poesía conversacional. decir y vivir desde el polvo: lo conversacional y lo cotidiano
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La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines:
lo conversacional-cotidiano, lo judeocristiano,
y lo paratextual
TT EE SS II SS
PARA OPTAR AL TÍTULO DE
LICENCIADO EN LITERATURA LATINOAMERICANA
PRESENTA:
BR. David Anuar González Vázquez
ASESOR: Dra. María Dolores Almazán Ramos
MÉRIDA, YUCATÁN, MÉXICO
2013
Capítulo II
Decir y vivir desde el polvo:
lo conversacional
y lo cotidiano
Entonces serás humillada, hablarás desde la tierra,
y tu habla saldrá del polvo;
y será tu voz de la tierra como la de un fantasma,
y tu habla susurrará desde el polvo.
Isaías 29:4
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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El epígrafe que inaugura este capítulo expresa el binomio de lo conversacional-cotidiano,
ya que se relaciona la voz humillada de alguien (desde nuestra lectura, la poesía
conversacional) con elementos cotidianos: la tierra, el polvo. Así pues, el objetivo de este
capítulo es mostrar cómo lo conversacional y lo cotidiano son dos caras de una misma
moneda, ya que la emergencia de la poesía conversacional no sólo cambió el estilo de la
poesía que se escribía en Hispanoamérica y España, sino también su temática.
Por un lado, lo conversacional alude a una manera de hacer y entender la poesía, es
decir, a una cuestión de forma, de estética, que surgió a un mismo tiempo en
Hispanoamérica y España, en las denominadas Generación de los cincuenta69
. Ahora bien,
el hecho de que lo conversacional sea una cuestión formal no lo excluye de tener
resonancia en el nivel de la significación, pues como se verá más adelante, toda forma,
significa70
.
Por otro lado, tenemos lo cotidiano, que remite a un factor de fondo, temático-
semántico. Así pues, trataremos de explorar las relaciones de lo conversacional y lo
cotidiano, elementos que ya han sido ampliamente estudiados en la poesía de Sabines, pero
desde un enfoque distinto, desde el pensamiento posmoderno, para así tejer y descubrir
nuevas lecturas en los poemas de este autor.
69 Como bien afirma Luis Antonio de Villena: “las generaciones del 50 de uno y otro lado del océano tienen
muchos puntos en común” (en Mora 2002, 83). 70 Kiko Mora expresa muy bien esta idea recurriendo a Roland Barthes quien “señaló que la retórica
constituye la cara significante de la ideología. El lenguaje coloquial, el tono conversacional de esta poesía es
un connotador (significante de la connotación) cuyo significado constituye un «fragmento de ideología»
vinculado con nuestra cultura, nuestro saber y nuestra Historia. Así la retórica coloquial donde abundan los
guiños al lector, las frases de introducción al diálogo, el uso del humor y las frases hechas, los vulgarismos,
etc., significa, por debajo y redundante con el mensaje denotado, un intento de hermanamiento y de
solidaridad con la gente de la calle, una «rehumanización», según Félix Grande, que se contrapone al sentido
orteguiano de la vanguardia deshumanizada” (2002, 85).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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Se propone hacer una relectura de la poesía de Jaime Sabines, la cual ha sido
muchas veces incomprendida y criticada por su aparente facilismo y sentimentalismo, ya
que a los ojos de una lectura moderna parece una poesía descuidada y simple71
. No
obstante, desde nuestra óptica, es en este punto donde emerge el gran logro de Jaime
Sabines: en captar al ser posmoderno en su poesía en el mismo momento en que acontece
este fenómeno, lograr plasmar el sentir de una generación desencantada y sentimentalista.
Veremos entonces cómo lo conversacional y lo cotidiano delinean en la poesía de Jaime
Sabines los valores ideales del pensamiento posmoderno, es decir, lo conversacional y lo
cotidiano se configuran como indicadores de la presencia de este pensamiento en su poesía,
a través de categorías como la introducción del habla en la poesía, la desmitificación de la
figura del poeta, la concreción en un aquí y ahora (respecto a la conversacional), y el
feeling o emocionalismo, el cuerpo, el placer y, en resumen, el narcisismo posmoderno
(respecto a lo cotidiano).
71 Hecho que también atestigua Gabirel Zaid al hablar de la actitud de los académicos hacia la poesía que sí se
entiende, concretamente de José Emilio Pacheco, quien también ha sido considerado como un poeta
conversacional y hasta como un antipoeta en la línea de Nicanor Parra: “hay una incomprensión
desconcertante hacia la poesía que “sí se entiende”. Paradójicamente, resulta que los profesores leían con más
cuidado y acababan entendiendo más “la que no se entendía” […]. En cambio, la poesía que “sí se entiende”
los toma desprevenidos. No entienden nada porque creen entender. Abandonan las cautelas más elementales.
Creen que un poema que no ofrece dificultades para ser leído burdamente es un poema burdo. Creen que está
escrito a lo fácil lo que leen a lo fácil…” (2004, 64).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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2.1 De poesía conversacional y otros demonios: hacia una tipología
Abrenuncio no admitió que la mentira fuera una
condición de las artes. <<Cuánto más transparente es
la escritura más se ve la poesía>>, dijo.
Gabriel García Márquez
En este apartado nos centramos en el análisis de la poesía de Jaime Sabines en relación con
la poesía conversacional y el pensamiento posmoderno. En primer lugar, plantearemos qué
es la poesía conversacional y cuáles son sus características, al hacer un balance del estado
de la cuestión sobre el tema. Acto seguido, se propone una tipología de la poesía
conversacional y de sus sub-categorías, partiendo de las funciones del lenguaje de Roman
Jakobson (1971, 1986). Después de plantear la tipología se hace un análisis de cuatro
poemas, uno por cada categoría y sub-categoría propuesta. Finalmente, se indaga la
relación entre la poesía conversacional y el pensamiento posmoderno, los cuales coinciden
temporalmente y, desde nuestra óptica, también al nivel de propuestas, actitudes y valores.
2.1.1 De contexto y otras vicisitudes
El poeta debe ser testigo de su tiempo.
Jaime Sabines
¿Qué es la poesía conversacional? Paul Borgeson escribe en 1982 que “si los términos para
algo sirven (además de motivar polémicas y publicaciones), valen por su capacidad más o
menos real para acercarnos a la obra de un autor, o de un tiempo, o de una tendencia”
(384). Al escribir estas líneas, el autor se refería a las legiones y ejércitos demoniacos de
terminologías y conceptualizaciones que habían surgido en torno a esa nueva manera de
hacer poesía que germinó entre la década de los cincuenta y sesenta en Hispanoamérica y
España. Entre los exponentes de esta nueva corriente poética tenemos nombres
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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trascendentales en Hispanoamérica como Ernesto Cardenal, Nicanor Parra, Roberto
Fernández Retamar, Jaime Sabines, Roque Dalton, Mario Benedetti, Samuel Feijoo, José
Enrique Adoum, Antonio Cisneros, Enrique Lihn, Juan Gelman y José Emilio Pacheco; y
en España a Ángel González, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Ángel Crespo, José
Agustín Goytisolo y Jaime Gil de Biedma, por nombrar sólo algunos72
.
Los antecedentes literarios directos de la poesía conversacional hispanoamericana
los podemos ver en la poesía norteamericana de principios de siglo XX (Walt Whitman),
así como en la poesía de la Generación Beat, contemporánea de la poesía conversacional
(Ulloa Bustinza 2008, 112), en “la otra vanguardia” (Pedro Henríquez Ureña, Salvador
Novo y Salomón de la Selva) (Vargas Portugal 2010, 156), en la segunda etapa post-
vanguardista de Vallejo y Neruda, en que ambos dan un giro hacia el referente poético
realista73
(Pérez 1992, 53), así como en obras poéticas muy concretas del Modernismo74
y
72 De ahora en adelante me centro únicamente en la poesía hispanoamericana por dos motivos, en primer
lugar, porque el autor que se investiga en este trabajo, Jaime Sabines, pertenece a estas latitudes; en segundo,
por el poco conocimiento que poseo de la poesía española de los cincuenta, además de que no es éste el tema
de la presente investigación. No obstante, se vuelve relevante este paralelismo entre ambas generaciones del
50, por su evidente similitud de tono conversacional, como lo pone de relieve Kiko Mora en su artículo
titulado “Corrientes submarinas. Las poéticas del 50 española e hispanoamericana (o viceversa)” (2002). Es
interesante este paralelismo ya que ello nos lleva a pensar qué es lo que hace que ambas generaciones se
inclinen hacia lo conversacional y lo cotidiano. En este sentido, Kiko Mora propone que hay tres elementos de
similitud, el primer elemento son las situaciones político-sociales de represiones dictatoriales, y el resultado
(no siempre) del exilio; siguiendo este camino, una inclinación política hacia las izquierdas, en un primer
momento a través de un fuerte compromiso para luego irse diluyendo con los años por las desilusiones del
socialismo. El segundo elemento son las influencias compartidas, sobre todo las de Vallejo y Neruda, y la
poesía inglesa y norteamericana de principios de siglo XX. Finalmente, una reacción contra cierto tipo de
poesía abstracta. Además de estos tres elementos, nos inclinamos a pensar que la misma atmósfera de cambio
posmoderno, a nivel de pensamiento, también influyó en las configuraciones de estas poéticas. Por ello, a
pesar de que tardíamente se conocieron ambas orillas de la poesía de tono conversacional, ambas comenzaron
a reproducirse y consolidarse en las mismas fechas, que también coinciden con la emergencia y consolidación
del pensamiento posmoderno. 73 “Los poetas que rompen con la tradición de la vanguardia, con su poesía hermética, y restauran un
referente poético realista, que toma como materia poética hechos históricos pasados y contemporáneos. Esta
corriente fue encabezada por los mismos vanguardistas líderes, Vallejo y Neruda, e implicó una autocrítica a
la postura solipcista de las vanguardias y su incapacidad de proponer una praxis literaria humanizante…”
(Pérez 1992, 53). Y continúa el autor, al crear un puente entre la vanguardia y la poesía conversacional post-
vanguardista: “es ésta la tendencia más productiva de la literatura post-vanguardista hispanoamericana y la
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la Vanguardia: “son las siguientes obras las que van configurando el espacio de la poesía
comunicativa: Lunario sentimental de Lugones, Altazor de Huidobro, 20 poemas para ser
leídos en tranvía de Oliverio Girondo, U de De Rokha, Los heraldos negros de Vallejo,
Estravagario de Neruda, Poemas y antipoemas de Parra, Tarumba de Sabines…”
(Alemany Bay 2006, 38), así como el último Rubén Darío de Cantos de vida y esperanza
(1905), e incluso se pueden rastrear referencias hasta la Biblia y Homero (Cardenal en
Alemany Bay 1997, 32-33).
Además de los referentes literarios antes expuestos, Alberto Julián Pérez (1992),
Carmen Alemany Bay (2006), e Iván Ulloa Bustinza (2008)75
, coinciden en que el
socialismo en Hispanoamérica76
y la estética oficial del comunismo ruso, el realismo
socialista, influyeron de manera directa en el surgimiento y la consolidación de la poesía
conversacional:
El realismo social propuesto en la década del treinta por el comunismo ruso
se presentó como una solución al problema de la representación de la vida
social en el arte contemporáneo y, sus postulados, pasado el tiempo, dieron
magníficos resultados literarios en hispanoamérica [sic] en escritores como
Neruda y Cardenal y continúan aún teniendo vigencia en el presente como
que posee un número mayor de poetas innovativos y reconocidos: además de Vallejo y Neruda, debemos
incluir personalidades como Mario Benedetti, Roque Dalton, Elivio Romero, Claribel Alegría, Antonio
Cisneros y –quizá el más destacado de los poetas contemporáneos histórico-realistas– Ernesto Cardenal”
(Pérez 1992, 53). 74 Dice Carmen Alemany Bay que “en resumen, los poetas coloquiales recuperarán del Modernismo esa parte
más desconocida y más sincera de Rubén Darío: los versos donde el prosaísmo, el humor y la libertad poética
se hacen patentes…” (2006, 51). 75 Para más información, ver el sub-apartado“3.1 La poesía de nuevo en la palestra. ¿Hacia un nuevo
realismo?” (87-99), de Ulloa Bustinza (2008). 76 “El ideario marxista, que pierde progresivamente su importancia en Europa tras la Segunda Guerra
Mundial, en América Latina, sin embargo, sigue el proceso contrario. Desde las Vanguardias y, sobre todo, a
partir de la Revolución cubana, éste cobra mayor relieve a medida que se radicaliza la persecución de esta
ideología al alza por parte de las oligarquías nacionales, casi siempre con el incentivo de los EEUU de
Norteamérica” (Ulloa Bustinza 2008, 87-88).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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una estética legítima. A pesar de la oposición aparentemente radical a las
innovaciones formales de las vanguardias, el realismo socialista y las
numerosas variantes inspiradas directa o indirectamente por éste –como la
poesía coloquial, y toda la nueva épica latinoamericana… (Pérez 1992, 54-
55).
Los tres autores antes referidos vinculan el fortalecimiento de la poesía y los poetas
conversacionales a “un acontecimiento histórico, la Revolución cubana, y, globalmente, la
situación de los países hispanoamericanos, [que] los vinculó no sólo en la poesía sino en un
nuevo sentir solidario” (Alemany Bay 2006, 171), que propició el contacto y el mutuo
conocimiento entre ellos. Mucha influencia tuvo en este mutuo conocimiento la desoladora
realidad de las dictaduras y los consecuentes exilios que hicieron migrar a los poetas a otras
regiones; en este sentido, una de las instituciones claves en este acercamiento fue Casa de
las Américas, con su revista y premios literarios77
.
Ahora bien, lo que caracteriza a estos poetas, dice Carmen Alemany Bay, es “una
nueva expresión poética que lleva implícita la renovación del lenguaje y, al mismo tiempo,
establece una comunicación directa con el lector” (1997, 20); esta renovación del lenguaje
poético se da a través de la introducción del habla en la poesía, a decir de Rubén Vargas
Portugal: “el habla es una realización singular, no el sistema potencial de la lengua, es
decir, la esfera de las posibilidades abstractas […]. Lo que la aparición de la “otra
vanguardia” pone en juego es, entonces, una estrella de tres puntas: el habla cotidiana, la
desacralización de la figura del poeta y la inscripción de ambos en la historia” (2010, 157).
Con lo anterior se nos dan las características generales de este movimiento poético:
77 Para más información ver Ulloa Bustinza (2008), el sub-apartado“3.2 La institución Casa de las Américas”
(99-107).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
71
introducción del habla en la poesía, desacralización de la figura del poeta, y concretización
en el aquí y ahora histórico, en la referencialidad.
Cuadro 5: Características de la poesía conversacional en función
de la síntesis crítica de las fuentes consultadas
Fuente: Cuadro de elaboración propia a partir de las ideas desarrolladas
en este sub-apartado y de la consulta bibliográfica.
2.1.2 Hacia una tipología a lo Jakobson
Resulta curioso e intrigante que el problema no ha sido definir y describir las características
de lo que aquí proponemos llamar poesía conversacional, sino su denominación, el término
que ha de dar cobijo a estos poetas, y en este sentido, muchas veces se ha incurrido en una
verborrea crítica nada provechosa. Lo anterior ha sido dado, posiblemente, por hacer
hincapié en la diferencia, y no en las semejanzas. Así pues, hay una amplia gama de
términos y posturas como poesía conversacional, dialogal, coloquial, comunicante,
existencial, antipoesía, exteriorismo, realismo coloquial, neorrealismo, nuevo realismo,
Car
acte
ríst
icas
de
la p
oes
ía
con
vers
acio
nal
Introducción del habla en la poesía
Desacralización de la figura del poeta
Concreción en el aquí y ahora histórico
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
72
poesía coloquial de tono conversacional, antipoesía conversacional latinoamericana, poesía
situada, y demás combinaciones y amalgamas que no dicen nada nuevo y sólo complejizan
y dispersan el asunto.
Siguiendo esta línea, ya se han hecho intentos de sistematizar y de dar coherencia a
los distintos términos, Borgeson (1982) y Gordon (1990) han propuesto que lo
conversacional es una “expresión que se refiere más a una cuestión propiamente técnica o
estética” (Borgeson 1982, 383). Por otro lado, el poeta y crítico Roberto Fernández
Retamar en Para una teoría de la literatura hispanoamericana (1995), ha contrapuesto los
conceptos de poesía conversacional y antipoesía, otorgando a la primera rasgos positivos
como afirmar creencia religiosas y políticas, tendencia a la ternura y a la esperanza; en
cambio, define a la segunda como negativa, tendiente a la burla, al sarcasmo, al
descreimiento, a la desmitificación, a la desesperanza (174). En realidad, ambas posturas
emplean un mismo criterio técnico, como apuntan Borgeson y Gordon, pero a nivel
ideológico-semántico se bifurcan, como lo señala Retamar.
Por su parte, Carmen Alemany Bay propone el concepto abarcador de poesía
coloquial, al entender ésta como esa estética, técnica o tono comunicante, y descarta así el
término de lo conversacional por su aparente estrechez semántica, ya que desde su “punto
de vista, lo inadecuado sería utilizar sólo el nombre de “conversacional” para una poesía
que no sólo trata de acercarse al tono característico de la conversación, sino que también
utiliza materiales que han venido siendo dominio de la prosa” (1997, 30). Acto seguido,
sitúa dentro de la poesía coloquial a la poesía exteriorista de Cardenal y a la antipoesía de
Parra, rompiendo así la dicotomía propuesta por Retamar e integrando dentro de la poesía
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
73
coloquial, a la poesía exteriorista y a la antipoesía, viendo a éstas como manifestaciones de
una misma tendencia poética. No obstante, en el presente trabajo de investigación no
comulgamos con esta visión, pues lo que agrupa y asemeja a estos poetas es, efectivamente,
la búsqueda de un tono que acerque la poesía al habla y al receptor; en cambio, la cuestión
de los elementos de la prosa o lo prosaico, son más bien una cuestión optativa y agregada,
que suele emplear más la poesía exteriorista y la antipoesía. Para nosotros lo prosaico no es
lo esencial en la poesía conversacional, lo que realmente caracteriza a ésta es la
introducción del habla y, como consecuencia lógica, el abajamiento de la poesía y el poeta,
así como la concreción histórica en el aquí y ahora, como se ha señalado en el Cuadro 5;
en contraparte, lo prosaico es un elemento secundario que singulariza a la poesía
exteriorista y a la antipoesía; y siguiendo esta línea de las distinciones –lo que da su
especificidad a cada sub-categoría de la poesía conversacional–, podríamos decir que el
intimismo es más característico de la poesía coloquial, y la testimonialidad de la poesía
exteriorista. Como puede notarse, el prosaisismo, el intimismo, la testimonialidad, y demás
elementos que se quieran agregar, son cuestiones secundarias que singularizan al
movimiento general de lo que aquí denominamos poesía conversacional.
Desde nuestro punto de vista, lo que unifica poesía coloquial (ideológicamente
afirmativa, con fuerte presencia de un yo que expresa y valida sus creencias, y que tiene
vuelcos hacia el intimismo y la testimonialidad), antipoesía (ideológicamente combativa, y
que busca deconstruir y demoler mitos sociales y literarios), y poesía exteriorista (con
tendencia a la testimonialidad, semánticamente referencial, que coincide con una ideología
tendiente hacia el realismo socialista), es el tono o técnica conversacional, que busca
“romper con el hermetismo reinante en la poesía latinoamericana desde comienzos de siglo,
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
74
y elaborar un tipo de poesía que realmente los identifique con lo que quieren expresar y
comunicar al lector” (Alemany Bay 1997, 30).
Nosotros proponemos que el término abarcador sea poesía conversacional, pues este
concepto no hace referencia a contenidos ideológicos que suelen ser los que separan y
disgregan, sino de forma y técnica, criterio que para nosotros si bien no unifica, al menos
congrega o acerca la mirada crítica a fijar la atención en las similitudes. Así pues, optamos,
en el presente trabajo de investigación, por plantear una tipología que parta del presupuesto
teórico de las funciones del lenguaje de Roman Jakobson (1971, 1986), las cuales se
resumen en seis: emotiva (emisor) referencial (contexto), poética (mensaje), fática
(contacto o canal), metalingüística (código), y conativa (destinatario).
EMOTIVA
(emisor)
CONATIVA
(destinatario)
METALINGÜÍSTICA
(código)
FÁTICA
(contacto)
POÉTICA
(mensaje)
REFERENCIAL
(contexto)
Cuadro 6: Funciones del lenguaje de Roman Jakobson
Fuente: Cuadro de elaboración propia, basado en la revisión
bibliográfica sobre Roman Jakobson (1971, 1986).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
75
Es interesante notar que Roman Jakobson ya había contemplado, e incluso, efectuado,
estudios cuyo objetivo fuera establecer tipologías de distintos subgéneros de la poesía,
partiendo del análisis lingüístico; y es el mismo Jakobson quien advierte que la poesía no
debe limitarse a la función poética, pues ésta no se da de una forma pura78
, sino que se debe
tener en cuenta la participación de las otras funciones en el texto al momento de hacer un
análisis y de establecer categorías:
Todo intento de limitar la función poética a la poesía, o de confinar la poesía
a la función poética, no llevará más que a una simplificación excesiva y
engañosa. La función poética no es la única función del arte del lenguaje, no
es más que la función dominante, determinante […]. [Así pues] El análisis
lingüístico de la poesía no puede limitarse a la función poética. Las
particularidades de los diferentes géneros poéticos implican la participación,
junto a la función poética predominante, de las demás funciones verbales, en
un orden jerárquico variable. La poesía épica, centrada alrededor de la
tercera persona, pone mucho énfasis en la función referencial; la poesía
lírica, orientada hacia la primera persona, está íntimamente ligada a la
función emotiva; la poesía en segunda persona se caracteriza por su función
connotativa… (1971, 19-20).
Como lo atestigua Jakobson, la función poética si bien puede ser en orden jerárquico la
dominante, es también importante poner atención a las funciones verbales secundarias, ya
que son éstas las que configuran y crean la especificidad de cada subgénero o sub-categoría
poética. Así pues, en la presente investigación, establecemos a la poesía conversacional
como categoría abarcadora, y ubicamos tres sub-categorías dentro de ésta: la poesía
78 Desde la semiótica también se ha hecho esta observación de modo más general respecto a los signos, pues
no existen signos puros, sino que siempre se dan en forma heterogénea, en una policonfiguración de
funciones, donde habrá una que domine, más ello no significa que las otras estén ausentes: “Los signos no son
exclusivamente naturales o exclusivamente convencionales. Todos los signos son en cierto modo naturales y
en cierto modo convencionales; y también en cierto modo icónicos y simbólicos; e igualmente todos ellos son,
en cierto grado, señales y síntomas. No es posible utilizar el signo como una forma pura” (Pelc 2002, 258).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
76
coloquial, la poesía exteriorista, y la antipoesía. A continuación procedemos a hacer la
descripción de las especificidades de cada una de estas sub-categorías poéticas, así como de
la misma poesía conversacional.
2.1.2.1 La poesía conversacional
La poesía se escribe para los demás
y si alguien me dice que gusta
de lo que escribo, uno encuentra
la satisfacción de descubrir
que la poesía se realiza.
Jaime Sabines
En esta sección comenzamos con la descripción tipológica de la categoría abarcadora, es
decir, de la poesía conversacional; ahora bien, si la intención de ésta es comunicar, ¿qué es
entonces lo que sucede en este tipo de poesía al nivel de las funciones del lenguaje? Pues
bien, ocurre un fortalecimiento de la función fática, es decir, del contacto con el lector79
.
