organización social y problemática del agua en la cuenca del río cuautla, morelos

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COLEGIO DE POSTGRADUADOS INSTITUCIÓN DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS AGRÍCOLAS INSTITUTO DE SOCIOECONOMÍA ESTADÍSTICA E INFORMÁTICA PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO RURAL ORGANIZACIÓN SOCIAL Y PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN LA CUENCA DEL RÍO CUAUTLA, MORELOS. CLAUDIO ÁVALOS GUTIÉRREZ T E S I S PRESENTADA COMO REQUISITO PARCIAL PARA OBTENER EL GRADO DE: DOCTOR EN CIENCIAS MONTECILLO, TEXCOCO, EDO. DE MÉXICO 2003

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COLEGIO DE POSTGRADUADOS INSTITUCIÓN DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN

EN CIENCIAS AGRÍCOLAS INSTITUTO DE SOCIOECONOMÍA ESTADÍSTICA E

INFORMÁTICA PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO RURAL

ORGANIZACIÓN SOCIAL Y PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN LA CUENCA DEL RÍO CUAUTLA, MORELOS.

CLAUDIO ÁVALOS GUTIÉRREZ

T E S I S

PRESENTADA COMO REQUISITO PARCIAL PARA OBTENER EL GRADO DE:

DOCTOR EN CIENCIAS

MONTECILLO, TEXCOCO, EDO. DE MÉXICO

2003

D E D I C A T O R I A

A mi esposa Tere por el amor que nos une

A mis hijos David Noe y Claudia Jazmín, motivos de felicidad y superación

A mi Madre Francisca por haberme dado la vida y su buen ejemplo

A mis hermanas y hermanos: Hermila, Eréndira, Estela, Olga, Rosa, Javier, Primitivo, Lorenzo y José, por el cariño que nos identifica

A Joaquín, Arturo, Mario, Toño, Jorge y Roberto, por su amistad de siempre

Agradecimientos Al Colegio de Postgraduados, por brindarme la oportunidad para profundizar en el conocimiento del sector rural. A la Universidad Autónoma Chapingo, por todas las facilidades y apoyos otorgados. Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), por el apoyo financiero durante mi periodo de estancia en el Colegio de Postgraduados, apoyo que hizo posible culminar con el grado. A la Dra. Jacinta Palerm Viqueira, por su indiscutible capacidad de dirección, enseñanzas y amistad brindada. Al Dr. Carlos A. Ortiz Solorio, por su gran sencillez y estímulo profundo para la reflexión en la investigación. Al Dr. Hermilio Navarro Garza, por sus excelentes observaciones y enseñanzas. Al Dr. Rubén Sánchez Silva, por las sugerencias y aportes recibidos que marcaron las estrategias propuestas para la solución de la problemática del agua en la cuenca. Al Dr. Tomás Martínez Saldaña, por su gran experiencia y la crítica sana que me permitieron enriquecer la investigación. Al personal directivo y administrativo de la Asociación de Usuarios del río Cuautla por todo el apoyo brindado y su amistad, en especial al Ing. Manuel Martín Torres Salgado, Gerente Técnico, C. Guillermo Flores Zúñiga, expresidente de la Asociación; Ing. Evaristo Génis Campos, C. Rubén Servín Sánchez y C. Juana Chávez Estrada, actuales directivos de la Asociación (2003) Al Ing. J. Trinidad Lara, Jefe del Distrito de Riego, por su apoyo y valiosos comentarios. A los usuarios de riego que nos acompañaron en recorrer sus canales y campos de cultivo, sobre todo por la disposición para brindarnos información, comentarios y su confianza

Al equipo de Investigación Organización Social y Riego dirigido por la Dra. Jacinta Palerm Viqueira e integrado por: Benito Rodríguez Haros, Elvia López Pacheco, Carlos Cháirez Araiza, Claudio Ávalos Gutiérrez, Luz del Carmen Morán, Ricardo Osorio, María de Lourdes Hernández Rodríguez, Laura Edith Sánchez Almaraz, José Luis Pimentel Equihua, José Hermenegildo Valdivinos Ayala y Diana Sánchez. El equipo trabajó el proyecto “Diagnóstico Organizativo de la Asociación de Usuarios del río Cuautla, Morelos” y la información generada marcó de manera sustancial la descripción y análisis de una parte del contenido de la investigación. Mi más sincero agradecimiento. Al apoyo financiado del CONACYT y de la CNA a través de los siguientes proyectos: Convenio CNA-GDUR-CP-05/2001 SEP-CONACYT 2002 “Las Instituciones para el Gobierno del Agua: el caso de las Organizaciones Autogestivas no Burocráticas” clave 39682-S.

DATOS BIOGRÁFICOS

Claudio Ávalos Gutiérrez, hijo de Ezequiel Ávalos Alvarado (+) y Francisca Gutiérrez Peña, nació el 2 de

febrero de 1959 en el ejido El Camiche, Municipio de Yurécuaro, Mich. Es el octavo hijo de 10 hermanos. A

los 11 años terminó su escuela primaria en el lugar de origen; cursó su secundaria en la Escuela Secundaria

Diurna No. 76 “Francisco Javier Clavijero” en el Distrito Federal, de 1970 a 1973. Estudió el bachillerato en el

Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente de la UNAM de 1974 a 1976. La licenciatura la realizó en

la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, UNAM de 1977 a 1981, obteniendo el título de Ingeniero

Agrícola con Orientación en Agroecosistemas. Hizo la Maestría en Ciencias en Desarrollo Rural Regional en

la Universidad Autónoma Chapingo de 1997 a 1999 obteniendo el grado con mención honorífica. Tiene tres

diplomados: Cómputo Electrónico (UACH, 1995-96), Formación Docente (UACH, 1996) y, Diseño y Gestión

de Empresas para el Desarrollo Rural (INCA Rural, 2001). Ha recibido diversos cursos de capacitación entre

los que destacan: Formulación y Evaluación de Proyectos (FIRA, 1996), Ordenamiento Territorial para Zonas

Rurales (UACH, impartido por Profesores visitantes de la Universidad de Alicante, España), Sistemas de

Información Geográfica (UNAM, 1998), Análisis de Sistemas con el paquete Stella (UACH, 1997). Durante

sus estudios de Maestría fue merecedor de una beca para realizar una estancia de intercambio académico

en la Universidad de Alicante durante enero-abril de 1999. En ésta Universidad dictó varias conferencias

relativas a la geografía de México, el TLCAN y al análisis del sector agropecuario. En 1999 fue distinguido

con el premio “Ernest Feder” por mejor ponencia en el Seminario Internacional de Economía Agrícola del

Tercer Mundo, Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

Su experiencia laboral es diversa. Se desempeñó como Profesor de Educación Tecnológica Agropecuaria en

los CBTAs 110 y 136 (Tecomatlán, Pue., y Tantoyuca, Ver) de 1981 a 1986. Fue Jefe de Almacén Rural en

DICONSA sucursal Zacatecas, en 1986-1987. Posteriormente Inspector-Ajustador en ANAGSA, oficina

Fresnillo, Zac., durante 1988-1989. En 1990-1991 fue Coordinador Técnico para la Formación de Uniones de

Crédito y Fondos de Aseguramiento en el estado de Zacatecas (CNC-Gob. Estado). En 1992 ocupó el cargo

de Asesor Técnico y Gerente del Fideicomiso de Garantía y Fomento de la Unión Nacional de Productores de

Frijol-CNC, el Distrito Federal. A partir de febrero de 1993 a la fecha, es profesor-investigador en el

Departamento de Preparatoria Agrícola de la Universidad Autónoma Chapingo. En 1995 fue consultor del

Instituto Mexicano de Investigaciones Tecnológicas (IMIT) para realizar el estudio de Gran Visión de

Conversión Agropecuaria en el Estado de Morelos. Ha impartido diversos cursos para productores y técnicos

del IMTA, SAGARPA, SEDAGRO y Empresas de Servicios Profesionales. Actualmente es instructor de los

Diplomados: Desarrollo Rural Sostenible y Desarrollo de Agronegocios del Programa de Postgrado en

Agroempresas de la UACH; asimismo es Coordinador de ésta Maestría a partir de junio de 2003. A la vez, se

desempeña como Formador de Empresas para el INCA-Rural. (Certificado por CONOCER).

i

ÍNDICE GENERAL RESUMEN ............................................................................................................................. vii ABSTRACT ........................................................................................................................... viii INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 1 CAPÍTULO I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA EMPLEADA ............................................................................................................................. 4

I.1. Acerca del problema de Investigación .................................................................................... 4 a) Enfoques en el manejo de recursos .................................................................................... 4 b) Delimitación del problema de investigación ........................................................................... 8 c) Los actores sociales en el contexto del problema de investigación ............................................ 9

I.2. Objetivos ........................................................................................................................ 15 I.3. Hipótesis ........................................................................................................................ 16 I.4. Metodología .................................................................................................................... 16

a) Asociación de usuarios del río Cuautla (ASURCO) ............................................................... 19 b) Productores de berro. ..................................................................................................... 22 c) Productores de plantas de ornato (viveristas) ...................................................................... 23 d) Camioneros de cisternas tipo “pipa”. ................................................................................. 24 e) Ayuntamientos municipales. ............................................................................................ 25 f) Otros actores sociales: CNA, Distrito de Riego, Curtidos Temola S.A. de C.V. ............................ 25

CAPÍTULO II. GESTIÓN INTEGRADA DEL AGUA Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL............... 27 II.1. Introducción ................................................................................................................... 27 II.2. Hacia un concepto de cuenca ............................................................................................ 28 II.3. Definición de cuenca ....................................................................................................... 29 II.4. La cuenca como unidad de gestión del agua (el porqué) ......................................................... 30 II.5. Relaciones sociales en la cuenca ....................................................................................... 32 II.6. El cómo de la gestión del agua .......................................................................................... 34 II.7. El caso de los Consejos de Cuenca en México: alcances y limitaciones ..................................... 40 II.8. Crisis de gobernabilidad y problemas institucionales .............................................................. 47 II.9. El qué de la gestión del agua por cuencas ........................................................................... 51 II.10. Premisas para un modelo de gestión del agua en la cuenca del río Cuautla .............................. 54 II.11. El ordenamiento territorial en el ámbito de la gestión del agua a nivel de cuencas ...................... 60 II.12. Legislación ambiental y ordenamiento del territorio .............................................................. 61 II.13. Ordenamiento territorial participativo ................................................................................. 68

CAPÍTULO III. EL PAPEL DEL ESTADO Y LA ACCIÓN COLECTIVA EN SISTEMAS DE RIEGO . 71 III.1. Introducción .................................................................................................................. 71 III.2. El papel de Estado en los sistemas de riego ........................................................................ 72

III.2.1. La base material de las grandes civilizaciones. .............................................................. 72 III.2.2. La hipótesis hidráulica de Wittfogel. ............................................................................. 73 III.2.3. Gran irrigación y pequeño riego. ................................................................................. 75 III.2.4. La autogestión en sistemas de riego. ........................................................................... 79

III.3. Teoría de la acción colectiva ............................................................................................ 81 III.3.1. Manejo de recursos comunes. .................................................................................... 81 III.3.2. La autogestión y organización social en el manejo de recursos. ........................................ 83 III.3.3. La organización autogestiva en el manejo de recursos. ................................................... 87 III.3.4. Principios de diseño de organizaciones autogestivas. ..................................................... 90

III.4. El mercado y la transferencia de los sistemas de riego .......................................................... 94 III.4.1. Antecedentes. ......................................................................................................... 94 III.4.2. La transferencia de los sistemas de riego en el mundo. ................................................... 95 III.4.3. La transferencia de los distritos de riego en México. ....................................................... 97

ii

III.4.4. Subsidios-costos. .................................................................................................. 101 III.4.5. Eficacia. ............................................................................................................... 102

CAPÍTULO IV. CARACTERIZACIÓN FÍSICO-SOCIAL DE LA CUENCA DEL RÍO CUAUTLA ..... 105 IV.1. Contexto nacional ........................................................................................................ 105 IV.2. La cuenca del Río Balsas .............................................................................................. 106 IV.3. Contexto Estatal .......................................................................................................... 109 IV.4. Características de la Cuenca del Río Cuautla .................................................................... 114 IV.5. Externalidades a la gestión del agua ................................................................................ 116

IV.5.1. Contexto. ............................................................................................................. 116 IV.5. 2. La contaminación del agua. .................................................................................... 118 IV.5. 3. El crecimiento urbano. ........................................................................................... 130 IV.5. 4. Deforestación. ..................................................................................................... 132 IV.5.5. La zona de manantiales. ......................................................................................... 132 IV.5.6. Los camiones cisterna o “piperos”. ............................................................................ 135 IV.5.7. Berreros. ............................................................................................................. 136 IV.5.8. Viveristas. ............................................................................................................ 138

CAPÍTULO V. CAPACIDAD ORGANIZATIVA PARA SISTEMAS DE RIEGO: CASO ASURCO ... 141 V.1. Introducción ................................................................................................................. 141 V.2. Antecedentes ............................................................................................................... 142 V.3. Infraestructura hidráulica ................................................................................................ 145 V.4. Fuentes de abastecimiento de agua ................................................................................. 155 V.5. Comportamiento de los sistemas de riego por canales generales ........................................... 157 V.6. Cierre de siembras ........................................................................................................ 163 V.7. Cuotas de pago por el servicio de agua ............................................................................. 165 V.8. Organización interna ..................................................................................................... 171 V.9. Movimiento de aguas de retorno o achololes en los sistemas de riego en el espacio hidráulico de la Asociación ......................................................................................................................... 171

a) Curso de los achololes: margen izquierda del río Cuautla, desde los manantiales “Los Sabinos”. 173 b) Curso de los achololes: margen derecha del río Cuautla, desde la zona de manantiales Las Tazas y cercanías. ..................................................................................................................... 175 c) Curso de los achololes: margen izquierda y derecha del río Cuautla, aguas abajo de la confluencia con la barranca de Ayala. ................................................................................................. 177

V.10. La organización autogestionaria del agua: caso ASURCO ................................................... 180 V.11. Niveles organizativos del sistema ................................................................................... 181

CAPITULO VI. CONFLICTOS POR ACHOLOLES: CASO RANCHO “CASA COLORADA” Y COMUNIDAD DE SAN VICENTE DE JUÁREZ ........................................................................ 185

VI.1. Introducción ................................................................................................................ 185 VI.2. Acuerdos para el uso y aprovechamiento de achololes ........................................................ 186 VI.3. Dotaciones de tierras y aguas ........................................................................................ 190 VI.4. Funcionamiento del sistema de riego ............................................................................... 193 VI.5. Conflicto y negociaciones .............................................................................................. 195 VI.6. Marco legal ................................................................................................................. 203

CAPITULO VII. COMPETENCIA POR EL AGUA ENTRE USOS Y USUARIOS: CASO MANANTIALES “LAS TAZAS” ............................................................................................... 206

VI.1. Introducción ................................................................................................................ 206 VI.2. Antecedentes .............................................................................................................. 208 VI.3. Tendencias de los volúmenes de agua del canal Casasano Grande ....................................... 211 VI.4. Perforación del pozo “El Calvario” ................................................................................... 215 VI.5. Propuestas de obra para la recuperación del caudal perdido por la perforación del pozo ............ 219 VI.6. Daños a los cultivos por sequía ...................................................................................... 221

iii

VI.7. No se reconoce afectación al manantial Las Tazas ............................................................. 222 VI.8. Acerca del pozo Casasano ............................................................................................ 230

CAPÍTULO VIII. COMPETENCIA POR EL AGUA ENTRE USOS Y USUARIOS: CASO PRODUCTORES DE BERRO ................................................................................................ 237

VIII.1. Introducción .............................................................................................................. 237 VIII.2. Características del cultivo ............................................................................................ 237

a) Origen. ...................................................................................................................... 237 b) Descripción botánica. ................................................................................................... 238 c) Cultivo. ...................................................................................................................... 239

VIII.3. Áreas de producción del berro ...................................................................................... 240 VIII.4. Costos de producción, importancia económica y social ...................................................... 243 VIII.5. Demanda de agua del cultivo de berro ........................................................................... 245 VIII.6. Antecedentes ............................................................................................................ 246 VIII.7. Concesiones provisionales ........................................................................................... 248 VIII.8. Organización de los productores de berro ....................................................................... 250 VIII.9. Acuerdos y negociaciones ........................................................................................... 252

a) Acta de acuerdos entre las Asociaciones. ........................................................................ 252 b) Dictamen de amparo. ................................................................................................... 255

VIII.10. Marco legal ............................................................................................................. 256 VIII.11. Competencia por el agua ........................................................................................... 258 VIII.12. Problemas de contaminación ...................................................................................... 259 VIII.13. Esquemas de gestión como intentos de mejora del agua .................................................. 260 VIII.14. Impacto ambiental e intervención de ASURCO en la gestión del agua................................. 262

CAPITULO IX. COMPETENCIA ENTRE USOS Y USUARIOS DEL AGUA: CASO VIVERISTAS . 264 IX.1. Introducción ............................................................................................................... 264 IX.2. Antecedentes .............................................................................................................. 264 IX.3. Cantidad de viveros ...................................................................................................... 266 IX.4. Producción ................................................................................................................. 267 IX.5. Organización .............................................................................................................. 268 IX.6. Mercado .................................................................................................................... 270 IX.7. Viveristas ................................................................................................................... 271

IX.7.1. El viverismo en Calderón ........................................................................................ 276 IX.7.2. El viverismo en Eusebio Jáuregui ............................................................................. 280 IX.7.3. El viverismo en Casasano ....................................................................................... 281 IX.7.4. El viverismo en Cuautla .......................................................................................... 283 IX.7.5. El viverismo en Cuautlixco ...................................................................................... 284 IX.7.6. El viverismo en Tetelcingo y otras localidades ............................................................. 287

IX.8. Manejo del agua y acuerdos .......................................................................................... 288 CAPÍTULO X. CARACTERIZACIÓN DEL ACUÍFERO “ZONA CUAUTLA-YAUTEPEC”: RIESGOS Y ACCIONES PARA SU SOSTENIBILIDAD ............................................................................... 291

X.1. Introducción ................................................................................................................. 291 X.2. El ciclo hidrológico ........................................................................................................ 293 X.3. Descripción del Estudio Hidrológico del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec, 1996. ................ 293

X.3.1. Localización. ........................................................................................................ 293 X.3.2. Geología. ............................................................................................................. 294 X.3.3. Hidrogeología. ....................................................................................................... 298 X.3.4. Hidrología superficial. .............................................................................................. 299 X.3.5. Investigación geofísica. ........................................................................................... 300 X.3.6. Calidad del agua subterránea. .................................................................................. 301 X.3.6. Hidrología subterránea. ........................................................................................... 303

iv

X.3.7. Aprovechamiento de aguas subterráneas. ................................................................... 305 X.3.8. Modelo conceptual: sistemas de flujo. ........................................................................ 306 X.3.9. Balance de agua subterránea. .................................................................................. 307 X.3.10. Manejo del acuífero. .............................................................................................. 308 X.3.11. Lo que se concluye y recomienda en el estudio. ......................................................... 310

X.4. Estudio preliminar de la zona Cuautla-Yautepec, Mor., 1981. ................................................ 312 X.5. Estudio Geohidrológico para el Proyecto Oacalco, Mor. de fecha 1989. ................................... 313

DISCUSIÓN GENERAL ........................................................................................................ 316 1. Validez de la metodología de investigación empleada ............................................................. 316 2. La teoría de la acción colectiva en la organización social de los actores ..................................... 319 3. Principales hechos del proceso autogestivo de ASURCO ........................................................ 327 4. Integración técnico-social de la investigación ........................................................................ 333 5. La cuenca del río Cuautla como un sistema complejo ............................................................. 340 6. Tendencias en el uso del agua en la cuenca del río Cuautla ..................................................... 340

6.1. Escenario de la mayor Rentabilidad Económica .............................................................. 341 6.2. Escenario de la mayor Rentabilidad Social ..................................................................... 342 6.3. Escenario de la mayor Rentabilidad Ambiental ................................................................ 342

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ........................................................................... 344

v

ÍNDICE DE CUADROS

Pág. Cuadro 1. Matriz de canales generales y principales problemas. 121 Cuadro 2. Sitios de mayor concentración de basura que la población deposita. 124 Cuadro 3. Principal problemática de los canales generales. 125 Cuadro 4a. Canales generales y fuentes de almacenamiento en el Módulo de Riego 08. Estado de Morelos. 147 Cuadro 4b. Fuentes de abastecimiento de agua en el espacio hidráulico de ASURCO. 148 Cuadro 5. Obras de infraestructura en el módulo de riego 08, Asociación de usuarios de riego del río Cuautla. 150 Cuadro 6. Tamaño de canales por superficie, usuarios y longitud. 154 Cuadro 7. Canales generales con presero, canalero y persona que contratan los usuarios. 159 Cuadro 8. Estimación de costos anuales de distribución del agua y mantenimiento por canales. 167 Cuadro 9. Entrega y captación de achololes en canales de manantiales. 174 Cuadro 10. Entrega y captación de achololes en los canales El Socavón, Los Cuartos y Las Iguanas. 174 Cuadro 11. Entrega y captación de achololes en los canales El Túnel, Los Hornos y El Mirador. 175 Cuadro 12. Entrega y captación de achololes en los canales El Túnel, Los Hornos y El Mirador. 175 Cuadro 13. Entrega y captación de achololes de canales de la margen derecha del río Cuautla. 176 Cuadro 14. Achololes muertos de los canales Campo Nuevo y El Molino. 177 Cuadro 15. Entrega y captación de achololes de los canales San Esteban, Axocoche y La Torre. 177 Cuadro 16. Entrega y captación de achololes de canales agua debajo de la confluencia con la barranca de Ayala.

178

Cuadro 17. Dotaciones de agua en superficie y usuarios beneficiados. Fuente: ASURCO, 2002. 191 Cuadro 18. Relación de ejidatarios del campo La palma y pequeños propietarios del campo Juárez beneficiarios

con achololes de los ejidos Tenextepango, Moyotepec y de la Colonia Abelardo L. Rodríguez

192 Cuadro 19. Dotaciones de agua a los ejidos de Cuautlixco, Casasano y Tetelcingo, y Propiedad Rural de Casasano.

209

Cuadro 20. Distribución de agua por el canal general Casasano grande en función de la disponibilidad según aforo de noviembre de 1997.

210

Cuadro 21. Gastos medios anuales 1980-1994 en litros por segundo (lps). 213 Cuadro 22. Gasto por mes: julio 1992 a octubre 1994 en lps. Canal Las Tazas. 214 Cuadro 23. Gasto en los meses de noviembre en lps. Canal Las Tazas.. 214 Cuadro 24. Gasto medio en los meses de diciembre en lps. Canal Las Tazas. 215 Cuadro 25. Funcionamiento del canal Casasano Grande. 220 Cuadro 26. Áreas de producción de berro en la cuenca del río Cuautla. 241 Cuadro 27. Costos de producción para una tarea de berro en un ciclo de 6 meses. 241 Cuadro 28. Indicadores del viverismo en varias Localidades del municipio de Cuautla. 271 Cuadro 29. Indicadores del viverismo por localidad en el municipio de Cuautla. 274 Cuadro 30. Principales indicadores del viverismo en varias localidades del municipio de Cuautla, Mor. 277 Cuadro 31. Límites permisibles de calidad del agua. 302 Cuadro 32. Aplicación de sanciones de acuerdo con la superficie afectada. 329 Cuadro 33. Aplicación de sanciones por infracciones según superficie afectada. 330 Cuadro 34. Escenarios para el uso y el aprovechamiento del agua en la cuenca del río Cuautla. 335 Cuadro 35. Ventajas y desventajas de los escenarios del uso del agua en la cuenca del río Cuautla. 335 Cuadro 36. Escenario de Rentabilidad Económica (a). 341 Cuadro 37. Escenario de Rentabilidad Social. 342 Cuadro 38. Escenario de Rentabilidad Ambiental. Elaboración propia. 2003. 343

vi

ÍNDICE DE FIGURAS

Pág. Figura 1. Esquema de gestión del agua a nivel de cuencas. 36 Figura 2. Estructura de los Consejos de Cuenca. . 43 Figura 3. Comparativo de las metodologías de ordenamiento técnica y campesina. 70 Figura 4. Estados que integran la cuenca hidrológica del rió Balsas 107 Figura 5. Localización de la cuenca del Río Cuautla en el Estado de Morelos. 114 Figura 6. ASURCO como actor principal en la cuenca del río Cuautla, Mor. 117 Figura 7. Ubicación geográfica de los Módulos de riego en el estado de Morelos. 141 Figura 8. Ubicación de las fuentes de agua en el Módulo de riego 08 y movimiento de achololes 153 Figura 9. Curso general de achololes en el espacio hidráulico de ASURCO. 179 Figura 10. Flujo de achololes en Rancho “Casa Colorada”, hacia los campos La Palma y Juárez. 194 Figura 11. Aforos promedio anuales del canal Casasano grande durante el periodo 1973-1992 del

área de los manantiales (Torres, 2002).

211 Figura 12. Aforos mensuales durante 1973-1992 del canal general Casasano. 212 Figura 13. Aforos promedio mensuales durante el periodo 1973-1992 en el canal general Casasano. 213 Figura 14. Gastos medios anuales 1980-1994 en litros por segundo (lps). 213 Figura 15. Gastos por mes: julio 1992 a octubre 1994 en lps. Canal Las Tazas. 214 Figura 16. Gasto en los meses de noviembre en lps. Canal Las Tazas. 214 Figura 17. Gasto medio en los meses de diciembre en lps. Canal Las Tazas. Fuente. CNA. 215 Figura 18. Superficie cultivada de berro por productor en la Asociación Agrícola Local. 242 Figura 19. Superficie de berro por productor en la segunda zona de producción. 243 Figura 20. Viveristas por localidad. 272 Figura 21. Viveros por localidad. 272 Figura 22. Superficie de vivero por localidad en el municipio de Cuautla. 273 Figura 23. Pozos por vivero en el ejido Calderón. 279 Figura 24. Superficie de vivero propia y rentada en Calderón. 279 Figura 25. Distribución de la superficie por tamaño de vivero en Calderón. 280 Figura 26. Distribución de la superficie por viverista en Eusebio Jáuregui. 280 Figura 27. Distribución de la superficie por tenencia de la tierra 281 Figura 28. Distribución de la superficie por vivero en Casasano. 282 Figura 29. Tiempo que tienen rentando los arrendatarios en Casasano. 283 Figura 30. Profundidad a la cual se encuentra el agua en los pozos del ejido Casasano. 283 Figura 31. Distribución de la superficie por viverista en el ejido de Cuautla. 284 Figura 32. Distribución de la superficie por vivero en Cuautlixco. 285 Figura 33. Distribución de la superficie de vivero según el tipo de productor. 285 Figura 34. Procedencia de los arrendatarios. 286 Figura 35. Profundidad de las norias por vivero en Cuautlixco. 286 Figura 36. Gasto en lps por vivero en Cuautlixco. 287 Figura 37. Localización del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec 294

vii

RESUMEN

Se estudió la organización social de usuarios del riego, productores de berro, viveristas, y otros en la cuenca

del río Cuautla, Morelos, México, así como la problemática relacionada con el aprovechamiento del agua con

el fin de verificar el nivel organizativo de los actores sociales seleccionados, sus interacciones y

negociaciones en la resolución de los conflictos internos y externos. Se percibe una tendencia en la

disminución de las fuentes de agua debido a una expansión urbana acelerada y poco planeada en el uso del

territorio, una competencia entre usos y usuarios a través de: 1] perforaciones de pozos para agua potable de

la ciudad de Cuautla; 2] expansión en superficie y perforaciones de “norias” de productores de plantas de

ornato; 3] productores de berro que aprovechan las aguas de manantiales y cauce del río con limitados

esquemas de regulación y control; 4] camiones cisterna tipo pipa, que extraen el agua de manantiales para

satisfacer las necesidades del agua a población sin servicios; y 5] aprovechamiento del agua a través de

pozos particulares para la industria local quienes vierten aguas residuales directamente a campos de cultivo y

el río. La regulación de los usos del agua es un proceso complejo que requiere de la intervención y

colaboración consensuada entre actores sociales. El fortalecimiento de organismos formales a nivel de

cuenca del Balsas, deberá tener su base en organismos locales. Es indispensable el reconocimiento a la

institucionalidad de los actores sociales locales con sus reglas escritas y no escritas para llegar a acuerdos y

por tanto, minimizar los conflictos. Asimismo, la acción colectiva se manifiesta como un detonador para

mejorar los procesos de gestión del agua a nivel de cuenca.

Los resultados de la investigación indican que las formas de apreciación de los conflictos y su resolución se

inclinan a implementar medidas correctivas, más que preventivas; cuando se presentan situaciones de

conflicto en las que se agravan los procesos de apropiación del uso del recurso, es cuando se realiza la

mayor movilización social y la gestión de los grupos de interés involucrados. Se plantea la necesidad de

fomentar el desarrollo de capacidades de gestión en instituciones locales y de reconocer la capacidad que

tienen los usuarios del agua a través de organizaciones autogestivas.

Palabras clave: actores sociales, acción colectiva, gestión integrada, conflicto, negocicación.

viii

ABSTRACT

The social organization of users of the irrigation, watercress producers, nurserymen, and others in the river

basin of the river Cuautla, Morelos, Mexico, were studied, as well as the problematic one related to the

advantage of the water with the purpose of verifying the organizational level of the selected social actors, her

interactions and negotiations in the resolution of the internal and external conflicts. A tendency in the

diminution of the water sources due to an accelerated urban expansion and little planned in the use of the

territory, a competition between uses is perceived and users through: 1] well perforations for potable water of

the city of Cuautla; 2] expansion in surface and perforations of “noria” wells of producers of ornato plants; 3]

producers of watercress that take advantage of water springs and channel of the river with limited schemes of

regulation and control; 4] tankers type pipe, that extract the water of springs to satisfy the necessities with the

water to population without services; and 5] advantage of the water through particular wells for the local

industry that directly spill residual waters to culture fields and the river. The regulation of the uses of the water

is a complex process that requires of the intervention and collaboration between social actors. The fortification

of formal organisms at level of river basin of the “Balsas”, must have its base in local organisms. The

recognition to the institucions of the local social actors with its rules written and not written is necesary to

reach agreements and therefore, to diminish the conflicts. Also, the collective action is pronounced like a

detonator to improve the processes of management of the water at river basin level. The results of the

investigation indicate that the forms of appreciation of the conflicts and their resolution incline to implement

corrective measures, than more preventive; when conflict situations appear in which the processes of

appropriation of the use of the resource worsen, it is when it is made the greater social mobilization and the

management of the involved groups of interest. The necessity considers to foment the development of

capacities of management in local institutions and to recognize the capacity that the users of the water

through Self management Organizations have.

Key words: social actors, collective action, integrated management, conflict, negotiation.

1

INTRODUCCIÓN La cuenca como unidad de gestión y manejo de recursos permite comprender una complejidad de relaciones

que es necesario describir con mayor precisión para propiciar la participación de los diferentes actores y

sujetos sociales que en ella se encuentran organizados de manera formal o informal, a fin de llegar a puntos

de encuentro y en torno a la búsqueda de soluciones integrales. Por ello es necesario que los distintos

intereses entre usos y usuarios, como en el caso del río Cuautla, sean concertados y negociados a partir de

la participación de los actores sociales locales, por decirlo de alguna manera, “de abajo hacia arriba”, de lo

contrario, como se plantea la gestión integrada a partir de organismos de representación de macrocuencas

en espacios muy grandes (caso de los Consejos de Cuencas), será más difícil generar las capacidades de

los organismos y servicios que ofrece el Estado y de los propios usuarios para alcanzar los propósitos

planteados por los organismos internacionales en el sentido de que sea la cuenca la unidad de gestión y

resolución de conflictos concernientes al agua.

La cuestión del agua cobra cada vez mayor importancia debido al incremento en su demanda y ello conlleva

a la necesidad de usarla eficientemente. En la cuenca del río Cuautla, cuya extensión es de unas 76500

hectáreas (afluente del río Amacuzac y éste a su vez de la cuenca hidrológica del río Balsas), se manifiestan

relaciones de competencia debido a la riqueza relativa del recurso hídrico para las actividades agropecuarias,

industriales y de recreación, lo que propicia la necesidad de conocer y fomentar los procesos de negociación

y de organización autogestiva en la búsqueda de la gestión integrada del agua a nivel de cuencas en

espacios locales.

La intervención de distintos actores sociales se manifiesta en procesos tanto de competencia como de

negociación, a través de la Comisión Nacional del Agua, Asociación de Usuarios del río Cuautla,

Ayuntamientos Municipales, Ingenio de Casasano, Curtidos Temola S.A. de C.V., Productores de berro,

cultivadores de plantas ornamentales (viveristas), entre otros. Se plantea la necesidad de fomentar el

desarrollo de capacidades de gestión en instituciones locales y de reconocer la capacidad que tienen los

usuarios del agua a través de organizaciones autogestivas para mejorar y recuperar la pérdida de los

recursos hídricos en la cuenca del río Cuautla, en el estado de Morelos, México.

Se hizo uso del método de investigación etnográfica de observación participativa, así como de la metodología

descrita por Palerm (2001) relativa al seguimiento de las “tareas siempre presentes” en los sistemas de

pequeño riego. Para conocer si existe o no organización de los actores sociales, así como los mecanismos

bajo los cuales establecen relaciones de conflicto y de negociación para la gestión integrada del agua, se

partió de un diagnóstico organizativo y de funcionamiento del sistema de riego en el espacio hidráulico de la

Asociación de usuarios del río Cuautla. La investigación se llevó a cabo mediante recorridos de campo,

historia oral y escrita, entrevistas a profundidad, aplicación de cuestionarios y sistematización y análisis de

2

información en una parte del espacio geográfico de la cuenca del río Cuautla durante 2002, de tal manera

que se reconoce que existe organización de los distintos actores que intervienen en la cuenca y que tienen

capacidad de establecer relaciones de conflicto y negociación para resolver la gestión integrada del agua en

el nivel local.

Los usuarios del riego miembros de la Asociación muestran evidencias de la capacidad de autorregularse en

espacios locales, principalmente en el manejo del recurso a nivel de canal general y entre comunidades

beneficiarias del agua. Además, tienen la capacidad de adoptar esquemas de negociación con otros actores

sociales para resolver los conflictos. Sin embargo, el Estado también tiene un papel que desempeñar en el

ámbito de ceder y regular a la vez las normas de carácter general que desde el nivel local son éstas

acordadas y aceptadas.

Se observan conflictos por el aprovechamiento del agua, unos con mayor, otros con menor intensidad. Entre

los conflictos más significativos se encuentran: 1] la perforación del pozo “El Calvario” que realizó el SOAPS y

que los usuarios continúan realizando diferentes acciones tendientes a “recuperar” los volúmenes perdidos

de que disponían en el canal general de riego Casasano Grande; 2] la constante gestión, conflictos y

negociaciones entre los productores de berro y ASURCO; y 3] el conflicto por los achololes entre usuarios de

la comunidad de San Vicente de Juárez y la pequeña propiedad “Rancho Casa Colorada”.

La tesis está dividida en 10 capítulos, en el primero se plantea el problema de investigación y se describe la

metodología empleada a partir de una serie de actividades que condujeron a precisar el objeto de estudio. En

el segundo capítulo se desarrollan los conceptos y enfoques relativos a la cuenca y ordenamiento territorial,

con el fin de sentar las bases que permitan ubicar el contexto en el cual se desarrolla la investigación. Se

enfatiza la necesidad de incorporar en los planes de ordenamiento la participación real y formal de los

usuarios de los recursos. En el tercer capítulo � se abordan el papel del Estado y su relación con el enfoque

de la teoría de la acción colectiva en el manejo de recursos; se enfatiza el marco teórico con los sistemas de

riego. Se evidencia que la acción colectiva como teoría, permite contribuir al entendimiento del porqué

algunas comunidades o grupos usuarios de recursos comunes perduran y manejan en forma sostenible sus

recursos. En el capítulo cuarto se hace una descripción física, social y geográfica de la cuenca d río Cuautla

para comprender la base natural y social en la cual se sostienen los usuarios del agua y ello permite

reconocer la fragilidad del sistema en caso de generación de conflictos y sobre explotación del recurso

hídrico. En el capítulo quinto se realiza una descripción respecto a la operación y administración del sistema

hidráulico a cargo de la Asociación de Usuarios del río Cuautla, actor principal en la investigación y que sirve

como eje principal de análisis de los otros actores sociales. Se hace énfasis en la complejidad del sistema y

en la importancia que tienen los achololes en el flujo permanente y dinámica del agua en el Módulo de Riego

que opera la Asociación. En el capítulo sexto se realiza una descripción detallada del estudio de caso de los

manantiales “Las Tazas” donde el Ayuntamiento de la ciudad de Cuautla y los usuarios establecen relaciones

3

de conflicto y negociación. En el capítulo séptimo se describe el estudio de caso sobre los productores de

berro y sus procesos de organización. En el capítulo octavo se describe el estudio de caso del viverIsmo y su

impacto en los usos del agua en la cuenca. El capítulo noveno se refiere al conflicto por los achololes entre el

Rancho Casa Colorada y la comunidad de San Vicente de Juárez. Con estos estudios de caso se demuestra

la presencia organizativa de los actores sociales, así como las negociaciones y conflictos que se generan

cuando la autogestión es limitada. En el capítulo diez se realiza una descripción de las características físicas

del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec ya que en la mitad del proceso de la investigación nos percatamos

de la interconexión entre aguas superficiales y aguas subterráneas y de no analizarse de manera conjunta,

pareciera que los viveristas no tienen relación alguna con la afectación en manantiales para los usuarios de

ASURCO. Por último se realiza una discusión general de la investigación, procurando retomar los elementos

fundamentales tanto de los datos de campo, como de los conceptos teóricos para llegar a las conclusiones y

recomendaciones.

4

CAPÍTULO I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA EMPLEADA

En este primer capítulo se hace referencia al problema de investigación y la metodología empleada, lo cual

permite guiar el desarrollo del trabajo con base a los resultados obtenidos tanto en campo como en gabinete.

I.1. Acerca del problema de Investigación

a) Enfoques en el manejo de recursos

La creciente expansión demográfica y el desarrollo de actividades productivas del México actual, han tenido

una influencia determinante en la acelerada degradación de los recursos naturales y la alarmante

contaminación ambiental que se ha observado en diversas regiones del país. Sin embargo, actualmente es

inadmisible que las diferentes modalidades del desarrollo económico y social se sustenten a expensas de la

pérdida de dichos recursos y del deterioro de la calidad ambiental de la nación.

La apertura de tierras susceptibles al cultivo, la aplicación de paquetes tecnológicos altamente demandantes

de insumos en condiciones ecológicas vulnerables, la falta de fomento a la actividad forestal y en general la

aplicación de tecnologías inapropiadas, han conducido a la degradación de importantes recursos naturales.

Dentro de los principales problemas ambientales destacan la degradación de suelos (erosión, salinidad,

pérdida de fertilidad, disminución de materia orgánica), pérdida de la cubierta vegetal, contaminación de

aguas superficiales y subterráneas, contaminación por uso de agroquímicos y pérdida de biodiversidad.

Se estima que cada año se deforestan entre 385 mil y 800 mil hectáreas; en cualquiera de los casos, México

se sitúa en tasas de deforestación de las más altas de América Latina. Se han contaminado los principales

mantos acuíferos y cuerpos de agua por el uso excesivo de agroquímicos; se ha salinizado el 10% de las

tierras de riego; se han agotado importantes cuerpos de agua subterránea por la extracción inmoderada de

este líquido y por la disminución de su recarga (SEDESOL, 1992).

Existen distintas corrientes de pensamiento, que sostienen desde sus propios enfoques, la posibilidad de

contrarrestar los efectos de la degradación de los recursos a partir de la intervención y regulación del Estado,

o bien con la privatización de los recursos en manos de particulares, ya sea a través de una empresa o un

grupo de empresas. Pero además se propone una tercera alternativa que en determinadas condiciones es

viable y así se ha demostrado en ciertos casos, consistente en permitir y fomentar las organizaciones

autogestivas de Recursos de Uso Común (RUC) que realizan los poseedores de los mismos y en las cuales

se establecen los mecanismos de regulación y control, de tal forma que es posible manejar y aprovechar los

recursos sin degradarlos. Esta tercera alternativa es la propuesta que realiza Elinor Ostrom a partir de la

teoría de la acción colectiva para el manejo de RUC, aplicable a recursos de diversa índole como pesquerías,

bosques, territorios de pastoreo y sistemas de riego.

5

Ostrom (2000) señala que cuando el Estado es quien posee el control y manejo de los recursos, difícilmente

tiene la posibilidad de generar las capacidades en los propios usuarios de los RUC para imprimir en ellos un

sentido de pertenencia, lo que conduce en la mayoría de los casos a su propia destrucción. En cambio, al

tratarse del manejo de RUC en manos de los propios usuarios, generalmente se establecen nexos de

compromiso y responsabilidad que caracterizan a distintas comunidades de usuarios altamente autogestivas,

que perduran en el tiempo y que se rigen bajo distintos principios de diseño que ella propone.

Para Hardin (citado por Ostrom, 2000), el intento de racionalizar el uso de recursos por un colectivo, lleva a

su uso irracional, a partir de lo cual propuso la privatización o el control de los recursos por el Estado porque,

según él, los colectivos no son sujetos sociales capaces de hacer un uso eficiente de los recursos, ya sea

desde el punto de vista ecológico o económico.

En el mismo sentido de Hardin, Dourojeanni y Jouravlev (2001), en materia de gestión del agua en cuencas,

mencionan que los problemas se incrementan por el mayor número de usuarios, lo que trae consigo una

mayor competencia por el recurso de tal forma que disminuye su calidad, se reducen los ingresos por un

aumento en los niveles de contaminación, por tanto, se pierden mercados o por otro tipo de razones como

inundaciones, sequías u otro fenómeno adverso. Es entonces cuando se piensa en que se deben de

implementar medidas a través de “comités de emergencia”, y por ello, es el Estado quien debe intervenir para

regular el uso del recurso. Agregan que cuando son en gran número los usuarios de un mismo recurso, es

muy difícil que se pongan de acuerdo para elaborar proyectos tendientes a alcanzar una adecuada gestión

del agua.

Para Dourojeanni y Jouravlev los usuarios afectados por terceros o que se afectan entre sí, sienten que

debería haber “alguien”, una autoridad, que sea capaz de tomar iniciativas, proponer soluciones colectivas y

obligar a que se apliquen, o hay fatalismo. Por sí solos, los usuarios no son normalmente capaces de auto

organizarse y mucho menos de hacer cumplir una ley. El caso más común ocurre con quienes bombean agua

subterránea de un acuífero compartido. No se ponen de acuerdo y, si no hay autoridad que controle por igual

el bombeo, todos lo van sobre explotando buscando ganar “al otro” hasta que se agota la fuente. En general,

tampoco hay solidaridad con lo usuarios rurales pobres aguas arriba en una cuenca, a quienes se les exige

preservar la cuenca de captación, de parte de los usuarios con alta rentabilidad comparativa, ubicados en

grandes centros urbanos aguas abajo, que no quieren pagar por el servicio ambiental que podrían prestar los

primeros.

Ante esta posición, los autores mencionados proponen que es necesario crear capacidades en todos los

servicios y organismos del Estado en función de las necesidades de cada lugar y al mismo tiempo coordinar

las diferentes acciones entre ministerios y sus programas, así como entre otros actores relevantes, como las

6

organizaciones no gubernamentales, empresas y gobiernos locales, para ayudarles a llevar adelante sus

actividades en forma eficiente.

Desde la óptica de Dourojeanni y Jouravlev, se trata entonces de resolver los problemas de la gestión integral

del agua en cuencas, a partir de generar las capacidades en los organismos y servicios que ofrece el Estado,

pero se descarta, o cuando menos no se menciona, la posibilidad de que sean los propios actores sociales,

es decir los usuarios locales del agua, quienes tengan la posibilidad de intervenir en esos procesos de

adopción o inducción de capacidades tendientes a resolver los conflictos y por tanto, a contribuir en superar

la “crisis” de gobernabilidad en la gestión del agua.

Por otra parte, la teoría de la acción colectiva propuesta por Ostrom, sostiene que muchas organizaciones

autogestivas pueden ser consideradas sólidas o “robustas” en el sentido de que las reglas que rigen sus

operaciones cotidianas, han sido diseñadas y modificadas en largos periodos de tiempo, de acuerdo con un

conjunto de reglas de opciones colectivas y opciones constitucionales que ellas mismas acuerdan. Las reglas

específicas que se aplican en estas organizaciones robustas, difieren considerablemente según cada caso.

Dada la gran variación en las reglas específicas, la sostenibilidad de estas organizaciones no puede ser

explicada por la ausencia o presencia de una regla en particular.

Ostrom (2000) hace referencia a un conjunto de principios de diseño que caracterizan a la mayoría de los

sistemas sólidos organizados por los propios usuarios de los recursos comunitarios. Estos principios son: [1]

la definición clara de linderos. Los individuos u hogares con derechos a retirar unidades de recursos del

recurso común y los límites del recurso común en sí, están claramente definidos. Esto significa que al interior

de una comunidad se deben definir quiénes tienen derecho y quiénes no al beneficio de los recursos

comunes, lo que permite que exista una regulación para su aprovechamiento y conservación; [2] congruencia

entre las reglas de apropiación y de provisión y las condiciones locales. Las reglas de uso que restringen el

tiempo, lugar, tecnología y/o cantidad de unidades del recurso están relacionadas con las condiciones locales

y con las reglas que norman la provisión del trabajo, materiales y/o dinero requeridos para mantener el

recurso y la organización; [3] arreglos de elección colectiva. La mayoría de los individuos afectados por las

reglas de funcionamiento están incluidos dentro del grupo que puede modificar esas reglas; [4] supervisión.

Hay supervisores que auditan activamente las condiciones físicas y el comportamiento de los regadores y

que son responsables ante los usuarios y/o son los usuarios mismos; [5] sanciones graduales. Los usuarios

que violan las reglas de funcionamiento son susceptibles de recibir sanciones graduales de parte de los

demás usuarios, de los funcionarios que responden ante éstos, o de ambos; [6] mecanismos de resolución

de conflictos. Los usuarios y sus funcionarios tienen rápido acceso a foros locales de bajo costo para resolver

los conflictos entre usuarios, o entre éstos y funcionarios; [7] reconocimiento mínimo del derecho a

organizarse. Los derechos de los usuarios a diseñar sus propias instituciones no son objetados por las

autoridades externas o del gobierno; y [8] empresas concatenadas. Las actividades de apropiación, provisión,

7

supervisión, aplicación de las normas, resolución de conflictos y gestión se organizan en múltiples niveles de

entidades relacionadas.

Los principios señalados son una propuesta teórica para explicar los mecanismos a través de los cuales los

usuarios de los recursos definen las formas y procedimientos más factibles para mantener un cierto grado de

organización social. Las actividades de asignación, aprovisionamiento, supervisión, sanción, resolución de

conflictos y gestión están organizadas en capas o como lo señala Palerm (2001-a) en niveles organizativos.

Por lo anterior, consideramos entonces la organización autogestiva como aquel grupo de individuos, en

comunidad, que maneja, opera y administra recursos comunitarios, es decir, las formas de integración que le

permiten a una comunidad establecer las normas y los principios para disponer de recursos comunes, pero

con beneficios particulares como respuesta del uso de los mismos.

Además el hecho de compartir recursos comunes, no significa que la propiedad tenga que ser

necesariamente de carácter social, sino que es posible desarrollar una estrategia común a partir de una

propiedad individual, pero para hacer esto posible, se requiere definir todo un esquema con reglas claras

como señala Ostrom (2000). Es decir, no necesariamente tiene que ser el mercado, a través de la

privatización, el único esquema capaz de regular los procesos del manejo de recursos en la búsqueda de la

llamada sostenibilidad.

Por lo anterior, se puede entender entonces que los recursos naturales y culturales constituyen la base de

cualquier estrategia de desarrollo e inciden en la gama de posibilidades para la organización y la gestión. Es

decir, se requiere de una base material a partir de la cual es posible generar una estrategia organizativa, así,

varios estudios de caso demuestran que es en torno a un recurso escaso la conformación y desarrollo de

organizaciones autogestionarias y que en la medida en que exista la lucha y supervivencia por un recurso

como elemento de cohesión, perdurarán en tanto el recurso exista (Wade, 1994). En este sentido, un aspecto

que no puede quedar al margen de la caracterización de toda organización autogestiva es precisamente la

base sobre la cual desarrolla su actividad, es decir, las condiciones materiales de existencia que le permiten

desarrollarse como ente social; ello implica necesariamente que toda organización parte de una base material

para generar sus estructuras que le permitan mantenerse como tal.

La base material para algunas organizaciones autogestivas, es por ejemplo el recurso agua en torno al cual

se desplegará toda una estrategia y definición de mecanismos que le permitan aprovechar dicho recurso de

manera eficiente; en otros casos puede ser el recurso bosque como base y eje central de desarrollo

comunitario; pesquerías, es decir, el aprovechamiento de recursos animales de fuentes de agua, o bien los

recursos escasos para la subsistencia en áreas semiáridas.

8

Las estructuras organizativas y las funciones que desempeñan al interior de la organización; la distribución de

beneficios con igualdad y equidad; así como los mecanismos a través de los cuales se resuelven los

conflictos, son aspectos relevantes que en toda organización autogestiva se practican o deben practicarse.

b) Delimitación del problema de investigación

La cuenca del río Cuautla en el estado de Morelos, posee características físicas, sociales y económicas muy

particulares, que permiten observar notables alteraciones en el medio ambiente debido a condiciones

favorables para actividades industriales, urbanas y agrícolas. Además, en ella interactúan varios actores

sociales que, en el manejo y aprovechamiento de un recurso cada vez en mayor competencia como lo es el

agua, desarrollan procesos de organización que les permiten generar situaciones de conflicto y al mismo

tiempo de negociación para resolución de las mismas. Se percibe en la cuenca del río Cuautla una tendencia

hacia una mayor competencia por las fuentes de agua, particularmente en el campo, debido a una expansión

urbana acelerada y poco planeada en el uso del territorio. En este sentido, en la cuenca del río Cuautla, los

municipios de Cuautla, Villa de Ayala, Atlatlahucan y Yecapixtla son los que desempeñan un papel

preponderante en los procesos de explotación y aprovechamiento del agua, con las consecuencias que ello

implica. Partiendo del enfoque de cuencas, el cual se basa en analizar de manera integral los aspectos

naturales, económicos y sociales como unidad de planeación, en la presente investigación se hace énfasis

en la necesidad de incorporar y reconocer en los planes de ordenamiento, la capacidad que los propios

usuarios tienen para organizarse con base al conocimiento local acerca del manejo del agua, con l oque se

favorecería su uso integral para generar y fomentar un desarrollo sostenible.

Con el desarrollo y la concentración de la población, los contaminantes vertidos, tanto de tipos industriales

como domésticos y agrícolas, crean al menos localmente, situaciones peligrosas para la higiene y la salud

humana e impiden reutilizar el recurso hídrico de aguas arriba y aguas abajo en los acuíferos. Esta pérdida

de la calidad del agua, implica a su vez, el deterioro de la producción agrícola en las zonas de riego de las

partes bajas de las cuencas, el cual se asocia en buena medida al ingreso de los productores y al del medio

natural que le rodea. Por ello, se pone a la orden del día la búsqueda de estrategias que tiendan a un

mejoramiento de las condiciones de producción en el campo, que sean compatibles con un mantenimiento

racional del entorno y substrato para la producción; y aunado a ello, la explotación irracional del agua, es un

aspecto preocupante que pone en riesgo la propia existencia de comunidades y grupos sociales de no tomar

las medidas pertinentes para buscar una mayor sostenibilidad de dicho recurso. Estos son algunos aspectos

que se pretenden abordar en la presente investigación, refiriéndola concretamente al conocimiento de la

dinámica bajo la cual los distintos actores sociales intervienen en el manejo, la operación, administración y

las estrategias de planeación que se implementan para resolver los conflictos por el agua en la cuenca del río

Cuautla.

9

Otra parte del problema radica en la falta de información precisa de la magnitud en el grado de degradación

del agua, así como de las formas y apreciaciones de los pobladores que no se consideran por parte de

organismos e instituciones, encargados de diseñar e implementar las diversas políticas públicas, lo cual

repercute en el uso y sobreexplotación del agua. Además, a pesar de que existen metodologías de estudio y

de ordenación de los espacios rurales, no se percibe en ellas la manera en que los pobladores conciben la

utilización y designación de las áreas más adecuadas según su capacidad de uso. Por ello es que con la

presente investigación se pretende profundizar en describir y explicar los aspectos organizativos que los

usuarios del agua realizan para tratar de resolver los conflictos por el recurso, así como explorar los

mecanismos bajo los cuales, desde la perspectiva del investigador, se empiezan a implementa estrategias,

que podrían ser la base para sustentar un manejo integral del agua en la cuenca del río Cuautla.

El problema de investigación tiene dos componentes principales a saber, un aspecto técnico y otro de tipo

organizativo. En el primero, los actores sociales aprovechan el recurso en donde éste presenta una serie de

implicaciones con la afectación al sistema hidrológico en la cuenca, a través de los contaminantes vertidos

tanto al río como a manantiales en forma directa y el abatimiento del nivel del agua en el acuífero de la

denominada zona Cuautla-Yautepec. En el segundo aspecto, existe una serie de interacciones entre actores

sociales que organizados en función de su propia lógica e intereses, se establecen situaciones de conflicto y

de negociación para desarrollar esquemas autogestivos y de gestión del agua en espacios locales dentro de

la cuenca del río Cuautla.

Así, como lo señala Collado (1998), la demanda de agua aumenta con el crecimiento de la población y de las

actividades socioeconómicas. Esto plantea el problema de usarla eficientemente, lo que va más allá del

ahorro en el consumo. Involucra definir en la arena política los usos que la sociedad considera más

benéficos. También incluye su aplicación apropiada en cada uso, la administración del aparato institucional

que la maneja, la apropiación de mejores tecnologías de planeación, asignación y manejo, y la asimilación de

una nueva cultura del agua. En consecuencia, es necesario implementar medidas adecuadas de una

eficiente planeación del territorio ya que los niveles de contaminación y en general de degradación de los

recursos naturales, particularmente del agua, agravará los precarios niveles de bienestar de una gran

mayoría de la población que ocupa las áreas periféricas y sobre todo las que constituyen los cinturones de

miseria en las áreas de mayor concentración de la población urbana y rural.

c) Los actores sociales en el contexto del problema de investigación

Como una aproximación al problema de investigación, en la cuenca del río Cuautla intervienen varios actores

sociales que de manera independiente o en otros casos, en forma interrelacionada, confluyen con

mecanismos propios de organización para hacer uso del agua, es decir, de alguna manera están organizados

e interactúan, de tal forma que habrá que profundizar en el conocimiento de los procesos bajo los cuales se

relacionan y en la factibilidad de conjuntar acciones para una gestión integral del agua en la cuenca.

10

En torno al uso y manejo del agua, en un tramo1 del río Cuautla se localizan varios actores sociales, entre

ellos, la Asociación de Usuarios del río Cuautla, Manantiales y Corrientes Tributarias “Gral. Eufemio Zapata

Salazar” A.C., mejor conocida como ASURCO, Asociación Local de Productores de berro; cultivadores de

plantas ornamentales (conocidos como viveristas), Ejidos y Colonias Agropecuarias usuarios del agua,

Curtidos Temola S.A. de C.V. mejor conocida como la Tenería, Comisión Nacional del Agua, Procuraduría

Agraria, Ayuntamientos municipales, Ingenio de Casasano, Secretaría de Desarrollo Agropecuario del

Gobierno del Estado, usuarios de riego por canales generales, en general los usuarios del agua en forma

individual.

Se llegó a la identificación de los actores sociales en la cuenca a partir de un reconocimiento y una

caracterización general de cada uno de ellos mediante información documental, recorridos de campo,

entrevistas a profundidad con informantes clave, con representantes de las organizaciones formales y en lo

general con usuarios del agua en lo individual. Con el fin de describir los procesos organizativos, los nexos,

conflictos y negociaciones en torno al aprovechamiento del agua, se consideró pertinente tomar como eje

central del análisis a la Asociación de usuarios del río Cuautla por la relación que guarda en forma directa con

los usuarios a nivel de comunidades, de campos de riego, de usuarios de canales generales de riego, de las

relaciones con instituciones formales gubernamentales y las funciones que desempeña como actor

aglutinante para el espacio que opera como Módulo de Riego en el Distrito de Riego 016 del estado de

Morelos.

Las diferentes formas de actuación de los actores sociales tienen un impacto directo en los mecanismos de

apropiación, distribución, cantidad y calidad del agua. Así, los ayuntamientos municipales (casos Cuautla y

Villa de Ayala) permiten la ocupación de las áreas agrícolas de mayor potencial productivo como resultado de

la carencia de planes de ordenamiento urbano o bien por limitaciones en los procedimientos para aplicar los

existentes; ello conlleva a una mayor presión y competencia del sector urbano por la demanda de agua en

detrimento o a expensas de las dotaciones de agua a los usuarios del sector agrícola. La misma urbanización

conduce a generar altos índices de contaminación por basura y descargas de aguas residuales de los

asentamientos humanos por la falta de servicios y del posicionamiento en las márgenes del río, sobre los

canales generales de riego y en un área natural protegida ubicada en la zona de manantiales de mayor

importancia en la cuenca (Los Sabinos).

La empresa Curtidos Temola S.A., ubicada sobre los márgenes del río Cuautla en el municipio de Ayala,

vierte contaminantes altamente tóxicos al río y después prosigue la afectación en campos de cultivo. Los

productores de berro organizados en una Asociación Agrícola Local ubicados en los márgenes del río y en

1 Se define como tramo de río a un espacio en la cuenca del río Cuautla tanto en el aspecto físico-geográfico como al conjunto de relaciones sociales que se establecen entre los actores sociales para negociar y resolver conflictos locales por el uso y aprovechamiento del agua.

11

manantiales, que además de retener el cauce natural del agua afectando a usuarios aguas abajo, también

aplican plaguicidas altamente contaminantes. Los cultivadores de plantas ornamentales (Viveristas) que

rentan tierras y perforan pozos artesanos sin regulación o permiso otorgado por la Institución competente; el

uso del agua de la ciudad a través de la perforación de pozos y la autorización para la toma de agua de

manantiales a través de camiones pipa (Piperos); y, los problemas de deforestación en las parte alta de la

cuenca como producto del uso de recursos forestales no regulados. Y en general los propios usuarios del

agua de riego que tienen una función preponderante en la cuenca, ya sea interviniendo para tratar de llegar a

consensos y negociaciones, o bien afectando de alguna manera la misma calidad.

A raíz de la transferencia de los Distritos de Riego a los usuarios del agua, quien asume una función central

en la operación y administración de la infraestructura hidráulica es ASURCO, quien agrupa 4 500 usuarios

con una superficie atendida de riego de 10,500 hectáreas. Los retos principales de esta organización son los

relativos hacia el logro de una integración que permita un manejo integral del agua; que alcance niveles de

intervención en la toma de decisiones para evitar la degradación del recurso ya que el uso urbano e industrial

está afectando seriamente a un sector importante de usuarios y también en una disminución relativa de las

fuentes de abastecimiento.

Desde el punto de vista técnico del problema de investigación, una parte de los efectos del crecimiento

urbano es la “invasión” de los canales generales de riego, lo cual trae consigo una serie de problemas

colaterales tanto en la mayor contaminación por basura como en la reducción de áreas de riego. Los canales

generales que se han visto más afectados por éste fenómeno son: Campo Nuevo, Los Tomases, Bárcenas,

El Zapote, El Socavón, Santa Inés, Santa Rosa, La Huancha, Xochitengo, San Cristóbal y La Mora; es decir,

11 canales de los 27 que opera el sistema de riego de la Asociación de Usuarios, lo que significa que el

sistema de riego de los canales antes mencionados los esta absorbiendo la mancha urbana. De no tomarse

las mediadas pertinentes para un ordenamiento controlado, es probable que las áreas agrícolas tengan en un

futuro próximo problemas aún mayores que impliquen una reducción en los volúmenes de producción y una

competencia mayor por el agua entre la ciudad y el campo.

En lo que se refiere a la contaminación sobre la cuenca del río Cuautla, ésta es generada por diversos

elementos contaminantes como: basura inorgánica, descargas de aguas residuales de casas habitación en

forma directa y a través de colectores que descargan a una fuente de agua (río, barranca o canal), aguas

provenientes de la industria, particularmente de la empresa Curtidos Temola S. A. de C. V. y de la aplicación

de agroquímicos en forma directa al agua que corre, en el caso de los cultivadores de berro.

A partir de recorridos de campo, se ha observado que en el río, jagüeyes y en los canales generales de riego

que tiene en operación, administración y mantenimiento la Asociación de Usuarios del río Cuautla, tienen

acumulación de basura en diversos sitios (a base de plásticos como envases de refrescos, bolsas, envases

12

de residuos de plaguicidas, latas, vidrio, incluso animales muertos), lo que afecta la salud de la población por

los posibles riesgos de enfermedades infecciosas así como en los niveles de contaminación del agua y del

suelo en donde se aplica el agua de riego.

La presencia de la basura, es un fenómeno generalizado con el que conviven los usuarios del riego y parece

ser que ninguno de los actores sociales tiene responsabilidad en el manejo de la misma, con la salvedad de

que formalmente los municipios tienen el servicio de camiones colectores pero son insuficientes, aunado a

que la población arroja la basura en los canales de riego, al río y a las barrancas, sobre todo en la barranca

de Agua Hedionda y en la barranca de Ayala.

Otro factor de contaminación del agua es la descarga de aguas residuales de tipo doméstico que son

arrojadas de manera directa, sin ningún tratamiento previo a los cauces del río, barrancas y en los canales

generales y laterales. Es evidente que este fenómeno disminuye la calidad del agua y ocasiona pérdida de

biodiversidad en los ecosistemas acuíferos y del suelo en donde son aprovechadas para riego. Además de

que a ellos se incorporan desechos de pequeños núcleos de explotación pecuaria, granjas de traspatio como

son cabras, cerdos, equinos y gallinas. Es necesario mencionar que muchos de los desechos sólidos

(basura) son arrojados al cauce del río o bien la proliferación de basureros clandestinos prácticamente en

toda la ribera del mismo, que ocasiona la reproducción de fauna nociva.

En el caso de la empresa Curtidos Temola S.A. de C.V., representa un riesgo de contaminación importante

en la región ya que algunos usuarios mencionan que ha desaparecido prácticamente la fauna; el cultivo de la

caña de azúcar presenta síntomas de amarillamiento y pudrición parcial de la parte basal y las personas que

riegan, al introducirse en el agua, presentan manchas y comezón en las piernas (Medellín, 2002).

En cuanto a la zona de reserva ecológica que están siendo absorbidas por el crecimiento urbano, el 31 de

marzo de 1993 se publicó en el Diario Oficial del Gobierno del Estado la declaratoria que establece como

Área Natural Protegida (ANP) sujeta a conservación ecológica la zona que incluye a los manantiales de los

Sabinos, Santa Rosa y San Cristóbal del municipio de Cuautla que suman en su conjunto una superficie de

152-31-28 hectáreas. Esta ANP constituye por su riqueza de manantiales, una zona valiosa en la

preservación del equilibrio ecológico y el bienestar de la población en Cuautla y río abajo, como fuente de

abastecimiento de agua para riego.

El ANP del río Cuautla se encuentra en avanzado proceso de deterioro debido a la pérdida de vegetación

natural, ocupación por parte de los pobladores en plenos manantiales lo que ocasiona contaminación por

basura, desagüe y de aguas residuales. Los manantiales de la Zona Sujeta a Conservación Ecológica se

encuentran amenazados por su cercanía a la ciudad de Cuautla ya que los habitantes que viven en las

inmediaciones depositan su basura, defecan al aire libre, y generan descargas de aguas residuales.

13

Otros actores sociales que participan en la cuenca son los llamados “piperos”, quienes en forma permanente

toman agua de manantiales a través de “camiones pipa” con capacidad de 10,000 litros y venden el servicio

del agua en zonas urbanas del municipio de Cuautla y de otros municipios donde la gente no dispone del

servicio de agua potable. Llegan camiones pipa de diferentes agrupaciones: Asociación de transportistas de

agua Moctezuma (CTM), Transportistas municipio de Tlalnepantla, Transportistas municipio de Cuautla,

particulares. Según información, la Secretaría de Salubridad de Cuautla, realiza inspecciones regularmente

para verificar las condiciones higiénicas de las “pipas” y una bitácora donde los choferes registran, la fuente

de abastecimiento, persona a la que se le otorga el servicio, localidad, fecha, entre otros, con el fin de

verificar los casos de infección si así fuera el caso. El aprovechamiento del agua por los camiones cisterna

tipo “pipa” es una práctica que se ha incrementado de manera sustancial los últimos 10 años a raíz de una

mayor demanda del agua y la carencia del servicio de agua potable en varias colonias de la ciudad de

Cuautla, de Yecapixtla y Atlatlahucan. La inspección de parte de Salubridad consiste en verificar la limpieza

de la pipa, el estado de las mangueras, la bomba con la cual se surte el camión, que cada chofer lleve a cabo

un control de las rutas, poblados donde otorga el servicio, es decir, una bitácora del tal forma que en caso de

emergencia se pueda detectar la fuente de contaminación.

Otro grupo de actores sociales en la cuenca son los cultivadores de berro, conocidos localmente como

berreros. El berro es una planta acuática comestible que se desarrolla al margen de aprovechamientos de

agua y que en la zona de estudio tiene 70 años de haberse convertido en cultivo establecido principalmente

en el cauce del río, en las riberas del mismo, así como en el cauce de los manantiales conocidos como Las

Tazas, La Purísima, Los Sabinos, San Cristóbal, Ojitos Torres-Burgos, La Mora, Santa Rosa y Santa Inés,

con una superficie estimada en 1995, de 49 hectáreas.(SAGDR, 1995, y entrevistas).

Los cultivadores de berro han establecido sus áreas de producción en la zona federal del río Cuautla e

incluso en el Área Natural Protegida, en las márgenes de los manantiales Los Sabinos, Santa Rosa, La Mora,

San Cristóbal, Las Tazas. En el caso de La Mora, el canal del mismo nombre ha sido desviado de su cauce

normal para ampliar el área de producción; esta practica, aunada a los trabajos de deslinde realizados por

personal de la Procuraduría Agraria para avalar la posesión de los terrenos, ha generado conflictos con los

usuarios del río Cuautla, quienes tienen dotaciones de agua desde 1925.

A decir de los ejidatarios y autoridades de la Asociación de usuarios del río Cuautla, uno de los problemas

principales de los cultivadores de berro es la contaminación que ocasionan debido a la utilización de

agroquímicos para el control de plagas y enfermedades del cultivo o para incrementar su productividad, lo

que ha hecho que el agua de los manantiales: La Mora, Santa Rosa, El Zapote, Torres-Burgos, Agua Azul

entre otros, no cumplan con la norma ecológica NOM CCA-033ECO/1993 que establece el límite permisible

de coliformes fecales totales e identifica presencia de Vibrio Cholerae y cuyos resultados indican que se

consideren aguas no aptas para el riego de Berros (SSEM, 1995 y CNA, 1995).

14

Pese a los problemas de contaminación y disponibilidad de agua que el cultivo de berro origina en la región,

los cultivadores de berro interpuso un amparo ante el Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Morelos en

contra del Gobernador Constitucional del Estado de Morelos, el Director de Agua Potable y Saneamiento del

Estado de Morelos y del Gerente Estatal de la Comisión Nacional del Agua; con fecha 20 de mayo de 1993

que proteja a 41 cultivadores de berro de cualquier acción que conduzca a la eliminación de su cultivo, por lo

que existe un mandato judicial que ordena la suspensión de toda acción que afecte al cultivo de berro en el

cauce del río Cuautla y la zona de manantiales2.

En cuanto a la producción de plantas ornamentales, la mayor parte de los viveristas están asentados en

predios ejidales, frecuentemente en los “solares” urbanos de los ejidos, todos ellos rentados por los

ejidatarios. Los Viveristas aseguran que no existen conflictos por uso o manejo del agua, ya que cada vivero

tiene su propia fuente de abastecimiento y a decir de ellos mismos “Hay mucha agua, no se acaba”

(Archundia, A., 2001), aunque reconocen que en los meses de abril a junio disminuye la disponibilidad y lo

atribuyen al clima. La mayor parte de los viveros cuentan con pozos artesianos de los cuales se estiman en

más de 1500 y el resto de los viveros toman el agua directamente de los canales generales. La CNA tiene

inscritos en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) Cuautla 26 aprovechamientos de aguas

subterráneas destinadas a viveros en el municipio de Cuautla (CNA, 2001).

Con respecto a la deforestación en la parte alta de la cuenca, la tala del bosque es una actividad permanente

en la zona, al parecer los comuneros explotan el bosque, sacan mucha madera para venta con el permiso

que les otorga la propia SEMARNAT. Son alrededor de 400 comuneros los que están registrados pero

realmente unos 50 son los que aprovechan el bosque. Hace algún tiempo la compañía San Rafael tenía el

permiso para aprovechar la madera (García, 2001). Como producto de la deforestación y de la práctica de

una agricultura de temporal a base de cultivos anuales en suelos con pendiente pronunciada, se observa

erosión hídrica en las barrancas que confluyen al río Cuautla.

De lo anterior se desprende la importancia de estudiar las formas y los procesos bajo los cuales los actores

sociales referidos intervienen para aprovechar el agua e incrementar su productividad bajo diferentes

esquemas de negociación, de tal forma que se observe la factibilidad de diseñar esquemas organizativos

tendientes a inducir un mejor uso del agua en la cuenca del río Cuautla.

El análisis de los problemas del agua en su relación con los usuarios del recurso, particularmente desde la

perspectiva de la Asociación de usuarios del río Cuautla, se puede señalar que la cuenca como unidad de

gestión y manejo de recursos, permite comprender una complejidad de relaciones que es necesario describir

con mayor precisión para propiciar la participación de los diferentes actores y sujetos sociales que en ella se

2 Documento de amparo emitido por el poder judicial. Estado de Morelos, 1993.

15

encuentran organizados de manera formal o informal, a fin de llegar a puntos de encuentro y en torno a la

búsqueda de soluciones integrales.

Se trata de indagar teóricamente, y también en algún sentido práctico de acuerdo con las formas y métodos

de apropiación que llevan a cabo los usuarios del agua, acerca de las mejores alternativas que pueden

conducir a una objetiva “gestión integrada del agua por cuencas” en este espacio geográfico y de relaciones

sociales regionales, privilegiando la intervención y poder de negociación de los actores sociales en espacios

locales y regionales. Un aspecto relevante debe ser el cómo llevar a acabo las diferentes acciones prácticas

entre los actores sociales en la cuenca para propiciar y alcanzar de manera sostenible una efectiva gestión

integrada de los recursos hídricos.

En síntesis, en esta investigación se plantea la necesidad de indagar y profundizar acerca del problema de la

competencia por el agua y de los mecanismos organizativos que están impulsando los usuarios del agua a

través de formas organizativas formales e informales con capacidad de negociación en la cuenca del río

Cuautla del estado de Morelos, con el propósito de evaluar sus consecuencias y generar una propuesta de

ordenamiento territorial que posibilite un mejor uso del recurso.

I.2. Objetivos

General

Localizar, describir y explicar las instituciones u organizaciones vinculadas al aprovechamiento del agua, así

como sus negociaciones, con el propósito de identificar esquemas organizativos que permitan una mejora en

la gestión integral del agua, considerando como eje fundamental la perspectiva de los usuarios del agua en el

área de influencia del Módulo de Riego 08 “Asociación de Usuarios del río Cuautla, Manantiales y Corrientes

Tributarias Gral. Eufemio Zapata Salazar”.

Particulares:

a) Describir y explicar los problemas esenciales a través de los cuales se afectan unos

actores con otros por el agua.

b) Identificar las formas organizativas de los usuarios del agua.

c) Identificar y explicar las negociaciones que han sido capaces de establecer los distintos

actores sociales.

d) Predecir posibles riesgos de deterioro del agua en la cuenca del río Cuautla con el fin de

impulsar una nueva cultura del agua.

e) Identificar las capacidades organizativas de los actores sociales.

16

I.3. Hipótesis

En la presente investigación se asume que las organizaciones autogestivas pueden generar capacidades que

les permitan establecer mecanismos de regulación y control internos para llegar a puntos de acuerdo entre

actores sociales y que a partir de tales acuerdos, es factible mejorar la gestión integral del agua en la cuenca

del río Cuautla. En este sentido se plantean las siguientes hipótesis:

a) Los usuarios de riego están organizados de tal manera que su propia organización les

permite establecer procesos particulares de intervención para el aprovechamiento del agua

en la cuenca del río Cuautla.

b) Los actores sociales tienen la capacidad de establecer mecanismos especiales de

negociación para facilitar la gestión integral del agua en la cuenca del río Cuautla.

I.4. Metodología

El objeto de estudio de la presente investigación se considera como un ente complejo de relaciones

ambientales y productivas en el entorno agropecuario y de los aspectos inherentes a la población que hace

uso del agua en la cuenca del río Cuautla, en el estado de Morelos. Se estudió un tramo de río tanto en los

aspectos físico-geográficos (técnicos en el uso del agua), así como en el tipo de organización social que

existe entre los actores sociales que fueron seleccionados para su estudio, sus formas organizativas,

relaciones para la gestión y resolución de conflictos por el uso del agua.

Se describen y explican las relaciones, procesos y acciones que tienen relación con el crecimiento urbano

regional, la producción agrícola, las áreas agrícolas y urbanas, así como la organización social de los

usuarios del agua para indagar y proponer las posibilidades para un mejor aprovechamiento. Por ello, se

establece una relación estrecha entre el concepto competencia por el agua de la cuenca hidrológica con la

organización social, como mecanismo de generación de estrategias para un uso ordenado del agua.

Para llevar a cabo el estudio tanto de los aspectos físico-geográficos, como los organizativos en los que

intervienen los actores sociales, el proceso metodológico consistió en la realización de distintas actividades

relacionadas con la recopilación, la descripción y el análisis de la información inherente a responder a

algunas preguntas como: 1] ¿cuál es el espacio físico-geográfico de la cuenca del río Cuautla?, 2] ¿quiénes

son los principales actores sociales en el manejo y uso del agua?, 3] ¿están organizados?, 4] ¿a qué

propósitos responde su organización?, 5] ¿cómo interactúan?, 6] ¿qué tipo de conflictos existen entre actores

sociales por la apropiación del agua?, 7] ¿qué tipo de negociaciones establecen los actores sociales para

resolver la gestión integrada del agua en el espacio de observación?, 8] ¿qué alternativas de tipo

organizativo se pueden y deben impulsar para mejorar la gestión integrada del agua en espacios locales

como el caso del río Cuautla?.

17

Para dar respuesta a esas y otras interrogantes, se realizaron diferentes actividades que pueden agruparse

en cuatro grandes rubros: una primera fase de identificación; una segunda, de localización; una tercera fase

de caracterización de los actores sociales en el área de estudio; y una cuarta fase de identificación,

reconocimiento, caracterización y análisis de los mecanismos de organización interna y externa (hacia

adentro y hacia fuera de la organización) de los actores sociales, así como las negociaciones y resolución de

conflictos por medio de revisión documental, asistencia a asambleas, reuniones de trabajo, negociaciones

entre actores, entre otras actividades. Sin embargo, cabría preguntarse ¿por qué estudiar la cuenca del río

Cuautla y no cualquier otra?. La respuesta fue simple: después de conocer el proyecto de investigación de

Jacinta Palerm acerca del pequeño riego y la organización social en México, y debido a trabajos previos que

se venían realizando particularmente en el río Cuautla, surge la inquietud de profundizar en los aspectos

sociales y organizativos en ese espacio de observación para conocer cómo se organizan los usuarios y de

qué manera interactúan en la búsqueda de sus propias soluciones para resolver sus controversias, y con ello,

evitar caer en observaciones generalizadas en el sentido de que los usuarios no tienen la capacidad de

organizarse para operar sistemas de riego, y de interactuar con otros usuarios, por lo que existe una baja

eficiencia en el uso del agua.

Las cuatro fases del trabajo de investigación, pueden ser agrupadas en tres momentos o etapas: 1]

Identificación técnica. Es decir, el estudio y el reconocimiento de los elementos de carácter técnico que nos

permitieron conocer los aspectos relacionados con la geografía de la cuenca, los cultivos, el manejo de los

sistemas de riego, la caracterización del acuífero y la contaminación del agua; 2] Identificación de los

actores, si están o no organizados; y 3] Identificación de negociaciones entre organizaciones y otras

instancias que intervienen.

Desde una perspectiva tecnocrática es común obviar lo obvio: la gente en el medio rural es el recurso más

importante, las propuestas que emanan de los foros globales y de esquemas piramidales poco impactan a

nivel local. Por ello es pertinente conocer qué hacen los usuarios del riego en sus parcelas, por qué se

organizan y a qué se debe que perduren sus prácticas de organización y operación de los sistemas de riego,

un tanto de manera independiente, ante el entorno en el que se aplican las políticas públicas de transferencia

desde los niveles centrales de operación y control institucional. Partimos del hecho de que cualquier

esquema de mejora que se proponga con el propósito de intervenir en la gestión integrada del agua a nivel

de cuencas, debe considerar el conocimiento local de los propios usuarios del recurso porque existen formas

y procesos de organización que responden a una lógica cultural de comunidades y grupos de usuarios que

han funcionado por largos periodos de tiempo y han permitido su permanencia y sostenibilidad sin generar

conflictos.

La primera fase de identificación de los actores sociales consistió fundamentalmente en revisar material

documental, realizar recorridos de campo de reconocimiento y entrevistar a representantes de la mesa

18

directiva de la Asociación de usuarios del río Cuautla, con la cual se tenía trabajo previo del equipo de

investigación con Jacinta Palerm. En el material documental, a partir de algunas ponencias y otros

materiales, así como de la revisión de la metodología de investigación sobre pequeño riego, de acuerdo con

Palerm V. (1997), se pudo percibir la necesidad de indagar acerca de la organización social y las

posibilidades de generar esquemas de ordenamiento territorial participativo en el ámbito de la gestión

integrada del agua. Posteriormente nos dimos a la tarea de realizar recorridos de campo para el

reconocimiento de la zona de estudio y a la vez, llevar a cabo entrevistas con los representantes de la mesa

directiva de ASURCO (Guillermo Flores Zúñiga, anterior presidente, Ing. Manuel Martín Torres Salgado,

anterior y actual Gerente Técnico) y con personal administrativo y canaleros de la propia Asociación. En los

primeros recorridos fuimos acompañados por personal directivo de la Asociación y se inició una labor

interesante de intercambio de experiencias; poco a poco se fue ganando la confianza y se nos comentó

acerca de lo que la Asociación considera como problemas relacionados con el aprovechamiento del agua.

Así, señalan que existe una seria competencia entre usos y usuarios y que se requiere establecer

mecanismos de negociación para llegar a puntos de encuentro entre distintos actores sociales para

aprovechar adecuadamente el recurso.

Los recorridos de campo nos permitieron tener una visión global de la cuenca del río Cuautla, prácticamente

desde el parteaguas donde tiene sus límites la cuenca y se inician las corrientes de segundo, tercer y cuarto

nivel hacia las zonas más altas en los municipios de Tetela del Volcán, Ocuituco, y Yecapixtla en Morelos y

Tepetlixpa en el estado de México. Después de este reconocimiento observamos que las fuentes de agua

permanentes a base de manantiales y con gran cantidad de aprovechamientos en la extracción de agua, se

localizan en el municipio de Cuautla. Además, se localizan las mayores y mejores áreas de cultivo bajo riego

conjuntamente con mayores áreas de asentamientos humanos y una actividad económica de mayor

dinamismo respecto de los otros municipios que forman parte de la cuenca.

Durante la fase de identificación y con el apoyo de informantes clave (autoridades de ASURCO, comisariado

ejidal de Cuautlixco, representantes de la pequeña propiedad rural de Casasano y otros) nos percatamos de

que son varios los actores sociales que intervienen en el uso del agua: los ayuntamientos municipales que

aprovechan el agua a través de pozos que opera y administra el SOAPS; los productores de berro que

realizan bordos de retención en el cauce del río y manantiales para cultivar el berro; los productores de

plantas de ornato o mejor conocidos como viveristas, quienes realizan pozos artesianos sin regulación por

parte de la CNA; los camiones tipo cisterna conocidos como “piperos”, quienes extraen agua de manantiales

con la anuencia del ejido Cuautlixco; una empresa de curtidos de pieles (la Tenería), que según la Asociación

contamina el agua del río y afecta terrenos de cultivo aguas abajo; el ejido Cuautlixco que fomenta y gestiona

la regularización de terrenos de la zona federal del cauce del río ante el PROCEDE (Programa de

Certificación de parcelas ejidales y solares urbanos); instituciones del agua como la CNA, la Comisión Estatal

de Agua y Medio Ambiente del gobierno del estado (CEAMA); los propios usuarios del riego que como

19

actores principales, desempeñan actividades de operación, control y mantenimiento de los sistemas de riego

comunitarios e intercomunitarios.

Se identificaron los distintos actores sociales que vistos desde la perspectiva ASURCO están interviniendo en

el uso del agua, así como los mecanismos bajo los cuales interactúan, se organizan y llevan a cabo procesos

de negociación, como la base para mejorar la gestión integrada del agua en la cuenca. Dentro de estos

actores sociales, se indaga, describe y explica, en su caso, los niveles y procesos de organización de los

productores de berro, los productores de plantas de ornato o mejor conocidos como viveristas, los

transportistas de agua en camiones tipo cisterna, conocidos como “piperos”, la actuación del municipio de

Cuautla a través del Sistema Ordenador de Agua Potable y Saneamiento (SOAPS), la Comisión Nacional del

Agua (CNA) en el manejo del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec, el ejido San Vicente de Juárez en el

proceso de negociación y acuerdos para el manejo y distribución de los achololes en las partes bajas de la

cuenca, la actuación de la empresa Curtidos Temola, S.A. de C.V. en los procesos de afectación del agua.

Una vez identificados los principales actores sociales que tienen mayor relación con el uso y

aprovechamiento del agua, se procedió a localizar cada uno de ellos, es decir, dónde se encuentran, qué

espacios ocupan, cómo se apropian del recurso. Entramos entonces en la segunda fase de lo que hemos

denominado localización de los actores sociales. En este caso, se puede señalar que penetramos en un

segundo nivel o estrato de observación más particular, es decir, acudimos con los sujetos sociales que hacen

uso del recurso para indagar en ellos y por ellos, los espacios que ocupan en la cuenca. La tercera fase que

trata de la caracterización de los actores, se fue realizando al mismo tiempo; es difícil encontrar una

separación clara entre la localización y la caracterización, por ello, se puede indicar que son dos fases que se

traslapan aunque sean distintas. Algunos de los aspectos más significativos de la indagatoria y el

conocimiento de cada uno de los actores sociales a través del trabajo de campo, se obtuvieron de la

siguiente manera:

a) Asociación de usuarios del río Cuautla (ASURCO)

Para llevar a acabo tanto la fase de localización como de caracterización de la Asociación, se partió de un

diagnóstico organizativo y del entorno natural en el cual los usuarios ocupan sus espacios y desarrollan sus

actividades para la operación, administración, mantenimiento y resolución de conflictos en los sistemas de

riego. Para ello se utilizó la metodología descrita por Palerm (1997) en la que se consideran las “tareas

siempre presentes” en un sistema de organización de usuarios en pequeño riego. Esas tareas se refieren a

todas aquellas actividades que los regantes deben realizar de manera permanente para que funcionen los

sistemas de riego, tales como, la distribución del agua, construcción y rehabilitación de infraestructura,

tratamiento de conflictos y monitoreo o vigilancia. Como se refiere anteriormente, un primer acercamiento fue

el que se estableció con los representantes de la Asociación y posteriormente fuimos bajando de niveles, por

decirlo de alguna manera, a fin de conocer con mayor precisión los procesos de organización, operación y

20

administración de los sistemas de riego en los espacios más pequeños dentro de la estructura de la

Asociación.

Un aspecto esencial que permitió disponer de información valiosa de todo el sistema de riego a nivel de

detalle, y que sirvió como punto de partida para la localización y caracterización de los actores sociales (entre

ellos la propia Asociación) fue un Diagnóstico y una propuesta de Reglamento para el Módulo de Riego 08

correspondiente a la Asociación de usuarios del río Cuautla, mismo que realizó el equipo de investigación

coordinado por Jacinta Palerm a solicitud y contrato bajo proyecto con la CNA durante el periodo de octubre

de 2001 a marzo de 2002. La propuesta de Reglamento para el Módulo 08 se basó precisamente en un

diagnóstico minucioso en el espacio hidráulico de la Asociación, que es peculiar por carecer de una obra de

cabecera en común y por compartir el agua de las zonas de manantiales a través de lo que en la zona los

usuarios denominan achololes.

El diagnóstico se realizó haciendo reconocimientos en campo para ubicar las fuentes de abastecimiento y la

infraestructura hidráulica: las presas derivadoras y cada uno de los canales generales y laterales. También se

acudió a los campos de riego para observar las actividades que los usuarios realizaban; entrevistas con los

usuarios, con autoridades ejidales, y con el Comité Directivo y el gerente técnico de la Asociación. Con la

finalidad de recabar información confiable y suficiente, el equipo de investigación3 radicó en la zona durante

el período de investigación. Así mismo, el trabajo de diagnóstico, localización y caracterización de los actores

sociales se realizó de manera permanente en colaboración y con la participación de usuarios de ASURCO,

ya que en función y desde la perspectiva de esta asociación, se llevó a cabo el proceso de la investigación.

El concepto de la capacidad autogestiva de los regantes y los límites con el Estado, se abordaron a través

del estudio de las tareas “siempre presentes” en un sistema de riego, según la bibliografía sobre el tema. Se

buscó, con ello, conocer si estas tareas están en manos de los regantes o en manos del Estado, y qué

niveles del sistema hidráulico (comunidad, varias comunidades, uso coordinado del río, etc.) están en manos

de regantes o en manos del Estado. Asimismo, se pretendió conocer si estas tareas se están cumpliendo en

tal forma que permitan la continuidad del sistema.

La descripción de las tareas “siempre presentes” de acuerdo con Palerm (1997) en un sistema de riego,

como el caso que se describe y analiza en la presente investigación en la cuenca del río Cuautla con la

Asociación de Usuarios, son las siguientes:

3 Equipo de investigación: Jacinta Palerm Viqueira, Benito Rodríguez Haros, Elvia López Pacheco, Carlos Chairez, Claudio Ávalos, Luz del Carmen Morán, Ricardo Osorio, María de Lourdes Hernández Rodríguez, Laura Edith Sánchez Almaraz, José Luis Pimentel Equihua, José Hermenegildo Valdivinos Ayala y Diana Sánchez.

21

i) MANTENIMIENTO. Toda la gama de tareas de mantenimiento del sistema físico de riego.

Quién realiza las tareas de mantenimiento. Cómo y quién decide cuándo se realizan estas

tareas. Quién penaliza. Cuál es la carga, en tiempo y esfuerzo, de las tareas de mantenimiento.

ii) DISTRIBUCIÓN DEL AGUA. Quiénes son y cómo y por quién son designadas las personas que

se ocupan de la distribución del agua. Cuál es el cuerpo que elabora y/o puede modificar de jure

o de ipso la normatividad de distribución de agua (cantidades y tandas). Procedimientos por los

cuales se ha modificado la distribución de agua de hecho o de jure. Manejo de escasez de agua

por sequía. Quién y cómo tiene autoridad para castigar robo de agua, etc. También el manejo

de sistemas de almacenamiento y derivación de pequeñas y grandes dimensiones (jagüeyes,

presas sobre un río, presas de derivación, etc.) qué cuerpo maneja el sistema de

almacenamiento y qué cuerpo puede o modifica de jure o de facto el manejo de la obra de

almacenamiento.

iii) CONFLICTO. Tratamiento del conflicto. Autoridad reconocida para resolver conflictos. Autoridad

reconocida para castigar incumplimiento. Normatividad (institucionalización y tradicionalización)

en lo que se refiere a distribución y mantenimiento.

iv) AMPLIACIÓN, REHABILITACIÓN, CONSTRUCCIÓN DE OBRA HIDRÁULICA. Financiamiento,

aporte de mano de obra y/o capital, conocimientos para llevar a cabo el proyecto. Cuerpo que

propone y gestiona y/o lleva a cabo el proyecto.

Para recabar la información se aplicaron cuestionarios a usuarios de riego, entrevistas a profundidad con

informantes clave y usuarios de distintos niveles, es decir, usuarios de campo, de ejido o de comunidad,

representantes de campo, representantes de canal general, canaleros, aguadores, jueces de aguas,

comisariados ejidales y representantes de la Asociación.

Durante el trabajo de campo, se tuvo la oportunidad de asistir en varias ocasiones a las asambleas que

citaba la Asociación con todos sus delegados, en donde se trataban distintos asuntos relacionados con la

distribución del agua (tandeo y prorrateo), pago de cuotas, mantenimiento, programas de siembras,

rehabilitación de infraestructura y en general el tratamiento y la resolución de conflictos entre regantes. En la

mayor parte de se participó como observador, salvo algunas excepciones en las que se solicitaba alguna

opinión. Otros eventos en los que se asistió fueron en reuniones de usuarios a nivel de canal general, es

decir, los delegados de comunidades de usuarios, representantes de la Asociación, usuarios, canaleros,

guardatierras, aguadores, y otros miembros con cierta autoridad. En estas reuniones se trataban asuntos

muy específicos relacionados con la disponibilidad de agua en el canal general, la necesidad del

mantenimiento, y los acuerdos internos para distribuir el agua y dar mantenimiento a la infraestructura.

También se tuvo la oportunidad de observar el tratamiento que se daba a algunos conflictos entre usuarios

22

por parte de las autoridades federales y estatales del agua como la CNA, el Distrito de Riego, la CEAMA y

otras.

Al momento de localizar y caracterizar la Asociación, nos percatamos que el ejido de San Vicente de Juárez,

del municipio de Ayala, enfrentaba una situación de controversia por las aguas de retorno o llamadas en la

región achololes, con una propiedad privada rural, razón por la que se plantearon algunas interrogantes al

respecto: ¿quién venía aprovechando los achololes antes de la compra de la propiedad rural?, ¿qué tipo de

acuerdos tenían los ejidos usuarios que aprovechaban esas aguas anteriormente?, ¿qué alternativas

proponía el gobierno federal, a través de la CNA y del Distrito de Riego, para resolver el conflicto por los

achololes?, ¿cuál era el nivel de organización interna del ejido de San Vicente de Juárez y qué capacidad de

negociación tenía para resolver el conflicto?

Diversas actividades se realizaron para disponer de los elementos que nos permitieran conocer las

respuestas a esas y otras interrogantes inherentes. Entre ellas, reconocer físicamente el área en cuestión,

entrevistas con representantes del ejido y ejidatarios, asistencia a asambleas convocadas por autoridades de

ASURCO y del ejido para tratar el conflicto, asistencia a reuniones de representantes de los usuarios

(ASURCO y ejido) con personal de instituciones de gobierno celebradas en el Congreso del estado en la

ciudad de Cuernavaca. También se tuvo la oportunidad de asistir a las áreas de conflicto con los equipos

técnicos de CNA y con los usuarios para realizar trabajos de deslinde de una de las barrancas por donde

escurrían los achololes, motivo del conflicto.

b) Productores de berro.

Acudimos a las zonas de producción del cultivo de berro directamente con los productores al momento en

que se encontraban realizando sus labores de establecimiento del cultivo, de realización de labores como el

control de plagas y enfermedades, el corte, lavado y empaque, entre otras. En algunos casos colaboramos

en el trabajo que se encontraban realizando una vez ganada cierta confianza, aprovechando para desarrollar

entrevistas abiertas para plantear cuestionamientos como los siguientes: ¿qué tiempo tiene trabajando el

berro?; ¿cuál es su procedencia?; ¿quiénes son los productores de berro?; ¿desde cuándo se empezó a

cultivar el berro en el cauce del río y márgenes de los manantiales?; ¿existe alguna organización formal de

los berreros?; de ser así, ¿qué propósitos tiene, quienes la integran?; ¿tienen algún permiso o concesión del

agua de parte de alguna autoridad?; ¿qué acuerdos y negociaciones tienen con otros actores sociales, por

ejemplo con ASURCO?; ¿cómo es el proceso de producción del cultivo?; otras cuestiones que se plantean

en la propia investigación fueron resueltas a partir de la misma observación, por ejemplo, los productos

plaguicidas que se aplican, la altura de los bordos para retener el agua, la calidad del agua, la ocupación de

manantiales y en algunos casos la descarga de aguas residuales y el cultivo de berro alrededor. En el mismo

sentido de los cuestionamientos señalados anteriormente, también acudimos con los representantes de la

Asociación Agrícola Local de productores de berro; el propio presidente nos facilitó bastante información de

23

los expedientes de la organización particularmente relacionada con los permisos precarios otorgados por la

Secretaría de Recursos Hidráulicos, relaciones de socios fundadores, actas de reuniones, acta constitutiva de

la asociación, recibos de pagos por concesión y permisos para producir en la zona federal del cauce del río

Cuautla, acuerdos firmados con ASURCO, entre otros. Como instrumentos metodológicos se diseñaron

guiones de preguntas abiertas, sólo para uso del investigador, además se empleó equipo de apoyo como

GPS, cartas geográficas y cámara fotográfica.

En otros momentos tuvimos la oportunidad de presenciar reuniones de trabajo entre representantes de

ASURCO y la Asociación de productores de berro, en las cuales se trataban asuntos relacionados con los

acuerdos firmados desde 1993 y que los productores de berro no habían respetado. Se levantaban actas en

las cuales se especificaba que los productores de berro retirarían el cultivo del cauce del río y manantiales

porque según ASURCO, les estaba limitando la disponibilidad del agua para usuarios de aguas abajo.

Después de ello, de alguna forma tratamos de dar seguimiento para observar el apego a los acuerdos y el

nivel de organización interna de ambas asociaciones; ello nos permitió corroborar ciertas hipótesis en el

sentido de que los actores sociales tienen organización interna y que son capaces de establecer

negociaciones para la gestión del agua.

Otros sujetos sociales de los cuales se obtuvo información fueron cosechadores de berro que se contrataban

exclusivamente para esa labor y a compradores y transportistas del berro. Ello nos permitió indagar acerca

de la importancia económica y social que representa el cultivo en la cuenca.

c) Productores de plantas de ornato (viveristas)

Una vez que se identificó a los productores de plantas de ornato o viveristas como uno de los actores

sociales que aprovechan el agua tanto de canales de riego de los usuarios de la Asociación como de norias

(pozos artesianos de baja profundidad), se realizaron distintas actividades que nos condujeran a ubicar las

áreas de producción, es decir, dónde se encuentran; y otros cuestionamientos que nos permitieran indagar y

profundizar en el grado de organización, cohesión interna, relaciones e interacciones con otros actores

sociales. Por ello, otras preguntas a resolver y que tienen que ver con la caracterización, fueron: ¿quiénes

son los viveristas?, ¿cuál es su procedencia?, ¿desde cuándo practican la actividad?, ¿a qué profundidad

extraen el agua?, ¿desde su punto de vista, qué impactos desfavorables tiene el viverismo en el acuífero?,

¿tienen permisos de concesión para perforar las norias?, ¿qué acuerdos y negociaciones tienen como

viveristas con otros actores sociales en la cuenca?, entre otras.

Se realizaron recorridos de campo con el apoyo de autoridades de los ejidos de Cuautla, Cuautlixco,

Casasano, Calderón, pequeña propiedad de Casasano, El Hospital, para realizar entrevistas y recabar

información de una muestra de aproximadamente 300 viveros; primero, se localizaron las zonas en los planos

del comisariado ejidal y después, se hicieron visitas vivero por vivero cubriendo la zona más importante en

24

los ejidos antes señalados y que se refieren en el capítulo de Viverismo. Resultó muy valioso hacerse

acompañar de las autoridades del ejido porque se genera mayor confianza con los productores viveristas y es

más confiable la información que se aporta. También se hicieron visitas a algunas empresas

comercializadoras de plantas de ornato en vivero, donde los representantes nos hacían saber de la

importancia en la generación de empleos y el movimiento económico que generaba la actividad.

En las visitas a cada vivero, en la mayor parte de ellos, los propietarios de los viveros fueron quienes nos

atendieron y proporcionaron la información, pero también en otros casos fueron algunos trabajadores cuando

el propietario no se encontraba en el predio. Otra parte de la información se retomó por observación del

investigador, como la superficie cultivada, la diversidad de plantas, el número de bombas con las que se

extrae el agua, algunos productos plaguicidas que se emplean en el proceso de producción, profundidad de

la noria, y otras cuestiones, porque en ello no hubo impedimento para hacer las observaciones que se

consideraran necesarias.

d) Camioneros de cisternas tipo “pipa”.

Durante la fase de identificación de los actores sociales en la cuenca, al hacer el recorrido de campo por la

zona de manantiales Los Sabinos, prácticamente donde nace el río Cuautla con aguas permanentes durante

todo el año, y muy cercano también el manantial La Mora, nos percatamos de la presencia de algunos

camiones cisterna tipo “pipa” que estaban haciendo fila para extraer y llenar el camión de agua con sus

propias bombas integradas y surgieron algunas interrogantes para encontrar respuestas: ¿quiénes son los

“piperos”?, ¿a dónde llevan el agua?, ¿cuál es su procedencia?, ¿qué tipo de permisos requieren para

extraer el agua?, ¿la extracción estará afectando los niveles de los manantiales y estará disminuyendo la

cantidad de agua para otros usuarios?, ¿desde cuando toman el agua?, ¿cuáles son los meses más críticos

en los que se demandan más los servicios de los “piperos”?, ¿quién es la autoridad responsable de regular la

extracción del agua?, ¿a quién le pertenece el derecho de uso del agua de los manantiales?, ¿están

organizados formal y realmente los “piperos”?, ¿qué tipo de negociaciones establecen los “piperos” con otros

actores sociales?.

Para resolver estas interrogantes nos dimos a la tarea de permanecer por varias horas, durante varios días y

en épocas distintas del año, para indagar y verificar la magnitud de la extracción del agua, entrevistar a los

“choferes” de las “pipas” y tratar de encontrar respuestas. En ocasiones se realizó la actividad con el apoyo

de autoridades de la Asociación y en otras individualmente. También acudimos a realizar entrevistas en una

de las plazuelas cercanas a la zona de manantiales en donde los camiones hacen turno, como una especie

de “sitio de taxis”, pero en este caso es un “sitio de camiones tipo cisterna” o mejor conocidos como “piperos”.

25

Además del trabajo directo que se realizó con los “piperos”, se acudió a las instancias gubernamentales

responsables de la regulación y control de los aprovechamientos, como fueron el ayuntamiento municipal y la

Secretaría de Salud en el municipio de Cuautla, para tratar de responder a algunas de las interrogantes

anteriormente planteadas. Los resultados se reportan en el apartado correspondiente a externalidades.

Es pertinente indicar que la información procedente de campo, en este caso de los “piperos”, fue el resultado

de un proceso de “ir y venir”, es decir, en ocasiones se tenía alguna información de una de las partes, o

sujetos sociales, y después era necesario corroborar con otro sujeto social y viceversa. Ello permitió contar

con un panorama más amplio del fenómeno analizado.

e) Ayuntamientos municipales.

De los municipios que se ubican dentro de la cuenca del río Cuautla se encuentran precisamente el de

Cuautla, Ayala, Yecapixtla, Atlatlahucan, Tetela del Volcán y Ocuituco. De ellos, los que corresponden al

tramo de río estudiado son fundamentalmente Cuautla y Ayala. La metodología empleada consistió en

identificar las acciones de gobierno municipal, tanto en forma documental como de historia oral, que nos

permitieran responder a algunos cuestionamientos como los siguientes: ¿qué papel desempeña el municipio

en la protección de las fuentes de agua de manantiales?, ¿cómo interviene el municipio para controlar los

asentamientos irregulares en las márgenes del río y dentro del Área Natural Protegida ubicada en la zona de

manantiales Los Sabinos?, ¿qué proceso sigue el municipio para perforar pozos de agua de uso urbano y no

afectar a los usuarios de riego?, ¿cómo se regula y controla la descarga de aguas residuales para que no

afecten a los regantes?, ¿cómo interviene el municipio para garantizar la calidad del agua en canales

generales ubicados en la zona urbana?, ¿cómo apoya a los usuarios para mejorar la infraestructura de

riego?, ¿qué tipo de acuerdos y negociaciones realiza el ayuntamiento con otros actores sociales en la

cuenca?. Para responder a esas y otras interrogantes relacionadas al caso, se hicieron entrevistas con

funcionarios de distinto grado de responsabilidad, se consultaron informes, documentos, programas y en

ocasiones se tuvo la oportunidad de asistir a algunas reuniones en donde los ayuntamientos de Cuautla y

Ayala tenían que tratar asuntos relacionados con la Asociación, como actor social principal en el análisis de la

gestión del agua.

f) Otros actores sociales: CNA, Distrito de Riego, Curtidos Temola S.A. de C.V.

Otros actores sociales que se localizaron y de los que se realizó una caracterización más general debido a la

menor importancia relativa respecto de los otros actores sociales, fueron la Comisión Nacional del Agua, el

Distrito de Riego 16 del estado de Morelos, la empresa Curtidos Temola S.A. de C.V. y el ingenio azucarero

de Casasano.

26

Respecto a la CNA, se planteó, desde el punto de vista metodológico, encontrar respuesta a preguntas

como: ¿cuál es el papel de la CNA en la regulación del agua en la cuenca?, ¿qué autoridad tiene para

ordenar los usos del agua?, ¿qué medidas de control lleva a cabo para resolver problemas relacionados con

la contaminación de la empresa Curtidos Temola?, ¿qué capacidad de negociación tiene para resolver los

conflictos entre actores sociales en la cuenca?. Estas y otras interrogantes similares trataron de resolverse a

través de comunicaciones y entrevistas personales con algunos funcionarios públicos, así como en reuniones

de trabajo y asambleas de usuarios que se establecían con autoridades de ASURCO.

Con el Distrito de Riego se estableció un contacto de información muy cercano que permitió intercambiar

puntos de vista con sus autoridades y logrando responder a algunos cuestionamientos como: ¿cuál fue el

proceso de transferencia del Distrito a las Asociaciones de usuarios?, ¿cuándo y por qué se constituyó el

Distrito?, ¿qué aspectos regula el Distrito relacionados con ASURCO?, ¿qué papel desempeña como

mediador en los conflictos por el agua entre actores sociales, particularmente entre usuarios de riego?. Para

ello, se asistió a reuniones de trabajo con los representantes de ASURCO, usuarios y autoridades del Distrito

donde se trataban aspectos relacionados con informes y actividades de diversa índole que debía realizar y

reportar ASURCO al Distrito; también se hicieron acompañamientos en recorridos de campo cuando se tenía

que asistir con usuarios para observar, vigilar o autorizar obras de mantenimiento, rehabilitación, resolución

de controversias entre usuarios como el de san Vicente de Juárez y Rancho Casa Colorada.

Con la empresa Curtidos Temola se buscó su localización y encontrar respuesta a algunas preguntas como

las siguientes: ¿cuándo se instaló?, ¿qué proceso de producción realiza?, ¿cuáles son los principales

elementos contaminantes?, ¿qué acciones han impulsado los usuarios de riego y los pobladores, para

contrarrestar los efectos contaminantes?, ¿qué acciones, acuerdos y negociaciones ha fomentado la

empresa para mitigar sus efectos que, desde la perspectiva de la Asociación, son negativos?. Para resolver

esas interrogantes se acudió físicamente a localizar la empresa; se trató de entrevistar a empleados de la

misma, lo cual no fue posible, según por razones de seguridad; se acudió con informantes que laboraron en

ella y algunos funcionarios del municipio de Ayala que, cuando fueron autoridades de ASURCO, tuvieron

oportunidad de conocer el proceso y las razones por las que se habían manifestado los pobladores y los

propios usuarios de ASURCO para regular los efectos por la contaminación del río Cuautla.

En síntesis, la definición del planteamiento del problema de investigación, así como la metodología a

emplearse para corroborar las hipótesis y cumplir los objetivos propuestos, constituyen un proceso continuo;

en la medida en que se obtiene información directamente de campo, se va moldeando y ajustando la propia

investigación. Es un aspecto fundamental en toda investigación la definición del problema y la selección o en

su caso generación de una metodología que mejor responda a las interrogantes planteadas.

27

CAPÍTULO II. GESTIÓN INTEGRADA DEL AGUA Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL

Una vez que se ha definido el problema de investigación bajo el contexto en el cual se empleó la metodología

descrita y habiendo seleccionado los actores sociales más importantes por su mayor presencia y actuación

por el uso del agua, en este capítulo se hace referencia a los elementos teóricos que dan sustento a los

conceptos de cuenca, gestión integrada del agua y ordenamiento territorial.

II.1. Introducción

Con el fin de promover el mejor uso del agua, se han hecho intentos de diversa índole, con enfoques y

concepciones muy particulares: el enfoque de cuencas y el ordenamiento territorial de los recursos hídricos

se pueden ubicar como dos grandes concepciones. Al enfoque de cuencas también se le puede relacionar

con lo que algunos autores denominan “gestión de agua por cuencas”, “gestión integrada del agua por

cuencas”, “manejo de cuencas”, “desarrollo regional por cuencas hidrográficas”, “gestión ambiental”, entre

otros. Por su parte, el ordenamiento territorial es un concepto que se ha orientado a tratar de definir los usos

del suelo a través de metodologías como el ordenamiento ecológico del territorio u ordenamiento territorial

propiamente, en donde no sólo se considera al agua, como elemento central sino todos los elementos que

conforman un sistema, como son el suelo, la vegetación, la población, las actividades económicas y de

servicios, y otras. Es frecuente observar que al manejo de cuencas también se le relacione o incluso se

exprese como sinónimo de ordenamiento de cuencas. A partir de ello, el ordenamiento territorial puede ser

aplicado a un espacio geográfico trátese de una región, un estado, el país en su totalidad o bien una cuenca,

todo depende del objetivo que se persiga.

En este ámbito de la discusión, la cuenca del río Cuautla reviste características particulares que hacen

posible identificar y relacionar algunos de los enfoques impulsados en algún momento por instancias

gubernamentales; o bien, a partir de las diferentes corrientes teóricas que sostienen que la cuenca debe ser

considerada como un espacio de planeación y de manejo de los recursos naturales, incluyendo el agua. En

los últimos años se ha venido presentando una corriente de pensamiento en torno a la justificación y

argumentación cada vez con mayor insistencia, en torno a la validación de que la cuenca debe ser la unidad

territorial a partir de la cual se deben impulsar las acciones pertinentes para la adecuada gestión del agua.

Los aspectos que competen a la presencia de los actores sociales, las formas de organización así como los

grados y niveles organizativos de los grupos de interés, de los conflictos que se generan y las formas y

mecanismos que desarrollan para la negociación, son los que se tocan con menor profundidad y poco se

privilegian con el fin de alcanzar la gestión integrada del agua a nivel de cuenca; al parecer se reconoce la

necesidad de que los usuarios participen y tengan mayor ingerencia en las decisiones de los organismos

propuestos en los Consejos de Cuenca, sin embrago, el problema es persistente en la medida que no se

trata a nivel de detalle, se privilegian formas y foros de participación globales cuando en el nivel local y

28

regional, por razones internas o externas a los actores sociales, no se han desarrollado las capacidades

necesarias.

Se describen las características principales de esos enfoques de manera relacionada a partir de algunos

cuestionamientos que permitan identificar los procesos bajo los cuales se busca un uso integrado del agua a

nivel de cuencas orientado en los aspectos de: 1] el porqué considerar a la cuenca como la unidad territorial

para la gestión del agua; 2] cómo se ha percibido y se han efectuado anteriormente la gestión del agua y el

cómo se percibe actualmente dicha gestión; y finalmente, 3] el qué se pretende o qué se busca con la gestión

a nivel de cuencas. Con lo anterior se pretenden identificar los elementos conceptuales más importantes que

se consideren para definir un esquema o modelo de gestión del agua para la cuenca del río Cuautla.

II.2. Hacia un concepto de cuenca

El concepto de cuenca no es único, se han presentado y argumentado distintos enfoques desde la

perspectiva de sus principales defensores. Así, a la cuenca se le puede ubicar ya sea como un espacio del

territorio en donde se presentan características específicas con relación al flujo del agua, un tanto omitiendo

que el hombre actúa y modifica con su actividad el ambiente. Es decir, se considera a la cuenca desde una

perspectiva geográfica, en donde el área está delimitada por un parteaguas, es decir, las partes más altas de

la cuenca en donde el agua se divide en dos o más partes y una de ellas es la que conduce el agua a la

cuenca de interés.

Otro concepto de cuenca la relaciona como un espacio territorial que por cuestiones naturales resulta ser el

área con mejores posibilidades de llevar a cabo las acciones para impulsar el desarrollo, tales como el

aprovechamiento del agua para la generación de energía eléctrica, las comunicaciones, programas de

educación y otros servicios para la población, controlar inundaciones, y la construcción de obras hidráulicas

para abrir o ampliar zonas de riego.

Un concepto más de cuenca, hace énfasis en considerarla como una unidad de gestión del agua en donde se

pueden establecer relaciones sociales que conducen a un ordenamiento de los usos del agua, a la

conservación del recurso en cantidad y calidad, en establecer las aguas superficiales y subterráneas como un

sistema, y en general, asumir a la cuenca como una unidad territorial de gestión en la cual es posible adecuar

los límites político-administrativos a los aspectos ambientales y geográficos en los cuales se “mueve” el agua;

es lo que Dourojeanni (2002) denomina gestión integrada del agua.

Asimismo, otro de los conceptos de cuenca, y por tanto de otro enfoque, es el relativo al hecho de que la

cuenca debe ser una unidad de manejo y por tanto se argumenta la necesidad de impulsar el “manejo de

cuencas”, un tanto como si hubiera que manipular la cuenca por medio de ciertas obras de captación de

agua, de manejo de suelos para el control de escurrimientos, de control de erosión y “manejo” de poblaciones

29

vegetales a través de reforestación, prácticas mecánicas y agronómicas como terraceo, cultivos en contorno,

establecimiento de “barreras vivas”4, entre otras, de tal manera que conduzcan en su conjunto a la

preservación de los recursos e incrementar el área de captación del agua en la cuenca.

II.3. Definición de cuenca

Geográficamente, la cuenca está definida por el parteaguas, que es la línea vertical o frontera hidrológica que

literalmente divide las aguas hacia el interior de la cuenca o hacia las cuencas adyacentes (Arellano, 1998).

El parteaguas de la cuenca puede ser delimitado utilizando la cartografía, con base en las cartas

topográficas, o bien por medio de un sistema de información geográfica a partir de los datos de altitud que se

hayan incorporado previamente en una base de datos.

Cuenca de drenaje es toda el área drenada por una corriente o por un sistema de corrientes, cuyas aguas

concurren a un punto de salida; en otras palabras se puede decir que cuenca de drenaje, es el área total que

contribuye al escurrimiento y que proporciona todo o parte del flujo de la corriente principal y sus corrientes

tributarias (De Wiest, 1967).

Una cuenca hidrográfica es la totalidad del área drenada por una corriente o sistema interconectado de

cauces, tales que todo el escurrimiento originado es descargado a través de una salida única (Doorenbos,

1976, citado por Salazar, 2000).

La cuenca hidrográfica funciona como un gran colector de la precipitación y la transforma en escurrimientos.

Esta transferencia se realiza con pérdidas y es una función bastante compleja de numerosos factores, entre

los que predominan el clima y la configuración del terreno en el cual se desarrollan los fenómenos

hidrológicos; los índices y magnitudes físicas de la cuenca que expresan en términos simples los valores

medios de ciertas características del terreno, juegan un papel muy importante y son condicionantes de su

régimen hidrológico (Salazar, 2000).

Determinados índices tales como el área, forma, pendiente y elevación, así como las características de la red

de drenaje y las del cauce principal, influyen en la respuesta hidrológica de una cuenca, por lo que son punto

de partida para los análisis y determinaciones cuantitativas. Recíprocamente, el carácter hidrológico de una

cuenca tiende a formar sus características físicas (Campos, 1987, citado por Salazar, 2000).

4 Las “barreras vivas” son aquellas prácticas mecánicas o incluso agronómicas, dependiendo de los propósitos específicos, que consisten en el establecimiento de cercos con vegetación nativa como el pirul, o hileras de magueyes, nopales u otras plantas que plantadas en contorno, sirven para retener el suelo, el agua y mitigar en algunos casos el efecto del viento, que en su conjunto pretenden evitar o mitigar los efectos de la erosión.

30

Señala Springall (1970) que desde el punto de vista físico, para facilitar el estudio de las cuencas, muchas

veces es necesario dividir una mayor, en subcuencas o cuencas tributarias definidas por sus propios

parteaguas; en general, estas divisiones se hacen de acuerdo con las estaciones hidrométricas existentes en

la zona.

La diferenciación entre cuencas grandes y pequeñas es difícil si solo se considera su tamaño. En Hidrología

dos cuencas del mismo tamaño son diferentes. Se define sin embargo, como cuenca pequeña aquella cuyo

escurrimiento es sensible a lluvias de alta intensidad y corta duración, en donde predominan las

características físicas del suelo con respecto a las del cauce. Ven Te Chow (1964) considera con fines

prácticos hasta 250 Km2 para éstas cuencas.

Cuenca es la unidad física donde se desarrollan muchas actividades hidrológicas, biológicas, económicas y

sociopolíticas (Easter, et al., 1986, International Hydrological Programme, 1991, citados por Collado, 1998).

En síntesis, el concepto de cuenca tiene una serie de connotaciones fundamentalmente de carácter

geográfico porque se hace énfasis en las dimensiones, los límites físicos a partir del parteaguas y de los

sistemas de corrientes que de ese espacio se generan, sin embargo, desde un punto de vista propio, la

cuenca no sólo es el espacio físico y geográfico, sino también el tipo de relaciones que se establecen entre

los distintos usos y usuarios, organizados o no, con capacidades de gestión distintas para competir por el

agua.

II.4. La cuenca como unidad de gestión del agua (el porqué)

Para Lugo (1980) citado por Martínez R. (1992), la cuenca hidrográfica es un ejemplo de un sistema regional

donde su delimitación tiene un fundamento ecológico que se comporta como un sistema semicerrado; la

cuenca es la única zona natural que permite a los planificadores observar todas las consecuencias del

escurrimiento en un área determinada y elaborar los planes necesarios para su control.

Dourojeanni et al. (2002) señalan que “a pesar del reconocimiento generalizado de que las cuencas son

unidades territoriales más adecuadas para la gestión integrada del agua, debe tenerse presente que las

mismas no son los únicos espacios requeridos o posibles para la gestión de los recursos naturales o del

ambiente en general”.

Las cuencas hidrográficas son entonces unidades de estudio, manejo, conservación y restauración de los

ecosistemas. Las cuencas representan unidades integrales debido a que el flujo de materiales y energía

están íntimamente ligados con el ciclo hidrológico (Sarukhán y Maass, 1990).

31

La unidad fundamental para el manejo del os recursos hidráulicos es la cuenca ya que ella representa un

sistema de drenaje y captación bien definido. Esta puede servir como unidad ideal para el desarrollo de

ecosistemas, la estimación de balances de agua, de energía y de biomasa, de planeación económica y

política que permite establecer un manejo controlado de los escurrimientos para su mejor aprovechamiento

(Salazar, 2000).

Para Dourojeanni y Jouravlev (2002) la cuenca es la unidad territorial más adecuada para la gestión

integrada de los recursos hídricos debido a las siguientes razones: 1] las características físicas del agua

generan un grado extremadamente alto de interrelación e interdependencia (externalidades o efectos

externos) entre los usos y usuarios de agua en una cuenca.; 2] las cuencas constituyen un área en donde

interdependen e interactúan, en un proceso permanente y dinámico, el agua con los sistemas físico (recursos

naturales) y biótico (flora y fauna); y, 3] en sus territorios se produce la interrelación e interdependencia entre

los sistemas físicos y bióticos, y el sistema socioeconómico, formado por los usuarios de las cuencas, sean

habitantes o interventores externos de la misma.

Debido al uso y en una gran parte a la incorporación del agua a la cuenca por parte de los usuarios de aguas

arriba, los usos y usuarios situados aguas abajo dependen de manera crítica de la cantidad, calidad y tiempo

de los sobrantes, caudales de retorno o pérdidas que los primeros generan. Los distintos usos en el propio

caudal poseen requisitos de atributos físicos, biológicos y químicos diferentes, pero interdependientes del

caudal que varían en el tiempo y el espacio. Estas interrelaciones e interdependencias, tanto en el caso de

los usos consuntivos como los que se realizan en el propio caudal, se internalizan dentro de la cuenca. Ello

convierte a la cuenca en la unidad territorial apropiada de análisis para la toma de decisiones de gestión del

agua, especialmente en cuanto a su uso múltiple, su asignación y el control de la contaminación.

En ese mismo sentido Collado (1998) refiere que el impacto de las prácticas de uso del agua en las partes

altas de la cuenca sobre los recursos de su parte baja son un área problemática: típicamente, no sólo

diferentes organismos son responsables de diferentes partes de la cuenca y del manejo de distintos recursos,

sino que los habitantes de las tierras altas no están motivados para tomar en cuenta los costos que, a

consecuencia de sus acciones, imponen a los residentes de las tierras bajas. Esto requiere traducir los

fundamentos de uso del agua y suelo en políticas efectivas y en innovaciones institucionales para vencer las

barreras tradicionales de cooperación entre organismos, y así manejar las actividades de la cuenca desde

una perspectiva global.

Señala Martínez M. (1999) que el manejo integrado de recursos naturales a nivel de cuencas, debe ser la

estrategia del gobierno, para mostrar la bondad de los programas operativos, ya que éstos permiten evaluar

la causa-efecto de las acciones y para ello se deben fortalecer los programas de cuencas demostrativas

piloto o experimentales, para validar tecnología y lograr los cambios propuestos.

32

En una cuenca, el agua es el vehículo de acarreo de materiales. Así, las zonas bajas reciben el impacto de

las actividades de aguas arriba. Desde el punto de vista ecológico, el acarreo natural de materiales hace que

las zonas bajas sean las de mayor productividad del planeta, al concentrar los nutrientes, como en las

lagunas litorales. Aunque una cuenca es un sistema que funciona con el agua como el elemento que conecta

todas las partes del sistema, puede presentar diferencias notables en cuanto a la presencia y abundancia de

los recursos naturales y, por tanto, en relación con aspectos sociales, económicos y ecológicos (Sánchez,

2002).

Los recursos hídricos están sometidos a una diversidad de presiones y demandas que inciden en su

disponibilidad y su calidad. Entre estas diferentes demandas existen tensiones inherentes. La captación

excesiva o la contaminación del agua por un usuario o en una parte de una cuenca fluvial, limita las opciones

de los demás usuarios. Los recursos hídricos se deben gestionar de un modo integrado, teniendo en cuenta

todos los usos y demandas legítimos, incluidos los objetivos medioambientales. La gestión integrada exige

que los recursos hídricos de una cuenca fluvial o de la cuenca hidrográfica de un lago determinado se

gestionen con un enfoque holístico que equilibren las necesidades de agua del medio acuático y sus

diferentes usos. El enfoque integrado exige también que se tomen en consideración todas las aguas,

incluidas las subterráneas y las costeras. Este aspecto es de vital aplicación en el caso de los ríos que

cruzan fronteras nacionales y en el de los lagos que bañan a varios países. La gestión integrada de los

recursos hídricos y la gestión de cuencas hidrográficas deben constituir principios fundamentales de las

políticas públicas del país. La gestión del agua es una cuestión transectorial que se ha de integrar en las

políticas de desarrollo relacionados con la reducción de la pobreza (Dourojeanni, 2002).

Para lograr el mejor efecto posible con la aplicación del enfoque integrado se ha de tener en cuenta la

cuenca hidrográfica o la cuenca o subcuenca fluvial. Por tanto es esencial promover el desarrollo de planes

de gestión de cuencas hidrográficas. Es conveniente que los proyectos del sector hídrico sean coherentes

con dichos planes o, en caso de que éstos no existan, incluir asistencia para su preparación (Dourojeanni,

2002).

II.5. Relaciones sociales en la cuenca

A partir de las diferentes interpretaciones del concepto de cuenca, se aprecia que en la mayoría de ellas se

asume que la cuenca es un espacio territorial delimitado por el parteaguas, las corrientes conforman un

sistema de corrientes de agua, funciona como un sistema ecológico; por ello, se considera que, es una

unidad de estudio, de manejo, de conservación y restauración de los ecosistemas. Además permite a los

planificadores observar todas las consecuencias de los escurrimientos y elaborar planes para su control.

33

De esta manera, se insiste en considerar a la cuenca como un espacio desde el punto de vista físico en

donde existe una serie de corrientes de agua, un proceso de filtración y recarga, así como las características

propias de los flujos en relación con las propiedades del suelo, la pendiente, la precipitación, entre otras.

También en la posibilidad de que se pueden llevara acabo procesos tendientes a la planeación y el manejo

del recurso agua para conservar y mantener en equilibrio los ecosistemas. Sin embargo, en la cuenca se

establecen vínculos entre actores y sujetos sociales que no se limitan exclusivamente a las relaciones de

producción, sino a establecer nexos de competencia y de conflicto por el recurso, y a la vez procesos de

negociación e interacción a fin de resolverlos.

Identificar y reconocer como una primera instancia que existen actores sociales con un determinado grado de

organización, es un primer momento que puede hacer posible que los problemas por los usos y

competencias por el agua aminoren; sin embargo, para que ello sea factible se requiere también que las

instancias competentes, adquieran y desarrollen la capacidad para impulsar esquemas que permitan hacer

posible un ordenamiento territorial para el uso negociado de los recursos tomando en cuenta los

requerimientos naturales, económicos y sociales en la cuenca. Es decir, que la participación de los usuarios

de los recursos es fundamental para que se alcance la gestión objetiva e integrada del agua a nivel de

cuenca, de lo contrario la gestión por la vía del despotismo del Estado ocuparía su lugar. O bien operaría la

ley del más fuerte y del usuario que tenga acceso en primer lugar al agua (aguas arriba).

Entonces la cuenca también puede concebirse como un espacio de relaciones sociales regionales, en el que

interactúan sujetos y actores sociales con intereses particulares, así como en procesos de apropiación y

manejo de los recursos, incluyendo el agua, en donde los conflictos y la negociación pueden ser una

característica del sistema, si es así concebido. En la cuenca existe quien aprovecha los recursos, es decir, el

hombre en sociedad y a partir de ello se generan relaciones, no sólo se trata de identificar a la cuenca como

un espacio geográfico, sino como un espacio social.

