinculares y sociales, que funcionan como escenario fundante

donde comienza a escribirse su historia como sujeto social y también como

sujeto de conocimiento. ¿Quién soy? ¿Cómo estoy? ¿Cómo soy para el otro?

¿Cómo es el mundo para mi? ¿Cómo soy yo para el mundo? (Soto y Violante:

2008, 53)

Cuando hablamos de la dimensión corporal nos referimos a las relaciones a través de

cuerpo consigo mismo, con los otros y con el medio, todas ellas apropiadas desde su

cultura. Aquí encontramos momentos importantes a la hora de hablar de desarrollo

psicomotor, es decir la adquisición de experiencias que le permitan tener mayor

dominio sobre sí. Como afirma Le Boulch, “aunque los movimientos pueden ser

comprendidos respecto a una forma de relación con el medio, también refleja una cierta

manera de ser de la personalidad y son reveladores de las emociones y de los

sentimientos que aquella representa” (Le Boulch, 1997) Es así como descubrir sus

posibilidades corporales y brindar experiencias sensoriales posibilitan seguridad motriz

para enriquecer su propia identidad corporal.

La dimensión comunicativa tiene sentido en la medida que haya una apropiación de la

lengua, pero también entendida como un proceso de intercambio y construcción de

significados, el lenguaje es una herramienta para establecer un diálogo con la cultura.

Reyes (2008) plantea tres momentos enmarcados desde lo simbólico que se dan en la

primera infancia: la conquista del lenguaje humano, es decir, de la capacidad general de

comunicación; el acercamiento progresivo al lenguaje verbal y el acercamiento

posterior al lenguaje escrito. Durante el resto de la vida se continuará desarrollando

estas habilidades con “las bases” que se reciben en la primera infancia. A continuación

se describen esos tres grandes momentos, aclarando que no deben confundirse con

“etapas” idénticas para todos y todas. Vale la pena advertir que el manejo diverso del

uso lingüístico se encuentra ligado a la pertenencia a una comunidad, es así como la

diversidad en el uso del lenguaje es permanente en esta etapa. El dominio paulatino del

lenguaje otorga a los niños la capacidad de narrar sus vivencias cotidianas.

En el caso de la dimensión artística, se encuentra ligada a la capacidad de creación,

expresión, comprensión y trasformación a través de múltiples lenguajes, teniendo en

cuenta el arraigo cultural y social. Con el arte se pueden plasmar las experiencias más

significativas de la cotidianidad de los niños y niñas, permitiendo exteriorizar su

38

realidad de manera tangible. Entendemos entonces la dimensión artística como “el

desarrollo del potencial expresivo, creativo, estético, comunicativo, cognitivo,

perceptivo, sensible y socio-emocional, a partir de diferentes experiencias artísticas que

le permiten al sujeto simbolizar, imaginar, inventar y transformar su realidad desde sus

sentimientos, ideas y experiencias” (Alcaldía Mayor de de Bogotá, 2012)

La dimensión cognitiva hace referencia al conjunto de procesos cognoscitivos del

sujeto, hace alusión a la construcción de conocimiento al interior del niño por medio de

esquemas cognitivos. Los esquemas son aquellos conceptos que se van elaborando

desde la experiencia, los cuales están en permanente transformación. Se puede afirmar

que éstos forman un sistema de representaciones mentales en que cada uno es una

categoría (Wadsworth, 1994, p. 10). Estos métodos cognitivos desde los postulados

piagetianos, incluyen tres procesos cognitivos de pensamiento: asimilación,

acomodación y equilibrio, que son desarrollados durante toda la vida de un ser humano.

Sin embargo, es en la primera infancia donde el niño construye, descubre, comprende,

analiza y trasforma el proceso psicológico, y los procesos que allí se consolidan son

únicos.

Potencializar las dimensiones anteriormente mencionadas por medio del juego como

patrimonio privilegiado de la infancia y uno de sus derechos inalienables, contempla

una forma de sociabilidad dentro de la primera infancia. El juego entonces -cualquiera

que sea-se constituye como un espacio para la creación, socialización y exteriorización

de la identidad que permite por sí mismo aflorar las dimensiones que componen el

desarrollo infantil. Desde esta misma mirada, Winnicot (1982) expone que “resulta útil

pensar, en la preocupación que caracteriza el jugar de un niño pequeño. El contenido no

importa. Lo que interesa es el estado de casi alejamiento, a fin a la concentración de los

niños mayores y de los adultos” (Winnicot, 1982, Pág. 76).

39

3.2 ROL DOCENTE Y JUEGO SIMBÓLICO

Tal como veíamos en el apartado anterior, dentro de la tipología de juego encontramos:

juegos de contacto, juegos musicales, juegos de palabras, juego de vértigo, juego de

contraste, juegos espaciales, juegos sensoriales, juegos de exploración, juegos de

construcción, juego de reglas, juegos de construcción, juegos colaborativos, juegos de

azar, juegos al aire libre, juegos de competencia, juego simbólico, entre otros tantos.

Al respecto de este último, la categoría juego simbólico, como parte fundamental del

proceso socializador de la primera infancia, y como elemento estructurador de la

subjetividad, no pudiendo concebirse como una simple actividad y acto simple de

(re)presentación; es entonces cuando debe elevarse la dimensión lúdica implicada al

desarrollo humano a la categoría de juego simbólico o representacional, el cual, según la

psicología evolutiva, surge a partir de los dos(2) a los tres (3) años como consecuencia

de la emergente capacidad de representación del niño. El juego simbólico - dice Piaget -

es al juego de ejercicio lo que la inteligencia representativa a la inteligencia sensorio-

motora" (Piaget, 1973, pág. 222) El juego simbólico es, por tanto, una forma propia del

pensamiento del niño/a, caracterizada por la asimilación que prevalece en las relaciones

del niño/a con el significado de las cosas y hasta en la propia construcción de lo que la

cosa significa. De este modo el niño no sólo asimila la realidad sino que la incorpora

para poderla revivir, dominarla o compensarla.

La identificación de juego simbólico que se realiza desde la psicología, siguiendo a

Martínez, es un proceso característico del estadio pre-operacional, más concretamente

entre los dos (2) y los siete (7) años. Los juegos simbólicos se desarrollan de manera

especial en los procesos de asimilación, es decir que, “a través del juego los niños

manifiestan comportamientos que ya forman parte de su repertorio, acomodando o

modificando la realidad a sus intereses” (Martínez, 2002. pp. 33)

Al observar las prácticas lúdicas infantiles, el concepto de juego simbólico establece las

múltiples dimensiones que se intersectan y que pueden dilucidarse con el juego en el

niño: socio culturales, educativos e identitarios; invitan a forjar en las instituciones

40

educativas un juego creativo y libre entre los niños y las niñas. Esta clase de juego se

encuentra atravesado por elementos propios de lo simbólico: la imaginación, la

creatividad, la fantasía y la acción que corresponden a una cultura propia del niño. La

situación imaginativa va más allá de un atributo o subcategoría del juego, esta es una

característica definitoria del mismo ya que “constituye un nuevo proceso psicológico

para el niño, esta no se encuentra presente en la conciencia de los niños pequeños y es

ajeno a los animales (…) la imaginación así, representa la primera forma

específicamente humana de actividad consiente y surge originariamente en la acción”.

(Vigotsky, 1966, p157.) Encontramos interesante la habilidad de transformar los objetos

en función de una situación lúdica y cómo efectivamente prevalece la imaginación sobre

el uso real del objeto. Maturana y Zoller afirman que “jugar es atender el presente. Un

niño que juega está involucrado en lo que hace mientras lo hace, un niño que juega a

cabalgar un caballo con palo, cabalga un caballo” (Maturana y Zoller, 1993, Pág. 144).

En ese sentido, hablar del lugar del objeto (el palo) y la acción (cabalgar) nos lleva a

considerar el sentido que adquiere el niño a través de la trasformación del objeto en

símbolo a través de la imaginación

De esta manera observamos que una apuesta en ejercicio del plano imaginativo

conlleva a la necesidad de planificar, de moldear situaciones cotidianas y el carácter

social de las estados lúdicos, sus contenidos, los procedimientos y estrategias que

sugiere el desarrollo del propio juego, significan importantes factores de comprensión

de la realidad; los cuales son claves en el proceso formativo del niño, de ahí la

importancia en el reconocimiento del valor en el marco del juego libre. “Si el juego

simbólico no es una representación lineal de eventos sino un jugar con la realidad

social, su interpretación como un indicador de la comprensión de lo social plantea

problemas. Pero éstos son más aparentes que reales. Gran parte de los juegos parecen

consistir en una amplia mezcla de realidad con una más pequeña mezcla de fantasía”.

(Bretherton, 1984, pág. 205)Desde la sociología y la antropología (Huizinga 1987,

Callois 1986, Duvignaud 1997) “el juego tiene características que lo hacen fundamental

para la construcción del ser humano como sujeto social y cultural, entre ellas la libertad

y la gratuidad” (Pág. 61) el juego hace parte fundamental del ser humano ya que le

permite al niño continuar con la construcción como sujeto social y cultural,

desarrollando la libertad. Por tanto, reinventar los significados de los ambientes,

41

elementos y personajes del juego como representación simbólica se encuentran

mediados por la apropiación de sentido sociocultural del sujeto.

Dentro de esta la actividad lúdica podemos evidenciar varias clases de juegos que

abarcan un panorama más amplio para la comprensión de lo simbólico, para ampliar la

tipología del juego presentamos algunos relacionados intrínsecamente con lo simbólico:

juegos que tienen que ver con imitación de animales; juegos turbulentos(girar y correr)

son aquellos de contacto, en los que se juega a la lucha cuerpo a cuerpo; juegos de

empuje en los que disfrutan impulsando a otros; juegos de construcción: hacen torres o

filas para luego derrumbarlas, (esto se relaciona las nociones de orden y desorden),

construcción de cuevas con telas, torres con palitos, ciudades con cajas o pistas con

arena por su propia iniciativa, en este tipo de juegos se resignifican los espacios y

objetos u otros más elaborados que incorporan diferentes materiales y formas; juegos de

rol (superhéroes o personajes de mitos y leyendas, con disfraces o sin ellos, profesiones

u oficios, ser personajes de la comunidad o estar en situaciones particulares, como ritos,

fiestas, celebraciones; juegos al aire libre con redes, columpios, rodaderos o troncos,

entre otros; juegos con vehículos que incluyen triciclos, carritos o carretillas en los que

las niñas y los niños disfrutan de las distintas velocidades, hacen acrobacias, aceleran,

frenan y se proponen diferentes retos para afianzar sus habilidades; juegos de manos

que siguen los ritmos y las canciones propias de las regiones; rondas y juegos

tradicionales que incluyen movimientos y persecuciones.

Como característica común de los juegos anteriormente mencionados pudimos

evidenciar la resignificación del valor de las cosas, Martha Glanzer (2000) plantea que

“el símbolo reemplaza a un objeto real por otro imaginario” (p.162), es decir, la

capacidad humana para atribuirle a los objetos otras características, los transforman

mentalmente para su disfrute lúdico. Ese valor dado a un determinado objeto lo confiere

cada jugador y es posible que sólo él conozca estas convenciones o se pueden dar a

conocer en un juego compartido. Del mismo modo, Ángeles Ruiz de Velazco Gálvez y

Javier Abad Molina (2011), plantean que,

la posibilidad de construir símbolos y representaciones nos ha permitido

establecer acuerdos para asociarnos a una misma realidad, basada en el

conocimiento mediante la experiencia. Sabemos, por ejemplo, que los

42

acontecimientos del pasado anticipan a los del futuro en una sucesión de

hechos a los que es posible atribuirles un significado. En este proceso de

humanización, construimos símbolos (más allá de las palabras) para

relacionarnos y explicarnos todo aquello que sale a nuestro encuentro durante

la vida (RUIZ de VELASCO, 2001).

El juego simbólico compartido de una manera grupal tiene la característica de construir

mundos imaginarios desde realidades diversas, es decir convergen en una sola fantasía

varias realidades creativas individuales. Por otro lado, Campos Rocha, M. Chacc

Espinoza, I. Gálvez González, P. (2006) frente a la simbología del juego refiere que los

juegos en su mayoría, representan deseos de los niños, es decir, el deseo de ser grande,

de experimentar el miedo y a la vez enfrentarlo, de tener un escondite o un refugio o el

tener una identidad. Vemos como las prácticas lúdicas de carácter simbólico afloran su

ser, sus valores, sus deseos, miedos, etcétera, por consiguiente, los autores Ángeles Ruiz

de Velasco Gálvez y Javier Abad Molina (2011), nos hablan sobre una caracterización

particular del juego del símbolo: “Si tuviéramos que señalar una peculiaridad especifica

del juego simbólico, podríamos decir que es el juego de „hacer como si‟, en el que la

realidad se transforma en ficción”. (Ruiz de Velasco, 2011).

Vemos entonces la importancia de brindar espacios de juego a los niños y niñas en las

instituciones para que a partir de éstos, se aproximen a una comprensión, análisis y

trasformación del mundo. Organismos internacionales plantean que "los profesores

entre muchos factores mantienen a los niños en la escuela e influencian en el

aprendizaje. Ellos ayudan a los estudiantes a pensar críticamente, procesar información

de varias fuentes, trabajar cooperativamente, a abordar los problemas y tomar

decisiones informadas” (UNESCO, 2012), es decir que los docentes son agentes que

influencian en los niños, pues son ellos los acompañan y facilitan el desarrollo integral

del niño por medio de acciones pedagógicas.

Frente a este tema, la Serie de orientaciones pedagógicas para la educación inicial del

Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN) habla sobre los escenógrafos y

la escenografía en el acompañamiento de los agentes educativos frente al juego.

Veamos algunas clases de acompañamiento que señala el documento: el

acompañamiento corporal se refiere al contacto piel a piel con los niños menores de dos

43

años, donde el lazo afectivo se fortalece a través de la comunicación corporal, el cual

genera relaciones profundas del contacto físico. Camels habla sobre el juego corporal

como “Los juegos de crianza que dan nacimiento a lo que denominó juego corporal [...]

nombrarlos como juegos corporales remite a la presencia del cuerpo y sus

manifestaciones. Implica esencialmente tomar y poner el cuerpo como objeto y motor

del jugar” (Camels, 2010, 10). Estos juegos corporales iniciales fortalecen la interacción

entre la niña, el niño, su maestra, maestro y agentes educativos y contienen toda la

riqueza del arrullo, el vaivén y el ocultamiento, que son la base de la confianza, la

seguridad y la construcción de la identidad del sujeto. El acompañamiento por medio de

la observación refiere al acercamiento de la comprensión de la lúdica infantil a través de

una observación rigurosa y analítica. A través de la observación se da la posibilidad de

diseñar experiencias y ambientes seguros que faciliten, provoquen y potencialicen su

desarrollo infantil. En ese sentido “se invita a los adultos a observar y reconocer el

juego de las niñas y los niños en la primera infancia con la certeza de que ello

constituye el punto de partida para implementar acciones pedagógicas, con miras a

potenciar su desarrollo”. (MEN, 2014, 25).En el acompañamiento a través de la

interacción los agentes educativos deben potenciar con nuevas ideas que contribuyan a

construir o fortalecer su universo simbólico. El acompañamiento del juego desde la

interacción es, según Martha Glanzer,

disponernos a respetar sus iniciativas y manifestaciones; ponderar y respetar

los límites de sus posibilidades físicas e intelectuales, alentar sus propios

logros y aceptar sus esfuerzos, aunque aún no alcancen los resultados

esperados. El respeto hacia cada niña y cada niño, y sus juegos es una de las

bases para comprender los esfuerzos que realiza para entender el mundo en el

que está inmerso (GLANZER, 2000, 33).

Finalmente, encontramos el acompañamiento desde una intencionalidad específica, que

tiene que ver con la implementación de estrategias para trasformar los objetos,

ambientes e incluso los mismos participantes. Es así como la planeación de las

actividades lúdicas es flexible y acorde con las necesidades individuales y colectivas de

los niños y las niñas. Dicho de otro modo,

44

la finalidad del juego es jugar, sin caer en objetivos que conlleven a la

instrumentalización del mismo como, por ejemplo, el juego para hacer

clasificaciones o para alcanzar habilidades y destrezas motrices. Si bien es

cierto que no se puede negar que dentro del juego se consolidan estos

aprendizajes, no son su finalidad: más bien contribuyen a enfrentar el reto

mismo del juego. (MEN, 2014, 38)

Vemos la importancia de reconocer que en las situaciones educativas que se dan en la

educación inicial ocurren múltiples (des)encuentros, que allí convergen personas con

culturas e identidades propias, en permanente construcción.

Por ello pretender homogeneizar por medio de las propuestas, sin tener en

cuenta a cada niña o cada niño y sus particularidades, es no reconocer que la

diferencia es lo que construye y, a su vez, permite que los contextos y las

historias de vida de cada uno se encuentren y dejen huella en los ambientes, los

objetos y los juegos que cada quien espontáneamente desarrolla desde esos

referentes culturales, políticos, sociales y económicos (Durán, 2012).

Todas estas posibilidades que otorga el juego señalan su importancia en el desarrollo de

las niñas y los niños. Estos aspectos deben ser considerados por las maestras, los

maestros y los agentes educativos en general. Entonces, hablar del rol docente en la

educación inicial es equivalente a hablar de la promoción de la autonomía, del

reconocimiento de la iniciativa y la curiosidad infantil como una fuente de comprensión

y (re)significación del mundo circundante.

45

3.3 JUEGO BÉLICO

Partamos de lo que, primordialmente, constituye el juego bélico: es aquel que recrea un

enfrentamiento armado de cualquier nivel (táctico, operacional, estratégico o global)

con reglas que implementan cierta simulación de la tecnología, estrategia y organización

usada en cualquier entorno histórico, hipotético o fantástico. Teniendo en cuenta lo que

significa el juego bélico, veamos ahora la situación del juguete bélico, particularmente

en el marco legal colombiano ya que actualmente se encuentra prohibida la fabricación,

importación, distribución, venta y uso de juguetes bélicos, lo que manifiesta una abierta

oposición al uso de estos juguetes, esta realidad legal se encuentra vigente en la Ley 18

de 1990, donde en el artículo 2º define los juguetes bélicos como:

Todos aquellos objetos, instrumentos o réplicas que imiten cualquier

clase de armas de fuego, sean éstas cortas, largas o de artillería;

blancas, sean éstos contundentes, arrojadizas, arrojadoras, de puño o de

corte o de asta, y de guerra como tanques, aviones de combate o barcos

armados, utilizados por las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los

organismos de Seguridad de un Estado, u otra clase de armas (Ley 18-

1990)

Respecto de la influencia de estos juguetes bélicos, existen múltiples posturas

argumentadas desde distintos autores, una de ellas afirma que los juguetes bélicos

inculcan en el niño tendencias destructivas que son peligrosas para la armonía social e

inclina al niño a resolver sus problemas por medio de las armas. Por ejemplo, Bernal

afirma que los juguetes bélicos

son todos aquellos objetos o instrumentos o réplicas que imitan cualquier

clase de arma de juego, sean cortas, largas, de artillería, blancas, sean

contundentes, o para arrojarlas, o que sean de puño, de corte, de asta, que

sean juguetes de guerra: como tanques, aviones de combate, armados,

utilizados por las fuerzas armadas, por la policía o bueno, algunos organismos

de seguridad de stad ”. (Bernal, 1975).

46

En Madrid, el Colectivo de Pedagogía No Violenta, argumenta esta postura desde una

perspectiva ideológica y pedagógica. Estos razonamientos se basan en que estos juegos

perpetúan el sistema social competitivo y violento, introduciendo al niño en una

sociedad dual donde la violencia es el árbitro de las relaciones sociales y triunfa el más

fuerte:

Los juguetes bé ic s s „ eutra es‟ i sim eme te u jueg más e s

está la base de lo que podemos llamar intento de perpetuación de un cierto

sistema social, de un modelo de sociedad competitiva, violenta, represora,

ac stumbrada a dividir e mu d e „bue s y ma s‟ y que exa ta e afá de

dominio-poder como valor en sí mismo (AAVV, 1979: 13)

En esta postura vemos como los juguetes de carácter bélico implican una reproducción,

un comportamiento agresivo de carácter negativo, que muy probablemente será

reproducido en la adultez del niño. “Es probable que la única forma auténtica de

terminar con la violencia infantil es terminar con la violencia adulta” (Catalán: 1980,

17). Y de cómo la elección libre de estos elementos incide negativamente en el normal

desarrollo social del niño y la niña:

Me repugna ver esos fusiles, sables, lanzas, cascos, pistolas, cañones y

figurillas de soldados en manos de los niños, porque con esos juegos toman

hábitos de mando que conservan y llevan más tarde, sin apercibirse, á las

re aci es de mu d ”1353; c m a ter ativa a estas actividades údicas de

carácter militar y bélico, se apuesta por juegos tradicionales exentos de toda

carga violenta (Carbonel: 1897, 329)

A pesar de la persecución y prohibición, otros autores permanecen ajenos a estas

recomendaciones, encontrándose a favor del uso de estos juegos, sin tabúes.

Encontramos así a quienes les apuestan a los juguetes bélicos como acciones lúdicas

que promueven la fantasía y creatividad;

No se debe alentar el espíritu belicista del niño ni facilitarle el acceso a

ámbitos que se pueden considerar negativos para la convivencia social; pero

también hay que advertir que cualquier tipo de prohibición puede dar

resultados contraproducentes. Además, en cualquier momento el niño puede

convertir en tanque la caja de zapatos que antes servía de tren o en escopeta el

palo con el que hacía equilibrio (...) hay que tener en cuenta que nuestro

47

sentimiento hacia lo bélico responde a unas determinadas experiencias que nos

condicionan negativamente (...) El niño, en cambio, carece de esa experiencia;

r ta t „hacer a guerra‟ „jugar a a guerra‟ deja de te er más

trascendencia que la que le brinda la fantasía. Otra cosa es que, fuera del

juego, el niño tenga acceso a esas experiencias ajenas que pueden condicionar

su imagi aci quitar e ese ha de i ge uidad r ia de a me te i fa ti ”

(Álvarez: 1982, 9)

Si bien es cierto, no se trata de proporcionarle juguetes de este tipo, más bien sí es

necesario darle la libertad de expresión en sus juegos. Es así como esta postura propone

despojarse de los prejuicios de los adultos hacia los juegos de guerra de los niños. “El

uso del juguete bélico sólo apunta a una satisfacción de necesidades estrictamente

lúdicas” (Villar: 1968, 72) Pese de estas posturas, se hace evidente que en un país como

Colombia (donde se cuenta con una ley que prohíbe esta clase de juguetes) es cierto que

a falta de una pistola, los niños pueden apuntar con un pan, las fichas, un palo o el dedo,

sin que para ellos un disparo tenga la misma significación que le daría un adulto. De

esta manera, encontramos el juego bélico de carácter simbólico, Vázquez y Aparicio en

“Conversando sobre el juego” afirman que

al eliminarle al niño los juguetes agresivos no evitas que el niño busque sus

propios juguetes agresivos, que puede ser un palo. Tú no le regalas una

escopeta al niño y éste encuentra un palo y lo convierte en una escopeta; y

luego encuentra un palo que tenga otra forma y será una espada. Es decir, que

él se las ingenia para hacer su juguete agresivo. ¿Hasta qué punto es bueno o

es malo? Yo pienso que el tener el vehículo, en principio, no es malo, porque si

no se lo buscará él. (VÁZQUEZ, M. y APARICIO: 1979, 43)

Tal como veíamos anteriormente, con la Ley 80 de 1990, a pesar que se encuentra

prohibida la fabricación de esta clase de juguetes tendríamos que analizar ¿De qué

manera se aplica esta ley a juguetes tales como Max Steel, Nerf ó Boomco? Debemos

tener en cuenta que la publicidad referida a éstas marcas específicas es emitida

frecuentemente por los medios de comunicación. Eso nos lleva a plantearnos otros

interrogantes ¿Qué papel juega los medios de comunicación a la hora de la

comercialización de esta clase de juguetes? ¿De qué manera influyen los medios de

comunicación, la Internet y los juegos de video en relación a los juegos bélicos de los

48

niños y las niñas? ¿Cuál es la influencia del contexto social a la hora del juego bélico en

la primera infancia? ¿El juego bélico propende la agresividad?

