don juan manuel manzanedo y gonzÁlez, i duque de

DON JUAN MANUEL MANZANEDO Y GONZÁLEZ,I DUQUE DE SANTOÑA, I MARQUÉS DE MANZANEDO

Rafael PORTELL PASAMONTE

Don Juan Manuel de Dios Manzanedo y González tal vez sea uno de loshijos más preclaros que ha dado la Villa de Santoña. Nacido de humildecuna, supo escalar los más altos peldaños de la sociedad de su época.

Nació en la calle denominada en aquella época de La Dársena, un 8 deMarzo de 1803. Era hijo legítimo de don Ramón Manzanedo de la Teja y dedoña Ignacia González Delgado, naturales ambos, también de Santoña. Pro-cedía de una familia de hidalgos pobres, pero de ejecutoria ganada desde elsiglo XVI, oriunda por parte paterna de Noja, en aquel tiempo un pequeñomunicipio cercano a Santoña. Sus abuelos paternos eran don Luis de Man-zanedo y doña Ventura Petronila de la Teja. Por parte materna fueron donFrancisco González y doña Manuela Antonia Delgado, naturales ambos deSantoña.

Su nacimiento se inscribió en el Registro de la parroquia al día siguiente,día de su bautismo, oficiando la ceremonia don Ramón María del Hoyo, curabeneficiado de la Iglesia Parroquial. Fueron sus padrinos don Manuel Fone-gra y doña María Teresa Cerecedo, igualmente, ambos vecinos de Santoña.De su juventud se conoce poco, pero se sabe que muy joven quedó huérfanode padre, comenzando a trabajar de niño, durante algún tiempo, como apren-diz en una herrería.

En la primera mitad del siglo XIX, Cuba constituía un autentico privile-gio para aquellos que, con ingenio y capacidad para los negocios, quisieranuna oportunidad singular de acumular grandes fortunas, a partir del comer-cio, préstamos hipotecarios a criollos, comercialización de la zafra y, porsupuesto, expediciones negreras. Atraído por lo que se contaba de los india-nos llegados ricos a la península, o quizás, y es lo más probable, por la esca-sa panorámica de alzarse con una situación económica, si no privilegiada, síal menos desahogada en el año 1823, reinando Fernando VII, el joven JuanManuel emigró a Cuba donde empezó a trabajar en La Habana, primera-mente como sirviente y después como empleado en el comercio de un primosuyo que estaba bien situado y con el que estuvo durante once años.

Al cabo de ese tiempo se estableció por su cuenta, distinguiéndose por sutalento para el comercio, dedicándose a múltiples negocios: tabaco y caña deazúcar, préstamos hipotecarios, comercio de compraventa de esclavos, nego-cio legal que reportaba pingües beneficios, etc.

-89-Monte Buciero 10 - Don Juan Manuel Manzanedo y González

Poco más tarde se asoció con don Baltasar Mitjans, un emigrante catalán,que tenía una sociedad comercial denominada Mitjáns y Compañía, y conquien, con el tiempo, llegaría a emparentar.

En poco tiempo llegó a ser un gran hombre de negocios en Cuba; fueronéstos los que le llevaron a viajar por casi toda América. En la ciudad de LaHabana obtuvo algunos cargos públicos como representante en el Municipio,miembro del Tribunal de Comercio y de la Junta de Comercio. En 1842 viajóa Londres y París para tratar con hombres de negocios en general y de labanca en especial. En Londres estableció contacto con la casa Baring Brot-hers, con quien tendría grandes negocios en el futuro. En 1845 regresó aEspaña para quedarse, siendo ya poseedor de una gran fortuna, calculada enalrededor de unos 50 millones de reales, estableciéndose primeramente enCádiz para pasar después a residir definitivamente en la capital del Reino.

Prosiguió sus actividades mercantiles con diferentes inversiones enMadrid y Toledo y diversificando sus negocios: armador, construyó buquesen Galicia para el comercio con Ultramar), banquero (impulsor del BancoHispano-Colonial y del Banco Santander, negocios con la Banca Rothschildy banqueros franceses), constructor del muelle de Maliaño en Santander, etc.

En su primera etapa de negocios, durante esta época, figuró como repre-sentante, asesor y cabeza visible de inversores hispano cubanos interesadosen invertir su dinero en Europa, entre los que destacaban las poderosas fir-mas Mitjáns y Compañía y Mariategui.

