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EDITORIAL

F.J.Blasco Casares Director de Annals d´Urologia

PUBLICAR O NO PUBLICAR: ESA ES LA CUESTION

La competitividad de las publicaciones biomédicas es tan considerable que resulta muy difícil encontrar un hueco que te permita la subsistencia de una nueva. Sobre todo, cuando la publicación no está escrita en inglés, no es propiedad de ninguna empresa editorial internacional, no pertenece ni directa ni indirectamente a la industria farmacéutica, no está a las órdenes de la Administración sanitaria, no obedece las consignas ni tan siquiera de su Colegio profesional… En definitiva, es más difícil existir cuando se es independiente. Por otro lado, no es necesario desde un punto de vista exclusivamente científico la existencia de ninguna revista más. Pasa lo mismo que con los congresos y reuniones. Sobran revistas biomédicas y sobra información. No sólo hay un exceso sino que además es repetitiva, mucha de ella intrascendente y aporta poco al conocimiento médico. Ante todo esto, cabe preguntarse por que hay alguien que ateniéndose a lo anteriormente descrito pueda tener interés en tirar para adelante una publicación. Pues aunque parezca mentira por muchos motivos. Algunos viejos, como la humanidad, otros nuevos, motivos cincelados por la tecnología de nuestro momento y por las posibilidades y realidades de nuestro día a día. Viejos motivos. La necesidad de comunicar. Toda sociedad o grupo intenta tener un medio de difusión que le permita, en dependencia de sus objetivos y sus dimensiones, desde influir en el estado de opinión de las cosas hasta ser un simple vehículo de información de su grupo. Y nosotros, la Societat Catalana d`Urologia ni debe ni puede ser diferente, aunque nuestra modestia nos lleve a querer ser un medio de difusión de nuestra actividad más que otras utópicas consideraciones. Como Societat médica nos interesa mantener informados a nuestros asociados, nos interesa darles una cancha en la que poder expresar sus ideas, sus inquietudes y no sólo hablamos de un aspecto estrictamente científico, pues la revista Annals está totalmente involucrada y absolutamente indisociada de la web de la Societat, mecanismo diseñado para intentar cubrir toda una serie de opciones informativas y formativas. Más viejos motivos. No debemos renunciar a comunicar nuestra actividad científica a nuestros colegas catalanes y del resto de España. No por modesta resulta menos importante. También mantenemos una ilusión, la de defender que no sólo sea el inglés la lengua en la que se exprese la comunidad médica. No debemos renunciar a nuestras lenguas, Por ello, defendemos, doblemente (catalán y castellano) esta apuesta. Para quien entiende la Medicina como una disciplina humanista, nos gusta pensar que el médico no sólo se limita a su ciencia sino también cultiva otros intereses. No debemos renunciar a la presencia en nuestra web y nuestra revista de la historia, la lengua, otras especialidades científicas, la ética, la economía. Todas ellas y muchas otras debieran ser disciplinas que lograsen llegar hasta nuestras páginas, si se quiere, bajo una visión de nuestra especialidad, pero sin menospreciar lo que de interés y formación nos puedan dar. La actualidad más rabiosa nos ha cincelado un contorno en el que movernos. Esto es, la vía electrónica de una revista. Somos pioneros en esto aunque sepamos que en el futuro más que inmediato nos veremos superados por numerosas publicaciones, más importantes, potentes, con cuantiosos medios, etc. Pero siempre sabremos que hemos sido de los primeros en confeccionar una revista totalmente electrónica, seremos de los que continuaremos siendo de acceso absolutamente libre y defenderemos que los derechos de autor los ostente el autor y no de forma exclusiva una editorial. Es la tecnología actual la que nos permite tener una relación casi diaria con nuestros potenciales lectores, a quienes podremos avisar de cualquier aspecto de su interés y que permite establecer un tipo de revista diferente a lo habitual. La revista y la web pueden ser casi confeccionadas por las personas a las que van dirigidas. Se podrán hacer preguntas, realizar forums, actualizar en tiempo casi real la información de congresos y actividades, facilitar conexiones en red, proporcionar bases de datos para presentaciones y un largo etcétera que sólo el futuro sabe y que nuestros lectores podrán disfrutar.

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Annals d´Urologia, Vol. 3, num. 1, 2003

Revisió / Revisión

EPIDEMIOLOGIA Y ASPECTOS DIAGNOSTICOS DE LOS

TUMORES DE UROTELIO SUPERIOR O. Bielsa Gali

Servicio de Urologia. Hospital del Mar. Barcelona.

Introducción El carcinoma primario de la pelvis renal y uréter es un tumor poco

frecuente, representando alrededor del 1% de las neoplasias genitourinarias

y sobre el 8% de todos los tumores uroteliales. El carcinoma de células

transicionales (CCT) del tracto urinario superior (TUS) es en muchas

ocasiones un proceso multifocal, pudiendo coexistir varios tumores o zonas

de carcinoma in situ en varias zonas del TUS o incluso de la vejiga urinaria.

La afectación del TUS contralateral es mucho mas rara, estando sobre el 3-

4%.

El tumor de pelvis renal se diagnostica con mayor frecuencia que los de

uréter, y dentro de estos últimos el 73% asientan en su 1/3 inferior, el 23% en

su 1/3 medio y tan solo el 4% en su 1/3 superior, no existiendo diferencias en

cuanto a lateralidad. La afectación del TUS por un CCT en pacientes con

historia de cáncer de vejiga es entre un 2-4%, en 1986 Zincke y cols.

publican un 3% de incidencia de tumores de TUS en pacientes a los que se

les había practicado una cistectomía radical por cáncer vesical, por ello es

conveniente en pacientes con historia de cáncer de vejiga realizar un estudio

para descartar un tumor de urotelio superior.

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El CCT del TUS es mas frecuente en el sexo masculino con una relación de

2:1. La edad en la que se presentan mayoritariamente es en la quinta y sexta

décadas de la vida. Son excepcionales antes de los 40 años. A pesar de que

tan solo hablaremos de carcinomas transicionales pues son con mucho los

más frecuentes (más del 90%), en el TUS pueden observarse otros tumores,

especialmente en pacientes con infecciones crónicas y/o litiasis, como los

carcinomas escamosos y los adenocarcinomas.

