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YO, BUENOS AIRES

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Page 1: Ebook YO, BUENOS AIRES

YO

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NOS

AIR

ES

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“Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional,

afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando a la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para

la Nación Argentina.”*Buenos Aires, Ciudad Capital de La República Argentina. Esta ciudad que queda “allá abajo” o “ahí abajo” con respecto al

mundo. Esta Ciudad que altera los nervios de cualquiera y agita los corazones de todos; esta Ciudad que no le envidia nada a ninguna otra y está bien orgullosa de ser lo que es. Es una Ciudad con autoestima muy alto. Y cada vez más. Cada vez está más satisfecha de encontrar caras nuevas por sus calles. Aunque algunos digan que las gentes que habitan estas tierras son salvajes, aseguro, que a Buenos Aires le encanta albergarlos. Yo me pregunto si los que lo dicen la conocen... Basta pensar sólo en el

nombre, acá hay Buenos Aires. Y no digo que no haya de otros, sólo que acá predominan los mejores. Buenos Aires te apaña, te cuida, te abraza, te dice “che” cuando te encuentra “bajoneado” y te manda a tirar unos firuletes por ahí;

te silva cuando “ficha” a la belleza hecha carne y hueso; te da de comer esa carne asada y te sirve una copa del mejor vino. Buenos Aires te saca a bailar y hace que te diviertas, hace que pases un momento de felicidad. Este lugar te da añoranza y otro

poco de nostalgia... Si no, preguntale a Gardel que cantaba “mi Buenos Aires querido...” Buenos Aires tiene magia; en este planeta donde todo se volvió digital y veloz, donde todo es efímero y urgente donde no tenemos tiempo de descubrir (eso era para ayer); Buenos Aires tiene gente que prepara golosinas y que te sirve café por la

calle, gente que te lustra los zapatos, otros que te ofrecen mercancías varias... Desde artefactos para encender la cocina hasta sexo. Buenos Aires no es ingenua, es viva, es despierta, es perspicaz, Buenos Aires te invita a vivirla. Podes quererla u odiarla,

podes sentir un amor profundo y de vez en cuando lo directamente proporcional en odio. Acá podes encontrar todo y en todos los aspectos, Buenos Aires es generosa. Tiene unas calles de cuentos, unas avenidas largas y otras anchas, tiene unos edificios preciosos, algunos antiguos, otros modernos (todo mezclado, claro); tiene gente encantadora y

muy trabajadora, en serio. En Buenos Aires encontrás lo que te propongas, sólo es cuestión de buscar y de dejarte llevar. Buenos Aires tiene música, tiene ritmo. Te hace suspirar.

Lamentablemente, en algún momento se termina. Se termina Buenos Aires y se termina todo lo demás. Entonces “pasas a mejor vida” como se dice, pero si viviste acá o al menos la conociste, sabes de lo que te hablo. Creo que Buenos Aires es un sentimiento, se lleva en el corazón. Para los autóctonos y para los invitados, para los argentinos nacidos acá y para los que lo son por elección; es una Ciudad que va a marcar algo en tu vida, no vas a pasar por acá ni por esta vida sin acordarte lo que viviste en este lugar.

Buenos Aires, disfrutala.

Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y en vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizón en el viaje a Venus: medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la

piel, dos medias suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón

para saludarte, te regalo una banderita, y te digo:

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao... No ves que va la luna rodando por Callao;que un corso de astronautas y niños, con un vals, me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión; y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...

el loco berretín que tengo para vos:!Loco! ¡Loco! ¡Loco!

Cuando anochezca en tu porteña soledad, por la ribera de tu sábana vendrécon un poema y un trombón a desvelarte el corazón.

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!Como un acróbata demente saltaré,

sobre el abismo de tu escote hasta sentir que enloquecí tu corazón de libertad...¡Ya vas a ver!

Salgamos a volar, querida mía; subite a mi ilusión super-sport,y vamos a correr por las cornisas¡con una golondrina en el motor!

De Vieytes nos aplauden: “¡Viva! ¡Viva!”, los locos que inventaron el Amor;y un ángel y un soldado y una niña

nos dan un valsecito bailador.Nos sale a saludar la gente linda...

Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:provoco campanarios con la risa, y al fin, te miro, y canto a media voz:

Quereme así, piantao, piantao, piantao...Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,

ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Quereme así, piantao, piantao, piantao...Abrite los amores que vamos a intentar la mágica locura total de revivir...

¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!

Loca ella y loco yo...¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!¡Loca ella y loco yo!

