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El ConvEnto dE nuEstra sEñora dE la viCtoria dE CasCantE

María JosEfa tarifa Castilla

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Patrocina:

Edita:

Ayuntamiento de Cascante

Fundación

Fuentes Dutor

El Convento de

Nuestra Señora de la Victoria

de Cascante

María Josefa Tarifa Castilla

«Esta obra ha contado con una subvención del Gobierno de Navarra concedida a través de la convocatoria de Ayudas a

la Edición del Departamento de Cultura, Turismo y

Relaciones Institucionales»

Colaboran:


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El Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante / María Josefa Tarifa Castilla.

Cascante: Asociación Cultural Amigos de Cascante “VICUS”, 2014.

© Del texto: María Josefa Tarifa Castilla

© De las fotografías: Rafael Lapuente, José Latova, María Josefa Tarifa, Archivo General de

Navarra, Archivo de Protocolos de Tudela, Catálogo Monumental de Navarra

© De la presente edición: Asociación Cultural Amigos de Cascante “VICUS”

Diseño de la portada:

Carlos Becerril Rodrigo

Patrocina:

Gobierno de Navarra

Edita:

Asociación Cultural Amigos de Cascante “VICUS”

Colaboran:

Ayuntamiento de Cascante, Fundación Fuentes Dutor, Mercería Perfumería Raquel

I.S.B.N.:

978-84-617-2795-7

Depósito Legal:

NA 1958-2014

Impresión:

Huarte Gráfica, S.A.L.

Distribuye:

Asociación Cultural Amigos de Cascante “VICUS”

www.vicuscascante.com

[email protected]

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A mis hijas Paula y Leyre


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índice

IntroduccIón .....................................................................................................................................................................................................9

cascante en el sIglo del renacImIento:un perIodo de prosperIdad .............................................................................................................................................13

HIstorIa del convento de nuestra señorade la vIctorIa de cascante .........................................................................................................................................21 La llegada de los frailes mínimos a Navarra: la fundación de un convento en Cascante en 1586 ..........................................21 El inicio de la edificación del complejo conventual .......................................30 La consecución de las obras del templo ....................................................................................35 Las capillas de patronato de la iglesia ............................................................................................46 Las intervenciones de los siglos del Barroco ....................................................................64 El turbulento periodo decimonónico: las medidas desamortizadoras y la extinción del convento ...............71 Desde el siglo XX hasta nuestros días ............................................................................................84

análIsIs arquItectónIco.......................................................................................................................................................87 Planta ...............................................................................................................................................................................................................91 Alzado.............................................................................................................................................................................................................93 Abovedamientos ........................................................................................................................................................................96 Decoración pictórica ...................................................................................................................................................103 Estructuras exteriores..................................................................................................................................................110


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el exorno artístIco, espejo de la ordeny de los patronos .............................................................................................................................................................................113 El retablo mayor ...................................................................................................................................................................113 Los retablos y pinturas de las capillas ......................................................................................125 Sacristía ...................................................................................................................................................................................................154

apéndIce documental ...........................................................................................................................................................161 BIBlIografía ....................................................................................................................................................................................................213

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introducción

El convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante es, sin lugar a dudas, uno de los complejos arquitectónicos religiosos más singulares de los edificados en el siglo XVI, no sólo en la Ribera tudelana, sino en la totalidad del territorio navarro, por las peculiaridades que presenta. En primer lugar, fue la única fundación que los frailes de la Orden de los Mínimos realizaron en toda la geografía foral, en la que residieron desde su llegada en 1586 hasta que fueron expulsados en 1836, dependiendo desde un primer momento de la provincia religiosa de Aragón. Un convento que fue levantado en ladrillo, material típico de las edificaciones erigidas en la Ribera de Navarra y en la zona del valle medio del Ebro, fundamentalmente por motivos geográficos, dada la escasez y mala calidad de la piedra, a lo que se unió su empleo por tradición mudéjar.

Un conjunto arquitectónico en el que sobresale por su interés artístico el templo, cuya única nave fue cubierta con bóvedas de crucería estrellada que dibujan algunos de los diseños más bellos y complicados de los realizados por los artistas en suelo navarro a lo largo del siglo XVI y comienzos del XVII. Iglesia excepcional también por la relevancia histórica y patrimonial de las capillas de patronato con que cuenta, adquiridas la mayor parte de ellas por las familias nobles más distinguidas de la villa, principalmente con una finalidad funeraria, quienes las dotaron de bienes muebles y todo el ajuar litúrgico necesario para el buen servicio del culto divino.

A la importancia histórico-artística de este edificio religioso, se une el rico fondo documental referente al mismo que se conserva en los archivos navarros, como el Archivo General de Navarra, tanto en la sección de Tri-bunales Reales como la de Clero, el Archivo de Protocolos de Tudela en la notaría correspondiente a Cascante, el Archivo Diocesano de Tudela que custodia los antiguos libros parroquiales de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Archivo Municipal de Cascante, principalmente el fondo histórico, junto a los aragoneses como el Archivo Diocesano de Tarazona. Los numerosos datos y trazas originales hallados fruto de una profunda pros-


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pección documental, que en parte dimos a conocer en nuestra tesis doctoral dedicada a La arquitectura religiosa del siglo XVI en la Merindad de Tudela, publicada en 2005 por el Gobierno de Navarra, junto a las nuevas noticias halladas con motivo del presente estudio, nos han permitido recomponer casi paso a paso los distintos avatares por los que pasó la fábrica del templo y algunas dependencias conventuales, desde su construcción a partir del último tercio del siglo XVI hasta nuestros días. Este libro también presta atención a los diferentes retablos, esculturas, pinturas, piezas de orfebrería y ornamentos textiles que enriquecen el rico exorno que todavía atesora a día de hoy la iglesia en su interior, de los que en algún caso nada sabíamos hasta el momento, con interesante hallazgos. Entre las novedades más rele-vantes destacamos la contratación del retablo mayor en 1621, a cuya subasta acudieron los mejores pintores y retablistas que trabajaban en el ámbito de la Ribera de Tudela y la comarca de Tarazona; la autoría del retablo de San Miguel por parte del reconocido artista Juan de Lumbier (act. 1578- †1626), o la custodia que a principios del siglo XVII se encargó al platero de Pam-plona, José Velázquez de Medrano, uno de los principales exponentes de la platería hispana de fines del siglo XVI y principios del XVII.

El volumen ha quedado estructurado en cinco grandes apartados. El primero de ellos analiza el contexto de la villa de Cascante en el siglo XVI, incidiendo en el marco histórico, socioeconómico, demográfico y diocesano, realidades que explican las circunstancias favorables que hicieron de esta centuria un periodo fecundo para la localidad.

El segundo capítulo desvela los motivos de la llegada de los frailes mí-nimos a esta población navarra y la consiguiente fundación del convento en 1586, prestando especial atención a la historia constructiva del mismo, iniciado inmediatamente por el obrero de villa Pedro Verges hijo. Un proceso edificatorio que en el caso de la iglesia fue largo, costoso y con numerosas interrupciones, rubricándose más de cuatro contratos de acuerdo a los que acometer la fábrica, en el participaron diferentes maestros como Martín de Arriba (1589-1592), Pedro de Corta (1592-1593), Martín de Olazábal, Pedro de Berroeta (1593-1598), Miguel de Múxica (1599-1603) y Pascual de Horaa (1600-1607). La construcción del templo fue paralela a la promoción y edi-ficación de capillas de patronato por parte de particulares, principalmente importantes familias nobiliarias o cofradías con una finalidad funeraria. A las obras emprendidas en el último tercio del Quinientos, sobrevienen las intervenciones de los siglos del Barroco, especialmente las sucesivas repa-raciones acometidas en el Setecientos en la deteriorada fábrica de la capilla mayor. El turbulento periodo decimonónico supuso importantes pérdidas para el patrimonio mueble del convento como consecuencia de la invasión francesa de 1808 y de las medidas desamortizadoras de Mendizábal, a lo que sucedió la expulsión de los frailes en 1836, el uso del complejo conventual

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para fines públicos y el progresivo deterioro del mismo hasta llegar al estado en el que se encuentra en nuestros días.

Un tercer apartado se ocupa del análisis arquitectónico del convento y principalmente de su iglesia, centrado en el estudio de la planta, alzados y cubiertas, además de la decoración pictórica aplicada a los muros, finalizando con las estructuras exteriores.

El cuarto bloque recoge el rico patrimonio artístico con el que cuenta el templo, formado por retablos, pinturas y esculturas, a los que se suman algunas piezas de orfebrería y ornamentos textiles que todavía hoy en día nos siguen hablando de devociones particulares y del importante papel des-empeñado en la promoción de las obras de arte por los dos grandes grupos sociales privilegiados del Antiguo Régimen, la nobleza y los altos cargos eclesiásticos, sin olvidar otro tipo de asociaciones como las cofradías o el regimiento de la localidad.

El estudio se completa con el apéndice documental, compuesto por veintidós documentos seleccionados, en el que se han recogido las escrituras relativas a la fundación del convento, los diferentes contratos de obras de la iglesia de fines del siglo XVI y comienzos del XVII, la contratación de algunas de las capillas de patronato, las reformas acometidas en la capilla mayor a lo largo del siglo XVIII y el contrato de ejecución del retablo ma-yor fechado en 1621, entre otros. El libro se cierra con el apartado de la bibliografía manejada.

En definitiva, no sólo hemos pretendido estudiar la producción arqui-tectónica del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante, junto con los maestros que lo llevaron a cabo y el análisis artístico del conjunto, sino todos aquellos aspectos que rodean el proceso constructivo. Por ello hemos prestado especial atención a los promotores que lo hicieron posible, comenzando por los propios frailes que iniciaron la fábrica, el ayuntamiento que cedió parte de los terrenos para su edificación y se reservó con orgullo el derecho de patronato honorífico de la capilla mayor del templo, o las distintas familias nobles que adquirieron capillas de patronato, como nos siguen indicando hoy las decoraciones pictóricas de tipo heráldico dibujadas en los arcos de entrada a las mismas, a lo que sumaron la dotación de retablos que presidieron las plegarias de sus dueños. Épocas de bonanza y esplendor a las que sucedieron en el siglo XIX las medidas desamortizadoras y la ex-pulsión en 1836 de los frailes mínimos, lo que supuso un cambio del uso y función del complejo conventual para fines públicos, con la consiguiente reestructuración de los espacios interiores, si bien el templo conservó su función litúrgica, como sigue ocurriendo en nuestros días.

No queremos finalizar estas líneas sin mostrar nuestra gratitud a todas aquellas personas e instituciones que de una manera u otra han hecho po-


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sible la elaboración de este trabajo. Mención especial requiere en nuestro agradecimiento el profesor, compañero de trabajo y sobre todo amigo Jesús Criado Mainar, por sus sabios consejos y orientaciones con los cuales este volumen se ha visto enriquecido, a cuya generosidad debemos también la cesión de cierto material fotográfico con el que hemos ilustrado el libro, perteneciente a la autoría de José Latova y Rafael Lapuente, a los que igual-mente transmitimos nuestra gratitud.

A los directores y técnicos de los diferentes archivos, bibliotecas e ins-tituciones consultados, que nos brindaron todo tipo de facilidades para acceder a las fuentes documentales, especialmente Beatriz Pérez, del Archivo Municipal de Tudela y a los responsables de Archivo Municipal de Cascante. Igualmente, a Alicia Ancho, Técnica Superior Restauradora de la Sección de Bienes Muebles y Registro del Patrimonio del Gobierno de Navarra y a Itxaso Sánchez Urra y Eva Ardaiz Iriarte, restauradoras de la Empresa Artres, S.L., por la información referente a algunos bienes muebles del templo.

Asimismo, expresamos nuestra gratitud a don Javier Ignacio Villava Primo, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante, por las facilidades mostradas en el acceso a la hoy parroquia de Nuestra Señora de la Victoria. De inestimable ayuda fue la atención prestada por algunos vecinos de la localidad, especialmente Santiago Rueda Pascual y los hermanos Javier y Juan Miguel Jiménez Royo, quienes nos acompañaron en numerosas ocasiones en la labor de campo, narrándonos como entusiastas cronistas sus recuerdos de niñez y juventud ligados a la historia de este edi-ficio en el devenir del siglo pasado. De gran beneficio para nuestro trabajo han sido las lecturas de las numerosas publicaciones del Padre jesuita Juan Ignacio Fernández Marco, punto de partida obligado en la elaboración de cualquier investigación referente a Cascante. No puedo dejar de mencionar a mi familia, mi marido Carlos, por su absoluta disponibilidad y apoyo y a nuestras hijas, Paula y Leyre, que aunque todavía son pequeñas han vivido con cercanía la elaboración de este libro.

Finalmente, mi agradecimiento a la Asociación Cultural Amigos de Cascante “VICUS”, que ha hecho posible la financiación y edición del pre-sente estudio, por su ejemplar empeño en la difusión del conocimiento del patrimonio histórico-artístico de Cascante, del que forma parte el convento fundado por la Orden de los Mínimos y su iglesia erigida bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria. Un patrimonio que debemos conservar, porque es testimonio histórico, artístico, cultural y sobre todo religioso de nuestro pasado, de los que nos precedieron y tenemos el compromiso de valorarlo y legarlo en la medida de nuestras posibilidades a las generaciones futuras para que puedan seguir disfrutando del mismo.

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cascante en el siglo del renacimiento: un periodo de prosperidad

La ciudad de Cascante, ubicada en el extremo suroccidental de la provincia de Navarra, perteneciente a la Merindad de Tudela, se halla si-tuada sobre una pequeña colina de la margen izquierda del río Queiles. La localidad cuenta con un notable pasado histórico, posiblemente habitado antes de que la celtíbera Kaiskat se transformase en un municipio romano, contando incluso con una ceca para acuñar moneda, constituyéndose como un importante núcleo de población sobre el cual se asentó la urbe medieval y moderna. Desde el siglo VIII estuvo bajo el dominio musulmán hasta que en 1119 fue conquistada por el rey Alfonso el Batallador, pasando con posterioridad a ser señorío feudal y villa realenga1.

El marco histórico del territorio navarro a finales del siglo XV era el de una guerra civil por la disputa dinástica que enfrentó a beamonteses, conducidos por el condestable Luis de Beaumont, que dirigían sus miras políticas hacia Castilla y los agramonteses, representados por el mariscal Pedro de Navarra, partidarios de Francia2. La conquista del reino de Nava-

1 sanz artIBucIlla, j.m., La ciudad de Cascante y su Virgen del Romero, Tarazona, Tip. Martínez Moreno, 1928. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. I, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1978. fernández marco, j.I., Cascante, compendio de 2.000 años de su Historia (76 a.C.-1929 d.C.), Bilbao, Editorial Vizcaína, 1983, pp. 9-18. donlo fernández, j., Cascante: Antiguo solar del Dios Casi. Evocación mitológica, legendaria y arqueo-lógica, Zaragoza, DuoGrafic, 1999. yanguas y mIranda, j., Diccionario de Antigüedades del Reino de Navarra, t. I, Pamplona, Institución Príncipe Viana, 2000, pp. 128-130. VVAA, voz «Cascante», Gran Enciclopedia de Navarra, t. III, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1990, pp. 168-174. 2 lacarra de mIguel, j.m., Historia del reino de Navarra en la Edad Media, Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 2000, pp. 225-239.


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rra en 1512 y su posterior incorporación en 1515 a la corona de Castilla3 guardando sus fueros y costumbres4, si bien la guerra no concluyó defini-tivamente hasta 1521, trajeron consigo una serie de repercusiones en todos los ámbitos, demográfico, económico, social y artístico5, que también se dejaron sentir en la localidad cascantina, llegando a ser el siglo XVI uno de los momentos más fecundos de su devenir histórico.

El periodo de paz que se inició tras la anexión de Navarra a la corona castellana en 1515 permitió una rápida recuperación demográfica de la población6, mermada por las pestes y enfrentamientos bélicos, siendo Cas-cante una de las villas de la Ribera que alcanzó a lo largo del Quinientos un mayor índice de habitantes, únicamente superado por las localidades de Tudela y Corella7. La población cascantina había descendido a cifras muy bajas en el último cuarto del siglo XV, contando con 350 habitantes. Sin embargo, para el año de 1561 los vecinos pasaban de 500 (unos 2.500 habitantes), alcanzando en 1591 la cifra de 750, por lo que la vecindad se incrementó a lo largo de esta centuria en más del doble8. A su vez, el crecimiento poblacional benefició la reactivación de la economía9, basada fundamentalmente en la producción agrícola, en el cultivo de verduras y árboles frutales, vides y olivos, a lo que se sumaron provechosos intercam-3 De entre la numerosa bibliografía existente al respecto, citamos algunas de las publicaciones más recientes, que a su vez recogen las anteriores: BoIssonnade, p. (traducción de Ramírez Vaquero, E. y Ramírez-Merz, A.M.), Historia de la incorporación de Navarra a Castilla. Ensayo sobre las relaciones de los príncipes de Foix y Albret con España y Francia (1479-1521), Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005. ostolaza elIzondo, I., panIzo santos, j.I. y Berzal tejero, m.j., Fernando el Católico y la empresa de Navarra (1512-1516), Pamplona, Gobierno de Navarra, 2011. florIstán, a. (coord.), 1512. Conquista e incorporación de Navarra. Historiografía, derecho y otros procesos de integración en la Europa renacentista, Barcelona, Ariel, Gobierno de Navarra, 2012.4 galán lorda, m., El Derecho de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2009. florIstán Imízcoz, a. y galán lorda, m., 1512. La conquista de Navarra. Historia y derecho, colección Navarra 1212-1512, nº 10, Pamplona, Gobierno de Navarra, Caja de Ahorros de Navarra, Diario de Navarra, 2012, pp. 57-116.5 Véase al respecto tarIfa castIlla, m.j., “Las grandes empresas arquitectónicas de la primera mitad del siglo XVI en el contexto de la conquista e incorporación de Navarra a la corona de Castilla”, en fernández gracIa, r. (coord.), Estudios sobre el Patrimonio Cultural y las artes en Navarra en torno a tres hitos 1212-1512-1812, Príncipe de Viana, LXXIII, nº 256 (2012), pp. 473-514. tarIfa castIlla, m.j., “Manifestaciones artísticas e influencias exteriores en el marco de la conquista e incorporación de Navarra a la corona de Castilla”, Revista del Centro de Estudios Merindad de Tudela, nº 19 (2011), pp. 7-34.6 florIstán Imízcoz, a., “Población de Navarra en el siglo XVI”, Príncipe de Viana, t. XLIII, nº 165 (1982), pp. 221-231. Otros estudios demográficos de la zona en los siglos XVI y XVII son los de orta ruBIo, e., “Nuevas aportaciones al estudio de las pestes en Navarra (La epidemia de 1597-1602)”, Príncipe de Viana, t. XLI, nº 158-159 (1980), pp. 135-140 y “Nuevas aportaciones al estudio de las pestes en Navarra (II). Siglos XVI y XVII”, Príncipe de Viana, t. XLII, nº 162 (1981), pp. 39-51.7 En 1581 se llevó a cabo un recuento de población en la Merindad de Tudela atendiendo a sus vecinos. Además de Tudela, donde el cómputo se hizo por parroquias, los lugares de mayor vecindad fueron Corella (710), Cascante (450), Cintruénigo (360), Fitero (283), Villafranca (273), Arguedas (190) y Ablitas (112). Archivo de Protocolos de Tudela [A.P.T.]. Tudela, Juan de Beruete, 1581.8 fernández marco, j.I., Cascante, compendio de 2.000 años …, pp. 27-28.9 Muy significativo es al respecto el inventario de 1607 sobre los bienes raíces y ganado existente en Cascante, realizado con motivo de aplicar los cuarteles para sufragar los gastos de la corona. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II, Pamplona, Ayuntamiento de Cascante, Asociación Cultural Vicus, 2006, pp. 211-229.

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bios comerciales favorecidos por su situación geográfica estratégica próxima a los territorios aragoneses y castellanos10.

La estabilidad política, unida a la recuperación demográfica y la bonan-za económica, tuvieron igualmente su reflejo en el ámbito arquitectónico y urbanístico, con la construcción de notables edificios, no sólo religiosos, sino también civiles. La localidad medieval de Cascante formaba a comien-zos del siglo XVI un cuerpo compacto con un trazado de calles irregular, comprimido dentro del cinturón amurallado, interrumpido por portales, como los de la Puerta de la Villa, Puerta Baja y de San Esteban, de acceso a los diferentes barrios que conformaban la villa11. En estos momentos con-taba con una sola parroquial, la iglesia de Santa María, de fines del siglo XII, edificada extramuros detrás del castillo de Santorcaz, que describía una planta de tres naves, de mayor anchura la central y de cuatro tramos cada una, finalizadas en sus correspondientes ábsides semicirculares12. La capilla de Santa Catalina, que ocupaba el ábside de la nave izquierda, per-tenecía en el siglo XV a la familia Antillón, mientras que la otra capilla absidal adosada al presbiterio por el lado de la derecha y dedicada a San Marcos, era propiedad de Marco Miguel Garcez, canónigo de la catedral de Tarazona y vicario de esta parroquial navarra. Éste ordenó su recons-trucción a los maestros de obras moros habitantes de Tórtoles, Ali Pex y Amet Berros mediante un contrato rubricado el 25 de octubre de 150513, siendo la única dependencia de la fábrica medieval que ha llegado hasta nuestros días. Un espacio que el mismo eclesiástico dotó con un retablo pintado que encomendó el 12 de marzo de 1509 a Pedro Díaz de Oviedo, vecino de la ciudad de Tudela, un artista tardogótico muy influenciado por modelos flamencos y alemanes, al que unos años antes en 1487 le habían encargado la realización del retablo mayor de la colegial de Santa María de Tudela junto al pintor Diego del Águila14 [fig. 1].

A lo largo del siglo XV la iglesia de Santa María había sufrido serios 10 Idoate, f., “Notas para un estudio de la economía Navarra y su contribución a la Real Hacienda (1500-1650)”, Príncipe de Viana, t. XXI, nº 78-79 (1960), pp. 111-125. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. I…, pp. 272-314.11 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. I…, pp. 315-337. En 1599 la localidad contaba con seis puertas, la de la Villa o Pontarrón, San Esteban, Santa María, la Victoria, Baja y Nueva, existiendo ya para el siglo XVIII la puerta de San Francisco. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 237-238 y 444.12 fernández marco, j.I., “Cascante. Santa María del Romero”, Temas de Cultura Popular, nº 336, Pamplona, Diputación Foral de Navarra. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. I…, pp. 139-164. Sobre las distintas intervenciones acometidas en esta iglesia en el siglo XVI véase fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 269-296.13 crIado maInar, j., “Las artes plásticas del Primer Renacimiento en Tarazona (Zaragoza). El tránsito del moderno al romano”, II Encuentro Nacional sobre el Moncayo. Ciencias Sociales, Tarazona, septiembre 1989, en Turiaso, X (1992), pp. 427-428, doc. nº 3. tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI en la merindad de Tudela, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005, pp. 493-496.14 fernández-ladreda aguadé, c., aceldeguI apesteguía, a. y otros, El retablo mayor de la Catedral de Tudela: historia y conservación, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2001, pp. 41-42.


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Fig. 1 Plano de la primitiva iglesia de Santa María de Cascante, actual basílica del Romero, publicado en J.I. Fernández Marco, Cascante, ciudad de la Ribera, t. I, Pamplona, 1978.

deterioros a causa de la guerra civil entre agramonteses y beamonteses, por lo que el concejo determinó trasladar la parroquia al interior del recinto amurallado. Tras la solicitud de los cascantinos, los monarcas navarros Juan III de Albret y Catalina de Foix cedieron el 16 de enero de 1498 al regimien-to de la localidad los terrenos sobre los que se asentaba la sinagoga de los recién desterrados judíos15 con objeto de erigir allí el nuevo templo16 , al que 15 mIrones lozano, e., Los judíos del reino de Navarra en la crisis del siglo XV, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1999, p. 141.Fernández marco, j.I., Judería cascantina, Bilbao, Ediciones Mensajero, 2006. Fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 502-203.16 Los monarcas expresaban que a nos ha seydo remostrada por parte de los alcalde, jurados e concejo de la dicha villa nuestra de Cascante, la grande necessidad que tienen de alguna iglesia dentro de la dicha villa, por causa que la que de presente tienen esta situada de fuera y muy a lejos de la dicha billa, de manera que la gente, haunque quiera no puede assi continuar ni seguir el servicio el culto divino, ante lo que peor es, muchos por malos tiempos y otros ocupados de bejez e indisposicion dessan de yr a la dicha yglesia, e por quanto de presente havia venido a mano nuestra y poder la sinagoga de los judios de la dicha billa por el destierro a ellos impuesto, que es situada dentro de la dicha villa, suplicandonos humildemente fuese nuestra merced de les fazer gracia a los dichos exponientes de la dicha sinagoga para hedefficar della y en ella una iglesia de la inbocacion que fuere la devocion de la dicha billa, porque allende del bien

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luego se añadieron nuevos solares dada las dimensiones de la fábrica que se construyó. Un edificio iniciado por Juan López de Goroa (1527-1532) y continuado por los canteros guipuzcoanos Luis de Garmendia y Antón de Beñarán (1534-1549), Juan de San Juan (1550-1558), el cascantino Martín de Arriba (1583-1585) y Miguel de Múxica, entre otros. Una excepcional iglesia de planta de salón o hallenkirche, único ejemplo seguido en la co-munidad foral junto con la parroquia de San Juan Bautista de Cintruénigo, de dimensiones catedralicias y levantada con sillares de piedra, frente al predominio de las construcciones en ladrillo características de la zona del valle medio del Ebro17 [fig. 2].

No cabe duda de que el crecimiento demográfico experimentado a lo largo del siglo XVI fue la causa principal de la expansión del poblado fuera del sector noroeste de la muralla, quedando estructurados nuevos barrios extramuros y haciendo de la Plaza Nueva el centro neurálgico de la villa. Consecuentemente, el área de terreno sobre el que se edificó el nuevo templo parroquial, que hasta entonces era un espacio montuoso e irregular junto a una pequeña peña, pasó desde aquel momento a convertirse en uno de los ámbitos más significativos de la localidad, configurándose en el flan-co meridional de la iglesia una plaza, en la que también se ubicó la casa consistorial erigida en la década de 1580, adosada a la torre parroquial18.

En el entramado urbano sobresalían por su volumen, belleza y distin-ción social las casas del estamento noble, como la de los Garcez, Beumont y Enríquez de Cervantes, erigidas en la calle de San Pedro, las del linaje de los Antillón en la calle de las Armas, o las mansiones de Sancho Ximénez de Antillón o Jerónimo López de Ribaforada en la calle de Media Villa –actual de la Marquesa-, entre otras19.

Por otro lado, los acuerdos de Trento produjeron un importante desplazamiento de religiosos hacia las crecientes villas, en detrimento de la existencia de las órdenes de ermitaños,20 como aconteció en Cascante, donde se estableció la comunidad de frailes de la Orden de los Mínimos, previa licencia del obispado de Tarazona, de cuya diócesis dependía la lo-

que a ellos se fazia en ello Dios seria mucho servido y el culto divino aumentado, […] ayan de dar y den aquella a la posesion della realmente y de fecho a los dichos de Cascant. Archivo Municipal [A.M.]. Cascante. Caja 34, fajo 21, doc. 6.17 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI …, pp. 367-382. En el caso de Cintruénigo véase tarIfa castIlla, m.j., La iglesia de San Juan Bautista de Cintruénigo, Cintruénigo, Ayuntamiento de Cintruénigo, 2004.18 segura moneo, j., “Casa consistorial de Cascante”, en Casas consistoriales de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 170-171.19 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 238-241.20 cámara muñoz, a., Arquitectura y sociedad en el Siglo de Oro: idea, traza y edificio, Madrid, El Arquero, 1990, pp. 103-104.


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calidad desde el punto de vista de la jurisdicción eclesiástica21, al igual que la mayor parte de las localidades de la Merindad de Tudela a lo largo de la Edad Media y Moderna hasta que en 1783 se creó la diócesis de Tudela22.

Cascante también contaba en el Quinientos con una serie de ermitas23, como la de Nuestra Señora de la Misericordia, asimismo denominada del Rebollo por su ubicación en dicho término, fundada por Pedro de Ezpeleta en 1570; la de San Sebastián, remodelada este mismo año por el obrero de villa cascantino Francisco de Mendoza24; la de San Pedro, capilla de funda-ción y patronato particular que poseía en 1561 Miguel Garcez y que dado su emplazamiento céntrico sirvió de ayuda a la parroquia mientras ésta 21 sanz artIBucIlla, j.m., Historia de la fidelísima y vencedora ciudad de Tarazona, I, Madrid, Imprenta de Esta-nislao Maestre, 1930, pp. 78-83. A partir del siglo XIV la diócesis de Tarazona, que formaba parte de la provincia eclesiástica de Zaragoza, quedó estructurada en dos arcedianatos, el de Tarazona y el de Calatayud y un deanato, el de Tudela. corral lafuente, J.L, “El obispado de Tarazona en el siglo XIV, II. Las propiedades episcopales”, Turiaso, II (1981), p. 222.22 fernández, j.a., Descripción Histórico-Geográfica de la ciudad de Tudela y de los pueblos de su Merindad, 1787, pp. 35-42. fernández marco, j.I, Tudela: Deanato y Obispado, Pamplona, Asociación Cultural Amigos de Cascante “VICUS”, 2014, pp. 49-51.23 fernández marco, j.I, Cascante, ciudad de la Ribera, t. I…, pp. 175-178. jImeno jurío, j.m., Merindad de Tudela. Historia, etnografía y folklore, Pamplona, Pamiela, 2005, pp. 81-84.24 a.p.t. Cascante. Juan Malón de Echaide, mayor. 1570.

Fig. 2 Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante. Foto: M.J. Tarifa.

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estuvo en el Romero; y la de San Juan Bautista, en el oeste de la localidad, extramuros, en la que trabajó entre enero y mayo de 1590 el obrero de villa Pascual Comuel edificando un aposento adosada a ella, con cimientos de piedra, paredes de ladrillo y tejado de madera de pino, que se adjudicó en subasta pública por 70 ducados y 6 de dones25.

Una población que en el siglo XVI dio importantes personalidades al ám-bito de las letras, como el cascantino fray Pedro Malón de Echaide, agustino cultivador de la oratoria y la ciencia sagrada, quien escribió La conversión de la Magdalena, en romance, que vio la luz en Barcelona en 158826.

En el siglo XVII se reconstruyó la basílica de Nuestra Señora del Ro-mero tras el pavoroso incendio acontecido el 31 de mayo de 1684, que fue levantada sobre el mismo emplazamiento que la medieval27, pero acorde al nuevo gusto barroco [fig. 3]. Una centuria de especial significación para la localidad desde el punto de vista histórico, ya que por real cédula de 18 de julio de 1633 Felipe IV le otorgó el título de ciudad, asiento y voto en las Cortes del reino a cambio de la entrega de 10.000 ducados28.

En definitiva, el periodo de prosperidad económica y recuperación demográfica que experimentó Cascante a lo largo del siglo XVI, confir-mándose como una de las localidades más relevantes de la Merindad de Tudela en estos momentos, permitió y propició el embellecimiento de la villa con la construcción de nuevos edificios, entre los que destacan los de tipo religioso, como una nueva parroquial de grandes dimensiones para dar cabida a una elevada feligresía y un convento de franciscanos mínimos para atender mejor las necesidades espirituales de los cascantinos, dos de las joyas de su patrimonio arquitectónico. Templos que a su vez fueron dotados de una serie de bienes muebles, retablos, esculturas y pinturas, además de ornamentos textiles y piezas de orfebrería de uso litúrgico, en algunos casos encargados por importantes familias nobles que vivían en la villa y que adquirieron capillas de patronato con una finalidad funeraria. 25 a.p.t. Cascante. Diego Conchillos. 1590, ff. 12-13.26 sobre este autor y su obra véase clemente Hernández, f.j., Vida y obra de Pedro Malón, Tudela, Centro Cultural Castel Ruiz, 1995. clemente Hernández, f.j., El legado oculto de Pedro Malón de Echaide, Madrid, Revista Agusti-niana, 1999. clemente Hernández, f.j., Obra póstuma de Pedro Malón de Chaide, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1999. aladro font, j., Pedro Malón de Echaide y La Conversión de la Magdalena: vida y obra de un predicador, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1998. malón de ecHaIde, p. de, La conversión de la Madalena, (ed. Arellano, I., Aladro, J. y Mata, C.) New York, Idea, 2014.27 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I. Merindad de Tudela, Pamplona, Institución Príncipe de Viana, 1980, pp. 57-61. azanza lópez, j.j., Ar-quitectura religiosa del Barroco en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1998, pp. 377-380. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 378-390.28 fernández marco, j.I., Cascante, compendio de 2.000 años…, láminas finales. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 254-265. A.M. Cascante. Caja 15, fajo 8, doc. 7.


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Esta realidad provocó la venida a la población de importantes artistas, como canteros, obreros de villa, escultores y pintores, entre otros, no sólo del ámbito navarro y vasco, sino también del pujante foco humanista de Tarazona, dada la pertenencia eclesiástica de Cascante al obispado turia-sonense, con la consecuente promoción de empresas artísticas paralelas y la actividad de los mismos maestros a un lado y otro de las fronteras de Aragón y Navarra29, como tendremos ocasión de comprobar.

29 J.R. Castro Álava puso de relieve hace unos años la interesante actividad desarrollada por artistas aragoneses, tanto pintores como escultores, durante el siglo XVI en tierras navarras en sus publicaciones Cuadernos de arte navarro, a) Pintura, Pamplona, Imprenta Provincial, 1944, y Cuadernos de arte navarro, b) Escultura, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1949. Un estudio más actualizado y completo al respecto es el de crIado maInar, j., “Relaciones entre la Ribera de Navarra y Aragón durante la época del Renacimiento”, en garcía gaInza, m.c. y fernández gracIa, r. (coords.), Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, nº 3, Presencia e influencias exteriores en el Arte Navarro, Pamplona, Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, 2008, pp. 213-254.

Fig. 3 Basílica de Nuestra Señora del Romero de Cascante. Foto: M.J. Tarifa.

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Historia del convento de nuestra señora de la victoria de cascante

La llegada de los frailes mínimos a Navarra: la fundación de un convento en Cascante en 1586

El espectacular aumento demográfico que experimentó la población cascantina a lo largo del siglo XVI, unido a la recuperación económica de la villa, como consecuencia del periodo de paz que se inició en el reino navarro tras la anexión en 1515 a la corona castellana, propició la edifica-ción a partir de 1527 de un nuevo templo parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción para acoger a la creciente feligresía, como acabamos de referir en el capítulo precedente. Una iglesia monumental de planta de salón o hallenkirche, la única, junto con la parroquial de San Juan Bautista de Cintruénigo, erigida en suelo navarro siguiendo esta tipología arquitectónica a lo largo del Quinientos, construida con sólidos sillares pétreos. Fue bendecida el 7 de febrero de 1563 por el obispo de Tarazona, diócesis aragonesa de la que dependía Cascante desde el punto de vista de la jurisdicción eclesiástica, al igual que la mayor parte de los pueblos pertenecientes a la Merindad de Tudela hasta bien avanzado el siglo XVIII, quedando todavía pendientes algunas intervenciones arquitectónicas que se irían completando con el paso del tiempo30.

Sin embargo, tan sólo veinte años después de la conclusión de la nueva parroquial se produjo nuevamente un importante crecimiento poblacional, realidad que despertó en las autoridades concejiles el deseo de establecer en la localidad una comunidad de clérigos regulares para atender mejor las necesidades espirituales de los cascantinos. Con este fin, dos beneficiados 30 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 367-372.


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del cabildo, Juan Miguel Garcez y Urbán Ruiz viajaron a Zaragoza el año de 1584 con el fin de pidir frailes para un convento31, dirigiéndose al mo-nasterio de la Orden de los Mínimos que pocos años atrás, el 27 de enero de 157632 [figs. 4 y 5], había sido fundado en la capital aragonesa bajo la titularidad de Nuestra Señora de la Victoria por el provincial fray Gabriel Español33. Un convento que según refiere el Padre fray Diego de Murillo 31 Sobre la fundación de los mínimos en Cascante véanse los artículos publicados por Martín Guerra en 1923 en la revista cascantina El Romero, nº 19, 21, 26. fernández marco, j.I., “Nuestra Señora de la Victoria. Cascante”, Temas de Cultura Popular, nº 348, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, pp. 4-5; fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 148-150.32 montoya, fray luIs de, Crónica General de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, su fundador donde se trata de su vida y milagros, erection de provincias y varones insignes de ella, Madrid, 1619, Libro III, pp. 208-209. andrés, v. (ed.), Guía de Zaragoza, o sea breve noticia de las antigüedades, establecimientos públicos, oficinas y edificios que contiene, Zaragoza, 1860, p. 207. 33 En la edificación del complejo conventual, acometido entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII, participaron los maestros de obras Clemente Ruiz, Gaspar de Villaverde y Domingo Zapata, entre otros. A raíz de la desamortización de Mendizábal en 1835 se produjo la exclaustración de los frailes, quedando el convento destinado a usos públicos, como cuartel de infantería y artillería montada. La iglesia fue derruida en 1885, conservándose únicamente en la actualidad las dependencias conventuales, propiedad del municipio, en las que están instalados el Parque de Bomberos y el Museo del Fuego y de los Bomberos. fatás, g. (dir.), Guía histórico-artística de Zaragoza, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 2008, pp. 770-773. olmo gracIa, a., “Las casas de la cofradía de flagelantes de Nuestra Señora de la Soledad de Zara-goza, obra de Gaspar de Villaverde (1600)”, Ars & Renovatio, nº 1, 2003, pp. 174-175 (Revista electrónica del Centro de Estudios de Arte del Renacimiento consultada en http://www.artedelrenacimiento.com/articulos-cientificos.html).

Fig. 4 Fray Luis de Montoya, CrónicaGeneral de la Orden de los Mínimos,

Madrid, 1619.

Fig. 5 Pedro Jayme Tristán, Enchiridion o Breve Crónica de Varones Ilustres,

Barcelona, 1618.

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(1555-1616)34 en sus orígenes contó con el apoyo de personalidades tan so-bresalientes como Juan de Urrea, conde de Aranda o el Justicia de Aragón, Juan de Lanuza, y que fue erigido en la zona suroeste de la ciudad entre la morería y el segundo recinto amurallado, un espacio perteneciente a la parroquia y barrio de San Pablo en el que estaban establecidos gran parte de los artesanos.

Los frailes mínimos pertenecían a una orden mendicante, recientemente fundada en 1435 por San Francisco de Paula (Paula, 1416- Tours,1507) en la pequeña ciudad de Paula, perteneciente a la provincia italiana de Ca-labria35. Tuvo su origen en un reducido grupo de ermitaños, reunidos en torno a Francisco en el pequeño eremitorio al que éste se retiró el referido año de 1435 a las afueras de su ciudad. En 1452 promulgó para sus frailes una severa regla que recibió la aprobación provisional del papa Sixto IV en 1474, aceptándose la definitiva el 28 de julio de 1506 por el pontífice Julio II. Normas de vida marcadas por el rigor penitencial, ya que a los tres votos ordinarios de la vida religiosa (celibato, pobreza y obediencia), añadieron el cuarto voto de vida cuaresmal perpetua, que imponía conti-nua abstinencia de carne, huevos y lacticinios, únicamente dispensado en caso de enfermedad. Estrictas normas a las que también estaba sujeta la indumentaria, ya que los frailes cubrían su cuerpo con un manto de lana negra basta sin teñir y una larga cogulla o capucho, ceñidos a la cintura por un cíngulo. Prendas que debía llevar el monje tanto de día como de noche, quitándoselas únicamente para cambiárselas, limpiarlas o reparar-las. Esta primitiva comunidad denominada Ermitaños de San Francisco de Asís, tomó en 1493 por humildad el nombre de Orden de Mínimos, al considerarse los más pequeños de todos los religiosos.

El aprecio y veneración del pueblo y de las principales cortes de Europa por San Francisco, canonizado pocos años después de su fallecimiento en 1519, sus milagros y la nueva forma de vida instituida por él, fueron algu-nas de las causas de la rápida expansión de la Orden de los Mínimos por toda Europa en los siglos XV y XVI36. En España, los monarcas Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla instituyeron en 1492 en Málaga el pri-mer convento, como agradecimiento por su intercesión. Según cuenta la tradición, mientras los Reyes Católicos asediaban en agosto de 1487 esta ciudad andaluza, que estaba en poder de los musulmanes, unos frailes mí-

34 murIllo, fray dIego de, Fundación milagrosa de la capilla angélica y apostólica de la madre de Dios del Pilar y excellencias de la insigne y nobilísima ciudad de Zaragoza, Barcelona, Sebastián Mateuad, 1616, tratado segundo, p. 348.35 morosInI, g.f., San Francisco de Paula. Vida, personalidad, obra, Sevilla, 2007. Benvenuto, r., San Francesco di Paola. Eremita e Fondatore dei Minimi, Editrice Velar, Gorle, 2012.36 Algunas publicaciones recientes sobre las fundaciones de conventos mínimos en Italia son los de vIrdIs, f. y pud-du, t., I Minimi di San Francesco di Paola in Sardegna: note storiche ed artistiche dal 1586 al 2009, Cagliari, 2009. manca, p. (ed.), Santuario di San Francesco da Paola in Genova. I restauri, Génova, 2009.


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nimos les visitaron con la intención de fundar el primer monasterio en sus dominios. Ante las dificultades planteadas en la batalla, los religiosos les animaron a perseverar, ya que San Francisco de Paula, que residía entonces en la corte de Tours (Francia), había predicho su victoria en la contienda, como así sucedió. Por este motivo el pueblo les dio a los nuevos frailes el sobrenombre de hermanos de la “victoria”37.

La misión de los mínimos en la Iglesia era el ejercicio de la más austera penitencia -voto de vida cuaresmal perpetua, dentro y fuera del convento-, unido al apostolado de la oración, predicación y enseñanza, por lo que te-nían una sólida formación religiosa e intelectual. A diferencia de las órdenes monacales, que buscaban el ideal de perfección mediante el aislamiento y contaban con un gran patrimonio territorial, las mendicantes establecieron conventos en el interior de las ciudades, abandonando la clausura para acercarse a los ciudadanos, por lo que se convirtieron en verdaderos guías espirituales de poblaciones en constante crecimiento.

De ahí que la Orden de los Mínimos fuera una de las congregaciones religiosas idóneas para satisfacer las necesidades de los cascantinos, a cuyo llamamiento acudieron el 20 de noviembre de 1586 el padre fray Francisco Ximénez, provincial en las provincias de Aragón y Valencia y fray Francisco Nieto, corrector del convento de mínimos en Zaragoza. El alcalde de la localidad, Juan Martín y dos de los regidores, Alonso Cervantes Enríquez de Navarra y Juan Malón de Echaide, como representantes del concejo de la villa, donaron el edificio del hospital de Santa Catalina, cuyo patronato estaba representado por el corregidor y el vicario de la parroquial, además de unas casas y patio situadas cerca de él, que son sitas en ella confrontadas con calle y camino que ban della azia Murchante y con calle que sale haçia las heras bajas y con el rio que passa azia el termino que dizen Juseras y con eras de doña Bernardina del Rio y Mendoza, señora de Monteagudo38, con el propósito de que pudieran construir en dichos terrenos un convento con su templo, a causa de ser la dicha villa de grande poblazion y no haver en ella mas de una yglessia y parrochia y porque en tiempos de quaresma y jubileos y aun entre año por no haber bastante recado de conffesores suelen yrse los vezinos a conffesarse fuera a otras partes39. El regimiento de la loca-lidad al realizar la cesión de estas propiedades a los religiosos únicamente impuso como condición reservar la propiedad y patronazgo de los referidos inmuebles a la villa [fig. 6]. 37 VVAA, Diccionario de Historia eclesiástica de España, III, Madrid, Instituto Enrique Florez, 1973, p. 1491. rodrí-guez marín, f., “El convento de frailes mínimos de la Victoria. Historia y arte”, Isla de Arriarán, revista cultural y científica, nº 4 (1994), pp. 113-122. rodríguez marín, f.j., “Inicio de la orden de los Mínimos en España. El convento de Nuestra Señora de la Victoria de Málaga”, en sáncHez ramos, v. (coord.), Los mínimos en Andalucía, IV Centenario de la fundación del Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Vera (Almería), 2006, pp. 411-454.38 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 12v -13r.39 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 1r -5r. Apéndice Documental [Ap. Dl.] 1.

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Fig. 6 Plano de Cascante a fines del siglo XVI, según J.I. Fernández Marco, publicado en Cascante, ciudad de la Ribera, t. I, Pamplona, 1978.

Dadas las condiciones de austera vida penitencial seguida por los frailes, en cuya dieta alimenticia estaba prohibida la ingesta de carne y lácteos, el concejo también les cedió una huerta que había pertenecido al zapatero Juan Conchillos, en la que pudieran cultivar legumbres y hortalizas. Para cubrir los gastos que se generarían en las reparaciones que los religiosos tendrían que hacer en la casa del hospital para acomodarla a sus necesidades, así como costear el valor de la compra de la referida tierra de labranza y otros desembolsos resultantes de la realización de las escrituras notariales, el regimiento entregó 500 ducados, cantidad que el cascantino Juan de Vitoria les debía de la arrendación de unos censales40.

Ante el inconveniente de que la población quedase sin un dispensario, que principalmente tenía una función asistencial hacia los empobrecidos, el 21 de noviembre de 1586 el concejo determinó que la casa que la dicha villa tiene donde dizen el castillo se de y quede como desde luego la señalan 40 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1586, ff. 470r -471r.


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para hospital de la dicha villa, para que en ella los pobres que acudieren tengan el recogimiento y recaudo necesario, y en la dicha casa quede fundado y señalado el mesmo patrozazgo y obligaciones e ospital que havia e ay en el que asta aora lo a sido41.

Con objeto de hacer realidad el establecimiento de los mínimos en Cascante, los procuradores Pedro de Aguirre y Alonso Cervantes Enríquez de Navarra se personaron ante el obispo de Tarazona, Pedro Cerbuna (1585-1597)42, solicitántole la oportuna licencia para fundar el convento en la población navarra, alegando que la población es de hasta seisçientos vezinos poco mas o menos, y no ay sino una parrochia tan solamente con muy poca clereçia y muy ocupada en sus divinos offiçios y obligaçiones, y para que mas crezca el serviçio de Dios nuestro señor, y los vezinos della tengan mas aparejo y comodidad de darse a los sacramentos y a otros sanctos exerçiçios, conbendria que se hiciesse cassa y conbento de rreligiosos en la dicha villa, con lo qual cessaria el abuso que algunos tienen en las quaresmas de salirse a confesar fuera de la dicha villa huyendo del silvo del pastor con ocasion de no hallar con quien confesar, de lo qual nacen notables daños. El prelado turiasonense accedió, otorgando el permiso el 23 de noviembre de 158643.

En dicho documento se recordaba al concejo de la localidad que como el antiguo edificio del hospital había sido tasado en 35 ducados más que el valor de la casa de la villa que se cedía ahora como centro asistencial44, dicha cantidad monetaria debía entregarse en beneficio de los pobres. Además, en el nuevo sanatorio se construiría un quarto similar al que Ana Díez de Almendáriz había mandado edificar en junio de 1562 al obrero Juan de San Juan en el anterior hospital45 y con los mismos fines, espacio que estaba dividido en aposentos según refiere el documento, uno donde se recojan los religiosos, clerigos y frailes y personas de horden que binieren a la dicha villa de paso o a pidir limosnas o a predicar de paso y tambien 41 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 5r -7v.42 Aragonés de Fonz, fue uno de los más excelsos prelados aragoneses del siglo XVI. De gran preparación intelectual y religiosa, responde plenamente al prototipo de obispo contrarreformista. Prior de la catedral de San Salvador de Zaragoza desde 1572, en 1583 fue el verdadero fundador de la Universidad de Zaragoza, aportando los medios eco-nómicos necesarios, contratando al profesorado y redactando sus primeros estatutos. Desde 1585 hasta 1597 rigió la sede episcopal de Tarazona, mostrando su apoyo decidido a la fundación del Colegio de la Compañía de Jesús en 1591 y acometiendo en 1593 la fundación del Seminario de San Gaudioso, destinado a la formación de los futuros sacerdotes. crIado maInar, j., “El mecenazgo artístico del obispo Pedro Cerbuna”, en crIado maInar, j. y lalInde poyo, l. (comis.), Cuatro Siglos. IV Centenario de la fundación del Seminario Conciliar de San Gaudioso, Tarazona, Diputación de Zaragoza, Obispado de Tarazona y Ayuntamiento de Tarazona, 1994, pp. 141-171.43 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1586, ff. 478r -482r. Una copia de dicha licencia se conserva en A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 7v -10r. Ap. Dl. 2.44 Un resumen de cuentas de los gastos efectuados en la fundación del convento realizado en mayo de 1587, especi-ficaba que la casa del hospital y el patio habían sido valorados en 870 ducados. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1587, f. 512.45 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 120, p. 133, nota 365.

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para peregrinos legos de honesta manera que bayan de paso; y otro en el que se ayan de recoger los peregrinos enfermos y enbergonzantes y deshonesta manera y vida46. Finalmente, el hospicio conservaría todas las rentas, bienes raíces, muebles y derechos que tenía al presente, quedando en posesión de los frailes mínimos únicamente el inmueble.

El mismo 23 de noviembre el provincial de los mínimos, fray Francisco Ximénez se dispuso a oficiar la primera misa en las dependencias cedidas del hospital, habiendo dispuesto para ello un altar a la entrada, congregándose los vecinos en el patio. En ese momento se presentaron Simón de Andueza, Pedro Ruiz, tesorero de la parroquial y el bachiller Pérez, como procura-dor de ambos y del resto de los racioneros y cabildo de la parroquial de la villa, advirtiéndoles que no permitirían que la fundación del convento les perjudicase en la retribución de las rentas y frutos de dezimas y ofrendas, en-tierros y honras y preeminencias que ellos habían tenido hasta el momento. Afortunadamente, la ceremonia religiosa se desarrolló sin contratiempos, dejando el celebrante en medio del altar un cofre pequeño con la Sagrada Hostia, a modo de sagrario y una candela de cera encendida47.

Al día siguiente, el 24 de noviembre, Francisco de Ablitas, vicario de la villa y bachiller en Sacra Teología, como copatrono del hospital, junto con el alcalde ratificó nuevamente la cesión de estas propiedades a los frailes, ya que por sus responsabilidades ministeriales no había estado presente el pasado 20 de noviembre cuando se les hizo entrega de los inmuebles48. Quizás, como sospecha Fernández Marco49, el vicario no actuó con plena libertad al ausentarse en un acto tan relevante para la localidad, quedando coartado en su decisión por el cabildo parroquial que veía con recelo el establecimiento de una comunidad regular que podía hacer peligrar sus prerrogativas. En esta misma jornada se hizo entrega oficial de la casa del castillo con su corral y un solar para ser empleada como nuevo hospital, además de los 35 ducados referidos anteriormente50.

Finalmente, la escritura de fundación del convento de Nuestra Señora de la Victoria fue rubricada el 4 de diciembre del mismo año de 1586 por las autoridades civiles cascantinas, el alcalde y regidores y el provincial de la Orden de los Mínimos Francisco Ximénez51, siendo éste el único esta-blecimiento que los religiosos tuvieron en toda Navarra y que desde un

46 A.P.T. Cascante. Juan de Aramburu y Cascante. 1562, ff. 277r -278v.47 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 10r -11v. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II.., pp. 152-153.48 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 11v -12v.49 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II.., p. 153.50 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 12v -16r.51 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1586, ff. 483r -486r. Un traslado de la escritura fundacional se encuentra en A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 16r -21r. Ap. Dl. 3.


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primer momento dependió de la provincia religiosa de Aragón52 [fig. 7]. El documento notarial constó de dieciocho capítulos, en los que se rati-ficaba nuevamente la institución y construcción del convento en el lugar y edificios que les cedía la villa, impidiéndoles a los religiosos venderlos o permutarlos sin permiso de la misma. Los frailes, además de vivir con-forme a la Regla de su Orden, atenderían a las necesidades espirituales de los cascantinos, principalmente la predicación, confesión, ayudar a bien morir y otros actos y ministerios de charidad, ofreciendo la misa conventual diaria por los vecinos de la localidad, comprometiéndose por su parte el regimiento a entregar anualmente 40 libras para cera y 10 arrobas de aceite para la lámpara del Santísimo Sacramento. Una comunidad que debía par-ticipar de las grandes festividades religiosas, saliendo junto con el cabildo de la parroquial en las procesiones generales. También se ocuparían los mínimos de la formación intelectual de sus habitantes, contando con un lector de gramática o artes, al servicio de todos los que quisieran estudiar, sin percibir por ello retribución alguna.

Para facilitarles a los frailes el cultivo de las hortalizas, base de su dieta alimenticia, el concejo les permitió que la acequia y agua que pasaba por el convento que edificarían la utilizasen libremente para regar, incluso fuera de los días que la tierra de labor tenía derecho, así como arrendar los molinos y hornos al mismo precio que los vecinos de la localidad.

El regimiento de Cascante se reservó el patronato del espacio más importante del templo conventual, la capilla mayor, por lo que las únicas armas que podrían colocarse en el presbiterio serían las de la villa, quedando obligado a edificarla a su costa y a dotarla con los ornamentos necesarios para el buen servicio del culto divino:

Itten, que la capilla mayor de la yglessia, que se hubiere de haçer por razon de la doctacion y liberalidad que la dicha villa al presente haçe, y de haverlos reçevido y lo que mas voluntariamente y con sus limosnas hara, los dichos religiosos no la puedan dar, vender, entregar ni obligar a nenguna persona eclesiastica ni seglar de qualquiera condizion y estado que sea, ni reçevir doctazion para ella con titulo y nombre de doctazion para tener dominio y señorio en ella, y poder poner blason, escudo, ni armas, ni dar entierro en ella, porque ha de ser de la dicha villa, y solas las armas della an de estar en ella afixadas, y attendido la dicha capilla prinçipal queda para la dicha villa, siempre que se hiçiere yglesia aya de haçer la villa la dicha capilla a su costa como mas bien bisto le fuere. El concejo también se obligó a entregar 1.000 ducados en el plazo de dos décadas destinados a la construcción de la iglesia y el convento, proporcionando anualmente

52 A finales de siglo XVI existían en España cinco provincias mínimas: Andalucía, creada en 1507; Castilla, en 1535; Valencia, en 1574; Cataluña-Aragón, en 1581 y Sevilla, en 1599.

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Fig. 7. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento. Archivo General de Navarra. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556, f. 57.


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50 ducados. Finalmente, la escritura exigía al provincial la confirmación y aceptación de todos los acuerdos tomados en el primer capítulo general que tuviera la Orden de los Mínimos.

Uno de los testigos que firmó el documento notarial fundacional fue Pedro Verges hijo, maestro de las obras de la casa, por lo que con anterioridad al referido 4 de diciembre de 1586 se estaba trabajando en la realización de algunas dependencias en las que pudieran morar los religiosos hasta la construcción definitiva del convento. Unos días más tarde, el 7 de diciem-bre, se tasaron las huertas que asimismo donó la villa a la comunidad de religiosos53, que habían pertenecido a Juan Conchillos y en la actualidad estaban en posesión de sus herederos, Miguel, Juan y Gaspar, suelos que afrontaban con el camino que iba a Murchante y quedaban rodeados por el río de la Tabla, incluyendo sus árboles, sembrados y hortalizas valorados en 261 ducados y medio54, terrenos que fueron entregados al provincial de los mínimos el 8 de diciembre55.

Años más tarde, en 1603 el regimiento de Peralta intentó promover la fundación de un convento de mínimos en su propia localidad, ya que estos frailes eran muy estimados por su predicación y en consecuencia llamados para ello en determinadas épocas del año, como Adviento o Cuaresma. Al igual que había sucedido en Cascante, el ayuntamiento se comprometió a entregarles la casa del hospital y la basílica de San Miguel como primer establecimiento sobre el que luego poder construir de manera definitiva el convento, además de donarles una huerta y terrenos necesarios para su estricta dieta alimenticia. En este caso, la fuerte oposición manifestada por los beneficiados de la iglesia parroquial, que veían peligrar su prerro-gativas, hizo que finalmente el vicario general del obispado de Pamplona, el licenciado Juan Dionisio Fernández de Portocarreño, denegase el 15 de diciembre de 1603 la licencia imprescindible para proceder a la fundación del convento de mínimos en dicha población navarra56.

El inicio de la edificación del complejo conventual La rica documentación conservada en los archivos navarros ha per-

mitido reconstruir el dilatado y difícil proceso constructivo del complejo conventual, especialmente lo referente al templo, que no finalizó hasta en-trado el siglo XVII y en el que se dieron cita importantes artífices navarros 53 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1586, ff. 487r -488v.54 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 21r -30v. En otro documento referente a los gastos realizados desde la fundación del convento hasta mayo de 1587, se registra que el huerto costó 263 ducados y 7 reales y medio. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1587, f. 512v.55 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 30v -32v.56 Archivo General de Navarra [A.G.N.]. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33726, doc. 42.

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y otros maestros procedentes de las vecinas tierras aragonesas, como dimos a conocer en parte en un estudio anterior57.

