un médico en la frontera de dos mundos: celestino garcía fernández 1851 - 1908, madrid 2011
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FRANCISCO JAVIER MARTÍNEZ ANTONIO IRENE GONZÁLEZ GONZÁLEZ (eds.)
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ESTUDIOS ÁRABES E ISLÁMICOS, MONOGRAFÍAS 18
FRANCISCO JAVIER MARTÍNEZ ANTONIO IRENE GONZÁLEZ GONZÁLEZ
(eds.)
REGENERAR ESPAÑA Y MARRUECOS
CIENCIA Y EDUCACIÓN EN LAS RELACIONES HISPANO-MARROQUÍES A FINALES DEL SIGLO XIX
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTíFICAS
MADRID, 2011
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UN MÉDICO EN LA FRONTERA DE DOS MUNDOS: CELESTINO
GARCÍA FERNÁNDEZ (1851-1908)
José Luis GÓMEZ BARCELÓ
Instituto de Estudios Ceutíes
1. Introducción
La ciudad de Ceuta entra en la órbita occidental al ser
conquistada, en el siglo XV, por la Armada de Juan I de Portugal. Se
define entonces como «Ciudad, Plaza y Obispado». Sin embargo,
desde que Felipe II accede al trono portugués, más aún a partir del
reconocimiento de su incorporación a la Corona española en 1668 y,
definitivamente, desde la reforma militar de los primeros Borbones, su
estatus preferencial será el de Plaza Militar e incluso Presidio. En la
segunda mitad del siglo XIX la paulatina pérdida de fuerza del
elemento militar, las reivindicaciones de la población civil y el
fortalecimiento del Ayuntamiento Constitucional, al que había dado
paso la Junta de Ciudad tras la promulgación de la Constitución de
1812, irían transformando muchas de sus estructuras.
Conocemos la existencia de médicos en la población
prácticamente desde su conquista1, algunos de ellos miembros de la
comunidad judía.2 La sanidad, hasta el siglo XVII estuvo en manos de
la Iglesia, particularmente de las órdenes religiosas y de las cofradías,
que atendían tanto a los enfermos comunes como a las víctimas de los
combates con el enemigo. La destrucción del Hospital de San Blas, en
1694, fruto de los bombardeos del cerco impuesto por el sultán
marroquí Muley Ismail, dio lugar a que la Corona tuviera que
construir un Hospital Real provisional con el material de este último,
que pertenecía a la Santa y Real Casa de la Misericordia. Un Hospital
que llegaría al siglo XIX convertido en Hospital de Mujeres, al
construirse otro mayor a comienzos del siglo XVIII.3 Cuando
entramos en el siglo XIX la sanidad local está en manos del Ejército,
1 AZEVEDO, 1915, I, p. 214. 2 TAVIM, 1997, p. 375. 3 GÓMEZ BARCELÓ, 2002, pp. 725-780.
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mediante el Hospital Real y el de Mujeres, existiendo un Hospitalito
de Jesús, María y José que regían los Trinitarios para asistencia de los
pobres y rescatados, convertido en Hospital del Presidio al
exclaustrarse a los frailes en 1835.4
Con la conversión de la Junta de Ciudad en Ayuntamiento
Constitucional en 1812, el consistorio asume la necesidad de contar
con facultativos propios, teniendo en nómina dos médicos titulares, un
cirujano, dos matronas y un veterinario, funcionando una Junta de
Sanidad y una Casa de Socorro. Una estructura que iría cambiando
con el tiempo.5 Las plazas de médicos titulares se cubrían por
concurso de méritos, presentándose facultativos de poblaciones
cercanas, preferentemente del Campo de Gibraltar, pero también de
otras provincias. Una de esas plazas la obtuvo, en 1871, un profesional
que decidió pasar el resto de sus días en Ceuta, con muchas más
facetas que la profesional y, gracias a lo cual, cien años después de su
muerte, su recuerdo continúa vivo.
2. Celestino García Fernández
Había nacido en Cádiz el 12 de abril de 1851. Sus padres –
Juan Antonio García Pérez y Mª. Dolores Fernández Cubeiro – eran
propietarios, naturales de San Fernando.6 Su buena posición
económica le permitió realizar sus estudios en los colegios de Santo
Tomás de Aquino y San Felipe Neri de Cádiz, entre 1859 y 1865,
obteniendo ese último año premios en las asignaturas de Física y
Química, Historia natural, Psicología lógica y Filosofía moral, y el
título de Bachiller en Artes en el Instituto de Segunda Enseñanza de
Jerez de la Frontera con fecha 7 de marzo de 1867.7 A pesar de que
realiza los cursos de ampliación o preparatorio de Medicina en Sevilla
en 1866, inmediatamente solicita su traslado a la Facultad de
Medicina de Cádiz donde cursará toda la carrera, siendo interno del
4 MADOZ, 1848-1850, pp. 372-380. 5 GÓMEZ BARCELÓ, 2009, pp. 197-198. 6 Expedientes matrimoniales 1872. Archivo Diocesano de Ceuta (ADCE).
