Transcript
  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    1/19

    CULTURA,

    PATRIMONIO Y

    TURISMO

    Tabla de contenido:

    o Introduccióno Cultura, desarrollo globalizacióno De la posesión del objeto a la arbitrariedad del signoo Del simbolismo a la representacióno ¿Cómo se forma el patrimonio?o Los Criterios de denición del patrimonioo El Patrimonio cultural instituciones ! pr"cticaso El debate actual sobre patrimonio intangible

    o La Iniciati#a de la Comisión de Patrimonio Inmaterial de $rasilo %ecomendaciones de pol&ticas de protección al patrimonio inmaterialo Patrimonio, 'urismo ! Desarrolloo La Participación de las comunidades locales en el turismo

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    2/19

    Introducción

    Hoy se percibe, alrededor del mundo, el reto de una gran transformación cultural que hace necesaria

    una mayor amplitud y eficacia en las políticas y programas de conservación y creación del patrimonio

    cultural. En América Latina y el Caribe compartimos este reto con todas las demás regiones del

    mundo. En las consultas realizadas por la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, en Europa, Asia, y áfrica y en las principales conferencias sobre políticas culturales en la Unesco, se han

    expresado preocupaciones semejantes.

    El concepto mismo de patrimonio se ha transformado. No abarca únicamente el legado de objetos y

    monumentos materiales que se reciben de la historia. De manera más amplia, es aquello que le aporta

    a una comunidad cultural la representación de un sentimiento de pertenencia y de agencia, esto

    último en el sentido de que sus miembros son agentes de su propio destino cultural. Al patrimonio

    físico se añade así el patrimonio intangible, y a la conservación se añade, por tanto, la creación.

    Reconocida la valiosa labor de proteger el patrimonio mediante medidas de conservación o de

    resguardo en museos, se hace notar hoy en día la necesidad de re-crear los significados delpatrimonio, a veces a partir del legado histórico y a veces como nueva creación frente a nuevas

    condiciones de vida. Por eso se habla de patrimonio vivo, para comunidades culturales que enfrentan,

    en cada generación, retos inéditos.

    Con el fin de evitar la proliferación de vocablos que designan etnias, grupos indígenas, minorías

    culturas o culturas regionales actualmente se propone el uso del término de comunidad cultural para

    abarcar todos los significados anteriores. Se define una comunidad cultural como el conjunto de

    personas que se auto-adscriben sentimientos de conectividad y pertenencia. Así, una comunidad

    cultural abarca un grupo a escala local o regional pero puede coincidir con una nación o alcanzar un

    subcontinente o varias partes de diversos continentes. Una comunidad cultural puede reivindicar seroriginaria de un territorio, estableciéndose criterios cronológicos e históricos de asentamiento de

    diversos grupos en ese territorio.

    El patrimonio surge cuando una comunidad cultural le da forma a esos lazos de conectividad y

    pertenencia otorgándole calidad de representación a los bienes tangibles e intangibles que elige

     valorar. Hace visibles esos lazos creando constantemente significados que se plasman en danzas,

    cantos, esculturas o arquitecturas y tantas otras formas creativas. Hay que reconocer, por tanto, que

    el patrimonio se halla en constante redefinición y movimiento. Dicho de otra manera, lo que mantiene

    en vida el patrimonio es que los individuos de la comunidad cultural recuerden y re-creen su

    significado en cada período histórico.

    En el período actual se está reformulando, frente a las condiciones nuevas de la globalización, el

    concepto de patrimonio de los países de América Latina en vinculación con los países ibéricos. Cabe

    iniciar esta reflexión a partir de una visión histórica que le otorga a esta región una característica

    única entre los continentes. Es el último lugar de arribo del andar trashumante de los seres humanos

    desde su partida del centro de África. Es, por tanto, una región de migrantes amerindios, nórdicos,

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    3/19

    europeos, africanos, con posibles huellas de polinesios, chinos y seguramente egipcios si no, fenicios.

    Su primera característica patrimonial, por tanto, tendría que ser la generosidad de recibir y de acoger.

    La segunda característica, la de reconocer las diferencias culturales y abarcarlas. En efecto, si bien

     América Latina ciertamente no es ajena a las desigualdades, en todo caso alberga la tolerancia

    cultural puesto que no ha habido en su historia las recurrentes masacres de limpieza étnica,

    apartheid o pogroms que caracterizan a otros continentes. Con más razón, en el mundo actual habríaque valorar y preconizar este respeto y tolerancia para todas las comunidades culturales como base

    primordial de nuestro patrimonio. Sin duda, esta característica se relaciona con el legado histórico de

    las culturas ibéricas y latinas europeas y debe ser desatacado.

     A partir de esa base de patrimonio, tal y como lo señala el texto de Joao Almiño, existe en

    Iberoamérica un concepto homogéneo de espacio público, una apreciación de la diversidad cultural y

    del mestizaje, y una memoria con representaciones colectivas del pasado. A pesar de ello, se hace

    notar la falta de contactos e intercambios dentro de ese mismo espacio, asociados a la falta de una

    comprensión sistemática de los problemas culturales y la baja prioridad que se otorga a las políticas

    culturales.

    Habría que revertir estas tendencias al redefinirse, en el mundo contemporáneo, las relaciones entre

    naciones y comunidades culturales en el marco de la globalización. Las consecuencias económicas y

    sociales de este último proceso pueden llegar a crear condiciones contrarias a la conservación del

    patrimonio y, lo que es muy importante, que hagan más difícil la libertad e impulso a la gran

    creatividad cultural que caracteriza a América Latina y el Caribe. Para hacer frente a estos retos nos

    hacen falta nuevos marcos de referencia teóricos, nuevas formas de organización cultural, nuevos

    métodos de gestión de los bienes culturales, y sobre todo, mucha creatividad para enfrentar los

    cambios radicales que estamos viviendo en este inicio de siglo.

     Vivimos en una época llena de oportunidades, pero también de crecientes desigualdades. Es urgente

    repensar el desarrollo más allá de un proceso subordinado a la lógica de la ganancia, como un proceso

    social y cultural en la nueva era de la información. Si bien se ha reconocido el papel funcional e

    instrumental que pueden jugar los procesos culturales en el desarrollo, hay que ahondar más en el

    papel constitutivo que tienen las ideas y los valores culturales en la integración y desarrollo de los

    individuos, de las comunidades y de los estados-nación.

    En la actualidad un gran avance es que la cultura se encuentra incluida como tema importante en las

    agendas nacionales e internacionales. Se le menciona con insistencia en relación con la diversidad

    cultural y los movimientos étnicos o religiosos extremistas; con el arte y las industrias culturales; conlos contenidos de los medios masivos de comunicación; con el capital social; y con los bienes de

    contenido cultural en el comercio internacional. También se está utilizando cada vez más el concepto

    de "capital cultural" para instrumentalizar las acciones sobre cultura y patrimonio en los modelos

    económicos de desarrollo.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    4/19

     Tendríamos que ir más allá, partir del supuesto de la necesidad de movilizar el poder de la cultura

    para cambiar el curso del desarrollo y de la historia misma. Así, cuando hablamos de nuevas formas

    de organizarnos para el nuevo milenio en América Latina y el Caribe, la cultura se dibuja como mapa

    para orientar esta tarea de "reconstrucción del mundo". Los cambios son de tal envergadura que

    tenemos que volver, a lo básico, a lo primario, es decir, a los significados que guían la acción humana.

