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  • PRE-TEXTOS

    ACERCA DE LA LIBERTADUna interpretacin del a posteriori seguido de Patologa de la Libertad. Ensayo sobre la no-identificacin

    Gnther Stern (Anders)

    Traduccin deVIRGINIA MODAFFERI

    MARA CAROLINA MAOMED PARRAGUEZ

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  • Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transforma-cin de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvoexcepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de DerechosReprogrficos) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra

    (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)

    Primera edicin: enero de 2014

    Ttulo de la edicin original en lengua francesa:Une interprtation de la posteriori

    yPathologie de la Libert. Essai sur la non-identification

    Diseo cubierta: Pre-Textos (S. G. E.)

    Gerhard Oberschlick, Viena, 2012

    de la traduccin: Virginia Modafferi y Mara Carolina Maomed Parraguez de la presente edicin:

    PRE-TEXTOS, 2014Luis Santngel, 1046005 Valencia

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    Derechos reservados para Europa

    IMPRESO EN ESPAA / PRINTED IN SPAINISBN: 978-84-15576-82-2

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  • E L T I EM PO D E L A A N T RO PO LOG A

    F I LO S F I C A

    por

    MARA CAROLINA MAOMED PARRAGUEZCSAR DE VICENTE HERNANDO

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  • I. GNTHER STERN (ANDERS) Y SU PROYECTO ANTROPOLGICO

    Una tarea central del quehacer filosfico es no prohi-birse preguntas. Evidentemente, hay algunas no slo mscomplejas que otras, sino tambin filosficamente ms im-portantes. Aquella acerca de la identidad de la naturalezahumana o la determinacin de su especificidad se encuen-tra, probablemente, entre las ms difciles de tratar. Pese aello, no ha sido en absoluto descuidada por el pensamientofilosfico. La cuestin de saber qu es el hombre, qu lodistingue de los dems seres vivos o cul es su naturaleza ysu lugar o situacin especficos en el mundo despertun particular inters a principios del siglo XX. La antropo-loga filosfica haba tenido expresin analtica en la teorakantiana, a travs de la distincin entre la antropologa fi-siolgica, que trataba de pensar lo que la naturaleza hacecon el ser humano, y la antropologa pragmtica, que estu-diaba lo que el ser humano hace como sujeto libre, pero sevio reducida debido a la preeminencia del empirismo cien-tfico de sus antropologas. En la dcada de los aos veinte,sin embargo, asistimos a un resurgimiento original y fe-cundo de la antropologa filosfica.1 La quiebra de la con-

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    1 Algunos, como Fischer, han llegado a ver en este resurgimiento una

    escuela de pensamiento, representada especialmente por Max Scheler, Helmuth

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  • fianza en el progreso de la humanidad, derivada de ladevastadora Gran Guerra (1914-1918), as como el cues-tionamiento definitivo del ser humano como centro de losacontecimientos naturales (sealados por la nueva fsica)y sociales (con las teoras sociolgicas), y la fuerza con queirrumpen los discursos sobre su historicidad (procedentesdel marxismo y de la filosofa de la vida), hacen que la vueltaa la antropologa tenga que efectuarse, necesariamente,desde otro lugar. En el prlogo de su libro El puesto del hom-bre en el cosmos, Scheler escriba: Los problemas que elhombre se plantea acerca de s mismo han alcanzado en laactualidad el mximo punto que registra la historia por no-sotros conocida. En el momento en que el hombre se haconfesado que tiene menos que nunca un conocimiento ri-guroso de lo que es, sin que le espante ninguna respuestaposible a esta cuestin.1

    Ese otro lugar es el que exploran filsofos como MaxScheler o Helmuth Plessner con sus respectivos proyectose investigaciones, dando un impulso renovado al estudiodel ser humano, pero tambin Heidegger y Husserl maes-tros de Anders leen conferencias sobre el asunto en la Kant-Gesellschaft de Frankfurt; el primero en 1929, Phi-losophische Anthropologie und Metaphysik des Daseins;el segundo en 1931, Phnomenologie und Anthropo-

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    Plessner y Arnold Gehlen; cfr. J. FISCHER, Philosophische Anthropologie. Eine Den-

    krichtung des 20. Jahrhunderts, Alber, Friburgo / Mnich, 2008, p. 22.1 M. SCHELER, El puesto del hombre en el cosmos, Losada, Buenos Aires, 1994,

    p. 23.

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  • logie.1 Estos trabajos han orientado decisivamente el nuevocamino de la antropologa filosfica y su discusin. Tesiscomo la apertura al mundo (Weltoffenheit) del entehumano (Scheler) y la posicin excntrica (exzentrischePositionalitt) de aqul (Plessner) constituyen algunos ras-gos fundamentales de este programa antropolgico.2

    Gnther Stern (Anders, 1902-1992) estudia en diferen-tes universidades alemanas durante la dcada de los aosveinte. Trata de completar un ciclo de formacin que lepermita trabajar como profesor en alguna institucin aca-dmica. Durante ese tiempo asiste a cursos y seminariosimpartidos por algunas de las ms importantes figuras dela intelectualidad de la poca: Ernst Cassirer, Erwin Pa-nofsky, Wolfgang Khler, Edmund Husserl (con quienrea lizar su tesis doctoral, titulada Die Rolle der Situations-kategorie bei den Logischen Stzen, disertacin inau-gural, Abert-Ludwigs-Universitt, Friburgo, en 1924), Mar-tin Heidegger o Max Scheler (para quien trabajar comoayudante). El escritor, poeta, ensayista, crtico y filsofoalemn, que suele, no sin razn, asociarse ms directamente

