dos años de vida de monseñor romero

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encontre miseria en santiago de maria

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EN SANTIAGO DE MARA ME TOP CON LA MISERIA

Dos aos de la Vida de Mons. Romero (1975-1976) Aos del Cambio?

ZACARAS DEZ y JUAN MACHO, Pasionistas.

Me mandan despus a Santiago de Mara y all s me vuelvo a topar con la miseria: con aquellos nios que se moran noms por el agua que beban, con aquellos campesinos malmatados en los cortes de caf...(Mons. Romero)

Edicin telemtica en los Servicios Koinona http://servicioskoinonia.org En el ciberespacio, ao 2005, en homenaje a los 25 aos del martirio de Mons. Romero. Edicin original en papel: Imprenta Criterio, del arzobispado de San Salvador San Salvador, febrero de 1995, 211 pginas.

NDICE GENERAL Prlogo Presentacin Introduccin general I.- Prembulos 1.-LO QUE PRETENDEMOS EN ESTE LIBRO 1.1.-Fechas ms significativas de este perodo 1.2.-En Santiago de Mara comenz el cambio 2.-BIBLIOGRAFIA 3.-ESCENARIO DEL TRABAJO DE MONS. ROMERO 3.1.-La Dicesis de Santiago de Mara a).-Situacin social b).-Situacin religiosa c).-Situacin eclesial 3.2.-La Parroquia de Jiquilisco 3.3.-Centro de promocin campesina "Los Naranjos II.- El obispo que llega a Santiago Mara 1.-ENTRADA EN SANTIAGO DE MARA (dic. 1974) -"El obispo que van a tener es un Pastor -"Qu esperan de su obispo 2.-SUS IDEAS SOCIALES, TEOLGICAS Y PASTORALES (aos 74-75) -Talante del nuevo obispo que nos llega -Sacerdote tradicionalista: intolerante y severo -Un tradicionalista a ultranza -"Puedo dar pruebas de vuestro marxismo" -A muchos no les gustaba este talante conservador -El otro obispo Auxiliar es muy liberal y avanzado -"Hemos guardado la fe" -Un Documento muy interesante -Relaciones de Mons. Romero con el "Opus Dei" III.-El encuentro con la Realidad (Aos 74 -75) 1.-LA MASACRE DEL CANTN "TRES CALLES" 1.1.-Informe de la masacre 1.2.-Carta al Presidente de la Repblica 1.3.-Carta a los obispos del pas

2.-LA EXPULSIN DEL P. JUAN MACHO MERINO 2.1.-Relacin del P. Zacaras Dez 2.2.-Relacin del P. Juan Macho 2.3.-Reaccin del obispo. Mons. Romero 2.4.-Reaccin de la Parroquia de Jiquilisco 3.-ASUNTO DE LA "SEGURIDAD PERSONAL" DE LOS PADRES 4.-EL CASO: CENTRO DE "LOS NARANJOS" 4.1.-Ambigedad de Mons. Romero 4.2.-El Problema o Conflicto del Centro "Los Naranjos" a) Comienza el Debate b) Documento Base para el Dilogo c) Medelln tena la culpa? d) Fin del Debate e) Una noche de alumbramiento f) Conclusin del Debate 4.3.-Algunos comentarios -Reapertura pragmtica o por convencimiento? -"Si el padre es comunista, yo soy chino" -Monseor estuvo escuchando como un campesino ms IV.-Mons. Romero y los pobres 1.-MONS. ROMERO AMABA A LOS POBRES Y A TODOS LOS DEMS -Lobos y ovejas comiendo en un mismo plato? -Es suficiente el amor paternalista y asistencial? 2.-LOS CAMPESINOS LE ENSEABAN LA REALIDAD -Los campesinos le contaban muchas cosas -Sus visitas a las comunidades -"En Santiago de Mara me top con la miseria" -Teologa campesina versus Teologa episcopal -Una vez ms he venido a predicar y me han predicado -"Los campesinos son ms cristianos que los sacerdotes -"Los sacerdotes tendra que hablar con la sencillez de los campesinos" -"Los campesinos desean ser evangelizados, los ricos, no 3.-MONS. ROMERO Y LA "OPCIN POR LOS POBRES" 3.1.-Un poco de historia: de la "Iglesia de los pobres" a la "opcin por los pobres" 3.2.-La "opcin por los pobres"... exige conversin

V.-Nuevas Inquietudes Pastorales 1.-AGENTES DE PASTORAL 2.-ORGANIZACIN DE LA PASTORAL DIOCESANA 3.-LA PASTORAL SOCIAL 3.1.-Jornada de Estudio sobre la Ley de Transformacin Agraria, y sus repercusiones en la Pastoral diocesana 3.2.-Jornada de Pastoral de Octubre (1976) 3.3.-Consejo de Pastoral Social VI.-A modo de Conclusin CMO VI YO A MONS. ROMERO -Como aclaracin ALGUNOS RECUERDOS MUY PERSONALES DEL P. JUAN MACHO -Hombre de convicciones firmes -Hombre profundamente humilde -Hombre de oracin -Buen Pastor y Padre siempre

PRLOGO

Este libro no trata de abarcar la figura entera de Oscar Arnulfo Romero, sino que se centra en slo dos aos de su vida, los aos 1975 y 1976, sobre los que se pregunta: fueron los aos del cambio de monseor? Porque mons. Romero, en efecto, cambi, llamativamente. Con ms propiedad diramos se convirti. Ya sabemos: toda conversin es un cambio, aunque no todo cambio sea una conversin. El cambio de Romero fue verdaderamente una conversin. Otros han dicho que ese cambio de monseor no fue tal, no fue una conversin, sino un engao, un desvaro, o incluso una manipulacin: Romero habra sido vctima de sectores polticos que lo manejaron, de personas cercanas que le llenaron la cabeza con ideologas, de grupos cristianos que lo utilizaron... Este libro es la demostracin de que lo que aconteci en la vida de Romero fue realmente una conversin, y que se produjo o se inici fundamentalmente en esos dos aos concretos, 1975 y 1976, dos aos que han pasado desapercibidos para la mayor parte de sus bigrafos. Zacaras Dez y Juan Macho han prestado un servicio invaluable a la Iglesia martirial latinoamericana, de la que Romero es sin duda la figura ms emblemtica, al sacar a la luz, con su testimonio personal de primera mano, aquel proceso de conversin que vivi Romero en la oscuridad de la dicesis de Santiago de Mara, antes de ser nombrado arzobispo de San Salvador. Este libro muestra y demuestra que el cambio de mons. Romero no fue ni superficial ni impensado, ni gratuito ni fcil, sino que tuvo todas las caractersticas que una verdadera conversin tiene, porque: -fue un cambio personal, de su persona, no como efecto de una mudanza pasajera o de una moda a la que se hubiera acomodado por la presin social del qu dirn; fue un proceso personal vivido muy honestamente en la fe; -fue un cambio difcil, nada espontneo; no un dejarse llevar por lo ms fcil, sino, al contrario, un cambio para el que tena, de entrada, mucha resistencia, y que le fue haciendo encaminarse progresivamente por una senda cuesta arriba de conflictividad y de sacrificio; -fue un cambio por conviccin, no algo superficial o de la noche a la maana: una verdadera transformacin interior, una metanoia, estudiada en los documentos de la Iglesia, contrastada con la realidad, dialogada con las personas amigas ms cercanas, discernida en la oracin, acogida en la propia vida con humildad y esfuerzo; -fue un cambio que no se lo indujeron en la UCA, un cambio que no le indoctrinaron los jesuitas, un cambio que no fue tampoco una reaccin primaria ante el asesinato del P. Rutilio Grande... interpretaciones todas ellas que han corrido abundantemente como fruto de una primera impresin superficial que

pudieran dar los slo tres aos que estuvo al frente de la arquidicesis de San Salvador...; los autores dan en este libro, ante la historia, una palabra decisiva para interpretar el caso de mons. Romero con un percepcin ms cabal, ms realista, y, a la vez, mucho ms ejemplar; -fue un cambio, sobre todo, que le indujeron los pobres, un cambio que le evangelizaron los injusticiados, con su contacto real y directo, con su vida, su sufrimiento, la injusticia de que eran vctimas, y, tambin, su fe, su palabra y su testimonio. Se trata pues de un libro que desmonta una tesis habitual en la interpretacin del cambio de Romero. Los autores sostienen que su conversin comenz antes de su arzobispado, que comenz en su perodo de obispo de Santiago de Mara, donde l sinti que me top con la miseria: con aquellos nios que se moran noms por el agua que beban, con aquellos campesinos malmatados en los cortes de caf... Zacaras y Juan nos documentan con lujo de detalles esta etapa de la vida de Romero que evidencia el camino que va de un obispo conservador y tradicionalista, inquisidor en la Iglesia y amigo de los poderosos en la sociedad, a un obispo abierto a los cambios y a las nuevas propuestas de la renovacin posconciliar, que descubre la realidad injusta de la pobreza y comienza a afrontar la defensa proftica de los pobres a pesar del conflicto que inevitablemente genera. Gracias a Zacaras Dez y a Juan Macho por este servicio impagable a la verdad de Romero y a la autenticidad de su opcin por los pobres. Y gracias tambin por decidirse a hacer esta nueva edicin, ahora telemtica, de su libro a travs de los Servicios Koinona. Jos Mara Vigil servicioskoinonia.org

INTRODUCCIN GENERAL

Se ha escrito bastante, sobre todo en estos ltimos diez aos, sobre Mons. Romero. Hay varias biografas1; algunos trabajos teolgicos sobre su prxis pastoral, proftica y magisterial2; y finalmente se han tratado de coleccionar una larga serie de testimonios y recuerdos de la vida, acciones y palabras o pensamientos de Monseor Romero3. Todos estos trabajos van delineando la figura y dibujando ms o menos la penumbra de la personalidad de Mons. Romero. Pero casi la totalidad de estos trabajos se han fijado exclusivamente en la vida de Monseor o en su actuacin de los tres ltimos aos de su vida, (febrero 1977 - marzo 1980), en los que Mons. Romero fungi como Arzobispo de San Salvador. Las otras pocas de su vida apenas se tratan o se hablan de ellas, y cuando se recuerdan es de una manera muy escueta, accidental y superficialmente, cuando no inexactamente. Y claro; esto no favorece en modo alguno un conocimiento mejor, ms exacto y profundo, a la vez que real y autntico de Mons. Romero, de su persona, de su vida y de sus actividades completas y totales. Todo esto nos ha motivado a escribir este libro en el que vamos a hablar de Mons. Romero como obispo de Santiago de Mara. Vamos a intentar describir su vida y actuacin en estos dos aos y dos meses que dur su Episcopado santiagueo, (14 de diciembre 1974 - 21 de febrero 1977). Queremos centrarnos directamente en este tiempo; aunque indirecta y tangencialmente tambin habr que hacer alusin, algunas veces, a otros aos y pocas de su vida y a otros acontecimientos y actuaciones de Monseor. Hemos elegido este perodo de la vida de Mons. Romero porque en primer lugar, fuimos testigos muy cercanos y hasta protagonistas de muchos de los acontecimientos que vamos a narrar, ya que ramos colaboradores suyos como misioneros y sacerdotes en la Dicesis. Y, en segundo lugar, porque en este perodo que vamos a historiar sucedieron en la Dicesis de Santiago de Mara acontecimientos y hechos muy importantes y transcendentales que obligaron a Monseor a tomar decisiones muy serias y tajantes, despus de larga, profunda,1 2 James R.BROCKMAN: The word remains: a life of Oscar Romero, Orbis books. Maryknoll, New York 1982. Jess DELGADO: Oscar A. Romero, Biografa, Ediciones Paulinas, Madrid 1986. La voz de los sin voz. La palabra viva de Monseor Romero, Introducciones, comentarios y seleccin de textos de J. SOBRINO, I. MARTN-BAR y R. CARDENAL. Y otros artculos de Jon SOBRINO e Ignacio Ellacura en la revista de la UCA Estudios Centroamericanos (ECA), especialmente en los aos 80. Piezas para un retrato de Mara LPEZ VIGIL, UCA editores, San Salvador, 1993. Tambin hay una Coleccin de Testimonios grabados en cintas-cassettes.