    Cultura, desarrollo y globalización

     A principios de la década de los noventa, estaba claro que había que trascender lo económico, sin

    abandonarlo. La noción de desarrollo mismo debía ampliarse, pues los criterios económicos no eran

    suficientes para facilitar un programa para la dignidad humana y el bienestar. La búsqueda de otros

    criterios llevó al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo a elaborar en 1989 la noción de

    "desarrollo humano" que mide el desarrollo en términos de posibilidades y capacidades del ser

    humano que van desde la libertad social, económica y política, hasta a las oportunidades individuales

    para estar sano, recibir educación, ser productivo, creativo y disfrutar del respeto personal y los

    derechos humanos. La cultura aparece implícita en esta noción, pero no explícitamente formulada.

    Para avanzar en la reflexión sobre cómo articular los principios básicos del desarrollo con la cultura se

    llevaron a cabo los trabajos de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. El consenso se estableció

    en no aceptar las definiciones convencionales del "desarrollo" que tradicionalmente lo miden en

    términos de porcentajes de productividad y crecimiento económico. Este modelo nos ha llevado en los

    20 últimos años a un modelo de acumulación de riqueza en el que la distancia entre los deciles de

    ingreso económico más ricos y los de más bajos ingresos es cada vez mayor

    La Comisión, en su informeNuestra Diversidad Creativa insistió, en cambio, que hay que partir de la

    idea de que el desarrollo no es un objetivo, sino un proceso que debe ofrecer a los individuos mayorlibertad para hacer lo que realmente les interesa, es decir, para realizar sus justas aspiraciones. Al

    definir "desarrollo" de esa manera, la "pobreza" no consiste únicamente en no tener acceso a bienes y

    servicios esenciales, sino mucho en más, es decir, carecer de oportunidades para escoger una

    existencia más plena, más satisfactoria y, en consecuencia, más preciada. Esta dimensión ética y

    colectiva, es la que viene definida por las distintas culturas en tanto que "manera de vivir juntos", es

    decir, los valores, funciones, relaciones y vínculos socialmente definidos.

    La primera premisa en la relación entre cultura y desarrollo es que la "cultura" en el espacio cultural

    latinoamericano significa comprender y a analizar las posibilidades de opción que resultan de distintas

    formas de convivencia. Entonces, y sólo entonces, se reconocerá plenamente el principio de la libertadcultural que consiste en tolerancia y respeto hacia todas las otras culturas.

    Sin embargo, puede ocurrir que no todos los componentes de una cultura sean deseables, o

    compatibles con la democracia, la sostenibilidad medioambiental, los derechos humanos y la equidad.

    Es por ello que la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo afirmó, en primera instancia, la

    necesidad de una ética global, basada en la defensa positiva de los principios recién mencionados

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    5/19

    como marco para el respeto entre las culturas. También es necesario mostrar que la cultura no puede

    divorciarse de otras cuestiones de orden ético: los enfoques acerca del empleo, la política social, la

    redistribución de recursos e ingresos, la participación ciudadana, la discriminación hacia las mujeres,

    la violencia y en particular la violencia sexual están inevitablemente influenciados por valores

    culturales. Ninguna de estas importantes cuestiones pueden ser abordadas fuera de una

    conceptualización de lo que debe ser la convivencia en una sociedad.

    En particular, en el segundo Informe Mundial de Cultura publicado en 2001 por la Unesco, hicimos

    un llamado a lograr "...que las naciones y la comunidad global eviten y compensen la profundización

    de la desigualdad en base a las líneas divisorias, nuevas y antiguas, que coinciden con la diversidad

    cultural". Dicho en otras palabras, evitar que la carga de las crisis económicas y la pérdida de poder

    adquisitivo se concentren, en el caso de América Latina y el Caribe, en los pueblos indígenas, los

    afroamericanos y otros grupos pauperizados de la región.

     Apenas se ha esbozado el análisis de la relación entre estas formas desiguales de desarrollo y la

    globalización, proceso que puede profundizar formas de marginalización cultural o, al contrario, abriroportunidades para que los grupos discriminados tengan mejores posibilidades de definir y avanzar en

    su propio desarrollo. En todo caso, para reconstruir la relación entre cultura, desarrollo y patrimonio

    hay que abogar por hacer explícito el nuevo pacto social que sirva como mínimo común denominador

    para la conducta individual y colectiva. Hay que insistir en la creatividad como forma de acción para

    reinventar un mundo más justo y sostenible ya que ésta moldea nuestro pensamiento, nuestra

    imaginación y nuestra conducta. Constituye también una fuente de cambio y aprendizaje, a través de

    la cual se manifiestan numerosas posibilidades de innovación.

    Los Avatares de la cultura

    No puede discutirse actualmente el patrimonio sin revisar la profunda transformación del concepto de

    cultura y sus implicaciones sociales en el último decenio. Por una parte, muy brevemente, el concepto

    de cultura que se desarrolló en la antropología desde el siglo pasado estaba adaptado a un mundo de

    Estados-nación con vocación mono cultural. En el segundoInforme Mundial de Cultura, del 2001, al

    abordar el tema de este volumen, que es el de "Diversidad cultural, conflictos y pluralismo cultural",

    empezamos por desechar la metáfora del "mosaico de culturas" para describir al mundo en ese

    período. Hoy en día habría que sustituirla por la metáfora de un "río arco-iris", imagen que se tomó de

    las palabras de Nelson Mandela al referirse a Sudáfrica como la nación arco-iris. Esta nueva

    perspectiva de la cultura es la tela de fondo en la que se reconstruye actualmente la forma de

    representación del patrimonio cultural.

    Los peligros de concebir a las culturas como entidades autocontenidas -todas las culturas han tenido

    intercambios con otras culturas a lo largo de la historia-, con límites precisos -éstos cambian siempre

     y, en particular, en el mundo actual de telecomunicaciones y migraciones- y con valores inamovibles,

    se han hecho patentes en acontecimientos recientes en los países más dispares. Como ejemplos

    pueden citarse los siguientes: El fundamentalismo étnico hizo su aparición en la exYugoslavia.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    6/19

    Radovan Karadzik, responsable de la brutal limpieza étnica en Bosnia, afirmó en una entrevista que

    "las fronteras culturales están dibujadas con sangre". El fundamentalismo indigenista surgió en el

    movimiento de Sendero Luminoso que pretendía la "reindigenización" del Perú con la exclusión de toda

    otra herencia cultural. El fundamentalismo político-cultural se hace evidente en las declaraciones del

    Frente Nacional de Francia, partido de derecha extremista; uno de sus principales ideólogos, Bruno

    Megret, afirmó que "la política ya no puede pensarse dividida entre la derecha y la izquierda, sino entrela identidad y la globalización". El fundamentalismo cultural-religioso se hizo visible en la declaración

    de Ossama Bin Laden, quien se declaró militante de "una guerra de religión contra Occidente". Lo

    extraño de todo esto es que la extrema derecha y la extrema izquierda parecen darse la mano.

