sitio punta morada taltal tomo v

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PLAN DE RESCATE ARQUEOLOGICO RUTA 1 SECTOR TALTAL PUNTA VIENTO. COMUNA DE TALTAL, PROVINCIA DE ANTOFAGASTA, II REGION. SITIO 02 Ta 008 “PUNTA MORADA” INFORME DE INVESTIGACION Tomo V NELSON GAETE, XIMENA NAVARRO, MARIA LORETO VARGAS, SERGIO MORALES, MAURICIO URIBE, HECTOR VELASQUEZ, BERNARDITA LADRON DE GUEVARA, SEBASTIAN TEILLIER, MARCELO GARCIA, ALVARO ROMAN, LUCIANA QUIROZ, ARTURO SAEZ, MARCELO GODOY. CUERPO MILITAR DEL TRABAJO / DIRECCION NACIONAL DE VIALIDAD. AGOSTO, 2003

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PLAN DE RESCATE ARQUEOLOGICO RUTA 1

SECTOR TALTAL – PUNTA VIENTO. COMUNA DE TALTAL, PROVINCIA DE ANTOFAGASTA, II REGION.

SITIO 02 Ta 008 “PUNTA MORADA”

INFORME DE INVESTIGACION

Tomo V

NELSON GAETE, XIMENA NAVARRO, MARIA LORETO VARGAS, SERGIO MORALES, MAURICIO URIBE, HECTOR VELASQUEZ,

BERNARDITA LADRON DE GUEVARA, SEBASTIAN TEILLIER, MARCELO GARCIA, ALVARO ROMAN, LUCIANA QUIROZ,

ARTURO SAEZ, MARCELO GODOY.

CUERPO MILITAR DEL TRABAJO / DIRECCION NACIONAL DE VIALIDAD.

AGOSTO, 2003

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INDICE. PAGINA VIGESIMA NOVENA PARTE: Análisis arqueométricos del sitio Punta Morada Sectores 1, 2 y 3 4 1. INTRODUCCION 5 2. DATACION POR TERMOLUMINISCENCIA 5 3. DATACION POR RADIOCARBONO 6 TRIGESIMA PARTE: Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile 15 1. INTRODUCCION 16 2. METODOLOGIA 16 3. ANTECEDENTES 17 4. SITIO 02 Ta 008 PUNTA MORADA 18 5. SINTESIS Y CONCLUSIONES 30 ANEXO 1: Tipos Cerámicos de Excavación del Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sectores 1, 2, y 3 38 ANEXO 2: Base de datos material cerámico Sitio Punta Morada Sectores 1, 2 y 3 51 TRIGESIMA PRIMERA PARTE: Reevaluación del estado de conservación del sitio Punta Morada Sectopres 1, 2, y 3 54 1. INTRODUCCION METODOLOGICA 55 2. CARACTERIZACION AMBIENTAL 55 3. DIAGNOSTICO DEL ESTADO DE CONSERVACION 56 4. CONSERVACION DE SITIO Y DE LOS MATERIALES 73 TRIGESIMA SEGUNDA PARTE: Análisis del contexto del sitio Punta Morada Sector 1 79 1. INTRODUCCION 80 2. ACERCA DE LA MICROGEOLOGIA DEL SITIO 80 3. ACERCA DE LA ESTRATIGRAFIA 81

3

INDICE. PAGINA 4. DE LA FORMACION, ALTERACION Y OCUPACION 84 5. EMPLAZAMIENTO, AGUA Y MATERIAS PRIMAS 87 6. DE LAS OCUPACIONES 88 TRIGESIMA TERCERA PARTE: Análisis del contexto del sitio Punta Morada Sector 2 112 1. INTRODUCCION 113 2. ACERCA DE LA MICROGEOLOGIA DEL SITIO 113 3. ACERCA DE LA ESTRATIGRAFIA 114 4. DE LA FORMACION, ALTERACION Y OCUPACION 118 5. EMPLAZAMIENTO, AGUA Y MATERIAS PRIMAS 121 6. DE LAS OCUPACIONES 122 TRIGESIMA CUARTA PARTE: Análisis del contexto del sitio Punta Morada Sector 3 146 1. INTRODUCCION 147 2. ACERCA DE LA MICROGEOLOGIA DEL SITIO 147 3. ACERCA DE LA ESTRATIGRAFIA 148 4. DE LA FORMACION, ALTERACION Y OCUPACION 151 5. DE LAS OCUPACIONES 153 TRIGESIMA QUINTA PARTE: Conclusiones y recomendaciones 160 1. ACERCA DEL SITIO 161 2. DE LA CONSERVACION DEL SITIO 163 3. RECOMENDACIONES 165 TRIGESIMA SEXTA PARTE: Plano general y de detalle del sitio Punta Morada Sectores 1, 2 y 3 172

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VIGESIMA NOVENA PARTE: Análisis arqueométricos del sitio Punta Morada Sectores 1, 2, y 3

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1. INTRODUCCION

De acuerdo con el plan de trabajo propuesto para el sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sectores 1, 2, y 3, se ejecutó un total de 9 dataciones absolutas a partir de material de excavación, de forma de poder contar con rangos cronológicos para la ocupación de las áreas excavadas arqueológicamente.

2. DATACION POR TERMOLUMINISCENCIA

Del material cerámico exhumado del depósito, se enviaron 3 muestras al laboratorio de termoluminiscencia de la Facultad de Física de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de las cuales 1 procede del Sector 1, y 2 muestras del Sector 2.

Los fragmentos arrojaron los siguientes resultados:

UCTL-1520 SECTOR 1 Pozo de Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm Fragmento Cerámico SAN PEDRO NEGRO PULIDO (NP4) (200 a.C. – 950 d.C.) Estrato Fechado: 1.100 d.C (900 +/- 90 AP)

UCTL-1521 SECTOR 2 Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Rasgo 1 Fragmento Cerámico AYQUINA (950 – 1.450 d.C.) Estrato Fechado: 885 d.C (1.115 +/- 110 AP)

UCTL-1522 SECTOR 2 Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Rasgo 2 Fragmento Cerámico LOA CAFE ALISADO (ant a 950 d.C.) Estrato Fechado: 1.010 d.C (990 +/- 90 AP)

6

3. DATACION POR RADIOCARBONO

En excavación, se colectó un conjunto de muestras de concha y carbón, con el objeto de poder enviar 6 de ellas al laboratorio Beta Analytic Inc., en Miami, Estados Unidos, con el objeto de contar con dataciones absolutas para la ocupación de las áreas excavadas, mediante la técnica de RC14. Las muestras analizadas proceden: 2 del Sector 1; 3 del Sector 2; y, 1 del Sector 3.

Las muestras arrojaron los siguientes resultados:

Beta-175453 SECTOR 1 Pozo de Sondeo Nº 29, Nivel 10-20 cm Concha de Fisurella Estrato Fechado: cal 700 a 980 d.C. (cal 1.250 a 980 AP)

Beta-175454 SECTOR 1 Pozo de Sondeo Nº 29, Nivel 50-60 cm (Rasgo Tumba) Concha de Loco Estrato Fechado: cal 2.910 a 2.580 a.C. (cal 4.860 a 4.530 AP)

Beta-175455 SECTOR 2 Pozo de Sondeo Nº 23, Nivel 0-10 cm, Rasgo 1 Concha de Loco Estrato Fechado: cal 1.520 a 1.700 d.C. (cal 430 a 250 AP)

Beta-175456 SECTOR 2 Pozo de Sondeo Nº 25, Nivel 20-30 cm Concha de Loco Estrato Fechado: cal 1.520 a 1.160 a.C. (cal 3.470 a 3.110 AP)

Beta-175457 SECTOR 2 Pozo de Sondeo Nº 26, Nivel 40-50 cm Concha de Loco Estrato Fechado: cal 2.130 a 1.700 a.C. (cal 4.080 a 3.650 AP)

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Beta-175458 SECTOR 3 Pozo de Sondeo Nº 15, Nivel 10-20 cm Concha de Loco Estrato Fechado: cal 690 a 960 d.C. (cal 1.260 a 990 AP)

Cabe destacar, que las fechas obtenidas por radiocarbono, son fechas calibradas y poseen un rango de probabilidad del 95 %.

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TRIGESIMA PARTE: Cerámica arqueológica del sitio

02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile

MAURICIO URIBE Arqueólogo

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1. INTRODUCCION

El siguiente informe da cuenta del estudio de la alfarería recuperada y analizada del sitio arqueológico 02 Ta 008 Punta Morada de la localidad de Taltal, Región de Antofagasta, como parte del programa de rescate y estudio dirigido por el arqueólogo Nelson Gaete.

En particular, fueron estudiados los materiales de tres sectores del sitio, 1, 2

y 3, cuyos materiales se recuperaron a partir de excavaciones y sus respectivas recolecciones de superficie. Respecto a la proveniencia específica de la cerámica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, el material del Sector 1 se obtuvo de 4 pozos de sondeo (N° 17, N° 28, N° 29 y N° 30), mientras que el del Sector 2 procede de 11 pozos de sondeo (N° 18, N° 19, N° 20, N° 21, N° 22, N° 23, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27 y N° 31), y del Sector 3 sólo de 1 pozo de sondeo (N° 12).

Con relación a lo anterior, 20 fragmentos pertenecen al Sector 1, 96 al

Sector 2 y únicamente 1 es del Sector 3, sumando un total de 117 fragmentos de cerámica, además de 3 ejemplares de superficie, que generan una muestra general de 120 fragmentos. Por lo tanto, al interior de 02 Ta 008, el 17.09 % de la muestra corresponde al Sector 1, mientras que el Sector 2 reúne el 82.05% y sólo un 0.85% pertenece al Sector 3, razón por la cual las evidencias arqueológicas se concentrarían en el segundo de ellos.

Con todo, para ser tres sectores de un mismo sitio nos parece que se trata

de escaso material, lo cual asociado a que de los 16 pozos de sondeo de donde provienen los fragmentos, difícilmente 3 de ellos alcanzan los 30 centímetros de profundidad, sugiere desde ya que se trataría de ocupaciones bastantes livianas, cortas o esporádicas incapaces de generar mayores proporciones de desechos.

2. METODOLOGIA

Continuando análisis anteriores1, éste ha comprendido la clasificación de la cerámica, la cual se ha basado en un reconocimiento visual y macroscópico de los fragmentos (apoyado en una lupa “cuenta hilos”), cuyas características de pasta, tratamientos de superficie, forma, decoración y manufactura fueron comparadas con las tipologías elaboradas para las zonas colindantes (Ayala y Uribe, 1995, 1996, 2000; Callegari, 1997; Niemeyer et al., 1997; Tarragó, 1989; Uribe, 1994, 1996, 1997, 1998, 1999; Sinclaire et al., 1998; Varela et al., 1991; Varela, 1992). Particularmente, se ha puesto énfasis en los aspectos tecnológicos como

1 URIBE, MAURICIO, en GAETE, NELSON (Arqueólogo Responsable), 2.001 (Ms) “Informe de

Caracterización del sitio 02 Ta 008 Punta Morada”, realizado para Ingelog/Dirección Nacional de Vialidad, Tomo I, Tercera Parte, Punto 3.1 Material Cerámico, págs.: 45-48; Tomo II, Cuarta Parte, Punto 3.1 Material Cerámico, págs.: 23-35; y, Tomo II, Quinta Parte, Punto 3.1 Material Cerámico, págs.: 70-81

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decorativos de la alfarería estudiada, lo cual se debe a la existencia y circulación de diversas tradiciones de culturales registradas en esta parte del norte de Chile (Schiappacasse et al., 1989).

En este sentido, las pastas, el tratamiento y acabado de las superficies de

las vasijas son los atributos más relevantes, inmediatamente seguidos por el resto de las características; las que en su conjunto generan tipos que han sufrido transformaciones en el tiempo y en el espacio, permitiendo poner a la alfarería en secuencia histórico-cultural del Norte de Chile (p.e., Berenguer et al., 1986; Espoueys et al., 1995; Niemeyer et al., 1997; Schiappacasse et al., 1989; Tarragó, 1989). Esto significa que a través de ellos es posible establecer las épocas representadas en los sitios, así como el origen local y foráneo de los mismos.

Para sistematizar estas observaciones y hacer comparaciones válidas, se

ha llevado a cabo una descripción detallada de cada uno de los conjuntos cerámicos segregados en las muestras, de acuerdo a un mismo protocolo de caracterización, combinando los datos tecnológicos con los decorativos y depositacionales. Así, a partir de este tratamiento común de la cerámica de los sitios en cuestión, se desprenden las inferencias histórico-culturales y funcionales básicas que generan la interpretación del material alfarero para cada caso en particular y de la localidad en general.

En suma, la totalidad de la alfarería ha sido tratada de acuerdo al marco

metodológico reseñado, de cuya aplicación particular a estos yacimientos se deriva una caracterización arqueológica preliminar de este sector de la costa desértica del Norte Grande de Chile. Más precisamente, esta caracterización se refiere a la historia y dinámica de la ocupación de la localidad en cuestión, al mismo tiempo que se reflexiona acerca del lugar de estos sitios en la prehistoria e historia regional del Desierto de Atacama.

3. ANTECEDENTES

El estudio previo permitió reconocer dos importantes momentos de ocupación de Taltal a partir de la cerámica de nueve sitios trabajados con anterioridad2. Con probabilidad, dicha ocupación habría comenzado a fines del Período Arcaico y más bien a comienzos del Formativo, desarrollándose una presencia continúa de poblaciones a partir de dichos momentos, pero en un principio dentro de una dinámica de pequeños grupos usando en forma dispersa y temporal del lugar.

2 Análisis de la alfarería realizado por Mauricio Uribe, en materiales colectados mediante

recolección superficial y excavación de sondaje, en diversos sitios del área de Taltal, como parte del Estudio de Caracterización Arqueológica llevado a a cabo el año 2.001, por Nelson Gaete (arqueólogo Responsable), para Ingelog/Dirección Nacional de Vialidad.

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Al contrario, a partir de fines del período Medio se incrementaría la presencia de población en Taltal, especialmente por representantes del Norte Chico y Tarapacá a los que luego se unirían los de Atacama y, finalmente, los de Arica. De esta manera, Taltal se iría configurando como un espacio de confluencia de poblaciones de todo el norte de Chile, o por lo menos de su cultura material, otorgándole un carácter multiétnico compartido por casi toda la costa desértica, al menos desde Camarones hacia el sur durante los desarrollos regionales tardíos (Schiappacasse et al., 1989). Es posible, que la misma base poblacional de la localidad con una considerable impronta costera (Arcaico-Formativa), hubiera generado el interés de otros pueblos por acceder a este espacio a primera vista tan marginal, y explotar sus recursos en términos de una movilidad marítima o simplemente productiva.

4. SITIO 02 Ta 008 PUNTA MORADA De manera muy parecida a lo observado en el sitio 02 Ta 007 Morro Colorado3, durante la etapa de caracterización, la alfarería de los distintos puntos de recuperación del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, permitieron distinguir al menos cinco componentes cerámicos, diferenciados temporal y culturalmente.

La mayoría del material se definió como heterogéneo y principalmente

tardío, reconociéndose la existencia de cuatro tradiciones de alfarería distintas que se desarrollan en forma plena a partir del Período Intermedio Tardío hasta el Tardío, aunque todas igualmente vinculadas en sus orígenes con el Período Medio. Con seguridad, por una parte, se reconocieron exponentes de Tarapacá y el desierto de Atacama como los tipos Pica-Charcollo y Aiquina; mientras que, por otra, fue indiscutible la presencia de cerámicas Copiapó y Las Animas del Norte Chico, en ambos casos con fechados que abarcan desde fines del Periodo Medio hasta el Tardío. Y, de la misma manera que en el sitio Morro Colorado, tiende a manifestarse una expresión cerámica propia de los Valles Occidentales de Arica, posiblemente a través de la alfarería No-decorada que coincidentemente se incrementa en los momentos tardíos de los desarrollos regionales preincaicos (fase Arica II ó Gentilar), caracterizando el énfasis costero que la Cultura Arica adquiere en esta época (Uribe, 1999).

Todo esto sugirió que el sitio habría sido ocupado, visitado o transitaron por

aquí poblaciones tardías de todo el norte de Chile, en particular de los territorios comprendidos por la costa desértica desde Arica hasta Tarapacá y de la cuenca del río Loa como de la región de Copiapó, dentro de un patrón ya conocido para Taltal en cuanto punto de convergencia de tradiciones culturales centro-sur

3 URIBE, MAURICIO, en GAETE, NELSON (Arqueólogo Responsable), 2.001 (Ms) “Informe de

Caracterización del sitio 02 Ta 007 Morro Colorado”, realizado para Ingelog/Dirección Nacional de Vialidad, 6. Resultados laboratorio, Punto 6.1 Material Cerámico, págs.: 27-44

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andinas y meridionales. Tal situación nos pareció acentuada luego por la expansión incaica, sobretodo con relación al desplazamiento de poblaciones y/o materiales de Copiapó y Arica, debido al carácter propiamente tardío de sus cerámicas, por lo cual esto pudo ser un hecho mucho más tardío al representado por los componentes Tarapacá y Loa. Y, en especial, porque en este caso la asociación con cerámica incaica es bastante evidente a través de ejemplares de aspecto “cusqueño”, advirtiéndose una amplia red de conexiones y comunicación vía costa desértica.

El conjunto de estos componentes se encontró representado en todos los

sectores analizados, aunque en su mayoría restringidos a los niveles superficiales de cada uno de ellos, salvo por el Sector 2 donde el Pozo 3 rindió materiales tardíos con cierta profundidad estratigráfica, sugiriendo que sería el único espacio muestreado con una ocupación más prolongada o intensa que el resto4.

Por el contrario, el quinto componente cerámico correspondió a material

más temprano sugiriendo una ocupación formativa del sitio, análoga a la de los anteriores por cuanto tendría un origen centro-sur andino de carácter costero, o introducida por contactos o movimientos caravánicos de tierras altas. A lo anterior se sumó la presencia de otras expresiones formativas, tarapaqueñas, loínas y posiblemente san pedrinas que apoyaron la situación descrita, a parte que su ubicación principalmente estratigráfica confirmó su adjudicación temprana o, al menos, anterior a los componentes arriba definidos.

Aunque lo último aparece representado en casi todos los puntos de

recuperación, la presencia temprana se consideró preliminarmente minoritaria a la representada por las ocupaciones tardías, insinuando una utilización en épocas tempranas más reducida, esporádica o menos intensa del mismo lugar, lo cual resultaba coherente con una formación social formativa o arcaica tardía, quizás restringida a una sola población y no se trataría de varias como parece ocurrir después.

4.1 CARACTERIZACION DE LA MUESTRA GENERAL

En esta oportunidad se pudieron distinguir 12 tipos cerámicos, además de ejemplares indeterminables y otros erosionados reunidos en las clases IND y ERO. A continuación, específicamente, se presenta una breve caracterización tipológica de las principales clases identificadas, de acuerdo a una organización según la adscripción cronológica de ellas.

4 URIBE, MAURICIO, en GAETE, NELSON (Arqueólogo Responsable), 2.001 (Ms) “Informe de

Caracterización del sitio 02 Ta 008 Punta Morada”, realizado para Ingelog/Dirección Nacional de Vialidad, Tomo II, Cuarta Parte, Punto 3.1 Material Cerámico, págs.: 23-35

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Dentro de los tipos cerámicos (Cuadro 1 y Anexo 1), en la muestra se distinguió la presencia de los tipos Los Morros (LRS), Loa Café Alisado (LCA) y Quillagua-Tarapacá Café Amarillento (QTC), las que en su conjunto configuran un primer componente alfarero presente que se relacionaría al Período Formativo del Desierto de Atacama (1000 a.C.-600 d.C.), constituido por ejemplares locales, pero también foráneos como en el caso del tipo LMS (Ayala y Uribe, 2000; Núñez s/f; Sinclaire et al., 1998). A lo anterior, se suma la posible presencia del tipo Faldas del Morro (FML) de los Valles Occidentales, retrayendo y acotando la ocupación del sitio al Formativo Temprano, vinculada con poblaciones de tradiciones culturales del extremo norte del país, distintas a las de las tierras altas de Atacama.

Por otra parte, diferenciamos una nueva agrupación donde reunimos los

tipos monocromos pulidos, especialmente negros (NPC), pudiendo incluso segregar una variante formal correspondiente a cuencos (NP4), los que configuran un segundo componente cerámico en la muestra que se remontaría al Formativo Tardío y el Período Medio del desierto de Atacama (200 a.C.-950 d.C.), constituido por ejemplares esencialmente locales (Ayala y Uribe, 2000; Sinclaire et al., 1998; Tarragó, 1976, 1989; Uribe, 2002). Como en el caso previo, en éste se integrarían ejemplares del extremo norte, correspondientes posiblemente al tipo Maytas-Chiribaya de los Valles Occidentales, el cual también se desarrollaría durante el Período Medio de Arica, específicamente como parte de una segunda fase conocida como Maytas (700-1200 d.C.).

En tercer lugar, los tipos Aiquina, Dupont y Turi Rojo Alisado serían

característicos del período de desarrollos regionales tardíos del desierto de Atacama hasta más allá de la llegada del Inka al área Circumpuneña, configurando el componente Intermedio Tardío (950-1450 d.C.). Este, a su vez, puede dividirse al menos en dos grandes momentos, uno inicial que sería contemporáneo a los últimos momentos del período Medio y perduraría hasta el 1350 d.C., reconocible por el predominio del tipo DUP junto a otros (p.e., San Pedro Rojo Violáceo); y, luego, existiría un momento clásico a partir de la fecha señalada, identificado por una mayor diversidad de cerámica local y por la recurrente presencia de ejemplares foráneos del Altiplano Meridional y Noroeste Argentino (Uribe, 2002). Pero además, también formando parte de los desarrollos regionales tardíos del Norte Grande, en este caso se registró la presencia del tipo Pocoma-Gentilar B (POC), característico de la Cultura Arica que se gestó posterior a la fase Maytas y cuya cerámica justamente se popularizaría después del 1350 d.C. como parte de su fase Arica II o Gentilar.

Por último, se distingue un tipo evidentemente foráneo que adjudicamos a

alfarería incaica indeterminada (INK), dando cuenta del componente Tardío (1450-1532 d.C.), que por su fina calidad da la impresión de corresponder a ejemplares originales o estilísticamente “cusqueños”.

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Cuadro 1

Tipos Cerámicos del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Taltal

Período Formativo

1. Faldas del Morro (FML) 2. Loa Café Alisado (LCA) 3. Quillagua-Tarapacá Café Amarillento (QTC) 4. Los Morros (LMS) 5. San Pedro Negro Pulido (NPC)

Período Medio

6. San Pedro Negro Pulido (NP4) 7. Maytas-Chiribaya? (MCH?)

Período Intermedio Tardío

8. Aiquina Café Rojizo y Gris Café Pulido (AIQ) 9. Dupont Negro Pulido (DUP) 10. Turi Rojo Alisado (TRA) 11. Pocoma-Gentilar B (POC)

Período Tardío

12. Inka Indeterminado (INK)

En suma, estos distintos conjuntos cerámicos o componentes nos remiten a las alfarerías más típicas y ampliamente distribuidas en el Desierto de Atacama y los Valles Occidentales, desapareciendo las evidencias del Norte Chico (Agüero et al., 1997; Tarragó, 1976, 1989; Uribe, 1997, 1999; Varela, 1992; Varela et al., 1991), por lo cual es dado pensar que sería uno de los ítems de la cultura material, que mejor representaría a las poblaciones indígenas que habitaron de mar a cordillera, el territorio enmarcado entre Arica y el Salar de Atacama a la llegada de los españoles (Uribe, 1996).

4.2 COMPORTAMIENTO TIPOLOGICO Y DESPOSITACIONAL

A continuación desarrollamos una análisis acerca del comportamiento

cuantitativo y depositacional del universo cerámico identificado los que ya han

sido caracterizados en reiteradas ocasiones, con el propósito de entender con mayor precisión estas adjudicaciones histórico-culturales preliminares, hechas a modo de un primer esquema ordenador para la comprensión de este trabajo (Gráfico 1).

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Gráfico 1

TALTAL, PUNTA VIENTO, CAMPAÑA NOVIEMBRE 2002

4.9

43.9

0.8

4.93.3

0.8 1.6

5.7

2.40.8 1.6 1.6 0.8 1.6

25.2

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

FM

L

LC

A

QT

C

LM

S

NP

C

NP

4

MC

H?

AIQ

DU

P

TR

A

PO

C

PO

C?

INK

IND

ER

O

CERÁMICA

% C

AN

TID

AD

Como dijimos, el material de esta temporada se dividió en 14 clases, de las cuales 12 corresponden a alfarería en estricto, mientras que otra clase incluyó material indeterminado (IND) y la última a los fragmentos erosionados (ERO). Estos en total suman 120 ejemplares registrados y analizados, de los cuales el 25.2% o más de un cuarto del material se halla erosionado, lo que desde ya sugiere una actividad antrópica y natural considerable sobre el sitio, la cual incidió claramente sobre el estado de conservación del depósito cultural.

En cuanto a la alfarería propiamente tal, los 12 tipos cerámicos serían

diagnósticos de los períodos Formativo, Medio, Intermedio Tardío y Tardío de los desarrollos culturales del Desierto de Atacama, primero, y luego de los Valles Occidentales, en particular de Arica. El primer componente estaría conformado por los tipos formativos FML, LCA, QTC, LMS y NPC, constituyendo el 57.8% de la muestra, seguido por el componente Intermedio Tardío que con los tipos AIQ, DUP, TRA y POC alcanzan el 12.1%, mientras que los componentes de los períodos Medio y Tardío sólo llegan al 2.4 y 0.8% respectivamente.

En suma, esto significa que la principal ocupación del sitio 02 Ta 008 Punta

Morada, se habría desarrollado en épocas formativas, disminuyendo en forma notoria durante el Período Medio, volviendo a adquirir fuerza de nuevo en pleno Intermedio Tardío, quizás posterior al 1350 d.C., pero sin nunca superar la del Formativo y perdiéndose casi totalmente con la expansión del Inka.

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Dichas ocupaciones, siempre habrían tenido como protagonistas poblaciones de o vinculadas con el interior del desierto de Atacama, así como de los oasis y costa de Arica. No obstante, los vínculos predominantes siempre habrían sido con Atacama o el área Circumpuneña, incluso desde el Período Formativo en adelante como lo demuestra el tipo LCA que alcanza la máxima representación con cerca del 44% de frecuencia, es decir, comprende casi la mitad de la cerámica total. Con todo, esta alfarería exhibe una amplia dispersión espacial y cronológica, distribuyéndose por gran parte de Atacama, Tarapacá y la costa asociada a través del río Loa, con fechas que abarcan desde el 700 a.C. en las tierras bajas (Quillagua), hasta el 600 d.C. en las tierras altas de su afluente el río Salado (Ayala y Uribe, 2000; Sinclaire et al., 1998). Sin poder distinguirse todavía diferencias diagnósticas entre el momento más temprano y el tardío, salvo por el creciente aumento de “bordes en coma” que, en general, tienen fechas más tardías (op. cit.). En este sentido, el material que aparece en el sitio debiera corresponder más bien al Formativo Temprano, ya que no se han registrado esa clase de bordes5.

Esto último, sin embargo, es inconsistente con la presencia de los tipos

QTC y NPC, los cuales aparecen con fechados entre el 200 d.C. y 700 d.C. (Agüero et al., 2001; Ayala y Uribe, 2000; Berenguer et al., 1986; Tarragó, 1989), apoyando la afirmación acerca de una ocupación más bien formativa tardía. No obstante, tampoco podemos desconocer la presencia de las cerámicas Faldas del Morro y LMS, ambas de origen foráneo y que perfectamente puede ubicarse antes del 500 a.C., sugiriendo incursiones a larga distancia y más tempranas hacia la costa desértica por parte de poblaciones vinculadas con los desarrollos culturales trasandinos y de los Valles Occidentales.

En definitiva, entonces, lo más seguro es que dichas incursiones se hayan

realizado a lo largo de todo el Período Formativo, por cerca de 1000 años, razón por lo cual se habría acumulado una mayor cantidad y variedad de alfarería temprana que en tiempos posteriores.

Las ocupaciones más tardías, en cambio, exhibirían rangos de tiempo más

acotados. Así, además de ser muy limitada, la presencia del Período Medio se restringiría a algún momento posterior al 700 d.C. (justo cuando culminarían las ocupaciones formativas más tardías), hasta el 950-1200 d.C. como lo señalan los restos de cuencos NP4 de San Pedro de Atacama y el posible tipo MCH de Arica, coincidentes con las fases Coyo y Maytas de las respectivas regiones6 (Berenguer

5 Un fechado obtenido para 1 fragmento cerámico Loa Café Alisado, de 1.010 d.C. (990 +/- 90)

(UCTL-1522), en el Sector 2, Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Rasgo 2, el cual es por sus atributos claramente Formatvo Temprano, exhibe una datación que por lo tardía escapa a los rangos cronológicos conocidos. 6 Al respecto, un fechado obtenido para 1 fragmento cerámico San Pedro Negro Pulido (NP4), de

1.100 d.C. (900 +/- 90) (UCTL-1520), en el Sector 1, Pozo de Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm, Estrato II, denota claramente ocupación del Período Medio en Punta Morada.

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et al., 1986; Espoueys et al., 1995; Tarragó, 1989). Por su parte, la presencia un poco más contundente del Intermedio Tardío podría implicar una continuidad mayor a lo largo de todo el período debido a la ausencia de marcadores temporales más diagnósticos, aunque el registro del tipo POC y las mínimas evidencias incaicas (INK), inducen a pensar que la ocupación del desarrollo regional también se habría dado en los momentos más bien tardíos, posterior al 1350 d.C. (equivalentes a la fase Gentilar de Arica).

Ahora bien, la moderada proporción de material erosionado (un cuarto del

total), sugiere que se trató de asentamientos posiblemente pasajeros o estacionales con breves ocupaciones, separadas en el tiempo y que dejaron depósitos bastante livianos de desechos o basuras. Esto es coherente si consideramos la escasa variedad tipológica, en conjunto con el resto de las variables depositacionales como cantidad, dimensiones, forma, restaurabilidad y uso, entre otras (Anexo 2). De este modo, aparte de ser poco material y tipológicamente reducido, los indicadores de forma son el 12.19 % (n=15), el 17.88% restauran (n=22) y 2.43% muestran huellas de uso (n=3), cuyos fragmentos en su mayoría no superan los 5 cm de longitud máxima y casi nunca alcanzan el centímetro de grosor, demostrando una gran regularidad y, en consecuencia, una restringida funcionalidad.

Lo anterior, podría corresponder a basuras primarias como a desechos de

abandono (Adán, 1995,1996), ya que si bien son los restos son escasos, poco variados y pequeños, una notable proporción restaura, otra parte importante corresponde a indicadores de forma y sólo unos cuantos muestran huellas de uso con claridad. Por tales razones, el material no habría sufrido un mayor empleo, reducción ni meteorización producto de un desarrollo más bien básico de actividades, limpieza y un mínimo pisoteo por escasa población, acciones que incluso se habrían detenido por largos momentos de abandono. En conclusión, al menos desde la cerámica, se aprecia que tales ocupaciones no sólo fueron pasajeras, sino además discontinuadas en el tiempo, ya sea porque las poblaciones involucradas se movilizaban constante y/o temporalmente a lo largo de la costa o, porque el acceso a este lugar fue más bien ocasional y fortuito.

Para profundizar estas ideas, a continuación nos referimos en particular, a

cada uno de los sectores definidos del sitio, analizando su utilizació por separado, especialmente los Sectores 1 y 2, ya que el tercero presentó únicamente un fragmento erosionado (Gráfico 2).

25

Gráfico 2

4.2.1 SECTOR 1

Como ya dijimos en el Sector 1 se obtuvo material de 4 pozos de sondeo, correspondientes a las unidades N° 17, N° 28, N° 29 y N° 30. Sin embargo, éstos no superaron los 30 cm de profundidad (Pozo de Sondeo N° 17), exhibiendo la mayoría sólo 10 cm de depósito, razón por la cual apenas sumaron un total de 20 fragmentos de cerámica. Lo anterior, en definitiva, confirma que se trata de ocupaciones pasajeras que dejan depósitos muy livianos, al menos en cuanto a desechos cerámicos se refiere.

Ahora bien, la presencia de los tipos LCA, LMS y NPC permiten diferenciar

en este sector la existencia del componente Formativo, mientras que la cerámica NP4 refiere al Período Medio, en tanto los ejemplares AIQ y DUP dan cuenta del componente Intermedio Tardío, los cuales, sin embargo, aparecen completamente mezclados en los distintos niveles excavados, por lo tanto, habría una superposición de ocupaciones en gran medida disturbadas por tratarse de yacimientos superficiales o expuestos.

TALTAL, 02-TA-008, PUNTA VIENTO

0

20

40

60

80

100

120

FML LCA QTC LMS NPC NP4 AIQ DUP TRA POC? IND ERO

CERÁMICA

% C

AN

TID

AD

SECTOR 1 SECTOR 2 SECTOR 3

26

En cualquier caso, en este sector es posible establecer el predominio de la ocupación del Período Formativo, ya que el tipo LCA alcanza el 30% de presencia en la muestra, seguido por el tipo LMS con un 15% y el NPC por un 5%, abarcando en el total el 50% de la cerámica de esta parte del sitio. El resto se encuentra distribuido entre los tipos tardíos, donde AIQ obtiene la más alta representación con el 25%, acompañado mucho más abajo por el tipo DUP con un 5%, lo que implica el 30% la alfarería del sector. Por último, la cerámica NP4 del Período Medio a penas llega al 5%, quedando un 28.1% de material erosionado.

Se concluye, por lo tanto, que en el Sector 1 del sitio 02 Ta 008 Punta

Morada hubo sólo dos eventos ocupaciones significativos, uno del Formativo y otro del Intermedio Tardío, siendo más potente el primero que el segundo.