Epidemiología El epitelio transicional de los cálices, infundíbulos, pelvis renal y uréter

está expuesto a múltiples carcinógenos potenciales presentes en la orina, la

mayor parte de estos factores son también carcinógenos para el carcinoma

transicional de vejiga, pero algunas diferencias justifican que los factores

etiológicos del CCT del TUS se estudien por separado.

Nefropatía de los Balcanes

En los pacientes afectados por esta nefropatía existe un riesgo

incrementado de desarrollar un tumor urotelial del TUS. Esta enfermedad es

endémica de la zona de los Balcanes y incluyendo a la antigua Yugoslavia,

Grecia, Bulgaria y Rumania. En estos países entre 40% y el 50% de los

tumores renales son tumores uroteliales. Otra característica de estos

tumores es que hasta en un 10% de los casos son bilaterales.

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Áreas geográficas

Se ha observado una tasa de incidencia distinta en función de la

localización geográfica del paciente, lo cual parece estar más relacionado

con los factores socioeconómicos y la exposición a distintos carcinógenos

ambientales e industriales. Efectivamente, estos tumores son más frecuentes

en las zonas más desarrolladas socio económicamente y en áreas con alta

concentración industrial.

Exposición ocupacional y ambiental a carcinógenos químicos

De manera similar a lo que sucede en el carcinoma vesical, existen una

serie de profesiones con un alto riesgo de favorecer la aparición con el

tiempo de un carcinoma de urotelio superior, estas profesiones son:

trabajadores de industrias petroleras, químicas (especialmente disolventes y

colorantes textiles), del plástico, del carbón, y del alquitrán. Trabajadores que

tengan contacto prolongado por piel y mucosas o inhalado con tintes para el

pelo (peluqueros-as), con productos del encurtido de pieles y con el

recauchutado de neumáticos también constituyen unas profesiones de

riesgo.

En la actualidad tanto los carcinógenos específicos como las industrias

de elevado riesgo son muy difíciles de identificar, ya que están

enmascarados por múltiples variables, muchas de ellas desconocidas.

Tampoco se sabe claramente ni la cantidad mínima necesaria de

carcinógeno ni el tiempo mínimo de exposición y de latencia que sean

capaces de favorecer el desarrollo de una neoplasia.

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Tabaquismo

El factor de riesgo independiente más importante para desarrollar un

carcinoma de urotelio superior es el hecho de fumar cigarrillos. Diversos

estudios experimentales realizados en ratones demuestran que el depósito

crónico de productos provenientes de la combustión del tabaco en la mucosa

oral y su inhalación producen un aumento en la incidencia de tumores

vesicales y del TUS. Diversos estudios epidemiológicos demuestran la

existencia de una importante relación entre fumar cigarrillos y la génesis de

un carcinoma de urotelio superior. El riesgo relativo de desarrollar un

carcinoma de urotelio superior en fumadores es mas alto que para

desarrollar un carcinoma vesical. El número de cigarrillos consumidos y la

duración del hábito de fumar incrementan el riesgo de desarrollar un

carcinoma de urotelio superior. Asimismo, el dejar de fumar se asocia con

una disminución del riesgo.

Edulcorantes artificiales

La sacarina sódica y el ciclamato se han relacionado como potenciales

carcinógenos para el urotelio, tanto el vesical como el del TUS, existen

controversias pues si es cierto que en animales de experimentación se han

desarrollado estos tumores han sido a unas dosis muy altas, y por ello no

queda claro su verdadero papel. No obstante, existe otro edulcorante, el

aspartamo el cual no ha sido (por el momento) relacionado con la aparición

de tumores uroteliales, por lo que muchos países en sus legislaciones

permiten el aspartamo pero no el ciclamato.

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Dieta

Diversos colorantes y conservantes artificiales usados en diversos

alimentos han sido relacionados como factores potencialmente cancerígenos

para el urotelio. Asimismo las hierbas chinas adelgazantes también se han

relacionado como cofactores en el desarrollo de carcinomas de urotelio

superior.

La ingesta muy abundante de café parece ser un débil factor de riesgo

para el desarrollo de tumores uroteliales del TUS.

Ciclofosfamida

Los efectos tóxicos que provoca este citostático están bien estudiados

en la vejiga, donde aparece edema de la mucosa, úlceras hemorrágicas, y en

ocasiones fibrosis del músculo detrusor. La toxicidad de este producto es

debida a sus metabolitos la acroleína y la cloretilacidrina que se activan a

nivel hepático y se eliminan por la orina, donde afectan al urotelio.

Si bien la vejiga es donde más efecto tienen estos productos y donde

más se han estudiado, la ciclofosfamida induce cambios neoplásicos a lo

largo de todo el urotelio, TUS, vejiga y uretra.

Analgésicos

El uso prolongado de fenacetina induce una nefropatía asociada hasta

en un 70% a carcinoma transicional del TUS. Si bien se ha intentado implicar

también a la aspirina y derivados como carcinógenos del TUS, esta relación

no está nada clara.

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Infección crónica y litiasis

Las litiasis, las infecciones crónicas y la obstrucción del tracto urinario

facilitan el desarrollo de un carcinoma escamoso y en menor frecuencia de

un adenocarcinoma.

La parasitosis por esquistosomas también se relaciona con el

carcinoma escamoso del TUS, al igual que en vejiga.

Diagnóstico radiológico de los tumores de urotelio superior Los tumores de urotelio superior se diagnostican en su inmensa

mayoría mediante pruebas por la imagen, tan solo en algunos casos

evolucionados pueden confundirse con un carcinoma renal y ser el patólogo

el que nos de el diagnóstico definitivo.

Urografía intravenosa

Es el método por el cual se diagnostican el 90% de los tumores de

urotelio superior en riñones funcionantes, habitualmente se presentan como

defectos de replección, estenosis pieloinfundibulares, o incluso amputaciones

calicilares, por lo que el diagnóstico diferencial debe hacerse principalmente

con las litiasis radiotransparentes, coágulos sanguíneos, tuberculosis

genitourinaria, acúmulos de hongos (“fungus ball”), compresiones vasculares,

o incluso enfermedades retroperitoneales como tumores o fibrosis

retroperitoneal. Como se comenta en algunos tratados clásicos de Urología,

las estenosis ureterales de 1/3 inferior en pacientes en edad por encima de

los 50 años deben ser consideradas como malignas hasta demostrar lo

contrario.