En realidad, la inmensa mayoría de la fortuna que llegó a alcanzar la rea-lizó como importador de tabaco desde Cuba. Su primer contacto en Españacon este tipo de negocios se realizó a finales del año 1845 y principios delaño siguiente. En efecto, en el mes de noviembre de 1845, la dirección derentas estancadas convocó una subasta para la adquisición de tabaco hojavirginia y kentuqui para las fábricas del reino en 1846, 1847 y 1848. En suconjunto se trataba de 21.000 barricas, a razón de 7.000 por año, divididosen dos plazos de entrega.

A finales de 1845 y principios de 1846, contribuyó de forma notable a lacreación de la sociedad El Áncora, dedicada a los seguros de cualquier tipo,especialmente los marítimos. Poco después estableció sociedad con don JuanAlberto Casares, santanderino, recaudador general de contribuciones direc-tas de la provincia de Toledo, con lo que poco a poco el mercado del tabacoquedó prácticamente en manos de ellos. Así también se alzaron con la con-trata de 1847, una de las más importantes del siglo, y que consistía en elsuministro de 30.000 millones de cigarros habanos, que el gobierno pagaríacon libranzas del Tesoro. Por si no fuera bastante, también obtuvieron, en1848, la contrata de tabaco habano para los próximos cinco años.

Conjuntamente en 1847, Manzanedo y Casares participaron, aportandocada uno un 10%, en la constitución de la firma Pablo Collado y Compañía,para la adquisición y explotación de una fábrica de tejidos de algodón e hiloen la provincia de La Coruña. Esta compañía la había constituido el tambiénsantanderino Pablo Collado

-90- Rafael Portell Pasamonte

En vista de tan excelentes resultados,Manzanedo y Casares decidieron esta-blecer una sociedad que se llamaríaManzanedo y Casares S. R. C. Estasociedad se fundó con un capital socialde seis millones de reales, participandoManzanedo con el 58% y Casares con elresto.

La forma jurídica adoptada fue la desociedad colectiva, figurando en susEstatutos que les estaba prohibido a lossocios la realización de negocios parti-culares. La Sociedad tenía como finesde negocio: El cumplimiento de los con-tratos que ya tenían formalizados con elGobierno. Las operaciones de banco ygiro de letras y la concesión de présta-mos y descuentos. En el año 1852 sedisolvió la compañía. Tomó parte en laempresa ferroviaria Santander-Alar,cuya construcción comenzó en el año 1857.

En fin, prácticamente no hubo actividad económica o comercial en que nointerviniera de alguna manera, el futuro Marqués de Manzanedo.

Poco a poco, igual que hiciera en La Habana, se fue introduciendo en loscírculos del poder político y económico y pronto ocupó los cargos de conce-jal en el Ayuntamiento de Madrid; Vocal del Consejo Superior de Agricultu-ra, Industria y Comercio; Cónsul de la Tribuna de Comercio de Madrid;Vocal de la Junta de Instrucción Primaria y Diputado a Cortes.

En la guerra de África (1859-1860) hizo numerosas donaciones, prestan-do sin interés y a reintegrarse el último, dos millones para gastos de guerra.Incluso sostuvo a su costa, en dicha campaña, una compañía de cazadores deciento seis hombres completamente pertrechados y con sus respectivos Jefesy Oficiales.

Por su ayuda económica a las víctimas de Filipinas y Puerto Rico se leconcedió la Cruz Civil de la Orden de la Beneficencia.

En 1864, debido a su reputación, la Reina Isabel II le concedió la graciadel marquesado de Manzanedo (Real Decreto de 24 de febrero de 1864):

Teniendo en consideración las circunstancias y distinguidas cualida-des que concurren en Don Juan Manuel Manzanedo. Diputado a Cortes,de acuerdo con mi Consejo de Ministros.

Vengo en concederle merced de título del Reino con la denominaciónde Marqués de Manzanedo, para sí, sus hijos y sucesores legítimos habi-dos en constante matrimonio.

Dado en Palacio a veinticuatro de Febrero de mil ochocientos sesen-ta y cuatro.


Fig. 1: Retrato de don Juan ManuelManzanedo, por Federico Madrazo

Está rubricado de la Real mano.El ministro de Justicia.Fernando Álvarez.