Jakobson dice sobre esta función que “puede patentizarse a través de un intercambio
profuso de fórmulas ritualizadas, en diálogos enteros, con el simple objeto de prolongar la
comunicación” (1986, 356). De igual forma hay un cambio significativo en la función
metalingüística que corresponde al código, ya que se busca instaurar el código del habla
cotidiana como acertadamente lo señala López Lemus: “el tono conversacional sería una
modalidad expresiva y estilística de la obra literaria en la que se siguen las maneras del
habla del entorno, teniendo en cuenta particularidades del plano social (dialectales,
79 Cabe hacer un deslinde en este punto, ya que si nos sujetamos a nivel lingüístico intratextual, el contacto
serán las palabras, sobre todo aquellas palabras que aseguran que la comunicación se esté llevando efectiva y
adecuadamente, es decir, palabras de conexión y de verificación como “estás ahí”, “me escuchas”, “hola”,
“querido lector”, y demás expresiones que funcionen para atraer o mantener la comunicación con el receptor;
ahora bien, si nos ponemos al nivel extratextual, el contacto se vuelve el canal, que vendría a ser la
materialidad del libro en que se lee un poema, o el entorno web o digital, en caso de que se usen las nuevas
tecnologías. Para efectos del presente trabajo de investigación usamos aquí el primer sentido, es decir, el
lingüístico intratextual, que corresponde a la palabra contacto.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
77
regionales, argot y hasta modos expresivos temporalmente muy limitados) e incluso
individuales (idiolectos)” (en Alemany Bay 1997, 29).
Lo anterior viene a redundar en un aparente debilitamiento de la función poética del
mensaje, ya que “la función poética comprende la concentración dentro del mensaje verbal
del mensaje verbal en sí mismo. De hecho, es “un langage que met l’accent sur le langage”
(Todorov, 1978)” (Waugh 1995, 196). En la poesía conversacional se abandona la idea
tradicional del mensaje por el mensaje –o lo que es lo mismo, el arte por el arte, idea típica
del Modernismo y las Vanguardias– para poner en el centro al lector y la comunicación a
éste del mensaje, es decir, una idea pragmática de la literatura, que va de la mano con la el
pensamiento posmoderno, ya que en general éste valora y privilegia más el eje de lo
pragmático que de lo teórico, más lo concreto que lo abstracto (Mardones 1988, 111).
En este sentido, hay un fortalecimiento de la función conativa que corresponde al
destinatario, ya que en este tipo de poesía suele haber un tú poético insinuado, anunciado, o
perfilado, al que se habla. Un claro ejemplo de lo antes dicho es el poemario La Señal
(1951), que “a diferencia de Horal [primer poemario de Sabines 1950], donde el autor
presentaba una postura claramente egocentrista, en estos poemas la presencia de un tú lo
aproxima hacia posturas claramente coloquialistas” (Alemany Bay 1997, 174), con poemas
con destinatarios personalizados como “Carta a Jorge”, “Otra carta” y “Tía Chofi”:
“Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi, / pero esa tarde me fui al cine e hice el amor”
(95); o despersonalizados pero referenciados a un tú lingüístico: “Pequeña del amor”, “Te
desnudas igual” y “Qué risueño contacto”: “¿Quién eres tú? ¡Qué importa! / A pesar de ti
misma / hay en tus ojos una breve palabra / enigmática” (68). También hay que agregar el
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
78
caso especial de Tarumba (1956)80
, donde se configura un receptor interno explícito a lo
largo de todo el poemario que funciona como interlocutor ideal: “Todos vamos a
vendernos, Tarumba” (139), “y sólo tú me gustas, Tarumba” (141), “A caballo, Tarumba, /
hay que montar a caballo” (143). Así pues, podemos resumir las principales características
de la poesía conversacional, vistas desde las funciones del lenguaje de Roman Jakobson, en
tres: 1) en la función fática, expresada en los poemas en palabras de conexión que buscan
prolongar o mantener la comunicación tanto con el receptor interno (implícito o explícito)
como con el receptor real; 2) al nivel de la función metalingüística, en lo concerniente a un
cambio de código, concretamente, en la introducción de construcciones sintácticas y
palabras coloquiales del habla dentro del poema81
; 3) en la función conativa, que se
manifiesta en la presencia de un tú poético dentro de los poemas, ya sea tácito, insinuado, o
concreto.
80 Es interesante apuntar que este tú poético no se reduce sólo al texto sino que se prolonga hacia el paratexto
de los títulos de los poemas, como podemos notar en Tarumba, ya que el poemario se titula como el tú
poético que Sabines configura a lo largo de esa obra. Esto también se puede notar en poemas específicos
como en “Carta a Jorge”, donde se nos manifiesta desde el paratexto del título la presencia del receptor
interno explícito: Jorge. 81 En este sentido, el escritor Antonio Skármeta da cuenta de estos cambios en los códigos poéticos, al decir
que “la jerga popular era ahora la base para una exploración poética” (1981, 77).
Poes
ía c
on
vers
acio
nal
Función fática:
palabras de conexión
Función metalingüística: introducción de registros coloquiales
Función conativa: presencia de un tú poético
Cuadro 7: Características de la poesía conversacional
vistas desde las funciones del lenguaje de Jakobson
Fuente: Cuadro de elaboración propia con la
información analítica de este sub-apartado.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
79
A continuación se reproduce y analiza, desde la perspectiva de las funciones del lenguaje
de Jakobson, un poema de Tarumba (1956), cuarto poemario de Jaime Sabines, donde se
ejemplifican cada una de estas características:
1. La mujer gorda, Tarumba,
2. camina con la cabeza levantada.
3. El cojo le dice al idiota: Te alcancé.
4. El boticario llora por enfermedades.
5. Y los miro a todos desde la puerta de mi casa,
6. desde el agua de un pozo,
7. desde el cielo,
8. y sólo tú me gustas, Tarumba,
9. que quieres café y que llueva.
10. No sé qué cosa eres,
11. cuál es tu nombre verdadero,
12. pero podrías ser mi hermano o yo mismo.
13. Podrías ser también un fantasma,
14. el hijo de un fantasma,
15. el nieto de alguien que no existió nunca.
16. Porque a veces quiero decirte: Tarumba,
17. ¿en dónde estás?
(Tarumba 1956, 141)
En primer lugar, cabe señalar que la función fática y la conativa van de la mano, ya que las
podemos encontrar en el constate referirse al tú poético que se configura en el poema como
un receptor interno explícito con el nombre Tarumba. En este sentido, es interesante notar
que la función fática es más abarcadora que la función conativa, pues esta última se limita
al rubro de los destinatarios, normalmente encarnado en los vocativos, en este caso, en el
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
80
nombre propio Tarumba. En cambio, la función fática también contempla otro tipo de
lexías, e incluso de sintagmas, ejemplo de esto es el verso octavo y el verso último: “y sólo
tú me gustas, Tarumba”, y “¿en dónde estás?”. Este verso final es una pregunta que alude
directamente al receptor interno explícito Tarumba, y que presupone una respuesta, o la
búsqueda de ella, lo cual también es una forma de verificar la conexión con el receptor. En
cuanto a la introducción de registros coloquiales del habla en la poesía, en general se puede
percibir sencillez en la sintaxis del poema al respetar la estructura sujeto + verbo +
predicado, que es la estructura básica del español, y que suele ser la que se usa en el habla
cotidiana. Además de esto, también a nivel semántico hay sintagmas que muestran su
coloquialidad como: “La mujer gorda”; asimismo podemos ver esta característica en el tono
de refrán casi proverbial que tienen el tercer y cuarto verso: “El cojo le dice al idiota: Te
alcancé. / El boticario llora por enfermedades”. En general, se aprecian los tres elementos
que se proponen como característicos de la poesía conversacional, es decir, elementos que
se pueden repetir tanto en la poesía coloquial como en la antipoesía o la poesía exteriorista;
podríamos decir que estos son los denominadores comunes de este tipo abarcador. Cabe
aclarar que no todos los poemas exhiben los tres elementos, pero sí al menos uno de ellos.
2.1.2.2 La poesía coloquial
Cuando tomo mi cuaderno,
es porque tengo un complejo
de emociones humanas
que necesito sacar de mí.
Jaime Sabines
Como ya hemos mencionado, dentro de la poesía conversacional ubicamos tres vertientes o
sub-categorías; en primer lugar, tenemos la poesía coloquial, que como menciona Retamar,
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
81
tiende hacia una actitud positiva del yo lírico, además de que ese yo lírico afirma sus
creencias y abre o deja entrever la esperanza (1995)82
. Así pues, en esta poesía ocurre un
fortalecimiento de la función emotiva del emisor, ya que “apunta a una expresión directa de
la actitud del hablante ante aquello de lo que está hablando” (Jakobson 1986, 353), es decir,
el yo lírico habla y expresa aquello que piensa sobre el mundo partiendo de sus creencias.
Un rasgo característico de la poesía coloquial es la tendencia al intimismo, ya que al
tener un lugar jerárquicamente importante la función emotiva dentro del poema, éste se
vuelve grávido de referencias a la cotidianidad íntima del poeta. En este sentido, Rogelio
Guedea ha señalado esta tendencia en la poesía de Sabines: “Poeta autobiográfico,
intimista, su poesía es una confesión, un diario” (2007, 38); de igual forma, Mario
Benedetti hace un comentario en el mismo sentido: “Sabines abre su intimidad, exhibe sin
falso pudor sus contradicciones […]. Al lector le complace y le conmueve esa claridad (de
ahí la enorme popularidad de que goza en su México, donde sus recitales convocan
verdaderas multitudes)…” (1998, 10). Como podemos apreciar, el intimismo es la apertura
de referencias autobiográficas dentro del poema, referencias que se multiplican en la poesía
de Sabines como se puede apreciar en Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973),
donde el poeta chiapaneco escribe un desgarrador canto elegiaco a la muerte de su padre;
asimismo, podemos apreciar el intimismo en la primera parte de Maltiempo (1972), “Doña
Luz”, poema que el autor escribe a la muerte de su madre. El mismo Sabines testimonia
esta tendencia en su poesía en una entrevista que le hizo Mónica Plasencia el 12 de
diciembre de 1997 en el Hotel Palace, de Madrid:
82 En este sentido es importante mencionar que la mayoría de los poetas que aquí se podrían situar, como
Retamar, Benedetti, Cisneros o Dalton, son o han sido escritores comprometidos con la ideología socialista;
sin embargo, no todos los poetas coloquiales han sido poetas comprometidos, un claro ejemplo es Sabines.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
82
Yo soy un poeta intimista, a mi me gusta hablar de mis sucesos, de lo que
me pasa a mí, de lo que me sucede, pensando que le puede pasar a
cualquiera. Si no tiene un sentido ejemplar lo que me sucede a mí, no tengo
por qué hablarlo. Yo me tomo este par de huevos tibios y no tiene ninguna
importancia, pero si me enamoro, eso tiene importancia en cuanto que todos
se pueden enamorar. Que sea un sentimiento que logra trascender. Que
pueda significar el sentimiento de los demás. En este sentido hablo de las
cosas que suceden (Plasencia 2007, 23).
Así pues, en el intimismo podemos ver que van de la mano la cotidianidad y la expresión
emocionada o sentimental de ésta, y como mencionamos antes, en el nivel de las funciones
del lenguaje, es el elemento de la función expresiva centrada en el emisor lo que le da la
especificidad a la poesía coloquial, lo cual se manifiesta en distintas características que ya
hemos enunciado, pero que se sintetizan en el cuadro siguiente:
Poesía coloquial
Actitud positiva del yo lírico
Esperanza y afirmación de creencias
Intimismo
Función emotiva
Cuadro 8: Características de la poesía coloquial
vistas desde las funciones del lenguaje de Jakobson
Fuente: Cuadro de elaboración propia con la
información analítica de este sub-apartado.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
83
Otros ejemplos de este tipo de poesía son “Me encanta Dios”, donde Sabines configura a su
propio Dios –como veremos en el Capítulo III de la presente investigación–, “Quiero
apoyar mi cabeza”, donde se afirma una creencia, o Adán y Eva (1952), donde también el
autor expresa su versión íntima de estos dos personajes bíblicos. A continuación se
reproduce y analiza el poema “El peatón”, incluido en Otros poemas sueltos 1973-1993.
El peatón
1- Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos
enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen
poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un
poeta.
2- Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta!
¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!
3- Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle
nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué
los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un
rayo que les salga de las orejas?
4- ¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la
fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón.
5- ¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.
6- Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.
(Otros poemas sueltos 1973-1993, 397)
En primer lugar, cabe resaltar que este poema es una especie de “fe poética” en la que Jaime
Sabines expone su concepción personal e íntima sobre lo que es un poeta, es decir, afirma
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
84
sus creencias artístico-literarias, y esta afirmación es hecha de forma irónica mas no mordaz,
sino positiva, con un especie de revelación que se acepta tranquilamente, lo cual se puede
apreciar en el siguiente fragmento: “¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón”.
Así pues, esta aceptación pacífico-positiva encaja con la característica de la actitud positiva
del yo lírico.
Finalmente, el poema está nutrido de abundantes referencias a la intimidad,
comenzando por la introducción del sustantivo o nombre propio de Jaime, creando así un
puente de identificación entre el poema y la voz lírica, y el autor del poema, Jaime Sabines.
Además de lo anterior, las referencias a la cotidianidad íntima son varias, como por ejemplo,
en los espacios físicos como la calle por donde se camina o la casa en que se reposa: “Y esta
vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila”. Finalmente también cabe
señalar los roles que se enuncian y que corresponden a roles o funciones sociales humanas
íntimas como el rol en la familia, en el trabajo, o como parte de una ciudad, como civil:
“¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro
cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón”.
Sintetizando, la poesía coloquial se caracteriza por un fortalecimiento de la función
emotiva del lenguaje, desde la concepción de Jakobson, y este fortalecimiento se ve
expresado en tres elementos de análisis: la actitud positiva del yo lírico, la esperanza y la
afirmación de creencias, y el intimismo.
.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
85
2.1.2.3 La poesía exteriorista
Yo no canto la defensa de Stalingrado
ni la campaña de Egipto
ni el desembarco de Sicilia
ni la cruzada del Rhin del general Eisenhower:
Yo sólo canto la conquista de una muchacha.
Ernesto Cardenal
La poesía exteriorista83
, corriente inaugurada por Coronel Urtecho y continuada por
Ernesto Cardenal y otros poetas de Nicaragua, es la segunda rama o sub-categoría poética
dentro de nuestra propuesta tipológica84
. A continuación exponemos sus características.
Ernesto Cardenal, al ser entrevistado, dice al respecto que “la poesía exteriorista expresa las
ideas o los sentimientos con imágenes reales del mundo exterior: usa nombres de calles o
de lugares, nombres propios de personas con su apellido, fechas, cifras, anécdotas, citas
textuales, palabras y giros de la conversación diaria, etc.” (en Alemany Bay 1997, 31). De
lo antes dicho, podemos afirmar que hay una tendencia hacia el contexto, es decir, hacia la
función referencial del lenguaje y, por lógica, el fortalecimiento de esta función. Lo anterior
tiene que ver con 2 factores: 1) el acercamiento de la poesía a la realidad histórico social, y
2) una respuesta a la dislocación del referente y la autorreferencialidad practicada por la
poesía vanguardista, corriente continuada sobre todo por Octavio Paz en México.
También es importante señalar que es dentro de la corriente del exteriorismo que se
emplean y explotan con mayor frecuencia los recursos del prosaísmo, entendiendo a éste
83
Dice Carmen Alemany Bay sobre esta corriente que “El exteriorismo es una línea poética establecida por
José Coronel Urtecho a partir del imaginismo de Ezra Pound y que es llevado a su punto álgido por la poesía
de Ernesto Cardenal” (1997, 31). 84 Carmen Alemany Bay sitúa en su propia tipología a la poesía exteriorista dentro de la poesía coloquial, que
en nuestra propuesta vendría a ser la categoría abarcadora de poesía conversacional: “el exteriorismo forma
parte de ese tronco común que es la poesía coloquial, con sus matices o sus peculiaridades, pero con
demasiadas conexiones y entrecruzamientos” (1997, 34).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
86
como registros lingüísticos no sólo de la prosa sino en general de la lingüística fuera del
texto literario, es decir, de anuncios, letreros, posters, periódicos, panfletos, notas,
instrucciones, y demás. Lo anterior es señalado por Cardenal en la continuación de la
entrevista arriba citada:
la poesía exteriorista es más amplia que la conversacional. El usar, por
ejemplo, términos técnicos o científicos, o documentos históricos, o
fragmentos o cartas privadas o reportajes periodísticos no puede llamarse
estrictamente ‘conversacional’. Son temas propios no de la conversación,
sino de la prosa -equivocadamente restringidos a la prosa anteriormente. Es
decir, la poesía exteriorista incluye todos los elementos que antes se
consideraban privativos de la prosa (en Alemany Bay 1997, 31-32).
Así pues, podemos resumir en dos las características esenciales que se desprenden de la
inclinación hacia la función referencial del lenguaje: 1) introducción en el poema de
referencias contextuales como imágenes del mundo exterior: nombres de calles, de lugares,
de personas, fechas, cifras, y demás; y 2) introducción del prosaísmo en el poema, es decir,
registros lingüísticos de textos no literarios. A continuación se presenta un cuadro donde se
sintetizan estas ideas.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
87
En el caso de la poesía de Jaime Sabines podemos encontrar varios ejemplos como el
conjunto de poemas de “Cuba 65” en Yuria (1967): “Un día, en Banagüises, una pequeña
aldea, / sentí las gentes, sentí el campo, sentí la verdad de Cuba” (271); la presencia de los
nombres propios Banagüises y Cuba hacen que este fragmento pueda ser considerado
exteriorista. En general, todo el conjunto de “Cuba 65” puede ser ubicado dentro de este
tipo de poesía. Otros ejemplos son: “Tlatelolco 68” que desde el título nos anuncia la
referencia a un evento histórico de México; “Las montañas”, cuyos primeros versos dicen:
“En la finca de Orencio López, llamada El Carmen, / municipio / de Ixhuatán, Chiapas,
conocí las montañas” (357); los dos poemas anteriores pertenecen al poemario de
Maltiempo (1972). A continuación se reproduce y analiza –desde la perspectiva de las
funciones del lenguaje de Jakobson– el poema “Dice el radio que los Estados Unidos”
perteneciente al poemario de Diario semanario y poemas en prosa (1961).
Poes
ía e
xter
iori
sta
Función referencial
Prosaísmo: registros lingüísticos no literarios
Referencias contextuales: nombres de calles, lugares
personas, fechas, cifras
Cuadro 9: Características de la poesía exteriorista
vistas desde las funciones del lenguaje de Jakobson
Fuente: Cuadro de elaboración propia con la
información analítica de este sub-apartado.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
88
1- Dice el radio que los Estados Unidos le piden explicaciones a México por
eso de su apoyo moral a Cuba. Hoy, 8 de julio de 1960.
2- ¡Qué pequeño gran país estos Estados Unidos! ¡Cómo han crecido y crecido
para hacerse pequeños! Acorralados por todas partes, no saben qué hacer, y
cuando hacen algo lo hacen con torpeza. Dan de manotazos tontamente, se
ponen serios, amenazan; o sonríen, halagan, para atraerse simpatías.
3- A este rascacielos de los Estados Unidos le han puesto demasiados pisos
para sus escasos cimientos. ¡Quién sabe a cuántos va a aplastar en su caída!
Pero esta hermosa Cuba de hoy, atacada de tan divina locura, enferma de su
libertad, aguantará la historia. ¡Y qué bueno que si miró de México el plan y
la cordura, le esté enseñando a México el arrojo y la insensatez!
4- Porque ante la política de la fuerza de los Estados Unidos, sólo la política
del atrevimiento puede enfrentarse. ¡De la antigüedad van a venir los dioses,
y del porvenir los hombres, en ayuda de la osada Cuba!
(Diario semanario y poemas en prosa 1961, 179)
En este poema podemos identificar las dos características que se desprenden del
fortalecimiento de la función referencial en la poesía. En primer lugar, hay elementos del
prosaísmo, como el primer párrafo que simula ser el encabezado de un periódico o de un
programa de radio, introduciendo así construcciones lingüísticas exoliterarias85
: “Dice el
radio que los Estados Unidos le piden explicaciones a México por eso de su apoyo moral a
Cuba. Hoy, 8 de julio de 1960”. Incluso, considerando el texto en su totalidad, parece una
especie de nota periodística donde se informa un acontecimiento de índole internacional.
85 La relaciones intertextuales externas (de un texto con otro texto) se pueden dividir en dos tipos: 1)
endoliterarias, si hace referencia a un texto considerado como literario, así pues se establece una relación
dentro del discurso literario; y 2) exoliterarias, cuando hace referencia a discursos que no son considerados
normalmente como literarios, ya sean escritos u orales (Martínez Fernández 2001, 81-82).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
89
En segundo lugar, las referencias contextuales inundan el texto desde el inicio hasta el final,
ya que se comienza diciendo “Dice el radio”, remitiendo así a un elemento extratextual,
fuera del poema, y finaliza con la palabra “Cuba”, que nos remite a una compleja realidad
socio-política extratextual. Además de este inicio y final, otros elementos de referencia
contextual son: “México”, “Estados Unidos”, “Hoy, 8 de julio de 1960”. En líneas
generales, el poema es un desarrollo semántico de la relación tríadica de Cuba, Estados
Unidos, y México. Así pues, la poesía exteriorista es una poesía que privilegia la función
referencial del lenguaje, y esta tendencia se ve reflejada en el prosaísmo y la multiplicación
de las referencias contextuales.
2.1.2.4 La antipoesía
Señoras y señores
ésta es nuestra última palabra
–nuestra primera y última palabra–.
Los poetas bajaron del Olimpo.
Nicanor Parra
Finalmente tenemos la antipoesía, corriente creada y representada por Nicanor Parra, cuya
facha fundacional la podemos ubicar en 1954 con la publicación de su segundo poemario:
Poemas y antipoemas. En esta sub-categoría de la poesía conversacional hay una explícita
negación de la función poética del lenguaje; ahora bien, es necesario matizar este
comentario, al decir que más bien hay una negación de una cierta retórica, de un tipo de
mensaje poético encarnado en la figura de Pablo Neruda y los trascendentalistas (Vallejo,
Paz) (Alemany Bay 1997, 27).
Así pues, lo que en realidad sucede en la antipoesía al nivel de las funciones del
lenguaje es una negación de ciertos códigos, es decir, de funciones metalingüísticas, de
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
90
ciertas retóricas literarias, así como de códigos sociales institucionales. En este sentido,
Borgeson menciona que es “una poesía de estética combativa, antirretoricista, antielitista”
(1982, 385), y complementa Niall Binns al decir que “el prefijo anti es indicativo de la
intención destructiva de la antipoesía, demoledora de los mitos y de las instituciones
autoritarias de la sociedad” ([s/a] 1), y yo agregaría de la tradición literaria, ya que es una
poesía que subvierte importantes códigos retórico-literarios, sobre todo de los autores
consagrados de la generación precedente (Vanguardias literarias), como se puede apreciar
en los siguientes versos de “Manifiesto”:
Nada más compañeros
nosotros condenamos
-y esto sí que lo digo con respeto-
la poesía de pequeño dios
la poesía de vaca sagrada
la poesía de toro furioso.
[…]
Los poetas bajaron del Olimpo.
(Parra 1995, 150)
Como se puede notar, hay un ataque directo y frontal a las poéticas que configuraron
Huidobro (pequeño dios), Neruda (vaca sagrada), y De Rokha (toro furioso), para concluir
sentenciando el nuevo camino que propone Parra: “Los poetas bajaron del Olimpo”, es
decir, desmitificar la sacralidad de las instituciones literarias representadas en escuelas,
movimientos y poetas consagrados. Lo que caracteriza entonces a la antipoesía es una
actitud mordaz, ácida, desencantada, y desmitificadora, que se levanta en contra de los
códigos sociales y literarios, y que muestra la incongruencia de lo cotidiano (Borgeson
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
91
1982, 387), o como dijo Parra, en una entrevista con Samuel Silva: “la antipoesía es el
colapso de los dogmas políticos, religiosos, literarios. Es una poesía antidogmática, cuyo
único dogma podría ser el antidogma (1980, 37)” (Binns [s/a], 2). Así pues, la antipoesía no
se rebela contra el mensaje o la función poética, sino contra los códigos y las funciones
metalingüísticas instituidas como “verdades” y “fundamentos” de la sociedad y la literatura,
como el mismo Parra dice en una entrevista con Ana María Foxley:
La antipoesía significa la muerte de los metalenguajes de los poetas líricos
anteriores. La jerga personal desaparece y queda establecido de una vez para
siempre que la poesía no puede ser sino una máquina que funciona con la
energía que saca del habla. No se trata de reproducir el habla tal cual, sino
que es el espíritu del habla, la poesía como diálogo, como comunicación
(1989, 3).