Legajo 173. 7 GARCÍA FERNÁNDEZ, 1987.
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Hospital de la Misericordia y Caridad de Cádiz entre 1868 y 1870. Sin
llegar a ser un estudiante especialmente brillante, como ha destacado
el profesor Francisco Herrera Rodríguez, completará sus estudios en
tan sólo cuatro años, que culminaría en 1870, cursando seguidamente
las asignaturas del doctorado, que defenderá el 15 de octubre de ese
mismo año, menos de un mes después de que aprobara la carrera.8
Así, tenemos a Celestino García Fernández, con tan sólo 19
años de edad, doctorado con una tesis urológica titulada Paralelo
razonado entre la litotricia y la talla. En ningún momento entraremos
en el tema de esta tesis, que está fuera de nuestros conocimientos y
campo de trabajo, pero sí estimamos conveniente traer aquí un párrafo
de la ponencia de Herrera Rodríguez a la que nos hemos referido:
«Resulta necesario que comentemos que la tesis
doctoral de Celestino García Fernández es un producto
típico de las memorias defendidas en la Facultad de
Cádiz durante el “Sexenio Revolucionario” (1868-
1874), gracias a la descentralización de los estudios del
doctorado por Ruiz Zorrilla, que durante estos seis años
posibilitó que este grado académico se pudiera alcanzar
en cualquier universidad española, y no sólo en la de
Madrid como era preceptivo y lo seguiría siendo con
posterioridad a 1874. Decimos que es un producto
típico por sus características: en primer lugar que es
manuscrita, ya que escasean las impresas; en segundo
lugar, porque las tesis localizadas son generalmente
revisiones librescas, donde se exponen las opiniones de
los diferentes autores que han escrito sobre el tema
elegido, y finalmente el doctorando toma partido o da
su propia opinión. Las legislaciones de Fermín de
Lasala (1880) y de Montero Ríos (1886), comenzarán a
exigir que las tesis doctorales estén más fundamentadas
en la investigación práctica».9
8 HERRERA RODRÍGUEZ, 1988, pp. 127-136. 9 Ibíd., pp. 135-136.
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Ceuta, en aquellos años de la monarquía de Amadeo de
Saboya, dependía en lo civil del Gobierno de Cádiz, en cuyo Boletín
Oficial se publicaban las disposiciones oficiales locales, así como en
la Gaceta de Madrid.10
Por uno de ambos medios debió enterarse
García Fernández de la convocatoria de una plaza de médico titular –
según el Libro Capitular se publicó el 7 de marzo de 1871 – que había
lanzado, por concurso de méritos11
, el Ayuntamiento de Ceuta y que
obtuvo el 11 de abril de 1871, tomando posesión de la misma ocho
días más tarde.12
El concurso estuvo reñido, pues se presentaron nada menos
que once candidatos, tres de ellos – contando a García Fernández –
doctores en Medicina, obteniendo éste cinco de los nueve votos
emitidos, siendo los cuatro restantes para el también Doctor en
Medicina y médico titular de Morales del Campo, Rafael Saborido y
Moreno.13
Hombre liberal y sin ningún tipo de perjuicios, García
Fernández conoce muy pronto a una joven natural de Ceuta, Serafina
Vázquez Almanzor, con la que contraerá matrimonio el 16 de
noviembre de 1872.14
La prisa, hay que reconocerlo, venía dada por la
muerte de su madre, África Almanzor, que la dejaba a ella y a su
hermana Luisa solas, pues su padre, el músico del Batallón Provincial
de Sevilla Joaquín Vázquez Sánchez, vivía separado de ellas, en
Sevilla, desde hacía muchos años. Adquirieron una casa, en la calle
entonces denominada del General Moreno, frente al antiguo convento
de los PP. Franciscanos, convertido en Casino Militar y otras
dependencias del Estado, habitando el piso alto y dejando en el bajo la
Farmacia Utor, siendo tradición que en los sótanos se ubicó la logia
masónica a la que pertenecerían propietario e inquilino.
Las circunstancias muy particulares de este matrimonio tienen
relevancia por el tiempo en el que suceden y la mentalidad de la
sociedad de la época. La familia Almanzor había llegado a Ceuta en
1792, formando parte de los jefes y oficiales de las Compañías de
10 Libro de Actas Capitulares de 1871. Archivo General de Ceuta (AGCE).
Libros. 11 Nombramiento de Celestino García Fernández. AGCE. Expediente 4241. 12 Expediente de jubilación de Celestino García Fernández. AGCE.
Expediente 4242. 13 Libro de Actas Capitulares 1871, AGCE. Libros, fols. 25-26. 14 Expedientes matrimoniales de 1872. ADCE. Legajo 173.