En el supuesto que no exista un acceso directo a un juguete de carácter bélico, no

implica necesariamente que no se genere el juego. El juego bélico de carácter simbólico

implica que, en vez de utilizar un juguete de estas características puede usar elementos

de su cotidianidad, es decir; en vez de un juguete de carácter bélico, el niño puede

utilizar cualquier elemento cotidiano. Por ejemplo, moldear un pan para hacer un

cuchillo ó construir con fichas un arma. Por otro lado, vemos como el niño, a través de

su imaginación y creatividad, puede recrear escenarios completos de guerra y así

implementar su propio juego bélico en compañía con otros niños que pueden compartir

las mismas experiencias bélicas.

Es así, como observamos que no es necesario contar con un juguete bélico para realizar

un juego bélico y que es innegable la existencia un papel significativo de los medios

masivos de comunicación, Internet, los juegos de video y –por supuesto- el contexto,

cuando de juego bélico se trata. Pero, ¿El juego bélico perjudica el desarrollo emocional

y social de los niños y las niñas? ¿Qué hacer al respecto? Castillo (1985) y otros autores

opinan lo siguiente

Dejémosles desahogarse jugando a las guerras, pero no con juguetes perfectos,

sino con objetos de su invención; un taco será una pistola; una vara flexible

una espada. El objeto podrá modificarlo a su antojo para que se parezca al

arma deseada. Esta necesidad de atacar corresponde a una descarga de

agresividad y es, a veces, también una manera de entrar en contacto con el

otro. Se trata de un instinto primitivo que se manifiesta en el curso del

desarrollo infantil y que sería peligroso reprimir, es mejor canalizarlo a una

forma más suave. Dejémosle jugar a su pequeña guerra, pero sin

proporcionarle armas. Admitir ese juego como una manifestación normal y

pasajera de su evolución, no implica amparar o imponer a los niños formas de

agresividad propias de los mayores (CASTILLO y otros: 1985, 96)

Vemos que se hace necesario que la maestra no excluya la realidad del niño y la niña,

sino por el contrario, afronte y brinde herramientas para comprender y trasformar su

realidad a través del juego, ya que a través de este, expresa su realidad y el juego es

asumido como parte fundamental en la formación, puesto que contribuye

49

Claramente a su desarr físic em ci a y s cia t d su “equi ”

cognitivo está en ejercicio: sensación, percepción, imaginación, recuerdo,

retención, motricidad, lenguaje, pensamiento, etc., se ponen en movimiento. Y

se e a rueba y uede e fre tar sus f rta ezas y debi idades… e este

comienza el proceso del desarrollo de su autonomía e independencia; se

fortalece su autoestima y la seguridad en sí mismo; le pone de presente que hay

“ tr s” y que r ta t es ecesari ceder es decir am ía s r ces s de

s cia izaci … Se desarr a su fa tasía su creatividad su i iciativa”.

(Carrasquilla, 1998, p 8).

Por todo lo anterior, es necesario un abordaje investigativo desde la realidad más

próxima de los niños y niñas, su espacio natural: el juego elevado a una categoría de

análisis y de problematización del quehacer pedagógico, (re)validando las experiencias

de los agentes educativos involucrados, con miras a generar procesos de reflexión y

mejoramiento de habilidades de encauzamiento y dirección, cuando del juego bélico se

trata, despojando a éste de su carga semántica negativa para resignificarlo desde una

aproximación crítica.

50

CAPITULO 3

4. DISEÑO METODOLÓGICO

Trabajar con biografías actualiza agudamente

el intrínseco dilema de hacer investigación en

ciencias sociales. El material fuente, el relato

de la vida de las personas, es tan múltiple pero

al mismo tiempo tan singular que tenemos la

impresión de estar deteriorándolo desde el

momento mismo en que ponemos sobre ese

material nuestras manos descriptivas y analíticas.

Huberman (1998, p. 225)

4.1 La población

Para poder llevar a cabo estas narrativas, debemos tener en cuenta un elemento

fundamental que forma parte de todo relato: el contexto dentro del cual se desarrolla,

puesto que éste es un elemento fundamental para definir y dar significado a los

acontecimientos y personajes que forman parte del relato.

En el análisis de las experiencias escolares, la escuela como institución

constituye el contexto principal de las narraciones y uno de los elementos

claves para dar significado al material que se analiza. Acercarnos a este

contexto implica tener en cuenta una serie de unidades de análisis que lo

conforman y que a su vez le darán una singularidad al contenido del relato:

tiem arrativ trama es aci arrativ y esce ari ” (Larrosa et al., 1995).

En ese sentido, la presente investigación fue desarrollada con un grupo de cinco (5)

docentes titulares del nivel de jardín de cinco (5) instituciones de atención a la primera

infancia en Bogotá. Todas las docentes son funcionarias pertenecientes a la Secretaría

Distrital de Integración Social, con más de tres (3) años de experiencia en el campo de

51

la pedagogía infantil en el marco de manejo de poblaciones con altos índices de

vulnerabilidad. Veamos algunas características específicas de cada maestra y el

contexto donde se desenvuelve su relato narrativo.

LA MAESTRA NÚMERO 1 es bogotana, tiene 37 años y es Licenciada en Preescolar

de la Universidad del Bosque. Su experiencia laboral es de aproximadamente tres (3)

años en el campo de la atención al primera infancia enmarcado en el ámbito distrital.

Con entidades privadas lleva trabajando una totalidad de cinco (5) años. Esta maestra

nos cuenta su experiencia desde el Jardín Calixto, conozcamos un poco acerca de la

población de este jardín infantil. Se encuentra ubicado en la localidad número 16 de

Puente Aranda, ubicada hacia el centro occidente de la ciudad, ubicado en la Carrrera 65

# 4 – 17con una cobertura de 262 niños y niñas que oscilan entre los 6 meses y los 5

años de edad, en este jardín encontramos un número considerable de niños, hijos de

vendedores ambulantes y habitantes de calle que permanecen en el (caño) afluente de

Pradera.

LA MAESTRA NÚMERO 2 es oriunda de la Vega (Cundinamarca), tiene 49 años. Es

Licenciada en Educación preescolar de la Universidad del Tolima. Lleva trabajando con

niños menores de cinco (5) años tanto en el ámbito privado como en el público, por un

periodo aproximado de siete (7) años. Los dos últimos años ha laborado con la

Secretaría Distrital de Integración Social en el ámbito de Jardines Infantiles. Su

narrativa parte del Jardín Santander que cuenta con una cobertura total de 230 niños y

niñas, allí encontramos alto número niños hijos de vendedores (tenderos) que trabajan

en la Plaza Santander ubicado en la Kr 29 b No. 26 - 10 Sur.

LA MAESTRA NÚMERO 3 tiene 32 años, es bogotana y es Licenciada en Pedagogía

Infantil de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de la ciudad de Bogotá,

lleva un (1) año trabajando en el ámbito público, pero cuenta con un total de tres (3)

años en su experiencia total. Ha trabajado con organizaciones no gubernamentales en el

departamento de Cundinamarca. Esta maestra nos comparte sus experiencias del Jardín

Antonio Nariño, que está ubicado en la Kr. 59 No. 17 - 60 cerca de la cárcel La Modelo,

con una cobertura de 131 niños y niñas.

52

LA MAESTRA NUMERO 4 es del Huila, tiene 26 años y es Licenciada en Educación

Preescolar de CIDE. Su experiencia total de trabajo con niños suma aproximadamente

diez (10) años, de los cuales cinco (5) han sido en jardines infantiles de Bienestar

Familiar y uno (1) con la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) Su narrativa

parte del Jardín Infantil Baúl de Colores con una cobertura de 70 niños y niñas, ubicado

en la Cl. 13A Sur No. 10-49.

Por último, LA MAESTRA NÚMERO 5 es bogotana, tiene 43 años y es Licenciada en

Educación Preescolar del CIDE, esta maestra lleva tres (3) años de experiencia en la

atención a niños menores de cinco (5) años y en el ámbito de lo público lleva un

acumulado de siete (7) meses con la Secretaría Distrital de Integración Social. Ella nos

comparte sus relatos pedagógicos del Jardín Infantil Bochica, el cual atiende cerca de

300 niños y niñas, ubicado en el barrio Santa Matilde Cl 1A Bis No. 35 – 20.

Después de conocer con más detalle las 5 maestras representantes de las cinco (5)

instituciones participantes nos damos cuenta que cada escenario cuenta con coberturas,

maestras, pedagogías y poblaciones diversas, lo cual nutre de manera significativa la

presente investigación.

53

4.2 Diseño de la investigación

El presente estudio se enmarca dentro una investigación de tipo cualitativo, abordando

dinámicas sociales en un escenario específico, intentando establecer un conjunto de

nociones e ideas “compartidas que dan sentido al comportamiento social” (Bonilla &

Rodríguez, 2000, pág. 97). En ese sentido, se pretende describir y reconocer momentos

surgidos de situaciones sociales en relación con la vida de las maestras. Veamos como

Vasilachis (2009) estructura la investigación cualitativa:

Abarca el estudio, uso y recolección de una variedad de materiales empíricos –

estudio de caso, experiencia personal, introspectiva, historias de vida. La

investigación cualitativa de vida, entrevista, textos observacionales, históricos,

interacciónales y visuales– que describen los momentos habituales y

r b emátic s y s sig ificad s e a vida de s i dividu s” (Vasilachis,

2009, pág. 25)

Partiendo de la experiencia como foco de la investigación, la narrativa (siendo vertiente

de la perspectiva cualitativa) nos ayuda en la comprensión y trasformación de la

naturaleza profunda de las realidades educativas de las maestras de educación inicial.

Tal como afirman Bolívar y Domingo (2006), “la narrativa comprende elementos de las

dimensiones personal, relacional, experiencial y de lenguaje” elementos que permiten

hallar el sentido de las prácticas específicas de grupos e individuos en contextos de

diversidad; es por esto que la narrativa constituye un instrumento vital para analizar el

“mundo de la identidad, de los significados y del saber práctico y de las claves

cotidianas presentes en los procesos de interrelación, identificación y reconstrucción

personal y cultural” (Bolivar & Domingo, 2006, pág. 4). El uso de la narrativa es

conveniente dentro de la presente investigación, pues siguiendo a Dávila y Suarez

(2009), la indagación que genera esta estrategia posibilita el reconocimiento y la

reflexión experiencial de las maestras con el fin de:

reconstruir, documentar, tornar públicamente disponibles, tensionar y volver

críticos los sentidos, comprensiones e interpretaciones pedagógicas que los

docentes construyen, reconstruyen y negocian cuando escriben, leen,

reflexionan y conversan entre colegas acerca de sus propias prácticas

educativas. (Dávila & Suarez, 2009, pág. 61) (Suárez, 2007: 11)

54

Es así como los relatos propios de las maestras nos ayudan al desglose, comprensión,

análisis y reflexión de la experiencia pedagógica en la práctica educativa: “la

importancia educacional de esta línea de trabajo reside en que aporta ideas teóricas

sobre la naturaleza de la vida humana (en tanto que „vivida‟) que pueden aplicarse a la

experiencia educativa (también en tanto que experiencia „vivida‟) (CONELLY: 2008,

18). Esta experiencia destaca la necesidad de la comprensión del acontecimiento

asociado con una situación significativa.

A diferencia del quehacer tradicional de las ciencias sociales, el narrar o contar

historias no es sólo un elemento más en todo el proceso de investigación sino que, para

esta vertiente, se constituye en “un método de investigación” (Webster y Mertova: 2007,

103)

Escuchar los relatos sobre las experiencias de enseñanza y aprendizaje conlleva a

visibilizar la voz de la maestra frente a temas que están íntimamente ligados con su

quehacer pedagógico, en ese sentido, vemos como la narrativa plasma y construye

realidades abiertas al diálogo y la comprensión: “La importancia de usar la narrativa en

la investigación educativa es que los humanos como personas narradoras, las cuales,

individualmente y socialmente, somos portadoras de vidas narradas”. (Arnaus: 2008,

64)

Veamos entonces algunas consideraciones importantes a la hora de la implementación

de las narrativas en el campo escolar “distinguiendo entre el relato como un dispositivo

metodológico y como metodología en sí misma” (Conelly: 2008, 17) Tal como propone

el autor, la negociación con la población a investigar es un aspecto característico de las

narrativas ya que es un principio ético con responsabilidades tanto de la investigación

como de los participantes en general. Es por ello que debe trascurrir en una relación de

atención y escucha activa mutua ya que al mismo tiempo quien narra sus experiencias

reflexiona sobre su propias vivencia: “Para el investigador esto es parte de la

complejidad de la narrativa porque una vida es una cuestión también de crecimiento

hacia un futuro imaginario y, por lo tanto, recontar historias e intentar revivirlas”

(Connelly: 2008, 22).

Existe un profundo vínculo entre el nivel relacional propuesto dentro del modelo de

investigación-acción-reflexión con la narrativa, que, siguiendo a Devís y otros (2007),

es una construcción social, producto de la interacción con el otro desde la cultura; por

55

otra parte, para mostrar qué elementos debe poseer una narrativa, nos basaremos en

Gergen (1999) quien organiza un listado de seis características de las narraciones de

este tipo:

i. Una historia con un argumento que está penetrado de valores, ya que las

narraciones son estructura evaluativas que conllevan una posición moral. ii.

Un relato entendible en el que los acontecimientos son seleccionados para

construir una trama razonable y significativa. iii. Los acontecimientos están

organizados de manera ordenada. iv. Los personajes poseen identidades

continuas a lo largo del tiempo. v. Relaciones causales que construyen los

fundamentos del esquema contado. iv. Una estructura que posee un comienzo y

un final, que crea una direccionalidad y que contiene una cierta percepción de

propósito. (Gergen, 1999)(Devís, Farina, Gallo, González, & Moreno, 2007,

pág. 50)

Como veremos más adelante, las narrativas cumplen con las características

mencionadas anteriormente ya que las experiencias narradas están cargadas de

emocionalidades y son significativas en la medida que tuvieron un impacto propio en

las maestras.

Respecto de las posibles generalidades encontradas en los relatos y su relación con el fin

investigativo, si bien puede dilucidarse una cierta tendencia lo que se busca

específicamente es hallar esos matices que diferencian las actuaciones pedagógicas de

las maestras frente al particular, en el artículo de investigación Narrativa y educación de

Blanco y Núñez afirman que:

Ante una investigación de este tipo, el interés no es, en principio, la

generalización formal de los resultados, sino poner de manifiesto los

significados singulares de determinados casos que pueden aportar

comprensión de otros similares (siendo generalizables en algún grado). Como

hemos advertido, el investigador debe buscar la pertinencia del relato en la

cultura de la cual forma parte. Las generalizaciones pueden venir porque el

caso descrito puede haberlo vivido y experimentado cualquier persona (la

experiencia humana es generalizable) (Blanco y Núñez, 2011, 125)

Vemos que la narrativa en educación no solo es un método de investigación, si no es

una forma de (de) construcción de la realidad misma. Narrar la experiencia por medio

56

del relato es un modo de comprender y expresarse acerca de la realidad educativa,

impregnada por diversos eventos, sucesos, vivencias y acciones que responden a

contextos específicos y a culturas de todo tipo. Aflorar las narrativas de las maestras de

educación inicial significa que los relatos sobre sus experiencias dentro de la escuela

forman parte de una serie de actos verbales, simbólicos o conductuales relacionados

entre sí y a partir de los cuales debemos comprender, analizar, (re)significar y

reflexionar sobre su rol en tanto formadoras.

4.3 Herramientas de Investigación: Entrevistas semiestructuradas y Grupo

focal

El material narrativo (corpus) o la recolección de la información, constituye uno de los

recursos más apropiados para captar la experiencia humana. Tal como lo veíamos

anteriormente la narrativa posee múltiples herramientas para su desarrollo, sin embargo

en nuestra investigación se establecieron dos herramientas de recolección. Por un lado

utilizamos el grupo focal de maestras, el cual se constituye como una “técnica de

recolección de datos mediante una entrevista grupal semiestructurada, la cual gira

alrededor de una temática propuesta por el investigador” (Escobar & Bonilla-Jiménez,

2009).

Podemos definir -de manera general- la técnica de investigación de grupo focal como un

espacio de opinión para expresar libremente las experiencias de la población

investigada. Para Martínez-Miguelez, el grupo focal "es un método de investigación

colectivista, más que individualista, y se centra en la pluralidad y variedad de las

actitudes, experiencias y creencias de los participantes, y lo hace en un espacio de

tiempo relativamente corto".

Esta primera herramienta de recolección se ejecuta con el fin de aproximarnos a la

comprensión, análisis y reflexión sobre cómo se desarrollan y operan las ideas en una

determinada situación pedagógica, propiciando una actitud dialógica y abierta:

La técnica es particularmente útil para explorar los conocimientos y

experiencias de las personas en un ambiente de interacción, que permite

examinar lo que la persona piensa, cómo piensa y por qué piensa de esa

57

manera. El trabajar en grupo facilita la discusión y activa a los participantes a

comentar y opinar aún en aquellos temas que se consideran como tabú, lo que

ermite ge erar u a gra riqueza de testim i s” (Hamui y Varela. 2013, 2)

Para lograr lo anterior, se propicia un encuentro presencial en un jardín infantil, donde

las maestras tuvieran la posibilidad de compartir, reflexionar y recrear vivencias sobre

la manera cómo ocurre el juego bélico en las prácticas pedagógicas. De manera general,

a través del grupo focal, se estableció el siguiente libreto narrativo:

1. Concepciones sobre la primera infancia, el juego y el juego bélico.

2. Ubicación de experiencias significativas frente al juego bélico en las

instituciones.

3. Debate y problematización de las acciones pedagógicas empleadas que

involucren el juego bélico.

4. Construcción y reflexión de aportes pedagógicos que puedan generar posibles

orientaciones para el abordaje del juego bélico.

Continuando con la recolección de la información, la segunda herramienta fue la

entrevista semiestructurada, por su carácter conversacional, flexible y dinámico con el

fin de realizar un diálogo más profundo y particular de sus experiencias. En este caso, el

encuentro personal con las maestras facilitó la comunicación entre ambos actores,

logrando así una aproximación a la comprensión de las maneras en las cuales sus

propias experiencias narrativas dieron cuenta de su accionar pedagógico de una manera

más íntima. Estas entrevistas semiestructuradas facilitan identificar las opiniones, los

valores, los conocimientos, lenguajes y (pre)concepciones acerca del juego bélico

presentes en las aulas de los jardines infantiles y también dar cuenta, desde la oralidad,

de experiencias alrededor y con respecto del juego bélico en la población. Para mayor

detalle, trabajamos desde la definición de Vargas (2012) sobre el concepto entrevista:

(Una entrevista es) una conversación en la cual el entrevistador emplea el arte

de hacer preguntas y escuchar. No es neutral, ya que el entrevistador crea la

realidad de la situación de entrevista. El entrevistado, que es el experto, puede

expresar libremente sus opiniones y experiencias. La entrevista puede ser

individual en profundidad o en grupo focal; las preguntas serán abiertas, con

el fin de permitir que las respuestas del entrevistado sean espontáneas,

concretas, personales y relevantes (Vargas, 2012, pág. 125)

58

La entrevista semiestructurada, planteada en la presente investigación se basa en los

siguientes cuestionamientos orientadores:

1. ¿Cuál es su concepción de juego?

2. ¿Ha escuchado acerca del juego bélico? ¿Desde dónde y qué ha escuchado al

respecto?

3. ¿Qué entiende usted por juego bélico?

4. ¿De qué manera evidencia el juego bélico en el aula? ¿Cuál es su opinión al

respecto?

5. ¿Qué acciones pedagógicas ha empleado en situaciones que involucren el juego

bélico con los niños y las niñas?

59

4.4 ETAPAS DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN

4.4.1 PRIMERA ETAPA: ACERCAMIENTO A LA POBLACIÓN

El objetivo fundamental de los jardines infantiles de la Secretaría Distrital de

Integración Social (SDIS) es la atención integral a la primera infancia en Bogotá, lo cual

hace referencia al potenciamiento del desarrollo integral de los niños y niñas de primera

infancia en el Distrito Capital, desde un modelo inclusivo y diferencial de calidad a

través de acciones que garanticen el cuidado calificado, experiencias pedagógicas

significativas, disfrute del arte, cultura, juego, actividades físicas, promoción de vida y

alimentación saludables y la generación de ambientes adecuados, seguros, sensibles y

acogedores. Teniendo en cuenta lo anterior, se realiza un primer acercamiento a las

instituciones oficiales adscritas a las localidades de Puente Aranda y Antonio Nariño

(Bogotá) con el fin de conocer los jardines interesados en participar en la investigación,

surgiendo así siete (7) instituciones interesadas, sin embargo, debido a que una

condición para participar era que orientaran procesos a población mayor de tres (3) años

quedó finalmente establecida la participación de cinco (5) jardines infantiles, los cuales

fueron: Calixto Torres, Santander, Antonio Nariño, Baúl de Colores y Bochica. Luego

de establecer los jardines participantes, se procedió a preguntar a las maestras sobre

quienes deseaban ser partícipes de la investigación, a lo cual respondieron una (1)

maestra titular de niños mayores de tres (3) años de cada uno de los jardines ya

mencionados. Es así como después de tener un primer contacto con la población se

expone a las maestras la metodología y objetivos del proceso de investigación de

manera más detallada.

60

4.4.2 SEGUNDA ETAPA: NARRATIVAS

En esta etapa de la investigación fue consultada la disposición sobre la participación

activa de las maestras. La implementación de las narrativas se realiza con el grupo de

las cinco (5) docentes de manera empática, flexible, armoniosa y comprensiva con el fin

de generar un óptimo ambiente y que pudieran sentirse cómodas a la hora de compartir

sus experiencias. Asimismo, “el docente emerge en la memoria y confecciona su forma

de narrar el pasado y con él, revive los sentimientos que afloran cuando se reconstruye

la escena” Ricoeur (1987). Por tanto, estas entrevistas implicaron la (re)producción de

diversas expresiones narrativas, dotadas de un sentido práctico de la realidad y

reviviendo las situaciones que los originaron.

Recordemos que narrar es hacer encauzar las experiencias hacia el pasado

organizándolas en un tiempo interno, traerlas al presente y expresarlas por medio de la

narración. Se trata por lo tanto del relato pedagógico de las maestras, puesto que

describen su realidad ordenando sus vivencias para que adquieran sentido propio y se

conviertan en una experiencia pedagógica significativa. Con el fin de complementar la

información, se estableció la entrevista semiestructurada pertinente para la presente

investigación puesto que, ésta es “una conversación libre que permite la interacción

verbal recíproca entre los dialogantes, con ello se busca que los docentes puedan

profundizar en el tema de interés y además se sientan cómodos y seguros a la hora de

responder los interrogantes” (Briones 1998). A través del grupo focal y las entrevistas

semiestructuradas recopilamos las valiosas narrativas que dio luces sobre el

conocimiento de cuáles son las experiencias pedagógicas a las que las maestras otorgan

especial valor en el momento de reflexionar sobre diferentes acontecimientos

relacionados con el juego bélico en las instituciones de educación inicial de la ciudad de

Bogotá.

