santa bÁrbara, una cofradÍa de indios en san antonio de humahuaca (1713-1785)

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REFERENCIA Zanolli, Carlos y Claudia Alonso 2004. Anuario, Historia Regional y de las Fronteras IX: 87-109. Universidad Industrial de Santander, Colombia. SANTA BÁRBARA, UNA COFRADÍA DE INDIOS EN SAN ANTONIO DE HUMAHUACA (1713-1785) Carlos E. Zanolli Claudia P. Alonso “...después de haberles dado las gracias y dícholes la palabra de Dios exhortándoles a la mayor devoción y remitiéndome a la cuenta por los frutos de las cosechas y cuenta de las misas cantadas de cada juez por su fundación pasé a hacer nuevas elecciones, sin firma” (Libro de la Cofradía de Santa Bárbara, fs.81v. y 82). Introducción El pueblo de San Antonio de Humahuaca se ubica en pleno corazón de la Quebrada homónima a 126 kms. de San Salvador de Jujuy, la capital provincial, en la República Argentina. La fundación del pueblo de reducción estuvo a cargo de Juan Ochoa de Zárate, encomendero de los indios de Omaguaca. Zárate realizó la toma de posesión de su encomienda en el valle de Cochinoca el 23 de agosto de 1593 1 proveniente desde el norte 2 . El establecimiento del pueblo respondió a las necesidades de Juan Ochoa de aglutinar a sus indios esparcidos por la Quebrada de Humahuaca y sus bordes. A ello también responde su ubicación; los españoles buscaban reducir a sus indios en lugares paisajísticamente abiertos, no encajonados o cerrados por serranías y donde el control de los encomendados pudiera ser más efectivo. San Antonio de Humahuaca se constituyó en el segundo pueblo más importante de la provincia luego de la ciudad de San Salvador, fue uno de los más importantes entre aquella ciudad y La Plata, y el paso y descanso obligado de jueces, visitadores y mercaderes entre otros. En el pueblo, entre los años 1713 y 1785, funcionó la cofradía de indios de nuestra señora de Santa Bárbara. Universidad de Buenos Aires. Universidad de Buenos Aires. 1 Archivo General de Indias. Lima 231. Año 1636. 2 Juan Ochoa de Zárate no formó parte de la hueste que, el 19 de abril de 1593 fundó San Salvador de Jujuy. 1

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REFERENCIAZanolli, Carlos y Claudia Alonso 2004. Anuario, Historia Regional y de las Fronteras IX: 87-109. Universidad Industrial de Santander, Colombia.

SANTA BÁRBARA, UNA COFRADÍA DE INDIOS EN SAN ANTONIO DE HUMAHUACA

(1713-1785)

Carlos E. Zanolli Claudia P. Alonso

“...después de haberles dado las gracias y dícholes la palabra de Dios exhortándoles a la mayor devoción y remitiéndome a la cuenta por los frutos de las cosechas y cuenta de las misas cantadas de cada juez por su fundación pasé a hacer nuevas elecciones, sin firma” (Libro de la Cofradía de Santa Bárbara, fs.81v. y 82).

IntroducciónEl pueblo de San Antonio de Humahuaca se ubica en pleno corazón

de la Quebrada homónima a 126 kms. de San Salvador de Jujuy, la capital provincial, en la República Argentina. La fundación del pueblo de reducción estuvo a cargo de Juan Ochoa de Zárate, encomendero de los indios de Omaguaca. Zárate realizó la toma de posesión de su encomienda en el valle de Cochinoca el 23 de agosto de 15931 proveniente desde el norte2. El establecimiento del pueblo respondió a las necesidades de Juan Ochoa de aglutinar a sus indios esparcidos por la Quebrada de Humahuaca y sus bordes. A ello también responde su ubicación; los españoles buscaban reducir a sus indios en lugares paisajísticamente abiertos, no encajonados o cerrados por serranías y donde el control de los encomendados pudiera ser más efectivo. San Antonio de Humahuaca se constituyó en el segundo pueblo más importante de la provincia luego de la ciudad de San Salvador, fue uno de los más importantes entre aquella ciudad y La Plata, y el paso y descanso obligado de jueces, visitadores y mercaderes entre otros. En el pueblo, entre los años 1713 y 1785, funcionó la cofradía de indios de nuestra señora de Santa Bárbara.

Universidad de Buenos Aires. Universidad de Buenos Aires.1 Archivo General de Indias. Lima 231. Año 1636.2 Juan Ochoa de Zárate no formó parte de la hueste que, el 19 de abril de 1593 fundó San Salvador de Jujuy.

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En los distintos trabajos sobre cofradías coloniales, ya sea de indios, negros o españoles, podemos observar un variado grupo de definiciones que, en muchos de los casos, se complementan entre sí3. Celestino y Meyers (1981: 27) caracterizan a las cofradías como “una asociación de culto de carácter cooperativístico, es una tal institución que ha sobrevivido aún con la transformación de las varias sociedades donde funcionaba”. La definición que dan los autores tiene la particularidad de ser lo suficientemente amplia como para dejar abiertos y mostrarnos, algunos de los problemas que implicaría realizar una definición acabada de cofradía. Los problemas se orientan en dos sentidos: primeramente con el carácter universal del hecho asociativo y el contexto particular de su concreción; en segundo lugar con las particularidades propias que pudieron tener cada una de las cofradías que se desarrollaron en América colonial.

En primer lugar, si bien el carácter asociativo que tiene el ser humano pretende ser universal, al analizar un tipo determinado de asociaciones4 deberá tenerse en cuenta la coyuntura particular que viven las sociedades en un momento dado. Particularmente, las características propias de la sociedad que ejerce el dominio, como así también las respuestas que “desde abajo” ofrecen los dominados. Partiendo de esta base, lo primero que se cuestionaría es el aspecto de la adscripción voluntaria (idea muy extendida entre los autores) que habrían tenido las cofradías. Si bien esto podría haber sido así en aquellas destinadas exclusivamente al culto, por ejemplo las cofradías aristocráticas de criollos y españoles como la de Veracruz en Lima; muy diferente habría sido el caso en las cofradías de pardos o indios donde las fuerzas sociales jugaron un papel más que determinante en la libre elección de los individuos.

El segundo aspecto, es decir el particularismo propio de cada cofradía, parece más simple aunque no siempre fue debidamente tenido en cuenta5. Según describe Macera, solamente en el virreinato del Perú se 3 Presentamos una selección de definiciones de cofradías que puedan dar una idea de la variabilidad enunciada y de las características presentadas. “Una institución de carácter civil-religioso fundada en principio para rendir culto y veneración a Dios a través de Cristo –en algún pasaje de su vida- o de alguno de los intermediarios entre Dios y los hombres: la Virgen en cualquiera de sus advocaciones, los Santos e incluso las Almas del Purgatorio, con el fin de, y conformada después de su establecimiento a partir de la adscripción voluntaria de los individuos laicos y/o religiosos que cumplieran con los requisitos estipulados por sus estatutos constitucionales” (Silva, Natalia, en: Ferreira Esparza, 2001: 456). Para Gruzinski (1991) “...son formas en que la elite india se incorporó a la nueva sociedad imitando a los españoles más afortunados, al conciliar piedad, continuidad de linaje e interés familiar...”. Enrique Cruz (1987: 293) define a la cofradía como “instituciones mediatizadoras en la sociedad colonial contribuyendo como tales a la conformación de la “ética reguladora del deseo individual” (Piere 1993: 24). Sus actividades se extienden a todos los niveles de la sociedad colonial, y no parece admisible que alguien pueda vivir sin estar unido a alguno de esos grupos y, mucho menos, morir fuera de ellos” (Moura 1994: 114).4 Que en este caso son las cofradías pero que podrían ser sindicatos, clubes, etc.5 Luego de dar una definición de cofradía Di Stefano y Zanatta dicen “Pero detrás de cada definición tenemos la realidad concreta, histórica de lo que cada cofradía significó para los que fueron sus miembros, una realidad que excede en mucho una realidad de diccionario y que necesita del trabajo paciente del investigador para ser descubierta e

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pueden caracterizar rápidamente seis tipos de cofradías: las cofradías propias de los aristócratas; las cofradías gremiales (incluyendo en ellas las elitistas como la de los hidalgos plateros); las cofradías de grupos étnicos peninsulares (como por ejemplo los andaluces); las cofradías de socorros mutuos independientes de los gremios; cofradías culturales y cofradías de negros. Esta enunciación, no pasa de ser meramente descriptiva y sobre la que se podrían realizar englobamientos o inclusiones. Lo importante es reparar en las particularidades propias que cada una de ellas irá incorporando conforme su función en relación al grupo social que representa (en: Celestino y Meyers, 1981: 8).

