valor y uso de los humedales manino-costeros en venezuela

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Valor y uso de humedales marino-costeros en Venezuela Delfina Rodríguez Dirección de Vegetación MARNR Ernesto Medina Centro de Ecología, IVIC Rodriguez D., Medina E. Valor y uso de humedales marino-costeros en Venezuela. En: Desarrollo sostenible del Medio Rural (Pardo C., Coordinación), pp. 65-72. Fundación Polar. Caracas. 1999.

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Valor y uso de humedales marino-costeros en Venezuela

Delfina Rodríguez Dirección de Vegetación MARNR

Ernesto Medina

Centro de Ecología, IVIC

Rodriguez D., Medina E. Valor y uso de humedales marino-costeros en Venezuela. En: Desarrollo sostenible del Medio Rural (Pardo C., Coordinación), pp. 65-72. Fundación Polar. Caracas. 1999.

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Resumen

Humedales marino-costeros constituyen la interfaz tierra-mar en el norte de

Venezuela. Su importancia ecológica, medida por los bienes y servicios que generan, es

mucho mayor de la que se esperaría de su extensión relativamente reducida en

comparación con otros ecosistemas del país. El aumento de las actividades humanas en

las áreas ocupadas por estos ecosistemas obliga a evaluar económicamente lo que

representa su conservación, eliminación o manejo racional. La valoración económica

tradicional de estos ecosistemas conduce generalmente a una subestimación gruesa, por

cuanto el mayor valor de los humedales reside en los servicios ecológicos que genera.

Estos servicios no tienen valor de mercado y pueden resumirse así:

• alta capacidad de producción y descomposición de materia orgánica,

• protección de zonas costeras contra erosión,

• provisión de hábitat alimenticio y refugio para juveniles de muchas especies de

animales de alto valor comercial,

• exportación de detritus que constituyen la base de complejas tramas tróficas en

los cuerpos de agua circundantes,

• elevado valor estético que atrae elevados números de visitantes y sirve de base

para un activo desarrollo urbanístico.

La conservación de estos ecosistemas claves para el desarrollo armónico de la

áreas costeras del país es posible si se conjugan una planificación ambiental sólida, la

voluntad de las autoridades ambientales y una percepción conservacionista de la

población. La mayor parte de las presiones que se ejercen sobre los humedales marino-

costeros en Venezuela derivan de actividades económicas de alto rendimiento, tales como

la industria del turismo, la maricultura, y la actividad de explotación petrolera. En nuestra

opinión es posible regular y canalizar estas actividades de manera que se alcancen los

rendimientos deseados, pagando el costo necesario para mantener el funcionamiento de

los ecosistemas en los cuales ellas se desarrollan.

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Introducción

Crecimiento económico y conservación ambiental son metas frecuentemente

antagónicas. Incrementos de la actividad econónomica, sea agrícola o industrial, y la

urbanización, crean fuertes presiones sobre las bases naturales de la economía de un país.

Estas presiones se manifiestan en una utilización acelerada del recurso que merma su

capacidad productiva, o en la contaminación del ambiente que reduce la capacidad

regenerativa del sistema natural. Pareciera que las características intrínsecas del

crecimiento ecológico, en donde las poblaciones se regulan de acuerdo a la disponibilidad

de recursos, se contrapone con las curvas exponenciales que caracterizan el crecimiento

poblacional y económico de la humanidad (Meadows, Meadows y Randers 1992). Las

trayectorias de crecimiento que se han producido ya repetidamente tanto en el mundo

industrializado como en el nuestro, podrían caracterizarse como catastróficas (Figura 1).

Figura 1. Curvas hipotéticas de crecimiento en ambientes naturales o perturbados por

actividad humana.

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El crecimiento desmesurado de la población en un área dada, o la

superexplotación de los recursos disponibles en cierto ambiente, conducen al deterioro

ambiental de manera irreversible, o de muy costosa recuperación.

