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Prólogo

Cuando mi distinguido amigo, el prestigioso historiador Eduardo Rial Seíjo, me pidió que prologara ésta nueva edición de "El Gobernador", en principio rehusé hacerlo, recordando que luego de publicado el libro, su autor, no solo no lo había editado nuevamente, sino que, además, se empeñó en rescatar cuantos ejemplares posible, sacándolos de circulación. Conocido es el motivo de ésta actitud del doctor Hernán Félix Gómez. Con años había morigerado sus juicios, y en publicaciones posteriores exaltó la personalidad del doctor Juan Ramón Vidal, a quien juzgara severamente en el libro que se reedita. Eran pues razones de delicadeza las que impedían la divulgación de ésta obra.

No obstante lo expresado, me hizo notar acertadamente mi amigo Rial Seijo que ello ya no tiene vigencia, ante todo porque (sí bien no reparó en ella el doctor Gómez) es común que los hombres jóvenes moderen sus juicios a cierta altura por la vida, sin que eso importe un desmedro para ellos. Y así -medité yo sobre un ejemplo reciente de lo que se me decía: en un homenaje tributado hace dos años al doctor Marcelo T de Alvear, como orador central, hizo su panegírico, precisamente el doctor Arturo Frondizi, quien fuera, en sus años juveniles, implacable crítico de su antecesor en la presidencia de la Nación. Y también recordé otros casos análogos que no los cito para no extender demasiado estas líneas. Por otra parte pensé que un texto como "El Gobernador", que hace un análisis profundo y exhaustivo de la realidad social y política del Chaco, y mucho más de Corrientes, no podía seguir oculto, reservado para los muy pocos que teníamos en nuestro poder un ejemplar.

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En un libro del que soy autor ("Como yo las conocí") hablé de ésta obra del doctor Gómez, con lo que según el amigo Rial Seijo "levanté el avispero" y el deseo de conocerlo, sabedor de los escrúpulos de mí ilustre y muy querido maestro, porque temía que su publicaciones posteriores se consideraran una inconsecuencia en su pensamiento, me referí a "El Gobernador" afirmando que no tenía críticas tan duras para el doctor Vidal, y cité, con particular énfasis, su capítulo final, donde -como dije- se proponen algunas medidas de gobierno importantes para el desarrollo corren-tino. Pero ahora el libro se va a divulgar, y se apreciarán -pese a quien le pese- las falencias del modelo que lo inspiró. Sin embargo, aún así, debe destacarse que hay también méritos reconocidos, como cuando se dice que algunos colaboradores del Gobernador merecen respeto, o cuando se recuerda que para criticar se buscan algunos errores “que todos leñemos"

Lo importante es recalcar que se encuentra aquí el enfoque Corrientes, de sus problemas y de sus eventuales soluciones. Por ejemplo el análisis del contraste entre las dos regiones de la Provincia (la del Norte y la del Sur) a cada margen del rio Corrientes. Los que actuamos en política sabemos muy bien de este contraste, aunque debe afirmarse, y con sobrada razón, que esto no puede exhibir un tipo común de correntino común al Norte y al Sur. En este sentido puede señalarse, por ejemplo, el fervor correntinista de los curuzucuateños en la exaltación de Pago Largo y Berón de Astrada (gloria máxima de todos los hi-jos de nuestra tierra). Así como también que, hasta ahora, en los departamentos del Sur, y aún en los de la costa del Uruguay (que podría ser una tercera región), se habla el guaraní, orgullo de nuestra estirpe (pese a los "chamameceros" traidores que abjuran de él)

En varias partes se destaca la trascendencia de los departamentos en el devenir institucional y político de Corrientes y se proclama

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la necesidad de revitaliza ríos, para que recuperen y prolonguen aquella fecunda trascendencia. Empeño muy loable. También se propone lo que pudo haber sido en su hora una original solución para el problema de los territorios nacionales, incorporándolos a las provincias fundadoras. Todas iniciativas dignas de un estadista, como lo fue el doctor Gómez con sus obras, aunque, por la envidia y el egoísmo que suscitara, nunca tuvo cargos ejecutivos.