De todo lo anterior podemos decir junto a Rubén Vargas Portugal que: “la antipoesía de
Parra no es, como ya se vio, una definición. Es una posición” (2010, 161). Comulgo con
esta idea ya que la antipoesía no es tanto una forma de escribir sino más bien una actitud,
una posición ideológica desencantada, incrédula, que critica todo fundamento, y en esto se
asemeja al pensamiento posmoderno86
, ya que ambos buscan dejar al descubierto las
mitificaciones de los sistemas de pensamiento moderno, ya sea en los campos artísticos,
religiosos, políticos, individuales, económicos, en fin, socio-culturales. A continuación se
presenta un cuadro que expone los dos elementos que se introducen en la antipoesía a raíz
de la tendencia de ésta hacia la función metalingüística; el primer elemento es la idea de la
86Niall Binns ya ha notado este paralelismo entre antipoesía y pensamiento posmoderno. Para ahondar en este
punto remito a su artículo “Poesía hispanoamericana entre la modernidad y la posmodernidad (Nicanor Parra
y Enrique Lihn). Parte I” ([s/a]), así como al sub-apartado 2.1.3 “La poesía conversacional en el marco de la
Posmodernidad” del presente trabajo de investigación.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
92
desmitificación que se expresa a la vez en el binomio: subversión de códigos
sociales/subversión de códigos retórico-literarios; el segundo, es el tono de esta
desmitificación: la ironía, la mordacidad, la acidez, el desencanto.
En este sentido, una buena parte de la producción poética de Jaime Sabines puede ser
situada en la línea antipoética87
, un claro ejemplo es todo el poemario Tarumba (1956),
donde Sabines se muestra reaccionario antes las instituciones sociales, políticas, religiosas,
y económicas; también en partes de Yuria (1967), sobre todo en la cuarta parte del
poemario titulado “Vuelo de noche”; de igual manera en Maltiempo (1972), nos
87 Para ahondar en la relación de Jaime Sabines con la antipoesía y Nicanor Parra, remito al Capítulo I:
“Diferencias y semejanzas entre Parra y Sabines”, de la tesis El tiempo en la poesía de Jaime Sabines (2006),
de César Bonilla Bonilla.
Antipoesía
(función metalingüística)
Desmitificación
códigos retórico-literarios
códigos sociales
Tono
mordaz, irónico, ácido, desencantado
Cuadro 10: Características de la antipoesía
vistas desde las funciones del lenguaje de Jakobson
Fuente: Cuadro de elaboración propia con la
información analítica de este sub-apartado.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
93
encontramos con poemas en esta dirección como “Diario oficial”, que a continuación se
reproduce y analiza desde esta perspectiva de las funciones del lenguaje.
Diario oficial
1. (Marzo de 70)
2. Por decreto presidencial: el pueblo no existe.
3. El pueblo es útil para hablar en banquetes:
4. “Brindo por el pueblo de México”,
5. “Brindo por el pueblo de Estados Unidos.”
6. También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
7. escribir el cuento de la democracia,
8. publicar la revista de la revolución,
9. hacer la crónica de los grandes ideales.
10. El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
11. generosamente abstracta e infinita.
12. Sirve también para que jóvenes idiotas
13. aumenten el área de los pantalones
14. embaracen las cárceles
15. aprendan a ser ricos.
16. Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro:
17. “Con el pueblo me limpio el culo”.
18. He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
19. un rollo de papel higiénico
20. para escribir la historia contemporánea con las uñas.
(Maltiempo 1972, 358)
En el poema podemos detectar los dos elementos que se desprenden de la subversión de la
función metalingüística del lenguaje; en primer lugar, hay una desmitificación doble, tanto
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
94
a nivel de código social como a nivel de código literario, ya que se desmitifica la idealidad
del vocablo “pueblo”, el cual había sido configurada tras la Revolución Mexicana, pues el
Estado había sacralizado al “pueblo” al dotarla únicamente de cargas positivas, a tal punto
que se había vuelto un código, un símbolo alejado de la realidad. Este mismo tema permeó
en la literatura del periodo posrevolucionario en la cual también se elogiaba al “pueblo”; en
este sentido, El llano en llamas (1953), de Juan Rulfo, trata estas mismas cuestiones de
desmitificar al pueblo, al hacer notar en sus cuentos que el pueblo no era tan “bueno” ni
“perfecto” como se planteaba en los discursos políticos, sino que también estaba plagado de
errores y defectos, como la ignorancia, el fanatismo religioso, la pereza, el alcoholismo, el
bandolerismo, la violencia, y demás.
Así pues, podemos ver que Sabines se mete de lleno con una de las construcciones
simbólicas de la nación, “el pueblo”, y hace una doble desmitificación, tanto a nivel social:
“Por decreto presidencial: el pueblo no existe. / El pueblo es útil para hablar en banquetes”,
así como literario: “También sirve el pueblo para otros menesteres literarios: / escribir el
cuento de la democracia, / publicar la revista de la revolución”. Además de esto, el tono del
poema va ascendiendo en cuanto a su ironía y acidez, en cuanto a su mordacidad, así como
el desencanto, lo cual se ve en los siguientes versos: “Lo mejor de todo lo ha dicho un señor
Ministro: / ‘Con el pueblo me limpio el culo’”. Nos encontramos entonces con un
antipoema que atenta contra los códigos sociales y literarios (en este caso temáticos, en
comparación con el tratamiento mitificante de una parte de la literatura postrevolucionaria),
así como con el tono irónico y mordaz.
…
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
95
Tras la revisión, descripción, y análisis de cada uno de los elementos de la tipología
propuesta, cabe aclarar que ésta no pretende ser una tipología fija, sino meramente
orientativa. Además de esto, muchas veces sucede que un mismo poema reúne recursos de
distintas sub-categorías poéticas, como por ejemplo, el poema de “Manifiesto”, donde si
bien hay una actitud antipoética, la forma responde más a un criterio exteriorista, ya que
incorpora elementos del prosaísmo como la simulación de ser un decreto presidencial, tanto
en el tono como en la introducción de la fecha entre paréntesis en la parte superior del
poema. Así pues, muchas veces en los poemas coexisten diversas características de las sub-
categorías poéticas aquí propuestas, lo cual nos hace pensar que no hay categorías
monolíticas sino que éstas se entremezclan creando así un hibridismo entre elementos de
distintas categorías que conviven en un mismo espacio textual. A continuación se presenta
un cuadro orientativo de las características de cada una de las cuatro categorías que hemos
presentado: la poesía conversacional, la poesía coloquial, la poesía exteriorista, y la
antipoesía.
Cuadro 11: Características generales de la tipología propuesta
a partir de las funciones del lenguaje de Jakobson
Tipo Función del lenguaje
predominante
Características
Poesía conversacional Fática
Metalingúística
Conativa
Palabras de conexión
Introducción de registros coloquiales
Presencia de un tú poético
Poesía coloquial Emotiva Intimismo
Actitud positiva del yo lírico
Esperanza y afirmación de creencias
Poesía exteriorista Referencial Prosaísmo
Referencias contextuales
Antipoesía Metalingüística Desmitificación de códigos sociales y literarios
Tono irónico, ácido, mordaz, desencantado
Fuente: Cuadro de elaboración propia a partir de lo propuesto
en los cuatro sub-apartados anteriores.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
96
A raíz de ver las especificidades de cada uno de los tipos propuestos en esta investigación
(Cuadro 11), surge una pregunta: ¿es Jaime Sabines un poeta coloquial, un antipoeta, o un
poeta exteriorista? En realidad, pienso que no hay necesidad de ubicar a Jaime Sabines
dentro de una corriente específica; lo que sí se puede afirmar es que la poesía de Sabines
emplea una estética conversacional que oscila primordialmente entre lo coloquial y lo
antipoético, ya que su poética se centra en el intimismo –característica central de la
coloquialidad–, pero al mismo tiempo subvierte códigos sociales y literarios en su poesía
–característica central de la antipoesía–, y una parte no tan abundante de su poesía usa
recursos de la poesía exteriorista, sobre todo en carga de referencias extratextuales.
Ahora bien, planteo dos nuevas preguntas que dan pie al siguiente sub-apartado: ¿a
qué responde el hecho de que Jaime Sabines utilice una estética conversacional en su
poesía?, ¿qué significa el hecho de que oscile entre lo coloquial y lo antipoético? En
general, pienso que la oscilación, el hecho de no “comprometerse” o “casarse” con una
corriente definida, muestra un paralelismo con el pensamiento posmoderno que busca la
relatividad, así como las estructuras abiertas no monolíticas, y de alguna forma este oscilar
es eso, una apuesta por la relatividad, por la apertura de pensamiento; factores que nos
llevan a hacer una comparación entre las características de la poesía conversacional y del
pensamiento posmoderno.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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2.1.3 La poesía conversacional en el marco de la Posmodernidad
Hoy es un día azul de primavera
creo que moriré de poesía,
de esa famosa joven melancólica
no recuerdo ni el nombre que tenía.
Sólo sé que pasó por este mundo
como una paloma fugitiva:
la olvidé sin quererlo, lentamente,
como todas las cosas de la vida.
Nicanor Parra
En el presente apartado exploramos la relación de la poesía conversacional y de sus sub-
categorías poéticas, vistas desde las funciones del lenguaje de Roman Jakobson, con el
pensamiento posmoderno. En este sentido, Niall Binns ([s/a]), y Pilar Gil y Rolando Opazo
(2001), han tenido el acierto de señalar la relación entre antipoesía y pensamiento
posmoderno. El primero dice que “existe, en este sentido, un paralelismo entre la antipoesía
y las ideas de Lyotard sobre el des-cubrimiento postmoderno del carácter narrativo y mítico
del saber moderno […]: la postmodernidad de Lyotard y la antipoesía de Parra constituyen
sendos esfuerzos para desenmascarar las pretensiones y los peligros de la modernidad”
(Binns [s/a], 1). Así pues, se nota como Niall Binns compara y acerca antipoesía y
pensamiento posmoderno partiendo del elemento en común de la desmitificación de las
pretensiones del saber moderno, así como de sus instituciones y, en general, de su búsqueda
de totalidad. Por el otro lado, Gil y Opazo han puesto de relieve que “la antipoesía […]
puede ser tomada como una forma discursiva premonitoria que anuncia la llegada de la
postmodernidad…” (Gil y Opazo 2001, 12), lo cual deja de relieve una cuestión temporal,
es decir, que la antipoesía expresó características del pensamiento posmoderno antes de que
éste eclosionara en Latinoamérica. Sin embargo, a pesar de los valiosos vínculos que
establecen los autores antes citados entre pensamiento posmoderno y antipoesía, pensamos
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que hay un vacío respecto a las relaciones entre pensamiento posmoderno y: poesía
conversacional, poesía coloquial, y poesía exteriorista. Así pues, es nuestra intención
ampliar el panorama en este sentido al ir señalado los paralelismos entre las características
que hemos propuesto para estos tipos de poesía (Cuadro 11) y las del pensamiento
posmoderno.
En primer lugar, examinemos las relaciones de la poesía conversacional con el
pensamiento posmoderno; para ello es vital comenzar señalado que la Posmodernidad, a
nivel epistémico, es un cambio de paradigma que se refleja en el hecho de privilegiar el eje
pragmático sobre el teórico (Mardones 1988). Es respecto a este desplazamiento de lo
teórico a lo pragmático que podemos ir estableciendo los primeros paralelismos, ya que el
eje de lo pragmático se vincula con el hecho de privilegiar la comunicación, esto se puede
apreciar por ejemplo en las teorías literarias que optan por estudiar el hecho literario desde
un punto de vista pragmático comunicativo como la Estética de la Recepción, la Teoría de
Polisistemas, la Hermenéutica, la Pragmática, y la Teoría Empírica (Garrido 2000, 43-46).
Así pues, la tendencia hacia la pragmatización beneficia la comunicación, lo cual se
ve en la poesía conversacional, ya que ésta, de alguna forma, es una “democratización” de
la poesía, pues el hecho de introducir registros del habla en la poesía (función
metalingüística) la acerca a un número mayor de lectores, y no como había sucedido en la
Vanguardia y en el Modernismo, donde la poesía se limitaba a una clase de elite culta que
poseía los códigos necesarios para decodificarla (Alemany Bay 1997)88
. En este sentido,
88Dice Carmen Alemany Bay al hacer una comparación de las similitudes entre la antipoesía y la poesía
coloquial (lo que nosotros denominamos en esta investigación como poesía conversacional) que “lo que más
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Gilles Lipovestky atestigua que la el pensamiento posmoderno ha fomentado el “final de la
supereminente altura del arte, que se reúne con la vida y baja a la calle, <<la poesía debe
ser hecha por todos, no por uno>>” (2010, 90).
Al paralelismo anterior le sigue otro de la mano, que es el hecho de tomar en cuenta
al receptor, situación que se desprende del cambio del eje de lo teórico a lo pragmático. Lo
anterior se ve en la poesía conversacional en la configuración de un tú poético dentro del
poema (función conativa), así como en las palabras de conexión (función fática). Así pues,
tanto el pensamiento posmoderno como la poesía conversacional se interesan por el eje de
lo pragmático, situación –resumiendo– que se aprecia en la poesía en la democratización de
ésta (introducción de registros del habla dentro del código poético), y en tomar en cuenta al
receptor (tú poético-palabras de conexión), ya que sin él no hay comunicación, y sin
comunicación no hay pragmática.
Examinemos ahora la poesía coloquial y la poesía exteriorista; en este sentido, el
cambio de eje que hemos mencionado antes tiene otras repercusiones, como el hecho de
tomar más en cuenta la cotidianidad. Desde un punto de vista filosófico, podemos decir que
ocurre un desplazamiento de lo ontológico (fundamentos abstractos, trascendentes,
metafísicos) a lo óntico (lo concreto, lo material, el objeto). El pensamiento moderno suele
privilegiar el eje teórico de lo abstracto y, por consiguiente, a las fundamentaciones de tipo
une a la poesía de Parra con los escritores coloquiales sea que todos ellos han democratizado el lenguaje
poético y lo han liberado del hermetismo imperante en la poesía latinoamericana desde el Modernismo…”
(1997, 30). También Antonio Skármeta ha hecho esta señalización sobre la democratización de los códigos
poéticos literarios a través de la introducción de registros del habla: “encontramos en el lenguaje coloquial la
herramienta adecuada para trabajar la realidad. Abierta la palabra a las calles, a las cosas, al prójimo, el acto
literario se democratizaba. Nuestro lenguaje crecía, entre las perspectivas de la sociedad presionada al
progreso por las fuerzas más oprimidas, y sentía el país como una casa” (1981, 78).
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metafísico-ontológicas, es decir, busca llegar a la raíz de la raíz, al conocimiento total, no
busca al objeto por sí mismo pues es apariencia, sino que busca la esencia última de éste; en
cambio, en el pensamiento posmoderno, más que teoría, lo que se busca es poner ante los
ojos, mostrar antes que comprobar, se busca lo concreto, lo material antes que la camisa de
fuerza de los conceptos. Ahora bien, este cambio de lo ontológico a lo óntico no significa
un cambio de lo trascendente a lo inmanente, como se podría pensar, sino más bien una
apertura a la manifestación del ser en el “acontecer” (Vattimo 2004, 22), es decir, una
apertura a los hechos de la cotidianidad, no tanto a los objetos por los objetos, sino a la
relación entre sujetos, objetos, y mundo, en una apertura existenciaria concreta y
cambiante89
.
Así pues, lo antes mencionado, junto con el cambio de eje (teórico-pragmático), nos
lleva hacia la cotidianidad, que se ve representada muy bien en la poesía coloquial a través
del intimismo (función emotiva), y en la poesía exteriorista a través de la referencialidad
(función referencial). Lo cual nos lleva a ver que tanto el pensamiento posmoderno como
este tipo de poesía privilegian la vivencia de la cotidianidad. Sin embargo, cabe aclarar que
la poesía coloquial llega al pensamiento posmoderno a través de una forma subjetiva al dar
cuenta de los acontecimientos cotidianos íntimos del yo lírico como sus encuentros
amorosos, la experiencia de la familia, el trabajo, y demás90
; ejemplos de esto lo
89 Para ahondar en este tema remito al sub-apartado “3.1.4 De lo ontológico a lo óntico: el pensamiento débil
de Gianni Vattimo”, del Capítulo III de la presente investigación. Asimismo remito al Apéndice I de este
trabajo de investigación para ver la poesía conversacional a la luz del pensamiento filosófico de Martin
Heidegger. 90 Gilles Lipovetsky da cuenta de este fenómeno de intimismo como propio de la Posmodernidad, a lo cual él
llama la psicologización del sujeto: “todo debe ser psicologizado, dicho en primera persona: hay que
implicarse, revelar las propias motivaciones, entregar en cualquier ocasión la propia personalidad y
emociones, expresar el sentimiento íntimo, sin lo cual se cae en el vicio imperdonable de la frialdad y el
anonimato” (2010, 64).
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encontramos en Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973), y en “Doña Luz” (1972),
donde se da cuenta del acontecimiento íntimo de la muerte de un familiar, padre y madre
respectivamente, al igual que en el poema “Familia” (413), estos tres pertenecientes a la
obra de Jaime Sabines, o en Poemas de la oficina (2002 [1978]) de Benedetti; en cambio, la
poesía exteriorista llega hacia la cotidianidad pero desde la intersubjetividad, pues da
cuenta de la realidad no íntima, sino exterior, social, sobre todo anclada, a nivel lingüístico,
a referencias objetuales muy concretas como nombres propios de lugares, calles, personas,
o fechas y cifras, ejemplo de esto lo tenemos en poemas de Ernesto Cardenal como en
“Hora 0” (2009, 15-35), o en poemas de Sabines como “Tlatelolco 68” (353-356), “Las
montañas” (357), o “Cuba 65” (263-273).
Finalmente tenemos la antipoesía cuyo paralelismo con el pensamiento posmoderno
ya ha sido mostrado, como hemos señalado con anterioridad, por Binns ([s/a]) y Gil y
Opazo (2001), no obstante, quisiéramos señalar que su relación con este pensamiento parte
de una actitud que busca desmitificar los códigos socioculturales naturalizados sobre los
que se asienta la Modernidad, y esta misma desnaturalización-desmitificación-
desacralización abre “las posibilidades de gozar la vida y de la poesía, sin tener que
someterse a los normas de la sociedad y de la tradición poética…” (Binns [s/a], 12). Incluso
podríamos decir junto a Lipovetsky (2010), que la desmitificación de los metarrelatos y
estructuras de la Modernidad nos lleva hacia la personalización –es decir, hacia la
individualización–, en este caso, hacia la personalización de la poesía, o a decir de Parra, de
la antipoesía.
…
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En general hemos podido ver cómo a través de las funciones del lenguaje de Roman
Jakobson es posible hacer la descripción de la poesía conversacional y de sus sub-
categorías, asimismo, establecer una tipología tomando en cuenta las características
específicas de cada sub-categoría. Al establecer esta tipología y las características hemos
podido comparar cada uno de estos tipos de poesía con el pensamiento posmoderno, y
establecer así nuevas relaciones entre ellos. Cabe aclarar que las características de la poesía
conversacional son características de tronco común que comparten las tres sub-categorías,
es decir, toda poesía coloquial es conversacional, más no toda poesía conversacional es
coloquial, toda poesía exteriorista es conversacional, más no toda poesía conversacional es
exteriorista, y así sucesivamente. Por ello, el vínculo general entre estos tipos de poesía y el
pensamiento posmoderno viene dado por el cambio de eje paradigmático, desde lo teórico-
abstracto-ontológico, hacia lo pragmático-cotidiano-óntico.
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2.2 La cotidianidad: Narciso nuestro de todos los días
Y es que la poesía ha sido en todo tiempo,
vivir según la carne.
María Zambrano
En el presente apartado hacemos una aproximación a la emergencia de la cotidianidad en el
marco de la Posmodernidad, sobre todo a través de los fenómenos de personalización y de
narcisismo individualista, los cuales han sido estudiados y señalados por Gilles Lipovetsky
(2006, 2007, 2008, 2010). Así pues, en el primer sub-apartado presentamos cómo a raíz de
la caída de los metarrelatos modernos hay una apertura de los sujetos hacia la cotidianidad;
asimismo, damos cuenta del cambio de características que ocurren de la Modernidad a la
Posmodernidad respecto a la cotidianidad, como el paso del vivir en el presente para el
futuro (Modernidad) a vivir el presente por el presente (Posmodernidad); el paso de la
estandarización de los modelos de vida (Modernidad) a su pluralización y diversificación a
través de la personalización (Posmodernidad); así como el paso de un individualismo
prometeico a uno narcisista, y los consecuentes desplazamiento del deber al placer, de la
seguridad al desencanto. En el segundo sub-apartado se hace el análisis semioestilístico
–centrado en el código semántico– de cinco poemas de Jaime Sabines, en relación con la
cotidianidad en el marco de la Posmodernidad, y de las características antes propuestas.
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2.2.1 La cotidianidad en el marco de la Posmodernidad
En este pueblo, Tarumba,
miro a todas las gentes todos los días.
Somos una familia de grillos.
Jaime Sabines
Sería insensato y aberrante decir que la cotidianidad fue inventada en la Posmodernidad,
más bien, la cotidianidad ha existido desde que el hombre existe, desde el primer día en que
el primer humano se levantó sobre sus dos piernas y recorrió el mundo, hasta el día de hoy
en que lees este trabajo de investigación en tu escritorio, en la cama, en algún cubículo, en
una biblioteca polvosa del centro de alguna ciudad perdida, o donde sea, la cotidianidad ha
sido, y seguirá siendo, un elemento constante e ineludible de nuestra vida; no obstante, lo
que sí ha cambiado es la forma de concebir la cotidianidad, es decir, nuestra
conceptualización y concientización sobre ella, así como las actividades que desarrollamos
dentro de ésta, lo cual dependerá de determinaciones históricas y socioculturales. Así pues,
cabe preguntarse cómo ha cambiado la concepción de la cotidianidad de la Modernidad a la
Posmodernidad, siendo esta la reflexión que guía las líneas que siguen, comenzando por dar
cuenta de la concepción moderna de cotidianidad para luego pasar a la posmoderna.
Para poder comprender las características de la cotidianidad moderna es necesario
comenzar hablando sobre los metarrelatos, de los cuales nos dice Carretero que “las
ideologías, nacidas en el siglo XIX, constituyeron en su momento los metarrelatos sociales
que dinamizaban la vida colectiva en occidente. Conformaron, desde su génesis, una
diversidad de cuerpos doctrinales en torno a principios axiológicos de tipo socio-político
que procuraban sólidas convicciones e imprimían un telos histórico al tejido social” (2003,
88). Así pues, los metarrelatos son los códigos maestros de interpretación de la historia
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(Yúdice 1989, 113), los cuales otorgaban sentido y dirección a las personas, a través de un
corpus de doctrinas y estructuras fijas que estaban encaminadas a un telos, es decir, a un
propósito, meta o fin. Cada ideología aportaba su propio telos, según sus postulados y
creencias, por ejemplo, el telos del cristianismo es la segunda venida de Cristo y la
consiguiente apoteosis de la historia en el Apocalipsis, el Juicio Final, para concluir en la
fundación de una nueva tierra y un nuevo cielo (Apocalipsis 21, 22), fundando así la
esperanza cristiana de salvación ultraterrena, y la promesa de una vida eterna en un nuevo
mundo celeste. Así como el metarrelato cristiano, también están los metarrelatos seculares
como el marxismo, cuya esperanza y creencias estaban encaminadas a crear una sociedad
en cuya base el poder residiera en el pueblo; o el hegelianismo que apuntaba a una
consumación de la historia a través de un proceso dialéctico de tesis, antítesis y síntesis. En
fin, cada uno de estos metarrelatos, y muchos otros, conferían seguridad y guía los
individuos y a la sociedad, al otorgar una serie de respuestas a los cuestionamientos
existenciales cómo: ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy?, ¿quién soy?, ¿qué hago?