Existe el consenso de que los límites político-administrativos en diversos países, incluido México, no

concuerdan con aquellos que siguen las corrientes de agua en espacios geográficos definidos en cuencas,

es decir, se administra un sistema integrado y un recurso compartido en forma parcelada y en consecuencia

se crean mayores situaciones de conflicto con relación al aprovechamiento del agua en lugar de evitarlas,

minimizarlas o solucionarlas. El propósito es el de manejar el sistema integrado y el recurso compartido, es

decir, la cuenca como sistema y el agua como el recurso compartido, en forma independiente a los límites

político-administrativos. Esto parece ser una cuestión ideal, el problema radica finalmente en llevar a cabo

procesos de negociación que permitan superar otro tipo de intereses, considerando los políticos y

34

económicos. Otra opción es que la gestión del agua se realice desde la perspectiva del poder despótico por

medio del control centralizado del Estado.

II.6. El cómo de la gestión del agua

Las políticas para utilizar el territorio de una cuenca como base para la gestión del agua han tenido diferentes

enfoques y una desigual evolución en los países de América Latina y el Caribe. A pesar del interés de

muchos países de la región en tratar de poner en práctica estos sistemas desde fines de los años treinta, la

adopción de modelos de gestión del agua en el ámbito de cuencas ha tenido –y tiene actualmente– una serie

de dificultades (Dourojeanni et al., 2002).

En el caso de España, desde fines del siglo XIX el gobierno español ha intervenido en las políticas de agua

iniciando con la Ley de Aguas de 1879. La Ley de Aguas de 1985, basada en la Ley de Aguas de 1879, creó

un dominio público sobre todos los recursos y hoy en día se ha gestado un gran debate en legalizar y ordenar

los usos del agua. En 1926 se establecieron las Confederaciones Hidrográficas (CH) con el fin de racionalizar

el uso del agua en grandes cuencas y regular la intervención entre el Estado y las comunidades de regantes.

Con esos organismos se buscó que fueran instancias con capacidad de negociar y resolver conflictos,

fortalecer los sistemas de regadío locales y definir entre las comunidades de regantes los planes hidrológicos

regionales (Guillet, 1996).

Se constituyeron 10 CH que en conjunto cubren todo el territorio de España y cuyos límites fueron definidos

con criterios hidrológicos. Estos organismos tenían como función principal la construcción de obras de

infraestructura hidráulica. En 1985 se promulga una nueva ley de aguas que autoriza a las CH a recibir

cánones o derechos de los que contaminan y utilizan el agua (como las Agencias de Aguas Francesas), y se

les asignan diversas tareas relativas al maneo del agua. Las CH son organismos con personalidad jurídica

propia y con plena autonomía funcional y están bajo la tutela del Ministerio de Trabajos Públicos y del

Urbanismo (Martínez L., 1998).

Las CH cuentan con un presidente nombrado en Consejo de Ministros y una Junta de Gobierno presida por el

anterior e integrada por representantes de los usuarios (electos de entre la Asamblea de Usuarios), ministros

y representantes de las Comunidades Autónomas que quedan dentro de la cuenca. En cada CH existen

también 4 órganos de participación: Asamblea de Usuarios, La Junta de Explotación, La Comisión de

Desembalses y la Junta de Obras. Las CH perciben derechos por ocupación del dominio acuático (similar al

de ocupación de zonas federales en México), por descargas de aguas residuales y por la extracción de agua.

Estos derechos no son suficientes para satisfacer las necesidades de financiamiento, por lo que el gobierno

proporciona un subsidio de por lo menos el 40 % (Martínez L. ,1998).

35

En Francia, uno de los instrumentos más característicos del manejo del agua es el de los sistemas Agencias

de Agua (AA), creados en los años 60 para inducir al combate de la contaminación a través del cobro de

derechos o cánones por descargar contaminantes en los cuerpos de agua, además de proporcionar ayudas

financieras a los que hacen obras o trabajos para mejorar la calidad del recurso. Posteriormente, los

derechos también se aplicaron a la extracción, consumo y modificación del flujo normal del agua. No tienen

autoridad para exigir el cumplimiento de las leyes y reglamentos, tampoco pueden imponer ni realizar obras,

proyectos o estudios específicos. Estos organismos sólo orientan el manejo del agua a través de los

incentivos económico-financieros y la información que proporcionan a los que toman las decisiones. No

reciben ningún tipo de subsidios por lo que deben equilibrar sus ingresos, provenientes de los derechos

percibidos, y sus egresos, las ayudas financieras proporcionadas a los agentes ejecutores. Los recursos

financieros de las AA se quedan dentro de la región hidrológica o gran cuenca en la que se recaban. Existen

6 AA, que cubren todo el territorio francés y sus superficies de trabajo van desde 20 mil Km2 hasta 155 mil

Km2 (Martínez L. ,1998).

Los organismos de cuenca (caso de Alemania, España y Francia) cuentan con una “asamblea” formada de

un gran número de representantes (del orden de 100 personas) cuya función es decidir sobre los aspectos

que se consideran de mayor importancia para la cuenca o región. Existe también un pequeño comité o

consejo (compuesto por unas 20 personas) más operativo, generalmente elegido a partir de la asamblea,

encargado de dirigir el organismo, como lo haría un Consejo de Administración de una empresa privada. En

México, los Consejo de Cuenca están compuestos por un número muy reducido de miembros (16 a 23

personas) lo cual les podría permitir ser muy operativos, pero poco representativos (Martínez L. ,1998).

Pero ¿cuáles son los antecedentes de los enfoques de cuencas en otras partes del mundo, antes de América

Latina y el Caribe?. Dourojeanni et al. (2002) sintetizan los diversos enfoques de gestión del agua por

cuencas, relacionando dos grupos de factores, las etapas del proceso de gestión de cuencas y los objetivos

de dicho proceso, definidos por la cantidad de elementos y recursos naturales que abarca la gestión (figura 1).

Un grupo de factores está constituido por etapas de gestión, las cuales se clasifican en: 1] etapa previa, que

consiste en la realización de los estudios, formulación de planes y proyectos; 2] etapa intermedia, etapa de

inversión para la habilitación de la cuenca con fines de aprovechamiento de sus recursos naturales; y 3]

etapa permanente, la cual es una etapa de operación y mantenimiento de las obras construidas y gestión y

conservación de los recursos naturales.

El otro grupo de factores se refiere a los objetivos de la gestión y su relación con los recursos naturales que

son considerados, se clasifican en cuatro grupos: 1] para el aprovechamiento de todos los recursos naturales

e infraestructura en una cuenca; 2] todos los recursos naturales presentes en una cuenca; 3] el uso múltiple

del agua; y 4] el uso sectorial del agua.

36

El tipo de gestión en el ámbito de cuencas más completo se da en la columna (a), conocido como “river basin

development” en la etapa intermedia y “environmental management” en la etapa permanente. Este enfoque,

que equivale a aplicar técnicas de desarrollo regional mediante proyectos integrados de inversión a nivel de

cuencas, tuvo gran auge en los países de la región a partir de fines de los años cuarenta, sobre todo a raíz

del éxito alcanzado por la Tennessee Valley Authority (TVA), creada en 1933 en los Estados Unidos de

Norteamérica.

Etapas de gestión

Objetivos de gestión de cuencas

Para el aprovechamiento y manejo integrado

Para aprovechar y manejar todos los recursos naturales

Para aprovechar y manejar sólo el agua

Multisectorialmente Sectorialmente

(a) (b) (c) (d)

1) Previa E s t u d i o s , p l a n e s y p r o y e c t o s

(ordenamiento de cuencas)

2) Intermedia (Inversión)

“River Basin Development”

(desarrollo integrado de cuencas o desarrollo regional)

“Natural Resources Development” (desarrollo

o aprovechamiento de recursos naturales)

“Water Resources Developement”

(desarrollo o aprovechamiento de

recursos hídricos)

“Water Resources Developement” (agua

potable y alcantarillado, riego y

drenaje, hidroenergía)

3) Permanente (operación y mantenimiento, manejo y conservación)

“Environment Management”

(gestión ambiental)

“Natural Resources Management” (gestión o

manejo de recursos naturales)

“Water Resources Management”

(gestión o administración del

agua)

“Water Resources Management”

(administración de agua potable, riego y

drenaje)

“Watershed Management” (Manejo u ordenación de cuencas)

Fuente: Dourojeanni (1994a) y (1994b); CEPAL (1994a)

Jerarquización de acciones de gestión a nivel de cuencas

Figura 15. Esquema de gestión del agua a nivel de cuencas.

Fuente: Dourojeanni (1997); CEPAL (1998)

El nivel intermedio de gestión en la columna (b) incluye las acciones orientadas a la coordinación del

aprovechamiento (“natural resources development”) y gestión de todos los recursos naturales presentes en

Ges

tión

ambi

enta

l

Gestión sectorial del agua

Ges

tión

de

recu

rsos

na

tura

les

Manejo de cuencas

Gestión multisectorial

del agua

37

una cuenca (“natural resources management”), incluyendo el agua. En este nivel es en donde se puede

ubicar la ordenación del uso de los suelos y tierras de una cuenca según su aptitud y fines, que muy

difícilmente se da; en cambio sí hay muchas actividades de manejo de cuencas, que son una parte de este

enfoque integral.

El tercer nivel de gestión que se presenta en las columnas (c) y (d) está orientado a la coordinación de las

inversiones para el aprovechamiento del agua y su posterior gestión (“water resources development” y “water

resources management”, respectivamente). Es el nivel de gestión de cuencas más conocido en los países de

la región y donde se han realizado la mayoría de los estudios e inversiones en hidroenergía, riego y drenaje,

abastecimiento de agua potable y saneamiento, y control de inundaciones. A diferencia de la etapa conocida

como “development”, en donde se han aplicado la mayor parte de recursos, en la etapa conocida como

“management” ha sido en general muy pobre en la cual se deben aplicar las acciones para el ordenamiento,

gestión, manejo o administración.

Sánchez (2001) señala que el primer antecedente de planeación en cuencas hidrográficas en América,

corresponde a la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA), organismo de los Estados Unidos creado en 1933

para desarrollar la cuenca de este río cuyas experiencias fueron aprovechadas para plantear proyectos

similares en otros países, entre ellos México, Colombia y Venezuela. En países de Centroamérica como

Honduras, Panamá y Costa Rica se han tenido avances importantes. En México las Comisiones Hidrológicas

de Estudios y Ejecutivas se crearon en las décadas de los años 40 y 50, en las cuencas de los ríos

Papaloapan, Lerma-Santiago, Valle de México, Grijalva, Tepalcatepec y Balsas. Todas ellas fueron

autónomas, ejecutivas y abarcaban grandes superficies que llegaban a estar comprendidas en varias

entidades federativas. Su actividad propició el desarrollo de su zona, pero no lograron un manejo integral de

las cuencas que abarcaban debido a la falta de visualización y planteamientos teórico-conceptuales de

cuenca y manejo integral. Después, casi todas las comisiones desaparecieron por decreto y sus funciones

fueron absorbidas por otras instituciones del Gobierno Federal.

En el mismo sentido menciona Martínez, M. (1999) que para instrumentar la política de desarrollo regional, y

el manejo eficiente de los recursos naturales en el país, se crearon a partir de 1947, siete comisiones de

cuencas hidrográficas, las cuales fueron organismos descentralizados de la Secretaría de Recursos

Hidráulicos. A partir de esa fecha, el manejo de cuencas en México fue considerado como uno de los

programas de desarrollo regional integral, fundamentado en una planeación global a corto, mediano y largo

plazo congruente con las necesidades de desarrollo económico y social del país.

Barkin y King (1979) señalan que la Comisión del Papaloapan se estableció en 1947 y a partir de esa fecha

se constituyeron las Comisiones del Grijalva-Usumacinta, Tepalcatepec, Balsas, Lerma-Santiago, Pánuco y

Fuerte las cuales tenían entre sus responsabilidades realizar obras de defensa en los ríos, presas de

38

almacenamiento para la regulación de avenidas, obras de irrigación, plantas hidroeléctricas, sistemas de

agua potable, sistemas de comunicación tales como vías de navegación, puertos, carreteras, ferrocarriles,

telégrafos, teléfonos, la creación y ampliación de centros de población, desarrollos agropecuarios, forestales

y agroindustriales. Así como la realización de estudios y proyectos, y en algunos casos reacomodo y cambios

de uso del suelo para desarrollos agrícolas, con su consecuente impacto ecológico.

Probablemente uno de los países de la región que más ha utilizado este enfoque en sus inicios, bajo el

nombre de “comisiones de cuencas”, ha sido México, país donde muchas actividades de desarrollo regional

fueron realizadas por cuencas a partir, en forma explícita, del ejemplo dado por la TVA y otras comisiones de

cuencas creadas posteriormente en los Estados Unidos de Norteamérica. Así, a partir de 1947, se crearon en

México varias comisiones ejecutivas o de estudio de los ríos Papaloapan, Tepalcatepec, Balsas, Lerma-

Chapala-Santiago, Grijalva, Fuerte, Pánuco, entre otras, las cuales se establecieron para planear y construir

obras y proyectos de infraestructura, o para estudiar el aprovechamiento de los correspondientes recursos

hídricos, en un marco de desarrollo económico regional tomando el agua como el recurso integrador de

territorio. Por sus características de esfuerzo descentralizado y por los presupuestos manejados, alcanzaron

un gran auge durante los años cincuenta y sesenta, hasta el extremo de constituirse en una especie de

superorganismos de desarrollo regional con capacidad para realizar obras de todo tipo. Desaparecieron y sus

funciones se fueron haciendo insostenibles, como consecuencia de que, al desarrollarse las capacidades

institucionales de los estados, sus gobiernos reclamaron realizar directamente las obras, prestar los servicios

y ejercer los presupuestos que venían siendo de la responsabilidad de las comisiones (Chávez, 2000, citado

por Dourojeani et al, 2000).

Las comisiones de cuencas hidrológicas se crearon, con el mismo espíritu que muchos de los organismos

descentralizados, para realizar programas específicos que no encajaban claramente dentro de la

organización gubernamental existente. No obstante, desde el punto de vista técnico, carecen de la autonomía

de los organismos descentralizados puesto que responden directamente ante la Secretaría de Recursos

Hidráulicos. Una vez que se decidió ejecutar un programa de inversiones en gran escala en unas cuantas

regiones aisladas del país, se crearon comisiones para asignar los fondos y crear el mecanismo

administrativo necesario para su gasto. Una característica muy atractiva de estas organizaciones es su

habilidad para trabajar en varios estados simultáneamente y para coordinar los esfuerzos de las diferentes

secretarías para mejorar el capital general social en una región (Barkin y King, 1979).

En cuanto a otros países, ejemplos de este tipo de entidades incluyen la Corporación Autónoma del Valle del

Cauca (CVC) y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) en Colombia, la Corporación del

Río Santa en Perú y la Comissao do Vale do Sao Francisco (CVSF) en Brasil. La mayoría de estas entidades

nacieron y evolucionaron a partir de la construcción de obras hidráulicas mayores para generar hidroenergía

o abastecer sistemas de riego o centros urbanos.

39

En síntesis, el desarrollo regional con enfoque de cuencas desempeñó un papel importante en el fomento de

actividades económicas y de servicios de diversa índole a partir de la creación de las comisiones,

considerando que el apoyo económico fue esencial para desarrollar los proyectos, sin embargo, finalmente la

visión del desarrollo regional siempre estuvo basada en las concepciones concebidas desde la perspectiva

del Estado, es decir, los usuarios de los recursos en la cuenca en la práctica fueron considerados como

objetos, y no como sujetos, a quienes habría que “llevarles el desarrollo”, y todas las decisiones

independientemente de los intereses particulares de los actores sociales, tendrían que asumirse como

válidas y aplicables para cualquier condición natural o social.

Recientemente se retoma la importancia de impulsar la gestión del agua considerando a la cuenca como la

unidad territorial más adecuada debido a varias razones que se describen posteriormente en el porqué de la

gestión por cuencas. En este sentido son distintos los esquemas y los tipos de entidades de cuenca que

están impulsando algunos de los países de la región de América Latina y el Caribe, ya sea con funciones de

autoridad de aguas a nivel de cuenca o con funciones de coordinación y fomento de participación en gestión

del agua, como las Corporaciones Autónomas Regionales de Colombia; en Chile, la Dirección General de

Aguas tiene trece Direcciones Regionales, creadas a nivel de regiones administrativas; en Ecuador, el

Consejo Nacional de Recursos Hídricos opera a nivel local a través de once Agencias de Aguas, que abarcan

todo el territorio del país; en México, donde la Comisión Nacional del Agua promueve la desconcentración de

sus funciones en trece Gerencias Regionales, definidas con criterios hidrológicos y administrativos, de tal

manera que las fronteras casi coinciden con los parteaguas de cuencas o grupos de ellas; en Cuba las

Direcciones Provinciales de Recursos Hidráulicos, conjuntamente con los Complejos Hidráulicos que se les

subordinan, constituyen la estructura territorial de base del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos,

diseñadas para ejercer las funciones del mismo a ese nivel; en Venezuela con la creación en el ámbito del

Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables de autoridades únicas que realizan

funciones específicas del manejo de los recursos naturales renovables en las áreas de atención prioritaria.

Con base en lo anterior, varios países de América Latina y el Caribe realizan diferentes acciones tendientes a

crear entidades de cuenca que permitan desarrollar una tendencia a delegar, descentralizar o desconcentrar

mayores atribuciones de gestión del agua a nivel de cuencas. Sin embargo, para que realmente tengan la

capacidad de aplicar tales propósitos, es necesario que tengan funciones bien definidas, personalidad

jurídica y patrimonio propio, y administrar presupuestos públicos o contar con capacidad para realizar

recaudaciones. En el caso particular de México, se impulsa desde los años noventas una política de

descentralización y desconcentración para que los usuarios tengan una mayor participación en la gestión del

agua, pero las funciones sustantivas las sigue controlando el Estado, y a la vez se impulsa la formalización

de los Consejos de Cuenca, como instancias que posibiliten hacer una gestión integrada con la participación

de actores sociales de distinto nivel.

40

II.7. El caso de los Consejos de Cuenca en México: alcances y limitaciones

Después de una larga trayectoria de experiencias de gestión del agua en México a partir de la creación de la

Comisión Nacional de Irrigación en 1926 y bajo un proceso complejo, con visiones y enfoques distintos,

actualmente la CNA impulsa la formación y operación de los Consejos de Cuenca, como entidades que

permitan la participación de los principales actores sociales de los distintos niveles de gobierno, así como de

los propios usuarios, en la coordinación y concertación entre ellos, con la finalidad de ordenar los usos del

agua, resolver los conflictos e impulsar un conjunto de medidas que permitan un adecuado aprovechamiento

del recurso.

De acuerdo con la Ley de Aguas Nacionales (Art. 13) los Consejos de Cuenca son instancias de coordinación

y concertación entre los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) y los representantes de los

usuarios, con objeto de formular y ejecutar programas y acciones para la mejor administración de las aguas,

el desarrollo de la infraestructura hidráulica y de los servicios respectivos y la preservación de los recursos de

la cuenca.

En el ámbito de estas organizaciones, es donde la CNA debe concertar con los usuarios las posibles

limitaciones temporales a los derechos existentes para enfrentar situaciones de emergencia, escasez

extrema, sobreexplotación o reserva, otorgando siempre prioridad al uso doméstico. Otra función de los

Consejos de Cuenca está dada en los términos del Artículo 15, que indica que la formulación, seguimiento,

evaluación y modificación de la programación hidráulica debe efectuarse con el concurso de los Consejos de

Cuenca, o en su defecto, por los mecanismos que garanticen la participación de los usuarios.

De acuerdo con el Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales (Art. 15), son funciones específicas de los

Consejos de Cuenca:

a) Conocer y difundir los lineamientos generales de política hidráulica nacional y regional, y proponer

aquellos que reflejen la realidad del desarrollo hidráulico a corto, mediano y largo plazos, en su

ámbito territorial.

b) Organizar los foros conducentes para garantizar la mayor participación de las autoridades estatales

y municipales, así como de los usuarios y grupos interesados de la sociedad, en la formulación,

sanción, seguimiento, actualización y evaluación de la programación hidráulica en la cuenca o

cuencas comprendidas dentro de su ámbito territorial.

c) Promover la integración de comisiones de trabajo de diversa índole, que permitan analizar y en su

caso, plantear soluciones y recomendaciones para la atención de asuntos específicos relacionados

con la administración de las aguas, el desarrollo de la infraestructura hidráulica y de los servicios

respectivos, el fomento del uso racional del agua y la preservación de su calidad.

41

d) Concertar con la CNA las prioridades de uso y los demás instrumentos previstos en la programación

hidráulica, así como los mecanismos y procedimientos para enfrentar situaciones extremas de

emergencia, escasez, sobreexplotación, contaminación de las aguas o deterioro de los bienes a

cargo de la CNA.

e) Apoyar las gestiones necesarias para lograr la concurrencia de los recursos técnicos, financieros,

materiales y tecnológicos que requiera la ejecución de las acciones previstas en la programación

hidráulica.

f) Participar en el desarrollo de los estudios financieros que lleve a cabo la CNA, con objeto de

determinar los montos de las contribuciones de los usuarios para apoyar la ejecución de los

programas de la CNA, que beneficien a los usuarios de la cuenca o cuencas comprendidas en su

ámbito territorial.

La Ley de Aguas Nacionales no otorga a los Consejos de Cuenca personalidad jurídica y por tanto no tienen

permitido el ejercicio de facultades reservadas a la autoridad (como son la autorización de permisos o el

otorgamiento de concesiones para el uso y aprovechamiento del agua), tampoco gozan de autonomía

técnica, administrativa y financiera. Son instancias de coordinación y concertación entre los tres niveles de

gobierno y los usuarios, cuyos acuerdos son obligatorios esencialmente en la medida en que sus integrantes

los asuman y estén dispuestos a implementarlos. Los Consejos tienen una gran capacidad para inducir y

acordar la realización de inversiones que terminan siendo ejecutadas por los participantes, pero por su

naturaleza coordinada, exigen de una gran capacidad de inducción y concertación política.

En esta última parte es pertinente señalar que los resultados o productos que se generen de la coordinación

y concertación, estará dependiendo de la voluntad y de los intereses de los actores sociales que intervienen

en los Consejos de Cuenca; sobretodo cuando se anteponen intereses de grupos, o intereses políticos ante

los problemas de interés general relativos a la gestión del agua, más que llegar a consensos, no se generan

alternativas de solución. Además, estará dependiendo el logro de los objetivos de la visión, preparación,

información y disposición que tengan los distintos actores que en ellos participan.

Un Consejo de Cuenca está integrado por el Director General de la CNA, quien lo preside y tiene voto de

calidad en caso de empate; un secretario técnico, nombrado por el Director General, cuenta con voz pero sin

voto; la CNA debe invitar con voz y voto a los titulares de los gobiernos estatales que forman parte de la

cuenca; un representante de los usuarios de la cuenca por cada tipo de uso que se haga del recurso (usos:

agrícola, agroindustrial, doméstico, acuicultura, servicios, industrial, para conservación ecológica, pecuario,

público urbano y múltiple). Representantes de los usuarios participan por lo menos en igual número que el

resto de los integrantes del Consejo de Cuenca y cuentan con voz y voto; los Consejos de Cuenca pueden

42

invitar a sus sesiones a diversas entidades, del sector público y privado, quienes participan con voz, pero sin

derecho a voto (Reglas de organización y funcionamiento de los Consejos de Cuenca).

Un aspecto que aún es deficiente es el relativo a la representatividad de los usuarios porque a nivel de

cuenca no existe el conjunto de grupos organizados que tengan la capacidad de conjuntar instancias de otro

nivel jerárquico y que les permita intercambiar experiencias, conocer la problemática por acuífero o

subcuenca y por tanto llevar a cabo un proceso adecuado de elección de los representantes.

En cuanto a la estructura (figura 2), un Consejo de Cuenca tiene la delimitación territorial que establece la

CNA y comprende el área geográfica de una cuenca de primer orden, también denominada macrocuenca, o

un conjunto de pequeñas cuencas que se agrupan para definir y hacer viable su organización inicial y su

posterior consolidación y desarrollo. Para el estudio, planeación y atención de los asuntos de su

competencia, los Consejos de Cuenca tienen organizaciones auxiliares de carácter permanente o temporal

que están subordinadas jerárquicamente a sus decisiones y acuerdos. Estas organizaciones son: 1] el Grupo

de Seguimiento y Evaluación, de carácter permanente e integrado por representantes de las distintas

instancias que forman el Consejo; sus funciones son las de dar seguimiento y evaluar los avances en la

ejecución de las acciones y acuerdos de Consejo de Cuenca. 2] organizaciones a nivel de subcuenca o

cuenca de segundo orden, microcuenca o cuenca de tercer orden y acuífero, denominados respectivamente

Comisiones de Cuenca, Comités de Cuenca y Comités Técnicos de Aguas Subterráneas (COTAS), que se

crean para: a) la resolución de problemas que por su gravedad o complejidad requieren de atención

especializada o temporal, como pueden ser problemas específicos de contaminación, asignación del agua o

fenómenos naturales extremos, en territorios de menor tamaño al definido para el Consejo de Cuenca; y b) la

gestión integrada del agua en un territorio de subcuenca o microcuenca con el fin de facilitar la coordinación

intergubernamental y la concertación con los usuarios y grupos organizados de la sociedad. Es decir, la

organización de los Consejos de Cuenca reconoce cuatro niveles territoriales (Cuenca, Subcuenca,

Microcuenca y Acuífero) para articular los intereses de los usuarios de los distintos usos del agua

reconocidos en la Ley de Aguas Nacionales, los correspondientes a las organizaciones no gubernamentales

y los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal).

El proceso para la formación de los Consejos de Cuenca se dio de manera muy lenta en las primeras etapas;

hasta 1997 existían sólo dos de ellos: Lerma-Chapala, instalado el 28 de enero de 1993, y del Valle de

México, instalado el 16 de agosto de 1995. Desde diciembre de 1997, se han logrado instalar hasta el 30 de

marzo de 2002, 25 Consejos de Cuenca en todo el país, así como 6 Comisiones de Cuenca, 4 Comités de

Cuenca y más de 50 COTAS en los acuíferos de mayor grado de sobreexplotación (se estima que existen

43

unos 100 acuíferos sobreexplotados o con grave riesgo de estarlo). (México/CNA, 2000, citado por

Dourojeanni et al., 2002).

Figura 16. Estructura de los Consejos de Cuenca.

Fuente: tomado de Chávez, G., 2000.

Para llevar a acabo la operatividad de los Consejos de Cuenca, la CNA emitió las reglas de organización y

funcionamiento en donde se define el proceso en el que se: a) concilia las facultades de autoridad de la CNA,

con la participación de los usuarios y representantes de Gobiernos Estatales y Municipales, y de las

diferentes organizaciones sociales en la gestión del agua; b) articulan los elementos necesarios para que,

tanto la organización como el funcionamiento de los Consejos de Cuenca y sus órganos auxiliares,

respondan a criterios comunes que eviten confusión de objetivos, diversidad de formas de actuación y

dispersión de acciones, en la gestión del agua por cuenca y acuífero; c) definen las funciones y

responsabilidades de los integrantes del Consejo y de sus órganos auxiliares; d) indican los mecanismos de

trabajo, forma de convocatoria, periodicidad de reuniones5.

5 CNA. 2000. Reglas de organización y funcionamiento de los Consejos de Cuenca. México. D.F.

44

Chávez (2000) menciona que al finalizar una primera etapa del proceso de creación y desarrollo de los

Consejos de Cuenca, cada una de estas organizaciones cuenta con una Agenda Básica del Agua que señala

los problemas y prioridades que deberán ser atendidos en los próximos años y que en la medida en que haya

mayor participación, las nuevas formas de gestión colectiva de los recurso hídricos deberán ofrecer: a) un

nuevo orden para administrar y aprovechar mejor el agua; b) programas mejor estructurados y más

arraigados en la cultura regional para mejorar la eficiencia en el uso del agua; preservación y manejo de las

cuencas; manejo y reglamentación de los acuíferos sobreexplotados; cuidado y cultura del agua, y otros de

relevancia regional; c) mayor conciencia de la responsabilidad compartida entre usuarios y gobierno para

resolver los problemas de la disponibilidad del agua y de mejora de su calidad; d) nuevas formas para

financiar y alcanzar la autosuficiencia financiera en los servicios y sistemas de infraestructura hidráulica de la

cuenca.

Al parecer los Consejos de Cuenca podrían tener sus antecedentes en otras figuras que se fomentaron en el

pasado como la denominada Junta Consultiva de Aguas, con la que se buscó organizar la política de

distribución y administración del agua, y lograr el mejor aprovechamiento y una eficaz reglamentación de las

aguas, como se señala en el acuerdo que crea dicha Junta Consultiva de Aguas6 del 7 de enero de 1935 que

a la letra dice “se crea una Junta que se denominará Junta Consultiva de Aguas, formada por un

representante de la Secretaría de Agricultura y Fomento, uno de la Comisión Nacional de Irrigación, y dos del

Departamento Agrario; tendrá el carácter de permanente y se reunirá por lo menos una vez al mes para que

las Dependencias ahí representadas tengan oportunidad de llegar a un acuerdo técnico y legal sobre los

problemas y casos concretos en que concurran las actividades o fines de cada una de las entidades que la

forman”.

Para la creación, instalación y seguimiento de los Consejos de Cuenca se desarrollan actividades en tres

fases, denominadas gestación, instalación y operación (CNA, 2000).

Gestión. Comprende actividades de planeación preliminar, recopilación estadística, diagnóstico hidráulico,

definición de la disponibilidad de agua y preparación del plan maestro de la cuenca, revisión del padrón de

usuarios y el registro de derechos, definición preliminar de la agenda regional del agua y auscultación con

autoridades, organizaciones y usuarios.

Instalación. Abarca la propuesta y definición del Acuerdo de Coordinación y la Agenda del Consejo, la

convocatoria para la primera sesión, la instalación jurídica del Consejo, reuniones de grupo de trabajo técnico

y definición de órganos básicos.

6 Diario oficial del 7 de enero de 1935. in: Lanz C. J.T. 1982. Legislación de aguas en México. Consejo editorial del Gobierno del Estado de Tabasco. México, D.F.

45

Operación del Consejo. Comprende la revisión detallada y elaboración final y consenso del Plan Maestro y

de los planes básicos; la creación de la Asamblea de Usuarios, los organismos internos de trabajo, las reglas

de organización y funcionamiento, con todo lo cual, se desarrollan las sesiones de usuarios y grupos de

trabajo para desahogar la agenda regional del agua. Dentro del Consejo de Cuenca no todas las figuras

cuentan con voto, solamente los Vocales de los Usuarios, los titulares de los Gobiernos de los Estados y el

Presidente quien tendrá voto de calidad en caso de empate.

Adicionalmente se tiene una serie de organizaciones auxiliares y de apoyo al funcionamiento de los Consejos

de Cuenca (CNA, 2000):

Comisiones y Comités de Cuenca. Son similares pero subordinadas a los correspondientes Consejos de

Cuenca que se organizan al nivel de subcuenca. Se forman para la resolución de problemas que por su

gravedad o complejidad requieren de atención especializada o temporal en el territorio de la subcuenca.

Grupo de Seguimiento y Evaluación del Consejo de Cuenca. Su función es dar seguimiento y

retroalimentar las decisiones del Consejo de Cuenca, evaluar sus resultados y establecer las acciones

necesarias para reorientar los procesos en los casos que se juzgue necesario. En este grupo participan los

representantes suplentes de la CNA, de los Gobiernos Estatales y usuarios representados.

Comisiones de Trabajo y/o Grupos de Trabajo Especializados. Su función será apoyar a los Consejos de

Cuenca en el desahogo de su agenda de trabajo sobre tareas específicas que por su complejidad o

importancia requieran de grupos de trabajo especializados. Estos grupos serán permanentes o temporales y

se organizarán conforme los requerimientos de los programas de actividades del Consejo. Su estructura o

forma de organización será flexible y apropiada a las necesidades específicas de sus tareas.

Asambleas y Comités Regionales de Usuarios. Por el tamaño de los territorios de cuenca, subcuenca y en

algunos casos de acuífero, así como por las dificultades para integrar la representación de los usuarios del

agua, se promueve la formación de Comités Regionales de Usuarios para cada uno de los usos del agua.

Estos Comités al reunirse sesionan en la forma de Asamblea en la cual los usuarios del agua de todos los

usos o de sus diferentes sectores toman acuerdos o producen consensos sobre asuntos que serán

analizados y en su caso, acordados al nivel del Consejo de Cuenca, con plena independencia de las

autoridades de Gobierno y para elegir libremente a sus representantes ante el Consejo.

Comités Técnicos de Aguas Subterráneas. Su objetivo es la formulación y ejecución de programas y

acciones que permitan la estabilización, recuperación y preservación de los acuíferos sobreexplotados y

prevenir la sobreexplotación de aquellos que aún se encuentran en equilibrio o cuentan con recargas

mayores a sus extracciones. Es importante señalar que los usuarios de las aguas nacionales o sus bienes

inherentes que participan en los Consejos de Cuenca deben ser acreditados por la CNA, con base en los

títulos de concesión o permisos que legitiman sus derechos de uso y aprovechamiento del recurso. Para el

46

caso de terceras personas interesadas en participar, primeramente deberán constituirse en grupos

organizados y ser reconocidos por la Comisión.

El aspecto fundamental es saber quienes son los responsables de tomar esas decisiones, y quiénes también

los encargados de considerar las necesidades y los deseos de los diferentes usuarios. Es decir, parece que

“alguien” con determinadas facultades otorgadas desde una posición de autoridad, es quien dará la

posibilidad para que se alcance un aprovechamiento coordinado del agua, la tierra y los recursos

relacionados. No es algo tan simple porque finalmente se llega al punto de que sólo se perciba como

aspiraciones y buenos deseos. Parece que el elemento clave sigue siendo el cómo integrar y hacer participar

a los usuarios del recurso, el cómo generar en ellos las capacidades de gobernabilidad y de autoridad en la

toma de decisiones para que las entidades sean co-participativas y co-directivas, es decir, que no recaiga la

función de autoridad y de toma de decisiones en las instancias creadas desde la perspectiva del Estado

exclusivamente.

Además cuando se hace referencia al concepto de “integración” no se especifica en qué términos habrá de

entenderse porque en el caso de los intereses entre usos y usuarios, ¿tendrá que ver en algo los procesos

de negociación que podrían seguir los usuarios para llegar a acuerdos y hacer un aprovechamiento

compartido en función de sus propias necesidades?, ¿cómo habría que entender la integración de las aguas

superficiales y subterráneas?, ¿de qué manera integrar la gestión del agua en el desarrollo económico, social

y ambiental?. Son algunas cuestiones que habrá que tratar de desarrollar y dejar claro en qué términos son

aplicables y realizables para la gestión integrada de los recursos hídricos a nivel de cuencas.

Sin embargo desde una perspectiva distinta, parece ser entonces que el problema fundamental de la gestión

integral del agua, además de superar en una primera fase el hecho de que se pueda llegar a un consenso en

el concepto, es decir, en cómo se percibe y representa, el aspecto más relevante es lo relativo al cómo se

concretiza o se traduce en una práctica entre quienes hacen uso del recurso, porque finalmente puede ser un

intento más de aspirar a planes idóneos o buenos deseos como el propio del desarrollo sustentable.

Señala Dourojeanni et al. (2002) que, en materia de gestión del agua en cuencas, cuando los problemas se

incrementan por el mayor número de usuarios y que traen consigo una mayor competencia por el recurso de

tal forma que disminuye la calidad del agua, o bien la baja de los ingresos se debe a un incremento en los

niveles de contaminación por lo que se pierden mercados o por otro tipo de razones como inundaciones,

sequías u otro fenómeno adverso, es entonces cuando se piensa en que se deben de implementar medidas

a través de “comités de emergencia” y es el Estado quien debe intervenir para regular el uso del recurso.

Además, cuando son en gran número los usuarios de un mismo recurso, es muy difícil que se pongan de

acuerdo para elaborar proyectos tendientes a alcanzar una adecuada gestión del agua.

47

II.8. Crisis de gobernabilidad y problemas institucionales

Dourojeanni y Jouravlev (2001) hacen una serie de señalamientos en torno a los problemas o limitantes que

se presentan en la gestión integrada del agua en los países de la región de América Latina y el Caribe, en

donde se destacan los siguientes aspectos:

a) Llaman crisis de gobernabilidad en la gestión del agua a la reducción en la capacidad de algunos

gobiernos para solucionar los conflictos vinculados al agua, los cuales se incrementan hoy en día.

b) No existe un rumbo definido, ni teórico ni conceptual, para lograr consensos para mejorar la gestión

del agua. Constantemente se modifican metas, se cambia de personal, o se reestructuran las

instituciones encargadas de la gestión del agua. Lamentablemente, a pesar de todos estos

esfuerzos, el deterioro de los recursos hídricos sigue en aumento.

c) El diseño de estrategias, materializadas en planes de ordenamiento de recursos hídricos, se ha

vuelto una práctica poco común desde los años ochenta, comparado con la formulación de planes

en la década de los setenta.

d) La carencia de sistemas de articulación, para combinar los aportes de los grupos de disciplinas tanto

de las llamadas “ciencias blandas” (como sociología, antropología, jurisprudencia, economía y

política) como de las llamadas “ciencias duras” (física, química, biología, ecología e ingeniería), es

una de las causas de la ingobernabilidad en materia de gestión integrada del agua.

e) En materia social hay iniciativas que propugnan que se debe construir “una” cultura del agua,

edificar “una” conciencia o establecer “una” política sobre la importancia del recurso, con el fin de

que la población adopte decisiones “racionales”. Parece que no existe ninguna cultura, ni conciencia

ni política en materia de gestión del agua. Además cabe preguntarse, porque sólo “una” de cada

una, tampoco se indica en qué consiste esa nueva cultura, conciencia o política con el proyecto que

se propone.

f) La cultura es la forma como se expresa el ser humano en sus relaciones sociales, espirituales y con

el entorno. Es la forma como el ser humano se relaciona con el mundo y puede tomar decisiones

para mejorar su calidad de vida.

g) Los buenos deseos también establecen que las decisiones deben ser “racionales” sin explicar qué

significa eso. Un ser racional puede definirse como aquel que toma decisiones proporcionales y

coherentes con el conocimiento del medio donde va a aplicarlas y su capacidad de llevarlas a cabo.

h) La tecnología y la economía pueden ayudar a construir una sociedad sustentable sólo si se aplican

dentro de un marco de pensamiento y acción colectiva superior a la limitada racionalidad

instrumental y económica.

i) El sector público y privado y la sociedad en general expresan a diario opiniones a favor del ambiente

y la equidad (como por ejemplo, fomentar el “desarrollo sostenible” e “incorporar la dimensión

ambiental”), pero toman decisiones contradictorias a dichas opiniones. Todas las declaraciones de

48

los gobiernos expresan que “se debe alcanzar el desarrollo sostenible tomando decisiones

participativas, democráticas, interdisciplinarias y con perspectiva de género y de grupos étnicos

entre otros”, pero en general las decisiones se basan en los mismos esquemas de siempre.

j) Para diseñar sistemas operativos de gestión integrada del agua y alcanzar la capacidad de gobernar

para conseguir dicha gestión integrada se debe, por lo tanto, primero romper con paradigmas, mitos

o creencias que, si bien son válidos en forma teórica o aislada, no lo son dentro de contextos reales

mucho más complejos y, segundo, se debe aceptar que para tender a tomar decisiones “racionales”

se debe emplear métodos de trabajo interdisciplinarios que permitan valorar y respetar el aporte de

cada ciencia y disciplina.

Los conflictos vinculados al agua se han incrementado en tanto que, paradójicamente, se ha reducido la

capacidad relativa que existía para solucionarlos en el pasado; a esto es lo que Dourojeanni y Jouravlev

(2001) llaman “crisis” de gobernabilidad en la gestión del agua. En este sentido, según ellos, la “crisis” de

gobernabilidad se manifiesta en diferentes sentidos: [1] en los conceptos cada vez más globales que se trata

de considerar para lograr una gestión integrada del agua, es decir, conceptos como incorporar la dimensión

ambiental, tomar en consideración el género, a los indígenas y a los más pobres, velar por los derechos

humanos, cambiar la discriminación, incorporarse a la globalización y otra serie de aspiraciones en bien de la

humanidad, en la práctica son éstos más ideales declarativos que efectivos; [2] en una generalizada

dispersión y descoordinación institucional y legal entre los múltiples organismos no gubernamentales,

gobiernos locales, universidades, organismos de cooperación multilateral y bilateral, y organismos

internacionales, que intervienen en la gestión del agua. Estas situaciones reafirman que la gestión del agua

es gestión de conflictos y los conflictos sólo pueden resolverse con sistemas estables y confiables, con reglas

de juego claras y con buenos sistemas de información y participación para tomar decisiones adecuadas; [3]

en una abierta competencia entre usuarios del agua y de los recursos naturales de las cuencas, producto, en

general, del descontrol con que actúan; [4] en un énfasis marcado en privilegiar instrumentos o medios

predeterminados para lograr la gestión integrada del agua; y [5] en que se observa una escasa percepción de

las necesidades y alternativas de gobernabilidad para lograr la gestión integrada del agua.

Pese a las aspiraciones y declaraciones de carácter general en la búsqueda de la gestión integrada de los

recursos hídricos, los resultados de conferencias internacionales7, así como la activa participación de

organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil en general, forman, poco a poco, una progresiva toma

de conciencia sobre el imperativo de mejorar la gestión y el aprovechamiento del agua en relación a

demandas sociales y ambientales (CEPAL, 1998, citado por Dourojeanni y Jouravlev, op, cit. ). En esos foros

internacionales se ha reconocido a la cuenca como una instancia fundamental para impulsar la gestión

integrada del agua y que en ese sentido se recomienda que los gobiernos orienten sus esfuerzos en esa vía;

reconocer que no se trata sólo de tener buenas intenciones de parte del sector público y privado, y de la 7 Como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, Brasil, 3 al 14 de junio de 1992) y más recientemente el Segundo Foro Mundial del Agua (La Haya, Holanda, 17 al 22 de marzo de 2000).

49

propia sociedad en general, para alcanzar el desarrollo sostenible de los recursos hídricos con declaraciones

bien intencionadas, sino emprender acciones concretas para lograr dicho propósito desde el ámbito local y

regional.

Según Dourojeanni y Jouravlev (2001) al no tener presencia o autoridad el Estado, los propios usuarios del

agua son los únicos que dictan sus reglas y ello no siempre con equidad y mucho menos considerando el

ambiente. En algunos casos persisten limitaciones derivadas de la politización de actividades esencialmente

técnicas, así como la inestabilidad de los altos niveles de dirección de los organismos relacionados con el

agua. Por lo anterior, parece que la presencia del Estado es una condición necesaria para que los usuarios

puedan adquirir la capacidad de tomar acuerdos con características de equidad y sin afectar de manera

negativa el ambiente. Sin embargo existen evidencias de que la equidad se percibe de distintas maneras

según el grupo de usuarios y del tipo de recursos del que hacen uso; también es válido que, pese a la

presencia e intervención del Estado, las reglas no se respetan y por tanto, los usuarios implementan o

aplican las propias de tal forma que el sistema se mantiene e incluso se desarrolla y multiplica en el caso de

sistemas autogestivos tal como lo demuestra Ostrom en sistemas de manejo de recursos comunes.

En cuanto a la competencia entre los usuarios y los recursos naturales, los usuarios formales sólo se

preocupan por el uso de los recursos naturales como el agua, el suelo, el bosque, sin considerar las

implicaciones que ello puede representar a nivel de cuenca; por su parte los usuarios informales que hacen

uso de los recursos, que no están inscritos en ningún padrón, también representan una cuestión de primer

orden que en algún foro debe considerarse su actuación a fin de poder intervenir y buscar las acciones más

adecuadas para su regulación en la cuenca. Este factor entre la presencia de usuarios y la apropiación no

regulada de los recursos naturales, se puede apreciar claramente en la cuenca del río Cuautla con la

presencia de los productores de berro, viveristas y piperos, para los cuales no se presenta una clara

regulación de sus formas de apropiación de los recursos, particularmente el agua.

Respecto al privilegio que se otorga al agua a partir de una racionalidad puramente económica; se nota una

tendencia a asegurar derechos de agua estables al sector privado a efectos de promover la inversión privada

y aprovechamiento eficiente. También, desde que el agua tiene un valor económico, su transferencia a

sectores usuarios más rentables, es un factor importante para asegurar su optimización económica. Como

resultado, se observa un interés generalizado en permitir la transferencia de derechos de agua para mejorar

su uso y asignación, es decir, crear condiciones para que operen mercados de agua. De tanto hacer énfasis

en la importancia de la participación privada y en los roles económicos del agua se ha estado dejando de

lado vitales consideraciones sociales y ambientales en la formulación de ciertos anteproyectos de leyes de

agua. La idea más simplista es pensar que si hay propiedad sobre el agua hay mercado, y si hay mercado

hay una asignación y uso eficiente del recurso. Para Dourojeanni y Jouravlev, ésta es una ecuación

incompleta.

50

Aún se concibe a la cuenca como una unidad de gestión en torno a sus características naturales y no por los

límites político-administrativos, lo que limita la canalización de acciones de política institucional y manejo

integrado de los recursos. Existen serias limitaciones en el cómo pasar de la utopía a la realidad acerca de la

participación de los usuarios en la gestión del agua. También es notorio el constante cambio en las

legislaciones para la regulación de los usos del agua, que en muchas ocasiones aún no se conocen las

primeras reglas, cuando se están proponiendo otras nuevas.

Por lo anterior es necesario crear capacidades en todos los servicios y organismos del Estado en función de

las necesidades de cada lugar y al mismo tiempo determinar las necesarias coordinaciones que pueda hacer

la entidad de cuencas entre ministerios y sus programas, así como entre otros actores relevantes, como las

organizaciones no gubernamentales, empresas y gobiernos locales, para ayudarles a llevar adelante sus

actividades en forma eficiente. Se trata entonces de resolver los problemas de la gestión integral del agua en

cuencas, a partir de generar las capacidades en los organismos y servicios que ofrece el Estado, pero

también es necesario que sean los propios actores sociales quienes tengan la posibilidad de intervenir en

esos procesos de adopción o inducción de capacidades tendientes a resolver los conflictos y por tanto a

contribuir en superar la “crisis” de gobernabilidad en la gestión del agua. En este sentido, un aspecto

fundamental debe ser la facultad que logren tener los diferentes usuarios del agua en la toma de decisiones

respecto a los problemas, limitaciones y posibilidades de aprovechamiento de los recursos hídricos en la

cuenca, bajo el principio de que exista un proceso de intervención negociada de todos los participantes

representados.

Desde el punto de vista teórico la gestión integrada del agua debería ser el resultado de un conjunto de

decisiones y acciones predeterminadas para tal fin. Las acciones deberían pasar sucesivamente por las

etapas de ejecución de estudios por cuencas, para planificar el ordenamiento del uso del territorio y del uso

múltiple del agua y de la cuenca de captación, conjuntamente con las acciones tendientes a la equidad en el

uso del agua y la protección del recurso y el ambiente, la formulación de proyectos hidráulicos de propósitos

múltiples y su ejecución en forma coordinada, así como la construcción de obras complementarias. Estas

acciones deben ser necesariamente complementadas y respaldadas con la creación de organismos o

entidades de cuencas encargadas de ka gestión de las obras hidráulicas con fines de uso múltiple del agua y

del manejo de las cuencas de captación, así como del control de la demanda de agua para que se haga un

uso eficiente de la misma (Dourojeanni y Jouravlev, 2001).

Con el fin de fomentar y generar la gestión integrada del agua, el Estado ha planteado varias estrategias para

involucrar en mejor forma a los usuarios y lo más fácil ha sido el plantear la transferencia de servicios

públicos a empresas privadas y sistemas de riego a los usuarios, y proponer la creación de entidades de

cuenca y la descentralización de acciones desde el nivel central a niveles de estados, provincias, regiones y

municipios. Precisamente entre esas entidades de cuenca destacan los Consejos de Cuenca en México.

51

Las condiciones básicas que requiere una entidad de cuenca para el éxito de sus iniciativas estará en función

de: 1] que exista un sistema político-institucional razonablemente estable y articulado a nivel nacional o por lo

menos a nivel local; 2] apoyo o por lo menos no oposición por parte de las autoridades públicas y su

reconocimiento de la necesidad de establecer bases permanentes y sólidas de gestión del agua a nivel de

cuencas o sistemas hídricos interconectados; y 3] una clara y abierta demanda por parte de los usuarios de

agua, resultado de necesidades sentidas para solucionar conflictos crecientes debido a la carencia o pobres

sistemas de gobernabilidad del agua.

Cuando se afirma que para alcanzar la sostenibilidad de las entidades de cuencas, se requiere de una

administración centralizada fuerte y capaz, parece ser válido en cuanto al modelo o esquema de gestión del

agua para analizar y tratar de resolver la problemática del agua desde un marco general, tanto en

concepciones teóricas como prácticas para una extensa zona, o incluso a nivel nacional; pero se requiere

que en el nivel local existan entidades de cuenca en menor escala, organizadamente sólidas y con

capacidades de gestionar en forma integrada el agua. En estoas aspectos es donde se puede ubicar el

debate acerca de la centralización en el manejo de recursos por una administración centralizada o bien a

partir de organizaciones autogestionarias, sin requerir de un poder central.

La creación de entidades de gestión del agua en el ámbito de cuencas, bajo cualquiera de sus modalidades,

implica la ejecución de una serie de procesos que se pueden llevara acabo en forma paralela y que son

continuos en el tiempo. Estos procesos son: 1] de comunicación, concientización y sensibilización; 2] de

formación de alianzas y acuerdos; 3] de legalización de funciones; 4] de formulación de escenarios,

evaluaciones y diagnósticos; 5] de consolidación operativa de cada actor; 6] de organización de la

administración; 7] de formulación de estrategias y de valoración económica; 8] de operación del sistema

hidráulico compartido; 9] de conservación de cuerpos de agua, hábitat silvestre y biodiversidad; y, 10] de

control de contaminación, recuperación de cuerpos de agua y zonas aledañas a los ríos, y de recuperación

de la capacidad de drenaje a nivel rural y urbano.

II.9. El qué de la gestión del agua por cuencas

El enfoque del manejo del agua por cuencas es sobre todo de carácter técnico para el control de los

escurrimientos por medio del diseño y construcción de obras de distinto tipo con el fin de incrementar la

recarga de acuíferos, detener los procesos erosivos del suelo y regular la deforestación; asimismo se

consideran de suma importancia las diferentes prácticas agronómicas y vegetativas que deban de realizarse

para el control de avenidas y dar al suelo un manejo integral.

Visto en términos de los problemas de la degradación de recursos naturales, Arellano (1998) señala que el

manejo de cuencas es una estrategia para el control integral de los procesos de degradación de la tierra y el

desarrollo regional sustentable.

52

Hewlett y Wutter (s.f.) citados por Martínez, M. (1992), consideran que el manejo de una cuenca es el manejo

de los recursos naturales de un área de drenaje cuyo objetivo principal es la producción y protección de los

suministros de agua y los recursos basados en el agua, incluyendo el control de la erosión, las inundaciones

y los valores estéticos asociados con el agua.

De acuerdo con lo anterior, parece que el manejo de cuencas no sólo se aboca a revisar lo conducente con

el agua como recurso esencial en la cuenca, sino también otros recursos de la misma importancia como el

suelo y la vegetación, finalmente lo que le dará un valor a la integralidad del concepto es el grado de

intervención de los actores sociales y los beneficios que se lleguen a obtener del manejo de la cuenca, tanto

en términos ambientales como económicos y sociales.

Agrega Martínez, M. (1999) que el manejo integrado de recursos naturales a nivel de cuencas, debe ser la

estrategia del gobierno, para mostrar la bondad de los programas operativos, ya que éstos permiten evaluar

la causa-efecto de las acciones y para ello se deben fortalecer los programas de cuencas demostrativas

piloto o experimentales, para validar tecnología y lograr los cambios propuestos.

Desde la perspectiva de Dourojeanni et al. (2002), el manejo de cuencas se planteó en un principio como el

hecho de “manejarla” o “manipularla” para regular la descarga de agua que proviene de la misma y su

concepto tiene su origen en las escuelas forestales de los Estados Unidos de Norteamérica. El enfoque tiene

mucho que ver con proyectos tendientes a convertir a los suelos en esponjas absorbentes de agua y así

regular la descarga de agua en cantidad, calidad y tiempo retardando la descarga superficial y aumentar la

infiltración. Sin embargo el enfoque ha evolucionado al pasar de la visión de la protección de recursos

naturales y mitigación del efecto de fenómenos naturales extremos, los de control de erosión, el control de la

contaminación, conservación de suelos y rehabilitación de zonas degradadas, para pasar a enfoques de

manejo integrado de los recursos naturales de una cuenca, y por último a la gestión ambiental integrada.

Agregan los autores que un programa de manejo de cuencas debería impulsarse en cada país de la región

(América Latina y el Caribe), que podría depender de los ministerios o secretarías de medio ambiente o de

agricultura o de alguna organización forestal, el cual debería coordinar sus actividades con las entidades de

gestión del agua por cuencas.

En un principio el manejo de cuencas estuvo dominado por especialistas en suelos por lo que una buena

parte de las acciones estuvieron orientadas a la realización de obras de conservación y retención de agua y

suelo como la construcción de terrazas, pero mas tarde se han incorporado otros especialistas a tal enfoque,

de modo que se priorizan otras acciones. De cualquier modo, la parte débil del enfoque de manejo de

cuencas radica en la falta de estudios de carácter económico, particularmente en servicios ambientales y de

evaluación de proyectos de manejo de cuencas.

53

En relación al enfoque de gestión integrada del agua y alcanzar los objetivos en este renglón, es necesario

pensar de una forma diferente: reconocer que todos los usuarios del agua tienen una responsabilidad; aplicar

un enfoque integrado genuino en la prevención de la contaminación del agua, donde, al igual que en la

integración de la gestión del suelo y del agua, todos los agentes cooperen como socios. El progreso hacia un

comportamiento sostenible en relación con el agua requiere el establecimiento de nuevas normas sociales,

introducir la necesidad de apreciar el agua aumentando la percepción de que es un bien escaso en todos sus

usos, y buscar soluciones innovadoras y sostenibles a largo plazo, al tiempo que se reconoce que no existe

una receta única que sirva para todos los problemas.

Desde la perspectiva de Dourojeanni et al. (2002) la gestión integrada del agua puede entenderse al menos

en cinco formas de integración: 1] la integración de los intereses de los diversos usos y usuarios de agua y la

sociedad en su conjunto, con el objetivo de reducir los conflictos entre los que dependen de y compiten por

este escaso y vulnerable recurso; 2] la integración de todos los aspectos del agua que tengan influencia en

sus usos y usuarios (cantidad, calidad y tiempo de ocurrencia), y de la gestión de la oferta con la gestión de

la demanda; 3] la integración de los diferentes componentes del agua o de las diferentes fases del ciclo

hidrológico (por ejemplo, la integración entre la gestión del agua superficial y del agua subterránea); 4] la

integración de la gestión de la tierra y otros recursos naturales y ecosistemas relacionados; y 5] la integración

de la gestión del agua en el desarrollo económico, social y ambiental. Bajo este enfoque, se pasa a

considerar a las cuencas hidrográficas como territorios donde se pueden concertar acciones entre los

múltiples usuarios con el fin de alcanzar no sólo metas para administrar la oferta en conjunción con la

demanda del agua, sino también tratar aspectos ambientales y de equidad.

Señalan que, según la Asociación Mundial para el Agua, la gestión integrada del agua es un proceso que

promueve la gestión y el aprovechamiento coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el

fin de maximizar el bienestar social y económico de manera equitativa sin comprometer la sustentabilidad de

los ecosistemas vitales. Por otro lado, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la gestión integrada

de los recursos hídricos implica tomar decisiones y manejar los recursos hídricos para varios usos de forma

tal que se consideren las necesidades y los deseos de diferentes usuarios y partes interesadas. También

comprende la gestión del agua superficial y subterránea en un sentido cualitativo y ecológico desde una

perspectiva multidisciplinaria y centrada en las necesidades y requerimientos de la sociedad en materia de

agua.

Un aspecto clave de la gestión integrada del agua es precisamente cómo hacer operativo el concepto de

integralidad o “integración” a efecto de que los distintos usos y usuarios sean compatibles con el entorno

estableciendo nexos de comunicación y acuerdos; en el caso de las aguas superficiales y subterráneas, el

punto medular radica en los procedimientos que deban definirse entre los distintos actores sociales para

crear instancias operativas y normativas de los recursos hídricos de manera concertada de tal forma que se

54

alcance un equilibrio en los balances de agua sin caer en situaciones de sobreexplotación de mantos

acuíferos o en uso “ineficiente” de las aguas superficiales; ¿qué deberá entenderse como integración de la

gestión del agua en el desarrollo económico, social y ambiental?. Parece ser uno de los aspectos claves en

la gestión integrada del agua porque es ampliamente reconocido que el agua es el motor principal del

desarrollo económico en los sectores de la economía, en la satisfacción de las necesidades de la población y

en la preservación de los ecosistemas. Sin embargo, sigue siendo un desafío cómo hacer operativo el

concepto de integración para que se cumplan los propósitos desde el punto de vista del desarrollo

económico, social y ambiental.

En síntesis, el manejo de cuencas es una perspectiva de la gestión del agua mediante la sistematización, el

reconocimiento y la realización de un conjunto de acciones que conduzcan a mejorar el uso de los recursos

en la cuenca, incluyendo el agua, con el fin de minimizar los problemas relacionados con el control de

avenidas, la recarga de acuíferos con obras de captación de agua, la reforestación, entre otras. Es pertinente

considerar la validez de este enfoque en los términos que se plantean, sin embargo parecen limitados

cuando se tienen que evaluar otros procesos que se presentan en la cuenca como la competencia por el

agua entre sectores distintos, falta de regulación en las formas de aprovechamiento del agua, relación entre

aguas superficiales y subterráneas, presencia y actuación de la población, actuación del Estado a través de

las políticas públicas, y demás.

II.10. Premisas para un modelo de gestión del agua en la cuenca del río Cuautla

A partir de la descripción que se ha realizado de los diferentes enfoques de la gestión del agua por cuenca,

los dilemas a los que se enfrenta actualmente, las consideraciones acerca del cómo orientar la gestión

integrada, y las propuestas de gestión con la implementación de los Consejos de Cuenca en el territorio

nacional, es necesario analizar cuáles son las bondades de un esquema de esa naturaleza, que limitaciones

presenta y sobre todo qué alternativas se proponen para alcanzar realmente una gestión integrada en un

“tramo de río” como es el caso de la cuenca del río Cuautla, afluente del río Amacuzac, éste último afluente

del río Balsas, y finalmente, de la gran cuenca o macrocuenca denominado Balsas.

Entonces, ¿cómo se deben integrar los Consejos de Cuenca?, ¿es del todo correcto el planteamiento de la

CNA?, ¿cuál es la opinión de los usuarios, conocen del esquema? Parece que “a duras penas” tienen una

idea vaga los mismos dirigentes, en este caso de ASURCO. La asociación tiene una de las carteras de

representación8 ante el Consejo de Cuenca del Balsas, pero no tienen pleno conocimiento de lo que está

pasando a nivel de toda la Cuenca, tampoco tienen comunicación con otras organizaciones de usuarios,

mucho menos una propuesta alternativa para proponer posibles soluciones de parte de los usuarios

representados.

8 Se refiere a uno de los cargos o funciones de representación de los usuarios de la cuenca ante el Consejo de la Cuenca del Balsas.

55

De acuerdo con el planteamiento de la CNA para integrar y operar los Consejos de Cuenca, parece lógico el

esquema en donde las diferentes instancias de los distintos niveles de gobierno y la representación de los

usuarios por cada uno de los usos del agua en la cuenca, pueden desarrollar diversas actividades de

coordinación y concertación a fin de alcanzar la gestión integrada del agua, sin embargo cuando se trata de

indagar qué es lo que piensan los usuarios, como es el caso de ASURCO, no resulta tan claro y operativo el

planteamiento, tal como lo señala el propio presidente de la Asociación (Ing. Evaristo Genis):

“sabemos que existe un Consejo de Cuenca e incluso nos han llegado invitaciones para

asistir a las reuniones, las cuales se llevan a cabo en la ciudad de Morelia, pero no

podemos acudir porque los asuntos relacionados con la actividad en la Asociación son más

importantes en estos momentos, no podemos distraer la atención para ir a ver que pasa en

otras partes, además no tenemos los recursos económicos suficientes para ello y tampoco

sabemos qué cosas o problemática se va a tratar”.

Para que cualquier entidad de cuenca funcione y tenga realmente el respaldo de sus agremiados en el nivel

regional, como el caso de la Cuenca del Río Balsas9, es necesario que los niveles locales en la cuenca de

tercer orden, se encuentren sólidamente organizados en un “Consejo de Cuenca Local” o una especie de

“Junta de Aguas”, en las que existen interesantes antecedentes que podrían rescatarse y retomarse para

integrar pequeñas entidades a nivel local y después en espacios regionales y macro regionales, es decir, en

donde participen los distintos actores sociales de la “microcuenca” o incluso de un solo “tramo de río”.

Entendiendo que un tramo de río se trata no sólo del espacio físico de la microcuenca en donde existe un

mayor involucramiento y actuación de los actores sociales por el aprovechamiento del agua, sino también

concibiendo el tramo de río como un espacio de relaciones sociales a partir de las cuales es posible

establecer vínculos estrechos para desarrollar esquemas de negociación entre ellos y fomentar de alguna

manera la organización de acuerdo con el tipo de infraestructura que se encuentre dentro del ámbito de

competencia de los mismos. Sin embargo, el esquema propuesto a partir de la negociación y coordinación de

acciones en donde se tratan los problemas del agua para una superficie de aproximadamente 12 millones de

hectáreas, es muy difícil que puedan resolverse los problemas locales, los cuales finalmente son la base, el

sustento de los problemas globales de toda la macrocuenca.

¿Por qué no pensar primero en el fortalecimiento de las organizaciones locales otorgándoles mayores

facultades para tomar decisiones y por tanto mayor autoridad? Porque el esquema de representatividad sí

está propuesto, sin embargo, no resulta operativo y funcional que se esté forzando la instalación de los

Consejos de Cuenca cuando los actores usuarios a través de sus organizaciones no les preocupa lo que

suceda en partes completamente ajenas a ellos, no sólo por la distancia geográfica, sino por los tipos de

9 El área de aportación de la cuenca es de 117 405 Km2 (es decir, 11 740,500 de hectáreas) que representan el 5.8 % del área total de la República y comprende territorialmente parte de las entidades federativas de Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, México, Michoacán, Guerrero, Jalisco, pequeñas porciones de Veracruz y del Distrito Federal, así como la totalidad del estado de Morelos.

56

usuarios. Como señala Martínez Lagunes, pueden ser los Consejos de Cuenca muy operativos pero poco

representativos, entendiendo que lo operativo tenga que ver con la división de tareas en comisiones de

trabajo al interior del Consejo y que den resultados efectivos para problemas específicos, sin embargo, cabe

la posibilidad que gran parte de los problemas locales como las situaciones de conflicto, crecimiento urbano

de colonias no reguladas a los márgenes de los ríos, descargas de aguas residuales, ocupación de áreas

protegidas, pequeños grupos de usuarios del agua sin permiso de concesión, entre tantos otros problemas,

no sean “vistos” por los propios Consejos. El hecho es que muchos de ellos sí están organizados, lo que

sucede es que se organizan a nivel local de acuerdo con sus propios intereses y tienen también capacidades

de negociación. Por ejemplo en el caso del río Cuautla, de acuerdo con el esquema propuesto por la

autoridad central, y regulado en la misma Ley de Aguas Nacionales, la cuenca de primer orden o

macrocuenca corresponde al río Balsas; la cuenca de segundo orden o subcuenca correspondería al río

Amacuzac y la de tercer orden o microcuenca al río Cuautla. Existen 8 microcuencas como la del Cuautla en

el estado de Morelos (Río Chalma, Río Tembembe, Río Apatlaco, Río Tetlama, Río Rodeo, Río Alto

Yautepec, Río Bajo Yautepec, y Río Cuautla propiamente) y ni siquiera entre los usuarios de ellas conocen

de su existencia, menos de los problemas que les competen a las mismas. El nivel de subcuenca, es decir el

Amacuzac, correspondería la Comisión de Cuenca; para el río Cuautla la instalación del Comité de Cuenca y

Comité Técnico de Aguas Subterráneas (COTAS) se ajustaría a lo que en la región se ha denominado en uno

de los estudios como el “acuífero de la zona Cuautla-Yautepec”.

Una especie de consejo municipal, estatal, mas bien regional en donde intervengan los actores

involucrados?, ¿darles autoridad a estos pequeños consejos o comités, siguiendo la terminología. También

resulta interesante observar que históricamente ya se contemplaba la necesidad de la participación de los

usuarios y de hecho se otorgaba poder de decisión a los usuarios que formaban parte de las Juntas de

Aguas10.

Proponemos que un consejo de cuenca solo es funcional en la mediad que el nivel local este fortalecido

porque de lo contrario, siguen siendo buenos propósitos, los problemas de desabasto de agua continúan, la

contaminación, la sobreexplotación. Por ejemplo en el caso del Cuautla, ¿qué pasa con la regulación de los

viveristas, los piperos, los berreros?, no hay autoridad, no se faculta a los usuarios para que tomen

decisiones, la CNA no interviene como árbitro, no desempeñan su papel, y mas bien se anda en las alturas

con los consejos de cuenca; ¿qué pasa con el río Apatlaco?, es uno de los más contaminados del Estado,

¿en dónde está la influencia del Consejo de Cuenca para revertir los problemas locales?. Finalmente habría

que buscar estrategias que permitan fortalecer primero el nivel local y después el nacional o regional de

varios estados a niveles de cuenca grandota. O en todo caso, trabajar al mismo tiempo, es decir, lo que se

está haciendo a nivel nacional con la instalación de los Consejos, pero sin descuidar que los niveles locales

deben tener bases sólidas de integración para que los primeros funcionen. 10 Reglamento de la Junta de Aguas en Cuautla. 1925.

57

Desde nuestro punto de vista, un organismo demasiado grande tiene dificultades prácticas para operar las

propuestas en las áreas más pequeñas porque no tiene la capacidad para intervenir y regular las acciones

que llevan a cabo los actores sociales en un pequeño tramo de río, pero que no por ser pequeño tenga

menor impacto a nivel de macrocuenca. Precisamente en los espacios pequeños es en donde se deben de

focalizar las políticas de carácter general a fin de regular los usos del agua para una gestión integrada. En

éste ámbito de la organización local donde los actores sociales tienen cohesión y organización para la

defensa de sus intereses, además de la capacidad que tienen para interactuar, establecer y ejercer

negociaciones, es en donde la propuesta de Ostrom es aplicable en el Cuautla. Como señala Ostrom,

proponemos que el Estado debe fomentar el desarrollo de las capacidades para que los actores sociales

locales definan sus propios mecanismos de regulación como: establecer los límites o fronteras en el usos de

los recursos, es decir, ellos mismos deben decidir quienes tienen derecho y quienes no al uso de los

recursos; definición de reglas claras para el usos de los recursos en función de la provisión de los mismos;

que las reglas sean aplicables para todos los miembros quienes se benefician del uso de los recursos;

permitir que desarrollen sus propios mecanismos de supervisión interna, la aplicación de sanciones y la

organización interna en capas o niveles.

En los planteamiento teóricos de los consejos de cuencas se ven bien las propuestas las funciones, los

objetivos, pero los problemas de competencia por el agua, de contaminación, de conflictos y abusos, incluso

de la misma autoridad cuando se privilegian algunos usos afectando otros de ellos (como el caso de la

perforación del pozo El Calvario en el municipio de Cuautla por la autoridad municipal sin el consentimiento

mismo de las autoridades del agua a nivel estatal, de la CNA, y afectando severamente el uso agrícola por

disminución drástica en el caudal de los manantiales de los cuales se abastecen los canales de riego, esto se

describe con mas detalle en uno de los capítulos siguientes). Desde la perspectiva de Ostrom, para que

funcionen los Consejos de Cuenca, primero deben funcionar las Comisiones de Cuenca, los Comités de

Cuenca y los COTAS, y no al contrario, desde “arriba” querer forzar el esquema, si funciona abajo, es más

fácil y casi en automático lo de arriba. Sin embargo, es importante mantener y sostener la perspectiva para

no perder el rumbo, pero el Estado debe enfocar las baterías para que los niveles locales y regionales

realmente se consoliden tanto por iniciativas de los propios actores como por la disposición regulada y

reglamentada a partir del nivel central.

Para centrar la discusión en las formas en las cuales, desde la perspectiva de los usuarios del agua,

particularmente de los regantes, pueden y deberían intervenir para alcanzar realmente la gestión integrada

del agua en espacios pequeños, es pertinente revisar el concepto de ordenamiento territorial con el fin de

retomar algunos elementos que permitan argumentar y analizar el componente social y organizativo de los

actores sociales que están interviniendo en la cuenca del río Cuautla, y con ello discutir un modelo de gestión

del agua en el espacio de observación en cuestión. Asimismo, en capítulos subsiguientes se describe el

58

proceso y sus componentes principales bajo los cuales están interviniendo los actores sociales más

significativos.

Hasta este momento, por lo que hace referencia la Ley de Aguas Nacionales parece muy acertado en cuanto

que la participación de los usuarios es fundamental para considerarlos en la toma de decisiones porque se

busca mejorar la gestión del agua a nivel de cuenca, a diferencia del pasado en donde se tomaban

decisiones bajo una estructura vertical y concediendo escasa participación de los usuarios. Sin embargo,

existe una dificultad operativa en la participación de los usuarios por la limitada representatividad a nivel de

cuenca, y ello se debe a que los Consejos de Cuenca, como organismos mixtos de representación, tienen un

área geográfica de competencia demasiado grande (en la mayoría de los casos comprenden varios Estados

del país) y es muy difícil que los representantes de los usuarios tengan el pleno conocimiento y

convencimiento de las demandas de usuarios de lugares distantes y que en muchos de los casos ni siquiera

conocen. Está demostrado que los usuarios del agua, como los de cualquier otro recurso, se organizan en

función de un recurso escaso y mientras no tengan una limitación, no tienen interés en estar organizados

porque no les representa ningún beneficio. Por lo tanto, mientras existan problemas que no les afecten

directamente, es muy difícil que se pongan de acuerdo y exista una organización formal y real para tratar de

contribuir en sus soluciones.

Lo anterior puede ser válido desde cierto punto de vista, es decir, desde la óptica de que en determinados

sistemas, por su tamaño, tanto por la extensión territorial como por el número de actores y sujetos sociales

en su calidad de usuarios del recurso, se justifique en determinado nivel organizativo la intervención del

Estado, pero con el consenso desde los niveles simples en la organización, con el propósito de regular y

optimizar los recursos. Sin embargo, como señala Millón (citado por Hunt, in: Antología sobre pequeño riego

I, 1997), no hay una relación clara entre el grado de centralización de la autoridad y el tamaño del sistema de

riego o la cantidad de gente que depende del sistema; a la vez, señala Hunt que tales aseveraciones no son

probadas de manera fehaciente por el tamaño de la muestra.

Precisamente cuando el número de usuarios es relativamente grande y si se trata de una cuenca también

grande, lo más probable es que los acuerdos y negociaciones entre ellos sean más difíciles de llevar a cabo,

por lo que se presume que sería más conveniente tratar con espacios más pequeños en donde los usuarios

sean capaces de intercambiar experiencias, conocerse y por tanto tendrían más posibilidades de establecer

espacios para la concertación y la negociación.

Como señala Dourojeanni y Jouravlev (2001), existe una crisis de gobernabilidad en la gestión del agua

porque a pesar de los intentos que realizan los gobiernos para incorporar mejoras y dar un manejo integral a

los recursos hídricos con participación de los usuarios, la degradación del recurso se mantiene o sigue en

aumento. Ello significa entonces que no es suficiente diseñar estrategias o modelos de actuación en donde

59

parece que las intenciones y las propuestas no se llevan a la práctica bajo el compromiso y acuerdo de los

usuarios del recurso. El problema radica y persiste en crear y hacer desarrollar las instancias en donde

realmente participen los usuarios de acuerdo con sus propias necesidades y bajo un esquema de

reconocimiento de la necesidad de participar y sobre todo, con la facultad de poder y autoridad en la toma de

decisiones.

Además existe una grave descoordinación entre los diversos actores sociales que intervienen en la gestión

integral del agua, la cual se presenta en casos en los que en un mismo tramo de río interviene una cantidad

considerable de ellos sin que exista una relación mínima a fin de poner en práctica las estrategias propuestas

y con ello canalizar adecuadamente los recursos sin duplicar funciones. Es necesario conocer a qué nivel o

niveles de organización se presenta esa descoordinación.

Otros aspectos relacionados con la falta de coordinación entre los distintos actores sociales, son las

dificultades para regular las relaciones entre organismos contaminantes, usuarios informales que aprovechan

el agua sin aportar pago alguno, mal uso y degradación del agua superficial y subterránea, multiplicación y

agudización de conflictos entre usuarios. Estas situaciones confirman que la gestión del agua es gestión de

conflictos y los conflictos sólo pueden resolverse con sistemas estables y confiables, con reglas de juego

claras y con buenos sistemas de información y participación para tomar decisiones. En este sentido, la

resolución de conflictos entre usuarios en torno a la definición de los derechos de agua, implica una serie de

negociaciones que se llevan a cabo a nivel local y que en muchos casos no se requiere una autoridad

externa al grupo o grupos para tomar las mejores decisiones y acuerdos.

Sin embargo, no queda suficientemente claro y explícito el tipo de capacidades que se tengan que crear o en

su caso desarrollar, porque cabe la posibilidad de que algunos actores sociales organizados tengan ya esas

capacidades creadas y tal vez el problema radique en otorgarles más bien la facultad y la posibilidad de que

tengan poder de decisión.

El esquema de los Consejos de Cuenca parece lógico y bajo esa perspectiva debería de implementarse el

conjunto de acciones de parte de las entidades responsables para alcanzar justamente la gestión integrada

del agua desde lo local. A pesar de esa aparente validez, cabe preguntarse ¿en quién o quienes debe recaer

la responsabilidad de la gestión integrada del agua? ¿debe ser una responsabilidad compartida entre

diferentes actores sociales, según diferentes niveles organizativos, o finalmente en una instancia

gubernamental con la aparente participación de los usuarios representados? ¿a quién le corresponde

elaborar precisamente los planes de ordenamiento del uso del territorio?. Desde nuestra perspectiva debe ser

una coordinación estrecha entre los distintos actores involucrados pero fundamentalmente a parir de los

intereses locales. Cuando se hace referencia al concepto de equidad, ¿a qué se refiere? ¿a un manejo del

recurso en forma negociada? ¿al respeto de usos y costumbres, de quién ha aprovechado el recurso bajo el

60

principio de “primero en uso, primero en derecho”?. Son algunas cuestiones que son necesarias discutir en

foros de intercambio locales y que emitan la creación de instituciones como señala Ostrom.

La cuestión central radica entonces en cómo hacer ordenamiento territorial participativo, es decir, con la

intervención de los usuarios de los recursos, y específicamente en el caso que ocupa esta investigación, a

nivel de cuenca en el río Cuautla para hacer una adecuada gestión integrada del agua. Una limitación

importante es que los usuarios de lo recursos no se hacen presentes; los expertos son quienes tienen la

última palabra para definir el mejor uso de la tierra, los actores sociales forman parte del entorno mas no

desempeñan el papel de actores o sujetos sociales.

II.11. El ordenamiento territorial en el ámbito de la gestión del agua a nivel de cuencas

La clave del ordenamiento radica, además de realizar los estudios técnicos adecuados, en cómo llevar a

cabo los planes del mejor uso del territorio en donde los acuerdos y negociaciones entre los actores

involucrados sean precisamente quienes hacen uso del recurso, por un lado, y de las instancias designadas

para tal fin, pero con capacidad técnica, política, de liderazgo y con apego a los intereses de la sociedad y de

la capacidad de amortiguamiento de los recursos naturales.

Desde un punto de vista personal, generalmente los planes de ordenamiento son elaborados por equipos de

especialistas, técnicos en la materia, pero que difícilmente se realizan los planes porque los actores

involucrados no tienen el mínimo conocimiento de la vulnerabilidad del sistema, o no se dispone de la

legislación pertinente, o en el mejor de los casos, aunque se tenga reglamentado, simplemente no se aplica

porque no existen las instancias con suficiente autoridad y con el consenso para llevarlos a cabo. Es muy

importante que los diferentes actores sociales intervengan en el proceso de elaboración de los planes de

ordenamiento territorial y sobre todo en la toma de decisiones en las instancias competentes.

Según Collado (1998) el ordenamiento de una cuenca persigue la mayor ventaja en la utilización de los

recursos naturales, reteniendo las actividades deseadas y requeridas en los mejores lugares para cada uso

de tierra y agua. Para ello, a) se subdivide el área de la cuenca en unidades con igual potencialidad para

ciertos usos y se clasifican diferentes regiones de acuerdo con su adaptabilidad para usos alternativos del

suelo; b) se identifican las principales actividades de uso del suelo, tanto existentes como posibles, por

ejemplo, agricultura, pastoreo, agrosilvicultura, protección y comercialización forestal, minería,

hidroelectricidad, urbana, transporte, pesquerías, recreación forestal y embalses, y preservación de

ecosistemas naturales; c) se equiparan la capacidad de la tierra y la disponibilidad de agua con las

necesidades identificadas, y así se definen áreas apropiadas para distintos usos de la tierra y del agua.

Como se podrá deducir, el ordenamiento territorial o como lo ha desarrollado el Instituto Nacional de

Ecología, anteriormente la SEDUE y otras instituciones gubernamentales a través de distintos “planes” con el

61

concepto de ordenamiento ecológico de territorio, el enfoque se privilegia en el aspecto del manejo del

ambiente, considerando todos los recursos, pero también toma en cuenta los aspectos socioeconómicos con

el fin de establecer los mejores usos del suelo. Sin embargo, finalmente es la visión o el punto de vista de

quienes realizan el análisis del medio físico y socioeconómico, pese a que se reitera que debe haber

participación de los usuarios.

II.12. Legislación ambiental y ordenamiento del territorio

Como se menciona en uno de los principios de la declaración de Río11 que “a fin de alcanzar el desarrollo

sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir un elemento integrante del proceso de

desarrollo y no puede considerarse en forma aislada”; ello tiene plena justificación teórica y práctica para

cualquier sociedad porque en última instancia la degradación del ambiente afecta a todos los países y la

sostenibilidad evidentemente se refiere al hecho de mantener la vida y los recursos para las generaciones

presentes y futuras.

Otros de los principios de la mencionada declaración hacen referencia a la necesidad de cooperación de los

Estados para promulgar leyes efectivas sobre el medio ambiente, promover un sistema económico sostenible

que evite la degradación ambiental, fomentar la participación ciudadana en torno al manejo más adecuado

del ambiente, reducir formas y modalidades de producción y consumo insostenibles, fomentar políticas

demográficas adecuadas, respetar y apoyar las formas de apropiación y ordenación del medio ambiente de

las comunidades indígenas, valorar y asumir los costos de la contaminación de quienes así lo hagan, y en

general establecer cooperación mutua con información sobre manejo de recursos que pongan en riesgo el

ambiente.

Es importante que las Naciones Unidas, como en el caso señalado de la declaración de Río en 1992, asuma

la responsabilidad de analizar, discutir y tomar acuerdos en las medidas más generales que deben

emprenderse para un desarrollo sostenible. Sin embargo no son suficientes las declaraciones en sí, lo

trascendente es realmente el conjunto de acciones concretas que cada país realice en lo particular y de

manera coordinada con el resto de los países para revertir los procesos degradativos del ambiente y en

general lograr la sostenibilidad de los sistemas ecológicos y productivos.

En gran medida los sistemas de producción impulsados en México a partir de los años cuarenta con el

modelo de agricultura tipo revolución verde, han incidido en la insostenibilidad a través de la degradación y

contaminación del suelo, agua y vegetación, sin descartar su papel importante que han desempeñado como

suministro fundamental de alimentos para satisfacer la demanda del mercado nacional e internacional. Pero

no todo en el país es agricultura bajo sistemas intensivos con alto grado de utilización de insumos; existe en

11 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Río de Janeiro, 5 de junio de 1992.

62

un alto porcentaje de la superficie nacional, una agricultura de subsistencia que altera o degrada los recursos

en menor escala, o incluso maneja y conserva el ambiente, como es el caso particular de la agricultura

orgánica.

Un esfuerzo importante que se realiza en el nivel internacional para el manejo racional de los recursos y el

ambiente es el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cuyo objetivo principal

es el de actuar como catalizador para lograr la adopción de medidas en todo el mundo. El Programa es una

pequeña organización encargada de llevar a cabo la ingente tarea de proteger el planeta; actúa como

organismo catalítico para alentar a otras entidades, tales como los gobiernos, las industrias, las

organizaciones no gubernamentales y las universidades, a pasar a la acción. Mediante una amplia gama de

programas especializados de vigilancia y de apoyo, el PNUMA promueve la adopción de planes de desarrollo

ambientalmente adecuados y sostenibles en distintos países y contribuye a la coordinación de las medidas

de alcance mundial (Carmona, 1991). Pese a todos estos intentos a nivel internacional, los niveles locales

para una adecuada gestión, no parecen del todo claros, los usos del suelo parecen que responden mas bien

a fuerzas de carácter económico y político y no a esquemas de una regulación que tienda a regular y

solucionar los conflictos, como los del agua a nivel de cuencas, los asentamientos humanos sin control, la

contaminación del suelo y del agua.

Uno de los principios de Estocolmo reconoce que el hombre tiene derecho fundamenta a la libertad, la

igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una

vida digna y gozar bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las

generaciones futuras. A más de dos décadas de la conferencia de Estocolmo muchas han sido las

definiciones sobre el Derecho Ecológico o Ambiental.

El ordenamiento territorial (la definición de unidades a partir de las características ambientales locales y su

potencial de uso) es una herramienta básica que daría las bases para conseguir este control. Dicho

ordenamiento territorial debe lograrse con la incorporación de los elementos sociales y económicos que

influyen en las unidades definidas y debe contar con los consensos de los grupos sociales que en ellas

actúan para ser efectivo. Sin embargo, generalmente son esquemas propuestos para que sean regulados

independientemente de lo que los usuarios de los recursos propongan.

La legislación en materia ambiental puede considerarse como un elemento importante y necesario que

contribuye en el ordenamiento, y por tanto en la regulación del aprovechamiento de los recursos naturales, es

decir, en una “adecuada” asignación de los usos del suelo en función de las capacidades y de factores

económicos y sociales, se indaga sobre la búsqueda del mejor uso y apropiación del territorio y en particular

en todas aquellas acciones encaminadas a la recuperación y cuidado del ambiente.

63

La legislación ambiental es relativamente reciente en México, a pesar de que se menciona como prioritario el

principio de conservación de los recursos naturales en el Artículo 27 constitucional, y aunque existe un

avance considerable, el problema fundamental radica en su reglamentación y aplicación en ámbitos locales,

porque se realizan estudios a escalas muy pequeñas (1::250 000; 1:500 000; 1:1000 000), lo cual no permite

observar que medidas de planeación del uso de recursos se debe emprender a nivel de detalle.

Definitivamente la cuestión del ordenamiento del territorio en su relación con el aprovechamiento de los

recursos, la conservación de los recursos naturales y en general la búsqueda de una mejor relación hombre-

naturaleza, no va a depender de una adecuada legislación; será necesario tanto su reglamentación y

aplicación, aunado a un conjunto de medidas de políticas y estrategias estatales en estrecha vinculación y

participación del sector rural.

Para Carmona (1991) el Derecho Ecológico es una categoría conceptual de análisis por la que se puede dar

respuesta al desfase de la relación Sociedad/Ambiente en todos sus aspectos a través de la ciencia jurídica y

utilizando de ella todos sus principios e instituciones. La interdisciplinariedad se inserta precisamente en el

análisis de la relación Sociedad/Ambiente, que a la vez se convierte en el posible objeto de estudio. México

como otros países del mundo ha pasado por el proceso de creación, adecuación, revisión y modernización

de su legislación para dar un marco legal sistematizado en torno a los problemas ambientales.

Lo que se conoce como legislación ecológica tiene su antecedente en todas las regulaciones que aparecen

sobre el régimen de apropiación y manejo de los recursos naturales, como el caso del agua que datan desde

el Derecho Azteca, teniendo importantes modificaciones con las Leyes de Indias, es decir, son regulaciones

con alto contenido histórico, colonial. Un principio rector en el manejo de los recursos naturales como fuente

de la regulación ecológica, es el de que todas las tierras y aguas comprendidas dentro del territorio nacional

son de la Nación, la cual puede imponer las modalidades que imponga el interés público y se incorpora al

Artículo 27 de la constitución la modalidad de restauración del equilibrio ecológico y la protección al ambiente.

Desde 1917 hasta 1987, este principio fue la fuente constitucional de la regulación al régimen de los recursos

naturales, que en materia ecológica son entendidos como los elementos del ecosistema; con este precepto

se fundamentaron las leyes que en la materia regulan sectorialmente a estos elementos como son la Ley

Agraria, la forestal, la de aguas, la minera, la petrolera, la nuclear, la eléctrica, la de caza, la de pesca, y en

los últimos años los asentamientos humanos y lo eminentemente ecológico.

El principio de conservación de los recursos naturales en México se encuentra en el texto original del Artículo

27 de la Constitución y es a partir de los años sesenta cuando a raíz del incremento en los índices de la

contaminación se reformó el Artículo 73 fracción XVI y se emitió la primera ley en materia federal para

prevenir y controlar la contaminación. A principios de los ochenta se promulgó la Ley Federal de Protección al

64

Ambiente y después de no haber sido reglamentada, en agosto de 1987 se publicó la reforma al Artículo 27 y

73 fracción XXIX G para establecer un nuevo principio constitucional consistente en la restauración del

equilibrio ecológico y la protección al ambiente. Más tarde; luego de una tarea de revisión de la legislación

ambiental y de conocer algunos diagnósticos sobre el grado de deterioro de los recursos naturales, en enero

de 1988 fue publicada la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la cual se

encuentra vigente.

Según Carmona (1989) México tiene una de las legislaciones más avanzadas del mundo para regular las

actividades ambientales y la más reciente del continente ya que con la LGEEPA se tiene como principio la

integración y sistematización de los postulados que regulan la materia ambiental y ecológica; lo que falta es

implementar ciertos mecanismos para su conocimiento y difusión, requisito indispensable para su aplicación

efectiva, su revisión y actualización.

La Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente hace referencia al ordenamiento ecológico

definiéndolo como el proceso de planeación dirigido a evaluar y programar el uso del suelo y el manejo de los

recursos naturales en el territorio nacional y las zonas sobre las que la nación ejerce su soberanía y

jurisdicción, para preservar y restaurar el equilibrio ecológico y proteger el ambiente.

También se le considera al ordenamiento ecológico como el proceso de planeación físico-ambiental que tiene

como metas evaluar y programar el uso de los recursos naturales en función de sus características

potenciales y su vocación; definir alternativas de manejo de éstos, sobre las bases de considerar la

distribución espacial de la población y de las actividades económicas de acuerdo a las prioridades

nacionales; asignar políticas territoriales de ordenamiento ecológico, ya sea conservando, aprovechando,

desarrollando o regenerando las áreas según sea el caso, lo cual favorece el desarrollo regional equilibrado,

propiciando la adecuada repartición de las cargas sobre los ecosistemas de acuerdo a sus capacidades

(SEDESOL-INE, 1994).

La planeación del desarrollo económico en México hasta hace unos años no incorporaba la variable

ambiental, por lo que se permitió y fomentó el crecimiento de las actividades productivas haciendo uso de

tecnologías y formas de manejo de recursos que generan contaminación y deterioro de los ecosistemas. Sin

caer en orientaciones que parezcan de corte ambientalista o de tipo ecologista, simplemente se trata de

insistir en que el desarrollo armónico de toda sociedad finalmente recae sobre la naturaleza y sus recursos.

La falta de planeación y la ausencia de bases ecológicas, es una de las causas del deterioro ambiental,

ocasionando la distribución anárquica de la población y de las actividades económicas a expensas de las

áreas naturales; esto empezó a preocupar los planificadores a partir de los años treinta en países europeos.

En este sentido, Sánchez (2002) señala que para el caso de México, que a pesar de que los aspectos

65

ambientales se han incorporado en los planes de desarrollo económico persiste la tendencia en la alteración

del medio, la cual va más allá de lo previsto en los proyectos, acentuando la destrucción y la degradación de

los recursos naturales, por lo que es necesario revisar la gestión ambiental para que realmente coadyuve a la

conservación del medio.

De acuerdo con el Manual de Ordenamiento Ecológico del Territorio (SEDESOL, 1996) se indica que en

México y en otros países latinoamericanos, a partir de 1976 se inicia la elaboración de trabajos de

planificación ecológica basados en una guía conceptual diseñada por países europeos. Hacia 1980 en la

Dirección de Ecología Urbana de la SAHOP se elaboraron los ecoplanes estatales y municipales, los cuales

incluyeron criterios ecológicos enfocados al desarrollo urbano. Actualmente la Dirección General de

Planeación Ecológica de la SEDESOL es la instancia encargada de la elaboración de los estudios de

ordenamiento ecológico del territorio, enfocados al desarrollo de todas las actividades humanas.

Las primeras medidas administrativas de carácter preventivo que se emplearon para proteger el ambiente a

nivel mundial y actualmente aplicados en México, son las denominadas “Evaluaciones de Impacto

Ambiental”. Con la aplicación de estas evaluaciones a proyectos locales, se observó la necesidad de poseer

lineamientos generales de carácter regional y territorial que sirvieran de marco normativo y complemento de

las normas técnicas en materia de contaminación y manejo de recursos bióticos.

Al entender la ordenación territorial como un proceso de carácter integral, más allá de la mera planificación

físico espacial, sus fines últimos se refieren, además, al mejoramiento de la calidad de vida de la población,

considerada como “el grado de bienestar de las comunidades y de la sociedad determinado por la

satisfacción de sus necesidades fundamentales”, entendidas éstas, como los requerimientos de los grupos

humanos y de los individuos para asegurar su existencia, permanencia y trascendencia en un espacio dado y

en un momento histórico determinado (Delgado, 1997).

Considerando lo anterior, la planeación ambiental es una tarea que tiende a orientar y corregir los procesos

que inciden sobre la diversidad y estabilidad de los ecosistemas, de ahí que el ordenamiento ecológico

constituye el elemento central de la planeación para alcanzar un desarrollo sustentable. Además permitirá

distribuir de manera racional las actividades productivas a lo largo del territorio nacional. El proceso de

ordenamiento ecológico incluye las actividades productivas, los asentamientos humanos, la explotación y el

aprovechamiento de los recursos naturales y la creación de áreas naturales protegidas.

En las últimas décadas, el país en general se vio sometido a un acelerado proceso de urbanización,

resultante del modelo de crecimiento adoptado, que sin elevar substancialmente la calidad de vida, produjo

desequilibrios regionales y deterioro ecológico. La tendencia a la concentración constituyó el síntoma más

representativo del desarrollo arbitrario de la estructura regional. El proceso de metropolización en el Valle de

66

México, es resultado del crecimiento industrial y del desarrollo de actividades terciarias, descuidando el

potencial en recursos naturales y humanos que representa el medio rural, y otras reservas geográficas

actualmente no utilizadas en su totalidad. La problemática ambiental se identifica fundamentalmente a través

de la degradación de los ecosistemas y de sus recursos manifestándose en la elevada contaminación

ambiental, el manejo impropio del agua y el deterioro del suelo; por un lado, y por otro al uso inadecuado de

los recursos naturales.

Los antecedentes jurídicos del ordenamiento ecológico se encuentran en la Ley General de Asentamientos

Humanos, con la tendencia de ordenación de los asentamientos humanos y con el fin de dar un orden al uso

del suelo teniendo como base el urbano; y la Ley de Planeación, que tiene como fin el institucionalizar el

proceso de planeación económica, cuyo principal actor es la administración pública que de forma inductiva

genera ciertas condicionantes al uso del suelo a los particulares.

En virtud de la aplicación de la Ley General de Asentamientos Humanos desde 1976 se emitieron los

llamados “ecoplanes” y “planes de desarrollo ecológico de los asentamientos humanos”, a nivel estatal y

municipal, con el objetivo de establecer un marco de actualización ambiental para la sociedad en su conjunto

y principalmente en las dependencias y entidades de la administración pública.

La Ley de Planeación dispone como de orden público e interés social establecer “Las normas y principios

básicos conforme a los cuales se llevará a cabo la Planeación Nacional del Desarrollo y encauzar, en función

de ésta, las actividades de la administración pública federal”; de esta manera se implementa el Sistema

Nacional de Planeación Democrática la cual se compone de los niveles sectoriales institucionales, regionales

y especiales.

A partir de 1983, haciendo congruentes los principios de planeación con los aspectos ambientales, el

gobierno federal implantó los “proyectos de ordenamiento ecológico del territorio por zonas y áreas

prioritarias del desarrollo nacional”.

El concepto de ordenamiento ecológico se encuentra en la legislación mexicana desde las reformas que en

1984 se hicieron a la Ley Federal de Protección al Ambiente de 1982, que en su Artículo 4º lo considera

como: “El proceso de planeación dirigido a evaluar y programar el uso del suelo en el territorio nacional, de

acuerdo con sus características potenciales y de aptitud, tomando en cuenta los recursos naturales, las

actividades económicas y sociales, la distribución de la población, en el marco de una política de

conservación y protección de los sistemas ecológicos”.

La LGEEPA vigente lo considera como: “El proceso de planeación dirigido a evaluar y programar el uso del

suelo y el manejo de los recursos naturales en el territorio nacional y las zonas sobre las que la nación ejerce

67

su soberanía y jurisdicción, para preservar y restaurar el equilibrio ecológico y proteger el ambiente”. Si

atendemos a la forma en que en la legislación mexicana se inserta la idea de “ordenación” y “planeación”, en

forma amplia en las leyes de asentamientos humanos, de planeación y la ecológica, podemos decir que el

concepto de la LGEEPA es el más amplio.

Hay que destacar que si el termino ordenamiento ecológico se refiere al uso del suelo y al manejo de

recursos, requiere necesariamente tener una visión ampliada de lo que jurídica y políticamente se entiende

por territorio, ya que implica también el uso de los recursos marinos y costeros, por lo que el ordenamiento

ecológico es globalizador y sistematizador, no sólo de o terrestre sino de lo acuático, marino, y entonces se

convierte en un ordenamiento ambiental.

Dentro del proceso de evaluación del ordenamiento ecológico y su impacto, el aspecto jurídico es

fundamental, ya que es el que permite establecer el tipo de derechos, las modalidades a las formas de

propiedad y aprovechamiento de los bienes y recursos naturales de la zona, las atribuciones de las

autoridades tanto federales, como estatales y municipales, y detectar las lagunas legislativas en algunos

rubros. Desde el punto de vista jurídico debe resolverse un problema clave para que el ordenamiento

ecológico sea eficaz: el relativo a la forma de dar “obligatoriedad” a las formas de uso del suelo y de

regulación de actividades que se encuentran dentro de un programa de ordenamiento ecológico del territorio.

El problema consiste en que no hay forma de establecer modalidades a la propiedad, lo cual es una

atribución local, a través del reglamento de una ley general que tradicionalmente se entiende como federal a

pesar de ser de una materia concurrente. Para lo anterior se requiere de un mecanismo en el que la

legislación local, a través de las leyes ecológicas estatales, establezca los mecanismos para poder

institucionalizar el ordenamiento ecológico nacional. Esta estructura se prevé en la LGEEPA, la dificultad es

definir quién y a qué nivel se pueden dar los criterios de ordenamiento ecológico que alimenten a los

instrumentos jurídicos que den la formalidad legal para que sean obligatorios y, por ende, efectivos.

Desde el punto de vista teórico y doctrinario puede decirse que el ordenamiento ecológico es una de las

modalidades a la propiedad de la tierra y que dentro de los programas de ordenamiento ecológico se

establece técnica y científicamente lo mejor para ellas, que no siempre coincide con lo que quiere el dueño

hacer con sus bienes o con el destino que pretende darles. Así, el ordenamiento ecológico se enfrenta con el

novedoso reto de conciliar las nuevas formas de organización de la tenencia de la tierra en México con las

que impone el programa de ordenamiento ecológico.

En síntesis, puede indicarse que el ordenamiento ecológico del territorio como estrategia de planeación en el

nivel municipal juega un papel muy importante para orientar el mejor uso del territorio y a pesar de la

disponibilidad y experiencia generada en la metodología existente, sigue siendo una buena intención para el

68

manejo más racional de los recursos ya que en la práctica más que hablar del ordenamiento ecológico, lo que

se observa es realmente es el desorden ecológico del territorio visto en la expansión de la megalópolis de la

Ciudad de México y su área conurbada, con todos los problemas ambientales que ello implica; las zonas

erosionadas en diversas regiones del país que representan un fuerte problema en la producción agrícola y en

la estabilidad de los ecosistemas, entre otros efectos.

II.13. Ordenamiento territorial participativo

Hart (1985) plantea que el enfoque de sistemas es una herramienta de trabajo que permite analizar cualquier

fenómeno de la realidad como un sistema con sus componentes, estructura y función; para el caso del

Ordenamiento Territorial Participativo (OTP) el término de sistema de producción permite abordar la

producción campesina con relación a su contexto físico, biológico, económico, social y cultural.

De Teresa (1993) concibe al sistema de producción o agroecosistema como una forma concreta de manejo

de ecosistemas que consiste en un conjunto de prácticas productivas, ordenadas en una secuencia temporal

definida, las cuales se encuentran enmarcadas en un conjunto de factores inmodificables en el corto plazo,

tanto de carácter ecológico, como socioeconómico y cultural.

De este modo la propuesta del OTP propone utilizar el sistema productivo local, como objeto de estudio,

evaluación y análisis comunitario, paso necesario para la planeación campesina para el manejo y

conservación de los recursos naturales. Las políticas ambientales contempladas por el Ordenamiento

Territorial Participativo son: restauración, aprovechamiento, conservación y preservación.

Esta planeación como señala Toledo (1990) requiere del reconocimiento de las unidades ambientales que

conforman el espacio a apropiarse; la evaluación de las potencialidades y limitaciones derivadas de sus

características sistémicas, para así lograr la optimización de la producción en concordancia con los principios

ecológicos y no en su contradicción. En este sentido, el OTP busca la definición y caracterización campesina

de sus unidades ambientales, las cuales se definen como áreas con características físico-bióticas que las

particulariza y diferencia de otras. Las diferencias esenciales entre las metodologías de ordenamiento

territorial, tanto de la visión institucional del Estado, a la cual denominaremos Metodología Técnica (MT) y al

OTP como Metodología Campesina (MC), se muestran la figura 3.

De acuerdo con la MT, se consideran 4 fases fundamentales para llevar a cabo el proceso de ordenamiento:

descriptiva, diagnóstica, pronóstico y propositiva-normativa. Se llevan a cabo una serie de actividades que

inician con una revisión documental y de cartografías de la región que se vaya a trabajar. Posteriormente se

elabora un mapa base, tomando la información de INEGI. Se lleva a cabo después la fase de campo

haciendo recorridos y entrevistas a informante claves para detectar la principal problemática relacionada con

el uso de los recursos. Más tarde en la fase de diagnóstico se realizan talleres técnicos para observar la

69

aptitud de los terrenos y definir un primer mapa preliminar de ordenamiento. En las fases de pronóstico y

propositiva se llega a establecer el mapa definitivo de ordenamiento territorial.

En el caso de la MC se hace énfasis en una serie de consultas y formas de participación de la comunidad a

través de talleres de capacitación, asesorías, discusión de la problemática ambiental y el nombramiento de

un comité de ordenamiento. Pero también se acude al uso de la cartografía y se llega a establecer un mapa

de usos de la tierra en función de las capacidades de aptitud. Finalmente se define un reglamento

comunitario que establece las normas a las cuales se deberán supeditar los usuarios de los recursos. Se

asume que el ordenamiento territorial como estrategia de planeación que posibilita el uso más adecuado de

los recursos en un ámbito de sostenibilidad, es factible en la medida que las organizaciones autogestivas se

involucren y tomen decisiones en los procesos, de lo contrario no dejan de ser solamente proyectos de

buenas intenciones de parte de las instituciones del Estado.

La gestión como un proceso participativo y operativo en el cual los planes son un instrumento orientado a

cumplir ordenadamente las decisiones que emanen de los encargados de la gestión, y a suministrar nuevas

alternativas de acción. Por ello, para que se establezca la participación se debe partir del principio de que el

proceso de gestión debe realizarse en ámbitos concretos y relativamente pequeños, como cuencas o

microrregiones, con el fin de que los propios habitantes y usuarios de dichos espacios participen en las

decisiones.

En síntesis, en este capítulo se analizó la importancia del enfoque de cuenca aplicado a espacios locales,

como lo hemos definido en un tramo de río, haciendo especial énfasis en la necesidad de fortalecer la gestión

del agua a partir del conocimiento pleno de los actores sociales que participan en esos espacios,

considerando el entorno y la discusión generada respecto a la crisis de gobernabilidad y las propuestas de

organismos internacionales y nacionales como los Consejos de Cuenca. Los buenos propósitos desde un

enfoque macro, deben hacerse operativos en lo local, de lo contrario siguen siendo discursos.

70

METODOLOGÍA TÉCNICA METODOLOGÍA CAMPESINA FASE DESCRIPTIVA I DESCRIPTIVA II DIAGNÓSTICA PRONÓSTICO PROPOSITIVA NORMATIVA

Figura 17. Comparativo de las metodologías de ordenamiento técnica y campesina. Fuente. García, 2000.

METODOLOGÍA PRODUCTOS INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL ACTIVIDADES DE CONCIENTIZACIÓN SIG PRACTICA DE CAMPO. Entrevista A informantes claves CARTOGRAFÍA. Análisis e interpretación de imágenes de satélite, fotografías aéreas y cartografía TALLER TÉCNICO. Revisión y discusión de mapas de aptitud por cada uso de suelo

Archivos (Bibliografía, cartografía, información de otras áreas) Folleto, sociodrama, videos Mapa base (Fuente INEGI Esc. 1:50 000 Historia de Patrón Productivo Mapas temáticos: clima, geología, drenajes, unidades de terreno, pendiente y vegetación (Esc. 1:50000) Modelo preliminar de Ordenamiento Territorial Técnico Modelo de OT

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Acta de asamblea (elección de comité) Conocimiento de herramientas de OTP (cartografía, fotografía aérea y fauna) Cambios en el Patrón Productivo Actividades productivas Cultivos comerciales Reconocimiento general natural y físico Perfiles campesinos Delimitación de áreas de influencia, mapa de vegetación, uso del suelo, suelos, mapa de unidades ambientales Presentación de mapas técnicos de aptitud por uso de suelo Creación de escenarios Mapa preliminar de OTP técnico-campesino Mapa de OTP técnico-campesino Reglamento comunitario

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CAPÍTULO III. EL PAPEL DEL ESTADO Y LA ACCIÓN COLECTIVA EN SISTEMAS DE RIEGO

En este capítulo se hace referencia al papel del Estado en la operación y administración de los sistemas de

riego para ubicar el contexto en el que ASURCO interviene como actor social principal en el manejo del agua

en la cuenca. También se abordan los conceptos teóricos que dan sustento a la acción colectiva y la

autogestión como elementos que permitan contextualizar y corroborar el grado en que los actores sociales

referidos se organizan e interactúan.

III.1. Introducción

Países y regiones inmersos en áreas con recursos naturales abundantes, por ej. tierra fértil, tierras con

pastura, fuentes de regadío, bosques, pesquerías, o biodiversidad genética y de especies, muestran una

tendencia a un desarrollo económico y social menor al de varios países pobres en recursos naturales. Ese ha

sido el caso de varias de las actuales zonas con la mayor cantidad de áreas naturales disponibles, por ej. las

selvas de la Amazonia, Indonesia, o del sureste de México.

Una explicación de tal ‘subdesarrollo’ en términos económicos señala que ello se debe a la escasa

reinversión de las ganancias o rentas derivadas de la extracción sobre la conservación o regeneración del

recurso, de manera que la tasa de extracción es notablemente superior a la de regeneración, por lo que el

rendimiento tiende a ser insostenido y en consecuencia se genera una situación potencial de manejo de

recursos naturales inadecuado y conflictivo con relación a su agotamiento en el corto o mediano plazo. El

problema inherente en ésta visión es, por un lado, la escasez de ahorro y reinversión de al menos parte de la

renta del recurso implicado. Por otro lado, tal situación muestra también el sobre-consumo de la renta del

recurso natural, lo que en ambos casos se agrava con el emplazamiento o localización del sito o región de la

extracción del recurso, generalmente remoto, poco poblado, de escasa o mínima infraestructura económica, y

con alta tasa de emigración (Vincent, 1996).

En tal situación, los posibles remedios al agotamiento o disminución del conjunto de recursos naturales solo

puede provenir de la acción remedial propuesta y realizada por la intervención regulatoria del Estado y la

reinversión de parte de la renta del recurso por las empresas o corporaciones implicadas directamente en su

aprovechamiento y comercialización.

Otra explicación, desde una perspectiva del desarrollo organizativo institucional, sugiere en relación con el

manejo y futuro de los recursos naturales, que aun cuando mermadas durante periodos históricos coloniales,

existen todavía formas y organizaciones locales que a manera de capital social, pueden funcionar como un

efectivo complemento para el desarrollo sostenible, en especial cuando están implicados recursos naturales

de amplio uso común.

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Esta visión afirma su importancia y señala que el interés se torna especial en la situación mundial actual de

sustitución del estado benefactor por una supuesta mejor y eficiente sociedad civil expresada como

Organismos No Gubernamentales (ONGs) que paulatina y crecientemente irán cubriendo la

‘descentralización’ del estado y, en los casos de países latinoamericanos, al retirarse el Estado maximalista

queda la posibilidad de cierto éxito relativo con relación al control y manejo de recursos naturales, en

particular cuando la presencia del estado no había sido tan omnipresente y onerosa en términos locales. Esta

explicación se basa en gran parte en las ideas de E. Ostrom, renombrada politóloga de la Universidad de

Indiana, especializada en la teoría, nimalismo operativo de la estructura estatal por la reducción de salarios y

tributación al nivel agregado o nacional.

Existen al menos tres corrientes de pensamiento, cada una con sus propios enfoques, que plantean la

necesidad de establecer controles claros para que los recursos puedan aprovecharse de manera organizada:

en primer lugar, quien sostiene que la asignación, administración, y en general, la resolución de conflictos por

el usos de recursos, debe recaer en manos del Estado; una segunda posición teórica, es la que se identifica

con la argumentación de que el uso de los recursos debe basarse en la privatización y el libre juego de las

fuerzas del mercado; y una tercera argumentación, la teoría de la acción colectiva, que basa sus argumentos

en que los usuarios de los recursos tienen la capacidad de autorregularse, de llevar a cabo procesos

autogestivos para administrar, operar y resolver conflictos de manera autosostenida.

Diversas son las opiniones en relación con la ubicación del centro administrativo del agua, para algunos el

lugar mas adecuado es el Estado, para otros el mercado y otras tendencias se inclinan por permitir a los

usuarios organizados, como capaces de administrar; no hay consensos definitivos (Ostrom, 2001:25-26).

III.2. El papel de Estado en los sistemas de riego

III.2.1. La base material de las grandes civilizaciones.

Palerm (2003) refiere que, la tesis de Wittfogel y la propuesta de "revolución urbana" de Childe, la cual señala

a la agricultura de riego como base de la producción de excedentes y de la capacidad de coerción para que

se produzcan tales excedentes, tuvieron un impacto muy importante en México al dirigir la investigación a la

búsqueda de las bases materiales de grandes civilizaciones prehispánicas, tal y como la evidencia de la

construcción monumental (las pirámides y ciudades descritas por los conquistadores españoles) parecía

indicar. Estas bases materiales debían ser, en referencia a la hipótesis hidráulica, una agricultura de regadío

capaz de producir excedentes y que, a su vez, permitía y obligaba a una organización despótica, única

organización capaz de movilizar grandes contingentes de trabajo para construir las pirámides y otras obras

monumentales.

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En general se acepta que en los grandes centros de civilización y especialmente en regiones deficitarias de

precipitación pluvial en relación con las necesidades de agua de las plantas cultivadas –Egipto, China,

Mesopotamia, parte de Mesoamérica, etc.–, la producción de excedentes tuvo como condición necesaria la

práctica del regadío, que a su vez necesitó de trabajo colectivo y organización social para realizar obra

hidráulica y administrar el agua, se requirió de trabajo colectivo y de poder coercitivo vía el acceso o no al

agua de riego (Childe, 1997).

Palerm V. (2003) señala que en el caso de los recursos hidráulicos, las grandes civilizaciones como

Mesopotamia, Egipto, la India, China, Mesoamérica, los Andes, tuvieron un componente de control del agua.

Menciona que, las razones que explican el vínculo entre civilización y regadío, se basan en 1] la producción

de excedentes a partir del invento del arado y de los aparejos para los animales de tracción; 2] los

mecanismos de coerción para que se produzcan los excedentes (capacidad de excluir de los beneficios del

control del agua); 3] las obras hidráulicas, su construcción, mantenimiento, manejo y, en el caso del regadío,

la distribución del agua obliga a una cohesión social donde el individuo queda sujeto a la colectividad; 4] la

dimensión de la obra hidráulica y la complejidad de los conocimientos técnicos para la construcción de

presas, canales, acueductos, galerías y otras obras implica la presencia e intervención de los especialistas.

La construcción misma requiere de planificación y de movilización de la mano de obra, que debido a la

ausencia de maquinaria implica grandes contingentes. El mantenimiento y manejo de la obra hidráulica

requieren a su vez de una administración continua; administración que incluye derechos de agua, es decir un

marco legislativo y jurídico, así como la protección o defensa del agua frente a otros grupos (policía y

ejército).

Resulta esencial para el desarrollo de toda sociedad, la base material sobre la cual se sustenta su actividad,

es decir, las condiciones materiales de existencia que le permiten desarrollarse como ente social; ello implica

necesariamente que toda organización parte de una base material para generar sus estructuras que le

permitan mantenerse como tal. La base material para algunas organizaciones autogestivas, es por ejemplo,

el recurso agua en torno al cual se desplegará toda una estrategia y definición de mecanismos que le

permitan aprovechar dicho recurso de manera eficiente; en otros casos puede ser el recurso bosque como

base y eje central de desarrollo comunitario; o bien los recursos escasos para la subsistencia en áreas

semiáridas en donde las relaciones familiares tienen más importancia que la propia administración de los

recursos.

III.2.2. La hipótesis hidráulica de Wittfogel.

Un aspecto central en el debate teórico ha sido el proceso bajo el cual se liga la organización social con los

sistemas de riego, desde la evolución sociocultural y los orígenes de la civilización, el papel central del

Estado en sociedades despóticas, según Wittfogel, y recientemente la actuación y presencia de los usuarios

de los recursos en procesos autogestionarios. Este debate teórico ha analizado aspectos diversos en torno al

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riego: la necesidad de una organización donde el individuo está sujeto a la colectividad, la capacidad de

movilización de las organizaciones autogestivas, el control y poder del Estado en la administración de

sistemas de riego, la capacidad limitada de la iniciativa privada para construir y ampliar obras hidráulicas.

La hipótesis hidráulica de Wittfogel (1966) sostiene que se requiere la intervención del Estado para que se

genere un sistema eficiente tanto en la administración como en su propio funcionamiento; basándose en el

estudio de sociedades despóticas como China, Egipto, Mesopotamia, India y Mesoamérica, Wittfogel (1966)

explica que para el logro de las grandes obras hidráulicas se requirió de sistemas de control altamente

sofisticados y centralizados por el poder del Estado a través de un sistema de gobierno altamente

burocratizado, en donde los especialistas en la construcción y administración de obra hidráulica, se

convierten en el núcleo de la clase gobernante de una sociedad con un Estado más fuerte que la sociedad; a

lo que le denominaría despotismo oriental. Según sus argumentos, toda sociedad necesita de un elemento

que de lugar a la presencia de actitudes de carácter coercitivo que conduzcan a la producción de excedentes,

a partir de los cuales se sustentan las bases que permiten la evolución de toda sociedad.

Witffogel (1966) señala que, mientras el hombre dependía de la caza, pesca y recolección, no tenía

necesidad de inventar formas de control del agua, solamente después que conoció y aprendió el manejo

reproductivo de las plantas, valoró el potencial productivo de las zonas áridas y semiáridas, que tenían

fuentes de agua susceptibles de convertirse en sistemas de riego, es decir la precaria situación del agua, y la

necesidad de procurar un sustento más seguro como es la agricultura, obligó a observar las fuentes naturales

de humedad y a intentar controlarlas. Es en este momento de decisión histórica –aceptando que el hombre

persigue las ventajas reconocidas– que surge la posibilidad de adoptar el riego y la posibilidad de desarrollar

patrones despóticos de control social. La oportunidad, no la necesidad, porque debe quedar claro que

Wittfogel, aclara que si las grandes empresas de control del agua pertenecen a un orden social más amplio,

no crearán un orden hidráulico en toda la sociedad (sociedades multicéntricas), pero que también poca agua

no lleva el control gubernamental de la misma, que el rango o umbral en el que tiene posibilidad de

desarrollarse un orden social hidráulico es aquel que se ubica por encima de una economía extractora de

subsistencia, más allá de centros de fuerte agricultura de lluvia, y por debajo de sociedades con cultura

industrial basadas en la propiedad.

Para Wittfogel, no todas las sociedades evolucionaron en la misma dirección, ni las contradicciones

fundamentales se dan entre clases sociales antagónicas, existen casos donde la contradicción fundamental

es entre un Estado burocrático administrador de recursos estratégicos y el resto de la sociedad. Estas

sociedades tienen como base material la agricultura de regadío, el riego es el principal recurso estratégico

para el desarrollo de la sociedad, está controlado por el Estado, y es mediante su manejo y administración

centralizada que se finca y construye el resto del poder social. En estas sociedades hidráulicas el Estado es

definido como una gran burocracia más fuerte que el resto de la sociedad. Aquí no existen las clases sociales

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de las que habla Marx, aquí no es importante la propiedad de los medios de producción sino su

administración, la dinámica social no se da en las contradicciones de clases sociales, son sociedades

relativamente estables, donde la dinámica del regadío explica la dinámica de la construcción social.

Todos estos requerimientos en sociedades en los albores de la civilización, implican un enorme esfuerzo de

inventiva tecnológica y organizativa, y cuanto mayor y más compleja la obra hidráulica mayores

requerimientos organizativos. Otros autores, sin embargo, sugieren que la tesis de Wittfogel es aplicable a las

sociedades industriales modernas, no en el ámbito de toda la sociedad, pero sí en el ámbito de la

construcción y administración de la gran obra hidráulica (Palerm V., 2003).

III.2.3. Gran irrigación y pequeño riego.

Vaidyanathan (1985, citado por Palerm, 2003) señala la necesidad de un cuerpo de especialistas de tiempo

completo (burocracia) para administrar grandes sistemas y apunta que el factor crítico se encuentra no en

que sea una burocracia del Estado o contratada por los regantes, sino el control sobre la burocracia. Worster

(1985) señala la administración burocrática y tecnocrática de los grandes sistemas hidráulicos, su análisis se

basa en los Distritos de Riego y de Conservación de Estados Unidos en los que formalmente la autoridad de

localiza en un comité electo por los usuarios. En algunos casos, como indica Hunt (1997), la intervención del

Estado fue resultado de factores diversos, pero no resultado necesario de la misma obra hidráulica, sin

embargo posible. No obstante es indudable la necesidad de especialistas de tiempo completo (burocracia)

para la administración de grandes obras hidráulicas y el control sobre la burocracia establece los límites al

"despotismo occidental".

Agrega Palerm (2003) que, por otra parte, Worster (1985), Vaidyanathan (1985), Mabry (1996) señalan que

existe una diferencia social entre el pequeño riego (la llamada hidroagricultura por Wittfogel) y la gran

irrigación. Hay un límite necesario marcado por el tamaño y/o complejidad técnica de la obra hidráulica abajo

del cual un sistema puede ser administrado sin personal técnico especializado, donde los regantes realizan

ellos mismos las tareas fundamentales que impone el sistema de riego utilizando el cúmulo de conocimiento

local para resolver problemas de operación (distribución del agua), organización del trabajo de los propios

regantes para el mantenimiento, resolución de conflicto y monitoreo o vigilancia, ocupando ellos mismos

todos los puestos necesarios. Estos casos corresponden a organizaciones compuestas por regantes que se

caracterizan por ser agricultores de regadío minifundistas. Comúnmente se acepta que esta situación

comprende a sistemas que típicamente se han denominado como "pequeños" y "comunitarios", pero también

incluye a sistemas "medianos" y "multi-comunitarios”.

En una revisión de casos empíricos que realizó Palerm Viqueira (2001-a) encontró que la línea de corte

empírico entre ausencia y presencia de personal especializado contratado, se presenta más allá de las

10 000 hectáreas, considerando un sistema de riego desde la obra de bocatoma de una fuente natural (tal

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definición excluye a las obras de cabecera como presas), por ejemplo un canal de la huerta de Murcia 12 762

hectáreas, un canal de la huerta de Valencia 7 000 hectáreas, posiblemente el canal de Lemoore en el río

Kings 13 600 hectáreas, el Comité de Vigilancia de los ríos Atoyac y Nexapa 9 145 hectáreas, posiblemente

también la Acequia Real del Júcar con 21 872 hectáreas, un caso en Nepal con 15 000 hectáreas, algunas

de estas organizaciones antiquísimas, otras de no más de 40 años. Generalmente la autogestión tiende a

darse precisamente en ese límite de espacios y un factor es el personal contratado. Sin embargo, como en el

caso de ASURCO, a pesar del personal contratado para operar 10 500 hectáreas, se mantienen sistemas de

riego intercomunitarios con sólidos rasgos de autogestión.

Con frecuencia existe un nivel organizativo adicional, también sin personal especializado, que reúne a

sistemas sobre un tramo de río: la huerta de Murcia 25 000 hectáreas, la huerta de Valencia 16 000

hectáreas. En el caso del canal de Lemoore la Asociación a la que pertenecen, con un total de superficie de

riego de 480 000 hectáreas, ya cuenta con personal especializado aunque el locus de autoridad es local; en

el caso de Nepal las asociaciones de río conjuntan típicamente de 5 000 a 8 000 hectáreas.

Para el caso específico del agua se recomienda que tiene que revisarse el papel del Estado, observar y

analizar la dispersión institucional, las legalizaciones y actores con acciones encontradas, las pugnas de

poder, las ausencias o vacíos de aplicación de leyes y reglamentos, no respeto a derechos previos,

insuficiencia de datos estadísticos, centralismo, autoritarismo, y otros elementos de la gestión que complican

el panorama. Los programas operativos contienen metas y objetivos contradictorios, que cuando se quieren

alcanzar generan conflictos. Esto es evidente en los programas de transferencia de infraestructura de riego a

los regantes (Vermillion, 2001: 3).

Por su parte, Hunt (1997) menciona que no necesariamente todo sistema de riego requiere de una autoridad

constituida y además que existen sistemas de riego grandes que no requieren de una autoridad central. Esta

afirmación la asume con base en estudios de caso donde pequeños sistemas de riego no representan

estructuras de autoridad; sistemas de riego entre 700 y 458 000 hectáreas no tienen relación entre el tamaño

y la estructura de la autoridad. Además encontró un sistema de riego de 458 000 hectáreas que es manejado

por los agricultores. Expone aspectos que cuestionan la centralización del Estado hacia los grandes sistemas

de riego, es decir, que en la medida que un sistema de riego es muy grande y complejo, se hace presente un

poder central muy fuerte. La intervención del Estado fue resultado de factores diversos, pero no resultado

necesario de la misma obra hidráulica, sin embargo posible. No obstante es indudable la necesidad de

especialistas de tiempo completo (burocracia) para la administración de grandes obras hidráulicas y el control

sobre la burocracia establece los límites al "despotismo occidental".

Por otra parte, Mass y Anderson (1986) hacen referencia a seis áreas de riego estudiadas (las huertas en

Valencia, Murcia Orihuela y Alicante en España; valle South Platte-cache La Poudre; el valle de Utah y el

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valle de Kings River en los Estados Unidos) donde encuentran diferencias muy importantes en la manera de

operar los sistemas de riego, en los mecanismos establecidos para resolver los conflictos, la importancia e

influencia de la participación social, la distribución del ingreso, la equidad, el reconocimiento de objetivos y la

influencia de medio ambiente en la organización de los sistemas de riego. El objetivo comunitario de la

participación popular y el control local se pone a prueba cuando se relacionan con otros sistemas,

principalmente con las autoridades superiores; con Wittfogel la Agricultura de riego llevó a centralización del

poder político hasta el despotismo oriental, pero la observación de los sistemas de riego en España y USA no

confirman la tesis de Wittfogel y no queda clara la tesis en éstas áreas, según el autor. En España y USA, los

regantes inventaron procedimientos operativos que eludieron el poder político centralizado y despótico.

Con base a los estudios de caso analizados por los autores, existen particularidades en la operación, en la

administración y en la solución de conflictos de los regantes, de acuerdo con un conjunto de antecedentes

culturales, de conocimiento empírico de los grupos de regantes. Y sobre todo que este conjunto de

elementos se encuentran estrechamente ligados con la participación e intervención institucional, que en lo

general no es posible aplicar la teoría de Wittfogel a cada una de las condiciones muy particulares.

La actividad hidráulica a gran escala efectivamente requiere de muchas de las exigencias técnicas y sociales

que Wittfogel indica. Tanto la movilización de grandes cantidades para la construcción y el mantenimiento de

tales obras, como el reparto de agua sobre las bases equitativas entre comunidades en competencia, son

factores que por igual requieren la presencia de una autoridad superior (Wheatney, 1971, pp. 298, sobre

China, énfasis añadido, citado por Hunt, 1997).

Hunt (1997) concluye en su estudio que los sistemas de riego por canales muy pequeños pueden ser

operados sin autoridad constituida; que sistemas de riego de tamaño considerable (459 000 hectáreas)

pueden ser y son operadas por comunidades de regantes locales; y, que sistemas de riego por canales de

tamaño pequeño (700 hectáreas) pueden ser y son administrados por gobiernos nacionales. Estos resultados

claramente cuestionan las propuestas estándar sobre la relación entre riego por canales y la estructura de

autoridad.