El comienzo de las obras del convento de Nuestra Señora de la Victoria fue inmediato, ya que desde el 22 de noviembre de 1586 encontramos traba-jando en su fábrica numerosos obreros, oficiales y peones, como Martín de Arriba, Martín de Lizarza, Juan Navarro, Domingo de Azcue, Pedro Verges hijo, Miguel de Mendoza y Pascual Comuel, obreros de villa cascantinos, algunos de los cuales estaban por estos mismos años participando en las reparaciones de la fábrica de la iglesia parroquial de la localidad58, a los que podemos añadir los fusteros Pablo Ximénez y Juan de San Juan y el pintor Pertus, ocupado en la realización de una tabla de altar59.

Uno de ellos, Pedro Verges hijo, contrató el 9 de diciembre de 1586 la edificación del convento60, tan sólo cinco días después de haberse rubricado la escritura fundacional del mismo. El obrero de villa se obligó a levantarlo con cimientos de piedra y paredes de ladrillo a la manera de tapia valen-ciana, empleando cal y costra y una hilera de ladrillos, reforzando todo ello con pilares. El sistema contractual elegido fue a tasaçion de offiçiales, es decir, que durante la ejecución de la fábrica el artífice percibiría pagos intermedios, en este caso 50 ducados anuales en el mes de marzo, si bien la valoración final de obra no tendría lugar hasta su conclusión, en la que participarían dos tasadores, nombrados cada uno de ellos por ambas partes contratantes. Además, Verges debía realizar todo ello de acuerdo a la traza o planos proporcionados.

Efectivamente, la mayor parte de los edificios acometidos en estos siglos de la Edad Moderna iban acompañados de un dibujo, ya que era, junto con el condicionado, el documento gráfico que servía para comprobar la fidelidad de la obra al proyecto inicial, bien durante el proceso de ejecución de la fábrica o sobre el resultado final de la misma. Por ello, cuando surgían discrepancias entre el comitente y el artista se esgrimían las trazas como prueba de lo contratado, bien las originales o más frecuentemente duplica-dos de las mismas que se adjuntaban a la escritura notarial de contratación y también guardaba el promotor de la obra, pudiendo así determinar el grado de adecuación que había tenido el maestro a la hora de llevarlas a la práctica. A pesar de la explícita mención en el pliego de condiciones a la traza questa dada, muchos de los diseños no se conservaron junto a las escrituras, como es el caso que nos ocupa, lo cual en ocasiones pudo deberse a su gran formato, hecho que impedía su encuadernación junto a las capitulaciones, o también a que estos planos se los quedaban finalmente 57 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 340-344.58 IBIdem, pp. 370-371.59 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1587, ff. 497r -508r.60 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1586, ff. 322r -323v. Ap. Dl. 4.


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los maestros que contrataban la fábrica, pasando de padres a hijos, al ser considerados como uno de los materiales más preciados de la profesión, hasta la total dispersión patrimonial de los bienes61.

La labor del obrero de villa Pedro Verges hijo quedó limitada en este contrato inicial de 1586 a las dependencias del convento, ya que la cons-trucción de la iglesia no debía comenzarla hasta la primavera de 1587, en la que también emplearía piedra en los cimientos y ladrillo en el resto, no interviniendo en la fábrica de la capilla mayor, cuya ejecución quedaba a cargo del concejo de la villa.

De Pedro Verges sabemos que era hijo de un afamado obrero de villa homónimo (act. 1554- †1576) que trabajó activamente en el segundo tercio del siglo XVI en la mitad meridional de Navarra, interviniendo en las fábri-cas de la sala capitular y cubierta de la iglesia del monasterio cisterciense de Tulebras (1562-1565)62, en el castillo y parroquial de Ablitas, en el hospital de Nuestra Señora de Gracia de Tudela (1568-1572)63, o edificando una se-rie de casas en la propia localidad cascantina, entre otras construcciones64. Por tanto, Verges hijo aprendió la profesión junto a su padre, siendo el responsable a su muerte en 1576 de finalizar aquellas edificaciones que quedaron inconclusas, como el templo hospitalario tudelano o la vivienda del mercader Felipe Francés en la misma ciudad. Fue precisamente con una cascantina, Francisca de Esparza, con quien contrajo matrimonio el 28 de abril de 1580, fruto de cuyo enlace nacieron al menos cinco hijos65. Con anterioridad a la fundación del convento de mínimos encontramos a Pedro Verges hijo acometiendo obras en Cascante, como cierta intervención en la presa del río Naón por encargo de los concejos de esta localidad y la de Monteagudo (1582-1583)66 , así como reparaciones realizadas en 1584 en la casa del regidor Alonso Cervantes Enríquez situada en la calle de San Pedro67, personalidad que tan importante papel jugó en el establecimiento de los frailes en la localidad.

61 El cantero Antón de Beñarán, uno de los ejecutores de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante, poseía en 1547 un pergamino de traça, y otro pergamino de la traça de la obra de la yglesia nueba de Cascante, y otros pergaminos de traças de obras. A.P.T. Cascante. Juan Malón de Echaide. 1547. Por su parte, en el inventario de bienes del maestro Francisco de Huarte realizado este mismo año de 1547 se registraron unos enboltorios de muchas traças de casas y capillas y otras hobras de su ofiçio. A.P.T. Tudela. Bertol Fernández. 1547. Y el maestro Íñigo Pérez de Rotache, avecindado en Valtierra, disponía en 1583 de un emboltorio de pergaminos y trazas de capillas. A.P.T. Valtierra. Pedro de Mesa. 1583, doc. 110.62 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 442 y 444-453. tarIfa castIlla, m.j., El monasterio cisterciense de Tulebras, Panorama, nº 43, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2012, pp. 43-44, 55 y 104.63 tarIfa castIlla, m.j., Miguel de Eza: humanista y mecenas de las artes en la Tudela del siglo XVI, Tudela, Castel Ruiz, 2004, pp. 115-122.64 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 101-105.65 IBIdem, pp. 105.66 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1582, ff. 87-89. Ibidem. 1583, ff. 94r-95v. ff. 94r-95v.67 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1584, f. 139.

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A comienzos de 1587 los mínimos residentes en Cascante, fray Jeróni-mo de La Gasca, presidente o superior del convento, fray Pedro de Mena, fray Miguel García, fray Pedro de Aragón, fray Lázaro de Gomara, fray Pedro Morel, fray Joan Lumbierre y fray Joan Bautista, presentaron otras capítulas referentes a la construcción del convento68, que posiblemente complementaban las anteriores, centradas en la edificación de nuevas celdas para dormitorio de los frailes, así como lucir el interior del espacio utilizado como iglesia hasta el levantamiento de la definitiva. La obra fue subastada por el procedimiento de remate a candela, que consistía en sacar a subasta pública la fábrica para que pujasen por ella todos aquellos artífices interesados en ejecutarla, ofreciendo cada uno su propuesta que trataba siempre de mejorar la del anterior postor. De antemano se pregonaba la obra, tanto en la propia localidad como en las poblaciones circunvecinas, en las que se colocaban una serie de carteles o cedulones que referían la edificación a contratar y la fecha en que se debía acudir para el remate de la misma. Una vez llegado el día, el pregonero leía el condicionado según el cual se ejecutaría la fábrica y se mostraba la traza de acuerdo a la que debía construirse el edificio. Tomando como precio de salida el fijado en el condicionado, se encendía una candela y comenzaban las pujas. Las diferentes posturas iban rebajando el coste de la obra hasta que la vela se apagaba o moría, siendo entonces entregada la fábrica al maestro que hubiese realizado la puja más baja. Una vez asignada, había un plazo de veinte días tras cuya conclusión se celebraba una segunda subasta en la que los interesados podían mejorar las condiciones en que se había rematado la edificación con el fin de intentar adjudicársela de nuevo.

A la subasta de la construcción del convento, que tuvo lugar el 15 de febrero de 1587, acudieron numerosos obreros de villa, como el cascan-tino Pedro de Almazán69, que ofreció ejecutarla por 100 ducados, aunque finalmente se hizo con ella el vecino de la localidad Juan Navarro en 90 ducados, ya que en el segundo remate celebrado el 24 de febrero nadie mejoró su oferta70. Navarro tuvo finalizado su trabajo para mayo de 1587, cuando percibió dicha cantidad en que fue rematado el luçir de la yglesia, y otras obras y celdas de la dicha yglesia y monesterio71. Para esta misma fecha el pintor Miguel Pertús había realizado tres lienzos destinados a los altares de Nuestra Señora de la Victoria, San Francisco de Paula y San José, por

68 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona, 1587, ff. 510r -511r. Ap. Dl. 5.69 Este artista desarrolló una gran actividad en su villa natal entre las décadas de 1570 y 1590, fundamentalmente centrada en la edificación de casas, como la del escribano Diego Conchillos, la de Juan de Gallipienzo o la de Ana Matías de Antillón, viuda de Juan de Berrozpe. A.P.T. Cascante. Diego de Aramburu. 1578, ff. 139r -140r. A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1588, ff. 94r -96r. A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1592.70 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1587, ff. 511r -511v.71 A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, f. 34r.


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los que percibió 200 reales72. Pocas noticias más tenemos de las primeras intervenciones arquitectónicas destinadas a adecuar el edifico existente como complejo conventual en el que poder desarrollar su propio estilo de vida regular los frailes, así como iglesia destinada al culto, a diferencia de la construcción del templo de nueva planta, como veremos más adelante.

A lo largo de 1589 surgieron nuevas discordancias entre la comunidad de mínimos y el cabildo de racioneros de la parroquial de Cascante, ya que esta institución ancestral vio amenazadas sus privilegiadas atribuciones con la presencia de los frailes, fundamentalmente en lo referente al cobro de los diezmos y primicias, así como los derechos derivados de fundaciones de misas73, capellanías y sepelios. Así, el concejo de la localidad recordaba el 29 de enero de 1589 que ostentaba el patronato de la capilla mayor del templo conventual y por quanto la yglesia que de presente esta es iglesia de prestado y en ella no ay capilla mayor señalada sino toda es una nabada y algunos quieren tomar sepultura para se enterrar, […] se señalaban en la dicha yglesia de prestado que al presente ay para capilla mayor seis pies indicando aquellos desde la grada vaxa del altar mayor de la dicha yglesia en baxo, […] y de alli avaxo iglesia74. Efectivamente, poco después de la fundación del convento, algunos de sus más destacados vecinos, como el regidor Juan Martín Mayor y su esposa Catalina de Ágreda, habían adqui-rido el 18 de noviembre de 1587 una sepultura en la iglesia de los mínimos situada junto al altar de San José. Transcurridos dos años, el 5 de febrero de 1589, una vez retirado el referido altar y señalada la capilla mayor con su rejado, los frailes les entregaron dos tumbas junto al altar mayor, en el lateral de la epístola situadas en la primera hilera, por las que pagaron 12 ducados de oro viejo75.

Finalmente, de acuerdo a una concordia firmada el 27 de mayo de 1589 se estableció que aquellas personas que dispusiesen ser enterradas en el con-vento de la Victoria debían pagar los derechos y limosnas acostumbrados al cabildo parroquial, a excepción de los fundadores de las capillas, de lo que se deduce que los clérigos pretendieron evitar que los frailes pudieran

72 casado alcalde, e., La pintura en Navarra en el último tercio del siglo XVI, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, Institución Príncipe de Viana, 1976, p. 59. A.M. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, f. 34r. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1587, f. 512v. 73 En marzo de 1594 Juanes de Arrechea, procurador de Juana de Rebolledo, señora de las casas de Rebolledo y vecina de Cascante, fundó en la iglesia nueva del convento de los mínimos un serbicio de una misa cada dia perpetua. Pero en septiembre de dicho año los frailes, por indicación del cabildo de la parroquial de Cascante, supieron que dicha capellanía ya había sido instituida en la iglesia mayor de la villa en el altar de la Vera Cruz, por lo que dieron por nulo el acuerdo anterior. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1594, ff. 297r -297v. Efectivamente, desde la década de 1570 la iglesia parroquial de Cascante contaba con el altar mayor dedicado a la Asunción y los altares de San Esteban, Vera Cruz, Santa Lucía, San Miguel y Santa Ana. Archivo Diocesano [A.D.]. Tarazona. Visitas. Año 1573, caja 13, leg. 11, nº 4. Ibidem. Año 1591. Carp. 956, fajo 9.74 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1589, ff. 37r -38r.75 A.P.T. Cascante. Domingo Royo. 1589, ff. 32 -33v.

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dar sepultura en su iglesia a los vecinos76. Esta circunstancia no es inusual, ya que las sepulturas eran objeto de disputa entre los eclesiásticos que estaban al frente de las parroquias y las comunidades de religiosos mendi-cantes, como también aconteció en el caso de los mínimos de Toulouse77. De hecho, no será hasta 1718, cuando se trasladen los restos de los frailes mínimos fallecidos en Cascante depositados en la capilla de Nuestra Se-ñora del Pilar, anteriormente de San Antonio, al cuerpo de la nave de la iglesia, cuando se divida el suelo del templo para señalar en él nichos, tal y como muestran dos trazas del siglo XVIII que se conservan en el Archivo General de Navarra [figs. 8 y 19] y que serán muy clarificadoras a la hora de estudiar y analizar la planta de la iglesia y la distribución en la misma de sus capillas, prácticamente inalterada desde su primera edificación en los años finales del siglo XVI78.

Pese a estas y otras vicisitudes, el convento de Nuestra Señora de la Vic-toria se fue fortaleciendo de manera progresiva en la localidad, instituyendo los frailes en abril de 1588 la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, que procesionaba el Viernes Santo, única independiente de la parroquia de la que dependían once congregaciones, que tomó su inspiración de la homónima zaragozana, fundada en marzo de 157979.

La consecución de las obras del templo En 1589 fue subastada nuevamente por el procedimiento de remate a

candela la fábrica de la iglesia conventual, que ya tenía los cimientos sacados. Desconocemos cuáles fueron los motivos concretos que les llevaron a los frailes a ofrecer de nuevo su edificación. Quizás se deba a que Pedro Verges hijo, poco después de contratar la fábrica del templo, se había concertado en julio de 1587 con el también obrero de villa guipuzcoano Miguel de Múxica para acometer el ayuntamiento cascantino80 [fig. 9]. A ello sumaron dichos artífices, entre los meses de septiembre de 1587 y junio de 1589, la ejecución del coro de la parroquial de la localidad de acuerdo a la traza presentada por los primicieros para su ejecución81, por lo que es más que probable que todas estas empresas edilicias les dificultasen dedicar el tiempo necesario a la dirección de la edificación del templo franciscano. También 76 fernández marco, j.I., “Nuestra Señora de la Victoria…”, pp. 18-21. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 159-162 y 182-183.77 mIguet, m., Les Minimes. L’ordre religieux et son église á Tolouse du XVIe siècle à la Révolution, Tolouse, Asso-ciation les Amis des Archives de la Haute-Garonne, 1999, pp. 48-49.78 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, ff. 220r y 221r.79 fernández marco, j.I., “Nuestra Señora de la Victoria…”, pp. 21-22. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 158 y 163-164. olmo gracIa, a., “Las casas de la cofradía …”, pp. 167-193.80 segura moneo, j., “Casa consistorial de Cascante...”, pp. 170-171.81 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 110 y 372.


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Fig. 8 Traza de la iglesia del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante, 1718. Archivo General de Navarra. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556, f. 220r.

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Fig. 9 Vista de la plaza de los Fueros con el antiguo ayuntamiento (Década 1930), publicada en J. M. Ruiz, Cascante, historia y recuerdos en imágenes, Cascante, 2005.

cabe la posibilidad de que los religiosos deseasen ampliar el condicionado que habían redactado en un primer momento, pues en la escritura de 1586 por lo que respecta a la fábrica de la iglesia, además de los materiales de construcción, tan sólo se especificaba que debía tener cuatro cruceros, es decir cuatro tramos con sus correspondientes bóvedas, referencias escasísi-mas si las comparamos con los documentos notariales que se redactaban habitualmente en la época con este fin.

Aprovechando estas circunstancias, por un lado la imposibilidad de Verges hijo de dirigir la fábrica del templo conventual al estar trabajando simultáneamente en varias edificaciones, junto a la necesidad de elaborar unas capítulas más extensas en las que se detallasen todos los aspectos in-herentes a las obras, los mínimos, presididos por el padre fray Pedro Morel (1589-1591) volvieron a ofertar la contratación de la iglesia, presentando un condicionado de veintiséis capítulas82. De acuerdo con éstas, el oficial que acometiese la fábrica quedaba obligado a edificar tres tramos en el cuerpo de la iglesia, cubiertos por bóvedas de nervios de rampante redondo, bóvedas de crucería que seguirían el modelo de las que volteaban la nave del evangelio de la parroquial de la villa, es decir, la de Nuestra Señora de la Asunción, realizada a comienzos del Quinientos y consagrada en 1563. En los laterales del cuerpo de la iglesia se levantarían capillas hornacinas

82 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1589, ff. 341r -343v. Ap. Dl. 6.


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entre contrafuertes, tres a un extremo y dos al otro, a las que se accedería por medio de arcos. Por encima de las capillas laterales y alrededor de todo el templo, cuyas paredes se harían según el modelo de tapia valenciana, correría un rafe de ladrillo con su labor de ovas y dentellones, moldura que también decoraría el interior de las capillas. Para la armadura del tejado se emplearía madera de pino, quedando la iglesia concluida en el plazo de cinco años a partir de la fecha del remate.

La fábrica del templo conventual fue subastada el 23 de julio de 1589, acudiendo a Cascante numerosos obreros de villa procedentes de Tudela, Tarazona y otras localidades cercanas, rematándola inicialmente el cascan-tino Miguel de Mendoza por 2.200 ducados y 10 de dones83. Transcurridos veinte días se volvió a ofertar la contratación de la iglesia, participando en el concurso los obreros procedentes de Tudela Miguel de Múxica o Martín de Arraiza, si bien el mejor postor fue Martín de Arriba, quien el 12 de agosto de 1589 se la adjudicó en 1.790 ducados, presentando como fiador al referido Miguel de Mendoza84.

Martín de Arriba o de Ribas, como también se le denomina en la documentación de la época, fue uno de los obreros de villa navarros más prolíficos de la segunda mitad del siglo XVI85, que centró su actividad constructiva fundamentalmente en Cascante, de donde era natural. Hijo de Juanes de Saldiz, alias de Ribas y de María Sanz, se formó junto a Juan de San Juan, obrero de villa avecindado en esta localidad, colaborando en las obras que éste contrató en la basílica de Nuestra Señora del Camino de Monteagudo o en la parroquial de Murchante. Una vez alcanzada la maestría, edificó numerosas viviendas en su localidad natal a lo largo de las décadas de 1560-1580 y participó en las fábricas de la ermita de San Miguel de Ablitas, la basílica del Romero de Cascante y la parroquial de Malón (Zaragoza)86, entre otras.

Arriba era uno de los albañiles más indicados para edificar el templo de los frailes mínimos pues, además de su larga experiencia como obrero de villa, había trabajado entre los años 1583 y 1585 en la iglesia parroquial de la Asunción de esta misma villa, -cuyas bóvedas debían ser tomadas como patrón para ejecutar las de la iglesia conventual-, erigiendo el coro en la nave central, reparando un estribo y realizando un rafe de madera para la sobreportada del templo que daba a la plaza [fig. 10], siguiendo la elabora-da traza proporcionada por el entallador riojano Juan Sanz de Tudelilla, formada por niños desnudos atlantes que sustentaban el entablamento. 83 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1589, ff. 344r -346v.84 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1589, ff. 347r -348v. 85 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 89-92.86 tarIfa castIlla, m.j. y crIado maInar, j., “Los Guarrás: una familia de maestros de obras entre la tradición mudéjar y el Renacimiento (I) “, Turiaso, XX (2011-2012), pp. 197-198 y 215-216.

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Asimismo, Arriba se había encargado de acometer la cubrición del hospital de la localidad, además de ejercer como tasador el 18 de julio de 1587, junto con Domingo de Azcue, de cuatro viviendas que se vendieron en la parte alta de la plaza de la iglesia para hacer en este espacio el ayuntamiento87.

El maestro cascantino retrasó el inicio de las obras del templo conven-tual, ya que le surgieron dudas con respecto a algunos aspectos recogidos en el contrato, como el grosor que en las capítulas se había establecido para cierto contrafuerte. Tan sólo hacía unos años, entre 1584 y 1585 Martín de Arriba había llevado a cabo la reparación de ciertos estribos de la iglesia pa-rroquial de Cascante, una intervención que le ocasionó muchos problemas. No sólo le paralizaron las obras, teniendo importantes pérdidas económicas, sino que además se cuestionó su habilidad y conocimientos profesionales para ejecutar dicha reforma88. Por ello tuvo que alegar en su defensa que era maestro y ofiçial de obras, asi de ladrillo como de otros materiales, y que a muchos años que exerçito esta arte y ofiçio y tengo larga experiençia del, y he hecho y fabricado hobras grandes y gruesas y peligrosas, y las he reparado y puesto en el horden y seguridad que convenian segun el arte89, 87 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 89-92.88 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1585, ff. 72r -74v.89 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1585, f. 74r. tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 370-371.

Fig. 10 Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante. Foto: M.J. Tarifa.


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circunstancias que seguramente hicieron al obrero cascantino extremar su prudencia en la fábrica del templo conventual.

El concejo llamó el 27 de septiembre de 1589 a Francisco Guarrás90, perteneciente a una dinastía de maestros de obras de ascendente islámico originaria de Tórtoles con una gran continuidad en Tarazona y su área de influencia entre las últimas décadas del siglo XV y los años finales del siglo XVI91, con objeto de que diera su opinión ante el dilema planteado. Este oficial, tras medir con un cordel la planta de la iglesia que estaba ini-ciada, consideró que la capítula era correcta y mandó a Arriba proseguir la edificación tal y como estaba señalado documentalmente92. Pero el obrero cascantino no quedó muy convencido de la conveniencia de esta opinión y nuevamente la obra fue supervisada en los primeros días del mes de octubre por tres albañiles, Miguel de Múxica, vecino de Tudela y Pedro Verges hijo, quienes habían estado presentes en el remate de la obra, junto con el citado Guarrás, confirmando los tres el dictamen anterior93.

Una vez iniciado el proceso constructivo, Martín de Arriba se concertó el 19 de marzo de 1590 con Juan de Buete, tapiador vecino de Tudela, para que éste se encargase de realizar las paredes de la iglesia hasta el nivel de cubrición siguiendo el patrón de tapia balenciana94. Para la adquisición del material, Arriba se ajustó con José de Castel Ruiz, quien le proporcio-naría 200 cahíces de calcina o cal95 y con el tejero cascantino Juanes de Mendizábal, al que compró ladrillos por 35 reales y medio el millar96. En la edificación de la iglesia también participaron los obreros cascantinos Miguel de Mendoza, fiador de Arriba en la contratación de esta fábrica y Pascual Comuel. Los tres artífices fundaron el 29 de septiembre de 1590,

90 En junio de este mismo año, Guarrás había sido requerido junto con el también obrero Juan de Legasa, para tasar el coro de la parroquial cascantina que habían ejecutado Miguel de Múxica y Pedro Verges hijo entre 1587 y 1589. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1589, ff. 244r -245r.91 tarIfa castIlla, m.j. y crIado maInar, j., “Los Guarrás...”, pp. 171-217.92 Francisco Guarrás ayudado por Pascual Comuel y muchos vecinos de la villa, con un cordel y convesa de midir, midio y nivelo la traza y planta que esta prinçipiada a hazer para fabricar la dicha yglesia, y una vez tanteadas las razones expuestas por Arriba dijo que para abersse de cumplir con la capitulacion a de azer el dicho Martin de Arriba el edifizio por donde esta señalado el cimiento de la parte de la villa y otro zimiento que esta hecho azia la parte del convento, que son las dos azeras de largo a largo de la yglesia, y haziendolo uniforme de anchura no respetando a un arco que esta en el frontero hecho, que sirbe oy de portal, siga la obra en la largura y anchura conforme a la demos-trazion del dicho edifizio que esta ya priçipiado avierto por la parte de la villa y por la otra parte contraria, hecho de cal y piedra parte del, con tal que consecutibamente de lo hecho haga lo por hazer, y en la parete fontera de azia el oriente guarde la propia salida del cimiento y donde aze un respaldo que a vien esta disiñado a de ser conforme a la capitulacion de nuebe ladrillos. A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1589, ff. 354r -355v.93 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1589, f. 354r.94 A.P.T. Cascante. Pedro Balandin. 1590, ff. 276r -277r.95 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1590, f. 38r.96 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1590, f. 157r. Un año después Mendizábal siguió suministrando ladrillos a Martín de Arriba para la fábrica del convento. A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1591, f. 188r.

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junto con sus respectivas esposas, un aniversario perpetuo de misa cantada, que los frailes se comprometieron a decir por el bien de sus almas, oficios divinos que los mínimos les ofertaron a cambio de cierto dinero que debían a los artistas por la construcción de la iglesia97.

Martín de Arriba no pudo concluir la fábrica del templo, ya que tras testar el 1 de marzo de 1592, solicitando ser enterrado en el cementerio de la iglesia de Santa María extramuros de Cascante, y que se le dijesen sus honras fúnebres en el templo parroquial donde sus familiares debían llevar su oblada98, falleció el 16 de marzo de dicho año99. La labor constructiva desempeñada por el difunto obrero, que fue tasada en 800 ducados100, se había centrado fundamentalmente en los cimientos de la iglesia, -que en su mayor parte había sacado Pedro Verges hijo-, y capillas laterales, ya que la capilla mayor estaba a cargo del concejo. Por tanto, Martín apenas avanzó el estado de construcción del edificio, ya que aunque había levantado parte de las capillas hornacinas, todavía quedaba por cubrir todo el templo.

En 1593 la fábrica de la iglesia volvió a ser sacada a concurso, presen-tándose un nuevo condicionado, el tercero, esta vez de diecinueve capítu-las, que en su mayor parte era similar al anterior, aunque también recogía alguna modificación, como aumentar el tamaño de los cimientos de los estribos para hacerlos más seguros101. De las cinco capillas hornacinas que debía tener el templo, para este momento es muy probable que se hubiesen finalizado las dos de un lateral, pues en el contrato se mandaba acavar todas las 3 capillas y banda comforme la otra parte, con tres arcos, tapieria, y pilares, y con estrivos sin faltar nada. Todas ellas, sin excepción, se cubri-rían con bóvedas de nervios o cruceros, de nueve claves, recordando que las bóvedas de crucería debían de ser de punto redondo y los arcos principales y la cruçeria a de tener la labor que tiene la navada de a çierço de la yglesia parrochial desta villa, es decir, siguiendo el modelo de las bóvedas del la-teral izquierdo de la nave del evangelio de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante [fig. 11]. Además, se añadía que las capillas quedarían comunicadas a través de vanos o puertas que se abrirían en los estribos y el oficial que rematase la edificación estaría obligado a hacer un púlpito. Todos los materiales necesarios, ladrillo, aljez o yeso, calcina y madera correrían a cargo del artífice que contratase la obra. El plazo de realización sería de ocho años, recibiendo anualmente el encargado de la 97 Los frailes adeudaban a Martín de Arriba y Catalina Sanz, Miguel de Mendoza y Francisca Díaz y Pascual Comuel y María Rodríguez una suma respetable de dinero por jornales en la fábrica. A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1590, ff. 7 y 125-128. A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 276r.98 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI.., pp. 91-92.99 A. D. Tudela. Arch. Parroq. Cascante. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Quinque libri II (1579-1597), f. 233v.100 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, f. 63r.101 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1593, ff. 116r -118v. Ap. Dl. 7.


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misma 100 ducados, si bien se le ofrecía la posibilidad de cobrar 200 du-cados anualmente si la concluía en el plazo de siete años.

El 24 de abril de 1593 remató la fábrica Lázaro Sancho, vecino de Za-ragoza, en 1.800 ducados, pero pasados los veinte días reglamentarios para mejorar la oferta, el 2 de mayo, Pedro de Corta, albañil guipuzcoano vecino de Corella, rebajó la cifra anterior adjudicándosela en 1.790 ducados102. El 16 de julio de dicho año Corta presentó como fiadores a Domingo y Juan de Ormaztegui, Antonio de Milagro y Miguel de Aragón, todos vecinos de Arguedas, iniciando este mismo día su labor, por lo que recibió del corrector del convento de la Victoria, fray Miguel García, 500 ducados en parte de pago por sus honorarios103.

Pedro de Corta apenas pudo intervenir en la construcción de la iglesia conventual al sorprenderle la muerte siete meses más tarde. La edificación fue continuada por dos albañiles guipuzcoanos avecindados en Arguedas 102 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, ff. 11v-15r. Otro de los oficiales que acudió a la villa con objeto de rematar la fábrica fue Bernal de Aroche, vecino de Corella. Ibidem, f. 91. Pocos días después, el 3 de mayo de 1593, Pedro de Corta contrató junto con Aroche la construcción de la torre de la iglesia parroquial de San Miguel de Corella. tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI.., p. 489.103 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1593, ff. 150r -152r.

Fig. 11 Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante. Nave del lateral izquierdo tras el incendio de 1940.

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que trabajaban con él, Martín de Olazábal104, que era considerado ofizial muy bueno de obra de yeseria que es de artifize105, quien percibió anualmente en el periodo que estuvo al frente de la obra la suma de 100 ducados106 y Pedro de Berroeta. Transcurridos cinco años, los frailes los acusaron de no estar construyendo el templo de acuerdo al contrato firmado con Pedro de Corta107, lo que motivó la supervisión de los trabajos realizados por los mismos, tarea que recayó el 29 de marzo de 1598 en los obreros de villa Miguel de Múxica y Pedro de Almazán, que detectaron numerosos fallos108.

Un nuevo reconocimiento tuvo lugar el 6 de abril del mismo año, en el que además de estos dos oficiales nombrados por el corrector del convento, Olazábal y Berroeta designaron por su parte a los albañiles Domingo de Sarasola109, vecino de Aldeanueva de Ebro (Calahorra) y a Diego Hurtado, avecindado en Ablitas110. Los cuatro supervisaron la obra ejecutada por Olazábal y Berroeta, que principalmente consistió en levantar las paredes de la iglesia hasta una altura de diecinueve varas, además de intervenir en la cubrición, siendo todo ello estimado en más de 18.942 reales111. Pero tal y como sospechaban los frailes, aquellos construyeron el templo sin atender al condicionado, ya que los evaluadores repararon en que la crucería no se había hecho en punto redondo, según lo acordado y todavía la mayor parte del mismo estaba sin cubrir, a pesar de que hacía cinco años que trabajaban en él, recibiendo por ello el edificio mucho daño112.

En vista de las irregularidades cometidas, los mínimos iniciaron en este año de 1598 un pleito en los tribunales reales navarros contra los garantes de la obra. Los fiadores del difunto Corta, Domingo y Juan de Ormaztegui, obreros de villa vecinos de Arguedas, Antonio de Milagro y Miguel de Ara-gón se defendieron alegando que los religiosos habían impedido continuar la fábrica a pesar de que la bóveda de la última capilla estaba sin cubrir y con peligro de derrumbarse por la lluvia y los hielos, lo cual, si acontecía,

104 Martín de Olazábal estaba casado con Bárbara de Izarregui, naturales de Guipúzcoa, quienes por estas fechas residían en Cascante. A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1598, f. 161r.105 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, f. 88r.106 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1595, f. 185r.107 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, f. 46r.108 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1598, ff. 282r -283v. 109 De origen guipuzcoano, Sarasola se estableció a partir de 1575 en Calahorra, desarrollando una prolífica actividad constructiva en edificios religiosos, como los conventos de San Francisco, carmelitas descalzos y San José de carmelitas descalzas, junto a labores de reconocimiento en la catedral e iglesia de San Andrés. También trabajó en Rincón de Soto y Aldeanueva de Ebro, pertenecientes a la jurisdicción de Calahorra y en otras localidades navarras, como la iglesia de San Miguel de Estella. calatayud fernández, e., Arquitectura religiosa en la Rioja Baja: Calahorra y su entorno (1500-1650). Los artífices, I, Logroño, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja, 1991, pp. 587-590.110 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1598, ff. 280r -281v.111 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, ff. 105r y 138r -139v. 112 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1598, f. 283r.


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sería responsabilidad de los frailes113. La sentencia resolutoria dictaminó el 6 de noviembre de 1598 que la iglesia debía estar finalizada en el plazo de dos años, quedando obligados los mínimos a continuar financiando su construcción114. Ello no evitó que la bóveda de la citada capilla se des-plomase unos días después, el 30 de noviembre, festividad de San Andrés. Los fiadores de la fábrica se defendieron alegando que en la obra echa abia bobedas de ladrillo, sobre todo el cuerpo de la yglesia, y las bobedas que se cubrieron con tejado, que son las dos primeras capillas de los dos primeros cruzeros estan conserbadas y buenas, y la tercera capilla, que es la ultima de la nabe de la yglesia, quedo por cubrir con tejado, y se acabaron todos tres cruzeros y capillas de la dicha tercera bobeda, y an passado dos inbiernos del año de 97 y del año de 98, y sin cubrir se a caydo toda la dicha capilla del tercer cruzero, que es la ultima, no por falta de la obra, que ella en si estaba buena y cumplida, sino por falta de los temporales de los inbiernos passados por no aber estado cubierto con tejado el dicho tercer cruzero o capilla. Para hacer más creíble su testimonio, los fiadores compararon esta adversidad con el hecho que aconteció en la iglesia parroquial de Lodosa, donde también se habían caído las bóvedas a consecuencia del temporal y no por la falta de pericia de los artífices que habían trabajado en ellas115.

Los frailes, para solucionar definitivamente los problemas, decidieron poner al frente de la construcción del templo a ofiziales peritos y aproba-dos que entiendan muy bien el arte de albañil, ya que los oficiales que han entendido en la dicha fabrica y obra no son officiales albañiles examinados, ni peritos en el arte116. Olazábal y Berroeta renunciaron a la edificación de la iglesia sin haberla concluido, por lo que sus fiadores tuvieron que seguir costeando dicha construcción117.

El 17 de marzo de 1599, el padre fray Pedro de Céspedes, corrector del convento, se concertó con Miguel de Múxica, obrero de villa avecindado en Tudela, para que concluyese el templo conventual de acuerdo con unas capítulas redactadas por Pedro Verges hijo, cuarto contrato realizado al respecto, en el plazo de tres años y por 1.100 ducados118. Múxica se compro-metió a volver a cubrir los tres tramos de la nave en punto redondo, siendo los torales desapuntados, es decir, con arcos de medio punto y siguiendo el diseño de las bóvedas de la nave del evangelio o izquierda de la iglesia 113 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1598.114 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, f. 114.115 Yten, que en Lodosa tambien cayeron las bobedas de la yglesia de la parrochial, que eran tambien de ladrillo, como de la Vitoria de Cascante, por no aberse cubierto con tejado las dichas bobedas, que para el ladrillo e yeso y la obra della no ay cosa mas contraria que es el yelo y las aguas y el sol, no por culpa de los ofiçiales, sino por culpa de no estar cubierto. A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, f. 142.116 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, ff. 114r y 135r.117 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1602, f. 155r.118 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1599, ff. 225r -226r. Ap. Dl. 8.

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parroquial cascantina. También voltearía las capillas hornacinas del lado del convento, por tanto, las del lateral de la epístola, a las que se accedería por arcos artesonados, como los levantados bajo el coro de la citada parro-quia de Nuestra Señora de la Asunción, -coro que el propio Múxica había contratado en septiembre de 1587 de acuerdo a la traza presentada por los primicieros-119, quedando recorridas por un rafe similar a las edificadas en el otro lado de la nave. Finalmente, acometería un coro en alto a los pies, un púlpito y por lo que respecta al tejado, debía hacerse con buenos tirantes y tijeras de madera de pino. Para asegurar el cumplimiento de este contrato, Miguel de Múxica presentó por fiadores a Miguel de Miranda y Pascual Comuel, obreros de villa cascantinos120.

Miguel de Múxica fue otro de los artífices más activos y prolíficos que trabajó en la Ribera de Navarra a partir de la década de 1560 y hasta finales del siglo XVI, tanto contratando personalmente edificaciones, como la capilla del Crucifijo de la iglesia de San Juan Bautista de Tudela121 o la capilla de los Fontellas en la iglesia del convento de San Francisco de la misma localidad122, como supervisando las numerosas obras religiosas y civiles que se acometieron en el último tercio del Quinientos, por ejemplo, la iglesia del hospital de Nuestra Señora de Gracia de Tudela123. Recordemos que en julio de 1587 contrató con el obrero de villa Pedro Verges hijo la construcción del ayuntamiento de Cascante, con el que también realizó entre 1587 y 1589 el coro de la iglesia parroquial de esta villa124.

Al año siguiente de haber contratado la edificación de la iglesia conven-tual de los mínimos, Miguel de Múxica enfermó, quedando impedido en cama, por lo que el 5 de abril de 1600 se concertó con su sobrino Pascual de Horaa, natural de Zumárraga (Guipúzcoa) y al presente avecindado en Fitero125, para que finalizase este compromiso laboral de acuerdo a las capítulas que él mismo había firmado, comprometiéndose el maestro a entregarle todos los materiales necesarios, además de 500 ducados por su

119 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1587, ff. 403r -404r.120 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1599, ff. 227r -228v.121 tafIfa castIlla, m.j., “Iglesias parroquiales de Tudela desaparecidas”, Príncipe de Viana, t. LXVI, nº 234 (2005), pp. 26-27.122 tarIfa castIlla, m.j., “Intervenciones arquitectónicas renacentistas acometidas en los conventos medievales de Tudela”, Príncipe de Viana, t. LXVIII, nº 242 (2007), pp. 824-825.123 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 110-115. tarIfa castIlla, m.j., Miguel de Eza..., p. 125.124 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI..., pp. 371-372.125 En 1606 Pascual de Horaa declaraba que había venido junto con su mujer María Moreno a vivir a Cascante, donde tiene la mayor parte de sus vienes, pero que al presente se encontraba en Fitero, ya que estaba trabajando en el monasterio. A.P.T. Fitero. Miguel de Urquizu y Uterga. 1606. Sobre su participación en el cenobio cisterciense fiterano véase fernández gracIa, f., El Monasterio de Fitero. Arte y Arquitectura, Panorama, nº 24, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1997, pp. 30-38.


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trabajo126. Horaa finalizó la edificación de la iglesia en el plazo establecido, pues en noviembre de 1602 se canceló la escritura tras acavar la hobra y fabrica de la yglesia127. El 13 de septiembre de 1602 el Santísimo se trasladó a este templo, siendo corrector fray Francisco García Puertanueba128. El 23 de noviembre de dicho año el trabajo realizado por Múxica y su sobrino fue supervisado por Pedro de Almazán y Juan Navarro, albañiles avecindados en Cascante, que lo dieron por bueno, si bien declararon que faltaba por realizar una cornisa en dos capillas, dos altares y echar una solera, además de la ejecución del coro129.

Sin embargo, de la fábrica del coro no se pudo encargar Múxica, quien había fallecido para septiembre de 1603, sino que fue de nuevo su sobrino Pascual de Horaa quien lo suplió, contratándolo el 1 de abril de 1604130. Este oficial se comprometió a edificar el coro en alto [fig. 12], sobre cuatro pilares estriados con capitel y basa, con un entablamento y reja de balaus-tres de pino, al que se accedería a través de una escalera que construiría junto a las capillas de San Diego y San José. Horaa también acometería un campanario sobre los pilares ubicados junto a la puerta de la iglesia, todo ello en el plazo de un año y por 220 ducados. La obra no se finalizó hasta el 4 de julio de 1607, quedando entonces cancelada la escritura131.

Las capillas de patronato de la iglesia La comunidad de frailes mínimos establecidos en Cascante, que ape-

nas superaba en la década de 1590 la docena de miembros132, tuvo serias dificultades económicas para edificar la iglesia, ya que aparte de la dona-ción anual de 50 ducados realizada por el regimiento de la localidad, no contaba para este fin más que con las limosnas de los fieles cristianos. Por ello, a la vez que se estaba acometiendo la fábrica del templo conventual los religiosos decidieron ofertar la posesión de las diferentes capillas de 126 A.P.T. Cascante. Pedro de Garnica. 1600. El propio Pedro de Horaa, como procurador de su tío Miguel de Múxica recibió el 9 de abril de 1600 la cantidad de 385 ducados y 6 reales y medio en parte de pago de la obra y fabrica quel dicho Miguel de Muxica, su tio, estaba ogligado a hazer en la yglesia nueba del dicho conbento. A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1600, f. 40r. Otro pago de 150 ducados por el mismo concepto le fue entregado a Horaa el 28 de junio de 1601. A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1601, f. 37r.127 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano, 1602, f. 107r. 128 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 220v.129 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1602, ff. 110r -111r. Esta declaración lleva la fecha de 22 de noviembre de 1602, si bien hay otra del 23 de noviembre, más completa, que es la que exponemos. A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano, 1602, ff. 102r -103r. Pascual de Horaa había construido, entre otras cosas, dos pilastrones de ladrillo y seis ventanas con yeso y ladrillo.130 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1604, ff. 192r -192v. Ap. Dl. 9.131 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1604, ff. 193r -194v.132 fernández marco, j.I., “Nuestra Señora de la Victoria…”, pp. 22-23. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 164-165.

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la iglesia a aquellos particulares o cofradías que a cambio del disfrute de las mismas costeasen su construcción. La mayor parte fueron adquiridas por miembros el estamento nobiliario, quienes a través de la promoción de obras artísticas manifestaron el poder y prestigio social que tenían y el deseo de memoria y de honra de sí mismos y del linaje familiar [fig. 13].

Una de las primeras solicitudes tuvo lugar en 1593 y vino de la mano de un hijo de la villa, Luis Cervantes Enríquez de Navarra, prior de la iglesia de Berlanga de Duero (Soria), en la diócesis de Sigüenza y abad de Larza133. Perteneciente a uno de los linajes más sobresalientes de la nobleza castellana y navarra, sus padres fueron Alonso Gómez de Cervantes, natural de Toledo e hijo de Alonso Gómez de Cervantes y Catalina de Rivadeneira, e Isabel Enríquez de Navarra, fruto del matrimonio entre Pierres Enríquez de Navarra y Catalina de Antillón. Sus progenitores tuvieron al menos otros tres vástagos, Pierres, Francisca, que ingresó como religiosa en el cercano monasterio cisterciense de Tulebras bajo el abadiado de Ana Pasquier de Eguaras (1559-1573†)134, ostentando el título de priora entre 1564 y 1565135; 133 tarIfa castIlla, m.j., “Un itinerario genealógico: las armas de los Cervantes Enríquez de Navarra en el convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante”, Revista Hidalguía, nº 334-335 (mayo-agosto 2009), pp. 495-525.134 tarIfa castIlla, m.j., El monasterio cisterciense de Tulebras…, pp. 20-21.135 colomBás, g.m., Monasterio de Tulebras, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1987, pp. 333 y 338.

Fig. 12 Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante. Coro alto a los pies.Foto: M.J. Tarifa.


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y Alonso, que en la década de 1580 fue uno de los miembros que confor-maban el regimiento de Cascante, por lo que desempeñó un importante papel en el proceso de establecimiento de los mínimos en esta población navarra, como referimos anteriormente.

La familia del prior de Berlanga contaba, al menos desde el siglo an-terior, con el patronato de la ermita de San Juan Evangelista de Cascante, que a finales del Quinientos presentaba un estado ruinoso, por lo que tuvieron que reedificarla de nuevo136. También poseían la capilla de Santa Catalina en la iglesia de Nuestra Señora del Romero, donde recibieron cristiana sepultura sus familiares en exclusividad. Estaba ubicada en el lado del evangelio, próxima a la capilla mayor y en el centro tenían su tumbalo con su repostero, insignias y armas de la familia137. En ella el hermano del prior, Alonso Cervantes y su esposa instituyeron en noviembre de 1574 una serie de misas cantadas por el bien de sus almas y la de sus familiares más cercanos138, dependencia donde pidieron ser enterrados por disposición testamentaria en 1578139. 136 fernández marco, j. I., “Cascante, aspectos medievales”, Temas de Cultura Popular, nº 317, Pamplona, Diputa-ción Foral de Navarra, p. 28.137 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 087745.138 A.P.T. Cascante. Diego Aramburu. 1574, ff. 149r -150v. 139 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1578, ff. 65r -83r.

Fig. 13 Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante. Foto: M.J. Tarifa.

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Sin embargo, el eclesiástico quiso fundar una nueva capilla de patronato para su familia con fines funerarios, comprometiéndose a correr con todos los gastos de construcción y dotación, práctica habitual por parte de los estamentos privilegiados140. El prior Luis Cervantes Enríquez de Navarra presentó el 6 de mayo de 1593 un condicionado a los frailes, en el que detallaba el lugar que debía ocupar su capilla en la iglesia conventual, la titularidad de la misma y las rentas que cedería para su fábrica y manteni-miento141. La capilla de los Cervantes debía ser la primera y más próxima a la capilla mayor por el lateral izquierdo, sin que le precediese ninguna, para que aquellos miembros de este destacado linaje que estuviesen en su interior pudiesen ver el altar mayor y seguir la celebración de los divinos oficios sin ningún tipo de impedimento. Capilla que se erigiría bajo la advocación de San Luis, rey de Francia, patrón y abogado del fundador, quien quedaba obligado a dotarla de altar, retablo, reja, frontal, además de los objetos necesarios para el servicio de los oficios religiosos, como cálices y casullas, dejando a su voluntad el ornato y la colocación de sus escudos en la misma.

Además del espacio comprendido por la capilla, la familia del prior podría enterrarse en las sepulturas situadas en todo el lateral izquierdo de la iglesia, desde la entrada de la misma estancia hasta la reja del altar mayor. Luis Cervantes dotaría la capilla con 200 ducados a censo durante diez años destinados a la fábrica y conservación de la dependencia, suce-diéndole tras su muerte en dicho patronato su sobrino Pierres Cervantes Enríquez de Navarra, hijo de Alonso Cervantes y Francisca de Navascués, quedando por su parte los frailes obligados a la celebración de una misa en ella todos los miércoles del año. El condicionado fue aprobado en un capítulo general de la Orden de los Mínimos celebrado en el convento de San Sebastián de Valencia en el mes de junio y en otro capítulo provincial que tuvo lugar en el convento de la Victoria de Zaragoza en septiembre del mismo año de 1593142.

Seguramente el inicio de la edificación de la capilla se acometió de modo inmediato, tras obtener los oportunos permisos, pero desconocemos tanto la fecha exacta de su contratación, como el nombre del maestro que en un primer momento estuvo a su cargo. Como el prior no moraba en Navarra, efectuó los pagos de la fábrica a través de su hermano Alonso,

140 Un estudio al respecto centrado en la promoción de capillas de patronato por parte de la nobleza de la Ribera de Navarra a lo largo del Quinientos es el de tarIfa castIlla, m. j., “La imagen del poder de la nobleza navarra del siglo XVI a través de la promoción de obras de arte”, Navarra: Memoria e Imagen, VI Congreso de Historia de Navarra, Pamplona, SEHN, 2006, pp. 507-522.141 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1593, ff. 242r -246v. Ap. Dl. 10. Una copia de esta escritura se encuentra en A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33726, doc. 42.142 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1593, ff. 247r -247v.


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quien el 16 de julio de 1593 entregó al corrector del convento 100 ducados y el 5 de agosto de 1594 otros 400 reales de plata143. Transcurridos unos años, el 23 de julio de 1596, la capilla se tasó como oy esta sin acavar de azer ni fabricar por parte de los obreros de villa Pedro de Almazán, vecino de Cascante, presentado por los religiosos y Miguel de Múxica, vecino de Tudela, en nombre del patrono, quienes la valoraron en 101 ducados y 8 reales, cobrando cada uno de los estimadores por su trabajo 16 reales144.

Al menos desde 1599 Luis Cervantes residió en Cascante, donde siguió disfrutando de las rentas de los beneficios que poseía en la iglesia de San Nicolás de Almazán, diócesis de Cuenca y en la de Alarcón, además de las villas de Atienza y Aillon del obispado de Sigüenza145. Las obras de su capilla se reanudaron en 1601 de la mano del oficial Pascual de Horaa, sobrino de Miguel de Múxica, quien se comprometió a concluir la misma conforme a un condicionado redactado por el obrero de villa Pedro Verges hijo146. De acuerdo con éste, la entrada a la dependencia quedaría delimitada por pilares estriados, sobre los que descansaría un arco artesonado decorado con florones. Por la parte interior de la misma correría un entablamento, quedando todo el espacio cubierto con ladrillo artesonado, de cuya clave central colgarían los escudos del prior. Horaa también enladrillaría el suelo, pincelaría la capilla y pondría el altar, quedando la ejecución de la reja a cuenta del prior, estancia que debía finalizar para el día de San Francisco de Paula de 1602 y por la que cobraría 180 ducados. Pascual de Horaa pre-sentó el 17 de abril del presente año de 1601 como fiador de esta empresa constructiva a Pablo Ximénez, carpintero vecino de Cascante147. Parece ser que Horaa cumplió su compromiso, ya que el prior se concertó el 9 de abril de 1602 con el fustero corellano Diego Pérez de Bidangoz y Enciso148, con objeto de que éste ejecutase una reja de madera para cerrar su capilla por 110 ducados149, cancela que no ha llegado hasta nuestros días. Quizás el encargo a este maestro se deba a que desde al menos agosto de 1602 Luis Cervantes habitaba en Corella, donde era capellán de la capilla de San Bartolomé en la iglesia parroquial de San Miguel150, que estaba bajo el patronato de una sobrina suya llamada Mariana Cervantes Enríquez de Navarra, la cual se había desposado en 1598 con García de Falces y Aibar, personaje de ilustre linaje que entroncaría con los marqueses de San Adrián151.143 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1593, ff. 282r -282v.144 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1596, ff. 197r -198r.145 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1599, ff. 96r -97r.146 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1601, ff. 138r -138v. Ap. Dl. 11. 147 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1601, f. 139r.148 Entre los trabajos que este artista desarrolló en Corella, reseñamos la imagen de San Pedro que esculpió en 1603 para la iglesia de San Miguel y la realización en 1605 del sagrario para el retablo mayor de la parroquia del Rosario. arrese, j.l. de, Arte religioso de un pueblo de España, Madrid, C.S.I.C., 1963, pp. 158 -159.149 A.P.T. Corella. Gregorio Serrano. 1602, ff. 381r -382r. 150 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1602, f. 189r.151 arrese, j.l., De Arte y de Historia, Madrid, Editora Nacional, 1970, pp. 1421-1423.

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El 30 de diciembre de 1602 falleció el hermano del prior, Alonso Cervantes, cuyo cuerpo fue enterrado en la iglesia de la Victoria152, al igual que ocurrió con la mayor parte de los miembros de esta familia. Por ello, unos meses después, el 11 de abril de 1603 Luis Cervantes solicitó a los frailes la concesión de tres sepulturas situadas delante de su capilla, por las que pagó al convento 50 ducados153. Además, éste firmó un nuevo acuerdo con los mínimos el 5 de enero de 1605, con objeto de que los religiosos oficiasen en su capilla 106 misas perpetuas anuales, por las que percibi-rían 12 ducados al año154, ya que capillas funerarias, además de servir de sepultura al fundador y sus familiares, tenían la función de proporcionar un escenario para las oraciones ofrecidas por el descanso eterno del alma del comitente y las de sus parientes. Finalmente, el 18 de marzo de 1606 el prior solicitó al cabildo de la parroquial cascantina que todos los años dijesen en esta misma capilla del convento de los mínimos un responso el día de San Francisco155.

Las capellanías eran transmisibles y en este sentido se trataban como cualquier bien material. Los descendientes del fundador, o aquellos a quienes éste hubiese cedido la capellanía en su testamento, asumirían la responsabilidad de destinar el dinero previsto a los fines perseguidos desde un principio. Así, el 28 de febrero de 1607 Pedro Cervantes Enríquez de Navarra, hijo de los difuntos Alonso Cervantes y Francisca de Navascués y sobrino del prior, por mandato testamentario de sus padres fundó en la capilla que instituyó y financió su tío dos aniversarios de misas cantadas, con diácono y subdiácono, que se celebrarían anualmente el día siguiente de la festividad de San Francisco, es decir, el 6 de octubre y el 23 de enero en la fiesta de San Ildefonso156.

El prior de Berlanga falleció el 15 de abril de 1615, siendo enterrado en su capilla157. Sus deseos se cumplieron, ya que su sobrino Pedro le su-cedió en el patronato de la misma, lo que le llevó a pleitear en 1635 en los tribunales reales navarros con los frailes mínimos, al oponerse éstos a que el cabildo de la parroquial cascantina rezara el citado responso el día de San Francisco en su capilla, tal y como se venía haciendo en los años anteriores158. Una capilla que fray Luis Montoya en su Crónica general de la Orden de los Mínimos, publicada en 1619, identifica como la de Nuestra Señora de los Ángeles159, seguramente por estar presidida por un retablo de la Asunción de María a los cielos.152 A. D. Tudela. Arch. Parroq. Cascante. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Quinque libri III (1597-1620), f. 382v.153 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1603, ff. 89r -90r.154 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1605, ff. 64r -67r.155 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1606, ff. 58r -59r.156 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1607, ff. 55r -56r.157 A. D. Tudela. Arch. Parroq. Cascante. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Quinque libri III (1597-1620), f. 441r.158 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 043094. 159 montoya, fray luIs de, Crónica General..., Libro III, p. 228.


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La capilla frontera a la de Luis Cervantes, es decir, la más cercana a la cabecera por el lado de la epístola, también estaba inconclusa a principios del siglo XVII. El 30 de diciembre de 1590 había sido adquirida en 100 du-cados por el doctor Flores y su esposa María Díaz, quienes la fundaron bajo la advocación de San Cosme y San Damián, con la obligación de dotarla con un retablo y ornamentos destinados al servicio del culto divino. En mayo de 1599 murió María, estando todavía la dependencia sin finalizar, por lo que junto al cuerpo de su difunto marido que años atrás había sido sepultado en depósito en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad de dicho convento, se colocó el suyo160. Finalmente, el 18 de septiembre de 1600 Ana Flores, hija del citado matrimonio, renunció a los derechos que tenía sobre la misma, con facultad de tener tumba lebantada e ynsignias y banderas y escudos de sus armas y cerarrla con reja de yerro o palo como les pareciere, cediéndola a los frailes junto con el retablo de San Cosme y San Damián y recibiendo a cambio dos sepulturas situadas junto a la capilla mayor161.

Esta circunstancia hizo que el 26 de abril de 1601 los mínimos se vieran obligados a contratar con Pascual de Horaa la conclusión de su fábrica, quien debía ejecutarla en el plazo de un año y de la misma traza y forma que la del prior de Berlanga, -en la que recordemos, Horaa estaba traba-jando-, lo que es tan solamente la capilla del casco y de lo ques dentro de la capilla, ques luzir y artesonar, y hazer el arco artesonado con sus florones esquirolados y estriar los pilares, recibiendo por todo ello 155 ducados162.El artífice cumplió el compromiso, concluyendo la citada dependencia en dicho tiempo, para febrero de 1603 y con toda perfección163.

Unos meses antes, el 29 de agosto de 1601, los frailes cedieron la po-sesión, uso y propiedad de esta capilla, que estaba en plena construcción, a Luis Zapata y su esposa María de Lisanco164, quienes la adquirieron como lugar de enterramiento para sí y sus herederos, instituyéndola bajo la advocación de la Santísima Vera Cruz165, con derecho a colocar tumulo y ornarla con las insinias y aderezos que les parecieren, poniendo en ella retablo y reja. Los religiosos se comprometieron a entregarles el crucifijo grande que poseía la comunidad para presidir el retablo que los patronos de esta capilla realizarían bajo la invocación de la Vera Cruz en el plazo de dos años, mientras Zapata no encargase otro, imagen que los frailes 160 A.P.T. Cascante. Domingo Royo. 1599, ff. 275r -275v. El doctor Flores había fallecido con anterioridad a no-viembre de 1587.161 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1600, ff. 94r -97r.162 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1601, ff. 25r -26r.163 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1603, ff. 57r -57v.164 Sobre el linaje de los Zapata en el siglo XVI véase fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 197-198.165 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 57r.

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podrían sacar en procesión. Asimismo, los nuevos dueños adquirirían los ornamentos necesarios para la celebración del culto divino, además de un cáliz y una patena. A cambio de la cesión de la capilla, en la que los míni-mos dirían el sermón los Viernes de Cuaresma, el matrimonio entregó la cuarta parte de un trujal de aceite lindante a la casa del convento estimado en 400 ducados y una serie de censales para el buen mantenimiento de la misma166. Por ello, cuando Luis y su mujer testaron en diciembre de 1604, pidieron ser enterrados en este espacio, donde se oficiarían 100 misas de réquiem rezadas por el descanso de sus almas167.

Para el año de 1610, siendo corrector del convento fray Valentín de Rivas, la familia Zapata había dotado la capilla con un cáliz con su patena de plata, dos corporales, dos albas, dos amitos con sus cordones, una casulla con su estola y manípulos, cuatro manteles para el altar y una cortina para cubrir la talla del Cristo existente en el interior de la misma, en concepto de los 50 ducados anuales que se habían comprometido a entregar por la adquisición de la dependencia. A cambio de ello, los frailes les cedieron a perpetuo la sepultura que estaba delante de la puerta de su capilla, cerrada con una reja168.

