el gerente de hoy desde el liderazgo gerente de hoy desde el liderazgo juan carlos molina molina...
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EL GERENTE DE HOY DESDE EL LIDERAZGO
JUAN CARLOS MOLINA MOLINA
UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
ESPECIALIZACIÓN EN ALTA GERENCIA COHORTE 29
MEDELLÍN 2009
EL GERENTE DE HOY DESDE EL LIDERAZGO
JUAN CARLOS MOLINA MOLINA 71.676.426
Trabajo de grado para optar al título de Especialista en Alta Gerencia
Asesora Metodológica VIRGINIA LÓPEZ DE ROLL
LINGÜISTA – GERENTE INTEGRAL
Asesor Temático HERNANDO CAMARGO LÓPEZ
PSICÓLOGO PEDAGOGO
UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
ESPECIALIZACIÓN EN ALTA GERENCIA COHORTE 29
MEDELLÍN 2009
AGRADECIMIENTOS
A Patricia, Angélica y Camilo, mi esposa e hijos, por todo su amor, apoyo,
comprensión, motivación y paciencia, y por permitirme disponer de parte de
nuestro tiempo para realizar esta Especialización.
A Jairo y Cecilia, mis padres, quienes uno de los fines que siempre tuvieron en
mente para sus hijos fue hacer grandes esfuerzos para brindarles las
oportunidades que ellos no tuvieron para que estuvieran mejor preparados para la
vida.
A la Dra. Virginia y al Dr. Hernando, mis asesores metodológico y temático, por su
orientación y valiosos aportes.
A Empresas Públicas de Medellín E. S. P. y mis compañeros de trabajo, porque
me han brindado la oportunidad de crecer personal, laboral y profesionalmente.
A mis compañeros y profesores de Especialización, por permitirme conocerlos,
intercambiar experiencias y aprender de ellos.
A todas las personas que están o han pasado por mi vida, porque siempre han
habido cosas que aprender de ellas.
4
NOTA DE ACEPTACIÓN
Presidente del Jurado
Jurado
Jurado
Medellín, Mayo de 2009
5
CONTENIDO
Pág. LISTA DE FIGURAS 6 RESUMEN 7 ABSTRACT 8 INTRODUCCIÓN 9 1. EL LIDER DEL ACTUAL CONTEXTO ORGANIZACIONAL 14 1.1 EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE LIDERAZGO 14 1.2 ALGUNOS CONCEPTOS DE LIDERAZGO 23 2. CARACTERÍSTICAS DEL LÍDER EN LAS ORGANIZACIONES DEL
ACTUAL CONTEXTO ORGANIZACIONAL 31 2.1 PARADIGMA DE LA PERSONA COMPLETA 31 2.2 INTELIGENCIA EMOCIONAL 36 2.3 EL LIDERAZGO EXIGE LA EXPRESIÓN DE UN YO AUTÉNTICO 53 2.4 INFLUENCIA 59 2.5 BÚSQUEDA DE COMPLEMENTARIEDAD 63 2.6 RELACIONAMIENTO 66 2.7 NO HACER SUPOSICIONES 69 2.8 MOTIVAR A LOS DEMÁS 73 3. CONCLUSIONES 77 4. RECOMENDACIONES 81 5. BIBLIOGRAFÍA 83 ANEXO: ANTEPROYECTO 85
6
LISTA DE FIGURAS
Pág.
Figura 1: Paradigma de la persona completa. 32
Figura 2: Cuatro necesidades de la gente. 33
Figura 3: Elecciones de la gente 34
Figura 4: La persona completa en un trabajo completo 35
7
RESUMEN
La gerencia ha venido sufriendo una serie de transformaciones durante la historia,
en particular en lo referente a las competencias que deben tener los líderes en el
gerenciamiento del personal, para lograr potenciar las capacidades de las
personas, motivarlas adecuadamente y obtener los resultados esperados, o
inclusive lograr resultados por encima de lo esperado. Los esquemas tradicionales
de liderazgo basados en el uso de la autoridad son cada vez menos efectivos.
Si el líder se orienta únicamente al logro, pierde de vista que trabaja con otras
personas y por tanto, es probable que los logros se obtengan, pero con un gran
desgaste y desmotivación en muchas personas y sus relaciones y un gran
desgaste en el líder. Si el líder se orienta únicamente a las personas, pierde de
vista la orientación al logro, y por lo tanto, se orientan los esfuerzos a crear un
buen ambiente de trabajo, buenas relaciones entre las personas y afiliación entre
ellas, perdiendo de vista el propósito para el cual fueron contratados: la obtención
de resultados.
Muchos autores han venido trabajando el tema del liderazgo orientado hacia las
personas y muchos de ellos muestran de manera explícita las características que
debe tener un líder y otros hacen aportes que pueden traducirse en características
de liderazgo. El objetivo de esta monografía es mostrar las características de
liderazgo que debe tener el gerente del actual contexto organizacional.
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ABSTRACT
The Management has been having transformations throughout the history,
particularly regarding the leaders skills for people management, in order to be able
to maximize people capacities, motivate them adequately and obtain the expected
results, o even obtain results above the expectations. Traditional leadership
patterns based on the authority use are less effective every day.
If the leader is oriented just to the goals, forgets that works with other people and it
is possible that goals are obtained, but with a big energy loss and demotivation for
many people and their relationships and a big energy loss for the leader. If leader
is just oriented to the people, forgets the goals orientation, and so on, efforts are
oriented to create a good work environment, good relationships between the
people and affiliation between them, and it is forgotten the purpose which people
was contracted for: getting results.
So many authors has been working in the leadership oriented to the people and so
many of them show in an explicitly way the characteristics that a leader should
have and other authors make contributions that can be translated in leadership
characteristics. The purpose of this monograph is to show the leadership
characteristics of the today manager.
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INTRODUCCIÓN
La gerencia ha venido sufriendo una serie de transformaciones durante la historia,
en particular en lo referente a las competencias que deben tener los líderes en el
gerenciamiento del personal, para lograr potenciar las capacidades de las
personas, motivarlas adecuadamente y obtener los resultados esperados, o
inclusive, lograr resultados por encima de lo esperado.
El concepto de liderazgo ha venido evolucionando, es así como anteriormente se
consideraba que un buen líder era aquella persona que tenía muchos
conocimientos técnicos, capacidad de toma de decisiones, carácter y capacidad
de mando, entre otros. El liderazgo era, o es en muchos casos todavía, asociado
con conceptos como poder, mando, jerarquía y autoridad.
Las organizaciones han venido migrando de ver a las personas como simple
“mano de obra”, que deben dedicarse a cumplir órdenes y ejecutar tareas sin
hacer cuestionamientos y casi que “sin pensar” y “solo hacer”, a verlas como seres
humanos integrales, que piensan, sienten, actúan, tienen sus motivaciones y
desean realizarse. Las personas hoy en día se resisten a simplemente obedecer
órdenes, son más críticas, quieren tener un mayor aporte en lo que hacen y
quieren trascender en sus trabajos.
Al ver a las personas como realmente debe ser, es decir, como seres humanos
integrales, se encuentra la gran complejidad que reviste el liderazgo.
Aunque este concepto ha cambiado bastante y aún persiste la tendencia de ver a
las personas como mano de obra, cada vez los esquemas tradicionales de
liderazgo basados en el uso de la autoridad son menos efectivos. Hoy ya no se
habla tanto de mano de obra, sino del talento humano.
10
El tiempo ha demostrado que las características de liderazgo ya no son las
mismas y me atrevería a decir que las condiciones de liderazgo son hoy más
exigentes, pues el solo hecho de pasar de ver los empleados como mano de obra
(cosas) a verlos como seres integrales (personas), implica un cambio en las
características de liderazgo para responder a esa realidad y a los requisitos del
entorno cada vez más cambiante y globalizado, pues las cosas se administran y
las personas se lideran.
Muchos autores se han dedicado a escribir sobre liderazgo y sus aportes en este
tema son diversos, e inclusive dispersos en la bibliografía, por lo que para este
trabajo se han seleccionado varios autores expertos y reconocidos mundialmente
en este campo, para recoger y presentar los aspectos que considero más
relevantes acerca de las características de liderazgo que debe tener el gerente de
hoy.
Una coincidencia que considero fundamental en los diferentes autores, es el
hecho de tener en cuenta que el líder debe reconocerse a sí mismo como
persona, debe reconocer que lidera es a otras personas y busca un compromiso
emocional con su equipo, de lo cual se desprenden las características de
liderazgo.
Consecuente con lo anterior, las organizaciones han venido dando un viraje en los
requerimientos de las competencias que deben tener los lideres, pasando de
modelos donde se le daba la mayor relevancia al conocimiento técnico y a la
autoridad, a modelos donde es también muy importante las capacidades
humanas, las capacidades de relacionarse con los demás, de motivar a los otros y
de potenciar sus capacidades en pro de la búsqueda de un objetivo.
Si el líder se orienta únicamente al logro, pierde de vista que trabaja con otras
personas y por tanto, es probable que los logros se obtengan, pero a costa de
11
pasar por encima de las personas, de no tenerlas en cuenta, de no considerar sus
motivaciones, sus necesidades, sus aportes, sus diferentes puntos de vista. Al
final, se obtienen los logros, pero con un gran desgaste y desmotivación en
muchas personas y sus relaciones y un gran desgaste en el líder.
Si el líder se orienta únicamente a las personas, pierde de vista la orientación al
logro, y por lo tanto, se orientan los esfuerzos a crear un buen ambiente de
trabajo, buenas relaciones entre las personas y afiliación entre ellas, y se pierde
de vista la obtención de los resultados. De esta manera, se logra tener un grupo
de personas que se interrelacionan y comunican muy bien, pero que no cumplen
con el cometido para el cual fueron contratados: la obtención de resultados.
En las organizaciones les pagan a las personas para que obtengan resultados, es
así como la orientación al logro (o a los resultados o a la tarea) es fundamental.
Sin embargo, quienes logran los resultados son las personas, por lo que la
orientación a las personas (liderazgo) cobra una alta relevancia.
Muchas veces cuando las organizaciones plantean la necesidad de combinar la
orientación al logro con la orientación a los resultados, aparecen voces de muchos
de sus líderes cuestionando esta propuesta, dado que solo le dan relevancia a los
resultados, dejando de lado el aspecto humano.
Es de aclarar que en esta monografía no se tratará el tema de la orientación a los
resultados, sin desconocer su relevancia, como ya se expresó anteriormente, sino
que se enfocará en la orientación a las personas (liderazgo). También se
considera conveniente aclarar que el concepto de liderazgo debe ser
adecuadamente interpretado y no se trata de tener un liderazgo con mayor énfasis
en las personas, por el solo hecho de lograr un mejor clima laboral, mejores
relaciones y generar mayor afiliación, pero si se trata de obtener mejores
12
resultados, al tener presente que en última instancia quienes obtienen los
resultados son las personas.
En donde finalmente se evidencia el liderazgo, es en la calidad de los resultados y
en la forma en que se obtienen. En muchas ocasiones, los resultados se logran,
pero podrían ser mucho mejores. En otras ocasiones, se logran los resultados,
pero con un gran desgaste para las personas y la organización, inclusive, llegando
a crear rivalidades y problemas de interrelación.
Qué bueno para el líder estar al frente de un equipo exitoso, donde sus integrantes
se sientan contentos, motivados y realizados, entre otros.
Si las organizaciones no se actualizan en las técnicas modernas de gerencia para
liderar las personas, tenderán a quedar rezagadas o inclusive a desaparecer. Es
necesario dar un viraje en la forma de liderar a las personas, para poder satisfacer
las exigencias actuales del entorno, de la organización y de las personas mismas
que trabajan en ella.
Si las organizaciones no rompen con los esquemas antiguos y obsoletos de
liderazgo, fundamentados en el conocimiento, autoridad y control sobre las
personas, cada vez tendremos personas menos motivadas y realizadas, que se
ven a sí mismas subutilizadas, desmotivadas y no realizadas personal y
profesionalmente, y finalmente, esto se traduce en una disminución de la
productividad.
Esta monografía está organizada de la siguiente manera:
En el capítulo uno, “El líder del actual contexto organizacional”, se muestra como
el concepto de liderazgo ha sido asociado, entre otros, al poder y como ha variado
esa concepción. También se muestra la evolución que ha tenido el concepto de
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liderazgo, como por ejemplo, que el liderazgo no es una competencia por el poder,
sino un proceso de descubrimiento conjunto que se concentra en la gente,
consistiendo en transmitirle a las personas su valor de un modo que tan claro que
éstas acaben viéndolo en sí mismas.
En el capítulo dos, “Características del líder en las organizaciones del actual
contexto organizacional”, se hará un recuento de las características propuestas
por los autores seleccionados.
Posteriormente serán presentadas las conclusiones y para terminar, serán dadas
algunas recomendaciones.
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1. EL LIDER DEL ACTUAL CONTEXTO ORGANIZACIONAL
1.1 EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE LIDERAZGO
El concepto de liderazgo ha sufrido transformaciones a lo largo de la historia, es
así como anteriormente se consideraba que un buen líder era aquella persona que
tenía muchos conocimientos técnicos, capacidad de toma de decisiones, carácter
y capacidad de mando, entre otros. El liderazgo era, o es en muchos casos
todavía, asociado con conceptos como poder, mando, jerarquía y autoridad.
Partiendo del hecho de que el liderazgo ha sido asociado, entre otros, al poder,
considero interesante iniciar este capítulo mostrando algunas de las “Leyes del
poder” propuestas por Greene y Elffers1, para tener una idea de algunos
conceptos que de alguna manera han sido asociados al liderazgo y hacer, en
contraposición, una relación con las características de un líder:
- Nunca le haga sombra a su amo: Hay que hacer que los que están por encima
de uno se sientan lo suficientemente superiores. No permita que sus deseos de
complacerlos o impresionarlos lo induzcan a hacer ostentación de sus talentos
y de su capacidad, ya que ello podrá generar un efecto opuesto al deseado, es
decir, inspirar temor e inseguridad en sus superiores. Si conseguimos que
nuestros jefes parezcan más brillantes de lo que son, llegaremos a las cimas
del poder.
- Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos:
Desconfíe de los amigos, suelen ser los primeros en traicionarlo, ya que caen
fácilmente presa de la envidia. También suelen convertirse en irrespetuosos y
tiranos. En cambio, contrate a quien haya sido su enemigo, y le será más leal
1 GREENE, Robert y ELFFERS, Joost "Las 48 leyes del poder", Editorial Atlántida S. A., Buenos Aires, 1999.
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que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos por demostrar su
adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus
enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos.
- Disimule sus intenciones: Desconcierte a la gente y manténgala en la mayor
ignorancia posible, sin revelar nunca el propósito de sus acciones. Llévelos lo
bastante lejos por el camino equivocado, condúzcalos por el camino de las
falsas suposiciones, envuélvalos en humo y para cuando se den cuenta de las
verdaderas intenciones, ya será tarde para ellos.
- Diga siempre menos de lo necesario: Cuando intente impresionar a la gente
con palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga, tanto más vulnerable será
y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea
algo banal, parecerá una idea original si se expresa de una forma vaga, abierta
y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su
parquedad. Cuanto más hable, mayores posibilidades hay de decir alguna
tontería.
- Logre que otros trabajen para usted, pero no deje nunca de llevarse los
laureles: Hay que utilizar la sabiduría, la inteligencia, los conocimientos y el
trabajo de los demás en beneficio propio. Ese tipo de ayuda no sólo le permitirá
ahorrar mucho más tiempo y energía, sino que le conferirá un aura divina de
rapidez y eficiencia. Al final, sus colaboradores serán olvidados y todos se
recordarán de usted. Nunca haga nada que otros pueden hacer por usted.
- Haga que la gente dependa de usted: Para mantener su independencia, es
indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y
dependan de usted, tanto más libertad usted tendrá. Haga que la gente
dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que
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temer. Depender de una emoción tan sutil y cambiante como el amor o la
amistad sólo le generará inseguridad. Más vale que la gente dependa de usted
por temor a las consecuencias de perderlo, que por el placer de su compañía
Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas
sin su ayuda.
- No se comprometa con nadie: Sólo los tontos se apresuran siempre a tomar
partido. No esté a favor de otra causa que no sea la propia. Si se mantiene la
independencia, se llegará a mandar sobre los demás, poniendo a unos en
contra de los otros, haciéndoles ir tras ese poder. Obtenga beneficios
oponiendo a las personas entre sí.
- Juegue con las fantasías de la gente: Muchas veces se evita la verdad porque
resulta dura y desagradable. Nunca apelar a la verdad ni a la realidad, a menos
que esté preparado para enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es
tan dura y desconsoladora que aquellos capaces de crear ilusiones o provocar
la fantasía son como oasis en el desierto: todos acuden a ellos. Aprovecharse
de las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder.
- Descubra el talón de Aquiles de los demás: Toda persona tiene una debilidad,
la cual suele ser una inseguridad, una emoción o una necesidad incontrolable.
También puede ser un pequeño placer secreto. De cualquier manera, una vez
que usted lo haya descubierto, esa debilidad se puede explotar en beneficio
propio.
