DISCURSOS Y PRÁCTICAS AGROEMPRESARIALES.
UN APORTE DESDE LA SOCIOLOGÍA PRAGMÁTICA
Diego Taraborrelli
UNGS/FLACSO
Introducción
El objeto de este trabajo es abordar ciertos aspectos relevantes del capitalismo
agropecuario argentino desde la sociología política. A través del análisis de los
discursos con los que el sector se legitima y de las competencias de sus protagonistas
implicados, intentaremos caracterizar la dinámica que adquiere el sector que ha
comenzado a desarrollarse desde la década de 1970, definida por observadores y
protagonistas como modelo Agribusiness. En este sentido, con el fin de identificar el
discurso legitimante que sostiene las prácticas de los agentes, analizaremos las
formaciones de posgrado en Agronegocios existentes en el plano educativo argentino
para posteriormente, a través de la presentación de cuatro estudios de caso, identificar
las competencias y los dispositivos que motivan y constriñen el accionar del
empresariado rural agropecuario.
La pertinencia de nuestra propuesta se debe a que la re-actualización del pacto neo-
colonial (Halperin Donghi, 1998) hace que Sudamérica emerja como la principal
proveedora de soja y derivados (principalmente a través de Brasil y Argentina que
aportan 2/3 de la soja ofertada en el mercado mundial), en tanto Europa y el sudeste
1
apostarevista de ciencias sociales
ISSN 1696-7348
http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/taraborrelli.pdfnº 53, Abril, Mayo y Junio 2012
asiático (principalmente India y China) se posicionan como los principales
consumidores. Esta nueva faceta del “pacto” implicó que, en la Argentina, desde la
década de 1970, se sucedan numerosas transformaciones en el sistema agroindustrial en
el que se destaca la mudanza de una producción de consumo local por otra destinada al
mercado externo, a través de la incorporación de nuevos productos del sistema de
alimentación internacional: los productos congelados, las comidas preparadas y los
elementos procesados (Gutman y Gatto, 1990). Dado que los precios internacionales y
la demanda externa funcionan como motores para la producción intensiva de soja [1],
actualmente la mayor parte del sistema de acumulación argentino gira en torno de dicho
producto. De esta manera, favorecido por la influencia de la variabilidad climática [2],
la producción agrícola argentina comenzó un franco crecimiento basado principalmente
en la expansión de la frontera agrícola sobre zonas extra-pampeanas, resultante de la
aplicación de nuevas tecnologías y estrategias de organización empresaria, afectando
directamente a la producción familiar y campesina.
En Argentina como para Brasil, dicho proceso de expansión y crecimiento de la
producción agrícola es el resultante de la consolidación de una nueva visión productiva,
que rompe con el modelo producción tradicional. El denominado “nuevo paradigma
productivo” (Ordoñez, 2009: 14) gira sobre de dos ejes: la innovación administrativa y
la incorporación tecnológica, ambas propulsoras de las transformaciones institucionales
necesarias para brindar la estructura adecuada a una producción agrícola “competitiva”.
En nuestro esfuerzo, partimos de la premisa que todos los individuos para desenvolverse
en el espacio social que los circunda, tienen que buscar justificativos que avalen el
desarrollo de sus acciones. En este sentido, consideramos que dichos discursos
legítimos se tornan relevantes, puesto que permiten justificar y dar forma a las prácticas
productivas del actual modelo agropecuario que se instala en el país, resistiendo y
respondiendo las críticas de otros sectores opositores, en tanto favorece la aparición de
nuevos actores sociales y la reconversión de los ya existentes [3]. A raíz de lo dicho, nos
proponemos como objetivo de nuestro trabajo realizar un análisis desde la sociología
política, que permita dilucidar aquellos argumentos utilizados por los empresarios del
agribusiness para dar forma y sostener el actual esquema de justificación política que se
impone como hegemónico desde la década de 1990. Veremos cómo las formaciones de
posgrado en Agronegocios constituyen una usina de vital importancia para la
2
producción y difusión de los argumentos legitimantes del actual modelo agroproductivo
entre los expertos sectoriales, al tiempo que comprobaremos que ese mismo despliegue
constituye el sustento para la re-producción de dicho modelo.
Los resultados del presente trabajo [4] son el fruto parcial del trabajo de campo iniciado
en mayo de 2007, que tuvo como finalidad identificar los principios de justicia y
competencias legítimas del nuevo modelo agropecuario. Para ello, y con el fin de
identificar este marco normativo, se abordaron distintos posgrados en agronegocios de
instituciones educativas públicas y privadas. Dicho trabajo implicó un estudio
etnográfico permanente en los posgrados, que involucró el desarrollo de las siguientes
actividades: asistencia a las clases con el fin de dar cuenta del corpus bibliográfico y
caracterizar al estudiantado. Asimismo, se ha asistido a seminarios de formación, a
congresos específicos, al tiempo que se ha abordado extenso material de bibliografía
especializada. Finalmente, y de forma paralela, se han realizado entrevistas abiertas, de
historias de vida, a los estudiantes, a los egresados y al personal administrativo de los
posgrados.
En una etapa posterior de nuestro trabajo de campo, con la intención caracterizar a los
empresarios rurales, sus competencias y las pruebas a superar, se ha optado por la
observación participante de un campo específico. De esta manera se abordó la
agrociudad [5] de Junín, provincia de Buenos Aires, por ser identificada como centro
neurálgico de una región agrícola de las pampas bonaerenses. Allí se ha interactuado
con productores, asociaciones de ingenieros, representantes políticos, empresarios, etc.
En dicho trabajo etnográfico se ha profundizado en la caracterización de la realidad
agropecuaria a través dos actividades principales: la realización de un trabajo
cuantitativo, donde se ha identificado uso y tenencia de la tierra, a través de un
relevamiento de aproximadamente 90.000 hectáreas en la fracción norte del partido.
Para ello se trabajó con los mapas catastrales y rurales, con el fin de dar con una
fotografía más acabada del agro juninense. Paralelamente se realizó un trabajo de corte
cualitativo a través de visitas a los establecimientos agropecuarios y entrevistas de vida
a los actores circunscriptos en la dinámica local.
Nuestro trabajo estará estructurado de la siguiente manera: en primer lugar se presentará
el marco teórico seleccionado, en el que se identificarán y explicitarán los conceptos de
3
la sociología pragmática que aplicaremos para nuestro análisis. En la segunda parte
ofreceremos una descripción general de los cambios ocurridos en el plano agropecuario
argentino y propondremos un diálogo directo entre la descripción global (a nivel
nacional) y la situación particular de Junín. Como podremos observar, la dinámica del
capitalismo agrario se plasma en el proceso acaecido en Junín. Si bien la tercera parte
estará abocada a un análisis del agro argentino, esta será subdividida en dos: la primera
sección abordará los elementos propuestos por los posgrados en agronegocios, para lo
cual se utilizara el material recopilado en el trabajo de campo y el material secundario;
la segunda corresponde a una descripción de las principales políticas agropecuarias
desde los ´70 hasta la actualidad, así como la presentación de 4 casos ilustrativos de la
heterogénea paleta de actores que presenta lo que hemos dado en llamar neo-
capitalismo agropecuario pampeano.
Sociología pragmática y regímenes de justificación
La escuela de sociología pragmática propone que los actos y atributos de carácter
individual de los sujetos se vinculan de forma permanente con los principios legítimos y
universales de actuación pública. Dicha vertiente sociológica da cuenta de cómo los
actores sociales acomodan sus posibilidades acción abiertas para la negociación retórica
y la puesta a prueba material de los estados del mundo localmente observables a los
patrones de orden general (Izquierdo, 2003), lo cual significa que esta rama de las
ciencias sociales da cuenta de conductas y saberes para justificar los actos de los
individuos.
Todos los modelos de reproducción social, entre los que se incluye el capitalismo en sus
distintas etapas, imponen un marco normativo que implica restricciones al accionar de
los individuos, tanto para la justificación como para la crítica, lo que le permite a los
agentes implicados dar cuenta del conjunto normativo como justo y aceptable para
todos. Pero al mismo tiempo, dicho marco normativo se identifica como blanco de
numerosas críticas que tienen por finalidad la transformación o bien la destrucción y
reemplazo de ese conjunto de normas (materializadas a través de diversos dispositivos).
Por lo dicho, la crítica funciona como uno de los motores centrales de los modos de
reproducción social, pues “…obliga a reforzar los dispositivos de justicia que lo
acompañan (al modo de producción) y a hacer referencia a determinados tipos de
4
bienes comunes al servicio de los cuales dice estar…” (Boltanski, 2003: 92). La crítica
pone en cuestión el orden de lo instituido y coloca bajo sospecha el estado de grandeza
de los agentes existentes, y los obliga a elaborar y rediseñar nuevos dispositivos que re-
legitimen su posición. De tal modo excede la búsqueda de beneficios individuales y se
encamina a la obtención de justicia.
En De la Justification, Boltanski y Laurent Thevenot elaboran un esquema teórico de
seis regímenes de justificación que dan cuenta de los principios ideales de justicia en
una determinada formación socio-histórica (competencias teóricas de los individuos). El
autor define por ciudad (cité) [6] a estos seis regímenes: la ciudad inspirada, la ciudad
doméstica, la ciudad del renombre, la ciudad cívica, la ciudad mercantil, la ciudad
industrial. A su vez, para el autor, actualmente se encuentra en formación una nueva
ciudad, denominada “ciudad por proyecto” [7]. Boltanski se aparta de la filosofía
política clásica en la que prima el monismo normativo, al considerar que en las
sociedades modernas coexisten varios principios legítimos, que conviven y ordenan
espacios y el tiempo de manera simultánea (pluralismo normativo) (Boltanski, 1991: 3).
El número de ciudades identificadas por los autores da cuenta del dinamismo propio de
los regímenes de justificación a través del tiempo, por lo que estos han sido
caracterizados como “seres históricos” que se encuentran sujetos a cambios y
alteraciones en función de dos factores culturales: a) formas tomadas por la
acumulación a un momento dado (organización de la producción, mercados proveedores
de beneficios, posibilidades tecnológicas, etc.) y de b) tipos de críticas dirigidas al
capitalismo que lo obligan a justificarse, a volverse algo deseable.
Estos principios universales de justicia tienen su correlato en el mundo mediante una
diversidad de dispositivos. Estos dispositivos, que implican reglamentos, objetos e
instituciones, son las que viabilizan u obstaculizan las competencias prácticas, de
sentido común, que se encuentran presentes en el espacio social. Estos modelos de
justicia (ciudades) son confrontados a través de pruebas que tienen como resultado el
establecimiento de los órdenes de grandeza que organizan una sociedad específica y que
constituyen el terreno de confrontación de determinadas relaciones de fuerza. Las
pruebas se presentan en dos sentidos: Por un lado se reproducen a través de los
dispositivos del sistema (pruebas modelos) y, por el otro, se presentan de manera
5
radical, con la pretensión de modificar el régimen imperante (pruebas litigiosas). En
cada régimen de justificación se instituyen dispositivos que resisten a la modificación de
dichas pruebas, en tanto favorecen a quienes justifican el modelo y dificulta el accionar
de quienes plantean las críticas radicales. De esta manera, a través del principio de
equivalencia y las pruebas de los diferentes individuos, sus actos y cosas se jerarquiza la
sociedad, de los grandes a los pequeños. Los primeros como los que representan,
encarnan y realizan los valores de la ciudad y los pequeños como aquellos que se
conducen de manera inadecuada según los valores de la ciudad.
Séptima Ciudad: La ciudad por Proyecto [8]
Los autores Boltanski y Chiapello, en el libro El nuevo espíritu del Capitalismo brindan
elementos para el análisis de una nueva ciudad en formación, la ciudad por proyectos.
Esta séptima ciudad da cuenta del sentido de justicia de la llamada “nueva economía”
que comienza a gestarse en la década de 1970. La Ciudad por Proyectos permite la
interacción de actores heterogéneos (que se suceden y reemplazan en los diferentes
planos) al tiempo que da cuenta de un elemento lo suficientemente sólido para forjar
vínculos duraderos. En este nuevo modelo de ciudad, la multiplicidad de actores y la
flexibilidad se posicionan en el centro de la escena, donde elementos distintos se
relacionan dinámicamente en torno a distintos proyectos. Metaforizado con la imagen
de una red [9], el sistema de justificaciones viene a romper con la Ciudad Industrial, la
cual propone una formación social planificada (y, por lo tanto rígida) y jerarquizada en
forma piramidal, al tiempo que performa la necesidad de la acción sin fronteras
delimitadas a priori.
En la nueva ciudad, cada nodo representa un proyecto y cada proyecto una excusa para
el encuentro. Por lo tanto, “la sucesión de proyectos, al multiplicar las conexiones y al
hacer proliferar los vínculos, tiene por efecto la extensión de las redes” al tiempo que
amplia las relaciones (Izquierdo, 2003: 15). Ahora bien, el proyecto permite también la
producción y acumulación, pues facilita el encuentro y el nacimiento de objetos y
sujetos dentro de la ciudad, que tornan a los vínculos flexibles y reversibles. Por lo
dicho, en este tipo de mundo en red, el capital social e informacional adquieren una gran
relevancia al tiempo que ambas están interrelacionadas al momento de tejer las redes.
En una lógica reticular, las distancias deben ser franqueadas por lo que no es difícil
6
encontrar una fuerte presencia de tecnologías de información que descansan sobre la
informática.
La vida bajo esta estructura normativa es considerada como la sucesión de proyectos de
los distintos actores, pues cada uno de ellos consiste en un dispositivo transitorio de la
actividad de los sujetos. Estos elementos dan cuenta de que la población en este mundo
reticular, está compuesta por seres conexionistas: mediadores, consultores, proveedores,
innovadores, nuevas tecnologías, subcontratas, capital social etc. (Izquierdo, 2003: 17).
Esta población le permite explicar a Boltanski cuáles son, entonces, los individuos que
encarnan los valores de la ciudad. Estos, para el autor, son aquellos que tienen la
cualidad de funcionar como “hacedores de redes” [10], es decir que la grandeza de esta
ciudad esta medida por los niveles de actividad [11]: A raíz de ello resulta comprensible
cuáles son, los rasgos que asumen los sujetos en ese ámbito:
Para desarrollar la potencialidad común especifica de este mundo que
es la capacidad virtual de establecer conexión, comunicarse,
coordinarse, ajustarse a los demás, los sujetos han de sacrificarse e
invertir en formación continua para lograr ser cada vez más ligeros,
tolerantes, adaptables y flexibles y poder alcanzar los estados de
grandeza propios de este régimen de justicia: polivalencia, tolerancia,
empleabilidad, autonomía y evolución” (Izquierdo, 2003: 17).
En este sentido se pueden identificar varios tipos de grandes dentro de la misma ciudad.
Para el caso de la ciudad por proyecto se destaca el papel del gerente que, a través de
sus cualidades, se constituye en el que crea y permite a otros crear lazos. Por otro lado,
se encuentra el experto que, mediante sus competencias basadas en el conocimiento,
funciona como administradores u ordenador de las redes tendidas por aquel.
