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IV CONGRESO ARGENTINO Y LATINOAMERICANO DE ANTROPOLOGIA RURAL –
MAR DEL PLATA 25 al 27 DE MARZO DE 2009.
Del continuum folk-urbano a las actuales interpretaciones del mundo rural.
Titulo del Trabajo: “La agriculturización sojera en la Argentina 1971-2008. O cuando el
capital financiero se convierte en actor agrario”.
Autora: Silvia Lilian Ferro
Doctora por la Universidad Pablo de Olavide-Sevilla/ Consultora PROINDER-SAGPyA.
E-mail: [email protected]
Resumen:
La segunda ola global iniciada en la década de los ’70 (S. XX) en el escenario
atlántico implicó una reorganización del sistema económico mundial basada en el
predominio del capital financiero, la desindustrialización y una reedición de la división
internacional del trabajo que potenció el retorno a esquemas de economías
agroexportadoras en el Sur Global y en la focalización del desarrollo tecnológico y de
alto valor agregado en el Norte Global. En Argentina y en gran parte del espacio
MERCOSUR el capital financiero interviene en esta etapa, como actores agrarios
llamados “ pooles de siembra” propiciando la agriculturización sojera en cooperación
con la Agricultura Familiar Capitalizada y en conflicto permanente con la Agricultura
Familiar de Subsistencia. Las señales de insostenibilidad social, ambiental, económica
y política de este modelo de “desarrollo” rural se expresaron en la llamada crisis del
“campo” que estalló en marzo de 2008 en el país y en simultáneo con la crisis de
seguridad alimentaria y financiera a escala global.
Palabras claves: Globalización, capital financiero, agriculturización sojera, Agricultura
Familiar Capitalizada.
1_La escala atlántica
1
Algunos historiadores económicos sitúan en la década de los ’70 (Siglo XX) el
inicio del Second Global Boom1 (O`Rourke and Williamson, 1999) en el escenario
atlántico, difundiéndose al resto del planeta posteriormente. Una de sus características
fue el incremento sostenido de precios internacionales de commodities en las últimas
décadas que impulsó la consolidación de economías primario-exportadoras en algunos
países del Sur Global.
Es una nueva edición (o re-edición) del proceso ocurrido desde mediados del
Siglo XIX a principios del XX, en los cuales gran parte de los estados sudamericanos
se insertan al mercado mundial como proveedores natos de agro-alimentos y bienes
derivados de bajo valor agregado.
El proceso de valorización financiera en desmedro de la actividad productiva en
general y en especial de la actividad industrial propio de esta segunda ola global,
afectó tanto al Norte como al Sur Global. En América Latina y en el espacio
MERCOSUR en particular, este reordenamiento de fuerzas económicas estuvo
vehiculizado y posibilitado por la violencia política y económica contra amplios sectores
sociales que se resistían a ceder conquistas sociales y laborales materializadas en la
etapa anterior signada por Estados de Bienestar, que habían desarrollado una
industrialización considerable (por ende vastos sectores obreros) y contra las
organizaciones sociales y políticas que se posicionaban en defensa de políticas
económicas previas que habían incrementado la participación del sector Trabajo en el
Producto Interno Bruto.
Desde 1976 se acelera el proceso de desindustrialización en Argentina, crece el
desempleo y aparecen cíclicos procesos inflacionarios:
"...la producción industrial [...] no solo dejó de ser el eje central del proceso de
1-Estos autores periodifican el proceso globalizador en dos “olas” entendiendo que desde mediados del
Siglo XIX, entre 1870-1913, se produce la primer ola globalizadora- first global boom-en la que serán los
cambios tecnológicos en los transportes marítimos los que producen un inédito movimiento de capitales,
mercancías y trabajadores a escala mundial; especialmente provenientes de países otrora desarrollados
del Norte Global en dirección a los países en crecimiento del Sur Global, por ejemplo Argentina quien
poseía uno de los mas atractivos “espacios vacíos”-great plains- el cual junto al Valle del Mississipi en
EUA, Sur-Oeste de Canadá y Australia conformaría ese sistema de grandes llanuras tan atractivas,
desde una visión geopolítica, al capital financiero británico actor económico global protagonista de la
etapa.
2
acumulación de capital sino que, además, por su incompatibilidad con la
valorización financiera estuvo sujeta a un sensible redimensionamiento
(desindustrialización). [...] porque su tasa de rentabilidad era menor que la de
interés debido al límite que le había impuesto la apertura comercial a sus
precios y al incremento de la tasa de interés”. (BASUALDO, 2006:156).