Tres características se desprenden de la presencia de los metarrelatos y su sentido
estructurador en la cotidianidad: 1) vivir en el presente para el futuro; 2) creación de
referencias y modelos estándar de vida; y 3) el individualismo prometeico. A continuación
se desarrolla cada uno de estos puntos. En primer lugar, Sébastien Charles nos dice que la
Modernidad fomentó el vivir en el presente para el futuro: “con la modernidad se produjo
una ruptura, no ya para reinscribir el presente en el centro de las preocupaciones de todos,
sino para invertir el orden de la temporalidad y traspasar del pasado al futuro el lugar de la
felicidad venidera y el fin del sufrimiento” (2006, 14), en este sentido, Charles compara la
idea de cotidianidad entre Modernidad y Pre-modernidad, ya que en la Edad Media y en la
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Edad Clásica, el presente siempre apuntaba hacia el pasado, es decir, se vivía en un
presente nostálgico de un pasado perdido, de ahí la imagen literaria del locus amoenus o la
Edad de Oro, siempre perdida en las neblinas del pasado. Así pues, se dice que la
Modernidad vivió en función del futuro, ya que al tener un telos, ello impulsaba a los
hombres modernos a “sembrar hoy para cosechar mañana”, es decir, el presente siempre
estaba guiado por la obtención de un fin en el futuro, una especie de presente diferido que
sólo era alcanzable a través del esfuerzo, de la planificación, de la ciencia, de la razón91
.
El segundo punto, la referencia y estandarización de la vida tienen que ver con los
modelos que los discursos ideológicos de los metarrelatos producían para orientar y guiar a
la sociedad, para crear unidad y cohesión social que llevaran al cumplimiento de metas en
común, y es esto lo que moviliza la aceptación de modelos estándares de vida, ya que estos
modelos se consideraban como la mejor manera para llegar a una meta social común, la
cual era establecida por cada discurso ideológico particular. Así pues, la estandarización
llevaba en gran medida a la uniformidad de modos de vida.
El tercer punto está íntimamente vinculado con los dos anteriores, e incluso,
podemos decir que es el efecto de los modelos estandarizados propuestos por los
91 En este sentido, en el cambio histórico de la cotidianidad en relación con el tiempo presente, es interesante
notar que en la Pre-modernidad el presente apuntaba hacia el pasado, hacia la caída, el paraíso perdido, el
mito primigenio; en la Modernidad el presente estaba en función del futuro, en el cual se ponían todas las
esperanzas de una mejor sociedad o de vida ultraterrena, dependiendo del metarrelato y sus respectivas
creencias; en la Posmodernidad el tiempo presente se vuelve a centrar en sí mismo, es la filosofía del “vive
hoy”, en la cual la cotidianidad va guiada del valor cardinal de la Posmodernidad: el placer, el hedonismo;
finalmente, en los estudios más actuales, Gilles Lipovetsky atestigua un cambio en la manera de relacionarnos
con el tiempo cotidiano, etapa que denomina como Hipermodernidad (2006, 2008), la cual “no designa tanto
la concentración en el instante como su retorno vinculado a un futuro que se ha vuelto inseguro y precario”
(2006, 75), así pues, ya no asistimos al presente por el presente, sino un presente nuevamente redireccionado
hacia el futuro, pero no un futuro como esperanza (Modernidad), sino un futuro como angustia, como miedo,
como inseguridad, debido sobre todo a los trastornos de la salud y los desastres ecológicos, así como las cada
vez más potentes armas de destrucción masiva.
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metarrelatos, y que estos modelos son, a su vez, efectos del vivir para el futuro, así pues
hay un encadenamiento causal entre cada uno de estos conceptos, es decir, el vivir para el
futuro desencadena (es causa) de la creación de modelos (racionalmente planificados) para
alcanzar esa meta futura, y estos modelos, a nivel pragmático, se reflejan en el surgimiento
de un individualismo prometeico, tercer punto aquí propuesto. Este individualismo
prometeico también se conoce como individualismo limitado (Zermeño 1988), así pues, “el
hombre moderno se identificó con el mítico Prometeo quien, arriesgando su vida, trajo a la
tierra el fuego de los dioses para que los mortales pudieran progresar” (Cruz 2003, 106).
Fueron las doctrinas y los discursos ideológicos, fuertemente arraigados en la conciencia de
las personas, los que no permitieron que se desarrollara un libre desenvolvimiento de los
deseos personales, lo que a nivel psicoanalítico freudiano podríamos mencionar como que
la libido del yo estaba censurada por las normas discursivo-ideológicas del superego,
representado por los metarrelatos (Freud 1978).
Cotidianidad en la Modernidad
Vivir en el presente para el futuro
Modelos de vida estandarizados
Individualismo prometeico
Vigencia de metarrelatos
Cuadro 12: Características de la cotidianidad en la Modernidad
Fuente: Cuadro de elaboración propia a partir de la
información expuesta en este apartado.
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108
Acabamos de pasar revisión a los tres puntos que consideramos centrales en la concepción
moderna de cotidianidad, ahora veamos los puntos que se configuran en la construcción de
la cotidianidad posmoderna; en este sentido, Gilles Lipovetsky nos da el primer elemento:
“la época llamada posmoderna se corresponde con el predominio del aquí y ahora” (2006,
62), así pues, esta característica tiene que ver con un cambio en la concepción de la relación
entre cotidianidad y tiempo, relación que en la Modernidad se configuraba como un
presente diferido para un futuro prometido, en cambio, en la Posmodernidad, el presente se
vuelve a centrar sobre sí mismo: la vida en el aquí y ahora. Esta resituación en el presente
por el presente, en una cotidianidad sin un fin proyectable a un futuro de mejoramiento
social o de trascendencia espiritual, tiene que ver con la caída de los metarrelatos, de lo cual
nos dice Lipovetsky que: “en relación con la modernidad triunfal, lo que más ha cambiado
es que ya no tenemos grandes sistemas portadores de esperanza colectiva, de utopías
capaces de hacer soñar, de grandes objetivos que permitan creer en un mundo mejor”
(2008, 63). Con la caída de los metarrelatos, el ser humano, al no tener estructuras ni
referencias que doten de sentido su existencia, se ve en la necesidad de resignificar su vida,
de llenar el vacío que dejan tanto los metarrelatos religiosos como seculares, y la solución
se avizora en un recentramiento en la cotidianidad del sujeto, una cotidianidad como fin
mismo, un presente libre de futuro, un presente vivido para el presente.
La segunda característica, en cierta manera, se desprende tanto del recentramiento
en el aquí y ahora de la cotidianidad como en la caída de los metarrelatos, y es el fenómeno
de personalización (Lipovetsky 2010), el cual tiene que ver con la diversificación de los
modos de vida al devenir caducos los modos estándar de vida propuestos por las ideologías
en auge durante la Modernidad: “el ideal moderno de subordinación de lo individual a las
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reglas racionales colectivas ha sido pulverizado, el proceso de personalización ha
promovido y encarnado masivamente un valor fundamental, el de la realización personal, el
respeto a la singularidad subjetiva…” (Lipovetsky 2010, 7). Charles también nos da un
panorama de este fenómeno y de sus cambios:
la era posmoderna, un momento muy concreto que asiste a la ampliación de
la esfera de la autonomía individual, a la multiplicación de las diferencias
individuales, a la destrascendentalización de los principios reguladores
sociales y a la disolución de la unidad de los modos de vida y de las
opiniones. De aquí la insistencia, sobre todo en La era del vacío, en el
concepto de personalización (2006, 20).
Así pues, el fenómeno social de la personalización sólo es posible con la caída de los
metarrelatos, y como bien dice Lipovetsky, este fenómeno se caracteriza por enfatizar la
singularidad subjetiva de cada individuo, su capacidad de crear modelos únicos de vida, por
decirlo de alguna forma, la personalización es la posibilidad de poder escoger sin
restricciones ideológicas de un menú que se antoja infinito y pleno de combinaciones, de
experiencias, de probar nuevas formas de vida cada vez que una nos aburra: “es la
revolución de lo cotidiano lo que ahora toma cuerpo, después de las revoluciones
económicas y políticas de los siglos XVIII y XIX, después de la revolución artística a
principios de siglo. El hombre moderno está abierto a las novedades, apto para cambiar sin
resistencia de modo de vida, se ha vuelto cinético…” (Lipovetsky 2010, 107). En este
sentido, el eje de la social y de lo privado ha sido invertido, pues si en la Modernidad lo
esperado era el sacrificio del segundo por el primero, en la Posmodernidad, con la
personalización, se abandonan cada vez más las preocupaciones de lo social para centrarse
de manera casi total en lo privado: “el predominio de lo individual sobre lo universal, de lo
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psicológico sobre lo ideológico, de la comunicación sobre la politización, de la diversidad
sobre la homogeneidad, de lo permisivo a lo coercitivo” (Lipovetsky 2010, 115).
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas con esta libertad de escogencia del
individuo respecto a su propia vida, ya que como bien dice Charles, “la esencia del
individualismo es con creces la paradoja” (2006, 22), y esta paradoja se manifiesta en que
mientras mayor es la libertad del individuo, mientras mayor es su capacidad de realización,
mientras mayor es la posibilidad de escoger entre un sin número de alternativas de estudios,
de trabajo, de alimentación, de inversión del tiempo libre, y demás, mayor deviene su
frustración, su angustia ante el futuro, su decepción ante el fracaso, ya que ante la ausencia
de pautas generales de vida proporcionadas por los metarrelatos, cada individuo es ahora el
responsable de su destino, de sí mismo, de su libertad de elección: “cuanto más dominamos
nuestro destino individual, más posibilidades tenemos de inventar nuestra vida, más
accesible nos parece la armonía y más insoportable y frustrante nos parece su terca negativa
a presentarse” (Richard 2008, 10). Esta escalada de la angustia es consecuencia de la
liberalización de la libertad (valga la redundancia) de los modos de vida, y no es extraña ni
ajena la relación a mayor libertad-mayor angustia en la filosofía, pues Kierkegaard ya había
dado cuenta de ella: “la angustia es el vértigo de la libertad” (en Chestov 1965, 151), o “la
angustia es la realidad de la libertad como posibilidad antes de la posibilidad” (1959, 43).
Así pues, angustia, libertad y desencanto, van de la mano, a lo cual podríamos sumar el
binomio deseo y realización del deseo, el cual es muchas veces, según Lipovetsky,
frustrado, es decir, entre lo que se pretende alcanzar (lo deseado) y su realización: “como
ser deseante cuya esencia es negar lo que es –Sartre decía que el hombre no es lo que es y
es lo que no es–, el hombre es un ser que espera y, por lo mismo, acaba conociendo la
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decepción. Deseo y decepción van juntos, y pocas veces se salva la distancia que hay entre
la espera y lo real, entre el principio del placer y el principio de realidad” (2008, 20)92
.
Así pues, la personalización de la sociedad y la liberación de los modos de vida,
lejos de llevar hacia una mayor felicidad y realización del ser humano, muchas veces
apunta hacia el sentido contrario, es decir, hacia la decepción, hacia el fracaso, el aumento
de la depresión, la pesadumbre, el pasotismo; la libertad (ideal netamente moderno) y su
realización en los procesos de personalización han desencadenado procesos paradójicos, de
los cuales da cuenta Lipovetsky en sus libros La felicidad paradójica (2007) y La sociedad
de la decepción (2008).
Finalmente, el tercer elemento de la cotidianidad en la Posmodernidad es la
emergencia del individualismo narcisista93
, el cual es, según Lipovetsky, “consecuencia y
manifestación miniaturizada del proceso de personalización, símbolo del paso del
individualismo <<limitado>> al individualismo <<total>>, símbolo de la segunda
revolución individualista” (Lipovetsky 2010, 12). Es el paso del individualismo prometeico
o limitado al narcisista e ilimitado, el cual provoca una nueva escala de valores así como
nuevo tipo de relaciones entre personas, e incluso, del ser humano consigo mismo: “aparece
un nuevo estadio del individualismo: el narcisismo designa el surgimiento de un perfil
inédito del individuo en sus relaciones con él mismo y su cuerpo, con los demás, el mundo
92
Bertrand Richard dice al respecto que “La decepción es en todo momento ese no-ser-del-todo, esa
insatisfacción existencial que arraiga allí donde hay algo humano” (2008, 10). 93 Sobre esta tendencia a buscar figuras míticas que representen el sentir y ser de un tiempo Lipovetsky dice
que: “a cada generación le gusta reconocerse y encontrar su identidad en una gran figura mitológica o
legendaria que reinterpreta en función de los problemas del momento: Edipo como emblema universal,
Prometeo, Fausto o Sísifo como espejos de la condición moderna. Hoy Narciso es, a los ojos de un importante
número de investigadores, en especial americanos, el símbolo de nuestro tiempo…” (2010, 49).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
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y el tiempo, en el momento en que el <<capitalismo>> autoritario cede paso a un
capitalismo hedonista y permisivo” (Lipovetsky 2010, 50).
De este narcisismo individualista es posible derivar tres características más de la
cotidianidad en la Posmodernidad, las cuales vienen dadas por este último fenómeno
mencionado. En primer lugar, es el paso de la razón (Modernidad) hacia la percepción
sensorial y el sentimentalismo (Posmodernidad), lo cual no quiere decir que en la
Posmodernidad no se razone, sino que hay una inclusión y revaloración de estos elementos,
que en la Modernidad se habían minimizado. Dice Cruz al respecto que el hombre
posmoderno es un “Homo sentimentalis, siento, luego existo”, y que “el individuo
contemporáneo, harto de escuchar las históricas “batallitas” racionales de sus antecesores,
se ha convertido en un sentimental que valora las emociones personales por encima de la
razón” (2003, 57-58). El segundo punto es la psicologización de los individuos, es decir,
cada vez se toma menos en cuenta lo intersubjetivo, y hay una valorización de la
subjetividad propia, de lo cual dice Cruz que “se mitifica lo privado y se destruye lo
público” (2003, 69). Finalmente, hay un paso importante del deber (Modernidad) al placer
(Posmodernidad), lo cual nos indica un cambio de valores en la escala social, y hay un
descenso del deber ya que éste se relaciona con el cumplimiento de metas a futuro, lo cual
hace perder muchas veces de vista el presente por el presente, en cambio, el placer se
enfoca en cada instante, en exprimir el dulce jugo de la vid cada vez que esta rojea, en
experimentar cada nuevo deleite en cada nueva oportunidad, es decir, en vivir hoy, no
mañana. Respecto al último punto dice Cruz que “el fin supremo de la vida, es para el
postmoderno, conseguir placer” (2003, 65), y Gilles Lipovetsky nos liquida con la siguiente
afirmación: “en este jardín de las delicias el bienestar es Dios, el consumo su templo y el
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
113
cuerpo su libro sagrado” (2007, 145). Así pues, el placer se manifiesta en el bienestar, en el
consumo, en el goce del cuerpo a través de la liberación de la sexualidad. Por último, se
presentan dos cuadros, uno que resume las características de la cotidianidad en la
Posmodernidad, y otro las características del individualismo narcisista.
Cotidianidad en la Posmodernidad
Vivir en el aquí y ahora
Personalización de la sociedad
Individualismo narcisista
Caída de los metarrelatos
Ind
ivid
ual
ism
o
nar
cisi
sta
Sentimiento
Psicologización (subjetividad)
Placer
Fuente: Cuadro de elaboración propia a partir
de la información expuesta en este apartado.
Cuadro 13: Características de la cotidianidad en la Posmodernidad
Cuadro 14: Características del
individualismo narcisista
Fuente: Cuadro de elaboración propia a partir
de la información expuesta en este apartado.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
114
…
En conclusión, hemos visto las tres características de la cotidianidad en la Posmodernidad,
y cómo éstas se generan en relación con la crisis de los metarrelatos, así como con una
nueva forma de relación entre tiempo y cotidianidad, que se ve expresado en un vivir aquí y
ahora en lugar del moderno vivo para mañana. Asimismo, la caída de los metarrelatos hace
que se pierdan los modos estándares de vida de la Modernidad, para así pluralizar los
modos de vida y existencia, lo cual nos lleva muchas veces a una felicidad paradójica, a una
sonrisa crispada de angustia y placer, de encanto y desencanto, de pesimismo y optimismo,
en fin, la montaña rusa del sentimentalismo-emocionalismo. De igual forma, el
individualismo prometeico se ve librado del lastre ideológico y se desarrolla un
individualismo narcisista cuyo eje rector es el hedonismo, vivir para el placer aquí y ahora.
Finalmente, se elabora un cuadro comparativo entre ambas formas de concebir la
cotidianidad en la Modernidad-Posmodernidad que se presenta a continuación.
Cuadro 15: Comparación entre cotidianidad en Modernidad-Posmodernidad
Cotidianidad en la Modernidad
Cotidianidad en la Posmodernidad
Vigencia de metarrelatos
Caída de metarrelatos
Vivir el presente para el futuro
Vivir el aquí y ahora del presente
Modelos de vida estándar
(seguridad)
Personalización de modelos
(felicidad paradójica)
Individualismo prometeico
(razón-intersubjetividad-deber)
Individualismo narcisista
(sentimiento-subjetividad-placer) Fuente: Cuadro de elaboración propia a partir
de la información expuesta en el presente apartado.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
115
En el siguiente apartado se procede a aplicar un análisis semioestilístico, centrado en el
código semántico, a cinco poemas seleccionados de Jaime Sabines, donde podremos
apreciar las relaciones expuestas en el cuadro anterior (Cuadro 15).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
116
2.2.2 Análisis de la cotidianidad en la poesía de Jaime Sabines
La poesía debe ser
el testimonio de nuestra cotidianidad.
Jaime Sabines
En este apartado se efectúa el análisis de 5 poemas escogidos de la obra poética de Jaime
Sabines94
; el análisis se centra en el código semántico, y se tienen en cuenta los otros
códigos (retórico, fónico, métrico, sintáctico, intertextual)95
, a un nivel secundario y
complementario, en caso de ser necesarios y/o enriquecedores para la interpretación del
poema, como lo es en “El día”, donde el código métrico se vuelve relevante, o en “Adán y
Eva I”, donde el intertextual es vital para una profundización en la interpretación. Así pues,
cada análisis es metodológicamente original y creativo, ya que si bien todos siguen los
lineamientos generales expuestos en la sección de “Metodología” en la “Introducción” de
esta tesis, es necesario el discernimiento crítico por parte del analista, y de creatividad
metodológica para saber cuándo tomar en cuenta o no los códigos secundarios96
.
94La lógica general que sigue la muestra es de un poema por poemario; tomando en cuenta las dos
compilaciones de poemas sueltos incluida en Recuento de poemas 1950 / 1993 (2002), se tendrían así 10
poemarios en total; no obstante, se ha exceptuado Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973), ya que
temáticamente no cumple con las necesidades que persigue el presente análisis de lo conversacional-
cotidiano. Cabe señalar que si bien en la muestra que se analiza a continuación sólo hay 5 poemas de cinco
poemarios: “El día” (Horal), “De la esperanza” (La señal), “Fragmento I” (Adán y Eva), “Me doy cuenta de
que me faltas” (Poemas sueltos 1951-1961), y “Cantemos al dinero” (Yuria), los otros 4 poemas de los
poemarios restantes ya se han analizado en el apartado 2.1 “De poesía conversacional y otros demonios: hacia
una tipología”, en el análisis de las funciones del lenguaje de Jakobson. Los poemas analizados fueron:
“Fragmento” (Tarumba), “El peatón” (Otros poemas sueltos 1973-1993), “Dice el radio de los Estados
Unidos” (Diario semanario y poemas en prosa), y “Periódico oficial” (Maltiempo). Sumando los poemas del
análisis semántico enfocado en lo cotidiano de este apartado, más los del apartado anterior a través de las
funciones del lenguaje de Jakobson, centrado en lo conversacional, suman en total 9 poemas de 9 poemarios
distintos; una muestra en número igual a la del Capítulo III de la presente investigación. 95Esta idea de múltiples códigos o hipercodificación, la he tomado del libro La estilística, de José María Paz
Gago, para ahondar en este tema remito a este autor (1993, 105-128); y a la parte de “Metodología” de la
“Introducción” del presente trabajo de investigación, donde se explica por extenso esta cuestión. 96En el clásico Idea de la estilística (2003 [1958]), de Roberto Fernández Retamar, ya se contemplaba la
necesidad de originalidad por parte del analista-crítico, pues si cada obra literaria es única y diferente, el
método de alguna forma también lo tendría que ser para dar cuenta de esa “irrepetibilidad” u “originalidad”:
“siendo el estilo lo individual, lo imprevisible, cada autor, cada obra plantean problemas únicos que sólo
pueden ser conquistados a base de una intuición nueva cada vez, de un acercamiento original” (2003, 138).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
117
La lógica que sigue el análisis es numerar el poema (en versos y estrofas, o
párrafos), poner la medida métrica entre paréntesis a la izquierda (en caso de estar en
verso), y hacer la división temática del texto (señalada con letras minúsculas en negritas, y
entre paréntesis se usa un lexema que sintetice el tema); después se pone una breve
descripción estructural (aquí se ponen los otros códigos, retórico, fónico, métrico,
sintáctico, sólo en caso de ser relevantes), para de ahí aplicar la fórmula semántica expuesta
en la “Metodología” para obtener los semas, clasemas e isotopías del discurso poético y,
finalmente, se cierra con unos párrafos de interpretación general del poema a la luz de los
resultados obtenidos y del entramado teórico propuesto de la Modernidad-Posmodernidad.
El día
1. (7) Amaneció sin ella.
2. (7) Apenas si se mueve.
3. (3) Recuerda.
4. (7) (Mis ojos, más delgados,
5. (3) la sueñan.)
6. (7) ¡Qué fácil es la ausencia!
7. (7) En las hojas del tiempo
8. (7) esa gota del día
9. (5) resbala, tiembla.
(Horal 1950, 9)
Descripción estructural de “El día”
El poema consta de nueve versos distribuidos en cuatro estrofas (1, 2, 3, 4). La primera
estrofa tiene tres versos, los dos primeros son heptasílabos y el último es trisílabo; la
1
2
3
4 c (tiempo-ausencia-olvido)
a (soledad-recuerdo)
b (recuerdo-ausencia)
Isotopía a priori
I = ANTROPOS
A = COSMOS
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
118
segunda tiene dos versos, un heptasílabo y un trisílabo; la tercera es un solo verso
heptasílabo; y la cuarta tiene tres versos, y estructuralmente es parecida a la primera estrofa
ya que repite el inicio con dos versos heptasílabos y concluye con un pentasílabo. En
general, es posible ver que hay un predominio de versos heptasílabos, con un total de seis
versos, lo cual representa 2/3 (6/9) del poema; los otros tres versos son dos trisílabos y un
pentasílabo, y es interesante notar que estos tres versos de menor medida métrica tienen la
misma rima asonante a-e, a-e, a-e, creando así un paralelismo rítmico asonante entre ellos.
De igual manera, es importante notar que se crean “macrocontextos temáticos” de tres
versos, al primero le corresponde el tema a (soledad-recuerdo), al segundo el b (recuerdo-
ausencia) donde se conjuntan las estrofas 2 y 3, y al tercero el c (tiempo-ausencia-olvido).
En este sentido, la división estrófica y la división temática del poema casi coinciden,
exceptuando el caso del tema b donde se unen dos estrofas.
Análisis semántico de “El día”
Análisis semántico del sintagma base: AMANECIÓ SIN ELLA97
(macrocontexto temático a)
st° (amaneció sin ella) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [amaneció sin ella] (semas generales del sintagma)
Luminosidad (amaneció)
Preteridad (amaneció)
Carencialidad (sin)
Inicialidad (amaneció)
Feminidad (ella)
Otredad (ella)
Temporalidad (amaneció)
Ciclicidad (amaneció)
97 Se ha elegido el sintagma base “amaneció sin ella”, ya que consideramos que este sintagma si bien es cierto
que no causa impertinencia semántica en la estrofa, sí es el verso detonante del poema, pues el poema es el
desarrollo semántico-discursivo de la carencia manifestada en ese verso.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
119
Humanidad (ella)
Núcleo contextual [Apenas si se mueve. / Recuerda.]
