¿quién es quién entre los actores emergentes de las protestas y movimientos sociales en méxico?

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9. Acción colectiva, movimientos sociales y sociedad civil

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9. Acción colectiva, movimientos sociales y sociedad civil

La agenda emergente de las ciencias sociales.

Conocimiento, crítica e intervención.

Memorias del 5 Congreso Nacional de Ciencias Sociales.

©Consejo Mexicano de las Ciencias Sociales

Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades

de la Universidad de Guadalajara

Primera edición, marzo 2016

ISBN: 978-0692664933

Coordinadores

Óscar F. Contreras Montellano

Hugo Torres Salazar

Acción colectivA, movimientos sociAles y sociedAd civil

Consejo MexiCano de CienCias soCiales 5° Congreso Nacional de Ciencias Sociales

“La agenda emergente de las ciencias sociales: Conocimiento, crítica e intervención”.

¿Quién es quién entre los actores emergentes de las protestas y movimientos sociales en México?

Roberto Holguín Carrillo1

El presente trabajo analiza la trayectoria en las protestas vinculadas a movimientos sociales a lo largo de 2014 de actores emergentes en México, con datos cuantitativos de eventos de protesta del Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales (LAOMS). Los actores emer-gentes, pertenecientes a un sector con menor permanencia en los movimientos sociales, constitu-yen los actores predominantes durante un año atravesado por una crisis provocada por la tragedia de la desaparición en Iguala de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, que dio a lugar a un intenso ciclo de protesta. El análisis parte de un desarrollo teórico que involucra la metodología para la recolección de datos ante un universo variado de actores en las protestas, continúa con una referencia somera del contexto en el que se desenvuelven los actores y presenta resultados sobre la trayectoria e identidad de los actores emergentes de acuerdo a una tipología, así como sus deman-das y comportamiento antes, durante y después del ciclo de protesta.

El análisis de Eventos de Protesta (AEP) en el LAOMS

El LAOMS se vale de la metodología del análisis de eventos de protesta (AEP) para analizar, a través de datos obtenidos mediante periódicos de circulación nacional2, acciones colectivas fuera de los marcos institucionales, es decir, que recurren a procesos al margen de la política institucional para avanzar en la resolución de sus demandas y agravios. Esta metodología, cuya utilización comenzó

1 Pasante de la Licenciatura en Historia (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México). Asistente de investigación en el Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales (Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM).2 Hasta el momento estrictamente La Jornada, posteriormente me referiré a los problemas con el uso de esta fuente.

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en la década de 1980, ofrece una forma sistemática para analizar, interpretar y localizar datos cuan-titativos de fuentes hemerográficas o de registros oficiales sobre un gran número de protestas en periodos de tiempo extendidos (Koopmans y Rucht, 2002: 231).

El AEP ofrece sustento empírico para el estudio de la acción colectiva, a través de datos cuantificables que brindan un abanico de opciones para su análisis, por ejemplo, su volumen, los lugares de ocurrencia, sus vías predilectas de acción, actores y demandas. En México esta metodo-logía no ha sido predominante en los estudios sobre movimientos sociales, siendo el LAOMS uno de los pocos espacios (que sepamos el único en su tipo) en el que se trabaja de forma permanente con este tipo de metodología.

Pese a la presencia más o menos larga que tiene el AEP, no se trata de una metodología es-trictamente unitaria en todos los trabajos. La forma de recolección de datos y su agrupamiento llega a presentar diferencias, así como sus alcances interpretativos, a pesar de que pueden llegar a valerse de la misma fuente para la obtención de datos, varían en el uso de categorías de análisis para siste-matizar y estructurar los datos (Adell, 2000). A continuación, explicaré someramente la dinámica de recolección de datos y los conceptos involucrados para ello en el LAOMS.

El concepto de evento de protesta (EP) en el LAOMS involucra cualquier acción colectiva que sucede en el espacio público en un tiempo determinado, que presenta demandas y que se vale del uso de alguno de los repertorios de protesta (RP) para visibilizar sus demandas y exigir su reso-lución. Los repertorios de protesta son rutinas a las que recurren los demandantes, cuya orientación básica es provocar una disrupción en el espacio público para aumentar su visibilidad, ejemplos de ellos son marchas, plantones, bloqueos, toma de casetas, entre otras acciones. El LAOMS también considera RPs de carácter violento, que no solo irrumpen en el espacio público, sino que amenazan la integridad física de terceros o bien se acompañan de daños materiales, como son daños a la pro-piedad pública, destrucción de bienes, y similares.

Los RPs considerados por el LAOMS no consideran rutinas que en suma no constituyen una irrupción en el espacio público, sino que constituyen más que nada una forma de hacer visibles demandas a través de vías institucionales. Ejemplos de estos casos son la recolección de firmas, amparos judiciales, asesorías de comisiones de derechos humanos, cartas abiertas, y acciones pare-cidas. De tal forma, la noción de RP está centrada en su carácter disruptivo.