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    1 Estos datos resultan especialmente relevantes debido a que en ese tiempo

    Anders est pensando otro lugar para una antropologa filosfica que no caiga

    en la seudoconcrecin y que abandone la metafsica y el esencialismo. Adems,

    ya se ha iniciado un distanciamiento, que ser definitivo, entre Heidegger y An-

    ders a propsito justamente de los asuntos tratados en Ser y tiempo y que resul-

    tan problemticos al autor de Hombre sin mundo.2 Cfr. R. BECKER; J. FISCHER y M. SCHLOBERGER (EDS.), Philosophische Anthro-

    pologie im Aufbruch. Max Scheler und Helmuth Plessner im Vergleich, Akademie

    Verlag, Berln, 2010, Internationales Jahrbuch fr Philosophische Anthropologie,

    tomo 2, 2009 / 2010, pp. 15-16.

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  • a la filosofa de la tcnica, tambin proyect desde jovenuna antropologa filosfica: Al principio tuve una in-clinacin extraordinaria a lo sistemtico, y durante el pe-rodo en que redact mi Pathologie de la Libert [] tenala intencin de escribir una antropologa filosfica siste-mtica. De esa obra existen muchos fragmentos, que esta-ban insertados en una filosofa de la naturaleza.1 Entre losprimeros intentos de esta antropologa sistemtica se en-cuentran varios trabajos todava inditos como Mate-riales Apriori und der sogenannte Instinkt (1927), DiePositionen Schlafen - Wachen relativierender Exkurs (1928),Situation und Erkenntnis (1929), as como Die Weltfremd-heit des Menschen (1930), este ltimo, el ms claro y el mscompacto 2 y sobre el que gira, como se ver, lo esencial deesta antropologa. Ahora bien, la importancia de estos tex-tos y conferencias reside en su nuevo enfoque, en su dis-tinta manera de explorar el terreno de la antropologa. Yano gira ms en torno al contenido del ser humano, su esen-cialidad, sino alrededor del hecho de que su ser procedede una relacin con el mundo.3 Lo que ahora se tiene en

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    1 G. Anders, Si estoy desesperado, a m qu me importa?, en G. ANDERS,Llmese cobarda a esa esperanza. Entrevistas y declaraciones, trad. de L. BREDLOW,Besatari, Bilbao, 1995, p. 58.

    2 Cfr. C. DRIES, Die Welt als Vernichtungslager. Eine kritische Theorie der Mo -derne im Anschluss an Gnther Anders, Hannah Arendt und Hans Jonas, Tran-script Verlag, Bielefeld, 2012, p. 26. Estos trabajos se encuentran en lasterreichisches Literaturarchiv der sterreichischen Nationalbibliothek de Viena(Nachlass Gnther Anders).

    3 Esto es lo que Anders parece aprender del proyecto de una ontologa socialque provendra, en ltima instancia, de las investigaciones filosficas e histricasde Georg Lukcs, cuyo camino tambin emprende el miembro de la Escuela deFrankfurt, Herbert Marcuse, despus de separarse de su maestro Heidegger.

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  • cuenta es la situacin especfica del hombre en y frenteal mundo.1

    Sin duda, desde la perspectiva del repertorio categorial,estos escritos no pueden desmentir la influencia de la filo-sofa de Heidegger, aun cuando el maestro, ya en estos pri-meros trabajos, se presenta como una figura negativa.2 Elpropio Gnther Stern (Anders), refirindose al influjo deHeidegger, recuerda en una entrevista: Yo tambin me halldurante tres o cuatro aos bajo su spell demonaco; inclusomi Humoresca cosmolgica [Kosmologische Humoreske], re-dactada en los aos cincuenta, no puede ocultar la influen-cia de Heidegger.3 Son, despus de todo, los aos en quecon mayor fuerza se dejan entrever la cercana y las ata-duras del mundo acadmico. Por ello no es extrao queen este perodo el oficio de filsofo lo lleve en pos de unahabilitacin como profesor universitario que se ver frus-trada, haciendo as trizas las esperanzas genuinas de prose-guir con una prometedora carrera. El camino por el que seabrir paso y las vicisitudes a las que le tocar enfrentarselo conducirn finalmente fuera de la academia, hacia uncompromiso social y poltico, orientando sus investigacio-nes a la esfera de la Teora Crtica. Dicho de un modo su-cinto, su compromiso no ser slo con el docto, sino sobretodo con el lego, con el ser humano sencillamente comn.

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    1 Cfr. W. REIMANN, Verweigerte Vershnung. Zur Philosophie von Gnther An-

    ders, Passagen Verlag, Viena, 1990, p. 20.2 Cfr. C. DRIES, Die Welt als Vernichtungslager. Eine kritische Theorie der Mo derne

    im Anschluss an Gnther Anders, Hannah Arendt und Hans Jonas, op. cit., p. 26.3 G. ANDERS, Si estoy desesperado, a m qu me importa?, p. 51.