61

4.4.3 TERCERA ETAPA: SISTEMATIZACIÓN

Después de sistematizar las narrativas y las entrevistas, se procedió a consolidar la

información, primero en una matriz y luego en una cadena de comportamientos,

veamos con más detalle lo anterior. Las herramientas aplicadas a la organización y

análisis de la información fueron tablas de categorías de análisis deductivas e

inductivas o emergentes. En esta etapa la información filtrada a partir de una matriz de

análisis, se organizó en categorías y subcategorías definidas para cada caso. Esta técnica

de análisis permitió lograr la consecución de los objetivos establecidos. Esta tabla de

organización de la información se estableció a partir de los postulados de Miles y

Huberman (1994) que implican la diferenciación del trabajo en tres etapas, formando

junto a la recopilación de la información un proceso interactivo, así:

1. Focalización de la información

2. Estructuración y presentación

3. Extracción de conclusiones

En relación a la matriz mencionada anteriormente, se estableció de siguiente manera:

1. Código: Numeración de la narrativa.

2. El jardín infantil y la localidad donde se desarrolló la experiencia.

3. El accionar pedagógico de la maestras.

4. Proposiciones agrupadas por temas.

5. Categorías de análisis: deductivas e inductivas. Esto con el fin de identificar las

categorías emergentes en las narrativas.

En un segundo momento, se realizó el análisis basándonos en las recomendaciones de

Elssy Bonilla, autora del texto: Más allá del dilema de los métodos. El análisis de cada

narrativa se constituyó a partir de la consolidación de una cadena de comportamientos

que permitió establecer, en cada narrativa, tres elementos fundamentales: el juego bélico

observado, el accionar pedagógico y la conclusión de cada situación. Los términos de la

cadena no son propiamente las respuestas de las participantes, sino categorías que

62

genera el investigador para darle un sentido lógico a la información (Bonilla: 2000

,144).

En esta cadena de comportamientos se focalizó la siguiente información:

1. Código: Numeración de la entrevista

2. Juego bélico: Descripción del juego realizado por los niños y las niñas

3. Accionar de la maestra: La práctica pedagógica de la maestra frente al juego

bélico

4. Conclusión: Focalización del accionar frente al juego bélico

63

4.4.4 CUARTA ETAPA: ANÁLISIS Y RESULTADOS

En esta última etapa se establecieron intertextos entre las narrativas de las maestras, lo

teórico-conceptual y consideraciones generales de la investigadora. Este conjunto de

textos se vincularon para la comprensión del accionar pedagógico de las maestras con el

fin de dar respuesta a la pregunta problema y así poder alcanzar el objetivo general. En

ese sentido, se realizó el análisis pertinente de cada una de las narrativas identificando el

contexto, el juego bélico de los niños y las niñas y el accionar pedagógico de las

docentes utilizando la metodología mencionada anteriormente.

El planteamiento del análisis de las experiencias debe ser un “proceso de comprensión

interpersonal” (Rorty: 1979, 87) ya que la narrativa constituye una modalidad de

pensamiento a partir de la cual las personas interpretan la realidad y de algún modo se

sumergen en realidades compartidas, en experiencias comunes: “la investigación

narrativa está dirigida al entendimiento y al hacer sentido de la experiencia” (Conelly,

2000, 76).

De esta manera, el análisis nos lleva a los relatos personales como recurso desde el que

se deducen determinadas creencias, deseos e intenciones que éstos tienen sobre el juego

bélico en la población de la primera infancia, más que sobre conceptos meramente

teóricos o intangibles: “no estamos ante textos informativos, sino ante relatos

biográficos que construyen humanamente (sentir, pensar, actuar) una realidad.” (Bolívar

Botía, 202, 7).

64

CAPITULO 4

5. ANÁLISIS Y RESULTADOS

5.1 Técnicas de análisis

Con el fin de realizar un análisis adecuado de las narrativas, se hizo pertinente la

organización, sistematización, análisis y conclusión de la información, frente a esto

Miles y Huberman (1994) indican una serie de etapas con el fin de dotar de sentido

propio a las narrativas, proponiendo tres grandes momentos:

1. Focalización de la información

2. Estructuración y presentación

3. Extracción de conclusiones

Para dar cumplimiento a estas etapas, Bonilla (2000) propone la nominación de

conjuntos de la información a través de: I. La identificación los elementos esenciales

comunes. II. Creación de subconjuntos de datos y construcción de un concepto que

designe su categoría. (Bonilla: 2000, 137) Basado en lo anterior, se trabajó con la

siguiente matriz:

Código Jardín

Infantil

Relatos Accionar Proposición

agrupada por

temas

Categoría de

análisis: Deductiva

- Inductiva

En la primera casilla (código) se encuentra el número consecutivo de la narrativa

correspondiente al número de la maestra que relató la experiencia. En seguida

encontramos el nombre de la localidad y el jardín infantil donde sucedió el hecho. En la

casilla de relato hay una agrupación de los sucesos más relevantes suscitados tanto en el

grupo focal como en la entrevista semiestructurada. En el accionar, vemos la manera en

como la maestra reaccionó frete al juego bélico y cómo fue su proceder pedagógico.

Frente a la proposición agrupada por temas encontramos por un lado, el resumen de lo

sucedido y por otro lado, el accionar de la maestra. Finalmente, en la última casilla se

65

expone tanto las categorías ya establecidas, como las emergentes que surgieron a través

de los relatos de las maestras.

Después de haber organizado la información en esta matriz, continuamos con el

postulado del análisis de Miles y Huberman, denominando la segunda etapa como de

estructuración y presentación. Así que se realiza una cadena de análisis de

comportamientos, propuesta por Bonilla (2000) “los términos de la cadena no son

propiamente las respuestas de las personas, sino categorías que genera el investigador

para darle un sentido lógico a la información” (Bonilla: 2000, 145). En ese sentido, se

formuló una cadena de análisis de comportamientos enfocada al juego bélico, con la

siguiente estructura: i. Número de la narrativa. ii. Descripción del juego bélico. iii.

Accionar de la docente. iv. Conclusión del juego. Finalmente, al obtener un análisis

preliminar a través de la cadena de comportamientos, más a delante veremos respuesta a

nuestra pregunta de investigación respecto a cómo se desencadenó el accionar

pedagógico de las maestras frente al accionar lúdico de carácter bélico de los niños y

niñas.

66

5.2 ANÁLISIS DE NARRATIVAS DE LAS MAESTRAS FRENTE AL JUEGO

BÉLICO

A continuación, presentamos el respectivo análisis de cada una de las narrativas,

veremos la descripción de juego bélico basándonos en la matriz de análisis

anteriormente mencionada, junto con la relación teórica con la que tiene concordancia.

Es importante mencionar que, a través de las cadenas de comportamientos evidenciamos

tres características comunes entre algunas narrativas como respuesta al accionar lúdico

de carácter bélico de los niños y las niñas. Estas categorías de análisis fueron: Maestras

que tiene un accionar afectivo, Maestras que tuvieron procesos dialógicos con los niños

y niñas y, finalmente maestras que ignoraron el juego.

5.2.1 NARRATIVA DE MAESTRAS CON ACCIONAR AFECTIVO

Al realizar el análisis de la Narrativa I, desarrollada en el Jardín Calixto Torres, de la

localidad de Puente Aranda, pudimos determinar que aunque no hubo una afectación

física o emocional directa del juego bélico realizado por el niño referenciado por la

maestra, ella anula el juego debido la narración de otro niño, quien comenta una

experiencia respecto a su temor por el uso de las armas ya que, según él, fue por ello

que su padre perdió la libertad: “(…) t ces y e dije “¿Qué tie es r qué estás

así?” y me dij – Ah, es que yo no quiero jugar a lo que está jugando Luis. Y yo le dije

-¿Por qué? Me dijo: -Porque es que mi papá, por eso está en la cárcel. Yo le quité el

ta adr ” (Matriz 2: narrativa 2, pg. 100). Frente al accionar de la maestra, ella misma

afirma: “Y que hice fue bri dar e c m much afect y t d ” y se evidencia en la

cadena de comportamientos:

67

Cadena de comportamientos, Narrativa I, 104

Vemos que la maestra, inmediatamente, decide tomar el juguete y dirigirse al otro niño

a tratar de consolarlo, valiéndose estrategias afectivas, pues entiende que haber visto el

juego del otro niño le recordó un hecho trágico.

De esa manera observamos que más allá de la ausencia de diálogo directo con el niño

que estaba jugando y con el chico que presencia el juego, se resalta positivamente la

reacción afectiva de la maestra, al respecto Federico Queyrat (1926) haciendo referencia

a la afectividad en función de juego como papel socializador, la define como un

“excelente medio para la educación de la sensibilidad. Desenvuelve, en primer término,

el instinto social o altruista (...) no es solamente socializador, sino que también ayuda a

que aparezcan y se extiendan los sentimientos simpáticos y afectuosos (Queyrat: 1926,

142)”. Se observa entonces cómo la afectividad, especialmente en esta etapa de primera

infancia, debe ser una de las tareas más importantes que las maestras deben asumir; en

este caso particular, el juego permitió -de manera indirecta- la exteriorización de

experiencias y emociones, por esta razón, cada agente educador (maestros, familiares,

cuidadores o respondientes) deben permanecer atentos a las manifestaciones

emocionales o a las reacciones de los niños y niñas cuando estén jugando de manera

libre. Esto último resalta la importancia de atender efectiva, oportuna y pertinentemente,

las necesidades afectivas y no exclusivamente las dimensiones física y cognitiva.

68

5.2.2 NARRATIVA DE MAESTRAS CON ACCIONAR DIALÓGICO

Veamos cómo, en la Narrativa II, se presenta una situación descrita en el Jardín

Infantil Santander de la Localidad de Antonio Nariño, donde la maestra narra su

experiencia cuando plantea realizar un juego de roles “(describie d ) usted es a mamá

y yo soy el papá. Y entonces ellos imitaban las situaciones del comportamiento habitual

en la casa, y más fue (sic) cuando llega el papá, que era otra niña que hacía el papel de

papá, y la coge del cabello y le dice: -¡Haga bien las cosas! Para mí fue (sic) yo dije: -

N a c jas así” (Matriz 2: narrativa 2, pg. 101). Una de las niñas representó al

padre y otra a una madre. En medio de la representación de violencia intrafamiliar, una

de ellas tomó a la otra por el cabello. La maestra afirmó que habló con las niñas e

indagó el porqué de esta situación, a lo cual una de ellas respondió: “así ega mi a á

todos los días y coge a mi mamá y él le pega, y le pega duro” (Matriz 2: narrativa 2, pg.

101). A través de la cadena de comportamientos podemos evidenciar que la reacción de

la docente fue dialogar e indagar con las niñas sobre este comportamiento.

Cadena de comportamientos, Narrativa I, 105

69

Aquí podemos observar que pesar de que hay actitudes violentas entre las niñas, la

maestra no cancela inmediatamente el juego, sino que observa atentamente y detiene la

actividad cuando se ésta se torna en agresión física, luego dialoga con las niñas y les

pide que reanuden la actividad, pero le indica a la niña que hace el rol de padre, que lo

haga como si éste fuera una persona amable y feliz. Esta actividad lúdica

(representación de roles) corresponde enteramente a la edad de las niñas, tanto como a

su nivel de desarrollo y puede constituirse –de no saber manejar la apropiadamente

dicha situación- en una promoción o estímulo de modelos de comportamiento nocivos

para una sana sociabilidad:

Cuando el niño está entre los 3 y 6 años, período en el cual desarrolla el juego

de roles que consiste en identificarse con un modelo de la vida real ya sea un

médico, un bombero, un policía, un presidente, una mamá... este tipo de juegos

pueden estimular un modelo errado y violento. (EL TIEMPO: 1969, 19)

Según lo anterior, la actividad planteada por la maestra permitió la identificación de un

modelo de vida en particular, en éste caso, por una representación que las niñas han

construido desde su experiencia de vida, ligado indudablemente al establecimiento

impositivo de modelos de género arraigados que hacen tajantes distinciones entre

aquellos juegos exclusivamente “para niños” o “para niñas”: “sobre los juegos

familiares opino que son los que tienen por objeto despertar los sentimientos del hogar:

el principal es el juego de las muñecas, y el de los niños que juegan a las familias

haciendo de padres y madres” (LLOPIS, R.: 1931, 22) representando mediante una

serie de juegos simbólicos o de imitación, los roles que desempeñarán cada cual en el

ámbito doméstico, familiar y laboral. En este caso, la niña que representa un padre

retoma actitudes y acciones que ha visto del suyo (según se pudo constatar más adelante

por la misma maestra), muestra como los comportamientos y los actos violentos son

naturalizados y tenidos por “normales”: “N y ya quier jugar rque usted me

c ge muy dur e cabe ” (Matriz 2: narrativa 2, pg. 105). La niña que representa el rol

de madre, por su parte, rechaza las acciones violentas ejercidas por la primera,

evidenciando que no encuentra en ellas las características de lo que ella conoce, esto es,

su constructo personal sobre el deber-ser de un padre basado en sus propias

experiencias, y se torna negativa a continuar el juego. Con respecto a esto, es importante

destacar que la ejecución y promoción de actividades lúdicas debe ejercerse desde la

70

libertad, en oposición a la coerción o la imposición, pero que no por ello los agentes

educativos (maestros, familiares, acudientes o respondientes) deben abandonar su papel

orientador sobre los mismos:

a la hora de introducir el juego en una dinámica pedagógica, escolar o no, se

hace presente que además de los niños y niñas que practican esta actividad con

total libertad y gozo pleno, los docentes, padres y educadores en general,

deben ejercer también un papel protagonista a la hora de dirigir, tutorizar,

encauzar, proponer o vigilar sus juegos (PAYA; 2007, 9)

Lo anterior concuerda parcialmente con la actitud que la maestra asumió desde el

momento en que propuso el juego, puesto que permitió hasta cierto punto su normal

desarrollo, luego del incidente, habló con las niñas y modificó la actividad con el fin de

continuarla sin que hubieran actos violentos, pero con la clara intención de retomar

dichas manifestaciones violentas en medio de las representaciones de sus roles. Es de

inusitada importancia mencionar la segunda categoría que emerge desde esta narrativa

la cual está enfocada a los primeros educadores del niño y la niña (padre, madre o

cuidador) como parte de la Educación Inicial, ya que esta última no puede ser

responsabilidad única de la maestra.

Veamos ahora la última narrativa, (Narrativa V) en donde surge una tercera categoría:

La influencia de los juegos bélicos por los medios de comunicación y los videojuegos.

La maestra relata cómo un grupo de niños divididos en dos bandos, amarran a un niño

en un poste con un lazo y comienzan a agredirlo “Unos niños estaban jugando cuando

amarrar a iñ c tra (…) u a es ecie de vari a que hay e a arte trasera e e

jardín. Sí. Lo amarraron, entonces (le dijeron) -no, es que usted es nuestro preso, usted

es uestr rehé ” (Matriz 5: narrativa 5, pg. 103) La maestra detiene el juego e

interroga sobre qué clase de juego estaban realizando, a lo que los niños le contestan: el

rehén. La maestra indaga por el juego en cuestión y se percata que surge a partir de una

película que uno de los niños había visto, debido a esta situación, la maestra afirma

haber hablado con los niños y haberles explicado que no se debe hacer todo lo que se ve

en la televisión: “los medios de comunicación también, todo lo que (son) las películas,

71

t da a te evisi e ge era t d que se ve h y e día si i cide much ” (Matriz 5:

narrativa 5, pg. 103)

Cadena de comportamiento, Narrativa 5, 108

A través de la anterior cadena de comportamientos, evidenciamos que la maestra

establece un canal dialógico con los niños y niñas, sin embargo en este caso se

evidencia un interés más profundo por parte de la docente; se interesa por el juego y no

solo indaga a los niños por éste, sino explica cómo afrontar asertivamente esta clase de

contenidos televisivos frente a los cuales los padres son permisivos a la hora de exponer

a sus hijos a esta clase de entretenimiento, asunto que ha sido tratado, entre muchos

otros, por Reis: “ ge era , la mayor parte de los estudios, fuera cual fuera su

metodología, mostraban que la exposición a la violencia en televisión provocaba un

comportamiento cada vez más violento, tanto en el momento como con el paso del

tiem ” (Reis: 1993, 16).

72

5.2.3 NARRATIVA DE MAESTRAS CON ACCIONAR INDIFERENTE

Continuando con el análisis, en la Narrativa III encontramos el juego bélico de

carácter simbólico en un espacio diferente al aula de clase, en este caso, el comedor:

“en el jardín, en la hora (sic) de las onces hacían pistolas, y se disparaban los niños

(sic) entre ellos, y si alguna r fes ra es egaba a decir „ hagas es ‟, ellos

apuntaban hacia la profesora y le hacían pan-pan- a y e decía „ r fe muérase

muérase rque cua d dis ara se muere‟” (Matriz 3: narrativa 3, pg. 102). En este

caso particular se evidencian dos vertientes con las cuales la maestra justifica el

comportamiento del niño: por un lado, encontramos la creatividad y la imaginación al

usar el alimento (pan) como arma y su hipótesis sobre por qué el niño juega de esta

manera; asevera que probablemente es porque el padre del niño se encuentra en la cárcel

La M de “Aunque ese niño es muy creativo ,yo no sé si tiene que ver, pero el papá

está e a cárce a de a í… La Modelo por asesinato (sic)” (Matriz 3: narrativa 3, pg.

102). Aquí, aunque no existe ninguna clase de afectación directa, la maestra cancela el

juego bélico porque los niños crean un juguete bélico con la comida. “Yo le quité el pan

y le dije que con la comida no se juega” (Matriz 3: narrativa 3, pg. 78) Respecto a esta

situación, Alberto Pardo, sicólogo de la Universidad Pedagógica afirma que:

Si un niño está sometido a un ambiente familiar y escolar tenso, agresivo,

represivo y violento, un simple tenedor será para él un arma mortal. El

pequeño que está sometido a un maltrato físico y emocional siempre

responderá con agresividad. Por eso, no es de extrañar que un pequeño en el

momento de ser agredido levante su mano, represente con ella una pistola y

diga te mat ” (EL TIEMPO, 1969, 10)

73

Cadena de comportamientos, Narrativa 3

Cadena de comportamientos, narrativa 3

En la anterior cadena de comportamientos podemos observar que la maestra cancela la

dinámica intentando solucionar un problema inmediato y olvida la trascendencia que

hay detrás de juegos como éstos. Muchas veces este tipo de situaciones se asumen como

algo pasajero cuando no lo son, se asumen como un problema y no como una

oportunidad de conocimiento de la realidad del niño o la niña. Simplemente se olvida y

no se indagan las razones profundas que motivan estas situaciones. Para que no ocurra

esto es importante recordar que, en el normal desarrollo de sus actividades pedagógicas,

al interior o fuera del aula de clase, el maestro debe tornarse en un investigador, un

problematizador -en últimas, un académico- que aporte desde su área específica del

conocimiento al normal desarrollo de las esferas socio-afectivas y cognitivas de sus

estudiantes. La relevancia de la natural observación y su posterior análisis muestran

claramente en qué momento hay que favorecer o reprimir estas dinámicas, y desde

dónde puede abordarse para su mejoramiento:

74

Si se le niega al niño el juguete bélico, aparte que simulará disparar con el

dedo o utilizará cualquier cosa como supuesta pistola o fusil, puede despertar

en él, por reacción, un interés morboso. El niño ve agresividad en todas partes,

y no digamos en la televisión, ¡y cómo negarle la evidencia! El niño, como

fruto de nuestra sociedad, tiene un potencial agresivo. Que lo descargue o no

ocasionalmente en el juego ignoramos hasta qué punto le libraría de él en el

futuro, pero es seguro que el jugar a guerras no hará de él un hombre agresivo.

(CORREDOR, J.:1983, 6)

La Narrativa IV aborda una experiencia donde un niño toma un cuchillo de cocina

plástico y se lo pasa varias veces por la garganta, ésta acción la repite en varias

ocasiones con sus compañeros. La maestra le quita varias veces el cuchillo al niño.

Como se evidencia en el relato, existe un miedo ocasionado por el desconocimiento

frente al abordaje del juego bélico en el aula. “Me cogió fuera de base (sic), porque

pues nunca uno (sic) (…) u ca es era que u iñ vaya a hacer es ” (Matriz 4:

narrativa 4, pg. 102)

Cadena de comportamientos, narrativa 4, 107

75

En este caso, la cadena de comportamientos explicita que esta falta de experiencia

vivencial tiene como consecuencia natural que, el no saber cómo reaccionar y la invada

el temor:

Al eliminarle al niño los juguetes agresivos no evitas que el niño busque sus

propios juguetes agresivos, que puede ser un palo. Tú no le regalas una

escopeta al niño y éste encuentra un palo y lo convierte en una escopeta; y

luego encuentra un palo que tenga otra forma y será una espada. Es decir, que

él se las ingenia para hacer su juguete agresivo. ¿Hasta qué punto es bueno o

es malo? Yo pienso que el tener el vehículo, en principio, no es malo, porque si

no se lo buscará él. Ahora, si el niño ya es muy agresivo y tú lo cargas de

juguetes agresivos estas potenciando esa situación suya. (VÁZQUEZ, M. y

APARICIO, JM.: 1979, 44)

Tal como pudimos observar, al realizar el análisis de las narrativas en relación con las

categorías de investigación previamente establecidas surgieron nuevas categorías que

brindan información importante sobre el juego bélico en la primera infancia, estas

categorías emergentes fueron: La relación que existe entre Educación inicial y juego

bélico, el juego desde los cimientos culturales de los niños y la niñas, y finalmente, la

influencia de las tecnologías de la información y la comunicación en el juego infantil. A

continuación veremos algunas consideraciones importantes en relación con las

categorías anteriormente mencionadas.

76

5.3 EDUCACIÓN INICIAL Y JUEGO BÉLICO

Vale la pena resaltar el primer aspecto que las docentes enunciaron y fue el

desconocimiento tácito del juego bélico desde una perspectiva práctica y teórica, lo cual

se evidenció a través del resultado que arrojó el análisis: más del 80% afirman no tener

la suficiente orientación y herramientas a la hora de afrontar el juego bélico en la

educación inicial. Cuando se evidencia esta clase de juegos en el aula, usualmente son

restringidos, pero no se indaga o explica el por qué no deberían practicarse. Si bien es

cierto, en contextos donde se presentan altos índices de violencia es probable que

aparezcan estas clase de juegos, no existe, de facto, un diálogo directo referido al tema,

no se explica, indaga o profundiza ni a los niños ni la comunidad en general sobre las

consecuencias, fortalezas, razones, problemáticas o factores asociados a éste. Ante ésta

evidente falencia el juego bélico termina convirtiéndose en un factor asociado a la

agresividad y la violencia, dotándose de una carga semántica negativa y, por ende, sin

orientación pedagógica alguna.

“Ahí le quité yo el cuchillo y lo guardé, pero la verdad no supe qué hacer, simplemente lo

guardé. Me cogió fuera de base, porque pues nunca uno (…) nunca espera que un niño vaya a

hacer eso”. (Matriz 4: narrativa 4, pg. 102)

Vistos los factores histórico-contextuales de nuestro país en la época reciente, la

constante exposición de todo tipo de violencias (género, delincuencia común, grupos

alzados en armas) en medios televisivos, se entiende que la violencia nos envuelve por

todas partes y que en la sociedad en que vivimos es imposible vetar estos juegos a los

niños, sin embargo

El juego bélico ayuda a descargar la agresividad de los niños, puesto que al

mismo tiempo, reproducen un comportamiento agresivo de carácter negativo, y

cuando se conviertan en adultos no podrán aliviar su agresividad de la misma

forma, proponiendo para ello, orientar hacia una creatividad constructora la

agresividad natural del niño. Una educación no represiva tanto en la familia

como en la escuela evitan en buena parte que la agresividad natural del niño se

convierta en necesidad de violencia, aunque sólo sea a nivel del juego (AAVV:

1979, 13)

77

De lo anterior se deduce la importancia de tener en cuenta en el quehacer pedagógico de

las maestras, las necesidades, debilidades y fortalezas puntuales de cada niño según su

cultura e historia de vida, ya que al considerar el juego bélico como un problema, al

prohibirlo, negarlo, silenciarlo, se coarta el grado de libertad y autonomía del juego

libre, tan característico y necesario en la primera infancia.