La prioridad de la humanidad que entra en el año 2000 es hacer compatible los

requerimientos de la población y la capacidad regenerativa de los recursos naturales

renovables. Es la noción que se ha formulado como “desarrollo sustentable”,

conceptualmente atractiva, pero que tiene inmensas dificultades que vencer para

materializarse en la práctica. La definición esencial de desarrollo sustentable fué dada por

la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (1987): “Una sociedad sustentable es

aquella capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de

las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.”

Para cumplir con los requisitos que demanda el manejo sustentado de ecosistemas

naturales es necesario tomar en cuenta todas las formas de capital que intervienen en la

planificación de proyectos de desarrollo. Estos incluyen el capital económico en sus

diversas formas, y el capital natural. El capital económico es fácil de percibir, y es el

concepto que dirige todas las alternativas de desarrollo económico en el mundo actual. El

capital natural es más difícil de apreciar por cuanto tiene componentes de utilidad directa

(extracción de productos mercadeables como agua, madera, alimento), y componentes de

uso cuyo valor social efectivo es intangible a corto plazo. Son estos últimos los que

determinarán la capacidad efectiva de uso de un sistema natural a lo largo de

generaciones por venir.

Frecuentemente las necesidades económicas inmediatas impiden una planificación

acertada del uso de áreas naturales. Pero también en forma demasiado frecuente, son las

perspectivas de beneficio económico rápido las que conducen al deterioro profundo de

nuestro capital natural.

Humedales

Humedales son “las extensiones de marismas, pantano, turberas, superficies

cubiertas de agua, sean naturales o artificiales, permanentes o temporales, estancadas o

corrientes, dulces, salobres o saladas, incluyendo las extensiones de aguas marinas cuya

profundidad en baja marea no excede los seis metros” (RAMSAR 1971). Entre los

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humedales mas importantes se encuentran los pantanos de marea y agua dulce, turberas

herbáceas y arboladas, manglares, lagunas costeras, terrenos aluviales, dunas y esteros.

Los humedales son ecosistemas de muy alto valor ecológico por cuanto

constituyen la interfaz tierra-agua, y en ellos se concentra una diversidad biológica

relativamente alta y tramas tróficas de elevada complejidad (Brown y Lugo 1982;

Twilley, Snedaker, Yáñez-Arancibia y Medina 1996). Esa misma complejidad estructural

y funcional determina una mayor sensibilidad ambiental de estos sistemas (Williams

1990). Los humedales tienen un alto valor ecológico de gran importancia para la sociedad

en su conjunto, y para los grupos humanos cuya existencia depende de su funcionamineto

y productividad, pero su valoración efectiva es de fecha relativamente reciente. Hay cinco

categorías de funciones que pueden utilizarse para estimar el valor ecológico de los

humedales (Williams 1990): a) físico/hidrológicas, b) mantenimiento de calidad de agua,

c) mantenimiento de cadenas tróficas, d) conservaci� ón de hábitats,y e) servicios socio-

económicos. Cada una de estas categorías incluye una serie de funciones que interactúan

entre si para conformar el valor ecológico del humedal (Tabla 1).

Venezuela cuenta con extensas áreas de humedales de agua dulce, salobre y salada que se

localizan principalmente en los Edos. Zulia, Apure, Bolívar, Amazonas, Monagas, Sucre

y Delta Amacuro. En este trabajo haremos mayor énfasis sobre los humedales con

influencia salina, los llamados humedales marino-costeros.

Humedales marino-costeros

La mayor parte de los humedales marino-costeros en Venezuela están constituidos

por manglares y sobre ellos se ejerce la mayor presión de uso y conversión. Las

formaciones de manglar constituyen una franja en la cual confluyen influencias terrestres

y marinas. En esas áreas un reducido grupo de especies de árboles, capaces de tolerar

condiciones de stress salino, hídrico, térmico y lumínico, constituyen la base de una

extensa trama trófica de productividad biológica elevada. En el mundo tropical alrededor

de 240.000 km2 de manglares cubren los deltas y estuarios de ríos tropicales (Twilley et

al. 1996). En Venezuela se encuentran unos dos mil km2 de manglar a lo largo de una

línea de costa de mas de 2000 km (MARNR 1986, Mizrachi 1993) (Tabla 2).

