efectos de la oración en los espiritus que sufren

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EFECTO DE LA ORACIÓN EN LOS ESPIRITUS SUFRIDORES La oración es el recurso al que el hombre desesperado acude para alivio de sus padeceré, es como un centinela vigilante contra las influencias espirituales nocivas, porque la naturaleza del hombre no se afecta ante los estímulos ajenos de orden pecaminoso, pues la oración aquieta los impulsos inferiores y evita las explosiones de odio, celos y orgullo. Pero bien sabemos que hay hermanos que siendo escépticos, dudan de que ella surja efecto, pues piensan que Dios no va a cambiar sus dictámenes en la vida, entonces rechazan el orar y solo se someten y adoran. La Doctrina espirita nos esclarece que el determinismo en lo referente a la vida del hombre no existe, que todo puede cambiar para mejor o peor

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EFECTOS DE LA ORACIÓN EN LOS ESPIRITUS QUE SUFREN.. (MERCEDES CRUZ)

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Page 1: Efectos de la oración en los espiritus que sufren

EFECTO DE LA ORACIÓN EN LOS ESPIRITUS SUFRIDORES

La oración es el recurso al que el hombre desesperado acude para alivio de sus padeceré, es como un centinela vigilante contra las influencias espirituales nocivas, porque la naturaleza del hombre no se afecta ante los estímulos ajenos de orden pecaminoso, pues la oración aquieta los impulsos inferiores y evita las explosiones de odio, celos y orgullo.

Pero bien sabemos que hay hermanos que siendo escépticos, dudan de que ella surja efecto, pues piensan que Dios no va a cambiar sus dictámenes en la vida, entonces rechazan el orar y solo se someten y adoran.

La Doctrina espirita nos esclarece que el determinismo en lo referente a la vida del hombre no existe, que todo puede cambiar para mejor o peor según nos comportemos. Y que las penas eternas no existen, tenemos una idea clara de la ley de acción y reacción, y sabemos que portándonos bien, dentro de las pruebas que tenemos que pasar, ellas adquieren sentido diferente, y que a través de nuestro dialogo a través de la oración, los guías, los mensajeros del

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cielo, pueden fortificar nuestros atribulados espíritus, haciendo nuestro yugo más leve.

Sabemos que nada sucede porque sí, que ni una sola hoja de un árbol de cae sin el permiso de Dios. Entonces comprendemos, que El lo sabe todo de nosotros, y que los errores y faltas cometidas tienen su justo castigo. Y que ese castigo está subordinado al arrepentimiento, contra más perseveremos en el mal, este más se acentúa y más se prolongan nuestros padeceres. Mientras que nuestro arrepentimiento, cuando es sincero y clama al cielo pidiendo ayuda, Dios nos envía la esperanza, que aunque sabemos que nuestro mal persiste hasta que reparemos los males cometidos, Dios nos ofrece esas oportunidades para que reparemos nuestros errores pues esa es la razón por la que en la tierra pasemos por las pruebas que pasamos y que no tienen en el presente explicación.

Siempre las leyes de Dios están para aclararnos el camino, para hacernos ver el error y nos dice también como debemos combatirlo, lo que muchas veces nos falta es la fuerza de voluntad para llevarlo a cabo, por eso es muy importante que cuando alguien se acerque a nosotros pidiéndonos esclarecimiento y ayuda para sus males, hemos de tratar de esclarecerlos, de ayudarles mostrándoles las leyes de Dios, diciéndoles que gracias a los que nos hacen sufrir, es que nos redimimos y nos elevamos sobre ellas, podremos ascender y dejar de sufrir, que este es el recurso que Dios nos da de Amor y Caridad, para que nos elevemos por encima de nuestros errores y culpas.

Orando el hombre, mejora su frecuencia vibratoria espiritual, higieniza la mente, expulsa los malos pensamientos y genera mayor cuota de luz interior.

Esto explica porque algunos santos se purifican exclusivamente de la oración, mientras otros solo pueden lograrlo por vía del sufrimiento. En ambos casos, la purificación es el fruto de la dinamización de las fuerzas espirituales, latentes en la intimidad del ser, aunque varié el proceso empleado. En el primero, es un procedimiento espontáneo catalizado por la oración, en el segundo es el resultado del ejercicio del dolor. El hombre se purifica también por el habito constante de los buenos pensamientos, pues estos mantienen en el campo vibratorio de su mente, un estado, espiritual tan benéfico, como el que se produce en los momentos sedativos de la oración.

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Cuando el hombre deja de orar y vigilar, el dolor se encarga de activar las reacciones morales necesarias para que más tarde se libere perentoriamente de la opresión del mundo animal.

Aunque la oración es una actitud de sublimación espiritual, no libra al hombre de las agresiones y hostilidades de los malhechores del mundo. Son innumerables las personas de vida santificada, que han sido sacrificadas, muertas, cuando oraban, fervorosamente. Pablo fue decapitado cuando oraba; los mártires del Cristianismo soportaron la masacre colectiva, ante las fieras, mientras se ínter ligaban por la fuerza emotiva de las oraciones y los cánticos excelsos de renuncia a la vida humana.

La oración como sublime expresión de catalizador angélico, no sirve pará obtener una cobertura. La claridad sublime que se forma alrededor del hombre durante el éxtasis de la oración, y la emoción de su espíritu invocando el Amor de Dios, no logran condensar los fluidos inferiores, para fines execrables. La oración es una vibración de energías excelsas para el servicio del Bien y del Amor.

Toda oración fervorosa recibe de lo Alto la respuesta benefactora, la sugestión segura y las energías psíquicas que sustentan al cuerpo carnal, es un detonador psíquico capaz de mover excelsas energías que duermen en la esencia del alma humana, es la ayuda más eficiente para mantener el equilibrio moral del espíritu, con la oración la persona confiada, serena y amorosa se religa a Dios.

No despreciemos los dones del cielo, utilicémosla con fe y oremos con fervor porque no nos quepa la menor duda de que la oración es un bálsamo reparador para las heridas.

MERCHITA