Puede suceder que los agentes educativos que se vean enfrentados a una realidad lúdica

bélica adolezcan de desinformación o ausencia de herramientas pedagógicas para

afrontar adecuadamente esta clase de juegos. En ocasiones, a pesar de la voluntad y la

convicción personal, a la hora de hacer realidad sus concepciones lúdico-pedagógicas

frente al juego bélico se enfrentan a vacíos en la formación profesional que sustenta su

práctica cotidiana. En esta relación entre educación inicial y juego bélico vemos la

importancia del reconocimiento de las individualidades, de las historias íntimas, propias

de cada niño y niña: “La etapa preescolar debe permitir que cada niño pueda afirmar su

propio valor, por medio del reconocimiento individual del entorno y el reconocimiento

que los otros hacen de si” (Rivera, 2010, 137)

En el desarrollo de ésta investigación se analizó cabalmente el contenido de las

narrativas y entrevistas de las docentes y se encontró que, en muy pocas de éstas se le

dio relevancia al (re)conocimiento del juego bélico o a su relación intrínseca con temas

relacionados con la creatividad, la imaginación y la autonomía. Por tanto podemos

afirmar que pese a que el juego bélico -en tanto expresión que recurre a la violencia-

tiene mayoritariamente una connotación negativa, si a eso se le agrega el

desconocimiento y desinformación frente a posibles abordajes o experiencias

pedagógicas, no hacen sino explicitar la necesidad, de parte de los profesionales en

educación de la primera infancia, de una formación específica frente a la temática en

particular (juego bélico) tanto como en aspectos más generales pero igualmente

necesarios: lúdica, didáctica y herramientas pedagógicas orientadas a potenciar la

praxis educativa.

78

5.4 EL JUEGO Y SU RELACIÓN CON LA CULTURA

Se considera que las versiones o historias que las

personas construyen de sí mismas y de la realidad

son construcciones sociales según unas estructuras

y sistemas sociales establecidos. De modo que la

singularidad de una historia personal puede ser una vía

para acceder a un parte del conocimiento del sistema

sociocultural en que está inmerso o ha vivido el individuo

(Bolívar, Domingo y Fernández, 1997)

Las dinámicas del juego libre brindan un ambiente de estímulo tanto para la creatividad

intelectual como para la emocional, el juego bélico, por su parte, permite un margen

amplio de libertad para que puedan desenvolverse plenamente las energías individuales

y la personalidad. Por el contrario, cuando el niño se desenvuelve en ambientes donde

prima la agresividad o ésta es recurrente, se hace necesario explicitar las consecuencias

de un juego violento, sin reglas o limitaciones. El español Fernández Benito (1951)

recuerda la agresividad de los hombres en los juegos bélicos de carácter simbólico de su

infancia y a las películas violentas:

por las calles de mi barrio volví a ver niños –muchos niños-, que con atuendo

semejante al de mis primos, libraban multitud de batallas con sus inocentes y a

la vez peligrosos juguetes; los muchachos, con una onomatopeya perfecta –casi

artística-, imitaban el disparo del fusil, ametralladora, revólver y hasta el

silbido apagado y traidor de la flecha (...) El niño no es lógico y su mágica

mentalidad convierte en héroes (...) a hombres mezquinos, vengadores y

defensores de causas pequeñas, que acribillan a balazos la ley y la moral. El

proceso imaginativo que multitud de muchachos viven después de estas

películas, preside la canalización de sus energías, traspasando a veces el

umbral de lo lúdico y convirtiendo el juego en tragedia (FERNÁNDEZ,

A.:1951, 63)

79

Si por el contrario es un niño que, a pesar de que no vive en contextos violentos, su

juego bélico se torna agresivo, afectando constantemente a sus compañeros, se hace

indispensable contar con la ayuda de un equipo interdisciplinar (pedagogos,

psicólogos), que con ayuda de los padres o cuidadores puedan controlar éstas conductas

en un ejercicio dialógico con el niño o niña, manifestándole las consecuencias negativas

de los actos de agresión física, que contrariamente a lo que podría pensarse, no son

necesarios al realizar un juego bélico. En el camino hacia la prohibición y el

señalamiento, se caen las más de las veces en el autoritarismo y -paradójicamente- la

violencia, además una posible segregación de los pares del niño o la niña. Más bien

deben facilitarse los procesos que permitan el juego bélico, intentando desarrollar sus

capacidades críticas frente a sus posibles secuelas. Por su parte, Mª Aurèlia Capmany

(1979) opina que los juegos simbólicos de guerra pueden liberar la agresividad:

El juego del niño no prefigura un ser violento, que es, sí, la representación

anticipada de unos instrumentos del medio social, pero que no anticipa un

hombre violento, precisamente. Al contrario, es probable que el niño que juega

a los bandoleros o a los piratas o a Buffalo Bill, sea el día de mañana un

hombre pacífico, y que el que no juega, si las circunstancias coadyuvan, se

c vierta e u ser vi e t ” (CAPMANY, MªA.:1979, 17)

Respecto a estos juegos de carácter grupal, se impone la necesidad del establecimiento

de una serie de reglas mínimas de convivencia, teniendo un componente social, moral y

político, además de “sentir” las normas como propias (ayuda en esto que dichas reglas

sean de su autoría), pues los niños pequeños desean jugar a juegos colectivos; según lo

anterior podemos afirmar que los juegos constituyen un contexto natural en el que los

niños se ven motivados a cooperar para establecer reglas y para guiarse por ellas, así

como regular su propio comportamiento y el de sus pares, mediante la aplicación de

dichos reglamentos. Finalmente, evidenciamos cómo se hace necesario un cambio en el

abordaje didáctico del juego bélico, un cambio profundo que lleve de las pedagogías

paternalistas que propenden por la persecución y prohibición hacia una pedagogía

dialógica y empática que conceda mayor protagonismo al niño y la niña.

Finalmente, consideramos que el juego bélico en relación con la cultura, se potencia

dependiendo de las condiciones específicas del contexto, se orienta según la cultura o

80

culturas que se involucren y de cómo convergen, y se practica de acuerdo con los

saberes específicos de cada territorio. Frente al rol de la maestra, es importante tener

claras las características específicas de la cultura de los niños y las niñas, con el fin de

enriquecer los momentos de intercambio lúdico para potenciar motriz, afectiva,

cognitivamente para propiciar la generación de vínculos, risas y complicidades en el

juego bélico en la educación inicial.

“yo pienso también que se debe educar al niño para eso, porque de todas maneras ellos están

viviendo en un país donde la realidad no se puede ocultar y se les debe es “enseñar” es a

manejar esos juguetes decirles, concientizarlos de las cosas y decirles desde pequeños cómo se

deben usar, no prohibirles, pues ellos en cualquier momento de su vida van a tener de pronto

una experiencia (…) de pronto de violencia o no de violencia, sino de pronto de palpar esos

juguetes o de relacionarse con objetos de esos o juguetes de esos, y en los medios de

comunicación también ellos eso es lo que ven. Entonces más bien instruirles y concientizarles

cómo es que deben usar y cómo es que tienen que utilizarlos y cómo es que eso no es para

atacar a las personas, sino hablarles de que no es para hacerle mal a la otra persona, sino que

se convierta en algo como lúdico para ellos” (Grupo Focal: 2015, 115).

81

5.5 INFLUENCIA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA

COMUNICACIÓN EN EL JUEGO INFANTIL

A propósito de la actividad lúdica-bélica y su relación con las nuevas tecnologías, y de

la aparición, en las tres últimas décadas de medios masivos de comunicación como

Internet y de formas de entretenimiento digitales como los juegos de video, existen

pocas investigaciones con respecto al tema, cuyas alusiones en la investigación la

hicieron surgir como una categoría emergente a partir de una de las narrativas. Es

necesario reconocer cómo los niños se encuentran frente a formatos lúdicos como los

videojuegos. Los expertos han atribuido grandes cualidades a la hora de fomentar el

acceso a estas nuevas tecnologías, hoy por hoy, los niños y niñas están sumergidos en

los medios masivos de comunicación a través de la televisión, la telefonía celular, los

juegos de video (computadores, tabletas, consolas de mesa) Pasar tiempo frente

múltiples pantallas se ha convertido en parte de la vida diaria de la mayoría. Y si

además de ser de fácil accesibilidad, le sumamos la gran cantidad de contenidos de tipo

violento o sexual al cual están siendo expuesto los niños y niñas, es bastante probable

que se desarrollen problemáticas de tipo conductual o psicológico.

“yo creo que el juego en la primera infancia es una interiorización de la realidad de los niños,

entonces en estas épocas modernas, creo que tiene mucho que ver con la televisión, con la

tecnología, como lo que está a la orden del día es lo que se ve reflejado en el juego del niño,

como ese protagonismo que él ve en todo el tiempo pero que en ese momento es capaz de

hacerlo por él mismo, o sea que (…) no lo tiene que observar sino él es quién es protagonista

en ese momento; entonces (en) el juego (…) el niño está interiorizando todo lo que ve.” (Grupo

focal : 2015, 111)

Los juegos de video con contenidos violentos por ejemplo, son los más populares entre

la población infantil. Se ha mostrado en diferentes estudios, que éstos incrementan los

niveles de agresión en los jóvenes y en los niños y niñas. La influencia de estos

contenidos violentos en los actuales medios digitales generan en los niños menores de

cinco (5) años percepciones falsas de la realidad, es decir, se genera la creencia que las

problemáticas sociales deben ser solucionadas a través de conductas destructivas y no se

82

entienden estas tecnologías como juegos fantásticos donde puedan exponer sus

proyecciones creativas e imaginarias. Para resumir, existe una notoria y cada vez más

poderosa influencia del contenido violento expuesto y consumido en los medios

masivos de comunicación, lo que de algún modo tiene como consecuencia la elección

de juguetes o juegos alusivos o relacionados con ésta:

(sobre la sociedad) tan violenta, junto con el contenido, también violento, de

las series televisivas (...) y la abundante publicidad de juguetes bélicos en TV

(...) no resulta extraño que el 70% de los niños de 4 años prefieran un juguete

bélico. La influencia de la publicidad sexista se refleja claramente, ya que

solamente el 12% de las niñas de 4 años elige un juguete bélico. (Zuazua:

1993,15)

Con esta aseveración no se busca hacer señalamientos o culpabilidades, sino más bien

movilizar hacia una reflexión activa del papel y la influencia de los contenidos a los que

se ve expuesta la infancia, y de cómo éstos generan un correlato en la experiencia vivida

y en las dinámicas de interacción social.

83

5.6 ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA ABORDAR EL JUEGO BÉLICO EN

LA EDUCACIÓN INICIAL DESDE LAS NARRATIVAS DE LAS

MAESTRAS.

En el dialogo con las maestras y a partir de los relatos de sus experiencias, surgieron

algunas consideraciones importantes para la construcción de sentido pedagógico a la

hora de trabajar sobre y desde el juego bélico en la primera infancia, se hace pertinente

aclarar que los aportes que veremos a continuación no se rigen en el uso exclusivo de

las maestras sino en todos los agentes educadores que se encuentran alrededor de los

niños y las niñas, es decir; padres, madres, cuidadores, maestras, etc.

5.6.1 ANTES

Comprender las implicaciones del juego bélico desde una postura pedagógica en

relación con el desarrollo infantil es imprescindible a la hora de abordarlo.

“y dig que y si est y de acuerd e as i stituci es que t que e tema rque

qué mejor que un docente oriente a los niños y los concientice de esta realidad. Qué

mejor que un docente busque las estrategias para de pronto llevar a cabo estos

temas. Digo yo que uno tiene que buscar estrategias, estrategias buenas ¿si?, en

donde de pronto el juego bélico no quede como el malo, sino que también quede

c m (…) bue que hay algo bueno que podemos sacar de ahí, pero pues a

partir del juego, a partir de la lúdica, a partir de muchas estrategias que nosotros

c m d ce tes te em s…” (Grupo focal: 2015, 115)

Destacar la importancia del rol docente como orientador y modelo.

“e s tie e ues u s juguetes (…) c m u (jueg de) herramie ta tambié

c ge c m ist a y es ues (…) de r t trata de usar sea usa

muy bruscame te e ega em uja hace caer… e t ces y dig que

que eso no está bien, que tienen que ser más suave el juego, o sea, tampoco les

r híb que… es dig a t da h ra que es es ma i ada si ues trat de

decir es que c más suavidad a s iñ s ara que (…) rque s g es

84

ues… a adie e gusta que e egue ; e t ces y es dia g much ” (Grupo

focal; 2015, 118)

Conocer y comprender las particularidades del niño y la niña, así como su

historia de vida en relación con su cultura.

“el juguete bélico es más el contexto social donde se encuentre el niño, porque no es

lo mismo un niño en el campo, donde está tranquilamente, donde de pronto no

evidencia policías, carrotanques, de pronto tanta violencia como se genera en otros

lugares, y si a él le llega de repente de regalo un muñeco con una pistola, él puede

decir que es un soldado que está defendiendo la ciudad, el campo o si le llega un

carro tanque, él va a pensar que es un carro de juguete y es como el contexto donde

é se e cue tre así mism va a ma ejar P rque es mism que egue (…) a

un niño de acá de ciudad Bolivar que le llegue un carro de policía, y ellos ya juegan

es a coger ladrones y si es un cuchillo, ya no, ellos juegan es a dar puñaladas, a

c rtar a tra ers a ve igua que… Segú e c text d de e s se

e cue tre ” (Entrevista: 2015, 113)

Dejar clara la importancia del respeto por el otro en las dinámicas lúdicas de los

niños y niñas.

“a g im rta te e e sar a g bue y a g ma y es que siem re se trata de

confundir la violencia con la agresividad: la agresividad es una manera de

ex resi que te em s t d s s seres huma s y digam s que (…) cua d u e

da la opción al niño de jugar, o de tener un juguete bélico o de jugar un juego

bé ic e está de a gu a ma era ca a iza d digam s ese ti de em ci es… de

lo que hablábamos ahorita; ese sería el aspecto positivo, es canalizar emociones,

no quiere decir que las emociones negativas sean malas, porque de hecho todos los

seres humanos las tenemos, entonces, de pronto no es confundir violencia, osea que

si el niño tiene la pistola entonces tiene que ir a pegarle al otro niño y hacerle un

morado en su cara porque entonces ahí ya estaríamos entonces entrando en otro

aspecto. Pero si, digamos que si el niño grita, si el niño está expresando, y estamos

canalizando, ayudando a canalizar de alguna manera, o sea, estamos facilitando

dentro de las instituciones de primera infancia del distrito esos momentos. Pues a

mí me parece que algo positivo, pues eso: se canaliza una emoción que no es mala.

85

Y algo positivo, lo que digo, si se confunde ya con violencia, y no hay, digamos,

c m u “ are” (…) se tie e c m cuidad c es ues ahí si s va a ge erar

inconvenientes dentro de la institución. Eso si nos va a crear inconvenientes.

Entonces es un lado positivo y un lado negativo”. (Grupo focal: 2015, 116)

Propenderse espacios ambientados y tiempo para el óptimo y sano desarrollo del

juego como actividad lúdica

“cada iñ tie e su f rma de jugar ues de t das ma eras debem s de dar es u

espacio para eso porque eso es algo muy importante que va con ellos, es la forma que

s hace se tir a e s más ibres c más ibertad… si dejar es ser iñ s dejar es

vivir esas ex erie cias es más im rta te” (Grupo focal: 2015, 111)

Respetar y brindar oportunidades lúdicas espontáneas, mediadas

pedagógicamente por el docente.

“y ie s tambié que se debe educar a iñ ara es rque de t das ma eras

ellos están viviendo en un país donde la realidad no se puede ocultar y se les debe

es “e señar” es a ma ejar es s juguetes decirles, concientizarlos de las cosas y

decirles desde pequeños cómo se deben usar, no prohibirles, pues ellos en cualquier

m me t de su vida va a te er de r t u a ex erie cia (…) de r t de

violencia o no de violencia, sino de pronto de palpar esos juguetes o de

relacionarse con objetos de esos o juguetes de esos, y en los medios de

comunicación también ellos eso es lo que ven. Entonces más bien instruirles y

concientizarles cómo es que deben usar y cómo es que tienen que utilizarlos y cómo

es que eso no es para atacar a las personas, sino hablarles de que no es para

hacerle mal a la otra persona, sino que se convierta en algo como lúdico para

e s”. (Grupo focal: 2015, 115)

86

5.6.2 DURANTE

Establecer qué clase de acompañamiento es adecuado realizar, según las

condiciones particulares del juego.

“y si cre que bviame te e jueg debe ser ibre ara s iñ s er desde mi

ex erie cia si cre que e c tr es (…) es a a abra “c tr ” si c m

una guía, si debe estar ahí presente, empezando porque nosotras como docentes

facilitamos esos materiales, entonces digamos que de alguna manera desde ese

inicio, estamos dándole a los niños una pauta. No es lo mismo que yo les entregue

un juego de cocina, a que yo les entregue unos carritos que se pueden arrastrar;

entonces desde ahí yo estoy dando una pauta, pero si el juego, digamos, en el

momento en que los niños lo están desarrollando debe ser libre, pero sí creo que

fundamentalmente o desde mi experiencia siempre debe haber una guía durante el

proceso”. (Grupo focal: 2015, 112)

La afectividad como respuesta ante posibles dificultades del juego entre los

niños y niñas de primera infancia es fundamental.

“… abracé y e di u besit y e dije que quería much y e dije que e sara

esas c sas que ues… bue e a it estaba era r err r (…) y c meti ese err r

er que é r t iba a ver… bue y e t ces e em ecé a hab ar así… “e

papi pronto va a salir y tú vas a estar con él y tú vas a c m artir…” t ces

que hice yo fue abrazar sa fue a reacci mía e ese m me t y abracé”

(Entrevista: 2015, 125)

Observar y escuchar atenta y analíticamente el desarrollo del juego.

“Hab é c e s Y que hice fue se tarme e gru (…) rque y (…)

generalmente me siento en círculo con ellos y me pongo a hablar con ellos y a

i dagar qué asa y a decir es e r qué… ¿si? c m dar es tras a ter ativas que

s az s se debe uti izar ara es y que hay muchas f rmas difere tes”

(Etrevista: 2015, 111)

87

Promoverse el juego libre espontáneo.

“ cas de bservar u sib e c f ict debe ermitirse a s iñ s y iñas que

propongan una posible solución yo creo que algo positivo que puede haber en un

juego en que niños estén practicando digamos un juego bélico, o un juego entre

ellos, es que podemos ver y evidenciar cómo manejan sus emociones, hasta qué

punto ellos pueden manejar sus emociones y digamos, algo que tenga en su contra,

ya que no pasará a ser un juego o una lúdica porque quedará un aprendizaje entre

e s” (Grupo focal: 2015, 115)

Generar ambientes de confianza y brindar autonomía en el desarrollo del juego.

“para mí es muy importante el juego en la primera infancia, ya que por medio del juego

ellos son libres, se pueden expresar, y ahí puedo identificar su forma de ser, qué le

gusta, qué no le gusta. El niño por medio del juego expresa sus emociones; identifico

cuá es iñ s s más activ s cuá es iñ s s más ex resiv s (…) tambié mir sus

intereses, y me parece que es la forma donde para ellos son protagonistas de su mismo

mundo”. (Grupo focal: 2015, 111)

88

5.5.3 DESPUÉS

Propender por un diálogo abierto y retroalimentación frente a las diferentes

situaciones que generó el juego a través de acciones pedagógicas

“Si s tr s e u a casi tambié con estos chiquitos, no hicimos pistolas sino

hicimos corazones. Llevamos un molde en acero para hacer galletas y eso, y les

enseñamos de que no sólo se podía hacer pistolas sino que también podíamos hacer

corazones, otro llevó una de flores, entonces para que ellos vieran que no era solo

un juego hacer pistolas, sino que también un corazón y que se lo regalara a los

tr s iñ s…” (Entrevista: 2015, 132)

Mantenerse comunicación constante con los agentes corresponsables encargado

del niño y la niña.

“y ues de ahí se habló con la mamá, (...) y se empezó un proceso en psicología,

para que la niña pues empezara a entender los diferentes roles de las demás

ers as” (Grupo focal: 2015, 119)

Implementar acciones de mejora en caso que se presenten conflictos o algún tipo

de agresión física o emocional entre ellos.

“Mi reacci fue i v ucrarme de tr de jueg que debi haber sid rque

era e u s ri c es er me i v ucré a hab ar c as iñas y decir es “N esta

vez el papá no pega, esta vez el pa á va a egar c te t va a egar fe iz” (Grupo

focal: 2015, 120)

Es preciso aclarar que estas orientaciones, lejos de constituirse en una guía cerrada o un

decálogo de normas de estricto cumplimiento, fueron el resultado de un exhaustivo

trabajo orientado desde las narraciones de las maestras que se encuentran en el territorio

viviendo las experiencias dadas desde su cotidianidad pedagógica. Los niños y niñas

necesitan tener un desarrollo armónico e integral desde aquello que perciben: las

sensaciones, los sentimientos, las emociones, sus ideas que dinamizan elementos y los

define como seres humanos diversos desde una perspectiva de derechos y de género que

es preciso respetar en su expresión por medio del juego.

89

6. REFLEXIONES FINALES

Como resultado tangible de esta investigación, se quiso llegar más que a unas

conclusiones, a unas reflexiones pedagógicas encauzadas a la problematización del

juego bélico en tanto instancia de validación social y de interacción con pares. Como

reflexión global, se tiene que, en el afán de querer inmiscuirse en los temas del juego

infantil, surge inevitablemente la estigmatización de prácticas lúdicas alternativas como

el juego bélico. Además de prohibirlo, se desconocen sus posibles afectaciones positivas

o beneficios en los niños y niñas, y se carece de procesos dialógicos al respecto, esto es,

no existe retroalimentación ni con los agentes primarios involucrados (niños y niñas) ni

con los agentes educadores (otros maestros, familiares, cuidadores o respondientes), en

palabras de Jiménez (2012):

en las prácticas de socialización, a primera vista, reina un desequilibrio en el

que el mundo adulto busca imponerse sobre el mundo infantil, y en que se

reconoce el interés de dirigir la conducta del otro, del niño: Los padres

procuran moldear la personalidad de la generación que les sucede. Pero a

medida que el niño vive su proceso de desarrollo particular lucha por su

autonomía, entre ellos el juego, que se convierte en un canal fundamental por

medio del cual se constituye como sujeto. (Jiménez, 2012, 134)

Como segunda instancia, no deben valorarse las dinámicas del juego bélico como

instancias definitorias de la personalidad adulta, ni como laberintos sin salida; dicho de

otro modo, debe comprenderse que los niños y las niñas ponen en la praxis aquello que

su imaginación guía, esto es, mundos fantásticos donde se mezclan la realidad y la

ficción, y aún cuando se sumerjan gustosos en ella no dejan de tener conciencia sobre la

artificialidad de dichas fantasías y por ende, distinguen entre lo real y lo ficcional: El

juego de simulación que practican los niños con temática guerrera o bélica, no es más

que eso, una simulación, puesto que nuestra perspectiva adulta no coincide con la

infantil, y mientras los niños juegan, son conscientes del papel que representan. (Paya:

2007, 395)

Tal como se pudo observar en las narrativas de maestras de educación inicial, el hecho

de violentar física o emocionalmente al otro no es un factor incipiente en el juego

bélico. Por el contrario, al presentarse este tipo de conductas finalizan su juego y dan

90

continuidad a otras prácticas lúdicas: “La violencia termina con el juego. La violencia es

lo opuesto al juego. Podrá decirse, en términos muy generales, que en la medida en que

se juega nunca existe violencia. Por el contrario, el juego liquida la violencia.”

(Secadas: 1981, 156).