Uno de los ejes rectores en el AEP es recabar información sobre los actores involucrados en las protestas. La protesta involucra al menos dos actores, un demandante (el que forma parte de la movilización) y el demandado, mediados a su vez por la demanda en sí, es decir, el contenido de ella, que constituye una acción que los demandantes solicitan que se realice o se interrumpa. La interacción de esta tríada formada por demandantes, demanda y demandados permite ubicar a

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las protestas dentro de campos que fluctúan en cuanto a diversidad de actores y demandas involu-cradas, pero que delinean trayectorias más o menos estables y de mayor alcance en cuanto a agra-vios, actores y vías de salida a la problemática. Estas trayectorias constituyen movimientos sociales, los cuales se entienden aquí como interacciones sostenidas entre demandantes y demandados, en donde los primeros siguen una misma orientación en cuanto a sus demandas, sus formas de pre-sentarlas y sus procesos de lucha y negociación (Cadena Roa, 2015). Algunos son de larga data (el obrero o sindical, el campesino, el vecinal) y otros de relativa juventud (ecologista, el lésbico gay). Las trayectorias que forman estas interacciones son codificadas por el LAOMS como campos de los movimientos sociales (CMS).

Los CMS, que serán vistos con mayor detalle en la parte expositiva de este trabajo, dan un panorama de las principales problemáticas que motivan las protestas y, por ello mismo, dan una aproximación sobre lo que la sociedad identifica como los agravios más apremiantes. No todos los EPs considerados por el LAOMS se inscriben en CMS, algunas demandas por ejemplo se desvían de su curso, son más estériles, no tienen mayor trayectoria que la resolución de un agravio produci-do en contextos más inmediatos. De tal forma, en contraparte, también hemos identificado campos de la acción colectiva no vinculada a movimientos sociales (CACNO), que engloban demandas como la ayuda económica para paliar un desastre natural, la entrega de material escolar, le exigencia de permitir el comercio en espacios no permitidos, por dar algunos ejemplos.

Puede advertirse que las nociones de CMS y CACNO responden a un universo complejo de protestas en México, en la que participan actores de todo tipo, con demandas en ocasiones que salen de lo convencional (y por ende, de las categorías establecidas por aquellas nociones) y que experimentan cambios conforme pasa el tiempo. La complejidad para identificar a los protestantes es similar, un primer paso para identificarlos es establecer la relación que tienen con algún CMS o CACNO, de ahí que estas nociones sean de principal importancia.

La relación de los actores que protestan con algún CMS o CACNO da lugar a una serie de tipologías principales de actor:

· Organización de los movimientos sociales (OMS) Se trata de actores cuyos EPs se inscriben en alguno de los CMS, sus demandas se identifican con las del movimiento estudiantil o feminista, por ejemplo. Son asociaciones con nombre que se perciben como parte de un movimiento social, cuya trayectoria tiene relativa continuidad, varias de ellas tie-nen criterios de adherencia y membresía establecidos, se les puede ubicar en alguna oficina, tienen página de internet, correo electrónico o teléfono (Lofland, 1996: 10-12). Están orientadas al uso de

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vías contenciosas para resistir o promover el cambio social. Se podría hablar de estas organizacio-nes como parte del sector permanentemente organizado de los movimientos sociales.

· Acción colectiva vinculada a movimientos sociales (ACMO)

Al igual que las OMS, es un tipo de acción colectiva cuyos EPs se inscriben dentro de alguno o varios de los CMS, la diferencia básica que tiene con las primeras es que la forman asociaciones sin nombre o bien asociaciones con nombre cuyo objetivo principal no es promover o resistir el cambio social, sino proveer seguridad, dar servicios o vender bienes (un ejemplo puede ser la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria). Sus registros en la prensa aparecen con referencias de índole general, que no dan cuenta de una OMS, por ejemplo, a los protestantes se les nombra como “estudiantes”, “habitantes” o “usuarios disgustados”. Su comportamiento parece ser más esporádico, no por ello menos o más organizado que las OMS, y suele aparecer con fuerza en coyunturas abiertas por conflictos de diversa índole o bien impulsada por OMS. Se puede decir que este tipo de acción forma parte del sector no permanentemente organizado de los movimientos sociales.

· Acción individual vinculada a movimientos sociales (AIMO)

Este tipo recoge EPs de individuos cuyas demandas se inscriben en alguno de los CMS.

· Acción colectiva no vinculada a movimientos sociales (ACNO) Recoge EPs en los que el actor presenta una demanda que no se inscribe dentro de ningún CMS pero sí en algún CACNO. Debido a las características de sus demandas es efímera, las protestas que produce no logran articular un movimiento de larga permanencia, aunque en ella lleguen a parti-cipar asociaciones con nombre de relativa continuidad.

Presentados los conceptos básicos que guían la interpretación y estructuran los datos en los que está basado este trabajo, vale hacer algunas aclaraciones respecto a la fuente hemerográfica, cuyo contenido constituye la totalidad de la base de datos del LAOMS. Por el momento, la base con-tiene solamente datos del periódico La Jornada, en su edición capitalina. Sabemos que La Jornada presenta sesgos en su información y planeamos incorporar otros periódicos y otro tipo de fuentes, pero por el momento los recursos disponibles han permitido solamente recabar información de

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este diario. Algunos ejemplos de los sesgos que presenta La Jornada es una posible sobrerrepresen-

tación de algunas organizaciones con las que guarda alguna preferencia ideológica, suele brindar mayores espacios para comunicados y noticias de organizaciones con las que simpatiza y que llegan a estar presentes en EPs. Además, es un diario nacional, su foco de atención y mayores recursos para los reportajes están concentrados en el Distrito Federal, lo que provoca que aumente el número de EPs en la capital mexicana. Un rasgo benéfico que tiene, dada su cierta posición antisistema y de izquierda es que es el periódico que presta mayor atención a protestas, lo cual nos brinda mayores datos.