Siguiendo con sus negocios el 23 de noviembre de 1864 se le adjudicó laconcesión del proyectado ferrocarril de León a Gijón, por 190 millones dereales. El 1 de diciembre siguiente traspasó la concesión a don José Ruiz deQuevedo, con un sustancial beneficio económico.

Según consta en su archivo personal del Palacio Real de Madrid, el 12 defebrero de 1865, fue nombrado Gentilhombre de Cámara de la Reina IsabelII, con ejercicio y con la dispensa del pago de la media annata, a través dedon Francisco Javier Castaños y Aragorri, Duque de Bailén. El juramentotuvo lugar ante el Marqués de Malpica el 3 de Abril de 1865.

A la caída de la reina Isabel II, parece ser que se opuso sentimentalmen-te a la entronización de Amadeo I de Saboya. Según cuenta Benito PérezGaldós en sus Episodios Nacionales - Amadeo I, en la entrada de Amadeo Ide Saboya en la capital de España el 1 Enero de 1871, en los balcones de laresidencia del Marqués de Manzanedo no se habían puesto colgaduras, enclara señal de rechazo hacia el nuevo monarca. El diario El Imparcial, enfranca oposición a este signo de desaprobación, publicó una reseña atacan-do al Marqués de Manzanedo, que decía, entre otras cosas, que el Marquésdebía ostentar en los florones de su escudo, tabaco Virginia o Kentuky yalgunas motas de ébano, que representarían la compra-venta de esclavosen Cuba.

No obstante, tal vez sin saberlo o tal vez separando los negocios de losideales políticos, don Juan Manuel, participó en operaciones de adelantos alTesoro, durante los años 1871 y 1873, que supusieron un gran apoyo alnuevo régimen político que se había establecido en España.

Hacia el año 1870, su fortuna se consideraba que rondaba los 179 millo-nes de reales, lo que la situaba como una de las más elevadas de Madrid, yposible de toda España. El patrimonio que había generado en Cuba desarro-lló en España, a través de su casa de comercio en La Habana, cuatro formasde acumulación de capital, interrelacionadas entre sí: préstamo de utillaje alos propietarios de ingenios relacionados con la zafra, préstamos hipoteca-rios a tasas de intereses superiores a los peninsulares, comercializacióndirecta del azúcar y financiación de expediciones negreras.

A pesar de vivir en Madrid no se olvidó nunca de su Santoña natal; enefecto, apoyó económicamente la construcción de la dársena. Promovió,entre 1861 y 1871, la construcción del Colegio de San Juan Bautista, (hoyInstituto de Enseñanza), que fue uno de los mejores de la época y el Hospi-tal de Santa María del Puerto (hoy desaparecido), con una capacidad de almenos doce camas para enfermos pobres de Santoña. También mandó, porestas fechas, construir en Santoña un Palacio como residencia veraniega,siéndole encargado el proyecto al arquitecto Antonio Ruiz de Salces; de esti-lo neoclásico, se terminó en 1873. Estaba dividido en dos edificios, el pala-cio propiamente dicho y las cocheras.


El día 31 de Diciembre de 1873, el Marqués de Santoña formalizó uninventario de su situación económica personal que arrojó un capital líquidode 139.659.124, 29 de reales.

Don Juan Manuel de Manzanedo fue un firme valedor de la instituciónmonárquica, apoyando al futuro Alfonso XII en la contienda carlista, ponien-do sus influencias y sus caudales al servicio del Estado cada vez que era pre-ciso y apoyando las acciones emprendidas para erradicar brotes insurreccio-nistas cubanos. Todo ello le valió la íntima amistad del futuro Rey.

El 11 de Marzo de 1875, el señor Homedes, sobrino del general carlistaDon Ramón de Cabrera, apodado “El Tigre del Maestrazgo”, que se encon-traba exiliado en Londres,tras sostener varias conversaciones con don JuanManuel Manzanedo y González, el diplomático Rafael Merry del Val y el Sr.Pareja Alarcón, el general carlista reconoció como rey a Alfonso XII, en loque se ha denominado “Acuerdo o Acta de Paris”.

Cuando Alfonso XII accedió al trono, concedió al Marqués de Manzane-do, la Grandeza de España y el título de Duque de Santoña.