El grande debe estar siempre con un proyecto en preparación, ser activo y, por lo tanto,
renunciar a la estabilidad; debe ser, a la vez, tolerante con otros valores posibles, sin
aferrarse a ninguno específico. Estas características implican otras, entre ellas, la
iniciativa y el saber arriesgarse: el grande en esta ciudad es innovador y sabe sacar
partido de lo que le ofrece cada situación, pues su papel requiere de ser un captador y
creador de ideas (en el sentido artístico). Comprometido, también sabe hacer que otros
7
se comprometan, pues logra poner sus características al servicio del “bien común”, pues
por sobre todo es un gran comunicador. Los expertos también son vistos como grandes,
dado que sus conocimientos estandarizados y necesarios, están compuestos por
elementos personales e incorporados como fruto de la experiencia pasada (múltiples
proyectos anteriores, cuyas conexiones aun perduran)
Por el contrario, el pequeño (quien se comporta de manera inadecuada según los valores
de la ciudad) se caracteriza por su rigidez o falta de movilidad e incluso por la ausencia
de un proyecto, lo que lo lleva a estar en permanente amenaza de exclusión social. Esta
rigidez puede derivarse del apego a un único proyecto que le resulta imposible
abandonar e incluso el apego a un mismo lugar que lo vuelve inmóvil y lo arraiga al
ámbito local, pues se maneja siempre en la misma red que cercena la posibilidad de
establecer nuevas conexiones (Boltanski, 2003: 177). Esta potencial desaparición de los
pequeños quita relevancia a la cuestión de la justicia dentro de este tipo de ciudad. El
pequeño es aquel que no sabe comunicar porque “… se encuentra encerrado en sí
mismo o porque tiene ideas atrasadas…” en oposición al grande que “…es también
ligero en la medida que se encuentra liberado del peso de sus propias pasiones y de sus
valores, al mismo tiempo que se encuentran abierto a las diferencias…” (Boltanski,
1990: 16).
Finalmente este régimen de justificación por proyecto es representado por las
herramientas de carácter industrial, en detrimento de objetos más familiares de puesta
en contacto, de la misma manera que sucede con los dispositivos que vinculan a los
distintos actores, propios de las empresas posmodernas o posfordistas (subcontratos,
externalizacion, unidades autónomas, etc.).
Con todos los elementos conceptuales desarrollados, nos proponemos ofrecer una
aproximación sistemática de las transformaciones acaecidas en el sector agropecuario
argentino en los últimos 35 años, para posteriormente adentrarnos en el análisis de sus
elementos discursivos y como estos se reflejan en el accionar cotidiano del campo de
estudio.
8
Transformaciones sectoriales (sociales y materiales) desde la década de 1970
“…Es la Argentina Profunda. La del Sueño de las Pampas que hoy
reclama Víctor Trucco en la contratapa. La Argentina Verde y Competitiva,
según la frase que acuñó Héctor Ordóñez, que supimos conseguir.
Y que hoy el agro sale a defender (Suplemento rural de Clarín, 19/12/01)…”
Desde mediados de la década de los setenta hasta la actualidad, el conocimiento y la
ciencia han obtenido avances extraordinarios que dieron lugar a transformaciones
estructurales en el plano económico y político internacional. Estos elementos tuvieron
como consecuencia directa el surgimiento de nuevos ejes de acumulación en torno de
los cuales se articularon los procesos socio-productivos que dan forma al actual
capitalismo. La producción rural argentina no es ajena a tal situación, ya que desde
mediados de la década de 1970 se sucede una serie de transformaciones en el sistema
agroindustrial que implican la mudanza de su perfil de producción para la satisfacción
de la demanda del mercado interno, complemento del industrialismo propio de la
economía desarrollista desde la década de 1950. Actualmente, el grueso de la
producción agroalimentaria se redirecciona al mercado exportador, favorecida por las
políticas neoliberales implantadas por el ministro de economía Martínez de Hoz,
durante la última dictadura militar iniciada en 1976. En esos años, el punto de encuentro
de la burguesía rural, en pleno proceso de transformación, se volcó hacia la exportación
de nuevos productos, apoyados en las ventajas comparativas que ofrece el sector
primario.
La bibliografía abordada, basada en datos oficiales, da cuenta de que la producción
agropecuaria argentina, desde esa década, se inclinó a una especialización de la
agricultura, que desplazó el esquema de rotación de hacienda bovina y agricultura (hasta
allí imperante), el cual permitía la reducción de la vulnerabilidad climática y ambiental
de los productores. Este proceso, denominado por distintos académicos como
“agriculturización”, le permitió al sector pasar de la producción de 25 millones de
granos a 66 millones entre los años ochenta y noventa. Así se modifico su
conformación, de cereales a oleaginosas (principalmente la soja) cambio que, como
veremos posteriormente, implicó un salto gestáltico en el panorama rural. A los fines de
dar cuenta de dicho proceso, desde el mes de mayo de 2009 se ha realizado un trabajo
9
0
50000
100000
150000
200000
250000
300000
350000
400000
1998
/99
1999
/00
2000
/01
2001
/02
2002
/03
2003
/04
2004
/05
2005
/06
2006
/07
soja Sup. sembrada (has)
soja Produccion (tn)
trigo Superficie sembrada (has)
trigo Produccion (tn)
maiz Superficie sembrada (has)
maiz Produccion (tn)
girasol Superficie sembrada(has)girasol Produccion (tn)
Producción de los principales cultivos del partido de Junín
de campo cuali y cuantitativo en el partido de Junín, Buenos Aires. Allí, el trabajo
consistió en el relevamiento lote por lote, denominado Barrido [12], de
aproximadamente 90.000 hectáreas, donde se identificó uso y tenencia de la tierra y en
la interacción con diferentes actores (productores, ingenieros agrónomos, entidades
publicas, empresas privadas, etc). Dicho trabajo nos permitió dotar de mayor
consistencia lo abordado a través de la literatura especializada sobre el llamado proceso
de sojización argentino.
Puede observarse en el siguiente gráfico la centralidad de la producción sojera en una
zona predominantemente agrícola como es el partido de Junín. A este respecto refieren
los mismos productores de la zona, cuando afirman lo siguiente:
“Todo el Capital de la ganadería que se ha abandonado no se recupera
más: molinos, las acequias, los alambrados… si llega a cambiar la
situación para el productor y aumenta el precio de la carne, muy pocos
son los que van a poder volver a la actividad, provocando
concentración también en la ganadería…aparte se perdió la cultura de
la ganadería ahora a los ingenieros les interesa solo la soja y no saben
qué darle de comer a un animal.” [13] (Entrevista a productor pecuario
juninense, agosto 2009)
10
Fuente: Elaboración propia en base de los datos de SAGPyA Junín
Tal como refiere el entrevistado, el escaso crecimiento de la ganadería en el país (desde
la década de 1970, la Argentina se mantiene en torno a los 55 millones de cabezas de
ganado) responden al desplazamiento de la ganadería, o bien hacia zonas del norte del
país o bien al encerramiento a corral a través de los llamados feed-lot. Con los
resultados del barrido se ha podido comprobar la magnitud que adquiere la
profundización de la agriculturizacion desde el 2002 (año del último censo
agropecuario) al 2009 período en el que se ha aumentado la superficie destinada a la
agricultura en detrimento de la ganadería [14]: La reducción en aproximadamente un
10% de los Establecimientos Agroproductivos (EAP´s) de producción mixta, es decir
campos con hacienda y agricultura, de la misma manera que se redujeron los campos
netamente ganaderos en 1 punto. En dirección opuesta evolucionaron las hectáreas
netamentante agrícolas, que pasaron del 50 al 59% [15].
58,52%
5,56%
31,97%
2,04%
0,16%
1,74%
50,93%
6,61%
42,43%
0,00%
0,00%
0,03%
0,00% 10,00% 20,00% 30,00% 40,00% 50,00% 60,00% 70,00%
Sup Agricultura 100 %
Sup Ganadería 100 %
Mixto (A-G)
Sup Tambos*
Otros
Sin datos
CNA 2002
2009
Este salto fue impulsado por el desarrollo de diversas transformaciones técnicas,
tecnológicas y organizacionales en el seno de la producción. Entre las primeras se
destaca la consolidación de la Siembra Directa [16] como sistema productivo principal,
que deja de lado tecnologías y saberes, tales como el disco de arado y la reja. Dentro de
las tecnológicas se destaca la incorporación de elementos informáticos (por ejemplo el
Sistema de Posicionamiento Global y los Sistemas de Información Geográfica y
telefonía celular), la química (a través del agroquímico Glifosato) y la biotecnología
(desde 1996, a través de las semillas genéticamente modificadas) e Internet.
11
Fuente: Elaboración propia en colaboración con María Eugenia Muzi
Finalmente dentro de las transformaciones estructurales se puede apreciar que, entre
1988 y 2002, la tenencia de la tierra de un establecimiento productivo, deja de
vincularse obligadamente al propietario individual adquiriendo mayor relevancia otras
categorías como los arrendamientos y los contratos accidentales. Para 2001 Héctor
Ordoñez afirmó que:
“Los datos de referentes expertos consultados indican que en la
Argentina un 75% de la agricultura está en manos de contratistas. La
llamada agricultura por administración, con maquinaria propia, es un
modelo en extinción…” (Clarín, 15-9-01)
Los datos arrojados en nuestro relevamiento sobre el partido de Junín permiten
visualizar dicho proceso si se comparan los datos del último censo agropecuario:
45,33%
25,08%
28,99%
0,60%
51,87%
5,27%
42,80%
0,06%
0,00% 10,00% 20,00% 30,00% 40,00% 50,00% 60,00%
Propietarios
Arrendatarios
Explot. Mixta
Otros/ sin datos
2002
2009
Como se puede observar en la comparación precedente, el porcentaje de lotes trabajados
bajo un régimen de arrendamiento aumentó en un 20%, en detrimento de las formas
mixtas de explotación (propiedad y arrendamiento) y de los productores que solo
trabajan sus lotes. En este sentido para Junín, sobre el área relevada de
aproximadamente 100.000has se identificó un total de 621 productores, de los que 401
son propietarios y 110 arrendatarios, de los cuales 68 son a su vez propietarios, y 42 son
100% arrendatarios. El número de productores es significativamente menor que el
existente a mediados de los ´90 que, según el Director del INTA Junín, Juan José Cavo,
giraba en torno a los 1000 productores. Este fenómeno estrechamente vinculado a la
12
Fuente: Elaboración propia en colaboración con María Eugenia Muzi
agriculturizacion corresponde al desarrollo de un nuevo esquema de gerenciamiento,
que, en consideración con los mercados y tecnologías modernas, deja cada vez menos
lugar a la administración unipersonal y tradicional de la explotación a cargo del
productor. El paso desde una “agricultura familiar” a otra determinada por la presencia
de empresarios marca una clara diferencia entre el ayer y el hoy de los hombres de
campo donde “…ya no son meros productores, sino gerentes en agronegocios”
(Ordóñez; Clarín, 8/04/2006).
Las semillas y los agroquímicos que son ofrecidos en tandem al productor por alguna de
las principales semilleras [17] instaladas en el país, son conocidas en el mundo
agroindustrial como “paquete cerrado” (Gras y Hernandez, 2009). Estos paquetes, junto
con el sistema de siembra directa, fueron los protagonistas en el “boom” agrícola
argentino, pues permitieron a los productores reducir hasta en tres veces los costos de
implantación que, sumado al creciente precio de la soja, dejaron poco margen de
elección al productor. La adopción y amortización de estos paquetes son interpretados
por buena parte de los cientistas sociales como un elemento más de la desaparición de
los pequeños productores, pues requieren de una enorme liquidez inicial, o bien la
capacidad de endeudamiento suficientemente amplia como para afrontar los gastos de
los “paquetes” [18], lo cual forma parte de “…un proceso agudo de concentración y
centralización económica, cuyo indicador más elocuente es la desaparición de casi la
tercera parte de los pequeños y medianos productores pampeanos” (Cloquell y Azcuy
Ameghino, 2005) concomitante con el avance del capital financiero en la producción
agraria a través de la instalación de pooles de siembra y fondos de inversión.
Este ha sido otro elemento del que hemos podido dar cuenta a través de nuestro trabajo
de campo, en relación con la migración del campo a la ciudad. Este fenómeno ha sido
motivado, por un lado, por la simplificación de la actividad agrícola a través de la
incorporación de tecnología y, por otro, por la reducción de animales en el plano
productivo local. A estos dos elementos se debe añadir el abandono de la actividad
agropecuaria por parte de los hijos de los productores, pues prefieren volcarse a las
actividades profesionales que garanticen cierta estabilidad económica, muchas veces
impulsados por los mismos productores (en un porcentaje bastante amplio, los hijos de
los productores entrevistados, están estudiando carreras universitarias, ya sea en Buenos
13
Aires, La Plata o bien, en la Universidad del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires
ubicada en Junín).
Durante la década de 1990, en los 10 años del gobierno neoliberal de Carlos Menem, el
proceso descrito termina de consolidarse. Para ello cobraron especial relevancia las
reformas políticas que se sucedieron (en el sector) por ejemplo, la modificación en los
tipos de contratos de arriendo a favor del empresario propietario como parte de la
eliminación de Juntas reguladores (dependientes del Gobierno) de Carnes [19] y de
Granos [20] liberando el mercado rural a los vaivenes de la economía internacional [21].
Las consecuencias de ello se materializaron en que, solo para la década de 1990, se
hable de aproximadamente de 100.000 pequeños productores menos sobre el mapa rural
argentino, como parte de cambio productivo del sector (cuali y cuantitativamente). Por
lo dicho, es evidente cómo, desde el Estado, se han facilitado los elementos que
funcionaron como fuelle para la consolidación del nuevo panorama rural de la
Argentina:
“Un conjunto de decisiones institucionales contribuyeron: ley de
puertos privados, desregulación de la economía, dragado del Paraná,
entre otras dieron lugar a la construcción de fábricas aceiteras, plantas
de almacenajes y puertos privados, que acompañaron del lado de la
demanda el incremento en la producción de soja (años 90).” [22]
(Víctor Trucco, ex presidente honorario de AAPRESID)
De la misma manera durante los ´90 se pudo visualizar en el sector un cambio
estructural del nivel medio de educación en los titulares de las explotaciones agrarias:
25% de instrucción terciaria; 35% secundaria, 35% educación primaria y solo un 5% sin
educación. Los porcentajes que se registraban siete años atrás eran 21, 30, 35 y 13 por
ciento, respectivamente [23].
14
PRODUCCION DE GRANOS Y CANTIDAD POSGRADOS 1965-2007/8
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
196519
67196
9197
119
7319
75197
7197
91981
1983
1985
1987
198919
91199
3199
51997
1999
2001
2003
200520
07
0
2
4
6
8
10
12
14
16
Paralelamente se observa, especialmente después de la reforma educativa de 1994, a lo
largo de este periodo el florecimiento de numerosos posgrados, entre los que se destacan
los vinculados al sector agropecuario: Especializaciones, Maestrías y Seminarios de
posgrado. Tras la realización de una exhaustiva búsqueda en diferentes medios
electrónicos y educativos, se han identificado mas de 20 posgrados vinculados al sector
que, de alguna manera, ofrecen tanto un acercamiento interpretativo, así como
alternativas en los “modos de hacer” dentro de la actual dinámica agropecuaria [24].
Como hemos mostrado hasta el momento, el aumento de la producción agropecuaria
desde la década de 1970 se relacionó a fenómenos que surgen a la vista inmediatamente,
como ser la incorporación de tecnología, pero también se pueden identificar fenómenos
menos visibles pero por ello no menos importantes. Estos implicaron una sustancial
modificación del capital social requerido en el sector agropecuario, donde los expertos
debieron dar cuenta de una visión mas global del negocio agroalimentario, desplazando
el conocimiento técnico a una posición suplementaria. Por lo dicho no seria difícil
suponer que el aumento de la productividad del sector agroalimentario argentino, se
sustenta en un modo de hacer específico de los (nuevos) expertos vinculados al sector,
que a través del trabajo conjunto con los diferentes actores de las distintas esferas
(sociales, políticas y productivas). Lo dicho nos permitiría identificar a las formaciones
15
Fuente: Prof. Daniel Lema, Posgrados, INTA, Mimeo
de posgrado en Agronegocios como usinas formadoras de nuevos expertos, imponiendo
una manera de interpretar los agronegocios y por lo tanto, una manera de actuar sobre
él.