- Piense como quiera, pero compórtese como los demás: Si usted hace
ostentación de ir contra la corriente, alardeando acerca de sus ideas poco
convencionales, los demás pensarán que usted sólo desea llamar la atención y
que los desprecia. Encontrarán la forma de castigarlo por hacerlos sentir
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inferiores. Resulta más seguro confundirse con la corriente general y nutrirse
de ella. Limítese a compartir su originalidad con amigos tolerantes y con
aquellos con los que está seguro que apreciarán su carácter único.
- Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás: La coerción provoca una
reacción que, con el tiempo, puede actuar contra usted. Debe seducir a los
demás para que lo deseen seguir. Una persona seducida se convierte en un
peón leal. Y la forma más eficaz de seducir a alguien, consiste en influir en su
psicología y en sus debilidades. Debilite la resistencia del otro a través de la
manipulación de las emociones, jugando con lo que el otro considera más
valioso y con lo que teme. Si usted ignora el corazón y la mente de los demás,
terminarán odiándolo.
- Sea cambiante en su forma: Si adopta una forma definida, cuando tiene un
plan visible, usted se expone a que lo ataquen. En lugar de brindar a sus
enemigos algo concreto que atacar, manténgase flexible, adaptable y en
movimiento. Acepte el hecho de que nada es seguro y no hay leyes fijas. La
mejor manera de protegerse es ser tan fluido y amorfo como el agua. Nunca
apueste a la estabilidad ni a un orden duradero. Todo cambia.
Si se comparan las “leyes” anteriormente descritas con los conceptos actuales de
liderazgo, se puede observar su evolución. Muchas de las “leyes” anteriormente
descritas, están en contraposición de las características que hoy se considera
debe tener un líder, algunas de las cuales se mostrarán en el capítulo 2 de esta
monografía.
Mucha gente que cree que el poder es la esencia del liderazgo, naturalmente
supone que los que poseen conocimiento e inteligencia son líderes, pero eso no
sucede de manera instantánea. Usted puede visitar cualquier universidad
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importante y conocer hombres de ciencia ocupados en la investigación y filósofos
cuyo poder de raciocinio es tan alto que se sale de las gráficas, pero cuya
capacidad para dirigir es tan baja que ni siquiera se registra en las gráficas. El
coeficiente intelectual (IQ) no necesariamente equivale al liderazgo2.
En las leyes anteriormente expuestas se observa una clara intención de que las
acciones emprendidas o comportamientos que se adopten, son tendientes a
mostrarse decentes, equitativos, agradables, democráticos y simpáticos, pero no
de una manera sincera, sino de una manera prediseñada y manipuladora, con el
fin de buscar el beneficio propio, en lugar de buscar el beneficio común. Es un
juego de constante duplicidad, el cual se parece muchísimo a las dinámicas de
poder que existían en el maquinador mundo de las antiguas cortes aristocráticas.
Por el contrario a lo anteriormente expuesto, lo que realmente debe buscar un
líder es el beneficio de su equipo de trabajo, en pro de la consecución de los
resultados esperados.
Un líder en lugar de tratar de satisfacer a toda costa a sus superiores, en busca de
su propio beneficio, debería tratar de expresar lo que siente y piensa, para poder
construir de manera colectiva. Un líder debe ser capaz de generar un clima de
confianza con sus colaboradores, en lugar de tener un clima de desconfianza,
temor y manipulación.
Un líder debe ser emocionalmente inteligente y, entre otros, debe aprender a
expresar sus sentimientos, en lugar de ocultarlos. Debe ser capaz de indagar a los
demás y no hacer supuestos.
Un líder logra que los demás trabajen en pro de un objetivo común y reconoce los
aciertos y desaciertos propios y del equipo de trabajo. Un líder, no hace que los
demás trabajen para él, con ánimo utilitarista para sí mismo y llevarse los honores. 2 MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, Grupo Nelson, E.E.U.U., 2007.
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Un líder debe ser capaz de reconocer las ideas y logros de los demás, tanto como
las ideas y logros propios.
Un líder se compromete con una causa, es honesto y es claro en expresar su
posición. Un líder no expresa ideas difusas y sin un rumbo definido, por el
contrario, deja en claro cuál es su visión. Igualmente, no tiene temores de
exponerse junto con sus ideas al juicio de los demás, y mucho menos, de permitir
que los demás expresen sus propias visiones, en pro de una construcción
colectiva. Igualmente, en caso de no haber consenso, un líder debe ser capaz de
fijar el rumbo que más le conviene a la organización y a las personas.
Un líder debe conocer las capacidades, competencias y conocimientos de los
miembros de sus equipos, para compensar las debilidades de unos con las
fortalezas de otros, para que juntos se complementen y logren los resultados
esperados. Un líder no tiene temores si otros saben tanto o más que ellos, o
porque tiene debilidades que pueden ser las fortalezas de otros. Por el contrario,
un líder reconoce que las diferencias pueden ser utilizadas para tener una
complementariedad y poder así construir colectivamente ideas mejores que las
ideas individuales.
Un líder no hace que los demás dependan de él, por el contrario, hace que los
demás se desarrollen personal y profesionalmente, y establece planes para que
en caso de su ausencia, alguien pueda asumir su rol. Un líder debe tener la
capacidad de dar a la organización una sucesión sin problemas.
Un líder se preocupa por conocer los sueños y sentimientos de los demás, pero no
para utilizarlos en beneficio propio, sino para buscar la manera de alinear los
intereses individuales con los intereses de la organización. Qué bueno tener
personas al servicio de una organización, con intereses individuales alineados con
los intereses organizacionales.
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El liderazgo no es una competencia por el poder, sino el diseño de un proceso de
descubrimiento conjunto. Porque los mejores líderes son, también, los mejores
aprendices. Y se atreven a decir “No sé”. Una frase que impulsa a otros,
automáticamente, a iniciar un viaje a lugares desconocidos. Los grandes líderes
son respetuosos. Porque nadie embarca en un viaje a lo desconocido a quien no
respeta3.
El verdadero poder del liderazgo procede de poseer un carácter honorable y del
ejercicio de ciertas reglas y principios de poder. Las causas por las cuales se
sigue a los líderes son variadas y complejas, pero se pueden examinar desde tres
perspectivas diferentes, cada una de las cuales tiene distintas raíces
motivacionales y psicológicas4:
- En un nivel, las personas siguen a los líderes por miedo: temen lo que les
puede ocurrir si no hacen lo que se les pide. A esto se le puede llamar poder
coercitivo. En este caso, el líder ha creado en su partidario el miedo de que le
va a suceder algo malo o va a perder algo bueno si no cumple. Así, por temor a
potenciales consecuencias adversas, asiente en todo y finge lealtad, al menos
al principio. Pero su compromiso es superficial y su energía puede
transformarse rápidamente en sabotaje y destrucción cuando “nadie lo ve” o
cuando la amenaza ha desaparecido.
Cada vez se reconoce más que las relaciones basadas en el poder utilitario,
conducen a menudo al individualismo y no al trabajo en equipo y a la eficacia
del grupo.
- Un segundo nivel de respuesta indica que se sigue a los líderes por los
beneficios que se pueden obtener de ellos. Este podría llamarse poder 3 PETERS, Tom, “Liderar con eficiencia”, Gestión, volumen 5, abril-mayo de 2002. 4 COVEY, Stephen R.,” Liderazgo centrado en principios”, Ediciones Paidós Ibérica S. A., Barcelona, 1993.
21
utilitario, por que el poder que existe en tal relación se basa en un intercambio
útil de bienes y servicios. Los seguidores tienen algo que el líder desea
(tiempo, energía, dinero, recursos personales, interés, talento, apoyo, etc.), y el
líder posee algo que ellos quieren (información, dinero, ascensos, posibilidad
de brillar socialmente, camaradería, seguridad, oportunidades, etc.). Estos
seguidores actúan creyendo que el líder podrá y querrá hacer algo por ellos, si
ellos cumplen con su parte en esta especie de “regateo” haciendo algo a su
vez por el líder. Gran parte de lo que sucede en el funcionamiento normal de
una organización es regido por el poder utilitario.
- Hay un tercer nivel de respuesta, diferente en calidad y grado a los anteriores:
el que se basa en el poder que algunas personas ejercen sobre otras porque
estas últimas tienden a creer en ellas y en lo que están tratando de llevar a
cabo. Son personas en las cuales se confía y a las cuales se respeta y se
honra. Y los demás las siguen porque eso es lo que desean, quieren creer en
ellas y en sus causas, quieren hacer lo que el líder decida. No es una fe ciega,
ni una obediencia ciega, ni una servidumbre como la mostrada por un robot;
es, por el contrario, un compromiso consciente, de todo corazón, totalmente
libre. Se trata, pues, de un poder centrado en principios, el cual se basa en el
honor: el líder honra al seguidor y éste opta libremente por colaborar, porque el
también honra al líder. El carácter distintivo del poder centrado en principios es
la influencia sustancial, proactiva. Es un poder sustancial, porque no depende
de que al seguidor le ocurra o no algo deseable o indeseable. Y el poder
centrado en principios se origina cuando los valores de los seguidores y los del
líder coinciden. No es algo forzado sino voluntario, puesto que las agendas
personales del líder y de quienes lo siguen coinciden hacia un fin superior.
Aparece cuando seguidores y líderes creen con la misma firmeza en la causa,
el fin o la meta.
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Con el poder centrado en principios queda de manifiesto el control; pero no es
un control exterior: es el autocontrol. El poder se origina cuando los individuos
perciben que sus líderes son honorables, y por eso confían y se inspiran en
ellos, creen firmemente en las metas que ellos les transmiten y desean ser
dirigidos.
El líder puede crear un poder centrado en principios en sus relaciones con sus
seguidores porque tiene sentido del fin y visión, por su carácter, por su
naturaleza esencial y por lo que él representa. El poder centrado en principios
estimula el comportamiento ético, porque la lealtad se basa en principios que, a
su vez, se manifiestan en personas. La ética se sustenta en última instancia en
el compromiso de hacer lo correcto, y el poder que emana del respeto a los
principios motiva en los seguidores una voluntad de arriesgarse a hacer cosas
correctas porque estas son valoradas, son ejemplificadas por el líder y
sancionadas por la visión que éste comunica.
Si un líder quiere aumentar su poder centrado en principios debe adoptar un
compromiso a largo plazo. La confianza en las relaciones, que es el
fundamento de este tipo de poder, no puede ser fabricada ad hoc. No se puede
fingir sinceridad por demasiado tiempo. A la larga, los líderes quedan al
descubierto. Y más allá de lo que pueden hacer a sus seguidores o por ellos, la
profundidad del poder que ostentaban está determinada, en definitiva, por lo
que ellos son.
Cuanto más honrado, respetado y genuinamente considerado sea un líder,
más poder legítimo tendrá respecto de los demás. El aumento o disminución
del honor que se les tribute y del poder legítimo que ejerzan en su relación con
otras personas dependerá del trato que los líderes dispensen a éstas, lo cual
incluye sus propósitos, tanto reales como aparentes, y su capacidad y
trayectoria interactivas. Ser honorable, equivale a tener poder.
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Considero que ser líder en el actual contexto, implica romper con los viejos
paradigmas asociados al liderazgo. No es fácil, pero estoy convencido de que una
vez se emprende el camino de entender lo que realmente es el liderazgo y se
trabaja en esa vía, entendiendo que es con las personas que se obtienen los
resultados, éstos últimos serán mejores, se incrementará la productividad y las
personas se sentirán más realizadas. Obediencia no es lo mismo que
compromiso.
1.2 ALGUNOS CONCEPTOS DE LIDERAZGO
Antes de mostrar las características de un líder en el capítulo 2, a continuación se
mostrarán algunas definiciones, conceptos o ideas sueltas asociados al liderazgo:
El Diccionario de La Real Academia Española define líder como la persona a la
que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora.
El liderazgo es el proceso de influir en otros y apoyarlos para que trabajen con
entusiasmo en el logro de objetivos comunes. Se entiende como la capacidad de
tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar a
un grupo o equipo. El liderazgo implica que haya una persona (líder) que pueda
influir y motivar a los demás (seguidores). De ahí que en los estudios sobre
liderazgo se haga énfasis en la capacidad de persuasión e influencia5 .
Liderazgo es la capacidad de influir positivamente en el otro para el logro de un fin
valioso, común y humano6.
5 http://es.wikipedia.org/wiki/Liderazgo 6 http://www.definicion.org/diccionario/217
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El liderazgo es la característica de un individuo que crea un compromiso generado
y la credibilidad, que éste transmite a las personas que lo rodean. Un líder es
aquel que hace lo apropiado por su capacidad, dirección, acción y opinión7.
El liderazgo es un intento de influencia interpersonal, dirigido a través del proceso
de comunicación, al logro de una o varias metas8.
Tanto la administración como el liderazgo resultan fundamentales; cualquiera de
las dos habilidades resulta insuficiente sin la otra. No se debe caer en la trampa de
hacer un excesivo hincapié en el liderazgo y descuidar la importancia de la
administración. No se puede “liderar” cosas. No se puede liderar inventarios, ni
flujos de caja, ni costos. Se tienen que administrar. ¿Por qué? Porque las cosas
no tienen capacidad ni libertad de elegir; sólo la tienen las personas. De manera
que se lidera (se faculta) a personas; las cosas se administran y se controlan9.
Un error muy difundido es que el liderazgo y la administración son lo mismo. La
diferencia principal entre las dos cosas es que el liderazgo consiste en influir en la
gente para que siga al líder, mientras que la administración se enfoca en los
sistemas y los procesos de mantenimiento10.
El liderazgo se concentra en la gente; la administración en la ganancia; el
liderazgo extrae su poder de los valores y principios correctos; la administración
organiza los recursos al servicio de la consecución de ganancias. La
administración y el liderazgo no se excluyen mutuamente; en efecto, se podría
decir que el liderazgo es el componente básico de la administración. Ese liderazgo
puede ser dividido en dos partes: una que tiene que ver con la visión y la
7 http://diccionarios.astalaweb.com/Local/Diccionario%20de%20guerra.asp 8 http://www.apuntesgestion.com/2006/05/08/definicion-de-liderazgo/ 9 COVEY, Stephen R., “El 8º Hábito: De la efectividad a la grandeza”, Editorial Planeta Colombiana S. A., Bogotá, 2005. 10 MAXWELL, John C., Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, Op. Cit.
25
dirección, con los valores y con los fines, y otra, que consiste en inspirar y motivar
a la gente para que trabaje unida con una visión y un fin comunes. Hay algunos
líderes que tienen una visión pero carecen del talento para la creación de equipos.
Otros son capaces de inspirar a la gente y crear equipos, pero carecen de visión11.
El líder es un visionario; motiva a las personas, aclarándoles como su trabajo
calza dentro de la visión mayor de la organización. Las personas que trabajan
para estos líderes entienden que lo que hacen importa y por qué12.
¿Qué ocurre cuando tratamos a las personas como si fueran cosas? Dejan de
creer que el liderazgo pueda ser una elección. La mayoría de las personas
conciben el liderazgo como una posición y, en consecuencia, no se ven a sí
mismas como líderes. Hacer del liderazgo (la influencia) personal una elección es
una libertad que se debe ganar: sólo así puede convertirse el liderazgo en una
elección. El liderazgo es una opción, construida desde adentro, sobre los
cimientos de la personalidad. Los grandes líderes liberan el talento y la pasión
colectivos de las personas y los encauzan hacia la meta correcta13.
Hasta entonces, la gente piensa que decidir lo que se debe hacer sólo está en
manos de quienes se encuentran en posiciones de autoridad. Han accedido, quizá
de una manera inconsciente, a ser controladas como si fueran cosas. No tienen la
iniciativa de actuar ni cuando perciben una necesidad. Esperan a que la persona
con el título formal de líder les diga lo que deben hacer y responden tal como se
les indica. En consecuencia, culpan al líder formal cuando las cosas salen mal y le
atribuyen el mérito cuando salen bien. Y ven que se les agradece “su cooperación
y su apoyo”14.
11 COVEY, Stephen R.,” Op. Cit. 12 GOLEMAN, Daniel, “Liderazgo que obtiene resultados”, Harvard Business Review, noviembre de 2005. 13 COVEY, Stephen R., “El 8º Hábito: De la efectividad a la grandeza”, Editorial Planeta Colombiana S. A., Bogotá, 2005. 14 Ibid.,
26
Expresándolo de forma sencilla, en su nivel más elemental y práctico, el liderazgo
consiste en transmitir a las personas su valor de un modo tan claro que éstas
acaben viéndolo en sí mismas. Piense en esta definición. ¿Acaso no es ésta la
esencia de la clase de liderazgo que influye y perdura realmente? Transmitir la
valía y el potencial de las personas de una manera tan clara, convincente y
coherente que realmente éstas lleguen a verlos en su interior pondrá en marcha el
proceso de ver, hacer y transformarse15.
La mejor forma de probar si una persona es líder en vez de administrador es
pedirle que haga algunos cambios positivos. Los administradores pueden
mantener el rumbo, pero no pueden cambiarlo. Para cambiar el rumbo de las
personas, se necesita influencia16.