(semas contextualizados)
Inertitud (apenas si se mueve)
Movilidad[movimiento] (mueve)
Actualidad [tiempo presente] (mueve-recuerda)
Inmovilidad (apenas si se mueve)
Recordabilidad (recuerda)
sm [amaneció sin ella] { ns/nc = [luminosidad/preteridad/carencialidad/inicialidad/feminidad
otredad/temporalidad/ciclicidad/humanidad]
[inertitud/movilidad/actualidad/inmovilidad/recordabilidad]
Despeje semántico en función de la hiperonimia-hiponimia98
o sinonimia-antonimia99
Temporalidad: [preteridad(h)100, actualidad (h), ciclicidad (h), inicialidad (h)]
Inertitud: [inmovilidad (h), movilidad (a)]
Humanidad: [feminidad (h), otredad (h)]
Carencialidad: [recordabilidad (h), otredad (h)]
Luminosidad: [ ]
CLASEMAS
st° (amaneció sin ella) < sm [amaneció sin ella] {s9/s5: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Temporalidad], cl2 [Inertitud], cl3 [Humanidad], cl4, [Carencialidad], cl5 [Luminosidad].
Análisis semántico del sintagma base: ¡QUÉ FÁCIL ES LA AUSENCIA!101
(macrocontexto
temático b)
st° (¡Qué fácil es la ausencia!) < sm { ns/nc: cs = cl∞
98 Relaciones jerárquicas de inclusión (Tamba-Mecz 1989, 88-93). 99 Relaciones de conjunción (sinonimia-identidad), o disjunción (antonimia, no identidad, oposición)
(Greimas 1987, 29-31). 100 Al lado de cada sema que está siendo despejado, se pone entre paréntesis el tipo de relación por el cual está
siendo despejado: sinonimia (s), antonimia (a), hiperonimia-hiponimia (h). 101 Se ha elegido como sintagma base “¡Qué fácil es la ausencia!”, ya que consideramos que en este sintagma
se manifiesta la impertinencia semántica al adjetivar la ausencia como fácil. Además de esto, es un verso
donde se hace una especie de síntesis de las estrofas 1 y 2, y cuyo contenido es altamente emotivo.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
120
Núcleo sémico [¡Qué fácil es la ausencia!] (semas generales del sintagma)
Expresividad (¡Qué fácil es la ausencia!)
Emotividad (¡Qué fácil es la ausencia!)
Facilidad (fácil)
Fragilidad (qué fácil es la ausencia)
Actualidad [tiempo presente] (es)
Carencialidad (ausencia)
Núcleo contextual [(mis ojos más delgados / la sueñan)]
(semas contextualizados)
Personalización (mis)
Humanidad (ojos-la)
Materialidad (ojos)
Fragilidad (más delgados)
Delgabilidad (delgados)
Feminidad (la)
Recordabilidad (sueñan)
Actualidad [tiempo presente] (sueñan)
sm [¡Qué fácil es la ausencia!] { ns/nc = [expresividad/emotividad/facilidad/
fragilidad/actualidad/carencialidad]
[personalización/humanidad/materialidad/fragilidad/
delgabilidad/feminidad/recordabilidad/actualidad]
Despeje semántico
Expresividad: [emotividad (h)]
Fragilidad: [fragilidad (s), delgabilidad (s)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h)]
Carencialidad: [recordabilidad (h)]
Humanidad: [personalización (h), materialidad (h), feminidad (h)]
Facilidad: [ ]
CLASEMAS
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
121
st° (¡Qué fácil es la ausencia!) < sm [¡Qué fácil es la ausencia!] {s6/s8: cs6 = cl6
cl6 = cl1 [Expresividad], cl2 [Fragilidad], cl3 [Temporalidad], cl4 [Carencialidad], cl5
[Humanidad], cl6 [Facilidad].
Análisis semántico del sintagma base: ESA GOTA DEL DÍA102
(macrocontexto temático c)
st° (esa gota del día) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [esa gota del día] (semas generales del sintagma)
Parcialidad (gota)
Individualidad (esa gota)
Concretabilidad (esa)
Temporalidad (día)
Luminosidad (día)
Liquosidad [de líquido] (gota)
Feminidad (gota)
Núcleo contextual [en las hojas del tiempo / […] / resbala, tiembla]
(semas contextualizados)
Arboreidad (hojas)
Materialidad (hojas)
Temporalidad (tiempo)
Movilidad (resbala-tiembla)
Verticalidad (resbala)
Fragilidad (resbala-tiembla)
No-intencionalidad (resbala-tiembla)
Relacionalidad [de lugar] (en)
sm [esa gota del día] { ns/nc = [parcialidad/individualidad/concretabilidad/
temporalidad/luminosidad/liquosidad/feminidad]
[arboriedad/materialidad/temporalidad/movilidad
verticalidad/fragilidad/no-intencionalidad/relacionalidad]
102 Se ha elegido como sintagma base “esa gota del día”, ya que consideramos que en el contexto semántico
del poema crea polisemia y, por lo tanto, impertinencia semántica; aunque cabe decir que el verso precedente
(En las hojas del tiempo) y éste, son paralelismos sinonímicos.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
122
Despeje semántico
Individualidad: [parcialidad (h), concretabilidad (h)]
Cualidad: [luminosidad (h), liquosidad (h), no-intencionalidad (h), fragilidad (h)]
Espacialidad: [arboriedad (h), materialidad (h), movilidad (h), verticalidad (h),
relacionalidad (h)]
Humanidad: [feminidad (h)]
Temporalidad: [ ]
CLASEMAS
st° (esa gota del día) < sm [esa gota del día] {s7/s8: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Individualidad], cl2 [Cualidad], cl3 [Espacialidad], cl4 [Humanidad], cl5 [Temporalidad].
SUMA DE CLASEMAS DE LOS MACROCONTEXTOS
Macrocontexto a: cl1 [Temporalidad], cl2 [Inertitud], cl3 [Humanidad], cl4 [Carencialidad], cl5
[Luminosidad].
Macrocontexto b: cl1 [Expresividad], cl2 [Fragilidad], cl3 [Temporalidad], cl4 [Carencialidad],
cl5 [Humanidad] cl6 [Facilidad].
Macrocontexto c: cl1 [Individualidad], cl2 [Cualidad], cl3 [Espacialidad], cl4 [Humanidad], cl5
[Temporalidad].
Clasemas textuales (7)103: cl1 [Temporalidad] (3)104, cl2 [Inertitud] (1), cl3 [Humanidad-
Individualidad] (4), cl4 [Carencialidad] (2), cl5 [Cualidad-fragilidad] (4)105, cl6 [Expresividad] (1),
cl7 [Espacialidad] (1).
103 Por clasemas textuales entendemos aquellos clasemas que conforman la totalidad del texto, los cuales son
resultado de la suma y despeje semántico (proceso similar al que se hace en los análisis semánticos para
obtener los clasemas de los semas) de los clasemas de los macrocontextos. Se aclara que no se explicita este
último despeje semántico en el texto, sino que sólo se hace constar el resultado. Asimismo, el número entre
paréntesis indica el número de clasemas textuales, que posteriormente se desarrollan con sus respectivas
nominaciones. 104 El número del paréntesis corresponde a las veces que se repite este clasema en el texto. 105 Se ha agregado dentro de este clasema textual los clasemas macrocontextuales [Luminosidad] y
[Facilidad]. Asimismo, se ha conjuntado [Cualidad] con [Fragilidad], dando como resultado [Cualidad-
fragilidad].
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
123
Interpretación
El análisis semántico del poema “El día” nos ha dado como resultado siete clasemas
textuales, los cuales se pueden ubicar dentro de las isotopías fundamentales ANTROPOS y
COSMOS. Ahora bien, lo interesante en este poema no está en la intersección isotópica,
sino en el desarrollo de la isotopía de ANTROPOS en el discurso, ya que la isotopía
COSMOS, en este poema, sólo viene a ser una alusión metafórica a la isotopía
ANTROPOS, es decir, la isotopía en torno a la cual se crea y se articula el eje de
significación.
El poema inicia declarando el estado de un yo lírico tácito en tercera persona (él)106
que se encuentra en soledad: “[Él] Amaneció sin ella”, lo cual se desprende del clasema
[Carencialidad], y esta soledad-carencia engendra en el yo lírico tácito un estado de
inmovilidad, como si fuese un ser inanimado, muerto por la ausencia del sujeto ausente
(ella): “apenas si se mueve”; lo anterior se aprecia a nivel semántico en el clasema
[Inertitud]. También cabe resaltar la doble dimensión temporal del poema, la cual se
aprecia en los semas [Actualidad] y [Preteridad] del clasema [Temporalidad], que oscila
entre un pasado-presente, por la acción del recordar: “recuerda”, del traer a la memoria el
pasado, lo cual se ve detonado por la [Carencialidad].
106 Todo texto poético es polisémico, y éste no es la excepción, ya que de entrada se puede hacer un juego
respecto al sujeto de quien se habla en el poema, pues se puede referir tanto al día o a un desdoblamiento del
yo lírico en una tercera persona del singular (él), esta ambigüedad respecto al sujeto se da gracias al tipo
verbo, un impersonal clásica, que fuera de su significado normal o común, acepta un sujeto diferente. Así
pues, dependiendo de qué opción de lectura se tome desde el inicio, la interpretación del poema cambiará, ya
sea que se toma la opción de que el poema refiere en su mayoría al día (metonimia del mundo) a excepción
del paréntesis, o si el poema se refiere a un desdoblamiento del yo lírico. En el presente análisis nos
decantamos por el desdoblamiento del yo lírico en una tercera persona tácita.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
124
Acto seguido, en el macrocontexto temático b, hay un paréntesis (la estrofa 2) que
puede ser interpretado de múltiples formas, pero el hecho de introducir el sema
[personalización] a través del cambio lingüístico de la tercera persona a la primera, hace
suponer que hay un cambio discursivo respecto a la intimidad, es decir, el paréntesis en este
sentido denota proximidad, cercanía, intimidad, como un murmullo susurrado en el oído
próximo del discurso, llegando, incluso, a una especie de tono confesional: “(Mis ojos, más
delgados, / la sueñan)”. Asimismo, estos dos versos manifiestan clasemas importantes del
discurso poético, ya que el lexema “delgado” connota la idea de [Cualidad-fragilidad], y el
lexema “sueñan” aporta el clasema de [Carencialidad], pues el sueño es otra forma de
carencia, o más bien, otra forma de suplir la ausencia de la carencia, otra forma de recordar.
En este mismo macrocontexto temático se da una especie de síntesis de lo hasta ahora dicho
por la voz lírica con el verso: “¡Qué fácil es la ausencia!”, verso que aporta el clasema
[Expresividad], pues expresa el sentir del yo lírico respecto a la situación vivencial de la
carencia, de la soledad, y de la consiguiente fragilidad del sentimiento. Así pues, se
conjuntan los dos macrocontextos temáticos en este verso, ya que se reúnen las ideas de
soledad [Carencialidad] y fragilidad [Cualidad-fragilidad].
En este punto del análisis es necesario hacer un alto y reflexionar sobre la relación
entre la forma y el significado. En este sentido, es interesante notar que todos los versos que
remiten y aportan el clasema [Carencialidad] en su vertiente positiva de recuerdo, es decir,
la carencia como recuerdo, son versos trisílabos (3 y 5), en cambio, los otros versos que
expresan el malestar y la fragilidad de la voz lírica son heptasílabos (1-2, 4, 6). En este
sentido, hay una inversión entre forma y significado, ya que los versos que connotan la
carencia positivamente son métricamente frágiles, más delgados, más pequeños; en cambio,
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
125
los versos que connotan negativamente la carencia son versos largos, gruesos, con mayor
presencia. A nivel de discurso, esta relación que venimos señalando corresponde a un
fenómeno de diferencia entre discurso y manifestación textual del discurso, y esta
diferencia viene a poner de relieve que la carencialidad positiva es frágil, pequeña,
discursivamente menor, en cambio la carencialidad negativa es fuerte, grande,
discursivamente mayor, tan sólo cabe señalar que a la primera le tocan en total 6 sílabas
(17.64%), y a la segunda 28 sílabas (82.35%). Así pues, la forma dice lo contrario del
significado, la ausencia no es fácil, sino todo lo contrario, ya que en la manifestación
textual del discurso se materializa que el mayor peso está en la ausencia como carencialidad
negativa que produce fragilidad y soledad en el yo lírico.
Finalmente, el último macrocontexto temático es eminentemente metafórico, ya que
se usan lexías cuyos semas pertenecen a la isotopía COSMOS para expresar en realidad un
acontecer en la interioridad del yo lírico, es decir, en el eje de la isotopía ANTROPOS. Así
pues, en la primera metáfora “en las hojas del tiempo” se conjuntan dos semas que crean
impertinencia semántica a primera vista [Materialidad] (hojas) y [Temporalidad] (tiempo),
la cuestión aquí es que el tiempo es inmaterial, creándose así una relación de oposición en
el interior de la metáfora, claro, si se hace una lectura literal, pero, si ingresamos al campo
de la metaforicidad, podríamos decir que las hojas del tiempo en realidad hacen referencia a
un objeto [Materialidad] que sirve para señalar el tiempo [Temporalidad] como un
calendario o almanaque, otra interpretación podría ser el paso del tiempo y las estaciones
del año [Temporalidad] que se imprime en las hojas de los árboles [Materialidad]. El
siguiente verso continúa con la metaforicidad al decir “esa gota del día”, de donde podemos
sacar varias interpretaciones, como por ejemplo que la gota del día se refiere a un instante,
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
126
al aportar “gota” semas como [Parcialidad] y la lexía “esa” el sema [Concretabilidad], lo
cual daría como resultado, ese instante del día se va, pasa, lo cual se expresa en el siguiente
verso: “resbala, tiembla”. No obstante, nosotros nos decantamos por otra interpretación
donde la gota viene a ser una metáfora de la [Individualidad] de la [Humanidad], en otras
palabras, si la gota corresponde a una unidad o fragmento de una totalidad mayor como el
agua, la gota es entonces una metáfora de un humano. Ahora bien, la lexía “esa” aporta el
sema de [Concretabilidad], lo cual nos remite a los sujetos enunciantes y enunciados dentro
del poema, y si es el yo lírico el que enuncia, luego entonces “esa” viene a corresponder a
la lexía del primer verso “ella”, así pues esa mujer del día resbala, tiembla, pasa, se va, se
ha ido, y ha quedado la soledad.
Ahora bien, respecto al pensamiento moderno-posmoderno, podemos decir que este
poema conjuga y conjunta lógicas opuestas, ya que el uso de formas predominantemente
impersonales y faltantes de emocionalidad nos remite más a una forma moderna de
entender y construir el mundo, donde el sentimiento y el sujeto, en la medida de lo posible,
deben de estar fuera de la representación, para así lograr la objetividad. Sin embargo, llama
la atención que esta forma de representar que vemos en el poema es contradictoria respecto
a su tema, incluso, desde el título, pues nos ubica de lleno en un tiempo cotidiano como lo
es el día, y en el poema hay varias lexías propias de la cotidianidad como amanecer, lo cual
nos lleva hacia el pensamiento posmoderno y su vuelco hacia la cotidianidad tras la caída
de los metarrelatos, pero a pesar de ellos, los otros elementos se quedan a un nivel más
metafórico, abstracto, y en esto coincide con el pensamiento moderno, en su alto nivel de
abstracción. Finalmente, el poema habla acerca de la soledad y la ausencia, sobre una gota,
una mujer que ha resbalado, que se ha caído, lo que insinúa hasta cierto modo un fracaso,
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
127
un abandono en la relación amatoria de pareja, y cabe recordar que para el ser posmoderno
no hay mayor campo de importancia que la relación con la pareja que a su vez es un lugar
privilegiado para producir decepción, como se aprecia en la fragilidad expuesta en el poema
por parte del yo lírico. En conclusión, es un poema que suma lógicas contrapuestas, en cuyo
seno se imbrican aportaciones del pensamiento moderno, sobre todo en la forma en que se
representa la cotidianidad, así como del posmoderno, principalmente a nivel temático.
De la esperanza
1. (12) Entreteneos aquí con la esperanza.
2. (11) El júbilo del día que vendrá
3. (14) os germina en los ojos como una luz reciente.
4. (15) Pero ese día que vendrá no ha de venir: es éste.
(La señal 1951, 48)
Descripción estructural de “De la esperanza”
El poema está compuesto de una sola estrofa de cuatro versos de arte mayor y de métrica
irregular, pero ésta, en su mayoría, va en un sentido ascendente, es decir, conforme el
poema se desarrolla la métrica va en aumento silábico (12-11-14-15). El tono del poema es
religioso-filosófico, un poco en el sentido de los libros bíblicos de la sabiduría (Eclesiastés,
Proverbios); en este sentido, es interesante notar los cultismo que algunas lexías dan al
poema como “entreteneos” y “os germina”. Así pues, el poema tiene un sentido
sentencioso, al menos el último verso es una sentencia respecto al tema del poema, el cual
se reduce a uno, el a (esperanza-tiempo). Por último, intertextualmente, las lexías
“esperanza” y “júbilo” son dos vocablos utilizados en el discurso religioso judeocristiano.
1 a (esperanza-tiempo)
Isotopías a priori
I = ANTROPOS
A = LOGOS
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
128
Análisis semántico de “De la esperanza”
Análisis semántico del lexema base: ESPERANZA107
(macrocontexto temático a)
l° (esperanza) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [esperanza] (semas generales del lexema)
Futuridad
Religiosidad
Cristianidad
Finalidad
Núcleo contextual [Entreteneos aquí con la […]. / El júbilo del día que vendrá / os germina en los
ojos como una luz reciente. / Pero ese día que vendrá no ha de venir: es éste.]
(semas contextualizados)
Entretenibilidad (entreteneos)
Espacialidad (aquí)
Distancialidad (ese-éste)
Concretabilidad (aquí-es éste)
Futuridad (día que vendrá-día que vendrá)
Actualidad [tiempo presente] (germina-ese día que vendrá no ha de venir: es éste)
Jubilosidad [de júbilo] (júbilo)
Inicialidad [de inicio o principio de algo] (germina-luz reciente-día)
Humanidad (ojos-os)
Relacionalidad [relación de oposición] (pero)
sm [esperanza] { ns/nc = [futuridad/religiosidad/cristianidad/finalidad]
[entretenibilidad/espacialidad/distancialidad/concretabilidad/
futuridad/actualidad/jubilosidad/inicialidad/humanidad/relacionalidad]
Despeje semántico
Religiosidad: [cristianidad (h)]
Temporalidad: [futuridad (h), futuridad (h), actualidad (h), inicialidad (h), finalidad (h)]
Espacialidad: [distancialidad (h), concretabilidad (h)]
107 Se ha elegido como lexema base “esperanza”, ya que si bien no es el lexema o sintagma que causa
impertinencia semántica (como sí lo es “luz reciente”) en el texto, sí es el lexema en torno al cual gira el tema,
tal es su importancia que es uno de los tres lexemas que conforman el título, y además es el lexema que
funciona como núcleo sintagmático.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
129
Humanidad: [jubilosidad (h), entretenibilidad (h)]
Relacionalidad: [ ]
CLASEMAS108
l° (esperanza) < sm [esperanza] {s4/s10: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Religiosidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Espacialidad], cl4 [Humanidad], cl5
[Relacionalidad].
Interpretación
El análisis semántico del poema “De la esperanza” ha dado como resultado cinco clasemas
textuales que se pueden agrupar en las dos isotopías fundamentales ANTROPOS y
LOGOS. Lo interesante en este poema es prestar especial atención al clasema
[Temporalidad] ya que en este clasema ocurre la intersección isotópica, pues el ser humano
ANTROPOS experimenta el tiempo en su existencia, pero a su vez el tiempo es una
construcción del saber, la manera en que entendemos el tiempo es un LOGOS.
El poema empieza con un verso que de alguna forma negativiza la esperanza,
entendida ésta desde el discurso religioso judeocristiano como la espera de un día postrero
en el cual Dios cumplirá sus promesas, lo cual es aportado tanto por el clasema
[Cristianidad] como por el clasema [Religiosidad]; y decimos que es negativizada por la
primera lexía, “entreteneos”, la cual se relaciona con un perder el tiempo en las apariencias;
así pues, la esperanza se vuelve la apariencia engañosa. Cabe resaltar que la esperanza está
siempre referenciada a un tiempo futuro, es decir, es un presente diferido que se vive para
un futuro prometido pero jamás cumplido, lo cual lo encontramos en el sema [Futuridad] en
108 En este poema no se hace la suma de los clasemas de los macrocontextos ya que sólo hay un
macrocontexto, y se vuelve innecesario. Así pues, los clasemas que se presentan aquí son los clasemas
textuales, por ello se omite la parte titulada SUMA DE CLASEMAS DE LOS MACROCONTEXTOS, la
cual se encuentra normalmente al final de los análisis semánticos.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
130
el clasema [Temporalidad]. Sin embargo, en el siguiente verso se resemantiza la esperanza
a través de los semas que aporta la lexía “júbilo” [Jubilosidad], a lo cual hay que sumar que
tanto la esperanza como el júbilo quedan referenciados al “día que vendrá”, lo cual hace
claramente de nuevo referencia a la articulación sémica de [Futuridad], así pues tenemos un
eje semántico de la esperanza cuyas articulaciones son [Religiosidad], [Futuridad] y
[Jubilosidad], es decir, la esperanza como categoría religiosa judeocristiana que pone
énfasis en el futuro como el cronotopo del cumplimiento de la alegría, del júbilo.
Además de lo anterior, en el siguiente verso a la articulación [Religiosidad],
[Futuridad], y [Jubilosidad], se le viene a agregar la referencia humana a través de la lexía
“ojos”, que genera el clasema [Humanidad], a pesar de esto, la relación entre las tres
articulaciones sémicas anteriores son más propias de la isotopía LOGOS que de
ANTROPOS, no obstante hay un fenómeno de mediación semántica a través de metáforas
que inyectan el sema [Inicialidad] en el clasema [Temporalidad]: “os germina en los ojos” y
“luz reciente”, ambas remitiendo a la idea de inicio o principio de las cosas, así pues, a
través de esta mediación se hace pasar la articulación del LOGOS al ANTROPOS.
Ahora bien, el último verso está en relación de oposición [Relacionalidad] con todo
lo antes enunciado en los tres versos anteriores, ya que abre con la lexía “pero”, y es a partir
de este “pero” que se introduce el giro semántico en el poema: “Pero ese día que vendrá no
ha de venir: es éste”. Lo interesante aquí reside en que hay un cambio drástico respecto al
eje semántico que se venía articulando a lo largo del poema, y este giro desarticula lo que
ya se había construido, de alguna forma este verso es un verso deconstructor, ya que hace
cambiar el eje del clasema [Temporalidad] del sema [Futuridad] a [Actualidad]. Esto
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
131
provoca que el concepto de esperanza deje de tener sentido, pues en un presente
referenciado sobre sí mismo la esperanza se vuelve inútil, pues lo importante ya no está en
lo que ha de venir, sino en lo que está, lo importante ya no es lo que Dios va a traer sino lo
que se puede conseguir hoy, aquí y ahora, lo cual se expresa en semas como: [Actualidad],
[Distancialidad], [Concretabilidad].
