minería aurífera romana en el área salientes-villablino (león-españa)
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XIV Congreso sobre Patrimonio Geológico y Minero. Castrillón (Asturias), 2013. LIBRO DE ACTAS DEL CONGRESO. ISBN 978-99920-1-771-5. Pp. 631 – 648
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MINERÍA AURIFERA ROMANA EN EL ÁREA SALIENTES-VILLABLINO (LEÓN-ESPAÑA)
ROMAN GOLD MINING IN SALIENTES-VILLABLINO AREA (LEÓN-SPAIN)
R. MATÍAS
FUNDACIÓN CULTURA MINERA [email protected]
RESUMEN: El origen del oro presente en las arenas del curso alto del río Sil está relacionado
con la existencia de un importante grupo de yacimientos auríferos primarios que se localizan en
las elevadas montañas de su margen izquierda, justo a la salida del Valle de Laciana, en el
cordal conocido como Sierra del Nevadín o Sierra del Coto, que alcanza una cota máxima de
2000 m de altitud. En las vertientes S y W del Nevadín se encuentran importantes vestigios de
antiguas explotaciones mineras hidráulicas, cuya magnitud y tecnología aplicada permite
atribuirlas a la época romana, dentro del amplio conjunto de trabajos mineros realizados en el
NW hispano a comienzos de nuestra era.
El trazado de la red hidráulica necesaria para el abastecimiento de agua a estas
explotaciones se tuvo que enfrentar a enormes dificultades topográficas, tanto por la altitud
como por las elevadas pendientes. En este trabajo presentamos una avanzada cartografía de
la infraestructura hidráulica realizada en época romana, así como una visión general de las
particularidades de las explotaciones auríferas realizadas en este área.
PALABRAS CLAVE: minería oro romana, villablino, salientes, yacimientos primarios
1.- INTRODUCCIÓN: A pesar de que los yacimientos de oro del área Salientes-
Villablino son muy conocidos por su papel en el origen del oro presente en las
arenas del curso alto del río Sil, no se han realizado apenas investigaciones
más allá de su simple inventario y algunas exploraciones mineras infructuosas
hasta la fecha. Sin embargo, por su emplazamiento y singularidad, bien
merecen una mayor atención, al menos en lo que a minería romana se refiere.
En las vertientes S y W del pico Nevadín de la Sierra del Couto se encuentran
importantes vestigios de antiguas explotaciones mineras hidráulicas, cuya
magnitud y tecnología aplicada permite atribuirlas a la época romana, dentro
del amplio conjunto de trabajos mineros realizados en el NW hispano a
comienzos de nuestra era.
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La característica más llamativa de estos trabajos mineros es que se trata de
yacimientos auríferos primarios situados en laderas de elevada pendiente y
altitud en los que se han aprovechado mediante minería hidráulica los
enriquecimientos naturales de las zonas más superficiales disgregadas por la
meteorización y la actividad tectónica. Paralelismos a este tipo de trabajos los
encontramos con cierta abundancia tanto en las vecinas zonas de Asturias,
como en la Sierra de Ancares, Andiñuela, La Cabrera o la Sierra del Teleno
(Matías, 2010). En muchos de los casos anteriores podemos asistir también a
un posterior aprovechamiento directo de la mena primaria sin el concurso de la
fuerza hidráulica, lo que será, junto con el análisis exhaustivo de la red de
canales, el principal aspecto a tratar en esta investigación.
Fig. 1 Esquema de la red hidráulica romana de las minas del area Salientes-Villablino
Por la elevada altitud de estas minas, su abastecimiento hidráulico estaba muy
vinculado a las condiciones climatológicas, dado que una parte muy importante
de los canales reciben las aguas del deshielo, lo que nos permite establecer
una comparación inmediata y positiva con los trabajos mineros de las zonas
altas del Teleno (2188 m de altitud), ampliamente estudiados (Domergue y
Herail, 1978; Matías, 2006), en donde encontramos características similares,
tanto en las obras de abastecimiento como en el modo de operación. Si bien, a
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diferencia del Teleno, donde también hay amplios depósitos terciarios, es de
reseñar que todos los trabajos mineros de la zona Salientes-Villablino se han
realizado en laderas de muy fuerte pendiente y directamente sobre las zonas
de alteración de los yacimientos primarios.