El éxito en el liderazgo radica en la capacidad de conseguir resultados sostenibles
a lo largo del tiempo. Y la sostenibilidad se asegura logrando retener a los talentos
necesarios mediante la creación de un clima de trabajo que genera confianza,
inspira la creatividad y favorece compromisos duraderos con un proyecto
empresarial estimulante. Este clima de trabajo propicia también la predisposición
positiva al cambio organizativo requerido por las reglas ineludibles de la
competitividad, y permite identificar líderes potenciales o reales en los rincones
más insólitos de la organización17.
El liderazgo se concibe como un conjunto de cuatro capacidades: La construcción
de sentido (comprender el contexto en que operan una empresa y sus
trabajadores), el relacionamiento (establecer relaciones dentro y entre las
15 Ibid., 16 MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, OP. Cit., 17 GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, “El líder resonante crea más”, Editorial Sudamericana S. A., Buenos Aires, 2008.
27
organizaciones), el envisionamiento (crear una perspectiva de futuro convincente)
y la inventiva (desarrollar nuevas formas de plasmar esa visión)18.
La tarea fundamental del líder es despertar los sentimientos positivos de sus
subordinados y ello ocurre cuando un líder produce resonancia, es decir, el clima
emocional positivo indispensable para movilizar lo mejor del ser humano. En su
raíz, pues, la tarea fundamental del liderazgo es emocional. Uno de los cometidos
emocionales más fundamentales del liderazgo es contribuir a encontrar sentido,
tanto para uno mismo como para los demás, aún en medio del caos y la locura.
Hay que dejar de ser meros gestores y convertirse en auténticos líderes19.
Liderazgo es sinónimo de asistir a otros en la exploración de sus límites20.
Servir a los demás y mostrarles la forma de hacerlo son componentes vitales de
un liderazgo exitoso. Cuanto más alto desee escalar, tanto más necesitará el
liderazgo. Cuanto más alto sea el impacto que desee causar, tanto mayor
influencia necesitará. Lo que alcance estará restringido por su capacidad de dirigir
a otros. La verdadera medida del liderazgo es la influencia, nada más, nada
menos. Si uno no tiene influencia, nunca podrá dirigir a los demás21.
La habilidad esencial de un líder consiste en movilizar y coordinar los esfuerzos de
un grupo de personas. El liderazgo no tiene que ver con el control de los demás,
sino con el arte de persuadirles para colaborar en la construcción de un objetivo
común22.
18 ANCONA, Deborah, MALONE, Thomas W., ORLIKOWSKI, Wanda J. y SENGE, Peter M., “Elogio del líder incompleto”, Harvard Business Review, febrero de 2007. 19 GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, “Op. Cit. 20 PETERS, Tom, “Liderar con eficiencia”, Gestión, volumen 5, abril-mayo de 2002. 21 MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo, Op. Cit., 22 GOLEMAN, Daniel, “La Inteligencia Emocional”, Javier Vergara Editor S. A., Bogotá, 1996.
28
Los buenos líderes también tienen confianza en sí mismos y, por consiguiente,
ganan la confianza de los demás. La confianza en uno mismo es la piedra angular.
A las personas que no creen en sí mismas, les resulta difícil creer en los demás. A
los demás también les cuesta trabajo creer en ellas. En un líder, la confianza en sí
mismo despierta la confianza de sus seguidores, lo cual le confiere la libertad de
ser un emprendedor arriesgado y un motivador de cambios23.
Los grandes líderes son personas que saben manejar las emociones. Su éxito no
depende tanto de “lo que hacen”, como del “modo en que lo hacen”24.
Los líderes aman los desafíos. Los líderes más eficaces no le tienen miedo al
cambio, ni a los problemas. Los líderes necesitan ganar. Los líderes producen
resultados. Los líderes necesitan producir resultados. Y son individuos que ven el
vaso a medio llenar. No medio vacío. Son optimistas. Creen que las personas
“comunes” pueden estar a la altura de las circunstancias. Búsquelas. Y evite a las
pesimistas, cínicas y amargadas 25.
Una dimensión oculta, aunque fundamental, del liderazgo: El gran impacto
emocional que provocan las palabras y las acciones del líder. Y es que las
personas con más talento se sienten atraídas por los líderes emocionalmente
inteligentes por el mero gusto de estar en su presencia. Por su parte, los líderes
que emiten registros negativos –los líderes irritables, susceptibles, dominantes o
fríos- parecen repeler a los demás. La investigación ha demostrado palpablemente
que nadie quiere trabajar con un cascarrabias. Por eso, a diferencia de lo que
ocurre con los líderes que tienden hacia los estados de ánimo negativos, los
líderes optimistas y entusiastas suelen conservar más tiempo a sus empleados26.
23 MAXWELL, John C., “Liderazgo eficaz. Como influir en los demás”, Editorial Vida, E.E.U.U., 2002. 24 GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, Op. Cit. 25 PETERS, Tom, “Liderar con eficiencia”, Gestión, volumen 5, abril-mayo de 2002. 26 GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, Op. Cit.
29
Los líderes que fracasan son poco empáticos y sensibles, y de este modo suelen
exhibir un exceso de arrogancia, agresividad o prepotencia hacia sus
subordinados. Y, aunque hay algunos que de vez en cuando se muestren
encantadores e incluso parezcan estar interesados en los demás, esto termina
revelándose como una mera fachada. Los directivos triunfadores, por su parte, se
muestran empáticos y sensibles, y son considerados y respetuosos con todo el
mundo, tanto superiores como subordinados27.
Las personas socialmente inteligentes pueden conectar fácilmente con los demás,
son diestros en leer sus reacciones y sus sentimientos y también pueden conducir,
organizar y resolver los conflictos que aparecen en cualquier interacción humana.
Ellos son los líderes naturales, las personas que saben expresar los sentimientos
colectivos latentes y articularlos para guiar al grupo hacia sus objetivos28.
Ser un líder es como invertir exitosamente en la bolsa de valores. Si usted espera
hacer una fortuna en un día, no tendrá éxito. Lo que más importa es lo que hace
día a día a largo plazo. Aunque es verdad que alguna gente nace con dones
naturales más grandes que otros, la capacidad de dirigir es en realidad una
combinación de destrezas, que en su mayor parte pueden ser aprendidas y
mejoradas. Sin embargo, ese proceso no tiene lugar de la noche a la mañana. El
liderazgo es algo complejo. Tiene muchas facetas: respeto, experiencia, fuerza
emocional, destreza en las relaciones con las personas, disciplina, visión, impulso,
momento oportuno, y la lista sigue. Muchos de los factores que entran en juego en
el liderazgo son intangibles. Por eso es que los líderes necesitan mucha
experiencia para ser eficaces. Es la capacidad de desarrollar y mejorar destrezas
lo que marca la diferencia entre los líderes y sus seguidores. Los líderes exitosos
son aprendices. Y el proceso del aprendizaje es un continuo resultado de la
27 GOLEMAN, Daniel, “La Práctica de la Inteligencia Emocional”, Editorial Kairós. S.A., Barcelona, 1998. 28 GOLEMAN, Daniel, “La Inteligencia Emocional”, Op. Cit.,
30
autodisciplina y la perseverancia. La meta de cada día debe ser mejorar un poco,
edificar sobre el progreso del día anterior29.
Los grandes líderes mantienen en su entorno a personas que les brindarán un
feedback honesto. Tal como dijo Hill Burns, cabeza de Roche Phamaceuticals:
“Tienes que mantener tus píes sobre la tierra cuando los demás quieren colocarte
en un pedestal. Después de estar un tiempo en un pedestal, uno deja de escuchar
la verdad. Ésta es filtrada por los colaboradores, y ellos te interpretan tan bien que
saben qué es lo que quieres escuchar. Uno termina como la abeja reina en el
panal, sin ninguna relación con las abejas obreras. Mi esposa y secretaria tienen
todo el poder, si es que alguna vez llegan a verme un tanto engreído, para darme
un buen golpe en la cabeza”30.
Hasta los líderes más talentosos necesitan los aportes y el liderazgo de los
demás, solicitados constructivamente y aplicados creativamente. Por el bien de los
líderes frustrados y el bienestar de las organizaciones, es hora de poner fin al mito
del líder completo: la persona que se encuentra en la cima y no tiene defectos. Es
hora de rendir homenaje al líder incompleto, es decir, al líder humano31.
29 MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, Op. Cit., 30 GOFFEE, Rob y JONES, Gareth, “Gestionar la autenticidad: la paradoja del liderazgo superior”. Harvard Business Review, diciembre de 2005. 31 ANCONA, Deborah, MALONE, Thomas W., ORLIKOWSKI, Wanda J. y SENGE, Peter M., OP. Cit.
31
2. CARACTERÍSTICAS DEL LÍDER EN LAS ORGANIZACIONES DEL ACTUAL CONTEXTO ORGANIZACIONAL
Diversos autores han escrito sobre las características que debe poseer un
verdadero líder. En este capítulo se hace una revisión bibliográfica de las
propuestas de algunos de estos autores. En algunos casos, los autores plantean
directamente algunas características que consideran deben tener los líderes. En
otros, los autores hacen algunos planteamientos que considero pueden
extrapolarse para el caso de los líderes.
En la medida que el líder entienda que él está interactuando con otras personas,
que deben ser tratadas como tales y no como cosas, habrá ganado mucho
terreno. De ahí que para iniciar este capítulo me parece valioso iniciar por el
“Paradigma de la persona completa” planteado por Stephen Covey32, por
considerarlo como el cimiento para las características que se mostrarán más
adelante, dado que se analizan conceptos relacionados con las necesidades del
ser humano, que si se entienden adecuadamente, considero que son muy valiosas
si son tenidas en cuenta por el líder.
Es fundamental reconocer que las personas no son cosas, sino seres completos,
integrales y multidimensionales. Desde este punto de partida, se pueden
desprender características que deben tener los líderes, por el solo hecho de
comprender y reconocer que trabajamos con personas.
2.1 PARADIGMA DE LA PERSONA COMPLETA
Stephen Covey33 plantea que a pesar de todos los cambios que ha sufrido el
mundo laboral, aún seguimos pensando en buena medida desde el paradigma de
32 COVEY, Stephen R., “El 8º Hábito: De la efectividad a la grandeza”, Op. Cit., 33 Ibid.
32
la llamada Era Industrial, que considera a los trabajadores como una materia
prima más.
Solo hay una razón muy sencilla y general de que haya tantas personas
insatisfechas con su trabajo y de que la mayoría de las organizaciones sean
incapaces de aprovechar el talento, el ingenio y la creatividad de su personal y no
lleguen a ser organizaciones grandes y duraderas. La razón es un paradigma
incompleto de quienes somos, de nuestra concepción fundamental de la
naturaleza humana.
La realidad fundamental es que los seres humanos no son simples cosas a las
que se deba motivar y controlar. Los seres humanos tienen cuatro dimensiones:
cuerpo, mente, corazón y espíritu, las cuales están relacionadas con las
dimensiones física / económica, mental, social / emocional y espiritual.
Las cuatro dimensiones también reflejan las cuatro necesidades y motivaciones
básicas de todas las personas: vivir (supervivencia), amar (relaciones), aprender
(crecimiento y desarrollo) y dejar un legado (sentido y aportación).
Figura 1: Paradigma de la persona completa.
33
Stephen Covey34 plantea que la conexión directa entre el paradigma de control de
la “cosa” (piezas -personas) que predomina en el trabajo de hoy en día y la
incapacidad de los directivos y las organizaciones de inspirar a su personal para
que contribuya con su talento, es que la gente elige. Consciente o
inconscientemente, la gente elige en qué medida se va a entregar a su trabajo en
función del trato que reciba y de las oportunidades que tenga para utilizar las
cuatro partes de su naturaleza.
Figura 2: Cuatro necesidades de la gente.
Stephen Covey35 plantea las siguientes inquietudes:
• Si no se nos trata con justicia, es decir, si en nuestra organización hay
mucha política, hay nepotismo, el sistema salarial no parece justo, nuestro
propio salario no refleja con exactitud el nivel de nuestra contribución.
¿Cuál sería nuestra elección?
34 Ibid. 35 Ibid.
34
• Si nos pagan lo correcto pero no se nos trata muy bien, es decir, si no se
nos respeta, se nos trata de una manera arbitraria y caprichosa, quizá
dictada principalmente por el humor de nuestro jefe. ¿Cuál sería nuestra
elección?
• Si nos pagan correctamente y nos tratan bien, pero cuando se precisa
nuestra opinión nadie nos la pide. En otras palabras, si se valoran nuestro
cuerpo y nuestro corazón, pero no se valora nuestra mente. ¿Cuál sería
nuestra elección?
• Si nos pagan correctamente (cuerpo), nos tratan bien (corazón) y podemos
participar de una manera creativa (mente), pero se nos dice que cavemos
un hoyo y lo volvamos a rellenar o que redactemos informes que nadie va a
leer o usar. En otras palabras, si el trabajo carece de sentido (espíritu).
¿Cuál sería nuestra elección?
• Si nos pagan correctamente, nos tratan bien y podemos participar de una
manera creativa en un trabajo significativo, pero a costa de engañar y
mentir a los clientes, a los proveedores y a otros empleados (espíritu).
¿Cuál sería nuestra elección?
Figura 3: Elecciones de la gente
35
Stephen Covey36 resalta que con el planteamiento de las inquietudes anteriores,
hemos transitado por las cuatro partes del paradigma de la persona completa:
cuerpo, mente, corazón y, por último, espíritu (habiendo dividido el espíritu en dos
partes: hacer un trabajo carente de sentido y trabajar sin escrúpulos). La cuestión
es que si desatendemos alguna de las cuatro partes de la naturaleza humana,
convertimos las personas en cosas, ¿y qué es lo que hacemos con las cosas?
Debemos controlarlas, dirigirlas y usar la zanahoria y el palo para motivarlas.
Figura 4: La persona completa en un trabajo completo
Solo quienes se ven respetados como personas completas con un trabajo
completo, optan por una de las tres opciones superiores: cooperación placentera,
compromiso genuino o excitación creativa.
Las personas que realmente tienen el control trabajan para organizaciones que las
valoran como seres humanos. Organizaciones que respetan, escuchan y actúan
sobre la base de los pensamientos, los sentimientos, las necesidades y los sueños
36 Ibid.
36
de las personas. Los pensamientos, los sentimientos, las necesidades y los
sueños se respetan, se escuchan y generan una acción. Regla de oro de la
gerencia: valorar a los individuos como personas. Basta con hacer eso y se tiene
todo37.
Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado considero que una de las
características que debe tener un líder, es reconocer que las personas tienen
cuatro dimensiones (paradigma de la persona completa: cuerpo, mente, corazón y
espíritu), para poder comprenderlas mejor (inclusive así mismo), relacionarse
adecuadamente e interpretar de una manera más acertada las necesidades y
motivaciones de los demás, para finalmente lograr potenciar sus capacidades en
pro de los resultados que se requieren en la organización.
Me parece que muchos de los problemas que ocurren entre los líderes y las
personas que tienen a cargo, se deben a que se concentran solo en una o algunas
de las dimensiones de la persona, sin prestarle atención a las otras, con el
impacto que tiene en la motivación de las personas. O en el peor de los casos, los
problemas ocurren por que el líder no cae en la cuenta de que los demás son
también personas y se olvida de sus necesidades.
2.2 INTELIGENCIA EMOCIONAL
Cada vez se ha venido encontrando con mayor fuerza, que el conocimiento
técnico y la inteligencia de las personas, por si solas, no son suficientes para ser
un líder efectivo, que logre motivar a los demás, atraiga seguidores, potencie las
capacidades de las personas y obtenga los mejores resultados y de la mejor
manera.
37 BLANCHARD, Ken y BOWLES, Sheldon, “¡A la carga! (Gung Ho)”, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1998.
37
En las organizaciones se encuentra a menudo que personas que tienen un alto
desempeño en labores que exigen conocimiento técnico, tienen problemas cuando
son designados para desempeñar cargos de gerente o de jefaturas. Tal vez una
de las razones por las cuales esto ocurre, es porque a pesar de tener mucho
conocimiento técnico y habilidades cognitivas, no tienen lo que hoy se denomina
inteligencia emocional. Estas personas no logran llegarle a la gente, ni entender
sus emociones, sentimientos y pensamientos, no tienen en cuenta los puntos de
vista de los demás y en muchas ocasiones, imponen sus puntos de vista de una
manera prepotente y logran los resultados forzando y desgastando demasiado a
las personas, no permitiendo que expresen lo que sienten, ni teniéndolas en
cuenta.
Los resultados en los equipos de trabajo se pueden obtener pisoteando a los
demás, o se pueden obtener los mismos, o inclusive mejores resultados, si se
tiene en cuenta a los demás y se aplican, entre otros, los conceptos básicos de la
inteligencia emocional.
Por lo anterior, considero importante incluir las características que debe tener un
líder emocionalmente inteligente.
Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie Mckee38, David R. Caruso y Peter
Salovey39 y Daniel Goleman40, plantean los siguientes aspectos sobre la
inteligencia emocional en el liderazgo:
Goleman descubrió que, si bien las cualidades asociadas tradicionalmente al
liderazgo (como inteligencia, firmeza, determinación y visión) son necesarias para
38 GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, “El líder resonante crea más”, Op. Cit. 39 CARUSO, David R. y SALOVEY, Peter, “El gerente emocionalmente inteligente: Cómo desarrollar y utilizar las cuatro habilidades emocionales clave del liderazgo”, Resumido.com, marzo de 2004. 40 GOLEMAN, Daniel, “¿Qué hace a un líder?”, Harvard Business Review, enero de 2004.
38
el éxito, no son suficientes. Los líderes verdaderamente efectivos también se
distinguen por un alto grado de inteligencia emocional, que incluye la
autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades
sociales.
Los líderes más efectivos se parecen en algo fundamental: todos tienen un alto
grado de lo que se conoce como inteligencia emocional. No es que el coeficiente
intelectual y las destrezas técnicas sean irrelevantes. Son importantes, pero como
“aptitudes de umbral”; es decir, son los requisitos básicos para puestos ejecutivos.
La inteligencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo. Sin ella, una
persona puede tener la mejor preparación del mundo, una mente incisiva y
analítica, y un infinito surtido de ideas inteligentes, pero aun así no será un buen
líder.
La inteligencia emocional desempeña un papel cada vez más importante en los
niveles superiores de la organización, donde las diferencias en destrezas técnicas
son insignificantes. En otras palabras, cuanto más alto sea el puesto de un
profesional estrella, más se podrá atribuir su eficacia a sus capacidades de
inteligencia emocional. Investigadores han confirmado que la inteligencia
emocional no sólo distingue a los líderes sobresalientes, sino que se puede
relacionar con el alto desempeño.
Poco importa lo que hagan los líderes, poco importa que se dediquen a planificar
estrategias o se ocupen de movilizar la acción de un equipo, puesto que su éxito
no depende tanto de “lo que hacen” como del “modo en que lo hacen”. En este
sentido se debe resaltar que, si un líder carece de la capacidad de encauzar
adecuadamente las emociones, nada de lo que haga funcionará como es debido.
Los grandes líderes son personas que saben manejar las emociones.
39
Aunque el cerebro humano se ha vuelto más complejo durante los millones de
años de evolución, las conexiones que se ocupan de las emociones no han
desaparecido. Las emociones no pueden ser removidas quirúrgicamente de la
inteligencia. Las emociones si importan todo el tiempo e ignorar su rol, ignorar la
sabiduría de las emociones propias y ajenas, es invitar al fracaso como persona,
como gerente y como líder. La clave para ser un gerente emocionalmente
inteligente es integrar respuestas emocionales y racionales. Hacer demasiado
hincapié en unas u otras podría conllevar a una toma de decisiones inadecuada.
Las razones que explican la importancia de las acciones del líder, no tanto lo que
hace como el modo en que lo hace, se asientan en la misma estructura del
cerebro humano, concretamente en lo que los científicos denominan circuito
abierto del sistema límbico, el centro cerebral que controla las emociones.
Mientras que los sistemas cerrados como el circulatorio, por ejemplo, son
autorregulados e independientes del sistema circulatorio de las personas que nos
rodean, los sistemas abiertos, por el contrario, se hallan en gran medida
condicionados externamente. Por eso nuestra estabilidad emocional depende, en
parte, de las relaciones que establezcamos con los demás.
Según los científicos, este circuito abierto constituye un “sistema de regulación
límbico interpersonal” que transmite señales que pueden llegar a modificar la tasa
hormonal, las funciones cardiovasculares, el ciclo del sueño y hasta el sistema
inmunológico de otra persona. Las emociones de los demás influyen sobre nuestro
funcionamiento fisiológico y, en consecuencia, sobre nuestras emociones. Este es
un sistema que se halla tan profundamente integrado en nuestro funcionamiento
que opera de manera inconsciente.
El circuito abierto posibilita la interrelación continua entre los sistemas límbicos de
los integrantes de un grupo, una especie de sopa emocional que cada cual sazona
con su peculiar especia. En el ámbito empresarial, sin embargo, corresponde al
líder añadir el ingrediente fundamental, porque todas las miradas convergen en él
40
en busca de orientación emocional. La observación minuciosa del funcionamiento
del grupo pone de manifiesto el papel fundamental que desempeña el líder en el
clima emocional colectivo.
Entender el poderoso papel que juegan las emociones en el lugar de trabajo
destaca a los mejores líderes del resto no sólo en lo que a elementos tangibles
(mejores resultados comerciales, etc.) se refiere, sino además, en lo que a
elementos intangibles se refiere (alta moral, motivación y compromiso). El líder de
un grupo humano es la persona más capaz de influir en las emociones de los
demás. Si el líder despierta el entusiasmo entre la gente, el desempeño de esta
última mejorará notablemente y el funcionamiento del grupo puede lograr cotas
muy elevadas, mientras que si el líder produce ansiedad y enojo en la gente, el
desempeño se vendrá a menos, encaminando al grupo hacia su desintegración.
Un aspecto esencial del liderazgo: su efecto trasciende el mero hecho de llevar a
cabo un buen trabajo.
Aunque las emociones son muy importantes, los gerentes no están entrenados
para lidiar con las mismas. Llegar a ser un gerente emocionalmente inteligente
significa ser capaz de extraer información a partir de los sentimientos. Tomar en
cuenta la “huella emocional” nos permitirá tomar mejores decisiones.
Dependiendo del tipo de emociones que despierte el líder, se tendrá41:
a. Resonancia: Cuando el líder encauza las emociones en una dirección positiva,
moviliza lo mejor de las personas y provoca un efecto de resonancia; el líder
despierta emociones positivas.
41 GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, “El líder resonante crea más”, Op. Cit.
41
b. Disonancia: Cuando el líder encauza las emociones en una dirección negativa,
genera una disonancia que socava los cimientos emocionales en los que se
asienta todo posible desarrollo; el líder despierta emociones negativas.
Aun cuando no cabe duda que el pensamiento analítico y la claridad conceptual
sean habilidades fundamentales e imprescindibles para ejercer el liderazgo, la
capacidad intelectual, por sí sola no hace al líder.
Un buen líder querrá producir resonancia y la clave para hacerlo yace en su
inteligencia emocional, la cual tiene que ver con la habilidad de manejar las
emociones propias y ajenas. Un líder emocionalmente inteligente es capaz de
influenciar las emociones ajenas con tan sólo intervenir los centros cerebrales
relacionados con las emociones.
Una sola persona puede transmitir señales emocionales a otra persona o a todo
un grupo de personas, que pueden alterar el funcionamiento del corazón, alterar
los niveles hormonales, el sueño y hasta el sistema inmunológico. En otras
palabras, el sistema límbico abierto es una vía de comunicación a través de la cual
los líderes pueden enviar mensajes importantes. Pero, por otra parte, si este es
mal empleado, puede corromper el desempeño de un equipo. Dado que es un
proceso subconsciente, es muy fácil perder el control.
Los líderes ejercen una inmensa influencia emocional entre sus subordinados.
Los líderes hablan más, son escuchados por más personas, son los primeros en
hablar, y suelen darle sentido al grupo. La gente está pendiente de ellos incluso
cuando no están hablando. En pocas palabras, el líder establece el tono
emocional del lugar de trabajo. Por tanto, es importante que el líder sepa qué tono
emocional quiere propiciar y por qué.
42
Dado que la gente requiere “leer al líder”, este debe ser abierto, entusiasta,
apasionado. Debe tener buen humor y su risa debe ser contagiosa. Los científicos
han demostrado que la risa es una de las reacciones más sinérgicas de todas.
Cuando una persona ríe, las demás ríen reflexivamente. La razón de esto es que
los sistemas límbicos se activan entre sí.
Si bien un estado de ánimo negativo se transmite menos fácilmente que uno
positivo, aquel puede resultar virulento una vez que comienza. Además, se
necesitan horas para reabsorber las hormonas producidas por un estado
depresivo. Las emociones negativas obstruyen el trabajo.
Los líderes pueden utilizar su influencia sobre las emociones de los empleados,
para mejorar la organización en su totalidad.
Los líderes más exitosos son aquellos que saben utilizar el humor. Eso no quiere
decir que tengan que ser comediantes. Un comentario humorístico no tiene por
que ser gracioso. Lo importante es la intención: sinceridad, expresión facial y
verdadero sentimiento. La clave para saber cuándo y cómo utilizar dichas
herramientas es la inteligencia emocional. A continuación, cuatro factores típicos
de la inteligencia emocional42:
a. Interés en alcanzar objetivos.
b. Habilidad para tomar la iniciativa.
c. Habilidades en colaboración y trabajo en equipo.
d. Habilidad para encabezar equipos.
Con el tiempo, estos factores han sido refinados por los expertos en los siguientes
cuatro dominios:
42 Ibid.
43
a. Conciencia de uno mismo (Autoconciencia): los líderes saben lo que les
gusta, conocen sus propios valores, habilidades y debilidades y, por lo general,
se saben reír de sí mismos. Autoconciencia significa tener una profunda
comprensión de las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y
motivaciones propias. La importancia de la autoconciencia para el líder es que
esta le permite actuar con convicción y sinceridad. La gente autoconsciente
cree en sus intuiciones. Este tipo de líder sabe asumir tareas complejas.
La autoconciencia es el ingrediente primordial de la inteligencia emocional,
algo que cobra sentido si se tiene en cuenta que hace miles de años el oráculo
de Delfos aconsejaba “conócete a ti mismo”. Las personas que poseen un
fuerte grado de autoconciencia no son ni extremadamente críticas ni confiadas
en exceso. Más bien, son honestas consigo mismas y con los demás.
Quienes tienen un alto grado de autoconciencia saben cómo sus sentimientos
los afectan a ellos, a otras personas y a su desempeño en el trabajo. Por lo
tanto, alguien que tiene conciencia de sí mismo y que sabe que los plazos de
entrega muy ajustados sacan a relucir lo peor de su persona, procura planificar
su tiempo con cuidado y hacer su trabajo con antelación. Otra persona con una
alta autoconciencia podrá trabajar con clientes muy exigentes; entenderá el
impacto del cliente en su humor y las verdaderas razones de su frustración.
La autoconciencia incluye la comprensión de los valores y objetivos
individuales. Alguien que tiene conciencia de sí mismo sabe hacia dónde se
dirige y por qué. Una persona que carece de autoconciencia tiende a tomar
decisiones que pasan a llevar valores ocultos y por ende ocasionan dilemas
internos.
La autoconciencia se deja ver como sinceridad y capacidad para autoevaluarse
de manera realista. Las personas con una alta autoconciencia pueden hablar
44
acertada y abiertamente (aunque no necesariamente de forma efusiva o
“confesional”) sobre sus emociones y el impacto que tienen en su trabajo.
La autoconciencia también se puede identificar durante las evaluaciones de
desempeño. Las personas que tienen conciencia de sí mismas saben (y hablan
de ello sin problemas) cuáles son sus fortalezas y sus debilidades, y a menudo
demuestran una sed de crítica constructiva. Por el contrario, las personas con
baja autoconciencia interpretan el mensaje de que necesitan mejorar como una
amenaza o una señal de fracaso.
Las personas autoconscientes también se distinguen por la confianza que
tienen en sí mismas. Comprenden muy bien cuáles son sus limitaciones y es
poco probable que, por ejemplo, se cuelguen la soga al cuello sobre
exigiéndose en sus proyectos o tareas. Además, saben cuándo pedir ayuda. Y
los riesgos que asumen en el trabajo son calculados; no demandarán desafíos
que saben que no podrán manejar por completo. Juegan a la medida de sus
posibilidades.
Pese al valor de tener en la nómina a personas que tienen conciencia de si
mismas, los altos ejecutivos no otorgan a esa cualidad el crédito que se
merece cuando buscan a posibles líderes. Muchos ejecutivos creen que la
franqueza en los sentimientos es de los “debiluchos” y fallan al momento de
mostrar respeto por aquellos empleados que admiten abiertamente sus puntos
débiles. A tales personas se las descarta demasiado rápido por no ser “lo
suficientemente duras” para el liderazgo.
En realidad es todo lo contrario. En primer lugar, generalmente las personas
admiran y respetan la franqueza. Es más, a los líderes se les exige
constantemente que tomen decisiones que requieren una valoración franca de
todas las capacidades (las propias y las de los demás). Las personas que se
45
evalúan honestamente (es decir, las autoconscientes) están bien preparadas
para hacer lo mismo por las organizaciones que dirigen.
o Conciencia emocional de uno mismo: Los líderes que poseen una
elevada conciencia emocional están en contacto con sus señales
interiores y reconocen el modo en que sus sentimientos los afectan e
influyen en su rendimiento laboral. Los líderes emocionalmente
conscientes de sí mismos, suelen ser sinceros y auténticos y son
capaces de hablar abiertamente de sus emociones y de expresar con
convicción la visión que les guía. o Valoración adecuada de uno mismo: Esta competencia permite al
líder reconocer sus fortalezas y debilidades y reírse de sí mismo. Es
capaz de aprender las cosas que debe mejorar y admite de buen grado
la crítica y la retroalimentación constructiva. Esta valoración adecuada
de uno mismo también posibilita que el líder sepa cuándo debe pedir
ayuda y dónde debe centrar su atención para cultivar nuevas
habilidades de liderazgo.
o Confianza en uno mismo: El conocimiento preciso de sus capacidades
permite que el líder pueda apoyarse en sus fortalezas.
b. Autogestión: Ser capaz de controlar y supervisar las propias emociones. Un
líder que no tiene el control de sí mismo no puede controlar a los demás. Una
buena gerencia comienza con una buena autogestión.
o Autocontrol o autorregulación: Los impulsos biológicos dirigen
nuestras emociones. No nos podemos librar de ellos, pero podemos
hacer bastante por controlarlos. El autocontrol es saber gestionar y
46
encauzar adecuadamente las propias emociones e impulsos
perturbadores. El autocontrol proporciona al líder la serenidad y lucidez
necesaria para afrontar una situación estresante y le permite
permanecer imperturbable ante situaciones realmente críticas.
Ante todo, las personas que dominan sus sentimientos e impulsos (es
decir, las personas que son razonables) son capaces de crear un clima
de confianza y de justicia. En ambientes así, la política y las rencillas se
reducen drásticamente y la productividad es alta. Las personas con
talento acuden en tropel a la organización y no sienten la tentación de
marcharse. La autorregulación tiene un efecto de cascada. Nadie quiere
ser señalado como un histérico cuando el jefe es conocido por su
tranquilidad. Cuantos menos malos humores haya en la cúpula, menos
habrá también a lo largo de la organización.
o Transparencia: La expresión sincera de los propios sentimientos,
creencias y acciones posibilita la integridad. No tener dificultad en
admitir abiertamente sus errores. o Adaptabilidad: Hacer frente a situaciones muy diversas sin perder la
concentración ni la energía. Ser lo suficientemente flexibles como para
afrontar los nuevos retos, adaptarse rápidamente a los cambios y no
tener problemas en cambiar de opinión cuando así lo exigen las nuevas
realidades.
o Logro: Tener elevadas ambiciones personales que impulsen
continuamente el mejoramiento de sí mismo y buscar el modo de que
los subordinados también puedan mejorar. Los líderes que poseen esta
competencia son personas pragmáticas que no tienen problema alguno
en ponerse objetivos difíciles y medibles y que también son capaces de
47
calcular los riesgos para que sus objetivos sean alcanzables y merezcan
la pena. Un rasgo distintivo del logro consiste en estar siempre
aprendiendo, y enseñando, el modo mejor de hacer las cosas.
o Iniciativa: No esperar a que las oportunidades se presenten, sino que
hay que aprovecharlas o crearlas. Dejar de ser reactivos, para ser
proactivos.
o Optimismo: Saber aprovechar las circunstancias adversas,
considerándolas más como una oportunidad o un contratiempo que
como una amenaza. Contemplar los aspectos positivos de los demás y,
en consecuencia, esperar lo mejor de ellos. La visión optimista de estos
líderes los lleva a considerar positivamente los cambios que les
deparara.
c. Conciencia social: También se la conoce como empatía. Esta permite
entender a los demás. Las expresiones faciales, el tono de voz y el lenguaje
corporal constituyen mensajes que estamos constantemente oyendo, viendo,
asimilando y respondiendo. Esta sutil comunicación hace sentir a la gente que
hay una conexión. Aumenta la confianza y crea un área de comodidad en la
cual moverse. Los líderes con conciencia social siempre llegan más
rápidamente a la gente.
o Empatía: Ser capaz de conectar con un amplio abanico de señales
emocionales, lo cual permita experimentar, aunque sea de un modo
tácito, las emociones que siente una persona o un grupo. Saber
escuchar con atención y comprender la perspectiva de los demás. La
empatía también posibilita que el líder se lleve bien con personas de
otras culturas.