Real Decreto de 20 de Enero de 1875. Carta del 22 de Marzo de 1875.“Teniendo en consideración las especiales circunstancias que concurren

en Don Juan Manuel Manzanedo y González de Teja y Delgado, Marqués deManzanedo y queriendo darle una señalada prueba de Mi Real Aprecio conmotivo de MI advenimiento al trono, de acuerdo con el parecer del Consejode Ministros.

Vengo en concederle la Grandeza de España con la denominación deDuque de Santoña para sí, sus hijos y sucesores y facultándole para quepueda designar entre aquellos el que haya de sucederle en la espresada.

Dado en Zaragoza a veinte de Enero de mil ochocientos setenta y cinco.El Ministro de Gracia y Justicia.Francisco de Cárdenas”.Don Juan Manuel Manzanedo y Gonzalo falleció en su Santoña natal el

sábado 19 de Agosto de 1882, a las ocho de la mañana, de una pronta y rápi-da enfermedad que le fue paralizando progresivamente el cuerpo. El díaanterior al óbito le fueron administrados los últimos Sacramentos.

En su testamento consignó su deseo de que sus cenizas reposasen en elpanteón que debía construirse en el Colegio San Juan Bautista de Santoña;además en este testamento, otorgado con fecha 6 de Mayo de 1862 enMadrid, ante el Notario don José María de Garamendi, instituyó por herede-ra única y universal a su hija; éste fue parcialmente alterado por una memo-ria ológrafa del 1 de Febrero de 1882, por la que era su voluntad que susherederos, testamentarios y albaceas respetasen y cumpliesen en todas suspartes la escritura de arras y asignación de alfileres que había otorgado afavor de su esposa; y un codicilo el 15 de Agosto de 1882, ante el Notariodon Emiliano Pascual, en el que confirmó y ratificó sus anteriores disposi-ciones testamentarias, así como que legaba el quinto de sus bienes a su espo-sa, asignándole expresa y preferentemente para su pago los que tenía en San-


toña, con la condición de establecer un capital y renta correspondiente parael sostenimiento del Colegio de San Juan y Hospital de la Virgen del Puerto.Se calcula que al morir dejó una fortuna superior a los 2.000 millones de rea-les.

Capítulo aparte merece destacarse suvida privada y sentimental. A don JuanManuel no se le conocen grandes amo-res ni pasiones, tanto en su juventud,como de adulto. En este aspecto sóloson destacables dos mujeres: doñaLuisa Intentas Serra y doña María delCarmen Hernández y Espinosa.

Durante su estancia en la isla caribe-ña conoció a una mujer de extraordina-ria belleza llamada Luisa Intentas Serra,natural de Mahón (Menorca) o de Bar-celona (no se sabe con certeza), quedebió de nacer entre 1810 y 1820. Erahija de don José Intentas, natural deBarcelona y de doña Magdalena Serra,natural de Mahón. Fueron sus abuelospaternos don Raimundo Intentas y doñaMaría Mir, ambos naturales de Barcelo-na. Sus abuelos maternos fueron donJoan Serra y Gaivisia, natural de Géno-va (Italia). Tuvo una hermana llamadaManuela, que nació en Mahón el 12 deAbril de 1814.

De estos amores nacería una hija a la que se le puso por nombre Josefa yque, con el tiempo, sería II Marquesa de Manzanedo; nacida en La Habanael 27 de mayo de 1839, aunque ella en algunos documentos como el padrónmunicipal de Madrid de 1920, hiciese constar la fecha del 15 de mayo de1848, quizás por coquetería femenina dada ya su edad.

Al término de su relación con don Juan Manuel, contrajo matrimonio conun tal García Paredes, del que enviudó. A pesar de todo, recibía una pensiónvitalicia de don Juan Manuel Manzanedo que siguió pagando, a la muerte deéste, don Francisco de Paula Mitjáns.

La hija natural de don Juan Manuel fue reconocida, a petición suya hechaa la Reina Isabel II, como hija legítima por rescripto regio mediante RealDespacho de 21 de agosto de 1857.