Finalmente, la relación entre forma y significado también es relevante en este
poema, ya que el sentido ascendente de la métrica hace aventurar que los primeros versos
son métricamente más cortos que los últimos, creando así una simulación de que estos
versos están más cerca de concretar la esperanza, de recibir la promesa siempre dilatada, es
decir, de superar el espacio entre lo deseado y lo dado; sin embargo, conforma avanza el
poema, los versos se alargan, mostrando así que tanto la forma como el significado se
alejan de la [Futuridad] para recalar en la [Actualidad], luego entonces, los versos más
largos vienen a representar la frustración entre lo esperado y lo recibido, pues ponen de por
medio cada vez más sílabas que retardan el cumplimiento de la promesa, por no decir que
la suspenden o la cumplen de alguna otra forma; al insinuar Sabines que no hay que vivir
para el mañana, sino para el hoy, la promesa no llegará, sino que llegó hace mucho, está
aquí, ahora, sólo falta vivirla: “Pero ese día que vendrá no ha de venir: es éste”. Así pues,
significantes y significados se unen y entrelazan en este pequeño poema para reforzar la
lectura del abandono del futuro y el recentramiento en el presente.
Respecto al pensamiento moderno-posmoderno, este poema se ubica claramente en
el eje semántico del discurso posmoderno, sobre todo en relación a cómo se concibe la
cotidianidad en relación con la temporalidad, pues como ya se ha expuesto anteriormente
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
132
en este capítulo, la Modernidad entendía la cotidianidad siempre en relación con un futuro
prometido, y devenía la cotidianidad así en un presente diferido, lo cual se debía a los
metarrelatos que fomentaban la esperanza en un “fin de la historia” o un objetivo similar;
en cambio, en la Posmodernidad, con la caída de los metarrelatos, al no tener ya referencias
estables de un futuro glorioso por el cual esforzarse y sacrificar el presente, se hace
necesario un reajuste entre el eje de la cotidianidad y la temporalidad, deviniendo así el
presente como su fin mismo, es decir, vivir el presente por el presente, el aquí y ahora.
Jacques Derrida ha expresado una idea semejante con el concepto de estructura o
experiencia mesiánica, entendida ésta como una categoría inherente a la existencia humana
en relación con el presente-futuro, y la espera del cumplimiento de algo (la justicia, la
democracia, la venida del Mesías) en el aquí y ahora: “la experiencia mesiánica de la que
hablé tiene lugar aquí y ahora; es decir, el hecho de prometer y hablar es un suceso que
tiene lugar aquí y ahora y no es utópico” (Derrida 1998b, 161), en otro lugar agrega al
respecto que: “la promesa no es sólo un acto discursivo entre otros; cada discurso es
fundamentalmente una promesa. Esta estructura universal de la promesa, de la expectación
del futuro, de lo venidero, y el hecho de que esta expectación de lo venidero tenga que ver
con la justicia, eso es lo que yo llamo estructura mesiánica” (Derrida y Caputo 2009, 34).
Así pues, el poema atestigua el cambio del presente diferido en función de un futuro
prometido, por un presente redireccionado hacia sí mismo, al cumplimiento de la promesa
en sí mismo, lo que responde a la estructura mesiánica de Derrida. Con lo anterior es
posible ver una caída o cambio del metarrelato cristiano, pues se desecha así la esperanza
cristiana en el futuro (como tradicionalmente se ha entendido la gloria ultraterrena) para
recentrarse en el aquí y ahora del sujeto.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
133
I
1. –Estábamos en el paraíso. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos
conocíamos. Eva, levántate.
2. –Tengo amor, sueño, hambre. ¿Amaneció?
3. –Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y
empiezan a galopar los árboles. Escucha.
4. –Yo quiero morder tu quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a
ti.
5. Adán fue hacia ella y la tomó. Y parecía que los dos se habían metido en
un río muy ancho, y que jugaban con el agua hasta el cuello, y reían,
mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas.
(Adán y Eva 1952, 117)
Descripción estructural de “Adán y Eva I”
Adán y Eva es un conjunto de 15 poemas en prosa en un tono narrativo109
que presenta la
historia de Adán y Eva después de la caída. Nosotros nos centramos en el fragmento I, que
estructuralmente está conformado por 5 párrafos, cuatro de ellos corresponden a la
modalidad del diálogo (1-4), y el quinto a la modalidad narrativa (5). En el poema se
pueden detectar tres voces, la de Adán (1 y 3), la de Eva (2 y 4), y la de un narrador
heterodiegético110
(5). Finalmente la división temática coincide con la división en párrafos,
así pues a cada uno de éstos le corresponde un tema, al primero el tema a (pasado), al
segundo el b (necesidad), al tercero el c (presente), al cuarto el d (deseo), y al quinto e
109 Cabe resaltar que lo narrativo no es un característica únicamente del género narrativo, sino como bien dice
Luz Aurora Pimentel: “la narratividad trasciende no sólo fronteras genéricas y modales sino semióticas,
puesto que lo narrativo puede observarse en diferentes medios y sistemas de significación” (2005, 13). 110 Dice Luz Aurora Pimentel que “el narrador heterodiegético se define por su no participación, por su
“ausencia”. A diferencia del narrador homodiegético, el narrador heterodiegético sólo tendrá una función: la
vocal” (2005, 141).
a (pasado)
b (necesidad)
c (presente)
d (deseo)
Isotopías a priori
I = ANTROPOS
A= COSMOS
e (consumación)
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
134
(consumación). A continuación se procede al análisis semántico, el cual toma como
microcontexto cada párrafo que coincide con el macrocontexto temático.
Análisis semántico de “Adán y Eva I”
Análisis semántico del lexema base: PARAÍSO111
(macrocontexto temático a)
l° (paraíso) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [paraíso] (semas generales de la palabra)
Luminosidad
Trascendentalidad
Espiritualidad
Espacialidad
Núcleo contextual [Estábamos en el […]. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos conocíamos.
Eva, levántate.] (semas contextualizados)
Preteridad [de pretérito] (estábamos-conocíamos)
Actualidad [tiempo presente] (ocurre-levántate)
Incognoscibilidad (no nos conocíamos)
Inmutabilidad (no ocurre nunca nada)
Relacionalidad [de espacio] (en-en)
Humanidad (Eva)
Feminidad (Eva)
Cognoscibilidad [de cognoscente] (conocíamos)
Movilidad [levántate]
Verticalidad [levántate]
sm [paraíso] { ns/nc = [luminosidad/trascendentalidad /espiritualidad/espacialidad]
[preteridad/actualidad/incognoscibilidad/inmutabiliad/relacionalidad/
humanidad/feminidad/cognoscibilidad/movilidad/verticalidad]
111 Se ha escogido el lexema base “paraíso”, en esta ocasión, no por que cause impertinencia semántica, sino
más bien porque es alrededor de esa palabra que gira el discurso de ese macrocontexto.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
135
Despeje semántico
Trascendentalidad: [luminosidad (h), espiritualidad(h)]
Espacialidad: [movilidad (h), verticalidad (h), relacionalidad]
Temporalidad: [preteridad (h), actualidad (h)]
Incognoscibilidad: [cognoscibilidad (a)]
Humanidad: [feminidad (h) ]
Inmutabilidad
CLASEMAS
l° (paraíso) < sm [paraíso] {s4/s10: cs6 = cl6
cl6 = cl1 [Trascendentalidad], cl2 [Espacialidad], cl3 [Temporalidad], cl4 [Incognoscibilidad], cl5
[Humanidad], cl6 [Inmutabilidad].
Análisis semántico del lexema base: TENGO112
(macrocontexto temático b)
l° (tengo) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [tengo] (semas generales de la palabra)
Posesionalidad
Actualidad [tiempo presente]
Núcleo contextual […amor, sueño, hambre. ¿Amaneció?] (semas contextualizados)
Preteridad [de pretérito] (amaneció)
Posesionalidad (tengo amor)
Necesidad (sueño-hambre)
Cuestionabilidad (¿amaneció?)
Inicialidad [de inicio] (amaneció)
Sentimentalidad (amor)
sm [tengo] { ns/nc = [posesionalidad/actualidad]
[preteridad/posesionalidad/necesidad
cuestionabilidad /inicialidad/sentimentalidad]
112 Se ha escogido el lexema base “tengo”, ya que causa impertinencia semántica a través de la ambigüedad,
puesto que el tengo amor se puede interpretar como carencia o posesión de él, esto se debe al contexto
semántico que se ubica dentro del eje de la carencia (sueño-hambre). Además de esto, es alrededor de este
lexema que gira el discurso.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
136
Despeje semántico
Necesidad: [posesionalidad (a), posesionalidad (a)]
Temporalidad: [preteridad (h), actualidad (h)]
Cuestionabilidad: [ ]
Inicialidad: [ ]
Sentimentalidad: [ ]
CLASEMAS
l° (tengo) < sm [tengo] {s2/s6: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Necesidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Cuestionabilidad], cl4 [Inicialidad], cl5
[Sentimentalidad].
Análisis semántico del lexema base: DÍA113
(macrocontexto temático c)
l° (día) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [día] (semas generales de la palabra)
Luminosidad
Vitalidad
Inicialidad
Núcleo contextual [Es de […] pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y
empiezan a galopar los árboles. Escucha.] (semas contextualizados)
Actualidad [tiempo presente] (es-hay-viene-empiezan-escucha)
Nocturnidad (estrellas)
Luminosidad (sol-estrellas)
Sacralidad (sol-estrellas)
Trascendentalidad (sol-estrellas)
Humanidad (nosotros)
Movilidad (viene-galopar)
Mundanalidad (estrellas-sol-árboles)
Sensorialidad (escucha)
113 Se ha escogido el lexema base “día”, ya que causa impertinencia semántica a través de la oposición con la
frase siguiente, referente a la noche. Además de esto, en todo el párrafo se hace una descripción de este
lexema.
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137
Inicialidad (empiezan)
Relacionalidad [relación de oposición] (pero)
Lejanía (lejos)
sm [día] { ns/nc = [luminosidad/vitalidad/inicialidad]
[actualidad/nocturnidad/luminosidad/sacralidad/
trascedentalidad/humanidad/movilidad/mundanalidad/
sensorialidad/inicialidad/relacionalidad/lejanía]
Despeje semántico
Trascendentalidad: [luminosidad (h), luminosidad(h), sacralidad (h), nocturnidad (h)]
Temporalidad: [actualidad (h)]
Humanidad: [sensorialidad (h), vitalidad (h)]
Inicialidad: [inicialidad (s)]
Espacialidad: [movilidad (h), lejanía (h), mundanalidad (h)]
Relacionalidad: [ ]
CLASEMAS
l° (día) < sm [día] {s3/s12: cs6 = cl6
cl6 = cl1 [Trascendentalidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Humanidad], cl4 [Inicialidad], cl5
[Espacialidad], cl6 [Relacionalidad].
Análisis semántico del lexema base: QUIERO114
(macrocontexto temático d)
l° (quiero) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [quiero] (semas generales de la palabra)
Deseabilidad [de deseo]
Actualidad [tiempo presente]
Núcleo contextual [yo […] morder tu quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a ti.]
(semas contextualizados)
Materialidad (quijada-desnuda)
114 Se ha escogido el lexema base “quiero”, ya que si bien hay otros elementos que causan mayor
impertinencia semántica como el sintagma “morder tu quijada”, consideramos que es alrededor de este primer
elemento en torno al cual gira el discurso amatorio.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
138
Humanidad (quijada-yo-desnuda-ti)
Sensorialidad (huelo)
Intimidad (desnuda)
Actualidad [tiempo presente] (ven-estoy-huelo)
Sensualidad (morder tu quijada-desnuda-macerada)
Relacionalidad [de semejanza] (a)
sm [quiero] { ns/nc = [deseabilidad/actualidad]
[materialidad/humanidad/sensorialidad
intimidad/actualidad/sensualidad/relacionalidad]
Despeje semántico
Humanidad: [sensorialidad (h), intimidad(h), materialidad (h)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h)]
Deseabilidad: [sensualidad (h), intimidad (h)]
Relacionalidad: [ ]
CLASEMAS
l° (quiero) < sm [quiero] {s2/s7: cs4 = cl4
cl4 = cl1 [Humanidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Deseabilidad], cl4 [Relacionalidad].
Análisis semántico del lexema base: LA TOMÓ115
(macrocontexto temático e)
st° (la tomó) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [la tomó] (semas generales del sintagma)
Posesionalidad (tomó)
Preteridad [de pretérito] (tomó)
Feminidad (la)
Núcleo contextual [Adán fue hacia ella y […].Y parecía que los dos se habían metido en un río muy
ancho, y que jugaban con el agua hasta el cuello, y reían, mientras pequeños peces equivocados les
mordían las piernas.] (semas contextualizados)
115 Se ha escogido como base el sintagma “la tomó”, ya que si bien es cierto que no causa impertinencia
semántica en el contexto del párrafo, consideramos que es en torno a esta acción que gira la descripción, es
decir, el párrafo es una ampliación semántico-discursiva de este sintagma.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
139
Masculinidad (Adán)
Feminidad (ella)
Humanidad (los dos)
Materialidad (cuello-piernas-peces)
Alegrabilidad [de alegría] (reían-jugaban)
Mundanalidad (río-agua-peces)
Espacialidad (pequeño-ancho)
Posibilidad (parecía)
Equivocabilidad (equivocados)
Confundibilidad (equivocados)
Preteridad [de pretérito] (fue-parecían-habían-jugaban-reían-mordían)
Movilidad (fue-metido-jugaban)
Dirigibilidad [de dirigir] (hacia)
Relacionalidad [de espacio] (hacia-en-hasta)
Unidad (Y parecía que los dos se habían metido en un río muy ancho, y que jugaban con el
agua hasta el cuello, y reían, mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas)
sm [la tomó] { ns/nc = [posesionalidad/preteridad/feminidad]
[masculinidad/feminidad/humanidad/materialidad
alegrabilidad/mundanalidad/espacialidad/posibilidad
equivocabilidad/confundibilidad/preteridad/movilidad
dirigibilidad/relacionalidad/unidad]
Despeje semántico
Humanidad: [feminidad (h), feminidad (h), masculinidad (h), materialidad (h), alegrabilidad
(h)]
Temporalidad: [preteridad (h), preteridad (h)]
Posesionalidad: [unidad (h)]
Espacialidad: [mundanalidad (h), materialidad (h), movilidad (h), dirigibilidad (h),
relacionalidad (h)]
Posibilidad: [equivocabilidad (h), confundibilidad (h)]
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
140
CLASEMAS
st° (la tomó) < sm [la tomó] {s3/s14: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Humanidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Posesionalidad], cl4 [Espacialidad], cl5
[Posibilidad].
SUMA DE CLASEMAS DE LOS MACROCONTEXTOS
Macrocontexto a: cl1 [Trascendentalidad], cl2 [Espacialidad], cl3 [Temporalidad], cl4
[Incognoscibilidad], cl5 [Humanidad], cl6 [Inmutabilidad].
Macrocontexto b: cl1 [Necesidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Cuestionabilidad], cl4 [Inicialidad],
cl5 [Sentimentalidad].
Macrocontexto c: cl1 [Trascendentalidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Humanidad], cl4 [Inicialidad],
cl5 [Espacialidad], cl6 [Relacionalidad].
Macrocontexto d: cl1 [Humanidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Deseabilidad], cl4 [Relacionalidad].
Macrocontexto e: cl1 [Humanidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Posesionalidad], cl4 [Espacialidad],
cl5 [Posibilidad].
Clasemas textuales (8): cl1 [Trascendentalidad] (2), cl2 [Espacialidad] (3), cl3 [Temporalidad] (5),
cl4 [Humanidad-Necesidad-Sentimentalidad-Deseabilidad-Posesionalidad-Relacionalidad-
semejanza] (4)116, cl5 [Incognoscibilidad-Inmutabilidad] (2)117, cl6 [Inicialidad] (2), cl7
[Cuestionabilidad-posibilidad] (2)118, cl8 [Relacionalidad-oposición]119.
116 En este caso, el clasema rector es [Humanidad], sólo que se han puesto las otras articulaciones
clasemáticas, pues si bien es cierto que el clasema [Humanidad] las subsume, no deseamos que se pierda de
vista la articulación de este eje clasemático que aquí se explicita. 117 Se han articulado estos dos clasemas pues se considera que ambos aluden a una misma situación
existencial antes de la caída del hombre del paraíso. 118 Se han articulado estos dos clasemas pues se considera que ambos aluden a una misma situación
existencial después de la caída del hombre del paraíso. 119 Derivado del macrocontexto c.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
141
Interpretación
El análisis semántico del fragmento I de Adán y Eva nos ha dado como resultado ocho
clasemas textuales, los cuales se pueden agrupar en las dos isotopías fundamentales
ANTROPOS y COSMOS. Ahora bien, lo interesante a notar en este poema no es tanto la
intersección de isotopías, sino el cambio clasemático que se va dando en el desarrollo del
discurso en ambas isotopías. Sin embargo, en este análisis nos centraremos en el cambio
clasemático de la isotopía ANTROPOS, ya que nuestro objetivo es ver la relación del
poema con la cotidianidad y, específicamente, con el individualismo narcisista y sus
características. Para ver el análisis de la isotopía COSMOS, remito al apartado analítico del
Capítulo III de la presente investigación donde se analiza este mismo poema, y se pone de
relieve el proceso de destrascendentalización, abajamiento (kenosis), o reducción de las
estructuras fuertes, lo cual se aprecia en este poema por el cambio de un espacio y
existencia paradisiaca, a una decaída.
En los tres primeros párrafos del poema (1,2,3) se da el salto de la existencia
humana eterna, representado en el clasema [Incognoscibilidad-Inmutabilidad], a la existencia
temporal, lo cual se aprecia en los clasemas [Inicialidad] del tiempo, y en
[Cuestionabilidad-Posibilidad], abriendo así al ser humano de un estado inmutable, a un
estado donde acontece y deviene, donde el ser humano se ve expuesto a la necesidad propia
de la existencia, que se expresa en la voz de Eva: “Tengo amor, sueño, hambre.
¿Amaneció?”. En el tercer párrafo nos vemos situados de lleno en el eje temporal del
presente: “Es de día, pero aún hay estrellas”, verso donde se conjugan un sema [Actualidad]
y un clasema [Inicialidad] que señalan el cambio temporal, dejando así el pasado,
representado en el sema [Preteridad], del clasema [Temporalidad], que además se articulan
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
142
con los semas [Inmutabilidad] e [Incognoscibilidad], lo cual explicita que lo paradisiaco es
situado en un tiempo pretérito, en contraposición a lo decaído, el inicio de la existencia que
se encuentra en un presente, en el aquí y ahora.
Son el cuarto y quinto párrafo (4,5) los de mayor interés para este análisis, pues es
ahí donde se manifiestan los semas que nos dan pie a proponer la presencia del narcisismo
individualista en este poema. Así pues, el párrafo cuatro aporta dos clasemas [Deseabilidad]
y [Humanidad]; dentro del primero tenemos semas como [Intimidad] y [Sensualidad], en el
segundo, [Materialidad] y [Sensorialidad]. Los semas y clasemas anteriores hacen patente
la fuerte inclinación hacia el eje isotópico de ANTROPOS, además pone de relieve la
individualidad y el placer, y sobre todo, el deseo [Deseabilidad]: “Yo quiero morder tu
quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a ti”.
El último párrafo aporta dos clasemas que son relevantes para observar el
narcisismo individualista: [Posesionalidad] y [Humanidad]. En el primero se encuentra el
sema [Unidad], y en el segundo los semas [Masculinidad], [Feminidad], [Alegrabilidad] y
[Materialidad]. Es interesante notar que este último sema funciona como un intersema120
,
ya que es una sema que participa en la construcción de dos ejes clasemáticos:
[Espacialidad] y [Humanidad]. Ahora bien, toda la descripción de las articulaciones
semánticas anteriores nos lleva a proponer la siguiente interpretación: en el párrafo se
describe el cumplimiento del deseo sexual, anunciado e insinuado en el párrafo anterior en
el clasema [Deseabilidad] y sus respectivos semas, lo cual se aprecia en el clasema
120 Por intersema me refiero a aquellos semas que participan de más de un clasema, es decir, que median entre
dos clasemas como un puente. De igual manera podríamos hablar de interclasemas, como aquellos clasemas
en los que se interfieren o intersectan dos isotopías del discurso.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
143
[Posesionalidad] que aporta también el sema de [Unidad], ahora bien ésta se refiere a la
unidad de los dos ejes isotópicos conformantes del poema, ANTROPOS y COSMOS, que
se expresa en el sema compartido [Materialidad]. Así pues, en el acto sexual hay una
comunión [Unidad] del ser humano con el mundo: “jugaban con el agua hasta el cuello, y
reían, mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas”, y esta unidad produce
en el ser humano alegría, gozo, expresado en el sema [Alegrabilidad], dentro del clasema
[Humanidad].
Tras ver la interpretación del poema a través del análisis semántico sólo falta señalar
su relación con el pensamiento posmoderno, el cual observo en el alejamiento del
metarrelato cristiano, expresado en la ausencia de Dios y en el hecho de que
discursivamente el poema dedique más palabras y párrafos a la existencia decaída (4) que a
la paradisiaca (1). Además de esto, es importante puntualizar cómo la existencia decaída
está centrada en la sexualidad, elemento humano que por excelencia simboliza el placer, el
hedonismo. Así pues, con la caída de los metarrelatos (Modernidad) se abre la posibilidad
de vivir en el presente (aquí y ahora) una cotidianidad de una manera más libre
(personalización), cuya guía rectora en el poema es el placer sexual que lleva al ser humano
a la comunión y a la felicidad, valores que nos llevan al individualismo posmoderno o
narcisista, sobre todo a dos de sus características, el paso del deber (Modernidad) al placer
(Posmodernidad), y de la razón (Modernidad) al sentimiento (Posmodernidad). Así pues, el
poema nos presente la existencia decaída del ser humano, pero no es una existencia decaída
cualquiera, sino una existencia decaída cuyos valores rectores son el placer y el
sentimiento, en fin, el feeling posmoderno.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
144
Me doy cuenta de que me faltas121
1. (9) Me doy cuenta de que me faltas
2. (14) y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
3. (7) pero todo es inútil.
4. (7) Cuando me quedo solo
5. (6) me quedo más solo
6. (13) solo por todas partes y por ti y por mí.
7. (7) No hago sino esperar.
8. (12) Esperar todo el día hasta que no llegas.
9. (6) Hasta que me duermo
10. (8) y no estás y no has llegado
11. (7) y me quedo dormido
12. (9) y terriblemente cansado
13. (4) preguntando.
14. (7) Amor, todos los días.
15. (11) Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
16. (10) Puedes empezar a leer esto
17. (12) y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
18. (10) Cierra estas palabras como un círculo,
19. (11) como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
20. (14) Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
21. (13) en mi garganta como moscas en un frasco.
22. (6) Yo estoy arruinado.
23. (10) Estoy arruinado de mis huesos,
24. (6) todo es pesadumbre.
(Poemas sueltos 1951-1961, 219)
121 En el caso de la división temática de este poema –conformado por una sola estrofa– se ha puesto un
paréntesis dentro de los recuadros temáticos para señalar qué versos pertenecen a esta división; y esta misma
se usa como guía para el establecimiento de los macrocontextos para el análisis semioestilístico, centrado en
el código semántico.
1
a1 (necesidad-ausencia) (1-3)
c (autorreflexividad-
iteratividad) (16-21)
a2 (necesidad-ausencia) (14-15)
b (soledad) (4-13)
d (desencanto-pesadumbre) (22-24)
Isotopías a priori
I=ANTROPOS
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
145
Descripción estructural de “Me doy cuenta de que me faltas”
El poema está compuesto por una sola estrofa de 24 versos, los cuales son métricamente
irregulares122
, es decir, no siguen una versificación métrica estable, sino que sus medidas
varían de verso a verso; lo que sí es posible decir es que en el poema se mezclan verso de
arte menor con versos de arte mayor123
, con una ligera preponderancia de los segundos
(13/24) respecto a los primeros (11/24). Otro factor a resaltar es la organización temática
del texto, ya que al estar conformado por una sola estrofa, la estrofa se vuelve el texto, así
pues los bloques temáticos serán microcontextos formados por una cierta cantidad de
versos. Siguiendo esta línea, identificamos en el texto cuatro temas principales: a
(necesidad-ausencia), el cual se divide en dos partes, pues discursivamente no aparece de
forma continua en el texto sino discontinua, por ello, el tema a se subdivide entonces en a1
(1-3)124
y a2 (14-15); b (soledad) (4-13); c (autorreflexividad-iteratividad) (16-21); d
(desencanto-pesadumbre) (22-24). A continuación se procede al análisis semántico de este
poema para obtener los semas, clasemas e isotopías del discurso poético. Principalmente
nos guiaremos por el eje isotópico ANTROPOS, ya que buscamos ver el vivir aquí y ahora
del ser posmoderno, centrado sobre todo en el auge del sentimiento, y la oscilación de éste.
