editado y producido por latin gremli n · cuando una figura emergió sobre el iluminado escenario...

39

Upload: others

Post on 21-Mar-2020

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

Capítulo 9

Ataque en el archivo

—¡James! —exclamó su mamá cuando se encontró con él frente al teatro del

campus—. Vaya, te ves tan guapo vistiendo tu uniforme. ¡Solo mírate!

—¡Mamá! —le siseó James, quitándose de encima la mano de Ginny mientras

ésta trataba de apelmazarle el cabello—. ¡Déjalo así! ¡Me estás avergonzando

delante de los Zombis!

—Oh, sí, tu nueva casa. Eso me recuerda, ¿has visto a Albus? —preguntó,

mirando alrededor de la multitud que concurría cerca de la entrada del teatro.

—Sólo tienes que buscar entre los que llevan uniforme de color gris oscuro y

corbata borgoña —respondió James—. Es probable que Albus los lleve sobre sus

hombros.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Pero dime, ¿cómo está progresando la tradicional selección? —preguntó

Denniston Dolohov, sonriendo y asintiendo orgullosamente a su hijo.

—Pregúntanos de nuevo mañana por la mañana —suspiró Ralph.

Zane mostró una sonrisa.

—Escuchad todos, lo están haciendo muy bien. No tan bien como yo, por

supuesto, pero eso es una medida muy alta para alcanzar.

—Mañana serán oficialmente Zombis. Esperen y verán.

James vio la mirada curiosa en los ojos de su madre y cambió de tema tan

rápido como pudo.

—De todos modos, ¿dónde están papá y el director Merlín?

—Ambos están arriba con Neville —suspiró Ginny mientras empujaban las

puertas del teatro, entrando al vestíbulo principal—. Está un poco nervioso,

después de todo. Le están dando algo de apoyo moral.

—¡Hola, Petra! —saludó Zane, ondeando una mano. James se dio la vuelta y vio

a la muchacha que venía entrando detrás de ellos, sonriendo calurosamente. Los

tres chicos se desviaron hacia ella.

—¿Dónde está Izzy? —preguntó Ralph, mirando alrededor.

—Esta noche se quedó con Molly y Lily. He oído decir que la asamblea podría

prolongarse bastante, así que Audrey cuidará de ellas en el apartamento del centro

de la ciudad.

—¿Cómo os estáis adaptando?

—Bien —contestó James—. Aquí es diferente, pero no tan diferente como para

que no tenga su propio extraño sentido.

—Tienen seis casas —dijo Ralph, meneando la cabeza—. Me parece una locura,

si quieres mi opinión. ¿Y qué hay de ti, Petra?

—Pasé la mayor parte del día solicitando empleo dentro del campus —Petra

suspiró fatigosamente—. Al fin y al cabo, no necesito mucho dinero. Incluso los

asistentes del personal docente reciben alojamiento y comida gratis, e incluso

pueden tomar clases a nivel de postgrado sin costo alguno. Izzy puede quedarse

aquí conmigo e ir a la escuela primaria del campus. Yo misma podría ir por mi

certificación TOAD y convertirme en profesora. Digo, si logro conseguir algo en

alguna parte.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¿Quién no te contrataría? —preguntó James a medida que los cuatro se abrían

paso al área de las butacas—. ¡Eres una genio, no importa cómo se mire! Vaya,

serían una panda de malditos zoquetes si no ven eso. —Se detuvo y se puso

colorado, temiendo repentinamente que pudiera estar exponiendo su punto de

vista con demasiado entusiasmo.

—Gracias, James —respondió Petra—. Ahí está la esperanza. Probablemente lo

sabremos al término de la semana. La verdad es que me siento bastante confiada.

El director abogó en mi favor ante algunos de los jefes de departamento.

—¿En serio? —preguntó James, con los ojos abiertos.

—Pareces sorprendido —dijo Petra, mirándole con cierto aire de duda burlona.

—Bueno —dijo James, mirando hacia otro lado—, no. Eh, por supuesto que no.

Quiero decir, Merlín, tiene un montón de influencia, ¿no?

Petra se encogió de hombros.

—Él es Merlinus Ambrosius.

Los cuatro se dirigieron a una fila cerca de la parte delantera, pasando

apretujados entre una bandada de chicas con suéteres color rosa pertenecientes a la

casa Duende, quienes miraron fija y atentamente hacia las lisas corbatas negras de

James y Ralph.

—Novatos —una de las muchachas masculló—. Deberían tener su propia

sección de butacas en la parte de atrás.

—Oh, aguarda —dijo otra de las chicas, levantando una mano hasta sus labios

con sorpresa fingida—, ¡claro que la tienen!

—Conocemos al profesor —dijo James en voz alta—. ¿Ese que va a dar el

discurso? ¿Aquél tipo? Sí, hemos venido con él.

—No me lo hubiera imaginado —replicó la primera muchacha—. Vuestro

acento no os delata para nada.

Ralph miró de soslayo a las muchachas mientras se sentaba.

—No tenemos acento —murmuró—. Son ustedes. Tontos estadounidenses.

—Chist —le acalló Petra, sonriendo—. No queremos hacer una escena

internacional.

—Allí está Lucy —dijo James, dándose la vuelta en su asiento—. Y Albus. Están

sentados con mamá, tío Percy y el señor Dolohov, unas filas más atrás.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Y bien, ¿cómo está saliendo todo ese asunto de Dolohov para ti, Ralph? —

preguntó Zane, dando un ligero empujón al chico más grande—. Veo que te has

quedado con el Deedle. ¿No te está causando algún tipo de aflicción?

Ralph se encogió de hombros.

—Me gusta Deedle. Quiero decir, sé que no suena tan imponente como

Dolohov, pero simplemente no puedo hacerlo. Es decir, ya conoces la historia de

esa familia. He pasado por un tiempo suficientemente difícil relegándolo al olvido

sin adoptar ese apellido.

—Sí —asintió con la cabeza Zane—. Me enteré de lo que sucedió contigo y Ted

el año pasado. Sin embargo, supongo que la mayor parte de él quiso desahogarse.

—Al final no lo hizo —agregó James, pensativo—, hay todo un océano entre él y

Ralph ahora. Y ya oí que a los hombres lobo no les agrada mucho el agua.

—No es un verdadero hombre lobo —dijo Ralph, negando con la cabeza—. Es

un metamorfomago con ciertas tendencias lobunas; pero aún, sí, no estoy tan

apenado en tener un océano entre nosotros.

Zane suspiró y se acomodó en su butaca.

—En cualquier caso, apuesto a que tratar de vivir con dos nombres es difícil. No

te envidio, Ralphinator. Oye, ¡eso te hace poseer tres nombres!

—Tú eres la única persona que me llama por ese nombre —dijo Ralph, mirando

al techo.

Junto a James, Petra permaneció en silencio. Ralph, James lo recordaba, no era la

única persona viva con dos nombres. Petra había cambiado de nombre a raíz de la

maléfica experiencia vivida en la granja de su abuelo, decidiendo llamarse a sí

misma, simplemente, Morgana. Ella no había insistido en que ninguno cambiara la

manera de referirse a ella, pero James tenía la sigilosa sensación que en su corazón,

la muchacha no podía deshacerse de su nuevo nombre más de lo que Ralph

pudiera deshacer el nombre Dolohov. James no sabía qué significaba todo aquello,

pero le preocupaba un poco.

Era casi como si Petra tuviese dos personalidades diferentes. Una era la Petra

que había conocido durante el último par de años, la chica feliz y estudiante

brillante. La otra, sin embargo, Morgana, la que había realizado cierta magia

inquietantemente poderosa sin la ayuda de ninguna varita y que muy bien podría

haber matado a alguien. James no pudo evitar preguntarse si, solo quizás, ambos

lados de la personalidad de Petra estaban en guerra entre sí. Más importante aún,

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

¿cuál lado, si lo había, estaba siendo más influenciado por aquella última pizca

hechizante del alma perdida de Voldemort? Y ¿cómo podría influir en la lucha

interna por la que Petra estaba atravesando?

Los intranquilos pensamientos de James fueron interrumpidos en ese punto

cuando una figura emergió sobre el iluminado escenario que tenían ante ellos. Las

luces del recinto disminuyeron en todo el interior y los asistentes se fueron

silenciando gradualmente.

—Damas y caballeros, estudiantes, personal docente y amigos que nos visitan

de la comunidad mágica —dijo el hombre, sonriendo. Era alto y delgado, con

lustroso pelo negro que enmarcaba su rostro rubicundo—. Bienvenidos. Mi

nombre es profesor John Sanuye, y soy el jefe del Departamento de Flora aquí en

Alma Aleron. Me complace anunciar que hemos conseguido a uno de los

principales expertos mundiales de la botánica mágica, un hombre cuya fama le

precede, incluso entre quienes no han leído su muy interesante tratado sobre los

mil y un usos de los helechos de pantano y musgos comunes. Por favor, recibamos

cordialmente para el debate de esta noche al señor Neville Longbottom.

Sanuye aplaudió y dibujó una sonrisa mientras Neville se levantaba de su

asiento en primera fila. Antes de subir por las escaleras hacia el podio, se giró y

sonrió tímidamente hacia la multitud. No era un gran teatro, pero James estaba

bastante sorprendido de ver que estaba lleno, con estudiantes hacinados en sillas

plegables en la parte posterior; e incluso había algunos de pie en la entrada. Todos

aplaudían, pero había muy pocas sonrisas en el recinto.

Neville subió las escaleras y extrajo un pequeño manojo de notas del bolsillo de

su túnica. Se aclaró la garganta y se asomó por encima del podio, sonriendo con

nerviosismo. James sintió la punzada de incomodidad por el profesor. Neville

claramente estaba aterrado de hablar ante una audiencia de tal magnitud.

—Ejem —dijo, aclarándose la garganta—. Gracias a todos por venir. Me siento,

eh, muy honrado y, francamente, sorprendido por la concurrencia. En el país de

donde vengo, la herbología no es un tema que demande tan, eh, entusiastas

adeptos.

Un murmullo de carcajadas repercutió sobre la sala, tomando a Neville por

sorpresa. Parpadeó y sonrió antes de continuar.

—He, ehh, venido esta noche preparado para hablar sobre algunas de las vías

más recientes de la investigación de la botánica mágica, que están, eh, aumentando

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

nuestro conocimiento sobre estudios como la elaboración de pociones, la medicina,

la creación de varitas, e incluso la filosofía y la ética mágica.