El proceso referenciado a lo largo de este apartado fue denominado por algunos
observadores y protagonistas como “Segunda Revolución de las Pampas” [25], pues
dan cuenta principalmente de las transformaciones productivas que permitieron, como
hemos visto, un aumento exponencial de la producción de commodities en la Argentina,
bajo el publicitado lema de “una Argentina verde y competitiva”. En esta coyuntura, se
consolida en escena la figura del empresario rural (Hernandez, 2007) y de los nuevos
expertos que, vinculados ya no al trabajo directo con la tierra tranqueras adentro (propia
de una definición de trabajador rural tradicional), sino como agentes preocupados por la
búsqueda de eficiencia, en un contexto de cambios económicos, institucionales y
políticos se posicionan como motorizadotes de la nueva dinámica que adquiere el sector
en el país. Desde ese lugar, este nuevo actor se perfila como rupturista del chacarero de
antaño (caracterizado como tradicional y poco dinámico) y se muestra dispuesto a
realizar una inversión permanente, material y simbólica, en la construcción y aceptación
social de su nueva imagen. Como hemos visto brevemente, la nueva dinámica del sector
rural argentino trae consigo una menor heterogeneidad de lógicas de producción, escalas
productivas y niveles de acumulación, viéndose impulsado por la fuerza de grandes
empresas contando con el capital necesario, arriendan tierras y tercerizan servicios
(Gras y Hernandez, 2009).
La Nueva Economía y Negocios Agroalimentarios (NENA)
En el siguiente apartado daremos cuenta de cómo los espacios de formación profesional
ligados al mundo agropecuario reflejan los criterios legítimos de acción del sector
Mediante el análisis de la Maestría en Agronegocios y Alimentos de la Facultad de
Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) [26]. Intentaremos dar cuenta
de los argumentos legítimos que sustentan el actual capitalismo agrario. A través del
abordaje de los elementos teóricos propuestos en la formación de los nuevos expertos
sectoriales pues consideramos que mediante este estudio, podremos identificar aquellas
competencias para la acción (tanto de justificación como de crítica) que el neo-
16
capitalismo agropecuario argentino exige a los actores para la superación exitosa de las
pruebas legítimas.
En función de la descrita coyuntura productiva, la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Buenos Aires ha sabido reestructurar las carreras de grado [27] con el
fin de re-actualizar la visión de los antiguos formados, profundizar los conocimientos de
los jóvenes bajo el nuevo marco conceptual para desplegarse en el sector y superar
nuevas pruebas legitimas entre los productores y empresarios rurales. Para ello hacen
hincapié en la formación de “capital social” como el elemento dinamizador que lidere
los agronegocios en sus distintas esferas de inserción (el medio empresarial, político y
de la sociedad civil) tanto a nivel nacional como global.
La Maestría en Agronegocios y Alimentos (MAA) de la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Buenos Aires (FAUBA), se sustenta sobre la construcción
epistemológica del “nuevo paradigma de los agronegocios agroalimentarios” [28]
resultado del esfuerzo intelectual que, fundamentalmente, el Ingeniero Agrónomo
Héctor Ordóñez, ha desarrollado gracias a su capacidad para desenvolverse en distintos
nodos de la red y sin lugar a dudas ha sido consolidada en la creación del Master de la
FAUBA.
Este posgrado se funda en 1998, momento en que Fernando Vilella asume como decano
de la facultad de Agronomía de la UBA [29]. La creación de este posgrado se dio
paralelamente a la revisión de la currícula de la carrera de grado en la Universidad de
Buenos Aires, quedando consolidada en la casa de altos estudios pública de mayor
relevancia internacional de la Argentina, una visión “paradigmática” del sector
agroalimentario, bajo la cual se han formado más de 3000 alumnos de grado y 2500 de
posgrado:
“Debemos apuntar a cambiar el viejo y tradicional paradigma, que
busca solo satisfacer la demanda actual de los estudiantes, para pasar a
una nueva forma, en la cual la mejora de la calidad educativa implica
la creación —desde la Universidad— de una visión de las necesidades
de conocimiento futuro, profundizando en aquellos campos del
17
conocimiento que se vislumbran relevantes, aunque el alumnado aún
no los visualice…” [30] (Villela, 2008: Congreso AAPRESID)
En relación al perfil de los participantes de la MAA, se circunscribe a profesionales de
entre 25 y 45 años, quienes identificados como protagonistas del recambio generacional
del sector, constituyen la frontera entre los las dos ciudades rurales de la Argentina,
entre dos cosmovisiones. Tal como desarrolla un estudiante del posgrado, dicho
encuentro, implica en muchos casos, conflictos de raigambre no solo agronómica sino
también cultural:
“Y lo que pasa es que hay una diferencia generacional muy grande con
mi padre. Por ahí las practicas que fueron importantes para él, de toda
la vida yo ya veía que… bueno fue cosa de ir tomando un poco de
confianza, más allá de la diferencia generacional y que por ahí los
padres quieren seguir trabajando… se chocan algunas técnicas, pero
bueno, es cuestión de demostrarlo a través de los resultados sobre todo
en ganadería y agricultura (…) Es difícil porque hay diferencias
generacionales, hay técnicas tradicionales de parte de los padres y
quizá nosotros recién recibidos vimos algunos cambios como ser la
Siembra Directa o los pastoreos rotativos intensivos que uno ya
necesita un cambio (…) Más allá de todo, ellos también lo van viendo
por el hecho de que, la persona que ha trabajado toda su vida en un
campo y ha trabajado con un arado a reja por ejemplo, ve que hoy por
hoy, que hay muchas exposiciones, si va a una exposición y ve
muchas maquinas en siembra directa. Y de alguna manera eso,
buscando los cambios de manera cautelosa intentando no llegar a
ningún conflicto familiar y bueno intentando agotar las posibilidades
para que todo salga bien…” (Entrevista a estudiante del posgrado,
2008).
Los maestrandos, que en mas de un 80% se desempeñan profesionalmente en el sector
privado, son profesionales de heterogéneas disciplinas, como ser, ingenieros agrónomos
y economistas, administradores de empresas, veterinarios, abogados, tecnólogos en
alimentos y contadores. Ello nos permite identificar la amplitud disciplinar propuesta
por el posgrado.
18
Argumentos teóricos
La Maestría se sustenta teóricamente sobre los pilares de la Nueva Economía y
Negocios Agroalimentarios (NENA), versión local del Sistema de Agronegocio
Coasiano (esfuerzo teórico del Brasileño Decio Zylbertain) elaborada por Ordoñez
como fruto de su trabajo de tesis de Maestría en Negocios Internacionales de la
Universidad de Belgrano. Este concepto se conforma de otros dos fundamentales: el de
Agribusiness Commodity System (Davis & Goldberg, 1957) y el de Nueva Economía
Institucional (Coase-Williamson).
El primero (Agribusiness) es definido como “…el complejo que va desde la producción
agropecuaria al producto en manos del consumidor, incluidos los servicios conexos,
provisión de insumos y crédito” (Maestría 2009-2011), en otras palabras, se visualiza al
sector, de manera sistémica e integrada verticalmente a través de las conexiones entre
los distintos subsistemas. Por otro lado, el “paradigma” de la Nueva Economía
Institucional, avanza sobre los preceptos de la economía neoclásica, complejizandola, al
concebir su estructura partiendo de unos sujetos con racionalidad limitada y con
problemas de información. Asimismo, este concepto da cuenta de la importancia del
marco institucional, considerando fundamental su estabilidad para reducir la
vulnerabilidad del establecimiento de nuevos lazos (comerciales).
La NENA se presenta como la sinergia de ambos conceptos, definiendo al sistema
agroalimentario como un “nexús de contratos”, poniendo fundamentalmente su acento
sobre el análisis de las transacciones, momento desde donde parte la generación del
valor. Si entendemos a cada negocio como el establecimiento de una nueva conexión (o
bien un nuevo cabo de la red), es pasible de comprender porque la NENA propone la
búsqueda de una estructura institucional sólida y estable, pues de esta manera se pueda
realizar un correcto análisis del tiempo y la calidad de cada transacción en el proceso de
multiplicación de conexiones, logrando agrandar el alcance de la Red. En este sentido
este posgrado tiene la particularidad de profundizar los aspectos gerenciales (definidos
como gobernancia) y económicos del negocio agropecuario, con el fin de “desarrollar e
implementar” estrategias en los negocios rurales. De de estos dos aspectos queremos
destacar el primero, el del gerenciamiento, pues como vimos en el capitulo anterior, en
19
la nueva ciudad por proyectos, es el mediador y creador de lazos quien encarna los
valores de la ciudad, constituyéndose así el factor que determina la grandeza de los
actores expertos que surgen en el sector. Pues este elemento se erige en una de las
demandas recurrentes en el mercado agroproductivo actual, pues como mencionamos
sucintamente el posgrado propone:
“una visión integrada de una cadena productiva (que) requiere de una
aceitada coordinación entre cada uno de los eslabones, lo cual
permitiría según los expertos, aprovechar mejor las oportunidades de
negocios, abaratando costos y aumentando el nivel de eficiencia de la
cadena” (Ordoñez, 2009).
Como mencionamos la Maestría en Agronegocio y Alimentos de la FAUBA, hace
especial referencia al marco cultural e institucional (representado por el marco
normativo) en el que circunscribe cada negocio agroalimentario. Lo cual nos permite
dar cuenta que la NENA, se inscribe dentro de la corriente neoliberal austriaca, pues
dota al mercado de un elemento ético-político bajo el argumento de que existes motivos
que trascienden lo meramente eficientista para mantener en pie el sistema (Morresi,
2009) [31].
Conforme con su pieza fundamental en el plano educativo, entre los objetivos del
posgrado se propone la consolidación de “talentos humanos” capaces de: realizar
estudios sobre las cadenas agroalimentarias; formular y evaluar proyectos de inversión
relacionados con los agronegocios; elaborar planes de marketing; formular planes
estratégicos; analizar las cadenas de valor del sector, y sobre todo, formular políticas
sectoriales [32]. De esta manera la Maestría, que se presenta como formador de futuros
líderes y expertos flexibles y ampliamente capacitados para su rol multiposicionado
[33], propone un egresado capaz de insertarse en alguna de las aristas (o subsistemas)
que presenta el negocio agroalimentario (producción, administración, comercialización,
etc.) tanto “desde la perspectiva de las políticas publicas, como desde las estrategias
de los negocios” (MAA, www.fauba.agro.edu.ar). Si bien puede parecer redundante,
dicho objetivo parte de la visión de la realidad del sector agropecuario que propone la
NENA, la cual pone “…el énfasis en las personas como recurso determinante del éxito
organizacional, (donde) la competitividad impone a las empresas contar con
20
profesionales altamente capacitados, capaces de reaccionar ante las amenazas y
oportunidades que ofrece el mercado” (Batalha, 2005).
Es preciso destacar la importancia que adquiere la conceptualización de la innovación
en el marco del programa en agronegocios y alimentos, pues según el marco teórico, es
a través de ella desde donde se crea la competitividad. La misma refiere a un esfuerzo
multidisciplinar que atraviesa los entornos institucionales, organizacionales y
tecnológicos:
“…con el objeto de aumentar la productividad reduciendo los costos,
diferenciar los productos a través de la mejora continua en la calidad
de procesos y productos, y resolver eficaz y eficientemente las
transacciones entre los distintos actores…” (Ordoñez, Clarín, 4-3-
2000).
Para lograr una mayor asimilación de los conocimientos, el posgrado tiene como
requisito de aprobación, breves periodos de estadía en distintas empresas
agronindustriales vinculadas al posgrado, entre las que se destacan: Los Grobo S.A; El
Tejar; La Serenisima; AAPRESID; AACREA; Grupo Romagnoli; Secretaria de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación; Monsanto; Techint y Clarín entre tantos
otros del sector publico y privado. Esta amplia red ofrecida por el posgrado, tiende a
facilitar las conexiones entre los nuevos miembros de la 7° “ciudad” de la que habla
Boltanski y los nodos de la red ya establecidos [34]. Sin lugar a dudas la preparación de
los estudiantes con estos elementos, permitirá a los actores circular por los diferentes
ámbitos en pos de los intereses sectoriales, fundiéndose en cada una de las esferas y
siendo su origen irreconocible.
A este respecto, se realiza desde mediados de la década de 1990, a través de la
multiplicidad de dispositivos enumerados, el establecimiento de una serie de fronteras
con los elementos propios de un capitalismo agrario previo, como ser los actores, las
prácticas, etc. Así, Héctor Ordóñez se esforzó en instalar la noción de empresarios
innovadores, en detrimento de los productores agropecuarios. Estos últimos
caracterizados por su labor tranqueras adentro, aislado de elementos tecnológicos y de
la posibilidad crear nuevas redes, se oponen a los actuales “empresarios innovadores”,
21
que, según lo plantea Boltanski, están dotados de “…una organización flexible y
creativa (…) sabe adaptarse a las transformaciones, tener constantemente un personal
dotado de los mas recientes conocimientos y obtener una ventaja tecnológicamente
permanente sobre sus competidores…” (Boltanski, 2003: 116). Lo dicho se resume en
palabras del propio Ordoñez, cuando afirma que en la Argentina el productor tradicional
esta en proceso de desaparición, pues “dolorosamente”:
“…la llamada agricultura por administración, con maquinaria propia,
es un modelo en extinción…” y solo tiene espacio para “…quienes
accedan a nuevos paradigmas organizacionales, que sostengan las
nuevas tecnologías, pero por sobre todo quienes atraviesen cambios
organizacionales (…) aquellos emprendedores capaces de innovar
organizacionalmente a partir de distintas redes de contratos informales
o formales. Esta es la forma en que en los agronegocios actuales se
construye competitividad. Dicha innovación organizacional se
sustenta en el mercado de tierras y servicio (...) Y el conjunto de
mercado de tierras y servicios como marco, la red de contratos como
red de redes en los agronegocios sostienen la extraordinaria capacidad
de competencia de la agricultura argentina”. (Ordóñez, Clarín: 15-9-
2001)
Como se puede observar, en la cita precedente radica la visión ofrecida desde la NENA
sobre las transformaciones sectoriales descritas en nuestro primer apartado, donde solo
pueden competir aquellos capaces de adaptarse a la ola de cambios técnicos,
tecnológicos y organizacionales. Por este motivo, es pasible de deducir que tras la
desaparición de 100.000 pequeños productores, sólo hayan seguido compitiendo
aquellos que pudieron, al menos de manera periférica, asumir su nueva identidad como
empresarios flexibles e innovadores.
En la misma línea se puede afirmar que se impone una nueva conceptualización sobre lo
territorial, donde el nuevo empresario miembro de una amplia red, sobrepasa la frontera
simbólicamente delimitada por la tranquera, vinculándose con los otros subsistemas y
nodos de la red (Hernandez y Gras, 2009). En otras palabras, se refleja como Ordóñez
visualiza una ruptura con la ciudad tradicional, donde la jerarquía y la seguridad (como
ser, maquinaria propia, campo propio y grandeza definida por la gran estancia)
22
constituían pilares fundamentales en pos de un nuevo esquema, donde la evanescencia
de los compromisos a largo plazo, junto con elementos tecnológicos y otros fundados en
el conocimiento constituyen los rasgos centrales (como ser la gestión de contratos no
solo de tierras, sino también de servicios).