Por otro lado, respecto al carácter o naturaleza de la ocupación de nuevo se

observa que junto con tratarse de material muy escaso y poco variado, no se registraron indicadores de forma, si bien hay restaurabilidad en 2 fragmentos, no fue posible evidenciar huellas de uso, mientras que las dimensiones se mantienen pequeñas y regulares. En consecuencia, la presencia humana en el lugar, sea cual sea la época, siempre habría sido muy pasajera, quizás ni siquiera estacional, dejando unas pocas evidencias de rápido abandono, ligadas a una breve parada y abastecimiento en el lugar.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1: Material cerámico, Pozo de Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm, Estrato II, fragmento San Pedro Negro Pulido (NP4) datado en 1.100 d.C.

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Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1: Material cerámico, Pozo de Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm, Estrato II, fragmento San Pedro Negro Pulido (NP4) datado en 1.100 d.C.

4.2.2 SECTOR 2

En el Sector 2, en cambio se obtuvo material de 11 pozos de sondeo, correspondientes a las unidades N° 18, N° 19, N° 20, N° 21, N° 22, N° 23, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27 y N° 31, los que en gran parte tampoco superaron los 30 cm de profundidad (salvo los Pozos de Sondeo N° 26 y N° 31), pero más de la mitad alcanzó los 20 cm (Pozos de Sondeo N° 18, N° 19, N° 20, N° 21, N° 24 y N° 27), mientras que sólo tres llegaron a los 10 cm de depósito (Pozos de Sondeo N° 22, N° 23 y N° 25). Asimismo, ya que aumentaron las unidades de recuperación, el material ascendió a 96 fragmentos de cerámica, mostrando depósitos con mayor potencial estratigráfico.

Sin embargo, lo anterior confirma que se trata de ocupaciones pasajeras, ya

que el aumento de materiales está en directa relación con la amplitud horizontal de las unidades de recuperación. Con todo, en este caso las ocupaciones abarcarían una superficie más amplia y con una depositación un poco más potente, permitiéndonos suponer que se trataría de un empleo más extensivo del lugar que en el Sector 1, aunque igualmente pasajero, ya sea por un grupo mayor o por una visita más recurrente e incluso estacional de este espacio.

28

Ahora bien, la presencia de los tipos LCA, FML, LMS, NPC y QTC permiten confirmar en este sector la existencia del componente Formativo, mientras que desaparece del registro la cerámica que refiere al Período Medio, en tanto los ejemplares AIQ, DUP, TRA y el posible tipo POC consolidan la presencia del componente Intermedio Tardío. Los cuales, a diferencia del Sector 1, no aparecen necesariamente mezclados en los distintos niveles excavados. De este modo, se observa que la alteración sólo ocurre en tres unidades (Pozos de Sondeo N° 19, N° 22 y N° 26), mientras que en la mayoría de ellas, equivalentes al 55%, se aprecia el absoluto dominio del componente Formativo (Pozos N° 18, N° 20, N° 23, N° 24, N° 27 y N° 31), mientras que el componente Intermedio Tardío aparece como predominante una única unidad (Pozo N° 21). Por lo tanto, no se distinguiría una superposición de las ocupaciones, quedando evidenciada una amplia utilización del sector y del sitio en momentos tempranos, en tanto en tiempos tardíos la presencia humana habría sido bastante más acotada, disturbando algunos contextos previos y/o privilegiando el Sector 1.

De hecho, en el Sector 2 es posible afirmar el absoluto predominio de la

ocupación del Período Formativo, ya que el tipo LCA alcanza el 50% de presencia en la muestra, seguido por el tipo FML con un 6.3%, mientras que las cerámicas LMS y NPC aparecen con el 3.1% cada una, en tanto el tipo QTC alcanza el 1%, sumando en total el 63.5% de la cerámica de esta parte del sitio. El resto se encuentra distribuido entre los tipos tardíos, donde AIQ y DUP obtienen la más alta representación, aunque sólo con el 3.1% cada uno de ellos, acompañados por el tipo TRA que apenas alcanza el 1%, lo que implica el 7.2% de la muestra (a diferencia del 30% con que aparece en el Sector 1). Por último, se une el material erosionado que aparece con el 28.1% y cerámica indeterminada con un 2.1%.

Se reitera, por lo tanto, que en el Sector 2 del sitio 02 Ta 008 Punta Morada,

hubo sólo dos eventos ocupacionales significativos, uno del Formativo y otro del Intermedio Tardío, siendo obviamente más potente el primero que el segundo en términos horizontales como verticales. Asimismo, queda bastante claro el origen de dichas ocupaciones, puesto que la mayoría de la alfarería remite a poblaciones o vínculos con los desarrollos tempranos y tardíos del desierto de Atacama de la misma manera que en el Sector 1. Sin embargo, no es despreciable la presencia o nexos con poblaciones de los Valles Occidentales en las mismas épocas, especialmente en el Formativo Temprano.

Ahora bien, respecto al carácter o naturaleza de la ocupación de nuevo se

observa que se trata de material muy escaso, poco variado y moderadamente erosionado. Con todo, se registró un considerable número de indicadores de forma (n=15, 15.6%) y una significativa restaurabilidad (n=16, 16.6%), así como algunas huellas de uso (n=3, 3.1%), aunque las dimensiones de los fragmentos se mantienen pequeñas y regulares como en la muestra general. En consecuencia, la presencia humana en el lugar, sea cual sea la época, siempre habría sido pasajera, pero más recurrente o constante que en el Sector 1, capaz de dejar desechos de una actividad mayor o, al menos, más diversa. En este sentido, es

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posible en el Sector 2 se encuentre el núcleo de esta clase de ocupación, donde la población asentada produjo y consumió alimentos como se desprende para la ocupación tardía a través del uso de platos y algún cántaro. Lo mismo e incluso con mayor certeza, pudo haber ocurrido en momentos tempranos, producto de visitas recurrentes o estacionales al lugar que enfatizaban el almacenamiento y preparación de alimentos en cántaros, botellas y ollas como las que suelen caracterizan a los tipos LCA y FML.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Material cerámico, Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Rasgo 2, fragmento Loa Café Alisado datado en 1.010 d.C.

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Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Material cerámico, Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Rasgo 1, fragmento Ayquina datado en 885 d.C.

5. SINTESIS Y CONCLUSIONES

Este informe ha dado cuenta del estudio de restos de alfarería de tres sectores del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, correspondientes a una muestra de 120 fragmentos de cerámica. Sin embargo, para ser tres sectores de un mismo sitio y 16 unidades de excavación que difícilmente alcanzan los 30 cm de profundidad, desde un principio se infieren ocupaciones bastante livianas, cortas o esporádicas, afirmaciones que se fundamentaron a lo largo de este trabajo.

Asimismo, se consideraron los análisis previos hechos para la alfarería de

la localidad, a partir de los cuales se sugirió la existencia de dos grandes momentos de ocupación de Taltal, las cuales habrían comenzado a fines del Período Arcaico y más bien a comienzos del Formativo por parte de pequeños grupos usando en forma dispersa y temporal el lugar. Al contrario, se pudo apreciar que desde fines del Período Medio se incrementaría la presencia de poblaciones en Taltal, consolidándose en el Intermedio Tardío aquellas provenientes o vinculadas con el desierto de Atacama, Norte Chico, Tarapacá y, finalmente, Arica, otorgándole un carácter multi-étnico a esta región, propio de la costa desértica del Norte Grande de Chile.

Más particularmente, el material cerámico del sitio 02 Ta 008 Punta Morada

se caracterizó como muy heterogéneo y principalmente tardío, sugiriendo que el lugar habría sido ocupado, visitado o transitado por poblaciones tardías provenientes o vinculadas con los desarrollos de Arica, Tarapacá, Atacama y Copiapó. Así como, que dichos movimientos se habrían acentuado con la

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expansión incaica en el Período Tardío, sobre todo por el desplazamiento de poblaciones y/o materiales de Arica y Copiapó. El conjunto de estos componentes cerámicos se encontró representado en todos los sectores del sitio en cuestión y concentrado en sus niveles superficiales, salvo por el Sector 2 que exhibió materiales tardíos dentro de una estratigrafía más potente.

No obstante lo anterior, gracias a este primer acercamiento también se

detectó un componente formativo, con igual origen centro-sur andino y de clara naturaleza costera, pero vinculado con las tierras altas de Atacama, todo lo cual quedó refrendado por su aparición en estratigrafía debajo de los componentes tardíos (aunque también se hallaron mezclados). Tal situación apareció representada en casi todos los puntos de recuperación, sin embargo se la consideró minoritaria frente a la presencia tardía, insinuando un asentamiento más reducido y esporádico, coherente con organizaciones sociales formativas o arcaico-tardías.

Al revisar, entonces, la alfarería de esta etapa de rescate parcial en Punta

Morada, se identificaron 12 tipos cerámicos, cinco de ellos correspondientes al componente Formativo vinculado con los desarrollos interiores del desierto de Atacama y, en segundo lugar, con los Valles Occidentales de Arica, dando como fecha de inicio de las ocupaciones alrededor del 1000 a.C. Por otra parte, sólo dos tipos fueron posibles de asignar al Período Medio, específicamente a momentos posteriores al 700 d.C., pero pertenecientes a las mismas regiones culturales señaladas, es decir, de Arica y San Pedro de Atacama. En cambio, se registraron cuatro tipos del Intermedio Tardío, también representativos de los desarrollos regionales de Atacama y, luego, de Arica, los que refieren a un momento de ocupación posterior al 1350 d.C. Por último, tampoco está ausente el componente cerámico Tardío a través de un posible ejemplar de aspecto “cusqueño”, poniendo el límite final a la ocupación prehispánica hacia el 1536 d.C.

En suma, a través de este material se reconocieron las tradiciones de alfarería más típicas y ampliamente distribuidas de los desarrollos culturales del desierto de Atacama y los Valles Occidentales, desapareciendo las evidencias del Tarapacá como del Norte Chico; al mismo tiempo que se ratifican los dos momentos más importantes de ocupación de Taltal: los períodos Formativo e Intermedio Tardío.

De este modo, se pudo concluir que la principal ocupación del área al norte

de Taltal, donde se localizan los sitios estudiados, habría tomado lugar en épocas formativas, disminuyendo en forma notoria durante el Período Medio, para volver a adquirir fuerza en el Intermedio Tardío, aunque sin superar a la presencia temprana y culminando en el Tardío. De hecho, esta última habría tenido un desarrollo temporal como espacial más amplio en el Formativo que en el Intermedio Tardío, cuando las ocupaciones habría sido mucho más acotadas. Ahora bien, las características depositacionales de la cerámica (conductuales y contextuales), confirman que en cualquiera de los casos se trató de episodios

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pasajeros y/o estacionales, separados en el tiempo, dejando desechos bastante livianos por abandono de este espacio, demostrando una restringida funcionalidad producto de que las poblaciones se movilizaron constantemente por la costa o porque el acceso al lugar fue ocasional e incluso fortuito.

Introduciéndonos en el análisis específico, tanto tipológico como

depositacional, del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, se confirmaron varias de estas apreciaciones, lo cual es lógico si se considera que la cerámica de este yacimiento representa casi toda la muestra estudiada. Sin embargo, la revisión de cada sector por separado permite tener una idea más completa acerca de la ocupación del sitio y las formas de asentamiento de las poblaciones que lo habitaron.

En el Sector 1 se diferenciaron los componentes Formativo, Medio e

Intermedio Tardío, con gran preponderancia del primero, pero seguido luego por el componente más tardío, cuyos usuarios disturbaron los contextos tempranos, mezclando los materiales, seguramente porque los restos anteriores se hallaban expuestos en la superficie del yacimiento. Esto último, indica que tales ocupaciones fueron pasajeras y sin mayor recurrencia, dejando evidencias más bien de abandono, ligadas a una breve parada y abastecimiento en el lugar.

En cambio, en el Sector 2 la cerámica incrementó considerablemente su

cantidad como sus características depositacionales, de la misma manera que las unidades de recuperación mostraron un mayor potencial estratigráfico. Con todo, lo anterior se relaciona con una mayor cantidad de unidades de recuperación en este espacio, que sugieren ocupaciones igualmente pasajeras pero con una mayor amplitud espacial y depositacional, ya sea porque se trató de un grupo mayor o por visitas más recurrentes e incluso estacionales al lugar.

Por otro lado, una menor cantidad de unidades no disturbados con un

significativo predominio del componente formativo y la ausencia de ejemplares del Período Medio, permiten postular que esta parte del sitio habría sido privilegiada para el asentamiento temprano, constituyéndose la presencia tardía como marginal y acotada al Sector 1. En cualquier caso, además, en ambos los protagonistas de estos hechos habrían sido poblaciones pertenecientes o vinculadas con los desarrollos del desierto de Atacama y, en segundo lugar, de Arica, perdiéndose el registro de nexos con el Norte Chico.

En definitiva, el Sector 2 habría sido el núcleo de la ocupación temprana y

pudo extenderse hasta el Sector 1, pero el cual por el contrario, pudo ser el núcleo de la presencia tardía e incluso el espacio privilegiado por las leves intromisiones del Período Medio. Asimismo, el asentamiento del Formativo sugiere haber tenido un carácter más recurrente o constante, capaz de dejar desechos de una actividad mayor y más variada, donde la población produjo y consumió alimentos durante estadías más prolongadas o reiteradas.

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Concluyendo, y de acuerdo al material cerámico de esta temporada de rescate parcial, se confirma que el sitio 02 Ta 008 Punta Morada fue ocupado, visitado o transitaron por poblaciones del norte de Chile, pero principalmente provenientes o vinculadas con las del desierto de Atacama y los Valles Occidentales de Arica, más que con otras áreas como Tarapacá y Copiapó. Dichas ocupaciones, fueron las que generaron importantes asentamientos aunque pasajeros durante los periodos Formativo e Intermedio Tardío, distinguiéndose que los núcleos de cada una de ellas pudieron tener lugar en los sectores 2 y 1 respectivamente, habitados por grupos amplios en momentos tempranos y otros más reducidos después, los cuales satisficieron sus necesidades básicas de paso en lugar, luego de recorridos que abarcaron extensos territorios que incluso evidencian contactos con espacios trasandinos.

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ANEXO 1: Tipos Cerámicos de Excavación del Sitio 02 Ta 008 Punta Morada

Sectores 1, 2, y 3

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1. CERAMICA DE LOS PERIODOS FORMATIVO Y MEDIO7

1.1 TIPO FALDAS DEL MORRO (FML)

Esta cerámica ha sido especialmente registrada en los espacios costeros de los Valles Occidentales, sobre todo en sitios funerarios del litoral comprendido entre Ilo, en el extremo sur del Perú, y Caleta Huelén en Chile, con una clara concentración en la costa de Arica, en sitios como Faldas del Morro y Laucho. No obstante, algunos ejemplares se han identificado al interior del valle, específicamente en el de Azapa y quizás en Tarapacá y Quillagua.

Se caracterizaría por piezas con pastas densas en inclusiones orgánicas (p.e., restos vegetales y concha o hueso molidos). Con ellas se construyeron vasijas de formas predominantemente restringidas, en un solo caso con asa en el cuello, empleando técnicas de ahuecamiento, placas y rodetes. Las superficies se presentan revestidas rojas y pulidas. Su tamaño regular y grande en general, pudo estar ligado a su funcionamiento como contenedores de líquidos (botellas, cántaros o jarros), e incluso pudieron ser usadas como ollas, ya que muchas veces muestran algo de hollín en la parte inferior de los cuerpos. No obstante, también se registran vasijas no-restringidas a modo de platos hondos o escudillas.

Por otra parte, el empleo abundante del antiplástico orgánico estaría incidiendo en el hecho que algunas piezas se deforman, seguramente por la pérdida en exceso de humedad debido a la combustión del desgrasante durante una cocción a temperatura bastante alta. Tal situación, sin embargo, no importaría mucho en un contexto de actividad no doméstica como lo confirma su recurrente presencia en el ámbito funerario, de donde proviene la mayoría de las vasijas estudiadas. Coincidente con esto, aparte del hollín en algunas de las piezas, casi no se detecta desgaste por uso por lo que todas parecen nuevas, lo cual reafirmaría su carácter especial y un uso esencialmente ceremonial.

Sus fechados abarcan desde el 900 a.C. hasta el 500 d.C., perdiéndose su registro en épocas más tardías (Espoueys et al. 1995).

1.2 TIPO LOA CAFE ALISADO (LCA)

Ha sido detectado de manera sistemática en el curso superior del río Loa (Turi, Aiquina, Caspana, Toconce y Alto Loa) y, muy recientemente, en Quillagua donde esta cuenca se encausa hacia su desembocadura en el océano Pacífico. Asimismo, se deriva su presencia del Loa Medio a través de los trabajos de

7 Basado en Berenguer y Dauelsberg 1989, Sinclaire et al. 1998, Tarragó 1989 y Uribe y Ayala

2000.

40

Pollard (1982[1970]), y observaciones personales dan cuenta de su presencia en sitios habitacionales del Salar de Atacama como Cálar y Túlor (Cfr. Orellana 1988-89, Llagostera et al. 1984). Incluso podría corresponder o estar emparentada con cerámica descrita como formativa para la región tarapaqueña (Núñez y Moragas 1983).

En general, se caracteriza por una pasta de aspecto arenoso, densa en inclusiones blancas redondeadas de tamaño heterogéneo, la cual da origen a paredes medianas a gruesas, de fractura casi regular y bastante resistente, con escasos núcleos que indican un adecuado proceso de manufactura en lo que a cocción se refiere (oxidante). Las superficies de los fragmentos se hallan alisadas por ambas caras e incluso en algunos casos con huellas de pulimento en el exterior lo que también pueden deberse al desgaste por uso. En otras ocasiones, aquí mismo, se observan manchas rojas que podrían ser provocadas por la aplicación de un revestimiento muy delgado a modo de engobe. No obstante, las superficies son predominantemente de color café rojizo claro a café gris oscuro, con escasas manchas de cocción. Los fragmentos de forma, en particular la existencia de bordes evertidos, nos informan de vasijas restringidas de cuerpo ovoide, cuello hiperboloide y base convexa apuntada de tamaños grandes y medianos como se infiere de la variedad que alcanza el diámetro de la boca de los tiestos. Otra de sus particulares radica en que los labios, además de ser convexos y rectos, exhiben un notorio engrosamiento hacia el exterior, fisonomía comúnmente conocida como “borde en coma”.

Existe total ausencia de asas en este tipo, seguramente porque su funcionalidad ha sido reemplazada por el engrosamiento de los labios; así como tampoco aparece decoración alguna excepto por un cuello con modelado antropomorfo del sitio Turi-2 ó Los Círculos en la cuenca del río Salado, principal tributario del Loa. Por lo tanto, debido a su “simpleza”, dimensiones y recurrencia en sitios habitacionales se ha sugerido que se trataría de vasijas de uso esencialmente doméstico.

Por último, se cuenta con fechados por termoluminiscencia (Tl) que lo sitúan entre el 400 y 600 d.C. en el Alto Loa y en la cuenca del Salado (SBa-170 y Alero Confluencia), aunque puede ser más temprano como lo sugieren fechas entre el 500 y 700 a.C. en Quillagua, Loa Inferior. En este sentido, su producción tiende a ubicarse dentro de los momentos tempranos como tardíos del formativo circumpuneño, sin una clara adscripción a las fases conocidas para la región.

1.3 TIPO QUILLAGUA TARAPACA CAFE AMARILLENTO (QTC)

Esta es muy abundante en Quillagua e incluso aparece en la desembocadura del Loa (Caleta Huelén) y Quebrada de Tarapacá (Tr-40). Esto significa que aparece en sitios funerarios además de los habitacionales, siendo en

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ambas clases de yacimientos donde a veces se combina con el Loa Café Alisado como suele ocurrir en Quillagua. Serían vasijas restringidas y no-restringidas, en general de perfil asimétrico las primeras, por cuanto el borde se transforma en una vertedera; los bordes presentan labios rectos, las bases son planas a anulares, casi siempre con improntas de cestería y no se han registrado asas. Sus pastas son de aspecto arenoso, con gran variedad de antiplásticos dentro de los cuales son densos los negros y blancos de tamaño mediano y formas redondeadas; las paredes son de espesor heterogéneo aunque destacan las gruesas, la mayoría de fractura deleznable y, por lo tanto, poco resistentes; de color parejo aún cuando tiende a aparecer un leve núcleo gris a rosado que no opaca la cocción oxidante.

La apariencia de las piezas es tosca en términos del tratamiento y acabado

de las superficies, a pesar de demostrar cierta regularidad y su típico color café amarillento a café rojizo. Los bordes son alisados por ambas caras, dejando un rasmillado fino; los cuerpos aparecen pulidos de manera más bien tosca por fuera en las piezas restringidas y por los dos lados en las no-restringidas, mientras que la zona basal a penas aparece tratada. Aparte de las vertederas, en las restringidas hemos detectado decoración modelada sobre la base de perforaciones de las paredes y es probable que en ambas clases de contenedores se hayan aplicado revestimientos rojos que se han perdido por ser post-cocción.

Hasta hace poco no contábamos con fechados absolutos para esta cerámica, pero por su asociación con ergología de la fase Alto Ramírez de Arica como la presencia de túmulos y textilería con tapicería y/o anillado, la ubicamos entre el 500 a.C. y 500 d.C. (Muñoz 1983 y 1989). Hoy, en cambio, estamos en condiciones de confirmar lo anterior, ya que dataciones de material de excavaciones realizadas en Quillagua, han arrojado fechas entre el 500 y 600 d.C.

1.4 TIPO LOS MORROS (LMS)

Este es un tipo bastante complejo porque en él seguramente se han reunido distintas clases de vasijas, lo cual se ha debido a una recurrente pero bajísima presencia de fragmentos muy particulares. Dicha particularidad dice relación con pastas de aspecto “cementado” con inclusiones muy gruesas, o más arenosas y densas en una “mica plateada” también recurrente en el caso anterior. Esto ha permitido definir dos variantes (A y B) que se hayan emparentadas por la utilización de un grueso revestimiento de color café rojizo oscuro que impide la oxidación completa de la superficie natural dejándola gris a rosada y que se craquela durante la cocción. En la variante A las paredes son gruesas y resistentes, en la B más bien delgadas y quizás deleznables, cuyos colores denotan efectos reductores durante la cocción. El pulido es característico en sus superficies, especialmente en el exterior donde tiende a aplicarse el revestimiento que por lo general se desprende, mostrando un alisado muy regular. Las vasijas varían de restringidas a no-restringidas, lo cual parece estar relacionado con las

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variantes de pastas mencionadas, sin embargo, sus características todavía no pueden ser muy bien precisadas excepto por la existencia de bordes evertidos y directos de labios convexos a rectos, asas en arco, de correa, cortas y doble-adheridas, y bases planas a anulares. Incluso, la variante A probablemente presenta pipas. Con todo, sus fragmentos exhiben con recurrencia alguna clase de decoración, en especial modelada donde se han utilizado diversas técnicas, a veces combinadas, de aplicación y sustracción de material como pastillaje, incisos finos y gruesos, acanalado, corrugado, improntas de cestería e incrustación de micas, generando diseños puramente geométricos hasta biomorfos. Asimismo, en ciertas ocasiones aparecería una decoración pintada bicolor correspondiente a reticulados en negro sobre crema que podría corresponder al tipo Vaquerías Policromo (VAQ).

Su distribución geográfica ha llegado a ser muy parecida a otras cerámicas de la región, no obstante, tiende a circunscribirse a las tierras altas de este territorio, sobretodo a la cuenca loína como lo delata su recurrencia en el Loa Medio y el río Salado (Castro et al. 1994, Orellana et al. 1969, Thomas et al. 1988-89). Ahora bien, las características decorativas permiten ampliar la distribución de esta cerámica, ya que es posible establecer nexos con los primeros desarrollos agroalfareros del altiplano meridional de Bolivia como Wankarani y Chiripa (Faldín 1983; Ponce 1970) y, principalmente, con los del Noroeste Argentino como San Francisco y Vaquerías (Pérez 1992; Raffino 1970). Lo anterior nos remonta al primer milenio antes de nuestra era como punto de partida para el surgimiento de esta tradición, lo cual resulta bastante coherente con los fechados Tl y radiocarbónicos (Rc) obtenidos en este territorio los que abarcan desde el 960 a.C. en Chiuchiu; 550, 360 y 165 a.C. en Toconce hasta el 341 d.C. en Turi (Aldunate et al. 1986; Benavente 1981; Pollard 1982; Sinclaire 1985). Todo ello, permite asignarlo a los momentos más tempranos del formativo loíno y, por ende, podría tener análogo a la alfarería temprana del salar que caracteriza a las fases Tilocalar y Toconao (Núñez 1992).

1.5 TIPO SAN PEDRO NEGRO PULIDO SEQUITOR, QUITOR Y COYO (NPC)

Esta alfarería pertenecería a las expresiones más tempranas de la tradición

cerámica negra pulida de San Pedro de Atacama que se desarrolla hacia el formativo tardío (Berenguer et al. 1986; Tarragó 1989). En ella se registran vasijas no-restringidas así como las restringidas simples e independientes, generando una amplia variedad de formas entre las cuales destacan vasos (NP1), escudillas, cuencos, botellas, botellones y uno que otro jarro (Tarragó op. cit.). Sin embargo, lo más característico es su color y tratamiento de superficie que en esta época sería logrado a través de una cocción reductora más que por la verdadera aplicación de un revestimiento negro como ocurre en momentos del período medio. Proceso en el cual colaboraría una pasta arenosa muy homogénea, quizás

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colada, densa en cuarzos y de paredes relativamente delgadas. Asimismo, el pulido aún no alcanzaría los niveles de bruñido de dichos momentos, en tanto la decoración modelada que aparece en el cuello de las botellas sería antropomorfa naturalista y no esquemática.

En la cuenca del río Loa esta cerámica aparece en sitios habitacionales tempranos, pero en proporciones bastante menores que en los cementerios de San Pedro en el Salar; a pesar de ello, mostrando las mismas características tecnológicas, morfológicas y estilísticas con fechas que se encuentran alrededor del 500 d.C. Por tal razón, se ha propuesto que este período tendría un análogo más tardío en la cuenca del Loa. En cualquier caso, representaría el momento de mayor consolidación durante el Período Intermedio Temprano o Formativo de la región (fase Séquitor), a diferencia de las fases Tilocalar y Toconao que serían las más tempranas del Salar de Atacama.

Por su parte, los tipos negros pulidos Quítor y Coyo representarían la cerámica Negra Pulida “clásica”, correspondiente a las variantes del Período Medio de dicha tradición alfarera (400-950 d.C.). A diferencia de su antecedente Séquitor, la cerámica Quitor presenta paredes más delgadas y un revestimiento negro propiamente tal, sobre el cual se ha ejecutado un prolijo bruñido que deja las superficies brillantes. Sus formas son variadas por cuanto implican diversas vasijas no-restringidas, restringidas simples y complejas; dentro de estas últimas se encuentran botellas con decoración modelada antropomorfa aunque más abstracta que la Séquitor. Además, dentro de ese proceso que se extiende entre el 400 y 700 d.C., tienden a desaparecer los vasos, en tanto las escudillas (NP1) se vuelven más típicas, muchas de las cuales se convierten en verdaderos cuencos (NP4). De este modo, paulatinamente van destacando los tazones negros y rojos, de paredes más gruesas, que han sido grabados en su cara externa (NPI), conjunto que ha sido segregado como Coyo y que se ubica cronológicamente hacia el 700-950 d.C. Es importante recordar que cada una de estas expresiones ha servido para diferenciar una fase inicial (Quítor) y otra clásica (Coyo), dentro del mismo período (Berenguer et al. 1986).

Obviamente, sabemos que la presencia de estos tipos se concentra en San Pedro de Atacama, siendo notoriamente menos popular en la cuenca del Loa, puesto que aparece de manera muy esporádica aunque en cada uno de sus tramos; así como se lo ha detectado en la transición entre el Altiplano Meridional y Noroeste Argentino (Fernández 1978). En este sentido, dicho tipo mantiene la misma y amplia esfera de distribución que alcanzan las cerámicas precedentes

aunque antes como conjunto; al mismo tiempo que, se percibe una marcada centralización de la producción en el oasis atacameño que no se aprecia ni antes ni después del período en cuestión.

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1.6 TIPO MAYTAS-CHIRIBAYA (MCH)

Esta cerámica ha sido especialmente registrada en los espacios costeros de los valles occidentales, sobre todo en sitios funerarios del litoral comprendido entre ilo, en el extremo sur del perú, y taltal en chile; pero con una clara concentración en la costa de arica y valle de azapa como parte de poblaciones que explotan los espacios interiores y se mueven ampliamente por la costa.

Sus formas se reducen a jarros, escudillas, cántaros y tazas, elaboradas con pastas areno-granulosas que incluyen distintivas inclusiones blancas, todas las cuales fueron revestidas rojas y pulidas de manera regular hasta bajo la mitad del cuerpo por el exterior. escudillas y tazas muestran importantes vínculos con los tipos chiribaya y churajón del extremo sur del perú. y, al igual que esas cerámicas, la decoración maytas-chiribaya se caracteriza por los colores blanco y negro sobre rojo, usados en la elaboración de diseños donde predominan las figuras geométricas que enfatizan el empleo de triángulos y puntos dentro de estructuras simétricas (bi, tri y cuatripartitas), los cuales se sintetizan en tres motivos directamente relacionados con la morfología de las vasijas. dicha normalización del estilo se traduce en que jarros y cántaros exhiben bandas anulares de triángulos invertidos en el cuello y aserrados con forma de v en el cuerpo, o bandas anulares de rombos en el cuello y filas de aserrados en el cuerpo con el aspecto de “pinos”. este mismo motivo se repite dentro o fuera de las escudillas, pero asociado a una especie de estrella casi siempre con seis puntas en el interior de éstas.

Así, se establece un fuerte nexo estilístico con los Valles Occidentales del extremo sur del Perú que se habría desarrollado en una segunda etapa del Período Medio como parte de la dinámica local de estas poblaciones que, en el caso de Arica habría tomado lugar hacia el 700 d.C., dando lugar a una fase Maytas durante la cual convivirían grupos vinculados a Tiwanaku con aquellos propios del ámbito costero hasta cerca del 1200 d.C. (Espoueys et al. 1995).

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2. CERAMICA DEL PERIODO INTERMEDIO TARDIO8

2.1 TIPO AIQUINA CAFE ROJIZO Y GRIS CAFE PULIDO, DUPONT NEGRO PULIDO Y TURI ROJO REVESTIDO PULIDO (AIQ, DUP Y TRP).

Exhiben exactamente la misma distribución y es probable que haya sido

trasladada aún más lejos como lo indica su presencia hasta Iquique por el norte y cerca de Chañaral hacia el sur. Asimismo, tiene un desarrollo temporal tan amplio como el Turi Rojo Alisado que también tiene que ver con una tecnología cerámica distintiva que ha sufrido ciertas transformaciones con el tiempo, generando variantes más tempranas y otras más tardías que han recibido, respectivamente, nombres como Dupont y Lasana Rojo Pintado o Engobado (Turi Rojo Revestido Pulido). En ninguno de los casos, lo anterior significa un reemplazo de un tipo por otro, sino diferencias en la popularidad que éstos alcanzan en momentos y contextos determinados. En este sentido, se considera a la cerámica Dupont como la expresión más temprana de este proceso que, al final, reúne a aquellos platos hondos semi-esféricos todavía revestidos negros y pulidos pero sólo en el interior, ya que afuera son alisados y rojos. Además presentan una acanaladura bajo el labio y/o un par protúberos en lados opuestos del borde. A partir de ellos, los platos son construidos por ahuecamiento, con una pasta arenosa donde destacan inclusiones blancas entre muchas otras, son de paredes más gruesas y se cuecen en ambiente oxidante (Varela et al. 1991). Sus fechados bordean el período anterior aunque se concentran en los primeros siglos del intermedio tardío, es decir hacia el 1200 d.C., después de lo cual disminuiría su producción sin desaparecer (Cfr. Berenguer et al. 1986, Uribe 1998).

Por su parte, la cerámica Aiquina también se caracteriza por una pasta de aspecto arenoso, densa en variadas inclusiones de formas y tamaños homogéneos (redondeadas y medianas), entre las que levemente destacan aquellas de color blanco. Sus paredes son de un estable espesor mediano, con tendencia a la fractura regular como resistente y de color café rojizo disparejo por frecuentes núcleos que alteran la regularidad de una cocción oxidante. Esto parece deberse a golpes diferenciales de fuego durante dicho proceso, los que también quedan evidenciados por manchas de cocción en las superficies sobretodo exterior. Respecto a éstas, existe un tratamiento diferencial que deja el exterior alisado por espatulado y de color rojo cafesoso; en tanto, el interior ha sido intensamente pulido en ambiente muy húmedo, generando un “falso engobe” y tonalidades que varían desde el gris café hasta el café rojizo. De acuerdo a ello, se trata de vasijas no-restringidas de boca bastante ancha, cuerpo semiesférico a semielíptico, bases convexas y bordes directos de labios convexos o biselados sin

8 Basado para el Período Intermedio Tardío en Tarragó 1989, Uribe 1994, 1996, 1997 y Varela et

al. 1991, para el Tardío en Ayala y Uribe 1995 y Uribe 1999, y para momentos subactuales en Varela 1992.

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engrosamiento evidente. Por lo general, la morfología de las piezas es completada por aditamentos modelados como puede ser una acanaladura anular bajo el labio o un par de protúberos en lados opuestos del borde. Asimismo, el tratamiento de superficie a veces incluye una banda de pintura roja sobre el labio y decoración propiamente tal a modo de diseños geométricos de color negro en el interior del borde. Entre éstos destacan finas líneas onduladas dispuestas de manera vertical y sucesiva, así como motivos propios de cerámica del altiplano boliviano que en este territorio se conoce como tipo Hedionda (Uribe 1996). Por otra parte, tampoco es extraño que aparezcan grabados en el interior de las vasijas diseños geométricos y biomorfos (humanos y animales).