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Moros Mogataces de Orán que, al retirarse España de aquella Plaza,
hubo que repatriar a España.15
Se trataba por tanto de musulmanes,
que como tales vivieron durante más de un siglo en Ceuta. África
Almanzor, hija del Coronel Comandante de la Compañía de Moros
Mogataces Kadur Benonzar Almanzor y de su esposa Feitoma
Benonzar se convirtió al cristianismo el 21 de diciembre de 1843,
apadrinada por el entonces Obispo Titular de la Diócesis de Ceuta
Juan José Sánchez Barragán y Vera, contrayendo matrimonio el 1º de
febrero de 1844.16
Los Almanzor eran una familia culta, hablaban,
leían y escribían en español y en árabe, y recibieron enseñanza en los
mejores colegios locales, con alumnos cristianos, por lo que sus
problemas de integración en uno y otro mundo se hicieron evidentes.
Así, durante varias generaciones se dieron casos de bautismos al
tiempo que otros miembros de la misma familia y generación se
mantuvieron fieles a su religión.17
El matrimonio de Celestino García Fernández y Serafina
Vázquez Almanzor no tuvo hijos. Vivieron siempre con Luisa
Vázquez Almanzor, que se quedó soltera, y tejieron en torno a ellos
una red de afectos basados en la adopción de algún joven musulmán –
cosa muy de moda en la Ceuta liberal de aquellos entonces – como
Abdelmeyid o Abdelmelik García, el acogimiento del sobrino de su
esposa Ismael Almanzor18
o los apadrinamientos de hijos de amigos
como Mª. Encarnación García de la Torre y Zato – que contraería
matrimonio con el célebre intérprete y diplomático Clemente Cerdeira
Fernández19
– o Serafina del Olmo Navarro, esposa de Adolfo Orozco
García, cuyos hijos todavía conservan la casa del doctor García
Fernández casi como un museo. Durante su vida, el matrimonio
adquirió bienes que luego dividieron en su herencia entre todas estas
personas con las que se rodearon, quienes han mantenido su memoria.
Celestino García Fernández falleció en Ceuta el 18 de abril de
1908. Le sobrevivieron su esposa y cuñada, que con él están
15 ARQUÉS Y GIBERT, 1928. 16 Expedientes matrimoniales de 1843-4, ADCE. Legajo 146. 17 Antecedentes a cerca de Feitoma Almanzor que solicita la gracia del
bautismo. Año de 1852. Despacho 1850-1854. ADCE. Legajo 619. 18 Padrones, AGCE. Libros. 19 ZARROUK, 2009.
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sepultadas en un panteón del Cementerio de Santa Catalina de Ceuta,
construido en 1913. En la memoria local se narraban algunos sucesos
que acompañaron a su muerte, pues contrario a la costumbre de velar
a los cadáveres, había ordenado que sus restos esperaran el entierro en
el depósito de cadáveres del cementerio, lo que se realizó, aunque
nadie pudo evitar que los amigos le acompañasen en tan inhóspito
lugar. A media noche, alguien salió, envuelto en una manta, con un
botijo, para obtener agua del garitonero que estaba a la puerta del
cementerio. El joven, sorprendido por la insólita visita, estuvo a punto
de provocar una desgracia en la persona del sediento visitante.
3. El médico
No es nuestra intención poner en duda la formación que
Celestino García Fernández pudiera haber recibido en las aulas
gaditanas, pero cierto es que ni la licenciatura ni el doctorado podían
disculpar su bisoñez en edad y conocimientos. Ignoramos si fue por
eso que sus inicios en el reparto de labores médicas en la ciudad le
hicieron ejercer como forense hasta 1890. Entre sus motivos de
orgullo, de los que escribe en unas notas biográficas del expediente de
jubilación, menciona el haber vacunado y revacunado a dos terceras
partes de la población entre 1871 y 1904, así como haber atendido las
epidemias de viruelas de 1872, 1900 y 1902, difteria de 1878 y 1886;
sarampión de 1822, 1901 y 1902; fiebres tifoideas de 1890 y cólera de
1885 y 1896.20
En ese sentido, García Fernández recibirá siempre el
apoyo del municipio, que le enviará a la península a realizar estudios
de perfeccionamiento y puesta al día en estos temas. Como ejemplo
sirva el viaje realizado en la primavera de 1895 a Barcelona, con
objeto de hacer estudios de la preparación y aplicación del suero
antidiftérico en el Laboratorio del famoso doctor Jaime Ferrán, que
completaría en Cartagena. Exquisito en sus cuentas, al liquidar los
gastos de viaje y de adquisición del aparato para aplicar el suero,
rectificará a la depositaría municipal en la cuenta, porque habían
errado en una peseta a su favor.
20 Expediente de jubilación de Celestino García Fernández, AGCE.
Expediente 4242.