En el 10-20% de los casos, el tumor provoca una obstrucción que

impide la visualización correcta del sistema excretor bien por anulación renal

completa o por retraso funcional importante que impide la correcta

visualización del TUS.

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En los estudios urográficos hemos de pensar siempre en la posibilidad

de multicentricidad e incluso de bilateralidad de estos tumores, por lo cual

deberemos evaluar cuidadosamente todo el sistema excretor.

La urografía intravenosa tiene unas limitaciones relativas y otras

absolutas:

. Limitaciones relativas: diagnóstico diferencial con coágulos, litiasis

radiotransparentes, “fungus ball”, compresiones vasculares, tuberculosis

genitourinaria, pólipos fibroepiteliales,

. Limitaciones absolutas: insuficiencia renal que impida la realización de la

prueba, anulación renal completa (no vamos a ver ninguna imagen de la vía

urinaria), alergia grave al contraste iodado.

Pielografía retrógrada

Se trata de una exploración complementaria sumamente útil en todos

los casos en que la urografía intravenosa no nos da una información lo

suficientemente clara como para hacer el diagnóstico, o bien cuando exista

una limitación absoluta que contraindique la realización de la prueba

endovenosa.

Como ventajas nos ofrece una gran fiabilidad diagnóstica (>70%),

también permite al realizarla hacer una cistoscopia si no se había practicado

antes y recoger orina de ambos uréteres por separado para practicar

citologías de orina. Como desventajas, en ocasiones las imágenes tampoco

con definitivas, y especialmente en riñones anulados funcionalmente (que es

cuando está más indicada esta prueba) podemos provocar una infección de

la orina retenida, dando lugar a un cuadro grave de infección urinaria en un

TUS obstruido, por ello en muchos centros se opta por hacer esta prueba en

quirófano, y si se confirma el diagnóstico practicar a continuación la

intervención.

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En 1961, Bergman y cols. describen un signo radiológico durante la

realización de una pielografía retrógrada, mediante el cual podemos

diferenciar si un defecto de replección ureteral es debido a un cálculo

radiotransparente o a un tumor ureteral, en el caso de ser una litiasis, la

porción distal al cálculo del uréter está colapsada, y en caso de ser un tumor,

el uréter distal a la obstrucción aparece dilatado, permitiendo en muchas

ocasiones que el catéter ureteral se enrolle en esta zona dilatada distal a la

obstrucción, esto se conoce como signo de Bergman.

Pielografía anterógrada

Esta prueba no es recomendable en pacientes en los que se sospeche

que pueda existir un carcinoma urotelial de TUS por el alto riesgo de

provocar una diseminación de células tumorales en el trayecto de la aguja,

no debe ser realizada de rutina.

Tomografía computerizada (TC)

Podemos generalizar en que la TC no es una prueba especialmente útil

en los tumores de urotelio superior, pero con matices, pues si bien en el

diagnóstico de tumores pequeños no nos es de demasiada utilidad si es

cierto que en tumores más grandes nos puede ser de utilidad para diferenciar

un tumor de una litiasis radiotransparente, pues el primero tiene una

densidad más baja (10-70UH) que el segundo (80-250UH), lo cual en casos

concretos es orientativo hacia la naturaleza del defecto de replección.

Otras aplicaciones de la TC es en el estadiaje local de estos tumores,

pero también aquí existen problemas pues el supra y el infraestadiaje se

acerca al 30%.

Un problema de la TC es que en tumores de gran tamaño, con

infiltración del parénquima renal el diagnóstico diferencial con los carcinomas

renales es muy difícil y en ocasiones totalmente imposible.

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Resonancia magnética (RM)

La RM tradicional no ofrece grandes ventajas frente a la TC, siendo su

rentabilidad muy parecida, por ello durante varios años no se utilizaba de

forma rutinaria en el diagnóstico de los tumores de urotelio superior. Desde

hace unos años y con el desarrollo de la angio-RM se empezó a utilizar la

RM en fase T1 y en cortes coronales, con la administración de Gadolinio, es

la uro-RM, cuyos principios son muy parecidos a los de la angio-RM.

También podemos usar esta prueba sin la administración de Gadolinio (en

riñones anulados funcionalmente o en pacientes con insuficiencia renal) en

cortes coronales en fase T2, por lo cual no es preciso tener una función renal

conservada para realizar esta prueba.

Parece claro pues que la uro-RM ofrece unas grandes ventajas, que al

menos en teoría permitirían disponer de una prueba fiable y reproducible en

los pacientes con sospecha de tumor de urotelio alto, estas ventajas podrían

resumirse en:

. Prueba no invasiva.

. No se utiliza contraste iodado.

. Ofrece una imagen anatómica “completa” de todo el aparato urinario, como

si fuera una urografía.

. Si es necesario, en curso de la exploración puede estudiarse

simultáneamente el árbol vascular (angio-RM).

. En el estudio de una hematuria en un paciente con un riñón anulado

funcionalmente puede darnos una imagen de diagnóstico definitivo. Lo

mismo que en pacientes con insuficiencia renal.

. Al ser una prueba “anatómica” permite el diagnóstico de neoplasias

múltiples.

Sin embargo, esta prueba también tiene unas limitaciones, que en

ocasiones son muy importantes:

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. Ser una prueba en la fase inicial de desarrollo y con unos límites y

aplicaciones no totalmente establecidos.

. En casos de anulación renal o insuficiencia renal, no se visualiza el

gadolinio y por ello tan solo si existe dilatación de la vía urinaria nos será útil

en el diagnóstico.

. Es una exploración no disponible en todos los centros sanitarios, lo cual

dificulta su empleo.

A pesar de todo ello, es sin duda la prueba más prometedora en el

diagnóstico y estudio de los tumores de urotelio superior, especialmente por

su aplicación en el estudio de los riñones anulados funcionalmente o en

pacientes con alergias al contraste iodado.