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algunas veces solitaria y otras veces compartida reflexin; tambin estos acontecimientos y hechos le obligaban a revisar sus ideas tanto teolgicas como pastorales y sociales. Y decimos que creemos importante y trascendental este tiempo por varias razones: - PRIMERA: Porque Mons. Romero recupera su actividad pastoral directa con la gente que es lo que siempre haba hecho y realizado en su querida ciudad de San Miguel desde recin ordenado sacerdote, y era a lo que en realidad se senta inclinado y adornado con grandes dotes y cualidades sacerdotales y apostlicas: Despus de 7 aos de un trabajo de oficina y de despacho en San Salvador, como Secretario General de la Conferencia Episcopal de El Salvador, (CEDES), trabajo de altos vuelos intelectuales y periodsticos, que le apartaron del trato directo con la gente sencilla del pueblo, Mons. Romero en Santiago de Mara se reencuentra consigo mismo como sacerdote-pastor y recupera ese contacto directo con la gente pobre y sencilla, que es ahora su grey. - SEGUNDA: Porque, creemos, que en este tiempo se empieza a operar un cambio en sus ideas tanto teolgicas como pastorales, y en su manera de ver y juzgar la realidad; de tal manera que podemos afirmar que en Santiago de Mara comienza ese admirable cambio que se oper en su vida, y del que nos hablan todos sus bigrafos y estudiosos de su vida y persona4. Es aqu, en Santiago de Mara, y en este tiempo que empieza a sacudirse el polvo antiguo de sus vestidos tradicionales y comienza a entender las otras ideas distintas (ms o menos avanzadas), tanto en teologa como en pastoral; comienza a dar, pues, cabida en su vida al sano pluralismo dentro de la Iglesia, que antes rechazaba o no comprenda: de cerrado y cerril a las nuevas corrientes comienza a abrirse a ellas; de enemigo acrrimo de la Teologa de la Liberacin, comienza a leer, discutir y reflexionar sobre ella; ms tarde, sabemos, que ser uno de sus mejores abanderados5. Es verdad que ese cambio y transformacin seguir y se ir profundizando hasta su muerte, pero creemos que se dan sus primeros pasos aqu, en Santiago de Mara y en este tiempo; por eso es muy importante resaltar y estudiar estos aos de su vida y apostolado. - TERCERA: Porque sucedieron algunos acontecimientos que tambin creemos importantes en la Dicesis y en la vida de Mons. Romero durante estos dos aos y dos meses, de los cuales apenas hablan sus bigrafos, o, si hablan, lo hacen muy superficialmente y algunas veces desenfocados de la realidad que4 5 Ver: M LPEZ VIGIL, obra citada, pg.9. Tambin: Ignacio Martn Bar: Monseor: Una voz para un Pueblo pisoteado", artculo introductorio (pgs.13-33), en LA VOZ DE LOS SIN VOZ, la palabra viva de Monseor Oscar Arnulfo Romero, pgs. 13-14. Sus homilas, enseanzas y actuaciones nos lo demuestran, especialmente en sus ltimos aos en San Salvador. Tambin podemos leer el artculo de Jon SOBRINO: Monseor Romero: Mrtir de la Liberacin. Anlisis teolgico de su figura y obra, en La Voz de los sin Voz...(pgs. 35-62); o en Monseor Romero, (pgs. 65-108).

aconteci. Me estoy refiriendo a la masacre del Cantn "Las Tres Calles", a la expulsin de un misionero que trabajaba en su Dicesis, al cuestionamiento de la lnea de pastoral de los Religiosos Pasionistas que regentaban la parroquia de Jiquilisco y el Centro Los Naranjos, entre otros. Por todo esto que hemos dicho en esta introduccin y por ms razones que pudiramos dar, es por lo que nos hemos dispuesto a escribir este libro. Por otra parte, esperamos llenar un vaco que exista en las biografas de Mons. Romero. Ojal! que algunos de los testigos, que an quedan, de la vida y actuaciones de Monseor, tanto en San Miguel, como en San Salvador, durante su estancia como Secretario de la CEDES, se animen tambin a expresar y consignar esos recuerdos; llenaran sendos vacos y lagunas en la vida de Monseor, y no cabe duda que haramos un bien a la Iglesia, y a este pueblo catlico de El Salvador amante de Monseor y que tiene derecho a saber y conocer lo mejor posible la vida y la obra de su querido Mrtir. Con este trabajo no hacemos otra cosa que agradecer a Dios el don grande que nos dio a El Salvador, al mundo y a la Iglesia, en la vida, muerte y resurreccin de Mons. Romero. Tambin con este trabajo, llenamos una obligacin y deuda pendiente que tenamos los Pasionistas con Monseor, al que debemos mucho y del que aprendimos mucho: su entrega total, su honradez, su profunda espiritualidad, su amor a Dios, a los hombres y a la Iglesia. GRACIAS, MONSEOR! San Jos, Costa Rica, C.A., octubre 1994 LOS AUTORES

I.- P r e m b u l o s

1.- LO QUE PRETENDEMOS EN ESTE LIBRO En esta primera parte, queremos exponer algunos datos que creemos necesarios para comprender mejor esta investigacin: Proponer lo que pretendemos y deseamos recordar, historiar o describir de la vida de Mons. Romero. Creemos que nos ayudar tambin, en esta mejor comprensin, la descripcin de la situacin de la Dicesis, como escenario en el que se realiz su trabajo apostlico en estos dos aos y meses; especialmente nos fijaremos en la Parroquia de Jiquilisco, y en el Centro de promocin campesina "Los Naranjos", por las consecuencias que estas dos instancias trajeron consigo. Tambin hablaremos de las Fuentes que estamos usando para probar nuestra tesis, y as no hablar solamente llevados por el puro sentimentalismo, buenos deseos o afirmaciones gratuitas e inexactas. Exprofeso evitaremos, en lo posible, hacer juicios personales de los distintos testimonios, acciones o dichos de Monseor; la conclusin sobre la realidad de nuestra tesis queremos que la saque el lector despus de haber ledo los dichos, hechos y actitudes de Mons. Romero expresados en los diversos testimonios, cartas y documentos que van a abundar en este libro. Los que firmamos este libro somos dos de los tres que formamos la Comunidad de Jiquilisco en ese tiempo; tambin hay un cuarto miembro que se integr a la comunidad en julio de 1976. Cualquiera de los cuatro podramos firmar esta obra, ya que no hacemos otra cosa que recoger nuestras experiencias, vivencias y recuerdos religiosos, sacerdotales y apostlicos de ese tiempo en que Mons. Romero fue nuestro obispo6. 1.1.- Fechas ms significativas de este perodo:6 Estos ramos los que formbamos la Comunidad Pasionista de Jiquilisco en este tiempo de 19741977: Juan MACHO MERINO, que lleg a Jiquilisco el ao 1963 al 1977, pasando a San Salvador y siguiendo, de algn modo, los pasos de Mons. Romero. Pedro FERRADAS REGUERO, que estuvo del 1969 al 1978. Zacaras DEZ ARNIZ, que permaneci desde 1971 al 1982. Y Marcelono ORTEGA GONZLEZ desde julio de 1976 al 1986.

Deseamos, pues, narrar la vida de Mons. Romero especialmente como obispo de Santiago de Mara, (dic.74- febr.77). Para mejor ubicarnos y familiarizarnos con estas fechas, comenzamos este apartado recordando algunos de sus datos biogrficos, y otras fechas sobre acontecimientos que sucedieron en este tiempo: 1917... 15 de agosto, nace en Ciudad Barrios, al norte del Departamento de San Miguel, en el Oriente de El Salvador, en Centroamrica 1930... Entra en el Seminario menor de San Miguel, regido y orientado por Claretianos 1942... 4 de abril, ordenacin sacerdotal en Roma. 1943... 15 de agosto, sale para El Salvador desde Roma. 1943... Diciembre; despus de haber estado preso en Cuba llega a San Miguel, El Salvador. 1944... 4 de enero. Por primera vez, como sacerdote, visita su pueblo natal, Ciudad Barrios. En este ao comienza su gran actividad pastoral en la ciudad de San Miguel que durar ms de 20 aos. 1957... 30 de mayo: llega a Jiquilisco el primer Pasionista, P. Jos Mara Macho para hacerse cargo de la parroquia. 1967... 24 de julio, traslado de Mons. Romero a San Salvador desde San Miguel. 1967-74. Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador, (CEDES), en San Salvador. 1970... 21 de junio, ordenacin episcopal, en San Salvador. 1970-74. Obispo auxiliar de San Salvador. 1971... Julio-octubre: Empieza a funcionar el Centro "Los Naranjos" 1974... 14 de diciembre: toma posesin de la Dicesis de Santiago de Mara. 1974-77. (Diciembre 74- febrero 77): obispo de Santiago de Mara 1975... 21 de junio: la masacre de Tres Calles. 1975... 16 de agosto: expulsin del P. Juan Macho. 1975... Octubre-diciembre: affaire del Centro Los Naranjos. 1976... Enero: reorganizacin de la Pastoral diocesana. 1976... Agosto-octubre: organizacin de la Pastoral social en la Dicesis de Santiago de Mara. 1977... 22 de febrero: toma posesin de la Arquidicesis de San Salvador. 1980... 24 marzo, es martirizado en San Salvador. Esta sinttica resea biogrfica nos sirve para conocer un poco la historia particular de este ilustre salvadoreo, y, sobre todo, nos ayudar a centrarnos y ubicarnos mejor en algunas referencias que necesariamente tendremos que hacer de las otras etapas de su vida. Para nosotros son de suma importancia estas fechas: desde el 14 de diciembre de 1974, que toma posesin de Santiago de Mara, hasta el 22 de febrero de 1977, que entr en la Arquidicesis de San Salvador como Arzobispo.

1.2.- En Santiago de Mara comenz el "cambio" Por otra parte, adems de recordar su vida y su quehacer pastoral de este tiempo, queremos demostrar en este trabajo, y esta sera nuestra tesis, que Mons. Romero comenz su "cambio", su "conversin", como la llaman algunos, aqu en Santiago de Mara; por lo tanto es una tesis nueva ya que todos los que han tratado este punto de su conversin o cambio, la ubican directa o indirectamente en San Salvador con motivo de las reacciones que le produjo el asesinato del P. Rutilio Grande sj, y otros acontecimientos, recin llegado a la Arquidicesis de San Salvador.7 Para nosotros, la reaccin de Mons. Romero ante la muerte del P. Rutilio, como despus la de los dems sacerdotes asesinados, no es ms que una manifestacin evidente y lgica del cambio de mentalidad y de la transformacin que empez a operarse ya en estas fechas, y que se vena gestando en este tiempo de su episcopado santiagueo. Entonces, no fue una reaccin "por generacin espontnea" o "milagrosa", por lo inexplicable de reaccin tan fuerte: la "Celebracin de la Misa Unica"8, en un hombre tradicional, como vienen a decir algunos, sino la expresin de un cristiano en proceso de conversin y de cambio, abierto cada vez ms a la realidad circundante y a la fuerza del Espritu; y esto se vena operando sobre todo desde el ao 1976. En este sentido constatamos la accin del Espritu de Dios ms all de los puros acontecimientos polticos, (como algunos intentan colocarla en el caso de los ltimos tres aos de Monseor). Creemos que la tesis ordinaria de los maestros de la vida espiritual sigue patente: "El Espritu de Dios no suele romper fronteras, sino que va actuando lentamente en la vida de los hombres; en este sentido las conversiones nunca suelen ser abruptas". El Espritu se acomoda al ritmo de la vida de los hombres. Es difcil proponer fechas y horarios para determinar el tiempo concreto de la transformacin, cambio o conversin de cualquier persona, porque es, ante todo, una obra del Espritu Santo, y nuestra categora humana del tiempo est revasada cuando se trata de aplicarla al quehacer de Dios, cuando se trata de fechar la accin divina de su Espritu. Sin embargo, vemos y palpamos hechos y signos positivos de conversin o de cambio de vida y de accin en algunos hombres; y esos hechos s estn ubicados en un lugar y en un tiempo concretos; de esta manera podramos decir7 Ver diversos testimonios en Piezas para un retrato de M LPEZ VIGIL, pgs. 9, 94, 97, 104, 144. Y en Jess DELGADO, obra citada, pg. 71-78. Tambin en Ignacio MARTIN BAR, obra citada, pg. 18. Y en Salvador CARRANZA OA, Romero - Rutilio, vidas encontradas, pg. 62. Sobre todo, ver Jon SOBRINO, Monseor Romero, pgs. 17-28, 12 y 13. La celebracin de la misa nica con motivo del asesinato del P. Rutilio Grande en Jess DELGADO, obra citada, pgs. 78-84. Tambin podemos verlo en Salvador CARRANZA, obra citada, pgs. 18, 60-61;. y en J.R. BROCKMAN, obra citada, pgs. 12-18. Pero sobre todo, en Jon SOBRINO, obra citada, pgs. 22-28.