48
La empatía, captar como se sienten las personas en el momento,
permite al líder responder a los empleados de una forma altamente
congruente con las emociones de esa persona, construyendo de ese
modo una buena comunicación43.
o Conciencia organizativa: Ser capaz de detectar las relaciones de
poder y comprender las redes sociales que subyacen y configuran una
determinada organización. Saber comprender las fuerzas subyacentes
que operan en el seno de una organización, así como las reglas tácitas
que determinan las relaciones entre sus integrantes y los valores que la
guían.
d. Gestión de relaciones: Está formada por la persuasión, la gerencia de
conflictos y la colaboración. Los líderes con grandes habilidades sociales son
capaces de encontrar un suelo común a partir del cual construir las relaciones.
o Inspiración: Saber inspirar a los demás para alentar la resonancia y
saber movilizar a los empleados en torno a una visión convincente o un
objetivo compartido. o Influencia: Los indicadores del poder de la influencia de un líder van
desde la capacidad de adaptarse a cada interlocutor, hasta saber
rodearse de las personas y la red de apoyo clave para llevar a la
práctica una determinada iniciativa. También son personas
comprometidas y sumamente persuasivas en la dirección de un grupo.
o Desarrollo personal de los demás: Mostrar un interés genuino por los
subordinados y saber comprender sus objetivos, sus fortalezas y sus
43 GOLEMAN, Daniel, “Liderazgo que obtiene resultados”, Op. Cit.
49
debilidades. Saber dar una realimentación oportuna y constructiva, ser
excelentes mentores y coaches.
o Catalizar el cambio: Ser capaces de reconocer la necesidad de
cambiar, poner en cuestión el statu quou y situarse a la vanguardia del
proceso de cambio. Saber encontrar la manera de superar las barreras
que obstaculizan el cambio.
o Gestión de los conflictos: Los líderes que mejor gestionan los
conflictos son capaces de sacar partido de todas las situaciones,
comprenden los diferentes puntos de vista y saben el modo de articular
un ideal común que todos puedan suscribir. Son personas que saben
sortear los conflictos, reconocer los sentimientos e ideales de todos los
implicados y encauzar la energía en la dirección del ideal compartido.
o Trabajo en equipo y colaboración: Los líderes capaces de trabajar en
equipo generan una atmósfera de colaboración amistosa y son un
modelo de respeto, utilidad y cooperación. Son personas que saben
conjugar el compromiso activo y entusiasta con el esfuerzo común y, en
ese sentido, construir una identidad colectiva y alentar el sentido de
solidaridad. Son personas capaces de invertir tiempo en el
establecimiento y consolidación de relaciones que van más allá de las
meras obligaciones laborales.
Cuando se es emocionalmente inteligente, se adquieren cuatro habilidades44:
a. Leer el lenguaje emotivo de los demás e identificar emociones: En
realidad, la información nunca será tan clara, pero es posible obtener
44 CARUSO, David R. y SALOVEY, Peter, “Op. Cit.
50
información a partir del comportamiento. Los gerentes hábiles son capaces de
identificar los sentimientos ajenos y hablar abiertamente al respecto. No tienen
miedo de mostrar sus sentimientos.
Dado que los gerentes emocionalmente inteligentes reconocen sus propias
emociones, son capaces de identificar los sentimientos ajenos con precisión.
Por el contrario, los gerentes que carecen de inteligencia emocional no logran
identificar bien las emociones ajenas, no muestran sus emociones, mantienen
expresiones neutrales y no son capaces de articular sus propias emociones.
b. Entusiasmarse y usar las emociones para motivar a los demás: La
identificación de emociones comienza con la conciencia. Comienza estando lo
suficientemente conscientes de nuestros sentimientos.
Es importante leer las expresiones faciales e identificar sus emociones
asociadas. Las emociones son un sistema de señales que contienen
información y si no captamos la señal, no obtenemos la información. Es
importante saber identificar la emoción que se está sintiendo y la que están
sintiendo los demás.
Las emociones expresadas y las verdaderas emociones difieren entre sí, por lo
que cuando somos capaces de leer entre las líneas, logramos distinguir las
verdaderas emociones de aquellas expresadas.
Las emociones expresadas también contienen información de valor, pues son
lo que la gente quiere que creamos de ellas, pero la realidad puede ser muy
diferente.
51
La expresión facial, expresión corporal y la voz (tono, ritmo, etc.), son tres
elementos que pueden ayudar a determinar el verdadero estado emocional de
una persona.
Para leer las emociones ajenas, es preciso unir todos los datos. Primero,
debemos estar conscientes de nuestras propias emociones. Luego,
procesaremos lo que dicen los demás: palabras utilizadas, tono de voz. Tome
en cuenta la información no verbal: postura, gestos, expresiones faciales. Trate
de notar cualquier discrepancia entre las palabras, el tono y la expresión, pero
no saque conclusiones apresuradamente. Utilice palabras como “me parece
que estás…”, para darle la oportunidad al otro de confirmar nuestras
sospechas acerca de sus sentimientos. Es posible también confirmar nuestras
impresiones con otro observador.
Los líderes deben crear confianza y establecer relaciones: ambas dependen de
las emociones. Los gerentes emocionalmente inteligentes aprenden a usar sus
emociones con el fin de motivar equipos.
Trate de aprender a utilizar sus emociones en beneficio propio y ajeno. Una
falta de emociones puede limitar nuestro pensamiento. Las ideas innovadoras
generalmente se siguen de dificultades emocionales. En vez de rechazar las
emociones y asumir que son contraproducentes, acójalas como una parte más
de su proceso de pensamiento.
c. Predecir el flujo de nuestras emociones: Las emociones no se manifiestan
al azar, sino que obedecen la ley de causa y efecto. Aunque las emociones
sean complejas, una vez que entendamos esta relación causa-efecto seremos
capaces de predecir cómo se verán afectadas las emociones de un grupo o
persona. Esto nos permitirá analizar la situación, y predecir lo que pasará.
52
Claro está que las emociones no son completamente predecibles, pero al
estudiar los factores que hacen sentir a una determinada persona de un cierto
modo, uno adquiere cierto entendimiento del giro que darán sus emociones a
continuación.
d. Administrar emociones: La habilidad para administrar emociones es la piedra
angular de la inteligencia emocional. Esto no quiere decir que ya no sintamos
emociones, sino que ahora somos capaces de convertirlas en acciones y
comportamientos efectivos.
Gerenciar no se trata de evitar conflictos y lograr que todos sean felices.
Gerenciar trata sobre efectividad, y la efectividad requiere de un amplio rango
de emociones: positivas y negativas.
Administrar exitosamente las emociones significa fundamentar nuestro
comportamiento sobre un balance entre pensamientos y sentimientos.
Según Stephen Covey45, la teoría de la inteligencia emocional puede ser
desestabilizadora para las personas que han anclado su estrategia para el éxito en
la pura inteligencia mental. Por ejemplo, una persona puede tener un diez en una
escala de inteligencia mental de diez puntos pero tener solamente un dos desde el
punto de vista emocional y no saber cómo relacionarse bien con los demás.
Pueden compensar esta deficiencia recurriendo en exceso a su intelecto y
tomando fuerza prestada de su posición formal. Pero, con ello, suelen exacerbar
sus propias deficiencias y, en sus interacciones, también las deficiencias de los
demás. Luego tratan de racionalizar intelectualmente su conducta. Tomar fuerza
prestada intensifica la debilidad de uno mismo, de los demás y de las relaciones.
Desarrollar una inteligencia emocional más fuerte es uno de los mayores retos a
los que se enfrentan los líderes en todos los niveles de las organizaciones. 45 COVEY, Stephen R., “El 8º Hábito: De la efectividad a la grandeza”, Op. Cit.
53
Sir Francis Bacon dijo: “El conocimiento es poder”. Mucha gente que cree que el
poder es la esencia del liderazgo, naturalmente supone que los que poseen
conocimiento e inteligencia son líderes, pero eso no sucede de manera
instantánea. Usted puede visitar cualquier universidad importante y conocer
hombres de ciencia ocupados en la investigación y filósofos cuyo poder de
raciocinio es tan alto que se sale de las gráficas, pero cuya capacidad para dirigir
es tan baja que ni siquiera se registra en las gráficas. El coeficiente intelectual
(IQ) no necesariamente equivale e liderazgo46.
2.3 EL LIDERAZGO EXIGE LA EXPRESIÓN DE UN YO AUTÉNTICO
Rob Goffee y Gareth Jones47 plantean que:
Nuestra creciente insatisfacción con liderazgos pulcros, sustituibles y artificiosos
es lo que convierte a la autenticidad en una característica tan deseable en las
corporaciones actuales. Los líderes y sus seguidores asocian la autenticidad con
la sinceridad, la honestidad y la integridad. Es el único atributo que define a los
grandes líderes.
Mientras la expresión de un yo auténtico es necesaria para un liderazgo superior,
el concepto de autenticidad a menudo no se entiende, incluso por los mismos
líderes, quienes a menudo suponen que la autenticidad es una característica
innata; que una persona es o no es auténtica. De hecho, la autenticidad es una
característica que los demás deben atribuirle a usted. Una persona no puede ser
auténtica por su propia voluntad. La autenticidad se define en gran parte por lo
que los demás ven en usted, y por lo tanto, en gran medida puede ser controlada
por usted. Si la autenticidad fuera sólo una característica innata, usted no podría
46 MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, Op. Cit. 47 GOFFEE, Rob y JONES, Gareth, Op. Cit.
54
hacer mucho para manejarla y, por ello, sería muy poco lo que podría hacer para
volverse más eficaz como líder.
Es difícil para los líderes encontrar un equilibrio entre expresar sus personalidades
y manejar las personalidades de las personas a las que aspiran a liderar o al
menos influir. La habilidad de encontrar ese equilibrio, y de preservar la propia
autenticidad en el proceso, es precisamente lo que distingue a los grandes líderes
de otros ejecutivos. El desafío del liderazgo superior es exactamente el de
manejar la propia autenticidad, por muy paradójico que ello parezca.
La autenticidad no es el producto de la manipulación pura. La autenticidad refleja
con precisión aspectos del yo interior del líder, de modo que no puede ser una
actuación, sin embargo, grandes líderes parecen saber qué características de su
personalidad deberían revelar a quién y cuándo. Son como camaleones, capaces
de adaptarse a las exigencias de las situaciones que encaran y de las personas a
las que lideran; sin embargo, no pierden sus identidades en el proceso. Los líderes
auténticos se mantienen enfocados hacia donde se dirigen, pero nunca pierden de
vista de donde provienen. Altamente sintonizados con sus entornos, dependen de
una intuición nacida a partir de duras experiencias formativas para comprender las
expectativas y preocupaciones de las personas a las que pretenden influir.
Conservan lo que los distingue como individuos, aun cuando saben cómo ganar la
aceptación en culturas corporativas y sociales fuertes y cómo usar elementos de
esas culturas como una base para el cambio radical.
Las siguientes son las características de los líderes auténticos:
a. Manejar la percepción: El establecimiento de su autenticidad como líder es un
desafío de dos partes. Primero, el líder debe cerciorarse de que sus palabras
son consistentes con sus actos, de otro modo, los seguidores nunca lo
aceptarán como alguien auténtico. Todos reconocen y comprenden la
55
necesidad de consistencia cuando se trata del establecimiento de la
autenticidad, pero un gran líder hace algo más que apoyarla de la boca hacia
fuera. La vivirá en todo momento del día. En efecto, no es exageración decir
que un gran líder es obsesivo en cuanto a personificar sus creencias. Pero no basta solo practicar lo que predica. Para que las personas sigan al
líder, también tiene que lograr que se relacionen con él. De modo que el
segundo desafío del liderazgo auténtico es encontrar terreno común con las
personas que el líder busca reclutar como seguidores. Esto significa que tendrá
que mostrar distintas caras a audiencias diferentes, un requerimiento que
muchos encuentran difícil cuadrar con la autenticidad. No es fácil. Las
personas reconocen instintivamente el comportamiento fraudulento. Si un líder
está actuando un rol que no es una expresión verdadera de su yo auténtico,
tarde o temprano, los seguidores sentirán que están siendo engañados. Y una
vez que esa impresión se arraiga, para un líder será difícil recuperarse.
b. Conózcase a sí mismo y a los otros: No es necesario decir que el ejercicio
del liderazgo es complejo y que requiere de destrezas y práctica. Con el
tiempo, y a través de diversas experiencias de vida, un líder desarrolla un
extenso repertorio de roles, los cuales pueden hacerlo aparecer muy diferente,
a diferentes personas, en diferentes situaciones. De hecho, si un líder no
adquiere esta complejidad, será capaz de reclutar como seguidores sólo a
aquellas personas con quienes ya comparte algo del terreno común.
Pero una cosa es desarrollar esta complejidad y otra completamente distinta es
ejercerla con eficacia. El uso de su yo complejo o mejor dicho, de sus distintos
yo, exige un cierto grado de auto-conocimiento y la voluntad y habilidad para
compartir ese auto-conocimiento con otros es lo que llamamos auto-revelación.
Esto no quiere decir que los líderes auténticos pasen mucho tiempo explorando
sus vidas interiores a través de la meditación o la terapia. Puede que sean
profundamente auto-conscientes y auténticos, en el sentido que aquí se le da
56
al término, pero no debido a la contemplación o al psicoanálisis. Incluso pocos
líderes auténticos estarán conscientes de que están involucrados en la
autoexpresión y auto-revelación, lo cual sea probablemente el motivo de por
qué son tan difíciles de imitar.
Entonces, ¿Cómo es que los líderes auténticos adquieren estos atributos? La
relativa simplicidad de sus metas muchas veces ayuda. Un gran líder
usualmente está tratando de alcanzar no más de tres o cuatro grandes metas
al mismo tiempo. En relación a esas metas, es inquebrantable; no las
cuestiona más de lo que se cuestiona a sí mismo. Eso se debe a que las metas
están por lo general conectadas de alguna manera a algunos de los yo del
líder auténtico. Su búsqueda de las metas, y la forma en que las comunica a
los seguidores, es intensa, lo cual promueve naturalmente el tipo de auto-
revelación de que estamos hablando y lo instruye aún más acerca de sus
diversos yo.
Los grandes líderes mantienen en su entorno a personas que les brindarán
una realimentación honesta.
Además de poseer auto-conocimiento y habilidades de auto-revelación, los
grandes líderes tienen que ser capaces de reconocer qué aspectos de sus yo
auténticos buscan grupos de seguidores específicos. La mayoría de los
grandes líderes tienen antenas sociales muy desarrolladas: usan una mezcla
completa de habilidades cognitivas y observacionales para reconocer qué
seguidores les están, consciente o inconscientemente, haciendo señales.
La buena noticia es que mientras algunas personas parecen haber nacido con
estas habilidades de discernimiento, otras pueden de hecho, aprenderlas. Los
individuos que temprano en sus vidas han tenido una gran movilidad, poseen
estas habilidades en mayor grado que quienes han permanecido la mayor
57
parte del tiempo en un solo lugar. La exposición a una amplia gama de
experiencias durante los años formativos de un ejecutivo fortalece su habilidad
de interpretar y tener empatía con diferentes personas y situaciones.
c. Use su lugar de procedencia: En el momento en que un ejecutivo alcanza un
alto puesto de liderazgo, puede que él parezca, y en efecto puede que sea,
una persona muy distinta a la que era al comienzo de su travesía. Pero a pesar
de cualquier actuación de roles en curso, la autenticidad del líder aún está
estrechamente vinculada a sus orígenes. Podría afirmarse que ningún líder va
a tener éxito en el establecimiento de su autenticidad, a menos que pueda
manejar eficazmente la relación con su pasado y las conexiones de sus
seguidores con sus raíces. Los líderes auténticos usan sus historias
personales para establecer terreno común con sus seguidores. El orgullo de
las propias raíces, sin embargo, debe ser manejado con cuidado. Una
organización, cuyo gerente alardee de su legado bien puede ser intimidante u
ofensivo para empleados, y clientes, que provienen de otros lugares. Este es
uno de los motivos de por qué muchos líderes auténticos se esfuerzan por
sentir curiosidad y estar abiertos a los orígenes de sus seguidores.
Para los líderes es importante reconocer que las personas enmarcan sus
procedencias de diferentes maneras y que existen diferencias en y entre las
culturas. Las principales características que las personas usan para definirse a
sí mismas incluyen el género, clase, raza, estatus y geografía. Y éstas pueden
ser expresadas de diferentes formas: mediante la vestimenta, la manera de
hablar, la comida e incluso en distintos estilos de caminar. Dadas estas
variables, deberíamos tener cuidado a la hora de hacer generalizaciones
simples sobre estatus y sociedades, aunque podemos recurrir a algunas
comparaciones. Por ejemplo, algunas sociedades se enfocan más en el
estatus adscrito de las personas: los atributos que son percibidos como innatos
para ciertos individuos en particular. Otras se enfocan más en el estatus
58
adquirido de las personas: los atributos y roles que los individuos obtienen a
través de sus propios esfuerzos.