No obstante, la gran particularidad de estas y de los otros tipos de escudillas emparentadas, es que se han seleccionado y tratado con especial cuidado las arcillas como los antiplásticos utilizados, pero de una manera radicalmente opuesta a la representada por el tipo Turi Rojo Alisado. Del mismo modo, la técnica constructiva también precisa, se encuentra restringida al ahuecamiento para levantar el cuerpo y enrollamiento anular para concluir los bordes. Por otra parte, su presencia es popular en todas las clases de contextos y sitios del período, registrándosele desde el 900 al 1470 d.C., asociada a un recurrente tipo Dupont en momentos tempranos y al Lasana Rojo Pintado en los más tardíos. Por este largo desarrollo en el tiempo, nos parece que dicha cerámica derivó de la tradición alfarera anterior (p. e., escudillas de la fase Coyo), pero recibiendo e incorporando los efectos provocados por los acontecimientos del período en cuestión como pudieron ser los nuevos contactos con el altiplano meridional.

2.2 TIPO TURI ROJO ALISADO, SAN PEDRO ROJO VIOLACEO Y TURI ROJO REVESTIDO ALISADO (TRA, SRV Y TRR)

Se lo registra en todo el territorio comprendido por las cuencas del río Loa y el Salar de Atacama, incluido el litoral aledaño. No obstante, ha sido difícil reconocerlo al oriente inmediato de los Andes por cuanto aquí las investigaciones son más esporádicas y no prestan atención a cerámica de apariencia “simple” como ésta. Con todo, se trata de la más típica alfarería del Desierto de Atacama en el período en cuestión.

Es fácil de identificar por su pasta granulosa, variada en inclusiones aunque densa en cuarzos de formas angulares y tamaños heterogéneos dentro de los cuales destacan los muy gruesos visibles a simple vista en las fracturas. Estas, por su parte, son irregulares pero resistentes aún cuando sus espesores son muy variables según la parte de la pieza que se trate; por lo mismo, podríamos decir que su color rojizo se ve muchas veces alterado por núcleos oscuros debido a una cocción regular, pero incompleta. Esas diferencias se deben a que las formas reconstruidas corresponden a grandes vasijas restringidas simples y complejas

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aunque también aparecen otras de dimensiones más modestas e incluso miniaturas como algunos jarros con asa-vertedera. Los cuerpos son elípticos en las primeras y ovoides a esféricos en las segundas; éstas a su vez presentan cuellos hiperboloides de bordes marcadamente evertidos, a diferencia de los bordes directos de las vasijas restringidas simples. En este sentido, es posible diferenciar cuencos y cántaros que comparten bocas anchas, labios convexo-aguzados sin engrosamiento, bases cóncavas y a veces planas, así como asas lisas, en arco y remachadas de manera horizontal a la altura del diámetro máximo. No obstante, los cuencos no necesariamente llevan asas. El tratamiento con paleteado y espátula ha dejado ambas superficies regularmente alisadas que además destacan por su color rojo cafesoso, por lo general, con manchas de cocción en el exterior del cuerpo y huellas de desgaste por uso en el interior (sobretodo los bordes). En la práctica, no existe ejecución de decoración alguna ni siquiera aplicación de revestimientos.

Con todo, lo anterior ocurre pero con una tendencia a suscitarse en contextos más bien “ceremoniales” (adoratorios tipo “chullpa”, sepulturas, aleros con arte rupestre), razón por la cual se ha preferido separar esta variante dentro de un tipo distinto que hemos llamado tipo Turi Rojo Revestido, cuya expresión más temprana a su vez sería el San Pedro Rojo Violáceo (Cfr. Tarragó 1989). Por lo mismo, esta industria alfarera tiene un largo desarrollo temporal que abarca desde inicios del intermedio tardío hasta fines de la secuencia prehispánica, dentro del cual el tipo Turi Rojo Alisado se insertaría en los momentos más clásicos como lo señalan sus fechados entre el 1340 y 1480 d.C.

De acuerdo a lo anterior, el tipo San Pedro Rojo Violáceo correspondería a las primeras expresiones de nuevas vasijas restringidas que si bien recuerdan a las grandes piezas pulidas de períodos anteriores, a través de ellas se incorpora la tecnología de placas y paleteado para construirlas, siempre con pastas granulosas densas en cuarzos e inclusiones negras, aparecen las bases cóncavas, las asas se remachan en lados opuestos del diámetro máximo y se revisten de rojo por el exterior, pulido de manera bastante irregular o tosca. En definitiva, se configura la cerámica Turi Rojo Alisada que en ciertas ocasiones se pintará de rojo como en los casos mencionados y que, por otra parte, se diferencia de manifestaciones semejantes pero más tardías por los cuellos “abultados” de los cántaros, algunos con doble cuerpo y por el labio recto con engrosamiento exterior en éstos como en los cuencos. Después del 1200 d.C. ésta cerámica sería desplazada por la Turi Rojo Revestida (Uribe op. cit.).

En cualquier caso, lo más interesante de esta cerámica es su elaborada tecnología que en mayor o menor medida es la que se mantiene hasta hoy entre las comunidades indígenas de este territorio. Dicha tecnología se encuentra reflejada en las técnicas de manufactura empleadas para la construcción de grandes vasijas como, por ejemplo, el uso placas que se sostienen gracias a una selección precisa de los antiplásticos y la unión reforzada con paleteado. Lo anterior marca una gran diferencia con los otros períodos y tradiciones alfareras, al

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mismo tiempo que recalca la utilidad funcional que debe cumplir este tipo y todos aquellos que se hacen con pastas granulosas, placas y paleteados. En este sentido, aquella parece ser una dimensión privilegiada a través de la cerámica durante los momentos en cuestión, por lo mismo no extraña que aparezca tan poco en sitios no-habitacionales como los funerarios. Todo esto, nos hace pensar que se trataría de un cambio radical de la industria alfarera derivado de la introducción de nuevas ideas y/o poblaciones al Desierto de Atacama.

2.3 TIPO POCOMA-GENTILAR B (POC)

Esta cerámica ha sido especialmente registrada en los espacios costeros de los valles occidentales, sobre todo en sitios funerarios del litoral comprendido entre ilo, en el extremo sur del perú, y taltal en chile; pero con una clara concentración en la costa de arica y valle de azapa como parte de poblaciones que explotan los espacios interiores y se mueven ampliamente por la costa.

Se trata de vasijas construidas con pastas de aspecto variado, pero con características inclusiones blancas, utilizando técnicas mixtas de ahuecamiento, moldes y enrollamiento anular, gracias a las cuales se ha dado forma a distintas calidades de piezas. Respecto a su morfología, se observa principalmente la producción de jarros, cántaros y mates (los dos primeros fáciles de reconocer por sus cuellos troncocónicos), además de pocillos y botellas. Sus superficies se encuentran pulidas y sin revestimiento, adquiriendo un fuerte color anaranjado sobre el cual se ha llevado a cabo una decoración geométrica en negro y rojo que privilegia los diseños triangulares, continuos y simétricos (estructuras duales bi y cuatripartitas). Al respecto, se ha observado un directo parentesco estilístico con el tipo Maytas-Chiribaya, ya que vasijas como cántaros y jarros llevan triángulos en el cuello y aserrados en el cuerpo (como V o en hileras). No obstante, algunas innovaciones propias corresponden a la decoración de los mates (forma que no aparece en Maytas-Chiribaya), en los cuales se pintaron bandas rectas y sinuosas u óvalos rellenos con distintos elementos geométricos negros, dentro de amplios espacios rojos.

Así, se fortalece un fuerte nexo estilístico con los Valles Occidentales del extremo sur del Perú que tendría su origen en la segunda mitad del Período Medio, como parte de los desarrollos locales propios de los oasis bajos y costa aledaña. Sin duda, tal situación se habría consolidado en Arica durante el Intermedio Tardío con la aparición del tipo San Miguel alrededor del 1000 d.C., pero recién hacia el 1350 d.C. esto se habría popularizado en la costa con la aparición de la cerámica Pocoma-Gentilar (A y B), correspondientes a la fase II de Arica (Espoueys et al. 1995; Uribe 1999).

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3. CERAMICA DEL PERIODO TARDIO9

3.1 TIPOS INCAICOS (INK)

Al respecto, lo que definimos como propiamente Inka son aquellas escasas manifestaciones que por sus características formales, calidad de manufactura y/o decorativas, específicamente su policromía, remiten a piezas análogas a la producción cusqueña. Por tal razón, dentro de esta clase es posible incorporar las mejores expresiones inca locales, como las provinciales (p.e., altiplano boliviano) y las que en verdad parecieran provenir del Cusco. Dentro de esta última categoría, destacamos fragmentos y vasijas (escudillas y aríbalos) de pastas coladas con decoración geométrica en colores negro sobre rojo como negro, ante y rojo, sobretodo en la región de San Pedro de Atacama.

La cerámica Inka Cuzco, específicamente el tipo Cuzco Policromo (Rowe

1969[1944), se define como una alfarería de pasta con inclusiones negras, blancas y algo de mica, de textura media, con o sin núcleos oscuros dependiendo de la cocción. A esto se suma una superficie cuidadosamente pulida de color rojo ladrillo a naranja brillante, a veces revestida con engobe rojo oscuro, blanco o ante e incluso negro, que raramente cubren la totalidad de las piezas. Asimismo, se distingue por una decoración que ha sido dividida en dos grupos, la cual se encuentra asociada a formas específicas (op. cit.). Ambos grupos están directamente relacionados con los aríbalos, la vasija más típica del imperio, los cuales han sido pintados en el cuello y en el cuerpo, donde se distingue un gran panel central flanqueado por paneles laterales. El grupo A se caracteriza, principalmente, por simples bandas anulares en el cuello y figuras con forma de espiga o helecho en el cuerpo; mientras que el grupo B presenta bandas anulares de diminutos rombos en el cuello y una banda de rombos más grandes y concéntricos en el cuerpo, acompañada por paneles laterales con hileras de pequeños triángulos invertidos. No obstante, también es posible reconocer en ellos varios otros motivos geométricos, donde destacan las figuras con formas de X o clepsidras; además, algunos de estos motivos pueden aparecer dispuestos como un panel horizontal en el frente de aríbalos y ollas, así como atravesando el fondo de platos de manera cruciforme o como bandas paralelas. Ambas decoraciones se presentan en iguales proporciones e incluso combinadas dentro de la misma vasija, a las que se unen cántaros, jarros, especies de floreros, vasos y grandes piezas como urnas, las mismas que pueden aparecer sin decoración y de color ante (Cuzco Ante). Asimismo, otras vasijas, entre las que se cuentan vasos-kero, ollas con pedestal y también aríbalos, fueron pintadas de rojo, blanco o una mitad blanca y la otra roja (Cuzco Rojo y Blanco). La decoración, en cualquier caso, es muy estereotipada, seguramente por su producción en masa, aunque a veces se distinguen diseños innovadores de carácter naturalista, 9 Basado para el Período Intermedio Tardío en Tarragó 1989, Uribe 1994, 1996, 1997 y Varela et

al. 1991, para el Tardío en Ayala y Uribe 1995 y Uribe 1999, y para momentos subactuales en Varela 1992.

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destacando figuras antropo, fito y zoomorfas que, sin embargo, mantienen un estilo esquemático (Cuzco Policromo Figurativo). Otro estilo relacionado se caracteriza por líneas, cuadrados y triángulos (a veces formando aspas) en negro y blanco sobre rojo (Qorypata Policromo).

Sin embargo, el más fino y coloreado de todos, corresponde a un estilo que se concentra en la ribera occidental de lago Titicaca, el cual se distingue por su pasta con inclusiones finas, destacando algo de mica, de textura media y color amarillento a rojo y café oscuro; las superficies han sido diferencialmente tratadas, estando la externa muy bien pulida, mientras la interna a penas alisada; aquella no presenta revestimiento, pero está completamente cubierta por decoración geométrica de colores negro, blanco-crema, rojo y naranja, constituida por bandas, triángulos, etc., la que aparece en aríbalos y quizás jarros (Urcusuyu Policromo).

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ANEXO 2 Base de datos material cerámico

Sitio Punta Morada Sectores 1, 2 y 3

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Base de datos material cerámico analizado, del sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sectores 1, 2, y 3.

Sector Pozo Nivel Tipo Cantidad Forma Restaur. Uso Tamaño Esp.

0 0 SUP POC 1 0 0 36 6

1 17 10-20 ERO 1 0 0 0 21 0

1 17 20-30 ERO 1 0 0 0 46 0

1 28 0-10 LMS 2 0 0 0 61 6

1 28 0-10 DUP 1 0 0 0 18 5

1 29 0-10 LCA 6 0 2 0 52 7

1 29 0-10 AIQ 1 0 0 0 20 6

1 29 0-10 ERO 1 0 0 0 30 0

1 30 0-10 LMS 1 0 0 0 13 5

1 30 0-10 NPC 1 0 0 0 18 6

1 30 0-10 AIQ 4 0 0 0 24 9

1 30 10-20 NP4 1 0 0 0 54 5

0 0 SUP MCH? 2 0 2 0 41 10

2 18 0-10 QTC 1 1 0 1 22 5

2 18 10-20 LCA 1 0 0 0 37 3

2 18 10-20 IND 1 0 0 0 57 7

2 19 0-10 ERO 3 0 0 0 38 0

2 19 0-10 DUP 2 0 2 0 24 6

2 19 0-10 NPC 1 1 0 0 12 4

2 19 0-10 LCA 2 0 0 0 36 7

2 19 10-20 LCA 6 1 2 0 48 4

2 20 0-10 ERO 2 1 0 0 26 0

2 20 10-20 FML 5 0 5 0 58 8

2 21 0-10/R1 AIQ 1 0 0 0 30 6

2 21 10-20 ERO 1 0 0 0 37 0

2 22 0-10 ERO 1 0 0 0 28 0

2 22 0-10 POC? 1 0 0 0 44 5

2 22 0-10 TRA 1 0 0 0 26 7

2 22 0-10 FML 1 0 0 0 62 7

2 23 0-10 LCA 3 0 3 1 70 6

2 24 0-10 LCA 1 0 0 0 28 7

2 24 0-10 NPC 1 0 0 0 25 5

2 24 0-10 ERO 1 0 0 0 12 0

2 24 10-20 LCA 1 0 0 0 23 6

2 24 10-20/R2 LCA 2 1 2 0 75 5

2 25 0-10 LCA 6 0 0 0 31 7

2 25 0-10 ERO 2 0 0 0 25 0

2 26 0-10 LCA 3 0 0 0 23 7

2 26 0-10 ERO 3 0 0 0 20 0

2 26 10-20 AIQ 1 0 0 0 19 7

2 26 10-20 LCA 4 2 0 0 57 7

2 26 10-20 ERO 2 0 1 0 19 0

2 26 20-30 LCA 1 1 1 0 30 7

2 27 0-10 LCA 10 0 0 0 41 8

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Sector Pozo Nivel Tipo Cantidad Forma Restaur. Uso Tamaño Esp.

2 27 0-10 LMS 3 3 0 0 21 4

2 27 0-10 NPC 1 0 0 0 18 5

2 27 0-10 ERO 8 2 0 0 34 0

2 27 10-20 ERO 4 1 0 0 13 0

2 27 10-20 LCA 5 1 0 1 44 7

2 31 0-10 LCA 1 0 0 0 19 6

2 31 10-20 LCA 2 0 0 0 18 6

2 31 20-30 IND 1 0 0 0 26 7

3 12 0-10 ERO 1 0 0 0 33 0

120 15 20 3 32,9 4,5

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TRIGESIMA PRIMERA PARTE: Reevaluación del estado de conservación del sitio Punta Morada Sectores 1, 2, y 3

BERNARDITA LADRON DE GUEVARA Conservadora en arqueología

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1. INTRODUCCION METODOLOGICA

Al igual que para los sitios arqueológicos 02 Ta 004 Pozo Bahamondez 4 y 02 Ta 007 Morro Colorado, el diagnóstico se realizó mediante la observación directa del sitio y el registro de un conjunto de indicadores ambientales generales y específicos, y de los procesos de deterioro sobre la base de la descripción de los síntomas, factores y dinámica, empleando la Ficha de Conservación de Sitio Arqueológico10. Se tomaron en cuenta los análisis geológicos y las observaciones realizadas durante el proceso de sondeo (Gaete, Nelson, com. pers.).

Para los fines de este informe, se señalarán para cada uno de los procesos,

los síntomas (señalado con las iniciales A de antrópico, B de biológico, GC de geoclimático) el o los principales agentes, el tipo de alteración (físico mecánica, química), el nivel de incidencia (superficial / estratigráfico, parcial / total, intenso / regular / leve) , y la dinámica (activa / lenta / inactiva / pasiva, moderada / rápida, cíclica / ocasional / permanente).

Además de ello, se realizó una identificación de aquellos síntomas que son posibles de localizar espacialmente en un plano del sitio, aspecto que resulta complementario al registro general. Se pudo determinar también un área aproximada afectada para los síntomas descritos que tienen manifestación en superficie.

2. CARACTERIZACION AMBIENTAL

El sitio, es atravesado por la actual Ruta 1, entre el km 28.100 y el km 28.500, y se emplaza a una altitud que fluctúa entre los 0 y los 30 msnm, conformando un área de 340 metros de largo (eje N/S) y 300 metros de ancho (eje E/W). A pesar de que el sitio presenta una continuidad de restos eco y artefactuales, mostrando una gran diversidad de formas, el sitio fue separado en tres sectores de acuerdo a su morfología actual (atravesado por la actual Ruta 1), uno de los cuales se encuentra al oeste del camino y los dos restantes en el lado este.

En términos vegetacionales, el sitio posee arbustos o leñosas muy pequeños y en muy baja cantidad, que manifiestan un aumento de la pluviosidad durante el año 2002 (Teillier, 2003). Geomorfológicamente, se encuentra en una segunda terraza marina angosta, a los pies de una ladera de depósitos coluviales (García, 2003). El sedimento es muy similar entre los tres sectores. Los niveles superficiales son de origen fundamentalmente aluvial, registrando arenas, limos y gravas abundantes.

10

Laboratorio de Arqueología del Centro Nacional de Conservación y Restauración.

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Sector 1: superficie de 300 m de largo (eje N/S) y 290 m de ancho (eje

E/W), localizada en el margen de la segunda terraza, que conforma una prolongación hacia el mar, de contornos irregulares, con afloramientos y que se topa en su extremo poniente con una formación rocosa de gran altura. Corresponde al área de mayor concentración de materiales arqueológicos. A nivel microtopográfico, manifiesta una serie de irregularidades producto de la acción antrópica subactual.

Sector 2: superficie de 130 m de largo (eje N/S) y 85 m de ancho (eje E/W), que se encuentra en la segunda terraza, al este del Sector 1, separado de éste por la Ruta 1, de sur a norte se ubica en el piedemonte de un cerro pequeño, de un portezuelo y de un cerro de mayor altura. Su superficie, originalmente continua, es irregular por la acción antrópica reciente.

Sector 3: superficie de 175 m de largo (eje N/S) y 85 m de ancho (eje E/W), que, en relación con el sector 2, se encuentra separado por un angostamiento de la terraza por la presencia de un cerro, una zona de cárcavas y accidentes menores hacia el sur. Corresponde a una extensa superficie plana, con una pendiente promedio de 16,6%, entre piedemonte y base de cerro de gran altura, de laderas muy pronunciadas. Presenta superficies irregulares producto de la acción antrópica reciente.

La superficie total del sitio , sumados los Sectores 1, 2 y 3, es de 46.800 m² aproximadamente.

3. DIAGNOSTICO DEL ESTADO DE CONSERVACION

3.1 SINTOMAS Y PROCESOS 3.1.1 SITIO COMPLETO: RUTA 1 S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A Obras viales, tránsito informal, ocupación actual, turismo

Físico-mecánica Estratigráfico, parcial, intenso

Activa, rápida y ocasional como proceso de formación. Permanente en sus efectos.

Efectos del proceso

Se produce por una parte, la pérdida de depósito por extracción de material y su ocultamiento por la construcción del terraplén. En el primero, se generan

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cortes con perfil expuesto, asociado a colapsos graduales del sedimento y material cultural, y en el segundo, la contaminación con sedimentos del relleno para nivelación y estabilización, en los bordes del camino. Se producen cambios en el drenaje natural por los cambios ocasionados, apareciendo problemas de canalización del agua, generalmente asociados a los borden del camino. En esto influye también el carácter poco permeable del sedimento.

Dimensionando este impacto, se observa al norte, el terraplén completo (70 m lineales), hasta la curva donde se constata que hay corte (E) y relleno (W) del camino (300 m lineales). El área afectada por el pavimento corresponde a 2.310m2, sin contar con los terraplenes y cortes.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada: Vista Ruta 1 sobre terraplén

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Sitio 02 ta 008 Punta Morada: vista corte expuesto en el Sector 3 3.1.2 SECTOR 1

Sistema de caminos sin pavimentar que recorren el sector desde el acceso por la ruta hasta el extremo de la puntilla. Se emplean como acceso al borde, para quienes realizan actividades de recolección de moluscos. S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A Ocupación actual, abandono

Físico, mecánico Superficial y/o estratigráfico, parcial, regular

Activa, rápida, permanente en sus efectos.

A Obras viales, ocupación actual, turismo, tránsito informal

Físico-mecánica Superficial y estratigráfico, parcial, intenso

Activa, rápida, permanente en sus efectos

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Efectos del proceso

Compactación del depósito arqueológico, destrucción de los restos artefactuales y ecofactuales menos resistentes de los niveles superiores, movilización del sedimento y de los materiales superficiales, profundizando cada vez este efecto a los niveles inferiores en el depósito. Se produce además la pérdida de permeabilidad, ocasionando, en algunos casos, la formación de surcos de escurrimiento (Ladrón de Guevara, 1998:131-132 y 1999: 78). En este caso, no hubo adición de materiales para estabilizar o rellenar, sino sólo la generación de un circuito por el paso sistemático de vehículos, o de maquinaria pesada. Los caminos secundarios han alterado una superficie aproximada de 3.260 m²

Sitio 02 ta 008 Punta Morada: vista puntilla correspondiente al Sector 1, donde se aprecia el sistema de caminos sin pavimentar.

3.1.3 SECTORES 2 y 3

Formación de surcos o canales de escurrimiento, irregulares en profundidad y ancho, que cruzan en dirección E/W, producto de la acción de la lluvia. Presentan una distribución variada y forma dependiendo de la pendiente y de las características sedimentológicas.

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S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

GC

Lluvia Condiciones de impermeabilidad del sedimento

Físico-mecánica Estratigráfica, parcial, intenso

Activa, rápida, ocasional o cíclica

Efectos del proceso

Generan la pérdida y la alteración estratigráfica de un porcentaje importante de los niveles superiores del depósito, que pueden llegar a medir 40 cm de profundidad estimada (ver foto mosaico en anexo, señalado con flechas azules).

En el sector 3, se observa el relleno en el sector donde desembocan hacia la ruta, realizado aparentemente para poder contener el avance del agua y barro hacia éste, cubriendo una zona de depósito arqueológico, lo que permite suponer su gravedad, en términos de rapidez de arrastre de material hacia la ruta.

El problema, de este tipo de procesos, es el desplazamiento de una gran

volumen de material sedimentario con material cultural, el que es redepositado, generándose un problema de interpretación, agravada por la leve diferencia estratigráfica ante la homogeneidad de la matriz. Varios procesos superpuestos son difíciles de identificar y diferenciar, lo que obliga a hacer una revisión cuidadosa del depósito antes de realizar una excavación sistemática.

Se pudo cuantificar una superficie afectada estimada de 1.900 m² como máximo, producto de los canales de escurrimiento en el Sector 2. 3.1.4 SECTORES 1 y 2

Extracción de material con compromiso de depósito estratigráfico (señalados en el plano topográfico)

S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A Obras viales Físico, mecánico Estratigráfico, parcial, intenso

Activa, rápida, permanente en sus efectos.

Efectos del proceso

Genera la pérdida de depósito estratigráfico, exhibiendo perfiles expuestos con problemas de colapso. En el caso del área de excavación del Sector 2, la superficie presenta un relieve pronunciado, lo que acelera el flujo de agua por la acción de lluvia, acentuando el proceso de abrasión del borde.

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Se cuantificó de superficie impactada, afectando unos 280m² en el Sector 2, y unos 300m² en el Sector 1.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada: corte expuesto en el Sector 2, producto de la extracción de

material, cuyo borde actual está señalado con línea punteada. Las flechas indican el sentido de la pendiente y la tendencia a colapsar del depósito aún existente. La línea

continua color naranjo da cuenta de los surcos que se forman en los borden en momentos de lluvia, que aceleran el proceso de colapso.

3.1.5 SECTORES 1, 2 y 3

Montículos asociados a excavaciones ilegales en los sectores del sitio con mayor potencia estratigráfica en el Sector 1, y en las áreas de enterratorios en los Sectores 2 y 3. Da un aspecto general monticulado, en especial en el Sector 1. S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A saqueo, ocupación actual, abandono

Físico-mecánica Estratigráfico, parcial, intenso

Activa, rápida, ocasiona. Efecto permanente

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Efectos del proceso

Este conjunto de excavaciones asistemáticas, que se suman a las

excavaciones arqueológicas realizadas por Uhle, Capdeville y Bird que dejaron los depósitos expuestos, generan una disminución difícil de cuantificar del potencial excavable y una confusión importante en las áreas intermedias entre huaqueo y huaqueo, lo que significa que las áreas con mayor potencial de información diagnóstica han perdido significativamente su valor en información.

En el sector 3 se señalan en el plano como puntos dispersos (no se midió

un área total). Se complejiza el problema debido a dos factores:

la matriz es muy homogénea, por lo tanto es difícil diferenciar aquello que está intacto de lo que se ha agregado por deterioro, además de pertenecer básicamente a entierros, por lo tanto hay un origen de alteración estratigráfica del depósito natural.

Y tanto en el huaqueo como en las excavaciones realizadas en la primera mitad del siglo XX, los materiales levantados son básicamente los conjuntos artefactuales formatizados, por lo que los desechos, restos ecofactuales y otros elementos culturales, se agregan a los restos que se encuentran in situ.

Se logró obtener la siguiente cuantificación para cada uno de los sectores

afectados: Sector 1 (área completa de mayor potencial estratigráfico): 10.300 m², Sector 2 (área de enterratorios): 945 m²

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada: excavaciones ilegales sistemáticas quedan en evidencia gracias a la considerable alteración morfológica de la superficie del Sector 1.

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Sitio 02 Ta 008 Punta Morada: área removida en forma severa en el Sector 1.

3.1.6 SECTORES 1, 2 y 3

Traslado de material en importantes sectores del depósito ubicado en el borde de la ruta, por maquinaria pesada. S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A Extracciones, mantenimiento de obras viales

Físico-macánica Estratigráfico, parcial, intenso

Activa, rápida, ocasional. Efectos permanente

Efectos del proceso

Este proceso corresponde a una sobreposición de pasadas de maquina (pala frontal o similar) hacia el camino, que tiene por objeto contener los avances del barro hacia el camino en momentos de lluvia o rellenar el talud del camino.

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Con la máquina se arrastra una parte completa del depósito, generándose una acumulación arbitraria de sedimento sobre zonas ya alteradas o intactas, las que a su vez, son objeto de erosión y horadación por formación de surcos. En este caso hay una cantidad no definida de sedimento desplazado que se pudo haber agregado sobre depósito cultural, afectando las características del depósito cultural y en algunos casos, generándose inversión estratigráfica. La dificultad de reconocer estos procesos, está dada por la gran homogeneidad de la matriz, donde es difícil reconocer si hay materiales agregados en la superficie cuando el material agregado viene de pocos metros de distancia. Esto ha generado una particular trama de líneas de acumulación, para contener un sistema perpendicular de surcos de erosión.

Conforme a las observaciones del topógrafo y del arqueólogo responsable, en algunas partes del sitio, este proceso se habría agravado en fecha posterior a la etapa de caracterización del sitio, puesto que no se observaron en su oportunidad. Al respecto, se determinó un área total afectada de 2.130 m²

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 3: Obsérvese desplazamiento de material, con claras huellas de acción de maquinaria pesada.

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Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Obsérvese desplazamiento de material, con claras huellas de acción de maquinaria pesada.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: sistema de surcos y líneas de contención que dan un aspecto reticular, que dan cuenta del flujo de agua y sedimento en períodos de lluvia (2002).

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3.1.7 SECTOR 3

Aporte de sedimento para contener el flujo proveniente de los surcos y zanjas de escurrimiento. S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A Extracciones, mantenimiento de obras viales

Físico-mecánica Estratigráfico, parcial, intenso

Activa, rápida, ocasional. Efectos permanente

Efecto del proceso

Contaminación del depósito con material sedimentario igual al depósito

arqueológico genera contaminación estratigráfica. La homogeneidad del sedimento aportado en relación con la del depósito, hace difícil identificar una de la otra, en especial si no se obtiene antes una vista desde lejos, por lo tanto problemas en la interpretación estratigráfica (ver foto mosaico).

Se determinó un área afectada de 400m2.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 3: área con aporte de sedimentos culturales, removidos y alterados con maquinaria pesada.

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3.1.8 SECTORES 1, 2 y 3

Presencia de basura actual y subactual en la superficie y primer nivel del depósito cultural. S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

A Ocupación actual, abandono

Físico, mecánico Superficial y/o estratigráfico, parcial, regular

Activa, rápida, permanente en sus efectos.

Efectos del proceso

Contaminación del depósito. Se estima en este caso que más que afectar

química o físicamente el contenido de éste, da cuenta del nivel de alteración de los primeros niveles. Forma parte de un proceso de deterioro ambiental del borde costero por causas del abandono y el desconocimiento, sumado a la ignorancia o indiferencia ante la importancia que tiene este sitio y el resto de los sitios del área, para la comunidad y para las autoridades municipales . 3.1.9 SITIO COMPLETO

Riesgo potencial de aluviones que podrían afectar el sitio en su totalidad. S Agente Tipo de alteración Nivel de incidencia Dinámica

GC

Aluviones Localización y condición topográfica

Físico-mecánica Potencial Superficial y/o estratigráfica Total Intenso

Potencial Activa Rápida Ocasional

Efectos del proceso

El hecho de encontrarse los sectores 2 y 3 en el piedemonte de un abanico aluvial y de formar parte de esa misma matriz da cuenta de que, bajo condiciones excepcionales de lluvia muy abundante e intensa, el sitio puede quedar sepultado en su totalidad bajo una cantidad considerable de lodo y piedras.

Vista panorámica del sector 3 del sitio 02TA008 Punta Morada

Simbología

Área de zanjas de escurrimiento y de principal aluvionamiento

Acumulación de bolones?

Área de huaqueo

Aporte de material

Imágenes tomadas desde la cima del cerro ....

3.2 SINTESIS DIAGNOSTICA DEL SITIO

En términos generales, el sitio se encuentra en mal estado de conservación, particularmente, aquellas zonas del sitio que presentaron alguna vez un buen potencial diagnóstico, en términos de materiales y de condición estratigráfica. Quedan hoy intactos, tal como las áreas intervenidas, solamente aquellas partes de depósito que pueden considerarse como marginales o con menor ocupación, que no permiten contrastación con los períodos propuestos por Uhle, Capdeville y Bird.

Las pobres evidencias arqueológicas, que resultaron de la excavación del sitio, junto a la presencia de restos subactuales en los niveles superiores del depósito, dan cuenta de la profunda alteración del sitio en el sector adyacente a la actual Ruta 1.

Es sabido, que todas las construcciones de caminos, carreteras y

autopistas generan un deterioro importante en sus márgenes, por impacto directo de cortes y terraplenes para instalación de la carpeta, y por los procesos colaterales que implica la movilización de material y el desplazamiento de vehículos, la generación de zonas de acopio y de extracción, etc. Esto señala la desacertada decisión de determinar la excavación de zonas evidentemente alteradas en periodos anteriores al actual proceso de construcción. El daño que provoca el mejoramiento de la Ruta 1, debería haber sido compensado mediante excavaciones en los sectores más ricos y que están en peligro de seguir siendo sometidos al huaqueo sistemático.

En relación a las acciones de saqueo del sitio, pese a la enorme gravedad que reviste, debido a que es rara la superposición de huaqueos en la áreas intermedias, es posible que mediante una limpieza exhaustiva se logren identificar sectores aún intactos. El gran problema que reviste este tipo de acciones es su dimensión social, puesto que existe una verdadera red de individuos perfectamente informados de las características de los sitios, de una sistemática de intervención y del mercado comprador. No se trata de personas ignorantes y coleccionistas accidentales sino de una verdadera economía informal. En este sentido, si bien hay intentos por parte del personal del Museo de Taltal por disminuir el huaqueo sistemático, los sitios permanecen en total abandono por parte de la comunidad arqueológica. Ante la ausencia de una transferencia desde la disciplina a la comunidad en general, no es posible ni justo exigir respeto a los vestigios arqueológicos.

En relación con los riesgos naturales de carácter climático que enfrenta el sito, y dada la ausencia de lluvias torrenciales de esta naturaleza, que hayan sido capaces de generar aluviones que cubran por completo más de una vez el depósito desde su formación sistémica hasta ahora, es factible tenerlo aún en superficie. Sin embargo, es posible que, en vista a los incrementos recientes de

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lluvias anuales, este fenómeno ocurra en algún momento, en un futuro no muy lejano. Hay que recordar que, según los relatos de los habitantes de Taltal y las evidencias de un incremento notable de la actividad vegetativa, es posible que las lluvias torrenciales estén en aumento y puedan dar origen a las condiciones para que esto se produzca con un menos o mayor alcance. 3.2.1 SECTOR 1

Está afectado básicamente por la acción antrópica, que tiene un carácter grave y que ha disturbado tanto a nivel superficial como estratigráfico, mermando, modificando o destruyendo la evidencia arqueológica. Además de ello, la presencia de caminos no pavimentados, dan cuenta del persistente tránsito de vehículos desde la Ruta 1, ligados a la recolección de mariscos, al huaqueo y al turismo. Es un área profundamente dañada pero, dado su potencial y a que el deterioro está zonificado, es muy probable que queden partes del yacimiento con depósitos estratigráficos in situ. 3.2.2 SECTOR 2

Este sector, dada su forma y ubicación, presenta en su área más cercana a la Ruta 1, acción sistemática de extracción y desplazamiento de material sedimentario y de depósito arqueológico, lo que da origen al conjunto de procesos señalados. Hacia el noreste del sector, presenta signos de huequeo reciente, y en ese mismo lugar, y dada la situación morfológica del terreno, riesgos de aluvionamiento. 3.2.3 SECTOR 3

El origen aluvional de los suelos, su escasa permeabilidad, la fuerte pendiente (16%), y la acción de las lluvias torrenciales, que ocurren en promedio 1 o 2 veces al año en período normal, en la actualidad, han generado fuertes cambios en la disposición de los materiales culturales del depósito, lo que queda en evidencia en la formación de zanjas de gran tamaño, las que son difíciles de identificar de ser rellenadas posteriormente, por el carácter homogéneo de la matriz sedimentaria. Cabe recordar que el depósito se asienta sobre un último evento aluvional de proporciones. En la parte este del sector, aparecen indicios de huaqueo.