Horacio Ferrer/Astor Piazzolla: “Balada para un Loco”

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AiresPablo Burgos

“...Aire que respiro en aquel paisaje donde vivo yo....”Gilda: “Paisaje”

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Parque Chacabuco

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Jardín Japonés

Jardín Japonés

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Parque Centenario

Rosedal

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A PiéLucila Gerard

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Hace bastante tiempo que mis pies no sienten la brisa del aire contaminado de la ciudad o el pasto con restos de volantes publici-tarios. Es agobiante la hora en donde el cuero y los cordones no te dejan escapar y el punto de apoyo se convierte en un infierno.

Algunas veces encuentro plazas vacías donde puedo ser libre por minutos antes de volver a casa, y los dejo oxigenarse.

¿Calzados o medios de transporte de única tarifa? Seguramente estuvieron encerrados tras el cristal que divide a todo el mundo.

Los vi y decidí llevarlos, para que me lleven, y si es posible con vos, lejos. Recuerdos de caminos recorridos. Sólo sé que es más importante la huella que marcan mis profundos talones que el tiempo que desgasta la suela. Una mala elección

podría causar problemas de circulación y deformación ósea. ¿Caminar a la par, o descubrir terrenos y locaciones nuevas sin que me protejas?

Algunas veces estoy harto de vos y prefiero volver a lo primitivo, estar descalzo, pero el trabajo y la moralidad no me lo permiten.

Salgo a la luz y me deslumbraste con tus Peep Toes. Brillabas entre el caos de la ciudad y esa senda peatonal que me llevaba a

pensar en tratarte suave. Pianisimmo. Recorrer sin destino cada parte de eso que nos toca. Me llevas al cielo, fuerte, de un día para el otro, te desconozco y eso me encanta. La altura del tacón no debe ser superior a los 4 centímetros. Me preguntaba si la so-

brecarga del antepié y las posiciones anómalas de la columna vertebral justificaban tanto glamour, pero decido cerrar los ojos y seguir caminando,

dejarme llevar por el trayecto, como si las baldosas fueran parte de un río.

Ahora mi carne se desgastó y vuelvo a casa con un bastón, mirando calzados, hablando en silencio con ellos. Pienso que perte-nezco a una orden en la que, por regla, se permite a sus miembros llevar los pies cubiertos, en contraposición a los descalzos. Miro

a los jóvenes patinar con sus tablas y me acuerdo cuando me aventuraba, cuando no tenía miedo de lastimarme. Los calzados me cuentan todas sus vivencias y, sobre todo,

me dan una leve pero importante identidad de cada individuo.

Sebastián Pain

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AmoresFlorencia Torres Valle

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Setenta balcones hay en esta casa,setenta balcones y ninguna flor.

¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza¡dan una tristeza los negros balcones!

¿No hay en esta casa una niña novia?¿No hay algún poeta lleno de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristalesuna diminuta copia de jardín?

¿En la piedra blanca trepar los rosales,en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas no amarán el ave,no sabrán de música, de rimas, de amor.

Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave...

¡Setenta balcones y ninguna flor!

“Baldomero Fernández Moreno: “Setenta Balcones Y Ninguna Flor”

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BuscavidasLorena Tuero

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“...a cada hora el poder del mundo se concentra y se globaliza. La masificación ha hecho estragos, ya es difícil encontrar originalidad en las personas y un idéntico proceso se cumple en los pueblos,

es la llamada globalización.” -Ernesto Sabato: “La Resistencia”

“...cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano”

-Ernesto Sabato: “Antes del Fin”

Los excluidos buscan una forma diferente de sobrevivir, exponer su arte, brindar un servicio, hacer de sus habilidades un medio de subsistencia,

tanto por elección firme como por circunstancias de la vida.

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Final del JuegoGabriela Fusco

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Si ustedes lo permiten, prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo motivos para quejarme o protestar:siempre he vivido en la gloria: nada importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamoradode las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe, melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia, caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciandouna madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi memoria ha muerto y se queja con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la Cenicienta, aunque algunosme recuerden con cariño o descubran mi zapatito y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud y en mi destino y en la buena suerte:sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra; compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe.Puedo hablar y escuchar la luz y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza, nacer con cada temblor gastado en la huidaTropiezos heridos de muerte; esperanza y dolor y cansancio y ganas.Estar hablando, sosteneresta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decirque la vida es lo mejor que conozco.

-Francisco “Paco” Urondo: “La Pura Verdad”

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