Los argumentos de la NENA son continuamente legitimados a través de distintos
congresos y seminarios, tanto nacionales (Congresos de AAPRESID, Seminarios IDEA,
Cursos de Maestría, etc.) como internacionales (a través de la presentación de casos
locales en los Congresos de la International Food and Agribusiness Managment
Association). Si bien a lo largo de este trabajo, hemos hecho especial hincapié en la
esfera académica, se debe a su papel estratégico y legitimador, pero otros recursos y
objetos son puestos al alcance de la nueva “ciudad” rural: medios gráficos, como ser
Clarín Rural y el Suplemento Campo de la Nación, permiten un acercamiento masivo de
la población a las normas de la nueva ciudad. Qué esta bien y qué no, los argumentos
para ello, ejemplos de buenos ciudadanos ilustres… son elementos que cotidianamente
son publicados en los diarios de mayor tirada nacional. A esto se le debe sumar la
enorme actividad militante de las fundaciones (Como ser “Darse Cuenta” de
AAPRESID), el papel de las Asociaciones de Productores (AACREA y AAPRESID
como casos emblemáticos y ampliamente trabajados en las ciencias sociales) y por
último de quienes han sido señalados como los principales modelos de acción, es decir,
la acción militante de aquellos erigidos como grandes tras la superación de las pruebas
impuestas.
Con el fin de representar un marco de justicia al alcance de todos los ciudadanos, tanto
de grandes como pequeños, los propulsores del nuevo paradigma productivo, buscan
expresar la necesidad de “reglas del juego claras”. Los actores del neo-capitalismo
agropecuario argentino hacen referencia constante y sonante contra de los niveles de
corrupción y criticando la falta de “visión” del Estado [35] al tiempo que critican
elementos de ciudades precedentes, que de no ser echadas al olvido no permitirían el
establecimiento “esas” reglas claras, que potencialicen las interacciones entre los
distintos actores, los vínculos, la confianza, la extensión de la red, etc. En definitiva,
proponen insistentemente en que las redes sean desplegadas en un marco de justicia lo
suficientemente sólido para que les permitirá a todos aquellos que quieran, constituirse
en un nodo mas de la red, logrando extenderla. Al respecto Ordoñez afirmaba:
23
“La Ley esta permanentemente atenazada entre un Estado ineficiente y
corrupto y una sociedad en donde el delito de evasión es la cultura de
negocios más difundida (…) En ese marco tan ilegal, las reglas de
juego no son parejas, hay claros ganadores y perdedores. Distintos
grupos de interés hacen lobby o peor aún, como dice North, `un
Estado ambiguo, con pobre vigencia del Estado del derecho, queda
cautivo de distintos grupos de interés que crean marcos institucionales
especiales para su solo benefició” (Ordoñez, Clarín: 4-8-01)
Como vemos Ordoñez, el mentat del régimen de justificación actual, en desde su
perspectiva neoliberal afirma que sin esta transparencia institucional
“…pierden todos. Los productores, que no pueden capturar todos los
beneficios de este buen momento. Se pierden una parte del
incremento. Los exportadores, que ceden posiciones frente a la
competencia de otros orígenes. Y el conjunto de la sociedad, ya que
perder oportunidades significa menores ingresos…” (Ordóñez, 14-7-
2001).
Tras lo dicho se puede observar que, desde nuestro marco teórico, que este elemento se
erige como el igualador de todos los ciudadanos, grandes y pequeños, siendo el halo con
el que están recubiertos todos los actores del mapa rural. A través de este elemento de
inestabilidad, se eliminan las ventajas que puedan llegar a tener los antiguos grandes en
las pruebas legitimas de la nueva ciudad. Por lo expuesto hasta aquí, se puede apreciar
que el nuevo modelo capitalista que se despliega en el sector rural argentino posee
nuevas y especificas formas discursivas. Ello nos permite identificar en la Nueva
Economía y Negocios Agroalimentarios al nuevo espíritu del capitalismo agropecuario
que como hemos podido observar, se manifiesta y es difundido a través de múltiples
dispositivos, como ser la Maestría en Agronegocios de la FAUBA, seminarios de tirada
nacional y congresos abiertos. Identificamos a la NENA como el sustento fundamental
del criterio universal de justicia (principio de equivalencia), a través del cual se erige la
ciudad por proyecto. En este sentido, la NENA ofrece las herramientas discursivas y las
competencias necesarias para superar las pruebas en esta nueva ciudad en formación, a
la vez que constriñe las pautas de acción de los actores implicados, indicando formas
24
legítimas para ello. En otras palabras el que y el como de este nuevo mundo son
referenciados a través del marco teórico de la NENA y ofrecidos al publico mas general
a través de diferentes vectores de alcance masivo. Así, en un mundo con forma de red,
elementos como la gestión y la coordinación de proyectos se posa por dimensiones que
en otras ciudades fueron consideradas como esenciales, con ello nos referimos por
ejemplo, a la propiedad de la tierra y a la gestión de la empresa organizada
verticalmente. De la misma manera, carecer de los elementos de grandeza, como ser:
capacidad de innovación, emprendeurismo e información, llevarían casi
automáticamente a la descapitalización, lo que significa literalmente la desaparición.
Las competencias y los dispositivos del Agribusiness
Como hemos mencionado, el marco normativo representado por las “ciudades” cobra
forma a través de diversos dispositivos (que pueden ser objetos, reglamentaciones y/o
instituciones) que permiten tanto la justificación como la crítica de dicho marco
legítimo. A lo largo de este apartado nos abordaremos a identificar los dispositivos que
se instituyen en el neo-capitalismo agropecuario y cómo los agentes, a través de sus
competencias, se posicionan y actúan ante ellos. Dado que hemos trabajado
extensamente la caracterización de las transformaciones en los dispositivos socio-
tecnológicos y económicos de los últimos años a continuación nos abocaremos, en
primer lugar, a identificar las mutaciones de los dispositivos políticos del sector
agropecuario argentino. Con la identificación de las principales políticas públicas
sectoriales, pretendemos poner el énfasis sobre el proceso dinámico en el cual los
agentes implicados deben desenvolverse.
Para nuestro desarrollo en primer lugar identificaremos las políticas del sector desde
1980, que afectaron directamente la capacidad de innovar tanto tecnológica como
organizacionalmente; posteriormente, daremos cuenta del desempeño de los actores ante
las nuevas pruebas impuestas por el neo-capitalismo agropecuario, ahondando en las
empresas y perspectivas de los pequeños y los grandes. En este punto, mencionaremos
el emblemático caso del Holding Los Globo, como caso ideal, pero fundamentalmente
en este punto intentaremos identificar las heterogeneas competencias de los agentes de
la localidad de Junín. A partir del análisis de las entrevistas daremos cuenta las
diferentes “visiones de mundo” existente entre quienes se lograron adaptar a la nueva
25
ciudad y quienes aún no. Podremos identificar en los 5 casos [36] que presentaremos la
predisposición a la innovación, la capacidad de generar redes y de esta manera
mantenerse en continua actividad. Este análisis implicara dar cuenta de las
competencias adquiridas por los productores rurales, así como las prácticas llevadas a
cabo por ellos en las distintas esferas por las que se mueven.
Dispositivos complejos: la política sectorial desde 1980
Las pruebas a cumplir dentro de la séptima ciudad agropecuaria, se vinculan a la
posibilidad de permanecer en el plano comercial. A raíz de ello se resaltan las
capacidades emprendedoras de los empresarios a: incorporar tecnología; innovar
organizacionalmente para finalmente hacerlo político-institucionalmente. Las
competencias de los agentes para superar estas pruebas, que según la NENA, requieren
de la extensión de las redes socio-comerciales (a través de, según Ordoñez, el “Nexus de
contratos”), se encuentran principalmente constreñidas por las políticas sectoriales
implementadas desde el Estado Argentino. Ello nos permite comprender la constante
actividad militante por parte de los agentes rurales desde la década de 1980. Al respecto
Héctor Huergo le escribe a Ordoñez en su columna de Clarín:
“…Vos ya sabías, no por intuición (que te sobraba…), sino por
trabajo, por lecturas, por pensamiento profundo y obsesivo. Te
convenciste que los agroalimentos eran la gran oportunidad para la
Argentina. Sólo había que terminar con la discriminación anti campo,
fogoneada por la vieja ideología y los intereses de quienes medraban
en la no competitividad. Salarios bajos, alimentos baratos, retenciones.
'Una grasada', decías. En los pocos años que duró la no
discriminación, el sueño de la Argentina Verde y Competitiva se
convirtió en la Segunda Revolución de las Pampas (Refiere a la
década de 1990). Que fue tan fuerte que cuando llegó esta Segunda
Discriminación de las Pampas, la revolución tecnológica continuó más
por convicción ideológica de los actores que por conveniencia
económica. Siempre creíste en el rol del Estado. Pero no un Estado
rehén de los lobbies, sino un Estado que planificara en función de las
ventajas competitivas.” (Clarín, 4/4/2006).
26
Hemos podido identificar dos tipos de pruebas a superar por los agentes, una vinculada
a los valores intrínsecos del manejo de la empresa y otra de nivel más global, vinculada
a la orientación de las políticas agropecuarias. A lo largo de este apartado daremos
cuenta de ambos tipos de pruebas, comenzando por esta última.
Entre 1976 y 1981 como mencionamos anteriormente, se expandió la producción de
granos, no por la mejora de los precios sino por la incorporación tecnológica. En este
contexto, la burguesía agropecuaria argentina, así como la diversificada (con patas en la
industria, el agro y las finanzas) bregaron por la supresión de las instancias de
intervención del Estado sobre los negocios agropecuarios. Así, luego de las fuertes
devaluaciones de 1976 que mejoraron sustantivamente la posición de los precios
agropecuarios, los sucesivos intentos por dominar la inflación a partir del “esquema
monetarista de pagos”, complicaron la rentabilidad del sector. A partir de 1978 se inicio
una etapa de atraso cambiario, reducción de las barreras arancelarias y liberación de las
tasas de interés, al tiempo que se reinstalan las retenciones a las exportaciones y crece la
presión impositiva sobre las tierras agropecuarias de las provincias” [37] (Lattuada,
2004: 5).
La restauración democrática en 1983 [38] llega con altos niveles de inflación, una
importante deuda externa y desajustes fiscales. En primer paso del gobierno de Alfonsín
con el sector fue positivo, hasta que, desde el gobierno se propone la continuidad de las
retenciones, el impuesto a las tierras libres de mejoras y una política de precios sostén e
intervención del estado en la comercialización de granos. Dichas medidas conocidas
como Programa Nacional Agropecuario (PRONAGRO) tenían como objetivo
“profundizar el cambio tecnológico, fomentando una mayor utilización de
agroquímicos a través de una reducción de la relación insumo producto, que
posibilitara una duplicación de los niveles existentes (… y además) la construcción de
un mecanismo estabilizador de los precios percibidos por el productor” (Lattuada,
2004).
La crisis de rentabilidad del sector comenzó a profundizarse tras el decrecimiento de los
precios agrícolas de 1984. En este contexto, el gobierno lanza una reforma tributaria en
la cual proponía la redistribución de la presión impositiva entre los distintos segmentos
de productores, aumentando de forma progresiva sobre los poseedores de la tierra. Los
27
datos presentados en los informes de la SAGPyA dan cuenta de una disminución del
área sembrada y de los volúmenes producidos.
A partir de 1988 hasta la década de 1990 los precios agrícolas comienzan un lento
crecimiento, en un contexto hiper-inflacionario (que para 1988 alcanza un 25%
mensual). En nuestro trabajo de campo, en tanto esperábamos en el hall central de la
oficina del SENASA, tuvimos la oportunidad de ser testigos en la conversación de 3
productores, que nos permitió identificar elementos propios de la idiosincrasia rural de
aquella localidad:
“Nunca nos fue tan mal como con este gobierno. La mejor época fue
la de Alfonsín, para el productor claro… Yo me acuerdo que en el ´84
me había comprado el Falcón y que se pago solo al mes (…) en esa
época el gordo Ratto me decía que les preguntaba a los frigoríficos
cuanto pagaban una jaula de novillos… entonces se iba a la Liga
Agrícola-Ganadera y sacaba a 30 días. La plata la ponía a plazo fijo y
ganaba muchísima plata. Me decía que nunca gano tanta plata como
en aquellos años.” (Conversación entre productores, Junín, 2009)
Durante los ´90 se impuso la reforma del Estado, las privatizaciones y la desregulación
total de la economía que estableció nuevas reglas de mercado. Se eliminaron las Juntas
nacionales de Carne y Granos y se puso fin a la intervención del estado en los mercados
de agronegocios (entre otras instituciones, el INTA prácticamente se vio vaciado de
recursos presupuestarios). Según los observadores vinculados al sector, la privatización
de puertos, ferrocarriles, petroleras, empresas de energía, sistemas de comunicación,
autopistas y sistemas viales, permitió aumentar la competencia y redujo los costos de
transacción de los agronegocios. Se modifican los contratos de arriendo, favoreciendo a
los autodenominados “Sin Tierras”. En un contexto de paridad 1 peso = 1 dólar, se
eliminaron las retenciones a la exportación y las tarifas de importación, permitiendo una
mayor incorporación de tecnología: insumos, maquinarias, semillas, etc. Esta decada
para el analisis de la NENA arrojo un saldo positivo pues “Las políticas centrales
impulsaron la competitividad aumentando las ventajas comparativas y la inversión en
recursos locales…” (Ordoñez, 2009). Coincidiendo con De Martinelli y como
mostramos en nuestro primer apartado, estas políticas por un lado consolidaron a
28
determinados actores pero por el otro, terminaron por excluir a una gran parte de los
antiguos actores.
Finalmente, el régimen de convertibilidad de la Argentina se termina abruptamente en
2002, tras la decisión del entonces presidente Eduardo Duhalde, de poner fin a dicho
régimen. Con ello, se devalúa la moneda en un 30%, favoreciendo directamente a los
productores agropecuarios. Como suerte de compensación a ello, se aplican las
retenciones a las exportaciones, primero de un 10%, luego de un 20% para seguir
aumentando con el gobierno de Kirchner.
Como hemos podido observar en este breve recorrido, no han existido politicas
sectoriales estables y de largo plazo en la Argentina rural durante los últimos 30 años.
Ello implicó que los actores hayan tenido que superar pruebas cambiantes: la inflación
en los ´80, el recrudecimiento de la competencia y el aumento de los costos de
producción en los ´90 (donde se destaca el endeudamiento financiero) y la crisis del
2001 donde se rompen las reglas del juego vigentes hasta entonces. La inestabilidad
política permite colocar un telón de fondo al escenario en el que una multiplicidad de
actores que han ido desapareciendo del plano rural al tiempo que surgen nuevos para el
periodo de nuestro estudio.
Ahora bien, según la perspectiva de Ordoñez, fue la década de 1990 la que ofreció los
dispositivos políticos necesarios para consolidar las nuevas competencias requeridas
para el accionar de los actores en función de nuevos criterios legítimos [39]: la
consolidación de una nueva forma de acumulación, a través de la producción extensiva,
basada fundamentalmente en el gran capital y el conocimiento y la redefinición de las
justificaciones y críticas en torno a ese modelo del Agribusiness.
Los agentes: competencias desiguales
Como hemos abordado hasta el momento, los actores implicados en el neo-capitalismo
agropecuario han debido enfrentarse a numerosas pruebas, entre las que se destacan las
políticas sectoriales erráticas y el constante progreso tecnológico. En tanto la primera ha
sido abordada al comienzo de este segmento, la segunda ha sido desarrollada
previamente, en el tercer apartado.