Este proceso de origen global, tendrá en Argentina y en gran parte de los países
del área MERCOSUR dos consecuencias visibles, complementarias e
interrelacionadas: la desindustrialización en los escenarios urbanos y la
agriculturizacion sojera en el ámbito rural motorizada por la demanda y los precios
internacionales en alza en el período. Tanto una como la otra son las dos caras de la
misma moneda: el avance del capital financiero por encima del productivo e industrial.
En nuestro país las tensiones socio-políticas de la maduración histórica de este
binomio: desindustrialización/ agriculturización sojera -se pusieron de manifiesto desde
abril de 2.008 y las señales de su agotamiento parecen estar en sintonía con el
derrumbe del sistema financiero mundial de lo que se infiere que su origen es el mismo.
En la literatura especializada en análisis de actores agrarios implicados en el
desarrollo rural argentino aparecen regularmente tópicos que, desde el enfoque de
esta ponencia2, se ponen en cuestión:
1) que los actores agrarios originados en la expansión del capital financiero serían
un fenómeno reciente, generalmente ubicados en su emergencia y expansión
en las décadas de los ’80-’90 del Siglo XX.
2) que son actores de orígen “extra-agrario” es decir que provendrían de fuera de la
estructura agraria tradicional.
3) que antagonizarían con las formas de gestión familiar de la agricultura
empresarial de exportación.
2-De fuera o de dentro
2 -Esta ponencia es parte de una investigación de mayor alcance que sustenta una Tesis Doctoral.
3
El “Génesis” de la Agricultura Familiar Capitalizada en Sudamérica Templada es
precisamente el flujo inmigratorio extranjero. Como en las grandes praderas del Medio
Oeste estadounidense, en las grandes praderas rioplatenses y especialmente en
Argentina los flujos inmigrantes que se establecieron en los espacios rurales-y también
en los urbanos-provendrán mayoritariamente de diferentes regiones de Europa3 (y
minoritariamente de otros espacios) estableciéndose en un área de millones de
hectáreas fértiles previamente “vaciadas” por vía militar de las comunidades originarias.
La actual estructura de propiedad en el agro argentino condición de posibilidad
de los volúmenes exportables de agro-alimentos se constituyó en dicho proceso y no
se ha modificado a la fecha y tanto los actores como los procesos que aparecen
actualmente como “nuevos” no lo son tales, formaron parte desde el primer momento
del andamiaje socio-económico decimonónico del desarrollo rural argentino.
La segregación étnica en la que se basa el modelo de desarrollo rural argentino
es visible fácilmente: farmers abocados a la agricultura familiar-empresarial de
exportación/población criolla y aborigen en la agricultura de subsistencia “campesina” y
asalariado rural estacional y permanente.
Por farmers se entiende aquí a un tipo concreto de estructura familiar rural que
cuenta con las siguientes características específicas: a) descendientes de la
inmigración europea que desde la mitad del Siglo XIX que llegan por millones a las
grandes praderas (pampas) de Uruguay, Brasil, Paraguay y especialmente a Argentina,
b) producen extensiva e intensivamente orientados hacia y por el mercado exterior, c)
altamente tecnologizada y necesariamente capitalizada, d) gestionada familiarmente
aunque se contrate trabajadores temporarios, e) Familias rurales tradicionalmente
propietarias en su mayoría f) configuran el tipo social que predomina en la “clase
media” rural muy amplia y característica de la estructura agraria argentina, g) su
organización familiar está basada en un orden de género que se expresa en una
asimétrica y jerárquica división sexual del trabajo agrario.
La institución socio-económica clave conformada por este sector socio-agrario y
que posibilitó el vigoroso desarrollo rural en Argentina y en otros espacios nacionales
dentro del MERCOSUR es la Agricultura Familiar Capitalizada (AFC) actores
responsables de la expansión sojera de las últimas décadas y protagonistas del lock-out
3-A excepción de la Conquista, éste fue el mas grande proceso de “extranjerización de la tierra” en la
Historia Sudamericana.
4
empresarial sojero de 2008 en Argentina.
Ilustración Nº 2: Gráfica publicitaria de servicios bancarios financieros
destinados a productores sojeros.
Nota: Puede observarse aquí claramente tanto la masculinización como la
jerarquización étnica rural y urbana. Nótese que quienes pactan: profesional
urbano a la izquierda y farmer en el centro de la gráfica, pertenecen al tipo étnico
descendiente de inmigración europea y quien aparece atrás en situación
subalterna y asalariada (peón) perteneciente al tipo étnico criollo.