2.- CONTEXTUALIZACIÓN:
Tras el abandono de estas explotaciones auríferas en época romana, su
conocimiento se pierde en el tiempo, aunque ha pervivido hasta nuestros días
de la mano de uno de los más representativos e importantes topónimos de la
zona: Arroyo de Urria, Aguadurria o “Brañadurria”, que podría traducirse como
"Braña del oro". Igualmente, la designación con el topónimo de Ochadoiro para
algunos de los depósitos de distribución-regulación utilizados en la explotación
romana de estas minas nos recuerda nuevamente la presencia de oro en el
terreno.
Las labores romanas principales del área Salientes-Villablino figuran ya en la
bibliografía de finales del siglo XIX (Estadística Minera, 1869; Rubio, 1876;
Soler, 1883). De todos los trabajos, el que más datos aporta sobre la minería
de esa época es el de Soler:
"El oro se encuentra al estado nativo, ya en láminas, hojuelas ó pajitas, ya en
pepitas y hasta cristalizado algunas veces.
Su yacimiento suele ser en esta provincia en filones de cuarzo aurífero en los
diluviums procedentes del terreno siluriano y en los aluviones de los ríos Sil,
Torneros y otros.
El primer caso lo tenemos en la mina San Jacinto, del término de Salientes del
Sil, demarcada con 12 hectáreas, la cual tiene una transversal ó galería-
socavón en dirección E. 24º N. de 2m50 de largo por 1,60 de alto y 1,20 de
ancho á través de un filón de cuarzo en el que viene implantado el oro nativo
con ganga de óxido y pirita de hierro, siendo su dirección de S. 40º E. á N. 40º
O., inclinación vertical y potencia variable de 0m10 a 0m42, hallándose
representada la caja por la pizarra arcillo-talcosa magnesiana correspondiente
a la formación siluriana.
En seguimiento a este filón y adosadas á la San Jacinto y entre sí
respectivamente, se han demarcado también las minas: Veri-gut con 6
hectáreas, La Australia con 6, La Perla con 16 y Rosario con 40,
constituyendo un grupo minero de 110 pertenencias: pero la única que tiene
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algunos trabajos es la primera. Distan unos 16 kilómetros de Murias de
Paredes."
Gómez-Moreno (1925-26) hace también mención de los trabajos romanos de
este área del curso alto del Sil:
"Finalmente, remontando en curso de este río, hasta cerca de Laciana, puede
verse por encima de Rabanal de Abajo, surcar la empinada ladera otro canal
en dirección al Sur, que llega hasta "el ocha d´ouro", y allí fórmase un
depósito en la cima de un barranco; pero ninguna señal de explotación le
acompaña, si bien la arboleda y la maleza impiden registrar bien el terreno.
Siguiendo por allí hacia la braña de Urria, en el camino de La Antigua, hubo,
hasta hace pocos años, letras grabadas en la pizarra del suelo: les llamaban
"La Escrita", y desaparecieron al sacar losas para un "teito". No lejos hállase
la explotación moderna de cuarzo aurífero de Salientes, donde se registra
alguna boca de mina antigua, según dicen."