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En este segmento, daremos cuenta, a través de estudios de caso, de cómo las
heterogéneas competencias adquiridas por los heterogéneos actores les permiten a estos
superar (o no) las pruebas cotidianas. Veremos entonces, a través de los casos
presentados, de qué manera quienes han superado exitosamente las pruebas impuestas lo
han hecho al cercar sus modos de acción a lo impuesto por el criterio legítimo de la
NENA. Sin más, lo dicho nos permitirá esbozar una posible jerarquización del plano
productivo de la agrociudad juninense, a través de la identificación de las competencias
y la capacidad de superar las pruebas, las cuales definen según nuestro marco teórico a
grandes y pequeños. Presentaremos a partir de las entrevistas realizadas diferentes casos
particulares que permitan aproximarnos a una posible jerarquización de la estructura
social del sector. Como representativos de los grandes, se expondrán los casos de
Gustavo Grobocopatel [40] y de Jorge La Salle. La selección de estos casos no ha sido
azarosa, puesto que tienen una finalidad argumentativa: en tanto Grobocopatel
representa al empresariado rural a una escala internacional, Jorge LaSalle lo hace a nivel
local en nuestra área de estudio. En este sentido, como adelantamos en nuestro marco
teórico, podremos trazar un puente entre lo macro y microsocial. Para ilustrar, en
nuestro campo de estudio, el caso de quienes se encuentran aún tensionados entre el
modelo de producción de antaño y el nuevo del Agribusiness expondremos el caso de
Melcon Hnos. Y finalmente como representativa de los pequeños, presentaremos el caso
de Rosana Franco. Ahora bien, desde nuestro lugar tenemos conocimiento de que el
resultante esbozo que se presenta de la jerarquización social de Junín no es definitivo,
pero del mismo modo, consideramos que ella nos permite trazar los primeros
lineamientos en función de un análisis posterior.
Según Gustavo Grobocopatel, "lo que hicimos ahora es un holding, un grupo
económico en el cual tenemos un acuerdo de accionistas, un directorio y un área
gerencial…”. Definido por los medios como el “rey de la soja”, el Ing. Agrónomo
Gustavo Grobocopatel tiene la particularidad de ser tomado como modelo a seguir en
cada una de las exposiciones de agronegocios, llega a ser el centro de atención en
numerosos congresos y como invitado en facultades de agronomía. Este ingeniero
agrónomo pasó a representar todo lo que debe poseer un empresario exitoso: es
polémico, audaz, innovador, enfático, impulsor, lobbista, emprendedor, líder natural,
etc. (Revista Fortune, 15-9-03). De esta manera, él intenta llegar a todas las aristas de la
30
sociedad con la idea de que todos hoy día pueden llegar a sembrar más de 100.000has,
como lo hace él, pues la propiedad de la tierra no es determinante para el desarrollo de
la actividad y, por el contrario, es un contraproducente para ello.
El caso de la empresa Los Grobo fue analizada por Hector Ordóñez, a través del prisma
de la NENA. En este estudio de caso, se resaltan las virtudes de los miembros de la
empresa, de su capital social y de la toma de decisión profesionalizada de sus miembros
que le permitieron tener continuidad desde de sus abuelos contratistas en principios de
siglo XX, pasando por su padre como productor y comercializador, hasta llegar a la
actualidad como holding “familiar”, que cotiza en bolsa en un contexto signado por
constantes pruebas legitimas (inestabilidad económica e institucional). De esta manera
Los GROBO Agropecuaria logró operar en distintos niveles de la cadena agroindustrial,
extendiendo sus propias redes a través de una prolífica generación de nuevos proyectos.
En este sentido, el trabajo de Ordóñez, permite observar las modificaciones de la
empresa familiar ante cada nuevo contexto institucional, poniendo especial hincapié en
la flexibilidad y habilidad para captar y crear nuevas oportunidades en un escenario tan
inestable como el argentino. Desde los ´80, Los GROBO Agropecuaria se aboca al
alquiler y compra de campos, sentando las bases de una estructura que se terminara de
conformar en los ´90. Gustavo define a la compañía del siguiente modo:
Una red, fuertes nudos locales y una central coordinadora focalizada
en originar cereales y oleaginosos. Con tres grandes Unidades de
Negocios: Comercialización, Producción Agrícola (ambos garantizan
el originamiento) y Servicios de Apoyo (logística, almacenaje,
insumos, servicios de asesoramiento).
De la misma manera, en todo el relato con tono casi epopéyico, Ordóñez da cuenta de la
capacidad del CEO de la empresa para incorporar tecnología, ya sea a nivel
organizacional o bien de corte tecnológico:
“…La administración se encuentra totalmente descentralizada. Cada
responsable carga desde su lugar de trabajo la información y es
recibida on-line por el sistema central. Las áreas de influencia han
generado la red de sucursales. En esas oficinas, se compran granos,
venden insumos y realizan contactos comerciales…”
31
Lo mismo sucede con los constantes proyectos que proponen desde la empresa, incluso
ante pruebas institucionales como la de 2001. En este sentido, Ordóñez muestra cómo
Los Grobo crean un software específico para transacciones comerciales de Mercado a
Término (MAT), forma nuevos negocios como operadoras de negocios y capacita
constantemente al personal de sus empresas (por ejemplo a través del curso de alta
dirección de agronegocios in-house, patrocinado y dictado por la FAUBA).
El estilo de producción integrada, con el arrendamiento de más del 90 por ciento de las
ciento cincuenta mil hectáreas que cultiva con siembra directa y su esquema de
tercerización de todos los servicios permite que Grobocopatel afirme lo siguiente:
“Yo podría prescindir de tener tierra propia. Mi negocio no se altera si
yo no tengo tierra propia. Soy un sin tierra, porque arriendo. Soy un
sin trabajo, porque yo no trabajo, tercerizo todo. Y no puedo decir que
soy un sin capital porque algo tengo, pero podría hacer lo mismo que
hago prácticamente sin capital propio, porque hago un fideicomiso y el
sistema me presta el dinero. Lo único que tengo es capacidad de
gerenciar.” (La Nación; 2-12-2007)
Lo anterior da cuenta de que las bases de la nueva organización están construyéndose
“creativa y flexiblemente sobre los cimientos de una larga tradición.”
En relación con capital social, otro de los elementos a los que recurre insistentemente la
NENA, Gustavo preconiza:
“…Estoy convencido que el futuro de esta compañía son las personas
y la organización. Toda nuestra energía esta puesta en la
descentralización administrativa, en el control centralizado y en el
desarrollo de novedosas formas de incentivos.”
Tras lo dicho se debe destacar la importancia que le da la empresa a la formación de sus
recursos humanos, así como la insistencia de Grobocopatel respecto del conocimiento
en cada una de sus exposiciones públicas: “Darse cuenta”, “Sociedad del
32
Conocimiento”, “empowerment”, “capital social” son todos conceptos centrales en la
oratoria de Gustavo Grobocopatel.
Por lo dicho, afirma Ordóñez, Los Grobo Agropecuaria es uno de los grandes
ciudadanos de la nueva ciudad agroindustrial, que ante nuevas y cada vez más exigentes
pruebas institucionales, no solo consiguió permanecer en pie, sino continuar creciendo
con nuevos proyectos y expandiendo así sus redes. El mismo Ordóñez cita a
Grobocopatel para dar cuenta de los próximos proyectos de la empresa en función de
continuar flexibilizando aun más la red:
Pensamos focalizarnos en un rediseño institucional de la compañía y
transformarnos en un holding. Los objetivos del cambio son darle más
flexibilidad, permanencia y profesionalización a la organización. El
Holding permitirá disociar el destino de la empresa del de la familia.
Dará flexibilidad y libertad a los miembros de la familia en su relación
con la empresa. Generará confianza en el mercado, permitirá la
incorporación de nuevos profesionales y nuevos accionistas.
Flexibilizará la gestión y la composición accionaria.
Ahora bien, la página web del holding agropecuario nos permite consignar la
multiplicidad de actores con los que se vincula: ofreciendo comercialización a través de
la empresa Chain Service; ofrece un link hacia la página de la Maestría en
Agronegocios de la FAUBA; la Fundación Los Grobo y todos sus proyectos en torno a
las escuelas, emprendimientos y comunidades rurales; información de los principales
mercados de granos; la oferta de un Newsletter gratuito con las novedades del sector.
Entre todas ellas se destaca la que nos permite acceder a: nuevos negocios, la cual se
sostiene con el anuncio:
Los constantes cambios de paradigmas nos obligan a adaptarnos
rápidamente. Hemos desarrollado un equipo especialmente abocado al
desarrollo y análisis de nuevos negocios para buscar nuevas
oportunidades y pensar en la creación de valor...
(www.losgrobo.com.ar)
Ello implica una amplia oferta de negocios en semillas, agroquímicos y fertilizantes.
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Finalmente, queremos destacar, a través de la misma pagina, las redes creadas por Los
Grobo: Universidades públicas y privadas; empresas de biotecnología y fertilizantes
(INDEAR-RIZOBACTER; BIOCERES, de quien Gustavo Grobocopatel fue co
fundador y actual presidente); INTA (ej. Trigo bioINTA); Asociaciones de productores
(AAPRESID-AACREA); Fundación OSDE. Fue Grobocopatel quien firmo contratos de
venta de tecnología con el gobierno venezolano [41].
Como se ha podido observar hasta el momento, las características de la empresa Los
Grobo Agropecuaria, así como su capacidad de innovación tanto tecnológica como
organizacional, ha sido ampliamente reconocida por los principales jurados del sector:
recibió premios de la Fundación IDEA; el premio AmCham por la gestión orientada a la
sustentabilidad, así como ha sido invitado a ser expositor en el IAMA.
Con la exposición del caso solo hemos querido ilustrar lo que según los padres
fundadores del marco normativo, implica ser un buen ciudadano. De manera similar
desde la Maestría en Agronegocios se organizan eventos de manera permanente, en los
cuales se presentan casos exitosos del mundo agropecuario argentino, donde se
destacan: El Tejar y el Grupo Romagnoli, etc. En este sentido consideramos que la
reconstrucción hecha por Ordóñez priorizó los elementos centrales de la NENA, lo cual
tiene una significación no menor, pues Grobocopatel se ha convertido en el ícono de la
soja del el país.
A continuación daremos cuenta, mediante nuestro trabajo de campo cualitativo en la
localidad de Junín, de las competencias adquiridas por los productores de la zona. Ellas
definen la existencia de pequeños y grandes locales: aquellos que de la misma manera
que Grobocopatel, han sabido adaptarse a los nuevos dispositivos (reglas, objetos e
instituciones) y aquellos otros, más rígidos, que aún continúan siendo pequeños y, en
muchos casos, al borde de la extinción.
Según Jorge Lassalle, “es la diferencia de trabajar con la pala… ahora tenemos que
dedicar esa misma cantidad de horas para estar trabajando en la computadora”. Para
el abordaje de los ciudadanos del plano productivo de Junín, nos manejaremos con la
siguiente caracterización de actores: Expertos (Asociación de Ingenieros Agrónomos de
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Junín); Productores Innovadores (quienes se manejan bajo los cánones propuestos por la
nueva ciudad); Productores mixtos (quienes se encuentran en un estadio intermedio
entre lo tradicional y lo innovador, y combinan elementos de cada una de ellas.
Finalmente entre los productores, encontramos a los tradicionales, que si bien son
pocos, aún existen. Por último identificamos a los contratistas, quienes en la mayoría de
los casos, combinan elementos de producción propia con la tercerización de servicios.
En el partido de Junín hemos tenido contacto con Jorge Lassalle, socio gerente de la
empresa Agronet. Este actor particular de la red productiva de Junín cuenta con lo
elementos propios de un grande de la nueva ciudad agroalimentaria. Jorge ha sido
referenciado como “un caso atípico… el escalón que necesitamos los jóvenes: fuerza,
vocación, liderazgo que entusiasma a los jóvenes…” (Rafael, entrevista 2010).
La empresa Agronet está compuesta por dos socios Jorge LaSalle y un importante
abogado, Paco Alzari, ex titular de la Sociedad Rural de Junín. Jorge tiene 85 hectáreas
propias, heredadas de su abuelo y ubicadas en una zona arenosa, lo que implica decir
tierras comparativamente malas. Para la entrevista hemos sido invitados a la empresa,
en el centro de la ciudad de Junín que, para nuestra sorpresa, tenia la fachada de una
casa. Entramos lo primero que hace Jorge, es mostrarnos la empresa: el living oficiaba
de sala de reunión; una de las habitaciones de dormitorio; la otra como oficina
administrativa donde estaban trabajando 3 personas: una señora de edad avanzada, un
contador y una economista. La empresa actualmente trabaja 7000 hectáreas alquiladas
en el partido de Junín y no cuenta con maquinaria propia y se maneja directamente con
contratistas rurales de las distintas zonas del partido.
Jorge, uno de los titulares, cuenta con una extensa red de negocios en la que se inserta a
través de su participación como miembro de la Cooperativa Agrícola-Ganadera de
Ascensión que, a su vez, ocupa un lugar importante dentro de ACA (Asociación de
cooperativas argentinas). Desde ese lugar, Jorge (Lassalle) supo llegar a todos los
puntos de la red. A lo largo de la entrevista realizada a este empresario, se pudieron
identificar elementos propios de la NENA, aunque en ningún momento se haya
realizado referencia a ella. En primer lugar, Jorge hizo especial hincapié en el poder de
la red cooperativa, señalando estas no prosperan por la “idiosincrasia” del productor
argentino. En función de ello afirma que a las reuniones y asambleas de las cooperativas
35
solo asiste el 6% de los asociados. Por otro lado, de la misma manera que la NENA y
Grobocopatel, Jorge insistió constantemente en relación a la tecnología, la capacitación
y el conocimiento como fuentes del cambio cuali y cuantitativo del sector.
La entrevista de vida realizada se estructuró en función de la capacidad de incorporar
tecnología. Así, Jorge se destacó a sí mismo como organizador de exposiciones a campo
abierto y de jornadas de capacitación a los productores de la cooperativa: “…ahora
cambió el campo. Ahora hay mucha información y hay que filtrarla. El productor
muchas veces, por pertenecer a otra generación, no puede filtrarla…” (Entrevista a
Lassalle, 2010). En este sentido destaca el establecimiento de vínculos entre los
distintos actores de la red, con el fin de innovar e incorporar información y
conocimiento.
Desde esta perspectiva, Jorge afirma que el 50% de los campos del país está en manos
de los propios dueños y que el otro 50% esta arrendado. Para él, coincidiendo con
Grobocopatel, este último segmento es el que genera el 80% de la producción total.
Seguido afirma que este último segmento “…tiene otro nivel de capacitación, que es el
insumo que nos falta (…) porque (este productor) está más atento a la tecnología,
porque sabe las cosas que tiene que hacer y le va mejor…”. De la misma manera, Jorge
se aventura a identificar en Junín una tipología del productor/empresario agropecuario:
“Hay productores chicos en cuanto a superficie, pero con una cabeza grande. Y
después tenés productores grandes con cabeza chica que terminaron alquilando o
vendiendo sus tierras” (Entrevista a Jorge, 2010). En medio de ambos ubica al
productor mediano que “se esta juntando y arma punta con los otros; arma grupos,
sale y alquila pedacitos y se va agrandando…”
Este razonamiento tiene su correlato moral al considerar como normal y justo que
quienes no suban al tren de la información queden rezagados y desaparezcan como
productores. Allí radica, dice Jorge, la importancia de la gestión, pues los que se van
son los no que saben manejar y aclara “no hay que tenerle miedo a eso”.
Desde su lugar como empresario, Jorge hizo especial hincapié en el compromiso ante
todas las actividades y proyectos emprendidos. En este sentido da cuenta de su trabajo
constante en la actualización tecnológica e informacional de su empresa: asistencia a
36
seminarios, vinculación con Asociaciones de productores como AACREA y
AAPRESID, para a través de esas mismas redes, seguir ampliando la propia. En este
sentido se afirma como abierto a las nuevas tecnologías, entre ellas la agricultura
certificada. De la misma manera, con la hacienda propia, Jorge reflexiona sobre las
bondades de la alimentación del ganado a través del “Ruter” (ACA) [42]. En relación
con la variabilidad climática afirma que “el productor sabe lo que está pasando con el
cambio climático y actúa en consecuencia. Se vienen lluvias y se reacondicionan las
máquinas, colocando tracción doble en todas…”.