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Tabla 1. Funciones generales de ecosistemas inundables (Humedales) (Williams 1990) - Físico/hidrológicas control de inundaciones recarga/descarga de agua freática conservación de línea costera y disipación de fuerzas erosivas - Calidad de agua tratamiento de aguas servidas detoxificación nutrientes - Mantenimiento de cadenas tróficas producción primaria descomposición exportación de nutrientes inmovilización de nutrientes - Habitat invertebrtados pesquerías mamíferos aves - Socio-económicas valor de consumo valor estético

Funcionamiento de manglares y procesos ecológicos

En ambientes estuarinos la producción primaria de los manglares mantiene una

densa red de consumidores secundarios. Esta red es fundamentalmente detritívora, y se

basa en el consumo de residuos orgánicos producidos por el manglar. El manglar debe

considerarse como un sistema abierto que recibe materiales terrígenos (sedimentos,

nutrientes, materia orgánica) y que exporta materia orgánica a los cuerpos de agua

circundantes. Un esquema simplificado de estas interacciones ha sido propuesto por

Twilley et al. (1996) como base de discusión del papel de la diversidad biológica en el

funcionamiento de ecosistemas costeros. Las interacciones que operan dentro de un

ecosistema de manglar y los cuerpos de agua circundante pueden clasificarse en físicas,

químicas y bióticas (Bacon y Alleng 1992)(Tabla 3). De las interacciones indicadas se

pueden deducir varios de los servicios que prestan las comunidades de manglar y de la

sensibilidad de estos procesos a las intervenciones humanas. Un sistema de manglar

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establecido tiene una cierta capacidad para filtrar sedimentos terrígenos y amortiguar

cambios de salinidad. Cambios drásticos en estos flujos determinan cambios en la

estructura del manglar, que afectan su capacidad de procesamiento. De la misma manera,

en el manglar estable se balancean la capacidad de transformación de materia orgánica

particulada de origen terrestre y la exportación de materia orgánica hacia los cuerpos de

agua circundantes. Incrementos desmesurados en el flujo de materia orgánica hacia el

manglar, deterioran su capacidad de descomposición y detoxificación.

Tabla 2. Areas de humedales marino-costeros cubiertas por manglares en Venezuela

(Compilado por Mizrachi 1993)

ZONA Superficie (km2) % del total Estado Zulia 166,3 7,6 (Golfo de Venezuela y lago de Maracaibo) Estado Falcón 31,4 1,4 (Límite Zulia-Falcón hasta límite con Carabobo) Estado Miranda 39,0 1,8 (Morón-Puerto Cabello hasta Tacarigua-Unare-Píritu) Estado Sucre 451,5 20,6 (Barcelona hasta desembocadura río San Juan) Estado Monagas 413,1 18,8 (Reserva Forestal Guarapiche) Estado Delta Amacuro 1071,7 48,8 (Delta del Orinoco) Estado Nueva Esparta 23,0 1,05 (Isla de Margarita) Total 2196 100

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Estas modificaciones estructurales y funcionales del manglar se reflejan de manera mas

dramática en sus interacciones bióticas, lo que resulta en modificación profunda de la

estructura poblacional de los consumidores secundarios que dependen del manglar como

fuente de alimentación.

Tabla 3. Papel de las comunidades de manglar en las interacciones con ecosistemas

costeros y marinos vecinos (Bacon y Alleng 1992)

1. Interacciones físicas 1.1. Filtración de sedimentos terrígenos Reducción de la carga de sedimento que llega al mar 1.2. Amortiguación de cambios de salinidad Reducción del volumen de agua dulce que llega al mar 2. Interacciones químicas 2.1. Exportación de materia orgánica disuelta y particulada 2.2. Sumidero para materia orgánica particulada 3. Interacciones bióticas 3.1. Exportación de larvas meroplanctónicas para cadenas tróficas marinas 3.2. Provisión de hábitat de alimentación para - invertebrados marinos y peces (migraciones diurnas y estacionales) - aves marinas y costeras, mamíferos marinos 3.3. Provisión de hábitat de cría para juveniles de - crustáceos (camarón y langosta) y moluscos de concha - peces (de arrecife, praderas de fanerógamas y pelágicos) - anidamiento y refugio de aves marinas y costeras - mamíferos marinos (delfines)