Millon (1997) indica que no existe una relación necesaria entre la práctica de la agricultura de riego como tal y

la centralización de la autoridad, y que la respuesta social a la práctica de la agricultura de riego son tan

variadas como las condiciones sociales y ecológicas de los pueblos que practican el riego. Enfatiza que la

situación de conflicto en una comunidad de regantes debe es resuelta exitosamente cuando existe cierto

acuerdo y tolerancias entre sus integrantes, la centralización desempeña un papel fundamental. El estudio de

siete sociedades, lo conducen a señalar la importancia de identificar los rasgos más específicos de los

grupos o comunidades de regantes a fin de establecer relaciones de organización social, de los procesos a

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través de los cuales se lleva a cabo el reparto del agua, los mecanismos de solución de conflictos y el aporte

teórico que es posible generar a través de un sistema social basado en el riego.

A partir de la discusión del grado de intervención y el papel del Estado en la administración y operación de

los sistemas de riego, una argumentación concerniente a la participación de los usuarios para tales fines, es

que ellos mismos pueden desarrollar capacidades desde su propia lógica y concepción organizativa en un

contexto de autorregulación y autogestión, y no sólo en el manejo de recursos hidráulicos, específicamente

en sistemas de riego, sino en otra gama de recursos naturales de los cuales dependen social, cultural y

económicamente.

Palerm (2003) hace una síntesis de los principales argumentos de investigadores que difieren de la propia

argumentación de Wittfogel en los siguientes términos:

a) No es necesario que el Estado opere el sistema de riego, los sistemas de riego pueden y son

operados por los usuarios mismos de una forma democrática, es decir sin la necesidad de una

autoridad burocrática externa (Maass y Anderson, 1976, Millon, 1997).

b) La ausencia del Estado en el manejo del sistema de riego no implica una ausencia de autoridad

(Hunt, 1997).

c) La presencia de autoridad interna puede ser manejada de una forma democrática, al impedir que

sus autoridades tomen decisiones arbitrarias, con lo que la autoridad interna puede ser controlada

por los regantes (Maass y Anderson, 1976).

d) Los regantes pueden defender sus intereses frente al Estado (Maass y Anderson, 1976).

e) La organización social para la construcción, conservación y reparto de agua de los sistemas de riego

implica necesariamente una gran cohesión social con su contraparte de conflicto implícito (Maass y

Anderson, 1976, Millon 1997, Millon et al., 1997).

f) La ausencia de una institucionalización y tradicionalización de normas para el reparto de agua lleva

a conflictos serios que hacen necesaria la intervención externa (Millon et al., 1997) y aún existiendo

esta normatividad institucionalizada puede estallar un conflicto serio, especialmente en casos de

sequía (Millon, 1997).

g) La ausencia de una institucionalización y tradicionalización de normas para la movilización de los

regantes para el mantenimiento del sistema de riego lleva al deterioro y eventual destrucción del

sistema, a menos que intervenga el estado en este proceso (Millon, 1997).

h) Aún en los sistemas más tradicionalizados e institucionalizados se encuentra que el conflicto es un

rasgo permanente del sistema (Millon, 1997, Maass y Anderson, 1976); y se hace hincapié en que la

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organización social de los regantes debe ser capaz de resolverlos si el sistema va a tener

continuidad (Maass y Anderson, 1976).

i) En casos de desaparición o deterioro de la autoridad centralizada propia de los regantes o externa,

la tradicionalización e institucionalización de normas no parecen ser suficientes para evitar y/o

resolver el conflicto y garantizar un sistema de riego sustentable (Mitchell, 1975).

Sin embargo, parece que el grado de centralización por parte del Estado en la administración y operación de

recursos hidráulicos está orientado hacia grandes obras y sistemas de riego y en otros casos, sistemas de

riego pequeños, son los propios usuarios los que pueden establecer mecanismos de autorregulación, como

lo refiere Palerm V (2003).

Por lo anterior, el debate teórico de la llamada hipótesis hidráulica ha conducido a la argumentación distinta

de una teoría de la acción colectiva en el manejo de los recursos, incluyendo el agua, en la cual los propios

usuarios pueden desarrollar sus facultades y capacidades para autorregularse y establecer mecanismos de

regulación, administración, operación y resolución de conflictos, sin necesidad de que un Estado centralista y

con acciones de coerción, regule y opere los sistemas hidráulicos para que éstos se mantengan y perduren

en el espacio y el tiempo.

Actualmente el papel del Estado está en plena discusión, tanto en su dinámica interna porque se observa una

dispersión institucional, legalizaciones y actores con acciones encontradas, pugnas de poder, ausencias o

vacíos de aplicación de leyes y reglamentos, no respeto a derechos previos, insuficiencia de datos

estadísticos, centralismo, autoritarismo, y otros elementos que complican el panorama. Los programas

operativos contienen metas y objetivos contradictorios, que cuando se quieren alcanzar generan conflictos

(Vermillión, 2001), como en su actuación ante la posible movilidad del centro de gravedad de la gestión de

los recursos entre ello el agua.

El centro de la discusión acerca de que tipo de propiedad lleva hacia una mejor gestión de los recursos

naturales, y cuál es el optimo en las fronteras de intervención del Estado o la Iniciativa Privada sigue vigente,

y evidentemente en esta polémica está incluido el agua. Las opiniones fluyen en el ámbito, académico y

político con diversos matices.

III.2.4. La autogestión en sistemas de riego.

De acuerdo con Palerm V (2003) el modelo de administración de sistemas de riego a cargo de los mismos

regantes, es decir, autogestionarios:

a) Ha sido un modelo muy efectivo, según constatan casos centenarios a través del mundo (Valencia,

Murcia, Bali, Nuevo México); los espacios hidráulicos más grandes administrados de esta manera

son de 20 000 hectáreas y posiblemente hasta 35 000 hectáreas; no obstante lo típico son espacios

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más pequeños. Posiblemente hay problemas de escala, los sistemas hidráulicos más grandes y

complejos necesitan de especialistas calificados de tiempo completo.

b) Parece tener ciertas ventajas en lo que se refiere a costos, desde la perspectiva del pago de cuotas

c) Tiene ciertas ventajas cuando la agricultura no es un negocio tan próspero o cuando hay crisis

severas en la producción, por sequías o inundaciones o caídas estrepitosas de precios en los

mercados nacionales o mundiales.

d) En ciertas escalas, el control local, con su bagaje de conocimientos es quizá más efectivo; cuando

menos es un modelo demostradamente muy sustentable.

e) Se caracteriza por constar de capas organizativas en comunidades, canales generales, tramos de

río, etc., que en un organigrama parecerían corresponder a un esquema jerárquico, pero que en

realidad corresponden a espacios de competencia o de autoridad de cada capa organizativa. Cada

capa organizativa elige a los representantes para la siguiente capa. Hay un intenso flujo de

información de “abajo” hacia “arriba” y viceversa.

Según Palerm, V. (2003), la autogestión tiene características particulares y depende a su vez de varios

factores, entre ellos:

a) La capacidad para construir obra hidráulica (Maass y Anderson, 1976, Herrera y Lasso, 1994);

b) El tamaño del sistema y el número de usuarios. Donde a mayor tamaño y número de usuarios mayor

dificultad autogestiva (Vaidyanathan, 1985, Mabry, 1996, Worster, 1985);

c) La capacidad de organización es mayor a nivel de comunidad que a nivel multicomunitario (Millon et

al., 1997);

d) El conocimiento previo de manejo y la tradicionalización del manejo (la tradición considerada como

un conocimiento validado por experiencias empíricas previas). Donde a mayor conocimiento y mayor

tradicionalización mayor capacidad autogestiva (Millon 1997, Millon et al., 1997, Maass y Anderson,

1976);

e) Inhibiciones a la organización autogestiva. Donde a mayor intervención del Estado en la

administración mayor inhibición del proceso de organización autogestivo (Ostrom, 1990, 1999,

Gelles, 1998);

f) La estructura de la organización para la administración: la existencia de niveles organizativos u

organizaciones “anidadas” (Ostrom 1990, Poder, 1994-a y b, Pradhan, 1989);

g) En principio la organización y los niveles organizativos deben corresponder a las necesidades

técnicas, debe haber una correspondencia entre la parte física (infraestructura hidráulica y/o curso

natural del agua) y la social. Donde a diseño organizativo más congruente mayor capacidad

autogestiva (Palerm Viqueira et al., 2002, Pimentel et al. 2000, Poder, 1994-a y b, Pradhan, 1989);

h) La capacidad de organización es mayor cuando se comparte infraestructura hidráulica a la que se

da mantenimiento por parte de la organización, y es menor cuando se comparte únicamente una

fuente de agua. No obstante es una potente fuerza de movilización coyuntural y de organización

para la defensa del agua frente a otros (Fernea, 1997);

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i) Pueden existir diferencias en la capacidad organizativa entre niveles organizativos (Millon et al.,

1997);

j) La organización varía en el tiempo (períodos del año de mayor requerimiento de agua, o años de

sequía) y en el espacio (frecuentemente hay diferencias organizativas entre la cabeza y la cola de

un sistema) (Palerm V., 2001-b);

k) La importancia crítica del riego en el patrón de cultivo como presión organizativa (factor ecológico).

Donde a mayor restricción en el acceso al agua para el patrón de cultivos imperante mayor

organización (Wade, 1988, 1995).

Por lo anterior, se puede decir que los regantes enfrentan dos problemas, uno que podría llamarse interno, es

decir, que tiene que ver con su propio aprendizaje organizativo y simultáneamente técnico para operar el

sistema de riego; el otro, externo, referido a la aceptación por el Estado (y de la sociedad en general) de su

capacidad limitada o mermada debido a la "invisibilidad" de las organizaciones autogestivas.

Agrega Palerm V. (2003) que la problemática de aceptación sobre la capacidad organizativa, el escepticismo

sobre la capacidad técnica de los regantes (IMT, 2002); no obstante que otros ingenieros en su momento

señalaron que "son buenos para conservar" (Herrera y Lasso, 1994), o el ejemplo de Bali en el cual la

propuesta de los técnicos hizo caer la producción y provocó la infestación por plagas antes controladas

(Lansing, 1991), así como la durabilidad misma de las instituciones junto con los sistemas de riego (Ostrom,

1990, Rivera, 1998).

En síntesis, se puede destacar que los procesos de participación por parte de organizaciones autogestivas

juegan un papel fundamental en el manejo y la conservación de los recursos naturales de que disponen;

existe una diversidad de prácticas en el manejo de los recursos naturales que se llevan a cabo a partir de

estructuras organizativas de organizaciones sociales y comunidades rurales. En todo manejo racional de los

recursos y más aún cuando se aprovechan racionalmente, detrás de ello, está generalmente un actor social

con cierto grado básico de organización que puede ser autogestionario en cuanto la toma de decisiones que

realiza al interior de la propia comunidad y se establecen vínculos estrechos de acuerdo con las leyes

naturales.

III.3. Teoría de la acción colectiva

III.3.1. Manejo de recursos comunes.

Una alternativa que explica la posibilidad de que los sistemas de riego, y en general para otra gama de

recursos, pueden ser regulados y perdurables en el tiempo, es la teoría de la acción colectiva en la cual se

argumenta que los propios usuarios tienen la capacidad de autorregularse, de llevar a cabo procesos

autogestivos que les permitan administrar, operar y resolver los conflictos de manera autogestionaria.

82

Desde la principal justificación, la de su eficiencia económica, se argumenta a favor señalando que la

internalización de las externalidades derivadas o asociadas con recursos naturales de uso y/o manejo en

común dejará de recaer en la sociedad o estado ‘nacional’ para ser ‘absorbida localmente, lo cual a su vez

otorga el derecho correspondiente al control y manejo. Una situación problema relativa, es la que debido a

varios siglos de control colonial, muchas formas organizacionales autogestivas fueron minadas y en gran

parte hasta eliminadas.

Afortunadamente para la descentralización de la autoridad, aun existen y se han documentado varias de tales

experiencias en las que el desarrollo local pudo quedar bajo el control local, incluido el manejo colectivo de

recursos naturales tales como tierras de cultivo, bosques, tierras de pastoreo, fuentes hidráulicas de regadío

y abasto, pesquerías, y más recientemente áreas de reserva de biodiversidad.

El proceso de la devolución del control y manejo a la acción colectiva local, denominado institucionalmente

por el Banco Mundial (BM) como ‘transferencia de la autoridad’ y en estudio para su operación mediante

‘políticas para la devolución’, asume que la problemática de la pobreza rural incluye además de la

degradación de los recursos naturales implicados, el descuido e ignorancia sobre las formas locales de

adaptación y resolución de conflictos, por lo cual es necesario su estudio detallado, en especial de manera

participativa (Scherr, Merril-Sands y Shepherd, 1995).

Este nuevo enfoque institucional para la ‘devolución de autoridad’, considera tres hechos como premisas

básicas: 1) la limitación operativa de los nuevos estados bajo la globalización, por lo cual se pierde la

capacidad convencional de regular, coercionar, monitorear y dirigir; 2) la promoción mundial de formas de

gobierno basadas en la democracia y la participación social, lo cual aunado al conocimiento y necesidad local

del recurso como sustento, otorgan al nivel local un nuevo potencial para el uso y manejo de recursos

naturales básicos; y 3) la minimalización del Estado más su Ajuste Estructural, junto con la creación de

ventaja comparativa a partir de reducir el valor monetario de recursos naturales, los productos primarios y la

fuerza laboral, contribuyen a generar un estado sin recursos para la inversión pública en el monto necesario

para el establecimiento de políticas redistributivas, lo cual junto con presiones de instituciones y

corporaciones ‘globales’ (incluidas las de la filantropía) hace necesario y hasta obligado la realización de las

políticas de ‘devolución de autoridad’ (Swallow et. al., 1997).

Por lo anterior, la cuestión de la acción colectiva y el manejo de recursos naturales en forma común, plantean

la posibilidad de que bajo ciertos principios de diseño de instituciones locales, facultan la durabilidad de largo

plazo de sistemas de manejo de recursos que los usuarios han concebido, por ello, se debe reconocer y en

un momento dado, fomentar las organizaciones locales con el fin de que los usuarios de recursos comunes,

“no se vean atrapados” y lleven sus modos de actuación a la destrucción de recursos sino al

aprovechamiento “racional”, al mantenimiento de los sistemas pero con la actuación regulada del propio

83

Estado y de las empresas privadas cuando así se requiera en espacios bien definidos. La cuestión política es

un asunto preponderante, cuando intervienen muchos actores y/o usos múltiples de un mismo recurso.

Treinta y tres años han pasado desde que Garrett Hardin (1968) publicó su influyente artículo The tragedy of

the commons. Al principio, mucha gente estuvo de acuerdo con la metáfora de Hardin en la que los usuarios

de un bien comunal están atrapados en un proceso inevitable que conduce a la destrucción del recurso del

que dependen. El usuario “racional” de un bien común, argumenta Hardin, utiliza el recurso hasta que los

beneficios esperados de sus acciones igualan los costos esperados. Debido a que cada usuario ignora qué

costos se imponen sobre los otros usuarios, cada decisión individual se acumula hasta un trágico sobreuso y,

finalmente, la potencial destrucción del bien común cuyo acceso es abierto. Las soluciones propuestas por

Hardin eran el socialismo o la privatización de la libre empresa (Hardin, 1968, citado por Díaz e Hidalgo,

2003).

La rigidez de la declaración original de Hardin ha sido usada por muchos eruditos y políticos para justificar un

control central del gobierno sobre todo bien común o “combinación de recursos”, y también para mostrar una

visión debilitada y pesimista de la perspectiva humana. Los usuarios se presentan como si estuvieran

atrapados en una situación que ellos mismos no pueden cambiar. Así, se argumenta que las soluciones

deben ser impuestas sobre los usuarios por autoridades externas. Aunque indudablemente hayan ocurrido

tragedias, es también obvio que por millares de años la gente se ha auto-organizado para administrar los

bienes comunales o combinación de recursos, y los usuarios frecuentemente han visualizado instituciones

sustentables para gobernar a largo plazo estos recursos (Díaz e Hidalgo, 2003).

III.3.2. La autogestión y organización social en el manejo de recursos.

El manejo de recursos por parte de las organizaciones sociales, y en particular de aquellas que tienen como

principio fundamental la autogestión, es un aspecto que toma cada vez mayor relevancia dentro de la

corriente del denominado desarrollo sustentable, orientado tal manejo en el sentido no sólo en los límites del

conservacionismo, sino también visto como un medio que permita un nivel adecuado en su aprovechamiento,

sin poner en riesgo los recursos para las generaciones presentes y futuras.

El manejo de recursos comunes es un aspecto que permite el desarrollo de estrategias de carácter

autogestionario y como señala Ostrom (1996), se involucra una amplia variedad de recursos tales como los

sistemas de riego, tierras de pastoreo, bosques comunales y los recursos presupuestarios de la propia

organización.

Para la teoría neoclásica la organización es un sistema abierto en donde intervienen factores externos, los

cuales condicionan las formas de organización y definen particularidades internas relacionadas

estrechamente con la sociedad. La organización desde el punto de vista de la teoría socialista tiene como eje

84

fundamental la propiedad social de los medios de producción buscando siempre el completo bienestar y el

libre desarrollo del hombre.

Pero la participación social vista desde el punto de vista en su relación con las distintas formas de

intervención que llevan a cabo dos o más individuos, según White (1996) puede tomar hasta 4 formas

diferentes según la función que está implícita: a) mostrar o exhibir algo o a alguien ante él o los otros

(participación nominal); b) servir de medio a un fin ulterior (participación instrumental; c) permitir la expresión

de opiniones o demandas (participación representativa); d) actuar tanto como medio y como fin, como por

ejemplo capacitar a alguien para que pueda ejercer su derecho de demandar y al mismo tiempo influenciar

y/o actuar en el sentido de su logro (participación transformativa).

La aparente transparencia de la participación enmascara el hecho de que puede adquirir distintas formas

para atender diversos intereses, con lo cual el concepto adquiere una plasticidad de acomodo a un amplio

rango de propósitos, lo que justifica su amplia adopción institucional. Por ello, una genuina participación

orientada a cosas más allá de buenas intenciones, demanda de la precisión de los intereses en juego, lo cual

ayudaría a mostrar que el uso en el desarrollo de un mismo término que tiene múltiples connotaciones, puede

restringir su interpretación a la acordada desde un inicio entre las instituciones y los actores involucrados,

evitando así la típica ambigüedad de retórica y resultados (Pérez, 2000).

La forma superior de la participación es la transformativa, donde los grupos menos aventajados se involucran

en la formulación de opciones, en la toma de decisiones y la realización de los actos colectivos en contra de

toda situación de injusticia o inequidad en su contra. Es en este sentido se asumirá el concepto de

participación autogestiva de las organizaciones para el manejo de sus recursos, y concretamente en lo

relativo al ordenamiento territorial participativo, como la postura en que los usuarios tienen capacidades de

organización, que se organizan en función de sus necesidades y condiciones materiales de existencia, y que

por tanto, lo que se requiere es reconocer que la capacidad autogestiva posibilita mantener un recurso, y un

sistema de recursos, sin caer en la degradación de los mismos.

Geilfus (1977) por su parte señala que el proceso participativo consta de una serie de etapas o “escalones”

que van desde “la pasividad” o mera información sobre algo (en su supuesto beneficio) hasta el

“autodesarrollo” o desarrollo de capacidades e iniciativas propias sin espera de intervención externa alguna.

Tales “escalones” deben estar conformados por una serie de elementos como: el suministro de información;

la consulta para la participación; el establecimiento de incentivos para la participación (grupos y metas de

acción); y, la interacción participativa con miras a apropiarse de la formulación y evaluación de proyectos de

desarrollo.

85

Toledo (1990) asume una estrategia teórica para estudiar la racionalidad ecológica de la producción

campesina basada en los intercambios de materias y recursos energéticos, para ello considera necesario

rescatar los conocimientos del campesino que ha desarrollado para el aprovechamiento de los recursos

naturales y que le han permitido sobrevivir. Esta riqueza de conocimientos es precisamente un punto esencial

que posibilita la intervención y la participación social en los procesos de toma de decisiones y la importancia

que desempeña en un momento dado la organización autogestionaria para consolidar su propia

organización.

Cada cultura o civilización construye una imagen diferente de su naturaleza, concibe de manera distinta los

bienes o riquezas encerrados en ella y, como consecuencia de lo anterior, adopta una estrategia particular de

uso (o desuso). Las maneras y los grados como las diferentes culturas afectan a la naturaleza, dependen de

las formas que adopta la producción, pues en última instancia toda estrategia de uso de los recursos

responde a una racionalidad históricamente determinada. Estas racionalidades operan a su vez como

diferentes visiones del mundo y distintos paradigmas sociales (Toledo, 1990).

Por lo anterior, se puede entender entonces que los recursos naturales y culturales constituyen la base de

cualquier estrategia de desarrollo e inciden en la gama de posibilidades para su organización y gestión. Es

decir, se requiere de una base material a partir de la cual sólo es posible generar una estrategia organizativa,

así, varios estudios de caso demuestran que es en torno a un recurso la base a partir de la cual se

conforman las organizaciones autogestionarias y que en la medida en que exista la lucha y supervivencia por

un recurso como elemento de cohesión, perdurarán en tanto el recurso exista.

Parra (1982) menciona que “los valores culturales se entretejen con el saber de la comunidad sobre sus

condiciones de producción manifestándose tanto en la división y formas de trabajo, como en el conocimiento

del medio, incluso en sus ritos y mitos tradicionales. Estas formas de cohesión social y autosuficiencia

productiva son las que permiten mantener en la actualidad la producción de varias regiones marginadas en

condiciones de autosuficiencia aunque en niveles de productividad menores en relación con la productividad

del campo en otras regiones del país.

Las técnicas en uso alcanzan un alto grado de complejidad, articulándose con elementos de la organización

social y con las formaciones ideológicas de las comunidades. Estas prácticas autogestionarias de

conservación y aprovechamiento ambientalmente compatible de los recursos, permiten sostener a una amplia

población marginada, que llega a porcentajes mayores del 50 % de la población total de algunos países y

regiones, la cual no podría ser incorporada productivamente a la agricultura comercial, a la industria y a los

servicios urbanos.

86

La revalorización de los conocimientos tradicionales y la revitalización de economías autogestionarias y

participativas para satisfacer las necesidades básicas de las comunidades rurales a través de los beneficios

económicos, sociales y ambientales que aporta esta estrategia productiva, son apenas incipientes. Sin

embargo, el papel de los recursos naturales en los patrones de desarrollo ha sido tradicionalmente el de

apoyar la base de la producción de bienes y servicios; han sido valorados a partir de la relación costo-

beneficio establecida por el mercado, la cual no incorpora aún los costos ambientales de su explotación. La

visión incompleta que deriva de esta concepción ha colaborado en la explotación irracional de dichos

recursos, con la consecuente destrucción de la base de los mismos que, como se ha mencionado, apoyan no

sólo las actividades económicas regionales, sino la vida misma en la biosfera.

La cultura es un concepto amplio, complejo que se puede entender como la expresión de un conjunto de

valores que incluye una diversidad de objetivos, costumbres, puntos de vista, sistema de significaciones, de

técnicas y prácticas productivas que ha desarrollado el hombre para satisfacer sus necesidades en diversas

etapas de la historia. La cultura presenta diversos aspectos interrelacionados que no son otra cosa que la

forma de expresión de la misma. Así se tiene la cultura material (tecnología base productiva) y una no

material (organización social, educación, ideología, artes, lenguaje, formas de pensamiento).

La cultura constituye un sistema de mediaciones entre el hombre y la naturaleza, incluyendo sus propias

transformaciones. En este sentido las actividades del campesino para apropiarse del medio natural son

mediadas por la cultura, que actúa en muchos casos como amortiguadora de la degradación ambiental, o

más aún como reproductora del ambiente natural. Los aspectos culturales de las comunidades y

organizaciones autogestivas desempeñan un papel fundamental en las formas de integración y métodos de

apropiación de sus recursos naturales y productivos, de ahí que la identificación de los sistemas de manejo,

responden a una lógica distinta a la posición institucional del Estado.

Por su parte la cultura vista en el ámbito del manejo de recursos, un sistema de valores ambientales que

orienta a un conjunto de comportamientos individuales y colectivos relativos al uso racional de sus recursos;

a la vigilancia de las agencias sociales sobre los impactos ambientales de los proyectos de desarrollo; a la

organización de la sociedad civil por la defensa de sus derechos ambientales; y a la participación de las

comunidades en los procesos de autogestión. En este contexto es como las organizaciones autogestionarias

tienen una amplia perspectiva de actuación con principios de identidad, equidad y solidaridad en el manejo y

apropiación de los recursos.

En el ámbito rural existe un complejo de relaciones sociales regionales que definen características

específicas de organización de las comunidades para disponer y manejar los recursos. Así, Ostrom (1996)

señala que muchas de estas organizaciones pueden ser consideradas sólidas o “robustas” en el sentido de

que las reglas que regulan sus operaciones cotidianas, han sido diseñadas y modificadas con el tiempo, de

87

acuerdo con un conjunto de reglas de opciones colectivas y opciones constitucionales. Las reglas específicas

que se aplican en estas organizaciones robustas, difieren considerablemente según cada caso. Dada la gran

variación en las reglas específicas, la sostenibilidad de estas organizaciones no puede ser explicada por la

ausencia o presencia de una regla en particular.

Agrega Ostrom (1996) que una parte de la explicación que se puede ofrecer para la sostenibilidad de estas

organizaciones, se basa en el hecho de que las reglas particulares realmente presentan diferencias. Al ser

diferentes, las reglas particulares toman en cuenta atributos específicos de los sistemas físicos, de las

visiones culturales del mundo y de las relaciones económicas y políticas que existen en el entorno. Si no

existieran diferencias en las reglas, los usuarios no podrían tomar ventaja de los rasgos positivos de un

recurso común local, o evitar las trampas que pueden ocurrir en un contexto pero no en otros.

Debido a la enorme diversidad de recursos (pastos, bosques, pesquerías, tierra de cultivo, regadío); de

condiciones económicas, políticas, culturales y sociales, parece que no existe un molde o modelo que sea

adecuado de manera universal. De ahí que resulta importante considerar que la capacidad de cooperación

resulta contingente a cada contexto humano específico, lo cual de tener antecedentes de tradición en tal

sentido puede resultar más favorable para cada caso particular de devolución de derechos y manejo de

recursos bajo regímenes de uso común. De tal manera que en casos de ausencia de tal tradición local de

cooperación (reciprocidad o autoayuda), se puede estar en una situación potencial de ineficiencia de la

acción colectiva o incapacidad organizativa, lo cual puede requerir de facilitamiento y ayuda ‘externos’ si se

desea efectividad y eficiencia en el manejo delegado de los recursos naturales. Ello puede ser válido para

situaciones en las que haya un uso común o múltiple de recursos, como de sistemas de derechos de

propiedad con desigualdades evidentes entre las que se encuentre la exclusión o minimización extrema de

algunos individuos que dependan de recursos naturales para sustentar su vida.

III.3.3. La organización autogestiva en el manejo de recursos.

El diccionario francés Larousse define a la gestión como la acción de administrar la realización de una

diligencia o actividad o proceso para lograr el efecto benéfico proporcional al esfuerzo, sea un bien tangible o

intangible. El diccionario español Cosmos define el verbo gestionar como la realización de diligencias (sin

actividad, trámite, empeño) para el logro de algún objeto o propósito.

¿Cómo determinar entonces los límites en los cuales una organización es considerada como autogestiva?;

ello con el propósito de comprender la dinámica, el contexto y los principios bajo los cuales se rigen este tipo

de organizaciones ya que desempeñan un papel fundamental en el manejo de los recursos naturales. La

autogestión sólo puede entenderse en el momento en que un individuo o grupo de individuos llevan a cabo

88

acciones comunes que les son necesarias para operar o administrar un recurso, para lo cual se asume el

principio de una base material como sustento de la autogestión y la acción colectiva.

De lo anterior se desprende que los usuarios del recurso se ponen de acuerdo para definir, qué hay que

hacer, quién debe hacerlo, cómo, dónde y cuándo debe hacerse. Esta actitud de los usuarios es lo que

entendemos por acción colectiva. La acción colectiva tiene que ver con algunos elementos esenciales como

la concertación, la solidaridad, la extensión del problema y las ventajas que se pueden alcanzar con ella

(Munk, 1999). Pero también hay otros aspectos que deben resolverse bajo esta perspectiva de la acción

colectiva como es la resolución de conflictos, señala Ostrom (1996) que lo que constituye una sanción eficaz

varía de un sistema a otro, cuando los usuarios consideran las reglas como legítimas y viven en un pueblo

pequeño donde la mayoría de las oportunidades futuras de beneficio mutuo están basadas en su reputación

como personas de confianza, el temor a comentarios adversos, por sí solo, podría ser suficiente para impedir

que la mayoría viole las reglas.

Las ideas fundamentales detrás del concepto de autogestión, en último término, coinciden en alto grado con

las antiguas ideas del humanismo, que se identifica con: la libertad, la autodeterminación, la solidaridad y la

igualdad. Esto significa que el concepto de autogestión es un entronque o una filosofía del ser humano, de la

vida y de la sociedad, que tiene dimensiones por lo menos en tres niveles: en el ámbito ideológico, en el

político y en el técnico. Tiene alcances en el ámbito ideológico porque es una concepción de la existencia y

de la vida que busca la creación de una nueva sociedad. Tiene dimensiones políticas por que pretende

cambiar el orden establecido, lo cual significa una transferencia de poder desde las minorías que lo detentan

hacia la mayoría que gana el sustento con su esfuerzo y trabajo. Por último tiene dimensiones técnicas ya

que naturalmente trata de utilizar los métodos más eficientes para alcanzar los objetivos buscados,

incluyendo métodos nuevos de carácter participativo y democrático, “...la búsqueda de la libertad y de la

autodeterminación han constituido de siempre una especie de continuo en la historia humana ...buscar

formas superiores de organización y de vida” (Espinoza, 1983:66-68, citado por Pimentel, 2003).

Sin embargo, si se requiere resolver los conflictos cuando en un espacio en el que se presentan diversos

usos y usuarios, parece necesario la actuación hasta cierto punto de la regulación del Estado, por una parte,

y de una mayor capacidad y facultad en la toma de decisiones de los actores sociales involucrados de parte

de los usuarios.

Una organización autogestionaria se mueve en un amplio ámbito de relaciones sociales de producción que

corresponden no necesariamente a un solo modo de producción o formación socioeconómica. Además el

hecho de compartir recursos comunes, no significa que la propiedad tenga que ser necesariamente de

89

carácter social, sino que es posible desarrollar una estrategia común a partir de una propiedad individual,

pero para hacer esto posible se requiere definir todo un esquema con reglas claras como señala Ostrom

(1996).

Las nuevas instituciones son buscadas o deseadas principalmente en términos del retiro del Estado

benefactor y el ascenso del mercado como fuerza mundial rectora del orden social, lo cual justifica la

identificación y valoración de las formas en que los grupos exitosos se organizan y fortalecen con relación al

manejo de un recurso con uno o varios grupos de usuarios, de cobertura o tamaño diverso y de disponibilidad

temporal o marcadamente estacional. Puesto que las reglas de uso de recursos deben ser de acatamiento

colectivo, además de tiempo para su aceptación gradual requieren de la participación comunitaria, la cual

puede orientarse a la valuación de costos y beneficios relativos a varias estrategias de manejo alternativas.

La participación, también resulta importante porque solo de esa manera se pueden auto legitimar las

instituciones que emerjan localmente y cuya funcionalidad depende del establecimiento autogestivo de

compromisos que no pueden en tal sentido ser decretados ‘desde afuera’. A lo que si se puede contribuir

desde afuera es al suministro de información, a catalizar el análisis de problemas y opciones, a señalar

panoramas y estrategias exitosos en contextos parecidos, en aportar conocimiento técnico y legal y en

general a fortalecer la capacidad organizacional local.

Por tal razón, resulta fundamental considerar a la cuestión política para abordarla mediante la formación de

coaliciones o estrategias entre los diferentes grupos o sub-grupos de usuarios por producto o especie o área,

los aportadores de servicios y facilidades tales como OGs y ONGs, y las corporaciones mercantiles o

normativas, como los principales actores que deben negociar y consensuar para lograr acuerdos y

comportamientos sobre derechos, obligaciones y funciones específicas para cada actor involucrado.

Por otro lado, la participación social, popular o de cualquier otra forma adjetivada, se basa en tres supuestos

básicos: 1) que la cesión de oportunidades a las poblaciones puede permitir superar gran cantidad de

restricciones enfrentadas de manera común; 2) que se permite así la expresión de la libre voluntad para

remediar conflictos y asegurar de manera pacífica el logro de objetivos materiales; y 3) que la cesión de

capacidad de control (usurpada por instituciones o reglas externas impuestas por el estado o el Mercado),

posibilite la auto-organización mediante formas suaves de investigación participativa, interacción dialógica y

concientización, de manera que los grupos se motiven para la acción colectiva (Geylfus, 1997).

De tal manera, el desarrollo autogestivo se orienta al establecimiento de procesos operativos mediante los

que, de manera endógena o propia, las poblaciones y grupos reconocen y discuten sobre sus propios

problemas y llegan a plantear propuestas u opciones correctivas, incluyendo conocimiento y reglas, tomando

90

en las propias manos –sin intermediarios operativos directos– al conjunto de actividades que permitan el

manejo local en búsqueda del beneficio común.

Por lo anterior, la ayuda externa organizacional puede dirigirse en una primera instancia a que la gente

identifique de manera clara los recursos que tiene a su alcance, de manera que el respaldo al

involucramiento colectivo pueda facilitar el establecimiento de confianza y acuerdos así como la rendición de

cuentas tanto sobre recursos como sobre relaciones sociales (capital social). La posibilidad del desarrollo

autogestivo será así referida a la capacidad de autopercibir, de manera colectiva, que tanta capacidad

material tiene o no la comunidad para asumir por sí misma su propio destino o estilo de vida asumido. De

ésta forma, este enfoque autogestivo correspondería a un enfoque del desarrollo orientado a los recursos en-

común, para el cual son esenciales la participación, la organización y la constitución de capacidad,

comunitarias o al menos grupales (Ngunjuri, 1998).

Existen diversas evidencias de instituciones u organizaciones locales que manejan o pueden manejar

recursos de manera autogestiva e incluyente, con esquemas bien definidos para resolver sus conflictos y que

en el contexto del retiro del Estado constituyen una posibilidad viable para mantener y reproducir procesos

autogestionarios de larga duración. Parece no aplicarse un modelo único para toda organización

autogestionaria de recursos debido a la gran diversidad de los mismos y a las condiciones económicas,

culturales, políticas y sociales tanto del entorno a las organizaciones como al interior de ellas. Es importante

destacar que la participación de toda organización autogestionaria es un elemento esencial para legitimar sus

reglas, resolver los puntos de conflicto y que sólo desde el interior de la propia organización es factible asumir

con racionalidad el uso de los recursos y sus propia designación y planeación; desde el exterior, es decir, el

entorno, será importante disponer de la información pertinente y de facilitadores quienes pueden catalizar un

proceso dado de integración organizativa. La participación por sí misma, orientada para determinada

actividad de corto o mediano plazo, no necesariamente es condición suficiente para lograr efectos deseados

de acción colectiva en el largo plazo, relacionada con el manejo sostenido de los recursos. En este caso, se

requiere incentivar la propia organización mediante subsidios regulados que fomenten la participación activa

para alcanzar realmente el desarrollo sustentable.

La capacidad de organizaciones autogestivas en las que los regantes mismos se gobiernan y realizan ellos

mismos las tareas de operación contiene ciertas características y restricciones, es decir la organización no es

el resultado automático de la existencia de obra hidráulica.

III.3.4. Principios de diseño de organizaciones autogestivas.

¿Cuáles son las razones por las cuales, en grandes obras de riego, no se producen los benéficos

esperados? ¿de qué forma se involucran los usuarios de los recursos para que los sistemas sean

sostenibles?. Son algunos cuestionamientos que parte de la teoría de la acción colectiva aborda para explicar

91

con sus propios argumentos que cuando los usuarios de un recurso intervienen bajo ciertos principios bien

definidos, es posible que los sistemas sean autosostenibles y de larga duración. En este sentido Ostrom

(1996) señala que las principales causas atribuibles a la falta de una infraestructura para obras de riego

sostenibles son: 1] una tendencia falsamente optimista en el análisis inicial de costo-beneficio; 2]

sobrevaloración del rendimiento agrícola que se obtendría; 3] baja inversión en costos ordinarios

relacionados con la operación y mantenimiento de los sistemas. De estas causas, en las obras de riego

diseñadas desde la administración del Estado, según los planes que se elaboran, supuestamente se calcula

que los beneficios serán por mucho, muy altos en relación con los costos, también se calculan o estiman

altos rendimientos agrícolas, que al momento de llevar a la práctica los proyectos, los rendimientos resultan

muy inferiores a lo planeado; y por último, no se invierte lo suficiente para la operación y administración de

las obras diseñadas, lo que impacta en resultados negativos.

Cuando los usuarios no participan en la toma de decisiones de los proyectos concebidos desde la

perspectiva del Estado, se generan incidentes en el uso y la apropiación de los recursos tales como: la

construcción ilegal de tomas, ruptura de candados, extracción de agua durante la noche, sobornos,

amenazas y otras acciones orientadas a persuadir a los funcionarios a asignar más agua. Uno de los

prejuicios que ha caracterizado a gran parte de la planificación de los proyectos de riego en países en

desarrollo ha sido suponer que los proyectos grandes producen mayores beneficios. Sin embargo, existe

considerable evidencia que indica que los proyectos más pequeños –obras de riego menores– ofrecen

mejores resultados que los proyectos más grandes (Ostrom, 1996).

Una de las limitaciones que tienen los proyectos impulsados por el Estado sin considerar la participación e

intervención de los usuarios en la toma de decisiones, es que se aboca la mayor parte de los recursos en el

desarrollo del capital físico, es decir, en la construcción de la obra de riego, dando muy poca importancia al

desarrollo del capital social, es decir, las organizaciones, grupos de usuarios o instituciones creadas de

manera autogestiva y que tienen un gran potencial para intervenir y hacer suyos los proyectos, lo que podría

llamarse apropiación.

El diseño de instituciones implica crear formas nuevas de relaciones entre individuos. El proceso de diseño

institucional es bastante diferente del diseño de ingeniería. Como lo ha demostrado la experiencia en la

organización de campesinos a través de las últimas décadas, dar a las personas proyectos o esquemas

organizativos no cambia los incentivos y el comportamiento de estos individuos. Tampoco el problema es tan

sencillo como organizar a los campesinos. Muchos incentivos adversos enfrentan a los ingenieros de diseño,

formas de construcción y funcionarios responsables del funcionamiento y mantenimiento de los sistemas de

riego. Tanto el fracaso en lograr la sostenibilidad del proyecto como el fracaso en organizar a los campesinos

ilustran una falta de comprensión, ampliamente extendida, de cómo se forman las instituciones eficaces a

través del tiempo (Ostrom, 1996).

92

En algunas regiones, los campesinos han estado organizados por largos periodos de tiempo, y las

organizaciones campesinas existentes son bastante eficaces. Generalmente se tiende a decir con mucha

facilidad que los usuarios no están organizados, pero habría que ver en qué sentido se hace tal

planteamiento. Desde la lógica del campesino o del usuario del agua tratándose de sistemas de riego, el

hecho es que por ejemplo en el caso de ASURCO, los usuarios siguen manejando sus recursos bajo

esquemas organizativos antiquísimos, independientemente de los cambios en las políticas de Estado y las

nuevas disposiciones para “crear organizaciones” formales como son las Asociaciones Civiles, para que a

través de ellas los usuarios tengan la posibilidad de llevar a cabo los procesos de gestión. Como señala

Chambers (citado por Ostrom, 1996), los campesinos no pueden ser organizados por “persuasión o decreto”

y “sólo participarán si ellos ven que se benefician al hacerlo”.

El concepto de institución que desarrolla Ostrom (1996), es fundamental como punto de partida para

reconocer, que los grupos autogestionarios se caracterizan por un conjunto de principios que les denota su

propia “institucionalidad”, es decir, la institución es, simplemente, el conjunto de normas efectivamente

utilizadas por un conjunto de personas (las normas operativas o reglas en uso) con la finalidad de organizar

actividades repetitivas que producen resultados que afectan a esos individuos y que podrían afectar a otros.

Por lo tanto, una institución de riego es el conjunto de normas para suministrar y utilizar el agua de riego en

un lugar determinado.

Ostrom (1996) hace referencia a un conjunto de principios de diseño que caracterizan a la mayoría de los

sistemas sólidos organizados por los propios usuarios de los recursos comunitarios. Estos principios son: [1]

la definición claramente de linderos. Los individuos u hogares con derechos a retirar unidades de recursos del

recurso común y los límites del recurso común en sí, están claramente definidos. Esto significa que al interior

de una comunidad se deben definir quiénes tienen derecho y quienes no al beneficio de los recursos

comunes, lo que permite que exista una regulación para su aprovechamiento y conservación; 2) congruencia

entre las reglas de apropiación y de provisión y las condiciones locales. Las reglas de uso que restringen el

tiempo, lugar, tecnología y/o cantidad de unidades del recurso están relacionadas con las condiciones locales

y con las reglas que norman la provisión del trabajo, materiales y/o dinero requeridos para mantener el

recurso y la organización; 3) arreglos de elección colectiva.

La mayoría de los individuos afectados por las reglas de funcionamiento están incluidos dentro del grupo que

puede modificar esas reglas; 4) supervisión. Hay supervisores que auditan activamente las condiciones

físicas y el comportamiento de los regadores y que son responsables ante los usuarios y/o son los usuarios

mismos; 5) sanciones graduales. Los usuarios que violan las reglas de funcionamiento son susceptibles de

recibir sanciones graduales de parte de los demás usuarios, de los funcionarios que responden ante éstos, o

93

de ambos; 6) mecanismos de resolución de conflictos. Los usuarios y sus funcionarios tienen rápido acceso a

foros locales de bajo costo para resolver los conflictos entre usuarios, o entre éstos y funcionarios; 7)

reconocimiento mínimo del derecho a organizarse. Lo derechos de los usuarios a diseñar sus propias

instituciones no son objetados por las autoridades externas o del gobierno; y 8) empresas concatenadas.

Las actividades de asignación, aprovisionamiento, supervisión, sanción, resolución de conflictos y gestión

están organizadas en capas múltiples de empresas concatenadas. Los principios señalados son una

propuesta teórica y práctica para explicar los mecanismos a través de los cuales los usuarios de los recursos

definen las formas y procedimientos más factibles para mantener un cierto grado de organización social.

Es importante el aporte que hace la autora en el sentido de explicar las características de la participación

social como medio esencial que permite de manera sostenida y de larga duración, la operación,

administración y mantenimiento de recursos comunes en manos de organizaciones autogestionarias. Al

caracterizar los principios bajo los cuales se manifiesta la organización social, cabe preguntarse, ¿qué es lo

que mueve a una comunidad para organizarse?, ¿bajo qué circunstancias responden a un esquema de

integración social y de cooperación mutua para perdurar como organización?

Habiendo estudiado principalmente pesquerías, pastizales, bosques, y sistemas de riego, el pensamiento de

Ostrom ha trascendido hasta las mega-instituciones rectoras de la globalización, de manera que el manejo

auto-gestionado de recursos empieza a ganar círculos de influencia de amplio alcance para la instauración

mediante programas y proyectos de corte ‘participativo’.

Se afirma en tales apreciaciones que la cohesión grupal se facilita por un número pequeño de usuarios, por

la homogeneidad de sus miembros en términos de valores compartidos y dependencia económica del

recurso, y si la membresía permite que los beneficios netos se distribuyan de manera sustancial y equitativa

(McCulloch et al., 1998). Por ejemplo, se indica que entre campesinos de Sri Lanka, su incapacidad

organizacional se debió a su amplia membresía, la heterogeneidad cultural, la falta de acceso a

infraestructura de caminos y comunicaciones, y su aversión al riesgo.

Un punto de énfasis y cuestionamiento para la operacionalización de la acción colectiva, es el relativo al

porque no se da o facilita el manejo colectivo de recursos. Se considera la carencia de incentivos económicos

para la participación, pero también el tiempo implicado y las tensiones sociales o gratificaciones derivadas.

Así por ej., donde hay incentivos suficientes pero se carece de mecanismo propios de ‘gobernación’, los

facilitadores externos pueden desempeñar una función instrumental para desarrollar los mecanismos locales

(Ensminger, 1992). Esto, se puede considerar como la contribución a reducir los costos de transacción de la

organización, que para ser sostenibles, deben institucionalizarse para que no dependan de la acción o

decisiones de una sola persona.

94

Según Boelens (1998) la equidad está relacionada con la “justicia social”, con el sentimiento de que algo es

‘razonable’ y ‘aceptable’. Generalmente, se refiere a la percepción que las personas tienen de una relación

socialmente justa entre objetos determinados en una situación de intercambio, entre derechos y obligaciones,

entre beneficios y cargas, y entre ventajas y desventajas. Por lo tanto, la equidad está directamente

relacionada con reglas y procesos de construcción de reglas y también con el intercambio y distribución de

los recursos materiales. Es decir, que en función de los intereses, usos y costumbres de los grupos de

usuarios que manejan sus recursos, definen su propia lógica de equidad y de justicia social. Cada cultura,

subcultura, región, comunidad campesina o asociación de usuarios de agua ha construido, y todavía está

construyendo, sus propios conceptos heterogéneos y locales sobre la equidad. Sin embargo, la imposición

por otras culturas o clases de ciertas nociones sobre lo que es ‘equitativo’ tiende a causar la pérdida de la

conciencia, los valores y la autonomía locales. Esta imposición niega el carácter heterogéneo y las prácticas

particulares de equidad en situaciones y lugares específicos. Paradójicamente, actúa de una forma que

destruye la equidad misma. Los conceptos propios de equidad son reemplazados cada vez más por

definiciones externas que vienen a regular las relaciones formales y la vida diaria local.

III.4. El mercado y la transferencia de los sistemas de riego

III.4.1. Antecedentes.

Uno de tantos aspectos que llaman la atención de la denominada política de modernización del campo

impulsada en México en los últimos años, es lo relativo a la transferencia de la operación, conservación y

administración de los distritos de riego a sus asociaciones de usuarios. Estos cambios se formalizaron a partir

de 1989 con la creación de la Comisión Nacional del Agua (CNA) y se señalaron los propósitos generales de

las acciones de política hidroagrícola con el Programa de Modernización del Campo 1990-1994.

En el Plan de Modernización del Campo 1990-1994 se insistió en la necesidad de transferir los distritos de

riego a los usuarios como única vía que podría permitir eliminar las ineficiencias, incrementar la producción y

la productividad en el campo. Se señala que “una mayor participación de los usuarios en el manejo de la

infraestructura hidráulica es condición necesaria para su buen funcionamiento”. Tal parece que el

reconocimiento de la importancia de que los usuarios del agua deben ser considerados como sujetos y no

como objetos, se toma en el extremo como un elemento de justificación para aceptar en toda su amplitud el

modelo de desarrollo impulsado a partir de la década de los ochenta sin cortapisas.

Lo cierto es que tales medidas de política para el campo responden a un modelo de desarrollo donde se

apuesta a que el mercado debe ser la mejor opción para una adecuada asignación de los recursos, donde la

participación del Estado debe ser mínima y limitarse en todo caso a la regulación pero no al fomento a través

del manejo de recursos. No es posible asumir que el mercado será la opción más adecuada para generar un

95

desarrollo más equitativo, pero tampoco se trata de defender esquemas de manejo burocráticos ineficiencias

ancestrales por una excesiva intervención y regulación del Estado en sistemas que bien pueden operar y

administrar los propios usuarios locales.

Para hacer operativa la propuesta de modernización en materia de política hidroagrícola, nace la CNA como

órgano desconcentrado de la SARH, hoy de la SEMARNAT, con el fin de impulsar una nueva política para el

manejo de las aguas nacionales, derivándose de éste objetivo el Programa Nacional de Descentralización de

los Distritos de Riego bajo el Plan Nacional de Desarrollo (1989-1994). El programa de descentralización o de

transferencia en el caso de los distritos de riego, fue creado para establecer un sistema de responsabilidad

conjunta entre la CNA y los usuarios de los sistemas de riego. El objetivo general del programa de

transferencia era asegurar que los sistemas de riego públicos se volvieran autosuficientes. Sin embargo, no

es una tarea sencilla de resolver porque existen factores externos que no están al alcance y control de los

usuarios para hacer de la agricultura de riego una actividad rentable que les permita su capitalización y

autosuficiencia.

La opción por el mercado lleva implícito el concepto de competitividad, y este es incapaz de asegurar el

mantenimiento de la vida, el concepto de propiedad privada tampoco sirve para la gestión de ecosistemas, el

concepto más potente y sugestivo teórica y empíricamente es el de la cooperación (Aguilera, 1991:176-177,

citado por Pimentel, 2003).

III.4.2. La transferencia de los sistemas de riego en el mundo.

La transferencia de los sistemas de riego en administrados por el Estado hacia los usuarios del agua, es un

movimiento global aplicado en distintos países que se viene impulsando a partir de la década de los años

ochenta, cuyos resultados y experiencias son diferentes. La transferencia en el manejo de los sistemas de

riego puede ser definido como una reducción de la intervención gubernamental y su correspondiente

expansión hacia los usuarios del agua a través de instituciones locales. Esta transferencia está orientada

hacia distintas acciones que deben asumir los regantes en materia de mantenimiento de la infraestructura,

solución de conflictos internos por el agua, distribución y derechos del agua, rehabilitación de los sistemas,

asignación de los derechos del agua y planeación de los calendarios de cosechas, entre otras.

Las razones más comunes de los distintos gobiernos para llevar a cabo la transferencia del agua son:

incapacidad de los propios gobiernos para financiar los costos del riego en la operación y el mantenimiento

de los sistemas de riego, la incapacidad de los gobiernos para recuperar los costos de operación y

mantenimiento hacia los usuarios del agua, y en general, debido a un conjunto de deficiencias en que han

incidido las instituciones gubernamentales. Sin embargo, la propia transferencia no implica necesariamente

un retiro total del Estado, sino que se requiere delimitar el grado de su intervención, así como la propia

96

participación de los usuarios, para hacer de los sistemas de riego organizaciones realmente autogestionarias.

A la vez, la propia transferencia no garantiza que los usuarios “dispongan” por decirlo de alguna manera, de

las estructuras organizativas adecuadas o que correspondan con la infraestructura hidráulica por recibir.

En la Conferencia Internacional sobre Transferencia para el Manejo de la Irrigación celebrada China en 1994,

se señaló la importancia que significa este movimiento a nivel mundial, a través del cual se han obtenido

experiencias de diversa índole en los países donde se está impulsando ésta política. Algunos de los aspectos

analizados fueron los relacionados con la recuperación de los costos para el mantenimiento y la operación de

los sistemas de riego por parte de los usuarios; el fomento de la intervención de la iniciativa privada, sobre

todo en grandes obras de riego, como en los casos de Bangladesh, Pakistán y Nigeria; convenios con

contratistas para el manejo del agua, ya sean contratistas no gubernamentales o asociaciones de usuarios

para realizar el trabajo, como en Filipinas; franquicias a través de las cuales el gobierno otorga el derecho a

organizaciones no gubernamentales para sustituir un servicio de riego por un tiempo definido, como es el

caso de Huan, China; programas de concesiones-subsidios donde el gobierno apoya alguna parte de los

costos de energía como en varios estados de la India; inversiones conjuntas entre agencias y usuarios,

generalmente en partes iguales del total de los costos, como en muchos sistemas de riego en China;

agencias que llegan a convertirse financieramente autónomas con el apoyo inicial del Estado a través de

rentas públicas, como en Filipinas y recientemente en Nigeria; asociación de agencias y usuarios, donde los

usuarios tienen una gran participación en la planeación y asignación del agua, en el mantenimiento y la

operación de los sistemas, como en muchos casos de China y México; experiencias importantes de

devolución de funciones y del control de los sistemas a los usuarios como en Indonesia, Filipinas, Sri Lanka,

México y Colombia; el retiro de funciones del gobierno, sin tener una actividad relevante en distintos niveles

como es el caso de Senegal; privatización de activos, es decir, la conversión de las propiedades del gobierno

a organizaciones no gubernamentales o a individuos que en este caso se incluye tanto la infraestructura

como los derechos de agua, como sucede en Bangladesh, Pakistán y Nueva Zelanda (Douglas, 1995).

Se agrega en el documento referido que de las experiencias a nivel mundial en cuanto a la transferencia de

los sistemas de riego, no existe un modelo único universalmente aplicable. Se enfatiza que los sistemas de

riego operados y administrados por los usuarios tienen mejor posibilidad de manejarse con más

responsabilidad y ser sostenibles.

También Sagardoy (2000) hace una revisión de la difusión de los programas de transferencia en las regiones

de Asia y África, donde refiere que las razones para la implementación de estas políticas responden a la

necesidad de reducir los subsidios a la operación de los sistemas, deterioro de los sistemas debido a una

mala conservación, insatisfacción de los usuarios con la gestión pública, entre otras. El modelo predominante

que los países han adoptado en los programas de transferencia es el denominado “manejo conjunto” donde

se transfiere la gestión de los canales de orden secundario o terciario y el sector público mantiene la gestión

97

de las estructuras de regulación (presas de almacenamiento y derivación) y toda la estructura de conducción

y distribución principal. Los usuarios se organizan en Asociaciones de Usuarios (AU) teniendo como ámbito

los canales menores. En los sistemas de riego con aguas superficiales transferidos se nota una reducción de

las tarifas debido a un mejor uso de los recursos internos, como es el caso de la mano de obra

principalmente. En aquellos con aguas subterráneas hay un incremento de las tarifas pero hay también una

reducción del consumo. La relación entre transferencia y productividad no resulta evidente. En general se

notan modestos incrementos de la productividad de la tierra pero con frecuencia estos ya ocurrían también

antes de la transferencia y probablemente eran resultado de mejores prácticas de cultivo, de efectos

climáticos o de rehabilitaciones efectuadas.

III.4.3. La transferencia de los distritos de riego en México.

La transferencia de los sistemas de riego es una línea de política agrícola que responde a la visión de que el

mercado debe ser la mejor opción que permita la asignación correcta de los recursos; ello, en virtud de la

ineficiencia del Estado para administrar la gestión del agua. De cualquier manera, ya sea con mayor o menor

intervención del Estado, se requiere de la conjunción y del esfuerzo de diferentes actores para hacer posible

un cambio orientado a mejorar y superar una gama de problemas a los cuales se enfrentan cotidianamente

los usuarios del agua, como son: la falta de mantenimiento en las obras de riego, mejorar los procesos para

la distribución del agua bajo los principios de equidad, entre otros.

El proceso de transferencia ha sido complejo, pero sobre todo que no ha culminado con el simple hecho de

que administrativamente se llegue a transferir el 100 % de los distritos de riego a las asociaciones de

usuarios. Esto sólo constituye una parte de la transferencia y lo que sigue vigente es el proceso de

consolidación de las organizaciones de regantes, identificar y reconocer la importancia de sus formas

internas de regulación, de la propia necesidad permanente de intervención de parte del Estado con lo que le

corresponde asumir como promotor y regulador del desarrollo y en gran medida también el compromiso con

el que deben participar el sector privado, las instituciones de enseñanza e investigación, y más que nada la

de los propios usuarios del agua.

Por otra parte, el proceso de transferencia no puede aislarse del entorno económico, político y social bajo el

cual se desarrolla la propia dinámica nacional e internacional, y que en gran medida dependen de este

entorno las expectativas esperadas para los sistemas de riego en manos de los usuarios. Sin embargo, los

propios usuarios siguen manteniendo vigentes ciertas formas de organización porque la experiencia así les

demuestra por qué les son funcionales, independientemente de algunos cambios en el entorno.

Según Téllez (1994) la superficie total irrigada de los 79 distritos de riego que están en operación, representa

60% del área bajo riego (3.4 millones de ha.). La mayoría de estos distritos requieren de subsidios federales

para su operación, ya que las cuotas no son suficientes para cubrir los costos de mantenimiento. El 40 %

98

restante (2.8 millones de ha.) se encuentra repartida en unidades de riego y aprovechamientos de

particulares que cubren íntegramente sus costos de producción. El subsidio en los costos de operación de los

distritos provoca una baja eficiencia de operación, una mayor demanda de agua, un desperdicio del recurso

(se calcula que este desperdicio es cercano a 50 % del agua extraída) y problemas ecológicos, como el

agotamiento del manto acuífero. En la actualidad existe un mercado de aguas dentro de los distritos de riego

que cuenta con poca seguridad jurídica. Por otra parte, Marín y Torregrosa (1995) mencionan que son 77 los

Distritos de Riego que existen en el país, los cuales cubren el 60 % del total del área regada y otras 27 mil

pequeñas unidades de riego.

Con esta visión tal parece que el simple hecho de transferir los Distritos de Riego a los usuarios, resolverá

automáticamente todos los problemas de ineficiencia, de mantenimiento en las obras y de productividad para

hacer una agricultura de riego más redituable. No es suficiente hacer partícipes a los usuarios del agua para

resolver los problemas relacionados con el manejo del agua, también es indispensable generar una cultura

diferente para asumir los cambios, adaptarse a ellos y generar nuevas estrategias que permitan una mayor

corresponsabilidad entre el Estado y los usuarios.

Señala Palacios (1998) que de acuerdo a un censo realizado por la CNA en 1996, de una superficie

registrada de 3 366 651 hectáreas en los Distritos de Riego, es posible regar 3 084 198 hectáreas pero

debido a diferentes problemas, la superficie regada es aún menor: 2 539 406 hectáreas con un padrón de

536 438 usuarios. En el caso de las Unidades de Riego, la superficie susceptible de regarse no se conoce

con detalle, pero según el Colegio de Postgraduados existen 22 772 unidades de riego registradas con una

superficie total de 1 709 723 hectáreas; pero además se tiene información de otras 16 526 aprovechamientos

no registrados que dominan un área de 864 468 hectáreas, que al sumarse se obtienen 32 298

aprovechamientos con una área total de 2 574 191 hectáreas.

Por su parte Escobedo (1997) hace referencia a la importancia que tiene el pequeño riego en México, y

acotando el concepto lo define como aquellos sistemas que se han denominado como unidades de riego, es

decir, todo aquello que no conforma un distrito de riego y que no es administrado por el Estado a diferencia

de los distritos. Acude a diferentes fuentes y señala que el pequeño riego es muy importante en México

debido a la superficie que comprende de 2.5 millones de hectáreas, de un total de 5 millones de hectáreas de

riego. Menciona la falta de información para comparar la productividad agrícola entre los distritos de riego y

las unidades de riego, pero según informes del periodo 1974-1981 el autor refiere que los agricultores

beneficiados con pequeño riego, sin tantos apoyos como los productores de gran irrigación, llegan a obtener

los mismos rendimientos por hectárea.

Palacios (1995) menciona que la transferencia de los distritos de riego en México puede atribuirse a

diferentes razones: el deterioro de la infraestructura de riego por la carencia de un mantenimiento adecuado,

99

la reducción de fondos para la operación y el mantenimiento y la reducción de los subsidios

gubernamentales; en 1988 los cargos de agua sólo cubrieron el 15 % de los costos de operación y

mantenimiento. Agrega que, después de realizar trabajo de campo en los Distritos de Riego en Delicias,

Chih., Río Mayo y Río Yaqui en Sonora; y Valle del Carrizo en Sinaloa, la opinión general de los usuarios fue

que la transferencia había tenido un impacto positivo; el mantenimiento de la infraestructura es más barato y

oportuno al estar en manos de los usuarios; para reducir los costos de administración, sugiere que el tamaño

de los módulos de riego deberían de manejar entre 5 000 y 10 000 hectáreas.

Definitivamente con la transferencia de los distritos de riego a los usuarios se da un giro muy importante en la

política del manejo del riego por parte del Estado, pero se requiere de un gran esfuerzo tanto del Estado

como de los propios usuarios para mejorar los sistemas y desarrollar expectativas diferentes que permitan

superar deficiencias como la falta de mantenimiento en las obras, reactivar la actividad agrícola, hacer un uso

más eficiente del agua, promover las formas organizativas propias de los usuarios, ajustar la ley para una

adecuada distribución del agua, hacer rentables las propias asociaciones de usuarios, y sobre todo fomentar

el desarrollo de las capacidades de los propios usuarios para crear las entidades necesarias que permitan

desarrollar estrategias y prácticas en la gestión integrada del agua.

En cuanto a los avances de la transferencia de los distritos, se reporta que al 30 de junio de 1998, se tenía

transferida una superficie de 3 millones 80 mil hectáreas a 448 mil usuarios, organizados en 406

Asociaciones Civiles y 10 Sociedades de Responsabilidad Limitada de Interés Público y Capital Variable,

teniéndose con esto, 66 distritos totalmente transferidos, 9 en forma parcial y se continúa avanzando en las

áreas aún sin transferir en los 6 distritos restantes, contemplándose concluir el proceso de transferencia en el

año 2000.

Para la Asociación Nacional de Usuarios de Riego (ANUR), (1998) la transferencia de los distritos de riego al

31 de julio de 1998 tenía un avance del 91% lo que representó 3 082 720 hectáreas a 448 475 usuarios; de

éstos 338 348 son ejidatarios y 110 127 pequeños propietarios organizados en 406 Asociaciones Civiles y 10

Sociedades de Responsabilidad Limitada de Interés Público y Capital Variable teniéndose así, 66 distritos

totalmente transferidos y 9 en forma parcial. Así, faltaban por transferir a esa fecha 288 490 hectáreas; pero

aquellos módulos con menos de 6000 tenían limitaciones para lograr la autosuficiencia.

Para fines de 1999, se habían transferido el 94 % del área dominada por los distritos de riego a 423

organizaciones de usuarios, que operan, conservan y administran las redes secundarias de canales y drenes;

además se han creado 10 Sociedades de Responsabilidad Limitada, que ya están operando y conservando

las redes mayores de canales, drenes y caminos. Los resultados obtenidos de este proceso, en general han

100

sido positivos; sin embargo, existen problemas en varios de los módulos y en algunos distritos,

principalmente en los más pequeños y con menos recursos. Las finanzas de algunos módulos no son

buenas, la conservación de las obras de varios distritos es deficiente y en algunos casos se han producido

problemas de tipo socioeconómico que han afectado la operación, conservación y administración de sus

respectivos módulos de riego (Palacios, 2000).

De acuerdo con la CNA (1999), para inducir y garantizar el uso eficiente del agua, se ha transferido la

infraestructura de los distritos de riego a los usuarios. Para julio de 2001, se había transferido una superficie

de 3.3 millones de hectáreas a 525 mil usuarios de los cuales 387 mil son ejidatarios y 138 mil pequeños

propietarios organizados en 444 Asociaciones Civiles y 10 Sociedades de Responsabilidad Limitada. La

superficie transferida representa el 98 % de la superficie total de los 82 distritos de riego del país. Debido a

las acciones realizadas y al aumento de la cuota por servicio de riego, el grado de autosuficiencia financiera

de los distritos pasó de 43 %, en 1989, año en que se inició la transferencia, a 69 % en el 2000. Sin embargo,

de toda la superficie con infraestructura de riego, en el año 2000 solamente el 76 % se regó.

Desde la óptica de la “intelligencia” todo parece que la transferencia ha resultado hasta el momento un

proceso con resultados positivos, pero ¿cuál es actualmente la situación que hace diferente a los usuarios

respecto a los tiempos en que la operación, administración y mantenimiento de los sistemas de riego

dependían directamente del Estado?, ¿han mejorado sus condiciones de vida y de trabajo después de la

transferencia de los sistemas de riego?, ¿se han incrementado los niveles de productividad agrícola?, ¿la

actividad agrícola es ahora más competitiva que antes de la transferencia? ¿qué hay de todo ese

conocimiento, valores y costumbres no escritas pero que rigen en gran medida el comportamiento de los

regantes?. Estas son algunas interrogantes que vale la pena reflexionar y tratar de responder para valorar el

papel desempeñado por las políticas de transferencia en el desarrollo rural. Aunque no es el propósito de la

presente investigación, profundizar en las causas de éstos cuestionamientos, se verá que en el caso del río

Cuautla, para los usuarios de riego les ha sido un tanto indistinto ese proceso de transferencia porque a nivel

comunitario se mantienen las formas organizativas desde y a partir del mismo reparto agrario y las

dotaciones de agua. Sin embargo, es cierto que con la transferencia del Distrito de Riego a las asociaciones,

y en particular, en la del río Cuautla, los usuarios han venido conformando ciertas estructuras internas que les

permiten intervenir en los procesos de gestión con mayor presencia que en el tiempo en el que el Distrito de

Riego realizaba todas las actividades relacionadas con el manejo y la operación de sistema. Parece

confirmarse la tesis de que en la medida en que los usuarios tienen un propósito que los una para

organizarse, lo hacen por cuenta propia siguiendo patrones y reglas de uso acorde a su percepción, y no

esperanzados a que la organización provenga desde “fuera”.

101

III.4.4. Subsidios-costos.

Se ha justificado que la transferencia de los sistemas de riego implica necesariamente una disminución de los

subsidios por parte del Estado, por un lado, y un incremento en los costos del agua para los usuarios, por

otro. En el primer caso, a pesar de que no sólo es una declaratoria, sino que es una realidad en la operación

y mantenimiento de los módulos, lo cierto es que no se conoce la magnitud de la reducción de los subsidios y

sobre todo el nivel de impacto en la recuperación y autosostenimiento de las organizaciones de regantes. Al

respecto, Johnson et al. (1996) señalan que “el programa de transferencia ha permitido que el gobierno

reduzca los subsidios a los distritos de riego, ha eliminado muchos de los problemas sindicales en los

distritos, ha permitido que los usuarios se hagan cargo del control de la operación y mantenimiento a nivel

módulo y, en la mayoría de los casos, ha mejorado el mantenimiento”.

Agrega Johnson et al. que el programa de transferencia en México se estableció para pasar la carga

financiera del riego del gobierno y sus subsidios a los usuarios que recibían los beneficios del agua de riego.

Con el retiro de los subsidios, fue inevitable que aumentaran las tarifas de agua de los módulos. Pero reiteran

los autores que los incrementos no han rebasado más allá de un 4 % de los costos iniciales y en general que

no representan los costos de agua más del 10 % del total de los costos de producción. Sobre este aspecto de

las cuotas de riego, la mayoría de los estudios de caso reportan que es necesario incrementar las cuotas

para poder sostener las actividades de operación de los módulos de riego; además en varios de los casos no

se tienen los suficientes recursos para dar mantenimiento a los canales y a la infraestructura de riego. El

rezago en las cuotas de riego se debe fundamentalmente a problemas de una acelerada inflación, a un

mayor incremento de los insumos y ello requiere estar actualizando constantemente las cuotas, pero resulta

un tanto difícil para que los usuarios asuman los cambios rápidamente. Lo anterior se puede observar en el

caso del río Cuautla porque a decir del presidente de la mesa directiva de ASURCO, “los usuarios no aceptan

fácilmente los incrementos en las cuotas a pesar de que se les explique claramente la necesidad de recaudar

mayores recursos para mejorar el servicio; muchos usuarios siguen pensando que la instancia encargada de

operar el sistema es “Recursos Hidráulicos” cuando esa dependencia hace ya mucho que desapareció y ha

costado mucho trabajo hacer entender a los compañeros para que se den cuenta que ahora somos nosotros

mismos los responsables de otorgar el servicio, dar el mantenimiento y conservar las obras ”

Según informes de la CNA, con la transferencia de los distritos de riego a los usuarios organizados, se

concluyó una etapa de protección excesiva para los distritos de riego en operación, lo que está reflejándose

en una participación directa y responsable de los usuarios en el manejo de sus recursos y en la ejecución de

sus programas de operación y conservación de sus sistemas de riego. A partir de la implementación de la

transferencia, se ha venido incrementando anualmente la recaudación en los distritos de riego, estimándose

que actualmente se tiene cerca de 80 % de la autosuficiencia financiera de los mismos.

102

La reducción de los subsidios por parte del Estado es uno de los temas centrales de la transferencia de los

sistemas de riego, pero no existe la información precisa que permita hacer una evaluación del impacto en

volumen de recursos que ello significa. Sin embargo, no se trata simplemente de conocer por conocer el nivel

de disminución de los subsidios por parte del Estado, sino de explicar dicha disminución en función de su

repercusión en el manejo eficiente del agua, de autosuficiencia financiera, así como de una mayor

participación e intervención en la toma de decisiones de parte de los usuarios para mejorar sus procesos de

producción.

Palacios (2000) señala que las inversiones a precios constantes en la totalidad de los distritos de riego del

país, han venido disminuyendo a partir de 1992 a una tasa anual de 7 %. Esta situación se debe a que los

ingresos de las Asociaciones han venido disminuyendo, aun con los aumentos que se han dado en las tarifas

de riego; las inversiones han disminuido considerablemente. Así, hasta 1990 el 100 % de la inversión fue de

la CNA, con un componente de la participación de los usuarios mediante la tarifa de riego de 37 % y para

1997, la inversión por parte de la CNA fue de solamente 10 %. Esta disminución de inversiones en la

conservación de las obras es preocupante, ya que puede ser una de las causas por las que las superficies

cosechadas en los distritos han tenido una tendencia desde poco menos de 3.6 millones de hectáreas en

1985, hasta menos de 3 millones de hectáreas en los años recientes.

Como ejemplo de los aumentos en las cuotas de riego, en el distrito 011, Alto Lerma, en el estado de

Guanajuato, se aumentó la tarifa de riego de $ 9.50/hectárea-riego, hasta $ 45.00/hectárea-riego, es decir,

alrededor del 500 %. En varios distritos para lograr la autosuficiencia, los aumentos se lograron mediante

incrementos sucesivos en dos a tres años (2000).

III.4.5. Eficacia.

Uno de los propósitos de la transferencia de los sistemas de riego en México y el mundo, es mejorar sus

procesos de operación, administración y mantenimiento. A pesar de que se reitera que dicha transferencia ha

traído consigo mejoras sustanciales respecto del manejo tradicional de los sistemas de riego, no se conoce

con detalle el nivel de impacto. Lo que en otros tiempos cuando se fomento a la gran irrigaciones asumiendo

que a partir de grandes proyectos, se irradiarían grandes beneficios, en la actualidad se considera que es la

pequeña irrigación la que, manejada a través de los propios usuarios, será y desempeñará una mejor

alternativa para hacer viables los sistemas de riego.

Hay estudios de caso en los que la transferencia de los sistemas de riego en manos de los usuarios,

evidencian mayor participación y responsabilidad, aspecto que les ha permitido involucrarse en el control y la

administración del riego. Pero habría que preguntarse hasta dónde los especialistas que operan los sistemas

de riego pertenecientes a los usuarios, realmente responden a las expectativas esperadas y en qué grado se

103

han comprometido a manejar eficazmente los sistemas de riego para beneficio de los productores. En que

grado también siguen manteniéndose ciertos grupos de interés de parte de los regantes que persiguen

propósitos distintos a los de mejorar la dinámica de trabajo en los módulos de riego y las asociaciones de

usuarios. Parece ser que es un proceso todavía muy incipiente en el que falta gran camino por recorrer y en

donde los usuarios del agua dispongan de los cuadros técnicos propios, con una cultura propia en torno a

reconocer la necesidad de su participación fuera de todo tutelaje y a la vez, generar esquemas organizativos

que les permitan aprovechar y promover una participación constante y responsable por parte del Estado para

impulsar y generar desarrollo en el campo.

Ricaud y Domínguez (2000) mencionan que la transferencia del Distrito de Riego 041 del Río Yaqui, en el

Estado de Sonora, ha sido uno de los mayores retos enfrentados por los usuarios ya que periódicamente se

presentan problemas de escasez en la disponibilidad de los recursos hidráulicos. Mediante la aplicación de

políticas administrativas, de operación y conservación, han logrado una optimización sin precedente de los

diferentes recursos. Ha sido posible conservar la infraestructura del Distrito en óptimas condiciones,

permitiendo que la operación sea más eficiente y se logren sustantivos ahorros de volúmenes de agua que

anteriormente se perdían en la conducción. De igual forma los programas de dotación volumétrica y las

constantes campañas de concientización sobre el buen uso del agua hacia los productores, han rendido

fruto, trayendo consigo grandes beneficios en materia de ahorro de agua.

La eficiencia en el manejo del agua, aparentemente ha mejorado desde que se inició la transferencia,

principalmente la de conducción, sin embargo, la mejoría en parte se debe a un control más estricto en el

pago por servicio de riego, es decir, antes se entregaba más agua que no se reportaba. No obstante, la

eficiencia por manejo de canales probablemente ha mejorado poco.

La eficiencia en el uso del agua durante la aplicación del riego, es bastante baja y no parece que haya

mejorado significativamente desde el inicio de la transferencia. Se estima que la eficiencia total en el uso del

agua es actualmente del orden del 40 %, compuesta en un 65 % en conducción y un 60 % en la aplicación.

Aunque no todo el 60 % se desperdicia, porque una parte contribuye a la recarga de los acuíferos y otra, la

que escurre, puede ser utilizada aguas abajo de los distritos, principalmente los que no colindan con el mar.

La eficiencia de aplicación podría mejorarse considerablemente si los usuarios del agua tuvieran estímulos; si

el agua se entregara por dotación volumétrica, podría mejorarse mucho esta eficiencia, lo que permitiría

aumentar la superficie regada y posiblemente incrementar rendimientos de los cultivos. También la eficiencia

de conducción puede incrementarse si se conservan mejor los canales y se mejora el manejo del agua,

mediante la instalación de sistemas de supervisión (Palacios, 1995).

104

Agrega Palacios (1995) que muchas de las asociaciones de usuarios han tenido problemas financieros de

consideración, ya que el proceso inflacionario no les ha permitido lograr que los ingresos se mantengan por

arriba de ella, además, muchos distritos han sufrido periodo de sequía en años recientes, que ha propiciado

un ingreso menor, principalmente en los distritos que tienen tarifas volumétricas, o por hectárea-riego.

También se observa en varias asociaciones que su asignación de gastos no corresponde a sus necesidades

por capítulo de inversión, por una administración deficiente, ocasionando déficit en áreas prioritarias, como en

la conservación de las obras, o de los equipos, o aún en la distribución del agua de riego.

Algunas medidas estratégicas que se ha considerado para mejorar los sistemas de riego incluyen: el

programa de riego parcelario (cuyos propósitos son los de consolidar el proceso de transferencia de los

distritos de riego, mejorar la productividad agrícola y la rentabilidad económica de las unidades de

producción, mejorar la eficiencia de riego y la conducción, y contribuir a la estabilización de los acuíferos

sobreexplotados); el programa de uso pleno de infraestructura hidroagrícola, el cual pretende hacer uso

eficiente de la maquinaria que actualmente se encuentra subutilizada. Los resultados obtenidos hasta el

momento, al parecer no son los esperados por la falta de fondos suficientes y a una mayor participación del

sector social.

En síntesis, la teoría de la acción colectiva define los principios bajo los cuales las organizaciones

autogestivas hacen posible el manejo de recursos de uso común, sin un requerimiento constante y

dependiente de parte del Estado, la condición es la participación, la definición de reglas, la aplicación de

sanciones. Por su parte la cuestión de la transferencia del agua marca una posibilidad de rompimiento de

esos principios organizativos en algunos casos, el reto para los actores sociales involucrados en la cuenca

del río Cuautla es cómo tratar de empatar diversos intereses. La transferencia de los sistemas de riego a los

usuarios es actualmente una medida de política agrícola que se está llevando a cabo en diferentes partes del

mundo, la cual está siendo apoyada por organismos internacionales, y de la que se esperan cambios muy

importantes para reducir la intervención del Estado y permitir que sean los propios regantes quienes asuman

mayor responsabilidad para generar modelos diferentes que permitan superar y resolver viejos rezagos.

105

CAPÍTULO IV. CARACTERIZACIÓN FÍSICO-SOCIAL DE LA CUENCA DEL RÍO CUAUTLA

En este capítulo se describen las características más importantes desde el punto de vista físico-natural de la

cuenca del río Cuautla, así como aquellos factores exógenos o externalidades que están afectando la gestión

del agua; se ubica en un primer contexto a grosso modo la macrocuenca del río Balsas, luego el Estado de

Morelos y las implicaciones en el uso del agua por parte de los principales actores sociales que se

identificaron en el área del estudio. Una vez que se revisó el uso y la competencia por el agua entre los

actores sociales, nos percatamos de la necesidad de referir lo que estaba pasando con el acuífero porque se

demostró con evidencia de trabajo de campo que las aguas se encuentran inteconectadas, es decir tanto

aguas superficiales como aguas subterráneas sociales estudiados. De no concebirse como un solo sistema,

la interpretación y conclusiones podrían ser erróneas.

IV.1. Contexto nacional

México es un país con una superficie aproximada de 2 millones de Km2; 52 % es árido y semiárido, 13 % es

trópico seco, 20 % es templado y 15 % es trópico húmedo; la orografía es muy accidentada, ya que 64 %

está compuesto por serranías y sólo 36 % presenta pendientes menores a 10%, las elevaciones varían

desde el nivel del mar hasta superiores a los 5 000 m. Con una población cercana a los 95 millones de

habitantes la disponibilidad per capita es de 5 000 m3. La precipitación media anual es de 780 mm,

equivalente a 1 522 Km3, lo que genera un escurrimiento anual virgen de 410 Km3 y una recarga de aguas

subterráneas de 48 Km3 más 15 Km3 inducidos por riego. Sin embargo, 50 % del volumen se genera en tan

sólo el 20 % de la superficie del país localizada en el sureste, mientras que 4 % del escurrimiento se genera

en la parte norte del país en una superficie aproximada al 30 % del territorio nacional. Así mismo existe una

desigual distribución en el tiempo concentrándose la precipitación en el verano, con excepción de un área en

el noroeste del país donde la temporada lluviosa ocurre en invierno. Alrededor de 470 Km3 de agua se

renuevan cada año, de los cuales 187 Km3 son usados para satisfacer las demandas de los usuarios

(Castelón, 1999).

Históricamente las actividades y asentamientos humanos se han dado en zonas donde el agua escasea, así

en un área donde se capta el 20 % de la precipitación, se encuentra establecida el 76 % de la población, 90 %

de la irrigación, 70 % de la industria y se genera el 77 % del Producto Interno Bruto. Adicionalmente se tiene

que la cuarta parte de la población se encuentra asentada en regiones por encima de los 2 000 metros de

altura sobre el nivel del mar, donde ocurre sólo 4 % del escurrimiento, en contraste, por debajo de los 500

metros se presenta el 50 % del escurrimiento (Herrera, 1997, citado por Castelón, 1999).

106

IV.2. La cuenca del Río Balsas

Según la CNA (s/f) la cuenca del río Balsas comprende territorialmente el estado de Morelos en su totalidad,

parte de los estados de Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, México, Michoacán, Guerrero, Jalisco, pequeñas

porciones de Veracruz y del Distrito Federal. En total comprende 406 municipios que representan

aproximadamente 6 % del territorio nacional, con una extensión de 117 405 kilómetros cuadrados.

LA CNA (s/f) hace una caracterización de la cuenca del río Balsas, en la cual se destacan los siguientes

aspectos:

Localización. Conforma la Región Hidrológica 18, localizada entre los paralelos 17° 13’ y 20° 04’ norte y

entre los meridianos oeste 97° 25’ y 103° 20’. Colinda al norte con la Cordillera Volcánica, al oriente con la

Sierra Mixteca, al sur con la Sierra Madre del Sur y al poniente con una cadena de cerros que une la Sierra

Madre del Sur con la Cordillera Volcánica. El área de aportación de la cuenca es de 117 405 Km2 que

representan 5.8 % del área total de la República y comprende territorialmente parte de las entidades

federativas de Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, México, Michoacán, Guerrero, Jalisco, pequeñas porciones de

Veracruz y del Distrito Federal, así como la totalidad del estado de Morelos. Políticamente en la cuenca

existen 406 municipios, 40 de Guerrero, 3 de Jalisco, 32 del Estado de México, 44 de Michoacán, 33 de

Morelos, 73 de Oaxaca, 124 de Puebla, 56 de Tlaxcala y 1 de Veracruz (figura 4).

Población. De acuerdo con INEGI (1995) la población en la cuenca es de 9.1 millones de habitantes, donde

el 65% se concentra en la parte alta, principalmente en las ciudades de Puebla, Tlaxcala, Cuernavaca,

Cuautla, Perote, Huajuapan de León, Atlixco e Izúcar de Matamoros.

Orografía. La cuenca está integrada fisiográficamente por las provincias de la Sierra Madre del Sur y por la

del Eje Neovolcánico. La presencia de estas provincias da origen a una gran diversidad de relieves que se

manifiesta en las diversas formaciones montañosas, entre las cuales destacan el Pico de Orizaba (5 700

msnm), el Popocatépetl (5 452 msnm), el Iztaccíhuatl (5 286 msnm), el Cofre de Perote (4 250 msnm) y el

Nevado de Toluca (4 558 msnm).

Clima. En la cuenca existe una gran variedad de climas, que van desde el semiseco, con invierno y

primavera secos, el cálido sin estación invernal, hasta los climas fríos y húmedos que se presentan en las

faldas de la Sierra Nevada. Predomina el clima semicálido húmedo, de temperatura media anual entre 18 y

22 °C, con lluvias en verano, porcentaje de clima invernal menor a 5 %, poca oscilación de la temperatura

media mensual (entre 5 y 7 °C ) del tipo A(C) w0 (w)(i’). La precipitación media anual en la cuenca es de 950

mm; la mayor lluvia se presenta en la Sierra Madre del Sur, en Oaxaca y Guerrero, con 1 650 mm y la menor

al sureste de Apatzingán, Mich., con 45 mm. El 88 % se concentra en los meses de junio a octubre.

Hidrografía. El río Balsas nace en las sierras Nevada, Río Frío y San Nicolás a una altura de 4 000 msnm,

dando origen al río Atoyac, y en la Sierra Madre del Sur, en donde se forma el río Mixteco; a partir de la unión

de esos ríos, la trayectoria del Balsas es sensiblemente de este a oeste, y recibe como afluentes principales

107

por margen derecha a las corrientes Nexapa, Amacuzac, Tepecoacuilco, Cocula, Poliutla, Cutzamala,

Tacámbaro, Cupatitzio y Tepalcatepec; y por margen izquierda a los ríos Mixteco, Tlapaneco, Petatlán,

Huajalapa, Yextla, Ajuchitán, Amuco, Cuirio y Placeres del Oro. En su confluencia con el Tepalcatepec, el río

Balsas cambia su dirección hacia el sur para desembocar en el Océano Pacífico por el delta de las bocas de

Lázaro Cárdenas, Mich., y Zacatula, Gro. La cuenca del río Balsas hidrológicamente está integrada por doce

subcuencas: Alto y Bajo Atoyac, Nexapa, Mixteco, Tlapaneco, Amacuzac, Cutzamala, Tacámbaro,

Tepalcatepec, Cupatitzio, y Medio y Bajo Balsas.

Acuíferos. En la cuenca del río Balsas se explotan 39 acuíferos entre los que destacan los de Valle de

Tecamachalco, Alto Atoyac, Huamantla, Valle de Cuernavaca, Cuautla y Zacatepec, Apatzingán y Ciudad

Altamirano e Iguala. Los acuíferos Libres-Oriental, Alto Atoyac, Atlixco-Izúcar de Matamoros y Tecamachalco,

se encuentran restringidos por el establecimiento de la veda meridional (de control). Los acuíferos en esta

región están formados por depósitos aluviales, materiales vulcanoclásticos, derrames basálticos y andesíticos

muy fracturados, así como rocas calcáreas. La profundidad del nivel estático fluctúa entre 5 y 150 metros de

profundidad con un promedio de 60 metros. Según los datos de CNA, de los 39 acuíferos de la cuenca del

Balsas, 24 están subexplotados, 11 en equilibrio y 4 sobreexplotados (Tlaxcala, Puebla, Oaxaca y Morelos);

el acuífero de la zona Cuautla-Yautepec se encuentra subexplotado.

Figura 18. Estados que integran la cuenca hidrológica del rió Balsas

Fuente: CNA, 2000.

108

Infraestructura hidráulica. La infraestructura de almacenamiento en su mayoría tiene múltiple propósito, se

utiliza para control de avenidas y de azolves, y para riego agrícola o generación de energía. Las principales

presas de almacenamiento y sus capacidades totales en Mm3 son: Adolfo López Mateos (Infiernillo 12 000),

Valle de Bravo (394), Manuel Ávila Camacho (390), Villa Victoria (101), Vicente Guerrero (318), Andrés

Figueroa (123), José María Morelos y Pavón (La Villita 517), Ing. Carlos Ramírez Ulloa (El Caracol con 1 901)

y Constitución de Apatzingán (Chilatán con 806). La capacidad de almacenamiento de las principales obras

asciende a cerca de 17 000 Mm3.

Aguas superficiales. En la cuenca escurren 24 074 Mm3 que representan el 88 % de la oferta total de agua.

El 56 % se genera en la parte baja de la cuenca y se concentra en los meses de julio a octubre, aunque en

todo el cauce principal siempre existe un gasto base.

Aguas subterráneas. La recarga en la cuenca se estima en 3 195 Mm3/año y representa 12 % de la oferta

total de agua. En las actividades agropecuarias se extraen 1 174 Mm3/año mediante 9 161 pozos,

fundamentalmente en los estados de Puebla, Michoacán, Morelos y Tlaxcala; en uso público-urbano se

utilizan 566 Mm3/año de los acuíferos que constituyen la principal fuente de abastecimiento para las

localidades urbanas y rurales; y otros usos como el industrial y recreativo aprovechan 106 Mm3/año.

Balance hidráulico. En conjunto, la cuenca del río Balsas tiene una oferta natural de agua de 27 269 106

Mm3/año, de los cuales 88% corresponde a escurrimientos superficiales y 12 % a aguas subterráneas. La

extracción realizada por los diversos usuarios, asciende a 37 073 106 Mm3/año. El uso más relevante

corresponde al de generación de energía eléctrica, con 28 629 106 Mm3/año, que representan más de tres

veces la demanda de los usos consuntivos en la cuenca y que por la ubicación de los aprovechamientos

hidroeléctricos condiciona el uso del agua en la parte alta y media de la cuenca. La cuenca se encuentra en

equilibrio, sin embargo, las subcuencas Alto Atoyac, Nexapa y Cupatitzio presentan indicadores deficitarios.

La disponibilidad global de agua subterránea es de 1 350 106 Mm3/año, sin embargo, existen acuíferos

sobreexplotados como los de Huamantla, Tlaxcala; Valle de Tecamachalco y Alto Atoyac en Puebla;

Huajuapan de León, Oaxaca y Tepalcingo-Axochiapan, Morelos.

Calidad del agua. La mayor contaminación se presenta en los ríos Apatlaco en Morelos; Atoyac y Alseseca

en Puebla, provocada por las descargas residuales de los centros de población, por residuos de

agroquímicos empleados en actividades agrícolas y por residuos de la industria metal-mecánica, de

solventes, química y textil. En menor grado se presentan niveles medios a altos de contaminación en el río

Zahuapan, Tlaxcala. En la cuenca existen 3 400 descargas domésticas, agrícolas e industriales. De éstas,

sólo se realiza tratamiento a un 9 % debido a la escasez de infraestructura de tratamiento y a la deficiente

operación de las existentes. La calidad del agua de los acuíferos, en general es aceptable y por ello, son la

fuente principal para uso doméstico y público-urbano. Los únicos acuíferos que presentan indicios de

contaminación antropogénica son los de Cuernavaca y Cuautla-Yautepec.

Problemática. El diagnóstico hidráulico muestra que el desarrollo económico de la cuenca, basado en el

recurso agua tendrá serias limitantes, principalmente de cantidad y calidad. Pese al equilibrio entre la oferta y

demanda del agua en la cuenca, se vislumbran serios problemas de competencia por el recurso entre usos y

109

usuarios para satisfacer las demandas futuras. La baja disponibilidad de aguas subterráneas requiere tomar

medidas de control y regulación que permitan disminuir la sobreexplotación y preservar los acuíferos,

particularmente en los estados de Puebla, Tlaxcala y Morelos, donde su aprovechamiento repercute

seriamente en problemas de tipo social y hasta político. Los problemas más importantes están relacionados

con la falta de infraestructura suficiente para el tratamiento de las aguas y la baja eficiencia en el uso agrícola

y urbano. Aunado a lo anterior, el deterioro de las áreas forestales y de recarga, así como la insuficiencia de

programas de conservación de agua y suelo, modifica el ciclo hidrológico, disminuyendo la infiltración y el

flujo base de las corrientes superficiales que ocasionan azolves en los cuerpos de agua. La problemática del

agua en la cuenca se torna compleja técnica y socialmente. Sus repercusiones en el desarrollo económico

son contundentes. Por ello, es necesario iniciar acciones coordinadas con una amplia participación de los tres

niveles de gobierno y consensuadas con los usuarios y la sociedad en su conjunto, para garantizar la

atención de la demanda de las futuras generaciones.

IV.3. Contexto Estatal

El Estado de Morelos posee una superficie de 495 800 ha. comprendidas en 33 Municipios, 374 localidades y

forma parte de la región central del país; se ubica en la parte meridional del Altiplano Central de la República,

en la vertiente sur del Eje Volcánico. Se localiza en el declive sur de la Cordillera Neovolcánica en la

depresión austral o del Balsas (INEGI, 1988).

Situado entre los 18° 20’ y los 19° 10’ de latitud Norte y los 98° 35’ y 99° 30’ de longitud Oeste del Meridiano

de Greenwich. Limita al Norte con el Distrito Federal y el Estado de México, al Este y al Sureste con el Estado

de Puebla, al Sur y Suroeste con el Estado de Guerrero y al Oeste con los Estados de México y Guerrero12.

(INEGI, 1995).

El territorio es un plano inclinado que desciende hacia el Sur, desde las laderas del macizo montañoso

formado por la Sierra Volcánica Transversal o Sierra Nevada. Los principales centros de población son

Cuernavaca, Zacatepec, Jojutla de Juárez, Cuautla, Yautepec, Oaxtepec y Tepoztlán. El sistema montañoso

que rodea a la entidad está compuesto por las estribaciones meridionales de la serranía del Ajusco y del

Popocatépetl; están además las Sierras de Ocotlán, San Gabriel, Cacahuamilpa, Chalma, Ocuila y Huautla.

En el interior están las Sierras de Huitzilac, Tepoztlán, Santo Domingo, Tlalnepantla y Totolapan.

En el estado predomina el clima cálido subhúmedo en el 70 % de la superficie y en el resto de ella se

encuentran los climas semicálidos y templados. La entidad se ubica dentro de las provincias fisiográficas del

Eje Neovolcánico y la Sierra Madre del Sur; se localizan varios tipos de suelos, vegetación de bosque

templado y selva baja caducifolia, así como una gran cantidad de recursos acuíferos. Estas condiciones

12 INEGI. 1988. IDEM.

110

naturales favorecen el desarrollo de una gran diversidad de actividades productivas las cuales le revisten una

gran importancia económica y social al sector rural lo que representa un proveedor importante para el

mercado local y regional. Sin embargo, dichas actividades se distribuyen en la entidad en función de otros

factores interactuantes como son los de tipo tecnológico y socioeconómico, lo que permite caracterizar el

espacio regional de la entidad.

En cuanto a los tipos de suelos, se presentan básicamente: 1] Andosoles, se localizan en la parte alta de la

cuenca producto de la actividad volcánica, son delgados, con una capa superficial negra, son muy

susceptibles a la erosión y fijan muy fácilmente el fósforo; 2] Regosoles, son suelos claros, generalmente

someros y pedregosos, se localizan en lomeríos y sierra; 3] Feozem, suelos con una capa superficial oscura,

suave y rica en materia orgánica y nutrientes, se presenta en lomeríos y partes bajas de la cuenca; 4]

Vertisol, es el más importante por su mayor superficie en la cuenca, particularmente en las áreas de riego,

son suelos ricos en nutrientes, arcillosos que se agrietan con facilidad; 5] otros tipos de suelos de menor

importancia que se presentan en la cuenca son, Fluvisoles, Cambisoles, Litosoles y Rendzinas.

La vegetación que se encuentra en la cuenca es fundamentalmente la Selva Baja Caducifolia hacia la parte

centro y sur, en ella predominan arbustos de tipo leguminosas, principalmente en lomeríos y sierra ya que en

las partes de valle se ha introducido vegetación inducida a través de cultivos y otras especies perennes. En

las partes altas de la cuenca se encuentra vegetación de bosque de encino y en la medida que aumenta la

altura se encuentra asociación pino-encino y posteriormente bosque de pino.

Respecto a la geología, existen afloramientos de rocas ígneas y sedimentarias. Las rocas más antiguas son

las sedimentarias del cretácico inferior, litológicamente clasificados como calizas y depósitos marinos

interestratificados de areniscas y lutitas. Las rocas volcánicas son las más jóvenes y las más abundantes.

Las estructuras geológicas más notables son las constituidas por los aparatos volcánicos y sus grandes

espesores de lava. Las rocas sedimentarias del cretácico forman estructuras plegadas (anticiclinales y

sinciclinales), los depósitos aluviales forman las planicies de la cuenca del Balsas.

Los ríos que conforman la red hidrográfica de Morelos, son parte de la cuenca del Balsas, el cual desagua en

el Océano Pacífico. El río más importante es el Grande de Amacuzac, que cruza al estado en dirección

Oeste–Sur. Los afluentes del Amacuzac son el Tetecala o Chalma y su afluente el Tembembe; el Yautepec y

su afluente el Jojutla. El Chinameca, que luego toma el nombre de río Cuautla, y que lleva sus aguas al

Amacuzac. El río Jantetelco que descarga en el Nexapa, afluente del Atoyac, que a su vez vierte sus aguas

en el Mezcala, después llamado Balsas. Las principales lagunas son: Tequesquitengo, Coatetelco, El Rodeo,

Hulyapan, Zempoala y Tejalpa

111

La riqueza hidrológica del estado es grande y define o favorece el desarrollo de importantes áreas agrícolas.

La desigualdad del terreno en el estado, a pesar de su reducida superficie, hace que haya una gran variedad

climática. Es frío en las partes altas como en Tetela del Volcán, húmedo y semicálido en Jiutepec, Miacatlán

y Tepoztlán. Las lluvias en la entidad se concentran durante verano y parte del otoño, permitiendo la

predominancia de condiciones agradables para el ser humano, ya que en gran parte del estado se localizan

lugares con temperaturas promedio de 20 C, como es la ciudad de Cuernavaca, por lo que se le ha

denominado como la “Ciudad de la Eterna Primavera”.

En el sector agropecuario, destaca el subsector agrícola con la producción de 77 cultivos incluyendo cultivos

básicos, hortalizas, frutales caducifolios y perennifolios, cultivos perennes como la caña de azúcar, flores a

cielo abierto y bajo cubiertas, y viverismo. En el subsector pecuario, son importantes las actividades en

bovinos de doble propósito, ovinos, avicultura y apicultura. En cada una de estas ramas productivas se

presentan diversos problemas como son, investigación, los niveles productivos, crédito, infraestructura,

asistencia técnica, organización y comercialización.

La superficie está distribuida en 188 058 ha. agrícolas (48.5 % de temporal, 9.1 % de riego); 197 931

ganaderas; 96 636 de bosques; 15 380 urbanas y 817 ocupadas con cuerpos de agua. La tenencia social

está constituida por 204 ejidos con un total de 29 702 ejidatarios; y 28 comunidades con 3 877 comuneros;

por su parte la tenencia privada la conforman 7 399 pequeños propietarios.

Los principales cultivos son: caña de azúcar, arroz, sorgo, maíz, jitomate, cacahuate, frijol, papa, alfalfa,

cebolla y flores. Entre los productos que se obtienen Morelos destaca el aguacate, el mango y el limón agrio.

De acuerdo con el Distrito de Riego 016, en el Estado de Morelos se tiene una superficie de riego de 33 654

hectáreas con 18 530 usuarios; se riegan 10 216 hectáreas en la cuenca de Cuautla; las que corresponden al

Módulo de Riego 08, distribuidas en 4 708 usuarios. Ello significa el 30.4 % de la superficie de la entidad y el

25.4 % del total de usuarios.

Con base a trabajo de campo, los sistemas agrícolas bajo condiciones de riego que predominan en el “tramo

de río” son: el maíz grano, maíz elotero, frijol ejotero, arroz, caña de azúcar, cebolla, jitomate, tomate de

cáscara, calabacita, flores, verdolaga, y berro. La mayor parte de los cultivos emplea fuerza de tracción

mecánica en la preparación del terreno, se aplican insumos a base de fertilizantes, plaguicidas para el control

de malezas, plagas y enfermedades, contratación de cantidades importantes de mano de obra asalariada en

hortalizas, arroz, caña de azúcar, berro y flores.

Pese a que la mayor parte de los sistemas de producción agrícola se ubican en el tipo de agricultura

comercial (producción orientada fundamentalmente al mercado, empleo de mano de obra asalariada, uso de

insumos), en el proceso de producción se tienen elevados costos de producción debido al uso intensivo de

112

mano de obra en el establecimiento, transplante y cosecha. Una limitante para la sobre-explotación de

recursos, es que en los costos de producción no se considera el costo del agua lo que conlleva a

considerarla como un bien casi exclusivamente con valor de uso y no como un bien con valor de cambio, es

decir, como una mercancía de las de mayor valor (tal vez mucho más importante que cualquier otro insumo).

El sistema de riego predominante en los sistemas agrícolas es el riego superficial o comúnmente conocido

como riego por gravedad; tiene la característica de emplear grandes láminas de agua y es una práctica

común de los usuarios desde el reparto agrario (incluso ya con las haciendas durante la colonia). Los

excedentes de agua son captados posteriormente pendiente abajo y reutilizados en otros procesos de

producción, es a lo que se denomina en la región como achololes. No existen sistemas de riego presurizados,

como riego por goteo, por aspersión, tipo cañón (son la excepción como en el Rancho Casa Colorada de la

comunidad de Tenextepango, o bien un proyecto de unas 30 hectáreas con sistema de riego por aspersión

de un grupo de 10 ejidatarios en Ahuehueyo, municipio de Ayala). Ello conlleva a eficiencias de riego del

orden del 40 %.

En los últimos años se ha dado gran impulso a la actividad pecuaria, sobresaliendo la ganadería bovina. Con

este propósito, se ha dado gran difusión e impulso al establecimiento de cultivos forrajeros con alto valor

alimenticio y al establecimiento de centros de fomento ganadero. Las principales especies de cría son:

bovinos, porcinos, caprinos y ovinos, también la avicultura reviste cierta importancia.

En las últimas décadas el estado ha sido objeto de un proceso acelerado de industrialización, el cual se ha

centrado en las ramas química, textil, automotriz y alimenticia. A esto contribuyó en forma notable la

construcción de la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC) y el parque industrial que se levantó

cerca de Cuautla. Otras industrias importantes son las de cemento en Jiutepec, de hierro, acero y cuero en

Yecapixtla, curtiduría y calzado en Cuautla (caso de la tenería Curtidos Temola S.A de C.V.), y aceites y

jabones en Jojutla. En el sector agropecuario, destaca la existencia de 4 ingenios importantes, como el de

Zacatepec, la arrocera Morelos, Casasano. Además, en la mayoría de las localidades se encuentran trabajos

de hilado, tejido y productos alimenticios.

Una de las actividades de mayor importancia en el estado, la cual se ve favorecida por las condiciones

ambientales prevalecientes y por su cercanía a la Ciudad de México, es la actividad turística, esta se

desarrolla en balnearios, bosques y lagunas, además de ofrecer atractivos históricos como ruinas

arqueológicas y de arquitectura colonial.

La población estatal para el año 2000 fue de 1 552 878 habitantes (1.6 % del total nacional) concentrada en

los municipios de Cuernavaca, Cuautla, Yautepec, Jiutepec, Emiliano Zapata, Atlatlahucan Yecapixtla,

Zacatepec, Villa de Ayala y Jojutla. El estado de Morelos ocupa el lugar 22 en población respecto del total

nacional. La tasa de crecimiento de la población en el periodo 1990-1995 fue de 2.1 %. Presenta una

113

densidad de 242 habitantes/km2, entidad mas poblada después del D. F. y del estado de México; la tasa de

crecimiento en el periodo 1970-1990 fue de 3.3 %, superior a la nacional de 2.6 %. En servicios, Morelos es

una entidad suficientemente comunicada, ya que cuenta con carreteras federal, estatales y autopistas; vía

férrea, aeropuerto de mediano alcance y servicios diversos de telecomunicación. Características similares se

encuentran en la cuenca del río Cuautla, excepto aeropuerto. La ciudad de Cuautla es el centro de servicios

más importante en la cuenca ya que en ella se localizan centros turísticos (hoteles, balnearios), centros

educativos hasta el nivel superior. Es la segunda ciudad en importancia después de la capital del Estado:

Cuernavaca.

Debido a su cercanía con la Ciudad de México, ésta ofrece un gran atractivo para la emigración, por lo que

los emigrantes morelenses, tienen a ésta como la principal cede, de manera que ha llegado a recibir a más

del 80% de las personas que salen del estado para contratar su fuerza de trabajo, el resto se dirige hacia las

ciudades de Guadalajara, Puebla y Tijuana. En los servicios, Morelos es una entidad suficientemente

comunicada, ya que cuenta con carreteras federales, estatales y autopistas; vía férrea, aeropuerto de

mediano alcance y servicios diversos de telecomunicación.

En el marco de la economía, el PIB del sector agropecuario para 1970 representó el 20.6 % (1.8 % del

nacional), y decayó en 1990 a un 10 %. Para éste último año, la agricultura participó con el 78 %, la

ganadería 21 % y solamente 1 % la silvicultura y pesca.

Según datos de los últimos censos de población y vivienda, se aprecian profundos cambios experimentados

por la sociedad de Morelos, ya que en los últimos años se ha tenido un acelerado proceso de urbanización.

La población rural ha disminuido a un ritmo acelerado, ya que de representar el 26 % de la población total en

1980, para 1990 sólo llegó al 14 %. La urbanización que se ha dado en Morelos, se manifiesta a través de la

transformación de la estructura del empleo, donde la PEA dedicada a las actividades primarias registra una

considerable disminución, incrementándose en las secundarias y terciarias. De 1980 a 1990, la PEA

dedicada al sector agropecuario disminuyó en 0.7 %, no obstante que la PEA en el estado incrementó a una

tasa de 4.7 %.

Se ha dado una ampliación en la participación de la mujer, lo que puede ser asociado al proceso de

urbanización, ya que esto representa una ampliación de las oportunidades de trabajo. De 1970 a 1990, la

PEA masculina incrementó en 95 %, mientras que la PEA femenina lo hizo en 173 %. Debido a su cercanía

con la Ciudad de México, ésta ofrece un gran atractivo para la emigración, por lo que los emigrantes

morelenses, tienen a ésta como la principal sede, de manera que ha llegado a recibir a más del 80 % de las

personas que salen del estado para contratar su fuerza de trabajo, el resto se dirige hacia las ciudades de

Guadalajara, Puebla y Tijuana.

114

Este aspecto ha impactado negativamente al sector agropecuario, ya que dado el proceso de urbanización y

el proceso de emigración, la participación del sector agrícola en el PIB, en términos reales ha disminuido

considerablemente, al pasar de 21 % en 1970 a tan sólo 9 % en 1985 y 1990, estos datos adquieren gran

importancia, ya que dadas las condiciones ambientales prevalecientes, se ha descrito al estado como

eminentemente agrícola.

La mayor parte de la superficie en el estado se encuentra bajo el régimen de tenencia ejidal, según datos del

INEGI, 1995, se habla de que aproximadamente 80 % de la superficie agrícola pertenece a este tipo de

tenencia de la tierra. Sin embargo, se registran datos que permiten ver que aún cuando se registre la

existencia de 224 ejidos y 38 750 ejidatarios, para 1990, sólo 24 000 de ellos se dedicaban a la producción

agrícola.

IV.4. Características de la Cuenca del Río Cuautla

La cuenca, comprende una superficie estimada de 76 500 hectáreas, ubicada desde una parte del Estado de

México en las faldas del Volcán Popocatépetl hasta el sur del Estado de Morelos donde se une al río

Amacuzac13 (figura 5). La cuenca del río Cuautla comprende la mayor parte de los municipios de Cuautla,

Ayala, Yecapixtla, Atlatlahucan, Ocuituco y Tetela del Volcán con una población de 305 518 habitantes, lo

que representa el 19.7 % del total estatal.

Figura 19. Localización de la cuenca del Río Cuautla en el Estado de Morelos. Fuente: elaboración propia, 2002.

13 Cálculos propios con base en Arc-view.

115

En la cuenca se encuentran condiciones ambientales distintas que integran una complejidad de relaciones,

entre beneficios productivos y la presencia de problemas esenciales como la extracción de suelo de monte, la

pérdida de suelo en las partes altas, una elevada extracción de agua para consumo humano e industrial y en

consecuencia una fuerte contaminación.

El Río Cuautla se localiza al oriente del Estado de Morelos, es una de las subcuencas intermedias del Río

Amacuzac, que a su vez, es una de las dos subcuencas de la región hidroagrícola del Río Balsas. El Río

Cuautla, denominado Chinameca en su curso inferior se forma con parte de los escurrimientos del

Popocatépetl y de los manantiales de Pazulco. Junto con sus tributarios, atraviesa los Municipios de Tetela

del Volcán, Yecapixtla, Atlatlahucan, Ocuituco, Cuautla, Ayala y Tlaltizapán, para desembocar en el

Amacuzac, al suroeste de la población de Tecomalco, donde recibe los aportes de la barranca de La Cuera.

Asumiremos indistintamente como subcuenca o cuenca al Río Cuautla, ya que en el primer caso es válido en

el contexto respecto al Río Amacuzac y el Balsas, sin embargo en la descripción y trabajo interno a nivel

región, se reiterará el concepto de Cuenca.

Existen dos tipos de clima en la región, el cálido subhúmedo y semicálido húmedo, con lluvias en verano. Las

temperaturas promedio por año, son del orden de los 23.7 °C con variaciones escasas y libres de heladas.

Se cuenta con una precipitación promedio anual de 932.3 mm, reportándose las mayores precipitaciones en

los meses de junio a septiembre. La escasa disponibilidad de agua para riego es en los meses de febrero a

junio, época donde la competencia por el agua es aún mayor.

La principal fuente de abastecimiento de agua del río Cuautla se encuentra sobre la barranca del volcán a la

altura de Cuautlixco en donde vierten sus aguas un gran número de manantiales con dirección al sur, sobre

el cauce del río y en las márgenes. Es decir, a esta altura de los manantiales es donde se forma la corriente

de agua del río a excepción de la época de lluvia cuando los torrenciales son captados desde aguas arriba

hacia los Municipios de Tetela del Volcán, Ocuituco y Yecapixtla.

En 1906, el Ing. Aurelio Almazán, de la Secretaría de Fomento Colonización e Industria, señala que la

cuenca del Cuautla comprendida en su mayor parte en el estado de Morelos, inicia arriba del límite de

vegetación en las faldas del Popocatépetl, abarcando una parte del estado de México en el llamado distrito

de Chalco por los municipios de Ocuituco, Yecapixtla, Cuautla, Ayala y Tlalquiltenango dentro del que ingresa

al río Amacuzac, debajo de Tsicatlacotla y abajo igualmente de la confluencia del río Yautepec (A.H.A., FAS,

Caja 564, expediente 8271, foja 2, citado por Salcedo, 1999).

Los manantiales del río Cuautla brotan frente a Cuautlixco con dirección hacia el sur, a nivel de fondo de la

corriente como en las márgenes. La barranca de Tepetlacalco cuenta con un venero por el Barreal dentro del

espacio de Santa Inés. Dentro de los límites de Cuahuixtla saltan los sulfuro-calcáreos de Agua Hedionda

116

muy cerca de la confluencia con el río Cuautla, que recibe ese nombre desde arriba de Cuautlixco. Ambos

lechos han sido cortados en el transcurso del tiempo en la piedra compacta de origen volcánico, en que suele

verse el elemento calizo, y en la parte meridional, en conglomerado muy resistente, principalmente por la

parte de Cuautla (A.H.A., FAS, Caja 564, expediente 8271, foja 3, citado por Salcedo, 1999).

Los principales cultivos con riego en la cuenca son: los frutales y maíz para grano en la parte alta; el sorgo,

maíz, jitomate en la parte media; y cebolla, maíz elotero, arroz, frijol ejotero, calabaza, flores, berros en las

márgenes del río y cercanos a los manantiales. La ganadería también es importante en la parte media de la

cuenca, principalmente de doble propósito en los Municipios de Yecapixtla y Atlatlahucan; y en la porción

baja, hacia los Municipios de Ayala, Tlaltizapán y Tlalquitenango.

Dentro del ámbito de la cuenca del río Cuautla, ASURCO es uno de los actores sociales relevantes en la

operación, administración, conservación, mantenimiento y distribución del agua. Por ello es necesario

caracterizar, en primer lugar, los mecanismos bajo los cuales los usuarios del agua se organizan para

manejar y distribuir el agua, identificar cuáles son los principales aspectos que les resultan favorables y

limitantes para tal fin, y en segundo lugar, proponer alternativas pertinentes que puedan contribuir a definir

con claridad y sobre todo mejorar y superar los puntos de conflicto a través de un reglamento interno del

módulo de riego.

IV.5. Externalidades a la gestión del agua

IV.5.1. Contexto.

Al conjunto de factores que están influyendo en las formas de actuación en el uso y gestión del agua en la

cuenca, particularmente en los impactos directos e indirectos con ASURCO, es a lo que denominamos

externalidades. Por tanto, las externalidades son todos aquellos factores exógenos con los cuales ASURCO

interactúa y que le permite definir estrategias para la gestión integrada del agua en la cuenca a través de

acuerdos, negociaciones y resolución de conflictos con otros actores sociales.

Con base en el reconocimiento y caracterización de los actores sociales se llegó a determinar que los

factores externos que tienen mayor relevancia e importancia con los procesos de organización, negociación y

competencia por el agua, respecto a la Asociación, son los siguientes: 1] la contaminación generada por los

asentamientos urbanos y las descargas de la empresa de curtidos; 2) pozos noria, a través de los cuales se

hace aprovechamiento del agua para riego de plantas de ornato; 3) camiones cisterna tipo pipa que

aprovechan el agua de manantiales y pozos, conocidos localmente como “piperos”; 4) productores de cultivo

de berro, conocidos como “berreros”; entre otros. Ese conjunto de factores no se circunscriben al control

administrativo de los usuarios del agua del Módulo de Riego 08 (ASURCO), sin embargo tienen una gran

117

repercusión debido a la competencia por el recurso entre el uso agrícola y urbano-industrial, así como por los

efectos que se presentan con el ambiente (figura 6).

Con base en la metodología descrita, se consideró pertinente realizar una descripción de contexto acerca del

conjunto de externalidades que están interactuando con ASURCO, ya que éste es el eje central de análisis

respecto a la organización, sus múltiples interacciones, los acuerdos y negociaciones para discutir los

elementos sobre un modelo conceptual de gestión del agua en el tramo de río estudiado. A partir de ello, se

consideraron las externalidades de mayor relevancia por el impacto en el uso del agua, en el grado de

organización y también de conflictos y acuerdos. Así es como se llegó a determinar la prioridad en la

descripción de los casos de: 1] ASURCO, propiamente; 2] los manantiales “Las Tazas”; 3] los productores de

berro; 4] el viverismo; 5] Rancho Casa Colorada-San Vicente de Juárez.

Figura 20. ASURCO como actor principal en la cuenca del río Cuautla, Mor.

Fuente: elaboración propia, 2002.

Se parte de la premisa de que las externalidades pueden internalizarse en la medida en que se desarrollen

procesos de organización, gestión y negociación entre los distintos actores sociales en la cuenca con el

propósito de hacer un mejor uso del recurso agua. Es decir, la internalización significa que en el área de

competencia de cada uno de los actores sociales en la cuenca, se establezcan acuerdos consensuados

118

apegados a las normas, usos y costumbres, para hacer un mejor aprovechamiento del recurso. El mejor uso

del recurso significa regular y bajar los índices de contaminación por la industria y los asentamientos

humanos, la regulación y ordenamiento de los asentamientos humanos hacia áreas menos vulnerables y en

donde la disponibilidad de los recursos (agua, suelo, otros servicios) sea factible, fomentar y apoyar la

organización social para mantener en equilibrio los sistemas de riego, mejorar la calidad del agua, y en

general, propiciar una cultura del agua distinta valorando las repercusiones sociales y económicas que trae

consigo el deterioro del recurso.

El aspecto de las externalidades es una cuestión que no puede quedar al margen de la actuación de la

Asociación porque los distintos usos y usuarios mantienen relaciones de interdependencia y desde la óptica

de los usuarios del riego, deben establecerse, definirse y mejorarse los mecanismos que permitan generar

las instituciones para la gestión integrada del agua en la cuenca. Lo que se requiere es que los distintos

actores sociales a nivel de espacios reducidos, o como se ha denominado anteriormente, en “tramos de río”,

se faciliten los procesos, desde las instancias e instituciones que tengan competencia y autoridad, para

desarrollar en términos objetivos y prácticos las capacidades para hacer un uso más “racional” de los

recursos y sea entonces posible un ordenamiento territorial participativo.

A continuación se hace una descripción de las externalidades que fueron seleccionadas con respecto a las

implicaciones en calidad y cantidad de agua en la cuenca, y particularmente respecto al impacto en la

organización social y relaciones con ASURCO.

IV.5. 2. La contaminación del agua.

El crecimiento de los asentamientos humanos de la ciudad de Cuautla ha impactado en que el río

prácticamente quede dentro de la ciudad; en consecuencia, la generación de basura, las descarga de aguas

residuales sin tratamiento, la industria también dentro de la ciudad y en las márgenes del río, hacen posible

un mayor índice de contaminación.

La contaminación sobre la cuenca del río Cuautla es generada por diversos elementos contaminantes como:

basura inorgánica, descargas de aguas residuales de casas habitación en forma directa y a través de

colectores que descargan a una fuente de agua (río, barranca o canal), aguas provenientes de la industria,

particularmente de la empresa Curtidos Temola S. A. de C. V. y de la aplicación de agroquímicos en forma

directa al agua que corre, en el caso de los cultivadores de berro.

A partir de un reconocimiento en campo de los canales generales de riego que tiene en operación,

administración y mantenimiento la Asociación de Usuarios, se ha observado que la contaminación por basura

(de plástico y de diverso tipo inorgánico, que se encuentra en cantidades considerables), en el río Cuautla,

como en los canales y en los campos de cultivo, es un problema recurrente que afecta la calidad del agua y

119

que se manifiesta en la salud de la población y en posibles riesgos en un futuro cercano en el caso de la

producción agrícola.

La mayor parte de los canales generales de riego14 presentan en distinta medida el problema de la basura,

excepto en algunos de ellos como son: El Molino, San Esteban, Casasano y Las Iguanas, donde se

mantienen relativamente limpios de basura, lo cual se debe posiblemente a un mejor control y participación

de los usuarios en su mantenimiento. Sin embargo el resto de los canales requieren de la limpia constante y

de manera permanente porque el mantenimiento que realizan los usuarios a los canales dos veces al año, es

insuficiente para contrarrestar el depósito de basura que constantemente realiza la población. En los

jagüeyes también la contaminación por desechos inorgánicos repercute en la calidad del agua, pero es más

grave cuando se observan envases de plaguicidas lo que puede estar generando un problema grave tanto en

el jagüey como en los terrenos de cultivo a los que se destina el agua.

El problema de la basura es un fenómeno generalizado con el que conviven los usuarios del riego sin saber

con qué instancias, instituciones o qué empresas de productos embotellados se puedan dirigir y pedir apoyo

para tratar de dar solución al problema. Sin embargo, los mismos usuarios forman parte de la comunidad y

también son parte del problema porque los campos de cultivo tienen cantidades considerables de basura y es

donde ellos realizan sus labores cotidianas de producción. Aunado a ello, las barrancas funcionan como

verdaderos basureros sobre todo las cercanas a la zona urbana, como es el caso de las barrancas de Ayala y

Agua Hedionda.

Otro factor de contaminación del agua sobre la cuenca del río Cuautla es la descarga de aguas residuales de

tipo doméstico que son arrojadas de manera directa, sin ningún tratamiento previo a los cauces del río,

barrancas y en los canales generales y laterales. Es evidente que este fenómeno disminuye la calidad del

agua. Además de que a ellos se incorporan desechos de pequeños núcleos de explotación pecuaria, granjas

de traspatio como son cabras, cerdos, equinos y aves. Es necesario mencionar que muchos de los desechos

sólidos (basura) son arrojados al cauce del río o bien la proliferación de basureros clandestinos

prácticamente en toda la ribera del mismo, que ocasiona la reproducción de fauna nociva.

La contaminación por descarga de aguas residuales es un reflejo del crecimiento urbano pero no significa

que sea la causa, sino que está en función de otros aspectos como la provisión de los servicios necesarios

para tratar las aguas, de sistemas de drenaje y alcantarillado, otorgar un adecuado servicio de colecta de

basura, reglamentos claros y que se apliquen para regular el cobro de impuestos a quien contamine,

implementar un sistema de reciclamiento de basura y sobre todo implementar programas de educación

ambiental. Gran parte de estos aspectos están ausentes a nivel de río y de canales generales de riego y de

14 Los canales generales de riego son parte de la infraestructura hidráulica de la Asociación como se describe en el capítulo siguiente.

120

manantiales. Parece ser que el aspecto de la cultura es lo que podría tener una mayor influencia para regular

los problemas de contaminación para el caso de la basura doméstica; sin embargo en lo que se refiere a

descargas de aguas residuales, es necesario que se realicen más inversiones para el tratamiento de las

aguas mediante las plantas de aguas residuales.

No existe en la zona ningún centro de producción de composta y es entonces necesario estimar la cantidad

de basura orgánica que se genera en la cuenca con el fin de evaluar las posibilidades de incorporar materia

orgánica de alta calidad ante un mercado cada vez en expansión a través de las plantas de ornato en el

municipio de Cuautla particularmente.

Cabe mencionar que parte de la contaminación que afecta al río Cuautla es la que se genera en el cauce de

la barranca Santa María o Agua Dulce, cuyo límite hacia el extremo norte se localiza la colonia Tepeyac; una

parte del río Cuautla alimenta al canal Tenango en las inmediaciones de la colonia Gabriel Tepepa, colonias

densamente pobladas y cuyos márgenes han sido invadidos por asentamientos humanos irregulares que al

igual que en el río Cuautla, provocan problemas de contaminación por desalojo de aguas residuales y

desechos sólidos. Esta problemática se ha agudizado en los últimos años debido al crecimiento poblacional

que ha tenido esta zona, principalmente la que corresponde a la colonia Juan Morales perteneciente al

municipio de Yecapixtla.

Las descargas de aguas residuales comprenden desde los desalojos directos de casas habitación tanto al

río, como a barrancas y canales hasta los colectores que sin tratamiento son depositados en el cauce del río

ubicados en el puente de Gabriel Tepepa, en Insurgentes y de la propia planta de tratamiento del municipio

de Cuautla que no trata la totalidad del agua por no tener la suficiente capacidad.

Con respecto a los canales generales de riego la mayoría de ellos, presentan en mayor o menor grado el

problema de la descarga de aguas residuales, a excepción de algunos debido a que guardan cierta

independencia y menor influencia de los asentamientos humanos tales como Los Cuartos, Huitchila, El Túnel,

El Mirador (cuadro 1).

121

Cuadro 1. Matriz de canales generales y principales problemas

CANAL BASURA AGUAS RESIDUALES

RECIBE AGUAS DE TENERÍA

CONTAMINACIÓN POR CULTIVO DE

BERRO

EXTRACCIÓN DE AGUA POR PIPEROS

CRECIMIENTO URBANO

AFECTACIÓN POR PERFORACIÓN DE

POZOS

CAMPO NUEVO X X X EL MOLINO X LOS TOMASES X X X LOS CUARTOS HUITCHILA X BARCENAS X X X EL ZAPOTE X X X X EL SOCAVÓN X X X EL TÚNEL X X SAN ESTEBAN X X LA TORRE X X LAS TORTUGAS X X LAS IGUANAS X EL MIRADOR X CASASANO X X SAUCE CHINO X X AHUEHUEPAN X X X X SANTA INÉS X X X X LA PURÍSIMA X X X X SANTA ROSA X X X X LA HUANCHA X X X XOCHITENGO X X X AGUA DULCE X X X X SAN CRISTÓBAL X X X X LA MORA X X X X X AXOCOCHE X X

Fuente: elaboración propia, 2002.

122

Debido a actividades relativas con el sector pecuario en donde es notorio el desalojo de contaminantes al

agua a través de pequeños núcleos de explotaciones pecuarios, granjas de traspatio, así como con los

agroquímicos que son transportados en el agua. Otras fuentes de contaminación del agua con detergentes

son el grupo de lavadores de coches instalados en el partidor del canal El Almeal y la gente que utiliza los

manantiales como centro de recreo donde acuden a bañarse y se agregan jabones. En el sector industrial los

problemas de contaminación se generan principalmente de dos fuentes: el ingenio Casasano que descarga

sus aguas residuales sin tratar y la empresa Curtidos Temola S.A. de C. V., que realiza también descargas al

río sin tratar en algunos casos (Medellín, 2002).

La contaminación por descarga de aguas del ingenio Casasano no parece ser un problema serio en la

producción porque el alto contenido de materia orgánica resulta provechoso para el cultivo de la caña y

algunas hortalizas; el problema radica principalmente en el daño ambiental a la población por el humo y el

tizne que se produce; Sin embargo, cuando se lava la maquinaria, entonces sí se descargan aguas

contaminadas con aceites y grasas (Medellín, 2002).

En el caso de la empresa Curtidos Temola S.A. de C.V., conocida en la región como “Tenería”, representa un

riesgo de contaminación importante en la región ya que algunos usuarios mencionan que ha desaparecido

prácticamente la fauna; el cultivo de la caña de azúcar presenta síntomas de amarillamiento y pudrición

parcial de la parte basal y las personas que riegan, al introducirse en el agua, presentan manchas y comezón

en las piernas (Medellín, 2002).

La Tenería inició sus actividades hace 35 años, realizaban un trabajo de descarnado o curtido “a medias”,

transportaban el producto en proceso a la Ciudad de León, Gto., o Monterrey, N.L., y allá realizaban el

terminado de curtido fino. Hace unos 10 años la empresa empezó a implementar el curtido fino con

tecnología alemana. A partir de esta nueva tecnología inicia de manera consistente la contaminación ya que

utilizan cromo, pigmentos con base en anilinas, ácido sulfúrico, entre otros. A pesar de que en 1997 se

incorporó un proceso de mejora en el tratamiento de aguas con la adquisición de un filtro especial, no

siempre es tratada el agua en su totalidad y el área que se utiliza para depósito de los lodos, con la lluvia y la

cercanía al río se presentan infiltraciones que incrementan la contaminación (Medellín, 2002).