    Frente a esta instrumentalización de "la cultura" habría que partir, como se hace notar en el primer

    Informe Mundial de Cultura, de 1998, de que la cultura es un concepto y una práctica, no una cosa ni

    una realidad en sí misma y que ésta cambia constantemente en el tiempo. Más abajo se explica la

    falacia intelectual en la que se basan estas tesis esencialistas y sectarias.

    Por la otra, podría parecer paradójico pero es altamente significativo que, en el momento en que elconcepto de cultura se ha insertado destacadamente en las agendas políticas de la geopolítica

    mundial, en la antropología han surgido propuestas para que sea desechado este término para el

    análisis científico. Las críticas más severas contra este concepto, entre otras, se refieren a que está

    siendo usado para denotar jerarquía, simplificación, homogeneización hacia dentro y

    heterogeneización hacia fuera y aplanamiento de los fenómenos. A lo largo de los noventa y en los

    últimos años, los antropólogos se han dado a la tarea de reconstruir por completo este término, con

    los resultados que veremos a continuación.

    De la arbitrariedad del signo a la posesión del objeto

    El patrimonio se presenta ante nuestros ojos siempre como eterno. Lo es en el sentido de que podemos

    tocar una escultura precolombina, mirar los altos edificios de una ciudad surgida de la selva, o

    escuchar la música colonial andina, recién vuelta a descubrir. Pero el entendimiento que nos mueve

    ante estas expresiones culturales no es eterno. Ese entendimiento cambia, se ahonda o se precisa, se

    amplía o se desecha de distintas maneras en diversas épocas. Hoy estamos, precisamente, en el filo de

    un cambio profundo en nuestra manera de entender el patrimonio.

    La historiografía de nuestra noción de patrimonio en América Latina y el Caribe resulta fascinante y

    espera la pluma de algún historiador o historiadora para ser revisada. Ha sido, además, una

    historiografía que ha influido en los programas mundiales sobre patrimonio, por ejemplo, a través dela Unesco, historia que también está por contarse. Sin embargo, hoy el cambio es aún más profundo

    puesto que, según lo afirman las teorías críticas, pos-posmodernas y poshumanistas, la historiografía

    occidental también se ha vuelto historia. Y este cambio nos lleva a nuevos horizontes filosóficos y

    políticos sobre el patrimonio.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    7/19

    En este breve artículo sólo cabe enunciar algunos de los principales pasos que hay que hacer en el

    camino de la reconceptualización del patrimonio. Cabe mencionar que va mucho más allá de la visión

    simplista que ve en el patrimonio únicamente un pleito entre el Estado y la iniciativa privada; o entre

    etnocéntricos hispanistas, indígenas o afroamericanos; o entre quienes lo ven sólo como medio para

    producir ganancias y quiénes lo ven como símbolos intocables. Al contrario, el patrimonio cultural es

    aquello que nos atañe a todos, que es responsabilidad de todos, pero que es entrañable, por distintasrazones, para ciertos grupos en particular, ya sean éstos nacionales, étnicos o religiosos. El reto es

    encontrar estrategias y políticas en las que se asuma esta responsabilidad, que contribuyan todos a su

    conservación y a su creación en la medida que lo permitan sus recursos, y que se relacionen con ese

    patrimonio cultural de maneras diversas los grupos de acuerdo con sus preferencias y

    representaciones.

    Hay que evitar el peligro de que un patrimonio cultural específico sea considerado posesión o

    representación exclusiva de un grupo. Si así sucede, cuando un grupo es considerado enemigo político

    o religioso, su patrimonio cultural podrá ser descalificado. Este fue el mecanismo que desató la

    destrucción del puente de Mostar y de la biblioteca de Sarajevo a manos de los croátas y serbios; elmismo llevó a la destrucción de los Budas de Bamiyán a manos de los Talibanes. El horror de tal

    proceder se hace evidente ya que seguir esta lógica llevaría a la destrucción del Taj Mahal o de la

     Alambra por no corresponder su arquitectura con "la cultura" imperante en la actualidad en los países

    respectivos.

    Resulta indispensable, por tanto, evitar la "cosificación" del patrimonio cultural. Este proceder

    intelectual de reificación construye el patrimonio como "objetos" más allá de las acciones de quiénes

    los han creado y les infunden significado y proyección. Dicho proceso de "objetivación" implica, por

    definición, un movimiento de localización cuyos signos requieren, un basamento social que les otorgue

    legitimidad.

    Podemos preguntarnos si es coincidencia el que se haga evidente en la actualidad una convergencia

    entre los estudios culturales y la física cuántica. Afirma ésta última que no habitamos un mundo de

    objetos sino de eventos, es decir, un universo de articulación de campos electromagnéticos de diverso

    tipo. De la misma manera, el patrimonio se constituye a partir de la localización de un momento

    histórico y cultural a través de la objetivación por parte de observadores a su vez nítidamente

    localizados en espacios sociales, culturales y políticos. Por ello, las distintas demandas actuales, muy

    reales, de redefinición del patrimonio, de reapropriación o de reinvención del mismo, o de su eventual

    instrumentalización tendrían que ser analizadas en el campo mayor que subsume a la historiografía.

    Del simbolismo a la representación

    ¿Cómo podemos pensar la cultura en este inicio de siglo? Habría que empezar por decir que la cultura

    es simbolismo. Es el proceder social que permite crear sentimientos de identidad, de reconocimiento y

    de reciprocidad. Es la representación más alta de la experiencia humana.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    8/19

    En la Unesco, en mis funciones como Subdirectora General para la Cultura, formulé una definición de

    este proceso como "...el fluir continuo de significados que la gente imagina, funde e intercambia. Con

    ellos construimos un patrimonio cultural y vivimos en su memoria. Esos significados nos permiten

    crear lazos de familia, de comunidad, de grupos culturales, de nación y de humanidad. Nos permite

    tener conciencia de nosotros mismos".

    Hoy los avances teóricos posmodernos y poshumanistas llevan a una nueva definición de la cultura.

    Llevan a afirmar que la cultura no es un objeto, es un evento creado por la libre decisión de un

    conjunto de personas de asumir, portar y transmitir un comportamiento cultural. Si no pensamos en

    la cultura así, como un acto de libre decisión, negaríamos que tenga valor para la persona que la

    asume. La convertiríamos, además, en una simple carga inconsciente, en un muro que aprisiona.

    Negaríamos, asimismo, el derecho de las personas a cambiar su propia cultura, a través de la

    controversia y la creatividad.