Otras pruebas radiológicas

La ecografía, prueba tan útil en la urología actual por su gran facilidad

de uso, reproducibilidad, no irradiación, gran utilidad diagnóstica, no nos

sirve para el diagnóstico de los tumores de urotelio superior. Si es verdad

que un gran tumor en una pelvis renal dilatada lo podemos diagnosticar, pero

en primer lugar no son los tumores más frecuentes y en segundo lugar este

tumor en concreto será fácilmente identificable por otras pruebas (UIV, TC,

uro-RM). Por ello el papel de la ecografía se ciñe al diagnóstico diferencial

entre litiasis radiotransparentes en el TUS y tumores, el cual puede hacerse

con la ecografía en algunas ocasiones.

La arteriografía no tiene valor actualmente en el diagnóstico de los

tumores de urotelio superior, si queremos estudiar el árbol vascular (lo cual

no suele ser necesario) es preferible usar la angio-RM.

Ante todo ello podemos concluir que el diagnóstico del tumor de

urotelio superior se fundamenta en una prueba tan clásica y tan “urológica”

como la urografía (especialmente la endovenosa, y en algunos casos

retrógrada), teniendo como exploración de futuro la uro-RM la cual nos

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podría aportar unas grandes ventajas a las pruebas previamente

mencionadas.

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Annals d´Urologia, Vol. 3, num. 1, 2003

Cas clínic / Caso clínico

NEFROMA MESOBLASTICO DEL ADULTO. APORTACION DE UN CASO Y REVISION BIBLIOGRAFICA. M. Roig Sanz JJ. Matías García, L. Riera Canals, R. Ruiz Lluch López, T. Serrano Piñol*, E. Franco Miranda, N. Serrallach Mila. Servicio de Urología. *Servicio de Anatomía Patológica. Ciutat Sanitaria y Universitaria de Bellvitge. L’Hospitalet de Llobregat. Barcelona. Introducción El nefroma mesoblástico congénito es un tumor renal infrecuente (menos del 3% de los tumores renales en niños)1, propio de la primera infancia, descrito por Bolande2 en 1967. Ha recibido diversas denominaciones como hamartoma leiomiomatoso, hamartoma fetal mesenquimatoso o hamartoma renal fetal, si bien el término introducido por Bolande es el más aceptado. Generalmente se descubre durante los primeros 3 meses de vida, antes del pico de edad de presentación del tumor de Wilms, siendo raro por encima del año. Al menos el 90% de los casos se diagnostican durante el primer año de vida; en algunos casos incluso antes del nacimiento gracias al empleo de la ecografía3 Se trata del tumor renal más frecuente en el primer trimestre de vida4. La presencia de una masa abdominal es casi siempre la causa del diagnóstico. Se ha relacionado con la presencia de polihidramnios y prematuridad 1,3. Sigue un curso benigno, en especial cuando se presenta antes de los 6 meses de vida5. La gran mayoría de pacientes son curados tras la cirugía6, siendo raras las recurrencias y más aún las metástasis. Desde su descripción pocos casos de nefroma mesoblástico en adultos han sido reflejados en la literatura.

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Caso clínico Paciente mujer de 17 años de edad, sin antecedentes patológicos de interés que nos fue remitida por presentar un aumento progresivo del perímetro abdominal de 6 meses de evolución. La paciente aquejaba un dolorimiento en fosa lumbar izquierda de 2 meses de evolución, sin fiebre ni cuadro tóxico asociado. No presentaba hematuria ni otra sintomatología urológica. A la exploración presentaba un buen estado general, tensión arterial de 120/70 mm. Hg. y una gran tumoración que ocupaba el hemiabdomen izquierdo de consistencia firme, superficie irregular, no dolorosa a la palpación, y no adherida a planos superficiales. Analíticamente destacaba una anemia microcítica-hipocroma con hemoglobina de 10,9 gr./l., VCM 73, HCM 23 y hematócrito del 33%, con ferritina baja. Resto del hemograma normal. El ionograma, la función renal, los enzimas hepáticos, el proteinograma y la alfa-fetoproteína y las catecolaminas urinarias eran normales. La beta-HCG era indosificable. Se le practicó una punción esternal con resultado de médula ósea conservada. El sedimento urinario mostró microhematuria (30- 32 eritrocitos por campo). La tomografía computerizada (Figura 1) mostró una gran tumoración retroperitoneal izquierda, heterogénea, con pequeñas calcificaciones lineales que desplazaba cranealmente el bazo y posteriormente el riñón izquierdo, sin poderse concretar el origen renal, suprarrenal o retroperitoneal. El riñón derecho era de morfología y funcionalismo normal. No se evidenciaban adenopatías retroperitoneales o metástasis. Se practicó una aortografía abdominal y angiografía renal selectiva (Figuras 2 y 3) que informaba de una masa vascularizada a expensas del pedículo renal izquierdo, con proliferación de arterias capsulares, de probable origen renal. Vena renal izquierda permeable. - Figura 1.- TC abdominal: Gran tumoración retroperitoneal izquierda, de aspecto heterogéneo, que ocupa todo el hemiabdomen izquierdo

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- Figuras 2.- Aortografía abdominal : masa vascularizada a expensas de pedículo renal izquierdo. - Figura 3.- Arteriografía renal selectiva: proliferación de arterias capsulares. Se le practicó una punción aspiración con aguja fina con el dictamen de tumor mesenquimatoso de malignidad dudosa o sarcoma de bajo grado. El estudio de extensión radiografía de tórax y gammagrafía ósea resultó negativo para metástasis. Intervenimos a la paciente practicándole una laparotomía media, evidenciándose una gran masa retroperitoneal que parece depender del polo superior renal izquierdo sin estar adherida a estructuras vecinas. Se le practica una nefrosuprarrenalectomia izquierda con linfadenectomía hiliar y paraaórtica. Cursó con un postoperatorio sin incidencias. La pieza de nefrectomía (Figura 4) pesó 3.170 gramos con un tamaño de 22 cm. Macroscópicamente se observa una tumoración de 17 cm. a nivel polar superior renal, bien delimitada y que respeta la cápsula. Al corte aparece predominantemente sólida y de coloración blanquecina, de consistencia firme—elástica y aspecto fibroso—arremolinado. Se observan algunas estructuras quísticas de contenido gelatinoso y áreas hemorrágicas predominantemente en la periferia del tumor. El tumor está en contacto con la pelvis renal pero no lo infiltra macroscópicamente. El parénquima renal no tumoral es de apariencia normal.