Neville creció en confianza a medida que hablaba y James se encontró creciendo

rápidamente en su aburrimiento. Por mucho que le gustara el profesor

Longbottom, siempre encontraba sus clases extremada y casi dolorosamente

tediosas. El discurso de esta noche no era diferente, excepto por el hecho de que

James no tuvo necesidad de prestar atención por el bien de su calificación. Sus

pensamientos empezaron a divagar, al igual que su mirada. El resto de la

audiencia observaba a Neville con diversos grados de interés atento, aburrimiento

cortés, y, en algunos casos, concentración con el seño fruncido. En la primera fila,

James se sorprendió al ver a su padre recostándose a un lado y susurrándole a un

hombre que James no conocía. El hombre sonría mientras Harry le susurraba, y

luego se echó a reír silenciosamente, con sus ojos parpadeando. Curiosamente, los

dos parecían estar muy familiarizados, como si fueran viejos amigos que hace

tiempo no se veían. James se hizo una nota mental para preguntarle a su padre

sobre aquél hombre más tarde.

Finalmente, Neville produjo una serie de fotografías, que temporalmente amplió

utilizando encantamientos Engorgio. Las fotografías eran mágicas, por supuesto,

pero como eran en su mayoría de plantas, éstas no se movían. La única llamativa

era la de un árbol extraño con largas ramas que parecían tentáculos que tenían en

los extremos mandíbulas mordedoras, y lucían como grandes Atrapamoscas

Venus. El árbol, al que Neville se refería como Vivoquidno Colmilludo Marroquí,

se retorcía y chasqueaba sus muchas mandíbulas en la foto, inspirando gritos de

asombro de algunos de los observadores en las primeras filas. Cerca del final de la

alocución, Neville sacó una pequeña planta de sus pertenencias, retirándola de su

túnica como una gran serpiente verde. La enrollada raíz era diminuta, casi del

tamaño de una nuez, apresada en una pulcra cucharada de tierra. Neville colocó la

planta en el extremo del estrado, donde lentamente se enderezó y estiró hacia las

luces que estaban sobre ellos.

—Este, damas y caballeros, es mi mayor logro —profirió Neville

orgullosamente—. El mítico y elusivo árbol Bambulero. Según la leyenda, es capaz

de adoptar la apariencia e incluso las características alquímicas de prácticamente

cualquier planta a la que es expuesto, camuflándose para evitar ser arrancado.

Permítanme ilustrarlo.

Neville utilizó su varita para hacer levitar una de sus tantas fotos, y luego le dio

un golpecito, para ampliarla.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—El Lazo del Diablo —dijo, señalando hacia la foto. Hubo un ligero roce sobre

el podio mientras el bambulero se transformaba. Sus raíces se extendieron y se

tornaron gruesas y oscuras, mientras sus hojas se multiplicaban y unas cuantas se

convertían en vides serpentinas. Por momentos, el bambulero se había

transfigurado en la forma inconfundible de un pequeño lazo del diablo, muy

parecido al de la fotografía ampliada. La multitud murmuraba con interés.

—La spynacea —dijo Neville con orgullo, agitando su varita de nuevo y

sacando otra fotografía, esta vez mostrando una planta alta, delgada, con

estampadas hojas rojizas. El bambulero cambió de nuevo. Sus viñas se enroscaron

en bolas y luego le brotaron hojas, replicando perfectamente a las que se mostraba

en la foto.

—Larcenous ligulous —sonrió Neville, cambiando la foto una vez más. Ahora, el

bambulero se aplanó y desplegó, cubriendo la parte superior del estrado con

rizadas enredaderas verdes. La multitud murmuraba y se removía por toda la sala.

—Y no olvidemos —dijo Neville, quitándose un anillo de su dedo y

levantándolo en el aire a la luz— la característica más notable del bambulero: su

capacidad para emular las tendencias características y la mágica apariencia de

cualquier planta escogida. Esto, más que nada, es lo que hace que sea tan

potencialmente invaluable para el mundo mágico.

El bambulero percibió el brillo del anillo que Neville sostenía en lo alto.

Lentamente, alzó un trío de enredaderas, que se elevaron hacia el anillo, como si

estuviese olisqueándolo. Se enroscaron vorazmente alrededor de él husmeando en

la mano de Neville, justo como la planta larcenous ligulous lo haría. El público rió y

aplaudió suavemente.

—Si tuviera que cortar una muestra de raíz del bambulero en su estado actual y

someterla a cualquier laboratorio de herbología, necesitaría muchas más pruebas

para demostrar que, en realidad, no se trataba de una auténtica larcenous ligulous.

Si somos capaces de cultivar y propagar con éxito el bambulero, éste puede

mejorar significativamente la disponibilidad de algunos de los más raros y más

esenciales recursos botánicos del mundo mágico, e incluso nos permite recrear

muchos de los que han dejado de existir por completo.

La multitud respondió de nuevo, dirigida por el muy entusiasta aplauso del

profesor Sanuye en la primera fila. Harry aplaudió y silbó muy fuerte. El hombre

junto a él se le unió, poniendo las manos en la boca a modo de bocina.

—¡Vamos, Neville! —gritó, expulsando ánimo.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Y de esa misma manera concluye mi presentación —dijo Neville, sonriendo

con evidente alivio. Sacudió su varita, una vez más, reduciendo las fotos de nuevo

a su tamaño normal y agarrándolas mientras éstas caían del aire. En el estrado, el

árbol bambulero comenzó a volver lentamente a su estado original—. El profesor

Sanuye ha sugerido que daremos la palabra a comentarios o preguntas que tenga

la audiencia, y estoy feliz de hacerlo. Entonces, ¿alguien tiene alguna pregunta que

le gustaría hacer?

James miró a su alrededor, sorprendido de ver una serie de manos que se

habían levantado rápidamente por todos lados. Neville se mostraba sorprendido

también. Parpadeó y dio medio paso atrás desde el podio. Con un encogimiento de

hombros y una sonrisa, señaló hacia una mano de la primera fila.

—Usted entonces. Hable alto para que todos podamos escuchar.

—Saludos, profesor —dijo una de los estudiantes Duende, poniéndose de pie y

sonriendo—. Gracias por ofrecernos esta charla. Mi pregunta tiene que ver más con

la historia que con la herbología, si me permite hacerla.

Neville parpadeó otra vez. James miró a la estudiante Duende. Era mayor, muy

posiblemente una de las estudiantes universitarias. Intercambiaba abiertamente la

mirada con Neville, sin dejar de sonreír, y James no podía evitar pensar que le

resultaba una expresión incómodamente familiar. Era, de hecho, el mismo tipo de

expresión que Tabitha Corsica había usado tantas veces cuando estaba a punto de

decir algo exasperantemente confrontador.

—La historia no es realmente mi área de conocimiento —dijo Neville

lentamente, pero la chica tomó la palabra antes de que él pudiera continuar.

—Reconozco que la herbología es su pasión, lo que significa que obviamente

tiene un gran amor por todas las cosas que crecen. Me pregunto si ese amor se

extiende al reino animal también. Entiendo que usted tiene el hábito de decapitar

serpientes. ¿Le importaría explicárnoslo detalladamente?

Hubo una especie de silbido colectivo, y luego risas burlonas recorrieron la

audiencia. James miró a su alrededor con repentino enojo y consternación, y

devolvió su mirada al podio. La cara de Neville había enrojecido, pero su boca se

había tensado en una línea dura.

—Siguiente pregunta —emitió rotundamente, levantando su mirada sobre la

multitud. Las manos se alzaron al aire de nuevo.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Sí, profesor —preguntó otro estudiante desde la parte trasera. James se dio

vuelta y notó que era un miembro de la casa Igor, vistiendo la característica corbata

verde ácido. Su rostro era redondeado y lucía azulado ante la luz de la lámpara

cercana a las puertas—. Lo siento. En realidad, mi pregunta tampoco está

relacionada con la flora. ¿Sabía usted que cuando se congregaron sus compañeros

de clase en contra de los revolucionarios de su época, usted se estaba poniendo del

lado del régimen totalitario existente o estaba siendo simplemente engañado por la

propaganda de aquellos días pensando que estaba en el lado del bien?

Neville abrió la boca conmovido mientras la multitud balbuceaba ruidosamente,

asintiendo y gritando para que respondiera. James volvió a mirar alrededor,

intercambiando miradas con Zane y Ralph. Era otra vez como aquel primer debate

general de Hogwarts, sólo que peor, porque todo el público parecía estar del

mismo lado. Ahora James entendió por qué había acudido tanta gente a la

conferencia. Neville, después de todo, era casi tan famoso como Harry Potter, y no

justamente por sus libros de texto sobre herbología.

—Temí que una cosa así ocurriría —dijo Zane, inclinándose hacia James—.

Como te dije, tipos como los del Elemento Progresivo aquí están por todas partes.

Incluso hay algunos en el cuerpo docente.

Ralph miró a su alrededor con inquietud.

—¿Los profesores no pondrán poner fin a esto?

—En realidad, así no es cómo las cosas funcionan por estos lados —contestó

Zane—. Esperan que Neville responda a las preguntas, no importa cómo. No me

sorprendería si esto no fuera parte de las razones por las cuales se le haya pedido

que diera el discurso.

—Si eso es cierto, es horroroso —interpuso Petra con sutil convicción.

En el podio, Neville permanecía estoicamente, con su frente baja. Ya no parecía

nervioso. Parecía, en todo caso, calladamente enojado. Recogió el bambulero

nuevamente y lo depositó cuidadosamente en un bolsillo de su túnica.

—¿Hay alguna pregunta relacionada con el tema que me invitaron aquí a

exponer? —preguntó en voz alta, haciendo caso omiso al balbuceo de la audiencia.

—Responda la pregunta —una voz gritó detrás de James. Otros se le unieron

convirtiendo la frase en un cántico.

Neville miró hacia abajo, hacia la primera fila. James se inclinó hacia delante y

vio a su padre asintiendo ligeramente hacia Neville. Para sorpresa de James, Harry

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

Potter parecía estar sonriendo con algo como fatigada resignación. A la izquierda

de Harry, la expresión de Merlín era calmada e inescrutable, con los brazos

cruzados casi perezosamente sobre el pecho. El profesor Sanuye se encogió de

hombros hacia Neville y sacudió la cabeza con pesar. No parecía agradarle lo que

estaba pasando, pero tampoco parecía estar dispuesto a poner fin a esa situación.

—Parece que ustedes están sufriendo algunas de las más desafortunadas

equivocaciones de la historia —dijo Neville finalmente, sosteniendo su varita en la

garganta y amplificando su voz. La ruidosa multitud se calmó, pero no del todo.

Neville continuó, bajando la varita de nuevo—. Ahora, si insisten en hacer

preguntas no relacionadas con mi tema de especialización, que en apariencia

tendré que responder, no sea que los deje con la impresión que no soy capaz de

hacerlo. Pero hagan sus preguntas con respeto, y no aprovechen la oportunidad

sólo para citar la propaganda popular para la diversión de sus compañeros. ¿Hay

alguien dispuesto a cumplir estas disposiciones?

Menos manos se levantaron ahora. Neville frunció el ceño y asintió a un

estudiante, cerca de James, que se levantó.

—Profesor —dijo el joven, y James vio que era un estudiante de nivel

universitario y miembro de la casa Vampiro—, como erudito, seguro estaría de

acuerdo que su trabajo con la flora está destinado al beneficio de toda la

humanidad. ¿No es cierto?

