monitoreo y evaluación de la función ejecutiva en la república del ecuador

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0 Monitoreo y Evaluación de la Función Ejecutiva en la República del Ecuador Efrén Guerrero Salgado y Ernesto Velasco Sánchez 1. Introducción El presente texto analizará los antecedentes, el funcionamiento, y el panorama general de los mecanismos de planeación, seguimiento y evaluación que existen en el Gobierno Nacional del Ecuador. En el país se ha registrado un importante desarrollo de métodos y herramientas, particularmente en la planeación y el seguimiento a programas y proyectos. Si bien existe la necesidad, cómo en varios países latinoamericanos, de consolidar el régimen de monitoreo y evaluación, a partir de un mayor grado de armonización de los esfuerzos metodológicos y las plataformas tecnológicas desarrolladas hasta ahora, falta aún camino por recorrer en el proceso de institucionalización del seguimiento y, sobre todo, de la evaluación. Se busca demostrar que, como resultado del contexto político actual, en el Ecuador se vive un proceso de activación del Estado, que incluye la dotación de mayores grados de institucionalidad a la administración pública, por medio de, entre otras estrategias, el establecimiento de diferentes mecanismos de planeación, monitoreo y evaluación de la acción pública. En este contexto, se han consolidado las normas y diferentes sistemas de planeación, monitoreo y evaluación. El objetivo del presente trabajo es revisar los logros obtenidos hasta ahora, así como los principales retos que persisten en esta materia, para lo cual se tratarán los siguientes temas: a) el contexto histórico político actual del Ecuador; b) la descripción de los diferentes sistemas existentes; y c) la situación actual de la operación de los diferentes sistemas de planeación, monitoreo y evaluación en operación. Además, se ofrecen d) comentarios sobre la dirección que podrían tomar los esfuerzos futuros de fortalecimiento del monitoreo y la evaluación. Esto lo haremos a partir de un marco analítico que se presenta a continuación. 2. Marco Analítico En este texto, se entiende el monitoreo como una función orientada a informar a los gerentes y a los principales actores interesados sobre el progreso alcanzado por una intervención (política, programa o proyecto) en curso, mientras que la evaluación se refiere a la valoración sistemática y objetiva de una intervención, señalando la adecuación de su diseño, implementación y resultados (Kusek y Rist, 2004: 12). Para analizar la situación actual del monitoreo y la evaluación (M&E) en el Ecuador, se presenta un marco analítico inspirado en la propuesta de Colin Talbot (2010) que platea estudiar los regímenes de desempeño en el sector público. En este caso, habláramos de régimen de monitoreo y evaluación. Por régimen entenderemos un entramado de instituciones y metodología, es decir, se refiere a dos aspectos: 1. Contexto institucional: se refiere a los actores que están involucrados en actividades de monitoreo y evaluación en el gobierno nacional (en este caso de Ecuador). De manera más concreta, se refiere a quién tiene la autoridad para realizar revisiones del desempeño o evaluaciones de las actividades de las unidades administrativas o programas, así como aquellos que están obligados a someterse a dichos ejercicios o a colaborar con los mismos. Esto puede ocurrir entre diferentes instancias del gobierno nacional o puede contar con la participación de otros poderes del Estado (por ejemplo, órganos superiores de fiscalización, el poder legislativo, etc.). En este sentido, las definiciones normativas son de especial importancia, en particular para conocer en qué medida los esfuerzos de M&E se encuentran adecuadamente anclados o institucionalizados. En términos más específicos, se trata de identificar los siguientes actores:

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Monitoreo y Evaluación de la Función Ejecutiva en la República del Ecuador

Efrén Guerrero Salgado y Ernesto Velasco Sánchez

1. Introducción

El presente texto analizará los antecedentes, el funcionamiento, y el panorama general de los

mecanismos de planeación, seguimiento y evaluación que existen en el Gobierno Nacional del Ecuador.

En el país se ha registrado un importante desarrollo de métodos y herramientas, particularmente en la

planeación y el seguimiento a programas y proyectos. Si bien existe la necesidad, cómo en varios países

latinoamericanos, de consolidar el régimen de monitoreo y evaluación, a partir de un mayor grado de

armonización de los esfuerzos metodológicos y las plataformas tecnológicas desarrolladas hasta ahora,

falta aún camino por recorrer en el proceso de institucionalización del seguimiento y, sobre todo, de la

evaluación. Se busca demostrar que, como resultado del contexto político actual, en el Ecuador se vive

un proceso de activación del Estado, que incluye la dotación de mayores grados de institucionalidad a la

administración pública, por medio de, entre otras estrategias, el establecimiento de diferentes

mecanismos de planeación, monitoreo y evaluación de la acción pública. En este contexto, se han

consolidado las normas y diferentes sistemas de planeación, monitoreo y evaluación.

El objetivo del presente trabajo es revisar los logros obtenidos hasta ahora, así como los principales

retos que persisten en esta materia, para lo cual se tratarán los siguientes temas: a) el contexto histórico

político actual del Ecuador; b) la descripción de los diferentes sistemas existentes; y c) la situación actual

de la operación de los diferentes sistemas de planeación, monitoreo y evaluación en operación. Además,

se ofrecen d) comentarios sobre la dirección que podrían tomar los esfuerzos futuros de fortalecimiento

del monitoreo y la evaluación. Esto lo haremos a partir de un marco analítico que se presenta a

continuación.

2. Marco Analítico

En este texto, se entiende el monitoreo como una función orientada a informar a los gerentes y a

los principales actores interesados sobre el progreso alcanzado por una intervención (política, programa

o proyecto) en curso, mientras que la evaluación se refiere a la valoración sistemática y objetiva de una

intervención, señalando la adecuación de su diseño, implementación y resultados (Kusek y Rist, 2004:

12). Para analizar la situación actual del monitoreo y la evaluación (M&E) en el Ecuador, se presenta un

marco analítico inspirado en la propuesta de Colin Talbot (2010) que platea estudiar los regímenes de

desempeño en el sector público. En este caso, habláramos de régimen de monitoreo y evaluación. Por

régimen entenderemos un entramado de instituciones y metodología, es decir, se refiere a dos aspectos:

1. Contexto institucional: se refiere a los actores que están involucrados en actividades de monitoreo

y evaluación en el gobierno nacional (en este caso de Ecuador). De manera más concreta, se

refiere a quién tiene la autoridad para realizar revisiones del desempeño o evaluaciones de las

actividades de las unidades administrativas o programas, así como aquellos que están obligados

a someterse a dichos ejercicios o a colaborar con los mismos. Esto puede ocurrir entre diferentes

instancias del gobierno nacional o puede contar con la participación de otros poderes del Estado

(por ejemplo, órganos superiores de fiscalización, el poder legislativo, etc.). En este sentido, las

definiciones normativas son de especial importancia, en particular para conocer en qué medida

los esfuerzos de M&E se encuentran adecuadamente anclados o institucionalizados. En términos

más específicos, se trata de identificar los siguientes actores:

1

a. Los “reguladores”: unidades administrativas, dentro o fuera del gobierno, que tienen

facultades formales o informales para hacer escrutinio respecto del desempeño de otras

unidades administrativas.

b. Los “obligados” a generar cierta información o a aplicar ciertas metodologías de M&E.

c. Usuarios de la información generada, tanto aquellos con responsabilidad de toma de

decisiones con facultades de control político (legislativo), como actores no

gubernamentales que generan esquemas de rendición de cuentas desde la sociedad civil,

entre otros.

Adicionalmente, Talbot propone recuperar una tipología de tipos de intervención propuesta por

Hood que incluye los siguientes cuatro elementos:

a. Nodalidad: se refiere a contar con la capacidad de obligar a compilar cierta información

y entregarla a cierta unidad que centraliza el análisis y la redistribución o publicación de

dichos datos.

b. Autoridad: se refiere a la capacidad para obligar a las unidades a realizar ciertas acciones,

como son el generar reportes de cumplimiento de estándares o el ordenar la introducción

de esquemas semicontractuales en ciertas áreas de prestación de servicio, etc.

c. Financiamiento: se refiere a la capacidad para otorgar o retener recursos con base en los

comportamientos o desempeño mostrado por las unidades administrativas.

d. Organización: en este caso, esto se vincula con la capacidad para controlar y organizar los

recursos de otra unidad, particularmente el personal. En este sentido, los esfuerzos por

introducir nuevas formas de gobierno corporativo dentro del gobierno (Aguilar, 2013) o

los proyectos de fortalecimiento de capacidades, se corresponden con esta estrategia.

2. Instrumentos o metodologías específicas que se utilizan: se refiere a las técnicas concretas que se

utilizan en la conducción de los ejercicios de monitoreo y evaluación. En el caso del monitoreo,

esto puede referirse a la generación de esquemas de gestión estratégica, uso de sistemas de

indicadores construidos con metodologías específicas (metodología de marco lógico, balance

scorecard, entre otros), así como los enfoques y los métodos de evaluación utilizados

(evaluaciones formativas, ex post, cualitativas, cuantitativas, mixtas, etc.).

Las anteriores son herramientas que pueden ser utilizadas de manera combinada, alrededor de

ciertas técnicas o metodologías particulares. Ahora bien, la aplicación de cada uno de estos enfoques

genera retos que el régimen de M&E debe manejar para lograr ser eficaz. En el caso del monitoreo, estos

retos han sido ampliamente estudiados en la literatura (véase la excelente síntesis de Radnor, 2011), entre

los que destacan los siguientes: 1) cuando existen complicaciones para medir el desempeño; 2) cuando

el uso de herramientas de monitoreo (particularmente generación de información sobre el desempeño)

genera comportamientos negativos en los funcionarios; y 3) cuando la publicación de la información

ocurre en un momento que puede afectar el rendimiento al fomentar actitudes de extrema precaución, es

decir, de aversión al riesgo. En la Tabla No. 1 se incluyen ejemplos para cada uno de estos retos.