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La frontera, y más Marruecos, país con el que limita Ceuta,
han sido para los profesionales médicos siempre una buena escuela
para ver, tratar y enfrentarse con todo tipo de enfermedades y
complicaciones. Marruecos atrae a Celestino García Fernández; es un
hecho. Así, a sus conocimientos de latín y griego sumará rápidamente
el árabe, enseñado por su propia esposa y su familia, llegando a
escribir unos diálogos de árabe vulgar en colaboración con Antonio
Ramos y Espinosa de los Monteros.21
En 1871 y hasta 1903 establece
el cargo de Profesor de Veterinaria del Mercado Público, tratando a
diario con los cabileños marroquíes que entraban y salían de la
población para vender sus mercancías. Su primera visita profesional a
Tetuán la tenemos documentada en 1872, al ser comisionado para
asistir a una epidemia de viruelas. Por otra parte, fue nombrado
Director de Sanidad Marítima de Ceuta y encargado de las dos
titularidades existentes en la ciudad. El nombramiento de Director de
Sanidad Marítima lo hacía el Comandante General, con aprobación
del Director General de Beneficencia, siendo su sueldo anual de 1.250
pesetas. Con él formaban su equipo de trabajo el secretario José Cano
de Santayana, un celador – Salvador Marín Flórez – un patrón –
Antonio Bernal Ramírez – y un marinero – Luis Barceló Barranco.22
Vocal de la Junta de Instrucción Primaria desde 1873, en 1874
forma una pequeña clínica para atender a los musulmanes de la ciudad
y los que entraban y salían de ella, dentro del Hospital Real. Poco a
poco, sus servicios son cada vez más demandados y respetados. En
1875 ejerce como médico de los Voluntarios Móviles, Compañía de
Lanzas e interinamente del Penal, siendo designado vocal de la Junta
Provincial de Sanidad, cuyo cargo continuará ejerciendo hasta 1894.
Como ya escribíamos en el prólogo de la Geografía Médica de Ceuta,
en unas notas de su puño y letra detalla todos estos encargos y algunos
otros. En 1877 se convierte en Médico de la Sección de Moros
Tiradores del Rif – herederos de los antiguos Mogataces – y en 1878
recibe el título de Médico Honorario de Sanidad Marítima. Aunque en
los años siguientes su dedicación a otras actividades será muy grande,
no es menos cierto que continúa atendiendo su distrito y, en muchas
21 Boletín de la Sociedad Hispano-Mauritánica. AGCE. Fondo Antonio
Ramos y Espinosa de los Monteros. 22 Nóminas del personal de Sanidad Marítima de 1873, ADCE. Legajo 782.
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ocasiones, los de otros compañeros por ausencia o enfermedad. En
1884 será comisionado a la Legación de España en Tánger, y ejercerá
de vocal de la Junta de Prisiones entre 1888 y 1904 y como
Subdelegado de Medicina del distrito entre 1886 y 1902.
Entre sus publicaciones de esos años, su Instrucción Popular
contra el Cólera (1885), que reproducimos nosotros en la edición de
la Geografía Médica de Ceuta, y que debió ir acompañada de un
Informe extenso de las medidas profilácticas de la localidad en contra
del cólera y de la Instrucción Popular contra la Difteria (1886). Son
estas instrucciones manualitos populares que venían editándose desde
comienzos del siglo XIX, algunos de las cuales, como la Instrucción
contra el Cólera-Morbo (1833) circulaban en la ciudad.23
En concreto,
la referida al cólera de García Fernández, formaba parte del programa
de difusión pública para combatir el cólera que hiciera con sus
artículos en la edición árabe del periódico El Eco de Ceuta. Tras una
introducción, el resto de sus dieciséis páginas, en octavo, se dedicaban
al Aire puro y seco, alimento suficiente y sano, serenidad de ánimo y
oportuno socorro a los enfermos, terminando con una recomendación
de fidelidad absoluta a los médicos y solidaridad entre ricos y pobres
para hacer frente a la enfermedad, así como con una fórmula de la
poción antidiarreica para su tratamiento.
A mitad de los noventa, García Fernández se reincorpora al
Servicio de Higiene Especial y a una vocalía de la Junta Local de
Sanidad, redactando una Memoria Sanitaria de Ceuta en unión del
entonces Capitán de Ingenieros José Madrid y Ruiz, incluida
igualmente en la Geografía Médica. Esta Memoria que en virtud de la
Regla 2ª de la R.O. de 20 de marzo de 1894 redactan D. Celestino
García Fernández y D. José Madrid y Ruiz obedecía a la necesidad
legal de contestar a una encuesta oficial, tan de moda en aquellos
entonces, que les sería encomendada a ambos autores – en su calidad
de arquitecto y médico municipal, respectivamente – por el
Ayuntamiento. Como escribíamos en su edición:
«Tras una extensa introducción, el trabajo se
divide en tres partes que se titulan: 1ª Causas que
directa o indirectamente contribuyen a perjudicar la
23 Despacho, 1830-1850. ADCE. Legajo 1069.
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salud pública, enfermedades más comunes y frecuentes
y epidemias que han existido en el último quinquenio,
su duración y fuerza expansiva y difusiva. 2ª Causas
probables o ciertas a que se debe la iniciación y
propagación de las enfermedades y epidemias aludidas
y medidas de higiene, públicas y privadas, que deberían
adoptarse para atenuarlas o evitarlas. Y 3ª Ídem general
del estado higiénico de la población respecto a los
particulares siguientes: A: Escuelas, Mercados,
Matadero, Industrias, Cárceles, Cementerios, Cuarteles,
Teatro y Policía Urbana; B: Obreros y pobres, su
alimentación y viviendas; C: Abastecimiento de Aguas;
D: Desagües y Alcantarillado; E: Parques y
Plantaciones; F: Lagunas y Pantanos; y G: Servicio
General y gratuito de vacunación subdividido en
Hospitales, Casa de Socorro y Asistencia
Domiciliaria».24
En 1894 fue nombrado para una comisión Sanitaria a las
Aduanas de Anyera y en 1895, como ya se ha señalado, fue
comisionado por el Ayuntamiento para ir a Barcelona a hacer estudios
de la preparación y aplicación del suero antidiftérico en el Laboratorio
del doctor Jaime Ferrán. Ese año de 1895 sería nombrado socio
Correspondiente de la Academia y Laboratorio de Ciencias Médicas
de Cataluña. Encontrar rastro de sus actividades es difícil, pero
sabemos que en 1899 redactó un informe sobre la enfermedad
carbuncosa del ganado y en 1901 se encargó de nuevo de otra
titularidad. En los últimos años de su vida continuó participando en
todo tipo de instituciones y juntas de tipo social, médico o sanitario en
Ceuta como la Junta de Gobierno y Patronato de Médicos Titulares
(1904-1907) o la Junta de Reformas Sociales desde 1905. También
será en esos años cuando escriba su Geografía Médica de Ceuta, que
comenzó en 1903 y finalizó en 1906, entregándola al Ayuntamiento
para su publicación, lo que éste no hizo hasta 1987. Como decíamos
en el Prólogo a su edición:
24 GÓMEZ BARCELÓ, 1987.
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«No está concebida como un típico compendio
o miscelánea, ni tampoco como una historia parcial, si
bien comienza con una sinopsis del pasado local
bastante completa, para la bibliografía con que en
aquellos años se contaba en Ceuta. Continúa luego la
Mesografía, dividida en una serie de capítulos que
reúnen la Posición Topográfica y Situación Geográfica,
de carácter general; la Orografía en base a lo publicado
entonces para la zona; Hidrología e Hidrometría que
escribió tras un estudio detallado y laborado durante su
prolongado ejercicio médico. Tras la Geología –de la
que sirve lo mismo que dijimos para la Orografía-
repasa la flora y fauna local y colindante a la Plaza,
clasificando la flora en relación a una escala
configurada con los términos: Espontáneas, cultivadas,
abundantísimas y raras. Prosiguen la Meteorología y
Climatología, también en su mayor parte
confeccionadas con sus propias observaciones; y un
estudio urbano de la población que divide en:
Descripción de la Urbe, Establecimientos públicos y
privados, Calefacción, Alumbrado, Vías urbanas y Vías
de comunicación con el término jurisdiccional; en la
que pasa a veces de la pura objetividad a la crítica
abierta, concluyendo el apartado con los capítulos que
titula Bromatología, Vestidos y Policía Sanitaria,
formando una interesantísima visión del estado de la
población en su época. El tercer título importante es la
Demografía, primer intento serio y moderno para su
estudio, que tan útil fuera en esa gran obra que es la
Geografía Urbana de Ceuta, del profesor Manuel
Gordillo Osuna. En ella combinará las frías estadísticas
con útiles gráficos y cuadros, y los en ocasiones
sabrosos comentarios bajo las subdivisiones tituladas:
Condiciones morales y sociales, Vida médica,
Alcoholismo y Criminalidad, esta última de especial
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interés por la vinculación profesional que le unía a los
establecimientos penitenciarios».25
4. Masonería
Como ha escrito Vicente Moga, la primera logia masónica
cuyo funcionamiento atisbamos en la historia local es “Africana 112”
y más tarde “Africana 21” (1876-1884) a la cual, como a su capítulo
“El Africano” (1876-1884) perteneció Celestino García Fernández.26
Adoptó el nombre simbólico de “Volta”, con el que tuvo la siguiente
progresión: Grado 18º en 1880, 30º en 1881 y 33º en 1882. Llegó a
ser Soberano Gran Inspector General, máxima categoría que podía
alcanzarse en la masonería según el rito escocés.27
La obediencia
masónica en esta primera etapa estaba en el Gran Oriente de España,
teniendo a Práxedes Mateo Sagasta, Antonio Romero Ortiz y Manuel
Becerra entre sus Grandes Maestres. En 1888 se organiza una nueva
logia, “África 50” (1888-1893) en la cual volveremos a encontrarnos a
García Fernández. En esta etapa, se caracterizará por su interés en
fomentar los valores masónicos en Marruecos, en lo que no encontrará
muchos apoyos, ni tan siquiera en su valedor para crear esta nueva
logia, Alfredo de Vega, vizconde de Ros.28
Así y todo, Celestino
García Fernández conseguiría su propósito de dar a luz una logia en
Tetuán, que se denominó “Luz de Marruecos”, lo que tuvo lugar en
1891, teniéndole a él como uno de sus miembros.29
Una logia, por
cierto, en la que muchos de sus miembros profesaban las religiones
judaica y musulmana.