Neville entrecerró un poco los ojos.

—Vivo con la esperanza de que se trata de tal caso, joven.

—Entonces, señor, ¿por qué usted y otros como usted insisten en acaparar sus

descubrimientos para la comunidad mágica, negándose, incluso, a considerar

compartirlo con el mundo muggle?

La multitud estalló otra vez, gritando con desprecio, muchos elevándose con sus

pies.

—¡Las preguntas… son… permitidas! —una voz gritó desde la primera fila, y

James se sintió aliviado al ver que era el profesor Sanuye con sus ojos oscuros y

severos. Casi al instante la multitud se calmó de nuevo y el profesor continuó con

una voz medida.

—Pero no la falta de respeto. Ustedes han escuchado los términos de nuestro

estimado invitado y son bastante razonables. Es política de la escuela dar la

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

bienvenida a la disertación, pero no a la discordia. Permitan que el profesor

Longbottom responda sus preguntas, o no las hagan. ¿Entendido?

La multitud murmuraba, obviamente alterada, pero dominada por el momento.

En el escenario, Neville se aclaró la garganta nuevamente.

—Una buena pregunta, amigo mío —profirió lentamente, levantando las cejas—

. Es una pregunta que cualquier bruja o mago deberían estar pensando para ellos

mismos. La respuesta, sin embargo, es igualmente importante. Por supuesto,

nosotros en la comunidad mágica podríamos ofrecer muchos avances y

medicamentos al mundo muggle. El hecho del asunto es que lo hacemos, incluso

ahora. Su propio rector ha tendido una mano en la innovadora Ley de Intercambio

de Conocimientos Mágicos, que permite de forma inerte que descubrimientos

mágicos que salven vidas sean compartidos con el mundo muggle, secretamente,

pero con eficacia. Hay organizaciones de caridad y coaliciones a las que se ha

concedido un privilegio especial para actuar secretamente en el mundo muggle,

realizando actos de intervención mágica en situaciones que lo merezcan. Sospecho

que ustedes están enterados de estas cosas, a pesar de eso, sólo puedo suponer que

lo que realmente quiere preguntar es lo siguiente: ¿Por qué no simplemente tirar

las puertas del mundo mágico abriéndolas a la comunidad muggle, revelándonos

plena y completamente? ¿Es así?

El muchacho arrastró un poco sus pies y miró a su alrededor al resto de la

audiencia.

—Mmm, sí, creo que eso es exactamente correcto. Los prejuicios de las políticas

del gobierno mágico contra el mundo muggle deben ser derrocados. La total

divulgación es la única opción que dará lugar a una verdadera libertad para toda

la humanidad…

—Sí, sí —asintió Neville—. He visto los carteles también. Supongamos que

hacemos exactamente lo que nos propone. El mundo mágico sale de su escondite y

se revela por completo al muggle. ¿Qué espera usted que va a pasar?

—Bueno —murmuró el joven, mirando a su alrededor otra vez, al parecer

deseando que alguien más viniera en su ayuda. El resto del público sólo observaba

con brillantes ojos de interés—. Bueno, entonces habría igualdad. Podríamos

ayudar a los muggles. Podríamos compartir todo lo que sabemos con ellos, y

ayudarles de muchas formas. Quiero decir, somos brujas y magos. Tenemos la

magia de nuestro lado.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¡Ahh! —soltó Neville, inclinándose hacia delante del podio—. Les podríamos

ayudar en efecto. Pero ¿qué pasa si ellos no desean ser asistidos? ¿Qué pasa si

algunos miembros de la comunidad mágica desean involucrarse en los asuntos

muggle tales como negocios, medicina, incluso gobierno, y no quieran los

muggles?

—¡Entonces les ayudaríamos a entender que sólo queremos socorrerlos! —

respondió el estudiante, reanimándose—. Ellos no sabrían qué es lo mejor para

ellos, después de todo.

Neville asintió.

—Entonces ¿le ayudaríamos en contra de su voluntad?

—Si tuviéramos que hacerlo —respondió el joven, levantando la barbilla.

—Así es —estuvo de acuerdo Neville—. Muchos harían exactamente eso.

Algunas brujas y magos se inculcarían en la clase dominante muggle, todo bajo el

pretexto de ayudarlos. Algunos de nosotros, no usted, por supuesto, amigo mío,

pero algunos estarían felices de recurrir a la fuerza. Ellos harían uso de cualquier

ayuda mágica, incluso la maldición imperius. Otros, sin embargo, serían menos…

escrupulosos. Lo crean o no, amigos míos, hay magos y brujas entre nosotros que

realmente podrían desear gobernar a los muggles solamente por el bien del poder.

Estas personas se mantienen bajo control ahora por la existencia de las leyes

internacionales de secretismo. Pero, ¿qué haríamos con estas brujas y magos si esas

leyes son abolidas? ¿Queremos proteger a los muggles de ellos? ¿Cómo? ¿Qué

evitará que brujas y magos malvados utilicen todos los medios que desean para

alcanzar el poder sobre los muggles?

El joven parecía saber que estaba perdiendo la autoridad moral. Arrastró los

pies una vez más y se negó a mirar directamente a Neville.

—Eso es alarmismo. Eso es lo que ustedes siempre hacen.

—Asustar a la gente con amenazas ficticias es alarmismo —aseguró Neville

amablemente—. Advertir sobre las amenazas que son reales, amenazas que la

historia nos enseña que son casi una certeza en las condiciones adecuadas, es un

acto de bondad y compasión. La historia de la interacción mago-muggle está llena

de conflictos. Las dos partes son igualmente culpables, es cierto, pero la realidad

sigue siendo la misma. Nos mantenemos ocultos, simplemente, porque el bien que

podría venir de nuestra incorporación al mundo muggle es decididamente menor

que el mal que inevitablemente daría lugar. En un mundo perfecto, amigo mío, sus

teorías serían muy honorables. Por desgracia, esto no es un mundo perfecto.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¡Excusas y mentiras! —gritó de repente el estudiante, y la multitud se removió

a su alrededor, murmurando en acuerdo.

—Usted odia a los muggles, por eso desea mantenerlos ignorantes de nosotros,

y de todo lo que podríamos hacer por ellos. No hay tales brujas y magos altamente

malignos empeñados en dominar el mundo. Eso es una mentira que su gente ha

creado para mantener al resto del mundo mágico a raya. Los muggles nos darían la

bienvenida, y lo sabe. Y, aunque no lo hicieran… —El joven vaciló de pronto,

dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir.

Neville no se inmutó, pero miró al hombre solemnemente, tomando el podio

ante él.

—Aunque no lo hicieran… —dijo, terminando el pensamiento del estudiante—,

tendríamos la magia de nuestro lado ¿correcto?

El joven se sentó de repente y la multitud parloteó nuevamente, creciendo en

ruido e intensidad. El profesor Sanuye subió al escenario y se trasladó junto a

Neville.

—Con esto concluiremos la conferencia de esta noche —declaró severamente—.

Los estudiantes, por favor, vuelvan a sus dormitorios, gracias. Es bastante tarde, y

por lo menos algunos de ustedes tienen clase conmigo mañana. Estará mal vista

cualquier ausencia debido a que permanecieron despiertos tan tarde esta noche.

Buenas noches y gracias por venir.

En ese momento Sanuye giró hacia Neville, estrechándole la mano. Los dos

hablaron acercando sus cabezas.

—Qué montón de excremento de escreguto —murmuró con ira una chica detrás

de James.

—Pero, ¿qué esperabas?

—Vamos —suspiró Zane, moviendo la cabeza—. Cuanto antes salgamos de

aquí, mejor. Vamos a tomar un refresco a Cometa y Llave.

James siguió a Zane y a Ralph fuera del concurrido teatro, mirando hacia el

escenario. Su padre estaba en el frente, junto a Merlín y Denniston Dolohov, que

estaban riendo animadamente. Ninguno parecía estar en lo más mínimo

perturbado por los acontecimientos de la noche y James podía adivinar por qué. La

mayoría de ellos había estado tratando con los alegatos del Elemento Progresivo

durante años, tanto en forma sutil, a través de artículos en el diario El Profeta, y

abiertamente, como la demostración que había ocurrido en Hogwarts durante su

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

primer año. Ellos se habían vuelto insensibles a tales asuntos. Pero James no había

conseguido esa insensibilidad por lo que se sentía decididamente enojado y

trastornado.

Cuando los tres llegaron a las puertas del teatro y salieron al aire nocturno,

James miró alrededor para ver si Petra estaba planeando unírseles para tomar un

refresco en la taberna del campus. Sin embargo, la chica no estaba a la vista en

medio de la multitud que se iba dispersando. James se quedó allí por un momento,

en busca de ella sin ningún éxito, y luego se volvió y corrió a alcanzar a sus

amigos.

Los sueños de James fueron interrumpidos algunas horas más tarde por el

fuerte golpeteo de la puerta de su dormitorio. Se sobresaltó y casi se cayó de la

estrecha cama. De más allá de la puerta vino un leve sonido chirriante, como de

bisagras desgastadas.

—Aquel mono de latón realmente me da escalofrío —masculló Ralph,

cubriéndose la cabeza con la almohada—. ¿Esa es su voz?

—Creo que el mecanismo del reloj es demasiado viejo para que haga una voz —

bostezó James—. Sólo chirría la mandíbula. Esa debe ser nuestra llamada para

despertarnos a las cuatro de la mañana.

Ralph balanceó sus pies fuera de la cama.

—Nunca pensé que diría esto, pero echo de menos mi viejo reloj despertador

digital.

Cinco minutos más tarde los chicos se escabulleron por la puerta principal del

dormitorio común, cerrándola silenciosamente detrás de ellos. La noche era fresca

y calmada, todo a su alrededor mojado por el rocío. Las fuentes habían dejado de

funcionar por la noche, e incluso las gárgolas de la pileta parecían estar dormidas.

Ralph llevaba su bolsa de lona al hombro, llena con la bandera de la casa Zombi.

—¿Crees que tendrán guardias en el campus? —susurró cuando comenzaron a

escabullirse a través de la oscuridad.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Más vale prevenir que lamentar —respondió James—. Pégate a los árboles. La

luz de la luna es demasiado brillante para que crucemos por los jardines

principales.

Ralph resopló mientras corrían.

—Esto hubiera sido mucho más fácil si tuviéramos la capa invisible.

—Esperemos que esta sea la única vez en este año que la necesitemos. Todo va a

estar bien. Sólo mantén el ritmo.

En el momento en que llegaron a las sombras de la Residencia de

Administración, las zapatillas de James estaban empapadas por el rocío y los dos

muchachos jadeaban. Se apoyaron en los fríos ladrillos y tomaron aire antes de

deslizarse entre los arbustos y rodear la parte trasera del edificio.

—Muy bien —susurró James, escondiéndose en la sombra de un alto arbusto—.