Una capilla de la que a mediados del siglo XVII ostentaba el patronato Juan de Vea y Zapata, racionero de la parroquial de Cascante y nieto de los fundadores, quien en su testamento rubricado en noviembre de 1672 ordenó ser enterrado en este espacio tras su fallecimiento169. Dependencia a cuya entrada en 1682 los frailes instalaron un altar, lo que llevó a los patronos de la misma a denunciarlos y obligarles a quitarlo, con objeto de poder disponer de ella y usarla libremente170. A mediados del siglo XVIII Lorenzo Guerra y Zufia, como dueño de la misma, colocó su escudo de armas171, si bien no ha llegado testimonio visible del mismo hasta nosotros.

La capilla siguiente a la de Luis Cervantes, segunda por el lado del evangelio, dedicada al fundador de la Orden de los Mínimos, San Francis-co de Paula, fue adquirida por Miguel Cruzat, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en Navarra (1591-1602)172 y comendador de la magistral 166 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33725, doc. 23. Ap. Dl. 12. Así se hizo hasta el año 1654, cuando se estableció por escritura rubricada ante el notario Juan Franco que los referidos Viernes de Cuaresma se dijese en lugar del sermón una misa cantada, a excepción del Viernes Santo en el que sí se predicaría en el interior de la capilla. 167 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1604, ff. 57r -58v. 168 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1610, ff. 318r -318v.169 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 218427.170 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33724.171 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 218756.172 El antiguo Reino de Navarra vio establecerse en su territorio a la Orden de Malta a principios del siglo XII. Fue a partir del último tercio de la misma centuria cuando puede hablarse del gran priorato de Navarra diferenciado del de Aragón. El Prior, nombrado por el Gran Maestre, fue la máxima autoridad administrativa y jerárquica. garcía larragueta, s., El Gran priorato de Navarra de la Orden de San Juan de Jerusalén. Siglos XII-XIII, Pamplona,


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de Calchetas, el 18 de diciembre de 1598173 con derecho de enterramiento para sí y sus familiares y el privilegio de colocar en ella sus escudos. En la actualidad se conserva en el interior de la capilla una lápida pétrea con las armas de los Cruzat, similar al blasón pintado a la izquierda sobre el arco de entrada a la misma [fig. 14]

El prior Miguel instituyó tres misas rezadas perpetuas que los frailes dirían de la siguiente manera, los lunes de difuntos, los martes de ángeles y los miércoles de Trinidad, para lo que les entregó 400 ducados. Final-mente, el 8 de enero de 1602 nombró como sucesor en el patronato de su capilla al capitán Ximeno Conchillos174, vecino de Cascante, quien tomó posesión de la misma el 31 de enero de dicho año175 tras el fallecimiento de aquel dos días atrás176.

Antes de su defunción, Miguel Cruzat había depositado en el arca de las tres llaves del dicho monesterio la suma de 4.324 reales que debían emplearse en la realización de un tabernáculo para la reserva del Santísimo Sacramento, destinando la cantidad económica sobrante al ornato de su capilla. Práctica habitual a partir del último tercio del siglo XVI, dado el impacto de la nueva doctrina de la Iglesia en torno a la Eucaristía, definida en la sesión XIII del Concilio de Trento (1551), que ratifica la presencia real de Cristo en las especies del pan y vino por obra de la Transubstanciación, aconsejando la comunión frecuente, con la consiguiente necesidad de su reserva. Por ello, a partir del último tercio del siglo XVI los tabernáculos se colocaron en el espacio central del retablo, formando parte de los mis-mos, como ejemplifica el retablo mayor de la iglesia de San Lorenzo de El Escorial (1579-1591), acometido por Juan de Herrera y Jacome da Trezzo o el caso del retablo mayor de la catedral de Pamplona que encargó el obispo Antonio Zapata y Mendoza (1597-1600) a los escultores Pedro González de San Pedro y Domingo de Bidarte177.

Diputación Foral de Navarra, Institución Príncipe de Viana, 1957. garcía larragueta, s., “La orden de San Juan de Jerusalén en Navarra. Siglo XIV”, en Las Órdenes militares en el Mediterráneo occidental. Siglos XIII-XVIII, Madrid, Casa Velázquez, Instituto de Estudios Manchegos, 1989, pp. 103-138. Miguel Cruzat sucedió en este prestigioso cargo de Prior a un miembro de su propia dinastía, Luis Cruzat (1570-1591). fortún pérez de cIrIza, l.j., “La orden de San Juan de Jerusalén en la Ribera Tudelana”, Huarte de San Juan. Geografía e Historia, nº 18 (2011), p. 138.173 A.P.T. Cascante. Pedro de Baquedano. 1598, ff. 56r -57v. El acuerdo fue recogido nuevamente en A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1602, ff. 141r -143r. Ap. Dl. 13. Un traslado de dicha escritura se encuentra en A.G.N. Clero. Mí-nimos de Cascante. F. ES. 5556, Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 58r. 174 Ximeno Conchillos era primo de María de Murgutio, esposa del capitán Pedro de Mur, heredero este último de la capilla que su homónimo padre había fundado en la iglesia del convento de dominicos de Nuestra Señora del Rosario de Tudela en 1518. tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, p. 313.175 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1602, ff. 141r -145v. 176 A. D. Tudela. Arch. Parroq. Cascante. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Quinque libri III (1597-1620), f. 380r.177 crIado maInar, j., “Nuevas noticias documentales sobre el antiguo retablo mayor de la Catedral de Pamplona”, en garcía gaInza, m.c. y fernández gracIa, r. (coords.), Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, nº 2, Promoción y mecenazgo del arte en Navarra, Pamplona, Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, 2007, pp. 145-160.

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Todavía en este año de 1602 los frailes mínimos tenían serias dificul-tades económicas para concluir la fábrica la iglesia conventual, comenzada hacía más de quince años. Por ello, el 26 de marzo el capitán Conchillos les prestó ayuda económica, entregándoles 100 ducados pertenecientes al depósito donado por el prior Miguel Cruzat, con el compromiso de que se lo restituyesen en el plazo de dos años178.

Un acuerdo al que igualmente se hizo mención en el testamento del propio Conchillos, fechado el 5 de abril de 1605, en el que se expresaba que los frailes habían devuelto el préstamo, parte de cuyo dinero se había destinado a la realización de un terno blanco para la capilla. También para este momento el capitán Conchillos había entregado 600 reales al platero Velázquez de Medrano con objeto de que realizase una custodia para la iglesia179, en lugar del anteriormente referido tabernáculo encargado por el prior de Navarra, pieza que siguió financiando tras su fallecimiento su esposa María de Calatayud180.

Por tanto, el capitán Conchillos encargó la realización de la pieza de orfebrería al principal platero pamplonés de la época, que a su vez fue uno de los mejores exponentes de la platería hispana de fines del siglo XVI y principios del XVII, José Velázquez de Medrano (1561-1622). Un artista nacido en Logroño, pero de familia hidalga navarra, que se formó con Felipe de Guevara y que abrió taller propio en la capital navarra en 1588181. Un platero que destacó por su elevado nivel técnico a lo que sumó una importante preparación teórica, que tuvo su referente principal en el tratado de Juan de Arfe y Villafañe, la Varia Conmesuración, publicado en Sevilla en 1587, fuente de inspiración de la notable serie de custodias de asiento y andas procesionales que acometió en su taller pamplonés por encargo de importantes clientes para las principales catedrales aragonesas y navarras. Entre estas piezas sobresalen las andas procesionales de la catedral de Tarazona (1594-1597)182, la custodia de la catedral de Huesca (1596-1601) de tipo turriforme, la custodia de la iglesia de San Pablo de Zaragoza (1604-1606) y el templete procesional de la catedral de Pamplona (h. 1597-1598) que le encargó el obispo Antonio Zapata y Mendoza183. Obras 178 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1602, ff. 51r -52r.179 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1605, ff. 120r -123r.180 El 29 de octubre de 1606 la viuda del capitán Ximeno Conchillos entregó al convento la cantidad de 888 reales para aiuda de pagar la custodia para la qual y para un terno y aceite de la lampara de su capilla dio don fray Miguel Cruzat, gran pior de Navarra a este convento noventa y dos doblones de oro de a quatro pesos. A.G.N. Clero. Mí-nimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 3r.181 orBe y sIvatte, a. de y HeredIa moreno, m.c., Biografía de los plateros navarros del siglo XVI. Aproximación a su entorno, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1998, pp. 281-298.182 esteBan lorente, j.f., “Templete eucarístico”, en crIado maInar, j. y lalInde poyo, l. (comis.), Cuatro Siglos. IV Centenario de la fundación del Seminario Conciliar de San Gaudioso, Tarazona, Diputación de Zaragoza, Obispado de Tarazona y Ayuntamiento de Tarazona, 1994, pp. 220-223.183 crIado maInar, j., “Nuevas noticias sobre la producción aragonesa del platero José Velázquez de Medrano. 1594-


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de gran formato que testimonian además la importancia que el culto a la Sagrada Forma de la Eucaristía alcanzó en el seno de la iglesia española tras el Concilio de Trento184.

Desgraciadamente, nada más sabemos de aquella custodia encargada para la iglesia del convento de los mínimos de Cascante, ya que la pieza desapareció en el brutal saqueo efectuado por las tropas francesas en no-viembre de 1808, como aludiremos más adelante en el capítulo dedicado al periodo decimonónico.

El capitán Conchillos designó el 19 de marzo de 1604 sucesor del patronato de la capilla a su yerno Juan Díez de Ulzurrun, casado con su hija Isabel, y a la muerte de éste a su nieto Miguel Díez, fruto del citado matrimonio185. El 12 de septiembre de 1605 Juan Díez tomó posesión de la capilla de San Francisco como su nuevo dueño186. Tras el fallecimiento del capitán Conchillos, su viuda María de Calatayud y la madre de ésta, Cecilia de Cegama, siguieron disfrutando del derecho de asiento mas preminente y principal en la capilla, aunque el patronato lo ostentase su yerno, tal y como quedó escriturado el 11 de septiembre de 1606187. Después de la defunción de Juan Díez, el patronato de la misma recayó en su hijo, Miguel Díez de Ulzurrun, quien el 25 de enero de 1618 tomo posesion de dicha capilla del glorioso sant Francisco de Paula y entro en ella, y en el altar torno el facistol y lo mudo de un cabo a otro, y mudo otras cosas, y de la dicha su capilla saco al padre fray Juan Ximenez, presidente del dicho monesterio y a otros religiosos del y a otras personas que en ella abia, y quedo solo dentro y cerro con llave dicha capilla quedandose como se quedo con la llave della, e hizo otros tantos denotantes de verdadera posesion188.

La siguiente capilla del lateral izquierdo, dedicada al arcángel San Miguel, fue adquirida por los nobles cascantinos Bernardino y Jerónimo López de Ribaforada189, tío y sobrino, el 29 de abril de 1602 por 60 ducados, como lugar de enterramiento en exclusividad para sí y sus familiares190. Una estancia que tenía las mismas dimensiones que la capilla del prior Miguel Cruzat y donde sus dueños adquirieron el derecho a poner tumulo

1608”, Artigrama, nº 16 (2001), pp. 351-386.184 crIado maInar, j., “El impacto del Concilio de Trento en el arte aragonés de la segunda mitad del siglo XVI y comienzos del XVIII. Claves metodológicas para una aproximación al problema”, en serrano, e., cortés, a.l. y Bel-trán, j.l. (coords.), Discurso religioso y contrarreforma, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2005, pp. 300-302.185 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1604, ff. 291r -292v.186 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1605, f. 292r.187 A.P.T. Tudela. Pedro de Agramont y Zaldívar. 1606, ff. 179r -179v.188 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1618, f. 238r.189 Sobre este linaje véase fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 196-197.190 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1602, ff. 117r -120v. Ap. Dl. 14. Una copia de dicha escritura se encuentra en A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 57v.

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y blasones y ornarla con las insignias y adreços que les paresçiere, poniendo en ella retablo y reja y haziendo sepulturas y enterramiento a todo su libre boluntad. Los patronos se comprometieron a concluir su edificación en el plazo de dos años, a lo largo de los cuáles también la dotarían con un retablo dedicado a San Miguel, una reja y los ornamentos necesarios para el servicio divino, como una casulla, alba, amito, estola y manipulo, y mas un delante altar y manteles y dos candeleros y mas un caliz y su patena de plata. Para asegurar el mantenimiento de la fábrica de la capilla y su exorno entregarían cada año 2 ducados. Además, Bernardino y Jerónimo fundaron dos misas perpetuas que los frailes oficiarían semanalmente por el bien de sus almas, cediendo para ello 18 ducados anuales. Finalmente, en el caso de que su fallecimiento se produjese antes de que la estancia estuviese concluida, ordenaron que sus cuerpos fuesen depositados en la iglesia que al presente tenía el convento, donde estaba sepultado su hermano y padre respectivamente, Miguel López de Ribaforada, que fue alcaide de Cortes, siendo posteriormente trasladados sus restos mortales a la referida capilla.

En su interior se ha conservado una lápida con el escudo de los López de Ribaforada [fig. 15], similar al blasón realizado por el pintor Juan de Lumbier sobre el arco de entrada a la misma, pudiendo pertenecer a Ber-nardino, quien falleció en 1624.

El 16 de marzo de 1603 los frailes, agobiados por los continuos gastos de la fábrica de la iglesia, donaron la última capilla que estaba sin edificar en el lado del evangelio, situada tras la de los López de Ribaforada, a la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad [fig. 16], para que sus miembros la construyesen, teniendo derecho a enterrarse en su interior191. Los cofrades mandaron elaborar unas capítulas de acuerdo a las que se acometería dicha estancia y su carnerario192, que debía seguir el modelo de la de los López de Ribaforada, tanto en el arco de entrada, como las pilastras y cubierta, incluido el enladrillado y lucido del suelo. En cambio, el oficial que la contratase no quedaría obligado a realizar el rejado, ni picar las sepulturas en las paredes, como tenía la otra dependencia. Sobre el altar se haría un retablo de yeso, para colocar la imagen de la Virgen en el interior de una hornacina avenerada y flanqueada por pilastras estriadas, corriendo sobre ellas un entablamento rematado por frontispicio. Todos los materiales em-pleados en la obra los abonaría el maestro que la contratase, obligándose a concluirla para el 29 de septiembre de 1605.

El 1 de agosto de 1604 el prior de la cofradía, que era el propio Bernar-dino López de Ribaforada, acompañado del capitán Gallipienzo, diputado de la misma corporación, en nombre de los cofrades sacaron a remate de

191 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina, 1603, ff. 264r -265r.192 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1604, ff. 136r -136v. Ap. Dl. 15.


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candela la fábrica de la capilla de acuerdo al referido condicionado, reuniéndose para ello en la puerta de la yglesia nueba de la Victoria. Juan Martínez de Irisarri, albañil vecino de Cascante, ofreció hacerla por 130 ducados, pero finalmente se la adju-dicó Agustín Ximénez, discípulo del obrero de villa Miguel de Miranda,

Fig. 14 Lápida pétrea con las armas de los Cruzat en la capilla de San Francisco de

Paula. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 15 Lápida pétrea con las armas de los López de Ribaforada en la capilla de San

Miguel. Foto: M.J. Tarifa.

en 104 ducados193. Ximénez presentó al día siguiente como fiadores de la obra al referido Miranda y a Juan Martínez de Irisarri194.

En esta capilla se guardaron las imágenes de la congregación que proce-sionaban el Viernes Santo, hasta que en 1826, con la adquisición de nuevas figuras, el espacio resultó insuficiente, por lo que la cofradía las trasladó a la capilla del Cristo de la Vera Cruz tras obtener el oportuno permiso de los patronos, las familias Grasa y Guerra de la Vega195.193 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1604, ff. 137r -137v.194 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1604, ff. 138r -139v.195 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III, Pamplona, Asociación Cultural Vicus, Ayuntamiento de Cascante, Fundación Fuentes Dutor, 2008, p. 123.

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Fig. 16. Capilla originaria de Nuestra Señora de la Soledad, en la actualidad de San Juan Bautista. Foto: M.J. Tarifa.


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La iglesia también contó con otra capilla situada a los pies del templo, en el lateral derecho y bajo el espacio del coro construido en alto a prin-cipios del siglo XVII, como se aprecia en la planta de 1718 [fig. 8] Una dependencia que adquirió en patronato el 22 de julio de 1613 el licenciado Juan de Huici196, vicario de la parroquial de Cascante, con derecho de en-terramiento para sí y sus familiares que es la que esta frontero a la puerta principal por donde se entra a la dicha iglesia debaxo del coro de ella a la parte y endreçera de la epistola, que al presente tiene la invocación de señor San Diego, con su altar y con quatro pies en ancho fuera de la dicha capilla al cuerpo de la iglesia en todo lo que aquella afrentare, asi como esta de pre-sente la dicha capilla, suelo y fabrica de ella desde su profundo de la tierra asta la altura del cielo […] y poner tumulo y blasones y adornarla con las insignias que le pareciere poniendo en ella si le pareciere otro retablo del que al presente tiene de qualquier inbocacion de santo o santos que le pareciere y rexa o rexado y hacer sepulturas y enterramiento a toda su espontanea y libre voluntad. Por el uso y propiedad de la misma Juan de Huici se com-prometió a pagar a los frailes 103 robos y medio de trigo, además de 10 ducados y otro ducado y medio de censo sobre una parcela de tierra en el término de Cañarete destinados al ornato y mantenimiento de la fábrica. Cantidad monetaria que Huici entregó inmediatamente, como refiere la escritura de pago fechada el 31 de agosto de dicho año197. El vicario también se comprometió a dotar esta estancia con un retablo dedicado a San Juan Bautista, San Juan Evangelista y San José, promesa que cumplió, ya que desde 1615 esta dependencia albergó en su interior un retablo dedicado al Precursor, pieza que permaneció aquí hasta mediados del siglo XIX, como aludiremos al tratar del exorno artístico del templo.

El 12 de enero de 1617 el licenciado Huici firmó otra escritura notarial con los frailes mínimos por la que éstos le cedieron el sitio y patio para poner un banco a perpetuo arrimado a la pared debajo el coro que llegue desde el tejado que al presente esta echo en dicha capilla asta la puerta de medio de dicha iglesia que sale a la porteria, para que en dicho banco se asienten los patronos de dicha capilla que son o aldelante y a perpetuo fueren, lo qual se obligan de cumplir los dichos padres, y ansi bien le da y vende el dicho com-bento al dicho licenciado don Joan de Huizi y sus derechos y causa obientes a perpetuo un pedaço de patio de yglesia debaxo el coro frontero de su misma capilla delante del dicho rejado y del dicho banco, que se entiende desde la ultima esquina del rejado de la dicha capilla asta la primera esquina del arco primero dexaxo el coro y de alli al derecho a la pared junto a la puerta de dicha yglesia que sale a la porteria que sera ocho o nuebe pies de ancho

196 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33726, doc. 42. Ap. Dl. 16.197 A.P.T. Cascante. Francisco Lamata. 1613.

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y otros tantos de largo poco mas o menos como queda señalado, que se a de poner por señal un aro de madera o açulejos y el dicho licenciado don Joan de Huizi comprador por si y sus subcesores se obligo y obliga de que en caso que a todas las sepulturas de la dicha yglesia del dicho combento estuvieren en algun tiempo dadas y vendidas a personas de la dicha villa y algunos no tuvieren patio en dicha yglesia donde comprarlos y fuere su debocion enterrarse en dicho patio, les dejaran enterrar en el libre y francamente con que primero le pidan licencia al patrono de dicha capilla […] y por limosna y pago de dicho patio y banco da el dicho fundador al dicho combento todo el algez que quisieren arrancar de una pieza que tiene en las eras altas con que no puedan quitar el reguerio de los que tienen heredades debaxo de la dicha pieza198. Un espacio que ha llegado muy reformado hasta nuestros días, como consecuencia de las intervenciones arquitectónicas sufridas en esta zona de los pies del templo tras la exclaustración de los mínimos en 1836 y el nuevo uso de la iglesia como parroquia desde agosto de 1869.

Los frailes tampoco se responsabilizaron de la ejecución de la capilla mayor de la iglesia, cuyo patronato pertenecía al regimiento de la localidad, el cual tenía la obligación de financiar su edificación. El 30 de mayo de 1593 el alcalde Francisco Royo y los jurados cascantinos sacaron a remate de candela la construcción de la cabecera, de acuerdo a unas capítulas que presentaron y fueron leídas por el nuncio López en el ayuntamiento199. De acuerdo con éstas, la fábrica se haría de ladrillo y con la misma anchura que la nave del templo, sin ocupar el espacio de las capillas hornacinas y con sus monteas en punto recto, cubriéndose a un nivel más elevado que la nave, de la que quedaría separada por un arco perpiaño, siendo recorridos los muros en la parte superior por una moldura. El diseño interior de la bóveda debía reproducir la traza proporcionada, de un dibujo estrellado muy complejo que hemos hallado junto a las escrituras de contratación [fig. 17], colocándose en la clave principal el escudo de la villa y en las paredes otros dos blasones similares al anterior, pero en este caso de yeso y realizados por mazoneros [fig. 18]. El exterior de la cabecera quedaría recorrido por un rafe de ladrillo, a la manera del que llevaría la iglesia y para su correcta iluminación se abrirían ventanas rasgadas, cerradas con vidrieras. Los materiales necesarios en la edificación correrían a cargo del oficial que la contratase, quien percibiría anualmente 50 ducados hasta completar la suma económica en que fuera rematada la obra, comprome-tiéndose a entregarla concluida en un plazo de cinco años.

A Cascante acudieron maestros procedentes de distintos lugares con objeto de contratar la fábrica de la cabecera, destacando entre otros, Pedro

198 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33726, doc. 42.199 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1593, ff. 18r -19v. Ap. Dl. 17.


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de Almazán y Pascual Comuel, si bien fue finalmente Miguel de Miranda200 el que se adjudicó su construcción al ofrecer hacerla por 150 ducados menos del precio establecido en la tasación. Tras pasar los veinte días estableci-dos por la ley, ningún otro artífice mejoró la oferta, por lo que Miranda quedó definitivamente al frente de la misma. Como fiadores presentó el 23 de junio de 1593 al citado albañil Pedro de Almazán, Juan de Fuentes y Francisco Martínez, vecinos de la localidad201. 200 Este oficial trabajó en la década de los 80 del siglo XVI al servicio de Martín de Arriba en la iglesia parroquial de la Asunción de Cascante. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1585, ff. 368v -369v. Asimismo, contrató en marzo de 1590 la edificación de una casa en la misma localidad para Miguel Garcez, de acuerdo a una traza presentada, comprometiéndose a finalizarla en el plazo de dos años y por 300 ducados. A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1590, ff. 213r -220r. También son numerosas las ocasiones en que supervisó y tasó las obras realizadas por otros colegas de profesión en las distintas localidades de la Ribera de Navarra. tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 91, 92, 113, 115, 277, 397, 495 y 496.201 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1593, ff. 19v -21r.

Fig. 17 Traza de la bóveda de la cabecera de la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante, 1593. Archivo de Protocolos de Tudela.

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Aunque Miranda se había comprometido a finalizar esta empresa cons-tructiva para el año de 1598, todavía en marzo de 1603 no había cubierto el presbiterio, quejándose los vecinos de que el albañil tenía la obra lebantada asta donde se a de echar la bobeda y texado, y le falta echar el agua fuera de la dicha capilla y picarla y açer la falsa cubierta. Ante las necesidades econó-micas que planteó Miranda para comprar madera con la que confeccionar los andamios y otros materiales necesarios para concluir la fábrica, que la dicha obra echa pierde mucho por allarse descubierta, particularmente en tiempo de tan continuas aguas, y lo que mas se debe considerar es que los dichos frayles no pueden celebrar los ofiçios dibinos diurnos ni nocturnos sino con grandisima descomodidad, el concejo le otorgó un censo de 300 ducados202.

Finalmente, la capilla fue concluida en su mayor parte en 1605, siendo tasada a petición de Miranda el 9 de marzo por los maestros de edificios Juan de Azcue, vecino de Monteagudo y Baltasar de León, vecino de Tarazona, quienes declararon que la dicha capilla esta echa con su tejado y cruçeria y ençerramientos toda alrrededor, y que no le falta sino boçellar y luçir las paredes y picar la peña que ay en dicha capilla y para acavarla y dejarla como conbiene en arte son necesarios quatrocientos ducados, estimando lo realizado hasta el momento en 2.016 ducados y 4 reales por ser como es grande y alta la dicha capilla y de mucha fabrica, cobrando cada uno de los supervisores por su trabajo 6 ducados203. Conforme a la capitulación de 4 de diciembre de 1586, por la que el regimiento como patrono de la capilla mayor se comprometió a entregar a los frailes 50 ducados a lo largo 202 A.P.T. Cascante. Marcelo Medina. 1603, ff. 73 -75v. A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1603, ff. 138v -139v.203 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 013476, ff. 14r -14v.

Fig. 18 Detalle de los escudos de Cascante dipuestos en la capilla mayor. Fotos: M.J. Tarifa.


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de veinte años para acometer su edificación, el 14 de mayo de 1607 aquel hizo entrega del último plazo que paga la villa para la fabrica que se haze en la capilla maior del monasterio de Nuestra Señora de la Victoria204.

La fábrica de la cabecera fue supervisada nuevamente el 9 de marzo de 1610 por los artífices Domingo de Sarasola, nombrado por los regidores de la localidad y por Juan de Machain, en nombre del albañil Miguel de Miranda, en lo que respecta a los cimientos, estribos, tapias, rafe y tejados, luciduras, ladrillados y lo demas que se a echo, valorando el trabajo realizado en 1.489 ducados. No obstante, advirtieron a Miranda que debía subir y suba las dos ventanas de la dicha capilla dos baras y media de alto, así como cerrar estos vanos de iluminación con alabastros. Una vez finalizada la labor de estimación, Sarasola y Machain percibieron 150 reales cada uno205. A comienzos de julio de 1618 este espacio todavía no había sido reparado, por lo que los jurados de Cascante le advirtieron a Miguel de Miranda que si no acometía dicha intervención en el plazo de veinte días, buscarían a otro artífice. Desconocemos si finalmente la reparación se llevó a cabo en este periodo de tiempo y quien fue el responsable de la misma.

De lo que sí queda constancia documental es del uso del patronato honorífico que el regimiento hizo de la capilla mayor, como el derecho a seguir la misa desde el interior de la misma con motivo de la celebración de importantes festividades. De hecho, en 1639 encargaron cuatro bancos escañados de pino que colocaron en dicha capilla con objeto de que los ediles pudieran sentarse durante el desarrollo de dichos actos religiosos, pagando 3 ducados por cada uno de ellos206.

Las intervenciones de los siglos del Barroco

Como hemos referido en los capítulos precedentes, la fábrica de la iglesia conventual y sus respectivas capillas de patronato estaban concluidas, al menos en lo que a su estructura arquitectónica se refiere, para 1615 aproxi-madamente, aunque todavía durante algunos años más se siguió trabajando en la cabecera. No sucedía lo mismo con las distintas dependencias que debían conformar el complejo conventual en el que vivían los frailes míni-mos, quienes se quejaban de que el dicho monasterio no tiene casa suficiente para los religiosos del, ni claustro alguno como conbiene tenerle. Con tal fin los religiosos recibieron ayuda de uno de los vecinos más destacados de la localidad, Juan Fermín de Beaumont y Navarra, señor de Monteagudo, quien el 16 de agosto de 1615 cedió a los frailes unos terrenos que poseía tras el convento para que acometiesen allí la nueva edificación, concreta-204 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, p. 173. 205 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1610, ff. 133r -134r.206 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 007632.

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mente todo el solar y bagos que tiene destras del sobre dicho monesterio desde junto del y su yglesia siguiendo la frontera del camino publico que ba para las eras y la cantera del rio que pasa por junto la guerta de los frayles hasta la esquina del pajar que esta cerca de la guerta. A cambio de esta donación, el señor de Monteagudo solicitó a los mínimos la posibilidad de erigir a su costa una capilla, fuera de la çerca del monesterio arrimado a la pared frontera del quarto del monasterio de donde a de començar el bestuario de la capilla, y que en la tal capilla se aya de poner sachramento y celebrarle el conbento la fiesta del sanctisimo sacramento en dicha capilla y mas que para la dicha capilla por entre el capitulo y sachristia quinze pies de hueco se le aya de dar passo207.

Poco más conocemos del proceso constructivo de las distintas depen-dencias del complejo conventual a lo largo de los siglos del Barroco. A la primitiva huerta cedida en 1586 a los frailes, comprada por el regimiento a los herederos de Juan Cunchillos, se sumaron en las primeras décadas del siglo XVII otras donaciones y adquisiciones por parte de los religiosos, tierras de cultivo necesarias de acuerdo a su especial régimen alimenticio, que complementaron con el estanque destinado a la cría de peces para el propio consumo. A él alude fray Luis de Montoya, religioso de la Orden, en su Crónica General de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula (Madrid, 1619): Hay en el convento 24 frailes, la Iglesia es famosa y no menos la huerta, dentro de ella hay un estanque de mucha pesca, particular regalo para nuestra vida, el título es Nuestra Señora de la Victoria, en él se lee las Artes con mucho exercicio208.

Pronto surgieron vocaciones religiosas entre los cascantinos para esta congregación, como fray Domingo Ruiz, un vecino de la localidad que había tomado el hábito de los mínimos y profesado en este mismo conven-to, donde falleció en 1630, al igual que fray Martín de Arriba, hijo de uno de los maestros de obras más activos en la villa a lo largo del siglo XVI, el homónimo Martín de Arriba y de su esposa Catalina Sanz, matrimonio que también tuvo una hija, Jerónima, que a los 16 años ingresó en la Tercera Orden de San Francisco de Paula209.

Aunque los religiosos eran estimados por la población cascantina, como reflejan las fundaciones de aniversarios o las predicaciones que les encar-gaban y que adquirían un protagonismo relevante en determinadas épocas del año, sobre todo en Adviento y Cuaresma, en ocasiones la convivencia con el vecindario no estuvo exenta de dificultades y enfrentamientos. Los 207 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1615, ff. 131r -134r.208 montoya, fray luIs de, Crónica General …, Libro III, p. 228. 209 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 165-166. Sobre los religiosos profesos en el con-vento, véase A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento.


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roces principalmente se debieron a intrusiones y robos en su propiedad, como sucedió en 1688, cuando los mínimos tuvieron que cerrar la tierra de cultivo con una nueva cerca con objeto de evitar los grandes daños que en la dicha guerta les azen, no dejandoles cosa alguna de la ortaliza que tienen en ella para el sustento del dicho Combento por ser mendicantes210.

Un convento que evidentemente sufrió las nefastas consecuencias del saqueo que las tropas del archiduque Carlos de Austria llevaron a cabo en la localidad cascantina en 1710211.

Durante los siglos XVII y XVIII los frailes siguieron cediendo las sepul-turas existentes en el interior de la iglesia212 y la concesión del patronato de las capillas a destacadas familias de alta condición social o económica, solicitadas principalmente, como en la centuria anterior, con una finalidad funeraria. Así lo reflejan las dos plantas del templo conventual realizadas en 1718, conservadas en la actualidad en el Archivo General de Navarra [figs. 8 y 19], que señalan las 103 sepulturas existentes en el suelo del mismo, incluidas las situadas debajo del coro que ocupaban la última hilada, y el espacio destinado a osario en el que se depositaron el 29 de julio de dicho año los restos de los frailes enterrados hasta ese momento en la capilla de Nuestra Señora del Pilar213 . En los dibujos se indica que el patronato de la capilla mayor pertenece a la ciudad, si bien el -sagrario es del convento y este pinto el altar, la ciudad dio para dorar los escudos214-, así como la advocación de las capillas, estando las del lateral del evangelio bajo la ti-tularidad de Nuestra Señora, San Miguel y la Soledad, y las de lado de la epístola dedicadas al Santo Cristo, las Ánimas, la Concepción, la Virgen del Pilar y San Juan.

La documentación localizada en los archivos también proporciona información sobre las familias que ostentaban el patronato de algunas de estas capillas en el siglo XVIII. Es el caso de la de Nuestra Señora de la Concepción [fig. 20], la tercera del lateral de la epístola comenzando por la cabecera, que sucedía a la capilla de las Ánimas por estos años en manos de Magdalena Lizarra y Nuño. La capilla de la Concepción pertenecía desde la década de 1720 a Bernarda Alfonso, si bien el 29 de junio de 1733 fue cedida por los frailes al cascantino Joaquín Ximénez de Antillón, caballero 210 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 360-361.211 IBIdem, pp. 328-345.212 Como en la iglesia conventual había muchas sepulturas sin estar dadas para entierros y las limosnas son muy pocas y para aplicar algunas por medio de dar algunas sepulturas para que algunas personas se entierren en ellas y desta fuerza se aplicaran algunas mas limosnas, dandosela aquellas dichas sepulturas de gracia, los mínimos las otorgaron a quienes las solicitaron. A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33727, doc. 51.213 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, ff. 220r y 221r.214 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556. Libro inventario de papeles y escrituras que contienen el archivo del convento, f. 220v.

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Fig. 20 Capilla de Nuestra Señora de laConcepción. Foto: M.J. Tarifa.

de la orden de Santiago y su esposa Teresa de Castejón por 24 reales anuales hasta alcanzar la suma de 800 reales, con derecho de enterramiento para sí y sus sucesores, comprometiéndose los religiosos a decir una serie de misas por el bien de sus almas215.

Otro caso muy similar es el de la capilla de Nuestra Señora del Pilar [fig. 21], ubicada en el mismo lateral de la epístola, situada entre las capi-llas de San Juan y Nuestra Señora de la Concepción, que contaba con un retablo presidido por la talla de la titular, cuyo patronato adquirieron José de Gaona y Calvo y su esposa María Huguet y Lapeña el 27 de febrero de 1732 con derecho de enterramiento, a cambio de la entrega de 3 ducados y medio anuales216. Años después, el 6 de diciembre de 1777 los frailes la 215 El condicionado también especificaba que en la pared de lado del evangelio que sale a la iglesia para que no es-torve la vista al altar maior no se pueda poner altar, quadro ni otra cosa que la estorve, sino que la dicha pared a de estar libre y desembarazada como al presente esta, porque un quadro que ai se a de quitar. […]Itten, que el dicho don Joachin Ximenez de Antillon y los suios aian de tener y tengan obligazion de cuidar de la limpieza y adorno de dicha capilla y mantener aquella a su costa hasta la bobeda inclusive y de ai arriba la han de mantener el dicho conbento, su corrector y religiosos. A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33725, doc. 4.216 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33725, doc. 4.

Fig. 19 Traza de la iglesia del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante, 1718. Archivo General de

Navarra. Clero. Mínimos de Cascante. F. ES. 5556, f. 221r.


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Fig. 21 Capilla de Nuestra Señora del Pilar. Foto: M.J. Tarifa.

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cedieron a Antonio Calvo y Cardenal por 3 ducados y medio anuales de un censo de 100 ducados a favor del convento, quien como nuevo patrono se comprometió a cuidar del culto de la misma y la imagen de la titular217.

Por lo que respecta a la fábrica de la iglesia conventual, a pesar de que había sido concluida en la primera década del siglo XVII, tan sólo treinta años después el edificio presentaba una serie de fallos importantes en su estructura arquitectónica. Así lo refiere el corrector fray Tomás Basilio Mon-tero, quien en 1640 solicitó al regimiento que se hiciese cargo a la mayor brevedad posible del reparo de la capilla mayor, cuyo patronato ostentaba, ya que amenazaba ruina y porque trata el convento de haçer lo mismo en el cuerpo de la iglesia que padeçe los mismos achaques y no puede tratar de hacerlos si no se atiende primero a la cabeça que es la capilla maior por ser paso para ella y se fuera maltratar todo lo reparado218.

La intervención no fue eficaz desde el punto de vista constructivo, ya que a lo largo del siglo XVIII fue necesario acometer varias reparaciones, imprescindibles para el buen mantenimiento del templo, fundamental-mente en el espacio de la cabecera, una de cuyas paredes amenazaba con desplomarse. Los maestros cascantinos José Tiraco y Matías Bazán, tras supervisar el presbiterio, redactaron un informe el 31 de agosto de 1730 en el que advirtieron que un lienzo de muro estaba muy dañado por las aguas y el salitre, siendo necesario repararlo a la mayor brevedad posible para impedir daños mayores. Por ello, los artífices aconsejaron derribar la pared y hacerla de nuevo, un trabajo que en concepto de materiales y mano de obra estimaban alcanzaría la suma aproximada de 120 ducados219.

Treinta años más tarde, el 7 de septiembre de 1760 los maestros al-bañiles Pedro de Rada220 y Manuel Tiraco elaboraron otro informe en el que especificaron la urgencia de actuar en la fábrica de la cabecera dado el estado de ruina en el que se encontraba, desde los cimientos hasta el tejado, intervención que estimaron costaría 176 reales221. Igualmente, en noviembre de 1767 Manuel Tiraco aconsejaba enladrillar de nuevo el suelo del presbiterio, por encontrarse muy demolido e indecente222.

La capilla mayor fue supervisada otra vez en 1773, en este caso su cu-bierta, por los cascantinos Manuel Tiraco, como maestro albañil y Manuel Marco, en atención a su calidad de maestro carpintero, quienes el 31 de enero advirtieron que se encontraba en evidente riesgo de pronta ruina, asi 217 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33724. Ap. Dl. 18.218 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 074697.219 A.P.T. Cascante. Pedro Jiménez y Jiménez. 1730, f. 262r.220 A mediados de siglo participó en la decoración del camarín de la Basílica del Romero de Cascante, junto con el también albañil Francisco Aguado y el escultor José Serrano. azanza lópez, j.j., Arquitectura religiosa …, pp. 205 y 378.221 A.P.T. Cascante. Pedro Jiménez Vigas. 1760, f. 145r.222 A.P.T. Cascante. Pedro Jiménez Vigas. 1767, f. 477r.


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de dicho texado como de su bobeda por haverse caido por viejos y quexados algunos maderos y en especial los dos tirantes principales que la mayor parte de ellos y peso del texado descansan sobre dicha bobeda, y esta está remendada sin fuerza de poder mantener dicho peso. Por ello aconsejaron no emplear este espacio para evitar desgracias y realizar urgentemente la reparación, que alcanzaría unos 735 reales, incluyendo los materiales y empleando ocho días oficiales y peones para desmontar el tejado y volverlo a colocar223.

Desconocemos si estas obras de mejora se llevaron a cabo. De lo que sí tenemos certeza es de que unos pocos años después, el 3 de noviembre de 1776 Manuel Tiraco, nuevamente a petición del regimiento, reconoció la capilla mayor, que seguía amenazando con derrumbarse por allarse falta de estribaziones con desunion especial de su bobeda y para precaverse y repa-rarse en la urgencia que pide se nezesitan hazer dos estribos principales que aseguren y mantengan dicha pared por la parte exterior y cicatrizar y rezevir todos los sentimientos por dentro y fuera de dicha capilla224. El perito redactó unas capítulas el 20 de noviembre de 1776 de acuerdo a las que remediar la cabecera, por las que percibió 3 pesos y que suponían el desembolso por parte del concejo de 1.800 reales, intervención arquitectónica que debía estar concluida para el mes de marzo del año próximo225. Al día siguiente la obra fue subastada a remate de candela, adjudicándosela el propio Manuel Tiraco por los referidos 1.800 reales, si bien en la segunda puja, acontecida veinte días después, se quedó con la misma Bernardo Jiménez al rebajar el precio a 1.360 reales, presentando como fiadores a los cascantinos Lucas Bazán y Vicente Comuel226. Jiménez cumplió con el plazo establecido, ya que el 6 de marzo de 1777 Manuel Tiraco supervisó la reparación, dándola por buena, indicando únicamente que quedaban por lucir 20 varas.

A pesar de esta intervención, el 6 de julio de 1780 los maestros de obras José de Arbizu, vecino de Carcar y el cascantino Manuel Tiraco tras reconocer por mandato del regimiento la capilla mayor, advirtieron que su bobeda se a caido una porcion, y se alla amenazando ruina mucha parte della, y la pared y machon principal que la mantiene y han hecho sus movimientos al ser de tierra, por lo que había que desmontar el tejado, construir la pared con relleno de piedra y yeso y volver a techarlo. Esta obra se realizaría de acuerdo a las capítulas presentadas por ellos, que estimaban en 2.627 reales, siendo contratada a jornal y no a destajo por la seriedad de la misma227. 223 A.P.T. Cascante. Pedro Jiménez y Vigas. 1773, f. 450r. A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 081728, ff. 5r -5v.224 A.P.T. Cascante. Pedro Ximenez y Vigas. 1776, f. 631r.225 A.G.N. Tribunales Reales. Sig. 081728, ff. 71v -72v. Ap. Dl. 19.226 A.G.N. Tribunales Reales. Sig. 081728, f. 73r -75r. Comuel trabajó unos años más tarde, en 1788 en el cercano monasterio cisterciense de Tulebras, con objeto de las remodelaciones acometidas en la hospedería y habitaciones de los padres confesor y capellán. colomBás, g.m., Monasterio de Tulebras ..., p. 569.227 A.P.T. Cascante. Pedro Jiménez y Vigas. 1780, ff. 466r -468r. A.G.N. Tribunales Reales. Sig. 081728, ff. 64r -65v. Ap. Dl. 20.

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La iglesia fue dotada en el siglo XVIII con una amplia sacristía [fig. 22] erigida detrás del paño central de la cabecera, a la que se accede a través de un espacio intermedio o antesacristía, cuya puerta se abre en el paño lateral derecho del polígono absidal. Estancia de cuyo proceso constructivo nada sabemos hasta el momento, ni de los maestros que la llevaron a cabo ni de las fechas aproximadas en que fue edificada. Describe una planta rectan-gular, de dos tramos, quedando recorrida al interior en la parte superior del muro perimetral por una moldurada cornisa, sobre la que se colocaron vanos de iluminación rectangulares enmarcados por un perfil geométrico. El espacio se cubre con bóvedas de arista decoradas en su parte central con labores de yesería de gusto barroco.

El turbulento periodo decimonónico: las medidas desamortiza-doras y la extinción del convento

El inicio del siglo XIX se abre con la Guerra de la Independencia (1808-1814), que tan nefastas consecuencias tuvo para el patrimonio his-tórico-artístico. Efectivamente, la principal vía por la que desapareció un importante conjunto de bienes muebles de monasterios, conventos, parro-quias y ermitas, tanto a nivel nacional como navarro, vino de la mano del robo llevado a cabo fundamentalmente por parte de las tropas francesas, aunque también tuvieron un papel importante las guerrillas, especialmente interesadas en las piezas argénteas acumuladas en los templos hispanos a lo largo de los siglos228.

El ataque francés fue especialmente intenso en Cascante, cuyas tropas entraron en la ciudad el 24 de noviembre de 1808, siendo una de sus prime-ras víctimas el convento de la Nuestra Señora de la Victoria, al estar ubicado extramuros. Además de los destrozos materiales ocasionados en el mismo229 y la importante rapiña realizada en sus bodegas de aceite y vino, una de las dependencias que más sufrió fue el archivo, con la pérdida y dispersión de la mayor parte de la documentación que custodiaba desde su fundación en 1586. Así lo refirió el corrector fray Manuel Martín, al declarar que los papeles se hallan revueltos y barajados a resulta de aver rompido las puertas y cajones de dicho archibo las tropas francesas230. También se llevó consigo el ejército invasor un importante conjunto de piezas de plata destinadas al servicio del culto divino, entre ellas la custodia realizada por el destacado 228 andueza unanua, p., “Una aproximación al impacto de la guerra de la Independencia, la desamortización josefina y la legislación de las Cortes de Cádiz sobre el patrimonio cultural de Navarra”, Príncipe de Viana, LXXIII, nº 256 (2012), pp. 681-730.229 Tras el paso del ejército francés por el convento, que entre otros desperfectos quemó las puertas y ventanas de las celdas que daban a la huerta, fue preciso tabicarlas todas, así como el paso a la librería y coro a fin de proteger los libros y el órgano. AGN. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 34179. Libro 676.230 A.G.N. Reino. Negocios Eclesiásticos. Caja 31048. Leg. 7, carp. 32.


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Fig. 22 Sacristía. Foto: M.J. Tarifa.

platero pamplonés José Velázquez de Medrano, además de cálices y otros objetos litúrgicos, dejando en cambio los ornamentos textiles, como capas, ternos y casullas.

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Un año más tarde, el 18 de agosto de 1809 José Napoleón decretó: todas las órdenes regulares, monacales, mendicantes y clericales existentes en los dominios de España quedan suprimidas; y los individuos de ellas, en el término de quince días contados desde el de la publicación del presente decreto, deberán salir de sus conventos y claustros y vestir hábitos clericales seculares. Al mismo tiempo ordenó convertir sus propiedades en bienes nacionales, advirtiendo que todos los religiosos de monasterios y conventos serán mancomunadamente responsables de toda extracción u ocultación de los bienes, así muebles, como raíces pertenecientes a sus respectivas casas231. Los decretos josefinos también obligaron a los religiosos a redactar una lista completa de los miembros de la comunidad, incluyendo los ausentes y realizar un catálogo de los bienes cultuales, como vasos sagrados, reliquias y ornamentos, así como libros, pinturas y otros objetos de arte, disposiciones que igualmente tuvieron que cumplir los mínimos de Cascante.

Los inventarios de bienes conservados de los cenobios navarros relativos a los objetos de arte resultan, en líneas generales, muy escuetos y pobres, ya que se limitan a enumerar objetos sin aportar descripciones, o resultando éstas muy vagas en el mejor de los casos. Así, por ejemplo, son numerosos los cuadros que se citan de acuerdo con su tamaño (grande, mediano o pequeño) sin hacer referencia a su iconografía, autoría o estado de conser-vación. No obstante, en casos muy puntuales, se destacan las pinturas que los ejecutores del inventario consideraban de mayor estimación. Otro tanto ocurre con los retablos, denominados altares, de los que en ocasiones tan solo se dice su número, sin precisar su advocación o su estructura. Por el contrario, resulta bastante completo el apartado referente a ornamentos litúrgicos, a la sazón abundante en la mayoría de los conventos, de los que a menudo se detalla su color, tipo de tela y decoración e incluso el estado de conservación. En relación con la plata, llama la atención la escasez de piezas argénteas inventariadas en los conventos y monasterios navarros, lo que nos hace sospechar su posible ocultación, previa a la llegada de los subdelegados encargados de hacer el inventario.

En el caso de Cascante, el decreto josefino fue publicado el 12 de sep-tiembre de 1809, una medida que afectaba a los frailes de Nuestra Señora de la Victoria, lo que motivó que se hiciera un inventario del convento generándose una valiosa documentación que nos permite en parte aproxi-marnos al patrimonio mueble y exorno artístico con que contaban los mínimos a comienzos del siglo XIX, antes de que se iniciara el proceso de la desamortización decimonónica, documentación que se conserva de 231 El decreto puede leerse íntegramente en mutIloa poza, j.m., La desamortización eclesiástica en Navarra, Pamplona, Universidad de Navarra, 1972, pp. 623-624.


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manera unitaria en el Archivo General de Navarra, dentro de la sección Reino, Negocios Eclesiásticos232.

El licenciado Joaquín Martín Rodrigo, alcalde y juez de la ciudad, fue el encargado de comunicar a la comunidad religiosa su exclaustración el 27 de septiembre de 1809, procediendo al mismo tiempo a recibir las llaves del corrector fray Manuel Martín y a realizar el inventario de los bienes temporales existentes en las celdas, oficinas, huerta, trujal y demás dependencias conventuales, registro que concluyó el 14 de octubre. Por el citado registro sabemos que el convento contaba con refectorio, cocina, despensa, bodega de aceite, ropería, granero, veinte celdas, corral, bodega de vino, aceitería pequeña, trujal, claustros y archivo, registrándose además entre los bienes raíces que poseían en este momento siete casas, una huerta cerrada por muralla aneja al convento, seguramente explotada directamente por los frailes legos, además de tierras dedicadas al cultivo del cereal, olivar y viñedo arrendadas a jornaleros y un soto con chopos233 .

A su vez se fueron inventariando las pinturas que colgaban de las distintas dependencias del convento. Así, en el refectorio había un cuadro muy grande del cenáculo y otro de San Francisco de Paula. En la primera celda hallaron doze estampas de papel de varias efigies, en la segunda un quadro de la Virgen del Pilar, en la sexta un quadro de san Francisco Xavier, en la novena quatro estampas de papel de diferente efigies, en la onceava tres quadros grandes y uno pequeño de diferente efigies, en la doceava dos quadros grandes medianos y pequeños de diferentes efigies, en la treceava quatro cuadros de paisajes, en la catorceava una pintura de San Jerónimo, en la dieciseisava otra de la Soledad, en la decimonovena cuatro cuadros viejos y en la vigésima, dos cuadros pequeños. Por su parte, en las galerías del claustro se contabilizaron once cuadros.

El inventario de bienes relativos al culto se llevó a cabo el 23 de no-viembre del referido año de 1809234 y fue supervisado por Manuel Angós, presbítero y vicario de la iglesia parroquial de Cascante, junto con Manuel Martín exregular y prelado ultimo que fue del conbento de la Victoria de Padres Minimos desta ciudad, en virtud de la comision que en su despacho de treze del corriente le confirió el señor don Manuel Gomeza, subcolector de combentos de Pamplona, para realizar el Ymbentario de lo perteneciente al culto, libros, pinturas y otros efectos de las artes que existiesen en el dicho

232 A.G.N. Reino. Negocios Eclesiásticos. Caja 31048. Leg. 7, carp. 32. Inventario de los efectos y bienes existentes en el convento de mínimos de la Victoria de Cascante al tiempo de su extinción por el gobierno de José Napoleón.233 Los bienes raíces que poesía el convento con anterioridad a la exclaustración son estudiados por fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 115-120.234 La existencia de este inventario ya fue dado a conocer por fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, pp. 169-172. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 109-115.

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conbento235. Angós dio por finalizada su labor el 31 de diciembre de 1809. Con anterioridad a la realización de este registro, el comisionado de

las temporalidades había vendido los cuadros y pinturas existentes fuera de la sacristía e iglesia, con lo que quedó aún más mermado el patrimonio artístico del convento. El inventario comenzó por la sacristía, donde prác-ticamente solo se hallaron ropas y ornamentos litúrgicos, junto a algunos objetos de plata que se habían librado del ingente saqueo acometido por las milicias francesas el 24 de noviembre de 1808. De hecho, los frailes habían tenido que celebrar posteriormente los divinos oficios con cálices prestados por la iglesia parroquial de la localidad. Las tropas francesas apenas dejaron un pequeño vaso de plata en el que se guardaba el Santo Óleo de los enfermos, el pie de plata sobredorada de la custodia y quatro pequeños fragmentos de los Rayos que rodeaban el Viril, en el que se exponía el Santísimo y que entendemos son los restos de la custodia que habían financiado a comienzos del siglo XVII Miguel Cruzat, prior de la orden de San Juan de Jerusalén y Ximeno Conchillos, realizada por el platero pam-plonés José Velázquez de Medrano, como referimos en el capítulo dedicado a las capillas de patronato. Con los restos del pie de la custodia barroca y los rayos del viril se compuso un cáliz que fray Manuel Lamata encargó posteriormente al platero de Tudela Santiago Izalzu, que costó 290 reales de vellón y también se adquirió para la iglesia una custodia por 54 duros236.

En la misma sacristía se contabilizaron once cuadros con efigies de tamaño mediano y pequeño de los que nada se especifica, dos espejos pe-queños, así como abundante ropa blanca. A ella se sumaban numerosos ternos, casullas y capas, además de velos de cálices, frontales de altar, paños de púlpito, bolsas de corporales, palias, purificadores y un palio de seda blanco, aunque muy maltratado. También se inventarió un avito de tercio-pelo negro de seda, bastante usado, con su galon de oro antiguo con que se viste la Imagen principal del Santo Patriarca San Francisco de Paula, mas dos abitos muy inferiores de tafetán negro y morado de dicha imagen. En la misma estancia se custodiaban tres arcas de pino, una mesa de nogal, una arquimesa, un armario pequeño y dos sillas de Moscovia. A continuación se inspeccionó la librería, compuesta por libros de devoción y predicables anticuados, sin que se advirtieran en ella obras de mérito que requiriesen ser especificadas237.

Contrasta la minuciosidad y detalle con que se realizó el inventario del ajuar de la sacristía, fundamentalmente los ornamentos litúrgicos, frente al registro de los Doce Altares o retablos de la iglesia, que se enumeraron 235 A.G.N. Reino. Negocios Eclesiásticos. Caja 31048. Leg. 7, carp. 32.236 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 34179. Libro de gasto del convento (1807-1830), f. 31v.237 A.G.N. Reino. Negocios Eclesiásticos. Caja 31048. Leg. 7, carp. 32


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empezando por la cabecera y continuando por el lateral del evangelio, coro y costado de la epístola hasta llegar al púlpito. Comienza la catalogación por el retablo mayor, dedicado a Nuestra Señora de la Victoria y siguiendo con las capillas del lateral izquierdo, el retablo de la Asunción de Nuestra Señora, el de San Francisco de Paula, el de San Miguel Arcángel y en esta misma capilla otro altar dedicado a San Antonio de Padua, otro retablo en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, debajo del espacio del coro en el lateral de la epístola el retablo de San Juan Bautista, a continuación en la capilla dedicada a Nuestra Señora del Pilar un retablo con la imagen de la titular y otro altar en esta estancia de Nuestra Señora de la Salud, en la siguiente capilla el retablo de la Concepción de Nuestra Señora, a continuación la capilla de las Ánimas del Purgatorio y finalmente en la última dependencia el retablo del Santo Cristo. En el coro no había sillería para asiento de los frailes, sino una tabla con su respaldar de pino, mas un facistol pequeño y un Santo Christo, mas un libro pequeño, mas una tarima de tablas de pino238 [fig. 23].

Por lo que se recoge en el texto, parece que el comisionado Angós no hizo una inspección ocular de las capillas, por conocerlas perfectamente y menos que interrogara al excorrector del convento fray Manuel Martín por aquellas pinturas y otros efectos de las artes, lo que nos hubiese propor-cionado una información valiosísima del exorno artístico de las mismas en este momento, refiriendo únicamente que en este convento, no se han encontrado pinturas y objetos preciosos de las artes dignos de conserbarse por su merito singular, ni sepulcros de reyes, reynas, demás personas reales, ni de varones ylustres por sus altos hechos, ni de otros menos ylustres que merezcan conserbarse para la historia de las artes239.

Tras la real orden dada en 1813 por el rey Fernando VII, los frailes mínimos regresaron al convento cascantino en mayo de 1814, que se en-contraba en un pésimo estado de conservación [fig. 24], por lo que fray Manuel de Lamata se concertó con los albañiles Joaquín Comuel y Julián Arigita para que llevasen a cabo las reformas pertinentes, principalmente en las celdas, cocina, refectorio, escaleras principales y tejado, mejoras en las que también participaron los carpinteros Manuel Puyol, Teodoro Merle y Francisco Bartos, ocupándose este último de componer los cajones de la sacristía [fig. 25], entre otros trabajos240. Reparaciones que los religiosos querían se acometiesen en el menor espacio de tiempo posible, como refiere el Libro de Gasto en las advertencias del año 1815: … el P. Corrector Fr. Manuel de Lamata, que en la obra les ha dado a los peones por la tarde un

238 Ibidem.239 Ibidem.240 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 34179. Libro de gasto del convento (1807-1830), ff. 33, 40 y siguientes.

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Fig. 23 Coro. Foto: M.J. Tarifa.

poco de abadejo, pan y vino con el objeto de que trabasen algun rato mas, y con el mismo objeto le dio chocolate todas las tardes al Maestro Joaquin Comuel que gobernaba la obra y no merendaba. Con este mismo objeto cuando se encargo de habilitar el convento, hallandose todabia en su casa, hizo subir todas las tardes a tomar chocolate a los dos Maestros, Joaquin Comuel y Julian Arigita a fin de que no perdiesen dia y trabasen algunos ratos sobre las horas acostumbradas241.

Dado el devastador expolio al que había sido sometido el templo, los mínimos tuvieron que comprar nuevos vasos sagrados con los que celebrar los divinos oficios, como el copón para el comulgatorio que adquirieron en 1816, salido de las manos del platero de Tudela Santiago Izalzu, por 560 reales de vellón242, además de un hisopo, sacras y una casulla243. Por su parte, el regimiento de la localidad solicitó a los frailes que continuaran ocupán-dose de las necesidades espirituales de los cascantinos, especialmente con la celebración de la misa diaria en su iglesia, así como con su labor educativa, a falta de un lector de Artes y Gramática. Corporación municipal que en 1816 seguía ocupándose del mantenimiento de la capilla mayor del templo conventual, cuyo patronato honorífico ostentaba, para lo cual entregó 564

241 Ibidem, f. 52v. El año de 1818 aparece registrado el pago de tres libras de polvora para arrancar piedra para componer las paredes de la iglesia que corresponden a la porteria y paredes del convento que corresponden al huerto, por amenazar ruina. 242 Ibidem, f. 65. Asimismo se recoge el abono de 18 duros de una reliquia para poner en ella la de Nuestro Santo Padre y otras.243 Ibidem, f. 84v.


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Fig. 24 Libro de gasto del convento (1807-1830). Archivo General de Navarra. Clero.Mínimos de Cascante. Caja 34179.

Fig. 25. Cajonera de la sacristía. Foto: M.J. Tarifa.