Debido a inconformidades de la población afectada por el mal olor y constantes quejas, se llevaron a cabo

reuniones a fin de dar seguimiento y controlar el problema de la contaminación ocasionada por la Tenería,

donde participaron diferentes dependencias y organizaciones, entre ellas, la Procuraduría Federal de

Protección al Ambiente (PROFEPA), Comisión Nacional del Agua (CNA), Ayuntamientos de Cuautla y Ayala,

ASURCO y la propia empresa. A pesar de esto los usuarios de ASURCO sólo tenían derecho a voz y en el

momento en que planteaban que Temola estaba contaminando la empresa solicitó que se le demostrara,

además argumentó que la contaminación provenía de aguas arriba por las descargas Municipales y la de los

productores de berro. A pesar de que CNA está facultada para dar seguimiento y realizar los análisis

123

respectivos, nunca se informó a los usuarios del Río Cuautla e incluso la empresa ha recibido certificaciones

donde se avala que es una industria limpia (Medellín, 2002).

La contaminación que genera la empresa Temola es un problema que de manera recurrente se ha discutido

en reuniones de cabildo, instituciones gubernamentales locales y estatales, pero son escasos y limitados los

elementos de prueba que demuestren que está contaminando, porque a decir de los funcionarios de CNA en

Cuernavaca, la empresa no escatima recursos para protegerse legalmente, además de tener posibilidades

para realizar un análisis con equipo más sofisticado que el de la CNA15. Aunque algunos estudios reportan

que se han encontrado elevadas concentraciones de sulfatos, Cromo y NH3 posteriores a la descarga de la

tenería, las cuales seguramente son productos secundarios de los procesos industriales de la misma

empresa, que a pesar de contar con su propia planta de tratamiento, no es suficiente para su remoción. La

conductividad presente y los niveles fenólicos encontrados, afectan la densidad de fauna acuática, sin

embargo, esto no limita su aprovechamiento agropecuario, no así para uso potable, lo que hace necesario

implementar su tratamiento. Es conveniente valorar a profundidad los efectos del zinc en el desarrollo del

ambiente acuático así como de los riesgos que éste representa por su efecto bioacumulable, ante los altos

niveles encontrados (Huerto, 1988).

La contaminación orgánica de origen municipal predomina en las aguas del río, con una cantidad de

bacterias coliformes alta; representa un riesgo para la salud humana si estas aguas son ingeridas. Se

tipificaron cuatro zonas del proceso de declinación y recuperación del agua del río: una zona de degradación,

próxima a la tenería, en donde se localiza el área en la que se arroja la mayor cantidad de desechos, el agua

se enturbia de inmediato, tomando color gris y en el fondo se forman depósitos de partículas más pesadas.

Una zona de descomposición activa, cercana al puente San Pedro, con aguas que reciben descargas

relativamente saturadas de desechos biodegradables, con depósitos de lodo en el fondo, con actividad

béntica anaeróbica, confirmada por la presencia de organismos saprofitos como oligoquetos y quironómidos,

y en donde el oxígeno puede faltar totalmente. Una zona de recuperación, en el kilómetro 14 de la cuenca en

donde se encontró un aumento en la concentración de oxígeno disuelto y una demanda bioquímica de

oxígeno baja, con aguas transparentes y una granulación de los sedimentos más gruesa. Por último, una

zona de aguas limpias, en el kilómetro 23 donde las aguas recuperan las condiciones originales anteriores a

la contaminación, por lo menos en lo que se refiere a DBO y OD, con una mayor diversidad de organismos

bénticos (Huerto, 1988).

En el caso del río Cuautla, el tramo que se encuentra contaminado por basura, se ubica en el trayecto que

comprende del vado Los Sabinos, hacia aguas abajo, hasta el puente de la Colonia Abelardo L. Rodríguez,

área que coincide con la mayor parte de la ubicación de la zona urbana de la ciudad de Cuautla y Ayala.

Dentro de este trayecto se identificaron varios sitios donde se encuentra una mayor cantidad de basura, ya

sea porque los pobladores las vierten al río aguas arriba o incluso, utilizan algunos de esos sitios como

15 Comunicación personal del Ing. Federico Uranga, Subgerente Técnico de la Cuenca del Balsas. CNA:

124

depósito de basura que realizan durante la noche. En el mismo trayecto del río Cuautla, se localizan varias

descargas de aguas residuales de casas habitación, así como de colectores de la ciudad de Cuautla que

vierten sus aguas directamente sin tratamiento previo. En esta porción del río se pueden ubicar lo sitios más

críticos en los cuales se realizan depósitos de basura y que se encuentran directamente sobre el cauce del

río (cuadro 2).

Cuadro 2. Sitios de mayor concentración de basura que la población deposita.

Sitio Ubicación Observación Vado Los Sabinos Puente Amilcingo Puente Gabriel Tepepa Presa El Socavón

Parte alta del río, zona de manantiales Los Sabinos. Parte del Ejido Cuautlixco. Coordenadas: N 18º 50’.001 y W 98º 56.250 1.5 kilómetro a partir de la zona de manantiales Los Sabinos en su recorrido sur Centro de la ciudad de Cuautla, salida hacia la ciudad de Izúcar de Matamoros, Puebla. Coordenadas: N 18º 48’.571 y W 98º 56’.955

Acumulación de basura por arrastre del río y que la gente vierte en el cauce. Se estiman 3 toneladas por mes. También hay descargas directas de casas habitación que se ubican sobre ambos márgenes del río. En el trayecto Los Sabinos-puente Amilcingo, producción de berros tanto en los márgenes como en el propio cauce del río, con elevado uso de insecticidas, fertilizantes foliares y cianuro. Descarga de aguas residuales sin tratamiento de las colonias ubicadas al este del puente con un gasto aproximado de 130 a 150 lps.

Puente Apatlaco Planta tratadora de aguas de Cuautla Curtidos Temola Antiguo puente Apatlaco

Sobre la margen izquierda del río Cuautla. Coordenadas: N 18º 49’.008 y W 98º 56’.769; 1276 msnm. 200 metros al sur de la presa El Socavón. Coordenadas: N 18º 48’.001 y W 98º 57’.143 400 metros al sur del puente Apatlaco, sobre la margen derecha. Margen derecha del río, coordenadas. N 18º 47’.504 y W 98º 57’.935 200 metros de la antigua hacienda de San Pedro Apatlaco. Coordenadas: N 18º 47’.649 y W 98º 58’.021

Acumulación de basura inorgánica, principalmente plásticos y envases de productos insecticidas, cantidad estimada en 300 Kg. Acumulación de basura debajo de ambos márgenes del puente, la gente usa como basurero, cantidad estimada de 1000 kg. Descarga al río de aguas residuales sin tratamiento, estimado en 300 lps Al margen izquierdo basurero de Apatlaco, estimado en 1000 kg. Descarga de aguas residuales de Curtidos Temola sin tratamiento, estimado en 80 lps los cuales se incorporan a las aguas provenientes del manantial Ojitos Burgos y ambas confluyen en el río. Acumulación de basura de plásticos debajo del puente hasta 500 metros antes de la empresa Curtidos Temola, cantidad estimada en 3 toneladas por mes.

Fuente: Elaboración propia. 2002.

En la matriz de externalidades se observa que la mayor parte de los canales generales de riego, presentan

limitantes de diversa índole como son: presión del crecimiento urbano y en consecuencia, la incidencia

constante de basura y riesgo a la proliferación de enfermedades.

125

Cuadro 3. Principal problemática de los canales generales.

CANAL EXTERNALIDADES ___________________________________________________________________________________________________________________________________________ I. Fuente de agua: Barrancas 1. Campo Nuevo El agua es contaminada por el ejido Hospital a base de basura inorgánica y descargas de aguas residuales. El fraccionamiento de terrenos

del ejido Cuautla ha motivado que algunos usuarios ya no limpien su tramo de canal general, asumiendo esta actividad los usuarios de Anenecuilco, para que el agua pueda fluir hasta su jagüey.

2. El Molino El agua que escurre está contaminada por aguas residuales que descarga la comunidad de El Hospital. 3. Los Tomases Contaminación por basura, descarga proveniente de aguas residuales e invasión del cauce por el crecimiento urbano; el mismo crecimiento

urbano ha invadido áreas de riego. De tres campos que se regaban anteriormente sólo se riegan dos, un tercer campo se vendió para un fraccionamiento y solamente un pequeño propietario realiza el mantenimiento.

4. Los Cuartos No se aprecian problemas serios de contaminación tanto en la barranca como en el canal. Se han reducido los escurrimientos de agua

provenientes del canal Tenango a raíz del revestimiento de éste último. 5. Huitchila El canal atraviesa la comunidad de Pitzotlán o Huitchililla y en ésta los pobladores aprovechan para verter la basura doméstica y toman el

agua con mangueras para regar jardines. II. Fuente de agua: Río 1. Bárcenas En virtud de que el canal Barcenas quedó dentro de la propiedad de terrenos urbanos, en su paso por éstos, sus aguas reciben una gran

cantidad de basura y drenaje doméstico. Esta agua contaminada más adelante, recibe las aguas limpias del manantial Agua Ancha; se presume que el riego con agua contaminada repercute sobre la sanidad del cultivo de verdolaga que se establece en las márgenes del río.

2. El Zapote En su paso por la ciudad de Cuautla, el agua que conduce el canal El Zapote es contaminada por basura y descargas de aguas residuales

que vierten las casas habitación. El plástico ocupa gran parte de los terrenos y es un problema para la germinación y el desarrollo de los cultivos. Según opinión de los usuarios entrevistados, los berreros siempre han representado un problema porque con la construcción de pequeños bordos que son utilizados para retener el agua del manantial, reducen la cantidad de agua que llega a las parcelas. También los asentamientos humanos están influyendo de manera importante en la disminución de áreas agrícolas; a pesar de que los canales están considerados como propiedad federal en los que debe respetarse un límite de 5 m a ambas márgenes, los habitantes de la

126

zona urbana de Cuautlixco construyeron sus casas habitación de forma tal que los canales quedaron en el interior de sus propiedades urbanas.

3. El Socavón En la presa derivadora El Socavón confluyen las aguas del río Cuautla, que llegan contaminadas con las del manantial Agua Azul; también se

arrojan aguas residuales sin tratamiento al cauce del canal. La siembra de hortalizas se realiza con aguas contaminadas Al pasar por la zona urbana del poblado de San Pedro Apatlaco (Cuahuixtla), la contaminación de las aguas del canal El Socavón se

incrementa porque los vecinos vierten el agua que resulta de los desechos domésticos. La zona de protección del canal fue prácticamente invadido por los pobladores de Cuahuixtla.

4. El Túnel El canal recibe todos los desechos de la empresa Curtidos Temola (Tenería) cuyos contaminantes contienen altas cantidades de ácidos.

Tienen planta tratadora pero no siempre funciona y su capacidad es insuficiente. Otros problemas son los relacionados con la basura que se arroja, los plásticos, animales muertos, entre otros. El problema de la basura es que se contamina el agua y se tapan las compuertas de la presa El Túnel. Hasta ahora no existen acuerdos entre los usuarios para contrarrestar el problema.

5. San Esteban El canal San Esteban recibe también como el caso del canal El Túnel gran cantidad de aguas contaminadas provenientes de la Tenería

Curtidos Temola ya que se encuentra a la misma altura que ese canal. Además de recibir las aguas residuales provenientes del uso doméstico de la ciudad de Cuautla y pueblos vecinos, los campos de cultivo Villa de Ayala, Moyotepec y San Antonio, son los más afectados por la contaminación de aguas residuales municipales.

6. La Torre En el trayecto del canal La Torre, existe una granja de pollos a la altura de la comunidad de San Antonio; dicha granja se instaló en terrenos

donde el canal ha quedado dentro de su propiedad, ahí se vierten descargas de aguas residuales; incluso son los propios usuarios del canal quienes piden permiso a la granja para realizar el mantenimiento dentro de ella. También el poblado de la Colonia Abelardo L. Rodríguez realiza descargas de aguas residuales al canal. No deja de ser otro problema serio la contaminación por basura inorgánica y productos químicos que se utilizan en las labores agrícolas.

7. Las Tortugas En el canal Las Tortugas se descargan drenajes de la zona urbana de la colonia Leopoldo Heredia y Tenextepango. Durante el recorrido del

canal y en los campos de cultivo se observó la presencia de gran cantidad de basura, botellas de plástico de todo tipo, así como envases de pesticidas que representan un grave problema de contaminación. El manantial Agua Limpia es promovido como un balneario rústico de propiedad privada, donde también se puede practicar la pesca en estanques artificiales. El “propietario” del manantial y de los terrenos aledaños al mismo ha empezado a cercar con malla ciclónica para evitar el libre paso. Sin embargo algunos usuarios reconocen que el área de los manantiales es zona federal y el agua fue concesionada a las comunidades desde hace muchos años y que opera actualmente ASURCO. Las tomas clandestinas de agua de este canal mediante bombas de 1 a 2 hp para uso doméstico son más frecuentes durante la época de estiaje. En ocasiones varios usuarios deciden quitar todas estas tomas.

127

8. Las Iguanas La contaminación del agua que conduce el canal por descarga de aguas residuales provenientes de la comunidad de San Vicente Las Piedras. La Tenería Morelos instalada aguas arriba del río Cuautla también representa un riesgo fuerte para los cultivos y la población aunque en menor medida ya que los canales más cercanos son el San Esteban y el Túnel. Según opinión de los usuarios, no les llega suficiente agua debido al aprovechamiento que hacen los berreros aguas arriba.

9. El Mirador La contaminación del canal El Mirador se manifiesta a través de basura inorgánica como plásticos, envases, bolsas y en algunos casos hasta

con grasa y animales muertos. En opinión de los usuarios el agua estaba más limpia hace unos cuatro años. III. Fuente de agua: Manantiales Las Tazas 1. Casasano Se descargan aguas residuales de la comunidad de Casasano y del Ingenio de Casasano

Los productores consideran que la perforación de pozos profundos podría generar el abatimiento general de toda la región y en especial de los manantiales. Se ha desarrollado el viverismo de manera exponencial en terrenos que los propios ejidatarios les rentan.

2. Sauce Chino La renta de la tierra, derivada de los altos costos de producción y precios bajos de las cosechas, para el establecimiento de viveros se ha

fomentado la perforación de pozos a cielo abierto, los cuales son equipados con bombas eléctricas de 0.5, 1, 1.5 y 2 pulgadas de diámetro para el abastecimiento de agua. Con esta renta se pierde el orden en la realización del mantenimiento, ya que el dueño del predio al no recibir agua, no realiza el mantenimiento. Otra consecuencia probablemente asociada es que la perforación de estos pozos, puede afectar la cantidad de agua aportada por manantiales de aguas abajo.

3. Sauce Chino En la zona urbana de los ejidos de Casasano, Tetelcingo y El Hospital, se desechan aguas residuales de origen doméstico y cantidades

importantes de basura inorgánica. En el año 2001, la acumulación de basura provocó la inundación de la comunidad de El Hospital, situada aguas abajo. También los berreros ocupan áreas en la parte alta, cercana a la salida de los manantiales Las Tazas y sobre el cauce de la barranca, haciendo aplicaciones de productos químicos altamente tóxicos como el cianuro, a pesar de que es un producto prohibido.

4. Santa Inés Los cultivadores de berro, según opinión de los usuarios del agua del canal Santa Inés, son un problema porque represan el agua, provocando que no fluya rápidamente. Pero no solamente retienen el agua en sus cultivos de berro sino que también la contaminan con las aplicaciones de agroquímicos que incluyen cianuro, lo que pudiera estar contaminando el agua superficial y la recarga natural. La contaminación por basura es considerable; “hace 15 ó 20 años el agua se podía tomar, se podía pescar, la gente que no tenia dinero podía pasar por su pescado y comer, ahora ya ni ranas hay”, comenta un usuario. Los habitantes de las casas Geo, tiran su basura al apancle, contaminando el agua con plásticos y cloro, además de que no hay drenaje y utilizan el apancle para desecho de aguas residuales. “A la gente ya no le gusta regar, porque luego le salen granos en los pies o se les parten. Pero no son los únicos, también los vecinos de la colonia Jáuregui infectan el agua con sus desechos de aguas residuales”.

128

El crecimiento urbano ha tenido un impacto importante en la reducción de áreas de cultivo. La toma de agua por los camiones “pipa” a decir de los usuarios también merman el agua que pudieran recibir pero parece que el aspecto más importante es que están poniendo en evidencia la ausencia de las autoridades municipales en el aspecto de abasto de agua potable. Los camiones “pipas” toman el agua sobre el canal lateral izquierdo Santa Inés.

5. La Purísima Durante el trayecto, el canal La Purísima recibe la descarga de drenajes de la colonia La Angostura lo que ocasiona su contaminación.

También se arrojan gran cantidad de basura inorgánica como plásticos y botellas. El cultivo del berro sobre el manantial que da origen al canal y en el área donde se une al canal La Purísima un lateral del Santa Inés, representa un problema de contaminación al agua debido a los productos que se utilizan en su proceso de producción como cianuro, insecticidas y fertilizantes. La perforación del pozo de agua potable El Calvario para abastecer al municipio de Cuautla ocasionó la disminución del agua que emana del manantial que da origen al canal La Purísima pasando de 870 lps a sólo 80 lps (información de ASURCO). Los viveros establecidos en áreas aledañas al transcurso del canal han perforado pozos a cielo abierto, lo que ha ocasionado una disminución de agua en los canales, además de que una parte de viveros toman el agua del canal con bombas de 0.5 ó 1 hp.

6. Santa Rosa Uno de los manantiales es aprovechado por el Municipio de Cuautla para agua potable, los otros dos se ubican dentro de terrenos

particulares de uso urbano. Para acceder a ellos se pide permiso a los propietarios de éstos terrenos. En su totalidad, el canal Santa Rosa ha quedado en terrenos de propiedad urbana, lo que evidencia que no se realizaron las indicaciones que sobre el respecto están estipuladas para la protección de infraestructura hidroagrícola de carácter federal. Por las características del canal a cielo abierto permite que sus aguas reciban una gran cantidad de basura y aguas residuales del drenaje doméstico. Se observa una tendencia en el cambio del uso del suelo de ser un suelo de uso agrícola, pasó a ser de uso urbano y en la poca superficie que queda dedicada a la agricultura se han establecido viveros a través de la renta.

7. La Huancha Con la construcción de una colonia aguas arriba, la barranca donde se ubica el manantial se ha contaminado con aguas residuales y basura

que en la temporada de lluvias es <arrastrada por la corriente y depositada en el manantial e incluso ha provocado inundaciones en la zona urbana aguas abajo. Debido al crecimiento urbano, el canal queda dentro de las casas habitación, motivo por el cual se vierten las aguas residuales y basura.

8. Xochitengo La zona urbana ha cubierto el cauce del canal, siendo ahora difícil de ubicar ya que incluso existen construcciones sobre él; cruza las calles y

negocios así mismo descargan basura y aguas residuales. 9. Agua Dulce El agua del canal general Agua Dulce es contaminada en su paso por el poblado de Cuautlixco debido a la basura y agua residual que se

descarga.

129

La presencia de los cultivadores de berro en el nacimiento del manantial, según la opinión de los usuarios, representa un serio problema por la contaminación del agua y por las prácticas de cultivo que obstaculizan el paso del agua hacia el canal y por consiguiente a las parcelas. En el área de manantiales, incluso dentro del área cercada y declarada como Zona Natural Protegida, existen varios asentamientos humanos que ninguna autoridad ha podido reubicar a pesar de los múltiples acuerdos que sobre el particular se han tomado por parte del Municipio de Cuautla y otras instituciones de carácter Estatal y Federal. En el área de manantiales, los “piperos” han excavado un pozo artesiano para llenar sus pipas y trasladarlas a las colonias donde se necesitan. Este es un gran negocio para los dueños de las Pipas y el municipio ya que por una parte los piperos cobran el servicio a los consumidores y el municipio, por otra, se desentiende de su responsabilidad. En Noviembre del 2001, las autoridades de ASURCO concertaron una reunión de carácter urgente porque el Gobierno Federal por conducto de PROCEDE estaba lotificando el área de manantiales a favor de los cultivadores de berro, a pesar de que oficialmente el área está declarada como Zona de Reserva Ecológica. ASURCO justifica su presencia porque son aguas que forman parte de los recursos que se le transfirieron.

10. San Cristóbal En la zona de manantiales, los cultivadores de berro, cierran la entrada del agua a la compuerta del canal.

En su totalidad, el canal San Cristóbal ha quedado en terrenos de propiedad urbana y al pasar el cerro y llegar a la colonia Otilio Montaño, las aguas son contaminadas por basura y drenaje de las casas habitación, existiendo la amenaza de hortalizas regadas con aguas contaminadas.

11. La Mora El agua del manantial es contaminada en su paso por la zona urbana de Cuautlixco debido a que una gran cantidad de casas habitación

vierten las aguas residuales y basura al canal la Mora. Según opinión de los usuarios, los berreros siempre han representado un problema porque con la construcción de pequeños bordos que son utilizados para retener el agua del manantial, reducen la cantidad de agua que llega a las parcelas. A pesar de que los canales están considerados como propiedad federal en los que debe respetarse un límite de 5 metros a ambas márgenes, los habitantes de la zona urbana de Cuautlixco construyeron sus casas habitación de forma tal que los canales quedaron en el interior de sus propiedades. Los camiones “pipa” también toman el agua que por dotación presidencial les fue entregada a los ejidatarios. Esto implica que los piperos le están resolviendo el problema de abasto de agua potable al municipio con agua que no les pertenece y por consiguiente, la estructura institucional del estado permite la existencia de piperos.

12. Axocoxhe El principal problema que se observa en el canal Axocoche es la contaminación ocasionada por descargas de aguas residuales del poblado

de Moyotepec y basura doméstica

Fuente: elaboración propia, 2002.

130

En el río Cuautla y las barrancas, son un problema creciente en cuanto a la calidad del agua para riego, ello

se debe a que la ciudad de Cuautla y Ayala, así como la empresa Curtidos Temola vierten sus aguas

residuales a las barrancas e incluso directamente a los canales, ello aunado a la contaminación que hacen

los berreros ha significado un deterioro de la calidad del agua. Es claro el deterioro de la calidad del agua en

virtud de que hace algunos años en el cauce del río se podía pescar, los pobladores podían bañarse sin

ningún problema y el ambiente era más atractivo para turistas. Incluso, algunos productores que se

benefician con los canales más afectados por la contaminación de la tenería, reiteran los daños que cada vez

son más evidentes tanto en cultivos como en la piel, por lo que tienen que evitar el contacto directo con el

agua o untarse algo de grasa antes de iniciar las labores de riego.

Los habitantes de la zona han perdido la derrama económica de los turistas, el enriquecimiento de la dieta y

comercialización de pescado; pero además, el deterioro de la calidad del agua impacta en la posibilidad de

que la producción de hortalizas ingrese al mercado de exportación; incluso hace algunos años, se emitió la

Norma Oficial mexicana NOM-CCA-033-ECOL/1993 que estableció las condiciones bacteriológicas para el

uso de aguas residuales de origen urbano o municipal o de la mezcla de éstas con la de los cuerpos de agua,

en el riego de hortalizas y productos hortofrutícolas.

El impacto del deterioro de la calidad del agua es compartido por los canales generales en el espacio

hidráulico de la Asociación, que derivan su agua de las barrancas o ríos, y particularmente las presas

derivadoras San Esteban y El Túnel, las cuales se ubican sobre el margen del río.

IV.5. 3. El crecimiento urbano.

Otro factor que han incrementado de manera considerable la contaminación del agua, así como la invasión

de los canales de riego, es el crecimiento urbano ya que los asentamientos se han establecido en los límites

contiguos al cauce del río, sobre los canales, así como en la zona de manantiales, donde la carencia de

servicios de saneamiento repercute negativamente en los niveles de calidad del agua.

Al parecer el problema de fondo radica en la falta de planes de ordenamiento de los asentamientos humanos

y en la ejecución de los mismos con apego a la legislación respectiva, así como la carencia de programas de

educación ambiental que tiendan a disminuir el problema, y que la población beneficiaria de los recursos

participe e intervenga en la toma de decisiones. En este sentido, el 3 de febrero de 1982 se aprobó mediante

decreto el Plan de Ordenación, pero en virtud de que ya no correspondía a las necesidades actuales, se

actualizó su contenido incorporando al Municipio de Atlatlahucan y con ello se formuló el Programa de

Ordenación de Zona Conurbada Intermunicipal, en su modalidad de Centro de Población de Cuautla-Ayala-

Yecapixtla-Atlatlahucan (CAYA) aprobado y publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de

Morelos el 7 de marzo de 2001.

131

En dicho programa CAYA se plantean una serie de objetivos que tiendan a regular y definir la viabilidad y

transporte; estructura urbana, áreas naturales protegidas; tratamiento de aguas y derrame hacia Huesca;

económicos; regularización de la tenencia de la tierra; tecnologías de construcción para viviendas en terrenos

rocosos; y proyecto de previsiones. Comprende todo el Municipio de Cuautla, dos áreas de la porción norte

del Municipio de Atlatlahucan, una parte de Ayala y otra de Yecapixtla.

De manera permanente se ha venido dando un cambio de uso de suelo en los últimos años, propiciado por la

expansión de la mancha urbana de las colonias cercanas cambiando el uso agrícola que tienen por el uso

habitacional, agudizando la deficiencia de los servicios Públicos Municipales básicos como agua potable,

drenaje, alcantarillado y electrificación.

Con el establecimiento de asentamientos humanos tanto regulares como irregulares, desde la situación legal

de la tenencia de la tierra, lo que ocasiona que muchas de estas viviendas carezcan de infraestructura de

saneamiento básico para desalojo de aguas residuales y deposición de desechos sólidos, lo que agudiza la

contaminación de esta área. Además una gran zona de asentamientos humanos se localiza en las riberas del

río viéndose en peligro por las avenidas durante la estación de lluvias.

El crecimiento de los asentamientos humanos en las zonas aledañas propicia que en la zona de la ribera del

río se encuentren tiraderos de basura clandestinos que contienen infinidad de materiales que van desde los

desechos de comida, papel, plásticos, animales, vidrio, entre otros.

Otro de los efectos del crecimiento urbano es la “invasión” de una parte de los canales generales de riego, lo

cual trae consigo una serie de problemas colaterales tanto en la mayor contaminación por basura como en la

reducción de áreas de riego. Los canales generales que se han visto más afectados por este fenómeno son:

Campo Nuevo, Los Tomases, Bárcenas, El Zapote, El Socavón, Santa Inés, Santa Rosa, La Huancha,

Xochitengo, San Cristóbal y La Mora; es decir, 11 canales de los 25 que opera el sistema de riego de la

Asociación de Usuarios, lo que significa que el sistema de riego de los canales antes mencionados los está

absorbiendo la mancha urbana. De no tomarse las mediadas pertinentes para un ordenamiento controlado,

es probable que las áreas agrícolas tengan en un futuro próximo problemas aún mayores que impliquen una

reducción en los volúmenes de producción y una competencia mayor por el agua entre la ciudad y el campo.

Lo anterior puede explicarse en función de la dinámica poblacional que se presenta en los Municipios de la

cuenca; en este sentido, destaca el incremento de la tasa de crecimiento en los Municipios que integran la

cuenca en el periodo 1990-1995, de 3.04 % en promedio, inferior a la media estatal de 3.38 % y superior a la

media nacional de 2.6 %, las altas tasas de crecimiento corresponden a los Municipios de Atlatlahucan y

Yecapixtla con 5.52 y 3.91 respectivamente, la media de Cuautla con 3.03 y las más bajas a los Municipios

de Ocuituco y Tlalquitenango con 1.90 y 1.57, éstos últimos ligeramente debajo de la media nacional.

132

IV.5. 4. Deforestación.

Existen problemas de deforestación en la parte alta de la cuenca sin embargo, no se cuenta con estudios

regionales que revelan la magnitud de este problema y la erosión. Cada año el Programa Nacional de

Reforestación de la SEMARNAP realiza plantaciones pero los resultados no se manifiestan, pero la

deforestación aumenta porque los taladores y comuneros cuentan con permisos de la SEMARNAT. El

bosque representa una fuente de vida y de alimento para nosotros, por eso es importante conservarlo

(Comisariado ejidal de bienes comunales de Tetela del Volcán, 2001).

De acuerdo con información proporcionada por Pérez, J. (2001) no se cuenta con estudios regionales que

revelen la magnitud de los problemas de deforestación y de erosión. Se realizan algunas prácticas de

reforestación anuales fomentadas por la SEMARNAT, pero los resultados no se manifiestan. En su opinión la

pérdida de vegetación es un problema que se ha venido acentuando en los últimos años a raíz de la

explotación del bosque que se encuentra en manos de los comuneros.

Según el señor Sixto García, excomisariado Ejidal de Tetela del Volcán, la deforestación es un problema

fuerte en la zona, al parecer los comuneros explotan el bosque, sacan mucha madera para venta con el

permiso que les otorga la propia SEMARNAT. Son alrededor de 400 comuneros los que están registrados

pero realmente unos 50 son los que aprovechan el bosque. Hace algún tiempo la compañía San Rafael tenía

el permiso para aprovechar la madera.

Como producto de la deforestación y de la práctica de una agricultura de temporal con base en cultivos

anuales en suelos con pendiente pronunciada, se observa el arrastre del suelo por erosión hídrica en las

barrancas que confluyen al río Cuautla. Un aspecto que llama la atención es que gran parte de las barrancas

operan como verdaderos basureros ubicados en áreas próximas a la urbanización.

IV.5.5. La zona de manantiales.

Una de las fuentes de agua más importantes en la cuenca del río Cuautla es el sistema de manantiales, los

cuales se localizan en distintas áreas y que desempeñan un papel fundamental en el abastecimiento para

usos agrícola, urbano e industrial. En el uso agrícola, los manantiales ubicados en la zona Las Tazas, en los

Sabinos y algunos independientes aportan el agua para diferentes canales generales que permiten regar una

gran parte de la zona agrícola de la Asociación. En el caso de los manantiales de la zona de Las Tazas,

nacen los canales generales: Casasano Grande, Sauce Chino, Ahuehuepan, Santa Inés y La Huancha. De la

zona de manantiales Los Sabinos-Santa Rosa-San Cristóbal se inician los canales Agua Dulce, La Mora, San

Cristóbal, Santa Rosa y Xochitengo; y existen otros manantiales independientes conocidos como Axocochi,

del cual nace un canal del mismo nombre; Agua Limpia, que aporta sus aguas para el canal El Socavón y el

Agua Limpia que abastece los canales La Torre y Las Tortugas sobre el río Cuautla.

133

El agua destinada para uso urbano también es aprovechada de los mismos manantiales en una cantidad

importante, principalmente de la zona de manantiales Las Tazas, donde en años recientes se perforó el pozo

denominado “El Calvario” para abastecer a la ciudad de Cuautla, provocando una disminución del gasto de

870 lps a sólo 80 lps en los manantiales antes mencionados que afectó a los Ejidos Calderón, Tetelcingo,

Casasano y la Pequeña Propiedad de Casasano (Flores, 2001). La zona de los manantiales “Los Sabinos”

también ha sido aprovechada para satisfacer de agua potable a otras áreas de la ciudad de Cuautla y Ayala a

través del entubamiento de los mismos y perforación de pozos en zonas aledañas disminuyendo el gasto en

los canales para riego. A este respecto, se hace una descripción más detallada en el capítulo respectivo al

caso de los manantiales “Las Tazas”.

Otra de las formas de utilización del agua de manantiales particularmente de la zona de “Los Sabinos” en su

mayor parte, y en menor cantidad de “Las Tazas” y “El Axocochi”, es para abastecer del servicio de agua

potable a colonias que no cuentan con ese servicio por medio de la extracción en camiones cisterna tipo

“pipa”, en cuyo caso no existen normas claramente definidas entre los poseedores del recurso y las

autoridades que permitan hacer un uso racional y eficiente del agua.

Los manantiales “Los Sabinos”, “Santa Rosa”, y “San Cristóbal” de Cuautla como una fuente de agua y de

importancia ecológica en la cuenca, fueron decretados áreas de preservación ecológica y dentro del decreto

oficial (Periódico Oficial Tierra y Libertad; Cuernavaca Morelos 31 de Marzo 1993). En el Art. 5 se especifica

que los ejidatarios y comuneros que se encuentren dentro de la zona sujeta a conservación ecológica estarán

obligados a la protección y cuidado de la misma, conforme a las disposiciones que para tal efecto se emitan

de acuerdo a lo estipulado en el artículo 96 de la Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente del

Estado de Morelos.

Por otra parte es importante mencionar que, en el caso del manantial los Ojitos del Bosque un Ejidatario se lo

adjudica y no permite bardearlo para evitar la basura, situación que las instancias correspondientes tienen

pendiente por resolver.

El 31 de marzo de 1993, se publicó en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado la declaratoria que

establece como Área Natural Protegida (ANP) sujeta a conservación ecológica, la zona que incluye a los

manantiales de los Sabinos, Santa Rosa y San Cristóbal del Municipio de Cuautla, que suman en su conjunto

una superficie de 152-31-28 hectáreas. Dicha ANP constituye por su riqueza de manantiales, una zona

valiosa en la preservación del equilibrio ecológico y el bienestar de la población de Cuautla y Río abajo, como

fuente de abastecimiento de agua para riego.

La zona de manantiales inicialmente estaba a cargo de la Subsecretaría de Ecología dependiente de la

Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, denominada: “Los Sabinos-Santa Rosa-San Cristóbal”;

134

Superficie: 152-31-28 ha; Zona Núcleo: 17-52-64 ha; Zona de Amortiguamiento: 134-73-64 ha. Como parte

de las evidencias empíricas de los recorridos de campo y comunicación personal de pobladores, al parecer

es poca la importancia que se le da a esta área natural, lo cual se contrapone con los señalamientos en el

“Programa de Manejo” 16 ya que se encuentra en proceso de deterioro por los asentamientos humanos que

se han posesionado dentro de la zona con los problemas de contaminación que ello atrae.

En el mismo Periódico Oficial se señala que la organización, administración, desarrollo, acondicionamiento,

conservación, manejo, fomento y vigilancia de la Zona sujeta a Preservación Ecológica, quedan a cargo de la

Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Estado y del Ayuntamiento de Cuautla. Además se

indica que dentro de la Zona Sujeta a Conservación Ecológica, se establecen dos áreas núcleo: a) “Los

Sabinos-Santa Rosa”, en la cual la vegetación está representada por ahuehuetes, amates y sauces en una

superficie de 4-79-50 ha; y b) “San Cristóbal”, en la que predominan amates, sauces y laurel de la india, en

una superficie de 12-73-14 ha. Ambas zonas constituyen por su riqueza de acuíferos y su grado de

conservación, importantes áreas naturales y paisajes, para la preservación del equilibrio ecológico y el

bienestar de la población.

En el artículo 4° de dicho ordenamiento se menciona, que “los ejidatarios y comuneros que se encuentren

dentro de la superficie de la Zona Sujeta a Conservación Ecológica, estarán obligados a la protección y

cuidado de la misma, conforme a las disposiciones que para tal efecto se emitan y de acuerdo a lo estipulado

en el artículo 96 de la Ley del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente del Estado de Morelos”. En

este sentido cabe preguntarse ¿quién obliga a los ejidatarios y comuneros para que preserven y cuiden de la

Zona?, y con base ¿en qué reglamento?. Además existen pobladores en la zona exclusiva de manantiales

con plena autorización de las Autoridades Ejidales.

Así mismo, el presidente del Comisariado Ejidal de Cuautlixco (Ejido al cual pertenecen los manantiales)

extendió permisos de posesión, el cual le compró a un pariente desde hace más de 30 años. Sin embargo, al

respecto, la Ley Agraria en ningún momento faculta a la Autoridad Ejidal para otorgar por hecho y derecho

posesión a avecindados, sino únicamente a través de la autorización de la Asamblea General. Además de él,

habitan unas 25 familias más que por falta de recursos económicos viven en la zona de reserva. Por lo tanto,

es necesario reunir más evidencias empíricas y teóricas conceptuales que permitan ubicar el contexto en el

cuál las Áreas Naturales Protegidas deben ajustarse a una lógica de ordenamiento territorial (Balbuena,

2001).

Con el propósito de resolver los problemas relacionados con la invasión del Área Natural Protegida y ante los

trabajos que venía realizando personal de la Procuraduría Agraria a través de PROCEDE para otorgar

derechos de propiedad en Zona Federal a productores de berro, la Asociación promovió reuniones con 16 H. Ayuntamiento de Cuautla, Mor. 1997. Programa de Manejo para el Área Natural Protegida del Río Cuautla.

135

representantes de la CNA, Autoridades Municipales, representantes Ejidales y otros. Dentro de los acuerdos

asumidos se han definido compromisos para que sean reubicados los pobladores que se encuentran dentro

del ANP, que haya mayor vigilancia para evitar futuras invasiones y basura. Sin embargo, la zona de

manantiales Los Sabinos, se encuentra ante una serie de problemas de contaminación persistentes que de

no tomarse las medidas para su recuperación, se presentarán riesgos mayores para una población cada vez

más creciente.

El área señalada como Zona Sujeta a Preservación Ecológica no ha funcionado desde que se decretó como

tal, tampoco se ha elaborado el Programa de Manejo, como lo disponía el decreto que la creó según el

artículo 6° fracción lll. Dicha ANP del Río Cuautla se encuentra en avanzado proceso de deterioro debido a la

pérdida de vegetación natural, según pobladores, estimado en un avance del 50% respecto de la situación

que guardaban los recursos hace unos 30 años; debido a la ocupación de los pobladores en plenos

manantiales lo que ocasiona contaminación por basura y desagüe de aguas residuales. Los manantiales de

la Zona Sujeta a Conservación Ecológica, se encuentran amenazados por su cercanía a la Ciudad de

Cuautla, ya que los habitantes que viven en las inmediaciones depositan su basura, defecan al aire libre y

generan descargas de aguas residuales.

IV.5.6. Los camiones cisterna o “piperos”.

El aprovechamiento del agua por los camiones cisterna tipo “pipa” o también llamados comúnmente

“piperos”, es una práctica que se ha incrementado de manera sustancial los últimos 10 años a raíz del

incremento en la demanda del agua en las colonias periféricas de la Ciudad de Cuautla y algunos municipios

colindantes como Yecapixtla y Atlatlahucan. Sin embargo, no sólo es la carencia del agua potable lo que

caracteriza a los asentamientos humanos de esas áreas, sino también la falta de otros servicios como

alcantarillado, falta de pase del camión de basura municipal, entre otros.

En la zona de manantiales Los Sabinos-Santa Rosa-San Cristóbal, existen tres sitios donde los piperos

toman el agua diariamente y solo son objeto de la inspección por parte de personal de Salubridad del

Municipio de Cuautla para extraer el agua sin ningún costo y limitación alguna. Los camiones “pipa” con

capacidad de 10,000 litros, venden el servicio del agua en zonas urbanas del Municipio de Cuautla y de otros

municipios donde la población no dispone del servicio de agua potable. A pesar de que los camiones tienen

la leyenda de que es agua no potable, la población la utiliza como tal a reserva de sus propias precauciones.

La inspección de parte de Salubridad consiste en verificar la limpieza de la pipa, el estado de las mangueras,

la bomba con la cual se surte el camión, que cada chofer lleve a cabo un control de las rutas, poblados donde

otorga el servicio, es decir, una bitácora de tal forma que en caso de emergencia se pueda detectar la fuente

de contaminación. Sin embargo, este proceso no se realiza por negligencia de los operadores de los

camiones y por falta clara de estipulación y aplicación de un reglamento explícito, que no existe.

136

El número de camiones que otorgan el servicio no se conoce con exactitud dado que no se tiene control por

parte del Ayuntamiento de Cuautla y de tránsito; al parecer fluctúa entre 80 y 100 camiones los cuales

extraen en promedio entre 3 y 4 pipas diarias de 10 000 litros. En época de estiaje y particularmente en la

semana santa, la demanda se incrementa y cada camión realiza de 6 a 8 pipas diarias Los camiones pipa

pertenecen a diferentes agrupaciones: Asociación de transportistas de Agua Moctezuma (CTM),

Transportistas Municipio de Tlalnepantla, Transportistas Municipio de Cuautla, Particulares (Arrieta).

IV.5.7. Berreros.

El berro es una planta acuática comestible que se desarrolla al margen de aprovechamientos de agua y que

en la zona de estudio tiene 70 años de haberse convertido en cultivo establecido por agricultores del río

Cuautla, en la derivadora El Zapote y Canal Socavón, así como en los nacimientos de los manantiales: Las

Tazas, La Purísima, Los Sabinos, San Cristóbal, Ojitos Torres-Burgos, La Mora, Santa Rosa y Santa Inés,

con una superficie estimada en 1995, de 49 hectáreas.(SAGDR, 1995:9 y entrevistas).

Aunque el Reglamento del DR 016 no identifica a los berreros como posibles precaristas, de acuerdo con

ejidatarios del Módulo 08 y autoridades de agua como la Asociación y la CNA manifiestan la evidencia del

uso del agua de riego por este tipo de agricultores, lo que de acuerdo con Chávez (2001) ha provocado que

el caudal del agua disminuyera en los últimos once años hasta en 30 % de su capacidad, que dio origen a

que en 1990 se estableciera un acuerdo entre ejidatarios, berreros y la CNA para optimizar el recurso.

Los productores de berro, están formalmente organizados desde 1960 a raíz de que el Gobierno del Estado

determinó engavionar17 el cauce del río Cuautla; de acuerdo con el archivo de ASURCO, en 1993 la

Asociación de Berreros contaba con 41 integrantes establecidos en superficies, cauces y Zonas Federales,

de los cuales sólo 11 tenían algún tipo de autorización con una zona de explotación de 55 hectáreas.

Actualmente la Asociación de Berreros cuenta con 54 miembros activos y la superficie se estima entre 50 y

60 hectáreas, pero el número de productores se estima entre 80 y 90, es decir aproximadamente 40

productores no pertenecen a ninguna organización y el problema es que establecen el cultivo sobre el cauce

del río.

La Asociación de Berreros, con el tiempo gestionó permisos precarios para el uso del suelo adyacente al río

Cuautla y manantiales circunvecinos, afectando de acuerdo con los otros ejidatarios, el libre tránsito del agua

por lo que fue necesario el establecimiento del “Acuerdo de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla para el

uso y aprovechamiento precario del agua”, firmado en marzo de 1990 por las mesas directivas de la

Asociación de Usuarios del Río Cuautla y de la Asociación Local de Productores de Berro, la Liga de

Comunidades Agrarias y la Comisión Nacional del Agua, en el que se reconoce a 22 Ejidos y 6 Propiedades 17 Proteger los muros de un canal con piedras y malla, a fin de evitar el arrastre de suelo, evitar inundaciones y que no se desborde el río.

137

Rurales como los beneficiados de uso y aprovechamiento de los afluentes del río Cuautla, por Resolución

Presidencial, sin embargo ya que los berreros han estado utilizando el agua a pesar de que sólo cuentan con

permisos precarios que no incluyen este derecho, se les permitió establecer el cultivo de berro, del 1 de julio

al 31 de enero de cada año.

Sin embargo a pesar del acuerdo arriba señalado, los berreros continúan estableciendo su cultivo en

superficies y Zonas Federales e incluso en áreas naturales protegidas como el caso de los manantiales: Los

Sabinos, Santa Rosa y San Cristóbal (Periódico Oficial, 1993). En el caso de La Mora, manantial ubicado en

la zona de Los Sabinos, algunos canales han sido desviados de su cauce normal para ampliar el área de

cultivo a áreas consideradas como Zona Federal; esta práctica, aunada a los trabajos de deslinde realizados

por personal de la Procuraduría Agraria está avalando que a través de los deslindes se otorguen derechos de

posesión sobre áreas que originalmente son Propiedad Federal, hechos que en su conjunto resultan

contradictorios al Artículo 35 del Reglamento para Usuarios del DR 016 publicado en el año 2000.

En el año 2002, ASURCO otorgó a los productores de berro una prórroga para retirar el cultivo al hasta el día

15 de febrero, sin embargo el acuerdo no se ha respetado y existe la posibilidad de que los usuarios del

Módulo lo hagan cumplir por otros medios (Flores, 2001).

Otra queja más de los ejidatarios y autoridades de ASURCO es la contaminación generada por los berreros,

especialmente por la utilización de agroquímicos para el control de plagas y enfermedades del cultivo o para

incrementar su productividad, lo que ha hecho que el agua de los manantiales: La Mora, Santa Rosa, El

Zapote, Torres-Burgos, Agua Azul entre otros, no cumplan con la norma ecológica NOM CCA-033ECO/1993

que establece el límite permisible de coliformes fecales totales e identifica presencia de Vibrio Cholerae y

cuyos resultados indican que se consideren aguas no aptas para el riego de berros (SSEM, 1995 y CNA,

1995).

Paralelamente, la disponibilidad de agua se convierte en otra fuente de conflicto entre berreros y ejidatarios,

ocasionado por las prácticas culturales, la construcción de bordos de aproximadamente 60 cm. de ancho por

50 cm. de alto, a los que les siembran sauces, para que amarren y no se suelte la tierra, así como otro tipo de

represas que disminuyen el nivel de agua en los canales, tal es el caso del manantial San Cristóbal, donde

los cultivadores de berro tapan la entrada del agua a la compuerta del canal general, hechos que en su

conjunto no respetan el Acuerdo de 1990, que cita “no se hará ningún tipo de obra o construcción que

perjudique la distribución normal del agua” (Acuerdo, 1990).

Pese a los problemas de contaminación y disponibilidad de agua que el cultivo de berro origina en la región,

la Asociación de Berreros interpuso un amparo ante el Juzgado Primero de Distrito en el estado de Morelos

en contra del Gobernador Constitucional del mismo Estado, el Director de Agua Potable y Saneamiento del

138

Estado de Morelos y del Gerente Estatal de la Comisión Nacional del Agua; con fecha 20 de mayo de 1993

que protege a los 41 cultivadores de berro de cualquier acción que conduzca a la eliminación de su cultivo,

por lo que existe un mandato judicial que ordena la suspensión de toda acción que afecte al cultivo de berro

en el cauce del río Cuautla y la zona de manantiales (Amparo, 1993).

Según los productores de berro, pagan a ASURCO una cuota mensual aproximada de $ 100.00, “el agua se

paga en Cuautla, en las oficinas que están en San José y Recursos Hidráulicos da recibo” (Flores, 2001); Sin

embargo ASURCO asegura no recibir contribuciones por parte de los berreros, ya que al hacerlo e

incorporarlos al Padrón de usuarios de agua, estos crearían derechos sobre el servicio de riego.

El berro, desde el punto de vista económico es una atractiva alternativa de producción para el agricultor que

lo cultiva, recibe un ingreso mínimo de $ 7 000.00 por cosecha, esto es $ 56 000.00 por los 8 meses de

cultivo permitido en 1000 m2, independientemente de la seguridad que implica para el arrendador de la

parcela quien puede percibir hasta $ 40 000 por ha. rentada al año (Castillo, 2001).

IV.5.8. Viveristas.

La producción de plantas de ornato, árboles frutales y arbustos a través de viveros tuvo su origen en la región

hace aproximadamente 20 años, estableciéndose prácticamente en tres zonas: la primera, abastecida por los

canales Angostura y Ahuehuepan con agua de los manantiales Las Tasas; una segunda zona que confluye

en la intersección del canal La Purísima cuya fuente es el manantial que lleva su nombre, el canal Santa Inés

y el manantial Los Ramones del mismo manantial y el canal lateral Casa Blanca cuya corriente es

suministrada por los manantiales La Huancha y Los Ramones. Así como por el río Cuautla a través del canal

Bárcenas y la tercera área, abastecida también por el canal Bárcenas y que se encuentra en la parte superior

de los canales Casa Blanca y Santa Rosa.

La extensión de los viveros, varía de acuerdo con la ubicación y producción de los mismos, los que se

encuentran en la confluencia de los canales La Purísima, Santa Inés y Lateral Casa Blanca destinados

principalmente al cultivo y venta de arbustos, cuentan con una superficie aproximada de 1.0 hectárea,

mientras que el resto de los viveros destinados principalmente a plantas de ornato y árboles frutales tienen

una extensión promedio de 0.25 hectáreas.

Los viveros están asentados en predios ejidales, frecuentemente en los “solares” urbanos de los ejidos, todos

ellos rentados por los ejidatarios que son dueños de los predios. La renta del predio se establece mediante

un contrato de arrendamiento celebrado entre el Ejidatario y el Viverista el cual es notificado y avalado por el

Presidente del Comisariado Ejidal a fin de evitar que el arrendatario se quiera posesionar del terreno,

establecer las obligaciones que adquiere el arrendatario y proteger al ejidatario. Los viveristas-arrendatarios

139

con mayor poder económico en las inmediaciones del Canal Bárcenas pertenecen a la familia Archundia con

cerca del 50 % de la superficie destinada a viveros.

Originalmente los viveros se regaban con agua de los canales del DR antes señalados, sin embargo para

contrarrestar los efectos de la temporada de estiaje y el incremento de la contaminación de esta agua por

descargas domésticas, a partir de 1989 los Viveristas decidieron perforar norias con una profundidad que

varía de 15 a 35 metros y cuya agua se extrae mediante bombas de 1 y 2 HP, para asegurar la calidad y

suministro del agua a los más de 20 cultivos identificados que se riegan todos los días por espacio de tres

horas. “Al terminar de regar, el espejo llega a bajar de 0.5 a 2 metros pero se recupera rápidamente y de

nuevo llega a su nivel” (Archundia, R., 2001).

Los viveristas aseguran que no existen conflictos por uso o manejo del agua, ya que cada vivero tiene su

propia fuente de abastecimiento y a decir de ellos mismos “hay mucha agua, no se acaba” (Archundia, A.,

2001), aunque reconocen que en los meses de abril a junio disminuye la disponibilidad y lo atribuyen al clima.

En los viveros no todo el año utilizan la misma cantidad de agua de los pozos, ya que de junio a octubre es

suficiente con el agua de lluvia, aunque en los meses de noviembre a febrero intensifican el riego, ya que por

el frío las plantas se resecan.

Existen opiniones contradictorias por parte de los ejidatarios con relación al establecimiento de viveros; hay

gente que se manifiesta indiferente ante la perforación de pozos, esta actitud es asumida por vecinos ajenos

a las actividades agrícolas o bien por quienes rentan sus predios y reciben un beneficio económico. Sin

embargo, existe otra parte de la población que ha denunciado ante ASURCO y CNA la perforación

indiscriminada de este tipo de obras, ante la preocupación por la baja disponibilidad de agua en tiempo de

estiaje.

A pesar de que existe una instrucción Federal de registrar todo tipo de aprovechamientos de acuerdo con la

Ley de Aguas Nacionales (LAN)18 con el propósito de identificar y controlar la extracción del agua, la mayoría

de los viveristas no han registrado sus pozos ante la CNA, “porque la CNA no lo ha exigido, pero cuando esto

suceda lo tendremos que hacer” (Archundia, A., 2001).

Sin embargo, la CNA tiene inscritos en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) de Cuautla 26

aprovechamientos de aguas subterráneas destinadas a viveros en el Municipio de Cuautla (CNA, 2001),

18 “Art. 20. La explotación, uso y aprovechamiento de las aguas nacionales por parte de personas físicas o morales se realizará mediante concesión...” “Art. 30. La Comisión llevará el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) en el que deben inscribirse los títulos de concesión...” “Art. 32. En el REPDA se llevará igualmente el registro nacional permanente por zonas o regiones, de las obras de alumbramiento y de los brotes de agua del subsuelo, para conocer el comportamiento de los acuíferos y en su caso, regular su explotación, uso o aprovechamiento”.

140

aunque es importante señalar que estimaciones de agricultores indican que tan sólo en dicho municipio,

existen cerca de 500 establecimientos (Morales, 2001). Tal ha sido la importancia de los viveros en los ejidos

de Cuautla y Casasano que ya se formó una Sociedad de Viveristas con oficinas en Cuautla y Moyotepec

con un mercado que abastece al D.F. y los estados de Nuevo León, Chiapas, Michoacán, Chihuahua,

Tamaulipas, Tlaxcala e Hidalgo. Actualmente, esta Sociedad se encuentra en expansión y tiene planeado un

mega proyecto para una central de abastos de plantas. Dicho proyecto está integrado por 100 viveristas los

cuales aportaron un monto inicial de $ 80 000.00

La descripción de este capítulo permite señalar que las condiciones naturales favorecen el desarrollo de

actividades productivas, de recreación y de una economía dinámica en la cuenca el río Cuautla, sin embargo,

la presencia humana es fundamental en el sentido de su intervención en el uso de los recursos, como el

suelo, la vegetación y el agua, que para el caso referido del agua, se producen situaciones de competencia y

falta de regulación en asentamientos humanos, en el cuidado de la calidad y cantidad del agua. Ello conduce

a la necesidad de observar con cierto detalle las formas organizativas de los actores sociales y sus

mecanismos de regulación.

141

CAPÍTULO V. CAPACIDAD ORGANIZATIVA PARA SISTEMAS DE RIEGO: CASO ASURCO

Después de identificar y describir de manera general las externalidades en la cuenca y ubicar dentro de ellas

a la Asociación, en este capitulo se detalla la dinámica del sistema hidráulico en sus ámbitos de l manejo

técnico, de la organización y de sus características internas como base para la gestión e interacción con otros

actores, así como de la capacidad para establecer negociaciones.

V.1. Introducción

ASURCO es una organización constituida como Asociación Civil a partir de 1994 con la transferencia del

Distrito de Riego 016 del estado de Morelos. Ello responde a las políticas del Estado en el sentido de la

descentralización y desincorporación de la operación y administración de la infraestructura hidroagrícola que

estaba bajo el cargo de la secretaría de Recursos Hidráulicos y más tarde de la Comisión Nacional del Agua.

El Estado asume que con la transferencia de los Distritos de Riego a los usuarios, debe resultar en una

mejora en la eficiencia, operación y administración de la red secundaria. En el espacio hidráulico que

administra la Asociación comprende una superficie aproximada de 10 500 hectáreas, distribuidas en 30

comunidades de usuarios, entre ejidos y propiedades rurales, y repartidas en 4 700 usuarios (figura 7).

Figura 21. Ubicación geográfica de los Módulos de riego en el estado de Morelos.

Fuente: ASURCO, febrero, 1998.

142

V.2. Antecedentes

Parece que gran parte de las formas organizativas actuales de los regantes en la cuenca del río Cuautla, y

del estado de Morelos, para la administración, la operación, el mantenimiento, la resolución de conflictos en

los sistemas de riego, tienen antecedentes a partir de la concesión y reparto agrario a las comunidades

ejidales y pequeñas propiedades que se otorgaron después de los años veinte, al término de la revolución.

Aboites (1998, citado por Salcedo, 1999) señala que con la Ley del 6 de junio de 1894 se facultó al poder

ejecutivo para que otorgara concesiones a particulares y a compañías para el aprovechamiento de las aguas

de jurisdicción federal; más tarde se modificó dicha ley (el 20 de junio de 1908). Para 1900, el

aprovechamiento del agua en manos de las haciendas se destinaba principalmente para el riego de la caña

de azúcar y el arroz, mediante contratos entre el Estado y los hacendados para el aprovechamiento de las

aguas (ríos, manantiales y corrientes tributarias). En los contratos se otorgaban todas las facilidades para

disponer del agua por los hacendados en forma gratuita, pudiendo tomar los terrenos necesarios para la

construcción de obras de conducción y almacenamiento del agua.

El manejo de las haciendas azucareras en Morelos estuvo definido por el agua, que representó un elemento

principal para el desarrollo de la industria azucarera en la época colonial. Las fuentes de agua que se

utilizaban en esta época eran los ríos, manantiales y arroyos, y en menor medida las aguas torrenciales

almacenadas en depósitos de origen prehispánico (Wobeser, Gisela, 1983, citado por Salcedo, 1999).

La expansión de las haciendas azucareras se da durante el siglo XVIII a través de la incorporación de las

pequeñas unidades a las más grandes. Un aspecto importante para proceder a estas incorporaciones se

relacionaba con la cantidad de agua a la que tenían derecho las fincas; en vista de que la expansión

productiva sólo podía darse contando con una dotación abundante del recurso. Y es durante el mandato de

Porfirio Díaz que se presenta la mayor concentración de la tierra. La familia García Pimentel a quien

pertenecían todas las haciendas del oriente de Morelos, así como el agua de la región (A. H. A., FAS, Caja

78, expediente 1552, fojas 3, 6, 10, citado por Salcedo, 1999). Se menciona que la práctica común de las

haciendas era el uso de excesivas cantidades de agua en el cultivo de caña y con ello la pérdida de

minerales del suelo y arrastre de terreno vegetal.

La legislación para el riego favorecía de manera sustancial a todos aquellos terratenientes, a quienes se les

otorgaban concesiones de agua del río Cuautla, basándose en la Ley de 1894, que como lo menciona

Valladares (1996, citado por Salcedo, 1999) en 1880, sólo 28 familias eran dueñas de 40 haciendas y

controlaban la mitad del territorio del Estado de Morelos; para 1909 el número de propietarios se había

reducido a 18.

143

La cuestión de la concentración de la tierra, y con ella la del agua, en pocas manos, fue una de las cusas

fundamentales que dieron origen a la lucha armada en el país y particularmente en el estado de Morelos, a

partir de lo cual se dio un viraje importante en las formas de organización para la dotación y concesión del

agua a nuevos usuarios, de manera paralela al reparto agrario.

En 1915 el zapatismo hizo la revolución en Morelos, el reparto de la tierra ordenado desde 1911, pudo

llevarse a cabo. El proceso, con una serie de problemas por viejos conflictos entre pueblos se realizó. Un

centenar de pueblos había recibido sus dotaciones y empezaron a trabajar su tierra, al tiempo que recibían la

autoridad para manejarla libremente sin intervención del Estado, que carecía de jurisdicción en este asunto

de acuerdo a l decreto zapatista de 1914 (Warman, 1988, citado por Salcedo, 1999).

“Con la revolución agraria que se dio en Morelos, integró toda la estructura que los hacendados tenían, por

eso en la parte de las haciendas de Coahuixtla, Tenango, en la época de Porfirio Díaz hubo mucha

infraestructura que se hizo bajo esquemas hacendarios, esa infraestructura al terminar la revolución se

retoma por los ejidatarios, dotándose de tierras y de agua, eso fue lo interesante que se dotó de tierras y

agua aquí a los pueblos, y esa infraestructura dio origen a las Juntas de Agua ya con dotaciones

presidenciales y con el recurso de la tierra y el agua, vinieron a funcionar a partir de que terminó la

revolución” (Sánchez, citado por Salcedo, 1999).

El 25 de mayo de 1926 se publica el “Reglamento para la distribución de las aguas de los manantiales y

corrientes tributarias de la cuenca de río Cuautla, cuenca del balsas, estado de Morelos”, en el cual se

establecieron las bases legales que regirían en lo sucesivo la dotación del agua entre los usuarios de esta

cuenca, así como los distintos tipos de relaciones intercomunitarias que se desprenderían de su participación

en este sistema de riego.

Las Juntas de Agua en el Estado de Morelos funcionaron hasta 1953, fecha en la que se creó el Distrito de

Riego, a partir del cual, el Estado tendría una mayor ingerencia en los aspectos relacionados con la

distribución de las aguas, pero en el nivel local los propios usuarios continuaron desarrollando sus estructuras

organizativas, manteniendo así, antiguos sistemas de manejo y control de sus recursos, particularmente el

agua. Es decir, independientemente de la mayor o menor intervención del Estado en la regulación y control

del sistema, los usuarios han establecido y regulado sus mecanismos internos de organización para el

funcionamiento del sistema a nivel local (como podrá percibirse y demostrarse posteriormente en la

descripción de los sistemas por canales), por lo que no se comparte la concepción de Salcedo (1999) en el

sentido de que “el crear el Distrito de Riego (en 1953) vino a interrumpir toda una organización que se fue

formando por parte de los usuarios regantes a los largo de los años”. Tampoco existen las suficientes

evidencias a nivel comunitario para afirmar que “en los 40 años de operación del Distrito de Riego se puede

decir que los regantes quedaron inmovilizados por la intervención que lleva a cabo el Estado el

144

responsabilizarse del total de las actividades que implica un distrito de riego, con su respectiva burocracia

hidráulica al servicio del Estado y no de los regantes; nuevamente en 1995 la política de descentralización de

los distritos de riego, deja a los usuarios regantes la problemática de volver a organizarse, pero ahora sin

subsidio y sin una burocracia hidráulica para llevar a cabo la operación, conservación y administración de los

sistemas de riego en el módulo Cuautla”.

Se ha podido constatar que los usuarios regantes sí están organizados para los propósitos que ellos

conciben como necesarios para la defensa de sus propios intereses, por ejemplo, los usuarios del canal El

Mirador, constituidos en una Sociedad de Producción Rural, aunque apegada a los reglamentos de la

Asociación y de la propia CNA, establecen sus propios mecanismos que ninguna otra instancia interviene

para emitir juicios y menos aún, aplicar sanciones. O bien, el caso de los acuerdos “no escritos” (por decir,

legalmente no formalizados) entre los usuarios de la comunidad de San Vicente de Juárez y la pequeña

propiedad de Rancho Casa Colorada para el aprovechamiento de los achololes. En estos y otros casos, son

los propios usuarios quienes definen sus esquemas y formas de organización internas que les permiten dar

continuidad al sistema. Por ello, es pertinente especificar el nivel o niveles organizativos para diferenciar el

grado de cohesión de los usuarios del riego; parece que el Estado siempre ha estado presente, con mayor o

menor intervención, y los usuarios también han estado siempre organizados, igualmente con mayor o menor

cohesión interna. Generalmente en cuanto se les presentan mayores problemas por el recurso (escasez,

pérdida de la calidad, mayor incidencia y competencia de otros usos y usuarios) la tendencia es estrechar

más los vínculos como grupo para defender sus intereses y sus recursos.

El espacio hidráulico correspondiente a la Asociación tiene antecedentes de riego prehispánicos, pero el

impulso más fuerte al regadío se recibió durante la segunda mitad del siglo XX y muy a principios del siglo XX

con las haciendas cañeras, como en todo el estado de Morelos. El período del levantamiento zapatista, la

llamada pacificación y el reparto agrario, trajeron consigo la falta de mantenimiento de la obra hidráulica y un

consecuente deterioro. A partir del reparto agrario entre campesinos/ejidatarios y Estado (diversas instancias

gubernamentales) se recuperan los sistemas de riego, se retraza el curso de algunos canales y se mejora la

infraestructura hidráulica (Palerm, 2000).

Inicialmente la administración se encarga a juntas de aguas, y así se administraron estos sistemas entre la

década de 1920 y la de 1950. Sin embargo en la década de 1950 (1953) se toma la decisión de integrar este

espacio y otros del estado de Morelos al Distrito de Riego 016, que antes abarcaba únicamente El Rodeo.

Las razones de tal cambio no son del todo claras, se aduce principalmente problemas de conflicto entre

aguas arriba y aguas abajo, posiblemente la presencia del Ingenio cañero jugó también un papel; no obstante

el proceso de cambio de administración de junta de agua a administración por especialistas en el marco de

Distritos de Riego parece estar generalizado por todo el país.

145

A decir de Evodio (2002) antes de que el Distrito de Riego 016 se hiciera cargo de la operación y

administración de las aguas en el estado de Morelos, en la época en que operaban las Juntas de Aguas en la

zona (por platicas con personas mayores), existía abundancia de agua, razón por la cual no se presentaban

conflictos de consideración, a pesar de que sí se suscitaban casos aislados cuando algunos regantes

“tumbaban” el agua de algún canal o se apropiaban sin el consentimiento del juez de aguas, del canalero o

del presidente del consejo de vigilancia.

La experiencia de juntas de aguas entre 1920 y 1950 es probablemente importante, en el sentido de

adquisición de habilidades organizativas a nivel multicomunitario (o multi-ejidal). Adicionalmente los regantes,

durante el período 1950-1990, parecen haber conservado tareas de mantenimiento y de distribución del agua

porque antes de la formalización y operación del Distrito de Riego, en las comunidades de regantes, algunas

de las autoridades encargadas de la distribución del agua a nivel de canal, como jueces de agua, regadores,

entre otros, siguen siendo parte de las reglas y denominaciones en juego que se nombran cotidianamente.

A partir de 1994 se gesta el proceso de transferencia del Distrito de Riego a los usuarios, a través de la

formalización y constitución de Asociaciones de usuarios de riego, asumiendo solamente el control de las

“obras de cabecera” y definir los aspectos esencialmente normativos, pero los aspectos relacionados con la

distribución, el mantenimiento, la conservación, quedaría a cargo de los usuarios, en el nivel de toda la red

secundaria. La Asociación de usuarios de río Cuautla, se constituyó formalmente mediante escritura pública

el 31 de enero de 1994 como asociación civil y a partir de entonces, son los propios usuarios quienes tienen

que asumir las funciones que anteriormente desempeñaba el Distrito de Riego. Evidentemente se inicia un

proceso de transición para los usuarios porque ha permanecido en muchos de ellos la idea de que las cuotas

las realizan a “recursos hidráulicos” y el personal que administra parece ser nombrado por el gobierno.

Sin embargo, a pesar de que anteriormente el Distrito tenía la administración, operación, mantenimiento y

conservación del agua, las dimensiones de la obra hidráulica y la superficie regada corresponden más bien a

pequeño riego y no a grande irrigación, aunque la Asociación en su conjunto administra agua de riego para

regar unas 10,500 hectáreas repartidas entre 4,700 usuarios.

V.3. Infraestructura hidráulica

El espacio hidráulico que administra ASURCO se compone de 25 canales generales de riego, los cuales

conforman un sistema complejo debido a que algunos de ellos se comportan de manera independiente y

otros de forma interconectada por los sobrantes de agua, llamados achololes, y que son a la vez, en varios

casos, la fuente de agua principal. Debido a la limitación y utilización del agua para usos urbano e industrial,

algunos canales han quedado en desuso, sobre todo cuando la fuente de agua que los abastecía era un

manantial y que fue secado. La complejidad no solamente reside en la interconexión de las aguas de

achololes que dan sustento a todos los sistemas de riego por canales, sino que, por un lado, un mismo canal

146

general es la fuente de riego para dos o más comunidades de usuarios (ejidos y/o propiedades rurales) y, los

usuarios intervienen en distintos niveles de organización tanto en la gestión del agua que le corresponde a la

Asociación en su carácter directivo como en las estructuras organizativas de canal general, de canales

laterales, de comunidades y de campos de riego, por otro.

Dos áreas de manantiales en el espacio hidráulico de la Asociación, son las fuentes principales que permiten

la captación de agua en canales: “Los sabinos” y “Las Tazas”; en parte, el agua se encauza directamente al

río Cuautla y luego es “levantada” por medio de las presas derivadoras; en otros casos, el agua proveniente

de manantiales se recibe directamente en algunos canales y los achololes constituyen la fuente de agua de

algunas barrancas (como la barranca de Ayala) y posteriormente se utiliza el agua para otros canales de

aguas abajo con otras presas derivadoras, ya sea a partir de la propia barranca o del río cuando las aguas

así son depositadas.

Los 25 canales generales de riego que administra la Asociación pueden ser clasificaos en 6 grupos, de

acuerdo con la fuente de abastecimiento de agua: 1] canales generales que nacen del río Cuautla: Bárcenas,

El Zapote, El Socavón, San Esteban, El Túnel, Las Tortugas, La Torre, Las Iguanas y El Mirador; 2] canales

generales que nacen de presas derivadoras sobre la barranca de Ayala: Campo Nuevo, El Molino, Los

Tomases; 3] canales generales que nacen directamente de los manantiales Las Tazas: Casasano,

Ahuehuepan, La Huancha, Sauce Chino, Santa Rosa, Santa Inés, Xochitengo y Dos Puentes; 4] canales

generales que nacen de los manantiales Los Sabinos: Agua Dulce, La Mora y San Cristóbal; 5] de

manantiales independientes: Axocochi y Calderón; 6] de barrancas independientes: Huitchila y Los Cuartos.

La infraestructura hidráulica que administra la Asociación consiste en 25 canales generales19; 11 de los

canales generales tienen tomas directas de manantiales, 13 de los canales generales derivan el agua de una

barranca o río con una presa derivadora, y uno es mixto al tener toma directa de manantial y de presa

derivadora. Diez de las presas derivadoras dan origen a un solo canal general y 2 presas derivadoras dan

origen respectivamente a dos canales generales, casos La Torre/Tortugas y San Esteban/El Túnel (cuadros

4a, 4b y 5).

19Otros dos canales que se concesionaron con la transferencia, Dos Puentes y El Calderón, están prácticamente en desuso y se hace referencia a ellos en la ficha técnica del diagnóstico de comunidades usuarias y canales principales.

147

Cuadro 4a. Canales generales y fuentes de almacenamiento en el Módulo de Riego 08. Estado de Morelos. Canal general Toma directa manantial

zona Las Tazas Toma directa manantial

zona Los Sabinos Toma directa

manantial Achololes Las

Tazas Achololes Los

Sabinos Barranca o río Presa derivadora

Casasano Grande X Sauce Chino X Lateral Sauce Chino: El Embocadero

Ayala El Embocadero

Ahuehuepan X Santa Inés X La Huancha X Agua Dulce X La Mora X San Cristóbal X Santa Rosa X Xochitengo X Campo Nuevo X Ayala Campo Nuevo El Molino X Ayala El Molino Los Tomases X Ayala Los Tomases Bárcenas Río Cuautla Bárcenas El Zapote X Río Cuautla El Zapote Tenango X Río Cuautla Tenango * Tenango Agua Hedionda X Agua Hedionda Tenango * El Socavón X Río Cuautla El Socavón San Esteban X X Río Cuautla San Esteban Las Tortugas Agua Limpia X X Río Cuautla Las Tortugas El Túnel Agua Limpia X X Río Cuautla Las Tortugas Las Iguanas X X Río Cuautla Las Iguanas La Torre X X Río Cuautla Las Iguanas El Mirador X X Río Cuautla San Vicente de Juárez San Esteban lateral barranca la Viuda

De la Viuda (afluente del río Yautepec)

**

Los Cuartos Los Cuartos Los Cuartos Huitchila La Cuera El Astillero Axocochi Axocochi

Fuente: elaboración Equipo de investigación, 2002.

148

Cuadro 4b. Fuentes de abastecimiento de agua en el espacio hidráulico de ASURCO.

Canal general Presa derivadora Veneros, escurrideras, nacimientos de agua en el lecho barranca o río

Toma directa manantial zona Las Tazas y cercanías

Toma directa manantial zona Los Sabinos

Toma directa otros manantiales

Achololes provenientes zona manantiales Las Tazas y cercanías

Achololes provenientes zona manantiales Los Sabinos

Achololes de otros manantiales

Baja Calderón Calderón

1 Casasano Grande o Tasa Grande de Casasano

Tasa Mayor

2 Ahuehuepan Ahuehuepan-Sauce Chino Ahuehuepan Ahuehuepan

3 Sauce Chino Ahuehuepan-Sauce Chino Ahuehuepan Sauce Chino

3 El Embocadero (lateral Sauce Chino)

El Embocadero Xochimilcanzingo X

4 Dos Puentes Bocatoma rústica

Ahuehuepan escurrimientos de manantiales

5 Santa Inés Santa Inés

6 La Huancha o Agua Ancha (1) La Huancha

7 Agua Dulce Agua Dulce o Los Ojitos

8 La Mora La Mora 9 San Cristóbal San Cristóbal 10 Santa Rosa Santa Rosa

11 Xochitengo Almeal o Xochitengo

12 Campo Nuevo Campo Nuevo Ayala X 13 El Molino El Molino Ayala X 14 Los Tomases Los Tomases Ayala X 15 Bárcenas Bárcenas Río Cuautla 16 El Zapote El Zapote Río Cuautla X

149

17 Socavón El Socavón Río Cuautla Agua Azul X

Canal de Tenango A. C. (2) La Colmena Río Cuautla X

18 San Esteban San Esteban-El Túnel Río Cuautla

19 El Túnel San Esteban-El Túnel Río Cuautla El Platanar X X Agua Azul

20 La Torre Las Tortugas-La Torre Río Cuautla Agua Limpia X X Agua Azul

Axocoche

21 Las Tortugas Las Tortugas-La Torre Río Cuautla Agua Limpia X X Agua Azul, El

Platanar

22 Las Iguanas Las Iguanas Río Cuautla X X Agua Azul Agua Limpia El Platanar

23 El Mirador San Vicente de Juárez o El Mirador

Río Cuautla X X

Agua Azul Agua Limpia Axocoche El Platanar

24 Los Cuartos Los Cuartos Los Cuartos X 25 Huitchila El Astillero La Cuera 26 Axocoche Axocoche 27 Los Hornos Los Hornos Barranca Vázquez

28 Canal 8ª. Toma río Yautepec

8ª Toma o El Salado Río Yautepec

Fuente: elaboración Equipo de investigación. 2002.

(1) El agua del canal general La Huancha, por la expansión de la mancha urbana, actualmente se integra al canal general Bárcenas. (2) La presa derivadora La Colmena es de la “Asociación” y deriva aguas de la “Asociación”, pero las carga el canal de la Junta de Aguas del Canal Tenango A. C., que no pertenece a la “Asociación”.

150

Cuadro 5. Obras de infraestructura en el módulo de riego 08, Asociación de usuarios de riego del río Cuautla.

Número Nombre del canal Lateral Longitud en m

Toma manantial Toma presa derivadora

Río o barranca Ubicación margen

Baja Calderón 2 615 Calderón Margen derecha del río Cuautla

Baja Calderón Núm. 1 Calderón 604

Baja Taza Chica de Casasano Tasa Menor [seco] Margen derecha del río Cuautla

1 Casasano, Tasa Grande de o Casasano Grande 3 020 Tasa Mayor Margen derecha del río Cuautla

2 Ahuehuepan 3 912 Ahuehuepan Ahuehuepan-Sauce Chino

Ahuehuepan 1ª toma sobre la barranca de Ahuehuepan, a la margen izquierda

3 Sauce Chino 4 570 Sauce Chino Ahuehuepan-Sauce Chino Ahuehuepan 1ª toma sobre la barranca de

Ahuehuepan Margen derecha

3 Sauce Chino El Embocadero La Prensa

Barranca Xochimilcalzingo, afluente barranca de Ayala Margen derecha

4 Dos Puentes 1 181 Bocatoma rústica Ahuehuepan 2ª toma sobre la barranca de Ahuehuepan, margen derecha del río Cuautla

5 Santa Inés 3 907 Santa Inés Margen derecha del río Cuautla

5 Santa Inés Canal de Casa 3 912

5 Santa Inés La Purísima 2 150 6 La Huancha o Agua Ancha 2 392 La Huancha Margen derecha del río Cuautla

7 Agua Dulce 9 880 Agua Dulce o Los Ojitos

Margen izquierda del río Cuautla

7 Agua Dulce San Pedro 6 975 7 Agua Dulce De en medio 2 240

7 Agua Dulce Sub-lateral De en medio

700

7 Agua Dulce Campo Nuevo 7 012 7 Agua Dulce La Parota 3 380

151

8 La Mora 1 690 La Mora Presa derivadora La Mora Margen izquierda del río Cuautla

8 La Mora Fondo Legal 1 170

9 San Cristóbal San Cristóbal zona de manantiales Los Sabinos

Margen izquierda del río Cuautla

10 Santa Rosa 2 100 Santa Rosas Margen derecho del río Cuautla 10 Santa Rosa Santiago 350 11 Xochitengo 3 720 Almeal o Xochitengo Margen derecho del río Cuautla 11 Xochitengo El Fresal 1 800 11 Xochitengo Xochitengo 2 000

12 Campo Nuevo 5 000 Campo Nuevo Ayala

1ª toma sobre la barranca, márgen derecho

13 El Molino 6 080 El Molino Ayala

2a toma sobre la barranca margen izquierdo

13 El Molino Las Magdalenas 2 120

14 Los Tomases 3 500 Los Tomases Ayala

3a toma sobre la barranca, margen derecho

14 Los Tomases El Potrero 1 500

15 Barcenas 2 153 Bárcenas Cuautla 1a toma sobre el río, margen izquierdo

16 El Zapote 3 336 El Zapote Cuautla 2a toma sobre el río, margen derecho

17 Socavón o Zocavón 5 250 Agua Azul El Socavón o

Zocavón Cuautla 3ª toma sobre el río

17 Socavón El Barreal 1 650 Margen izquierda

Canal de Tenango A. C. La Colmena(1) Cuautla 4a toma sobre el río, margen izquierdo

18 San Esteban 9 122 San Esteban-El Túnel

Cuautla 5a toma sobre el río, margen derecho

Fuente: elaboración Equipo de investigación, 2002.

152

Las presas derivadoras y sus canales generales se ubican 3 sobre el río Cuautla (aguas arriba de la

confluencia con la barranca de Ayala), 3 sobre la barranca de Ayala (aguas arriba de la confluencia con el río

Cuautla), 4 sobre el río Cuautla (aguas abajo de la confluencia con la barranca de Ayala), 1 sobre la barranca

de Los Cuartos, afluente del río Cuautla, 1 sobre la barranca La Cuera, afluente del río Cuautla, y las dos

presas derivadoras sobre laterales, una se ubica sobre la barranca de Ayala y otra sobre la barranca de la

Viuda, esta última afluente del río Yautepec.

Sobre el río Cuautla, entre las presas derivadoras El Zapote y El Socavón se ubica la presa derivadora

Tenango, misma que deriva agua para el canal Tenango A. C., y sobre la barranca de Agua Hedionda se

encuentra otra presa derivadora que alimenta al canal Tenango. Además sobre la barranca Los Cuartos,

afluente del río Cuautla, se ubica la presa derivadora Los Cuartos que da origen al canal del mismo nombre.

Considerando en un primer momento al río, las barrancas y los manantiales como fuentes y puntos de

ubicación para el abastecimiento de agua a los canales, se pueden clasificar los 25 canales generales en 6

grupos: 1] Sobre el río: Bárcenas, El Zapote, El Socavón, San Esteban, El Túnel, Las Tortugas, La Torre, Las

Iguanas y El Mirador; 2] De la barranca de Ayala: Campo Nuevo, El Molino, Los Tomases; 3] De los

manantiales Las Tazas: Casasano, Ahuehuepan, La Huancha, Sauce Chino, Santa Rosa, Santa Inés,

Xochitengo y Dos puentes; 4] De los manantiales Los sabinos: Agua Dulce, La Mora y San Cristóbal; 5] De

manantiales independientes: Axocochi y Calderón; 6] De barrancas independientes: Huitchila y Los Cuartos20.

Cada uno de los canales generales conforma un sistema de riego con su propia lógica y especificidades de

operación; dos presas, Las Tortugas y Las Iguanas, dan origen respectivamente a dos canales generales (La

Torre y El Túnel respectivamente); y sólo dos presas derivadoras, El Molino y Los Tomases, deben prorratear

el agua de la barranca (figura 8).

La variabilidad en los requerimientos de operación entre canales generales es alta y puede observarse por

medio del número de usuarios (personas físicas, o ejidos y pequeñas propiedades), la superficie que riega

cada uno de ellos y por la disponibilidad y cercanía a las fuentes de agua. Así, mientras algunos canales han

sido prácticamente absorbidos por el crecimiento urbano, ya no cuentan con usuarios y por tanto tampoco

riegan alguna superficie como son los canales Calderón y Dos Puentes; otros canales son relativamente

pequeños como La Huancha que no tiene usuarios directos ya que sus aguas se incorporan al canal

Bárcenas; el canal San Cristóbal con 1.15 ha, 2 usuarios; La Mora que riegan una superficie de 6 ha y tiene 3

usuarios del ejido Otilio Montaño; por el contrario, existen otros canales grandes como el canal San Esteban

con una superficie de riego de 1432.5 ha y 439 usuarios pertenecientes a 5 ejidos, y el canal El Mirador con

1078 ha de riego y 230 usuarios (cuadro 6).

20 En las fichas de diagnóstico también se hace referencia a dos canales que prácticamente se han extinguido: El Calderón, como manantial independiente, y Dos Puentes, éste es una extensión de la barranca Ahuehuepan.

153

Figura 22. Ubicación de las fuentes de agua en el Módulo de riego 08 y movimiento de achololes

Fuente: Equipo de investigación, 2002.

154

Cuadro 6. Tamaño de canales por superficie, usuarios y longitud.

Canal Superficie (Ha)

Número de Usuarios

Ejidos y pequeñas propiedades

El Socavón 267.3 142 San Pedro Apatlaco, Cuautla Bárcenas 14.2 21 Cuautlixco El Zapote 271.6 142 Cuautla San Esteban 1432.5 439 Anenecuilco, Anexo Rafael merino, Moyotepec, Ticumán, Villa de

Ayala El Túnel 746.6 439 Ahuehueyo, Tenextepango Las Tortugas 299.5 139 Col Leopoldo Heredia, Tenextepango, El salitre La Torre 375 203 Rafael merino, Anenecuilco, Abelardo L. Rodríguez,

Tenextepango, Moyotepec Las Iguanas 939.4 670 El Vergel, San Juan Chinameca, San Pablo Hidalgo, San Rafael

Zaragoza, San Vicente de Juárez, Tecomalco, Zacapalco El Mirador 1078 230 P.p. San Rafael, p.p. San Pablo, p.p. Tlaltizapán Casasano 462.7 223 Cuautlixco, Casasano, Tetelcingo Ahuehuepan 247.5 127 Cuautla, Eusebio Jáuregui, Casasano, Hospital La Huancha No tiene usuarios directos, se suma al caudal Bárcenas Sauce Chino 343.7 184 Casasano, Hospital, Tetelcingo, p.p. Calderón, Eusebio Jáuregui Santa Rosa 10.8 15 Cuautla, Cuautlixco Santa Inés 461.2 149 Cuautlixco, Cuautla, Eusebio Jáuregui, Hacienda Santa Inés Xochitengo 401.3 159 Anenecuilco, Cuautla Agua Dulce 743.2 342 San pedro Apatlaco, Gabriel Tepepa La Mora 6 3 Otilio Montaño San Cristóbal 1.15 2 P.p. Sr. Olayo, Sr. Berna Axocochi 393.8 165 Moyotepec, San Vicente de Juárez, Tecomalco, Villa de Ayala Huitchila 297.9 191 Pitzotlán, Huitchila Los Cuartos 20 11 Cuautla, Tenextepango Campo Nuevo 80.6 23 Cuautla, Anenecuilco El Molino 194.6 108 Anenecuilco, Villa de Ayala Los Tomases 43.5 12 Anenecuilco, Villa de Ayala, p.p. El Potrero

Fuente: Equipo de investigación, con base en datos de ASURCO, 2002.

El espacio hidráulico que abarca la “Asociación” carece de una obra de cabecera en común; las obras de

cabecera e infraestructura hidráulica consiste en canales generales con toma directa de manantial o que

levantan el agua de la barranca o río con una presa derivadora o una bocatoma rústica (toma directa), o

combinan una toma directa de manantial con una presa derivadora. Cada uno de los canales generales tiene

su propia lógica y especificidades de operación, excepto las presas derivadoras como Las Tortugas-La Torre,

San Esteban-El Túnel y Ahuehuepan-Sauce Chino que dan origen respectivamente a dos canales generales.

La red de conducción de la que dependen casi todos los canales generales es el río Cuautla y barrancas

tributarias, así como la barranca de la Viuda y el río Yautepec. El río Cuautla y barrancas tributarias, la

barranca de la Viuda y el río Yautepec son, además de fuente de abastecimiento por los veneros,

escurrideras, nacimientos de agua ubicados en sus lechos, una red de conducción de los achololes y de los

veneros, escurrideras, nacimientos de agua ubicados en sus lechos.

La variabilidad en los requerimientos de operación entre canales generales es alta con canales generales de

1 181 a 22 940 metros y laterales de 350 a 10 650 metros, con un número de usuarios individuales de 2 y 3 a

155

670, con un número de ejidos usuarios de 1 a 7, con una superficie de riego que va de 1 y 6 a 1 432

hectáreas regadas, con un volumen concesionado que va de 103 a 2 063 lps.

Las obras de infraestructura para dar el servicio a los usuarios de riego de la “Asociación” son los canales

generales: Casasano Grande, Ahuehuepan, Sauce Chino, El Embocadero, Dos Puentes, Santa Inés, La

Huancha, Agua Dulce, La Mora, San Cristóbal, Santa Rosa, Xochitengo, Campo Nuevo, El Molino, Los

Tomases, Barcenas, El Zapote, El Socavón, San Esteban, El Túnel, La Torre, Las Tortugas, Las Iguanas, El

Mirador, Los Cuartos, Huitchila, Axocoche, Los Hornos y 8ª Toma Río Yautepec; y las presas derivadoras:

Ahuehuepan-Sauce Chino, Bárcenas, bocatoma rústica (Dos Puentes), Campo Nuevo, de la Viuda, El

Astillero o Huitchila o Ruiz Cortines, El Molino, El Salado, El Socavón o Zocavón, El Zapote, La Mora, La

Prensa, Las Iguanas, Las Tortugas-La Torre, Los Cuartos, Los Hornos, Los Tomases, San Esteban-El Túnel,

San Vicente de Juárez o El Mirador o Las Piedras, La Colmena (que deriva el agua al canal de la Junta de

Aguas del Canal Tenango A. C., que no pertenece a la “Asociación”).

V.4. Fuentes de abastecimiento de agua

Las fuentes de abastecimiento para las obras de cabecera son:

a) Aguas broncas que corren por el río Cuautla y barrancas afluentes del río Cuautla (Ayala, Agua

Hedionda, Los Cuartos y La Cuera), además una barranca afluente del río Yautepec: barranca de la

Viuda. Hay abundancia de aguas broncas y los preseros son necesarios para evitar el ingreso a los

sistemas de aguas broncas en exceso.

b) Manantiales, la zona de manantiales Las Tazas, la zona de manantiales Los Sabinos, además de

otros tres manantiales: Axocochi , Agua Azul y Agua Limpia.

c) Achololes, las aguas de retorno o aguas de coleo que salen de un sistema de riego para caer a las

barrancas y posteriormente ser levantadas en presas derivadoras aguas abajo, o que son

capturadas directamente por los canales de otro sistema de riego.

d) Veneros, aguas que afloran en los cauces de barrancas y del río para contribuir en los caudales

durante el periodo que comprende el final de la temporada de lluvias y el inicio del estiaje.

Las aguas broncas provienen de las lluvias torrenciales que alimentan las barrancas y el cauce del río

Cuautla, su aprovechamiento es considerablemente menor con respecto al agua que aportan los manantiales

durante el periodo que comprende el final de la época de lluvias y el término del periodo de estiaje. Los

achololes son la reutilización del agua proveniente de sistemas de riego aguas arriba, mientras que los

veneros son considerados como el conjunto de afloramientos de agua sobre las barrancas y el río, producto

de la saturación del suelo durante la época de lluvias y que se van extinguiendo en la medida que las lluvias

se retiran.

156

El caso de los manantiales significa la fuente principal de los sistemas de riego fundamentalmente en el

periodo entre el final de las lluvias y el término del periodo de estiaje. Los manantiales se pueden ubicar en

tres grupos: zona de manantiales Las Tazas, Los Sabinos y cercanías; y manantiales independientes.

La zona de manantiales Las Tazas incluye: Casasano Grande, Sauce Chino, Ahuehuepan, Santa Inés, La

Huancha) y la zona de manantiales en Los Sabinos y cercanías (con los siguientes manantiales nombrados:

Agua Dulce, La Mora, San Cristóbal, Santa Rosa, Almeal) se ubican respectivamente sobre la margen

derecha e izquierda del río Cuautla, aguas arriba de la confluencia con la barranca de Ayala y la barranca

Agua Hedionda.

Las dos zonas de manantiales se ubican aguas arriba del espacio hidráulico de la Asociación, abasteciendo

en tomas directas o por achololes a todo el espacio hidráulico, con las siguientes excepciones: el canal

Bárcenas, cuya presa derivadora sobre el río Cuautla se sitúa aguas arriba de los achololes que provienen de

la zona de manantiales Los Sabinos; el canal los Cuartos y el canal Huitchila cuyas presas derivadoras se

ubican en barrancas afluentes del río Cuautla que no reciben a esa altura achololes provenientes de la zona

de manantiales Los Sabinos; y finalmente, dentro los manantiales independientes, el canal Axocochi tiene

una toma directa de manantial, el manantial agua limpia que contribuye con la del río, según la época, al

canal El Socavón, y el manantial Agua Limpia21 que se junta con las aguas del río para abastecer los canales

Las Tortugas y La Torre. Sin embargo, en época de estiaje, tal manantial es la única fuente que aporta agua

a esas dos presas derivadoras.

Otros tres manantiales, ubicados en el espacio hidráulico de la Asociación: Axocochi, Agua Azul y Agua

Limpia que contribuyen también con sus afluentes a los sistemas de riego. Los manantiales Axocochi y Agua

Azul aportan achololes a sistemas ubicados aguas abajo, sin embargo, estos dos manantiales por caudal y

ubicación tienen menor importancia que los manantiales de Las Tazas y de los Sabinos como fuente de

abastecimiento al conjunto del espacio hidráulico de la Asociación. Por su parte el manantial Agua Limpia

contribuye con sus aguas para abastecer a los canales La Torre y Las Tortugas sobre el cauce del río

Cuautla 500 metros arriba y representa la fuente de agua principal en época de estiaje.

Por otra parte la zona de manantiales Los Sabinos, a través de achololes, también aporta agua al Canal de

Tenango A. C., que tiene ubicada una presa derivadora sobre el río Cuautla y otra presa derivadora sobre la

barranca de Agua Hedionda. En período de estiaje, el río Cuautla y las barrancas no llevan agua salvo la de

achololes [y aguas residuales], de tal manera que las fuentes de abastecimiento en período de estiaje

consisten en el agua originada en las dos zonas de manantiales: Las Tazas y Los Sabinos, además de otros

tres manantiales Axocochi, Agua Azul y Agua Limpia.

21Este manantial no aparece dentro de la relación de manantiales que tiene registrada la asociación como fuentes de agua que alimentan al río Cuautla.

157

De los manantiales hay tomas directas, pero el agua de los manantiales y con particular relevancia de las dos

zonas de manantiales es la fuente de abastecimiento de casi todos los canales generales mediante lo que en

la región llaman achololes, los manantiales (Axocochi y Agua Limpia aportan achololes a canales generales

situados aguas abajo, pero no tienen la misma importancia que las aguas originadas en las dos zonas de

manantiales por su caudal y ubicación.

El agua originada en las dos zonas de manantiales pasa de un sistema a otro como achololes; cada presa

derivadora deriva toda el agua sobre la corriente (con la excepción de las presas derivadoras El Molino y Los

Tomases sobre la barranca de Ayala, que deben prorratearse el agua al 50 % y, corriente abajo, en la

siguiente presa derivadora, ya se encuentra un volumen de agua que proviene de los achololes generados

por el (los) sistema(s) de riego que se encuentran aguas arriba. Además los achololes también pasan

directamente de los canales de un sistema de riego a los canales de otro sistema. Es decir, cada sistema de

riego "entrega" una cierta cantidad de agua al sistema siguiente a través de achololes. Esto conlleva

problemas inherentes con la medición volumétrica como mecanismo de control y distribución.

V.5. Comportamiento de los sistemas de riego por canales generales

Iniciando con la barranca de Ayala desde el punto en que recibe los achololes provenientes de la zona de

manantiales Las Tazas, se encuentran las presas derivadoras: Campo Nuevo, El Molino y Los Tomases, sólo

es necesario el prorrateo al 50 % entre las presas derivadoras El Molino y Los Tomases. Sobre el río Cuautla

desde el punto en que recibe los achololes provenientes de la zona de manantiales Los Sabinos,

encontramos las presas derivadoras: El Zapote, presa derivadora para el Canal de Tenango A. C. y El

Socavón. Sobre la barranca de Agua Hedionda desde el punto en que recibe los achololes provenientes de la

zona de manantiales Los Sabinos, encontramos la presa derivadora para el Canal de Tenango A. C. Sobre el

río Cuautla, aguas abajo de la confluencia con la barranca de Ayala, donde confluyen achololes provenientes

de ambas zonas de manantiales, encontramos las presas derivadoras: San Esteban, Las Tortugas, Las

Iguanas y San Vicente de Juárez.

Como se puede observar, la mayoría de los canales generales comparte el agua de una u otra o ambas

zonas de manantiales, con las excepciones ya señaladas de Bárcenas, Axocochi, Huitchila y Los Cuartos.

En período de estiaje el agua para riego escasea y el agua proveniente de los manantiales es crítica. Los

usuarios están plenamente conscientes que el agua para riego que tienen durante el período de estiaje

proviene de una u otra zona de manantiales o de ambas. Entre el fin de la temporada de lluvias y el inicio del

estiaje no hay escasez de agua por los menores requerimientos de agua (menor evapotranspiración), el

incremento de caudal: hay nacimientos de agua sobre el río Cuautla y barrancas por infiltración de las aguas

pluviales que van disminuyendo en el transcurso del año.

158

En el espacio hidráulico que administra la Asociación las fuentes de abastecimiento en el período crítico de

escasez de agua proviene de manantiales por tomas directas y de achololes que a su vez dependen de los

manantiales. La cantidad de agua disponible para cultivos depende, para los canales generales con toma

directa, del caudal de cada manantial; y para aquellos canales generales que reciben achololes, de las aguas

de coleo residuales, o de acholol que "entregan" los sistemas de riego de aguas arriba. La ausencia de obras

de almacenamiento implica que el caudal que ingresa a cada sistema de riego determina la superficie con un

determinado padrón de cultivo.

La entrega del derecho de agua a cada canal general se lleva a cabo actualmente "de hecho" por las

condiciones de flujo natural de los manantiales, y en el caso de los achololes por las formas de riego,

topografía y tipo de suelos. No existe la posibilidad con el actual sistema de manejo del agua para establecer

puntos de control para la entrega de agua en cada canal general, con la salvedad del prorrateo de agua al 50

% entre las presas derivadoras El Molino y Los Tomases. A su vez cualquier potencial modificación en las

condiciones imperantes de caudal de los manantiales, formas de riego, revestimiento de canales, obras de

almacenamiento afectará en forma encadenada a todos los sistemas situados aguas abajo.

La entrega en cantidad y calidad de agua de riego en cada canal depende también de la situación del río

Cuautla y barrancas, 15 de los 25 canales generales tienen una presa derivadora (en un caso el lateral de un

canal general, Sauce Chino, con toma directa de manantial) sobre el río Cuautla o una barranca, depende de

la situación de las barrancas. Todos los usuarios deben cobrar conciencia que deben participar de manera

solidaria en el cuidado, mantenimiento, saneamiento y protección de las barrancas. La gestión para la

protección de las barrancas debe ser una tarea central de la Asociación

En el actual esquema organizativo, la Asociación desarrolla su actividad de distribución del agua a través de

supervisores, preseros y canaleros. Los primeros tienen la función de recorrer el río para verificar el estado y

las condiciones de las presas derivadoras, aforar, calibrar las compuertas con base en la cantidad de agua

de las fuentes y puntos de control para hacer un reparto conforme al volumen; los preseros desempeñan la

función de cerrar o abrir las compuertas, según sea el caso, en época de lluvias con el fin de evitar

azolvamientos en los canales y consecuentemente prevenir posibles deterioros y con ello, tener que reparar

los canales. Por último, los canaleros tienen la función de abrir o cerrar las compuertas en las presas

derivadoras y entregar el agua a los usuarios a nivel de canal lateral.

Sin embargo, la Asociación actualmente no cuenta con supervisores, simplemente se abren las compuertas

en las presas derivadoras, no se da una entrega de agua en ellas, el agua no se detiene; en cuanto a los

preseros, la función es desempeñada por los propios canaleros en 6 presas derivadoras y 2 son personas

159

distintas, es decir, son 8 preseros22; 6 presas derivadoras no tienen presero. La contratación y pago de los

preseros se realiza durante la temporada de lluvias en los meses de junio, julio, agosto y septiembre. La

Asociación también está a cargo de prorratear el agua entre las presas derivadoras El Molino y Los Tomases,

función encomendada al presero/canalero, es decir, de hacer un reparto equitativo del agua entre ambas

presas derivadoras. De las 12 presas derivadoras, 6 de ellas son operadas directamente por los usuarios del

canal general que abastecen (cuadro 7).

Se entiende por operación directa por los usuarios toda aquella operación o contratación de personal para

operar, es decir, la Asociación no realiza ningún gasto ya que es cubierto en su totalidad por los propios

usuarios ya sea a través del pago de faenas o bien por una cuota establecida por el servicio que recibe el

usuario cuando a alguien se le asigna determinada función.

Cuadro 7. Canales generales con presero, canalero y persona que contratan los usuarios.

Canal Con presero Con Canalero Persona que contratan los usuarios del canal

Presa derivadora

El Socavón X X (8) El Socavón Bárcenas No asignado Bárcenas El Zapote X* No asignado El Zapote San Esteban X X (6) Aguador, todo San Esteban/El Túnel El Túnel X X (5) Auxiliar de canalero* San Esteban/El Túnel Las Tortugas X X (2) Torre/Tortugas La Torre X X (2) Aguador auxiliar Torre/Tortugas Las Iguanas X* X (3) Aguador auxiliar Las Iguanas El Mirador X Juez de agua El Mirador Casasano X (7) Ahuehuepan X (7) La Huancha No asignado Sauce Chino X (7) Santa Rosa No asignado Santa Inés No asignado Xochitengo X (1) Agua Dulce Aguador, todo La Mora No asignado San Cristóbal No asignado Axocochi Aguador, todo y auxiliar* Huitchila X (4) El Astillero Los Cuartos X (5) Los Cuartos Campo Nuevo No asignado Campo Nuevo El Molino X (1) El Molino Los Tomases X (1) Aguador Los Tomases

X: canal que cuenta con el servicio; X*: Presero distinto al canalero, contratado por 4 meses (junio, julio, agosto y septiembre); X (1, 2, ...7): Mismo canalero; los puestos de aguador y juez de aguas son contratados por la comunidad y pagados durante todo el año; el auxiliar de canalero es contratado sólo en época de estiaje.

22 El Socavón, El Zapote, San Esteban, El Túnel, Las Tortugas, La Torre, Las Iguanas y El Mirador. Solamente en El Zapote y Las Iguanas el presero es persona distinta al canalero, en los otros casos el mismo canalero cumple las funciones de presero durante 4 meses en el periodo de lluvias.

160

De igual manera, la Asociación se ha hecho cargo formalmente de la operación de 14 canales generales, de

los cuales, según Salgado (2002) sólo en 5 cumplen su función, es decir, en 9 de los canales donde existe

canalero asignado, no cumplen su función como tal y son los propios usuarios quienes asumen las tareas de

recorrer el canal, distribuirse el agua y resolver sus problemas internos. Se pudo constatar que en el caso de

aquellos canales en donde el canalero no desempeña sus funciones cabalmente, o sólo hace algunas visitas

de manera ocasional y esporádica, la respuesta de los usuarios es hacia la búsqueda de sus propios

esquemas internos de organización para el manejo y distribución del agua, como son los casos de los

canales: Sauce Chino y Ahuehuepan.

En todos los casos los canales laterales y parcelarios son operados directamente por los usuarios; aunque en

algunos canales (canal general San Esteban) al coincidir el tramo de canal general con las tomas directas

para la primera comunidad usuaria, Villa de Ayala, el canalero de hecho funge como operador del lateral

correspondiente a esa comunidad.

En 9 presas derivadoras de un total de 12 y en 14 canales generales de un total de 25 se encuentra personal

contratado por la Asociación y pagado con las cuotas de todos los usuarios. Sin embargo, de las 9 presas

derivadoras donde hay personal asignado por la Asociación, en 5 de ellas (San Esteban, Las Iguanas, Los

Cuartos, El Molino y Los Tomases) el canalero no cumple con la función asignada; en los otros 5 canales el

canalero sí realiza cabalmente su trabajo (El Socavón, El Túnel, Las Tortugas, La Torre y Huitchila), Torres

(2002)

La infraestructura operada por el personal contratado por la Asociación no beneficia al conjunto de usuarios.

También implica que hay una serie de obras de cabecera y sistemas de riego no operados con personal de la

Asociación, hay 9 presas derivadoras operadas directamente por los usuarios, aunque formalmente esté

asignado personal de la Asociación en otras 5 de ellas. De hecho en 20 canales generales los usuarios

operan directamente la infraestructura desde la presa derivadora, la taza partidora y en consecuencia los

canales laterales (cuadro 7).

La contratación de los canaleros y preseros pagados por la Asociación, se realiza con base en la

recomendación y propuesta de los usuarios del canal general beneficiado, y puede ser removido a petición

de los usuarios. El personal contratado por la Asociación, preseros y canaleros, así como el personal

directamente contratado por los usuarios, consiste en gente local. En el caso de los preseros parecen existir

deficiencias en la capacitación de tal manera que las presas derivadoras se están azolvando.

En el actual esquema organizativo los usuarios de un canal general carecen formalmente de una instancia

para entre ellos tratar asuntos, llegar a acuerdos y resolver conflictos sobre distribución del agua y

mantenimiento de la infraestructura. La instancia existente para tratar problemáticas y llegar a acuerdos entre

161

los mismos usuarios es la Asamblea General de Delegados que reúne a todos los representantes (60), por

ejido (30), de la Asociación; esta Asamblea no permite el tratamiento específico de cada canal general y por

tanto los usuarios tienden a resolver sus propios problemas tanto al interior del ejido como entre éstos

últimos. Por ello, es necesario formalizar y promover una instancia organizativa a nivel de canal general, lo

que se podría llamar “junta de canal genera”, que de hecho algunos ejidos beneficiarios de un mismo canal,

en época de estiaje establecen acuerdos donde participa como árbitro personal técnico de la Asociación para

dar fe de convenios y acuerdos para prorratear y tandear el agua.

No obstante el mecanismo que está siguiendo la directiva de la Asociación y su gerente técnico cuando el

volumen de agua es insuficiente para regar la totalidad de las parcelas, el uso y costumbre ya establecido a

nivel de los ejidos y/o pequeños propietarios, llevan a cabo el tandeo de agua, costumbre que tiene varios

años. El mecanismo consiste en reunir a las autoridades de los ejidos que se abastecen de un dado canal

general para tratar problemas y llegar a acuerdos para la distribución del agua en el canal Ahuehuepan entre

comisariados ejidales de Cuautla, Casasano y el Hospital (5 de junio de 1998); acuerdos entre los ejidos

Tenextepango, El Salitre, Col. Agrícola Leopoldo Heredia y propiedades rurales para tratar asuntos

relacionados con la distribución del agua del canal Las Tortugas (20 de marzo de 1999); entre otros (ver

anexo sobre acuerdos).

Este mecanismo está basado no sólo en la lógica de operación de los canales, sino también en la

preexistencia de una organización (a) para la conservación de la infraestructura, conservación que ha estado,

desde antes de la transferencia, directamente en manos de los usuarios (faenas comunitarias de limpieza de

canales generales, secundarios y ramales (conocidos localmente como apancles), reparación y reemplazo de

compuertas laterales, revestimiento de canales con trabajo y cooperación económica; (b) para la distribución

del agua en los canales laterales de un ejido o comunidad, también desde antes de la transferencia; así como

en nuevos mecanismos organizativos para la operación, más evidentes en los canales que carecen de un

canalero contratado por la Asociación, pero también en canales que cuentan con canalero contratado por la

misma.

Por ejemplo, en el canal general El Mirador con 1078 ha de riego repartidas en 230 pequeños propietarios,

los propios usuarios beneficiarios del canal tienen su organización para la distribución del agua, la resolución

de conflictos y la aplicación de sanciones, tal como se señala en el Reglamento interno (ver anexo). En el

canal general Las Iguanas con 939 ha de riego repartidas en 670 usuarios, entre ellos los ejidos El Vergel,

San Juan Chinameca, San pablo Hidalgo, San Rafael Zaragoza, San Vicente de Juárez, Tecomalco y

Zacapalco, la organización para la distribución del agua se encuentra semi-formalizada: ya se encuentra

funcionando una organización de canal general conformada por los comisariados ejidales, a las reuniones de

comisariados asiste el canalero, que ejecuta las decisiones tomadas en la reunión. En las reuniones se tratan

162

temas de decisión de fechas para tumbar el agua para faenas de limpieza y distribución de esa agua; así

como de intercambios de agua de riego entre comunidades.

Todos los canales cuentan con mecanismos organizativos para la operación, pero es precisamente en

aquellos que tienen con mayor escasez de agua donde ha avanzado más el proceso organizativo, y esto se

puede constatar con el caso del canal general El Mirador, que es el último aguas debajo de los 25 canales

que opera la Asociación; o bien el caso de Las Iguanas, que también son los que reciben la mayor parte de

achololes y es su fuente principal de agua para el riego. La cantidad de agua y “achololes”, dependiendo de

la zona que se analice, influye directamente en el nivel de organización para el riego de los usuarios y la

infraestructura con la que disponen para el manejo del agua, es producida por el nivel de organización

existente a nivel de canal general. Esto quiere decir que la organización nace en principio, por la escasez del

recurso y la infraestructura como parte subsiguiente que fortalece la organización de los usuarios y que

demuestra la capacidad de gestión de la organización existente. Mientras que en canales con abundancia

relativa de agua es evidente la menor organización de los usuarios como son los casos de los canales Agua

Dulce, La Mora, San Cristóbal, Bárcenas y Ahuehuepan.

La respuesta organizativa es resultado de la necesidad de administrar una infraestructura, la abundancia de

agua y el menor número de usuarios (y hectáreas regadas) implican menor necesidad y respuesta

organizativa; la escasez de agua y mayor número de usuarios (y hectáreas regadas) implican mayor

necesidad y respuesta organizativa (Palerm, 2002).

Indudablemente existe la capacidad de los usuarios de operar por su cuenta canales, y se manifiesta esta

capacidad en los casos brevemente mencionados y en los casos en que la longitud del canal lateral, por el

que ya se responsabilizan directamente y por completo los propios usuarios, es mayor que algunos canales

generales. Por ejemplo en el canal general Las Iguanas que a pesar de estar asignado el canalero, no

cumple sus funciones y los propios usuarios han generado sus propios esquemas organizativos; de igual

manera en el caso de las presas derivadoras, en algunos casos como San Esteban, Los Cuartos, El Molino y

Los Tomases, los usuarios se responsabilizan directamente y por completo de su operación (caso barranca

La Viuda, Los Cuartos, El Embocadero caso presa para el Campo Chiquito).

Adicionalmente como un problema relativo a los canaleros contratados por la Asociación es que en algunos

casos (por ejemplo Las Iguanas) su labor consiste en la entrega de agua a partir de las tomas directas del

canal general al primer ejido, descuidando, en el sentir de los usuarios aguas abajo, el control y vigilancia de

los abusos de agua, tomar agua de más, tomar agua fuera de turno. El canalero de hecho funge como

"aguador" de esa comunidad, personal que en otros ejidos es contratado y pagado directamente por el ejido.

Los usuarios aguas abajo no tienen autoridad sobre este canalero como para exigir que cumpla sus

funciones de control y vigilancia.

163

Finalmente hay que señalar que la Asociación no ha sido necesariamente consistente en el pago de su

personal contratado: preseros y canaleros y por ello es necesario fortalecer otros niveles organizativos a nivel

de canal general, como mecanismo que permita una mayor apropiación de la Asociación y encauzar a la

dirección de ésta y en lo general a su máxima autoridad (la Asamblea General) tareas comunes y problemas

comunes para todos sus miembros como la gestión por preservar y mejorar la calidad del agua en la cuenca .

En cuanto a la operación de laterales, las comunidades o ejidos han estado a cargo de la operación de los

canales laterales que les corresponden desde antes de la transferencia. En los ejidos el Comisariado Ejidal y

la Asamblea Ejidal son los órganos de autoridad, de toma de acuerdos y de sanciones; además de ser las

instancias de decisión para la elección, contratación y pago de un aguador (nombre que designa al canalero

contratado por un ejido para hacerse cargo de los laterales de ese ejido, y de vigilar el caudal de agua

correspondiente al ejido. En período de estiaje también se da el caso de contratación de personal auxiliar

como en los canales La Torre, Las Tortugas, El Túnel, Agua Dulce, Axocochi y Los Tomases.

V.6. Cierre de siembras

El cierre de siembra es una estrategia que llevan a cabo los usuarios para hacer un uso más eficiente y

equitativo de la distribución del agua, se basa en un conocimiento empírico de las comunidades en donde el

factor principal es la disponibilidad de agua. Ello se manifiesta en el patrón de cultivos según la época del año

tanto en aguas arriba como en aguas abajo del Módulo de Riego; además existen también reglas claras no

escritas entre usuarios de una misma comunidad.

En la zona de manantiales, sólo parte de la superficie agrícola puede ser sembrada con cultivo de arroz y el

resto con caña de azúcar y cultivos varios (hortalizas, flores, fríjol para ejote, maíz para elote, y otros), con los

consabidos conflictos, como el robo de agua entre los mismos usuarios de la zona de manantiales. Así, en

esta zona, no existe fecha límite para el establecimiento de cultivos varios, pero si existe restricción en cuanto

a la superficie y fecha de siembra. Por ejemplo, en el caso de la superficie, los usuarios del ejido Casasano,

sólo pueden sembrar aproximadamente 20 ha por los canales Sauce Chino y Ahuehuepan y, los del ejido

Hospital no siembran cultivo de arroz en estos canales, porque no les llega suficiente agua. En cuanto a la

fecha de siembra, el cultivo de arroz debe sembrarse sólo a partir de finales de abril para que el cultivo pueda

ser auxiliado con el temporal porque el agua no es suficiente.

Los propios usuarios del ejido Casasano, a través de la Asamblea General, y teniendo siempre como punto

de partida su volumen de dotación y la superficie de cultivo de caña de azúcar “vieja” que no tiene razón de

existir por haber cumplido su ciclo productivo y que han sido barbechadas, analizan y ponen a consideración

de la asamblea ejidal cuánta de esta superficie puede ser autorizada para siembra de arroz y la demás, de

cultivos varios.

164

En el área de la Barranca de Ayala, no se establecen fechas límites de siembra para cultivos varios –igual

que en la zona de manantiales– pero no tiene la capacidad para sembrar arroz, por no disponer de suficiente

agua. Esto implica que en ésta área, los usuarios, por la “abundancia relativa” de agua, no tienen restricción

de superficie de riego ni dificultad para establecer cultivos varios en cualquier fecha del año, pero tampoco

tienen la alternativa para sembrar cultivo de arroz.

El área que inicia de la presa derivadora San Esteban hasta la presa derivadora El Mirador, la fuente de agua

es exclusivamente de los “achololes” que se generan tanto en la zona de manantiales “Las Tazas” y “Los

Sabinos”; ésta es el área más extensa del sistema de riego, en la que el agua es relativamente escasa, los

usuarios, con base a conocimientos empíricos –sustentados con una circular de la CNA que prohíbe la

siembra de cultivos varios después de esta fecha-, han establecido fechas límites de siembra para cultivos

varios (fecha límite que varía del 15 al 31 de diciembre, dependiendo del canal general que se trate, la

superficie de siembra y la cantidad de agua que llega), el retraso de hasta 15 ó 30 días para el riego de la

caña de azúcar en periodo de estiaje y la siembra de arroz, en pequeñas áreas ( 1 a 10 ha por canal

general), en el mes de mayo, una vez que el periodo de lluvias se ha establecido o está próximo a

establecerse, tal es el caso del canal general Las Iguanas, que a mediados y finales de mayo siembra

aproximadamente 6 ha de arroz.

Las sanciones por incumplimiento serán impuestas por el conjunto de usuarios de las tomas laterales del

ejido o pequeña propiedad correspondiente.

Partiendo de que los niveles organizativos deben coincidir con la operación de la infraestructura hidráulica y

que cada uno de estos niveles de operación y organización tiene su propia esfera de competencia, se puede

deducir entonces que a] cada presa derivadora deberá contar con una organización compuesta por el o los

usuarios del canal general que alimenta, en su caso por representantes de los dos canales generales que

alimenta; b] cada canal general deberá contar con una organización compuesta por el o los usuarios de ese

canal general, que además de distribuir el agua tendrá funciones de vigilancia para evitar "abusos del agua",

tomar agua de más, tomar agua fuera de turno, definir y acordar funciones de nuevos acuerdos en la

distribución del agua, qué tipo de sanciones se deben aplicar; c] finalmente los canales laterales o en su caso

las tomas directas del canal, deberán contar con una organización compuesta por el ejido o pequeños

propietarios usuarios, organización que además de distribuir el agua tendrá funciones de vigilancia para evitar

"abusos del agua", tomar agua de más, tomar agua fuera de turno, aplicación de sanciones, entre otras.

Dicho de otra manera conviene que exista una organización para tratar asuntos, llegar a acuerdos y resolver

conflictos, distribución del agua y de mantenimiento que son particulares de cada canal general y que no

afectan ni son del interés de otros usuarios. Tendencia que por demás encontramos en el espacio hidráulico

165

de la Asociación según se detalla en el Diagnóstico de comunidades de usuarios y canales principales, y se

encuentra presente en la operación de canales laterales a cargo a cada ejido/comunidad.

La situación actual y recomendaciones específicas para cada canal general se encuentran en el Diagnóstico

de comunidades de usuarios y de canales principales. La variación en la situación de cada canal, por tipo de

toma, abundancia/escasez de agua, número de usuarios, longitud de canal y niveles de organización

desarrollados por los propios usuarios, hacen necesario una adecuación a las especificidades de cada caso.

V.7. Cuotas de pago por el servicio de agua

Desde el punto de vista de los directivos de la Asociación, esta presenta serios problemas y deficiencias en el

aspecto de no-pago por los usuarios, por ejemplo en el año 2001 se recabó aproximadamente un 40 % del

total de las cuotas, por lo que se espera que este año 2002 la tasa de recuperación se incremente, para ello

se han propuesto medidas de control en coordinación con los funcionarios de PROCAMPO que comprometan

a los usuarios a pagar sus cuotas de agua. El mecanismo consiste en exigir el comprobante de pago de los

derechos de agua para cobrar el apoyo PROCAMPO. De esta manera la ASURCO pretende recuperar mas

del 80% de su cuotas. Cuotas que más tarde serán utilizadas el los gastos de administración, operación y

representación de la Asociación.

Sin embargo estas afirmaciones carecen de sustento, puesto que de acuerdo con información proporcionada

por los usuarios, la mayoría de ellos cumplen con sus pagos en tiempo y cantidad establecida. Aunado a ello

se realizó una revisión de la estadística de pago del año 2001 y se constató que las recuperaciones son

superiores al 70 %.

La postura de la Asociación de no-pago, de no-inversión de los usuarios en sus sistemas de riego

(conservación y operación) y de protección de las fuentes de abastecimiento es falso porque en el caso de la

conservación, los usuarios aportan el 100 % directamente (es decir no vía la cuota Asociación) mediante

limpia de canales y en reposición de compuertas laterales; se estima una inversión únicamente en limpieza

de los canales generales y laterales (excluyendo canales terciarios) con faenas comunitarias, sumadas todas

ellas y en conjunto anualmente los usuarios invierten alrededor de $ 1 600 000 pesos, por su parte la

Asociación no registra aportación alguna en el rubro de mantenimiento de los canales. Además en la

rehabilitación y revestimiento de canales (localmente conocido como encasquillamiento) los usuarios tienen

una participación significativa (aportación de mano de obra o hasta con un 30 % del costo de la obra total).

Cabe señalar que en obras de este tipo la participación de los gobiernos locales, estatales y federales

también tienen su participación.

Para la distribución los usuarios aportan en conjunto y anual aproximadamente $ 350 000 pesos

directamente a la operación de los sistemas de riego y por su parte la Asociación (con las cuotas de los

166

usuarios) aporta $ 216 320 pesos anuales, gastos que incluyen salarios de preseros, canaleros,

supervisores, renta de motocicleta para los canaleros, lo que en conjunto representa el 16 % de los ingresos

totales estimados. La atención de la Asociación se ha centrado en 14 de los 25 canales generales, de los 14

canales generales donde existe canalero, los canales que representan un mayor gasto son El Socavón, San

Esteban, Las Iguanas y Huitchila, estimado en 27 560 cada uno. Por otra parte el canal donde se invierte

menos es El Zapote con $ 4 160 anuales (cuadro 8).

El resto de los ingresos de la Asociación se aplican en los gastos administrativos del cuerpo técnico y de

oficina, cuyos conceptos se refieren a gasto de personal (34.5 %), renta de vehículos (15 %), servicios

generales (6 %), viáticos (8 %) y, otros gastos (31.5 %).

Sin pretender aquí hacer un análisis de la administración de la Asociación, se recomienda que el personal

técnico y administrativo realice una revisión más detallada de la administración, así como de los

presupuestos de ingresos y egresos, con el fin de identificar aquellos conceptos en donde se generan gastos

mayores que no justifican las actividades que redunden en beneficio de los usuarios y la asociación como

órgano de dirección y control.

Para resolver problemas relacionados con los procedimientos para la recuperación de cuotas y cumplir con la

alícuota ante la Comisión Nacional del Agua, es recomendable que la Asociación implemente un sistema

preciso de control vía institución bancaria, a través de fichas de depósito, depósitos directos de los usuarios

con base en un censo actualizado.

167

Cuadro 8. Estimación de costos anuales de distribución del agua y mantenimiento por canales del Módulo de Riego No. 8.

No. Canal General Long. Superficie Inversión Distribución Inversión mantenimiento Cuota Inversión Total Inversión/ha

(m) (ha) Puesto usuario ASURCO usuario ASURCO ASURCO usuario ASURCO usuario ASURCO

1 Agua Dulce 12507 743.2 Aguador 81,030 0 115,503 148,640 345,173 0 464 0

2 Ahuehuepan 3912 247.5 Canalero 0 7,280 27,384 49,500 76,884 7,280 311 29

3 Axocochi 6404 568.9 Aguador y Aux. 133,300 0 64,040 112,580 309,920 0 545 0

4 Barcenas 2153 14.2 No asignado 0 0 14,330 0 14,330 0 1,009 0

5 Campo Nuevo 5000 80.6 No asignado 0 0 39,200 16,120 55,320 0 686 0

6 Casasano Grande 3020 455.9 Canalero 0 7,280 18,120 91,180 109,300 7,280 240 16

7 El Mirador 29511 1078.1 Supervisor 0 1,560 203,350 86,248 289,598 5,720 269 5

Presero 0 4,160

8 El Molino 8794 194.6 Supervisor 0 1,560 86,188 38,920 125,108 8,840 643 45

Canalero 0 7,280

9 El Tunel 24635 746.6 Supervisor 0 1,560 354,525 149,320 521,845 16,640 699 22

Presero 0 4,160

Canalero 0 10,920

Auxiliar C. 18,000 0

168

10 El Zapote 3336 283.8 Presero 0 4,160 33,360 56,760 90,120 4,160 318 15

11 Huitchila 9860 297.9 Supervisor 0 1,560 59,160 59,580 118,740 23,400 399 79

Canalero 0 21,840

Aguador 0 0

12 La Huancha 1

13 La Mora 2860 44.3 No asignado 0 0 28,600 8,860 37,460 0 846 0

14 La Torre 6697 375 Supervisor 0 1,560 91,455 75,000 171,855 16,640 458 44

Presero 0 4,160

Canalero 0 10,920

Aguador aux. 5,400 0

SUBTOTAL 5130.6 237,730 89,960 1, 135,215 892,708 2, 265,653 89,960 6,886 256

Fuente: Inventario de la Asociación de usuarios del río Cuautla, manantiales y corrientes tributarias Eufemio Zapata Salazar A. C. (ASURCO)

1. No se consideró para los costos, debido a que no se utiliza por la presencia de la mancha urbana.

169

Continuación cuadro 8. Estimación de costos anuales de distribución del agua y mantenimiento por canales del Módulo de Riego No. 8.

No. Canal General Long. Superficie Inversión Distribución Inversión mantenimiento Cuota Inversión Total Inversión/ha (m) (ha) Puesto usuario ASURCO usuario ASURCO ASURCO usuario ASURCO usuario ASURCO 1 Agua Dulce 12507 743.2 Aguador 81,030 0 115,503 148,640 345,173 0 464 0 2 Ahuehuepan 3912 247.5 Canalero 0 7,280 27,384 49,500 76,884 7,280 311 29 3 Axocochi 6404 568.9 Aguador y Aux. 133,300 0 64,040 112,580 309,920 0 545 0 4 Barcenas 2153 14.2 No asignado 0 0 14,330 0 14,330 0 1,009 0 5 Campo Nuevo 5000 80.6 No asignado 0 0 39,200 16,120 55,320 0 686 0 6 Casasano Grande 3020 455.9 Canalero 0 7,280 18,120 91,180 109,300 7,280 240 16 7 El Mirador 29511 1078.1 Supervisor 0 1,560 203,350 86,248 289,598 5,720 269 5 Presero 0 4,160 8 El Molino 8794 194.6 Supervisor 0 1,560 86,188 38,920 125,108 8,840 643 45 Canalero 0 7,280 9 El Túnel 24635 746.6 Supervisor 0 1,560 354,525 149,320 521,845 16,640 699 22 Presero 0 4,160 Canalero 0 10,920 Auxiliar C. 18,000 0 10 El Zapote 3336 283.8 Presero 0 4,160 33,360 56,760 90,120 4,160 318 15 11 Huitchila 9860 297.9 Supervisor 0 1,560 59,160 59,580 118,740 23,400 399 79 Canalero 0 21,840 Aguador 0 0

12 La Huancha 1 13 La Mora 2860 44.3 No asignado 0 0 28,600 8,860 37,460 0 846 0 14 La Torre 6697 375 Supervisor 0 1,560 91,455 75,000 171,855 16,640 458 44 Presero 0 4,160 Canalero 0 10,920 Aguador aux. 5,400 0 15 Las Iguanas 29090 935.4 Supervisor 0 1,560 290,900 74,832 374,732 27,560 401 29 Presero 0 4,160 Canalero 0 21,840 Aguador aux. 9,000 0

170

16 Las Tortugas 6558 299.5 Supervisor 0 1,560 57,580 59,900 117,480 16,640 392 56 Presero 0 4,160 Canalero 0 10,920

17 Los Cuartos 4300 60.5 Canalero 0 10,920 43,000 12,100 55,100 10,920 911 180 18 Los Tomases 5000 112 Canalero 0 7,280 36,000 22,400 146,000 7,280 1,304 65

Aguador 87,600 0 19 San Cristóbal 1600 81.2 No asignado 0 0 16,000 0 16,000 0 197 0 20 San Esteban 19827 1444.5 Supervisor 0 1,560 178,740 323,135 533,865 27,560 370 19

Presero 0 4,160 Canalero 0 21,840 Aguador 31,990 0

21 Santa Inés 10461 461.2 No asignado 0 0 138,430 92,240 230,670 0 500 0 22 Santa Rosa 2450 10.8 No asignado 0 0 20,500 2,160 22,660 0 2,098 0 23 Sauce Chino 4570 352.3 Canalero 0 7,280 33,632 70,460 104,092 7,280 295 21 24 Socavón 3663 267.3 Supervisor 0 1,560 36,630 53,460 53,460 27,560 200 103

Presero 0 4,160 Canalero 0 21,840

25 Xochitengo 7520 417.2 Canalero 0 7,280 0 83,440 83,440 7,280 200 17 TOTAL 9572.5 366,320 222,040 1,986,627 1, 686,835 4, 003,152 222,040

Fuente: elaboración Equipo de investigación, 2002, con base en datos de Inventario de la Asociación de usuarios del río Cuautla, manantiales y corrientes tributarias Eufemio Zapata Salazar A. C. (ASURCO)

1. No se consideró para los costos, debido a que no se utiliza por la presencia de la mancha urbana.

171

V.8. Organización interna

En lo que respecta al aspecto organizativo, pese a que el Distrito de Riego se constituyó en 1957 haciéndose

cargo de la operación y la administración de las aguas en todo el estado y cuya transferencia se hace a los

usuarios a partir de 1994, al interior de los núcleos de ejidatarios y propiedades rurales, se mantienen ciertas

estructuras organizativas hasta la fecha y que en gran medida son las que le dan sustento a los sistemas de

riego a nivel comunitario e intercomunitario.