Esto debería ser sencillo. Voy a subir a cambiar las banderas. Quédate aquí y

mantente atento con tu varita. Si me caigo, tú y tu varita sabréis qué hacer,

¿verdad?

—Levitarte —asintió Ralph—. ¿Quieres que vea si puedo levitarte hasta esa

altura?

James sacudió la cabeza.

—Demasiado obvio. Si subo, estaré en la oscuridad, por lo que hay menos

posibilidades de ser atrapado. La luna de esta noche es como un reflector. Sólo

estate preparado.

—Termina con esto —dijo Ralph sinceramente, deslizándose la bolsa de lona de

su hombro y ofreciéndosela a James—. Tengo un nudo en el estómago. Tal vez

deberíamos haber ido a la casa Igor, después de todo.

James negó con la cabeza.

—No hay vuelta atrás ahora, Ralph. No te preocupes, todo esto habrá terminado

en unos pocos minutos.

Ralph asintió con la cabeza, no convencido pero comprometido. James se puso

al hombro la bolsa y luego se volvió hacia el edificio. Una serie de escaleras y

balcones estrechos de hierro estaban aferrados a la parte trasera de la Residencia

de Administración, extendiéndose por todo el camino hasta el techo. James trepó

hasta el primer nivel lo más silenciosamente que pudo. En poco tiempo el campus

quedó debajo de él, extendiéndose tan ampliamente que podía ver el muro de

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

piedra que lo rodeaba. Más allá de la pared la ciudad de Filadelfia brillaba con sus

luces, y James tuvo tiempo de preguntarse qué año era el que actualmente

ocupaban. Después de sólo unos pocos minutos, llegó al nivel más alto de la

escalera de incendios. Miró hacia el campanario que se alzaba ante él. Parecía

mucho más grande de cerca, con cada una de las cuatro campanas de

aproximadamente el tamaño de la cabeza de un gigante, pero mucho menos

abultada. En todo el interior del campanario anidaban docenas de palomas,

dormitando en medio de sucios nidos. James dio la vuelta y se inclinó sobre la

baranda. Muy por debajo, Ralph lo miraba, su rostro era un punto blanco en la

oscuridad. James hizo un gesto con poco entusiasmo, y luego giró y trepó en el

ángulo del techo, para llegar a la barandilla de madera del campanario.

El interior de la torre apestaba a excremento de paloma y moho. Una pasarela

estrecha de madera se situaba alrededor del perímetro de la torre, con vista a la

vertiginosamente profunda garganta de la misma. James contuvo la respiración y

miró a su alrededor. Al otro lado del campanario había una desvencijada escalera

de caracol que conducía a las vigas. James se dirigió hacia allí, tratando de ignorar

el chirrido y el crujido de las tablas bajo sus pies. Cuando empezó a subir la

estrecha escalera, girando sobre su poste central, una oleada de vértigo lo alcanzó.

La bolsa de lona la sentía muy pesada e incómoda en su espalda cuando se agarró

de la barandilla. Cerró los ojos hasta que la sensación pasara, y luego siguió

adelante con cuidado.

James descubrió una trampilla de fácil apertura en la parte superior de la

escalera y trepó con cautela sobre el estrecho piso del campanario. Se quedó allí un

momento, recuperando el aliento y afirmándose, con miedo a mirar hacia arriba,

un sutil ruido punzó en su oreja. Lentamente se irguió y levantó la cabeza. El techo

con vigas de la torre del reloj era negro y tenía murciélagos. Estos se movían y

chillaban débilmente, mirando a James.

Sus ojos se agrandaron y pronunció un ahogado chillido, consiguiendo que sus

pies, por debajo, se agacharan en el suelo. Miró alrededor y vio la escalera en el

lado derecho del campanario. Estaba hecha de una antigua madera pintada y se

sujetaba a la parte exterior de la torre pasando la baranda baja. Forcejeando, James

se acercó a ella. Más allá de la barandilla, el viento cambió de repente aullando en

un desagüe cercano. James se estremeció. Por último se apoyó en la barandilla y se

extendió sobre ella, agarrando la escalera. Con cuidado y tan silenciosamente como

pudo, se tiró por la barandilla y se aferró a la escalera, que crujió ominosamente.

Probablemente había sido fortificada por arte de magia, al igual que casi todas las

antiguas estructuras mágicas. Sin embargo la cornisa del techo, unos veinte pies

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

por debajo, parecía horriblemente estrecha y la caída más allá perfectamente

horrorosa. James intentó no mirar. Apretó los dientes y comenzó a subir.

Afortunadamente había una trampilla más por encima de la escalera, que

conducía a un pasillo muy estrecho alrededor del techo cónico del campanario.

James se arrastró por él y se apoyó contra el ángulo de la estrecha bóveda,

respirando con dificultad. Con el pie le dio una patada a la trampilla cerrada,

deseando no caer a través de ella por accidente. Por encima, la vieja gran bandera

estadounidense, la vieja Betsy, se agitaba con la brisa. Por último, James se abrió

parcialmente camino alrededor del cono del techo, se arrodilló a su sombra en la

pasarela de madera y se descolgó la bolsa de lona del hombro. Empezó a sacar la

bandera de la casa Zombi, cuidando de no dejar que el viento la capturara y se la

llevara.

De pronto, sorprendentemente, James oyó un arrastrar de pasos. Estaban muy

cerca, pero poco definidos, perdidos en las prisas del viento. James se quedó

inmóvil, sus ojos continuaban atentos.

Zane había dicho que la administración de la escuela estaba a la caza de

alumnos comprometidos en la aventura de cambiar la bandera. ¿Lo habrían visto?

¿Estaban subiendo hasta atraparlo en el acto? No había absolutamente ningún

lugar para ocultarse. James miró a su alrededor, pero ya no podía ver la trampilla

en la silueta del techo. Se agachó hacia atrás contra las tejas viejas, tratando de

fundirse con las sombras como mejor pudo.

El arrastre de pasos volvió, sigiloso y tranquilo. Alguien se estaba escondiendo

de él al parecer, tratando de atraparlo por sorpresa. Con un suspiro, James decidió

que no había más remedio que entregarse. Dejó caer la bandera Zombi en un bulto

en la parte superior de la bolsa de lona, se levantó y se encontró mirando el rostro

pálido y sorprendido de su propio hermano.

—¡James! —llamó Albus en tono áspero, y James se dio cuenta de que su

hermano tenía su varita en la mano—. ¿Qué estás haciendo aquí?

James miró a su hermano de arriba a abajo e hizo una rápida deducción en su

cabeza. Suspiró.

—Lo mismo que tú, al parecer. ¿Dónde está la bandera Hombre-lobo?

—A mi espalda —dijo Albus, ahogando una risa—. ¿Es eso...? —preguntó,

apuntando con su varita a la bola de tela junto a los pies de James.

James asintió con la cabeza.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Tienes que cambiar las banderas —dijo James—. Lo mismo que yo. ¿Lo

sabías?

—¡De ninguna manera! —respondió Albus en un susurro ronco—. Altaire dijo

que nadie más lo iba a hacer este año porque el clima estaba muy tenso con la

administración. ¿Y ahora qué hacemos?

James no escuchó la última pregunta de su hermano. Otro sonido de arrastre de

pasos llegó detrás de él y una sombra se levantó a la vista. James vio una varita

levantada en una mano oscura que apuntaba a Albus por detrás.

—¡Al! —gritó James, luchando por sacar su propia varita—. ¡Detrás de ti!

Albus se volvió, pero no antes que la figura atacara.

—¡Petrificus totalus! —Una voz femenina gritó, y un rayo de magia abrasó de la

varita alzada. Pasó por encima del hombro de Albus y golpeó de lleno en el pecho

de James. Éste se puso inmediatamente rígido, congelado en su lugar, y comenzó a

tambalearse hacia atrás.

La figura encendió su varita de nuevo y la bandera Zombi a los pies de James se

levantó como una tela de serpiente. Se enrolló alrededor de la cintura de James y se

anudó, dejando un largo tramo detrás de él.

—Agarra eso, novato —dijo la voz femenina enérgicamente.

Albus se revolvió y arrebató la larga bandera que se arrastraba desde la cintura

de James. Un segundo después la tela se tensó, enganchando a James mientras él se

caía de espaldas en la vieja barandilla, rompiéndola.

—Uff —gruñó Albus, cambiando su postura y envolviendo la larga bandera con

sus puños—. Eres pesado, ¿lo sabías, James? Necesitas dejar de comer un poco los

cucuruchos de cucarachas.

—¿Este es tu hermano? —preguntó la figura, y James ahora vio que era la chica

morena de la casa de los hombres lobo, quien le había ordenado hacer flexiones a

Albus el día anterior.

—¡Sí, señora! —respondió Albus inmediatamente.

La muchacha sonrió estrechamente a James.

—Lección número doce del manual hombre-lobo, novato. Déjame oírla.

—¡El que golpea primero golpea mejor! —anunció Albus, aún luchando por

sostener la larga bandera. James se echó hacia atrás sobre sus talones, congelado

como una estatua, pero terriblemente consciente de la precariedad de su posición.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

Debajo de él estaba sólo el espacio oscuro, lleno de viento y el silencio de los

castaños en el jardín de la mansión.

—Esa es la lección número seis —regañó la muchacha—. Pero sigue siendo

apropiada, así que lo voy a dejar pasar esta vez. La número doce es, ¡todo vale en

el amor y la guerra...!

—¡Y no hay nada que no sea amor o guerra! —Albus terminó con confianza.

—Buen trabajo, novato —la chica asintió con la cabeza—. Un momento mientras

yo alzo la bandera de la casa Hombre-lobo.

El corazón de James golpeó al ver a la chica sacar la bandera de una mochila

camuflada. La bandera estaba doblada en una pulcra forma de triángulo y se

desplegó con un toque de su varita. Un momento después ella utilizó su varita

para maniobrar las poleas del asta de la bandera, que sobresalía desde el cono del

techo. Con una practicada habilidad cambió las banderas, dobló la vieja Betsy con

reverencia, y la puso a recaudo en su mochila.

—Operación «captura de la bandera» completada, novato —dijo,

enderezándose—. Lo que sólo nos queda es qué hacer con nuestro prisionero de

guerra. Tenemos que asumir que no está solo, pero Raphael probablemente ya ha

asegurado a cualquier hostil en el campo. No se puede dejar a éste aquí para

sustituir las banderas de nuevo una vez que nos larguemos, lo que nos deja sólo

una opción. Lección número tres del manual de hombre lobo, novato.

—¡Neutralizar cualquier posible amenaza! —citó Albus inmediatamente. Detrás

de él, la chica anudó el extremo de la larga bandera Zombi en torno a una longitud

de tubo de drenaje de cobre. Ella sonrió sombríamente.

—Haga los honores, novato —pidió—. Demuestre el valor de un Hombre-lobo.

Albus miró por encima de su hombro a la chica, y luego se volvió a James, su

rostro mostraba vagamente un aire de disculpa, pero sólo vagamente. Sonrió

torcidamente.