Dada esta diversidad de cuestiones, preferimos entonces, antes que intentar una definición, referirnos a algunas características, ni taxativas ni excluyentes, que hemos elaborado o bien que ya se han señalado para las cofradías en general y para las de indios en particular. Las cofradías tienen una función integrativa, y habilitan para sus integrantes mecanismos de ayuda mutua. Posee fines religiosos caracterizados por la advocación y culto a una imagen determinada, misas al patrono o santos del pueblo, festividades, entierros, etc. Este fin religioso se complementa con otro estrechamente vinculado a la beneficencia tanto para sus miembros como para su área de influencia. El mismo se materializa en la fundación de hospitales, la asistencia durante las enfermedades, etc. Las cofradías de indios se caracterizan también porque aquellos que participan en su fundación son grupos emparentados entre sí.

Las cofradías fueron traídas por los españoles a América al principio del proceso colonial. Tanto en las Leyes Nuevas (1542) como en la Recopilación de las Leyes de los Reinos de Indias (1608) se ordenaba establecer cofradías en el Nuevo Mundo conquistado. Desde las primeras décadas de siglo XVII, tanto los visitadores del virreinato del Perú como los de Nueva Granada manifestaron gran interés en fundar cofradías en los pueblos que visitaban. Los intereses pudieron haber sido diversos según los lugares y los casos. Celestino y Meyers (1981: 126) señalan que para Perú, el establecimiento de una cofradía “era el mejor medio, el único quizás, de mantener y conservar el devoto interés de los indios ganados al catolicismo y de expandir éste a través de ellos”. La Corona española a fines del siglo XVI y principios del XVII, intentó enderezar la vida de los indígenas induciéndolos a vivir a su modo, con todas sus implicancias. Esta forma de ser alcanzaría su culminación con la conversión al cristianismo. “La conversión e instrucción de los indios en las cosas y misterios de nuestra fe católica, y religión cristiana, es la causa final con que se dieron los reinos de las indias a los Reyes católicos, de gloriosa memoria, y a sus sucesores en ellos, por la santidad de Alejandro Sexto” 6.

interpretada (200: 71). 6Ordenanzas hechas para el buen gobierno de las minas de Las Vetas. Documento publicado en: Martínez Armando y Guerrero Amado. La provincia de Soto. Bucaramanga, 1995. Pág. 187-217,en: Ferreira Esparza, 2001: 455.

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Para el caso del Nuevo Reino de Granada, Ferreira Esparza (2001) señala cuestiones más políticas que estrictamente religiosas. A finales del siglo XVI y comienzos del XVII la población indígena descendía vertiginosamente y los encomenderos estaban lejos de cumplir con las obligaciones religiosas que les significaba su cargo. Los indígenas, aún los encomendados parecían fuera de control y lejos de todo orden de policía. Por eso, la Corona se propuso firmemente llevar a cabo un reordenamiento poblacional haciendo cumplir la disposición que ordenaba que indios y españoles debían vivir separadamente quedando las comunidades agrupadas en centros urbanos debiendo, cuando fuere necesario, agregar unos pueblos a otros. Esta política poblacional contribuyó a la lenta aparición de las cofradías de indios según cada caso particular.

Al momento de la fundación de la cofradía de Santa Bárbara, en San Antonio de Humahuaca, la tradición de las cofradías ya estaba establecida. La misma era una institución con una presencia prácticamente ininterrumpida en el pueblo. En 1637 se había fundado la de Copacabana que permaneció hasta 1681. Ese mismo año y prácticamente como una continuidad de la anterior, se estableció la de Nuestra Señora de la Candelaria cuyo último registro es de 1709. Cuatro años después, en 1713, se creó la de Santa Bárbara que coexistió casi de manera paralela con la de San Antonio de Padua (1714-1777). El libro de la cofradía de Santa Bárbara, documento principal con el que trabajamos, solamente da un detalle año por año de los cargos y descargos de los mayordomos entre 1713 y 1785. No es explícito en otros aspectos como su forma de constitución, el registro de los fundadores o las causas de su disolución7.

Trabajando específicamente con un estudio de caso, analizaremos el funcionamiento de la cofradía de Santa Bárbara, en el pueblo de Humahuaca, jurisdicción del Tucumán colonial, durante el siglo XVIII. A partir del mismo, consideraremos el poder coactivo que tuvieron las cofradías de indios, tanto desde lo simbólico como desde lo económico.

La torre de Santa Bárbara. Casi en el corazón del pueblo de Humahuaca, se halla una larga

explanada flanqueada en su totalidad por escalinatas y coronada por la imponente figura de un indio; el complejo es conocido como el Monumento a la Independencia8. En su parte superior, a un costado, casi desapercibida y mimetizándose con un paisaje polvoriento, se encuentra una antigua torre de adobe. Prácticamente sin excepción todos los pobladores ubican a la construcción como de la época colonial, dicen que formaba parte de la antigua iglesia de Humahuaca. La llaman la torre de Santa Bárbara9. ¿Que 7 Agradecemos muy especialmente al Prof. Gastón Doucet por habernos facilitado los libros de las Cofradías de San Antonio de Humahuaca.8 También llamado Monumento al indio.9 Márquez Miranda (s/a: 113) confirma esta historia repetida por los pobladores al señalar que la torre que permanece en pie fueron “los reducidos restos del campanario de lo que

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antiguos recuerdos ligan el nombre de la torre con la patrona de la cofradía? ¿Cuán fuerte fue la presencia de la Santa entre los indios?

La historia de Santa Bárbara indica que Dióscoro, un rico pagano que emprendió un largo viaje, celoso de la extraordinaria belleza de su hija la encerró en una torre para preservarla de miradas y tentaciones. Bárbara, resignada sólo le reclamó a su padre que la torre tuviese tres ventanas en honor de la Santísima Trinidad. Vuelto del largo viaje, el padre comprobó que el encierro de su hija sólo había servido para que esta aumentara su devoción a Dios y a la fe cristiana. Enfurecido, primero la hizo comparecer ante el juez pero después, con desusado sadismo, el mismo padre la sometió a permanentes torturas físicas y morales. Enceguecido por la furia, el padre la decapitó. En ese mismo instante un fuego que bajó del cielo lo consumió. Su iconografía esta ilustrada con elementos legendarios: la torre de las tres ventanas, una pluma de pavo real (en la que se convertían los flagelos luego de los azotes), o teniendo al tiránico padre bajo sus pies.

La figura de Santa Bárbara adorna todavía hoy las paredes de la iglesia de Humahuaca10. Con un suave fondo azul, la figura domina la casi totalidad del cuadro. Su mano derecha señala la torre que apenas se ve en un lienzo mal cortado, en la izquierda sostiene una larga pluma de pavo real. Envuelta en un mantón de profundo carmesí, el semblante de la virgen denota tranquilidad y paz, sin rastros de los tormentos pasados.