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3.3 ESTADO DE CONSERVACION DE LOS MATERIALES 3.3.1 RESTOS BIOANTROPOLOGICOS

Presentaron un avanzado estado de deterioro (Sáez, 2003), manifestado en un proceso de desintegración activo de la mayor parte de los huesos, pérdida completa del tejido esponjoso y debilitamiento y pérdida de resistencia mecánica del tejido compacto. En gran parte del cuerpo, sólo se pudieron rescatar astillas y en las otras, la impronta sobre el sedimento.

Sitio 02 Ta 008 Sector 1: Tumba 1, observese parte del cráneo humano, en mal estado de conservación.

Se constatan en este caso, los efectos de dos procesos: las procesos

producidos por la acción mecánica de los sedimentos y los procesos atmosféricos.

Los primeros, producto de un depósito sedimentario heterogéneos en granulometría y distribución. Los granos más gruesos e irregulares hicieron presión sobre los materiales más frágiles, conservándose parcialmente los más gruesos y grandes. Sin embargo los más finos y compactos terminaron de alterar los más gruesos y grande (Laborde, 1986). Excepcionalmente el cráneo se conservó mejor que el resto del cuerpo, debido probablemente porque se fracturo y se rellenó, generándose una amortiguación interna que hizo posible disminuir el impacto del sedimento.

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El rol que pudieron jugar los procesos atmosféricos en el deterioro del material es imposible de precisar sin análisis químicos. Hay extremadamente pocos movimientos de sales por lixiviación en el suelo, debido a las escasas lluvias y a la poca permeabilidad que hace que esta agua se desplace en superficie. La humedad se mantiene constante.

3.3.2 MATERIAL LITICO

Presenta altos índices de abrasión, producto de la acción de la fracción gruesa y fina del suelo. Para que se produzca este proceso, tiene que haber habido algún tipo de transporte en la superficie, es decir por arrastre en momentos de encontrarse en superficie, o por roce por acción del movimiento de sedimentos (acción eólica), lo que indica que los restos que presentan estos síntomas, estuvieron expuestos en algún momento, lo que es especialmente evidente en los artefactos exhumados en la excavación de los Sectores 2 y 3.

Además, para el Sector 3, es muy probable que parte de los materiales

hayan sido extraidos de contexto y redepositados por nivelación del suelo y manejo de cárcavas de aguas lluvias, lo que ha acentuado su abrasión. 3.3.3 MATERIAL MALACOLOGICO

Se encuentra muy fragmentado y frágil, por la acción de las condiciones ambientales del suelo (ver diagnóstico del material óseo) y también por el transporte de que pudieron ser objeto estando en superficie o por movimiento de materiales. Esto también da cuenta de redepositaciones posteriores al contexto arqueológico.

Por último, cabe señalar que el estado de conservación de la muestra, con

casi cero presencia de piezas enteras, no permite la estimaciones de tallas como una eventual fuente de información (Vargas, 2.003).

3.3.4 MATERIAL ZOOARQUEOLOGICO

En general, el material correspondiente a restos óseos de mamíferos y aves, se registra muy fragmentado (Velásquez, 2003). La colección exhumada en el Sector 1, se encuentra en regular estado de conservación, y al parecer los procesos de insolación afectaron significativamente su depositación, reflejo de esto es que los estadios 1, 2 y 3 (sensus Behrensmeyer, 1978), representan el 85,6 % de la colección.

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La colección exhumada en el Sector 2, presenta meteorización como un factor importante de alteración sobre la superficie de los huesos. Los huesos que presentan superficies lisas sin signos de agrietamiento sólo llegan al 2,5 %, mientras que los huesos con agrietado inicial alcanzan el 31,2 % de la colección, en tanto que las grietas abiertas y profundas y los manchones rugosos superficiales alcanzan un 28,7 y un 36,2 % respectivamente.

En relación a los agentes tafonómicos, una de las incidencias más

significativas se refiere a la acción de pisoteo (7,5 %), generada cuando los materiales son depositados y pisoteados por el tráfico, disturbando y dispersando el conjunto original. En el último tiempo, se debe agregar el pastoreo de animales domésticos (históricos). Sólo en un caso se observó la incidencia de capilares de raicillas que afectan la superficie de los huesos. Estos actúan cuando se encuentran cercanas a los depósitos faunísticos, alcanzándolos para la obtención de nutrientes (Lyman, 1994).

Finalmente, la colección exhumada en el Sector 3, es muy pequeña y los restos se encuentran muy fragmentados, debido a los procesos de alteración observados en el depósito arqueológico.

Por otra parte, y en relación a los restos óseos de peces (Vargas, 2.003), se puede observar lo siguiente:

Sector 1: los restos están compuestos por vértebras, huesos apendiculares, huesos faciales y otolitos. Su estado de conservación es en general muy malo, particularmente en los niveles más profundos, con muchas piezas con alto grado de erosión y fracturas. Se registran elementos carbonizados.

Sector 2: los restos están compuestos por vértebras, huesos apendiculares, huesos faciales y otolitos. Su estado de conservación es en general muy malo, en todas las unidades y niveles, con muchas piezas con alto grado de erosión y fracturas. No se registran elementos carbonizados.

Sector 3: los restos están compuestos por vértebras, huesos apendiculares, huesos faciales y otolitos. Su estado de conservación es en general malo, con piezas con alto grado de erosión y fracturas. No se registran elementos carbonizados.

4. CONSERVACION DE SITIO Y DE LOS MATERIALES

4.1 INTERVENCION DEL SITIO ARQUEOLOGICO

Pese a que los pozos de sondeo realizados, se abrieron en zonas que serán alteradas, destruidas, y/o selladas por la ampliación de la ruta, como una forma de prever un cambio en el trazado se optó por realizar el cierre de éstos

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posteriormente a las intervenciones arqueológicas,. Para ello se empleó una malla raschell en forma parcial o total para la separación entre el depósito original y el relleno. De las dos formas se logra el mismo resultado (Ladrón de Guevara y Alt, 1994).

Posteriormente, se rellenó con el material harneado de la misma cuadrícula, agregando además rocas naturales del mismo sitio, para compensar por el sedimento perdido en el harneo por la acción del viento. Antes del relleno, se colocó una etiqueta con los datos del pozo en la base del mismo.

4.2. INTERVENCION DE LOS MATERIALES 4.2.1. MANEJO: REGISTRO, EMBALAJE Y ALMACENAMIENTO11

Para el registro de los materiales se empleó la ficha de registro rápido, la que permite llevar el control por bolsa o por cantidad de individuos, dependiendo del caso, por nivel, por pozo de sondeo y por sector, en este caso. Existen los siguientes tipos de fichas: material óseo, material cerámico, material lítico, material malacológico, muestras para análisis, materiales orgánicos y materiales inorgánicos.

Para el embalaje, se empleó el sistema de doble bolsa para los materiales duros (lítico, cerámicos) y en general en buenas condiciones. Esto es, ingresar en una misma bolsa un pequeño grupo de objetos de similares características (tamaño, dureza y resistencia) en bolsas delgada, las que iban a depositarse según materialidad, en una bolsa gruesa de mayor tamaño.

En el caso del material óseo, se emplearon bolsas internas de polietileno, dentro de bolsas de aluminio que le otorgan rigidez e inmovilidad, al igual que los materiales orgánicos y las muestras. Las muestras para fechados, fueron embaladas directamente en papel aluminio. En el cierre de la bolsa externa gruesa se empleó alambre de amarra.

Para la identificación de las bolsas se empleó la siguiente etiqueta (Seguel y Ladrón de Guevara, 1997):

11

Diseñado e implementado por el Laboratorio de Arqueología del Centro Nacional de Conservación y Restauración.

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REGION : ANTOFAGASTA N° Inventario

PROVINCIA : ANTOFAGASTA N° Correlativo

COMUNA : TALTAL N° de Caja

AREA : TALTAL-PUNTA VIENTO N° de Bolsa

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Material :

Sector

Unidad

Nivel

Capa/depósito

Procedencia

Responsable

Fecha obtención

Fecha ingreso

Las bolsas debidamente identificadas, fueron almacenadas en cajas de plástico con tapa independiente, según materialidad y/o investigador a cargo del análisis. Cada caja fue identificada con la etiqueta externa que se señala a continuación, la que fue incorporada a ésta dentro de una bolsa plástica gruesa.

II REGIÓN PROVINCIA DE ANTOFAGASTA COMUNA DE TALTAL ÁREA TALTAL-PUNTA VIENTO SITIO 02 Ta 008 PUNTA MORADA

Cantidad de bolsas

TIPO DE MATERIAL

CERAMICA

Nº de CAJA

1 DESTINATARIO

MAURICIO URIBE FECHA: NOV-DIC 2.003

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4.2.2. CONSERVACION DE MATERIALES: RESTOS BIOANTROPOLOGICOS

Las condiciones extremadamente frágiles de los restos bioantropológicos

sumadas a la extrema heterogeneidad de la matriz y a lo compacto, dificultaron el levantamiento. La mayor parte del material rescatado, fue mediante el empleo de bolsas de aluminio acolchado con pvc, empleando polietileno de aislante con el aluminio. Se emplearon soportes como medios auxiliares, salvo en dos casos donde se aplicó el levantamiento en vendas de yeso, aplicando previamente un film de polietileno como aislante (Ladrón de Guevara, Elgueta y Contreras, 2002).

En relación con esto último, un error en la aplicación del sistema, impidió que el bloque cumpliera su misión, tal es el de incrementar el acolchado entre el yeso y el material. Arturo Sáez (2002) da cuenta en su informe de problema que ocasionó la aplicación del yeso y señala que no es un buen sistema, no así lo habría sido la espuma de poliuretano. Sin embargo, se recalca que el error fue la falta de un acolchado que permitiera amortiguar los impactos ocasionados por el movimiento en la manipulación, no el empleo de yeso en vez de poliuretano.

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VARGAS, M.L. 2003 Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada. Gaete

et alt. Sitio 02 ta 008 “Punta Morada” informe de investigación. Plan de rescate arqueológico Ruta 1 sector Taltal – Punta Viento.

VARGAS, M.L.

2003 Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada. Gaete et alt. Sitio 02 ta 008 “Punta Morada” informe de investigación. Plan de rescate arqueológico Ruta 1 sector Taltal – Punta Viento.

VELASQUEZ, H.

2003 Material arqueofaunístico: Mamiferos del sitio Punta Morada. Gaete et alt. Sitio 02 ta 008 “Punta Morada” informe de investigación. Plan de rescate arqueológico Ruta 1 sector Taltal – Punta Viento.

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TRIGESIMA SEGUNDA PARTE: Análisis del contexto del sitio

Punta Morada Sector 1

NELSON GAETE Arqueólogo

80

1. INTRODUCCION

La excavación arqueológica, de 4 pozos de sondeo en el Sector 1 del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, en el área adyacente y en parte del terraplén de la actual Ruta 1, definida como zona a ser impactada por el mejoramiento de esta ruta caminera, ha permitido conocer parcialmente el depósito cultural existente, así como sus características que lo definen, tanto en su matriz sedimentaria, situación de conservación, como en sus contenidos culturales.

A continuación, parte del análisis de la información colectada en terreno, y

la generada en laboratorio, como parte de la ejecución de los análisis especializados correspondientes, se entrega sistematizada de forma de poder caracterizar y diagnosticar el valor de este depósito cultural.

2. ACERCA DE LA MICROGEOLOGIA DEL SITIO

El sitio arqueológico Punta Morada presenta una extensión areal relativamente importante, abarcando casi la totalidad de la Punta Morada y sus márgenes norte y sur. Se sitúa en una terraza litoral emergida, moderadamente erosionada, relativamente extensa, a una cota variable de 20 a 30 m. En el área, el Substrato Rocoso está constituido por un conjunto de rocas volcánicas y sedimentarias, que forman una secuencia mal estratificada. Las rocas corresponden a andesitas porfídicas brechosas grises, basaltos afaníticos negros, tobas líticas y de cristales, brechosas y de lapilli, de colores morado y gris, con intercalaciones de areniscas volcano-detríticas de colores oscuros12.

Los depósitos litorales son esencialmente lenticulares, moderadamente estratificados, y alcanzan hasta 4 m de espesor. Estos corresponden principalmente a gravillas y gravas, finas a medias, semiconsolidadas, de colores pardo claro, amarillo y gris, con intercalaciones de areniscas. Son depósitos principalmente clasto-soportantes, bien a moderadamente seleccionados. Los clastos son muy redondeados y subesféricos, y corresponden esencialmente a fragmentos de rocas volcánicas, sedimentarias e intrusivas, y muy localmente a restos pequeños de fragmentos de conchas. La presencia de clastos de rocas intrusivas y de lavas alteradas, ausentes en el Substrato Rocoso del sector estudiado, sugiere que los depósitos litorales se formaron por el retrabajo de los depósitos aluviales o fluviales más antiguos que afloran inmediatamente al sur del área, en la desembocadura de la quebrada San Ramón. Al respecto, estos depósitos litorales emergidos del área de Taltal, se asignan al Pleistoceno.

12

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en este informe, Tomo I, págs: 12-27

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El Sector 1 del sitio se ubica cerca del margen de los depósitos litorales con el Substrato Rocoso, donde los primeros tienen un espesor reducido (menor a 1 m). Es decir, el suelo y la ocupación arqueológica se desarrollan principalmente sobre depósitos litorales y de manera restringida, sobre el Substrato Rocoso (Formación La Negra).

El material que forma el suelo y el depósito cultural del Sector 1 del sitio

Punta Morada alcanza hasta 1 m de espesor, presentando colores pardo o gris oscuro, y contienen escasos fragmentos de conchas y de rocas volcánicas e intrusivas, provenientes, en parte, del Substrato Rocoso y de los depósitos litorales basales. La matriz cultural tiene un alto contenido de material orgánico, de origen animal y/o vegetal, y de ceniza.

Para este sector del sitio se estudió la distribución granulométrica de dos

muestras provenientes una de sedimentos de un estrato cultural (Estrato II), y otra de un estrato basal estéril (Estrato V). En el Sector 1, los depósitos del estrato basal contienen una proporción importante, cerca del 61% en peso, de granos de tamaño grava a arena gruesa, de diámetro mayor que 0,5 mm. Las fracciones más finas tienen una participación relativamente similar (entre 7 y 13% cada una). El estrato cultural es predominantemente más rico en partículas finas; las arenas medias a finas, y limos/arcillas, representan el 68% del total.

La distribución granulométrica de los materiales que forman el estrato basal

estéril, es compatible con su ambiente de depositación litoral, de moderada a alta energía. El agua en tal ambiente es capaz de retrabajar y preservar las partículas gruesas y lavar las finas.

Por otro lado, la tendencia a mayor participación de granos finos y menor de

granos gruesos, en los depósitos culturales comparados con los depósitos estériles, implica que la ocupación humana fue relativamente importante. El efecto antrópico sobre los depósitos se relacionaría con trituración y retrabajo del suelo, sustracción de partículas gruesas para uso variado e incorporación de partículas finas como ceniza y-o materia orgánica.

3. ACERCA DE LA ESTRATIGRAFIA

El análisis de la matriz sedimentaria observada durante la fase de intervención directa del depósito cultural, así como el cruzamiento de dicha información con la obtenida mediante el análisis de los diferentes materiales culturales recuperados, permite construir la siguiente situación estratigráfica para el área excavada (ver plano topográfico de detalle):

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3.1 ESTRATO I (0/8-3/14 cm)

Matriz formada por limo arenoso, con materia orgánica descompuesta, ceniza, conchas fragmentadas y molidas, de color café amarillento, textura semi suelta a muy compacta, y granulometría fina a media, que se caracteriza por contener abundante grava y gravilla.

Corresponde a un nivel superficial, que contiene materiales de época diversa, tanto prehistóricos como históricos, que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 17, Nº 28, N° 29 y Nº 30. En el caso de los Pozos de Sondeo N° 17 y N° 28, este nivel superficial muestra fuerte alteración por adición y mescla de sedimentos debidos a las obras del terraplén de la actual Ruta 1.

Muestras de cerámica, obtenidas en este nivel de ocupación, muestran la

presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C., el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C.; cerámica Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), propias del Intermedio Tardío con fechas entre el 900 y 1.470 d.C13.

Dado que además, el nivel muestra elementos de data histórica subactual,

tales como restos de vidrio y metal, se hace sumamente difícil poder asignar a algún periodo o población determinada el origen o formación del nivel; más bien, corresponde a un nivel fuertemente disturbado y alterado.

3.2 ESTRATO II (6/14-14/38 cm)

Matriz formada por limo arenoso, con materia orgánica descompuesta, ceniza y conchas fragmentadas y molidas, de color café amarillento, textura semi suelta y granulometría fina, con gravas y gravillas abundantes.

Corresponde a un nivel de ocupación prehistórico, probablemente de población adscribible al Período Alfarero Medio (700 a 1.200 d.C.), de acuerdo a la fecha calibrada de 700 a 980 d.C. obtenida por radiocarbono14 para el estrato, situación que se observa corroborada por la fecha obtenida de 1.100 d.C., para un

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URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 14

Beta-175453: cal 700 a 980 d.C (cal 1.250 a 980 AP) Concha de Fisurella sp, Pozo de Sondeo Nº 29, Nivel 10-20 cm, Estrato II

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fragmento cerámico San Pedro Negro Pulido (NP4) obtenida mediante análisis termoluminiscente15.

Presente en los Pozos de Sondeo Nº 29 y Nº 30, aparentemente sin

alteración postdepositacional. Es muy probable que este nivel de ocupación haya sido extraído en los Pozos de Sondeo Nº 17 y N° 28, por alteración histórica del sitio (construcción de actual terraplén Ruta 1).

3.3 ESTRATO III (14/38-28/46 cm)

Matriz formada por limo arenoso y arenas, con materia orgánica descompuesta abundante a muy abundante, ceniza y conchas fragmentadas y molidas escasas a muy escasas, de color café amarillento intenso, café grisáceo a gris oscuro, y café rojizo oscuro, textura semi suelta y granulometría fina, con registro de grava y gravilla abundante a muy abundante.

Corresponde a un nivel de ocupación prehistórico, propio de población adscribible al Período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.), y se caracteriza por mostrar en la parte central y sur de los Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30 el techo de la fosa donde se dispone el Rasgo Tumba 1, registrado en el estrato siguiente.

Presente en los Pozos de Sondeo Nº 29 y Nº 30 con seguridad. En los

Pozos de Sondeo N° 17 y N° 28 solo se conjetura su presencia de acuerdo a su disposición sobre el estrato basal de ocupación registrado para área excavada (Estrato IV).

3.4 ESTRATO IV (28/46-115 cm)

En líneas generales, la matriz cultural en este nivel de ocupación, se encuentra relacionada con la fosa y la inhumación humana consecuente, que se describe como Rasgo Tumba 1, situación que a grandes rasgos involucra la mitad W del Pozo de Sondeo N° 29 y la mitad E del Pozo de Sondeo N° 30.

Esta matriz cultural esta formada por limo arenoso, con materia orgánica descompuesta abundante, ceniza y conchas enteras y fragmentadas escasas, de color café amarillento grisáceo a grisáceo, textura semi suelta a suelta y granulometría fina, con registro de grava y gravilla abundante. Está dada por la fosa y enterratorio humano designado como Rasgo Tumba 1.

15

UCTL-1520: 1.100 d.C. (900 +/- 90 AP), Fragmento San Pedro Negro Pulido (NP4), Pozo de Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm, Estrato II

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Corresponde a un nivel de ocupación prehistórico, propio de población adscribible al Período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.), que posee una datación absoluta calibrada de 2.910 a 2.580 a.C. obtenida por análisis radiocarbónico16 en el techo del enterratorio humano.

El resto la matriz en este nivel de ocupación, en los Pozos de Sondeo N° 29

y N° 30, muestran una matriz formada por roca meteorizada del afloramiento rocoso con limo arenoso (Pozo N° 29), o arenas con conchas fragmentadas y molidas probablemente naturales (Pozo N° 30), de color café amarillento intenso a café rojizo oscuro (Pozo N° 29), o café grisáceo a grisáceo (Pozo N° 30), textura compacta a semi compacta (Pozo N° 29), o compacta a muy compacta (Pozo N° 30), y granulometría fina a media (Pozo N° 29) o fina a gruesa (Pozo N° 30). Esta porción del nivel de ocupación, muestra escasos elementos culturales, claramente relacionados con la disposición del enterratorio humano en la fosa excavada para tal fin.

La presencia de este Estrato IV en los Pozos de Sondeo N° 17 y N° 28, solo

podemos conjeturarla, dado que ellos muestran un nivel de ocupación similar dispuesto sobre la matriz basal estéril. Por los trabajos relacionados con la Ruta 1, podría corresponder a matriz disturbada.

3.5 ESTRATO V (16/56- 115/.... cm)

Matriz formada por roca meteorizada, propia de la formación rocosa existente, relacionado con el substrato rocoso mesozoico al que pertenece la formación La Negra, y de los estratos litorales basales pliocénicos.

Corresponde al basamento estéril, sobre el cual se dispone la primera ocupación humana registrada en los Pozos de Sondeo N° 17, N° 28, Nº 29 y Nº 30, en el área excavada, y en donde solo para los Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30 (contexto funerario), podemos relacionarla con población prehistórica propia del período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.).

4. DE LA FORMACION, ALTERACION Y OCUPACION

El yacimiento registrado en el Sector 1 del Sitio Punta Morada, manifiesta una fuerte alteración de data histórica subactual, lo que se puede constatar en la extracción de depósito cultural probablemente para levantar el terraplén que

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Beta-175454: cal 2.910 a 2.580 a.C (cal 4.860 a 4.530 AP) Concha de Concholepas

concholepas, Pozo de Sondeo Nº 29, Nivel 50-60 cm, Estrato IV, Rasgo Tumba 1

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soporta a la actual Ruta 1 (a juzgar por el corte expuesto observable, y el cambio en la topografía natural), así como por la presencia de caminos secundarios, y el fuerte impacto causado por innumerables excavaciones ilegales, las que han alterado la morfología y una parte no dimensionable de los depósitos estratigráficos (ver plano topográfico).

Un claro ejemplo de alteración profunda de depósito cultural, está dada por

la matriz observada en los Pozos de Sondeo N° 17 y N° 28, emplazados en parte del terraplén que soporta el paso de la actual Ruta 1, y en donde es posible observar practicamente solo los niveles basales de ocupación humana, directamente sobre el estrato basal estéril, faltando una parte del depósito cultural que no es posible estimar en la actualidad.

A pesar de la situación de fuerte alteración registrada, también es cierto,

que a partir de lo conservado principalmente en el área donde se emplazaron los Pozos de Sondeo Nº 29 y Nº 30, podemos construir parcialmente la historia de la formación, alteración y ocupación de esta sector del sitio arqueológico.

A grandes rasgos, se puede afirmar que el depósito observado en esta área excavada, se inicia sobre el basamento pétreo relacionado con la Formación La Negra y depósitos litorales no consolidados del plióceno17 (Estrato V), con eventos de ocupación propios de población perteneciente al período Arcaico Tardío (4.000-1.000 a.C.), que en este caso se muestran relacionados con la actividad funeraria en forma principal (Rasgo Tumba 1), la que posee un fechado calibrado de 2.910 a 2.580 a.C., obtenido para el techo del Rasgo Tumba 1, en el Pozo de Sondeo Nº 29 (Estrato IV).

Todo indica, que para disponer los restos humanos registrados, se excavó

una fosa en el estrato basal estéril, inhumando los restos humanos en posición hiperflectada, lo que indica que el cuerpo por lo menos fue amarrado para conseguir tal posición, lo que puede ser relacionado con la disposición de un fardo funerario en la fosa.

De acuerdo a lo observado, el Estrato III, dispuesto inmediatamente sobre

el anterior, denotaria también una pertenencia al período Arcaico Tardío, toda vez que muestra el techo de la fosa que permitió inhumar los restos registrados en la Tumba 1. Este, podría corresponder a parte de un túmulo funerario si tomamos en cuenta la estratigrafía observada, la cual muestra directamente además, en el techo de este estrato, una depresión que es característica para contextos de funebria, donde el terreno se deprime debido a la descomposición de los restos humanos, situación claramente observada en excavación.

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GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en

este informe, Tomo I, págs: 12-27

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Es atrayente, por lo demás, pensar que la disposición del enterratorio humano, puede haberse hecho rompiendo el piso habitacional de la ocupación, dado el registro de elementos arte y ecofactuales que denotan esta característica en el Estrato III, y una vez dispuesto, haber conformado la parte aérea del túmulo funerario, con las basuras de dicha ocupación Arcaica Tardía.

Consiguientemente, el Estrato II, observable en los Pozos de Sondeo Nº 29

y Nº 30, puede ser adscrito a ocupación propia de población del período Alfarero Medio (700 a 1.200 d.C.), de acuerdo a las dataciones absolutas obtenidas para este nivel de ocupación (cal 700 a 980 d.C.18, y 1.100 d.C.19).

Lo anterior, se observa corroborado por la pertenencia del fragmento

cerámico registrado en estratigrafía, el cual fue datado, que fue identificado como un fragmento San Pedro Negro Pulido (NP4), propio del período Alfarero Medio por Mauricio Uribe20.

Es muy probable, que esta ocupación de población propia del período

Alfarero Medio, haya disturbado parcialmente parte de la ocupación precedente, dado que el registro en este estrato de una preforma bifacial de punta de proyectil foliácea reusada, así como de raederas circulares, y de una pesa cigarro fracturada, nos refieren necesariamente al inventario artefactual del Arcaico Tardío, a juzgar por los registros observados en los estratos de ocupación precedentes.

Finalmente, el Estrato I, observable en los Pozos de Sondeo Nº 17, Nº 28, N° 29 y Nº 30, denotaría ocupación por parte de población perteneciente a diferentes períodos, todos alfareros. En el caso específico del depósito observado en los Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30, muestras de cerámica, obtenidas en este nivel de ocupación, muestran la presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo alfarero Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C., el tipo alfarero Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C.; y, cerámica Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), propias del Intermedio Tardío con fechas entre el 900 y 1.470 d.C21. Así mismo, registra someras evidencias de contaminación superficial por parte de población de época histórica subactual (presencia de vidrio y metal, principalmente).

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Beta-175453: cal 700 a 980 d.C (cal 1.250 a 980 AP) Concha de Fisurella sp, Pozo de Sondeo

Nº 29, Nivel 10-20 cm, Estrato II 19

UCTL-1520: 1.100 d.C. (900 +/- 90 AP), Fragmento San Pedro Negro Pulido (NP4), Pozo de

Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm, Estrato II 20

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 21

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53

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Necesariamente, debemos reputar los fragmentos cerámicos propios del período Formativo, como intrusivos al depósito que conforma el Estrato I, toda vez que el Estrato II posee fechados posteriores en el tiempo a esta cerámica formativa, no evidenciándose fenómenos como inversión estratigráfica, o contaminación del Estrato II, desde cotas superiores

De acuerdo a los demás materiales cerámicos presentes en el Estrato I,

puede conjeturase su formación a partir de ocupación propia del período Alfarero Intermedio Tardío, si tomamos en cuenta el registro de los tipos Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ). El problema aquí, en el caso del Estrato I, es que no sabemos que otros elementos arte y ecofactuales pueden ser parte de lo Formativo, y que es parte del estrato alfarero Intermedio Tardío propiamente tal.

La presencia de materiales propios del Formativo, en la ocupación

superficial de esta área, puede referir la ocurrencia de fenómenos relacionados con el arrastre de materiales desde cotas superiores del sitio, probablemente debidas a desplazamiento de sedimentos por acción del agua, en este caso aguas lluvias, toda vez que el Sector 2, el cual se encuentra inmediato a esta área de excavación, está separado en la actualidad arbitrariamente por la presencia de la actual Ruta 1. Al respecto, no debemos pasar por alto, que el Sector 2 muestra una fuerte presencia de materiales adscritos al período Formativo.

5. EMPLAZAMIENTO, AGUA Y MATERIAS PRIMAS

El sector costero ubicado al norte de Taltal, en la Bahía de Nuestra Señora, sector donde se emplaza el sitio 02 Ta 008 Punta Morada, forma parte de un relieve poco elevado y relativamente accidentado, al pie del abrupto acantilado litoral que caracteriza esta región de la Cordillera de la Costa del norte de Chile. Tal cordillera, en el sector, presenta una dirección aproximada N-S y alcanza altitudes de hasta 2.000 m. El acantilado costero, subvertical a fuertemente inclinado al oeste, tiene un desnivel variable de 400 a 1.000 m. El relieve de la Cordillera de la Costa está modelado principalmente sobre roca fundamental, de unidades del Mesozoico y localmente sobre depósitos semiconsolidados del Plioceno-Cuaternario.

Al respecto, el contacto de intrusión entre el Plutón Matancillas y la

Formación La Negra, generaron localmente sectores de alteración hidrotermal y de rocas córneas silicificadas, las cuales son útiles como recursos líticos dada su dureza y resistencia a impactos. En efecto, inmediatamente al este del sitio Punta Morada, en rocas de la Formación La Negra, existe una pequeña veta hidrotermal con sílice amorfa de mediana calidad (calcedonia y jaspe), mientras que en la desembocadura de la quebrada San Ramón, en depósitos coluviales-aluviales, se encontraron bolones de basaltos negros silicificados con evidencias de

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desbastamiento; estos bolones provienen de la erosión de rocas adyacentes (de la Formación La Negra)22.

La importancia de este hallazgo, en los alrededores del sitio arqueológico,

dice relación con que los habitantes del sitio dispusieron en su entorno inmediato de fuentes de materias primas líticas, que les permitieron elaborar instrumentos. Al respecto, García identifica claramente la disponibilidad de calcedonia, jaspe y basalto, materias primas bien representadas en los inventarios de este sector.

Si bien es cierto, los antiguos ocupantes de Punta Morada pueden haber

obtenido parte de las materias primas líticas necesarias, para la elaboración de sus artefactos, en lugares distantes del emplazamiento del campamento base, también es cierto que disponían de estas materias primas en su entorno inmediato, o al menos parte de ellas.

Finalmente, el emplazamiento de este sitio, guarda relación directa con las

posibilidades de disponer de agua para la bebida. Al respecto, el litoral del norte de Chile está dominado por abundantes neblinas, predominantemente matinales (“camanchaca”), las cuales al condensarse se infiltran en los depósitos sedimentarios coluviales o aluviales, no consolidados, porosos y permeables, presentes en el borde del acantilado costero. La infiltración genera acuíferos locales que alimentan, hacia menor altitud, pequeñas vertientes de agua dulce, necesaria y suficiente para el uso humano (eg. Núñez y Varela, 1967)23. Los habitantes del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, dispusieron de estos afloramientos de agua dulce para la bebida, en su entorno inmediato. Al respecto, se registran fuentes de agua dulce en la Aguada de Punta Morada Norte, y desembocadura de la Quebrada de San Ramón, y no puede negarse la posibilidad que en el pasado esta agua hayan aflorado en parte del sitio mismo.

6. DE LAS OCUPACIONES

Como ha quedado meridianamente claro, en los acápites anteriores, el yacimiento arqueológico intervenido en el Sector 1 del sitio Punta Morada, registra a lo menos tres ocupaciones estratificadas, en un área muy discreta y acotada del sector (Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30), el cual muestra mayormente que una parte no dimensionable del depósito ha sido removida y extraída con anterioridad, por causas de alteración antrópica, probablemente relacionado con la construcción del terraplén de la actual Ruta 1.

22

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en

este informe, Tomo I, págs: 12-27 23

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en

este informe, Tomo I, págs: 12-27

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De esta forma, la investigación llevada a cabo por este equipo de investigación ha logrado registrar tres componentes ocupacionales en parte del área excavada, si bien es cierto se registra elementos claramente descontextualizado (fragmentos cerámicos), en el Estrato I del área excavada, que refieren a ocupación alfarera Formativa.

6.1 OCUPACION DEL PERIODO ARCAICO TARDIO

OCUPACION

De forma general, podemos afirmar que el Estrato III del área excavada refiere, probablemente, a un asentamiento o área de un asentamiento donde se llevó a cabo una ocupación relacionada probablemente con la habitación, así como con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia de la población, desde el litoral rocoso adyacente. Es muy probable que esta área, forme parte de un campamento base con núcleo en la cercanía inmediata (núcleo de ocupación del Sector 1), constituyéndose como un componente más de una larga secuencia ocupacional en Punta Morada, si tomamos en cuenta las referencias bibliográficas existentes para este tipo de ocupaciones en general (Capdeville, 1921a, 1921b, 1921c, 1928; Uhle, 1916; Bird, 1943).

Así mismo, el Estrato IV nos refiere la presencia de un contexto funerario, el

cual se dispone probablemente bajo el piso de ocupación habitacional propio del Estrato III. RASGO TUMBA 1

Al respecto, a grandes rasgos lo que hemos denominado Rasgo Tumba 1, se conforma de la fosa excavada para inhumar los restos humanos, así como por el rasgo propiamente tal compuesto por la tumba, y que se disponen en el Estrato IV de los Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30.