Otro tipo de problemáticas son más generales respecto del uso de fuentes hemerográficas, es evidente que un reportaje no puede abarcar la totalidad de lo que ocurre en una protesta y me-nos registrar minuciosamente a todos los que participan en ella. Por ello, los tipos de actor que he referido (OMS y ACMO) puede que no estén cabalmente representados, es decir, que el reportaje no refiera el nombre de las organizaciones que están en la protesta, o bien, que no las registre sino como “pobladores” o “estudiantes”, cuando detrás de ellos es probable que exista alguna organiza-ción con nombre. Cuando identificamos un EP como ACMO no podemos estar del todo seguros que no hubo alguna OMS en la protesta. La interacción entre OMS y ACMO además es regular, sabemos que muchas veces en una protesta hay tanto personas que no están permanentemente or-ganizadas como miembros de OMS, en especial en ciclos de protesta (Tarrow, 1994). No hay forma de saber la proporción, sin embargo, sí asignamos prioridad, en relación con el protagonismo del actor que refiere la nota. Si la nota refiere que participaron estudiantes y a su vez una OMS, entonces registramos el EP como OMS, descartando el dato de estudiantes, dada la importancia que tienen la OMS como promotoras u opositoras sostenidas de cambio, y de liderazgo en la negociación y visibilización de demandas.

Para el título de esta ponencia he preferido utilizar el término “actores emergentes” en lugar de ACMO, pero como puede apreciarse, son sinónimos. La decisión respecto de esto es que ACMO es una categoría de uso interno del LAOMS, aunque tiene coincidencia con el término “emergente” ya que, como he mencionado arriba, es un tipo de acción colectiva que produce protestas que for-man parte del sector más esporádico, no permanentemente organizado de los movimientos socia-les. Debido a problemáticas con la fuente, ACMO es una aproximación a lo que ocurre en realidad en este sector, no es un indicador inequívoco, sin embargo, como veremos en el estudio que sigue, su comportamiento y trayectoria indica que se trata de una muy buena aproximación, un observa-dor muy o poco informado de protestas en el país podrá encontrar que su comportamiento coinci-de con la dinámica reciente que ha experimentado el sector de los movimientos sociales en México.

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La muestra principal sobre la que se apoya este trabajo son datos de EPs del año de 2014, en razón de que este año presenta peculiaridades muy interesantes en cuanto a la dinámica de la protesta vinculada a movimientos sociales en México, que abre características cuya resonancia aún pueden observarse. Es también una elección limitativa (aunque no limitante), debido a que los da-tos del LAOMS de este año no sólo están completos, sino que han pasado por un riguroso trabajo de depuración, lo cual brinda mayor solidez para la presentación de resultados.3

La gran ola de las movilizaciones durante 2014

Una gran ola de movilización cubre al 2014, sus dimensiones incluso podrían decirse que son es-pectaculares. Se puede incluso afirmar que desde hace un tiempo no sucedía que tantas personas en tiempos más o menos prolongados habían simpatizado con una causa que por demás a cualquiera le parece justa. Pesa que esa causa, la del llamado a la justicia y al fin de la impunidad y violencia, no deje de ser uno de los ejes movilizadores de la sociedad y que cada mes que pasa parece exacerbarse y no tener fin.

Meses atrás de que se diera a conocer a finales de septiembre que un grupo de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, que preparaban su asistencia a la Ciudad de México para la marcha del 2 de octubre, habían desaparecido, después de una tormentosa persecución policiaca, al parecer por manos de las mismas fuerzas del orden, según dieron a conocer los primeros reportajes sobre el tema, el sector de los movimientos sociales experimentó cambios. Aunque continuaba la predominancia de la actividad de sindicatos magisteriales, en especial del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educa-ción (CNTE) entre las OMS, los actores emergentes comenzaron a aparecer con mayor frecuencia en las protestas, cuestión que finalmente se pronunció abruptamente en octubre de 2014.

La tendencia puede apreciarse en la Tabla 1. Durante casi la totalidad del 2013, la presencia de las OMS supera a la de los actores emergentes, mientras que a partir de febrero de 2014 la ten-dencia se revierte. Sobresale que los picos de protesta de mayor volumen, los registrados de agosto a noviembre de 2013 y los de septiembre a diciembre de 2014, tengan proporciones considerable-mente distintas, lo que indica que el segundo pico tuvo una mayor extensión temporal y geográfica, es decir, no solamente es muestra de un mayor número de EPs día con día, también es muestra de

3 Las bases de datos referidas del LAOMS, pueden ser solicitadas al propio Laboratorio por cualquier interesado (http://laoms.org/acerca-del-laoms/).

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la diversidad de actores y lugares registrados durante esos eventos.