—Lo siento, James —dijo—. Una lección en el manual de hombre lobo: Un

Hombre-lobo tiene que hacer lo que un Hombre-lobo tiene que hacer.

James intentó sacudir la cabeza, pero el hechizo aún lo mantenía perfectamente

paralizado. Albus soltó la bandera y James inmediatamente cayó hacia atrás, rígido

sobre el borde de la calzada en la azotea. Cayó por un nauseabundo segundo, y

luego se detuvo, atrapado por la bandera anudada a la cintura. Un ruido de

explosión lo rodeó bruscamente mientras el impacto de su caída sorprendía a los

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

murciélagos en el campanario de la torre. Chirriaban y se arremolinaban en el aire,

azotando todo a su alrededor. Un momento después el ruido de la salida de los

murciélagos se extinguió a lo lejos y James se balanceó juguetonamente, girando en

forma vertiginosa sobre el final de su inusual correa. Uno de los murciélagos se

posó sobre su cabeza, chillando amablemente.

Cerca de allí, oyó las pisadas desvaneciéndose por la escalera, así como el

irritante sonido de risas reprimidas y satisfechas.

—Vosotros dos —llamó Warrington tras una larga exhalación—, parece que

básicamente habéis comprendido mal cómo todo el asunto del desafío del cambio

de banderas se suponía que tenía que salir.

James se desplomó en la silla desvencijada en el desván de la oficina de la casa

de Hermes. Junto a él, Ralph suspiró y miró fijamente a la alfombra amarilla

manchada. Warrington se inclinó sobre el viejo escritorio tambaleante, cuyas

cuatro patas parecían tener fajos de papel bajo ellas.

La oficina de la casa Zombi era pequeña y repleta de estanterías a pesar de su

notable falta de libros. Los estantes estaban, en cambio, cargados con inusuales

baratijas, bobadas, pilas de correo sin abrir, herramientas, divertidas formas de

proyectos de arte de papel maché, un cráneo ocasional, desgastadas gafas de sol y

narices de plástico. La puerta de madera estaba cubierta con una foto casi a tamaño

natural de Theodore Hirshall Jackson en una severa postura, moviendo un largo

dedo hacia el espectador, con su oscura frente fruncida. Letras hechas con papel

estaban clavadas con tachuelas sobre la parte superior del cartel, deletreando las

palabras «¡QUIERO QUE ME DES UN ABRAZO Y UNA GALLETITA!».

Warrington se paró e iba y venía por un estrecho y deteriorado sendero entre los

restos de la habitación, pasando entre el escritorio y la única ventana redonda.

—El punto, como veréis —prosiguió con voz tensa y punzando con un dedo de

la mano derecha en la palma izquierda—, es no hacer que la casa Zombi parezca

como un puñado de ineptos bobos. Cualquier cosa fuera de eso es, francamente,

¡totalmente fácil!

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

Warrington golpeó una muñeca inflable hecha para parecerse más bien a un

horrible payaso. Se balanceaba sobre su pesada base y volvía atrás, chillando.

—Eran Hombres-lobos —se quejó Ralph débilmente—. Apenas los vi antes de

que cayeran sobre mí como un piano. ¡Ellos estaban camuflados! ¡Tenían pedazos

de arbusto pegados a sus sombreros! ¡Pensé que estaba siendo atacado por algún

tipo de monstruosa extraña dríada americana!

—¡Eran Hombres-lobo! —siseó Warrington rodeando a los chicos, con sus ojos

salvajes. Luchó por recobrar la compostura y golpeó con una mano su cara,

suspirando con vehemencia—. Mirad. Vosotros sois nuevos aquí, así que os voy a

dar una pequeña y útil lección de la compleja política social que define la vida

aquí, en los sagrados recintos de Aleron. Nosotros odiamos a los licántropos. Fin de la

lección. ¿Entendisteis?

—Pero ellos tenían miembros activos ayudando al novato, que de casualidad era

mi hermano —repuso James—. ¡Ellos nos atacaron antes de que tuviéramos

oportunidad de reaccionar!

—¡Así es como los Hombres-lobo trabajan! —gritó Warrington, exasperado—.

Son Hombres-lobo, ¡por el amor de Zark! ¡Para ellos, todo es un campo de batalla!

¡Su única debilidad es cuando la gente les pone el campo de batalla sobre ellos!

¡Esa es la forma Zombi!

Ralph levantó ambas manos, con las palmas hacia arriba.

—Pero, ¿qué podríamos haber hecho?

—¡Rayos! —dijo Warrington en tono áspero, inexpresivo—. ¡Pegarles al suelo

como moscas en papel matamoscas! O el embrujo piernas de gelatina, o maleficios

de cosquillas, o incluso la explosión espontánea de gas intestinal. No sólo tenéis

que hacer frente a los Hombres-lobo, tenéis que avergonzarlos. Su orgullo

insufrible es su máxima debilidad. ¡Cualquier Zombi lo sabe!

—Lo siento —se lamentó James miserablemente—, somos nuevos en todo esto.

Nos atraparon antes de que tuviéramos la oportunidad de responder. Lo haremos

mejor la próxima vez. ¡Danos otra oportunidad!

Warrington se quedó aturdido frente a James. Luego farfulló.

—¡Te dejaron colgado de la bandera Zombi desde el rellano del campanario!

¡Toda la escuela lo vio antes que Franklyn fuera capaz de bajarte! ¡Nos has hecho

quedar como el hazmerreír del colegio! ¡Los Zombis son los que hacen las bromas,

novato! ¡No al revés!

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¿Ahora de quién es el orgullo que está en juego? —murmuró Ralph.

—Y tú —dijo Warrington, volviéndose hacia Ralph con los ojos ardientes—. Me

sorprende que puedas hablar en absoluto, ¡después de haber sido colgado en el

asta de la bandera de la casa de Hermes durante las últimas tres horas! ¡Si hubieras

podido morir por el estiramiento de tu ropa interior, estaríamos arreglando tu

funeral ahora!

Detrás de Ralph y James llegó el sonido de una risa contenida. James se dio la

vuelta. Contra la pared posterior, en una silla con patas viejas y con tapicería raída,

estaba sentado el presidente de la casa Zombi, un apuesto pequeño hombre que

parecía tener, en sentido práctico, piernas de cabra. Iba vestido con una chaqueta a

medida con cola, un pañuelo amarillo inmaculadamente doblado y un elegante

chaleco gris. Dos cuernos rechonchos de color púrpura le adornaban las sienes. Su

nombre, James lo sabía ahora, era profesor Felix Stanford Cloverhoof y era al

parecer un fauno, también conocido, por alguna razón, como Jersey Malovil.

—Lo siento —dijo Cloverhoof, recobrándose y asumiendo una expresión seria—

. Puede continuar, señor Warrington. Usted está en un buen rollo.

—He terminado —dijo Warrington, regresando a su escritorio y cayendo en la

silla, que crujió en señal de protesta—. Con ambos.

—Me temo que el señor Warrington tiene toda la razón, mis amigos —dijo

Cloverhoof despreocupadamente, subiendo sus pies-pezuñas. Se enderezó su

chaleco y tomó una mota de polvo de su solapa—. La casa Zombi tiene sus normas,

mal definidas y amorfas como son. Sospecho que van a estar bastante más felices

en otro lugar.

—Pero... —exclamó James, tartamudeando—. ¡Pero, pero…!

—Tuve un debate bastante largo sobre el asunto con el rector esta mañana

después de que... eh... extrajeron a ambos de sus varios predicamentos. Estoy de

acuerdo con su evaluación por completo. En realidad sólo hay una casa para los

estudiantes con sus particulares... ejem... aptitudes.

—Oh no —se quejó Ralph—. La casa Igor no.

Cloverhoof parpadeó a Ralph y sonrió un poco torcidamente.

—¿La casa Igor? —repitió inquisitivamente—. No, no exactamente. Vamos

chicos. La mañana ha comenzado y seguramente tienen clases que atender. Esta

noche comenzarán la vida en su nueva sociedad. Seguramente se adaptarán muy

bien.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¿Cuál casa? —preguntó James infelizmente, de pie y avanzando hacia la

puerta mientras el profesor fauno la abría.

—Vaya, yo habría pensado que era obvio —respondió Cloverhoof

radiantemente—. Francamente, me sorprende que no hayan acometido en el

primer lugar. El rector ha determinado que deben ser asignados a la casa Pie-

grande. Estoy bastante seguro de que ustedes lo encontrarán muy... eh...

tranquilizador.

James y Ralph se desplomaron donde se encontraban.

Desde el escritorio detrás de ellos, Warrington sonrió maliciosamente.

—¡Nos vemos en el curso de Clutch, chicos! —anunció, riéndose entre dientes

sin humor.

—No veo cuál es el problema con la casa Pie-grande —dijo Lucy, poniendo los

ojos en blanco. El sol se ponía sobre el campus, pintando largas sombras púrpuras

sobre el césped y los senderos mientras los estudiantes se dirigían para cenar en la

cafetería.

—Eso es porque a ti te eligieron una casa y te lanzaste a ella —gruñó Ralph—.

Tienes esa corbata rojo sangre como prueba.

—Se ve excelente también —agregó Zane.

Lucy sonrió recatadamente.

—Gracias. Pero el punto es, probablemente nunca os destinaron estar en la casa

Zombi de todos modos, y si hubierais terminado allí, probablemente habríais sido

totalmente miserables.

—¡Cierra la boca! —exclamó Zane, tapándose los oídos con las manos—. ¡Es de

los Zombis que estás hablando!

—Y hay un montón que están bien, estoy segura —lo tranquilizó Lucy—. Pero

no para James y Ralph. Obviamente te encaja como un traje de armadura. Aunque

una armadura amarilla con peluca de payaso en la cabeza.

—Ahora estás hablando —Zane asintió con la cabeza en forma apaciguada.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Pero la casa Pie-grande —se quejó James—. Son los dormitorios de don nadie.

—En ese caso, se ajusta perfectamente a vosotros dos —apostilló Albus, que

venía por detrás.

James miró siniestramente hacia atrás a su hermano.

—¿Cuándo llegaste, grandísimo traidor?

—Por lo menos mi traición viene con una corbata color vino —dijo Albus,

cepillando su chaqueta y mirándola críticamente—. Deslumbrante, ¿no es así?

Ralph entrecerró los ojos.

—¿Has oído alguna vez la frase «la sangre es más espesa que el agua»?

—No he llegado tan lejos en Pociones todavía —respondió Albus jovialmente.

Lucy dijo con voz prudente.

—Fue algo horrible lo que hiciste, Albus, dejando a tu hermano de esa manera.

—Oh, él estaba bien —dijo Albus, haciendo un ademán—. Era él o yo. Antes que

fuera un Hombre-lobo, era un Slytherin, recuérdalo, y nosotros los Slytherin

tomamos cada oportunidad que podamos conseguir. Los Gryffindors son todos

abnegados y nobles. Si lo miras de esa manera, estaba ayudando a James a ser fiel a

su herencia.