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- Figura 4.— Nefroma mesoblástico. Pieza de nefrectomía izquierda (3.170 gr / 22*14*18 cm) En el estudio microscópico (Figura 5) se observa una proliferación uniforme, moderadamente celular, de células fusiformes sin atipias citológicas, que forman haces entrecruzados. Presenta un índice mitótico inferior a una mitosis por 10 campos de gran aumento. De forma ocasional se observan estructuras tubulares epiteliales que parecen corresponder a túbulos atrapados. No se identifican elementos blastematosos. - Figura 5..- Nefroma mesoblástico. Pro].iferación uniforme de células fusiformes típica del patrón clásico (H. E. x200) El diagnóstico anatomopatológico fue de nefroma mesoblástico, con linfadenectomia negativa. Tras 3 años de seguimiento la paciente presenta un buen estado general, el hemograma se ha normalizado y no existe evidencia de recidiva local ni a distancia. Discusión El nefroma mesoblástico es una tumoración renal típica del periodo neonatal, siendo excepcional en adultos. Block7 describió en 1973 el primer caso en un adulto y hasta el presente se cuentan 20 casos en la literatura mundial, incluyendo el nuestro. Su forma de presentación es variable, desde un hallazgo incidental12,13, hasta su presentación como cualquier otra tumoración renal: dolor lumbar o en el flanco8,9, hematuria8, 10 y/o masa palpable8,11 . En un caso se manifestó como un síndrome de Wunderlich debido a ruptura interna14. El diagnóstico es

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anatomopatológico en el que las técnicas de imagen nos servirán para identificar la tumoración renal, delimitar su extensión y planear el abordaje quirúrgico. Histológicamente es un tumor firme, amarillo-grisáceo al corte y de aspecto fibroso que lo asemeja al leiomioma, de ahí que también se le conozca como hamartoma leiomatoso. Existen dos patrones histológicos, uno es el clásico, constituido por una proliferación monofásica de células fusiformes, como fibroblastos o miofibroblastos, entremezcladas con fibras de colágeno, formando fascículos entrelazados3. No se observan atipias citonucleares y la actividad mitótica es mínima (de O a 1 mitosis por 10 campo de gran aumento)15. Ocasionalmente se observan nódulos de cartílago hialino y focos de hematopoyesis. Presenta característicamente inclusiones epiteliales en forma de túbulos y con menor frecuencia glomérulos, de aspecto quístico y displásico, predominantemente en la periferia del tumor. Comparte con el tumor de Wilms los elementos epiteliales y mesenquimatosos, pero se diferencia de éste en que no presenta elementos blastematosos1,3,8. Los márgenes suelen ser irregulares con proyecciones tumorales que penetran en el parénquima renal sano. El otro patrón histológico es el atípico o celular15-16, identificado con posterioridad, más común que el clásico, de mayor celularidad e índice mitótico y de aspecto más sarcomatoso. Se ha postulado que el patrón celular se asocia a mayor índice de recidiva, pero esto parece estar más en relación con lo completo de la resección5,17. Además pueden coexistir los dos patrones celulares en un mismo tumor. En el adulo predomina el patrón clásico1,8, siendo en éste rarísima la variante atípica o celular11,18 y, a diferencia del nefroma mesoblástico de la infancia, tiende a esta más colagenizado, con menor densidad celular y mayor prominencia del componente tubular8. La histogénesis es controvertida. Se han propuesto dos teorías. Una defendida por Bolande19 que considera que el nefroma mesoblástico tiene su origen en el blastema metanéfrico o mesénquima primario, capaz de formar estructuras epiteliales, asumiendo que los túbulos renales displásicos y glomérulos que encontramos forman parte del tumor. Esta teoría considera el nefroma mesoblástico como una forma madura o citodiferenciada del tumor de Wilms, al contener ambos elementos mesenquimales y epiteliales. La otra teoría contrapuesta defendida por Wigger20 postula que el nefroma mesoblástico proviene del mesénquima

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secundario, incapaz de formar estructuras epiteliales, por lo que lo incluye en el grupo de los hamartomas. Así, considera, que los elementos epiteliales corresponden a parénquima renal atrapado en el crecimiento tumoral, de ahí que predominen en la periferia del tumor. La microscopía óptica es la que da el diagnóstico, aunque bien puede ser ayudada del la inmunohistoquímica, citometría de flujo y microscopia electrónica8,10. El diagnóstico diferencial del nefroma mesoblástico del adulto incluye a otros tumores compuestos de células fusiformes como el tumor de Wilms del adulto, carcinoma renal (sarcomatoide, tumor rabdoide del adulto, angiomiolipoma y adenofibroma nefrogénico. El tratamiento es la nefrectomía radical, indicando la cirugía conservadora en caso de tumores de pequeño tamaño o en caso de monorrenia13. Los pacientes presentan una buena evolución tras la exéresis quirúrgico siendo la recidiva excepcional, probablemente debida a una exéresis incompleta5, existiendo sólo un caso de recidiva local al cabo de 21 años de cirugía21. Bibliografía 1.- Eble JN. Neoplasms of the kidney. En: Bostwick DG, Eble JN, ed. Urologic surgical pathology - 1a ed. St. Louis: Mosby-Year Book, Inc. 1997; 127-131 2.- Bolande RP, Brough AJ, Izant RJ. Congenital mesoblastic nephroma of infancy: a report of eight cases and the relationship to Wilms’ tumor. Pediatrics 40: 272-278, 1967 3.- Murphy WM, Beckwith JB, Farrow GM. Tumors of the kidney, bladder, and related urinary structures. Atlas of tumor pathology (3 serie, fasciculo 11). Arrned Forces Institute of Pathology 1994; 55-67 4.- Hrabovsky EE, Othersen HB, De Lorimer A et al. Wilms’ tumor in the neonate: a report from the National Wilms’ Tumor Study. J Pediatr Surg 21: 385-387, 1986 5.- Beckwith JB, Weeks DA. Congenital mesoblastic nephroma, when should we worry? Arch Pathol Lab Med 110: 98-99, 1986 6.- Howell CG, Othersen HB, Kiviat NE, Korkool P, Beckwith JB, D’Angio GJ. Therapy and outcome in 51 children with mesoblastic nephroma: a report of the National Wilms’ Tumor Study. J Pediatr

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Annals d´Urologia, Vol.3, num. 1, 2003

Revisió / Revisión

QUIMIOTERAPIA Y RADIOTERAPIA EN LOS TUMORES

DE UROTELIO SUPERIOR.