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  • Ahora bien, de su proyecto intelectual de antropologa,desarrollado, como se ver, no sin cierta originalidad, qunos ha legado su pensamiento?

    Han pasado aproximadamente ochenta aos desde queel joven filsofo Gnther Stern public, en su exilio en Pars,dos ensayos sobre antropologa filosfica: Une interpr-tation de la posteriori (1934-1935), traducido al francsjunto con Emmanuel Lvinas,1 y Pathologie de la Libert.Essai sur la non-identification (1936-1937), traducido porP.-A. Stphanopoli. Ambos se editaron con su nombre depila, Gnther Stern,2 en la prestigiosa revista Recherches Phi-losophiques.3

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    1 Cfr. J. LE RIDER y A. PFERSMANN (EDS.), Gnther Anders, Centre dtudes et

    de Recherches Autrichiennes, Universidad de Run, diciembre de 1992, n 35,

    p. 5.2 G. Stern, ms conocido como Gnther Anders. Con el fin de evitar malen-

    tendidos, en lo que sigue nos referiremos a l como Gnther Anders.3 La Recherches Philosophiques fue fundada en 1931 por Alexander Koyr,

    H. C. Puech y A. Spaier. Los tres se encargaron de la direccin de la revista, aun-

    que el comit de redaccin vara en los seis volmenes que se publicaron (1931-

    1932; 1932-1933; 1933-1934; 1934-1935; 1935-1936 y 1936-1937). Anders publica

    sus dos artculos en las secciones De la naturaleza de la existencia (el primero) y

    Existencia y situacin (el segundo). En el tomo en el que aparece su Patologa

    de la Libertad se editan tambin textos de Gabriel Marcel (Panoramas fenome-

    nolgicos sobre el ser en situacin), Sartre, Plessner, y sobre Scheler, entre otros.

    La antropologa filosfica, por otra parte, se trata abundantemente en las pginas

    de la revista desde sus comienzos, hasta el punto de publicarse un artculo sobre

    un texto medieval que se inscribe en esta categora filosfica. En el tomo 5 (1935-

    1936), Anders, sin embargo, se hace cargo de dos secciones de reseas: la primera

    junto a Klein y Lacan, dedicada a Psicologa y esttica; la segunda junto a Cor-

    bin, Gunhier, Marc y Namer, dedicada a Filosofa general. En este mismo n-

    mero resea el libro de Bloch, Erbschaft dieser Zeit (Herencia del tiempo).

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  • Segn sealan los especialistas en la obra de Anders, estosensayos tienen como base una conferencia titulada DieWeltfremdheit des Menschen (La extraeza del hombrerespecto del mundo),1 que el filsofo ley con el ttuloFreiheit und Erfahrung (Libertad y experiencia)en 1930,2 en la Kant-Gesellschaft de Hamburgo y Frank-

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    1 La conferencia se habra extraviado durante la emigracin. No obstante,

    como ya se ha sealado, en la sterreichisches Literaturarchiv der sterreichis-

    chen Nationalbibliothek de Viena se encuentra un documento tipogrfico, pre-

    parado por Werner Reimann, con el mismo ttulo de la conferencia, Die

    Weltfremdheit des Menschen (LA 237/04 Nachlass Gnther Anders, texto in-

    dito), dedicado a su primera esposa, Hannah Arendt. De acuerdo con la nota edi-

    torial de seis pginas que precede al texto de Anders, la primera mitad de la

    Weltfremdheit, hasta la pgina 24, correspondera al primer ensayo francs. Segn

    Reimann, el texto francs en general da la impresin de ser ms claro y preciso

    que el documento que se conserva en el archivo. En cambio, no parece haber ms

    que algunos pasajes e ideas coincidentes en la Weltfremdheit con el texto de

    Patologa de la libertad, lo que sugiere que habra habido otro texto en alemn

    del segundo ensayo publicado en Recherches. El editor sostiene, adems, que hay

    puntos en que ambos textos difieren. En una entrevista, el propio Gnther An-

    ders confirma la desaparicin del manuscrito: [...] menciono este texto en fran-

    cs porque slo en este idioma se ha conservado; el ejemplar alemn se extravi

    durante la emigracin; cfr. Wenn ich verzweifelt bin, was gehts mich an?, en E.

    SCHUBERT (ED.), Gnther Anders antwortet. Interviews & Erklrungen, Tiamat,

    Berln, 1987, p. 27. En una nota a la introduccin de su obra Mensch ohne Welt.

    Schriften zur Kunst und Literatur, Mnich, 1984 (Hombre sin mundo. Escritos sobre

    arte y literatura, trad. de J. MONTER PREZ, Pre-Textos, Valencia, 2007), Anders

    vuelve a sealar que la conferencia alemana slo se public en francs durante el

    exilio; cfr. p. 4 de la versin castellana y p. XV de la versin alemana. Sin embargo,

    en La obsolescencia del hombre I, se lee: El autor, en 1930, en su Weltfremdheit

    des Menschen (aparecido en 1936 como Pathologie de la Libert en Recherches Phi-

    losophiques) (trad. de J. MONTER PREZ, Pre-Textos, Valencia, 2011, nota 1, p.