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que los dos aos y dos meses que Mons. Romero estuvo como obispo de Santiago de Mara, fue, sobre todo, el ao 1976, el ao del despegue en el caminar por las distintas y desconocidas rutas de los cambios nuevos que las realidades de este mundo nos estaban imponiendo a los cristianos. El ao 1975 fue de tanteo y conocimiento de la amarga realidad social, religiosa y eclesial de la Dicesis y de sus gentes; y fue toda esta realidad conocida que desencaden una transformadora reaccin de cambio en su vida, en sus ideas y en sus mtodos pastorales; y esto se comienza a percibir en el ao 1976, y continuar hasta el fin de su vida. 2.- BIBLIOGRAFIA: 2.1.- FUENTES PRINCIPALES: A) Archivos, Cartas y Documentos: *ACP = Archivos de la Congregacin Pasionista: Archivo de la Curia Provincial, (en Zaragoza, Espaa), y de la Curia Vicarial de Centroamrica. *ASM = Archivo de la Dicesis de Santiago de Mara. *ASS = Archivo de la Arquidicesis de San Salvador. B) Testimonios: Cintas grabadas en entrevistas; una vez transcritas se citan por su paginacin. Citaremos estos testimonios "al pie de la letra como fueron narrados", para as no perder la espontaneidad y, sobre todo, vernos expuestos a cambiar el contenido por querer darles un estilo ms uniforme. Estas cintas grabadas estn divididas en dos grupos: *Grupo N1: JZE = Grabacin de los PP. Juan Macho y Zacaras Dez y un periodista norteamericano, Eugenio, que dirige la entrevista. (Son dos cintas). Fueron grabadas en el ao 1983. Son 30 pginas. *Grupo N2: JYV = Grabacin del P. Juan Macho y la periodista M Lpez Vigil que hace las preguntas y dirige la entrevista. (Son dos cintas). Fueron grabadas en el ao 1991. Son 28 pginas. *En este gnero, ponemos el libro de Mara Lpez Vigil: Piezas para un retrato, UCA Editores, San Salvador, El Salvador, C.A. 1993. Son 399 pginas. 2.2.- FUENTES SECUNDARIAS: BROCKMAN, James, The word remains: A life of Oscar Romero, Orbis Books,

Maryknoll, New York 1982. CARRANZA OA, Salvador, editores, San Salvador 1992. Romero-Rutilio, vidas encontradas. UCA

DELGADO, Jess, Oscar A. Romero. Biografa. Testigos, Ediciones Paulinas, Madrid 1986. DEZ ARNIZ, Zacaras, Formacin y Seguimiento de los Animadores de las Comunidades de Base en El Salvador. Ao de Pastoral, 1982-1983: Instituto Catlico, Lille, (Francia). Mimiografiado de 70 pginas. ELLACURA, Ignacio, Varios artculos sobre Mons. Romero, especialmente en los aos 80s., publicados en la Revista "Estudios Centroamericanos", (ECA), editada por la Universidad Centroamericana Simen Caas, (UCA), en San Salvador, El Salvador, C.A. LOIS, Julio, Teologa de la Liberacin. Opcin por los pobres, D.E.I. San Jos, Costa Rica, 1988. ROMERO, Mons. Oscar Arnulfo: Su Diario, (del 31 de marzo de 1978 al 20 de marzo de 1980), Publicacin del Arzobispado de San Salvador, conmemorando el dcimo aniversario de su muerte Martirial. Imprenta Criterio, febrero 1990. SOBRINO, Jon, Monseor Romero, UCA editores, San Salvador, El Salvador, 1989. (Recopilacin de varios artculos teolgicos sobre Monseor, ya publicados en la Revista ECA en distintas fechas). SOBRINO, Jon, MARTIN BAR, I, CARDENAL, R, La voz de los sin voz, La palabra viva de Monseor Romero. Introducciones, comentarios y seleccin de textos, UCA editores, San Salvador, El Salvador, 1980.

3.- ESCENARIO DEL TRABAJO DE MONS. ROMERO (1974-1977) Creemos que es necesario, como un prembulo ms para conocer mejor la vida y actuacin de Mons. Romero en este tiempo a resear, tratar de describir un poco el escenario tanto social y religioso como eclesial en el que se desarroll su trabajo episcopal en estos dos aos y meses. Esta descripcin nos ayudar, una vez ms, para comprender sus ideas y actuaciones pastorales. 3.1.- La Dicesis de Santiago de Mara La Dicesis de Santiago de Mara ocupa todo el Departamento de Usulutn

y el norte del Departamento de San Miguel; por el norte tiene lmites con la frontera de Honduras y por el sur limita con el Ocano Pacfico; al este limita con la Dicesis de San Miguel y al oeste con la Dicesis de San Vicente. Mons. Romero es el segundo obispo de la Dicesis de Santiago de Mara, que fue creada por el Papa Po XII el 2 de diciembre del ao 1954, con la bula "Eius Vestigia"9. Se desmembraba esta nueva Dicesis de la de San Miguel. Era la Dicesis benjamina de El Salvador y la ms pequea de las cinco entonces existentes. Tena alrededor de medio milln de habitantes y 2.868.20 Kms2 10. Haba en la Dicesis unas 20 parroquias, de las cuales varias estaban sin sacerdote o eran atendidas por el prroco vecino; algunas parroquias, las de los religiosos, unas cuatro, solan tener dos o ms sacerdotes. Los sacerdotes de la Dicesis ramos 23, trmino medio, nunca pasamos de 25 contando a Monseor. a) Situacin social: Las tres zonas caractersticas de la Dicesis: zona norte, zona central y zona sur o costera tienen unas idnticas tonalidades o lneas comunes: existen en ellas grandes propiedades que detentan unos pocos poderosos y ricos; y el gran resto de la poblacin, un 70%, (si quitamos a un 30% entre profesionales, educadores, etc.), son sus colonos o campesinos, ya que viven del trabajo en las grandes haciendas o beneficios de caf. En la zona sur predominaban las grandes haciendas de miles de hectreas con el producto del algodn y cra de ganado; en las otras dos zonas abunda el caf en grandes extensiones, y en algunos lugares con modernos beneficios que lo procesan; tambin hay caa de azcar. No son muchos los pequeos propietarios que se dedican al cultivo de los granos bsicos: maz, frijoles y arroz. Los productos de exportacin, algodn, caf y azcar, especialmente, dan trabajo abundante, ms o menos, unos seis meses al ao: en la corta, (coleccin de frutos), y en la limpia y abono de las plantas. El analfabetismo, an alcanzaba, sobre todo en la zona rural hasta el 40%; haba mucha desercin escolar y carencia de escuelas en el campo. La vivienda era muy deficiente: en la zona sur, la gran mayora eran casas de paja o bajareque, (de caa y barro), con piso de tierra; en las otras zonas abundan las casas de adobes con lmina. Evidentemente, la Dicesis de Santiago de Mara, como la mayora de sus9 A.S.S.: II Anuario Eclesistico de El Salvador, publicado por el Secretariado Social Interdiocesano, Arzobispado, San Salvador, 1963, pg.260. 10 A.S.S.: II Anuario Eclesistico de El Salvador, publicado por el Secretariado Social Interdiocesano, Arzobispado, San Salvador, 1963, pg. 263.

habitantes, era pobre. Son varias las cartas de Mons. Romero donde constata esa cruda realidad de pobreza y miseria, como veremos adelante. Hay algunas cartas donde agradece a la Santa Sede varias limosnas que le envan para la Dicesis: As escribe al Papa Pablo VI agradecindole unas fotografas que le enva de la audiencia con l, del 23 de noviembre 75, en Roma, y le agradece el regalo, que mucho lo necesita, de $ 5.000 para la Dicesis11. Tambin, en otra carta agradece a la Comisin Pontificia para Amrica Latina (CAL), la donacin de $ 3.000 para la ayuda de la Dicesis. b) Situacin religiosa: En este tiempo que estamos reseando el 95% de la poblacin se declaraba catlica, sin duda ms por tradicionalismo familiar y ambiental que por conviccin. La religiosidad popular llenaba su vivencia de fe, especialmente manifestada en la recepcin de los sacramentos del Bautismo y Confirmacin; no eran muchos los que reciban los dems Sacramentos. Tambin tenan gran importancia en esta vivencia de la fe, la Semana Santa y las Fiestas Patronales con sus rezos, novenarios y procesiones. El recuerdo y el culto a los muertos tiene tambin mucha importancia en esta religiosidad. En general, exista un gran vaco en la formacin religiosa del pueblo catlico, que le haca parecer en la vivencia de su fe, muy infantil y costumbrista sin visos de criticidad. c) Situacin eclesial: De la veintena, o algo ms, de sacerdotes que tena la Dicesis, 12 ramos religiosos y extranjeros: (Pasionistas, Franciscanos, Paules y Meryknoll), el resto del clero, diocesano y salvadoreo. La edad de estos operarios de primera lnea, estaba ms o menos en esta proporcin: unos 14 sacerdotes ms de 55 aos, (4 pasaban de los 70), el resto, 9 sacerdotes andbamos entre los 30 y 40 aos de edad. Por eso dice uno de los bigrafos de Monseor: "Monseor Romero se haca cargo de la dicesis ms joven de El Salvador, pero, paradjicamente, desde el punto de vista del clero, la ms vetusta"12. Toda esta realidad incida profundamente en el desarrollo del trabajo pastoral de las parroquias y de la dicesis en general, marcando un talante decididamente tradicional y sacramentalista, promocionando exageradamente celebraciones cultuales que es lo que produce economa parroquial para la subsistencia del clero. El nfasis en la formacin catequstica y evangelizadora era muy pequeo o casi nulo. Definitivamente, aunque estbamos ya a casi 10 aos de pasado el Concilio Vat.II, su influencia y su presencia no se haban dejado sentir en esta dicesis santiaguea. Solamente dos o tres parroquias eran como islas en medio de este ocano oscuro, eran como una excepcin a la regla general diocesana. Y no era para menos, el obispo anterior no era pastoralista, sino un telogo terico,11 Carta de Mons. Romero al Papa Pablo VI, del 19 de marzo de 1976, pg. 1. 12 Jess DELGADO: scar A. Romero, Biografa, pg.60

clsico-escolstico, un "intelectual" de escritorio y despacho, que nunca vio con buenos ojos al Concilio Vat.II, y "haba gobernado a la Dicesis como si el Concilio Vaticano II no existiera"13. En este sentido, el P. Juan recuerda una ancdota que nos describe muy bien la idiosincracia del predecesor de Mons. Romero en la sede santiaguea: Era en una de las reuniones del clero, y uno de los PP. Agustinos cit el Concilio no tanto para rebatir, como para aclarar algunas ideas que estaba diciendo Mons. Castro y Ramrez. La reaccin del obispo se dej sentir inmediatamente: "Yo no firm esos Documentos del Concilio". Esta era ms o menos, la descripcin rpida de la realidad eclesial, un poco deprimente, que encuentra Mons. Romero a su llegada a la dicesis de Santiago de Mara. 3.2.-La Parroquia de Jiquilisco No nos vamos a fijar en todas y cada una de las 20 parroquias de la dicesis; si ahora vamos a hablar de la parroquia de Jiquilisco es porque en ella se dieron unas caractersticas que motivaron ciertos problemas con Mons. Romero, de los cuales hablaremos ms adelante; (por la misma razn tambin hablaremos a continuacin del Centro de promocin campesina "Los Naranjos"). La parroquia de Jiquilisco empez a funcionar como tal el 2 de noviembre de 189414. El Sr. obispo comunica esta gran y buena noticia al Sr. Alcalde de