     Amartya Sen lo expresa con su conocida precisión y elegancia al afirmar que las identidades sociales

    son demasiado importantes como para aceptar la idea de que los individuos son islas autocontenidas.El razonamiento, dice, juega un papel decisivo. Rechaza el supuesto comunitarista que afirma

    implícitamente que la identidad social se constituye al "descubrir" el individuo quien es. Al contrario,

    dice Sen, este proceso tiene que ver con un proceso en que interviene el razonamiento y éste lleva a la

    decisión de eligir. "...esa libertad de todos de participar en decidir cuáles tradiciones deben ser

    conservadas no puede ser negada por los ́guardianeś nacionales o locales (ni por los ayatollahs ni por

    otras autoridades religiosas), ni por lo gobernantes políticos (o dictadores gubernamentales), ni por los

    "expertos" culturales (nacionales o extranjeros" .

     Tal definición de cultura impide atribuir a las culturas una naturaleza esencialista, es decir, ahistórica

    e immutable. De hecho, este esencialismo se coloca como el centro de una "tradición" que hafortalecido a las doctrinas fundamentalistas en muchos países. La han invocado los serbios para su

    "limpieza étnica"; las autoridades musulmanas en Nigeria para intentar imponer la ley Sharia a la

    población católica; los extremistas hindúes para atacar a los musulmanes en la India.

    Las tradiciones son valiosas pero es indispensable evitar que puedan invocarse para justificar

    genocidios, xenofobias, fundamentalismos o autarquías. A este respecto, la Organización Mundial de la

    Ciencia (ICSU) consideró necesario pasar una resolución en relación con el Congreso Mundial de la

    Ciencia de 1998 que dice así: " La 26 Asamblea General de ICSU... expresa su preocupación por

    ciertas partes de los documentos adoptados por la Conferencia, notablemente el párrafo 26 de la

    Declaración sobre la Ciencia y la sección 3.4 Ciencia Moderna y otros sistemas de conocimiento en elMarco para la Acción; en particular expresa su preocupación por la frase "sistemas tradicionales y de

    conocimientos locales". La importancia del conocimiento empírico acumulado durante generaciones y

     basado en evidencias prácticas se reconoce, pero dicho conocimiento debe distinguirse de los enfoques

    que buscan promover la anti-ciencia y la seudo-ciencia, y que degradan los valores de la ciencia tal y

    como la entiende la comunidad de la Organización Mundial de la Ciencia. ICSU reafirma su

    compromiso con los valores y los métodos de la ciencia verificable".

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    9/19

    La cultura puede concebirse, por tanto, como una forma de vinculación humana que sin duda, protege

    del exterior pero que también puede encerrar hacia el interior, generando separación hacia fuera y

    hacia adentro por la exclusividad con que se marcan las fronteras culturales. Cabe preguntar,

    entonces, cuál es el papel del patrimonio en relación con las identidades nacionales, las identidades

    desterritorializadas, las afiliaciones étnicas, y las nuevas formas de ciudadanía nacional y global.

    ¿Cómo se forma el patrimonio?

    Si consideramos el patrimonio como algo no cerrado, ni predeterminado sino como un bien cuya

    definición como representación de una comunidad cultural están en constante movimiento, se abre el

    horizonte hacia una definición creativa del patrimonio. Desde esta nueva perspectiva, la pregunta que

    hay que formular es ¿cómo se forma el patrimonio? La respuesta que se puede proponer es la

    siguiente:

    Si la cultura no es un mero inventario de materias, cuerpos, objetos....eso quiere decir que el

    patrimonio cultural es el espacio natural en el que se establece el diálogo entre la sociedad actual y lasdel pasado, alrededor de los símbolos y representaciones. Ya dijimos que el patrimonio en sí mismo

    puede transformarse en el tiempo, pero éste cambio tiene que ver con la acción consciente de la

    sociedad presente que le confiere un sentido a ese legado y que lo investiga para obtener de él todo lo

    que puede dar. Siendo así, se puede decir que el patrimonio está constituido tanto por lo que

    representa en términos simbólicos para la sociedad, como por lo que potencialmente puede

    representar en la medida en que ésta se interese en restituir o rescatar el agregado simbólico que el

    propio patrimonio tuvo para los hombres del pasado.

    En el proceso de reinvención de nuevas formas plurales de vivir en comunidad que requerimos para

    consolidar el espacio cultural de nuestra región, el patrimonio cultural juega un papel esencial, entanto que símbolo público de la identidad colectiva. Varios peligros lo amenazan en la actualidad. El

    patrimonio tangible se ha visto amenazado por su deterioro o su destrucción o deterioro, entre otros

    procesos por la urbanización y la desforestación. En el caso del patrimonio intangible, por la

    sorprendente expansión de los medios de comunicación, desde la ubicuidad de la televisión hasta, hoy

    día, el multimedia y el Internet. En general, además, aumenta la preocupación por el cambio tan

    acelerado de valores y formas de comportamiento cultural en América Latina y el Caribe.

    Los Criterios de definición del patrimonio cultural

    El principal instrumento jurídico internacional para la salvaguarda del patrimonio ha sido laConvención sobre la protección del patrimonio cultural y natural del mundo, adoptada por la

    Conferencia General de UNESCO en 1972. La Convención estableció la Lista del Patrimonio de

    Humanidad con objeto de "proteger las obras maestras de la capacidad creativa" de la humanidad.

    Durante los trabajos de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo se discutió ampliamente, -tal y

    como se consignó posteriormente en Nuestra Diversidad Creativa- que, al ser el patrimonio cultural la

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    10/19

    piedra de toque de las identidades, en el nuevo contexto de democracia y de multiculturalidad, las

    definiciones de patrimonio son todavía demasiado restringidas.

    En 1994, en respuesta a este tipo de preocupaciones, la Unesco le encargó a un grupo de expertos que

    evaluaran la representatividad de la Lista del Patrimonio de la Humanidad. Concluyeron que en ella

    hay una sobrerepresentación: 1) del patrimonio histórico en general y, en particular, de ciudadeshistóricas y de monumentos religiosos, especialmente de aquellos que pertenecen al cristianismo; 2) de

    la arquitectura de "elite" -a comparación de la arquitectura vernácular y popular-; 3) de los sitios

    históricos, en comparación con los prehistóricos y los del siglo veinte. También se señaló una

    preponderancia de patrimonio asociado a la vida masculina dejando a un lado el patrimonio que

    representa la vida de las mujeres.

    En respuesta a este estudio, en la Unesco revisamos los criterios para hacer más representativa la

    Lista. De inicio se hizo más flexible el criterio de la "autenticidad" que ahora permite que se incluyan

    edificios de diseño arquitectónico antiguo pero reconstruidos con materiales contemporáneos como por

    ejemplo son los templos de madera de Nara y Kioto en Japón.