Como señala Gruzinski (1995: 11) “la imagen ejerció...un papel notable en el descubrimiento, la conquista y la colonización del Nuevo Mundo”. La imagen de la virgen precedió a la creación de la cofradía; una visión imprescindible para que los indígenas pudieran materializar su factor de devoción y para que tuvieran una representación de lo invisible. Una imagen que tuvo una función eminentemente didáctica en cuanto a las cuestiones de la fe pero que también advertía sobre sus poderes milagrosos. La intención de la iglesia católica fue que la reproducción de esa imagen quedara en manos de los indios, de esa forma, la milagrosa historia se repetiría en el lienzo y en la memoria de una comunidad. La imagen, a partir de una historia fantástica, se constituyó así en memoria colectiva. Historia que, a su vez, serviría para recordar la fuerza de una nueva religión, distinta y todopoderosa que regiría los destinos de cada uno de los individuos.

A partir de una imagen y una historia de vida se les inculcó a los indígenas fervor, devoción y piedad, elementos que se constituyeron en el motor que permitió la constitución y el desarrollo de la cofradía. Los símbolos, en un primer momento, formaron parte importante en el proceso de dominación hasta que se cotidianizaron en la vida de los fue la iglesia primitiva, señalando así, de manera precisa el sitio exacto de su primer emplazamiento”. 10 Junto con Santa Agueda; Santa Apolonia; Santa Cecilia; Santa Dorotea y Santa Ursula, forma parte de las llamadas Santas Vírgenes de la iglesia de Humahuaca .

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indígenas. Las cofradías, al servicio de los dominadores, vehiculizaron aquel proceso de dominación en dos sentidos: los beneficios espirituales que los santos recibían de sus súbditos (cofrades) traerían como consecución beneficios materiales.

La imagen y la historia fueron la piedra basal en el éxito de asimilación que tuvieron las cofradías. En un corto tiempo aquellas pasaron a ser un elemento de dominación esencial en la conversión de los indios al cristianismo. Aunque en la actualidad el pueblo de Humahuaca está consagrado a la Virgen de la Candelaria, pasados dos siglos del fin de la cofradía, la memoria de Santa Bárbara permanece incólume. No sólo se asocia con ella a la torre, la torre de la iglesia o la de su prisión, también llevan su nombre el cerrito sobre el cual descansa el monumento y la calle que lleva hacia la torre.

Las cuentas de la Santa La idea de pensar a la cofradía como una adopción estratégica por

parte de los indígenas para recuperar un espacio perdido, está cada vez más difundida entre los autores. Las cofradías son vistas como un espacio de defensa de los intereses étnicos y un elemento articulador de la vida económica, social y política de los pueblos indígenas, permitiendo su supervivencia insertos en la lógica del mundo colonial. Lentamente una institución que había sido creada para dominar era ahora utilizada para frenar el proceso de dominación. Desde esta perspectiva, la figura y la historia de una virgen que habían sido utilizadas para agrupar y “ordenar” la vida de los indígenas, se convertirían en el símbolo sobre el que descansaba la identidad colectiva del grupo.

Incluso, Celestino y Meyers (1981: 110) hacen referencia a una economía de prestigio que consistiría en una competencia por pertenecer a la cofradía y de este modo penetrar al nuevo orden instaurado por el poder español. El modo de producción instalado por la conquista española cercó a los indígenas obligándolos a sobrevivir intentando eliminar las desigualdades sociales que surgían entre ellos y que podían amenazar la solidaridad y unión de sus comunidades; “desigualdades que ellos pensaron podrían eliminarse utilizando instituciones religiosas como las cofradías”.

En lo que podría parecer una postura extrema, Ferreira Esparza (2001) sostiene que las cofradías llegaron a ser un mecanismo para recuperar cargos prehispánicos y dar cuenta de una identidad social no necesariamente basada en el sistema de parentesco. Asimismo plantea que las cofradías se regían por un sistema de elecciones libre del control del poder español, sistema que le permitiría a cada miembro de la comunidad acrecentar su status, prestigio y ascenso social. Pareciera que, en poco menos de dos siglos la cofradía había pasado de ser una institución de concientización para los indios a otra creadora de consciencia, de una de exacción de riqueza para el clero a otra

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enriquecedora de la comunidad indígena; en fin, de una institución controladora a otra controlada.

No muestran lo mismo los libros de cargos y descargos de la cofradía de Santa Bárbara. Si bien estos libros presentan solo una parte del funcionamiento de la cofradía, la misma es significativa. De ellos se desprende el trabajo que los indios le debían, el férreo control al que estaban sometidos y por último sus donaciones, una posible muestra del intento de las elites indígenas para obtener prestigio dentro de su comunidad pero también otra de devoción y fe. Un esbozo de cómo en lo espiritual, manejado desde lo simbólico, desde el ritual, se iba tejiendo la urdimbre de una racionalizada materialidad.

Reconstruiremos el funcionamiento de la cofradía de Santa Bárbara a través del documento con el que contamos, un libro de cargos y descargos que competían al devenir espiritual y material de la vida de la cofradía desde el año 1713 hasta 1784. En el análisis no podemos dejar de tener presente que existía un interés muy fuerte tanto de la iglesia como la corona por hacer uso de una institución que les permitiera satisfacer las necesidades materiales del clero. Como bien señalan Celestino y Meyers (1981: 74), esta manera de proceder dio por resultado “que los indígenas fueran partícipes económicos de su propia evangelización”.

Durante todos los años de la vida útil de la cofradía, se realizaron regularmente visitas o inspecciones eclesiásticas, una en junio, donde se supervisaban las cuentas, y otra más intensiva en diciembre, en la que además se realizaba la elección de las autoridades para el año venidero11. Durante la visita, como primera medida se apelaba al beneficio sobrenatural, se celebraba una misa y una fiesta en honor a la santa patrona. Estas actividades de culto eran realizadas por el cura visitador o por el cura que permanecía en la parroquia, y que era el representante permanente del clero en la cofradía, junto a los indígenas que tenían el honor de disfrutar los cargos. Sobre estas actividades los libros no abundan en detalle, como si afirmar que la festividad se realizaba de manera solemne era suficiente.

“En este pueblo de Humahuaca en 9 días de diciembre de 1739 yo el maestro don Pedro de Armas Montalbo cura y vicario coadjutor de este dicho beneficio hice y celebré la fiesta de la gloriosa Santa Bárbara en su capilla con vísperas misa y procesión y toda solemnidad posible; y esforzándoles a la feligresía a la devoción por medio de una plática se hicieron nuevas elecciones y salieron de motu propio los siguientes”12.

11 Entre aquellos que tuvieron a su cargo realizar la visita encontramos: en 1716 al Doctor Don Alonso del Pozo y Silva, obispo del Tucumán; en 1723 al Doctor Don Joaquín Calvi Monte, abogado de la Real Audiencia de La Plata, cura rector y juez eclesiástico de diezmos y visitador en todo el obispado del Tucumán; en 1726 a Juan de Sarricolea y Olea, obispo de Córdoba, etc. Para ampliar sobre autoridades eclesiásticas ver: Di Stefano y Zanatta (2000: 46 a 84).12 Libro de la cofradía de Santa Bárbara, fs. 58.

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Por el contrario es copiosa la información que pudimos recoger sobre las cuentas. Las autoridades de la cofradía, en primer lugar el mayordomo y luego la priosta, debían responder sobre los frutos de las cosechas, los adelantos, las deudas, las pérdidas por malas cosechas producto de heladas o epidemias, qué especies comprendían los frutos, los precios y sus variaciones, etc. De los ajustes de cuentas que se realizaban, además se deducían los impuestos que los indígenas debían al clero, ya se tratare de diezmos, primicias, censos o estipendios. El cumplimiento frente a la institución era pura responsabilidad de las autoridades indígenas de la cofradía, los visitadores no perdonaban ni una mala cosecha destruida por una helada o una peste. El incumplimiento iba precedido en general por una multa en dinero. El detalle en las cuentas también comprendía a las actividades de los curas sobre todo en lo relativo a la cantidad de misas que aquellos debían decir, lo que se daba como limosna, si se les había quedado debiendo, cuanto tiempo debían permanecer en la cofradía, entre otras cosas.