César Moran (1950) hace referencia a la existencia en las cumbres de
Villablino de viejos canales que vertían sus aguas en depósitos llamados
ochadoiros. En Salientes cita la existencia de dos galerías subterráneas y
pequeñas ruedas de molino. Este autor hace también alusión al
aprovechamiento de los aluviones auríferos del Sil en época estival, que sólo
son portadores de oro a partir de su intersección con el arroyo de Urria:
"De estos veneros bajaban al Sil las codiciadas pepitas de oro, que hasta el día
de hoy buscan con afán las mujeres del país llamadas aureanas, y los
hombres que se dicen aureanos y artesoneros, porque llevan una artesa para
sus manipulaciones de extracción". Por información oral hemos confirmado
este hecho, así como que se llegaron a construir pequeñas instalaciones
artesanales de lavado de arenas en la zona de Páramo del Sil. Como anécdota
curiosa, en la localidad de Peñadrada (Matarrosa del Sil), hace años, se
encontró casualmente en el buche de una gallina una gruesa pepita de oro de 6
mm de largo.
3.- MARCO GEOLÓGICO: estos yacimientos de oro primarios se enmarcan
dentro del conjunto de mineralizaciones que se extienden desde Villablino
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hasta Rosales, en las Omañas, emplazadas en una zona de transición entre las
unidades geológicas del Paleozoico conocidas como Antiforme del Narcea y
Zona Asturoccidental Leonesa. Los materiales auríferos se encajan
sistemáticamente en las cuarcitas, areniscas y pizarras de la transición
Cámbrico-Precámbrico (serie grauvaco-pelítica), relacionados a su vez con la
fracturación de las zonas de cizalla ligadas a una compleja estructura tectónica
denominada Cabalgamiento del Narcea. Al igual que en el resto de yacimientos
de oro primarios del noroeste hispano, la actividad magmática subyacente
parece haber jugado un importante papel en su génesis (SIEMCALSA, 1997).
La ausencia en los restos de trabajos romanos de afloramientos mineralizados
claramente definidos no aporta datos sobre la tipología de la mena aurífera,
pero se han detectado pirita y arsenopirita, acompañadas de clorita, con óxidos
y algunos carbonatos de hierro, tanto en toda la serie grauvaco-pelítica como
en los numerosos filones de cuarzo abudinados repartidos irregularmente por la
zona, que parecen ser los principales portadores.
El oro nativo se encuentra también en suelos y sedimentos de arroyos y ríos,
que han sido aprovechados ocasionalmente de forma artesanal hasta épocas
recientes.
4.- MINAS ROMANAS DEL AREA SALIENTES – VILLABLINO: en la
bibliografía se registran hasta 4-6 puntos de explotación romana (Perea y
Sánchez-Palencia, 1995; JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN, 1988; SIEMCALSA,
1997). Tan solo Domergue realiza un estudio pormenorizado de una de ellas, la
de la Sierra del Coto, en Salientes (Domergue, 1987), suponiendo por los
indicios observados que existen también otras en el entorno, en los parajes del
Collado de Trasmundo y el Ochadoiro (Carbachal).
4.1.- REDES HIDRÁULICAS: se conoce desde antiguo la existencia de
canalizaciones romanas, algunas de las cuales incluso han sido utilizadas
como caminos o sendas. Sin embargo, se carecía hasta la fecha de una
cartografía fiable y precisa de los mismos. Numeroso recorridos de campo y un
exhaustivo análisis de la fotografía aérea han permitido definir las redes
hidráulicas de estas minas. La tipología de los canales cartografiados
corresponde en todo a los utilizados en otras zonas de minería aurífera romana
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del entorno (Matías, 2006, 2008). Aparte de las necesarias labores de trazado y
nivelación, para la construcción de la caja se realizaba una excavación en la
ladera hasta conseguir un emplazamiento suficientemente firme que permitiese
el asiento seguro del muro de cierre. Sólo en algunos casos puntuales se
cortaba el canal directamente en la roca, en especial en pasos por zonas de
paredes muy escarpadas. Los apenas 6 puntos localizados de estas
características han permitido medir la anchura real efectiva de paso de agua,
que podemos cifrar entre 50 y 80 cm. 2000 años de exposición a la intemperie
en una zona de alta montaña ha pasado una importante factura a esta red de
canales, que hasta ahora sólo era conocida muy parcialmente, con la dificultad
añadida de la existencia de varios tramos visibles de canalizaciones
aparentemente descontextualizados de las explotaciones. Incluso, algunos de
ellos sólo eran considerados como caminos.