Tabla 1. Trayectoria del volumen de EPs de los actores emergentes y las OMS

Fuente: Elaboración propia con datos del LAOMS

La gran ola, el ciclo de protesta abierto por la exigencia de la presentación con vida de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, introdujo un momento de intensificación de los conflic-tos y de las interacciones entre protestantes y autoridades (Tarrow, 1994: 153-155), que provocó una difusión extensa entre distintas regiones y sectores de la sociedad (Snow y Benford, 1992: 133-155). La ola arrastró todo: a las autoridades, a partidos políticos, a los familiares de las víctimas. Todo tipo de actores se subieron a ella: los sindicatos, habitantes de todos los estados, campesinos y, a la saga, los estudiantes. Durante 2013, las OMS llevaron la batuta del ciclo de protesta abierto por la intro-ducción de la reforma educativa, con presencia en el 50% de las protestas, mientras que la presencia de los actores emergentes (ACMO) fue del 30%. En 2014, la presencia de actores emergentes fue de 58%, mientras que la de las OMS fue de 31%, es decir, su presencia casi se duplicó. La Tabla 1.2 resume el volumen de EPs por cada tipo de actor explicado en el apartado anterior.

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Tabla 1.2. Volumen de EPs durante 2014 de acuerdo con tipos generales de actor

Fuente: Elaboración propia con datos del LAOMS

En el ciclo de protesta que comenzó a finales de septiembre convergieron diversas proble-máticas, lo que contribuyó a un despegue inusitado de protestas. Los primeros brotes comenzaron tras la discusión y eventual aprobación de las modificaciones al reglamento del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Al siguiente día de conocerse la aprobación, los estudiantes realizaron marchas, y para el 26 de septiembre, casi la totalidad de la Unidad Zacatenco del IPN había entrado en un paro de labores indefinido que abriría un proceso largo de negociación entre estudiantes y autoridades escolares. Exigían la derogación de las modificaciones al reglamento y a los planes de estudio, y dar pie a un proceso abierto de consulta en el que las modificaciones fueran consensuadas plenamente con la comunidad estudiantil (La Jornada, 26 y 27/09/2014).

A la problemática del IPN se le añadió la desaparición durante el 26 de septiembre y la ma-drugada del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, de estudiantes normalistas de la Escuela Normal de Ayotzinapa, cuyo número exacto no se conoció sino tiempo después. El número finalmente co-nocido, 43, sería emblemático y también las fechas en que ocurrió esta tragedia. Se acercaba el 2 de octubre, fecha del importante aniversario de la matanza estudiantil en Tlatelolco. Todo convergía, el significado, las emociones, el oprobio y la indignación. Así como en ese día en el que se recuerda la represión de parte del gobierno, lo ocurrido a normalistas de Ayotzinapa parecía renovar el ciclo. De acuerdo con las noticias, nebulosas aún, el gobierno y las fuerzas del orden nuevamente estaban detrás de la tragedia, actuando en complicidad con grupos criminales. Las primeras demandas que surgieron en Guerrero fueron las del castigo y captura del principal sospechoso del crimen, el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, dado a la fuga, y la renuncia de Ángel Aguirre, el gobernador de Guerrero. A ello se le sumó un previo escándalo ocurrido el 30 de junio en Tlatlaya,

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Estado de México, en el que militares dieron ejecución sumaria a 22 personas. Las protestas en contra de la inseguridad e impunidad han mostrado una permanencia

de larga data en México, cuya trayectoria es previa a la del inicio de la supuesta guerra contra el narcotráfico de la presidencia de Felipe Calderón. En 2013, este tema estuvo presente en aproxima-damente un 10% de las protestas, con un promedio de 27 EPs al mes.4 En contraste, las protestas de esta índole durante 2014 fueron las que dominaron el sector de los movimientos sociales (OMS, ACMO y AIMO), con un 46%, casi la mitad de toda la protesta vinculada con movimientos sociales. Los sindicatos magisteriales, cuyas demandas contra la reforma educativa en 2013 habían concen-trado cerca de la mitad de las protestas vinculadas a movimientos sociales5, pasaron a representar en 2014 solamente el 14% de la protesta. Un cambio tan dramático como la situación que lo originó.

La ola reavivó la indignación provocada por las evidencias e indicios, recurrentes y cada vez más escandalosos, de las ligas y responsabilidad del gobierno en la actividad criminal del país. Un último suceso provocaría una grave herida a la reputación de la presidencia de Enrique Peña Nieto. Fue revelada una investigación del equipo de reportajes especiales de Aristegui Noticias que dio a conocer la “Casa Blanca” del presidente, adquirida a través de su esposa a uno de los grandes benefi-ciarios de concesiones públicas desde que Peña era gobernador del Estado de México, Grupo Higa, dando a conocer un conflicto de intereses y posible desviación de recursos públicos (Aristegui Noticias, 9/11/2014). La nota, revelada el 9 de noviembre, tiró una bomba a la mitad de la tormenta, el gobierno de Peña quedó muy mermado, además de mostrar incapacidad para atender la crisis, su imagen se perfiló entre varios de los indignados como la del criminal completo: furtivo, embus-tero y despiadado. La ola de protestas obligó al gobierno federal a acelerar los paliativos, capturó a Abarca y Aguirre quedó fuera del gobierno de Guerrero, además, se apresuró a sacar evidencia dudosa que confirmaba que los estudiantes habían muerto calcinados. Su diagnóstico equivocado del problema y su campante indiferencia ante las acusaciones en su contra, marcaron la mayor crisis política que experimentó el poder público en años recientes.