La administración de la denominada red secundaria (canales generales) está a cargo de la Asociación y la

red primaria (obras de cabecera, o bien, las presas derivadoras) está a cargo de la CNA. En cuanto a la

estructura de la Asociación, corresponde a una organización social de carácter no lucrativo constituida en

Asociación Civil; su máxima autoridad es una asamblea de delegados. Los delegados corresponden a dos

representantes por cada uno de los núcleos ejidales y de la pequeña propiedad (son 30, por tanto la

asamblea la componen 60 personas); posteriormente se nombra una mesa directiva, compuesta por un

presidente, secretario, tesorero y vocales, todos con sus respectivos suplentes. La mesa directiva nombra a

un gerente técnico, el cual se encarga de llevar a cabo las funciones de operación y administración para la

distribución del agua, los programas de mantenimiento y la gestión de las obras comunes de la Asociación.

En los aspectos particulares de roles para los derechos de agua, la propia distribución a nivel parcelario, el

mantenimiento de canales secundarios, el prorrateo de agua, la vigilancia y aplicación de sanciones, en gran

medida corresponde a la organización interna y se puede decir autogestiva de los propios usuarios. Acerca

de la organización social de los usuarios, la infraestructura y en general, los procesos de funcionamiento del

sistema, o mejor dicho, de los sistemas de riego, se describe con mayor detalle posteriormente.

V.9. Movimiento de aguas de retorno o achololes en los sistemas de riego en el espacio hidráulico de

la Asociación

López (2002) realizó una caracterización de los denominados achololes en el conjunto de sistemas de riego

en el espacio hidráulico de la Asociación de usuarios del río Cuautla, en donde señala que los usuarios

definen a los achololes como: “agua que viene de otros ejidos o parcelas”. Los achololes corresponden a los

excedentes de agua que se generan cuando una parcela de cultivo ha sido regada y son reutilizados por

parcelas ubicadas aguas abajo. Los excedentes de agua que fluyen durante o después del tiempo de riego

son captados en las achololeras y conducidos por un canal achololero para regar otras parcelas de cultivo.

Los achololes generados por una parcela al ser conducidos a otra parcela pueden complementar la dotación

de riego asignada a esa parcela o ser utilizados como la única fuente de riego. Se produce así el

“encadenamiento del agua”, cuando el agua es reutilizada por varios usuarios. Concluido este

encadenamiento, los achololes considerados ahora de agua muerta o achololes muertos corren libremente

siguiendo o buscando un cauce natural para finalmente desembocar en otros canales de riego, barrancas

172

tributarias del río Cuautla o el río Cuautla, donde nuevamente son reutilizados: levantados por alguna de las

presas.

La cantidad de achololes que se generan es variable y depende de varios factores: el tipo de cultivo regado

(hortalizas, caña de azúcar, arroz), la pendiente del terreno, el tipo de suelo y la época del año. El tipo de

cultivo influye en la medida que se utiliza más agua para el riego, por ejemplo cuando se trata de cultivos

demandantes de agua como el arroz, se genera una mayor cantidad de agua de acholol, así como en

hortalizas que requieren de riegos más frecuentes; en cambio, uno de los cultivos que generan menos

achololes es el cultivo de la caña de azúcar porque sus riegos son menos frecuentes y es un cultivo que

tolera más la falta de agua, sin embargo ello puede ser compensado con la superficie sembrada. Otro de los

factores que influye en la cantidad y disponibilidad de acholoes para usuarios aguas abajo, es la pendiente

del terreno lo cual implica que en las áreas con una pendiente mayor (más de 10 %), los achololes fluyen

más rápidamente, evidentemente se trata de lomeríos, y por otra parte, en las áreas de menor pendiente, es

decir de planicies (pendientes menores de 10 %) se presenta mayor retención de agua y menor movimiento

de achololes para usuarios de aguas abajo. El tipo de suelo también es un factor que influye en el

movimiento del agua; en el espacio hidráulico de la Asociación se encuentran suelos de tipo Feozem,

Vertisoles, Regosoles. Los primeros tienen la característica de presentar buen drenaje, fertilidad y contenidos

no más del 3 % de materia orgánica, son fácilmente laborables y permiten el libre paso de los achololes. Los

suelos de tipo Vertisol, presentan características físicas de mayor retención de humedad, más difícilmente

laborables pero con mejor fertilidad que los Feozem. Los Regosoles son suelos que presentan problemas de

pedregosidad y se encuentran hacia las partes de mayor pendiente (lomeríos) y también permiten el libre

paso de achololes (además por la misma pendiente en la que se encuentran ubicados).

En cuanto a la época del año, evidentemente el periodo de estiaje (menor cantidad y disponibilidad de agua

por la falta de lluvias) tiene un impacto significativo en la producción de achololes y es así, cuando se

presenta la mayor demanda por el agua en las áreas de riego.

En el sistema hidráulico de la Asociación, se pueden identificar tres áreas principales como fuentes de agua y

el curso del agua que pasa de un canal a otro por achololes: a) Tomando como punto de partida dos zonas

importantes de manantiales: Las Tazas y cercanías y Los Sabinos, respectivamente en la margen derecha e

izquierda del ríos Cuautla, siguiendo primero el curso de los achololes sobre la margen izquierda de un canal

general a otro, curso interrumpido por multitud de barrancas tributarias al río Cuautla; b) En segundo lugar

siguiendo el curso de los achololes sobre la margen derecha de un canal general a otro, que no presenta

interrupciones, aunque hay canales y achololes que se pasan a la cuenca del río Yautepec desde el canal

San Esteban (5a toma sobre el río Cuautla); c) En tercer lugar, el curso de los achololes de los canales cuyas

tomas se ubican sobre el río Cuautla, aguas abajo a la barranca de Ayala, punto a partir del cual “se juntan”

los achololes provenientes de los manantiales de Las Tazas y cercanías y de los manantiales Los Sabinos.

173

Aunque sobre el lecho del río Cuautla y barrancas tributarias hay veneros, escurrideras y nacimientos de

agua, los regantes están convencidos que el agua de achololes les llega desde los manantiales, en 1994, en

período de estiaje subieron todos los regantes, incluyendo los regantes de la última toma sobre el río

Cuautla, para “tumbar el berro”, cultivo semiacuático situado en la salida misma de los manantiales.

a) Curso de los achololes: margen izquierda del río Cuautla, desde los manantiales “Los Sabinos”.

La zona de manantiales Los Sabinos se encuentra ubicada en terrenos ejidales de Cuautlixco y ha sido

declarada Área Natural Protegida (ANP); se localiza sobre la margen izquierda del río Cuautla a 180 49’ 986”

latitud norte y 980 56’ 218” longitud oeste.

Con los manantiales “Los Sabinos” inicia el riego sobre la margen izquierda del río Cuautla en lo que

corresponde al espacio hidráulico de la Asociación; los canales sobre la margen izquierda se encuentran

interconectados por los achololes que unos aportan a otros. La única excepción parece ser el canal de

Huitchila que tiene su obra de toma sobre la barranca “La Cuera”: no recibe, ni aporta achololes a otros

canales de la Asociación.

Los manantiales ubicados en esta área son: “Agua Dulce” o “Los Ojitos”, “La Mora” y “San Cristóbal”, los

cuales se encuentran perfectamente delimitados unos con respecto a otros. El uso principal del agua de

estos manantiales es el agrícola aunque también son utilizadas para abasto de agua potable. Del manantial

Agua Dulce Los Ojitos se origina el canal general Agua Dulce, del manantial La Mora el canal general La

Mora y del manantial San Cristóbal el canal general San Cristóbal.

Los canales generales se encuentran perfectamente definidos desde su nacimiento a partir de los

manantiales que los originan, a pesar de la presencia del cultivo de berro que implica la ampliación del cauce

del canal. Los achololes de agua muerta del canal la Mora caen a la barranca de Agua Hedionda y aguas

abajo sobre su cauce se encuentra una presa derivadora que levanta el agua para el canal Tenango. Los

achololes de agua muerta del canal San Cristóbal caen a la barranca Agua Hedionda y que aguas abajo,

sobre su cauce se encuentra una presa derivadora que levanta el agua para el canal Tenango.

El canal general de Agua Dulce, con un puente canal, cruza la barranca de Agua Hedionda. Los campos de

cultivo regados en San Pedro Apatlaco generan achololes al canal Tenango y al canal Socavón y a las

barrancas Los Cuartos y Ahuehueyo. Los achololes de agua muerta de Tepepa caen a la barranca de

Ahuehueyo, la cual aguas abajo se incorpora al río Cuautla. Los achololes de agua muerta del canal de

Tenango que corresponden a los campos situados en la margen izquierda de la barranca de Agua Hedionda

caen a las barrancas de Los Cuartos y Ahuehueyo (cuadro 9).

Los achololes que son captados por la barranca de Agua Hedionda, aguas abajo de la presa derivadora del

canal de Tenango, llegan al río Cuautla y encuentran la 4a toma sobre el Cuautla, la presa derivadora El

174

Socavón cuyo canal sale a la margen izquierda del río Cuautla. El canal general El Socavón incorpora el

agua del manantial Agua Azul. Los achololes del canal general El Socavón caen al río Cuautla y encuentran

la 5a toma sobre el río Cuautla, la presa derivadora San Esteban-El Túnel, donde el canal El Túnel sale a la

margen izquierda del río Cuautla

Cuadro 9. Entrega y captación de achololes en canales de manantiales.

Canal Recibe achololes Entrega achololes

San Cristóbal No Barranca Agua Hedionda La Mora No Barranca Agua Hedionda Agua Dulce No Canal Tenango

Canal Socavón Barranca los Cuartos (canal general Los Cuartos) Barranca de Ahuehueyo

Canal de Tenango San Cristóbal y La Mora A través de la barranca de Agua Hedionda Agua Dulce

Barranca de Agua Hedionda Barranca Los Cuartos Barranca de Ahuehueyo

Fuente: López, 2002.

Sobre la barranca de los Cuartos los escurrimientos y achololes provenientes de los canales Agua Dulce y

Tenango son captados por una presa derivadora que da origen al canal general Los Cuartos. Los achololes

de agua muerta del canal general Los Cuartos son aprovechados por el canal general El Túnel, que tiene su

obra de toma sobre el río Cuautla (5a toma sobre el Cuautla). Los achololes que son captados por la

barranca de Ahuehueyo, llegan al río Cuautla y encuentran la 7a toma sobre el río Cuautla, la presa

derivadora Las Iguanas cuyo canal sale a la margen izquierda del río Cuautla. La barranca de Ahuehueyo

también recibe achololes provenientes de los canales generales El Túnel y Las Tortugas, respectivamente la

5a y 6a toma sobre el río Cuautla. La presa derivadora Las Tortugas-a Torre recibe también el agua del

manantial Agua Limpia (cuadro 10).

Cuadro 10. Entrega y captación de achololes en los canales El Socavón, Los Cuartos y Las Iguanas.

Canal Recibe achololes Entrega achololes El Socavón (4a toma sobre el río Cuautla)

Canal de Tenango La Mora San Cristóbal A través de la barranca de Agua Hedionda Agua Dulce

Presa derivadora San Esteban-El Túnel (5a toma sobre el río Cuautla) A través del río Cuautla

Los Cuartos Canal de Tenango Agua Dulce A través barranca Los Cuartos

El Túnel (5a toma sobre el río Cuautla)

Las Iguanas (7a toma sobre el río Cuautla)

Canal de Tenango Agua Dulce El Túnel (5a toma sobre el río Cuautla) Las Tortugas (6a toma sobre el río Cuautla) A través barranca de Ahuehueyo

Río Cuautla

Fuente. López, 2002.

175

Los achololes de agua muerta de El Túnel (5a toma sobre el río Cuautla) son aprovechadas por el Las

Tortugas (6a toma sobre el río Cuautla). Los achololes de agua muerta del canal general Las Iguanas caen al

río Cuautla y a la barranca Valle de Vázquez. Sobre el río Cuautla se encuentran con la presa derivadora El

Mirador, cuyo canal sale a la margen izquierda. Sobre la barranca de Vázquez se encuentran con la presa

derivadora Los Hornos (cuadro 11).

Cuadro 11. Entrega y captación de achololes en los canales El Túnel, Los Hornos y El Mirador.

Canal Recibe achololes Entrega achololes

El Túnel (5a toma sobre el Cuautla) Canal Los Cuartos A través de la barranca Los Cuartos

Las Tortugas (6a toma sobre el Cuautla)

Los Hornos Las Iguanas (7a toma sobre el río Cuautla) A través de la barranca Valle de Vázquez

El Mirador (8a toma sobre el río Cuautla)

Las Iguanas (7a toma sobre el río Cuautla) A través del río Cuautla

Fuente: López, 2002.

Sobre la margen izquierda del río Cuautla se encuentra otra barranca tributaria del río: la barranca La Cuera,

los escurrimientos se levantan en la presa derivadora El Astillero que da origen al canal Huitchila. Los

achololes muertos del Huitchila vuelven a caer a la barranca La Cuera, pero además a la barranca Tinajas y

Molotlán, afluente de la barranca La Cuera, donde se encuentran con una presa que riega el campo Chiquito

del ejido de Huitchila. La barranca La Cuera es tributaria del río Cuautla, pero se une al río aguas abajo de la

última presa derivadora de la Asociación (cuadro 12).

Cuadro 12. Entrega y captación de achololes en los canales El Túnel, Los Hornos y El Mirador.

Canal Recibe achololes Entrega achololes

Huitchila (obra de toma sobre la barranca La Cuera)

Barranca La Cuera Campo Chiquito del ejido Huitchila (no pertenece a la Asociación) A través de la barranca Tinajas y Molotlan

Fuente: López, 2002.

b) Curso de los achololes: margen derecha del río Cuautla, desde la zona de manantiales Las Tazas y cercanías.

La zona de manantiales denominada las Tazas se encuentra ubicada sobre la margen derecha del río

Cuautla en las coordenadas 180 49’ 986” latitud norte y 980 56’ 218” longitud oeste. Esta zona de manantiales

se denomina Las Tazas en alusión a los dos depósitos construidos sobre el afloramiento de varios

nacimientos de agua llamados la Taza Mayor y la Taza Menor. El manantial de la Taza Menor ya se secó. La

Taza mayor es una estructura de mampostería con paredes de aproximadamente 3 metros de alto,

construida a principios del siglo XX, que permite primero almacenar el agua en el mismo lugar de su

176

nacimiento y posteriormente encauzarla para distribuir el agua al canal de riego Casasano (antes llamado

Casasano Grande). La Taza Menor posee una altura de 90 cm aproximadamente y permitía encauzar el agua

al canal general Casasano Chico. Ambas tazas se encuentran ubicadas dentro del área del balneario del

mismo nombre, “Las Tazas”, la cual se encuentra delimitada en parte por una barda y por una cerca de

alambre de púas.

Aledaños a los manantiales Las Tazas, aunque fuera del área del balneario, existen otros afloramientos de

agua que se unen al agua que escurre por las fugas de La Taza Mayor debido al deterioro de esta estructura.

Los afloramientos y escurrimientos que inicialmente tienen un curso desordenado y ampliado por el cultivo de

berros, aquí inicia la barranca Ahuehuepan, y con una presa derivadora se levanta el agua para los canales

generales Ahuehuepan y Sauce Chino. Sobre la misma barranca, aguas abajo hay una bocatoma rústica

para el canal Dos Puentes. Existen otros canales generales que están considerados dentro de esta misma

zona aunque se originan de manantiales ubicados fuera de las Tazas. Estos canales generales son: Santa

Inés, Xochitengo, La Huancha y Santa Rosa. En este mismo espacio entre la margen derecha de río Cuautla

y la margen izquierda de la barranca de Ayala, cruzan otros canales: el canal general Barcenas y el canal

general El Zapote, respectivamente la 1a y 2a toma sobre el río Cuautla. Todos estos canales corren de norte

a sur de forma casi paralela, y pasan achololes de unos a otros (cuadro 13).

Cuadro 13. Entrega y captación de achololes de canales de la margen derecha del río Cuautla.

Canal Recibe achololes Entrega achololes

Casasano Sauce Chino y Calderón Barranca de Ayala

Sauce Chino Casasano Banal Ahuehuepan Barrancas Ayala y Xichimilcancingo

Ahuehuepan Sauce Chino

Dos Puentes Barranca Ayala

Santa Inés Santa Rosa El Zapote y Dos Puentes Barranca Ayala

Santa Rosa Bárcenas El Zapote Santa Inés

La Huancha Barcenas (caudal manantial) Xochitengo Barranca Ayala Dos Puentes Santa Inés, canal Ahuehuepan Barranca Ayala Bárcenas Santa Rosa, Santa Inés El Zapote Santa Rosa, Santa Inés Barranca Ayala

Fuente: Equipo de investigación. 2002.

Los achololes de agua muerta de los canales generales ubicados en la zona de Las Tazas (margen derecha

del río Cuautla e izquierda de la barranca de Ayala) son vertidos a la barranca de Ayala, donde nuevamente

son reutilizados por las 4 presas derivadoras ubicadas sobre el cauce de esta barranca. El Embocadero, que

se considera una continuación del canal general Sauce Chino, Campo Nuevo, El Molino y Los Tomases.

Todos ubicados sobre la margen derecha de la barranca de Ayala.

177

Los achololes muertos de Campo Nuevo y El Molino vuelven a caer a la barranca de Ayala. Los achololes

muertos de Los Tomases son aprovechados por el canal general El Molino (Cuadro 14).

Cuadro 14. Achololes muertos de los canales Campo Nuevo y El Molino.

Canal Recibe achololes Entrega achololes

El Embocadero Sauce Chino (se considera lateral del Sauce Chino) A través de la barranca de Ayala

Campo Nuevo zona de manantiales Las Tazas A través de la barranca de Ayala

Barranca Ayala

El Molino Zona de manantiales Las Tazas A través de la barranca de Ayala

Barranca Ayala

Los Tomases Zona de manantiales Las Tazas A través de la barranca de Ayala

Banal El Molino

Fuente: López, 2002.

La barranca de Ayala aguas abajo se une al río de Cuautla y los achololes de agua muerta son captados en

la 5a toma sobre el Cuautla, la presa derivadora San Esteban-El Túnel. El canal general San Esteban riega

sobre la margen derecha del río. Los achololes del canal general San Esteban caen al río Cuautla y al canal

general Axocoche. El canal general Axocoche cuya obra de toma es un manantial del mismo nombre aporta a

su vez achololes al canal general La Torre y al río Cuautla.

La 6a toma sobre el río Cuautla corresponde a la presa derivadora La Torre y Las Tortugas, que recibe el

agua del manantial Agua Limpia. Los achololes del canal La Torre, sobre la margen derecha, caen al río

Cuautla (Cuadro 15).

Cuadro 15. Entrega y captación de achololes de los canales San Esteban, Axocoche y La Torre.

Canal Recibe achololes Entrega achololes

San Esteban (5a toma sobre el río Cuautla)

A través de la barranca de Ayala Axocoche Río Cuautla

Axocoche San Esteban La Torre El Mirador

La Torre (6a toma sobre el río Cuautla)

Axocoche Río Cuautla

Fuente: López, 2002.

c) Curso de los achololes: margen izquierda y derecha del río Cuautla, aguas abajo de la confluencia con la barranca de Ayala.

El agua utilizada por los canales generales que parten de las presas derivadoras San Esteban-El Túnel, Las

Tortugas-La Torre, Las Iguanas y El Mirador (5a, 6a, 7a y 8a tomas sobre el río Cuautla) proviene de los

achololes generados aguas arriba por los canales ubicados en la zona de manantiales Las Tazas y Los

Sabinos, así como de veneros, escurrideras, nacimientos de agua en el lecho del río Cuautla y barrancas

tributarias. La presa derivadora San Esteban-El Túnel (5a toma) de la cual nace en la margen derecha el

canal general San Esteban y en la margen izquierda el canal general El Túnel capta los achololes

178

provenientes de la zona de manantiales Las Tazas al encontrarse ubicada inmediatamente después de la

confluencia de la barranca de Ayala con el río Cuautla. También recibe parte de los achololes provenientes

del canal El Socavón, cuya presa derivadora esta ubicada sobre el cauce del río Cuautla, aguas arriba de la

confluencia de la barranca de Ayala con el río Cuautla.

El Socavón es un canal general que nace aguas abajo de la zona de manantiales Los Sabinos, en la margen

izquierda del río Cuautla. Corre paralelo al río, los canales laterales que posee sobre su costado derecho

generan achololes de aguas muertas hacia el río Cuautla. Estos achololes son utilizados inmediatamente por

la presa derivadora San Esteban-El Túnel. El canal general El Socavón al finalizar su recorrido vierte

achololes directamente al canal El Túnel, que se encuentra.

La presa derivadora Las Tortugas-La Torre (6a toma), de la cual nace en la margen izquierda el canal general

Las Tortugas y en la margen derecha el canal general La Torre. Aguas arriba de esta presa derivadora se

ubica la unión de la barranca Los Cuartos al río Cuautla. El canal general Las Tortugas se desplaza hacia el

sureste beneficiando a 3 comunidades y vertiendo achololes hacia el río Cuautla, antes de la unión de la

barranca de Ahuehueyo al río. Otra parte de los achololes generados por el canal las Tortugas son vertidos a

la barranca de Ahuehueyo. El canal general La Torre, sobre la margen derecha, durante su trayecto recibe

achololes de los canales generales San Esteban y Axocochi y genera achololes hacia el río Cuautla en el

tramo comprendido entre la presa derivadora Las Iguanas y la presa derivadora El Mirador.

La presa derivadora Las Iguanas (7a toma), es la penúltima presa derivadora considerada en esta zona.

Antes de la presa derivadora Las Iguanas, la barranca de Ahuehueyo desemboca en el río Cuautla por el

margen izquierdo de este; transporta achololes de agua muerta de los canales El Túnel y Las Tortugas. El

canal general de Las Iguanas, sobre la margen izquierda, genera achololes de agua muerta a los ejidos

situados aguas abajo a través de la barranca Valle de Vázquez y al río Cuautla. La presa derivadora El

Mirador (8a toma) recibe achololes de los canales generales Axocochi y Las Iguanas, a través del río

Cuautla; y a su vez entrega achololes al río Cuautla (Cuadro 16).

Cuadro 16. Entrega y captación de achololes de canales agua debajo de la confluencia con la barranca de Ayala.

Presa derivadora y Canal Recibe achololes Entrega achololes San Esteban-El Túnel (5a toma) Barranca de Ayala

El Socavón

El Túnel (margen izquierda) El Socavón Ahuehueyo San Esteban (margen derecha) Las Tortugas-La Torre (6a toma) Canal Los Cuartos

A través barranca Los Cuartos

Las Tortugas (margen izquierda) Río Cuautla Barranca Ahuehueyo

La Torre (margen derecha) San Esteban y Axocochi Río Cuautla en el tramo comprendido entre la presa derivadora Las Iguanas y la presa derivadora El Mirador

Las Iguanas (7a toma) El Túnel y Las Tortugas A través de la barranca de Ahuehueyo

Río Cuautla Barranca Valle de Vázquez

El Mirador (8a toma) Axocoche y Las Iguanas A través del río Cuautla

179

El curso general de achololes se observa en la figura siguiente (9).

Figura 23. Curso general de achololes en el espacio hidráulico de ASURCO. Fuente: Equipo de investigación, 2002.

180

V.10. La organización autogestionaria del agua: caso ASURCO

Como se describe en uno de los capítulos posteriores, el caso de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla

reviste características peculiares que al parecer existen diferentes sistemas que se encuentran interactuando

entre sí para integrar a su vez un gran sistema de riego en la cuenca, sin embargo, algunos de esos sistemas

de riego tienen rasgos muy particulares que los hacen en cierto grado ser muy independientes. Los distintos

sistemas de riego se encuentran estructurados y en funcionamiento en torno a un canal de riego principal,

conocido como Canal General y a partir de éste existen, como señala Ostrom instituciones conformadas por

organizaciones de usuarios a nivel de comunidad de regantes (ejidos, propiedades rurales y colonias); luego,

a su vez, dentro de las comunidades de regantes existen otros niveles organizativos menores denominados

“Campos”.

En su conjunto, la administración y operación del gran sistema de riego a través de la Asociación de

Usuarios, se puede caracterizar como una especie de hibridación o una combinación entre la

institucionalización centralizada del Estado, en la cual se asume que los usuarios deben ser organizados y

acatar las disposiciones emanadas de las autoridades encargadas del agua por parte del Estado, pero a su

vez, se reconoce la capacidad de gestión que han adquirido y desarrollan los propios usuarios del agua a

nivel de Comunidad de regantes y, con mayor razón, de los Campos de riego.

Se ha reconocido por parte de las autoridades de la Asociación y directamente de funcionarios del agua del

Estado, que los propios usuarios tienen la capacidad de organizarse y constituirse en instituciones, ya sea

con reglas escritas o no, en las llamadas Juntas de Canal General (organismos creados con los

representantes de los usuarios de las distintas comunidades de regantes de un canal general) para

autorregularse, es decir, establecer sus propios mecanismos de control en la operación, administración,

mantenimiento y resolución de conflictos. El caso es que por ejemplo la organización de los regantes a nivel

de Campos, no requieren de la intervención externa de las autoridades de la Asociación para fijar las reglas y

los mecanismos internos que les permita manejar el sistema, sino que en ese nivel, la autogestión opera en

forma independiente, las reglas se establecen en su interior y en general existe independencia y estabilidad

en el manejo del agua.

Lo anterior se puede ejemplificar con el caso del Canal General El Mirador. Este canal es de los que se

encuentran ubicados al final del conjunto de sistemas de riego controlados por la Asociación de Usuarios del

Río Cuautla; dicho canal prácticamente recibe las aguas de coleo, de retorno o mejor conocidas en la región

como achololes, las cuales son “levantadas” a partir de la presa derivadora del mismo nombre (Presa El

Mirador). Desde la presa hasta una taza partidora (estructura que permite derivar el agua a los campos de

cultivo) existen 16 km, los cuales son recorridos por un Juez de aguas, nombrado por los propios usuarios de

los diferentes campos de cultivo. Esta autoridad tiene la función de verificar la permanencia del flujo del agua,

que no existan obstrucciones voluntarias o involuntarias del agua y en su caso tomar las medidas

181

pertinentes, es un cargo prácticamente honorífico. A partir de la taza partidora el agua se conduce a terrenos

de cultivo divididos en distintos campos: Campo Charco A, Campo Charco B, Campo la Manga, terrenos de

las pequeñas propiedades de San Rafael, Tlaltizapán y San Pablo. A nivel de cada uno de los campos de

riego, los propios usuarios nombran a un presidente y a un vigilante, quienes tienen la función de representar

la autoridad de cada uno de los campos mediante el control y entrega del agua conforme a derecho de cada

uno de usuarios.

Los usuarios del Canal General El Mirador se han organizado formalmente por voluntad y asesoría propia en

una Sociedad de Producción Rural, y han definido y acordado un reglamento interno el 2 de mayo de 1999,

con el fin de “hacer un uso eficiente y equitativo de las aguas conducidas por el canal El Mirador en el riego

de sus parcelas, y reconoce a la Asociación del Módulo de Riego”23. Las reglas establecidas y acordadas en

el reglamento hacen referencia a los motivos del reglamento, la organización de la Sociedad (la máxima

autoridad es la asamblea general y se nombra una mesa directiva como órgano colegiado, u presidente,

secretario, tesorero y vocales), derechos y obligaciones de los usuarios, y atribuciones de las aguas.

Con base al reglamento y trabajo de campo, se puede constatar que existen principios de autogestión y

autorregulación sin necesidad de la intervención de la Asociación de usuarios, menos aún del Estado, para la

operación, mantenimiento, y resolución de conflictos, mediante las reglas escritas y prácticas que los

usuarios y sus propios representantes llevan a cabo.

V.11. Niveles organizativos del sistema

El espacio hidráulico administrado por la Asociación incluye canales generales que parten del río Cuautla, así

como canales generales que parten de manantiales ubicados en proximidad del río Cuautla. No existe una

obra de cabecera en común para todo el espacio controlado por la Asociación, y en varios casos las fuentes

de agua son distintas presas derivadoras sobre el río Cuautla y canales generales que se originan a partir del

nacimiento de manantiales. De esta manera, la obra hidráulica administrada tiene más bien el carácter de

pequeño riego y no de grande irrigación. En el mismo tramo del río Cuautla se encuentra una presa

derivadora que aporta agua al Canal de Tenango, otra Asociación de Usuarios, que ha sido administrada por

los regantes mismos desde la década de 1920. Pese a que se carece de una obra de cabecera en común;

comparten, con alguna excepción, una o ambas de las dos principales fuentes de abastecimiento: los

manantiales conocidos como Las Tazas y los manantiales ubicados en la zona conocida como Los Sabinos y

en las cercanías a éstos últimos, el agua la comparten a través de lo que llaman en la región achololes. Los

manantiales tienen tomas directas ("obra de cabecera" de canales generales) y los achololes caen al río

Cuautla y barrancas adyacentes donde se derivan las aguas (“obra de cabecera" de canales generales).

23 Reglamento interno de la Sociedad de Producción Rural Cañeros del Charco A, B y Mirador. Tlaltizapán, Morelos. El módulo de riego al que se hace referencia corresponde al 08 del Estado de Morelos y administrado por la Asociación de Usuarios del Río Cuautla.

182

Desde la perspectiva organizativa de la Asociación de Usuarios Eufemio Zapata, existen espacios y tareas

donde hay una excelente organización y otros espacios, particularmente el río (que es oficialmente de la

competencia de la CNA y no de la Asociación) donde hay problemas de coordinación entre aguas arriba y

agua abajo, así como problemas entre la primera comunidad (ejido) sobre un canal general y las

comunidades situadas aguas abajo. En el caso donde se presenta una organización sólida y coordinada

entre los regantes para llevar acabo sus tareas “siempre presentes”24 son algunos canales generales como

son: El Mirador, Las Iguanas, San Esteban, Sauce Chino, Ahuehuepan, entre otros; en ellos los usuarios

establecen sus propias normas internas para la operación, el mantenimiento y la resolución de conflictos. En

casos como los canales San Esteban, Sauce Chino y Las Iguanas, se han constituido en lo que los usuarios,

en coordinación y apoyo de las autoridades de sus propia Asociación, han denominado “Juntas de Canal

General”, en las cuales se reúnen las autoridades y representantes nombrados de cada una de las

comunidades de usuarios beneficiados (ejidos y pequeñas propiedades) para tratar los aspectos

relacionados con la distribución, el mantenimiento, y la resolución de conflictos internos. En estos canales, la

Asociación la consideran como una instancia que debe resolver conflictos y controversias de carácter más

general y de problemas comunes a los usuarios de los distintos canales, tales como la pérdida de calidad del

agua por problemas de contaminación por la industria local, por retención de agua en el río realizada por

usuarios formalmente no reconocidos, la gestión de obras para mejorar la eficiencia en la conducción, y otras

tareas.

En torno a las estructuras organizativas y su relación con las obras hidráulicas, Palerm señala que un

principio encontrado en la organización llamada "Comité de Vigilancia de los ríos Atoyac y Nexapa" (Puebla,

México), y ratificado por otros estudios de organización para la administración de sistemas de riego, es que

los niveles organizativos deben coincidir con la operación de la infraestructura hidráulica; además cada uno

de estos niveles de operación y organización tiene su propia esfera de competencia. Sistemas de riego

cercanos, que no comparten infraestructura hidráulica, tienen una operación y conservación propia y cada

uno necesita su propia organización para tratar la operación, la conservación, la resolución de conflictos, y la

negociación de acuerdos.

En el caso del río Cuautla, se puede constatar ciertas similitudes con la organización del “Comité de

Vigilancia de los ríos Atoyac y Nexapa” en cuanto a que existen diferentes niveles organizativos de acuerdo

con la infraestructura hidráulica y la ubicación de los usuarios de riego, y por tanto, en relación con sus

propias formas de uso del recurso. Se han podido identificar varios niveles organizativos en el sistema o

conjunto de sistemas interconectados en el espacio de competencia de la Asociación de usuarios:

24 Las “tareas siempre presentes” son aquellas actividades que los regantes deben realizar permanentemente para que los sistemas de regadío funcionen: distribución del agua, mantenimiento, construcción y rehabilitación de infraestructura, tratamiento del conflicto, monitoreo o vigilancia.

183

a) En un primer nivel organizativo, en cuanto a la competencia de las principales obras hidráulicas (presas

derivadoras) ubicadas sobre el río, se manifiesta cierta competencia de la Comisión Nacional del Agua,

pero siempre en coordinación con la Asociación de usurarios, para fines de observancia de las normas

generales.

b) Un segundo nivel de organización se caracteriza a través de la propia Asociación de Usuarios, como

instancia de representación de todos los usuarios para llevar a cabo la gestión del agua en lo

concerniente a los problemas y conflictos que son comunes, como son: gestión de obras para el

mantenimiento y revestimiento de canales generales, regular los usos con otros usuarios (como

viveristas, berreros, piperos) a través de acuerdos y negociaciones con y entre ellos a fin de resolver los

conflictos; definir estrategias para recuperar y mejorar la calidad del agua ante las instancias

correspondientes como son, el municipio, autoridades estatales y federales, y con los propios usuarios;

programar y observar que se realice la distribución y mantenimiento del agua y la infraestructura

hidráulica de acuerdo con los lineamientos emanados de la asamblea general, como máxima autoridad;

entre otras25.

c) En un tercer nivel organizativo se encuentran las Juntas de Canal General, las cuales se encargan de la

operación, conservación y administración del canal general respectivo; se integran por los Delegados a

la Asamblea General de Delegados de los núcleos de usuarios del canal general respectivo; cada Junta

25 Entre algunas de las funciones y atribuciones que se señalan en el reglamento de las Asociación se encuentra: a) Administrar los bienes concesionados en los términos de las disposiciones legales; b) Dar seguimiento al plan de riego elaborado por la “Asamblea del núcleo de usuarios” y/o por la Junta de Canal General; c) Apoyar a las Juntas de Canal General para determinar y asignar los volúmenes de agua, d) Determinar y supervisar en los casos necesarios el prorrateo de agua entre canales generales; e) Actuar como árbitro si así se juzga conveniente; f) Dar seguimiento, vigilar y promover la correcta distribución del agua; g) Dar seguimiento, vigilar y gestionar las acciones necesarias para garantizar el flujo continuado de los manantiales cuya agua está concesionada a la “Asociación”; h) Supervisar y autorizar las modificaciones en el curso de los achololes; i) Gestionar ante las instancias correspondientes las acciones necesarias por el impacto de la perforación de pozos sobre el caudal de los manantiales y de los veneros, escurrideras y nacimientos de agua en el lecho del río Cuautla y barrancas tributarias; j) Considerar la conformación de un Comité Técnico de Aguas Subterráneas (COTAS) para el manejo del (de los) acuífero(s), de los que dependen los manantiales y los veneros, escurrideras y nacimientos de agua en el lecho del río Cuautla y barrancas tributarias; k) Promover la declaratoria de área natural protegida de los manantiales Las Tazas, Agua Azul, Agua Limpia, El Axocoche y otros; l) Gestionar la preservación y recuperación de la calidad del agua en el río Cuautla, manantiales y corrientes tributarias; m) Establecer los convenios, acuerdos y negociaciones necesarias para la regulación a la extracción de agua por usuarios ajenos a la “Asociación”: berreros, piperos, viveristas y sistemas descentralizados de agua potable; n) Proporcionar el servicio de riego a los usuarios en forma eficiente; o) Vigilar, a través de las “Asambleas del núcleo de usuarios” la aplicación del agua de riego a nivel de parcela o lote; p) Proporcionar a “La Comisión” la información hidrométrica y estadística que solicite; q) Mantener actualizado, a través de la información proporcionada en el “libro único de registro” por las “Asambleas del núcleo de usuarios”, el padrón de usuarios y notificar a “La Comisión” los cambios y modificaciones que se hagan al mismo para su registro en el padrón de usuarios del “Distrito” proporcionándole la documentación comprobatoria correspondiente además de inscribirlo, en el “Registro”; r) Elaborar con el apoyo de las Juntas de Canal General los programas anuales para la conservación de la infraestructura concesionada, informando mensualmente de sus avances al “Distrito”; s) Elaborar con el apoyo de los Comités de río y de barrancas y de manantiales los programas anuales para la conservación de la infraestructura concesionada, informando mensualmente de sus avances al “Distrito”; t) Elaborar el programa anual de mantenimiento de la maquinaria y equipo, informando de sus avances al “Distrito”; u) Proponer a “La Comisión” la cuota por servicio de riego correspondiente a la Asociación a pagar por los usuarios; v) Recaudar y administrar las cuotas por servicio de riego correspondientes a la “Asociación”; w) Pagar a “La Comisión” anualmente por la “entrega” de agua en bloque, supervisión y asesoría.; x) Las demás que se deriven de la “Ley” y su “Reglamento”, del Título de Concesión y del presente Reglamento.

184

de Canal General es presidida por un representante del “Comité Directivo” de la “Asociación” y elige

entre sus miembros Delegados a un presidente suplente, un secretario y un tesorero. Cada Junta de

Canal General respeta los usos y costumbres de distribución del agua, o los modifica por acuerdo de la

Junta de Canal General, previa consulta con cada una de las “Asamblea del núcleo de usuarios” y

conocimiento de la Asamblea General de Delegados.

d) En un cuarto nivel organizativo se encuentra la “Asamblea del núcleo de usuarios”, que como máxima

autoridad de los usuarios de una comunidad de regantes (ejido, colonia agropecuaria) tiene a su cargo la

operación, conservación y administración de los laterales y la conservación del tramo de canal general

que le corresponda. Como autoridades principales del núcleo de usuarios corresponde al Comisariado

Ejidal y al Consejo de Vigilancia, designar a los canaleros locales o por campos, al juez de aguas y al

regador.

e) En un quinto nivel organizativo se ubican a los grupos de usuarios de riego en cada uno de los “campos

de riego”; en ellos los regantes establecen mecanismos específicos para la distribución del agua, el

mantenimiento y conservación de la infraestructura y la resolución de conflictos internos en los canales

laterales y sublaterales de su competencia. Por ejemplo, en la mayoría de los canales laterales, los

usuarios propietarios de la parcela de cultivo, tienen la obligación de realizar la limpia y desazolve que

les corresponde, y en caso de no realizarse, el juez de aguas aplica una multa y se contrata a otra gente

para hacer la limpieza. Sin embargo, la presión de crecimiento urbano y la población misma en las

comunidades cercanas a los campos de cultivo, generan cada vez más problemas persistentes de

contaminación del agua por basura inorgánica y descargas de aguas residuales.

En síntesis, la dinámica bajo la cual se operan los sistemas de riego, reviste una complejidad de relaciones

sociales, técnicas, orgnizativas que son la base misma de la sustentabilidad, es decir, los usuarios tienen

formas, estructuras y normas específicas de concebir el manejo y aprovechamiento del agua de tal forma que

les ha permitido por muchos años dar continuidad al sistema en su conjunto y se demuestra la capacidad

organizativa para ponerse de acuerdo y resolver internamente sus controversias. El caso de los achololes y

su dinámica, imprimen un carácter particular de funcionamiento no sólo de carácter técnico sino organizativo,

y de un entramado social.

185

CAPITULO VI. CONFLICTOS POR ACHOLOLES: CASO RANCHO “CASA COLORADA” Y COMUNIDAD DE SAN VICENTE DE JUÁREZ

En este capítulo se describe el conflicto generado por los achololes entre dos usuarios de ASURCO, una

pequeña propiedad y una comunidad (con tenencia ejidal y propiedad rural); el conflicto se presenta cuando

no se respetan las instituciones creadas por los propios usuarios con base a tradiciones y cultura de

generaciones anteriores. Ello demuestra que es necesario considerar las formas internas de organización

que han practicado los usuarios y han permitido dar sostenibilidad al sistema hidráulico.

VI.1. Introducción

Una de las fuentes de agua más importantes en el sistema de riego que comprende el área de operación de

ASURCO, es el conjunto de los achololes, conocidos comúnmente en la región como los excedentes de agua

que se generan cuando una parcela ha sido regada y son reutilizados en terrenos de riego aguas abajo ya

sea conducidos y aprovechados a partir de otros canales de riego, de barrancas, de canales laterales o una

vez que han caído al mismo río.

Como fuente de agua para el riego que gran parte de los usuarios utilizan, los achololes representan un

elemento central en el sistema al grado que se ha creado una cultura del riego en la región desde los tiempos

postrevolucionarios, e incluso antes, en época de las haciendas también los había. A nivel de usuarios se ha

hecho una costumbre y una práctica común que en la mayor parte de los canales generales de riego, una vez

que se riegan las áreas de cultivo correspondientes, siempre se producen sobrantes de agua, de tal manera

que se van encadenando y son a su vez necesarios para suministrar otras áreas de cultivo. De esta forma se

han establecido acuerdos no escritos en la mayoría de las comunidades beneficiarias, pero en otros sí se han

sustentado por escrito algunos acuerdos para formalizar los derechos de los achololes.

Los achololes generados por una parcela al ser conducidos a otra parcela pueden complementar o en

muchos casos, ser la única fuente de agua para riego, de tal forma que cuando el agua es utilizada por varios

usuarios, se hace referencia al “encadenamiento del agua”.

Pese a los acuerdos pactados (los cuales se describen posteriormente) entre usuarios para el

aprovechamiento de los achololes, el riesgo de no respetar los acuerdos por alguna de las partes es latente y

por tanto, de propiciar situaciones de conflicto, en donde es necesaria la intervención de un árbitro que valore

y tome decisiones de fallo. En este sentido, se hace una descripción de un conflicto que se ha suscitado

desde hace aproximadamente tres años (1999) entre una pequeña propiedad conocida como Rancho Casa

186

Colorada, perteneciente a Tenextepango, y usuarios de las comunidades de San Vicente de Juárez “Las

Piedras”, Tenextepango y Tecomalco, ambas ubicadas en el municipio de Villa de Ayala, Morelos26.

Tanto el Rancho Casa Colorada como la comunidad de San Vicente de Juárez pertenecen a ASURCO por

los servicios de administración y operación que la Asociación tiene desde el momento en que se le otorgó la

transferencia de la red secundaria; sin embargo, los intereses y las formas organizativas de los usuarios son

diferentes porque en el primer caso se trata de una pequeña propiedad y en el segundo de propiedad social

de la tierra constituida en un ejido y pequeños propietarios rurales ligados muy estrechamente a las formas

de organización del propio ejido de San Vicente de Juárez.

VI.2. Acuerdos para el uso y aprovechamiento de achololes

El motivo del conflicto se atribuye a la disputa por los derechos de propiedad de aguas de coleo, sobrantes o

de retorno, conocidas en la región como achololes provenientes de parcelas regadas de los ejidos de

Tenextepango, Moyotepec y de la Colonia Abelardo L. Rodríguez, los cuales desde hace mas de 40 años,

los usuarios de San Vicente de Juárez los venían aprovechando previo acuerdo establecido con los ejidos y

la colonia mencionados. Asimismo, tenían el convenio con el anterior dueño del Rancho, Sr. Martín Mireles,

para que los achololes se dejaran pasar por su propiedad con el compromiso de que los usuarios hicieran la

limpia de la barranca conocida como “La Palma” cada vez que fuera necesario.

A raíz de la adquisición del Rancho Casa Colorada por su actual dueño, se presenta el conflicto por

modificaciones que se hicieron al cauce de la barranca “La Palma” y las aguas de achololes que son

“levantadas” con una bomba para utilizarlas y aprovecharlas en sus terrenos, y sólo deja pasar un gasto

mínimo de aproximadamente 60 lps y además contaminado con diesel y aceite dichas aguas. Esta cantidad

de agua es insuficiente para regar las 120 hectáreas que los usuarios de San Vicente de Juárez venían

regando anteriormente (Comisariado Ejidal, 2002).

Desde la perspectiva de los usuarios de ASURCO, es necesario que los usos y costumbres de las

comunidades que han manejado el agua desde décadas, sean respetados independientemente de las

facultades u omisiones que tenga, en ese caso, la Ley de Aguas Nacionales en materia de derechos de agua

de coleo o retorno porque parece ser la razón en la que se basan los actuales dueños del rancho cuando

solicitan a los directivos de ASURCO y las propias comunidades afectadas, los documentos probatorios de

que esos achololes les pertenecen. En este caso se puede presentar un vacío en la Ley que proteja y avale

los usos y costumbres de los pueblos en el manejo del recurso que les pertenece.

26 En el caso de la comunidad de San Vicente de Juárez los usuarios afectados son tanto ejidatarios como pequeños propietarios, y en el caso de Tenextepango y Tecomalco, son ejidatarios los usuarios afectados. Aunque se trata de tres comunidades, para mayor concreción se hará referencia a San Vicente de Juárez.

187

Existen antecedentes de 1955 cuando las autoridades ejidales y representantes de los pequeños propietarios

de San Vicente de Juárez promovieron acuerdos con los ejidos de Moyotepec y Tenextepango para que

éstos les otorgaran los derechos de aprovechar los achololes generados del riego en las parcelas de sus

campos, así como el propio acuerdo con el dueño del campo Casa Colorada para que permitiera pasar

dichos achololes libremente por terrenos de su propiedad. A la vez, los usuarios de San Vicente de Juárez

solicitaron la “posesión definitiva” de los achololes que venían aprovechando años anteriores.

Con fecha 10 de mayo de 1998 se reunieron las autoridades ejidales y representantes de la pequeña

propiedad de San Vicente de Juárez, autoridades ejidales de Moyotepec y Tenextepango, así como el dueño

del campo Casa Colorada, el Sr. Martín Mireles, para ratificar los acuerdos que desde 1955 las autoridades

de San Vicente de Juárez promovieron ante los ejidos de Tenextepango y Moyotepec para que se les

otorgara el derecho de aprovechamiento de los achololes. Entre los puntos más importantes que se señalan

de esa reunión, se encuentran los siguientes:

1. Que con base en el acta de fecha 19 de abril de 1955 firmada y sellada por el presidente del

comisariado del ejido de Tenextepango C. Donaciano Silva y por ejidatarios de su mismo ejido, se

autoriza a los ejidatarios y pequeños propietarios de San Vicente de Juárez a utilizar los achololes

que conduce la barranca de La Palma que en su cauce natural cruza por la propiedad del señor

Martín Mireles, los cuales se originan por los escurrimientos de ejido de Moyotepec, Tenextepango,

así como los del campo Casa Colorada.

2. Que también existe acta de conformidad y autorización de fecha 24 de octubre de 1955 donde el

ejido de Moyotepec autoriza a los ejidatarios y pequeños propietarios de San Vicente de Juárez a

utilizar los achololes provenientes de sus parcelas los cuales fluyen en su cauce natural por la

barranca de La Palma, la cual cruza por la propiedad del señor Martín Mireles.

3. Que en el oficio de 30 de abril de 1955 expedido por la agencia General de Aguas, Cauces y Zonas

Federales del expediente 1418-241 firmado por el Ing. Mario Marín V., se autoriza a los ejidatarios y

pequeños propietarios de San Vicente de Juárez a construir un pequeño canal para conducir los

achololes provenientes de los ejidos de Moyotepec y Tenextepango.

4. Que existe oficio expedido por la Dirección de Aprovechamiento Hidráulico, Departamento de Aguas

Federales y Reglamentación con número 96-1794 con fecha 30 de enero de 1956 firmado por el

Director de la misma Ing. Antonio Rodríguez L., en el cual esta Dirección ratifica el acuerdo de la

Agencia General de Aguas, Cauces y Zonas Federales con sede en Cuernavaca Morelos, en el

sentido de que no hay inconveniente para construir las obras de encauzamiento y aprovechamiento

de los achololes provenientes de los ejidos de Tenextepango y Moyotepec.

5. Que desde el año de 1955 y hasta la fecha, los ejidatarios del campo “La Palma” y pequeños

propietarios de San Vicente de Juárez no hemos tenido ningún conflicto o desacuerdo para cruzar

nuestros achololes (subrayado propio) provenientes de los ejidos de Moyotepec, Tenextepango,

188

Abelardo L. Rodríguez y Campo Casa Colorada. a través del curso natural que sigue la barranca de

La Palma por la propiedad del señor Martín Mireles.

6. Los ejidatarios y pequeños propietarios de San Vicente de Juárez, ratificamos nuestro compromiso

de seguir realizando los trabajos de limpieza y desazolve de la barranca de “La Palma” como lo

hemos estado haciendo hasta la fecha y el señor Martín Mireles, por su parte, ratifica este acuerdo

no obstruyendo el paso de nuestros escurrimientos y achololes”. (Acta Compromiso, 1998).

Esta acta compromiso, la cual hace referencia a los acuerdos firmados por los representantes en su

momento en el año de 1955, fue firmada por las autoridades representadas y demás ejidatarios presentes en

dicha reunión.

Haciendo referencia al acta del 19 de abril de 1955 donde se reúnen los representantes y ejidatarios de San

Vicente de Juárez y Tenextepango, reconocen desde entonces que las aguas de achololes “caen a la

barranca de La Palma y que desembocan al río y a nadie perjudican” por lo que están de acuerdo en que

tomen el agua los usuarios de San Vicente de Juárez con el compromiso de que hagan la limpia del canal.

En el acta del 24 de octubre de 1955 donde participaron el ejido Moyotepec y pequeños propietarios de San

Vicente de Juárez, se especifica que “los usuarios de San Vicente de Juárez se comprometen a hacer un

canal por su propia cuenta para levantar esos achololes que salen tanto del ejido de Moyotepec como del

ejido de Tenextepango, para lo cual ya tienen autorización de la Secretaría de Recursos Hidráulicos para

utilizarlos en el riego de esos terrenos” (Acta de 1955). Asimismo, en el acta se señala el acuerdo al que se

llegó en la reunión en el sentido de que “el ejido de Moyotepec no se opone a que sean utilizados esos

achololes desde el momento que para ellos ya no les son útiles, pero que sí, los pequeños propietarios deben

de sujetarse para sus riegos a esos achololes sin que por ningún motivo quieran los pequeños propietarios

que se les de agua de la que tienen dotada los ejidatarios del pueblo de Moyotepec, que están de acuerdo

los propietarios como ya lo han hecho de hacer el canal por su propia cuenta para utilizar esos achololes”

(Acta de acuerdos de 1955, ejido de Moyotepec, pequeños propietarios de San Vicente de Juárez)

Según los acuerdos firmados, los usuarios de San Vicente de Juárez venían usufructuando los achololes sin

problema alguno porque los ejidos de Moyotepec y Tenextepango les facultaron ese derecho, y porque el

propietario del Campo Casa Colorada, el señor Martín Mireles estuvo de acuerdo en permitir el paso de los

achololes por su propiedad, con el compromiso de que los usuarios dieran mantenimiento a la barranca “La

Palma”.

Es notorio el propio reconocimiento que hacen los usuarios respecto a la propiedad de los achololes cuando

señalan “nuestros achololes” y a decir verdad por usos y costumbres así lo han considerado, sin embargo

parece que la Ley de Aguas Nacionales y el Reglamento del Distrito de Riego 016 del estado de Morelos

189

dejan un vacío, a lo que posteriormente se hará referencia. De cualquier forma los usuarios de San Vicente

de Juárez desde octubre 12 de 1955 hicieron la solicitud ante la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos

para disponer legalmente de los achololes en los términos siguientes: “venimos a solicitar en definitiva la

posesión de los achololes que tenemos en posesión provisional y con carácter eventual los que tomamos en

el lugar conocido como La Palma Barranca del agua salada, achololes que descargan de los ejidos de

Moyotepec y Tenextepango de este propio estado de Morelos; esperamos de usted se nos de la posesión en

definitiva de dichas aguas desde luego que no exigimos una dotación fija”.

Aunado a la solicitud anterior, los usuarios ratifican nuevamente el 10 de diciembre del mismo año de 1955,

la petición ante la Secretaría de Recursos Hidráulicos en Cuernavaca, Mor., de que no se les despoje de los

achololes que han venido utilizando ya que se comprometieron a cubrir un financiamiento que les otorgó el

Ingenio de Coacalco, S.A. para la construcción de un canal que les permitiera captar y conducir los achololes

generados de los ejidos de Moyotepec, Tenextepango y de la Colonia Abelardo l. Rodríguez.

“Por solicitud hecha por nosotros ante usted, donde solicitamos aprovechar los achololes

de los ejidos de Tenextepango y Moyotepec, para hacer de riego nuestras pequeñas

propiedades, la que nos fue concedida, nos echamos un fuerte compromiso con el Ingenio

de Oacalco S.A. que es la empresa que nos financió para la construcción de un canal para

levantar los achololes y aprovecharlos para el riego de nuestras tierras, no solicitamos

dotación, sino que única y exclusivamente los achololes que son sobrantes de dichos ejidos

ya mencionados”

Ante estas solicitudes que hicieron los usuarios, el Director de Aprovechamientos Hidráulicos de la Secretaría

de Recursos Hidráulicos, con fecha 30 de enero de 1956 les comunica que “La Agencia de Aguas, Cauces y

Zonas federales en Cuernavaca, Mor., ha informado de la conformidad de los ejidatarios de Moyotepec y

Tenextepango para la construcción de obras que los mismos ejidatarios y los de San Vicente de Juárez están

ejecutando para encauzar los escurrimientos de aguas que haya después de los aprovechamientos a que

tienen derecho en la zona de riego de los ejidos de dichos pueblos. Teniendo en consideración que dichos

escurrimientos son eventuales, lo que no permite cuantificar los gastos aprovechables, esta Dirección ratifica

el acuerdo de la Agencia de Aguas, Cauces y Zonas Federales que comunicó a ustedes en el oficio No.

1418-241 de 30 de abril de 1955 en el sentido de que no hay inconveniente para que construyan las obras de

encauzamiento; pero esto no les concede ningún derecho a exigir la legalización de aprovechamientos, y la

Secretaría por conducto de esta Dirección o la mencionada Agencia no contraen ninguna obligación de

intervenir para solucionar cualquier conflicto que motive el convenio habido con los ejidos de Moyotepec y

Tenextepango”.

Con esta posición desde la perspectiva de las instituciones de gobierno, parece que las disposiciones válidas

son únicamente las que emanan de esas propias instituciones del gobierno; los usuarios están tratando de

190

formalizar y legalizar los usos y costumbres posiblemente para evitar conflictos futuros, es decir, se observa

la prevención porque no se está solicitando una dotación de agua, simplemente tener el derecho de esas

aguas para que ningún otro usuario tenga la facultad de disponer de ellas como es el caso del conflicto actual

por el cual las propias instituciones se encuentran hoy ante una difícil situación de manifestar un dictamen. A

partir de las manifestaciones de los usuarios en el sentido de poseer legalmente los achololes que les son

otorgados por comunidades aguas arriba, de alguna manera está dejando en claro que una de las reglas del

sistema de riego es que los achololes no deben retenerse o ser aprovechados sin el consentimiento de los

usuarios que en determinado momento pueden verse perjudicados.

VI.3. Dotaciones de tierras y aguas

De acuerdo con resolución presidencial de 1925 el ejido de San Vicente de Juárez se constituyó con 82

ejidatarios (jefes de familia, 337 habitantes). Posteriormente, en 1937, por fallo dictado por el C. Gobernador

del Estado, se dotó ampliación por 155-60 hectáreas provenientes de la Exhacienda de Tenextepango

propiedad de la nación para 50 nuevos posesionarios (ejidatarios); de esa superficie, 35 a 80 hectáreas

fueron de riego y 119 - 80 hectáreas de agostadero con 20 hectáreas de temporal.

En relación a las dotaciones de agua, por resolución presidencial de 1925 el ejido de San Vicente de Juárez

fue dotado por 278 lps de agua provenientes del canal “Las Iguanas”, y un volumen de escurrimientos no

especificado proveniente del Canal Axocoche. No queda claro si la superficie de ampliación, en ese caso las

35-80 hectáreas de riego se ubican dentro del campo La Palma, o si bien, parte de esos volúmenes

provenientes de escurrimientos no especificados pasarían a regar dichos terrenos. El campo La Palma

pertenece a los ejidatarios y el campo Juárez, a la pequeña propiedad de San Vicente de Juárez “Las

piedras”.

En su caso, la propiedad de Rancho Casa Colorada perteneció a la colonia militar Venustiano Carranza, ésta

fue constituida con 7 colonos a partir de las afectaciones que se hicieron a la Exhacienda de Tenextepango

en 1933. La propiedad de Rancho Casa Colorada se dotó en 1933 a un ex-militar con una superficie de 44

hectáreas, posteriormente fue adquirida por subsiguientes dueños, entre ellos, Francisco Abundez, Sr.

Mireles, sus hijos Alejandro y Martín Mireles y recientemente por “Rancha Casa Colorada S.A. de C.V.” a

partir del mes de mayo de 1999 (Torres: 2002).

De acuerdo con las dotaciones originales de agua, la superficie que tiene derecho a riego de las

comunidades de Abelardo L. Rodríguez. Tenextepango, Moyotepec, San Vicente de Juárez y Tecomalco, los

campos que riegan y el canal del que se abastecen se observa en el cuadro 1. En éste se puede destacar lo

siguiente: a) El Campo Casa Colorada es compartido por las comunidades de Abelardo L. Rodríguez

191

(colonia) y Tenextepango (ejido); b) La pequeña propiedad del Campo Casa Colorada está formada por 61

hectáreas, pertenecientes a 2 pequeños propietarios, uno de ellos es la propiedad del “Rancho Casa

Colorada” con 44 hectáreas y las 17 hectáreas restantes se encuentran ubicadas en la parte oriente del

rancho, de otro pequeño propietario; c) 73 ejidatarios son los que se benefician con el riego en los campos

“La palma” y 23 pequeños propietarios del campo “Juárez”, ambos campos ubicados en terrenos de cultivo

en la comunidad de San Vicente de Juárez; es decir, un total de 96 usuarios; d) la superficie ejidal beneficiada

en el campo “La Palma” es de 164.5 hectáreas y de 72.4 hectáreas del campo “Juárez” (cuadro 17).

Cuadro 17. Dotaciones de agua en superficie y usuarios beneficiados. Fuente: ASURCO, 2002.

COMUNIDAD CAMPO SUPERFICIE USUARIOS CANAL

EJIDO P.P. EJIDO P.P.

A.L. Rodríguez Casa Colorada 88.3 63 La Torre

Tenextepango Casa Colorada La Palma

37.2 65.2

61.0 26 28*

2 La Torre

Moyotepec La Palma 51.4 12* La Torre

San Vicente de J. La palma Juárez

37.9 72.4

29* 23*

El Axocoxhi El Axocoxhi

Tecomalco La palma 10 4* El Axocoche

Fuente: ASURCO, 2002. *=96 de los campos “La Palma” y “Juárez” con una superficie de 236.9 hectáreas

Sin embargo, no toda el agua que utilizan los 96 usuarios de los campos La Palma y Juárez, cuya superficie

total que poseen es de 236.9 hectáreas, corresponde al agua que se hace llegar por el canal achololero que

recibe los excedentes de los ejidos de Tenextepango, Moyotepec y la Colonia Abelardo L. Rodríguez y que

atraviese la propiedad de Rancho Casa Colorada (y caer a la barranca La Palma) para después ser

conducidos a los campos La Palma y Juárez, porque un aparte del agua que reciben éstos campos también

son achololes pero no atraviesan el Rancho Casa Colorada. Es decir, además de recibir agua que

corresponde por dotación, tienen acuerdos de achololes debido a la apertura de tierra al riego en una parte

de los campos La Palma y Juárez. Se trata entonces de una superficie de 106.4 hectáreas de los campos La

Palma y Juárez que son beneficiados con los achololes que atraviesan la propiedad Rancho Casa Colorada y

un total de 83 usuarios, de acuerdo con el cuadro 2. Lo anterior co n base en acta de reunión del 15 de

agosto de 1999 en las oficinas ejidales de San Vicente de Juárez (cuadro 18).

192

Cuadro 18. Relación de ejidatarios del campo La palma y pequeños propietarios del campo Juárez beneficiarios con achololes de los ejidos Tenextepango, Moyotepec y de la Colonia Abelardo L. Rodríguez

A: Comunidad de San Vicente de Juárez

Nombre Superficie (Tareas)27

Nombre

Superficie (Tareas)

1. Filiberto Rendón Centeno 15 20. Miguel Domínguez Leana 13 2. Baldemar Rendón Yepis 20 21. Justino Servín Sánchez 10 3. Lorenzo Capistrán Colín 5 22. Fausto Servín Sánchez 8 4. Román Rojas Capistrán 18 23. Blanca Vergara Tapia 18 5. Candelaria Contreras Pliego 14 24. Anselmo Rojas Sánchez 14 6. Cayetano Cortez Quevedo 3 25. Agripino Leana Servín 12 7. Daniel Aguirre Brito 6 26. Miguel Vega Domínguez 52 8. Jorge Rojas Capistrán 5 27. Tranquilino Sánchez 16 9. Porfiria Rodríguez Sandoval 10 28. Magdalena Leana Rodríguez 5 10. José Gómez Contreras 9 29. Lucio Sosa Rodríguez 8 11. Isaac Rojas Capistrán 23 30. Félix Sosa Rodríguez 9 12. Emilio Contreras Leana 7 31. Amado Sosa Rodríguez 8 13. Claudio Contreras Leana 21 32. Teodoro Sosa Rodríguez 9 14. Marcelo Contreras Rojas 10 33. Pablo Sosa Rodríguez 10 15. Alberto Rojas Capistrán 35 34. Bernardino Vega Leana 12 16. Armando Bonilla Cortez 18 35. Porfirio Gómez Vega 25 17. Erick Enríquez Servín 10 36. Ponciano Medina 65 18. Lorenzo Centeno Sánchez 10 37. Mercedes Bonilla Cortez 20 19. Genovevo Centeno Sánchez 10 38. Gilberto Pliego Rodríguez 20 39. Guilermo Bonilla Cortéz 18 59. Hilario Gómez Rodríguez 10 40. Abel Sánchez Vergara 9 60. Victor Gómez Domínguez 12 41. Zenón Sánchez Vergara 7 61. Andrés Gómez Domínguez 11 42. Bernardino Abundez 40 62. Salvador Marvan Leana 8 43. Ma. de Jesús Abundez 6 63. Marco Antonio Vergara G. 20 44. Leonardo Servín Torres 5 64. Gilberto Pliego Rodríguez 10 45. Ciro Servín Torres 5 65. Ignacio Rodríguez Leana 5 46. Rufino Servín Torres 5 66. Ignacio Rodríguez Velona 5 47. Pedro Servín Torres 5 67. Eleuterio Gómez Vega 9 48. Ezequiel Vergara 7 68. Agripino Gómez Vega 11 49. Bernardo Gómez Barreto 4 69. Gregorio Contreras Domínguez 10 50. Urbano Domínguez Fierros 10 70. Emilio Contreras Leana 10 51. Dario Bonilla Capistrán 5 71. Miguel Vega Leana 10 52. Emiliano Leana García 5 72. Moisés Gómez Barreto 20 53. Ana Ma. Castrejón Domínguez 13 73. Alberto Rojas Capistrán 22 54. Eladio Fierros Pérez 10 74. Lázaro Sánchez Vergara 7 55. Claudio Pliego Capistrán 5 75. Teles foro Vergara Abundez 30 56. Maximino Sosa Vergara 3 76. Moisés Ramos Vargas 8 57. Rubén Servín Sánchez 10 77. Martín Rodríguez Tenorio 10 58. Arcadia Servín Sánchez 5 B. Ejidatarios de Tenextepango 78. Antonio García Aragón 81. Silviano Pérez Flores 79. Antonio Campos Rosas 82. Miguel Vega Leana 22 80. Ma. Luisa Aguilar Oliveros C. Superficie del ejido de Tecomalco que se incorpora al uso y usufructo de las aguas 43

Totales: 83 usuarios y 106.4 hectáreas

27 Una tarea es equivalente a 1000 metros cuadrados, es la medida de superficie utilizada comúnmente en la región.

193

VI.4. Funcionamiento del sistema de riego

Una característica general que se presenta en el sistema de riego visto en su conjunto dentro de la

Asociación, como se describió en el capítulo VI, es la generación y aprovechamiento de las aguas de coleo,

retorno o achololes, como se les denomina en la región. Estos sobrantes de agua una vez que han sido

utilizados aguas arriba, en ocasiones caen a un canal, al río, barrancas, arroyos, barranquillas o drenes,

finalmente conducidos para ser reutilizados aguas abajo. Y por muchos años los usuarios han dependido de

esta fuente de agua para cubrir sus necesidades, pese a que no se encuentra documentado y menos

reglamentado el uso de los achololes en los distintos sistemas de riego que abarca la Asociación.

En esta zona, el canal general La Torre es el conducto a través del cual se hace llegar el agua para regar

parte de los ejidos de Tenextepango, Moyotepec y la Colonia Abelardo L. Rodríguez. El canal está ubicado

sobre la margen derecha del río Cuautla; durante su trayecto recibe achololes de los canales generales San

Esteban y Axocochi y genera achololes hacia el río Cuautla en el tramo comprendido entre la presa

derivadora Las Iguanas y la presa derivadora El Mirador. Pero antes de caer al río los achololes son

aprovechados en su trayecto como en este caso por los usuarios de los campos La Palma y Juárez; y el

punto de conflicto es que ahora son retenidos en la propiedad Rancho Casa Colorada, siendo que

anteriormente se tenía el convenio de permitir su libre paso, con el compromiso de que los usuarios

realizaran las labores de mantenimiento en la barranca La Palma, ubicada dentro de la misma propiedad

(figura 10).

Los campos de cultivo de los ejidos de Tenextepango, Moyotepec y Colonia Abelardo L. Rodríguez, vierten

achololes a un canal achololero, prolongación natural de un lateral del canal general La Torre. Este canal

achololero conduce sus aguas por la propiedad de Rancho Casa Colorada, las cuales llegan hasta la

barranca conocida como La palma, y son actualmente aprovechados en gran cantidad por este rancho a

través del bombeo.

Los campos de cultivo La Palma y Juárez, ubicados en la parte sur del Rancho Casa Colorada, el primero

correspondiente a la pequeña propiedad y el segundo al ejido, ambos de la comunidad de San Vicente de

Juárez, son también regados con achololes provenientes de los ejidos de Tenextepango, Moyotepec y la

Colonia Abelardo L. Rodríguez, los cuales se encuentran aguas arriba y las aguas necesariamente atraviesan

la propiedad del Rancho Casa Colorada. Sin embargo, como se puede observar en el cuadro 2, 7 ejidatarios

son de Tenextepango y uno de Tecomalco. El cultivo principal que establecen los pequeños propietarios y

ejidatarios en estos campos, es la caña de azúcar debido a que no se dispone de una dotación de agua y

que esos achololes los han venido aprovechando desde los años cincuenta con base a un convenio con los

otros ejidos y es precisamente la caña de azúcar el cultivo que tolera más la sequía en relación a otros

cultivos.

194

El canal general La Torre, es la fuente de abastecimiento que le corresponde al Rancho Casa Colorada, sin

embargo, a partir de la adquisición de esa propiedad por su último dueño y a pesar de que las cuotas por

servicio de riego ante ASURCO se encuentran cubiertas con puntualidad, el Rancho Casa Colorada ha

optado por instalar una bomba y extraer las aguas provenientes de achololes que se conducen por la

barranca denominada La Palma con lo cual el gasto se ha disminuido significativamente para los usuarios de

San Vicente de Juárez. Con ello, se ha afectando el desarrollo del cultivo de caña y los productores se han

visto en la necesidad de dejar terrenos sin cultivar por la falta de agua en los últimos dos años.

Figura 24. Flujo de achololes en Rancho “Casa Colorada”, hacia los campos La Palma y Juárez.

Fuente: elaboración propia, 2002.

Los achololes que son “levantados” y aprovechados por Rancho Casa Colorada son precisamente el motivo

de conflicto entre este Rancho y San Vicente de Juárez. Por esta razón el agua que antes disponía San

Vicente de Juárez es ahora mínima, sólo la que el Rancho Casa Colorada quiere dejar pasar una vez que ha

satisfecho las necesidades de agua de sus parcelas, siendo muy irregular y en cantidad considerablemente

menor a la que disponía los usuarios anteriormente con el Sr. Mireles. Además existe la preocupación y queja

de los usuarios de San Vicente de Juárez porque la poca agua que aprovechan es altamente contaminada

Canal General La Canal

Río Campo Campo La

Acholol

Bomba de

Barranca La

Ejido Moyotepec Ejido Tenextepango Colonia

Acholole Acholole

Canal

Barranca Los Barran

ca

Porción de la barranca

RANCHO CASA

Canal que los propios

195

por el Rancho Casa Colorada a base de diesel y aceite, lo cual está afectando sus cultivos que alcanzan a

regar.

También un motivo de queja de los usuarios de san Vicente de Juárez es el relativo a las modificaciones que

hizo Rancho Casa Colorada al cauce natural de las aguas por la barranca La Palma, es decir, una parte de

ésta fue prácticamente “borrada” alterando totalmente parte de las aguas que se hacían llegar a uno de los

canales achololeros para abastecer de riego a sus parcelas.

VI.5. Conflicto y negociaciones

Desde los acuerdos firmados por los usuarios de San Vicente de Juárez con los ejidos de Tenextepango y

Moyotepec, así como a través del consentimiento del anterior propietario del Rancho Casa Colorada, el Sr.

Martín Mireles, no se habían presentado conflictos por los achololes ya que las partes reconocían que esos

escurrimientos los podían aprovechar sin ninguna limitación. Sin embargo, a partir del mes de mayo de 1999

con la adquisición del actual dueño del Rancho Casa Colorada, se inicia el conflicto por las aguas de

achololes que ahora son utilizadas por el nuevo propietario, no haciendo uso del agua por donde

formalmente le corresponde que es del canal La Torre.

El 16 de mayo de 1999 autoridades ejidales y de la pequeña propiedad de San Vicente de Juárez enviaron

un comunicado al C. Gobernador del estado de Morelos, Lic. Jorge Morales Baruc, en donde hacen de su

conocimiento que el nuevo dueño del Rancho Casa Colorada está realizando modificaciones a la propiedad,

afectando el libre paso de las aguas por la barranca La Palma y que sus cultivos de caña se están viendo

afectados. Por lo cual le solicitan su intervención ante la CNA para que se les concesione u otorgue la

posesión de los nacimientos de agua que alimentan el cauce del canal. Que además por más de 40 años

nunca tuvieron problemas con el anterior dueño (Sr. Mireles).

El 9 de junio de 1999 el Ing. Manuel Martín Torres S. Gerente Técnico de ASURCO comunica al C. Alberto

Rojas Capistrán, representante de la propiedad rural de Tenextepango, que de acuerdo a la inspección

realizada por personal adscrito a la Asociación, se detectó que el dren o barranca por el cual corren achololes

y filtraciones del canal “La Torre” hacia la propiedad rural de San Vicente de Juárez, ha sido borrado sin

autorización alguna de la CNA o de la Asociación. Por lo que cita a una reunión para analizar el caso en las

oficinas de la Asociación para el 15 de junio del mismo año.

Con fecha 18 de diciembre de 2000, los usuarios de riego representados por sus autoridades ejidales y de la

propiedad rural de San Vicente � de Juárez, nuevamente insistieron ante el Gerente Regional de la CNA con

oficinas en Cuernavaca, Ing. Jerónimo Mancilla Manjares, haciéndole notar que venían aprovechando los

achololes sin conflicto alguno antes de que se vendiera la propiedad Rancho Casa Colorada, que en su

tiempo tuvieron que solicitar la autorización ante la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos para utilizar

196

las aguas y revestir un canal achololero y que no había conflicto. Mencionan que “desgraciadamente a partir

del mes de mayo de 1999 personas ajenas al estado y la región, compraron la propiedad del señor Mireles

por donde tiene su cauce natural la barranca de “La Palma” y realizaron desviaciones del cauce y succionan

nuestra agua para regar pastizales con lo cual nos dejan sin agua para regar nuestras siembras. Por

corresponder a CNA la atención del asunto, lo ponemos en sus muy capacitadas manos y para una mejor

comprensión del problema le anexamos la documentación correspondiente”.

Hasta el 3 de mayo de 2001 se muestra la opinión del Distrito de Riego con un comunicado que hace el Ing.

J. Trinidad Lara Hernández, Ing. En Jefe del Distrito de Riego 016, al C. Guillermo Flores Zúñiga, Presidente

del Comité Directo de ASURCO, en el cual recomienda que “la Asociación notifique al propietario de Rancho

Casa Colorada el lugar por donde le corresponde su dotación, asimismo comunicar a los usuarios del canal

“La Torre”, el hecho de reconocer los derechos de la propiedad y que esa Asociación de Usuarios sea quien

vigile el cumplimiento de lo anterior como lo establecen los estatutos sociales”.

Hasta este momento la intervención de la CNA a través del Distrito de Riego como árbitro para dar un

dictamen y tratar de resolver las controversias por los achololes, ha quedado prácticamente al margen en la

solución del conflicto, ya que se trata de una recomendación que bien puede o no acatarla el propietario del

Rancho Casa Colorada y como si nada pasara, es decir, es un aspecto que puede no tener gran

trascendencia en la solución de fondo de las aguas retenidas y que por principio correspondería a los

primeros usuarios, es decir, regirse por elemental derecho, primeros en uso, primeros en derecho.

Más aún, el 11 de mayo de 2001 el propio Distrito de Riego 016 a petición del comisariado ejidal de San

Vicente de Juárez para conocer la fecha de registro del campo denominado “La Palma”, le comunica que no

dispone de la información por cambios que ha habido en la institución y que mucha información se ha

extraviado, y que la mejor información es la que ellos (es decir, los propios usuarios) disponen. En este

mismo comunicado se ratifica la posición de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos en documento

de fecha 10 de diciembre de 1955 (referido anteriormente) en el sentido de que “no había inconveniente para

que construyeran las obras de encauzamiento, pero que esto no les concedía ningún derecho de exigir la

legalización del aprovechamiento. Por lo tanto la Secretaría por conducto de la propia Dirección o la

mencionada agencia, no contrajeron ninguna obligación de intervenir para solucionar cualquier conflicto que

motive el convenio habido con los ejidos citados”.

De lo anterior se ratifica la posición del estado de mantenerse en la medida de lo posible, al margen de las

controversias que se puedan generar al interior de la propia dinámica que desarrollan los usuarios del

sistema de riego. Ello, posiblemente aumente la tensión y los conflictos entre los usuarios.

197

De alguna manera siguiendo la recomendación del Distrito de Riego, ASURCO, por medio de su presidente y

de su gerente técnico, comunica a la C. Elizabeth Ramírez Bustamante, propietaria del Rancho Casa

Colorada, que el citado rancho “tiene su derecho de agua registrado por el canal “La Torre” y no de los

escurrimientos como actualmente lo están haciendo, ya que el derecho de estos escurrimientos corresponde

a la propiedad rural y al ejido de San Vicente de Juárez, razón por lo que deberá acudir con el personal de

distribución del agua en el canal “La Torre” adscrito a esta Asociación, para solicitar el servicio de riego que le

corresponde en tiempo y forma de acuerdo a la disponibilidad en el mencionado canal en base al tandeo

acordado en el acta con fecha 28 de mayo de 1999, firmada por la asamblea de representantes de usuarios

del mismo canal”.

El 14 de noviembre de 2001 el Ing. Manuel Martín Torres S., gerente técnico de ASURCO, cita a

representantes del Rancho Casa Colorada y San Vicente de Juárez para celebrar reunión de trabajo para el

22 de noviembre del año en curso con el fin de firmar los acuerdos a que se llegue para solucionar el

conflicto por las aguas.

De acuerdo con información de ASURCO, representantes del gobierno del estado, de la CNA y

representantes de la misma Asociación, realizaron una visita de inspección y una reunión de trabajo

conjuntamente con representantes del Rancho Casa Colorada en donde el gobierno del estado propuso a la

propiedad de referencia que se podría construir un “bordo” o “jagüey” dentro de la propiedad de Rancho Casa

Colorada para que pudiera almacenar el agua como parte de la dotación que le corresponde por el canal “La

Torre” y una parte de los achololes durante un tiempo en el que no perjudicara a los usuarios de San Vicente

de Juárez. Se propuso que el costo de la obra estaría a cargo del propio gobierno del estado.

El 22 de noviembre de 2001, el representante del Rancho Casa Colorada envía un comunicado a la

Asociación en donde se manifiesta que “Rancho Casa Colorada no tiene la intención de crear un conflicto

como se señala en su atenta del día 14 de los corrientes, razón por la cual se acudió a la Comisión Estatal

del Agua y Medio Ambiente (CEAMA), así como a Desarrollo Agropecuario para solicitar su auxilio técnico,

así como su apoyo ya sea en numerario o en especie, mano de obra, técnico, etc., etc., para hacer la

propuesta que en su caso beneficia a las dos partes a la suscrita señora Elizabeth Ramírez Bustamante y

Propiedad Rural de San Vicente de Juárez”; continúa su escrito en el que se señala: “hago mención ante

ASURCO la siguiente propuesta: a) que se construya en lugar estratégico señalado por un dictamen técnico

el dique que se pretende; b) que el terreno sobre el cual se construya el citado dique sea aportado ya sea por

ASURCO o por el gobierno del estado y que este predio pase a ser dominio de Rancho Casa Colorada; c)

que en los meses de febrero, marzo, abril y mayo se comprometa a solicitar a Rancho Casa Colorada, que no

tome el agua del canal en diferencia, siempre y cuando que el dique construido donde entrarán las aguas del

río Cuautla surta eficientemente las necesidades de Rancho casa Colorada, de lo contrario se podrá disponer

de agua del canal en diferencia para lograr un riego adecuado en Rancho Casa Colorada; d) en los meses de

198

enero, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre, Rancho Casa Colorada podrá

usufructuar el agua del canal en diferencia”.

De las propuestas señaladas por Rancho Colorada se manifiesta claramente la falta de disposición para

tratar de llegar a acuerdos y negociaciones con los usuarios de San Vicente de Juárez en donde se pretenda

precisamente la negociación y buscar que las partes en conflicto, aunque no se quiera ver como tal,

resuelvan favorablemente las diferencias y que los usuarios primero en tiempo, primero en derecho,

compartan parte de las aguas con Rancho Casa Colorada en el entendido de que no se vean afectados sus

áreas de producción.

El mismo 22 de noviembre de 2001, se llevó a cabo una reunión de trabajo en las oficinas de ASURCO, tal

como se había programado, con la presencia del Ing. Manuel Balcázar, del gobierno del estado, el Ing. Felipe

López Ureta, del Distrito de Riego 016, C. Francisco Emilio Cabrera, representante del Dip. Pablo Guzmán; y

por ASURCO, el Ing. Evaristo Génis Campos, Rubén Servín Sánchez, Ignacio Hernández Ávila, Ing. Manuel

Martín Torres Salgado, y autoridades ejidales y de la propiedad rural de San Vicente de Juárez; de esta

reunión no se llegaron a tomar acuerdos porque los representantes del Rancho casa Colorada no se

presentaron.

El 26 de noviembre de 2001, se llevó a cabo una reunión similar a la del día 22, en donde asistió un

representante del Rancho Casa Colorada, Lic. Patricio Fuentes Rubio, y se acordó que por conducto de éste

último, se solicitará por escrito a ASURCO la documentación legal que ampara los derechos de uso y

aprovechamiento de las aguas provenientes de achololes de los campos de los ejidos de Tenextepango y

Moyotepec, por los usuarios de la propiedad y ejido de san Vicente de Juárez, para que una vez analizada la

documentación se propongan alternativas de solución”.

El 27 de noviembre de 2001, el Ing. Evaristo Génis Campos, presidente de ASURCO, solicitó al jurídico de la

Comisión Nacional del Agua, por conducto del Ing. J. Trinidad Lara Hernández, jefe del Distrito de Riego, un

dictamen para solucionar el problema del agua entre el Rancho Casa Colorada y San Vicente de Juárez.

El 28 de noviembre de 2001, el Lic. Miguel Ricaño Arenas, representante legal del Rancho casa Colorada,

envío un comunicado a la Comisión estatal de Agua y Medio Ambiente, del gobierno del estado, en donde

solicita “que se aclare: 1) el procedimiento por medio del cual se garantice el abastecimiento permanente de

agua a la “Olla” que se pretende construir y que ésta sea de uso exclusivo del predio propiedad de la señora

Elizabeth Ramírez Bustamante; 2) conocer el método por medio del cual se determinarán los metros cúbicos

que debe de tener la “Olla” para abastecer debidamente las necesidades presentes y futuras del predio; 3)

conocer los estudios y planos de factibilidad por medio de los cuales se determinará la ubicación de la Olla;

4) la garantía de la construcción de que toda la obra anexa a esta Olla, será con recursos de la Comisión

199

estatal, así como la propia Olla. Cabe aclarar que al referirnos a la obra anexa es la construcción que permita

el flujo de agua que abastecerá la multicitada Olla; 5) admitir nuestra posición de que al no contar con el agua

suficiente para el abastecimiento debidamente de las necesidades del Rancho se seguirá tomando como

hasta la fecha”.

Es evidente que para el actual dueño del Rancho casa Colorada los acuerdos que hayan tenido los ejidos

para ceder y aprovechar los achololes generados, no tienen cabida para el esquema conceptual que tiene

acerca del funcionamiento del sistema de riego en el espacio geográfico que administra la Asociación de

usuarios, simple y sencillamente pasan por terrenos de su propiedad y como tales tiene el derecho de

utilizarlos, independientemente de las afectaciones de terceros. Parece que el Rancho Casa Colorada está

haciendo el favor de darle la oportunidad al estado (CEAMA) y a la Asociación para que se le construya la

“Olla” de agua de acuerdo con sus determinaciones, de tal manera que la negociación y el consenso con los

otros usuarios es una cuestión subjetiva y que poco tiene que ver con sus “derechos”.

El 28 de noviembre de 2001 la Sra. Elizabeth Ramírez Bustamante, propietaria del Rancho Casa Colorada,

solicita a la Asociación de usuarios copias certificadas del justificativo documental que acredite y ampare los

derechos de uso de las aguas de los ejidos de Tenextepango y Moyotepec, a favor de los usuarios del ejido

de San Vicente de Juárez.

El 7 de enero de 2002 se realizó reunión de trabajo en las oficinas de CEAMA con un grupo de usuarios de

San Vicente de Juárez, representantes de la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente, y ASURCO. Entre

los puntos de acuerdo destacan: “1) los propietarios –ejidatarios de San Vicente de Juárez y ASURCO

manifiestan a CEAMA su inconformidad porque los propietarios del Rancho Casa Colorada aparte de estar

tomando el agua de los escurrimientos (achololes) también están invadiendo la barranca que es zona federal,

mermando la capacidad de riego de las de la pequeña propiedad y el ejido de San Vicente de Juárez; 2)

asimismo los propietarios y ejidatarios dan de plazo hasta el 31 de enero del presente año para que el

Rancho Casa Colorada desincorpore el riego de los escurrimientos (achololes), para que tome la dotación por

el canal “La Torre” que es por donde le corresponde; 3) el gobierno del estado representado por CEAMA,

propone construir en el presente año, un bordo regulador dentro del terreno del Rancho Casa Colorad para

garantizar el abastecimiento del agua para riego de sus pastizales; 4) asimismo antes y durante la

construcción del bordo regulador por los propietarios y ejidatarios se comprometen a permitir que el riego del

rancho se efectué de los escurrimientos (achololes); 5) para eficientar el riego del canal La Torre, el gobierno

del estado se compromete a revestir un Km. del canal La Torre en el presente año”.

El 12 de enero de 2002 personal de CEAMA, representantes de ASURCO y usuarios de San Vicente de

Juárez se reunieron en esa comunidad para dar seguimiento al conflicto informando de la propuesta de

construir el bordo dentro de los terrenos de Rancho Casa Colorada, además se acordó que ASURCO

200

solicitaría por escrito a la CNA la demarcación de la zona federal que le corresponde a la barranca “La

Palma”. Además se acuerda como fecha el día 26 de enero en las oficinas del comisariado ejidal de San

Vicente de Juárez para tener las respuestas y se puedan determinar las acciones respectivas”. Y

efectivamente la solicitud de la demarcación de la zona federal de la barranca La Palma la realiza ASURCO

el 15 de enero del año en curso.

El 18 de enero de 2002 el Ing. Miguel Ángel Castro Salas, subsecretario ejecutivo de la CEAMA envío

documento al C. Hellmans Pérez Sánchez, administrador único del Rancho Casa Colorada donde le informa

que “la CEAMA está dispuesta a colaborar con el rancho para la construcción de un Olla de agua que ayude

a regularizar las aguas provenientes del canal La Torre que es por donde le corresponde el agua al rancho.

Asimismo le solicito que antes del día 25 de los corrientes nos conteste por escrito la aceptación de la obra

para poder programarla dentro del Programa Operativo Anual del presente año”. Como respuesta de fecha

23 de enero, el Rancho casa Colorada solicita una prórroga para dar respuesta al pedimento de CEAMA.

El 6 de febrero de 2002 los representantes de ASURCO envían comunicado al gobernador del estado, Lic.

Sergio Estrada Cagigal Ramírez, en donde solicitan su intervención porque la propiedad de Rancho Casa

Colorada ha hecho caso omiso a los ofrecimientos de CEAMA y SEDAGRO por tratar de resolver las

controversias por los achololes que están aprovechando, además de los problemas de contaminación que

generan y que afectan los cultivos de los usuarios de San Vicente de Juárez, “por lo anterior los usuarios de

San Vicente de Juárez ya no están dispuestos a seguir esperando e incluso han manifestado retirar por su

propia mano el equipo de bombeo del Rancho Casa Colorada, lo que ocasionaría un verdadero conflicto”.

Con la misma fecha ASURCO, ratifica al Rancho Casa Colorada que su dotación de agua le corresponde por

el canal La Torre porque los achololes ya están comprometidos, lo anterior es una disposición con base en el

reglamento del Distrito de Riego 016.

Respecto a la solicitud que hizo ASURCO a la CNA en cuanto a la demarcación de la zona federal de la

barranca La Palma, el Distrito de Riego 016 es quien contesta señalando que “de conformidad con el artículo

3º. Fracción VIII de la Ley de Aguas Nacionales, la anchura de la zona federal para corrientes menores de 5

metros de ancho, será de 5 metros en ambas márgenes contados a partir de su bordo exterior. Por otra parte

y considerando que el cauce de dicha corriente desde hace aproximadamente 45 años es considerada como

canal y dren parcelario (La Palma), mediante el cual se han venido conduciendo los volúmenes de agua para

el riego de terreno del ejido y propiedad rural de San Vicente de Juárez, razón por la cual y de conformidad

con el artículo 43 Fracción V del Reglamento del Distrito de Riego 016, la extensión de las zonas federales y

de protección en canales laterales, sublaterales, ramales y subramales será de 5 metros en ambas márgenes

contados a partir del bordo superior de los taludes teóricos exteriores”.

201

Sin embargo, ésta no es la demarcación, sólo se indica cuáles son los límites de la zona federal de una

barranca, pero además no la considera como barranca sino como un canal y dren parcelario, lo cual dificulta

más el proceso legal que les pudiera favorecer a los usuarios de San Vicente de Juárez porque tratándose de

un dren el propietario en esta caso del rancho tiene la facultad de realizar las modificaciones que considere

pertinentes; en todo caso sólo notificando a la autoridad competente.

El 13 de febrero de 2002 el propietario de Rancho Casa Colorada comunica a ASURCO que “a) en el mes de

enero envié a la CEAMA la propuesta que me fue solicitada; b) en virtud de que no se ha comprobado

legalmente con documentos fehacientes, de que los usuarios de San Vicente de Juárez efectivamente tienen

los derechos del agua, reitero a ustedes mi solicitud ya presentada por escrito y en su oportunidad de

obsequiarme copia de los documentos por medio de los cuales se presume el registro de agua que nos

ocupa, a favor de los usuarios de San Vicente de Juárez en la CNA”.

El 11 de abril de 2002, el representante del Rancho Casa Colorada envió comunicado a la CEAMA donde

señala que “con el fin de agilizar en tiempo, mano de obra y disminución de costos del acuerdo que se cita en

referencia, con todo respeto expongo la siguiente propuesta: a) perforación de pozo en la propiedad de

Rancho Casa Colorada; b) aportación sin costo al Rancho Casa Colorada del equipo necesario para el

funcionamiento del pozo que se señala en el inciso que antecede; c) subsidio de la energía eléctrica

necesaria para el funcionamiento del citado pozo por un término de 50 años”. A partir de esta propuesta los

usuarios de San Vicente de Juárez y personal de la propia CEAMA consideraron el rompimiento de las

escasas negociaciones y sobre todo las presiones de los usuarios se agudizaron ante la misma CEAMA y la

CNA para que dieran solución al conflicto.

El 18 de abril de 2002 se firmaron acuerdos para el tandeo de agua entre los usuarios de San Vicente de

Juárez y del Rancho Casa Colorada, en donde destacan: “1) solamente tome el agua en los meses de marzo,

abril y mayo. En forma opcional si el almacenamiento de agua es insuficiente, tomará el agua lunes, martes y

miércoles de cada semana, y los meses restantes se abastezca del bordo; 2) la ubicación del bombeo se

coloque cien metros arriba de donde entroncan el canal achololero de Abelardo Rodríguez con l abarranca

“La Saucera”, que es por donde escurren los afloramientos y achololes provenientes de los ejidos de

Tenextepango y Moyotepec; 3) San Vicente de Juárez propone como tiempo pertinente hasta el 30 de

octubre para que la obra quede concluida, Rancho Casa Colorada una vez que quede concluida la obra,

ajustarse a su tiempo de riego; 4) San Vicente de Juárez propone que la zona de protección debe quedar

libre en toda la extensión y longitud de los canales que pasan por el Rancho Casa Colorada y que conforman

la barranca “La Palma”. Los tramos de limpia de la barranca “Los Sauces”, y barranca “La Palma” serán

conservados (limpia) por los usuarios de San Vicente de Juárez. El tramo del canal achololero del ejido de

Abelardo Rodríguez será limpiado por el Rancho Casa Colorada a partir de donde se coloque el bombeo

hacia aguas arriba y este punto hacia aguas abajo los usuarios de San Vicente de Juárez; 5) abastecer el

202

agua hacia el bordo por el canal “La Torre”, construcción con un plazo máximo al 30 de octubre; 6) que se

reconozca el derecho de los afloramientos y escurrimientos a los usuarios que tengan más tiempo usándolos,

y serán usuarios de hecho; 7) Rancho Casa Colorada evite las descargas de diesel y aceite al canal”.

En ese sentido, el 17 de mayo de 2002 en las oficinas de CEAMA se presentaron unos 60 usuarios con

representantes de ASURCO a una reunión donde se daría a conocer una solución definitiva de parte de las

instituciones gubernamentales, pero no fue así, sólo estuvo atendiendo la reunión personal de mandos

medios y se comprometieron a hacer del conocimiento al Secretario y personal de CNA. Los usuarios se

manifestaron en forma exigente advirtiendo que si la CEAMA y la CNA no intervenían para solucionar el

conflicto, ellos lo harían a su manera. Así lo señaló uno de los usuarios presentes:

“Nosotros venimos para recibir una solución pero por lo que se ve, son puras largas las

que le están dando al asunto. El gobierno del estado es el responsable y si no resuelven,

nosotros lo vamos a hacer a nuestra manera”.

También el presidente de ASURCO, Ing. Evaristo Génis, fue muy enfático al señalar: “toda esta gente está

muy inquieta porque ya tiene más de un año este problema y no hemos visto ninguna solución, lo que hace

Rancho Casa Colorada con ese tipo de solicitudes es para alargar el tiempo. Ya teníamos un acuerdo con

Rancho Casa Colorada en donde San Vicente de Juárez estuvo de acuerdo en cederle 3 días para que

dispusiera de los escurrimientos, es necesario que sepa el Secretario que no venimos a jugar, venimos a

exigir un remedio a un problema. Entendemos que tienen ustedes mucho trabajo pero si ustedes fueran los

afectados quienes estuvieran allá abajo sin agua, creo que lo entenderían mejor, no queremos que nos

regalen nada, simplemente que se resuelva el problema que nos está afectando, no queremos entrar a

Rancho casa Colorada y arrancar las bombas, hemos aguantado mucho, mucho tiempo, queremos saber si

vamos a tener el apoyo y si no, pues vamos a buscar la forma de solucionarlo allá, a nuestra manera”.

Otro de los usuarios manifestó “nosotros veníamos por un resolutivo en función de la revisión que iban a

hacer de la información por escrito que se les proporcionó. El problema es grave porque la gente del Rancho

nos ha incitado a la violencia, incluso nos han dicho que si queremos balazos, balazos les damos. Están

demostrando prepotencia, no respeto a la ley, nos están invitando a la violencia, y nosotros también

sentimos, tenemos corazón, y dan ganas de entrar, pero somos gente que produce para la vida, se está

jugando con la vida de personas y con la responsabilidad de producir y trabajar”.

El Sr. Alberto Rojas Capistrán, representante de la propiedad rural de San Vicente de Juárez tomó la palabra

y fue enfático al señalar a los funcionarios de CEAMA: “habían quedado en que hoy se iba a realizar una

junta con el Secretario y se iba a dar a conocer un resolutivo. La gente ya no cree, por eso están aquí, dijeron

vamos a desengañarnos, si el ranchero tiene su dotación por el canal La Torre, pues que la tome por ahí; y

203

se había acordado que pusiera su bomba unos 100 metros arriba, pues ahora no queremos que ponga su

bomba en ninguna parte. Luego, nos damos cuenta que hace una solicitud para un pozo y que se le subsidie

la energía eléctrica por 50 años, la gente nos encabronamos, habíamos quedado que él iba a tomar el agua 3

días y nosotros 4, y además que la bomba la iba a poner más arriba. La gente se encabronó, se está

burlando de nosotros. Ahora no queremos que ponga la bomba, que la quite y que se atenga a su dotación.

Está comprando mucho terreno, pues si tiene mucho dinero que compre la tierra que quiera pero que no nos

afecte a nosotros, que se sujete a su dotación porque nosotros no le vamos a dejar nuestra agua para que se

esté beneficiando”.

Después de esta reunión que se tuvo en las oficinas de CEAMA, se citó a una siguiente reunión con el

Secretario de CEAMA y personal de CNA para el día 21 de mayo de 2002, para que se tuviera una respuesta

de parte de las instituciones. Esta reunión se celebró realizó en la cámara de diputados del gobierno del

estado; en ella se analizó el problema y se acordó que personal de CNA realizaría la inspección para

delimitar la zona federal de l abarranca La Palma y en un plazo de un mes se daría un dictamen definitivo.

En los primeros días de junio, personal técnico de la CNA asistió a realizar los trabajos de topografía para

corroborar y delimitar la zona federal de la barranca La Palma, asistieron como observadores un grupo de

usuarios. Los señalamientos que hico el personal técnico de CNA indicaron que efectivamente sí se trataba

de una barranca, pero que en una parte se había desviado, se rellenó de tal manera que el curso de los

achololes también había cambiado su curso.

VI.6. Marco legal

Desde el punto de vista legal, el Ing. J. Trinidad Lara H28, jefe del Distrito de Riego 016, señala que a pesar

de que los usuarios de San Vicente de Juárez hayan venido utilizando esos achololes con el acuerdo de los

ejidos de Tenextepango, Moyotepec y Abelardo Rodríguez y también, anteriormente con el consentimiento

de permitir su libre paso de parte del Señor Mireles por terrenos de su propiedad, la Ley de Aguas Nacionales

no considera los achololes como aguas nacionales porque no se pueden considerar como tales mientras no

caigan a una fuente de propiedad federal. Agrega también que los achololes no se pueden concesionar

porque son aguas que ya se concesionaron y no es posible concesionar dos veces el mismo volumen.

Evidentemente esta argumentación, al parecer muy lógica, le otorga el derecho a cualquiera de aprovechar

los achololes, retenerlos en cualquier momento y espacio para los usos y fines que más les convenga. Es

decir, los usos y costumbres, los acuerdos internos entre los usuarios del sistema de riego, no caben en el

esquema de regulación de la Ley de Aguas Nacionales, tampoco en el reglamento del Distrito de Riego.

Parece que es el mismo sustento en el que se está apoyando la propiedad Rancho Casa Colorada.

28 Comunicación personal.

204

La Secretaría de Recursos Hidráulicos en su momento no tuvo inconveniente para otorgar el derecho de

construcción de una canal de riego que permitiera conducir los achololes, pero nunca otorgó la posesión legal

de las aguas a los usuarios, de tal manera que los acuerdos internos entre los usuarios de San Vicente de

Juárez y el Rancho Casa Colorada con su anterior propietario fueron suficientes para continuar operando el

sistema de riego bajo acuerdos y negociaciones de respeto y cordialidad entre las partes involucradas. Sin

duda, para la Ley de Aguas Nacionales esos aspectos no están contemplados, sin embargo es posible que a

cualquier juez imparcial le asistiera el derecho según el principio lógico de “primero en tiempo, primero en

derecho”. Además como se ha señalado anteriormente, el flujo de achololes es una condición necesaria del

mantenimiento del sistema de riego dentro de la Asociación y en el momento en que estos casos se

multipliquen los conflictos pueden ser mayores de tal manera que se colapse el sistema y tenga implicaciones

no solo de carácter social, sino natural. De lo anterior se desprende la necesidad de analizar con

detenimiento de parte de la Asociación el carácter que deben tener los achololes dentro del sistema de riego

y las determinaciones a las que se llegue, incorporarlas no sólo al reglamento interno de la propia Asociación,

sino del reglamento del Distrito de Riego e incluso de la Ley de Aguas Nacionales.

Si bien los achololes no se pueden medir por su alta variabilidad en tiempo y cantidad, razón por la cual no se

puede hacer una dotación, posiblemente sea factible otorgar el derecho de uso a los primeros usuarios que lo

requieran y lo hayan solicitado, es decir, que por derecho no se faculte para que se retengan o aprovechen

sin el consentimiento de los primeros usuarios, o en este caso, de la propia asamblea general de usuarios,

como máxima autoridad del sistema.

La regulación de los usos del agua en la cuenca es un proceso complejo que requiere de la intervención y

colaboración consensuada entre los distintos actores sociales. El fortalecimiento de los organismos formales

para tratar la complejidad del sistema de la cuenca del Balsas, deberá tener su base en la creación de

organismos locales. En la cuenca del río Cuautla es indispensable el reconocimiento a la institucionalidad de

los actores con sus reglas escritas y no escritas, a partir de las cuales es factible la formalización de

pequeñas entidades de cuenca (una especie de consejo de cuenca microlocal). Es necesario analizar la

intervención concreta de cada uno de los actores sociales en el aprovechamiento del agua para llegar a

acuerdos y por tanto, minimizar los conflictos. Los casos prioritarios en los cuales es necesario intervenir para

la regulación en el aprovechamiento del agua, son: cultivo de berro, viveristas, piperos, tenería,

ayuntamientos y la normativa sobre aprovechamiento de achololes.

Desde la perspectiva de los usuarios de ASURCO, es necesario que los usos y costumbres de las

comunidades que han manejado el agua desde décadas, sean respetados independientemente de las

facultades u omisiones que tenga, en ese caso, la Ley de Aguas Nacionales en materia de derechos de agua

de coleo o retorno porque parece ser la razón en la que se basan los actuales dueños del rancho cuando

solicitan a los directivos de ASURCO y las propias comunidades afectadas, los documentos probatorios de

205

que esos achololes les pertenecen. En este caso se puede presentar un vacío en la Ley que proteja y avale

los usos y costumbres de los pueblos en el manejo del recurso que les pertenece.

En este sentido, como mencionan Randolph y Meinzen (2000) la negociación implica la intervención entre

diferentes demandantes, no las decisiones unilaterales aisladas que en muchas ocasiones se asumen por

parte del Estado de manera burocrática. Es necesario reconocer que cada sistema tiene sus particularidades

y no se pueden manejar todos los sistemas por igual. En un amplio sentido, la negociación y los derechos de

propiedad implica llegar a acuerdos, los derechos no significan sólo un título en el papel, sino que se trata de

la relación que se establece entre los usuarios por las formas de aprovechar los recursos y el respeto a las

formas tradicionales de manejo.

Desde nuestro punto de vista, la Ley de Aguas Nacionales omite los usos y costumbres de los usuarios sin

tomar en cuenta que éstos proporcionan estabilidad a los sistemas de riego. Si bien las aguas no se pueden

concesionar dos veces (el caso de los achololes ya fueron anteriormente utilizados aguas arriba y no

precisamente como achololes), es necesario que se reconozcan los derechos de uso de esas aguas porque

así lo han convenido los usuarios y para ellos es legal. Sería suficiente si se incorporara un capítulo,

denominado por decir, DERECHOS DE AGUA DE LOS USUARIOS POR USOS Y COSTUMBRES, en donde

se faculte a los usuarios el respeto por las prácticas acordadas para la distribución y los derechos de agua

que entre comunidades de regantes han definido, como en el caso de Rancho Casa Colorada. Es decir, que

“los primeros en tiempo, primero en derecho” lo cual significa que si los usuarios de ciertas comunidades

otorgan el derecho de uso de sus achololes, debe de respetarse ese derecho para los otorgantes. Además al

tratarse de una barranca o un barranquilla por pequeña que sea, pero si es la única forma de conducir los

achololes para usuarios con el derecho aguas abajo, entonces también se debe de facultar el derecho de

conducción de los achololes con la obligación para los beneficiarios de realizar el mantenimiento pertinente.

Otro aspecto que debe considerarse es el hecho de que los achololes son aguas residuales y por tanto son

nacionales; por ello, parte de las facultades para otorgar el derecho de uso recae en la autoridad federal.

Parece que la restricción legal se basa fundamentalmente al tratarse de aguas de coleo, sobrantes y que ya

fueron concesionadas anteriormente, entonces hay cierta razón para o concesionar nuevamente, sin

embargo ello no limita otorgar el derecho por uso de esas aguas a otros usuarios. La segunda cuestión

también limitativa es la dificultad para medir el agua y la disponibilidad; es muy irregular e impredecible la

cantidad de achololes generados porque las condiciones naturales y del riego que realizan los usuarios que

proporcionan achololes es aleatorio. El aspecto central radica entonces en otorgar el derecho de uso

independientemente de los volúmenes generados, éste aspecto quedaría simple y llanamente en función de

los achololes generados. Ello no obligaría a otorgar los achololes para usuarios de aguas arriba a usuarios de

agua a bajo en el momento en que se utilizaran sistemas de riego con mayor eficiencia, es decir, con menor

uso de agua.

206

CAPITULO VII. COMPETENCIA POR EL AGUA ENTRE USOS Y USUARIOS: CASO MANANTIALES “LAS TAZAS”

Después de describir el espacio y la dinámica de los sistemas de riego a cargo de ASURCO, en este sexto

capítulo se expone el caso del proceso de apropiación del agua por parte del municipio de Cuautla y su

relación con la disminución en los volúmenes de agua en los manantiales Las Tazas. Ello evidencia la

necesidad de analizar conjuntamente la relación entre las aguas superficiales, las aguas subterráneas y

evidentemente, la participación de los actores sociales. Como en el caso del capítulo anterior, se hace

referencia a lo técnico, lo organizativo y su interacción externa.

VI.1. Introducción

Se puede decir que la fuente más importante de agua y que constituye un elemento fundamental en la

dinámica del sistema hidrológico en la cuenca del río Cuautla, es el conjunto de manantiales, los cuales

hacen sus aportaciones, una vez que brotan sus aguas, tanto en forma directa o indirecta a los márgenes del

río y que a partir de los cuales se hace uso tanto para fines agrícolas como urbano e industrial. De ese

conjunto de manantiales se encuentran, Los Sabinos, El Almeal, Santa Rosa, San Cristóbal, El Axocoche,

Las Tazas, Ojitos Burgos, Agua Dulce, Agua Limpia, Santa Inés, entre otros de menor importancia. En época

de estiaje el agua proveniente de los manantiales, y de algunos pozos profundos, son la fuente de

abastecimiento para los canales generales de riego; los achololes, aunque se consideren también como una

fuente para mantener algunos sistemas de riego, son aguas que de alguna manera provienen tanto de

manantiales como de algunos pozos de riego. En la temporada de lluvias, evidentemente, la cantidad de

agua requerida de los canales de riego es considerablemente menor, y por tanto el flujo de achololes tiene

menor importancia para satisfacer las necesidades de agua de los cultivos. Por tanto, en el periodo de estiaje

es cuando se manifiestan con mayor agudeza las situaciones de mayor competencia por el recurso.

Con base en la identificación y caracterización de los actores sociales en la cuenca, se determinó un papel

preponderante en cuatro casos particulares debido al grado de organización interna, al impacto en la gestión

del agua desde la perspectiva de ASURCO, y en las interacciones que se establecen entre ellos para hacer

posible la realización y desarrollo de esquemas de negociación para la resolución de conflictos. Esos cuatro

casos son: 1] el impacto en el nivel de disponibilidad de agua para canales generales cuya fuente es el

conjunto de manantiales “Las Tazas” y su relación con el uso urbano del agua a través del ayuntamiento

municipal de la ciudad de Cuautla; 2] los productores de berro que realizan bordos para retener el agua en

manantiales y márgenes del río, disminuyendo la disponibilidad del agua para usuarios de ASURCO de

aguas abajo; 3] la perforación de pozos “noria” de los productores de plantas de ornato (viveristas) y que

desde la óptica de los usuarios de ASURCO está repercutiendo en los niveles de agua en la zona, y 4] los

conflictos por las aguas de achololes entre usuarios de ASURCO de la comunidad de San Vicente de Juárez

y la propiedad privada “Rancho Casa Colorada”. Estos cuatro casos hacen manifiesto un proceso de

organización interna de los actores y de las interacciones que se dan entre ellos en el ámbito de la

207

competencia por el agua en el espacio de análisis de denominado “trama de río”, lo cual permite observar

elementos clave para diseñar estrategias de gestión integrada del agua en espacios locales.

La carencia de planes de ordenamiento para el uso de los recursos hidráulicos en la cuenca, y

concretamente en el espacio del área de competencia de la Asociación, es por demás evidente porque

incluso, por ejemplo en la perforación de pozos para uso urbano del agua, el propio municipio de Cuautla no

siguió los cauces legales para realizar la gestión en la perforación del pozo “El Calvario, sino que una vez

realizada la obra, se inician las gestiones ante la instancia correspondiente, es decir, ante la CNA para que se

“legalizara” la perforación y por tanto, el aprovechamiento del agua para satisfacer las necesidades de la

población urbana.

Si bien es cierto que el uso doméstico o urbano del agua tiene prioridad sobre el uso agrícola, de acuerdo

con la Ley Nacional de Aguas, es necesario que se constituyan las instancias locales de gestión del agua con

el fin de observar y regular de manera consensuada los usos y usuarios del agua, bajo los principios de la

misma legislación tanto en el caso del agua, como en los de la reglamentación del desarrollo urbano y los

asentamientos en función de la disponibilidad del suelo y del agua. En este sentido, se requiere revisar y

hacer cumplir las disposiciones legales para llevara a cabo el ordenamiento de la zona Cuautla, Yecapixtla,

Atlatlahucan y Ayala (CAYA), del cual se describe posteriormente, todo ello con el fin de aminorar la

competencia por el recurso y prever conflictos de mayor envergadura en un mediano y largo plazos. Es

pertinente señalar que de no tomarse las medidas pertinentes para la regulación y el ordenamiento

participativo en el uso del agua en la cuenca, se vislumbran riesgos de una competencia mayor por el agua,

una reducción en los niveles de producción y productividad en el campo y de una afectación al ecosistema

regional. A la vez, es conveniente fomentar el uso de sistemas de riego que tiendan a usar menor cantidad,

pero que no alteren o tengan un impacto ambiental negativo en la cuenca.

El análisis de los manantiales “Las Tazas” y en particular del manantial conocido como “La Taza Grande”,

reviste una importancia especial en virtud de que en los últimos años se ha observado un abatimiento

considerable en su caudal, al parecer debido a la perforación del pozo denominado “El Calvario”, mismo que

realizó el Sistema Operador de Agua Potable y Saneamiento (SOAPS) del municipio de Cuautla, para

abastecer a una parte de la población urbana a partir de 1993. Asimismo, se atribuye parte de la pérdida del

caudal de “La Taza Grande” al crecimiento de la actividad orientada en la producción de plantas de ornato o

mejor conocidos como viveros, los cuales han venido haciendo uso del agua subterránea a través de lo que

denominan comúnmente en la región como norias.

ES CLARA LA COMPETENCIA POR EL AGUA ENTRE LA CIUDAD Y EL CAMPO, TAL COMO SE MUESTRA EN ESTE CASO, SIN EMBARGO ¿QUÉ DICE LA LEY?, ¿QUIÉN TIENE EL DERECHO SOBRE EL AGUA?, ¿CÓMO SE RELACIONA LA PERFORACIÓN DEL POZO (AGUA SUBTERRÁNEA) CON LAS DOTACIONES PRESIDENCIALES QUE SE LES OTORGAN A LOS EJIDATARIOS Y PEQUEÑOS PROPIETARIOS (AGUAS SUPERFICIALES), EN ESTE CASO CUANDO SE AFECTAN ÉSTAS

208

ÚLTIMAS, QUE DICE LA LEY? ¿LEGALMENTE QUIÉN TIENE LA RAZÓN? ¿CÓMO ES QUE SE DAN LAS NEGOCIACIONES?, ¿ESTÁN EN FUNCIÓN DE LA CAPACIDAD DE ORGANIZACIÓN (O PODER DESCARADO), PARA LO CUAL NO IMPORTA MUCHO LA LEY? Existen tres canales de riego que se abastecen de aguas de los manantiales “Las Tazas”: Ahuehuepan,

Sauce Chino y Casasano Grande. Precisamente éste último canal es el que se ha visto afectado en su

caudal ya que la salida del agua del manantial hacia aquel, se encuentra en contrapendiente en algún grado

(1 a 2 %) lo cual hace más difícil la salida del agua y más aún en tiempo de estiaje, época en la que el

manantial presenta un mayor abatimiento.

En este apartado se hace una descripción histórica del proceso que condujo a la perforación y la

recuperación de volúmenes “perdidos”29 del manantial, así como de las tendencias en la disponibilidad del

agua en los tres canales en función de los datos de aforos disponibles que realizó la CNA y algunos de la

propia Asociación de usuarios del río Cuautla.

VI.2. Antecedentes

Los manantiales “Las Tazas”, se denominan de esa manera porque existen tres áreas de manantiales

nombrados: Taza Vieja, Taza Grande y Taza Chica. La Taza Vieja se secó desde hace aproximadamente 10

años y en ella se perforó un pozo de agua potable para abastecer a una de las colonias urbanas en el ejido

de Cuautlixco, del municipio de Cuautla, pozo que en los últimos años ha venido presentando algunos

problemas de abatimiento en su aforo, principalmente en los meses de abril y mayo de 2002; la Taza Grande,

es la que provee a los canales de riego Sauce Chino, Ahuehuepan y Casasano Grande, aunque el canal

Sauce Chino también recibe aguas del manantial Ojitos del Bosque; y la Taza Chica, se secó desde hace

aproximadamente 15 años; abastecía de agua al canal Casasano Chico, mismo que se utilizaba para riego y

uso industrial del ingenio cañero de Casasano. A partir de que se secó el manantial de la Taza Chica, el

ingenio perforó su propio pozo para resolver sus requerimientos de agua y el canal Casasano Chico ha

quedado desde entonces en completo deterioro, dentro de la zona urbana y sirve también como depósito de

basura. A este respecto, parece que la Asociación no tiene responsabilidad debido a que en la transferencia

del Distrito a los usuarios, dicho canal no está inventariado dentro de la infraestructura concesionada, sin

embargo, tiene la facultad de intervenir para reducir los índices de contaminación y en todo caso realizar los

rellenos pertinentes, o incluso, promover otro tipo de aprovechamiento.

De acuerdo con las dotaciones concesionadas de agua a los ejidos y pequeñas propiedades a partir de 1926,

al canal Sauce Chino correspondían 552 (litros por segundo (lps) y una superficie total beneficiada de 352.3

hectáreas para los ejidos de El Hospital (60 lps, 25.5 ha), Tetelcingo (60 lps, 57 ha), Eusebio Jáuregui (40 lps,

16.4 ha), Casasano (208 lps, 133.4 ha); y pequeñas propiedades de Casasano (124 lps, 80 ha) y Calderón

(60 lps, 40 ha). (Fuente: ASURCO, 2002). 29 Los usuarios se refieren a los volúmenes perdidos en relación a las distintas acciones encaminadas a tratar de recuperar el gasto de agua de que disponían antes de la perforación del pozo “El calvario”.

209

Al canal Ahuehuepan le correspondían 280 lps con una superficie de riego de 247.5 hectáreas para los ejidos

de Casasano (120 lps, 59.8 ha), Eusebio Jáuregui (40 lps, 10.7 ha), El Hospital (60 lps, 113.8 ha) y Cuautla

(60 lps, 63.2 ha) (ASURCO, 2002).

Los canales Sauce Chino y Ahuehuepan aunque han presentado una disminución relativa en los aforos, el

problema no se ha manifestado a tal magnitud como en el caso del canal Casasano Grande, porque se

encuentran en la porción inmediatamente debajo de donde se encuentra la mayor presión del agua del

depósito de la Taza Mayor; también a partir de ella, se deriva el agua para el canal Casasano Grande pero

con una presión significativamente menor.

El canal Casasano Grande fue dotado con 1215 lps y una superficie total a beneficiar de 462.7 hectáreas; los

beneficiarios son los ejidos de Cuautlixco, Casasano, y Tetelcingo, y además la Propiedad Rural de

Casasano. Corresponde un volumen de agua de 142 litros por segundo (lps) al ejido de Cuautlixco; 862 lps al

ejido Casasano; 46 lps al ejido de Tetelcingo y 165 lps a la Propiedad Rural de Casasano (cuadro 19).

Cuadro 19. Dotaciones de agua a los ejidos de Cuautlixco, Casasano y Tetelcingo, y Propiedad Rural de Casasano.

UNIDAD DE PRODUCCIÓN DOTACIONES (Lps)

ORIGINAL

CUAUTLIXCO CASASANO TETELCINGO CASASANO (P.R)

142 862 46 165

1215

LONGITUD DEL CANAL GRAL. DE KM 0+000 AL 3+200 BENEFICIARIOS DEL CANAL CASASANO GRANDE “LAS TAZAS”

UNIDAD DE PRODUCCIÓN CAMPO SUPERFICIE (has) EJIDO P.R.

NO. DE USUARIOS EJIDO P.R.

CUAUTLIXCO LA CIÉNEGA 48.10 54

BOSQUE VIEJO 37.80 44

SUBTOTAL 85.9 98

CASASANO ZUMPANGO 55.60 33

PARTIDOR 50.60 21

SUBTOTAL 106.2 54

CASASANO (PR)

STA. TERESA GUADALUPES SAN JUAN EL YAQUI SAN PEDRO

48.00 15.60 6.10 69.90

116.00

3 1 1

24 17

SUBTOTAL 255.60 46

TETELCINGO LOS ISIDROS 15 25

TOTAL 207.10 255.60 177 46 SUPERFICIE TOTAL: 462.70 HECTÁREAS; 223 USUARIOS.

Fuente: ASURCO, 2002.

210

Con el transcurso del tiempo, la disponibilidad de agua para un mayor número de usuarios (debido al

crecimiento de los núcleos de población) es menor; se ha incrementado la demanda de agua para otros usos

o incluso por las mismas condiciones ambientales que no permiten disponer de los volúmenes estimados al

momento de las dotaciones. Es de suponerse que al considerar esos factores, el Reglamento del Distrito de

Riego 016 de Estado de Morelos en su artículo 25 especifica que “La distribución de las aguas en el Distrito,

se hará por “Año Agrícola” a partir de las dotaciones que datan de las resoluciones presidenciales y

concesiones, que demuestren con la documentación correspondiente los ejidos y propiedades rurales; en el

caso de registrarse una disminución en las aportaciones de la fuente de abastecimiento correspondiente, se

reducirá la dotación asignada al ejido y/o propiedad rural, en la misma proporción en que haya disminuido el

gasto o caudal de dicha fuente de abastecimiento”. Es claro el mandato, sin embargo no se hace referencia a

las causas que pueden dar origen a la disminución, es decir, independientemente de las causas que originen

la disminución en la disponibilidad del agua, los núcleos beneficiados con las dotaciones, tendrán que

ajustarse a la cantidad de agua disponible y en la proporción que corresponda según sus dotaciones, en la

misma magnitud reducirán la parte correspondiente del volumen total.

Como se prevé en el Reglamento del Distrito de Riego 016 del estado de Morelos, con el aforo del canal

Casasano Grande del 17 de noviembre de 1997 cuyo gasto fue de 182 lps, la distribución del agua para las

comunidades de usuarios beneficiarios del canal, fue la siguiente: 21 lps para Cuautlixco, 129 lps para

Casasano, 7 lps para Tetelcingo y 25 lps para la Propiedad Rural de Casasano. Sin embargo la limitación no

estriba en el proceso de la distribución sino en la imposibilidad de satisfacer las necesidades de riego para

una superficie demandante mucho mayor que la disponibilidad del agua si se considera una cobertura de 1

lps/hectárea. Es decir, de 466 hectáreas de riego sólo se pueden regar 182 lo que equivale al 39 % de la

superficie total originalmente con derecho (Cuadro 20).

Cuadro 20. Distribución de agua por el canal general Casasano grande en función de la disponibilidad según aforo de noviembre de 1997.

Localidad Dotación original (lps)

Distribución (%)

Disponibilidad (lps)

Superficie (has)

Número de usuarios

Cuautlixco 142 11.69 21.27 85.90 98 Casasano 862 70.94 129.11 106.2 54 Tetelcingo 46 3.79 6.9 15 25 P.R. Casasano 165 13.58 24.72 259 42 Totales 1215 100.00 182.00 466.10 219

Fuente: ASURCO. 2002.

El caso más crítico en la disponibilidad de agua en el canal Casasano Grande fue durante el mes de mayo de

2002 al obtener un gasto de sólo 25 lps. Con este volumen de agua qué cantidad le puede corresponder a

cada uno de los núcleos beneficiados, si a ello se agrega que el canal se encuentra en contrapendiente? Es

decir, no hay agua que repartir, sin embargo el cultivo de la caña de azúcar fue establecido hace unos 5 o 6

años cuando aún se disponía de un mayor volumen de agua, de tal forma que la necesidad del recurso es

211

imperante. Posteriormente se hace referencia a las medidas y gestiones que realizaron los usuarios del agua

durante esta etapa crítica.

VI.3. Tendencias de los volúmenes de agua del canal Casasano Grande

Una de las variables importantes para analizar las tendencias en la disponibilidad del agua en el sistema

hidrológico del río Cuautla es el cálculo de los aforos, sin embargo sólo se dispone de esos datos de manera

sistemática en el periodo comprendido de 1973 a 1992, etapa en la que la Comisión Nacional del Agua tenía

a su cargo la operación, administración, mantenimiento y conservación tanto de la red primaria (obras de

cabecera) como de la red secundaria (sistema de canales generales). A partir de 1992 no se dispone de un

banco de información de los aforos, únicamente se han registrado algunos aforos de manera “esporádica” por

parte de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (ASURCO).

Con base en los aforos de 1973 a 1992 para el caso del canal general Casasano Grande, se puede observar

una tendencia hacia una marcada disminución en el caudal ya que, mientras en 1973 el promedio de los

aforos fue de 673 lps, en 1992 fue de 414 lps. El máximo aforo se presentó en 1976 con 831 lps y el menor

en 1973 con 414 lps (cuadro 21, figura 11).

CANAL CASASANO GRANDE

0.000

0.100

0.200

0.300

0.400

0.500

0.600

0.700

0.800

0.900

1973

1974

1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

GA

ST

O M

/SE

G

Figura 25. Aforos promedio anuales del canal Casasano grande durante el periodo 1973-1992.

Fuente. ASURCO, 2002.

La misma tendencia hacia una disminución del gasto se puede observar en la figura 12, en la cual se

muestran todos los aforos registrados en el periodo señalado de 1973 a 1992. Es posible un tanto especular

en cuanto a la variación de los aforos de un año y otro que puede estar influyendo la precipitación anual dado

que por ejemplo en 1973 se registran menores aforos para algunos meses que para años subsiguientes

como en 1975. De cualquier manera la tendencia en todo el periodo observado es clara en una disminución

212

de aproximadamente un 50 %. Y es contundente esa disminución cuando al mes de abril de 2002 sólo se

dispuso de un gasto de 25 lps, lo cual prácticamente imposibilitó satisfacer la demanda de agua de los

cultivos porque ya no fue posible que el agua corriera por el canal y sólo se mantuvo estancada en la zona

del área de los manantiales (Torres, 2002).

CANAL CASASANO AFOROS 1973-1992

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

1.2

1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992

GA

ST

O

Figura 26. Aforos mensuales durante 1973-1992 del canal general Casasano.

Fuente: ASURCO, 2002.

Pese a que no se dispone de los aforos a partir de 1992 al momento actual (septiembre de 2002), el dato de

25 lps al mes de mayo de 2002, refleja el riesgo inminente en el abatimiento del caudal y que de continuar

con una falta de regulación en las extracciones de agua en la zona, posiblemente en un futuro muy próximo,

el gasto en el canal Casasano Grande, siga la misma historia que el caso del canal Casasano Chico, es

decir, su extensión total.