La reconstrucción topográfica ha posibilitado llegar a estructurar
adecuadamente los diferentes tramos de canales en un porcentaje muy
elevado, a pesar de las enormes dificultades para transitar por las empinadas
laderas de la Sierra del Coto, casi siempre cubiertas de una frondosa
vegetación.
Fig. 2 Corte en la roca del canal de La Brañina
En conjunto se han definido tres redes diferentes que suministraban agua a
otras tres zonas de explotación:
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Canal del Ochadoiro: es un canal de 6,8 km que capta el agua en la cabecera
del arroyo de Cuvachín, a 1510 m de altitud. Este arroyo recoge las aguas de
deshielo de la vertiente norte del Nevadín (2077 m). Tiene su descarga en los
depósitos del Ochadoiro, a 1480 m de altitud, en donde se ha realizado un
corredor rebajando el terreno para evitar rodear la loma y permitir un acceso
directo. Estas estructuras se encuentran muy cubiertas por la vegetación y
afectadas por el trazado de la pista forestal, aunque se puede apreciar con
claridad todavía un gran depósito de 65 x 10-20 m. De este canal sólo se
conocía el tramo visible desde los depósitos. Su reconstrucción ha sido posible
verificando que el tramo final del canal se había convertido en un antiguo
camino-senda para comunicar la Brañina con la Braña de Cubacho (Braña de
Rabanal), actualmente muy desfigurada.
Canal del Collado de Trasmundo: es el único canal de la zona cuyo recorrido
íntegro puede seguirse a pie prácticamente en su totalidad. Tiene varios tramos
seguidos cortados en la roca frente a la Brañina, donde ha sido posible efectuar
la medición de su anchura efectiva (50 cm). Realiza su captación en el
nacimiento del arroyo de La Brañina, a 1720 m de altitud. Con un trazado de
1,9 km, llevaba el agua hasta el Collado de Trasmundo, a 1710 m, donde
alimentaba un posible sistema de grandes depósitos escalonados
superpuestos (hasta 3). Se aprecia con mucha claridad el superior (120 x 12
m), situado al mismo borde del canal a su llegada al collado. La existencia de
labores mineras situadas por encima de la cota del Collado de Trasmundo, al S
de la Corona del Cuerno, hace dudar de si las 2 plataformas inferiores son
depósitos o desmontes mineros.
Canal de la Brañina: tiene su nacimiento en el paraje del Corón, a 1730 m de
altitud, al N de la Boqueta de Fuentefría (1900 m). De este canal, de 6,1 km de
trazado, sólo eran apreciables los vestigios de 1 km que se sitúan al E de La
Brañina, por encima de las construcciones, sin ningún tipo de continuidad,
hasta el punto de que parecía un camino de servicio para acceder hacia el
bosque, eso sí, con la pendiente uniforme y suave característica de una
conducción hidraúlica. Gracias a la localización de nuevos vestigios en al
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fotografía aérea y su reconocimiento en sobre el terreno se ha podido localizar
su captación en el lugar anteriormente reseñado, que fue dirigida
intencionadamente hacia un punto elegido por su abundancia de agua, para lo
cual, evitando un farallón rocoso de gran verticalidad, se tuvo que elevar el
tramo final con el objetivo de alcanzar la corriente de agua que bajaba por la
ladera hacia el E, desviándola ahora hacia el canal. Su continuidad y objetivo a
partir de La Brañina se pudo determinar gracias a la localización casual de un
clarísimo corte en la roca situado en una ladera al N de la Corona del Cuerno
(1756 m), por lo que el destino de sus aguas era el sector más al O de las
explotaciones de Brañadurria, alimentando varios depósitos situados en la
cabecera del Chano La Escrita, pudiendo llegar también incluso el agua hacia
la vertiente E del Collado de Trasmundo. Para llevar el agua a estos depósitos,
situados muy por debajo de la cota real de abastecimiento (1650 m), fue
preciso emplear varios canales de distribución de elevada pendiente que no
han podido reconstruirse debido a la espesa vegetación, pero que son
apreciables en las imágenes estereoscópicas del Vuelo Americano de 1957
(fogogramas 43152-53).