Tipos de actores emergentes, volumen participativo y demandas Como se ha mostrado, los actores emergentes representaron el grupo con mayor presencia dentro de las protestas vinculadas a movimientos sociales durante 2014. Sin embargo, si bien hasta ahora han sido considerados como un grupo unitario, están lejos de serlo. Lo forman grupos diversos de

4 Cifras obtenidas de datos consolidados (depurados) del LAOMS del 2013.5 Este dato suma los datos del CMS de opositores a reformas estructurales y el de empleados sindicalizados.

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la sociedad como estudiantes, vecinos y campesinos, con distintas trayectorias y agravios a lo largo del tiempo, algunos de ellos muestran una dinámica que parece responder a una mayor organi-zación y capacidad de convocatoria, mientras que otros parecen ser menos activos, con recursos limitados y cuya presencia es más esporádica.

Existen variadas formas para agrupar a los distintos tipos de actores emergentes que con-forman las protestas. Se podría agruparles en razón de sus demandas, su ideología política, su situa-ción económica, sus repertorios de protesta predilectos, y demás. La tipología que utiliza este estu-dio responde a la forma en que son enunciados por la fuente (estudiantes, reporteros, campesinos, maestros, etc.), misma que se relaciona en la mayor parte de los casos con la actividad que ejercen predominantemente, y en ocasiones a la demanda o agravio que los articula, por ejemplo, que son personas afectadas por la violencia, que defienden derechos humanos, etc.

Hubo hasta 39 tipos de actores emergentes que tuvieron presencia en las protestas durante todo 2014, cuya lista completa no se presentará debido a limitaciones de espacio, sino solamente los tipos que ocupan los primeros 10 lugares. La Tabla 2 resume el volumen porcentual de parti-cipación de acuerdo con los tipos de actor en relación con la muestra completa de la actividad de actores emergentes.

La Tabla 2 muestra la importancia de la participación estudiantil, que constituye casi un ter-cio de la participación de actores emergentes. Junto con el tipo de actor vecinal, suman el 43.69% de los actores. Los tipos restantes, el de afectados por violencia, campesinos, educadores, trabajadores del sector público, adultos mayores, defensores de derechos, policías comunitarias y periodistas, suman en conjunto el 29%, lo que significa que estos diez tipos de actores aglutinan el 73.50% del sector de actores emergentes. En contraste, los tipos de actor que menos protestan son el de ecolo-gistas, discapacitados, grupos de recreación, ayuda humanitaria y organizaciones gubernamentales, que solamente registran de 1 a 3 EPs.6

Tabla 2. Porcentaje de participación de tipos de actores emergentes en EPs

6 Una parte relativamente considerable (5.19%) pertenece a un tipo nulo de actor, es decir, que no es posible determinar a partir de lo registrado en la fuente, bien sea porque la nota refiere que hubo “personas” o “manifestantes” que protestaron, o porque la nota no hace mención alguna que nos dé pistas del tipo de actor. Este caso es frecuente cuando el reportero realiza una nota que cubre varias protestas con la misma demanda en varios estados de la República, por lo que aparece en mayor medida en los ciclos de protesta. Fueron descartados debido a que no ofrecen mucho material interpretativo.

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Fuente: Elaboración propia con datos del LAOMS

La trayectoria de los tipos de actores emergentes de la Tabla 2 no es la misma en todo mo-mento, ni sus demandas siempre son las mismas. El volumen mostrado en la tabla considera la actividad de todo el año, incluyendo el ciclo abierto en septiembre, por lo que no es indicativo de la constancia de los tipos de actor, es decir, no implica que los estudiantes protestaron y encabezaron marchas en todo momento, ni que las demandas del movimiento urbano, relacionada con el tipo de actor vecinal, sean las principales dentro de este tipo de actor (Ver Tabla 3). Veremos con mayor detalle la trayectoria y demandas de los cinco tipos de actores emergentes principales.

Tabla 3. Trayectoria y volumen de los 5 principales tipos de actores emergentes7

7 La escala fue reducida para apreciar la trayectoria de los demás tipos de actor, dado el volumen muy superior de la presencia estudiantil. En octubre la cantidad de EPs de estudiantes es

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Fuente: Elaboración propia con datos del LAOMS.

Estudiantes

Históricamente la participación estudiantil ha tenido una presencia relevante. Se trata de un sec-tor joven y educado de la sociedad, en una fase previa pero cercana a su introducción en el sector productivo, lo que le permite contar con mayores recursos para poder movilizarse. Su diagnóstico y demandas no están limitadas a cuestiones estrictamente educativas, sus movilizaciones frecuen-temente generan diversas propuestas y luchas, algunas de ellas son el fortalecimiento democrático, la defensa de garantías individuales como la libre expresión, la aplicación formal de las leyes en materia de justicia, la apertura de los medios de comunicación, el cambio en la política exterior, etc.

de 189 EPs y en noviembre 163 EPs.

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En conjunto forman un bloque sólido que puede sostener periodos relativamente largos de protesta, su organización es efectiva y rápida, se vale de las propias estructuras que les brindan los espacios escolares para facilitar sus reuniones y formar grupos afines que permiten tomar de-cisiones colectivas. De la misma forma, su actividad en protestas se relaciona con la de los ciclos escolares, es mayor cuando se encuentran en clases, y disminuye cuando entran a periodos vacacio-nales. Su cercanía con las instituciones educativas les permiten una vinculación inmediata con las asociaciones de maestros o bien con sindicatos magisteriales, sus demandas los relacionan también con grupos u organizaciones de defensa de derechos humanos8.