Por su parte, en el caso de la evaluación, el reto es lograr evaluaciones de calidad, por lo que de

acuerdo con Heider (2010) se requiere asegurar el apego a tres principios básicos: la independencia de la

evaluación frente a las unidades o programas evaluados; la credibilidad del evaluador en términos de su

capacidad o solidez técnica, la transparencia de su metodología y la imparcialidad de sus valoraciones;

y la utilidad de los ejercicios de evaluación para el mejoramiento de la toma de decisiones. En este último

caso, el adecuado diseño de los objetivos que persigue la evaluación (intención), el que los resultados se

publiquen oportunamente y que se dé acceso a los mismos a los tomadores de decisiones clave son

elementos indispensables. A partir de estos principios es que cabría esperar que la evaluación cumpla

con su doble objetivo de fomentar la mejora continua de las acciones (aprendizaje) y el dar cuenta de los

logros, fortalezas y debilidades de las intervenciones gubernamentales.

2

Finalmente, es útil recuperar el esquema que presentan Van Dooren, Bouckaert y Halligan (2010)

que distingue dos formas de uso de la información derivada del monitoreo y la evaluación:

Vínculo estrecho: se refiere a un vínculo automático o inmediato entre la información de

proveniente de las actividades de M&E y el juicio o decisión respecto a si se ha alcanzado

el objetivo previamente establecido.

Vínculo laxo: se refiere a que entre la información de desempeño y el juicio existe un

espacio de intercambio, de diálogo y discusión, antes de que se tome una decisión o se

emita un juicio definitivo.

A lo anterior los autores agregan el impacto que pude tener el juicio emitido sobre la organización

valorada (p. 102):

Alto impacto: se refiere a consecuencias graves como, por ejemplo, la aplicación de

fuertes recortes al presupuesto a aquellas organizaciones que no muestren un nivel de

resultados adecuado.

Bajo impacto; se refiere a consecuencias limitadas como son la distribución de

información exclusivamente dentro de la propia organización o su uso con carácter más

bien retórico (Weiss, 1998).

Así, el uso de la información generada por los sistemas de M&E puede afectar de manera directa la

forma en que se califica el desempeño de las organizaciones de manera individual así como la severidad

de las consecuencias derivadas de dicha valoración. Este esquema analítico no debe interpretarse de

manera normativa, es decir, no se considera que mayores grados de vinculación o de impacto sean

mejores. Se trata de categorías descriptivas, presentando cada combinación ventajas y desventajas. Por

ejemplo, sistemas de vínculos estrechos y alto impacto pueden generar desmotivación y hasta

inconformidad entre los responsables de los programas o proyectos sometidos a valoración. A partir de

lo anterior, podemos decir que a lo largo del ciclo de la política pública, la presencia de definiciones

institucionales y el uso de ciertas herramientas de M&E pueden generar efectos sobre el desempeño de

las políticas, programas o proyectos del gobierno. La magnitud de dichos efectos es resultado de la

interacción compleja entre factores institucionales y humanos, así como de la situación política,

económica y social bajo las que trabajan las organizaciones gubernamentales.

3. Entorno sociopolítico y antecedentes

Este apartado describe el contexto social, económico y político en el que se llevaron a cabo la

construcción de los diferentes sistemas relacionados con las funciones de monitoreo y evaluación en el

Ecuador. Para esto, hay que tener en cuenta el desarrollo del sistema político hasta el año 2007, fecha de

inicio del gobierno liderado por el partido Patria Altiva i Soberana (sic.) (PAIS). En particular, se

entiende que la reforma del Estado implica una transformación de una parte del sistema político que

puede tener implicaciones en términos de la configuración de intereses dentro de la estructura estatal y

la sociedad en general.

La República del Ecuador, tiene una complicada trayectoria de inestabilidad política producto de

transformaciones sucedidas en un lapso muy breve. (Menéndez-Carrión, 1988: 196). Durante la mayor

parte del siglo XX, los partidos políticos fueron grupos conformados de manera coyuntural,

representantes de las élites de las dos ciudades más importantes, Guayaquil y Quito, quienes generaban

su plataforma política como manifestación de intereses determinados. Eso generó que sectores de la

3

sociedad ecuatoriana quedaran excluidos de la dinámica política y de la influencia de la acción estatal,

ya que la actividad estatal se centro en torno a esos polos de desarrollo (Entrevista 9). Esto, sumado a la

falta de concreción de un proyecto nacional condujo a reiterados ciclos de interrupción del proceso

democrático en el país. Tras la última transición a la democracia (década de 1980), los partidos políticos

se entramparon en una competencia por acaparar el poder político que condujo a una democracia

centrífuga. A esto se añade la crisis estructural del sistema económico, provocada por la deuda externa,

contraída con la banca multilateral y la caída de los precios del petróleo, que redujo de manera

catastrófica la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, aumentó los niveles de desigualdad y condujo al

descalabro institucional del país (Schuldt, 1994). Para la década de 1990, los elevados niveles de deuda

pública y los bajos precios del petróleo obligaron a emprender acciones de reducción del tamaño del

Estado y de desregulación. Esta circunstancia coincidió, como fue una tendencia en Latinoamérica, con

elevados niveles de corrupción política, pérdida de capacidad estatal para imponer su autoridad a nivel

nacional, y el aumento de los índices de miseria en los quintiles de ingreso más bajos de la población

(Reid, 2009). Estas circunstancias generaron los siguientes resultados negativos: una crisis institucional y

económica, con altos niveles de descomposición del tejido social. Al menos 7% de la población

ecuatoriana se desplazó al exterior, o el equivalente 20% de la población económica del país migró,

especialmente a España, Italia y los Estados Unidos (FLACSO ECUADOR-UNFPA, 2008); y se

suscitaron tres golpes de estado, cívicos y militares: 1997, en contra de Abdalá Bucaram; 2001, contra

Jamil Mahuad y 2005, con la caída de Lucio Gutiérrez. Todo este escenario de conflicto generó un

abandono completo de la capacidad estatal para satisfacer las necesidades ciudadanas, y un aumento de

los niveles de conflicto social y violencia (ICG, 2007: 33).

En ese contexto, el líder de Alianza País, Rafael Correa, inició su protagonismo político como

Ministro de Economía del gobierno de Alfredo Palacio, quien fuera presidente interino luego de la

revuelta popular que expulsó a Lucio Gutiérrez en 2005 (Rodríguez Chavez, 2011: 2-4). Esto coincide

con la generación de una masa crítica en el año 2006, entre académicos e intelectuales, aglutinados como

un movimiento de signo político de izquierda (Hernández, 2011: 132). Estos actores surgen de dos

vertientes: los miembros de diferentes grupos que hicieron oposición durante las décadas de 1980 y 1990

al neoliberalismo (movimientos urbano populares e indígenas); y, los elementos provenientes de la

socialdemocracia (Barrera, 2008: 121-125). La unión de estos grupos formó Alianza País, y creó las

condiciones para que Correa, que tuvo una fuerte presencia mediática en el Ministerio de Economía, por

su discurso crítico frente a la banca multilateral, decida candidatearse a la presidencia de la República.

Sorpresivamente, Correa logra vencer al candidato ganador de la primera vuelta de las elecciones del

2007, Álvaro Noboa, uno de los empresarios más prósperos del país. En aquellas elecciones, Correa logró

57% de la votación, uno de los mejores resultados de la historia ecuatoriana para una sola formación

política. Entre los factores que contribuyeron a este éxito, destacan el proceso de resistencia a los

procesos neoliberales, así como su imagen de candidato “de izquierda”, su imagen de académico y

conocedor de la Economía.

Al momento, el Presidente Correa cuenta con los niveles de aceptación más amplios en

Latinoamérica (Campos, 2013), además de gran apoyo popular en sucesivas elecciones. Con la confianza

de contar con tal nivel de respaldo, se instituyó una amplia reforma del Estado, bajo un discurso de

cambio de la estructura estatal. Un primer hito fue la aprobación en 2008 de una nueva constitución (la

Constitución de Montecristi) que asigna un rol protagónico al Estado en la conducción política,

económica, social y ambiental del país, a otorgar a la función Ejecutiva amplios espacios de decisión y

facultades que algunos han llegado a comparar con la centralización el poder ocurrida en la transición de

la IV a la V República francesa: un Ejecutivo con facultades regulatorias fortalecidas, con un poder

legislativo más débil, adicionado con un fuerte control político por parte del partido gobernante

4

(Entrevista 9). En cuanto a la administración pública, el diagnóstico oficial respecto a la situación de la

rama ejecutiva era la siguiente:

Allí [en la estructura institucional de la Función Ejecutiva] se constata la incoherencia y la

debilidad en la coordinación de las intervenciones públicas; el carácter rígidamente sectorial, de la mayoría

de los ministerios y secretarías; el recorte de las capacidades estatales de planificación; la nula

institucionalización de espacios diseñados para la deliberación y la articulación entre las entidades claves

de la Función Ejecutiva; y, la fragmentación y la segmentación en la conducción de la agenda pública.

[…] El funcionamiento del poder ejecutivo se ha derivado, sobre todo, de la voluntad y la capacidad de

los gobiernos en turno para dar respuestas, más o menos arbitrarias y coyunturales, al surgimiento de

nuevas problemáticas públicas, a la capacidad de presión corporativa de ciertos grupos sociales y a las

exigencias de las instituciones financieras internacionales. (SENPLADES, 2009: 37).

El primero de los “Ejes de democratización del Estado” definidos por el nuevo gobierno, se refiere

a “recuperar las facultades del Estado de rectoría, planificación, regulación y control” (SENPLADES,

2009: 33). A partir de lo anterior, se inició un esfuerzo de reforma de la gestión pública, inspirada tanto

en las ideas de la Nueva Gestión Pública (NGP) (particularmente su corriente gerencialista, véase

Aucoin, 1990, Hood, 1991 y Kettle, 200)1, como en construcciones filosóficas interculturales y en una

concepción del desarrollo alejada del llamado neoliberalismo, considerado fallido (Walsh, 2010). Este

esfuerzo ha roto años de reducción del tamaño del Estado y de precarización del papel gubernamental en

la vida nacional, transitándose hacia políticas públicas más activas y a un modelo de coordinación

intergubernamental que pretende dar sostenibilidad y efectividad a la acción pública. Todo esto frente a

un pasado caracterizado por la volatilidad y la reactividad de las decisiones gubernamentales,

determinadas por una serie de actores con capacidad de veto (Mejía Acosta et al., 2007).