Los líderes auténticos se sienten cómodos consigo mismos; saben de dónde
provienen y quiénes son, y saben usar sus antecedentes para construir una
buena comunicación con los seguidores. Los líderes auténticos no se ven
amenazados por personas de orígenes distintos; las acogen. Son sensibles al
comunicar sus orígenes y están conscientes de las diferencias en las actitudes
culturales hacia sus antecedentes.
d. Amoldarse pero solo lo suficiente: Al escoger qué aspectos de sí mismos
revelarán y a quiénes, los líderes auténticos tienen que juzgar cuánto es lo que
necesitan amoldarse a las normas sociales y organizacionales. El desafío para
estos ejecutivos es crear suficiente distancia respecto de las normas, de modo
que los seguidores perciban a estos líderes como especiales y atractivos. Se
trata de un juicio muy fino: demasiada conformidad puede hacer ineficaces a
los líderes, demasiada poca pueda aislarlos.
Los auténticos líderes saben cómo lograr el equilibrio entre la peculiaridad y las
culturas en las que operan. Ellos no buscan de inmediato confrontaciones
directas porque se percatan de que su supervivencia como líderes y por
extensión la supervivencia de sus iniciativas, requiere de una introducción y
una adaptación moderadas a las redes de negocios y relaciones sociales
establecidas de una organización. Para influir en otros, los líderes auténticos
primero deben ganarse al menos una aceptación mínima como miembros de
sus organizaciones.
En las organizaciones complejas, los líderes pueden seleccionar las normas y
elementos específicos con los que quieren ser identificados y aquellos que
necesitan desestimar.
59
Considero que esta característica de la autenticidad es fundamental para un líder,
dado que las personas le dan bastante relevancia a la honestidad y transparencia
de sus actos y a la coherencia que hay entre lo que el líder dice o predica y lo que
realmente hace. En última instancia, nos es nada constructivo lo que el líder diga,
si lo que hace y muestra con sus acciones, que es en última instancia en lo que
las personas creen, no es coherente con lo que dice. Los líderes deben ser
auténticos y coherentes. Cuando esto ocurre, las personas terminan dándose
cuenta y la decepción es tal, que la credibilidad en el líder se pierde. Esta
situación detriora el clima del equipo de trabajo, deteriorando, entre otros, la
confianza hacía el líder y la motivación de las personas, llevando a que éstas no
sepan a qué atenerse, pues perciben que tienen un líder que no es auténtico y por
lo tanto no confían en él. Nada peor que el líder pierda credibilidad y considero
que nada más difícil que recuperarla. Al final, de alguna manera, esta situación se
refleja en los resultados alcanzados por el equipo de trabajo.
2.4 INFLUENCIA
John C. Maxwell plantea los siguientes aspectos sobre la influencia en el
liderazgo48,49.
La verdadera medida del liderazgo es la influencia, nada más, nada menos. Si uno
no tiene influencia, nunca podrá dirigir a los demás. El verdadero liderazgo no
puede ser otorgado, nombrado, ni asignado. Solo procede de la influencia, y esta
no puede imponerse. Debe ser ganada. La ex primera ministra británica, Margaret
Thatcher observó: “Estar en el poder es como ser una dama. Si tienes que decirle
a la gente que lo eres, no lo eres”.
48 MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, Op. Cit., 49 MAXWELL, John C., “Liderazgo eficaz. Como influir en los demás”, Editorial Vida, E.E.U.U., 2002.
60
No todo el que está frente a la multitud es un líder, ser el primero no siempre es lo
mismo que ser el líder. Para ser líder, una persona no sólo debe ir al frente, sino
que también debe tener gente que intencionadamente viene detrás de ella, sigue
su dirección, y actúa sobre la base de su visión. No es la posición la que hace al
líder, es el líder quien hace la posición.
Cuando se trata de identificar a un líder, la tarea puede ser mucho más fácil, si se
recuerda qué cosas se está buscando. No escuche las afirmaciones de la persona
que profesa ser el líder. En vez de eso, observe las reacciones de la gente
alrededor que rodea esa persona. La prueba del liderazgo se encuentra en los
seguidores.
El verdadero liderazgo siempre comienza con la persona interior. Por esa razón,
hay gente que puede atraer más y más seguidores con el paso del tiempo. La
gente puede percibir la profundidad del carácter del líder.
El líder necesita allanar el camino a quienes lo siguen, ejemplificando una actitud
positiva y esperanzadora. El líder motiva a su equipo hacia la consumación del
resultado final, recordándoles constantemente a los integrantes de su equipo la
visión de conjunto y la importancia de alcanzar la meta propuesta. Cuando el líder
es capaz de transmitir expectativas claras, también le concede a su personal
libertad de creación. Lo más importante es que el líder manifiesta la más profunda
de las inspiraciones cuando cree en su gente; cuando esas personas piensan y
sienten que él los considera los mejores y que tiene toda su confianza depositada
en ellos.
Una persona es líder si tiene seguidores, y eso siempre requiere del desarrollo de
relaciones, mientras más profundas sean las relaciones, más fuerte es el potencial
para el liderazgo. Entable suficientes relaciones buenas con la gente adecuada, y
usted puede llegar a ser el verdadero líder en una organización.
61
La información es vital para un líder, quien necesita comprender los hechos, saber
los factores envueltos y tener una visión para el futuro. El conocimiento por sí solo
no hará líder a nadie, pero no se puede ser líder sin él.
Lo básico para los seguidores es lo que el líder sea capaz de hacer. Esa es la
razón principal por la que la gente lo escuchará y lo reconocerá su líder. Tan
pronto dejen de creer en el líder, dejarán de escucharlo.
La esencia misma de todo poder para influir, estriba en hacer que la otra persona
participe. Si el líder no ejerce ninguna influencia sobre las personas, no lo
seguirán.
Hacer que una persona haga algo sin convencerla de que eso es lo correcto no es
el resultado de una influencia eficaz, es el resultado de la intimidación.
Cuando los líderes se toman el tiempo necesario para explicar lo que quieren
decir, explícitamente (definiendo con cuidado su punto de vista, sus intenciones y
sus instrucciones) e implícitamente (a través de su comportamiento), ejercen una
influencia indispensable sobre las nociones vagas pero potentes con las que, de
otro modo, vuela la imaginación de los empleados. Al clarificar términos amorfos, y
comandar y gestionar el vocabulario corporativo, los líderes lograr alinear
eficazmente la valiosa energía y el compromiso de sus empleados50.
El líder es un visionario; motiva a las personas, aclarándoles como su trabajo
calza dentro de la visión mayor de la organización. Las personas que trabajan
para estos líderes entienden que lo que hacen importa y por qué51.
50 HAMM, John, “Los cinco mensajes que los líderes deben dominar”, Harvard Business Review, agosto de 2006. 51 GOLEMAN, Daniel, “Liderazgo que obtiene resultados”, Op. Cit.
62
El arte de la influencia consiste en tener adecuadamente en cuenta las emociones
de los demás. Cada uno de nosotros influye en el estado de ánimo de los demás.
Las acciones contundentes tienen la virtud de captar la atención y despertar la
emoción de los demás y, cuando son adecuadas, son las estrategias más
adecuadas del arte de la influencia. La empatía es esencial para promover la
influencia porque resulta imposible impactar positivamente a los demás sin saber
qué es lo que sienten y sin tratar de comprender su punto de vista. Por esto las
personas que tienen dificultades para captar las señales emocionales de los
demás y son poco diestras en las interacciones sociales son también muy poco
persuasivas52.
A la larga, el poder de la comunicación clara es realmente un juego de influencia.
El líder que comunica con precisión a diez subordinados directos, cada uno de los
cuales comunica con igual precisión a otros cuarenta empleados talentosos, alinea
eficazmente el compromiso y la energía de la empresa en torno a una visión clara,
común y cabalmente comprendida de sus verdaderas metas, prioridades y
oportunidades. El líder ahorra así tiempo, dinero y recursos de la empresa, y
permite que ocurran cosas extraordinarias53.
Quiero resaltar en particular como la influencia o capacidad para influir en otros,
además de otras características que debe tener el líder, está íntimamente ligada a
la inteligencia emocional, y en especial a la conexión sincera que el líder pueda
lograr con sus seguidores, a la capacidad de ser claro en expresar su visión y al
mismo tiempo, a la capacidad de escuchar a los demás de una manera abierta y
sincera.
52 GOLEMAN, Daniel, “La Práctica de la Inteligencia Emocional”, Op. Cit. 53 HAMM, John, Op. Cit.
63
2.5 BÚSQUEDA DE COMPLEMENTARIEDAD
Blanchard y Waghorn54 mencionan que no tardaron en descubrir que las
diferencias que tenían los dos podría ser una bendición. Uno de ellos dos era
fuerte en lo que el otro era débil, y a la inversa. A medida que ese descubrimiento
se hizo más evidente, su relación se fortaleció.
Lyles55 plantea que dos personas nunca tendrán capacidades exactamente
iguales. Se debe reconocer que hay diferencias, tanto en las personas como en su
desempeño. En un equipo los jugadores tienen puntos fuertes y puntos débiles.
Lo importante es aceptar que existen diferencias y elaborar un plan que tenga en
cuenta las fortalezas de cada cual, sin permitir que sus debilidades perjudiquen los
esfuerzos del equipo. Muchos entrenadores pierden tiempo tratando de identificar
los puntos débiles de sus jugadores y de mejorarlos para que sean los jugadores
los que se ajusten al plan. Es mucho mejor basarse en la diferente mezcla de
puntos fuertes que cada grupo aporta al equipo, en vez de tratar de superar todas
sus debilidades y lo más importante es que los jugadores se sienten mejor con
respecto al equipo y ellos mismos, y así se esfuerzan más para desarrollar sus
fortalezas.
Considero que una vez los líderes conozcan sus propias fortalezas y debilidades,
es importante que se rodeen de personas que complementen los puntos en que
son débiles. Es importante también tener en cuenta que no todos pensamos igual
y en la medida en que el líder tenga complementariedad con las personas que lo
rodean, podrán tener más puntos de vista para los diferente temas a abordar, en
lugar de que todo dependa de una sola persona.
54 BLANCHARD, Ken y WAGHORN, Terry, “Misión Posible”, McGraw-Hill Interamericana Editores S. A. de C. V., México, 1996. 55 LYLES, Dick, “El secreto de los zapatos viejos: 4 fórmulas para obtener excelentes resultados trabajando bien con los demás”, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2007.
64
Opino que si a lo anterior se le suma la confianza que se logre construir, los
seguidores podrán, sin temores, hacerle señas al líder cuando consideren que
éste está equivocado. En estas condiciones, el líder estará dispuesto a escuchar
de una manera sincera y sin prevenciones los diferentes puntos de vista de sus
colaboradores y a expresar sus propios puntos de vista.
Creo que es igualmente importante que a la hora de conformar los equipos de
trabajo, los líderes tengan la capacidad de detectar las fortalezas y debilidades de
sus integrantes, y que tengan presente que muchas veces al tratar de mejorar las
debilidades, se descuiden las fortalezas. No creo que esto quiera decir que no se
deba buscar mejorar las debilidades, lo cual es importante, pero si tener
conciencia de que en ocasiones no es posible esto y puede ser mucho mejor
aprovechar y potenciar las fortalezas de cada uno y compensar las debilidades de
unos con las fortalezas de otros. También hay que estar muy atentos en que
verdaderamente haya complementariedades y no diferencias tan grandes que
sean o termine siendo incompatibilidades.
Ningún líder es perfecto. Los mejores líderes no tratan de serlo: se concentran en
perfeccionar sus fortalezas y en encontrar otros que puedan compensar sus
limitaciones. En el mundo actual, el trabajo del ejecutivo (líder) ya no consiste en
ordenar y controlar, sino en cultivar y coordinar acciones de los demás en todos
los niveles de la organización. Solo cuando los líderes llegan a verse a sí mismos
como personas incompletas, con fortalezas y debilidades, son capaces, confiando
en los demás, de compensar las habilidades que les faltan56.
Es imposible que una persona se mantenga a cargo de todo. Pero el mito del líder
completo, aquella persona que se encuentra en la cima y no tiene defectos, y el
consiguiente miedo a parecer incompetente, lleva a muchos ejecutivos a tratar de
56 ANCONA, Deborah, MALONE, Thomas W., ORLIKOWSKI, Wanda J. y SENGE, Peter M., “Elogio del líder incompleto”, Op. Cit.
65
hacer justamente eso: agotarse y perjudicar a sus organizaciones en el proceso.
El líder incompleto, en cambio, sabe cuándo hacerse a un lado y dejar que
aquellos que conocen cierto tema lo manejen. El líder incompleto también sabe
que el liderazgo existe a lo largo de toda la jerarquía de la organización: donde
sea que pueda encontrarse experticia, visión, nuevas ideas y compromiso57.
Por ende, los líderes incompletos se distinguen de los líderes incompetentes
porque comprenden en qué son buenos y en qué no lo son, y tienen buen criterio
respecto de cómo pueden trabajar con los demás para desarrollar sus fortalezas y
compensar sus limitaciones. A veces los líderes deben desarrollar más aquellas
capacidades en que son débiles. Sin embargo, otras veces es más importante que
los líderes encuentren a otras personas y trabajen con ellas para compensar sus
debilidades58.
Los líderes que eligen solamente a personas que se les asemejan, probablemente
verán que sus organizaciones se inclinan en una dirección y dejan fuera una o
más de las capacidades esenciales que son necesarias para sobrevivir en un
mundo cambiante y complejo. Por ese motivo es que es importante analizar toda
la organización y asegurares así de que se encuentra adecuadamente equilibrada.
El líder es quien tiene la responsabilidad de crear un ambiente que permita que las
personas complementen sus fortalezas y compensen sus debilidades entre sí. De
esta manera, el liderazgo se distribuye entre múltiples personas a través de toda la
organización59.
Los gerentes cumplen funciones distintas y desempeñan papeles diversos en su
labor de liderazgo. Pero rodeados de personas que buscan su feedback y su
aprobación, algunos caen en la trampa de pensar que su responsabilidad es ser la
persona que tiene todas las respuestas (esto ocurre en especial con los gerentes 57 Ibid. 58 Ibid. 59 Ibid.
66
emprendedores que son también fundadores, ya que su identidad se ve
íntimamente ligada con la empresa). El “hombre de las respuestas” cree
erróneamente ser el árbitro final de los conflictos, decisiones y disyuntivas. Queda
así en una posición sumamente solitaria y aislada, donde la información pierde su
confiabilidad y los aportes más útiles se ahogan60.
Por razones pragmáticas, los líderes impulsan la diversidad. La diversidad es, para
muchos líderes, una condición crítica61.
2.6 RELACIONAMIENTO
Sobre el relacionamiento, Anona y otros plantean lo siguiente62:
Muchos ejecutivos que tratan de fomentar confianza, optimismo y consenso,
cosechan a menudo enojo, escepticismo y conflictos. Esto se debe a que tienen
dificultades para relacionarse con los demás, especialmente con aquellos que no
entienden el mundo de la misma manera que ellos.
La imagen tradicional del liderazgo no le otorga demasiado valor a las relaciones.
Se solía pensar que los líderes perfectos no debían buscar consejos de nadie que
no fuera de su estrecho círculo íntimo, y se esperaba que emitieran decretos en
vez de conectarse en el plano emocional. Los tiempos han cambiado, por
supuesto, y en esta era de redes la capacidad de establecer relaciones de
confianza es un requisito del liderazgo eficaz.
Tres formas de lograr lo anterior son: la indagación, la persuasión y la conexión.
60 HAMM, John, Op. Cit 61 PETERS, Tom, “Liderar con eficiencia”, Gestión, volumen 5, abril-mayo de 2002. 62 ANCONA, Deborah, MALONE, Thomas W., ORLIKOWSKI, Wanda J. y SENGE, Peter M., “Elogio del líder incompleto”, Op. Cit.
67
Indagar significa escuchar con la intención de entender verdaderamente los
pensamientos y sentimientos de quien habla. Aquí, el oyente suspende el juicio e
intenta comprender cómo y por qué la persona que hace el uso de la palabra llegó
de los datos de sus experiencias a conclusiones e interpretaciones particulares.
El líder invierte tiempo en tratar de entender las perspectivas de los demás,
escuchando con la mente abierta y sin perjuicios. Alienta a los demás a expresar
sus opiniones. ¿Qué es lo que les importa? ¿Cómo interpretan lo que está
sucediendo? ¿Por qué?
La persuasión, como el término lo indica, significa explicar el punto de vista propio.
Es la contrapartida de la indagación, y es la forma en que los líderes le dejan en
claro a los demás cómo llegaron a sus interpretaciones y conclusiones. Los
buenos líderes separan sus observaciones de sus opiniones y juicios, y explican
su razonamiento sin agresiones ni actitudes defensivas. Las personas con sólidas
habilidades de relacionamiento generalmente son aquellas que encontraron un
sano equilibrio entre la indagación y la persuasión: tratan activamente de entender
las visiones de los demás, pero son capaces de defender sus propias visiones.
Muchas relaciones se deterioran por que las personas enfatizan
desproporcionadamente la persuasión sobre la indagación. Los ejecutivos resaltan
de la boca para afuera la importancia del entendimiento mutuo y el compromiso
compartido con un plan de acción, pero a menudo su verdadero interés se centra
en ganar la discusión en vez de fortalecer la conexión. Lo que es peor, en muchas
organizaciones el desequilibrio es tal, que lo que se entiende como liderazgo es
conseguir que prevalezca el punto de vista propio.