13 Jess DELGADO, obra citada, pg.61. 14 Nos lo cuenta el primer cura encargado: Villa de Jiquilisco, 1894, noviembre,10. Ilustrsimo y Reverendsimo Seor Obispo, San Salvador. Desde el 2 de los corrientes me traslad a esta nueva parroquia de conformidad con la nota de su Seora Ilustrsima, fechada el 27 del mes anterior. Tengo a bien manifestarle: que los lmites jurisdiccionales de este Beneficio, sobre los cuales sobre los cuales debe decretarse su ereccin, son los mismos que reconocen las municipalidades de los tres pueblos que lo componen, a saber: Jiquilisco, San Agustn y Ozatln, con todos sus valles y caseros, com- didos en las demarcaciones generales siguientes: Al Oriente con la jurisdiccin parroquial de Usulutn, al Occidente con el gran ro Lempa, al Norte con la jurisdiccin parroquial de Alegra, y al Sur con la Baha de Jiquilisco puerto del Triunfo... Esta nueva parroquia siempre ser de grande extensin: Ocho leguas por el Occidente, diez por el Noroeste, tres por el Este y dos hasta nueve por elSudo-este. Usulutn queda entonces reducida a la cabecera del departamento con sus valles y caseros a una o dos leguas en circunferencia, parroquia cngrua y pequea muy bonita para encargarla a un sacerdote cansado". (A.S.S.: Libro de Correspondencia, 1893-1896, pgs. 85-86).

Jiquilisco15. El primer prroco fue el Dr. Juan Ramn Bustillo16, pero no dur ms que siete meses al frente de la nueva parroquia. 17 Prcticamente desde finales del siglo pasado no tuvo prroco fijo y residente en la sede parroquial; 18 y era atendida espordicamente, y solamente en los tiempos fuertes: la Semana Santa y en las Fiestas Patronales, por los prrocos vecinos de San Agustn, Usulutn, Santa Elena, Berln, e inclusive, consta que la atendieron desde San Salvador, los Franciscanos de la parroquia de Concepcin, ya que en ese archivo parroquial se encuentran partidas de Bautismo realizados en Jiquilisco. La verdad es que esta parroquia era muy pobre ya que no poda sustentar a un sacerdote, era lo que en la jerga cannica se llamaba una parroquia "incngrua". Lo importante es que el 30 de mayo de 1957 llega un prroco fijo, que va a vivir all con la gente y va a compartir con ellos las estrecheces y limitaciones de sus vidas y problemas. Se llama P. Jos Mara Macho Merino, es el primer pasionista que atender esta parroquia de una manera continuada y al que le seguirn en su paso por la misma, en los 37 aos que la atendieron los Pasionistas, (hasta febrero del 1994), ms de una docena de Pasionistas. La Parroquia de Jiquilisco es la ms grande de todo El Salvador: de 570.27 Kms2 de extensin19, (una sexta parte de la dicesis), y con ms de 50.000 habitantes.15 "San Salvador, noviembre 27 del 1894. Seor Alcalde Municipal de Jiquilisco. Me doy el honor de comunicar a Ud. que el Ilustrsimo y Reverendsimo Sr. Obispo tomando en consideracin las varias solicitudes que esa Honorable Municipalidad y vecindario le ha hecho en distintas ocasiones, y en el deseo de favorecer a esos fieles con una administracin espiritual ms fcil y expedita, ha aprovechado la buena disposicin del Presbtero Dr. D. Juan Ramn Bustillo para encargarle la formacin de la parroquia de Jiquilisco; y debe encontrarse actualmente en esa Villa cumpliendo su cometido. Al participarlo a Ud. tengo encargo de manifestarle que Su Ilustrsima y Reverendsima cree que esta providencia debe haber sido recibida por el Municipio y vecindario con muestras de verdadero regocijo, pues iba a realizar los justos deseos de esos fieles, abrigados desde mucho tiempo; y por lo mismo, espera que todos ayudarn con gusto al Sr. Bustillo en el cumplimiento de su ministerio as como tambin a remover los obstculos que se le presenten en la funda- cin de la parroquia. Soy de Ud. Atento. Roque Orellana, Prosecretario. (A.S.S.: Libro de Correspondencia 1893-1896, pgs. 8687). 16 "Al Pbro. Dr. D. Juan Ramn Bustillo se le ha encargado la administracin espiritual de Jiquilisco,con el fin de establecer all una nueva parroquia que satisfa- ga las crecientes necesidades de la poblacin, mientras tanto se tramita la erreccin cannica" (A.S.S.: Boletn de la Dicesis, 15 de diciembre 1894, n 10, pg. 6, 1 columna). -Y en el libro de Nombramientos podemos leer: "octubre 27 de 1894: Se encarga de Jiquilisco al Pbro. Dr. D. Juan R. Bustillo quien ofreci formar aquella pa- rroquia al Seor Obispo, desmembrndose de Usulutn". (A.S.S.: Libro de Nombramientos -1888-1905-, pg.37) 17 Mayo 2 de 1895: "Hoy se exoner al P. Bustillo de la administracin de la Parroquia de Jiquilisco; y se la encomend al Pbro. D. Santos Orellana". (A.S.S.: Libro de Nombramientos, 1888-1905, pg. 41). 18 "...3 Las poblaciones de Jiquilisco, Ozatln, El Triunfo continuarn, como antes, administradas por el prroco de Usulutn" (A.S.S.: Boletn de la Dicesis, 15 de junio de 1896, n 32, pag. 6, 1 columna.) 19 A.S.S.: III Anuario Eclesistico de El Salvador, publicado por el Secretariado Social Interdiocesano, Arzobispado, San Salvador, 1970, pg. 219.

Se comienza desde cero, pues no haba nada montado en la parroquia. Una de las actividades a realizar fue una Gran Misin Popular por todos los rincones de la parroquia: durante cuatro meses, (noviembre 62 - febrero 63)20, un equipo de nueve pasionistas desplegados por toda la geografa parroquial, por cada uno de los ms de 50 cantones, aldeas y caseros de la parroquia, impartieron un mensaje de conversin, y catequesis, despertando y sembrando inquietudes cristianas. No cabe duda que fue un momento decisivo para arrancar con una nueva y ms definida pastoral en la parroquia ya que hubo que dar seguimiento a ese despertar cristiano producido por la Santa Misin. Tambin como fruto de la Misin, en la evaluacin de la misma, deciden los Misioneros mandar un compaero al P. Jos Mara, es su hermano Juan Macho, que estar en Jiquilisco desde marzo de 1963 a julio 1977; al ao siguiente se les unir otro sacerdote. Siempre en la parroquia hubo un trmino medio de tres sacerdotes, algunas veces estuvimos cuatro y hasta cinco sacerdotes21. Fue decisivo para la nueva reorientacin pastoral de la parroquia de Jiquilisco el ao 1971 con la apertura del Centro de promocin campesina "Los Naranjos" para la formacin de agentes de pastoral rurales y el comienzo de la creacin de las Comunidades cristianas por toda la parroquia. Aceleraron este proceso las ideas nuevas emanadas del Concilio Vaticano II (1965), las opciones pastorales para A.L. de la Conferencia de Medelln (1968), y la venida de un nuevo, joven y dinmico prroco en el ao 1969. Vamos a transcribir algunos prrafos de las crnicas del Boletn Pasionista de la Provincia de la Sagrada Familia 22. En el ao 1971 recoge el cronista algunas de las ideas que estamos narrando: "Despus de ms de un ao de silencio, nos asomamos a estas pginas del Boletn, nos asomamos tmidamente a su ventana para ponernos en comunicacin y cambiar impresiones con todos los hermanos de la Provincia que laboran por el Reino de Dios y su justicia en los distintos sectores que la Provincia nos ha sealado en esta hora decisiva de la Iglesia y del mundo.20 Testimonio del P. Juan Macho que fue uno de los misioneros que realizaron esta Gran Misin. 21 En el ao 1971, cuatro; en 1972, cinco; y en los aos 1973-1974 cuatro. A este respecto hay una ancdota que omos de una de las ancianas de la Comunidad parroquial; ella que formaba parte y era el "fac totum" del grupo devoto de Las Maras de los Sagrarios, nos deca que durante ms de 40 aos estuvieron pidiendo al Seor que les enviara un sacerdote fijo a la parroquia de Jiquilisco. Y ahora, deca ella, no slo tenemos uno, sino que tenemos CINCO sacerdotes. Qu grande es nuestro Dios!. En ese momento, la parroquia de Jiquilisco tena cinco sacerdotes, era la parroquia que ms sacerdotes tena de todo el pas. 22 Este Boletn es un medio de comunicacin entre todas las casas (ms de 35) de la Provincia Religiosa Pasionista de la Sagrada Familia, extendida por Espaa y Amrica Latina: (Centroamrica, -Guatemala, El Salvador, Honduras y Costa Rica-, Mxico, Venezuela y Cuba). Sale, ms o menos, cada 3 4 meses.

NUEVA ETAPA: As podemos calificar la que estamos viviendo despus del relevo del veterano y benemrito P. Jos Mara Macho Merino por el entusiasta P. Pedro Ferradas que el 15 de diciembre de 1969 recoga la herencia espiritual del 13 aos de duro e infatigable trabajo apostlico en un ambiente difcil, hostil a veces, en esta extensa Parroquia que l y sus tesoneros colaboradores, los PP. Ignacio Madrid y Juan Macho, han logrado levantar de la nada en todos los aspectos. Estas sencillas gentes siempre recuerdan con veneracin y cario al sacerdote pasionista que les entreg los mejores y ms florecientes aos de su vida sacerdotal. Hoy gracias a sus esfuerzos, se nota y se respira una prometedora primavera, aunque naturalmente, este hecho que constatamos implica un esfuerzo serio y una planificacin en dedicacin formal a la formacin de minoras y lites que sean como levadura en la masa, sin descuidar la evangelizacin y formacin directa de la misma en un momento en que est tomando conciencia de su fuerza y comienza a luchar por salir del secular abismo de miseria y opresin en que se hallaba sumergida. SITUACION DE LA PARROQUIA: Enclavada en la costa del Pacfico, la Parroquia comprende ms de 500 Km2, donde viven y se mueven unos 50.000 habitantes, la mayora de los cuales son colonos que dependen del trabajo de las grandes haciendas, y estn carentes de todo en una zona agrcola sumamente rica. El alcohol y la prostitucin organizada o no, causan tremendos estragos en la poblacin afectada por el clima tropical enervante, y por la falta de alimentacin adecuada y suficiente. Se nota un esfuerzo en el pas por elevar cultural y humanamente esta masa sumida en su mayora en el analfabetismo y la ignorancia, especialmente en el sector campesino que constituye en la Parroquia, el 80% de la poblacin total... Adems del Centro Parroquial que radica en el pueblo de Jiquilisco con ms de 8.000 habitantes, se atienden ordinariamente las poblaciones ms significativas: Puerto el Triunfo, que tambin es cabecera municipal, con ms de 3.500 habitantes, el cantn de Tierra Blanca con cerca los 4.000 habitantes y el Cantn de San Marcos Lempa con unos 2.500 habitantes; tambin se giran visitas ms o menos perodicas, sobre todo en la estacin seca, a la mayora de las otras Comunidades o Cantones que sobrepasan el nmero de 40 sembradas a voleo por toda la geografa parroquial..."23 Sigue la Crnica describiendo tambin las obras materiales y la economa de la Parroquia, que siempre fue muy limitada y pobre. Los tres Religiosos estaban enfrascados adems en la construccin de 5 Iglesias y la casa parroquial; describe tambin un mnimo plan parroquial sobre Evangelizacin, Catequesis, Pastoral Litrgica y distintos movimientos: familiar y juvenil. Al final anuncia que23 A.C.P: Boletn de la Provincia de la Sagrada Familia, (BSF), n 46, Ao XVI, abril 1971, pgs. 9192.