El Ecuador ha puesto un gran énfasis en el establecimiento de un sistema de planeación nacional

robusto, a lo que han seguido esfuerzos por establecer vínculos más fuertes con los procesos de

presupuestación, monitoreo y evaluación, que aún no han logrado concretarse (Rodríguez, 2013). En un

clima de crisis económica, en materia de planeación se estableció por decreto presidencial el Sistema

Nacional de Planificación en materia económica y social, que daba cuerpo a lo establecido en la

Constitución de 1988, haciendo sus orientaciones de carácter obligatorio para todas las instancias del

sector público. Para 2003, bajo la presidencia de Lucio Gutiérrez, se creó la Secretaría de Diálogo Social

y Planificación, que tendría una vida efímera, ya que al año siguiente, se fusionó con la Oficina de

Planificación de la Presidencia de la República (ODEPLAN) para dar lugar a la Secretaría Nacional de

Planificación y Desarrollo (SENPLADES). Esta Secretaría tendría el propósito de lograr una mejor

coordinación de los procesos de planificación de proyectos, programas y acciones, entre todos los niveles

1 La NGP es un movimiento de reforma que se integra por dos vertientes: la primera, la llamada marketización del

sector público, se refiere a la introducción de mecanismos de mercado o de la simulación de competencia en el sector público.

La segunda, el gerencialismo, que se entiende como la introducción de formas post-burocráticas de organización en el sector

público, frecuentemente bajo la influencia de experiencias del sector privado. La NGP se ha convertido en un fenómeno

interesante al aparecer, normalmente en combinaciones eclécticas, en una gran diversidad de países y bajo gobiernos de

diferente signo político. En particular, la vertiente gerencialista ha sido adoptada en países tan disímbolos como Cuba Nueva

Zelanda, Gran Bretaña, Noruega, Australia, Estados Unidos, China, Corea del Sur, India, Tanzania, Ghana, Sudáfrica, Chile,

Brasil, México, entre otros. Es común equiparar a la NGP con el neoliberalismo (que es “una ideología basada en la libertad

individual y el gobierno limitado que conecta la libertad humana con las acciones en el mercado del actor racional e

interesado” (Jones, 2012, p. 2), que no reconoce legitimidad a las intervenciones estatales que no se dirijan a proteger dicha

libertad), lo que es impreciso tanto en términos temporales (la corriente de redimensionamiento del Estado aparece a finales

de la década de 1970, mientras que las reformas de carácter más decididamente NGP son de los años 1990) como conceptuales.

La NGP es una respuesta a los límites del modelo redimensionador o de Estado mínimo, al percatarse las élites político-

administrativas de que muchas funciones estatales no podían ser privatizadas y que eran esenciales para la continuidad de la

vida en común, aunque se enfrentaran creciente demandas de mejorarlas en su eficiencia y calidad. Sobre esto véase Aguilar,

2006 y Velasco Sánchez, 2009.

5

del gobierno Sin embargo, la inestabilidad política impidió que se avanzara en este sentido (Calderón

Flores, 2013: 23-24). Los avances en términos de seguimiento y evaluación fueron tímidos durante los

últimos años del siglo XX, permaneciendo la dispersión de los esfuerzos.

Por otra parte, desde 2003 se remitieron informes trimestrales de autoevaluación de los Programas

Operativos Anuales (POA), dado que la Ley Orgánica de Responsabilidad, Estabilización y

Transparencia Fiscal determinaba que el monitoreo y la evaluación del plan plurianual del gobierno

correspondían tanto al Ministerio de Economía como al “organismo técnico encargado de la planificación

nacional” (que a partir de 2004 es SENPLADES). Por otra parte, se establecieron las bases de Sistema

de Administración y de Gestión Financiera (SIGEF) que tenía el objetivo de consolidar el manejo del

presupuesto y darle mayores grados de transparencia, lo que sin duda facilitó le seguimiento del gasto,

pero poco ayudó a conocer el valor de los resultados obtenidos. Finalmente, también se tiene registro de

la realización de diversos ejercicios de evaluación de impacto, particularmente en el caso de programas

de educación, salud y nutrición, cuyo listado se presenta en la Tabla 2. Por desgracia se trató de

evaluaciones esporádicas, fundamentalmente auspiciadas por organismos internacionales.

En un “Diagnóstico de Capacidades de las Estructuras de Planificación y Seguimiento y

Evaluación” desarrollado por SENPLADES en 2008, se identificaron problemas como que la mitad de

los ministerios estudiados no contaban con mecanismos de seguimiento y evaluación, y que en esa misma

proporción se carecía de una política de rendición de cuentas; la escasa participación de las unidades

territoriales en dichos procesos; las carencias de capacitación y la alta rotación de personal; la falta de

recursos tecnológicos para compensar la dispersión geográfica; y, la carencia de metodologías e

instrumentos homogéneos (SENPLADES, 2012: 11).

4. Características de los sistemas existentes

La nueva Constitución estableció la creación del Sistema Nacional Descentralizado de

Planificación Participativa (SNDPP), que cuenta con un Consejo Nacional de Planificación 2 y es

coordinado por SENPLADES (2013). Bajo este sistema se elabora el Plan Nacional para el Buen Vivir

(PNBV). Estos planes, de los que se han elaborado los correspondientes a 2009-2013 y 2013-2017,

establecen los objetivos de mediano plazo del gobierno en materia social, señalando metas, indicadores

y responsables de su ejecución. Se ha establecido una jerarquía de niveles de planeación, en el que los

objetivos de carácter general para el conjunto del gobierno, desprendidos del PNBV, se incorporan en

los planes estratégicos sectoriales, las agendas sectoriales y los programas nacionales transversales,

mientras que los planes institucionales y operativos anuales justamente definen --dentro de cada

institución-- las acciones u operaciones a realizar de manera alineada con los objetivos superiores. Se ha

desarrollado un Sistema Integrado de Planificación (SIPLAN) que busca asegurar el alineamiento de la

planeación de cada institución con los contenidos del PNBV y guiar la elaboración de programas y

proyectos que permitan lograr los objetivos nacionales, sectoriales e institucionales (SENPLADES,

2013: 25).

De acuerdo con la normatividad existente, el monitoreo y la evaluación involucran a dos

organismos: a) la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) que, según el Código

Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas en el art. 17, elaborará los instructivos metodológicos

para la formulación, el monitoreo y la evaluación de las políticas públicas nacionales y sectoriales; y, b)

la Secretaria Nacional de la Administración Pública (SNAP) que asesora y asiste al Presidente/a de la

República para la adopción y ejecución de las políticas generales de Estado y que, de acuerdo con el

Reglamento General de la Ley Orgánica del Servicio Público, es responsable de determinar las políticas,

2 Este Consejo es presidido por el Presidente de la República, y está integrado por la SENPLADES, cuatro

representantes de los Gobiernos Autónomos Descentralizados, siete de la función ejecutiva, cuatro representantes de la

sociedad civil y la presidenta o el presidente del Consejo de Educación Superior.

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la metodología de gestión institucional y las herramientas para la mejora continua de la eficacia de la

administración pública.

La SENPLADES es responsable de dar seguimiento al avance del PNBV para lo que se está

consolidando un Sistema Nacional de Información (SNI), definido como: “conjunto organizado de

elementos que permiten la interacción de actores con el objeto de acceder, recoger, almacenar y

transformar datos en información relevante para la planificación del desarrollo y las finanzas públicas”

(Art.33 Código de Planificación y Finanzas Públicas). Este sistema se orienta a concentrar en una sola

herramienta toda la información contenida en las diferentes plataformas del gobierno, en particular

aquellas de carácter económico y social, aunque no exclusivamente. Este sistema, junto con otros como

el Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador (SIISE), permite valorar el logro de los

objetivos incorporados en el PNBV. También se ha implantado el Sistema de Inversión Pública

(integrado con el SIPLAN), que tiene como objetivo el mejorar la recopilación de información sobre los

proyectos de inversión pública, de manera que sea posible dar seguimiento a aquellos prioritarios o

emblemáticos, así como elaborar el Plan Plurianual de Inversiones Públicas.

En el caso del gasto público, el Ministerio de Finanzas cuenta con el Sistema de Gestión

Financiera en línea (e-SIGEF), con antecedentes desde 1994, cuyo propósito es facilitar la elaboración

de un presupuesto que es resultado de la planificación de corto y mediano plazos de las instituciones,

realizar la programación de la ejecución del presupuesto y dar seguimiento al ejercicio del gasto. Si bien

se ha tratado de avanzar hacia un presupuesto con base en resultados, éste sistema aún no integra

plenamente el componente de monitoreo y la evaluación de resultados e impactos (Reinoso Navarro,

2011: 32).

En cuanto al monitoreo operativo, el sistema con el que se cuenta es el sistema de Gobierno por

Resultados (GPR) definido como “un conjunto de conceptos, metodologías y herramientas [que] permite

orientar las acciones del Gobierno y sus instituciones al cumplimiento de objetivos nacionales y

resultados concretos” 3 . En 2009, se plantearon como objetivos: implantar una metodología que

permitiera la creación de mapas estratégicos, indicadores, metas, proyectos y procesos, con base en una

herramienta informática en línea. En noviembre de 2010 se publicó el Decreto Ejecutivo 5554 que ordena

la implementación del Proyecto Gobierno Por Resultados (GPR) en todas las instituciones de la

Administración Pública Central, Institucional y dependiente de la Función Ejecutiva, bajo la

responsabilidad de la SNAP5. La Norma Técnica de Implementación y Operación de la Metodología de

Gobierno por Resultados, establece en su artículo 1, que su objeto es permitir a la Función Ejecutiva,

realizar la implementación, asegurar la continuidad y operación de la metodología y herramienta de

gobierno por resultados, para lo que establece diferentes lineamientos a los que deben apegarse las

organizaciones de la administración pública central ecuatoriana. Esto generó el mecanismo de

articulación detallado en el Gráfico 4. El GPR se concentra en dar seguimiento a los avances de las

acciones del gobierno (proyectos, programas y servicios). Durante la implantación del GPR, se realizaron

talleres para los equipos operativos, desde nivel de directores de área, hasta la Presidencia, para generar

objetivos, actividades, metas e indicadores. Para darle sustentabilidad al proceso, se capacitaron y

certificaron 30 consultores internos y 500 especialistas en GPR (E-strategia, 2011: 17). La plataforma

3 La metodología y sistema del GPR fue originalmente ideado por una empresa consultora mexicana que lo aplicó en diferentes

gobiernos estatales mexicanos, así como en algunas organizaciones del gobierno federal y algunas empresas estatales, como,

por ejemplo, Petróleos Mexicanos y la Comisión Nacional del Agua. 4 El Decreto Ejecutivo No. 555, publicado en el Registro Oficial Suplemento No. 331 de 30 de noviembre de 2010, dispone

la implementación del Proyecto Gobierno Por Resultados en todas las instituciones de la Administración Pública Central,

Institucional y dependiente de la Función Ejecutiva, a cargo de la Secretaría Nacional de la Administración Pública, y en la

Disposición General Segunda se dispone que la Secretaría Nacional de la Administración Pública determinará los lineamientos

generales mediante los cuales se implementará el Proyecto GPR, los cuales serán de obligatorio cumplimiento. 5 El GPR contiene módulos que permiten realizar otras tareas más allá del seguimiento de los programas y proyectos de las

instituciones, entre ellas, la gestión de recursos humanos y de la planeación y dirección de los proyectos según estándares de

buenas prácticas internacionales.