La Tumba 1, contiene los restos óseos correspondientes a un individuo de

sexo indeterminado, probablemente femenino, de acuerdo a la observación de una relativa gracilidad en los fragmentados restos del esqueleto. Para Saéz24, la edad del individuo, fue un aspecto difícil de determinar con cierta seguridad, debido al estado de los restos. Durante la microexcavación del cráneo, se constató la delgadez del diploe, por lo que se sugirió tentativamente una edad juvenil para el individuo, es decir, hasta los 25 años. Afortunadamente, las piezas dentales, se encontraban en condiciones de preservación lo suficientemente buenas como para poder identificarlas. La ausencia del tercer

24

SAEZ, A. Restos bioantropológicos del sitio Punta Morada Sector 1, en este informe, Tomo II, Décima Tercera Parte, págs.: 122-131

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molar, pero por sobre todo, el grado de abrasión de la superficie oclusal del primer y segundo molar presentes, dan pie para asegurar que el individuo es un subadulto. La presencia de premolares y caninos fija un límite mínimo de edad de 11 años. El segundo molar, si es permanente, indicaría que la edad mínima del individuo es de 12 años. El limite máximo de edad esta dado por la presencia de una epífisis proximal de primer metatarsiano no fusionada. La fusión entre epífisis proximal y diáfisis de primer metatarsiano ocurre cerca de los 15 o 16 años.

Sobre el modo de vida y patologías del individuo, no es mucho lo que se puede observar en los restos tan fragmentados. La irritación del conducto auditivo externo del temporal izquierdo, puede interpretarse en poblaciones costeras como el resultado de las infecciones que afectan al oído, producto de las actividades de buceo realizadas con el fin de conseguir alimentos del mar. Por otro lado, una leve caída en el difícil terreno costero pudo ser la causa de la lesión presente en una falange distal de pie.

El estado general de conservación de las osamentas es malo. Todas las piezas esqueletales presentes se hallaban fragmentadas en numerosas y pequeñas fracciones. Seguramente la matriz, compuesta por limo arenoso y grava, fue un importante factor en la extrema fragmentación del esqueleto. Aquellos elementos contenidos en bloque (cráneo y tibia derecha) se conservaron en un relativo mejor estado25.

De esta forma, los restos corresponderían a un individuo de sexo femenino,

subadulto de entre 11 y 16 años de edad, y que probablemente practicaba el buceo, de acuerdo al osteoma auditivo observado, como parte de las estrategias de subsistencia.

La disposición de los restos, que se registran hiperflectados decúbito lateral

derecho, lleva a conjeturar que el cadáver fue envuelto o enfardado, practicando una conjunto de amarras que permitieran adoptar y conservar tal posición. El eje del esqueleto es N/E (cráneo) – S/W (pies).

Los elementos artefactuales asociados al esqueleto refieren, por vez primera,

a poblaciones de pescadores especializados, donde el item artefactual más diagnóstico está dado por las pesas cigarro, partes de artes de pesca que refieren a la utilización de anzuelo compuesto por parte de esta población propia del Arcaico Tardío. Así mismo, la tumba contiene dos pulidores líticos, uno de ellos con restos de pigmento rojo adherido.

25

SAEZ, A. Restos bioantropológicos del sitio Punta Morada Sector 1, en este informe, Tomo II, Décima Tercera Parte, págs.: 122-131

91

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1, Rasgo Tumba 1: Pozos de Sondeo N° 29 (superior) y N° 30 (inferior), Nivel 60-85 cm, Estrato IV.

92

Pieza 40 Pieza 39 Pieza 29

Pieza 30 Pieza 41 Pieza 42

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1, Rasgo Tumba 1.

Artefactos líticos

asociados al contexto de enterratorio

Pieza 28 Pieza 31

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Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1 Rasgo Tumba 1: Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30, Nivel 60-90 cm,

Estrato IV, vista restos óseos humanos.

CRONOLOGIA

La datación absoluta, lograda mediante el análisis radiocarbónico26, permite sostener que el Rasgo Tumba 1, parte del Estrato IV del área excavada en los Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30, corresponde a una inhumación humana de población propia del período Arcaico Tardío, con fecha calibrada de 2.910 a 2.580 a.C. (Beta-175454), la que posee un rango de 95% de probabilidad.

Al respecto, este fechado refiere cronológicamente la primera ocupación

humana del Sector 1 del sitio Punta Morada, no registrándose información documental al respecto, para este sector del sitio.

26

Datación radiocarbónica realizada por el laboratorio Beta Analytic Inc., Miami, Florida, USA.

94

INVENTARIO ARTEFACTUAL

Con respecto al inventario artefactual, observable en el depósito arcaico tardío, se puede afirmar que se trata de un universo lítico27 que bajo las categorías de estudio seleccionadas, aparece como un conjunto poco variado. Así mismo, no muestra un patrón diferenciable, que muestre una morfología que represente especialización, a excepción de los escasos instrumentos tallados formatizados (Perforador, Raederas, Raspadores, Microraspador y Microcuchillos), y pulidos (Pesas cigarro), lo que puede deberse en gran medida al carácter funerario del Estrato IV de dicha ocupación, así como la débil potencia del Estrato III. De este modo, se pudo identificar un conjunto artefactual dado por instrumentos líticos intencionalmente manufacturados por talla o instrumentos definidos por uso (filos vivos usados), de los cuales se desprende que las funciones más recurrentes para los que fueron utilizados, corresponden a las acciones de cortar y raspar.

Destaca el registro de microartefactos muy bien elaborados, así como la presencia de raederas circulares y rectangulares, que podrían ser diagnósticas para esta ocupación.

Tabla: instrumentos tallados formatizados asiganables a ocupación arcaica tardía.

N° Pozo Nivel Tipo Materia

Prima Estado Dimensiones Observaciones

L A E

20 29 20-30 Perforador riolita Fract. 6,5 2,5 1,0

22 29 20-30 Punta proyectil riolita Fract. 2,3 1,6 0,5

23 30 20-30 Raedera roca silícea Entera 3,8 4,1 1,0 Mediana circular

21 30 20-30 Raedera-rasp. cuarcita Entera 6,4 4,4 1,5 Gruesa rectang.

24 30 20-30 Raspador/punzón cuarcita Fract. 6,3 2,6 1,1

26 29 30-40 Microraspador jaspe Entera 3,5 1,5 0,5

27 30 40-50 Raedera cuarcita Entera 7,0 5,7 1,6 Gruesa circular

25 29 30-40 Raspador roca silícea Entera 5,2 2,8 1,2

28 29-30 60-85 Lámina buril basalto Fract. 5,1 1,0 0,7 Rasgo Tumba 1

29 29-30 60-85 Lasca Primaria riolita Fract. 5,4 4,3 1,0 Rasgo Tumba 1

30 29-30 60-85 Microcuchillo jaspe Entera 2,5 2,6 0,4 Rasgo Tumba 1

31 30 85-90 Microcuchillo jaspe Entera 2,5 2,6 0,4

Llama la atención en el contexto de la Tumba 1, el registro muy abundante

de desechos en cuarcita, roca silícea y jaspe, principalmente esquirlas, lo que podría ser parte de la ofrenda funeraria.

27

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Descripción del universo lítico tallado del sitio Punta Morada

Sector 1”, en este informe, Tomo II, Décima Parte, pág.: 55-109

95

Un caso diferente está dado por el registro de Pesas cigarro, que refieren a una especialización relacionada con artes de pesca, y denotan el uso durante el Arcaico Tardío de anzuelos compuestos por parte de esta población.

Pieza 20: Perforador Pieza 22: Punta Pieza 28: Lámina buril

Pieza 23: Raedera Pieza 27: Raedera Pieza 24:Raspadorpunzón

Pieza 26: Microraspador Pieza 30: Microcuchillo Pieza 31: Microcuchillo

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1: Conjunto lítico tallado

asignable a ocupación del Arcaico Tardío.

96

Pieza 36 Pieza 37 Pieza 38 Pieza 41 Pieza 42

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1: Conjunto lítico pulimentado

asignable a ocupación del Arcaico Tardío, Pesas cigarro

SUBSISTENCIA Fauna Malacológica

Se identificaron 21 grupos taxonómicos para esta ocupación, determinando

al menos 16 taxa a nivel de especie. Restos de caracoles con un alto grado de fragmentación, no fueron identificadas. El sitio se encuentra dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas en la muestra28.

Los taxa presentes en los Estratos III y IV, representan una gran variedad de invertebrados marinos típicos del intermareal y submareal, principalmente de habitat rocosos, destacando la presencia de Concholepas concholepas (loco), y las lapas (Fisurella limbata, Fisurella maxima, Fisurella crassa, Fisurella pulchra, Fisurella costata, y Fisurella sp). Otras especies, de menor presencia son Acanthopleura echinata, Chiton latus, Chiton sp, Scurria parasitica, Tegula atra, Tegula sp, Brachidontes granulata, Loxechinus albus (erizo), Balanus pssitacus (picoroco), caracol no identificado, Crassilabrum cassilabrum, y Oliva peruviana.

Para Vargas, los taxa de mayor presencia en el sitio se caracterizan, en general por ofrecer una atractiva cantidad de carne fresca, sin la necesidad de invertir un gran gasto energético para su obtención. El loco (C. concholepas), se extrae, en la actualidad, mediante buceo y el uso de algún sistema de palanca, lo que permite obtener varios individuos por jornada de trabajo (obs personal). Las lapas y quitones, pueden extraerse en forma similar (palanca), durante la baja marea.

Dentro de la misma unidad analizada, se describe el rasgo asociado a una 28

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 1”, en este informe, Tomo II, Quinta Parte, págs: 4-11

97

tumba (Sector 1, Pozos de Sondeo Nº 29 y Nº 30, Rasgo Tumba 1), en el nivel 60-85 cm. En este rasgo, se observa una variabilidad taxonómica similar al de la unidad completa, pero se incorporan dos especies más, Xantochorus cassidiformis (caracol reticulado), y Scurria scurria (sombrerito, parásito de algas). La abundancia más relevante corresponde en este caso a los caracoles no identificados.

En términos generales, la muestra analizada da cuenta de una alta

variabilidad de recursos del intermareal presentes en el sitio, con una preponderancia de invertebrados marinos de fácil acceso, probablemente extraídos directamente, mediante el uso de tecnologías simples29. Fauna Ictiológica

Para esta ocupación Arcaica Tardía, se identificaron 8 grupos taxonómicos en la muestra30: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Cilus gilberti (corvina), Semicossyphus maculatus (pejeperro), Genypterus sp (Congrio), Aunchenionchus sp (Tomollo), Lenguado (género no determinado, puede ser Hippoglossina macrops o Paralichthys microps), y una especie del grupo de los Condrictios. Las especies de jurel, sierra, corvina y condrictio corresponden a las de mayor presencia en el depósito, mientras que congrio y lenguado aparecen sólo en dos y un nivel respectivamente.

En el Rasgo Tumba 1 (Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30, Nivel 60-85 cm), solo se identificó Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), y una especie del grupo de los Condrictios, como parte de la ofrenda.

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricus), y la corvina (C. gilberti), son especies que se acercan a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91), o corrales de pesca. La sierra (T atun ), se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. Dentro de las especies de Congrio (Genypterus sp), cabe señalar que el congrio negro (Genypterus maculatus), se encuentra en aguas profundas, mientras que el congrio colorado (Genypterus chilensis), puede encontrarse cerca de la costa y puede ser capturado por buzos entre las grietas, lo que podría indicar que los restos hallados corresponde a este último. Por otra parte, el pejeperro (S. Maculatus) es una especie de habitat rocoso, que se captura mediante caza submarina. La especie de tiburón (Condrictio), no está determinada y

29

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Quinta Parte, págs: 4-11 30

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Sexta Parte, págs: 12-22

98

su composición cartilaginosa, salvo las vértebras, no permite su registro en los depósitos arqueológicos; por lo tanto, por el momento, no se puede saber mucho sobre este taxón en los sitios. Los lenguados (Hippoglossina macrops o Paralichthys microps) se asocian principalmente a desembocaduras, mientras que lo tomollos (Aunchenionchus sp) se encuentran en fondos de habitat rocosos. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la

ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual31. Mamíferos

Para Velásquez32, la escasa muestra de restos arquefaunísticos impide establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad. En este caso, la presencia de Lama guanicoe (guanaco), y Otaria byronia (lobo marino), asociados a contextos culturales, tiene un causante antrópico en su depositación, posiblemente asociadas a actividades de descarte, posterior a procesos de consumo. Esto se observa más claramente en el caso de los especimenes con marcas de combustión, consecuencia de procesos de consumo y descarte en áreas de fogón.

El reconocimiento de individuos maduros junto a inmaduros en guanacos, sugiere el aprovechamiento de un amplio rango etario en las presas, estableciendo un tipo de conducta generalista, en donde la selección de los recursos se encuentra en relación con la oferta ambiental.

Hasta el momento todo apunta a que el hallazgo aislado de Laridae, y un fragmento de vértebra de delfín, sin evidencia de modificaciones humanas, puedan ser causado por depositación natural.

31

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Sexta Parte, págs: 12-22 32

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 1”, en este

informe, Tomo II, Séptima Parte, págs: 23-36

99

Uso de Recursos Vegetales

Por otra parte, y de acuerdo a los resultados del análisis carpológico33, sobre material arquebotánico obtenido en excavación, solo se puede conjeturar el uso de vegetales como elemento de combustión o leña en el Estrato III de la ocupación Arcaica Tardía. ADSCRIPCION Y RELACIONES

Probablemente, la población que formó y utilizó este espacio, corresponda a grupos de Cazadores-Pescadores-Recolectores de amplio espectro, propios del período Arcaico Tardío (Nuñez, Ms; Silva y Bahamondez, 1969; Llagostera, 1989).

Dado el tipo de asentamiento, donde solo el discreto Estrato III puede ser

asignado a lo habitacional, dado que el Estrato IV es de carácter funerario, la poca variabilidad del material artefactual, y las probables actividades de espectro amplio llevadas a cabo en el área, se dispone de un discreto conjunto de elementos que permitan relacionar esta ocupación dentro de un esquema cultural mayor.

Uno de los elementos más diagnósticos en esta ocupación, y que refieren a

especialización, viene dado por el registro de artes de pesca, en este caso Pesas cigarro, lo que nos lleva a afirmar el uso de anzuelos compuestos por parte de esta población. Esta arte de pesca debe haber sido muy importante, toda vez que es un elemento principal en la ofrenda de la Tumba 1, situación que se ve corroborada por la presencia de esqueletos de peces completos (jurel), en asociación directa a los restos humanos.

Finalmente, debemos hacer referencia a una notable ausencia en los

depósitos sondeados, cual es la casi nula presencia de valvas de Choromytilus chorus (choro zapato), así como artefactos o fragmentos de artefactos elaborados en este material, lo que es discordante con las secuencias regionales (Llagostera, 1989). Así mismo, no se registran anzuelos en espinas de cactáceas.

Si tuviésemos necesariamente que relacionar esta ocupación arcaica tardía

observada en los Estratos III y IV del sitio Punta Morada Sector 1, tendríamos que referirla a una adaptación local del Complejo Camarones Segunda Fase (5.400 a 3.500 A.P.), o con el Complejo abtao Segunda Fase (ca 3.500 AP), dado que es con los que guarda parcialmente correspondencia cronológica y/o artefactual (Llagostera, 1989).

33

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada Sector 1”, en este informe, Tomo II, Novena Parte, págs.: 49-54

100

Finalmente, y dadas las fuertes discordancias entre esta ocupación arcaica tardía en Taltal y lo conocido y descrito para áreas más nortinas, se requiere comenzar a pensar en adaptaciones propias para Taltal.

Al respecto, un ejemplo. Esta ocupación arcaica muestra un enterratorio

humano, donde el esqueleto fue depositado en posición flectada, probablemente bajo el piso habitacional; la ocupación, no muestra asociación con anzuelos de concha; y todo indica que el arte de pesca es el anzuelo compuesto. Todo esto, no se asemeja a ninguna entidad cultural ya definida para áreas más nortinas, es discordante con las cronologías conocidas, y tampoco guarda correspondencia con las descripciones de Capdeville y Bird para el sitio.

6.2 OCUPACION DEL PERIODO ALFARERO MEDIO OCUPACION

De forma general, podemos afirmar que el Estrato II del área excavada en el Sector 1 del sitio Punta Morada refiere, probablemente, a un asentamiento o área de un asentamiento donde se llevó a cabo una intensa ocupación humana, relacionada probablemente con la habitación, así como con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia del grupo, desde el litoral rocoso adyacente. Es muy probable que esta área, forme parte de un campamento base con núcleo en la cercanía inmediata, constituyéndose como un componente más de una larga secuencia ocupacional en Punta Morada, si tomamos en cuenta las referencias bibliográficas existentes para el área en general (Capdeville, 1921a, 1921b, 1921c, 1928; Uhle, 1916; Bird, 1943).

El análisis microgeológico del área excavada, permite conjeturar una cierta intensidad en la ocupación de este lugar, ya que los análisis granulométricos hacen referencia a una transformación de la matriz sedimentaria natural. El efecto antrópico sobre la matriz se relacionaría con trituración y retrabajo del suelo, sustracción de partículas gruesas para uso variado e incorporación de partículas finas como ceniza y materia orgánica34. La buena selección granulométrica, además, puede estar relacionada con el acondicionamiento y mejoramiento del suelo a ocupar.

34

GARCIA, M. “Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile”, en este informe, Tomo I, Segunda Parte, págs: 12-27

101

CRONOLOGIA

La datación absoluta, lograda mediante el análisis radiocarbónico de 700 a 980 d.C.35 permite sostener que el Estrato II del área excavada, fue ocupada por población propia del período Alfarero Medio (700 – 1.200 d.C.), situación que se observa corroborada por la datación termoluniscente de un fragmento cerámico San Pedro Negro Pulido (NP4), que arrojó una fecha de 1.100 d.C.36

Al respecto, este fechado refiere cronológicamente la segunda ocupación

del Sector 1 del sitio Punta Morada, no registrándose información documental al respecto, para este sector del sitio.

INVENTARIO ARTEFACTUAL Con respecto al inventario artefactual, observable en el depósito alfarero

medio, se puede afirmar que se trata de un universo lítico37 que bajo las categorías de estudio seleccionadas, aparece como un conjunto poco variado en cuanto a materias primas, formas, y tecnologías líticas depuradas. Así mismo, no muestra un patrón diferenciable, que muestre una morfología que represente especialización, a excepción de los instrumentos y microinstrumentos formatizados. De este modo, se pudo identificar un conjunto artefactual dado por instrumentos líticos intencionalmente manufacturados por talla, y mayoritariamente por instrumentos definidos por uso (filos vivos usados), de los cuales se desprende que las funciones más recurrentes para los que fueron utilizados, corresponden a las acciones de cortar y raspar (lascas filo vivo usado función cortar, Microraspadores, Perforador, y Raederas). Le siguen en importancia las puntas de proyectil, dos de las cuales se muestran reusadas, una como buril y otra para raspar.

Lo que si se puede conjeturar, más claramente, es que podría haber un cierto enfasis en la elaboración y uso de microartefactos durante el Alfarero Medio.

Respecto al lítico pulimentado, se registra una Pesa cigarro, que refiere especialización (pesca mediante anzuelo compuesto).

35

Beta-175453: cal 700 a 980 d.C (cal 1.250 a 980 AP) Concha de Fisurella sp, Pozo de Sondeo

Nº 29, Nivel 10-20 cm, Estrato II 36

UCTL-1520: 1.100 d.C. (900 +/- 90 AP), Fragmento San Pedro Negro Pulido (NP4), Pozo de

Sondeo N° 30, Nivel 10-20 cm, Estrato II 37

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Descripción del universo lítico tallado del sitio Punta Morada

Sector 1”, en este informe, Tomo II, pág.: 43-96

102

Pieza 15: Microcuchillo Pieza 7: Microraspador Pieza 8:

Microraspador

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1: Conjunto lítico tallado

asignable a ocupación del Alfarero Medio, Microartefactos

Pieza 9 Pieza 14 Pieza 32

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1: Conjunto lítico tallado asignable a ocupación del Alfarero Medio, Puntas de proyectil

SUBSISTENCIA Fauna Malacológica

Se identificaron 11 grupos taxonómicos para esta ocupación, determinando

al menos 7 taxa a nivel de especie. Restos de caracoles con un alto grado de fragmentación, no fueron identificados. El sitio se encuentra dentro del rango de

103

distribución de todas las especies identificadas en la muestra38.

Los taxa presentes en los Estratos II, representan una variedad de invertebrados marinos típicos del intermareal y submareal, principalmente de habitat rocosos, destacando la presencia de Concholepas concholepas (loco), y las lapas (Fisurella maxima, Fisurella pulchra, Fisurella costata, y Fisurella sp). Otras especies, de menor presencia son Acanthopleura echinata, Chiton sp, Loxechinus albus (erizo), Balanus pssitacus (picoroco), almeja caracol no identificado.

Para Vargas, los taxa de mayor presencia en el sitio se caracterizan, en general por ofrecer una atractiva cantidad de carne fresca, sin la necesidad de invertir un gran gasto energético para su obtención. El loco (C. concholepas), se extrae, en la actualidad, mediante buceo y el uso de algún sistema de palanca, lo que permite obtener varios individuos por jornada de trabajo (obs personal). Las lapas y quitones, pueden extraerse en forma similar (palanca), durante la baja marea.

En términos generales, la muestra analizada da cuenta de una alta variabilidad de recursos del intermareal presentes en el sitio, con una preponderancia de invertebrados marinos de fácil acceso, probablemente extraídos directamente, mediante el uso de tecnologías simples39.

Fauna Ictiológica

Para esta ocupación Alfarera Media, se identificaron 5 grupos taxonómicos en la muestra40: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Cilus gilberti (corvina), Semicossyphus maculatus (pejeperro), y una especie del grupo de los Condrictios. Las especie de jurel corresponde a la de mayor presencia en el depósito.

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricus), y la corvina (C. gilberti), son especies que se acercan a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91), o corrales de pesca. La sierra (T atun ), se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. Por otra parte, el pejeperro (S. Maculatus) es una especie de habitat rocoso, que se captura mediante caza submarina. La especie de tiburón (Condrictio), no está determinada y su composición cartilaginosa, salvo las

38

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Quinta Parte, págs: 4-11 39

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Quinta Parte, págs: 4-11 40

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 1”, en este informe, Tomo II, Sexta Parte, págs: 12-22

104

vértebras, no permite su registro en los depósitos arqueológicos; por lo tanto, por el momento, no se puede saber mucho sobre este taxón en los sitios. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la

ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual41. Mamíferos

Para Velásquez42, la escasa muestra de restos arquefaunísticos impide

establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad. En este caso, la presencia de Lama guanicoe (guanaco), asociados a contextos culturales, tiene un causante antrópico en su depositación, posiblemente asociadas a actividades de descarte, posterior a procesos de consumo. Esto se observa más claramente en el caso de los especimenes con marcas de combustión, consecuencia de procesos de consumo y descarte en áreas de fogón. Uso de Recursos Vegetales

De acuerdo a los resultados del análisis carpológico43, se ha observado la presencia de un carporrresto no identificado que denominamos Semilla 1. Ésta probablemente haya sido liberada por las plantas presentes en la superficie del sitio. Según el informe de la flora actual para Punta Morada, se describe Nolana villosa como especie frecuente. Es posible que estas semillas recuperadas pertenezcan a esta especie. ADSCRIPCION Y RELACIONES

Probablemente, la población que formó este nivel de ocupación, en el área excavada, corresponda a grupos alfareros que practicaron la Caza, Pesca, y Recolección marina de amplio espectro, propios del período Alfarero Medio (700 – 1.200 d.C.).

41

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Sexta Parte, págs: 12-22 42

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 1”, en este

informe, Tomo II, Séptima Parte, págs: 23-36 43

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada sector 1”, en este informe, Tomo II, Novena Parte, págs.: 49-54

105

En forma más precisa, el registro de 1 fragmento cerámico asignable a un cuenco San Pedro Negro Pulido (NP4), relaciona esta ocupación con los desarrollos del Salar de Atacama durante el Alfarero Medio44.

Dado el tipo de asentamiento, la poca variabilidad del material artefactual,

exceptuando el registro de microartefactos e instrumentos líticos para cortar y raspar, así como 1 Pesa cigarro parte de anzuelo compuesto, y las probables actividades de espectro amplio llevadas a cabo, en las actividades comprometidas en la subsistencia, se puede conjeturar que este nivel refiere a parte de un contexto de habitación, de forma general.

6.3 OCUPACION DEL PERIDO ALFARERO INTERMEDIO TARDIO? OCUPACION

De forma general, podemos afirmar que el Estrato I del área excavada en el Sector 1 del sitio Punta Morada refiere, probablemente, a un asentamiento o área de un asentamiento donde se llevó a cabo una intensa ocupación humana, relacionada probablemente con la habitación, la producción lítica, así como con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia del grupo, desde el litoral rocoso adyacente, lo que es especialmente observable en los Pozos de Sondeo N° 29 y N° 30.

Dado el estado de alteración y remoción de sedimentos culturales, por parte

de las obras de construcción del terraplén de la actual Ruta 1, no queda más que asignar a rellenos el Estrato I en los Pozos de Sondeo N° 17 y N° 28. CRONOLOGIA

De acuerdo a los materiales cerámicos presentes en el Estrato I, puede conjeturase su formación a partir de ocupación propia del período Alfarero Intermedio Tardío, si tomamos en cuenta el registro de los tipos Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), y la ausencia de materiales asignables al Período Medio.

Así mismo, debemos reputar los fragmentos cerámicos propios del período

Formativo, como intrusivos al depósito que conforma el Estrato I, toda vez que el Estrato II posee fechados posteriores en el tiempo a esta cerámica formativa, no evidenciándose fenómenos como inversión estratigráfica, o contaminación del Estrato II, desde cotas superiores.

44

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte

Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53

106

INVENTARIO ARTEFACTUAL

Dado que el Estrato I, posee evidentes sintomas de contaminación y alteración, debidas tanto a causas antrópicas como naturales, no es posible identificar dentro del conjunto lítico observado la filiación de los mismos.

De acuerdo a la enorme cantidad de desechos líticos, donde es

especialmente notable la presencia de esquirlas de talla, se puede conjeturar que el área excavada participa de un área mayor propio de producción lítica.

A nivel de artefactos líticos tallados formatizados, se destaca el registro de un conjunto instrumental bastante discreto, dado por Microraspadores, Raspador, Perforador, Raedera y Punta de proyectil.

Pieza 1: Raspador Pieza 4: Microraspador Pieza 5: Microraspador

Pieza 2: Perforador Pieza 6: Raedera Pieza 3: Punta

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1:

Conjunto lítico tallado asignable a ocupación Estrato I

107

Por otra parte, en este Estrato I se registra un artefacto óseo. Este corresponde a un gancho de anzuelo compuesto (26 x 3mm),

rescatado en el Pozo de Sondeo N° 29, nivel 0-10 cm. El soporte, corresponde a una porción proximal de un hueso largo sin presencia de canal medular, posiblemente de Lama guanicoe, presenta bordes asimétricos convergentes en puntas en ambos extremos. Un examen en aumento (30x), permite visualizar segmentos pulidos en ambos extremos, también se pudo observar que a pesar de su buena conservación, presenta pequeñas grietas superficiales generadas por una disposición poco prolongada en la superficie.

Lo más probable, es que se haya utilizado una astilla para obtener el soporte y que mediante el pulido se haya preparado el soporte para obtener este artefacto45. SUBSISTENCIA Fauna Malacológica

Se identificaron 19 grupos taxonómicos para el Estrato I, determinando al

menos 14 taxa a nivel de especie. Restos de caracoles con un alto grado de fragmentación, no fueron identificadas. El sitio se encuentra dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas en la muestra46.

Los taxa presentes en los Estrato I, representan una gran variedad de invertebrados marinos típicos del intermareal y submareal, principalmente de habitat rocosos, destacando la presencia de Concholepas concholepas (loco), y las lapas (Fisurella limbata, Fisurella maxima, Fisurella crassa, Fisurella pulchra, Fisurella costata, y Fisurella sp), así como Acanthopleura echinata. Otras especies, de menor presencia son Chiton latus, Chiton sp, Scurria parasitica, Tegula sp, Choromytilus chorus (choro zapato), Loxechinus albus (erizo), Balanus pssitacus (picoroco), Argopecten purpuratus (ostión), Oliva peruviana, almeja, y caracol no identificado.

45

Velásquez, H. Análisis del material artefactual óseo del sitio Punta Morada Sector 1, en este informe, Tomo II, Décima Primerta Parte, págs.: 110-113 46

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada Sector 1”, en este informe, Tomo II, Quinta Parte, págs: 4-11

108

Para Vargas, los taxa de mayor presencia en el sitio se caracterizan, en general por ofrecer una atractiva cantidad de carne fresca, sin la necesidad de invertir un gran gasto energético para su obtención. El loco (C. concholepas), se extrae, en la actualidad, mediante buceo y el uso de algún sistema de palanca, lo que permite obtener varios individuos por jornada de trabajo (obs personal). Las lapas y quitones, pueden extraerse en forma similar (palanca), durante la baja marea.

En términos generales, la muestra analizada da cuenta de una alta

variabilidad de recursos del intermareal presentes en el sitio, con una preponderancia de invertebrados marinos de fácil acceso, probablemente extraídos directamente, mediante el uso de tecnologías simples47. Fauna Ictiológica

Para el Estrato I, se identificaron 4 grupos taxonómicos en la muestra48: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Cilus gilberti (corvina), y Semicossyphus maculatus (pejeperro).

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricus), y la corvina (C. gilberti), son especies que se acercan a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91), o corrales de pesca. La sierra (T atun ), se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. Por otra parte, el pejeperro (S. Maculatus) es una especie de habitat rocoso, que se captura mediante caza submarina. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la

ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual49. Mamíferos

47

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 1”, en este

informe, Tomo II, Quinta Parte, págs: 4-11 48

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada Sector 1”, en este

informe, Tomo II, Sexta Parte, págs: 12-22 49

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada Sector 1”, en este informe, Tomo II, Sexta Parte, págs: 12-22

109

Para Velásquez50, la escasa muestra de restos arquefaunísticos impide establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad. En este caso, la presencia de Camelidae (camélido), asociado a contexto cultural, tiene un causante antrópico en su depositación, posiblemente asociadas a actividades de descarte, posterior a procesos de consumo. Esto se observa más claramente en este caso que presenta marcas de combustión, consecuencia de procesos de consumo y descarte en áreas de fogón. Uso de Recursos Vegetales

De acuerdo a los resultados del análisis carpológico51, se ha observado la presencia de un carporrresto no identificado que denominamos Semilla 1. Ésta probablemente haya sido liberada por las plantas presentes en la superficie del sitio. Según el informe de la flora actual para Punta Morada, se describe Nolana villosa como especie frecuente. Es posible que estas semillas recuperadas pertenezcan a esta especie.

Así mismo, se ha identificado Prunus persica (semilla de durazno), que

corrobora la contaminación del estrato, en época histórica subactual. ADSCRIPCION Y RELACIONES

El problema aquí, en el caso del Estrato I, es que no sabemos que elementos arte y ecofactuales pueden ser parte del Formativo y cuales del Intermedio Tardío, o bien del Período Medio del Estrato II, dado que es un nivel superficial que muestra alteración evidente.

Al respecto, el Estrato I, observable en los Pozos de Sondeo Nº 17, Nº 28, N° 29 y Nº 30, denotaría ocupación por parte de población perteneciente a diferentes períodos, todos alfareros.

En el caso específico del depósito observado en los Pozos de Sondeo N°

29 y N° 30, muestras de cerámica, obtenidas en este nivel de ocupación, muestran la presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo alfarero Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C., el tipo alfarero Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo

50

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 1”, en este

informe, Tomo II, Séptima Parte, págs: 23-36 51

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada sector 1”, en este informe, Tomo II, Novena Parte, págs.: 49-54

110

Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C.; y, cerámica Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), propias del Intermedio Tardío con fechas entre el 900 y 1.470 d.C52.

Así mismo, registra someras evidencias de contaminación superficial por

parte de población de época histórica subactual (presencia de vidrio y metal, principalmente).

52

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53

111

BIBLIOGRAFIA

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1921a “Notas acerca de la arqueología de Taltal. I Civilización paleolítica de los pescadores primitivos del gran túmulo y conchal del Morro Colorado situados en la Punta del Hueso Parado”, en Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. II, Nº 3 - 4, Quito.

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1921b “Notas acerca de la arqueología de Taltal. II: Civilización Dolménica. Gentes de los círculos de piedra”, en Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. II, Nº5, Quito.

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1921c Notas acerca de la arqueología de Taltal, en Boletín de la Academia Nacional de Historia, Vol. II, Nº 5, Quito, Ecuador

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1969 Investigaciones arqueológicas en Taltal, Informe preliminar, en Rehue Nº 2, Actas del IV Congreso Nacional de Arqueología, Concepción.

112

TRIGESIMA TERCERA PARTE: Análisis del contexto del sitio

Punta Morada Sector 2

NELSON GAETE Arqueólogo

113

1. INTRODUCCION

La excavación arqueológica, de11 pozos de sondeo en el Sector 2 del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, en el área adyacente a la actual Ruta 1, definida como zona a ser impactada por el mejoramiento de esta ruta caminera, ha permitido conocer parcialmente el depósito cultural existente, así como sus características que lo definen, tanto en su matriz sedimentaria, situación de conservación, como en sus contenidos culturales.

A continuación, parte del análisis de la información colectada en terreno, y

la generada en laboratorio, como parte de la ejecución de los análisis especializafos correspondientes, se entrega sistematizada de forma de poder caracterizar y diagnósticar el valor de este depósito cultural.

2. ACERCA DE LA MICROGEOLOGIA DEL SITIO

El sitio arqueológico Punta Morada presenta una extensión areal relativamente importante, abarcando casi la totalidad de la Punta Morada y sus márgenes norte y sur. Se sitúa en una terraza litoral emergida, moderadamente erosionada, relativamente extensa, a una cota variable de 20 a 30 m. En el área, el Substrato Rocoso está constituido por un conjunto de rocas volcánicas y sedimentarias, que forman una secuencia mal estratificada. Las rocas corresponden a andesitas porfídicas brechosas grises, basaltos afaníticos negros, tobas líticas y de cristales, brechosas y de lapilli, de colores morado y gris, con intercalaciones de areniscas volcano-detríticas de colores oscuros53.