    49). Cfr. tambin el vol. II de La obsolescencia, pp. 134-135.2 Tampoco aqu los datos son claros y existen dos fechas distintas para datar

    la conferencia. El propio Anders la fija unas veces en 1929 (La obsolescencia del

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  • furt,1 ante las figuras ms representativas de la Escuela deFrankfurt: Theodor W. Adorno, Max Horkheimer, KarlMannheim, Kurt Riezler, Paul Tillich, Max Wertheimer, DolfSternberger 2 y, ante quien fuera su primera esposa, la fi -lsofa Hannah Arendt.La repercusin segn sus propias palabras de su pri-

    mer intento de vuelo filosfico3 como proyecto de una an-tropologa negativa 4 que coloca la libertad, la experienciay la contingencia 5 en el centro de estas reflexiones es desi-gual. El alcance de este primer despegue filosfico ser im-portante como contribucin para el desarrollo de algunasde las tesis claves del existencialismo,6 para ciertos anlisis

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    hombre II, p. 134; Hombre sin mundo, p. 16; Ketzereien, p. 343; Wenn ich ver -

    zweifelt bin, was gehts mich an?, p. 36) y otras, en 1930 (La obsolescencia del hom-

    bre I, nota 1, p. 49). No es extrao entonces que haya autores que decidan incluir

    ambas fechas (1929-1930), como K. P. LIESSMANN en su interesante trabajo, Gn -

    ther Anders zur Einfhrung, Junius Verlag, 21993, p. 25.1 Cfr. G. ANDERS, Hombre sin mundo, introduccin, nota 6, p. 235. Aqu, sin

    embargo, la fecha de la conferencia se registra en 1929.2 G. ANDERS, Contra un nuevo y definitivo Nagasaki. Discurso dado con

    ocasin de la entrega del Premio Adorno, el 11 de septiembre de 1983; en G. AN-

    DERS, Llmese cobarda a esa esperanza. Entrevistas y declaraciones, op. cit., p. 41.3 G. ANDERS, Ketzereien, C. H. Beck, Mnich, 1982, p. 343.4 Cfr. G. ANDERS, La obsolescencia del hombre II, op. cit., p. 134.5 El trmino, acuado previamente por la tradicin escolstica, al que se ad-

    hiere la frmula latina de Anders, se sita entre lo necesario y lo imposible.

    Contingente es lo que es accidentalmente real y, como tal, implica tambin la po-

    sibilidad de ser diferente y de no-ser: contingens est, quod potest esse et non esse;

    contingente es lo que puede y tambin no puede ser, segn la frmula de Toms

    de Aquino; L. LTKEHAUS, Schwarze Ontologie. ber Gnther Anders, zu Klam-

    pen, Luneburgo, 2002, p. 63; vase adems, G. ANDERS, Lieben Gestern. Notizen

    zur Geschichte des Fhlens, C. H. Beck, Mnich, 1986, p. 61.6 Tesis como estar condenado a la libertad o la existencia precede a la esen-

    cia, tratadas en los libros El ser y la nada (1943) y El existencialismo es un huma-

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  • sobre el sentido de la temporalidad, como hace GillesDeleuze en su Lgica del sentido, pero el proyecto generalquedar, en parte, inhabilitado por el propio Anders, ennotas aparecidas en sus dos volmenes de La obsolescenciadel hombre. No obstante, si bien no consider importanteque se reeditaran, el hecho de que mantuviera algunas desus tesis centrales y desarrollara buena parte de su pensa-miento a partir de ellas seala el esfuerzo intelectual quetales trabajos supusieron para comprender la vida humanaen su radicalidad. En todo caso, ms all de las inevitablesinfluencias inherentes a todo genuino pensamiento, me-rece una atencin particular la huella de estos primeros es-critos para la comprensin del trabajo filosfico de esteautor.1 La indiscutible y radical continuidad de sus prime-

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    nismo (1945) de Jean-Paul Sartre revelan, en efecto, la impronta de las reflexio-

    nes del joven Anders. En una entrevista de 1979, refirindose a la Pathologie de

    la Libert, Anders comenta lo siguiente: Sartre me dijo treinta aos despus (lo

    conoc en las reuniones del Tribunal de Vietnam) que ese texto haba ejercido

    cierta influencia en la gnesis de su existencialismo; Si estoy desesperado, a m

    qu me importa, en G. ANDERS, Llmese cobarda a esa esperanza. Entrevistas y

    declaraciones, op. cit., p. 71. Para un anlisis comparativo entre Anders y Sartre,

    cfr. C. DAVID, Falsche Zwillingsbrder. Gnther Anders und Jean Paul Sartre, en

    D. RPCKE y R. BAHR (EDS.), Geheimagent der Masseneremiten Gnther Anders,

    Edition Art & Science, Viena, 22003, pp. 89-111. Cfr. tambin, G. ANDERS, La ob-

    solescencia del hombre II, op. cit., p. 134. Para la influencia de Anders sobre Sartre,

    cfr. W. F. HAUG, Kritik des Absurdismus, Pahl-Rugenstein, Colonia, 21976.1 Cfr. C. DAVID, Fidlit de Gnther Anders lanthropologie philosophique:

    de lanthropologie ngative de la fin des annes 20 LObsolescence de lhomme, en

    LHARMATTAN (ED.), La question anthropologique, L Homme et la socit, 2011/3

    (n 181), p. 166. Es ms, Anders, segn David, piensa entre el perro y el lobo: l

    permanece fiel al discurso crepuscular de la antropologa filosfica, en el mo-

    mento en que comienza a levantarse el amanecer fatal de la hegemona de la tc-

    nica, (ibid.).