Previamente al ciclo iniciado a finales de septiembre era un tipo de actor relativamente calmo, otros actores tenían mayor presencia (ver Tabla 3). De enero a agosto, los estudiantes en promedio juntan aproximadamente 5 protestas por mes en las que se registró su participación, con algunos grupos que muestran continuidad, como el de los estudiantes normalistas de Guerrero, que están presentes en protestas durante buena parte del año. Su poca regularidad es también visible en la actividad de las OMS, donde existe un puñado de organizaciones que protestan regularmente. A partir del conflicto por los cambios en el IPN, su presencia de dispara, y con Ayotzinapa pasan a do-minar todo el escenario de los actores emergentes. Se puede decir que este grupo tiene gran rapidez para movilizarse en gran volumen y que se moviliza abruptamente, en tiempos de coyuntura. En los meses de enero a febrero, juntan un total de 42 EPs y de septiembre a diciembre juntan 435 EPs, es decir, el 91.19 % de su actividad estuvo concentrada entre septiembre y diciembre, especialmente en los meses de octubre y noviembre, con 352 EPs (73.79%)

En contraste con el sector permanentemente organizado de los movimientos sociales, el correspondiente a las OMS, superan por poco al tipo de actor con mayor número de EPs en el pe-riodo, que corresponde al de los sindicatos del sector público. Mientras que los sindicatos estuvie-ron presentes en 441 EPs, los estudiantes estuvieron presentes en 477 EPs (de un total de 2216 EPs de parte de actores emergentes y OMS), es decir, tuvieron casi la misma participación en protestas durante el periodo.

Dentro del grupo, destacan los estudiantes de educación superior de instituciones públicas y privadas, con presencia en al menos 309 EPs (61%), en donde los estudiantes de escuelas normales del país estuvieron presentes en 97 EPs, los del Politécnico en 83 EPs y de la UNAM en al menos 40

8 Ejemplos son la CETEG, que forma parte del SNTE, así como del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan. El primero de ellos, compañero usual de los normalistas de Guerrero, estuvo presente desde la primera rueda de prensa de los estudiantes en Iguala el 26 de septiembre, antes de su desaparición (GIEI, 2015), mientras que el segundo asesoró a los normalistas y a sus padres desde épocas muy tempranas (La Jornada, 1/1/2014)

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EPs. Un grupo es referido por la fuente solamente como estudiantes (66 EPs) y el resto lo represen-tan en su mayoría estudiantes de nivel medio.

Las demandas de estudiantes no estuvieron limitadas a la exigencia de la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, aunque fueron predominantes. En al menos 344 EPs (de un total de 477 EPs) sus demandas estuvieron vinculadas al campo de los movimientos sociales (CMS) de protestas por temas de inseguridad e impunidad, así como en el CMS de estudiantes, que estuvo presente en 347 EPs de este tipo de actor, cuyas demandas también incluyen en gran parte temas relacionados con Ayotzinapa, pero también incluyen las respectivas a las de los estudiantes del Politécnico y de los normalistas previo al ciclo de septiembre. En menor medida, estuvieron presentes en 12 EPs en las que el CMS de defensa y promoción de derechos, con demandas por ejemplo para la liberación de estudiantes detenidos en protestas, y en 6 EPs en el CMS de emplea-dos sindicalizados del sector público, es decir, estuvieron en conjunto con maestros principalmente en la lucha contra la implementación de la reforma educativa.

Vecinos

El movimiento urbano es también un movimiento históricamente relevante, sus demandas fre-cuentemente se asocian a las destinadas a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. En este sentido, sus demandas tienen un abanico amplio en las que se desenvuelven y su presencia en protestas es constante, la variedad de sus actores es amplia. Aunque sus formas de organización pueden diferir, muchas de ellas aprovechan las asociaciones existentes de tipo vecinal (comités veci-nales, comunidades de propietarios, etc.) para organizarse en torno a demandas comunes y trabajar en su resolución. Debido a estas características, suelen conformarlo personas plenamente incorpo-radas al sector productivo, que tienen una propiedad o rentan un lugar fijo, en cuyos espacios se reconocen y establecen comunidades.

Este tipo de actor predomina sobre los otros en continuidad. Prácticamente todos los me-ses está presente en las protestas (Tabla 3), con un promedio de 21 EPs al mes. Previo al ciclo de septiembre, de enero a agosto, juntan un total de 126 EPs, un promedio de 16 EPs por mes. En sep-tiembre continúan con una tendencia parecida (11 EPs) y es hasta octubre (32 EPs) y noviembre (57 EPs) en el que se montan a la ola, con un descenso en diciembre (21 EPs). Si consideramos su presencia en los puntos álgidos del ciclo de protesta del año (octubre y noviembre) aquellas protes-tas juntan 89 EPs, es decir, el 36% de su participación. Puede entonces verse que, en relación con su actividad previa al ciclo, fue un incremento importante, pero no tan considerable como el observa-do en los estudiantes debido a la constancia de su actividad durante todo el año.