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reales de vellón y 27 maravedíes correspondientes al pasado año de 1815244.Los avatares políticos de 1820, con el inicio del Trienio Liberal, obli-

garon nuevamente a los religiosos a desalojar el convento, según dispuso la ley de 1 de octubre de dicho año245. De nada sirvieron las quejas de los vecinos elevadas al rey, insistiendo en la falta de asistencia espiritual en la que se quedaban. El edificio conventual quedó en poder del ayuntamiento y la huerta fue arrendada en beneficio del vecindario246.

Como en la anterior supresión, el 14 de junio de 1821 se procedió a inventariar todos los papeles del archivo, cuadros, libros y bienes relacio-nados con las bellas artes, nombrándose para ello al comisionado Ramón Martín, que contó con la asistencia del corrector fray Manuel Martín y el administrador fray Francisco Guiñar247. Primeramente visitaron la biblio-teca, en la que se registraron 292 libros, prosiguiendo por el claustro y las distintas dependencias conventuales.

En relación con las pinturas que todavía se conservaban en el convento, el inventario refiere las existentes en las distintas pandas o galerías: Prime-ramente, en el claustro primero se encuentra un cuadro encarcelado en la pared con la pintura de la Virgen Nuestra Señora. En el segundo claustro otro cuadro con marco de madera que representa un arbolado. En el tercer claustro otro fijado en una Capilla que demuestra la imagen de Jesucristo descendido de la Cruz en brazos de su Madre Santisima. Cuarto claustro un cuadro con marco de madera color negro que contiene la imagen de Jesus Cruzificado.

También se tomó nota de los cuadros de la antesacristía, uno con una niña de rodillas orando ante San Francisco de Paula, otro similar de un niño con un pajarito en la mano y una tercera pintura tan estropeada que era imposible advertir su representación.

Menciona después el listado los dos cuadros del refectorio ya inventa-riados en 1809, el de la Santa Cena y el de San Francisco y en la sacristía otros diez: Un cuadro grande con marco fileteado dorado en que esta la imagen de Jesucristo clavado en la Cruz, con unas cortinas bastante biejas. Otro cuadro con marco dorado de la Purisima Concepcion. Otro de Jesus orando en el huerto con marco pintado [fig. 26]. Otro del Salvador con marco de madera sin pintar. Otro con marco de iden de Nuestra Seño-ra. Otro con marco dorado de San Miguel. Quatro cuadros pequeños de varios santos. 244 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 34179. Libro de recibo (1807-1830), f. 30v.245 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 120-124.246 ceresuela palomeque, t., Desamortización. Uso y destino del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante (Navarra), Cascante, 2006, pp. 18-21.247 A.G.N. Reino. Negocios Eclesiásticos. Caja 31052. Leg. 11, carp. 72.


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En definitiva, obras escritas y pictóricas de escaso valor para el delegado encargado de realizar la ins-pección, ya que el informe concluye los quales cuadros y libros son de poco valor tanto por ser muy viejos como por lo ajados que se encuentran, pues en la ultima guerra estubieron los religiosos fuera del Combento y aun este sirbio de cuartel y con este motivo se deterioro sobre manera248. El 26 de junio de 1821 los mínimos cerraron el convento, entregaron las llaves a las autoridades civiles y se marcharon a Zaragoza.

Los frailes regresaron a Cascante dos años después, residiendo en el convento en 1823, conociendo aún la Orden de los Mínimos doce años

de existencia en la localidad, en los que fue corrector fray Manuel Martín y Duarte.

La cofradía de la Soledad, que había sido instituida por los frailes en 1588, seguía radicando en la iglesia conventual. En 1823 los cofrades en-cargaron para la ceremonia del Descendimiento del Viernes Santo, que en Cascante se realizó hasta 1930, un Cristo articulado con su cruz y la imagen de la Virgen de la Soledad al escultor larragués Miguel Zufía, quien además proporcionaría la urna del sepulcro. Zufía, que residía en la localidad y contaba con 82 años de edad, encomendó a su vez la policromía de las piezas al alfareño Evaristo Olano. Las nuevas imágenes fueron bendecidas el 29 de enero de 1826, siendo colocadas en la primera capilla del lateral de la epístola, que desde sus orígenes había tenido la titularidad del Cristo de la Vera Cruz [fig. 27]. Igualmente pertenecen a este momento las tallas de vestir de San Juan y la Magdalena, empleadas asimismo en la referida cere-monia del desenclavo del Crucificado. También existían en este momento en la iglesia de la Victoria la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, la de San Juan Bautista y Santa Lucía, la de Nuestra Señora de los Dolores y la de San Francisco de Paula249.

La supresión definitiva del convento tuvo lugar el 14 de octubre de 1836, de acuerdo con las medidas desamortizadoras aplicadas durante el 248 Ibidem.249 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 380-383.

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gobierno del ministro Mendizábal (1836-1837) en el periodo constitucional de la regencia de María Cristina en Nápoles, por las cuales se declararon bienes nacionales las propiedades de las órdenes religiosas, es decir, sólo del clero regular, con objeto de venderlas en pública subasta y con los beneficios económicos reducir la deuda del Estado250. El ayuntamiento de Cascante quedó en poder del edificio conventual y de la huerta cerrada adosada al mismo251. El 29 de julio de 1840 el regimiento vendió la referida parcela dedicada al sembradío a un particular e intentó hacer lo mismo con la fábrica conventual dividiéndola en diez lotes, dado el pésimo estado de conservación en el que se encontraba, si bien esta iniciativa no llegó a cuajar. Poco a poco las distintas dependencias del convento fueron adquiriendo usos públicos, construyéndose en 1841 en el refectorio o anterior comedor un teatro financiado por particulares y por el hospital de San Roque, cuyos 250 martí gIlaBert, f., La desamortización española, Madrid, Rialp, 2003, pp. 37-80. campos y fernández de sevIlla, f.j., “Textos legales de las desamortizaciones eclesiásticas españolas y con ellas relacionados”, en campos y fernández de sevIlla, f.j. (coord.), La desamortización: el expolio del patrimonio artístico y cultural de la Iglesia en España, San Lorenzo de El Escorial, Ediciones Escurialenses, 2007, pp. 13-19.251 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 124-125.

Fig. 27 Altar con las imágenes utilizadas en la ceremonia del Descendimiento del Viernes Santo. Foto: Catálogo Monumental de Navarra (1980).


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patronos eran el alcalde y el vicario de la parroquial, contando con palco de uso restringido a los regidores252, además de habilitarse parte del claustro para realizar una pesebrera en la que alojar los caballos del ejército, habiendo constancia del uso de este espacio como caballerizas hasta 1914253.

Igulamente, parte del edificio fue arrendado a fines de 1849 con ob-jeto de instalar en él dos fábricas de fósforos, una para el guipuzcoano Pascasio Lizarbe y otra para Ángel Garro, albergando esta localidad nava-rra las primeras fábricas de cerillas fosfóricas de España. Garro ocupó las depedencias del convento al menos hasta el año 1866, cuando trasladó su fábrica al edificio de nueva planta construido ex profeso254. Con los dineros del arrendamiento se hicieron algunas reparaciones urgentes en el viejo edificio conventual, que se encontraba en un estado ruinoso. Finalmente, en septiembre de 1850 el administrador de fincas del Estado comunicó la cesión al ayuntamiento cascantino del convento de los mínimos para uso público255, a excepción del templo, el oratorio de la Escuela de Cristo256 y las otras estancias necesarias al servicio del culto divino. Allí se instaló el cuartel de la Guardia Civil (galería este del claustro), donde permaneció hasta 1936 y la escuela de niñas y párvulos (panda sur del claustro)257.

A pesar de la cesión de parte de las dependencias conventuales al uso público con una intencionalidad benéfico-social, la extinción del convento de Cascante demuestra la ineficacia y deficiencia de la puesta en práctica de estas medidas desamortizadoras, ya que, por un lado, con la arrendación de sus espacios no se obtuvieron los beneficios económicos esperados, y, por otro, tampoco se dio una solución eficiente a necesidades sociales apremiantes al no tener el poder civil una finalidad clara con el destino de dichos bienes. En cambio, la exclaustración de los frailes supuso el progre-sivo deterioro y desaparición de un singular patrimonio histórico-artístico, tanto del edificio en sí, única casa fundada por la Orden de los Mínimos en toda Navarra, como de su archivo, nutrida biblioteca y obras artísticas, principalmente pictóricas.

252 IBIdem, pp. 128-130.253 ceresuela palomeque, t., Desamortización…, pp. 22-32.254 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 336-340. guelBelzu, r., Fósforos de Cascante. Recuperar la memoria, Cascante, Asociación Cultural Vicus, 2008, p. 101.255 donézar díez de ulzurrun, j.m., “El destino de los edificios-conventos navarros en tiempos de Mendizábal”, Príncipe de Viana, nº 128-129 (1972), p. 291.256 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 381-382 y 419. La Santa Escuela de Cristo fue una institución fundada en Madrid en 1653 por el sacerdote siciliano Juan Bautista Ferruzzo. Estaba formada por varones, eclesiásticos y laicos, que se reunían todos los jueves dos horas antes del anochecer, para caminar en la perfección cristiana a través de la oración, los sacramentos y la práctica de las virtudes. En Navarra la Escuela de Cristo estuvo presente en Los Arcos, Estella, Viana, Cascante, Corella y Tudela. La de Cascante fue erigida en este convento de mínimos por el jesuita Gaspar Garrión, Misionero Apostólico y tuvo su primera junta el 19 de noviembre de 1719. laBarga garcía, f., La Santa Escuela de Cristo, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2013, p. 332.257 ceresuela palomeque, t., Desamortización…, pp. 30-37.

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Por lo que respecta a la iglesia de los mínimos, desde 1836 en que fue suprimido el convento, permaneció cerrada. Sin embargo, los frailes exclaus-trados seguían siendo requeridos por la ciudad para celebrar determinados oficios religiosos, fundamentalmente con objeto de predicar en Cuaresma y Semana Santa, acudiendo desde sus lugares de residencia, como Fitero, Tudela o Tarazona, dada la maestría con que exponían sus sermones. En 1843, por iniciativa de fray Roque Vera, se hicieron reparaciones en la fá-brica del templo con objeto de abrirla nuevamente al culto público, como así sucedió a partir de mayo de 1844258.

En 1862 se fundó en la iglesia la congregación de Hijas de María por el obispo de Tarazona Cosme Marrodán, siendo la presidenta de su primera junta directiva Benigna Palacios, motivo por el cual fue colocada la imagen de la titular, una talla de la Inmaculada adquirida este año bajo dosel en el presbiterio, a la que se le dotó de un altar propio en 1865 que realizó el ebanista Manuel Rodríguez. Años más tarde, en 1899 se erigió para ella una nueva capilla bajo la advocación de la Inmaculada en el lateral izquierdo de la pared de la capilla mayor259 [fig. 28].

Como recoge el expediente de mayo de 1864, los espacios del convento de la Victoria que se reservaron para el servicio del culto divino fueron, además de la iglesia con el coro, la sacristía, el oratorio de la Escuela de Cristo, la antesacristía, la escalera contigua para subir al claustro alto y la galería del claustro bajo que corría paralela a la nave del templo a la que se accedería a través de una puerta abierta en el espacio que precede la sa-cristía. En el caso de que el templo conventual adquiriese la condición de parroquia, se destinaría como vivienda del párroco un cuarto bajo situado en la zona de los pies de la iglesia, al que se daría comunicación con las escaleras de acceso al claustro alto, cerrándose la comunicación con la iglesia mediante la edificación de un muro, cuya pared se formara en el mismo aseo (acceso) de la iglesia para que esta quede como antiguamente estaba perteneciendo a la misma parte de debajo del coro, y a ese fin se abrirán los dos arcos colaterales a la puerta actual de la iglesia, y esta se colocara en el sitio donde antes estuvo que es en el rellano que hay junto a la puerta exterior de la iglesia o sea la que da a la calle mayor260.

Con objeto de atender mejor las necesidades espirituales de los cas-cantinos, que insistían en la necesidad de seguir manteniendo los oficios divinos que se celebraban en la Victoria, la iglesia conventual fue instituida parroquia el 9 de agosto de 1868, siendo su primer párroco Nazario Mar-tínez Baigorri261.258 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, p. 376.259 IBIdem, p. 383.260 A.M. Cascante. 426/19. Expediente sobre la concesión de locales del convento de la Victoria. Año 1864.261 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 376-378.


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Desde el siglo XX hasta nuestros días

Desde mediados del siglo XIX el templo del extinguido convento de la Orden de los Mínimos se empleó como iglesia parroquial, conservando la advocación de Nuestra Señora de la Victoria en recuerdo de su origen fundacional, circunstancia que desde entonces ha garantizado la recupe-ración, cuidado y mantenimiento del mismo, no sólo de su estructura arquitectónica, sino también del rico patrimonio mueble que aún conserva, fundamentalmente de retablos y obras pictóricas.

Un periodo clave en la restauración y mantenimiento del templo tuvo lugar cuando el sacerdote cascantino don José Vergara, volvió tras su jubila-ción a residir en su localidad natal a finales del siglo XX, haciéndose cargo de manera personal de la iglesia y por extensión de parte de las dependen-cias conventuales, impidiendo que se demoliera este complejo renacentista del patrimonio navarro para construir sobre su solar viviendas. Hasta tal punto se sintió comprometido el clérigo con la causa, que invirtió su propio patrimonio en sanear y acondicionar la iglesia, prestando especial atención al cuidado de las humedades, el tejado e incluso dotando al templo de un moderno sistema de calefacción gracias al donativo económico de un benefactor. Su empeño por recuperar el esplendor artístico del templo le llevó a redescubrir los frescos con los escudos de armas existentes sobre

Fig. 28 Capilla de la Inmaculada Concepción. Detalle de la titular. Fotos: M.J. Tarifa.

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los arcos de acceso a las capillas laterales, así como la cripta del subsuelo de la nave central que daba sepultura a los frailes mínimos fallecidos en el convento262, como señalan las trazas de 1718 conservadas en el Archivo General de Navarra [figs. 8 y 19]. Incluso contactó con el Corrector Ge-neral de la Orden de los Mínimos en Roma con el fin de que viajasen a Cascante para conocer la fundación que sus antecesores habían realizado en el siglo XVI en un intento de que habitasen nuevamente el convento, proyecto cargado de ilusiones y expectativas que no pudo hacerse realidad.

También se debe en gran parte a la iniciativa de don José Vergara la formación de la Cofradía de los alabarderos de la Victoria en 2002, consti-tuida formalmente en julio de 2007 bajo la presidencia del cofrade Vicente Villafranca Martínez. Asociación que realiza sus actos más solemnes en Semana Santa, el día de Jueves Santo, custodiando al Santo Cristo, y el Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro.

Desde la última década del siglo XX el templo ha sido intervenido en numerosas ocasiones, realizando reparaciones en el tejado, pintándolo o mejorando la instalación eléctrica, lo que ha permitido que haya seguido teniendo su función cultual.

Peor suerte ha corrido el resto del edificio conventual en el devenir del siglo XX, ya que tras la expulsión de los frailes mínimos en 1836, el variado uso público dado a sus dependencias, como salón de teatro en el anterior refectorio [fig. 29], caballerizas en una de las alas del claustro, fábrica de fósforos, cuartel de la Guardia Civil y escuela de niñas y párvulos, entre otros, ha provocado su deterioro a pasos agigantados, hasta llegar al estado de abandono en el que se encuentra en la actualidad. En 1990 se cursó la solicitud de Bien de Interés Cultural para este inmueble, la máxima categoría jurídica de protección para un edificio que contempla la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico-Artístico Español, que de haber sido favorable hubiese supuesto una mayor atención por parte de las instituciones gubernamentales responsables de la conservación de los Bienes Culturales. Este fallido intento no pudo frenar el progresivo estado de ruina del edificio, con amenaza de derrumbe en la mayor parte de sus estancias, a la espera de un proyecto de rehabilitación que impida de modo irremediable la total desaparición del único convento que los frailes mínimos fundaron en Navarra.

262 El testimonio de don José fue recogido por Javier Jiménez Royo, recordando que tras bajar ocho escaleras de piedra se accedía a una galería abovedada, de tamaño reducido, llena de nichos en los costados y en el frente, algunos de los cuáles todavía conservaban las inscripciones con los nombres de los frailes sepultados.


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Fig. 29 Exterior de la iglesia, entrada originaria al convento e interior del mismo.Fotos: M.J. Tarifa y José Latova.

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análisis arquitectónico

El convento de Nuestra Señora de la Victoria ha sufrido numerosas transformaciones desde su fundación en el último tercio del siglo XVI hasta nuestros días, fundamentalmente a raíz de las medidas desamortizadoras del siglo XIX y más concretamente a partir de la expulsión de los frailes mínimos y supresión del convento por orden gubernamental en octubre de 1836, a lo que sucedió la cesión de las distintas dependencias del com-plejo para uso público. Todas estas circunstancias, unidas a las escasísimas referencias documentales relativas a su construcción y estructuración a fines del Quinientos y comienzos del Seiscientos, nos impiden conocer con profundidad la disposición originaria del mismo, así como las posibles remodelaciones emprendidas en los siglos siguientes por los religiosos que lo habitaron.

Esquema originario que aún es más complicado recomponer tras las intervenciones acometidas principalmente a lo largo de siglo XIX y pri-mer tercio del siglo XX en los distintos espacios del edificio con objeto de adecuarlo a los nuevos usos y funciones públicos, como un teatro en el refectorio, que después fue salón de actos, fábricas de fósforos, cuartel de la Guardia Civil o escuela de niñas y párvulos, a lo que hay que añadir el alarmante estado de ruina en el que se encuentra actualmente.

No obstante, la documentación y estructuras arquitectónicas existentes permiten asegurar que los mínimos levantaron una completa estructura arquitectónica siguiendo el modelo de monasterio franciscano. Un con-vento articulado en torno a un claustro, como elemento distribuidor, de dos pisos de altura, con toda una serie de estancias necesarias para el buen desarrollo de la vida religiosa en su interior263, la iglesia abierta al culto y 263 Según Braunfels, fue la exigencia de celdas individuales para todos los frailes y la necesidad de mayor espacio para las salas de estudio y bibliotecas cada vez más amplias, surgidas por la importancia que la orden franciscana


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a la acción pastoral, además de un huerto donde cultivar las hortalizas, base de su estricta dieta alimenticia y un estanque para la cría de peces. El inventario realizado en los meses de septiembre-octubre de 1809 recogió las distintas dependencias que lo conformaban, contabilizando veinte celdas, el refectorio, cocina, despensa, bodega de aceite, ropería, granero, bodega de vino, patio o corral, segunda aceitería pequeña, trujal, librería, archivo, caballerizas y claustros264.

De todos los espacios arquitectónicos conventuales conservados es, sin duda, el claustro, el que presenta un mayor interés [fig. 30]. Realiza-do en ladrillo, describe una planta cuadrada, cuyas crujías se cubren con techumbre plana reforzada con vigas de madera. Las galerías se abren al patio por una serie de vanos, consistentes en arcos doblados de medio punto sustentados por pilares, disposición que se repite de manera rítmica y armoniosa en número de seis por cada panda. Sobre esta arquería corre una hilada de ladrillos que separa este cuerpo del piso superior, en el que se abrieron vanos rectangulares de iluminación, que hoy aparecen cegados o desvirtuados. Remata el conjunto, bajo el alero del tejado, un friso de dos hiladas de esquinillas, de resabio mudéjar.

Un claustro similar estilísticamente al que se erigió en el convento de mínimos de Zaragoza en fechas coetáneas, como podemos seguir apreciando en la actualidad, a pesar de que ha sufrido numerosas intervenciones para adecuarlo a distintas funciones desde que fue suprimido en 1835, siendo actualmente la sede del Museo del Fuego y de los Bomberos265 [fig. 31]. Al igual que el cascantino, desarrolla dos plantas de altura, cubriéndose la inferior con bóveda de arista, algunos de cuyos tramos han sido reconstrui-dos en la actualidad, y que desarrollan a lo largo de las pandas seis tramos articulados por arcos de medio punto doblados que apean en pilastras. Un ritmo compositivo que se repite en el cuerpo superior, si bien en este caso los arcos son rebajados, quedando en su espacio interior perforados por óculos o ventanas rectangulares. El patio también se corona con un rafe de ladrillo a base de esquinillas.

Alrededor del claustro del convento navarro se dispusieron una serie de dependencias, muy deterioradas en la actualidad, como las pequeñas habitaciones del nivel superior que inicialmente serían las celdas de los monjes. Una de las estancias del piso inferior, destinada a oratorio, sigue

concedió a la formación intelectual, lo que determinó la típica disposición de claustro con dos pisos, donde las dependencias comunes se situaban en el piso inferior y las celdas en el superior. Braunfels, W., La arquitectura monacal en Occidente, Barcelona, Barral, 1975, p. 199. 264 A.G.N. Reino. Negocios Eclesiásticos. Caja 31048. Leg. 7, carp. 32. 265 Bruñén IBáñez, a.I. y senac ruBIo, m.B., “Reutilización del convento de la Victoria como parque de bomberos y otras dependencias municipales (1835-1876)”, en vázquez astorga, m. (coord.), Actas VII Coloquio de Arte Aragonés, Jaca, 17, 18 y 19 de octubre 1991, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 2003, pp. 201-210. olmo gracIa, a., “Las casas de la cofradía…”, 2003, pp. 174-175.

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conservando a día de hoy parte de la decoración pictórica aplicada en el muro frontero a la puerta de entrada, que recrea un retablo barroco [fig. 32]. Consta de cuerpo único, enmarcado por una moldura a modo de cuadro, articulado por pares de columnas con el tercio inferior retallado y el resto del fuste recorrido por guirnaldas dispuestas en espiral y capitel, sobre las que apoya el entablamento que da paso al remate cóncavo-convexo, en cuyo interior se pintó el emblema del sol franciscano. Un altar fingido que por la inscripción recogida en la cartela colocada en la parte central del friso,

Fig. 30 Claustro. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 31 Claustro del convento de Mínimos de Zaragoza, actualmente Museo del Fuego y de los Bomberos.


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ELECTAD UD [SOL] (escogida como el sol), estuvo dedicado a la Virgen, albergando una pintura mariana, que posteriormente fue arrancada, tal y como denotan a día de hoy las marcas de los clavos con los que se sujetó.

A pesar del mal estado de conservación en que se encuentra el edificio, sigue llamando la atención por su belleza arquitectónica la escalera de acceso al sobreclaustro [fig. 33], un espacio rectangular cubierto por una cúpula de media naranja que apea en pechinas, las cuales en origen acogían las pintura ovaladas de santos de la Orden, tablas que en la actualidad se conservan en la sacristía. La continuación de los muros sobre los que apoya el abovedamiento queda ornamentado en sus cuatro lados con el sol del Charitas, emblema de los mínimos, estableciéndose la separación de este espacio de la cubierta con el resto del paramento del muro a través una moldura embellecida con motivos de dentículos. El acceso del último tra-mo de la escalera al cuerpo superior se realiza a través de arcadas de medio punto separadas por pilastras, una de la cuales a su vez queda articulada por una columna central que apoya en el antepecho.

En definitiva, el convento de la Victoria de Cascante muestra una tipo-logía que coincide esencialmente con el modelo de monasterio franciscano configurado de acuerdo con las necesidades y exigencias del modo de vida de la Orden, pero que a su vez se adecúa a los modelos arquitectónicos propios de la época y de la región en la que se erige.

Fig. 32 Antiguo oratorio. Detalle. Foto: M.J. Tarifa.

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Planta

A diferencia de las continuas reformas que han sufrido las diferentes dependencias que conforman el convento de Nuestra Señora de la Victo-ria, principalmente ocasionadas por el cambio del uso y función de las mismas, originariamente al servicio de los frailes que lo habitaban y con posterioridad a la desamortización del siglo XIX de uso público, en el caso del templo son escasas las intervenciones realizadas en su fábrica con el transcurso de los siglos, lo que nos permite apreciarlo, más o menos y salvando las distancias, tal y como fue concebido a fines del Quinientos.

La iglesia presenta una planta rectangular [fig. 34], de una sola nave dividida en tres tramos, a cuyos lados se abren capillas hornacinas de distinto desarrollo y cabecera poligonal, a la que se adosa por detrás una sacristía barroca. En la zona de los pies, el último tramo de la nave está ocupado por un coro en alto, con balaustrada de madera y celosía, de idéntico de-sarrollo espacial que el nártex sobre el que cabalga, realizándose la entrada al templo por el lateral del evangelio.

El ábside pentagonal presenta la misma anchura que el cuerpo de la iglesia, sin incluir las capillas, pero es mucho más alargado que el espacio

Fig. 33 Escalera de acceso al sobreclaustro. Foto: M.J. Tarifa.


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ocupado por cada uno de los tramos, que son similares. Desde el paño lateral izquierdo del presbiterio se accede a un capilla dedicada a Santa Vincenta María López de Vicuña, erigida a finales del siglo XIX.

Al cuerpo de la iglesia se abren ocho capillas de planta rectangular, cuatro en el lado del evangelio y cuatro en el de la epístola. En el primer tramo del templo, comenzando por el espacio más próximo a la cabecera, se desarrolla una capilla en cada lado; en el segundo tramo, dos capillas por lado y de menor dimensión que las anteriores; y en el tercer tramo, una capilla por cada lado, de igual medidas que las capillas del segundo tramo, es decir, ocupando tan sólo la mitad de la superficie del tramo. Las dos plantas de la iglesia fechadas en 1718 conservadas en el Archivo General de Navarra [figs. 8 y 19], permiten corroborar, junto con la documentación hallada, que al igual que ocurre en el segundo tramo del templo, había una segunda capilla en el tercer tramo de la epístola, junto a la capilla de Nuestra Señora del Pilar que actualmente es la última ubicada en este lado. Dicha capilla estaba dedicada a San Juan Bautista, ya que incluso todavía hoy se puede apreciar el arranque de un arco formero que en su día delimitaba el espacio de la misma, pues su decoración es similar a la originaria del siglo XVI, presentando en la rosca casetones decorados con rosetas, similares a los de los arcos de acceso a las otras capillas inalteradas en su decoración.

Por tanto, planimétricamente esta iglesia presenta una disposición longitudinal, de una sola nave con capillas hornacinas entre contrafuertes, ábside pentagonal y coro alto a los pies al que se accede a través de una escalera ubicada en el lateral de la epístola. Un tipo de planta idónea para la predicación y muy funcional, ya que la ausencia de soportes y la ampli-

Fig. 34 Planta de la iglesia. Foto: Catálogo Monumental de Navarra.

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tud de la nave facilitaban un numeroso aforo, a la vez que una perfecta visibilidad del presbiterio, desde el que el sacerdote dirigía la celebración de los divinos oficios, a lo que se sumó a partir del Concilio de Trento, clau-surado en 1563, la colocación del tabernáculo con la reserva del Santísimo Sacramento. Por su parte, las capillas laterales permitían la celebración de los cultos privados, siendo adquiridas por las clases pudientes o cofradías principalmente con una finalidad funeraria, lo que ayudaba en muchos casos a obtener fondos monetarios con los que sufragar la fábrica del tem-plo, como ocurrió en el caso que nos ocupa.

AlzadoLos elementos configuradores del alzado interior de la iglesia, como los

muros, pilastras, arcos, entablamentos o vanos de iluminación, responden a las características constructivas y de estilo propias del momento en que fue erigida la fábrica a fines del siglo XVI.

Uno de los elementos de apoyo más importantes de este templo son los propios muros, ya que a diferencia de lo que acontecía en la arquitectura gótica, donde los paramentos actuaban como mero instrumento de cierre, en el Renacimiento tuvieron carácter sustentante, formando parte activa del edificio. De ahí, el predominio del muro sobre el vano en esta iglesia, en consonancia con los caracteres de la arquitectura religiosa del siglo XVI, ya que las bóvedas, con su estructura continua de rampante redondo exigían paramentos fuertes y activos que contrarrestaran los empujes de los cascos, lo cual iba en detrimento del tamaño de las ventanas que se reducían considerablemente.

En los laterales de la única y ancha nave se abren capillas entre contra-fuertes que tan sólo perforan la mitad inferior del muro, ya que la parte superior de las paredes, que es maciza, se eleva por encima de los arcos de acceso a las hornacinas hasta alcanzar el nivel de las bóvedas, espacio en el que se desarrolla en algún caso una decoración pictórica que alude al patronato de la misma. Este tipo de hornacinas, cuyo arco de ingreso se eleva a media altura de la nave, son de gran complejidad constructiva, por los problemas estructurales y de contrarrestos de fuerzas que traen consigo, ya que son los arcos de ingreso los que soportan la carga del muro de la nave central, tal y como expresó el arquitecto segoviano Rodrigo Gil de Hontañón en su tratado de arquitectura266.

En el contrato de la fábrica de la iglesia rubricado en 1593, una de las capítulas especificaba que las capillas debían quedar comunicadas entre sí

266 garcía, s., Compendio de Architectura y Simetria de los templos conforme a la medida del cuerpo humano con algunas demostraciones de geometria. Año de 1681, Valladolid, Colegio Oficial de Arquitectos, 1991, f. 21v.


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por vanos abiertos en los estribos, disposición que era habitual en la época, e incluso aconsejable con objeto de acceder a estas estancias laterales sin interrumpir la celebración de la misa que se oficiaba en el presbiterio, pero esta cláusula no se cumplió, pues el único modo de penetrar en el interior de las hornacinas es a través de la nave.

Las dos primeras capillas más cercanas a la cabecera, tanto la del lado de la epístola como la del evangelio, que ocupan todo el espacio del primer tramo, se abren a la nave mediante un desarrollado arco escarzano sostenido por pilastras estriadas. En el caso de las hornacinas del segundo y tercer tramo de la nave, que desarrollan dos capillas por tramo, el acceso a las mismas tiene lugar a través de arcos de medio punto, también flanqueados por pilastras estriadas similares a las anteriores, que simulan una estructura de arco de triunfo. El espacio que en el siglo XVI estaba ocupado por el sotocoro, que comprendía la mitad más exterior del tercer tramo de la nave, y que actualmente es una antesala de la iglesia, también estaba recorrido por tres arcos, de medio punto el central y algo más anchos los laterales, separados por pilastras estriadas de similar altura y estética que el resto de las que delimitan las capillas de la nave. Por lo que respecta a la cabecera, los soportes principales son los propios muros perimetrales, sobre los que descansa la bóveda.

De acuerdo con los ideales propugnados por la estética clasicista impe-rante en el último tercio del siglo XVI, la decoración de los alzados interiores del templo es limitada, con objeto de no restar importancia a la propia estructura arquitectónica, como se aprecia en el uso de sencillas pilastras estriadas dotadas de capiteles y también de basas, aunque en la actualidad estas últimas no son visibles al haberse elevado el nivel originario del suelo con objeto de aislarlo de la humedad [fig. 35].

También apreciamos una leve concesión decorativa en el intradós de la rosca de los arcos, tanto los fajones de separación de las bóvedas que cubren los tres tramos de la nave, como los de medio punto y escarzanos de acceso a las capillas hornacinas. Esta ornamentación de rosetas de yeso enmarcadas por casetones fue aplicada en las dos capillas más cercanas a la cabecera, la del prior de Berlanga en el lateral derecho, y la frontera a ella bajo la advocación del Cristo de la Vera Cruz, que se hizo a imitación de la anterior, con el arco artesonado con sus florones esquirolados y estriar los pilares, ornato que asimismo embellece el intradós de los arcos de acceso de las dos últimas capillas del lado del evangelio, la de los López de Ribaforada y la de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. En cambio, el resto de las capillas presentan en los arcos una decoración más propia de fines del XVI y comienzos del XVII, de diseño geométrico, con la presencia de círculos, cuadrados y triángulos, dispuestos a la manera de una cadeneta típicamente manierista, motivos que también se advierten en las cubriciones

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de algunas capillas y en los arcos que sustentan el coro [fig. 21]. Los sucesivos contratos suscritos para acometer la fábrica del templo

conventual, tanto el fechado en 1589 como el posterior de 1593, estable-cían que por encima de las capillas laterales y alrededor de la nave de la iglesia se dispusiese un rafe de ladrillo con su labor de ovas y dentellones, motivos típicamente clásicos y de gran predicamento a lo largo del siglo XVI. Esta capítula no se cumplió rigurosamente ya que tan sólo la cabecera queda recorrida en su parte superior por dos molduras lisas que sirven de arranque a los nervios que conforman la compleja y elaborada bóveda de crucería estrellada.

La iluminación del templo se consigue a través de la apertura de vanos de iluminación colocados en la parte superior de los muros perimetrales y bajo los arranques de las bóvedas, tanto de la nave central como de las capillas hornacinas. Ventanas que acorde a la moda de la época y según especificaba la capitulación de la fábrica de la iglesia, son de disposición alargada, como los dos vanos en forma de arco de medio punto dispuestos en los paños oblicuos del presbiterio. Por lo que respecta a la nave, cada uno de los tres tramos orientados al evangelio o lateral izquierdo fueron horadados por alargadas ventanas, similares a las dispuestas en la cabece-ra, quedando en la actualidad abierta únicamente la del segundo tramo,

Fig. 35 Primer tramo del lateral derecho de la nave, con la capilla del Cristo de la Vera Cruz. Foto: M.J. Tarifa.


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aunque presenta un marco rectangular que no traduce la forma del vano exterior. La ventana colocada a los pies del templo sobre el espacio del coro también es rectangular. En el caso de las capillas hornacinas, tan sólo la perteneciente a Luis Cervantes, es decir, la más cercana a la cabecera por el lado del evangelio, se ilumina a través de dos ventanas abiertas en la parte superior, aunque es probable que originariamente las otras tres capillas del lateral izquierdo estuvieran horadadas por vanos circulares, como el que actualmente está cerrado en la capilla de San Miguel.

Abovedamientos

Los distintos tipos de cubriciones con los que fueron volteados los es-pacios del templo, tanto la nave, el presbiterio, como las capillas, responden a la diferente cronología en la que fueron acometidos, desde las bóvedas de crucería estrelladas propias del siglo XVI, hasta otros sistemas de above-damiento que acusan el influjo clasicista imperante a fines de la centuria.

Aunque en las sucesivas contrataciones de los años 90 del Quinientos suscritas para acometer la fábrica del templo se apuntaba que las capillas entre contrafuertes debían voltearse con bóvedas de nervios, creemos que fue su tardía ejecución, la mayor parte de ellas a principios del siglo XVII, lo que hizo abandonar la tan aceptada y difundida tipología de bóveda de crucería, que se siguió manteniendo hasta bien entrado el Seiscientos, por otras cubriciones, como la bóveda de cañón decorada con diseños geométricos.

Todas las capillas se cubren a la misma altura, salvo las dos más cerca-nas a la cabecera, que voltean a un nivel superior. La de la Asunción, que es la más cercana a la cabecera por el lado del evangelio, presenta bóveda de artesa con decoración geométrica simulando una cadena unida por óvalos y cuadrados. La segunda capilla de este mismo lateral muestra una cubrición octogonal sobre trompas aveneradas, que se repite en la tercera y cuarta capillas. Y en el lado de la epístola, la primera hornacina más próxima al presbiterio, si bien debía cubrirse como la frontera a ella, se realizó con bóveda de cañón, no de artesa, aunque ornamentada con los mismos motivos geométricos de cadeneta [fig. 36]. La segunda y tercera capillas se techan en la actualidad con una cubrición plana, mientras que la cuarta, actualmente bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar, tiene una cubrición adintelada enriquecida con la misma decoración geométrica aplicada a las capillas del primer tramo.

En el lateral izquierdo de la cabecera, en el paño más cercano a la nave, se abre una pequeña capilla dedicada a Santa Vicenta María López de Vi-cuña, hija de la localidad, a la que se accede a través de un arco de medio

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punto, quedando cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. Fue erigida en 1899 bajo la advocación de la Inmaculada Concepción para la Asociación de las Hijas de María267.

En el caso de la nave de la iglesia, se cubre con tres bóvedas estrelladas, que se corresponden con los tres tramos del templo, separadas por arcos fajones casetonados que apean en pilastras estriadas adosadas a los muros de la nave, marcando en alzado la compartimentación de espacios bien diferenciados [fig. 37]. Estructuralmente, estos arcos se muestran levemente apuntados, a pesar de su tardía ejecución en el último tercio del siglo XVI, si bien su decoración a base de casetones con rosetas en yeso, es propia del lenguaje renacentista. Quizás por ello los maestros que supervisaron la fábrica en abril de 1598 se quejaron de que no había sido cubierta con rampante redondo, tal y como estipulaban las capitulaciones de 1593, aludiendo que en la capitula que diçe que los cruçeros han destar en punto rredondo allamos, que falta del punto rredondo de altura faltan dos baras y una terçia268. Efectivamente, la iglesia iba a voltearse en un primer momento a un nivel más elevado, como podemos comprobar todavía hoy en el casco exterior de la bóveda de la nave, donde se aprecia la prolongación en el muro

267 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, p. 383. 268 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 001847, f. 82.

Fig. 36 Bóveda de la capilla del Cristo de la Vera Cruz. Foto: M.J. Tarifa.


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que la delimita de las pilastras sobre las que debía apoyarse dicha cubierta, soportes que incluso muestran en sus extremos el arranque de los nervios. Y también en estos muros perimetrales de la nave central queda constancia del trazado de arcos formeros, más elevados que los desarrollados en el interior de la iglesia, sobre los que debería haberse volteado la bóveda, ya que curiosamente descargaban justo sobre dichas pilastras recrecidas. Al no realizarse las bóvedas según lo establecido, en 1599 los frailes encargaron a Miguel de Múxica que volviese a ejecutarlas, insistiendo en que debían ser de punto redondo, con la forma curva del casquete interior.

Los nervios de las tres bóvedas estrelladas que voltean la nave, similares en su diseño, apean directamente sobre el capitel de las pilastras estriadas adosadas a los muros, si bien los que cubren el coro, lo hacen sobre ménsu-las semicirculares modeladas con motivos decorativos clásicos. De acuerdo con las cláusulas del contrato, estas bóvedas son un fiel reflejo de las que volteaban la nave del evangelio de la iglesia parroquial de la Asunción de Cascante, edificada también en el siglo XVI, pero desaparecida en su mayor parte a causa del incendio acontecido en 1940, quedando tan sólo en pie parte de los muros perimetrales y algún pilar [fig. 11]. Bóvedas formadas por nervios mixtilíneos que describen trazos rectos, como es el caso de los terceletes, ligaduras o diagonales, que se entremezclan con los combados

Fig. 37 Bóvedas de crucería estrellada de la nave de la iglesia. Foto: M.J. Tarifa.

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curvos, tanto cóncavos como convexos, originando una estrella de cuatro puntas y brazos sinuosos. De las claves centrales cuelgan florones dorados circulares con motivos vegetales de gran finura, siendo similares el del pri-mer y segundo tramo, no así el del tercero, quedando el resto de las claves secundarias desornamentadas.

El mismo diseño de bóveda estrellada aplicado a la iglesia de la Victo-ria había sido utilizado en la primera mitad del siglo XVI para cubrir de nuevo la nave del templo del monasterio cisterciense de Santa María de la Caridad de Tulebras, en la que trabajó Pedro Verges en 1563, obligándose a voltear la cabecera [fig. 38] y el tramo siguiente de acuerdo a la traza presentada por las religiosas269, separados por un arco casetonado decorado con rosetas, que es idéntico a los torales que en la Victoria de Cascante delimitan las bóvedas de la nave. Es probable que las bóvedas de iglesia de Tulebras fuesen tomadas como modelo a la hora de edificar las del conven-to de mínimos, aunque la documentación no diga nada al respecto. Esta hipótesis la fundamentamos en el hecho de que el hijo de Pedro de Verges, homónimo de su padre, fue el que redactó en 1599 las capítulas conforme a las que Miguel de Múxica realizó las bóvedas de la iglesia de la Victoria, por lo que pudo poner en práctica los conocimientos que adquirió junto a su padre en el cenobio cisterciense.

Pero sin duda alguna, es la cabecera una de las partes más sobresalientes de la fábrica del templo conventual cascantino, al quedar cubierta con una bóveda estrellada de gran complejidad que muestra la pericia que llegaron a alcanzar los artífices del siglo XVI al ejecutar este tipo de abovedamien-tos [fig. 39]. Esta capilla poligonal, de cinco lados, es de gran desarrollo espacial, quedando más elevada a nivel del suelo con respecto a la nave y capillas laterales, a la vez que se voltea por encima de la cubrición de la nave del templo. El espacio de la cabecera queda enmarcado por un arco fajón levemente apuntado, que al igual que los que dividen los tramos de la nave, presenta en el intradós casetones con rosetas dispuestos a manera de rombos.

En el Archivo de Protocolos de Tudela se conservan junto al contrato de ejecución de la capilla mayor, fechado en 1593, dos trazas con la plan-ta de la cabecera de un templo poligonal cubierta por una complejísima bóveda nervada de diseño estrellado, que en ambos casos es similar270 [fig. 40]. Los nervios parten de una clave central en torno a la cual se forma una especie de flor de nueve pétalos, que luego se complica al enlazarse con

269 tarIfa castIlla, m.j., La arquitectura religiosa del siglo XVI…, pp. 442-443 y 445-457. tarIfa castIlla, m.j., El monasterio cisterciense de Tulebras…, pp. 41-44.270 A.P.T. Cascante. Gabriel Conchillos. 1593, ff. 18r-19v. Trazas sin numerar, adjuntas al contrato.


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Fig. 38 Bóveda de la cabecera de la iglesia del monasterio de Tulebras. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 39 Bóveda de la cabecera de la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante. Foto: M.J. Tarifa.

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otros nervios, ligaduras, terceletes y combados cóncavos y convexos, que se funden con una estrella de nueve puntas surgida del trazado de nervaturas rectilíneas. Ninguno de los dos dibujos está firmado, si bien uno de ellos lleva la siguiente inscripción: Esta es la traza y planta de la capilla mayor de la yglesia de Nuestra Señora de la Victoria de la villa de Cascante [fig. 17]. Es muy probable que la traza que no tiene identificación fuese mostrada como patrón de la que debía ejecutarse para cubrir la cabecera de la iglesia cascantina, modelo que intuimos está reproduciendo la compleja bóveda estrellada de la cabecera del templo del monasterio de Tulebras, por las similitudes que presenta con la misma.

Fig. 40 Traza de la cabecera de una iglesia, 1593. Archivo de Protocolos de Tudela.


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Desconocemos el nombre del artífice que elaboró las capítulas de la con-tratación de la capilla mayor de la Victoria, pero sospechamos que pudiera ser Pedro Verges hijo, el mismo artista que redactó el acuerdo conforme al que debían acometerse las bóvedas de la nave de esta misma iglesia, y que como apuntamos con anterioridad, también repiten el modelo de las del cenobio de Tulebras. Quizás Verges hijo presentó la traza sin identificar, ejemplo de la bóveda del monasterio cisterciense, pero adaptándola a la forma poligonal de la cabecera cascantina, y de aquí se sacó el patrón de-finitivo conforme al que debía cerrarse la capilla mayor de los mínimos, tal y como recoge la inscripción que muestra una de las trazas en su parte inferior. Sin embargo, no descartamos la posibilidad de que ambos dibujos fuesen presentados como diseños independientes, sin estar uno basado en el otro, realizados por el mismo artista o por diferentes maestros, con objeto de dar una idea a los patronos del aspecto aproximado que debía presentar la cubrición271, de entre los cuales los promotores de la obra seleccionaron el que consideraron más conveniente o idóneo.

La bóveda de la capilla mayor de la Victoria que hoy podemos contem-plar, describe un diseño estrellado, acorde con los plasmados en las trazas, aunque no sea exacto, pues la edificada es de mayor complejidad, al añadir nuevas nervaturas. Las claves secundarias están decoradas con rosetas y en algún caso son pinjantes. De la clave central, realizada en madera dorada, salen unos rayos solares que recuerda el emblema de los franciscanos y de ella cuelga el escudo de la villa, ya que el regimiento ostentaba el patronato de la capilla, similar al colocado en la fachada del ayuntamiento en 1597, con un castillo de tres torres, en cuya puerta asoma la cabeza afrontada de un bóvido, elemento heráldico que ya aparecía en las monedas romanas acuñadas en Cascantum, en cuyo reverso mostraban un toro o buey. El escudo de Cascante también campea en los muros laterales de la cabecera, un relieve inserto en un marco oval, decorado con cartelas correiformes, pro-pias del manierismo y que nos hablan de su avanzada cronología272 [fig. 18].

271 Por ejemplo, la traza que carece de identificación muestra gran parecido con el diseño de la bóveda estrellada que cubre la capilla del Carmen de la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros de Ágreda (Soria), comenzada en 1562, templo para cuya edificación el obispo de Tarazona, Juan González de Munébrega donó 3.000 reales. martínez frías, j.m., El Gótico en Soria. Arquitectura y Escultura Monumental, Soria, Universidad de Salamanca-Diputación Provincial de Soria, 1980, pp. 338-339.272 Sin embargo, el escudo que campea en la clave central del pórtico de la iglesia parroquial de la Asunción está formado por un castillo de una sola torre, tal y como se había venido representando en la Edad Media, por lo que en las últimas décadas del siglo XVI la villa modificó su emblema, siendo el constituido por el castillo de tres torres el que ha llegado hasta nosotros. El actual escudo cascantino trae de azur y un castillo de oro almenado, donjonado de tres torres, la de en medio mayor, cada una con tres almenas de los mismo, el todo mazonado de azur y adjurado del mismo color, y en la puerta una cabeza de buey. Alrededor la inscripción: CIVITAS CASCANTUM MUNICIPIUM ROMANNORUM. otazu rIpa, j.l., “Heráldica Municipal. Merindad de Tudela”, Temas de Cultura Popular, nº 235, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, p. 15.

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Decoración pictóricaLas dificultades económicas a las que tuvieron que hacer frente los frailes

para concluir la edificación de la iglesia, les llevó a ceder el patronato de las capillas abiertas a lo largo de la nave del templo para uso particular, con una finalidad principalmente funeraria, teniendo que ocuparse sus nuevos dueños de todos los gastos de construcción y mantenimiento. Dichas de-pendencias se constituyeron en el mejor soporte de una imagen religiosa que, además de servir a fines doctrinales, fueron un medio de manifestación del prestigio personal. Una de las prerrogativas de dicho patronato fue el derecho a colocar el escudo de armas en las mismas, lo que manifestaba el privilegiado estatus social del titular, siendo esta iglesia uno de los ejemplos más excepcionales al respecto de los conservados en Navarra.

Una de las capilla más interesantes, tanto por la consideración del personaje que la fundó, como por la valía artística de la misma, es la ubicada en el lado del evangelio junto a la capilla mayor. Actualmente está dedicada a la Asunción, pero en el siglo XVI fue adquirida por Luis Cervantes Enríquez de Navarra, prior de Berlanga, quien la instituyó bajo la advocación de San Luis273. En el espacio del muro comprendido entre el arco de entrada a la capilla y la plementería de la bóveda se elaboró una decoración pictórica al fresco de carácter heráldico, junto con dos escudos esculpidos en yeso, alusiva al patronato de la misma [fig. 41].

En la parte superior del fresco la fecha de 1593 señala el año de la fun-dación e inicio de construcción de la capilla, acompañada de la inscripción latina: DOMINORUM ALPHONSI ET YSABELA PARENTUUM NOS-TRORUM ET MAYORUM EORUMQUE INGIGNIAE. Los personajes mencionados son los padres del fundador, Isabel Enríquez de Navarra y su esposo Alonso Gómez de Cervantes, quien en los años 20 del siglo XVI había estado al servicio del emperador Carlos V, como hombre de armas.

Bajo esta leyenda se despliega la pintura de un hermoso árbol genea-lógico, que recoge los nobles antecedentes Luis Cervantes. De los laterales cuelgan ramas vegetales, sobre las que se colocan tres escudos a cada lado, en una composición simétrica, que enmarcan un blasón central de mayor tamaño que los anteriores. El primero de los escudos del lado izquierdo, situado bajo la inscripción y que se repite en el lateral derecho, es el de los Cervantes: de sinople, con dos ciervas de oro puestas en palo, una, la más alta, con la cabeza levantada y la otra con la cabeza baja, y bordura de gules274. Ambos escudos están timbrados con el capelo cardenalicio rojo,

273 tarIfa castIlla, m.j., “Un itinerario genealógico…”, pp. 495-525.274 garcía carraffa, a.a., Enciclopedia heráldica y genealógica hispano-americana, Madrid, Imprenta de Antonio Marzo, 1926, t. 24, p. 121.


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del que caen a cada lado los cordones rojos fijados al mismo, seis borlas rojas, en serie de una, dos y tres. Tras el escudo se coloca en palo la cruz propia de la dignidad episcopal275. La cruz de la orden militar de San Juan de Jesuralén, que vulgarmente se le denomina de Malta, también está repre-sentada en la parte superior del cuadro genealógico, sobre el gran escudo central, lo que indica que algún miembro de la familia el prior de Berlanga ingresó en la misma.

Siguiendo el orden descendente, el segundo escudo lateral izquierdo es cortado y medio partido, primero de sinople, con dos ciervas de oro puestas en palo, por los Cervantes; segundo, de azur, con una banda de gules acompañada de dos cotizas de oro, y dos crecientes de oro, con bor-dura de ocho sotueres de oro; y el tercero, de azur, con un castillo de oro y bordura componada de oro y gules, de los Enríquez. Está enmarcado por una cartela de cueros retorcidos, que ostenta acolada la cruz de Calatrava, roja floreteada, a cuya orden militar debió pertenecer algún antepasado de esta familia.

Por su parte, el escudo opuesto a éste en el lado derecho presenta las mismas armas, pero detrás del blasón se coloca la cruz de Malta, en palo,

275 Los cardenales que son patriarcas, arzobispos y obispos pueden poner acolada, en palo, la cruz correspondiente a su grado. VVAA, Tratado de genealogía, heráldica y derecho nobiliario, Madrid, Hidalguía, 1961, p. 187.

Fig. 41 Emblema heráldico de Luis Cervantes Enríquez de Navarra. Foto: José Latova.

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saliendo sus extremos por el jefe, flancos y punta del mismo con las ocho puntas de la cruz blanca, símbolo de las ocho bienaventuranzas propias de la hospitalidad que profesa esta orden.

Los escudos de la parte inferior presentan en sus campos los mismos elementos heráldicos que los descritos en los inmediatamente anteriores, al igual que el enmarque de la cartela, si bien se diferencian en que el del lado izquierdo lleva acolada la cruz de Calatrava, como el colocado encima de él, mientras que el del lateral derecho ostenta la cruz de la orden militar de Santiago, cuya insignia es una espada roja en forma de cruz. Estas dos líneas genealógicas se unen por medio de ramas con hojas en el escudo central, que es el de los Enríquez de Navarra: cuartelado, primero y cuarto de gules, con las cadenas de oro de Navarra; y segundo y tercero de azur, con un león rampante coronado, de gules276. En la parte central del escudo se colocan tres escusones: en el flanco derecho, de azur, el castillo de oro; en el centro, de sinople, dos ciervas; y en el flanco izquierdo, de azur, una banda de gules con dos cotizas de oro, acompañada de dos crecientes de oro, y bordura con ocho sotueres de oro. Son las armas de los Rivadeneira, de los Cervantes y de los Amézcoa, tal y como refiere la descripción que se hizo en 1562 en la carta de ejecutoria de hidalguía presentada por Alonso Cervantes, hermano del prior, ante los tribunales reales navarros277.

Debajo sobresalen dos escudos esculpidos, similares al blasón pintado en la parte central del árbol, por tanto, las armas del patrono de la capilla, Luis Cervantes Enríquez de Navarra, tal y como alude la inscripción escrita sobre ellos: DOMINI LUDOVICI ENRRIQUEZ CERVANTES DE NA-VARRA FUNDATORIS HUIUS CAPELLAE ENSIGNIA. Y entre ambos blasones se recoge la siguiente leyenda, muy deteriorada: ESTA CAPILLA DEL S. REY Y SANTO SAN LUIS [DE FRANCIA MAN] DO HAZER EL SEÑOR DON LUIS ENRRIQUEZ CERBANTES DE NAVARRA PARA SI Y SU SOBRINO DON PIERRES […] CERBANTES DE NAVARRA […] SUS PADRES Y ABUELO […].

Los blasones anteriormente descritos son nuevamente esculpidos en el interior de la capilla en la parte superior de la misma, enmarcados por una cornisa moldurada que recorre todo el perímetro [fig. 42], presentando algunos de ellos variantes. Las armas de los Cervantes de Cascante aparecen timbradas con la insignia del obispo, formada por el capelo rojo y la cruz en palo, pero a diferencia del blasón pintado en la entrada de la capilla, de los cordones laterales cuelgan siete borlas, una, tres y tres respectivamente. 276 menéndez pIdal, f. y martInena ruIz, j. j., Libro de armería del Reino Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2001, p. 119, nº 20.277 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 37568, ff. 24 y 30v. tarIfa castIlla, m.j., “Un itinerario genealógico…”, pp. 510-511.


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Otro de los escudos tallados en esta capilla representa las armas de los Cervantes propiamente dicho: de azur, con dos ciervas de oro puestos en palo, y bordura de gules, con ocho sotueres de oro278. Otro blasón sigue el modelo cuartelado, primero y cuarto de sinople, con dos ciervas de oro puestas en palo, la de abajo con la cabeza inclinada, por los Cervantes; y segundo y tercero, de azur, con una banda de gules con dos cotizas de oro, acompañada de dos crecientes de oro, y bordura con ocho sotueres de oro, de los Amézcoa; y el centro del escudo de azur, con un castillo de oro, de los Ribadeneira. Un escudo muy parecido a éste presenta el marco oval, cortado y medio partido, primero de gules con dos ciervas de oro puestas en palo, la inferior con la cabeza inclinada, sobre fondo azul; segundo de azur, con un castillo de oro; y tercero de azur con una barra de gules con dos cotizas de oro, acompañada de dos crecientes de oro, y bordura con ocho sotueres de oro; por los bordes del escudo asoman los cuatro brazos de la cruz roja floreteada de la orden de Calatrava. Además de estos em-blemas heráldicos, pertenecientes a los linajes Cervantes y Enríquez, hay otros, como el compuesto por cinco castillos de oro, puestos en sotuer, y otro, en oro, con tres flores.

La siguiente capilla, la segunda por el lado del evangelio, está dedicada al fundador de la Orden de los Mínimos, San Francisco de Paula, que es la privilegiada de anima del dicho convento. Fue adquirida por Miguel Cru-278 garcía carraffa, a.a., Enciclopedia heráldica …,1926, t. 24, p. 120.

Fig. 42 Escudos dispuestos en el interior de la capilla de Luis Cervantes Enríquez deNavarra. Foto: M.J. Tarifa.

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zat, prior de la orden de San Juan de Jerusalén en Navarra, en 1598, cuyas armas fueron pintadas sobre la entrada de la capilla, a modo de estandarte, con la cruz de Malta blanca sobre fondo rojo, flanqueada por dos blasones pertenecientes a la familia de los Cruzat [fig. 43]. El escudo colocado en el lado izquierdo es de plata, con cuatro bandas de gules, cargada cada una de una cotiza de plata sembrada de armiños de sable, armas del linaje de los Cruzat279. El blasón dispuesto en el lateral derecho es cuartelado, primero de azur, con tres conchas; segundo de plata, con la cruz roja de la orden militar de Calatrava; tercero de plata, con un rastrillo de sable; y cuarto de plata, con cinco fajas de azur, las tres superiores rectas, y las dos inferiores ondeadas, y bordura de gules con cadenas. La bóveda ochavada que cubre la capilla también está decorada al fresco, con pinturas del siglo XVIII, que muestran el tema de la Coronación de la Virgen y San Francisco de Paula, acompañados de los santos Juanes, Santa Cecilia y ángeles280 [fig. 44].

La capilla de San Miguel, tercera del lateral izquierdo, perteneció a Bernardino y Jerónimo López de Ribaforada, quienes la fundaron el 29 de abril de 1602, como lugar de enterramiento para sí y su familia. Por ello, sobre el arco de acceso a la misma campea el escudo de armas de la familia [fig. 45], que encargaron en septiembre de 1603 al pintor navarro Juan de Lumbier (act. 1578- †1626), con mucho adorno y follateria, de modo que quede muy vien con todo el espazio que pudiere y diere lugar, y que el escu-do aya de ser lo de dentro de plata y oro y colorado los campos281. Lumbier pintó el referido blasón cuartelado, primero y cuarto de plata, con tres 279 ocHoa de olza eguIraun, e. y ramos aguIrre, m., Usos heráldicos en Navarra, Panorama, nº 17, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1990, p. 45.280 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, p. 51.281 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1603, ff. 249r-250v.

Fig. 43 Armas de los Cruzat junto al estan-darte de la Orden de San Juan de Jerusalén.

Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 45 Armas de los López de Ribaforada, por el pintor Juan de Lumbier.

Foto: M.J. Tarifa.


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palos de sable; segundo y tercero de gules, con tres botines alternados de oro282, flanqueado por dos jóvenes desnudos, al modo clásico y timbrado con un yelmo.