Hacerla legítima, hábil y capaz para heredar los bienes de su padre,derechos y acciones, como si hubiere sido habida y procreada en matrimo-nio legítimo y para que pudiera gozar de todos los efectos civiles, usando miReal Autoridad para alzar y quitar todo defecto que por razón de su naci-miento le pudiera ser puesto, así en juicio como fuera de él, instituyéndola


Fig. 2: Carmen Hernández Espinosa,por Federico Madrazo

en todos los derechos, franquicias, preeminencias y prerrogativas que pue-dan y deban disfrutar según las leyes del Reino los hijos naturales legitima-dos por rescripto regio.

Doña Josefa Manzanedo había contraído matrimonio con don Franciscode Paula Mitjans y Colinó, natural de La Habana e hijo del antiguo socio dedon Juan Manuel. De esta unión nacieron cuatro hijos: don Juan Manuel,María Serafina, Agustina Luisa y Josefa Juana.

Nada más haberle sido concedido el Marquesado de Manzanedo, elevónueva instancia a la Reina, con fecha 17 de marzo de 1864, con el objetivode que ésta autorizase a su hija y a sus descendientes legítimos para poderrecibir, en su día, el marquesado, ya que no había sido tenida en constantematrimonio.

El hombre que como yo llega al último tercio de su vida, no vive más queen sus descendientes: cuanto tengo y pueda adquirir en fortuna y en hono-res, perdería a mis ojos mucha parte de su valor, si no perteneciera, como amí, a mí hija y a mis nietos. A esta petición se le contestó que S. M. le con-cedía igualmente esta gracia:

Madrid 30 de Julio de 1864La Reyna (q. D. g.) accediendo a la solicitud de Vd., de acuerdo con

el Consejo de Ministros, se ha servido mandar que se expida una RealCédula especial habilitando a su hija natural, legitimada por Real res-cripto, doña Josefa Luisa Manzanedo e Intentas, para suceder, y en defec-to de descendientes de legítimo matrimonio, a su tiempo en el Título deMarqués de Manzanedo que Vd. disfruta y transmitirlos sus hijos y suce-sores legítimos habidos en constante matrimonio. De Real orden lo digoa Vd. para su inteligencia, satisfacción y efectos correspondientes.La otra mujer fue doña María del Carmen Hernández, como ya he men-

cionado anteriormente. Situémonos alrededor del año 1872; por estas fechasdon Juan Manuel se encontraba muy solo, pues permanecía aún soltero, y suhija residía en Paris con su esposo y sus hijos, ya que éste se encontraba alfrente del negocio bancario familiar establecido en París.

En esta situación, contrajo matrimonio con doña María del Carmen Her-nández y Espinosa de los Monteros, en la Iglesia parroquial de San Sebas-tián de Madrid, el 18 de diciembre de 1873. Por exigirlo las leyes en vigor,el 5 de enero del año siguiente, lo efectuaron civilmente en el juzgado delDistrito de Congreso, ante el Juez don Antonio Coin y Martín, figurandocomo testigos don Gabriel Manzanedo y González (hermano del contrayen-te) y don Gabriel Costés y Aceval. Los contrayentes vivían en la calle Alca-lá número 12 y Carrera de San Jerónimo número 28 de Madrid, respectiva-mente.

¿Cómo se conocieron? ¿Quién les presentó? ¿Cómo entablaron la amis-tad que les llevaría al matrimonio?. Tal vez en alguna velada artístico-litera-ria a las que era tan proclive la alta sociedad del último tercio del siglo XIX.Tal vez en las carreras de caballos, a las que era ella muy aficionada. Tal vezen algún teatro. Tal vez, y es lo más seguro, una mezcla de todo ello.


Doña María del Carmen Josefa Victoriana Hernández Espinosa de losMonteros, había nacido en Motril (Granada) el 25 de Marzo de 1828. Erahija legítima de don José Hernández y Guerrero y de doña María del CarmenEspinosa de los Monteros y Burgos. Era nieta, por parte paterna, de donSimón Hernández Moreno y de doña María Teresa Francisca del CarmenGuerrero y Ribas y por la materna de don José Espinosa de los Monteros yde doña María Josefa Burgos y Olmos. Todos los citados eran naturales delprecitado Motril.

Según un retrato suyo realizado por Federico Madrazo (que se encuentraactualmente en el Museo de Bellas Artes de Álava, cedido por el Museo delPrado, luciendo la Banda de la Orden de Damas Nobles de la Reina MaríaLuisa), doña María del Carmen era de escasa hermosura, más bien entradaen carnes y de rostro algo adusto. Por el mismo retrato se puede apreciar suamor e interés por las joyas.