Como quiero darle a éste prólogo, algún contenido anecdótico, narraré lo que pasó cuando, algún tiempo después de publicado este ensayo, el doctor Gómez buscó la reconciliación con el doctor Vidal. A tal efecto pide una audiencia con el jefe del autonomismo, quien la concede para un día determinado, a las cuatro de la tarde. Ese día, y a esa hora llega el doctor Gómez a lo de Vidal. Un criado lo recibe y lo hace pasar a una de las salas de la casa, y allí observa el visitante que sobre la mesita está un libro. Fácil es colegir cual era: "El Gobernador". El doctor Gómez toma su sombrero y se retira. Pero, no obstante, con los años se produjo la reconciliación, y el autor de esta obra, como dije, reconoció méritos en el doctor Vidal, quien, a su vez, lo hizo Diputado Nacional por el Partido Autonomista.

Corresponde que me refiera ahora a la personalidad del doctor Gómez. Miembro de una familia histórica prolongó sus altas calidades. Amó a la Patria Grande. Con el mismo fervor amó a la Patria Chica, cuya historia escribió, no con la frialdad de un simple investigador, sino con auténtica ilustración sobre el tema y con la pasión de quien sentía la epopeya del pasado correntino. Así trasmitió al lector conocimiento y emoción. Abogado (defensor ante los estrados de la Justicia de los trabajadores chaqueños tan vilmente explotados), jurisconsulto (autor de un tratado sobre Derecho Público de Corrientes, justamente con pró-logo del doctor Juan Ramón Vidal), historiador (comparte con Mantilla, con Valerio Bonastre y con Figerero el más alto sitial

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de los historiadores correntinos), educador (fue Vicerrector del Colegio Nacional de Corrientes, del cual fuera Rector su padre, el doctor Félix María Gómez), se lo considera el talento más brillante que tuvo Corrientes en todos los tiempos. Su inteligencia era admirable, vasta su erudición. Y sobre esto relataré un episodio que lo demuestra. Un día, siendo Profesor de Historia del Colegio Nacional, pasó por el aula de quinto año, en cuya puerta los alumnos esperábamos al Profesor de Física, que finalmente no dictó clase ese día. El doctor Gómez nos preguntó cuál era la lección de la fecha, y al decirle nosotros nos dio una brillante clase sobre el tema.

Autor de innumerables textos sobre Historia de Corrientes y del país, así como también de una magistral "Historia de la Civilización y de la Cultura Humana" (la más completa y brillante que conozco), escribió también una hermosa nóvela histórica ("Naembé"), y publicó, poco antes de morir, un volumen de poesías intitulado "La Fragata". Le pertenece, además, una conmovedora página póstuma, escrita ocho días antes de morir, que tal vez pueda publicarse. Ático, en la oratoria, sus más brillantes discursos fueron editados con el siguiente título "Que hable el Doctor Gómez". Por cierto el valor de toda esta producción revela la jerarquía de su autor.

Resta, por último hacer algunas consideraciones sobre el personaje que inspiró éstas páginas: el doctor Juan Ramón Vidal. Su actuación pública importa el predominio político de la provincia durante más de medio siglo, y naturalmente esto solo pude lograrse con un conocimiento exhaustivo de la psicología de los hombres de Corrientes. Cosa que no es fácil, porque si hay alguien complicado en este país es el correntino. Varios exégetas analizaron la personalidad de Vidal: Hernán Gómez, Odín Fleitas, Felipe Avellanal, y nada menos que Vicente Blasco Ibañez. Así encontramos críticas, como las que contiene "El Gobernador", pero también se recuerdan actitudes de auténtico

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patriotismo, como la que se le atribuye en cuanto él se habría opuesto a la interrupción del orden constitucional argentino en 1930, oportunidad en que no habría avalado la toma del poder por parte del General Uríburu, propiciando más bien que se entregara el poder a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

De cualquier manera quien desee conocer a fondo las motivaciones, los impulsos y las reservas íntimas del pueblo correntino debe preguntárselo a Vidal. Por eso al hablar yo de él en mi mencionado libro, comencé el capítulo respectivo calcando la famosa frase con que inicia Sarmiento su Facundo: (Sombra de Vidal, voy a evocarte, para que sacudiendo el polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones íntimas que desgarran las extrañas de un noble pueblo! ¡Tu posees el secreto, revélanoslo!

Solo Vidal puede explicar el misterio colectivo de la provincialidad. A él, pues, recurran los que tengan inquietud al respecto. Será, sin duda, una larga e interesante plática. L¿ lectura de "El Gobernador" marcará el inicio de tan apasionante dialogo.

Corrientes, agosto de 1995.-


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