James echó un brazo de su hermano hacia atrás tomándolo por la espalda,

empujándolo hacia él.

—Te voy a mostrar una cosa o dos acerca de la nobleza, ¡zoquete!

—Ah, ah, ah… —advirtió Albus, meneando un dedo a su hermano—. Los

Hombres-lobos se cuidan los unos a los otros. Ahora que visto el gris y borgoña,

cualquier cosa que me hagas probablemente será pagada por la fraternidad de los

lobos. Sólo os estoy haciendo una advertencia razonable. No quiero verte salir

herido, hermano mayor.

—Fraternidad de los lobos —se burló Zane—. No hay ningún hombre lobo

auténtico en el grupo. Si algunos de tus hermanos se encontraran con un lobo real,

se escabullirían como ratones.

Albus se volvió hacia Zane.

—Pero la casa Zombi está llena de muertos vivientes caminando, ¿no? Por lo

menos en términos de capacidad intelectual, por lo que escuché.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¡Entonces peleemos con palabras! —proclamó Zane estridentemente.

—¿Vais a callaros los dos? —interrumpió Lucy, metiéndose entre ambos

muchachos y colocando una mano sobre el pecho de cada uno de ellos,

empujándolos aparte—. Es una tontería discutir. Todo el mundo sabe que tanto los

Hombres-lobos como los Zombis se encogen ante el oscuro misterio de la casa

Vampiro.

Zane farfulló mientras Albus se quitaba de encima la mano de Lucy. Ésta sonrió

con arrogancia, levantó la barbilla y siguió caminando.

—Seguro que agarró esto rápido —dijo Ralph, desconcertado.

—Vamos —instó Zane irritado, tirando del codo de Ralph—. La mansión Pie-

grande es por aquí. Entrad y presentaros a vuestros nuevos camaradas. Nunca he

visto el interior de la residencia ya que nunca he sido amigo de algún Pie-Grande.

James suspiró mientras caminaban hacia la sobria estructura de ladrillos. La

mansión Apolo, hogar de los Pie-Grandes, era a lo sumo la menos interesante de

las casas. Se encontraba emplazada y recta a la naranja puesta del sol, luciendo

como un guardia vigilando algo que nadie realmente quería. No había

prácticamente ningún paisaje alrededor de la mansión a excepción de algunos

pocos arbustos bajos que se extendían junto a los cimientos de manera formal. Una

corta escalera de piedra conducía a la puerta principal, que estaba adornada con

una gran aldaba de peltre en forma de un pie con los dedos extendidos.

—Así que, ¿hay algún Pie-grande auténtico en la casa? —preguntó Ralph

mientras subían las escaleras.

—Tal vez —Zane se encogió de hombros—. Eso los pondría en un nivel más alto

que cualquiera de los Hombres-lobos o Vampiros. Ellos no han tenido alguno real

en sus casas desde hace siglos.

James le preguntó a su amigo.

—¿Qué hay de los Duendes, los Igores y los Zombis?

—No tengo idea al respecto de los Duendes ni los Igores —dijo Zane,

alcanzando la enorme aldaba—, pero el antiguo presidente de la casa Zombi fue

ese profesor malhumorado llamado Straidthwait, y dio clases durante casi una

semana antes de que alguien supiera que había muerto de un ataque cerebral o

algo así. Al parecer, había pasado demasiado tiempo en lo más profundo del

África durante unas vacaciones de verano y se bebió algunas pociones nativas de

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

más. Una vez que se enteró de que estaba muerto, insistió en ser enterrado en el

cementerio del campus, fuese deambulatorio o no.

Zane sonrió a James y Ralph mientras golpeaba la aldaba tres veces, sacudiendo

la gran puerta de madera.

—Lo estás inventando —insistió Ralph—. No lo enterrarían vivo.

Zane negó con la cabeza.

—No estaba vivo. Estaba muerto como el pomo de una puerta. Lo dijo él mismo.

He oído que celebró su propio discurso fúnebre y le dijo a todos el modo en que

esperaba ser enterrado. Dijo que iba a ser como una jubilación definitiva. Está

grabado en su tumba, de hecho. En alguna ocasión te lo enseñaré.

—No, gracias —replicó Ralph mientras se abría la puerta. Un niño pequeño de

pálida piel y enormes gafas miró a Zane.

—Te conozco —dijo el pequeño mansamente—. Tú me diste unas orejas de

burro el año pasado.

—¿Yo? —parpadeó Zane, pensando—. Podría ser. Di a un montón de gente

orejas de burro el año pasado. Fue el último grito de la moda. Dolió, ¿no?

El niño miró a Zane.

—No. Pero me dieron ganas de comer muchas zanahorias. Y me hizo más fácil

escuchar las clases en Mageografía. No me importaba, en realidad.

—Buen chico —le dijo Zane sinceramente, palmeándolo en el hombro. El niño se

tambaleó.

—Yo soy James —se presentó James, dando un paso adelante—. Y él es Ralph.

Somos... eeeh... Pies-grandes.

—Seguro que lo sois —dijo el niño, mirando a Ralph de arriba a abajo.

—Te recuerdo —dijo Zane, entrecerrando los ojos—. Pastington, ¿correcto?

—Paddington —corrigió el muchacho—. Wentworth Paddington.

—¿Podemos pasar? —preguntó Ralph esperanzado—. Sólo nos gustaría

instalarnos en nuestras nuevas habitaciones. Si tenemos que dormir en el

dormitorio común con el maniático mono reloj por una noche más...

—Oh, claro —dijo el niño suavemente dando un paso hacia atrás—. Todo está

más o menos donde lo encuentras. Los dormitorios están todos arriba en el tercer

piso. Sala de juegos en el sótano. Todo lo que está en el medio es lo que es.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

James entró en el vestíbulo de la casa. Era pulcro y alto, con una pequeña araña

sin luz colgando encima. Una polvorienta bandera caía de la araña, desvaída por la

edad. En letras azul oscuro sobre un fondo naranja se leían las palabras “EL

INOCENTE PIE-GRANDE”

—Oh, eso —dijo Wentworth, siguiendo la mirada de James—. Eso fue hecho por

la mamá de Kowalski cuando era un estudiante de primer año. Nuestro idioma no

es exactamente su primera lengua, pero Kowalski estaba tan orgulloso de ella así

que nosotros no pudimos quitarla.

Zane movió la cabeza hasta la bandera.

—Tiene perfecto sentido para mí, Went. Así que, de todos modos ¿dónde está la

fiesta?

Wentworth parpadeó detrás de sus enormes gafas.

—¿Fiesta?

—¿Dónde está el resto de tus amiguetes Pie-grande? —aclaró Zane—. ¿Y tu

presidente? James y Ralph, aquí presentes, probablemente deberían conocerlos

¿verdad?

—Oh —dijo Wentworth con incertidumbre—. Claro. Supongo que sí. Vamos. —

Se volvió y caminó sin hacer ruido en dirección a una enorme escalera que

dominaba la sala principal. Después de una mirada de soslayo a Ralph y Zane,

James los siguió.

A medida que los cuatro descendían al sótano de la mansión, se oía un

murmullo de voces y un golpe y el ruido de las bolas de billar. En cuanto se

posaron en la base de la escalera, James se encontró con una habitación baja,

desordenada, llena de sofás y sillas desiguales, mesas auxiliares y una pequeña

galaxia de luces con pantallas maltratadas. Los alumnos descansaban en grupos

por todo el espacio o se amontonaban en torno a una colección muy antigua de

mesas de juego en los oscuros recovecos del sótano. Un enorme refrigerador blanco

se situaba, como un dirigible desinflado, en la esquina, flanqueado por una cabeza

de venado disecado a un lado y una cabeza de alce al otro. La cabeza de alce

llevaba un gorro con pompones y parecía estar durmiendo. Ninguno de los

ocupantes de la sala levantó la vista cuando entraron James, Ralph y Zane.

—Está allí —señaló Wentworth—. En el centro, con los pies en el armadillo.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

James siguió el gesto de Wentworth y vio al presidente de la casa Pie-grande

descansando en un sofá de color naranja suave, con los pies apoyados en un

pequeño animal que parecía ser la mitad oso hormiguero y mitad tanque. James

reconoció al hombre como el que se había sentado junto a su padre en la

conferencia del profesor Longbottom. En un principio se dio cuenta de que su

padre estaba sentado al lado del hombre, incluso ahora, riendo alegremente y

sosteniendo una botella de alguna cerveza americana. Harry vio a su hijo al otro

lado del cuarto, sonrió y le indicó que se acercara.

—Escuché que habíais sido asignados a la casa Pie-grande —les dijo mientras

ellos pasaban a través de varias sillas y mesas—. No podríais haber encontrado un

mejor hogar. Hum, no importa qué camino tomasteis para llegar hasta aquí —

añadió con una sonrisa torcida.

—¡Eh!, señor Potter —sonrió Zane, tirándose sobre una silla cercana.

James se sentó en un bajo e inclinado sofá y suspiró.

—Así que lo has oído, ¿eh?

—Sospecho que la gran parte de la Filadelfia mágica lo sabe ya —respondió

Harry—. Eres un Potter, después de todo. Tu imagen probablemente estará en

primera página del El Profeta mañana por la mañana, junto con un expresivo

encabezado escrito por la propia Rita Skeeter.

James se desplomó en el sofá.

—Maldición. ¿De verdad crees eso?

—¿A quién le importa? No vas a estar allí para verlo, por lo menos.

Zane se acarició la barbilla.

—Aunque, conociendo a Rose, ella va a recortarlo y enviártelo. —Miró a Ralph,

quien asintió con la cabeza.

—De cualquier manera, habéis llegado hasta aquí —el hombre en el sofá junto a

Harry sonrió—, la casa Pie-grande se enorgullece de teneros. —El hombre era

relativamente joven y muy delgado, con un pulcro corte en el cabello oscuro y

rasgos suaves. James podría decir por su falta de acento americano que no era

originario de los Estados Unidos.

—Sí, bueno, estamos contentos de finalmente tener una casa, supongo —

comentó Ralph—. Aun siendo un residuo es mejor que estar pegado en el

dormitorio común.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—Oh, no tenemos residuos en la casa Pie-grande —dijo el presidente de la casa,

enderezándose y sacando su varita de un bolsillo trasero—. Todos los Pie-grandes

son miembros esenciales del clan. Uno para todos y todos para uno. ¡Vamos,

naranja y azul! —Con eso, el hombre apuntó con su varita a James. Hubo un

destello y James se asustó. Bajó su mirada y vio que su corbata negra se había

transformado en una de brillante naranja otoñal, y su chaqueta era ahora de color

azul oscuro. Otro relámpago iluminó la habitación y el uniforme de Ralph se

transformó así mismo.

—No es tan bonito como el amarillo Zombi —dijo Zane críticamente—, pero

mejor que el color negro liso, en todo caso. Se estaban empezando a parecer a esos

tipos de la Oficina de Integración Mágica.