Era de temperamento impulsivo a diferencia del temperamento sosegadoy pragmático de don Juan Manuel. Poseía una amplia colección de pinturas,además de una cuadra con caballos ingleses de pura raza, pero, sin embargo,no poseía los suficientes recursos económicos para mantener el elevado nivelde vida que practicaba.

Había contraído un primer matrimonio en Motril (Granada), el 26 deFebrero de 1846 con un capitán del arma de Caballería llamado don José deHeredia y Ruiz de la Cámara, nacido en Daimiel (Ciudad Real), el 31 deOctubre de 1812, hijo de don Manuel de Heredia y de doña Magdalena Ruiz.Al cabo de cierto tiempo abandonó a su esposa, sin pasarle pensión alguna,que ésta reclamó insistentemente.

Llegó a ser Comandante de la arma citada el 30 de Junio de 1854, poracción de guerra. Se retiró del ejército el 31 de Agosto de 1863, a peticiónpropia, siendo a la sazón Inspector de Estadística de Cádiz. Falleció enMadrid el 24 de Enero de 1873, a consecuencia de un cáncer de lengua. Deeste matrimonio nació un hijo llamado José que le dio tres nietas.

El día 31 de diciembre de 1873, el Marqués de Santoña formalizó uninventario de su situación económica personal que arrojó un capital líquidode 139.659.124,29 reales.

Doña María del Carmen supo que se encontraba en venta el Palacio quehabía pertenecído a los Goyeneche. Dicho Palacio estaba situado en la calledel Príncipe, esquina a la calle Huertas, con una superficie de 3.466 pies cua-drados, así que pidió a don Juan Manuel como regalo de bodas, en conceptode arras, que adquiriera el citado Palacio. Manzanedo accedió gustoso a lapetición de su pronta esposa, comprándoselo a don Juan Francisco Chacón,Marqués de Isasi, en representación de su madre, según escritura públicaotorgada el 4 de abril de 1874 ante el notario de Madrid don Juan Perea, ins-cribiéndose al folio 186 vuelto, tomo 573, finca núm 1.912, inscripción 11,con fecha 17 de julio de 1874.

Además, para evitar, que el Palacio fuese a parar a manos de su hija doñaJosefa, cuando la compra se hubo realizado, pocas semanas más tarde, firmó


ante notario las escrituras del mismo a nombre de aquélla. Doña María delCarmen inició una serie de reformas en el Palacio, llamando a los mejorespintores, escultores y artesanos de la época, que convirtieron el Palacio enuna maravillosa y lujosa residencia.

Aparte del Ducado de Santoña, los honores y reconocimientos reales sesucedían en el matrimonio, así el 19 de abril de 1875, doña María del Carmen,fue elegida Dama de la Real Orden de Damas Nobles de la Reina María Luisa.


Figs. 4 y 5: Detalles del Palacio del Duque de Santoña en la calle del Príncipe de Madrid

Fig. 3: Fachada del Palacio del Duque de Santoña en la calle del Príncipe de Madrid

La situación sanitaria en esta época en España era muy deficiente. Se cal-cula que por esta época el 25% de los niños nacidos no superaban el año devida y más del 40% no pasaban de la edad de cinco años. En Madrid la mor-talidad era tan alarmante que fue llamada en aquellos tiempos “Madrid, ciu-dad de la muerte”, no existiendo ningún hospital infantil.

En el año 1876, con el beneplácito del Duque de Santoña, doña María delCarmen consiguió que, una Real Orden del 26 de marzo de este año 1876,la autorizase a fundar hospitales de niños en Madrid y otros puntos de lapenínsula.

Para poder desarrollarlo mejor, fundó y presidió, la Asociación Nacionalpara la Fundación y Sostenimiento de Hospitales de Niños en España yentre cuyos proyectos, quizás el más importante fue la construcción y soste-nimiento de un hospital en Madrid, para niños pobres, que se llamó Hospitaldel Niño Jesús, que se situó en un principio en la calle del Laurel número 23y fue abierto a los enfermos el 14 de Enero de 1877, contando con mediosmodernos de pediatría, cirugía y oftalmología. El hospital fue conocido conel nombre de “El Hospitalillo”.