para julio piensan abrir el Centro de promocin campesina "Los Naranjos"24. En los aos siguientes se contina ms o menos este ritmo y lnea de pastoral ms potenciado, si cabe, por la nueva realidad del Centro "Los Naranjos". Queremos acabar este apartado sobre la Parroquia de Jiquilisco con las impresiones que transcribi el P. Provincial en su Acta de la Visita Cannica que hizo a Jiquilisco durante los das 2 al 14 de abril de 1974: "...Durante este tiempo, he procurado visitar los distintos lugares y cantones atendidos por nuestros Religiosos, as como el Centro de promocin campesina "Los Naranjos". Es verdaderamente ardua y al mismo tiempo provechosa su labor apostlica. El pueblo aprecia la labor y sacrificio de los Padres... Este grupo religioso comunitario est animado de buen espritu y su entrega generosa al trabajo. Terminada la Casa y funcionando la iglesia, en estos das se est adecentando las escalinatas de la iglesia y el acceso al Convento o Casa parroquial. Tambin han trabajado con ilusin para despertar las vocaciones, hay un muchacho que ofrece buenas esperanzas. En general creo que es muy de alabar el trabajo de nuestros Religiosos. El Centro ha aumentado el campo de trabajo y les ha dado a conocer en la Repblica. Trabajan as junto con otros Centros en una labor de actualidad y de gran necesidad. A pesar de no ser fundacin (pasionista), merece el apoyo de la Provincia..."25 3.3.- Centro de promocin campesina "Los Naranjos" Como el Centro "Los Naranjos" sito en la parroquia de Jiquilisco, fue otro de los puntos debatidos por Mons. Romero, crendose un verdadero "affaire", queremos explicar un poco en este primer apartado sobre su nacimiento o comienzo, y, sobre todo, el trabajo realizado en el Centro hasta la llegada de Monseor. El Centro de promocin campesina "Los Naranjos" nace en julio de 1971; en los primeros meses con cursos para catequistas y agentes de la parroquia de Jiquilisco. Es en octubre que se abre, en coordinacin con los otros Centros de promocin del pas, a las otras Dicesis y parroquias, realizando el Primer Curso de PRIMER NIVEL para Delegados de la Palabra (o Catequistas como se prefera llamarlos), o animadores de Comunidad. Los otros Centros existentes se llamaban: "Universidad Campesina: El Castao" en la Dicesis de San Miguel, y "Escuela La Providencia" en la Dicesis de Santa Ana; a stos se les une el nuevo "Centro de promocin campesina "Los Naranjos" de la Dicesis de Santiago de Mara, aunque al principio no se llam as, sino que naci con otro nombre. Pero oigamos a uno de los fundadores:24 A.C.P: BSF, idem. pgs. 92-96. 25 A.C.P: Archivo vicarial, Libro de Visitas Cannicas, pg.25.

"M LPEZ VIGIL: Y cmo naci el Centro? JUAN: El Centro, en primer lugar, atendiendo un deseo expresado por la Conferencia Espiscopal de El Salvador, habamos pensado y habamos proyectado que el Centro fuera, de acuerdo con los otros Centros del "Castao y "La Providencia", como "ESCUELA DE CATEQUESIS Y DIACONADO". M LPEZ VIGIL: Para formar Diconos. JUAN: S; la idea era de los Diconos Permanentes. Y as lo presentamos en el Proyecto realizado por los Centros a la Conferencia Espiscopal. Y la Conferencia Episcopal lo aprob por unanimidad, con expresa emocin y contento de varios obispos, especialmente de Mons. Chvez y Gonzlez, el Arzobispo... Pero Mons. Castro y Ramrez, obispo de Santiago de Mara, despus de salir de la Conferencia, me llam para decirme que s, que l haba estudiado el Proyecto, pero que eso iba a traer algunos problemas, y en su Dicesis no quera problemas. El deca que por qu no hacamos y comenzbamos por una cosa ms sencilla. Fue entonces que realizamos un acuerdo con los PP. norteamericanos del Castao y comenzamos nosotros con el Primer Nivel (de formacin) y el Castao quedaba con el Segundo y Tercer Niveles de Delegados de la Palabra o Catequistas. M LPEZ VIGIL: Pero Diconos en ningn lado. JUAN: En ninguno"26. Como nunca se formaron diconos permanentes, no tena sentido llamarse el Centro con el primer nombre: (Escuela de Catequesis y Diaconado), y se le dio este otro, por el lugar donde estaba ubicado, y porque se iba a trabajar especialmente en la promocin de los campesinos: CENTRO DE PROMOCION CAMPESINA "LOS NARANJOS". Era un edificio de dos plantas que haba fungido como Colegio de las Religiosas Pasionistas durante varios aos; nos lo cedieron las religiosas en usufruto para tareas pastorales de la parroquia. Distaba de la casa parroquial poco ms de un kilmetro, a las afueras del pueblo. Ni que decir tiene que estos tres Centros de formacin de laicos y agentes de pastoral, as como los otros cuatro restantes que nacieron poco despus en el pas, surgieron a la sombra y exigencias de las opciones y urgencias pastorales promulgadas por el Concilio Vat.II y Medelln. En cuanto al trabajo realizado en "LOS NARANJOS" durante los aos 1971 y 1972 podemos leer en las Crnicas del BSF lo siguiente:26 Testimonios: Grupo n 2: JYV. pg. 6.

"El Centro "Los Naranjos" naci con la inquietud y el deseo de ayudar a los campesinos a encontrarse a s mismos como hombres y como cristianos, y a tomar con seguridad su puesto en la sociedad y en la Iglesia. Comenz el primer Curso formalmente el 17 de octubre de 1971. Desde entonces a estas fechas, ms de 300 campesinos han recibido curso de Primer Nivel, en cursos normales de cuatro semanas; otros 198 alumnos han recibido los beneficios del Centro en curso ms breves; y en jornadas de animacin de un da, otros 202. EVALUACIN DEL AO 1972: En el transcurso del ao que acaba de terminar hemos tenido en total OCHO CURSOS de Primer Nivel con cuatro semanas de duracin, 252 campesinos recibieron esta primera fase de su formacin. Tanto prrocos como los mismos alumnos nos manifiestan constantemente su satisfaccin por nuestro sistema de enseanza. Tambin el equipo del Castao ha expresado repetidas veces la constatacin de la buena preparacin que consiguen los egresados de nuestro Centro cuando llegan a su Segundo Nivel en dicho Centro. Otros 394 campesinos han recibido tambin aqu adiestramiento como Auxiliares de Catequesis, Lderes cooperativistas y finalmente evaluadores de la conducta humana en cursos de Laboratorio Vivencial y Dinmica de Grupo. Un total, pues, de 646 campesinos han sentido el renacer de su esperanzada ilusin de una vida autnticamente cristiana para ellos y sus comunidades rurales. Ellos nos manifiestan repetidamente su cario en sus visitas al Centro y en sus cartas. Ven en el Centro un faro de luz y esperanza, e indican haber aprendido que el cristiano tiene un compromiso de lucha para lograr de este mundo un lugar donde los hijos de Dios puedan vivir y as realizar el plan del Creador. Todo ello es para nosotros un estmulo y una exigencia que nos recuerda que Evangelizar a los pobres sigue siendo el signo de nuestra misin" 27. En las Crnicas de este mismo Boletn trimestral se nos recuerda la actividad realizada el ao 1973: "Los cursos han sido de temas variados: de Primer Nivel, de Animacin, de Catequesis, de Concientizacin, de Cooperativismo, para Profesores... Tambin su duracin es variada, pero suelen ser de 4 das o bien de once. La mayora han sido Jornadas de animacin que ocupan un solo da. Los Primer Nivel son de 20 das.27 A.C.P.: BSF., n 53, junio 1973, pg. 220.

En nmeros, el trabajo realizado este ao se expresa as: Cursos tenidos..............................47 Das que han ocupado.................222 Nmero de participantes.............1.278"28. Por lo interesante que resulta para conocer un poco la finalidad, la metodologa, los temas, y, sobre todo, el espritu de bsqueda del Equipo que diriga el Centro en estos primeros tres aos, nos van a permitir que transcribamos esta cita, aunque sea un poco larga; la creemos importante por lo que luego, meses ms tarde, se discutir y se pondr en tela de juicio, es decir, la lnea del Centro, ante la mente teolgica y la praxis pastoral de Mons. Romero. Tambin queremos que quede bien claro todo este punto para comprobar y ver las inexactitudes de algunos autores que han hecho afirmaciones sin fundamento29. "EVALUACION DEL TRABAJO DEL CENTRO: Anlisis de los aos de labores: Los datos de estadstica que aparecen en el numeral anterior, pueden dar una idea del trabajo realizado (en lo material), pero tenemos que reconocer la dificultad de someter a nmeros la eficacia de una labor de evangelizacin. Por supuesto, los objetivos y metas propuestas en esta evangelizacin escapan totalmente a la capacidad de las cifras; y, sin embargo, no podemos conocer la eficacia de nuestra labor si no tenemos como punto de referencia estas metas y objetivos. Desde el principio, el Centro tuvo como objetivo la capacitacin del campesinado para asumir dentro de la Iglesia las responsabilidades e iniciativas que son propias del laico consciente de la madurez de su fe. No se descart nunca la posibilidad de llegar a la formacin de Diconos con o sin Orden Sagrado, esto es la Jerarqua quien debe determinarlo. Por eso, nuestro "Proyecto de Catequesis y Diaconado". A los dos largos aos de comenzado nuestro trabajo, no tenemos inconveniente en reconocer que nuestro comienzo estuvo lleno de lagunas. Sencillamente tenemos conciencia de que Dios no eligi para esta obra suya lumbreras, simplemente acept nuestra sincera voluntad, lo dems es cosa de El. Lo que s tuvimos claro desde un principio es la conciencia de nuestra responsabilidad y, en nuestra limitacin, hemos tratado de superarnos y capacitarnos hasta donde nos ha sido posible. Hemos tratado de aprovechar los medios a nuestro alcance: lecturas, reflexiones en equipo, y sin escatimar el sacrificio econmico, los cursos del CELAM en Colombia y otros en pases vecinos de C.A.28 A.C.P.: BSF., n 55, febrero 1974, pg. 128. 29 Jess DELGADO, obra citada, pgs. 63-66.