El ideario masónico de García Fernández impregnará otras
muchas de sus facetas personales, como ahora veremos, aunque se
verá empañado por los intereses de los distintos clanes, lo que quedó
demostrado con la ruina de la Sociedad García, Cerni, Rivero,
Delgado y Compª, la Cooperativa Militar de Consumo y otras
25 GÓMEZ BARCELÓ, 1987. 26 MOGA ROMERO, 1987. 27 SALAFRANCA ORTEGA, 1991, pp. 499-506. 28 SALAFRANCA ORTEGA, 1988, pp. 107-20. 29 MOGA ROMERO, 1987.
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actividades económicas de sus miembros, sin olvidarnos de las luchas
políticas por el control del Ayuntamiento y otras entidades locales. La
correspondencia de Celestino García Fernández con las autoridades
masónicas es copiosa y se encuentra en el Centro Documental de la
Memoria Histórica, con sede en Salamanca y próximamente será
objeto de estudio para historiadores ceutíes.
5. Educación
La desaparición de las aulas de enseñanza secundaria de los
Conventos de franciscanos y trinitarios, así como de las academias
regimentales, dejaron a Ceuta en una grave situación para obtener una
enseñanza de calidad y más aún para la obtención del bachillerato.
Hubo diferentes intentos, en la segunda mitad del siglo XIX, para dar
respuesta a las reivindicaciones locales como la creación de una
escuela catedralicia, sobre la base de la formación de capellanes de
coro y hasta un Colegio denominado de los Sagrados Corazones, en el
Palacio Episcopal.30
Pero, sin duda, la mejor de ellas fue la fundación
del Colegio Santa Ana, de primera y segunda enseñanza, por Celestino
García Fernández, en 1883, con la colaboración de la propia Iglesia
local.31
Efectivamente, el Gobernador Eclesiástico, José Xiqués,
decidió apoyar la nueva institución cerrando las aulas del Colegio de
los Sagrados Corazones, dirigido entonces por el Párroco de la Iglesia
de Nuestra Señora de los Remedios, Miguel Moreno, alquilándoselas
a García Fernández. Así pues, la Iglesia reduciría su enseñanza a la
correspondiente al Seminario Menor.32
Fue su director entre 1883 y
1893 y estaba incorporado al Instituto Provincial de Jerez de la
Frontera. El centro se convirtió en la principal institución educativa
masculina hasta dar paso, en 1904, al Patronato Militar de Enseñanza,
en cuya fundación también tuvo su influencia García Fernández.
Por su cuadro de profesores del Colegio Santa Ana pasó
prácticamente toda la intelectualidad local del momento: profesionales
de la medicina, el derecho, la farmacia y las bellas artes, militares de
30 GÓMEZ BARCELÓ, 2003, pp. 327-340 31 GÓMEZ BARCELÓ, 2004, pp. 113-151. 32 Correspondencia, 1877-1879 y 1883-1884. ADCE. Legajos 839, 775.
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infantería, artillería e ingenieros, etc… También preparaban los
ingresos en la universidad y las carreras técnicas, fomentando los
idiomas y el ejercicio físico. Desaparecido el colegio fue necesaria la
creación de un nuevo centro. Surgió así el Patronato Militar de
Enseñanza, que se inauguró el 20 de agosto de 1904 en la calle de
Riego número 5, es decir, la misma calle donde existió el anterior, y
que hoy recibe el nombre de “Millán Astray”. Celestino García
Fernández fue uno de sus fundadores, proponiéndosele la dirección,
que declinó por sus muchas ocupaciones y su estado de salud. Sin
embargo, aparece en el cuadro de profesores de 1904-1905 a cargo de
las clases de Fisiología e Higiene de quinto curso de bachillerato.
Trasladado años después a un edificio trasero al Casino Militar, el
Patronato se transformaría durante la Segunda República en el
Instituto Nacional de Segunda Enseñanza.