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En el sector de las OMS también tienen presencia, aunque es menor (23 EPs) a la que tienen los actores emergentes (247 EPs). Una parte considerable de sus demandas se refieren a problemas de inseguridad (160 EPs), lo cual es una constante a lo largo del periodo, aunque el número es ma-yor debido al aumento de simpatizantes de este tipo de actor durante el ciclo por Ayotzinapa. Otras de sus demandas son propiamente urbanas (mejoras en el transporte, en los servicios de agua y similares) con 46 EPs. Un tercer grupo de demandas lo constituyen las relativas a construcciones urbanas o rurales (como carreteras, desniveles, puentes y demás) que transforman el entorno y transgreden la propiedad de los implicados, este tipo de demandas estuvieron presentes en 46 EPs. La relación completa se encuentra en la Tabla 4.

Afectados por inseguridad y violencia

Como puede apreciarse en la Tabla 4, la problemática de inseguridad ha impactado en las deman-das de buena parte de los tipos de actores analizados aquí con mayor detalle. Esto ha dado pie a la conformación de actores cuya característica principal es que el eje de sus motivaciones y agravios lo constituye esta problemática. Durante el ciclo abierto por Ayotzinapa, aparecen actores de rele-vancia como figuras reconocibles, que lideran las marchas, realizan convocatorias y participan en los procesos de negociación.

Dentro de este grupo, el actor destacado son los padres de los estudiantes desaparecidos, cuya trascendencia pública pasa a ser semipermanente, es decir, a partir del ciclo de protesta de septiembre comienzan a hacerse un grupo que ejerce presión constante sobre las autoridades para encontrar a los estudiantes, obtener asesoría de grupos o comisiones de derechos humanos, y con-vertirse en portavoces y caras visibles del desagarre sufrido por la violencia y la criminalidad pro-veniente de todos los frentes, incluido el del gobierno. En cierta forma, comienzan a comportarse de forma similar al sector permanentemente organizado de los movimientos sociales, el de las OMS.

Tabla 4. Tipos de actor y volumen de su participación en CMS

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Fuente: Elaboración propia con datos del LAOMS

Los familiares y padres de los normalistas aparecen en al menos 33 EPs de un total de 101 EPs en 2014 en los que hubo participación de este tipo de actor. Su actividad comienza en sep-tiembre y no decrece durante diciembre, a diferencia de la participación estudiantil. Durante 2015 también son actores que frecuentemente aparecen como protagonistas en los periódicos o bien asociados a protestas. Sus demandas, no solamente de este grupo, se inscriben en su gran mayoría en el CMS de ciudadanos afectados por la inseguridad (Tabla 4).

Otro grupo relevante por su trayectoria constante en protestas es el de familiares de vícti-mas de feminicidios, cuya actividad tiene mayor presencia en el norte del país, pero también tiene presencia en la región central del país, aparecen en al menos 13 EPs. Han formado asociaciones aún emergentes como el Comité de Madres y Familiares con Hijas Desaparecidas. Un grupo parecido por su trayectoria constante es el de familiares de migrantes centroamericanos que, si bien tiene menos apariciones en protestas en el año (al menos 2 EPs), es un grupo cuya constancia en años recientes ha dado lugar a iniciativas como la Caravana de Madres Centroamericanas.

Campesinos

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Fuente constante de movilización, con una trayectoria larguísima en los procesos sociales de Méxi-co, más larga que la de cualquier otro grupo, es un tipo de actor con presencia sostenida en protestas a lo largo de todo el año. Cuenta con un importante sector permanentemente organizado, que goza de representación política en las cámaras legislativas y diversas instituciones públicas, desde su in-corporación gradual a través de centrales campesinas al régimen surgido de la revolución de 1910. Con todo, es un grupo que experimenta contradicciones de diverso tipo e impacto entre formas tradicionales de subsistencia y las nuevas formas de liberalización económica y de apertura inter-nacional de mercados, lo que contribuye, aunque no de forma exclusiva, a una amplia diversidad de agravios y procesos de lucha.

Del lado de la protesta de actores campesinos emergentes, tienen una presencia sostenida a lo largo del año, con casi 7 EPs por mes (82 EPs en total), con una trayectoria estable, sin repun-tes tan marcados como en el caso de los estudiantes o los vecinos. Destaca que sea de los tipos de actor analizados aquí que tuvo menor influencia del ciclo abierto en septiembre (ver Tabla 3), lo que da cuenta de una mayor independencia de sus demandas, pero es un probable indicador de las limitaciones que tiene su acción colectiva en cuanto a espacios físicos y recursos para desarrollarse. Aunque muchas veces la fuente solamente refiere campesinos, a veces indica sus formas organi-zativas, por ejemplo, si son ejidatarios o comuneros, los cuales estuvieron presentes en 13 y 9 EPs, respectivamente.

Sus demandas principalmente se inscriben en CMS que le son propios, por ejemplo, el apo-yo económico al sector agrícola, subsidios para insumos, controles de precios para paliar desventa-jas económicas, reconocimientos de propiedad, control sobre la contaminación y uso de recursos naturales, y similares. Este tipo de demandas tuvieron presencia en al menos 62 EPs, algunas de las cuales se mezclan, como el caso de asuntos de propiedad y despojo de tierras, con el CMS de afectados por construcción de megaproyectos como plantas de energía, carreteras o minas, que aglutinan al menos 13 EPs. Las demandas relacionadas con temas de inseguridad, policías rurales, encarcelamientos de activistas campesinos, así como muestras de solidaridad a los normalistas des-aparecidos constituyeron también una parte considerable, con 16 EPs (Ver Tabla 4).