Los depósitos litorales son esencialmente lenticulares, moderadamente

estratificados, y alcanzan hasta 4 m de espesor. Estos corresponden principalmente a gravillas y gravas, finas a medias, semiconsolidadas, de colores pardo claro, amarillo y gris, con intercalaciones de areniscas. Son depósitos principalmente clasto-soportantes, bien a moderadamente seleccionados. Los clastos son muy redondeados y subesféricos, y corresponden esencialmente a fragmentos de rocas volcánicas, sedimentarias e intrusivas, y muy localmente a restos pequeños de fragmentos de conchas. La presencia de clastos de rocas intrusivas y de lavas alteradas, ausentes en el Substrato Rocoso del sector estudiado, sugiere que los depósitos litorales se formaron por el retrabajo de los depósitos aluviales o fluviales más antiguos que afloran inmediatamente al sur del área, en la desembocadura de la quebrada San Ramón. Al respecto, estos depósitos litorales emergidos del área de Taltal, se asignan al Pleistoceno.

53

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en este informe, Tomo I, págs: 12-27

114

El Sector 2 del sitio se ubica cerca del margen de los depósitos litorales con el Substrato Rocoso, donde los primeros tienen un espesor reducido (menor a 1 m). Es decir, el suelo y la ocupación arqueológica se desarrollan principalmente sobre depósitos litorales y de manera restringida, sobre el Substrato Rocoso (Formación La Negra).

El material que forma el suelo y el depósito cultural del Sector 2 del sitio Punta Morada alcanza hasta 1 m de espesor, presentando colores pardo o gris oscuro, y contienen escasos fragmentos de conchas y de rocas volcánicas e intrusivas, provenientes, en parte, del Substrato Rocoso, de los depósitos litorales basales, y de depósitos coluviales. La matriz cultural posee un bajo contenido de material orgánico, de origen animal y/o vegetal, y de ceniza.

Para este sector del sitio se estudió la distribución granulométrica de dos

muestras provenientes una de un estrato cultural (Estrato II), y otra de un estrato basal estéril (Estrato IV). Aquí, las muestras del depósito culturale y del estéril tienen una granulometría relativamente similar y muy ligeramente rica en partículas gruesas. Existe una leve tendencia a mayor participación de granos de arena media y fina, que representan, en conjunto, entre 33 y 42% del total. Además, el estrato estéril, comparado con el estrato cultural, es ligeramente más rico en partículas gruesas y ligeramente más pobre en partículas finas.

La distribución granulométrica de los materiales que forman el estrato basal estéril, es compatible con su ambiente de depositación litoral, de moderada a alta energía. El agua en tal ambiente es capaz de retrabajar y preservar las partículas gruesas y lavar las finas. Por otro lado, la tendencia a mayor participación de granos finos y menor de granos gruesos, en el depósito cultural, comparado con el depósito estéril, implica la ocupación humana. El escaso efecto antrópico sobre los depósitos naturales, se relacionaría con trituración y retrabajo del suelo, sustracción de partículas gruesas para uso variado e incorporación de partículas finas como ceniza y-o materia orgánica.

3. ACERCA DE LA ESTRATIGRAFIA

El análisis de la matriz sedimentaria observada durante la fase de intervención directa del depósito cultural, así como el cruzamiento de dicha información con la obtenida mediante el análisis de los diferentes materiales culturales recuperados, permite construir la siguiente situación estratigráfica para el área excavada (ver plano topográfico de detalle):

115

3.1 ESTRATO I (0-4/16 cm)

Matriz formada por limo arenoso, con ceniza y conchas enteras, fragmentadas y molidas, de color café grisáceo, textura semi suelta, y granulometría fina, que se caracteriza por contener abundante grava y gravilla.

Corresponde a un nivel superficial, que contiene materiales de época diversa, tanto prehistóricos como históricos, que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 18, Nº 19, N° 20, N° 21, N° 22, N° 23, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27, y Nº 31., que muestra fuerte alteración por reocupación prehistórica e histórica, así como por migración de material cultural desde cotas superiores, debido a la pendiente existente.

Muestras de cerámica, obtenidas en este nivel de ocupación, muestran la

presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Faldas del Morro (FML), con fechas entre el 900 a.C. y el 500 d.C.; el tipo Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C.; el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.; y, el tipo Quillagua Tarapacá Café Amarillento (QTC), con fechas entre el 500 a.C. y el 600 d.C. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C.

Pero, además, este nivel de ocupación superficial, registra cerámica del

Intermedio Tardío, tales como los tipos Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), con fechas entre el 900 y 1.470 d.C.; el tipo Turi Rojo Alisado (TRA), con fechas entre el 1.340 y 1.480 d.C; y, el tipo Pocoma-Gentilar B (POC), con fechas entre el 1.000 y 1.350 d.C.54

La datación termoluminiscente de 1 fragmento cerámico Aiquina colectado

en el Rasgo 1, inscrito en este nivel de ocupación, arrojó una fecha de 885 d.C.55, pero la datación radiocarbónica de 1 concha de Concholepas concholepas en el mismo Rasgo 1, arrojó una fecha calibrada de 1.520 a 1.700 d.C.56, situación que reafirma el carácter disturbado del nivel, y que introduce ocupación del Tardío, o bien del período Histórico temprano, en un nivel que originalmente debe haber sido propio del Formativo.

Dado que además, el nivel muestra elementos de data histórica subactual,

se hace sumamente difícil poder asignar a algún periodo o población determinada

54

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 55

UCTL-1521: 885 d.C. (1.115 +/- 110 AP), Fragmento cerámico Aiquina, Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Estrato I, Rasgo 1 56

Beta-175455: cal 1.520 a 1.700 d.C. (cal 430 a 250 AP), Concha de Concholepas concholepas, Pozo de Sondeo N° 23, Nivel 0-10, Estrato I, Rasgo 1

116

el origen o formación del nivel; más bien, corresponde a un nivel fuertemente disturbado y alterado, cuyas causas pueden estar tanto en agentes antrópicos como naturales. De poder asignar su formación a añguna población, esta debiera ser relacionada con el Formativo.

3.2 ESTRATO II (6/16-15/26 cm)

Matriz formada por limo arenoso, con abundante ceniza y conchas enteras, fragmentadas y molidas (conchal), de color café grisáceo, grisáceo y café amarillento, textura semi suelta a semi compacta y granulometría fina, con gravilla abundante.

Corresponde a un nivel que contiene materiales del Formativo, que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 18, Nº 19, N° 20, N° 21, N° 22, N° 23, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27, y Nº 31. Solo el Pozo de Sondeo N° 26, muestra material cerámico intrusivo, en este caso 1 fragmento Aiquina, propio del Intermedio Tardío.

Muestras de cerámica, obtenidas en este nivel de ocupación, muestran la presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Faldas del Morro (FML), con fechas entre el 900 a.C. y el 500 d.C., y el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C57.

De este modo, el Estrato II corresponde a un nivel de ocupación prehistórico, propio de población adscribible al Período Formativo (1.000 a.C. a 600 d.C.).

La datación termoluminiscente de 1 fragmento cerámico Loa Café Alisado,

propio del Formativo, colectado en el Rasgo 2, que se intruye en este nivel de ocupación, arrojó una fecha de 1.010 d.C.58, lo cual resulta demasiado tardío59, situación que permite sostener que este Rasgo 2, es propio de ocupación del período Intermedio Tardío, que ha alterado parcialmente el Estrato II, en un nivel que se reputa propio del Formativo.

La alteración, propia del Intermedio Tardío, se registra solo en los Pozos de

Sondeo N° 24, N° 25, y N° 26, donde los dos primeros configuran el Rasgo 2.

57

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 58

UCTL-1522: 1.010 d.C. (990 +/- 90 AP), Fragmento cerámico Loa Café Alisado, Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Estrato II, Rasgo 2 59

Se postula, al respecto, que la reocupación del Intermedio tardío, puede haber alterado el fragmento datado, al haber estado expuesto al fuego.

117

3.3 ESTRATO III (15/26-23/45 cm)

Matriz formada por limo arenoso con abundante ceniza, materia orgánica descompuesta (tierra vegetal), y abundantes conchas enteras, fragmentadas y molidas, de color café grisáceo, gris café, café rojizo claro, café rojizo oscuro, o café levemente amarillento y textura semi suelta a semi compacta y granulometría fina a media, con gravilla abundante, y presencia de clastos.

Corresponde a un nivel de ocupación propio de población adscribible al Período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.), que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 18, Nº 19, N° 20, N° 21, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27, y Nº 31. Solo el Pozo de Sondeo N° 26, muestra material cerámico intrusivo, en este caso 1 fragmento Loa Café Alisado, propio del período Formativo.

La datación absoluta, lograda mediante el análisis radiocarbónico60, arrojó una fecha calibrada de 1.520 a 1.160 a.C., lo que permite sostener que este nivel de ocupación, compuesto por el Estrato III, corresponde a población propia del período Arcaico Tardío, la que posee un rango de 95% de probabilidad.

3.4 ESTRATO IV (23/45-60/80 cm)

Matriz formada por limo arenoso, con gravilla muy abundante y conchas escasas, de color café amarillento, café grisáceo claro, o café rojizo claro, textura semi compacta a muy compacta y granulometría fina a media, con registro de grava y gravilla abundante.

La base del estrato, corresponde a la matriz aluvional del cerro, compuesta

por limo arenoso y gravilla muy abundante, de color café rojizo claro, textura muy compacta (cementada), y granulometría fina a media. Estéril culturalmente. La ocupación, en este nivel, corresponde a la parte superior de esta matriz aluvional.

Corresponde a un nivel basal de ocupación aparentemente no alterado,

propio de población adscribible al Período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.), que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 18, Nº 19, N° 20, N° 21, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27, y Nº 31, y que posee una datación absoluta calibrada de 2.130 a 1.700 a.C. obtenida por análisis radiocarbónico61 en la base de la ocupación.

60

Beta-175456: cal 1.520 a 1.160 a.C. (cal 3.470 a 1.110 AP), Concha de Concholepas

concholepas, Pozo de Sondeo N° 25, Nivel 20-30 cm, Estrato III 61

Beta-175457: cal 2.130 a 1.700 a.C (cal 4.080 a 3.650 AP) Concha de Concholepas

concholepas, Pozo de Sondeo Nº 26, Nivel 40-50 cm, Estrato IV

118

3.5 ESTRATO V (11/20- /60/ .... cm)

Matriz formada por el afloramiento y roca meteorizada, relacionado con el substrato rocoso mesozoico al que pertenece la formación La Negra.

Corresponde a basamento estéril, sobre el cual se dispone la ocupación humana registrada en los Pozos de Sondeo N° 20, N° 21, Nº 22 y Nº 23, y se relaciona en el área excavada, con el registro de un gran bloque pétreo.

4. DE LA FORMACION, ALTERACION Y OCUPACION

El yacimiento registrado en el Sector 2 del Sitio Punta Morada, manifiesta una fuerte alteración de data histórica subactual, lo que se puede constatar en la extracción de depósito cultural probablemente para levantar y refaccionar el terraplén que soporta a la actual Ruta 1 (a juzgar por las huellas de maquinaria pesada observables), dejando perfiles estratigráficos expuestos (ver plano topográfico).

A pesar de la situación de fuerte alteración registrada, también es cierto,

que a partir de lo aun conservado, principalmente en el área donde se emplazaron los Pozos de Sondeo Nº 18, Nº 19, N° 20, N° 21, N° 22, N° 23, N° 24, N° 25, N° 26, N° 27, y Nº 31, podemos construir parcialmente la historia de la formación, alteración y ocupación de esta sector del sitio arqueológico.

A grandes rasgos, se puede postular que el depósito observado en el área excavada, se inicia la matriz aluvional del cerro (Estrato IV), con eventos de ocupación propios de población perteneciente al período Arcaico Tardío (4.000-1.000 a.C.), de acuerdo al fechado absoluto obtenido para el piso de ocupación del Estrato IV en el Pozo de Sondeo Nº 26.

Este fecha calibrada de 2.130 a 1.700 a.C., marcaría el inicio de la

ocupación en esta área, denotando una ocupación asociada a lo domésdtico u habitacional. Estos grupos arcaicos tardíos, continuarían ocupando este lugar para instalar su campamento lo que se ve reflejado en el Estrato III, que marca el techo de dicas ocupaciones, con una fecha calibrada de 1.520 a 1.1160 a.C.

Entre uno y otro evento de ocupación, la superficie soportó la acción de

agentes naturales, lo que eventualmente debe haber afectado el contexto de abandono, situación que se ve corroborada por la fuerte patinación de parte de los materiales líticos.

119

Por otra parte, los Estratos IV y III, de ser partes de un contexto de habitación, se corresponden bastante bien con la limpieza que muestran ambos estratos, sobre todo de basuras alimenticias, las que son escasas.

Tiempo después de ser abandonado definitivamente el lugar por parte de

los grupos propios del Arcaico Tardío, se dispone una nueva ocupación sobre la precedente, la cual corresponde a grupos del Formativo, situación que se refleja en el Estrato II del área excavada.

Si bien es cierto, no disponemos de una fecha confiable para datar dicha

ocupación, la presencia de materiales alfareros propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Faldas del Morro (FML), con fechas entre el 900 a.C. y el 500 d.C., y el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C., nos lleva a adscribir este nivel de ocupación a un rango temporal entre el 1.000 a.C. y el 600 d.C.62

Consecuentemente, el Estrato I manifiesta en forma mucho más abundante

materiales propios del Formativo, por lo que su formación puede ser adscrita a dichos grupos humanos.

Al respecto, muestras de cerámica obtenidas en este nivel de ocupación,

muestran la presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Faldas del Morro (FML), con fechas entre el 900 a.C. y el 500 d.C.; el tipo Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C.; el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.; y, el tipo Quillagua Tarapacá Café Amarillento (QTC), con fechas entre el 500 a.C. y el 600 d.C. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C63.

De esta forma, podemos asiganar el origen y formación de los Estratos II y I

a población propia del período Formativo, lo que abarcaría un rango temporal entre el 1.000 a.C. y el 600 d.C., grosso modo.

Si bien hasta aquí, la situación estratigráfica pareciera bastante simple, esto

cambía fuertemente cuando se incorporan otros elementos observados en excavación.

La excavación arqueológica, permitío segregar y aislar un componente que

hemos denominado Rasgo 2, el cual intruye al Estrato II Formativo.

62

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 63

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53

120

Este Rasgo 2, que se manifiesta claramente en los Pozos de Sondeo N° 24 y N° 25, permite observar una situación de reocupación y alteración parcial del depósito propio del Formativo.

De este modo, la datación termoluminiscente de 1 fragmento cerámico Loa

Café Alisado, propio del Formativo, colectado en este Rasgo 2, que se intruye en este nivel de ocupación, arrojó una fecha de 1.010 d.C.64, lo cual resulta demasiado tardío65, situación que permite sostener que este Rasgo es propio de ocupación del período Intermedio Tardío, la que ha alterado parcialmente el Estrato II.

Por otra parte, el Estrato I - superficial - contiene además de los materiales

que asignan su origen al Formativo, materiales de época diversa, tanto prehistóricos como históricos, mostrando de este modo una fuerte alteración por reocupación prehistórica e histórica, así como por migración de material cultural desde cotas superiores, debido a la pendiente existente.

Es así, como además de los materiales alfareros propios del Formativo

Temprano y Formativo Tardío, a lo que ya hicimos referencia, debemos mencionar el registro en este nivel de ocupación de alfarería asignable claramente al poblaciones propias del período Intermedio Tardío, tales como los tipos Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), con fechas entre el 900 y 1.470 d.C.; el tipo Turi Rojo Alisado (TRA), con fechas entre el 1.340 y 1.480 d.C; y, el tipo Pocoma-Gentilar B (POC), con fechas entre el 1.000 y 1.350 d.C.66

La irrupción y reocupación del lugar por parte de población del Intermedio

Tardío, se ve corroborada por la obtención de un fechado de 885 d.C.67, que data 1 fragmento cerámico Aiquina, recuperado en el Rasgo 1.

Sin embargo, una datación obtenida mediante análisis radiocárbonico,

permitió observar que este Rasgo 1, aislado claramente en los Pozos de Sondeo N° 20, N° 21, N° 22, y N° 23, puede ser de origen Tardío e incluso Histórico, si tomamos en cuenta la fecha calibrada de 1.520 a 1.700 d.C.68, lo que vendría a significar que el Rasgo 1, puede ser Tardío o Histórico, y que altera una ocupación precedente.

64

UCTL-1522: 1.010 d.C. (990 +/- 90 AP), Fragmento cerámico Loa Café Alisado, Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Estrato II, Rasgo 2 65

Se postula, al respecto, que la reocupación del Intermedio Tardío, puede haber alterado el fragmento datado, al haber estado expuesto al fuego. 66

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 67

UCTL-1521: 885 d.C. (1.115 +/- 110 AP), Fragmento cerámico Aiquina, Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Estrato I, Rasgo 1 68

Beta-175455: cal 1.520 a 1.700 d.C. (cal 430 a 250 AP), Concha de Concholepas concholepas, Pozo de Sondeo N° 23, Nivel 0-10, Estrato I, Rasgo 1

121

Queda entonces, bastante claro, que el Estrato I puede ser calificado como un nivel de ocupación totalmente alterado por sucesivas reocupaciones, donde el final esta marcado por la presencia de materiales culturales de data Histórica subactual o reciente (vidrio, metal).

Finalmente, y con respecto a la formación y ocupación de esta parte del yacimiento, expresada en el área excavada del Sector 2, es posible no solo conjeturar, sino que afirmar con cierto grado de certeza que refiere claramente a un área doméstica o habitacional, situación que es claramente observable para los Estratos IV y III propios del Arcaico Tardío, y parcialmente observable para las ocupaciones siguientes.

5. EMPLAZAMIENTO, AGUA Y MATERIAS PRIMAS

El sector costero ubicado al norte de Taltal, en la Bahía de Nuestra Señora, sector donde se emplaza el sitio 02 Ta 008 Punta Morada, forma parte de un relieve poco elevado y relativamente accidentado, al pie del abrupto acantilado litoral que caracteriza esta región de la Cordillera de la Costa del norte de Chile. Tal cordillera, en el sector, presenta una dirección aproximada N-S y alcanza altitudes de hasta 2.000 m. El acantilado costero, subvertical a fuertemente inclinado al oeste, tiene un desnivel variable de 400 a 1.000 m. El relieve de la Cordillera de la Costa está modelado principalmente sobre roca fundamental, de unidades del Mesozoico y localmente sobre depósitos semiconsolidados del Plioceno-Cuaternario.

Al respecto, el contacto de intrusión entre el Plutón Matancillas y la

Formación La Negra, generaron localmente sectores de alteración hidrotermal y de rocas córneas silicificadas, las cuales son útiles como recursos líticos dada su dureza y resistencia a impactos. En efecto, inmediatamente al este del sitio Punta Morada, en rocas de la Formación La Negra, existe una pequeña veta hidrotermal con sílice amorfa de mediana calidad (calcedonia y jaspe), mientras que en la desembocadura de la quebrada San Ramón, en depósitos coluviales-aluviales, se encontraron bolones de basaltos negros silicificados con evidencias de desbastamiento; estos bolones provienen de la erosión de rocas adyacentes (de la Formación La Negra)69.

La importancia de este hallazgo, en los alrededores del sitio arqueológico,

dice relación con que los habitantes del sitio dispusieron en su entorno inmediato de fuentes de materias primas líticas, que les permitieron elaborar instrumentos. Al respecto, García identifica claramente la disponibilidad de calcedonia, jaspe y basalto, materias primas bien representadas en los inventarios de este sector.

69

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en este informe, Tomo I, págs: 12-27

122

Si bien es cierto, los antiguos ocupantes de Punta Morada pueden haber obtenido parte de las materias primas líticas necesarias, para la elaboración de sus artefactos, en lugares distantes del emplazamiento del campamento base, también es cierto que disponían de estas materias primas en su entorno inmediato, o al menos parte de ellas.

Finalmente, el emplazamiento de este sitio, guarda relación directa con las

posibilidades de disponer de agua para la bebida. Al respecto, el litoral del norte de Chile está dominado por abundantes neblinas, predominantemente matinales (“camanchaca”), las cuales al condensarse se infiltran en los depósitos sedimentarios coluviales o aluviales, no consolidados, porosos y permeables, presentes en el borde del acantilado costero. La infiltración genera acuíferos locales que alimentan, hacia menor altitud, pequeñas vertientes de agua dulce, necesaria y suficiente para el uso humano (eg. Núñez y Varela, 1967)70.

Los habitantes del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, dispusieron de estos

afloramientos de agua dulce para la bebida, en su entorno inmediato. Al respecto, se registran fuentes de agua dulce en la Aguada de Punta Morada Norte, y desembocadura de la Quebrada de San Ramón, y no puede negarse la posibilidad que en el pasado esta agua hayan aflorado en parte del sitio mismo.

6. DE LAS OCUPACIONES

Como ha quedado meridianamente claro, en los acápites anteriores, el yacimiento arqueológico intervenido en el Sector 2 del sitio Punta Morada, registra a lo menos registro de cinco componentes ocupacionales, dos de ellos expresados en ocupaciones estratificadas sin mayor alteración, en un área muy discreta y acotada del sector, el cual muestra mayormente que una parte no dimensionable del depósito ha sido removida y extraída con anterioridad, por causas de alteración antrópica (probablemente relacionado con la construcción y mantención del terraplén de la actual Ruta 1).

De esta forma, el estudio llevado a cabo por este equipo de investigación ha

logrado registrar componentes ocupacionales en el área excavada, asignables a población de los períodos Arcaico Tardío, Formativo, Intermedio Tardío, Tardío, e Histórico.

70

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en

este informe, Tomo I, págs: 12-27

123

6.1 OCUPACION DEL PERIODO ARCAICO TARDIO

OCUPACION

De forma general, podemos afirmar que los Estratos IV y III del área excavada refieren, probablemente, a un asentamiento o área de un asentamiento donde se llevó a cabo ocupación humana relacionada con la habitación, así como con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia de la población, desde el litoral rocoso adyacente. Es muy probable que esta área, forme parte de un campamento base con núcleo en este sector, constituyéndose como un componente más de una larga secuencia ocupacional en Punta Morada, si tomamos en cuenta las referencias bibliográficas existentes para el área en general (Capdeville, 1921a, 1921b, 1921c, 1928; Uhle, 1916; Bird, 1943).

Al respecto, el registro de elementos artefactuales que refieren claramente a Molienda, dado por conana y manos de moler, expresan muy bien este rasgo doméstico. Se puede conjeturar al respecto, que el área excavada muestra pisos de ocupación relacionados con fondos de habitación y áreas de actividad relacionadas.

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Obsérvese probable piso habitacional Arcaico Tardío

con registro de conana y mano de moler in situ.

124

CRONOLOGIA

Las dataciones absolutas, logradas mediante el análisis radiocarbónico, permiten sostener que los Estratos IV y III del área excavada, refieren a ocupación de población propia del período Arcaico Tardío, donde la base de la ocupación humana puede ser datada entre los años 2.130 a 1.700 a.C.71, y el techo de dicha ocupación entre los años 1.520 a 1.160 a.C.72, ambas fechas calibradas con un rango de probabilidad del 95%. INVENTARIO ARTEFACTUAL

Con respecto al inventario artefactual, observable en el depósito arcaico tardío, se puede afirmar que se trata de un universo lítico73 que bajo las categorías de estudio seleccionadas, aparece como un conjunto variado. Así mismo, muestra patrones diferenciables con morfologías que representan especialización, donde destaca el conjunto de líticos tallados formatizados, y el conjunto lítico pulimentado. De este modo, se pudo identificar un conjunto artefactual dado por instrumentos líticos tallados intencionalmente elaborados por talla e instrumentos definidos por uso (filos vivos usados), de los cuales se desprende que las funciones más recurrentes para los que fueron utilizados, corresponden a las acciones de cortar y raspar.En el conjunto de artefactos formalizados, predominan claramente las Puntas de Proyectil, secundariamente, los microartefactos, y luego cuchillos y raspadores.

Respecto a la distribución de los artefactuales formatizados, el conjunto de

Puntas de proyectil registrado en este nivel de ocupación, se caracteriza por presentar piezas apedunculadas, exhibiendo bases recta, cóncava, convexa, o apuntada, siendo elaboradas en calcedonia, riolita y roca silícea. No hay registro de piezas con pedúnculo. El claro registro de porciones proximales de estas piezas, por sobre los distales, podría interpretarse en que las bases vuelven al campamento amarradas en los astiles, después de un evento de caza.

Respecto a los microartefactos, estos refieren a especialización relacionada

con cortar, raspar y perforar, y son piezas de excelente factura, lo que denota especialización. De acuerdo al registro de microartefactos en el nivel inferior de ocupación, que posee una fecha calibrada de 2.130 a 1.700 a.C. (beta-175457), se podría postular o afirmar que la elaboración de este tipo de instrumentos es de

71

Beta-175457: cal 2.130 a 1.700 a.C (cal 4.080 a 3.650 AP) Concha de Concholepas

concholepas, Pozo de Sondeo Nº 26, Nivel 40-50 cm, Estrato IV 72

Beta-175456: cal 1.520 a 1.160 a.C. (cal 3.470 a 1.110 AP), Concha de Concholepas

concholepas, Pozo de Sondeo N° 25, Nivel 20-30 cm, Estrato III 73

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Descripción del universo lítico del sitio Punta Morada Sector 2”, en

este informe, Tomo III, Décima Novena Parte, pág.: 55-134

125

larga data en Taltal, una tradición que a lo menos arranca en el Arcaico medio y llega hasta el Tardío.

En general, este conjunto de líticos tallados no es cuantitativamente representativo, sin embargo cualitativamente, en cuanto a forma y función, hay un conjunto diverso que se relaciona con distintas funciones, y posee muy buena factura.

Tabla: instrumentos tallados formatizados asignables a ocupación arcaica tardía.

N° Pozo Nivel Artefacto Materia Prima Estado

38 26 20-30 Punta de Proyectil Roca silícea Fracturada

45 27 20-30 Punta de Proyectil Riolita Fracturada

18 24 20-30 Punta de Proyectil Calcedonia Fracturada

24 25 20-30 Punta de Proyectil Calcedonia Fracturada

36 19 20-30 Cuchillo bifacial Calcedonia Entero

21 24 20-30 Cuchillo Brecha silícea Fracturado

22 25 20-30 Cuchillo Basalto Entero

23 24 20-30 Raedera Brecha silícea Entera

25 31 20-30 Raedera-punzón Basalto Fracturada

37 19 20-30 Raspador-cuchillo Basalto Entero

20 24 20-30 Microraedera Riolita Entera

44 27 20-30 Microraspador Roca silícea Entero

19 24 20-30 Microtaladro Calcedonia Fracturado

41 26 30-40 Punta de Proyectil Calcedonia Entera

27 24 30-40 Raspador bifacial Calcedonia Fracturado

28 24 30-40 Raspador de nariz Calcedonia Entero

40 26 30-40 Perforador-bisel Jaspe Entero

29 25 30-40 Microartefacto Calcedonia-jaspe Entero

Pero, por otra parte, se registró un conjunto artefactual dado por líticos

pulimentados, el cual se encuentra mayoritariamente conformado por piezas asociadas a Molienda, tales como Manos y Molinos, y secundariamente por Pulidores/Sobadores, que refieren a función habitacional del área excavada.

La actividad de molienda se expresa tanto en el Estrato III como en el

Estrato IV de esta ocupación arcaica tardía, registrándose en este último un piso con conana y mano de moler en clara asociación contextual.

Así mismo, el registro de pulidores, pueden referir a la acción de pulir/sobar

cueros por ejemplo.

126

Pieza 20 Pieza 44 Pieza 19 Pieza 29

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Ocupación Arcaica Tardía, Microartefactos.

Pieza 36 Pieza 22 Pieza 28

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Ocupación Arcaica Tardía, Instrumentos.

127

Pieza 18 Pieza 24 Pieza 38 Pieza 41

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Ocupación Arcaica Tardía, Puntas de proyectil.

Tabla: Material lítico pulimentado

N° Pozo Nivel Artefacto Materia Prima Función

64 24 20-30 Pulidor Granitoide Pulir/Sobar

65 25 20-30 Fragmento Molino Granitoide Molienda

66 25 20-30 Fragmento Mano Cuarcita Molienda

67 31 20-30 Fragmento Mano Granitoide Molienda

68 26 30-40 Mano entera elíptica Granitoide Molienda

69 26 30-40 Fragmento de Conana Cuarcita Molienda

70 31 30-40 Pulidor Granitoide Pulir/Sobar

71 31 30-40 Fragmento Mano Granitoide Molienda

72 31 50-60 Mano Granito Molienda

Finalmente, el registro de esquirlas de talla, nos refiere que en esta ocupación se reactivaron filos con toda probabilidad. SUBSISTENCIA Fauna Malacológica

Se identificaron 18 grupos taxonómicos para esta ocupación, determinando

al menos 14 taxa a nivel de especie. Restos de caracoles con un alto grado de fragmentación, no fueron identificados. El sitio, se encuentra dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas en la muestra74.

Los taxa presentes en los Estratos III y IV, representan una gran variedad de invertebrados marinos típicos del intermareal y submareal, principalmente de

74

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Cuarta Parte, págs: 4-10

128

habitat rocosos, destacando la presencia de Concholepas concholepas (loco), y lapas (Fisurella limbata, Fisurella maxima, Fisurella crassa, Fisurella pulchra, y Fisurella sp). Otras especies, de menor presencia son Acanthopleura echinata, Chiton latus, Chiton granosus, Chiton sp, Scurria parasitica, Tegula atra, Tegula sp, Loxechinus albus (erizo), Balanus pssitacus (picoroco), Argopecten purpuratus (ostión), Turritella cingulata, Oliva peruviana, y almeja.

Para Vargas, los taxa de mayor presencia en el sitio se caracterizan, en general por ofrecer una atractiva cantidad de carne fresca, sin la necesidad de invertir un gran gasto energético para su obtención. El loco (C. concholepas), se extrae, en la actualidad, mediante buceo y el uso de algún sistema de palanca, lo que permite obtener varios individuos por jornada de trabajo (obs personal). Las lapas y quitones, pueden extraerse en forma similar (palanca), durante la baja marea.

En términos generales, la muestra analizada da cuenta de una alta variabilidad de recursos del intermareal presentes en el sitio, con una preponderancia de invertebrados marinos de fácil acceso, probablemente extraídos directamente, mediante el uso de tecnologías simples75. Fauna Ictiológica

Para esta ocupación Arcaica Tardía, se identificaron 6 grupos taxonómicos en la muestra76: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Cilus gilberti (corvina), Semicossyphus maculatus (pejeperro), Graus nigra (Vieja), y Cheilodactylus variegatus (Bilagay). Las especies de jurel, sierra, y pejeperro corresponden a las de mayor presencia en el depósito.

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricus), y la corvina (C. gilberti), son especies que se acercan a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91), o corrales de pesca. La sierra (T atun ), se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. Por otra parte, el pejeperro (S. Maculatus) la vieja (G. nigra), y el bilagay (Ch. variegatus) son especies de habitat rocoso, que se capturan principalmente mediante caza submarina. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la

ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma

75

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Decima Cuarta Parte, págs: 4-10 76

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23

129

área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual77. Mamíferos

Para Velásquez78, la escasa muestra de restos arquefaunísticos impide establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad. En este caso, solo se registra la presencia de 1 fragmento óseo asignado a Otaridae (lobo marino), asociado a contextos culturales, el cual tendría un causante antrópico en su depositación, posiblemente asociado a actividades de descarte, posterior a procesos de consumo. Uso de Recursos Vegetales

Por otra parte, y de acuerdo a los resultados del análisis carpológico79, sobre material arquebotánico obtenido mediante flotación, se registró presencia de 2 semillas no identificadas de forma ovoide y de cáscara lisa, que Quiroz denomina Semilla 2.

La Semilla 2, que no ha sido identificada parece compartir el mismo origen que la Semilla 1 (depositación natural). El buen estado de conservación que posee, y el hecho que no está carbonizada así lo sugiere. La profundidad a la cual se encuentran estas semillas es coherente con las propiedades de un banco de semillas, que permanece por una duración corta de tiempo y alcanza profundidades moderadas (30 cm de profundidad aproximadamente). Si bien la descripción sedimentaria y ergológica de este sector del sitio, manifestan la posibilidad de actividades culturales más o menos intensas, pareciera que los recursos vegetales no tuvieran gran importancia en estos contextos. En efecto, el conjunto carpológico recuperado en esta ocupación está esencialmente relacionado a depósitos naturales y no culturales.

Al respecto, se esperaba que los resultados del análisis carpológico

hubiesen arrojado el registro de un mayor número de semillas, si tomamos en cuenta la presencia de un conjunto lítico pulimentado que refiere a la actividad de molienda.

77

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23 78

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Sexta Parte, págs: 22-39 79

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada Sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Octava Parte, págs.: 49-54

130

Pieza 72

Pieza 68 Pieza 64

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Ocupación Arcaica Tardía,

Artefactos líticos pulimentados

ADSCRIPCION Y RELACIONES

Probablemente, la población que formó y utilizó este espacio, corresponda a grupos de Cazadores-Pescadores-Recolectores de amplio espectro, propios del período Arcaico Tardío (Nuñez, Ms; Silva y Bahamondez, 1969; Llagostera, 1989).

Dado el tipo de asentamiento, donde los Estratos IV y III pueden ser

asignados con cierta confianza a lo habitacional, y por ende corresponderian a un contexto de tipo doméstico, así como la variabilidad del material artefactual que refieren especialización, y las probables actividades de espectro amplio llevadas a cabo en el área, se dispone de un discreto conjunto de elementos que permitan relacionar esta ocupación dentro de un esquema cultural mayor.