“...En 5 días del mes de diciembre de 1745 yo el maestro Pedro Joseph de Sosa...tomé cuenta a los mayordomos de las cosechas...a lo que los de la parte de Humahuaca dijeron que de trigo habían recogido 2 fanegas y ½ que a razón de 6 pesos montan 15 pesos, 2 fanegas de chuño a 12 pesos son 24 pesos esto se entiende fuera del diezmo, primicia y estipendio...los de Uquía dijeron se ha cogido 2 fanegas y ½ de trigo que fue lo único... que montan 15 pesos...los que se entregaron al cura coadjutor Francisco Sueldo lo que todo monta 54 pesos y pagándosele al cura 15 pesos por 5 misas que tenía dichas en el tiempo de 5 meses...”13

Una vez que la santa era agasajada y las cuentas quedaban claras, se elegían las autoridades que presidirían la cofradía el año venidero. Las autoridades de la cofradía y en quienes recaían las decisiones finales eran, casi siempre, las personas que tenían mayor acceso a bienes y prestigio. Los altos cargos como el de mayordomo requerían individuos capaces para llevar las cuentas de las cosechas, para mantener la capilla, organizar las fiestas o cualquier necesidad que se le presentara14. En la cofradía de Santa Bárbara las mujeres desempeñaron el cargo de priosta, el de mayor importancia luego del de mayordomo. Incluso, durante el año de 1752 el cargo de mayordomo en ambas parcialidades15 fue cubierto por 13 Libro de la cofradía de Santa Bárbara, fs. 7014 Celestino afirma que en general quienes ostentaban los cargos de mas importantes de las cofradías fueron los antiguos curacas ya que “leur acculturation fut très rapide et ils perçurent très trôt les avantages économiques qu’ils pouvaient tirer des confréries” (1992: 100)15 Como señaláramos al comienzo del trabajo, Juan Ochoa de Zárate tomó posesión de sus indios en 1593 y aproximadamente a fines de 1594 fundó el pueblo de San Antonio de Humahuaca. La encomienda reconocía dos cabeceras, una en Humahuaca y otra en Sococha, en jurisdicción de Chichas. Todas las tomas de posesiones hasta la cuarta vida fueron hechas con representantes de ambas localidades. A mediados del siglo XVII comienza a aparecer en la documentación la “parcialidad” de Uquía (actualmente un pueblo próximo a Humahuaca) como una nueva parte de la encomienda. Humahuaca y Uquía tuvieron, desde un primer momento, autoridades diferentes.

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mujeres, ellas fueron Luisa Caimsa, por Humahuaca y Thomasa Colchi, por Uquía16 (Ver apéndice).

Las donaciones constituían una de las principales entradas de la cofradía. La gran mayoría de ellas fueron hechas por los nuevos mayordomos, ayudantes y priostas y en general se hacían en el mismo momento de la elección de los cargos. No eran significativas como para afirmar que condicionaban la existencia misma de la cofradía pero indudablemente eran de una gran ayuda17. Oscilaban entre dinero en efectivo, cera, cohetes para las festividades y misas de distintos tipos. En ningún caso, como en otros lugares de América18, encontramos que las donaciones sean de tierras o alimentos.

La visita eclesiástica aparece entonces como una instancia crucial en la vida de la cofradía. Era un acto cargado de solemnidad en lo simbólico, de estricto rigor en lo económico y de mucho control en cuanto a las elecciones de cargos se refiere. Por su periodicidad era significativa para las autoridades religiosas y de un dinamismo muy grande para la comunidad toda. Las autoridades indígenas, a la vez autoridades de la cofradía, sentían la presión de ejercer una buena administración. Dentro de una aparente libertad todo estaba perfectamente reglado y estipulado; espiritualidad y materialidad se conjugaban en un solo acto. Dentro de esta estructura poco quedaba al libre albedrío de los indígenas. Las posibilidades de no pertenecer a la cofradía no parecen demasiadas, ni para los curacas ni para los indígenas del común. Fraguar los números de las cuentas era una posibilidad cierta aunque para hacerlo, las autoridades debían enfrentarse al férreo control del clero. Ahora, ¿en qué medida estas autoridades planeaban hacerlo? Indudablemente ese acto estaba más relacionado con la presión que recibieron de la comunidad en el ejercicio de sus funciones étnicas que con el beneficio personal. Intimamente relacionado con esto está la elección de autoridades, en general las personas “libremente” elegidas dentro de la comunidad eran las más idóneas y a la vez funcionales para el poder dominante.

Reflexiones finalesSi una de las principales preocupaciones de las autoridades civiles

en el siglo XVII fue el reordenamiento poblacional de los indios para que pudieran vivir en “policía”, en el siglo XVIII ese control se reafirmaba de otra manera. Los Borbones, en su intento por realizar un mayor y mejor control de las instituciones y de la economía colonial, pusieron en marcha una serie de mecanismos de control que, junto con el resto de las 16 Las mujeres no desempeñaron un cargo fijo en las cofradías. Conforme avanzan los estudios de caso sobre el tema se pueden observar la variedad y diversidad de funciones que desempeñaron.17 Las donaciones de los miembros principales de la cofradía no fueron las únicas. También recibía contribuciones personales de los otros miembros de la cofradía e incluso de miembros de la comunidad que no pertenecieran a ella. Los ingresos de la cofradía se completaban con la renta u otro producto de su propiedad.18 Como por ejemplo la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias en México (Ferreira Esparza 2001).

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paulatinas reformas, afectó a toda la sociedad19. Esos cambios deben enmarcarse en la complejización de la estructura social y el incremento poblacional que caracterizó al siglo XVIII en el Tucumán.

Nuevamente en aquel siglo las cofradías fueron funcionales al poder cívico-religioso y es lógico que así lo fuera. Las cofradías en América colonial fueron una institución pensada e implementada para el control social sobre la poblaciones sometidas (indios, negros, etc.) y para, a través de la espiritualidad, obtener un beneficio material de aquellas. Esa funcionalidad que, al menos en San Antonio de Humahuaca, se mantuvo desde mediados del siglo XVI, pudo lograrse debido a que la cofradía colonial fue una institución que permeó todas las capas sociales de una comunidad (o en este caso un pueblo), a la vez que lo atravesó en lo

19 EL siglo XVIII en España se caracterizó por el ascenso de los Borbones al poder. Sus intenciones fueron entre otras, las de frenar la progresiva decadencia de las instituciones y de la economía de la península, manifestada durante el siglo anterior. Para ello se instituyó un gobierno centralizado y se reformó la administración pública. Se promovió el comercio de ultramar, el aumento del rendimiento agrícola y la producción industrial.Las colonias americanas también fueron una preocupación para la administración borbónica. Las reformas más importantes fueron en dos direcciones: administrativas y económicas. En cuanto a las administrativas, tal vez las más significativas hayan sido la creación de los virreinatos de Nueva Granada y el del Río de la Plata. En este último caso, la nueva división hizo que los centros mineros de Potosí y Oruro dejasen de depender del virreinato del Perú; la consecuencia inmediata de la medida fue la alteración de las antiguas rutas comerciales que, luego de doscientos años, estaban bien definidas para los españoles y cristalizadas para los indígenas. El objetivo principal de los cambios económicos fue que la economía colonial trabajara directamente para España, enviando a la Corona el excedente de producción que antes eran retenidos en la colonia. A la vez de resistidas, muchas de las medidas administrativas y económicas fueron reabsorbidas por las viejas prácticas de corruptela características del siglo XVII (Chiaramonte 1986). De tal forma, si bien las reformas se hicieron sentir no lograron modificar los aspectos básicos que se habían propuesto como por ejemplo el aumento de la recaudación tributaria (Punta 1994). El siglo XVIII puede caracterizarse como de expansión tanto en América como en Europa. Esos momentos expansivos no fueron uniformes sino que tuvieron marcadas diferencias regionales (Chiaramonte 1977). Para el Tucumán, la expansión comenzó a observarse de manera paulatina a comienzos del siglo. La producción agropecuaria llevó al Tucumán a mostrar el mayor índice de toda la región con un 246% (Garavaglia 1987). La ganadería se desarrollo ampliamente entre Córdoba y Salta, debido al aumento de las demandas potosinas. La producción de plata de Potosí mostró desde fines de la década del ’30 un aumento lento y sostenido. Así el comercio de animales con el centro minero llevó a un rápido crecimiento de las haciendas. Este crecimiento no fue constante sino que se vio condicionado por las coyunturas de conflictos locales. Para el transporte de los productos se utilizaron varias vías de comunicación siendo las más importantes los caminos reales que unían el Alto Perú con el Reino de Chile. En lo social, la realidad tucumana estuvo caracterizada por el incremento poblacional y el aumento en la diferencia de la complejización de la estructura social. Fruto de los procesos de conquista y colonización de los dos siglos anteriores se produjo un notable incremento de la categoría de “mestizos” dentro de los censos poblacionales. Como consecuencia del fin de las guerras calchaquíes, de las necesidades de conchabarse o bien de las huidas de los pueblos de indios comenzaron a aparecer lo que Lorandi ha denominado mestizos culturales (2000: 202). A este panorama debemos agregar un significativo flujo de nuevos españoles, en general relacionados con las actividades mercantiles, quienes al presentarse en las sociedades locales con dinero fresco irrumpieron en las estructuras familiares de las elites tradicionales empobrecidas.