Desde un principio tambin nos fijamos unas metas y objetivos a conseguir: Meta final: formar agentes de pastoral que llenen las lagunas propias de una Iglesia escasa de clero. Esta meta, pensamos, debe ser lograda por pasos o etapas sucesivas y progresivas, pero siempre a la luz de la fe"30. Estas metas se trataban de conseguir enseando y reflexionando los temas: El Hombre Verdadero fundamento de la promocin y dignidad humanas. del progreso y del desarrollo. Otro tema era el de la Comunidad, fundamentos de Eclesiologa; la Biblia era uno de los temas fundamentales del curso, juntamente con la Celebracin de la Palabra; tambin se hablaba de los Sacramentos. Y distintos mtodos de comunicacin. Pero sigamos escuchando al Cronista: "Cmo hemos llegado aqu: En un principio, fruto de nuestra misma confusin tuvimos una metodologa ms impositiva, pero a medida que se fue sensibilizando nuestra conciencia bamos viendo ms claro que el camino mejor era el respeto a la libre determinacin y la estima de sus ricos valores. Fue entonces que comenzamos a utilizar la tcnica de Dinmica de Grupo; y el resultado ha sido maravilloso: Al madurar la personalidad humana aumenta el sentido de responsabilidad y se multiplica el esfuerzo por descubrir y conocer mejor, y ello coloca al hombre en una tnica de bsqueda que es lo que garantiza el proceso de formacin. A dnde vamos: La pastoral de A.L. se ha caracterizado por una nota peculiar: El sacramentalismo y las devociones rutinarias... En ningn modo pretendemos restar valor a los Sacramentos ni a las devociones, pero tenemos que reconocer la urgencia de una instruccin que los libere del lastre mtico y frecuentemente supersticioso que la ignorancia les ha ido acumulando. Hemos descubierto en nuestro campesino valores formidables que nos ponen en la pista de nuestra proyeccin pastoral. Nos referimos a su gran sensibilidad en el aspecto de la caridad y la solidaridad. Esta sensibilidad sencillamente maravillosa nos abre un enorme horizonte de pastoral comunitaria. Nuestra meta es hoy: Lograr la realizacin de una Iglesia (Pueblo de Dios), adulta en su Fe y madura en su Esperanza y Caridad, que se haga sentir en estos pueblos abocados a profundos y rpidos cambios, y que pueda marcar con su sello el futuro ser de estas sociedades hoy confusas e indecisas. Cmo lograrlo: Hasta hoy nos hemos esforzado por crear hombres conscientes y responsables. Hemos tenido y seguimos teniendo, un instrumento maravilloso para ello en la Celebracin de la Palabra de Dios. Nuestro prximo paso es "formar Comunidad" donde la Fe y la Caridad sean30 A.C.P: BSF, n 55, febrero 1974, pg. 129.

los elementos fundamentales, y la Palabra de Dios sea la luz que ilumine nuestro camino. Estamos entreviendo como un futuro muy prximo la necesidad que puedan sentir las Comunidades de una Diacona o Diaconado que no podramos ahora perfilar; pero nos vamos preparando para estar listos a satisfacer las necesidades de cada Comunidad eclesial. Un cambio profundo se ha operado en nosotros; al principio tratbamos de marcar nosotros el camino... Hoy sencillamente pretendemos estar atentos a descubrir los cauces de la gracia y la inspiracin del Espritu en su pueblo para potenciar su accin. Cada da comprobamos la actualidad del "Te doy gracias, Padre, porque escondiste estas cosas a los sabios y prudentes y se las revelaste a los pobres"31. Con estos recuerdos y descripciones que hemos hecho, aunque slo sean parcialmente, (en el sentido de que hemos hecho alusin solamente a algunos hechos, pues podramos habernos fijado en muchos ms), creemos que con esto, ms o menos, ya est dibujado o delineado el decorado del escenario en que actuar Mons. Romero en Santiago de Mara. Indiscutiblemente estos detalles narrados nos ayudarn a comprender mejor toda la historia que vamos a narrar, y sobre todo, el por qu de ciertos hechos y su desarrollo.

31 A.C.P.: BSF., n 55, febrero 1974, pgs. 128-130. Se puede ver ms ampliamente en el trabajo del P. Zacaras DEZ, Formacin y seguimiento de los animadores de comunidades de base en El Salvador, pgs. 9-49.

II.-El obispo que nos llega a Santiago de Mara

1.- ENTRADA EN SANTIAGO DE MARA (Dic. 1974) La entrada de Mons. Romero en la Dicesis de Santiago de Mara fue normal, queremos decir, no hubo nada extraordinario que llamara la atencin, o desentonara del acto, dentro del carcter religioso, cvico y social del mismo: Toda la ciudad de Santiago de Mara, pequea poblacin de unos 12.000 habitantes y cabecera diocesana, estaba vestida de gala y alegre por la venida de su nuevo obispo. Los desfiles, las procesiones y sobre todo, la Santa Misa, fueron multitudinarias; acompaaban a Monseor no slo las representaciones de las parroquias de la Dicesis, sino tambin algunos obispos de la nacin. No falt la presencia de las autoridades civiles y militares de la zona. No hubo nada especial en la homila a sus nuevos feligreses; expresaba su buena disposicin de servir al Pueblo de Dios que vive en esta parcela de la Iglesia universal, que es esta Dicesis de Santiago de Mara: animar la fe, promocionar la enseanza religiosa, alentar la unidad y la paz, y vigilar la ortodoxia de la religin. El deseaba y quera ser un "Buen Pastor" de este rebao que le haba encomendado el Papa, Pablo VI. Esta entrada solemne se realizaba el 14 de diciembre de 1974. Antes de la toma de posesin de la Dicesis de Santiago de Mara, queremos recordar dos ancdotas previas que nos hacen otear un poco el talante del nuevo obispo que nos llega: El obispo que van a tener es PASTOR: "JUAN: ...Pero hay una ancdota curiosa antes de esto de Santiago de Mara, y fue con Mons. Chvez y Gonzlez, el antiguo Arzobispo, predecesor de Mons. Romero. Yo llegu un da a hablar con Mons. Chvez y por suerte fui yo el ltimo ese da que habl con l; y l me dijo: Mire, lo siento, yo s que tendra mucho gusto de ir a almorzar con sus hermanos pasionistas, pero yo tengo la costumbre de que el ltimo que habla conmigo almuerza conmigo; as que va a tener que almorzar conmigo...Bueno; acept el almuerzo. Y Mons. Chvez en el almuerzo me pregunt: Y qu dicen en Santiago sobre el nuevo obispo que esperan?. Pues, mire, Monseor, le dije...; y le coment que habamos tenido un curso unos das antes en el Centro "Los Naranjos", (yo era el Director), y en ese curso, como an no tenamos obispo

en Santiago, yo haba preguntado a los campesinos, a los futuros Delegados de la Palabra: "Cmo les gustara a Uds. que fuera el nuevo obispo?" Y me dieron unas cuantas cualidades de cmo deseaban ellos al nuevo obispo. Se lo cont todo esto a Mons. Chvez y despus que le enumer las cualidades que los campesinos pedan para el nuevo obispo, Mons. Chvez me dijo: "Ah! No van mal; no van mal. Pero, y dnde encontraremos ese obispo?, me dijo Monseor. M LPEZ VIGIL: Y ya Ud. saba que era Mons. Romero el nuevo obispo? JUAN: No; no lo saba todava. Entonces yo le dije: Pues ya ve Monseor. Y me pregunt Mons. Chvez: y no le sugirieron algn candidato? Y le dije: s; sugirieron algunos. "Y quines?" pregunt quedito Monseor, como era su modo. Y le enumer los tres que ms repetan los campesinos. Mons. Chvez hizo este comentario: "Increble!, Cmo se dan cuenta la gente quin est con ellos! Entonces l me dijo: pero est seguro, el obispo que van a tener es PASTOR. M LPEZ VIGIL: Chvez s lo saba JUAN: S, l ya lo saba. Y no me dijo ms M LPEZ VIGIL: Y Ud. no insisti ms. JUAN: No. No quise."32

Qu esperan de su obispo? "EUGENIO: Entonces vamos a platicar a cerca de la llegada de Monseor Romero a Santiago de Mara, y cmo fueron los primeros contactos con l como su obispo y, en definitiva, como responsable ltimo del Centro "Los Naranjos". JUAN: Bueno; cuando l lleg a Santiago de Mara, hay una ancdota: antes de tomar posesin de la Dicesis, invit a todos los sacerdotes a almorzar en una finca de caf de un seor muy rico, amigo suyo, en San Miguel. En esa reunin, fue despus del almuerzo, l nos dijo que quera ser obispo de la Dicesis, y contar siempre con los sacerdotes; y que desde ya quera saber QUE ESPERABAN SUS SACERDOTES DE EL... Recuerdo que all se dijeron muchas cosas; pero al final ya, cuando nos32 Testimonios: Grupo n 2: JYV: pgs.2-3.

toc a nosotros expresar nuestro deseo o esperanza sobre nuestro obispo, yo recuerdo que le dije: "Mire, Monseor, nosotros tenemos, como ya sabe, un trabajo, un Centro de Promocin, y nuestro plan de trabajo pastoral; con esto pretendemos ser fieles al carisma de la Congregacin Pasionista; nosotros somos misioneros esencialmente, entonces estamos queriendo promover una Evangelizacin directa tanto por nosotros como con los agentes que multipliquen nuestra labor... Y recuerdo que le dije alguna cosa que despus me lo record alguna vez porque yo le dije: en esto, Monseor, no tiene que extraarse si algn da nos equivocamos, pues vamos a tener que estar, si queremos hacer una labor un poco vlida, vamos a tener que estar un poco en la vanguardia, en avanzada; entonces es normal que alguna vez nos equivoquemos, yo le pedira al seor obispo que nos permita el derecho, o mejor, la oportunidad de podernos equivocar alguna vez; pero tambin le pedira que cuando nos equivoquemos, claramente y sinceramente nos diga en qu nos hemos equivocado y por qu piensa que estamos equivocados; eso s, (recuerdo que le dije), yo no me voy a conformar con que me diga: "Eso no es as; no est bien", voy a querer que me d razones, y voy a pedir que me lo explique. (Este paso me lo record despus, cuando tuvimos el "pleito", digamos, por LOS NARANJOS)" 33. M LPEZ VIGIL: Y l cmo reaccion ante esta propuesta? JUAN: La reaccin de l..., me pareci que se sinti molesto de que yo le dijera eso. M LPEZ VIGIL: Quizs porque no estaba de acuerdo. JUAN: S. Y yo tampoco insist ya ms; y le dije: Bueno, Monseor, pero creo que nos vamos a entender; de todas maneras creo que nos vamos a entender. M LPEZ VIGIL: Pero l no dio respuesta?, slo estaba escuchando? JUAN: Slo escuchaba. Y cuando yo le dije eso: "creo que nos vamos a entender", l me dijo: "S, creo que s"34.

2.- SUS IDEAS SOCIALES, TEOLOGICAS Y PASTORALES (1974 33 Testimonios: Grupo n 1: JZE: pg. 2. 34 Testimonios: Grupo n 2: JYV: pgs. 4-5.

1975) Como uno de los fines de esta investigacin es probar que Mons. Romero empez a cambiar siendo obispo de Santiago de Mara, y que esa transformacin que se dio en l, fue especialmente en el campo de las ideas tanto sociales como teolgicas y pastorales; vamos a intentar entrar ya en este tema y tratar de describir su mentalidad previa al 1976, ao que creemos fue el del comienzo de su cambio. Talante del nuevo obispo que nos llega Todos los bigrafos y estudiosos de la figura y personalidad de Mons. Romero, estn de acuerdo en afirmar que Oscar Arnulfo Romero fue un sacerdote y un obispo tradicional, mejor dicho, muy tradicional35. Era, pues, hijo de su tiempo e hijo de la Iglesia, ya que la formacin ordinaria que se daba a los sacerdotes en el Seminario o Universidades eclesisticas, antes del Concilio, era nica que desembocaba lgicamente en una ideologa y praxis tradicional y conservadora. El mismo Mons. Romero se describe as en la primera carta que escribe al Papa Juan Pablo II, reconocindose de "inclinacin y temperamento conservadores"36. Y cuando decimos "tradicional", estamos queriendo decir que Mons. Romero trataba de apoyarse siempre en las ideas "seguras" de la ms rancia tradicin teolgico-escolstica, es decir, centrada en sus grandes Maestros, como Santo Toms y otros; lo cual no es un delito, ni nada malo, como alguno pudiera pensar; todo esto era en Monseor una opcin y convencimiento personales de estar en la verdad: "...en el aspecto doctrinal busc la seguridad de la fe en el testimonio comn de la Iglesia, en el magisterio, en el dogma. Si una idea vena de Roma, del Papa, de la Santa Sede, no dudaba un solo instante en acatarla. En cambio, toda idea nacida fuera de Roma era para l, ante todo, motivo de duda hasta no tener la seguridad plena de que dichas ideas no contradecan a las del magisterio eclesistico. Se entiende, entonces, por qu Mons. Romero no prest inmediata adhesin al documento eclesistico emanado de Medelln. Para l los35 Jon SOBRINO, Monseor Romero, pg. 12 y 13. Tambin puede leerse: J.R. Brockman, obra citada, pgs. 4 y 8. 36 Carta de Mons. Romero al Papa Juan Pablo II del 7 de noviembre de 1978, citado. por J.R. Brockman, ibidem, pg.132.