En el gráfico de la figura 12 se observa de conjunto, los aforos mensuales de 1973 a 1992 con la tendencia a

una evidente disminución a pesar de que entre algunos años se observe poco esa tendencia como en los

aforos de 1973 y 1986; también si se realizan los gráficos para observar las tendencias en los aforos para

cada uno de los meses comprendidos en el periodo señalado, la disminución del gasto de agua es notorio.

En el gráfico de la figura 13, se puede también apreciar el periodo más crítico del año, o en su caso más

favorable, en función de los aforos mensuales. En este caso se trata de los promedios de los aforos

mensuales en el periodo indicado, por lo cual este indicador no demuestra la tendencia de los aforos de 1973

a 1992 porque en este caso, el promedio favorece los aforos de los meses más bajos con los datos de los

aforos más altos. Sin embargo, se puede apreciar que el mes con el menor aforo es septiembre con 594 lps,

y el de mayor volumen se registró en el mes de octubre con 675 lps.

213

AFOROS DEL CANAL CASASANO GRANDE

0.54

0.56

0.58

0.6

0.62

0.64

0.66

0.68

OCTUBRENOV

DIC

ENERO

FEBRERO

MARZO

ABRIL

MAYO

JUNIO

JULI

O

AGOSTOSEP

GA

ST

O M

/SE

G

Figura 27. Aforos promedio mensuales durante el periodo 1973-1992 en el canal general Casasano.

Fuente: ASURCO 2002.

De acuerdo con datos complementarios de aforos proporcionados por personal del Distrito de Riego 016 del

estado de Morelos, se puede constatar la disminución en la disponibilidad del agua en el manantial “Las

Tazas”, como fuente principal de abastecimiento del canal Casasano Grande, a partir de la perforación del

pozo “El Calvario” hacia finales de 1993. Estos datos se muestran en diferentes conceptos como son: gastos

medios anuales 1980 a 1984 (cuadro 21, figura 14); gasto por mes: julio 1992 a octubre 1994 (cuadro 22,

figura 15); gasto en los meses de noviembre 1980-1993 (cuadro 23, figura 16); y, gasto medio en los meses

de diciembre (cuadro 24, figura 17).

Cuadro 21. Gastos medios anuales 1980-1994 en litros por segundo (lps).

AÑO 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1992 1994

GASTO 686 763 782 702 705 691 659 553 509 376 436 535 363 292 167

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

GASTOS MEDIOS ANUALES 1980-1994 CANAL LAS TAZAS

100

200

300

400

500

600

700

800

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

AÑOS

GA

ST

O E

N L

PS

Figura 28. Gastos medios anuales 1980-1994 en litros por segundo (lps).

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

En esta figura el primer año corresponde a 1980 y así sucesivamente hasta 1994.

214

Cuadro 22. Gasto por mes: julio 1992 a octubre 1994 en lps. Canal Las Tazas

Mes Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Gasto 424 425 425 304 315 300 315 335 360 382 365 350 360 Mes Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Gasto 350 135 132 130 132 126 157 159 163 165 172 177 176 243

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

Figura 15. Gastos por mes: julio 1992 a octubre 1994 en lps. Canal Las Tazas.

Fuente: Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

Cuadro 23. Gasto en los meses de noviembre en lps. Canal Las Tazas..

Año 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 Gasto 739 572 782 419 412 682 590 534 408 392 445 Año 1991 1992 1993 Gasto 481 315 132

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

GASTO EN LOS MESES DE NOVIEMBRE CANAL LAS TAZAS

100

200

300

400

500

600

700

800

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

AÑOS

GA

ST

O E

N L

PS

Figura 16. Gasto en los meses de noviembre en lps. Canal Las Tazas.

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

GASTOS POR MES: JULIO 1992 A OCTUBRE 1994 CANAL LAS TAZAS

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

JUL

SEPNOV

ENEM

ARM

AYJU

LSEP

NOVENE

MAR

MAY

JUL

SEP

GA

ST

O E

N L

PS

215

Cuadro 24. Gasto medio en los meses de diciembre en lps. Canal Las Tazas.

Año 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 Gasto 618 769 748 721 671 726 588 547 336 416 448 130

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

GASTO MEDIO EN LOS MESES DE DICIEMBRE CANAL LAS TAZAS

100

200

300

400

500

600

700

800

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

AÑOS

GA

ST

O E

N L

PS

Figura 17. Gasto medio en los meses de diciembre en lps. Canal Las Tazas. Fuente. CNA.

Fuente: elaboración propia con datos de ASURCO, 2001.

VI.4. Perforación del pozo “El Calvario”

Una de las constantes demandas que han manifestado los usuarios del agua para riego de los ejidos de

Casasano, Cuautlixco, y Tetelcingo, así como la propiedad rural de Casasano, ha sido el tratar de recuperar

los volúmenes perdidos en el Canal General Casasano Grande ya que desde un principio (octubre de 1993)

atribuyeron esa disminución del caudal a la perforación del pozo “El Calvario”. Y efectivamente, sin tratarse

de presiones fundamentalmente de carácter político, la propia Comisión Nacional del Agua (CNA), primero, y

el Sistema Ordenador de Agua Potable y Saneamiento (SOAPS) de la ciudad de Cuautla, después,

reconocieron que la disminución del gasto en el manantial “Las Tazas” se debía a la perforación del citado

pozo, por lo cual se dieron a la tarea de analizar e implementar algunas acciones para tratar de recuperar los

volúmenes de agua para los usuarios y en alguna medida resolver las necesidades de agua para riego en

esas localidades (Torres, 2002).

Haciendo una relatoría de los hechos a partir de las solicitudes de clausura del pozo “El Calvario” a fines de

1993 (Flores, 1993) hasta las acciones que se han implementado en los meses de mayo y junio de 2002, se

podrá observar los diferentes momentos en los que los actores sociales como en este caso ASURCO, los

ejidatarios, las instituciones gubernamentales, hacen posible la intervención que puede en un momento dado

dar u ofrecer soluciones aparentes de largo plazo, pero que sin embargo, manifiestan también la

vulnerabilidad con la que pueden verse afectados los recursos acuíferos en aras de un crecimiento urbano no

planeado.

216

El actual presidente del Comisariado ejidal de Cuautlixco, Sr. Bernardo Flores Espino, señala que la señora

Jovita Herrera era la dueña del terreno donde se perforó el pozo “El Calvario” y desconoce exactamente el

proceso bajo el cual se hizo posible la perforación del pozo con la anuencia de las autoridades ejidales de

ese tiempo (1992-1993). De esta manera relata algunos antecedentes: “La señora Jovita Herrera era la

dueña del terreno donde se perforó el pozo “El Calvario”, y fue quien le vendió 3-4 tareas al municipio con la

autorización del comisariado ejidal de ese entonces, pero creo que no sabía realmente que habría mucha

agua en ese lugar e incluso hasta para el propio ayuntamiento fue sorprendente porque brotó el agua con

mucha fuerza” (Flores, 2001).

Con fecha 23 de septiembre de 1994, el Ing. Ramiro Pelayo Barajas, encargado de la Subgerencia de

Administración del Agua, hace una nota informativa dirigida al Ing. Mario Sánchez Celis, Gerente Estatal de la

CNA, en la cual relata algunos de los hechos relacionados con el proceso de la autorización del pozo “El

Calvario”. A la vez, se agregan algunos aspectos complementarios a esas observaciones con el propósito de

ampliar la información:

a) “El 11 de noviembre de 1993 el Ing. Gabriel López Aguirre, Director General del Sistema de Agua

Potable y Saneamiento de Cuautla, solicitó a la CNA en oficio No. 293/93 autorización para la

construcción de un pozo profundo en el predio ubicado en las calles “El Calvario” y camino Santa

Inés “Casa Blanca” con un caudal de 70 lps (volumen anual de 2 207 520 M3) para suministrar a la

zona 1 y 2 del centro de la ciudad de Cuautla”.

b) “El 17 del mismo mes y año, personal técnico de esta gerencia, realizó una visita de inspección

donde se pudo verificar que el pozo ya había sido perforado, habiendo resultado brotante con un

caudal de 230 lps, por lo que se ubicaron los manantiales más cercanos, siendo estos manantiales,

el de “Santa Inés” a 700 metros y “Las Tazas” a 1 100 metros aproximadamente”. Pese a que se

hace referencia al manantial “Santa Inés” por la cercanía con la perforación del pozo “El Calvario”, al

parecer no ha habido afectaciones de consideración para los canales de los cuales abastece dicho

manantial como son los canales “Santa Inés” y “Casa Blanca”, porque los usuarios no lo han

manifestado.

c) “El 18 de noviembre se efectuó la inspección al área donde se localizan los manantiales. Se

practicaron aforos a los 4 canales que salen del manantial de “Santa Inés” habiendo aportado 411

lps, manifestando el aforador C. Crispín Rosas Velazco que observa un abatimiento de 5 cm en el

manantial Las Tazas y posteriormente se observó otro abatimiento de 10 cm. Con esto, de

inmediato se intuyó que la perforación de este pozo estaba afectando a los referidos manantiales”.

d) “El 8 de diciembre del mismo año, la Gerencia Estatal en oficio No. 2510 le comunicó al Director

General del Sistema de Agua Potable y Saneamiento de Cuautla, que su solicitud de autorización

para la perforación del pozo profundo en acuerdo 93.11.172 quedó pendiente la autorización en

virtud de la afectación a los manantiales “Las Tazas” y “Santa Inés”. En el oficio al cual se hace

referencia se menciona textualmente que “la regularización de dicha obra estará sujeta a que se

217

recuperen los niveles normales de los manantiales, liberando paulatinamente un caudal el cual

iniciará con 10 lps observando el comportamiento de los manantiales y si estos se mantienen;

entonces se incrementará a 20 lps así sucesivamente hasta que se compruebe que con el caudal

liberado no se provoca ninguna afectación. En caso de que aún con 10 lps se detecte afectación,

se cegará el aprovechamiento en el entendido de que todas las actividades que resulten por

esta maniobra serán responsabilidad de ese Sistema a su merecido cargo”. Es muy importante

analizar con detalle posteriormente estas manifestaciones de las autoridades del agua porque no

sólo NO se cegó el pozo por la afectación en el caudal del manantial “Las Tazas”, sino incluso nunca

se ha recuperado el volumen perdido y las áreas agrícolas de riego han tenido que pasar a

temporal, o en el mejor de los casos, cubrir los gastos por parte de los propios usuarios para hacer

posible bombear el agua al canal Casasano para irrigar una parte de la superficie que aún es de

riego, tal como se realizó en junio de 2002.

e) “El 22 de noviembre de 1993, las autoridades ejidales, Asociación de Usuarios del río Cuautla y

corrientes tributarias “General Eufemio Zapata Salazar” denuncian a esta Gerencia Estatal la

perforación de un pozo y solicitan que sea clausurado, por lo que en oficio No. BOD. 719.2./2208/95,

con fecha 15 de diciembre del mismo año, esta dependencia les manifestó que ha tomado cartas en

el asunto”. En El oficio al que se hace referencia en esta nota informativa los directivos de

ASURCO30 manifiestan al Ing. Sergio A. Corza Martínez, Gerente Estatal de la CNA en Morelos, que

“hemos detectado la perforación de un pozo profundo enclavado dentro del ejido de Cuautlixco

campo “El Rosario” cuya perforación es realizada por personal del Sistema de Agua Potable, y

teniendo como primera negativa consecuencia que ha bajado considerablemente el gasto de

manantiales de “Las Tazas” y “Santa Inés” y que aguas abajo se ha reducido el caudal de los

canales principales y laterales, lo que se comprobó con los aforos correspondientes, perjudicando

los ejidos de Cuautlixco, Casasano, Cuautla, Eusebio Jáuregui, Hospital, Tetelcingo y Pequeñas

propiedades Rurales. Lo anterior a efecto de que sea muy servido en ordenar de que sea

clausurado dicho pozo, por lesionar tales trabajos gravemente a nuestros representados y a que en

un futuro próximo la región ecológica por ser de riego se convierta en temporales dando origen a

nuevos asentamientos humanos que agravará el estado ecológico actual y la situación económica

del municipio se afectará severamente al desaparecer la actividad predominante que es la

agricultura”. Asimismo el 24 de noviembre de 1993 las autoridades ejidales de Cuautlixco,

Casasano, Cuautla, Tetelcingo, El Hospital y Eusebio Jáuregui31, y el Sr. José Antonio Gutiérrez

Marmolejo de la pequeña propiedad, solicitan al gerente estatal de la CNA, “llevar a cabo la

PRUEBA DEL COLORANTE DEL VENERO DE LAS TAZAS “CANAL DE CASASANO”, del ejido de

30 Por el Consejo Directivo, Guillermo Flores Zúñiga, Presidente; Pablo Torres Chávez, Secretario; Antonio Garcés Farfán, Tesorero; Armando Plascencia Muñoz, Vocal; Rogaciano Medellín Tapia, Presidente del Consejo de Vigilancia; Álvarez Morales Bueno, Secretario del Consejo de Vigilancia 31 Heleodoro Piñarrieta L., Cuautlixco; Félix Tejeda Lara, Casasano; Félix Rodríguez Sosa, Cuautla; Félix Balón Tapia, Tetelcingo; Ismael Torres Montes, El Hospital; Alberto Hidalgo V., Eusebio Jáuregui.

218

Cuautlixco, municipio de Cuautla, Morelos, PARA VERIFICAR SI EL POZO DE AGUA

PERFORADO EN EL CAMPO DENOMINADO CASABLANCA ES O NO ES LA MISMA AGUA DEL

VENERO DE LAS TAZAS”. En este sentido, el gerente Estatal contesta el oficio en el sentido de que

“no es posible debido a que la perforación del pozo se localiza a 1.2 km aguas abajo del

afloramiento del manantial. Sin embargo esta Gerencia ha tomado cartas en esta situación y llevará

a cabo las pruebas necesarias para comprobar la posible afectación al multicitado manantial y en

caso de que se compruebe de que esto afecta al mismo, se cegará el pozo referido ya que

este fue perforado sin la debida autorización por parte de esta dependencia”.

f) “El 19 de mayo de 1994, la Asociación de Usuarios del río Cuautla y corrientes tributarias “General

Eufemio Zapata Salazar” solicita a esta dependencia, que los excedentes del agua del multicitado

pozo sean reintegradas mediante tubería al canal “Casasano Grande”el cual se ubica en el Km.

0+650 para que dichas aguas sean usadas en los campos de Cuautlixco, Tetelcingo y Casasano”.

Como parte de los efectos de la falta de agua en el canal Casasano para realizar los riegos en los

ejidos de Cuautlixco, Casasano, Tetelcingo y Pequeña Propiedad Rural de Casasano, el 27 de mayo

de 1994, el jefe del Distrito de Riego 016 en el estado de Morelos, Ing. J. Trinidad Lara Hernández,

hace la petición al Gerente General del Ingenio de Casasano con el fin de poder utilizar parte del

agua del pozo que tiene en concesión dicho Ingenio, manifestando que la Comisión Nacional del

Agua efectuará los trámites necesarios para desgravar el Ingenio de la responsabilidad del pago de

derechos por uso del agua que la Ley contempla. Esta petición, el jefe del distrito la fundamenta en

los artículos 19 y 38 párrafo V de la Ley de Aguas Nacionales.

g) “En oficio No. 167 de fecha 16 de agosto de 1994 de esta Gerencia, le solicita al Sistema de Agua

Potable y Saneamiento de Cuautla, que debe conducir parte del agua brotante al canal de Casasano

Grande, mencionándole que el costo de las obras necesarias, correrán por su cuenta, a lo cual en

oficio 202 de fecha 23 del mismo mes, el Director del Sistema en respuesta a lo anterior solicita un

dictamen que demuestre la afectación para que sea analizado por la junta de gobierno, ya que

argumenta que es la máxima autoridad de ese organismo operador”. Al respecto es importante

agregar que la propia CNA reconoce la afectación al manantial Las Tazas en 220 lps y sugiere

además completar el volumen de agua con la perforación de otro pozo cercano al canal de los

usuarios afectados. También señala el Director del Sistema de Agua Potable en su oficio que “este

organismo está en la mejor disponibilidad de cumplir las indicaciones contenidas en su atento escrito

para resarcir, en su caso la afectación a terceros; que para poder atender las peticiones marcadas,

solicito a usted de la manera más atenta un dictamen técnico que demuestre la afectación en que se

indica, para que sea analizado y presentado ante la junta de Gobierno ya que es la máxima

autoridad de este organismo operador; y por último le solicito a usted la regularización de nuestra

captación para cumplir con la legislación en materia de agua”. Con esto queda evidente que los

procedimientos legales para llevar a cabo la perforación de pozos es un aspecto secundario porque

219

el pozo se perforó en octubre de 1993 y se hace la solicitud para su “legalización” o “formalización”

en agosto de 1994.

h) “En oficio 1998/94 esta gerencia le hace del conocimiento cuáles fueros las causas que provocaron

la afectación de los manantiales”. A este respecto, en el oficio que envía el Gerente Estatal de la

CNA al Director General del Sistema de Agua Potable y Saneamiento de Cuautla de fecha 8 de

septiembre de 1994, se menciona que “El manantial Las Tazas forma parte de las aguas que

circulan en el subsuelo como un acuífero confinado, teniendo como unidad confinante, materiales de

baja permeabilidad que sobreyacen a los materiales que constituyen en acuífero. Al momento de

atravesar los materiales confinantes con la perforación realizada y llegar al acuífero, las aguas de

éste brotaron arriba de la superficie debido a su nivel piezométrico que se encuentra a 1 metro sobre

el nivel del suelo. Esta abertura en la formación confinante provocó que las aguas tuvieran una

salida adicional en forma ascendente en este lugar, reduciendo la presión, y por consecuencia el

caudal del manantial “Las Tazas” ya que estas aguas constituyen el mismo acuífero. Prueba de lo

antes expuesto, se puede constatar con la estadística de los aforos en este manantial, que antes de

la perforación, arrojaba un caudal de 376 lps y una vez efectuada la perforación, en el mes de

noviembre de 1993, el gasto disminuyó en forma radical a 182 lps con algunas fluctuaciones

mínimas”.

Siguiendo el curso de los acontecimientos, las autoridades del ejido de Casasano con fecha 20 de

septiembre de 1994 insisten ante el Gerente Estatal de la CNA que se aceleren los trámites para dar una

solución al referido problema de la disminución del agua en el manantial “Las Tazas” y el 6 de octubre del

mismo año, el propio Gerente Estatal ratifica que “el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado está en la

mejor disposición de llevar a cabo las obras que se hagan necesarias para restituir el volumen perdido en el

manantial señalado, por lo que en este momento solo les resta definir dicha obra, la cual según se nos

informó la respuesta la tendrán a más tardar a mediados del mes en curso, fecha en que se definirán

acciones y compromisos entre las partes involucradas”.

VI.5. Propuestas de obra para la recuperación del caudal perdido por la perforación del pozo

El 14 de octubre de 1994 el Ing. J. Trinidad Lara Hernández, Jefe del Distrito de Riego 016, envía al Ing.

Gabriel López Aguirre, Director General del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuautla, el Proyecto

Ejecutivo como una alternativa para restituir el volumen de agua disminuido al manantial “Las Tazas” y en el

cual se especifica que:

a) “Con el gasto de 360 lps que tenía el manantial antes de la perforación del pozo “El Calvario”, no se

tenían problemas para satisfacer los requerimientos de agua de los cultivos de los ejidos Casasano,

Tetelcingo y Cuautlixco y Propiedad Rural de Casasano”.

b) “En la conducción del gasto anterior se perdía un 40 % del agua, por lo que el gasto neto en puntos

de control se estimaba del orden de 215 lps”. Pero era agua que le correspondía a esas

comunidades y tenían la facultad de realizar las mejoras pertinentes para incrementar la

220

disponibilidad; además es en cierto modo muy relativo la pérdida de 40 % de agua en conducción,

porque podría haber sido del 50 % o más, y obviamente este dato modifica el volumen de agua que

debe de recuperarse al canal.

En función de estos supuestos se realiza el proyecto ejecutivo para recuperar los volúmenes perdidos, el cual

se especifica en el cuadro 25.

Cuadro 25. Funcionamiento del canal Casasano Grande CON UN GASTO (Q)= 215 lps ACTUAL

PROYECTO EFICIENCIA DE CONDUCCIÓN

(%)

GASTO (Q) lps EN PUNTOS DE CONTROL

DISPONIBLE NECESARIO FALTANTE EXCEDENTE

SIN REVESTIMIENTO 50 108 180 72 0 REVESTIMIENTO 80 172 180 8 0

ENTUBAMIENTO SIN PRESURIZACIÓN

95 204 180 0 24

ENTUBAMIENTO CON PRESURIZACIÓN Y RIEGO/ASPERSIÓN

95 204 143 0 61

CON UN GASTO (Q)= 175 lps ACTUAL

PROYECTO EFICIENCIA DE CONDUCCIÓN

(%)

GASTO (Q) lps EN PUNTOS DE CONTROL

DISPONIBLE NECESARIO FALTANTE EXCEDENTE

SIN REVESTIMIENTO 50 88 180 92 0 REVESTIMIENTO 80 140 180 40 0

ENTUBAMIENTO SIN PRESURIZACIÓN

95 166 180 14 0

ENTUBAMIENTO CON PRESURIZACIÓN Y RIEGO/ASPERSIÓN

95 166 143 0 23

CONSIDERANDO EL Q DEL MANANTIAL Y EL EXCEDENTE DEL POZO “EL CALVARIO”

GASTO DISPONIBLE ALTERNATIVA GASTO (Q) lps EN PUNTOS DE CONTROL

MANANTIAL POZO EL CALVARIO

TOTAL DISPONIBLE NECESARIO FALTANTE EXCEDENTE

215 105 1/320 S/REVESTIR 50 160 180 20 0

REVESTIDO 80 256 180 0 76

175 105 2/280 S/REVESTIR 50 140 180 40 0

REVESTIDO 80 224 180 0 44

1/ PARA UN Q= 320 lps SE RESCATAN 26 lps/Km REVESTIDO POR LO QUE REVISTIENDO UN KM DE CANAL SE TENDRÁ UN Q= 186 lps DISPONIBLE EN PUNTOS DE CONTROL

2/ PARA UN Q= 280 lps SE RESCATAN 23 lps/Km REVESTIDO POR LO QUE SE REQUIERE COMO MÍNIMO REVESTIR UN TRAMA DE 1.75 Km.

FUENTE: Proyecto Ejecutivo. Ing. J. Trinidad Lara Hernández.

221

Según alternativa No. 1, entubamiento del canal “Casasano Grande”, en las condiciones actuales si se toma

en cuenta que el manantial proporciona un gasto de 160 lps aproximadamente y considerando una eficiencia

de conducción del 100 % se requeriría un gasto adicional del orden de 55 lps para compensar pérdidas de

conducción de la red de conducción del pozo (eficiencia de conducción 78.6 %).

Según alternativa No. 2, Revestimiento del canal “Casasano Grande”, el gasto de 160 lps del manantial se

disminuiría en un 20 % por las pérdidas de conducción, por lo que el gasto neto en puntos de control se

disminuiría para quedar en 128 lps, por lo que para llegar a 215 lps se requeriría un gasto neto adicional de

87 lps y compensar pérdidas, se requería perforar un pozo profundo con un gasto de 110 lps.

VI.6. Daños a los cultivos por sequía

Pese a los esfuerzos relativos de parte de las instituciones para resolver el problema de los usuarios del

agua, principalmente la CNA y el Sistema de Agua Potable y Saneamiento de Cuautla, que a un año después

de la perforación del pozo apenas se vislumbraban algunas posibles alternativas como la perforación de un

pozo y el revestimiento del canal general Casasano Grande, los ejidatarios y pequeños propietarios de los

núcleos afectados continuaron sus manifestaciones de inconformidad por el problema al que se estaban

enfrentando de la sequía de sus cultivos en el mes de diciembre de 1994. De esta manera, el 1º de diciembre

de ese año realizaron un recorrido de inspección, autoridades ejidales y del Distrito de Riego 016 con el fin de

evaluar la afectación de los cultivos por la falta de agua para riego. En la minuta del recorrido se menciona

que “se hace constar en la presente minuta el daño que acusan los cultivos establecidos, en donde se

estiman daños traducidos a pérdidas en el ejido Casasano del orden del 50 % en el campo El Partidor,

dándose casos hasta del 70 y 100 %; en el campo Zumpango 50 % y en el caso de la Propiedad Rural el

daño a la fecha se estima del 80 a 90 % de pérdidas. También se acuerda que en tanto se defina o resuelva

el problema que restituya las aguas disminuidas al manantial “Las Tazas” se redistribuirán equitativamente

las aguas, según la superficie de cada ejido y la propiedad rural, además de enviar comunicados a

propietarios de bombas clandestinas instaladas a lo largo del canal Casasano Grande y cumplido el plazo

para su retiro y no cumplir el infractor, se decomisarán conforme a lo establecido por la propia Ley de Aguas

Nacionales y su reglamento, para lo anterior y para evitar también la instalación de represas practicadas para

recreo o lavado de enseres domésticos, se pedirá el apoyo de las autoridades municipales y aplicar

sanciones conforme a derecho procedan. Se acuerda también que las aguas disponibles tanto del propio

manantial, de pozos profundos de propiedad privada con quien se concerte su apoyo, se redistribuirán como

ya se dijo, según la superficie de cada ejido y propiedad rural, respetando los usuarios las indicaciones que

personal del Distrito de Riego dictamine, especialmente en evitar obstruir tomas, instalar represas, alterar las

características de las obras o violar candados o cadenas de las obras de control. En caso de incumplimiento

de la CNA para retirar las bombas clandestinas, los propios usuarios ejecutarán esta acción. También se

prohibirá continuar extrayendo agua en carros cisterna (pipas). Cabe aclarar que la evaluación de pérdidas se

hace a la edad de 9 meses de la planta (del corte anterior a la fecha) y que de no recibir el servicio de riego

222

con oportunidad, este porcentaje puede llegar a ser del 100 % a l a edad de un año (o sea dentro de 3

meses) lo cual hará responsable al organismo operador señalado”.

En esta minuta se puede observar, por una parte, las repercusiones en la escasez de agua que ha traído

consigo la perforación del pozo “El Calvario” sin considerar los posibles impactos en la disponibilidad del

agua para riego a partir de la fuente principal, es decir, el manantial Las Tazas, y por otra, la capacidad de

organización de los usuarios del agua cuando el recurso es limitado. Esta capacidad se manifiesta en los

acuerdos y negociaciones que se establecen, así como las sanciones que se acuerdan por aplicar entre los

actores involucrados. Es pertinente indicar que el proceso de autogestión, visto desde la perspectiva de la

capacidad de regulación interna de los usuarios no es totalmente independiente en cuanto las instituciones

oficiales o gubernamentales intervienen de manera conjunta. Pero la participación de las instituciones para

tratar de regular los conflictos, más que resolverlos de fondo, en gran medida ha dependido de la capacidad

de gestión de los propios usuarios porque la intervención en este caso del Jefe de Distrito de Riego y otros

funcionarios se dio a partir de la invitación e insistencia de los ejidatarios para hacer constar directamente en

campo y en presencia de los funcionarios, de la magnitud del daño ocasionado en los cultivos por efecto de

carencia de agua en sus cultivos. Como se podrá constatar posteriormente, la capacidad autogestiva de los

regantes en el espacio hidráulico de la Asociación, presenta características singulares de la capacidad que

tiene los propios usuarios de establecer reglas claras que permiten que los sistemas perduren,

independientemente de los cambios en las estrategias de las instituciones del Estado encargadas de regular

los usos del agua.

VI.7. No se reconoce afectación al manantial Las Tazas

Pese a que en uno de los escritos del Director General del Sistema de Agua Potable y Saneamiento, Ing.

Gabriel López Aguirre, donde manifestó que “este organismo está en la mejor disponibilidad de cumplir las

indicaciones contenidas en su atento escrito (dirigiéndose al gerente Estatal de la CNA en oficio de 23 de

agosto de 1994) para resarcir, en su caso la afectación a terceros”, de hecho no se reconoció en ese

momento la afectación al manantial en tanto no se demostrara técnicamente; tampoco al 14 de diciembre de

1994 se acepta dicha afectación porque en oficio que envía nuevamente al Ing. Mario Sánchez Celis,

Gerente Estatal de la CNA, señala, entre otras cosas: “d). Con fecha 26 de octubre de 1994 remití a esa

gerencia Estatal que actualmente usted dirige los resultados proporcionados por DIFAZA, respecto del

análisis físico químico que en el mismo se contiene y que por sí mismo se explica, lo anterior en virtud del

acuerdo tomado en el seno de la junta de Gobierno de éste Organismo Operador mismo que acompaño

nuevamente en este expediente; e) Hago de su conocimiento en el presente expediente que respecto al

comportamiento de los niveles del manantial Las Tazas, según las gráficas y estudios realizados con fecha

30 de noviembre de 1994 le fueron remitidos a usted. De todo lo anterior considero se desprende a mi leal

saber y entender que el pozo “El Calvario” no causó ningún daño a los niveles del pozo Las Tazas en virtud

del resultado obtenido de los estudios realizados en el pozo “Las Tazas” y el pozo “El Calvario”.

223

Existe la referencia en un oficio del 3 de enero de 1995 en donde se menciona que con la misma fecha 14 de

diciembre de 1994 se reunieron, el Gerente Estatal de la CNA, Ing. Mario Sánchez Celis; el subsecretario de

aprovechamiento de agua, Ing. David Fonseca Cardona; el Director General de Agua Potable y Saneamiento,

Ing. Jaime Anzures Pliego; así como personal técnico de la subgerencia de administración del agua y del

Distrito de Riego. En esa reunión se acordó que la CNA elaborara un proyecto ejecutivo de rehabilitación del

canal “Casasano Grande” el cual serviría de base al organismo operador para que decidiera las obras por

emprender a efecto de restituir los volúmenes perdidos en el manantial “Las Tazas”. Las alternativas que se

señalan son las siguientes: alternativa 1: entubamiento del canal y perforación de pozo profundo con un

gasto de 70 lps.; alternativa 2: revestimiento con mampostería del canal y perforación de pozo profundo con

un gasto de 110 lps.

Hasta este momento las instituciones32 que se hacen presentes en el proceso de gestión y negociación para

tratar de resolver el conflicto por la disminución del agua en el manantial “Las Tazas” son: la Comisión

Nacional del Agua, tanto de oficinas centrales a través de la Gerencia en el Estado como de Distrito de Riego

016; el Sistema de Agua Potable y Saneamiento de la ciudad de Cuautla; los usuarios del agua directamente

afectados por medio de sus ejidos y pequeñas propiedades, la representación de los mismos usuarios del

riego a través de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla, así como la Asociación municipal de la Pequeña

Propiedad en Cuautla.

Aparecen también otras instituciones como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Secretaría

de Desarrollo Ambiental, la cual años mas tarde desaparece para constituir lo que actualmente se conoce

como la Comisión Estatal de Agua y Medio Ambiente (CEAMA) del gobierno del estado; la Secretaría de

Desarrollo Agropecuario, y más tarde la propia Secretaría de Agricultura en oficinas centrales de la ciudad de

México.

El 31 de enero de 1995 los representantes de la Asociación Municipal de la Pequeña Propiedad, Ricardo

Mena Toledano, Presidente y Juan Barrales Tanus, Vicepresidente, solicitan a la Dra. Ursula Oswalddd

Spring, Delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, “información respecto al oficio que la

CNA le giró al Ing. Gabriel López Aguirre, Director General del Sistema de Agua Potable en el cual se

especifican las alternativas para restituir los volúmenes de agua perdidos; también manifiestan su

inconformidad por no dar solución al problema por tener ya más de un año”. Solicitan “1) Restituir el agua a

los 360 lps al canal con las obras que sean más convenientes, 2) Pagar pérdidas de los cultivos de caña por

falta de riegos del periodo 93/94.

32 Se asumirá el concepto de institución a la forma de organización gubernamental de manera formal, tanto como aquellas instituidas directamente por los actores sociales reconocidas internamente para sus procesos de gestión y manejo de sus recursos.

224

El 3 de febrero de 1995 el Ing. Mario Sánchez Celis, Gerente Estatal de la CNA, hace referencia al oficio del

Ing. Grabriel López Aguirre, Director general del Sistema de Agua Potable de 14 de diciembre de 1994 (cerca

de dos meses después) en donde señala de la reunión que con misma fecha 14 de diciembre se realizó entre

diferentes funcionarios33 y en la que “se convino en buscar soluciones y no culpables respecto al problema

del abatimiento del gasto de manantial “Las Tazas”, comunicándonos el Ing. David Fonseca Cardona,

subsecretario de aprovechamiento del agua, que la Secretaría de Desarrollo Ambiental aportará los recursos

financieros para que el Sistema de Agua Potable y Saneamiento de la H. Cuautla, lleve a cabo las obras que

se considere necesarias para solucionar el desabasto de agua que sufren actualmente los ejidos de

Casasano, Tetelcingo y Cuautlixco y Propiedad Rural de Casasano, al abatirse, como ya se dijo, el manantial

“Las Tazas””. Continua señalando que “esta gerencia se comprometió apoyar con los estudios y proyectos

ejecutivos de rehabilitación de canal “Casasano Grande” para que sirvan de base y se decida el tipo de obras

a realizar para rescatar volúmenes de agua perdidos en su conducción, además otorgará las facilidades y

autorización para la perforación o perforaciones que se hagan necesarias que complementen el gasto

requerido para dar solución al desabasto actual en ejidos y propiedad rural mencionados”.

En principio, al parecer la CNA, por conducto de su Gerente Estatal, tiene la mejor disposición para dar

solución al problema de la falta de agua para los usuarios referidos, e incluso se “aventura” un tanto a

manifestar que “otorgará las facilidades y autorización para la perforación o perforaciones que se hagan

necesarias” porque en ese momento se trata de resolver un problema social relativamente grave. Y es

relativamente grave porque a esas fechas apenas se vislumbran los acuerdos de las instituciones

gubernamentales (CNA, El Sistema de Agua Potable y la intervención tardía de la Secretaría de Desarrollo

Ambiental) a más de un año de la perforación del pozo “El Calvario”, y además la intervención de los usuarios

(las solicitudes, la gestoría y las presiones documentadas) ha sido también realizada dentro del marco en el

que las instituciones gubernamentales “hacen entrar al juego” y desarrollan su propia dinámica. Es decir, el

curso del proceso de gestión y negociación tiene el mayor peso en las decisiones que las instituciones

gubernamentales asuman, a pesar de las presiones relativas de los actores sociales de las instituciones no

gubernamentales. Y cabría preguntarse entonces ¿dónde ha estado la participación de los usuarios en las

reuniones entre funcionarios en las que se toman los acuerdos para dar solución a los problemas de falta de

agua para los ejidatarios y pequeños propietarios de los núcleos afectados? En ese ámbito parece que las

decisiones se toman al margen de ellos, y en el mejor de los casos, sólo se consideran las presiones

ejercidas a través de los medios documentales (oficios, minutas, acuerdos internos).

Pese a los acuerdos de las reuniones entre funcionarios para implementar alguna de las alternativas

planteadas, el 13 de febrero de 1995 aparece una nota informativa en el Diario de Morelos donde se lee:

“CUAUTLA, Mor., 13 de febrero. A pesar de las acusaciones que han realizado ejidatarios de Casasano,

señalando que la perforación del pozo “El Calvario” ha causado que la afluencia del manantial “Las Tazas” 33 Ya referidos en la nota inmediatamente anterior.

225

disminuya, el titular del Sistema de Agua Potable, Gabriel López Aguirre, enfatizó que hasta la fecha no

existen pruebas técnicas que respalden esas afirmaciones. López Aguirre señaló que se ha solicitado a la

Comisión Nacional del Agua que indique las causas de la disminución del afluente con que se riega la parte

poniente de las tierras ejidales del municipio. Lo que sí dejó en claro es que el monitoreo, inclusive de años

anteriores a la perforación del pozo, señal que las escasas lluvias han impactado de manera significativa en

la afluencia del manantial, que es utilizado principalmente para la actividad agrícola. Sin embargo, López

Aguirre añadió que otra de las causas de que haya disminuido la dotación del agua a las tierras de cultivo es

que existe un gran número de viveros por esa zona que jalan el líquido del canal y por lo tanto, esto

necesariamente se refleja en la actividad agropecuaria. Hasta la fecha, no existe una base con estudios para

que se afirme que la perforación del pozo de agua potable sea la causa de esta situación”.

A partir de estas observaciones que se hacen en la nota informativa, será importante referirnos

posteriormente a los datos de precipitaciones para analizar si existe una relación entre la lluvia de los años a

partir de la perforación del pozo y la disminución del caudal en el manantial, por un lado, y por otro, investigar

el número de usuarios de viveros que “jalan” el agua del canal. Al parecer se trata de ganar tiempo y

demostrar el “peso de poder político” entre instancias del gobierno del Estado, en este caso El Sistema

Operador de Agua Potable y la Comisión Nacional del Agua. De alguna manera, esa contradicción entre

ambas instancias gubernamentales tiene una base política y económica y en medio aparecen los usuarios

que tratan de presionar para que se pongan de acuerdo ambas instancias y resuelvan a favor de ellos.

Y efectivamente el número de viveros que “jalan” agua del canal es insignificante, ya que de una muestra de

255 viveristas, 12 de ellos toman el agua del canal, pero además no del canal Casasano, sino del Santa Inés

en el caso de viveristas del ejido Eusebio Jáuregui. Ello confirma las intenciones de ganar tiempo por medio

de la búsqueda de justificaciones técnicas que tiene que documentar la propia Comisión Nacional del Agua a

efecto de justificar la afectación al manantial “Las Tazas” por efecto de la perforación del pozo “El Calvario”.

El 24 de febrero de 1995 las autoridades ejidales de Cuautlixco, Tetelcingo, Casasano y el presidente de la

pequeña propiedad rural34 enviaron un comunicado al Gobernador del Estado, Lic. Jorge Carrillo Olea,

donde solicitan su intervención en virtud de que no tienen todavía a dos años del problema de falta de agua,

una solución favorable y las pérdidas en el cultivo de caña se han calculado en un 50 y 60% por abajo en el

contenido normal de sacarosa lo que les ha provocado endeudamiento al caer en cartera vencida con el

Ingenio “La Abeja” de Casasano.

El 10 de marzo de 1995 el Ing. J. Trinidad Lara Hernández35, envía un comunicado al Ing. Ramiro Pelayo

Barajas, Encargado de la Subgerencia de Administración del Agua, en donde hace saber la imposibilidad de

continuar proporcionando agua para uso industrial al ingenio “La Abeja” de Casasano en virtud de que el

34 Heliodoro Piñarrieta Linares, Felix Balon Tapia, Félix Tejeda Lara y Ricardo Mena Toledano, respectivamente. 35 Jefe del Distrito de Riego 016.

226

manantial “Las Tazas” de donde se le proveía de agua, sufrió un notable abatimiento. Por ello se sugiere que

el ingenio busque otras fuentes para satisfacer sus necesidades y no agravar más la situación por la que

atraviesan los ejidos y propiedad rural afectados.

El 26 de abril de 1995, las autoridades ejidales y de la propiedad rural usuarios del canal Casasano Grande36,

en oficio que dirigen a la Dra. Ursula Oswalddd Spring le exponen que el Ing. Ramiro Pelayo les informó que

se autorizó un proyecto donde se considera el revestimiento del canal Casasano Grande y la perforación de

un pozo, por lo que le solicitan mayor información para conocer cuando se inician los trabajos.

El 4 de mayo de 1995 los representantes de la Asociación Municipal de la Pequeña Propiedad, Ricardo Mena

Toledano y Humberto Gutiérrez Cedeño, Presidente y Secretario respectivamente, enviaron una solicitud de

apoyo para su intervención al Secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Lic. Francisco Labastida

Ochoa, en donde le señalan de los trámites que han realizado ante la CNA pero que hasta la fecha no se les

ha dado ninguna solución y además señalan que han requerido que se les reparen los daños y a pesar de

requerir riegos de auxilio éstos no se les han otorgado; señalan textualmente: “notamos poco interés de parte

de las dependencias, por lo cual nos sentimos agredidos y humillados ya que lleva año y medio sin respuesta

nuestro problema”. A este respecto la oficina del Secretario de Agricultura solicitó se le informara sobre el

caso y el 12 de junio la CNA le dio respuesta, indicándole de las posibles alternativas (entubamiento del

canal con la perforación de un pozo, o el revestimiento del canal con la perforación de un pozo).

Y efectivamente, los hechos “hablan por sí solos” dado que las instituciones gubernamentales han invertido

suficiente tiempo para ponerse de acuerdo en las acciones que consideran más convenientes para resarcir

los volúmenes de agua perdidos del manantial “Las Tazas” y en la práctica los resultados aún son escasos o

muy limitados. Esto no refleja otra cosa sino un tanto el desinterés institucional por tratar de resolver los

problemas del agua en la cuenca y menos aún revertir los problemas de degradación y sobreexplotación del

recurso ya que no existe un plan de ordenamiento que conduzca a regular los usos del suelo y del agua.

El 8 de mayo de 1995 aparece una nota periodística en El Sol de Cuautla donde se señala que son

“amenazadas 400 hectáreas de caña por falta de agua, se perderán al 100 %; son 400 hectáreas en donde

se cultiva la caña de azúcar, que representa el 25 % de la producción, observan pérdidas hasta del 100 %

debido a la falta de agua ocasionada por la perforación del pozo El Calvario, que ha disminuido los cauces de

los manantiales de “Las Tazas” y “Santa Inés”. Aseguran afectados que de no restituirse el daño estas tierras

de riego pasarán a ser de temporal con daños irreversibles a la ecología. Pese a las demandas ante la CNA

para que años atrás no se permitiera la perforación del Calvario, el organismo puso oídos sordos a los

ejidatarios. Aseguran productores cañeros que se tapó un hoyo para destapar otro al solucionar los

problemas de falta de agua en la ciudad y afectar a los agricultores, porque aunque existen oficios que datan 36 Íbidem

227

del año de 1985 en donde se pide a la CNA que frene el proyecto, el alumbramiento del pozo se llevó a cabo

perjudicando las tierras de cultivo porque a la fecha, en seis meses sólo se ha dado un riego”. A estos

momentos no se conocen las fuentes que demuestren que anteriormente a la perforación del pozo “El

Calvario” se presentaron de parte de los ejidatarios las gestiones y pedimentos ante el Sistema de Agua

Potable y Saneamiento en Cuautla que condujeran a evitar la perforación del pozo, sino que las

manifestaciones se evidencian a partir del reconocimiento de la perforación, a la cual hacen llamar los

propios usuarios como “perforación clandestina”, y de la afectación en la disponibilidad del agua en el

manantial.

El 11 de mayo de 1995 el comisariado de Casasano y el representante del la pequeña propiedad envían un

comunicado a la Dra. Ursula Oswalddd Spring, manifestándole que es una persona de alto sentido social y

que le agradecen todo lo que ha hecho por ellos, pero a la vez le solicitan, de ser posible, el cambio de obra

del canal en lugar de “encasquillamiento” o revestimiento por entubamiento, ya que de lo contrario el canal se

vería afectado por la toma de agua con bombas clandestinas, la invasión de la mancha urbana y el hecho de

que serviría como un depósito de contaminantes. El 29 de mayo la Dra. Oswalddd da respuesta al oficio

indicando que “técnicamente el funcionamiento hidráulico de este cambio no es correcto, ya que el agua en la

tubería, circula en igual forma que en el canal a cielo abierto, y a una profundidad de aproximadamente 1.80

metros sin la presión necesaria para que salga el agua a los terrenos de cultivo, por trabajar este

precisamente como canal. Para lograr el objetivo que se pretende, es necesario la construcción de un

cárcamo de donde se bombearía el agua, conectándose directamente a la tubería para darle presión y salga

directamente a los terrenos de cultivo lo cual no es recomendable económicamente, ya que el costo del agua

por gravedad no se compara con el de agua bombeada que es demasiado caro, por la tarifa que se aplica al

consumo de la energía eléctrica para el riego. Para atender el problema de la escasez de agua para el riego

en los pueblos de Cuautlixco, Casasano y Tetelcingo, esta Secretaría propuso en el Programa 1995, la

perforación de un pozo y el revestimiento del canal “Las Tazas”. Esperamos la autorización de la respuesta y

posteriormente se las confirmaremos”.

El 5 de septiembre de 1995 el Gerente Estatal de la CNA le envía a la Dra. Oswaldd el Proyecto Ejecutivo del

canal Casasano Grande con lo cual, expresa “se está dando cumplimiento a los acuerdos de la reunión del

26 de agosto del año en curso; con ésta acción se está contribuyendo a fomentar el desarrollo y

modernización de la agricultura de riego en este estado de Morelos. Cabe mencionar que en reunión de

coordinación del pasado 31 de julio de 1995 entre personal técnico del Gobierno del Estado, Secretaría de

Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y la Comisión Nacional del Agua, se acordó elaborar el proyecto

mediante entubamiento del canal principal “Casasano Grande” sin presurización, como una segunda

alternativa al proyecto presentado por la empresa “Agro Fuerza Hidráulica” con el objeto de aprovechar el

total de las aguas del manantial. En caso de no acceder los usuarios a participar económicamente en la

realización de las obras, o insuficiencia presupuestal y dejarse para una segunda etapa la integración de

228

áreas compactas (Módulos) para el empleo de riego presurizado, por lo que se elaborarían proyectos

individuales con su equipo de bombeo correspondiente según el tipo de riego presurizado elegido en cada

caso”.

Al 5 de septiembre, casi a dos años de la perforación del pozo, aún continúan los planes para decidir que tipo

de obra se llevará a cabo. Por una parte la CNA argumenta la viabilidad del entubamiento del canal sin

presurización como una segunda alternativa y en caso de que los usuarios tengan la disposición de cooperar

económicamente, en una segunda etapa fomentar el riego presurizado si no de manera compacta, hacerlo en

función de proyectos individuales. Sin embargo la Secretaría de Desarrollo Ambienta, a cargo de la Dra.

Oswaldd maneja la imposibilidad técnica y económica de la alternativa de entubar el canal. Al parecer no

existen puntos de acuerdo entre ambas dependencias para manifestarle a los usuarios la viabilidad de la

mejor alternativa, existe un vacío aún muy fuerte entre las hachones de las dependencias y los intereses y

costumbres de los usuarios en el manejo de sus propios recursos.

El 29 de septiembre de 1995 la Dra. Oswaldd envía un comunicado al Lic. Raúl Ramírez Chávez, Diputado

federal, en donde señala que “en relación a la obra del revestimiento del canal “Las Tazas” de Cuautlixco y

Casasano, la obra ya fue autorizada para ejecutarse en el presente año, el retraso para iniciarse obedece al

cambio de proyecto hecho por sugerencia de la Comisión Nacional del Agua y a solicitud de los propios

usuarios, en relación a la obra de perforación de pozo para uso agrícola de “Las Tazas”, ya se realizó el

concurso, el contrato está en proceso de firmas pero se requiere que los usuarios entreguen la cesión del

terreno así como la autorización de perforación de la Comisión Nacional del Agua”.

El 9 de octubre de 1995 las autoridades ejidales de Casasano le envían un comunicado al gerente Estatal de

la CNA en el que le manifiestan que “estamos en espera de que se inicien los trabajos de la obra que se tiene

proyectada en nuestro canal Casasano Grande, y porque no hemos tenido solución al respecto, le invitamos

a una reunión el próximo 11 de los corrientes en las oficinas del ejido a las 18:00 horas”.

El 12 de octubre de 1995 las autoridades ejidales de Casasano envían un comunicado a la Dra. Oswaldd

indicándole que “hemos aceptado que se lleve a cabo el proyecto de encasquillamiento-revestimiento y la

perforación de un pozo o pozos necesarios con el propósito de recuperar el volumen de agua perdido que era

de 360 lps antes de la perforación NO AUTORIZADA del pozo en el ejido de Cuautlixco (El Calvario). Por lo

anterior solicitamos su intervención para que dicho proyecto inicie a la brevedad posible”.

El 25 de octubre de 1995 se constituye el comité de obra nombrándose a los señores: Heleodoro Piñarrieta

L., Presidente; Víctor Ramírez Lara, Secretario; Ricardo Mena Toledano, Tesorero; Luis Becerro García y

Daniel Gutiérrez Paredes, ambos vocales. Con esta misma fecha se envía comunicado al Arq. Jesús Jiménez

Ventura, director de obras públicas de Cuautla, donde nombran representantes del comité de supervisión:

229

Heleodoro Piñarrieta L. Por Cuautlixco; Víctor Ramírez Lara, por Casasano; Luis Becerro García, por

Tetelcingo y Ricardo Mena Toledano, por la propiedad rural de Casasano.

El 3 de noviembre de 1995 el Gerente Estatal de la CNA, Ing. Guillermo Chávez Zarate, contesta un oficio al

comisariado ejidal de Casasano en donde le indica “me refiero a su atento escrito de fecha 12 de octubre de

1995 en el cual solicita autorización para la construcción de un pozo profundo en la zona poniente de

Cuautlixco para riego agrícola. Dicho pozo es con el fin de recuperar el volumen perdido del manantial Las

Tazas, con motivo de la afectación con la perforación del pozo El Calvario. El municipio de Cuautla se

localiza en el ACUÍFERO VALLE DE CUAUTLA-YAUTEPEC, la zona propuesta se cataloga dentro de la

VEDA DE CONTROL y de acuerdo a la Ley Federal de Derechos en Materia de Agua, se ubica en ZONA de

DISPONIBILIDAD No. 1, en que de acuerdo a las condiciones geohidrológicas, se considera que NO HAY

DISPONIBILIDAD, por lo que sólo se autoriza la perforación de pozos para usos prioritarios. En esta porción

del valle existe una concentración de pozos, norias y manantiales, por lo que deberán de protegerse las

condiciones actuales de operación, se considera que se ha rebasado el nivel de equilibrio del acuífero, tanto

de manantiales como de pozos. POR ESTA RAZÓN NO ES POSIBLE AUTORIZAR NUEVOS

APROVECHAMIENTOS EN ESTA ZONA”.

Estas observaciones que hace el Gerente Estatal de la CNA parecen ser muy razonables en el sentido de

procurar el equilibrio del acuífero, pero es necesario que se aporten los fundamentos técnicos de estos

planteamientos en donde se especifique claramente el numero de pozos, las norias y sus volúmenes de agua

que están extrayendo, el volumen de recarga y los riesgos inherentes con el crecimiento no planeado de los

centros de población, y cabe entonces preguntarse ¿ porqué no se valoró esta situación antes de proceder a

otorgar la autorización del pozo El Calvario?, ¿cuáles y para quien son los usos prioritarios?, ¿qué se ha

hecho para regular la extracción de agua a través de cientos de norias que no tienen ningún permiso de la

CNA para usos en plantaciones de viveros?, ¿porqué se les dijo, en un principio a los usuarios de los núcleos

afectados por la perforación del pozo El Calvario, que para recuperar los volúmenes perdidos se realizarían

las obras que fueran necesarias? ¿acaso con el revestimiento de 3 km de canal y la perforación de un pozo

con un gasto de 50 lps ya recuperaron los ejidatarios y pequeños propietarios sus volúmenes de agua

perdidos?. Al parecer las justificaciones técnicas y los propios preceptos legales quedan en un segundo

margen cuando la competencia por los usos de agua para la ciudad son más fuertes y son capaces de

establecerse nexos de negociación y fuerza al margen de la tecnocracia, o bien se hace uso muy eficiente de

los elementos técnicos para manejar una situación social relativamente débil y que se ha movido baja la

dinámica de que son las “las instituciones gubernamentales quienes tienen la autoridad y por tanto, el

control”. Se deduce entonces que para la tecnocracia, la argumentación de que “ya no hay disponibilidad de

agua en la zona, que no es posible autorizar nuevos aprovechamientos y que solo se autoriza la perforación

de pozos para usos prioritarios” es una cuestión solo de procedimiento y que no se hizo del conocimiento a

los usuarios de los posibles núcleos agrarios afectados, con la suficiente anticipación, para que por su

230

cuenta, y en el mejor de los casos a través de algunos apoyos de las instituciones gubernamentales, fuera

posible recuperar parte de los volúmenes de agua perdidos.

VI.8. Acerca del pozo Casasano

Con el propósito de dar seguimiento a las gestiones que conlleven a la perforación del pozo, como parte de

las acciones promovidas y finalmente aceptadas por los usuarios, éstos autorizan la cesión de derechos del

terreno en donde se llevaría a cabo la perforación. Por ello, con fecha 24 de noviembre de 1995 las

autoridades ejidales de Casasano, notifican al Gerente Estatal de la CNA la cesión de derechos del terreno

donde se llevará a cabo la perforación del pozo para riego, el cual se ubica en terrenos de la pequeña

propiedad de Casasano.

Existe una nota informativa del Ing. J. Trinidad Lara Hernández, Jefe del Distrito de Riego 016, dirigida al

Gerente Estatal de la CNA, Ing. Guillermo Chávez Zarate, en donde señala lo siguiente: “en relación a la

reunión de ayer martes 19-III-96 con usuarios del ejido de Cuautlixco, donde se les expuso la intención de

entubar y presurizar las aguas del manantial Las Tazas en sustitución del revestimiento originalmente

acordado con los demás “derechosos” de las aguas de dicho manantial. Existe una marcada resistencia al

entubamiento y exigen se respete lo acordado con los usuarios de Casasano de revestir el canal, dejando

500 M (DEL KM. 0+000 AL KM. 0+500). Lo anterior, por considerar que ellos son los dueños del manantial

por estar en terrenos de su ejido, a lo cual se les explicó ampliamente la existencia de dotaciones de agua

por decreto presidencial, tanto para Cuautlixco, Casasano (Ejido y Propiedad Rural) y Tetelcingo y que estas

dotaciones se dieron tomando en consideración la población existente, las disponibilidades de agua y tierra y

que el hecho de ir aumentando la población, no les da derecho de tomas mas agua; en cambio de existir

disminuciones, es responsabilidad de la CNA modificar las cantidades en función de las disminuciones,

conservándose el porcentaje original, mas no la cantidad, ya que ésta es función de la disponibilidad actual.

ACUERDOS: 1º. El comisariado se responsabilizará de efectuar inventario de usuarios irregulares

(ganaderos, berreros y viveristas) con recorridos de campo para constatar su ubicación, donde acompañará

personal de CNA y del propio gobierno del Estado. 2ª, efectuar reunión conjunta de ejidos especialmente con

Casasano para revisión de acuerdos anteriores y ratificación o modificar, así como analizar disponibilidades

de agua. 3º, por unanimidad manifestaron que de momento ellos rechazan el entubamiento y riegos

presurizados y que si otro ejido lo acepta, que sea a partir del inicio de su ejido”.

El 14 de junio de 1996 la Dra. Oswaldd comunica al Comisariado de Casasano, Silvestre Sámano Ríos37 que

“de conformidad con los acuerdos de la reunión efectuada el día de ayer, se han girado instrucciones a la

Dirección General de Agua y Saneamiento, a fin de que inicien de inmediato los trabajos, para lo cual el

Gobierno Estatal a través de esta Secretaría aportará una inversión de 960 mil pesos. Como es de su

conocimiento la longitud requerida de revestimiento es de 3 396 metros que a costo actual asciende a una 37 ya es nuevo comisariado ejidal

231

inversión que se estima de 2 millones 420 mil pesos, por lo que será necesario la aportación de mano de

obra y económica en su caso, de parte de los beneficiarios para cumplir la totalidad de las metas. La

aportación del Gobierno Estatal se enfocará al suministro de materiales preferentemente cemento, grava y

compuerta. En la medida de sus aportaciones para el suministro de piedra, arena y mano de obra, estaremos

en la posibilidad de solicitar a la Secretaría de Hacienda la autorización para transferir el sobrante que

pudiera resultar de los 960 mil pesos autorizados para el revestimiento al equipamiento del pozo

recientemente perforado, cuyo costo se estima del orden de 170 mil pesos y su electrificación lo que permitirá

alimentar un gasto adicional de agua al referido canal”. Hasta este momento ya se tiene entonces la

perforación de un pozo en terrenos de Casasano y la autorización de recursos para el revestimiento de 3 396

metros de canal, pero siempre y cuando haya participación no solo en mano de obra sino también económica

de los usuarios (de hecho desde el momento en que participan con mano de obra tiene una valoración

económica porque tendrían un ingreso si ocuparan ese tiempo en trabajo distinto).

De este comunicado es importante destacar la dinámica en la cual son de alguna manera “sometidos” los

usuarios del agua en cuanto a la necesidad de tener que hacer aportaciones para algunas obras que ellos no

planearon, sino que se dieron por necesidad de obtener mayores volúmenes de agua para el riego, pero

cabe preguntarse si en todo sistema es necesario el revestimiento de canales para aumentar la “eficiencia”,

¿en qué sentido debe entenderse éste concepto?, ¿no es que se realizan algunas obras pensando en que

las demás variables permanecerán sin cambio?, la práctica ha demostrado que la realización de tales obras,

básicamente el revestimiento del canal Casasano Grande no resolvió el problema de la falta de agua para los

usuarios que años atrás así lo venían haciendo. Existen otras variables que no se han considerado y mucho

menos controlado como son el crecimiento urbano, lo que se traduce en un aumento en la demanda del

agua, en el crecimiento exponencial del viverismo en los últimos 5 años, que también habrá que valorar los

volúmenes de extracción de agua que impacten también en el manantial Las Tazas, y en su caso la dinámica

de las precipitaciones que comprenda la disponibilidad de los aforos y particularmente antes y después de la

perforación del pozo “El Calvario”.

El 7 de agosto de 1997 las autoridades ejidales de Casasano envían un comunicado al Ing. Luis Enrique

Álvarez García, Secretario de Desarrollo Agropecuario, en donde le plantean que “les recordamos que

únicamente se ha cumplido la perforación de un pozo con profundidad de 130 metros, siendo éste

insuficiente para reparar el daño que es de 350 lps, es por eso que les estamos solicitando la autorización

para la perforación del segundo pozo y aprovechar antes de que se lleven la máquina perforadora, pues la

perforación del primer pozo termina la presente semana”.

232

El 2 de octubre de 1997 el Ing. J. Trinidad Lara Hernández solicita al Ing. J. Francisco Javier Parra Acosta38

“su intervención para realizar la gestión correspondiente para modificar en el Título de Concesión el volumen

asignado al manantial “Casasano”, comprendido dentro del Módulo de Riego Río Cuautla, transferido a la

organización de usuarios “Gral. Eufemio Zapata Salazar” A.C. de acuerdo con los volúmenes concesionados,

el Módulo de Riego No. 08 “Río Cuautla” cuenta con 220.9 millones de m3 para riego agrícola, de los cuales

5.9 MM3 corresponden al manantial “Casasano”, calculados al momento de regularizar las concesiones a los

módulos transferidos y en transferencia, con base a datos históricos de diez años; según lo instruido por las

Subdirecciones Generales de Infraestructura Hidroagrícola y de Administración del Agua, en su oficio No.

BOO.3.-03611 de fecha 5 de agosto de 1994. Lo anterior en virtud del abatimiento del caudal de dicho

manantial antes de la titulación, motivado por la perforación del pozo “El Calvario”, ajeno al Distrito de Riego

No. 016; lo cual hace necesario transferir los derechos de un volumen de 1.64 millones de m3 de aguas

superficiales a aguas subterráneas, como una medida de compensación de volúmenes perdidos del

manantial, mediante la operación del pozo “Casasano” con gasto de 52 lps en este módulo No. 08 Río

Cuautla”.

Con fecha 13 de noviembre de 2000, el Ing. J. Trinidad Lara Hernández, hace una nota informativa para el

Ing. Delfino Toledano Alfaro, Secretario General de la CNC, donde destaca que “para dar solución al

problema de la falta de agua en Casasano, Cuautlixco y Tetelcingo, la Gerencia Regional Balsas de la CNA,

en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Ambiental del Gobierno del Estado han llevado a cabo las

siguientes acciones y obras:

1. Se determinó y concilió con los usuarios en 1996, realizar el revestimiento del canal principal

“Casasano Grande” para recuperar agua al disminuir las pérdidas de conducción así como la

perforación de un pozo que aportará 70 lps.

2. El Gobierno del Estado se comprometió a realizar las obras.

3. Como el gasto recuperado con el revestimiento del canal y el aportado por el pozo, no compensaría

el abatimiento del manantial, se consideró que los usuarios modernizaran el riego parcelario, lo cual

no fue aceptado por éstos.

4. El revestimiento del canal se realizó en 1996.

5. La perforación del pozo “Casasano” se efectúo en 1997.

6. El equipamiento se concretó entre 1998 y1999, así como su electrificación y construcción de la línea

de conducción para entroncarlo con el canal principal Casasano Grande a la altura del ingenio

Casasano “La Abeja”.

7. en virtud de que con las obras anteriores no se ha logrado restablecer el caudal perdido, se estima

requerirse un volumen adicional de aproximadamente 60 lps.

38 Subgerente Regional de Operación de la Gerencia Regional Pacífico-Centro.

233

ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN:

1. Presurizar el riego aprovechando los programas de “Alianza para el Campo”.

2. Perforación de otro pozo profundo, no lo recomienda la Subgerencia Técnica de la Gerencia regional

Balsas, ya que esta zona se encuentra en equilibrio y se podría afectar a los manantiales aledaños y

los pozos existentes.

3. Quitar carga al manantial “Las Tazas” para evitar su ahogamiento e instalar un sistema de bombeo

para elevar las aguas al canal principal. En diciembre próximo se realizarán los aforos con diferente

carga, para observar el incremento de gasto y si resulta satisfactorio tal incremento, se procederá a

la elaboración del proyecto ejecutivo y la gestión de recursos para la construcción de la planta de

bombeo, que sería lo más viable para no afectar las fuentes de aprovechamiento de agua existentes

en la zona”.

El 13 de febrero de 2001, el Sr. Sergio García Hernández, representante de la Pequeña Propiedad, envía un

escrito al Lic. Sergio Estrada Cagigal, Gobernador del Estado de Morelos, en donde le solicita que “se

respeten los acuerdos tomados en administraciones pasadas y que no han sido cumplidos, tales como la

dotación y perforación del o los pozos que fueran necesarios, según oficio No. BOO.719.6.1-0016 de fecha 3

de febrero de 1995, asimismo solicitamos la rehabilitación del manantial “Las Tazas”, esto con la finalidad de

recuperar parte del caudal perdido con las que se riegan 200 hectáreas de cultivo y que se ha reflejado en

grandes pérdidas. Se le solicita también el apoyo para efectuar el encasquillamiento o entubamiento de 1265

metros lineales de los canales principales Los Isidros y Los Empleados, mismos que nos permitiría obtener

un uso eficiente del recurso agua, que se utiliza para el riego de los campos Albín, Teresita, Popper, El

Capulín, El Huérfano, San Pedro 1, San Pedro 2 y Los Isidros con una superficie de 150 hectáreas”. Pero de

esta solicitud, y a su vez se puede considerar como un recordatorio de las “promesas” planteadas por parte

de las mismas instituciones gubernamentales en el sentido de cegar el pozo en caso de que el manantial no

se recuperara, primero, y con “realizar las obras que fueran necesarias para restituir los volúmenes perdidos”,

después, ya no hubo ninguna respuesta y parece que se ha “cerrado el caso” para las instituciones

involucradas. En cierto grado los propios actores sociales, representantes de los usuarios del riego, también

se encuentran en cierto estado de “letargo” porque no hay manifestaciones en una continuidad en el proceso

de gestión de las obras que fueron “prometidas”

El 3 de abril de 2002 se reunieron los comisariados ejidales de Cuautlixco, Casasano, Tetelcingo y el

representante de la Propiedad Rural de Casasano con los representantes de la Asociación de usuarios del

Río Cuautla con motivo de programar la reparación de las estructuras de control y el desazolve del manantial

Las Tazas. En virtud de que hace más de diez años no se ha desazolvado el manantial Las Tazas, así como

también no se han operado las estructuras de control, debido al escaso aforo que últimamente está

presentando, se ha determinado llevar a cabo estos trabajos con el fin de que incremente un poco el aforo

del manantial, y están de acuerdo en que inicien estos trabajos a partir del día 8 de abril del año en curso.

234

Los últimos aforos que se realizaron del manantial “Las Tazas” fueron los días 24 de enero de 2002 con un

gasto de 60 lps y el 18 de abril con 25 lps. Aprovechando la disminución del gasto, la Asociación de Usuarios

del Río Cuautla promovió ante los ejidos de Cuautlixco, Casasano, Tetelcingo y la pequeña propiedad de

Casasano, para que en pleno acuerdo de todos ellos, realizaran la limpieza de la taza mayor y el cambio de

compuertas. Ello implicó vaciar toda el agua de la taza y por tanto la baja presión del agua sobre el

manantial, provocó un incremento en el gasto del manantial hasta de 750 lps. La Asociación realizó las

gestiones necesarias para recibir el apoyo del Distrito de Riego en los aforos y en las propias obras de

mantenimiento en las compuertas. Al aumentar el gasto de agua del manantial por efecto de una menor

presión del agua de la taza sobre el manantial, ocasionó en otras fuentes relativamente cercanas, una

disminución en la disponibilidad del agua. Esas otras fuentes fueron los manantiales Los Sabinos, de donde

se extrae agua para uso urbano de colonias al otro extremo del manantial Las Tazas. Opiniones de personal

del Sistema de Agua Potable de la ciudad de Cuautla, comunicaron a la Asociación de la disminución del

gasto y la afectación para algunas colonias; algo similar sucedió con el pozo de agua potable ubicado en la

Taza vieja, el cual abastece a una parte de la población de Cuautlixco. Lo anterior demuestra la interconexión

del manantial “Las Tazas” con los manantiales “Los Sabinos”, el agua que se extraiga de una zona afecta la

de otras.

Con el gasto de 25 lps, prácticamente fue imposible satisfacer las necesidades de los cultivos, principalmente

de la caña de azúcar, y antes de que hubiera una pérdida total, se implementaron varias acciones para

bombear agua de la Taza mayor al canal Casasano Grande.

Entonces a raíz de la pérdida de gasto en el manantial “Las Tazas” en este periodo de estiaje pasado de

2002, la Asociación de Usuarios del Río Cuautla, realizó una serie de gestiones ante la CNA y la CEAMA del

Gobierno del Estado con el fin de conseguir las bombas y poder bombear agua del manantial “Las Tazas” al

canal Casasano Grande porque el cultivo de caña estaba en riesgo de perderse totalmente en una superficie

aproximada de 50 hectáreas. Para constatar los hechos, personal del Distrito de Riego 016, de la Asociación

de Usuarios del Río Cuautla y los propios usuarios, realizaron un recorrido de campo para hacer una

evaluación de los daños por sequía y de la urgencia de bombear agua al canal Casasano Grande para

satisfacer la necesidad del cultivo de caña de azúcar.

El 23 de mayo de 2002 personal técnico de la CNA hizo una visita de inspección al manantial Las Tazas para

verificar el sitio donde se colocaría el equipo de bombeo y determinar cuáles serían las características del

mismo. Así, el Ing. Humberto Hernández García, Jefe del proyecto de Protección a la Infraestructura y

Atención de Emergencias, especificó en un comunicado dirigido al Subgerente de Atención de Emergencias,

Fabián Vázquez López, la necesidad de “tramitar dos equipos de bombeo GOORMAN RUPP DE 6” DE

DIÁMETRO para cubrir la emergencia de pérdida en el riego agrícola; el gasto requerido es de 250 lps y la

instalación de los equipos de bombeo sería en el tanque de captación del manantial para ser conducidos por

235

un canal de mampostería a una distancia de 2 km aproximadamente. El tiempo de operación de los equipos

de bombeo se concluirá una vez iniciada la temporada de lluvias, los gastos de combustibles, lubricantes y

operación de los equipos correrán por cuenta de la Asociación de Usuarios, el sitio para la instalación de los

equipos se verificó y se les indicó a los solicitantes los trabajos a realizar para acondicionar dicho sitio”. Es

decir, la CNA pone las bombas en calidad de préstamo y todos los gastos de operación, incluyendo traslado

del equipo, deben ser cubiertos por la Asociación de Usuarios (ASURCO).

En un principio ASURCO solicitó al Distrito de Riego el apoyo y el conducto a través del cual se dispusiera

del equipo de bombeo para satisfacer la demanda de los cultivos, pero no se encontró respuesta favorable

porque se argumentaba que ese equipo sólo se brindaría para zonas de desastre y los tiempos casi de inicio

de las lluvias no permitirían conseguir el apoyo. A partir de ello, las gestiones las realizó ASURCO ante la

CEAMA y ésta a su vez con la CNA en la instancia correspondiente.

Finalmente la Asociación logró coordinar los trabajos para trasladar, instalar y operar el equipo de bombeo,

pero con el conocimiento de que la CNA sólo ponía el equipo y todos los gastos los asumirían los propios

usuarios. El bombeo se realizó por un periodo de 15 días, los gastos que se generaron fueron del orden de

27 000.00 pesos beneficiando una superficie de riego de 39.65 hectáreas (24 hectáreas de Casasano, 15

usuarios; y, 15.65 hectáreas de Cuautlixco, 15 usuarios). Después la Asociación conjuntamente con los

usuarios de ejidos involucrados gestionó ante el Ayuntamiento municipal de Cuautla el reembolso de una

parte de los gastos de operación aplicados.

Ahora, parte de las acciones que se tienen planeadas realizar, son las gestiones y la búsqueda de apoyos

para instalar de manera permanente un equipo de bombeo para verter39 agua de la taza mayor al canal

Casasano Grande. A la vez que se realizaron estas medidas para resolver el problema de la falta de agua, se

complicó la disponibilidad de agua para riego porque el pozo para riego de Casasano, sufrió descompostura y

nuevamente se buscó el apoyo de CEAMA para verificar técnicamente los daños, y posteriormente realizar

las gestiones pertinentes para la reparación.

A la vez que se realizaron estas gestiones y los trabajos para la operación de los equipos de bombeo a fin de

evitar la pérdida total en el cultivo, el pozo de agua para riego de “Casasano” sufrió fallas mecánicas y

también acudió personal de CNA y CEAMA para verificar el daño y que de esa manera la Asociación de

Usuarios del Río Cuautla realizara la reparación correspondiente, y con cargo a los usuarios.

En síntesis, el caso descrito de los manantiales “Las Tazas” indica que la gestión del agua tiene más que ver

con la concertación, con los acuerdos entre actores, con el respeto a las normas establecidas (se supone que

39 Hecho de pasar agua a través del bombeo de la taza grande al canal de Casasano grande porque por movimiento natural el agua no sube debido a que se encuentra en ligera contrapendiente.

236

por eso existen, para cumplirlas y hacerlas cumplir de parte de la instancia responsable). Todo ello manifiesta

la competencia y la posibilidad de que al parecer, el más fuerte es quien puede disponer del recurso y que de

no tomarse las medidas pertinentes para una verdadera gestión integrada, la vulnerabilidad del sistema

puede romperse y producirse conflictos de mayor envergadura. Es evidente que cuando los grupos de

usuarios son considerablemente minoritarios respecto a un poder despótico mayor, se genera una situación

de debilidad social elativa, que de operar el sistema bajo esa perspectiva, de la falta de regulación y

negociación, el escenario es de un crecimiento no planificado y sobre todo anteponiendo el beneficio

económico más que el social y el ambiental.

237

CAPÍTULO VIII. COMPETENCIA POR EL AGUA ENTRE USOS Y USUARIOS: CASO

PRODUCTORES DE BERRO

En este capítulo se realiza una descripción del proceso técnico, organizativo y de negociación entre actores

sociales como ASURCO y la Asociación de Productores de Berro. En el aspecto técnico se hace referencia a

la producción, las características del cultivo; en lo organizativo, a los antecedentes, la cohesión, gestión; y las

interacciones, los tipos de acuerdos y conflictos generados.

VIII.1. Introducción

Uno de los actores sociales que tiene una participación significativa en la cuenca del río Cuautla, es el

conjunto de productores del cultivo de berro, los cuales aprovechan el agua tanto de manantiales como del

propio cauce del río y de canales generales de riego; una parte de ellos se han organizado formalmente en

una Asociación Agrícola Local desde 1979 para realizar una serie de gestiones de manera conjunta, y otra

parte, trabajan la producción en forma independiente sin pertenecer a la Asociación Agrícola Local, pero de

cualquier modo tienen relativa aceptación para desarrollar su actividad por ser directamente ejidatarios y

hacer uso del agua en los cauces aledaños a canales y manantiales ubicados dentro de las áreas

circunvecinas del propio ejido al cual pertenecen. Para ASURCO, los “berreros” representan un fuerte

problema debido a la retención del agua que realizan en el cauce del río y en manantiales; ello repercute en

que los usuarios de aguas abajo dispongan de menos cantidad de agua para satisfacer las necesidades de

sus cultivos.

De acuerdo con el problema de investigación, lo anterior indica la necesidad de conocer el proceso bajo el

cual se manifiestan las diversas relaciones que establece la “Asociación” con los productores de berro, en el

contexto de la competencia por el recurso y los mecanismos que se llevan a cabo para definir el tipo de

acuerdos y negociaciones entre ambos actores sociales; asimismo, la relación con otros actores que de

alguna manera intervienen, tanto en el marco de los derechos del agua como de los usos y costumbres que

se van generando.

VIII.2. Características del cultivo

a) Origen.

El berro (Nasturtium Officinale R. Br.) es una planta originaria de Europa central y occidental (Kearney y

Peebles, 1951; Volák y Stodola, 1988; Jan, s/f). Oeste de Asia “Rusia Asiática o Euro Asia” (Gleason y

Cronquist, 1991; Grieve, 1995). Se reporta en toda la península ibérica e Islas Baleares, Francia y otros

países europeos (Font, 1980), (citados por Monroy, 1997).

238

Es una planta acuática perenne, su hábitat es el agua dulce, se observa flotando de manera continua en el

agua durante todo el año, crece en los bordes u orillas de los arroyos o pequeños riachuelos, acequias y

fuentecillas de agua en movimiento clara y fresca con profundidad de unos 30 cm, por tal razón se dice que

su hábitat es móvil y en los pantanos o fangos se encuentra muy frondoso cubriendo la superficie como

maleza, menudo forma grandes céspedes bien arraigada en el fondo y con las rocetas de las hojas a flor de

agua, pero es más abundante al acercarse la primavera. Resiste la poca aireación y se reproduce

rápidamente, es una planta herbácea d poca altura (Krochmal, et al. S/f; Font, 1980; Knopf, 1990; Anónimo,

1991; Grieve, 1995; Carr, 1996; citados por Monroy, 1997).

Pese a un conjunto de beneficios a la salud que se señalan de berro (limpia de riñón, mejora del

funcionamiento del hígado, alivia a reumáticos, mejora del corazón, depura la sangre, regula la diabetes,

bronquitis), en exceso provoca el aborto y es portador de riesgo para la salud si se cultiva con poco

movimiento de agua, lo que favorece el desarrollo de un caracolillo, otros insectos acuáticos y bacterias, que

pueden provocar tifoidea y el cólera.

b) Descripción botánica.

Raíz. Al germinar su semilla, la radícula desaparece rápidamente, desarrollándose un rizoma rastrero

provisto de numerosas raicillas secundarias. Presenta una emisión de raíces adventicias muy abundante en

los nudos, de color blanco y de diámetro delgado (Príhoda, 1991, citado por Monroy, 1997).

Tallo. El tallo es glabro, anguloso y hueco, llega a crecer de 10 a 60 cm de longitud, presenta muchas

ramificaciones, generalmente se observa flotando en agua con poca profundidad; en la cúspide de dicho tallo

brotan apretados racimos de flores blancas que se alargan al final de la floración (Volák y Stodola, 1998,

citados por Monroy).

Hoja. Las hojas son pinadas, imparipinadas con una filotaxia alterna, de tamaño pequeño de 3.8 a 12.5 cm

de longitud, presentan de 3 a 9 foliolos y ocasionalmente 10, lanceolados de forma ovada o de corazón con

tendencia a ser redondeados, el foliolo terminal de la hoja es más grande que el resto con segmentos

acorazonados de color verde oscuro y brillante, su sabor es picante fuerte (Martínez, 1956; Anónimo, 1991;

Grieve, 1955; Kroachmal et al., s/f.; citados por Monroy, 1997).

Inflorescencia. Las flores se desarrollan en la extremidad apical de las ramas y están dispuestas en una

panícula corta o racimo.

Flor. Se encuentra en racimos terminales, de tamaño diminuto. Son perfectas actinomorfas, con 4 sépalos

libres, imbricadas y en 2 series. Corola de 4 pétalos iguales estrechos en la base en alternancia con los

239

sépalos. El ovario es sésil. Presenta 6 estambres tetradinamos, los dos exteriores son más cortos, libres

insertos debajo del ovario. Anteras biloculares de dehiscencia longitudinal. Gineceo súpero, bicarpelar,

unilocular con un falso tabique membranoso; varios óvulos de placentación parietal (Sánchez, 1984; Príhoda,

1991). Su coloración es blanca con un diámetro de 4 a 6 mm, sus estambres son más cortos que la corola y

las anteras de color amarillo, una vez abierta la flor el racimo se alarga. La época de floración es de marzo o

abril a octubre (Knopf, 1990; Príhoda, 1991; Anónimo, 1991; citados por Monroy, 1997).

Fruto. Es una silicua alargada delgada de 10-12 mm de longitud, ocasionalmente hasta 25 mm, curvada

ligeramente terminando en punta, dehiscente en 2 valvas, quedando persistente el tabique. Algunas veces se

fragmenta transversalmente (Sánchez, 1984; Knopf, 1990; Anónimo, 1991; citados por Monroy, 1997).

Semilla. Están dispuestas en dos hileras en cada celda del fruto, es pequeña y de color amarillento (Sánchez,

1984).

c) Cultivo.

Para sembrar el berro, primero se limpia (deshierba) el lugar y se empareja la tierra (sin hacer surcos) con

azadón y machete dejando correr el agua, después se selecciona la planta entre las que nacen en la ribera

del río o manantial, se le corta la raíz y se tira al agua; a los 15 días cada codo empieza a producir follaje

(Alejandro Flores: 2002). En la preparación del suelo, se realiza el desazolve y la nivelación, actividades que

consisten en emparejar el terreno con pala y realizar el bordeo (nivelación).

Después de la preparación del terreno, se realiza la siembra o propiamente en este caso por tratarse de una

reproducción vegetativa, se realiza la plantación. En su estado natural, se propaga por semilla y

vegetativamente y al cultivarlo se puede hacer de ambas formas; en Cuautla la forma tradicional de cultivarlo

es en forma vegetativa. Es fácil de cultivar, se colocan pequeños tallos sobre la fuente de agua, se

recomienda sembrarlo en superficies planas ya que el desnivel lo desfavorece. Como el berro crece

rápidamente y desarrolla un sistema radical abundante que se entrecruza y evita una buena oxigenación, por

tal razón las raíces se deben podar y entresacar para que la planta adquiera un desarrollo arbustivo, además

de los brotes apicales y las flores que aparecen para poder estar cosechando de manera permanente,

además de hacer siembras escalonadas. El cambio de planta se realiza una o dos veces por año, en

promedio se considera un ciclo productivo de la planta de 6 meses.

La siembra se protege haciendo bordes principales de aproximadamente 60 cm de ancho por 50 cm de alto,

a los que se les siembran sauces, para que “amarren” y no se suelte la tierra, derivando el agua mediante

bordos más pequeños, estos bordos o represas, propician la baja del nivel de agua en los canales.

240

Posteriormente se aplican fertilizantes en forma foliar para propiciar el crecimiento vegetativo y dar mayor

vigor a la planta, a base de productos tales como Gro-green, Fruti-K y otros.

En el caso del control de plagas y enfermedades, éstos son los organismos que causan mayor daño y ante

los cuales se tienen que realizar diferentes aplicaciones de productos plaguicidas. El cultivo del berro es

atacado por algunas plagas, como son la “mosquita blanca” minador de la hoja, pulgón negro, pulgón verde y

“el cucuyachy”, un camaroncito pequeño (1 cm a 1.5 cm) que se alimenta de la raíz; para contrarrestar sus

efectos, los agricultores controlan aplican varios productos como son: Tionex, Thiomet, Thiodán (ambos, es

Endosulfán), Malatión, Manzate, Lanate, Folidol. Para controlar el camaroncito los productores aplican

mezclas de coloro (100 ml) y Folidol (2 l) en 200 l de agua para 2 tareas chicas (2000 m2). Dependiendo de la

incidencia de las plagas es la frecuencia en las aplicaciones de productos químicos, pero generalmente en el

retoño se hace la primera aplicación de fertilizante foliar, a los 20 días una segunda y a los 30 días la

tercera, es decir, unos 10 ó 20 días antes del corte. En cuanto a las aplicaciones de plaguicidas en promedio

se realizan aplicaciones cada 8 días, es decir en 3 y 5 aplicaciones por corte.

Algunas labores de cultivo que realizan consisten en quitar la maleza en forma manual o deshierbe,

comúnmente esa práctica es conocida como Tlamateca; otra práctica cultural que realizan es el “roce” de

bordes, el cual consiste en emparejar los bordos que sirven para retener la velocidad del agua para el

desarrollo del cultivo.

La cosecha se realiza cuando las plantas tienen unos 20 cm de altura, cortando los tallos sobresalientes y

dejando unos 5 cm entre el corte y el sustrato; ésta práctica se realiza en periodos de crecimiento de cuando

menos 30 días, porque en ocasiones depende de las necesidades y exigencias del cliente (Flores, A., 2002).

En cuanto a la producción, se realizan cortes en periodos de entre 30 y 60 días dependiendo de las

condiciones de producción y de los requerimientos del comprador, pero en promedio se realizan 10 cortes al

año; se llega a cosechar hasta 1000 manojos por cada 1000 m2, es decir, un manojo por m2.

VIII.3. Áreas de producción del berro

Se pueden ubicar dos grandes zonas productoras de berro: una primera sobre la ribera del río Cuautla tanto

en los márgenes izquierdo como derecho desde los manantiales Los Sabinos, San Cristóbal, La Mora, Santa

Rosa, Ojitos de Agua, Agua Azul y los propios cauces del río; y una segunda zona en las cercanías de los

manantiales Las Tazas y Santa Inés. Estas dos grandes zonas las podemos especificar en 7 áreas de

producción de acuerdo con la fuente de abastecimiento, es decir, se trata de áreas más o menos compactas

e identificadas en la producción del berro. En la primera zona es en donde tuvo su origen el cultivo en 1942 y

después en la zona de Las Tazas y Santa Inés en 1946.

241

Con base en trabajo de campo, a través de recorridos de reconocimiento y entrevistas con productores, la

superficie total estimada en la producción de berro es de 56 hectáreas, de las cuales 46 hectáreas se ubican

en la zona I, es decir, en donde se presentan los mayores conflictos por la lucha por el agua con los usuarios

de ASURCO en el cauce del río Cuautla y sus riberas tanto al margen izquierdo como derecho. Las otras 10

hectáreas se ubican en áreas de producción a los márgenes de los canales generales de riego Sauce Chino

y Santa Inés. La superficie estimada de berro que se cultiva directamente sobre el cauce del río es de 12

hectáreas en la época de estiaje (Cuadro 26).

Cuadro 26. Áreas de producción de berro en la cuenca del río Cuautla.

Zona de producción

Área de producción

Margen del río Fuente de agua Superficie cultivada

Todo el año Estiaje

I

1

Izquierda M. San Cristóbal 6 Izquierda M. La Mora 10

Río Cuautla 4 2 Derecha M. Santa Rosa 3 Derecha M. Ojitos de Agua 3 Río Cuautla 2

3 Derecha Deriv. El Zapote 2 Izquierda Deriv. El Zapote 2 Río Cuautla 2

4 Derecha M. Ojito de Agua 2 Derecha Agua de drenaje 0.5 Río Cuautla 3

5 Derecha Deriv. Socavón (canal) 3 6 Izquierda M. Agua Azul 2 Río Cuautla 0.5 1

II 7 Sauce Chino 4 Las Tazas 4 Santa Inés 2

Totales: 44 12

Fuente: elaboración propia, 2002.

En el caso de la primera zona de producción, a pesar de que no existe un padrón de productores de berro, su

número se estima en 98, de los cuales 58 pertenecen a la “Asociación Agrícola Local” y los otros 40 son

productores independientes (González, 2002). De la segunda zona de producción se tiene un padrón de 28

productores con base a trabajo de campo y entrevistas. Es decir, en total son 126 productores en ambas

zonas de producción con una superficie de 56 hectáreas, 4 590 m2 por productor. En la primera zona se tiene

un promedio de 4 460 m2 por productor para el caso de los miembros de la Asociación Agrícola Local, 5 032

m2 por productor para los productores independientes de la misma zona; y 3 571 m2 por productor para los

berreros ubicados en la segunda zona de producción (figura 18). Los berreros de la Asociación Agrícola Local

han sido capaces de permanecer en la zona federal y en las propias márgenes del río y de manantiales,

incluso algunos de ellos que se han establecido para producir dentro del Área Natural Protegida conocida

como Los Sabinos-Santa Rosa-San Cristóbal.

242

ASOCIACION AGRICOLA LOCAL SUPERFICIE DE BERRO POR PRODUCTOR

0

2000

4000

6000

8000

10000

12000

14000

16000

1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 34 37 40 43 46 49 52 55

PRODUCTORES

SU

P. E

M M

ET

RO

S

CU

AD

RA

DO

S

Figura 18. Superficie cultivada de berro por productor en la Asociación Agrícola Local.

Fuente: elaboración propia, 2002.

En un diagnóstico40 del cultivo de berro sobre el río Cuautla que realizó la Secretaría de Agricultura,

Ganadería y Desarrollo Rural en el estado de Morelos estimó una superficie cultivada de berro de 49

hectáreas con un total de 92 productores, es decir, un promedio de 5 326 m2 /productor (SAGDR, 1995).

Algunos de los cultivadores de berro ubicados sobre la primera zona de producción hacia los márgenes y

cauce del río sobre el conjunto de manantiales Los Sabinos, cuentan con permisos precarios y se han

constituido en una Asociación Agrícola Local ya descrita anteriormente. Algunos de ellos son ejidatarios de

Cuautlixco y Amilcingo, pero la mayoría son avecindados, es decir, personas que sin ser ejidatarios han

llegado a establecerse en esas localidades e iniciado la actividad en al producción del berro; al parecer

también hay algunos arrendatarios pero son pocos. En esta zona el número de productores de berro se

estima en 98, de los cuales 58 son los que pertenecen a la Asociación Agrícola Local, el resto trabajan en

forma independiente (40) e incluso son quienes se han posesionado para producir directamente en el cauce

del río.

Con base a trabajo de campo, en la primer zona de producción se tomó recabó la información de los 58

socios de la Asociación Agrícola Local y en la segunda se recabó el padrón completo de productores de 28,

de los cuales se describen algunas características como son: superficie sembrada, fuente de agua que

utilizan para el riego, disposición de permiso precario, años que tiene cultivando el berro, edad del productor,

tipo de productor (ejidatario, avecindado, arrendatario, otro) y la localidad a la que pertenecen.

40 Este diagnóstico se realizó a partir de los acuerdos que se tomaron en reuniones del “Comité Interinstitucional para la elaboración del Plan Integral de Manejo del río Cuautla” constituido en 1995.

243

La segunda zona de producción de berro es la que se ubica hacia los manantiales “Las Tazas”, “Santa Inés”

y “Los Ojitos”. Los usuarios del agua de comunidades de la parte baja, argumentan que les llega menos agua

debido a los bordos que realizan los productores de berro aguas arriba, sin embargo en esta zona los

usuarios no han realizado acciones para la tumba del berro. En esta zona no se ha desarrollado un tipo de

organización especial que agrupe a los productores de berro ya que la mayoría de ellos, son ejidatarios o

hijos de ejidatarios, es decir, a la vez pertenecen a ASURCO (figura 19).

SUPERFICIE DE BERRO POR PRODUCTOR EN LA ZONA DE LAS TAZAS Y STA. INES

0

2000

4000

6000

8000

10000

12000

1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27

PRODUCTORES

SU

P. E

N M

ET

RO

S

CU

AD

RA

DO

S

Figura 19. Superficie de berro por productor en la segunda zona de producción.

Fuente: elaboración propia, 2002.

VIII.4. Costos de producción, importancia económica y social

El berro, desde el punto de vista económico es una atractiva alternativa de producción tanto para el agricultor

que lo cultiva como para los compradores que comercializan en la ciudad de México (en la Central de

Abastos) y los jornales que de él se generan. Principalmente son jornales tanto de personas avecindadas al

ejido de Cuautlixco, Amilcingo, pero la mayor parte de ellos son inmigrantes del estado de Guerrero.

Aunque la planta de berro tiene una vida de 2 ó 3 años, porque se realizan cortes cada 30-60 días, el ciclo de

plantación para rejuvenecer la planta se realiza en promedio cada 6 meses, es decir, 2 ciclos de plantación

por año; los cortes se consideran en promedio cada 45 días (4 cortes por ciclo y 8 cortes al año); la

producción es de 1000 manojos por tarea. Los productores manejan mucho la carga, que es equivalente a 60

manojos, y se vende a 350.00 por carga, es decir un promedio de 5.80 pesos por manojo. Pero su precio

varía entre los 6 y los 10 pesos dependiendo de la época del año (mayor producción en estiaje y menor en

tiempo de lluvias). Un jornalero corta hasta dos cargas por día, lo que se traduce en un periodo de 8 días de

cosecha de planta por cada corte de los 4 cortes por ciclo de cultivo. En este caso se paga por manojo entre

1 y 2 pesos. Para fines de cálculos se tomará el precio de 1.50 por manojo. El jornal se paga en la región a

70.00 por día.

244

Los principales canales de comercialización son la central de abastos de la ciudad de México, los mercados

regionales de Cuautla, Cuernavaca y Puebla. La venta de la cosecha se realiza a pie de la parcela y

comprada por intermediarios, que en la mayoría de los casos pagan una semana después. Los costos de

producción estimados para una tarea de berro en un ciclo de cultivo de 6 meses se indican en el cuadro 27.

Cuadro 27. Costos de producción para una tarea de berro en un ciclo de 6 meses.

ACTIVIDAD CONCEPTO COSTO UNITARIO COSTO TOTAL

OBSERVACIONES

PREP. DE SUELO: DESAZOLVE NIVELACIÓN (BORDEO)

12 JORNALES 12 JORNALES

70.00/jornal 70.00/jornal

840.00 840.00

SIEMBRA: PLANTACIÓN

2 JORNALES

70.00/jornal

140.00

Propagación asexual

FERTILIZACIÓN FOLIAR 32 kg

30.00/kg

960.00

.05 kg/bomba: 6 bombas/aplicación, 12/tarea

CONTROL DE PLAGAS INSECTICIDA APLICACIÓN

1.5 l

100.00/l

150.00

El fertilizante e insecticida se aplican juntos

LABORES DE CULTIVO TLAMATECA ROCE DE BORDES

4 JORNALES 4 JORNALES

70.00/jornal 70.00/jornal

280.00 280.00

Una tlameca cada corte Un roce cada corte

COSECHA MATERIAL CORTE

2.5 ROLLOS 4000 MANOJOS

55.00/rollo 1.50

137.50 6000.00

Un rollo = 100 hojas de palma 1 m2/1 manojo; (32 jornales en los 4 cortes)

TOTAL COSTOS 9627.50

Fuente: Elaboración propia.

Los ingresos se calculan en 24 000.00 por los 4 cortes en una tarea durante 6 meses (1000 manojos de 6.00

pesos cada uno por 4 cortes). Por tanto los ingresos netos son de 14 732.50 pesos por tarea en 6 meses, es

decir, 3 683.00 pesos por corte por tarea, en 45 días. Esto refleja que la actividad tiene una relación benéfico-

costo de 2.49. Obviamente si se compara la rentabilidad del berro con la de cualquier otro cultivo, es muy

superior porque por ejemplo en el caso de la caña de azúcar, el beneficio para el productor es un ingreso

seguro que le garantiza el ingenio y el seguro social, las prestaciones y la esperanza de la jubilación que

tiene el productor. Algo similar se presenta en el caso del arroz por la garantía en la comercialización que

tiene el productor y también un ingreso económico asegurado, pero tratándose de otros cultivos como el frijol

ejotero, la calabacita, las flores, el maíz elotero, el riesgo es mayor porque los ingresos netos positivos están

en función de a oferta y demanda. Solamente es comparable el viverismo porque tiene un mercado en

expansión, más o menos rentable.

245

La derrama económica que genera el berro en términos generales es de $ 249 650.00 por hectárea al año,

es decir, $ 16 500 400.00 en una superficie total estimada de 56 hectáreas.

Por su parte, en cuanto a la importancia social, se generan 66 jornales por tarea por ciclo, es decir, 132

jornales anuales por tarea; 1 320 jornales por hectárea al año; 73 920 jornales en la superficie total de berro

(en 56 hectáreas).

Existen otros factores relacionados con el cultivo del berro, como lo es la renta de la tierra de ejidatarios a

productores, entre los años 1999 a 2002 la renta de una hectárea es de $ 36 mil anuales, a partir del 2002 se

espera un aumento a $ 40 mil por un año “Se renta el terreno porque los otros cultivos no dejan dinero y ésta

es una forma de tener para los gastos de la casa y enfermedades no previstas” (Castillo, 2001).

VIII.5. Demanda de agua del cultivo de berro

Hasta el momento, no existe algún estudio en la zona que haga referencia al impacto que ocasiona el cultivo

de berro en la magnitud de la disminución de los volúmenes de agua para los usuarios de aguas abajo;

evidentemente desde la perspectiva de éstos últimos, el hecho de que los productores de berro estén

realizando pequeñas obras de retención a través de bordos y la plantación de “barreras vivas” como son las

líneas de sauces en la ribera del río para hacer entrar en agua, retener al suelo y disminuir su velocidad a fin

de que el berro se mantenga siempre con agua en movimiento, repercute en menores volúmenes para sus

cultivos, particularmente en tiempo de estiaje.

Desde el punto de vista técnico, cualquier obra de retención de agua, traerá por consecuencia menor

disponibilidad en el agua superficial en tierras aguas abajo, pero se asume que se está propiciando una

mayor infiltración, lo que conduce a una mejora en la recarga en este caso del acuífero de la zona

denominada Cuautla-Yautepec. El punto crítico en este caso es que, independientemente de los volúmenes

de agua que no reciben los usuarios de aguas abajo, genera ciertos conflictos sociales, por la falta de

regulación en el uso y la falta de control en los riesgos de contaminación, la afectación al medio por el uso y

abuso de productos plaguicidas altamente tóxicos.

Posiblemente el problema mayor de los productores de berro estribe en el ordenamiento de las áreas de

producción, evitando cultivar en sitios de descarga de aguas residuales, en el mejor control de plagas y

enfermedades, así como en el apego a los acuerdos establecidos con los otros usuarios para que ambas

partes traten de beneficiarse mutuamente.

Monroy (1997) realizó un estudio en el Colegio de Postgraduados sobre la producción de biomasa y

eficiencia en el uso del agua de tres especies acuáticas, entre ellas el berro (Nasturtium Officinale),

246

estableciéndolas bajo condiciones experimentales en las que utilizaron soluciones hidropónicas residuales y

encontró que el berro evapotranspiró 2 906.51 ml.m-2.d-1 (mililitros por metro cuadrado por día). Con base a

esta información se puede inferir los volúmenes consumidos del berro con base en la superficie total

cultivada.

Con la reserva de realizar un trabajo técnico en las áreas de producción de berro en el río Cuautla, los datos

experimentales de que se disponen infieren que teniendo una superficie total de 56 hectáreas de cultivo de

berro y considerando la evapotranspiración de 2 906.51 ml.m-2.d-1 (mililitros por metro cuadrado por día), el

volumen total de agua consumido es de 594 091 m 3/año, lo que equivaldría a unas 148 hectáreas de maíz de

riego con una lámina de 40 cm por ciclo de cultivo.

VIII.6. Antecedentes

El berro se empezó a cultivar a partir de 1942 en la ribera del río Cuautla y en áreas cercanas a los

manantiales que se encuentran sobre el mismo río, como son “Los Sabinos”, “La Mora”, Santa Rosa”, “San

Cristóbal”, “Ojitos Burgos”. La introducción de la planta la hizo un señor llamado Bruno quien provenía de

Toluca, señala el señor Roberto Portillo, además relata que “la gente empezó a cultivar la planta, se fue

expandiendo su cultivo poco a poco conforme la gente veía que tenía mercado. El señor Bruno se encargaba

de comprarla aunque era en pocas cantidades y directamente él la comercializaba a la ciudad de México en

el transporte foráneo de la estrella roja que llegaba aquí a Cuautla” (Portillo, 2002).

Además de los manantiales sobre la margen izquierda del río Cuautla y sobre su cauce donde se empezó a

cultivar el berro, otra de las zonas importantes donde tiene sus antecedentes el cultivo, es en terrenos

aledaños a los manantiales “Los ojitos”, “Las Tazas” y “Santa Inés”, los cuales se encuentran ubicados a la

margen derecha del río Cuautla. En esta zona el cultivo de berro se inició en 1946 por el señor Serafín Lima

Arias, ejidatario del ejido de Cuautlixco, quien a través de algunos amigos consiguió la planta de berro en

Toluca, estado de México (Lima, 2002).

Otras fuentes de información mencionan que el cultivo de berro tiene aproximadamente entre 60 y 70 años

de haberse introducido al municipio de Cuautla, pero que ha sido a partir de los últimos 20 ó 30 años cuando

el cultivo ha tomado mayor importancia por la superficie cultivada, los volúmenes de producción, por la

derrama económica a través de su comercialización y los empleos que genera (Torres, Puente, Flores, 2002).

Los productores de berro de la zona de manantiales sobre el río Cuautla [margen izquierda] después de

algunos años de actividad, iniciaron las gestiones ante la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH)

para obtener los permisos correspondientes, llamadas en ese tiempo “concesiones provisionales” a fin de

poder hacer uso del suelo en la zona federal de manantiales y cauce del río, y fue en 1960 cuando la

247

Secretaría extendió esos permisos o concesiones provisionales, documentos que obran en poder de los

usurarios de berro y con ello justifican la legalidad del uso del agua.

En 1979 un grupo de productores de berro de la misma margen izquierda del río, se constituyeron en

“Asociación Agrícola Local usuarios del río Cuautla, productores de berro, zacate y hortalizas” con registro

AAL.-5991 de la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), ello con el propósito de

producir y comercializar en común y que de acuerdo con el acta constitutiva41 se señala que “la Asociación

comprenderá los terrenos de los socios ubicados dentro de la jurisdicción de los terrenos arrendados en la

zona Federal del Río Cuautla de Cuautlixco, Municipio de Cuautla, Mor.” (Portillo, 2002).

A partir del establecimiento de los productores de berro, se empezaron a dar ciertos conflictos por el agua ya

que los usuarios de la misma, ejidatarios y pequeños propietarios de las partes bajas de la cuenca (ejidos de

Ayala, Moyotepec, San Vicente de Juárez, entre otros) siempre han argumentado que la escasez del agua en

su zona, se debía a los bordos y obras de retención que realizaban los productores de berro en las partes

altas, tanto en el cauce del río como directamente en la salida de los manantiales de los Sabinos, Santa

Rosa, San Cristóbal y La Mora. Menciona Portillo (2002) que en la época en que el Distrito de Riego tenía a

su cargo la administración y operación de la infraestructura hidráulica, su personal exigía a los productores de

berro una cooperación económica mensual (obviamente sin extensión de recibo de pago alguno) para seguir

cultivando sin dificultad el cultivo en los espacios que venían ocupando. De no ser así (que hicieran los

productores de berro sus “cooperaciones económicas”) explicarían a los usuarios de aguas abajo que

efectivamente los bordos de retención de agua sí influían en menores volúmenes de agua, por lo que era

factible que “subieran” los usuarios de aguas abajo y les tumbaran el berro.

A raíz de las necesidades de agua que los productores de berro constantemente han requerido para el

desarrollo de su cultivo, por un lado, y por las demandas de parte de los usuarios de riego del río Cuautla

para que los berreros se limiten a tomar y hacer uso del agua que por dotación les corresponde a los

primeros, por otro, ambas asociaciones llegaron a establecer por escrito, y ante autoridades locales en 1990,

algunos acuerdos tendientes a regular el conflicto y tratar de compartir de manera “racional” el agua tanto

para los cultivos anuales y perennes de los miembros de la Asociación de usuarios del río Cuautla, como de

los propios productores de berro. Ello conlleva entonces a detectar que dependiendo del grado de

organización interna y de los acuerdos y negociaciones de que son posibles de establecer en este caso entre

dos actores sociales, se puede mejorar la gestión del agua por los mismos usuarios.

En el caso de los productores de berro de la margen derecha del río, es decir, quienes aprovechan el agua

de la salida de los manantiales de “Las Tazas” y “Santa Inés” no se tienen antecedentes de organización

41 El acta constitutiva es el documento legal que formaliza la Asociación Agrícola Local ante la Secretaría de Agricultura con un número de registro que ésta otorga.

248

formal de los mismos en alguna figura asociativa, mas bien se han mantenido un tanto al margen y aunque

también se manifiestan inconformidades de usuarios de aguas abajo por la retención del libre paso del agua,

parece que hay más tolerancia debido a que los productores de berro también son usuarios de riego.

VIII.7. Concesiones provisionales

Respecto a los permisos precarios, éstos datan de 1960 y se otorgaron como concesiones provisionales para

la explotación agrícola de terrenos correspondientes al cauce y zona federal del río Cuautla. Algunos de los

agremiados de la “Asociación de berreros” poseen este tipo de documentos, en algunos casos se han

heredado de padres a hijos de tal manera que siguen vigentes y son válidos para seguir produciendo el berro

(González, 2002).

Los documentos especifican que se trata de concesiones provisionales de carácter precario y modificable,

sustentados en el Decreto Presidencial del 19 de septiembre de 1939, y es la Secretaría de Agricultura quien

hace directamente la concesión. En estos documentos se hace referencia a la superficie concesionada, las

colindancias y posteriormente a una serie de obligaciones a las que se debe acatar el concesionario (anexo),

tal como se señala en la siguiente cláusula:

“Cláusula Primera. El Concesionario se obliga: a) a trabajar personalmente el terreno

concedido exclusivamente para fines agrícolas en cultivos anuales; b) a no efectuar en el

terreno de que se trata cultivos perennes ni de ciclo vegetativo que requieran tiempo

mayor de un año; c) a no talar o destruir los árboles que se encuentran dentro de dicho

terreno; d) a no utilizar las aguas de la corriente o depósito a que corresponde este

terreno, por otros medios que no sean los estrictamente manuales; e) a dejar fajas

libres del terreno concedido para que los poseedores colindantes tengan acceso al río o

vaso, sujetándose a las disposiciones que sobre este particular dicte la Secretaría; f) a no

realizar construcciones dentro de este terreno, sin la previa autorización de la

Secretaría”.

Evidentemente en gran parte, éstas obligaciones actualmente no se cumplen; en relación al inciso a) existen

productores de berro que han llegado a posesionarse que no tienen los permisos precarios y además

algunos de ellos son arrendatarios; en cuanto al inciso b) aunque no se especifica que el cultivo a establecer

es el berro, se trata de una planta semiacuática de corte herbáceo y de tipo perenne de acuerdo con su ciclo;

en el caso del inciso d), los cultivadores de berro es cierto que hacen uso del agua por medios manuales, es

decir, no disponen de bombas para desviar el agua, o encauzarla hacia fuera de la corriente y que no se

conduzca al río, pero sí han realizado obras que obstaculizan el libre curso del agua contraviniendo lo

dispuesto en el inciso f). Aunado a lo que se especifica en el inciso f, cabría preguntarse a estas alturas

¿quién tiene la facultad para otorgar las autorizaciones de llevar a acabo tales o cuales obras de retención

aunque sean realizadas en forma manual?; la propia Comisión Nacional del Agua no reconoce claramente la

249

vigencia de esas concesiones provisionales. Además, ésas prácticas contravienen lo dispuesto en los

acuerdos firmados con la Asociación de usuarios del río Cuautla en 1990 y tampoco ésta organización tiene

la facultad y autoridad suficiente, o en todo caso contar con el apoyo de la misma CNA, para hacer cumplir

dichos acuerdos.

El concesionario también se obligaba a hacer un pago anual como renta del terreno, calculada a razón del

2.5 % según lo dispuesto en el Artículo 12 del Decreto del 1° de junio de 1934 que estipulaba el valor

comercial de la hectárea en 4 000.00 pesos. Se facultaba en la concesión que la Secretaría podría declarar

administrativamente sin ninguna responsabilidad la caducidad de la concesión y ordenar su cancelación si se

comprobaba que los terrenos no fueran de carácter federal, que se hubiera dado la concesión por error o se

hubiera actuado con dolo, que el gobierno necesitara el terreno para obras de interés público o bien por

incumplimiento de las obligaciones del concesionario.

En las concesiones provisionales que se otorgaron por la SRH no se especificaba qué cultivos podían

establecer los concesionarios, lo que se presume que podía ser cualquier cultivo que se deseara y estuviera

en posibilidad de los usuarios, y evidentemente el berro fue uno de los cultivos que se aprovecharon por la

disponibilidad permanente del agua.

Los pagos de renta de los terrenos de la zona federal, los concesionarios los realizaban en la Oficina Federal

de Hacienda de la Ciudad de Cuautla, en los recibos se especificaba “en garantía del cumplimiento de

contratos y convenios relacionados con bienes y operaciones de la federación. Depósito por el arrendamiento

de un terreno de zona federal de tal superficie ubicado en el río Cuautla según oficio núm. AH-381 del 28 de

marzo de 1972, girado por la Secretaría de Recursos Hidráulicos, Gerencia General en el Estado, Agencia de

Aguas, cauces y Zonas Federales”. No se conoce con exactitud hasta qué año la SRH continuó otorgando

las concesiones.

Con base a estos recibos de pago de concesiones, los productores de berro han insistido para que la CNA

reciba el pago por el uso de las zonas federales que tiene concesionadas y con ello regularizar su situación.

Pero a raíz de la transferencia del Distrito de Riego a los usuarios, los berreros, a decir de su dirigente

(González, 2002) deben acudir directamente con ASURCO para ver la posibilidad de hacer los pagos del

agua, más que del terreno. Sin embargo, ha sido una cuestión que los usuarios del río Cuautla no han

aceptado porque una buena parte de ellos reiteran que “si se les acepta algún pago, estarían creando

derechos”. En este sentido existen opiniones encontradas de los propios usuarios del río Cuautla, e incluso

de las mismas autoridades de ASURCO, ya que hay quienes argumentan que una forma de regular los usos

del agua de las fuentes principales como son el río y manantiales, es precisamente que los berreros realicen

su pago de acuerdo con un periodo estipulado y aprobado por la Asamblea General de Usuarios de

250

ASURCO, porque de cualquier modo están haciendo uso del agua no respetando los acuerdos firmados

entre ambas organizaciones desde 1990 (Torres, 2002).

Este es un aspecto importante que vale la pena que ASURCO valore con detenimiento y en donde la

autoridad máxima de la misma tome una posición con el propósito de regular los usos del agua y la

intervención y límites de los actores sociales que de ella subsisten, como en este caso los productores de

berro, ya sea que estén o no incorporados a alguna organización gremial. Por tanto, los productores de berro

continúan ubicados en el cauce de la zona federal del río y manantiales, porque así lo especifica la Ley de

Aguas Nacionales. Parece que el respeto a los acuerdos firmados con ASURCO depende del grado de

organización interna de ambas Asociaciones, de la misma manera, las negociaciones futuras para la gestión

integrada del agua, dependen de la capacidad organizativa y de intervención de otros actores sociales como

la CNA, el Distrito de Riego, el Ayuntamiento municipal y los propios usuarios de las comunidades

beneficiarios del agua para riego.

VIII.8. Organización de los productores de berro

Como en el caso de varios tipos de productores, no todos los berreros se encuentran incorporados

directamente a una organización gremial, pero sí ha representado la figura a la cual una parte importante de

ellos en la que se han sumado, como un actor social que permite establecer negociaciones y acuerdos para

hacer uso de los recursos, en este caso el agua, directamente en su relación con ASURCO. Además de la

propia defensa de la posesión del uso y aprovechamiento del agua a través del amparo que incluso se tiene

en forma indefinida pese a las presiones de los usuarios del río Cuautla.

Con el fin de encontrar una mayor cohesión y defender sus intereses organizativos, los productores de berro

se agruparon en una Asociación Agrícola Local en 1979; posteriormente, con el fin de seguir disponiendo del

agua del río y manantiales, la Asociación de berreros firmó varios acuerdos con la Asociación de Usuarios de

riego del río Cuautla, en los cuales se les otorgaba el derecho para hacer uso de las corrientes de

manantiales y de áreas cercanas al río para establecer el cultivo.

Según el acta constitutiva de la Asociación Agrícola Local, en ella se menciona que “comprenderá los

terrenos de los socios ubicados dentro de la jurisdicción de los terrenos arrendados en la zona Federal del

Río Cuautla de Cuautlixco, Municipio de Cuautla, Mor.”

“De acuerdo con los Artículos 14 y 15 de la Ley de Asociaciones Agrícolas en vigor, el C.

Francisco Merino Rábago, Titular de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos,

autoriza la constitución, organización y funcionamiento de la ASOCIACIÓN AGRÍCOLA

LOCAL DE USUARIOS DEL RÍO CUAUTLA, MPIO. DE CUAUTLA, MOR.,

PRODUCTORES DE BERRO Y ZACATE, para que goce la personalidad legal en los

términos de la propia ley y se hace constar su Registro en el Libro correspondiente”

251

La Asociación Agrícola Local se constituyó en 1979 con 46 socios fundadores (anexo); en el acta constitutiva

se señala que “La Asociación tiene jurisdicción en los terrenos arrendados en la zona federal del río Cuautla

en Cuautlixco, municipio de Cuautla y Cuautla, Mor.; para ampliar su jurisdicción42, la Secretaría de

Agricultura y Recursos Hidráulicos, a través de la Comisión Nacional del Agua, sujetará el otorgamiento de

autorizaciones, permisos o concesiones para el uso de aguas residuales de origen urbano o municipal o de la

mezcla de éste con la de los cuerpos de agua en riego agrícola, según lo estipulado en la norma técnica

ecológica NTE-CCA-033/91”.

Las facultades que tiene la Asociación son como las de cualquier otra organización del mismo tipo en cuanto

se trate de realizar la producción agrícola de cualquier producto, independientemente de las condiciones de

producción, ya sea en terrenos de riego o temporal, en el cauce de ríos o fuera de ellos, en terrenos de

ladera o valles, con o sin la aplicación de paquetes tecnológicos para el control de plagas y enfermedades,

etc. Se trata entonces de una organización que no limita que la actividad agrícola se lleve a cabo o no en

áreas restringidas, para ello, parece ser que la competencia es de quien tiene la responsabilidad de regular a

los posesionarios de acuerdo con el recurso y la afectación en riesgo del mismo.

González (2002) relata, en relación a la integración de los socios, que: “con el transcurso de los años se

dieron altas y bajas de socios en la organización de tal forma que para septiembre de 2001, la Asociación

Local contaba con 58 socios. En acta de asamblea de la Asociación de fecha 14 de mayo de 1996, 9 socios

causaron baja por fallecimiento, 13 causaron baja por otras causas y, se aceptaron a 19 nuevos socios;

actualmente somos 58 socios vigentes. Asimismo ha habido algunas controversias entre los propios

integrantes de la organización, algunos de ellos, se han separado e incluso han pretendido formar una

organización similar pero sin ningún resultado favorable porque tengo entendido que la Secretaría de

Agricultura no otorga otro permiso para una organización similar para al misma zona si ya existe una primera

organización”.

Sin embargo personal de ASURCO señalan que en 1993 la Asociación de berreros contaba con 40

integrantes establecidos en superficies, cauces y zonas federales, de los cuales sólo 11 tenían algún tipo de

autorización con una zona de explotación de 55 hectáreas (Torres, 2002). A este respecto, no se logró tener

evidencia de esos tipos de autorizaciones que especificaran quiénes otorgaban la facultad de uso del cauce

federal, así como las características particulares.

De acuerdo con su actual presidente del Comité Directivo, la actividad más importante en la que se ha

centrado la Asociación, ha consistido básicamente en la defensa de la explotación de los terrenos arrendados

en la zona federal del río Cuautla, tal como se señala en el acta constitutiva, ya que de manera recurrente “se

42 Se entiende que la jurisdicción se refiere al área de influencia en la cual la Asociación Agrícola Local tiene legalidad para sus derechos y obligaciones como tal.

252

nos ha tratado de sacar de la zona con la eliminación del cultivo de berro porque supuestamente estamos

invadiendo una zona federal” (González, 2002). Sin embargo, el arrendamiento de los terrenos federales se

basa en los permisos precarios que les fueron otorgados desde 1960 a un grupo de usuarios que, los

originales y descendientes, siguen defendiendo como válidos para continuar su actividad.

A pesar de que con anterioridad a la constitución de la Asociación de berreros se gestionaron los permisos

precarios para el uso del suelo adyacente al río Cuautla y manantiales circunvecinos, dicha organización ha

venido realizando una serie de gestiones tendientes a mantener e incluso expandir la zona de producción del

cultivo de berro y en particular, protegerse legalmente de una posible eliminación proveniente de los usuarios

de ASURCO o de cualquier otra autoridad municipal, estatal o federal. En este sentido, dos acciones que han

implementado resultan estratégicas: a) Acuerdos con la Asociación de Usuarios del Río Cuautla para el uso y

aprovechamiento precario del agua, del primero de julio al 31 de enero de cada año y b) la promoción y

resolución favorable de un Juicio de Amparo a un grupo de 41 productores de berro por el Juzgado Primero

de Distrito en el estado de Morelos en mayo de 1993 para no ser afectados en su actividad.

VIII.9. Acuerdos y negociaciones

a) Acta de acuerdos entre las Asociaciones.

En marzo de 1990 la Asociación Agrícola Local de productores de berro y la Asociación de Usuarios del río

Cuautla, firmaron un documento de acuerdos en donde se establece que los productores de berro podrán

hacer uso del agua de 1º de julio al 31 de enero del año siguiente. Lo anterior se debe a que el periodo de

mayor estiaje se presenta entre los meses de febrero y junio, por lo que los usuarios del río Cuautla se ven

afectados para disponer del agua que permita mantener los cultivos que se benefician a partir de río Cuautla

y los canales generales que de él se derivan. Cabe hacer notar que para ese año todavía no se hacía la

transferencia del distrito de riego a los usuarios con la formalización de los módulos de riego, sino hasta

1994, sin embargo la Asociación de Usuarios del Río Cuautla funcionaba como una organización

fundamentalmente gremial.

En los acuerdos firmados por ambas asociaciones para el uso y aprovechamiento del agua, estuvieron

presentes representantes de la Liga de Comunidades Agrarias y la Comisión Nacional del Agua, en donde se

señala que “teniendo como antecedente el hecho de que legalmente la Asociación de Usuarios del río

Cuautla, a través de sus 22 ejidos y 6 pequeñas propiedades son directamente beneficiarios por resolución

presidencial del uso y aprovechamiento de los afluentes del río Cuautla, y tomando en cuenta que

tradicionalmente en forma irregular, los usuarios de la Asociación Local de Productores de Berro han venido

usufructuando este recurso basándose en permisos precarios para los terrenos por parte de la Secretaría de

Agricultura y Recursos Hidráulicos, permisos que implican única y exclusivamente el uso del suelo, no así el

uso del agua y dado que ésta situación ha originado diversos conflictos entre ambas partes, se hace

253

necesario unificar criterios y acatar los siguientes acuerdos: a) los productores de berro podrán establecer el

cultivo del 1° de julio hasta el 31 de enero de cada año; b) no sembrarán ni usufructuarán el agua corriente

durante los meses de febrero a junio de cada año; c) no se hará ningún tipo de obra o construcción que

perjudique la distribución normal del agua; d) los productores de berro se comprometen al derribo de sus

tomas durante los meses ya establecidos en estos acuerdos, con el propósito de no afectar veneros del río

Cuautla”.

A pesar de estos acuerdos la Asociación Agrícola Local no los ha respetado afectando, de acuerdo con los

otros ejidatarios, al libre transito del agua, y ante ello la Asociación de usuarios del río Cuautla ha insistido

para que sean respetados los acuerdos, solicitando la intervención del gobierno del estado, notificándole

directamente a los representantes de la Asociación Agrícola Local para que acaten los acuerdos firmados.

Precisamente a razón de la falta de cumplimiento de los acuerdos firmados, los usuarios de ASURCO, de

comunidades de aguas abajo, y un tanto al margen de los representantes de la Asociación en pleno, se

organizaron y subieron a tumbar los bordos de retención de agua y el berro para dejar el libre paso del agua.

Según el Sr. Alberto (usuario de San Vicente de Juárez) después de la tumba del berro la cantidad de agua

les aumentó más o menos en un 30 %.

Flores (2001) relata que “posteriormente en no más de un año después del conflicto, los productores de berro

comenzaron nuevamente a establecer su cultivo y a realizar los bordos como anteriormente los tenían. A

partir de entonces hemos venido insistiendo para que los acuerdos se respeten pero ha sido muy difícil”.

Continuando con la descripción de hechos, obra en poder de la Asociación Agrícola Local un escrito de fecha

10 de marzo de 1997 en el cual se solicita a la CNA les proporcione copia certificada de la resolución dictada

por la propia CNA, en donde “se desincorpora la Zona federal del río Cuautla, en la parte que atraviesa la

Ciudad de Cuautla”43. Con este hecho de desincorporación de la Zona Federal, a reserva de su confirmación,

se estaría legalizando la apropiación del suelo y del agua a los productores de berro, afectando con ello a los

usuarios del río que por decreto presidencial de 1926 y años subsiguientes, se les dotó del agua para el

riego. Además no se presenta este hecho de manera aislada, sino que en fechas posteriores (julio de 2002)

las propias autoridades del ejido de Cuautlixco se han dado a la tarea de gestionar e insistir ante algunas

dependencias federales como la Procuraduría Agraria y el INEGI para que se realice la delimitación y

posesión a través de PROCEDE a efecto de que los posesionarios, entre ellos productores de berro, tengan

la posesión definitiva y los certificados correspondientes de los terrenos que han ganado al río y que se

encuentran en la zona federal. Cabe mencionar que la mayor parte de las zonas de producción de berro se

ubican en el ejido de Cuautlixco, los productores de berro son hijos de ejidatarios sin tierra y avecindados,

43 No se tiene conocimiento de esa supuesta resolución dictada pro la CNA donde se desincorpore la zona federal del río Cuautla.

254

razón por a cual las propias autoridades ejidales de Cuautlixco consideran la gestión ante PROCEDE como

un apoyo moral, finalmente es el mismo grupo.

De manera documental (porque antes se realizaba la gestión en forma verbal) hasta el 3 de abril de 1998 se

levantó acta de acuerdos entre usuarios de ASURCO y el representante de la Liga de Comunidades Agrarias

después de realizada una asamblea general y en la que se acuerda: “primero: no dejar establecer el cultivo

de berro, después de la primera avenida del río, en todo el cauce y ribera del mismo; segundo: convocar a la

SEDAM, CNA y Ayuntamientos de Cuautla y Ayala para que apoyen a la Asociación con la vigilancia para

que los productores de berro ya no se establezcan; tercero: en caso de que estos acuerdos no se respeten,

la Asociación convocará a una reunión general de usuarios para desalojar totalmente a los productores de

berro; acuerdo anexo 1: también se convocará a las uniones de ejidos y Liga de Comunidades Agrarias para

que se involucren en esta problemática; acuerdo anexo 2: en caso de que no se concluyan los trabajos del

enmallado de las zonas de manantiales, la Asociación convocará a los usuarios para aportar recursos y

concluirlo”.

En el mismo sentido para el año de 2002, la Asociación notificó a los productores de berro que se les

otorgaba un plazo hasta el 15 de febrero de ese mismo año para que retiraran el berro del cauce del río y

eliminar los bordos que obstruyeran el libre paso del agua,; al respecto la misma Asociación Local de

productores de berro aceptó formalmente por escrito, incluso comprometiéndose de esa forma, pero los

hechos han sido todo lo contrario, es decir, que los acuerdos no se acatan. En el acta de reunión se señala:

“Acuerdo único: Las mesas directivas de las respectivas asociaciones acuerdan una

prórroga para el retiro del cultivo del berro poniendo como fecha límite al día 15 de

febrero del 2002, para que el cauce del río quede completamente libre,

comprometiéndose los productores de berro a retirar voluntariamente las tomas y el

cultivo” (Acta de acuerdos, 2002, ASURCO).

Pese al establecimiento del acuerdo arriba señalado, los berreros continúan estableciendo su cultivo en

superficies y zonas federales e incluso en el área natural protegida como el caso del “Los Sabinos, Santa

Rosa y San Cristóbal”44. El caso del manantial La Mora, ubicado en la zona de los manantiales Los Sabinos,

algunos canales han sido desviados de su cauce normal, ampliado así el área de cultivo a áreas

consideradas como zona federal; esta practica, aunada a los trabajos de deslinde realizados por personal de

la Procuraduría Agraria está avalando que a través de los deslindes se otorguen derechos de posesión sobre

áreas que de origen son propiedad federal, hechos que en su conjunto resultan contradictorios al artículo 35

del Reglamento para usuarios del DR 016 publicado en el año 2000.

44 En marzo de 1993 el gobierno del estado publicó en el periódico oficial (órgano de difusión del gobierno estatal de Morelos) el decreto por el cual se declaraba Área Natural Protegida una superficie de 152 has ubicada en la zona de manantiales “Los Sabinos, Santa Rosa y San Cristóbal”.

255

En años subsiguientes, la Asociación de usuarios del río Cuautla, mejor conocida como ASURCO, ha

insistido en el cumplimiento de los acuerdos por parte de la Asociación de productores de berro, sin embargo,

los acuerdos no se cumplen y los conflictos se mantienen con relativo control en tanto la escasez no se

manifiesta en tal magnitud que represente la posibilidad de conflictos sociales de mayor envergadura. A

pesar de ello, existe un problema latente que de no intervenir las autoridades competentes, puede ocasionar

problemas mayores en la lucha por el agua (Flores, 2001).

b) Dictamen de amparo.

En lo que respecta al amparo que interpusieron los cultivadores de berro, fue una estrategia que les permitió

mantenerse en la ribera y cauce del río para continuar desarrollando su actividad productiva. El amparo se

interpuso ante el Juzgado Primero de Distrito en el estado de Morelos en contra del Gobernador

Constitucional del estado de Morelos, del Director de Agua Potable y Saneamiento del Estado de Morelos y

del Gerente Estatal de la Comisión Nacional del Agua; con fecha 20 de mayo de 1993 que protege a 41

cultivadores de berro de cualquier acción que conduzca a la eliminación de su cultivo (anexo), por lo que

existe un mandato judicial que ordena la suspensión de toda acción que afecte al cultivo de berro en el cauce

del río Cuautla y la zona de manantiales (Amparo, 1993).