Maestros

Un tipo de actor altamente movilizado, su presencia como actor emergente es mucho menor en es-cala a la que se le observa en el sector de las OMS, en donde es líder, con organizaciones gremiales de enorme extensión, que cubren a todo el territorio mexicano, recursos considerables e importantes redes con otras OMS, partidos políticos y diversas organizaciones del sector público. Durante 2013,

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este tipo de actor destinó buena parte de su poder de convocatoria para resistir la introducción de la reforma educativa, lo que siguió siendo de importancia durante 2014, aunque en menor escala.

Su participación más destacada durante 2014 fue como apoyo a los estudiantes normalistas o bien como apoyo a organizaciones magisteriales, su vínculo con estas últimas le dio relativa con-tinuidad a lo largo del año, con 77 EP, aunque la mayor parte de su actividad estuvo concentrada en tres meses (octubre a diciembre, con 42 EPs, 54.54% de los EPs). Por ello, sus demandas vinculadas con temas de inseguridad están presentes en aproximadamente 45 EPs. En 18 EPs se vinculan con las demandas o la participación de estudiantes. Las demandas vinculadas con sindicatos magiste-riales estuvieron presentes en 25 EPs, así como en 9 EPs en donde sus demandas coincidieron con la lucha contra la aplicación de la reforma educativa (Ver Tabla 4).

Conclusiones Aunque el análisis que antecede dista de ser exhaustivo dada la cantidad de información que se puede presentar mediante la base de datos del LAOMS, pueden destacarse algunas cuestiones gene-rales. En primer lugar, el ciclo de protesta abierto por la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa provoca un alza en la participación de la mayor parte de los actores emergentes, cuestión que también es visible en el sector de las OMS. En mayor o menor medida, varias organi-zaciones y personas de distintos lugares y sectores sociales deciden participar en las protestas por Ayotzinapa, inclusive actores cuya participación es muy esporádica, como legisladores y miembros de partidos políticos.

En segundo lugar, las demandas en contra de la inseguridad y la violencia atraviesan a todos los actores, que provocan una capacidad de convocatoria superior a cualquier otra, por encima de las luchas que cualquier OMS puede promover o visibilizar. Esto puede verse en la diferencia de magnitud entre protestas lideradas por las OMS durante 2013 y las lideradas por actores emergen-tes durante 2014. También es muestra de que no hay OMS con la suficiente capacidad de convoca-toria y recursos para liderar esta lucha, sino que la principal fuerza de cambio proviene del sector joven y educado de la sociedad, es decir, de los estudiantes de nivel medio y superior. Durante este año su capacidad de convocatoria y movilización mostró claro predominio al de cualquier otro tipo de actor, inclusive por encima de cualquier OMS. También comienzan a aparecer actores con demandas contra la inseguridad cuya permanencia es constante y parece ir en crecimiento.

En tercer lugar, los principales tipos de actores presentados en su mayoría son actores con una trayectoria histórica destacada dentro de las protestas: estudiantes, campesinos, vecinos y maestros. Aunque son de más reciente aparición, los actores vinculados específicamente con de-

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mandas en contra de la inseguridad y la violencia también tienen una trayectoria de varios años, y la tendencia parece indicar que su participación se irá haciendo más importante y considerable, aunque el momento creado por las protestas de Ayotzinapa haya perdido claro impulso. Sin embar-go, la duda que a todos nos preocupa es saber si fuera de los estudiantes, comenzará a haber orga-nizaciones permanentes que incidan directamente para atacar concienzudamente y efectivamente estos problemas.

La forma en que se han presentado los datos no busca llegar a lugares cerrados, sino dar cauces por los que se puedan emprender o complementar nuevas investigaciones en torno a un panorama complejo de actores y de problemáticas de las protestas en México.

Referencias

· Adell, Ramón (2000).  “Movimientos sociales en los años noventa: Volumen, actores y temas de movilización”, en GRAU, Elena/ IBARRA, Pedro (Coord.) (2000), Una mirada sobre la red. Anua-rio de movimientos sociales, Betiko Fundazioa, Icaria/Barcelona, Gakoa/Donosti, pp. 27-54.  · Cadena Roa, Jorge (2015). “Las organizaciones de los movimientos sociales y los movimien-tos sociales en México, 2000-2014”. Inédito, proporcionado por el autor. · Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) (2015). Informe Ayotzinapa - Investigación y primeras conclusiones de las desapariciones y homicidios de los normalistas de Ayotzi-napa. [Recurso electrónico disponible en http://www.oas.org/es/cidh/actividades/giei.asp]· Koopmans, Ruud and Dieter Rucht (2002). “Protest Event Analysis.” Pp. 231-259 en Klan-dermans, Bert and Suzanne Staggenborg. Methods of Social Movement Research. Minneapolis: Uni-versity of Minnesota Press.· Snow, David A. y Benford, Robert D. (1992). “Master frames and cycles of protest”, en Aldon Morris y Carol M. Mueller (ed.), Frontiers in Social Movement Theory, New Haven (CT) – Londres, Yale University Press. · Tarrow, Sindey (1994). Power in Movement. Social movements, Collective Action and Politics, Cambridge, Cambridge University Press.