Establecer relaciones eficaces no significa evitar de plano los conflictos
interpersonales. Mantener una superficie tranquila de cordialidad y aparente
acuerdo es una de las rutinas defensivas más recurrentes que limitan la eficacia
68
de un equipo. Equilibrar la indagación y la persuasión, en definitiva, consiste en
mostrar respeto, cuestionar opiniones, hacer preguntas difíciles y asumir una
posición.
Antes de expresar sus ideas, el líder trata de anticipar cómo reaccionarán los
demás y cómo podría explicarlas mejor. Cuando exprese sus ideas, no se limite a
dar una conclusión; explique su proceso de racionamiento.
El tercer aspecto de una relación adecuada, la conexión, consiste en cultivar una
red de asesores, colaboradores o expertos que puedan ayudar al líder a alcanzar
una amplia gama de metas. Los líderes que son fuertes en esta capacidad tienen
muchas personas a las que recurrir para examinar problemas difíciles o para
respaldo de sus iniciativas. Estos líderes entienden que el tiempo que destinan a
establecer y mantener estas conexiones es tiempo invertido en sus habilidades de
liderazgo. Debido a que es imposible que alguien tenga todas las respuestas o, de
hecho, sepa todas las preguntas que deberían formularse, es fundamental que los
líderes puedan recurrir a una red de personas que llenen los vacíos.
El líder evalúa la solidez de sus conexiones actuales: ¿Qué tan bien se relaciona
con los demás a la hora de recibir consejos? ¿Al momento de dar consejos? ¿A la
hora de resolver problemas difíciles? ¿Al pedir ayuda?
Los líderes eficaces comprenden que su tarea es hacer surgir las respuestas en
otros; es una tarea que se logra buscando clara y explícitamente aportes, desafíos
y colaboración de las personas a su cargo, y utilizando el poder que les da su
posición para conducir, no para dominar, el proceso de toma de decisiones.
Cuanto más cooperativo y apolítico sea este proceso, el líder estará menos
69
aislado y será más probable que la estrategia de negocios se base en la
realidad63.
Cuando reconocen el impacto de la comunicación clara y directa, y solicitan el
feedback de su equipo, los líderes potencian el poder de su cargo, en lugar de
abusar de él64. Los líderes entienden el poder de las relaciones65.
2.7 NO HACER SUPOSICIONES
Miguel Ruiz plantea lo siguiente con respecto a las suposiciones66:
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo,
creemos que lo que suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos
suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan -nos lo tomamos
personalmente-, y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno
emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que
hacemos suposiciones, nos buscamos problemas. Hacemos una suposición,
comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos
haciendo un gran drama de nada.
Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos
que son ciertas; después, las defendemos e intentamos que sea otro el que no
tenga razón. Siempre es mejor preguntar qué hacer una suposición, porque las
suposiciones crean sufrimiento.
Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las
cosas tal como son. Tenemos la costumbre de soñar sin basarnos en la realidad.
63 HAMM, John, Op. Cit. 64 Ibid., 65 PETERS, Tom, Op. Cit. 66 RUIZ, Miguel, “Los cuatro acuerdos”, Ediciones Urano S. A., Barcelona, 1998.
70
Literalmente, inventamos las cosas en nuestra imaginación. Como no entendemos
algo, hacemos una suposición sobre su significado, y cuando la verdad aparece, la
burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no era en absoluto lo que
nosotros creíamos.
Hacer suposiciones en nuestras relaciones significa buscarse problemas. A
menudo, suponemos que las personas con quienes nos relacionamos saben lo
que pensamos. Suponemos que harán lo que queremos porque nos conocen muy
bien. Si no hacen lo que creemos que deberían hacer, nos sentimos realmente
heridos y decimos: “Deberían haberlo sabido”. Hacer suposiciones en las
relaciones conduce a muchas disputas, dificultades y malentendidos con las
personas con quienes nos relacionamos.
En cualquier tipo de relación, podemos suponer que los demás saben lo que
pensamos y que no es necesario que digamos lo que queremos. Harán lo que
queremos porque nos conocen muy bien. Si no lo hacen, si no hacen lo que
creemos que deberían hacer, nos sentimos heridos y pensamos: “¿Cómo ha
podido hacer eso? Debería haberlo sabido”. Suponemos que la otra persona sabe
lo que queremos. Creamos un drama completo porque hacemos esta suposición y
después añadimos otras más encima de ella.
El funcionamiento de la mente humana es muy interesante. Necesitamos
justificarlo, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros. Tenemos
millones de preguntas que precisan respuesta porque hay muchas cosas que la
mente racional es incapaz de explicar. No importa si la respuesta es correcta o no;
por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros. Esta es la razón por la cual
hacemos suposiciones.
Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos dicen nada,
también las hacemos para satisfacer nuestra necesidad de saber y reemplazar la
71
necesidad de comunicarnos. Incluso si oímos algo y no lo entendemos, hacemos
suposiciones sobre lo que significa, y después, creemos en ellas. Hacemos todo
tipo de suposiciones porque no tenemos el valor de preguntar.
La mayoría de las veces, hacemos nuestras suposiciones con gran rapidez y de
una manera inconsciente, porque hemos establecido acuerdos para comunicarnos
de esta forma. Hemos acordado que hacer preguntas es peligroso, y que las
personas con quienes nos relacionamos deberían saber qué queremos o cómo
nos sentimos. Cuando creemos algo, suponemos que tenemos razón hasta el
punto de llegar a destruir nuestras relaciones para defender nuestra posición.
Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros.
Suponemos que los demás piensan, sienten, juzgan y maltratan como nosotros lo
hacemos. Esta es la mayor suposición que podemos hacer, y es la razón por la
cual nos da miedo ser nosotros mismos ante los demás, porque creemos que nos
juzgarán, nos convertirán en sus víctimas, nos maltratarán y nos culparán como
nosotros mismos hacemos. De modo que, incluso antes de que los demás tengan
la oportunidad de rechazarnos, nosotros ya nos hemos rechazado a nosotros
mismos. Así es como funciona la mente humana.
También hacemos suposiciones sobre nosotros mismos, y esto crea muchos
conflictos internos. Por ejemplo, supones que eres capaz de hacer algo, y después
descubres que no lo eres. Te sobrestimas o te subestimas a ti mismo porque no te
has tomado el tiempo necesario para hacerte preguntas y contestártelas. Tal vez
necesites más datos sobre una situación en particular. O quizá necesites dejar de
mentirte a ti mismo sobre lo que verdaderamente quieres.
La manera de evitar las suposiciones es preguntar. El líder debe asegurarse de
que las cosas le queden claras. Si el líder no comprende alguna cosa, debe tener
el valor de preguntar hasta clarificarlo todo lo posible, e incluso entonces, no debe
72
suponer que lo sabe todo sobre esa situación en particular. Una vez el líder
escuche la respuesta, no tendrá que hacer suposiciones porque sabrá la verdad.
Así mismo, el líder debe encontrar su voz para preguntar lo que quiere. Todo el
mundo tiene derecho a contestarte “sí” o “no”, pero el líder siempre tendrá derecho
a preguntar. Del mismo modo, todo el mundo tiene derecho a preguntarle al líder y
éste tiene derecho a contestar “sí” o “no”.
Si el líder no entiende algo, en lugar de hacer una suposición, es mejor que
pregunte y que sea claro. El día que el líder deje de hacer suposiciones, se
comunicará con habilidad y claridad.
Con una comunicación clara, las relaciones con los demás cambiarán. No será
necesario hacer suposiciones porque todo se volverá muy claro. Esto es lo que yo
quiero, y esto es lo que tú quieres.
Los líderes dan por hecho (suponen) con demasiada frecuencia que todo el
mundo comparte el sentido de términos amplios como visión, lealtad,
responsabilidad, relaciones con los clientes, trabajo en equipo, foco, prioridad,
cultura, austeridad, toma de decisiones, resultados, y la lista se extiende
virtualmente hasta el infinito. Incluso los más altos ejecutivos asienten con
educada complacencia cuando el gerente usa tales términos bombásticos, aunque
se sientan algo perplejos y estén preguntándose si realmente comprenden lo que
se les está diciendo. En lugar de pedir que les aclaren los conceptos, por temor a
parecer estúpidos, comunican instrucciones vagas a sus equipos, los que elaboran
sus propias interpretaciones sobre lo que sus jefes quisieron decir. Cuando no hay
una comunicación clara que satisfaga el deseo urgente de saber exactamente qué
es lo que está pensando el jefe, la gente imagina toda clase de cosas. El resultado
es muchas veces un comportamiento descuidado y desalineación, que pueden
73
costar caro a la empresa. Se pierde tiempo muy valioso, abundan rumores, la
gente talentosa pierde su foco y grandes proyectos fracasan67.
Muchos líderes no se toman el tiempo necesario para definir específicamente lo
que quieren decir cuando utilizan términos genéricos o clichés, debido a que no
quieren sentir que tratan con desdén a sus empleados entregándoles detalles o
contexto innecesarios. Los líderes sencillamente dan por hecho que el significado
exacto de sus palabras es obvio, y se sorprenden cuando se dan cuenta de que
no sólo su mensaje resultó confuso sino que, además, los miembros de su equipo
ansían definiciones para no verse obligados a adivinar lo que quiso decir el jefe.
Cuando un líder define lo que realmente piensa, y establece una dirección clara de
acuerdo con esa definición, las relaciones y el feedback se enriquecen, la acción
es más eficiente y más vinculada a la estrategia, y todo esto mejora el
desempeño68.
Si el líder separa su ego de su trabajo, no tendrá temores en aceptar que él no se
las sabe todas y por tanto, uno de sus roles es formular excelentes preguntas y
que será posible encontrar las respuestas si los empleados se sienten seguros
para darlas, para lo cual será indispensable, entre otros, tener un clima de
confianza y credibilidad entre el líder y sus colaboradores. Esto evita que se parta
de suposiciones, con las consecuencias que ello trae.
2.8 MOTIVAR A LOS DEMÁS
Blanchard y Bowles69 plantean lo siguiente con respecto a la motivación:
Tanto el dinero como las felicitaciones son importantes. Pero el dinero está
primero. Es necesario suplir las necesidades materiales de la persona, vestido, 67 HAMM, John, Op. Cit. 68 Ibid. 69 BLANCHARD, Ken y BOWLES, Sheldon, Op. Cit.
74
comida, etc., para poder alimentar después el espíritu con las felicitaciones. Las
felicitaciones deben ser auténticas. Son sencillamente la afirmación de que lo que
la persona es y lo que hace es importante y de que esa persona está haciendo
una contribución valiosa a la realización de la misión compartida, es decir, el
trabajo correcto realizado de la manera correcta.
Siempre hay algo porque felicitar a alguien. Tienes que tratar de encontrar las
cosas positivas y eso no es fácil para quienes han dedicado su carrera de gerente
a buscar las cosas mal hechas. Si no es posible felicitar directamente a una
persona, siempre es posible darle una voz de aliento. Y una voz de aliento
significa que tienes fe en su habilidad y el hecho de reconocer esa habilidad es a
la vez un cumplido. Es decir, una felicitación.
Las necesidades básicas son fundamentales. Necesitamos alimento, vestido y
techo para sobrevivir. Como es natural, el dinero surge como primera
preocupación, y por eso nos concentramos primero en él. El problema es que lo
hacemos hasta tal punto que no podemos apartar de él nuestra atención para
seguir adelante.
La gerencia tiene tanta culpa como los miembros del equipo. Los gerentes tienen
cierta cantidad de dinero para la nómina y es finita. Si se les acaba no es su
responsabilidad personal. Pero todos tienen una fuente inagotable de
felicitaciones. Si éstas escasean es por su propia culpa.
Las felicitaciones son afirmaciones. Hay afirmaciones activas y pasivas. Por lo
general pensamos solamente en las afirmaciones activas. Manifestarle a una
persona que ha hecho un trabajo excelente, o presentarle un premio. Pero las
afirmaciones pasivas pueden ser todavía más poderosas.
75
El ejemplo clásico sería sentarse sobre las manos, morderse la lengua y poner
cara de tranquilidad y seguridad mientras uno de los miembros del equipo realiza
un proyecto delicado, complicado e importante. Precisamente la clase de proyecto
que uno conoce a la perfección, y cada fibra del cuerpo clama por asumir el
control, o por lo menos por dar un par de advertencias acerca de los puntos que
podrían constituir una dificultad. Pero uno se abstiene y ese silencio representa
un mensaje muy claro para el empleado: “Usted es capaz. Usted puede
manejarlo. Confío en usted”.
Las afirmaciones pasivas son lo más importante. Esos banquetes de premiación
pueden ser o no ser una majadería. Pero dar a una persona las herramientas para
hacer su trabajo y luego dejarla al mando, siempre y cuando que sea competente,
es algo muy concreto.
La veracidad de la felicitación: ante todo, la palabra verdadera obviamente
significa auténtica. Esto significa que debe ser una felicitación oportuna, en
respuesta a algo concreto, incondicional y entusiasta.
Una felicitación verdaderamente auténtica no es exagerada nunca. Y las
felicitaciones, tanto activas como pasivas, son una fuerza poderosa. Tan
poderosa que algunos gerentes creen salirse con la suya reemplazando el dinero
por congratulaciones. Y se puede hacer hasta cierto punto.
Desafortunada, o afortunadamente quizás, eso no es fácil en la mayoría de las
organizaciones. Ante todo es crucial dar una remuneración justa. Pero después
es mucho lo que podrás ganar agregando las felicitaciones y alimentando el alma
en lugar de entregar más dinero.
Las felicitaciones pueden ser:
76
o Programadas → Espontáneas
o Colectivas → Individuales
o Generales → Específicas
o Convencionales → Únicas
Las felicitaciones pueden ubicarse sobre una línea continua de izquierda a
derecha. Mientras más cerca de la derecha se ubiquen, más eficaces serán. Las
felicitaciones espontáneas, individuales, específicas y únicas siempre serán
mejores que las programadas, colectivas, generales y convencionales.
Un mensaje anual felicitando a todo el departamento por un buen año, transmitido
a través de una carta pegada en una cartelera no tiene el mismo impacto de un
anuncio hecho por el sistema de altavoz para decir que Juanita Ríos, del
departamento de despachos, ha logrado una marca sin precedentes en número de
cajas despachadas intactas durante tres meses consecutivos.
Lo otro es que hay que felicitar por el progreso, no solamente por el resultado. En
un partido de fútbol, la multitud no permanece muda mientras su equipo pasa la
pelota para colocarla a tiro de gol, gritando solamente cuando ocurre la anotación.
Pero eso es lo que hacen la mayoría de las organizaciones. Y lo que es peor,
anotan en noviembre y esperan hasta febrero, después de otros cien partidos o
más, para gritar de júbilo. Es muy común que no se felicite porque simplemente se
considera que no es necesario, que es obvio y por lo tanto se da por hecho.
77
3. CONCLUSIONES
En muchas ocasiones, son designados para estar al frente de una organización o
de un grupo de personas, quien tiene o muestra más conocimientos y habilidades
técnicas. Y muchas de estas personas empiezan a enfrentarse a una serie de
problemas con sus colaboradores, los cuales trata de resolver mediante el uso del
poder, la autoridad y la fuerza.
Aunque estas personas son excelentes técnicos, asumen su rol de liderazgo
olvidándose de que tienen a su cargo a personas, que son seres humanos
completos, integrales y multidimensionales que sienten, piensan, tienen sus
motivaciones, se resisten a simplemente obedecer órdenes, son más críticos,
quieren tener un mayor aporte en lo que hacen y quieren trascender en sus
trabajos.
Al tratar de “manejar” o administrar las personas como si fueran “cosas”,
comienzan a aparecer problemas de relacionamiento, comunicación, confianza,
productividad, desmotivación, etc., los cuales se reflejan en última instancia en los
resultados, en la forma que se obtienen y en la calidad de éstos.
Muchos de los problemas que aparecen, el líder los percibe como generados por
causa de las personas que tiene a su cargo y es común que el líder no caiga en la
cuenta de que él como tal, tiene gran aporte en estos problemas.
Si antes que nada, el líder entiende que la gran complejidad que reviste el
liderazgo se debe a que está interactuando con otras personas, quienes deben ser
tratadas como tales y no como cosas, y que él también es una persona, se habrá
ganado mucho terreno.
78
Se requiere que el líder equilibre la orientación al logro con la orientación a las
personas, para que los resultados que se obtengan sean los esperados, o
inclusive, estén por encima de las expectativas y se logren de la mejor manera con
las personas: No se trata de evitar conflictos y lograr que todos sean felices, se
trata de estar al frente de un equipo exitoso, donde sus integrantes se sientan
contentos, motivados y realizados.
Se trata de obtener mejores resultados, al tener presente que en última instancia
quienes obtienen los resultados son las personas.
Es así como se plantea que el líder debe poseer y desarrollar ciertas
características asociadas con el Ser:
- Paradigma de la persona completa: Entendiendo que las personas poseen
cuatro dimensiones (cuerpo, mente, corazón y espíritu) que reflejan sus cuatro
necesidades y motivaciones básicas (supervivencia, relaciones, aprendizaje y
dejar un legado), el líder adquiere la conciencia de que debe contar con
características que le permita interactuar con las personas, motivarlas,
conectarse con ellas y convencerlas de los resultados que se deben alcanzar.