Todos estos elementos llevan a Jorge a identificar un proceso de cambio en el sector, en
el que la gente joven y la información constituyen los elementos principales. El se sabe
un productor innovador y protagonista del cambio. Él “se dio cuenta” de la nueva
dinámica y supo extender sus redes, adaptar la tecnología, innovar organizacionalmente.
Según Hnos. Melcon, “si logramos adaptar lo de las ranas, toda la cosecha de soja no
sería nada en relación a la rentabilidad”. Melcon Hnos. S.A. actualmente es
identificada por el resto de los productores de Junín como una de las empresas modelos:
“Los Melcon son los más ricos de Junín…” (Entrevista Rivero, 2009). Desde nuestro
lugar vemos en Pablo Melcon, uno de los socios de la empresa familiar, con los
atributos propios del grande: flexible; innovador, emprendedor, líder, comprensivo y
activo. De la misma manera, Pablo Melcon es un gran creador de nexos, por lo que su
red actualmente tiene grandes dimensiones. Antes de profundizar en el papel de Pablo,
abordaremos la historia de la empresa, a los fines de presentar un paralelo con la historia
de la familia Grobocopatel.
La familia Melcon proviene de la Provincia de León, España. Llegó a Junín en 1912
para trabajar directamente en una empresa de ramos generales. Con el tiempo logró
poner un negocio familiar del mismo rubro. A raíz de aquel emprendimiento la familia
se asoció con una empresa de productos plásticos que al momento de su venta, le dejó el
capital suficiente para comprar 500 has de las mejores tierras agrícolas de Junín. En su
historia la empresa agropecuaria, llegó a tener 1300 cabezas de ganado. Los Melcon
actualmente realizan toda su producción en Siembra directa a lo largo de 1200has,
tecnología que incorporaron gracias a la propuesta de Pablo Melcon, quien recién
recibido de ingeniero agrónomo, se asoció a AAPRESID. Respecto de los proyectos en
37
funcionamiento, la Empresa desde los ´90 se volcó al desarrollo de productos no
tradicionales, como por ejemplo de hongos y ranas. Este último proyecto, aún en
desarrollo, está a cargo de Juan Melcon (veterinario), hermano de Pablo e hijo de
Alfredo.
En relación con los nuevos proyectos, actualmente la empresa esta en vistas a comprar
nuevas maquinarias, para realizar la llamada agricultura de precisión, mediante el
endeudamiento con el banco Nación (el costo de ambas llega a 330.000 pesos) [43]. De
la misma manera, nos comenta Alfredo (ingeniero agrónomo de la camada 1960) su
impacto al observar las bondades de la Siembra directa y de los sistemas satelitales, lo
que lo llevó a depositar plenamente su confianza en aquello que esta por venir. Respecto
de la administración de la empresa, se encuentra a cargo del padre y su secretaria.
Ambos se encargan del manejo con los bancos y la liquidación de créditos. Actualmente
afirmaron haber liquidado todas sus deudas.
Alfredo nos comentó que nunca han tenido socios ajenos a la familia, pero que eso
tiende a modificarse, pues por no hacerlo desaparecieron muchas empresas familiares.
Respecto de la decisión de no arrendar tierras para producir, Alfredo reflexiona sobre la
mínima diferencia obtenida ante los elevados precios de los alquileres que, al momento
de la entrevista, rondaban los 20 quintales.
Continuando con la misma empresa, referente de Junín, quien tiene elementos para ser
considerados como los grandes de la séptima ciudad, debemos recurrir a Pablo Melcon,
ingeniero agrónomo recibido en la UBA en 1991. Sin lugar a dudas, él se erige como
quien fuera el motor de las nuevas estrategias de la empresa, pues tiene los elementos
que ya han sido definidos en los apartados anteriores. Él se posiciona como grande en
distintas esferas de la actividad: recién egresado trabajó como asesor en el desarrollo de
semillas para empresas multinacionales (Pioneer), al tiempo que fue el impulsor del
proyecto del ranario y del cultivo de productos no tradicionales (champiñones) en el
campo familiar. De la misma manera, formó parte de los proyectos públicos al
desempeñarse como asesor en el proyecto cambio rural. Durante 2001, en agosto más
precisamente, Pablo se decida exclusivamente a gerenciar una empresa agronómica de
Junín, lo cual le permitió seguir extendiendo sus propias redes:
38
“…brindábamos servicios de logística a compañías internacionales, de
recibir agroquímicos y redistribuirlas a otros negocios… y esa parte
me abrió contacto a muchos mas productores y muchos de ellos fuera
de de la zona de Junín, productores grandes donde fui agarrando mas
asesoramientos…”
Navegando por su mundo reticular, Pablo tuvo la oportunidad desde 2008 de ingresar
como parte del equipo estratégico y líder en la elaboración de productos para una
multinacional de capitales indios, cuyos gerentes en la Argentina, son los mismos que
fueron jefes de Pablo en la Agronomía anterior.
En relación con las pruebas del sector Pablo, destaca a los ´90 como la prueba más
difícil que tuvo que enfrentar la empresa bajo su dirección:
“… parecía todo lindo pero nos estaban matando, porque los precios
internacionales estaban muy bajos y en los años que vinieron buenos
1995 y 1996, que parecía que iban a durar toda la vida (…) nos
endeudamos muchísimo y todavía muchos seguimos pagando eso…”.
Pese al comentario anecdótico de Pablo, permaneció durante los ´90 como asesor
privado e independiente al tiempo que capitalizaba experiencia en el campo propio, y se
vinculába a las tareas rurales. Sin embargo y pese a los contratiempos señalados:
inundaciones, bajos precios internacionales, endeudamiento excesivo, etc. Pablo
continuó con su estrategia de incorporación de conocimiento en la empresa, en tanto se
vinculaba a usinas formadoras:
“Cuando empiezo a trabajar en el campo era una explotación mixta;
1/4 era ganadería y en el otro 3/4 hacíamos rotación de maíz, soja,
trigo y algo de girasol. En 1996 compramos otro campo donde
hacíamos la misma rotación y ya empezamos a probar en el ´93-´94
con los primeros lotes en Siembra Directa, con una máquina prestada
por el INTA, que era con la que hacían los ensayos (…) me tocó
introducir la Siembra directa y me camisetie mucho… soy socio de
AAPRESID y de AACREA. Hoy por hoy, son 1300 hectáreas todas
en Siembra Directa…”
39
Lo mencionado nos permite recuperar las enseñanzas de la NENA respecto de la
integración vertical. Para Pablo, esta es la mejor forma para continuar transitando el
camino hacia la grandeza:
“Hay dos formas de crecer, una de manera horizontal, sembrando
todas las hectáreas que puedas. La otra es la vertical, agregando valor
a lo que haces o produciendo lo máximo que te permita tu estructura.
Nosotros estamos apostando ahí, a producir lo máximo y en parte a
agregar valor también.”
La estrategia de Pablo, basada en la inversión constante, combina la compra y
utilización de maquinaria propia, al tiempo que utiliza servicios tercerizados de
pulverización. En este punto, también radica su capacidad empresaria al manejarse con
tres contratistas distintos, y diversificar así el riesgo ante el aumento de la demanda. De
la misma manera, su estrategia empresarial y su capacidad emprendedora facilitaron el
acceso al alquiler de un espacio de silo en puerto. Esto permite concentrar la producción
directamente en el puerto, saltando al intermediario (como ser una cooperativa de
comercio) y negociando directamente en con el exportador. Con esta “innovación”
organizacional (la más importante para la NENA), Melcon Hnos. introdujo valor en la
empresa y adquirió nuevos conocimientos en lo concerniente al acondicionamiento y
comercialización directa de los granos.
De la misma forma, Pablo nos relata dos innovaciones organizacionales que, para él,
resultan fundamentales. La primera vinculada a la producción en escala tras la
incorporación de la compra de fertilizantes a granel, con la que ahorra en los costos,
dado el gran volumen de fertilizantes que utilizan en sus campos. Y la otra con la
compra de un camión propio, que les permite realizar el 60% de los fletes, y reducir lo
que Ordóñez denominaría “costos de transacción” a lo largo de la cadena del
agronegocio. Para el caso de los Melcon, estos se redujeron en los siguientes aspectos:
el secado; en la fertilización; en la implantación al combinar propiedad mixta de
maquinaria (sembrado y cosechado propio y pulverización tercerizado); y finalmente en
la comercialización (flete mixto, silo en puerto, etc.) En este sentido, cuando se le
pregunta por el futuro de la empresa familiar, Pablo afirma: “El proyecto que tenemos
40
en carpeta es el feed lot, si algún día llegan a abrir las exportaciones de carne (…) si
volvemos a tener animales, vamos a darle toda la merma de granos que tenemos y que
hoy se tira, haciendo así el ciclo completo…”. A lo largo de la entrevista, Pablo
recupera y capitaliza su experiencia de los ´90 cuando, sin recursos, todas las
actividades de la empresa eran realizadas con maquinaria vieja que funcionaba
manualmente en tanto ahora, como parte de distintas etapas y proyectos poseen equipos
automáticos y tecnología de última generación. Como mencionamos, forma parte del
nuevo proyecto inmediato de la empresa la incorporación de la agricultura de precisión
y terminar de informatizar su producción.
Finalmente queremos de destacar que Melcon Hnos., en función de lo visto en apartados
anteriores, tiene todos los elementos para ser ubicado entre los que van camino a la
grandeza. Elemento fundamental, como nos comentó Pablo, fue la capacidad de estar
actualizados a través de los nuevos hilos de las redes que potencializaron su poder de
innovación para emprender proyectos nuevos y manejar el riesgo de manera natural (por
ejemplo, a través del acceso a créditos bancarios), pese a la coyuntura financiera poco
favorable. De esta manera, Melcon Hnos. supera exitosamente la prueba legítima de
1990, lo cual no solo le permitió subsistir y ser competitivo sino, también seguir
profesionalizando la empresa.
Según Rosana Franco, “el país se hace trabajando y todo se logra trabajando”. En la
heterogeneidad productiva de Junín, hemos identificado una serie de productores que
carentes de los elementos propios de los grandes, actualmente subsisten y se adaptan a
la nueva coyuntura agroproductiva, combinando las actividades rurales con otras
alejadas del campo. Entre estos queremos exponer el caso de Rosana Franco quien
actualmente produce un campo de 52 hectáreas cercanas a la localidad de Roca. Desde
el 2002 esta productora se hizo cargo de la explotación familiar, administrándolo de la
misma manera que fuera heredada de su padre. El campo, trabajado exclusivamente por
Rosana y sus dos hermanas actualmente reparte su superficie entre la hacienda y la
agricultura. A diferencia de otros productores que aun dedican su superficie a la
ganadería, Rosana es un caso paradigmático pues aún realiza pastoreo (es decir, amplias
superficies implantadas con pasturas que son caminadas por el animal) en una superficie
importante de su propiedad. La producción del campo de Rosana, ya desde su padre
incluyo una importante actividad ganadera, así desfiló un tambo y un criadero de cerdos
41
que fueron cerrados por ser insolventes. En este sentido la productora complementa la
actividad agropecuaria trabajando como administrativa en un estudio contable de Junín,
pues ella, como muchos otros productores, vive en la ciudad y se acerca diariamente a
su campo.
Dado el tamaño de su explotación, Rosana no posee la maquinaria para las labores
agrícolas, pues afirma no se amortiza con la superficie propia. A raíz de ello, la
productora contrata el servicio de sembrado y cosechado. En relación a la incorporación
de tecnología, como elemento propio de la innovación agropecuaria, encontramos en el
rasgo propio de un ciudadano pequeño de la ciudad por proyectos agroindustrial.
Rosana, de la misma manera que con la hacienda, a diferencia de casi la totalidad de los
productores de Junín laborea la tierra descartando la Siembra Directa. Así, el disco de
arado y la rastra constituyen las herramientas agrícolas que posee Rosana. Si bien
argumenta que ello se debe al sistema de rotación con animales, ya renuencia a los
“tiempos modernos” se refleja en la insistencia de la recuperación del pasado rural, con
animales y gente viviendo en sus chacras. A lo largo de su relato como pequeña
productora se puede percibir un desagrado por lo que aquí hemos identificado como
agriculturizacion, presentando razones como ser, la falta de generación de empleo, la
erradicación de la fauna silvestre (liebres y aves) y la exclusión de la ganadería.
En este sentido también se puede identificar la distancia con los grandes respecto del
uso de innovaciones ganaderas. Anteriormente, para el caso del grande de Junín, hemos
mencionado la utilización, el orgullo y entusiasmo que implicaba para algunos la
incorporación del Ruter para la ganadería de cría, que les permite destetar a los terneros
a los 4 meses. Rosana por otro lado, cría a sus animales con maíz:
“…Y no los desteto a los 3 o 4 meses como hacen algunos, porque el
animal sufre mucho. Los tengo sueltos en el campo porque en el
feedlot el animal sufre mucho. Sufre el encierro, el hacinamiento… la
vaca quiere agua y sombra y ahí no tienen verde y no tienen
sombra…” (Entrevista Rosana Franco, 2009)
De la misma manera que los otros entrevistados en el trabajo de campo, Rosana da
cuenta de las dificultades enfrentadas desde la década de 1990, donde como dijimos se
42
cerro el emprendimiento de cría de cerdos. Pese a ello Rosana Franco afirma adaptarse
hasta donde puede a las nuevas situaciones del negocio, siendo conciente de que dicha
capacidad tiene un limite: “…la explotación mixta, como hago yo, la mayoría no va a
(poder) seguir…” Así, pese a lo señalado por casi todos los entrevistados respecto de la
imposibilidad de trabajar sin contador, la administración, está a cargo de Rosana que en
colaboración con una de sus hermanas realiza los tramites bancarios.
En función de ello afirma que por primera vez realiza una campaña con soja sobre soja,
interrumpiendo el histórico de rotación maíz-trigo-soja. Para la actividad, también a
diferencia de otros productores ya analizados, Rosana no trabaja con algún asesor
experto, sino que por el contrario afirma conocer la actividad agropecuaria desde lo
impositivo, desde lo climático y desde lo productivo pese a no poseer título alguno. Por
el contrario realiza consultas aisladas sobre temas específicos al momento de la compra
de insumos, con los ingenieros agrónomos de las empresas.
En relación a las Redes de Rosana, estas pueden identificarse como no demasiado
extensas, lo que significa que su capacidad de generación de proyectos es prácticamente
nulo, excepto como ella misma afirmó, subsistir y esperar que pase la tormenta.
Actualmente la productora se encuentra participando del movimiento de
autoconvocados, desde donde se vincula políticamente con otros productores en sus
condiciones, pero no tiene mayor vínculo con ellos que desde ese lugar.
Rosana como veremos posteriormente, es fácilmente identificable con los críticos de la
actual ciudad imperante, mostrándose crítica con la velocidad de la incorporación
tecnológica en detrimento de aspectos más tradicionales del sector. Este forma parte del
que nosotros, hemos identificado como principal proyecto de Rosana:
Al final todo es soja. Es lo que yo no quiero. Tiene que volver la
chacra como la de antes para generar mas empleo, para conservar la
tierra (…) yo conozco gente que no sabe lo que es sembrar una planta
de maíz, de lino… es mucho fertilizante y soja, soja, soja…se
mentalizó de esto la gente… (Entrevista a Rosana Franco, 2009)
43
En la presentación de los casos se puede identificar la estructura sectorial tipificada por
Carla Gras (2009: 28). Según aquella tipificación, en el sector es posible de observar las
capas empresariales (que externalizan etapas de la producción y dedican mayor tiempo a
la gestión), a los rentistas (que mantienen su dinamismo invirtiendo en el alquiler de
tierras) y a los supervivientes (se concentran en la explotación propia y se deshacen de
maquinaria que es costosa de mantener). Ahora bien ¿es posible establecer algún
correlato entre la categorización de Gras y el marco legítimo de la NENA? Creemos que
ellos se vinculan en un mismo espacio de poder, que tiende a ser cada vez en mayor
medida cooptado por quienes internalizaron esos criterios legítimos de acción
propuestos a través de, por ejemplo, los posgrados en agronegocios. En función de la
tipología propuesta por Gras, identificamos a Grobocopatel y a LaSalle dentro de los
primeros, a Melcon con los segundos y finalmente a Rosana Franco con los últimos.