6. Prensa
La aparición de la prensa en Ceuta había tenido lugar durante
el Trienio Liberal (1820-1823), aunque impresa en Madrid y
Algeciras. Los primeros impresos realizados en Ceuta son ya de 1859-
1860, impresos informativos para el ejército y los periódicos
algecireños que dieron noticia de los sucesos bélicos entre España y
Marruecos. Pero los primeros periódicos locales tendrán que esperar,
concretamente a 1868, con la aparición de La Crónica de Ceuta.33
Estos primeros talleres de impresión y cabeceras estarán siempre
alrededor de una familia: los García de la Torre. En 1883 Manuel
García de la Torre y Contilló fundará El Eco de Ceuta, transformado
en El África en 1887. El Eco de Ceuta fue un bisemanario de ideario
masónico, ligado al movimiento colonista o africanista de la época y
que contaría entre sus directores con el propio Manuel García de la
Torre y Contilló, el abogado Enrique García Ponce y el farmacéutico
Ifigenio Utor y Custodio. Se anunciaba como el «Decano de la Prensa
Árabe en Marruecos», aunque al aparecer en febrero de 1883 se vio
precedido, en tan sólo unas semanas, por Al Moghreb al Aksa,
33 GÓMEZ BARCELÓ, 1993, pp.163-174.
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periódico español creado por Gregorio Trinidad Abrines y José
Nogales en Tánger.34
La edición en árabe a la que se refería era una hoja periódica
titulada «Ualá-Galibá Ilá Al-lah» que traducían como ¡Sólo Dios es
Vencedor! La dirigía el propio Celestino García Fernández, formando
equipo con el intérprete Felipe Rizzo y Ramírez – compañero en el
Colegio Santa Ana y famoso por su participación en la expedición al
Sáhara en 188635
– y el que fuera Comandante General de la Ciudad,
José Pascual de Bonanza, autor de algunas memorias sobre la plaza.36
Este suplemento, en tipografía árabe, traducida también al castellano,
tenía como objetivos la formación del marroquí y su información de
noticias que pudieran interesar en la región. La impronta de Celestino
García Fernández se verá en el tratamiento de los temas médicos e
higiénicos.
7. Aspectos lúdico-sociales
El doctor García Fernández aparece en Ceuta prácticamente
como un agitador de actividades, ideas y costumbres. Un hombre
abierto a toda clase de ideas y relaciones que le deparan contactos
dentro y fuera de la ciudad. Sus constantes contactos con los notables
marroquíes le harán ser con frecuencia anfitrión de viajeros entre
España y Marruecos, algunas de cuyas visitas encontramos reflejadas
en la prensa. Entre sus grandes amigos, figurará el militar de Estado
Mayor y geógrafo Ramón Jáudenes y Álvarez, fallecido a resultas de
la expedición para localizar Santa Cruz de Mar Pequeña en 1883 en
compañía del ya estudiado con detalle en el capítulo anterior Eduardo
Álvarez Ardanuy.37
García Fernández sería el promotor de un
homenaje local que dio el nombre de Jáudenes a una de las principales
calles de la población, y abriría una suscripción para elevar en el
Cementerio de Santa Catalina un monumento póstumo, cuya
34 LAREDO, 1935, PP. 233-241; ASSAYAG, 2000, pp. 575-577;
RAMÍREZ ORTIZ, 2005, pp.164-165 y 377-378. 35 PINA, 2008, p. 219. 36 GÓMEZ BARCELÓ, 1984, p. 42. 37 URTEAGA, 2006.
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fotografía enviaría luego personalmente a todos los colaboradores en
la idea.38
La amistad con Álvarez Ardanuy continuaría durante toda su
vida y así, cuando en el verano de 1901 llega, procedente de Tánger,
el prefecto de las Misiones de Marruecos, padre Cervera, con el padre
Ventura y Álvarez Ardanuy, todos ellos se hospedaron en casa del
médico.39
Durante su vida, perteneció a numerosas entidades y
asociaciones, con participación activa, como Casinos, asociaciones de
aficionados al teatro o la música, incluso a una sociedad gastronómica
denominada Los XXIV, que con el paso de los años y las bajas terminó
denominándose Los Supervivientes. Encontramos en ese sentido, una
gran preocupación por la recuperación de las tradiciones locales que,
además de en las sociedades en las que aparece inscrito, se refleja más
aún en su etapa de director del Colegio Santa Ana. En ese período,
fomentará las agrupaciones musicales, como «La Tuna Abylense»,
una murga gaditana que será la primera que conozcamos imprimió las
letras de sus canciones durante el Carnaval. Naturalmente, el Carnaval
es una de las manifestaciones festivas más tradicionales en la
provincia de Cádiz, la de su nacimiento, pero también a la que
entonces pertenecía Ceuta. Celestino García Fernández aparecerá en la
organización de los bailes infantiles de Carnaval del Teatro Principal y
hasta llegará a ser, junto con su esposa, protagonista de algunas de las
coplas de «La Tuna Abylense», como la que referimos a continuación:
Los alumnos del Colegio
Saludan en este día,
A su digno Director
Don Celestino García.