7

web del GPR permite a los organismos de nivel superior supervisar, en tiempo real, el cumplimiento de

los indicadores de nivel inferior, y a éstos el poder visibilizar el nivel de cumplimiento de las diferentes

actividades previstas anualmente.

Ahora bien, adicionalmente al seguimiento operativo realizado por la SNAP, existen otras

instancias del gobierno con facultades de seguimiento en distintas materias, a saber, el Gabinete de

Gestión Estratégica, los ministerios coordinadores, los ministerios sectoriales, la SENPLADES y los

consejos nacionales. En el caso de la evaluación, se incluye prácticamente al mismo conjunto diverso de

instituciones. La SENPLADES tiene responsabilidad en el seguimiento y la evaluación del cumplimiento

del Plan Nacional del Buen Vivir. Adicionalmente, existen organizaciones especializadas en la

evaluación de determinados temas o servicios, como es el Instituto Nacional de Evaluación Educativa,

creado en 2012 para dar cumplimiento a la Ley Orgánica de Educación Intercultural, y el Consejo de

Evaluación Acreditación y Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior, cuya existencia se

desprende de la Ley Orgánica de Educación Superior. Lo anterior da muestra de la dispersión

institucional de las funciones de seguimiento y la evaluación en el Ecuador como lo muestra el Gráfico

1.

5. Operación del sistema De acuerdo con el artículo 3 del Decreto Ejecutivo 878 emitido en 2008, SENPLADES debe

realizar el seguimiento y elaborar estudios para evaluar el impacto de los planes, los programas y los

proyectos, por medio de la creación de un Subsistema de Seguimiento y Evaluación. Este subsistema aún

está en construcción, aunque se han elaborado documentos conceptuales y se está trabajando en la

elaboración de la normatividad requerida. Sin embargo, han existido avances como, por ejemplo, la

consolidación del sistema de evaluación del PNBV, lo que permite dar seguimiento al cumplimiento de

sus metas, así como la planeación para el levantamiento de información socio-económica relevante por

parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Entrevista 4).

También se han desarrollado metodologías para el monitoreo de proyectos: se realiza un

seguimiento al avance físico y presupuestario de los proyectos en general (levantamiento semestral) y,

se da atención especial a los proyectos “emblemáticos”, ya sea por el monto de recursos que tienen

destinados o por su contribución a los objetivos del PNBV (levantamiento trimestral) (Entrevista 5). La

información correspondiente se incluye en el portal del SIN, e incluye la posibilidad de que el público

acceda a las cámaras web instaladas en los diferentes proyectos para poder ver el avance en tiempo real.

Esto último pensado tanto como una vía de transparencia como para empoderar a los ciudadanos y que

se “apropien” de las obras (Entrevista 6). Actualmente han tenido problemas en cuanto a realizar el

seguimiento de algunos proyectos que tienen tiempo de haber sido diseñados y no cuentan con marcos

lógicos adecuados, además de que la calidad de los indicadores aún es muy desigual (Entrevistas 2 y 4).

Además, se está diseñando un sistema de seguimiento y evaluación de políticas públicas, que cubra más

aspectos y que sea confiable, dado que en la actualidad es difícil en muchos casos establecer el vínculo

entre los resultados de los proyectos y los efectos de las políticas y, en última instancia, el grado de

contribución de los mismos a los objetivos nacionales (Entrevista 6).

Respecto al GPR, se han tenido resultados importantes, entre ellos, el haber incorporado a un

gran y diverso número de organizaciones en 18 meses, la publicación de la norma técnica que

institucionalizó su funcionamiento, y el que el sistema contenga cientos de planes y objetivos en una sola

plataforma disponible para apoyar la toma de decisiones en diferentes niveles (Entrevista 7). El Decreto

Ejecutivo 726, de abril de 2011, determinó la creación de Coordinaciones Generales de Gestión

Estratégica en todos los Ministerios y Secretarías Nacionales, así como en las entidades adscritas y las

Empresas Públicas, encargadas de realizar las tareas de planeación, reporte y actualización requeridas en

el GPR, bajo la coordinación y aprobación de SNAP y SENPLADES en sus ámbitos de autoridad (SNAP,

s.a.: 5). En general, el sistema funciona de acuerdo con el ciclo predeterminado. Como se puede ver en

8

la ¡Error! No se encuentra el origen de la referencia., se realizan talleres con las unidades para

elaborar su planeación institucional y operativa, lo que genera compromisos que se cargan en el sistema

del GPR; posteriormente, se debe llenar la información sobre avances de manera trimestral de manera

que puedan generarse los semáforos y detectar desviaciones; finalmente, al concluir el ejercicio anual, se

revisan los logros y se somete a consideración de las diferentes instancias los cambios propuestos a los

compromisos para el año siguiente (Entrevista 7).

Importante también ha sido la introducción de un esquema de remuneración variable en el sistema

de cuadros directivos del Estado, donde un porcentaje de la paga de los funcionarios se realiza con base

en los resultados mostrados por el GPR (Entrevistas 1 y 7). Este sistema tiene un alto valor para el

Ejecutivo, al punto de que las audiencias privadas de Ministros con el Presidente sólo pueden autorizarse

con el cumplimiento de 80% del sistema. Finalmente, a partir del 2013 se ha incorporado al GPR un

módulo de supervisión de los proyectos de manera que instancias como los gobernadores pueden ahora

conocer el estado de la ejecución física y financiera de los proyectos, de manera que pueden realizar

consultas a los ministerios responsables sobre problemas detectados (Entrevista 7). Esto genera un ciclo

de gestión que puede consultarse en el Gráfico 4.

Aun así, se reconoce que es muy pronto para considerar que el GPR ha logrado generar una

cultura de los resultados en la administración pública ecuatoriana (Entrevista 7). Varios entrevistados

señalaron una tendencia a la burocratización del GPR (Entrevistas 3, 4, 5 y 8), expresada en que se

definen metas poco retadoras, que las actualizaciones se hacen para lograr semáforos en verde por lo que

la información es poco confiable, la falta de incorporación del sistema en la toma de decisiones, al no

realizarse las reuniones de análisis correspondientes (denominados “cuartos de guerra” en los manuales

GPR), y la falta de interés de los mandos superiores que delegan las tareas relacionadas al GPR y sólo

“acordarse de él” unos días antes de la fecha límite para cargar las actualizaciones(Entrevistas 3 y 5). En

algunos casos la definición de indicadores ha generado nuevas actividades que están orientadas

fundamentalmente a dar cumplimiento del semáforo del sistema, sin que tengan valor agregado real

(Entrevista 3). Una causa de lo anterior ha sido la alta rotación de personal, que ha impedido conservar

el conocimiento de la herramienta (Entrevistas 1, 4 y 7) y el que se han hecho pocas rondas de

reforzamiento de la importancia del sistema para lograr la apropiación por parte de los funcionarios

(Entrevista 3).

En términos de la armonización de los diferentes sistemas de monitoreo y evaluación, el problema

central es la dificultad de coordinación entre las instancias involucradas (SNAP, SENPLADES y

Ministerio de Finanzas), ya que cada una cuenta con plataformas tecnológicas y metodologías

independientes. En principio los ámbitos de cada una están claros, pero en la práctica existen muchas

áreas grises. Por otra parte, la falta de profesionales del seguimiento y de la evaluación es un problema

que impide una mejor calidad en la planeación así como en la información generada (Entrevista 8). Por

ejemplo, es frecuente que los funcionarios tengan dificultades para determinar la diferencia entre los

resultados de gestión y aquellos de tipo estratégico (en particular, los efectos e impactos de las

intervenciones), por lo que se tiende a reportar la misma información en todos los niveles, siendo

predominantemente referida a procesos o actividades (Entrevistas 2 y 8). Otro reto es la calidad de la

información de los archivos administrativos, que es muy desigual, en particular con referencia a los

Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) (Entrevista 2).

Finalmente, SENPLADES ha acrecentado su nivel de actividad respecto de la realización de

evaluaciones, sirviendo como una unidad de consultoría dentro del gobierno, cuyos reportes son de

consumo interno y, por tanto, no se han dado a conocer al público en general. Debe señalarse que los

mismos han sido elaborados a partir de peticiones de las instancias operadoras de las acciones o de la

propia Presidencia, pero no se derivan de un proceso de planeación de mediano plazo (Entrevistas 2, 4 y

6). Estos ejercicios se enlistan y explican en la Tabla 4. Si bien la realización de evaluaciones es una

función que es ejercida por los Ministerios responsables de los programas, se han firmado convenios para

crear Comités Técnicos de Evaluación (CTE), que tienen el objetivo de acompañar el desarrollo de las

9

evaluaciones y emitir opinión sobre los productos entregados por los evaluadores. Cada CTE está

conformado por un Presidente (delegado de la Subsecretaria de Seguimiento y Evaluación), un Secretario

(Coordinador Técnico – Administrativo), y 2 delegados del Ministerio que tiene a cargo el programa o

proyecto a evaluarse (Titular y Suplente). Además, se quiere incorporar en SENPLADES una dirección

encargada exclusivamente del tema de la evaluación.