—Escuchen todos —anunció el presidente de la casa en voz alta, sacando los

pies del armadillo y sentándose en forma recta—. Ellos son James Potter y Ralph

Deedle, los nuevos miembros de la casa Pie-grande. Démosle una buena

bienvenida, ¿eh?

Aclamaciones y aplausos a medias llenaron la sala, prolongándose algo

patéticamente mientras el presidente sonreía a James y a Ralph. El armadillo

vagaba lentamente, husmeando en los faldones de los sofás y comiendo

ocasionalmente pedazos de viejas palomitas de maíz. Cuando el ruido de los

aplausos finalmente se agotó, James se dejó caer de nuevo en las profundidades

del sofá.

—Entonces, si se puede saber, ¿cómo es que os conocéis vosotros dos? —

preguntó, mirando de un lado a otro, a su padre y al presidente de la casa Pie-

grande.

—Oh, tu padre y yo tenemos un historial —sonrió el presidente—. Ayudé a

hacer de él el hombre que es hoy, de hecho. Le di su primera oportunidad, cuando

daba sólo pequeñas señales espontáneas y que apenas sabía cómo tomar una varita

mágica.

—Creo que fue la profesora McGonagall quien realmente me puso en el equipo

—corrigió Harry, sacudiendo la cabeza y sonriendo—. Sólo me enseñaste lo que

necesitaba saber para no morir en el campo.

—¡Y también hice un buen trabajo!

—En cualquier caso —Harry se echó a reír— como resultado, James y Ralph,

vuestra nueva casa está encabezada por uno de los mejores profesores del campus.

Llegó a América hace años y, por razones que ni siquiera puedo empezar a

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

adivinar, decidió no irse. James, Ralph, este es mi viejo amigo y compañero de

Gryffindor, vuestro nuevo presidente, Oliver Wood.

—¡Wood! —proclamó Zane, golpeando su frente—. Ese es su nombre, no Birch.

Estaba cerca igualmente, ¿no? —Él sonrió abiertamente de James a Ralph.

—Oíd —dijo Wentworth, golpeando ligeramente a James en el hombro—. Hay

una gran lechuza en la escalera del frente, aullando como una loca y tratando de

entrar por la puerta principal. Supongo que es tuya. ¿Quieres que le muestre la

torre? ¿O querrá, eh... estar contigo?

—¡Nobby está aquí! —dijo Zane elevándose en sus pies—. Hogar dulce hogar,

por todo el lugar. Vamos. Yo ayudaré a los Piesgrandes a llevar tus cosas al

dormitorio común. No hay elfos domésticos en los Estados Unidos, por lo que

tienes que hacer todo el trabajo a pie tu mismo. ¿Entiendes? —Sonrió, empujando a

James—. ¿Trabajo a pie?

—Entiendo —dijo James, sonriendo sin poder hacer nada. Puso los ojos en

blanco, y los tres chicos subieron volviendo sobre sus pasos, en dirección al

exterior.

Una hora más tarde, James estaba en medio de la habitación del segundo piso

del dormitorio común y se quedó mirando a su mano derecha, con los ojos muy

abiertos. En el suelo a sus pies estaba su bolsa de lona con la cremallera

completamente abierta, que él acababa de tirar. Se sorprendió de que aún pudiera

oír a Zane y a Ralph afuera en el pasillo, luchando para encajar las cosas de Ralph

en el desvencijado montacargas. En el centro de la palma de la mano derecha de

James, un resplandor de plata suave seguía desvaneciéndose, como una bola de

lucecitas relampagueantes.

Se estremeció, sin saber lo que había pasado, pero sabiendo que lo que fuera, era

muy importante. Simplemente no tenía sentido.

—Merlín —susurró para sí mismo, con sus ojos muy abiertos. Merlín lo

entendería. Él sabría. James acababa de llegar de verlo, según la petición del

director, pero no era demasiado tarde para volver de nuevo. Se agachó con

cuidado y cerró la cremallera de su bolsa de lona de nuevo, cuidando de no rozar

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

los dedos contra el pequeño paquete de pergamino en su interior.

Después de visitar su nueva casa y reunirse con Oliver Wood, el presidente de

la casa Pie-grande e, inexplicable amigo de su padre (el nombre de Wood sonaba

débilmente en la memoria de James, pero si su padre le había hablado de él fue

mucho tiempo atrás), las cosas se habían vuelto decididamente raras a medida que

la noche avanzaba.

En el camino al dormitorio común, James se había acordado de hacer una

parada en la casa de huéspedes con la esperanza de alcanzar a Merlinus antes de

su partida. El ver a su padre en el sótano de la mansión de Apolo, le había

recordado a James su cita con el director, y sentía mucha curiosidad sobre lo que

fuera a darle el anciano. Merlín había estado allí en efecto, dedicado a lo que

parecía ser una seria discusión en la sala con el rector Franklyn y Neville

Longbottom. La habitación se había calmado casi de inmediato a medida que

James, Ralph y Zane habían entrado, y James tuvo la clara sensación de que se

trataba de una pausa incómoda, frágil como el cristal. Merlín había dado la

bienvenida a los niños y se excusó de la reunión, alegando que sólo estaría ausente

por un momento.

En las habitaciones de arriba de la casa de huéspedes, Merlín mostraba a los

niños su baúl. Ralph y James lo habían visto antes, ya que fue el mismo baúl que

habían ayudado al gran mago a recuperar en una cueva en el océano, a principios

del año pasado. Era inusualmente pequeño, de alguna manera engañosa ya que

sus puertas y cajones anidados podrían abrir aún más puertas y cajones anidados

en algo que guardaba a simple vista el espacio mágico conservado. Por ahora, sin

embargo, Merlín había abierto un solo cajón. El cajón era largo y poco profundo,

conteniendo un objeto plano, cuadrado, envuelto en una tela. Merlín lo tomó y se

lo tendió a James con ambas manos.

—El año pasado —dijo—, te conté los efectos sobre la tierra de los objetos de

gran poder mágico. Te dije cómo tienden a dejar huellas muy grandes en el

panorama de la realidad, y que el tiempo de los objetos de gran poder mágico

estaba llegando a su fin. Tras reflexionar sobre ello, he decidido que esto es mucho

más cierto de lo que yo había sabido. Contrario a lo que creía originalmente, el

equilibrio del mundo mágico es muy precario en este momento. El peso de la

magia extrema es suficiente para afectar ese equilibrio. Me di cuenta de que, en

nombre de ese equilibrio, tengo que hacer algo que absolutamente no quería hacer.

Este es el resultado.

James aceptó el objeto, que era del tamaño de una pequeña bandeja y de más o

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

menos la misma forma. Con cuidado, lo desenvolvió y lo miró sosteniéndolo en

sus manos.

—Genial —dijo Zane, mirando por encima del hombro de James—. Ahora

puedes peinar ese nido de pájaros que tienes en tu cabeza.

Ralph sacudió la cabeza sobre el otro hombro de James.

—De alguna manera, creo que eso es algo más que simplemente verificar tu pelo

de camino a clase.

El objeto en manos de James era un espejo en un marco de plata sencillo, al

parecer perfectamente normal, excepto que se sentía inusualmente pesado en sus

manos. James no sabía si era el marco o el mismo espejo lo que le daba al objeto ese

peso. Miró inquisitivamente a Merlín.

—Es, de hecho, perfectamente adecuado para mirarte —coincidió el director

sonriendo—. Pero el señor Deedle tiene toda la razón. Eso no es todo lo que tiene

de bueno. ¿Por casualidad tienes tu varita contigo, James?

James asintió. Puso el espejo en una mesa cercana y sacó su varita de un bolsillo

del interior de su chaqueta.

—Excelente —dijo Merlín, haciéndose a un lado—. Ahora toca en el cristal y di

«espejo, espejo de tres esquirlas, enséñame dónde deseo estar».

James entrecerró los ojos ante el gran mago.

—Vamos James —pinchó Zane—. Haz algo de magia. Me muero de curiosidad.

James se encogió de hombros y golpeó el cristal con su varita, repitiendo la frase

tal y como Merlín la había dicho. Al unísono, los tres muchachos se inclinaron

hacia delante, llenando la superficie del espejo con sus reflejos. Casi de inmediato,

sin embargo, la reflexión se hundió, sustituida por un remolino de niebla plateada.

James y Ralph la reconocieron casi de inmediato.

—¿El Amsera Certh? —preguntó James sin aliento—. Pero... —Se detuvo,

distraído por una escena que parecía nadar desde el fondo del espejo, como si su

superficie fuera la de una piscina muy profunda. La imagen brillaba y resuelta en

la forma inconfundible de la sala común de Gryffindor, aunque estaba oscura y

vacía, con sólo el resplandor de la chimenea iluminando su mobiliario.

—¡No es posible! —exclamó Zane—. ¡Es Hoggies! Pero ¿en dónde está todo el

mundo?

—¡Es media noche allí, gran tonto! —Ralph se echó a reír—. Pero, ¿es eso

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

realmente lo que estamos viendo? ¿Es realmente Hogwarts?

—Lo es —asintió Merlín con la cabeza.

—Pero, ¿cómo? —preguntó James, volviéndose a mirar atrás hacia el director—.

Si este es el Amsera Certh, ¿por qué es tan pequeño? ¿Y por qué usted nos lo da a

nosotros?

—Es como dije —respondió Merlín, con el rostro sombrío—. El mundo mágico

es demasiado precario para soportar el peso de tales objetos muy mágicos como el

Amsera Certh. Decidí que lo debía romper, dividir sus poderes, a fin de prevenir

su influencia de impacto adverso en la tela de la realidad. La verdad es que ahora

que sé de la existencia de cosas tales como la bóveda de los destinos, estoy aún más

convencido de que he tomado la decisión correcta.

—¿Qué pasa con el Libro de Concentración? —preguntó Ralph, haciendo

referencia al libro que era la contraparte mágica del espejo mágico original.

—Destruido para siempre —suspiró Merlín—. Al igual que con el espejo de

Oesed, el Amsera Certh se reduce sólo a sus ilusiones y poderes más básicos sin la

ayuda de su Libro de Concentración. Con el libro destruido y el espejo dividido, su

impacto sobre el mundo es mucho más suave. Utilicé mis artes de encantamiento

sobre este pedacito del espejo, que conecta con el espejo sobre la chimenea de tu

anterior sala común, James. Con su ayuda, podrás ver e interactuar con tus amigos

en casa cuando lo desees. Le he dado a tu padre otro fragmento, del mismo modo

encantado, que le permitirá hablar con sus compañeros en el Ministerio de Magia.

—¡Excelente! —asintió Zane con la cabeza—. Esta es la mejor manera de utilizar

moscas lunares y doppelgängers. Raphael se morirá de celos cuando se entere de

esto.