El umbral entre facilitar o prohibir el juego bélico en la infancia es bastante difuso pues,

por un lado encontramos un juego que incita a la creatividad, la imaginación, el juego

de roles, el juego de reglas, la sociabilidad, la empatía, etcétera, y por otro lado (aunque

no se presenta en todos los casos) una posible afectación física o emocional que puede

sustentarse en el contenido del juego bélico. Se entra acá en el terreno de lo pragmático,

puesto que no deben lanzarse de forma descontextualizada acciones o formas de

entender el juego –en abstracto- sino conociendo las implicaciones individuales de éste,

teniendo en cuenta las edades, las historias de vida y demás elementos conexos, no por

prohibir se gana más –en términos formativos- sino que debe, más bien orientar los

procesos lúdicos en función del aprendizaje colectivo, tanto de comportamientos como

vivenciales:

No se debe alentar el espíritu belicista del niño ni facilitarle el acceso a

ámbitos que se pueden considerar negativos para la convivencia social; pero

también hay que advertir que cualquier tipo de prohibición puede dar

resultados contraproducentes. Además, en cualquier momento el niño puede

convertir en tanque la caja de zapatos que antes servía de tren o en escopeta el

palo con el que hacía equilibrio (...) hay que tener en cuenta que nuestro

sentimiento hacia lo bélico responde a unas determinadas experiencias que nos

condicionan negativamente (...) El niño, en cambio, carece de esa experiencia;

r ta t „hacer a guerra‟ „jugar a a guerra‟ deja de te er más

trascendencia que la que le brinda la fantasía. Otra cosa es que, fuera del

juego, el niño tenga acceso a esas experiencias ajenas que pueden condicionar

su imaginación o quitarle ese halo de ingenuidad propia de la mente infantil.

(Álvarez: 1982, 9)

Admitir el juego bélico como una manifestación normal y pasajera propia de la infancia,

no implica amparar o imponer a los niños formas de agresividad propias de los mayores.

Enseñarles a asumir esta clase de juegos, por el contrario, ayuda a la formación de seres

humanos críticos y conscientes de lo que conlleva la violencia y la agresividad, en

últimas, aporta positivamente a la constitución del niño como sujeto. Así recogemos y

91

ponemos en escena la concepción del niño como ser social, activo en su propio proceso

de desarrollo y aprendizaje, con una identidad específica que debe ser valorada y

respetada. Estos aspectos son decisivos para la estructura de la personalidad, la

inteligencia y el comportamiento social, esferas que desde luego incidirán notablemente

en su comportamiento adulto y en sus relaciones con el mundo:

Dejémosles desahogarse jugando a las guerras, pero no con juguetes perfectos,

sino con invención; un taco será una pistola; una vara flexible una espada. El

objeto podrá modificarlo a su antojo para que se parezca al arma deseada.

Esta necesidad de atacar corresponde a una descarga de agresividad y es, a

veces, también una manera de entrar en contacto con el otro. Se trata de un

instinto primitivo que se manifiesta en el curso del desarrollo infantil y que

sería peligroso reprimir, es mejor canalizarlo a una forma más suave.

Dejémosle jugar a su pequeña guerra, pero sin proporcionarle armas. Admitir

ese juego como una manifestación normal y pasajera de su evolución, no

implica amparar o imponer a los niños formas de agresividad propias de los

mayores. (Castillo y otros: 1985,96)

En los ámbitos escolares institucionalizados que acogen a la primera infancia es preciso

valorar el juego bélico como expresión de libertad e individualidad, tal como afirma

Sheines (1998) “En nombre de la paz y para preservar a los párvulos de los efectos

nocivos de la violencia, los adultos se entrometen en el ámbito mágico de los juegos

infantiles. Invaden ese bastión de libertad para resguardarse en del mundo ancho y

aje ” (Sheines: 1998, 58) Es en la convivencia social del juego donde se éste se

convierte en un reto de comprensión para la pedagogía actual. Entender las dinámicas

lúdicas-bélicas de los niños y niñas implica una comprensión y (re)significación de la

cultura y la fantasía de la infancia, el respeto por la autonomía y la construcción del

individuo:

en nombre de la no-violencia y en pro de una sociedad solidaria y pacífica,

ciertos educadores censuran los juegos de competencia y de guerra, y sin

embargo son estos juegos, más que otros, los que funcionan como modelo de

convivencia social. Desde que el mundo es mundo, los niños de todas las

culturas y de cualquier época han jugado a la guerra imaginándose que son

92

samuráis, indios, gladiadores o soldados, manipulando palos que remendaban

espadas, lanzas o fusiles. (Sheines: 1998, 59)

Es a través y en torno al juego bélico que los niños y niñas que aprenden a integrarse

positivamente en comunidad, a convivir en medio de la diversidad, a respetar a los

demás como iguales. El trato respetuoso entre rivales da cuenta de sus propias reglas

que brindan sentido al participante como creador, protagonista y generador de su propio

juego como un acto cristalino de libertad lúdica y personal.

93

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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99

8. SOPORTES

8.1 Matriz de análisis………………………………………………………………….100

8.1.1 Narrativa 1………………………………………………………………………100

8.1.2 Narrativa 2………………………………………………………………………101

8.1.3 Narrativa 3………………………………………………………………………102

8.1.4 Narrativa 4………………………………………………………………………102

8.1.5 Narrativa 4………………………………………………………………………103

8. 2 Cadenas de comportamientos……………………………………………………104

8.2.1 Narrativa 1…………………………………………………………………..…..104

8.2.2 Narrativa 2………………………………………………………………..……..105

8.2.3 Narrativa 3…………………….…………………………...……………………106

8.2.4 Narrativa 4………………………………………………………………...…….107

8.2.5 Narrativa 5………………………………………………………………………108

8.3 Grupo Focal…………………………………………….…………………………109

8.4 Entrevistas………………………………………………………….……………..123

100

9. SOPORTES

8.1 MATRIZ DE ANÁLISIS

8.1.1 NARRATIVA 1

CODIGO JARDIN

INFANTIL

RELATOS

NARRATIVA Y ENTREVISTA

ACCIONES DE MAESTRAS PROPOSICIONE

S AGRUPADAS

POR TEMAS

CATEGORÍA DE

ANÁLISIS

DEDUCTIVA/INDUCTI

VA N

A

R

R

A

T

I

V

A

1

1.

JARDÍN

INFANIL CALIXTO TORRES

LOCALIDAD

PUENTE ARANDA

Un niño estaba (…) con un taladro de

juguete, estaban jugando a pistola,

entonces otro niño como que estaba por

allá, como asustado; yo si le vi la cara

como de susto. Entonces, yo lo llamé yo le

dije “Marlon, ven un momentico. ¿Qué

tienes?” (…)Entonces yo le dije “¿Qué

tienes, por qué estás así?” y me dijo – Ah

es que yo no quiero jugar a lo que está

jugando Luís. Y yo le dije -¿Por qué? Me

dijo: -Porque es que mi papá, por eso está

en la cárcel. Yo le quité el taladro.

Lo abracé y le di un besito y le

dije que lo quería mucho y le

dije que no pensara esas cosas

que pues… Entonces lo que hice

yo fue abrazarlo. (…)

Yo lo que hice fue brindarle

como mucho afecto y todo.

El niño estaba

jugando a pistolas

con un taladro de

juguete

Afectación

emocional a niño

externo del juego

Brinda afecto

Retira elemento de

juego bélico

Juego de roles

Juego simbólico con

juguete

101

N

A

R

R

A

T

I

V

A

2

2.

JARDIN

INFANTIL

SANTANDER

LOCALIDAD

ANTONIO

NARIÑO

En una actividad que hicimos de juegos

de roles, en uno era a disfrazarse de

mamás, de papás, de llevar tacones,

llevaron corbatas, (…) Y usted es la mamá,

y yo soy el papá”. Y entonces ellos

imitaban un diario vivir en la casa, y más

fue cuando llega el papá, que era otra

niña que hacía el papel de papá, y la coge

del cabello y le dice: “-Haga bien las

cosas!”. Para mí fue… yo dije: “-No, no la

cojas así” – Si porque estamos jugando

profe. Yo las dejé seguir jugando, porque

yo quería mirar para ella qué más era

jugar a ser la mamá y el papá, la otra niña

decía: “-No yo ya no quiero jugar, porque

usted me coge muy duro el cabello”. Y ella

le decía: “-Pero si así llega mi papá todos

los días y coge a mi mamá y él le pega y le

pega duro, porque hasta que le sale

sangre!”.

Mi reacción fue, involucrarme

dentro del juego, que no debió

haber sido, porque era en unos

rincones, pero me involucré a

hablar con las niñas y decirles:

“No, esta vez el papá no pega,

esta vez el papá va a llegar

contento, va a llegar feliz”.

Las niñas recrean

acciones de juego

simbólico

La niñas imitan su

diario vivir

La maestra se

involucra en el juego

La maestra dialoga con

las niñas

Juego de roles

Juego bélico simbólico

Juego bélico con

perspectiva de

Genero

N

A

R

3.

JARDIN

ANTIONIO

En el jardín, en la hora de las onces hacían

pistolas, y se disparaban los niños entre

ellos, y si alguna profesora les llegaba a

decir “no no hagas eso”, ellos apuntaban

Y entonces nosotros les

decíamos “¿y tú a que estás

jugando?” No, es que yo juego

a matar a la gente porque a mí

El niño convierte el

pan en pistola

Involucran a la

Juego bélico con

comida

Contexto y juego

102

R

A

T

I

V

A

3

NARIÑO

LOCALIDAD

DE PUENTE

ARANDA

hacia la profesora y la hacían Pan pan pan,

y le decían “profe muérase”, muérase

porque cuando uno dispara se muere. y

era uno de los juegos que más les

gustaban entre los niños de 5 años; era el

juego preferido. Yo le quité el pan y le dije

que con la comida no se juega. Aunque

ese niño es muy creativo, yo no sé si tiene

que ver, pero el papa está en la cárcel, la

de allí… la modelo por asesinato.

me gusta, entonces no hay

necesidad de que haya un

juguete en un lugar (de tipo

bélico) para ellos hacer con

cualquier cosa, como decían:

con un palo, una hoja, porque

con hojas también allá cogían y

las envolvían y así fuera una

envoltura muy leve para ellos

eran pistolas

maestra y les

disparan

La maestra indaga

el porqué del juego

La maestra

responde a los

niños que la

comida es para

comer, no para

jugar

bélico

N

A

R

R

A

T

I

V

A

4

4.

BAUL DE

COLORES

LOCALIDAD

ANTONIO

NARIÑO

Les di unas cajas de fichas, de diferentes

formas. Entre las fichas iba un cuchillo de

plástico, resulta que uno de los niños

cogió el cuchillo de plástico, se lo pasó por

la garganta, en varias ocasiones, hizo así.

Yo le dije “¿Camilo qué estás haciendo?”

jumm no me paró bolas, y salió y se fue,

pero me dio el cuchillo. Al momentico

volvió y lo cogió pero era ya a hacerle a

otro niño.

Ahí le quité yo el cuchillo y lo

guardé, pero la verdad no supe

qué hacer, simplemente lo

guardé. Me cogió fuera de

base, porque pues nunca uno

(…) nunca espera que un niño

vaya a hacer eso. Y pues

también el contexto en el que

vive, porque Camilo en sí es un

poco agresivo, es, yo creo, de

los más agresivos.

El niño realiza un

juego bélico con

un cuchillo de

plástico

La maestra le quita

el juguete

El contexto incide

en la clase de los

juegos de los niños

Juego bélico

simbólico con

juguete

Contexto y juego

bélico

103

El niño tiene

conductas

agresivas

N

A

R

R

A

T

I

V

A

5

5.

JARDIN

BOCHICA

LOCALIDAD

ANTONIO

NARIÑO

Unos niños estaban jugando cuando

amarraron al niño contra (…) una especie

de varilla que hay en la parte trasera en el

jardín. Sí. Lo amarraron, entonces “no, es

que usted es nuestro preso, usted es

nuestro rehén, y que nosotros (…)” y se

vinieron en grupo, eran niños, un grupo

de 35 niños de las edades entre 4 y (…)

casi los cinco cumplidos, entonces pues

utilizaron este lazo para amarrar el niño,

el niño se sintió agredido en ese

momento, entonces, cuando (…) yo vi ese

juego, fue que se dividieron en bandos, de

más o menos 15 niños.

Hablé con ellos. Yo lo que hice

fue sentarme en grupo (…)

porque yo (…) generalmente

me siento en círculo con ellos y

me pongo a hablar con ellos y a

indagar qué pasa y a decirles el

por qué… ¿sí?, como darles

otras alternativas que los lazos

no se deben utilizar para eso y

que hay muchas formas

diferentes.

los medios de comunicación

también, todo lo que (son) las

películas, toda la televisión en

general o todo lo que se ve hoy

en día si incide mucho

Juego grupal

donde hay

afectación física a

un niño

La maestra dialoga

con los niños

Juego bélico

grupal

Influencia de juego

bélico por los

medios de

comunicación y

videojuegos

104

NARRATIVA 1

JUEGO

Brinda afecto al niño afectado

Quita juguete a niño que realiza juego bélico

Niño es afectado emocionalmente por juego bélico

Niño juega con taladro a pistola

Accionar

Accionar Cancela juego por afectación emocional

8.2 CADENA DE COMPORTAMIENTOS 8.2.1 NARRATIVA 1

105

NARRATIVA 2

8.2.2 CADENA DE COMPORTAMIENTOS NARRATIVA 2

JUEGO

Niñas juegan a mamá y papá

Niña agrede físicamente a otra en el juego

Accionar

Observa el comportamiento del juego

Accionar Observa, Interviene y cambia el juego

Modifica juego por afectación física

106

NARRATIVA 3

8.2.3 CADENA DE COMPORTAMIENTOS

NARRATIVA 3

JUEGO

Juego de pistolas con pan

Los niños involucran la maestra en el juego

Accionar

Observa el comportamiento del juego

Accionar

Dialogan Cancela juego por ser comida

107

NARRATIVA 4

8.2.4 CADENA DE COMPORTAMIENTOS

NARRATIVA 4

JUEGO

Juego bélico con cuchillo de plástico

El niño intenta jugar con un compañero

Accionar

Quitarle el cuchillo

Accionar Quita el cuchillo

Cancela juego porque si

108

NARRATIVA 4

8.2.5 CADENA DE COMPORTAMIENTOS

NARRATIVA 5

JUEGO

Juego bélico grupal

Agresión física a un niño

Accionar

Observa el comportamiento del juego

Accionar

Dialogan Continúan juego después de dialogo

109

8.2 GRUPO FOCAL

Bienvenidas todas, la idea primero es que yo les voy a presentar la tesis, a grandes rasgos, luego

ustedes me dicen si desean participar o no en el desarrollo de esa tesis y luego pues nos

presentamos, si, si están de acuerdo. En este momento pues ustedes están siendo grabadas,

entonces si ustedes me dicen si están de acuerdo con la grabación de audio, listo. Entonces

díganme si están de acuerdo o no.

Si.

Les voy a decir entonces cuál es la problemática de la tesis: ¿cuál es la relación del juego bélico

de niños y niñas de cuatro años con las prácticas pedagógicas desde las narrativas de las

maestras en varias instituciones de las localidades de Antonio Nariño y Puente Aranda.

Cuáles son los objetivos: Hay tres

Primero, Identificar y socializar las experiencias pedagógicas de las docentes en relación con el

juego bélico

Segundo, que eso es lo que vamos a reconocer ahorita, identificar esas narrativas: Consolidar y

analizar de manera reflexiva la relación entre la práctica pedagógica y el juego bélico de los

niños y las niñas

Tercero: “construir conjuntamente unas orientaciones pedagógicas para el desarrollo del juego

bélico con la primera infancia”

Cuál es la metodología: Es un método de investigación de Acción-Reflexión en torno a la

educación, y tenemos dos técnicas de investigación: una es una investigación semiestructurada

escrita (que ya después volveremos a hablar de eso) y segundo que son las narrativas que

estamos haciendo en este momento.

Entonces ustedes me dirán si están de acuerdo o no, participando en la investigación.

Sí, estamos de acuerdo (Voz conjunta)

Bueno, ya que entonces están de acuerdo nos vamos a presentar: Vamos a decir el nombre, el

jardín de donde ustedes vienen, de donde tienen toda su experiencia, cuál es su edad, su perfil y

si han sido o no maestras de jardín de preescolar de prejardín. ¿Listo? Entonces empecemos:

Bueno, mi nombre es ANA PAOLA TIQUE, el jardín donde en estos momentos estoy trabajando se

llama Cunar baúl de colores, tengo la edad de 30 años, soy licenciada en preescolar, experiencia

cinco años, de jardín he estado durante esos cinco años (…) 4 (en la institución mencionada)

¿Bueno, pero de qué jardín venías?

Del jardín infantil BOCHICA, en (el barrio) Bochica.

110

Bueno, mi nombre es DIANA ROCIO CARDOZO, vengo (Grabación interrumpida) mi edad es 31

años, mi perfil es: Soy licenciada en educación preescolar, experiencia aquí en la secretaría llevo

dos años, y he trabajado en pre jardín una sola vez

Mi nombre es PAOLA MOLINA, vengo del jardín TRINIDAD GALÁN, allí trabajé con un grado de

jardín como medio año más o menos, tengo treinta años, soy licenciada en pedagogía infantil y

llevo tres años trabajando con la secretaría de integración Social.

Mi nombre es JEIMMY FRANCO, vengo del jardín Santander, tengo treinta años, (…) he trabajado

con los niveles de jardín y pre jardín en integración social durante un año como maestra de apoyo,

soy maestra técnica profesional en atención integral a la primera infancia, y antes trabajé en

jardines de Bienestar Familiar, donde no se manejan una sola edad sino diferentes edades, de cero

a cinco años.

Mi nombre es SANDRA MILENA FELIPE ARIZA, estoy trabajando en el jardín ACUNAR, tengo 36

años, soy auxiliar de enfermería, mi experiencia laboral es de (…) 12 años siendo enfermera.

Mi nombre es LEONOR MONTAÑO, soy Licenciada en educación preescolar, y vengo del jardín

CAMELIA, tengo 43 años y llevo tres años con la secretaría, de los cuales fui apoyo en jardín y pre

jardín dos años.

Mi nombre es AMANDA GONZÁLEZ, vengo del jardín CALIZTO TORRES, tengo 52 años, como

experiencia ya son 2 años con la secretaría de integración social, he sido maestra de apoyo

también en grados pre jardín, jardín, sala materna, párvulos, caminadores, en todos los niveles

que tiene la secretaría, mi perfil soy técnica en preescolar y pues estoy terminando mi licenciatura

en primera infancia (…)

Entonces, bueno, tenemos varios temas en general, vamos a empezar con la importancia del

juego en la primera infancia. Tenemos dos autores importantes que nos hablan de este tema,

que desde la investigación se decidieron tomar. Uno es Malahovich y el otro es Borja.

Malajovich nos dice que la primera infancia es caracterizada por ser un periodo en donde el 70%

del tiempo libre se disfruta a través del juego. Al respecto ella nos dice que el juego es un

patrimonio privilegiado de la infancia, y uno de sus derechos inalienables; pero además es una

necesidad que la escuela no solamente debe respetar, sino también favorecer a partir de las

variadas situaciones que posibiliten su despliegue. Esta expansión de las oportunidades lúdicas

ofrecerá oportunidades para el desarrollo de las capacidades representativas, la creatividad y la

imaginación, en la comunicación, entre otros.

Por otro lado, Borja nos dice que el juego en la primera infancia como desarrollo del sujeto

integral constata entre muchas otras cosas: la identidad y la potenciación de sus múltiples

dimensiones. Nos dice que el juego es en sí mismo un elemento de renovación constante.

Conforme va creando, el juego se crea situaciones, crea modos de hacer y de sentir; crea

expectativas, crea nuevas actividades, nuevas posibilidades de acción para hacer crecer.

En ese sentido, me gustaría preguntarles si ustedes consideran el juego importante en la

primera infancia y por qué. Entonces, dicen su nombre y pues su respuesta, si es importante y

por qué en la primera infancia.

111

(PAOLA) Bueno, emm, creo que si es importante, porque a partir del juego se desarrollan muchas

fortalezas, muchas habilidades, se descubren los intereses. Y creería yo que durante la experiencia

que yo tuve con jardines (…) he tenido la oportunidad de descubrir muchas cosas de ellos, (…) más

que todo los intereses propios de ellos; a partir del juego ellos proponen, ellos son los (…) autores

digamos del (…) juego de ese momento; buscan, a través de ese juego, como esos instrumentos,

como esos objetos e implementos para hacer que ese juego sea un poco más real. Creería yo que

de ahí se descubren muchas cosas… muchas habilidades, muchas destrezas, se potencia a través

de eso muchas cosas y pues ahí entra el papel del maestro como tal, que sería como fortalecer

más esos intereses de ellos.

Mi nombre es Diana, sí, me parece muy importante el juego en la primera infancia porque, si, ahí

uno también aprende a conocer más a los niños, sus intereses -como decía Paola- (…) mediante el

juego también ellos aprenden mucho, o sea no siempre esa clase que “escribamos en el tablero” o

que “vamos a escribir”, sino también se pueden trabajar mediante el juego muchas cosa y ellos

aprenden; o sea, aprenden muchas cosas mediante el juego entonces es importante también y

que ellos pues se sientan bien y se sienten bien aprendiendo mediante el juego.

Mi nombre: PAOLA MOLINA, y yo creo que el juego en la primera infancia es una interiorización de

la realidad de los niños, entonces en estas épocas modernas, creo que tiene mucho que ver con la

televisión, con la tecnología, como lo que está a la orden del día es lo que se ve reflejado en el

juego del niño, como ese protagonismo que él ve en todo el tiempo pero que en ese momento es

capaz de hacerlo por él mismo, o sea que (…) no lo tiene que observar sino él es quién es

protagonista en ese momento; entonces (en) el juego (…) el niño está interiorizando todo lo que

ve, pero al mismo tiempo él es quien (…) está llevando como la pauta o quién da la pauta para que

pueda socializar con los demás (…)

Mi nombre es JEIMMY, y para mí es muy importante el juego en la primera infancia, ya que por

medio del juego ellos son libres, se pueden expresar, y ahí puedo identificar su forma de ser, qué

le gusta, qué no le gusta. El niño por medio del juego expresa sus emociones; identifico cuáles

niños son más activos, cuáles niños son más expresivos, (…) también miro sus intereses, y me

parece que es la forma donde para ellos son protagonistas de su mismo mundo.

Soy SANDRA FELIPE, creo que, si, el juego es muy importante para los niños, creo que ellos

aprenden mucho a través del juego, se puede conocer cómo el temperamento de cada niño, como

el autoestima.

Mi nombre es LEONOR MONTAÑO, pienso que si, el juego es algo como muy importante para el

niño, es algo significativo en ellos, es algo que nace de la parte muy adentro de ellos, donde ellos

manifiestan sus experiencias, sus vivencias diarias, todo lo que ellos a diario viven en sus casas, en

sus hogares en sus familias; ellos lo traen a él. O sea, de alguna manera, u otra forma ellos

manifiestan a través del juego, cada niño tiene su forma de jugar, pues de todas maneras,

debemos de darles un espacio para eso porque eso es algo muy importante que va con ellos, es la

forma que los hace sentir a ellos más libres, con más libertad… si, dejarles ser niños, dejarles vivir

esas experiencias es lo más importante.

Mi nombre es AMANDA GONZÁLEZ, yo creo que el juego en la primera infancia es algo muy muy

muy importante en ellos por medio de la exploración, por medio del juego se van formando como

112

personas; también van descubriéndose a sí mismos, para su futuro. También el juego los hace ser

ellos mismos, sin imponerse, sino dejarlos libres que ellos elijan, el juego y pues no imponer. Yo

pienso que es dejarlos ser libres, dejarlos ser ellos dejarlos ser (…) esa imposición que se usaba

antes: “que no es que todos son iguales y todos tienen que jugar lo mismo todos tienen que hacer

lo mismo” no, darles opciones a ellos para que sean ellos y ellos mismos exploren que es lo que

quieren, qué es lo que desean, a partir también de sus intereses y necesidades.