Quedan como retos, además de la mencionada carencia de expertos en la materia, el lograr contar

con una normatividad que permita una mejor coordinación de las evaluaciones, como sería el tener un

Plan Anual de Evaluaciones. Aún se tiene limitada experiencia en cuanto a la evaluación de impacto y

no se ha logrado normar una tipología de otros enfoques de evaluación, de manera que se pueda asegurar

su calidad. El mayor reto es lograr generar una cultura de la evaluación que permita eliminar el recelo

que los funcionarios sienten ante ese tipo de ejercicios y su consecuente falta de voluntad de cooperación

(Barrera, 2013).

Finalmente, existe un panorama dispar respecto a la participación ciudadana. Si bien la

planificación nacional incluye un proceso de consulta a diferentes sectores de la sociedad, en otros niveles

de la planificación, el seguimiento y la evaluación, cada vez es menos frecuente que el gobierno considere

los ejercicios de evaluación realizados desde la sociedad civil en materia ambiental, por ejemplo

(Bouckaert, 2011) . Existen portales como el SNI que son de acceso al público, mientras que otros son

sólo parcialmente accesibles, como es el caso del SIGOB. En el caso del GPR, se está trabajando para

que se cuente con un portal ciudadano, que permita a cualquier persona que cuente con número de cédula

de identidad ecuatoriana entrar al sistema a verificar el avance en el cumplimiento de metas. Las

evaluaciones realizadas por SENPLADES son en su mayoría insumos internos para la toma de decisiones

y aún no se ha adoptado la política de hacerlas públicas por medio de, por ejemplo, la página de internet

de la Secretaría.

En los próximos años, los miembros de la administración pública ecuatoriana señalan la

necesidad de continuar el esfuerzo por constituir un sistema presupuestario con base en resultados que

integre, en una sola plataforma y con metodologías conciliadas, la planeación, el seguimiento y la

evaluación, por medio de la armonización de los sistemas existentes que ahora funcionan de manera

independiente y no necesariamente complementaria (Entrevistas 2, 3, 4, y 7). Esto, sin embargo,

implicará trasformaciones profundas de las rutinas existentes en la actualidad, por lo que es un proceso

que llevará tiempo consolidar. En cuanto al seguimiento operativo realizado por medio del GPR, se tiene

planeado crear un módulo de visualización para los ciudadanos, como ya se mencionó, además de

modificaciones a la norma técnica para, por ejemplo, crear un visor para los ministerios coordinadores,

e incorporar a los distritos dentro del sistema (Entrevista 7). Respecto de la evaluación, se ha enfocado

en fortalecer las normas existentes para asegurar que se considere la evaluación desde el inicio de los

programas y proyectos (asignando para tal fin recursos presupuestales) así como para incluir a los GAD

dentro de los sistemas de seguimiento para mejorar la calidad de información que generan, entre otros

aspectos (Entrevista 2).

6. Discusión y conclusiones

La construcción de capacidades y sistemas para el monitoreo y la evaluación en el Ecuador

presenta avances importantes así como asuntos sobre los que aún es necesario trabajar más. El régimen

de monitoreo y evaluación presenta un desarrollo disparejo, tanto en términos de las instituciones como

en el de las herramientas. Con respecto al contexto institucional, es evidente un fortalecimiento de la

capacidad de coordinación dentro del gobierno, en línea con el ambicioso proyecto político del Presidente

Correa. Ejemplo de esto es el establecimiento de mecanismos de coordinación de políticas públicas

sectoriales y trasversales por medio de la consolidación de Secretarías Nacionales, Ministerios

Coordinadores y Ministerios Sectoriales. Esto tiene importancia dado que dos de este tipo de instancias,

10

la SNAP y la SENPLADES tienen funciones “reguladoras”, es decir, ejercen autoridad en materia de

monitoreo y evaluación de manera transversal a toda la función ejecutiva. En el caso de SENPLADES,

es responsable de establecer los lineamientos para la planeación nacional y sectorial, además de aprobar

los programas y proyectos de inversión elaborados por los diferentes ministerios. La SNAP, por su parte,

cuanta con la atribución legal para establecer las formas de monitoreo y evaluación de la gestión pública.

En ambos casos todas las entidades de la función ejecutiva están obligadas a generar y presentar cierta

información sobre sus actividades. Ahora bien, en el caso de la evaluación de políticas, ésta se realiza

principalmente a partir de un esfuerzo de compilación de estadísticas económicas y sociales, integradas

en plataformas como el SIN y el SIISE, en este caso la SENPLADES actúa como punto nodal, al tener

la atribución de concentrar la información y distribuirla para que sea un insumo a lo largo del proceso de

planeación del desarrollo (artículo 31, Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas). El usuario

principal de la información generada es, en este caso, el Consejo Nacional de Planificación que debe

conocer los resultados de la evaluación anual del Plan Nacional de Desarrollo, aunque también se envía

dicho informe a la Asamblea Nacional. Menos claro es el marco institucional de la evaluación de

programas: mientras que existe un marco normativo muy desarrollado y minucioso respecto al monitoreo

operativo o de desempeño de los planes estratégicos institucionales, los programas y los procesos por

medio del GPR, no se cuenta con un desarrollo similar en el caso de las atribuciones de SENPLADES,

como se ha señalado antes, para valorar el impacto de los mismos, así como la contribución que cada una

de las intervenciones hacen al logro de los objetivos del PNBV. Al no contarse con una política de

evaluación de programas y proyectos, la SENPLADES desarrolla evaluaciones puntuales a solicitud de

ciertas instancias, fungiendo como una consultoría interna del gobierno. Sobre esto se regresará más

adelante.

Con respecto a los usuarios de la información generada por los distintos mecanismos de

monitoreo y evaluación, estos varían dependiendo de cada uno de los sistemas existentes. Ya se señaló

que la evaluación del PNBV tiene como usuarios principales a los miembros del Consejo Nacional de

Planificación. En el caso del monitoreo operativo, los usuarios de la información de GPR son tanto los

mandos de cada una de las organizaciones encargadas de desarrollar programas o proyectos, así como

los gobernadores y el propio Presidente de la República. Se está también reforzando la estructura visores

del GPR para integrar a los ministerios coordinadores y al público en general. En el caso de la evaluación

de políticas o programas, como se mencionó, los principales usuarios son los responsables de los

programas evaluados o la Presidencia de la República, que son los actores que solicitan la elaboración

de los estudios de evaluación a SENPLADES. Nuevamente, como se dijo con anterioridad, los informes

de evaluación no son hechos públicos de manera proactiva, por lo que su uso queda limitado a los entes

mencionados.

En suma, respecto al contexto institucional, son evidentes importantes avances en la

institucionalización de las funciones de planeación (incluida la evaluación del PNBV) y seguimiento

operativo (basado en el GPR). En buena medida el acelerado avance en este sentido se debe al fuerte

respaldo político con el que se ha contado, en la medida en que el gobierno del presidente Correa ha

fomentado la recuperación de las capacidades del Estado para llevar adelante su visión de reforma de la

sociedad bajo una fuerte conducción gubernamental. Muestra de esto es la consolidación tanto de la

SENPLADES y de la SNAP, así como la adopción de normas para asegurar el adecuado funcionamiento

del Sistema Nacional Descentralizado de Planificación Participativa.6 En este sentido, parece existir

plena congruencia entre la ambiciosa agenda política del gobierno y el desarrollo de las bases

institucionales para fortalecer la conducción del aparato público. Sin embargo, el este impulso no ha sido

de la misma magnitud en el caso de la evaluación de programas y proyectos, que hasta ahora parece

desarticulada y esporádica. En este sentido, un informante señaló:

6 Los esfuerzos que permiten elaborar y dar seguimiento al Plan Nacional del Buen Vivir y que han sido reconocidos

por ejercicios como el desarrollado por el Banco Interamericano de Desarrollo (García López, 2010).

11

Recién estamos tratando un poco de mirar esa parte, el sistema de seguimiento y evaluación de la política

pública… Estamos en la fase de construcción y de elaboración del sistema, entonces en este momento […]

no tenemos un sistema como tal de seguimiento a la política pública como está planteado y estamos

iniciando su formulación (Entrevista 6).

Finalmente, la participación de variadas instancias en actividades de monitoreo y evaluación, de

diferentes tipos y alcances, ha generado diversas áreas grises que generan roces y problemas de

coordinación entre ellas. Por ejemplo, es frecuente que existan tensiones entre las SNAP, la

SENPLADES y el Ministerio de Finanzas respecto al alcance de sus diferentes mandatos respecto a las

actividades de seguimiento y evaluación (Entrevistas 2, 4, 7 y 8). Esto sin contar con que existen otras

instancias que también realizan este tipo de acciones. Es previsible que en el futuro este tipo de problemas

se manejen a partir de la introducción de un esquema de presupuestación con base en resultados que está

en construcción en la actualidad y en que se prevé la participación coordinada de SNAP, SENPLADES

y el Ministerio de Finanzas (Entrevista 2).

Respecto al segundo elemento del régimen de monitoreo y evaluación, referido a las técnicas o

herramientas específicas utilizadas, la descripción presentada con anterioridad identifica tres grandes

sistemas de información, a saber, el Sistema Integrado de Planeación e Inversión, el e-SIGEF y el GPR.

Mientras que los dos primeros son desarrollos propios y que son la conclusión de un esfuerzo sostenido

durante varios años, el GPR se basa en un modelo comercial, inspirados en los modelos de Cuadro

Integral de Mando y Mapas Estratégicos de Norton y Kaplan7. Estos tres sistemas se han desarrollado de

manera separada y operan aún de manera independiente, a pesar de que desde hace algunos años se han

hecho esfuerzos por armonizarlos:

Estos tres sistemas […] en realidad trabajaban cada uno por su lado y en este momento lo que se está

buscando es hacer una integración de estos tres sistemas, que por un lado definamos el tema de la

planificación, el presupuesto, [que] la presupuestación permita operativizar esa planificación y que

permita medir tanto resultados, impactos y la gestión […] y en generar un solo sistema. Como te comento,

creo que a partir del año anterior y con mucho más énfasis en éste año las tres instituciones [SNAP,

SEMPLADES y el Ministerio de Finanzas] están tratando de consolidar en un solo sistema, que todo esto

permita tener resultados, digamos articulados y que se pueda ver una articulación del presupuesto

(Entrevista 6).