Específicamente en el amparo se señala que “con fundamento en lo establecido por los artículos 122 y 124

de la Ley de Amparo, SE CONCEDE A LOS QUEJOSOS la suspensión provisional del acto reclamado

consistente en la orden de fecha veintisiete de abril de mil novecientos noventa y tres, girada por las

autoridades responsables para la eliminación de berro que se localiza en el cauce del Río Cuautla en la zona

de los manantiales, para que las cosas se mantengan en el estado en que se encuentran actualmente entre

tanto se notifique a las autoridades responsables la resolución que sobre la suspensión definitiva se dicte”.

Como antecedentes al dictamen del amparo que protege a los berreros, se deduce que a raíz de las

argumentaciones de la Asociación de usuarios del río Cuautla y del propio apoyo de las instituciones locales

y estatales, como el ayuntamiento municipal de Cuautla, Comisión Nacional del Agua, Comisión Estatal de

Agua Potable y Saneamiento, para eliminar el cultivo de berro en la zona federal y de manantiales debido a la

falta de agua para los usuarios de riego, y además por problemas de contaminación y posibles riesgos de

cólera, el 27 de abril de 1993 se emitió “orden girada por las autoridades responsables” para la eliminación

del berro que se localiza en el cauce del río Cuautla en la zona de los manantiales. Con esto, se presume

que las “autoridades responsables” a que se hace referencia, son la que se indican en la resolución del

amparo de fecha 20 de mayo de 1993.

El 17 de mayo de 1993, Paulino Barrera Morgado y coagraviados, solicitaron el amparo y protección de la

Justicia Federal contra el acto y autoridades: Gobernador del estado de Morelos, Presidente Municipal de

Cuautla, Director de obras públicas municipales de Cuautla, Gerente Estatal de la Comisión Nacional del

256

Agua, Director General de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento de Morelos, en donde reclamaron “la

orden verbal y escrita de fecha 27 de abril de 1993, que han girado para la eliminación del berro que se

localiza en el cauce del Río Cuautla, en la zona de los manantiales y que tratan de ejecutar con un operativo

de retiro del berro, por conducto de personal a su mando, en flagrante violación de nuestras garantías

institucionales y en agravio de nuestro patrimonio familiar”.

Ante los posteriores riesgos de los berreros de ser desalojados de las áreas en las que se encuentran

asentados, el 14 de marzo de 1995, Paulino Morgado demandó ante el Juez Primero de Distrito en el Estado

de Morelos “se giren las ordenes conducentes a las autoridades señaladas como responsables para que

cumplan en sus términos la ejecutoria de amparo dictada por el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Octavo

Circuito, por constituir dicho fallo protector la verdad legal a lo que están obligadas las autoridades

responsables a respetar en términos del artículo 192 de la Ley de Amparo”.

Estas medidas de protección legal gestionadas y reguladas por los berreros organizados ante las instancias

gubernamentales correspondientes, no sólo han sido útiles para quienes se les otorgó el amparo, sino para el

conjunto de productores de berro no organizados o afiliados a alguna figura asociativa, que producen bajo las

mismas condiciones de aquellos.

VIII.10. Marco legal

Aunque el Reglamento del Distrito de Riego (DR) 016 no identifica a los productores de berro como posibles

precaristas, de acuerdo con ejidatarios de algunas comunidades rurales, pertenecientes al modulo 08 y

autoridades de agua, como ASURCO y la CNA, manifiestan la evidencia del uso del agua de riego por este

tipo de agricultores, lo que de acuerdo con Chávez (2001) ha provocado que el caudal del agua disminuyera

en los últimos once años hasta en 30 % de su capacidad. Por ello fue posible dar origen para que en 1990 se

establecieran los acuerdos entre La Asociación Agrícola Local de productores de berro y la Asociación de

usuarios del río Cuautla, con observancia de la CNA y La Liga de Comunidades Agrarias de la CNC, a fin de

aprovechar el agua en un periodo establecido por ambas partes, y con ello tratar de evitar conflictos entre

ambos actores sociales en la cuenca.

El Reglamento del DR 016 del estado de Morelos, establece la posibilidad de otorgar el suministro del

servicio de riego a aquellos usuarios que durante cinco años consecutivos hayan utilizado el agua del Distrito

sin ser ejidatarios con derechos a salvo, como en los casos de quienes destinan agua para cultivos

ornamentales y frutales producidos en viveros, determinando que las Asociaciones “consensarán su posible

regularización, misma que se acordará en reunión de Comité, a fin de que formen parte de la relación de

usuarios con carácter de precaristas y paguen las cuotas que se establezcan” (Reglamento, 2000: 26).

257

“Art. 35. Se considera servicio de riego precario el que se proporciona con carácter eventual a terrenos que no cuentan con derechos para hacer uso de las aguas concesionadas, por no formar parte del padrón de usuarios del Distrito. Las personas beneficiadas con este tipo de servicio, reciben el nombre de precaristas” (Reglamento, 2000: 35).

En el Reglamento del DR se menciona que “los precaristas suscribirán convenios con la CNA bajo los cuales

se proporcionará el servicio a fin de que la Asociación los incluya en el Plan de riegos de cada año agrícola.

Sin embargo, el servicio de riego a los precaristas es restringido para aquellos usuarios en que el predio este

ubicado en zona federal de ríos, arroyos, canales, manantiales, presas o áreas naturales protegidas;

otorgándose siempre los servicios precarios para la siembra de cultivos de baja demanda de agua, nunca

para perennes o de alto requerimiento hídrico, restringiéndose además el servicio de riego a los precaristas

cuyo predio a regar este ubicado en alguna zona federal adyacente a ríos, arroyos, canales, manantiales,

presas o áreas naturales protegidas” (Íbidem).

En la Ley de Aguas Nacionales en el artículo séptimo transitorio se señala que: “las autorizaciones precarias

que se hubieran otorgado con anterioridad a la entrada en vigor de esta ley, se regularán por las

disposiciones legales o reglamentarias vigentes en el momento de su expedición. Sin perjuicio de lo anterior,

los titulares de autorizaciones precarias expedidas por “La Comisión”, que hayan utilizado las aguas

nacionales durante los cinco años anteriores a la fecha de entrada en vigor de esta ley, podrán inscribirse en

el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) conforme al procedimiento de esta ley. La personas que

con el carácter de precaristas reciban el servicio de agua para riego en los Distritos de Riego, se regularán

por lo dispuesto en el reglamento del distrito respectivo y no por lo dispuesto en este artículo”.

Si existiera un usuario no registrado en el padrón regular, ni como precarista, se incluirán en el listado de

precaristas, siempre y cuando demuestren mediante tres cartas testimoniales avaladas por autoridad ejidal,

de propiedad rural, ayudantía municipal o delegacional que han venido utilizando el servicio de riego en un

período de diez años anteriores a la entrada en vigor del reglamento del distrito del 2000. Adicionalmente se

requerirá el acuerdo de la Asamblea General de la Asociación correspondiente, la cual presentará la solicitud

acompañada con los documentos probatorios, a la CNA a través del Distrito de Riego, encargándose éste

último de realizar las gestiones de autorización para su inclusión en el listado de usuarios precaristas.

En el mismo artículo 35 se agrega que “el servicio de riego a los usuarios arriba señalados se restringirá en el

caso de que el predio correspondiente esté ubicado en la zona federal de ríos, arroyos, canales, manantiales,

presas, o en áreas naturales protegidas con un decreto emitido por la autoridad competente”.

Al parecer los productores de berro no tienen la posibilidad de ser considerados como precaristas debido a la

limitante que se faculta por la ley para incluirse como tales aquellos predios que se encuentren ubicados en

zona federal y manantiales. Además el cultivo del berro no tiene las características de cualquier otro cultivo

258

anual o perenne en los cuales se aplica determinada cantidad de agua en cierto número de riegos; el caso

del berro, necesariamente se debe mantener permanentemente en agua que esté circulando, razón por la

cual se aprovechan los cauces del río y manantiales, es decir, se lleva el cultivo a la fuente de agua mas no

la fuente de agua al cultivo. Por los otros lineamientos de carácter general que considera la ley para los

precaristas como son la antigüedad en el uso del agua, cuando menos diez años antes de entrar en vigor la

presente ley, parece que se ajusta al tipo de productor, aunado a ello la facultad que se les otorgó en los

años sesenta para recibir las concesiones provisionales para aprovechar el agua en zonas federales.

VIII.11. Competencia por el agua

En torno al cultivo de berro se han generado una serie de controversias por diversos factores, entre ellos: a)

la “elevada” demanda de agua del cultivo de berro, lo que según en opinión de los usuarios de ASURCO,

afecta sus derechos y por tanto disponen de menos agua para satisfacer las necesidades de sus cultivos; b)

la contaminación que se genera como producto de la aplicación de plaguicidas en su proceso de producción

y que afecta en el cauce del río y manantiales, e incluso el riesgo mayor en cualquier momento de presencia

de cólera, ya que el cultivo de berro recibe descargas de aguas residuales en algunas de las áreas de

producción sobre el cauce del río y en la zona de manantiales (entrevistas con usuarios del río Cuautla).

La disponibilidad de agua se convierte en una de las principales fuentes de conflicto entre berreros y

ejidatarios, esto ocasionado por las practicas culturales en la construcción de bordos de aproximadamente 60

cm de ancho por 50 cm de alto para retener el agua, a los que se les siembran sauces para que “amarren” y

no se suelte la tierra, así como otro tipo de represas que propician la baja del nivel de agua en los canales,

como en los casos del manantial San Cristóbal, donde los cultivadores de berro tapan la entrada del agua a

la compuerta del canal general, hechos que en su conjunto no respetan los Acuerdos de 1990, en donde se

cita: “no se hará ningún tipo de obra o construcción que perjudique la distribución normal del agua”.

En cuanto a la polémica de la demanda de agua que consume el cultivo del berro, los usuarios de ASURCO

argumentan que en tiempo de estiaje, el agua disminuye hasta en un 30 % debido a los bordos y el

aprovechamiento que hacen los productores de berro (Genis, 2002), sin embargo, los productores de berro

sostienen lo contrario, es decir, “que el agua no se detiene, simplemente circula a través del cultivo de berro

para volver a caer en el cauce del río, pero que no hay una disminución en los volúmenes porque su

consumo es insignificante, más bien, la disminución se debe a los pozos que se perforaron cerca de la zona

de manantiales “Los Sabinos” para abastecer la demanda de agua para varias colonias que se han

establecido en los últimos 5 ó 6 años”(Portillo, 2002).

En escrito dirigido al Gobernador del estado, Lic. Jorge Carrillo Olea de fecha 23 de julio de 1996, la

Asociación de usuarios del Río Cuautla, señala que “desde hace tiempo nuestros campos se han visto

limitados con el uso de agua para su riego, misma que procede de los manantiales de Cuautla, pero que a

259

últimas fechas lejos de ver cerca su solución, con el crecimiento en el número de cultivadores de berro nos

llega menos agua, debido a que para poder llevar a cabo el desarrollo de este cultivo se hacen represas

mediante las cuales detienen el agua, afectando directamente los mantos acuíferos, y perdiendo gran

cantidad de agua por la transpiración de la planta además provocando un alto grado de contaminación por

los plaguicidas que son aplicados en forma directa al agua, aunado a esto el berro se desarrolla sobre aguas

que han contaminado por la gran cantidad de basura que es arrojada al río, otro problema que se está

desarrollando son los asentamientos humanos en torno a los mismos manantiales, provocando la descarga

directa de aguas negras, en tanto unos cuantos se benefician, miles de hectáreas de diferentes cultivos se

ven afectados por no recibir agua en forma oportuna y suficiente ocasionando en muchos de los casos

mermas y pérdidas de nuestros cultivos” (ASURCO, 1996).

Se tiene el antecedente de la movilización social de los usuarios del río Cuautla (ASURCO) cuando en el año

de 1998, después de realizar varias reuniones e intentos de llegar a acuerdos con la Asociación Agrícola

Local y que no fue posible, se congregaron e hicieron el recorrido por las zonas productoras de berro para

derribar los bordos y el cultivo. En esa ocasión no se presentaron actos violentos entre Usuarios del Río y

berreros, sin embargo generó inconformidades de éstos últimos de tal forma que en movilizaciones futuras

podrían presentarse riesgos mayores. Ante ello es importante que el Consejo de Cuenca desempeñe el papel

para lo cual se creó, es decir, intervenir como mediador y arbitro para la negociación y la resolución de

conflictos.

Después de la tumba del berro en 1998, ASURCO siguió insistiendo para que los productores de berro

cumplieran con los acuerdos firmados en 1990 porque ya se había establecido nuevamente a partir de 1998,

pero en marzo de 2003 los usuarios de ASURCO otra vez retiraron el berro del cauce del río y manantiales.

Al parecer es una cuestión de organización interna y de negociación entre ambas organizaciones para hacer

uso del recurso.

VIII.12. Problemas de contaminación

El otro aspecto relevante por el cual se han generado conflictos con respecto al cultivo de berro, es la

contaminación de las aguas por los plaguicidas utilizados en el proceso de producción y los riesgos posibles

de cólera debido a las descargas de aguas residuales que se vierten sobre el río y manantiales en donde se

cultiva el berro. Este problema se presenta en las inmediaciones de los manantiales Los Sabinos y sobre los

márgenes del río Cuautla a la altura de la presa derivadora El Zapote. Varios informantes señalan que

anteriormente, hace unos 20 años o más, dondequiera se podía pescar, había mucha diversidad de peces y

todo era muy bonito (Flores, 2002). Hoy la fauna acuática sobre el río y manantiales prácticamente ha

desaparecido debido a la aplicación que hasta hace unos años se venía realizando a base de cianuro, y

actualmente con algunos productos como el Thiodán, (Endosulfán) 35 CE (Concentrado Emulsionable),

260

insecticida altamente tóxico; Thiomet 35, insecticida agrícola altamente tóxico; Thionex 35 CE, insecticida

organoclorado moderadamente tóxico; Humitrón 60 S, bioactivador ligeramente tóxico; Gusatión M-20,

insecticida acaricida agrícola organofosforado altamente tóxico.

Es notoria la constante inconformidad planteada por los ejidatarios y autoridades de ASURCO debido al

problema de la contaminación generada por los berreros, especialmente por la utilización de estos productos

agroquímicos para el control de plagas y enfermedades del cultivo o para incrementar su productividad, lo

que ha hecho que el agua de manantiales como La Mora, Santa Rosa, El Zapote, Torres-Burgos, Agua Azul

entre otros, no cumplan con la norma ecológica NOM CCA-033ECO/1993 que establece el límite permisible

de coliformes fecales, totales e identifica presencia de Vibrio Cholerae y cuyos resultados indican que se

consideren aguas no aptas para el riego de berros (SSEM, 1995 y CNA, 1995)

Pese a los problemas de contaminación y disponibilidad de agua que el cultivo de berro origina en la región,

los productores de berro que están organizados en la Asociación Agrícola Local, y otros que no pertenecen a

ella, han sido capaces de establecer convenios con la Asociación de usuarios del río Cuautla y protegerse

legalmente ante el posible derribo del cultivo y los bordos de retención de agua que han realizado en la ribera

y cauce del río.

Por otra parte, los productores de berro que pertenecen a la Asociación Agrícola Local se han deslindado de

los problemas de contaminación que se generen por aguas residuales que son utilizadas por otro tipo de

productores en zonas que no pertenecen a su agrupación. Mencionan en uno de sus oficios dirigidos a la

Comisión Nacional del Agua, en 1997, que “no respaldan ningún tipo de plantío que se encuentre dentro del

cauce del Río desde el límite de nuestra área de plantación, hasta el poblado de San Pedro Apatlaco, antes

Coahuixtla y partes aledañas”45

VIII.13. Esquemas de gestión como intentos de mejora del agua

En 1995 se constituyó el “Comité Interinstitucional para la elaboración del Plan Integral de Manejo del Río

Cuautla” el cual consistió en formar 4 subcomités o comisiones, a las que se les asignaron una serie de

tareas con el propósito de regular diversas actividades. Los subcomités que se formaron fueron: de piperos;

del cultivo del berro; de asentamientos humanos irregulares; y, manejo del río, el cauce y reserva. El comité y

los subcomités realizaron algunas reuniones de trabajo para revisar tareas y proponer alternativas de

solución a los problemas, sin embargo dejaron de realizarse las reuniones debido a inconsistencia de los

participantes (Medellín, 2002).

45Oficio firmado por la Mesa Directiva de la Asociación Agrícola Local y dirigido al Ing. Guillermo Chávez Zárate, Gerente Estatal de la CNA. Cuernavaca, Mor., con fecha 24 de enero de 1997, en el cual reconocen como límite de producción el vado de Otilio Montaño antes Amilcingo del río Cuautla.

261

Existen antecedentes de intentos por ordenar la actividad de la producción del cultivo de berro, entre otras,

tanto en la ribera como en el cauce del río, a partir de la intervención de diversas instituciones y

organizaciones de productores a través de la integración del subcomité del cultivo del berro, parte del “Comité

Interinstitucional para la elaboración del Plan Integral de Manejo del río Cuautla”.

El subcomité del cultivo del berro se planteó analizar los problemas de la contaminación en el cultivo del

berro y su posible riesgo de presencia de cólera, así como buscar alternativas que permitieran desarrollar

otra actividad productiva para los berreros; se realizaron algunas tareas importantes y se revisaron avances

en reuniones de trabajo; se pretendió regular su cultivo y en algún momento incluso, su eliminación de ciertas

áreas propensas a una mayor contaminación.

La primera reunión celebrada por el subcomité técnico del cultivo del berro se realizó el 31 de agosto de 1995

en la que participaron personal de la CNA, Secretaría de Desarrollo Agropecuario (SDA), Secretaría de

Salubridad y Asistencia (SSA), Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGAR), Municipio

de Cuautla, Productores de berro y usuarios del río Cuautla. Los acuerdos más importantes de esta reunión

fueron: presentar alternativas productivas rentables en las áreas agrícolas del berro; elaborar plano de

localización de áreas productoras de berro; realizar análisis bacteriológico de la planta de berro y del agua

utilizada.

A partir de los compromisos contraídos en esa reunión, la CNA informó de los resultados bacteriológicos

efectuados el día 12 de agosto de 1995 en donde señala que “se realizaron análisis en los manantiales La

Mora, Los sabinos, San Cristóbal, y Santa Rosa, los cuales no presentan Vibrio Cholerae, pero tampoco

pasan la Norma Oficial, sin embargo, la propia Norma no contempla al cultivo de berro”.

En el mes de septiembre de 1995, con base a resultado y dictamen de Laboratorio, la CNA informó que “las

aguas no son aptas para el riego de berro de acuerdo al muestreo y análisis efectuado el 5 de septiembre de

1995 en los manantiales La Mora, La Saucera, Santa Rosa, Linderos ampliación Guadalupe Victoria, Presa

El Zapote, El vado, ojo de agua Torres Burgos y Ojo de Agua Azul”.

El 13 de septiembre de 1995 en reunión del subcomité se señaló que se había identificado un foco de peligro

por la presencia de Vibrio Cholerae en el área del manantial Ojitos Torres Burgos, margen derecha del río

Cuautla (ligeramente aguas arriba del puente de San Pedro Apatlaco). Se acordó la destrucción inmediata del

cultivo de berro en la zona para el día siguiente a la realización de la reunión. Los productores de berro

presentaron también sus propios análisis y debido a las diferencias encontradas con los análisis de la

Secretaría de Salubridad y Asistencia, se acordó realizar un tercer muestreo el que fue encargado al

Laboratorio Nacional de Salud Pública. A la vez, se acordó que la SDA y SAGAR llevaran a cabo una reunión

262

con todos los productores de berro con el objeto de presentar las alternativas productivas tanto de parte de

las instituciones como de los mismos productores para llegar a acuerdos.

Los anteriores antecedentes documentados para la regulación del cultivo de berro, muestran la voluntad de

las instituciones involucradas y de las organizaciones de productores, tanto de los cultivadores del berro

como de los propios usuarios del río Cuautla, por prevenir posibles riesgos de enfermedades para la

población y de reorientar la producción de berro hacia otras actividades productivas con menos riesgos, de tal

forma que se manejara de manera más eficiente el recurso agua. Sin embargo más fueron las buenas

intenciones que los resultados tangibles porque sólo se trató de un periodo en el que se manifestó relativo

interés por solucionar los problemas de contaminación, pero el cultivo de berro y las áreas propensas por

daños a la salud no fueron eliminadas permanentemente. Además los cultivos alternativos que se

propusieron para sustituir al berro, sólo fueron planteamientos y propuestas que realizó la SDA a nivel de

diagnóstico de costos de producción, entre los que se reportan: Pepino chino (Cucumis sp), Bangaña

(Cucurbita sp), Musu (Luffa acutangula), Frijol ejotero chino (Phaseolus) y Maíz elotero.

A pesar de lo anterior, también es evidente la inconsistencia de los equipos de trabajo por realizar un

ordenamiento de la actividad productiva del berro de largo plazo, debido a la carencia de un plan de trabajo

definido desde los más altos niveles de gobierno en la entidad para el manejo del agua, pero también, por la

limitación de objetivos de largo alcance por parte de los usuarios del agua, ya sea en el nivel individual u

organizativo.

VIII.14. Impacto ambiental e intervención de ASURCO en la gestión del agua

Los acuerdos firmados por ASURCO y la Asociación de productores de berro en 1993, sienta las bases de la

culminación de una primer etapa en la búsqueda de una solución negociada a las necesidades del agua para

ambos tipos de usuarios, pese a que para el primer caso, las concesiones y dotaciones se otorgaron desde

los años veinte, y para los segundos, los permisos precarios se empiezan a otorgar posteriormente. Sin

embargo, en la medida en que las necesidades del recurso se han incrementado, en esa misma medida, la

competencia por el agua también se ha acrecentado. A partir de 1993 con la firma de dichos acuerdos, los

conflictos por el agua no han dejado de estar presentes, y como se ha mencionado anteriormente, ASURCO

ha insistido para que dichos acuerdos sean cumplidos y respetados.

Los argumentos de los productores de berro se han sostenido en el dicho de que el problema de la falta de

agua para usuarios de aguas abajo no es la retención que se realiza a través de los pequeños bordos porque

“el agua sigue su curso y realmente no es tanta la que consume el berro”. Sin embargo, los mismos usuarios

del río Cuautla mencionan que en la ocasión en que se “tumbó” el berro, la cantidad de agua se incrementó

hasta en un 30 %.

263

En la zona no existe un estudio técnico que demuestre la magnitud en la disminución del agua debido al

consumo del cultivo de berro; con los datos experimentales de Monroy, se puede inferir que se consume un

volumen estimado de 594, 091 m 3/año, lo que equivaldría a unas 148 hectáreas de maíz de riego con una

lámina de 40 cm por ciclo de cultivo. También un aspecto que podría considerarse para la discusión es la

posible recarga del acuífero a la que puede estar contribuyendo la retención del agua por medio de pequeñas

obras rústicas que realizan los productores de berro en las márgenes del río y manantiales, lo cual impactaría

en todo caso hacia la afluencia del agua en manantiales, achololes y escurrideras sobre el mismo cauce del

río que se aprovechan aguas abajo.

Mas que los propios beneficios en el recarga del acuífero y de los alcances económicos en la producción de

berro, para ASURCO, la regulación en el uso y aprovechamiento del agua del río Cuautla, de la cual tienen la

concesión desde 1994, es preponderante y en el mes de febrero de 2003, los usuarios se reunieron y

acudieron a las zonas de producción de berro para hacer limpieza de los cauces del río y canales generales

aledaños con el fin de hacer respetar los acuerdos firmados desde 1993 con la Asociación de productores de

berro. A decir del presidente de ASURCO, no tenían otra alternativa porque los productores de berro no

hacían caso de los llamamientos que se les venían haciendo cada año.

Menciona Genis (2002) que “ante la negligencia y la falta de atención a los llamamientos que les veníamos

haciendo a los berreros desde hace varios años, tuvimos que intervenir un tanto con la fuerza de la gente

para quitar nosotros mismos el berro del cauce del río y canales porque era una queja constante de los

usuarios en cuanto a que los berreros deberían de respetar los acuerdos en el sentido de que sólo podían

ellos aprovechar el agua hasta el 31 de enero de cada año, una vez que entrara en etapa el periodo de

mayor escasez de agua, se juntaron mas de 1000 usuarios (de los canales Las Iguanas, San Esteban, Las

Tortugas, La Torre) y sin gran resistencia de los berreros, hicimos limpieza, y pues ahora los usuarios

disponen de mayor cantidad de agua, esperemos que los berreros no nos obliguen a tener que intervenir por

la fuerza para que cumplan los acuerdos que don Guillermo firmó en aquel entonces como presidente de la

Asociación”.

En síntesis, el estudio de caso descrito acerca del actor social de productores de berro, indica que existen

capacidades de organización interna y de interacciones para la solución de conflictos; asimismo, el

conocimiento de las formas de organización interna, de los procesos de producción, del impacto del cultivo en

la disponibilidad en cantidad y calidad del agua, son elementos necesarios para diseñar instituciones locales

en donde los usuarios tengan la posibilidad de tomar decisiones e intervenir en forma consensuada para

mejorar la gestión del agua en la cuenca.

264

CAPITULO IX. COMPETENCIA ENTRE USOS Y USUARIOS DEL AGUA: CASO VIVERISTAS

En este capítulo se hace una caracterización del viverismo en la cuenca, principalmente en la región de

Cuautla, describiendo los aspectos más relevantes que tiene relación con el consumo de agua por vivero, la

fuente de agua con la cual se abastecen, el tipo de usuario del vivero, el nivel organizativo, así como su

posible impacto en la disponibilidad del agua dentro del acuífero del cual forma parte la región en cuestión.

Ello, debido a que el acuífero representa parte de la interconexión entre aguas superficiales y subterráneas y

los usuarios de ASURCO se ven implicados por su manejo y aprovechamientos. Los cuadros y figuras son

elaboración propia con datos de campo.

IX.1. Introducción

Una de las actividades económicas más importantes en la cuenca del río Cuautla, es la producción de

plantas de ornato a través de viveros, actividad que se conoce comúnmente en la región como viverismo. En

años recientes se ha venido presentando una mayor competencia por el recurso agua entre productores

agrícolas, el uso urbano y los viveristas, lo cual se manifiesta en una mayor expansión del crecimiento urbano

con la ubicación de unidades habitacionales y asentamientos irregulares, una relativa disminución en las

superficies sembradas que se abastecen con los canales Casasano Grande, Ahuehuepan, Sauce Chino, La

Purísima, La Huancha y Santa Inés; y en un crecimiento de la actividad ornamental en las áreas cercanas a

las fuentes de agua de los manantiales Las Tazas y de los canales anteriormente señalados.

El viverismo ha tenido un crecimiento significativo en los últimos 10 años aunque su origen se remonta a

unos 40 años aproximadamente, primero con productores viveristas de manera independiente, y, segundo, a

través de la constitución de las primeras Asociaciones Agrícolas Locales de Floricultores y Viveristas. Su

expansión se ha presentado en las áreas donde se localizan las mejores condiciones en cuanto a

disponibilidad de agua; caminos, ya sea de terracería o caminos pavimentados, servicio de energía eléctrica,

cercanía a los centros de acopio y distribución de insumos, accesibilidad a los mercados locales y regionales,

entre otros servicios colaterales. Los municipios en donde se ha desarrollado el viverismo con más celeridad

son Cuautla, Yautepec, Jiutepec, Emiliano Zapata, Cuernavaca y Cocoyoc; y coinciden precisamente con una

de las zonas de mejor potencial productivo con base a la disponibilidad de agua, la cercanía a los mercados y

las comunicaciones. Aunque existen variantes en la producción de plantas de ornato, o viverismo, ya sea en

producción de plantas bajo cubierta o a cielo abierto, ambos sistemas se caracterizan por un uso intensivo de

la tierra y del agua.

IX.2. Antecedentes

La producción de plantas de ornato, árboles frutales y arbustos a través de viveros tuvo su origen en la región

hace aproximadamente 40 años, con menos de 30 viveristas en el municipio de Cuautla. A partir de 1961 se

constituyeron distintas Asociaciones Agrícolas Locales de Floricultores y Viveristas, figuras jurídicas que

265

fueron reguladas por la Secretaría de Agricultura con la Ley de Asociaciones Agrícolas de 1934. Este tipo

asociaciones debido a la falta de claridad desde el punto de vista legal, no ha prosperado desde la

perspectiva de la visión de empresa porque las instituciones financieras no las consideran sujetos de crédito

y acreedoras por otras instituciones para otorgar otro tipo de apoyos. Por esta razón los viveristas han optado

por constituirse en figuras mas reconocidas por la banca y por otras instituciones relacionadas con el sector,

tales como las Sociedades de Producción Rural, la Sociedad Anónima de Capital Variable, y para otro tipo de

gestiones, las Asociaciones Civiles.

Los primeros viveros que se fueron estableciendo en la región ocuparon terrenos aledaños a los canales

Ahuehuepan, Santa Inés, Sauce Chino, Bárcenas y La Purísima (en los ejidos de Cuautlixco, Cuautla y

Casasano y el agua de la cual se abastecían provenía precisamente de los propios canales, pero con el

transcurso del tiempo y en la medida en que se venía incrementando la contaminación por efecto del

crecimiento urbano y el uso de tales canales para ser depósitos de basura y diversos contaminantes, los

viveristas optaron por realizar pozos artesianos, comúnmente conocidos entre los usuarios como norias. Sin

embargo, en el caso del Ejido de Eusebio Jáuregui, predomina el uso del agua del canal Santa Inés, no así

para la mayoría de los viveros localizados en los ejidos de Cuautlixco, Casasano, Cuautla y Calderón, en

donde la fuente principal es a través de norias.

Originalmente los viveros se regaban con agua de los canales del Distrito de Riego antes señalados

(simplemente el agua se tomaba de los canales pero no estaba claro que se tuviera que pedir algún permiso),

sin embargo para contrarrestar los efectos de la temporada de estiaje y el incremento de la contaminación de

esta agua por descargas domésticas a partir de 1989, los viveristas decidieron perforar norias con una

profundidad que varía desde 2 hasta 35 metros y cuya agua se extrae mediante bombas de un caballo de

fuerza de capacidad (1HP), aunque en algunos casos son de 2 caballos (2 HP). Para asegurar la calidad y

suministro del agua para los más de 20 cultivos identificados que se riegan todos los días por espacio de tres

horas, los viveristas extraen el agua de las norias a través de las bombas que tienen instaladas, pero a decir

del señor Archundia (2001), “al terminar de regar, el espejo llega a bajar de 0.5 a 2 metros pero se recupera

rápidamente, de nuevo llega a su nivel”.

El incremento en la demanda de las plantas de ornato, tanto en el mercado regional como en el nacional, ha

sido factor fundamental que ha provocado un crecimiento muy importante en los últimos diez años hacia una

porción de terrenos que anteriormente se cultivaban con caña de azúcar, arroz, maíz, frijol y hortalizas,

particularmente en los ejidos de Cuautla, Cuautlixco y Calderón, del municipio de Cuautla.

Al parecer el crecimiento del viverismo en la región e incluso en todo el Estado, no ha cesado porque las

ventas se incrementan gradualmente y se abren nuevos negocios relacionados con esa actividad. Aunado a

ello, o en gran parte debido a la rentabilidad del viverismo, las propias instituciones gubernamentales han

266

venido desempeñando un papel preponderante en ese mismo crecimiento a través del apoyo financiero,

organizativo, y en el otorgamiento de concesiones formales e informales con la perforación de cientos e

incluso miles de norias para disponer del agua. Puede entenderse que las concesiones formales son aquellas

que otorga la CNA mediante documento denominado “Título de Concesión” en el cual se especifica el

volumen de agua autorizado para que se pueda disponer en el pozo; mientras que las concesiones

informales se refieren a todas aquellas norias de las que se aprovecha el agua, pero que no cuentan con la

autorización formal o “legal” de la propia CNA. Sin embargo se reconoce implícita y explícitamente que una

gran parte de esos aprovechamientos de ese tipo no están regularizados ante la instancia gubernamental

pertinente, es decir, que pasan por desapercibido la necesidad de llevar un control y registro de las

explotaciones.

La producción de plantas de ornato en vivero se ha establecido en diferentes áreas en los municipios de

Cuautla, Yautepec, Cuernavaca, Ayala, Jiutepec, Emiliano Zapata, Atlatlahucan y Yecapixtla, principalmente

pero la mayor parte, se puede decir que en un 60 y 70 % de los viveros, se encuentran ubicados en los

municipios de Cuautla y Yautepec (Marino, 2002).

El viverismo como una actividad económica y social preponderante en la cuenca no es cuestionable por sí

misma, sino por el impacto que puede manifestarse en la cantidad y calidad del agua debido a la falta de

ordenamiento de parte de los actores involucrados en ello, en la búsqueda de regular los usos del agua y

prever su posibles impactos en los altos índices de contaminación, así como en el abatimiento del manto

acuífero, lo que puede tener consecuencias desfavorables para determinados sectores, o en su caso el que

otros dispongan de mejores condiciones en el aprovechamiento del agua.

IX.3. Cantidad de viveros

De acuerdo con datos proporcionados por FIRA (2001), en México se estiman 1782 hectáreas dedicadas al

viverismo y de éstas, 426 hectáreas se cultivan en el Estado de Morelos, lo cual representa el 24 % de total

nacional. En el año agrícola de 1990, la SARH reportó una superficie de viveros en el Estado de 141

hectáreas lo que da cuenta del crecimiento en los últimos años. El aspecto relevante en esta actividad es que

la producción en superficie se mide en base a metros cuadrados por lo que ese crecimiento tiene un impacto

significativo.

Actualmente no se dispone de un padrón de viveristas en el Estado de Morelos, sin embargo algunas fuentes

hacen referencia a una estimación de aproximadamente 2000 viveristas46 que se encuentran registrados ante

SAGARPA. Asimismo, opiniones de las empresas comercializadoras líderes definen como número probable a

1400 productores dedicados al viverismo. De cualquier manera estas cifras aportan un referente en cuanto a

46 Centro Regional para la Competitividad Empresarial. 2001. CONAPLOR: Plan de negocios.

267

la magnitud de la actividad en la zona y con base a ello es posible realizar algunas inferencias relacionadas

con la superficie total y los volúmenes de agua extraídos.

Posiblemente el dato de la superficie de vivero, según FIRA, de 426 hectáreas para 2001, se quede corto

porque si consideramos 1 400 viveristas con un promedio de 0.66 hectáreas de vivero por cada uno, la

superficie total de viveros es de 924 hectáreas. Esta estimación se calcula con base a trabajo de campo

realizado en los ejidos de Cuautlixco, Cuautla, Casasano, Calderón, Tetelcingo, Otilio Montaño y la pequeña

propiedad de Casasano, principalmente, en donde a partir de una muestra de 255 viveristas, la superficie de

vivero es de 219 hectáreas (0.66 hectáreas por viverista, considerando en este caso un viverista por vivero).

En cuanto a la ubicación de los viveros, se han podido diferenciar tres zonas en las cuales se encuentra la

mayoría de ellos dentro del municipio de Cuautla: la primera, abastecida por los canales Angostura y

Ahuehuepan con agua de los manantiales Las Tazas; una segunda zona que confluye en la intersección del

canal La Purísima cuya fuente es el manantial que lleva su nombre, el canal Santa Inés y el manantial Los

Ramones del mismo manantial y los canales lateral Casa Blanca cuya corriente es suministrada por los

manantiales La Huancha y Los Ramones, así como por el Río Cuautla a través del canal Barcenas; y la

tercera área, abastecida también por el canal Barcenas y que se encuentra en la parte superior de los

canales Casa Blanca y Santa Rosa.

IX.4. Producción

A nivel nacional, el estado de Morelos está considerado como el principal productor de plantas en maceta,

participando con el 26 % de la producción total; en menor importancia se encuentran los Estados de Puebla,

el Distrito Federal, Colima, Guerrero y Veracruz, principalmente.

En cuanto a volúmenes de producción es difícil hacer una cuantificación debido a que existe una gran

diversidad de especies y variedades que tienen diferentes ciclos de producción, envase y tamaño. Sin

embargo, se estima que se producen en la entidad 50.1 millones de plantas al año de las cuales la agencia

de FIRA en Cuautla participa con el 56 % y la agencia Cuernavaca con el 44 % restante47. Este volumen de

producción es muy contrastante con los 4 832 000 plantas que se reportan por SAGARPA para 1999 en el

anuario estadístico de la producción agrícola.

En un estudio que realiza una empresa consultora a la agrupación “Productores de Ornamentales de

Morelos, A.C.“ (POMAC), se menciona que, con base en los datos del VII Censo Agrícola y Ganadero, 1991

del INEGI, la superficie total en el Estado de Morelos, en unidades de producción con vivero es de 230.3

hectáreas, destacando los municipios de Cuautla, Cuernavaca, Yautepec, Jiutepec y Emiliano Zapata.

Asimismo, poseen 112.4 hectáreas en unidades de producción, lo que representa el 75.4 %, en la producción

se obtuvieron 12 844 185 plantas aproximadamente con 210 especies. Los municipios con mayor cantidad de

plantas son: Emiliano Zapata, Atlatlahucan, Cuernavaca, Cuautla y Yecapixtla, representando el 74 %. En 47 Productores de Ornamentales de Morelos A.C. 2001. Estudio de potencial de operación como agente parafinanciero.

268

cuanto a la densidad de especies explotadas, los municipios que destacan son: Cuautla, 111; Cuernavaca,

104; Jiutepec, 54; Yautepec, 46 y Ayala con 29 especies.

Dentro del rubro de plantas ornamentales destacan los municipios de Emiliano Zapata, Cuernavaca,

Yecapixtla, Cuautla y Jiutepec, con una producción de plantas ornamentales de 2 560 695; 1 665 521; 1 080

853; y 787 889 respectivamente. En conjunto representan el 81.1 % del total de estado.

En la entidad, se estima que del área ocupada por el vivero, del 65 al 70 % es aprovechada para la

producción de planta, mientras que el 30 ó 35 % restante es ocupada por áreas de acceso y maniobras; en

promedio se producen 14 platas por metro cuadrado. Este indicador es incluso mayor que el promedio

nacional que es de 12 plantas por metro cuadrado, lo que refleja de alguna manera la mayor productividad en

el Estado de Morelos debido a sus mejores condiciones agroclimáticas para la producción de plantas de

ornato.

IX.5. Organización

La actividad económica de los viveristas como agrupación social tiene sus orígenes en 1961 cuando se

constituyeron en ese año las Asociaciones Agrícolas Locales de Floricultores y Viveristas de Cuautla,

Cuernavaca, Jiutepec y Acatlipa, formando a su vez la Unión Regional de Floricultores y Viveristas del Estado

de Morelos. Asimismo ésta Unión formó parte de la Confederación Nacional de Floricultores y Viveristas de

México. Se puede inferir que estas organizaciones, y otras del mismo tipo pero con un enfoque más

empresarial, responden fundamentalmente a las necesidades de los viveristas para resolver los problemas

relacionados con el financiamiento, la búsqueda de canales de comercialización, la disponibilidad de insumos

en tiempo y cantidad, así como en la defensa de algunos intereses relacionados con el aprovechamiento del

agua (solicitudes grupales de concesiones de aprovechamiento de pozos-norias), el pago de impuestos y el

intercambio de información para mejorar sus sistemas de producción. La producción la realiza cada uno de

sus socios de acuerdo a su capacidad y sus recursos, y la empresa es la instancia para llevar a cabo la

comercialización y las diversas gestiones que interesen en forma común a los socios, definiendo siempre en

su mecánica operativa las normas bajo las cuales se deben regir todos sus socios, tales como los precios de

sus productos, la adquisición de insumos en común, el apoyo mutuo en la comercialización, entre otros.

Encontramos que la mayor parte de las empresas tienen sus oficinas, viveros y áreas de acceso y maniobras,

a orillas de carretera lo que les facilita en gran medida la comercialización de sus productos y en general un

mejor acceso al mercado. Además estas mismas empresas en gran parte funcionan como intermediarios de

los viveristas más pequeños o con menores recursos, y cumplen también la función de regular en cierto modo

los precios del mercado por su mayor poder económico.

Actualmente existen varias empresas que agrupan a un numero importante de viveristas, entre ellas se

encuentran: Ornaplant S.A. de C.V. con 11 socios; Asociación Agrícola Local de Floricultores y Viveristas de

Cuautla, 21 socios; Proplant S.A. de C.V. con 10 socios; Ornamentales de Cuautla S.S.S. con 13 socios;

269

Floracuautla S.P.R. de R.L. de C.V. con 11 socios. También existen otras organizaciones empresariales pero

no se dispone del número de socios que las integran, entre ellas: Floraplant, S.A. de C.V., Bioplant’s viveros,

S.A. de C.V., Flores y Plantas de Calidad, S.A. de C.V., Plántulas de Tetela, S.A. de C.V., entre la más

importantes.

En agosto de 1995 se constituye la sociedad “Productores de Ornamentales de Morelos A. C.” (POMAC) con

5 socios y que para septiembre de 2001 su número asciende a 174; dentro de los socios de esta agrupación

también forman parte la mayoría de los viveristas que son a su vez socios de algunas de las empresas

productoras-comercializadoras anteriormente señaladas.

Si consideramos una población de 1 400 viveristas, se desprende entonces que alrededor de unos 250 a 300

viveristas son los que se encuentran incorporados a alguna sociedad o agrupación, es decir, entre el 17 y 21 % de

los viveristas están organizados; el 80 % de ellos desarrollan todas sus actividades de manera independiente

y no han decidido incorporarse a alguna organización o formar una similar. Esta mayoría de viveristas se

encuentran en terrenos más alejados de las vías de comunicación y de acceso al mercado. Su condición es

un factor limitante para que sean atendidos como los viveristas organizados para acceder a diferentes

apoyos institucionales como son el financiamiento, la asistencia técnica, la capacitación, la participación en

diferentes congresos y reuniones de actualización de los viveristas. En general tienen una mayor

vulnerabilidad ante los cambios del mercado y de los canales de intermediación, pero a la vez también

desarrollan un proceso regulador de precios porque tienen menos costos de comercialización y presentación

del producto al acudir a ellos directamente compradores foráneos.

Una estrategia que está impulsando un grupo de viveristas encabezados por la empresa POMAC es la de

constituir a su vez una empresa concentradora de plantas ornamentales a nivel regional y nacional,

denominada “Concentradora Nacional de Plantas Ornamentales” (CONAPLOR), también conocida

localmente como “Centro de Negocios”, con ubicación en terrenos de la propiedad rural de Casasano y cuyo

propósito fundamental es el de poner al alcance del resto de los viveristas o clientes mayoristas, todos los

productos y servicios que necesitan, y que actualmente no se tienen concentrados en una sola área. El

proyecto ya cuenta con una cartera de 160 socios, los cuales ya han realizado algunas aportaciones con las

que han adquirido un terreno de 8 hectáreas, la nivelación del mismo, y se cuenta con los planos de obra. En

este proyecto está participando FIRA como instancia financiera, y algunas dependencias del Gobierno del

Estado en la parte de logística y de asesoría.

Una de las actividades de gestoría que han atendido las organizaciones de viveristas es la tramitación de las

concesiones de agua a través de pozos-norias que han realizado en sus viveros, sin embargo el número de

solicitudes es insignificante, sólo 123 solicitudes de un total de 1400 viveristas, lo que representa el 9 %. Por

270

otra parte, la mayor parte de los viveristas no tienen permiso de concesión para el aprovechamiento de las

aguas subterráneas, encontramos únicamente 9 norias con autorización de un total de 299.

De acuerdo con un estudio que realiza la empresa consultora “Centro Regional Para la Competitividad

Empresarial” sobre CONAPLOR, los viveristas socios pueden clasificarse en tres distintos grupos según los

volúmenes de ventas promedio anuales que han registrado de manera independiente. Estos tres grupos son:

chicos con ventas de $ 300 000.00 (20 %); medianos, con ventas de $ 450 000.00 (60 %) y grandes, con

ventas promedio de $ 650 000.00 los que representan el 20 % restante.

IX.6. Mercado

El consumo de plantas de ornato en la actualidad se ha convertido en un negocio muy rentable, la nueva

cultura ecologista, los problemas de contaminación, las tendencias de la moda, el gusto natural intrínseco del

hombre por las plantas, son algunos de los factores que han venido influyendo en el crecimiento de la

actividad ornamental, no sólo en México sino en otras partes del mundo. Sin embargo, el mercado hace a

algún lado otros aspectos del ambiente que de no considerarse con suficiente cuidado, puede dar al traste la

actividad económica que aparentemente no tiene límite de generación de beneficios, es el caso particular del

recurso más importante bajo el cual se desarrolla toda la actividad: el agua. Desde esta perspectiva es

necesario retomar el sistema ornamental en la cuenca como un todo integrado, interrelacionado en donde

una de las partes que supuestamente produce beneficios, en otro sentido provoque riesgos inminentes.

De 1994 a 1996 la demanda nacional de plantas en maceta se incrementó en el orden del 7 %, mientras que

en el periodo de 1997 a 2000 fue de 16.5 %, lo que indica que el viverismo es una actividad en constante

expansión, y por tanto en un demandante de recursos de agua, sustratos, insumos diversos y mano de obra.

Se espera que la demanda nacional aumente en un 20 % en los siguientes años, debido a que el mercado

norteamericano presenta amplias posibilidades debido a sus altos costos de producción que tiene en el

invierno propiciando con ello un incremento en las importaciones.

La horticultura ornamental comprende una gran gama de productos, mismos que llegan a presentar varios

niveles de calidad y precio, dentro de los que destacan: altura de planta, diámetro del tallo, calidad del follaje,

número de flores, coloración del follaje, y otros. Los costos de producción oscilan entre 50 y 70 % del precio

de venta y esto depende de la especie, variedad y tamaño de la planta que se quiera comercializar. Para

reducir los costos de producción se buscan constantemente nuevas alternativas en cuanto a sustratos,

porque la tierra de hoja cada vez es más costosa y ello impacta en el costo de la planta.

Los canales de comercialización que comúnmente realizan los procesos de adquisición y distribución de las

plantas está conformado por comercializadoras, propiedad de los viveristas organizados y cuyos volúmenes

se estiman en un 30 % del total de la producción; mayoristas, que son empresas que se dedican

exclusivamente a la compra y venta, su participación se estima en un 32 %; intermediarios 15 %; ventas a pie

271

de vivero 12 % y otros canales como los supermercados con un 11 % del volumen total de la producción.

Actualmente existen el estado 8 empresas comercializadoras dedicadas a la venta de plantas en maceta, de

éstas 6 se encuentran en el área de influencia de Cuautla y 2 en Cuernavaca. Ornaplant, S.A. de C.V. fue la

primera comercializadora que se constituyó a finales de 1991 en el estado, y a raíz de sus buenos resultados,

se fueron creando las otras comercializadoras con posterioridad. Sin embargo las comercializadoras

compiten con sus propios socios al no brindar ingresos mayores a los que pueden obtener los viveristas en

forma independiente.

IX.7. Viveristas

Con el fin de obtener algunos indicadores que nos permitieran observar el comportamiento del viverismo en

la zona, particularmente en el municipio de Cuautla, por ser uno de los de más importancia en el que se ha

dado un crecimiento acelerado en los últimos años, se obtiene información relativa a la superficie ocupada

por vivero, la cual se mide para los productores en tareas (mil metros cuadrados), los viveristas que arriendan

viveros, su procedencia, la fuente de abastecimiento de agua, la estimación de los volúmenes, las épocas

críticas y los acuerdos que establecen entre viveristas para hacer un mejor aprovechamiento del agua, entre

algunos otros aspectos de interés.

Con base a trabajo de campo realizado en varias localidades del municipio de Cuautla, al mes de julio de

2002, encontramos que de 255 viveristas, poseen 331 viveros, en una superficie de 219 hectáreas,

aprovechan el agua a través de 299 norias, con un gasto total de 621 litros por segundo (lps) y un consumo

anual de agua de 3 534 Mm3, pero también algunos de ellos aprovechan el agua de una canal general

(cuadro 28). Ese gasto de agua (621 lps) significa un volumen aproximadamente igual al gasto del canal

Casasano en el periodo de 1980 a 1986; en otros términos, unos 200 lps menos del gasto de la dotación al

canal Casasano en 1926 con 862 lps.

Cuadro 28. Indicadores del viverismo en varias Localidades del municipio de Cuautla.

LOCALIDAD VIVERISTAS VIVEROS SUP. NORIAS SUPERFICIE EN HA. PROPIET. ARREND. GASTO (LPS) CONSUMO

(HAS) PROPIO RENTA (M/AÑO)

CALDERÓN 13 14 20.79 16 9.5 12.1 9 4 34 262479

E. JÁUREGUI 18 22 36.21 7 17.7 18.51 7 12 73.45 517576

CASASANO 40 45 54.46 41 20.85 33.61 17 28 190.5 1145767

CUAUTLA 47 61 36.67 49 14.14 22.55 43 17 127.53 559179

CUAUTLIXCO 116 168 58.32 165 17 41.32 54 114 176.59 928672

TETELCINGO 9 9 2.65 9 2.47 0.18 7 2 8.68 52753

OTJANCOBU* 12 12 9.63 12 9.63 0 12 0 9.76 67262

TOTALES 255 331 218.73 299 91.29 128.3 149 177 620.51 3533688

* OTILIO MONTAÑO, JANTETELCO, COCOYOC Y BUGAMBILIAS

Del trabajo de campo realizado se pueden resaltar los siguientes aspectos, algunos de ellos vistos también a

partir de los cuadros 28 y 29.

272

Las localidades en donde se realizó trabajo de campo para caracterizar el viverismo fueron los ejidos:

Calderón, Eusebio Jáuregui, Casasano, Cuautla, Cuautlixco, Tetelcingo; y pequeña propiedad en Casasano,

Otilio Montaño, Jantetelco, Cocoyoc y una S.P.R. denominada Bugambilias. En Calderón se dispone de

información de 13 viveristas; en Eusebio Jáuregui, 18; Casasano, 40; Cuautlixco, 116; Tetelcingo, 9; Otilio

Montaño, 3; Jantetelco y Cocoyoc 1 respectivamente y la SPR Bogambilias 9 (figura 20). En total son 255

viveristas y si se toma en cuenta una población de 1400, entonces la muestra representa el 18 %. A partir de

estos datos se generaron otros índices que nos permiten tener una visión del conjunto y por localidad del

comportamiento del viverismo en el municipio de Cuautla.

VIVERISTAS POR LOCALIDAD

0

40

80

120

160

CALDERON

E. JAUREGUI

CASASANO

CUAUTLA

CUAUTLIXCO

TETELCIN

GO

OTJANCOBU*

VIV

ER

IST

AS

Figura 20. Viveristas por localidad.

El mayor número de viveros se encuentran en los ejidos de Cuautlixco (168), Cuautla (61) y Casasano (45)

que concentran el 83 % del total de viveristas de las localidades visitadas. Ello indica que las mejores

condiciones de suelo, agua y acceso en los servicios de comunicación se encuentra en esta zona (figura 21).

VIVEROS POR LOCALIDAD

0

40

80

120

160

200

CALDERON

E. JAUREGUI

CASASANO

CUAUTLA

CUAUTLIXCO

TETELCIN

GO

OTJA

NCOBU*

VIV

ER

OS

.

Figura 21. Viveros por localidad.

273

Existe en promedio 1.3 viveros por cada viverista. En algunos casos se presentan hasta 4 ó 5 viveros por

cada viverista y eso responde fundamentalmente a la demanda de arrendatarios para dedicarse a la

producción de plantas de ornato. Ello significa que un propietario de vivero, ya sea pequeño propietario o

ejidatario, renta su parcela a mas de un viverista porque representa en muchos de los casos la fuente de

ingresos mas importante, además la mayor parte de ellos ya no se dedica a producir su terreno porque es

gente de más de 50 ó 60 años.

De la superficie total de viveros en las distintas localidades que llega a ser de 218 hectáreas, las localidades

de mayor concentración son Cuautlixco con 58 hectáreas; Casasano, 54; Cuautla, 36 y Calderón, 21 (figura 22).

SUPERFICIE DE VIVERO POR LOCALIDAD

0

20

40

60

80

CALDERON

E. JAUREGUI

CASASANO

CUAUTLA

CUAUTLIXCO

TETELCIN

GO

OTJA

NCOBU*

HE

CT

AR

EA

S

Figura 22. Superficie de vivero por localidad en el municipio de Cuautla.

El número de norias es de 299, lo que significa que existen 1.17 norias por vivero, 0.9 norias por viverista o

1.37 norias por hectárea. Este dato refleja la importancia que representan los pozos artesianos que realizan

los viveristas para abastecerse de agua y poder satisfacer las necesidades de los cultivos. A pesar de que se

encontró en algunos casos que dos viveros toman el agua de una misma noria, pero son los casos menos

frecuentes y por ello se tiene en promedio más de una noria por vivero. Bajo el supuesto de que el dato de

0.9 norias por viverista es confiable, entonces para 1 400 viveristas se tiene un total de 1 260 pozos-norias

para los municipios en donde se localizan los viveristas y que hace suponer que la mayor parte, si no es que

la totalidad, se encuentran ubicados en el acuífero de la zona Cuautla-Yautepec. Observando esta variable

por localidad, en Calderón s tiene 1.14 norias por vivero, mientras que en Eusebio Jáuregui es de sólo 0.32

norias por vivero. En este caso se debe a que una gran parte de viveristas, la fuente de agua es a partir

del canal Santa Inés (cuadro 29).

De la superficie total de vivero que es de 218.7 hectáreas, corresponde un promedio de 0.86 hectáreas por

viverista y 0.66 hectáreas por vivero. De alguna manera refleja el grado de intensidad con que se trabaja la

tierra y el valor económico que significa porque con un poco más de media hectárea, un viverista es capaz de

274

generar un ingreso suficiente que le permite mantener a una familia una vez que ha descontado los costos de

producción incluyendo la renta de la tierra para el caso de quienes son arrendatarios. Pero observando esta

variable por localidad (cuadro 29), la mayor superficie por vivero se encuentra en Eusebio Jáuregui de 1.65

hectáreas por vivero; y la menor en Tetelcingo de 0.29 hectáreas por vivero. Es también notorio el caso de

Cuautlixco en donde se encuentra un promedio de 0.35 hectáreas por vivero, ya que es la localidad donde se

encuentra el mayor número de viveros (168 que representan el 51 % del total de viveros en las localidades

muestreadas).

Cuadro 29. Indicadores del viverismo por localidad en el municipio de Cuautla.

LOCALIDAD VIVEROS SUP. HAS/VIVERO NORIAS NORIAS SUPERFICIE EN HAS. GASTO LPS/HA

(HAS) POR VIVERO PROPIO % RENTA % (LPS)

CALDERÓN 14 20.79 1.49 16 1.14 9.5 10.4 12.1 9.4 34 1.64

E. JÁUREGUI 22 36.21 1.65 7 0.32 17.7 19.4 18.51 14.4 73.45 2.03

CASASANO 45 54.46 1.21 41 0.91 20.85 22.8 33.61 26.2 190.5 3.50

CUAUTLA 61 36.67 0.60 49 0.80 14.14 15.5 22.55 17.6 127.53 3.48

CUAUTLIXCO 168 58.32 0.35 165 0.98 17 18.6 41.32 32.2 176.59 3.03

TETELCINGO 9 2.65 0.29 9 1.00 2.47 2.7 0.18 0.14 8.68 3.28

OTJANCOBU* 12 9.63 0.80 12 1.00 9.63 10.5 0 0 9.76 1.01

TOTALES 331 218.73 0.66 299 0.90 91.29 100 128.27 100 620.51 2.84

* OTILIO MONTAÑO, JANTETELCO, COCOYOC Y BUGAMBILIAS

La superficie de vivero según el tipo de viverista, es decir si se trata de propietarios de tierra y vivero o de

arrendatarios que toman a renta la tierra para establecer vivero, encontramos que 91 hectáreas de vivero se

encuentran bajo viveristas que son dueños de la tierra y del vivero (propietarios), que corresponde a un 42 %;

y 128 hectáreas de vivero son arrendadas, es decir, el 58 % restante d la superficie. Esto refleja que el

viverismo es predominantemente realizado con arrendatarios que disponen de la tierra bajo contrato el cual

demandan por periodos no menores de tres años con el fin de garantizar la recuperación d la inversión y

obviamente una utilidad neta que les permita satisfacer sus necesidades. Si observamos esta variable por

localidad, en el caso de la superficie de vivero propiedad del dueño de la tierra, el 23 % se concentra en

Casasano y sólo el 2.7 % en Tetelcingo. En el caso de la superficie de vivero que esta dado en renta, el 32 %

se concentra en Cuautlixco y el 26 % en Casasano (cuadro 29).

En cuanto al tipo de viverista, encontramos que 149 viveristas son propietarios del vivero y de la tierra los

cuales representan el 45 % y 177 arrendatarios el 55 % restante. Estas cifras muestran la misma

proporcionalidad que para el caso de la superficie. De la misma manera ello indica que los arrendatarios

tienen mayor participación en la actividad del viverismo l cual posiblemente tenga relación con el hecho de

tener mayor experiencia en el ramo y también recursos económicos para desarrollar la actividad.

El gasto estimado es de 621 lps durante todo el año, lo que arroja un volumen anual de 3 534 Mm3 de agua

para las 219 hectáreas, ello significa un gasto de 2.84 lps por hectárea al año. Según el referente de los

275

ingenieros especialistas en irrigación de que el gasto promedio por hectárea es de 1 lps, muestra que el

viverismo consume casi tres veces este dato. De cualquier manera y considerando cierto margen de error

refleja que el gasto de agua en el viverismo es notoriamente superior al promedio para cualquier otro cultivo

anual. Observando esta variable por localidad, en Casasano y Cuautla el gasto en lps por hectárea es de 3.5,

y en otras localidades pequeñas es de 1 lps (cuadro 29).

En el ejido de Cuautlixco es en donde se encuentra la mayor parte de viveristas (116) que tienen mas de un

vivero (1.45 viveros por cada viverista), además es el ejido que tiene mas viveristas (168).

Otras observaciones de carácter general es que se pudo constatar que la mayoría de los pozos no tienen la

concesión de la CNA para el aprovechamiento de las aguas, lo que da muestra de una falta de regulación en

la extracción del recurso del acuífero, que según la propia CNA, se encuentra en equilibrio y deben regularse

todas las extracciones.

La extensión de los viveros, varía de acuerdo con la ubicación y producción de los mismos, los que se

encuentran en la confluencia de los canales La Purísima, Santa Inés y Lateral Casa Blanca destinados

principalmente al cultivo y venta de arbustos cuentan con una superficie aproximada de 1.0 hectárea,

mientras que el resto de los viveros destinados principalmente a plantas de ornato y árboles frutales tienen

una extensión aproximada de 0.25 hectáreas. Los datos del trabajo de campo indican que la superficie

promedio por vivero es de 0.86 hectáreas, pero se encuentran viveros desde 300 m2 hasta de 6 hectáreas.

Los viveros están asentados en predios Ejidales, frecuentemente en los “solares” urbanos de los Ejidos, la

mayoría de ellos rentados por los Ejidatarios que son dueños de los predios. La renta del predio se establece

mediante un contrato de arrendamiento celebrado entre el Ejidatario y el Viverista el cual es notificado y

avalado por el Presidente del Comisariado Ejidal a fin de evitar que el arrendatario se quiera posesionar del

terreno, establecer las obligaciones que adquiere el arrendatario y proteger al Ejidatario. Los Viveristas-

arrendatarios con mayor poder económico en las inmediaciones del Canal Barcenas pertenecen a la familia

Archundia, quienes tienen en uno de los viveros más grandes un pozo profundo, además de disponer de

norias en otros de ellos.

De las observaciones anteriores se puede deducir que el viverismo desempeña un papel preponderante en la

economía regional debido al uso intensivo de la tierra y el número de viveristas que se hacen mantener de la

actividad; el viverismo es un generador de recursos económicos para ejidatarios y pequeños propietarios que

han visto en esta actividad su fuente principal de ingresos pero al mismo tiempo aparecen elementos que

conllevan a una mayor competencia por el agua, visto como el elemento central a partir del cual son

necesarios los acuerdos internos entre actores sociales.

276

IX.7.1. El viverismo en Calderón

En el ejido Calderón las tierras se regaban con agua proveniente del manantial calderón, pero a raíz de la

disminución de su caudal prácticamente a cero litros por segundo desde hace unos 15 años

aproximadamente (solamente en época de lluvias su caudal llega a unos 10 litros por segundo); las

autoridades ejidales gestionaron la perforación de 5 pozos profundos con los cuales realizan la producción

agrícola de los cultivos bajo riego, principalmente a base de caña de azúcar. Otra de las actividades

importantes que se ha venido impulsando en el ejido es precisamente el viverismo con el aprovechamiento

de norias.

En esta localidad se encuentran 14 viveros y 13 viveristas porque uno de ellos, además de poseer su propio

vivero, una parte de su terreno la renta a un viverista. Todos los viveros son regados por pozo; tres viveristas

tienen 2 norias y 6 de ellos poseen una noria cada uno (figura 23). La superficie de vivero en la que los

viveristas son a la vez los propietarios de la tierra, es de 9.5 hectáreas, que corresponde al 46 % y 11.29

hectáreas son de arrendatarios, es decir, el 54 % restante (figura 24). De los 13 viveristas, 4 de ellos son

arrendatarios, y 9 son propietarios de la tierra; en este aspecto las proporciones son distintas en cuanto a la

superficie que poseen; es decir, el 31 % de los viveristas (que son arrendatarios), poseen el 54 % de la

superficie de vivero, y en consecuencia, el 69 % de los viveristas (que son los propietarios de la tierra),

poseen el 46 % de la superficie de vivero. Esto indica el mayor posicionamiento por parte de viveristas que

arriendan la tierra, aunque tres de ellos (de los cuales únicamente se tiene la información), son del Estado de

Morelos, dos de ellos de Cuautlixco y uno de Tepoztlán; el tiempo que tienen rentando la tierra es de 7, 8 y

10 años (cuadro 30).

277

Cuadro 30. Principales indicadores del viverismo en varias localidades del municipio de Cuautla, Mor.

LOCALIDAD VIVE- VIVEROS SUP. NORIAS SUP. DE VIVERO (HAS) PROP. DE ARRENDA- GASTO CONSUMO OBSERVACIONES

RISTAS (HAS) PROPIO % RENTA % VIVERO TARIOS (LPS) M/AÑO

CALDERÓN * 9 10 18.85 12 7.65 59 11.2 41 6 3 30.8985 237986.11 3 VIVERISTAS CON 2 NORIAS Y 6 CON UNA; 2 ARRENDATARIOS DE

CUAUTLIXCO, 1 DE TEPOZTLÁN.

4 4 1.94 4 1.85 95 0.9 5 3 1 3.18 24493 1 PROPIETARIO CON 2 NORIAS.

13 14 20.79 16 9.5 46 12.1 54 9 4 34.0785 262479.11

E. JÁUREGUI * 14 15 32.7 0 17.2 53 15.5 47 7 8 66.3316 467405.04 TODOS RIEGAN POR CANAL, UN PROPIETARIO TAMBIÉN ARRIENDA UNA TAREA.

4 7 3.51 7 0.5 14 3.01 86 0 4 7.12 50171 UN ARRENDATARIO TIENE 4 PREDIOS Y 4 NORIAS; UN VIVERISTA ES

18 22 36.21 7 17.7 49 18.51 51 7 12 73.4516 517576.04 ARRENDATARIO DE 4 PREDIOS CON 4 POZOS Y ES PROP. DE UN VIVERO.

CASASANO * 31 36 51.85 32 20.3 39 31.55 61 14 22 181.376 1090856.5 2 VIVERISTAS RENTAN A 2 ARRENDATARIOS C/U, Y 1 VIVERISTA RENTA A

3 ARRENDATARIOS; 8 DE CUAUTLIXCO, 2 DE XOCHIMILCO, 1 DE PUEBLA,

9 9 2.61 9 0.55 21 2.06 79 3 6 9.13 54911 2 DE CUAUTLA. CADA VIVERISTA TIENE UN POZO.

40 45 54.46 41 20.85 38 33.61 62 17 28 190.506 1145767.5

CUAUTLA * 14 19 23.92 7 5.14 21 18.78 79 9 9 83.1853 364754.67 2 PROPIETARIOS RENTAN A 1 ARRENDATARIO CADA UNO, 2 VIVERISTAS

TIENEN 2 VIVEROS, 11 VIVEROS SON REGADOS POR CANAL.

1 VIVERO RIEGA POR CANAL Y NORIA Y OTROS 6 VIVEROS TIENEN NORIA.

33 42 12.75 42 9 69 3.77 31 34 8 44.34 194424 1 VIVERISTA TIENE 4 NORIAS, 2 VIVERISTAS TIENEN 3 NORIAS Y 2 VIVERISTAS

47 61 36.67 49 14.14 39 22.55 61 43 17 127.525 559178.67 TIENEN 2 NORIAS.

CUAUTLIXCO * 63 92 35.82 89 3 8 32.82 92 5 87 108.463 570388.13 15 VIVERISTAS TIENEN 2 VIVEROS, 3 VIVERISTAS TIENEN 3 VIVEROS Y 2 VIVE_

RISTAS TIENEN 5 VIVEROS Y TODOS ELLOS CON EL MISMO NÚMERO DE NORIAS.

53 76 22.5 76 14 45 8.5 55 49 27 68.13 358284

116 168 58.32 165 17 29 41.32 71 54 114 176.593 928672.13

TETELCINGO 9 9 2.65 9 2.47 93 0.18 7 7 2 8.68 52753

OTILIO MONTAÑO 3 3 0.88 3 0.88 100 0 0 3 0 2.27 12578

JANTETELCO 1 1 1 1 1 100 0 0 1 0 0.83 1239

COCOYOC 1 1 1.2 1 1.2 100 0 0 1 0 1.37 5387

BUGAMBILIAS SPR 7 7 6.55 7 6.55 100 0 0 7 0 5.29 48058

TOTALES 255 331 218.73 299 91.29 128.27 149 177 620.594 3533688.4

278

El total de productores viveristas es de 255, los cuales poseen 331 viveros, es decir, un promedio de 1.3 viveros por cada viverista.

La superficie total de vivero es de 218.7 hectáreas, un promedio de 0.86 hectáreas por vivero.

La superficie promedio por viverista es de 0.66 hectáreas.

El total de norias es de 299, es decir, 1.17 norias por vivero; 0.9 norias por viverista; 1.37 norias por hectárea.

La superficie total de vivero de la cual los viveristas son propietarios, es de 91.29 hectáreas, que representan el 42 % de la superficie de vivero, y

el 58 % restante (128.27 hectáreas) es de superficie de vivero que es rentada.

El total de propietarios de viveros es de 149 (45 %) y 177 arrendatarios (55 %) lo que en total se tiene a 331 viveristas, entre propietarios y

arrendatarios.

El gasto en litros por segundo (lps) de los viveros reportados por la asociación de viveristas de Cuautla es de 150.34 lo que arroja un volumen

anual de 802 298 metros cúbicos.

* Para estas localidades la superficie de vivero es de 163.14 hectáreas para lo cual se estima un gasto de 361 lps, que arroja un volumen estimado

de 2 008 379 metros cúbicos por año. En estos datos se hace una estimación con base en los volúmenes calculados con información de la

asociación de viveristas.

El gasto total es de 621 lps con un volumen de 3 533 688 metros cúbicos por año.

279

POZOS POR VIVERO EJIDO CALDERON

0

12

34

56

7

VIVEROS POZOSV

IVE

RO

S

Figura 23. Pozos por vivero en el ejido Calderón. De las 16 norias con que se riegan los viveros, y de acuerdo con la información disponible, sólo 2 de ellas

tienen concesión de parte de la CNA para disponer del agua de manera legal, en 13 no se tiene el permiso

de concesión y en 5 norias se están realizando las gestiones de la solicitud para la concesión.

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE DE VIVEROEJIDO CALDERON

PROPIO46%

RENTA54%

PROPIO

RENTA

Figura 24. Superficie de vivero propia y rentada en Calderón.

La distribución de la superficie por vivero es variable, existe un vivero de 6.2 hectáreas (62 tareas), además

de ser el más grande de esta localidad, también lo es del conjunto de localidades analizadas; y el vivero más

pequeño es de 900 m2 (figuras 24 y 25). Es en este caso de la comunidad de Calderón donde se encuentra la

mayor variación en cuanto al tamaño de viveros.

La variación en el tamaño de los viveros depende fundamentalmente de la capacidad económica del viverista

para la adquisición de insumos, la disponibilidad del agua y de la tierra ya sea para arrendamiento o en la

explotación directa de parte del propietario, de los apoyos institucionales, y de alguna manera, de grado de

organización interna, porque los viveristas que poseen mayores extensiones también son aquellos que

disponen de mas recursos, de mejores apoyos institucionales y del grado de organización, es decir, la

pertenencia a una de las figuras organizativas de las empresas que se encuentran en la región.

280

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE POR VIVEROEJIDO CALDERON

0

10

20

30

40

50

60

70

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14VIVERO

TA

RE

AS

Figura 25. Distribución de la superficie por tamaño de vivero en Calderón.

IX.7.2. El viverismo en Eusebio Jáuregui

El viverismo en el ejido Eusebio Jáuregui aprovecha tanto con agua proveniente del canal general Santa

Inés, como de norias. En el primer caso, 14 viveristas riegan de canal y poseen 15 viveros; un viverista

además de ser propietario de vivero con 32 tareas, renta una tarea. En el segundo caso, es decir, los

viveristas que riegan por pozo, que son 4, poseen 7 viveros. Un viverista posee 4 viveros, en uno de ellos es

propietario de la tierra y otros tres los toma en arrendamiento (cuadro 30). De lo anterior se observa que 18

viveristas poseen 22 viveros; la superficie total de viveros es de 36.21 hectáreas con lo que se obtiene un

promedio de 1.65 hectáreas por vivero. La superficie por vivero varía desde 5 hasta 40 tareas; 2 viveros son

de 5 tareas; uno de 6; 2 de 13; uno de 20; uno de 25 y 4 viveros de 40 tareas (figura 26).

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE POR VIVERISTA

0

10

20

30

40

50

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

VIVERISTAS

TA

RE

AS

Figura 26. Distribución de la superficie por viverista en Eusebio Jáuregui.

281

De la superficie total de vivero, 17.7 hectáreas son de viveristas propietarios de la tierra (49 %), y 18.51

hectáreas de viveristas arrendatarios (51 %). Como en el caso de la comunidad de Calderón, en Eusebio

Jáuregui también la tendencia en el uso de la tierra para vivero predominan los arrendatarios (figura 27).

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE DE VIVERO

PROPIO53%

RENTA47%

PROPIO

RENTA

Figura 27. Distribución de la superficie por tenencia de la tierra

En cuanto al número de viveristas se tienen registrados 18 pero uno de ellos es a la vez propietario de la

tierra y arrendatario, por ello la suma entre propietarios y arrendatarios es de 19; de estos, 7 son propietarios

(39 %) y 12 arrendatarios (61 %). La información de los arrendatarios es muy limitada por lo que no se puede

observar la procedencia, pero sí se conoce el tiempo que tienen arrendando la tierra para vivero, y varía

desde uno hasta 10 años; 2 viveristas tienen un año; 7 viveristas tienen 2 años; un viverista tiene 5 años, uno

8; y 3 tienen 10 años de estar rentando.

Ninguno de los viveros que riegan con agua de noria tienen la concesión para el uso legal de los

aprovechamientos de agua; para las 7 norias de que se dispone, la Asociación Agrícola Local de Floricultores

y Viveristas de Cuautla, ha realizado la gestión, misma que se encuentra en trámite ante la CNA.

IX.7.3. El viverismo en Casasano

El viverismo en Casasano se realiza tanto en terrenos del ejido, como de la pequeña propiedad; en lo que

respecta al ejido se encontraron 22 viveristas y 18 en la pequeña propiedad. Para ello se consideraron todos

pequeños propietarios los provenientes de la información proporcionada por la Asociación Agrícola Local de

Floricultores y Viveristas de Cuautla.

El total de viveristas, tanto los que se ubican en el ejido como los de la pequeña propiedad, son 40 los cuales

poseen 45 viveros; la superficie de vivero es de 54.46 hectáreas y el promedio por vivero es de 1.21

hectáreas (1.36 hectáreas por viverista); la variación de la superficie por vivero oscila entre las 3 y las 40

282

tareas (figura 28). En las localidades de Calderón, Eusebio Jáuregui y Casasano, son en las que se dispone

de la mayor cantidad promedio por vivero y por viverista.

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE POR VIVERO

0

5

10

15

20

25

30

35

401 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41

VIVERO

TA

RE

AS

Figura 28. Distribución de la superficie por vivero en Casasano.

De la superficie total de vivero, 17 viveristas propietarios de la tierra poseen 20.85 hectáreas que significa el

38 % y 28 viveristas arrendatarios ocupan 33.61 hectáreas, que corresponde al restante 62 %. Las mismas

proporciones se guardan tanto por la superficie de vivero ocupada, como por el número de viveristas de cada

tipo de tenencia.

En lo que respecta al número de norias, en los 45 viveros se dispone de 41 de ellas y no corresponde el

mismo número de viveros y de norias porque dos viveristas riegan por canal y otros dos, están en proceso de

establecer el vivero, es decir, dos norias se encuentran en proceso de perforación. Ninguna de las norias

tiene concesión para el aprovechamiento del agua, y en 21 de ellas se han realizado los trámites ante la CNA

para su formalización.

De acuerdo con la información disponible de los arrendatarios, su procedencia predomina del propio estado

de Morelos (8 de Cuautlixco, 1 de Cuautla y 1 de Casasano) y otros son de Xochimilco (2) y uno de Puebla.

El tiempo que tienen los arrendatarios rentando tierras para el establecimiento de viveros oscila entre 1 y 6

años, es decir, que el viverismo es relativamente reciente en Casasano, tomando como parámetro el tiempo

que tienen los arrendatarios dedicándose al viverismo en esta localidad; 2 viveros tienen 3 años rentando, 1

vivero tiene 2 años rentándose y 2 viveros tienen 1 año rentándose (figura 29).

283

TIEMPO RENTANDO PARA VIVERO

0

0.5

1

1.5

2

2.5

3

3.5

1 2 3

VIVEROS

OS

AÑOS

VIVEROS

Figura 29. Tiempo que tienen rentando los arrendatarios en Casasano.

La profundidad a la cual se encuentra el agua en las norias tiene un promedio de 17 metros, cuya variación

se presenta entre los 10 m y 25 m. Algunos viveristas refieren que hace algunos años se encontraba el agua

en la región a 4 ó 5 metros de profundidad pero que a través del tiempo, cada vez es necesario perforar unos

metros más a fin de encontrar el agua (figura 30).

PROFUNDIDAD DE LOS POZOS

0

5

10

15

20

25

30

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

ME

TR

OS

Figura 30. Profundidad a la cual se encuentra el agua en los pozos del ejido Casasano.

IX.7.4. El viverismo en Cuautla

En el ejido de Cuautla se encontraron 47 viveristas los cuales poseen 61 viveros, con una superficie total de

36.67 hectáreas; es decir, la superficie promedio por vivero es de 0.60 hectáreas y por viverista de 0.78

hectáreas. En los 61 viveros existen 49 pozos-norias para cubrir las necesidades de agua, ello significa que

en algunos casos, un solo pozo-noria comparte el agua para uno o más viveros (cuadro 30).

284

La superficie de vivero en donde el viverista es el propietario de la tierra (43) es de 14.14 hectáreas, es decir,

el 39 %, mientras que los arrendatarios (17) poseen 22.55 hectáreas que representa el restante 61 % de la

superficie total de vivero.

La superficie por vivero es muy variable, desde 200 m2 (que significa una quinta parte de una tarea) hasta

150 tareas; de hecho en este ejido es en donde se encuentra esta dispersión en el tamaño de los viveros. En

la gráfica se muestra la distribución de la superficie por vivero, pero se omite el dato de 150 tareas de un

vivero por la deficiente representación a escala con el resto de los datos (figura 31).

De la información que se dispone de 9 arrendatarios, su procedencia es de Xochimilco (4), Puebla (2),

Coahuila (1) y Cuautla (2). El tiempo que tienen rentando tierras para vivero varía entre 5 y 15 años, por lo

que se puede decir que el viverismo en la modalidad de arrendamiento es relativamente reciente en el ejido

de Cuautla.

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE POR VIVERISTA

0

5

10

15

20

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

VIVERISTA

TA

RE

AS

Figura 31. Distribución de la superficie por viverista en el ejido de Cuautla.

En lo que se refiere a la profundidad de las norias y a la que se encuentra el agua varía entre 5 m y 25 m; de

acuerdo con la información disponible; la profundidad promedio es de 11 metros.

IX.7.5. El viverismo en Cuautlixco

En el ejido de Cuautlixco es donde se encontró el mayor número de viveristas respecto de las otras

localidades; 116 viveristas con 168 viveros tienen una superficie de 58.32 hectáreas, es decir, 0.35 hectáreas

por vivero, 0.5 hectáreas por viverista. Esto confirma el uso intensivo de la tierra y la capacidad de la

actividad para desarrollar el dinamismo en el aprovechamiento de los recursos. El tamaño de los viveros

varía de 300 m2 (.03 tareas) a 10 tareas (cuadro 30 y figura 32).

285

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE POR VIVERO

0

2

4

6

8

10

12

1 6 11 16 21 26 31 36 41 46 51 56 61 66 71 76 81 86 91

VIVERO

SU

P. E

N T

AR

EA

S

Figura 32. Distribución de la superficie por vivero en Cuautlixco.

En cuanto al número de norias, se encontraron 165, lo que representa en promedio casi una noria por vivero;

se estima un gasto de 177 litros por segundo para una superficie de 58.32 hectáreas (3.03 lps/ha/año).

Algunos de los viveros son regados por un mismo pozo porque son colindantes o también porque el tamaño

de los viveros no justifica la perforación de otro de ellos.

De acuerdo con el tipo de viverista según la tenencia de la tierra, 54 viveristas (que representan el 32 % de

los viveristas) poseen 17 hectáreas (que corresponde al 29 % de la superficie total de vivero); y 114 viveristas

(que representan el otro 68 % de los viveristas) poseen 41.32 hectáreas, es decir, el 71 % de la superficie

total de vivero (figura 33).

DISTRIBUCION DE LA SUPERFICIE DE VIVEROS

RENTA71%

PROPIO29%

PROPIO

RENTA

Figura 33. Distribución de la superficie de vivero según el tipo de productor.

Los arrendatarios proceden de distintos lugares, entre ellos, Xochimilco (8), Cuautlixco (21), Distrito Federal

(2), Cuautla (3), Puebla (1), Santa Inés (1), Tetelcingo (1), Tlayecac (3), Casasano (3), Veracruz (1) y

Yecapixtla (1), (figura 34).

286

En cuanto a los permisos de concesión para explotar las norias, se encontró que sólo 7 de ellas cuentan con

los documentos legales que amparan el aprovechamiento; 71 se encuentran en trámite y el resto de las

norias no cuentan con la concesión (87). Como en las otras localidades, en Cuautlixco también la mayor

parte de los aprovechamientos de agua a través de las norias, no cuentan con la concesión de parte de la

Comisión Nacional del Agua. Al parecer, para la propia CNA no es una condición necesaria el otorgar los

permisos de concesión para regular las extracciones y en su caso tener la posibilidad de hacer un manejo

integral del acuífero. El tiempo que tienen rentando los arrendatarios es variable, desde uno hasta 16 años, lo

que de alguna manera indica que el viverismo en Cuautlixco tiene más de 15 años.

PROCEDENCIA DE LOS ARRENDATARIOS

0

5

10

15

20

Xochim

ilco

Cuaut

lixco

D.F.

Cuaut

la

Puebla

Tetelc

ingo

Tlayec

ac

Casas

ano

Verac

ruz

Yecap

ixtla

FR

EC

UE

NC

IA

Figura 34. Procedencia de los arrendatarios.

La profundidad de las norias en Cuautlixco varía entre uno y 35 metros, siendo el promedio de 10.8 metros

(figura 35).

PROFUNDIDAD DE LAS NORIAS POR VIVERO EN CUAUTLIXCO

0

5

10

15

20

25

30

1 3 5 7 9 11 13 15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41 43 45 47 49 51

NORIAS

PR

OF

UN

DID

AD

EN

ME

TR

OS

Figura 35. Profundidad de las norias por vivero en Cuautlixco. Elaboración propia.

287

En lo que se refiere al gasto de agua por vivero expresado en litros por segundo, éste varía entre 0.6 y 1.5

lps (figura 36).

DISTRIBUCION DEL GASTO POR VIVERO EN CUAUTLIXCO

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

1.2

1.4

1.6

1 6 11 16 21 26 31 36 41 46 51 56 61 66 71 76

VIVEROS

GA

ST

O E

N L

PS

Figura 36. Gasto en lps por vivero en Cuautlixco. Elaboración propia.

IX.7.6. El viverismo en Tetelcingo y otras localidades

En el ejido de Tetelcingo se encontraron 9 viveristas, con una superficie de vivero de 2.65 hectáreas; cada

viverista tiene su propio pozo; de ellos 7 son propietarios con una superficie de 2.47 hectáreas, y 2 son

arrendatarios cuya superficie es de 0.18 hectáreas. El gasto total de agua es de 8.68 litros por segundo, y

considerando la superficie de 2.65 hectáreas, se tiene un gasto por hectárea de 3.28 lps.

Para los 9 pozos se encuentra en proceso de trámite la concesión para el aprovechamiento del agua ante la

CNA. El equipo de bombeo es de 1 y 1.5 caballos de fuerza (hp) y el gasto por noria en promedio es de 0.96

lps.

En el ejido de Otilio Montaño sólo se tiene información de 3 viveristas, los cuales tienen una superficie de

vivero de 0.88 hectáreas; el gasto de agua es de 2.27 lps lo que resulta en 2.60 lps por hectárea. Las

bombas son de 1 caballo de fuerza y el promedio en el gasto por pozo es de 0.76 lps.

En Jantetelco y Cocoyoc sólo se dispone de información de un viverista en cada caso, y los datos en

superficie de vivero, en gasto de agua, no es significativo.

Mas que otra localidad se trata de una organización, es el caso de la Sociedad de Producción Rural

“Bugambilias” en la cual se 7 viveristas tienen una superficie de 6.55 hectáreas; las bombas de agua son de

1 y 1.5 caballos de fuerza de capacidad; el gasto total de agua es de 5.29 lps, que en promedio se dispone

288

de 0.81 lps por hectárea. Todos los viveristas son pequeños propietarios y a la vez, propietarios de la tierra y

del vivero, es decir, en este caso no hay arrendatarios.

IX.8. Manejo del agua y acuerdos

Los Viveristas aseguran que no existen conflictos por uso o manejo del agua, ya que cada vivero tiene su

propia fuente de abastecimiento y a decir de ellos mismos “hay mucha agua, no se acaba” (Archundia, A,

2001), aunque reconocen que en los meses de abril a junio disminuye la disponibilidad y lo atribuyen al clima.

En los viveros no todo el año utilizan la misma cantidad de agua de los pozos, ya que de junio a octubre es

suficiente con el agua de lluvia o riegan de manera ocasional una o dos veces por semana; en los meses de

noviembre a febrero intensifican el riego, ya que por el frío las plantas se resecan. Pero el mayor consumo de

agua se presenta en los meses de marzo, abril y mayo cuando el estiaje es intenso al grado en que existen

acuerdos entre viveristas del ejido de Cuautlixco y Cuautla

Los tipos de acuerdos que se han venido estableciendo de manera informal entre viveristas, tanto en el ejido

de Cuautlixco como en el de Cuautla, se refieren a los tiempos que se otorgan entre ellos para poder

bombear el agua de los pozos a fin de evitar que todos lo hagan al mismo tiempo porque se abate

rápidamente el nivel freático del agua y no disponen de agua suficiente. Esto es, existen acuerdos internos

no formales, mas bien de palabra, para que entre vecinos viveristas primero bombeen algunos y luego otros

para dar tiempo a que el pozo se recupere (Don Nabor, 2002).

Existen opiniones contradictorias por parte de los ejidatarios con relación al establecimiento de viveros; hay

gente que se manifiesta indiferente ante la perforación de pozos, ésta actitud es asumida por vecinos ajenos

a las actividades agrícolas o bien por quienes rentan sus predios y reciben un beneficio económico. Sin

embargo existe otra parte de la población que ha denunciado ante ASURCO y CNA la perforación

indiscriminada de este tipo de obras ante la preocupación de la baja disponibilidad de agua en tiempo de

estiaje.

A pesar de que existe una instrucción Federal de registrar todo tipo de aprovechamientos de acuerdo con la

Ley de Aguas Nacionales (LAN)48 con el propósito de identificar y controlar la extracción del agua, la mayoría

de los viveristas no han registrado sus pozos ante la CNA, “por que la CNA no lo ha exigido, pero cuando

esto suceda lo tendremos que hacer” (Archundia, A., 2001).

48 “Art. 20. La explotación, uso y aprovechamiento de las aguas nacionales por parte de personas físicas o morales se realizará mediante concesión...” “Art.30. La Comisión llevará el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) en el que deben inscribirse los títulos de concesión...” “Art.32. En el REPDA se llevará igualmente el registro nacional permanente por zonas o regiones, de las obras de alumbramiento y de los brotes de agua del subsuelo, para conocer el comportamiento de los acuíferos y en su caso, regular su explotación, uso o aprovechamiento”

289

Sin embargo la CNA tiene inscritos en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) Cuautla 26

aprovechamientos de aguas subterráneas destinadas a viveros en el Municipio de Cuautla (CNA, 2001)

aunque es importante señalar que estimaciones de agricultores indican que tan sólo en dicho Municipio

existen cerca de 500 establecimientos (Morales, 2001). Tal ha sido la importancia de los viveros en los Ejidos

de Cuautla y Casasano que ya se formó una Sociedad de Viveristas con oficinas en Cuautla y Moyotepec

con un mercado que abastece a los Estados de Nuevo León, D.F., Chiapas y Michoacán., Chihuahua,

Tamaulipas, Tlaxcala, Hidalgo Actualmente, esta Sociedad se encuentra en expansión y tiene planeado un

mega proyecto para una central de abastos de plantas. Dicho proyecto esta integrado por 100 Viveristas los

cuales aportaron un monto inicial de $ 80 000.00

Algunos de los acuerdos que se han venido estableciendo entre los propietarios de la tierra, que en su mayor

parte son ejidatarios, y los arrendatarios, tienen relación con la temporalidad por la cual los arrendatarios

tienen en arrendamiento las tierras para establecer sus viveros, es decir, entre ambas partes acuerdan por

escrito, ante autoridad competente, la formalización del arrendamiento por un periodo mayor o igual a 3 años

en la mayoría de los casos, aunque en algunas ocasiones el contrato se establece por 2 años. A decir de los

arrendatarios, ellos requieren esos periodos para poder garantizar la recuperación de las inversiones, mas

una utilidad que les permita generar cierta rentabilidad, porque parte de los acuerdos es que cuando así se

requiera, ellos realizan la perforación de las norias a cuenta de los gastos de arrendamiento, así como otro

tipo de mejoras en el terreno donde establecerán los viveros. Los ejidatarios han optado por arrendar sus

tierras porque al parecer les resulta más redituable que hacerlas producir por su cuenta, y en parte puede ser

una razón el hecho de que muchos de ellos son ya personas mayores de 60 años y eso les limita realizar

trabajos que exigen mayor esfuerzo.

En este contexto de las negociaciones y los acuerdos internos entre viveristas para definir sus propias

estrategias de manejo del agua, ASURCO se plantea intervenir en el proceso, en primer lugar, con el fin de

identificar la magnitud de la participación de los viveristas relacionada con las fuentes de agua de la que

hacen uso, los volúmenes extraídos, el tipo de usuarios en su relación con la pertenencia a la Asociación,

identificar el cambio de uso del suelo al viverismo, entre otros aspectos; y en segundo lugar, participar como

actor social preponderante en la intermediación ante instituciones gubernamentales y de los propios usuarios

del agua, para impulsar la regulación y el ordenamiento en el uso y manejo del recurso hídrico en el ámbito

de su competencia geográfica y de funciones como organización de los usuarios del agua en la cuenca del

rió Cuautla.

En lo que respecta a las instituciones gubernamentales, se observa una ausencia de parte de la CNA para

tratar de regular los usos del agua, medir los riesgos de abatimiento del acuífero dado que no existe el

conocimiento pleno de las condiciones bajo las cuales se está realizando la extracción del agua, y tampoco

se impulsan acciones que permitan divulgar una cultura del agua para hacer un uso más eficiente. Otras de

290

las instituciones gubernamentales que tienen una presencia significativa en cuanto al fomento del viverismo

en la cuenca son los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), quien participa con el

financiamiento y la organización empresarial. También el caso de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario

del Gobierno del Estado de Morelos, impulsa el viverismo a través de la asistencia técnica y programas de

apoyo.

En síntesis, se puede señalar que el viverismo en la cuenca del río Cuautla desempeña un papel importante

en la economía regional pero a la vez, representa un proceso peculiar a través del cual se desarrolla en un

ámbito de competencia por el agua entre distintos usuarios del campo y la ciudad. El viverismo se practica

fundamentalmente en tierras de tenencia ejidal, en donde el 60 a 70 % de la superficie es arrendada a

viveristas que provienen tanto de otras localidades del propio municipio de Cuautla, de otros municipios del

Estado y del Distrito Federal principalmente (Xochimilco). Se estiman de unos 1400 a 2000 viveristas en el

Estado, según fuentes de algunas instituciones gubernamentales, y algunos de los municipios más

importantes son Cuautla, Yautepec, Jiutepec, Emiliano Zapata y Ayala. En términos generales, la fuente de

agua es de pozos conocidos localmente como norias, cuya profundidad del espejo del agua varía desde un

metro hasta 35 metros, y se empiezan a dar acuerdos internos entre viveristas para extraer el agua en

distintas horas y dar tiempo para que se recupere el nivel del agua. Lo anterior conlleva a la necesidad de

regular las extracciones de agua y valorar los posibles impactos y los riesgos inherentes a una

sobreexplotación.

291

CAPÍTULO X. CARACTERIZACIÓN DEL ACUÍFERO “ZONA CUAUTLA-YAUTEPEC”: RIESGOS

Y ACCIONES PARA SU SOSTENIBILIDAD

El incremento en la demanda de agua por cultivadores de viveros, perforaciones de pozos para el uso

doméstico-urbano e industrial y por los requerimientos para el propio uso agrícola, así como los problemas

derivados de la contaminación por falta de tratamiento de aguas residuales, requiere de una serie de

acciones consensuadas entre actores sociales involucrados en la cuenca para regular los aprovechamientos

y el cuidado de su calidad a fin de lograr la sostenibilidad del sistema hídrico. En este capítulo se hace una

descripción de los estudios geohidrológicos que se han realizado del acuífero de la zona “Cuautla-Yautepec”

y a la vez, se corroboran algunos de sus resultados con el trabajo de campo de la investigación. Se refieren

algunos posibles riesgos en caso de no impulsar la participación de los usuarios para mantener su equilibrio.

X.1. Introducción

Dentro de la cuenca del río Cuautla, y en el ámbito de los usos del agua, uno de los aspectos que es

necesario analizar, por las repercusiones tanto en el grado de la disponibilidad como en la calidad del

recurso, es lo relativo al acuífero del cual se realizan los diferentes aprovechamientos en la zona. Parece que

la toma de decisiones depende en gran medida del nivel de conocimiento que se tenga de la situación que

guarda un acuífero, para evitar aprovechar el recurso hídrico más allá de las capacidades de recuperación.

Sin embargo, no es suficiente “saber” o tener la información de que un acuífero se encuentre sobreexplotado

para tomar medidas correctivas, porque entran en juego otro tipo de factores (sociales, económicos,

culturales), y se requieren entonces otras medidas colaterales que contribuyan a mejorar el uso del recurso,

como son: generar y aplicar una cultura del agua para su aprovechamiento equilibrado en tanto que no atente

contra la naturaleza, la disposición de distintas instituciones, públicas y privadas, para impulsar acuerdos y

negociaciones entre usos y usuarios de tal forma que se busque la gestión integrada del agua, la aplicación y

observancia de una reglamentación adecuada, y el diseño de políticas públicas que estén acordes con las

necesidades locales, entre otras.

Pese a que el aprovechamiento del agua para riego de los usuarios de ASURCO, tiene su base en las

concesiones otorgadas desde las resoluciones presidenciales de 1925 y las aguas son consideradas como

superficiales e independientes de las aguas subterráneas, finalmente la “fuente de abastecimiento” de los

propios manantiales es el acuífero, y por ello, la Asociación parte del principio de que el agua concesionada

tiene su interconexión con las aguas subterráneas y el manejo que se haga del acuífero, repercutirá en la

disponibilidad de la misma en los manantiales, y por tanto en los canales de riego que administra.

Desde la perspectiva de ASURCO, es necesario regular las extracciones de agua en la zona dentro de la

cual tiene competencia por el aprovechamiento del agua para riego, y cuya fuente principal son los

292

manantiales ubicados precisamente en la zona del acuífero que se denomina “Cuautla-Yautepec”49 debido a

las implicaciones que ello representa en la disponibilidad del recurso para satisfacer las necesidades de los

regantes.

Asimismo, en la zona tiene lugar una fuerte competencia entre sectores por el uso del agua; por otro lado,

hay una expansión notable de desarrollos turísticos de alto nivel económico, mientras el suministro de agua a

la población rural para usos doméstico, agrícola y pecuario, es muy deficiente, lo cual genera conflictos

sociales que obstaculizan el progreso en la zona.

De acuerdo con Ortega et al. (2003), durante los periodos Terciario y Cuaternario, desde hace 35 millones de

años, diferentes eventos de vulcanismo dieron origen a tres tipos de unidades geohidrológicas o tipos de

acuífero: 1] la primera unidad geohidrológica se conoce como acuífero libre o superior, el cual se encuentra

emplazado en materiales vulcanosedimentarios de los periodos Terciario y Cuaternario con características

hidráulicas de medio poroso o fracturado; 2] la segunda unidad geohidrológica definida como acuitardo, tiene

la capacidad de almacenar y conducir agua, pero no cederla. Por su tamaño de poro, las unidades de roca

del Grupo Balsas y formación Mexcala son impermeables; y 3] una tercera unidad geohidrológica definida

como acuífero profundo o regional, tiene la característica de ser un acuífero semiconfinado, donde el agua

circula a través de las fisuras y materiales disueltos de las rocas calizas, en un medio definido como cárstico.

Las aguas del subsuelo se encuentran distribuidas en zonas de recarga y acuíferas. Las primeras

corresponden a las partes altas (serranías) y las segundas, a las partes bajas o valles, donde se ubican

también las zonas de explotación.

De acuerdo con el último censo de población del estado de Morelos (INEGI, 2000), 45 % de la población del

estado se asienta en el área que comprende el acuífero de Cuernavaca, 28 % en el de Cuautla-Yautepec,

19.3 % en el de Zacatepec y el 7.7 % en el de Tepalcingo-Axochiapan.

El marco legal que rige el aprovechamiento de las aguas subterráneas en el estado de Morelos es una veda

de control, establecida por los decretos presidenciales de los años 1960, 1963 y 1973. Para aprovechar las

aguas del subsuelo debe existir disponibilidad de agua en dicho acuífero y se debe contar con un permiso de

la autoridad competente, que en la actualidad es la CNA.

Al mes de mayo de 2001, en el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) se registraron 1405

aprovechamientos de agua subterránea, principalmente pozos profundos y algunas norias.

49 Según la CNA, en la cuenca del Balsas existen 39 acuíferos, de los cuales, en el estado de Morelos se encuentran los acuíferos denominados: Tepalcingo-Axochiapan (sobreexplotado), Cuautla-Yautepec (subexplotado), Cuernavaca (subexplotado), y Zacatepec (subexplotado).

293

En 1981 se realizó un estudio del acuífero denominado “Estudio Preliminar de la Zona Cuautla-Yautepec,

Mor.”; y en 1996 la empresa INRA, S.A. Consultores, realizó un estudio geohidrológico también de la misma

zona, denominado “Estudio geohidrológico de la zona Cuautla-Yautepec”. Este último estudio se realizó a

petición de la CNA.

X.2. El ciclo hidrológico

El ciclo hidrológico en el estado de Morelos define como principal entrada de agua a la precipitación pluvial

que incide sobre sierras y valles. La mayor parte de dicha precipitación pluvial se evapora hacia la atmósfera

y el resto escurre superficialmente o se infiltra al subsuelo. En el caso del agua subterránea, la mayor

infiltración de agua al subsuelo se presenta en las sierras localizadas en la porción norte del estado de

Morelos, en las sierras de Chichinautzin y Nevada (Popocatépetl). Parte del escurrimiento superficial

generado por las lluvias, se infiltra verticalmente en los valles, a través de las barrancas y arroyos. Ya en los

valles, el agua subterránea se utiliza como fuente de abastecimiento de uso agrícola, agua potable, para la

industria y los servicios, se aprovecha a través de manantiales o pozos profundos (Ortega et al., 2003).

En las sierras de Chichinautzin y Zempoala se presentan los niveles más altos de precipitación pluvial, cuyo

promedio anual es de 1 500 mm. En los valles de Cuernavaca y Cuautla-Yautepec ocurren precipitaciones

entre los 900 y 1 200 mm, mientras que en las porciones bajas, al sur de los valles de Zacatepec y

Tepalcingo-Axochiapan se reduce a 800 mm y en la porción sur de la entidad (Sierra de Huautla) se

presentan los valores más bajos de precipitación promedio con 750 mm, en estrecha relación con fenómenos

climatológicos de tipo aleatorio y de distribución irregular.

El estado de Morelos se ubica en las cuencas de los ríos Amacuzac y Nexapa. Los valles de Cuernavaca,

Cuautla, Yautepec y Zacatepec se localizan en la cuenca del río Amacuzac, mientras que el valle de

Tepalcingo-Axochiapan se localiza en la cuenca del río Nexapa.

X.3. Descripción del Estudio Hidrológico del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec, 1996.

X.3.1. Localización.

La zona del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec se localiza en la porción norcentral del estado de Morelos,

con una extensión superficial aproximada de 1 200 km2 cuyas colindancias son: al norte, el estado de México;

al sur, con los poblados de Moyotepec y Jaloxtoc; al noroeste, con la ciudad de Cuernavaca; al suroeste, con

el poblado de Jiutepec; y al este, con los pueblos de San Andrés Hueyapan y Tlalmimilulpan. La zona

comprende los municipios de Cuautla, Tepoztlán, Tlayacapan, Tlaltizapan, Totolapan, Yecapixtla,

Atlatlahucan, Ayala y Yautepec. Entre los principales núcleos urbanos se encuentran: Cuautla, Oaxtepec,

Cocoyoc, Tlayacapan, Atlatlahucan, Anenecuilco y Ayala, con una población total de 253 187 habitantes

(INEGI, 1991), (figura 38).

294

El desarrollo de la zona denominada “Cuautla-Yautepec” plantea problemas hidrológicos derivados de sus

complejas condiciones geológicas, enmarcadas por su abrupta topografía. Existen en ella varios sistemas

acuíferos cuyas características, funcionamiento e interconexión son poco conocidos; su explotación es difícil

debido a la errática distribución de su permeabilidad, y carga hidráulica, lo que se traduce en captaciones de

rendimiento desigual e impredecible (CNA, 1996).

X.3.2. Geología.

El estado de Morelos queda limitado al norte por la porción sur de la sierra del Chichinautzin con una altura

aproximada de 3 690 msnm descendiendo hasta los 1 200 metros sobre una distancia de aproximadamente

65 km; este desnivel de 2 490 m, desarrolla una expresión geomorfológica de gran contraste, dando lugar a

la presencia de numerosos valles y lomeríos ondulados, como es el caso de Cuautla y Yautepec.

Figura 37. Localización del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec.

Fuente: CNA, 1996.

La zona de Cuautla-Yautepec se ubica dentro de la provincia fisiográfica denominada “Sierra Madre del Sur”,

específicamente en la porción norte de la subprovincia fisiográfica conocida como “Cuenca del Balsas-

Mexcala”, abarca parte de la porción meridional de la provincia “Eje Neovolcánico”, a la que pertenece la

Sierra Chichinautzin.

295

La expresión superficial de la zona se caracteriza por su marcado contraste de elevaciones: abruptas sierras

con alturas desde 3 200 m (Chichinautzin, Zempoala, De las Cruces, Tepozteco), volcanes como el

Popocatépetl, hasta planicies y colinas onduladas de 900 m, por donde drenan sinuosos y extensos ríos,

tales como: Yautepec, Apatlaco y Cuautla, entre otros que fluyen de norte a sur.

En el subsuelo de “Cuautla-Yautepec”, están expuestas rocas de origen, composición y edad variada; las

rocas más antiguas, reconocidas en el área, son las rocas calcáreas del Cretácico Inferior, Medio y Superior

correspondientes a las Formaciones Morelos, Cuautla y Mexcala, mientras que las más jóvenes pertenecen

al Cuaternario, representada principalmente por materiales aluviales.

En la porción suroccidental de la región, afloran calizas y dolomías interestratificadas con anhidrita en la parte

inferior (Kim), todas ellas de la Formación Morelos, la cual constituye los cerros: EL Sotelo, Cepo, Alinchi y

Las Tinajas. Asimismo, se observan afloramientos al occidente de Anenecuilco –cerro Ídolo-, en las

inmediaciones de los poblados de Olintepec, El Rocío, Caracol, Los Arcos, Colonia Campo Chiquito y al

noreste de Yautepec.

La Formación Cuautla (Ksc), constituida por rocas calcáreas e interestratificaciones variables de lutitas, con o

sin lentes de pedernal en la parte inferior, aflora al poniente de la ciudad de mismo nombre, conformando

largas franjas sobre los cerros que delimitan la zona de valles al suroeste; por otro lado, se manifiesta en los

poblados de Anenecuilco, Villa de Ayala, parte de Olintepec, Los Arcos, Yautepec y al norte de Atotonilco, al

sur de Tepoztlán desaparece debajo de las formaciones terciarias, representadas por la Formación

Tepoztlán.

Con una menor expresión superficial, la Formación Mexcala (Ksm), del Cretácico Superior, constituye una

sucesión de areniscas, limolitas y lutitas calcáreas, con delgadas capas de caliza y escasos lentes de caliza

clástica. Se presenta en las localidades Caracol y El Hospital, así como al oeste y sur de la colonia La Joya,

al occidente de la zona.

De acuerdo con las definiciones estratigráficas de índole regional, se describen varias formaciones de rocas

sedimentarias e ígneas que afloran en la zona de Cuautla-Yautepec, las cuales tienen las siguientes

características:

a) Rocas marinas cretácicas.

Formación Morelos (Kim)

Consiste en una potente sección de calizas y dolomías que afloran en el estado de Morelos. Se observa en la

porción sureste del área en la sierra que divide las subcuencas de Cuernavaca y de Yautepec, su distribución

296

es meramente regional y se reporta como el resultado de una transgresión marina. El espesor de esta

formación se ha determinado como variable entre 450 y 900 m, en diversas secciones medidas en el estado

de Morelos.

Formación Cuautla (Turoniano) (Ksc)

Aflorando en las mismas áreas de la formación anterior y sobreyaciendo a ésta, se tiene una secuencia en

contacto transicional, conformada por calizas densas en capas medianas a gruesas de tipo blanco calcáreo,

de color gris claro, que afloran al poniente de la ciudad de Cuautla. Esta formación registra cambios en sus

capas, que van de delgada a mediana, con rumbo norte sur e inclinación de 10º hacia el este, para pasar a

una caliza clástica en capas medianas a delgadas, presentes a 7 km al sur y poniente de Cuautla y en la

zona noroccidental de Anenecuilco.

Formación Mexcala (Senoniano) (Ksm)

Los sedimentos más jóvenes de la secuencia de rocas marinas del Cretácico, corresponden a la Formación

Mexcala, constituida, principalmente, por lutita y limolitas, con escasos horizontes de areniscas que hacia la

base se hacen más calcáreas. La intensa erosión sobre esta formación propició el depósito de rocas

terciarias en forma discordante. Debido al intenso plegamiento que exhibe la Formación Mexcala, no se ha

podido establecer una secuencia litológica detallada ni conocer su espesor real; sin embargo, se ha

reportado un espesor medio de 1 250 metros.

b) Rocas del Terciario continental.

Grupo Balsas (Eoceno Superior-Oligoceno Medio) (Teob)

Los primeros depósitos terciarios que descansan encima de las rocas cretácicas consisten en un grupo de

sedimentos clásticos, volcánicos y lacustres, no marinos, que se denomina como Grupo Balsas. Se le ha

designado como Grupo, ya que las unidades que lo conforman tienen litología muy variable, la cual podría

constituirse, por sí misma, como unidad con características propias, aunque en algunos lugares presenta

facies que se interdigitan y en otras quedan superpuestas. El segundo tipo es de menor tamaño y se trata de

capas de yeso con impurezas de sílice, con coloración que va de gris claro a amarillento. Afloran en el

occidente de Oaxtepec con una distribución variable, en numerosos sitios del área, rellenando, generalmente

zonas topográficamente bajas.

Formación Tilzapotla (Oligoceno Superior) (Tomi)

La Riolita Tilzapotla, es una de las primeras rocas volcánicas depositadas sobre el denominado Grupo Balsas

o, en su ausencia, sobre las rocas marinas cretácicas; en su mayor parte, se encuentra constituida por rocas

ignimbríticas. Sin embargo, dentro de esta unidad se han registrado localmente derrames y brechas lávicas.

297

Estructuralmente, la formación se acuña hacia el norte y aflora principalmente en la zona suroccidental; su

espesor máximo calculado es de aproximadamente 250 m.

Formación Tlaica (Oligoceno Superior) (Tomti)

Con el nombre de Formación Tlaica se le conoce a las rocas que forman la base de la secuencia volcánica

terciaria, constituida, principalmente, por ignimbritas y, en algunos casos, por brechas volcánicas que

descansan sobre el Grupo Balsas. De forma masiva y compacta, afloran a medio kilómetro del poblado de

Tlaica (donde toma su nombre) y en el cerro El Colorado.

Formación Tepoztlán (Turoniano superior-Campaniano) (Tomt)

La formación está constituida por una secuencia de rocas clásticas volcánicas, estratificadas, de espesores

que van de 50 cm hasta más de 10 m. La secuencia vulcanoclástica de estructura masiva, poco deformada,

constituye lahares o derrames de lodo; la horizontalidad de su estratificación es atribuida a una clasificación

de sedimentos depositados por corrientes de agua. Los componentes de las capas constan de fragmentos de

roca andesítica porfídica, empaquetados en una matriz tobácea o arcillo-arenosa, su grado de redondez es

irregular, variando la matriz a grano fino, de origen volcánico, que en su mayor parte es de composición

andesítica; sus afloramientos se encuentran, esencialmente, al norte de Oacalco. Los únicos afloramientos

de la Formación Tepoztlán se encuentran hacia la porción noroccidental de la zona, concretamente en los

alrededores del poblado de Tepoztlán, ubicado al norponiente de Yautepec. Cubre con discordancia

erosional tanto al Grupo Balsas como a alguna unidad cretácica.

Grupo Ixtlilco (Mioceno-Plioceno) (Tomi)

Este grupo está conformado por derrames volcánicos, con interestratificación de tobas híbridas; los primeros

presentan diferentes colores y texturas, las segundas un color que varía de gris a rojizo. Afloran hacia la

porción sur y norte del poblado El Salitre, al noreste de Chinameca y al sur de Huitzililla, descansando sobre

la Formación Tlaica. Las rocas que le sobreyacen son los sedimentos Holocénicos.

c) Rocas volcánicas Miocénicas.

Formación Cuernavaca (Plioceno Medio-Plioceno Superior) (Tpc)

La litología de la Formación Cuernavaca es muy compleja y variada, comprende materiales diversos tales

como: cenizas, brechas y depósitos fluviales; travertino, margas y paleosuelos que constituyen rellenos

antiguos del valle de Yautepec, e incluye depósitos de yeso, así como materiales propios de abanicos

aluviales. La parte septentrional y topográficamente más alta de esta unidad, está constituida

predominantemente por conglomerados, cuyos constituyentes principales son fragmentos de rocas

andesíticas, mientras que hacia las zonas bajas las capas de conglomerados son de materiales más finos –

arenas y limos.

298

d) Rocas del Cuaternario.

Formación Tlayecac (Plioceno medio-Pleistoceno superior) (Tptl)

Aflora en la parte centro-oriental de la zona, en las partes inferiores del volcán Popocatépetl; está constituida

por piroclástico, riodacitas, lutitas y andesitas, de diversos tamaños que van desde un metro hasta escasos

milímetros de diámetro, su color varía de gris oscuro a rojizo. Las rocas de esta formación descansan

discordantemente sobre las calizas de la formación Cuautla.

Formación Chichinautzin (Pleistoceno-Holoceno) (Qcb)

Esta unidad estratigráfica comprende a todas las corrientes lávicas y depósitos asociados de composición

andesítica y basáltica, incluyendo material detrítico depositados en agua. El área de afloramiento de la

Formación Chichinautzin se encuentra en el extremo noreste de la zona. Litológicamente este grupo se

conforma por basaltos de olivino, con menor abundancia de basaltos de iddingista, hiperstena y enstatita.

Gravas y arenas volcánicas (Pleistoceno-Reciente) (Qcbc)

Se constituyen principalmente por material volcánico que cubre las superficies topográficamente bajas,

posiblemente producto de la erosión diferencial de la Formación Tlayecac, de pocos metros de espesor.

Aluvión (Cuaternario-Holoceno) (Qc)

Finalmente, el aluvión del Cuaternario-Holoceno consiste en clástos de textura arenosa, de granulometría

media a gruesa y, en menor proporción, gravas, que provienen de las rocas aledañas. Localmente, se les

encuentra intercalados con arcillas, lo que le confiere confinamiento al acuífero de interés. Cubren casi toda

la porción baja del área, con espesores de unos cuantos metros.

X.3.3. Hidrogeología.

Las características hidráulicas y el comportamiento hidrogeológico de las rocas dependen de su litología, así

como de la estratigrafía y de la estructura geológica. Las rocas ígneas extrusivas que forman la sierra del

Chichinautzin se caracterizan por su elevada permeabilidad secundaria, asociada con textura porosa y con

rasgos estructurales, como planos de estratificación, tubos de flujo y juntas de enfriamiento.

Los afloramientos de estas rocas tienen alta capacidad de infiltración por lo cual constituyen excelentes

receptoras y transmisoras de recarga de agua subterránea. El en subsuelo, las rocas consolidadas que

subyacen al paquete volcánico, rocas calizas de las formaciones terciarias, constituyen un acuífero de gran

capacidad transmisora que drena a las formaciones sobreyacentes, comportándose como un dren natural de

profundidades de varios cientos y aún de mil metros.

Los derrames lávicos recientes de la Formación Chichinautzin de textura vesicular y fracturados son

acuíferos de alta permeabilidad y porosidad, aunque los poco fracturados y de estructura masiva pueden

299

funcionar como acuitardos. En las partes bajas de la zona, los acuíferos volcánicos están cubiertos por

materiales aluviales de menor permeabilidad, por lo que se comportan como semiconfinados o confinados, de

baja capacidad de almacenamiento debido a su reducida compresibilidad.

Materiales aluviales, intercalados con las rocas volcánicas (gravas, arenas y limos) forman la cobertura

aluvial delgada de las partes bajas de la zona. Su permeabilidad y transmisividad depende de su

granulometría y espesor. Dado que este es apenas de unos cuantos a varias decenas de metros, forman

acuíferos “colgados”.

La capacidad de infiltración de las rocas expuestas es el factor geológico que controla el ingreso de agua al

subsuelo. Las rocas fracturadas son excelentes receptoras de recarga. El agua infiltrada desciende en la

masa rocosa siguiendo trayectorias tortuosas determinadas por la estructura y estratigrafía de la masa

volcánica. En los terrenos montañosos, las rocas fracturadas y alteradas pueden formar acuíferos “colgados”,

de reducida extensión y espesor, cuando descansan en rocas de baja permeabilidad; dependiendo de su

recarga, dimensiones, topografía y características, éstos acuíferos pueden ser permanentes o transitorios;

otros sistemas colgados son alimentados por las corrientes superficiales y finalmente, los acuíferos colgados

pueden recargar lentamente al sistema regional.

X.3.4. Hidrología superficial.

Dos corrientes drenan la zona Cuautla-Yautepec, que son los ríos Cuautla y Yautepec, los cuales son

afluentes del río Amacuzac. Para estimar la precipitación en exceso, que genera el escurrimiento superficial y

la infiltración, se estimó la evapotranspiración real por medio del método de L. Turc, donde la

evapotranspiración real, Er, está dada por la expresión:

Er = P/(0.9+P2/L2)1/2

Donde: P es la precipitación media anual de lluvia, y L, un factor definido por la expresión:

L = 300+25T+0.05T3

Donde T es la temperatura media anual, en °C.

Sustituyendo los valores: P = 932.5 mm/año y T = 21.2 °C en las expresiones anteriores, resulta:

L = 1 306.4

Er = 785.4 mm/año

Este último valor equivale a un 84 % de la precipitación media anual, (1958-1996), de donde se deduce que

la precipitación en exceso es del orden de 147.1 mm/año, equivalente a un volumen de 176.5 Mm3/año, en el

área de estudio.

Dado que se trata de una cuenca exorreica, su balance hidrometeorológico está definido por la siguiente

expresión:

300

P = Evr + Sh + Es

Donde:

P = Precipitación

Evr = Evapotranspiración

Sh = Salidas Horizontales

Es = Escurrimiento superficial

Suponiendo que el área no recibe aportaciones, y que el escurrimiento superficial medio anual, que escapa

de la zona de estudio, a través de los ríos Yautepec y Cuautla, es de 2.5 m3/s, de acuerdo con los datos

recopilados de la estación hidrométrica “Cuautla”. Al aplicar los valores, antes apuntados, resulta una

descarga subterránea de:

Sh =P – Evr – Es

Transformando los valores a un volumen anual, resulta:

P = (1200 km2) (932.5 mm) = 1119 Mm3/año.

Evr = (1200 km2) (785.8 mm) = 942.5 Mm3/año.

Sustituyendo:

Sh = 1119-942.5-78.8 (5 Mm3/año)

Sh = 97.7 Mm3/año.

No obstante la imprecisión propia de este tipo de balances, el resultado anterior (periodo 1958-1996) sugiere

que una parte significativa del volumen de agua infiltrado en el valle no tiene salidas, por descargas naturales

o artificiales, sino que se fuga subterráneamente hacia zonas adyacentes.

X.3.5. Investigación geofísica.

La exploración de zonas con mayores posibilidades acuíferas para la localización de pozos de

abastecimiento de agua, se lleva a cabo recientemente mediante técnicas geofísicas de exploración indirecta,

como es el método geoeléctrico de resistividad, el cual permite determinar la estratigrafía presente en el

subsuelo, posición del nivel freático y algunas de sus propiedades físicas.

Las actividades geofísicas de campo consistieron en realizar 60 Sondeos Eléctricos Verticales (SEV), en

modalidad Schlumberger con aberturas electródicas AB/2 = 1 000 m, con el fin de alcanzar profundidades de

investigación del orden de 200 a 300 m. Con este tipo de sondeos fue posible definir la estratigrafía del sitio,

las características físicas de los materiales presentes en el subsuelo y el tipo de estructuras geológicas que lo

conforman. De acuerdo a los resultados obtenidos de los sondeos eléctricos verticales (SEV) realizados, se

identificaron 11 unidades geoeléctricas, las cuales fueron asociadas a los siguientes materiales:

301

Unidad I. Suelo vegetal, arena y arcillas, como constituyentes principales, con espesores variables en la

zona, de nulo interés para los fines de estudio.

Unidad II. Depósitos continentales constituidos por material clástico; fragmentos de basalto, conglomerados

calcáreos y secuencia granulares arenosas, arenas, limos, lutitas y yesos, que les confieren cierto grado de

compactación.

Unidad IIa. Material detrítico volcánico, constituido por fragmentos de basalto, brechas volcánicas y

secuencias granulares de tobas arenosas, arenas, gravas y limos.

Unidad III. Secuencia volcánica constituida por material clástico y constituyentes basálticos y andesíticos,

fracturados y alterados.

Unidad IV. Material granular, predominantemente líticos, del tamaño de gravillas y arenas, con la presencia

de material granular volcánico, se caracterizan por una buena permeabilidad, por lo que es factible su

aprovechamiento; de acuerdo a la correlación establecida con pozos existentes en el área, se ha

determinado que es el horizonte que se explota; asimismo se descubrió que la mayoría de los pozos se

encuentran perforados aproximadamente entre los 100 y 150 metros de profundidad, en donde se ubica el

mayor gasto.

Unidad IVa. Constituida por lavas básicas, brechas y piroclásticos, con coladas de lava (andesíticas y/o

basálticas), con posibilidades regulares a nulas de que pueda ser aprovechado como acuífero, dependiendo

del fracturamiento regional y condiciones de recarga.

Unidad IVb. Piroclástos arenosos, predominantemente líticos, del tamaño de gravillas y arenas, con la

presencia de material consolidado.

Unidad V. Constituida por lavas básicas, brechas y piroclásticos, con coladas de lava, estas últimas pueden

ser andesíticas y/o basálticas.

Unidad VI. Roca caliza, agrupa las diferentes formaciones geológicas cretácicas, Morelos, Cuautla y

Mexcala, consideradas con nulas posibilidades acuíferas, a nivel superficial pueden considerarse como zonas

de recarga, dado su alto fracturamiento, se han identificado principalmente en las inmediaciones del área de

estudio, principalmente en la porción poniente.

Unidad VIa. Agrupa las diferentes lavas básicas, brechas y piroclásticos de la formación Chichinautzin.

Unidad VII. Piroclásticos areno-arcillosos, predominan los componentes finos, como limos y arcillas, lo que le

confiere baja permeabilidad, por lo que se considera en general con nulas posibilidades acuíferas.

X.3.6. Calidad del agua subterránea.

Salinidad. La salinidad del agua es un índice representativo de la calidad del agua y se suele expresar en

términos de su contenido de sólidos totales disueltos (STD). En la zona estudiada, la salinidad del agua

subterránea varía entre menos de 60 y poco más de 1 500 ppm; tiene tendencia creciente de los flancos

montañosos hacia las partes bajas de la zona.

302

Concentraciones iónicas. Los tipos de agua que predominan en la cuenca son la “bicarbonatado-

magnésico-mixta” y “sulfatada-mixta”, considerando los resultados de esta clasificación, se seleccionaron los

iones Bicarbonato, Magnesio y Calcio para representar y analizar su distribución espacial, mediante curvas

de igual concentración. La concentración de bicarbonato varía entre 100 y más de 200 ppm; la del Magnesio,

entre 20 y 33 ppm, y la de Calcio, entre 10 y 200 ppm. En todos los casos, el contenido del elemento

aumenta de los flancos de la sierra hacia las partes bajas de la zona de estudio.

Correlacionando las características físico-químicas del agua con el marco geológico regional, se deduce que:

a) la baja mineralización del agua subterránea se atribuye a: i) su corta estancia en el subsuelo; ii) su rápida

circulación, proporcionada por la elevada conductividad hidráulica de las rocas volcánicas, y iii) la resistencia

de éstas al ataque químico del agua; b) la distribución espacial de la salinidad del agua y de sus

concentraciones iónicas, revela que las principales áreas receptoras de recarga del acuífero, se localizan en

las porciones norte y nororiental de la zona; c) las zonas con altos valores de salinidad total se encuentran

relacionados con la presencia de horizontes evaporíticos del Grupo Balsas; d) predominio del anión

bicarbonato en el agua subterránea, confirma que se trata de agua de reciente infiltración, ya que este

elemento procede de la disolución de CO2 contenido en la atmósfera o en el suelo; e) las fuentes litológicas

del catión magnesio disuelto en el agua subterránea, son los minerales ferromagnesianos de las rocas

ígneas básicas expuestas en las montañas y de los detritos derivados de su erosión; f) el calcio procede de

los feldespatos cálcicos constituyentes de las rocas ígneas y del carbonato de calcio de las rocas calcáreas

(caliza, dolomita, yeso, anhidritas).

La calidad del agua se define comparando sus características físico-químicas y bacteriológicas con las

normas correspondientes a los usos a que se destina. Para que el agua sea considerada como apta para

consumo humano, sus características deben cumplir las Normas Mexicanas de Calidad para Agua Potable,

emitidas por la Secretaría de Salubridad (1989), que se resume en el cuadro 31.

Cuadro 31. Límites permisibles de calidad del agua. Fuente. Estudio geohidrológico, CNA. 1996.

Elemento o propiedad Contenido permisible (ppm)

SSA OMS Alcalinidad (Ca CO3 ) 400 Bicarbonato 250 Calcio 250 75 Cloruro 250 200 Dureza total (Ca CO3 ) 300 Flúor 1.5 Hierro 0.3 0.3 Magnesio 125 50 Manganeso 0.1 0.1 Nitrato 45 Plomo 0.1 Sulfato 250 200 Salinidad total 1000 500

303

El agua deberá estar libre de gérmenes patógenos procedentes de la contaminación fecal, conteniendo no

más de 20 organismos de los grupos coli y coliformes por litro de muestra.

De la comparación de estas normas con los resultados de los análisis de las muestras, se deduce que el

agua extraída es apta para el consumo humano; sin embargo, en las áreas adyacentes a Cuautla y

Oaxtepec, donde los niveles freáticos están a pocos metros de la superficie, el agua de norias y pozos

someros no es bacteriológicamente potable y, en algunas áreas, tampoco es químicamente potable.

En cuanto al uso agrícola, la calidad del agua se define por medio del criterio de Wilcox, basado en la

conductividad eléctrica y en la Relación de Adsorción de Sodio (RAS) dada por la expresión:

RAS = Na/( (Ca + Mg)/2 )1/2

En que los contenidos de cada elemento están dados en meq/l.

En la zona de estudio, los tipos de agua predominantes son: C2-S1 y C1-S1; las características de estos

tipos de aguas son: agua con salinidad media a baja y baja concentración de sodio, apropiada para todo tipo

de suelos y todo tipo de cultivos, exceptuando las plantas sensitivas, como algunos frutales que pueden

acumular el sodio en cantidades nocivas. Con base en la clasificación anterior se concluye, en términos

generales, que el agua subterránea es apta para la agricultura dentro de la zona.