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  • ras tesis1 habr que rastrearla en su obra posterior bajo elteln de fondo de las dos guerras mundiales, los lanza-mientos de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki y evi-dentemente la llegada de la era postindustrial, que hacomprometido no slo nuestra historia ms reciente, sinotambin la presente y futura.

    II. LA ANTROPOLOGA NEGATIVA DE GNTHER ANDERS

    La obra de Scheler, El puesto del hombre en el cosmos,de 1928, junto con la de Plessner, Los grados de lo orgnicoy el hombre (Die Stufen des Organischen und der Mensch),constituyen un intento de establecer una idea de natura-leza humana ms all de la sealada por los diferentes dis-cursos cientficos, que desplaza la clsica pregunta qu esel ser humano? a la de cul es su condicin existencial?,que dar lugar a algunas de las ms importantes contribu-ciones filosficas del siglo XX, como son Ser y tiempo de Hei-degger y El ser y la nada de Sartre.Feuerbach haba puesto lmite a toda la filosofa ante-

    rior al sealar en La esencia del cristianismo que el hom-bre no puede ir ms all de su verdadera esencia2 y que laantropologa es el misterio de la teologa cristiana, rom-piendo as la cadena que haba hecho pasar la antropolo-

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    1Por ejemplo, segn Reimann, la idea del hombre no-fijado nunca perdi

    vigor para Anders, en W. REIMANN, Verweigerte Vershnung. Zur Philosophie von

    Gnther Anders, Passagen Verlag, Viena, 1990, p. 23.2 L. FEUERBACH, La esencia del cristianismo, Trotta, Madrid, 2002, p. 62.

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  • ga filosfica poskantiana por metafsica, es decir, sacn-dola de la naturaleza para responder a la pregunta sobre lohumano fuera de toda consideracin material.Max Scheler puede hablar del puesto del hombre en el

    cosmos toda vez que la pretensin del ser humano de cons-tituirse en el centro del universo ha perdido cualquier fun-damento. Su idea de antropologa se define como unaciencia fundamental de la esencia y la estructura esencialdel hombre; de su relacin con los reinos de la naturaleza(inorgnico, vegetal y animal) y con el fundamento de todaslas cosas; de su origen metafsico y de su comienzo fsico,psquico y espiritual en el mundo. Esta antropologa serala nica ciencia que podra establecer un fundamento nicode ndole filosfico y sealar, al mismo tiempo, objetivosclaros de investigacin a todas las ciencias que se ocupandel objeto hombre. Uno de los puntos fundamentales deesa antropologa, que ocupa el cuerpo central de su ensayo,es la distincin entre el ser humano y el animal:

    Yo dira que el animal est esencialmente incrustadoy sumido en la realidad vital correspondiente a sus esta-dos orgnicos, sin aprehenderla nunca objetivamente.La objetividad es, por tanto, la categora ms formal dellado lgico del espritu [] el hombre no slo puede ele-var el medio a la dimensin del mundo y hacer de lasresistencias objetos, sino que puede tambin (y estoes lo ms admirable) convertir en objetiva su propia cons-titucin fisiolgica y psquica y cada una de sus vivenciaspsquicas. Slo por esto puede tambin modelar librementesu vida. El animal oye y ve, pero sin saber qu oye y qu

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  • ve []. El animal no vive sus impulsos como suyos, sinocomo movimientos y repulsiones que parten de las cosasmismas del medio.1

    Algo que va a ser bsico en el primer texto de Anders,aunque planteado en otros trminos.Por su parte, lo fundamental de la antropologa de Pless-

    ner es la posicin excntrica, el grado ms complicado dela relacin entre organismo y ambiente. Esta idea de la po-sicin significa que

    el animal es un grado previo al hombre, en cuanto queslo ste posee la dimensin del s mismo, del tenerse.En el ser humano llega lo viviente a la posibilidad de con-cebir su medio ambiente y a s mismo, y de poner ambasrealidades en conexin. Esto significa que el ser humanono vive a partir de su centro y adentrado en su centro, sinoque l se sabe un centro. A fin de poderse saber como cen-tro, el hombre tiene que haber traspuesto el ser en cuantocentro y haber abandonado el mundo.2

    Anders, sin embargo, considera ese planteamiento des-plazado a su dimensin dialctica, que formula en trmi-nos bien precisos: El a posteriori es el carcter a priori delhombre (p. 49 de esta edicin).Con relacin al proyecto de Anders, lo primero que con-

    viene ahora es tener a la vista los dos aspectos que definensu antropologa, a saber, el carcter sistemtico y el ca-

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    1 M. SCHELER, El puesto del hombre en el cosmos, op. cit., pp. 64-66.2 D. SOBREVILLA, El retorno de la antropologa filosfica, Dinoia, volumen

    LI, nmero 56 (mayo de 2006), p. 102.