Uso de ecosistemas de manglar

Los usos tradicionales de ecosistemas de manglar son extraordinariamente

variados, una expresión de la diversidad biológica y de la productividad de estos sistemas

(Tabla 4). La diversidad de uso es mayor naturalmente en áreas donde hay poblaciones

humanas que dependen del manglar como fuente de sustentación. Esto es especialmente

notable en el sureste asiático (Christensen 1983). Los usos tradicionales de estos

ecosistemas son sostenibles mientras la demanda de la población se mantenga por debajo

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de la capacidad de regeneración de los productos extraídos. En aquellas áreas donde o

proyectos de desarollo, y desastres naturales o provocados por el hombre, generan

cambios rápidos de la densidad de población, los ecosistemas costeros se deterioran

rapidamente.

Tabla 4. Productos directos e indirectos cosechados de manglares (Hamilton y Snedaker

1984).

Productos directos Productos indirectos Uso Producto Fuente Producto Combustible Leña para cocinar, calentamiento, Pescado Alimento, fertilizante ahumar pescado, ahumar caucho y quemar ladrillos, carbon, alcohol Crustáceos Alimento Construcción Madera para usos muy diversos Moluscos (ostras, alimento caracoles) Pesca Aparejos de pesca, venenos taninos para redes, areas Abejas Miel y cera atractivas para peces Aves Alimento, plumas Agricultura Forraje, abono verde recreación (caza y contemplación) Papel Varios tipos Mamíferos Alimento, pieles, Alimentos, drogas recreación (caza y bebidas Azúcar, alcohol, aceite de cocinar y contemplación) vinagre, substitutos de te, bebidas fermentadas, condimentos Reptiles Pieles, alimento, de corteza, vegatales (propágulos, frutos u hojas), papel para cigarrillos, medicinas de Otra fauna corteza, hojas y frutos anfibios, Alimento, recreación insectos Utiles Muebles, gomas, aceite de caseros cabello,útiles de cocina, juquetes, palillos de fósforo, incienso Textiles y productos de cuero Fibras sintéticas, colorantes para telas, taninos para preservación de cueros Otros Caja de empaque

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Otros usos de las áreas ocupadas por manglares son potencialmente más dañinos a

largo y mediano plazo, por cuanto significan la transformación radical del sistema. Entre

estos usos se encuentran principalmente: la urbanización de zonas costeras, la

maricultura, y la explotación de madera y petróleo. Las dos últimas ha sido evaluadas

detalladamente por su importancia económica en varios países del mundo. La

urbanización trae como consecuencia una disminución del flujo de agua dulce hacia los

humedales costeros y un aumento en el flujo de efluentes tóxicos tales como pesticidas,

detergentes y aguas servidas (Tabla 5). La maricultura es potencialmente dañina si se

desarrolla sin criterios ecológicos. Las granjas camaroneras dependen del mantenimiento

de comunidades de mangles extensas y saludables, ya que de allí se obtienen los juveniles

de camarones que son criados en las piscinas bajo condiciones controladas (Pérez-Nieto

1986). En áreas con una población densa que depende del humedal para su subsistencia,

la maricultura puede tener efectos socio-económicos negativos, por cuanto perjudica a la

actividad de pescadores artesanales, recolectores de cangrejos y otros crustáceos y los que

utilizan recursos vegetales del sistema (Velasco 1980). Finalmente, las actividades

extractivas industriales pueden desarrollarse de manera económica sin sobrepasar los

límites de tolerancia de ecosistemas costeros, mediante la escogencia de áreas apropiadas,

utilizando una tecnología que minimice los incrementos en arrastre de sedimentos, la

contaminación por hidrocarburos y los cambios en patrones de drenajes. En el caso de la

explotación maderera es esencial y racionalizar los períodos de rotación de acuerdo a la

capacidad productiva del manglar.