Sea como fuere, se puede observar en los casos analizados el rol fundamental que
adquieren los dispositivos políticos, pues han sido los que para cada caso particular,
influyeron en el accionar de los agentes. De la misma manera, conforme el nuevo
criterio de justificación universal, en todas las entrevistas se identifico una preocupación
no menor en lo que refiere a la importancia del avance tecnológico y la dependencia que
el productor/empresario manifiesta ante la información y su capacidad de innovación.
Debe leerse otro elemento: la cuestión de la escala. Tal como vimos en los casos de
Grobocopatel y Jorge LaSalle, las redes de negocios (o Nexus de contratos) se tornan
viables y competitivas al avanzar en escala (extensión de tierra utilizada). A raíz de ello,
el primero da cuenta de su red de redes así como de su gestión horizontal, en tanto Jorge
reflexiona de la misma manera en función de la participación en las cooperativas:
“…Todavía el productor no identifica a la cooperativa como su propia
empresa. No se dio cuenta que todo es cuestión de escala (y…) de que
siempre se va beneficiar él, queda siempre esto de que la cooperativa
con algo se va a quedar (…) los productores todavía tienen que darse
cuenta…” (Entrevista a Jorge Lassalle, enero 2010).
Si bien, en los casos analizados, los entrevistados no refirieron directamente al rol
central de los posgrados en la determinación de las “buenas prácticas”, ello no debe ser
identificado la consecuencia de una carencia en la vinculación de unos y otros, puesto
44
que los discursos legítimos y el marco normativo de la NENA puede ser aprehendido a
través de otros circuitos que se inscriben en las redes del posgrado, como por ejemplo
AAPRESID, donde sí se vinculan los tres grandes analizados.
Por último es menester tener en consideración la forma de auto-referenciarse (e
identificarse) en cada uno de los casos, pues ello da cuenta de que la heterogeneidad
simbólica que se expande en el sector. En este sentido consideramos que la identidad se
construye y esta determinada por el accionar de los agentes, de la misma manera que
por el contexto en el cual estos se desenvuelven. Así, en tanto Lassalle se refería a sí
mismo como “empresario”, Melcon utilizaba indistintamente el concepto de “empresa”,
“empresa familiar”, “productor” y “empresario”, en tanto Rosana se identificaba como
pequeña productora. En este sentido, otro de los productores entrevistados en el trabajo
de campo, afirmaba acerca de la redefinición de su propia identidad que:
Cuando tuve que alquilar el lote de acá al lado, que antes lo trabajaba
con mi hermano y mi papá, tuve una crisis enorme. Tuve que ir al
psicólogo porque no me encontraba… no sabía que era, no tenía
identidad… (Entrevista Norberto Salbay, enero 2010).
Tras lo dicho se podría identificar que el aumento de los arrendamientos en la localidad
de Junín (ver Transformaciones…) se corresponde a una mayor complejización de la
administración rural, donde el paso generacional, las pruebas legítimas y la necesidad
re-inversión permanente, hace que cada vez sean menos los actores que puedan seguir
siendo competitivos: ya sea aplicando mayor tecnología en los lotes propios, como el
caso de Melcon, o realizando un crecimiento de escala como los pooles de LaSalle y
Grobocopatel. Ambas estrategias se encuentran en Junín, lo cual no significa sean
antagónicas pues queda demostrado que, quien sepa complementarlas podrá seguir en
carrera. En esta línea cuando se le consulto a Hernán Balbi, Ingeniero Agrónomo y
pequeño productor, respecto de las decisiones de su empresa ante la situación hipotética
de contar con el capital suficiente, este nos confirmo la influencia de los conceptos de la
NENA, los cuales para nosotros explican el crecimiento de los arrendamientos en la
zona:
45
“…Si hoy compro tierras inmovilizo un capital enorme que no me
genera mucho dinero a corto plazo (…) con un mismo capital compro
10 hectáreas de campo y con ese mismo capital alquilo 100 hectáreas
de campo y aunque me pago alquiler, me queda mas plata hoy por hoy,
pagando el alquiler. Es por eso que 10 años atrás la puja por el alquiler
de campo fue enorme y los alquileres fueron subiendo y subiendo
porque todos hacíamos la misma cuenta.” (entrevista Hernán Balbi,
noviembre 2009).
En este mismo sentido, como también propone la NENA, se puede observar de parte de
los más grandes, la necesidad de profesionalizar la empresa, incorporando cada vez en
mayor medida, equipos multidisciplinarios compuestos por contadores, ingenieros
agrónomos, climatólogos, administradores de empresas y economistas.
Como se pudo observar el discurso que propone la NENA como criterio legítimo de
justicia, fue aprehendido por los productores agropecuarios juninenses permitiéndoles
ubicarse en los estratos más altos de la estructura social, tanto a nivel simbólico
(LaSalle como el organizador de eventos multidisciplinarios y modelo de productor
local) como material (productor de 7000has). Según la NENA, en este mundo de
mercado reticular, aquellos que tengan la capacidad de extender sus redes (por ejemplo
a través de la integración vertical), innovar organizacionalmente y generar nuevos
proyectos serán los más competitivos dentro de los agronegocios, en nuestro caso
LaSalle y Grobocopatel se muestran y son identificados como “buenos alumnos”. A
través de la cuestión de la escala, la flexibilidad y la capacidad de innovación (tanto
organizacional como tecnológica) puede identificarse en estos actores su adaptación al
marco propuesto por la NENA. Por el contrario, los pequeños, se hallan aislados. Al
momento de incorporar nuevas tecnologías, si lo hacen, es tras comprobar los resultados
de los productores vecinos, priorizando la seguridad y reduciendo el factor riesgo.
En resumen, con Lassalle hemos identificado al único pool de siembra de la ciudad, que
tal como propone Ordóñez, se muestra sumamente proactivo al momento de innovar
organizacional y tecnológicamente. De la misma manera, este autodenominado
empresario (según los parámetros de los agronegocios) da cuenta de la importancia de la
información y la capacitación permanente, a los fines de poder ampliar la capacidad de
46
generación de proyectos. Tal como vimos, LaSalle fue definido por su colaborador
como el autentico grande boltanskiano: carismático, líder, generoso al momento de
compartir información, asociado a distintas esferas y generador de distintos proyectos.
Sumamente importante de este tipo de personaje es que no inmoviliza capital, pues
como se propone desde la NENA, tiende a tejer una red sumamente flexible y extensa,
donde dicha inmovilización (a través de la compra de maquinarias o tierras) reduciría su
capacidad de circulación.
En segundo lugar identificamos a Melcon Hnos. Estos empresarios comparten
elementos de una agricultura cada vez mas marginada con elementos de las modernas
empresas del capitalismo rural. En este sentido hemos identificado su relación con la
tierra como propietarios de 1300has, profundizada con la incorporación permanente de
tecnología y formas de organización. Si bien la administración es realizada por la
familia en conjunto, estas son consultadas con el contador y el asesor técnico. En este
sentido, lo más destacable de los Melcon en esta suerte de transición es su capacidad
para continuar extendiendo redes a través de distintas asociaciones técnicas, productivas
y comerciales. En este sentido, siguiendo los preceptos de la escuela de Ordoñez, los
Melcon son competitivos y dignos de destacar pues se encuentran en el camino de la
innovación, si bien su desarrollo se realiza en forma despareja. En este sentido, es
destacable el esfuerzo de los Melcon en el desarrollo de los specialities, a través de su
ranario y de los champiñones. En relación a la maquinaria, comprobamos como aun
permanecen bajo el marco de un proceso anterior, manteniendo la propiedad de la
misma, invirtiendo siempre en la última tecnología existente.
Por ultimo encontramos en Rosana Franco al pequeño de la estructura. Rosana,
autodefinida como productora, aun permanece administrando su campo de la misma
manera que su padre, sin incorporar conocimiento técnico (como la siembra directa) ni
tecnológico (como ser el ruter para la hacienda) En este mismo sentido Rosana no se
muestra activa en la participación de alguna de las instituciones tradicionales del sector,
como ser las gremiales (SRA, FAA) o las cooperativas agrícolas. Rosana complementa
la actividad productiva con un trabajo de medio tiempo en un estudio contable y de la
misma manera, afirma conocer lo necesario para la explotación rural, restando
importancia a los conocimientos e información que pueda llegar a aportar un equipo de
profesionales. Si bien, durante nuestro trabajo de campo no se han realizado entrevistas
47
a productores cuyas explotaciones han dejado de existir por falta de competitividad, el
caso de Rosana nos permite dar cuenta del extremo opuesto existente en la
heterogeneidad del mundo agropecuario.
A modo de ilustración de la brecha existente entre el grande y el pequeño de Junín,
queremos señalar que en tanto Rosana Franco, se mudo del campo a la ciudad por su
trabajo como asistente contable, al tiempo que da cuenta de la inseguridad para vivir en
el campo; Jorge Lassalle festeja que a los 20 días de realizada la entrevista, se ira a vivir
con su esposa al campo y manejar su sociedad desde su “chacra”. Si bien a simple vista,
parece un dato superfluo, el mismo tiene una significación por demás profunda, dado
que permite identificar la cosmovisión de quien se ha adaptado a los cambios y de quien
tiende a perecer, más que por una cuestión de escala, por una cuestión ideológica.
Consideraciones finales
En nuestro trabajo, hemos podido desplegar un análisis sistematizado de los discursos y
las prácticas agro-empresariales legítimas en la actualidad sectorial. En nuestro doble
abordaje (discursos y prácticas) hemos podido identificar que dichas “buenas
competencias” han sido esquematizadas y conceptualizadas en los programas de
formación de posgrado, en los que elementos como la flexibilidad, el conocimiento, la
innovación y el riesgo constituyen rasgos propios de una nueva visión del mundo
agroindustrial, que sustenta la reconfiguración identitaria del agente vinculado al agro.
En la actualidad rural pampeana, el agente deja de ser productor agropecuario para
convertirse en gerentes en agronegocios [44], tal como hemos podido observar para el
caso de Junín, donde los elementos discursivos hegemónicos, identificados y analizados
en el posgrado de la UBA, permiten legitimar lo actuado por algunos productores, en
tanto otros aún se identifican anclados en otro marco de producción práctica y
discursiva. De esta manera, a través de los estudios de caso presentados, no solo
intentamos graficar la heterogeneidad social existente en el sector sino que, además,
dimos cuenta de las múltiples competencias y los diferentes esquemas de acción que
ostentan los actores rurales que permiten, ante la circulación de las múltiples variables
(como ser las políticas sectoriales), legitimar la estructura de poder vigente en el campo.
48
Por lo desarrollado en nuestro trabajo, estamos en condiciones de destacar que el
modelo del agribusiness constituye una ruptura con el modelo precedente, y si bien aún
permanecen algunos elementos, tienden a desaparecer progresivamente. En ese punto,
nos inclinamos por afirmar que las usinas teóricas como las carreras universitarias de
grado y de posgrados (y los agentes e instituciones que se incorporan en su red) tienen
un rol fundamental en el sostenimiento y desarrollo del actual modelo de producción
agropecuaria que se impone en la región pampeana, pues permiten la perfomatividad del
modelo agropecuario. La nueva agroproducción posfordista se caracteriza por mostrar
descentralización pero con una clara tendencia a la concentración productiva; por
proponer un nuevo vínculo con los factores productivos, en el que adquieren mayor
relevancia los elementos cognoscitivos por sobre los materiales y financieros (como
hemos observado en la bibliografía citada), pero sin considerar la necesidad de estos
últimos como medio para gestionar aquellos.
Otro de los rasgos de este modelo agro-productivo es que alienta la reconfiguración de
los elementos subjetivos de los actores implicados, promocionando las características
excepcionales de los artistas al proponer aspectos individuales como la innovación, la
creación constante, el emprendeurismo y la capacidad de generar contactos como claves
del éxito, pero sin evaluar que “ese” tiempo y “ese” espacio creativo solo son posibles
para aquellos que no requieren de su propio trabajo para el sustento de la empresa. De la
misma manera, el nuevo modelo da cuenta de la necesidad de una mayor
especialización, que modifica el rol de los expertos y los obliga a funcionar en equipos
multidisciplinarios, pero sin atender a la capacidad de gestión de los productores.
Todos estos elementos que dan forma al neo-capitalismo agropecuario de las pampas sin
lugar a dudas tienden a imponerse entre las nuevas generaciones de
productores/empresarios agropecuarios. Como parte de dicha imposición, con una
visión “sistémica e integrada” de la trama agroproductiva, los distintos protagonistas e
impulsores del modelo se preocupan por mostrar a un sector homogéneo y convencido,
que, cada vez con más adeptos, legitima nuevas pruebas, jerarquías, instituciones y roles
sociales dentro y fuera del sector, formando una nueva lógica de acción política y
gremial. Las transformaciones en este sentido dotan de nuevas características al
encuentro de la heterogeneidad sectorial, que se manifiesta en el nuevo rol que
adquieren las antiguas instituciones gremiales, propias de lógicas industriales.
49
Con ello queremos insistir en que, al día de hoy, la nueva dinámica de la producción
agropecuaria, hace que el tipo y tamaño de la explotación dejen de ser el denominador
común para el encuentro de los agentes ya que el mismo, en la actualidad, pasa a estar
determinado por la información compartida, según los canales de redes propias y las
ajenas en las que circulan. Para este rol, el neo-capitalismo pampeano ofrece el marco
legítimo para que surja una nueva institucionalidad con el fin de extender y estrechar las
redes multiposicionales.
50
Notas
[1]: A modo de ejemplo en la actualidad, puede consignarse que el costo por tonelada de soja se
encuentra en torno a los U$S 550.
[2]: En el norte del país el desplazamiento de las isoyetas hacia el oeste, permitió la
implantación y rotación con cultivos anteriormente no considerados debido al stress hídrico.
[3]: En este sentido se deben destacar los aportes de Hernandez y Gras en la reciente
compilación publicada con el titulo “La Argentina rural”, de la misma manera que la
compilación de Balsa, Matteo y Ospital: “Pasado y presente en el Agro Argentino”, también de
reciente publicación.
[4]: El presente forma parte de un trabajo de investigación más extenso, de corte politológico,
que pretende dar cuenta con una explicación rigurosa del accionar político del sector
agropecuario argentino durante el conflicto entre el sector y el gobierno de Cristina Fernández
iniciado en marzo de 2008.
[5]: El campo ha sido definido como Agrociudad pues representa un enclave económico y
político, que depende básicamente de la producción agropecuaria. Dicho trabajo etnográfico se
realizó en el marco del proyecto internacional “CLARIS LPB Europe-South America Network
for climate Change Assessment and impact Studie” entre los meses de mayo y noviembre de
2009.
[6]: La denominación de ciudad, no refiere a la significación actual que adquiere dicha palabra,
sino que refiere al termino francés de cité que a su vez refiere al latín civitas, el cual hacia
referencia a toda ciudad importante así como a las personas morales. Aclara Boltanski que el
termino cite ha sido utilizado para dar cuenta de los Estados desde el punto de vista jurídico así
como de las Repúblicas, como cuerpo dotado de entidad ética y política.
[7]: Para la conceptualización de cada una de estas ciudades, fueron identificadas y analizadas
las principales obras de la filosofía política clásica, dentro de las cuales un principio de justicia
se presenta de forma paradigmática (a excepción de la ciudad por proyecto, que fue elaborada
en base a libros de gestión empresarial).