Estos tres pilares del monitoreo y la evaluación tienen grados de avance importante. Por ejemplo,

la generación de un sistema de seguimiento operativo, el GPR, que representa un ejercicio destacable en

la región pues integra a todas las instancias de la función Ejecutiva, algo que no es frecuente lograr ni

siquiera en países con grados de avance superiores en materia de monitoreo y evaluación. Dicho sistema

ha tenido tal aceptación, que otros gobiernos latinoamericanos, como el de Honduras, ha decidido

estudiarlo para valorar su adopción.

Nuevamente, sin embargo, en el caso de la evaluación aún no se ha logrado consolidar un

Programa de Evaluación o un catálogo de tipos de evaluación (como los que tiene Chile y México), en

que se establezcan los momentos, criterios y metodologías aceptables para la realización de evaluaciones

de programas y proyectos. Si bien existen varios ejercicios de elaboración de líneas de base y el diseño

y realización de evaluaciones de impacto de intervenciones específicas en ciertas localidades, estás

siguen a la demanda de información por parte de los responsables de los programas o proyectos, y no a

una política de evaluación de largo plazo. Como se mencionó anteriormente, la carencia de expertos ha

7 El cuadro integral de mando (Balanced Scorecard) y los mapas estratégicos fueron originalmente diseñados para

facilitar la gestión estratégica y la alineación de las empresas a partir de considerar otros elementos aparte de los financieros

para valorar el desempeño, aunque fueron rápidamente adaptadas para ser aplicadas en organizaciones pública y sin fines de

lucro. Al respecto, véase Kaplan (2010) y Monahan (2001).

12

limitado la posibilidad de ampliar el número de ejercicios evaluativos, así como ampliar los tipos de

metodologías a utilizarse:

[P]or el momento la directriz… fue la de generar capacidades dentro la propia SENPLADES. […] Nos

concentramos en temas de capacitación para seguimiento y evaluación para nuestra propia gente aquí en

la Subsecretaría de Seguimiento y Evaluación, tuvimos algunas evaluaciones pero más por métodos de

análisis de datos, no tanto de evaluación, porque como te digo no hay mucha capacidad todavía generada

en el país. [Esto] como un primer acercamiento hacia las evaluaciones, por eso hemos en esto momento

concentrado las capacitaciones a nuestro propio personal (Entrevista 4).

Con referencia a los retos planteados por el monitoreo, se han hecho esfuerzos por lograr que la

definición de indicadores y metas sea cada vez mejor, aunque se reconoce que esto ha sido un proceso

lento, debido a que las personas aún no están acostumbradas a trabajar a partir de la definición y el

seguimiento de indicadores, así como por las altas tasas de rotación del personal, lo que impide generar

una capacidad institucionalizada (Entrevistas 1, 7 y 8). En cuanto a las dificultades de definición de

indicadores, dentro del sistema se han incorporado programas que entregan bienes intangibles como la

seguridad pública o la gestión política. Sin embargo, algunos informantes señalaron que es frecuente que

se prefieran indicadores de proceso más que de impacto, tanto por razones de dificultad de medición

como por facilitar el control sobre el cumplimiento de metas (Calderón Flores de Válgaz 2010, 26 y

entrevistas 2 y 8). Finalmente, respecto a las distorsiones del comportamiento de los funcionarios a partir

de la introducción de mecanismos de monitoreo, si bien no es posible analizar esto con los datos a los

que los autores tuvimos acceso, sí recabamos opiniones respecto a que no se hace un uso cotidiano de la

información para tomar decisiones, que existen problemas de capacitación para la definición de

indicadores pertinentes, que se suelen establecer metas poco ambiciosas o que se genera actividad e

información con miras a cumplir con los requisitos de sistema, sin que cambien en el fondo las prácticas

(Entrevistas 2, 3, 4, 5 y 8). La calidad de la información continúa siendo un problema de origen, en la

medida que asuntos como el manejo de archivos en los gobierno locales, por ejemplo, no cumple con

estándares que garanticen su fácil consulta, resguardo y veracidad (Entrevistas 2, 4 y 8).

Respecto a si el régimen actual de monitoreo y evaluación garantizan que la evaluación se apegue

a los principios de independencia, credibilidad y utilidad, la imagen es desigual. En cuanto a la

independencia, en principio ésta estaría garantizada al ser SENPLADES la instancia encargada de la

evaluación, que está separada de la operación de los programas y proyectos. Sin embargo, tal

independencia puede verse disminuída en la medida en que la definición de qué intervenciones se van a

evaluar y bajo qué enfoques depende de las necesidades de los encargados de los programas o de los

responsables de tomar decisiones. Adicionalmente, en tanto los CTE sólo cuentan con representación

paritaria de SENPLADES y del Ministerio encargado del programa o proyecto a evaluarse, es de

esperarse que el diseño y seguimiento de los ejercicios de evaluación resulten de una negociación entre

la Secretaría mencionada y los responsables de operativos de las intervenciones a ser valoradas. Ya

hemos señalado repetidamente las dificultades existentes para el desarrollo de metodologías robustas,

particularmente debidas a la falta de capacidades dentro del sector público. Por último, en el tema de la

utilización, el hecho de que la definición de las evaluaciones se realice a partir de las necesidades de los

propios tomadores de decisiones, esto eleva las posibilidades de que la información generada sea

considerada para la mejora de los proyectos y programas. Sin embargo, estos ejercicios tienen poca

utilidad en términos de rendición de cuentas en la medida en que no son de carácter público.

Finalmente, en cuanto a si existe una estrecha vinculación entre la información derivada de las

actividades de monitoreo y evaluación y los juicios sobre el desempeño, así como sobre el impacto de

esos juicios sobre las organizaciones y personas responsables de las políticas, programas y proyectos,

podemos decir que tenemos también una situación desigual. Por ejemplo, en el caso del GPR, se tienen

claramente especificadas las responsabilidades respecto a la operación del sistema (llenado de

13

información, asistencia a reuniones, confidencialidad de información, etc.) y se indica que su

incumplimiento generará sanciones de carácter administrativo (artículo 33 de la Norma de

Implementación y Operación de Gobiernos Por Resultados). Sin embargo, no se especifican

consecuencias respecto al incumplimiento de los compromisos de desempeño (metas) establecidas en el

sistema. Los manuales del GPR señalan que las organizaciones deben discutir la información del

desempeño en reuniones de valoración periódicas donde se tomen decisiones para atender las

desviaciones detectadas (E-Strategy Consulting Group, 2014). Esto hablaría de un vínculo laxo entre

información y las decisiones. Sin embargo, la introducción de la compensación variable estrecha el

vínculo entre información (alcance de metas) y acción (asignación de estímulos), generando un más alto

impacto sobre el funcionario en lo individual. Los entrevistados también han señalado que en algunos

casos se ha llegado a la remoción de funcionarios por no cumplir con sus metas, lo que sería un paso más

en la dirección señalada (Entrevistas 3 y 9). Menos claros son los vínculos entre el seguimiento a los

objetivos del PNBV y de la evaluación, dado que la normatividad es menos precisa al respecto, no se

señalan posibles consecuencias derivadas del incumplimiento de las metas del PNBV8, ni se establecen

mecanismos de seguimiento posterior sobre el uso dado a la información de las evaluaciones. Se puede

conjeturar que la razón de estos niveles diferenciados de vinculación e impacto se desprenden de que es

más fácil establecer responsabilidades a nivel de la gestión de los programas y proyectos, que a nivel de

los impactos de las políticas, donde existen muchos factores intervinientes que generan problemas de

atribución. También se puede explicar lo anterior desde un punto de vista político, señalando nuevamente

la prioridad que se ha dado a fortalecer la capacidad de conducción del Ejecutivo, sin que se haya tenido

un impulso similar respecto de la evaluación de la acción pública.

A partir de lo anterior, es claro que se han tenido mayores avances con respecto al monitoreo

operativo o seguimiento de la gestión de programas y proyectos. En este sentido, es posible señalar el

grado de avance alcanzado a partir de recurrir a la propuesta de Bouckaert y Halligan que establece cinco

niveles de desarrollo o integración de los sistemas de gestión del desempeño: el primero, denominado

tradicional, es caracterizado por una definición poco sistematizada de objetivos de rendimiento, esto es,

las expectativas sobre el desempeño pueden estar definidas de manera muy genérica y existen pocas

mediciones que permitan conocer los logros alcanzados. El segundo nivel, que denominan

administración de desempeño, se trata de uno en que se espera algún compromiso explícito de medición

y de rendimiento, pero se aplica de manera dispar entre distintas unidades y existe la tendencia a tratar a

la medición del desempeño como un procedimiento administrativo más, generándose alguna información

referente, sobre todo, a insumos y procesos. El tercero, la gestión de “desempeños”, se refiere a la

creación de sistemas más sofisticados, pero centrados en las diferentes funciones del gobierno, por lo que

no están consolidados en una única plataforma. El siguiente nivel, que ellos denominan gestión de

desempeño, ya muestra la integración de un solo sistema, consistente y coherente, aunque inflexible y,

por eso mismo, poco estable en el tiempo. Para terminar, gobernanza del desempeño se caracteriza por

un sistema integrado pero más flexible y que incluye amplio uso social de su información (Bouckaert &

Halligan, 2011). Con base en esta categorización, podemos decir que en el caso ecuatoriano se acerca al

segundo y tercer tipos, en la medida en que aún presenta una visión formalista del seguimiento y la

evaluación, pero con sistemas cada vez más desarrollados para las funciones de planeación, seguimiento

de proyectos, seguimiento operativo, ejercicio del gasto, etc., pero sin que estén armonizados.

8 El Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas señala en el artículo 180 que “El incumplimiento de las

obligaciones previstas en este código y/o en las normas técnicas, observando el procedimiento previsto en la legislación que

regula el servicio público, serán sancionadas con una multa de hasta dos remuneraciones mensuales unificadas del respectivo

funcionario o servidor responsable, o con su destitución si el incumplimiento obedece a negligencia grave, sin perjuicio de

las responsabilidades civiles y/o penales a que hubiere lugar”. En el artículo 181 determina una multa de hasta tres

remuneraciones mensuales a los funcionarios que incumplan con el envío de información, pero no menciona consecuencias

en el caso de incumplimiento de metas.