Valoración de humedales con criterios económicos y ecológicos

La valoración de humedales en términos económicos tradicionales es muy

compleja, ya que incluye elementos cuyo valor socio-económico depende del estado de

desarrollo económico de la sociedad específica donde se hace la evaluación. Areas con

poblaciones numerosas dentro o alrededores de humedales (por ejemplo el sudeste

asiático y Surinam) tienen una percepción distinta de las prioridades para el uso de

humedales, que áreas como Venezuela o Brasil, con extensas áreas de humedales

costeros, cuya utilización directa no es económicamente apremiante. Mientras en las

primeras la conversión de humedales en áreas de producción agrícola se percibe como

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una necesidad nacional(Khoa y Roth-Nelson 1994), en áreas del Caribe el uso mas

racional de los humedales en términos de producción económica es el mantenimiento de

parques marinos que atraen un flujo elevado de visitantes. En el primer caso la

modificación radical del medio físico es un hecho apreciable en términos de los cambios

de los patrones de inundación, modificación de las características químicas del suelo, y en

general la desaparición de todos los elementos biológicos propios del manglar. En el

segundo caso, la conservación del sistema en su estado mas natural es la condición

indispensable para mantener la actividad económicamente rentable.

Tabla 5. Usos intensivos y conversión de humedales marino-costeros en Venezuela

Actividad y áreas Perjuicios potenciales

Urbanización Eliminación física por drenaje y construcción (Costas de Zulia, Falcón, Reducción en el flujo de agua dulce (consumo y Carabobo, Aragua, Anzoátegui, canalización de ríos DF, Sucre, Nueva Esparta Aumento de contaminación: detergentes, pesticidas Acumulación de desechos sólidos Flujo de materia orgánica en aguas servidas Maricultura Reducción de área de humedales (idem anterior) Canalización Contaminación Eutroficación Actividades forestales Destrucción física del sistema (Sucre y Monagas: Sedimentación Reserva Guarapiche y Efectos a distancia río San Juan) Actividades petroleras Reducción de la extensión física (Zulia, Sucre, Monagas Contaminación con hidrocarburos Delta Amacuro) Cambio de patrones de drenaje

En nuestra opinión una valoración monetarista no es practicable en el estado

actual de la percepción y apreciación ambiental predominante en Venezuela. Esto se debe

a que el mayor valor de los humedales está en sus propiedades no perceptibles, o

mercadeables en forma directa o inmediata. Estas dificultades son generales para todos

los sistemas naturales, y ya han sido bien discutidas en la literatura (entre otros

Christensen1983, Hamilton y Snedaker 1984, Dixon 1989). Actualmente se trabaja en la

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elaboración de esquemas y modelos que permitan hacer una valoración efectiva y

funcional de ecosistemas naturales. Sin embargo, la metodología para obtener la

información requerida, y el valor que le asignan los diferentes grupos sociales a los

ecostemas naturales, hace difícil el establecimiento de criterios homegéneos y de

aceptación general (Mizrachi1993, Muñoz Piña 1994, Grasso et al. 1995). Los análisis

económicos de proyectos de desarrollo por lo general no incluyen los servicios que presta

el ecosistema y por lo general se les atribuye un valor nulo por ser gratis, aunque en

realidad pertenecen a toda la sociedad (Tabla 6).

En la actualidad la mayoría de los proyectos de desarrollo financiados por

agencias internacionales requieren de una “evaluación de impacto ambiental” con el fin

de desarrollar estrategias de mitigación. En nuestra opinión estos estudios de impacto se

limitan con frecuencia a estimar la magnitud de los daños directos, pero no llegan a

estimar los costos a largo plazo resultantes de la modificación profunda de los sistemas

naturales.