Canal del Collado de Piedraderecha: captaba las aguas de deshielo y
surgencias de la vertiente norte del Miro de Rabón (1981 m), a una cota de
1770 m de altitud. Tiene un recorrido de apenas 885 m hasta el Collado de
Piedraderecha (1773 m), donde se aprecia el rebaje intencionado del terreno,
con la existencia de un posible túnel, hoy hundido, para poder mantener la
pendiente descendente. La necesidad de rebajar el terreno en este punto nos
indica que su trazado estuvo condicionado por la cota de la surgencia que lo
alimentaba. A partir del collado se aprecia un irregular depósito alargado (65 m)
excavado en la ladera, desde el que se dirigía el agua a las labores mineras de
Brañadurria mediante canales de distribución de cierta pendiente, tanto hacia el
Collado de Trasmundo como a la zona E de Brañadurria.
Canales de Salientes: a la mina de Salientes (mina de la Sierra del Couto
(Coto), Los Coutos, etc.), situada a una altitud de 1770 m, llegan dos
canalizaciones principales procedentes del E, de las fuentes del arroyo de
Peña Vendimia, y que discurren por las laderas de la vertiente sur de la Sierra
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del Coto. La más alta tiene 5,7 km y llega al entorno de la mina romana a un
depósito irregular situado a los 1895 m de altitud, desde donde se distribuía el
agua hacia dos zonas de explotación: Brañadurria y Salientes. La inferior es de
6,4 km y alcanza la mina a una cota de 1830 m, donde descarga en un
depósito alargado de 75 x 10 m.
Domergue (1987, T-II, Lám. 27) señala la posible existencia de un canal inferior
que se adentra directamente en la corta romana (A-1) pero, aunque existe un
depósito, se carece de las suficientes evidencias sobre el terreno para verificar
este aspecto. La vegetación alta, los aprovechamientos de las laderas para
pastos con una multitud de redes de riego y la enorme profusión de senderos
de animales que surcan las laderas de estos montes dificultan mucho las
observaciones.
Fig. 3 Corte en la roca del canal del Collado de Trasmundo
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Fig. 4 Depósito del Collado de Trasmundo
Fig. 5 Posible depósito en el Collado de Trasmundo
4.2.- ZONAS DE EXPLOTACIÓN: El análisis del terreno y la cartografía de las
redes hidráulicas ha permitido definir y estructurar tres zonas principales de
explotación diferentes, aunque con solución de continuidad y alineadas según
un eje N 125º E a lo largo de una estrecha franja de 3,5 km. La morfología
periglaciar que preside toda la sierra, especialmente sus zonas más altas,
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constituye una gran dificultad para identificar por fotointerpretación las labores
mineras, lo que a veces puede dar lugar a confusiones si no se realiza una
sistemática verificación sobre el terreno de los parámetros que caracterizan
una explotación minera.