14

Entre las lecciones aprendidas está la importancia de que exista un impulso del alto liderazgo del

gobierno, pues gracias a esto es posible tener avances importantes en poco tiempo, asegurando la

colaboración de los distintos actores involucrados. También está el crear normas que anclen los diferentes

esfuerzos, permitiendo su institucionalización o rutinización, por medio de incentivos positivos y

negativos. Es evidente que los avances serán más grandes en la medida en que lo que ofrezca cada sistema

como valor agregado esté en sintonía con la agenda política del gobierno. Al mismo tiempo, es importante

contar con una visión amplia de la dirección que se quiere seguir en materia de seguimiento y evaluación,

pues existe la tendencia a generar metodologías y plataformas tecnológicas que, si bien pueden ser

aceptablemente robustas en lo individual, no permiten integrarse y apoyar una toma de decisiones a nivel

de políticas públicas. También es de destacarse el papel central que deben jugar los esfuerzos de

desarrollo de capacidades, dado que la falta de profesionales formados en los temas de seguimiento y

evaluación, así como la alta rotación de personal, afectan de manera muy importante las posibilidades de

éxito o de consolidación de las diferentes metodologías y plataformas anteriormente analizadas.

Como retos al futuro, además de los anteriormente mencionados, destacan dos. Por una parte, es

muy importante establecer conexiones más claras entre los sistemas existentes, de carácter

fundamentalmente administrativo, con los procesos de transparencia y de rendición de cuentas. Si bien

se pretende involucrar a la población en el seguimiento del avance de obras públicas, aún falta abrir la

información que se está recopilando, de manera que sea posible hacer valoraciones más integrales del

desempeño gubernamental. Asimismo, en la actualidad no existe una clara conexión con los procesos de

rendición de cuentas y presupuestación a cargo de la función legislativa y, sobre todo, de la función de

Transparencia y Control Social (definida por la Constitución del 2008). Es decir, el reto es asegurar que

exista un debate mejor informado sobre el actuar del gobierno, bajo el principio de máxima publicidad

de la información generada y sistematizada por los mencionados sistemas de seguimiento y evaluación.

Por otra parte, y en conexión con lo anterior, es una agenda pendiente el fortalecer el papel de la

sociedad civil organizada y de la academia en el seguimiento y la evaluación de las acciones del gobierno.

Si bien ha sido importante la recuperación de la voluntad y la capacidad de conducción de las políticas

por parte del sector gubernamental, esto no se ha acompañado por un esfuerzo de las mismas dimensiones

para promover el acompañamiento y la participación efectiva de las organizaciones no gubernamentales

o de las instituciones de investigación y educación superior. En este sentido, será importante integrar a

la sociedad civil de manera formal o institucional en el diseño y la operación de los sistemas

mencionados, de manera que sea posible contar con voces independientes que aseguren contar con

análisis y evaluaciones confiables, pertinentes y de valor público.

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Entrevistas

Entrevista 1: consultor de e-Strategia Consulting Andes (03 25, 2014), entrevista por Ernesto Velasco.

Entrevista 2: fucionario del área de seguimiento y evaluación, SENPLADES (03 25, 2014), entrevista

por Ernesto Velasco.

Entrevista 3: ex funcionario del Minsiterio del Interior (02 09, 2014), entrevista por Efrén Guerrero y

Ernesto Velasco.

Entrevista 4: funcionaro del área de evaluación SENPLADES (febrero 27, 2014), entrevista por Ernesto

Velasco Sanchez.

18

Entrevista 5: funcionario Secretaría Nacional de Gestión Política (01 10, 2014), Ministerio del Interior,

entrevista por Efrén Guerrero y Ernesto Velasco.

Entrevista 6: funcionario del area de calidad, SNAP (09 01, 2014), entrevista por Efrén Guerrero y

Ernesto Velasco.

Entrevista 7: funcionario del área de seguimiento e inversiónes SENPLADES (03 18, 2014) entrevista

por Ernesto Velasco.

Entrevista 8: funcinaria de la Escuela de Gobierno y Administración Pública, Instituto de Altos Estudios

Nacionales (02 10, 2014), entrevista por Efrén Guerrero y Ernesto Velasco.

Entrevista 9: miembro del Director del Centro de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad

Católica del Ecuador (01 20, 2014), entrevista por Efrén Guerrero y Ernesto Velasco..

8. Reseña Biográfica

Efrén Ernesto Guerrero Salgado

(Quito, 1982) Licenciado en Ciencias Jurídicas y Abogado (PUCE). Máster en Protección de Derechos

Humanos (Universidad de Alcalá). Máster Oficial en Gobierno y Administración Pública (Instituto

Ortega y Gasset, Madrid). Profesor agregado en la Facultad de Jurisprudencia de la Pontificia

Universidad Católica del Ecuador. Doctorando en Gobierno y Administración Pública (Universidad

Complutense de Madrid). Diplomático en Servicio Pasivo. Ex Director de Gestión de Conflictos

(Ministerio del Interior, Ecuador). Líneas de especialización: Calidad de la Democracia, Conflictividad

Social, Interacciones Política Pública - Derechos Humanos.

Ernesto Velasco Sánchez

(Ciudad de México, 1976). Es candidato a doctor en Gobierno y Administración Pública por la

Universidad Complutense de Madrid, maestro en gestión pública por la Universidad de Birmingham y

licenciado en Administración Pública por El Colegio de México. Ha sido consultor en proyectos del

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, el Programa de Naciones Unidas

para el Desarrollo y del Banco Interamericano de Desarrollo, entre otras instituciones. Actualmente es

Director General de Cívicus, Consultores en Gestión Pública y Social, S.C. Ha impartido cátedra en El

Colegio de México, la Universidad Iberoamericana, la Escuela de Administración Pública del Distrito

Federal, el Colegio de la Defensa y el Instituto Nacional de Administración Pública. Cuenta con más de

una decena de publicaciones sobre gestión pública y social, entre las que destacan: Ernesto Velasco

Sánchez y Pablo Coss Flores; y Violeta Pallavicini, Fortalecimiento del Alto Gobierno para el diseño,

conducción y evaluación de políticas públicas. Informes nacionales: México y Costa Rica, Caracas,

CLAD, 2013, Ernesto Velasco Sánchez, Gestión Pública y Rendición de cuentas: ¿Un enfoque basado

en cumplimiento a uno basado en resultados?, México, Secretaría de la Función Pública, 2011; Ernesto

Velasco Sánchez, Gestión Estratégica. México, Escuela de Administración Pública del Distrito Federal

- Siglo XXI, Biblioteca Básica de Administración Pública, 2011.

9. Cuadros, Tablas y Gráficos

Tabla 1. Retos en el análisis metodológico de los sistemas de Evaluación

Reto Ejemplos

1) cuando existen

complicaciones para medir

el desempeño

Servicios como la diplomacia o la seguridad nacional son difíciles de medir.

Existen programas, servicios y unidades que persiguen múltiples objetivos, en

ocasiones contradictorios.

19

2) cuando el uso de

herramientas de monitoreo

genera comportamientos

negativos en los

funcionarios

Las organizaciones se centran en aquellos aspectos que se miden y reportan,

dejando de lado otros que pueden ser igual de importantes.

Los funcionarios enfocan sus esfuerzos en las poblaciones, casos o individuos

que mayores repercusiones tienen para el resultado del desempeño medido,

dedicando poca atención al resto.

Se recurre a la simulación de resultados.

3) cuando la introducción de

mecanismos de monitoreo

entra en tensión con los

valores o intereses de las

profesiones dentro de la

función pública.

Los miembros de ciertas profesiones o gremios no reconocen legitimidad a la

valoración que no se haga por parte de sus propios pares.

Los mecanismos de monitoreo o evaluación no consideran e incluso

desincentivan los aspectos “suaves” de la relación entre profesionales y grupos

tratados que puede ser clave en la calidad del servicio.

4) cuando la publicación de

la información ocurre en un

momento que puede afectar

el rendimiento.

La publicación de los objetivos “ex ante” puede generar incentivos a fijar metas

fáciles de alcanzar.

La información sobre desempeño se publica al mismo tiempo que las

actividades se realizan, generándose cargas administrativas importantes.

La información sobre el desempeño se publica una vez concluidas las

actividades o al finalizar el año fiscal, por lo que puede no ser oportuna para

detectar desviaciones.

Elaboración propia con base en Ernesto Velasco, “¿Puede la nueva gestión pública fortalecer la transparencia

gubernamental?: el caso de la gestión del desempeño” en Revista de Gestión Pública, Vol. II No., 2, en prensa.

Tabla 2. Evaluaciones de impacto, 2001-2005

Fuente: (SEMPLADES s.a., 10).

Tabla 3. Estudios, diseños metodológicos, levantamientos y evaluaciones realizadas por

SENPLADES, 2007-2014

Estudio Descripción del programa a evaluar Objetivos del estudio

Levantamiento, verificación y

depuración de datos de los

beneficiarios del bono de la

vivienda 2007-2010 (vivienda

rural y urbano marginal)

Es un programa a cargo del MIDUVI (Ministerio

de Desarrollo Urbano y Vivienda), mediante el

cual se otorgó una ayuda económica a familias

ecuatorianas para la compra o mejora de la

vivienda, todo esto gracias a un bono de hasta

USD 5,000,00 por beneficiario para la compra de

Levantamiento, verificación y depuración de

datos de los beneficiarios del bono de la

vivienda 2007-2010 (vivienda rural y urbano

marginal)

20

Diseño metodológico

evaluación de impacto de los

bonos de la vivienda

una vivienda nueva o alternativamente USD

1,500,00 para mejoras

Elaboración del diseño metodológico para la

evaluación de impacto de los bonos de vivienda,

contando con los registros administrativos del

MIDUVI y del registro social.

Levantamiento de línea base

para la estrategia de combate a

la desnutrición infantil en los

cantones de Alausí y Pujilí

El programa se orienta a la atención nutricional

de mujeres embarazadas, lactantes y niños

menores de 36 meses, focalizándose en la

población con mayor índice de pobreza, pobreza

extrema y desnutrición, priorizada por la Red de

Oportunidades.