Análisis semántico de “Me doy cuenta de que me faltas”
Análisis semántico del sintagma base: ME FALTAS125
(macrocontexto temático a1)
st° (me faltas) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [me faltas] (semas generales de la palabra)
Necesidad (faltas)
122 A este tipo de verso también se le denomina amétrico o asilábico (Navarro Tomás 1977, 11). 123 Dice Francisco Montes de Oca sobre esta división métrica que: “atendiendo al número de sílabas, los
versos se dividen en versos de arte menor y versos de arte mayor. Los primeros tienen desde dos hasta ocho
sílabas, y los segundos, desde nueve en adelante” (2006, 106). 124 Los números entre paréntesis corresponden a los versos en los cuales se desarrolla el respectivo tema. 125 Se ha escogido el sintagma base “me faltas”, no por que cause impertinencia semántica, sino más bien
porque es alrededor de éste que gira el discurso de este macrocontexto temático.
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146
Personalización (me)
Relacionalidad [interpersonal] (me faltas)
Actualidad [tiempo presente]
Ausenciabilidad (me faltas)
Posesionalidad (me faltas)
Núcleo contextual [Me doy cuenta de que […] / y de que te busco entre las gentes, en el ruido, /
pero todo es inútil.] (semas contextualizados)
Reflexibilidad (me doy cuenta)
Conscienciabilidad (me doy cuenta)
Actualidad [tiempo presente] (doy-busco-es)
Necesidad (busco)
Inutilidad (inútil)
Humanidad (me-gentes-te)
Totalidad (todo)
Relacionalidad [de espacio] (entre-en)
Relacionalidad [de oposición] (pero)
Sonoridad (ruido)
Negatividad (ruido)
Incomunicabilidad (ruido)
Impersonalidad (gentes)
Numerosidad (gentes)
sm [me faltas] { ns/nc = [necesidad/personalización/relacionalidad/
actualidad/ausenciabilidad/posesionalidad]
[reflexibilidad/conscienciabilidad/actualidad/necesidad/inutilidad/
humanidad/totalidad/relacionalidad/relacionalidad/sonoridad/
negatividad/incomunicabilidad/impersonalidad/numerosidad]
Despeje semántico
Espacialidad: [relacionalidad espacial (h), sonoridad (h)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h)]
Reflexibilidad: [conscienciabilidad (h)]
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147
Necesidad: [necesidad (s), ausenciabilidad (h), posesionalidad (a)]
Humanidad: [personalización (h), relacionalidad-interpersonal (h), impersonalidad (h)]
Negatividad: [incomunicabilidad (h), impersonalidad (h), inutilidad (h)]
Cantidad: [totalidad (h), numerosidad (h)]
Relacionalidad-oposición [ ]
CLASEMAS
st° (me faltas) < sm [me faltas] {s6/s14: cs8 = cl8
cl8 = cl1 [Espacialidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Reflexibilidad], cl4 [Necesidad], cl5
[Humanidad], cl6 [Negatividad], cl7 [Cantidad], cl8 [Relacionalidad-oposición].
Análisis semántico del verso base: ME QUEDO MÁS SOLO / SOLO POR TODAS
PARTES126
(macrocontexto temático b)
v° (me quedo más solo / solo por todas partes) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [me quedo más solo / solo por todas partes] (semas generales de la palabra)
Soledad (solo-solo)
Actualidad [tiempo presente] (quedo)
Personalización (me)
Intensidad (más)
Espacialidad (todas partes-quedo)
Rezagabilidad (quedo)
Núcleo contextual [Cuando me quedo solo / […] / …y por ti y por mí. / No hago sino esperar. /
Esperar todo el día hasta que no llegas. / Hasta que me duermo / y no estás y no has llegado / y me
quedo dormido / y terriblemente cansado / preguntando.] (semas contextualizados)
Actualidad [tiempo presente] (quedo-hago-llegas-duermo-estás-quedo)
Cuestionabilidad (preguntando)
Relacionalidad [interpersonal] (y por ti y por mí)
Inanimidad (no hago-duermo-dormido)
Negatividad (no hago-no llegas-no estás-no has llegado-terriblemente cansado)
Exagerabilidad (todo el día-terriblemente cansado)
126 Se ha escogido el verso base “me quedo más solo / solo por todas partes”, ya que expresa de forma
hiperbólica el tema de este macrocontexto temático, y deviene así una especie de síntesis para el mismo.
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148
Posibilidad (preguntando)
Soledad (solo-no llegas-no estás-no has llegado)
Rezagabilidad (quedo)
Humanidad (me-ti-mí-me, cansado)
Temporalidad (cuando-esperar-esperar-todo el día-llegas-llegado-hasta)
sm [me quedo más solo / solo por todas partes] { ns/nc = [soledad/actualidad/personalización/
intensidad/espacialidad/rezagabilidad]
[actualidad/cuestionabilidad/relacionalidad/
inanimidad/negatividad/exagerabilidad/posibilidad/
soledad/rezagabilidad/humanidad/temporalidad]
Despeje semántico
Soledad: [soledad (s), intensidad127 (h), rezagabilidad (h), rezagabilidad (h)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h)]
Cuestionabilidad: [posibilidad (h)]
Humanidad: [personalización (h), relacionalidad-interpersonal (h)]
Negatividad: [inanimidad (h) exagerabilidad (h)]
Espacialidad: [ ]
CLASEMAS
v° (me quedo más solo / solo por todas partes) < sm [me quedo más solo / solo…] {s6/s11: cs6 = cl6
cl6 = cl1 [Soledad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Cuestionabilidad], cl4 [Humanidad], cl5
[Negatividad], cl6 [Espacialidad].
Análisis semántico del sintagma base: HACES FALTA128
(macrocontexto temático a2)
st° (haces falta) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [haces falta] (semas generales de la palabra)
Ausenciabilidad (haces falta)
Actualidad [tiempo presente] (haces)
127 Se ha puesto el sema [Intensidad] dentro del clasema [Soledad] pues a nivel sintáctico la lexía de la que se
desprende el sema [Intensidad] está referenciada a la lexía de la cual se desprende el sema [Soledad]: “más
solo”. 128 Se ha escogido el sintagma base “haces falta”, ya que este sintagma es por sí mismo una impertinencia
semántica, pues tanto hacer como faltar son verbos polisémicos que multiplican y enriquecen la lectura.
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149
Necesidad (haces falta)
Productibilidad (haces)
Núcleo contextual [Amor, todos los días. / Aquí a mi lado, junto a mí, …] (semas contextualizados)
Iteratividad (todos los días)
Temporalidad (días)
Espacialidad (aquí-lado-junto)
Humanidad (amor-mi-mí)
Sentimentalidad (amor)
Relacionalidad [interpersonal] (amor-aquí a mi lado-junto a mí)
sm [haces falta] { ns/nc = [ausenciabilidad/actualidad/necesidad/productibilidad]
[iteratividad/temporalidad/espacialidad/
humanidad/sentimentalidad/relacionalidad]
Despeje semántico
Temporalidad: [actualidad (h), iteratividad (h)]
Humanidad: [sentimentalidad (h), relacionalidad-interpersonal (h)]
Necesidad: [ausenciabilidad (h)]
Espacialidad: [ ]
Productibilidad: [ ]
CLASEMAS
st° (haces falta) < sm [haces falta] {s4/s6: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Temporalidad], cl2 [Humanidad], cl3 [Necesidad], cl4 [Espacialidad], cl5
[Productibilidad].
Análisis semántico del verso base: CIERRA ESTAS PALABRAS COMO UN CÍRCULO 129
(macrocontexto temático c)
v° (Cierra estas palabras como un círculo) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [Cierra estas palabras como un círculo] (semas generales de la palabra)
129 Se ha escogido como verso base “cierra estas palabras como un círculo”, ya que este verso, por sí mismo,
causa impertinencia semántica, y además de esto, es una síntesis del macrocontexto temático, y de la
autorreflexividad e iteratividad.
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150
Finitud (cierra)
Clausurabilidad (cierra)
Actualidad [tiempo presente] (cierra)
Relacionalidad [de comparación] (como)
Poeticidad (estas palabras)
Textualidad (estas palabras)
Discursividad (estas palabras)
Infinidad (círculo)
Iteratividad (círculo)
Autorreferencialidad (estas palabras)
Núcleo contextual [Puedes empezar a leer esto / y cuando llegues aquí empezar de nuevo. / […] /
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo. / Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas, / en mi
garganta como moscas en un frasco.] (semas contextualizados)
Posibilidad (puedes)
Inicialidad (empezar)
Autorreferencialidad (leer esto-cuando llegues aquí)
Iteratividad (empezar de nuevo-estas cosas giran en torno a mí igual que moscas)
Espacialidad (aquí-rodar-giran-en torno-en)
Actualidad [tiempo presente] (puedes-llegues-giran-échalo-enciéndelo)
Humanidad (mí-mi)
Corporalidad (garganta)
Relacionalidad [de comparación] (como-como-igual)
Alejabilidad [de alejar] (échalo a rodar-enciéndelo)
Decadencialidad [de decadencia] (igual que moscas-como moscas en un frasco)
Putrefactibilidad [de putrefacto] (igual que moscas-como moscas en un frasco)
sm [Cierra estas palabras como un círculo] { ns/nc [finitud/clausurabilidad/actualidad/
relacionalidad/poeticidad/textualidad/
discursividad/infinidad/iteratividad/autorreferencialidad]
[posibilidad/inicialidad/autorreferencialidad/iteratividad/
espacialidad/actualidad/humanidad/corporalidad/relacionalidad/
alejabilidad/decadencialidad/putrefactibilidad]
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151
Despeje semántico
Temporalidad: [finitud (h), actualidad (h), infinidad (h), iteratividad (h), actualidad (h),
inicialidad (h), iteratividad (h)]
Autorreflexividad: [autorreflexividad (s), poeticidad (h), textualidad (h), discursividad (h)]
Relacionalidad-comparación: [relacionalidad-comparación (s)]
Humanidad: [corporalidad (h), posibilidad (h)]
Espacialidad: [alejabilidad (h), clausurabilidad (h)]
Decadencialidad: [putrefactibilidad (h)]
CLASEMAS
v° (Cierra estas palabras como un círculo) < sm [Cierra estas palabras…] {s10/s12: cs6 = cl6
cl6 = cl1 [Temporalidad], cl2 [Autorreflexividad], cl3 [Relacionalidad-comparación], cl4
[Humanidad], cl5 [Espacialidad], cl6 [Decadencialidad].
Análisis semántico del verso base: YO ESTOY ARRUINADO130
(párrafo temático d)
v° (yo estoy arruinado) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [yo estoy arruinado] (semas generales del sintagma)
Individualidad (yo)
Humanidad (yo)
Existencialidad (estoy)
Actualidad [tiempo presente] (estoy)
Decadencialidad (arruinado)
Negatividad (arruinado)
Núcleo contextual [Estoy arruinado de mis huesos, / todo es pesadumbre] (semas contextualizados)
Existencialidad (estoy-es)
Humanidad (estoy-mis-huesos)
Decadencialidad (arruinado-pesadumbre)
Actualidad (estoy-es)
Corporalidad (huesos)
130 Se ha escogido como base el verso “yo estoy arruinado”, ya que si bien es cierto que no causa
impertinencia semántica en el macrocontexto temático, consideramos que es en torno a esta acción que gira la
descripción, es decir, el macrocontexto temático es una ampliación semántico-discursiva de éste.
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152
Totalidad (todo)
Negatividad (arruinado-huesos-pesadumbre)
sm [yo estoy arruinado] { ns/nc = [individualidad/humanidad/existencialidad/
actualidad/decadencialidad/negatividad]
[existencialidad/humanidad/decadencialidad/
actualidad/corporalidad/totalidad/negatividad]
Despeje semántico
Humanidad: [individualidad (h), existencialidad (h), corporalidad (h), existencialidad (h),
humanidad (s)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h), totalidad (h)]
Negatividad: [decadencialidad (h), decadencialidad (h), negatividad (s)]
CLASEMAS
v° (yo estoy arruinado) < sm [yo estoy arruinado] {s6/s7: cs3 = cl3
cl3 = cl1 [Humanidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Negatividad].
SUMA DE CLASEMAS DE LOS MACROCONTEXTOS
Macrocontexto temático a1: cl1 [Espacialidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Reflexibilidad], cl4
[Necesidad], cl5 [Humanidad], cl6 [Negatividad], cl7 [Cantidad], cl8 [Relacionalidad-oposición].
Macrocontexto temático b: cl1 [Soledad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Cuestionabilidad], cl4
[Humanidad], cl5 [Negatividad], cl6 [Espacialidad].
Macrocontexto temático a2: cl1 [Temporalidad], cl2 [Humanidad], cl3 [Necesidad], cl4
[Espacialidad], cl5 [Productibilidad].
Macrocontexto temático c: cl1 [Temporalidad], cl2 [Autorreflexividad], cl3 [Relacionalidad-
comparación], cl4 [Humanidad], cl5 [Espacialidad], cl6 [Decadencialidad].
Macrocontexto temático d: cl1 [Humanidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Negatividad].
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
153
Clasemas textuales (7): cl1 [Espacialidad] (4), cl2 [Temporalidad] (5), cl3 [Humanidad] (5), cl4
[Negatividad-Necesidad-Soledad-Decadencialidad] (7), cl5 [Reflexibilidad-Autorreflexibilidad] (2),
cl6 [Relacionalidad-oposición-comparación] (2), cl7 [Cantidad-Cuestionabilidad-Productibilidad]
(3).
Interpretación
El análisis semántico de “Me doy cuenta de que me faltas” ha dado como resultado siete
clasemas textuales, los cuales se pueden agrupar principalmente en torno a la isotopía
ANTROPOS, pues el poema se centra en ésta, aunque también es posible detectar la
presencia de la isotopía COSMOS, pero esta última es secundaria ya que su función en el
texto sólo tiene sentido en referencia a la isotopía ANTROPOS; así pues, podríamos decir
que ANTROPOS es la isotopía dominante, y COSMOS la subordinada o secundaria. Dado
lo anterior, nuestro interés se centra en el desarrollo clasemático de la isotopía
ANTROPOS.
El macrocontexto temático a1, conformado por los versos 1-3, comienza a ponernos
de relieve la situación existencial de carencia-ausencia del yo poético a través de una
reflexión, clasema [Reflexividad]: “Me doy cuenta de que me faltas”, carencia-ausencia
que se expresa en el clasema [Necesidad], en cuya articulación sémica encontramos semas
como [Ausenciabilidad] y [Posesionalidad], este último en su forma negativa como
ausencia de [Posesionalidad] del tú poético al que hace referencia el yo lírico. La ausencia
lleva al yo poético a la acción de buscar la forma de suplirla, o a curarse de, en
terminología filosófica de Heidegger: “y de que te busco entre las gentes, en el ruido”. Pero
esta búsqueda sólo lleva a la frustración, al fracaso, a la concientización de la inutilidad de
la acción “buscar”: “pero todo es inútil”. Esta frustración a nivel semántico la podemos ver
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
154
en el clasema [Negatividad] y en sus articulaciones semánticas [Incomunicabilidad],
[Impersonalidad], e [Inutilidad], las cuales se desprenden de la búsqueda hecha entre la
gente [Impersonalidad] y el ruido [Incomunicabilidad], lo cual nos lleva a “todo es inútil”
[Inutilidad]. Así pues, la primera estrofa nos pone ante la ausencia del yo amado, y la
búsqueda de éste para suplir la necesidad, pero dicha búsqueda termina en fracaso.
El macrocontexto temático b es una consecuencia del desarrollo semántico de la
ausencia del macrocontexto anterior, lo cual nos lleva a la soledad, al yo poético que canta
su hiperbólica [Exagerabilidad] [Intensidad] soledad: “Cuando me quedo solo / me quedo
más solo / solo por todas partes”, lo cual se expresa en los clasemas [Soledad] y
[Negatividad], dentro de los cuales podemos encontrar los siguientes semas en el primero,
[Rezagabilidad] e [Intensidad], y en el segundo [Inanimidad] y [Exagerabilidad]. Es
interesante notar el sema [Rezagabilidad], ya que si bien está dentro del clasema [Soledad],
también está imbricado con el de [Espacialidad], pues el hecho de quedarse rezagado sólo
es posible en relación a un espacio y a una relación con al menos una o más personas, lo
cual nos sitúa también en el clasema [Humanidad], y sobre todo nos conecta con el sema
[Relacionalidad-interpersonal]; así pues, el hecho de usar referencias espaciales que se
expresan en el sema [Rezagabilidad] sólo son una forma metafórica para expresar la
soledad: “solo por todas partes”, lo cual confirma la aseveración antes hecha sobre el eje
isotópico ANTROPOS como dominante, y el eje isotópico COSMOS en función del
anterior, es decir, subordinado. También el sema [Inanimidad] es importante, ya que
expresa el estado anímico del yo poético, un estado moribundo: y me quedo dormido y
terriblemente cansado. En general, este macrocontexto temático es la expresión emotiva de
la soledad del yo poético, el cual concluye con el verso: “preguntando”, que aporta el
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
155
clasema [Cuestionabilidad], así pues, hay un cuestionamiento sobre la duración del estado
de la soledad. Lo cual da paso al siguiente macrocontexto.
En el macrocontexto temático a2 se vuelve a traer el tema de la necesidad y la
ausencia, expresado en el clasema [Necesidad] y en el sema [Ausenciabilidad], sin
embargo, hay dos nuevos elementos semánticos que son importantes a resaltar, el clasema
[Productibilidad] que tiene que ver en cómo la necesidad del ser amado, y su consecuente
no-presencia son una máquina productora de ausencia: “Aquí a mi lado, junto a mí, haces
falta”, también cabe resaltar que nuevamente tenemos el uso del clasema [Espacialidad]
para expresar metafóricamente la ausencia. El segundo elemento semántico es la
[Iteratividad], dentro del clasema [Temporalidad], que es aportado por el siguiente verso:
“Amor, todos los días”. Este sema sirve como un puente o transición semántica entre
macrocontextos temáticos, ya que en el siguiente macrocontexto este sema vuelve a
aparecer tomando un lugar central en el desarrollo clasemático, así pues, vemos aquí un
fenómeno de encadenamiento semántico a través del desarrollo del discurso poético.
En el macrocontexto temático c asistimos a un fenómeno textual interesante
conocido como autorreflexividad o metarreferencialidad –que se aprecia en el clasema
[Autorreflexividad] y en su articulación sémica [Textualidad], [Discursividad],
[Poeticidad]– donde el yo lírico llama la atención del lector hacia sus propias palabras,
hacia su discurso enunciado: “Puedes empezar a leer esto / y cuando llegues aquí empezar
de nuevo”, lo cual nos lleva a la [Iteratividad], dentro del clasema [Temporalidad], lo cual
también se ve reforzado por la alusión metafórica a esta circularidad, repetividad o
iteratividad en los versos 18-19. Asistimos, pues, a un tiempo que se repite, una lectura que
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
156
se repite, un discurso que se repite, a un dolor, una ausencia, una frustración que se repiten:
“Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas, / en mi garganta como moscas en un
frasco”. Además de esta iteratividad del tiempo, el verso anterior aporta el clasema
[Decadencialidad], el cual está referido al clasema [Humanidad], pues esta decadencia se
refiere al yo lírico, a su estado anímico decaído por la ausencia del ser amado, construcción
semántica que podemos ver claramente en el clasema textual cl4 [Negatividad-Necesidad-
Soledad-Decadencialidad].
El macrocontexto temático d hace recaer todo su peso en dos clasemas, el de
[Humanidad], referido a la individualidad del yo lírico, lo cual se aprecia en semas como
[Individualidad], [Existencialidad], [Corporalidad]; y el clasema de [Negatividad], lo cual
nos lleva a apreciar en la semántica del poema el estado anímico del yo lírico a raíz de la
ausencia del ser amado. En general, el estado anímico del yo lírico en el poema es
descendente, es decir, va pasando de la concientización de la ausencia [Reflexividad] y de
la búsqueda (macrocontexto temático a), a un estado de inanimidad [Inanimidad]
(macrocontexto temático b), para pasar a la iteratividad de la desesperación, de la derrota,
del fracaso, del sentimiento de abandono, es decir, a la hiperbolización de la ausencia
(macrocontexto temático c), para finalizar en la decadencia absoluta del yo lírico, en un
estado depresivo (macrocontexto temático d), expresado en los dos últimos versos del
poema: “Estoy arruinado de mis huesos, / todo es pesadumbre”.
Finalmente, la relación de este poema con la cotidianidad y la Posmodernidad viene
dada por el individualismo narcisista y sus características (sentimiento, subjetividad,
placer). El sentimiento aflora a través de todo el poema, aunque sea un sentimiento de
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
157
derrota, de inseguridad, de desazón. La subjetividad viene dada en que se expresa una
realidad íntima del yo lírico, el sufrimiento del abandono por parte del ser amado, y
finalmente el placer viene dado por una ausencia de éste, por su negativo. Dice Gilles
Lipovetsky en este sentido que:
Como los modos de existencia se destradicionalizan y como las vidas
personales y profesionales se vuelven inseguras y precarias, se multiplican
las ocasiones en que se siente tristeza, se duda de uno mismo y se emiten
juicios negativos sobre la propia vida: el individuo está hoy condenado a
conocer de manera más o menos regular la sensación de fracaso personal.
[…] la civilización hipermoderna, al remitir cada vez más al individuo a sí
mismo, crea más ocasiones de angustia” (2007, 162).
La personalización de la sociedad, dice Lipovetsky, sólo ha llevado al ser humano a
expandir la posibilidad de sufrir decepción, frustración, angustia (2007, 2008), y una de las
esferas en las que sitúa el filósofo uno de los mayores campos de producción de
insatisfacción y desencanto son las relaciones interpersonales, en el fracaso de éstas, como
nos lo presente el poema. Así pues, el texto de Sabines, además de presentarnos la visión
dolorida, pesimista, frustrada, del yo lírico, también muestra la importancia que han
adquirido las relaciones interpersonales, a raíz de que tan sólo por un fracaso en una
relación interpersonal, éste sea expansible a todas las esferas de la vida: “todo es
pesadumbre”. Lo anterior testimonia la inversión de lo social y lo privado, que puso en
marcha la personalización de la sociedad (Lipovetsky 2010). Así pues, en conclusión, este
poema responde a las lógicas de inversión de lo público y lo privado que se desarrollan en
la Posmodernidad, y sus consecuentes producciones de desencanto y frustración ante el
fracaso, ante la inalcanzabilidad del deseo, sobre todo en el área de la relación de pareja.
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
158
Cantemos al dinero
1. (7) Cantemos al dinero
2. (14) con el espíritu de la navidad cristiana.
3. (10) No hay nada más limpio que el dinero,
4. (10) ni más generoso, ni más fuerte.
5. (10) El dinero abre todas las puertas;
6. (11) es la llave de la vida jocunda,
7. (7) la vara del milagro,
8. (12) el instrumento de la resurrección.
9. (12) Te da lo necesario y lo innecesario,
10. (7) el pan y la alegría.
11. (13) Si tu mujer está enferma puedes curarla,
12. (15) si es una bestia puedes pagar para que la maten.
13. (10) El dinero te lava las manos
14. (8) de la injusticia y el crimen,
15. (7) te aparta del trabajo,
16. (7) te absuelve de vivir.
17. (14) Puedes ser como eres con el dinero en la bolsa,
18. (9) el dinero es la libertad.
19. (13) Si quieres una mujer y otra y otra, cómpralas,
20. (8) si quieres una isla, cómprala,
21. (10) si quieres una multitud, cómprala.
22. (14) (Es el verbo más limpio de la lengua: comprar.)