Amanda muchas gracias. Al respecto, digamos que ese es como el siguiente paso, ¿no?,

Entonces hay una autora que se llama Graciela Sheines y ella nos dice que (…) “los adultos se

entrometen en el halito mágico de los sueños infantiles, invaden ese bastión de libertad que es

lo único que tienen los niños para resguardarse del mundo ancho y ajeno de los adultos”. Sin

embargo, otros autores también nos dicen que el juego si debe ser controlado, que si, que la

maestra debe decirles a que juegan los niños, con qué elementos deben jugar los niños, cómo

tienen que hacerlo. ¿Ustedes qué opinan al respecto? O sea, el juego debe ser libre, debe

controlado ¿Cómo creen ustedes que debe ser el juego? O ¿cómo ustedes desde su experiencia

lo hacen?

Pues yo pienso que (…) yo soy AMANDA GONZÁLEZ y yo pienso que el juego debe ser libre porque

ellos se van descubriendo a sí mismos (…) a partir de la exploración, de todas las actividades que

se realicen. Pues lo veo más por ese lado, que ellos se descubran a sí mismos. Pero con el juego

libre.

Soy PAOLA MOLINA, yo si creo que obviamente el juego debe ser libre para los niños pero desde

mi experiencia, si creo que el control no es (…) no es la palabra “control” sino como una guía, si

debe estar ahí presente, empezando porque nosotras como docentes facilitamos esos materiales,

entonces digamos que de alguna manera desde ese inicio, estamos dándole a los niños una pauta.

No es lo mismo que yo les entregue un juego de cocina, a que yo les entregue unos carritos que se

pueden arrastrar; entonces desde ahí yo estoy dando una pauta, pero si el juego, digamos, en el

momento en que los niños lo están desarrollando debe ser libre, pero sí creo que

fundamentalmente o desde mi experiencia siempre debe haber una guía durante el proceso.

Mi nombre es YEIMMY, también opino que el juego debe ser libre pero no se puede dejar unos

niños solos con unas fichas, o con unos juguetes o según el juego que estemos utilizando, porque

ellos también necesitan saber el interés de (…) para qué es, y cómo explicarles si para ellos de

encajar, pues ellos necesitan primero que se les explique para que ellos después libremente

jueguen y compartan con los demás compañeros.

Vamos a pasar al tema de los juguetes bélicos como tal. Bernadr nos (…) va a explicar cómo el

concepto de qué es un juguete bélico, él nos dice que “son aquellos objetos o instrumentos o

réplicas que imitan cualquier clase de arma de juego, sean cortas, largas, de artillería, blancas,

sean contundentes, o para arrojarlas, o que sean de puño, de corte, de asta, que sean juguetes

de guerra: como tanques, aviones de combate, armados, utilizados por las fuerzas armadas, por

la policía o bueno, algunos organismos de seguridad, o del Estado”. Por otro lado, Palla nos dice

que “a través del juguete, el niño interioriza y hace suyos los comportamientos sociales y los

valores (…) que los juguetes implican; por ello, los juguetes bélicos no son neutrales, según él, ni

simplemente un juego más, en ello está la base de lo que podemos llamar intento de

perpetuación en cierto sistema social, o de un modelo de sociedad competitiva, violenta,

113

represora, acostumbrada a vivir en el mundo de los buenos y de los malos. Se convierten en (…)

relaciones sociales es decir: el más fuerte triunfa, tiene la razón y además, que es el bueno”.

Esto es de un texto que se llama “matar y morir forman parte del juego”. (…) Bueno, ¿ustedes

qué opinan?. Como vemos, Bernal nos dice qué significa un juguete bélico y nos dice que por un

lado no (…) es malo, sino que el niño le imprime su carácter “bélico” al juguete, pero por otro

lado Palla nos dice pues que sí, realmente todos los juguetes ya tienen como un sentido para

jugarlo, y pues el niño (…) dependiendo del juguete que tenga, pues lo va a utilizar.

¿Entonces ustedes qué opinan de los juguetes bélicos en la primera infancia?

Yo soy ANA PAOLA TIQUE, creo que los juguetes bélicos es el sentido, que le da cada persona,

empezando desde las familias. Creería yo que los juegos bélicos no son malos, esa es mi opinión,

creería que eso va desde (…) la orientación que el adulto le dé al niño, desde sus primeros meses,

desde sus… ¿sí?, desde sus primeras razones, digámoslo así. Es dependiendo de cómo se utilice,

cómo se le dé la utilidad a ese elemento. Ejemplo: un cuchillo, el cuchillo para mi tiene varios

significados: es un juego bélico, si claro, es un juego bélico, porque, el cuchillo cualquiera que lo

vea o el niño que lo vea va a utilizarlo para agredir a otra persona, dependiendo del ejemplo que le

den en casa, o de la orientación que le de esta persona adulta que se encuentra al lado, ¿sí? Pero

también es un elemento de utilidad, por ejemplo, la mamá, digamos, utiliza el cuchillo para

utilizarlo en ciertos alimentos, para cortar ciertas cosas. O sea, es de utilidad, pero también nos

puede hacer daño, entonces es dependiendo de la orientación que le dé el adulto al niño.

Entonces yo digo que eso va más en la orientación desde las familias de cómo se debe utilizar esos

ciertos elementos, esos juegos bélicos.

Mi nombre es JEIMMY FRANCO, para mí el juguete bélico es más el contexto social donde se

encuentre el niño, porque no es lo mismo un niño en el campo, donde está tranquilamente, donde

de pronto no evidencia policías, carrotanques, de pronto tanta violencia como se genera en otros

lugares, y si a él le llega de repente de regalo un muñeco con una pistola, él puede decir que es un

soldado que está defendiendo la ciudad, el campo o si le llega un carro tanque, él va a pensar que

es un carro de juguete y es como el contexto donde él se encuentre así mismo lo va a manejar.

Porque no es lo mismo que llegue (…) a un niño de acá de ciudad Bolivar que le llegue un carro de

policía, y ellos ya juegan es a coger ladrones y si es un cuchillo, ya no, ellos juegan es a dar

puñaladas, a cortar a otra persona, no lo ven igual que… Según el contexto donde ellos se

encuentren.

Mi nombre es PAOLA MOLINA, yo creo que el juguete bélico representa precisamente el contexto

social donde los niños se encuentran. Entonces no creo que esté mal, no creo que sea bueno

digamos de alguna manera como esconder (u) ocultarle al niño la realidad en la que vivimos, o sea,

que estamos, por ejemplo en el contexto de Colombia, que nosotros vivimos en una guerra desde

siempre, entonces los niños desde que son pequeñitos lo que ven en la televisión, ahora mucho

más con el auge de toda la tecnología que hay, que los niños tienen acceso muy fácil a todo eso,

cualquier… empezando desde un juego de computador, ya están orientados a eso… entonces, no

se le puede ocultar la realidad, o sea, no se les va a ocultar, menos en un contexto como en

nuestro país, entonces yo pienso que el juguete bélico es también como una manera de eso, de

mostrarle también que hay diferentes realidades, no quiere decir que porque yo tenga un cuchillo,

el cuchillo me sirva expresamente para matar a otra persona, sino que con el cuchillo yo también…

114

es más yo también puedo aprenderlo a manipular para hacer muchas otras cosas, en ese caso.

Entonces es bueno mostrarles a los niños como las opciones que hay y, claro, también está el tema

del bien y el mal. Que es algo que no (…) se puede esconder al niño, bueno: “todas las personas” o

el niño sabe que “no todas las personas son buenas” y que todo el mundo hace el bien con un

cuchillo, entonces es como mostrarle esa realidad pero, darle la opción de que la conozca. Y si es

con un juguete pues sería la manera más acertada de hacerlo.

Vale, ¿alguien más? Ustedes sabían que en Colombia existe una ley que prohíbe el uso de los

juguetes bélicos?

No

Es una ley que se llama la ley 18 d 1990, esa ley dice: “Prohíbase la fabricación, importación,

distribución, venta y uso de juguetes bélicos, en todo el territorio nacional. Entiéndase por

juguetes bélicos todos aquellos objetos, instrumentos y réplicas que imiten cualquier arma de

fuego, sean cortas, largas, de artillería bueno, en fin. Entonces de esta manera vemos que en un

contexto colombiano tenemos prohibidos los juguetes bélicos; sin embargo, queremos mirar

cómo influyen no solamente el juguete sino el juego bélico en las aulas, de primera infancia.

Palla nos dice que, no se pretende la prohibición del juguete o los juguetes de guerra, sino que

se propone la idea de estudiar la conveniencia de proporcionarlos en función de otros aspectos

de la vida, tal como ustedes también lo estaban diciendo, los juguetes bélicos no parecen

estimular la agresividad, ya que a falta de la pistola, los niños apuntan con qué?

(Respuesta conjunta) Con las manos, con los dedos.

Sin que para ellos el disparo tenga el contenido que nosotros le damos, pero no conviene

generalizar demasiado, en cada caso las oportunidades de estos juguetes habrá que considerarlas

detenidamente, se entiende que la violencia nos envuelve por todas partes y que la sociedad en

que vivimos es una contradicción. Betar a juguetes a los niños cuando en ausencia de estos

acabarán por imitar aquellos comportamientos que observan a su alrededor, así pues existen

dos caminos frente: Por ejemplo: las pistolas, prohibírselas, con lo que caigo de nuevo en el

autoritarismo y la violencia y además segrego a mis hijos de su generación, de sus amigos, o

bien, permito intentando desarrollar sus capacidades. Eso nos dice él.

Por otro lado, está Vásquez y Aparicio, en un texto que se llama conversando sobre el juego, en

Cuadernos de Pedagogía. Dice: “al eliminarle al niño los juguetes agresivos, no evitas que el niño

busque sus propios juguetes agresivos (que puede ser un palo), tu no le regalas una escopeta a

un niño y él encuentra un palo, él lo convierte en una escopeta. Y luego encuentran un palo que

tenga otra forma y ya será una espada, es decir, que él se las ingenia para hacer su juguete

agresivo. ¿hasta qué punto es bueno o es malo? Yo pienso que el tener el vehículo en principio

no es malo, porque si lo que se buscará es un niño agresivo y tu lo cargas de juguetes agresivos,

estás potenciando esa situación; sin embargo hay otros dos autores: Hay uno que está de

acuerdo y otro que no está de acuerdo, con el juego bélico.

Por ejemplo Carbonel nos dice que: “me repugna ver esos fusiles, sables, lanzas, cascos, pistolas,

cañones y todas esas figuritas de soldado en manos de niños, porque con esos juegos toman

hábitos de mando que conservan y llevan más tarde a las relaciones del mundo. Como

115

alternativas a esas actividades lúdicas de carácter militar y bélico. Se apuesta por juegos

tradicionales, exentos de toda carga violenta” Eso nos dice él.

Y el otro autor nos dice: “los educadores reparan en las políticas prohibicionistas y restrictivas

del juguete de guerra no ha dado el resultado esperado, y la infancia continúa jugando y

utilizando las mismas temáticas bélicas, además de demostrar en ocasiones un comportamiento

violento o agresivo. Si se dan cuenta que el objeto de juego no es tan importante o tan decisivo

como lo pueda ser “la acción” o el uso que se haga de éste, no vasta el regalo acomodado al

niño, sino la actividad que desarrollará con él”

En ese sentido ustedes ¿Qué opinan del juego bélico, en las instituciones de educación inicial del

Distrito? ¿Están de acuerdo, no están de acuerdo, qué opinan ustedes?

Pues mi nombre es Jeimmy Franco y pues la verdad, como lo dice ahí, para que un niño tome un

juguete bélico no necesita tenerlo. Con panes allá en el jardín en la hora de las onces hacían

pistolas, y se disparaban los niños entre ellos, y si alguna profesora les llegaba a decir “no no hagas

eso”, ellos apuntaban hacia la profesora y la hacían Pan pan pan, y le decían “profe muérase”,

muérase porque cuando uno dispara se muere. Y entonces nosotros les decíamos “¿y tú a que

estás jugando?” No, es que yo juego a matar a la gente porque a mí me gusta, entonces no hay

necesidad de que haya un juguete en un lugar (de tipo bélico) para ellos hacer con cualquier cosa,

como decían: con un palo, una hoja, porque con hojas también allá cogían y las envolvían y así

fuera una envoltura muy leve para ellos eran pistolas, y era uno de los juegos que más les

gustaban entre los niños de 5 años; era el juego preferido.

Yo soy ANA PAOLA TIQUE y yo digo que yo si estoy de acuerdo en las instituciones que toquen el

tema, porque qué mejor que un docente oriente a los niños y los concientice de esta realidad. Qué

mejor que un docente busque las estrategias para de pronto llevar a cabo estos temas. Digo yo

que uno tiene que buscar estrategias, estrategias buenas ¿si?, en donde de pronto el juego bélico

no quede como el malo, sino que también quede como (…) lo bueno, que hay algo bueno que

podemos sacar de ahí, pero pues a partir del juego, a partir de la lúdica, a partir de muchas

estrategias que nosotros como docentes tenemos…

Gracias

Mi nombre es LEONOR MONTAÑO, yo pienso también que se debe educar al niño para eso,

porque de todas maneras ellos están viviendo en un país donde la realidad no se puede ocultar y

se les debe es “enseñar” es a manejar esos juguetes decirles, concientizarlos de las cosas y decirles

desde pequeños cómo se deben usar, no prohibirles, pues ellos en cualquier momento de su vida

van a tener de pronto una experiencia (…) de pronto de violencia o no de violencia, sino de pronto

de palpar esos juguetes o de relacionarse con objetos de esos o juguetes de esos, y en los medios

de comunicación también ellos eso es lo que ven. Entonces más bien instruirles y concientizarles

cómo es que deben usar y cómo es que tienen que utilizarlos y cómo es que eso no es para atacar

a las personas, sino hablarles de que no es para hacerle mal a la otra persona, sino que se

convierta en algo como lúdico para ellos.

Ok. Alguien más? Bueno, al respecto, entonces bueno, a pesar de que hay una prohibición de

algunos educadores, hay otros que de todas maneras están utilizando estos juegos y estos

juguetes sin ninguna clase de tabú, ¿sí? Sino incluso, los recomiendan como medios educativos

116

legítimos. En ese sentido ustedes qué pros, qué contras, qué aspectos positivos o negativos

encuentran en el juego bélico; entonces, la idea es que cada una piense en un aspecto positivo y

negativo del juego bélico. Y pues nos comenta.

Mi nombre es AMANDA GONZÁLEZ, yo creo que algo positivo es como la pedagogía en esa parte,

formarlos en que hay esa diferencia de la guerra y la paz llamémoslo así, y que en medio de todo

eso, se van a utilizar unos tipos de instrumentos que sabiéndolos manejar, pues obviamente no

hay que llegar a la guerra para saberlos manear o para usarlos de una forma debida ¿no?

Mi nombre es JEIMMY FRANCO, yo creo que algo positivo que puede haber en un juego en que

niños estén practicando digamos un juego bélico, o un juego entre ellos, es que podemos ver y

evidenciar cómo manejan sus emociones, hasta qué punto ellos pueden manejar sus emociones y

digamos, algo que tenga en su contra, ya que no pasará a ser un juego o una lúdica porque

quedará un aprendizaje entre ellos.

Mil gracias.

(Silencio)

Soy SANDRA FELIPE, pues yo pienso que las armas siempre, o los juego bélicos, las armas siempre

se utilizan para algo que no es bueno, entonces, de pronto algo bueno que nos puede enseñar es

enseñar a los niños pues la diferencia entre el bien y el mal. Pero pues yo si no estaría de acuerdo

que las tuvieran en un jardín. Porque yo pienso que una pistola siempre sirve para matar, no creo

que sirva para otra cosa, así sea una persona que “sea mala” se la está matando.

Mi nombre es PAOLA MOLINA, yo creo que ahí hay más que todo algo importante en pensar algo

bueno y algo malo y es que siempre se trata de confundir la violencia con la agresividad: la

agresividad es una manera de expresión que tenemos todos los seres humanos y digamos que (…)

cuando uno le da la opción al niño de jugar, o de tener un juguete bélico o de jugar un juego

bélico, le está de alguna manera canalizando digamos ese tipo de emociones… de lo que

hablábamos ahorita; ese sería el aspecto positivo, es canalizar emociones, no quiere decir que las

emociones negativas sean malas, porque de hecho todos los seres humanos las tenemos,

entonces, de pronto no es confundir violencia, osea que si el niño tiene la pistola entonces tiene

que ir a pegarle al otro niño y hacerle un morado en su cara porque entonces ahí ya estaríamos

entonces entrando en otro aspecto. Pero si, digamos que si el niño grita, si el niño está

expresando, y estamos canalizando, ayudando a canalizar de alguna manera, o sea, estamos

facilitando dentro de las instituciones de primera infancia del distrito esos momentos. Pues a mí

me parece que algo positivo, pues eso: se canaliza una emoción que no es mala. Y algo positivo, lo

que digo, si se confunde ya con violencia, y no hay, digamos, como un “pare” (…) no se tiene como

cuidado con eso, pues ahí si nos va a generar inconvenientes dentro de la institución. Eso si nos va

a crear inconvenientes. Entonces es un lado positivo y un lado negativo.

Yo soy ANA PAOLA TIQUE, creo que el aspecto positivo es darle una utilidad al elemento, en este

caso al juego bélico, es buscar las diferentes opciones de utilidad, a través del juego, creería

también que pues ese es el aspecto positivo ¿no? Y el aspecto negativo es pues que realmente hay

niños y niñas que deben ser orientados porque pues utilizan o dan una mala utilidad a estos

117

elementos, si no tienen la orientación de la familia. Entonces ejemplos: sigo yo con mi cuchillo,

entonces con el cuchillo, con el revólver, con lo que sea, con la macheta, con la peinilla en el

campo lo pueden utilizar para agricultura, en el caso de la macheta y el cuchillo se pueden utilizar

para hacernos grandes chefs, en el revólver para ser buenos y excelentes policías, que cuidan a

nuestra ciudad, entonces es como buscarle la vida útil a ese elemento y simbolizarlo a través de

los juegos.

Bueno, soy JANETH MONTAÑO, pienso que si se puede sacar algo positivo siempre y cuando se le

de el mejor aprovechamiento (…) de esos objetos en los niños, depende también la explicación

que se de a los niños de para qué son. Decirle al niño bien, explicarle bien para qué es y no es para

hacerle mal al otro, sino para un juego, para compartir con el otro pero sin hacerle daño al otro.

Tranquilas que eso se puede editar… ustedes si son más chistosas

Tal como ustedes estaban diciendo, a veces en los juegos hay afectaciones físicas, o incluso

emocionales en el juego bélico. Ustedes cuando están con los niños y las niñas y observan de

pronto esa afectación física hacia el otro ¿ustedes qué hacen?

Yo, ANA PAOLA TIQUE, lo primero que hago, porque si me ha sucedido muchísimo, tuve una

experiencia en el Bochica de que un niño utilizó (…) no sé, yo todavía este es el momento que no

he comprendido si ese lazo era un juego bélico, pero pues en ese momento lo utilizaron jugando a

la guerra, y amarraron al niño contra (…) una especie de varilla que hay en la parte trasera en el

jardín. ¿Si?

Lo amarraron

Si. Lo amarraron, entonces “no, es que usted es nuestro preso, ud es nuestro rehén, y que

nosotros (…)” y se vinieron en grupo, eran niños, un grupo de 35 niños de las edades entre 4 y (…)

casi los cinco cumplidos, entonces pues utilizaron este lazo para amarrar el niño, el niño se sintió

agredido en ese momento, entonces, cuando (…) yo vi ese juego, fue que se dividieron en bandos,

de más o menos 15 niños, yo lo primero que hice… bueno, les dije bueno, vamos a hablar todos…

me acerqué a ellos, me bajé al nivel de ellos, me senté, todos hicimos una especie de círculo, y

hablamos sobre el tema. Yo les decía: “pues lo bueno (…) de este juego, como que les di mi punto

de vista de lo bueno y de lo malo que yo veía en ese juego, entonces cuando ellos comenzaron a

ver lo bueno, como que “ahh que chévere que bien, que rico” profe, pues ¿si? Como que todos

contentos, pero cuando comencé yo a dar mi punto de vista malo, a decirles “mire, esto no se

hace, porque le causaron tales marcas en el cuerpo al niño, el niño se puso a llorar, se sintió

agredido, entonces (les dijo) ¿qué vamos a hacer al respecto?; entonces como que los hice

concientizar, del mal que le estaban haciendo al niño, de lo malo que les (…) como la mala utilidad

que le estábamos dando a ese elemento. Si, entonces era como hacerlos reaccionar de alguna otra

manera, y pues ellos, comenzaron como a darse cuenta, como a reaccionar, digámoslo, si sobre

ese tema, fue, pues para mi fue duro, porque pues nunca lo había visto, y ese día lo evidencié,

igual ya ellos entendieron de que pues estaba mal hecho, o sea en ese momento estaba mal

hecho, le dieron esa buena utilidad a ese lazo, fue importante ese lazo, lo utilizaron... yo les dije

esto nos sirve para saltar, esto nos sirve para jugar esto... pero nunca para agredir a las demás

personas. Entonces, nada, todos comprendieron, después de un buen tiempo.

118

Mi nombre es DIANA, para mi es importante, o sea, si yo evidencio pues digamos que una agresión

de un niño hacia otro, yo le doy la oportunidad de pronto al niño de que me cuente, de pronto

dónde observó eso, ese tipo de comportamiento (…). Me ha sucedido acá con mi nivel, he tratado

pues (…) he dialogado con algunos niños (…) acerca de algunos comportamientos que tienen. Ellos

me cuentan, que bueno, que mi tío, es así, que lo han visto en la casa, que mi tío hace esto,

entonces pues yo, o sea trato de decirles a ellos que no, que eso no está bien, que pues pobrecito

el otro niño, que a él le duele, digamos ellos cogen el taladro, ellos tienen pues unos juguetes, (…)

como un (juego de) herramienta, también lo cogen como pistola, y eso pues (…) de pronto no lo

tratan de usar, o sea lo usan muy bruscamente, le pegan, lo empujan, lo hacen caer… entonces yo

digo que no, que eso no está bien, que tienen que ser más suave el juego, o sea, tampoco les

prohíbo que… no les digo a toda hora que eso es malo ni nada, sino, pues trato de decirles que con

más suavidad, a los niños para que no (…) porque los golpes pues… a nadie le gusta que le peguen;

entonces yo les dialogo mucho.

Mi nombre es JEIMMY FRANCO, la experiencia que tengo en estos momentos es precisamente, (…)

un juego entre ellos, simplemente, el año antepasado, el día de los niños las maestras teníamos

que ir disfrazadas, de lo que quisiéramos, de algún personaje, yo me fui disfrazada de militar,

entonces en ese momento que yo ingreso al aula de jardín, resulta que una de las niñas se para y

me dice: “la odio… usted por qué está así? ¿Por qué viene así vestida? Profe quítese eso, la odio,

usted sigue así, la odio, la detesto, pues mi reacción fue decirle a las niña: ¿Sara que te pasa?, ¿por

qué me hablas así?. Ella arrancó en llanto, entonces yo me sentí como muy mal porque yo dije:

“no entiendo por qué la niña reacciona así, inmediatamente me fui me cambié, porque sentí que

con ese vestuario estaba haciéndole daño a la niña, cuando yo me acerqué hacia la niña, y ya ella

me vio sin el disfraz, ella me abrazó y se puso a llorar, y yo le dije ¿qué te pasa? Cuéntame qué es

lo que pasa.