J. Carles, C. Mesía

Servicio de Oncología Médica. Hospital del Mar. Barcelona

Introducción

El tumor de urotelio superior es un tumor poco frecuente,

constituye únicamente el 1% de todas las neoplasias de la región

genitourinaria y entre el 5 y el 7% de los tumores renales1. Su

incidencia igual que sucede en las neoplasias de vejiga es superior

en el varón que en la mujer con una relación 3:1. En Estados

Unidos también se ha observado que es más frecuente en los

blancos que en los negros2. La incidencia de este tumor aumenta

con la edad, siendo su máxima incidencia entre la sexta y la

séptima década de la vida.

Diversos estudios retrospectivos han sugerido que su mayor

incidencia se da en poblaciones industrializadas3, sin embargo otros

autores atribuyen este hecho a que en las regiones industrializadas

existen mejores métodos diagnósticos. Un estudio reciente

realizado por el Registro de Cáncer de Dinamarca4 ha demostrado

Page 24: Annals 2003 06

que se ha producido un aumento de la incidencia de este tumor de

alrededor de 10 veces durante el período comprendido entre 1.943

y 1.988. Por el contrario, los demás tumores no han aumentado de

forma tan significativa. Estos resultados sugieren que el aumento de

incidencia no puede ser atribuida únicamente a una mayor

capacidad diagnóstica.

Los tumores de urotelio son muy quimiosensibles y se han

descrito respuestas y regresiones de la enfermedad tras la

administración de diversos fármacos citostáticos con distintos

mecanismos de acción. Sin embargo, la mayoría de los enfermos

presentan respuestas de corta duración y muy pocos enfermos

alcanzan remisiones completas5.

El cisplatino (CDDP) y el metotrexate (MTX) son los agentes

más activos cuando se administran en monoterapia. Existen otros

agentes tales como el carboplatino, la adriamicina, la vinblastina, la

ciclofosfamida, el 5-fluouracilo y algunas más que también han

demostrado poseer actividad en el tratamiento de la enfermedad

avanzada6.

Page 25: Annals 2003 06

Regímenes clásicos de quimioterapia

Los tratamientos basados en el CDDP son los más

empleados, destacando dos esquemas: el denominado M-VAC

(metotrexate, vinblastina, adriamicina y cisplatino) y el CMV

(cisplatino, metotrexate y vinblastina)7. En los últimos 15 años el

esquema M-VAC ha sido el tratamiento habitual en los Estados

Unidos y algunos países de Europa. Los estudios preliminares

reportados por el Memorial Sloan Kettering Cancer Center

describían una tasa de respuestas globales del 72% con una tasa

de remisiones completas del 18%. Sin embargo los estudios

aleatorizados realizados con el mismo esquema de tratamiento la

tasa de respuestas globales descendía hasta un 39% con una tasa

de remisiones completas de únicamente el 13%. La tasa de

respuestas objetivas reportada por los esquemas de tratamiento

que incluyen el CDDP oscilan entre el (RC más RP) 50% y el 70%,

con una tasa de remisiones completas que oscilan entre el 15% y el

25%8,9,10. Sin embargo, el principal problema sigue siendo que la

mayoría de enfermos que presentan una respuesta progresarán al

cabo de pocos meses, siendo la supervivencia media de alrededor

de 12 meses11. Para la mayoría de autores el esquema denominado

M-VAC es la mejor opción terapéutica para aquellos enfermos con

enfermedad avanzada.

Page 26: Annals 2003 06

En un estudio aleatorizado, M-VAC fue comparado con CDDP

en monoterapia, el esquema de poliquimioterapia demostró ser

superior en cuanto a supervivencia y tasa de respuestas12. Así

mismo este esquema ha demostrado ser también superior a otros

esquemas de poliquimioterapia tales como CAP ó CISCA

(cisplatino, ciclofosfamida, adriamicina)13. Otro esquema de

tratamiento, el denominado CMV, que a diferencia del M-VAC se

emplea mayoritariamente en Europa se ha comparado a otro

esquema de tratamiento que incluye la combinación de metotrexate

y vinblastina, este estudio demostró que CMV era superior a MV14.

Sin embargo, no se ha realizado nunca un estudio comparativo

entre M-VAC y CMV.

Los estudios a largo plazo de enfermos tratados con el

esquema de poliquimioterapia tipo M-VAC ha demostrado que una

mínima parte de enfermos se encuentran vivos y libres de

enfermedad a los 6 años15. Sin embargo este esquema de

tratamiento no se encuentra exento de toxicidad y se le atribuyen

alrededor de un 3,4% de muertes tóxicas, cifra muy similar a la de

los enfermos vivos libres de enfermedad (3,7%) .

Page 27: Annals 2003 06

Nuevos esquemas de quimioterapia

En los últimos años se han identificado nuevos agentes útiles

en el tratamiento del carcinoma transicional de urotelio. Me gustaría

destacar como agentes activos al nitrato de galio16, con una tasa de

respuestas objetivas (RO) del 17%, la ifosfamida17 (RO del 21%)

siempre y cuando se administre a dosis superiores a 5 g/m2, el

trimetrexate18 (RO, 17%), la gemcitabina19 (RO, 27%), el

docetaxel20 (RO,35%) y el paclitaxel21(RO, 42%). Quizás las dos

drogas más importantes y con un mayor futuro son los taxanes y la

gemcitabina.