Levantamiento de línea base para la estrategia

de combate a la desnutrición infantil en los

cantones Alausí y Pujilí

Levantamiento de seguimiento

para la estrategia de combate a

la desnutrición infantil en el

cantón Sigchos

Levantamiento de línea base para la estrategia

de combate a la desnutrición infantil en el

cantón Sigchos

Diseño metodológico

evaluación completa del

proyecto de implementación

integral de distritos y circuitos

administrativos de

planificación del Buen Vivir

El Gobierno Nacional, a través de la Secretaría

Nacional de Planificación y Desarrollo,

SENPLADES, impulsa este proceso de

desconcentración en el país, garantizando la

equidad territorial a través de la micro

planificación, donde los distritos recogerán las

necesidades del territorio a través de cada uno de

sus circuitos, planificando de abajo hacia arriba

y luego de arriba hacia abajo. En principio, la

desconcentración de servicios se la hará a través

de seis ministerios, posteriormente se incluirán

otros.

Elaborar un diseño metodológico que permita la

evaluación del proyecto de implementación de

distritos y circuitos administrativos de

planificación del buen vivir.

Evaluación de resultados y un

estimador de efecto de

programas implementados en

Sigchos

El programa se orienta a la atención nutricional

de mujeres embarazadas, lactantes y niños

menores de 36 meses, focalizándose en la

población con mayor índice de pobreza, pobreza

extrema y desnutrición, priorizada por la Red de

Oportunidades.

Análisis de las líneas base y seguimiento de la

información levantada para la estrategia de

combate a la desnutrición infantil (evaluación

de resultados y un estimador de efecto de

programas implementados en Sigchos).

Diagnóstico, evaluación y

fortalecimiento del sistema de

evaluación de los programas y

proyectos públicos de la

SENPLADES y Ministerios

Coordinadores y Sectoriales

conforme al Plan Nacional

para el Buen Vivir

Desarrollar el diagnóstico, evaluación y

fortalecimiento del sistema de evaluación de los

programas y proyectos públicos a cargo de la

SENPLADES y Ministerios Coordinadores y

Sectoriales, de acuerdo a la metas definidas en

el PNBV.

Evaluación relación entre el

Estado y la Sociedad Civil

durante los últimos cuatro años

de gobierno

Sin datos Sin datos

Evaluación de impacto del

programa mi primer empleo.

Dada la necesidad de avanzar en la generación

de evidencia sobre los resultados de los

proyectos en el sector productivo, el Ministerio

de Coordinación de la Producción, Empleo y

Competitividad- MCPEC y la SENPLADES

seleccionaron al Programa Mi Primer Empleo

ejecutado por el Ministerio de Relaciones

Laborales – MRL, para ser evaluado en el

presente año. En el año 2011, en el marco del

SNEPP, la SENPLADES contrata una

consultoría para elaborar el diseño metodológico

para la evaluación de impacto del programa

mencionado, la cual culmina a satisfacción del

MRL, el MCPEC y la SENPLADES en enero

del 2012. Para 2014, se prevé continuar con la

El objetivo principal de es “ELABORAR UN

ESTUDIO DE EVALUACIÓN DE IMPACTO

DEL PROGRAMA MI", que actualizara el

diseño muestral para la línea de seguimiento y

generar el grupo de control para la evaluación

de impacto del programa, utilizando las

metodologías propuestas en el diseño

metodológico.

21

realización del estudio de evaluación de impacto

propuesto en el diseño metodológico

Evaluación de impacto del

componente modalidad

concursable sectorial del

Programa de Capacitación y

Formación Profesional

Dentro de los programas o proyectos productivos

seleccionados para ser evaluados se encuentra el

Programa Modalidad Concursable Sectorial del

Programa de Capacitación y Formación

Profesional ejecutado por la SETEC. En el año

2011, en el marco del Sistema Nacional de

Evaluación de la Política Pública-SNEPP, la

SENPLADES contrata una consultoría para

elaborar el diseño metodológico para la

evaluación de impacto del programa

mencionado, la cual culmina a satisfacción de la

SETEC, el MCPEC y la SENPLADES en enero

del 2012. En 2014, se prevé continuar con las

siguientes fases de la evaluación del programa.

El objeto principal es “Brindar asistencia

técnica para el desarrollo de insumos para la

evaluación de impacto del componente

Modalidad Concursable Sectorial del Programa

de Capacitación y Formación Profesional”, con

la finalidad de diseñar el marco muestral de la

línea base acorde a lo establecido en el estudio

de primera fase de diseño de evaluación de

Impacto para el Programa de Capacitación

Modalidad Concursable de la SETEC para

conformar los grupos de tratamiento y control.

Elaboración del diseño

metodológico de evaluación

diagnóstica del Programa

Escuelas Unidocentes y

Pluridocentes

Desarrollar desde una perspectiva de derechos,

acciones integrales en oferta y demanda

educativas para promover el acceso universal y

la permanencia de los niños y niñas en una

escuela unidocente y pluridocentes saludable y

de calidad.

Elaborar una propuesta metodológica de

evaluación diagnostica de las Escuelas

Unidocentes y Pluridocentes del MINEDUC,

misma que enfocara en determinar los

requerimientos de información a nivel de

escuelas, docentes, alumnos, así como los

antecedentes respecto a la gestión y logros

académicos del funcionamiento de las escuelas.

Elaboración del diseño

metodológico de evaluación

resultados Programa

Desnutrición Cero (en

proceso)

El Proyecto Desnutrición Cero (PDC) es una

iniciativa del Ministerio de Salud Pública del

Ecuador que busca: i) atender a las gestantes

desde el primer mes de embarazo hasta los tres

primeros meses después del parto; y al niño y/o

niña, desde su nacimiento hasta el año de vida,

ii) erradicar la desnutrición desde el nacimiento

hasta el primer año de vida, y iii) aumentar la

cobertura con el apoyo de un incentivo

monetario para garantizar la atención en salud,

tanto de la gestante como del niño menor de un

año.

Proponer una metodología que permita estimar

los principales resultados del proyecto en la

salud y nutrición de los niños / niñas y mujeres

gestantes beneficiarios del proyecto, utilizando

información a nivel de historia clínica, pago de

la transferencia monetaria en las 303 parroquias

priorizadas por el Proyecto, datos registrados en

el Ministerio de Salud Pública y otras fuentes de

información como el Registro Civil, Registro

Social u otras encuestas oficiales.

Evaluación y rediseño del

Programa Alimentación

Escolar (en proceso)

El Programa de Alimentación Escolar – PAE se

inicia en el año 1999 con el objetivo principal de

contribuir al mejoramiento de la calidad y

eficiencia de la educación básica mediante la

entrega de un complemento alimenticio,

principalmente en zonas de mayor incidencia de

la pobreza. Este programa se orienta a la

consecución de los siguientes objetivos

específicos: i) entregar un complemento

alimenticio para aliviar el hambre inmediata del

grupo objetivo; ii) contribuir al mejoramiento de

la capacidad de aprendizaje de los escolares:

(atención, concentración y retención); iii)

contribuir a mejorar el nivel de nutrición de las

niñas y niños atendidos por el Programa; iv)

contribuir al mejoramiento de la asistencia a las

escuelas en las zonas afectadas por la pobreza; v)

contribuir a disminuir las tasas de repetición y

deserción escolar en las escuelas beneficiarias

del programa.

Dirigir la evaluación operativa y el rediseño del

Programa de Alimentación Escolar (PAE).

Fuente: SENPLADES.

22

Gráfico 1 . Matriz de diferenciación funcional Estado Ecuatoriano

Fuente: (SENPLADES 2009, 43).

Gráfico 2. Estructura de la Función Ejecutiva Ecuador 2013

Fuente: Muñoz, 2013, p. 114.

23

Gráfico 3 .Contenidos del GPR Ecuador

Fuente: (E-strategia, 2011:17)

Gráfico 4. Ciclo de gestión del GPR

Fuente: (SNAP, s.a.)

10. Resumen

El presente texto analiza los antecedentes, funcionamiento, y panorama general de los mecanismos

de planeación, seguimiento y evaluación que existen en el Gobierno Nacional del Ecuador, centrándose

en el uso de la herramienta del Gobierno por Resultados. El texto busca relatar que, después de varios

24

intentos fallidos de generar un corpus de herramientas técnicas a la evaluación institucional, se ha

registrado un importante desarrollo de métodos y herramientas, particularmente en la planeación y

seguimiento a programas y proyectos. Se busca demostrar que, como resultado del contexto político

actual, en el Ecuador se vive un proceso de activación del Estado, que incluye la dotación de mayores

grados de institucionalidad a la administración pública, por medio de, entre otras estrategias, el

establecimiento de diferentes mecanismos de planeación, monitoreo y evaluación de la acción pública.

Todo esto se hace con el objetivo declarado de lograr una administración más eficiente, profesionalizada,

meritocrática y comprometida con la población y la satisfacción de sus demandas, en contraposición con

las formas de gestión del pasado.

El presente texto ilustra dos situaciones que muestran las tensiones en el arranque de un modelo

moderno gestión de evaluación y resultados en el Ecuador: a) Existe un esfuerzo importante por los

organismos de planificación gubernamental para articular los esfuerzos metodológicos y las plataformas

tecnológicas desarrolladas para tal cometido, y b) aún queda camino por recorrer en este sentido así como

en el proceso de institucionalización del seguimiento y, sobre todo, de la evaluación en el país. Se

concluye que la construcción de capacidades y sistemas para el monitoreo y evaluación en el Ecuador

presenta avances importantes así como asuntos sobre los que aún es necesario trabajar más. En cuanto a

las fortalezas identificadas, destaca el entramado institucional y el desarrollo de metodologías para

realizar la planeación nacional, esfuerzos que permiten elaborar y dar seguimiento al Plan Nacional del

Buen Vivir. En cuanto a las debilidades identificadas, se concretan en la falta de armonización de los

diferentes sistemas de planeación, presupuestación, seguimiento y evaluación existentes, que pueden

mejorarse e integrarse de manera plena mediante un esfuerzo continuado, que lleve a los gestores

públicos a integrar de manera transversal metodologías comunes de gestión, e implementar, una cultura

de alto desempeño público que evite gestiones innecesarias y cumplimientos meramente burocráticos los

requisitos ligados a los sistemas de monitoreo y evaluación.

Palabras clave: Evaluación, Monitoreo, Gobierno por Resultados, Ecuador, Constitución, Gestión

Pública.