Emblema heráldico que estuvo a punto de perderse, ya que en 1607 se puso en entredicho la hidalguía de los López de Ribaforada, por lo que se inició un pleito en los tribunales reales navarros cuya sentencia inicial de 15 de mayo de 1607 dictaminó que Bernardino López de Ribaforada quite el escudo de armas que a puesto en una capilla del monasterio de Nuestra Señora de la Vitoria de la dicha villa de Cascante y se le manda no huse de las armas que en el dicho escudo se contienen y mas le condenamos al dicho Bernardino Lopez en cinquenta ducados. El afectado reclamó alegando que su antecesor, Miguel López de Rifaforada, había adquirido dicha condición de hijodalgo, por lo que tanto él como sus herederos tenían el derecho de llevar su escudo de armas que son dos bastones con bandas açules en campo blanco de argent y tres çapatos. La sentencia definitiva de 20 de octubre de 1607 fue favorable a los López de Ribaforada283.282 Las armas de los López de Ribaforada quedaron recogidas en el Libro de Armería del Reino de Navarra, ya que Miguel López de Ribaforada obtuvo sentencia de nobleza en la Corte Mayor de Navarra en 1515. menéndez pIdal de navascués, f., Libro de Armería del Reino de Navarra, Bilbao, Gran Enciclopedia Vasca, 1974, p. 106. de Huarte y de jáureguI, j.m. y de rújula y de ocHotorena, j., Nobleza ejecutoriada en los Tribunales Reales de Corte y Consejo de Navarra (1519-1832), Madrid, Tipografía Católica, 1923, p. 277.283 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 089152.

Fig. 44 Bóveda de la capilla de San Francisco de Paula con las pinturas de la Coronación de la Virgen María. Foto: M.J. Tarifa.

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En el interior de la capilla se ha conservado una lápida con el escudo de este linaje, similar al blasón realizado por Juan de Lumbier sobre el arco de entrada a la misma, pudiendo pertenecer a Bernardino López de Ribaforada, quien falleció en 1624, siendo sepultado en esta capilla [fig. 15]. También se pintó otro blasón en una de las paredes de este espacio, que lleva por lema Armas de don Francisco Ximenez de Leorin, quien fue elegido diputado cascantino para las cortes de 1780-81284. Es cuartelado, pri-mero de gules, con un creciente jaquelado de oro y sable; segundo y tercero de oro, con un rastrillo de sable; y cuarto de gules, con un lobo rampante de plata. Enmarcado por una compleja cartela de cueros correiformes, se timbra con un yelmo [fig. 46].

Por lo que respecta a la capilla más próxima a la cabecera por el late-ral derecho, recordemos que desde 1601 estuvo bajo el patronato de Luis Zapata y María de Lisanco, quienes la instituyeron bajo la advocación de la Vera Cruz, por lo que es muy probable que sobre el arco de ingreso a la misma se pintasen sus armas, ocultas posteriormente bajo diferentes capas de pintura. De hecho, hemos hallado constancia documental de que a mediados del siglo XVIII Lorenzo Guerra y Zufia, patrono de la misma en estos momentos, colocó su escudo285.

Lo mismo podría suceder con la capilla de la Concepción, la tercera del mismo lado derecho de la nave, cuyo patronato ostentó desde 1733 el cascantino Joaquín Ximénez de Antillón, caballero de la orden de Santia-go, junto con su esposa Teresa de Castejón286. La capilla aneja a ésta, bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar, anteriormente dedicada a San Antonio, presenta sobre el arco de entrada el blasón de Antonio Calvo y Cardenal [fig. 47] ya que adquirió el patronato de la misma con derecho de enterramiento en diciembre de 1777287. El escudo es cuartelado, el primero partido, el primero de azur, con un castillo de tres torres y una bandera roja encima, y una mano que sale con su espada, y el segundo de oro, con un árbol y un perro asido a él de sable; el segundo de azur, con una faja de gules entre dos estrellas de oro; el tercero, es cuartelado, primero de gules, dos castillos de oro, segundo de azur, un león de oro, tercero, de azur, con dos estrellas y una flor de lis de oro en el centro, y cuarto, de gules, con una barra de sable entre dos estrellas de oro; y el cuarto cuartel, partido, el primero de sable, con una columna, y el segundo de azur, con un castillo con dos banderas rojas y una paloma encima. Las bordaduras de los cuatro cuarteles están formadas con cabezas de niños, flores y una 284 Algunos datos biográficos sobre este noble y sus familiares directos son aportados por fernández marco, j. I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 26-27.285 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 218756.286 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33725, doc. 4.287 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33724.


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especie de volutas, que enriquecen la decoración del conjunto. En el centro del escudo campea la cruz de la orden militar de Santiago, a la que perte-necería Antonio, y por los flancos del escudo asoman las puntas de otra insignia militar, probablemente la de Calatrava, quedando todo el blasón timbrado por un yelmo.

Estructuras exteriores

El complejo conventual de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante manifiesta al exterior una sobriedad decorativa en la ausencia de elementos ornamentales y una pobreza en los materiales empleados, principalmente la rejola, propia de los edificios promovidos por los franciscanos, al igual que sucede con el resto de las órdenes mendicantes. No obstante, el uso del ladrillo no sólo viene determinado por la economía de su coste, sino también por la escasez y mala calidad de la piedra en la zona meridional de Navarra, al igual que ocurre en el resto del territorio del valle medio del Ebro, lo que explica que la mayor parte de los edificios hayan sido erigidos con este material, a lo que se suma su utilización por tradición mudéjar.

Centrándonos en la iglesia conventual, los muros de aparejo de mam-postería y ladrillo traducen con claridad al exterior la estructura de una sola nave con capillas entre contrafuertes, estribos escalonados que quedan ocultos en la parte inferior por las capillas hornacinas, cubiertas a menor altura [fig. 48]. A la nave se adosa la cabecera poligonal de cinco lados,

Fig. 46 Armas de Francisco Ximénez de Lerín en la capilla de San Miguel.

Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 47 Armas de Antonio Calvo y Carde-nal. Foto: M.J. Tarifa.

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reforzada por contrafuertes, a cuyo paño central se une la sacristía barroca rectangular, de dos cuerpos, que mantiene la unidad estilística con el resto del templo a base de verdugadas que recorren sus muros.

La iluminación del interior del templo se consigue mediante la apertura de alargadas ventanas de medio punto dobladas en la parte superior de la nave, una por tramo, a lo que se suman los vanos de iluminación de la cabecera y capillas del lado del evangelio.

Por la parte superior de la nave corre un sencillo rafe de ladrillo for-mado por hileras de esquinillas o dentellones, asimismo denominados dientes de sierra, es decir, ladrillos colocados en esquina, que forman hiladas alineadas, decoración que también recorre la parte superior de las capillas entre contrafuertes. La cabecera presenta una decoración más compleja que imita labores geométricas, a modo de zig-zag, rematadas por un alero de canecillos de ladrillo en saledizo, resultado de la pervivencia de la tra-dición arquitectónica mudéjar en la zona [fig. 49]288. También cuenta con una espadaña de ladrillo de dos cuerpos, a los pies de la nave y otra de un solo vano en el lado del evangelio.

La única puerta de acceso al templo, también de ladrillo, ocupa el es-pacio comprendido entre los dos últimos estribos del costado izquierdo a los pies de la nave y está formada por un arco de medio punto flanqueado por dos pilastras [fig. 50]. Sobre ellas apoya un entablamento que da paso a un remate o ático en forma de arco conopial, con una hornacina central, rematada por frontón triangular, que alberga la imagen de San Francisco de Paula, fundador de los mínimos. Esta portada precede a otra interior,

288 Véase al respecto tarIfa castIlla, m. j., “Pervivencia de la tradición arquitectónica mudéjar en la Ribera de Navarra en el siglo XVI”, en XIII Simposio Internacional de Mudejarismo, Teruel, Centro de Estudios Mudéjares, 2014 (en prensa).

Fig. 48 Exterior de la iglesia del convento desde la cabecera. Foto: M.J. Tarifa.


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asimismo de ladrillo, que describe un arco de medio punto rematado con frontón triangular, en cuyo tímpano se ha colocado un altorrelieve de la Virgen con el Niño bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria, titular del convento [fig. 51].

Fig. 49 Detalle del exterior de la cabecera. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 50 Puerta de acceso al interior de la iglesia. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 51 Detalle de la Virgen de Nuestra Señora de la Victoria en la portada interior de la

iglesia. Foto: M.J. Tarifa.

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el exorno artístico, espejo de la orden y de los patronos

El retablo mayor

Tal y como había quedado establecido en la escritura fundacional del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante, fechada el 4 de diciembre de 1586, el patronato de la capilla mayor del templo quedó reservado al regimiento de la villa. Consecuentemente, éste había corrido con los gastos de ejecución de su fábrica, concluida en su mayor parte para 1605, como referimos anteriormente en el capítulo dedicado a las capillas de patronato. Por la misma razón, le correspondía al ayuntamiento hacerse cargo de su exorno, facilitando todos aquellos bienes muebles y ajuar litúr-gico necesarios para el buen desarrollo del culto divino. Por ello, en abril de 1620 los frailes mínimos advirtieron que la capilla mayor no contaba todavía con un retablo que la presidiera, estando el presbiterio indecente, por lo que solicitaron a los regidores que a la mayor brevedad posible financiasen la ejecución del mismo. El Consejo Real de Navarra otorgó en julio de 1621 permiso a la localidad cascantina para que de sus rentas gastase 200 ducados en la realización de dicho retablo mayor, entregando 50 ducados anuales a lo largo de cuatro años, si bien antes de sacar la obra a remate de candela les debían hacer sabedores de los distintos modelos presentados para este fin289.

Tras haber pregonado la elaboración del retablo, tanto en la propia localidad como en las vecinas, la obra fue subastada en la casa del ayunta-miento el 22 de agosto del presente año, acudiendo a la población ribera diferentes maestros de arquitectura y pintura que presentaron hasta seis 289 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 14665, f. 12.


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trazas diferentes con las que poder acometer esta pieza. Jerónimo López de Ribaforada, como teniente alcalde, junto a otros regidores, Sancho Ximénez de Antillón y Sebastián de Salcedo, encargaron al pintor pamplonés Juan de Lumbier (act. 1578- †1626)290, vecino de Tudela, al architecto Francisco del Pontón y a Juan de Biniés291, escultor residente en Tudela, que escogiesen de entre todos los diseños presentados el que mas conviniere para dicho retablo y de mejor comodidad conforme al sitio y endreçera donde ha de estar el dicho retablo.

Los maestros seleccionaron las dos trazas que consideraron más apropiadas y de menor cuantía para hacer realidad el proyecto, una en pergamino firmada por Jerónimo de Estaragán y la otra dibujada sobre papel por Juan de Irigoyen y Macaya, a lo que se sumaron las capítulas de ejecución de dicho retablo292. Según establecían éstas, el artista que se adjudicase el mueble lo llevaría a cabo siguiendo uno de los dos diseños preseleccionados. Si se optaba por el del maestro Juan de Irigoyen, el retablo tendría 18 pies geométricos castellanos de ancho y 30 pies de alto, con las iconografías señaladas en la traza de San Francisco de Paula, la Virgen de Nuestra Señora de la Victoria, San Francisco de Asís con las llagas, Santo Domingo, San Juan Bautista, San Juan Evangelista y un Cristo Crucificado en el ático. También incluía el dibujo un sagrario con los evangelistas a sus lados, tabernáculo de madera articulado por cuatro columnas corintias y coronado por una cúpula de media naranja que el artista que contratase el mueble debería engrandecer una vara y una quarta en alto y en ancho su proporcion. Asimismo, se indicaba en este caso que los frisos de separación de los cuerpos del retablo debían ir estofados.

290 Juan de Lumbier fue uno de los pintores navarros más destacados del último tercio del siglo XVI y comienzos del XVII, asentado en Tudela, donde trabajó para la catedral, el ayuntamiento y la nobleza de la ciudad, contratando a su vez obras para distintas localidades de la Ribera, Tarazona, Borja y La Rioja. castro álava, j.r., Cuadernos de arte navarro, a) Pintura…, pp. 141-165. ecHeverría goñI, p.l., Policromía del Renacimiento en Navarra, Pamplo-na, Gobierno de Navarra, 1990, pp. 291-292. ecHeverría goñI, p.l., “Pintura y policromía del Renacimiento en la Ribera”, en Jornadas sobre el Renacimiento en la Ribera, Tudela, Centro Cultural Castel Ruiz, 1993, p. 84. crIado maInar, j., Las artes plásticas …, pp. 30, 566-567, 570 y 833-834. garcía gaInza, m.c., “Sobre el pintor Juan de Lumbier”, Laboratorio de Arte, nº 12 (1999), pp. 103-114. fernández gracIa, r. (coord.), ecHeverría goñI, p.l. y garcía gaInza, m.c., El arte del Renacimiento en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005, pp. 366-367. crIado maInar, j. y carretero calvo, r., Las tablas de Juan de Lumbier en el Museo de la Colegiata de Borja, Borja, Institución Fernando el Católico, 2008. cortés perruca, j.l. y crIado maInar, j., “El antiguo retablo mayor de la parroquia de San Bartolomé de Borja (Zaragoza). Propuesta de identificación de sus restos”, Cuadernos de Estudios Borjanos, nº LVII, Borja, Centro de Estudios Borjanos, 2014 (en prensa). tarIfa castIlla, m.j., “Juan de Lumbier, un pintor navarro contemporáneo del Greco. Nuevas aportaciones documentales”, XX Congreso Nacional de Historia del Arte. CEHA, El Greco en su IV Centenario, Toledo, 2014 (en prensa).291 Artista especializado en la realización de imágenes de tipo procesional y autor de varias de ellas localizadas en la Ribera navarra, como los Cristos Crucificados de Cintruénigo, Buñuel y Cortes de Navarra o el paso de Cristo con la Cruz a Cuestas de Murchante. garcía gaInza, m.c., “Pasos e imágenes procesionales del primer cuarto del siglo XVII”, Boletín del Seminario de Arte y Arqueología, nº 46 (1980), pp. 425-434. lavIlla, l. y sola, e., “Juan de Biniés, escultor”, Revista del Centro de Estudios Merindad de Tudela, nº 16 (2008), pp. 87-109.292 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 14665, ff 14r -16v. Ap. Dl. 21.

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La otra traza seleccionada para el retablo mayor había sido diseñada por Jerónimo Estaragán, maestro activo en la Ribera que trabajó en la década de 1630-1640 realizando retablos clasicistas con características similares a los que divulgaban por aquellas fechas los frailes tracistas del Carmelo reformado. Entre su producción se encuentran la caja de órgano de Ablitas (1625), la traza del retablo de la iglesia del Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Tudela (1635), el retablo del Cristo de Guía en la iglesia abacial de Fitero (1637), el retablo mayor de la parroquia de Marcilla (1639) y el sagrario de la parroquial de Ablitas (1644)293. Trabajos en los que el artista empleó columnas entorchadas, tendiendo a la claridad de líneas propia de la estética clasicista que imperó a comienzos del siglo XVII.

En el caso de elegir la traza en pergamino diseñada por Estaragán, el retablo mayor de los frailes mínimos se acometería con las figuras señala-das en la misma, teniendo el mueble 20 pies de ancho de vara de Aragón y 30 pies de alto. El sagrario también debía de modificarse en este diseño, rebajando la media naranja que lo cubre de suerte que no suba de la cornisa de pedestral de las columnas, y en el caso de las dos figuras pintadas en el remate, alegorías de las virtudes, se sustituirían por dos escudos de la villa.

En cualquier caso, el maestro que contratase el retablo debía entregar 6 ducados al artista que dibujó el diseño que finalmente se escogiese. Para su ejecución se emplearía madera de pino de Ebro, de buena ley y seca, mientras que la pintura que lo recubriría sería al óleo y dorada, quedando toda la arquitectura del retablo cubierta de oro liso bien bruñido. El maes-tro que lo rematase debía concluirlo en el plazo de cuatro años, cobrando anualmente 50 ducados hasta finiquitar el total de la cantidad en que fue contratado, siendo reconocida la obra tras su conclusión por maestros puestos por ambas partes que corroborarían o no su ejecución de acuerdo a las capítulas y traza elegida al respecto.

Tras leerse las referidas capítulas por el nuncio Juan Ruiz, se encen-dió una vela de cera, comenzando las pujas por parte de los maestros allí congregados. Así, Juan de Berganzo (doc. 1601-1625), ensamblador vecino de Tarazona294, ofreció hacer el retablo por 1.200 ducados, el pintor ave-293 fernández gracIa, r., El retablo barroco en Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2003, p. 152.294 Juan de Berganzo se ocupó, junto con Domingo de Mezquía, de proseguir la ejecución de la sillería del coro del monasterio cisterciense de Veruela a la muerte de Juan de Oñate en 1600, empresa que había sido iniciada bajo las órdenes de este maestro de arquitectura en 1598, labor que estuvo concluida para noviembre de 1602. crIado maInar, j., “La sillería coral del monasterio de Veruela”, en calvo ruata, j.I. y crIado maInar, j. (comis.), Tesoros de Veruela. Legado de un monasterio cisterciense, Zaragoza, Diputación Provincial de Zaragoza, 2006, pp. 242-244. Para 1611 tenía encomendada la parte lígnea del retablo de la Virgen de la Barda del monasterio cisterciense de Santa María de Fitero, que en 1617 policromó Juan de Lumbier. fernández gracIa, f., “Traza para el retablo de la Virgen de la Barda”, en fernández gracIa, r. (comis.), Fitero: el legado de un monasterio, Pamplona, Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, 2007, pp. 254-255. En 1615 Berganzo asentó el retablo mayor de la parroquia de San Blas de Magaña, una vez que el pintor zaragozano Agustín Leonardo (doc. 1588-1618)


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cindado en Tudela Juan de Lumbier, por 1.000 ducados, Juan de Gurrea295, ensamblador vecino de Tudela, por 900 ducados y el cascantino Juan de Gessa por 800 ducados, si bien finalmente se adjudicó la obra Bernardo del Bosque, vecino de Tarazona, en 720 ducados.

Esta cantidad triplicaba el presupuesto inicial permitido al regimiento cascantino para pagar de sus propios fondos la ejecución del retablo, por lo que en septiembre de dicho año de 1621 el fiscal aconsejó reformar la traza quitando della algunas cosas que no sean de muy grande consideracion y aian aumentado la costa de manera que el dicho retablo no exceda de toda costa perfecto y acabado de quatrocientos o quinientos ducados salvo en todo la moderacion que a vuestro consejo pareciere. Finalmente, el Consejo Real otorgó el 11 de diciembre de 1621 la licencia oportuna para acometer el retablo mayor, en el que podrían gastar de las rentas municipales única-mente 300 ducados296.

A finales de dicho mes de diciembre el Consejo Real todavía tenía en su poder las dos trazas presentadas como modelo para la ejecución del retablo, por lo que el procurador de los cascantinos solicitó su pronta devolución con objeto de poder iniciar el mismo. Aquellos contestaron que hiciesen copia de los diseños, a lo que los representantes del regimiento contestaron en enero de 1622 que era algo dificultoso respeto de que estan pintados en un pergamino y no se puede sacar traslado dellos sino que algun pintor los traslade, y la causa para que se presentaron en vuestro consejo fue solo para que se echase de ber que la dicha obra no abia de ser de mucha costa, y assi suplica a vuestra magestad que el servicio de la causa entregue aquellas a uno de los procuradores de la dicha villa dando descargo de su recibo con obligacion de presentarlas en vuestro consejo cada y cuando que se le mandare para que se prosigue la dicha hobra atenta esta suspenso por falta dellas297.

Desconocemos si finalmente las trazas se devolvieron, ya que dichos dibujos no se han conservado ni en los fondos del Archivo Histórico Mu-nicipal de Cascante, ni en las distintas secciones del Archivo General de Navarra, de protocolos notariales, tribunales reales o cartografía.

Lo que sí podemos asegurar es que en la mazonería del retablo mayor trabajó Juan de Gurrea, al menos desde el mes de abril de 1623, partici-pación por la que los regidores de la villa debían pagarle para la pascua de Resurrección de 1624 la suma de 50 ducados a quenta de la echura del hubo concluido su pintura y policromía. crIado maInar, j. y carretero calvo, r., “El pintor Agustín Leonardo el Viejo”, Turiaso, XVIII (2005-2007), pp. 112-113, 119-120 y 123.295 Fundador de un taller de importantes retablistas en Tudela en las primeras décadas del siglo XVII, algunos de sus principales trabajos fueron el desaparecido retablo de la Virgen del Romero en su templo de Cascante y el retablo del hospital de Nuestra Señora de Gracia de Tudela. fernández gracIa, r., El retablo barroco en Navarra…, pp. 179-181.296 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 14665, ff. 18r -19r.297 A.G.N. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 14665, f. 22r.

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retablo de la capilla mayor del monasterio de nuestra señora de la Vittoria de esta villa de Cascante298.

Unas décadas después, en 1761, el corrector de los Mínimos planteó en una sesión municipal la necesidad de pintar y dorar el retablo de la capilla mayor, ya que estaba indecente, sin que la ciudad tubiese que pagar cosa alguna de los gastos, ni por ello pudiese adquerir el Conbento la menor posesion de propiedad, lo que se executaria mediante el permiso y lizenzia de la Ciudad. El regimiento concedió la oportuna licencia, quedando exento de sufragar dicha intervención299.

El retablo [fig. 52], de planta recta, se asienta sobre un zócalo de obra, ocupando el lienzo central del ábside poligonal. Se articula en dos cuerpos de tres calles, enmarcadas por columnas de basa moldurada, fuste entor-chado y capitel compuesto. Las cajas laterales del primer cuerpo quedan rematadas por frontón curvo, mientras las de piso superior lo hacen con frontón triangular, describiendo la calle central un arco de medio punto sobre pilastras. A este segundo nivel se superpone un friso de separación que culmina en los extremos con frontón curvo y remates piramidales. El ático, formado por una sola calle central recorrida por columnas de fuste estriado sobre las que se dispone un frontón curvo partido, queda unido al piso inferior por aletones curvos.

Con posterioridad se le añadió el tabernáculo barroco que ocupa el cuerpo bajo de la calle central, formado por pedestal y cuerpo de colum-nillas decoradas, albergando el sagrario en su interior, sobre cuyo remate bulboso se colocó en 2012 la talla de San Antonio con el Niño donada por un particular a la parroquia.

Si la arquitectura del retablo recibió policromía fue tardíamente, a fina-les del siglo XIX o principios del XX, sin haber sido estucado previamente. Una pintura de tipo plástico que imitaba mármoles de colores verdes y rojos, combinada con los dorados de las basas y capiteles, como podemos apreciar en algunas fotografías anteriores a la década de 1990. Este fue el aspecto que presentó el retablo hasta el año de 1996, cuando sufrió una importante intervención bajo la dirección del entonces restaurador del Museo de Navarra, Ángel Marcos, en la que participaron los también res-tauradores Itxaso Sánchez Urra, Eva Ardaiz Iriarte y David Marcos Agui-rre. El proceso consistió en eliminar la pintura anterior, estucar, dorar al agua, policromar y realizar finas labores de pintura al temple y esgrafiado imitando motivos decorativos fantásticos de estilo renacentista, labor esta última acometida por Marcos.

Por lo que respecta a la iconografía del retablo, no se siguieron al pie de la letra las indicaciones recogidas en el condicionado de 1621, ya que la mayor parte de los santos mencionados en el contrato no fueron final-298 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1623.299 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. II…, p. 360.


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mente efigiados en el mismo. Además, las pinturas que alberga el retablo actualmente pudieran no ser las originarias, ya que fotografías anteriores a 1996 muestran que las calles laterales del primer cuerpo estaban ocupadas

Fig. 52 Retablo mayor de Nuestra Señora de la Victoria. Foto: M.J. Tarifa.

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por las esculturas del Sagrado Corazón a la izquierda y San José a la dere-cha, al haberse sustraído las pinturas destinadas a estos espacios300 [fig. 53].

En la actualidad, la caja izquierda del primer cuerpo acoge la imagen de la Santísima Trinidad [fig. 54], representado a Dios Padre sedente, que sustenta con sus dos manos la cruz en la que está clavado Cristo, acompa-ñados por la paloma del Espíritu Santo que lleva en su pico la forma de la Sagrada Hostia. Las figuras se disponen sobre un fondo de nubes en las que flotan dos grupos de cabezas de querubines aladas.

La otra pintura del lateral derecho muestra a San José con el Niño [fig. 55], en un momento en el que la devoción al Santo Patriarca comienza a tener fuerza, gozando de su máxima expresión en los siglos del Barro-co. La composición está ocupada en su mayor parte por la figura de San 300 fernández marco, j.I., “Nuestra Señora de la Victoria…”, s.p.

Fig. 53 Retablo mayor de Nuestra Señora de la Victoria.Foto: Catálogo Monumental de Navarra (1980).


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José, dispuesto en pie junto a una columna de corte clásico, sosteniendo con la mano derecha la vara florecida, que alude a su victoria sobre los otros pretendientes para desposarse con la Virgen María, según narran los Evangelios Apócrifos. El Santo Patriarca es retratado como un hombre joven, de pelo y barba castaños, de acuerdo a la iconografía desarrollada en los siglos de la Edad Moderna, frente a la medieval donde casi siempre aparece como un anciano de cabeza calva y barba blanca. Viste una túnica rosa y manto de tonalidad rojiza, con cinturón negro ceñido a la cintura. Se muestra como un cariñoso padre que lleva de la mano a Jesús, su hijo, con el vigor de quien desea protegerlo y educarlo por toda la vida. El niño

Fig. 54 Retablo mayor. La Santísima Trinidad. Foto: M.J. Tarifa.

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lleva apoyado en su hombro la cruz, como premonición de la muerte que le espera, de la Pasión que ha de sufrir, cuyos instrumentos aparecen pin-tados en su vestimenta, desde la corona de espinas, el flagelo, las tenazas, los clavos, la columna, la escalera, hasta los dados en alusión al reparto a suertes de su vestimenta.

En el segundo cuerpo del retablo se colocaron, a la derecha, el lienzo de un santo mártir dispuesto en pie, con una espada clavada en el cora-zón, llevando en la mano izquierda la palma del martirio, mientras con la derecha señala al cordero representado en la parte superior con la inscrip-ción latina “In sanguine Agni” [fig. 56]. Posiblemente se trate de Pedro

Fig. 55 Retablo mayor. San José con el Niño. Foto: M.J. Tarifa.


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Arbués, inquisidor de Aragón, que fue asesinado en 1485 por un grupo de judeoconversos mientras rezaba arrodillado ante el altar mayor de la Seo de Zaragoza, ya que en el atuendo luce la cruz flordelisada negra y blanca, emblema de la Orden de los Predicadores.

La otra pintura del lateral derecho muestra a San Francisco de Sales (1567-1622), obispo de Ginebra [fig. 57], gran defensor de la doctrina ca-tólica frente a la reforma protestante en Francia, canonizado en 1665 por el papa Alejandro VII. Se representa orante, arrodillado en el interior de

Fig. 56 Retablo mayor. Pedro Arbués. Foto: M.J. Tarifa.

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una estancia frente al crucifijo colocado sobre una mesa en la que aparecen algunos de sus escritos, por los que fue nombrado doctor de la Iglesia.

Contemporáneas a la arquitectura del retablo son las esculturas que ocupan la calle central. Por un lado la talla de la titular, la Virgen de Nuestra Señora de la Victoria [fig. 58], con policromía del siglo XVIII. María, dispuesta en pie, con las piernas en contraposto, dirige su mirada al frente, sustentando en su brazo izquierdo a Jesús, apoyado en su cadera, a la vez que sujeta con la diestra la palma de la victoria. Su cuerpo queda cubierto por una larga túnica y un manto que envuelve su cuerpo y cruza

Fig. 57 Retablo mayor. San Francisco de Sales. Foto: M.J. Tarifa.


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Fig. 58 Retablo mayor. Virgen de Nuestra Señora de la Victoria. Foto: José Latova.

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por delante, describiendo en su caída pliegues profundos. Muestra la cabeza cubierta por un velo, con el joven rostro enmarcado por una melena negra que cae por detrás de la espalda. El niño, de tierna mirada y melena rizada negra, viste con una túnica de manga larga que le llega hasta las rodillas, mostrando las piernas dispuestas en una postura compleja, lo que dota de movimiento a la figura. Extiende su brazo derecho hacia delante mientras sostiene con la izquierda la bola, ayudado por su madre.

Sobre este grupo escultórico se dispuso en el ático la imagen de Cristo Crucificado [fig. 59], que los autores del Catálogo Monumental de Navarra vinculan al estilo de Juan de Biniés301. Un Cristo muerto, con un cuerpo desnudo de imponente masa muscular que parece inspirado en la estatuaria clásica. Compositivamente describe una marcada curvatura manierista, con la cabeza ladeada hacia la derecha sobre los brazos balanceados, a la vez que flexiona las piernas torsionadas al lado contrario, al izquierdo. Es un crucificado de tres clavos, con el pie derecho sobre el izquierdo, matizando con virtuosismo las falanges de los dedos. La inclinación de la cabeza deja caer a un lado la melena ondulada en la que se entrelaza una corona de espinas, cabellera que enmarca un rostro triangular, de ojos cerrados, boca entreabierta y barba formada por pequeños mechones. El paño de pureza es reducido, formado por una franja horizontal plegada con suaves doble-ces que se recoge con un nudo en el lado derecho, cuyo extremo cae. La talla presenta una policromía de suave tono marfileño, con escasa sangre y algunos hematomas violáceos que le añaden dramatismo. La escultura se dispone sobre una pintura con un paisaje de nubes tormentosas, con montañas de fondo y construcciones en primer término realizadas con gran detalle, como un edificio de planta central, articulado por contrafuertes y rematado por cúpula de media naranja, para cuya realización el pintor se inspiraría en grabados de la época.

Los retablos y pinturas de las capillas A lo largo de los siglos, los retablos, pinturas y esculturas con que

fueron dotadas las diferentes capillas del templo por parte de los dueños que ostentaban su patronato, de acuerdo a sus particulares devociones, han sufrido importantes transformaciones, bien de ubicación, encontrándose en la actualidad en otra dependencia distinta para la que fueron creados, o de conservación de la propia pieza. En este caso, algunos cuadros fueron reutilizados en retablos de cronología posterior y otros han corrido peor suerte, por no haber llegado hasta nuestros días. Por ello, en el presente estudio aludiremos a las obras artísticas que en la actualidad embellecen el 301 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, p. 52.


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Fig. 59 Retablo mayor. Crucificado. Foto: M.J. Tarifa.

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interior de las diferentes capillas, comenzando por el lateral del evangelio o izquierdo, desde el espacio de la cabecera hasta los pies, para continuar por el lado de la epístola desde la parte delantera a la posterior.

En la cabecera del templo, presidido por el retablo mayor, estudiado anteriormente, se encuentra un gran lienzo del Santo Cristo de Burgos, de la segunda mitad del siglo XVII, firmado por el burgalés Mateo Cerezo [fig. 60]. Un pintor que en numerosas ocasiones representó esta iconografía de la talla de madera del Cristo gótico del convento burgalés de San Agustín, en la que Jesús, muerto, con los ojos cerrados y la cabeza inclinada sobre el hombro derecho, viste un largo faldellín blanco con una cenefa de encaje con delicadas puntillas, con dos cabezas o remaches de los clavos en los pies, muy desarrollados y debajo de ellos, formando casi un triángulo, el huevo de avestruz, que preludia iconológicamente la vida o la resurrección de Cristo302.

También cuelga de uno de los muros laterales del presbiterio la pintura de un Crucificado [fig. 61], de estilo tenebrista, de la primera mitad del XVII, otra pintura posterior de la Inmaculada, flanqueando el espacio de la capilla mayor dos imágenes modernas del Sagrado Corazón de Jesús y San José con el Niño.

La primera capilla que en la actualidad encontramos en el lateral iz-quierdo de la iglesia, dentro del espacio de la cabecera, es la más moderna, ya que fue construida en 1899 por la congregación de las Hijas de María Inmaculada para el Servicio Doméstico, fundada en 1862 por la santa de la localidad, Vicenta María López de Vicuña (1847-1890) 303. La estancia queda presidida por una imagen de la Inmaculada Concepción, de mediados del siglo XIX, flanqueada por las esculturas de San Bernardo y Santa Teresa de Jesús [fig. 28]. Recientemente se ha colocado en el lateral un pequeño altar con la figura de la santa cascantina, colgando de otro de los muros un cuadro de la Virgen de Nuestra Señora del Romero.

Siguiendo por el lateral del evangelio, el primer tramo de la nave está ocupado por la capilla que adquirió en 1593 en patronato Luis Cervantes Enríquez de Navarra, prior de Berlanga, instituyéndola bajo la advocación de San Luis, como referimos en los capítulos precedentes. Para presidirla encargó un retablo dedicado a la Asunción de María [fig. 62], titularidad con la que se conoce la dependencia desde los siglos del Barroco. Sin lugar a dudas, se trata de uno de los retablos de mayor calidad con los que cuenta la iglesia. De finales del siglo XVI, está formado por un banco y cuerpo único de columnas de capitel compuesto y fuste entorchado en el tercio 302 gIla medIna, l., Cabra del Santo Cristo (Jaén). Arte, Historia y el Cristo de Burgos, Granada, Arte impresores, 2002, pp. 41-47.303 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, p. 383.


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Fig. 60 Cristo de Burgos, del pintor Mateo Cerezo. Foto: M.J. Tarifa.

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Fig. 61 Cristo Crucificado. Foto: M.J. Tarifa.

inferior y acanalado el resto, culminándose la mazonería del conjunto con un frontón partido y pirámides en los extremos.

La tabla principal representa la Asunción y Coronación de la Virgen, a cuyos pies se arrodilla el propio patrono, Luis Cervantes, junto a un libro


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Fig. 62 Retablo de la Asunción y Coronación de la Virgen. Foto: José Latova.

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depositado a sus pies con las armas de Navarra, entre otros personajes, como San Francisco de Paula, con el charitas franciscano, fundador de la orden religiosa de los Mínimos a la que perteneció este convento. Tam-bién aparece el monarca francés Luis IX, reconocible por su escudo de tres lises en fondo azul, y bajo cuya advocación instituyó Cervantes la capilla, seguramente porque además de ser su patrón, el prior sentía admiración hacia este decidido defensor de la cristiandad, que impulsó dos cruzadas, en la segunda de las cuales encontró la muerte en Túnez.

Esta pintura había sido atribuida anteriormente a Rolan Moys (1571-†1592)304, pintor flamenco que llegó a España en 1559 en el séquito de Martín de Gurrea, duque de Villahermosa, como artista de cámara, sin duda por su parecido con otras representaciones del artista sobre el mismo tema asuncionista, como la tabla central del retablo mayor del monasterio cisterciense de La Oliva, que acometió en 1571 junto al también flamenco Paulo Scheppers (1566-†1577)305, retablo que en la actualidad se encuentra en la iglesia de San Pedro de Tafalla [fig. 63]. Sin embargo, recientes estu-dios adscriben la pintura del retablo de la capilla cascantina a un seguidor de Moys, ya que si bien la tabla titular presenta soluciones compositivas del pintor de Bruselas, el acabado no es tan meticuloso como el que suele caracterizar sus obras, a lo que se suma una pincelada más suelta y un co-lorido menos vibrante. Evidentemente, la traslación no es, en todo caso, literal, dado que el formato más estrecho del tablero cascantino obliga a suprimir el sarcófago y algunos personajes, mostrándose más fiel al modelo en la parte alta, con una repetición mecánica de María, los dos ángeles que le auxilian en su asunción, prescindiendo del dinámico acompañamiento angélico de los laterales.

Criado Mainar apunta la posibilidad de que la tabla aludida fuese reali-zada, o al menos concluida en su ejecución por Francisco Metelín el joven (act. 1573-†1614) o un pintor cercano a su taller, quien colaboró con Moys entre 1580 y 1583 antes de abrir su propio obrador en Tarazona en 1588, realizando entre otros el retablo titular de la parroquia de la Asunción de la Virgen de Grisel (1591-1593), cuyas similitudes con el retablo cascantino son más que evidentes, al igual que sucede con la tabla del mismo tema del retablo de Nuestra Señora de Vera del Moncayo (1588-1590) 306.304 casado alcalde, e., La pintura en Navarra ..., pp. 61- 63. morte garcía, c., “Documentos sobre pintores y pintura del siglo XVI en Aragón. II”, Boletín del Museo e Instituto «Camón Aznar», Zaragoza, t. XXXI-XXXII (1988) pp. 188, 201, 356 (doc. 374).305 morales solcHaga, e., “A propósito del retablo mayor del monasterio de La Oliva, una de las joyas más preciadas de nuestro patrimonio”, en garcía gaInza, m.c. y fernández gracIa, r. (coords.), Cuadernos de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, nº 3, Presencia e influencias exteriores en el arte navarro, Pamplona, 2008, pp. 621-637.306 crIado maInar, j., “El retablo mayor del monasterio de La Oliva (1571-1587) y la renovación de la pintura zara-gozana. Nuevas precisiones documentales”, Artigrama, nº 26 (2011) p. 575. crIado maInar, j., Francisco Metelín y el retablo mayor de Grisel, Tarazona, Ayuntamiento de Grisel y Centro de Estudios Turiasonenses de la Institución


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Fig. 63 Asunción de la Virgen. Antiguo retablo mayor del monasterio de Nuestra Señorade La Oliva. Paulo Scheppers y Rolan Moys (1571-1581). Foto: José Latova.

Fig. 64 Retablo de la Asunción y Coronación de la Virgen. Detalle de la Sagrada Familia. Foto: José Latova.

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Nuevas coincidencias compositivas se aprecian en el banco del retablo cascantino, cuya predela central representa la escena de la Sagrada Familia, en el interior de una estancia, abierta a un celaje crepuscular denso, con la Virgen y Santa Ana sosteniendo el Niño, flanqueadas por San José y San Joaquín [fig. 64]. Como apuntó Criado Mainar, muchos elementos de esta pintura se perciben en la tabla del mismo tema del banco del retablo de la Asunción de Grisel307, como las tres figuras centrales destacadas ante un cortinaje verde y las figuras de San José y San Joaquín girándose hacia el grupo principal, lo que en definitiva nos lleva nuevamente a apuntar la autoría de la pintura de Cascante a Francisco Metelín el joven.

Esta escena central del banco queda flanqueada a la izquierda por las pinturas de San Lorenzo mártir, un santo entronizado sedente con el libro entreabierto en su regazo, quizás el rey Salomón, que ha perdido parte de la capa pictórica y a la derecha por un pontífice escribiendo, iluminado por el Espíritu Santo y San Juan Bautista con el atributo del cordero en la mano.

Además del retablo principal que preside la capilla, Luis Cervantes Enríquez de Navarra también dotó esta dependencia con los objetos li-túrgicos necesarios para el buen servicio del culto divino, que a fecha de 23 de junio de 1626 constaban de un cáliz de plata dorada, la copa para adentro con su escudo de armas al pie, con su patena, mas una salbilla de plata con sus armas y dos vinajeras de plata. A ello se sumaban una serie de ornamentos textiles, como una casulla de damasco verde con su cenefa de brocado y dorado con un escudo de sus armas bordado, con su estola y ma-nipulo. Mas otra casulla de gorgaran negra aforrada en tafetan encarnado, con sus pasamanos de oro por cenefa con su escudo de armas bordado, y su manipulo y estola. Mas otra casulla de red sobreposada aforrada en tafetan amarillo y su manipulo y estola. Mas un alba de olanda con sus puntas y randas y amito. Mas dos bolsas de corporales negras sin corporales. Mas un misalico pequeño a lo biejo y un caxon para tener todas estas cosas308. De todo ello tan sólo nos ha llegado un ornamento textil, la casulla [fig. 65] que actualmente se guarda en uno de los armarios de la sacristía del templo, con las armas del fundador bordada en la espalda [fig. 66]. Esta pieza central blasonada es lo único que se corresponde con la vestimenta litúrgica de fines del siglo XVI, ya que el resto de la preciosa tela que le sirve de base a la orla es posterior, del siglo XVIII, solución muy habitual con el fin de seguir utilizando piezas muy costosas que estaban en parte deterioradas.

En la sacristía de la iglesia también se ha conservado otra casulla [fig. 67], de mediados del siglo XVII, en este caso sin escudo que posibilite iden-

“Fernando el Católico”, 2006, pp. 94-97 y 104-105.307 crIado maInar, j., Francisco Metelín…, pp. 98 y 102-103.308 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33724. A.P.T. Cascante. Juan Royo. 1626.


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Fig. 66 Casulla. Detalle con el escudo de Luis Cervantes Enríquez de Navarra. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 65 Casulla con el escudo de Luis Cervantes Enríquez de

Navarra.Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 67 Casulla del siglo XVII.Foto: M.J. Tarifa.

tificar el posible bienhechor que la financió, con bordados de series de flores y pajarillos. El forro interior y los galones parecen nuevos.

Además del retablo titular, en la capilla de la Asunción se encuentran dos retablos adosados a los lados, el de la Nuestra Señora de la Salud y el de San Antonio de Padua, que según el inventario de 1809 se localizaban respectivamente en las capillas de Nuestra Se-ñora del Pilar y en la de San Miguel. El retablo de Nuestra Señora de la Salud [fig. 68], de la segunda mitad del siglo XVII, presenta banco, cuerpo único de columnas salomónicas y ático, ocupando la predela las pinturas de San Pedro, la escena de San Antonio Abad y un santo obispo con un niño, quizás San Nicolás de Bari y San Pablo. El cuerpo lo ocupa la talla de la titular, una imagen de vestir barroca, a la que se superpone la pintura del mártir Pedro Arbués, con una iconografía similar a la representada en el retablo mayor del templo.

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Fig. 68 Retablo de Nuestra Señora de la Salud. Foto: M.J. Tarifa.


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El retablo de San Antonio de Padua [fig. 69] consta de banco con pinturas sobre tabla de San Juan Bautista y San Juan Evangelista y ángeles, muy próximos al estilo de Juan de Lumbier. La predela central recoge una inscripción en latín, que ha llegado fragmentada, con el texto litúrgico que el sacerdote pronuncia durante la Consagración: HOC EST ENIM CORPUS MEUM. HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET ÆTERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM. El cuerpo del retablo alberga un lienzo barroco del titular, del siglo XVII, que representa la aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua en el interior de una estancia, posiblemente su celda, al que sustenta dispuesto en pie sobre un libro, rodeado de cabezas de querubines envueltos en una atmósfera de nubes.

De los muros de la capilla también cuelga un lienzo de la Coronación de la Virgen, barroco y otro de la Inmaculada Concepción.

La siguiente capilla del lateral izquierdo, la de San Francisco de Paula, está presidida en su interior por un retablo barroco de la primera mitad del siglo XVIII [fig. 70], dotado de banco con sagrario y relieve de Cristo resucitado en su puerta y cuerpo único con columnas decoradas con guir-naldas sobre niños atlantes. La mazonería remata en un tondo ovalado bajo el que se disponen las armas de los Díez de Ulzurrum, patronos de la capilla desde el siglo XVII, formada por una cruz de gules cargada en su centro de una estrella de oro, cantonado por otras cuatro estrellas doradas. El retablo acoge la pintura del santo fundador de los mínimos, revestido con el hábito franciscano, con un cayado, un libro abierto en las manos y la mitra a sus pies, símbolo del obispado rechazado, flanqueado por co-lumnas y en medio de un paisaje de tonos rosáceos y efectos crepusculares salpicados por árboles. En el ático se dispuso un lienzo de San Juan Bautista.

La capilla de San Miguel, tercera del lateral izquierdo, fue fundada en 1602 por Bernardino y Jerónimo López de Ribaforada, quienes se compro-metieron a dotarla en el plazo de dos años con un retablo dedicado a San Miguel, una reja y los ornamentos necesarios para el buen desarrollo del culto divino309. El 10 de mayo de 1603 Martín de Alcoz, vecino de Tudela, contrató el ensamblaje del retablo que presidiría esta capilla, el cual tomaría como modelo el retablo que Miguel Cruzat, prior de la orden de San Juan de Jerusalén en Navarra tenía en la capilla de San Francisco de Paula de este convento, según refiere la escritura de la forma y traza questa hecho en la capilla que en la iglesia y al lado desta capilla esta hecho del prior de Nabarra, exepto que los melones que tiene la capilla del prior, esta que a de 309 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1602, ff. 117r -120v.

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Fig. 69 Retablo de San Antonio de Padua. Foto: M.J. Tarifa.

azer an de ser unos escudos de semblaje de las armas que le dare de su casa que el dicho Martin de Alcoz dixo las ha visto. Alcoz también se compro-metió a ejecutar la reja de madera que cerraría la capilla de acuerdo a la traza que el artista había presentado en un papel, rematada por las armas de los López de Ribaforada. El maestro debía tener terminado su trabajo para Navidad, por lo que percibiría 70 ducados, corriendo a cargo de los


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Fig. 70 Retablo de San Francisco de Paula. Foto: M.J. Tarifa.

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patronos el coste del carro y la cabalgadura para traer el retablo y reja desde Tudela a Cascante310.

El anteriormente citado retablo de San Antonio, actualmente en la capilla de la Asunción, presenta una traza arquitectónica muy similar a la ejecutada en el retablo de San Miguel. Incluso remata en la parte superior con unas bolas, quizás los aludidos melones, por lo que el modelo impuesto de la mazonería para el retablo de San Miguel sin lugar a dudas sería muy similar a la que tiene el del santo franciscano.

Una vez concluido el retablo de San Miguel, la policromía del mismo fue encargada el 24 de septiembre de 1603 a Juan de Lumbier (act. 1578- †1626), con taller en Tudela entre 1582 y 1626, uno de los pintores navarros más sobresalientes de los que trabajaron entre las décadas finales del siglo XVI y el primer cuarto del XVII en el área geográfica de la Ribera de Nava-rra, alcanzando su radio de acción a los actuales territorios aragoneses de la comarca de Tarazona, el Moncayo y del Campo de Borja, además de la localidad riojana de Casalarreina311.

Por tanto, este retablo de San Miguel para la capilla de los López de Ribaforada en el templo conventual de los mínimos de Cascante fue fruto de la colaboración de Lumbier con el ensamblador tudelano Martín de Alcoz, con el que acabada de realizar otro retablo contratado el 31 de diciembre de 1602 por encargo de Miguel de Erla y Juan Jerónimo de Aguilar para la capilla de San Agustín de Hipona que poseían en la colegiata de Santa María de Borja, pieza que estuvo concluida para la festividad del titular, el 28 de agosto de 1603312.

Lumbier se obligó a pintar y dorar el retablo de San Miguel de la mane-ra que esta pintado el retablo de la capilla de señor san Francisco de Paula, del prior de Navarra, que esta al lado de la dicha capilla, y que como estan pintadas las adbocaciones y aquel retablo que en su retablo aya de pintar y pintara las figuras y santos y otras que le dixeren y señalaren. Por lo que respecta a la imagen principal, el condicionado especifica que la ymagen principal del retablo a de ser de la adbocazion de señor San Miguel pintado sobre lienzo y arimado su tabla y la traza del santo a de ser conforme a

310 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1603, ff. 91r -92v.311 castro álava, j.r., Cuadernos de arte navarro, a) Pintura…, pp. 141-165. ecHeverría goñI, p.l., Policromía del Renacimiento …, pp. 291-292. ecHeverría goñI, p.l., “Pintura y policromía del Renacimiento …”, p. 84. crIado maInar, j., Las artes plásticas …, pp. 30, 566-567, 570 y 833-834. garcía gaInza, m.c., “Sobre el pintor Juan de Lumbier”…, pp. 103-114. fernández gracIa, r. (coord.), ecHeverría goñI, p.l. y garcía gaInza, m.c., El arte del Renacimiento …, pp. 366-367. crIado maInar, j. y carretero calvo, r., Las tablas de Juan de Lumbier …, pp. 12-88. cortés perruca, j.l. y crIado maInar, j., “El antiguo retablo mayor de la parroquia de San Bartolomé de Borja …”, (en prensa). tarIfa castIlla, m.j., “Juan de Lumbier, un pintor navarro contemporáneo del Greco ”..., (en prensa).312 crIado maInar, j. y carretero calvo, r., Las tablas de Juan de Lumbier ..., pp. 23, 49-53 y 85-88.


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uno que tiene Garzia de Falzes o su hijo don Antonio de Falzes. Además, Lumbier pincelaría el escudo de armas de los López de Ribaforada sobre la puerta de entrada a la capilla. Todo ello debía finalizarse en el plazo de dos meses, para noviembre de 1603, cobrando por su trabajo 800 reales313. La escritura fue cancelada el 29 de noviembre de 1604 tras haber terminado la pintura del retablo y haber percibido la cantidad económica acordada314.

Por lo que se refiere al modelo impuesto en la realización del lienzo del titular, el arcángel San Miguel, podemos apuntar que el personaje referido es García de Falces y Aibar315, olitense de nacimiento, muy rela-cionado con la ciudad de Corella y la capital ribera. Personaje de ilustre linaje, sirvió a Carlos V y Felipe II en Alemania, Flandes e Italia y luchó en Lepanto y Navarino, entre otras contiendas. Contrajo matrimonio dos veces, la primera en 1575 con Beatriz Garcés y Atondo y la segunda en 1598 con Mariana Cervantes Enríquez de Navarra, sobrina de Luis Cer-vantes Enríquez de Navarra, prior de Berlanga. Éste en el año de 1602 era capellán de la capilla que el matrimonio tenía bajo la advocación de San Bartolomé en la iglesia parroquial de San Miguel de Corella316. Por tanto, Juan de Lumbier debía inspirarse en la pintura de San Miguel que poseía García de Falces, o el hijo de su primer matrimonio, Antonio de Falces Aibar y Atondo, corellano, señor del palacio de Eslava, familiar del Santo Oficio, alcalde de Corella y caballero con asiento en Cortes. De hecho, Lumbier ya había trabajado anteriormente para García de Falces, en 1597, acometiendo el desaparecido retablo de Santa Catalina para la capilla de la misma titularidad en la parroquial de San Miguel de Corella317, además del retablo de San Bartolomé para su capilla homónima en el mismo templo (h. 1598-1601), según refiere Arrese318.

El retablo de San Miguel [fig. 71], de cuerpo único sobre banco, queda articulado por dos columnas con basa sobre pedestal, de fuste estriado y capitel corintio, sobre el que se dispone un fragmento de friso que da paso al frontón triangular partido por pirámide, forma geométrica que se vuelve a colocar en los extremos del remate. La mazonería del retablo ha perdido gran parte de la policromía, pero todavía es visible el dorado, las labores de esgrafiado en campo azul en la moldura de separación del banco y en

313 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1603, ff. 249r -250r. Ap. Dl. 22. 314 A.P.T. Cascante. Diego Conchillos. 1603, f. 250v.315 arrese, j. l., De Arte y de Historia ..., pp. 1423-1424316 A.P.T. Cascante. Martín de Azcona. 1602, f. 189r.317 arrese, j.l. de, Arte religioso ..., pp. 84-86.318 arrese, j.l. de, Arte religioso …, pp. 87-88 y 154. garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, pp. 94-95. morales solcHaga, e., “Retablo de San Bartolomé”, en fernández gracIa, r. (coord.), Arte para los sentidos. San Miguel de Corella y el gozo de celebrar, Pamplona, Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, 2010, pp. 218-219.

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Fig. 71 Retablo de San Miguel. Foto: M.J. Tarifa.


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el frente de los segmentos de friso sobre los que apoya el ático, así como la policromía de carmín y azul en las hojas de acanto de los capiteles, resultado de la puesta en práctica de los decretos tridentinos, tendente en líneas generales a la depuración del repertorio decorativo y a la adecuación a la finalidad litúrgica319.

La pintura del cuerpo del retablo refleja perfectamente el pasaje del Apocalipsis 12, 7-9: Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles enta-blaron combate con el dragón. Lucharon encarizadamente el dragón y sus ángeles, pero fueron derrotados y los arrojaron del cielo para siempre. Y el gran dragón… fue precipitado a la tierra junto con sus ángeles. La contienda que se desata en el cielo entre San Miguel y sus huestes contra Satanás y sus seguidores dota de dinamismo a la pintura. El príncipe de la milicia celestial es representado con una vestimenta de tipo militar, tal y como prescribiría más tarde el pintor y tratadista andaluz Francisco Pacheco en su Arte de la Pintura (1649): Según la variedad de los misterios que se ejercitan, así toman los ángeles los trajes: ya de capitán, ya de soldados armados.., acomodando los instrumentos convenientes a cada ejercicio de éstos; y a propósito de San Miguel en la batalla con el demonio y otras escenas bíblicas de semejante naturaleza, advierte que es cosa asentada entre doctor, que se han de pintar en historias antiguas con armas romanas y coracinas320.

Juan de Lumbier representa a San Miguel vestido de guerrero, con coraza, manto volado y faldellín, caligas en los pies y casco en la cabeza adornado con plumas, blandiendo la espada, mientras sustenta con la otra mano el escudo en el que aparece la leyenda Quis ut Deus. Desde la parte superior del lienzo, en medio de un cielo de tonalidad rosácea, el arcángel se erige en protagonista de la batalla, al que el pintor imprime dinamismo merced a la inestable postura de su cuerpo suspendido en el aire, acompañado por el movimiento de los pliegues de la indumentaria y el violento gesto del brazo con el que asesta el golpe final a Satanás y a las figuras monstruosas que caen con violentos escorzos al infierno, donde son pasto del fuego eterno.

Una pintura de estilo pretenebrista, con contrastados estudios lumínicos en las movidas y amplias anatomías de los personajes, que anteriormente había sido atribuida a Juan de Landa, por la similitud compositiva que muestra con la pintura homónima realizada por dicho artista en 1607 en el retablo colateral de la parroquia de la Asunción de Cáseda321, lo cual 319 ecHeverría goñI, p. l., Policromía del Renacimiento ..., pp. 236-239. cantos martínez, o., Recursos plásticos en la escultura policromada aragonesa de la Contrarreforma (1550-1660), Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses, Fundación Tarazoma Monumental, 2012, pp. 41 -50.320 pacHeco, f., El Arte de la pintura (ed. de Barsegoda i Hugas, B.), Madrid, Cátedra, 1991, pp. 566 -570.321 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, pp. 50-51. fernández gracIa, r. (coord.), ecHeverría goñI, p.l. y garcía gaInza, m.c., El arte del

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evidentemente responde al uso por parte de ambos pintores, Lumbier y Landa, de una misma fuente grabada o de modelos gráficos muy similares.

En el banco del retablo se dispusieron una serie de pinturas enmarcadas por formas geométricas encadenadas, presidiendo la parte central la Piedad -que presenta similitudes formales con la escena del descendimiento del banco del retablo de San Juan Bautista de la capilla de la misma advocación existente en este templo de Nuestra Señora de la Victoria, cuyo retablo ha sido atribuido también a Juan de Lumbier- y a los lados los evangelistas San Juan y San Lucas. En el frente del pedestal de la columna izquierda se pintó al fundador de la Orden de los Mínimos, San Francisco de Paula, con el hábito de amplias mangas ceñido con cíngulo, en el que se ha escrito el lema CHARITAS, la capucha que cubre la cabeza y el báculo en la mano derecha. La otra pintura del lateral derecho representa a San Bernardino de Siena († 1444 y canonizado en 1450), predicador y misionero franciscano, revestido con el hábito de la orden, sustentando en su mano un libro mien-tras señala con la otra el anagrama de Cristo y con tres mitras dispuestas a sus pies en alusión al rechazo de los tres obispados que le ofrecieron en Siena, Ferrara y Urbino.

La última capilla del lateral izquierdo, fundada en 1603 por los co-frades de Nuestra Señora de la Soledad, está dedicada desde el siglo XIX a San Juan Bautista, ya que desde entonces alberga el retablo homónimo que originariamente fue encargado por Juan de Huici, vicario de la parroquial de Cascante, para presidir su capilla ubicada a los pies del lateral derecho de la nave, bajo el espacio del coro, cuyo patronato adquirió en 1613, como referimos en el capítulo dedicado a las capillas de patronato. Posiblemen-te, el motivo del traslado de esta destacable obra navarra de una capilla a otra se deba a las intervenciones arquitectónicas que sufrió este espacio del lateral derecho del templo tras la exclaustración de los frailes mínimos en 1836 como consecuencia de las medidas desamortizadoras de Mendizábal, con objeto de independizar los espacios del convento que comunicaban con la iglesia, la cual adquirió condición de parroquia en agosto de 1869, habilitándose a su vez en esta zona una serie estancias destinadas a la vi-vienda del párroco.

La arquitectura del retablo de San Juan Bautista [fig. 72] es acorde al estilo clasicista imperante a principios del siglo XVII, formada por una predela sobre la que asienta un solo cuerpo articulado en tres calles separa-das por columnas de fuste estriado y capitel jónico. Las cajas rectangulares de las calles laterales culminan en frontón triangular, mientras la central describe un arco de medio punto que enmarca la hornacina. Sobre el friso de separación, dos frontones curvos rematan las calles laterales, jalonados Renacimiento en Navarra…, pp. 320-323.


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Fig. 72 Retablo de San Juan Bautista, atribuido a Juan de Lumbier, 1615.Foto: Rafael Lapuente.

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por pináculos en los extremos. Corona el retablo el ático formado por un único cuerpo central, articulado igualmente por columnas jónicas que se unen al inferior por aletones, rematado por frontón partido.

La arquitectura del retablo presenta labores de policromía que se co-rresponden con la etapa de transición que Echeverría Goñi322 definió para Navarra entre la fase final de la policromía del romano, marcada por la utilización de un acerbo formal de raíz fantástica inspirado en el manieris-mo romano y las estampas de la escuela de Fontainebleau, y la policromía contrarreformista, en la que el vocabulario de la etapa anterior queda re-ducido a la representación de roleos vegetales o rameados con ensartos de cosas vivas a base de niños, bichas y pájaros. En este momento de cambio aún perduran los elementos fantásticos, si bien irrumpe ya con fuerza un repertorio más restringido y monótono, de raigambre naturalista, que en pocos años reemplazó al precedente.