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social, lo político y lo económico. Desde esta perspectiva, la cofradía que nació cómo una institución opresiva y de exacción fue reutilizada por la comunidad. Pero esa reutilización sólo pudo haberse hecho a través de las autoridades étnicas, funcionales a los dominadores.

En San Antonio de Humahuaca, en el siglo XVIII, la estructura de cargos al interior de la comunidad estaba consolidada y puede rastrearse desde el año 1596 para la parte de Humahuaca y desde 1638, aproximadamente, para Uquía20. Durante los setenta y dos años de existencia de la cofradía de Santa Bárbara sus cargos de máxima importancia, tanto de Humahuaca como de Uquía, recayeron en las principales familias de la comunidad de manera que la cofradía estuvo lejos de incentivar una nivelación social (Chance y Taylor 1987). Incluso si arriesgáramos que el mismo apellido pudo implicar algún grado de parentesco, podríamos afirmar que hubo momentos en que una misma familia estaba distribuida en todos los cargos.

Como dijéramos, la “libertad” para acceder a un cargo de prestigio en la estructura de la cofradía debería ser relativizada. Vista desde la comunidad, las posibilidades de acceso que tenían las familias que no pertenecían a los estratos superiores parecen bastantes limitadas. Si consideramos las donaciones que debían realizarse para ser miembro de la cofradía y los gastos realizados en las celebraciones rituales, el cargo además de prestigio implicaba una carga económica. Visto desde las autoridades eclesiásticas era impensable que un mayordomo o una priosta fuesen personas que no mantuvieran algún tipo de funcionalidad hacia la institución.

On a pu ainsi clairement apprécier la domination et le rôle d’encadrement politique des autorités autochtones, membres de l’élite indigène, jouissant du loyalisme des deux secteurs de la société. Les curaca appartenaient au monde culturel des dominés, et il leur était plus facile d’établir des relations de domination sur la société indienne. Mais, les curaca se comportaient de la même manière que les Espagnols, et leur pouvoir tenait non seulement à la tradition, mais également à leur proximité avec la couche dominante de la société coloniale. Cet espace stratégique du contact entre deux sociétés fut très bien exploité par la noblesse indienne. (Celestino, 1992: 110)

Así como el mayordomo, los ayudantes y priostas de la cofradía necesitaron una legitimación previa de las autoridades religiosas, los curacas y demás autoridades étnicas la necesitaban de la comunidad. Era tarea de la comunidad comprometer a una elite ambivalente para que la cohesione socialmente con los consabidos beneficios económicos.

Pero la cofradía no había penetrado la sociedad indígena desde las autoridades étnicas, lo había hecho de la mano del dominador, a través del poder de las imágenes, del poder de la palabra y del poder del 20 Sica y Sánchez (1992: 59) y Sánchez y Sica (1992-1993: 53).

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vencedor, esto no cambió hasta el fin de la colonia, en definitiva, las cofradías fueron “...básicamente un mecanismo de expropiación de riquezas y de control social que los funcionarios españoles impusieron, con intereses económicos velados, sobre las comunidades indígenas” (Chance y Taylor, 1987: 17)

Esta forma de ver las cosas no invalida el hecho de que los indígenas, una vez puesta en marcha las cofradías y con las reglas claras, hayan tratado de hilvanar estrategias, pensadas tanto desde lo individual para beneficio personal como desde lo colectivo en beneficio del grupo. Adaptaciones o reutilizaciones que se pueden extender hasta el mismo plano simbólico, al constituirse el santo venerado en un verdadero icono de la identidad grupal. Esta situación, antes que cambios en los intereses que llevaron a la constitución de las cofradías habla de procesos adaptativos permanentes en la propia cofradía y aún en el seno de la propia comunidad indígena, dando una muestra más de su versatilidad.

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Bibliografía

Fuentes inéditasArchivo General de Indias. Lima 231.Libros de las Cofradías de San Antonio de Humahuaca.

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Celestino, Olinda y Albert Meyers1981. Las cofradías en el Perú: región central. Editionen der Iberoamericana. Reihe III. Monographien und Aufsatze, 6. West Germany.

Cruz, Enrique1987 De igualdades y desigualdades: Cofradías en el Jujuy colonial. Anuario del IEHS Nº 12: 293-305. UNCPBA. Tandil

Chance, John y William Taylor 1987. Cofradías y cargos: una perspectiva histórica de la jerarquía civico-religiosa mesoamericana. Boletín Oficial del Instituto de Antropología e Historia. Nueva Epoca. Número 14. Mayo-junio. México.

Chiaramonte, José Carlos (comp.)1977. Pensamiento de la ilustración. Economía y sociedad iberoamericana en el siglo XVIII. Biblioteca Ayacucho. México

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Garavaglia, Juan Carlos 1987. Economía, sociedad y regiones. Ed. de La Flor. Buenos Aires.

Gruzinski, Serge1995. La guerra de las imágenes. De Cristóbal Colón a Blade Runner (1492-2019). F.C.E. México.

Lorandi, Ana María13

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Sánchez, Sandra y Gabriela Sica 1992-1993. Curacazgo y territorios en la Quebrada de Humahuaca. El pleito por la sucesión del curacazgo de Uquía. Siglos XVII-XVIII. Avances en Arqueología 2: 34-51. I.I.T. Tilcara

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APENDICE

ELECCIONES DE AUTORIDADES DE LA COFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DE SANTA BARBARA

(1713-1785)

Autoridades en curso para 1713HumahuacaMayordomo Pascual Tucunas.Priosta Francisca Basama.UquíaMayordomo Pascual Tucunas.Priosta Paula Temes.

04/12/1713HumahuacaMayordomo Mayor Nicolás Tolay, ayudantes Felipe cuñado de Nicolás y Andrés Galán.Priosta Mayor Inés Temes, ayudantes Melchora Senteno y María Temes. UquíaMayordomo Mayor Bautista Socomba, ayudantes Felipe Tucunas y Domingo Socomba.Priosta Mayor Lucía Vilti, ayudantes Francisca Caimsi y Juana Oca.

Falta año 1714

09/01/1715HumahuacaMayordomo y ayudantes, se eligieron los mismos del año antecedente.Priosta Mayor Francisca Themes, ayudante Mayor Antonia Caimas, ayudante Menor Inés Themes.UquíaMayordomo Mayor Antonio Loiren, ayudante Carlos Cusco.Priosta Mayor Rosa Themes, ayudante Mayor Thomasa Agli, ayudante Menor Inés Bargas.