—Por desgracia —dijo Merlín con gravedad— no deberéis contarle a nadie

sobre el fragmento. Tanto su división y disminución como sus poderes, todavía

deben ser mantenidos en secreto de aquellos que desean utilizar su magia para

propósitos malvados. Usadlo para comunicaros cuando deseéis con vuestros

amigos, pero no digáis a nadie aquí lo que el espejo puede hacer o cuáles son sus

orígenes. ¿Podéis jurar obediencia a estos requisitos?

—Seguro —respondió James lentamente, asintiendo—. Pero... digo, es que... ¿es

seguro?

—Si te refieres a tu uso accidental del Amsera Certh el año pasado —dijo

Merlín, sonriendo torcidamente—, te aseguro que los días de caprichosos engaños

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

han terminado. Como cualquier herramienta mágica, este fragmento es

exactamente tan seguro como lo que puedes elegir hacer con él.

James asintió aliviado.

—Bien. Gracias, señor director. Vamos a tener mucho cuidado con él. Y no le

vamos a contar a nadie más de este asunto. ¿De acuerdo?

Los otros dos chicos asintieron seriamente y James envolvió el fragmento en su

tela. Rápidamente, Merlín se despidió de los tres chicos y se reunió con el profesor

Longbottom y el rector Franklyn en la recepción de la casa de huéspedes. James se

despidió de Neville y, a continuación, en voz más baja, le dijo que había hecho un

excelente trabajo poniendo en su lugar a los agitadores del Elemento Progresivo

durante la asamblea de la noche anterior. Neville asintió tímidamente y dio las

gracias a James.

—Disfruten de su nuevo entorno, chicos —dijo Franklin—. Sospecho que se

encontrarán como en casa dentro de las salas de la mansión Apolo.

James asintió, sintiéndose despedido y no particularmente a gusto. Ralph, sin

embargo, lo arrastró por el codo y un minuto más tarde los tres se habían

sumergido por la puerta trasera de la casa de huéspedes y cruzado dentro de la

sombra del dormitorio común. Había crecido más la oscuridad para entonces, con

nubes bajas que oscurecían algunas estrellas. El viento cambió y silbó sin descanso

en la alta hierba que rodeaba los edificios.

Dentro, Ralph y Zane movían los grandes baúles en el pasillo, cargando con

ellos hacia el montacargas y el servil mono relojero. James llevaba colgada la bolsa

de lona sobre su hombro y abrió la cremallera con torpeza, intentando acolchar el

fragmento del espejo en su interior con su ropa sucia y artículos de tocador. Se

volvió chistosamente sobre sus pies, extendiendo los brazos para hacer funcionar

el fragmento del espejo dentro de las profundidades de la bolsa sobre su hombro, y

de pronto, sorprendentemente, el mundo desapareció.

No había desorientación, sensación de velocidad ni sacudida, como ocurre con

las apariciones o usando trasladores. El mundo simplemente se apagó como una

luz, y en su lugar hubo oscuridad. James se sintió aún en pie, pero no parecía haber

nada a su alrededor. El vacío presionaba sobre él como fuerzas, y cuando abrió la

boca para gritar no pareció haber nada de aire, ya sea para respirar o para conducir

las ondas sonoras.

De repente el pánico se apoderó de él, pero antes de poder actuar sobre ella, la

oscuridad se barrió. Era como si soplara un monstruoso viento, trayendo consigo el

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

brillo y la luz, un horrible ambiente de muerte, un cielo como una lápida y una

amenazante forma negra, espantosa y de alguna manera prehistórica, el

equivalente arquitectónico de un dragón petrificado. La escena hervía alrededor de

James, perfectamente inmóvil pero imposibilitado de mirar, como si estuviera

formado por agujas de zurcir, empujándolo todo hacia él, asaltando sus sentidos.

James trató de retroceder sobre sus pasos, pero era incapaz de moverse. Una voz

vino de la visión, grande y estridente, como si fuera la voz del cielo y la tierra

misma.

—Ella observa —la voz dijo con calma—. Observa y aguarda. Pronto deberé ir a

su encuentro. Es la única manera.

James reconoció la voz inmediatamente, a pesar de que nunca la había oído

sonar tan profunda y terrible. Era la voz de Petra Morganstern. Era la voz de

Morgana.

Y luego, tan repentinamente como había comenzado, la visión se esfumó. Surgió

el dormitorio en torno a James nuevamente, sintiéndose diminuto y caluroso,

notablemente trivial a raíz de la abundante visión. Un golpe vino del suelo a James

y él miró hacia abajo, embotado. Su bolsa de lona se había deslizado de su hombro

y caído al suelo. El fragmento envuelto se asomó desde el interior de la revoltosa

ropa. Junto a él, descubierta desde el fondo de la ropa, estaba la historia del sueño

de Petra, comprimida en un paquete pequeño y denso de pergamino. Brillaba muy

débilmente con la luz plateada.

James levantó la mano derecha y vio aquella hebra allí, la que le había conectado

con Petra cuando ella se había caído de la popa del Gwyndemere. La hebra se

debilitó como una línea de humo, apagándose después de unos segundos,

desapareciendo incluso mientras lo observaba. De alguna manera, la hebra

plateada seguía allí, conectándolo con ella. Más importante aún, esa conexión

había provocado algo cuando había tocado la historia del sueño. Había sido una

visión, pero tan potente e impactante que había sido apenas capaz de registrarla.

De algo estaba seguro, lo que estaba pasando con Petra, posiblemente en este

mismo momento. ¿Le estaba ocurriendo algo malo a ella?

¿Era ella la causa de que algo malo fuera a suceder?

Un minuto después, James se unió a Ralph y Zane en el pasillo. Forzaron las

cerradas puertas del montacargas y metieron el equipaje y el mono relojero en su

interior. Con un estruendo, el montacargas comenzó a descender hacia el

vestíbulo.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¿Qué pasa contigo? —preguntó Zane, mirando de reojo a James—. Te ves

blanco como un fantasma.

James sacudió la cabeza.

—No lo sé. Creo que... algo está pasando.

—Algo que siempre sucede, ¿no? —Ralph frunció el ceño cuando se agruparon

por las escaleras.

—No lo sé... —dijo James otra vez, con voz débil.

Recobraron los baúles del montacargas y comenzaron a arrastrarlos por el

pórtico del dormitorio común.

—Vaya —dijo Ralph de repente, mirando hacia arriba—. ¿Qué está pasando

allí?

James no quería mirar, pero lo hizo. El cielo se había encapotado aún más. Se

arremolinaba artificialmente sobre un punto cercano, como un lento ciclón

invertido. Relámpagos parpadeaban silenciosos en las nubes y el viento cambiaba

sin descanso por el campus, arremolinándose en los árboles y limpiando las hojas

muertas sobre los senderos.

—¿A dónde vas? —gritó Zane mientras James daba un paso lentamente hacia el

césped, mirando al cielo. Éste no respondió. En su lugar avanzó a lo largo del

césped, bordeando la fuente y sus gárgolas, manteniendo sus ojos puestos en el

extraño caldero arremolinado de nubes. Se estaba produciendo un ruido, una

especie de rumor sordo, como el sonido de un centenar de trenes de carga en la

oscura lejanía. Fue casi un gruñido.

—¿Es eso... ya sabes... normal? —preguntó Ralph a Zane mientras se movían

junto a James—. Es como una especie de efecto secundario de la forma en que la

escuela salta en el tiempo, ¿verdad?

—Nunca he visto algo así antes —respondió Zane serio.

James retiró los ojos del remolino púrpura de las nubes y se encontró mirando a

la desproporcionadamente baja masa que era el Salón de Archivos. El fenómeno

tormentoso estaba directamente sobre el edificio.

—Ella observa —James oyó decirse a sí mismo—. Observa y aguarda.

Una lengua de rayos conectaba las nubes y el Salón de Archivos y bañaba el

suelo bajo los pies de James. Una explosión de luz púrpura iluminó el edificio por

dentro, extendiéndose a través de cada grieta y desde la juntura de cada piedra.

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

Haces de rayos se dispararon desde las pequeñas ventanas del techo abovedado,

arponeando el cielo. Una fracción de segundo después la luz se había ido, dejando

sólo el verde cegamiento de la imagen en las retinas de James.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Zane con voz asombrada.

James meneó la cabeza muy lentamente. El cielo parecía haberse agotado. Las

nubes se separaron lentamente sobre ellos y había un persistente sabor cobrizo en

el aire. En la oscuridad bajo el pórtico del Salón de Archivos, la puerta se abrió.

Dos figuras se dirigían a la luz por la oscura noche y descendían los escalones. Una

de ellas estaba vestida de negro de pies a cabeza y James se encontró pensando en

la misteriosa mujer a quien había conocido por primera vez en los pasillos de

Acuápolis en plena medianoche, la que había aparecido de nuevo más tarde,

durante el ataque al Zephyr, y luego desapareció después. Caminaba en la

oscuridad más profunda, pero la segunda figura se quedó por un momento en el

sendero, mirando a su alrededor lentamente.

—¿Esa es...? —comenzó a decir Ralph, pero no tenía sentido en terminar la

pregunta.

Los tres chicos pudieron ver quién era.

Era Petra, quien miró a su alrededor con interés, como si viera el campus por

primera vez. Sus ojos oscuros se detuvieron cuando vio a los tres chicos, pero fue a

James al que parecía enfocar. Ella sonrió lentamente. Y entonces se movió.

—¿Qué está pasando aquí? —exigió una voz estridente. James se dio la vuelta y

vio al rector Franklyn moviéndose rápidamente a través del oscuro campus, cerca

de ellos. Su cara se veía muy pálida en la tormentosa oscuridad. Merlín y Neville

Longbottom le seguían, mirando a su alrededor atentamente.

—¿Lo sentiste? —preguntó Zane—.¡La tierra tembló! Justo cuando se produjo la

explosión de rayos ¡Paf!

Franklin pasó a los chicos con apenas una mirada, acercándose al Salón de

Archivos y su puerta abierta. Las difuminadas luces que anteriormente se habían

visto desde las pequeñas ventanas del edificio se habían extinguido a raíz de la

explosión.

—¡Dios mío! —murmuró Franklyn tristemente—. Por todos los cielos. ¿Qué ha

ocurrido...?

Merlín se detuvo cerca de James. Sin apartar los ojos del Salón de Archivos, le

preguntó en voz muy baja:

TRADUCIDO POR Ronald Bautista

EDITADO y PRODUCIDO por “Latin Gremlins”

JAMES POTTER Y LA BÓVEDA DE LOS DESTINOS

—¿Has visto a alguien?

James consideró mentirle. Por un momento, consideró decirle a Merlín que no

había visto nada en absoluto, especialmente a Petra mirando extraña y vagamente

malévola. El momento pasó.

—Vi a Petra —contestó en voz baja, casi susurrando—. A ella y a otra persona,

una mujer creo, salieron del salón justo después de... lo que fuera que haya

sucedido.

Merlín asintió lentamente, con grave énfasis. No dijo nada en respuesta. El

hechicero no necesitaba hacerlo.