Tabla 6. Relación entre localización y tipos de bienes y servicios de manglares y el

análisis económico tradicional (modificado de Hamilton y Snedaker 1984)

Localización de los bienes y servicios

Local Externa Con valor Usualmente incluídos: Pueden ser incluídos: de mercado postes, carbon, virutas, peces o crustáceos cangrejos, camarones capturados en aguas vecinas Sin valor de Rara vez incluídos: Usualmente ignorados: mercado usos medicinales, combustible flujos de nutrientes en doméstico, alimentos en tiempos estuarios, protección de hambre, criaderos para ju- contra daños por veniles de peces, área de alimen- tormentas tación de peces estuarinos y camarones, observación y estudio de vida silvestre

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El programa IGBP (International Geosphere-Biosphere Programme: a study of

global change) ha dedicado un proyecto al estudio de las interacciones tierra-océano en

zonas costeras con el objeto de evaluar los cambios de uso y los sistemas de manejos

predominantes. En el proyecto LOICZ se han evaluado varios casos de manejo de

humedales en el trópico. Esos estudios muestran ejemplos de manejo sustentable o o

catastrógicos. Un par de ejemplos se encuentran en las Tabla 7a y b.

Uso y valoración de humedales marino-costeros en Venezuela

En Venezuela se han hecho varios esfuerzos serios para hacer una valoración

económica y ecológica de los humedales marino-costeros con el objeto de orientar el

manejo de áreas silvestres, y las actividades humanas en parques nacionales y regiones

aledañas (Rodríguez 1986, Mizrachi 1993). Los resultados de esos estudios están

disponibles en el MARNR y deberían ser utilizados como base para el establecimiento de

normas de utilización y ocupación de áreas naturales en las costas de Venezuela. Estos

estudios recopilan la información disponible sobre el valor del recurso y señalan las

dificultades para diseñar una política de manejo de humedales que pueda ser puesta en

práctica tanto por la voluntad de las autoridades ambientales, como por la comprensión

de los usuarios y beneficiarios de la conservación de estos ecosistemas.

Una conclusión que se deriva del análisis de esos estudios es que la valoración

económica de los humedales tropicales varía substancialmente de acuerdo a las

necesidades económicas, presión poblacional y nivel cultural de las sociedades dueñas de

esos ecosistemas. Sería totalmente contraproducente que la supervivencia y continuidad

de estos sistemas se decidiera en función de criterios económicos sin proyección de

futuro.

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Tabla 7a. Casos de estudio con la valoración económica de humedales tropicales(Turner y Adger 1996) CASO 1

Actividad: Explotación maderera

Ejemplo: corte de madera en la bahía de Bacuit, Filipinas

La actividad maderera que se inició en1985 en la cuenca superior de la bahía de

Bacuit. Estas operaciones resultaron en un incremento en arrastre de sedimentos que

perjudicó arrecifes coralinos y pesquerías en la bahía. Los cambios ambientales

resultaron en un daño económico que afectó tanto la pesca artesanal como comercial y la

emergente industria turística en el área. Las operaciones madereras por otra parte dieron

una substancial ganancia financiera por un período limitado. Resultado del análisis:

1) por cada 400 ton/km2 de sedimentación anual se reduce en 1% la cubierta coralina

2) por cada aumento de 100 ton/km2 en la sedimentación anual se extingue localmente

una especie de coral

3) por cada disminución de 1% anual de la cubierta coralina, la biomasa de peces

disminuye 2,4%

4) por cada especie de coral que desaparece anualmente, la biomasa de peces disminuye

en 0,8%.

Conclusiones: la actividad maderera conduce a un deterioro ambiental inaceptable.

Alternativas: eliminar actividad maderera o regularla para reducir el régimen de

sedimentación.

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Tabla 7b. Casos de estudio con la valoración económica de humedales tropicales (Turner

y Adger 1996)

CASO II

Parque Nacional Marino de Islas Vírgenes

Directos Indirectos Total

Costos (US$ 1980) Operación del parque 1.250.000 Interés de inversión 670.000 en propiedades Impuestos sobre propiedad 176.000 SUBTOTAL 1.250.000 846.000 TOTAL 2.096.000 Beneficios Gastos del Parque en la 830.000 economía local Gastos de concesionarios 2.500.000 del Parque en la economía local Beneficios imputables al 12.061.000 impacto del Parque sobre el turismo \ Beneficios imputables al 3.000.000 impacto del Parque sobre la industria de botes Benficios imputables al impacto 5.000.000 del Parque en el incremento del valor de la tierra en St. John SUBTOTAL 3.330.000 20.061.000 TOTAL 23.391.000