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  • rcter negativo. Aunque ya se mencion que su intencinno era otra que la de escribir una antropologa sistemtica,vamos de inmediato a completar esta afirmacin. Anderspensaba que al situar al ser humano entre la naturaleza y latcnica se llegara a dar cuenta de la totalidad de la vida hu-mana.1 Esto se explica precisamente con la crtica que le di-rige a Heidegger, segn la cual ste habra omitido dosaspectos de la realidad: por un lado, el hecho de que elmundo que nos rodea es un mundo animal y vegetal, esdecir, un mundo natural; y, por el otro, el mundo de las m-quinas. El mbito de la tcnica sobre el que reflexiona, almenos el primer Heidegger, no contiene ms que meras he-rramientas tcnicas, como martillos y sierras medievales.2

    Respecto al carcter negativo de su antropologa, An-ders nos dice en el primer ensayo: [...] el hombre no tieneuna esencia constante, no ocupa un lugar fijo en el mundoy no est predestinado a desempear este o aquel papel(p. 54, nota 1 de esta edicin). Y en Hombre sin mundo,vuelve sobre este carcter negativo: [...] por aquel enton-ces yo vea al hombre como no fijado [nicht festgelegt] enun mundo determinado y, en esa falta de especificidad, su es-pecificidad.3

    Como puede observarse hasta aqu, Anders niega queel ser humano pueda ser definido positivamente y rechazareducir o fijar su esencia bajo una determinacin a priori.

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    1 Cfr. C. DAVID, Fidlit de Gnther Anders lanthropologie philosophique:

    de lanthropologie ngative de la fin des annes 20 LObsolescence de lhomme,

    op. cit., p. 168.2 G. ANDERS, Si estoy desesperado, a m qu me importa?, op. cit., p. 58.3 G. ANDERS, Hombre sin mundo, introduccin, op. cit., p. 16.

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  • Slo es posible una aproximacin desde cada situacin con-creta. Ahora bien, el punto neurlgico de esta antropologasistemtica y negativa, cuyo origen es la situacin espe-cfica del hombre en y frente al mundo, descansa, como su-giere Portinaro, por un lado, en la categora heideggerianade estar en el mundo (In-der-Welt-sein),1 consideradabajo el aspecto problemtico de la no-identificacin delhombre consigo mismo y con el mundo y, por el otro, enel concepto jaspersiano de situacin lmite, gracias al cuales posible analizar el shock de la contingencia y el jaquede la identificacin.2 En este sentido, no habra para el hom-bre un estado de identificacin a priori, pues, aun cuandoen cierta forma es parte del mundo, al mismo tiempo es unser extrao, ajeno, separado e inadaptado a ste. Sinembargo, gracias a la experiencia el hombre puede entraren comunicacin con el mundo. Expresado en otros tr-minos, el hombre como Homo faber, dir Anders, es capazde superar la distancia ontolgica que lo separa del mundo,alcanzando, en cierto modo, la compensacin de su extra-amiento, su distancia y su ser inadaptado.La primera aproximacin a partir de la cual el joven fi-

    lsofo construye su antropologa tiene como teln de fondo

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    1 Seguimos la traduccin de Rivera, que traduce In-der-Welt-sein por estar-en-el-mundo, porque el verbo estar expresa en castellano mucho mejor que elverbo ser el acto mismo de ser: en este sentido estar es la forma fuerte de ser. []estar-en-el-mundo no significa estar colocado dentro del espacio universal, sino,ms bien, estar-siendo-en-el-mundo, es decir, habitar en el mundo, en M. HEI-DEGGER, Ser y tiempo, trad., prlogo y notas de J. E. RIVERA, Trotta, Madrid, 2009,nota del traductor, p. 461.

    2 P. P. PORTINARO, Il principio disperazione. Tre studi su Gnther Anders, Bo -llati Boringhieri, Turn, 2003, p. 34.

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  • la comparacin con la existencia del ser animal. El animalse encuentra integrado y en equilibrio con su mundo. Ensuma, lo que define la existencia animal es su mundo dadoanticipadamente.Por el contrario, la existencia del ser humano, que no

    tiene un mundo dado a priori, le obliga a crearlo continuamen -te. La condicin de la libertad para el hombre no es nadams que el abismo que se interpone entre l y el mundo.De esta forma, el hombre encuentra su libertad en virtudde la distancia que mantiene respecto al mundo, siendo laextraeza la que le asegura un margen de libertad: Ser libresignifica ser extranjero; no estar atado a nada en particu-lar; no estar tallado para nada en particular; encontrarseen el horizonte del cualquiera (p. 71 de esta edicin). Enrigor, su extraeza natural, es decir, el hecho de que el hom-bre no tenga una familiaridad con el mundo, le permite ex-perimentar su libertad. Por ello, segn Gnther Anders, laextraeza del hombre en el mundo marca, como sugiereDries, slo un fundamento negativo de la libertad y delhombre como individuum especfico.1

    Por otra parte, la nocin de contingencia ocupa en estosensayos un lugar fundamental. Subraya que la existenciadel hombre no es necesaria para el mundo. El hombreforma parte de las criaturas accidentales,2 por tanto, elmundo puede prescindir de l. No es difcil advertir cmo

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    1 Cfr. C. DRIES, Die Welt als Vernichtungslager. Eine kritische Theorie der Mo -

    derne im Anschluss an Gnther Anders, Hannah Arendt und Hans Jonas, op. cit.,

    p. 110.2 G. ANDERS, Brecht konnte mich nicht reichen, entrevista con Fritz J. Rad-

    datz, en FRITZ J. RADDATZ, ZEIT-Gesprche 3, Suhrkamp, Frankfurt del Meno, 1986,

    p. 10.