A finales del Siglo XIX y en consonancia con la consolidación de la primera ola
global (O` ROURKE AND WILLIAMSON, 1999) tanto el subcontratismo, como el
arrendamiento como los fondos de inversión administrados en formas que hoy se
conocen como pools de siembra ya existían. Solo la escala de sus operaciones, la
5
superficie total de área sembrada en el país, el grado de avance tecnológico en
maquinarias e insumos y el tipo de producción demandada por el comercio
internacional variaba, los actores y sujetos agrarios ya estaban constituidos en esa
primera edición del modelo primario exportador, continúan ocupando prácticamente los
mismos espacios socio-económicos y sus representaciones sobre su lugar en proyecto
nacional no se han modificado sustancialmente en la etapa actual.4
El proceso consecuente con la extensión de la práctica del arriendo fue- y es- el
sub-contratismo. Lo practicaban –y lo siguen haciendo- tanto propietarios rurales como
grandes empresas que se conformaban solo para tales fines ya a fines del XIX
(BARSKY & GELMAN, 2005). El sistema se complejiza tanto en sus fases maduras que
esa práctica puede abarcar todo el proceso de trabajo en su conjunto.
También con la globalización y el ascenso del capital financiero desde los
setenta en el mundo; llegaron al campo argentino la gestión productiva agraria no
familiar: pool de siembra, fideicomisos y una variada morfología de sociedades
anónimas, fuertemente asociadas al cultivo de la soja. Aparentemente estas formas de
gestión no familiar de la producción agraria se convertirían en una competencia cada
vez mas significativa de la AFC y sus instituciones consecuentes, cooperativas agrarias,
organizaciones ruralistas de pequeños y medianos Productores, etc.
En la literatura ruralista argentina es frecuente encontrar análisis que
caracterizan la expansión de los pools de siembra desde la década de los ochenta del
Siglo XX especialmente, como algo «externo» a las formas tradicionales de
organización de la agricultura familiar capitalizada que llegarían «de afuera» en forma
de actores y capitales a las formas tradicionales.
«la incorporación a la producción agraria de sectores de fuera del sector, no
propietarios -pools de siembra, fondos de inversión, etcétera-, atraídos por altos
niveles de rentabilidad, especialmente en las actividades orientadas a la
exportación. Las formas contractuales señaladas ofrecen la posibilidad de
acceder a ese negocio sin la propiedad de la tierra y sin inmovilizar un importante
4 - En un discurso de Juan Domingo Perón del 28 de marzo de 1947 dirigido a responder los reclamos
patronales de Federación Agraria por la legislación laboral protectora de los derechos de los trabajadores
rurales (peones) ya cuestiona el reclamo de “políticas sectoriales” de las organizaciones ruralistas
(eufemismo utilizado en ese entonces y ahora) .
6
capital en ella, particularmente cuando los precios de la misma han aumentado
significativamente» (SLUTZKY, 2 008:15)
Del trabajo de campo realizado por la autora para una investigación de mayor
alcance se desprende que los primeros actores en adoptar esta modalidad (pool de
siembra basada en el arrendamiento de la tierra y el subcontratismo en todas las fases
del proceso de trabajo implicado en las EAP, fueron los mismos productores familiares.
Cuando los pequeños pooles constituidos localmente se consolidaron- siendo
gestionados y administrados inicialmente por integrantes de la generación farmer
profesionalizada nacida con la expansión de la soja y proveniente de las familias
tradicionalmente abocadas a la agricultura empresarial de exportación-comenzaron a
atraer progresivamente inversiones de fideicomisos, fondos de inversión y ahorristas
urbanos cada vez de menor cuantía.
El sostenimiento tanto de la demanda como del precio internacional ascendente
propiciaron que los actores financieros externos consideraran invertir en los pooles ya
constituidos que aumentaron exponencialmente sus carteras administradas.
Vemos así a “pequeños propietarios” combinando también la gestión tradicional
de sus EAP como propietarios/productores, con la inversión de sus utilidades en la
gestión técnica y administración económica de pooles que arrendaron tierras cada vez
mas lejanas de sus propiedades familiares y arrendando extensiones que decuplican en
la mayoria de los casos su propiedad familiar en sentido estricto. Otros fueron
organizados por profesionales de agronomía y carreras afines residentes en pueblos
semi-rurales o en las ciudades enclavadas en la Región Pampeana (Córdoba, Santa Fe
y Rosario) en las que desde el boom de la rentabilidad de la soja desde la devaluación
del peso en el año 2001, florecieron los “Estudios Privados de Asesoramiento
Agronómico” que invierten un capital inicial reunido entre los socios iniciadores, para
una segunda etapa atraer otros capitales que les permitieran su expansión
empresarial y financiera.