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Consideraciones finales

Los humedales costeros de todo el mundo están bajo una presión poblacional

considerable. En algunos casos la presión obedece a necesidades de alimentación de

núcleos de población densos. En el sudeste asiático la necesidad de producción de

alimentos para una población numerosa y depauperada conduce al relegamiento de las

políticas de protección costera, que muy posiblemente resultarían en beneficios mayores

y sostenidos a largo plazo (Khoa y Nelson 1994). Por otra parte, las regiones costeras son

apropiadas para actividades comerciales de muy diversa naturaleza, y son muy atractivas

para una población en busca esparcimiento en ambientes de poderoso contenido estético.

En muchos casos, actividades económicas que producen substanciales beneficios, como

son la extracción de madera y/o petróleo, constituyen amenazas de extraordinaria

magnitud si no se planifica, regula y restringe su horizonte de explotación.

En el desarrollo de proyectos en los que esten envueltos ecosistemas costeros

debe tenerse en cuenta si el éxito del proyecto depende del mantenimiento de la

funcionalidad del humedal. Si el impacto humano reduce o deteriora la capacidad

regenerativa del sistema natural, la actividad económica de que se trata está destinada al

fracaso, y el crecimiento se caracterizará por una trayectoria de catástrofe. La naturaleza

cíclica de los mecanismos de control se describen en detalle en la Figura 2.

Venezuela no tiene los problemas de masas poblacionales que dependen de los

humedales para generar su sustento, y la mayor parte de las amenazas al funcionamiento

de humedales radican en actividades económica de alto rendimiento como la maricultura,

el desarrollo costero con fines turísticos, y la explotación de yacimientos petroleros en

zonas de humedales. Estas actividades pueden ser normadas, planificadas y reguladas de

tal manera que se cumplan los requerimientos de conservación indispensables para

mantener un ambiente sano.

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Figura 2. Esquema general de orientación para valoración de manglares y determinación de la naturaleza cíclica de los mecanismos de control.

Procesos EcológicosSedimentación

Productividad Primaria

Ciclaje de Nutrientes

Sucesión

Dinámica de Hojarasca

Exportación de Materia Orgánica

Estructura y Biomasa

Criaderos y semilleros

MAREASRIOSLLUVIA

VIENTO

SOL

Funciones y Servicios

- Mantenimiento de calidad

de habitat y de agua

-Protección de costas

-Propiedades Estéticas

Paisaje

Poblaciones de animales

Uso y valor de manglares

Piscinas camaroneras

Piscicultura

Madera

Carbon/Energía

Producción de sal

Agricultura

Turismo

Biodiversidad

CULTURA

ECONOMIA

I M P A C T O S A M B I E N T A L E S

RETROALIMENTACION (+ o -)

Interconexi�ones entre la impronta energética y la función ecológica,los atributos y usos de los ecosistemas de manglar

(Twilley, Snedaker, Yáñez-Arancibia y Medina 1996)

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Bien vale introducir un poco de ecología en la econometría, ya que las ganancias

económicas a corto plazo podrían ser obliteradas en el futuro inmediato por los costos de

restauración y rehabilitación de los ecosistemas destruídos. Venezuela cuenta con la

capacidad técnica y los recursos económicos para ordenar racionalmente sus recursos

naturales. Las actividades económicas de alto rendimiento a corto plazo tienden a

enceguecer a la dirigencia política de nuestros países haciéndole perder la perspectiva del

desarrollo sustentable, y de la responsabilidad que tenemos para con las generaciones

futuras. El status actual de los ecosistemas marino-costeros del norte y este del país es

inestable y requieren de acciones concertadas para normar definitivamente su manejo y

conservación. Debemos impedir a toda costa la repetición de desastres ecológicos, como

los del lago de Maracaibo y el este de Paraguaná, y hay que intervenir con urgencia para

regular el crecimiento desordenado y contaminante de la urbanización de bahías y

lagunas costeras del norte del país.

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