Como este hospital se hiciera pequeño, en vista de los excelentes resulta-dos médicos, se efectuaron los estudios preliminares para su ubicación enotro lugar que reuniera mejores condiciones y fuera más amplio, para ello seeligieron unos terrenos situados detrás de los jardines del Buen Retiro. Lacompra de los mismos se efectuó por Escritura Pública del 14 de mayo de1879, ante el Notario don Mariano García Sancha. Se encargó su proyecto alarquitecto don Francisco Jareño.

El 1 de Julio de 1878 el cuidado de los enfermos fue encargado a LasHijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. El 6 de noviembre de 1879, elrey Alfonso XII colocó la primera piedra del futuro edificio, asistiendo alacto, entre otras personalidades, la Princesa de Asturias, el Obispo auxiliarde Madrid, el Gobernador de la Madrid y destacados profesores médicos delmomento. El 1 de diciembre de 1881 comenzó a funcionar el nuevo Hospi-tal. Disponía de 60 camas y el quirófano estaba equipado con los más moder-nos aparatos

En su construcción y sostenimiento, no intervino, de forma directa elMarqués de Manzanedo, pero, no obstante, pagaba una suscripción mensualde 200 reales. Sin embargo, la Duquesa de Santoña, debía presentarle lascuentas de los gastos que realizaba, con una periodicidad de seis meses.

Con la muerte del Duque, su viuda fue objeto de una dura y lastimosaprueba, que comenzó en el mismo lecho de muerte de don Juan Manuel. Asílo manifiesta la duquesa viuda de Santoña en su Expoliación escandalosa....

Se presentó (doña Josefa Manzanedo) el día 16 de Agosto en Santoña,acompañada de sus hijos y de don Ramón Errazu causa de la separación deMitjáns de su mujer, instalándose los dos a la cabecera de la cama del mori-bundo, lo que seguramente apresuró su muerte.

En efecto, la hija del ya fallecido Duque interpuso una demanda parareclamar la totalidad de la herencia de su padre, que dio lugar a un largo pro-


ceso que duró diez años, saliendo la sentencia favorable a doña Josefa, lo queprovocó la ruina económica de doña Carmen que fue desposeída de todocuanto tenía y le había testado su difunto esposo, incluidos el Colegio de SanJuan y el Hospital de Santoña, en contra de lo testado por el finado Duque.

El 27 de noviembre de 1889 el Estado le incautó el Hospital del NiñoJesús, encargando su administración y cuidado a la Junta Provincial deBeneficencia de Madrid.

Por si fuera poco para doña Carmen, don José de Canalejas, Presidentedel Consejo de Ministros, convenció a don Enrique Parella, importante acree-dor de la Duquesa viuda, para que embargase a ésta el Palacio de la calle delPríncipe, como liquidación de la deuda. Una vez efectuado el embargo, eledificio le fue vendido a don José de Canalejas y a su cuñada doña RosaSaint Aubin, a muy buen precio, quienes pasaron a habitarlo en 1893. Su últi-mo testamento fue otorgado en la Villa y Corte de Madrid el 30 de abril anteel notario Don Francisco Moragas.

Doña María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros fallecióen Madrid el 14 de octubre de 1894, a las dos y cuarenta y cinco minutos dela tarde, en su domicilio de la calle Olózaga 5-7, 4º 2º izquierda, a conse-cuencia de una hipertrofia cardiaca por lesión valvular. Fue sepultada en elcementerio de San Isidro de Madrid.

Antes de morir, publicó en 1894, un extenso memorial, titulado Expolia-ción escandalosa. Historia del laudo dictado en la Testamentaria de laExcma. Sra. duquesa de Santoña por los señores Gamaza y Azcárate.

¿Pero cuál fue el motivo de la inquina y persecución de la nueva Mar-quesa de Manzanedo a la Duquesa viuda de Santoña?. Sinceramente no estoycon conocimientos suficientes para decirlo de una manera categórica, perohay una serie de indicios que pueden arrojar una cierta luz. El Marqués deManzanedo contrajo nupcias ya muy mayor, con setenta años y aunque habíainstituido heredera universal a su hija, no es de extrañar que ésta sintiesecierto recelo hacia quien, al menos en teoría, ocuparía el lugar preeminenteen la visa de su padre. Por otra parte, si hubo disputas entre ambas, no losabemos. Tenemos conocimiento, eso sí, de que las relaciones entre padre ehija, se enfriaron tanto que dejaron de existir en la práctica.