Esta modalidad persiste hasta nuestros días conviviendo con la posterior entrada
desde “afuera” de capitales de inversión, muchos de origen extranjero5 y otros de
origen local urbano, que integran grandes pooles que llegan a administrar- muchas
5-Es frecuente desde la década de los noventa, la participación en estas formas organizativas, de
inversionistas europeos. La oferta de participación en inversiones direccionadas a los pooles de siembra
para explotar tierras en Argentina aparece publicada en los medios de comunicación de toda Europa.
7
veces en sociedad con productores propietarios o siendo estos los responsables
principales- inmensas extensiones de tierras en arrendamiento para explotación de la
soja distribuidas a lo largo del territorio argentino.6.
3_El círculo quebrado?
La década del '70 del Siglo xx es crucial para comprender como se consolida un
nuevo proceso mundial de acumulación del capital, que impacta de manera
fundamental en los países desarrollados y aquellos en «vías de desarrollo» cerrando el
ciclo del crecimiento económico por vía de la industrialización y renovando una división
internacional del trabajo entre países ricos: «tecnológicos» y países pobres (o en vías
de dejar de serlo): «granjeros».
Sin embargo, no son las inmejorables condiciones geo-ambientales del Sur
Global y especialmente de Sudamérica Templada: reservas de agua dulce, suelos
ricos, etc- las que se constituyen en “activos” proveedores de supuestas ventajas
comparativas; sino la existencia de éstos en el marco de sistemas económicos con
monedas depreciadas, escuálidas políticas públicas de cuidado de los recursos
ambientales, insertos en Estados que no puedan combatir apropiadamente la evasión
fiscal del agro, que no puedan garantizar el cumplimiento de las leyes laborales mas
elementales; en suma, que se entrometan poco en las desigualdades estructurales
intrínsecas a los sistemas productivos agro-exportadores del Sur Global.
Con solo observar el Ranking Mundial de la producción de grano de soja
elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América se
puede establecer el peso específico de esta ecuación desigual entre quienes ponen la
tierra, el agua y los bajos costos de producción y aquellos que proveen los insumos
tecnológicos, mecánicos y biogenéticas.
Ilustración Nº 2: Ranking mundial de países productores de soja.
6- Como el Grupo “Los Grobo” el mayor pool del país, cuyo titular declaró contar (antes del brusco
descenso de los precios internacionales de la soja en octubre de 2008) con una cartera de 5.000
inversionistas.
8
Oilseed, Soybean 2008
Rank CountryProduction
(1000 MT)
1 United States 79,968
2 Brazil 62,500
3 Argentina 50,500
4 China, Peoples Republic of 16,500
5 India 9,200
6 Paraguay 7,200
7 Canada 3,240
8 Bolivia 1,650
9 Uruguay 1,100
10 Indonesia 800
11 Russian Federation 700
12 Ukraine 700
13 EU-27 650
14 Nigeria 450
15 Vietnam 410
16 Serbia 350
17 South Africa, Republic of 350
18 Iran 260
19 Japan 225
20 Thailand 180
Fuente: United Status Departament of Agricultura. www.usda.gov
Nota: En verde países pertenecientes al MERCOSUR7.
En un modelo económico agro-exportador consolidado es irrelevante la distinción
conceptual dentro/fuera o interno/ externo ya que la fórmula no es dicotómica sino
jerárquica, funcional y subalterna siempre extrínseca en cuanto a la dirección del mayor
volumen de renta producida, es decir de adentro hacia fuera8.
7 -Es llamativo que en las regiones de los paises sudamericanos, asi como en el Norte del Continente,
donde predomina el cultivo de oleaginosas para exportación exista una coincidencia espacial en cuanto a
que también son as áreas históricamente receptoras del proceso migratorio del Siglo XIX ya descripto
antes aquí.
9
Siguiendo este análisis la construcción del problema: “extranjerización de la
tierra” como un proceso a resolverse sin tocar las bases estructurales e históricas del
modelo agro-exportador es antihistórico y contradictorio ya que quienes lo reclaman son
los mismos sectores beneficiados por la mayor extranjerización de la tierra que se haya
dado en la Historia Sudamericana a lo largo del Siglo XIX y que es
Incluso las mismas organizaciones que reclaman medidas en contra de la
“extranjerización de la tierra” en Argentina, representan y cuentan entre sus asociados
con numerosos productores “familiares sojeros y argentinos-muchos de los cuales son
considerados erróneamente por los Censos Nacionales Agropecuarios como “chicos y
medianos” propietarios- que arriendan y compran grandes extensiones de tierra en
Bolivia y Paraguay para volcarlas a la producción intensiva de soja.