131

Uno de los elementos más diagnósticos en esta ocupación, y que refieren a especialización, viene dado por el registro de Puntas de proyectil apedunculadas que refieren captura de presas mediante el uso de armas arrojadizas, un conjunto de microartefactos, cuchillos y raspadores, que refieren actividades relacionadas con cortar/raspar, posiblemente relacionado con el procesamiento y preparación de las presas capturadas, así como un conjunto lítico pulimentado que refiere actividades de molienda. El área excavada, de este modo es el que presenta la mayor variabilidad artefactual de todas las intervenidas mediante excavación arqueológica, lo cual no obsta que igualmente se trate de un conjunto lítico relativamente discreto.

Finalmente, debemos hacer referencia a una notable ausencia en los

depósitos sondeados, cual es la nula presencia de valvas de Choromytilus chorus (choro zapato), registrándose solamente un fragmento de artefactos elaborado en este material, en este caso un cuchillo, pero no anzuelos de concha, lo que es discordante con las secuencias regionales (Llagostera, 1989). Así mismo, no se registran anzuelos en espinas de cactáceas.

Si tuviésemos necesariamente que relacionar esta ocupación arcaica tardía

observada en los Estratos III y IV del sitio Punta Morada Sector 2, tendríamos que referirla a una adaptación local del Complejo Camarones Segunda Fase (5.400 a 3.500 A.P.), o con el Complejo Abtao Segunda Fase (ca 3.500 AP), dado que es con los que guarda parcialmente correspondencia cronológica y/o artefactual (Llagostera, 1989).

Finalmente, y dadas las fuertes discordancias entre esta ocupación arcaica

tardía en Taltal, y lo conocido y descrito para áreas más nortinas, se requiere comenzar a pensar en adaptaciones propias para Taltal. Al respecto, las fuertes diferencias observadas entre parte de los contextos Arcaicos Tardíos excavados en este plan de rescate, y la casi total discordancia con lo conocido para Taltal en la literatura tradicional, es muy posible que estemos frente a una realidad multicultural y/o multiétnica en Taltal, ya desde el Arcaico.

132

6.2 OCUPACION DEL PERIODO FORMATIVO OCUPACION

De forma general, podemos afirmar que los Estratos II y I del área excavada refieren, probablemente, a un asentamiento o área de un asentamiento donde se llevó a cabo ocupación humana relacionada con la habitación, con la producción de herramientas líticas, así como con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia de la población, desde el litoral rocoso adyacente. Es muy probable que esta área, forme parte de un campamento base con núcleo en este sector, constituyéndose como un componente más de una larga secuencia ocupacional en Punta Morada, si tomamos en cuenta las referencias bibliográficas existentes para el área en general (Capdeville, 1921a, 1921b, 1921c, 1928; Uhle, 1916; Bird, 1943).

Por otra parte, y de acuerdo al análisis de la alfarería80, la población

formativa propia de esta ocupación, produjo y consumió alimentos, producto de visitas recurrentes o estacionales al lugar que enfatizaban el almacenamiento y preparación de alimentos en cántaros, botellas y ollas como las que suelen caracterizan a los tipos alfareros Loa Café Alisado (LCA), y Faldas del Morro (FML), registrados. CRONOLOGIA

Si bien, no contamos con dataciones absolutas para esta ocupación, es posible afirmar que se trata de una ocupación del Período Formativo, principalmente por el registro de material alfarero en contexto.

La alfarería, obtenida en este nivel de ocupación, muestra la presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Faldas del Morro (FML), con fechas entre el 900 a.C. y el 500 d.C.; el tipo Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C.; el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.; y, el tipo Quillagua Tarapacá Café Amarillento (QTC), con fechas entre el 500 a.C. y el 600 d.C. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C. INVENTARIO ARTEFACTUAL

80

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte

Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53

133

En los acápites referidos a la Ocupación y Cronología, queda claro el

registro y uso de alfarería por parte de esta población formativa, existiendo un dominio absoluto de la alfarería del tipo Loa Café Alisado.

Con respecto al inventario artefactual lítico, observable en el depósito formativo, se puede afirmar que se trata de un universo lítico81 que bajo las categorías de estudio seleccionadas, aparece como un conjunto variado. Así mismo, muestra patrones diferenciables con morfologías que representan especialización, donde destaca el conjunto de líticos tallados formatizados, y el conjunto lítico pulimentado. De este modo, se pudo identificar un conjunto artefactual dado por instrumentos líticos tallados intencionalmente elaborados por talla e instrumentos definidos por uso (filos vivos usados), de los cuales se desprende que las funciones más recurrentes para los que fueron utilizados, corresponden a las acciones de cortar y raspar.

Se observa que esta población propia del Formativo, utilizó preferentemente materias primas bastantes óptimas para la confección de su instrumental tallado, dadas por rocas silíceas, riolita, calcedonia y algo de basalto, las que posiblemente se procuraron de algún lugar cercano. Por lo tanto, las fuentes de obtención de materias primas de rocas relacionadas con fenómenos hidrotermales como son las rocas silíceas y calcedonias debieron estar cercanas.

Al parecer, tanto por la variabilidad de los ejemplares líticos, como por la gran cantidad de desechos y de esquirlas de talla, registradas en este nivel de ocupación, está área puede haber cumplido funciones de un espacio donde se reprodujeron las diferentes actividades de talla, es decir posiblemente este haya sido un taller de producción y también de uso de los artefactos.

Dada la fuerte alteración del Estrato I, por reocupación posterior, no podemos establecer con seguridad que pertenece a la ocupación del Formativo y que es parte de las ocupaciones siguientes, por lo que para caracterizar este inventario lítico, usaremos solo el Estrato II, aparentemente menos alterado.

Quizás, uno de los items que puede resultar más diagnóstico, es el del

conjunto de Puntas de proyectil, donde se registran 2 piezas pedunculadas, en asociación con piezas apedunculadas de base recta o cóncava.

Tabla: Material lítico tallado formatizado

81

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Descripción del universo lítico del sitio Punta Morada Sector 2”, en

este informe, Tomo III, Décima Novena Parte, pág.: 55-134

134

N° Pozo Nivel Artefacto Materia Prima Estado

50 21 10-20 Punta de Proyectil Roca silícea Fracturada

8 24 10-20 Punta de Proyectil Calcedonia Entera

10 24 10-20 Punta de Proyectil Riolita Entera

43 27 10-20 Punta de Proyectil Calcedonia Fracturada

14 31 10-20 Punta de Proyectil Calcedonia Fracturada

716 31 10-20 Punta de Proyectil Brecha riolitica Entera

39 26 10-20 Cuchillo Roca silícea Fracturado

13 24 10-20 Cuchillo-raspador Basalto Entero

33 18 10-20 Raspador Riolita Entero

6 24 10-20 Raspador frontal Roca silícea Fracturado

15 31 10-20 Raspador lateral Riolita Entero

35 18 10-20 Cepillo-raedera Basalto Entero

9 24 10-20 Cepillo frontal Basalto Fracturado

17 31 10-20 Microcuchillo Indeterminada Entero

11 24 10-20 Microraspador-cuchillo Riolita Fracturado

34 18 10-20 Microraspador Indeterminado Entero

12 24 10-20 Microperforador Calcedonia Entero

7 24 10-20 Microtaladro-bisel Brecha riolitica Entero

26 31 20-30 Punta de Proyectil Calcedonia Fracturada

Pieza 16 Pieza 26 Pieza 46 Pieza 32

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Ocupación Formativa,

Puntas de proyectil pedunculadas y apedunculadas

Respecto a los microartefactos, estos refieren a especialización relacionada con cortar, raspar y perforar, y son piezas de excelente factura, lo que denota especialización. De acuerdo al registro de microartefactos en el nivel inferior de ocupación, que posee una fecha calibrada de 2.130 a 1.700 a.C. (beta-175457), se podría postular o afirmar que la elaboración de este tipo de instrumentos es de larga data en Taltal, una tradición que a lo menos arranca en el Arcaico Medio y llega hasta el Tardío.

135

Pieza 34 Pieza 7 Pieza 12 Pieza 17

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 2: Ocupación Formativa, Microartefactos

En general, este conjunto de líticos tallados no es cuantitativamente representativo, sin embargo cualitativamente, en cuanto a forma y función, hay un conjunto diverso que se relaciona con distintas funciones, y posee muy buena factura.

Pero, por otra parte, se registró un conjunto artefactual dado por líticos pulimentados, en el cual destacan piezas asociadas a Molienda, como son las Manos de moler, lo que podría referir a función habitacional del área excavada.

Tabla: Material lítico pulimentado

N° Pozo Nivel Artefacto Materia Prima Función

61 24 10-20 Fragmento Mano granitoide Molienda

62 24 10-20 Fragmento Mano granitoide Molienda

s/n 25 10-20 Nódulo con fierro Basalto Materia prima

s/n 25 10-20 Guijarro río granitoide Indeterminado

s/n 31 10-20 Guijarro río Cuarcita Indeterminado

63 31 10-20 Pendiente Esquisto Adorno

SUBSISTENCIA82 Fauna Malacológica

Se identificaron 16 grupos taxonómicos para esta ocupación, determinando

al menos 9 taxa a nivel de especie. Restos de caracoles con un alto grado de fragmentación, no fueron identificados. El sitio, se encuentra dentro del rango de

82

Para este acápite, hemos utilizado solo el material asignado al Estrato II, excluyendo el Estrato I por la contaminación por reocupación observada.

136

distribución de todas las especies identificadas en la muestra83.

Los taxa presentes en los Estratos II, representan una gran variedad de invertebrados marinos típicos del intermareal y submareal, principalmente de habitat rocosos, mostrando un claro predominio de lapas (Fisurella limbata, Fisurella maxima, Fisurella crassa, y Fisurella sp). Otras especies, de menor presencia son Acanthopleura echinata, Chiton latus, Chiton sp, Scurria parasitica, Concholepas concholepas (loco), Tegula sp, Loxechinus albus (erizo), Balanus pssitacus (picoroco), Turritella cingulata, Oliva peruviana, y almeja y caracol no identificado.

Para Vargas, los taxa de mayor presencia en el sitio se caracterizan, en general por ofrecer una atractiva cantidad de carne fresca, sin la necesidad de invertir un gran gasto energético para su obtención. El loco (C. concholepas), se extrae, en la actualidad, mediante buceo y el uso de algún sistema de palanca, lo que permite obtener varios individuos por jornada de trabajo (obs personal). Las lapas y quitones, pueden extraerse en forma similar (palanca), durante la baja marea.

En términos generales, la muestra analizada da cuenta de una alta variabilidad de recursos del intermareal presentes en el sitio, con una preponderancia de invertebrados marinos de fácil acceso, probablemente extraídos directamente, mediante el uso de tecnologías simples84. Fauna Ictiológica

Para esta ocupación Formativa, se identificaron 9 grupos taxonómicos en la muestra85: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Cilus gilberti (corvina), Semicossyphus maculatus (pejeperro), Graus nigra (Vieja), Aunchenionchus sp (Tomollo), Pinguipes chilensis (Rollizo), Lenguado (género no determinado, puede ser Hippoglossina macrops o Paralichthys microps) y una especie del grupo de los Condrictios.

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricusy) y la corvina (C. gilberti) son especies que se acercan a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91) o corrales de pesca. La sierra (T atun ) se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. Por otra parte, el pejeperro (S. Maculatus) y la Vieja (G.

83

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Cuarta Parte, págs: 4-10 84

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Decima Cuarta Parte, págs: 4-10 85

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23

137

nigra) son especies de habitat rocoso, que se capturan principalmente mediante caza submarina.

La especie de tiburón (Condrictio) no está determinada y su composición cartilaginosa, salvo las vértebras, no permite su registro en los depósitos arqueológicos; por lo tanto, por el momento no se puede saber mucho sobre este taxón en los sitios. Los lenguados (Hippoglossina macrops o Paralichthys microps) se asocian principalmente a desembocaduras, mientras que lo tomollos (Aunchenionchus sp), y rollizo (P. chilensis) se encuentran en fondos de habitat rocosos. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual86. Mamíferos

Para Velásquez87, la escasa muestra de restos arquefaunísticos impide establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad. En este caso, se registra la presencia de Lama guanicoe (guanaco), Camelidae (camélido), Otaria byronia (lobo marino), y Otaridae (lobo marino), asociado a contextos culturales, los cuales tendrían un causante antrópico en su depositación, posiblemente asociado a actividades de descarte, posterior a procesos de consumo. Uso de Recursos Vegetales

Por otra parte, y de acuerdo a los resultados del análisis carpológico88, sobre material arquebotánico obtenido mediante flotación, se registró presencia de 2 semillas no identificadas de forma ovoide y de cáscara lisa, que Quiroz denomina Semilla 2.

La Semilla 2, que no ha sido identificada parece compartir el mismo origen que la Semilla 1 (depositación natural). El buen estado de conservación que posee, y el hecho que no está carbonizada así lo sugiere. La profundidad a la cual se encuentran estas semillas es coherente con las propiedades de un banco de

86

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23 87

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Sexta Parte, págs: 22-39 88

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada Sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Octava Parte, págs.: 49-54

138

semillas, que permanece por una duración corta de tiempo y alcanza profundidades moderadas. Si bien la descripción sedimentaria y ergológica de este sector del sitio, manifestan la posibilidad de actividades culturales más o menos intensas, pareciera que los recursos vegetales no tuvieran gran importancia en estos contextos. En efecto, el conjunto carpológico recuperado en esta ocupación está esencialmente relacionado a depósitos naturales y no culturales.

Al respecto, se esperaba que los resultados del análisis carpológico

hubiesen arrojado el registro de un mayor número de semillas, si tomamos en cuenta la presencia de un conjunto lítico pulimentado que refiere a la actividad de molienda. ADSCRIPCION Y RELACIONES

A partir del item más diagnóstico, recuperado en este nivel de ocupación,

dado por el material cerámico, podemos adscribir esta ocupación al Formativo. Al respecto, queda bastante claro el origen de la ocupación, puesto que la mayoría de la alfarería remite a poblaciones o vínculos con los desarrollos tempranos del desierto de Atacama. Sin embargo, no es despreciable la presencia o nexos con poblaciones de los Valles Occidentales en las mismas épocas, especialmente en el Formativo Temprano.

En forma más precisa, esta ocupación muestra la presencia de materiales propios del Formativo Temprano, tales como el tipo Faldas del Morro (FML), con fechas entre el 900 a.C. y el 500 d.C.; el tipo Los Morros (LMS), que posee fechas entre el 960 a.C. y 341 d.C.; el tipo Loa Café Alisado (LCA), con fechas entre el 700 a.C. y el 600 d.C.; y, el tipo Quillagua Tarapacá Café Amarillento (QTC), con fechas entre el 500 a.C. y el 600 d.C. Así mismo, se registra cerámica San Pedro Negro Pulida (NPC), propia del Formativo Tardío, con fechas alrededor del 500 d.C.

139

6.3 OCUPACION DEL PERIODO INTERMEDIO TARDIO OCUPACION

El Rasgo 2, que se manifiesta claramente en los Pozos de Sondeo N° 24 y N° 25, permite observar una situación de reocupación y alteración parcial del depósito propio del Formativo.

De forma general, podemos conjeturar que el Rasgo 2, así como a lo menos el material alfarero presente en el Estrato I, del área excavada, refieren probablemente a un asentamiento, o área de un asentamiento, donde se llevó a cabo ocupación humana relacionada a lo menos con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia de la población. CRONOLOGIA

La datación termoluminiscente de 1 fragmento cerámico Loa Café Alisado, propio del Formativo, colectado en este Rasgo 2, que se intruye en este nivel de ocupación, arrojó una fecha de 1.010 d.C.89, lo cual resulta demasiado tardío90, situación que permite sostener que este Rasgo es propio de ocupación del período Intermedio Tardío, la que ha alterado parcialmente el Estrato II.

La irrupción y reocupación del lugar por parte de población del Intermedio

Tardío, se ve corroborada por la obtención de un fechado de 885 d.C.91, que data 1 fragmento cerámico Aiquina, recuperado en el Rasgo 1. INVENTARIO ARTEFACTUAL

Es así, como además de los materiales alfareros propios del Formativo Temprano y Formativo Tardío, a lo que ya hicimos referencia, debemos mencionar el registro en este nivel de ocupación de alfarería asignable claramente al poblaciones propias del período Intermedio Tardío, tales como los tipos Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), con fechas entre el 900 y 1.470 d.C.; el tipo Turi Rojo Alisado (TRA), con fechas entre el 1.340 y 1.480 d.C; y, el tipo Pocoma-Gentilar B (POC), con fechas entre el 1.000 y 1.350 d.C.92

89

UCTL-1522: 1.010 d.C. (990 +/- 90 AP), Fragmento cerámico Loa Café Alisado, Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Estrato II, Rasgo 2 90

Se postula, al respecto, que la reocupación del Intermedio Tardío, puede haber alterado el fragmento datado, al haber estado expuesto al fuego. 91

UCTL-1521: 885 d.C. (1.115 +/- 110 AP), Fragmento cerámico Aiquina, Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Estrato I, Rasgo 1 92

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53

140

El único item lítico que participa claramente del Rasgo 2, corresponde a un Cepillo frontal colectado en el Rasgo 2.

Del resto, es muy poco lo que se puede decir, dada la fuerte alteración y mescla de materiales que muestra este nivel de ocupación. SUBSISTENCIA Fauna Ictiológica

Para esta ocupación expresada en el Rasgo 2, se identificaron 4 grupos taxonómicos en la muestra93: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Pinguipes chilensis (Rollizo), y Lenguado (género no determinado, puede ser Hippoglossina macrops o Paralichthys microps).

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricusy) es una especie que se acerca a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91) o corrales de pesca. La sierra (T atun ) se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares.

Los lenguados (Hippoglossina macrops o Paralichthys microps) se asocian principalmente a desembocaduras, mientras que el rollizo (P. chilensis) se encuentran en fondos de habitat rocosos. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual94. Mamíferos

Para Velásquez95, la escasa muestra de restos arquefaunísticos impide establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad. En este

93

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23 94

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23 95

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Sexta Parte, págs: 22-39

141

caso, se registra la presencia de Lama guanicoe (guanaco), Camelidae (camélido), Otaria byronia (lobo marino), y Otaridae (lobo marino), asociado a contextos culturales, los cuales tendrían un causante antrópico en su depositación, posiblemente asociado a actividades de descarte, posterior a procesos de consumo, situación especialmente manifiesta en la gran abundancia de restos óseos de Otaria byronia en el Rasgo 2. Uso de Recursos Vegetales

Por otra parte, y de acuerdo a los resultados del análisis carpológico96, sobre material arquebotánico obtenido mediante excavación, no se registró presencia de carporestos en esta ocupación caracterizada por el Rasgo 2. ADSCRIPCION Y RELACIONES

Además del fechado radiocarbónico obtenido en el Rasgo 2, de de 1.010 d.C.97, se suma el registro de alfarería asignable claramente al poblaciones propias del período Intermedio Tardío, tales como los tipos Dupont (DUP) y Aiquina (AIQ), con fechas entre el 900 y 1.470 d.C.; el tipo Turi Rojo Alisado (TRA), con fechas entre el 1.340 y 1.480 d.C; y, el tipo Pocoma-Gentilar B (POC), con fechas entre el 1.000 y 1.350 d.C.98

Al respecto, la datación de un fragmento cerámico Aiquina, con fecha de

885 d.C.99, refuerza el registro de materiales y/o población relacionada con poblaciones del Desierto de Atacama, propias del Intermedio Tardío.

6.4 OCUPACION DEL PERIODO TARDIO O HISTORICO OCUPACION

El Rasgo 1, que se manifiesta claramente en los Pozos de Sondeo N° 20, N° 21, N° 22 y N° 23, permite observar una situación de reocupación y alteración parcial del depósito propio del período Tardío o Histórico.

De forma general, podemos conjeturar que el Rasgo 1, del área excavada, refiere probablemente a un asentamiento, o área de un asentamiento, donde se

96

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada Sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Octava Parte, págs.: 49-54 97

UCTL-1522: 1.010 d.C. (990 +/- 90 AP), Fragmento cerámico Loa Café Alisado, Pozo de Sondeo N° 24, Nivel 10-20 cm, Estrato II, Rasgo 2 98

URIBE, M. Cerámica arqueológica del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Costa desértica del Norte Grande de Chile, en este informe, Tomo V, Trigésima parte, págs.: 15-53 99

UCTL-1521: 885 d.C. (1.115 +/- 110 AP), Fragmento cerámico Aiquina, Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Estrato I, Rasgo 1

142

llevó a cabo ocupación humana relacionada a lo menos con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia de la población. CRONOLOGIA

Una datación obtenida mediante análisis radiocárbonico, permitió observar que este Rasgo 1, aislado claramente en los Pozos de Sondeo N° 20, N° 21, N° 22, y N° 23, puede ser de origen Tardío e incluso Histórico, si tomamos en cuenta la obtención de la fecha calibrada de 1.520 a 1.700 d.C.100, lo que vendría a significar que el Rasgo 1, puede ser Tardío e incluso Histórico, y que altera una ocupación precedente.

La irrupción y reocupación del lugar por parte de población del Tardío, se ve corroborada por la obtención de un fechado de 885 d.C.101, que data 1 fragmento cerámico Aiquina, propio de Intermedio Tardío, recuperado en el Rasgo 1. INVENTARIO ARTEFACTUAL

Con respecto a materiales que puedan ser asiganados a esta ocupación, solo podemos conjeturar que el registro de desechos y esquirlas de talla, así como material lítico no formatizado descartado, dado por lascas primarias, secundarias y terciarias, son parte de este Rasgo, y por ende de ocupación del Tardío.

La fuerte alteración observada en el estrato I, que contiene al Rasgo 1, no

permite asignar o adscribir con mayor precisión. SUBSISTENCIA Fauna Ictiológica

Para esta ocupación expresada en el Rasgo 1, se identificaron 7 grupos taxonómicos en la muestra102: Trachurus symmetricus (jurel), Thirsites atun (sierra), Semicossyphus maculatus (pejeperro), Pinguipes chilensis (rollizo), Graus nigra (vieja), Lenguado (género no determinado, puede ser Hippoglossina macrops o Paralichthys microps), y una especie del grupo de los Condrictios.

100

Beta-175455: cal 1.520 a 1.700 d.C. (cal 430 a 250 AP), Concha de Concholepas concholepas, Pozo de Sondeo N° 23, Nivel 0-10, Estrato I, Rasgo 1 101

UCTL-1521: 885 d.C. (1.115 +/- 110 AP), Fragmento cerámico Aiquina, Pozo de Sondeo N° 21, Nivel 0-10 cm, Estrato I, Rasgo 1 102

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23

143

Las características de habitat de los peces podrían indicar patrones de explotación de recursos ícticos. El jurel (T. symmetricusy) es una especie que se acerca a la costa en cardúmenes, especialmente en verano y por lo tanto son peces de orilla cuya pesca es posible a través de redes, anzuelos (Informe FONDECYT 0089-91) o corrales de pesca. La sierra (T atun ) se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. Por otra parte, el pejeperro (S. Maculatus) y la Vieja (G. nigra) son especies de habitat rocoso, que se capturan principalmente mediante caza submarina.

La especie de tiburón (Condrictio) no está determinada y su composición cartilaginosa, salvo las vértebras, no permite su registro en los depósitos arqueológicos; por lo tanto, por el momento no se puede saber mucho sobre este taxón en los sitios. Los lenguados (Hippoglossina macrops o Paralichthys microps) se asocian principalmente a desembocaduras, mientras que el rollizo (P. chilensis) se encuentra en fondos de habitat rocosos. La ubicación del sitio cae dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas.

La variabilidad taxonómica de la muestra, permiten señalar que durante la ocupación del sitio fue posible acceder a habitats diversos dentro de una misma área, constituida por el litoral rocoso. Las características de los taxa descritos permiten, además, suponer que la tecnología asociada puede corresponder a pesca con red y/o anzuelos así como también a métodos de captura manual103. Mamíferos

Para este rasgo en particular, no se registra presencia de restos óseos correspondientes a este tipo de arqueofauna.104 Uso de Recursos Vegetales

Por otra parte, y de acuerdo a los resultados del análisis carpológico105, sobre material arquebotánico obtenido mediante excavación, no se registró presencia de carporestos en esta ocupación caracterizada por el Rasgo 1.

103

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 2”, en este

informe, Tomo III, Décima Quinta Parte, págs: 11-23 104

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Sexta Parte, págs: 22-39 105

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada Sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Octava Parte, págs.: 49-54

144

ADSCRIPCION Y RELACIONES

Solo disponemos de la fecha calibrada de 1.520 a 1.700 d.C.106, para adscribir esta ocupación al Tardío o incluso al período Histórico.

106

Beta-175455: cal 1.520 a 1.700 d.C. (cal 430 a 250 AP), Concha de Concholepas concholepas, Pozo de Sondeo N° 23, Nivel 0-10, Estrato I, Rasgo 1

145

BIBLIOGRAFIA

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1921a “Notas acerca de la arqueología de Taltal. I Civilización paleolítica de los pescadores primitivos del gran túmulo y conchal del Morro Colorado situados en la Punta del Hueso Parado”, en Boletín de la Academia Nacional de Historia, vol. II, Nº 3 - 4, Quito.

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SILVA, J. y D. BAHAMONDES

1969 Investigaciones arqueológicas en Taltal, Informe preliminar, en Rehue Nº 2, Actas del IV Congreso Nacional de Arqueología, Concepción.

146

TRIGESIMA CUARTA PARTE: Análisis del contexto del sitio

Punta Morada Sector 3

NELSON GAETE Arqueólogo

147

1. INTRODUCCION

La excavación arqueológica, de 8 pozos de sondeo en el Sector 3 del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, en el área adyacente a la actual Ruta 1, definida como zona a ser impactada por el mejoramiento de esta ruta caminera, ha permitido conocer parcialmente el depósito cultural existente, así como sus características que lo definen, tanto en su matriz sedimentaria, situación de conservación, como en sus contenidos culturales.

A continuación, parte del análisis de la información colectada en terreno, y

la generada en laboratorio, como parte de la ejecución de los análisis especializafos correspondientes, se entrega sistematizada de forma de poder caracterizar y diagnósticar el valor de este depósito cultural.

2. ACERCA DE LA MICROGEOLOGIA DEL SITIO

El sitio arqueológico Punta Morada presenta una extensión areal relativamente importante, abarcando casi la totalidad de la Punta Morada y sus márgenes norte y sur. Se sitúa en una terraza litoral emergida, moderadamente erosionada, relativamente extensa, a una cota variable de 20 a 30 m. En el área, el Substrato Rocoso está constituido por un conjunto de rocas volcánicas y sedimentarias, que forman una secuencia mal estratificada. Las rocas corresponden a andesitas porfídicas brechosas grises, basaltos afaníticos negros, tobas líticas y de cristales, brechosas y de lapilli, de colores morado y gris, con intercalaciones de areniscas volcano-detríticas de colores oscuros107.

Los depósitos litorales son esencialmente lenticulares, moderadamente estratificados, y alcanzan hasta 4 m de espesor. Estos corresponden principalmente a gravillas y gravas, finas a medias, semiconsolidadas, de colores pardo claro, amarillo y gris, con intercalaciones de areniscas. Son depósitos principalmente clasto-soportantes, bien a moderadamente seleccionados. Los clastos son muy redondeados y subesféricos, y corresponden esencialmente a fragmentos de rocas volcánicas, sedimentarias e intrusivas, y muy localmente a restos pequeños de fragmentos de conchas. La presencia de clastos de rocas intrusivas y de lavas alteradas, ausentes en el Substrato Rocoso del sector estudiado, sugiere que los depósitos litorales se formaron por el retrabajo de los depósitos aluviales o fluviales más antiguos que afloran inmediatamente al sur del área, en la desembocadura de la quebrada San Ramón. Al respecto, estos depósitos litorales emergidos del área de Taltal, se asignan al Pleistoceno.

107

GARCIA, M. Geología del sitio arqueológico Punta Morada de Taltal,costa del Norte de Chile, en este informe, Tomo I, págs: 12-27

148

En líneas generales, el Sector 3 del sitio se ubica cerca del margen de los depósitos litorales con el Substrato Rocoso, donde los primeros tienen un espesor reducido (menor a 1 m). Es decir, el suelo y la ocupación arqueológica se desarrollan principalmente sobre depósitos litorales y de manera restringida, sobre el Substrato Rocoso (Formación La Negra).

En forma más específica, el área excavada del Sector 3, se relaciona con el registro de depósitos coluviales, los que corresponden a gravas gruesas, brechas sedimentarias y arenas, generalmente poco consolidadas, que se desarrollan a los pies de pendientes abruptas debido a desprendimientos gravitacionales. Los depósitos son en general monomícticos, muy mal seleccionados (caóticos), y regularmente estratificados. Localmente, al sur de Punta Morada, en este Sector 3, se intercalan con depósitos aluviales proximales.

El material que forma el suelo y el depósito cultural del Sector 3 del sitio

Punta Morada alcanza hasta 1 m de espesor, presentando colores pardo o gris oscuro, y contienen escasos fragmentos de conchas y de rocas volcánicas e intrusivas, provenientes, en parte, del Substrato Rocoso, y su formación se encuentra mayormente relacionados con episodios coluviales y aluviales. La matriz tiene un bajo contenido de material orgánico, de origen animal y/o vegetal, y de ceniza.

Para este sector del sitio se estudió la distribución granulométrica de dos

muestras provenientes una de depósitos de un estrato cultural y otra de un estrato basal estéril, observándose que la distribución granulométrica de los depósitos culturales y estériles es muy semejante, y con predominancia de granos gruesos. Las gravas a arenas medias representan cerca de 80% en peso del total. Las arenas muy finas y limos/arcillas, en tanto, constituyen entre 5 y 9% de los depósitos.

La distribución granulométrica de los materiales que forman el estrato basal estéril, es compatible con su ambiente de depositación litoral y/o coluvial, de moderada a alta energía. En el Sector 3, la similitud granulométrica de los depósitos culturales y estériles implica que la ocupación humana no fue intensa.

3. ACERCA DE LA ESTRATIGRAFIA

El análisis de la matriz sedimentaria observada durante la fase de intervención directa del depósito cultural, así como el cruzamiento de dicha información con la obtenida mediante el análisis de los diferentes materiales culturales recuperados, permite construir la siguiente situación estratigráfica para el área excavada (ver plano topográfico de detalle):

149

3.1 ESTRATO I (0-4/14/16 cm)

Matriz areno-limoso, con conchas enteras, fragmentadas y molidas, de color grisáceo a café grisáceo, textura semi suelta, y granulometría fina a media, que se caracteriza por contener abundante grava y gravilla.

Corresponde a un nivel de ocupación que contiene materiales prehistóricos como históricos, que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 11, Nº 12, N° 14, N° 15, y N° 16, que muestra fuerte alteración por reocupación prehistórica e histórica, acción de maquinaria pesada que ha aplanado el lugar alterando la matriz, así como por migración de material cultural desde cotas superiores, debido a la acción de las aguas lluvias.

En el caso de los Pozos de Sondeo N° 32 y N° 33, este nivel superficial se

caracteriza por corresponder a un relleno con materioal cultural, movilizado mediante la acción de maquinaria pesada.

Dado que además, el nivel muestra elementos de data histórica subactual, se hace sumamente difícil poder asignar a algún periodo o población determinada el origen o formación del nivel; más bien, corresponde a un nivel fuertemente disturbado y alterado, cuyas causas pueden estar tanto en agentes antrópicos como naturales.

3.2 ESTRATO II (14/16-20/26 cm)

Matriz areno-limoso, con ceniza y conchas enteras, fragmentadas y molidas (conchal), de color grisáceo, textura semi suelta a semi compacta y granulometría fina a media, con gravilla abundante.

Corresponde a un nivel que contiene materiales de data prehistórica muy poco diagnósticos, y que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 11, Nº 12, N° 14, N° 15, y Nº 16. Probablemente corresponda al mismo estrato Ii observado en los Pozos de Sondeo N° 32 y N° 33.

La datación radiocárbonica para este nivel de ocupación arrojó una fecha

calibrada de 690 a 960 d.C.108, es decir, el estrato sería propio de ocupación del período Medio o del Intermedio Tardío, probablemente.

108

Beta-175458: cal 690 a 980 d.C. (cal 1.260 a 990 AP), Concha de Concholepas concholepas, Pozo de Sondeo N° 15, Nivel 10-20 cm, Estrato II

150

Sin embargo, la datación resulta muy poco diagnóstica dada la total ausencia de material alfarero en este nivel de ocupación, así como el escaso material lítico que exhibe.

3.3 ESTRATO III (20/26-36/40 cm)

Matriz areno-limosa con materia orgánica descompuesta (tierra vegetal), con escasas conchas enteras, fragmentadas y molidas, de color rojizo claro, y textura semi compacta a compacta y granulometría fina a media, con gravilla abundante, y presencia de clastos.

Corresponde a un nivel de ocupación muy poco diagnóstico, que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 11, Nº 12, N° 14, N° 15, y Nº 16. Este estrato no se registra en los Pozos de Sondeo N° 32 y N° 33.

Culturalmente solo presenta material artefactual lítico, donde parte de los

artefactuales formatizados guardan cierta correspondencia con otros observados en ocupaciones adscribibles al Formativo y al Arcaico Tardío.

3.4 ESTRATO IV (36/40-40/50 cm)

Matriz areno-limosa, con gravilla muy abundante, de color café rojizo claro, textura compacta a semi compacta y granulometría fina a media, que corresponde a la matriz aluvional de la terraza.

Corresponde al nivel basal de ocupación, el cual se muestra muy poco

diagnóstico, y que se registra presente en los Pozos de Sondeo Nº 11, Nº 12, N° 14, N° 15, Nº 16, N° 32 y N° 33.

Culturalmente solo presenta material artefactual lítico, donde parte de los

artefactuales formatizados guardan cierta correspondencia con otros observados en ocupaciones adscribibles al Formativo y al Arcaico Tardío.