4.2.1.- El Ochadoiro: las labores mineras de este área se encuentran
totalmente enmascaradas por la vegetación y no son apreciables actualmente
ni en las imágenes aéreas, ni sobre el propio terreno. Hay que acudir a la
fotografía estereoscópica del Vuelo Americano de 1957 (fotogramas 42152-53)
para apreciar apenas una leve huella de los desmontes realizados en el paraje
de Matalafame, situado inmediatamente al S de la presa del embalse de Las
Rozas, verificándose huellas de arrastres antrópicos a ambos lados del cordal,
inmediatamente debajo de los depósitos de El Ochadoiro, aunque no puede
verificarse si estos desmontes llegan hasta el cauce del río Sil. Por otro lado,
encontramos en el MTN 1:25000 el topónimo "Aguadurria" relacionado con el
paraje donde se realiza el desagüe natural de la zona, lo que resulta
suficientemente significativo. Estos trabajos ocuparían una superficie de 30 ha,
con un desnivel de 200-250 m
Fig. 6 Depósito del Ochadoiro
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4.2.2.- Brañadurria: los trabajos romanos se sitúan a lo largo de casi 2 km en la
margen derecha del arroyo de Urria (Brañadurria), desde su mismo nacimiento
hasta 250 m por debajo de las edificaciones de la braña que le da nombre al
paraje. Ocupan una extensión de 100 ha con un desnivel de más de 300 m. El
sistema hidráulico disponía de al menos 4 depósitos de agua estratégicamente
ubicados. En todo el área no se encuentra ningún amontonamiento de cantos
("murias"), tradicionalmente asociados a la minería hidráulica romana. El
incendio ocurrido hace unos años en la cabecera del arroyo de Urria a puesto
de relieve la morfología de los restos romanos resaltando unas labores de
arrastre sobre laderas de fuerte pendiente con algunos entrantes más
pronunciados que pueden atribuirse a zonas de filón, pero que carecen de
afloramientos definidos.
Domergue (1987) señala la existencia de molinos rotativos de granito, de los
que se han podido localizar diversos fragmentos en un granito rosado con
elevada proporción de feldespatos. Sin embargo, la búsqueda de molinos de
impacto, que pondría de relieve una explotación directa sobre los filones de
cuarzo aurífero, ha resultado infructuosa hasta la fecha en este sector.
Fig. 7 Vista general de las explotaciones de Brañadurria
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Fig. 8 Molino rotativo del entorno de las explotaciones de Brañadurria
4.2.3.- Salientes (Los Coutos): Se encuentra en la cabecera del arroyo de
Rabón a 1770 m, en la vertiente S de la Sierra del Couto. Es una única
excavación alargada de 500 m de extensión y anchura variable (20-50 m), con
una orientación de N 140 E, ocupando una superficie de apenas 4 ha, aunque
cuenta con una red de canales de 12 km. Los trabajos mineros parecen haber
seguido más de 15 m en profundidad el afloramiento de un grupo de filones de
cuarzo aurífero, prolongación hacia el SE de los de Brañadurria.
La excavación cuenta con tres aperturas de evacuación hacia el SO que le dan
un aspecto característico, fácilmente reconocible tanto en el terreno como en
las imágenes aéreas. Las tres aperturas corresponden a la evolución final de
diferentes sectores de extracción dentro de la misma corta ya que sus
desagües se encuentran individualizados y separado cada sector por franjas de
terreno intacto. En la parte N, en el Alto de Buxane (1895 m), se aprecian
excavaciones mineras superficiales sobre afloramientos de filones que se
extienden hacia el O, llegando a enlazar con las contiguas explotaciones de
Brañadurria.
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Fig. 9 Vista general de la mina romana de Salientes (Los Coutos)
La estructura de la explotación romana de Los Coutos es muy compleja, como
ya pone de relieve Domergue en su Catalogue (1987) donde refiere la
existencia de seis depósitos de acumulación-distribución y esboza un modo de
operación. Los resultados del trabajo de campo han indicado la existencia de
un depósito más, situado en la cabecera E de la explotación, prácticamente en
el collado, que se abastece de uno de los canales principales enumerados en
el capítulo anterior, mientras que el depósito de cabecera no tiene alimentación
nival como refiere Domergue, sino que se suministra de un canal principal. Esta
nueva estructura del abastecimiento de agua, junto con la ya normal ausencia
de acumulaciones de estériles, obliga a tomar con cautela cualquier hipótesis y
continuar analizando in situ este importante enclave de la minería romana.