     También se amplió el criterio de temporalidad que permitió incluir en la Lista la moderna capital de

    Brasil, Brasilia. Así, se otorga reconocimiento a la unidad y coherencia, a la inventiva y maestría con la

    que fue concebida y construida. Pero, sobre todo, este nuevo criterio sirve de punto de partida para

    ampliar para que los sitios no sean vistos únicamente desde el ángulo de los grandes arquitectos y la

    estética sino que incorporen la problemática actual de la arquitectura mundial, vista como una

    transformación significativa en el empleo de materiales, técnicas y trabajo. Bajo este nuevo criterio se

    incorporó también a la Lista, en el año 2000, la Ciudad Universitaria de Venezuela.

    Estos nuevos criterios se han empezado a aplicar en Brasil, como lo atestigua la Carta de Fortaleza,que propone alentar la reflexión conceptual sobre los bienes culturales, la integración de un Sistema

    Nacional de Informaciones Culturales y el desarrollo de instrumentos legales, en particular un registro

    para la conservación de los bienes culturales, entre otros puntos.

    La incorporación de otro nuevo criterio, el de "paisaje cultural" ha permitido inscribir, asimismo, por

    ejemplo, el "Paisaje arqueológico de las primeras plantaciones de café en el sureste de Cuba". Asociado

    a este criterio la Lista se ha abierto a consideraciones de centros culturales y espirituales lo que llevó

    en el 2000 a incluir Tiwanaku como "el centro espiritual y político de la cultura Tiwanaku" en Bolivia.

    Entre otros sitios inscritos en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de América Latina y el Caribese cuentan los centros históricos de las ciudadades de Arequipa en Perú y Goias en Brasil, las Ruinas

    de Leon Viejo en Nicaragua, las Iglesias de Chiloé en Chile y las Estancias de Córdoba y Edificios

     Jesuíticos en Argentina. En total, sin contar los sitios naturales, están inscritos 64 sitios de

    patrimonio cultural de la región en dicha Lista.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    11/19

     Además de su importancia por la labor intrínseca de salvaguarda del patrimonio, la Convención

    representa una experiencia fundamental en cuanto al proceso de aprendizaje y negociación

    internacional que ha desencadenado. Lenta y arduamente se están construyendo consensos sobre el

     valor de los bienes culturales y sobre las normas mundiales que deberán aplicarse para conservar el

    patrimonio como un bien público global.

     Ahora bien, la reconceptualización de la cultura descrita arriba remite nuevamente a las preguntas

    centrales de esta problemática y que son: ¿?quién decide qué conservar y según qué criterios?

    El patrimonio cultural: instituciones y prácticas

    Para las prácticas relacionadas con el patrimonio en la región es mucho lo que se ha avanzado, en

    especial a través del Foro de Ministros de Cultura de América Latina y el Caribe. En el foro sobre

    patrimonio que tuvo lugar en Cartagena, Colombia, en 1998 se debatieron las propuestas de la

    Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo y se hizo una evaluación señalando que si bien los avances

    en la región son notables y muestran prácticas que pueden ser llevadas como modelo a otras regiones,es necesario poner al día gran parte del acervo institucional con el que se cuenta en nuestros países.

    En cuanto al marco institucional, los museos deben ampliar sus funciones y representar realmente el

    saber y las experiencias de todos los ciudadanos en su variedad y diversidad. Los museos en América

    Latina y el Caribe se han abierto a esta diversidad. Se exponen cada vez más obras de la cultural

    intangible, las culturas populares. Falta insistir en que se adquieran y expongan mayor número de

    obras y performances de mujeres. Uno de los mecanismos que se pueden proponer para modificar este

    orden de cosas es el promover la participación de los otros especialistas de la ciencia y la cultura y los

    ciudadanos en la política y actuación de los museos, pues en última instancia, la gestión museística

     va más allá de lo meramente técnico al servir como registro y expresión pública de la identidad de unpueblo o cultura.

     Tanto los museos como las instituciones de gestión cultural necesitan de profesionales capacitados

    que las hagan funcionar, con una formación no sólo técnica sino también en ciencias sociales y en

    historia, que les proporcione las claves necesarias para poder evaluar las relaciones de las diferentes

    sociedades con sus distintos patrimonios. Las culturas constituyen un río de saberes hay que saber

    hilar, se requiere volver a teorizar acerca de lo que significan los patrimonios. Actualmente pocas de

    estas instituciones están capacitadas para tratar los aspectos sociopolíticos de la cultura y el

    desarrollo, y por ello hay que invitar a ampliar los enfoques, la base institucional y la participación de

    intelectuales, científicos, de los ciudadanos en general.

    Ello se extiende a la existencia de archivos públicos y el acceso a ellos como elemento necesario del

    gobierno democrático así como la asignación de mayor prioridad a la conservación o a la constitución

    de archivos nacionales.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    12/19

     Asimismo, aunque ya se realiza en toda la región, hay que ampliar las acciones en la cuestión de las

    artesanías, que además de representar una cuarta parte de las microempresas en la región, es un

    patrimonio "vivo", que se renueva de generación en generación. Precisamente por su potencial

    económico y de creatividad, actualmente mermado por la distancia que separa a los artesanos de los

    mercados, hay que proponer la necesidad de fortalecer la institucionalidad de prácticas y políticas de

    comercialización equitativas de las artesanías así como establecer un sistema de etiquetas de"comercio justo".

    Otro aspecto a destacar es que la incidencia de la globalización de la economía y de la comunicación

    en las oportunidades de acceso a otras culturas, ofrecen un estímulo a la creatividad pero muchas

     veces bajo la amenaza de que se abandonen formas tradicionales de creación. En ese sentido habría

    que hacer notar que la elección entre lo mejor y lo peor no está inevitablemente relacionada con la

    dominación económica sino con la autoestima, el orgullo del devenir histórico de una cultura así como

    con la curiosidad y el respeto a otras culturas que ofrecen las posibilidades de enriquecimiento

    cultural sin que se pierda la tradición propia. Para lograrlo es fundamental incorporar a la educación

    los valores de la diversidad y el desarrollo de valores comunes globales para asegurar que lasgeneraciones futuras puedan tener el discernimiento adecuado para poder elegir distintas alternativas

    culturales.

     Todo lo anterior lleva a la conclusión de que la legitimidad en la aceptación del valor de los sitios,

    objetos o expresiones culturales radica en el reconocimiento universal que se les otorga. De la misma

    manera en que hasta hace poco se argumentaba que la obra de arte se crea en la relación entre el

    objeto y el observador, así, en el patrimonio, el valor radica en la apreciación que se hace de tal

    patrimonio. En la actualidad, el análisis va más allá. Cuestiona el punto de vista del observador no

    sólo en tanto que mirada sino en tanto que selectividad, disposición en el espacio, localización y

    definición, de tal manera que hay que analizar la construcción de sentidos a través de los sistemas derepresentación.