3.5 ESTRATO V (40/50- 60/ .... cm)

Corresponde a la matriz aluvional del cerro, compuesta por limo arenoso y gravilla muy abundante, de color café rojizo claro, textura muy compacta (cementada), y granulometría fina a media. Estéril culturalmente.

151

4. DE LA FORMACION, ALTERACION Y OCUPACION

El yacimiento registrado en el Sector 3 del Sitio Punta Morada, manifiesta una fuerte alteración de data histórica subactual, lo que se puede constatar en la extracción de depósito cultural para hacer pasar la actual Ruta 1, dejando perfiles estratigráficos expuestos al borde del camino.

Así mismo, se observa la acción de maquinaria pesada sobre lo que queda

del yacimiento, correspondiendo este proceso a una sobreposición de pasadas de maquina (pala frontal o similar) hacia el camino, que tiene por objeto contener los avances del barro hacia el camino en momentos de lluvia.

Con la acción de máquinaria pesada, se ha arrastrado una parte no

dimensionada del depósito en el Sector 3, generándose una acumulación arbitraria de sedimento sobre zonas ya alteradas o intactas, las que a su vez, son objeto de erosión y horadación por formación de surcos. En este caso hay una cantidad no definida de sedimento desplazado que se pudo haber agregado sobre depósito cultural, afectando las características del depósito cultural. La dificultad de reconocer estos procesos, está dada por la gran homogeneidad de la matriz, donde es difícil reconocer si hay materiales agregados en la superficie cuando el material agregado viene de pocos metros de distancia. Esto ha generado una particular trama de líneas de acumulación, para contener un sistema perpendicular de surcos de erosión.

Pero además, esta el factor de alteración dado por la formación de surcos o

canales de escurrimiento, irregulares en profundidad y ancho, que cruzan en dirección E/W, producto de la acción de la lluvia. Presentan una distribución variada y forma dependiendo de la pendiente y de las características sedimentológicas. Estos, generan la pérdida y la alteración estratigráfica de un porcentaje importante de los niveles superiores del depósito, que pueden llegar a medir 40 cm de profundidad estimada109.

En términos de conservación, el área excavada en el Sector 3, presenta una situación de conservación lamentable, dado que gran parte del depósito arqueológico ya ha sido extraido, y el que se conserva presenta serias condiciones de alteración por la acción de agentes antrópicos y naturales.

Es quizás debido a la concurrencia de esta serie de procesos de alteración,

que la ocupación humana prehistórica de este sector se presenta tan poco diagnóstica.

109

LADRON DE GUEVARA, B. “Reevaluación del estado de conservación del sitio Punta Morada Sector 3”, en este informe, Tomo V, Trigésima Primera Parte, págs.: 54-78

152

Cabe recordar, que ya en la etapa de caracterización del sitio, se logró determinar el carácter mayormente alterado del depósito cultural situado adyacente a la actual Ruta 1110.

En definitiva, lo que sabemos es que el Estrato I corresponde a un nivel

superficial redepositado por acción de maquinaria pesada, probablemente removiendo depósito arqueológico del entorno inmediato. Al respecto, es sintomático que presente una superficie mayormente aplanada, y que las huellas de maquinaria pesada aun se conserven en la superficie.

El Estrato II, de acuerdo solamente con la datación radiocarbónica obtenida,

correspondería a ocupación propia del Período Medio (700 a 1.200 d.C.), o bien del Intermedio Tardío (900 a 1.470 d.C.), pero es sintomático que no se registre material cerámico alguno, por lo cual adscribir esta ocupación se hace imposible.

Los Estratos III y IV, de acuerdo a algunos artefactos líticos formatizados,

podrían referir ocupación por parte de población adscribible al Arcaico Tardío, pero esto solo puede ser conjeturado, dado el escaso material artefactual registrado, a lo que se debe agregar la probabilidad de que los materiales fueran transportados o arrastrados a este lugar, por eventos naturales ocurridos en época prehistórica111

Al respecto, el análisis lítico realizado, ha permitido observar que el material

de basalto presenta en su totalidad una pátina que cubre gran parte o la totalidad de la pieza, y que solo deja a veces fresca la zona utilizada. Esta situación es compleja, pues significa que este material estuvo mucho tiempo expuesto o, bien, sufrió un proceso de patinación que no está relacionado con el trabajo, es decir, o fueron arrastrados desde otro lugar por procesos naturales como transporte aluvial y/o coluvial, o de otra naturaleza de origen natural, y entonces es posible que el lugar donde fueron encontrados y exhumados, no corresponda propiamente a un depósito cultural, sino que este material proviene de otro sector y está allí reunido por factores naturales y no intencionales112.

Respecto del material ictioarqueológico, los escasos restos presentan un

estado de conservación en general malo, con piezas con alto grado de erosión y fracturas, y no se registran elementos carbonizados113. Igualmente, el material correspondiente a restos óseos de mamíferos es muy escaso.

110

GAETE, N. (arqueólogo responsable). Mejoramiento Ruta 1, Sector Taltal-Caleta El Cobre, Tramo Taltal-Punta Viento. Patrimonio cultural arqueológico Informe de caracterización del sitio 02 Ta 008 Punta Morada, Tomo III, págs.: 7-8 111

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Análisis del universo lítico tallado del sitio Punta Morada Sector 3”,

en este informe, Tomo IV, Vigésima Séptima Parte, pág.: 42-77 112

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Análisis del universo lítico tallado del sitio Punta Morada Sector 3”,

en este informe, Tomo IV, Vigésima Séptima Parte, pág.: 42-77 113

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Peces del sitio Punta Morada sector 3”, en este informe, Tomo IV, Vigésima Tercera Parte, págs: 11-16

153

Finalmente, de corresponder el área excavada a ocupación humana no

redepositada por causas naturales, queda claro que corresponde a eventos de ocupación muy débiles y discretos, donde es posible que la población al asentarse disturbara la depositación cultural precedente.

5. DE LAS OCUPACIONES

Como ha quedado meridianamente claro, en los acápites anteriores, el yacimiento arqueológico intervenido en el Sector 3 del sitio Punta Morada, resulta muy poco diagnóstico como para poder segregar con claridad componentes ocupacionales, y en donde el yacimiento arqueológico muestra mayormente que una parte no dimensionable del depósito ha sido removida y extraída con anterioridad, por causas de alteración antrópica (probablemente relacionado con la construcción y mantención de la actual Ruta 1).

De esta forma, solo describiremos a continuación los contenidos principales

del depósito, agrupados en un solo componente, dado que realmente no poseemos elementos que permitan su segregación y filiación a alguna ocupación específica, dado el fuerte impacto y alteración que muestra todo el sector, situación de larga data que se documenta por los sucesivos eventos aluvionales observados. OCUPACION

De forma general, podemos conjeturar que el área excavada, refiere probablemente a un asentamiento, o área de un asentamiento, donde se llevó a cabo ocupación humana relacionada a lo menos con la apropiación y procesamiento de los recursos comprometidos en la subsistencia de la población, la que muestra alteración causada por agentes antrópicos y naturales. CRONOLOGIA

Una datación obtenida mediante análisis radiocárbonico, para el Estrato II, arrojó una fecha calibrada de 690 a 960 d.C.114, lo que vendría a significar que dicho nivel correspondería a ocupación del Período Medio (700 a 1.200 d.C), o del Intermedio Tardío (900 a 1.470 d.C.), situación que no puede ser corroborada en uno u otro sentido, dada la total ausencia de material alfarero que permita identificar la ocupación.

114

Beta-175458: cal 690 a 960 d.C. (cal 1.260 a 990 AP), Concha de Concholepas concholepas, Pozo de Sondeo N° 15, Nivel 10-20, Estrato II

154

INVENTARIO ARTEFACTUAL

El universo lítico recuperado en la excavación parcial del Sector 3 del sitio Punta Morada115, posee un bajo componente de desechos de talla (197), mientras que el material de descarte es mayor, dado por 400 ejemplares de material no formatizado de descarte, aunque este es igualmente menor que en los otros sectores estudiados del sitio (Sectores 1 y 2). Esta situación, refleja claramente que el área excavada no refiere a la presencia de un asentamiento taller.

Es importante señalar, que el material de basalto presenta en su totalidad una pátina que cubre gran parte o la totalidad de la pieza, y que solo deja a veces fresca la zona utilizada. Esta situación es compleja, pues significa que este material estuvo mucho tiempo expuesto o, bien, sufrió un proceso de patinación que no está relacionado con el trabajo, es decir, o fueron arrastrados desde otro lugar por procesos naturales como transporte aluvial y/o coluvial, o de otra naturaleza de origen natural, y entonces es posible que el lugar donde fueron encontrados y exhumados, no corresponda propiamente a un depósito cultural, sino que este material proviene de otro sector y está allí reunido por factores naturales y no intencionales.

En el conjunto de piezas no formatizadas, que corresponde a un total de 56 artefactos, no se aprecian grandes diferencias cuantitativas respecto del conjunto total; lo que si llama la atención, es que si bien es cierto es bastante menos material, hay mayor cantidad de artefactos no formatizados. Priman las lascas secundarias, y varias exhiben retoques y morfologías que permiten diferenciar los usos a los que fueron destinados. Nuevamente aquí el material de basalto exhibe esa gruesa pátina, que oblitera incluso los filos y las zonas activas.

Con respecto a los líticos tallados formatizados, puede observarse que

nuevamente hay una presencia diferencial de materias primas, donde son mucho más abundantes las riolitas, calcedonias, y rocas silíceas, sobre las cuáles se manufacturaron los instrumentos. Llama la atención, la escasa presencia de micrartefactos, registrándose sólo una microraderera, lo que marca una diferencia importante en relación a los otros sectores excavados de Punta Morada.

En el mismo sentido, los líticos formatizados son escasos y refieren a actividades dadas por cortar, raspar, raer, perforar, a diferencia de la Puntas de proyectil, que obviamente debieran referir a la actividad de caza. Estos se encuentran muy bien elaborados.

A grosso modo, y de acuerdo a lo observado en las demás áreas

excavadas en este plan de rescate, las morfologías de los instrumentos poseen un

115

NAVARRO, X. y N. GAETE, “Análisis del universo lítico tallado del sitio Punta Morada Sector 3”,

en este informe, Tomo IV, Vigésima Séptima Parte, pág.: 42-77

155

cierto aire de familia con instrumentos que en contexto no alterado, han sido reputados a ocupaciones de población Formativa o Arcaica Tardía.

Pieza 2 Pieza 8

Pieza 7 Pieza 1 Pieza 6

Sitio 02 Ta 008 Punta Morada Sector 3: Material lítico formatizado que puede

ser reputado como propio de población del Arcaico Tardío

Sitio 02 Ta 008

Punta Morada Sector 3: Material lítico formatizado que puede ser reputado como propio de población del Formativo

Pieza 13 Pieza 5 Pieza 14

156

Tabla: Distribución de material lítico formatizado

N° Pozo Nivel Tipo Materia prima

1 11 0-10 Raspador-raedera Basalto

11 15 0-10 Perforador taladro Calcedonia

16 16 0-10 Punta de proyectil pedunculada Riolita

17 16 0-10 Preforma Roca silícea

2 11 10-20 Microedera Roca silícea

15 32 10-20 Punta de proyectil apedunculada Riolita

12 16 10-20 Punta proyectil apedunculada Riolita

3 11 20-30 Perforador Riolita

4 11 20-30 Raspador en lámina Roca silícea

5 14 20-30 Cuchillo Calcedonia

6 14 20-30 Cuchillo-raspador Riolita

8 15 20-30 Raedera restringida distal Roca silícea

9 15 20-30 Cuchillo Brecha riolítica

13 33 20-30 Punta pedunculada Riolita

7 14 30-40 Raspador Cuarcita

10 15 30-40 Cuchillo o perforador Riolita

14 33 30-40 Cuchillo laminar Roca silícea

SUBSISTENCIA Fauna Malacológica

Se identificaron 23 grupos taxonómicos para el área excavada,

determinando al menos 19 taxa a nivel de especie. Restos de caracoles con un alto grado de fragmentación, no fueron identificados. El sitio, se encuentra dentro del rango de distribución de todas las especies identificadas en la muestra116.

Los taxa presentes, representan una gran variedad de invertebrados marinos típicos del intermareal y submareal, principalmente de habitat rocosos, mostrando un claro predominio de Concholepas concholepas (loco), y lapas (Fisurella limbata, Fisurella maxima, Fisurella crassa, Fisurella pulchra, Fisurella costata, y Fisurella sp). Otras especies, de menor presencia son Acanthopleura echinata, Chiton latus, Chiton granosus, Chiton sp, Scurria parasitica, Tegula sp, Tegula sp, Thais chocolata, Brachidonthes granulata, Loxechinus albus (erizo), Balanus pssitacus (picoroco), Argopecten purpuratus (ostión), Turritella cingulata, Oliva peruviana, almeja, caracol no identificado, y no identificado.

Para Vargas, los taxa de mayor presencia en el sitio se caracterizan, en general por ofrecer una atractiva cantidad de carne fresca, sin la necesidad de invertir un gran gasto energético para su obtención. El loco (C. concholepas), se

116

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Décima Cuarta Parte, págs: 4-10

157

extrae, en la actualidad, mediante buceo y el uso de algún sistema de palanca, lo que permite obtener varios individuos por jornada de trabajo (obs personal). Las lapas y quitones, pueden extraerse en forma similar (palanca), durante la baja marea.

En términos generales, la muestra analizada da cuenta de una alta variabilidad de recursos del intermareal presentes en el sitio, con una preponderancia de invertebrados marinos de fácil acceso, probablemente extraídos directamente, mediante el uso de tecnologías simples117. Fauna ictiológica El depósito excavado, arrojó en total solo 18 restos óseos correspondientes a peces, los que se muestran en la siguiente tabla

Tabla: Huesos analizados

Unidad Nivel Elemento Taxa

Pozo de Sondeo N° 14 0-10 Vértebra Thirsites atun (sierra)

Vértebra No identificada

Pozo de Sondeo N° 15 10-20 Supraoccipital Trachurus symmetricus (Jurel)

Pozo de Sondeo N° 16 0-10 Otolito derecho Cilus gilberti (corvina)

10-20 2 Supraoccipitales Trachurus symmetricus (Jurel)

Diente Semicossyphus maculatus (pejeperro)

20-30 2 Otolitos derechos Cilus gilberti (corvina)

Otolito izquierdo Cilus gilberti (corvina)

40-50 Diente Semicossyphus maculatus (pejeperro)

Pozo de Sondeo N° 32 10-20 Vértebra Thirsites atun (sierra)

Supraoccipital Trachurus symmetricus (Jurel)

20-30 Vértebra Condrictio

Pozo de Sondeo N° 33 10-20 Otolito izquierdo Cilus gilberti (corvina)

3 vértebras Thirsites atun (sierra)

Total 18 elemetos

El tamaño de la muestra no permite hacer análisis cuantitativos de los taxa

presentes. Más bien, corresponde a un máximo posible de 15 individuos dispersos en el depósito, y que no indican más que la presencia de estas cinco especies durante la ocupación del sitio.

El sitio se encuentra dentro del rango de distribución geográfica de las cinco

especies identificadas. La Corvina (C.gilberti) se encuentra cerca de la costa, especialmente en verano, y se puede pescar durante todo el año por medio de

117

VARGAS, M.L. “Material arqueofaunístico: Malacología del sitio Punta Morada sector 2”, en este informe, Tomo III, Decima Cuarta Parte, págs: 4-10

158

anzuelos o redes. El Jurel (T. symmetricus) se puede encontrar tanto cerca de la costa como mar adentro; acercándose especialmente en verano, siguiendo a la sardina y se lo puede capturar con redes. El Pejeperro (S. Maculatus) es una especie de habitat rocoso y se le captura por medio de pesca submarina. La sierra (T atun) se acerca en cardúmenes a la orilla pero aparece por períodos irregulares y cada intervalos de tiempo también irregulares. La especie de tiburón (Condrictio) no está determinada y su composición cartilaginosa, salvo las vértebras, no permite su registro en los depósitos arqueológicos; por lo tanto, por el momento no se puede saber mucho sobre este taxón en los sitios.

La presencia de estos taxa indican, al menos una relación espacial entre el

sitio y los habitats rocosos y de orilla de la costa de Taltal. Las causas de su existencia en el sitio pueden ser naturales (en los estómagos de mamíferos marinos, “varadas” de individuos aislados) o antrópicas (pesca selectiva u oportunista). Sin embargo, el registro de estos taxa en sitios cercanos (Punta Morada Sectores 1 y 2, y Morro Colorado) con evidencias de cocción, y la ausencia de deformación por causa de procesos de digestión permiten sustentar un origen antrópico para estos restos ictioarqueológicos. Mamíferos

Esta colección es muy pequeña, representa el 0,8 % de todos los restos arqueofaunísticos para el sitio 02 Ta 008 Punta Morada. Se integra de 10 fragmentos de huesos (15,8 gr), reconociéndose un 20% como espécimen (Mínima unidad identificable), los que fueron asignados a especie y familia. La mayoría de los restos no asignados a especies, corresponden a fragmentos de huesos muy pequeños y fueron adjudicados a Mammalia indeterminada y no identificados . Al respecto, se identificó Otaria byronia (NISP=2), donde sólo se pudo reconocer un meato auditivo perteneciente al cráneo y una porción medial de vértebra, la que se encuentra en proceso de descamamiento superficial (estadio 2, según la escala propuesta por Behrensmeyer (1978)).

La escasa muestra de restos arqueofaunísticos impiden establecer ciertas interpretaciones de transporte selectivo y funcionalidad del área excavada en el Sector 3118.

Uso de recursos vegetales

Resalta la escasez de carporrestos recuperados en este sector del sitio Punta Morada, aunque en comparación con los Sectores 1 y 2, el monto de restos

118

VELASQUEZ, H. “Material arqueofaunístico: Mamíferos del sitio Punta Morada Sector 3”, en

este informe, Tomo IV, Vigésima Cuarta Parte, págs: 17-27

159

vegetales fue mayor. En este pequeño conjunto de carporrestos fueron más frecuentes las Semilla 2 que probablemente forme parte del banco natural y anual de semillas existente en el suelo del sitio. La presencia del ejemplar de Poaceae sp. debe obedecer a la misma lógica ya que no está carbonizada y se encuentra en buen estado de conservación. La única semilla carbonizada identificada como Cactaceae sp., refiere actividades similares a las que se habían descrito anteriormente para los otros sectores de este sitio. Los cactus secos se convierten en una buena fuente de combustible para hacer fuego. Existen especies que poseen frutos comestibles. Por lo tanto podrían haber sido recolectado con esa doble posibilidad de uso y consumo.

Es interesante constatar que hay coincidencia entre el nivel 12-29 cm, descrito como un depósito orgánico con conchas y al cual se ha asociado materiales culturales prehistóricos. A pesar de la escasez del material carpológico existe correspondencia en cuanto a taxa (Cactaceae) involucrados y estado de conservación (carbonizado) con la naturaleza del nivel donde se encontró. El hecho que esta semilla esté carbonizada es un importante indicador de modificación y uso antrópico de esta planta.

En el nivel 29-41 cm, que posee características similares al nivel 12-29 cm

no se rescató ningún carporresto, lo que delata la escasa potencia del depósito cultural. Al igual que los Sectores 1 y 2 del sitio, las actividades humanas que aquí se dieron fueron de escasa duración y dejaron huellas muy efímeras119. ADSCRIPCION Y RELACIONES

Dado lo poco diagnóstico del contexto exhumado, la escasa muestra de restos arte y ecofactuales, y las evidencias de grave alteración del depósito por causas antrópicas y naturales, es muy difícil poder establecer tanto la filiación cultural de la o las ocupaciones, así como determinar relaciones con entidades culturales conocidas.

De acuerdo al fechado logrado, y a cierta similitud de parte de los

materiales artefactuales líticos formatizados, se puede conjeturar que el depósito excavado en el Sector 3, muestra correspondencia con ocupación por parte de poblaciones de los períodos Arcaico Tardío, Formativo y Medio o Intermedio Tardío.

119

QUIROZ, L. “Material arqueobotánico: Análisis carpológico del sitio Punta Morada Sector 3”, en

este informe, Tomo IV, Vigésima Sexta Parte, págs.: 36-41

160

TRIGESIMA QUINTA PARTE: Conclusiones y recomendaciones

NELSON GAETE Arqueólogo

161

1. ACERCA DEL SITIO.

El sitio 02 Ta 008 “Punta Morada”, corresponde a un sitio arqueológico de gran relevancia, y quizás uno de los pocos verdaderamente importantes para el conocimiento de la ocupación humana prehistórica, así como para comprender el uso y explotación del medioambiente desértico costero de la localidad de Taltal.

A grandes rasgos, este sitio presenta las características de un sitio muy

complejo, evidenciando ocupaciones a lo menos desde el período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.), hasta época histórica.

Por otra parte, y en relación al uso del sitio, observamos que se constituyó

como una gran área de ocupación humana, quizás producto de la ocurrencia de dos factores claves: por una parte, la localización de aguadas que permiten obtener agua dulce para la bebida en el entorno cercano, como es el caso de la Aguada de Punta Morada Norte; y, por otra, la abundancia e inmediatez de los recursos marinos comprometidos en la subsistencia.

La enorme complejidad que muestra el sitio, se ve corroborada por el

registro de un componente principal, en el Sector 1, dado por un extenso y potente conchal monticular, hoy muy disturbado, así como por un conjunto de asentamientos perífericos al núcleo central, dado por contextos tanto de habitación como de funebria, a veces yuxtapuestos, y en otras claramente diferenciados en el espacio.

En este extenso e importante yacimiento arqueológico, se diferencian

claramente al menos tres sectores:

1.1 SECTOR 1

Corresponde a un gran promontorio o puntilla rocosa, que se interna en el mar con dirección Noroeste, emplazándose al lado izquierdo de la actual Ruta 1, y el cual se caracteriza por un extenso y potente depósito cultural tipo conchal, el cual contiene los denominados “Cementerio de las Herramientas Amarillas” o de “Punta Morada”, excavado parcialmente por Augusto Capdeville (1928), Max Uhle (1916), y Junius Bird (1943), así como el “Cementerio de las Herramientas Blancas”, descrito por Capdeville (Mostny, 1964).

Culturalmente, corresponde a un conjunto de asentamientos habitacionales

superpuestos, con enterratorios humanos bajo los pisos habitacionales, lo que ha generado un depósito estratigráfico, que a lo menos tiene origen comprobado durante el período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C), y que además muestra ocupación del período Medio (700 a 1.200 d.C.), e Intermedio Tardío (900 a 1.450

162

d.C.). Fragmentería cerámica fuera de contexto, permite además reconocer prrsencia de elementos propíos del Formativo (1.000 a 600 d.C.).

Se encuentra fuertemente disturbado, tanto por excavaciones ilegales

(huaqueos), como por la existencia de la actual Ruta 1 y de vías secundarias construidas con maquinaria pesada.

Todo indica, que el núcleo central del Sector 1, más que un cementerio, corresponde a un conjunto de asentamientos habitacionales, principalmente de población arcaica, las cuales depositaron sus muertos bajo el piso de sus viviendas, en un patrón similar al observado en Caleta Huelén 42 (Núñez et al, 1975) y Cobija-13 (Bittmann, 1984).

1.2 SECTOR 2

Corresponde a una zona comprendida entre la actual Ruta 1 por el Noroeste, la ladera del cerro por el Sur y Sureste, y la ladera Norte de una pequeña quebrada por el Noreste, la que registra sectores de pendiente suave y media. En el extremo Este del Sector 2, se ubica un cementerio probablemente del tipo “Cementerio de los Túmulos de Tierra”, descritos por Capdeville para otras zonas de Taltal (Mostny, 1964), el cual se muestra huaqueado.

Culturalmente, el área intervenida, corresponde a un conjunto de asentamientos habitacionales superpuestos lo que ha generado un depósito estratigráfico, que a lo menos tiene origen comprobado durante el período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C), y que además muestra ocupación del período Formativo (1.000 a 600 d.C.), del período Intermedio Tardío (900 a 1.450 d.C.), y del período Tardío (1.470 a 1.532 d.C.) o Histórico.

En términos áreales, lo que más caracteriza a este sector, es el registro de una amplia zona fuertemente disturbada, o mejor dicho, destruida, principalmente por acción de maquinaria pesada, la que probablemente extrajo gran parte de los depósitos estratigráficos, con el fin de construir un terraplén adyacente, parte de la actual Ruta 1. Así mismo, se observa una fuerte disturbación en el cementerio de túmulos, debido principalmente a excavaciones ilegales (huaqueos), aunque es probable que parte de estas inhumaciones aun se conserven y no se encuentren alteradas o removidas.

1.3 SECTOR 3

Corresponde a una zona comprendida entre la actual Ruta 1 por el Oeste, la ladera del cerro por el Este, una puntilla rocosa que comparte como límite con el Sector 2 por el Norte, y la ladera de una pequeña quebrada por el Sur, zona que

163

registra sectores de pendiente suave principalmente. En la mitad Sur del Sector 3, se ubica probablemente un cementerio.

Culturalmente, el área intervenida muestra una grave alteración por causas

antrópicas y naturales, y probablemente corresponde a un conjunto de asentamientos habitacionales superpuestos lo que ha generado un depósito de origen cultural no diagnóstico, del cual se conjetura que a lo menos manifiesta ocupación durante el período Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C), el período Formativo (1.000 a 600 d.C.), y el período Medio (700 a 1.200 d.C.) y/o Intermedio Tardío (900 a 1.450 d.C.).

El depósito aquí, se encuentra cortado por la actual Ruta 1, mostrando un perfil estratigráfico expuesto, el cual en parte ha sido aportado por maquinaria pesada. Lo anterior, significa que la parte superior del depósito sondeado, corresponde a sedimentos removidos desde otra parte por maquinaria pesada y depositados sobre una parte no alterada del depósito.

En términos áreales, lo que más caracteriza a este sector, es el registro de

una amplia zona fuertemente disturbada, o mejor dicho, destruida, principalmente por acción de maquinaria pesada, la que probablemente extrajo gran parte de los depósitos estratigráficos, con el fin de construir un terraplén adyacente, parte de la actual Ruta 1. Así mismo, se observa una fuerte disturbación en el cementerio de túmulos, debido principalmente a excavaciones ilegales (huaqueos), aunque es probable que parte de estas inhumaciones aun se conserven y no se encuentren alteradas o removidas.

2. DE LA CONSERVACION DEL SITIO

El sitio 02 Ta 008 Punta Morada, posee una valoración de gran relevancia en orden al conocimiento de los procesos adaptativos de las poblaciones prehistóricas a un medio ambiente costero desértico, dado el registro de ocupaciones por parte de grupos humanos de los períodos Arcaico Tardío (4.000 a 1.000 a.C.), Formativo (1.000 a.C. a 600 d.C.), Alfarero Medio (700 a 1.200 d.C.), Alfarero Intermedio Tardío (1.200 a 1.450 d.C.), y Alfarero Tardío (1.450 a 1.532 d.C.), situación que hace prácticamente único a este yacimiento arqueológico, lo cual obviamente aumenta su valoración y relevancia.

Respecto a su estado de conservación, se puede concluir que el sitio ha sido disturbado históricamente debido a la construcción de la Ruta 1, caminos secundarios, e innumerables excavaciones ilegales, todo lo cual ha alterado gravemente la conformación del yacimiento.

En este caso, la alteración observada influye considerablemente en la interpretación arqueológica a nivel del uso del espacio por parte de las

164

poblaciones prehispánicas, dado que el sitio ha perdido en gran parte su morfología original.

De esta forma, nos encontramos con un sitio con su morfología original

interrumpida y perturbada (Ruta 1), observándose un aporte importante de rocas de origen aluvial/coluvial y sedimentos que han sido arrastrados, removidos, y compactados, destruyendo una parte considerable del yacimiento, especialmente en el Sector 3.

Desde el punto de vista de la conservación de los depósitos, se pueden

observar evidencias de una fuerte alteración antrópica, de data histórica -subactuales y actuales- manifestadas principalmente por él huaqueo generalizado.

Debido a su condición de sitio expuesto, con superficies desprovistas de

vegetación protectora, los factores climáticos se han constituido en el pasado y podrían virtualmente constituirse en el futuro, como agentes de alteración.

En síntesis, y debido a los procesos graves de alteración que han impactado una gran extensión del sitio, se puede calificar su estado de conservación como Muy Grave.

No obstante, los graves procesos que han afectado al sitio 02 Ta 008 Punta Morada, el yacimiento sigue poseyendo áreas potencialmente excavables, especialmente en el Sector 1, donde a pesar de la suma de procesos observados, se puede estimar que existe una parte del depósito que puede y debiera ser abordado en forma sistemática y profunda, mediante excavación arqueológica.

A juzgar por relatos de mariscadores y otros, se conoce que este sitio es aún huaqueable, lo que es posible de reconocer en la presencia de evidencias de excavaciones ilegales recientes, situación que nunca ha tenido un control, y en donde es ampliamente reconocido por la comunidad, que hay un tráfico importante de piezas arqueológicas, lo que denota que hay un mercado activo y una abundancia importante de yacimientos con restos comerciables, además de que constituye una fuente fácil de ingresos de un número de personas conocidas por todos. Al respecto, se hace urgente establecer un medio de control que detenga este comercio ilegal, situación que debiera abordar el Consejo de Monumentos Nacionales en conjunto con las autoridades civiles y policiales locales y regionales.

Por otra parte, no se observa una política de conservación ambiental de la costa de Taltal, la que en toda su extensión se ve muy alterada y contaminada. Las autoridades locales han puesto especial énfasis en la habilitación de playas y lugares de esparcimiento, descuidando completamente las zonas que no han sido habilitadas como tales. Esto se arrastra desde el momento en que se instalaron las primeras plantas de tratamiento y de desecho minero, sin cuidar aquellas zonas de visible valor ambiental y social.

165

Urge hacer cumplir la ley a las autoridades comunales, quienes debieran

establecer, en conjunto con las instancias competentes, áreas de protección en las áreas de concentración de yacimientos arqueológicos que no han sido totalmente destruidos aún, como es el caso de este importante sitio.

Es probable que el sitio Punta Morada, no sea factible de musealizar y

manejar directamente como recurso educativo o turístico, que es algo que es necesario evaluar (Ladrón de Guevara, 1998, 1999), pero a través del plano regulador, debieran señalarse como zonas de reserva o protección, además de recubrir su superficie para detener el huaqueo sistemático.

Otro aspecto que no es menor, y que en cierta medida ha significado el

deterioro de este y de otros sitios arqueológicos de Taltal, a pesar de su evidente relevancia, es el abandono por parte de la comunidad de arqueólogos y entes pertinentes, quienes no han puesto empeño en preservar y seguir investigando este importante yacimiento y otros que están siendo destruidos irremediablemente.

Todas las acciones propuestas, requieren de la voluntad de las instancias con competencia en el tema. Se requiere de la elaboración de un plan de investigación, que contemple realizar un estudio arqueológico más profundo en aquellas zonas con depósito cultural conservado, y la aplicación de un plan de conservación y manejo del sitio (Gaete et al, 2002).

Por otra parte, debiera reenfocarse la aplicación de medidas de rescate

parcial relacionadas con el mejoramiento de la Ruta 1, que lleva a cabo el Cuerpo Militar del Trabajo, sobre la base de una política razonable que “compense” realmente los daños en su conjunto y no el deterioro inmediato que causará el mejoramiento de la ruta, el cual puede llegar a ser irrelevante considerando que el daño causado por ejemplo por las excavaciones ilegales en las áreas más ricas en términos de depósito estratigráfico, es mucho mayor que el que provoca el camino sobre parte del depósito.

Al respecto, se constató que gran parte de las áreas a alterar con el nuevo

trazado en el sitio 02 Ta 008 Punta Morada, ya se encuentran alteradas por la construcción de la Ruta 1 en el pasado, así como por obras secundarias, y la sistemática alteración debida a huaqueo.

3. RECOMENDACIONES

De acuerdo a las obras que deberán realizarse para el mejoramiento de la actual Ruta 1, la que cruza el sitio, se recomienda compensar por el impacto que tales obras causarán, dado que a pesar que el yacimiento posee una muy grave

166

situación de conservación, este hecho no lo hace perder su categoría de Monumento Nacional, de acuerdo a la Ley Chilena de Monumentos Nacionales Nº 17.288, y a su Reglamento respectivo.

Al respecto, nuestra recomendación viene dada por compensar dicho

impacto mediante las siguientes acciones:

4.1 PLAN DE MANEJO ARQUEOLOGICO

Se recomienda realizar, por parte de un equipo de profesionales con amplia experiencia en arqueologia costera, así como en protección y conservación de recursos patrimoniales, un estudio que determine las medidas más pertinentes para proteger, conservar, y manejar aquellos sitios arqueológicos de especial relevancia, como por ejemplo los sitios 02 Ta 007 Morro Colorado, y 02 Ta 008 Punta Morada, de forma de impedir que terminen por ser completamente destruidos.

4.2 INVESTIGACION ARQUEOLOGICA Así mismo, se recomienda llevar a cabo una investigación arqueológica

focalizada a las áreas nucleares de sitios de especial relevancia, especialmente los sitios 02 Ta 007 Morro Colorado Sector 1, y 02 Ta 008 Punta Morada Sector 1, de forma de levantar una columna estratigráfica de detalle, que provea de información relevante acerca de la secuencia de ocupación humana, estratigrafía de detalle, formas de asentamiento, recursos comprometidos en la subsistencia, y fechados absolutos, de forma de contar para la ciencia, de una vez por todas con información realmente relevante para entender los procesos de ocupación y adaptación de las poblaciones prehistóricas a este ambiente costero desertico de Taltal.

El equipo de profesionales, que se adjudique este estudio, debiera poseer

una amplia experiencia al respecto, dado que estamos tratando con sitios complejos, de especial relevancia para el desarrollo de la disciplina arqueológica, y que por su alto grado de deterioro, están expuestos a terminar por desaparecer en el corto plazo.

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TRIGESIMA SEXTA PARTE: Plano general y de detalle del sitio

Punta Morada Sectores 1, 2 y 3

SERGIO MORALES Topógrafo