Tal es así que el Decreto de concesión del Ducado de Santoña, como aca-bamos de leer, decía además de lo usual en las concesiones de mercedesnobiliarias al uso

... y facultándole para que pueda designar entre aquellos el que haya desucederle en la espresada.

Esta facultad sólo se concedía si el interesado no tenía hijos que pudieranheredarle o a petición del interesado. Si lo solicitó o no don Juan Manuel, nolo sabemos, lo cierto es que doña Josefa no fue la II Duquesa de Santoñacomo hubiera sido lo lógico, sino su hijo don Juan Manuel Mitjáns y Man-zanedo, nacido en esta Villa de Santoña el 8 de Agosto de 1865.

Parece ser que el carácter de doña Josefa Manzanedo era muy fuerte,incluso para los suyos. De su madre no quiso nunca saber nada, como si la


avergonzara su origen, a pesar de la indigencia de Luisa Intentas. De su mari-do don Francisco de Paula Mitjans y Colinó, se separó fijando él su residen-cia en París y ella en Madrid en la calle del Barquillo.

No deja de ser significativo que en el Panteón familiar levantado por doñaJosefa Manzanedo a instancias de su padre no estén sepultados, su maridoDon Francisco de Paula Mitjáns y Colinó, su madre doña Luisa IntentasSerrano ni su madrasta doña María del Carmen Hernández Espinosa.

Hay muchos aspectos y detalles de la vida de don Juan Manuel Manza-nedo y González que están todavía por descubrir, sobre todo relativos a suinfancia y primera juventud. En España sus amistades con políticos, gentedel poder económico y financiero e incluso con la nobleza y demás que lellevaron a la consecución de importantes negocios. Otros datos relativos a suestancia en Cuba, podrían ampliarse y completarse, pero para ello sería nece-saria una investigación profunda en Cuba, especialmente en la Habana, loque llegaría a proporcionarnos datos muy valiosos e interesantes.

Archivos consultadosArchivo Diocesano de Santander.Archivo de la Villa (Madrid) Archivo del Ministerio de Justicia - Sección Títulos y Grandezas.Archivo del Palacio Real de Madrid. Exp. personal c/614/20 Archivo del Tribunal Supremo - MadridArchivo Histórico Militar - SegoviaArchivo Provincial Notarial - Madrid Biblioteca Nacional - MadridColegio Notarial - MadridInstituto Marqués de Manzanedo - Santoña (Cantabria)Ministerio de Asuntos Exteriores.Parroquia Santa María del Puerto (Santoña).Registro de la Propiedad - Madrid.

Bibliografía y fuentes documentalesASILO DE HUÉRFANOS, El Estado y la Duquesa de Santoña en sus

relaciones con el Hospital del Niño Jesús, Madrid 1900.BAHAMONDE MAGRO, A., Burguesía, Especulación y Cuestión social

en el siglo XIX, Siglo XXI de España. Editores S.A., Madrid 1978.DIARIO DE BARCELONA, Barcelona.GACETA DE MADRID (varios años).IMPRENTA ENRIQUE F. DE ROJAS, Expoliación escandalosa. His-

toria del laudo dictado en la testamentaria de la Excmo. Sr. Duque deSantoña por los señores Gamaza y Azcárate y voto particular del Sr.


Montero Ríos - Nulidades que contiene y desastrosos errores, Madrid1894.

IMPRENTAY LITOGRAFÍA DE LOS HUÉRFANOS, Testamentaría delExcmo. Sr, Duque de Santoña - Escritura de Compromiso y de su prórroga- Voto de los Sres. Azcárate y Gamazo - Voto del Sr. Montero Rios, Madrid1891.

PEREDA DE LA REGUERA, M., Indianos de Cantabria, Santander1968.

OTAZU, A., Los Rothschild y sus socios españoles (1820-1850), Madrid1987.

SOLDEVILLA ORIA, C., Cantabria y América, Santander, 1996.


don juan manuel manzanedo y gonzÁlez, i duque de

Documents