De nuevo, entre una ola globalizadora y otra, la conflictividad farmer en
Argentina marca hitos que anticipan los colapsos y la conclusión de etapas de
desarrollo rural a escala regional y mundial, dejando expuestas sus limitaciones
estructurales.
Así como en 1912 la revolución de los chacareros radicados en plena Pampa
Húmeda anticipó en pleno apogeo de la Economía Primario-Exportadora que la total
mercantilización de las relaciones de fuerza en el agro ponía serios obstáculos a un
desarrollo sostenible y que el Estado debía necesariamente intervenir para regular las
relaciones de capital-tierra y trabajo vigentes en esa etapa. Posteriormente las Ligas
Agrarias9 iniciadas en el espacio extrapampeano que emergen en los ’70 son la
expresión del cierre del proceso industrializador10-y por ende del declive de los cultivos
relacionados como el algodón- en el país y en el escenario atlántico. También la última
de las revueltas farmer, iniciada en la Semana Santa del 2008 puso en evidencia 8-La crisis iniciada en Semana Santa de 2008 muestra claramente la reacción de los actores agrarios
farmers cuando se intenta romper tal direccionamiento unidireccional.9-Si bien de origen también farmer es evidente que sus cuadros poseían (y poseen) una mayor formación
política y por ello una mejor comprensión del rol de las organizaciones agrarias en la formulación de un
proyecto nacional integral, lo que les acarreó el distanciamiento de las demás organizaciones farmers-
como Federación Agraria Argentina-en la coyuntura crítica de la persecución política de la que fueron
objeto hasta su declive desde la segunda mitad de la década de los ’70.10-El proceso de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) en el país es situado por los
historiadores económicos entre las décadas que van del ’30 al ’70 del S.XX coincidiendo con los “treinta
gloriosos” de la industrialización europea y norteamericana.
10
pública los límites de la agriculturización sojera y los costos humanos y ambientales de
una inserción basada casi exclusivamente en la exportación de commodities a un
turbulento e inestable mercado mundial donde también se evidencian críticamente las
condiciones de producción, comercialización y distribución de agro-alimentos a escala
mundial.
Mas que a factores y procesos externos, la agriculturización sojera debe su razón
de existencia paroxística en estas últimas décadas a políticas económicas y
comerciales domésticas que, tanto por presencia y ausencia, determinaron las reglas
de juego para el aprovechamiento de la coyuntura comercial internacional por parte de
actores financieros y sujetos agrarios (los nacidos acá y los de fuera), así como la
estructura socioagraria resultante del proceso iniciado desde mediados del Siglo XIX
sigue intacta en nuestros dias debido a la histórica ausencia de políticas públicas que
equilibren las posibilidades de los sectores nativos- crónicamente- subalternos.
Aunque la opción lógica para remediar los rasgos negativos de la
agriculturización sojera sea la intervención reguladora estatal para limitar el crecimiento
de los actores agro-financieros en desmedro de las formas de producción agraria mas
sostenibles como las de la Agricultura Familiar y su directa relación con una diversión
productiva planificada estatalmente, los hechos del 2008 en Argentina muestran que el
laissez faire-tan liberal- que formó parte constitutiva en el mismo génesis del desarrollo
rural hegemonizado por los farmers, es muy resistente a cambiar. La avidez coyuntural
de absorber la creciente rentabilidad proveniente del mercado internacional,
rechazando cualquier regulación estatal parece ocultar a sus mismos actores las
fuerzas autodestructivas y paroxísticas que el modelo que defienden, contiene.
A la luz del crecimiento actual de las formas no familiares de producción de
renta agraria, el equilibrio entre los tres factores clásicos de producción agraria: Tierra,
Trabajo y Capital debe orientar las intervenciones públicas. De ese equilibrio depende
la continuidad tanto de la Agricultura Familiar No Capitalizada como de la Capitalizada
como modo de vida rural predominante en la estructura socio-agraria argentina.
Cabe preguntarse en el marco del escenario internacional y nacional: Es posible
la coexistencia de la agriculturización sojera con un modelo de crecimiento industrial?
Es la diversificación productiva su condición de posibilidad/ compatibilidad? O tal giro es
posible por la actual coyuntura de caída de precios internacionales de commodities? El
11
proceso interno/externo de abril-octubre de 2008 es la bisagra que separa ambos
procesos? Ante el evidente giro en cuanto a un Estado Nacional ahora conciente y actor
que puja por su lugar protagónico del modelo de desarrollo rural buscado ¿Qué actores
y sujetos agrarios hay que “construir” en esta nueva etapa?.
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