Todos juntos deseamos,
Pase con felicidad
En unión de Su Señora
Las fiestas del Carnaval
38 El Eco de Ceuta, 13 de agosto de 1885. 39 El África, 20 de agosto de 1901.
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Con el quid vel quid
Con el qui, quae quod.
¡Viva e Carnaval!
¡Viva el buen humor!
Al Señor Don Celestino
Le suplicamos en masa,
No nos guarde algún regalo
De la infernal calabaza.
Estudiar lo que podamos
Fielmente le prometemos
Mas use benignidad
En el momento supremo.
Con el quid vel quid
Con el qui, quae quod.
¡Viva e Carnaval!
¡Viva el buen humor!40
8. Aficiones
Celestino García Fernández fue un gran aficionado a las
Bellas Artes. De hecho, se conservan algunas pinturas hechas por él,
paisajes de la región, de factura correcta. Del mismo modo, encargó
retratos suyos a pintores locales, como Trinidad Custodio de Pro – en
1901 – y un busto en barro que le haría el escultor Cottel en 1902.
También tenía especial predilección por la fotografía, llegando a
reunir una importante colección de imágenes de Marruecos, tanto de
tipos populares, como de paisajes, barrios y edificios notables,
generalmente de Tánger y también en ocasiones de Tetuán.
40 AGCE, Fondo Antonio Ramos y Espinosa de los Monteros.
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9. Conclusión
Celestino García Fernández pasó toda su vida a un lado y otro
del Estrecho, pero también cruzando una frontera que era algo más
que una delimitación político-geográfica. Su búsqueda de valores, de
conocimientos y de afectos se mueve en una forma de ser y de sentir
muy particular. En unos valores que trascienden lo religioso y
socialmente bien visto. Son valores universales basados en la
humanidad, en la fraternidad y en la dedicación a los demás. Puede
resultar extraño que una persona así tenga un panteón en el
Cementerio Católico de Santa Catalina, donde descansan sus restos.
Una tumba grande, sin lujos, pero con su correspondiente inscripción.
Quiero ver la explicación en esa bella tradición de los judíos del norte
de África que dejaban sus sepulturas sin inscripción, si habían tenido
hijos, porque a estos últimos correspondería conservar su memoria,
pero grababan sus epitafios si no los habían tenido, pues también
tenían derecho a ella...41
FUENTES
Archivo Diocesano de Ceuta.
- Nóminas del personal de Sanidad Marítima de 1873.
Correspondencia 1870-1875. Legajo 782.
- Correspondencia, 1877-1879. Legajo 839
- Correspondencia 1883-1884. Legajo 775.
- Despacho, 1830-1850. Legajo 1069.
- Antecedentes a cerca de Feitoma Almanzor que solicita la gracia
del bautismo. Año de 1852. Despacho 1850-1854. Legajo 619.
- Expedientes matrimoniales, 1843-4. Legajo 146.
- Expedientes matrimoniales, 1872. Legajo 173.
Archivo General de Ceuta.
- Boletín de la Sociedad Hispano-Mauritánica, nº 2, 30 de abril de
1896. Fondo Antonio Ramos y Espinosa de los Monteros.
41 GARZÓN SERFATY, 2008, p. 107.
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- Expediente de jubilación de Celestino García Fernández.
Expediente 4242.
- Libro de Actas Capitulares de 1871. Libros.
- Padrones. Libros.
- Nombramiento de Celestino García Fernández. Expediente 4241.
Biblioteca Pública de Ceuta.
- El África, 20 de agosto de 1901.
- El Eco de Ceuta, 13 de agosto de 1885.
AZEVEDO, Pedro de. Documentos das Chancelarias Reais
anteriores a 1531 relativos a Marrocos, Lisboa, Academia das
sciências de Lisboa, 1915.
ARQUÉS, Enrique; GIBERT, Narciso. Los Mogataces. Los primitivos
soldados moros de España en África, Ceuta-Tetuán, Imprenta de
Tropas Coloniales, 1928.
LAREDO, Isaac. Memorias de un viejo tangerino, Madrid, [s.n.],
1935.
MADOZ, Pascual. Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de
España y sus Posesiones de Ultramar, tomo VI, Madrid, [s.n.], 1848-
1850, pp. 373-380.
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Tanger, Édition I. Assayag, 2000.
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basada en su Memoria que en virtud de la regla 2ª de la R.O. de 20 de
marzo de 1894 redactó en colaboración con José de la Madrid y Ruiz
y la Instrucción Popular contra el Cólera del mismo autor, Edición
prologada y anotada por José Luis Gómez Barceló. Ceuta,
Ayuntamiento de Ceuta, 1987.
GARZÓN SERFATY, Moisés. Tetuán. Relato de una nostalgia,
Caracas, Centro de Estudios Sefardíes, 2008.
GÓMEZ BARCELÓ, José Luis. Apuntes para la historia de la prensa
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Ceuta, 1984.
José Luis Gómez Barceló
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