La información disponible acerca de la evolución de la calidad del agua subterránea, no permite evaluar en

qué medida las diferentes actividades humanas han contaminado al acuífero. Se infiere que el acuífero

presenta vulnerabilidad alta a la contaminación en las áreas de Cuautla, Oaxtepec-Cocoyoc, Yautepec y

Tepoztlán, porque la superficie freática está somera (menos de 15 m), y porque ahí predominan, en ese

rango de profundidad, las rocas fracturadas o fisuradas. De hecho, en éstas áreas es común la

contaminación biológica del acuífero, producida por la falta de saneamiento básico y propiciada por la

deficiente protección sanitaria de las captaciones (en su mayoría norias) que suministran agua para consumo

humano.

X.3.6. Hidrología subterránea.

La zona de estudio cubre una superficie aproximada de 1200 km2, sin embargo, el área del acuífero en la

zona tiene una extensión superficial de 350 km2; se extiende, principalmente, en el subsuelo de las porciones

planas de los valles de Cuautla y Yautepec, así como en las partes bajas de las sierras, conformadas por

rocas fracturadas.

El análisis de la información recopilada muestra que en la zona no se ha registrado evolución significativa de

los niveles del agua subterránea desde principios de la década de los años 80; en las áreas de Cuautla,

Oaxtepec, Tepoztlán y Ticumán, varía entre 1m y 25 m. El nivel de agua registrado en las norias y en algunos

304

manantiales de las áreas de Cuautla y Oaxtepec, es representativo de la superficie freática, cuya posición

depende de factores topográficos, geológicos e hidrogeológicos. En algunas áreas es posible que existan dos

o más superficies freáticas: una profunda correspondiente al acuífero regional, y otra (s) somera (s) asociada

(s) con acuíferos “colgados” relativamente locales.

La carga hidráulica varía en la zona en el rango de 960 a 1 550 msnm; decrece de las estribaciones de la

Sierra Nevada hacia las partes bajas. En el estudio se señala que el agua circula en el subsuelo de la zona,

de noreste a suroeste y de este a oeste, esto es, de la Sierra Nevada hacia las montañas que se levantan

entre el área de Cuautla y la cañada del río Yautepec. En esa sierra y en la cañada, la dirección dominante

del flujo parece ser norte-sur. El gradiente de flujo es de 20 a 25 por millar; probablemente, debido a esta

fuerte pendiente hidráulica no se aprecian efectos del bombeo en la configuración.

Se presupone que la circulación del agua en el subsuelo es muy tortuosa, debido a la heterogeneidad de las

rocas volcánicas y a la compleja estructura geológica. Las zonas conductoras (asociadas con fallas, fracturas

y “tubos de flujo”) ejercen un control importante sobre el flujo, porque funcionan como drenes que transmiten

el agua en direcciones preferenciales, a veces diferentes a las que impone el control topográfico. La

alternancia de acuitardos y acuíferos, provoca la refracción de las líneas de flujo, que son proporcionales a la

relación de permeabilidades de los estratos en contacto.

Las 10 pruebas de bombeo que se realizaron en el estudio presentan deficiencias comunes, porque la gran

mayoría de los pozos disponibles para ello son poco profundos y sus características constructivas no son

bien conocidas, especialmente en cuanto a la ubicación de sus cedazos.

Los valores de transmisividad, deducidos de las pruebas, varía en el rango de 0.0003 a 0.00725 m2/s; dichos

valores decrecen hacia la zona baja del valle, especialmente en la zona de Yautepec-Oaxtepec, mientras que

en las inmediaciones de la ciudad de Cuautla, se presentan los valores más altos.

El coeficiente de permeabilidad medio evaluado de las pruebas varía en el rango de 0.768 a 12.3 (10-5) m/s.

Para complementar la información sobre la distribución espacial de la transmisividad, se utilizaron los datos

relativos al caudal específico de los pozos (Qe), definido como el cociente del gasto de bombeo y el

abatimiento que provoca en el interior del pozo. Se dedujo que los valores de Qe varían en el amplio rango

de 2 a 70 lps/m, con distribución espacial relativa similar a la de la transmisividad.

Los valores de la transmisividad y del caudal específico de los pozos, revelan que se trata de un acuífero de

capacidad transmisora media a alta, derivada de la buena permeabilidad y gran espesor de los materiales

volcánicos y aluviales que lo constituyen.

305

La información sobre el coeficiente de almacenamiento del acuífero es muy escasa, por falta de pozos de

observación. Sin embargo, fue estimado con base en consideraciones relativas a la estratigrafía y a la

litología. Puesto que en las áreas donde están emplazados la mayoría de los pozos y en los primeros 150 m

de profundidad, predominan los materiales vulcanoclásticos del cuaternario, se supone que para tiempos

largos el acuífero se comporta como “libre”; por tanto, su coeficiente de almacenamiento es equivalente a su

rendimiento específico del material que forma el acuífero, que puede variar en el rango de 0.1 a 0.3,

dependiendo de la granulometría de los materiales. Desde luego, en una secuencia volcánica tan

heterogénea, el acuífero se puede comportar localmente como semiconfinado o confinado para los tiempos

cortos de una prueba de bombeo, en cuyo caso los valores del coeficiente de almacenamiento pueden ser

menores en varios órdenes de magnitud.

X.3.7. Aprovechamiento de aguas subterráneas.

El volumen total aprovechado en la zona, estimado con información del censo de captaciones, indica que en

el valle de Cuautla-Yautepec, se extrae, por medio de pozos y norias, un volumen total de agua subterránea

de 45 Mm3/año (millones de metros cúbicos por año) y se aprovechan 70 Mm3/año, provenientes de las

descargas de los manantiales; lo que genera un volumen total de 115 Mm3/año.

Para riego agrícola se destina un volumen de 34 Mm3/año, de los cuales corresponden 20 Mm3/año a pozos y

14 Mm3/año provenientes de manantiales. Para uso público-urbano se destina un volumen de agua de 18.5

Mm3/año, para el abastecimiento de 250 000 habitantes con la siguiente distribución: 11.5 Mm3/año

corresponde a pozos, 0.03 Mm3/año a norias y 7.05 Mm3/año a manantiales.

La presencia de importantes manantiales en la zona, han generado el desarrollo de áreas recreativas, con un

consumo de 51 Mm3/año, derivados principalmente por los manantiales. Este volumen es posteriormente

utilizado para el riego de zonas agrícolas, considerado como un volumen ya comprometido.

Con una amplia distribución geográfica en todo el valle, el uso doméstico presenta un volumen del orden de

los 9.5 Mm3/año (8.74 proveniente de pozos y 0.76 por descargas naturales), la fracción complementaria 2.03

Mm3/año, obtenida a través del bombeo, es destinada a usos industriales.

Ortega et al. (2003) señalan que el acuífero de Cuautla-Yautepec comprende a los municipios de

Tlalnepantla, Totolapan, Atlatlahucan, Tlayacapan, Ocuituco, Tetela del Volcán, Tepoztlán, Tlaltizapán y

Tlalquiltenango. En la actualidad se extrae un volumen anual de 281 Mm3/año, 216 Mm3/año provienen de

manantiales y 65 Mm3/año se extraen de pozos profundos y norias a través de bombeo. El 60.8 % del agua

extraída por pozos profundos y norias del acuífero se destina al uso público urbano, 27.2 % al uso agrícola y

el resto de la extracción es para uso industrial (3.4 %). De la descarga natural de manantiales, el 97.9 % se

utiliza en la agricultura, 1.4 % en uso público urbano y 0.7 % en servicios.

306

En general, 81.6 % del total de agua subterránea proveniente del acuífero de Cuautla -Yautepec, se destina

al uso agrícola, 15.1 % al público urbano, 1.9 % al industrial y 1.1 % a servicios.

X.3.8. Modelo conceptual: sistemas de flujo.

La recarga natural del acuífero es originada, principalmente, por infiltración directa de la lluvia en los extensos

afloramientos de rocas fracturadas. Las áreas receptoras más importantes se localizan en las porciones norte

y oriental de la zona estudiada, en las estribaciones de las sierras Chichinautzin y Nevada, donde la

precipitación pluvial es alta y están ampliamente expuestos los derrames fracturados de la Formación

Chichinautzin y de la Formación Tlayecac. En la Sierra Nevada, el deshielo es otra fuente de recarga, que

produce infiltración continua de agua durante varios meses y aún perenne en las partes más altas.

Como no hay manantiales importantes en los macizos montañosos, se deduce que la mayor parte del agua

infiltrada se incorpora al sistema de flujo, que la transmite hacia las áreas de descarga bajo el control de la

gravedad y de la estructura geológica. Se pueden diferenciar sistemas de flujo local y regional. Los primeros

se localizan en las áreas donde la superficie freática está somera, como en las de Cuautla, Yautepec y

Cocoyoc; son alimentados por infiltración en áreas poco más elevadas y descargan localmente en la zona

estudiada.

El sistema de flujo regional, subyace a los locales; está alojado en las partes medias e inferior de la

secuencia volcánica, así como en las zonas conductoras de las formaciones carbonatadas profundas; es

recargado por infiltración en las partes altas de las sierras y descarga fuera de la zona estudiada, en zonas

más bajas.

Debido a la heterogeneidad y anisotropía de la masa rocosa con respecto a sus características hidráulicas,

las trayectorias del agua son muy tortuosas. Los elementos más permeables de la secuencia volcánica

funcionan como colectores de los estratos adyacentes menos permeables; a mayor escala, las zonas

conductoras en las rocas carbonatadas drenan a la secuencia volcánica sobreyacente y transmiten el agua

hacia las partes bajas de la cuenca, donde se localizan los vertedores naturales.

El acuífero descarga a través de varios manantiales ubicados en las áreas de Cuautla y Oaxtepec, en sitios

donde la superficie del terreno o en contactos entre formaciones de diferente permeabilidad; entre los más

caudalosos se cuentan los denominados: “El bosque”, “Almeal”, “Oaxtepec”, “Agua Hedionda” y “Las Tazas”.

Todos ellos son permanentes, aunque su caudal presenta notables variaciones, estacionales y de un año a

otro, dependiendo de la distribución y características de la precipitación pluvial. La mayor parte del acuífero

tiene lugar subterráneamente, a través de los bordes sur y occidental de la zona; forma manantiales

localizados aguas debajo de la misma, como son los de “Las Estacas” y “Las Tazas, y genera el caudal base

de las corrientes principales como el río Amacuzac.

307

X.3.9. Balance de agua subterránea.

La recarga de agua subterránea se estimó aplicando un balance de agua subterránea que consistió en medir

o estimar las descargas naturales y artificiales del acuífero durante un periodo de tiempo seleccionado; ubicar

el cambio de almacenamiento subterráneo en el mismo intervalo y deducir la recarga respectiva

considerándola como incógnita a despejar, es decir:

RECARGA = DESCARGA ± CAMBIO DE ALMACENAMIENTO

Como no se registraron cambios regionales significativos en el intervalo 1989 -1996, entonces la ecuación

anterior se reduce a:

RECARGA = DESCARGA

La descarga del acuífero tiene los siguientes componentes:

Bombeo por captaciones (B)

Evapotranspiración (Evt)

Manantiales (M)

Salidas subterráneas (Sh)

El bombeo se estimó a partir de los datos obtenidos en el censo de captaciones subterráneas, lo que da un

total de 45 Mm3/año.

La magnitud de la evapotranspiración, se expresa como un porcentaje de la potencial, medida en los

evaporímetros de las estaciones climatológicas. En el estudio se hicieron las suposiciones siguientes:

a) El fenómeno tiene lugar en una extensión superficial aproximada de 100 km2 de las áreas de

Cuautla y Oaxtepec, donde los niveles freáticos oscilan a profundidades menores que 20 m.

b) La lámina media de evaporación potencial, Ievt es del orden de 1 660 mm/año, y

c) La lámina media de evapotranspiración es de un 20 % de la potencial, porcentaje que corresponde a

la densidad de vegetación estimada en esa área.

Aplicando los valores anteriores, resulta:

Evt = f. Aevt . Ievt

Sustituyendo: Evt = (0.20)(100 km2)(1 663.7 mm/año)

Evt = 33.3 Mm3/año

La descarga de los manantiales se estimó con base en la información recopilada en el presente estudio y en

los anteriores. Los gastos estimados de los manantiales suman 70 Mm3/año. En la última década, se ha

registrado reducción en el gasto de los manantiales, como se detecta en el de “Las Tazas” que durante el

periodo 1980 -1995, disminuyó de 782 a 145 lps, debido, probablemente a la relación con la precipitación en

ese lapso y al bombeo de los aprovechamientos concentrados en el área circunvecina.

308

El caudal de flujo que escapa de la zona, se cuantificó aplicando la Ley de Darcy a las secciones de salida

identificadas en la configuración de los niveles de agua. Según esta ley, el caudal de flujo está dado por la

expresión:

Q = T.i.L

Donde T, i, L: son la transmisividad, el gradiente hidráulico y el ancho de la sección de flujo, respectivamente.

La descarga subterránea del acuífero a través de los bordes occidental y suroccidental resulta ser del orden

de 15 Mm3/año.

En el estudio se señala que, al aplicar valores de transmisividad obtenidos en pozos poco profundos, ésta

cifra representa la descarga que tiene lugar en la porción superior del acuífero (primeros 150 metros a partir

de la superficie); no incluye el volumen de agua que desciende a mayor profundidad y escapa lateralmente

de la zona a través de las rocas volcánica y carbonatadas subyacentes. Se deduce que la descarga

subterránea de la zona Cuautla -Yautepec es:

Sh>240 Mm3/año (8 m3/seg)

Recarga:

Sustituyendo los valores en la ecuación de balance, la recarga de agua subterránea resulta:

R = B + Evt + M + Sh

R = 45 + 33 + 70 + 240

R = 388 Mm3/año

Esta recarga equivale a un 34 % del volumen de precipitación pluvial correspondiente, resultado que

concuerda, aproximadamente, con las estimaciones basadas en un reciente análisis numérico del flujo

regional de la cuenca del río Amacuzac.

La evolución histórica de los niveles del agua subterránea y la magnitud de la descarga natural, sugieren que

no hay sobreexplotación regional de los acuíferos: los datos piezométricos revelan abatimientos de reducida

magnitud en algunas áreas, como efectos transitorios provocados por el incremento del bombeo o por

variaciones de la recarga anual, pero no una tendencia descendente regional. En los últimos años, la

extracción de agua subterránea para uso público-urbano ha sido incrementada en el área de Cuautla,

Cocoyoc y Oaxtepec, principalmente, donde se han provocado algunos problemas locales de interferencia

por insuficiencia espacialmente entre pozos.

X.3.10. Manejo del acuífero.

Como el acuífero de la zona Cuautla-Yautepec recibe y transmite importantes volúmenes de agua, que en su

mayor parte escapan subterráneamente hacia aguas abajo, se concluye que es factible extraer cantidades

309

adicionales de agua del subsuelo, aunque con las dificultades propias de los acuíferos en terrenos volcánicos

y en la medida en que lo permitan los volúmenes comprometidos aguas abajo. Se estima que una extracción

adicional del orden de 30 Mm3/año (1 m3/s) en la zona de que se trata, no implicarían afectación alguna para

las fuentes, alimentadas por la descarga subterránea del acuífero estudiado, ya que este volumen derivaría

de las actuales pérdidas por evapotranspiración e intercepción parcial de la descarga subterránea hacia

aguas abajo.

Dependiendo de su magnitud y distribución, así como de las características de las nuevas captaciones, el

incremento del bombeo implicaría un abatimiento de los niveles del agua subterránea en las áreas de los

nuevos pozos; asimismo, disminución del caudal y eventual agotamiento de los manantiales y de captaciones

someras, principalmente de las norias, efecto que es inevitable para impulsar el desarrollo.

Impacto ecológico.

Se advierte que el aumento de la extracción mediante captaciones someras, provocaría la reducción de las

descargas locales a través de manantiales y vegetación, que son muy sensibles al descenso de los niveles

freáticos; por tanto, las nuevas captaciones de capacidad significativa (mayores de 4 lps) que operan la

mayor parte del día durante todo el año (pozos municipales o industriales), no se deberán ubicar en la

proximidad de las áreas donde brotan los manantiales y donde hay vegetación natural de importancia

ecológica-económica, como la que abunda en las zonas turísticas. En cambio, captaciones de caudal

pequeño (menor de 2 lps) y operación intermitente (unas cuantas horas diarias), pueden emplazarse

prácticamente en cualquier sitio, sin riesgo de interferencia a aprovechamientos circunvecinos.

La parte superior del acuífero tiene transmisividad de regular a baja y distribución muy irregular (la mayoría

de las captaciones existentes tienen gasto menor que 55 lps y caudales específicos de 2 a 70 lps/m) no

obstante esto, en general, puede obtenerse gastos de unos cuantos litros a 20 lps con pozos someros

(profundidad menor que 100 m), siempre y cuando se utilicen procedimientos constructivos adecuados y su

aforo se lleve a cabo con bombas de baja capacidad (un equipo de aforo sobrado podría llevar a la

conclusión equivocada de que el pozo no es productivo). La protección sanitaria de los pozos (por medio de

cementación y ademe ciego en su tramo superior) es esencial para prevenir el acceso a ellos de aguas

superficiales o subsuperficiales contaminadas, esto es indispensable en los que sirven agua para consumo

humano y uso doméstico, pero también es necesario en los pozos de otros usos, para prevenir la

contaminación del acuífero.

Las condiciones geohidrológicas de las áreas para el mejor aprovechamiento del acuífero, son las siguientes:

Área 1. Se localiza en la porción noroeste del área estudiada, específicamente al norte del poblado de

Yautepec, donde la profundidad al nivel estático se encuentra entre los 25 m y 50 m. Se puede considerar

310

como un área favorable para la extracción de agua con fines industriales, ya que no habría mayor uso

competitivo, la limitante es la presencia de valores altos de magnesio.

Área 2. La zona de Cocoyoc-Casasano, es favorable por su transmisividad, aunque existe la desventaja de

una alta densidad de aprovechamientos cercanos al área y que los niveles de agua están a profundidades

medias.

Área 3. Se extiende al norponiente de la ciudad de Cuautla, abarcando desde la Exhacienda Hospital hasta

el poblado de Puxtla. En ella, los niveles de agua están a profundidades menores que 2 m y 10 m; la

transmisividad varía en el rango de 4.1 a 7.25 X 10-3 m2/seg. La salinidad del agua tiene valores de 150 a 300

ppm; aumenta hacia la zona de Cuautla. Es la más favorable por su extensión, por la reducida profundidad a

los niveles freáticos y por la transmisividad del acuífero. Además presenta la ventaja de que los efectos

pueden ser propagados rápidamente en sentido lateral, con lo cual se interceptarían las salidas naturales. La

transmisividad alta permite concentrar los pozos en menor área, sin un incremento de abatimientos.

Área 4. Está ubicada al sur de la ciudad de Cuautla, al oriente de las localidades ciudad de Ayala y

Anenecuilco; los niveles del agua varían en el área entre 10 m y 20 m; algunas de las propiedades

hidráulicas de la zona, tomadas de estudios anteriores, muestran valores de transmisividad de 0.22 X 10-3

m2/seg, por lo que puede ser recomendable para la extracción de agua. La desventaja de esta zona es el

incremento del contenido del calcio y magnesio, que le confiere cierta dureza al agua.

X.3.11. Lo que se concluye y recomienda en el estudio.

La complejidad geológica de la zona de Cuautla -Yautepec, enmascara diversas condiciones hidrodinámicas,

que favorecen la formación de sistemas hídricos, locales que sin embargo se constituyen como parte de un

intrincado sistema geohidrológico regional.

El acuífero regional de la zona de Cuautla-Yautepec está constituido por rocas volcánicas y carbonatadas, se

extiende en el subsuelo de toda la zona y forma parte del acuífero regional de las subcuencas de los ríos

Yautepec y Cuautla. Presenta una extensión superficial del orden de 300 km2, cubriendo la mayor parte de la

porción baja. Las sierras limítrofes son receptoras de recarga, transmiten el agua infiltrada hacia el acuífero.

La recarga del acuífero se estima del orden de 388 Mm3/año, tiene variaciones significativas con respecto a

su valor medio, dependiendo de las características y distribución de la precipitación pluvial; pero debido al

efecto regulador del almacenamiento subterráneo, esto no se traduce en fluctuaciones importantes de los

niveles del agua subterránea.

El acuífero descarga subterráneamente hacia aguas abajo, probablemente más de 240 Mm3/año, volumen

que aflora en manantiales (“Las Estacas” y “Las Tazas”) a través de las calizas cársticas que subyacen al

311

relleno acuífero y a lo largo del cauce del río Yautepec. La descarga en el área estudiada del orden de 103

Mm3/año, tiene lugar a través de manantiales y de la vegetación nativa.

Se explotan del subsuelo del valle unos 115 Mm3/año, por medio de 219 captaciones: 44 % del volumen total

se destina al uso recreativo, 26 % es destinado a las zonas de riego, 19 % pertenece al uso público-urbano, 9

% al doméstico-abrevadero y 2 % es de uso industrial.

La evolución histórica indica que no hay una sobreexplotación regional: los datos disponibles sólo revelan

abatimientos de reducida magnitud y algunos problemas de interferencia, provocados por el incremento del

bombeo o por variaciones de la recarga anual, pero no una tendencia descendente regional.

La calidad natural del agua subterránea es, en general, apta para todos los usos, aunque hay indicios de que

en las áreas de Cuautla y Yautepec, Oaxtepec y Cocoyoc, la parte superior del acuífero presenta cierta

contaminación biológica por la descarga de aguas residuales y por la falta de protección sanitaria de los

pozos.

Se recomienda incrementar la extracción de agua subterránea en unos 30 Mm3/año (1 m3/s): 9(300 lps) por

medio de pozos someros y 21(700 lps) con pozos profundos, de 150 m a 200 m. Tal incremento de la

extracción provocaría: abatimientos temporales de los niveles del agua subterránea en las áreas de influencia

de los nuevos pozos, disminución de la descarga por evapotranspiración e intercepción parcial de la

descarga subterránea hacia aguas abajo. Estos efectos son inevitables si se quiere impulsar el desarrollo de

la zona.

El acuífero es muy vulnerable a la contaminación en las porciones bajas por la gran capacidad de infiltración

de los terrenos arenosos y la reducida profundidad a la superficie freática. En las áreas urbanas de Cuautla,

Oacalco, Oaxtepec-Cocoyoc y Yautepec, la vulnerabilidad del acuífero es de “media” a “alta”, de hecho en

estas áreas es común la contaminación biológica del acuífero, producida por la falta de saneamiento básico –

instalaciones sanitarias mal diseñadas, construidas y operadas– y propiciada por la deficiente protección

sanitaria de las captaciones (en su mayoría norias) que suministran agua para consumo humano.

Aguas arriba decrece la vulnerabilidad, aunque sigue siendo media debido al predominio de rocas volcánicas

con fracturas o fisuras, que constituyen vías rápidas de acceso para el agua contaminada. En el resto de la

zona de estudio, su vulnerabilidad es menor.

Es recomendable establecer una red de medición de niveles y calidad del agua, compuesta por pozos

existentes seleccionados y algunos construidos e instrumentados para tal fin, con objeto de disponer de

312

datos confiables y oportunos acerca del comportamiento natural del acuífero y de los efectos provocados por

los nuevos desarrollos, como base para evaluar y adecuar el manejo del acuífero.

Realizar observaciones periódicas (épocas de estiaje y lluvia) de los niveles de agua subterránea; en las

áreas donde la extracción sea incrementada significativamente, y con frecuencia anual en el resto de la zona,

con objeto de discriminar los efectos provocados por aquéllas de las fluctuaciones naturales o de las

provocadas por las captaciones preexistentes.

X.4. Estudio preliminar de la zona Cuautla-Yautepec, Mor., 1981.

En el estudio geohidrológico de la zona Cuautla-Yautepec se hace referencia a un estudio previo de la zona

Cuautla-Yautepec de fecha 1981, en donde las principales características señaladas, son las siguientes:

a) La superficie de la zona de estudio es de 900 km2.

b) Se contaba con 183 captaciones: 125 pozos, 36 norias y 22 manantiales; 41 de los

aprovechamientos estaban destinados al uso agrícola; 92 para agua potable; y 50 eran para usos

indeterminados. El volumen total de agua extraída para todos los usos era de 141 Mm3.

c) Los valores de transmisividad de 6 pruebas de bombeo fueron de 1.27 a 64.16 x 10-3 m2/s.

d) De 50 muestras de agua analizadas, se encontraron valores de Sólidos Totales Disueltos (STD) de

200 a poco más de 1500 partes por millón (ppm); la menores concentraciones se localizaron en las

inmediaciones de los poblados de Yecapixtla, Pazulco, Tlamomulco, Colonia Los Volcanes y Brisas

de Cuautla; los contenidos mayores se localizaron en las cercanías de Colonia Seca, Agua

Hedionda y al poniente de San Nicolás, al sureste de Cuautla.

e) Los valores del ión calcio varían de 20 a 150 ppm; los de magnesio, de 10 a 100 ppm; del sodio,

entre 10 y 100, siendo la localidad de Yautepec la de mayores contenidos. Los bicarbonatos tienen

valores de 120 a 500 ppm, con las concentraciones más altas en Tlayecac y Las Piedras; los

cloruros van de 10 a 50 ppm; el ión sulfato tiene concentraciones de 30 a 500 ppm, con los valores

mayores en San José y Colonia Seca, cerca de la ciudad de Cuautla y Oacalco.

f) Las familias de aguas encontradas fueron: magnésico-bicarbonatada, en casi toda la región, y

sódico-sulfatada, en pequeñas áreas al centro de la zona de estudio.

g) En cuanto a los niveles de agua subterránea, la profundidad al nivel estático oscila entre 5 m y 170

m; los niveles de agua más someros se localizan en las inmediaciones de Oacalco, mientras que los

más profundos se encuentran en la porción noreste de la zona, hacia el inicio de las partes

montañosas.

h) Referente a la configuración de los niveles de agua, se observa que el flujo subterráneo tiene una

dirección preferencial de noreste a sur y de norte a suroeste. Las cotas de la elevación del nivel del

313

agua van de 1700 m a 1200 m sobre el nivel del mar (msnm) confluyendo el agua tanto en el

poblado El Mirador, al sur de la ciudad de Cuautla, como al sur de Yautepec.

i) En el lapso de 1980 a 1981 se observó abatimiento de 50 cm en algunas zonas muy localizadas,

mientras que en otras se presentan recuperaciones de un metro.

X.5. Estudio Geohidrológico para el Proyecto Oacalco, Mor. de fecha 1989.

Otro de los estudios a que se hace referencia en el estudio geohidrológico de la zona Cuautla-Yautepec, es

el denominado “Estudio Geohidrológico para el Proyecto Oacalco, Mor.” de fecha 1989, en donde se señalan

las siguientes características:

a) Por su composición y características hidrológicas, se definieron los acuíferos siguientes: clásticos no

consolidados, rocas volcánicas fracturadas, calizas arrecifales y, en la porción este del área de

estudio, acuíferos “colgados” en rocas volcánicas de la Formación Chichinautzin. Estos últimos, con

niveles freáticos muy someros, con agua de buena calidad y que sostienen la descarga de los

manantiales localizados en la zona de Oaxtepec.

b) Se visitaron 175 aprovechamientos; 130 pozos, 20 norias y 25 manantiales, de los cuales 129 están

activos. Se extraen 303.4 Mm3/año del área de Yautepec (30 pozos, 10 norias y 12 manantiales); y

104.3 Mm3/año de la zona de Cuautla (56 pozos, 8 norias y 13 manantiales). Al ser clasificados los

aprovechamientos, 45 son destinados a la agricultura, 67 se utilizan en usos domésticos y de

abrevadero, 5 al uso público-urbano, 3 al industrial y 9 a otros usos.

c) La profundidad al nivel estático oscila entre 10 m y 20 m en el área de Oacalco, entre 10 m y 80 m

en Cuautla y de 5 m a 40 m en la cañada del río Yautepec, mientas que los manantiales de Cuautla

brotan en sitios donde los niveles freáticos interceptan a la superficie del terreno y en las

inmediaciones del contacto entre la Formación Cuernavaca y los depósitos aluviales.

d) En la porción suroriental del área urbana de Cuautla, un gran número de pozos y norias han

formado una depresión de los niveles de agua, debido a los efectos del bombeo.

e) Según las pruebas de bombeo realizadas, la transmisividad varía en el acuífero granular, de 0.0001

a 0.064 m2/s, rango que refleja las variaciones del espesor y de la permeabilidad del acuífero.

f) El agua subterránea escapa a través de los aprovechamientos de agua subterránea y por

evapotranspiración, principalmente en las áreas de Oaxtepec, Oacalco y Cuautla, donde la

superficie freática se encuentra muy somera (a menos de 10 metros).

Este estudio destaca como conclusiones más relevantes:

a) Poco más de 230 Mm3/año es descargado por las calizas acuíferas a lo largo del borde sur de la

zona, subterráneamente y por medio de manantiales.

b) La recarga en la zona es superior a los 40 Mm3/año.

314

c) El acuífero superior está conformado por los materiales aluviales y las rocas volcánicas de la

Formación Cuernavaca, cuyo espesor es de unos cuantos metros hasta 150 m, en el área de

Yautepec, con agua apta para todo uso, pero la porción superior del área de Cuautla está

contaminada por la infiltración del agua residual.

Se hace una serie de recomendaciones, de las cuales destacan las siguientes:

a) Extraer no más de 500 lps de agua adicionales, en el subsuelo del área de Oacalco, mediante pozos

distribuidos en su porción central, donde el acuífero superior tiene características favorables.

b) Rehabilitar los pozos que tuvieron, originalmente buen rendimiento, y actualmente, dejaron de

operar o su caudal fue mermado por deficiencias constructivas o deterioro físico gradual.

c) Practicarles a los pozos referidos, pruebas de bombeo escalonadas y registros de video, para

diagnosticar su estado y establecer el tratamiento correctivo pertinente.

En el estudio de la zona Cuautla -Yautepec se menciona que se censaron 299 aprovechamientos de agua

subterránea, de los cuales 219 estaban activos (169 pozos, 26 norias y 24 manantiales) mientras que el

resto, 80, no operaban al momento en que se visitaron.

X.6. Opinión personal

De acuerdo con los resultados de los estudios geohidrológicos realizados en el acuífero de la zona Cuautla-

Yautepec, se puede señalar lo siguiente:

a. No se indica entre ambas referencias una zona delimitada a partir de la cual se puedan realizar los

análisis de tendencias en los aprovechamientos de agua a partir de las extracciones y de los

volúmenes de recarga para realizar el balance, ya que el estudio de referencia de 1981 considera

una superficie de estudio de 900 km2, es decir lo equivalente a 90 000 hectáreas; por otra parte el

estudio de 1996 considera una superficie de 1 200 km2 (equivalente a 120 000 hectáreas, aunque se

menciona que el acuífero comprende solamente unos 35 km2 (35 000 hectáreas).

b. El número de aprovechamientos ha sido variable entre 1981, 1989 y 1996. en el primer caso se

refieren 183 captaciones con un volumen aprovechable de 141 Mm3 (provenientes de 125 pozos, 36

norias y 22 manantiales); en el segundo, se registraron 175 aprovechamientos (130 pozos, 20 norias

y 25 manantiales) con un volumen extraído de 407.7 Mm3; en el tercer caso, se censaron 219

aprovechamientos, de los cuales 169 fueron pozos, 26 norias y 24 manantiales (80 no operaban), y

el volumen aprovechado era de 115 Mm3.

c. De los aprovechamientos se pueden observar diferencias significativas entre un año y otro; además

las norias censadas parecen ser muy pocas dado que, como se puede observar para el caso

descrito del viverismo en la cuenca, se verificaron solamente 307 norias en una muestra de 250

viveros, lo cual indica que el aprovechamiento de aguas subterráneas sea posiblemente mucho

mayor de las estimaciones que refieren los estudios.

315

d. Algunas de las conclusiones del estudio geohidrológico de 1996 no son del todo coherentes porque

por una parte se prevén riesgos de abatimiento en caso de hacer mayores extracciones de aguas

subterráneas, particularmente en afectaciones a la ecología. Sin embargo, se recomienda realizar

extracciones de agua hasta por un volumen de 30 Mm3 por año, o lo equivalente a 1 m3 por

segundo.

e. Como se indica en los estudios, parte de los riesgos en el aprovechamiento del agua del acuífero, se

presentan filtraciones por aguas residuales lo que puede generar problemas de salud para una

población en la cuenca cada vez mayor, debido a la atracción de centros recreativos, la actividad

agropecuaria demandante del recurso y la misma industria local.

Es necesario analizar las aguas superficiales y subterráneas como un solo sistema porque la Ley de Aguas

Nacionales no le otorga facultad alguna a usuarios que manejen aguas superficiales para involucrarse en

aquello que suceda con las aguas subterráneas. Es conveniente que se fomente la participación de los

usuarios del agua involucrados con ambas porque se encuentran interconectadas y como se evidenció con

las extracciones subterráneas del pozo “El Calvario”, tiene sus implicaciones de los usuarios del agua por

canales y manantiales.

316

DISCUSIÓN GENERAL

En este apartado se realiza una discusión general acerca de los principales elementos teórico-metodológicos

que permiten corroborar o descartar las hipótesis planteadas en la investigación. Como se indica en

capítulos precedentes, los aspectos centrales a discutir por su relación con el problema de investigación, las

hipótesis y los objetivos planteados, tienen que ver con la aplicabilidad de los principios de la acción

colectiva, con la presencia-ausencia de la organización social respecto a las formas internas de organización

de ASURCO y otros actores sociales, así como de las capacidades de negociación e interacción para la

definición de acuerdos tendientes a mejorar la gestión integrada del agua en la cuenca. A la vez se señalan

los elementos que permiten identificar lo técnico y lo social para entender la complejidad del sistema.

Finalmente se discuten las posibles tendencias o escenarios en el uso del agua con el fin de orientar

acciones que permitan un mejor aprovechamiento del recurso hídrico.

1. Validez de la metodología de investigación empleada

La metodología de investigación empleada demuestra la importancia de la Etnografía aplicada al análisis de

la cuenca en el río Cuautla; la identificación y caracterización de los actores sociales fue el punto de partida a

través del cual se definieron escenarios de manejo y alternativas para la gestión integrada del agua en

espacios locales. Asimismo, se confirma la validez de los principios metodológicos de “las tareas siempre

presentes” una vez empleados en la caracterización de los sistemas de riego que conforman la estructura y

funcionamiento de ASURCO.

Desde el punto de vista metodológico, la caracterización social de los actores, la forma en la que interactúan

para resolver algunos conflictos y otros de ellos que se mantienen como tal, así como el conocimiento del

sistema, permiten sostener que el campo del conocimiento al que se ha hecho referencia corresponde de

manera sustancial al área de las ciencias sociales porque se buscó identificar la organización social de los

usuarios del agua y de manera colateral los problemas de asignación, uso y acceso al agua a los cuales se

enfrentan. Sin embargo se tocaron algunos temas no necesariamente exclusivos al área de competencia de

las ciencias sociales, por ejemplo las características naturales de la cuenca. Por otra parte, cuando se

describen las características del acuífero de la zona Cuautla-Yautepec, parece que las ciencias sociales

tienen poca relación con el tema; el aspecto más complicado es tratar de relacionar los distintos ámbitos que

tocan las diferentes disciplinas con un mismo fenómeno. Se buscó relacionar aquellos aspectos que abordan

las ciencias naturales, pero como un apoyo, es decir, como una herramienta que nos permitiera entender e

interpretar el fenómeno social de la organización de los usuarios, de sus procesos de internalización de las

externalidades para resolver una situación de conflicto.

317

Parece ser relativamente claro cuando se aborda el estudio de un fenómeno natural haciendo completa

abstracción de la actuación y presencia del hombre, particularmente al tratarse de una prueba de hipótesis o

una corroboración de una teoría. En ese caso el campo de conocimiento al que se refiere la investigación cae

en el terreno de las ciencias naturales. El problema del conocimiento de las ciencias sociales es

relativamente más complejo porque los instrumentos de medición no parecen estar muy claros; es

complicado medir el grado de organización social, ¿con base en qué?, ¿bajo qué parámetros?

En la investigación realizada en la cuenca del río Cuautla, se describieron aspectos relativos a las

características naturales (clima, suelo, vegetación, geología), la botánica del cultivo del berro (consumo de

agua) y caracterización geohidrológica del acuífero. Estos atributos se emplearon como un marco de

referencia para entender lo que está pasando o puede suceder en un futuro con una mejor o peor gestión del

agua por parte de los usuarios.

Estamos asumiendo que la organización social y los procesos de negociación consensuados pueden ser el

motor principal para que se reviertan los problemas del agua, como son la contaminación de mantos

acuíferos, la degradación del recurso en cantidad y calidad de las fuentes principales (manantiales). Por ello,

estudiar la organización social, sus procesos y formas posibles para hacer un adecuado uso de los recursos,

es importante que se rompan las barreras entre las áreas del conocimiento de las ciencias naturales y

sociales. Los aportes o hallazgos de unas deben ser herramientas para el avance de las otras, y viceversa.

Debido a las características de la investigación realizada, con un enfoque más sociológico que técnico,

pareciera que el método científico no es aplicable como tal, lo cual es engañoso porque el cientificismo es

una tendencia (y peyorativo de la misma) según la cual se puede universalizar un procedimiento estándar

entre todo campo de conocimiento, sea natural, social o mental, lo cual obviamente no siempre es ni posible

ni deseable en términos metodológicos o procedimentales, o de espacio, tiempo y nivel del detalle. Para ello

están los diversos métodos disciplinarios: antropológico, sociológico, geográfico (GIS), histórico, biológico,

estadístico, experimental, computacional (simulación y modelaje), etc. E incluso dentro de un mismo campo o

disciplina tenemos procedimientos y técnicas tanto cuantitativas como cualitativas para abordar una misma

realidad u objeto de estudio y análisis: Por Ej. para apreciar la acción colectiva, en Sociología, mediante

técnicas cuantitativas como la encuesta estructurada (y su correspondiente cuestionario pre-codificado) la

cual recolecta solo la información previamente determinada y solo entre una muestra previamente definida en

base a la variabilidad del sujeto y el objeto de estudio, para luego ser procesada y analizada por el

correspondiente procedimiento estadístico uni, bi o multi variado.

Como señala Eli de Gortari (1974), el conocimiento científico es la explicación racional y objetiva del universo.

Con esto se quiere entender que la ciencia busca una explicación de los diversos procesos que rigen la

naturaleza, la sociedad y el pensamiento. En un contexto más amplio, estaríamos pisando terreno de la

318

filosofía (y por supuesto que como cualquier otra ciencia, también tiene su objeto de estudio bien delimitado).

Se trata de buscar una explicación de los diversos fenómenos, es decir, encontrar cuáles son las causas que

les dan origen, ya sea para buscar un beneficio directo del hombre o simplemente entender su entorno. Al

tratarse de que sea una explicación objetiva es que tiene que estar libre de todo prejuicio, o interpretación del

hombre en función de sus deseos y aspiraciones; lo objetivo se refiere a todo aquel fenómeno o proceso que

se desarrolla independientemente del pensamiento. Finalmente se busca poder explicar el universo, es decir,

todo el contexto del mundo interior y exterior al propio hombre. El universo puede referirse al estudio de un

aspecto de la vida muy específico, por ejemplo las partículas más pequeñas que integran la materia, hasta

todo el universo en el sentido más amplio, es decir, toda la materia. O en nuestro caso, el universo de estudio

fue un “tramo de río” en la cuenca del río Cuautla.

En términos estrictos de lo que comúnmente asumimos como método científico (por ejemplo el método

experimental en donde se delimitan claramente las hipótesis, objetivos, una teoría y los instrumentos de

medición) en el caso que nos ocupa en la cuenca del río Cuautla, parece no aplicarse como tal porque hablar

de la organización social de los regantes cae más en el terreno de las ciencias sociales. Resulta muy difícil

poder medir si hay o no organización, es necesario definir qué se va a entender como tal para poder aceptar

o rechazar las hipótesis. La investigación de la organización social en la cuenca del río Cuautla emplea cierta

hibridación o combinación de métodos, un poco de los métodos de las ciencias naturales y algo más de las

ciencias sociales.

Por otro lado, si el tema de estudio no está claramente delimitado respecto a disciplina o campo de

conocimiento, ni a sujeto ni objeto especifico, como el campo del manejo de los recursos naturales, se hace

acopio de un conjunto de procedimientos de varias disciplinas, por ej. el de la observación participativa y la

entrevista abierta (típicos de la etnografía, a su vez método de la Antropología). Y este tipo de procedimiento

y técnicas son esencialmente cualitativas: buscar, por ej. en el campo del Manejo de Recursos Naturales de

tipo comunitario o común o colectivo (MRN-C) explorar e identificar actores, tendencias, elementos e

interrelaciones mas del tipo descriptivo que determinativo o explicatorio-predictivo.

Intentar reducir todo campo y problema a un mismo rasero o paradigma o método, por ej. El tema de la

investigación en manejo autogestivo del riego al esquema positivista del método experimental, ilustra un

extremo de cientificismo cuyo extremo mayor aun sería creer que la solución a la interrogante o hipótesis del

estudio sería la solución a los problemas sociales de la zona del estudio. Parece ser que el método científico

tiene muchas variantes, lo importante es tratar de buscar las causas de los fenómenos, trátese de ciencias

naturales o sociales, o de ambas a la vez, los procedimientos técnicos pueden ser de diversa índole.

La investigación participativa sobre manejo integral de cuencas, puede considerarse como un proceso de

generación de conocimiento cuyo fin es apoyar a la innovación tecnológica e institucional (sociocultural),

319

principalmente cuando existen restricciones de carencia de opciones técnicas, información o instituciones

necesarias. La investigación que se realizó en la cuenca del río Cuautla está plenamente justificada porque

cualquier intervención en la búsqueda de la gestión integrada del agua debe considerar en primer lugar el

conocimiento de las relaciones e interrelaciones de los actores sociales para hacer posible un ordenamiento

territorial participativo, y a partir de ello, por ejemplo llegar a consolidar las estructuras más generales como

son los Consejos de Cuenca.

Con relación a la problemática metodológica surge la dificultad para precisar el concepto de grupo de

usuarios o de interés o de presión, así como delimitar al propio grupo y su membresía: por etnicidad, por

zona agroecológica, por unidad territorial geopolítica, por comunidad, por tener o no tierra, por presencia de

regulación legal: ¿por qué atributo principalmente? Cuando hay un usuario que pertenece a los “berreros”,

ejidatario, del ingenio, de viveristas, que un usuario es diverso, según ellos van a pertenecer a un grupo al

que más les convenga. La determinación de la heterogeneidad remanente en torno a tales variables es

básica para el ulterior trabajo práctico de reunir e incentivar a “los usuarios” a fin de lograr acuerdos y

consensos respecto a cuotas de acceso, uso o restricción y evitar la prolongación o engrandecimiento de

conflictos.

En síntesis, ante el problema del estudio realizado, el uso del método científico no resultó aplicable -sensu

stricto-. Principalmente debido a que no existe un conocimiento y procedimiento de validez común o universal

entre la sociología y el resto de las ciencias sociales ni mucho menos con las ciencias naturales ni las

exactas. De hecho, se abordó un enfoque interdisciplinario en el que se combinó conocimientos de la

agronomía (cultivos), el análisis de ecosistemas, la física (acuífero y riego), la sociología (actores e

intereses), la antropología (lo comunitario), y la ciencia política (acción colectiva). Algo metodológicamente

ecléctico también conocido como Diagnostico (valoración) Rural Participativo (DRP), mediante el cual se

parte de la investigación-acción para intentar abordar una problemática matizada por traslapes de áreas,

actores, e interrelaciones.

2. La teoría de la acción colectiva en la organización social de los actores

Como se describió en capítulos previos, la teoría de la acción colectiva basa sus argumentos en un conjunto

de principios organizativos a partir de los cuales los recursos de uso común (RUC) son administrados

eficientemente por grupos de usuarios. La investigación realizada demuestra precisamente la validez de esos

principios para los actores sociales descritos en condiciones y espacios concretos dentro de la cuenca.

Ostrom (2000) señala que cuando el Estado es quien posee el control y manejo de los recursos, difícilmente

tiene la posibilidad de generar las capacidades en los propios usuarios de los RUC para imprimir en ellos un

sentido de pertenencia, lo que conduce en la mayoría de los casos a su propia destrucción. En cambio, al

320

tratarse del manejo de RUC en manos de los propios usuarios, generalmente se establecen nexos de

compromiso y responsabilidad que caracterizan a distintas comunidades de usuarios altamente autogestivas,

que perduran en el tiempo y que se rigen bajo los principios de diseño que ella propone. Sin embargo, lo

anterior está en función de la escala a la que se este tratando, es decir, del tamaño de grupo y del área que

comprendan los RUC, por ejemplo en tierras de cultivo, bosques, tierras de pastoreo, fuentes hidráulicas de

regadío y abasto, pesquerías, y más recientemente áreas de reserva de biodiversidad. Ello significa que los

principios de diseño organizativos no son aplicables de manera indistinta.

En el caso de la cuenca del río Cuautla, específicamente en ASURCO, viveristas y berreros, se logró

constatar la organización autogestiva a nivel de canales de riego específicos en los que la autoridad central

ya sea de la propia Asociación o de instituciones oficiales, tienen reducida ingerencia, o bien al interior de la

Asociación de productores de berro los cuales defines sus propias reglas de funcionamiento, o en

agrupaciones de productores viveristas quienes definen acuerdos para la extracción de agua. Además la

capacidad autogestiva parece que no solamente se manifiesta al interior de las propias organizaciones, sino

en el grado interacciones y acuerdos que establecen entre organizaciones.

Parece ser que en las próximas décadas, el factor más importante en el desarrollo de sistemas de riego será

el diseño institucional –la creación de un conjunto de reglas que puedan ser comprendidas por los

participantes en un proceso y con los que estén de acuerdo e inclinados a obedecer. En este sentido en la

cuenca del río Cuautla es necesario que los actores sociales implicados con el uso del agua adquieran y

desarrollen las capacidades para establecer y diseñar ese conjunto de instituciones; dentro de esos actores

sociales, ASURCO y CNA deben desempeñar un papel rector.

Partiendo de las hipótesis bajo las cuales se guío la investigación, se puede apreciar que la organización

social de los usuarios de ASURCO es diferenciada en función de las estructuras físicas de los sistemas de

riego, tal como lo plantea Pimentel y Palerm (2000), es decir, se encuentran distintos grados de organización

o niveles organizativos: a nivel de campo, a nivel de comunidades, a nivel de canal general y a nivel de río.

En cada uno de ellos existen distintas autoridades y facultades para desempeñar funciones específicas

apegándose a la estructura propia en cada nivel. Por tanto, se pudo constatar que los actores sociales

descritos sí están organizados y que han establecido mecanismos y facultades para interactuar, realizar

negociaciones tendientes a la resolución de conflictos internos. Tanto ASURCO como los productores de

berro y viveristas, tienen una organización interna que les permite interactuar y llevar a cabo mecanismos de

negociación para resolver los conflictos a nivel de cuenca. También es posible que las instituciones oficiales

intervengan para regular y fomentar el desarrollo de capacidades de los demás actores sociales para la

propia gestión del agua.

321

El proceso de la devolución del control y manejo a la acción colectiva local, denominado institucionalmente

por el Banco Mundial (BM) como ‘transferencia de la autoridad’ y en estudio para su operación mediante

‘políticas para la devolución’, asume que la problemática de la pobreza rural incluye además de la

degradación de los recursos naturales implicados, el descuido e ignorancia sobre las formas locales de

adaptación y resolución de conflictos, por lo cual es necesario su estudio detallado, en especial de manera

participativa (Scherr, Merril-Sands y Shepherd, 1995). Consideramos que en toda organización autogestiva

es fundamental la participación democrática de los agremiados o integrantes del grupo porque es lo que da

sustento a las reglas que ellos mismos establecen y hacen cumplir. Por ello, el estudio detallado de los

actores sociales en la cuenca del río Cuautla, es una condición necesaria para emprender planes de

ordenamiento territorial participativo.

Este nuevo enfoque institucional para la ‘devolución de autoridad’, considera tres hechos como premisas

básicas: 1) la limitación operativa de los nuevos estados bajo la globalización, por lo cual se pierde la

capacidad convencional de regular, coercionar, monitorear y dirigir; 2) la promoción mundial de formas de

gobierno basadas en la democracia y la participación social, lo cual aunado al conocimiento y necesidad local

del recurso como sustento, otorgan al nivel local un nuevo potencial para el uso y manejo de recursos

naturales básicos; y 3) la minimalización del Estado mas su Ajuste Estructural, junto con la creación de

ventaja comparativa en recursos naturales, productos primarios y fuerza laboral, contribuyen a generar un

estado sin recursos para la inversión pública en el monto necesario para el establecimiento de políticas

redistributivas, lo cual junto con presiones de instituciones y corporaciones ‘globales’ (incluidas las de la

filantropía) hace necesario y hasta obligado la realización de las políticas de ‘devolución de autoridad’

(Swallow et.al. 1997).

Por lo anterior, la cuestión de la acción colectiva y el manejo de recursos naturales en forma común, plantean

la posibilidad de que bajo ciertos principios de diseño de instituciones locales, facultan la durabilidad de largo

plazo de sistemas de manejo de recursos que los usuarios han concebido, por ello, se debe reconocer y en

un momento dado, fomentar las organizaciones locales con el fin de que los usuarios de recursos comunes,

“no se vean atrapados” y lleven sus modos de actuación a la destrucción de recursos sino al

aprovechamiento “racional”, al mantenimiento de los sistemas pero con la actuación regulada del propio

Estado y de las empresas privadas cuando así se requiera en espacios bien definidos. La cuestión política es

un asunto preponderante, cuando intervienen muchos actores y/o usos múltiples de un mismo recurso. En la

cuenca del río Cuautla es pertinente insistir en ese fortalecimiento de los actores sociales que hacen uso del

agua, con la “devolución de autoridad”, como el caso particular de ASURCO, a través de organismos

institucionalizados y con la autoridad suficiente para la toma de decisiones y la resolución de conflictos.

En ASURCO se pudo constatar que los usuarios del recurso se ponen de acuerdo para definir, qué hay qué

hacer, quién debe hacerlo, cómo, dónde y cuándo debe hacerse. Esta actitud de los usuarios es lo que

322

entendemos por acción colectiva. Y como lo señala Munk (1999), la acción colectiva tiene que ver con

algunos elementos esenciales como la concertación, la solidaridad, la extensión del problema y las ventajas

que se pueden alcanzar con ella. Pero también hay otros aspectos que deben resolverse bajo esta

perspectiva de la acción colectiva como es la resolución de conflictos. Al respecto, Ostrom (1996) indica que

lo que constituye una sanción eficaz varía de un sistema a otro, cuando los usuarios consideran las reglas

como legítimas y viven en un pueblo pequeño donde la mayoría de las oportunidades futuras de beneficio

mutuo están basadas en su reputación como personas de confianza, el temor a comentarios adversos, por sí

solo, podría ser suficiente para impedir que la mayoría viole las reglas. Así, las sanciones también son

diferenciadas en los canales generales de la Asociación según la especificidad de las reglas acordadas entre

los beneficiarios del recurso.

La participación per se en alguna actividad específica de corto-plazo no necesariamente es condición

suficiente para lograr efectos deseados de acción colectiva en el largo-plazo relacionada con el manejo

sostenido del recurso. Para ello es necesario establecer o respaldar sistemas de subsidios o incentivos que

motiven la participación activa y el acatamiento a las reglas del juego autodefinidas. Ello implica que como

toda infraestructura, la constitución o fortalecimiento de la organización local para el manejo autogestivo,

requiere de tiempo y recursos, cuya ‘rentabilidad’ será manifiesta en la sostenibilidad de la descentralización

en un horizonte de largo plazo, incluido el acceso proporcional a los beneficios derivados, así como en

relaciones interinstitucionales mas colegiadas que jerárquicas.

Sepúlveda (1996) menciona que la capacidad de respuesta de las organizaciones sociales está determinada

por dos elementos fundamentales: su propia función y estructura, y el entorno en el cual desempeña sus

actividades. El entorno está referido a los elementos exógenos que pueden alterar su capacidad de

respuesta y con ello, la conducta de sus miembros. Por ejemplo, el contexto político, la estructura del Estado,

las características del sistema institucional mayor, la política económica forman parte o definen al entorno.

La capacidad interna de una organización está referida a los elementos del manejo colectivo de los recursos

y la habilidad con que cuenta la organización para optimizarlos frente a funciones que le son naturales. La

capacidad interna de organización tiene que ver con actividades que aseguran su gestión exitosa desde la

perspectiva de su propio manejo, tales como planificación y definición de objetivos de corto, mediano y largo

plazo; diseño de programas de trabajo; captación y manejo de recursos económicos provenientes de multas,

cuotas o ventas de recursos comunes, cuando así lo realicen; la administración y el manejo de información

para el seguimiento, evaluación y gestión de la organización; el manejo de presiones externas, entre otras.

La capacidad externa está referida a aquellos aspectos relacionados con las habilidades de vinculación,

negociación y ejecución de servicios con diversas instituciones que detentan diversos tipos de poder. Estos

dos elementos, internos y externos, son los que definen el carácter organizativo y de capacidad de gestión de

323

un grupo de individuos que tienen objetivos comunes. Las estructuras organizativas y las funciones que

desempeñan al interior de la organización; la distribución de beneficios con igualdad y equidad; así como los

mecanismos a través de los cuales se resuelven los conflictos son aspectos relevantes que en toda

organización autogestiva se practican o deben practicarse. Precisamente tanto la capacidad interna como la

externa, son las que le imprimen el carácter autogestivo a los actores sociales que se describieron

(ASURCO, viveristas, berreros).

Sin embargo, parece no aplicarse un modelo único para toda organización autogestionaria de recursos

debido a la gran diversidad de los mismos y a las condiciones económicas, culturales, políticas y sociales

tanto del entorno a las organizaciones como al interior de ellas. Es importante destacar que la participación

de toda organización autogestionaria es un elemento esencial para legitimar sus reglas, resolver los puntos

de conflicto y que sólo desde el interior de la propia organización es factible asumir con racionalidad el uso de

los recursos y su propia designación y planeación; desde el exterior, es decir, el entorno, será importante

disponer de la información pertinente y de facilitadores quienes pueden catalizar un proceso dado de

integración organizativa.

Cuando los usuarios no participan en la toma de decisiones de los proyectos concebidos desde la

perspectiva del Estado, se generan incidentes en el uso y la apropiación de los recursos tales como: la

construcción ilegal de tomas, ruptura de candados, extracción de agua durante la noche, sobornos,

amenazas y otras acciones orientadas a persuadir a los funcionarios a asignar más agua. Uno de los

prejuicios que ha caracterizado a gran parte de la planificación de los proyectos de riego en países en

desarrollo ha sido suponer que los proyectos grandes producen mayores beneficios. Sin embargo, existe

considerable evidencia que indica que los proyectos más pequeños-obras de riego menores-ofrecen mejores

resultados que los proyectos más grandes (Ostrom, 1996). En el caso de los usuarios de ASURCO se verificó

que, por ejemplo en el canal lateral de riego construido con recursos de los usuarios de San Vicente de

Juárez para recibir y conducir los achololes para los campos “La Palma” y “Juárez”, existe un gran sentido de

pertenencia y autogestión para el mantenimiento, la operación y la aplicación de sanciones por ellos mismos.

En algunas regiones, los campesinos han estado organizados por largos periodos de tiempo, y las

organizaciones campesinas existentes son bastante eficaces. Generalmente se tiende a decir con mucha

facilidad que los usuarios no están “organizados”, pero habría que ver en qué sentido se hace tal

planteamiento. Desde la lógica del campesino o del usuario del agua tratándose de sistemas de riego, el

hecho es que por ejemplo en el caso de ASURCO, los usuarios siguen manejando sus recursos bajo

esquemas organizativos anteriores, independientemente de los cambios en las políticas de Estado y las

nuevas disposiciones para “crear organizaciones” formales como son las Asociaciones Civiles para que a

través de ellas los usuarios tengan la posibilidad de llevar a cabo los procesos de gestión. Como señala

324

Chambers (citado por Ostrom, 1996), los campesinos no pueden ser organizados por “persuasión o decreto”

y “sólo participarán si ellos ven que se benefician al hacerlo”.

Precisamente la lógica bajo la cual los usuarios de los recursos se organizan para manejar recursos

comunes, se relaciona con lo que algunos teóricos sostienen en sus planteamientos de la denominada

economía sustantiva50, según la cual, en sentido estricto, la asignación y distribución del recurso hidráulico

entre sociedades premodernas, depende mas del marco cultural especifico localmente que del sistema de

asignación por la vía de las leyes y políticas publicas de un supraestado nacional o de las leyes y precios del

mercado. Tal señalamiento por supuesto ha sido respaldado con evidencia de campo y demuestra que entre

tales sociedades la eficiencia es elevada, siendo muy notoria en la época de sequía o escasez del recurso

hídrico. Estos elementos son los que interconectan tanto a usuarios de aguas arriba como los de aguas

debajo de la cuenca, y en conjunto, es como se regula el propio sistema.

Por ejemplo en la investigación realizada en la cuenca del río Cuautla, encontramos que los usuarios de riego

en el ámbito comunitario e intercomunitario (ejidos, campos, comunidades y algunas propiedades rurales) se

organizan para la distribución, el mantenimiento, el monitoreo y la resolución de conflictos. Esos sistemas de

organización internos han perdurado por largos periodos de tiempo, independientemente de los cambios

impulsados por las políticas de Estado desde la dotación de tierras y aguas a partir de los años veinte del

siglo XX (incluso antes de las haciendas, según historia oral), a pesar del papel rector del Estado con la

creación del Distrito de Riego en 1957 e incluso después de la transferencia del propio Distrito a los usuarios

en 1994. La evidencia de campo ratifica que en tiempos de mayor escasez de agua, es cuando se manifiesta

50 La economía sustantiva se refiere de acuerdo a Polanyi (1957) y Dalton (1968), a la imposibilidad teórica de analizar con un solo rasero, universalista o eurocéntrico, al resto de sociedades y culturas no europeas de grado desigual en desarrollo económico (citados por Plattner, 1991: 32-5). Polanyi propuso tres formas sustanciales del intercambio económico: la reciprocidad, la redistribución y el mercado (trueque o moneda). Por ello, las nociones específicas de la economía neoclásica (precios, oferta, demanda, interés, mercado de bienes y servicios) son de validez relativa a las sociedades capitalistas y no a las premodernas, en especial el concepto de la racionalidad económica moderna. En contraparte, el argumento formalista de la económica señala que entre sociedades primitivas de subsistencia e industrializadas de mercado prácticamente las diferencias son de tipo o matiz más que de grado, siendo en términos formales inexistentes. La posición de la economía sustantiva considera que bandas, tribus, cazadores recolectores, o sociedades de horticultores o campesinos, no pueden ser incluidas en un mismo denominador común con la sociedad hiperindustrializada del mercado capitalista financiero con bolsa de valores y otros medios extra-monetarios de riesgo, cuando aquellas andan en búsqueda de la subsistencia. La racionalidad del beneficio y sus costos implícitos, o bien no existe como tal o sus formas no necesariamente tienen la misma lógica, de manera que la escasez y la decisión asociada a la restricción y sus oportunidades del análisis marginal de la teoría económica neoclásica o es inexistente o es pretenciosamente simplista. Dada la dependencia de recursos naturales en cantidad y/o calidad para la subsistencia, las sociedades de subsistencia ignoran de manera fáctica el concepto occidental de riqueza, como acumulación intencional de medios y capital. Su estructuración y organización social se basan, dado su tamaño poblacional relativo, en el parentesco y la interacción estrecha por lo que sus preocupaciones son extra-económicas en sentido individualista del beneficio y sus costos; sus relaciones se basan en lo moral respecto al bien proceder y bien corresponder para ser aceptados y retribuidos de manera satisfactoria dentro del grupo. En el caso de la sociedad campesina, su característica de economía de subsistencia no les puede conferir el carácter de la acumulación a partir de la producción de valores de uso.

325

la mayor eficiencia en términos de organización interna y de apego a principios culturales de sostenibilidad

(Palerm, 2000).

Como señala Albinson y Perry (2002), los pequeños sistemas de riego son eficientes en las relaciones que

establecen los usuarios para una estrecha comunicación y decisión interactiva entre volumen de agua bajo

demanda y volumen disponible de la misma; ha sido desarrollado en la India y Pakistán en zonas ex-

civilizatorias donde se presenta el monzón estacional y ultra excesos de agua que deben ser

aprovechablemente removidos para evitar catástrofes naturales y sociales. De esa manera, además de

eficientes, han sido sostenibles.

El rasgo esencial de estos sistemas es que los aspectos culturales constituyen el eje principal en torno al cual

se fortalecen los intereses comunes y se pueden resolver las diferencias sin la necesidad de la intervención

de autoridades externas; es a lo que Ostrom denomina organizaciones autogestivas con la capacidad del

manejo de recursos de uso común. Se puede señalar que parte de los principios de la economía sustantiva

se encuentran en pequeños sistemas de riego por canales dentro del conjunto de sistemas de riego que se

encuentran bajo la administración de la Asociación de usuarios del río Cuautla. Se puede apreciar que en el

sistema de riego en su conjunto, dentro de la Asociación de Usuarios, el elemento que da sustento y conecta

a unos usuarios con otros (aguas arriba y aguas abajo) es precisamente el interés común.

Como lo indica (Hunt y Hunt, 1976), las comunidades de regantes ofrecen mecanismos de autorregulación y

autocontrol de tipo cultural y local, de manera que las decisiones más frecuentes son locales y las más

extraordinarias pueden no serlo, por ejemplo, la disminución del volumen típico del caudal original o una

sequía. Además, el mantenimiento de la red e infraestructura suelen ser locales. Aunque ciertos tipos de

conflictos suelen ser regulares como las disputas entre quienes están al principio y al final de los canales, la

flexibilidad y tolerancia ante ellos asegura el éxito de la sostenibilidad de la autorregulación.

Las propias comunidades de regantes se las han ingeniado para subsistir con un éxito relativo incluso

durante siglos y bajo una amplia gama de estructuras macro políticas, al parecer el autocontrol o vigilancia

autónoma es un requisito clave del auto regadío comunitario, excepto en las grandes civilizaciones

hidráulicas centralizadas o “despóticas”, como lo expone Wittfogel en la denominada hipótesis hidráulica. Así,

la autorregulación se ha relacionado con factores clave como la operación por consenso y los valores

comunitarios de justicia, igualdad, control, eficiencia y equidad (Maass y Anderson, 1978).

En el caso de pequeñas sociedades regantes más tribales, la eficiencia económica se subordina a la

normatividad comunal para lograr la equidad en el acceso al recurso. Y como su tamaño poblacional es

relativamente pequeño, su diseño incluye el mecanismo de asignación del derecho del agua con límites

326

eficaces de alta estabilidad, de manera que su alteración solo podría darse ante circunstancias ambientales y

de infraestructura extraordinarias.

Todo ese conjunto de acuerdos y reglas escritas y no escritas es lo que Ostrom (1996) denomina como

institución, y ello resulta fundamental como punto de partida para reconocer que los grupos autogestionarios

se caracterizan por un conjunto de principios que les denota su propia “institucionalidad”, es decir, la

institución es el conjunto de normas efectivamente utilizadas por un conjunto de personas (las normas

operativas o reglas en uso) con la finalidad de organizar actividades repetitivas que producen resultados que

afectan a esos individuos y que podrían afectar a otros. Por lo tanto, una institución de riego es el conjunto de

normas para suministrar y utilizar el agua de riego en un lugar determinado. Por ejemplo el reglamento

interno que define los acuerdos para el aprovechamiento del agua en el cauce federal del río por parte de los

productores de berro y ASURCO se trata de una forma institucionalizada de esas organizaciones, es decir, la

institucionalidad la define el conjunto de reglas, acuerdos y negociaciones a los que llegan ambos actores

sociales. O también el caso del reglamento interno de los usuarios del canal general “El Mirador”, define una

institución muy específica que sintetiza una concepción de organización, una identidad y cultura social creada

y desarrollada por los propios usuarios beneficiarios de un recurso común.

Un punto de énfasis y cuestionamiento para la operacionalización de la acción colectiva, es el relativo al

porque no se da o facilita el manejo colectivo de recursos. Se considera la carencia de incentivos económicos

para la participación, pero también el tiempo implicado y las tensiones sociales o gratificaciones derivadas.

Así por ej., donde hay incentivos suficientes pero se carece de mecanismo propios de ‘gobernanza’, los

facilitadores externos pueden desempeñar una función instrumental para desarrollar los mecanismos locales

(Ensminger 1992). Esto, se puede considerar como la contribución a reducir los costos de transacción de la

organización, que para ser sostenibles, deben institucionalizarse para que no dependan de la acción o

decisiones de una sola persona. Los incentivos pueden ser detonadores de la autogestión, pero hasta cierto

límite, si no se acompañan de la concientización, es decir, de su temporalidad en tanto se consolida la

organización, se vuelve en una traba para la propia autogestión.

Los principios de diseño para organizaciones autogestivas, según Ostrom, se ven reflejados en mayor o

menor grado en ASURCO, particularmente en canales generales de riego donde se da mayor autogestión.

Por ejemplo, el primer principio que señala “la definición claramente de linderos” se refiere a la decisión

interno de los usuarios a decidir quien tiene o no derecho al uso de los recursos. Aunque la dotación del agua

se otorgó por decreto presidencial desde el reparto agrario, a nivel comunidad existen ciertos principios que

definen los derechos y obligaciones de los regantes, los cuales en cierta condición se pueden perder. Los

otros principios que señalan la congruencia entre las reglas y las condiciones locales, los arreglos de elección

colectiva, la supervisión, las sanciones, los mecanismos de resolución de conflictos, el reconocimiento a la

327

organización y la relación entre reglas definidas, también son aplicables a algunos de los canales de riego, y

recientemente a las Juntas de Canal General que se están impulsando por sus directivos.

En síntesis, la teoría de la acción colectiva tiene su validez y aplicabilidad en espacios locales al interior de

ASURCO, por lo que se evidencia que existe organización de la Asociación y capacidades de interactuar y

establecer negociaciones con otros actores sociales para la resolución de conflictos. Sin embargo, se

requiere de la conjunción y determinación de otros actores sociales para aumentar y propiciar mayores

capacidades de tal manera que se faculte la autoridad suficiente para intervenir y mejorar la gestión del agua

en la cuenca. Lo anterior se puede constatar con algunos hechos que dan cuenta de la capacidad

autogestiva de ASURCO.

3. Principales hechos del proceso autogestivo de ASURCO

Gran parte de las formas organizativas actuales de los regantes en la cuenca del río Cuautla tienen

antecedentes a partir de la concesión y reparto agrario a las comunidades ejidales y pequeñas propiedades

que se otorgaron después de los años veinte, al término de la revolución. Paralelamente al reparto agrario se

definieron las estructuras organizativas formales para la operación y administración de las aguas con el

“Reglamento para la distribución de las aguas de los manantiales y corrientes tributarias de la cuenca de río

Cuautla, cuenca del Balsas, estado de Morelos”, publicado en mayo de 1926. En ese Reglamento se

establecieron las bases legales que regirían en lo sucesivo la dotación del agua entre los usuarios de esta

cuenca, así como los distintos tipos de relaciones intercomunitarias que se desprenderían de su participación

en este sistema de riego. Parece que las Juntas de Agua contribuyeron al proceso autogestivo, además de

las propias formas internas y la lógica cultural de los usuarios en cada uno de los núcleos de población,

sectores de trabajo o regantes a nivel de campo dentro de una misma comunidad.

Algunos hechos significativos que se pueden identificar en el proceso autogestivo de los regantes de

ASURCO en los últimos 10 años tienen que ver con mecanismos de gestión tanto al interior de la propia

asociación como al exterior de la misma. En el primer aspecto se identifican los acuerdos, gestiones,

estructuras de control y funcionamiento de ASURCO; en lo externo, pueden señalarse aquellos aspectos que

tienen que ver con la relación e interconexiones que se establecen con otros actores sociales en la cuenca, lo

cual es un indicador del grado de autogestión de la organización. Las evidencias más importantes que

demuestran el grado de autogestión son:

a) Los acuerdos de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla, para el uso y aprovechamiento precario

del agua, del 1º de julio al 31 de enero de cada año, con los productores de berro constituidos en la

Asociación Agrícola Local. Estos acuerdos se firmaron incluso antes de la formalización y

constitución legal de ASURCO (antes de recibir en concesión las obras de la red secundaria

producto de la transferencia del Distrito de Riego) lo que evidencia la capacidad organizativa de los

328

usuarios del riego para regular, aprovechar y resolver los conflictos internos por el agua en la

cuenca del río Cuautla. Estos acuerdos han sido motivo de una serie de constantes negociaciones,

gestiones y conflictos internos y externos, donde se ha inducido el involucramiento de instituciones

gubernamentales, y en general ha presentado momentos de relativa calma, pero también de mayor

conflicto particularmente cuando se trata de la época de mayor escasez de agua. El hecho de

inducir la intervención institucional de parte del Estado significa que la Asociación requiere de la

interrelación con otros actores sociales para hacer viable la gestión del agua en la cuenca. En dos

ocasiones los propios usuarios de ASURCO se han organizado internamente y han “tumbado” el

berro del cauce del río así como los bordos que sirven para retener el agua y establecer el cultivo.

La resolución de conflictos a través de la “tumba del berro” es una manifestación del grado de

autogestión que presentan los regantes porque están cohesionados en función de un recurso

escaso, es decir, gran parte de sus actividades individuales y de grupo responden a una lógica de

pertenencia a un grupo y con ello a la identidad y lucha por intereses comunes.

b) La infraestructura hidráulica que administra la Asociación no dispone de una obra de cabecera en

común a partir de la cual se controle la distribución y asignación del agua; 25 canales generales51

conforman una serie de sistemas de riego interdependientes, lo que imprime la complejidad del

sistema hidráulico. A pesar de los distintos cambios que se han gestado en las políticas agrícolas a

partir del reparto agrario, y particularmente en lo referente al agua con las Juntas de Aguas, después

con el decreto del Distrito de Riego en la centralización de la administración del agua, y en años

recientes con la denominada transferencia del agua, a nivel intracomunitario e intercomunitario, se

siguen manteniendo vigentes ciertas formas de organización que para los usuarios son

fundamentales para distribuir el agua, llevar a cabo el mantenimiento de pequeñas obras

comunitarias, la supervisión o monitoreo y la resolución de conflictos internos. En la estructura

hidráulica administrada por ASURCO se reconocen como autoridades del agua a nivel comunitario e

intercomunitario a distintos actores y sujetos sociales, entre ellos: presidente del comisariado ejidal

(en 17 canales generales); canalero (en 16 canales); consejo de vigilancia (en 11 canales); aguador

(en 7 canales); guardatierra (en 4 canales); juez de aguas (en 4 canales); regador (en 4 canales);

presero (en 3 canales); supervisor (en 2 canales); síndico municipal (en 2 canales); consejo de

administración de la Asociación; y otros actores nombrados son, capitán de campo, delegado del

agua, canalero auxiliar, canalero interno, auxiliar de aguador. Esos nombramientos responden a sus

propias necesidades y formas internas de regulación para la distribución, mantenimiento y

resolución de conflictos; por ejemplo en las asambleas de ejido, el consejo de vigilancia da cuenta

de los usuarios que han incurrido en faltas como “el romper candados” y en la asamblea se decide la

sanción (generalmente se castiga con una multa y se le deja pasar el riego, que es el aspecto que

más afecta al usuario), pero esas sanciones varían de comunidad a comunidad. Otro caso es

51Otros dos canales que se concesionaron con la transferencia, Dos Puentes y El Calderón, están prácticamente en desuso y se hace referencia a ellos en la ficha técnica del diagnóstico de comunidades usuarias y canales principales.

329

cuando se programan faenas para hacer el mantenimiento de canales (por ejemplo en el canal

general San Esteban), si un usuario no cumple con la limpieza del canal que le corresponde, el

comisariado ejidal conjuntamente con el consejo de vigilancia nombran una cuadrilla (determinado

número de usuarios o trabajadores no usuarios) para hacer la limpieza del canal y después le hacen

el cobro correspondiente, son su multa, al usuario infractor. Estos son acuerdos no escritos a nivel

comunidad o campo de riego, y forman parte de la institucionalidad, como lo señala Ostrom. Otros

casos específicos se presentan en campos de riego cuando los usuarios contratan a un canalero

para la época de escasez y es pagado por ellos mismos. Las autoridades de ASURCO solamente

son testigos del cargo y funciones que otorgan los usuarios al canalero.

c) Acuerdos existentes de tandeo en período de estiaje en los canales Ahuehuepan, Las Iguanas, San

Esteban, Las Tortugas, La Torres, entre otros. El tandeo consiste en una especie de programación

de volúmenes de agua en función de la superficie que opere una comunidad, y se llevan a cabo

reuniones para “prestar” toda el agua a una comunidad y luego a otra; ambas beneficiarias de un

mismo canal. Lo anterior se hace en tiempos de mayor escasez de agua y es mejor que en un

momento dado una sola comunidad disponga de todo el volumen de agua proveniente del canal que

les provee para terminar en menos tiempo el riego de sus cultivos. Lo anterior también muestra una

de las posibilidades que tienen los usuarios de llegar a acuerdos para resolver la limitación del

recurso, nuevamente, la organización se fortalece y responde como tal en la medida que los

recursos comunes son limitados. Por ello siempre una organización autogestiva se caracteriza por la

capacidad que tienen sus miembros de participar en la toma de decisiones, acatarse a ciertos

derechos y obligaciones que definen ellos mismos.

d) Aplicación de sanciones al interior de los sistemas de riego, a partir del 1° de Octubre de 1996 en

donde se especifica que “A todo aquel usuario que altere el orden de riego en los canales, será

sancionado según acuerdo en la Asamblea General de Delegados, Comisariados Ejidales,

Representantes de la Propiedad Rural y Consejeros por las siguientes causas: 1] Tomar agua sin

autorización, 2] Abandonar el riego, 3] Desperdiciar el agua de riego, 4] No acondicionar el canal y

regaderas que le correspondan. Las sanciones se aplican en función de la superficie afectada desde

20 hasta 100 salarios mínimos, según el cuadro 32.

Cuadro 32. Aplicación de sanciones de acuerdo con la superficie afectada. Fuente. ASURCO, 2000.

Primera infracción (salarios mínimos)

Reincidencia (salarios mínimos)

0.00 a 0.50 20 40 0.51 a 1.00 30 60 1.10 a 1.50 40 80 1.51 a 2.00 50 100 2.01 a 2.50 75 150

mayor a 2.50 100 200

Nota: tomando como base el salario mínimo a la fecha en que se aplique la sanción.

330

Las faltas debido a 1] Romper candados o cadenas, 2] Obstaculizar el flujo de agua en canales, 3] Dañar

estructuras de control y 4] Desviar canales sin autorización, las sanciones se aplican conforme al cuadro 33.

Cuadro 33. Aplicación de sanciones por infracciones según superficie afectada. Fuente. ASURCO, 2000.

Rango Hectáreas

Primera infracción (salarios mínimos)

Reincidencia (salarios mínimos)

0.00 a 0.50 150 300 0.51 a 1.00 200 400 1.10 a 1.50 250 500 1.51 a 2.00 300 600 2.01 a 2.50 350 700 mayor a 2.50 500 1000

Nota: tomando como base el salario mínimo a la fecha en que se aplique la sanción

e) Otros procesos de autogestión que se presentan entre los usuarios son las múltiples actividades

(gestiones, reuniones, acuerdos, faenas, asambleas de la asociación, etc.) relacionadas con la

afectación de los manantiales “Las Tazas” debido a la perforación del pozo denominado “El

Calvario” para uso urbano en la ciudad de Cuautla y que vino a disminuir la disponibilidad de agua

en el canal general Casasano Grande; el reconocimiento, valoración y negociación con “viveristas”

para buscar la regulación en el uso del agua subterránea porque se están afectando los manantiales

de los cuales se destinan el agua hacia los canales de riego, y además existe afectación en el nivel

freático del agua. O bien, otro ejemplo es el caso de los usuarios del canal “El Mirador”, constituidos

en una Sociedad de Producción Rural, aunque apegada a los reglamentos de ASURCO, establecen

sus propios mecanismos que ninguna otra instancia interviene para emitir juicios y menos aún,

aplicar sanciones. Se trata del canal de riego más alejado de la Asociación, que recibe aguas

exclusivamente de achololes y, por decirlo de alguna manera, son casi independientes a la

administración central de la Asociación, sin embargo cuando se trata de defender un interés común,

tienen un alto sentido de pertenencia a ella.

De los hechos anteriores se ha podido constatar que los usuarios regantes sí desarrollan procesos

autogestivos en donde el eje central se basa en intereses comunes; en este caso el recurso agua. Son los

propios usuarios quienes definen sus esquemas y formas de organización internas que les permiten dar

continuidad al sistema. Por ello, es pertinente especificar el nivel o niveles organizativos para diferenciar el

grado de cohesión de los usuarios del riego; parece que el Estado siempre ha estado presente, con mayor o

menor intervención, y los usuarios también han estado siempre organizados, igualmente con mayor o menor

cohesión interna.

La consolidación interna como organización autogestiva depende en gran medida del nivel organizativo, es

decir, la mayor autogestión se presenta en los espacios locales más reducidos, por ejemplo a nivel de campo

de riego o bien de comunidad, posteriormente se hace más complicada la autogestión entre comunidades, y

finalmente en el nivel mayor como ASURCO en su conjunto (de 4700 usuarios). En esa misma medida

331

parece que la intervención del estado también presenta cierta correspondencia, o sea, en los espacios de

mayor autogestión, existe menor presencia del Estado. De esta manera se puede señalar que la mayor

autogestión se desarrolla cuando los usuarios tienen mayor conocimiento entre ellos y del propio sistema. En

espacios locales, incluso de usuarios pertenecientes a ASURCO, desconocen a donde se canalizan sus

cuotas, o bien nunca han oído hablar de ASURCO, señalan incluso que sus cuotas son para “la secretaría de

recursos”. Si bien esto no es algo generalizado, ello da cuenta de que existe un vacío importante de trabajo

organizativo interno de la Asociación por desarrollar.

La cohesión grupal se facilita por un numero pequeño de usuarios, por la homogeneidad de sus miembros

en términos de valores compartidos y dependencia económica del recurso, y si la membresía permite que los

beneficios netos se distribuyan de manera sustancial y equitativa (McCulloch et.al. 1998). Por ej. se indica

que entre campesinos de Sri Lanka, su incapacidad organizacional se debió a su amplia membresía, la

heterogeneidad cultural, la falta de acceso a infraestructura de caminos y comunicaciones, y su aversión al

riesgo. Así también en ASURCO se observa cierta incapacidad organizativa si se quiere ver la autogestión de

manera conjunta en todo el sistema, considerando al total de 4700 usuarios.

Desde el enfoque de la acción colectiva, las principales ventajas y limitaciones respecto de la sustentabilidad

podemos señalar lo siguiente:

Ventajas:

a) El manejo de los recursos se practica de manera tal que los beneficios son equitativos entre los

miembros del grupo

b) Se establecen normas claramente definidas entre los usuarios para aprovechar los recursos

c) Ente los propios usuarios se definen las reglas de uso y las sanciones para quienes no se ajustan, lo

que no requiere de autoridad ajena o externa al grupo

d) Se conocen plenamente los integrantes del grupo o miembros de quien hace uso de la acción

colectiva

e) Generalmente son grupos de usuarios que hacen uso de los recursos de manera sustentable

(técnica, ecológica y socialmente)

f) La sustentabilidad se presenta internamente entre grupos locales, lo que hace más fácil su

interrelación

Limitaciones:

a) La acción colectiva es factible solamente en grupos relativamente pequeños, lo que dificulta la

sostenibilidad en sistemas mayores, por ejemplo a nivel de cuenca del Cuautla, la acción colectiva

es incipiente o casi no se percibe

b) Es difícil que opere en espacios y sistemas grandes por el gran número de usuarios, por ello se

deben fortalecer los sistemas menores para establecer una especie de red

332

c) Generalmente la acción colectiva recae en grupos de usuarios de menor nivel cultural, lo que

dificulta la interacción con grupos o actores sociales diferentes

d) Se requiere de su acercamiento para el ulterior proceso de consenso y negociación de acuerdos

relativos al estado (en cantidad y calidad) del recurso en cuestión (sistema) o recursos de la Cuenca

(microsistema).

Ante tal situación de las evidencias que corroboran la validez de la acción colectiva en sistemas de riego, y a

la vez de las propias limitaciones que inhiben el desarrollo autogestivo, cabe entonces preguntarse ¿qué

nuevas hipótesis se pueden plantear para profundizar en el conocimiento de la dinámica bajo la cual los

actores sociales pueden o no conducir hacia la gestión integrada del agua y la propia sustentabilidad del

sistema hidráulico en la cuenca del río Cuautla?

Señalemos algunas de las limitaciones existentes en caso de una falta de regulación por la escasa acción

colectiva de los actores sociales:

a) Transferencia de agua a otros espacios y usos/usuarios, sin pago de compensación a usufructuarios

legales de los derechos de uso como viveristas, criadores de ganado, usuarios de predios y cultivos,

municipios, berreros, etc.

b) El agua sin tratamiento, en el caso del uso no-consuntivo, resultará en afectación a los usuarios

naturales de la biota del ecosistema.

¿Cómo incluir a todos los usos y usuarios para asegurar la sostenibilidad o reproducibilidad del sistema

hidráulico?. En particular: ¿cómo satisfacer las necesidades de agua para todos los involucrados durante la

sequía mas prolongada?, ¿Cómo aumentar la captación del agua durante la época húmeda, y luego

ahorrarla para las épocas más secas?, ¿Cómo involucrar a todos los implicados en el acceso, la asignación y

el consumo?. Parece que la respuesta a estos cuestionamientos requiere de más evidencias de campo, de

revisión de casos con mayor profundidad, y por tanto, se evidencia la necesidad de profundizar en otra

investigación.

Se puede concluir entonces que una mayor autogestión se presenta en aquellos espacios en los cuales los

usuarios se conocen entre sí, conocen bien el sistema y tienen la posibilidad de establecer controles

claramente definidos, generalmente en cuanto se les presentan mayores problemas por el recurso (escasez,

pérdida de la calidad, mayor incidencia y competencia de otros usos y usuarios) la tendencia es estrechar

más los vínculos como grupo para defender sus intereses y sus recursos. Por ello, nuevamente, es

indispensable la participación consensuada de lo s actores y el fortalecimiento de las capacidades para la

toma de decisiones. De lo contrario, se incrementará una mayor competencia por el agua entre usos y

usuarios, y en consecuencia, mayores conflictos que conlleven a una pérdida de calidad y cantidad del

recurso repercutiendo en la vulnerabilidad del sistema y deterioro de la sustentabilidad.

333

4. Integración técnico-social de la investigación

En la cuenca del río Cuautla, específicamente en el “tramo de río” estudiado, los elementos técnicos en el

manejo del agua52 son aspectos esenciales que permiten a los actores sociales generar esquemas

organizativos y de negociación, área en la que los rasgos sociales cobran relevancia. Indudablemente la

gente, es decir los actores sociales, son el elemento crucial que hace posible el propio desarrollo de la

técnica. La técnica, es decir, “la forma de hacer las cosas” es lo que mueve el nivel de desarrollo y

organización de los grupos sociales. Pero el proceso entre la determinación de lo técnico hacia lo social no es

unidireccional, los procesos organizativos y el nivel de cohesión de los actores sociales conducen también al

desarrollo de la técnica, por tanto, de una nueva tecnología, que permita a su vez un mejor dominio de la

naturaleza, se desprende un proceso de mejora continua que influye en la organización social y viceversa.

Como señala Seckler (1996) es engañoso referirse a la eficiencia del agua como un aspecto meramente

“técnico” porque el concepto es relativo y generalmente no se valoran los beneficios externos del agua para

el mantenimiento de los sistemas ecológicos; se requiere incrementar el producto por unidad de agua

evaporada, reducir la contaminación del agua, reasignar el agua de menor valor de uso a más altos valores

de uso.

Uno de los aspectos que permiten observar la interrelación entre los aspectos técnicos y sociales respecto al

ordenamiento territorial de la cuenca es el concepto de “Manejo de Cuenca tradicional” y su contraste con el

“Manejo de Cuenca Participativo”. En el primer caso, según la metodología de ordenamiento territorial,

esquema propuesto en forma conjunta por las instituciones gubernamentales SEMARNAT, SEDESOL,

CONAPO e INEGI (2000), considera el sistema espacial de ordenamiento en tres subsistemas: natural,

económico y social. En ambos casos, se identifican dos fases: una de caracterización (que responde a las

preguntas de ¿qué hay?, ¿dónde esta? y ¿cuánto?), y la de diagnóstico estructural, funcional e integrado

(que responde a las interrogantes de ¿cómo esta? y ¿cuál es su funcionamiento?). Tanto la caracterización

como el diagnóstico son realizados por equipos de especialistas y finalmente se hace una propuesta de

ordenamiento en función de los usos del suelo, la ocupación por la población y en función de los aspectos

económicos que se observan en un espacio geográfico determinado. Sin embargo, los actores sociales,

particularmente los usuarios de los recursos a partir de los cuales se realiza el diagnóstico para “ordenar” o

asignar los mejores usos del suelo, solamente intervienen como informantes, y no como “tomadores” de

decisiones. Es decir, en la visión técnica del ordenamiento, los actores sociales, más que actores son objetos

sociales y no sujetos porque los equipos de especialistas son quienes tienen los elementos para la toma de

decisiones.

52conocimiento del ciclo hidrológico por parte de los usuarios, la demanda de agua por los cultivos, el diseño de estructuras para la distribución y el control, el conocimiento del estrés de los cultivos y sus requerimientos en función de la morfología, etc.

334

En el Ordenamiento Territorial Participativo (OTP) no solamente se consideran los aspectos técnicos para

observar los usos del suelo y en general el aprovechamiento de los recursos, sino que es fundamental que

los usuarios de los recursos participen, que se involucren para que realmente existan los acuerdos entre

actores sociales para el mejor y consensuado aprovechamiento de los recursos. Para ello se requiere un

mayor conocimiento de los equipos de especialistas con el fin de identificar no solamente las características

esenciales de los recursos en sus aspectos técnicos, sino en los procesos organizativos de los grupos

sociales que interactúan en la cuenca. Por ello, el concepto de OTP es integrador, pero más complejo, razón

por la cual no se ha desarrollado plenamente aunque sea en espacios pequeños. En este proceso de

ordenamiento, los usuarios de los recursos desempeñan un papel esencial en la toma de decisiones porque

son los primeros implicados en los efectos del ordenamiento. Por ejemplo el caso de la clasificación de tierras

campesinas es un proceso en el que los usuarios inciden en la delimitación de las propiedades físicas,

químicas y biológicas, pero desde un punto de vista práctico, empírico y de la experiencia, lo cual sienta las

bases para desencadenar acciones específicas tendientes a proporcionar un manejo preciso del suelo. Ello

constituye uno de los elementos clave para el OTP en función de la capacidad de uso del suelo.

La diferencia esencial entre el Ordenamiento Territorial Convencional (OTC) y el OTP radica en el

involucramiento de los actores sociales para intervenir en procesos organizativos y de negociación tendientes

a mejorar la gestión integrada del agua. En el primer caso se busca inducir el mejor uso del suelo (incluyendo

otros recursos, así como los asentamientos humanos) a partir de las recomendaciones de los especialistas

en el ordenamiento, consultando la opinión de los usuarios; en el segundo caso, se busca también lo primero

pero los usuarios participan en la toma de decisiones, lo cual posibilita la gestión integrada del agua. Con el

OTP se busca empatar la demanda del agua con la oferta, y en su caso sentar las bases para que se genere

un superávit del recurso.

En la cuenca del río Cuautla se pueden caracterizar tres escenarios en cuanto al uso y aprovechamiento del

agua, lo que desde la perspectiva de los usuarios de ASURCO estaría marcando la pauta para emprender

acciones tendientes a optimizar el recurso. Cada uno de ellos responde a intereses diferentes en cuanto a la

conservación y recuperación del recurso agua en la cuenca, así como de otros factores de índole económico

y social. Por ello los aspectos técnicos y sociales cobran relevancia en la gestión integrada del agua en

cuanto a la pertinencia de buscar la interacción entre el conocimiento de los factores técnicos del recurso y

los procesos organizativos que establecen los actores sociales, quienes son finalmente los que hacen uso del

recurso ya sea para generar situaciones de conflicto y pérdida del recurso (déficit), de un equilibrio entre la

oferta y demanda del recurso (lo que sería deseable) o bien para lograr que además de alcanzar un

equilibrio, fuera posible un superávit del recurso en la cuenca (escenario ideal). Así, los tres escenarios que

se caracterizan grosso modo pueden observarse en el cuadro 34. En el cuadro 35 se pueden observar las

ventajas y desventajas que presenta cada uno de ellos. Nuevamente, dependiendo del grado de

335

participación, los acuerdos entre actores, y sobretodo la visión del uno y manejo del agua en la cuenca por

todos ellos, es lo que marcará la pauta hacia cual de los escenarios se orientarán las acciones.

Cuadro 34. Escenarios para el uso y el aprovechamiento del agua en la cuenca del río Cuautla.

Análisis de escenarios Escenario I. Real. Una tendencia a la sobreexplotación del recurso, a pesar de los esfuerzos de las negociaciones entre actores sociales para ordenar los usos del agua en la cuenca. En este caso se presenta la falta de regulación en el uso del agua por viveristas, berreros, piperos y los propios ayuntamientos municipales atendiendo a una población creciente y constantemente demandante del agua. A pesar de los señalamientos en los estudios técnicos del acuífero donde se indica un equilibrio entre la extracción del agua y la recarga, existe una tendencia real hacia una mayor extracción, lo que conduciría a un déficit en un futuro próximo. Escenario II. Deseable. Se trataría de alcanzar el empate entre la oferta y la demanda del agua, es decir, entre la recarga y la extracción. Para ello, es pertinente que los usos y usuarios establezcan mecanismos de control y negociación para que de manera consensuada los aprovechamientos del recurso guarden cierto equilibrio, es decir, que se operacionalice la equidad entre los diversos actores sociales para obtener los máximos beneficios naturales, económicos y sociales del sistema hídrico en la cuenca. Escenario III. Superávit. Se trata de un escenario ideal en el cual la propia naturaleza amortiguaría cualquier modificación al sistema y existiría mayor disponibilidad del recurso respecto de la demanda; es un escenario un tanto ideal siempre y cuando los actores sociales en la cuenca llevaran a cabo un ordenamiento territorial participativo pleno, pero además donde las distintas instancias de los gobiernos fueran capaces de regular los usos en función de aspectos fundamentalmente de carácter natural, más que en lo económico y lo social.

Elaboración propia. 2003.

Cuadro 35. Ventajas y desventajas de los escenarios del uso del agua en la cuenca del río Cuautla. Elaboración propia. 2003.

Ventajas y desventajas de los escenarios I II III VENTAJAS

Desarrollo turístico por la oferta de agua

Desarrollo económico en viverismo

Abasto de agua por manantiales Desarrollo económico en

cultivos rentables (berros, hortalizas, arroz, etc.)

Desarrollo industrial y urbano

Equilibrio entre demanda y oferta de agua

Desarrollo de actividades económicas en función de la disponibilidad de recursos

Crecimiento poblacional regulado

Superávit en la cantidad y calidad de agua

Actividades económicas dependientes de la disponibilidad del recurso

Prioridad a la conservación de recursos hídricos

DESVENTAJAS

Tendencia a sobreexplotación Incremento de la contaminación

y pérdida de calidad del agua Falta de regulación en los usos y

usuarios Mayor competencia por el

recurso

Pérdida de rentabilidad económica en algunas actividades

Presión de grupos de interés por el uso del agua

Perdida de rentabilidad en la industria

Presión por el uso del agua

Menor crecimiento económico regional

336

Con el fin de buscar la gestión integrada del agua, es decir, la correspondencia o interconexión entre aguas

superficiales y subterráneas (manejarlas como un solo sistema), que los usuarios de los recursos tengan

poder y capacidades para organizarse y tomar acuerdos consensuados, de decidir en términos de equidad

para el aprovechamiento del agua, de considerar el ciclo hidrológico como un sistema natural que mantiene el

equilibrio ecológico para preservar la cantidad y calidad del recurso, entre otros aspectos, es necesario el

involucramiento de los grupos de interés en la planeación, monitoreo y evaluación del recurso hídrico en la

cuenca.

Los resultados de la investigación indican que las formas de apreciación de conflictos y de su resolución por

parte de los actores sociales involucrados en la cuenca, tienen o manifiestan cierta inclinación por

implementar medidas correctivas, más que preventivas; cuando se presentan situaciones de conflicto en las

que se agravan los procesos de apropiación del uso del recurso es cuando se realiza la mayor movilización

social y en la gestión de los grupos de interés involucrados. Por ejemplo en el caso de los cultivadores de

berro tienen mayor presión social cuando los usuarios de riego tienen más limitaciones en la disponibilidad

del recurso debido a la época de escasez. Por otra parte, cuando existe la estación lluviosa del año, parece

que se incorporan a una etapa de relajamiento y tregua. Sin embargo, se manifiestan algunas estrategias de

organización y de negociación de las organizaciones involucradas para tratar de resolver con anticipación los

conflictos por el agua, tales como los preparativos en las gestiones de obras para ciclos posteriores, evaluar

los cálculos de las cuotas que deben cubrir los socios, entre otras.

En cuanto a la relación entre lo técnico y lo social, es propio preguntarse ¿qué elementos están interactuando

estrechamente entre el agua y su manejo?, ¿que elementos técnicos dominan la gente usuaria del agua y

como se relacionan con lo social?, ¿de qué manera ambos aspectos desde el enfoque sistémico pueden

contribuir en un análisis integral que permita fomentar la gestión integrada y la resolución de los conflictos,

así como el manejo sustentable del recurso hídrico en la cuenca?. Son algunos cuestionamientos que

posibilitan comprender la interrelación entre lo social y lo técnico en la búsqueda de un ordenamiento

territorial participativo.

En términos del segundo escenario propuesto (deseable) sería la adopción de las capacidades de decisión

en manos de las organizaciones sociales, con la suficiente representatividad, así como el fomento y

facilitación para su consolidación interna y externa, y la concordancia entre un buen gobierno y un abasto

hidráulico autosuficiente. Ello puede ser posible en la medida en que los distintos actores sociales asuman

con responsabilidad e independencia las funciones que les corresponden dentro de la cuenca. Por ej. en

algunas sociedades, las instituciones locales pueden ser las más aptas para negociar con el gobierno federal

sobre el abasto de agua en la cuenca local. Las comunidades pueden o no negociar con el Estado mediante

grupos de interés o iniciativas propias para acceder mejor o con mas equidad al recurso e incluso cabildear

directamente con los diputados. Las formas de cooperación y movilización surgen en suburbios periurbanos

337

en donde la gente aumenta su capacidad de consumo pero también escasean el agua potable y el drenaje.

Es decir, nuevamente la capacidad organizativa está en función de un recurso escaso y es lo que facilita la

organización, la gestión y resolución de conflictos.

Sin embargo, para que la organización social de los regantes se involucre en el proceso de la administración,

operación y mantenimiento, es necesario el monitoreo participativo que permita identificar donde existe

déficit o superávit del recurso, cuáles son las condiciones de la calidad del agua y qué medidas correctivas

son convenientes implementar para equilibrar los usos en función de los requerimientos. El monitoreo se

presenta en grados diferentes dentro de la Asociación de Usuarios, así por ejemplo, con la implementación

de las Juntas de Canal General (caso San Esteban y Las Iguanas), los usuarios se ponen de acuerdo,

recorren los canales (el principal y laterales) para distribuir, corregir o rectificar los derechos de uso del agua

a los usuarios. También en otra parte de los canales generales, parece que el monitoreo es incipiente y poco

desarrollado debido a una falta de cohesión de los usuarios porque definen otro tipo de prioridades en el rol

de sus actividades; las mediciones se realizan de manera empírica, con base a la experiencia y el

conocimiento del sistema hidráulico.

Con base en el uso del agua por los distintos usuarios, ¿qué tipo o clase de actores, actividades y conflictos

están forzando el reconocimiento de la decreciente recarga del acuífero?

La noción de usos y usuarios múltiples nos indica que la extracción de agua del ecosistema afecta tanto a la

familia rural, a la economía agrícola regional, como al medio ambiente, de manera que para asignar el agua

con eficiencia y equidad entre los diversos actores y sectores, alguien debe intervenir en el monitoreo y

difusión de la información del acuífero para sincronizar la capacidad de extracción y evitar un colapso o el

agotamiento del recurso. En este sentido parece que la intervención coordinada entre CNA y ASURCO es

fundamental. La cuestión hidráulica se vuelve neurálgica para tener información y decisión sobre las

asignaciones y montos entre sectores y las formas de involucrar a todos los grupos de interés así como en

evaluar la calidad del agua que retorna en los casos de usos no consuntivos, tanto para usuarios aguas

abajo como para retornar al ecosistema. Aquí esta la clave de lo técnico y lo social y por ello es necesario

considerar ambos aspectos como una unidad dialéctica en la cual uno condiciona lo otro y viceversa.

En la Cuenca del roí Cuautla, el panorama aparente o escenario futuro es uno deficitario, de no realizar o

fomentar las acciones de ordenamiento, promover y propiciar los acuerdos, negociaciones, intervenciones, y

en general una mayor facultad de autoridad a los actores sociales locales. La expansión agrícola hacia una

reconversión orientada a la exportación implica, en términos netos, la subsiguiente exportación del agua

involucrada debido al alto consumo consuntivo. De no existir la posibilidad de compensar con nuevas

importaciones de liquido tal déficit, la gente debe marginar sus cultivos alimentarios tradicionales, re-enfatizar

al temporal y marginar aun más a sus propias comunidades. Por ello, los usos y usuarios múltiples pueden (y

338

suelen ser) incompatibles entre si en términos de cantidad y calidad del recurso de uso común, en caso de no

fomentarse la participación consensuada y negociada de los distintos actores sociales, además de lo

multisectorial, también en el flujo no consuntivo porque lo que ocurre en un sitio tiene repercusión en otros

puntos cauce abajo, afectando o incidiendo en el uso potencial.

Además, las fábricas de Tenería y Casasano, y la inversión en nuevas zonas industriales generan nuevas

amenazas a la disponibilidad de corredores de agua y al manejo del ecosistema. Aun cuando la nueva

tendencia de la manufactura es a emplear menos insumos y a generar más producto por nivel de insumos, y

una consecuente des-materialización, en países y zonas en desarrollo, la industria sigue siendo un mal

necesario como en el caso del Cuautla.

Varios grupos de interés intentan acceder al recurso mediante actores organizados y estructurados porque

para ellos el agua es un recurso vital, no sólo subsistencial, sino incluso económico: como insumo convertible

en dinero (viveros, piperos, berreros, pequeños-productores, ingenio y tenería) o en capital político

(ayuntamientos). De manera que si la comercialización del agua se generalizara como insumo con precio

(altamente subsidiado), la expectativa sería esperar en un cercano plazo el agotamiento del acuífero. Un

panorama más halagador sería aquel en el que se introdujera en el manejo del sistema hidráulico de la

cuenca los criterios de seguridad social y la equidad en los términos como algunos grupos y actores sociales

lo practican.

Es inevitable entonces la confrontación (conciliación?) entre actores y usuarios múltiples? No

necesariamente. Bakker et al. (1999) señalan que en la India, existe un caso exitoso de “Parlamento

Riverino” en el que una empresa hidráulica (publica) ha podido generar-rescatar-fomentar procesos

institucionales efectivos para manejar una cuenca mediante el establecimiento de un foro de representantes

de grupos de interés, el cual no solo participa en la planeación, monitoreo y evaluación del balance

hidrológico anual, sino que también sanciona y negocia los conflictos entre los diferentes usuarios. De

manera que mediante este tipo de “parlamento hidrológico” se intenta cubrir tanto los derechos como las

obligaciones de los asociados y afiliados reconocidos en relación con el manejo del agua y el balance

hidráulico de la cuenca. Así, la cuestión hidráulica se torna en su verdadera esencia dentro del foro: más

social que técnica, pues se garantiza -en equivalente de seguridad social hidráulica- no solo la seguridad del

acceso sino la estabilidad de la captación y aforo, rubro principal de la experiencia técnica.

¿Cómo se ha incluido al conocimiento tradicional o empírico de los usuarios parcelarios el monitoreo técnico

del recurso?. Esta es una cuestión que en forma gradual ASURCO ha venido asimilando en lo concerniente a

la operación y administración del conjunto de sistemas hidráulicos por canales a su cargo, particularmente en

lo que se refiere a los aforos, los calendaros de riego y las necesidades de agua de los cultivos.

339

El supuesto es que ya existen elementos a través de la organización social de los actores y sus capacidades

de negociación, resolución de conflictos y en general del manejo autogestivo de los recursos hídricos. Ello se

ha podido constatar durante la investigación con la caracterización de los productores de berro, los viveristas,

los piperos, y particularmente con ASURCO.

Muchos proyectos del Desarrollo por Cuencas han fallado de manera sistemática debido a que no toman en

cuenta las circunstancias económicas, culturales o sociales así como las necesidades apremiantes ni las

prácticas sociales tradicionales de la población local relacionada o involucrada directa y físicamente con la

cuenca de referencia. Según el Manejo de Cuencas Participativo (MCP) los usuarios contribuyen o deben de,

a definir los problemas, establecer las prioridades, seleccionar las políticas y técnicas del manejo, y contribuir

al monitoreo y la evaluación de los impactos, con la expectativa o supuesto de que ello permitirá mejorar el

desempeño en curso. La centralidad de ello reside en la organización de los involucrados (quien, como

cuando) y en su movilización grupal alrededor de las actividades físicas relevantes dentro de todo un sistema

tan complejo como puede llegarlo a ser una cuenca.

Los usuarios, son así entendidos como aquellos que usan los recursos de la cuenca (tierra, agua, árboles,

recolección, caza), no necesariamente cultivadores o tenedores de tierra, y que pueden localizarse tanto

adentro como afuera de la propia Cuenca (Johnson et. al. 2001). Por eso los aspectos sociales de su manejo

comienzan a ser entendidos como la parte sustancial de su conservación: la participación de la gente que los

afecta directa o indirectamente, es vital para su preservación, por lo que establecer acceso y cuotas de

extracción, prioridades de uso y usuarios (privados, públicos, sociales), monitorear su cantidad y calidad,

evaluar umbrales de degradación y agotamiento o regeneración y negociar todo ello es la parte más

controversial porque involucra comprometer a todos los involucrados adentro y afuera de cada cuenca. Una

verdadera transformación social en sí misma. De esto es como se pudo constatar en recorridos de campo, en

reuniones con los usuarios, en las prácticas de operación, administración y mantenimiento de los sistemas de

riego.

El problema de su estudio cuando se considera que las unidades territoriales no necesariamente coinciden

con las unidades socioculturales, por lo que para inducir la participación activa se requiere que sean los

propios actores quienes deban delimitar y reconocer las fronteras y escalas, así como las formas de

autogestión más convenientes para lograr un manejo autosostenido y autónomo. Uno esperaría que va a

ordenar la cuenca, la gente no se divide, parece que el problema es la gente, trabajar con gente es lo más

complejo, la complejidad es como hacer el ordenamiento de acuerdo con los distintos intereses y enfoques

culturales de los actores sociales.

340

5. La cuenca del río Cuautla como un sistema complejo

Considerando a la cuenca del río Cuautla como un sistema complejo en el que el elemento fundamental que

le da sustento es el agua, las diversas acciones producto de la actividad del hombre, deben orientarse a

emplear y aprovechar racionalmente el territorio de tal manera que se eleven los niveles de bienestar de la

población tanto de las presentes como de las futuras generaciones. En términos generales éste es el

propósito del desarrollo sustentable y para hacerlo posible deben considerarse cuando menos tres elementos

o componentes principales: ambiental, tecnológico y socioeconómico. Ello quiere decir que la aspiración del

desarrollo sustentable debe guardar o procurar un equilibrio con la naturaleza, obtener de manera sostenida

los satisfactores económicos mediante un proceso tecnológico ecológicamente viable.

¿Cómo incluir a todos los usos y usuarios para asegurar la sostenibilidad o reproducibilidad del sistema

hidráulico?. En particular: ¿Cómo satisfacer las necesidades de agua para todos los involucrados durante la

sequía mas prolongada?, ¿Cómo aumentar la captación del agua durante la época húmeda en la cuenca

para satisfacer las necesidades en los distintos usos y usuarios?, ¿Cómo prevenir los posibles riesgos de un

déficit en el recurso y su degradación?, ¿Cómo involucrar a todos los implicados en el acceso, la asignación y

el consumo?, En síntesis en qué consistiría un Plan de Manejo con el fin de alcanzar un desarrollo

sustentable en la cuenca del río Cuautla?. No es sencillo dar respuesta a estas interrogantes porque requiere

del análisis conjunto de especialistas en campos diferentes del conocimiento y sobre todo de la intervención

de los usuarios de los recursos. Por ello, si la meta es la sostenibilidad del recurso, demanda un sistema

cibernético eficiente para sincronizar amenazas y reacciones preventivas que eviten alcanzar umbrales más

allá de la propia capacidad, por tanto es necesaria la concurrencia concertada de actores sociales para

alcanzar la sustentabilidad.

El sistema hidrológico de las aguas subterráneas del acuífero denominado “Zona Cuautla-Yautepec” se

encuentra estrechamente ligado a la cuenca en su conjunto porque cualquier acción que se realice en la

parte alta, repercutirá en el acuífero. Por ello, un Plan de Manejo debe considerar las múltiples relaciones del

acuífero con el aprovechamiento de las aguas superficiales tanto en las inmediaciones del propio acuífero

como en las partes altas de la cuenca en donde se presenta la mayor recarga. Además del aprovechamiento

de las aguas superficiales otro tipo de actividades de los pobladores que deben analizarse para conocer el

impacto y las repercusiones en el acuífero son, la agricultura de temporal, la ganadería, el viverismo, la

explotación del bosque, la extracción del agua para usos agrícola, urbano e industrial, los grados de

contaminación y a la vez, las acciones que se están realizando para contrarrestar el impacto negativo.

6. Tendencias en el uso del agua en la cuenca del río Cuautla

Con base en los elementos que se han descrito en capítulos precedentes respecto a la intervención de los

actores sociales, cabe plantearse en términos de algunos escenarios, qué sucedería, en primer lugar, si se

busca maximizar la ganancia, es decir, bajo la posibilidad de favorecer la rentabilidad económica a expensas

341

de la calidad ambiental, o bien, independientemente del impacto social. En un segundo escenario, qué

sucedería en la cuenca si se pretende favorecer con el recurso hídrico al mayor número de habitantes

independientemente de obtener una rentabilidad económica con el servicio del agua e incluso en utilizar al

máximo los recursos ambientales. Y un tercer escenario en el cual se pretendiera conservar el recurso

hídrico, es decir, que la conservación de los recursos naturales sean prioritarios independientemente de la

población que dependa del agua y de la rentabilidad económica que se pudiera generar. Veamos cada

escenario posible.

6.1. Escenario de la mayor Rentabilidad Económica

Un escenario de desarrollo en la cuenca del río Cuautla bajo la prioridad de buscar la mayor ganancia

económica tendría como base fundamental la búsqueda del máximo beneficio económico “por gota de agua”

disponible. Es decir, se impulsarían acciones que permitieran generar los mayores ingresos como las

siguientes: programas de reconversión a especies y actividades más rentables por unidad de volumen de

agua requerida; aumento de ciclos de cultivo por año; incorporación de nuevas tecnologías; hacer un uso

más eficiente con sistemas sofisticados para épocas de sequía; diversificar y aumentar la manufactura rural.

Ese conjunto de acciones, y posiblemente otras de carácter complementario, tendrían como propósito último

el aumento de la riqueza regional, en donde se puede señalar que el beneficio individual es equivalente al

costo privado del recurso. No importa cuanta gente se beneficie del uso del uso del recurso, sino más bien,

generar la mayor riqueza, la cual puede tener efectos multiplicativos, sin embargo pueden producirse estratos

de población por nivel de ingresos muy diferenciado. El escenario es hacia un agotamiento del recurso. Para

hacer posible el desarrollo de este escenario se debe de fomentar la inversión, los subsidios, la investigación

tecnológica, la asistencia técnica, entre otras. Lo anterior puede esquematizarse en el cuadro 36.

Cuadro 36. Escenario de Rentabilidad Económica (a).

Acciones Reconversión a especies y actividades más rentables/gota

Consecuencias Aumento del ingreso y del consumo de bienes y servicios Mayor uso domestico y municipal de agua

Aumento de ciclos de cultivo al año Aumento del uso de agua para irrigación

Equipamiento mas sofisticado para mayor extracción/aprovechamiento individualizado Detección del déficit y conflictos en época de sequía

Dependencia de servicios y expertos externos Atracción de nueva población por inmigración Endeudamiento creciente Construcción de tanques/embalses para aumentar captación para época seca

Crecimiento y diversificación de la manufactura rural Mayor demanda de uso industrial

Aumento de la riqueza regional Beneficio individual = Costo privado

Escenario Aumento del déficit entre volumen disponible y demanda real, forzando la desviación a prioridades de consumo domestico, afectando el proceso de reconversión del agua en dinero. Justificación para la privatización (manejo por el mercado)

342

6.2. Escenario de la mayor Rentabilidad Social

Este escenario tendría como propósito fundamental buscar el máximo beneficio para el mayor número

posible de usuarios de los recursos en la cuenca, fomentando la equidad en el acceso al agua, respetar los

usos y costumbres en el manejo de recursos, fomentar la autogestión y la acción colectiva. Ello pretendería el

aumento del bienestar comunitario, es decir, interesa más la comunidad que los individuos. De no manejase

adecuadamente los recursos bajo los principios de diseño de organizaciones autogestivas, como señala

Ostrom, conduciría a lo que Harbin denominó “la tragedia de los comunes”. Ello significa que los usuarios

condujeran sus acciones a la destrucción y la degradación total del recurso porque no existe una autoridad

capaz de controlar y vigilar. El resultado del escenario sería posible déficit por conflictos y la justificación de la

intervención estatal (cuadro 37).

Cuadro 37. Escenario de Rentabilidad Social.

Acciones

Equidad de acceso al recurso para usuarios con derechos de uso (por tierra o membresía comunitaria)

Consecuencias

Tragedia de los Comunes

(Agandalle del uso y creciente # de conflictos )

Usos tradicionales respecto a cultivos y ciclos Complementariedad entre temporal y riego

Uso de autogestión y acción colectiva Equidad de asignación del agua con faenas de mantenimiento y/o pago del servicio

Abuso en el uso del agua Monitoreo limitado, requiriendo de técnicas modernas: GIS, Imagen Satelital, Equipamiento de medición parcelaria-

Aumento del bienestar comunitario

(Participación activa-en beneficios y costos)

[Beneficio social = costo social]

Escenario

Posible déficit por algunos conflictos con actores sin derechos de acceso/uso.

Justificación para estatización (manejo por el Estado)

6.3. Escenario de la mayor Rentabilidad Ambiental

Este tercer escenario tendría como propósito fundamental la conservación del recurso hídrico en la cuenca

sin importar el nivel de bienestar de la población por efecto de la rentabilidad de las actividades económicas y

también un tanto al margen, la búsqueda del mayor beneficio social por el número de usuarios que podrían

tener acceso al recurso, dentro de algunas de las acciones que se implementarían tendrían que ver con la

determinación precisa de los volúmenes históricos y de potencial por cuenca, canal y predio; determinar los

volúmenes requeridos para el aprovechamiento en cada uno de los sectores para optimizar el recurso

buscando siempre empatar la demanda con el consumo. Incluso algunas fuentes o áreas de reserva, crearlas

o fomentar las existentes para que el recurso no se degrade independientemente del uso potencial que se

podría asignar. En otros términos se caería en una posición ambientalista que antepondría la conservación

de los recursos ante el beneficio económico o social (cuadro 38).

343

¿Qué escenario es mejor o cual es peor?. Parece que lo más acertado es buscar el equilibrio entre ambos de

tal manera que se busque generar los mayores ingresos económicos posibles para un mayor número de

usuarios sin degradar los recursos, en este caso el agua, para las generaciones presentes y futuras, es decir,

propugnar por alcanzar el desarrollo sostenible a nivel de cuencas. El reto es profundizar con mayores

elementos y herramientas sobre el particular para diseñar una propuesta más elaborada de desarrollo

regional en materia de gestión del agua, y no sólo eso, sino poder incorpora todos los recursos de la cuenca.

Cuadro 38. Escenario de Rentabilidad Ambiental. Elaboración propia. 2003.

Acciones Consecuencias

Precisión del volumen histórico y potencial disponible por Cuenca, canal y predio.

Planificación del suministro.

Participación de técnicos, autoridades, regantes y usuarios.

Precisión del volumen por sector: agricultura, industria, municipal (domestico) y desperdicio por ineficiencias de distribución y uso

Negociación de reasignación por tipo de usuarios y compensación a derechohabientes

Tratamientos y estudios de calidad del agua Mejorar salud de personas, fauna y ecosistema

Objetivo principal: Empatar demanda con consumo (minimizar desperdicio por ineficiencias distributivas en la red incluyendo canales sin revestimiento)

Organización técnica y social para la distribución por reasignaciones y compensaciones.

Metas anuales de minimización del diferencial entre volumen/gasto disponible y demanda por reasignación

[actualmente se realiza en función de la fuerza del grupo]

Escenario

Incentivos a las mejores productividades por gota, por sector e individuo.

Venta de Derechos de aguas ahorradas.

(Subasta de bonos)

Subsidios cruzados para autosustentar los incentivos con la sostenibilidad del recurso.

Los subsidios cruzados se refieren a: el que aporta más, permite que los que tengan menos accedan a

recursos. El que riega mas paga más. Buscar el máximo beneficio ecológico.

Evitar todo tipo de desperdicio en el uso del recurso. Que la demanda no sea mayor que la disponibilidad, en

otras palabras, “no gastar mas de lo que tienes”.

344

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Conclusiones

En términos de las hipótesis planteadas, los resultados de la investigación corroboran que los usuarios

de riego están organizados en niveles diferenciados de autogestión y tienen capacidades de llevar a

cabo procesos para la negociación y resolución de conflictos internos y externos, de tal forma que es

posible mejorar la gestión integrada del agua en la cuenca del río Cuautla.

Es necesario fortalecer las organizaciones autogestivas y otorgar mayores capacidades para la toma de

decisiones.

El concepto de cuenca tiene una serie de connotaciones fundamentalmente de carácter geográfico

porque se hace énfasis en las dimensiones, los límites físicos a partir del parteaguas y de los sistemas

de corrientes que de ese espacio se generan, sin embargo, desde un punto de vista propio, la cuenca no

sólo es el espacio físico y geográfico, sino también el tipo de relaciones que se establecen entre los

distintos usos y usuarios, organizados o no, con capacidades de gestión distintas para competir por el

agua.

Se demuestra que se puede llegar a puntos de encuentro en torno a la búsqueda de soluciones

integrales tal como se indica con los acuerdos firmados entre actores sociales. Es necesario que los

distintos intereses entre usos y usuarios sean concertados y negociados a partir de la participación de

los actores sociales locales, de lo contrario, como se plantea la gestión integrada a partir de organismos

de representación de macrocuencas en espacios muy grandes (caso de los Consejos de Cuencas), será

más difícil generar las capacidades de los organismos y servicios que ofrece el Estado y de los propios

usuarios.

En la cuenca del río Cuautla, los usuarios de ASURCO muestran evidencias de organización y

capacidad de adoptar esquemas de negociación con otros actores sociales para resolver los conflictos.

Sin embargo, el Estado también tiene un papel que desempeñar en el ámbito de ceder y regular a la vez,

las normas de carácter general que desde el nivel local son acordadas y aceptadas.

Regular los usos de agua en la cuenca significa la concertación entre los distintos actores sociales para

hacer un aprovechamiento equilibrado del recurso hídrico con el fin de recuperar la calidad y cantidad.

También significa el respeto a las formas tradicionales de aprovechamiento del agua que le dan sustento

al sistema.

La teoría de la acción colectiva tiene su validez y aplicabilidad en espacios locales al interior de

ASURCO, por lo que se evidencia que existe organización de la Asociación y capacidades de interactuar

y establecer negociaciones con otros actores sociales para la resolución de conflictos. Sin embargo, se

requiere de la conjunción y determinación de otros actores sociales para aumentar y propiciar mayores

345

capacidades de tal manera que se faculte la autoridad suficiente para intervenir y mejorar la gestión del

agua en la cuenca.

La consolidación interna como organización autogestiva se presenta en los espacios locales más

reducidos, por ejemplo a nivel de campo de riego o bien de comunidad, posteriormente se hace más

complicada la autogestión entre comunidades, y finalmente en el nivel mayor como ASURCO en su

conjunto (de 4500 usuarios). En esa misma medida la intervención del estado también presenta cierta

correspondencia; en los espacios de mayor autogestión, existe menor presencia del Estado.

La regulación de los usos del agua en la cuenca es un proceso complejo que requiere de la intervención

y colaboración consensuada entre los distintos actores sociales. El fortalecimiento de los organismos

formales para tratar la complejidad del sistema de la cuenca del Balsas, deberá tener su base en la

creación de organismos locales. En la cuenca del río Cuautla es indispensable el reconocimiento a la

institucionalidad de los actores con sus reglas escritas y no escritas, a partir de las cuales es factible la

formalización de pequeñas entidades de cuenca (una especie de consejo de cuenca microlocal). Es

necesario analizar la intervención concreta de cada uno de los actores sociales en el aprovechamiento

del agua para llegar a acuerdos y por tanto, minimizar los conflictos. Los casos prioritarios en los cuales

es necesario intervenir para la regulación en el aprovechamiento del agua, son: cultivo de berro,

viveristas, piperos, tenería, ayuntamientos y la normativa sobre aprovechamiento de achololes.

La metodología de investigación empleada demuestra la validez del enfoque sociológico y

particularmente etnográfico, para profundizar en el conocimiento de los actores sociales como eje rector

del desarrollo y del ordenamiento territorial participativo en la búsqueda de una mejor gestión integrada

del agua.

Recomendaciones

Elaborar el padrón de usuarios del agua para realizar el balance en la cuenca e identificar riesgos y

acciones tendientes a mantener o recuperar el equilibrio.

Fomentar el tratamiento y re-uso de las aguas residuales utilizadas en la ciudad y la industria

Conformar un comité de canales generales afectados por la ausencia de saneamiento, vertido de aguas

residuales y en general la calidad de agua para riego en el río Cuautla y barrancas.

Gestión por parte de ASURCO ante la CNA, con autoridades municipales de Cuautla, Villa de Ayala,

Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del volcán y Atlatlahucan, y otras instancias del gobierno federal y estatal

para mejorar la calidad del agua y saneamiento del río Cuautla y barrancas.

346

Los acuerdos escritos y no escritos entre usuarios del agua para mantener y operar los sistemas de riego

deberán tener prioridad sobre cualquier iniciativa legal.

Para garantizar la entrega de agua a los canales generales que reciben agua proveniente de las dos

zonas de manantiales es indispensable la conservación en cantidad y calidad de las fuentes de

abastecimiento.

Fomentar las Juntas de Canal General como instancia que permita optimizar los recursos para la

operación, mantenimiento, administración y distribución del agua entre los ejidos o pequeña propiedad,

usuarios de un mismo canal.

Formar comités de usuarios de las aguas de las zonas de manantiales (Las Tazas y Los Sabinos) con la

finalidad de recuperar y conservar la calidad y cantidad del agua.

Definir esquemas de compensación cuando se trate de transferencias de agua de un sector a otro. Con

ello pueden minimizarse conflictos generados como en el caso de los usuarios del canal general

Casasano Grande a raíz de la perforación del pozo El Calvario, realizado por el SOAPS del

Ayuntamiento de Cuautla.

Para el caso de los productores de berro es necesario que se incorporen a un padrón de usuarios del

agua con carácter de precaristas, en donde la regulación directa esté bajo la responsabilidad de

ASURCO. Es conveniente que los productores de berro sean identificados plenamente para un

adecuado control, que se admitan cuotas para el mantenimiento de la infraestructura y que se respeten

los tiempos de aprovechamiento del agua en la zona federal según los acuerdos firmados entre ambas

asociaciones desde 1993. Incluso es factible y conveniente revisar para rectificar o en su caso ratificar

las especificidades de los acuerdos firmados.

En cuanto a los viveristas, si bien es cierto que la actividad tiene una gran impacto económico regional,

también es necesario que la autoridad competente (CNA) intervenga para identificar la magnitud en la

extracción de los volúmenes de agua ya que en un corto o mediano plazo puede tener repercusiones

significativas en el abatimiento del nivel freático del agua en la zona, lo cual posibilita una mayor

competencia y conflictos por el recurso entre distintos actores sociales.

347

BIBLIOGRAFÍA

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Entrevistados citados Archundia, Antonio (2001) [Propietario viverista, Cuautlixco. (55 años) Arrieta M. Juan. 2001. propietario de camión “pipa”. Ejido de Cuautlixco, Cuautla, Mor. (38 años). Balbuena Lagunes Alejandro. 2001. Avecindado del Área Natural Protegida. Cuautla, Mor. (52 años). Chávez Carlos (2001) [usuario de riego Puxtla, (55 años)] Flores Espino Bernardo. Presidente del comisariado ejidal de Cuautlixco. Cuautla, Mor. Flores Zúñiga Guillermo. Expresidente del Comité Directivo de ASURCO. García M. Sixto. 20001. Presidente del Comisariado ejidal de Tetela del Volcán, Mor. Genis, M. Evaristo. 2002. Presidente de la mesa directiva de ASURCO. (32 años) Lara Hernández J. Trinidad, Ing. Ingeniero en jefe del Distrito de Riego 016. Estado de Morelos. Medellín, C. Rogaciano. 2002. Expresidente del consejo de vigilancia de ASURCO. (50 años). Morales Mejía Evodio (2001) [Usuario de riego, Apatlaco (67 años). Pérez Jiménez Gilberto. 2001. Secretario del Presidente Municipal de Tetela del Volcán, Mor. (36 años) Rosas Velasco Crispín. Aforador. 54 años. Torres Salgado Manuel Martín. 2002. Gerente Técnico de ASURCO. (34 años). Esteban Flores Reyna (2001). Usuario Las Tasas. 70 años. Marino, J. Armando. Productor de plantas de ornato. Cuautla, Mor. 74 años. Nabor H. Jaime. Tesorero del Comisariado ejidal de Cuautlixco, Cuautla, Mor. 78 años. Equipo de investigación: Jacinta Palerm Viqueira, Benito Rodríguez Haros, Elvia López Pacheco, Carlos Cháirez, Claudio Ávalos, Luz del Carmen Morán, Ricardo Osorio, María de Lourdes Hernández Rodríguez, Laura Edith Sánchez Almaraz, José Luis Pimentel Equihua, José Hermenegildo Valdivinos Ayala y Diana Sánchez.