    La importancia de tales aperturas analíticas no puede minimizarse. Todo lo anterior apunta hacia la

    necesidad de cambiar el eje de las políticas culturales, transfiriéndolas de una atención exclusiva en

    los objetos, sitios u expresiones culturales, para re-localizarlas en el punto de creación el observador y,

    por extensión, con el productor. El patrimonio adquiere así una significación más cercana a la

    sociedad que la crea y aprecia, ya que además de que se pone el acento en la creatividad, se recalca

    que su conservación tiene sentido sobretodo en términos de que la gente tenga acceso libre a los

     bienes culturales y al desarrollo de sus capacidades para seguir creando sus propias expresiones

    culturales.

    Habría que seguir uno de los mecanismos sugeridos por la práctica de la antropología

    latinoamericana, que es la de incorporar en los equipos de conservación de patrimonio cultural, a

    investigadores de universidades, centros de investigación social y comunidades locales. Todo ello con el

    fin de comprender los valores y aspiraciones que motivaron a los creadores de los sitios y objetos, sin

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    13/19

    los cuales, quedan desvinculados de su contexto y pierde gran parte de su verdadero significado.

    Dicho de otro modo, lo tangible solo se puede interpretar y seleccionar en base a lo intangible.

    El debate actual sobre patrimonio intangible

    El debate que adquiere cada vez mayor dinamismo desde hace algunos años es el del patrimoniointangible o inmaterial. Por la riqueza de América Latina y el Caribe precisamente en este campo, esto

    es, en el patrimonio vivo, interesa incorporar a la discusión del patrimonio los nuevas políticas y

    planes de acción internacionales en este campo.

    Como antecedente, desde los noventa, la Unesco elaboró una propuesta, basada en experiencias de

    países orientales, para el reconocimiento y el apoyo financiero a los grandes maestros de los

    conocimientos tradicionales, tanto artesanales como de otra índole. Recomendó que los Estados

    designaran a estos grandes maestros como "Tesoros Humanos Vivos" a través de programas que les

    permitieran recibir una ayuda económica del Estado con el objeto de que transmitan sus

    conocimientos a las nuevas generaciones. Este programa ya era utilizado en países como Japón,Corea, Tailandia y Filipinas y ya había sido puesto en práctica en Francia, a través del sistema de

    Maîtres d’Art.

    En la Mesa Redonda Internacional sobre Patrimonio Intangible auspiciada por la Unesco y celebrada

    en la ciudad de Turín en marzo de 2001, se establecieron tres criterios generales para un plan de

    acción sobre esta temática. Primero, se estableció que la cooperación internacional sobre el patrimonio

    intangible debe estar fundamentada sobre los derechos humanos reconocidos universalmente, los

    principios de equidad y sostenibilidad, así como sobre el respeto a todas aquellas culturales que a su

     vez respetan a otras culturas. Segundo, se recalcó la necesidad de que participen activamente los

    actores y creadores de la cultura en todas las etapas de identificación de proyectos, asignación derecursos, planeación y ejecución de políticas y programas destinados a la salvaguarda del patrimonio

    intangible. Tercero, se hizo hincapié en que dichos programas deben fundamentarse en una

    comprensión del patrimonio centrado sobre los individuos y los procesos sociales.

    Los campos específicos en los que se recomendó que deben tomarse acciones de protección son: el

    patrimonio cultural oral, las lenguas, las artes escénicas y las festividades, los ritos y prácticas

    sociales, las cosmologías y los sistemas de conocimiento y las creencias y prácticas relacionadas con la

    naturaleza.

    La Iniciativa de la Comisión de Patrimonio Inmaterial de Brazil

    En cuanto a las acciones de los gobiernos de la región en este campo, destaca el trabajo reciente de la

    Comisión sobre Patrimonio Inmaterial en Brasil, -en la que han participado destacados antropólogos,

    museólogos e indigenistas brasileños-. No hay un consenso, señala esta Comisión, tanto en el ámbito

    nacional como internacional, sobre la expresión que mejor define el conjunto de estos bienes

    culturales, problema que ya había quedado bastante claro en el seminario realizado en Fortaleza. Las

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    14/19

    expresiones más usadas son "patrimonio intangible", "patrimonio inmaterial", "cultura tradicional y

    popular" y, más recientemente, "patrimonio oral". Las dos primeras intentan delimitar su universo por

    medio de la institución de una categoría de patrimonio opuesta al llamado "patrimonio material o

    construido". Mediante el uso de los calificativos "inmaterial" y/o "intangible" se pretende resaltar la

    importancia que tienen, en este caso, los procesos de creación y manutención del conocimiento sobre

    su producto (la fiesta, la danza, la pieza de cerámica, por ejemplo). Es decir, procuran enfatizar que elconocimiento, el proceso de creación y el modelo interesan más como patrimonio que el resultado,

    aunque éste sea, indudablemente, su expresión material. No abarca, por lo tanto, toda la complejidad

    del objeto que se pretende definir. Sin embargo, la Comisión decidió optar por el término de Patrimonio

    Inmaterial.

    Dicha Comisión, en su documento final, propone como primer principio, que "...el patrimonio

    inmaterial no requiere "protección" y "conservación" – en el mismo sentido de las nociones fundadoras

    de la práctica de preservación de bienes culturales muebles e inmuebles – sino identificación,

    reconocimiento, registro etnográfico, seguimiento periódico, divulgación y apoyo. En fin, más

    documentación y seguimiento y menos intervención. El segundo principio, derivado del primero, es lano – aplicabilidad al patrimonio inmaterial del concepto de autenticidad, tal como se utiliza, por lo

    común, en el campo de la preservación. En este caso, la noción de autenticidad debe ser sustituida

    por la idea de continuidad histórica, identificada por medio de estudios históricos y etnográficos que

    señalen las características esenciales de la manifestación, su manutención a través del tiempo y la

    tradición a la cual se vincula. Esa noción de continuidad histórica y el reconocimiento de la dinámica

    propia de transformación del bien material llevaron a la proposición de una acción fundamental: el

    seguimiento periódico de la manifestación para evaluar su permanencia y el registro de las

    transformaciones e interferencias en su trayectoria".

    La propuesta de la Comisión en cuanto a un instrumento legal es por demás innovadora. Los bienesculturales inmateriales, propone, se inscribirán en Brasil en uno de los cuatro Libros establecidos en

    la propuesta del instrumento legal, basada en las categorías identificadas en la fase de investigación.

    Estos Libros fueron denominados, respectivamente: Libro de los Saberes – para el registro de

    conocimientos y modos de hacer enraizados en la vida cotidiana de las comunidades; Libro de las

    Celebraciones – para las fiestas, rituales y festejos que marcan la vivencia colectiva del trabajo, de la

    religiosidad y del entretenimiento y otras prácticas de la vida social; Libro de la Formas de Expresión –

    para la inscripción de manifestaciones literarias, musicales, plásticas, escénicas y lúdicas; y el Libro

    de los Lugares – destinado a la inscripción de espacios, como mercados, ferias, plazas y santuarios

    donde se concentran y reproducen prácticas culturales colectivas. "Al delimitarse el universo de los

     bienes culturales inmateriales, mediante el contenido de los Libros de Registro, señala el documento,

    se buscó evitar conceptos rígidos, con la perspectiva de que esa definición abarcadora estimule el

    proceso de construcción del concepto de patrimonio inmaterial, manteniendo los parámetros

    establecidos por la Constitución".