Me dice: “lo que pasa es que esa gente se llevó a mi papá, ellos se llevaron a mi papá y yo la odio

porque yo no puedo ver a mi papito por ellos, por culpa de ellos”. Entonces pues inmediatamente

ya me cambié yo, hablamos un rato, después si hablé con la maestra de la niña porque yo era

apoyo en ese momento, y pues ella me cuenta que el papá era una persona que utilizaba drogas,

vendía drogas y pues estaba en la cárcel. Entonces la niña con el uniforme me identificó no como

álquien bueno, sino alguien malo, porque desfavorablemente ahorita en la sociedad que estamos,

los buenos resultamos siendo malos porque por unos pagan todos, y la mentalidad de los niños

(…) en ese sector de Santander, vienen de una problemática de (…) drogadicción, psicoactivos, y

muchos de esos papás están presos, entonces ellos me veían era como algo tenaz, algo malo,

decían “toca matar a ese polichia” “polichia malo, los polichías son malos, toca matarlos” y habían

unos niños que me hacían “pun pun matar policía, porque al policía hay que matarlo” entonces

sigo diciendo que es según el contexto donde se encuentre el niño.

Bueno, cuando suceden estas clases de eventos, ustedes generalmente hablan con los papás, o

realmente no siempre le comunican, según el juego, según la situación, o… bueno cómo es la

información que ustedes manejan con los papás al respecto del juego bélico, tenga o no

afectación física

Soy PAOLA MOLINA, desde mi experiencia creo que digamos, cuando yo lo hago, cuando comunico

a un papá, precisamente es porque hay una afectación física, por lo general, entonces si el niño

119

lleva (…) un golpe o un rasguño entonces ya ahí hay que comentarle al papá, qué fue lo que pasó,

que estaba jugando con los elementos que ellos creían eran como pistolas y el niño lo cogió y le

pegó al otro, pero digamos que… personalmente, cuando no hay algo relevante que pase, pienso

que hace parte del juego, entonces de pronto no le digo al papá: “no papá es que el niño hoy jugó

con el taladro de la herramienta, jugó a que fuera una pistola, entonces qué es lo que está

pasando, porque yo no lo veo como algo negativo, lo veo igual como cualquier otro tipo de juego,

sé que el niño se encuentra dentro de un contexto de juego, y que su intención no es hacer o

causarle daño a otro niño, entonces personalmente no lo hago; cuando hay una afectación física,

si porque obviamente, hay que hablar con los papás.

Mi nombre es JEIMMY FRANCO, cuando sucedió lo de la niña, pues a la primera persona que me

dirigí fue a la maestra, pues como para que ella me diera a entender la reacción de la niña porque

no tenía ningún conocimiento de todo lo que pasaba, y pues de ahí se habló con la mamá, (...) y se

empezó un proceso en psicología, para que la niña pues empezara a entender los diferentes roles

de las demás personas.

Por otro lado, (…) nosotros siempre vamos a estar relacionados con la cuestión de los medios de

comunicación, con videojuegos, con los mismos comportamientos de las familias, con los

contextos, todo eso. Miguel Mongue, nos dice que los medios de comunicación y el mercado

favorecen a factores socioculturales como responsables de la actitud violenta de los juegos

infantiles, pues la atmósfera de violencia que la humanidad actualmente respira, motiva a la

infancia y a la juventud a realizar actos reprobables, no solamente la prensa, la radio, el cine y la

televisión; incluso, plácidos cuentos y revistas infantiles de otros tiempos han sido sustituidos de

manera que ahora su contenido corriente son escenas y personajes escalofriantes. Álvarez, que

es otro autor, nos dice (…) en un texto que se llama “el juguete como instrumento educativo”

nos dice que no se debe alentar el espíritu belicista del niño ni facilitarle el acceso a hábitos que

pueden considerarse negativos, para la convivencia social, pero también hay que advertir que

cualquier tipo de prohibición puede dar resultados contraproducentes, además (…) en cualquier

momento el niño puede convertir “en tanque una caja de zapatos” que antes servía de tren y de

escopeta el palo con que hacía equilibrio, hay que tener en cuenta que nuestros sentimientos

hacia lo bélico responde a unas determinadas experiencias que nos condicionan negativamente,

el niño, en cambio (…), carece de esa experiencia, por tanto, hacer la guerra, jugar a la guerra no

deja de tener más trascendencia de la que le brinda la fantasía; otra cosa es que fuera del juego

el niño tenga acceso a estas experiencias ajenas, que puedan condicionar su imaginación o

quitarle ese halo de ingenuidad propia de la mente infantil. El último autor nos dice, Palla, que si

se le niega al niño el juguete bélico, aparte que simulará disparar con el dedo, o utilizar otra cosa

como supuesta pistola o fusil, puede despertar en él por reacción un interés morboso: el niño ve

agresividad en todas partes y no digamos en televisión, y cómo negarle la evidencia, el niño

como fruto de nuestra sociedad tiene un potencial agresivo, que lo descargue o no,

ocasionalmente en el juego ignoramos hasta qué punto, le libraría en él en el futuro, pero es

seguro, lo que jugar a guerras no hará de él un hombre agresivo.

¿Ustedes qué opinan al respecto de todas estos bombardeos sociales que continuamente el niño

recibe, y que muchas veces pues lo refleja en sus juegos bélicos?

120

Mi nombre es JEIMMY, creo que los niños por medio de los juegos bélicos, es donde ellos

expresan su diario vivir, lo que están viviendo porque como, pues algún autor nos dice que ellos

ven violencia en todo lado, y los niños ven violencia en la casa, en la televisión, salen a la esquina y

no más con ir a la tienda ya están viendo violencia, y ellos por medio de esos juegos es donde

expresan todo lo que están viviendo en el diario vivir de ellos, entonces creo que es deber de

nosotras identificarlos, en qué circunstancias se encuentra afectivamente el niño

Soy SANDRA, yo pienso que los medios de comunicación influyen mucho en los niños, los juegos

los play station, todo eso influyen mucho, pero no todos los niños que jueguen esto, que juegan

esto llegan a ser asesinos en un futuro. Sino que va como en la enseñanza que se les de a ellos, en

la orientación de los padres.

Bueno, finalmente, a mi me gustaría escuchar cómo en cada una, qué experiencia ha tenido

frente al juego bélico. Digamos que Jeimmy y Paola nos han comentado pues como algunas

experiencias, pero si me gustaría saber otras experiencias que de pronto ustedes hayan tenido al

respecto.

Bueno, les voy a contar una mía: yo estuve en un jardín de (…) Rafael Uribe Uribe, y estaba en el

patio, todos los niños estaban jugando y yo estaba ahí como observándolos, cuando los niños

entre ellos, los niños hombres estaban jugando a matarse, pero señalando la pistola con sus

dedos. Una niña, se acercó y me dijo: Profe, (ella estaba llorando) profe, ese niño está jugando

con armas, pero pues yo en ese momento tampoco le veía como la importancia y no sabía cuál

era la relación en que ella estuviera llorando y en que los niños estuvieran jugando con armas.

Entonces yo le dije a la niña: “Bueno pero tú porqué estás llorando?” ¡profe, es que ese niño me

mató, me mató con el dedo”. De ahí resultó el interés también por la investigación. Entonces me

gustaría saber ustedes también qué otras experiencias tienen.

Bueno, pues yo voy a contar una, de Calixto (el nombre del jardín), cuando tuve el nivel de pre

jardín, yo tenía un niño que el papá (…) estaba en la cárcel, por asesinato. Entonces una vez, un

niño estaba (…) con el mismo taladro, estaban jugando a pistola, entonces el niño como que

estaba así, por allá como asustado; yo si le vi la cara como de susto, entonces yo lo llamé yo le dije

“Marlon, ven un momentico. ¿qué tienes?”. El niño era muy tímido, pues el casi no hablaba, pero

pues (…) yo le inspiraba mucha confianza, él si pues me hablaba, me contaba a mi cosas, pues no

muchas pero si me hablaba, y lo que yo le preguntaba pues él me lo respondía. Entonces yo le dije

“¿Qué tienes, por qué estás así?” y me dijo – Ah es que yo no quiero jugar a lo que está jugando

Luís. Y yo le dije -¿Por qué? Me dijo: -Porque es que mi papá, por eso está en la cárcel -me dijo así-

. El niño ya sabía y yo (…) en ese momento (…) yo lo escuchaba y yo le dije a él (…) la reacción que

yo tuve fue: yo lo abracé y le di un besito. Esa fue la reacción que yo tuve con él.

Mi nombre es JEIMMY, en una actividad que hicimos de juegos de roles, en uno era a disfrazarse

de mamás, de papás, de llevar tacones, llevaron corbatas, y para mí fue (…) muy significativo ver

cómo jugaban dos niñas, y ella le decía “-Y usted es la mamá, y yo soy el papá”. Y entonces ellos

imitaban un diario vivir en la casa, y más fue cuando llega el papá, que era otra niña que hacía el

papel de papá, y la coge del cabello y le dice: “-Haga bien las cosas!”. Para mí fue… yo: “-No, no la

cojas así” – Si porque estamos jugando profe. Yo las dejé seguir jugando, porque yo quería mirar

para ella qué más era jugar a ser la mamá y el papá, entonces la otra niña decía: “-No yo ya no

quiero jugar, porque usted me coge muy duro el cabello”. Y ella le decía: “-Pero si así llega mi papá

121

todos los días y coge a mi mamá y él le pega y le pega duro, porque hasta que le sale sangre!”. Mi

reacción fue, involucrarme dentro del juego, que no debió haber sido, porque era en unos

rincones, pero me involucré a hablar con las niñas y decirles: “No, esta vez el papá no pega, esta

vez el papá va a llegar contento, va a llegar feliz”. Bueno, ya a la otra niña no le pareció tan

chévere, entonces dijo no, ya no quiero jugar a eso, ya se quitó el disfraz y (…) para ellas no fue

interesante, pero para mí fue pues como muy triste, muy triste ver esa realidad porque pues,

hablamos después con la mamita y pues ella nunca había dicho nada de maltrato intrafamiliar, y

después de que se pasó al psicólogo, ella habló y pues esa mamá recibía mucho maltrato, físico,

psicológico, demasiado, era una mamá que estaba siendo víctima de maltrato, múltiples

maltratos, y ella decidió hablar, y tomar una decisión a raíz de la ocasión del juego como la niña

había actuado, entonces fue algo que sinceramente me dejó muy impactada.

Yo soy ANA PAOLA TIQUE, yo tuve una experiencia que hasta hace poco todavía no he podido

olvidar, y yo creo que eso me marcó para toda la vida, (…) del Jardín Infantil Bochica tuve dos

niñas, dos hermanitas: una de caminadores, la más pequeña tenía dos años, y la siguiente, en los

siguientes seis meses, en los primeros seis meses del año laboral allá estuve con Hanna, de dos

años, a los seis meses me cambiaron porque era auxiliar en ese momento, me cambiaron para

jardín, estuve con la hermana, entre cuatro y medio, casi cinco (años de edad tenía esta última

niña). Compartí con ellas estas dos niñas, ninguna de las dos mostraron ningún tipo de agresividad,

tanto la pequeña como la grande nunca tuvieron algo que (…) hiciera sospechar de algo, si como…

entonces con la pequeña no tanto, porque era una niña muy feliz, era una niña completa, en

medio de todo era una niña “normal”. La grande, que se supone que era entre los cuatro y medio

casi cinco, se supone que debería haber mostrado en medio de todos sus juegos de roles con sus

compañeritos, porque se les daba mucha libertad allá, entonces nunca se evidenció algún tipo de

maltrato, que ella reflejara que estaba viviendo algo tan terrible en su casa. Sus padres, la mamá, y

el papá… yo me relacionaba con ellos, junto con mi compañera porque yo era de apoyo y la

compañera era titular, nunca evidenciamos ningún tipo de maltrato, sin embargo, la mamá

siempre mostraba una tristeza… pues algo se veía en su rostro, pero pues nunca de pronto fue un

error grande, no haberle hecho como un seguimiento, a esos gestos, a esa tristeza que ella

mostraba. No sé, le preguntábamos pero siempre decía No, no, no; pero nunca indagábamos qué

era lo que pasaba.

Esta niña, la mayorcita, siempre era muy feliz, le gustaba mucho jugar al papá y a la mamá, pero

siempre mostraba todo lo contrario que se supone que estaba viviendo en ese momento pues (…)

creo que estaban viviendo un maltrato tenaz. Hicimos un seguimiento porque ellos llegaban muy

tarde, en las tardes al recoger los niños siempre llegaban muy tarde, o a veces llegaba gente

diferente a ellos. Mandaban hermanos, primos, abuelos… Todos los días era una persona

diferente. Hace poco me enteré de ellos, porque yo tuve la oportunidad de graduarlos a ellos,

junto con mi compañera… de que el papá mató a la mamá, mató a las dos niñas, y se mató él. Hoy

en día usted no sabe, osea yo solamente lo sé con mi compañera, nos echamos de pronto la

culpa… porque no hicimos algo. Pero porque tampoco evidenciamos eso en las niñas, tuvimos la

oportunidad de tenerlas ese último año, y nunca evidenciamos nada, nunca vimos nada malo.

Entonces también digo que esa es una experiencia para mí fue muy traumática porque yo la tengo

en fotos. Nosotras tenemos que recoger muchas evidencias, de todas las actividades que tenemos,

y como yo compartí tanto tiempo con ella, en ese sentido: su graduación, todo, de la niña chiquita

122

y la grande. Un año con ellas dos. Fue muy duro porque en mis manos hubiera podido hacer cosas

que no las hice, y esa es una experiencia que de pronto a mí nunca se me va a olvidar. Hoy

casualmente, que estamos haciendo todo este trabajo, hablaba con una compañera: le decía que

tan rico es y tan importante es saber indagar, de esas familias cuando uno las ve así, porque

muchas veces pasa lo que pasa y en las manos de uno está poder evitar algo, algo. Así sea lo más

mínimo. Si uno las ve con esa cara de tristeza preguntar, indagar, mirar, siempre estar ahí,

presente como ayuda, esa es una experiencia que nunca en la vida se me va a mí a olvidar.

Vale, ¿alguien quiere compartir de pronto su experiencia? Bueno la que tú me contabas

Amandita la experiencia tuya de Camilo

Ah de Camilo, mi nombre es AMANDA GONZÁLEZ y específicamente, hoy, tuve una experiencia

que me dejó como fuera de base, porque la verdad no supe… lo único que hice fue cogerlo y

guardarlo. Porque iba a hacerle al compañerito lo mismo… Yo le dije No no no,

Pero cuéntanos desde el principio qué pasó.

Les di unas cajas de fichas, de diferentes formas. Entre las fichas iba un cuchillo de plástico, resulta

que uno de los niños, cogió el cuchillo de plástico, se lo pasó por la garganta, en varias ocasiones,

hizo así. Yo le dije “¿Camilo qué estás haciendo?” jumm no me paró bolas, y salió y se fue, pero me

dio el cuchillo. Al momentico volvió y lo cogió pero era ya a hacerle a otro niño. Ahí le quité yo el

cuchillo y lo guardé, pero la verdad no supe qué hacer, simplemente lo guardé. Me cogió fuera de

base, porque pues nunca uno (…) nunca espera que un niño vaya a hacer eso. Y pues también el

contexto en el que vive, porque Camilo en sí es un poco agresivo, es, yo creo, de los más agresivos.

Listo, alguien más?

(Charla momentánea)

En Calixto, estábamos todos en el comedor y había también un niño de Carmen Rosita, había un

niño que también, ese niño era supremamente agresivo, estábamos en el comedor, y le dije yo: “-

No señor, no tienes por qué pegarle a los demás!, tú tienes que sentarte y tienes que comer

juicioso”. ¿Sabe qué me hizo con la mano? Phuhh

Le disparó

Si. Él como que esperaba que con eso yo me desplomara, porque él siguió haciendo así cada que

me veía… Pero era cada que me veía… y así. Y yo “este culica…” pero me parecía pues chistoso,

pero vaya a saber uno en qué… y como a esa edad, y en un contexto como de recicladores…

Entonces uno dice: Algo habrá visto o estará viviendo.

Entonces yo quería agradecerles a todas por la participación, si quieren yo tengo aquí el audio,

entonces en cualquier momento si quieren se los envío para que ustedes lo tengan por ahí,

obviamente yo tengo que sistematizar, todo lo que me contaron. Entonces yo les envío la

información igual cuando tenga la tesis avalada también se las envío. Van a estar ustedes con

nombre propio, bueno, si quieren ¿no?. Entonces bueno, gracias,

123

8.3 ENTREVISTAS

Tú te acuerdas que la vez pasada nos habíamos reunido, y que yo les había comentado más o

menos lo de la tesis de la universidad de Juego bélico ¿recuerdas? Que nos habíamos reunido,

que habíamos hecho como un grupo ahí, que habíamos hablado de las narrativas respecto al

juego bélico ¿Recuerdas?

Si

Ahorita vamos en la segunda etapa, son dos: una que es esas narrativas, y la segunda, es

digamos algo como más personalizado, digamos como una entrevista pero como más habladita,

no tan formal ni nada de esas cosas. Tú te acuerdas de la experiencia que nos habías contado ¿si

sabes? De Camilo ¿la tienes presente? ¿Cómo era?

Bueno, pues me llamó la atención y me produjo bastante curiosidad lo del cuchillo. Pues es un

cuchillo de plástico, de juguete… cuando, ahí encima, y era el único que había no había más de

juguete ese día, en (… el juego) de locita. Él lo cogió y entonces empezó a hacer así a colocarlo (en

su) cuello

¿Cómo lo has visto?

(En tono de secreto)Él ha cambiado mucho. Pero muchísimo. Lo único, la única falla que tiene

Camilito es que es supremamente disperso: él, va a hacer uno una actividad con él… está dos

segundos, es que ni siquiera un minuto, está sentado y cuando de pronto está allá correteando, y

todos los compañeros haciendo la actividad. Es como lo único, pero en cuanto a agresividad ha

cambiado mucho. Él es muy tierno.

Digamos, en ese momento que él te cogió así como fuera de base

¿Con lo del cuchillo? Ah yo le quité y se lo escondí

(Risas)

En este momento, si tuvieras lo mismo ¿qué harías? O sea, harías lo mismo, o harías otra cosa?

No, de pronto yo preguntaría: ¿dónde ha visto eso? Si él lo hizo yo pienso que él lo vio en algún

lado o con el cuchillo, porque ¿cómo va a saber que el cuchillo…? Por qué se lo puso (en el

cuello…) como si fuera cortándose, pues yo creo que él lo vio en alguna parte (…) en ese momento

yo le pregunto: “Oye tu dónde viste esa”

¿Tú le contaste a los papás o no?

No, yo se lo conté a Paola

124

Por ejemplo, tú ¿qué consejo les darías a esas maestras que se enfrenten a lo mismo? O como

qué estrategias tú le dirías “haz esto en dado caso…”

Yo les diría o (…) igual no lo hemos hecho tampoco, en qué se utiliza y para qué sirve un cuchillo,

para qué sirve una cuchara, para qué sirve un tenedor. Y le cambiaría como la concepción de que

el cuchillo en el momento en que está (colocándolo en su cuello) eso no es para eso, eso es para

cortar la carne, para comer, se utiliza en el momento de la comida, sería pues…

Como estrategia pedagógica…

Tú crees que los medios de comunicación o los videojuegos inciden en esos comportamientos de

los chicos? o sencillamente es un juego, en ese caso, en el caso de Camilo.

Yo creería que los videojuegos influyen mucho, en los comportamientos de los niños. Sí, porque

ellos repiten acá lo que hacen en la casa.

Pero él por ejemplo vive en algún contexto… ¿agresivo o no?

Pues no sé hasta qué punto, porque pues yo ya lo he visto. Ahorita ya no tanto porque yo ya lo he

visto. Pues ahora no tanto (…) a los niños se les iba con el puño cerrado, así… pero con esa… y les

hacía así en la cabeza. Entonces el niño empezó… entonces son cosas que él ha visto en la casa y

seguro se las han hecho ahí

Pero tú nunca le has preguntado…

Le he dicho a Paola. Yo se lo comento es a ella (…) y me imagino (…) no sé si de pronto ella habrá

hablado con algún papá. Pero es como con esa rabia, con esa cosa que se le va… pero a la cabeza

de los niños. Entonces le decía yo a Paola ¿será que en la casa le hacen lo mismo?

¿Porque él cómo va a saber que esto y a hacerle así en la cabeza…? y es otra de las cosas que le he

visto, pero (…) ahorita el niño ha cambiado mucho. Sigue disperso igual… (Risas) pero en cuanto a

la agresividad si, él ha cambiado mucho.

Entonces digamos que el consejo que tú les darías a los maestros sería que lo enfrenten

pedagógicamente, y que hablen

Primero yo le preguntaría… o yo le hubiera, pero ese día no lo hice, que dónde lo vio o por qué

está haciendo él eso. Pero es que Camilito tampoco articula, él no se defiende de nada.

¿Tú crees que es el mismo juego entre niños y niñas? ¿O sea, por ejemplo, tú eres una niña, tu

harías eso?

Acá, no creo.

O en otros jardines

Bueno, de pronto en otro lado, pero no

¿Por qué crees que es como más fuerte con los niños?

Porque ellos están como en ese contacto directo (o…) ellos son más rudos, el juego en sí con los

papás, también es más brusco, más agresivo. Porque con Samuel y todo… un bebé, él lo estaba

125

mordiendo. Él le cogía la mano y se la mordía. Entonces nosotros le preguntamos…: “no profe es

que en la casa estamos jugando, jugamos, nosotros nos mordemos, él nos muerde”. Entonces le

dije al papá: mira lo que está haciendo el niño…

Entonces no siempre tiene que ver con contextos agresivos, sino también con los mismos juegos

que se generan con la familia

Eso.

Ah, listo, eso era todo. ¿Y qué cómo te ha ido? ¿Bien?

Dianita

Y entonces dijo e inmediatamente pues yo lo vi (…) le pregunté ¿qué tienes Marlon?

Entonces Marlon me dijo:

“Es que lo que pasa es que mi papá está en la cárcel y pues yo no quiero jugar a eso porque mi

papá mató a una persona y él está en la cárcel por eso”

Gesto afirmativo

Eso fue lo que él me dijo

Esa fue la experiencia que tú nos habías contado en ese momento

Si

Efectivamente. Digamos que tú qué acción tuviste al respecto, o sea que acción tu…

Osea yo lo vi triste… qué se yo: Abrazarlo

Eso fue lo que tú hiciste

Si… lo abracé y le di un besito y le dije que lo quería mucho y le dije que no pensara esas cosas que

pues… bueno el papito estaba era por error (…) y cometió ese error pero que él pronto lo iba a

ver… bueno y entonces le empecé a hablar así… “el papi pronto va a salir y tu vas a estar con él y

tu vas a compartir…”. Entonces lo que hice yo fue abrazarlo. Esa fue la reacción mía en ese

momento: yo lo abracé.

Y tú les comentaste eso a los papás

A la mamita

Y qué te dijo la mamá

La mamá se le aguaron los ojos. Lloró

Y tú qué le dijiste

Entonces yo le dije “Ay mamita (…)” Pues (…) yo no le demostré debilidad al niño porque yo lo que

hice fue abrazarlo y yo lo que hice fue demostrar que estaba feliz y pues no me puse triste como él

porque yo quería que él subiera el ánimo y al yo ponerme triste pues obviamente (…) osea, yo no

quería demostrar eso al niño.

126

Y pues la mamá me dijo: “si (…)”

El pues no le gustan las pistolas, él ve por ahí pistolas de agua y pues a él le da miedo; no le gusta

jugar con eso.

¿Por qué?

Pues porque él me dice que pues (…) el niño supo que el papá mató y pues

Y tú sabías eso, tu conocías

Si…eso me lo habían comentado mis compañeras…pues porque yo llegué nueva (…) entonces yo

llevaba como dos meses ahí; pero entonces (…) los niños se apegaron mucho a mi (…) yo llegué y

de una vez yo cogí ese nivel pues porque la maestra estaba en licencia de maternidad, entonces yo

llegué a coger el nivel. Entonces yo llevaba más o menos dos meses y pues mis compañeras ellas

que llevaban más años ahí ellas me contaban así por encima la situación.