Por añadidura, se ha localizado en el entorno de la mina una base múltiple de
molino de impacto realizada en cuarcita provista de cuatro cavidades con un
pronunciado desgaste, claro indicador del aprovechamiento directo de la mena
primaria, ya que su función es la molienda del cuarzo aurífero. La base tiene
una anchura de 0,70 m y es análoga a otras del entorno (Matías, 2010). En
esta mina se ha hecho mención a la existencia de un bloque de cuarcita con
tres cavidades alineadas utilizado como mortero en la época romana que no ha
sido localizado (Junta de Castilla y León, 1987), aunque podría tratarse de este
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mismo, al tener una de las cavidades poco desarrollada. A diferencia de las
explotaciones de Brañadurria, no se ha encontrado ningún vestigio de la
existencia de molinos rotativos.
Fig. 10 Base múltiple de molino de impacto en un canto de cuarcita de la mina de Salientes
Como únicos restos de trabajos modernos, en el sector inferior de la mina de
Los Coutos, que se sitúa en el extremo E, a 1750 m de altitud, se aprecian
labores mineras subterráneas hundidas de las que se dice que constan de un
"pozo del que parte una galería paralela al eje de la explotación y que según
los lugareños recorre toda la corta" (Junta de Castilla y León, 1988). La galería
está actualmente hundida en la entrada e inundada, por lo que no resulta
accesible. Del pozo se aprecia solamente el primer metro, estando el resto
colmatado. En las inmediaciones de la entrada de esta galería se encuentran
los restos de una construcción. Al pie del mismo corredor de evacuación y en
su margen izquierda, ya fuera de la corta, a los 1700 m de altitud, existe una
galería perfectamente conservada de 98 m de longitud en dirección N 45 E que
no llega a cortar la mineralización de la excavación romana. Todas estas
labores se encuadran dentro de la concesión minera "San Jacinto", que estuvo
en actividad a mediados del siglo XIX. Para el procesado del mineral se
preparó un molino rotativo de gran diámetro (2,80 m) que utilizaba como bases
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de molienda sectores circulares de cuarcita, que todavía se conservan. La
instalación se encontraba dentro de un recinto cerrado que se emplaza en una
plataforma hecha en la ladera con grandes muros de contención.
5.- CONCLUSIONES: en el análisis realizado sobre las explotaciones mineras
romanas de oro que se encuentran en el sector Salientes-Villablino se ha
puesto de manifiesto la existencia de una amplia y cuidada red de canales de
suministro (28 km) que abastecen más de 14 depósitos de regulación-
distribución que participan en la explotación hidráulica de 3 zonas diferentes
que se extienden por un espacio de 3,5 km situado por encima de los 1400 m
de altitud, teniendo su punto de elevación máxima en los 1900 m.
El agua formaba parte fundamental del método de trabajo para remover las
zonas de alteración de unos grupos de filones auríferos, de los que se
desconoce todavía con exactitud su composición, morfología y leyes.
No se han encontrado acumulaciones de estériles ("murias"), por lo que el
sistema de recuperación del oro difiere del modelo clásico generalmente
admitido, en el que se separan y amontonan los materiales más gruesos en las
inmediaciones de los canales de lavado.
Se ha verificado la existencia, citada en la bibliografía, de molinos rotativos,
realizados en granito, y se ha encontrado un molino de impacto, aunque no se
ha podido establecer todavía relación entre ambos. No obstante, la existencia
de molinos de impacto atestigua el tratamiento directo de la mena primaria, con
posterioridad o al margen de la minería hidráulica. Este molino localizado es
una base múltiple con cuatro cavidades realizada en un canto de cuarcita
aplanado de 0,70 m.
En la zona hubo intentos de explotación del oro a mediados-finales del siglo
XIX de los que se conservan algunas labores subterráneas y restos de
instalaciones de molienda
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