[8]: “…esta expresión ha sido calcada de una denominación frecuente de la literatura
empresarial: la organización por proyectos…”. Este tipo de organización, implica una sucesión
51
de proyectos que permiten recomponer según prioridades y necesidades los distintos grupos y
equipos de trabajo (Boltanski, 2003: 157).
[9]: Las formas de producción capitalista acceden a la representación movilizando conceptos y
herramientas, desarrollados, en un primer momento, de manera bastante autónoma en el campo
teórico de la ciencia mas fundamental (neurología e informática) (Boltanski, 2003: 155).
[10]: Más subjetivamente, los hacedores de redes, los grandes, son individuos entusiastas,
implicados, flexibles, adaptables, polivalentes, empleables, autónomos, tolerantes, y además,
proporcionan empleabilidad (Boltanski, 2003).
[11]: En relación a ello Boltanski afirma que “En la ciudad por proyectos, la actividad supera
las oposiciones entre trabajo y no-trabajo, entre lo estable y lo inestable, entre el asalariado y
el no asalariado, entre el interés y la benevolencia, entre aquello que es valioso en términos de
productividad y aquello que, no pudiendo ser objeto de medida, escapa a toda evolución
contable” (Boltanski, 2003: 165).
[12]: Diseñado por la Ing. Agrónoma Susana Grosso, para un estudio similar en la localidad de
San Justo, provincia de Santa Fe.
[13]: A esta visión del productor ganadero se debe agregar que “…para comprar vientres hace
falta mucha plata, especialmente cuando la oferta es chica. La poca cantidad de lotes de cría
disponibles se ve acentuada porque a las razones estacionales se suma el interés de un
considerable segmento de ganaderos que quiere completar todo el ciclo productivo, criar,
engordar y vender el animal terminado para faena” (Clarín 10-02-2001).
[14]: En el censo 2002 se incluye a los tambos como parte de actividad ganadera.
[15]: Como ilustración de este punto para Junín, presentamos el caso de Cortambo, tambo
modelo en Junín y uno de los últimos en actividad. Norberto, su propietario y descendiente de
familia de tamberos, da cuenta de su decisión de volcarse a la agricultura, en pos de una mayor
rentabilidad y mejora en la calidad de vida: “…yo cambio, una historia familiar por vivir mas
tranquilo y no hacerme mala sangre todos los días, porque la competencia esta cada vez mas
difícil. El tambo lo vendí, lo que hizo que 5 familias se queden sin trabajo. Ahora solo tengo
dos empleados” (entrevista a tambero juninense, enero 2010).
52
[16]: El fundamento de la Siembra Directa es el cultivar sin necesidad del arado de la tierra, con
el fin de conservar el material orgánico del suelo, evitando su erosión por el contacto directo
con el sol y la lluvia. Según miembros de la Asociación Argentina de Productores en Siembra
Directa, esta técnica sería ecológica y económicamente rentable al permitir una utilización
menor de los recursos como ser los combustibles y agroquímicos.
[17]: Sin entrar en mayores detalles, es importante señalar que: “Hace veinte años existían
miles de empresas semilleras, la mayoría de ellas pequeñas empresas familiares. Ninguna
llegaba a dominar el 1% del mercado mundial. Hoy, las diez empresas de semillas mas grandes
del mundo controlan mas de la tercera parte de comercio mundial de semillas (… y) Monsanto
sigue ocupando un lugar entre las empresas mas importantes en agroquímicos y semillas,
actualmente vende mas del 90% de las semillas transgénicas cultivadas comercialmente en el
mundo” (Silvia Ribeiro (2004), America Latina en Mov. Nº381). Sobre el tema la compilación
de Bisang, Gutman, Lavarello, Sztulwark y Diaz ofrece un estudio pormenorizado del desarrollo
de las empresas de biotecnología a nivel mundial y local: “Biotecnología y desarrollo. Un
modelo para armar en la argentina”.
[18]: En este sentido, Carla Gras da cuenta de cómo el desplazamiento y exclusión de los
pequeños productores “…tienen como marca de origen la situación de hiperinflación y de
sobreendeudamiento en la que se encontraban, situación que se complico de manera terminal
cuando tuvieron que manejar créditos encubiertamente dolarizados, y que llevo a una parte de
estos chacareros a perder en remates judiciales sus explotaciones hipotecadas” (Gras, 2008:
18).
[19]: Creada por la ley 21.740 de 1978, cuyo articulo primero indica “La JUNTA NACIONAL
DE CARNES tendrá por objeto, dentro de los límites de sus atribuciones, promover la
producción, y promover y controlar el comercio y la industria de ganados y carnes a fin de
lograr la satisfacción de la demanda interna, y el desarrollo de las exportaciones”. Visto el
13/02/08 en: http://consulex.com.ar/Legislacion/Leyes/L0021740.htm
[20]: Tenía como funciones, entre otras, las de ejercer el control de todas las instituciones o
entidades intervinientes, directa o indirectamente, en el comercio interno o externo de granos y
sus subproductos; ofrecer asesoramiento general a empresas y productores agropecuarios;
elaborar análisis y establecer la clasificación de los granos, graduando las calidades para que las
empresas pudieran, en base a estos resultados, hacer las liquidaciones respectivas a los
productores agropecuarios. http://www.regionnet.com.ar/avella/servicios/servpub.htm 13/02/08.
53
[21]: Ascuy Amhegino, Trincheras de la historia; Ed. Magomundi, 2004.
[22]: http://www.darsecuenta.org.ar/00/d00n0001_n3.asp visitada el 28/01/08.
[23]: La Nación (25-3-2000). “La concentración llego al campo”; Angel Palermo.
[24]: En este sentido dentro de la diversificada oferta académica podemos identificar tres
generaciones entre los posgrados en agronegocios existentes (Lema, 2007): en un primer
momento, surgen los posgrados con fuerte hincapié en aspectos gerenciales y de creación de
oportunidades de negocios, seguidas posteriormente de una “segunda generación” que
profundizan en la formación de producciones diferenciadas y por ultimo las formaciones
“territorializadas” (como por ejemplo, la Maestría en Gestión Vitivinícola de la UNCuyo).
[25]: Tanto Ordoñez como Huergo denominan de esta manera al despliegue producido por los
agronegocios en la Argentina. El aumento exponencial de la producción agraria que alcanza a
mediados de los años ´90 los 30 millones de toneladas, se debe según estos autores a las
innovaciones introducidas en el sector tanto técnicas como tecnológicas.
[26]: En el siguiente apartado, presentaremos el análisis parcial del trabajo de campo realizado
durante 6 meses entre distintos posgrados en agronegocios, de instituciones publicas como
privadas. El trabajo implico la asistencia a las clases, entrevistas a profesores y alumnos al
tiempo que se ha estado atento a los eventos organizados desde estas carreras de posgrados
como ser defensas de tesis o charlas informativas, así como en eventos trascendentes de
formación, abordando la bibliografía que manejan, los términos, conceptos y objetos que
conforman el escenario ideológico del capitalismo rural argentino. Los posgrados con los que se
ha trabajado han sido: el de la UBA (Maestría en Agronegocios y Alimentos), el de la UCA
(Maestría en Gestión de la Empresa Agroalimentaria) y el de la UB (Diplomado en
Agronegocios). Para esta presentación hemos seleccionado el de la FAUBA pues representa, a
nuestro entender, el que ofrece los mayores vínculos relacionales (redes) a sus estudiantes.
[27]: “Acortamos la carrera (de agronomía) para adaptarlo a la sociedad del conocimiento que
se caracteriza por sus cambios a gran velocidad (…) hay nuevos contenidos que tienen que ver
con los avances técnicos, como la biotecnología y la siembra directa.” (Fernando Villela, diario
Clarín del 02/10/04).
54
[28]: El paradigma identificado por Ordoñez, formulado a partir del análisis desde la Nueva
Economía del sector agropecuario “…resume así innovación tecnológica y organizacional en el
contexto de un cambio institucional…” (Ordoñez, 2009: 102).
[29]: En el libro homenaje que resume la teorización de Hector Ordoñez La nueva economía y
negocios agroalimentarios Fernando Villela recuerda: “En febrero de 1998, siendo decano
electo, se acerco (Ordoñez) junto a Hugo Cetrangolo a presentarme la idea de crear el Programa
de Agronegocios y Alimentos (…) Rápidamente e institucionalmente en octubre de 1998 se
funda el PAA.”
[30]: La cita continua: “El paradigma de la Sociedad del Conocimiento está gestando una nueva
trama social a escala planetaria; una sociedad “sin fronteras”, donde las distancias están siendo
superadas por la irrupción de las denominadas nuevas Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC). En este escenario, se establecen otras relaciones entre los actores, que
modifican las formas de organización y producción en todas las esferas de la vida social y en
sus instituciones.”
[31]: Al respecto, Hector Huergo, periodista del suplemento Clarín rural, afirmo en ocasión del
fallecimiento de Ordoñez: “Estudiaste a Von Hayek y descubriste que democracia y libertad de
mercado son fuentes de vida y crecimiento…” (Clarín,8-4-06).
[32]: Este punto no es menor, pues nos permite dar cuenta de la guerra de posiciones que adopta
el actual capitalismo agro-financiero, “infiltrando” convertidos convencidos en los espacios de
decisión publica. Este ha sido el caso del propio Ordoñez, en cuya gestión pública del INASE se
adscribe al convenio UPOV de 1994, que puede tomarse como el primer paso hacia la
habilitación de los eventos transgénicos en 1996. El máximo experto con que cuenta el posgrado
ha permitido transmitir con el ejemplo, el verdadero rol del Estado: este a través de sus
regulaciones y normativas solo debe crear las condiciones para que el mercado se desplace sin
alteraciones, para ello es esencial que su papel sea solo de observador (con participación en caso
de necesidad) y no como regulador de la actividad.
[33]: Como figura paradigmática de actor multiposicionado lo encontramos al propio Ordóñez
quien, se movilizo tanto en la esfera privada como consultor y asesor de diferentes empresas
multinacionales (ejemplo, Los Grobo Agropecuaria) como publica, siendo docente de la
FAUBA y miembro de la SAGyP durante la gestión de Felipe Sola, donde tuvo un rol
fundamental en el proceso argentino de adscripción a la normativa UPOV de 1994, lo cual
facilito la aprobación de los eventos transgenicos en la argentina durante 1996. A este respecto,
55
en una entrevista con la directora del Instituto Nacional de Semillas hacia aquellos años afirmó:
“… fue un momento en la Argentina de importancia donde se tenia que mirar para adelante (…)
nosotros no preparamos el terreno y después incorporamos la tecnología, a diferencia de Brasil
que dijo no y una vez que preparo el terreno, dijo sí. Por eso hoy somos exportadores de
commodities y vamos a seguir siendo…” (Muncha Díaz Cano, entrevista 2007).
[34]: En la pagina central del Programa de Agronegocios y Alimentos, la misión del programa
refiere a “…generar valor a través de la creación, transferencia y aplicación de conocimiento en
el sector agroalimentario y la construcción de capital social involucrando la red relacional que
componen; alumnos, docentes, personal y directivos del PAA, y empresas e instituciones del
sector…” (http://www.agro.uba.ar/agroneg)
[35]: En una nota Ordóñez afirma que “…más allá del rol de policía fiscal, el gobierno tiene que
sumarse al proceso de construcción de capital social…” (Clarín, 16-8-2003).
[36]: Durante 2009, en el trabajo de campo en el partido de Junín, se han realizado más de 60
entrevistas a productores, empresarios, ingenieros agrónomos locales, docentes de la
universidad y políticos locales. Por cuestiones de espacio solo serán presentados los casos mas
ilustrativos, que no son excluyentes de categorías que no han sido trabajadas en este trabajo.
[37]: Para abordar la década de 1970, se recomienda la lectura de Kavisse y Basualdo “El nuevo
poder Terrateniente”; 1993; Bs As.
[38]: Para el abordaje de la década de 1980 nos basaremos en el análisis realizado por Mario
Lattuada en su trabajo “La política agraria radical en el marco de la transición democrática
argentina (1983-1989)”.
[39]: En una nota del suplemento Rural, del diario Clarín (2-6-2001), Ordoñez concluye que la
política de los ´90, consistió en la innovación institucional que facilito la innovación
organizacional y tecnológica y viceversa.
[40]: Hemos seleccionado el caso de Los Grobo por ser este considerado por los impulsores de
la NENA como el arquetipo de lo que debe ser una empresa y un empresario en el neo-
capitalismo agropecuario.
56
[41]: Es un convenio de transferencia de tecnología, a cargo de empresarios privados, que
sumará más de 400 millones de dólares. El acuerdo sería con un consorcio de empresarios
rurales argentinos, encabezado por Los Grobo, la empresa que lidera Gustavo Grobocopatel, el
mayor productor sojero del país. “Será una transferencia tecnológica similar a la que en general
los Grobo hacen en la Argentina —señaló anoche una altísima fuente oficial—. Ellos no
compran la tierra, sino que hacen el gerenciamiento de la explotación, le dicen al productor qué
hacer y cómo hacerlo, cuándo fumigar o qué productos usar. Eso exactamente harán con
Venezuela.” Concretamente, dicen, “Grobocopatel no será un terrateniente en Venezuela, sino
que asesorará al Estado venezolano, que sí es el mayor terrateniente de ese país, a través de la
petrolera estatal PDVSA” (Clarín; 8-3-2007).
[42]: Desde la pagina web de la Asociación de Cooperativas Argentinas, se presenta el sistema
Ruter como: “…logra un mejor y mas completo desarrollo del animal en un lapso muy breve de
tiempo, en especial si lo comparamos con sistemas de crianza tradicionales. Además genera
importantes beneficios económicos, simplifica el manejo y logra un mayor bienestar del
ternero…” (en http://www.viarural.com.ar)
[43]: El parque de maquinaria es propio al tiempo que no se ofrecen como contratistas rurales.
Ellos utilizan su maquinaria solo para sus 1300has propias.
[44]: Clarín, Suplemento rural, 8/04/2006.
57
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Resumen
El sector agropecuario argentino, desde mediados de la década de 1970, ha comenzado
un ciclo de profundas transformaciones en los aspectos técnicos, organizacionales y
tecnológicos que dan forma al modelo hegemónico de producción agropecuaria: el
agribusiness. Dicho modelo ofrece un marco normativo que cristaliza la nueva
estructura del sector rural y de aquellos vinculados al mismo, donde ante la desaparición
de algunos actores, aparecen nuevos y se reconvierten otros. Como hipótesis estructural
consideramos que aquellos que han logrado adaptarse al nuevo marco normativo
impuesto por el modelo del agribusiness, serán los que salgan airosos del proceso de
reconversión sectorial. En este sentido, el presente trabajo se propone indagar el
presente del sector agropecuario, desde dos vertientes distintas, pero complementarias:
el plano de lo discursivo y la formación de competencias, a través del análisis de los
posgrados en agronegocios argentinos y por el otro, mediante el accionar concreto de
los productores agropecuarios de la localidad bonaerense de Junín.
Palabras clave
Agribusiness, expertos, competencias, régimen de justificación.
Abstract
Since the middle of 1970s, the argentinian agricultural and livestock sector, has started
a group of deep transformation series, in technological, organizational and technical
aspects, that gave form to the hegemonical agricultural and livestock model: the
agribusiness. This model offers a normative frame that reflects the new structure of
rural sector and those related to it, where some actors tend to disappear, others are
changing and some are new. As main idea we propose those who manage to adapt to
the new normative frame, will benefit from the reorganization of the sector. In this
sense, this article proposes to question the actual agricultural reality, from two
different and complementary aspects: on the one hand, from the experts formation at
university and, on the other hand, from the action of farmers of the bonaerense city of
Junín.
Keywords
Agribusiness, experts, competence, justification regime.
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