documentos del Concilio Vaticano II eran suficientemente claros. Una interpretacin o adaptacin de los mismos por Medelln, era verdaderamente una garanta de fidelidad a la doctrina de los Padres de la Iglesia?..."37 Pero este tradicionalismo tena tambin otra vertiente: una fuerte prevencin luchadora y de grandes prejuicios contra las nuevas ideas, fueran teolgicas, pastorales, educativas o sociales.38 Y esto s, ya era ms chocante en unos tiempos de apertura, abiertos por un Concilio que proclamaba el sano pluralismo; y que se nos peda a todos los cristianos cambios de mentalidad y nuevas estrategias pastorales. Abundan los testimonios y pruebas que nos hablan de este su talante de corte tradicional y conservador en este tiempo que estamos reseando; todos ellos nos dan la posibilidad de afirmar que el obispo que nos viene a Santiago de Mara en diciembre de 1974, es un obispo tradicional. Escuchemos algunos de estos testimonios:39 Sacerdote tradicional: intolerante y severo "No se puede decir que el padre Romero, (nos habla de su vida en S. Miguel), fuera en aquel tiempo lo que ahora suele atribuirse a los sacerdotes progresistas. Era ms bien, un modelo de sacerdote tradicionalista. Su divisa era "nunca hacer nada en contra del obispo; nada sin el obispo". Los temas de sus predicaciones y las clases de moral que imparta en un colegio de seoritas eran temas sacados de los Padres y del magisterio de la Iglesia. Los retiros espirituales que predicaba siempre giraban en torno a los novsimos: muerte, infierno y gloria. Tena Romero un concepto elevadsimo e integrrimo del sacerdocio, y trataba de ponerlo en prctica con su vida sacerdotal de todos los das. Pero esto mismo le haca aparecer como intolerante ante las debilidades humanas de algunos de sus hermanos de profesin. Estos, a veces, ms que respeto, le tenan miedo; y pocos, muy pocos, lo deseaban realmente como amigo, aun cuando vean en l, bastante bien plasmado el ideal del sacerdote segn el Corazn de Jess.

37 Jess DELGADO, obra citada, pgs. 48-49. 38 En este sentido la lucha contra los Jesuitas es evidente: Ver Jess DELGADO, obra citada, pgs. 56-58. Y en M LPEZ VIGIL, obra citada, pgs. 46-49. Tambin en Salvador Carranza Oa, obra citada, pgs. 35-36. Pueden leer lo que se dice en este libro, pgs. 30- 31. 39 Abundan estos testimonios en Piezas para un retrato de M LPEZ VIGIL especialmente en las pgs. 33-54. Tambin se pueden leer en Jess DELGADO, scar A. Romero, Biografa, pgs. 28-37.

Su vida austera, sus juicios a veces muy severos sobre la vida de otros sacerdotes, su actitud a veces intolerante provocaban en los hermanos de sacerdocio, cierto rechazo de su persona, y otras veces suscitaron problemas delicados en sus relaciones humanas y sacerdotales. A veces las relaciones eran tan tensas que le hacan incurrir en errores incomprensibles, como el de no agradecer favores que otros camaradas le hacan" 40. Un conservador a ultranza Hay tambin en Piezas para un Retrato muchos de estos testimonios del tradicionalismo de Mons. Romero, sobre todo, de su estancia en San Salvador (1967-1974). Su autora Mara Lpez Vigil los recoge con cario, abundancia y esmero: Estos testimonios le describen a Mons. Romero, como "UN PEQUEO INQUISIDOR" que intenta fiscalizar y perseguir, para condenarlo a muerte, cualquier movimiento novedoso que se intente implantar en el Seminario, (donde l viva); en la Comunidad de los PP. Jesuitas que dirigan el Seminario; entre los sacerdotes mismos, y en la Iglesia en general; para eso era Secretario General de la Conferencia Episcopal de El Salvador41. Es interesante la discusin de Mons. Romero con la Comunidad de base de Zacamil sobre el tema de la Universidad, (intervenida por el Gobierno). La descripcin del hecho nos hace ver dos posiciones extremas en el juicio de este hecho nacional; por supuesto, Mons. Romero est apoyando siempre la posicin conservadora o tradicional. Es muy interesante esta discusin porque a travs de ella desfilan otros puntos, no slo sociolgicos y polticos, sino tambin teolgicos, pastorales y litrgicos en los cuales siempre Monseor se coloca en el extremo conservador42. "Puedo dar pruebas de vuestro marxismo" Pero hay otro testimonio que queremos ponerlo ntegro porque es muy importante para comprobar esta tendencia "sagrada" de conservador y tradicional: de querer poner las cosas en su puesto; "cazar brujas" por todos los rincones de la Iglesia: "Nos encomendaron un tarea que tena lo suyo. El Arzobispo Chvez nos pidi a Nstor Jan y a m que dirigiramos unos ejercicios espirituales al clero de San Salvador. Y all llegaron todos los curas mezclados, chinche y telepate, los de todas las tendencias, aunque la mayora en San Salvador eran progresistas.40 Jess DELGADO, obra citada. pg.30 41 M LPEZ VIGIL, obra citada, pg. 33. 42 M LPEZ VIGIL, obra citada, pgs. 43-44.

Una noche estbamos discutiendo en un alegato bastante caliente el tema de la fe y la poltica y el papel del sacerdote en todo esto. Un asunto profundamente polmico en aquellos tiempos. De repente vimos entrar a un sacerdote ensotanado, que se mova como reptando y que se qued all, en la ltima fila, perdido. No abri la boca. Quin es ese?, le cuchiche yo a Nstor. -Es el nuevo obispo auxiliar, Oscar Romero. Cuando terminamos el debate, me dijo Nstor: "Quin sabe cmo va a reaccionar Romero despus de escuchar todo lo que dijimos". Adivin. Dos semanas despus sali en ORIENTACION un artculo firmado por l diciendo que los Jesuitas -y daba nuestros nombres- haban dirigido unos ejercicios espirituales que de espirituales no tena ni un pelo, que eran pura socologa y sociologa marxistoide! Y por ah segua el hombre. Yo me indign y le escrib una carta muy fogosa y bastante atacante, en la que le deca que con acusaciones de esa clase estaba poniendo en peligro la vida de la gente y que Medelln nos exiga cambios. Y por ah segua yo. -A ver si tiene la honestidad de publicarla tambin en ORIENTACION, pero no ser capaz! No adivin. La public. Y entera. Agarro yo ese da el semanario y me pongo a releerla, gozando con mi propia beligerancia, que haba logrado doblegar al obispo. Pero al final..., veo que el hombre vuelve a la carga! Romero haba escrito una apostilla de cierre: aunque me daba voz, l se mantena en su juicio y afirmaba que poda dar pruebas de nuestro marxismo. En lo necio no le ganaba nadie. (Juan Hernndez Pico)"43. A muchos no les gustaba este talante conservador Por eso, no fue de extraar que el grupo de sacerdotes de la NACIONAL (reunin),44 escribiera una carta de repudio contra el nombramiento de Mons.43 M LPEZ VIGIL, obra citada, pgs. 40-41. 44 Un grupo de 20 a 30 sacerdotes de todo el pas,tanto extranjeros como nacionales,religiosos como diocesanos,con una nota comn: ser sensibles a los cambios que se estaban dando en la sociedad salvadorea,y con ganas enormes de proyectar una

Romero como obispo auxiliar de San Salvador (1970). Vean y sospechaban estos sacerdotes en este nombramiento, un freno para las nuevas experiencias pastorales en la Arquidicesis.45. No cabe duda que esta reaccin de la NACIONAL estaba basada en la trayectoria tradicionalista y conservadora de Mons. Romero. Pero no solamente eran este grupo de sacerdotes de la NACIONAL, los que apuntaban y denunciaban este tradicionalismo de Mons. Romero, (que, por otra parte, era muy normal que lo hicieran, pues ellos estaban colocados en el extremo opuesto: eran "reconocidos progresistas"); lo que llama poderosamente la atencin es constatar que tambin los dos obispos cercanos a Mons. Romero, y que trabajaban con l en la Curia Arquidiocesana, lo tuvieran igualmente como tradicional y conservador. "As, Mons. Chvez, el Arzobispo, "se quejaba a menudo de que Mons. Romero para nada le serva en situaciones as, delicadas, a pesar de que era su obispo auxiliar; por eso, -constata un testigo- El arzobispo Chvez dispuso que Mons. Romero hiciera el viaje conmigo y as empezara a comprometerse un poquito, "que haga algo, que salga de esa oficina..." (Inocencio Alas).46 Y es que no le gustaba entrar ni quera comprometerse con situaciones conflictivas de las que empezaban a abundar en el pas. Tena miedo a perder amigos? El caso que estamos recordando era simplemente reponer en la parroquia de Suchitoto a los prrocos que haban sido perseguidos y tuvieron que ocultarse y abandonar la parroquia; entonces volvan de nuevo a la parroquia acompaados por Mons. Romero que les iba a reinstalar en nombre del Arzobispo. "El otro obispo uxiliar es demasiado liberal y avanzado" ".... A m me miraba con reservas, me consideraba demasiado liberal. Cuando se estaba preparando el Snodo de obispos en Roma, en 1974, tuvimos un choque. Fue en una reunin de la Conferencia Episcopal en la que participbamos todos. Ese da lleg planteando tres renuncias. -Primero que nada renuncio a seguir dirigiendo el semanario ORIENTACION. En segundo lugar, a hacer la redaccin de la carta pastoralpastoral adecuada a la nueva realidad.El grupo tena un marcado signo progresista. Se reunan frecuentemente, ms o menos, cada mes,para estudiar la marcha de la realidad nacional y eclesial del momento,y para reflexionar temas importantes de teologa, sociologa o pastoral, etc.. Intentaban promover los cambios que estaba pidiendo la Iglesia tanto en el Concilio como en Medelln. 45 Ver: M LPEZ VIGIL, obra citada, pg. 37. 46 M LPEZ VIGIL, obra citada, pg. 43.

sobre la familia que se me encomend. La tercera renuncia tena que ver conmigo. Haca un tiempo, Mons. Romero haba sido elegido por nosotros en la Conferencia para ir al Snodo en Roma representando a la Iglesia salvadorea y yo haba sido elegido como sustituto. -En tercer lugar, renuncio a ese viaje, pero sugiero que volvamos a hacer la eleccin y que quede siempre Mons. Rivera como suplente del que resulte electo. Era claro que lo haca porque no estaba de acuerdo en que yo, tan avanzado a juicio de l, representara a El Salvador en el Snodo, no se fiaba de m. Ah, pero yo no le acept! Hice todo un alegato jurdico contra su planteamiento. Y pude hacerlo bien convincente porque las leyes son mi especialidad. Yo tengo el derecho de expectativa, -insist- y el acto de eleccin en el que resultamos elegidos, tanto usted como yo, fue un acto jurdico que hizo nacer derechos y deberes y que no puede ser revocado ni unilateral ni arbitrariamente. Nos enzarzamos en una discusin que fue muy acalorada, l no quera ceder. "La Conferencia, -alegaba- tiene autoridad para revocar esa eleccin!" "La Conferencia no tiene ninguna autoridad!" repeta yo. Unos obispos tomaron partido por l y otros por m. Al final prevaleci mi punto de vista. Yo ira a Roma. A l se le aceptaron dos renuncias: no hara el viaje y no escribira la carta pastoral, pero deba seguir al frente de ORIENTACION. Para m, Mons. Romero estaba atravesando en aquel tiempo por una depresin anmica, lo mir muy agotado. En los cuatro aos en que l y yo fuimos auxiliares de Mons. Chvez, sta fue nuestra nica discusin, a pesar de todos los peros que l senta ante m y que no disimulaba; la primera y la nica. Y la recuerdo slo para hacer ver que l tena entonces una visin muy crtica de este servidor. (Arturo Rivera y Damas)" 47. "Hemos guardado la fe" Creo que tambin nos demuestra el talante tradicional de Mons.47 M LPEZ VIGIL, obra citada, pgs. 48-51.