- Inteligencia emocional: Es fundamental desarrollar la autoconciencia, la
autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales. En la
medida en que se tenga una mayor inteligencia emocional, se obtendrán
mejores resultados.
- El liderazgo exige la expresión de un yo auténtico: Las personas valoran al
líder auténtico, que reconoce que tiene fortalezas y debilidades. Si el líder no
es auténtico y solo hace cosas para mostrarse como lo quieren ver, tarde que
temprano sus seguidores lo descubrirán, con el impacto que tiene en el equipo
79
de trabajo. Los líderes y sus seguidores asocian la autenticidad con la
sinceridad, la honestidad y la integridad.
- Influencia: El verdadero liderazgo no puede ser otorgado, nombrado, ni
asignado, solo procede de la influencia, y esta no puede imponerse: Debe ser
ganada. La prueba del liderazgo se encuentra en los seguidores. La esencia
misma de todo poder para influir, estriba en hacer que la otra persona participe.
Si el líder no ejerce ninguna influencia sobre las personas, no lo seguirán. Se
trata de hacer que una persona haga algo estando convencida de ello.
- Búsqueda de la complementariedad: Las personas nunca tendrán capacidades
exactamente iguales; en lo que unas personas son fuertes, otras no. El líder
debe conocer y entender las diferencias y buscar la complementariedad de las
capacidades de las personas y de él mismo.
- Relacionamiento: El líder debe aprender a relacionarse adecuadamente con
los demás, especialmente con los que tienen puntos de vista diferentes a los
de él. Tres formas de lograr el relacionamiento son: la indagación, la
persuasión y la conexión. Establecer relaciones eficaces no significa evitar de
plano los conflictos interpersonales.
- No hacer suposiciones: El líder no debe suponer que los demás saben lo que
él quiere o lo que se debe emprender. El líder debe asegurarse que los demás
tienen claridad del rumbo a donde se dirigen. El líder debe preguntar y darle la
oportunidad a los demás de que hagan lo propio. Con una comunicación clara,
las relaciones con los demás cambiará. Si el líder separa su ego de su trabajo,
no tendrá temores en aceptar que él no se las sabe todas y por tanto, uno de
sus roles es formular excelentes preguntas y que será posible encontrar las
respuestas si los empleados se sienten seguros para darlas.
80
- Motivar a los demás: Es fundamental que el líder sepa como motivar a los
demás. Las felicitaciones deben ser auténticas: Una felicitación
verdaderamente auténtica no es exagerada nunca. Hay que tratar de encontrar
las cosas positivas. Si no es posible felicitar a una persona, siempre es posible
darle una voz de aliento. Las felicitaciones son afirmaciones activas y pasivas.
Con las características de liderazgo anteriores, entre otras, los gerentes del actual
contexto organizacional consiguen llegarle más a la gente, se conectan
emocionalmente con ellas y logran generar más confianza, credibilidad,
satisfacción, compromiso y alineación de los intereses de las personas con los
intereses organizacionales, lo cual se refleja finalmente en un incremento de la
productividad, llegando a lograr, o inclusive superar, los resultados esperados.
81
4. RECOMENDACIONES
Las empresas y los gerentes deben concientizarse de que las características de
liderazgo del actual contexto organizacional son diferentes a las que
tradicionalmente se han tenido, dándole un énfasis muy importante a las
competencias humanas.
En ese orden de días, dentro de este trabajo se hacen dos recomendaciones.
1. Para las empresas:
Adelantar programas de desarrollo de competencias de liderazgo orientado
hacia las personas, dirigidos a los gerentes (líderes, personal dirección), en los
que:
o Inicialmente se haga un diagnóstico de las competencias de cada
gerente, para que cada uno conozca cuáles son sus fortalezas y sus
debilidades en las competencias de liderazgo orientado hacia de las
personas.
o Programa de desarrollo de competencias de liderazgo personalizado,
que incluya el acompañamiento de expertos en el tema, con el fin de
cerrar la brecha encontrada para potenciar las fortalezas y mejorar las
debilidades propias.
2. Para los gerentes:
Se recomienda que agudicen su sentido de auto observación, con el fin de
adquirir una mayor conciencia de sus fortalezas y sus debilidades en las
competencias de liderazgo de las personas, para emprender el programa de
mejoramiento de de éstas competencias.
82
Tal vez uno de los pasos más importantes para el autodesarrollo y
mejoramiento personal de las competencias de liderazgo, es reconocer que
como líder hay mucho que aprender y por tanto se debe tener la mente abierta
para emprender el camino de ser cada vez un gerente con mejores
características de liderazgo de las personas.
Es importante dejar en claro a los gerentes que, como se ha insistido en este
trabajo, se requiere que el líder equilibre la orientación al logro con la orientación a
las personas, para que los resultados que se obtengan sean los esperados, o
inclusive, estén por encima de las expectativas y se logren de la mejor manera con
las personas: No se trata de evitar conflictos y lograr que todos sean felices, se
trata de estar al frente de un equipo exitoso, donde sus integrantes se sientan
contentos, motivados y realizados.
Se trata de obtener mejores resultados, al tener presente que en última instancia
quienes obtienen los resultados son las personas.
83
5. BIBLIOGRAFÍA ALLPORT, Gordon W., “La personalidad”, Editorial Herder, Barcelona, 1970. ANCONA, Deborah, MALONE, Thomas W., ORLIKOWSKI, Wanda J. y SENGE, Peter M., “Elogio del líder incompleto”, Harvard Business Review, febrero de 2007. BLANCHARD, Ken y BOWLES, Sheldon, “¡A la carga! (Gung Ho)”, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 1998. BLANCHARD, Ken y WAGHORN, Terry, “Misión Posible”, McGraw-Hill Interamericana Editores S. A. de C. V., México, 1996. CARUSO, David R. y SALOVEY, Peter, “El gerente emocionalmente inteligente: Cómo desarrollar y utilizar las cuatro habilidades emocionales clave del liderazgo”, Resumido.com, marzo de 2004. COVEY, Stephen R., “El 8º Hábito: De la efectividad a la grandeza”, Editorial Planeta Colombiana S. A., Bogotá, 2005. ____________. “Liderazgo centrado en principios”, Ediciones Paidós Ibérica S. A., Barcelona, 1993. GOFFEE, Rob y JONES, Gareth, “Gestionar la autenticidad: la paradoja del liderazgo superior”. Harvard Business Review, diciembre de 2005. GOLEMAN, Daniel, “¿Qué hace a un líder?”, Harvard Business Review, enero de 2004. ____________. “La Inteligencia Emocional”, Javier Vergara Editor S. A., Bogotá, 1996. ____________. “La Práctica de la Inteligencia Emocional”, Editorial Kairós. S.A., Barcelona, 1998. ____________. “Liderazgo que obtiene resultados”, Harvard Business Review, noviembre de 2005. GOLEMAN, Daniel, BOYATZIS, Richard y MCKEE, Annie, “El líder resonante crea más”, Editorial Sudamericana S. A., Buenos Aires, 2008. GREENE, Robert y ELFFERS, Joost "Las 48 leyes del poder", Editorial Atlántida S. A., Buenos Aires, 1999.
84
HAMM, John, “Los cinco mensajes que los líderes deben dominar”, Harvard Business Review, agosto de 2006. LYLES, Dick, “El secreto de los zapatos viejos: 4 fórmulas para obtener excelentes resultados trabajando bien con los demás”, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2007. MAXWELL, John C., “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”, Grupo Nelson, E.E.U.U., 2007. ____________. “Liderazgo eficaz. Como influir en los demás”, Editorial Vida, E.E.U.U., 2002. PETERS, Tom, “Liderar con eficiencia”, Gestión, volumen 5, abril-mayo de 2002. RUIZ, Miguel, “Los cuatro acuerdos”, Ediciones Urano S. A., Barcelona, 1998.
Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Liderazgo http://diccionarios.astalaweb.com/Local/Diccionario%20de%20guerra.asp http://www.apuntesgestion.com/2006/05/08/definicion-de-liderazgo/ http://www.definicion.org/diccionario/217
85
ANEXO: ANTEPROYECTO
1. PROBLEMA
La gerencia ha venido sufriendo una serie de transformaciones durante la historia,
en particular en lo referente a las competencias que deben tener los líderes en el
gerenciamiento del personal, para poder potenciar las capacidades de las
personas, motivarlas adecuadamente y lograr los resultados esperados, o
inclusive, lograr resultados por encima de lo esperado.
¿Por qué las organizaciones vienen replanteando los esquemas de liderazgo
hacía un liderazgo más centrado en el ser?
¿Qué ventajas le trae a una organización del actual contexto un modelo de
gerencia orientado a fortalecer el liderazgo en sus gerentes y miembros, con el fin
de optimizar el desempeño?
¿Por qué cada vez más en las organizaciones se le presta más atención a las
personas como verdaderos seres humanos integrales que piensan, sienten y
actúan y no como simples ejecutores de tareas?
¿Por qué las personas desean aportar más y ser felices con lo que hacen?
¿Por qué cada vez los esquemas tradicionales de liderazgo basados en el uso de
la autoridad son menos efectivos?
¿Por qué ya no basta simplemente con dar “órdenes”?
¿Por qué las personas ya no se conforman con hacer lo que se les ordena y
quieren aportar más?
86
¿Por qué hoy en día no basta con ser jefe y hay que ser un verdadero líder?
¿Por qué hoy en día se exige más a las personas y a los líderes?
Si las organizaciones no se actualizan en las técnicas modernas de gerencia para
liderar las personas, tenderán a quedar rezagadas o inclusive a desaparecer. Es
necesario dar un viraje en la forma de liderar a las personas, para poder satisfacer
las exigencias actuales del entorno y de las personas que trabajan en las
organizaciones.
2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
¿Cuánto mejoraría la productividad si se concilia la orientación al logro con la
orientación a los resultados? ¿Se lograrán mejores resultados?
Las organizaciones han venido migrando de ver a las personas como simple
“mano de obra”, que deben dedicarse a cumplir órdenes y ejecutar tareas sin
hacer cuestionamientos y casi que “sin pensar” y “solo hacer”, a verlas como seres
humanos integrales, que piensan, sienten, actúan, tienen sus motivaciones y
desean realizarse. Por esta razón, al ver a las personas como realmente debe
ser, es decir, como seres humanos integrales, se encuentra la gran complejidad
que reviste el liderazgo.
Consecuente con lo anterior, las organizaciones han venido dando un viraje en los
requerimientos de las competencias que deben tener los lideres, pasando de
modelos donde se le daba la mayor relevancia al conocimiento técnico y a la
autoridad, a modelos donde es también muy importante las capacidades
humanas, las capacidades de relacionarse con los demás, de motivar a los otros y
de potenciar sus capacidades en pro de la búsqueda de un objetivo.
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Si nos orientamos únicamente al logro, perdemos de vista que trabajamos con
otras personas y por tanto, es probable que los logros se obtengan, pero a costa
de pasar por encima de las personas, de no tenerlas en cuenta, de no considerar
sus motivaciones, sus necesidades, sus aportes, sus diferentes puntos de vista.
Al final, se obtienen los logros, pero con un gran desgaste y desmotivación en
muchas personas.
Si nos orientamos únicamente a las personas, perdemos de vista la orientación al
logro, y por lo tanto, se orientan los esfuerzos a crear un buen ambiente de
trabajo, buenas relaciones entre las personas y afiliación entre ellas, y se pierde
de vista la obtención de los resultados. De esta manera, se logra tener un grupo
de personas que se interrelacionan y comunican muy bien, pero que no cumplen
con el cometido para el cual fueron contratados: la obtención de resultados.
En las organizaciones les pagan a las personas para que obtengan resultados, es
así como la orientación al logro (o a los resultados o a la tarea) es fundamental.
Sin embargo, quienes logran los resultados son las personas, por lo que la
orientación a las personas cobra una alta relevancia.
Muchas veces cuando las organizaciones plantean la necesidad de combinar la
orientación al logro con la orientación a los resultados, aparecen voces de muchos
de sus líderes cuestionando esta propuesta, dado que solo le dan relevancia a los
resultados, dejando de lado el aspecto humano.
¿Cómo encontrar el equilibrio entre la orientación al logro y a las personas?
¿Cómo combinar, conciliar y tener en cuenta estos dos aspectos?
Si las organizaciones no rompen con los esquemas antiguos de liderazgo,
fundamentados en el conocimiento, autoridad y control sobre las personas, cada
vez tendremos personas menos motivadas y realizadas, que se ven a sí mismas
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subutilizadas, desmotivadas y no realizadas personalmente, y finalmente, esto se
traduce en una disminución de la productividad.
Este tema ha generado gran inquietud en muchos autores, como por ejemplo:
Stephen Covey70 plantea que “En el fondo solo hay una razón muy sencilla y
general de que haya tantas personas insatisfechas con su trabajo y de que la
mayoría de las organizaciones sean incapaces de aprovechar el talento, el ingenio
y la creatividad de su personal y no lleguen a ser organizaciones realmente
grandes y duraderas. La razón es un paradigma incompleto de quienes somos, de
nuestra concepción fundamental de la naturaleza humana. La realidad más
fundamental es que los seres humanos no son simples cosas a las que se deba
motivar y controlar; los seres humanos tienen cuatro dimensiones: cuerpo, mente,
corazón y espíritu.”
Ken Blanchard y Sheldon Bowles71 plantean que “Muchas empresas se
esforzaban por crear fanáticos furiosos del servicio con empleados apáticos,
fatigados y hasta resentidos. Y lo peor es que esos empleados detestaban ir a
trabajar”. Plantean también que una regla de oro para la gerencia es: “lo único que
se necesita es valorar los individuos como personas. Basta con hacer eso y se
tiene todo”.
Daniel Goleman72 ha introducido el concepto de inteligencia emocional como
tomar conciencia de nuestras propias emociones, comprender los sentimientos de
los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo,
acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y
social, para brindar más posibilidades de desarrollo personal. Quienes alcanzan
altos niveles dentro de las organizaciones poseen un gran control de sus
emociones, están motivados y son generadores de entusiasmo; saben trabajar en 70 COVEY, Stephen R., “El 8º Hábito: De la efectividad a la grandeza”, Op. Cit. 71 BLANCHARD, Ken y BOWLES, Sheldon, “¡A la carga! (Gung Ho)”, Op. Cit. 72 GOLEMAN, Daniel, “La Inteligencia Emocional”, Op. Cit.
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equipo, tienen iniciativa y logran influir en los estados de ánimo de sus
compañeros; los gerentes más eficaces son emocionalmente inteligentes debido a
su claridad de objetivos, su confianza en sí mismos, su poder para influir
positivamente y de leer los sentimientos ajenos; si ignoramos el elemento humano
estamos destinados al fracaso; en el complejo mundo moderno, el progreso de las
empresas y de los individuos que las componen dependerá cada vez más de la
inteligencia emocional.
3. OBJETIVO
El objetivo de esta monografía, es hacer una revisión de la bibliografía existente
sobre el liderazgo, buscando respuestas al interrogante de cuáles son las
características del líder en las organizaciones del actual contexto organizacional.
4. JUSTIFICACIÓN
Como ya se ha mencionado, cada vez se evidencia la necesidad de contar con
formas de liderazgo que tengan más en cuenta a las personas como seres
integrales, no como “cosas” que se deben limitar a cumplir órdenes y ejecutar
tareas. Cuando se valora a las personas por lo que son, es decir seres integrales,
ese solo hecho hace que salgan a flote las motivaciones personales y por tanto, se
obtengan mejores resultados.
Cada vez hay más personas que no se encuentran motivadas en su trabajo, que
consideran que podrían dar mucho más y obtener mejores resultados para la
organización. Gran parte de la razón por la cual ocurre esto, es porque en
muchas organizaciones se continúan aplicando estilos de liderazgo obsoletos,
centrados en la autoridad, que en lugar de motivar las personas y lograr potenciar
su capacidad, lo que hace es destruir su energía, desmotivarlos y hacer que no se
sientan realizados.
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En donde finalmente se evidencia lo anterior, es en la calidad de los resultados o
en la forma en que se obtienen. En muchas ocasiones, los resultados se logran,
pero podrían ser mucho mejores. En otras ocasiones, se logran los resultados,
pero con un gran desgaste para las personas y la organización, inclusive, llegando
a crear rivalidades y problemas de interrelación. No se trata de tener un liderazgo
con mayor énfasis en las personas, por el solo hecho de lograr un mejor clima
laboral, mejores relaciones y generar mayor afiliación, pero si se trata de obtener
mejores resultados, al tener presente que en última instancia quienes obtienen los
resultados son las personas.
No se trata de tener un liderazgo con mayor énfasis en las personas, por el solo
hecho de lograr un mejor clima laboral, mejores relaciones y generar mayor
afiliación, pero si se trata de obtener mejores resultados, al tener presente que en
última instancia quienes obtienen los resultados son las personas.