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  • a partir de aqu, Anders adopta una posicin claramentede rechazo frente a la antropologa positiva.1 En ltimo tr-mino, qu le recuerda la extraeza al hombre? Que l nopertenece al mundo, vale decir, le recuerda su irrelevancia.Ahora bien, si no se pierde de vista que su esencia no

    est fijada a priori, para el ente humano no hay prescrip-cin que lo determine o lo obligue por anticipado. l es elser que tiene la posibilidad de ser todo, esto significa quel puede realizar lo cualquiera, esto o aquello. Por ello diceel filsofo, la relacin del hombre con una determinacindel mundo, de hecho, es relativamente dbil, el hombre seencuentra en espera de lo posible y de lo cualquiera(p. 67 de esta edicin). Cuanto ms indeterminado, mslibre es el ser humano. Aqu, la contingencia se revela paraAnders como el alto precio de la libertad humana. Pero tam-bin, el saberse contingente generar lo que el filsofo de-nomina shock de la contingencia.Anders va a centrar todo el desarrollo siguiente en dos

    retratos del hombre, como si se tratase de las dos caras deuna misma moneda: el hombre nihilista, producto del men-cionado shock de la contingencia, y el hombre histrico,que busca y logra cierta identificacin. La paradoja de lavida humana oscila en la antropologa negativa entre estasdos descripciones.Con todo, en la antropologa negativa de Anders se in-

    tenta poner de relieve el carcter histrico del hombre: La

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    1 De hecho, en el segundo volumen de La obsolescencia del hombre, encon-

    tramos un breve texto de 1979, titulado La obsolescencia de la antropologa fi-

    losfica; cfr. pp. 133-135.

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  • historia es precisamente el hombre en su falta de fijeza(p. 54, nota 1 de esta edicin). La historia parece encontrarsu fundamento precisamente en la tesis que mejor ilustrael sentido de esta antropologa negativa: [...] la artificiali-dad es la naturaleza del hombre y su esencia es la inconsis-tencia (p. 68 de esta edicin). Anders sabe que mediantela historia el hombre es capaz de huir de la contingencia,pues logra sobreponerse, aunque sea de modo relativo ypasajero, al pnico que le provoca la no-identificacin con-sigo mismo y con el mundo. Gracias a la historia que consi -gue construir, es capaz de subsanar la extraeza frente aun mundo que no le ha sido dado, un mundo que en rigorno existe para l. sta es una de las razones por las que laantropologa negativa se adentr en un terreno distinto alde las otras antropologas de su poca, especialmente a lasde Scheler y Plessner. La pretensin de abandonar toda de-finicin del hombre, pues el ser humano, a sus ojos, es elser que no se deja determinar a priori y, por tanto, el serdel que slo se puede dar una definicin o una determina-cin negativa, constituye una reflexin genuina dentro dela antropologa filosfica. Por otra parte, dicho anlisis noquiere decir que la vida del hombre sea un constante vaga-bundear en la ms absoluta abstraccin. La artificialidades su naturaleza y constituye, por decirlo as, el componenteque vincula al hombre con el mundo.En sntesis, la antropologa filosfica de Anders se con-

    virti, en muy poco tiempo, en un intento de formalizar,en trminos de trabajo filosfico, la problemtica que ha-ban abierto de nuevo los libros de Heidegger, Plessner y

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  • Scheler; ms especficamente, supuso un discurso de con-trol te rico acerca de lo que se estaba jugando por aquellosaos con el concepto existencia.La primera operacin que realiza Anders es despren-

    derse del material crtico acadmico con el que se reali -zaban los ensayos y las investigaciones. Las referencias pre-sentes en los dos textos publicados, as como los trminosgriegos, tratan de fijar el contenido de los conceptos usa-dos, limitando el alcance de significado que le atribuyenotros filsofos.La segunda operacin que lleva a cabo es utilizar la l-

    gica inductiva para tratar de definir la condicin onto lgicadel ser humano. Para ello se sita en un plano de abstrac-cin con el que trata de separar la sustancia histrica y laforma existencial de categoras como mundo, ser hu-mano, animal, libertad, contingencia.La tercera operacin constituye una desfundamentacin

    materialista de la esencia con la que tales categoras se ha-ban cargado a lo largo de la historia de la filosofa. Paraello, hace naufragar la idea clsica de que es posible cono-cer la esencia de algo sin conocer su existencia, precisamente,al situar la experiencia como necesaria para comprender laexistencia y negar que la esencia sea potencia con respectoa la existencia. Al contrario, la potencia del ser humano apa-rece en trminos de condicin existencial: la no-identifica-cin con el mundo, la falta de mundo, la extraeza delmundo. Es la primera tesis del materialismo, que revela queel mundo no pertenece al ser humano, que es independientede l; mientras que el ser humano s depende del mundo:

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  • para ser nihilista o para ser histrico. Adems, el propiotrabajo discursivo impide que estas categoras contenganesencia alguna, puesto que son el resultado de procesos quederivan lgicamente unos de otros. Los dos artculos se or-ganizan de manera que los conceptos explicativos surgende la necesidad de nombrar estos procesos y sus conse-cuencias. Gnther Anders escribi: [...] pocas cosas handaado ms a la filosofa europea que la identidad de dife-rencia especfica y esencia, siempre presupuesta comoobvia.1

    La cuarta operacin, como consecuencia de dichos pro-cesos, permite al filsofo enunciar generalidades que com-prenden toda la vida humana y que, en contra de lo quesucede con otras antropologas, lo autoriza a reintroducirlo histrico sin que stas entren en contradiccin. l mismose encarga de sealar esta polivalencia de su investigacinen el prlogo a Hombre sin mundo.

    III. OBSERVACIONES FINALES

    Todo eso estaba preparado sistemticamente desdeel ao 1929, y muchos de esos materiales se encontrarn,en el caso muy poco probable de que algn da alguien lle-gara a in teresarse por ello.2 As reza una declaracin de An-ders de 1979.

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    1 G. ANDERS, Lieben gestern. Notizen zur Geschichte des Fhlens, op cit., p. 62.2 G. ANDERS, Si estoy desesperado, a m qu me importa?, op. cit., p. 58.

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  • La oportunidad de traer aqu sus reflexiones antropol-gicas es prueba indiscutible del inters que suscitan y de lasposibilidades que abren a la reflexin filosfica y otras vi-siones del hombre. Evidentemente, para Gnther Anders laconfrontacin hombre-animal ya no es el paradigma ade-cuado, sino ms bien un marco superado por la sencilla raznde que [...] a fin de cuentas no vivimos ante el parangnde abejas, cangrejos o chimpancs, sino ante el de fbricasde bombillas y aparatos de radio.1 Pero, adems, el para-digma hombre-animal se le revela inaceptable desde el puntode vista de la filosofa de la naturaleza: [...] contraponer laidea, la especie particular hombre, como equivalente conlos mismos derechos, a las diversas especies y tipos anima-les, innumerables y sin fronteras entre ellos, y tratarlos comosi encarnaran un nico tipo animal en bloque, es simple-mente una megalomana antropocntrica.2 Sin embargo,la deuda con la antropologa negativa de los aos treinta esdecisiva. Permite poder apreciar con ms nitidez cmo esalibertad condicin de todas las otras formas de libertad,descrita por Anders en los textos que siguen, ha ido dilu-yndose y ha sido absorbida por su naturaleza artificial: latcnica, dir el filsofo en el prlogo al segundo volumende La obsolescencia del hombre, se ha convertido en la ac-tualidad en el sujeto de la historia [...].3

    Por otra parte, hay que sealar que otros ensayos de cuotanto antropolgico como filosfico tambin se encuen-tran, en buena medida, a la espera de ser publicados y, na-

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    1 G. ANDERS, La obsolescencia del hombre I, nota 1, op. cit., p. 49.2 Ibid, p. 49.3 G. ANDERS, La obsolescencia del hombre II, op. cit., p. 13.

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  • turalmente, discutidos. Para los mismos estudiosos de laobra de Husserl, Heidegger, Adorno, Marcuse o Arendt, porcitar a algunos de los mayores referentes de la filosofa ale-mana del siglo pasado, las referencias a la obra de GntherAnders siguen estando ausentes. Sin duda, el conocimientode la vida y del pensamiento de este escritor y filsofo ex-traado del mundo no debera verse reducido a un merointers histrico. Si bien forma parte de una generacin so-bresaliente de filsofos alemanes, su obra revela, a partirde estos ensayos, no slo un inters por los destinos del hom-bre, sino tambin una preocupacin por encontrar nuevoscaminos que permitan alumbrar esa extraeza que reco-noce en la naturaleza artificial del ser humano. Incorporarestos ensayos al conjunto de publicaciones que afortuna-damente han empezado a ver la luz en nuestra lengua demanera especial en esta casa editorial permitir apreciar,adems de la riqueza de este proyecto iniciado en los aostreinta, el potencial filosfico que dichos ensayos encierran,ms all del contexto en el que inicialmente fueron formu-lados. Como ha observado Christophe David traductoral francs, entre otras obras, de los dos volmenes de Laobsolescencia del hombre: [...] la fidelidad de Anders a laantropologa filosfica es una dimensin de su huma-nismo.1

    Gnther Anders fue, como todo filsofo verdadero, unfilsofo de la vida cotidiana y del acontecer histrico delser humano.

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    1 C. DAVID, Fidlit de Gnther Anders lanthropologie philosophique: de

    lanthropologie ngative de la fin des annes 20 LObsolescence de lhomme,

    p. 179.

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