Romero que luchaba por la ortodoxia hasta el fin: es la ltima editorial de Orientacin fechada el 21 de octubre de 1974, semanas antes de tomar posesin de Santiago de Mara. La transcribimos por lo interesante que resulta para detectar, una vez ms, su mentalidad: "HEMOS GUARDADO LA FE. La finalizacin de un perodo o de una etapa en la vida de ORIENTACION nos obliga a hacer algunas reflexiones que guardan relacin con la amenaza ms grave de nuestro tiempo. Esta amenaza es la posible prdida de la fe en grandes sectores y en notables individuos de la misma Iglesia. La crisis a la que estamos abocados es aflictiva. Las discusiones son encarnizadas. Los criterios son muchos. El mal es general... Nunca adoptamos posturas histricas e histrinicas de revolucionismo demaggico, porque juzgamos que en esa actitud slo se contribuye al desorden y no se aportan elementos positivos para las soluciones. Hemos respetado a las autoridades, etiam discolis, y Dios sabe que no pocas veces hemos abordado al hermano, sin escndalo pero con energa, para corregirlo y para prevenirlo. Nunca hemos querido hacer de la correccin fraterna un show de propaganda. Entre la promocin humana y la evangelizacin, es lgico que nuestra fe nos inclina a preferir la segunda, como ms necesaria, como ms esencial, como el "unum necesarium", porque, de acuerdo con el Divino Maestro, pensamos que "Mara optimam partem elegit", pero esto no quiere decir en absoluto que descuidramos el otro aspecto. Tambin hemos atendido la promocin humana... Lo que s hemos lamentado, ms con un comprensivo silencio de tolerancia y de paciencia que con una actitud de resentimiento polmico, ha sido la conducta manifiestamente materialista, violenta y descontrolada de quienes han querido valerse de la religin para destruir las bases mismas espirituales de la religin. En nombre de la fe han querido luchar los que ya han perdido la fe. Y esto es muy triste, verdaderamente triste. Un fenmeno de nuestro tiempo, no lo negamos. Una crisis que, como el huracn, sacude a los rboles ms altos para probar su fuerza, tambin esperamos que as sea. Lo que s hemos afirmado nosotros, a la par de esos grandes fenmenos, es que por nuestra parte hemos preferido apegarnos a lo seguro, adherirnos con temor y temblor a la roca de Pedro, ampararnos a la sombra del magisterio eclesistico, poner el odo junto a los labios del propio Papa, en vez de irnos por ah como acrbatas audaces y temerarios por las especulaciones de pensadores atrevidos y de movimientos sociales de dudosa inspiracin.

Que Dios sea el juez o de nuestro temor o de nuestra fidelidad. Si hemos hecho poco por conservar la fe, por lo menos nos alegramos de no haber contribuido culpablemente a desmoronar el edificio del cuerpo mstico de Cristo ni a introducir en l grmenes de la enfermedad..." 48. Un Documento muy interesante En este pequeo recorrido narrativo, ms o menos cronolgico, de los hechos, testimonios, escritos e ideas que nos han ido manifestando el talante tradicional y conservador de Mons. Romero, hemos encontrado un Documento que creemos trascendental en esta lnea. Es un documento que lo ubicamos entre octubre y noviembre de 1975, ya que creemos es una aportacin muy personal suya, (como se ver por el texto), y que hace referencia al tema de una de la reuniones de la CAL (Comisin de Obispos para Amrica Latina) de la que Monseor era consultor. La reunin de esa Comisin se realiz en Roma el 5 de noviembre de 1975 con el tema sobre los movimientos polticos de los sacerdotes, o si quiere, sobre la poltica y el sacerdocio. Vamos a transcribirlo ntegramente, respetando, inclusive los nombres que l cita. Se observar cmo ataca a los jesuitas y a otras personas, que para l eran el origen de las ideas nuevas, tanto teolgicas como pastorales, educativas y sociales. Tambin habla de los Centros de promocin campesina como "centros de subversin", (aunque apostilla: "segn dice el Gobierno"), en los que se propagan y ensean estas nuevas ideas..., manejando el anlisis marxista..."49. Este Documento comentarios. hay que leerlo detenidamente. Sobran los

"TRES FACTORES DEL MOVIMIENTO SACERDOTAL POLTICO EN EL SALVADOR. 1.- Los Jesuitas A.- En la Universidad Centroamericana (UCA) "Jos Simen Caas": - Influencia de la "Teologa poltica". Su principal exponente el P.48 Orientacin, 21 de octubre de 1974, n 2089, pg. 3. 49 Estas ideas de Mons. Romero no eran exclusivas de l, las compartan varios obispos del pas. Mons. Revelo las repetira dos aos despus en Roma, en el Snodo sobre la Catequesis, el 4 de octubre de 1977. Ver en J. R. Brockman, obra citada, pgs. 82-85.

Ignacio Ellacura. Propuso su doctrina en una conferencia de semana social en la catedral de San Salvador, la cual se public con nihil obstat de la Curia Arzobispal y el patrocinio econmico del Secretariado Interdiocesano Social. Nueva reafirmacin de la doctrina al responder a las observaciones que le hizo la Sagrada Congregacin para la doctrina de la fe. - Actuacin en la UCA del seglar espaol Fernando Valero Iglesias. "Sus clases parecen mtines polticos contra el gobierno", comentario de Casa Presidencial. Es tambin agresivo contra los obispos. - Publicaciones de crtica a la poltica gubernamental: el libro que coment las elecciones del actual Presidente, la Revista ECA. - La "educacin liberadora" es una consigna de la Compaa en Centroamrica. Lo confes el mismo Provincial P. Estrada en una reunin de superiores mayores en Guatemala, asegurando que si encontraba obstculo en el Seminario por parte de los obispos, seguiran su lnea en los dems centros educativos. - Otros problemas doctrinales de la UCA: la "nueva cristologa", la publicacin semanal de "nuevos cristianos" en el diario El Mundo (ya no sale). Se ensea teologa sin contar con el Episcopado, y sus estudios son vlidos para sus estudiantes jesuitas. B.-En el Colegio "Externado San Jos" - Varios padres de familia denunciaron al colegio por indoctrinacin marxista. El escndalo fue nacional. - Con esta ocasin se publicaron, de parte de los jesuitas, varios pronunciamientos sobre doctrina social, cuyas ambigedades fueron refutadas por el jesuita socilogo P. Rodrguez Jaln. C.- En el Seminario San Jos de la Montaa - Politizacin de los seminaristas. No fueron al acto religioso del Da del Papa porque asistira el Presidente cuya eleccin consideraban como fraudulenta. El Rector, P. Amando Lpez defendi la actitud de los seminaristas como "objecin de conciencia". - En defensa de su sistema formativo escribieron un folleto con ambiguas interpretaciones del "Optatam Totius" y de la "Ratio Institutionis". - Las crticas contra los obispos por el problema del seminario fueron muy acres y prolongadas. D.- En la Parroquia de Aguilares confiada a los jesuitas - Se ha acelerado mucho el proceso de promocin. El peridico coment la procesin del Corpus Christi como un mitin poltico. Pero el prroco P. Rutilio Grande, no est de acuerdo con muchas cosas de sus colaboradores.

E.- El influjo en las comunidades de religiosas y de colegios catlicos. - Se les ha odo comentarios despectivos a documentos del Papa, como la "Humanae Vitae" y la exhortacin "Marialis Cultus". 2.- Otro factor de problemas socio-polticos es el Secretariado Social Interdiocesano y la Comisin Justicia y Paz que estn a cargo del Pbro. Juan Ramn Vega. Tambin representa a "Misereor". - All se publica el boletn "Justicia y Paz", con el apoyo econmico de Misereor y el respaldo moral de Mons. Rivera; es una crtica mordaz y negativa contra los capitalistas y el gobierno. La Conferencia Episcopal ha rogado varias veces al Sr. Arzobispo que se suspenda; el gobierno se ha quejado varias veces por sus crticas tendenciosas, y son muchos los particulares resentidos. Su redactor es el P. Fabin Amaya, pagado por el P. Vega. El redactor es uno de los principales lderes de la lnea politizante y de contestacin. Lo distribuyen todos los sacerdotes de esa lnea y tambin el partido poltico de oposicin. - De all tambin salen para los rganos informativos internacionales las noticias de carcter polmico que tanto han contribuido a dar una imagen negativa de la Conferencia Episcopal. Me consta que L'Osservatore Romano no ha querido publicar estas colaboraciones. - Son varios los obispos en C.A. que no se explican cmo puede representar este sacerdote a la Comisin "Justicia y Paz", pues no es de la confianza de los obispos ni puede lograr una colaboracin sana con el gobierno civil en pro de los objetivos de dicha comisin. Al contrario, ha tenido serios problemas de migracin por sus actuaciones polticas. 3.- Finalmente, como factores de politizacin de la Iglesia, estn los grupos de sacerdotes, religiosos y religiosas y "cristianos comprometidos" de todas las Dicesis pero en perfecta intercomunicacin. - Difunden sus ideas en los Centro de promocin campesina, los cuales ya son sealados por el Gobierno como "Centros de subversin"; en la Radio catlica YSAX, la cual ya fue misteriosamente quemada una vez; y sobre todo, en sus pequeas comunidades de reflexin y concientizacin. En los centros de retiro espiritual como Domus Mariae y el Hogar Santa Teresita de Apulo, sirven frecuentemente para ello. - Conocen y practican el "anlisis marxista". - Entre sus decisiones ms graves est la "toma de catedral" en agosto, como protesta contra el Gobierno por el atropello a la manifestacin universitaria del 31 de julio.

- Publican pronunciamientos en circunstancias parecidas. - Siempre actan a espaldas de la Jerarqua, a la que acuden en sus situaciones de conflicto con las autoridades. Sus convicciones - Lo que ms preocupa a los Pastores es la ideologa en que se respaldan estas actitudes sacerdotales. Entre otras sobresalen estas ideas: - que la Iglesia no puede ser apoltica porque todos sus actos tienen siempre una repercusin poltica. Slo sera apoltica cuando est de acuerdo en todo con el Gobierno constituido. - que su poltica no es de partido sino de bien comn, en defensa del cual el Evangelio los obliga a hablar polticamente. - Cuando su conciencia est contra una disposicin de la Iglesia institucin, reconocen que as debe pensar la Iglesia, pero ellos deben seguir su conciencia. - Contra la acusacin de subversin que frecuentemente se les hace, principalmente de parte del Gobierno, responden que slo promueven la conciencia crtica y ciudadana del pueblo, y que esto tiene que molestar al gobierno, sobre todo si es represivo. Ambiente del pas y preocupacin pastoral - El ambiente poltico, social y econmico del pas es muy difcil y no se puede olvidar al estudiar estas reacciones del clero: Un Gobierno militar y represivo que quiere mantenerse en el poder y trata de destruir toda oposicin... Una cruel diferencia social en que unos pocos tienen todo y la mayora vive en la miseria. - Los obispos defienden a sus sacerdotes en todos los conflictos. Tratan de ser oportunos en sus declaraciones para prevenir "pronunciamientos" de estos grupos. En dilogo con el Supremo Gobierno lo previenen contra falsas informaciones. - Su mayor preocupacin pastoral es la espiritualizacin del clero para dar testimonio de la verdadera esperanza y transcendencia del cristianismo, pero al mismo tiempo buscan la lnea pastoral ms certera para unir las clases sociales, y sin traicionar la libertad evanglica mantener buenas relaciones de sana colaboracin con el gobierno50. Relaciones de Mons. Romero con el Opus Dei

50 A.S.M.: Archivo de la Dicesis de Santiago de Mara, pags. 1-3.

Finalmente para acabar este apartado, vamos a recordar las relaciones que Mons. Romero tena con el Opus Dei, y hasta qu punto influan o mantenan esta mentalidad tradicional en l. No cabe duda que Mons. Romero tuvo sus relaciones de amistad, admiracin y confianza con el Opus Dei; algunos de sus miembros dirigieron su vida espiritual; l admiraba su trabajo y su ideologa o mentalidad tradicional de fidelidad doctrinal y eclesial. Hasta les consultaba en momentos decisivos de su vida51. Tuvo contacto personal con el fundador de la "Obra", del que recibi "aliento y fortaleza para ser fiel a la doctrina inalterable de Cristo...". Pero se