Una obra que está fechada en el propio mueble, el año de 1615 y cuyas tablas pictóricas han sido atribuidas al pintor Juan de Lumbier. Las escenas muestran distintos episodios de la vida del Precursor, con composiciones bien estructuradas y una paleta cromática vibrante. En el banco se dispone la predicación a los gentiles [fig. 73], el descendimiento de Jesús y la deca-pitación del Bautista –en la que el pintor interpreta un grabado de Alberto Durero-, separadas por las basas de las columnas donde se efigian los cua-tro evangelistas, San Marcos, San Juan, San Mateo y San Lucas. El cuerpo acoge las tablas del Nacimiento de San Juan y el Bautismo de Cristo en el Jordán [fig. 74], pinturas muy similares a las mismas escenas representadas por este artista en el retablo de la parroquia de San Juan Bautista de Cortes unos años antes (1608-1611), lo que ha llevado a los estudiosos a ratificar su atribución323. Todo ello queda rematado por la pintura del Calvario.

La calle central está presidida por la escultura de bulto del titular, de estilo romanista. San Juan, dispuesto en pie y en contraposto, viste una tú-nica roja que cubre gran parte de su musculoso cuerpo, dejando al desnudo el brazo derecho y la mitad del tórax. Con el índice de su mano derecha señala el cordero, situado a sus pies.

Por lo que respecta al lateral derecho o de la epístola, la primera capilla situada junto a la cabecera está hoy dedicada a Nuestra Señora de los Dolo-res, si bien desde comienzos del siglo XVII, cuando fue adquirida por Luis Zapata y su esposa María Lisanco como capilla de patronato particular, quedó instituida bajo la advocación del Cristo de la Vera Cruz. Todavía se conserva en el interior de la misma el Crucifijo que la comunidad de 322 ecHeverría goñI, p.l., Policromía del Renacimiento…, pp. 227-228 y 200-201.323 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, pp. 156-157. crIado maInar, j. y carretero calvo, r., Las tablas de Juan de Lumbier …, pp. 26-28.


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Fig. 73 Retablo de San Juan Bautista. Predicación a los gentiles.Foto: Rafael Lapuente.

Fig. 74 Retablo de San Juan Bautista. Nacimiento de San Juan y Bautismo de Cristo.Foto: Rafael Lapuente.

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mínimos les entregó para presidirla, si bien no ha llegado hasta nosotros el retablo que los patronos se comprometieron a ejecutar para albergar la talla, como explicamos en el capítulo correspondiente a las capillas de pa-tronato324. Nada sabemos de la autoría de la talla de madera, del siglo XVI, un Cristo muerto [fig. 75], de tres clavos, con el pie derecho por encima del izquierdo, ataviado con un corto paño de pureza de elaborados pliegues, que deja al descubierto un cuerpo de musculatura marcada. Una imagen que procesionaba el Viernes Santo y que hoy cuelga del lateral izquierdo de la capilla , sobre un fondo de pintura mural que recrea un cielo de nubes tormentosas bajo el que emergen los tejados de edificios religiosos culmi-nados por torres y espadañas. Todo ello queda enmarcado a su vez por una pintura que finge la arquitectura de un retablo pétreo grisáceo de un solo cuerpo, articulado por columnas marrones de capitel jónico, sobre las que discurre un friso con labores geométricas que da paso a un entablamento dispuesto en esviaje, culminado por frontón curvo en el centro y remates de bolas con flores en los extremos, presididos por la cruz.

Desde 1826 el frente de esta capilla estuvo ocupado por las imágenes que los cofrades de Nuestra Señora de la Soledad encargaron para la ce-remonia del Descendimiento del Viernes Santo, concretamente un Cristo articulado con su cruz y la imagen de la Virgen de la Soledad, tallas que esculpió el escultor de Larraga Miguel Zufía, quien además procuró la urna del sepulcro, mientras que la policromía corrió a cargo de Evaristo Olano. También pertenecen a este momento las tallas de vestir de San Juan Evangelista y la Magdalena, empleadas igualmente en la referida ceremonia del desenclavo del Crucificado325, figuras todas ellas que fueron colocadas en el interior de un retablo.

Una ceremonia del Descendimiento que en Cascante se realizó hasta 1930 y que fue objeto de atención por parte del corellano Eugenio Salame-ro Resa, a la que le dedica unas líneas en su libro Estampas de mi tierra: Cuando en la tarde del Viernes Santo el cuaresmero termina de predicar la última palabra, salen al presbiterio los “santos varones”, que son dos sacer-dotes con alba y cíngulo, que representan a José de Arimatea y Nicodemus, los cuales desclavan la efigie del Crucificado que ha presidido la función, y la depositan en un féretro que luego sacan en procesión sobre andas especiales326.

Todavía en 1980 se podría apreciar el retablo en el frente de la capilla con las imágenes, tal y como lo recogió el Catálogo Monumental de Na-varra (1980) [fig. 27], indicando que en esta dependencia se encontraba 324 A.G.N. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33725, doc. 23.325 fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 380-383. 326 salamero resa, e., Estampas de mi tierra: cuentos, narraciones, anécdotas, Madrid, Imprenta Martosa, 1930. Referido en la conferencia impartida por Fernández Gracia recogida en la página web: http://www.unav.es/catedra-patrimonio/paginasinternas/recorriendopatrimonio/losarcos/pasoprocesional/default.html.


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el retablo de la Dolorosa recompuesto con fragmentos de retablos de los siglos XVII y XIX, albergando las imágenes de candelero de la Dolorosa, San Juan Evangelista y la Magdalena, junto a la talla del Cristo yacente de la urna327. En la actualidad, tan sólo permanece en la capilla la imagen de la Dolorosa, en un retablo barroco recompuesto [fig. 35], que en el segundo cuerpo acoge la imagen de un santo obispo, ya que las figuras de San Juan Evangelista y la Magdalena [fig. 76] se guardan en una dependencia de la iglesia y la escultura del Cristo Crucificado articulado se encuentra a los pies del templo [fig. 77], junto a la capilla de San Juan Bautista.

A los lados de los muros cuelgan dos lienzos, una aparición del Crucificado a un religioso, obra barroca y una Virgen Dolorosa [fig. 78]. Este lienzo, de mediados del siglo XVII, representa a la Virgen María en un retrato de tres cuartos con las manos cruzadas sobre el torso, sereno y 327 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, p. 52.

Fig. 75 Crucificado de la Capilla de la Vera Cruz. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 76 Santa María Magdalena. Foto: M.J. Tarifa.

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dulce semblante, mirada de ojos bajos, en un gesto de sincera humildad. La pincelada es precisa y modeladora, deleitándose el artista en la realización de los plegados de las telas. La piel blanquecina de las manos y cara, con suaves matizaciones rosáceas en las mejillas y labios rojos, contrasta con la túnica roja y el azul intenso del manto. La iluminación dirigida realza la esplendorosa cabeza de María sobre el fondo de un cortinaje oscuro, que en el lateral izquierdo deja paso a una columna clásica y a un paisaje de fondo. El pintor que llevó a cabo esta pintura sigue con gran fidelidad el grabado con el mismo tema del francés Thomas de Leu (1555-1612)328 [fig. 328 El grabado ha sido reproducido en fernández gracIa, R., Estampa, Contrarreforma y Carmelo Teresiano. La colección de grabados de las Carmelitas Descalzas de Pamplona y Leonor de la Misericordia (Ayanz y Beaumont), Pamplona, Sedena, 2004, s. p.

Fig. 77 Crucificado, del escultor Miguel Zufía. Foto: José Latova.


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79], tanto en la pose de la Virgen, la expresión del rostro, la postura de las manos, incluso la colocación de los dedos, hasta las distintas prendas que componen el atuendo. En definitiva, uno de los muchos cuadros devocio-nales que tanta aceptación tuvieron en la segunda mitad del siglo XVII, respondiendo a una nueva sensibilidad estética acorde con las prescripciones tridentinas respecto a la representación de las imágenes sagradas.

La segunda capilla del lateral derecho fue instituida bajo la advocación de las Ánimas del Purgatorio, si bien actualmente tiene la titularidad de la Virgen del Amor Hermoso. La preside un retablo neogótico de la segunda mitad del siglo XIX, que alberga en su interior la imagen de vestir de la Virgen titular, adscrita al círculo de Celedonio Gastea, escultor de Corella329 [fig. 80]. También se encuentra en el interior de la estancia una pequeña talla moderna de Santa Teresita de Lisieux.

La capilla de la Concepción, antiguo patronato de los Ximénez de An-tillón330, está presidida por un retablo barroco de hacia 1660, con un solo cuerpo de columnas salomónicas que alberga el lienzo de la Inmaculada, del primer cuarto del siglo XVII [fig. 81]. La pintura, muy retocada, muestra a la Virgen en la iconografía inmaculista típica, una joven mujer dispuesta en 329 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, p. 52.330 fernández marco, j.I., Cascante, compendio de 2.000 años …, p. 46.

Fig. 78 Virgen Dolorosa. Foto: M.J. Tarifa.Fig. 79 Virgen Dolorosa.

Thomas de Leu.

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Fig. 80 Retablo de la Virgen del AmorHermoso. Foto: M.J. Tarifa.

Fig. 81 Retablo de la InmaculadaConcepción. Foto: M.J. Tarifa.

pie, ocupando el centro de la composición, con las manos orantes ante el pecho, la mirada puesta en el cielo y la cabeza coronada por doce estrellas, cuya silueta se recorta sobre un fondo dorado. Apoya sus pies sobre la luna y cuatro cabezas de ángeles, en cuyos laterales se aprecian algunos de los símbolos de las letanías. Está vestida con la túnica roja y el manto azul, siguiendo el modelo tradicional de las Inmaculadas en la pintura española de comienzos del siglo XVII.

Del lateral izquierdo de la capilla cuelga un lienzo mediano de San Antonio Abad, del siglo XVII. El santo ermitaño es representado como un anciano barbudo, en cuyo hábito se ha impreso la Tau, que lee un libro que sustenta en sus manos ante la presencia de un crucifijo.

En el suelo, una lápida de baldosas refiere: Aquí yacen los restos de doña Maria Gil de Castejón y Jaso de Bobadilla. Murió el año 1773.

La última capilla del lateral de la epístola, dedicada a la advocación de Nuestra Señora del Pilar, está presidida por un retablo barroco del siglo XVIII [fig. 82], de cuerpo único con cuatro estípites sobre ménsulas de querubines, rematado por ático con aletones de volutas y hojarasca. La hornacina central está ocupada por la talla de la titular, barroca, inspirada


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Fig. 82 Retablo de Nuestra Señora del Pilar. Foto: M.J. Tarifa.

en grabados que se atienen al modelo zaragozano de la imagen gótica con fidelidad331, de gran parecido compositivo a la escultura que preside el retablo de la Virgen del Pilar de la Catedral de Tarazona, fechada h. 1689-1690. Las hornacinas laterales acogen las imágenes modernas de San Blas de y San Babil332, coronando la calle central la talla barroca de un santo cardenal, que los autores del Catálogo Monumental de Navarra identifican como San Ramón Nonato. Fotografías anteriores permiten comprobar que el espacio

331 centellas, r., “El poder de la imagen: Iconografía de la Virgen del Pilar”, en El Pilar es la columna. Historia de una devoción, Zaragoza, Gobierno de Aragón-Ayuntamiento de Zaragoza, 1995, pp. 133-151.332 Esta imagen encargada a un taller de Olot, fue colocada en la hornacina del retablo en 1925, donde se venera en la actualidad. fernández marco, j.I., Cascante, ciudad de la Ribera, t. III…, pp. 424-426.

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de la hornacina izquierda estaba ocupado hasta la década de 1980 por una talla barroca de Santa Teresa de Jesús, dispuesta en pie con el libro abierto en sus manos y sustentando la pluma con la otra. Tampoco ha llegado hasta nuestro días el zócalo de azulejos del siglo XVIII que embellecía el altar, como refiere el Catálogo333, del que restan algunos fragmentos.

En el baptisterio contiguo se halla una pintura del Calvario, con Cristo en la Cruz acompañado de la Virgen María y San Juan Evangelista [fig. 83], del siglo XVII, y otro lienzo contemporáneo de la Virgen Niña vestida como carmelita acompañada por San Joaquín [fig. 84], tipo de representación que fue prohibida por las disposiciones del Papa Urbano VIII recogidas en la Bula Sacrosancta Tridentina Synodus de 1642 que desaconsejaron de modo riguroso que Jesucristo, la Virgen y los santos fueran pintados o esculpidos con el hábito de alguna orden religiosa, como los del Carmen o la Merced.

En el espacio que en la actualidad precede la entrada al interior pro-piamente dicho del templo, se ha colocado un lienzo ovalado de San Fran-cisco de Paula, de medio cuerpo, vestido con la cogulla parda franciscana, sujetando con las dos manos un sol ovalado del que parten rayos con el lema CHARITAS.

333 garcía gaInza, m.c., HeredIa moreno, m.c., rIvas carmona, j. y orBe sIvatte, m., Catálogo Monumental de Navarra, I …, p. 52.

Fig. 83 Calvario. Foto: M.J. Tarifa. Fig. 84 Virgen niña con San Joaquín.Foto: M.J. Tarifa.


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Sacristía

Preside la estancia una retablo barroco de yeso, del siglo XVIII, formado por un cuerpo de estípites y hornacina bajo venera, encuadrado por aleto-nes de complicados follajes y rematado por ático mixtilíneo. Alberga una imagen barroca de vestir de San Francisco de Paula, ataviado con hábito de terciopelo negro de largas mangas y galón de oro antiguo, capucho y cordón en la cintura, que sustenta con su mano izquierda una cruz y en la derecha un expositor con el lema Charitas [fig. 85].

Sobre la cajonera de taracea barroca se han colocado dos imágenes de bulto de dos frailes mínimos, Nicolás de Longobardi y Gaspar de Bono, beatificados por el papa Pío VI en 1786, efigiados con el hábito de la or-den, de lana negra, con anchas mangas. Sobre este manto visten un largo capucho, también de lana negra, que no sólo se ciñe a la capucha sino que llega más abajo del cordón, tanto por la parte delantera como por la trasera, adoptando la forma parecida a la de un escapulario. Sujetan el hábito con un cordón negro, un cíngulo, asimismo de lana, anudado con cinco nudos.

En la sacristía también se conserva un Crucificado de tamaño mediano del segundo tercio del XVI, dos niños del siglo XVIII y una imagen de San José con el Niño, pero no los dos bustos relicarios de yeso de finales del siglo XVII inventariados en el Catálogo Monumental de Navarra334.

De los muros cuelgan cuatro lienzos ovalados con santos de la orden [fig. 86], muy deteriorados, procedentes de las pechinas de la cúpula que voltea sobre la caja de la escalera de acceso al sobreclaustro y los lienzos de la Oración en el Huerto [fig. 26], muy deteriorado, Cristo con la Cruz a cuestas y Santa Vicenta María.

La sacristía tiene un aguamanil con pila de alabastro de taza en forma de gajos y frente de yeso con hornacina avenerada y remate de frontón triangular con el emblema del CHARITAS dentro de un sol.

La práctica totalidad del rico conjunto de piezas de plata reunido a tra-vés de los siglos en el templo de la Victoria, con un uso y función religioso, desapareció en 1808 como consecuencia del saqueo del que fue objeto el convento por parte de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia. Un rico ajuar argénteo del que informan los documentos hallados en los archivos, como la custodia encargada al prestigioso platero Velázquez de Medrano o los numerosos cálices con el que los patronos de las distintas capillas particulares dotaron estas estancias.

En la actualidad, la iglesia cuenta con dos cálices de plata, ambos con mar-cas de Zaragoza, ya que dada la situación geográfica de Cascante, los templos cascantinos realizaron mayoritariamente sus encargos a plateros zaragozanos

334 IBIdem, p. 53.

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Fig. 85 San Francisco de Paula. Foto: M.J. Tarifa.


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y tudelanos y en menor número a la capital del reino. El primero de ellos es un cáliz del tercer cuarto del siglo XVIII, con las marcas castillo, CESATE, castillo y ADRINO [fig. 87]. De copa semiovalada y nudo en forma de pera en el tallo, presenta una rica ornamentación repujada con motivos vegetales y rocallas, a los que se suman las armas Christi, como la cruz con la escalera y los clavos, la columna, los flagelos y un ramo de vid.

El segundo cáliz [fig. 88], de la primera mitad del XIX, mucho más austero en la decoración, con guirnaldas unidas por cabezas de ángeles en la subcopa y decoración vegetal en la base del astil, presenta las marcas ALGOR 10, copón y león. En el borde de la base circular se grabó la si-guiente inscripción: “A DEVOCION DEL PADRE MATEO EL BUSTO, LECTOR JUBILADO DEL CONBENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA. 1810”. Un religioso que fue recogido entre los personajes his-tóricos de la novela de Benito Pérez Galdós (1843-1920), Zaragoza, el sexto título de la primera serie de los 46 Episodios nacionales, redactados desde 1876 hasta 1912, en la que narra el segundo sitio de la capital aragonesa, acaecido en enero y febrero de 1809, durante la Guerra de Independencia. Al Padre Busto le dedica, entre otras, esta palabras en el capítulo IX: Lector y calificador de la orden de mínimos, capellán del segundo tercio de volun-tarios de Zaragoza, insigne varón a quien, a pesar de su ancianidad, se vio durante el primer sitio en todos los puestos de peligro, socorriendo a heridos, auxiliando a moribundos, llevando municiones a los sanos y animando a todos con el acento de su dulce palabra335.

También se conservan dos custodias, una de mediados del siglo XIX, de metal dorado y otra de finales del XIX o principios del XX, de plata Meneses y un relicario de metal plateado, del primer cuarto del siglo XX, de base cuadrada con nudo en forma de pera y remate oval formado por cuernos de la abundancia unidos con ramos de vides.

335 pérez galdós, B., Episodios Nacionales. Primera serie La Guerra de la Indepedencia, Barcelona, Destino, 2005, p. 687.

Fig. 86 Santos de la Orden de los Mínimos. Fotos: M.J. Tarifa.

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Fig. 87 Cáliz de plata. Foto: M.J. Tarifa. Fig. 88 Cáliz de plata. Foto: M.J. Tarifa.


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apéndice documental

11586, noviembre, 20 Cascante

Donación del concejo de Cascante del hospital de Santa Catalina a los frailes mínimos para que funden un convento

Archivo Municipal. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 1r -5r.

/F. 1r/ In dei nomine. Manifiesto sea como en la villa de Cascante, en el año contado de la natividad de Nuestro Señor Jhesuxrispto de mil quinientos ochenta y seis, juebes, a los beinte dias del mes de nobiembre, juntados en concejo general los alcalde, regidores, vezinos e universidad de la dicha villa, en la plaça publica de junto a la yglesia nueba, llamados a sono de campana y boz de pregon publico echo por Baltasar Polo, nuncio de la dicha villa, segun y como lo tienen de costumbre juntarse para cosas a ella tocantes y concernientes, donde se hallaron presentes los señores Juan Martin, alcalde hordinario por su magestad real en la dicha villa, Alonso de Cerbantes Enriquez y Navarra, regidor della, y no se hallaron presentes los demas regidores por estar enfermos en cama […] /f. 2r/ y otros muchos todos vezinos, abitantes y moradores de la dicha villa, de tres partes de los vezinos della los dos y mas representantes pleno concejo, estando asi ajuntados fue propuesto en el por el dicho señor alcalde que antes de agora los vezinos de la dicha villa havian tenido deseo y voluntad de hacer y fabricar en ella un conbento de frayles, y consta determinacion en años pasados havian enviado personados a Çaragoça a pidir al probincial de la horden del señor Sant Francisco enbiasse frayles y les diese liçenzia para benir a la dicha villa y residir en ella por ser muy necesarios a causa de ser la dicha villa de grande poblazion y no haver en ella mas de una yglessia y parrochia


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y porque en tiempos de quaresma y jubileos y aun entre año por no haber bastante recado de conffesores suelen yrse los vezinos a conffesarse fuera a otras partes, y de presente se hallan y estan en la dicha villa dos frayles, que el uno dellos es provincial de la horden de los minimos de señor San Francisco de Paula, y el otro corrector del conbento de nuestra señora de la Vitoria de Çaragoça de la mesma horden, los quales andan a buscar adonde haçer una cassa y conbento, y haviendo reconoçido la dicha villa les ha paresçido que en el ospital della si la dicha villa les diesse licençia podrian comodamente fundar una yglesia y conbento por haber suficiente lugar y que con poco gasto podrian luego recoger en el los religiosos bastantemente y tener donde celebrar para luego los divinos oficios y an pidido para este efecto el dicho /f. 2v/ ospital, cassas y patio del, que bean si les pareçe se haga el dicho conbento y se les de para ello el dicho ospital, o adonde les paresçe se aga, o si no son de pareçer de consentirlo se declaren para que se les de respuesta, que su pareçer y determinazion estan aguardando los dichos frayles, y echa la dicha proposicion por todos los dichos concejantes, en conformidad unanimes y conformes de un querer y determinada vo-luntad, sin nenguna discrepancia, haciendo y firmando los presentes por si mesmos e prestando cauçion de rrato por los ausentes, fue determinado que el dicho ospital, cassas y patio del se de a los dichos frayles, como desde luego se lo dan, para que en el se aya de haçer y haga una yglessia y conbento de su horden, y no para otro effecto alguno, con que la propiedad y patronazgo de la yglesia y conbento que assi se hobiere de haçer sea de la dicha villa y no de particular, y porque para su abidamiento en especial porque conforme a la regla de su horden los frayles que al dicho conbento obieren de benir no pueden comer carne, ni manteca, tienen necessidad de una huerta donde puedan criar ortalizas y legumbres çerca de la casa y conbento, determinaron tambien que a nombre de la dicha villa y para el dicho effecto se tome la huerta que fue de Joan Conchillos, çapatero, y esta ahora repartida entre sus herederos, pagan-doles su balor y estimazion y se de la dicha huerta al dicho conbento para serbizio del y porque para pagar la dicha huerta y reparar y adreçar las dichas cassas /f. 3r/ del ospital y haçer y adreçar el lugar donde para de presente se tenga yglesia puedan çelebrar los divinos oficios y tener recogimiento para los frayles no tiene dineros la dicha villa, determinaron que los quinientos ducados que Juan de Vitoria y sus fiado-res, vezinos della, deven a la villa por el arrendamiento que tubo de sus propios, sin embargo que antes estaba determinado se empleasen en redemir uno o mas censales asta su montamiento de los que la villa debe, se tomen y gasten y empleen los dichos quinientos ducados en comprar y pagar la dicha huerta y en las obras y reparos que de presente hobiere neçesidad haçer en el dicho ospital para yglesia y conbento, y si los dichos quinientos ducados no bastaren, se gaste de las rentas y bienes de la villa todo lo demas que fuere necesario y que para dar y entregar el dicho ospital, cassas y patio del y tomar a nombre de la villa la dicha huerta y darla y comprometer su tasazion y nombrar tasadores y tomar el dicho dinero y gastar aquello y lo que fuere menester en la dicha compra y reparos, adreços y fabricas y para capitular, y haçer escriptura y capitulado con los dichos frayles e lo que por la dicha villa obieren de celebrar y hacer y de todo lo demas que les paresçiere conbiene y es necesario en fabor

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de la dicha villa, davan e dieron todo su poder cumplido y bastante, segun que ellos lo an y tienen y mas cumplidamente lo pueden y deven dar y otorgar y de derecho para lo sobre dicho se requiere, a los dichos señores, Juan Martin, alcalde, Alonso de Cerbantes Enriquez y Navarra, Juan Malon de Echayde y Diego de Vitoria, regidores /f. 3v/ de la dicha villa, con plena facultad e libre y general administrazion y pro-metieron y con sus personas y todos sus bienes y derechos y con los vienes propios y rentas de la dicha villa y conçejo se obligaron de obserbar y cumplir lo sobredicho y no lo rebocar ni contravenir en nengun tiempo y de haber y que abian por bueno tracto, grato, firme estable y baledero a perpetuo todo lo sobre dicho, y lo que por los dichos sus procuradores fuere echo, capitulado, ottorgado, e actuado y concertado y de los relebar de toda carga de satisfacion e fianza, y para ser a todo ello compelidos davan e dieron todo su poder complido y bastante a todos y quales quier jueçes y justicias de la magestad real deste reyno de Navarra y otras partes a cuya jurisdiccion y de cada uno dellos se sometieron para la condenacion y execuzion de todo ello […], siendo a todo ello presentes por testigos Diego Conchillos, escribano real y del juzgado de la dicha villa y Melchor de Burgos, mançebo hijo de Fabian de Burgos, bezinos de la dicha villa y el bachiller Diego Guillen de Çabalos, çirujano, residente en ella, e firmaron los que savian en el registro desta escriptura de poder como se sigue, Juan Martin, /f. 4r/ Alonsso de Cerbantes Henriquez Navarra, Juan Ximenez de Cascante, Martin Gonçalez, Diego Conchillos, escribano por testigo, Melchor de Burgos, testigo, las quales firmas y otras quedan en el registro. Passo ante mi, Martin de Azcona, escribano.

E luego en siguiente acabado el dicho conçejo fueron personalmente al dicho ospital los dichos señores Juan Martin, alcalde y Alonsso de Cerbantes Enrriquez y Navarra, regidor, y todos los dichos concejantes, assi como havian salido de la llega del dicho concejo todos juntos y llevando consigo a los dichos dos padres, que el uno de ellos se llama fray Francisco Ximenez y es provincial de la horden de los minimos de Señor San Francisco de Paula, y el otro fray Francisco Nieto, corrector del conbento de Nuestra Señora de la Vitoria de Çaraçoza de la mesma horden, y el dicho señor alcalde, tanto como patrono que a una con el vicario de la parrochial yglesia de la dicha villa es del dicho ospital, como tambien por cumplir la boluntad y determinacion del dicho conçejo y todos en effectuacion de la meticion en el dicho ospital, patio y cassas del a los dichos provincial y corretor y las entregaron todo el dicho ospital y llaves del para que desde luego se haga en el dicho ospital una yglessia y conbento de la dicha su horden cuya inbocazion y nombre sea de nuestra /f. 4v/ señora de la Victoria de la villa de Cascante, y luego los dichos provinçial y corrector rescibieron la dichas llaves y ospital y echaron fuera a los dichos señores, alcalde y regidor y vezinos y concejantes y a los casseros que en el estaban puestos para dar recaudo a los pobres y a toda la gente que dentro havia, y quedando solos cerraron las puertas de la cassa y puerta principal del dicho ospital y andubieron por el paçifi-camente sin contradizion de persona alguna, haçiendo actos de berdadera possesion y assi quedaron con todo el dicho ospital, cassas y patio y llaves del y de pedimiento de los dichos provincial y corretor, el dicho señor alcalde lo mando asentar, siendo


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testigos a todo ello Juan Ximenez de Cascante y Domingo Diaz, vezinos de la dicha villa, los quales firmaron aqui, Juan Ximenez de Cascante, testigo y Domingo Diez, testigo. Passo ante mi, Martin de Azcona, escribano

E despues de lo sobre dicho, año, mes, dia y lugar sobre dichos, yo el dicho notario ley, comunique y mostre los sobre y retro escriptos autos y de poder y possesion en su persona a Juan Malon de Echayde, regidor de la dicha villa, que por estar enfermo en cama no se havia hallado presente a ellos, y haviendolos bisto y comprehendido dixo que en quanto a el toca y puede como regidor de la dicha villa loa y aprueba la determinaçion hecha por el conçejo /f. 5r/ della y acepta el poder que se ha dado, y assi bien reatifico y aprobo la possesion dada por el conçejo como en los dichos actos se contiene y esta prestado de pasar y cumplir lo en ellos contenido, y firmo a una con mi el dicho notario, ansi Juan Malon de Echayde, Martin de Azcona, notario.

21586, noviembre, 23 Tarazona

Licencia del obispo Pedro Cerbuna para fundar un convento de frailes mínimos en Cascante

Archivo Municipal. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 7v -10r. /F. 7v/ DON PEDRO Çerbuna, por la graçia de Dios y de la Santa Sede Apos-

tolica, obispo de Tarazona y del consejo de su magestad y /f. 8r/ a todas y a quales quiere personas assi eclesiasticas como seglares a quien lo infrascripto toque y atañe y las presentes mostradas y presentadas sean, salud en nuestro señor. Os haçemos saber que ante nos parescieron Alonso Çerbantes Enriquez y Navarra y Pedro de Aguire, vezinos de la villa de Cascante de nuestro obispado de Tarazona, en nombre y como procuradores legitimos de los alcade, regidores, concejo y unibersidad de dicha villa, segun que de su poder en los autos desta causa consta y nos presentaron una petiçion del thenor siguiente: Illmo Señor, los alcalde, jurados, conçejo y villa de Cascante y en su nombre Alonso Çerbantes Enrriquez y Navarra, jurado de la dicha villa y Pedro de Aguirre, sindicos y procuradores della, dizen que la dicha villa es de hasta seisçientos vezinos poco mas o menos y no ay sino una parrochia tan solamente con muy poca clereçia y muy ocupada en sus divinos offiçios y obligaçiones, y para que mas crezca el serviçio de Dios nuestro señor, y los vezinos della tengan mas aparejo y comodidad de darse a los sacramentos y a otros sanctos exerçiçios, conbendria que se hiçiesse cassa y conbento de religiosos en la dicha villa, con lo qual cessaria el abuso que algunos tienen en las quaresmas de salirse a confesar fuera de la dicha villa huyendo del silvo del pastor con ocasion de no hallar con quien confesar, de lo qual nacen notables daños, y al presente hallan religiosos que haran cassa en la

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dicha villa que son los padres de la horden de los minimos, y para que este sancto celo benga en effecto por no haver parte mas acomodada y conviniente para todos, la villa y su comunidad les da /f. 8v/ el hospital della con obligaçion expressa de dar para ospital una casa que tiene que se dize la casa antigua de la villa que esta en el castillo, la qual es muy acomodada para ello y tiene el agua mas çerca que el dicho hospital y otras cossas para su serbiçio como lo declararon los testigos que sobre ello seran examinados, y assi bien con ofrecimiento de recompensar y satisfacer al dicho hospital todo aquello que por officiales fuere estimado valer su sitio y fabrica mas que la casa, y pues por la informaçion y poderes a vuestra ilustrisima constara de la neçessidad y voluntad que la dicha villa tiene de que se haga dicho conbento y de lo demas que fuere necesario para su fundacion, a vuestra ilustrisima suplican con el encareçimiento posible se mande informar de lo suso dicho y contando de la parte neçessaria tenga por bien de prestar su consentimiento y dar permiso y facultad para la fundaçion del dicho conbento, que allende que en ello nuestro señor sera en ello mas serbido, la dicha villa y republica rescibira benefficio y merced. Alonso Çerbantes Enriquez, Francisco de Aguirre.

La qual dicha peticion assi presentada a pedimento de los dichos procuradores, nos mandamos informar sobre lo en ella contenido, y por quanto la dicha informa-zion nos ha constado y consta legitimamente de lo contenido en la dicha petiçion, pronunciamos e hizimos una declarazion y pronunziacion del thenor siguiente:

En la presente causa, vista la petiçion que ante Nos /f. 9r/ se ha presentado por parte del alcalde, regidores y universidad de la dicha villa de Cascante, desta nuestra diocesis de Taraçona y anssi mesmo vista la informazion que sobre dicha peticion y lo en ella contenido se nos ha administrado, fallamos que es cosa muy conbiniente y neçesaria al serviçio de Dios nuestro señor y al bien y salud de las almas que en dicha villa de Cascante aya algun monesterio de Religiosos y que estara bien que bengan alli los padres de la horden de los minimos, pues ellos lo quieren y piden y la dicha villa de Cascante lo desea, y con mucha deboçion huelga de rescebir y recogerlos, y tambien que el sitio y lugar mas conbiniente en la dicha villa de Cascante para el dicho monesterio es el hospital.

Por tanto, que devemos de dar y conçeder como por esta nuestra declarazion damos y conçedemos liçençia, permiso y facultad para que los dichos padres mini-mos vengan a hazer cassa y conbento en la dicha villa de Cascante y que para su havitaçion y morada se les de el hospital, con esto que la dicha villa aya de dar y de para hospital y rrecojer los pobres la cassa antigua que llaman de la villa del castillo, por ser como es tanto y mas conbiniente para el recogimiento de los pobres que la que asta aqui han tenido y servido de hospital, segun que nos consta por la dicha informaçion, y tambien que la dicha villa aya de dar y de la suma y quantidad de treinta y cinco ducados que los obreros de villa han tassado que vale mas la cassa /f. 9v/ del hospital que ahora se da a los padres minimos que la dicha casa antigua de la villa que se da en reconpensa del dicho ospital, los quales dichos treynta y cinco ducados hayan de ser y sean para en beneffiçio de los pobres, y mas que en la dicha casa antigua de la villa que de ay en adelante ha de servir para hospital se señale un


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quarto equivalente al quarto que hizo haçer doña Ana Diez de Almendraiz en la casa del hospital que ahora se da a los padres de la religion de los minimos, y que se llame el quarto de doña Ana Diez de Almendariz, y que sirba para los mismos fines y effectos que la dicha doña Ana lo hizo fabricar, y finalmente que con la traslacion de la cassa del hospital passen todas las rentas y bienes rayçes y muebles y derechos que al presente se hallan ser del dicho hospital sin que los padres minimos hayan de goçar ni gocen mas del sitio y cassa de lo que hasta aqui ha sido ospital y sin per-juycio e nuestra jurisdicion y de nuestros derechos y de nuestra dignidad episcopal y de los derechos parrochiales de la yglesia parroquial de la dicha villa, y con todo esto y porque ante todas cossas se ponga en execucion y cumpla y no de otra manera concedemos la dicha liçençia, permiso y facultad y sobre ello interponemos nuestra autoridad y decreto judicial y conçedemos letras en forma. Nos / f. 10r/ P. Epis. Turiasonen. La qual dicha declarazion assi por nos hecha y pronunçiada y aquella notificada, e intimada, açeptada, loada y aprobada segun que de todo lo sobre dicho y otras cossas mas largamente se contienen por los autos y proçesso açerca lo sobre dicho hechos a que nos referimos, Por ende, por thenor de las presentes os intima-mos, notificamos y certificamos todo lo sobre dicho ser asi verdad y haver pasado assi y por nos ser proveydo de la forma y manera que de la parte arriba se contiene, y conçedemos liçençia, permiso y facultad a los provinçial y frayles de dicha horden y religion de los minimos para deçir y celebrar missas cantadas y reçadas en la yglesia que en dicho convento se hara, en testimonio de lo qual concedemos las presentes, firmadas de nuestra mano y con nuestro sello selladas. Dada en Tarazona, a veynte y tres dias del mes de nobiembre del año contado del naçimiento de nuestro señor Jesuxpto de mil quinientos ochenta y seis. P. Epus. Turasonen. Por mandado de su Illma. Martin de Falces, notario.

31586, diciembre, 4 Cascante

Escritura de fundación del convento de Nuestra Señora de la Victoria de CascanteArchivo Municipal. Cascante. Caja 66, fajo 40, doc. 5, ff. 16r -21r.

/F. 16r/ In dey nomine. Manifiesto sea a quantos la presente escriptura vieren como en la villa de Cascante, diocesis de Tarazona, dentro de la yglesia de Nuestra Señora Sancta Maria de la Victoria, que es conbento de la horden de los minimos del glorioso señor Sant Francisco de Paula, nuebamente fundado en la dicha villa, a los quatro dias del mes de diciembre del año contado de la natibidad de nuestro señor Jesuxispto de mil quinientos ochenta y seis años, por presencia de mi el no-tario publico y testigos abaxo nombrados, constituydos en persona, de una parte el muy Reverendo Padre fray Francisco Ximenez, probinçial de la probincia de Aragon

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y Banlençia de la horden de los minimos de señor Sant Francisco de Paula, y de la otra los señores Joan Martinez, alcalde hordinario por la magestad Real, y Alonso de Çerbantes Enrriquez y Navarra y Juan Malon de Echayde, regidores de la dicha villa y como procuradores que para lo infrascripto son nombrados por el concejo della, segun consta de su poder por mi presentia y testimonio testificado en los veynte dias del mes de noviembre ultimo pasado, estando assi todos juntos dixeron que attendido en la dicha villa a causa de ser muy populosa havia havido neçessidad de fundar un conbento de frayles, y teniendo voluntad de lo haçer el conçejo /f. 16v/ de la dicha villa en el sobre dicho dia a veynte de noviembre pasado havia dado su boluntad y consentimiento al dicho provincial y su conpañero fray Francisco Nieto, corrector del conbento de Nuestra Señora de la Victoria de Çaragoça de la dicha horden, para que en las cassas y patio del ospital de la dicha villa hiziessen un conbento de la dicha horden, y preçedente esta voluntad y la licencia que para ello havia dado el Ilustrisimo señor don Pedro Çerbuna, obispo de la dicha ciudad de Tarazona, havian ya echo y fundado el dicho conbento intitulado de Nuestra Señora de la Victoria de la villa de Cascante, el qual mediante la divina graçia a de ser y redundar en muy grande bene-ficio y probecho de las almas y en alabanza de la Virgen Sancta Maria y del glorioso señor Sant Francisco de Paula, con los quales patronos y mediante su intercession sea nuestra esperança mas bien fundada, y porque ansi bien para la conformidad y pacificacion de todos en lo presente y venidero es necesario haçer asiento y capitulos quales a todos conbengan, hazian e hizieron los conbenios y capitulaziones siguientes:

1. Primeramente, que el dicho conbento se aga y funde en el dicho sitio y lugar que la dicha villa les da.

2. Ittem, que en lo que esta fabricado en el dicho sitio començaran desde luego a abitar y decir misa y dar principio de conventuales.

/f. 17r/ 3. Itten, que en el dicho conbento y lo que mas se fabricara en el, ben-dran y ayan de benir un corrector y confessores y otros religiosos que se exerciten en confessar, ayudar a bien morir y otros actos y ministerios de charidad, y haran sus officios segun su Regla, y assi bien ayan de venir y haver predicadores.

4. Ittem, que la missa conventual que cada dia dixeren sean por la dicha villa.5. Ittem, que sean obligados los religiosos a tener y tengan un lector de gramatica

o artes, u otro lector para todos los que en esta villa estudiarla quisieren, sin que por ello pretenda interese, y que comiençen el dia de señor Sant Miguel de setiembre de mil quinientos y ochenta y siete, y de ay en adelante a perpetuo para siempre jamas.

6. Ittem, que los religiosos sean obligados a salir y salgan con el cabildo de racio-neros de la parrochia desta villa en las processiones generales conforme al concilio y en las que la villa les pidiere.

7. Ittem, que cada dia se diga una misa reçada en el dicho conbento dadas las honçe oras y tañer su campana para que la gente acuda a la oyr.

/f. 17v/ Ittem, que la cassa, sitio y lugar y guerta con las demas cosas que para el dicho conbento la villa les da y las que mas los vezinos della en general y particular


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daran o doctaran para la dicha yglesia, casa y conbento, no los puedan vender, agenar, trocar ni permurar el generalisimo ni otros prelados inferiores ni religiossos de la dicha horden que son o por tiempo seran, ni otros por ellos por privilegio alguno, aunque sea de la sede apostolica ni real, ni en otra manera, sino fuere con expreso y llano consentimiento de la dicha villa, ni puedan sacar renta ni bienes de la dicha casa y conbento a otros conventos y partes, sino que se ayan de convertir en augmento de mas religiosos para este dicho conbento y gastarse en el.

9. Ittem, que la capilla mayor de la yglessia, que se hubiere de haçer por razon de la doctacion y liberalidad que la dicha villa al presente haçe, y de haverlos reçevido y lo que mas voluntariamente y con sus limosnas hara, los dichos religiosos no la puedan dar, vender, entregar ni obligar a nenguna persona eclesiastica ni seglar de qualquiera condizion y estado que sea, ni reçevir doctazion para ella con titulo y nombre /f. 18r/ de doctazion para tener dominio y señorio en ella, y poder poner blason, escudo, ni armas, ni dar entierro en ella, porque ha de ser de la dicha villa, y solas las armas della an de estar en ella afixadas, y attendido la dicha capilla prinçipal queda para la dicha villa, siempre que se hiçiere yglesia aya de haçer la villa la dicha capilla a su costa como mas bien bisto le fuere.

10. Ittem, que si acasso por algunas legitimas causas el dicho conbento o yglessia se hubiesse o conbiniesse mudar, que no puedan los religiosos della ni sus superiores sin voluntad y consentimiento de la dicha villa, y haciendo reedificacion dellos dentro de los terminos de la dicha villa, y adonde quiera que assi se mudare siempre la capilla mayor sea de la dicha villa con las dichas exceptiones y condiciones.

11. Ittem, que lacequia y agua que passare por el dicho conbento la dexen libre-mente fuera de los dias que tiene la guerta derecho de regar dexando el rio limpio, y que los alamines y ministros de las aguas puedan entrar a reconocer el rio las beçes que fuere menester, y que en quanto al regidor assi de la dicha huerta como de la çequia della y de otras heredades, si acasso adquirieren esten subjectos al gobierno de la dicha villa y contribuyan /f. 18v/ y paguen como los otros vezinos las limpias de los ríos.

12. Ittem, que los molinos, hornos, carnicería, tiendas de pescado y aceyte y pa-naderías muelan y compren segun estuviere arendado y a los precios que los vecinos y moradores de la dicha villla, sin pedir exception.

13. Ittem, que no puedan haçer molino farinero ni horno de poya sino como los demas vezinos.

14. Ittem, porque la voluntad de la villa se cumpla y sea en algun socorro de la fabrica, fue capitulado que el presçio o presçios que se sacaren de todas las sepulturas que se bendieren dentro de la yglesia que al presente es, y en la yglesia y claustro y en qualquiera parte del conbento fuera de la dicha capilla mayor, porque aquella queda como dicho es reserbada para la villa, se aya de poner en renta a seis por ciento, y la renta dellas sea para la fabrica de la dicha yglesia que se hubiere de haçer y para haçer y reparar el dicho conbento, y esto sea y se guarde a perpetuo sin que nadie para otra cosa lo pueda gastar, y teniendo necesidad puedan gastar de la tal renta en

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los gastos, reparos y cosas necesarias en el conbento y religiosos del./f. 19r/ 15. Ittem, que attendido la capilla principal queda reserbada y es para la

villa y la misa conventual de cada dia a de ser por la dicha villa y es necesario en ella aya luminaria continua, fue capitulado que para luminaria de la çera que se obiere de gastar mientras duraren los divinos officios aya de dar la villa al dicho cobento quarenta libras de cera cada un año, y para la lampara que de continuo a de arder delante el Sanctissimo Sacramento aya de dar ansi bien diez arrobas de açeyte cada un año, y principien la missa el dia de año nuevo primero biniente y del dicho dia en adelante se ayan de dar la dicha cera y aceyte por tercios, de quatro en quatro meses la tercera parte, y que ansi bien la dicha villa probea a su boluntad los ornamentos necesarios para la dicha capilla como para cossa suya propia, y que siempre que la villa quisiere poner la quantidad que montare la dicha cera y aceyte en particular o particulares a censo estando bien asegurado lo pueda hacer, y en tal caso la villa quede libre y el censal dedicado a perpetuo para este efecto de luminaria a la dicha capilla.

16. Ittem, que para la fabrica de la dicha yglesia y conbento aya de dar y de la dicha villa de sus propios y rentas al dicho conbento mil ducados dentro de veynte años, cada año cinquenta ducados, començando la primera paga /f. 19v/ el primero de marzo del año mil quienientos ochenta y siete, y anssi en siguiente consecutive al dicho dia y plaço cada un año para la paga dellos, los dichos alcalde y regidores consignaron la dicha quantidad en los dichos propios y rentas de la dicha villa para que cada un año de los arrendadores que fueren de los propios y rentas della lo cobren a los dichos plaços, y anssi bien a los regimientos que adelante seran de la dicha villa reserbaron facultad para que en el augmento de la dicha fabrica provean segun bieren la necesidad.

17. Ittem, que si allende lo arriba dicho y capitulado conbiniere añadir o enmen-dar algunos otros apuntamientos a condiciones para el bien y probecho de la dicha villa, y para conserbazion de la paz y augmento del serbiçio de Dios, ora sea para la villa o eclesiasticos della, que las puedan añadir y sean obligados los dichos religiosos a las cumplir, siendo justas añadiendo o quitando, asta el dia de Sant Juan de junio del dicho año de ochenta y siete y no pasado aquel dia, y por ello no fundar agrabio y tampoco por dexarlo de aver puesto y capitulado para perjuyzio a nenguna de las partes, pues la intencion es no querer defraudar a la republica ni yglesia parroquial de la dicha villa.

/f. 20r/ 18. Ittem, que los dichos religiosos sean obligados de traer con la brebedad posible la conffirmacion de las cosas sobre dichas de su sanctedad o de su capitulo general, o de quien se hubiere de haver a sus costas y porque la dicha capitulazion se haze con el dicho padre provinçial, fue concordado que su paternidad a su costa aya de traer la dicha confirmazion en el primero capitulo general que se terna.

E leydos publicamente todos los sobredichos capitulos, todas las dichas partes capitulantes los tuvieron por buenos y bien asentados y prometieron y se obligaron el dicho probinçial con todos los bienes y rentas y otros derechos probinçiales de sus dichas probinçias y todos los vienes y derechos y rentas espirituales y temporales


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del dicho conbento de nuestra señora de la Victoria desta dicha villa de Cascante, y los dichos alcalde y regidores en el dicho nombre procuratorio con todos los vienes, derechos y rentas de la dicha villa y conçejo habidos y por haver que cumpliran, obserbaran, pagaran y cumpiran todo lo sobre dicho segun y como en las dichas capitulas esta y queda declarado so pena de cada mil ducados aplicados de los vienes de la parte que lo contraviniere, la mitad para el fisco de la magestad Real y la otra mitad para la parte que lo obserbare y cumpliere /f. 20v/ e pagada o no la dicha pena todavia lo en esta escriptura y capitulaçion contenido sea firme y bala y surta y efectue su debido efecto y para ser compelidos a todo lo sobre dicho dieron todo su poder cumplido y bastante a todos y quales quiere jueçes y justiçias de la magestad Real y eclesiasticos y seglares que dello puedan y devan conosçer a cuya jurisdiçion y de cada uno dellos se susmetieron para la condenaçion y execution de todo lo sobredicho [...] y en testimonio dello otorgaron esta escriptura como sobre dicho es siendo a todo ello presentes por testigos llamados y rogados Luys Çapata, sindico del dicho conbento, Martin de Conchillos, apotecario y fabriquero del, Pedro de Verges, maestro de las obras de la casa y el bachiller Diego Guillen de Çaballos, cirujano de la dicha cassa, e firmaron /f. 21r/ todos en el registro ansi a una con mi el dicho notario, fray Francisco Ximenez, probinçial, Joan Martin, Alonso de Cerbantes Henrriquez, Juan Malon de Echayde, Martin de Conchillos, testigo, el bachiller Çaballos, Pedro Verges, Luys Çapata testigo. Passo ante mi, Martin de Azcona, notario.


Capitulaciones para la construcción del convento de la Victoria de CascanteArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Gabriel Conchillos. 1586, ff. 322r

-323v.

/F. 322r/ Las capitulaciones y pactos entre el convento de nuestra señora de la Victoria de esta villa de Cascante y Pedro de Verges, obrero de villa, hechas oy martes, a 9 de diçiembre deste año de 1586, son las siguientes:

Primo, que el dicho Pedro de Berges se obliga a hacer todo el convento a tasaçion de offiçiales puestos de parte del convento y de la suya, y lo a de haçer todo a su costa dandole el convento patio para ello, y esto durante su vida, y despues quede el convento y sus herederos libres para poderlo dar a quien quisiere el convento, y sus herederos cobrar lo que se le deviere dentro de año y medio despues de su muerte.

Item, que este obligado a hacer el convento conforme a la traça y los quartos queden guiados conforme a la dicha traça.

Item, que aya de haçer los fundamentos de piedra labrada y que salgan ocho

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palmos ençima de tierra, y aya de haçer respaldos de ladrillo y un pilar entre respaldo y respaldo del grueso de la tapia y ladrillo y medio de ancho, y que la tapia aya de ser de una vara de ancho y de cal y costra con su orden de ladrillos que dicen tapia valençiana, y los respaldos que ayan de ser de grosura y largura que el arte requiere y mas largos conforme a lo que le pareçiere al ofiçial por respecto de las capillas.

Item, que aya de hacer quatro cruçeros y dexar patio para la capilla mayor la qual a de hacer la villa.

Item, que aya de començar y comiençe la obra de la yglesia que a de ser lo pri-mero, esta primavera deste presente año de 1587, y que este obligado a llevar cien ducados bistraydos, y que no llevando mas no pueda dar priesa al convento para que le de dineros.

Iten, que aya de aber libro de reçibo en poder del presidente o corrector, el qual asiente de mano del oficial o de tercera persona con su firma y poder lo que se recibierre y gastare de parte del covento y suya, y que esto lo ayan de firmar los dos.

Item, que el convento este obligado a darle çincuenta ducados cada año por el mes de março que son los que da la villa, y lo que mas le pudiere dar conforme a la neçesidad que uviere y no tiniendo el dicho convento neçesidad.

/f. 322v/ Item, que este obligado el dicho Pedro de Verges a tomar toda la maniobra que el dicho convento le diere y a tomarla en cuenta, y que si la piedra o otros materiales se truxeren por orden del convento, se aya de desconstar y no se cuente la trasdura de ellos.

Item, que el dicho Pedro de Verges se obliga a cunplir todo lo sobredicho y para esto obliga su persona y bienes y los çien ducados que a de llevar bistraydos, y que qualquier escrivano pueda alargar la obligacion hasta lo que esta dicho, y que el convento se obliga de su parte a cunplir lo sobredicho y no hacer mudança ninguna ni la pueda haçer cunpliendo el dicho Pedro de Verges lo sobredicho y continuando la obra, y dandole dinero que este obligado a gastarlo luego en la dicha obra y no en otra cosa alguna, y que el convento para cunplir lo que a su parte toca obliga los bienes del dicho convento.

Y la capitulacion del libro de gasto y recibo que ha de tener el presidente o corrector, se entiende de lo que el dicho convento le diere de su parte para la obra de materiales y dineros.

51587, febrero, 15 Cascante

Capitulaciones para la construcción del convento de la Victoria de CascanteArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Martín de Azcona, 1587, ff. 510r

-511r.


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/F. 510r/Capitulaciones de las cosas que se an de hazer en el convento de nuestra señora del Vitoria de la villa de Cascante

1. Primo, luzir la yglesia como convenga con su coro y debajo el coro, y las bueltas de cedaço y dar color a las maderas y las paredes espalmado y bruñido dentro de beynte y quatro dias del remate.

2. Mas es condicion que para que no salga el negro a la parte de afuera de las bueltas de la yglesia se remojen hasta que se puedan bien raer y raerlas para que se les gasta todo el negro que agora tiene, y despues se haga como dicho es.

3. Mas se a de hazer la puerta por la capilla mayor con un cançel lo que llegue a la fusta que sustenta el paso, y no entre claridad a la yglesia, dentro de seis dias del remate.

4. Mas se an de hazer unas necesarias que no trabiesen todo el rio sino questen apartadas de la pared lo necesario con unos carrones para fuera de manera que se puedan hazer en dichas secretas tres ojos todos a una banda con su antosta en medio de cada silla, y la puerta se a de abrir, hazer y asentar llana por la escalera de la sacris-tia y se a de hazer un calejon el rio debajo de quatro baras en largo de manera que vengan a quedar las sillas detras de do a de ser la pilla como lo dijere el presidente y cada cabezal de los que salieren sobre el rio tenga otros sendos de la otra parte baja para el sustento que no escabeçen para bajo y cargen en la pared de la parte baja.

5. Mas se a de travesare el rio con una tapia como esta cerrado por la parte de arriba por do el presidente señalare.

6. Mas es condicion que se hagan las crestas desta manera, que sobre los cabezales que salen sobre el dicho suelo se pongan los cairones de punta engeridos en las puntas de los cabezales en la cara de afuera, dos en las dos esquina y uno en el medio de largueza que tenga la alteza que a de quedar en la delantera, y sobre estos tres encajen otro con sus espigas que sirva de puente para el terrado y muy bien enclavados, y en aquel se pongan los que an de cortar en el terrado y encarcelados que entren un palmo dentro de la pared y se haga el terrado de tablas y teja y debajo sus antostas de cal o de ladrillo todas alrededor y lucirlas dentro y fuera.

7. Mas se an de hacer tres celdas como las señalare el presidente en el quarto de la enfermeria de ladrillo cozido, y las antostas con cayrones derechos para seguridad dellas con sus puertas y ventanas llanas asentadas con sus alguaças.

/f. 510v/ 8. Mas se an de hechar bueltas encima el coro como estan prencipiados con sus decenes de la misma manera y ancheça y arrriva de la propia manera, y se an de hacer una celda arriba y otra abajo lucidas las paredes y antostas, y las antostas sean de ladrillo cozido, con sus puertas y ventanas como las otras, y hechar en la escalera encima el coro un antepecho como convenga y luzido por las dos partes.

9. Mas que la canpana que esta en la ventana se aya de poner en el texado en el canton mas alto de la escalera del coro con dos pilares de ladrillo y travesaña de ma-dera y haçer sus aguxeros para la cuerda de manera que se taña en el coro sin bando.

10. Mas que haya de hacer tres ventanas de tabla de pino llanas con sus aros y

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alguazas y hasentarlas a su costa, la una donde esta otra la canpana, y la segunda en el dormitorio baxo que cae al rio, y la otra en el dormitorio alto encima de la del dor-mitorio baxo de la manera que el presidente le señalare o enteras o medias cada unas.

11. Mas que aya de poner un letrero en la parte y lugar que el regimiento le señalare con las palabras que le dixeren de manera que se puedan bien leer y con-prender, de la manera y letras que el dicho regimiento le dixere y hordenare dentro en la dicha yglesia.

12. Mas que la tal hobra depues de hecha sea bista y reconocida por dos offi-ciales el uno que nombre el presidente y otro el maestro y si alguna falta tubiere la repare a su costa.

13. Mas que la çelda primera del quarto de la enfermeria se haga sobre la escalera que sube al dicho quarto un canzel con las gradas que conbinieren y por la parte baxa heche sus cabrios luçidos y ladrillo y por la parte alta luçidos con sus suelos hechados.

14. Mas que toda la dicha hobra sea acavada para el dia de la ascension de mayo primero viniente so pena de que pierda todo lo hecho.

/f. 511r/ 15. Mas es condicion que tenga diez dias de revaja para el que la quisiere haçer, y no puedan rebajar menos de un ducado, y el ultimo remate señalan se ara el dia de santo Mathias en el qual quiere acaven los diez dias despues de completas. [...]

18. Mas se aya de dar fianças llanas y abonadas a contento del regimiento y que si no las diere y no cumpliere todo lo arriva dicho se compla todo a sus costas y de las dichas fianzas.

Joan Martin, Alonso de Cerbantes Henriquez, Juan Malon de Hechayde

Por mandado de sus mercedes Martin de Azcona, escribano

61589, julio, 23 Cascante

Capitulas y arrendación de la yglesia de la Victoria en la villa de CascanteArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Diego Conchillos. 1589, ff. 341r -343v.

/F. 341r/ En el nombre de Dios y de la Virgen Santa Maria de la Victoria y de nuestro gloriosso padre Sant Francisco de Paula, comienza la obra y arrendazion de la yglesia deste conbento de Nuestra Señora de la Vitoria con las condiziones seguientes:

1. Es condicion, que el offizial que tomare la dicha obra la aya de hazer en la planta questa echa y señalada y sacados los cimientos.


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2. Es condicion, que aya de hazer tres cruçeros en el cuerpo de la yglesia con dos fforneçinos al un lado y tres al otro.

3. Es condicion, que aya de hazer los respaldos de la yglesia conforme la planta questa sacada, de tres ladrillos de ffrente cada un respaldo y nuebe de salida desde la partes de affuera de la pared asta el bazio de el cuerpo de la yglesia, y estos an de ser ocho respaldos confforme estan sacados o se sacaran los cimientos.

4. Es condicion, que aya de hazer las tapias asta el raffe de las forneçinas de dos ladrillos de gruesso entre respaldo y respaldo, en todos ellos.

5. Es condicion, que las tapias de la frente del cuerpo de la yglesia se agan de dos ladrillos de gruesas asta el raffe alto de la yglesia, con dos pilares repartidos en la tapieria de dos ladrillos conforme las tapias y ladrillos y medio de frente todo lo alto de las tapias.

/f. 341v/ 6. Es condicion, que se ayan de hechar unos arcos de un respaldo a otro de ladrillo y medio donde conbenga para las forneçinas en la altura que conbenga, y estos arcos an de ser seys y an de tener dos ladrillos en alto y ladrillo y medio de gruesso, y como se dixo un pilar en medio se conparte en dos pilares con medio ladrillo que sean de mass en los dos pilares se elijan de tal manera que la ventana de arriba se elija entre medio, y se enttienda questos se an de principiar a subir desde el arco que principia la pared a subir del cuerpo de la yglesia rebolbiendo sobre ellos dos arcos para que quede la ventana alrededor forrada de ladrillo y que en la tapieria no baya ningun genero de madera.