19/012/1715HumahuacaMayordomo Mayor Martín Lamas, ayudante Mayor Domingo Choque, ayudante Menor Felipe Tucunas.Priosta Mayor Bárbara Cisa, ayudante Mayor Thomasa Tolaba, ayudante Menor María Sulas.UquíaMayordomo Mayor Francisco Colchi, Mayordomo Menor Antonio Vilti, ayudante Juan Colchi. Priosta Mayor Rosa Temes, priosta Menor Bárbara Halay, ayudante Inés Temes.

Faltan años 1716 y 1717

04/12/1718Humahuaca

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Mayordomo Mayor Diego Quilala, ayudantes Thomas Chacatolay y Joseph Portugués.Priosta Thomasa Temes, ayudantes Lorenza Tanter y Rosa Tilcoy.UquíaMayordomo Mayor Matheo Vilti, ayudantes Andrés de la Cruz, Ignacio Pulapula y Joseph Colque.Priosta Rosa Coy, ayudante Lucía Temes.

Faltan años 1719 a 1721

04/12/1722HumahuacaMayordomo Mayor Pedro Pocpoc, ayudantes Ignacio Quilaquila y Isidro Bargas.Priosta Lucía Temes, ayudantes Angela Caimsa y Ana Caimsa.UquíaMayordomo Mayor Domingo Morueta, ayudantes Manuel Morueta y Bartolomé Colchi.Priosta Rosa Caimsa, ayudantes Felipa Chaltao y María Sarapura.

06/12/1723HumahuacaMayordomo Mayor Antonio Tolai, ayudante Ignacio Quilaquila.Priosta Teodora Tanter, ayudantes Cecilia Casmas, Ana Guasama, y Antonia Caimsa.UquíaMayordomo Mayor Andrés Pari, ayudante Gregorio Morueta.Priosta Rosa Cuis, ayudantes Bárbara Sisa y María Cobespa.

Faltan años 1724 a 1726

06/12/1727HumahuacaMayordomo Mayor Joseph Choque, ayudantes Andrés Galán y Bernardo Tito.Priosta María Tolay, ayudantes Theodora Tanter y Lucía Chunga.UquíaMayordomo Mayor Eugenio Chapor, ayudantes Andrés Tolay y Pedro Morueta.Priosta Bárbara Cisa, ayudantes Paula Cáceres y Marí Tili.

15/06/1728HumahuacaMayordomo Mayor Francisco Vilti el mozo, ayudantes Diego Sandoval y Luis Vilti.Priosta Antonia Caimsa, ayudantes Thomasina Cela y Barthola Cerpa.UquíaMayordomo Mayor Arsenio Toronconte, ayudantes Pedro Lamas y Jacinto Tucunas.Priosta doña Lucía Chaltao, ayudantes Felipa Temes, Juana Guasama y María Tili.

09/01/1729HumahuacaMayordomo Mayor Julián Tucunas, ayudantes Cosme Vilti e Hilario Lanza.Priosta Agustina Temes, ayudantes María Temes y Paula Guasama.UquíaMayordomo Mayor Diego Morueta, ayudante Ignacio Cáceres.

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Priosta Ignacia Zulapa, ayudante Lucía Casmas.

26/06/1729HumahuacaMayordomo Mayor Thomas Vilti, ayudantes Bernardo Lanza, Gregorio Vilti, Andrés Quipildor, Marcos Tucunas y Clemente Vilti.Priosta Tomasina Chapor, ayudantes María Cocor y Gerónima Itunchis.UquíaMayordomo Joseph Baquiano, ayudante Juan Geminiano Colchi.Priosta Martina Temes, ayudantes Bárbara Cisa y Patricia Ay.

03/06/1729HumahuacaMayordomo Mayor Antonio Tolay, ayudantes Pedro Pablo y Cipriano Centeno.Priosta Paula Cisa, ayudante Clemencia Garro.UquíaMayordomo Mayor Bartolomé Colchi, ayudantes Lorenzo Baquiano y Cristóbal Soconde.Priosta Paula Temes, ayudante María Tili.

18/06/1730HumahuacaMayordomo José Urbina, ayudantes Vicente Lamas y Francisco Urbina.Priosta Marcela Tanter, ayudantes Gregoria Tanter, María Valdez y Catalina Cerpa.UquíaMayordomo Mayor Andrés Pari, ayudantes Andrés Borja y Félix Lamas.Priosta Bernarda Coybar, ayudantes Petrona Temes y María Teles.

04/12/1730HumahuacaMayordomo Mayor Juan Segarra, ayudantes Lucas Tintilay y Miguel de Arriola.Priosta Tomasina Guasama, ayudante Cecilia Choque.UquíaMayordomo Mayor Juan Colchi, ayudante Lorenzo Loyren.Priosta doña Bernarda Tili, ayudante Petrona Temes y Inés Baig.

04/12/1731HumahuacaMayordomo Mayor Bernardo Toro, ayudantes Sebastián Segarra y Sebastián Quispe.Priosta Ana Guasama, ayudantes Petrona Ay y Josepha Pocpoc.UquíaMayordomo Mayor Francisco Sarapura, ayudantes Andrés Borja y Gregorio Tolai.Priosta Martina Sarapura, ayudantes Thomasa Cosme y Agustina Segre.

22/06/1731HumahuacaMayordomo Mayor Juan Quipildor, ayudantes Felipe Chocoar y Pascual Gerardo.Priosta Barthola Sola, ayudantes Eugenia Ay y Cathalina Temes.UquíaMayordomo Mayor Marcelo Morueta, ayudante Domingo Baquiano.Priosta Polonia Tili, ayudante Dominga Oca.

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09/12/1732HumahuacaMayordomo Mayor Felicio Tabarcachi, ayudantes Luis Vilti y Juan Vilti.Priosta María Temes, ayudantes Ana Guasama y Paula Cisa.UquíaMayordomo don Arsenio Toroncnte, ayudante Francisco Tucunas.Priosta Petrona Temes, ayudante Theodora Baquiano y por esta servidora de Sta. Bárbara doña Josepha Olayrela.

14/06/1733HumahuacaMayordomo Mayor Francisco Vilti, ayudantes Juan Román y Marcos Arriola.Priosta Antonia Tanter, ayudante Juana Temes.UquíaMayordomo Mayor Francisco Morueta, ayudante Isidro Tolay.Priosta Tomasina Caimsa, Rosa Cisa y Juana Temes.

04/12/1733HumahuacaMayordomo Mayor Felipe Galán, ayudante Roque Galán.Priosta Catalina Guanca, ayudante Catalina Cisa.UquíaMayordomo Mayor Pedro Loyren, ayudante Andrés Borja.Priosta Pascuala Guasama, ayudante María Guasama.

09/12/1734Huamahuaca:De parte de los hombresMayordomo Mayor Andrés Galán, ayudantes Miguel Chocoar y Esteban Vilti.Por parte de las mujeresPriosta Mayor Andrea Baquiana, ayudantes María Segarra y Luisa Pocpoc.UquíaMayordomo Nicolás Tolay, ayudante Diego Tolay.Priosta Mayor Agustina Segre, ayudantes María Sisa y Simona Inca.

04/12/1735HumahuacaMayordomo Mayor Francisco Urbina, ayudante Vicente Tolay.Priosta María Temes, ayudante Ana Tolay y Isabel Temes.UquíaMayordomo Mayor Gregorio Morueta, ayudante Andrés Chapor.Priosta Paula Morueta, ayudantes Petrona Colchi y Valeriana Morueta.

04/12/1736HumahuacaMayordomo Mayor Ignacio Quilaquila, ayudantes Miguel Vilti y Pascual Tucunas.Priosta Thomasina Chaltay, ayudantes María Tolay y Antonia Temes.UquíaMayordomo Francisco Colchi, ayudantes Miguel Colchi y Juan Chapor.Priosta Francisca Borja, ayudantes María Temes y Bárbara Baquiana.