23. (13) Yo tengo dinero quiere decir me tengo.
24. (6) Soy mío y soy tuyo
25. (15) en este maravilloso mundo sin resistencias.
26. (8) Dar dinero es dar amor.
27. (7) ¡Aleluya, creyentes,
28. (18) uníos en la adoración del calumniado becerro de oro
29. (17) y que las hermosas ubres de su madre nos amamanten!
(Yuria 1967, 308)
1
2
a2 (del dinero) (23-26)
b (consumo) (19-22)
a1 (del dinero) (1-18)
c (festividad) (27-29)
Isotopías a priori
I = ANTROPOS
A = COSMOS
A = LOGOS
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159
Descripción estructural de “Cantemos al dinero”
El poema consta de dos estrofas irregulares, es decir que no tienen un patrón versal estable
o fijo, ya que la primera es una estrofa conformada por 26 versos, y la segunda por 3.
Métricamente el poema también es irregular, ya que hay versos de múltiples medidas
métricas, siendo los versos de arte mayor los predominantes con un total de 19 versos
(65.51%), y los de arte menor con 10 (34.48%). Temáticamente el poema está dividido en
tres temas: a (del dinero), que se divide en dos partes a1 (1-18)131
, y a2 (23-26), ya que el
tema reaparece en el discurso del poema, pero separado por el tema b (consumo) (19-22), y
por último, tenemos el tema c (festividad) (27-29). Cabe resaltar que la división estrófica
del poema sólo coincide parcialmente con la división temática, ya que en la primera estrofa
hay dos temas y tres divisiones temáticas, así pues, la estrofa –en este poema– es una
estructura mayor que las tres divisiones temáticas, pues ésta abarca a las tres. Sólo en la
última estrofa hay una coincidencia con la división temática. Asimismo, cabe resaltar que
en este poema el código intertextual se vuelve relevante ya que hay muchas referencias a la
tradición judeocristiana, y en algunos casos se hace referencia a intertextos bíblicos, y en
otras a intertextos culturales de esta tradición, como lenguaje y prácticas religiosas
específicas. Finalmente, en este poema se manifiestan tres isotopías cuya configuración
veremos a continuación a través de la obtención de los semas y clasemas del discurso
poético a través del análisis semántico.
131 Los números entre paréntesis corresponden a los versos en que inicia y en que acaba ese macrocontexto
temático.
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160
Análisis semántico de “Cantemos al dinero”
Análisis semántico del verso base: EL DINERO ES LA LIBERTAD
132 (macrocontexto
temático a1)
v° (el dinero es la libertad) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [el dinero es la libertad] (semas generales de la palabra)
Capacidad (libertad)
Posibilidad (libertad)
Actualidad [tiempo presente] (es)
Economicidad [de economía] (dinero)
Núcleo contextual [Cantemos al dinero / con el espíritu de la navidad cristiana. / No hay nada más
limpio que el dinero, / ni más generoso, ni más fuerte. / El dinero abre todas las puertas; / es la llave
de la vida jocunda, / la vara del milagro, / el instrumento de la resurrección. / Te da lo necesario y lo
innecesario, / el pan y la alegría. / Si tu mujer está enferma puedes curarla, / si es una bestia puedes
pagar para que la maten. / El dinero te lava las manos / de la injusticia y el crimen, / te aparta del
trabajo, te absuelve de vivir. / Puedes ser como eres con el dinero en la bolsa]
(semas contextualizados)
Actualidad [tiempo presente] (cantemos-hay-abre-es-da-está-puedes-es-lava-aparta-
absuelve-puedes-eres)
Posibilidad [subjuntivo] (cantemos-maten)
Inocencialidad (limpio-aparta-absuelve-lava las manos)
Festividad (cantemos-espíritu de la navidad cristiana-generoso-jocunda-alegría)
Religiosidad (cantemos-espíritu-navidad-cristiana-vara del milagro-resurrección-pan-
alegría-lava las manos-injusticia-absuelve)
Cristiandad (espíritu-navidad-cristiana-vara del milagro-instrumento de la resurrección-pan-
lava las manos-absuelve)
Economicidad [de economía] (dinero-dinero-dinero-necesario-innecesario-pagar-dinero-
trabajo-dinero-bolsa)
Consumibilidad [de consumismo] (necesario-innecesario-pagar)
Trascendentalidad (limpio-generoso-fuerte-espíritu-cantemos al dinero-la vara del milagro-
el instrumento de la resurrección)
132 Se ha escogido el verso base “El dinero es la libertad”, ya que éste funciona como una especie de síntesis
del desarrollo semántico de los versos de este macrocontexto temático.
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161
Capacidad (si tu mujer está enferma puedes curarla- puedes pagar para que la maten-
Puedes ser como eres con el dinero en la bolsa)
Posibilidad [de libertad] (el dinero abre todas las puertas-es la llave-si tu mujer está
enferma puedes curarla- puedes pagar para que la maten- Puedes ser como eres con el
dinero en la bolsa)
Confortabilidad (vida jocunda-generoso-te da lo necesario y lo innecesario-el pan y la
alegría-curarla-te aparta del trabajo-te absuelve de vivir-Puedes ser como eres con el dinero
en la bolsa)
Humanidad (espíritu-vida-alegria-resurrección-mujer-enferma-curarla-trabajo)
Feminidad (mujer-bestia)
Animalidad (bestia)
Negatividad (injusticia-crimen-enferma-maten-bestia-trabajo)
sm [el dinero es la libertad] { ns/nc = [capacidad/posibilidad/actualidad/economicidad]
[actualidad/posibilidad/inocencialidad/festividad/religiosidad/
cristiandad/economicidad/consumibilidad/trascendentalidad/capacidad/
posibilidad/confortabilidad/humanidad/feminidad/animalidad/negatividad]
Despeje semántico
Posibilidad [de libertad]: [capacidad (h), posibilidad (s), capacidad (h)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h), posibilidad-subjuntivo (h)]
Religiosidad: [festividad (h), cristiandad (h), inocencialidad (h), trascendentalidad (h)]
Economicidad: [economicidad (s), consumibilidad (h), confortabilidad (h),
trascendentalidad (h)]
Humanidad: [feminidad (h), animalidad (a)]
Negatividad: [animalidad (h)]
CLASEMAS
v° (el dinero es la libertad) < sm [el dinero es la libertad] {s4/s16: cs6 = cl6
cl6 = cl1 [Posibilidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Religiosidad], cl4 [Economicidad], cl5
[Humanidad], cl6 [Negatividad].
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162
Análisis semántico del verso base: ES EL VERBO MÁS LIMPIO DE LA LENGUA:
COMPRAR 133
(macrocontexto temático b)
v° (Es el verbo más limpio de la lengua: comprar) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [Es el verbo más limpio de la lengua: comprar] (semas generales de la palabra)
Actualidad [tiempo presente]
Normatividad [lengua]
Discursividad [verbo-lengua]
Humanidad [lengua]
Consumibilidad [comprar]
Inocencialidad [limpio]
Trascendentalidad [más limpio]
Núcleo contextual [Si quieres una mujer y otra y otra, cómpralas, / si quieres una isla, cómprala, / si
quieres una multitud, cómprala.] (semas contextualizados)
Actualidad [tiempo presente] (quieres-quieres -cómpralas -cómprala-quieres)
Posibilidad (si-si-si)
Humanidad (mujer-otra-otra-multitud)
Consumibilidad (cómpralas-cómprala-cómprala)
Espacialidad (isla)
Deseabilidad [de desear] (quieres-quieres-quieres)
sm [Es el verbo más limpio de la lengua: comprar]{ ns/nc = [actualidad/normatividad/discursividad
humanidad/consumibilidad/inocencialidad/trascendentalidad]
[actualidad/posibilidad/humanidad/consumibilidad/espacialidad/deseabilidad]
Despeje semántico
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h)]
Humanidad: [inocencialidad (h), humanidad (s), trascendentalidad (h)]
Discursividad: [normatividad (s), ]
Consumibilidad: [consumibilidad (s), posibilidad (h), deseabilidad (h), trascendentalidad]
Espacialidad [ ]
133 Se ha escogido el verso base “es el verbo más limpio de la lengua”, ya que en sí misma esta oración es
polisémica, y además es una síntesis del discurso enunciado en los versos anteriores.
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163
CLASEMAS
st° (Es el verbo más limpio de la lengua: comprar) < sm [Es el verbo más limpio…] {s7/s6: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Temporalidad], cl2 [Humanidad], cl3 [Discursividad], cl4 [Consumibilidad], cl5
[Espacialidad].
Análisis semántico del lexema base: DAR DINERO ES DAR AMOR 134
(macrocontexto
temático a2)
v° (Dar dinero es dar amor) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [Dar dinero es dar amor] (semas generales de la palabra)
Economicidad (dinero)
Actualidad [tiempo presente] (es)
Sentimentalidad (amor)
Trascendentalidad (amor-dar-dar)
Generosidad (dar-dar)
Núcleo contextual [Yo tengo dinero quiere decir que me tengo. / Soy mío y soy tuyo / en este
maravilloso mundo sin resistencias.] (semas contextualizados)
Individualidad (yo-me-mío-tuyo)
Humanidad (yo-me-soy-mío-soy-tuyo)
Existencialidad (soy-soy)
Posesionalidad (me tengo-mío-tuyo-tengo)
Espacialidad (mundo)
Oposicionalidad (resistencias)
Negatividad (sin)
Positividad (maravillosos)
Exagerabilidad (este maravilloso mundo sin resistencias)
Actualidad [tiempo presente] (tengo-quiere-tengo-soy-soy)
Economicidad (dinero)
134 Se ha escogido el verso base “dar dinero es dar amor”, ya que establece un símil que resume las ideas del
macrocontexto temático a2.
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164
sm [Dar dinero es dar amor] { ns/nc = [economicidad/actualidad/
sentimentalidad/trascendentalidad/generosidad]
[individualidad/humanidad/existencialidad/posesionalidad/economicidad
espacialidad/oposicionalidad/negatividad/positividad/exagerabilidad/actualidad]
Despeje semántico
Humanidad: [individualidad (h), existencialidad(h), generosidad (h), sentimentalidad (h),
trascendentalidad (h)]
Economicidad: [economicidad (s), posesionalidad (h), trascendentalidad (h)]
Temporalidad: [actualidad (h), actualidad (h)]
Positividad: [Negatividad (a), exagerabilidad (h), oposicionalidad (a)]
Espacialidad: [oposicionalidad (h)]
CLASEMAS
v° (Dar dinero es dar amor) < sm [Dar dinero es dar amor] {s5/s11: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Humanidad], cl2 [Economicidad], cl3 [Temporalidad], cl4 [Positividad], cl5
[Espacialidad].
Análisis semántico del sintagma base: LA ADORACIÓN DEL CALUMNIADO BECERRO
DE ORO 135 (macrocontexto temático c)
st° (la adoración del calumniado becerro de oro) < sm { ns/nc: cs = cl∞
Núcleo sémico [la adoración del calumniado becerro de oro] (semas generales del sintagma)
Economicidad (becerro de oro [simbolismo bíblico])
Falsedad (calumniado)
Religiosidad (adoración-becerro de oro)
Maldad (calumniado)
Trascendentalidad (adoración)
Festividad (adoración)
Núcleo contextual [¡Aleluya, creyentes, / uníos en […] / hermosas ubres de su madre nos
amamanten!] (semas contextualizados)
135 Se ha escogido como base el sintagma “la adoración del calumniado becerro de oro”, ya que hace
referencia a un intertexto bíblico que multiplica el sentido del macrocontexto temático, y no hay una
impertinencia semántica en la frase, pero sí una síntesis del macrocontexto a través del simbolismo.
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165
Religiosidad (Aleluya, creyentes)
Feminidad (hermosas-ubres-madre-amamanten)
Humanidad (creyentes-madre)
Animalidad (ubres)
Unidad (uníos)
Festividad (aleluya-uníos)
Expresividad (¡!)
Maternidad (ubres-madre-amamanten)
sm [la adoración del calumniado becerro de oro] { ns/nc = [economicidad/falsedad/religiosidad
maldad/trascendentalidad/festividad]
[religiosidad/feminidad/humanidad/animalidad/
unidad/festividad/expresividad/maternidad]
Despeje semántico
Humanidad: [feminidad (h), maternidad (h)]
Religiosidad: [trascendentalidad (h), religiosidad (s), animalidad136, maternidad137]
Festividad: [expresividad (h), festividad (s), unidad (h)]
Maldad: [falsedad (h)].
Economicidad: [ ]
CLASEMAS
st° (la adoración del calumniado becerro de oro) < sm [la adoración…] {s6/s8: cs5 = cl5
cl5 = cl1 [Humanidad], cl2 [Religiosidad], cl3 [Festividad], cl4 [Maldad], cl5 [Economicidad].
SUMA DE CLASEMAS DE LOS MACROCONTEXTOS
Macrocontexto a1: cl1 [Posibilidad], cl2 [Temporalidad], cl3 [Religiosidad], cl4 [Economicidad],
cl5 [Humanidad], cl6 [Negatividad].
Macrocontexto b: cl1 [Temporalidad], cl2 [Humanidad], cl3 [Discursividad], cl4 [Consumibilidad],
cl5 [Espacialidad].
136 Se ubica el sema [Animalidad] dentro de [Religiosidad], ya que las ubres y el becerro hacen referencia a
una deidad zoomorfa. 137 Por referencia al becerro de oro y sus ubres es que se incluye dentro de [Religiosidad].
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
166
Macrocontexto a2: cl1 [Humanidad], cl2 [Economicidad], cl3 [Temporalidad], cl4 [Positividad],
cl5 [Espacialidad].
Macrocontexto c: cl1 [Humanidad], cl2 [Religiosidad], cl3 [Festividad], cl4 [Maldad], cl5
[Economicidad].
Clasemas textuales: cl1 [Humanidad] (4), cl2 [Temporalidad] (3), cl3 [Espacialidad] (2), cl4
[Religiosidad-Festividad-Maldad] (4), cl5 [Economicidad-Consumibilidad] (4), cl6 [Positividad-
Negatividad] (2), cl7 [Discursividad] (1), cl8 [Posibilidad] (1).
Interpretación
El análisis semántico de “Cantemos al dinero” ha dado un total de ocho clasemas textuales,
los cuales se agrupan en su mayoría dentro de la isotopía ANTROPOS; la isotopía
COSMOS en este poema tiene una presencia secundaria, por no decir, mínima, y sólo en
función de la primera. Así pues, pasando al poema en concreto, en el primer macrocontexto
(a1, 1-18) el tema gira en torno al clasema [Economicidad], pues esta parte del poema
desarrolla las características del dinero y su potencialidad, en este sentido, es importante
mencionar que este clasema está vinculado directamente al de [Humanidad], ya que el
dinero es un producto cultural del hombre, así pues, toda [Economicidad] sin un referente
humano [Humanidad] es imposible: “Puedes ser como eres con el dinero en la bolsa”.
Además de esta relación entre los clasemas [Humanidad] y [Economicidad], hay
que sumar otra relación que viene a forjar una trinidad semántica, el clasema
[Religiosidad], pues en el poema se va entretejiendo e imbricando el discurso religioso con
el económico, a tal grado que lo económico se ve actualizado semánticamente por el factor
religioso, es decir, el dinero recibe características propias de la sacralidad, se deifica al
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
167
dinero al ponerlo en contacto con intertextos de la tradición judeocristiana como la navidad,
las canciones navideñas (villancicos), o las alusiones a la vara de Moisés (Éxodo 4:1-5), o
la doctrina de la resurrección (Mateo 28:1-10):
Cantemos al dinero
con el espíritu de la navidad cristiana.
[…]
es la llave de la vida jocunda,
la vara del milagro,
el instrumento de la resurrección.
Asimismo, en este primer macrocontexto se pone de relieve el clasema [Posibilidad], en el
sentido de libertad o capacidad de hacer cosas, que re-semantiza al clasema
[Economicidad], el cual se desprende de la lexía “dinero”. Así pues, lo que otorga libertad
es el hecho de tener dinero, sin importar la forma –sea ético o no– en que se use éste, o por
decirlo de otro modo, el dinero da la capacidad de estar por encima de toda regla, norma,
moral o ética, lo cual pone de relieve la preminencia del factor económico en el poema:
El dinero te lava las manos
de la injusticia y el crimen,
te aparta del trabajo,
te absuelve de vivir.
Puedes ser como eres con el dinero en la bolsa,
el dinero es la libertad.
En el siguiente macrocontexto temático (b, 19-22) se prosigue desarrollando el clasema
[Economicidad] en su vertiente de [Consumibilidad], y se pone en referencia con el
clasema [Humanidad]: “Si quieres una mujer y otra y otra, cómpralas, / […] si quieres una
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
168
multitud, cómprala”. Se observa en el poema que lo consumible se ve desplazado de los
objetos a los sujetos, es decir, las personas se vuelven parte del sistema económico no como
productores sino como elementos a ser consumidos, así pues, se aprecia la cosificación del
ser humano, y el imperio de la economicidad sobre la vida humana, y sobre todo de un tipo
de economía, la capitalista-consumista. A pesar de lo anterior, en el poema se resemantiza
el consumismo, clasema [Consumibilidad], con semas positivos [Trascendentalidad], al
decir que: “(Es el verbo más limpio de la lengua: comprar)”.
En el macrocontexto a2 (23-26) de alguna forma se conjuntan los dos
macrocontextos anteriores para hacer una suma de sentido, ya que si bien el tema de estos
versos gira en torno al dinero, el clasema [Consumibilidad] aparece de forma indirecta en el
sema [Posesionalidad] que aparece junto al sema [Trascendentalidad], y ambos dentro del
clasema [Economicidad]. Así pues, la configuración-articulación semántica que se va
dando en este macrocontexto temático nos lleva a decir que el dinero se vuelve la clave y el
acceso al Ser y a su trascendencia: “Yo tengo dinero quiere decir que me tengo”; en otras
palabras, el dinero se convierte en el camino para trascender, para alcanzar la felicidad –
representada en el clasema [Positividad]–, la vida, el pleno desarrollo del ser humano,
llegando así a asemejarse a la función tradicional de la religión, la conexión con la
trascendencia, simbolizada en el amor: “Dar dinero es dar amor”.
Finalmente, el último macrocontexto (c, 27-29) deja en claro y explicita la relación
a través del símbolo del becerro de oro que se ha ido vertebrando a lo largo del poema, al ir
semantizando al “dinero” y al clasema [Economicidad] con valores trascendentes,
normalmente del campo religioso, representado en el clasema [Religiosidad]; cabe resaltar
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
169
que ambos clasemas son iterativos a lo largo del poema y se repiten en casi todos los
macrocontexto, con excepción del b. En realidad, todo el poema deviene una celebración
(“cantemos al dinero”) del orden económico y sus posibilidades en la vida humana,
simbolizado en el becerro de oro; esta figura ha sido tomada de la tradición judeocristiana,
la cual hace referencia al éxodo del pueblo judío a través del desierto, donde el becerro de
oro representa un ídolo falso que desvió al pueblo de Jehová Dios. Así pues, el becerro de
oro pone en juego el hecho de que las religiones convencionales (Jehová Dios) han sido
descartadas, y que la trascendencia es resituada en el eje económico (becerro de oro).
Finalmente, el poema termina con una invitación a la festividad [Festividad] y a la
comunión [Unidad] en el nuevo eje de la trascendencia, las robustas ubres del dinero,
creando incluso la idea de una especie de relación filial entre el ser humano y el eje
económico representado en el sema [Maternidad], dentro del clasema [Humanidad]: “uníos
en la adoración del calumniado becerro de oro / y que las hermosas ubres de su madre nos
amamanten!”
En relación con el pensamiento moderno-posmoderno, este poema se sitúa
claramente en el eje posmoderno, ya que asistimos a la desacralización del metarrelato
cristiano, o lo que es lo mismo, su caída. De lo anterior se desprende que la trascendencia
típica de la religión sea resituada en el eje económico, profundamente referenciado a lo
humano, y sobre todo al hecho del placer, valor rector de la vida posmoderna138
,
representado en el sema [Confortabilidad], que se aprecia también en la libertad de poder
hacer cualquier cosa, ya sea tener muchas mujeres o no hacer nada; el ser posmoderno
busca situarse por encima del bien y del mal, por encima de la ética y de la moral, donde el
138 “El fin supremo de la vida, es para el postmoderno, conseguir placer” (Cruz 2003, 65).
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
170
único código importante a cumplir y realizar es la felicidad propia: la ética postmoderna “es
la negación rotunda de toda ley, norma o doctrina que atente contra la felicidad personal”
(Cruz 2003, 65). Así pues, en conclusión, este poema utiliza intertextos simbólicos de la
tradición judeocristiana para resemantizar el eje económico de trascendencia, y este mismo
eje económico está referenciado al ser posmoderno y su tendencia al hedonismo, lo cual se
puede relacionar también con el Capítulo III de la presente investigación, sobre todo con la
desacralización de la religión y su contraparte, la emergencia de nuevos dioses, como el
dinero, el santo becerro de oro. ¡Aleluya!
…
En este apartado hemos visto el cambio de concepción de la cotidianidad del pensamiento
moderno al posmoderno (Cuadro 15), y cómo esta transformación se vio favorecida por la
caída de los metarrelatos, lo cual nos llevó a plantear tres elementos de la cotidianidad
posmoderna: 1) vivir en el presente, 2) personalización de la sociedad, y 3) individualismo
narcisista; de este último se desprenden tres características importantes, el sentimiento, la
psicologización (subjetividad), y el placer (hedonismo).
Después de ello, hemos analizado la cotidianidad en cinco poemas de Jaime
Sabines, desde una perspectiva semioestilística, centrada en el código semántico. Los
resultados nos han mostrado que en todos los poemas hay presencia del pensamiento
posmoderno, no obstante, en cada uno en diferente grado y de distinta forma. En “El día”,
perteneciente al primer poemario de Sabines, Horal (1950), se observa una temática
cotidiana, lo cual nos ubica en lo posmoderno, mientras que el tratamiento discursivo
La posmodernidad en la poesía de Jaime Sabines… David Anuar González Vázquez
171
abstracto del poema, en lo moderno; así pues, en este primer poema hay una tensión entre
ambos discursos que se da en el espacio poético-textual. En “De la esperanza”,
perteneciente al segundo poemario, La señal (1951), ya hay una clara preminencia del
pensamiento posmoderno, pues el poema trata muy concretamente la cuestión del vivir aquí
y ahora posmoderno, idea que se ve exaltada en el poema, en contraposición del vivir para
el futuro moderno, idea típica de los metarrelatos, que en este poema se ve como caduca.
En “Adán y Eva I” (1952), tercer poemario, nos encontramos con las figuras bíblicas de
Adán y Eva, las cuales son destracendentalizadas por la ausencia de Dios en el poemario, y
ante esta caída hay una tendencia hacia el hedonismo posmoderno, encarnado en la unión
sexual que narra este fragmento del poemario. En “Me doy cuenta de que me faltas” (1951-
1961), sexto poemario, vemos la inversión de las lógicas público-privado, representado en
el proceso de personalización de la sociedad, y cómo este mismo proceso crea desencanto
de una manera exorbitante, una de cuyas manifestaciones por excelencia es la relación de
pareja, como se aprecia en este poema y su tono pesimista. Finalmente, en “Cantemos al
dinero” (1967), séptimo poemario, vemos nuevamente la caída del metarrelato cristiano, y
cómo se efectúa una resemantización de lo económico y lo hedonista, al transferir la
trascendencia de la religión al rubro de lo económico, creando así nuevos dioses. En
general, se observa que sí hay un cambio respecto a la cronología de los poemas, ya que los
primeros poemarios es donde se manifiesta el discurso moderno en tensión con el
posmoderno; pero conforme se avanza temporalmente, los poemas abandonan la tensión y
se asientan completamente sobre lo posmoderno. Así pues, sí hay un cambio según el
criterio cronológico que se propone en la hipótesis de este trabajo, además de que hemos
visto que sí hay relación entre el pensamiento posmoderno y la poesía de Jaime Sabines a
través de los análisis semánticos y las interpretaciones de los poemas seleccionados.