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    15/19

    La inscripción en dicho registro conlleva la obligación del Estado de documentar y acompañar la

    dinámica de las manifestaciones registrada, promueve la valorización pública de dichos bienes y la

    implantación, en sociedad con entidades públicas y privadas, de acciones de promoción y divulgación.

    Recomendaciones de políticas de protección del patrimonio inmaterial

    Las propuestas arriba mencionadas fueron discutidas en la Reunión Internacional de Expertos sobre

    Patrimonio Intangible celebrada en enero de 2002 en Brasil, que presentó las siguientes

    recomendaciones en cuanto a la acción internacional en este campo. Se hizo notar que las políticas de

    conservación del patrimonio inmaterial deben respetar la dinámica interna de las expresiones

    culturales, la diversidad de formas del patrimonio cultural inmaterial y de los contextos en los que se

    desarrollan. Al mismo tiempo se hizo hincapié en la necesidad de promover la pluralidad en las

    actividades de formación, la sensibilización de públicos, la distribución de fondos públicos y privados

     y los diferentes métodos de documentación y archivo de expresiones culturales.

    Se concluyó, asimismo, que le corresponde a cada Estado, en vista de que las acciones de salvaguardadel patrimonio intangible tendrán que ser tomadas a nivel nacional, determinar los campos que serán

    protegidos, que podrán ser revisados periódicamente según las necesidades, en consulta con las

    organizaciones no gubernamentales y las comunidades en cuestión y de acuerdo a los criterios que

    considere apropiados. Finalmente, recomendó que la Unesco, en su carácter de organización de

    cooperación internacional, elabore una convención internacional para la salvaguarda del patrimonio

    inmaterial.

    Coincide en ello también la relatoría de la Mesa sobre Patrimonio que tuvo lugar durante en la

    Conferencia de la Organización de Estados Iberoamericanos sobre "Las Culturas Iberoamericanas en

    el siglo XXI" redactada por Joao Almiño. Reitera que el Estado no debe abdicar su responsabilidadsobre el patrimonio, aunque lo ideal es que el usuario y la población local se transformen en co-

    partícipes y co-responsables en la defensa del mismo. Expone también el proyecto iberoamericano de

    construir un espacio y un imaginario común y la producción, difusión y democratización de la

    información.

    Patrimonio, turismo y desarrollo.

    En la actualidad, el turismo se está convirtiendo rápidamente en una de las principales industrias del

    mundo, con cerca de 600 millones de turistas trasladándose cada año. Es una industria en la que los

    países de América Latina y el Caribe pueden encontrar una fuente de divisas importante para sudesarrollo. Si bien gran parte de la vitalidad del turismo procede del patrimonio cultural, hay que

    evitar que éste se considere meramente como una mercancía al servicio del turismo. Las experiencias

    de sobreutilización de los centros históricos de las ciudades más allá de su capacidad de sustentación,

    o de su aislamiento como zonas monumentales sin vida ni habitantes, o el deterioro de sitios de

    patrimonio cultural por la afluencia turística, deben servir de modelos para no desvirtuar nuestra

    comprensión del pasado y la imagen que proyectamos sobre los otros.

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    16/19

    Hay que encontrar una solución entre estos dos extremos: el del cierre a toda actividad turística por

    considerarla agresora por principio, y el de someter la investigación y la conservación a un plan de

    desarrollo económico, debe existir un término medio que satisfaga las demandas de grupos

    involucrados: investigadores y conservadores, gobiernos, empresarios y prestadores de servicios

    turísticos; encontrarlo no debería ser tarea difícil.

    La Unesco inició diversos programas encaminados a promover el turismo cultural, asegurando al

    mismo tiempo la sustentabilidad del mismo, dentro de marco de sus programas de conservación del

    patrimonio cultural. En América Latina destacan los apoyos que otorgó a la remodelación de los

    centros históricos de La Habana en Cuba, Antigua en Guatemala y, recientemente, en colaboración

    con el BID, a Quito en Ecuador y a otras ciudades de la región. Destacan también los programas de

    apoyo a otras ciudades, por ejemplo, Ouro Preto y Olinda en Brasil.

     Vale mencionar otra modalidad en impulsar el turismo cultural para lograr el desarrollo no solamente

    de un sitio de monumentos, arqueología o memoria sino de todo un movimiento cultural histórico. Se

    han formulado propuestas en ese sentido, por ejemplo, para la Ruta El-Andalus que vincula el sur deEspaña con los países mediterráneos de África; o la Ruta de la Esclavitud a través de varios países

    africanos, llegando hasta el Caribe y países de América Latina.

    En nuestra región la conservación y remodelación de las misiones jesuíticas en el área de Mercomún

    se ha constituido en posibilidad para establecer una ruta turística entre Argentina, Paraguay y Brazil.

    Destaca asimismo en la región, la Ruta Maya que se trazó en las costas del Caribe de México, Belice y

    Guatemala que ha logrado con éxito impulsar el turismo con una diversidad de destinaciones y

    actividades.

     Al respecto, será conveniente regular los desarrollos turísticos vinculados a zonas arqueológicas paralograr que se opte por proyectos de bajo impacto; para que se diseñe con la preocupación por

    recuperar los valores de la arquitectura vernácula de la región; para que se cuiden las visuales desde

    la zona arqueológica; y para que se conjugue la defensa del patrimonio cultural con la protección de la

    fauna y flora regionales. Habrá que dejar a un lado viejas prácticas, por demás dañinas, como la de

    intentar a toda costa ofrecer al visitante la mejor de las vistas posibles sobre la zona arqueológica, o la

    de ubicar el hotel lo más cercano posible a los vestigios arqueológicos a fin de ahorrarle al turista

    desplazamientos supuestamente incómodos o innecesarios. El trazo de zonas de amortiguamiento

    entre las áreas de desarrollo y los sitios arqueológicos serían de gran ayuda; lo será, también, el

    posicionamiento remoto del acceso al sitio arqueológico, punto que opera igualmente como centro de

    comercio y de servicios ofrecidos al turista.

    Una de las prioridades a fijarse es la de crear parques rodeando las principales zonas arqueológicas.

    Por ejemplo, en el área maya de México, y Centroamérica, dado su patrón disperso, estas reservas

    resultan vitales. La importancia de este binomio: restos arqueológicos-ecología, requiere entenderse

    cabalmente, apreciar su contribución potencial a la conservación del patrimonio cultural y las

    investigaciones futuras. Con toda razón se advierte que si se opta, entonces, por la habilitación de

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    17/19

    nuevos espacios para beneficio del turismo, la vigilancia y el mantenimiento permanentes de este

    patrimonio resulta ser un problema a resolver por anticipado; de no ser así, ante la posibilidad de un

    deterioro fuera de control de los vestigios, es preferible posponer toda exploración en nuevas zonas de

    monumentos o en nuevas estructuras en zonas ya abiertas al público, hasta contar con los fondos

    para poder mantener esas zonas dignamente, sin menoscabo de su conservación.