Y fue un papá de ahí, de una compañerita de él; o sea de ahí mismo del jardín

Uy… y habían problemas entre los…

Y eran como amigos y pues yo no sé… eso fue lo que me contaron ellas.

Pues en realidad yo con la mamita no he hablado mucho de eso porque, pues yo si sentía que ella

como que le hacía mucho mal hablar de eso (…) no era fácil para ella, entonces como que yo

trataba de no tocar ese tema pero ella si me confiaba mucho y de pronto me agradecía mucho que

yo le consintiera al niño, que yo lo quería que yo era muy cariñosa con él, y el niño pues siempre

era feliz conmigo, y él llegaba y le decían (ella me contaba) “lo voy a llevar al jardín” y él se ponía

contento y todo, que la profe pues porque (…) yo siempre he sido muy cariñosa con todos los

niños; entonces la mamita me agradecía mucho eso, y yo lo consentía mucho…

¿Y a él por ejemplo qué le gustaba jugar?

Ah le gustaban los carritos

Los carros, nada de pistolas…

Los carritos e ir al parque, eso sí le encantaba (…) y digamos, cuándo hacíamos tarea, él también le

gustaba escribir, rayar con crayola, la pintura, pero así cosas así de que (…)

Jugar a matar ni nada de esas cosas

Ni que se pegan… y era un niño muy respetuoso con las niñas, no les pegaba, no le gustaba pelear,

super…

Y qué edad tenía el niño en ese momento?

El niño tenía tres y medio

Más o menos

Si

127

Ah listo Dianita em… Tú qué estrategias les darías a las maestras que se enfrenten como a lo

mismo, qué les dirías tú, qué le aconsejarías como a las profes que de pronto estén, por ejemplo

ahora con ese mismo niño y que no conozcan sobre eso, tu qué estrategia le darías a ellas, a

ellas o a otras, en las escenas sobre juego bélico, tú qué les aconsejarías?

Pues yo qué les diría… pues (silencio) no se me viene a la cabeza… pues yo qué le diría… que coger

ese momento como yo actué (…) frente a eso cuando el niño me dijo, osea yo lo que hice fue

brindarle como mucho afecto y todo

Osea esa sería la estrategia tuya: la afectividad

Si.

Listo dianita, eso es todo, eso era lo que te quería molestar, y me haces un favor: me llamas a

Paola, Paola Tique. Gracias

Bueno

Ohhh

Me da risa porque, estábamos asustadas

¿Amanda?

Si

Ay mira…

¿Y por qué?

Porque fue que yo le dije: “mira estoy en las narrativas yo le voy a ayudar a redactar en el

proyecto”

Y ella no me hizo caso. Y la respuesta de no tenerla ahorita fue porque yo le hice y estoy

esperando que ella conteste ¿si me entiendes? Entonces ahorita me le vine… Cuando Diana llegó

“Que la necesitan” y ella le dijo venga: “Amanda, tu eres encargada de eso dime cuál es el tema y

está así asustada…

¿Te acuerdas?

Si

¡No te preocupes!

Yo, ¿qué le pasó le fue bien?

Pues vamos en la segunda etapa. La primera etapa era con esas narrativas que habíamos hecho

como en grupo focal que nos sentamos todas a hablar al respecto y ya la otra es como un

momento más individual para hablar sobre el juego bélico… ¿sí? Pero pues digamos de una

manera… digámoslo como un estilo como entrevista, como una entrevista semi-estructurada (…)

Tú sabes que me toca grabar…

128

Entonces ¿tu recuerdas de cuál fue la experiencia que tú me habías contado? (…) De qué

experiencia era la que me habías contado a cerca del juego bélico?... De unos niños que tú les

habías dado unos lazos… ¿recuerdas?

Ahh si recuerdo… de la chica

¿Recuerdas más o menos?

Si, en el Bochica

Pero bueno. Y que tu empezaste como a preguntarles después de eso para qué sirven los lazos,

como para indagarles a ellos como otras alternativas de juego y no solamente… como que eso

¿si?

Si porque cogieron fue con los lazos, a amarrar los niños.

Entonces, ya que tenemos esa experiencia ¿cierto? Emmm…

(Interrupción por envío de refrigerio)

Entonces la idea es saber qué acciones tu tuviste al respecto ¿sí? Osea, cómo qué tu viste (…) te

diste cuenta que los chicos estaban jugando a eso en ese momento, pero bueno, tú qué hiciste al

respecto ¿te acuerdas o no te acuerdas?

Pero o sea… si yo me acuerdo, yo me comencé fue a (…) nos reunimos y yo les dije que por qué

ellos estaban haciendo ese tipo de cosas o por qué estaban ellos reaccionando de esa manera con

el lazo si el lazo es para trabajarlo en diferentes formas: para jugar de diferentes formas y no de

esa manera; entonces (a) ellos yo comencé fue a indagarles y a decirles que por qué lo hacían y

ellos (…) digamos desde sus contextos familiares tenían evidencias o experiencias o ese tipo de

experiencias

Como qué contextos, es decir, a ellos también los cogían…

No, o sea, hay gente (…) los niños eran de familias desplazadas entonces vivieron eso desde sus

pueblos, vivieron eso desde (…), algunos tuvieron ese tipo de problemas, hijos de paramilitares,

hijos de (…) o sea eran familias pesadas digámoslo así (…) entonces tuvieron esas vivencias no así…

pero si les quedó alguito, porque para haber reaccionado de esa manera con los lazos, haber

cogido los palos que encontraban ahí como pistolas, o sea era como armar… ellos su propia guerra

su propio mundo.

Pero bueno, tú qué hiciste al respecto al hablar con ellos

Hablé con ellos. Yo lo que hice fue sentarme en grupo (…) porque yo (…) generalmente me siento

en círculo con ellos y me pongo a hablar con ellos y a indagar qué pasa y a decirles el por qué…

¿sí?, como darles otras alternativas que los lazos no se deben utilizar para eso y que hay muchas

formas diferentes

Esa vez tú le contaste a los papás, o no, más bien que como que se quedaron entre los niños

No esa vez si se quedó entre los niños(…) no porque… lo primero que dijeron fue: “ahorita le va a

contar a mi mamá a mi papá”… y esos niños de transición son niños de cinco años cumplidos (…)

129

porque en Bochica si son niños de cinco años, entonces, bueno se manejaban… no sé. Entonces

son niños que ya reaccionaban y decían: “ahora… le vas a contar a mi mamá y qué me vas a decir a

mi mami que…” ellos comenzaban a indagarme qué era lo que yo iba a hacer con ellos.

Noo, yo les dije que no, No lo vuelvan a (hacer), (háganlo) de otra manera si quieren con el lazo a

jugar a saltar, que a la candela… que… hay muchas maneras y hay juegos tradicionales con ese

lazo, pero pues el compromiso entre ellos y yo era que no lo volvían a hacer, es decir que no se

(…repitiera), que había otras maneras de utilizarlo, entonces era como el compromiso de ellos

conmigo. Y ya de ahí para acá, no, no volvieron a reaccionar de esa manera, o sea no volvieron a

hacerlo es que, esa vez fue duro, esa vez fue duro, de haber cogido a ese niño y haberlo amarrado

de esa manera.

Tu qué, estrategias o qué consejo les darías a los maestros que vivan como esas experiencias

frente al juego bélico con los chicos, tú qué les dirías, que como que tuvieran en cuenta

Pues yo digo que lo primero que tienen que hacer, es indagar, porque muchas veces uno no tiene

ni idea de los orígenes de ellos (…) o sea de dónde vienen, si son desplazados… uno se entera que

es un niño que asiste al jardín y ya, nombre, edad (…), y ya, pero no se enteran, no, como que no

indagan más allá de lo que deberían indagar que es como son los orígenes, qué es su cultura, si

son desplazados cuál fue el contexto…

O sea que si incide eso en los juegos

Si, incide muchísimo y yo creo que lo primero que debe hacer la maestra es mirar a ese niño,

desde su contexto cultural, digámoslo así, familiar y cultural, porque que muchas veces no es el

cultural sino que en el familiar, que en el familiar hay un tío que fue un desmovilizado, y tiene ese

tipo de acciones frecuentemente frente a él, o sea son como muchas cosas, ¿no? Entonces yo diría

que primero indagar, y… de ahí para acá… comenzar a acomodar diferentes estrategias, como

buscar ese tipo de elementos, y otras maneras de utilizarlo

Tú crees que por ejemplo los medios de comunicación, los video juegos inciden en esa clase de

juegos? O solamente el contexto

No (…) los medios de comunicación también, todo lo que (son) las películas, toda la televisión en

general o todo lo que se ve hoy en día si incide mucho, y lo digo personalmente porque, mi hija, es

una niña (…) que es muy bien hablada, ella anda muy “pulidita”, pero resulta que ahorita,

estábamos mirando algunos cortes de “Leidy” que es una novela pesada, y resulta que ayer, antes

de ayer, ya resultó hablando así, y ella se reía de las palabras, ella le pone gracia a las palabras que

para uno… (…) bueno, cuál es ese dialecto tan feo… cuál es ese, … entonces ella decía

“chumbimba” que es eso mami, pero, y lo nombra y muerta de risa, “chumbimba”. “Es que le doy

chumbimba” y yo uicchh ajajajaj. Era aterrador escuchar a mi hija, que tutea desde chiquita, que

se le ha enseñado a hablar muy bonito, que me diga ese tipo de cosas… yo decía “ay Dios mío…

Tú crees que es bueno hablarlo con los papás?, o es mejor hablarlo con los niños primero

No, yo primero: Le digo a mi hija, le digo mire: qué era chumbimba. “Es que le doy chumbimba

pues mijo”. Como así mami, mira lo que pasa es que es el modo de hablar de ellos, entonces

chumbimba es dispararle una persona a otra, matarla, hacerle daño con cierto elemento, entonces

130

ella dice “ah bueno ya mami, pero es que chumbimba suena… es una palabra graciosa, o sea desde

como uno lo habla, lo dice; entonces yo le dije si y ella muerta de la risa, ella no le pone tanta cosa

a eso pero si es bueno como ese tipo de explicación

Verlo con ella si es que lo quiere ver, no prohibírselo porque no soy quien… le respeto eso, pero si

que yo esté ahí presente, para cualquier cosa, yo poderle explicar, y me ha tocado hacerlo, yo ya

llevo ya casi lo que lleva esa novela, me ha tocado ella se acuesta o se está acostando tarde

porque ella dice: “mami déjamela ver”, es que para mí es diferente… para ella (…) ver esa novela le

ha abierto la mente a otras cosas y eso lo estoy viviendo en estos momentos con ella

Cuánto tiene? Nueve?

Ella tiene nueve, pero entonces es una niña que yo le digo: Primero no tiene hermanos no tiene

esa cosa y es si ella ha estado criada en un entorno familiar bonito, no está va con malicias de

nada, pero para ella ver esa novela es muy pesada y me toca sentarme y ella me dice: “mamá,

como así, qué es esto”, entonces cada cosa que va resultando en el trayecto

Y le llama la atención

De una me pregunta qué es esto, qué es esto… pues yo le doy la explicación y así. Entonces a

la familia del papá no está de acuerdo; porque cuando ella va a pasar los días allá, no ha podido…

Hoy estaba pensando “hoy vamos para allá”, pero está buena la del día de hoy… o sea, ella se

preocupa de ver la continuación de la novela cómo vamos a hacer ella dice:“uy pero para ver la

continuación de la novela”, entonces le digo “no mami, no sé o sea ahí miramos pero pues no te

afanes. Entonces ellos le cohíben. Cuando ella va hay ciertos… hay ciertos roces de porqué yo la

dejo ver ese tipo de cosas, y ellos allá pues son cristianos, son unas personas que pues tu sabes

que 17 años. Entonces estoy viviendo ese tipo de cosas y es entonces cuando yo digo Bueno.

Tienen ciertos roces, comienzan las peleas “mami es que tu si…” yo le dije al papá yo se la dejo ver

porque él me criticó esa tarea mía, Le dije “yo se la dejo ver pero pues yo me hago al lado de ella y

yo le explico qué es ya cosas pesadas en cuanto al sexo eso yo si lo primero que hago es taparle la

cara y no la dejo ver eso, porque hay cosas pesadas

Ella te pregunta?

Si claro, ella me pregunta, pero pues ya qué día ella me dijo “mamá, dígame la verdad de ya cómo

definitivamente cómo ustedes me hicieron a mí”. Entonces ya comencé: ya le dije todo y ya sabe

todo, sino que en ese tipo de escenas yo digo ya no las ves porque no vale la pena, ya tu sabes

cómo se hace un bebé y entonces para qué las ves. Pero ya otras cosas…

Pero rico también que se presente ese tipo de confianza… que hablen las dos…

Sí, no, yo le explico pero entonces hay novelas de novelas que son muy groseras

(CORTE EN LA GRABACIÓN…) los niños de acá, ellos también están preguntando por eso. Aquí

párvulos ellos nos están resultando armando el arma todo, las fichitas que yo les coloco y arman

tremendas cosas así de grandes y así:

Y yo, Ayer o qué día… y yo lo miraba y yo hice: “ahh” e hice así entonces “la maté, profe, la

maté”… ejeje me decía… y vuelve y juega y y “ah, ah” entonces ya ellos están descubriendo eso y

131

yo digo que es a causa también de eso, la televisión allá pues las familias yo las… más o menos por

encima intento ponerme a conocerlas y sé quiénes son, entonces yo creo que es más de sentarse

uno ahí con ellos, y explicarles, no sé si será bueno. Sí, yo creo que si es una buena estrategia y a

mí con Sofía si me ha funcionado

Sentarse a hablar con ellos

Sentarse y diálogo con ellos, a ellos explicarle cada cosa, que con lo del sexo no he podido, no sé

porque me da pena… no he podido… yo como mujer he querido sentarme y dejarle ver eso pero

no. O sea no he podido porque son muy pesadas, pero si le he explicado desde un contexto

diferente, con libros. Con todo eso

Listo eso es todo. Cómo vas ¿bien?, en qué van abajo?

Vamos en lo de la parte intercultural. Ella nos dice que no es solo hacer actividades de que hoy se

disfrazan un día del Carnaval de Barranquilla… que van a bailar así y van a hablar así, sino que es el

respeto por las personas, por su vocabulario, por su expresión…

Ah bueno. Tú te acuerdas que habíamos hecho alguuuna vez, y yo les había contado lo de la

tesis de juego bélico

Si

Que estábamos haciendo un proyecto. Bueno en ese proyecto había dos momentos: Uno que

fue digamos la reunión de las narrativas que habíamos hablado esa vez, y el segundo momento

pues ya es digamos que como una entrevista abierta respecto a eso. ¿Tú te acuerdas de las

experiencias que tú nos habías contado esa vez? ¿Cuáles fueron?

Una de esas fue de una niña que yo estaba disfrazada de policía, de militar, y que ella apenas me

vio, se puso muy agresiva y me decía que yo era mala, me decía groserías que yo era mala porque

el papá se lo había llevado un policía y que yo era mala, y groserías y que me iba a matar.

Recuerdo mucho.

Exactamente… tú dijiste tres experiencias. Dentro de esas tres estaba esa. ¿Tu qué hiciste en ese

momento?

En ese momento pues yo lo que hice fue que la profesora que estaba con los niños, como que la

calmara un poquito, porque la niña fue totalmente…

Desconsolada

Yo me quité la gorra, (…) para que ella me identificara mejor, me acerqué a ella después, hablé con

ella, le comenté que era una profesión, llevé inclusive un frizo que tenían allá de profesiones, y la

abracé y le dije que el papito, eran trabajos y oficios que tenían que hacer las personas y que no

por eso eran malas y como era una niña que estaba ya en el nivel de los grandes no en jardín,

entonces fue como un poquito más fácil con ella por eso

Eso en dónde fue

En Santander. Si. Fue como un poco más fácil con ella por lo que ya estaba grandecita

132

Tú le hablaste

Si, nosotras hablamos las dos. Al principio con la profesora del nivel de ella. Porque yo estaba

rotando en ese tiempo y pues yo la abracé, la consentí y yo le dije que era un vestuario, porque

estábamos celebrando… eso fue en Halloween y que era una profesión, le expliqué más o menos a

la niña qué era una profesión, y que ellos estaban para cuidar a la gente y no para hacerle daño,

pero pues ella seguía con que el papá: “policía paputa se lo llevó… lo voy a matar” ella decía así.

Pues porque ella venía pues de un contexto en el que los papás eran drogadictos entonces…

Y tú por ejemplo qué consejos o qué estrategias tú le diriges a una maestra

Pues en esa ocasión con la maestra lo que hicimos fue, como al mes, realizamos una actividad de

profesiones, en donde hasta la niña se colocó un disfraz que le elaboraron en la casa y jugamos a

que si alguien cometía un delito, entonces que ella tenía que ayudarlo o si alguien se caía ella

también lo iba a ayudar, entonces fue una actividad de profesiones que hicimos con los niños.

Osea como respuestas pedagógicas o algo así, como “construyendo saberes”

Que estamos haciendo nosotros ahorita es construyéndole a la niña otra imagen que no solo es

cuando una persona le hacen daño, sino también que si se había caído… en esa ocasión hicimos

una casa con cartón y entonces que se cayó y entonces que los policías también iban a ayudarla a

levantar la casa (en esa ocasión hicimos eso). O sea que no era solo para coger personas que

cometieran delitos, sino para ayudar a la comunidad.

Tú te acuerdas si esa vez la profe habló con los papás al respecto…

Si ella habló con la abuelita, porque pues los papás: el papá estaba en la cárcel, y la mamita era la

que trabajaba y no andaba como muy pendiente de la niña. Pues habló con la abuelita materna,

pero pues como el papito era (…) pues no era como muy asertiva la comunicación pues porque

siempre va a haber como un juzgamiento… y de ahí partimos de que después ella se citó a

psicología (…), ella siguió el procedimiento, con la psicóloga, en ese tiempo estaba Raúl, con el

psicólogo para que hablaran con la niña y eso.

Bueno, tú nos habías contado también sobre otro

Los niños que hacían pistolas

Lo de los niños que jugaban con los panes

Si, nosotros en una ocasión también con estos chiquitos, no hicimos pistolas sino hicimos

corazones. Llevamos un molde en acero para hacer galletas y eso, y les enseñamos de que no sólo

se podía hacer pistolas sino que también podíamos hacer corazones, otro llevó una de flores,

entonces para que ellos vieran que no era solo un juego hacer pistolas, sino que también un

corazón y que se lo regalara a los otros niños…

¿Esos niños que hacían esas pistolas eran niños o niñas?

Niños. La mayoría eran niños. Entre esos también estaba esta chiquita, por lo que eran ya los niños

más grandes de los niveles. No se evidenciaba mucho en los niveles pequeños, era en los

grandecitos, y no todos los niños que las hacían tenían digamos problemas digamos en casa (…) no

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nada simplemente les gustaba. Yo creo que más era influenciado por novelas, porque en ese

tiempo yo no me acuerdo qué novela era la que había, (…) ellos hasta nombraban los personajes

de la novela

Bueno, entonces tú crees que es diferente o que es igual el juego bélico en los niños y niñas ¿tú

qué opinas?

No, yo creo que el… es que yo creo más bien que va como en el contexto de la persona, porque

por lo menos allá esta niña, ella si también hacía pistolas y todo pero habían niñas que ay no, eso

apenas las veían como que no y veían que otro hacía y decían: “profe vea que ella está haciendo

una pistola, profe”. Entonces es según el contexto… pero es muy poco, es más en los niños que en

las niñas; en las niñas yo creo que de veinte, una. En cambio en los niños si tiende a ser más

repetitivo, si.

Listo, y había otra que también tu nos habías contado: lo del juego de roles, que habían unas

niñas que estaban jugando ¿te acuerdas? Estaban jugando y que se había alado el cabello o algo

así.

Ellos en ese día tuvieron como (…) ellos empezaron bien el juego cuando fue que de un momento

a otro se lastimaron y fue una agresión que se volvió mejor dicho una cosa (…)el acabose, en un

momentico, y ver cómo los niños en vez de ayudarse… no, más, y la otra que se hiere y la otra que

se hiere acá, pero pasaba era no con todas las niñas, o sea, eran más como los niños que tenían

problemas como las mamás así, que eran conflictivas dentro del jardín, más en ese sentido porque

las niñas que las mamás eran como muy dedicadas… unas niñas que andaban no que lo hubieran,

pero o sea andaban de (…) nada de peleas de nada; en este caso si son niñas que son, o sea tienen

un contexto sociocultural de drogadicción, que son (…) en un caso creo que una de las niñas tiene

como cinco hermanos; no sólo una sino son como cinco, todos han estado en el jardín y…

Pero en ese caso si yo no estuve, digamos que se haya hecho una actividad o algo para… no. Fue

algo como momentáneo y como estaban en otro nivel, aunque esas niñas eran de nivel prejardín,

era más pequeñas como de tres años… Pero no sé si la maestra hizo alguna

Algún procedimiento pedagógico… Y ese sería el consejo que tu le darías a las otras maestras

Si de que tendríamos que evidenciar cuándo hay comportamientos de agresividad, buscar como…

por lo menos aquí me pasó (…) con un chiquito: los papás se separaron, por lo menos el papá es el

que siempre está más pendiente (de ella) al papá y la mamá separarse ella se volvió muy agresiva

y yo identifiqué de una vez que pasaba en ella, porque ella se volvió triste, (…) ella se me empezó a

ir de pa atrás, no estaba comiendo sola, me tocaba paladearla, entonces yo lo que hice fue hablar

con la mamá; ya vi el papá llegaba tres días que era el que la llevaba y recogía… no lo ví entonces

hablé con la mamita, le dije que algo le estaba pasando a la niña, cuando ella me comentó de que

el papá se había ido. Entonces yo le dije pues que teníamos que tener una comunicación las dos

porque pues (la niña) estaba casi el cien por ciento de su tiempo acá en el jardín y con su papá,

entonces le comenté que con quién se quedaba, al momento que me empecé a dar cuenta porque

ya no vino la mamá sino ella mandaba a otras personas; entonces en una ocasión yo ni siquiera

entregué a la niña porque pues a ella se le hizo fácil decirle a una señora: “vaya me la recoge que

allá se la entregan”. Entonces yo le dije “qué pena pero yo (…) si me traía carnet, pero pues una

persona que yo nunca había visto en mi vida, entonces yo ese día llamé a la mamá y le dije que

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hasta que ella no llegara pues que yo no la entrababa, y la mamá se le hizo muy fácil decirme “en

una hora llego” yo le dije “si sumercé considera que en una hora va a llegar acá yo estaré, pero no

se la entregó a nadie, y no se la entregué y llegó a los quince minutos. Era como una forma de

presión de decirme “entréguela”. Yo le dije: si usted no puede en una hora listo, y sumercé sabe

que acá hay una ruta que llevar y hasta qué hora…

¿O sea, tú piensas que debe ser diferente el proceso pedagógico con un niño que no viene de un

contexto violento, y que viene y juega eso, diferente a un niño que si tiene digamos que ciertas

conductas agresivas, y aparte, si uno los deja jugar eso tú crees que eso potencia la agresividad?

Eeee. No, no porque yo he evidenciado niños que no tienen un contexto fuerte agresivo en la casa

y juegan, pero no se va más allá de un juego, (en) cambio, los niños que si tienen problemas de

agresividad en la casa si va más allá de un juego: por lo menos, ya no es de que te hago así no más

con la pistola, sino ya le halo el cabello, ya lo tumbo… ya se vuelve violento; en cambio cuando un

niño no lo ha evidenciado lo hace como juego, mas no se vuelve violento, y cuando ve que otro le

pega duro, entonces lo que hace es quitarse, y yo de eso si me he dado mucho de cuenta.

Bueno, eso era todo

Muchas gracias por su colaboración

*Cualquier información de interés escribir a: [email protected]