7. Es condicion, que se aya de hazer en los arcos de arriba sobre los dichos arcos una tapieria de ladrillo y medio con su pilar en medio a la corona del arco de la grosura de la tapia en quadro, y ayan de llebar todos los pilares dentre las tapias de dos a dos tapias sus trabas de medio ladrillo a cada cabo y de quatro yladas de altas, y que aya de poner una traba de madera que alcanze de cada parte dos pies en cada pilar y en cada junta de pared que hiziere aya de poner un cabrio o palo.

8. Es condicion, que las tapias de toda la yglesia sean tapias balenzianas conforme a las de la casa de la villa con su horden de cascos por de dentro cal y costra sola.

9. Es condicion, que aya de tener la iglesia de alto asta la represa sesenta palmos, y alli aya de bolber la cruçeria en /f. 342r/ punto redondo los arcos prinçipales de la cruçeria y azer la labor del cruzero confforme la nabada de anzia zierzo de la yglesia parrochial de esta villa de Cascante, entiendese lo de la montea de cornizal a cornizal.

10. Es condicion, que aya de hazer en las alturas que quedaren las fforneçinas un raffe de ladrillo de cinco yladas en alto con su labor de orlas y dentellones.

11. Es condicion, que el raffe alto de la yglesia sea de la mesma echura desde las capillas, y estos raffes corran alrrederor de toda la yglesia en lo alto, y en lo bajo alrededor de las capillas y respaldos.

12. Es condicion, que aya de dexar las capillas fornezinas cubiertas con sus ma-deras, tabla, texa, con su lodo asi como es costumbre y sus çerros de alxez alrederor de las paredes de la yglesia.

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13. Es condicion, que aya de hazer el texado de la yglesia con sus tirantes y texeras en cada respaldo una tan solamente, y a de enfustar con doçenes atravesados de tijera a tijera si no allare reffustes que le alcanzaren desde la corona asta el raffe, y esto queda en su boluntad de la manera que lo quisiere hazer, con esto que los fustes sean de cuerpo sufficiente para la largura aya dentablar sobre estos fustes tabla junta, dizen pulgar de gruesa, y sobre estas tablas aya de tejar con su lodo y teja como conbenga y aya de hazer sus çerros de madres asentadas con yesso en la corona de arriba, y en cada capilla llebe sus çerros atravesados /f. 342v/ de ladrillo enzima de las tijeras y atrabesados por la parte denzima de los raffes.

14. Es condicion, que los ffustes de toda la obra sean de gruesos aquello que conbiene conforme la fusta ques y la carga que an de tener ansi tirantes como tijeras y fustes del tejado, y aya de aber de fuste a fuste una bara de gueco y que se entiende que aya de ser toda la fusta de pino de Ebro.

15. Es condicion, que se aya de bozellar toda la cruzeria con dos copadas y un boçel todas las piernas y eboltones perpiaños y terçerillos, aya de luzir los pendones de yesso de çedazo y echar sus molduras de cornisa y alquitrabe con su friso alrede-dor de toda la yglesia por el principio de las piernas despalmada y despues luzida de zedazo toda la yglesia, y enpedrada la yglesia paredes y cruçeros.

16. Es condicion, que en las piernas prinçipales y en los perpiaños eche unos rearcos de medio ladrillo en alto y uno de ancho que la segunda falfa los coja en encuentro, que los rearcos de los perpeaños aya de ser de un ladrillo en quadra.

17. Iten, es condicion que aya de hazer una bara de manposteria todo alrededor de la yglesia y queste echa por todo el mes de septiembre, y para ella se le dara la piedra y cal que ay en casa con la de los corrales que se an de deshazer tomandola en quenta de las ultimas pagas como mas claro se dira.

/f. 343r/ 18. Es condicion, que toda la maniobra quel conbento le diere, asi como cal, piedra, yesso, ladrillo y todas las demas cosas conbinientes a la obra, este obligado el offizial de tomarlo, y esto se entiende en quenta de los ultimos pagos quel conbento a de hazer, de suerte que le an de quedar doziendos ducados que se a de dar en dinero, los çiento por todo el mes de abril y los otros çiento por todo el mes de septiembre, sentienda comenzar a correr los dichos pagos el mes de abril del año de nobenta, y ansi por su horden se le yra pagando de año en año asta ffin y remate de toda la cantidad que sume la yglesia en lo que toca a los materiales, sentiende que los a de rrecebir al preçio que al ofizial les tubieren, y el año que obiere de conprar la madera se le daran los doçientos ducados juntos [...]

19. Es condicion, que todos los fustes que an de yr sobre puentes, sobre tijeras, ayan de yr enclabados con clabos de a palmo, y las tablas con clavos de media çeña.

20. Es condicion, que aya de llebar alrededor de toda la yglesia donde se a de elegir el rraffe unas soleras, y estas se entiendan de pilar a pilar con sus mezclas y enclabadas con clabixas de a palmo.

21. Es condicion, que podamos traer de mes a mes para conoçer la obra a un


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offizial y si mas bezes fuere neçesario, que si la obra fuere buena y conforme las capitulas sea a costa del conbento, y sino al offizial de la dicha obra.

/f. 343v/ 21. Es condicion, quel offiçial en quien quedare la obra aya de dar ffiadores al contento de los señores alcalde y jurados y conbento, y ansi bien dara fianzas el conbento al contento del offizial.

23. Es condicion, que el que able en rebaja de la obra no pueda rebajar por cada bez menos de diez ducados, y se entendera si dize uno diez, y si dos beynte, y asi por su horden de pagar lo que se ofreziere.

24. Es condicion, que si alguna duda ubiere en las capitulas tocante a ellas sea conozida y la conozca el regimiento de la dicha villa con un ofizial sufiziente y que la dicha declarazion sea balida y firme sin ninguna apelazion para ningun juez o juezes, y quel juez de esta villa pueda escoger el offizial que quisiere.

25. Iten, si el offizial que tomare esta obra quisiere exceder desta capitulazion diziendo ques probecho de la villa, no lo pueda hazer sin dar parte al regimiento y conbento desta villa de Cascante para que se lo pagen, y si algo hiziere sin esta horden que no se le aya de pagar, y açiendolo con esta horden se le pagara.

26. Iten, que aya de dar echa y acabada la dicha yglesia conforme a estas capitulas dentro tiempo de zinco años de la echa del remate adelante.

Fray Pedro Morel, presidente

71593, abril, 24 Cascante

Capitulas y condiciones de la fabrica de Nuestra Señora de la Bitoria de CascanteArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Pedro de Baquedano. 1593, ff. 116r

-118v.

/F. 116r/ Con las capitulas siguientes se arrienda la obra y fabrica de la yglesia del conbento de nuestra señora de la Bitoria de la villa de Cascante

1. Primo, se a desazer el estrivo que esta de manposteria y volverlo a edificar que este seguro.

2. Mas, se an de crecer de fundamento un ladrillo o lo que sea neçesario todos los estrivos de la parte del mesmo estrivo y acavar todas las 3 capillas y banda comforme la otra parte con tres arcos, tapieria y pilares y con estrivos sin faltar nada.

3. Mas, se an de partir las 5 de capillas para hazerse con las antostas del repar-timiento a de ser de medio ladrillo con el pilar de hazia el cuerpo de la yglesia de ladrillo y medio o como mas convenga, y a de subir asta la punta del arco de la ca-pilla sin partir y se entiende de todas y al medio o a donde convenga se aga la bassa

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para los arcos que se an de hazer en las capillas debaxo los otros, y se an de hazer cruzeros en todas las capillas sin guardar alguna y lucidas de cedazo como la yglesia y enpedradas todas las paredes y cruzeros, y entiendese cada capilla por si que aya de ser de nueve llaves.

4. Iten, que las tapias de la frente de la yglessia se suban conforme van con sus pilares asta arriva que se entiende pendientes, y todo alderredor a nivel que corres-ponda al tejado a dos partes, y en medio donde a de ser el coro, se abra una ventana /f. 116v/ como las otras para la luz del dicho coro.

5. Item, se a de hazer de los arcos arriva una tapieria de ladrillo y medio con dos pilares en medio de la mesma avertura, y suban hiciendo la ventana de 5 palmos en ancho o lo que obiere menester asi en ancho como en alto, y de sus arquillos suba un pilar asta lo alto de ladrillo y medio, y esto se entiende en todos los arcos, y lleven todos los pilares de entre las tapias de 2 a 2 y los sustravas de cada cavo y de 4 yladas de altas, y que aya de poner una trava de madera que alcançe de un pilar a otro que alcançe de cada parte 2 pies de cada pilar y en cada junta de pared un cabrio o palo.

6. Item, que toda la tapieria a de ser valençiana como la otra.7. Item, mas a de tener la yglesia 48 palmos asta la represa, y de alli se volvera la

cruçeria en punto rredondo y los arcos principales y la cruçeria a de tener la labor que tiene la navada de a çierço de la yglesia parrochial desta villa.

8. Item, que en las alturas que quedaran forneçinas aya de hazer un rrafe comfor-me las que estan agora echas y aya de hazer arriva en la yglesia principal un rrafe de 7 yladas de salida de orlas y dentellones que tomen toda la pared entiendese que se aya de hazer a las dos vertientes de agua.

/f. 117r/ 9. Item, que aya de hazer o enfustar el tejado con seis tixeras con sus tirantes y birotes y en las juntas sus argollas de hierro.

10. Item, que aya de poner el dicho maestro una solera de madera toda la obra alderredor de medios catorzenos de manera que alcançe de un pilar a otro, y estos ayan destar a media muescla enclavados, y sobre las soleras asienten los tirantes y se aya de enfustar de una tixera a otra de dozenes o catorzenes lo que alcançare, y que aya de aver de un madero a otro quatro palmos, y aya de entrabar con tabla oja un dedo de gruesa y enclavado como convensa, y sobre esto tejar con su lodo y texa y aya de hazer sus çerros por ençima de las tixeras que alcançen de cavo a cavo, assi mesmo por los lados como por ençima, y las fustas de toda la yglesia ayan de ser de la gordaria que rrequiere comforme a la fabrica de la dicha yglesia y aya de ser de pino.

11. Item, es condiçion, que se aya de volver toda la cruzeria y capillas con dos copados y con boçel y todas las piernas, rreboltones, perpiaños, terceletes, aya de lucir los pendones de yeso de çedazo, y echar sus molduras de cornixa y alquitrave con su freso alrrededor de toda la yglesia y capillas por el principio de las piernas espalmada y /f. 117v/ despues lucida toda la yglesia y capillas y enpedrada y en todas las llaves del cruzero sus rrosas de yesso bien labradas lo mesmo en las capillas.

12. Item, es condiçion, que en las piernas principales y en los pripiaños aya de


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echar unos rrearcos de medio ladrillo en alto y uno en ancho que la segunda falfa los coxa en enquentro.

13. Item, es condiçion, que adonde se a de elexir el rrafe lleve todo alrrededor de la yglesia una solera como arriva esta dicho.

14. Item, es condiçion, que aya de allanar todas las capillas y yglessia y enladri-llarla con las dichas capillas, y que quede el suelo conforme convenga y aya de abrir puerta por los estrivos que puedan pasar de una capilla en otra.

15. Item, es condiçion que aya de hazer un pulpito y escala con su guardapolvo donde el convento señalare.

16. Item, es condiçion que pueda el convento visitar la obra siempre que le parezca, y si va comforme a las capitulas que lo pague el dicho convento y si no fuere ansi que lo pague el ofiçial, que el dia que se acave la obra que se nonbren 2 oficiales, uno el convento y el otro el ofiçial, y si no a cumplido con lo que deve o hubiere echo menos que se cumpla a su costa del oficial conforme a las capitulas, y mas /f. 118r/ se especifica que si el convento le mandare azer alguna cosa de obra en la yglesia, se entienda no hazer agravio a la arrendaçion sino que se conçierten aparte como si fuese en diferente obra para que no pierda su fuerza la arrendaçion.

17. Item, es condiçion, que el official que la tomare la aya de dar echa dentro de ocho años y se le dara en cada año para abril çien ducados, y se entiende asta que se acave de pagar toda la cantidad en que se arrendare, que si el convento le diere a mas de los cien ducados otros ciento que se aya de hazer la obra en 7 años, y si mas mas, si menos menos, comforme acudan con el dinero al oficial, y se le de luego muertos 50000 ladrillos y toda la cal y madera con los arboles de Murchante y cimbras, tablones y rremos que aya en cassa.

18. Item, es condiçion, que si alguna duda se offreçiere en la obra se nombren 2 ofiçiales, uno el convento y otro el maestro, y si no se comforman nombre la villa uno, y en la dicha declaraçion no aya adonde se pueda apelar sin que se difina alli, entiendese quel oficial que quede con la dicha obra aya de poner y ponga todos los materiales que se ofrezcan en toda la obra asi de aljez, ladrillo, cançina, /f. 118v/ madera, clavazon, de manera que el convento no tenga que darle al dicho maestro sino el dinero en que se arrendare dicha fabrica, y aya de dar la obra fixa y buena a conoçimiento de offiçiales como arriva esta dicho.

19. Item, es condiçion, quel ofiçial en quien se rematare la dicha obra haya de dar y sea tenido y obligado y de fiadores legos, llanos y abonados para cumplir en hazer la dicha fabrica conforme al tenor de las dichas capitulas, y lo mesmo den los dichos corrector y frayles en lo que toca a pagar las quantidades que se rrematare, y assi se arrienda con los beinte dias de la rrebaja de la ley.

Es condiçion que se aya de hazer un arco sobre la puerta principal de la yglesia conforme los demas questan echos de modo que quede lugar para lebantar la puerta si conbiniere.

Fray Miguel Garcia

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Fray Mathias de Ribas, Fray Valentin de Ribas, Fray Lazaro de Gomara,Fray Domingo de Sayas, Fray Antonio Martinez, Fray Juan Colomina,Fray Adrian de Uruz

81599, marzo, 17 Cascante

Capitulas de la obra de Nuestra Señora de la VictoriaArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Diego Conchillos. 1599, ff. 225r -226r.

/F. 225r/ Con estas capitulas y condiziones se dara la obra a dacabar la iglesia de nuestra señora de la bitoria y estado la capilla mayor que aze azer la billa, tan so-lamente las tres cruzeros del cuerpo de la iglesia con el terrado i cubrir las fornezinas de azia el monesterio i rematar los respaldos que estan para rematar con sus rafes.

Primo, que se an de desazer los cruzeros i texados que agora estan echos i no azer cuenta de ello sino de solo las maniobras que fueren de probecho.

Es condicion que hagan unos pilastrones de dos ladrillos de ancho, i de las tres partes de ladrillo las dos de salida del respaldo afuera azia la iglesia, i estos pilastrones sean en todos los respaldos, i sobrestos agan unos arcos torales de ladrillo i medio de ancho i dos ladrillos de alto cada toral, i estos torales sean guardos i artesonados como los que estan baxo el coro de la iglesia de la billa de Cascante, i los pilastrones del propio adorno que en la dicha iglesia esta del cornixamiento en baxo.

Es condicion que se an de bolber tres cruzeros las piernas prinzipales en punto redondo, i las de demas lo que el ranpante pide, siendo los torales desapuntados, i la labor sea la de la nabada de azia el zierzo de la iglesia de la billa.

Es condicion que aya de dexar los cruzeros acabados de dos falfas con sus rearcos en las piernas principales i luzidos, para arriba bien bruñidos y para baxo bozellados como la iglesia de la billa, i empedrados con su cornixamiento alrededor dando lugar las capillas /f. 225v/ i si no dan lugar asta donde se pueda, i empedrar y luzir las paredes del cuerpo de la iglesia tan solamente i no las capillas fornezinas.

Mas azer el texado con buenos tirantes i tixeras rezia de modo que no agan bizio i enfustar con buena madera i tabla como mas conbenga a la dicha iglesia aprobe-chandose la madera que al presente esta siendo de probecho para la dicha obra, i echar un aro por enzima los rafes de medios fustes para que este cosida la obra con los tirantes i tixeras lo tocante a las tres capillas de una parte i otra.

Mas que este obligado a rematar los estribos como los que estan prinzipiados


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i rematados, i azer el rafe de las fornezinas como el de las del otro lado i cubrirlas como estan las otras.

Es condizion que se a de enladrillar la iglesia i azer tres altares a donde se se-ñalaren.

Es condizion que toda la madera sea de pino de lei, no de abeto.Es condicion que siempre que los padres quisieren puedan traer un oficial a

reconozer la obra si ba como conbiene.Es condizion que tres capillas fornezinas se agan en cada una dellas un pilar en

medio de cada una de las tres i bolber dos arcos de un ladrillo […]Iten, que acabada la obra sea bista por ofiziales si esta conforme a la capitula.Mas que aya de azer un pulpito como conbenga adonde le señalaren.Mas que aga un coro de trenta de catorzen con sus bueltas a la altura que con-

benga, y esto sea de prestado i con sus balaustres alrededor i que llegue asta la puerta./f. 226r/ Es condizion que se le de lugar que pueda gastar abetos como no sea

en tirantes ni tixeras, i que las tixeras sean tres i estas sean sobre las llabes de medio.Es condizion que la aya de dar acabada dentro de tres años i se le daran todos

los materiales que al presente ai en la dicha obra y estado, un orno de yeso.Se le daran para pascua despiritu santo primero beniente dozientos ducados, i

dozientos ducados primero de agosto, i zien ducados para todo setienbre, i ziento i zincuenta ducados cada un año para pascua del espiritu santo, contando la primera paga de zientos i zincuenta la pascua del año de mil i seiszientos i consecutibo asta acabar de pagarlo [...]

Es condizion que el ofizial que tomare esta obra aya de dar la obra que el iziere fixa, segura i que por su parte no aga bizio o pena de pagarlo.

Que las capillas fornezinas de azia la billa haya de retexar i azer sus yerros ari-mado a la iglesia.


Capítulas del coro de la VictoriaArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Diego Conchillos. 1604, ff. 192r -192v.

/F. 192r/ Las condiciones que se ponen para haçer el coro son las siguientes:Primeramente, se le pide al offiçial que haga quatro pilares donde se ha de haçer

el coro, dos en medio y otros dos en los extremos, los de los extremos de un ladrillo de salida y ladrillo y medio de ancho, los de en medio de dos ladrillos de ancho en

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la delantera, y ladrillo y medio de grueso, los otros de un ladrillo de alto y ladrillo y medio de gruesso como los pilares, los otros artessonados de la manera que esta el de la capilla de los Lopez, y los pilares han de llebar chapiteles y basa y extriados por todas partes.

Los baçios entre arco y arco han de yr llenos de ladrillo de la groseza que ban los arcos hasta enparejar con ellos y despues de emparejados se ha de enfustar el coro con catorzenes de pino que tengan toda su largueza sin labrar y bien picoteados y espessos, que no haya de uno a otro sino un pie, y echar unas bueltas llanas que baxen tanto como los maderos, y por debajo de los fustes y bueltas lucido y enlacado con lazos de yesso que bayan espessos como esten bien, ha de subir la delantera del coro tres palmos en alto de medio ladrillo, y a la parte de afuera que corra por la delantera su frisso alquitrabe y cornisa y sobre esta antosta de medio ladrillo ha de poner un rexado de balaustres de pino torneados de cinco palmos en largo cada uno, el qual rexado ha de llevar su solera y antepecho de pino labrado con su goleta como este bien y probechoso, el qual ha de ser de la gordeza de media catorzena lo menos, y la antosta sobre que ha de cargar dicho rrexado ha de ir luçida por parte de dentro del coro, y el suelo del coro de yesso de dos dedos de gruesso.

Yten, es condiçion, que haga la subida para el coro desta manera, que el tejado del pasadiço que esta entre la sacristia y la yglesia le ha de alçar hasta el rafe de la capilla y hacerlo a dos vertientes, y desde alli ha de haver una escalera de quatro pies en ancho con sus rellanos al principio y fin de ella y arrimadas a las capillas de san Diego y san Joseph hasta llegar al pilar que las divide, adonde ha de hacer el rellano la escalera, y alli ha de abrir una puerta conveniente, y desde alli hasta ençima de los arcos de las capillas ha de haçer un pasadiço con tres maderos y dos bueltas y unos barandados a los lados /f. 192v/ altos hasta los pechos, y encima unos quayrones desde la pared de afuera hasta la que esta ençima los arcos de dichas capillas, adonde se ha de abrir una puerta y asentar la de madera si se la dieren, y si no dexarla enlu-cida como lo quedaran tambien las del principio y fin de la escalera, los tabiques de la escalera y passo han de ser lucidos de dentro y fuera y los de la escalera se han de subir todo lo que convenga para que la escalera quede desabahada y llegue a recebir un tejado que cubra toda la escalera como mejor estubiere y ha de levantar desde tierra un pilar de ladrillo que reciva el cabo de la escalera, y si para la seguridad de ella fuere menester haçer otro pilar en medio le haya de hacer y los escalones lleven sus barotes de madera.

Item, se ha de hacer un campanario encima de los pilares que suben en la pared de ençima de la puerta de la yglesia, en el qual se puedan poner dos campanas del tamaño de la que aora tiene el convento con los pilares que tengan dos ladrillos en quadro, de manera que sea bastante dicho campanar para tañer las campanas a buelo y ha de tener por remate tres al menos en proporcion.

Ytem, es condiçion, que el oficial ha de hacer todas las sobredichas obras a su costa sin que el conbento le de materiales algunos, sino el despoxo que sobrare despues de tornado a hacer el texado que a de deshaçer y dos fustes de arbol questan en el patio


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del convento, y todo lo demas que fuere menester lo ha de poner el oficial a su costa.Ytem, que para nuestra señora de agosto deste presente año de 1604 ha de dar

acabada la dicha escalera y coro hasta el enluçir, y todo lo demas dentro de un año lo mas largo.

Ytem, es condicion, que si los frayles del convento quisieren hacer mas en dicha obra o disminuir de ella este dicho official lo que dixeren otros dos officiales si pano que el dicho oficial y convento se covengan, esto se entiende en lo que toca a la escalera para subir al coro porque se ha hecho en diferente manera y puesto de como estaba tratado.

Ytem, que para todo lo sobredicho, se le dara al oficial de parte del conbento docientos y veinte ducados en quatro pagas, dandole la primera luego que son cin-cuenta y cinco ducados, y de ay en un año otros tantos, y las otras dos pagas de año en año hasta acabar de pagarle.

Fray Franciso Garcia Puerta nueva, Pascoal de Hora

101593, mayo, 6 Cascante

Fundazion de la capilla de don Luis Enriquez Cervantes en la iglesia del convento de la Victoria de Cascante

Archivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Diego Conchillos. 1593, ff. 242r -246v.

/F. 242r/ En el monasterio de Nuestra Señora de la Victoria de la villa de Cascante de Navarra, diozesis de Tarazona, ques de la orden del señor Francisco de Paula, donde yo el escribano infrascripto soy vezino y residente, que fuy llamado para dar testimonio de los que pasase y ante mi se otorgase, jueves, a los seis dias del mes de mayo del año del nazimiento de nuestro señor Jesuxrispto de mil quinientos noventa y tres años, dentro del patio de dicho conbento, se ajuntaron en capitulo el corrector y frailes profesos del a campana tañida como lo tienen de costumbre de se ajuntar y congregar a tratar cosas tocantes al dicho conbento y monasterio, donde se allaron presentes en el dicho capitulo los reverendos padres fray Miguel Garzia, corrector del dicho conbento, frai Adrian de Arruz, frai Domingo de Sayas, frai Pedro Morel, fray Valentin de Ribas, fray Antonio Martinez, frai Juan Ximenes, fray Miguel Garzia Portanova, frai Juan Colomina, frai Juan Parto, fray Josepe Tous, frai Pedro Soriano, todos frailes profesos y conventuales del dicho monasterio y convento, donde se allan presentes todos los frayles que de presente residen en el, y estando asi ajuntados, capitulo azientes representantes, el dicho padre corrector dixo a los dichos frailes y capitulo que ya saben que dicho monasterio por ser nuebamente y de pocos años a esta parte fundado la nezessidad que tiene, y se les ofrezio para la

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fabrica de la iglesia que tienen prinzipiada a hazer pegante a su casa y conbento, y que no tienen para la azer y su sustento sino es de limosna que los fieles cristianos les azen y quieren dar, y aquella esta prinzipiada, y don Luis Enriquez Cerbantes de Navarra, natural desta villa de Cascante y prior de la Santa iglesia de Berlanga del rreyno de Castilla de la diozesis de Sigüenza y abad de Larza, le a dicho y sinificado que el tiene debozion a la orden del dicho señor San Francisco de Paula y a su santa rreligion, y en espezial por aver dejado a fundarsse casa della en esta villa donde el es natural, y que queriendo /f. 242v/ proseguir su santo proposito le avia dicho a su persona propia, como por tercera persona, que si le querian dar y señalar una capilla en la iglesia que de presente el dicho conbento tiene principiada a fabricar y hazer en la dicha su casa desta villa de Cascante donde el es natural, que es la capilla primera y mas conjunta a la capilla mayor de dicha iglesia y monasterio que esta a la desta mano del evangelio sin aber otra ninguna en medio de las dos, y sin que se le impida con ningun estorbo a los que estubieren dentro della la vista del altar mayor y ofizios divinos que en la dicha capilla mayor se celebrasen, que el la dotara y pondra renta por ciertas missas que en ella a perpetuo se an de dezir por los dichos frayles que son y seran, y allende dello pagara el suelo y fabrica de dicha capilla a estimazion de ofiziales y sobrello antes de aora lo abia platicado antes [...] y avia dado capitulas y condiziones firmadas de su nombre de que invocazion avia de ser intitulada, y que espazio avia de tener, y que missas se avian de dezir, y la renta que señalaba [...] y aora por ultimo tratado se les tornaban a leer y se lereyon por mi el escribano de principio a fin que son las seguientes:

/f. 243r/ En el Nombre de Dios y de nuestra Señora la Virgen Maria, su madre, y de los gloriosos sanctos confesores san Luis Rey de Francia y sant Francisco de Paula, fundador e ynstituydor de los religiosos minimos de su horden, se capitula entre el padre corretor y frayles de nuestra señora de la Vitoria, que es sito y herigido el conbento en esta villa de Cascante del Reyno de Navarra, y de la diocessis de Ta-raçona, y entre don Luys Henrriquez Cervantes de Navarra, prior de la santa yglesia de Berlanga de la diozesis de Siguença y abbad de Larça, es lo que se sigue:

Lo primero, que por la devozion que tiene el dicho don Luys Henrriquez Cervantes y Navarra a la horden del dicho sant Francisco de Paula y a su religion, toma y recive por su propia persona una capilla en el dicho conbento, para si y para los suzesores que fueren señores desta cassa de los Henrriquez Cervantes y Navarra en esta dicha villa de Cascante, como mas largamente declara su boluntad el dicho don Luys en la escriptura o memorial firmado de su mano, que el ara y declarara su boluntad, la qual quiere que balga para siempre jamas sin aber otra interpretacion de parte de los religiosos, ni del conbento, ni de los superiores de la dicha horden, ni de otra persona alguna, mas de como lo dexare declarado en la dicha escriptura o papel firmado de su mano, y que tal adbocazion y nombre de la dicha capilla a de ser y llamarse del glorioso santo confesor Sant Luys, rey que fue de Francia, por tenerle por patron y abogado el dicho don Luys Henrriquez, y tener su nombre y haver nacido en su dia.

Ittem, que la dicha capilla se le adjudica y adjudicara desde luego por suya propia


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al dicho don Luys por el dicho convento y religiosos de el, y que esta capilla es y sera siempre la primera y mas conjunto a la capilla mayor del dicho monesterio, que esta a la diestra mano del evangelio, sin haber otra en medio de las dos, y sin que se impida con ningun estorbo a los que estubieren dentro de la dicha capilla la vista del altar mayor y oficios divinos que en ella se çelebraren.

/f. 243v/ Ittem, que la dicha capilla del señor Sant Luys con lo demas de la tierra y sepulturas que fuera della se le acrecen del cuerpo de la yglesia, y el dicho conbento le a echo gracia de darselas por su limosna al dicho don Luys Henrriquez, a de quedar a su boluntad y diserzion asi en el ornato de la dicha capilla y a lo acrecido a ella como en poner sus armas en los escudos que le pareciere, y asi dentro della como de fuera della, y poner su tumba y tumbas, letreros, como en cossa suya propia del dicho don Luys quedando el mismo derecho dexo darlo azer a la persona o personas que el nombrare por sus subcesores de la dicha capilla, y el dicho conbento y religiosos del, despues de aber tratado y conferido muchas vezes que cantidad de tierra fuera de la dicha capilla se le podria adjudicar por suya al dicho don Luys, determino el padre corretor y conbento que fuesse toda la tierra que esta apegada a la dicha capilla desde el primer arco della, que es a la mano izquierda en entrado por la yglesia asta la rexa de la capilla mayor, que es todo lo largo, y de ancho bara y tercia de medir, porque nos lo paga y da por limosna para la fabrica sesenta ducados que es muy su-ficiente limosna, con la qual dicha limosna entran tanbien las dos sepulturas questan señaladas a la par de tres pies poco mas o menos cada uno por el dicho conbento, y hechos sus recados dellas a los señores desta cassa de los Henrriquez Cervantes de Navarra desta villa de Cascante.

Ittem, que los que se enterraren en la dicha capilla de sant Luys los an de poner primero dentro de la capilla mayor del dicho conbento y dezirles alli un responso por todo el conbento, a los quales se les dara la limosna competente, y acabando llevaran el cuerpo a la dicha capilla, y si fuere tiempo de missa se le a de dezir cantada con diacono, y acabada darle tierra en la dicha su capilla, y quel corretor y todos los religiosos que actualmente se allaren en el dicho conbento agan de orar con el bica-rio o cabildo de la yglesia de Cascante por los cuerpos que se enterraren en la dicha capilla o arquito della, dandoles limosna que se suele dar o por la que se concertare con el dicho patron.

/f. 244r/ Ittem, que la dicha capilla a de estar siempre muy linpia, y avierta y zerrada a sus tiempos, y que aya en ella dos llaves, la una que tenga el conbento y la otra el patron della, y esto se encarga al padre corretor y conbento para que quando linpiaren la yglesia tengan cuenta por caridad de hazer lo mismo con la dicha capilla.

Ittem, que el dicho don Luys doctara una missa reçada cada semana de todo el año que seran todos los miercoles, y a de ser la missa de nuestra señora con oracion de Sant Luys y de vivos y de defuntos, y anse de dezir siempre que no fuere duplex, y el miercoles sancto a de ser de la feria y pascoa de aquel dia, y acavada la missa se a de dezir un responso sobre la sepultura del dicho son Luys y estas missas se an de dezir en la dicha su capilla y despues de dicho el evanjelio de la missa mayor, porque

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quiere que a este tiempo se digan estas missas para lo quel porna ciento y cincuenta ducados a censo, y que la oblacion para estas missas la de poner el conbento y si se ofreciere que el patron pida la missa antes del evangelio teniendo caussa, se podia dezir las vezes que lo pidiere.

Ittem, que dara de limosna y dotara el dicho don Luys a la fabrica de la dicha capilla y reparos de ella puestos a censo para siempre jamas lo que rentaren cincuenta ducados, la qual renta a destar depositada dentro de la sacristia o lugar mas seguro en una caxa don dos llaves, que la una tenga el padre corretor del conbento y la otra el patron que suçedire, para que entrambos a dos gasten en beneficio de la dicha capi-lla y hornamentos della lo que fuere necesario, y que en las casullas y hornamentos que se hizieren pongan las armas del dicho don Luys y esto quiere que sea ansi para animar a los patrones que sucedieren agan los mismo, y que este un libro dentro de la dicha casa en que se escriba el dinero que se pone en ella y lo que se gasta porque aya quenta y razon.

Ittem, que todas las demas dotaciones que por el dicho don Luys y patrones de la dicha capilla se hizieren y doctaren este obligado el conbento de hazetarlas dando la limosna que con el conbento se concertare, y que el dicho don Luys se obliga a poner altar y retablo y rexa, /f. 244v/ frontal, manteles a su gusto y contento del dicho don Luys, y por lo mismo caliz de plata y ornamento, y lanpara para que arda los dias quel patron quisiere proveyendo de azeyte.

Ittem, que los ducientos ducados que el dicho don Luys se obliga de dar al dicho conbento, asi por la memoria de las missas de todos los miercoles del año, como por el reparo de la capilla y fabrica della, y asi mismo los sesenta ducados de la tierra y sepulturas acrecidas fuera de la dicha capilla como esta dicho, que se obliga de todos los dichos ducados referidos de ponerllos en renta dentro de diez años para el conbento y fabrica, y si muriere antes deste tiempo sin acabarlo de efectuar obliga sus bienes muebles y rentas espirituales y tenporales para que se cumpla con efecto, y asimismo para mayor firmeza se obligara Pierres Henrriquez Cervantes de Navarra, que es el que le a de suceder despues de sus dias que lo cumplira dentro de diez años que obiere fallecido el dicho don Luys su tio, y que si no lo cumpliere assi passados los diez años que el conbento quede libre, diziendole las memorias y missas perpetuas que montaren todo lo que ubiere dado en dinero a la dicha capilla, y que pasando el sacramento despues de acabada la yglesia se le digan las missas de los miercoles en su capilla, que por ellas dara la limosna asta que se ponga en renta el dinero de la dicha cantia como tiene dicho.

Ittem, que por todo este mes de mayo el dicho don Luys dara cien ducados de a onçe reales el ducado a la persona o personas questan obligados a hazer la yglesia y capilla, o como mejor pareciere al padre corretor y conbento, porque estos an de ser para en parte de pago de la fabrica de la dicha capilla de sant Luys y de lo que tasaren dos oficiales de ziencia y conciencia nombrados por enbrambas las partes, y no concertandose los dos se a de nombrar otro tercero de conformidad para que nadie quede quexoso ni agraviadas las partes, y mas y allende el dicho don Luys a


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de dar cincuenta ducados cada un año para la dicha fabrica de la capilla asta que se acabe de pagar lo que los dichos oficiales declaren tener de costa, y si se diere algun mas dinero /f. 245r/ de lo que montare la tassacion quel conbento lo haya de bolber a contento del dicho don Luys o patron para ponerlo en renta a cuenta de lo demas, y estos cincuenta ducados se an de començar a dar desde san Juan del año de mil y quinientos y nobenta y quatro en adelante que sera la primera paga de los cincuenta ducados.

Ittem, que esta erection de la capilla y fundacion de missas y renta de fabrica della la an de poner en una tabla en la sacristia de los bienechores del conbento.

Ittem, que todas las dubdas que se ofreçieren por el dicho don Luys Henrriquez Cervantes o por el patron y el dicho conbento, que las puedan determinar y pasar por ellas entrambas las partes no obstante la aprovacion del generalissimo ni de su capitulo general.

Ittem, que todos estos capitulos asi como ban escritos y firmados por don Luys Herriquez Cervantes de Navarra, an de ser aprobados, jurados y loados por el pa-dre corretor de la Vitoria y todo su conbento que al presente reside en esta villa de Cascante, y por el padre provincial de esta provincia, y por el reverendisimo señor el padre general, y el capitulo asimismo general que se espera zelebrar en la ciudad de Balencia al fin deste mes de mayo deste año de mil y quinentos y nobenta y tres, y que aora ni en ningun tiempo su paternidad reberendisima, ni ninguno de sus inferiores de los nombrados, ni otros algunos no yran contra ningun capitulo de los que aqui ban escritos y asentados de conformidad de las partes, y que para ello an de azer escritura o escrituras en forma juridicas con juramento de solenidad, y que no pidiran relaxacion de tal juramento a su santidad ni a otro qualquiere delegado suyo, y que si pidieren y se les conzediere sea bisto ser nenguno ni de nengun balor ni efecto, y questas escrituras y recados los an de traer el conbento de Cascante dentro de dos messes de la fecha desta escritura a sus costas y entregarlas al dicho don Luys en esta villa de Cascante, y que destos capitulos y aprovaciones del dicho corretor y conbento y superiores del conforme esta dicho an de darle un scripto autorizado de manera que aga fe al dicho don Luys para en guarda de su derecho, y despues que aya cumplido /f. 245v/ con la obligacion destos capitulos que son a su cargo forçoso el dicho don Luys, quel conbento le a de aser escriptura en como lo tiene cumplido para en guarda de su derecho y de los demas patrones de su dicha capilla. Fecho en esta villa de Cascante del Reyno de Navarra, a seys dias del mes de mayo de mil y quinientos y nobenta y tres años, y lo firmo de su propia mano.

Don Luys Henriquez Cerbantes de Navarra[...] Paso ante mi, Diego Conchillos, notario

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Capitulas de la capilla del señor prior BerlangaArchivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Diego Conchillos. 1601, ff. 138r -138v.

/F. 138r/ Capitulas y condiziones de la capilla que aze azer el señor prior de Berlanga

Primo, es condizion, que Pascual de Ora, ofizial que a tomado la hobra, este obligado a debantar la capilla primera que esta a la parte del ebanxelio en la iglesia nueba que se aze en nuestra señora de la Bitoria desta villa de Cascante, un filo de tapia balenziana alrededor de dicha capilla, y azer su rafe como los demas de las capillas, i con la madera i texa i tabla que oi tiene, i si fuere nezasario mas lo ponga el dicho Pascual, la cubra i texe como sea razon i convenga para dicha capilla.

Es condizion que aya de azer la cubierta de arriba de dicha capilla de dos falfas de ladrillo artesonada, dexando en medio de ella un globo con espazio para poner una llabe dorada o como dicho prior quisiere para poner sus armas o lo que quiera.

Es condizion, que aya de azer un arco al modo i traza que el dicho prior quisie-re, artesonado con sus florones a modo desquirolas i sus molduras por la parte de afuera como conbenga.

Es condizion, que alrrededor de dicha capilla por la parte de adentro aya de llebar su cornixa, friso, alquitrabe para si el dicho señor prior quiere azer un letrero.

Es condizion, que la capilla aya de quedar luzida, pinzelada i junto el suelo llebe en las paredes alrrededor dos iladas de ladrillo raspado de punta i dos iladas de azulejos entercalados.

/f. 138v/ Es condizion, que dandole la dicha capilla picada y aparexado el suelo para en ladrillar, este obligado el dicho Pascual a enladrillarla a su costa i azer el altar.

Es condizion, que el dicho Pascual aya de azer toda la dicha capilla y poner los materiales nezesarios, todo a su costa, sin que el dicho prior tenga que preber de todo lo arriba dicho y capitulado, y dexarla acabada en perfizion todas las cosas dichas y aderentes a dicha capilla e tejado, picar la zisterna y azer el rexado que esto queda a cuenta de dicho prior.

Es condizion, que se ayan de dar fianzas legas, llanas y abonadas a contento asi para los pagos como para axer la dicha obra.

Es condizion, que la aya de dar forxada por todo septienbre del año 160ii acabada el dia de san Francisco de Paula del año 1602.

Es condizion, que aya de ser bista por ofiziales si esta acabada conforme las ca-pitulas y como conviene, nombrados por anbas partes si no se conzertaren las partes.

Es condizion, se le dara luego mil reales, y acabada la obra lo demas asta ziento


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y ochenta ducados que es lo que se a conzertado de la obra y echura de dicha capilla.Mas esta Pascual de Ora obligado de azer la buelta de la zisterna a su costa como

esta la del prior de Nabarra i estriar los pilares con sus capiteles i basas. Pedro Verges

121601, agosto, 21 Cascante

Convenio del convento de la Victoria y Luis Zapata y su mujer sobre la capilla y fundacion de misas

Archivo General de Navarra. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33725, doc. 23.

En el monasterio de Nuestra Señora de la Victoria de esta villa de Cascante, en el patio delante la Iglesia del, a los veinte y nuebe dias del mes de agosto del año de la natividad del señor de mil seiscientos y uno, en presencia de mil el escribano publico y testigos infrascriptos, estando juntos y congregados en capitulo los corrector, frailes y conbento del dicho monasterio, llamados a capitulo y campana tañida como lo tiene de costumbre, donde se hallaron presentes los muy reverendos fray Juan Ximenez, corrector, el Padre Fray Valentin de Ribas, fray Francisco Garcia Portanoba, fray Juan Prat, fray Juan de Orta, fray Pedro Gonzalez, Fray Miguel Corral y frai Domingo Favenca, todos frailes profesos conventuales y capitulares del dicho conbento, estando de tres partes de los padres y capitulares del las dos y mas, los presentes haciendo y firmando por si mismos y prestando caption de racto por los ausentes y benideros, y de la otra parte Luis Zapata y su mujer Maria de Lisanco, vezinos de la dicha villa, estando todos juntos dijeron que atendido a muchos dias los dichos Luis Zapata y su mujer han deseado y desean tener y fundar una capilla y enterramiento para si y a sus subcesores a perpetuo en la yglesia del dicho Monasterio, y aviendodo tratado y platicado y conferido entre los dichos corrector y frailes, asi capitular como sin-gularmente, han sido de boto y parecer que se les de por la limosna y por la forma y orden abajo escrita, que por ello ahora en efectuazion de lo asi tratado se havian conbenido y concertado como se sigue:

Que los dichos corrector y frailes, estando juntos en el dicho capitulo, todos en conformidad, sin ninguna repugnancia ni contradicion, en la mejor bia, forma y manera que de derecho haya lugar, daban e dieron y donaron de aora para siempre a los dichos Luis Zapata y su mujer Maria de Lisanco una capilla en la Yglesia nueva que de presente se hace en el dicho monasterio, la primera capilla de junto a la capilla mayor a la parte y lado de la epistola, que es una capilla grande, a la par de la que tiene don Luis Enriquez de Cerbantes, prior de Verlanga, e igual en grandeza como la del dicho prior, la qual prometieron los dichos corrector y frailes que se la dan

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echa y acabada de todo punto conforme a la del dicho prior de Verlanga, excepto que el picar la peña y aondar el suelo y azer cisterna, si quisieren lo han de azer los dichos Luis Zapata y su mujer y a su costa, y con esto dieron y les dan la dicha capilla y enterramiento y la entrada y uso della para que sea suya y de sus hijos y descendientes y en ella se puedan sepultar y trasladar ellos y las personas que quisieren y poner tumulo y ornarla con las insinias y aderezos que les parecieren, poniendo en ella retablo y reja y siendo sepultura y enterramiento a toda su libre voluntad y ponerla en vinculo inagenable y nombrar patrono y patronos y que tengan el señorio della segun la voluntad de los dichos Luis Zapata y su mujer y descendientes suyos fueren, y mas prometieron que en distancia y patio de dos pies junto en la frontera delante de dicha capilla, para mayor señorio y uso della no daran sepultura a nadie, y con esto y con las condiciones que abajo iran declaradas los dichos corrector y frailes y conbento por si y por sus subcesores a perpetuo se desistieron y apartaron de la posesion, uso y propiedad y derecho y todas otras actiones que tienen y les pertenecen a la dicha capilla y enterramiento y los transfieren y pasan en los dichos Luis Zapata y su mujer, porque sea suya y de sus descendientes y la puedan dejar y dar a quien quisieren y les dieron y dan su poder y autoridad para tomar la posesion de dicha capilla y enterramiento y patronazgo della, y entre tanto constituyeron por tenedor e poseedor dellos al dicho conbento segun las capitulas del costituto e nomine precario y en señal verdadera tradicion y posesion les dan y entregan esta presente escritura, y ansi bien por averse hansi tratado los dichos corrector y frailes prometieron dar y que daran para el retablo de la dicha capilla el crucifixo grande que tiene de presente el dicho conbento, y con esto los dichos Luis Zapata y Maria de Lisanco su muger prometieron hacer y que aran a su costa en la dicha capilla un retablo de la inbocazion de la Vera Cruz y mas que para el servicio y celebracion de las misas daran unos ornamentos y un caliz y patena, y lo demas si fuere menester lo provea el dicho conbento y el dar el crucifijo sea para mientras el dicho Zapata no hiciere otro y con que lo pueda sacar a las procesiones, y el probeer el dicho conbento lo demas se entienda de lo que sobrare de la renta de los cient ducados del azeite.

Iten, los dichos Luis Zapata y Maria de Lisanco su mujer, por pago y en gratifi-cazion de la fabrica de la dicha capilla dijeron daban e dieron al dicho conbento la parte y derecho que tienen y les pertenecen en el trujal de azeite que esta delante de la casa del dicho conbento que lo tienen de compañía con Juan Diaz de Conchillos y Ana Malon y Pedro de Berxes, que lo que el dicho trujal tienen los dichos Luis Zapata y su mujer es la quarta parte que a comun estimazon vale quatrocientos ducados, la qual dicha su parte les dan desde luego de ahora para siempre para que sea propia del dicho Monasterio y quien su derecho y causa obiere, y como tal puedan hacer y disponer a su voluntad y les dieron su poder y falcultad cumplida para tomar la pose-sion de dicha quarta parte del trujal y entretanto los dichos conyuges se constituyeron por tenedores y poseedores en nombre del dicho Monasterio y conbento del segun las dichas clausulas de constituto e nomine precario, a mas de lo dicho prometieron los dichos Luis Zapata y su mujer de dar y que daran al dicho conbento cinquenta ducados dentro de un año primero viniente para la dicha fabrica de dicha capilla.


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Y considerando que es bien hacer alguna fundazion en dicha capilla de misas y sufragios por las animas de los dichos Luis Zapata y su mujer Maria de Lisanco y sus encargados y subcesores suyos, desde luego para cuando obiendo fenecido ambos los dichos Luis Zapata y su mujer, y no antes, prometieron dar y que daran al dicho conbento quatrocientos ducados fundados a censo a seis por ciento para que el dicho conbento goze la renta de los que es veinte y quatro ducados cada un año, con expresa condicion que el conbento no pueda tomar, ni recibir la principalidad de los censales ni parte della, y cada y cuando que fueren luedos el patrono que fuere de dicha ca-pilla con asistencia del corrector y buelba a poner a censo y el conbento solo reciba la limosna, y por si acaso los dichos Luis Zapata y su mujer no hubieren fundado y dejado puestos los dichos censales desde aora para entonces fundan y señalan los dichos veinte y quatro ducados de renta sobre una pieza grande de veinte y quatro robadas de sembradura que tienen al suelo de Muchel, termino desta villa, confrontada con el rio del Sesmo de Murchante y con viña derederos de Juan Ximenez de Alcalde, y con otro rio vecinal a la parte de abajo y otras sus debidas confrontaciones, la qual dicha pieza es franca y quita de todos cargos y quisieron que si ellos o sus erederos dieren los dichos quatrozientos ducados en censales bien asegurados para el efecto sobre dicho, en tal caso quede la dicha eredad libre de dicha carga.

Y con estos veinte y quatro ducados de renta y limosna y con la renta de setenta y cinco ducados que tienen dados al dicho conbento, por los quales ay echa fundacion y el dicho conbento esta encargado de decir el Miserere los viernes de la Quaresma con su sermon y enconienda de un pater noster y ave maria, y siete misas rezadas en los viernes de la quaresma y otras siete misas en la octava de todos los santos, quisieron que contando las sobre dichas misas y en este numero se les haya de decir y celebrar por las animas de los dichos fundadores y sus encargados y subcesores a perpetuo, tres misas rezadas cada semana en los dias Domingo, Miercoles y Viernes, con esto que el dicho numero de misas se hayan de decir seis misas cantadas cada año, una el dia de Santa Cruz de Mayo, otra a otro dia de Nuestra Señora de Agosto, otro el dia de Santa Cruz de septiembre, otra el dia de las an==, otra el dia de San Francisco de Paula o su octava y otra el dia de San Jose y todas las misas rezadas y cantadas y el miserese se hayan de decir y celebren en la dicha capilla, y acabada cada una de las dichas misas el mesmo religioso o presbitero que la dijere diga un responso rezado sobre la sepultura de los dichos fundadores y entre tanto que esta fundazion y renta de los dichos veinte y quatro ducados no comenzare sin embargo dello, luego que estubiere echa y acabada la dicha capilla se hayan de decir y celebrar en ella las catorce misas y el miserere ya fundado como sobre dicho es.

Iten, a mas de lo sobre dicho, los dichos Luis Zapata y su mujer Maria de Li-sanco quisieron que luego que sean difuntos ambos se tomen cien ducados de lo mejor parado de los bienes dellos y se pongan a censo a seis por ciento y con la renta dellos se provea de azeite para que arda la lampara de dicha capilla todos los dias de fiesta y este cargo y cuidado tenga el patrono que fuere de dicha capilla y probeido el aziete, lo que mas sobrare sea para cosas que conviniere hacer en dicha capilla a la distribucion del patrono y corrector del dicho conbento y en caso que estos cien

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ducados no se dieren fundados a censo desde luego los cargan sobre la dicha pieza de Muchel arriba asignada y confrontada.

Iten, fue conbenio entre las dichas partes que toda la cera que fuere menester para la celebración del miserere y misas sobre dichas las haya de poner el dicho conbento a su costa.

Iten, capitularon mas que los dichos corrector y frailes hayan de dar echa y acabada la dicha capilla dentro de un año de hoy data desta escritura en adelante contadero, y los dichos Luis Zapata y su mujer María de Lisanco dentro de otros dos años siguientes hayan de azer y poner el retablo y dar echos los ornamentos, caliz y patena sobre dichos.

Iten, fue capitulado que los dichos corrector y frailes a su costa hayan de traer dentro de un año confirmacion y aprobacion de esta escritura y lo en ella contenido echa por el capitulo provincial y tambien del capitulo general de su dicha orden.

E leida esta capitulación y conbenio todas las dichas partes prometieron de la observar y que los dichos corrector y frailes que ahora son y seran del dicho conbento a perpetuo cumpliran con decir y celebrar las dichas misas y miserere y haran cierta y segura y sin pleito la dicha capilla y cumpliran lo demas por ellos capitulados y prometido, y los dichos Luis Zapata y su mujer Maria de Lisanco y ella con licencia del dicho su marido, promerieron haran cierta y segura y sin pleito la dicha quarta parte del trujal y que pagaran las sobre dichas quantidades y cumpliran lo demas por ellos arriba prometido y capitulado, y para ser compelidos cada una de las partes a lo que les comprenden y toca, obligaron los dichos corrector y frailes todos los bienes y derechos del dicho su monasterio y conbento avidos y por aver y los dichos Luis Zapata y Maria Lisanco su mujer obligaron sus personas y todos sus vienes y derechos avidos y por aver y todos dieron de poder y jurisdicion bastante a qual quiere juezes y justicias que de esto puedan y deban conocer, asi eclesiasticos como seglares a cuya jurisdiccion y de cada uno dellos se sometieron para la condenacion y execucion de lo sobre dicho como de sentencia definitiba de juez competente en riguroso juicio pronunciada por las partes consentida y pasada en cosa purgada, y renunciaron todas las leyes y derechos, fueros, privilegios y renunciaciones que favorecer y ayudarles puedan de juris omnium iudicum, otorgaron esta escritura como dicho es siendo presentes por testigos el doctor Juan Fuertes, medico, Blas Gomez y Phelipe Enriquez, vezinos de la dicha villa y firmaron los que savian fray Juan Ximenez, corrector, frai Valentin de Olivares, fray Francisco Garcia Puertanueba, fray Juan de Prat, fray Juan de Orta, fray Miguel Corral, Fray Pedro Gonzalez, fray Domingo Tabuenca, Luis Zapata. El Dr. Fuertes testigo, Blas Gomez, Phelipe Enriquez. Paso ante mi, Martin de Azcona, escribano.


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Concierto entre el prior de Navarra y el corrector y frailes de Nuestra Señora de la Victoria

Archivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Marcelo Medina. 1602, ff. 141r -143r.

/F. 141r/ In dei nomine. Magnifiesto sea a quantos esta carta publica de funda-cion de missas perpetuas et infiteosim veran et oyran, como en el convento de nuestra señora de la victoria de la villa de Cascante del Rey de Navarra, que es de la orden de san Francisco de Paula, diocesis de Taraçona, viernes, dia de la espectacion de nuestra señora, que se quenta a diez y ocho del mes de diciembre del año mil quinientos y noventa y ocho, por presencia de mi el notario y testigos ynfrascriptos, pareçieron constituidos en persona de una parte el muy Ilustre señor fray Miguel Cruçate, Prior de la Religion de San Juan de Jesuralem en este Reyno de Navarra y comendador de la magistral de Calchetas, residente deste tiempo en el lugar de Verante, y de la otra los muy reverendos padres fray Pedro de Cespedes, corrector del dicho convento y con el justamente el capitulo y con su licencia a voz de campana tañida en el refectorio del dicho convento, lugar acostumbrado donde se acostumbran juntar para tratar y otorgar semejantes actos, que presente y estando asi ajuntados los que intervinieron y se allaron presentes y de los frayles profesos son como se sigue, fray Balentin de Rivas, fray Juan Descamillas, fray Juan Lumbierre, fray Simon Garcia, fray Francisco Sanz, fray Juan Part, fray Andres Martinez, fray Miguel de Agreda, fray Alonso del Frago, fray Miguel Ramon, fray Domingo Sanz y fray Francisco Alberto, que son todos o la mayor parte de los frayles professos y /f. 141v/ conventuales que ay en el dicho monesterio, los presentes por los ausentes y por los que seran de oy en adelante por quien hicieron caption de rapto, todos de conformidad, sin ninguno dellos dis-crepante dijeron que atendido y considerando oy en el presente dia se an convenido y concertado de dar a perpetuo al dicho Prior de Navarra la capilla y entierro del glorioso San Francisco de Paula, que es la privilegiada de anima del dicho convento, segun y de la manera y condiciones que entre ellos esta tratado y conforme a las capitulas y memorial siguiente que es como se sigue:

Somos de acuerdo el padre corrector y convento de la Victoria de una parte y el prior de Navarra de la otra parte, los quales convienen en lo que se sigue:

1. Primeramente, que el convento da al dicho Prior la Capilla del altar privi-legiado en la qual se a de fundar tres misas reçadas cada semana perpetuas que son las siguientes, lunes de difuntos, martes de los angeles y la tercera que sera miercoles de trinidad, y estas se an de decir no interrumpiendo la orden del rezo de la yglesia.

2. Y para lo suso dicho da el dicho Prior quatrocientos ducados.3. Item, es concierto que el prior sea patron de la dicha capilla en su vida y

despues de muerto lo sea el que el dicho Prior ynstituyere y nombrare.

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/f. 142r/ 4. Item, que en la dicha capilla no se puedan poner otras armas sino las del dicho prior.

5. Item, que no se pueda enterrar en ella sino fuera pariente del dicho prior.6. Item, que muriendo el prior fuera de aqui que su calavera se traiga a su sepul-

tura y en ella no se pueda enterrar nadie.7. Item, que si por alguna ocasion que sobre viniere los padres no cumplieren

en decir las tres misas suso dichas, que vuelvan los quatrocientos ducados al patron que fuere y el los podra fundar donde mejor le pareciere.

8. Item, que todo lo suso dicho sea confirmado por el capitulo general o pro-vincial de la dicha horden.

Y con lo sobre dicho, tratado y capitulado los dichos corrector y frayles en el dicho su nombre y por los demas corrector y frayles que a perpetuo seran del dicho convento se obligaron como mejor de derecho aya lugar y hacerlo pueden de cumplir y guardar este convenio y condiciones a perpetuo y que desde oy data de la presente queda y es la dicha capilla de San Francisco de Paula del dicho prior de Navarra y de los demas que el ynstituyere y nombrare por patronos della y de celebrar y que celebraran las dichas tres misas en cada una semana a perpetuo de la forma que dicho y declarado es, et assi bien que en ningun tiempo del mundo meteran ni consentiran /f. 142v/ poner en la dicha capilla otras armas sino las del dicho prior ni consentiran que otra persona alguna sea enterrado en ella si no fuere pariente notorio y averiguado del dicho prior, y siempre y en qualquiere tiempo que en casso que el muriere que fuere sepultado en dicha capilla reciviran su caveza y calavera y la enterraran en la sepultura que señalara por suya y no consentiran que otro alguno sea enterrado en ella, et asi bien haran quel presente contrato sea confirmado y aprobado por el capitulo general o provincial, et si por caso el capitulo general o provincial no confirmase y aprovara todo lo contenido en este intrumento, que en tal caso sucedido el dicho convento corrector y frayles del que asta tiempo eran ayan de restituir y volver al dicho prior o al patrono que el nombrara los dichos quatrocientos ducados que el dicho Prior a dado y entregado, con los sobre dicho los dichos corector y frayles confesarron aver et que an recevido los dichos quatrocientos ducados desta fundacion […] /f. 143r/ siendo a todo presentes por testigos llamados y rogados Pasqual Comuel, albañil y Juan Perez estudiante, vezino de la dicha villa y firmo su señoria juntamente con el dicho corrector y frayles a una con mi el dicho notario, el Prior de Navarra, Miguel Cruzat, Pedro de Cespedes, corrector, fray Juan de Prat, fray Valentin de Rivas, fray Francisco Sanz, fray Juan Lubierre, fray Simon Garcia, fray Juan Descamilla, fray Andres Martinez, fray Miguel de Agreda, fray Miguel Roman, fray Domingo Ximenez, fray Francisco Albert, fray Alonso del Frago, fray Juan Burgos. Paso ante mi, Pedro de Baquedano, notario.


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Convenio de Bernardino y Jeronimo Lopez de Ribaforada con el monasterio de Nuestra Señora de la Victoria de Cacante, sobre la fundacion de una capilla

Archivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Martín de Azcona. 1602, ff. 117r -120v.