04/12/1737

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HumahuacaMayordomo Mayor Roque Galán, ayudantes Pascual Tolay y Miguel Cieri.Priosta Micaela Tilco, ayudantes Dionisia Tanter y Andrea Oca.UquíaMayordomo Juan Socomba, ayudante Joaquín Socomba.Priosta María Tili, ayudantes Polonia Guasama y Simona Inca.

04/12/1738HumahuacaMayordomo Mayor Miguel Vilti y Clemente Tucunas.Priosta Mayor Bartholina Pocpoc, ayudantes Magdalena Sisa y Juan Valdéz.UquíaMayordomo Mayor Agustín Chapor, ayudante Francisco Vilti.Priosta Mayor Theodora Temes, ayudante Simona Vilti.

Falta año 1739

05/12/1740Humahuaca y Uquía.Mayordomo Mayor Juan Colchi, ayudantes Francisco Morueta y Pedro Socomba.Priosta Mayor Patricia Cusco, ayudantes María Sisa y Jacinta Casme.

04/12/1741HumahuacaMayordomo Mayor Pablo Pocpoc, ayudantes Andrés Quipildor, Roque Serpa y Francisco Pocpoc.Priosta Mayor Gerónima Besama, ayudantes Catalina Itunchi y Bartola Olarte. UquíaMayordomo Mayor Juan Gallo Arias, ayudantes Baltasar Baquiano y Fernando Cáceres.Priosta Mayor María Temes, ayudantes Martina Chalta y Antonia Pari.

Faltan año 1742

1743 HumahuacaMayordomo Mayor Pascual Tolai, ayudantes Pedro Tucunas y Francisco Fabián.Priosta Mayor María Vilti, ayudantes Bernarda Choque y Pascuala Temes.UquíaMayordomo Mayor Ramón Socomba, ayudantes Isidro Tolai y Pedro Socomba.Priosta Mayor Francisca Temes, ayudantes María Oca, Francisca Tolai.

05/12/1744 HumahuacaMayordomo Mayor Lucas Tintilay, ayudante Pascual Serpa, el hijo de Joseph Pocpoc.Priosta María Tolay, ayudantes Francisca Ramosa y Andrea Tolay.UquíaMayordomo Roque Tucunas, ayudante Joseph Canchi.Priosta Juliana Tolay, ayudante Paula Temes.

05/12/1745Humahuaca

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Mayordomo Mayor Gregorio Vilti, ayudantes Luis Vilti y Simeón Tucunas.Priosta Catalina Guasaman, ayudante Pascuala Pocpoc.UquíaMayordomo Mayor Joachín Socomba, ayudante Pablo Vilti y Domingo Baquiano.Priosta Martina Temes, ayudantes María Tucunas y Cecilia Temes.

05/12/1746HumahuacaMayordomo Pablo Lanza, ayudantes Ignacio Tucunas y Ambrosio Pocpoc.Priosta Catalina Vilti, ayudantes Santusa Choque, Josepha Pocpoc y Gerónima Vilti.UquíaMayordomo Joseph Canchi, sin ayudantes.Priosta Polonia Vilti, ayudantes María Tili y Juana Pula.

04/12/1747HumahuacaFrancisco Copa, ayudante Ignacio Ramos.Priosta Petrona Vilti, ayudantes Margarita Vilti y Juana Olarte.UquíaMayordomo Tomás Serrano, ayudantes Sebastián Loire.Priosta Sebastiana Tolay, ayudantes Polonia Vilti, Antonia Tolay y Cecilia Morueta.

02/12/1748HumahuacaDon Calixto Colchi y Eraro, ayudante Gregorio Potugués.Priosta María Chapte.UquíaMayordomo Francisco Cusco, ayudante Pablo Chapor.Priosta María Cáceres, ayudantes María Tolay, María Morueta y Bárbara Morueta.

04/12/1749HumahuacaMayordomo Mayor Luis Vilti, ayudante Mateo Bargas.Priosta Petrona Pocpoc, ayudantes Bárbara Galán y Juana Morales.UquíaMayordomo Mayor Lucas Tolay, ayudante Andrés Cusco.Priosta Tomasa Cainsa, ayudante Narcisa Socomba.

05/12/1750HumahuacaMayordomo Mayor Andrés Quilaquila, ayudante Clemente Chocoar.Priosta Paula Tucunas, ayudante Teresa Valdés.UquíaMayordomo Mayor Juan Chapor, ayudante Juan Sayabedra.Priosta María Socomba, ayudante Feliciana Socomba.

05/12/1751HumahuacaMayordomo Mayor Pascual Tolay, ayudante Roberto Pocpoc.Priosta Mayor Luisa Cainsa, ayudantes Theresa Eraro y Pascuala Galán.UquíaMayordomo Mayor Joseph Tolay, ayudante Joseph Tucunas.

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Priosta Thoamsa Colchi, ayudantes Marta Chaltán y Paula Cachagua.

05/12/1752HumahuacaMayordomo Roque Galán, ayudantes Ambrosio Pocpoc y Francisco Tucunas.Priosta Francisca Tolay, ayudantes María Colchi y Barbarita Ibarra.UquíaMayordomo Balthasar Toronconti, ayudante Lorenzo Sayavedra, Juan Chapor y Benito Loire.Priosta Bárbara Tolay, ayudantes Theodora Choque y Lorenza Tolay.

05/12/1753HumahuacaMayordomo Mayor Luis Vilti, ayudantes Lucas Cieza, Mauricio Miguel y Casimiro Portugués.Priosta Mayor Magdalena Sisa, ayudantes Pascuala Sayavedra, Luisa Sisa, Francisca Ibarra y Juana Sisa.UquíaMayordomo Mayor Casimiro Eraro, ayudantes Lorenzo Eraro y Joseph Ariola.Priosta Mayor Dominga Morueta, ayudantes Bernarda Pulapula, Bárbara Sarapura y Ana Morueta.

Falta años 1754 y 1755

04/12/1756HumahuacaMayordomo don Miguel Galán, ayudantes Clemente Condore, Pedro Chocoar y Bonifacio Serpa.Priosta Francisca Ramos, ayudante María Antonia Choque.UquíaMayordomo Juan Chapor, ayudantes Dionisio Chapor y Joseph Cáceres.Priosta Josepha Chapor, ayudantes Antonia Tolay y Pascuala Morueta.

04/12/1757HumahuacaMayordomo Andrés Quilaquila, ayudantes Lorenzo Limpita, Miguel Chocoar y Nicolás Tucunas.Priosta Bárbara Galán.UquíaMayordomo Joseph Chapor, ayudantes Juan Cortés y Salvador Tolay.Priosta Bárbara Cusco, ayudante Margarita Colchi.

04/12/1758HumahuacaMayordomo Ignacio Chocoar, ayudantes Francisco Pino, Joseph Antonio Ramos, Félix Quilaquila y Miguel Galán.Priosta Lorenza CuscoUquíaMayordomo Juan Cortés, ayudantes Carlos Tolay, Francisco Cruz Socomba y Diego Olarte.Priosta Francisca Temes, ayudante Ana Vilti y Tomasina Cusco.

07/12/1759

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HumahuacaMayordomo Mayor Martín Lamas, ayudantes Ignacio Ave Chocoar, Antonio Vilti y Narciso Galán.Priosta María del Carmen Socomba, ayudantes Dorotea Socomba y María Centeno.UquíaMayordomo Mayor Salvador Tolay, ayudantes Agustín Chapor y Joseph Tolay.Priosta Martina Tolay, Narcisa Socomba y Victoria Socomba.

05/12/1760HumahuacaMayordomo Mayor Gregorio Tolay, ayudantes Joseph Vilti y Benancio Tolay.Priosta Ana Quilaquila, ayudantes Margarita Chocoar y Paula Segarra.UquíaMayordomo Gregorio Chapor, ayudante Domingo Toronconti.Priosta Sebastiana Tolay, ayudante Ana Vilti.