A mi entender desde mayo del 2000 el esquema que combina

la gemcitabina con el cisplatino (GP) debe considerarse como el

tratamiento a emplear en los enfermos afectados de un carcinoma

transicional. A pesar de que el esquema GP no ha demostrado ser

superior al esquema M-VAC22 en cuanto a la tasa de respuestas o a

la supervivencia si que lo es en cuanto a toxicidad. No debemos

olvidar que la supervivencia media de ambos esquemas es

alrededor de 14 meses y un escaso número de enfermos se

encuentran vivos a los tres años. Por lo tanto ambos tratamientos

son fundamentalmente paliativos y por lo tanto debe evaluarse la

toxicidad de forma cuidadosa. Debemos recordar que el CDP se

asocia a nauseas y vómitos, nefrotoxicidad y ototoxicidad23.

Page 28: Annals 2003 06

En el estudio que nos ocupa reportado por von der Maase et al22 en

la reunión de la Sociedad Americana de Oncología la mayoría de

los enfermos experimentaron toxicidad hematológica (leucopenia)

grado 3-4 , además un 22% de los enfermos tratados con el

esquema M-VAC presentaron fiebre neutropénica. Alrededor del

20% de los enfermos de ambas ramas de tratamiento presentaron

vómitos grado 3-4 y más de la mitad de los enfermos tratados con

M-VAC presentaron alopecia grado 3.

Sin embargo no debemos olvidar la existencia de otros

esquemas de tratamiento que deberán ser testados en estudios

fase III. Me gustaría mencionar a continuación los siguientes:

Cisplatino - Taxanos

Diversos estudios han reportado actividad antitumoral

empleando la combinación de CDDP y taxanes. Estas

combinaciones generalmente se administra cada 3 semanas y se

han realizado tres estudios24,25,26 que han incluido un total de 82

enfermos, con una tasa de respuestas que oscila entre el 63% y el

72%.

Otro estudio combinó el docetaxel con el CDDP administrado

así mismo cada tres semanas. En este estudio se han incluido 25

enfermos con una tasa de respuestas del 60%27. En todos estos

Page 29: Annals 2003 06

estudios mencionados previamente la supervivencia media oscila

entre los 13 y 13,6 meses.

Carboplatino - Taxanos

El carboplatino posee ciertas ventajas con relación a su

homologo el CDDP, las más destacadas son su fácil administración

y la posibilidad de individualizar la dosis. Aunque posee un

mecanismo de acción similar al CDDP su actividad en cuanto a

beneficio clínico es distinta en distintos tumores. Esta combinación

se ha empleado en tumores uroteliales debido a que gracias a la

capacidad para individualizar la dosis de carboplatino es una droga

de fácil manejo en una población de edad avanzada y que

habitualmente presenta alteraciones de la función renal. Esta

combinación ha sido utilizada en diversos estudios que engloban un

total de 89 enfermos, la mayoría de estos estudios28,29,30 permitían

la inclusión de enfermos con cierto grado de insuficiencia renal La

media de respuestas de estos estudios se sitúa en el 54% y con

una supervivencia media alrededor de los 9 meses.

Page 30: Annals 2003 06

Cisplatino/gemcitabina

Esta combinación se ha evaluado en tres estudios que han

utilizados tres esquemas distintos de administración31,32,33. La

gemcitabina se ha administrado tanto los días 1, 8 y 15 cada 4

semanas, el CDDP se ha administrado una sola vez cada 4

semanas los días 1 o 2, o bien cada semana los días 1, 8 y 15. Se

han tratado en total con este esquema 116 enfermos, con una tasa

de respuestas que oscila entre el 42% y el 66% y una tasa de

remisiones completas que varía de un 18% a un 28%. Además la

mediana de supervivencia se sitúa en los tres estudios alrededor de

los 13 meses.

Tal como se ha mencionado previamente la alteración de la

función renal es un problema importante en el tratamiento de estos

enfermos debido al problema de la uropatía obstructiva así como en

el caso que nos ocupa debido a que la mayoría de enfermos

afectados de un tumor de urotelio superior con enfermedad

localmente avanzada son tratados con cirugía lo que provoca

todavía más alteraciones de la función renal. En estos casos la

administración de CDDP es compleja e incluso puede verse

contraindicada.

Page 31: Annals 2003 06

Habitualmente la elección de un tratamiento de quimioterapia viene

condicionada por el estado general del enfermos y enfermedades

asociadas como por distintos factores relacionados con el propio

tumor. Los factores pronósticos relacionados con los tumores

transicionales son fundamentalmente el estado general del enfermo,

así aquellos enfermos con un buen estado poseen un mejor un

mejor pronóstico, lo mismo sucede con aquellos enfermos que

poseen enfermedad localmente avanzada ó bien enfermedad

ganglionar así como algunos estudios también reportan la pérdida

de peso como un factor pronóstico importante34.Un estudio reciente

realizado por el grupo del Memorial Institution demostró que el

estado general por debajo del 80% o la existencia de metástasis

viscerales (pulmón, hígado ó hueso) o bien ambos eran factores de

mal pronóstico y poseían un gran impacto en la supervivencia de los

enfermos.35.

En un estudio de revisión realizado por M. Nogué demostró

que al 54% de los enfermos afectados de un tumor transicional no

pueden tratarse con esquemas de quimioterapia basados en el

CDDO. Por este motivo y debido a que la gemcitabina es una droga

muy activa tanto en primera como en segunda línea desarrollamos

una combinación en la que empleamos el carboplatino asociado a la

gemcitabina.

Page 32: Annals 2003 06

Los estudios fase I que exploraban esta combinación en la

mayoría de casos el esquema se administraba cada cuatro

semanas y la gemcitabine se administraba los días 1,8 y 15. Las

dosis recomendadas en estas circunstancias fueron para

caboplatino a un área bajo la curva de 5,2 y la gemcitabina a una

dosis de 1.000 mg/m2. Sin embargo, existían muchas reducciones

de dosis y omisiones en la administración de esta droga

especialmente el día 15. Debido a esta experiencia Edelman et al36

realizaron un estudio en el que la combinación se administraba en

un esquema de 21 días. La toxicidad reportada por estos autores

fue aceptable, destacando la toxicidad plaquetar grado 4 en un

25% de enfermos pero sin episodios de sangrado, otra toxicidad

destacable fue la neutropenia en el 21% de los enfermos pero con

un único episodio de fiebre. En otro estudio reportado por Carrato et

al37 observaron una disminución de la toxicidad hematológica

cuando el tratamiento se administraba cada 21 días. Estos autores

realizaron un estudio secuencial fase II en cáncer de pulmón con

una dosis fija de CBDCA a una AUC de 5.

