el husped de la sala 21

2
EL HUÉSPED DE LA SALA 21 Estoy sentado en el centro. A mi alrededor hay muchas cosas. Cuando ingresa la señorita de azul, me trae pan, gelatina y jarabe. Los otros, el hombre y la mujer que me miran de lejos, me insultan diciendo que soy gordinflón, tragón y asqueroso. Yo no les digo nada, porque después me pegan, me echan agua fría y me insultan. Este lugar es pequeño. La otra vez he dado ochenta vueltas, de catorce pasos, llegando a mil ciento veinte. La señorita de azul es muy bonita. A veces me hace llorar cuando me acaricia la cabeza, mientras recuesta mi rostro sobre su pecho. Yo también la hago llorar, cuando arrojo la comida porque no me gusta lo de siempre. Dormir de noche me da miedo, pero vienen el hombre y la mujer que me miran de lejos y me dicen que si no duermo me van a lanzar cubetas de agua. Ellos no saben que cuando cierro los ojos veo un remolino gris que me quiere tragar.

Upload: jaciparnaso4252

Post on 28-Jan-2016

3 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

CUENTO

TRANSCRIPT

Page 1: El Husped de La Sala 21

EL HUÉSPED DE LA SALA 21

Estoy sentado en el centro. A mi alrededor hay muchas cosas. Cuando ingresa la señorita de azul, me trae pan, gelatina y jarabe. Los otros, el hombre y la mujer que me miran de lejos, me insultan diciendo que soy gordinflón, tragón y asqueroso. Yo no les digo nada, porque después me pegan, me echan agua fría y me insultan.

Este lugar es pequeño. La otra vez he dado ochenta vueltas, de catorce pasos, llegando a mil ciento veinte.

La señorita de azul es muy bonita. A veces me hace llorar cuando me acaricia la cabeza, mientras recuesta mi rostro sobre su pecho. Yo también la hago llorar, cuando arrojo la comida porque no me gusta lo de siempre.

Dormir de noche me da miedo, pero vienen el hombre y la mujer que me miran de lejos y me dicen que si no duermo me van a lanzar cubetas de agua. Ellos no saben que cuando cierro los ojos veo un remolino gris que me quiere tragar.

No sé cuándo me van a cambiar de ropa. Siempre tengo que usar esta camisa y este pantalón que ya no son blancos. No me gustan mucho porque cambian de color y luego tengo que estornudar hasta nomás por el polvo impregnado en mi ropa.

Mis hermanos me juraron que iban a volver por mí, pero nunca lo hicieron. Ya ha pasado mucho tiempo y he perdido las esperanzas de

Page 2: El Husped de La Sala 21

John Cuéllar

verlos nuevamente en la puerta, con la misma sonrisa con la que me dejaron esa mañana fatídica en que amanecí creyéndome Sherlock Holmes.

Por fin, he decidido colgarme de la pequeña ventana de mi cuarto. Ya no soporto las descargas eléctricas sobre mi cuerpo.

– 2 –