05/12/1761HumahuacaMayordomo Cosme Vilti, ayudantes Fermín Tintilai, Cecilio Chocoar y Santiago Fraga.Priosta María Vilti, ayudantes Valeriana Vilti, Estefanía Pocpoc, doña Lucía Pocpoc, Juana Segarra, Pascuala Sayavedra, Anastacia Tolay y María Galán.UquíaMayordomo Santos Pinot.Priosta Juana Cusco, ayudantes Isabel Cusco y Mauricia Chocoar.

05/12/1762HumahuacaMayordomo Antonio Vilti, ayudante Ignacio Eraro.Priosta María Canche, ayudantes María Vilti, Josepha Choque y María Lamas.UquíaMayordomo Eugenio Morueta, ayudante Joseph Morueta.Priosta Manuela Arias, ayudante Cornelia Arias.

09/12/1763HumahuacaMayordomo Anselmo Tito, ayudantes Pedro Tolay y Dámaso Navarro.Priosta María Segarra, ayudante doña Tomasina Chaltao.UquíaMayordomo Carlos Tolay, sin ayudantes.Priosta María Loire, ayudantes Micaela Tolay y María Vilti.

1764HumahuacaMayordomo Andrés Sola, ayudantes Nicolás Córdoba y Santiago Fraga.Priosta Ana Pocpoc, ayudantes Roberta Segarra y María Centeno.UquíaMayordomo Benito Charcatolay, ayudantes Domingo Toronconti y Juan Cusco.Priosta Phelipa Vilti, ayudantes Ana Vilti y Martina Baquiano.

04/12/1765

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HumahuacaMayordomo Felipe Chocoar, ayudantes Joseph Ramos y Ignacio Ibarra.Priosta Paula Pocpoc, ayudantes Petrona Lamas y Estefa FragaUquíaMayordomo Casimiro Eraro, ayudantes Manuel Chapor y Pedro Tolay Baqueano.Priosta Francisca Borja, ayudante Marcela Cusco.

05/12/1766HumahuacaMayordomo Joseph Urbina, ayudantes Matías Secri y Joseph Mendes.Priosta Pascuala Tucunas, ayudantes Bruna Tolay, Rafaela Tucunas y María Josepha Arias.UquíaMayordomo Lorenzo Colchi.Priosta María Eraro.

05/12/1767HumahuacaMayordomo Mayor Alejo Quispi, ayudante Santiago Pino y Victoriano Ontiveros.Priosta María Lamas, ayudantes Marcelina Chaguay, Cathalina Junquina, Josepha Choque, Simona Tucunas y Cristina Tintilay.

Faltan años 1768 y 1769

06/12/1770HumahuacaMayordomo Mayor Miguel Ramos, ayudante Luis Lamas.Priosta Pascuala Cochagua, ayudante María Galán.UquíaMayordomo Mayor Gabriel Cusco, ayudante Lorenzo Socomba.Priosta Cristina Tolay, ayudante Marcela Cusco.

06/12/1771HumahuacaMayordomo Mayor Luis Lamas.Priosta María Eraro, ayudante María Josepha Tolay.UquíaPhelipe Cusco, ayudante Eugenio Socomba.Priosta Prudencia Colchi, ayudante Juana Colchi.

05/12/1772HumahuacaMayordomo Mayor Juan Galán, ayudantes Ventura Tolay y Evancio Tolay. Priosta Carmela Galán.UquíaMayordomo Mayor Salvador Tolay, ayudante Toribio Colchi.Priosta Cristiana Colchi, ayudante Josepha Dominga Toronconti.

05/12/1773HumahuacaMayordomo Mayor Melchor Quilaquila, ayudante Leandro Quilaquila.Priosta Bárbara Galán, ayudantes Inés Tolay y Baleriana Castillo.Uquía

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Mayordomo Mayor Adrián Cusco, ayudantes Joseph Cusco, Isidro Cusco y Andrés Olarte.Priosta Martina Colchi, ayudante Antonia Sarapura.

1774HumahuacaMayordomo Mayor Manuel Urbina, ayudantes Casimiro Sayabedra, Francisco Urbina y Tiburcio Garro.Priosta Pabla Tintilay, ayudante Bárbara Choque.UquíaMayordomo Mayor Joseph Chapor, ayudantes Pedro Colchi y Bernardo Chapor.Priosta Josepha Chapor, ayudante Melchora Colqui.

1775HumahuacaMayordomo Mayor Ignacio Eraso, ayudante Arsenio Siliqui.Priosta María Galán, ayudante Magdalena Sisa.UquíaMayordomo Mayor Cipriano Tunas, ayudante Antonio Chapor.Priosta Narcisa Socomba, ayudantes Pascuala Vilti e Ignacia Socomba.

05/12/1776HumahuacaMayordomo Mayor Joseph Tucunas, ayudante Juan Lamas. Priosta Thomasa Tucunas.UquíaMayordomo Miguel Socomba, ayudante Pascual Morueta.Priosta Manuela Cáceres, ayudante María Morueta y Antonia Tolay.

1777HumahuacaMayordomo Mayor don Rafael Tolay, ayudantes Manuel Sola, Joseph Galán, Santos Rentrejo y Joseph Manuel Galán.Priosta Petrona Chocoar, ayudante Luisa Lamas y Sipriana Lamas.UquíaMayordomo Mayor gobernador don Francisco de Toronconti, ayudante Joseph Gutiérrez.Priosta Paula Cachagua, ayudante Micaela Colchi.

1778HumahuacaMayordomo Mayor Vicente Tucunas, ayudante Tiburcio Garro.Priosta Antonia Burgos, ayudante Angelina Lamas.UquíaMayordomo Mayor Pascual Tolay, ayudante Gaspar Eraro.Priosta Thomasina Colchi.

1779HumahuacaMayordomo Mayor don Gregorio Tolay, ayudante Paulo Cruz.Priosta María Ramos, ayudante Anastacia Galán.UquíaMayordomo Mayor Mariano Toronconti, ayudante Bernardo Toronconti.

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De parte de españoles José Albicio.Priosta Petrona Castillo.

Falta año1780

1781HumahuacaMayordomo Sebastián Aparce, ayudantes Ambrocio Rodríguez y Esteban Aleman.Priosta Josepha Copa, ayudante María Temes.UquíaMayordomo Miguel Tucunas, ayudante Inocencio Cusco.Priosta Petrona Cusco.

1782HumahuacaMayordomo Dámaso Navarro, ayudante Antonio.Priosta María Lamas, ayudantes Micaela Galán y Felipa Chocoar.UquíaMayordomo Rafael Colche, ayudante Ambrosio Tucunas.Priosta Magdalena Morueta.

1783HumahuacaMayordomo Joseph Ponter, ayudante Fermín Tintilay.Priosta María Anacay, ayudante Juana Anacay.UquíaMayordomo Feliciano Galán.Priosta María.

1784De parte de españolesMayordomo Hilario Méndes.Priosta Margarita Chachagua.HumahuacaPriosta Felipa Chocoar.UquíaMayordomo Gaspar Eraro.Priosta Santisa Morueta.

**************Nota: No surge de los libros de cuentas el porqué de las elecciones en los meses de junio de 1529, 1530, 1531 y 1533. Creemos que el hecho está íntimamente relacionado con irregularidades en las cuentas a manos del cura de Humahaca, Ignacio de Herrera, quien permaneció en el curato entre 1517 a 1534. En 1535 se fugó y “todos los efectos de esta y de las demás cofradías han entrado en poder del dicho don Ignacio en el tiempo de 17 años que ha sido cura” (foja 58 v.). Ya en 1726 la cofradía había sido multada en 6 pesos “por mal desempeño”. Ante la fuga, Herrera es reemplazado por Pedro de Zeballos y Joseph de Zeballos, obispo de Córdoba y maestro de la orden de Santiago, quien multó a la cofradía en 20 pesos.Las elecciones correspondientes al 5/06/1728; 26/06/1729, figuran tachadas en el papel (no obstante igual fueron transcriptas). Creemos que la válida fue la del 03/06/1729.

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