Page 33: Annals 2003 06

Nosotros realizamos un estudio piloto en tres Centros de Cataluña

empleando la combinación de gemcitabina y CBDCA en pacientes

con enfermedad localmente avanzada no quirúrgica o metastásica y

con deterioro de la función renal que contraindicara la

administración de cisplatino. El estudio se inició en Marzo del 96.

Los pacientes debían tener enfermedad mensurable con un

aclaramiento de creatinina inferior a 55 mL/min. Y un índice de

Karnofsky > o igual a 60%. La gemcitabina se administraba el día 1

y 8 en una infusión de 30 minutos y el carboplatino se ajustaba con

una dosis bajo la curva de 5 mL/min empleando la fórmula de

Calvert38. El tratamiento se administraba siempre y cuando la cifra

de granulocitos fuese superior a 1500/mm3, o bien las plaquetas

fuesen superiores a 100 x mm3 no se evidenciara mucositas. Se

reciclaba la gemcitabina el día 8 siempre y cuando la cifra de

granulocitos se encontrase entre 1000-1500 x mm3 ó las plaquetas

entre 75000-99000 x mm3 . En las demás circunstancias no

administrábamos el tratamiento. Se realizaba la evaluación de la

enfermedad después del tercer y sexto ciclo. El tratamiento se

suspendía después de seis ciclos o bien cuando existía progresión

de la enfermedad. Se incluyeron 17 enfermos, sin embargo uno no

fue evaluable para respuesta debido a una muerte prematura tras la

primera administración del tratamiento. Tres pacientes habían

Page 34: Annals 2003 06

recibido previamente tratamiento con CDDP. En la Tabla 1 se

muestran las características de los enfermos.

Dos enfermos presentaron una respuesta completa y siete

una respuesta parcial. Seis enfermos presentaron una estabilización

de la enfermedad y un enfermo progresó en curso del tratamiento.

La tasa de respuestas para toda las serie fue del 56% (Intervalo de

confianza del 95% entre 31 y 81%). La principal toxicidad fue la

hematológica (Tabla 2) .

Observamos una muerte tóxica relacionada con el tratamiento

el día 12 después de la administración del tratamiento debido a

neutropenia. No realizamos reducciones de dosis en ningún

enfermo , sin embargo el día 8 la administración de gemcitabina fue

suspendida en tres enfermos para un total de 10 ciclos de

tratamiento39.

Page 35: Annals 2003 06

Radioterapia

La radioterapia en los tumores uroteliales de tracto superior

puede administrarse en dos circunstancias: una con finalidad

paliativa y otra con finalidad complementaria.

La radioterapia con finalidad paliativa la utilizaremos para el

tratamiento de las metástasis óseas fundamentalmente o bien con

finalidad hemostática en tumores de pelvis renales que causen

pérdidas hemáticas sintomáticas y siempre y cuando el paciente no

pueda beneficiarse de un tratamiento quirúrgico.

En el otro aspecto que nos ocupa que no es otro que la

complementaria su utilidad ha sido ampliamente discutida. La

mayoría de los estudios que se han publicado de radioterapia

complementaria en los tumores de urotelio superior incluyen un

escaso número de enfermos y no existe ningún estudio

aleatorizado. Además en la mayoría de estos estudios no se definen

correctamente las características clínicas ni patológicas de los

enfermos tales como: el grado, el estadio, la afectación ganglionar o

el tipo de resección quirúrgica. Así por ejemplo en la serie de Batata

et al40 la radioterapia se administraba debido a la persistencia de

enfermedad residual importante. En otros tres estudios que incluían

resección completa del tumor, observan una tasa de recidivas

locales de 10% y concluyen que la radioterapia es beneficiosa. En

Page 36: Annals 2003 06

estos estudios todas las recurrencias locales se acompañaban de

metástasis. En un estudio retrospectivo de Cozad et al41

comparaban la cirugía con la radioterapia después de la cirugía,

estos autores concluían que la radioterapia disminuía la tasa de

recaídas locales pero que no mejoraba la supervivencia general. Sin

embargo, otro estudio realizado por Maulard-Durdux et al42 que

incluye la serie más numerosa de enfermos, los autores no

evidencian mejoría de la supervivencia. En conclusión la

radioterapia complementaria después de una cirugía correcta no es

recomendable en el momento actual puesto que no ha demostrado

una mejoría de los enfermos así tratados.

Page 37: Annals 2003 06

Tabla 1. Características de los Enfermos

Número enfermos incluidos 17 Número evaluables para toxicidad 17

Número evaluable para respuesta 16

Edad mediana (límites), años 69 (54 – 78)

Sexo, varón/mujer 13/4

Karnofsky, n (%)

100 2 (11,8)

90 1 (5,9)

80 7 (41,2)

70 6 (35,3)

50 1 (5,9)

Aclaramiento creatinina

Mediana 45,4 ml/min

Media (límites) 50 (21 –55) ml/min

Estadíaje clínico, n (%)

Enfermedad locoregional 2 (11,8)

Enfermedad metastásica 15 (88,2)

Tratamiento previo

Si 3 (17,6)

No 14 (82,4)

Localización enfermedad, n (%)

Ganglios linfáticos 11 (64,7)

Hígado 2 (11,8)

Hueso 1 (5,9)

Enfermedad pélvica 2 (11,8)

Pulmón 3 (17,6)

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Tabla 2. Numero (%) enfermos con toxicidad hematológica y no hematológica (N = 17). Toxicidad 1 2 3 4 Anemia 2 (11.8) 0 3 (17.6) 0 Granulocitopenia 2 (11.8) 0 2 (11.8) 2 (11.8) Trombocitopenia 0 0 3 (17.6) 0 Vómitos 1 (5.9) 2 (11.8) 1 (5.9) 0 Hepatotoxicidad 0 0 1 (5.9) 0 Alopecia 2 (11.8) 1 (5.9) 0 0 Renal 0 1 (5.9) 0 0

Page 39: Annals 2003 06

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1997

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28 Vaughn DJ, Malkowicz SB, Zoltick B, et al. Paclitaxel plus

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