    Cabe aquí ampliar para señalar que una de las más graves amenazas para la conservación de sitios es

    el comercio clandestino de piezas arqueológicas. Con ese fin, es necesario concientizar para que la

    población se niegue a adquirir objetos de origen clandestino e ilegal. Sabemos bien que la demanda

    creciente en el seno de la sociedad de consumo constituye la causa fundamental del continuo saqueo

    de sitios arqueológicos, de centros religiosos, del tráfico ilícito de bienes culturales y de prácticas

    comerciales sin escrúpulos. Así se hace necesario reforzar las medidas que limiten la salida de tales

    objetos de los lugares a los que pertenecen. Un ejemplo de ello en la región es el saqueo al que están

    siendo sometidos los sitios arqueológicos en el Perú. La gran cantidad de sitios y edificaciones incaicas

    hacen imposible mantener una vigilancia eficaz en todos ellos. En fechas recientes este fenómeno

    incluso se agravó por las condiciones climáticas provocadas por el Niño, que llevó al deslave demuchas de estas edificaciones. Sólo podrá lograrse detener este saqueo mediante una permanente y

    eficaz cooperación entre países y, en especial, por parte de los países importadores de tales bienes

    culturales ilícitos. Recordemos que el comercio de bienes excavados ilícitamente es un comercio que

    destruye conocimiento.

    La Participación de las comunidades locales en el turismo

    En todo proyecto de turismo cultural es indispensable que la planeación incorpore, ya sea como

    participantes en la conservación o como agentes económicos, desde la planeación, a la población local.

    Cabe hacer notar que las comunidades cercanas a los sitios arqueológicos pueden ser, en principio, elagente más agresivo del deterioro del patrimonio cultural y, al mismo tiempo, el aliado potencial más

    importante para su defensa y preservación. La necesidad de nuevas viviendas, la instalación y

    ampliación de servicios públicos, y aún la práctica agrícola, son actividades que deben pueden

    realizarse dentro de un marco de respeto al patrimonio cultural y bajo estrategias que eviten su

    destrucción.

    Un ejemplo claro de este tipo de problema, desde mi punto de vista, es el que se suscitó en la costa de

    Quintana Roo, en México, a raíz de la expansión acelerada de construcción de hoteles a lo largo de las

    playas al sur de Cancún. Esta no se realizó en base a una planeación adecuada que integrara

    proyectos de urbanización y vivienda para los numerosos migrantes que se trasladaron a la zona atrabajar en la construcción o el servicio en los hoteles y que tuvieron que recurrir a invasiones de

    terrenos sin contar con la infraestructura básica de electricidad y drenaje. En esas condiciones el

    deterioro ecológico y la contaminación eran predecibles. Como resultado, gran parte de la carretera a

    lo largo de esta costa tiene hoteles de Primer Mundo a lo largo de las playas y, al otro lado de la

    carretera, "ciudades perdidas" o favelas, de Tercer Mundo. Es esta realidad del turismo cultural como

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    18/19

    un supramundo de lujo, sostenido sobre un inframundo de pobreza, lo que es necesario evitar a toda

    costa en los países de nuestra región.

    La respuesta de la comunidad a la disyuntiva de la conservación dependerá de la relación simbólica

    que tenga con respecto a ese patrimonio y, también, de las expectativas que pueda generar la "puesta

    en valor" y manejo de ese patrimonio. Lo mismo se aplica al saqueo: sea como agente directo o comocolaborador, a esa comunidad pertenecen, por lo general, quienes llevan a cabo las excavaciones

    ilícitas (y, por supuesto, quienes más riesgos asumen de todos los que intervienen en el tráfico de esas

    antigüedades saqueadas). El freno a esa actividad sólo es posible si la vigilancia y el celo por preservar

    ese patrimonio se convierte en una responsabilidad compartida, y si llegamos a entender plenamente

    el valor histórico y las posibilidades que ese patrimonio abre al turismo y a la educación.

    No se trata solamente de una cuestión de respeto a la representación que hace la comunidad cultural

    en cuanto al patrimonio cultural en la localidad y región: de su significado histórico y su efectividad

    social para mantener la cohesión social en reivindicaciones justas. Más allá de toda cuestión de

     justicia social, de la necesidad de frenar el despojo que se ha hecho sistemáticamente de bienes quepodrían estar mejor resguardados en sus lugares de origen, está la eficacia en la defensa y

    conservación del patrimonio cultural e histórico de cada país. La respuesta de las comunidades

    locales cruza indudablemente por las posibilidades que se abran a su inserción en el desarrollo

    regional, en la toma de decisiones sobre el modelo de ese desarrollo, en su participación activa en la

    materialización de los proyectos asociados, y, sobre todo, en la integración de sus miembros a esos

    proyectos como personal calificado.

    En suma, nuestro desafío en América Latina y el Caribe, en cuanto a patrimonio, consiste enencontrar estrategias, por una parte, para proteger e impulsar la creatividad cultural y, segundo, para

    lograr beneficios económicos a través del turismo cultural que no deterioren o distorsionen la

    concepción simbólica de las naciones con su patrimonio, la conservación de los bienes culturales y la

    relación de las comunidades locales y nacionales en la gestión de dichos bienes.

    En suma, hay que lanzar un llamado para ampliar y diversificar los conceptos y métodos relacionados

    con el patrimonio cultural y la promoción de la expresión cultural contemporánea en el espacio

    cultural de América Latina y el Caribe. Ambos están claramente interrelacionados; en efecto, no

    podemos imaginar el futuro sin la inspiración del pasado. Por lo tanto, ¿cuáles son las consecuencias

    de adoptar un enfoque más amplio respecto del patrimonio cultural? ¿Qué se requiere para lograr unaapropiación más amplia y democrática del patrimonio por parte de los diferentes grupos sociales y

    culturales? Y, la otra cara de la moneda, ¿qué estrategias podrían preverse para promover la

    creatividad artística cuantitativa y cualitativamente y fomentar una mejor comprensión y apreciación

    de las artes en las distintas comunidades? ¿Qué formas podrían encontrarse para hacer que la

    innovación intelectual y artística estimule e informe mejor el conjunto de la sociedad? Se deberá hacer

    hincapié en el apoyo a la creatividad de artesanas y artistas mujeres, y en el acceso a las

  • 8/16/2019 Cultura, Patrimonio y Turismo

    19/19

    oportunidades y los desafíos que plantean las nuevas tecnologías de los medios de comunicación. Se

    requiere que todas las culturas puedan contribuir al enriquecimiento de esos nuevos repertorios. Es

    preciso contar con una voluntad política para dar a los medios que permitan alcanzar estos fines,

    comprendidas las industrias culturales nacionales, el debido apoyo.


Top Related