/F. 117r/ En la villa de Cascante, dentro del monasterio de Nuestra Señora de la Victoria de la dicha villa, a los beynte y nuebe dias del mes de abril del año mil y seiscientos y dos, por presencia de mi el escribano publico y testigos ynfrascriptos, estando juntos en capitulo, congregados los corrector y frayles conventuales del dicho monesterio, llamados a sono de campana en el patio de adentro junto a la yglesia, segun y donde lo tienen de costumbre, donde se hallaron presentes los muy reverendos fray Francisco Garcia de Puertanueba, corrector, fray Juan de Lumbier, fray Pedro de Cespedes, fray Juan de Prada, fray Francisco Sanz, fray Miguel Casanova, fray Juan de Velança, fray Baltasar Nadal, fray Domingo Ferrer, fray Antonio Ortin Abbad, fray Juan Tolon, Fray Ramon Doladel, todos corrector y frayles profesos conventuales y capitulares del dicho monesterio, estando de tres partes dellos, capitulares del las dos y mas, los presentes haziendo y firmado por si mismos e prestando caption de racto por los ausentes y venideros que les subcederan en dicho monesterio, dos de una parte, y de la otra Bernardino Lopez de Rivaforada y su sobrino Jeronimo Lopez de Rivaforada, vecinos de la dicha villa de Cascante, estando todos juntos dixeron que atendido a muchos dias los dichos Bernarnido y Jeronimo Lopez de Rivaforada an deseado y desean tener y fundar una capilla y enterramiento para si y sus subcesores a perpetuo en la yglesia del dicho monesterio y abiendolo tratado, platicado y conferido entre los dichos corrector y frayles, asi capitular /f. 117v/ como singularmente por muchas vezes an sido de voto y pareçer que se les de por la limosna y forma y horden que adelante yra declarada, que por ello ahora en efectuacion de lo assi tratado se abian convenido y concertado como se sigue,

que los dichos corrector y frayles estando juntos en el dicho capitulo todos en conformidad, sin nenguna discrepancia, repugnancia, ni contradicion, en la mejor bia, forma y manera que de derecho aya lugar daban y desde luego dieron y donaron de ahora para siempre a los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez de Rivaforada una capilla en la yglesia nueva que de presente se haze en el dicho monesterio, la tercera capilla debaxo de la capilla mayor a la parte y lado del evangelio, que es a la parte de avaxo de la capilla que al dicho fray Miguel Cruçat, cavallero de la religion de Sant Juan y prior de Navarra junto y pegante a ella, e ygual grandeça como la del dicho prior de Navarra, assi como esta de presente la dicha capilla, suelo y fabrica della, y con que los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez a su costa la ayan de hazer y acabar de todo puesto y aondar el suelo y hazer cisterna si quieren, les dieron y dan la dicha capilla y enterramiento y la entrada y uso della para que sea de los dichos Bernardino

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y Jeronimo Lopez de Rivaforada y de sus hijos y descendientes y en ella se puedan sepultar y trasladar ellos y las personas que quissieren y poner tumulo y blasones y ornarla con las insignias y adreços que les paresçiere, poniendo en ella retablo y reja y haziendo sepulturas y enterramiento /f. 118r/ a todo su libre boluntad y ponerla en vinculo ynagenable y nombrar patrono y patronos que tengan el señorio della, segun la boluntad de los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez de Rivaforada y los descendientes suyos fuere, y si mas prometieron los dichos corrector y frayles que en distancia y patio de dos pies junto en la frontera delante de la dicha capilla por mayor señorio y usso della no daran sepultura ni enterramiento a nadie, y con esto y las condiciones que abaxo eran declaradas los dichos corrector, frayles y conbento por si y sus subcesores a perpetuo se desistieron y apartaron de la posesion, uso, propiedad y derechos y todas actiones que tienen y les pertenesçe a la dicha capilla y enterramiento, y lo trasfieren y pasan en los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez de Rivaforada para que sea suya y de sus descencientes y la puedan dar y dexar a quien quisieren, y les dieron y dan su poder y autoridad cumplida para tomar la posesion de dicha capilla y enterramiento y patronazgo della, y entretanto constituyeron por tenedor, poseedor dellos al dicho convento segun la clausula del constituto nomine precario y en señal de verdadera posesion y tradicion les dan y entregan esta presente escritura

E los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez de Rivaforada, presentes siendo aceptaron lo sobre dicho y por pago y gratificacion de la dicha capilla, suelo y fabrica della como ahora esta prometieron pagar y que daran y pagaran /f. 118v/ al dicho monesterio, corrector y frayles del la suma de sesenta ducados, la mitad para el mes de agosto primero beniente deste presente año de mil y seiscientos y dos, y la otra mitad del dicho plazo en un año, y mas prometieron que dentro de dos años de oy data de esta escritura en aldelante contaderos haran y pondran en la dicha capilla a su costa un retablo de la ynbocacion de San Miguel y tambien su rejado delante y acabaran del todo la dicha capilla, para la qual asi bien daran un ornamento que se entiende en ellos una casulla, alba, amito, estola y manipulo, y mas un delante altar y manteles y dos candeleros y mas un caliz y su patena de plata.

Y considerando que es bien hazer alguna fundaçion en dicha capilla de missas y sufragios por las animas de los mismos Bernardino y Jeronimo Lopez y sus encargados y subcesores suyos, desde luego fundaron y quisieron en dicha su capilla se les digan dos misas perpetuas cada semana y entre tando que no estubiere echa y acabada la dicha capilla se les digan en la yglesia del dicho monesterio, las quales comiencen a decirse desde el dia de San Miguel de septiembre primero veniente deste presente año de mil seyscientos y dos años en adelante.

Y por limosna de dichas dos misas perpetuas cada semana doctaron y mandaron la suma de deziocho ducados de renta y censo, los quales prometieron dar y que daran al dicho conbento en censales digo en trezientos ducados puestos /f. 119r/ y fundados a censo en partes seguras y abonadas a seys por ciento conforme a las leyes deste reyno de Navarra, y entre tanto que no dan los dichos censales aseguraron y cargaron los dichos deziocho ducados de renta por especial ypotecados, es a saver el


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dicho Bernardino Lopez de Rivaforada por su parte y mitad sobre una pieça agostio de veynte ronos de sembradura que tiene sitiada en los arenales, termino de Urçarante, confrontada con el rio Queiles y con el rio de Urçarante y con pieça de la encomienda de Urçarante y con pieça de una Bernardina de Rio y Mendoça, franca ques y quita sin cargo nenguno, y el dicho Jeronimo Lopez de Rivaforada por su parte y mitad sobre una pieça que tiene en bocalocares, termino de Cascante, de doze ronos de sembradura agostio, confrontada con camino que ban al prado por cara los espinos y con pieças de Luys Çapata y de Diego de Agreda y Conchillos y con plantado biña de Juan Martinez de la Pamplona, tambien franca y quita de todos cargos, sobre todas las quales dichas heredades quisieron que especial y expresamente quede cargada y asegurada la dicha renta, con esto que cada y quando dieren los dichos censales los aya de recevir el dicho convento y entonces quedar y queden libres de dicha carga las dichas heredades.

Yten, a mas de lo sobre dicho prometerieron los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez dar y que daran para el sustento y entretenimiento de la capilla ornatos y cosas sobre dichas, es a saber dos ducados de renta cada año en censal fundado o dado para este efecto, los quales se ayan de distribuyr en lo sobre dicho por el corrector del dicho conbento y por el patrono o patronos de dicha capilla.

/f. 119v/ Ytten, considerado que por aora los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez de Rivaforada no es su voluntad dar mas de doze ducados de renta y limosna de las misas, fue capitulado por todas las dichas partes que tampoco se les diga mas de una misa perpetua cada semana y que comiencen a decirlas el dicho dia de Sant Miguel de septiembre primero beniente, y que la primera paga de los dichos doze ducados la ayan de hazer los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez de Rivaforada al dicho conbento para el dia de Sant Miguel de septiembre del año mil y seyscientos y tres, y en siguiente los demas años al mesmo plazo y que mientras no quisieren dar mas renta no les puedan conpeler a ello ni tampoco el conbento quede obligado en este caso a decir mas de una misa cada semana, pero que luego como los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez dieren o señalaren los otros seys ducados de renta en censal o censales o hizieren señalamiento particular dellos a mas del sobredicho sobre sus heredades, esten y queden como desde luego los dichos corrector, frayles y conbento se obligan a dezir y celebrar las dichas dos misas perpetuas cada semana, y si por caso los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez fenescieren sin dar y fundar los dichos cien ducados ultimos quedando los sus herederos por la forma dicha asegu-randolos de alli adelante los dichos corrector y frayles ayan de començar a decir las dichas dos misas perpetuas cada semana y las digan a perpetuo.

Ytten, capitularon que cada y cuando que lebantaren los censales y alcance darlos y dar descargos y tornarlos a fundar lo hagan el patrono o patronos de dicha capilla y el corrector que al tiempo fuere del dicho conbento, y que no pueda el conbento recevir el dinero de la principalidad de dichos censales sino solo la renta y censo dellos.

/f. 120r/ Yten, para mas firmeza de lo sobre dicho fue capitulado que los dichos corrector y frayles a su costa ayan de traer dentro de seys meses primeros benientes

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confirmación y aprobación desta escritura y lo en ella contenido echa por el capitulo general de su dicha horden.

Ytten, los dichos Bernardino y Jeronimo Lopez por si acaso fenecieren sin tes-tamentar y elexir sepultura, desde luego para entonces la señalaron en la sobredicha su capilla, en la qual quieren que sus cuerpos sean sepultados, y si por caso entonces no estubiere echa y acabada la dicha capilla quieren sean depositados en la yglesia que ahora tiene el dicho monesterio donde esta sepultado su hermano y padre Mi-guel Lopez de Rivaforada, alcayde que fue de Cortes, y que luego como este echa y acabada la dicha capilla y enterramiento sean mudados a ella los huesos dellos y del dicho Miguel Lopez.

E leyda la dicha capitulaçion, todas las dichas partes prometieron de la observar y cumplir en todo como en esta escritura se contiene, a lo qual los dichos corrector y frayles por lo que les toca por si los que a perpetuo les subcederan capitularmente, obligaron todos los bienes, derechos y rentas espiriutales y temporales abidos y por aber del dicho monesterio y conbento del, y los dichos Bernardino y Jeronimo Lo-pez obligaron por su parte sus personas y todos sus bienes y derechos abidos y por aber, y todos para ser compelidos a lo sobre dicho cada cossa y parte dello, dieron su poder y jurisdicion bastante a quales quier juezes y justicias de la magestad real, eclesiasticos y seglares, que desto pueda /f. 120v/ y devan conocer, [ ] y otorgaron esta escritura como dicho es siendo presentes por testigos Luys Çapata y Esteban de Alaba, vecinos de la dicha villa y firmaron todos los interesados

Fr. Francisco Garcia Puertanueva, Fr. Pedro de Cespedes, Fray Juan Lumbier,Fr. Juan de Velança, fr. Baltasar Nadal, Fr. Domingo Ferrer, fr. Joan Tolon,fray Antonio Ortin Abbad, Bernardino Lopez de Ribaforada, Jeronimo Lopez de Ribaforada, Esteban de Alaba, Luis Çapata, testigo,

Passo ante mi, Martin de Azcona, esº.


Capitulas y condiciones y esencia de la capilla de Nuestra Señora de la Soledad del convento de la Victoria con Agustin Ximenez y sus fiadores

Archivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Marcelo Medina. 1604, ff. 136r -136v.

/F. 136r/ Capitulas y condiciones de la capilla de nuestra señora de la Soledad que se han de hacer en el convento de nuestra señora de la Victoria de la villa de Cascante

1. Es condicion, que el oficial que la tomare a de hacer la aya de hacer al modo


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y traça como esta la capilla de los Lopez el arco de la delantera y las pilastras sin exceder en ancho y alto y en todo lo demas, y asi bien en la cubierta de arriba y en el carneario, eceptado que no este obligado a picar las sepulturas en las paredes como estan en la dicha capilla y todo lo demas que en la dicha capilla esta echo este obli-gado a hacer, y mas enladrillar y lucir asta el suelo y no ha de hacer el oficial rexado.

2. Es condicion que aya de picar un gueco sobre el altar a donde quepa la madre de dios de ladrillo y medio de hondo y este gueco este lucido y echo encima una concha con su moldura y alrededor del hueco asta encima de la concha aya de hacer un adorno de retablo de yeso desta manera, con sus pilastras en los lados estriadas con sus basas y capiteles y sobre ellas correr sus molduras de friso, alquitrave y cornisa y encima su frontispicio con sus tres remates como esten bien.

3. Es condicion, que si no quedare acabada conforme la dicha capilla que sirve de modelo y conforme lo demas que esta capitulado y no quedare acabada con su perfecion como es dicho, puedan los cofrades o quien su poder oviere bolver a des-hacer la dicha capilla y hacer a su costa y daño.

4. Es condicion, que no le ayan de dar los cofrades ningunos materiales para hacer la dicha capilla, sino que asi el picar el carneario como el escombrar y todos los demas materiales necesarios a la dicha capilla los aya de comprar y traer con su dinero el dicho oficial y que solamente /f. 136v/ esten obligados los cofrades a darle el dinero que se necesitare por los plaços que tanbien se concertasen desta manera, la quarta parte de lo que se concertaren se le dara para el dia de san Miguel proximo venidero que sera a 29 de septiembre deste presente año de 1604, que lo restante se le pagara de seis en seis meses en sus plaços desde el dia de san Miguel arriba nom-brado en adelante.

5. Es condicion que aya de dar la dicha capilla acabada para el dia de san Miguel del año 1605 [...] y aya de dar fiador lego, llano y abonado para cumplir con la dicha capilla [...]

Bernardio Lopez De Ribaforada, Luis Çapata , Juan de Gallipienzo, Francisco Flores


Fundacion de la capilla del licenciado don Joan de Huici, vicario de Cascante, sita en el conbento de Nuestra Señora de la Victoria desta ciudad de Cascante

Archivo General de Navarra. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33726, doc. 42.

En la villa de Cascante del Reyno de Navarra y dentro del Monasterio y conbento de nuestra señora de la Victoria de la dicha villa, a los veinte y dos dias del mes de

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julio del año mil seiscientos y treze años, por presencia de mi el escribano y testigos avaxo nombrados, estando juntos y en capitulo congregados los corretor y frailes conventuales del dicho Monasterio y Combento, llamados a son de campana en la celda del padre Corrector, segun y donde lo tienen de costumbre de se juntar para expedir y tratar semexantes y otros negocios convenientes a el dicho Monasterio, donde se allaron presentes los Muy Reberendos Padres fray Juan Pere, corrector, fray Juan Lumbier, fray Geronimo Ximenez, fray Iñigo Vicente Perez, fray Diego Buessa, fray Antonio Abrego, fray Vicente Gasco, fray Martin Diaz y fray Pedro Ximeno, todos corrector y frailes profesos conventuales y capitulares del dicho Monasterio, estando tres partes de los capitulares las dos y mas, capitulo habientes y congregantes, y los presentes habiendo y firmando por si mismos y prestando caupcion de rato grato ratificando solbendo por los ausentes y venideros que les subcederan en dicho Monasterio de una parte, y de la otra el licenciado don Juan de Huici, vicario perpe-tuo de la parrochial de la dicha villa de Cascante, estando todos juntos dixeron que atendido a muchos dias el dicho licenciado Don Juan de Huici, vicario a deseado y desea tener y fundar una capilla y enterramiento para si y sus subcesores, herede-ros y causa hobientes a perpetuo en la yglesia del dicho Monasterio y habiendolo tratado, platicado y conferido entre los dichos corrector y frailes asi capitular como singularmente por muchas y diversas vezes, han sido de voto y parezer que se le de por la forma, horden y limosna que aldelante en esta escriptura yra declarada que por ello en efectuacion y cumplimiento de lo ansi tratado ahora se abian combenido y concertado como se sigue.

Que los dichos corrector y frailes estando juntos y congregados en el dicho capitulo todos unanimes y conformes y sin discrepacion alguna repugnancia ni contradicion, certificados de su derecho en la mexor via, modo, forma y manera que de derecho y de echo hacerlo pueden y deben, daban y desde luego dieron y donaron dar y donan a perpetuo al dicho licenciado don Juan de Huici, vicario, para el y a sus subcessores derecho y causa hobientes y para quien el querra, hordenara y mandara una capilla en la yglesia nueva del dicho Monasterio que es la que esta frontero a la puerta principal por donde se entra a la dicha iglesia debaxo del coro de ella a la parte y endreçera de la epistola, que al presente tiene la invocación de señor San Diego, con su altar y con quatro pies en ancho fuera de la dicha capilla al cuerpo de la iglesia en todo lo que aquella afrentare, asi como esta de presente la dicha capilla, suelo y fabrica de ella desde su profundo de la tierra asta la altura del cielo, con que el dicho licenciado don Juan de Huici, vicario la aya de hacer y acabar de todo punto a su costa y ahondar el suelo y hacer cisterna si quisiere, le dan y dieron la dicha capilla y enterramiento y la entrada y uso de ella con los dichos quatro pies de ancho para que sea del dicho licenciado don Juan de Huici, vicario y de sus subcesores y descendientes derecho y casusa hobientes, y en ella se pueda sepultar y enterrar el y sus subcesores y trasladar el o las personas que querra, hordenara y mandara y poner tumulo y blasones y adornarla con las insignias que le pareciere poniendo en ella si le pareciere otro retablo del que al presente tiene de qualquier inbocacion de santo o santos que le pareciere y rexa o rexado y hacer sepulturas y enterramiento a toda


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su espontanea y libre voluntad, y ponerla en vinculo inagenable y nombrar patrono y patronos que tengan el señorio de dicha capilla segun la voluntad del dicho don Juan de Huici, vicario y los descendientes suios seran, y mas prometieron los dichos corrector y frailes que en distancia y patio de quatro pies junto en la frontera delante de dicha capilla, como de suso ba especificado, para mas señorio y uso de ella no daran sepultura ni enterramiento a nadie con esto y con las capitulas y condiciones que abaxo seran nombradas, y los dichos corretor, frailes y conbento por si y sus subcesores a perpetuo en dicho Monasterio se desistieron y apartaron, se desisten y apartan, de la posesion, uso y propiedad y derecho y de todas las acciones que tienen y les pertenecen, puede y debe pertenecer a la dicha capilla y enterramiento y todo aquel lo dan, ceden, renuncian y traspasan en el dicho licenciado don Juan de Hui-ci, vicario, para que sea suya propia y de sus herederos, subcesores derecho y causa hobientes, y la pueda dexar, mandar y dar a quien el quisiere hordenare y mandare, y le dieron todo su poder y autoridad cumplida y bastante segun que lo pueden y deben hazer para que pueda tomar y tome la actual Real Corporal y pacifica posesion de la dicha capilla y enterramiento y patronazgo de ella y en el entretanto que no la tomare se constituyen y constituieron por sus inquilinos tenederos y poseedores en nombre del dicho conbento so la clausula nomine precario et constitui y en señal de verdadera posesion y tradicion y entrega le dan y entregan este presente escriptura.

Y el dicho licenciado don Juan de Huici, vicario, presente estando dixo que aceptaba y acepto lo suso dicho en su favor y de sus causas hobientes, y por pago y gratificacion de la dicha capilla, suelo y fabrica de ella como ahora esta, prometio pagar y que dara y pagara al dicho Monasterio, corrector y frailes del la suma de ciento y tres robos y medio de trigo en trigo en doze personas abonadas, vecinas de la dicha villa y de la de Monteagudo y lugar de Malon, que son las siguientes; en Ximeno de Gallipenzo tres robos de trigo. Item, en don Pedro Sanchez presu. siete robos de trigo. Iten, en Pedro de Huici, ocho robos. Iten, en Diego Garrido, seis robos. Itten, en Domingo Nebado, quatro robos. Iten, en Juan de Fuertes, seis robos. Iten, en Diego Pitillas, siete robos, todos vezinos desta dicha villa. Iten, en Martin de Pitillas, vezino de la misma villa, ocho robos y medio. Iten, en Segura de Monteagudo, diez y seis robos. Iten en Pitillas, vecino de Monteagudo, veinte y dos robos de trigo. Iten, en Bera barvero, vecino de Monteagudo, quatro robos. Iten, en Santa Cruz, vecino de Malon del Reino de Aragon, oze robos de trigo en trigo, que todas son doze partidas y hacen la dicha suma de los dichos ciento y tres robos y medio de trigo, los quales dichos corrector y frailes han de cobrar de los sobre dichos para el mes de agosto primero viniente deste presente y sobre dicho año y no antes, y si que los havido las diligencias conbenientes y necesarias para su cobranza no se cobraren por ellos enteramente o por sus producadores la partida o partidas que salieren inciertas y dudosas, los pagara el dicho licenciado don Juan de Huici, vicario, en la misma especie de sus vienes, casa y hacienda.

Item, mas el dicho licenciado don Juan de Huyci, vicario, prometio y se obligo de les dar y que les dara y pagara por la dicha capilla, fabrica y enterramiento, a mas de lo duso dicho, diez ducados de a onze reales cada un ducado luego en dinero de

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contado, de los quales los dichos corrector y frailes se dieron por contentos y entera-mente entregados a sus querer y voluntad y de los dichos ciento y tres robos y medio de trigo, y por quanto la entrega de presente no pareze, reanunciaron la exepcion de la non numerata pecunia y certificados de su venefecto, dieron por libre y quito asi de los dichos diez ducados como del dicho trigo al dicho don Juan de Huici, vicario y a sus vienes y rentas subcesores derecho y causa hobientes, con obligacion expresa que hicieron de no se los bolber a pidir ahora ni en ningun tiempo ni por los corrector ni frailes que aldelante seran del dicho conbento; y considerando es bien hacer alguna fundacion en dicha capilla de misas y sufragios por el anima del dicho licenciado don Juan de Huici, vicario y por las animas de sus encargados subcesores derecho y causa hobientes, el dicho vicario fundo y cargo y quiso que en dicha capilla se le diga a perpetuo en cada un año una misa cantada de señor San Juan con diacono y subdiacono y acabada la dicha misa por los dichos celebrantes, corrector y frailes tres responsos dentro de dicha capilla por el dicho fundador y sus encargados, y esto sea y se aya de decir en cada un año perpetuamente al otro dia de señor San Juan de junio que empezara a celebrarse dicha misa y aniversarios a veinte y cinco de junio del año que viene de mil y seiscientos y catorce, y de alli en adelante perpetuamente al mismo dia, termino y plazo, por lo qual el dicho licenciado don Juan de Huici, vicario, a mas del dicho trigo da los dichos diez ducados de suso contenidos por la limosna de dichas misas y aniversarios que los dichos corrector y frailes a perpetuo han de celebrar en dicha capilla.

Ittem, a mas de lo sobre dicho para el sustento y entretenimiento de dicha capilla, hornatos y fabrica de ella, el dicho licenciado don Juan de Huici, vicario, fundo y cargo ducado y medio de censo y renta anual en cada un año sobre una pieza agos-tio que el tiene propia suia en el termino llamado el Cañarete de quatro robos de sembradura poco mas o menos, que afrenta a pieza de Floristan de Antillon, vecino de la dicha villa y acequia vecinal que hacen de principal veinte y cinco ducados, los quales y su censo de ellos que es dicho ducado y medio quiere y es su voluntad este cargado a perpetuo en dicha pieza sin que aquel se pueda luir ni enagenar por los dichos patrono o patronos que por tiempo seran de dicha capilla ni por los corrector ni frailes del dicho combento, que la primera paga sera para la fecha desta escriptura en un año y de en adelante en cada un año, y el dicho vicario se obligo de lo pagar el dicho dia, termino y plazo sin otro alguno al dicho corrector, frailes y combento que al presente son y aldelante seran, y quiso y es su voluntad que en quien perbiniera la dicha pieza pague el dicho censo en cada un año al patron o patronos que al presente son de dicha capilla y aldalante seran y al dicho corrector y frailes que ahora son y por tiempo seran del dicho conbento, para que aquellos distribuyan el dicho censo de ducado y medio en aprovechamiento de dicha capilla y no en otra cosa sin luirlo.

Itten, que el dicho vicario adornara la dicha capilla y altar a su costa con su retablo de San Juan Bauptista y Ebangelista y de señor San Joseph todo lo mexor que pudiere.

Itten, capitularon que si en tiempos venideros los corrector y frayles que por tiempo seran de dicho conbento o a otras quales quier personas de qualquiere calidad


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y condicion que sean o ser puedan quitaren dicha capilla al dicho vicario, patron o patronos de ella, o a sus subcesores y causa hobientes, o en quien por horden al dicho vicario perbiniere aquella por qual quiere causa para darla a otro por mas o menos cantidad que la recibida o para el dicho conbento, que en tal caso el dicho corrector y frailes qual presente son y aldelante seran del dicho combento ayan de restituir y restituian a los herederos y subcesores del dicho vicario todas qualesquier cantidades, fabricas y hornamentos que dicho vicario y subcesores del ubieren dado y echo en dicha capilla y por aquella y su fabrica, y dado caso que faltare subcesor en dicha capilla que el ultimo posedor de ella la pueda vender y enagenar en quien el quisiere como de cosa propia suia y hacer de ella a su disposición y voluntad.

Itten, para mas firmeza de los sobredicho fue capitulado que los dichos corrector y frailes a su costa aian de traer dentro de seis meses primeros vinientes confirmazion y aprovacion de esta escriptura y lo en ella contenido echa por el capitulo general de su dicha horden y si antes tuvieren capitulo general, antes [...] de lo qual ortorgaron la presente siendo presente por testigos Gaudios Recio y Francisco Lamata, criado del dicho monasterio y Domingo de Sanausa, natural de Caspe y al presente allado en esta dicha villa, y el dicho Gaudios Recio, vecino de ella y lo firmaron los dichos corretor y frailes y el dicho vicario y dos testigos con mi el escribano. Frai Juan Perez corretor, Frai Juan Lumbier, fray Jheronimo Ximenez, frai Iñigo Porzente Perez, Fray Diego Buessa, frai Antonio de Abrego, fray Vicente Gascon del Iñigo, fray Martin Diaz, el licenciado Juan de Huici, Gaudios Recio Domingo Sanausa, testigo. Paso ante mi Franscisco Lamata, escrivano

171593, mayo, 30 Cascante

Capitulaciones de la fabrica de la capilla mayor de la iglesia del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante

Archivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Gabriel Conchillos. 1593, ff. 18r -19v.

/F. 18r/ La villa de Cascante arrienda la fabrica de la capilla mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria con las capitulas siguientes

Primero es condicion, que el offiçial que ha de hazer la dicha fabrica aya de tomar la anchura de la propia iglesia y aya de ser de hueco cinquenta pies y aya de tener las paredes de grueso ladrillo y medio de tapia valenciana con cal y costra por la parte de adentro, y aya de hazer sus respaldos en las endreçeras donde vienen los ochavos, y a de azer las piernas de la capilla tomando el tercio de las piernas principales para hazer los respaldos conforme el arte requiere, assi de anchos como de largos, y darle aquello que justamente le viene de derecho.

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2. Es condicion, que la aya de hazer de la lavor de la traça y fundar la llave de en medio en el propio lugar que esta en la traça y hazer sus monteas en punto recto y cortar sus rampantes y montea como mas le convenga no saliendo de la traça y capitula.

3. Es condicion, que aya de subir dos varas mas alto que la iglesia y hazer un rearco encima del prepiañio donde divide la capilla y la iglesia para cargar sobrel un ladrillo para lo que mas se ha de levantar, de suerte que convenga para sustentar la carga que le ha de echar encima.

4. Es condicion, que lleve encima de los mochetes en todas las piernas prinçi-pales, rrearcos de un ladrillo en quadro y en los terçeletes de medio ladrillo de alto y uno de ancho.

5. Es condicion, que aya de hazer por la parte de fuera alrededor de la dicha capilla un rafe de ladrillo de la suerte que le llevare la iglesia, y sobre aquel echar sus soleras y enfustar sobre ellas el terrado con la madera suficiente de pino, y con las tixeras que fueren nescesarias de modo que mas convenga a la obra de la dicha capilla.

6. Es condicion, que aya de entablar sobre las mesmas maderas con muy buenas tablas de pino enclavadas, y entexar con muy buena texa y lodo como convenga, y assi bien enclavar las maderas del terrado con los clavos nescesarios.

7. Es condicion, que aya de hazer el cimiento de la propia suerte que va en la iglesia y de la propia altura fuera de la tierra.

/f. 18v/ 8. Es condicion, que aya de dexar la dicha capilla bozellada y pinçelada con sus llaves donde estan asentadas en la traça, con sus remates debaxo de las piernas, con su cornixa y alquitrave que corra alrededor de la dicha capilla, que dexe lucidas y pinçeladas las paredes y enparejada al igual de la iglesia dexando sus gradas donde le fueren señaladas, y hazer el altar de yeso y ladrillo de la anchura y altura que le fuere pedido, y que aya de enladrillar y encaboyar en dicho suelo con las gradas de modo que quede la dicha capilla acabada y no tengan los regidores que fueren que gastar mas en ella, y aya de açer las bidrieras en los ochabos y sean bentanas rasgadas y una o sola.

9. Es condicion, que los materiales nescesarios a la dicha obra como son ladrillo, madera, clavos, yeso, cal, piedra, texa, tablas y todo lo demas necesario sea a cargo del dicho oficial.

10. Iten, es condicion, que la dicha obra la aya de dar acabada y puesta en perfec-tion conforme los dichos capitulos dentro tiempo de cinco años primeros benientes.

11. Iten, que aya de açer en la llabe de medio la capilla un escudo con armas de la villa de la suerte que los rregidores le señalaren y querian pidir y que sea en rosa de fusta sobredorada y otros dos escudos en la entrada de la capilla en las dos piernas a los lados derecho y yzquierdo y questos sean de algez y que los agan maçoneros.

12. Iten, que acabada la dicha obra aya de ser bisitada por oficiales puestos por la dicha villa y por el ofiçial que la hiziere para que bea si esta echa conforme la traza y capitulas, firme y segura.


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13. Iten, que el ofiçial en que se rrematare aya de dar fianças legas, llanas y abo-nadas, a contento de los señores alcalde y jurados, y que se obliguen a mancomun con el tal ofiçial al cumplimiento de todo lo sobredicho.

14. Iten, se le dara al tal ofiçial en que se rrematare cinquenta ducados cada un año asta ser pagado de lo que assi montare y se rrematare la dicha obra, los quales se pagaran por la dicha villa y su tesorero cada un año /f. 19r/ para el dia de señor San Juan de junio, principiado a pagar para el dia de San Juan de junio de mil qui-nientos y nobenta y quatro, y assi consecutibe asta que se acabe de pagar la dicha obra y fabrica [...].

15. Iten, se arrienda y pone a la candela a tasacion de oficiales y al que mas rebajare de la tasaçion se le dara.

Francisco Royo, Floristan de Antillon.En la villa de Cascante y en las casas del concejo della, domingo, a los treynta

de mayo de mil quinientos y noventa y tres años, los señores Francisco Royo, alcalde de la dicha villa, Floristan de Antillon, Rodrigo Royo y Martin Diez, jurados della, pusieron a remate de candela la fabrica de la capilla mayor de Nuestra Señora de la Bitoria de la dicha villa conforme las sobredichas capitulas que por mi escribano fueron leydas publicamente, y para su remate encendieron una candela de cera y mandaron a Juan Lopez, nuncio de la dicha villa, la rancase y rematase, y asi el dicho nuncio la apregono publicamente diciendo que rebaxa de la tasacion de la dicha capilla y fabrica, y Pedro de Almaçan, obrero de villa dixo que el rebajaba cinquenta ducados de dicha obra de lo que fuere tasado y asi se apregono por el dicho nuncio, diciendo por cinquenta ducados menos de la tasacion se alla quien aga la dicha obra, y Miguel de Miranda, obrero de billa dixo que el hacia ochenta ducados de menos de la tasacion, y asi se apregono diciendo por ochenta ducados menos de la tasacion, se alla quien aga la dicha obra y fabrica /f. 19v/ y Pascual Comuel, vezino de la dicha villa dixo que el rebajaba cien ducados de la tasacion y asi se apregono diciendo por cien ducados menos, se alla quien aga la dicha obra, y ya que la candela se quería apagar se mandaron pujas a medias de lo que rebajase de la tasacion, y Miguel de Miranda, vezino de la dicha villa rebajo a medias cinquenta ducados, y asi se apregono diciendo por ciento y cinquenta ducados menos de lo que se tasase la dicha obra y fabrica, se alla quien la aga y asi se apago la candela y quedo por arrendador el dicho Miguel de Miranda con los dichos dones, el qual acepto el remate, a lo qual fueron testigos Juan Conchillos Ximenez y Jeronimo Lopez de Ribaforada, vezinos de la dicha villa y otros muchos vezinos della, y firmaron los testigos Jeronimo Lopez De Ribaforada, Juan Cunchillos Ximenez, testigo

Paso ante my, Gabriel Conchillos, escribano

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Cesion del convento y comunidad de Nuestra Señora de la Victoria del uso de la capilla e imagen de Nuestra Señora del Pilar del mismo convento a favor de don Antonio Calbo y encargamiento por este de su culto y ornato y de un zenso de tres ducados y medio a favor de dicho convento

Archivo General de Navarra. Clero. Mínimos de Cascante. Caja 33724.

En la ciudad de Cascante, dentro del convento de Nuestra Señora de la Victoria y Sala capitular, a donde se acostumbra hazer semejantes actos, a seis de deziembre del año mil setezientos setenta y siete, ante mi el escribano, Reverendos y testigos infrascriptos, fueron justo y congregados como lo tienen de costumbre para delibe-rar y tratar las cosas tocantes y pertinentes a dicho convento y su comunidad, y los que se allaron presentes son los muy Rvdos padres fray Juan Antonio Bolor, fray Juan de Sola, fray Antonio Aldabe, fray Gregorio Broto, fray Gabriel de Sola, fray Agustin Aguirre, fray Lorenzo Orgia, fray Juan Garcia, fray Juachin Cambra, todos corretor y religiosos profesos y bocales de dicho convento, y segun dijeron ser las tres partes, las dos y mas, comunidad haziente y zelebrante y los presentes haciendo y firmando por si y los ausentes y venideros por quienes prestaron capzion de rato grato et judicatum solvendo en definitiva forma de derecho y estando asi juntos parecio presente don Antonio Calvo y Cardenal, vezino de dicha ciudad y dijo y expuso a dichos reverendos padres, corrector y religiosos, que atendido en su yglesia de dicho convento tienen una capilla con su retablo y altar donde esta y se venera la imagen de Nuestra Señora del Pilar que es la que hay contigua a las capillas de Sr. S. Juan y de Nuestra Señora de la Conzepcion, que don Josef de Gauna y Calbo tuvo y poseio hasta su fin y muerte que en este tiempo fenecio, quedando refundida desde entonces su posesion y dominio y señorio en dicho convento y religiosos, en cuios terminos con su mas reverente atencion suplicava dichos reverendos padres corretor y religiosos de dicho convento y su comunidad reverenda que en atencion a la especial devocion que el suplicante le tiene a la nominada imagen de Nuestra Señora del Pilar, se sirvan tener a bien de hazerle gracia y zesion del uso de la dicha capilla, altar y santa imagen, entierro en ella y sepulturas de ella pertenecientes para el dicho don Antonio Calbo y demas sus subzesores y quienes fuere su voluntad, que ademas de la obligazion de la dezencia y culto de dicha capilla y santa imagen de Nuestra Señora del Pilar dara por via de limosna en cada un año al dicho convento y religiosos o a quien su derecho y poder tuviere tres ducados y medio redito de cien ducados que se deveran pagar su primer plazo para tal dia como el de la fecha de esta escritura del año primero viniente de mil setezientos setenta y ocho, y asi subzesiva-mente los restantes años siguientes hasta tanto que por dicho don Antonio Calbo o sus subzesores no se les redima y luya dicha principalidad de dichos cien ducados, y para el mayor seguro de ello y paga la dicha limosna el referido don Antonio Calvo, dijo e obliga en devida forma de derecho son su persona y todos sus vienes muebles


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y rayzes habidos y por haver, en general, y por especiales hipotecas, obligo dos piezas de tierra blanca que el mismo convento tiene, la una de seis robos, tierra sita en el termino de Caislona que afronta al mismo rio que tiene el mismo termino rio del Cailis viejo, pieza de don Andres Angel Duran y Capellania que posee don Antonio de Guerra, y Martin, y la otra es de ocho robos de tierra de Rediponos que afronta a piezas de don Fransisco Xiemez de Lerorin y Morras de don Francisco Villanova y por la cabezada a otra que tiene y posee el mismo don Antonio Calbo, este es y se tiene el util que de ellas tiene dicho don Antonio de siete robos y medio de trigo que dicho convento y religiosos le hacen de zenso perpetuo anualmente su plazo en quinze de agosto de cada una año, y atendida dicha suplica por dichos reverendos padres corretor, religiosos y comunidad aceptan y consiente en ella, por lo que ce-didos de su derecho y en la forma que confforme del mejor lo pueden deben hazer, cede, renuncian y transfieren el uso y omnimodo patronato de la dicha capilla de Nuestra Señora del Pilar a una con Santissima Ymagen en favor del nominado don Antonio Calbo y cardenal que al otorgamiento y lo en ella tratado y pactado este presente y azeptante, y para quien quisiere, hordenare y mandare, para que de oy en adelante haga y pueda hazer lo mismo, que la reverenda comunidad podia hazer antes de este otorgamiento, y para ello unamimes y conforme nomine discrepante dicha comunidad reverenda dieron todo su poder cumplido y bastante a dicho don Antonio Calvo para que como quisiere y por bien tuviere de dicha capilla y todo su pertenecido, con su maior respeto pueda tomar y aprender su posesion, ratil actual y corporal quieta y pazifica y en el interin que no la tomare se constituien por sus inquilinos, tenedores y poseedores median la clausula Nomine Precari et constitute cer. de su disposicion por mi el escribano infrascirpto de que doy fe, y consiguiente-mente prometen y se obligan en devida forma de derecho y de camara apostolica con todos los vienes y rentas de dicho convento habidos y por haver a haver y tener por buena esta escritura de zesion en todos tiempos, y que no iran contra su thenor en manera alguna pena de costas y decinos y para su maior seguro de esta su obligacion renunciaron en su favor la restituicion ynintegrun cer.dos de su disposicion por mi el escribano infrascripto de que doy fe, y dicho don Antonio Calvo dijo asi bien se obliga en la forma que lo que da de parte de arriva a la manutencion, culto y ornato de dicha capilla de Nuestra Señora del Pilar, y a pagar y que pagara anualmente los restantes años siguientes a dicho convento o a quien su poder tuviere los tres ducados y medio de cantidad hasta la luicion y redencion de dichos cien ducados, con las costas de su cobranza y ambas partes otorgantes para ser compleidos a lo que cada una de por si ba obligada de parte de arriba, dieron todo su poder cumplido a todos los juezes y justicias de su Reverenda Magestad, asi eclesiasticos como seculares que de esta causa puedan y deban conocer en forma de obligacion […] y asi lo otorgaron siendo testigos Atanasio Ximenez y Thomas Arnedo, vezinos de esta ciudad y firmaron dichos reverendos padres y Calvo y los demas que se siguieren y savian y en fe de ello yo el escribano. Fra Juan Antonio Boltor, corretor, fray Juan de Sola, fray Antonio Aldave, fray Gregorio Broto, fray Gabriel de Sola, fray Agustin Aguirre, fray Lorenzo Ortiga, fray Juan Garcia, fra Juanchin Cambra, don Juan Antonio Calvo, Thomas Arnedo. Ante mi Marcial de Miranda y Serrano, escribano.

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191776, noviembre, 20 Cascante

Condicionado para reparar la capilla mayor del temploArchivo General de Navarra. Tribunales Reales. Sig. 081728, ff. 71v -72v.

/F. 71v/ Capitulas y condiciones con las quales deveran ejecutarse los reparos de la capilla maior del conbento de la Victoria de esta ciudad con arreglo de la de-claracion del perito y mandato del Real Consejo

1. Primeramente, devera el rematante desmontar y abrir los cimientos hasta encontrarlo firme donde se han de plantear los estribos y dando quenta de tenerlo echo se nombrara por la ciudad maestro que reconozca la firme disposicion del planteo a costa del rematante.

2. Item, que el zocalo de los estribos se a de levantar /f. 72r/ de buena piedra y buen yeso la alacira de una bara haziendole un talud, y despues se a de retirar dejandole depues una bara justa todo el estribo y salida igual con el que hoy existe haziendo sus marlotas de ladrillo de vara a bara y el viaje el remate de medio ladrillo como esta en el dicho pilar que hoi existe de modo que han de quedar unidas estas obras al mismo pilar.

3. Item, que donde sea nezesario y donde señalare el maestro que nombre la ciudad se mande picar sus cajas de piedra buena con buen yeso asegurando las dos paredes mazizando todos los huecos y aujeros que tubieren pasandolas de mano y luziendolas y puliendolas a punta de paleta.

4. Item, que las paredes interiores de la capilla y bobeda las a de manifestar todas las grietas que hoi tienen y bolberlas a mazizar con toda firmeza y ermosura dejandolas luzidas y pulidas y con toda solidez para su permanencia a satifacion del dicho perito /f. 72v/ que nombrare la ciudad.

5. Item, que echos dichos reparos devera nombrar de su parte un perito que con el nombrado por la ciudad las reconozcan y vean para entregarse la ciudad de ella.

6. Item, que el rematante devera satisfacer al maestro de la ciudad lo que esta le adjudique del trabajo de la vista, tanteo y estas capitulas y se adjudicaron la ciudad a dicho maestro tres pesos=Manuel Tiraco.

7. Item, que dichas fabricas las a de dar el rematante echas y construidas, vistas y reconozidas por el mes de marzo primero.

8. Item, que la cantidad del remate se pagara a tercios al principio de la obra, a mitad y despues de vista y reconocida y declarada por buena obra.

9. Item, que a de dar firmas a satisfacion de la ciudad para el cumplimiento de todo lo referido.

Cascante, su consistorio y noviembre, veinte, de mil setezientos setenta y seis. La ciudad de Cascante y con su acuerdo Pedro Ximenez y Bifas, escribano


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Capitulas para la reparacion de la capilla mayor de la iglesia del convento de la Victoria

Archivo General de Navarra. Tribunales Reales. Sig. 081728, ff. 64r -65v.

/F. 64r/ En la ciudad de Cascante, a seis de julio de mil setecientos ochenta, ante mi el escribano infrascripto, parescieron presentes Josef Arbizo, vezino de Carcar, y Manuel Tiraco, de esta ciudad, maestros de obras, los quales como nombrados por los señores del regimiento de esta ciudad dijeron han visto y reconozido con todo cuidado la capilla maior del combento de la Victoria orden de los minimos de San Francisco de Paula, propia de la misma ciudad como su unica patrona, de la que y su bobeda se a caido una porcion, y se alla amenazando ruina mucha parte della, y la pared y machon principal que la mantiene y han hecho sus movimientos de modo que urge prontamente el reparo y composizion de esas obras que deberan hazerse al cuidado de perito a jornal y no a estajo por lo importante y delicado que es /f. 64v/ este reparo, en el que consiste evitarse otro maior daño y ruina, bajo el juramento que sus ofizios tienen prestados declaran se deven hazer los reparos y obras siguientes:

Primeramente, por quanto la dicha capilla se alla en dicha disposicion de ha-verse caido una porcion de bobeda con su tendor a causa de quebrantamiento de dicha pared por ser esta de tierra y no puede mantener el empujo de dicha capilla, se necesita para que quede firme y con la devida solidez desmontar el tejado, los dos tramos que cargan en el aguilón, aparexando la teja a paraje que no se desgrazie y la madera que tendra de coste cien reales.

Item, vatir la pared y los lunetos de dicha bobeda que tiene de ancho nueve varas y catorce de alto, que tendra de coste el vatirla, escombrarla y apartar todos los despojos doscientos reales.

Iten, volver a hazer la dicha pared con sus llaves en las paredes viejas que estas han de /f. 65r/ entrar en ellas un pie lo menos, y un estribo en medio de ella, que tenga de salida tres varas con el grueso de la pared, y dos de rezio, haziendolo todo a un tiempo para que quede unido haziendo las caras de medio ladrillo en el dicho estribo, y todo lo de dentro de buena piedra y yeso y, la dicha pared de una vara de grueso que a de ser de piedra con sus marlotas de ladrillo de tres iladas cada una habiendo de estar estas una bara una de otra en distancia en subiendo la pared, con el machon hasta la cornisa dejando dicho machon de escarpe como una vara, co-rriendo su cornisa, como la que se alla vieja que todo tendra de coste mil doscientos setenta reales.

Item, hazer el tejado y volverlo a cubrir son nezesarios para ello ocho maderos catorzenes, que sean de grueso por en medio nueve onzas y sentando sobre ellos sesenta tablas de Castilla y mil tejas que todo valdra /f. 65v/ doscientos setenta y dos reales.

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Item, traer los dos lunetos conforme se allan los otros con sus tendones y hazer el rafe del tejado que tendra de coste trescientos ochenta y cinco reales

Item, para andamiso y zimbrias para toda la obra y clavos tendra de coste dos-cientos reales

Item, para luzir toda la pared por dentro y por fuera perfeccionando los lunetos y todo conforme arte tendra de coste doscientos reales

Que todas las dichas obras tendran de coste trabajando en curso corresponde en dicha forma a jornal dos mil seiscientos veinte y siete reales. Esta declaracion hazen vajo el dicho juramento en que se afirmaron y firmaron y en fe de ello io el escribano. Josef de Arbizu y Ruiz, Manuel Tiraco. Ante mi Pedro Ximenez y Bigas, escribano.


Contrato para la realización del retablo mayor de la iglesia del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante

Archivo General de Navarra. Tribunales Reales. Procesos. Sig. 14665, ff. 14r -16v.

/F. 14r/ En la villa de Cascante, a veinte y dos dias del mes de agosto del año mil seiscientos y veinte y uno, los señores Geronymo Lopez de Ribaforada, teniente alcalde por el señor Domingo de Aya, alcalde ordinario de la dicha villa y Sancho Ximenez de Antillon, y Sebastian de Salcedo, regidores de la dicha villa, habiendo /f. 14v/ embiado carteles para hacer el retablo que se pretende hacer en Señora de la Victoria del convento de la dicha villa en la capilla maior y apercibido remate para este dia, habiendo acudido algunos maestros de arquitectura y pintores, y presentado seis traças los dichos señores teniente de alcalde y regidores, nombraron a Juan de Lumbier, pintor, Francisco del Ponton, architecto y Juan de Vinies, escultor para que escogan de todas las dichas traças la que mas conviniere para dicho retablo y de mejor comodidad conforme al sitio y endreçera donde ha de estar el dicho retablo, y haviendoles recebido juramento por el dicho señor teniente alcalde a los dichos maestros arriba nombrados, en virtud de el habiendo visto y reconocido las dichas traças declararon que dos traças, la una en pergamino y la otra en papel, que van fir-madas por Hieronymo estaragan la de pergamino, y la de papel por Juan de Yrigoin y Macaya, son mas a proposito conforme al sitio y endreçera para donde se ha de hacer el dicho retablo y mas en comodidad se debe hacer, y assi lo declararon y firmaron, y que son de menos costa de todas las que han visto de las seis que se han enseñado y esto declararon todos juntos en conformidad y firmaron en registro ansi Geronimo Lopez de Ribaforada, Sancho Ximenes de Antillon, Juan de Lumbier, Juan de Binies, Francisco del Ponton. Paso ante mi, Gracian Navarro de San Vicente, Escribano.

Con estas capitulas se arrienda el hazer el retablo de Architectura, dorado y


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pintura de la capilla de Nuestra Señora de la Victoria de la villa de Cascante del altar mayor de dicha yglesia con las condiciones siguientes:

/f. 15r/ Primeramente, es condicion que la persona o personas en quien quedare el hacer el dicho retablo este obligado a hacer y plantar el dicho retablo con la traça que el real consejo escogiere de las dos arriba dichas, y lo ha de plantar en diez y ocho pies geometricos castellanos y en diez y nuebe pies y quatro partes del pie geometrico de navarra en ancho; y ha de tener treinta pies en alto, y esto es conforme a la traça que ha dado Juan de Yrigoin y Macaya.

Item, es condicion que el oficial en quien se rematare el dicho retablo este obli-gado que la madera haya de ser y sera de buen pino de Ebro, que sea de buena ley y seca, y la pintura ha de ser al oleo y dorada, y toda la architectura ha de ser de oro liso bien bruñido y los tableros de dicho retablo ha de ser de buena fusta de pino, de ley de Ebro.

Item, en la traça de Juan de Irigoyen y Macaya que esta en papel, ha de llevar las figuras siguientes, las historias que van escritas en su traça, que son: San Francisco de Paula, Nuestra Señora de la Victoria, San Francisco de Asis con las llagas, Santo Domingo, San Juan Baptista, y San Juan Evangelista y el Sacrario, y a los lados del Sacrario los evangelistas, y arriba un Xrispto Crucificado todo de pincel al oleo, y el Sacrario ha de ser de semblaje y pincel con quatro columnas corintias y dorados, y se entiende el Sacrario con su media naranja por remate, que todo el dicho Sacrario suba una vara y una quarta en alto y en ancho su proporcion con su puerta y a los lados dos tableros todo en proporcion: los frisos de la obra estofados.

Item, en la traça de pergamino que ha dado Hieronymo Estaragan ha de llebar las figuras en dicha traça assentadas que son las propias en ella referidas.

Item, el dicho Hieronymo Estagaran dixo que su traça de pergamino tiene veinte pies de ancho de vara de Aragon y de altura trenta pies aragoneses, y la media naranja que esta sobre el /f. 15v/ Sacrario lo ha de rebaxar de suerte que no suba de la cornisa de pedestral de las columnas, y en lugar de las dos figuras que estan pintadas en el remate a los lados, que son las virtudes ha de poner dos escudos de armas de la villa y quitar las dichas figuras, el dorar, pintar y todo lo demas de esta traça se ha de seguir la misma orden que esta declarado en el papel: assi en quanto a las pinturas como el dorar el dicho retablo.

Item, es condicion que el oficial o oficiales en quien se rematare el hacer el dicho retablo lo ha de dar hecho y acabado en perfeccion y conforme arte dentro de quatro años contaderos del ultimo remate en adelante.

Ittem, es condicion, que la cantidad en que se rematare se le pagara desta manera, cinquenta ducados el dia que començare la obra, y lo demas hasta lo que mandare el real consejo de cincuenta en cinquenta ducados cada un año hasta ser pagado de toda la dicha cantidad en que se rematare, y que si el real consejo no diere lugar a este arrendamiento que se entienda ser nullo y ninguno este remate.

Ittem, que la persona o personas en quien quedare este arrendamiento este obligado a dar fiadores legos, llanos y abonados en este Reyno y a contento de los dichos señores alcalde y regidores.

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Ittem, es condicion, que acabada que sea esta obra haya de ser vista y reconocida por dos oficiales de cada facultad puestos por ambas partes para ver si han cumplido con las capitulas y traça arriba dichas, y si no lo hicieren les puedan los dichos señores alcalde y regidores que al presente son y aldelante fueren de la dicha villa hacerlo hacer y cumplir a su costa y de sus fiadores.

Itten, es condicion que la persona o personas en quien quedare la dicha obra haya de pagar de la traça que fuere elegida al maestro que la traço seis ducados, y que este remate de arrendamiento de dicho retablo tenga veinte dias, y si en este termino no determinare el Real Consejo que se effectue este arrendamiento se entienda, que en el interim que no lo declarare no corra dia ninguno de los veinte dias, y que havida la facultad del real /f. 16r/ consejo se daran carteles de nuevo para que corran los veinte dias para el ultimo remate. Geronimo Lopez de Ribaforada, Sancho Ximenez de Antillon. Passo ante mi, Gracian Navarro de San Vicente. Escribano

En la villa de Cascante, a veinte y dos dias del mes de agosto del año de mil seis-cientos y veinte y uno, los señores Hieronymo Lopez de Ribaforada, teniente alcalde de la dicha villa por el señor Domingo de Aya, alcalde ordinario de la dicha villa, y Sancho Ximenez de Antillon y Sebastian de Salcedo, regidores de la dicha villa, y en presencia de mi el escribano y testigos infrascriptos pusieron en arrendacion y a remate de la candela por primero remate el hazer el retablo del altar mayor de nuestra señora de la Victoria desta dicha villa con las dos traças que el real consejo deste Reyno ordenare de la dos arriba referidas, y con las condiciones de adentro declaradas, que estan firmadas por los dichos señores teniente de alcalde y jurados, las quales fueron por my leydas y publicadas y habiendo mandado encender una candela de cera, y puesta aquella en la casa concejal desta villa sobre una tabla a cuyo acabamiento dixeron se remataba por primero remate, y encencida aquella apregono Juan Ruiz, nuncio de la dicha villa el dicho arrendamiento, y pregonado aquel Juan de Vergança, vezino que dixo es de la ciudad de Taraçona, dixo que haria dicho retablo por mil y ducientos ducados, y Juan de Lumbier, vecino de Tudela, dixo lo haria por mil ducados, y pregonada esta postura dixo Juan de Gurrea, vecino de Tudela haria el dicho retablo por novecientos ducados, y pregonada esta postura Juan de Gessa, vecino de Cascante ofrecio que haria dicho retablo por ochocientos ducados conforme a qualquiera de las dos traças que ordenare y mandare el Real Consejo, y pregonada esta postura muchas y diversas veces Bernardo del Bosque, vecino que dixo es de Taraçona, dixo haria el dicho retablo por setecientos y veinte ducados, y en esta postura se apago y acabo la dicha candela quedando este arrendamiento de hacer el dicho retablo en el dicho Bernardo del Bosque en los dichos setecientos y veinte ducados, y de ello mandaron hacer auto siendo testigos Pasqual de Horaa y Martín de Pitillas, vecinos de la dicha villa, y firmaron los dichos señores teniente /f. 16v/ de alcalde y jurados excepto el señor Sebastian de Salcedo por no saber escribir hiço una cruz en registro, ansi Geronimo Lopez de Ribaforada, Sancho Ximenez de Antillon, +, Bernardo del Bosque, Pascual de Horaa, Martin de Pitillas. Paso ante mi, Gracian Navarro de San Vicente, escribano [….]

Por traslado, Martin de Azcona, escribano


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221603, septiembre, 24 Cascante

Concierto de Juan de Lumbier, pintor, para pintar y dorar el retablo de los López de Ribaforada en la iglesia del convento de Nuestra Señora de la Victoria de Cascante

Archivo de Protocolos de Tudela. Cascante. Diego Conchillos. 1603, ff. 249 r-250r.

/F. 249r/ En la villa de Cascante, a los veynte y quatro dias del mes de septiembre, año mil seiscientos y tres, por presenzia de mi Diego Conchillos, escribano real y de los testigos abaxo escritos, Juan de Lumbier, vezino de la ziudad de Tudela y pintor allado en la dicha villa, dixo tomaba a su cargo de pintar y dorar el retablo que tie-nen concertado que a de azer Martin de Alcoz ensenblador, vezino de la ziudad de Tudela, para la capilla que hazen y fabrican en el convento de nuestra señora de la Victoria desta villa de Cascante Bernardino Lopez de Ribaforada y Jeronimo Lopez de Ribaforada, vezinos de la dicha villa, para que lo pintare y dorara segun y de la pintura y manera que esta pintado el retablo de la capilla de señor san Francisco de Paula del prior de Navarra, que esta al lado de la dicha capilla, y que como estan pintadas las adbocaziones y aquel retablo que en su retablo aya de pintar y pintara las figuras de santos y otras que le dixeren y señalaren segun los espazios que para ellas oviere en su retablo, y a mas desto aya de pintar un escudo de las armas que le dixeren y señalaren afuera encima la puerta de la capilla con mucho adorno y folla-teria, de suerte que quede muy vien con todo el espazio que pudiere y diere lugar [...] y que el escudo aya de ser lo de dentro del plata y oro y la çelada plata y oro azul y colorado los campos, /f. 249v/ y que la ymagen principal del retablo a de ser de la adbocazion de señor San Miguel pintado sobre lienzo y arimado su tabla y la traza del santo a de ser conforme a uno que tiene Garzia de Falzes o su hijo don Antonio de Falzes, su hijo, y esto lo ara y dara permutado y acabado dentro de dos meses despues que se le diere y entregare el retablo que aze para la dicha capilla, lo qual ara y dexara acabado conforme al arte, lo qual hara a su propia costa sin que se de de cosa ninguna sino fuere el retablo tan solamente por prezio y suma de ochozientos reales pagados assi, trezientos reales el dia que diere acabado el escudo que se a de azer y poner en la pared que es a la parte del dicho retablo, y la demas cantidad que son quinientos reales para el dia que diere acabado el dicho retablo y con esto queda a cargo suyo el azerlo […], y presentes Bernardino Lopez de Ribaforada y Jeronimo Lopez de Ribaforada, tio y sobrino, ambos vezinos de al dicha villa de Cascante, dixeron que ellos dan a Joan de Lumbierre, pintor, el dicho retablo y escudo que hazen en la dicha capilla […] /f. 250r/

Bernardino Lopez de Ribaforada, Jeronimo Lopez de Ribaforada, Juan de Lumbier, Pedro VergesPaso ante mi, Diego Conchillos, escribano

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Este libro se terminó de imprimirel día 3 de diciembre de 2014, festividad

de San Francisco Javier.

Laus Deo


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el convento de nuestra seÑora de la victoria de … · intervenciones de los siglos del barroco,...

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